Por la autora del - stream2.docer.com.ar
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Por la autora del best seller La maldición del mar, llega una novela románticainolvidable en la que se mezclan cuentos de hadas oscuros y relatos popularesencantados cuando un chico, supuestamente desaparecido, resurge en un bosquemágico…yseenamoradelabrujaqueestádecididaadesentrañarsussecretos.
Cuidadoconlosbosquesoscurosysombríos…Enespecial,conelbosquequerodeaelpueblodeFirHaven.Algunosdicenqueelbosqueesmágico.Embrujado,incluso.
Aunque todos dicen que es una bruja, solo NoraWalker sabe la verdad sobre suidentidad. Ella y lasWalker que la precedieron siempre han tenido una conexiónespecial con el bosque. Y es esa conexión especial la que lleva hasta OliverHuntsman,elchicoquedesaparecióalgunassemanasatrás,durante laventiscamásviolenta de los últimos años. Oliver tendría que estar muerto, pero sigue vivo,abandonado en el bosque sin recuerdo alguno del tiempo en el que estuvodesaparecido.
PeroNora,graciasasuconexión,percibeuncambioenelbosque;unaintranquilidadantelapresenciadeOliver.Ydepronto,sedacuentadequesuúnicaalternativaesdescubrir la verdad de cómo fue que el chico por el que ha llegado a sentir unprofundo cariño sobrevivió en el bosque durante la ventisca y, lo que es aúnmásimportante,quélohabíallevadoallí.Sinembargo,loqueNoranosabeesqueOlivertambiéntienesecretos,yharáloqueseapormantenerlosocultos,porqueresultaserqueélnofueelúnicoquedesaparecióesanochefatídica.
Desdelacreacióndelprimercuentodehadas,hemosaprendidoquesedebetemerloqueseocultadentrodelosbosquesoscurosysombríos,yenElbosquedelascosasperdidas,SheaErnshawnosmuestraporqué.
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SheaErnshaw
ElbosquedelascosasperdidasePubr1.0
Titivillus01.11.2020
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Títulooriginal:WinterwoodSheaErnshaw,2019Traducción:SilvinaPochEditordigital:TitivillusePubbaser2.1
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Dedicadoatodosloschicosychicasdecorazónindomable
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Creoqueelbosquenoseríatanbrillante,nielaguatancálida,nielamortandulce,sinohubierapeligroenloslagos.
—C.S.Lewis
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PRÓLOGO
Desaparecióunchicolanochedelatormenta.Lanocheenquelanievebajódelasmontañasyaullófuriosacontraelalerodela
viejacasa:cruel,amenazanteyllenademalospresagiosquenopodíanignorarse.Laelectricidadparpadeabacomosifueracódigomorse.Latemperaturabajócon
tantarapidezquelosárbolesseagrietaron,lasaviadeolordulcebrotóalasuperficiecomomiel,ydespuéssecristalizóysecongeló.Lanievesearremolinóalrededordelachimeneayseacumulósobreel techo;alcanzótalalturaquetapóelbuzóndelaentradayyoyanollegabaaverellagoJackjawdesdelaventanademihabitación.
Elinviernollegóenunasolanoche.Por la mañana, la carretera Barrel Creek, la única carretera que baja por la
montaña,estabacerradaporlanieve.Tapadaporunmuroblancoimpasible.Lospocosquevivíamosen loprofundodelbosque,y losquesealojabanenel
Campamento Jackjaw para Chicos Rebeldes al otro extremo del lago, quedamosatrapados.Varadosenelimplacablecorazóndelbosque.
Nosabíamosdurantecuántotiempo.Tampocosabíamosquenotodossaldríamosconvida.
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NORA
«Nuncadesperdiciesunalunallena,Nora,nisiquieraeninvierno»,solíadecirmiabuela.
Deambulábamos por la orilla del río Negro, bajo el cielo de la medianoche,siguiendolasconstelacionescomounmapaqueyopodíatocarconlosdedos:marcasdepolvodeestrellasquellevabaenlapiel.Ellatarareabaunamelodíaqueveníadesusentrañas,cruzandoalotroladodelríocongelado,deslizándoseconpasoseguro.
«¿La oyes?», me preguntaba. «La luna susurra tus secretos. Conoce tuspensamientos más oscuros». Mi abuela era así: rara y hermosa, con historias quedescansaban detrás de los párpados. Historias sobre la luz de la luna, acertijos ycatástrofes.Relatosterribles.Perotambiénotrosvivosyalegres.Mientrascaminabaasu lado,yocopiabacadapasoqueelladabaenelbosque,admirandosudestrezapara esquivar ortigas y espinos venenosos, el modo en que sus manos rozaban lacortezadetodoslosárbolesporlosquepasábamos,determinandosuedadconsolotocarlos.Eraunamaravilla:sumentónsiempreseinclinabahaciaelcielo,ansiandoelbrilloanémicode la luzde la lunasobresupielaceitunada,siemprerodeadadeunhalodetormenta.
Peroestanoche,caminosinella,persiguiendoesamismalunaporelmismoríooscuroycongelado,buscandocosasperdidasdentrodelbosquefríoytriste.
Las ramasde losárboles sehundenygoteanporencimademí.Unbúhoululadesde una picea cercana. Y Finn y yo nos adentramos con gran dificultad en lamontaña. Él agita fuerte la cola, con el hocico en alto, siguiendo algún rastrodesconocidoalotroladodelaorilladelrío.
Han pasado dos semanas desde que la tormenta azotó el lago Jackjaw. Dossemanasdesdeque lanieve cayóy tapó laúnica carreteraque salede lamontaña.Dossemanasdesdequelaelectricidadestallóyseapagó.
Ydossemanasdesdequeunchicodelcampamentoqueestáalotroladodellagodesapareció.
Unchicocuyonombrenisiquieraconozco.Unchicoqueescapóoseperdióosencillamenteseesfumócomolanieblabaja
queemanadellagodurantelaslluviasmatinalesdeotoño.Unchicoqueseescabullódesucamaenunadelascabañasdelcampamentoyjamásvolvió.Unavíctimadelfríodelinvierno,delalocurayladesesperación,ydeestasmontañas,queencuentranlaformademeterseentucabeza,deengañaralosqueseatrevenacaminarentrelospinosbienpasadalapuestadelsol.
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Estebosqueesferoz,implacableycruel.Nosepuedeconfiarenél.Sí,poraquícamino:hacia lomásprofundode lamontaña,dondenadiemásse
atreveair.Porque yo soy más oscuridad que chica, más sombras de invierno que sol de
verano.«Somoslashijasdelbosque»,susurrabamiabuela.Así que avanzo por la orilla del río Negro, siguiendo el mapa trazado por las
estrellas,comoellameenseñó.ComotodaslasWalkerquemehanprecedido.Hastaquellegoalsitio.El sitio donde la línea de los árboles se abre ami derecha, donde dos laderas
empinadasseunenyformanunpasadizoangostoqueconduceaunbosqueoscuroyraroubicadohaciaeleste,unbosquequeesmuchomásantiguoquelospinosdelríoNegro.Susárbolesestánencerrados,apartados,separadosdelresto.
ElbosqueWicker.Unatorrederocasmontaguardiadelantedemí:unaspiedrasplanasquefueron
tomadas del lecho del río y apiladas hasta alcanzar unmetro de altura, junto a laentradadelbosque.Esunaadvertencia.Unaseñaldequesedebedarlavuelta.«Sololostontosentranaquí».Losminerosquebuscabanoroalaorilladelríoconstruyeronelhitoparaalejara losquevinieran luego,a losdesprevenidosquese toparanconesteterrenoydesconocieranlacrueloscuridadquelosesperaba.
Lasrocasquemarcanlaentradanuncasehancaído,nuncasehandesmoronadoconelpesodelanieve,conlalluviaolosvientosdeotoño.
Esunafrontera.«Entra solamentecuandohaya luna llena»,meadvertíamiabuela, con losojos
comocharcosbordeadosderocío.Dentrodeestebosquesagrado,encuentroobjetosperdidos. Pero solo cuando hay luna llena, cuando el bosque duerme, cuando loarrulla el brillo pálido de la luz de la luna, puedo entrar desapercibida. Ilesa. «Elbosquedormidotepermitirápasarsinproblemas.Perosisedespierta,prepárateparacorrer».
Cadames,cuandolalunacrecidasealzaenelcielo,entroalbosqueWickerenbusca de cosas perdidas, escondidas entre las ramas que van echando brotes ometidasenalgúnhuecoalpiede losárboles.Gafasdesolextraviadas,chanclasdegoma,aretesbaratosdeplásticoconformadesandía,unicornioymedialuna.Anillospara los dedos del pie, y anillos de promesa que chicos perdidamente enamoradosregalaronasusnovias.LascosasquesepierdenenellagoJackjawduranteelveranovuelvenaencontrarseenelbosque.Aparecencomosielbosquelasdevolviera.
Pero a veces, cuando la luna llena traemucha suerte, encuentroobjetosmuchomásantiguos,cosasqueseolvidaronhacetiempo,depersonasqueabandonaronestasmontañashaceunsiglo.Relicarios,botonesyartículosdemerceríahechosdeplata.Cepillos de dientes hechos de hueso, botellas de medicina con etiquetas que seborraron hace tiempo, botas de vaquero y latas que alguna vez debieron de estar
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llenasdelecheenpolvoogranosdecafémolidos.Cadenasderelojesdebolsilloymanillas de puertas. Y de vez en cuando, llego a encontrar oro: monedas burdashechas con discos martilleados, pepitas de oro enredadas en el musgo, trocitosdiminutosquesemeenredanenelpelo.
«Cosasperdidasqueseencuentran».Yaseapormagiaomaleficio,estascosasaparecenenelbosque.Sondevueltas.Finnolfateaelaire,vacilante.Yyoinhalo,girandoeldelgadoanillodeoroque
llevoeneldedoíndice.Unhábito.Unaformadeinvocarelcorajedemiabuela,quemedioelanillolanocheenquemurió.
—SoyNoraWalker—susurro.«Dilealbosquecómo te llamas».Tiempoatrásmehabíaparecidouna tontería:
hablaralosárbolesenvozalta.Perocuandoentrasenlaoscuridadysientesqueteatraviesa el frío, y los árboles se tragan todo vestigio de luz, le cuentas al bosqueWicker todos los secretosquese teocurran.Historiasque teníasescondidasdentrodelpecho.Loqueseacontaldearrullaralbosque,demantenerloadormecido.
Cierro los ojos con fuerza y cruzo el límite, atravieso la línea de árboles altoscomosoldadosquemontanguardia,yentroenlaoscuridaddelbosque.
EntroenelbosqueWicker.
Aquínovivenadabueno.Elambienteesfríoyhúmedo,ylaoscuridadmedificultavermásalládelospies.
Perosiempretehacesentirasí;cadavezhacemásfríoyestámásoscuroquelavezanterior.Respirodespacioyavanzo,pisandoconcuidado,conpausas,sobretroncoscaídosyflorescubiertasdegotasderocíoquehanquedadocongeladas.Escomouncuento de hadas detenido en el tiempo: la princesa fue olvidada, el héroe fuedevoradoporcompletoporunduendedelosabetos.Lahistoriaterminó,peronadieseacordódequemarelbosqueembrujadoyreducirloacenizas.
Meagachodebajodeunarcoderamasespinosasyenredaderasmuertas.Conlavistapuestaen lospies, tengocuidadodenuncaquedarmemirandoalguna sombramuchotiempo,algoquejustonoalcanceaverbien,porquemimenteloempeorará.Loconvertiráenalgoconcuernos,colmillosyojosdecolorcobre.
Losmuertossemuevendentrodeestebosqueantiguo.Clavansusuñasen lacortezade losabetos, trepanpor las ramas,gimiendo,en
buscadelaluzdelaluna,dealgúntrocitodecielo.Peronohayluzenestesitio.ElbosqueWicker es donde acechan las cosas viejas y vengativas, cosas muchomásantiguasqueeltiempo.Cosasquenoteconvieneencontrarenlaoscuridad.Entra.Salcorriendo.
Finnmesiguepisándomelos talones,yanovaadelante.Está tancercaquesuspisadascoincidenconlasmías.Sombrahumana.Sombraperruna.
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SoyunaWalker,merecuerdocuandounaespinademiedoempiezaaclavarseen mi columna, retorciéndose entre la carne y los huesos, instándome a correr.Pertenezcoa estos árboles. Incluso si no soy tan formidable comomi abuela ointrépida como mi madre, la misma sangre corre por mis venas. Negra como elalquitrán.LasangrequedaatodaslasWalkernuestrasombranocturna,nuestro«ladosombrío».Lapartedenosotrasqueesdiferente,rara,pococomún.Miabuelapodíameterse en los sueños de las personas, y mi madre puede arrullar a las abejassilvestresydormirlas.Peroyosiempremehesentidonormalycorriente.Yennochescomo esta, cuandomemeto en la partemás cruel del bosque,me pregunto si losárboles también podrán percibirlo: soy una chica que apenas puede considerarsedescendientedebrujas.
ApenaspuedoconsiderarmeunaWalker.Continúo avanzando, mirando en medio de la oscuridad con los ojos
entrecerrados, viendo por dónde asoman las raíces de la nieve, buscando cosasescondidasentre los líquenesy las rocas.Algobrillante,oconesquinasafiladas,uoxidadopor el tiempo.Algohechopor el hombre, algocuyovalor semidepor supeso.
Pasamosporencimadellechodeunarroyoseco,yelvientocambiadedirección,delestealnorte.Latemperaturabaja.Unbúhochillaaladistancia,yFinnsedetienea mi lado, moviendo el hocico. Le toco la cabeza con suavidad, sintiendo surespiraciónacelerada.
Élpercibealgo.Hago una pausa y escucho si hay chasquidos de ramas que se rompen con
pisadas,osonidosdeunloboqueacechaentrelosárboles,observándonos.Cazando.Pero una mariposa nocturna me roza el hombro, con las alas blancas que se
sacudenenelairefrío,yrevoloteahaciaunabetoespinosoytriste,dejandomarcasdepolvoencadasitiodondeseposa.Parecequehubieraatravesadouna tormenta,conlasalasrotasenlosbordes.Cortadas.
Unamariposanocturnaquesehaenfrentadoalamuerte,quelahavistodecerca.Elpulsosemevaalospiesymetiemblanlaspestañas,seguradequenolahe
vistobien.Otroengañodelbosque.Peroséloquees:hevistodibujosdeellas.Inclusohellegadoaverunaapoyada
contralaventanamientrasmiabuelatosíaensuhabitación,alotroladodelpasillo,conlasmanosaferradasalassábanasysangreenlagarganta.
Unamariposadehueso.De las peores. Portadora de augurios y advertencias, de presagios que nunca
debenignorarse.Demuerte.Misdedosvuelvenatocarelanillodepiedradelunaquepesaenmidedo.La valentía que había sentido, el coraje de mi abuela que me había recorrido
entera, desaparece. Cierro los ojos con fuerza, después vuelvo a abrirlos, pero lamariposasigueallí,volandoenzigzagentrelosárboles.
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—Nodeberíamosestaraquí—lesusurroaFin.Tenemosquecorrer.ApartolamanodelacabezadeFin,yelcorazónmegolpealascostillas.Echoun
vistazoporencimadelhombro,haciael senderoestrechoporelquecaminábamos.Corre, corre, corre, grita mi corazón. Doy un paso atrás, alejándome de lamariposa,intentandonohacerruido.Perolamariposasubedandocírculos,rebotandoconrapidezentrelosárboles,llamadaporalgo.Devueltaalaoscuridad.
Meinvadeunasensacióndealivioyelcorazónsetranquilizadentrodemipecho,pero Finn se aparta demi lado. Sale disparado, rodea un tocón y semete entre lamaleza,persiguiendoalamariposa.
—¡No!—grito, demasiado fuerte; mi voz resuena sobre la capa de nieve yrebotaentrelascopasdelosárboles.PeroFinnnosedetiene.Correatodavelocidad,rodeando un grupo de álamos espinosos, y desaparece en la oscuridad. No lo veomás.
Mierda,mierda,mierda.Sifueraotracosa,otrotipodemariposa,osiélpersiguieraaotrolobohastalo
profundode lasmontañasnevadasparadespuésvolvera casadentrodeunoodosdías,lodejaríair.
Perounamariposadehuesosignificaalgomás:algocruel,malvadoyperverso.Asíquecorrotrasél.
Losigohastalomásprofundodelbosque,pasandojuntoaárbolesquecrecenenángulos raros, por un terreno empinado e irregular que no reconozco; un terrenodondesemeresbalanlasbotas,dondemismanosseapoyancontralostroncosdelosárbolesparaimpulsarmehaciadelante,ydondecadapasosuenacomountruenoaltocarelsuelocongelado.Estoyhaciendomuchoruido.Muyfuerte.Elbosquesevaadespertar.Peronoreduzcolamarcha;nomedetengo.
Lopierdodevistadetrásdedosárbolescaídos,ymeatraviesanunaspequeñaspunzadasdedolor.
—¡Por favor,Fin!—exclamocasienunsusurro, intentandohablarenvozbajamientrassientolapresióndeunaslágrimasqueseasomanymenublanlavista.Meinvade el terror, y quiero gritar, exclamar el nombre deFinn conmás fuerza, perocontroloelimpulso.Paseloquepase,nopuedodespertaralbosque;sino,Finnyyonosaldremosdeaquíconvida.
Ydespuésloveo:moviendolacola,detenidoaunosmetrosdeunbosquecillodeabetos.Elcorazónsemesaledelpecho.
FinnnoshallevadoalpuntomásalejadodelbosqueWickerenelqueheestado.Y lamariposa, con el cuerpo roído y las alas blancas con agujeros en los bordes,revoloteaentreloscoposdenievequecaen,lentosycambiantes,comosinotuvieranmucha prisa. Sube hacia el cielo, una mancha blanca entre el follaje negro, ydesapareceentrelosárboles.
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Me acerco con cuidado a Finn y le toco la oreja para evitar que vuelva aperseguirla.Peroélenseñalosdientes,gruñe.
—¿Quépasa?—preguntoenvozbaja.Susorejassemuevenhaciadelante,seleaceleralarespiraciónmientrasinhalaa
bocanadas,yungruñidobajoyguturalsaledeloprofundodesupecho.Hayalgoallí.Una bestia o una sombra con garras encorvadas y ojos sombríos que parecen
agujeros.Algoqueelbosqueoculta,algoqueesconde,algoquenoquierover.Metiemblanlosdedos,yelpavormesubeporlagarganta.Sabeaceniza.Odio esta sensación que crece en mi interior. Este miedo horrible. Soy una
Walker. Yo soy de quien susurran los demás, yo soy quien evoca escalofríos ypesadillas.
Tragosalivayaprietolosdientes,dandounpasohaciadelante.Lamariposanoshatraídohastaaquí.Aalgoquenoalcanzoaver.Recorrolaoscuridadconlamirada,buscandounosojos,algoqueestéobservándomedesdelosárboles.
Peronohaynada.Niegocon la cabezay sueltounabocanadadeaire, apuntodevolver conFin,
cuandomipieizquierdochocaconalgoenelsuelo.Algoduro.Bajolavistaconlosojosentrecerrados,intentandoverenlaoscuridad.Unmontículodenieve.Lamangadeunabrigo,creo.Lapuntadeunabota.Una
cosaquenoperteneceaestelugar.Yentonceslasveo.Lasveo.Unasmanos.Allí,bajounacapadenieve,enmitaddelbosqueWicker,hayuncadáver.
Loscoposdenievesehanacumuladosobrelaspestañasrígidas.Losojosestáncerradoscomodosmediaslunas.Loslabiospálidosestánabiertos,
esperandoaloscuervos.Hasta el aire entre los árboles se ha quedado quieto, una tumba, como si el
cadáverfueraunaofrendaquenohayquemolestar.Lomiro,sorprendida,ypasaunsegundo,seguidoporotro;micorazóntrepaen
silencioporlatráquea.Peroningúnsonidoescapademislabios,ningunapeticióndeayuda.Me quedo mirando, estupefacta, incapaz de actuar.Mi mente se hace máslenta, los oídosme silban: un raro crac crac, como si tuviera una radio apoyadacontralacabeza.Meacercounoscentímetros,ylosárbolestiemblanencimademí.Durante un segundo, me pregunto si el bosque entero podría desprenderse de susraícesydarselavuelta:lostroncoshaciaelcieloylascopashaciaelsuelo.
