Por Dios Hombres

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¡Por Dios!, hombres de Gilberto Martínez O una obra que implota Dos obras en una. La primera una obra magistral que se queda corta. La segunda un stand comedy  de tres viejas chismosas que hablan sobre los hombres sin pudor alguno. Encomiaré por excelsa la primera, destruiré con argumentos la segunda. 1 tr es perso naj es “literarios salen a escena. El Don juan de !oli"re, #iacomo $asanova % El !arqués de &ade. $ada uno reali'ando peque(as disquisiciones autobiogr)*cas % pasionales sobre su existencia. La +acilidad del amor, la pregunta por la mujer auténtica o el elogio del vicio % la reprobacin de la virtud. L)tigo, su+rimiento, enamoramiento +ortuito, a'ar- todos ellos hombres que viven, dependen, necesitan a las mujeres, sin duda alguna, son su esencia para ser +eli'. &e juega con el pblico. &e usan trajes de época moderna, +rancesa e italiana. /a%, principalmente, una burla a lo banal de la sociedad % se exalta la +ragilidad sexual del hombre. /e aqu0 un punto en comn con la segunda obra de teatro subsecuente. o ha% di)log os entre estos personajes, que actua ndo una clara postura escénic a, o encarcelado % lujurioso 2&ade3 o pedante % cretino con sus dotes +0sicas 2$asanova % Don juan3, lo que ejercen son discursos moment)neos, por medio de los cuales se los puede adivinar, mas no ha% cohesin entre ellos, m)s que su pasin4deseo por la mujer5 &e queda en punta esta puesta en escena, %a que quedamos esperando qué puede pasar, si ponemos a jugar a estos tres personajes en conjunto, qué pueden ra'onar, desvariar o discutir sobre el ser hombre, la urgencia por la +émina, la vulva, la sexualidad5 Los momentos de cada uno son de tal hondura que quedamos estupe+actos ante la recreacin de cada uno de ellos, por ejemplo el !arqués de &ade sentencia- “67uién puede demostrar que Dios ama al hombre8 9odo demuestra lo contrario- culpar a Dios, 6a quién m)s8... :ntermedio. De pronto estos personajes salen de escena, se da lugar a un video instalacin, suena msica electrnica, nada tiene que ver, no ha% explicacin para tal in+amia5 De repente, llegan tres seres, con un objeto en su cabe'a que simula la calvicie. &e proponen explic ar la alopec ia cient0 *camente. Los espec tador es se burlan por tales pretens iones tan mundanas, chistes ;ojos5 < – Estos tres seres, sin sexo de*nido, con vo' de mujer, con trajes sin sexo, juegan entre ellos con tres sillas con di+erentes tama(os, juegan a tener coreogra+0as, no se entiende para qué. Las expresiones de sus rostros son mu% amplias- todo est) en el rostro, que est) m)s all) siempre de la palabra, dice sin palabras. Empero, llega la dialéctica, no conversan aun entre ellos, pero s0 ha% unos discurrir sobre la super*cialidad masculina, rascarse las bolas, son tan parecidos dichos seres que parece contaran una misma historia, la historia del hombre banal contempor)neo. $ae en una comedia sosa, se aprovechan de ;ojos % simples acontecimientos para buscar retratar al hombre, 6es realmente esa su esencia8 6&u morbosidad, su perplejidad ante unas tetas, el cmo les habla a las mujeres, el cmo las conquista8 &0, es la historia de un hombre, calvo, por dem)s5 De un momento a otro, sin explicacin tampoco, se acaban estos seres calvos, regresan detr)s de la escena tres mujeres, era un dis+ra', una m)scara, sus voces %a lo demostraban desde el comien'o, no hubo una m0nima duda de ello, pero el juego de retratarme sin ser %o, de  jugar a ser otro siéndolo comprometidamente, es un juego de espejismos de gran talante, que se destru%e por el mismo tema de la segunda obra. o ser0a igual si a partir de = personajes como los arriba descritos salieran tres mujeres ejemplares de la literatura- !adame >ovar%, ?nna @arenina % Aenél ope 2de La Odisea3 cada una contando su versin sobre ser mujer5 o, el dramaturgo pre*ere la comedia +)cil, la disputa entre tres mujeres que juegan a burlarse de las banalidades del hombre con los lugares m)s comunes del desértico % ancho abismo. Aor el contrario las mujeres que nos presenta son unas burdas prostitutas o mujeres tontas % simples, que nada pueden decir elocuente ni re;exivo que pueda hacernos ahondar el ser humano, el hombre mismo5 ada de valor dicen. Las ventajas de tener carro. &i un hombre las desea o no. Los viejos buscando jvenes. Los jvenes buscando viejas que los mantengan. &on tres bien llamadas guisas, mujeres populares, que nunca han enamorado % que solo sirven a los hombres

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7/18/2019 Por Dios Hombres

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¡Por Dios!, hombres de Gilberto Martínez

O una obra que implota

Dos obras en una. La primera una obra magistral que se queda corta. La segunda unstand comedy   de tres viejas chismosas que hablan sobre los hombres sin pudor alguno.