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Ya he visto pájaros muertos en el bosque, incluso un ciervo muerto con lacornamentaaúnunidaalcráneovacío.Peronuncahevistonadacomoesto.Nuncahevistoelcadáverdeunapersona.
Finngimeporlobajodetrásdemí.Peronodesvíolamirada.Noquitolavistadelcuerpo,comosifueraadesvanecersesiapartolamirada.
Tragosalivaymeagacho,conlasrodillasapoyadasenlanieve,losojosllorososporelfrío.Peronecesitosaberlo.
¿Esél?¿Eselchicoquedesapareciódelcampamento?Tienelacaracubiertaporunacapadenieve;elpelooscuroestácongelado.No
alcanzoaverningunaherida.Nohaygolpesnisangre.Ynohaestadoaquímuchotiempo,sino,directamentenoestaría.Losmuertosnoduranmuchoenlasmontañas,enespecialeninvierno.Lasavessacanloquepuedenantesdequelleguenloslobosydispersenloshuesosalolargodekilómetros,dejandoapenasunahuelladeloquealgunavezhabíaestadoallí.Elbosqueeseficienteconlamuerte;loborratodoconrapidez.Noquedanrestosparaenterrar,quemarnillorar.
Unvientosuavesacudelosárbolesyretiralanievedesufrente,delospómulosyloslabiospálidos.Yelvellodelcuellosemeponedepunta.
Levanto la mano de la nieve. Los dedos vacilan sobre su palma abierta,temblorosos, curiosos.No debo tocarlo… pero bajo la mano de todas maneras.Quierosentirlapielhelada,lapesadezdelamuerteensusextremidades.
Mipielseencuentraconladeél.Perosumanonoestárígidaniquieta.Tiemblacuandolatococonlapuntadelos
dedos.Nohamuerto.Siguevivo.Losojosdelchicoseabrenconunestremecimiento:verdescomoelbosque,un
verdegrisáceo,verdedevida.Tosealavezquesusdedossecierranalrededordelosmíos,sujetándolosconfuerza.
Grito—unsonidoahogado,absorbidoporlosárboles—,peroFinndeinmediatosaltaamilado,conlacolalevantadayelhocicoqueinhalaelaromadelchicoqueacaba de volver a la vida. Sueltomi brazo de un tirón e intento ponerme de pie,retroceder, pero me tropiezo y vuelvo a caer en la nieve.Corre, chilla mi pulsoacelerado.Pero antes de que pueda levantarme, el chico rueda a un lado, vuelve atoserysetocalacaraconlasmanos.Intentarespirar.
Estávivo.Nohamuerto.Respiracondificultad,lapielestátibia,mesujetalamano, en cierto modo está vivo. Se me seca la garganta y mis ojos se niegan apestañear. Estoy segura de que él no es real. Pero de todos modos inhala aireprofundamente, en movimientos acompasados entre cada acceso de tos, como situvieralospulmonesllenosdeagua.
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Medescuelgolamochiladeunhombroybuscodentrolacantimploracontédeenebro caliente. «Te salvará la vida si alguna vez te pierdes», decía mi abuela.«Puedessobrevivirsemanasabasedetédeenebro».
Leofrezcolacantimplora,élbajalamanodesurostroysusojosseencuentrancon losmíos: ojos oscuros y somnolientos. Unas inhalaciones fuertes y profundashacen que su pecho suba y baje como si nunca hubiera recibido aire hasta estemomento.
Élnoaceptalacantimplora,yyomeinclinohaciadelante,respirandohondo.—¿Cómotellamas?—pregunto.Sus ojos recorren el suelo, después se alzan hacia el cielo, como si buscara la
respuesta,comosisunombresehubieraperdidoenalgunapartedelbosque.Comosiselohubieranquitado;arrebatadomientrasdormía.
Sumiradavuelveaposarsesobremí.—OliverHuntsman.—¿Eresdelcampamentodechicos?Unvientoheladopasaporencimadenosotros,levantandounacapadenieve.Su
bocaseabre,buscandolaspalabras,ydespuésasiente.Loheencontrado.
El Campamento Jackjaw para Chicos Rebeldes no es un establecimiento de élite,tampoco es un sitio donde los ricos mandan a sus hijos. Es un grupo de cabañasprecarias,uncomedoryvariosedificiosadministrativosabandonados,muchosdeloscuales habían albergado a los primerosmineros quebuscabanoro en el ríoNegro.Ahoraesunsitioadondelospadresdesesperadosenvíanasushijosobstinadosparaquelescambienlamenteylapersonalidad,paraquelosconviertanenhijosdócilesyobedientes.Aquívienenlospeores, losquehanagotadosusúltimasoportunidades,susúltimasdisculpas,susúltimoscastigosovisitasaladireccióndelaescuela.Vanyvienen. Cada temporada llega una tanda nueva, excepto por los pocos que pasantodossusañosdebachilleratoenelcampamento.Aprendenasobrevivirenelbosque,ahacerfuegoconpiedras,adormirenplenofrío,acomportarse.
Dos semanas atrás, lamañana previa a que la tormenta de nieve bajara de lasmontañas,medespertéyencontrélacasatapadaporlanieve.Lasventanasestabancubiertasdehielo,eltechosequejabaporelpeso,ylasparedessearqueabanhaciadentrocomosialguienestuvieraquitandolosclavosdelamadera.Enlaradiohabíandicho que nevaría entre treinta y cuarenta y cinco centímetros. Nevó más de unmetro…enunasolanoche.Melevantédelacama,conelfríoquesecolabaporlostablonesdelsuelocualsanguijuela,ysalíalanieve.
Elpaisajehabíacambiadodelanochealamañana.
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Bajé a la orilla del lago y me encontré con que el bosque estaba repleto deespumablancademalvavisco.Peronoestabatranquiloysilenciosocomolamayoríadelasmañanasdeinvierno.Resonabanunasvocesalotro ladodel lagocongelado,que venían del campamento.Gritaban a los árboles. Iban dando pisotones con suspesadasbotasdenieveyespantabanalospájaros,quesalíanvolandoconchillidosdedescontentoporelcielogrisdelamañana.
—¡Buenos días! —exclamó el viejo Floyd Perkins, saludando con la manomientrasavanzabaporlaorillacondificultad,bajandolacabezaparaevitarelvientoque soplaba, con los hombros encorvados por el tiempo, la edad y la gravedad.Cuando llegóhastadondeestabayo, entrecerró losojoscomosinopudieravermebien:lascataratasnublabansuvistayafallida—.Uninviernocrudo—dijo,alzandola vista, mientras unos copos de nieve suaves nos caían encima—. Pero no tantocomo otros. —El señor Perkins ha vivido en el lago Jackjaw casi toda la vida.Conocíaamiabuelacuandoellaaúnvivía,yviveenelextremosurdellago,enunacabaña pequeña que está junto a la tienda que atiende durante el verano, dondealquilacanoasybotesdepedales,yvendesándwichesdeheladoalosturistasbajoelsolardiente.Y,cadamañana,recorrelaorilladellago,conelpasolentoyfatigado,los brazos largos que le cuelgan a los costados y la artritis que cruje en susarticulaciones.Aunquehayanieve,élhacesurecorridomatutino.
—¿Quépasaenelcampamento?—pregunté.—Desapareció un chico anoche.—Se frotó la nuca con los nudillos, y el pelo
canososeasomóporelgorrodelana—.Seesfumódesucamadurantelatormenta.Mirédetrásdeél, endirecciónal campamento.Habíaunoschicosapartando la
nieveconpalasalaentradadesuscabañas,mientrasquecasitodoslosdemáshabíanidoalbosque,exclamandounnombrequenopodíadistinguir.
—Hehabladoconunodelossupervisores—continuóelseñorPerkins,asintiendotristementeconlacabezamientrascontemplabalagravedaddelasituación—.Quizáselchicoseescapóyllegóabajardelamontañaantesdequecayeralanieveanoche.
Se alzó un remolino de viento de la superficie del lago congelado, yme hizotemblar.
—Peroloestánbuscandoenelbosque.—Mecrucédebrazosyseñalélosárbolesalotroladodelcampamentoconungestodelacabeza.
—Supongoque tendránqueverificarqueno seperdió.—Alzóunagruesacejacanosa;lamiradaseria—.Perosiesechicofueanochealbosque,esmuyposiblequenohayaconseguidosalir.Ynuncavanaencontrarlo.
Yoentendíaaquéserefería.Lanieveestabaaltayseguíacayendo,porloqueaesaalturalashuellasestaríantapadashacíarato.Elchicoensípodríaestartapadoporla nieve también. Hasta Finn tendría problemas para seguir su rastro en esascondiciones.
—Esperoquehayaescapado—dije—.Esperoquehayallegadoalacarretera.—Porque yo sabía qué le pasaría si no lo había hecho. Si bien los chicos del
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campamento aprenden a sobrevivir en la naturaleza y a construir refugios para lanieve debajo de los árboles, no creía que alguno pudiera sobrevivir en serio a unanochedefríoalaintemperie.Duranteunaventisca.Solo.
El lago crujía y hacía chasquidos a lo largo de la orilla a medida que seacomodabaelhielo.YelseñorPerkinspreguntó:
—¿Te quedaste sin electricidad anoche? —Echó un vistazo detrás de mí, endirecciónalosárboles,dondemicasaseescondíaentrelospinos.
Asentíconlacabeza.—¿Yusted?—Esa carretera va a estar tapada durante un buen tiempo.La electricidad va a
tardar envolver.—Volvió lavistahaciamí.Losojos ligeramente entornadosy lasarrugasquecubríansufrentemerecordabanamiabuela—.Estamossolos—dijoporúltimo.
La única carretera que baja por la montaña estaba cerrada. Y el pueblo máscercano,FirHaven,acuarentaycincominutosencoche,estabademasiadolejosparairapie.Estábamosatrapados.
ElseñorPerkinsinclinólacabeza,ungestoserio,unacertezadequeesteibaaserotro invierno difícil, y continuó caminando por la orilla del lago en dirección alpuerto,hacialatiendaysucasa.
Mequedéescuchandolosgritosdeloschicosqueseabríanpasoentrelosárboles,mientraselcielovolvíaaoscurecerseyotratormentasecerníasobreellago.Yosabíalodespiadadoquepodíaserelbosque,implacable.
Sihabíaunchicoperdidoallí,eramuyprobablequenosobrevivieraalanoche.
Laoscuridadpersiste,laoscuridadmásprofunda.Laoscuridaddelinvierno.El chico, Oliver Huntsman, me sigue entre los árboles, tropezándose con las
raíces, tosiendo, respirando con dificultad. Quizás no consiga salir del bosqueWicker; quizás caigamuerto en la nieve amis espaldas. Se detiene para apoyarsecontra un árbol, con el cuerpo tembloroso; yo vuelvo a su lado y lo rodeo con unbrazo.Esmásaltoqueyoytieneloshombrosanchos,perocontinuamosjuntosporlaoscuridad.Hueleabosque,averde.Ycuandollegamosal finaldelbosqueWicker,atravesamosellímiteyvolvemosasaliralcieloabierto.
Losuelto,yélseinclinahaciadelante,sujetándosedelasrodillasyrespirandoabocanadas. Sus pulmones hacen un raro sonido áspero con cada respiración. Hapasado demasiadas noches aquí afuera solo, en el bosque, en el frío. Donde lossonidosdecosasdesconocidasquesearrastranysedeslizanestánjustodondenosellegan a ver, y el miedo se convierte en una voz en la mente que fastidia e hilapensamientos insomnes. Uno puede volverse loco entre estos árboles. Como elSombrereroLoco.
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Juntoanosotros,elsonidodelaguaquecorredebajodelasuperficiecongeladadelríoNegroaliviayestremecealavez.Oliveralzalavistaalcielonocturno,conelrostroinmóvil,asombrado,comosinohubieravistolasestrellasdurantesemanas.
—Tenemosqueseguiravanzando—digo.Le tiembla el cuerpo, la piel está pálida y apagada. Tengo que llevarlo dentro,
sacarlodelanieveyelviento.Sino,elfríoaúnpuedematarlo.Vuelvoarodearloconelbrazo,apoyandounamanosobresuscostillasparasentir
elpechoquesubeybajaconcadarespiración,ymarchamosríoabajohastaqueellagoJackjawseextiendefrenteanosotros,totalmentecongelado.
—¿Dóndeestamos?—preguntaél,conunhilodevoz,cadapalabramarcadaporelfrío.
—Ya casi hemos llegado ami casa—respondo.Y después, porque pienso quequizásélserefiereaotracosa,porqueselehaborradolamemoria,añado—:HemosvueltoallagoJackjaw.
Él no asiente con la cabeza y sus ojos no brillan por haberlo reconocido. Norecuerdaestesitio,notieneniideadedóndeestá.
—Mi casa está cerca —le digo—. Te llevaré al campamento por la mañana.Ahora tenemos que calentarte.—No estoy segura de que él pudiera aguantar otrokilómetrohastaelcampamento.Yelhospitalmáscercanoquedaaunahoraencocheporlacarreteraqueestátapadadenieve.Notengomásopciónquellevarloamicasa.
Letiemblanlasmanos,yestoyseguradequeestáenestadodeshock.Susojossaltanconrecelodeunárbolaotro,respiradeformairregular,comosivieraalgoenlaoscuridad.Unengañodelassombrasolaluzdelaluna.Peroelbosquequerodeael lago Jackjaw es seguro y dócil, muy lejos de ser tan antiguo como el bosqueWicker donde lo he encontrado. Estos árboles son jóvenes, han sido cortados a lolargodelosañosparausarlamadera;ylospinosquesealzanporencimademicasano hacemucho eran pequeños.Aún suaves y verdes por dentro, tienen ramas queoscilan con el viento en lugar de gemir y crujir. No son tan antiguos como paraguardarrencoresorecuerdos,paraponermaleficiosensusraíces.NosoncomolosqueestándentrodelbosqueWicker.
Llegamosalahileradecabañasdetroncosdispersasporlaorilla,yFinntrotaporlanievedelantedenosotros.
—Mi casa está allí.—Señalo entre los árboles con un gesto de la cabeza. Lamayoría de las cabañas que están a lo largo de la orilla son casas de verano, depersonasquesolovisitanellagoJackjawcuandoeltiempoesmáscálidoyellagosedescongela.Peromimadreyyosiemprehemosvividoaquítodoelaño,aligualquenuestrosancestros.Nosquedamosenellagodurantetodaslasestaciones,inclusolasatroces…enespeciallasatroces.Amimadrenolegustanlosturistasquevienenenverano,consumúsicaatodovolumen,lascañasdepescarylastoallasdeplaya.Esola irrita. Pero la tranquilidad del invierno la sosiega, calma su mente acelerada einquieta.
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Nuestracasaestáalfinaldelahilera,máscercadelasmontañasylanaturalezadelbosque,metidaentrelosárboles.Escondida.Yestanoche,estáoscura,sinlucesque zumban en su interior, sin el chisporroteo de la electricidad que pasa por lasparedes:siguecortadadesdelatormenta.
Me quito la nieve de las botas con unos pisotones y abro la pesada puerta detroncos,pordondesemeteelairefrío.Finnmerozalaspiernasyentraalasaladeestar,dondeseechasobrelaalfombraqueestájuntoalaestufayempiezaaquitarsela nieve de las patas a mordiscos. Apoyo mi mochila sobre el sofá verde olivagastado,quetieneloscojineshundidosycaídoscomosiseloestuvieratragandoelsuelodemadera.
—Voy a encender el fuego—le digo aOliver, que sigue parado en la entrada,temblando.Pareceunchicoqueestácercadelamuerte,cuyosojostienenlamiradavacíadealguienqueyapuedeverelotrolado,asolounoscentímetrosdedistancia.
Mi abuela sabría qué hierbas usar, qué palabras susurrar junto a su piel paraaliviarelfríoquelecalaloshuesos,paramantenerloconlospiesenestemundoantesde que pase al siguiente. Pero ella no está aquí, y yo solo conozco unmínimo deremedios, apenas algunos hechizos.No sé lo suficiente para hacermagia en serio.Aprieto los dientes, sintiendo un dolor conocido desde hace tiempo: la carga de lainutilidadque llevoenelpecho.Nopuedoayudarlo,ydesearíapoderhacerlo.SoyunaWalkercuyaabuelamuriódemasiadoprontoycuyamadreprefiereolvidarloquesomosenrealidad.
Soytaninútilcomocualquierotrachica.Avivolaspocasbrasasqueaúnbrillanentrelaceniza,reviviendoelfuegodentro
delaviejaestufa,mientraslosojosverdejadedeOliverrecorrenlacasalentamente:las paredes de troncos, las vigas de madera podrida que cuelgan del techo, lascortinasgastadasdefloresquetienenelfuertearomadelasalviaquesehaquemadomilesdevecesdentrodelacasaparasacaralosespíritusobstinados.
PerolosojosdeOlivernosequedanmirandolascortinasolasparedesgruesas.En cambio, observan la rara colección de objetos que ocupan todos los estantes yrincones con telarañas de la antigua casa. Viejos relojes de bolsillo y gafas conmarcosdelgadosdemetal,cientosdebotonesplateadosdentrodefrascosdecristal,cucharas de plata con tallados delicados y candelabros de plata con la cera aúnendurecida en la base. Un joyero elaborado con bordes dorados que solo guardapolvo.
TodaslascosasquehemosencontradodentrodelbosqueWickeralolargodelosaños;lascosasquenovendimosenFirHavenaunhombrellamadoLeónquetieneuna tienda de antigüedades y rarezas. Estas son las cosas que tienen algúnsignificado, de las que no puedo desprenderme.Me hacen compañía. Son las queescondenrecuerdosensuinterior,lashistoriasquecuentancuandolassostienesenlapalmadetumano.
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Al igual que la mayoría de las Walker que me precedieron, encuentro cosasperdidas.
YdepieenlaentradaestáunchicollamadoOliverHuntsman.Loúltimoqueheencontrado.
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OLIVER
Ellatieneelpelolargoyoscuro,trenzadoenlaespalda,comounríohechonudos.Heoídohablardeella,«lachicaquevivealotroladodellago».Loschicosdel
campamentodicenquenosepuedeconfiarenella.Dicenquesepuedeversusombraeneltechodesucasacuandohaylunallena,queselavelanzandohechizososcuroshacia el cielo salpicado de hielo.Dicen que desciende de este bosque, que es unaWalker.YquetodaslasWalkersonbrujas.
Su casa está escondida entre los árboles, una casita degalletasde jengibrequehueleatierra,hierbaymadera.UnsitioquepodríaatraeraHanselyGretelparaquevengan a buscar dulces, y quizás encontrar su muerte dentro de estos muros.Aligualquepodríapasarmeamí.
Semueveporlasaladeestarconlasolturadeunave,apenashaciendoruidoconlos pies al caminar sobre el viejo suelo demadera, levantando pequeñas nubes depolvo.Estoydentrodelacasadeunabruja.
—¿Qué ha pasado? —pregunto, intentando doblar los dedos, pero estáncongelados. El frío me recorre como agua de un grifo de invierno, y se formancristalesdehieloencadaarticulacióndemicuerpo.Lospensamientosnodejandeiry venir, sueltos y nerviosos. Cada recuerdo tiene el color de la nieve: demasiadoblancoscomoelhielo,demasiadocegadoresydolorososparaverlos.
—Teheencontradoenlanieve—respondeella,arrodillándosejuntoalaestufa.Se mueve con rapidez, con habilidad, añadiendo más leños a las llamas con lasmanos. Sin hacer una sola mueca para apartarse del fuego, de las chispas que lelamenlapiel.
Memuevounpocoyentroenlasaladeestar,misbotassedeslizanporelsuelo,acercándosealcalordelfuego,ymisojosviranhacialaventana,dondelanievesearremolinacontraelcristal,obligandoamimentearecordar.Mehedespertadoenelbosque,hevistoaunachicaquepensabaqueyoeraunfantasma.Susdedossuaveshantocadomipiel.Peroparecequeesohubierapasadohacedías:lashoraspasan lentas,gotean,sederritencomo lanievequesehaquedadoenmishuesos.
—¿Quédíaes?—pregunto.Seenciendenunasllamassobrelosleñossecos,enviandounaoladecalor,yella
mehaceungestoparaquemesienteenunapequeñasillaqueestáfrentealfuego.Laobedezco, sacando lasmanosde losbolsillosdel abrigoyextendiéndolashacia lasllamas.
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—Miércoles —responde ella, mirándome a los ojos solo durante un segundo,comosituvieramiedodeloquepudieraverenellos.Oquizástengamiedodeloqueyoveaenlossuyos.
Meduelenlasmanoscuandolascierro,a lavezquelasangrevuelveacircularpormipielenoleadasdolorosas.Miércoles,pienso.Peronosignificanada.Tendríaque haber preguntado la semana, el mes, incluso el año. Los pensamientoschisporroteanlentamenteentrelassinapsis.Nopuedorecordarlosmomentosquemellevaronhastaaquí,quemellevaronaesebosque,echadodeespaldas,conlanievecayendoaunritmolentoyeterno,enterrándomevivo.
La chicava a la cocinay tararea algo envozbaja, como si pensaraqueyonopuedooírla: unamelodía suave, una canción de cuna, quizás, lenta y trágica. Perodespués,susojosmiranlosmíosysedetiene.
Bajolavistaalsuelo,yoigoquesuspasosatraviesanlasala.—Bebeesto—dice,ofreciéndomeunatazaconpuntitosrojosllenahastaelborde
detécaliente—.Teharáentrarencalor.—Asienteconlacabezayyolaacepto,conlasmanostemblorosas,mientraselaromadealgofuerteypicantesaledelvapor.
Bebeesto.Comeaquello.Aliciacaeenlamadrigueradelconejo.¿Deahíhevuelto? ¿Del País de lasMaravillas o del País de Nunca Jamás? ¿O de un sitiomuchopeor?¿Unsitiorepletodemonstruosenlugardepastelesdulcesdelimónyfinalesfelicesllenosdecanciones?
—Aúnestásenriesgodesufrirhipotermia—añadeella,conloslabiosapretados—.Peroestásenmejorestadodelquepensabaqueestarías.
No me siento en buen estado. Siento que nunca volveré a sentir calor. Sientocomosimecrecieranraícesdeárbolesdentrodeloshuesosyestuvieranapuntodepartirmeenpedazos,derasgarmelapielysacarespinasporlosojos.
Mesientooscuroyvacío.Lacáscaradeloquesolíaser.Sostengo la tazade técon lasmanos,deseandobeberalgomás fuerte.Uncafé
negroyconsistente,algofirme.Perobebountragodeltésinprotestar,haciendounamueca por el sabor amargo. Ella ve cómo lo termino, con unas pecas pequeñasamontonadas a lo largo de la nariz: no son pecas permanentes, son recuerdosdispersos de temporadasmás calurosas y días soleados.Toma la taza vacía demismanos, con los ojos aún cautelosos, hasta atribulados, y sus dedos rozan losmíos.Dedosblancosypálidos.
Hayciertacrudezaenella,algoagreste.Esamiradaqueavecesunoseencuentraal ir en cocheporuna carreteravacíadenochey se cruzaun animal, con losojosasustados,sorprendidoporlosfaros.Esamiradaindómita,deunacriaturaqueesmáslibredeloquejamásentenderías.
Unavezmás,semehaceunnudodemiedopordentro.Eslachicaquevivealotroladodellago.Unachicaalaqueesmejornoacercarse,quehayqueevitar.Vaa lanzarte un maleficio, a hechizarte, a arrojarte al fuego solo para ver cómo se
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desprende lapielde tushuesos.Peronomemiraconmalicia en losojos, conunanecesidadsalvajedematar.Mehasalvadoymehatraídodevuelta.
Lachicasostienelatazavacía,ysequedaboquiabierta,conlosojosclavadosenelsuelodebajodemí.
Oigounplafdeaguaquecaesobrelamadera.Unotrasotro.Toca lamangademi abrigoy seda cuentadeque está empapado, como si yo
estuvierahechodehieloyahoramederritiera,formandouncharcoamispies.—Hayquequitarteestaropamojada—medice,conurgenciaenlosojos,enla
respiración.Yoasiento,conelcerebroenpilotoautomático;elfríosocavatodacapacidadde
protestar.Mequitoelabrigoconunmovimientodehombros,lacamisetademangalargay
los vaqueros, al lado del fuego. Si fuera cualquier otro día, simimente estuvieradespejada y rápida, quizásme sentiría raro al estar semidesnudo, con solo la ropainterior, el cuerpo tembloroso, la mandíbula apretada, frente a una chica que noconozco.Peroloúnicoquesientoeselfrío.Esloqueúnicoquequedademí.
Susojososcilansobrelosmíos,coincidenpormediosegundoydespuésapartalamirada,fingiendoquenoestabamirando,fingiendoquenosehasonrojado.
Mesientoenlasilla,yellaechasobremishombrosunamantadelanapesadaquehabíaenelsillón;despuéscuelgalaropamojadaencimadelaestufadeleñaparaqueseseque.Hueleapinos,vientoynaturaleza,unaromadifícildedescribir,amenosquehayasentradoalbosqueyvueltoconélpegadoenelpeloylasfibrasdeturopa.Es como si el bosque me hubiera seguido, como el humo de una fogata que loimpregnatodo.
—Porlamañana,voyallevartedevueltaalcampamento—diceella,queahoraestáfrentealfuego,frotándoselasmanos—.Hanestadobuscándote.
Bajoelmentónalpechoymeenvuelvomejorconlamanta.—¿Cuántotiempohefaltado?Semuerdeel labio inferior, revelandounahileradedientesblancos,ymeda la
sensacióndequeestoyviendodemasiadodeella.Comosiestuvieramirándolaconfijezadesdemuycerca,observandocadamovimientoytemblordesusojososcuros.
—Desde la tormenta—responde por fin, alejando lasmanos del fuego—.Dossemanas.
Lasalasevuelveborrosa,tiemblaporunossegundos,ysereacomodadepronto.Dossemanas,dossemanascompletas.Niegoconlacabeza.
—Nopuedeser—digoentredientes,pestañeandoparanocaermedelasilla—.Habríamuertoallífuerasihubieraestadotantotiempo.
—Pero no hasmuerto—responde ella, y va hacia la ventana, desde dondememirasureflejo:elpelooscuroylosojososcurossinluna—.Quizáselbosquetehacuidado.—Noentiendo loquequieredecir.Unaráfagadevientosacude lacasa,y
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cae polvo de las vigas de arriba. Después de un momento, continúa—: En elcampamentotodospiensanqueintentasteescapar.
Goteaaguademipielalsuelo,yvuelvoanegarconlacabeza.Noescapé.Peronolodigo,porquenopuedoexplicarcómoterminéenesebosqueoscuro,dondesolome llegaban destellos de luz a través de la oscuridad eterna, donde los árboles sebamboleabancomobrazoslargosdeesqueletosquebailabanalritmodealgunadanzamacabra, con el viento como la únicamúsica que llenabamis oídos.Siempre elviento.Frío,cortanteycruel.
Apartoelrecuerdodemimente,afiladocomounclavo,yotravezdejovagarlosojos por la sala de estar: la estufa de leña es la única luz que se extiende por lasparedes,iluminandounacocinapequeña,unpasilloangostoyunasescalerashaciaelfondo.
—¿Nohayelectricidad?—pregunto.Ellaniegaconlacabezayresponde:—Tampocohayteléfonosfijos.Losmóvilesnuncahanfuncionadoaestaaltura
de lasmontañas.Nuestroúnicocontactoconelmundoexterior, conelpueblomáscercano,sonlosteléfonosfijosylacarretera,yambosquedaronfueradeserviciotraslatormenta.
—¿Entoncesestamosatrapados?—pregunto.Ellaseencogedehombrosydice:—Enalgúnmomentolacarreteraquedarádespejada.Yahemostenidoinviernos
crudoscomoeste.—Sumiradaseapartadelamía,comosirecordara—.Hacetresaños,pasarondosmeseshastaquesedescongelólacarreterayvolviólaelectricidad.Estamos acostumbrados a arreglárnoslas solos.—Retrae su labio inferior, como siquizás hubiera contado demasiado, revelado un punto débil—. Estamosacostumbrados a la soledad —aclara, con la voz que se alza al techo alto y sedesvanece—.Tútambiénteacostumbrarás—dice,comosiyonuncafueraairmedeestasmontañas, como si ahora fuera uno de los residentes, atrapado hasta quemeentierrenenelsuelo;comosifueraaenvejecerenestesitio.
Unescalofríosubepormisbrazosymetapomejorconlamanta.Quizásloquedicendeellaesverdad:quizásnodeberíaestaraquí,ensucasa,unsitiodeoscuridadypodredumbre.
—¿Tú encontraste todas estas cosas?—pregunto, tragando saliva con fuerza ydesviandomi atención a las lupas, las botellas de perfume viejas y las hebillas decinturones que están sobre el alféizar de la ventana. Mi mente se retrotrae a lashistorias que he oído, lo que cuentan los chicos sobre las veces en que ella va albosque oscuro, «un sitio donde nadie más se atreve a entrar», y encuentra cosasperdidas.Dicenqueellaeslaúnicaquepuede;queestáhechadelbosque;quesilaabres,soltarásaviacomounárbol;quesufamiliaestámaldita,condenada,yesmáspeligrosaqueunatormentadeinvierno;quetieneelpelohechodeortigasylesalengarrasdelasuñas.
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—Sí—respondeconcautela—.Comoteheencontradoati.Unsilencioraroseencorvaynosenvuelve,ydalasensacióndequequizásnos
ahoguemosconél.Ellaseacercaamíylevantaunbrazo,rozandomifrenteconlapalma de la mano, sus dedos cálidos se apoyan sobre mi piel, tomándome latemperatura. Siento que inhalo y aguanto la respiración, la dejo atrapada en lospulmones.
—Necesitasdormir—dice—.Quizástengasfiebre.Susojoscaféoscuromemiran,pestañeando,oscuroscomoelbosque,peroparece
que ella mira el pasado, con la boca apenas inclinada, un gesto que no puedointerpretar.Hueleaviento,alluviasobrelahierba,ynohayformadequeseatodaslascosasterriblesqueloschicosdicendeella.
Nohayformadequesecuestrea loschicosdelascamasylosentierrebajolostablonesdelsuelo.Nohayformadequeseconviertaenunabestiaconcolmillosyarremeta contra el bosque, derribando árboles.Nohay formadeque sea unabrujaque desayuna sapos hervidos y se hace nudos en el pelo para atar maldicionesinquebrantables.Noesmásqueunachica.
Conelpelonegroazabacheyojosquepuedenpartirteelcorazón.—Puedesdormirenelsillón—dicesuavemente,bajandolamanoyalejándosede
mí,yséquelahemiradodemasiado—.Asíestaráscercadelfuego.Fuera,elcieloestáoscuro,nisiquierahayunapizcadeluz.Peronoséquéhora
es, ni cuánto falta para que amanezca. Quizás mis recuerdos vuelvan a aclararsecuandosientaelsoldelamañanaenmicara,cuandolassombrasvuelvanasustadasasusrinconespolvorientos.
—Gracias—respondo,sintiendoquemellamaelsueño.Ellaponeunaalmohadaydosmantasmás sobreel sillón, sonríeunavez,y se
disponeasubirlaescaleraconellobodetrás.Sedetieneenelprimerescalón,comosihubieraolvidadoalgo.Mañanaestaráscomonuevo.Mañananorecordaráselbosqueenabsoluto.Mañananisiquierateacordarásdemí.
Pero no habla; un mechón de pelo cae encima de sus ojos justo antes de queempieceasubirlaescalera.Escuchoelsonidodesuspisadas,delospequeñossurcosdelamadera,delcrujidodeltecho.Ymesientointranquilo,solo,conunapunzadadeincertidumbrequesecuelaentremispensamientos.
Estoyenlacasadelachicaquevivealotroladodellago,delachicaenlaquenunca se debe confiar. Su nombre sube pormi pecho, el nombre que susurran losdemáschicosdelcampamentocuandocuentanhistoriassobreellaaaltashorasdelanoche,cuandoyaestamosenlacama.Historiascontadasparaasustaryespantar.
Elnombrequeresuenaentremisoídos:NoraWalker.Lachicaconlaluzdelalunaenlasvenas.
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NORA
Meacuestoenmicama,eneldesván,ypiensoenelchico.OliverHuntsman.El modo en que sus ojos temblaban ante los míos cuando yo hablaba, y se
quedabanallí,unverdeintensoquemerecordabaalahierbaquebrotadelsueloenprimavera.Hayciertaamabilidadenellos.Piensoenelmodoenqueselehasecadoelpelomojado,formandoondaspequeñasysuavesalrededordesusorejas;elmodoen que contenía la respiración un segundo antes de hablar, pensando cada palabra,cada sílaba; el modo en que el corazón se me ha subido a la garganta y me hemareado.Unasensaciónqueheintentadoreprimir,pasarporalto.Peronohepodido.
Pienso en el bosque, en el momento en que lo encontré en la nieve: cuandodespertódepronto, el blancode los ojos comouna cáscara dehuevoquebrada.Elmiedoquetemblabaensuslabios.¿Quévioenesebosque?¿Porquéelbosquelodejó vivir?Ojalá pudiera abrirlo, cortarle la corteza dura, y ver qué esconde en suinterior.
Ahoraduermeabajo,yséquenisiquieraelcalordelaestufacalmaráelfríodesucarne,nopodrácurarloqueloacecha.
Necesita medicina. No de la que dan personas con batas blancas en una salablanca,dentrodeunedificioblancoestéril.Élnecesitamedicinadelbosque.
«Laúnica formadecurarel fríocausadoporelbosqueesusarun remedioquecrezca dentro de él». Las palabras de mi abuela siempre zumban en mi cabeza,siemprecerca.
Bajo las escaleras en puntillas de pie, atravieso la cocina y voy al fondo de lacasa, con el sigilo de un ratón, con el sigilo de las semillas que caen al suelo enprimavera.
Abro la puerta de la habitacióndemimadrey entro.Huele a ella, a vainilla ymiel.Siempreestáelaromaamiel.Selequedaimpregnado,enelpeloonduladocastañorojizo,yselemetentrozosdepanalenlasuñas.Nuncasepuedenquitarbien.Nodel todo.Hace tres semanas, se fuealpueblocosterodeSparrowparaentregarcuatro cajones demiel de trébol silvestre, que acomodó en la parte de atrás de lacamioneta. Cuando hay luna llena, recoge los panales pegajosos de las colmenassilvestresqueestándentrodelbosqueWicker,metelamielconunembudodentrodefrascosdecristalylosllevaaboutiquespequeñasymercadosdealimentosorgánicosdelacostaoeste.LastiendaspaganmásporsuMieldelBosqueWicker,quesegún
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dicen,esmásdulcequeelazúcardecañaypuedetratartodaclasededolenciasdelapiel,comourticariasyquemaduras.
Nohehabladoconelladesdequesefue,desdequenofuncionanlosteléfonosyla carretera ha quedado tapada. Pero estamos acostumbradas a las tormentas deinvierno,aestarseparadas.Yaunquequizásdeberíasentirmesola,aisladayasustadasinella,nomesientoasí.Ellayyosiemprehemossidomásdiferentesqueparecidas.YosoylahijaquequiereserunaWalker,yellaeslamadrequefingequenoes:niWalker ni madre. Se siente traicionada por mi curiosidad, por mi necesidad deconocernuestropasado,desaberquiénsoy.
Decomprenderlaoscuridadqueviveenmisvenas.Y yo me siento traicionada por ella: por su silencio cuando está en casa, su
rechazoahablardelaabuelaodelasWalkerquenosprecedieron.Megustamáscuandonoestá,cuandopuedoestarsolaenlacasavieja.De todos modos, mi madre nunca se ha preocupado por mí: sabe que puedo
cuidarmesolahastaquesedescongele lacarretera.Podríacuidarmesola inclusosiellanuncavolviera.
Dentrodesuhabitación,mearrodilloenelsueloyextiendolosbrazosdebajodelacama,pasoporal ladodeunavelausada,depelusasquesevanflotando,deuncalcetínamarilloalquelefaltaelcompañero,hastaqueencuentrolacajademaderaqueellatieneescondida.
Lasaco,apoyolacajaenelsuelofrenteamí,ydespuésabrolatapaensilencio.Ensuinteriorhaydistintosrecuerdos:fotosviejasycartasfamiliaresguardadas
dentrodesussobres,elcollardeperlasdemiabuela,unaviejacajademúsicaquehabía pertenecido aHenriettaWalker. Reliquias de familia,metidas debajo de unacama,dondeenalgúnmomentoseránolvidadas.Lascosasquemerecuerdanquiénsoy,quemehacensentirmenossola.Lascomisurasdemislabiossealzanyformanunasonrisa.
Ydebajodetodoeso,encuentroellibro.Toco laspalabrasborroneadasqueestánescritasamanoenel frente:Libro de
hechizosdemedicinasdelbosqueyluzdeluna.Debajohayundibujodeunabrújulaconloscuatropuntoscardinales:norte,sur,este,oeste.
Peronoabroellibro.Noquieroabrirloenlahabitacióndemimadre,dondetemoqueellapuedapercibirlocuandovuelva,quesepaquemehesentadoenelsueloconellibroabiertodeparenparfrenteamí.Lometodebajodelbrazo,conelpesodelahistoriademifamiliadentrodesuspáginas,ysalgodelahabitaciónconoloramielcomosinuncahubieraentradoenella.
Conelfuegoquebramaabajo,haceuncalorsofocanteenmihabitación,asíqueabrounade lasventanasydejoque lanieveentrecomounremolinoycaigaenelsuelo.Yocrecí en estahabitación, en estedesván convistas al lago.Tambiénnacíaquí, hace diecisiete años, con una luna llena de agua, mientras una tormentainundaba lariberadel lagoyconvertía laorillaen lodo.Todas lasWalker lleganal
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mundocuandolalunaestámásbrillante.Comosinuestroderechodenacimientonosllamara.
Pongoellibroenlacama,sintiéndomeunaladrona.El librome pertenecerá algún día, porque pasa de unaWalker a otra. Pero por
ahora, pertenece a mi madre, y ella nunca lo abre, nunca lo saca para pasar suspáginas.Esunacargaparaella.Nuestrahistoriafamiliarpareceunaenfermedaddelaquenopuedelibrarse.
Cuandoyoeramáspequeña,cuandoaúnvivíamiabuela,ellatraíaellibroamihabitaciónmientrasmimadre salía a hacer entregas. «Tumadre quiere olvidar lastradiciones»,medecía.«Quiénessomosenrealidad».LaabuelaAdasesentabaenmicamaypasaba laspáginasdel librocondelicadeza,comosi revelaraartefactosdelpasadoenterradosenelpolvo.Susdedosarrugadoseinestablesconocíanlaspáginasdememoria.
Elrecuerdohacequemeduelaelpecho,pensandoenlaamabilidaddesusojosgrises,eneltonosuaveycómplicedesuspalabras.
Meleíapáginasenvozbaja,comosilasparedespudierandelatarnos.Páginasypáginas de anotaciones, recetas y dibujos hechos a mano. Había instrucciones decómodescifrar las telarañas quemontan las arañas de la pimienta para predecir elestadodeltiempo,ydecómoencontrarlaspreciadasbayasqueseusabanduranteelembarazoparasabersihabíaunniñoounaniñamoviéndoseenlabarriga.Laabuelame leía recetas viejas escritas por Scarlett Walker, Florence Walker y HenriettaWalker, mujeres que parecían más personajes folclóricos que mujeres reales, quevivieronenestacasaypasearonporelbosquerecolectandoprímulaycicuta.Mujeresqueteníanmáspoder,metemo,queelqueyotendréenmivida.
Algunas recetas eran inofensivas: instruccionespara hornear unpastel dehigoschumbosconespeciasounarecetamuycomplicadaparahacerguisodecolinaboyperejil; el mejor método para hacer té de enebro, y cómo cosechar raíces demilenramaenotoño.Perootraseranparahacercosasqueteníanquevermásconlahechiceríaqueconmedicinasdelbosque:cómoconseguirqueunmurciélagocaceunratóndoméstico,cómocultivarfresassilvestres,helechosespadayárbolesdelaceraparaprotecciónyadivinación,cómoveralosmuertosquevaganentrelaslápidas.