Encomiaré por excelsa la primera, destruiré con argumentos la segunda.

1 – tres personajes “literarios salen a escena. El Don juan de !oli"re, #iacomo$asanova % El !arqués de &ade. $ada uno reali'ando peque(as disquisiciones autobiogr)*cas %pasionales sobre su existencia. La +acilidad del amor, la pregunta por la mujer auténtica o elelogio del vicio % la reprobacin de la virtud. L)tigo, su+rimiento, enamoramiento +ortuito, a'ar-todos ellos hombres que viven, dependen, necesitan a las mujeres, sin duda alguna, son suesencia para ser +eli'. &e juega con el pblico. &e usan trajes de época moderna, +rancesa eitaliana. /a%, principalmente, una burla a lo banal de la sociedad % se exalta la +ragilidad sexualdel hombre. /e aqu0 un punto en comn con la segunda obra de teatro subsecuente. o ha%di)logos entre estos personajes, que actuando una clara postura escénica, o encarcelado %lujurioso 2&ade3 o pedante % cretino con sus dotes +0sicas 2$asanova % Don juan3, lo que ejercenson discursos moment)neos, por medio de los cuales se los puede adivinar, mas no ha% cohesinentre ellos, m)s que su pasin4deseo por la mujer5 &e queda en punta esta puesta en escena,%a que quedamos esperando qué puede pasar, si ponemos a jugar a estos tres personajes enconjunto, qué pueden ra'onar, desvariar o discutir sobre el ser hombre, la urgencia por la+émina, la vulva, la sexualidad5 Los momentos de cada uno son de tal hondura que quedamosestupe+actos ante la recreacin de cada uno de ellos, por ejemplo el !arqués de &ade sentencia-“67uién puede demostrar que Dios ama al hombre8 9odo demuestra lo contrario- culpar a Dios,6a quién m)s8...

:ntermedio. De pronto estos personajes salen de escena, se da lugar a un videoinstalacin, suena msica electrnica, nada tiene que ver, no ha% explicacin para tal in+amia5De repente, llegan tres seres, con un objeto en su cabe'a que simula la calvicie. &e proponenexplicar la alopecia cient0*camente. Los espectadores se burlan por tales pretensiones tanmundanas, chistes ;ojos5

< – Estos tres seres, sin sexo de*nido, con vo' de mujer, con trajes sin sexo, juegan entre

ellos con tres sillas con di+erentes tama(os, juegan a tener coreogra+0as, no se entiende paraqué. Las expresiones de sus rostros son mu% amplias- todo est) en el rostro, que est) m)s all)siempre de la palabra, dice sin palabras. Empero, llega la dialéctica, no conversan aun entreellos, pero s0 ha% unos discurrir sobre la super*cialidad masculina, rascarse las bolas, son tanparecidos dichos seres que parece contaran una misma historia, la historia del hombre banalcontempor)neo. $ae en una comedia sosa, se aprovechan de ;ojos % simples acontecimientospara buscar retratar al hombre, 6es realmente esa su esencia8 6&u morbosidad, su perplejidadante unas tetas, el cmo les habla a las mujeres, el cmo las conquista8 &0, es la historia de unhombre, calvo, por dem)s5

De un momento a otro, sin explicacin tampoco, se acaban estos seres calvos, regresandetr)s de la escena tres mujeres, era un dis+ra', una m)scara, sus voces %a lo demostrabandesde el comien'o, no hubo una m0nima duda de ello, pero el juego de retratarme sin ser %o, de jugar a ser otro siéndolo comprometidamente, es un juego de espejismos de gran talante, que se

destru%e por el mismo tema de la segunda obra. o ser0a igual si a partir de = personajes comolos arriba descritos salieran tres mujeres ejemplares de la literatura- !adame >ovar%, ?nna@arenina % Aenélope 2de La Odisea3 cada una contando su versin sobre ser mujer5 o, eldramaturgo pre*ere la comedia +)cil, la disputa entre tres mujeres que juegan a burlarse de lasbanalidades del hombre con los lugares m)s comunes del desértico % ancho abismo. Aor elcontrario las mujeres que nos presenta son unas burdas prostitutas o mujeres tontas % simples,que nada pueden decir elocuente ni re;exivo que pueda hacernos ahondar el ser humano, elhombre mismo5 ada de valor dicen. Las ventajas de tener carro. &i un hombre las desea o no.Los viejos buscando jvenes. Los jvenes buscando viejas que los mantengan. &on tres bienllamadas guisas, mujeres populares, que nunca han enamorado % que solo sirven a los hombres

7/18/2019 Por Dios Hombres

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para tres cosas. Desde cualquier perspectiva esta obra no retrata ni realistamente una relacinconcreta de la sociedad, si las costumbres de alguna época, pues los hombres siempre se hancomportado de igual manera, claro est), con el tipo de mujer que tenga en +rente5