Nohabíaíndicealfinaldellibro,nilógicaalgunaenelordendelasrecetasyloshechizos.Lascosassencillamenteseescribieronenordensucesivo,deunaWalkeraotra.El libro tienemanchasde téy chocolate, y lasprimeraspáginas son ilegiblesporquelatintacasihadesaparecidoconelpasodeltiempo.Ycadaciertaspáginas,sehaescritounahistoriabreve—lahistoriadeunaWalkerquevivióalgunavez,ydecómomurió—,registradacomoenunaespeciede librocontable familiar,demodoquecadarelato,cadamujer,nuncacayeraenelolvido.
Perocuandofalleciómiabuela,apenasunasemanadespuésdequeyocumplieraquinceaños,mimadretomóellibro,lometiódentrodelacajademaderaylodejódebajo de la cama, como si no pudiera confiármelo, como si intentara borrar el
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recuerdodemiabuelaytodaslasdemásWalker.Loúnicoquequeríamimadreerasernormal,dejarelpasadoensusitio,quedejarandellamarnosbrujasoraras,ydeobligarnosaesquivarmiradasdereojocuandoíbamosalpueblo,mientrasoíamoselfinaldeuncomentariodichoentredientessobrelasarañasquevivíanennuestropeloylosescarabajosqueteníamosmetidosenlasuñasdelpie.
SomoslasWalker.Ynuestrosancestroshanvividoenestebosquedesdemuchoantes de que los primerosmineros se instalaran a lo largo del ríoNegro.Nosotrasvinimosdeestebosque,delasraíces,delaguaydelaspiedrasgastadasporelclima.
Somoslashijasdelbosque.Unonopuedesobrevivirsinelotro.Mesientocruzadadepiernassobreelcubrecama.Lanieveentra flotandoen la
habitación,atascándoseenmipelo,aterrizandosobreFinn,queestáhechounovilloenelsuelo,conelhocicometidodebajodelacola.
Abro la tapa del libro yme encuentro con el aroma añejo a ámbar quemado yjazmines,igualqueenlasnochesquepasabaconmiabuela.Ungolpeteomeinvadeelpecho,unaespeciededolorpeculiar.Laemocióny tambiénelmiedodansaltosdentro demí. Simimadre descubriera que lo he sacado de debajo de la cama, seenfadaría.Loesconderíaenunsitiodondeyonopudieraencontrarlojamás.Quizásllegaríaadestruirlo.
Aunasí,meencorvoencimadelaspáginasysemedesatalatrenzadepelonegrooscuro y delgado, como el demi abuela. Incluso el puentemacizo de la nariz, latormentaoscuraqueyacedetrásdemisojos,lacurvamelancólicademislabios…loheredétododeella.Elrecuerdodemiabuela,siempreescondidoenmipropiorostro.
Elpesode lapiedrade lunahacequeelanillosedeslicealrededordemidedo,mientras miro por encima recetas y dibujos hechos con carboncillo, hasta queencuentro lo que estoy buscando.Unamezcla sencilla; una arruga que atraviesa lapáginadondeellibrohasidoabiertoeninnumerablesocasiones.Larecetanoeraunhechizodeverdad.Perolaabuelalahacíadurantelosmesesfríosdelinviernoparacalentarloshuesoshelados,calmarunresfriado,devolverlacirculaciónalosdedosentumecidos.
Ensilencio,bajolaescalerayvoyhastalacocina.Losingredientessonfácilesdeencontrar.Hayunarmarioenterollenodefrascos
decristalconhierbassecas,raícesenpolvoylíquidosaromáticoscondescripcionesescritasen las tapas.Hastahayunfrascoquedice«aguadel lago»,encasodequehubiera que hacer alguna receta con prisa y no hubiera tiempo de caminar unosmetroshastaellagoensí.
Mimadrehamantenidoelcontenidodelarmario,nuncahatiradonada,aunquenousa lashierbas,nocomo lasusabamiabuela.Ella fingequenoesunaWalker,peronopuedeborrarnuestropasado.Nopuedelimpiarlaluzdelunaquecorrepornuestrasvenas.
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Viertoelpuñadodeingredientesenelmismoboldecobrequeusabamiabuela:clavosdeolormolidosycardamomoenpolvo,unpoquitodedientedeperroyraízdebardana,yunapizcadeunatinturadecolorrosadorojizorotuladacomo«bero».
Metolamezclaenunapequeñabolsadeteladealgodón,despuéscruzolasaladeestaryvoyconOliver.Tieneelpeloseco,oscuroyondulado,ynosemuevecuandometo delicadamente la bolsa de tela debajo de las mantas, junto a sus costillasdesnudas.Selehinchaelpecho,elpesolentoyacompasadodelospulmonesqueseexpanden. Lo recorre un escalofrío y le tiemblan los párpados; su cuerpo se ponetenso durante unos segundos, por un sueño que no puedo ver. Me recuerda a unanimal que está cerca de la muerte. Que la combate, que lucha. Podría metermedebajodelasmantasyenvolversupechoconmisbrazos,podríasentirellatidodesucorazónenlapalmademimano,podríaesperaraqueelcalorvuelvaasupielantesderegresaramicama.
Peroesunchicoquenoconozco.Unchicoqueahorahuelealbosque.Quemerecuerdaalosárbolesdelinvierno,altosydelgados,conlacortezaduraysalvajequepodríarasgaryabrirlacarne.Niunapizcadedebilidad.
Contengolarespiraciónymealejo.Esunchicoquenoconozco,mevuelvoarepetir.Esunchicoquetienesuspropiossecretos.Unchicodistintoalosdemás,demodosquenoentiendo,quenopuedoidentificar.
La receta indicaque lashierbasdebenmantenersecercadelcuerpomientras seduerme,durantetresnochesseguidas,yasísedesterraráelfríodeloshuesos.
Estodoloquepuedoofrecerle,todoloqueséhacer:soyunaWalkersinmagiadeverdad.Sinsombranocturna.Esodeberásersuficiente.
De vuelta en el desván, cierro el libro y me meto debajo de las sábanas,intentandonopensarenelchico.Undesconocidoqueduermeabajo.
Faltapocoparaqueamanezca; la luzqueentrapor laventanademihabitaciónestáadoptandounatonalidadentrerosadaycarmín.
Mesubolasmantashastaelmentón,rogandoqueelsueñomeencuentre,quemelleve y me dé al menos una hora de descanso. Pero el corazón me martillea lascostillas,unamolestiaquenoquiereirse.Nosetratadelchicodeabajosolamente.Hayalgomás.
Lamariposaquehevistoenelbosque.Lasalasblancasdeshilachadasylosojosnegrosdiminutos.Lamariposaesunaadvertencia.
Yséloquesignifica.Séloqueseavecina.Mis ojos viran hacia la pared, encima de mi cabeza, donde distintos objetos
recolectadosenelbosqueestánsujetosalamaderacontachuelas.Trozosdemusgoyhojas secas de arce, una pluma de cuervo y un huevo roto de urraca, semillas deguillomo y otras cosas encontradas en el suelo del bosque. Una decena de floressilvestressecascuelganconlostalloshaciael techo,conelpolvodepolenquecaesobremialmohada.Traebuenasuertemeterelbosqueentucasa,dejarquetevigilemientrasduermes.Estascosasmeprotegen.Metraensueñosbonitos.
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Peroestanocheno.Inclusoconlaventanaabierta,conlanievequesejuntadearáfagasenelsuelo,
sudoentrelassábanas,ymismejillassepeganalaalmohada.Y enmi sueño febril, tengo la rara sensación de que por lamañana,Oliver se
habráido.Sehabráderretidoenelsuelocomounniñohechodenieve.Unengañodelbosque.Comosinuncahubieraestadoaquí.
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Librodehechizos
demedicinasdelbosque
yluzdeluna
FLORENCEWALKERnacióen1871duranteunalunaverdedeLitha.Unos cuervos se juntaron en el alféizar de la ventana cuando ella respiró por
primera vez, y la vigilaron en su cuna, con las alas plegadas, todas las nochesmientrasdormía.
EldíadelabodadeFlorence,ungorrióndecoronablancaposadoenunabedulcantóunamelodíaqueprovocóescalofríosentrelosasistentes.
—Esunabrujadelasaves—dijeron—.Hacenloqueellalesordena.PerolasavessolosesentíanatraídasporlasombranocturnadeFlorence.Ellasiempreteníasemillasdegirasolenlosbolsillos,ylasdejabaapiladassobre
rocasyenlaorilladellago.Ycuandoseponíasuvestidoamarillomelocotón,selecaían las semillasporunagujerodelbolsilloydejabapequeñoscaminosmarcadospor todos lados. Susurraba augurios a las aves y, a cambio, ellas le contaban lossecretosdesusenemigos.
Más adelante, la casaWalker que se había construido entre los árboles pasó aestarsiemprellenadelcotorreodepinzonesyrascadoresmoteados.Volabanentrelasvigasydormíanamontonadosalrededordellavabodelbaño.
Florencemurióalosochentaysieteaños.Unatuberculosismuyfuerte.Unbúhoululótodalanochealospiesdelacama,hastaqueFlorencefinalmentesoltóunpíoysequedóinmóvil.
En el jardín, aún puede verse un cuervo que salta entre las hileras de ajos ygeranios,buscandolombrices.Tieneojosdeniña.
Cómoatraeralcuervodeljardín:Unpuñadodesemillas.Unavolutadehumodezafiro.Dosclavosdeolordelaentradadeljardín.Hacerunchasquidocon la lenguaydecirelnombre«FlorenceWalker» tresveces.Usarun
sombreroparaelsol.
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NORA
Semeformangotasdesudorenlafrenteypateolassábanasparaapartarlas.Estoyacaloradaydesorientada.
Elsoldelamañanaesunorbedeluzdifusaqueseveatravésdelaventanademihabitación,yFinnestájadeandojuntoalaescalera,conlalenguaquelecuelgaanteelcalordeldesván.Tengounaspuntadasdiminutasenlassienesporhaberdormidopoco,ydespuésrecuerdoalchico,delabiosgruesosyojosdemasiadoprofundos.
Salgodelacama,mareada,nerviosa,yFinnmesiguemientrasbajolaescalera:ambosnecesitamoselaliviodelaire fresco,algoqueborre lossueñosagitadosqueaúngolpeandentrodemí,losquenopuedoquitarme.
Perocuandollegoalúltimoescalón,medetengoenseco.En la sala de estar, el fuego está bajo, apenas sale una chispa del interior del
calefactor.En el sillón hay una pila de mantas, un cojín arrugado, estrujado, usado para
dormir.PeronoestáOliverHuntsman.Enseguida abro lapuertaprincipaly salgo conprisa a lanieve.El aire fríome
inundalospulmones,mepinchalaspuntasdelasorejas.Undejodepavorsecuelaentremisomóplatos:noporqueestépreocupadaporél,sinoporquenopuedoestarsegura de que haya estado aquí, de que no lo haya imaginado.Un chico hecho denieveyestrellasoscuras,quealalzarseelsolenelcielo,sehizopolvoydesapareció.
Me quedo de pie en el suelo de madera e inspecciono los árboles, buscandopisadas en la nieve, alguna pista de que ha desaparecido durante la noche, que havueltoalbosqueWicker.
Yentonceslaveo.Apareceunasiluetaentrelosárboles,entrelacasayellagocongelado,mientras
lanievecaedelcielocolorcarbón.Contengolarespiración,unapicazóndesafiantetrepaporlapartededetrásdemicuello.Esél.
Llevapuestalaropadeayer,yaseca,yquizássolosealaluzdelamañana—todacristalina,raraybella—,peroparecedemostrarunavalentíainusual,comounchicoqueestáapuntodeembarcarseenunviaje,enalgunaaventurallenadepeligrosdelacualseguramentenovolverá.
Élsedalavuelta,percibiendoqueloobservo,yveoquellevaenlamanoelsacodehierbasquepusejuntoaélmientrasdormía.
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Memirade reojo con losojos color esmeralda; en ellos, unaoscuridadquenoconsigodescifrar.
—¿Estásbien?—pregunto, acercándomealbordedelporche,pero laspalabraspareceninútiles,lasabsorbeelairefríoapenassalendemislabios.
—Necesitabaairefresco—diceél,apoyándosesobrelaotrapierna—.Esperabaque hubiera salido el sol.—Sumirada salta al cielo, donde las nubes oscuras hanextinguidoelazulqueestádetrás.Mepreguntosipensabaquelaluzdelsolledaríacalor, lo curaría… un bálsamo para su mente cansada. Quizás pensaba que ledevolveríalosrecuerdosconsolounarápidainhalación.
Susnudillossecierranalrededordelabolsadehierbasybajalamiradahaciaella,conlascejasjuntas,comosinorecordaraquelallevabaenlamano.
—Telahiceanoche—explico,atravesadaporlavergüenza.Hierbasdebrujarecolectadasporunachicabruja.SoyunaWalkerquenuncahaqueridoserotracosa,perotampocoquieroqueélmemirecomoloschicosde laescuela,comolosdemás chicos del campamento.Como si fuera unmonstruo: rara ymisteriosa, conmaldad en el corazón.Quiero que él vea a una chica y nadamás—.Te ayudará arecuperarelcalor—añado,comosiesolohicieramenosextraño.Comosiunabolsade hierbas fuera tan común como una cucharada de jarabe para la tos con sabor afresaantesdeiradormir.
Perosumiradaserelaja,sinmiedos,sinrestricciones.—Tienesquedormirconelladurantedosnochesmás—añado,aunquenoespero
quelaconserve…unabolsararaconhierbasdeolorintenso.Élasiente,ycuandohabla,suvozestáásperayhechatrizasporelfrío.—Gracias.Finnbajaapisotonesporlosescalonesdelporcheymeteelhocicoenlanieve,
siguiendounrastroporlanieblabajadelamañana,pasandoporlaspiernasdeOliver.—Seavecinaotratormenta—digo,mientrasunvientoheladoselevantadellago
comounremolino,feoymalo.Soplaentrelosárboles,pinchándomelacara,yunasensación dedéjà vu me atraviesa con tanta rapidez que casi nome doy cuenta.Sientocomosiyahubieraestadoaquíparada,mirandoaOliverentrelosárboles,conlos labios apretados. O quizás vuelva a hacerlo, y el tiempo se haya adelantadoapenasunpocoyvueltoatrás.Cuentolossegundos,pestañeo,ycuandoabrolosojos,lasensaciónyanoestá.
Oliverbajalavista,yyodesearíaarrancarlepalabrasdesugarganta:ojalásupieraen qué piensa. Pero está mudo como las liebres que se sientan en el porche enprimavera,espiandoporlasventanas,pensandoensusideasdócileseincognoscibles.
Cuando sigue sin responder, me aclaro la garganta, preparándome para lapregunta que necesito hacer, la queme he guardado toda la noche yme ha hechoagujerosdedudaenlapiel.
—¿CómoterminasteenelbosqueWicker?¿Cómosobrevivistedossemanasenesebosqueoscuroyespantoso?
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¿Conesefrío?Susojosvuelvenaposarseenmí,peroestavezsubocaestáalrevés,ysufrente
adoptaungestodedesconcierto.—¿ElbosqueWicker?—pregunta.—Eseeselsitiodondeteencontré.Élniegaconlacabeza.—Nolosabía—respondeprimero,ydespués—:Norecuerdoloquepasó.Uncosquilleomerecorrelaespaldadepuntillas:desconfianza,quizás.—Es un sitio peligroso —digo—. Podrías haber muerto. O podrías haberte
perdidoynosabercómosalir.—PerotúentrastealbosqueWicker—señala.Está calmado, pero mis pensamientos dan vueltas y vueltas, giran y giran sin
parar.—Anochehabíalunallena—respondoconrapidez—.YsoyunaWalker.—Todo
loquehasoídosobremíesverdad,pienso,peronolodigo.Todaslashistorias.Losrumoresquecirculanenelcampamento,lapalabraquepronuncianenvozbaja:bruja.
Sisehubieracriadoaquí,conoceríatodoloquesedicedemifamilia, todaslashistorias que se han contado de lasWalker: de ScarlettWalker, que adoptó comomascotaauncerdoqueencontróenelbosqueWickeryquesehabíapuestodeuncolorblancocenicientodespuésdecomerunosinusualesarándanosblancos;deOonaWalker, que podía hervir agua con solo golpear una cuchara contra la olla; o deMadelineWalker,quemetía saposen frascospara evitarque laspersonas contaransussecretos.
Pero Oliver no conoce esos relatos: las leyendas que yo sé que son verdad.Solamenteconoceloquelehancontadoloschicos,ylamayoríadeesoscuentossonmentira.Surgierondelmiedoyelrencor,nodelahistoria.
NosabequelasWalkerpuedenentrarenelbosqueWickerporquenuestrafamiliaestanantiguacomolosárboles,queestamoshechasdelasmismasfibrasytierra,deraícesysemillasdedientesdeleón.
Sin embargo, de alguna forma, este chico semetió en la oscuridad del bosqueWickerysalióileso.Salióvivo.Comosiintervinieraalgunaespeciedemagiarara.
—¿Cómosobrevivisteallídentro?—insisto,buscandoensucaraalgunamínimaseñaldementira,algoqueintenteocultar.
Él mastica la pregunta, la amasa en su cabeza, y cuando hace un gesto denegación,mepreguntosilosabrá.Quizássumentehaborradoloquedebeolvidarse:lascosasdesagradables.Esmejornorecordarelbosque,olooscuraquepuedeserlaoscuridad.
Trago saliva con fuerza: frustrada, cansada. Algo le pasó allí dentro, pero noquiere decirlo. O de verdad no se acuerda. Y por alguna extraña razón,mimentevuelvealamariposa,asusalasblancasquesebatíanenelaireoscuro.Elrecuerdode
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surevoloteoentrelosárboles,quemellevóaOliver,alsitiodondeestabaechadoenla nieve. Hago una mueca y me cruzo de brazos, intentando desterrar la imagen.Quizásmeequivoqué.Quizásnoeraunamariposadehueso, sinounamariposanocturnacomún,muygrandeyblancacomolanieve.Unamariposaquenoadvertíanada.
Quizás.Quizás.—Mejor te llevo de vuelta al campamento—digo, exhalando una bocanada de
aire.Selehundenloshombrosyseletensalamandíbula.Medoycuentadequeno
quiere volver allí, al campamento, pero tampoco puedo quedármelo. El que loencuentra se lo queda. Él es un objeto perdido que pertenece al CampamentoJackjawparaChicosRebeldes.Nomecorrespondequedármelo:paraponerlosobreelalféizardeunaventana,limpiarloyadmirarlo.
Aunquetengaganasdehacerlo.Élasienteconlacabeza,ungestoserio.—Ydebemosirantesdequeempeoreestatormenta—añado.Elcieloahoratiene
elcolordeunmagullónqueestáapuntodeempezara sanar,yelvientoazota losárboles,soplandonieveporellago.
Oliver alza los ojos, y hay en ellos una intranquilidad que traiciona algomás.Miedo,quizás.Agitación.Osimplementefaltadesueño.
—Deacuerdo—cedeél.
Finngimedesdeelporche,conlosojosgrandesyllorosos.Noquierequelodejensolo,peroesmejorquesequede.Enverano,losturistas
suelen pensar que Finn es un lobo de pura sangre: peligroso y salvaje. Y quizástenganrazón.Cuandoaparecióenlapuertadenuestracasahacedosaños,arañandolamaderaparaque lodejáramosentrar, parecíaunamezclade loboyperrocollie,con un destello silvestre en los ojos.Como si fuera a salir corriendo al bosque encualquiermomentoyvolveradondepertenece.
Incluso los chicosdel campamentoque lo hanvisto de lejos gritanquehayunloboacechandoentrelosárboles.Olearrojanpiedras.
Letienenmiedo,yelmiedohacequelaspersonashagantonterías.LedoyaFinnunapalmadaenlacabeza,yOliveryyotomamosunatajoentrelos
árboles, siguiendo laorilla.Anuestra izquierda, lasuperficiecongeladadel lagoesunareddegrietasqueseentrecruzanhastallegaralcentro.Enlosmesesmáscálidos,el agua es brillante y tranquila, de un tono azul suave. Pero ahora, el lago se haquedadoaletargado:negro,sombríoyhelado.
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—Los chicos del campamento dicen que no tiene fondo—señalaOliver amisespaldas,mientraslospiesgolpeanlanieveyelalientoformanubecitasblancasconcadaexhalación.
—Nunca nadie ha visto el fondo—respondo—. Tampoco lo han tocado.—Avecesmequedoparadaenlaorillaeimaginoquecaigo,caigoycaigodentrodeesaaguaoscura,ysientoterrorytambiénlararaemocióndelacuriosidad.¿Quéhayallíabajo,dondenuncahabrillado la luz?¿Quéacechaenelpuntomásprofundo?¿Quémonstruosseescondendondenadiepuedever?
—Entonces,¿creesqueescierto?—preguntaél,deteniéndosefrenteal lago.Suvozsuena fuerte,conunagravedadqueanochenoestaba.Quizás lashierbasesténfuncionando.
Memuerdolacomisuradellabioylevantounhombro.—Cuandovivesaquímuchotiempo,empiezasacreerencosasquequizásantes
no creías en el mundo exterior—le digo, segura de que no va a entender lo quequierodecir.
Sientoquememira,conlosojosverdesdemasiadoverdes,ydespuéssumanoselevanta, se extiende hacia mí. Sus dedos me rozan apenas el pelo, haciéndomecosquillasdetrásdelaoreja.
—Unahoja—dice,quitándolayenseñándomela.Unahojaamarilladetrespuntasconbordesdoradosyacesobresumano—.Estabaenroscadaentupelo.
Sucercaníameponenerviosa,ymepasorápidamentelosdedosentreelcabello.—Pasa amenudo—respondo con suavidad, apartando lamiraday sintiendo el
calorquemesubeporlasmejillas—.Elbosquesemequedapegado.Susonrisaesampliayplena,yeslaprimeravezquelaveo:laligeracurvaturade
suslabios,lainclinaciónhaciaunlado,elguiñodesusojoscomosiestuvieraapuntodereír.
No lepermitovermisonrisa,que intentaasomarseamis labios.Séquepiensaquesoy rara.Unachicaquehacepocionesy tienehojasenredadasenelpelo.Sindudaesunabruja.Nohayformadequenolosea.
Despuésdecaminarcasiunkilómetroporelextremonortedellago,llegamosalcampamento.
Laprimeraconstrucciónquesehizoenestasmontañas.Lasprimerasestructurasquesealzaronentrelosárboles.ElCampamentoJackjawparaChicosRebeldessefundóhacecincuentaañosyse
construyó a partir de los restos del primer asentamiento de mineros de oro. Aprincipios del siglo xx, hombres y mujeres fuertes hicieron su fortuna en estasmontañas, cribando oro en la ribera del río Negro. Incluso el lago cedió algunosgranosdepolvodeoroenlosprimerosaños.
Peroyano:hacetiempoqueeloroseacabó.
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Ahorahayunaveintenadecabañasenclavadasdetrásdelosárbolescubiertosdenieve,conalgunosedificiosmáspequeñosydeformasrarasqueestándispersosalolargo de la orilla, entre ellos un cobertizo de mantenimiento y una estación debombeo,queantesformabanpartedelpueblominerodesierto.
La nieve del campamento está llena de huellas: las botas de cuatro decenas dechicosquedeambulanporaquíyporallá,deunacabañaaotrayvueltaotravez.Enverano,laplayaesuncaosdechicosquejueganalFrisbeeyalfútbol,yquesemetenenelaguaconcanoasyvelerosqueconstruyeronellosmismosyqueapenaspuedenmantenerseaflote.
Cuelgancarámbanosdehielodelasvigasdelcomedor,ysubimoslaescaleraconpaso pesado, hasta llegar a las dos inmensas puertas de madera. Al otro lado,alcanzamos a oír la algarabía de las voces: los del campamento están en plenodesayuno.
EchounvistazoaOliver,queestádetrásdemí,conloshombroslevantadosporelfrío.Tengolaclarasensacióndequequizásdebería llevarlodevueltaamicasa,esconderlo en el desván, ponerlo a salvo. Pero bueno, lo sé: no me correspondequedármelo.
—¿Vienes?—pregunto,conuntemblequeenlavozqueacompañacadapalabraconuncrujido.
Quizásseestápreparandoparaelcastigoque leesperacuandolossupervisoresdel campamento vean que ha vuelto.Quizás desee seguir en el bosque, echado deespaldassobrelanieve.Perdido.
Peronopuedollevarlootravezalbosque.Unacosaencontradanopuededesencontrarse.Élasiente,asíqueabrounadelaspesadaspuertasdemaderayentramos.Nosgolpeanel extrañoclamorde lasvocesyeldensoaireahumado.Escomo
salirdeunmundodeensueñosilenciosoyapagadoporlanieveyentraraunmundodespierto, llenodemurmulloybullicio.Misojosyoídos tardanunos segundos enadaptarse.
El salón es extenso, impresionante, y parece que podría soportar mil años denevadasyvientosintensosantesdeempezarsiquieraadeteriorarse.Ardeunafogataenunenormehogardepiedraubicadoal fondode laparedde la izquierda.Elairehueleapan tostadoennegrecidoy tieneun tonooscuroy lúgubre,comosiel tristeaireinvernalintentaracolarsealinterior.
Haydosmesaslargasdemadera,convelasqueiluminanlascarasdeloschicossentados a ambos lados, y el barullo quemontan resuena por el elevado techo demadera.Lamayoríaestádesayunando,lostenedoresraspanlosplatosyelzumodenaranjacaesobrelasmesas,peroenelotroextremodelsalónhayalgunosqueestánjugandoaltenisdemesacercadelhogar.
Yaheestadoaquí,enunpardeocasiones.
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Todoslosveranoseinviernos,elcampamentohaceunafiestaalaqueinvitanalos habitantes deFirHaven, y cada invitado lleva comidao bebida.Haymúsica yvisitasguiadasdelasviejasinstalacionesmineras.Vienenmásquenadachicas:paravera loschicos,parabesarlosdetrásde losárboles.Mimadre insistióparaqueyofuera losdosúltimosaños,dijoqueerabuenoconocergentenueva.Haceramigos.Como si a mi vida le faltara algo al no contar con un grupito de chicas que meinvitaran a fiestas de pijamas en el patio durante el verano, de esas en las que lossacos de dormir forman un abanico bajo las estrellas. Como si no pudiera serperfectamentefelizsinesascosas.ComosiestebosqueyFinnyundesvánllenodelibrosycosasencontradasnofueransuficientes.
Oliveryyonosquedamosdepieduranteunmomento,esperandoaquealguiennosmire,sedécuenta:OliverHuntsmanhavuelto.
Pero ellos siguen llenándose la boca congofres que chorrean sirope, sorbiendozumodenaranjayriendocontantasganasquemesorprendequenoseahoguen.
Oliver se queda mirando el paisaje de chicos como si intentara identificar losnombresylascarasdelaspersonasqueconocíaantesdedesaparecer,aunqueahoranosonmásqueunconfusoborrón.Descruzalosbrazosysevuelvehaciamí,conunamarcadalíneadetensiónquenaceensussienesyllegaalmentón.
—Gracias—dice—.Pordejarmepasarlanocheentucasa.Nohaycalidezalgunaensumirada.Yunapiedrafríadedudase instalaenmi
pecho.Quizáslorescatédelbosque,perotraerlodevueltaaquípareceestarmal:peorquelaoscuridaddelbosqueylapromesadelamuerte.
Obligo amis labios a sonreír, pero lo único que digo, lo único que sale demipechoes:
—Denada.Esteeselsitioalquepertenece.Enmitaddeunmardechicos.Élsevasinmediarpalabra,sinnisiquieradeciradiós,yseacercaalahilerade
mesas,mezclándoseconlosdemáschicos.Esperoquealguienloreconozca,quegritesunombre.Peronadielohace.Elsalónestásumidoenlapenumbra,esmuydifícildiscerniraunchicodelresto.Unchicoqueyahanolvidado.Peroestoyseguradequeencuantolossupervisoresdescubranquehavuelto,querránrespuestas.Querránsaberdóndehaestadoyquepasó.¿Lesdirá laverdad,quehaestadoenelbosqueWicker todo este tiempo? ¿Acaso sabe la verdad? ¿Acaso recuerda cómo terminóallí?
Mequedomirándolo,sabiendoquequizásestasealaúltimavezquelovea.Inclusosisequedaunañoenteroenelcampamento,seráunomásdelmontónde
chicossinnombre.Loschicosvanyvienen.Yprontoéltambiénseirá,lomandaránde vuelta a sea cual sea el sitio del que vino: uno de los estados llanos, o de losestadoshúmedos,devueltaacasaconsuspadresyamigos.Prontoolvidaráestesitioylanocheenqueunachicaloencontróenelbosqueylodejódormirensucasajuntoalfuego.Unrecuerdoviejoreemplazadopornuevos.
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Desapareceentrelamareadechicos.Miprimerobjetoencontradohechodecarneyhueso,yahorasehaido.
Micorazóntraicionaamicabezaysehundeparadentro.Sehacecóncavo.Comosiundolorprofundoeincognoscibleloestrujarahastadejarlocomoungranodemaízdiminuto.Unasensaciónquenoquierosentir.Meniegoasentirla.
Giroendirecciónalapuerta,haciendolasensaciónaunlado,yconelrabillodelojo veo que se acerca alguien. Alta y ligera, desplazándose no con las zancadasgrandesdeunchico,sinoconlasolturadeunachicaquesesientecómodaconsigomisma.
La esbelta Suzy Torrez, con el pelo color bellota recogido en una coleta y laspestañas tan largas que parecen alas de colibrí, se acerca hacia mí con pasodespreocupado,esbozandounasonrisa.
—¡Nora!—exclama.Notoquemequedoboquiabiertaysemevalasonrisa.—¿Quéhacesaquí?—preguntocuandollegahastadondeestoy.Suzy vive en Fir Haven y va al bachillerato del pueblo. Apenas la conozco:
nuestrastaquillasestuvieronunaalladodelaotraelañopasado,peronuncafuimosamigas.Tieneungrupodemejoresamigasquelohacentodojuntasyunamultituddechicos que la halagan, y yo no tengo ninguna de esas cosas. Tampoco quiero esascosas.
Sinembargo,veoaSuzydevezencuandoenellago,másquenadaenverano,tomandosolenlaorilla,tendidasobreunatoallacontodassusamigas,cubiertasdeaceitedecocoyriendotanfuertequesusvocesseoyenalotroladodellago.Porlogeneraltieneunamoríodeveranoconalgunodeloschicosdelcampamento,unamorpasajero que cambia en cuanto llega la nueva camada de chicos. Siempre heenvidiado la facilidad con la que su corazón revolotea de uno al otro, flotante ymaleable.
—Heestadovaradaaquídesdelatormenta—dice.Susojossedirigenalsalón—.MeescabullíparaveraRhettWilkes.Nosabíaquenuncaibaapoderirmedeestasmontañas. Los supervisores no estaban nada contentos cuando me encontraronescondidaenlacabañadeRhett,pero¿quéibanahacer?—Seencogedehombros—.Nopodíanmandarmeami casa.—Susojos se apartanun segundoyvuelven, conunaceja levantada—.Nuncaenmividaheodiado tantoa loschicoscomoenestemomento.—Sunarizsesacudecomosinopudierasoportarelhedordetodosestoschicos,amontonados,conolorahumoysudor,varadosenelbosque.Despuésseleentrecierranlosojos—.Túvivesalotroladodellago,¿no?—pregunta.
Asiento. Por supuesto que lo sabe. Todos saben dónde viven lasWalker: en lacasadondeserumoreaquelasbrujaspracticamoslamagiamásvil,dondelasWalkerhacemoshechizosybebemoslasangredenuestrosenemigos.Lacasaporlaquelamayoríadelosresidentesevitapasar.
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—¿Qué haces en el campamento? —pregunta, con los dientes blancos ybrillantes, y un tono de voz sensiblero y tranquilo. Me habla como si yo fueracualquierotrachicadelaescuela,comosifuéramosamigas,deesasquesequedanhablandohasta tardepor teléfono, riendo, con las sábanasporencimade la cabezapara que no las oigan. Eso es algo que nunca he conocido, y que quizás nuncaconozca: una sensaciónqueduele, que se hunde enmi estómago comounapiedraarrojadaalasprofundidadesdeunestanque,quesehunde,sehunde,hastaqueyanoseve.
—Encontréalchicoquehabíadesaparecido—lecuento—.Lohetraídodevueltaaquí.
Ella frunce el ceño, como si el recuerdo de un chico desaparecido le dispararaunasraraspunzadasdedolorenelpecho.
—Creía que había muerto —responde, con la voz tensa—. Que se habíacongelado en la nieve, y que lo encontrarían en primavera. —Al decir eso, seestremece,perosudescripciónparececuriosamentecruel,comosimorirenelbosquefueraalgocomúnaquí.Unchicomuerto,fácildereemplazarporcualquieradelosdemás.
Alzounaceja,yellaenroscasupelo largoyoscuroporencimadeunhombro,golpeandoelsueloconunpiecomosiestuvieraimpaciente.Nuestraconversaciónlaaburre.
Las velas dispuestas a lo largo de las dos mesas largas parpadean por unossegundos,proyectandosombrasdanzarinasenlasparedes;Suzysecruzadebrazosyseacercaamí.Bajaelmentóncomosinoquisieraquenadiemásoigaloqueestáapuntodedecir.
—Estesitiomedaescalofríos.—Atodoslesdaescalofríos—respondo,observandolassiluetasrarasquelaluz
de las velas forma en el techo: manos, caras y huesos que se doblan en ángulosextraños.Loschicossiempresehanquejadodequeelcampamentoestáembrujado,quelosfantasmasdelosmineroshacenruidoenlospasillosysebamboleanentrelosárbolespor lasnoches.Loschicosnoestánacostumbradosavivir enelbosque, alruidoconstantedelasramasquearañanlasventanas,yasentirelvientoenelcuellomientrasduermen.
—Sí—coincideellaenvozbaja.Peromedoycuentadequeloestápensando,dequealgolepicaen lapiel.Sefrota lasmanoscontra losbrazosyaparta lamirada,mordiéndose el labio—.No puedo quedarmemás aquí—murmura,más que nadaparasímisma.Bajaelmentónhastaelpechoy respiradespacio,comosi intentaraimaginar que está en otro sitio…choca tresveces los talones y puf,estará devuelta en su casa…en lugar de estar atrapada en estasmontañas, viviendo contodosestoschicosespantosos.
La luz de las velas vuelve a vibrar, y el viento sacude las paredes resistentes.Soplaotra tormenta fuerte.Oigoel rugidodelventarrón justo antesdeque lasdos
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puertas que tenemos detrás se abran de par en par, empujadas por la corriente, ygolpeencontralaparedconungranestruendo.
Enun instante, todoelcomedorquedasumidoen laoscuridad:seapagan todaslasvelas, el fuegodel fondoqueda reducido abrasas.Se arrastran las sillas por elsuelodemadera,seapartanlosplatos,secaenloscubiertos.Laluzdeldía,débilygris, se filtra por la puerta abierta, pero apenas alcanza para iluminar el comedorsombrío.
—Bueno,bueno,tranquilizaos—bramaunavozdesdealgúnsitiodelaoscuridad:unode los supervisores—.Sentaosyos contaremos.—Seenciendeuna linternaalotroladodelsalón,despuésunparmás,ylosespeluznanteshacesdeluzatraviesanlascarasylasaltasparedes.
—Porfavor—diceSuzycondisimulo,comosicadapalabrafueraunsecreto—.¿Puedoquedarmecontigo,hastaquesedespejelacarretera?
Sientoquemisdoscejasselevantan.SuzyTorrezjamáshapisadomicasa.SuzyTorrezpreferiríaestarmuertaantesdequelavieranhablarconmigoenlospasillosdelaescuela.Nuncamehapedidosentarmeconellaenlacafeteríadurantelacomidanimeha invitado a ningunade sus fiestas de cumpleaños, y ahora quiere quedarse adormir.Enmicasa.
—Heestadodurmiendoenuncatreenuncuartitocercadelacocina.Eselúnicositio que no está repleto de chicos. No lo aguanto más—insiste, implora, con elblancodelojodemasiadoblanco.
Se enciende un farol que despide más luz por el salón, mientras los chicosvuelvenalaslargasmesasdemadera.
—Eh…—Empiezoaabrirlabocaparahablar,peroSuzymeinterrumpe.—Almenoshastaquepuedanusarselos teléfonos,entoncespodréllamaramis
padresyellosencontraránunaformadevenirabuscarme.—Ahorasusojossefijanen losmíos, rogando.El pelo le cae sobre la cara.Los dedos le tiemblan como situvieranunapicazónalaqueellanopuedellegar.
Medalástima,alverlacurvaturadesesperadadesuboca,elbordellorosodesusojos.Amítampocomegustaríadormiraquí,enestesitiohúmedoyfrío.Yunapartedemí, una parte que no quiero admitir que siento, piensa que sería bonito tener aalguien en casa, paraquenohaya tanto silencio.Anoche, dormir enmihabitaciónconOliver abajo, enel sillón, fue reconfortante,por raroqueparezca.Otrocuerpocálidoyuncorazónvivodentrodelacasa.
—Estábien—digo.Unasonrisaleinvadelacarayrevelasusdientesperfectamentederechos.—Voyabuscarmibolso.¿Nosencontramosfuera?Asiento con la cabeza y ella se da vuelta, camina por el salón inmenso y
desaparecetrasunaentradaoscuraqueimaginoquellevaráalacocina.Sevuelvenaencenderlasvelasalolargodelasgruesasmesasdemadera,ylas
llamas se convierten en puntitos de luz enmitad de la oscuridad que iluminan las
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paredes. Pero antes de salir por la puerta abierta,me doy cuenta de que algo bajarevoloteandodeltecho,algoqueantesnopodíaverporlaoscuridad.
Unamariposanocturna.Debedehaberestadovolandoentrelasvigas,yahoraseagitaporelaire,atraída
porlaluzdelasvelas.Sucuerpogrisblanquecinoesmásclarodeloquedeberíaser.Susantenassondemasiadolargasyblancas.Noesunamariposacomún.
EselmismotipodemariposaquevienelbosqueWicker.Unamariposadehueso.Verla otra vez es como si una chispa me tocara los párpados: fría como las
heladasdel invierno, ferozcomoelvientocongelado,comounapremonición.Peronuncahepodidoanticiparloqueseavecina.NocomoGeorgetteWalker,mitataratíaabuela, cuya sombra nocturna le permitía ver el futuro en las gotas de rocíosuspendidasdelasbriznasdepasto.Estasensaciónesdistinta:unacertezainstaladaenelfondodelagarganta,undolorsordoyanquilosado,unzumbidoenlosoídos.
Me doy la vuelta, un escalofrío me recorre la columna, y salgo disparada alexterior,antesdequelossupervisoresdecidanquetienenquecontarmejuntoconlosdemás,ymepreparoparaencararelfríoaireinvernal.
Me tiemblan lasmanosa loscostados,yelcorazóngolpeacontra losdelicadostravesañosdemiscostillas.Apoyoelhombrocontraunode lospostesgrandesquesostienenlaplataforma,respirandocondificultad,pestañeandoparaquitarmelanievedelosojos,pestañeandoparaquitarmelaimagendelasalasquesemequedópegadaenlospárpados.Mehabíaconvencidodequelamariposaquevienelbosqueeraunamariposanocturnacomún,unamariposadeinviernodelcolordelanieve,nadamás.Peromeequivoqué.Esde lasquedebo temer,de lasquesemencionanenellibrodehechizosinfinidaddeveces.Lavienlosdibujoshechosconcarboncillodealashechasjironesenlosbordes,pataspeludas,ojosredondosynegrosquebuscanunasolacosa:lamuerte.
Losojossemellenandelágrimasporelfrío,meestallalacabeza.Una bruma se hunde en el lago, la penumbra se pone densa como el humo de
alisohúmedo,ymerecuerdaaldíaenqueenterramosamiabuelaenelcementeriopequeñoqueestáenelextremooestedel lago,unsitiodonde losantiguosminerosdescansan bajo el suelo, y las lápidas están gastadas, derruidas, hundiéndose en latierranegra.
«Bruma funeraria», la llamómi madre ese día. La clase de clima que solo seaplica a un entierro: para llorar, para disimular las lágrimas que ruedan por lasmejillas,paraanestesiarloscorazonesquesehanpartidoporlamitad.Peroahoralabruma funeraria ha descendido sobre el lago, bajando de la montaña en olasinterminables.Unrecordatorio…oquizásunaadvertencia.
Esunbuendíaparaenterraralosmuertos.
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OLIVER
Cuando tenía diez años, mi padre me llevó a acampar en lo profundo de lasmontañas BlueMile. Dormimos en una tiendamientras la lluvia la azotaba desdeafueraygoteabaporunagujeroenladelgadateladenylon.Elaguaseacumulóenuncharcoalrededordelossacosdedormir,ytemblétodalanoche.
Nuncahabíatenidotantofríoenlavida.Hastaahora.Elfríodeestebosqueesdespiadado.Deesequesetemetedentro,bajolaropa,
loscalcetinesylapiel,yllegahastalamédulaósea.Meescapodelcomedorporunapuerta trasera,antesdequealgunode lossupervisoresmevea,antesdequenadieme vea. La luz de las velas es débil y soy una más de las sombras que pasancaminando.
Labrumacubrelosárboles,densa,yavanzoenmediodelanieve,pasandojuntoa las cabañasque estánmetidas entre los pinos.Losnúmerosde las cabañas estándesordenados: cabaña cuatro, después veintiséis, después once. No tienen sentido.Perollegoalacabañacatorce,elsitioquemeasignaronparadormircuandovinelaprimeravez,haceyasemanas;abrolapequeñapuerta,yentroagachado.
Casi nadie ha oído hablar del lago Jackjaw, o de un campamento para chicosescondido en lo profundo de las montañas, alejado de todo. Hasta el pueblo máscercanoquedaaunahoraencocheporunacarreteraempinadayserpenteante.Esunsitio que no figura en casi ningún mapa. Un sitio donde es fácil perderse, serolvidado.
Peronuncatuvelaintencióndedesaparecer.Dentro de la cabaña hay dos literas, cada una contra una pared lateral: cuatro
chicos por cabaña.Huele amadera húmeda y humo de fogata. Es un olor que haquedado impregnadoen lassábanas,en lasalmohadasblancasalmidonadasyen laalfombraverderaídadelcentro,entodo.
Meagachojuntoalaestufadeleñaqueestáenunrincón.Lossupervisoresnosdijeronquenodebemosdejarqueseapagueelfuegodelas
estufas,quedebenarderdíaynoche,paramantenerelcalorenlascabañas.Perocasitodosloschicosseolvidan.Ynuestraestufasehapuestooscura.
Pongounosleñossecossobrelasbrasas,avivandoelfuego,perolacabañasiguefría;elvientoaúllacontralasventanasysacudeloscristalesdelgados.Mequitolasbotasyvoyalacómodademaderaqueestáenlapareddeladerecha.Mearrodilloy
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abroelcajóndeabajo,elqueeramío.Peroestávacío.Laropa,lamochilaquetraje,lospocoslibros,elteléfonomóvilsinbatería:noquedanada.
Los supervisores deben de haberlo sacado todo. Debieron de meter mis pocaspertenenciasenunacajacuandodesaparecí, listasparaenviarlasamitíocuandosedespejaralacarretera.«Lamentamosinformarlequesusobrino,OliverHuntsman,hadesaparecido del Campamento Jackjaw para Chicos Rebeldes. Si aparece, leavisaremos.Mientrastanto,aquíestánsuspertenencias».
Cierroelcajón;unvacíoraroseinstalaenmisentrañas.Mispocascosasyanoestán.Tampocollegabanarepresentarunavida,peroerantodoloquetenía,todoloque me quedaba que aún guardara algún significado: de mi vida anterior, de mispadres.Ycontengolaamenazadelaslágrimas,elretorcijónespantosoquesientoenelpecho.Quizáslossupervisoresyaestabanhaciendolugarparaotrochico.Miúnicocajón,micama…despojadosdetodorecuerdodelchicoquedesapareció.
OliverHuntsman,limpiadohastalainexistencia.Subo la escalera hasta la cama de arriba, la que eramía, y el colchón triste y
hundido se acomoda debajo de mí. Me quedo mirando el techo, a un brazo dedistancia, con nombres de chicos, símbolos y dibujos rudimentarios tallados en lamadera.Lasnochesenlasqueloschicosnopodíandormir,oestabanaburridosonoqueríanserolvidados,clavaron lahojadeuncuchilloydejaronunapruebadequeestuvieronaquí.
Dentrodelbolsillodemiabrigo,encuentrolabolsadetelallenadehierbasqueellamedio.Huelecomoel jardíndemimadre,dondecultivaba tomillo,patatasyzanahoriasquecomíareciéncosechados.Aprietolabolsacontraelpecho,contralascostillas,intentandoquitarmeelfríoyelrecuerdodemimadre,queescomoteneruncuchillocontralagarganta,quemehacesentirsolo:espantosaydesesperantementesolo.
Los chicos dicen que Nora es bruja. «Una bruja de la luna que está llena depensamientos rarosypalabrasextrañas,queviveenunacasa rara, repletadecosasraras,entrelosárboles».
Quizás tengan razón. O quizás solo cuentan esas cosas para pasar el tiempo.Hablandeellaparaquenadiehabledeellos.
Talvezella tambiénse sienta sola. Incomprendida.Conunvacíoensu interiorquenuncapodrállenarse.
Comoyo.Elfuegocrepitaycierrolosojos,subiendolamantaporencimadelacabezapara
cubrirmedelfrío.Intentodormir,queeldíasederritaamialrededor.Yduranteunratosíduermo,peromissueñossonoscurosydeprimentes:corroentrelosárboles,mirandohaciaarriba,buscandoelcielonocturnoestrellado,peroestoyperdidoymehundoenlanieveyelfríohastaqueellametocalamanoyyomedespierto.
Misojosseabrendespuésdeunpestañeo,ysigoenmicama,mirandoeltecho.Peronoestoysolo.
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Seoyenunasvocesqueseacercanalacasa.Botasquesearrastranporelsuelo.Losdemáshanvuelto.Mequedoquieto,escuchandosusmovimientospesadosylapuertaquesecierra
cuandoentran.Lacabañaestáoscura,haceratoqueelsolhacaído,ynosabenqueestoyaquí,escondidoenlacamadearriba.Nosabenquehevuelto.
—Tedijequeelfuegonoibaaapagarse—diceunodeellos.Reconozcolavoz:las voces de los chicos con los que compartí una cabaña antes de que mi mentequedaraenblanco.Antesdedesaparecer.ParecequeesJasper,suspalabrastienenuntonomásaltoquelasdelosdemás.
Oigoquealguienponemásmaderaenlaestufa,otrosequitalasbotas,seabrenysecierrancajonesdelacómoda.LacamaqueestádebajodemícrujecuandoLinseechasobreelcolchónyempiezaagolpearelpiecontraelarmazóndemadera.
Jasper,cuyacamaestáalotroladodelamía,dice:—Noséporqué tengoqueaprenderestamierda.¿Cuándovoyanecesitarusar
unabrújula?Cuandonosvayamosdeaquí,jamásvoyavolveraunbosque.—Seguramentetrabajesdesupervisor—sugiereLin,debajodemí,ysueltauna
carcajada.—Niloco—respondeJasper.Hayunalargapausaentreellos,yelvientodefueraganafuerza,loquehaceque
el fuego de la estufa crepite y chisporrotee.Unas gotas de lluvia empiezan a caersobreeltecho.
Creoquesehandormido,perodespuésJasperdice:—Yahanpasadodossemanas.Debajodeél,enlacamadeabajo,Rhettespeta:—Cállate.—Solomepreguntodóndeestará—añadeJasperenseguida.—Ya aparecerá —responde Rhett con tono mordaz. Afilado como un clavo.
Quizásdeberíadeciralgo,queestoyaquí,peromequedocallado,conunnudoenelestómago.
—Es comprensible que no quiera volver—señala Lin, debajo demí. Todos sequedanensilencio—.Yotambiénmeescondería.
Jasperhaceunruidoyreplica:—Nomedigas.Alguienrezonga,otrotose,peronadiehabla.Yprontolacabañasellenaconel
sonidodelsueño.Decosasdichasentredientesyronquidos,depatadasalospiesdelacama,demantassubidashastaelmentónparacubrirsecontraelfrío.
Elvientosilbaentrelasgrietasdelasgruesasparedesdetroncos.Ungritoeterno.Largoyhueco.Unsonidodesesperado.
Lalluviasevuelveaguanieveydespuésnieve,yseacumulaenelalféizardelasventanas.Laoscuridaddelexteriorsevuelvemásoscura.
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Peromequedoabsolutamenteinmóvil,escuchándolosrespirar.Nosabenquehevuelto,queheregresadodelbosque.«Yotambiénmeescondería»,hadichoLin.
¿Qué pasó esa noche, cuando la tormenta sacudió las paredes de la cabaña,cuandoseborróunapartedemimemoria?
Aparto la manta, bajo en silencio la escalera angosta y atravieso la cabaña.Ningunosemueve.Podríadespertarlos,decirlesquehevuelto,preguntarlesquépasóesanoche…pedirlesquecompletenlaspartesquenopuedorecordar.Peroeldolorquepersisteenmigargantanomelopermite.Lapunzadadedolorquelatedentrodemipechomedicequenodeboconfiarenellos.
Algopasóquemimentenomedejarecordar.Algoqueesmásoscuridadqueluz.No puedo quedarme aquí, con ellos. No haymás quemalos recuerdos en este
sitio.Me pongo las botas y abro la puerta lo suficiente para pasar. Echo un vistazo
haciaelinterioryveoquealguiensemueve,creoqueRhett,ylevantalacabeza.Perocierrolapuertaantesdequepuedadistinguiralgoenlaoscuridad.
Antesdequepuedaverquemeescabullo.
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NORA
Lanochellegarápidoenlasmontañas.Elsolsehundeyesdevoradoporlascumbresnevadas.Selocomenentero.Entrounosleñosreciéncortadosquehabíaenlaleñeraylossueltoalladodela
estufa.HaysuficientesparaqueSuzyyyonopasemosfríoentodalanoche,siesqueseencienden.
—¿Encontrastetodasestascosasenelbosque?—preguntaSuzy,depiefrenteala ventana oscura, pasando el dedo sobre los objetos que la tienen fascinada,acomodadossobreelalféizar.Candelabrosdeplatayunaestatuilladeltamañodelapalmadeunamanoconlaformadeunchicoyunachicaquebailan:lacabezadelachica, pecosa, se inclina como simiraraun cielo imaginario.Conozcodememoriaestascosasencontradas,quellenanlacasaylahacenparecermenosvacía.
Suzyhabíapasadolamayorpartedeldíasosteniendoelmóvilenalto,intentandobuscarseñal,inclusodespuésdequeledijeraqueaquínuncahayseñal.Despuésibaalacocinaydescolgabaelteléfonofijo,aversihabíaseñal.Peronuncahabíanada.Solamente el monótono silencio. Al final, volvió a apagar el móvil para ahorrarbatería.
Ahora,yacaídalanoche,parecederrotada,yhablaenvozbaja,desanimada.—Sí—ledigo—.Cuandohaylunallena.Ellaveelremolinoqueformalanievecontralaventana.—En el instituto dicen cosas de ti —señala en tono distraído, como si no
escuchara en serio—. Dicen que les hablas a los árboles. Y a los muertos.—Lomencionaenunmodoquemehacepensarquequierecreerlo,parapodervolveralinstitutocuandotodoestotermineydecir:«MequedéencasadeNoraWalkeryestodoverdad».
Yquizásdeberíasentirmedolida,heridaporsuafirmación,peroséloquedicensobremí,sobremifamilia,ysuspalabrascaencomogotasdelluviasordasquenuncapenetranenmipiel.Séloquesoy…yloqueno.Yentiendosucuriosidad.Avecescreoquesolosientenenvidia:undeseodesermásde loqueson,deescapardesuvidainsulsayordinaria.
Entroenlacocinayenciendodosvelasconunacerilla:unaparaSuzyyunaparamí.
—Nuncahehablado con losmuertos—reconozco.Laverdad.Aunquemuchasveces lasWalkerpodemosver sombras, imágenes fugacesde fantasmasquevaganpor el viejo cementerio al otro extremo del lago.Vemos imágenes efímeras de un
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planointermedio,defantasmasquevandeunrincóndelacasaaotro.Nuestrosojosvenloqueotrosnoven.PeronolecuentoesoaSuzy.Eslapruebadequeenrealidadpodríaserloquedicenquesoy.
Suzy mueve los párpados y golpetea los dedos contra el antebrazo opuesto,entornandolosojos,comosinomecreyera,comosiestuvieraseguradequeescondoalgo: diez gatos negros en el ático; una escoba entre los abrigos de invierno,guardados en el armario del pasillo; frascos con los corazones de mis víctimasescondidosbajolostablonesdelsuelo.Peronoexistenadatantruculentodentrodeestacasa.Haysolamentehierbas,hollíndelachimeneaehistoriasqueyacendentrodelasparedes.
—Teprepararéunacamaenelsillón—ledigo.Las mantas y la almohada de cuando Oliver durmió aquí anoche siguen
amontonadasenelextremo.PeroSuzyechaunvistazoalsillón,aloscojineshundidos,losapoyabrazosraídos
yelrellenoquesesale,yfrunceelceño.Bajalosbrazos,yhaceunamueca.—¿Hayalgunacamaenlaquepuedadormir?—No,losiento.Aparta lamiradayestudia lasaladeestar.Probablementehayapensadoqueyo
vivíaenunade lascasasmásgrandesdel lago:en loschaletsde troncosconcincohabitaciones,saladejuegosenelsótanoybañosconspadondepodríadarseunbañodeburbujasparaapaciguarelfríoconstante.
—¿Podría… tal vez…? —Sus palabras se van apagando—. ¿Podría dormircontigo,entuhabitación?
Otrapunzadadelástimameestremece.No quiero decir que sí, no quiero compartir la cama con una chica que
seguramentehablemaldemíenelinstituto,quesequedarámirandotodaslascosasextrañasquehayenmihabitaciónydespuésalimentarámásrumoressobremíenelcentro de bachillerato de FirHaven. Pero en ciertomodo también quiero sentirmenormal, una chica normal y corriente que puede invitar a amigas a su casa, yquedarnos despiertas hasta tarde sin preocuparme de lo que Suzy dirá demí en laescuela.
Lapalabraseescapaantesdepoderatajarla.—Sí.Cierroambaspuertascon llaveysubimos laescalerahastaeldesván,conFinn
siguiéndonosdecerca.Suzydaunaszancadashastalaparedllenadeventanas,ydividolasalmohadasde
micama:unaparaSuzy,unaparamí.Lanieveahoracaeconmásfuerza,formandoondasgruesascontraelcristal.Mepreguntosilamariposanocturnasigueallífuera,acechándome, esperando entre los árboles. Una semana antes de que fallecieramiabuela,unamariposadehuesohabíaestadorepiqueteandocontralasventanasdelacasatodalamañana,tac,tac,tac;tic,tic,tic.Creíqueibaaromperelvidrio,con
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sus alas delicadas que se batían con frenesí, y la cabecita que golpeaba contra lasventanas.Fuelaprimeravezqueviuna:lamariposadelaquemeadvertíamiabuela;yviquemimadrecaminabapor toda lacasa, frotándose lasmanos, trenzándoseysoltándoseelpelometódicamente,comosilasoluciónalamariposaestuvieraenlosplieguesdesucabellooscuro.
Ellasabíaqueseacercabalamuerte:lamariposadehuesoeraunaseñal.Ycuandonosdespertamosundíayvimosquelaabuelasehabíaidoallagoen
mitad de la noche, a respirar por última vez en la orilla, con las hojas de otoñodispersas a su alrededor, en tonos tristes de anaranjado y dorado, supimos que lamariposahabíaestadoenlocierto.Seacercabalamuerte.Talcomotemíamos.
Yahora,unamesigueamí.—¿Porquétequedasaquíeninvierno?—preguntaSuzy,tocandolaventanacon
laspuntasdelosdedos.Cierrolosojosconfuerza,apartandoelrecuerdodelamariposaymiabuela.—Esmicasa.—Losé,peropodríasirteeninvierno,comohacenlosdemás.—Me gusta el invierno —digo.Me gusta el silencio: un silencio frío e
interminable.Peroesmásqueeso.Pertenezcoaestelugar.Todas lasWalker,generacióntrasgeneración,hanvividoenestebosque.Entreestospinosantiguos.Asíhasidosiempre.
Nosabemosvivirenotrositio.—Tu casa es más vieja que las demás —observa Suzy, que aún mira por la
ventana,dondeapenasalcanzaaverlasiluetadelasdemáscasasdellago.—Laconstruyómitatarabuelo—lecuento—.Muchoantesdequehubieraotras
casasenlaorilla.—Sumiradaesamable,ylaluzdelavelaquesostieneenlamanoparpadeasobresuspómulosyelpelodecolorcaférojizo—.Eraminero—continúo—.HizosufortunabuscandooroenelríoNegro.—Peroaligualquemuchosdeloshombres demi familia, fue y vino tan rápido como el anochecer.No era culpa deellos:sesabíaquelasWalkererancaprichosas,inestablesenmateriadeamor.Yloshombres no eran más que una fascinación pasajera. Como el hombre que fue mipadre. Ya sea pormala suerte o decisión nuestra, los hombres nunca permanecíanmuchotiempoennuestravida.
Caminohaciaelarmarioymepongounpantalóndechándalnegroyunsuétergrueso.PeroSuzysequedaenlaventana,apoyandolamanocontraelcristal.
—¿Hasdichoqueencontrastealchicoquedesapareció?—pregunta.Cierrolapuertadelarmario,viendoporunsegundomireflejoenelespejodesu
interior:losojossomnolientosyelpeloquedebepeinarse.—Enelbosque—digoconcautela.LosresidentesconocenelbosqueWicker.Hablandeélenvozbaja,enuntono
que nunca supera el susurro. Como si decirlo en voz alta liberara la oscuridad.
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«NuncahayquehablardelbosqueWickerasusespaldas»,advierteunanotadentrodellibrodehechizos.
—¿Hasobrevividoallítodoestetiempo?—preguntaella,apartandolamanodelaventana.
—Ha tenido suerte—respondo. O quizás fue lo opuesto a la suerte. PerdertedentrodelbosqueWickeresunamalasuertedeproporcionescatastróficas.«Unodelosdesventurados»,diríamiabuelasiestuvieraaquí.«Condenado.Unchicoquehayqueevitar».
Unapicazónmerecorrelasvértebras,fríacomoelhielo,yseinstalacualbloquedehormigónenmipecho.
—Podríahaberterminadocomoelotrochico—diceSuzy.La miro a los ojos de inmediato. Su silueta se recorta contra las ventanas
enormes,lanievesearremolinacontraelvidrio.—¿Quéotrochico?Ellalevantaunhombro.—El que murió. —Se da la vuelta hacia mí—. La misma noche en que
desaparecióeltuyo.Noesmío,quierodecir.Peroenlugardeeso,pregunto:—¿Murióunchico?Suzyaprietaloslabios,conungestoserio.—Sí,lanochedelatormenta.—¿Quépasó?—No lo sé. Tan solo oí a los otros chicos hablar de ello. Querían llamar a la
policía,perolosteléfonosnofuncionan.Meacercoaella.—¿Quiénera?—Nolosé.—Juegaconunpocodepeloentrelosdedos.Nopornervios,essolo
un hábito—. Lo mantuvieron en secreto, nadie quería hablar de ello. Pero oí sussusurrosenelpasillo,dondepensabanqueyonolosescucharía.
—¿Dijeron quiénmurió?—pregunté. Seme endurecieron los pulmones dentrodelpecho,elalientosemequedótrabadoenlagarganta.
Ellaniegacon lacabezay junta lascejas,haciendounamuecadedolorante laideadequealguienencontrarasumuerteaquí,enestebosque,enelfríoglacial.
—Solamente los oí decir que había desaparecido un chico y que otro estabamuerto.
Mehundoenelbordedelacama,mirandodetrásdeSuzy,hacialaventana.—Murióalguien—repitoenvozbaja,casiparamisadentros,ypasoeldedopor
elanillodemiabuela,sintiendolaformaovaladadelapiedradelunagris.Comosipudierainvocarla,oíreltonotranquilizadordesuspalabrascuandomecontabaunadesushistorias.Peroellanoaparece.
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Suzyyyonosquedamosensilenciountiempo,conelfríoquesecuelaporlasparedesmientraselfuegodeabajosevaapagando.Sientolahabitaciónrara,vacía,me empiezan a zumbar los oídos, y cuando pestañeo, pienso que veo las paredesvibrarunmomentoydespuésvolverasusitio.
Debodeestarcansada.Debedeserlafaltadesueño.Suzysueltaunsuspiro,comosiestuvieraexasperada,oexhausta.—Noquierohablardeeso—dice—.Esmuyhorrible.—Yvahastaelotrolado
delacama,arrastrandolospies,semeteconrapidezbajolassábanas,conelsuéterylos vaqueros aún puestos.Como si pudiera esconderse de eso, de lamuerte de unchico.Algoquepuedelimpiarsefácilmenteconunasabrigadasmantasdelana.
Sus párpados se cierran, y el pelo suave y ondulado se extiende sobre laalmohada.Hueleaaguaderosas,comounaviejafraganciafrancesaqueyasolousanlasseñorasdeloshogaresdeancianos,quefumancigarrillosdelgadosyaúnsepintanlasuñasderojocereza.
Y durante unos segundos, casi me convenzo de que estamos en una fiesta depijamas:dosmejoresamigasquesequedanhastatardecomiendopalomitasdemaízconmantequilla y viendo películas de terror, rizándonos el cabello y riéndonos alhablardeloschicosquebesamosenelinstituto.Unanochetotalmentedistinta.Otravida.
Los demásmemiran y ven una bruja: una chica peligrosa, temeraria, llena depensamientos oscuros. Pero no ven las partes de mí que mantengo ocultas. Lapérdida, la sensación de estar sola, ahora que la única persona que de verdadmeentendía,mi abuela, ya no está. No saben que cargo con una sensación de no sersuficiente.Unladrillohuecodentrodelpecho.
Nadievequetengotantasheridascomotodoslosdemás.Queyotambiénestoyunpocorota.Demalagana,memetoenlacama.LasrodillasdeSuzysechocanconlasmías,uncodoenlacabeza,ycuandoalfin
seduerme,roncacontralaalmohada,unmurmullosuavequeescasiunarrullo.Peromequedodespierta.Micabezagrita.Murióun chico. Yme dan ganas de vomitar.Murióun chico. Y estamos
atrapadosenestasmontañas.Murióunchico.Ynoséquépensar.Sifueraveranoylacarreteraestuvieradespejada,vendríalapolicía.Haríanpreguntas.Determinaríanlacausa.Peronadadeestovaapasarhastaqueabranlacarretera,ynosésideberíatener miedo o no. ¿Cómomurió? ¿Un accidente o fue otra cosa? Suzy lomencionócomosifueraunanotaalpie,algoqueapenasrecordaríadentrodeunaño.Ah,sí,elinviernoenquemurióunchico.¿Quéeraloquehabíapasado?
Pero nunca he conocido a alguien que haya muerto, además de mi abuela. Yquizás,sinofueraporlamariposa,oelchicoqueencontréenelbosque,noestaríatannerviosa.Habríamenoschirridosenmimente,comolosdelossaltamontesquesemuevenentrelahierbaaltadelaplaya,bajolalunadeotoño.Talvez.
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En cambio, mi mente gira en círculos: ¿sabe Oliver qué le pasó al chico quemurió?¿Estabaélallícuandopasó?¿Quérecuerda?
Pasaunahoray lanievechocacontra lasventanas,una tormentabajacon tododesde la montaña. Finn rasca la madera del suelo, le tiemblan las patas: estarásoñandoquepersigueconejosoratones.
Obligoamispárpadosacerrarse.Ruegoqueelsueñocaigasobremí.Peroencambio,mequedomirandoeltecho.Hastaque,cuandolanocheparecealcanzarsupuntomásoscuroymimenteel
más inquieto, se oye un bam contra la casa. Después un tac, tac, tac contra elcristal.
Hayalguien.Fuera.
—¿Quépasa?—preguntaSuzyentredientes,conlosojosaúncerrados.Talvezhabladormida;nosehadespertadodeltodo.
—Heoídoalgoabajo—susurro,levantándomedelacama—.Enlapuerta.—Mivistasaltaalaescalera,escucho.
—Mm —responde ella, acomodándose mejor y hundiendo la cabeza en laalmohada.
Elviento se agita contra la casa,y el corazón semeagita enelpecho.Bajo laescalera,unescalóncadavez,concuidadoyensilencio.Murióunchico,repitemicabezaconcadalatidodelcorazón.
Vuelvoaoírquellaman,unsonidoclaroyrápido,quevienedelotroladodelapuerta principal. Tal vez solo sea el señor Perkins o uno de los supervisores delcampamento, que vienen a advertirme de que hay un asesino entre nosotros, adecirmequecierrelaspuertasconllaveymequededentro.Anteserayolaquehabíaquetemerenestebosque,peroquizásyano.
Voy hasta la ventana del frente, respirando despacio, intentando calmar laadrenalinaquemepresiona las sienes, y corro la cortina.Hayalguiendepie en elporche,conlasmanosenlosbolsillosyloshombrosencorvadosparaprotegersedelfrío.
Mis dedos deslizan el cerrojo, y abro la puerta. La nieve se enrosca a mialrededor,elvientoentracomounlátigoenlasaladeestar,yéllevantalacabeza.
Oliver.—Nosabíaadóndeir—dice,conunaarrugaenelentrecejo.Mevuelveelairealospulmonesydoyunpasohaciaatrás,dejándoloentrar.—¿Quéhacesaquí?Élsequitalacapuchadelabrigo,ysusojosseencuentranconlosmíos.Pupilas
oscuras,aúnmásoscurecidasporlafaltadeluzenlacasa.—Necesitounsitiodondequedarme.
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Mecruzodebrazos,mispensamientossiguenrondandoporlaspalabrasquenopuedoolvidar,unamelodíaqueserepite:Murióunchico.
—¿Porquénopuedesquedarteenelcampamento?—pregunto.Lomiro,intentandoidentificartodaslasrazonesporlasquenodeberíapermitir
queeste chicoqueapenas conozcoestédentrodemi casa,porquédeberíapedirlequesevaya,perosolamenteveoalchicoqueencontrédentrodelbosqueWicker:confrío, temblando, solo.Conelpechodesnudo frenteal fuegocuando lo trajeacasa.Lasmanosqueparecíandehielo,lamandíbulacomopiedra,losmúsculosquesoloserelajabancuandoyolotocaba.
—Noconfíoennadieallí—responde.—¿Porquéno?Susojossequedanclavadosenlosmíos,yluegoseapartan.Trasunapausalarga
ysilenciosa,solodice:—Notengootrositioadondeir.Creooírmovimientoarriba,Suzyestádespertándose,oquizássoloestádándose
vueltaenlacama.Elsonidoseva.Murióunchico,vuelvoapensar.Lafrasenodejadesonar,eco,eco,eco.TragosalivayvuelvoamiraraOliver,diciendoenvozaltaloquenopuedoquitardemicabeza:
—Murióunchicolanocheenquedesapareciste—digo,soltandolaspalabrassinmás,yesocausaundolorrarodentrodemiscostillas,comosimeengancharanconunanzuelo.
LafrentedeOliverseponetensa.—¿Qué?Sientoquesemecontraelamandíbula,quemisojostienenmiedodeapartarsede
él: tengomiedo de perderme unmovimiento de una pestaña que podría significaralgo,quepodríarevelaralgunapistaqueOliverintentaesconder.
—Murióunchico—digo,estavezconmásfirmeza.PerolaexpresióndeOliverseponemástensa,comosinoloentendiera.—¿Nolosabías?—pregunto.—No.No…—Sequedacallado.Sebalanceaunpoco,yveolopálidoqueestá:el
fríoaúnnolohaabandonadoporcompleto—.Norecuerdonada.Nopuedo…—Otravezselequiebralavoz.
Quierotocarlo,estabilizarlo,peromantengolasmanosaloscostados,analizandocadaarrugadesucara,lacurvadelospómulos.Buscounamentira,algoqueoculta.Peroloúnicoquehayesunaconfusiónsilenciosa.
—No puedo volver al campamento—dice él finalmente—. Si la carretera noestuviera tapada de nieve, me iría, pero…—Suelta un profundo suspiro—. Estoyaquívarado.
Oliver respira y juro que el viento se calma, él cierra los ojos y el bosque sesacudecontralacasa.
Miobjetoperdidoqueencontréenelbosque,queahoraesmásbosquequechico.
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Digolosiguientesinpensarlo,antesdedecirmequenoesbuenaidea.—De acuerdo.—Me atraviesa una punzada de intranquilidad—. Puedes pasar
aquílanoche.Unanoche,medigoamímisma.Unanochemás,lodejarédormiraquí,aeste
chico que habla como si un viento suave semoviera en su interior, que no puederecordarquélepasólanocheenquemurióotrochico,cuyosojosmehacensentirunpocoaladeriva,deunmodoquedanganasdegritar.LasWalkernoconfiamosennuestro corazón. Tenemos corazones escurridizos, sensibleros, sangrantes. Sonimprudentesytontos.Unosmúsculosquelatendemasiadorápido,queseahuecanalromperse.Demasiadofrágilesparaconfiarenellos.Sinembargo,lodejoquedarse.
Cierro con llave la puerta principal y añado más leños a la estufa. Y cuandoOliver se acomoda en el sillón, veoque aún tiene la bolsa de hierbas que le di, lasujetaconlamano.Estabaseguradequenolaconservaría,perolohahecho.
—Gracias—medice,ymequedoparadaalpiede laescalera,mordiéndomeellabio,girandoelanillodepiedradelunaeneldedo.
—¿Puedo confiar en ti? —pregunto. Muy tarde, pienso. Ya lo he dejadoquedarse.Yahedejadoquemicorazónseapartaradosgradosdelcentro,yamehepermitidocreerquepodríaserdistinto,quenoescomolosdemás,quetalveztengaelmismo agujero que yo en su interior. Y si dice que no, ¿lo obligaré a irse?Lodudo.
Memiraconsusojosprofundoscomolaluna,ysientolacabezaligera,llenadeplumas y polvo, sin un solo pensamiento racional saltando por allí. Solamentepensamientosmareados.Sinbrújulaniestrellasparaguiarmedevueltaalaorilla.
—Nolosé—respondealfin,ysientolagargantademasiadoseca.Murióunchico.Murió,murió,murió.Laspalabrasahorasehaninstalado
confirmezaenmicráneo,sehanplantadoahí,dondeecharánraíces,espinasyfloresvenenosas,metiéndoseenmispensamientos,haciéndoserealidad.
Estáformándoseunatormentadentrodemí,dentrodeestacasa,yoscurecelosvanosdelaspuertas:laoscuridadsaledelosrinconesydedebajodelosarmazonesviejosychirriantesdelascamas.
Devueltaenmihabitación,mesientosola,fueradelugarenmispropiassábanas.Eltechodeldesvánparecedemasiadoempinadoeirregular,comohuesosfrágilesquepodríanromperseporlasrodillasyhacerseañicos.Obligoamisojosacerrarse,perosoloveolamariposa,elrecuerdodelasalasblancocenizaquesemuevenhaciamíenlaoscuridad.Quemeacechan.
Oliverhavueltodelbosque.Ypasóalgolanochedelatormenta.Algomalo.«Cuandovesunamariposanocturnadecolorclaro»,medecíamiabuelaunay
otravez,conlosojoscomolunasnegras,«lamuertenoestámuylejos».
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Librodehechizos
demedicinasdelbosque
yluzdeluna
WILLAWALKERllorabayllorabaylloraba.Nació en 1894, durante el invierno de una luna de buey. Era una bebé muy
inquieta.Llorabainclusocuandolasestrellasdeveranosereconfigurabanenelcielo,bailando sobre su cuna tallada a mano. Su madre, Adaline Walker, creía que supequeñahijateníaalgomalo:unauguriodeenfermedadomalasuerte.
CuandoWillateníadieciséisaños,sequedódepieenlaorilladellagoJackjawylloró sobre el agua poco profunda. Sus lágrimas llenaron el lago hasta que sedesbordó:lariberasellenódelodoyellagoquedósinfondo.
LasombranocturnadeWillaeracasilamáspeligrosa.Suslágrimaspodíanllenarocéanos si ella lo permitía. Podían ahogar hombres, desbordar ríos y convertir elbosqueenagua.
Nunca más se supo la profundidad del lago Jackjaw después de ese día, y lamadredeWillalaobligóallevarunpañueloatodoslados:eldelgadotrozodeteladebíacontenercadalágrimaquerodaradesusmejillas.Paraevitarqueseahogaraelmundo.
Willaseenamoródosveces,ydosvecesselerompióelcorazón.Murió en la segundanochedelBeltane, despuésde cumplir veintitrés años.Se
desconocelacausa.
Curaparalapenaylosataquesdellantoinexplicables:Dospizcasdeescutelaria.PolvodehojadelimónyhierbadeSanJuan.Néctardeunaabejadecardomariano.Unpelodecrindecaballo,quemadoenlosextremos.Mezclarenmorterodemadera.Beberoponerdebajodelalengua.
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NORA
Nodeberíaimportarme.NodeberíaimportarqueOlivernoestuvieraenelsillóncuandomehedespertado
y he bajado la escalera: igual que la mañana después de que lo encontrara en elbosque.
Sinembargo,mequedoparadaenelporche,mirandohaciaunalíneadepisadasprofundas que han quedadomarcadas en la nieve recién caída, que rodean los dospinosquemontanguardiajuntoamicasaydespuésbajanhaciaellago.Meatraviesauna oleada dedéjà vu, igual que la otra vez: la nieve cae en forma de ondas yaconocidas,cadapestañeodemisojosesunsegundoquehesentidouna,dosvecesantes.Eltiempogirayvuelveasusitioconunasacudida.
Tic,tic,bam.Meapoyoenlarejadelporche,aferrándomealamaderafría,yfijolavistaenlas
pisadasqueavanzanporlanieve.Esta es la segunda vez que se ha ido de la casamientras yo dormía, y quizás
deberíaenfadarme.Peroencambio,algomemolesta,unainquietudquenoseva,unacuriosidadquelatedetrásdemisojosyquiereseguirelcaminoqueélharecorrido,ver a dónde lleva. No puedo saber a qué hora se ha ido de casa, pero cuando hetocado su almohada, el aroma a bosque y tierra permanecía en el algodón. Sinembargo,lacalidezdesupielsehabíaidohacíarato.
Finnbajaaltroteporlaescaleradelporcheysalealanieve,olfateandoelsuelo.El solqueseasomaemiteunbrillopálidoenelhorizonte,yquizásnodebería
seguir sus pisadas, quizás nome convenga saber a dónde se ha ido. Sin embargo,metolasmanosenlosbolsillosdelabrigo,bajoporlosescalonesconpasopesadoymeadentroenlanievedetodosmodos.
Murióunchico.YquizásOliverdecidióirseenplenanoche,intentócaminarporlacarreteraquellevaalpueblo.Sihahechoeso,novaallegar.Oquizáshaidoaotro sitio. Tal vez está intentando ocultar otros secretos, un pozo profundo desecretos.
Finn salta con alegría por la nieve, siguiendo las huellas de Oliver, y cuandollegamosallago,laspisadasdoblanalaizquierda,hacialaorillasur.
Elairesearremolinaysalpicahielo;elcielodelamañanaesaterciopelado,comounatelahiladaamano,estropeadapornubesprofundaseimperfecciones,nohechaamáquina. Y el camino que Oliver siguió para rodear el lago me lleva al pequeño
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puerto, donde los muelles yacen congelados, esperando la primavera. Las canoasdescansanconelcascohaciaelcielo.
Enverano, los turistas se juntan en este ladodel lago; los niños correnpor losmuellesparazambullirseenelagua;losheladosdenaranja,cerezaysandíachorreansobrelosdedosdelospiesyporlosbrazosquemadosporelsol.Niñosnormalesconvidasnormales:algoqueyonuncaheconocido.Siemprehayoloraprotectorsolaryfogatas.Las tardesardencon tanta intensidadquees imposiblequesobrevivanadaoscuroysombrío.
Peroahora, la tiendadelpuerto está tapiadahastaquepase el invierno, conuncarteldecerradoquecuelgatorcidosobrelapuertaturquesa.Elvientogolpeacontralamadera,untactactacqueme recuerdaaunpájarocarpinteroquebusca insectosdentrodelostroncosdelosabetos.
—¡Hola!—exclamaalguien,ymegirorepentinamente,haciaellago.ElviejoseñorPerkinsestáenunodelosmuelles,pateandonieveconlasbotasde
lluvia verdes, con la capucha del impermeable amarillo puesta, como si fueraprimavera,comosinohicieramuchofríoysolamentelloviznara.
—Buenosdías—lerespondo.Cuandomiabuelavivía,ellayelseñorPerkinssolíansentarseenlosmuellesal
atardecerycharlabansobre losañosquehabíandejadoatrás:antesdeque llegaranlosturistas,cuandoseencontrabaoroenlasueladeloszapatoscontansolocaminarporlaorilla,einnumerablespecesnadabanenellago.Ahora,devezencuando,mimadreyyocaminamoshastaelpuertoparavercómoestá,enespecialeninvierno.Lellevamosuntermocontédemanzanaycanela,unpasteldecalabazareciénhechoyfrascosdemielreciénenvasada.
Peroestavez,nohetraídopastel.El señor Perkinsme hace un gesto inclinando la cabeza, y frente a él hay una
escobaconlaquehaestadobarriendo,quitandolanievedelmuelle.Algoraroparahacereninvierno.PeroFloydPerkinsnuncahasidoordinario.
—Losmuellesestabanhundiéndose—explica—.Ysemerompiólapalaparalanieve.—Haceungestoconlamanohacialaescoba,comosilasoluciónfueraobvia,ydespuésalzalavistahaciaelcielo—.Estamalditanievenopara.Escasitanmalocomo el año en que tu tía abuela Helena empezó a arrojar cubos de hielo por laventana.—ElseñorPerkinsconocecasitodaslashistoriasdelasWalker.EstuvoaquíelinviernoenqueHelenaWalkersepusoalanzarcubosdehieloporlaventanadeldesván todas lasmañanas:unhechizopeculiarpara invocara lanieve.UnhechizoquesoloHelenapodíahacer.Eseaño,elinviernoduróochomeses,ydespuésdeeso,lamadredeHelena,Isolde,leprohibióvolverainvocarlanieveylepusocandadoala hielera. La idea aún me hace sonreír: la cabellera pelirroja y enmarañada deHelena, arremolinándose a su alrededormientras los copos caían a borbotones delcielo.
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—Elbosquepareceenfadado—digo,haciendoungestoconlacabezahacialasmontañas,dondesejuntanlasnubessobrelaspendientesirregularesdelnorte.NoesHelenaWalkerlaresponsabledelastormentasdeesteinvierno;esalgomás.Hayunaoscuridadsobreel lago,unpronósticodealgoqueestáporvenir.Meestremezcoydoyunpisotónenlanieveparamantenerlacirculaciónenlaspiernasylosbrazos.
—Estebosquetienemalgenio—concuerdaél,yselelevantalacomisuradelaboca—.Mejornoenfadarlo.
«Unárbolsolitariopuedeacumularodioenlacortezaydarhojascomidasporlaspolillas»,diceunanotaescritaamanoenlosmárgenesdellibrodehechizos.«Perounbosqueenteropuedeentretejerunamaldadtanprofundayarraigadaquenoexistemodo de atravesarlo a salvo». La nota parecía haber sido una idea de últimomomento, pero seme quedó grabada en lamente. La gravedad que transmite. Laadvertencia de que no se puede confiar en un bosque. Los árboles conspiran.Observan.Estándespiertos.
Apartolamiradadelasmontañasypregunto:—¿Havistoaalguiencaminandoporellagoestamañana?ElseñorPerkinsselimpialafrente,despuésseponelamanosobrelosojos,como
simiraraalolejos,porunmarazulinterminable,intentandoavistartierra.—¿Aquiénbuscas?Noséquéquierodecir,quéexplicacióndaracercadeOliver.Acercadetodo.Así
quesolamenterespondo:—Aunchicodelcampamento.ElseñorPerkinsseapoyacontodosupesosobreelmangodelaescobaviejay
destartalada,comosifueraunamuletaounbastón.—¿Teestánmolestandoesoschicos?—pregunta.Seleendurecelaexpresiónen
unmodoprotector.Elarcopreocupadoqueformansuscejascanosas,lacurvadesulabiosuperior.Eslomáscercanoquehetenidoaunabuelo,yavecespiensoquesepreocupa más por mí que mi propia madre—. Si esos chicos te dicen algo pococaballeroso,meavisas.
Sepreocupadequemellamenbrujaalacara.Dequemearrojenpiedras,comohacíanloshabitantesdelpueblocuandoveíanaunaWalkermerodeandoporellago.Sepreocupadequeyoseafrágilcomoelhieloyqueunaspalabrascruelesmehaganañicosfácilmente.
Perodentrodemítengomáscosasdemiabueladelasqueélpiensa.—Loschicosnohanhechonada—leaseguro,dedicándoleunapequeñasonrisa.Élsacaelmentónydice:—Bien, bien. —Mueve los hombros hacia atrás, combatiendo el dolor de la
columnatorcidaycansada.Sumanoizquierdaempiezaatemblar,comolohahechobastanteenlosúltimosaños,yéllasujetaconladerechaparadetenereltemblor—.Nohevistoanadiecaminandoestamañana,nichicosniciervosnialmasperdidas.
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—Quizás haya sido más temprano.—Cierro los labios, sintiéndome tonta porhaberpreguntado,porhaberseguidolashuellasdeOliverenlanieve—.Talvezantesdequesalieraelsol.—IntentoimaginaraOliversaliendodelacasaahurtadillas,enlaoscuridad,sindeciradiós,ycaminandoentrelosárbolescomosiescondieraalgo.Comosinoquisieraquenadielosiguiera.
Sehaido,yunaligerasensacióndedolorsememeteenlapiel.Unasensaciónquenoquiero tener.Undolorquenovoyapermitirqueseadentremásenmí.Novoyadejarqueestechicoalteretodomiser.
ElseñorPerkinsniegaconlacabeza.—Losiento,pero loúnicoquehapasadoporaquíhabrásidouna liebre.—Sus
ojos sedisparanhacia el lago, como si recordara algo, y se rasca el gorrode lana,revelando losmechones canosos que están debajo—. Puede ser difícil encontrar aalguienenestebosque—añade,tensandolamandíbula,moviéndoladeunladoaotro—,sinoquierequenadieloencuentre.
Finnvatrotandodelanteporlanieve,pasandoelmuelle:otravezsigueelrastrodeOliver.
Quizás el señorPerkins tenga razón.SiOliver noquiereque lo encuentren, talvezdeberíadejarelasuntoenpazyvolveramicasa.Echounvistazoalasmontañas,dondeunoscuroparedóndenubesdesciendesobreellago.
—Esmuyprobableque empieceotra tormentadentrodeunahora—ledigoalseñorPerkins—.Talvezseamejorquevuelvadentro.
Unarisaescapadesugarganta,comosielsonidohubieraempezadoenlospiesytenidotiempodeganarintensidad.
—Igualquetuabuela—dice,haciendounchasquidoconlalengua—.Siempreospreocupáis pormí.—Se despide con lamano y empieza a caminar por elmuellearrastrando lospies—.Amiedad,unahorapareceunaeternidad.—Barre lanievedel borde del muelle y la arroja al hielo—. Aún falta mucho. —En lugar dedespedirse, tarareaunamelodía conocidaenvozbaja,unamelodíaquecantabamiabuela.Hablabadeunospinzonesperdidosquevolarondemasiadohaciaeleste,conbayasvenenosasenlasgarras,enbuscadequienesestabancansadosyconelcorazónroto.Unafábulacantadasobreeltiempoqueseacortayseescapadeentrelosdedos.Medueleelpechoaloírla.Sientounatristezararadelaquenuncavoyalibrarme.
Mehacesentirespantosamentesola.Finn rodea la orilla, y vuelvo a pensar que quizás no debería seguirlo. Pero la
curiosidadesungolpeteomolestodentrodemicabeza.Insistente.
Avanzocondificultadporlanieveprofunda,bajoelcielotormentoso,hastaquellegoaunsitiodondelashuellasdeOliversealejandellagoysubenhastalosárboles…aunsitioalqueraravezvoy.
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Unsitiodondelapenumbradelaoscuridadnuncaseva.Dondemuchasveceshevistosombrashumanasquedeambulanalponerseelsol:espectrosqueaúnnosabenquehanmuerto.UnsitioquelasWalkerprefierenevitar.
ElcementerioJackjaw.Elcementerioestáentrelacostarocosayelbosque,visibledesdetodosloslados
dellago.Hacecienaños,cuandomurióelprimerhabitante,losdolientescaminaronunosmetrosalolargodelaorillaydecidieronqueesteeraunbuensitio.Cavaronunhoyo,yestepasóaserelsitiodondeseenterrabaalosmuertos.
Finnentratrotandoenelcementerioysedetieneanteunahileradelápidasviejas,entierraelhocicoen lanieve, tocael suelocon lapataduranteunos segundos.Noquieroestaraquí,entrelosmuertos,perosigoelrastrodeOliverhastaelfinal.
Semeestremecelapiel.Mepicanlassienes,comosimecaminaraninsectosporencima.Mearrodillo frentea la lápidadondesedetuvieron lashuellasdeOliverypasolamanoporelfrente,quitandolacapadenieve.Conozcoestatumba,conozcocasitodaslasquepertenecenamifamilia.
AquíyaceWillaWalker,bajovarioscentímetrosdetierrayarcillaapisonadas.LoschicosdelcampamentosuelenveniradondeestánlaslápidasdelasWalker.
Bebencerveza,aúllanalalunayfrotanlasmanoscontralaslápidas,pidiendodeseos.Esunsitiodereunión,dondeintentanasustarseentreellos.EnlaNochedeBrujas,vienenchicosdesdeFirHavenyacampanentrelaslápidas,secuentancuentosdelasWalker,hacenhechizosinventadosporellosyseechanmaldicionesentresí.
Pero¿porquéOliverhavenidoaquíahora,alsitiodondedescansaWillaWalker,unaWalkerquelloródentrodeunlagohastadejarlosinfondo?LaquellorómásquecualquierotraWalker.Cuyaslágrimas,segúndecían,eransaladascomoelmar.Cuyasombranocturnapodíaahogaralmundo.
Apoyo lamano sobre la lápida, como si pudiera sentir el pasado dentro de lasuperficie, comosipudieraveraOliverdepie frentea la tumbay recordar loquesintió,invocarlospensamientosquelerepiqueteabanenlacabeza.Ojaláesafueramisombranocturna:recuperarrecuerdosdelosobjetos.Asísiempresabríalaverdad.
Peronoperciboningún recuerdo, y aparto lamano, la bajo a un lado.Si fueracualquier otraWalker, quizás podría recoger alguna pista del pasado, invocar unapizcadeluzdelunaparaquememuestreloquenopuedover.Encambio,loúnicoquesientoeselairefríoenelcuello.Lanievedebajodemispies.Nadaquevalgalapena.
De todos modos, me pregunto, ¿por qué ha venido aquí Oliver? ¿Qué estababuscando?
¿Quérecuerda?Metiemblanlasmanos,ytengounasensacióndebalanceoenelpecho,comosi
losárbolesyelcielocolorcarbónoscilaran,bamboleándosecomounbarcoapuntodenaufragar.Pasóanocheenmihabitación,estamañanaenelporche.Yahoraotra
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vez.Comosielmundosetambalearaenelfilodemisojos,comosiestuvieraapuntodedesalinearse.
Pestañeoyobligoalasensaciónairse.Ami lado,elhocicodeFinnsesacude,yélpasa juntoamispiernas,vuelvea
salirporlaentradadelcementerio,siguiendolashuellasquevuelvenallago.Olivernosehaadentradoenelcementerio;nosehaquedado.HavenidoalalápidadeWillaysehaido.
Quizásodiatantoestesitiocomoyo.Las tumbas de aspecto triste y los huesos que yacen bajo el suelo. El viento
constante que se enrosca en mi cuello. El miedo de que quizás vea a uno de losmuertos,queavanzanazancadasentrelosárbolesmoribundos,ignorandoloqueson.Dedosgrisesypodridosquesemeacercan.Quesuplican.Queintentanmetermemásen el cementerio. «No tengasmiedo»,me decíami abuela cuando pasábamos poraquí.«TodaslasWalkerpuedenveralosmuertos».
Peronoquierover aunmuertoestanoche, asíquemepongodepieycaminohastalaentradadelcementerio.
Finnavanzaporlaorilla,haciaelcampamento,perolollamoparaquevuelva.Oliver no ha intentado bajar por la montaña para ir al pueblo. Ha venido al
cementerio,ydespuéshavueltoalcampamento.Yquizástodohasidopartedealgúnengaño.Algunabroma.Quizásfingióquenecesitabaunsitiodondedormiranoche;quizáslosdemáschicoslodesafiaronaquese«quedaraenlacasadelachicabruja»,aversisobrevivíaaotranoche.Porlogeneral,loschicosdelcampamentomedejantranquila:tienenlaprudenciasuficienteparaevitarlacasadelasWalker.PeroquizáspensaronqueOliverpodíaconvencermedequelodejaraentrarotravez,queyoseríatantontaquelodejaríaentrar.Yasífue.
Laideameenfada.Laideadequetalveznadadeloquemedijoseaverdad,dequerecuerdamásde
esanochedeloquequierereconocer.Me voy del cementerio antes de ver alguna sombra, alguna silueta entre las
lápidas,defantasmasatrapadosentreestemundoyelotro.PeroOliverha estadoaquí.Haestadoaquí, en la lápidadeWillaWalker, yno
entiendoporqué.
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OLIVER
Rodeoellago,pasoelmuelle.Salehumodelachimeneadeunacabañapequeña,alejadadellago,yveoquehay
movimientoenunadelasventanas:unhombremiradesdeelinterior.Duranteunossegundospiensoquemeve,perodespuéssevaylacortinavuelveasusitio.
Laorilladoblabruscamentealaderecha,lariberasehaceempinada,yunasrocasenormessalendelbordedellagocongelado.Esengañoso:lasuperficietranquila,lacapa de hielo que parece sólida y segura.Aquínohaynadaque temer. Ymepreguntocómoseráellagoenprimavera,descongeladoybrillantebajoelresplandordelsol.
Dócilytentador.Unsitiodonderefrescarelsudordelapiel.LleguéalCampamentoJackjawparaChicosRebeldescuandoelotoñoacababa
deinstalarsesobrelasmontañas,cuandola temperaturaempezóabajaryel lago,acongelarse.Lleguédespuésdecasi todos losdemáschicos,quehabíanestadoaquítodoelverano,omás.Yoeraelnuevo.
Noerapartedeellos.Pero a decir verdad, no soy parte de nada. No tengo una habitación a la cual
volver cuandome vaya de estasmontañas.No tengo nadie a quien escribir cartas.Ningúnporchenijardínconoloramentayropareciénlavadaquesesecaalsol.
Ysinunsitioquepuedaconsiderarmihogar,unsitiopropio,notengonadaqueperder. No puedo decepcionar a nadie. No tengo razón para temer lo que pasedespués. Estoy solo. Y en los libros, los que no tienen nada que perder suelenconventirseenvillanos.Asíescómoempiezasuhistoria:conpérdidaytristeza,queenseguidasevuelvenirayrencor,sinvueltaatrás.
Ojalá pudiera ver los recuerdos que se perdieron dentro de mí. Ojalá no mesintiera resentido y frustrado. Solo. Ojalá este zumbido dejara de chirriar en micabeza.
Nunca quise ser el villano, nunca quise despertar en el bosque, con el fríometiéndoseenmishuesos,ylacertezadequehapasadoalgomalorepiqueteandoenlosoídos.Algoquenopuedorevertir.
Peronosiempresepuedeelegir,serelvillanoono.Esalgoquetepasa.Una serie de circunstancias que te conducen a un destino del que no puedes
escapar.Delante de mí, entre los árboles, está el cementerio, con las lápidas
desmoronadas,lahierbacrecidaylosárbolesmoribundos.Esuncementerioviejo,y
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mepreguntosi loseguiránusando,si loshabitantesdelpuebloseguiránenterrandoaquíasusseresqueridos.
Atraviesolapequeñapuertademetal,dobladaenlasbisagras.Entroalterreno…yséqueyaheestadoaquí.Elrecuerdonomellegaconclaridadynitidez,sinoqueesunnudoque semehaceenel estómago.La sensacióndel sueloduroyhuecoqueyacebajomispies.Elairerepentino,comosimemetieraenunahielera.Comosimemetieraenunatumba.Yalohesentidotodo.
Doyunospasos, escuchandoa lospájarosde lamañanaquegraznandesde lospinos,ydespuésmispiessedetienen.Mispiernasrehúsanavanzar.Yameheparadojuntoaestahileradelápidas,dondeelsueloes irregularylaspiedrassedeterioranconelvientoinvernal.Meempiezanazumbarlosoídos,unrecuerdoquequieresaliralasuperficie,yrecuerdoelnombredelalápidaqueestáamispies,sinnecesidaddeleerlo:WillaWalker.
Me quedé de pie aquí en la oscuridad, con la nieve bajo los pies, las estrellasocultastrasunacapadenubesbajas,ymiréestamismatumba.
Se alzan unas voces enmimente, las siento en la garganta. Los recuerdosmearañan y rasguñan, me sacan sangre, ráfagas violentas que me golpean como unpuñetazoenelpecho.
Mepresionolosojosconlasmanoseintentoborrarlas.Perolasoigoigual.Yséquenoestuvesoloesanoche.Losotrostambiénestuvieronaquí:loschicosdemicabaña.Rhett,JasperyLin.
Estuvierontodosaquí.Lanievecaíaanuestroalrededor,seavecinabaunatormenta.Puedosaborearelwhiskyenlagarganta,sentirelcalorenmiestómago,puedooírlasrisas,forzadasyrepentinas.
Estuvimos aquí esa noche.Yo estuve aquí. El corazón me latía demasiadorápido,mispiernassemoríanporsalircorriendo.Noqueríaestarenestecementerioconunatormentaqueseacercaba.
Peronoestábamosloscuatrosolos.Habíaalguienmás.Otrochico.Susrisasresuenandentrodemiscostillasydoyunpasohaciaatrás.Despuésotro.
No quiero estar aquí. Los recuerdos empiezan a cortarme por la mitad, crudos ydentados.
Llego a la puerta,mis talones chocan contra ella, seme traban las botas en lanieve.
Atraviesolaentradaymepresionolassienesconlasmanos.«Esanochemurióunchico»,medijoNora.Murióunchico,yyodesaparecíenelbosque.
El viento aúlla enmis oídos, un grito que parece una advertencia, como si losárbolesrecordaran,comosisupieranquiénsoy.Caminoatrompiconeshaciaellago,mealejodelcementerio.Dejoquelaspiernasmellevenalcampamento.Acualquiersitiomenoseste.
Murióunchico,repitemicabeza.Elvientochilla.
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Yunodelosqueestuvimosesanocheenestecementeriotienelaculpa.
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NORA
Laviejacasaqueestá frenteal lagohaalbergadoacasi todas lasWalkerquehanexistido.Eso,sincontaralasprimeras,delasquenosémucho:lasque,segúndicen,salierondelbosque,conelpeloentrelazadoconbayasdeenebroydedaleras,lospiescubiertosdemusgo,losojosatentoscomolosdelasavesnocturnas.
Cuentalaleyendaqueaparecimoscomosalidasdeunsueño.Losprimeroshabitantesafirmabanqueveíana lasWalker tejerhechizosen las
fibras de sus vestidos: imágenes de la luna, estrellas de cinco puntas y conejosblancos para protegerse. Contaban que Josephine Walker bordó el dibujo de uncorazónrotoenlateladesuvestidoazulmarino,conunadagaquelopartíaporlamitadylasangrequechorreabaporlosplieguesdelafaldahastallegaraloszapatos.Dosdíasdespués,elchicoqueellaamaba,peroqueamabaaotra,se tropezóen laescaleradelporchedesucasaycayósobreelcuchillodecazaquesiemprellevabaenfundado. Dicen que se le clavó entre las costillas y le atravesó el corazón,cortándoloendos.
LasangredelvestidodeJosephinecorrióporlatelaydejógotasbienredondasenelsuelodelaviejacasa.Elhechizohabíafuncionado.
Despuésdeeso,loslugareñossupieronconcertezaqueéramosbrujas.No importaba si la historia era verdad o no, si Josephine realmente bordó un
hechizoenlosplieguesdesuvestido:lasWalkersiempreseríanhechicerasenlasquenosepodíaconfiar.
Yenestepueblo,nuncaseríamosotracosa.Puederesultarunacargaconocertuhistoriafamiliar:serpartedeunsitiodetal
formaquecomprendescadasilbidodelosárboles,lasespiralesquesuelenhacerloshelechos, el sonidodel lagoque cruje en invierno.La certeza de que algovamal,aunquenopuedasverbienquées.
—Quéfríohace,suputamadre—diceSuzycuandoentroporlapuertaprincipal.Estásentadaenelbordedelsillón,conunamantasobreloshombros,mientrasle
tiemblanlaspiernas.—Se apagó el fuego anoche —digo, quitándome el abrigo y las botas para
agacharmejuntoalaestufa.—¿Dóndeestabas?—pregunta.Memuerdoellabio,nolamiro.Noquierodecirlelaverdad,peronosemeocurre
unamentiraatiempo.—BuscabaaOliver.
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—¿Elchicoqueencontrasteenelbosque?—Selevantansuscejas,aligualqueellabiosuperior:unarisitadecomplicidad.
—Yanoestabacuandodesperté.Esque…nosabíaquéhabíapasado.Creíaquehabíapasadoalgomalo.
—¿Teteníapreocupada?—diceSuzy,conlasonrisacadavezmásgrande.—No.—Niegoconlacabeza—.Esquemeparecióraroquesefueraantesdeque
salieraelsol.Suzydejade temblaryse inclinahaciadelante.Sucuriosidadhacuradoel frío
quesentía.Froto una cerilla contra el borde de la estufa y esta se enciende, la luz más
brillante de toda la casa. Espero a que la llama prenda en las ramitas que estándesparramadasenelfondodelaestufa.Elbrillodelfuegoenseguidaseextiendeporlosleñosycierrolapuerta,dejandoqueelcalorseacumuledentro.
—¿Durmióaquíanoche?—pregunta.Mepongodepieyvoyalacocina,tengolosnerviosdepunta:noquierohablar
deesto,deél.—No tenía a dónde ir—respondo.Ofuesoloun juego, pienso.Una broma
tonta,yyolecreí.Undesafíodepartedelosdemáschicos,quenuncahanvistoelinteriordemicasa.Quizáslodesafiaronarobarunadelascosasperdidasmientrasyodormía,perocuandoechounvistazoalasaladeestar,noparecefaltarnada.
Estápasandoalgomásquenoalcanzoacomprender.PerolasonrisadeSuzyestanampliaquehastaselelevantanunpocolasorejas.—¿Porquénoquiereestarenelcampamento?—pregunta.—Nolosé.—Nosénada.—Seguramentequierequedarseaquícontigo—sugiere,enseñandolosdientesa
travésdesusonrisa.Niegoconlacabeza(«lodudo»)ysacolacajadeavenadelaalacena.—Espera.—Suzyseendereza—.¿Élsabeloquelepasóalchicoquemurió?Mis dedos tocan el borde de la encimera, sintiendo la superficie fría, la parte
dondeunavezsemecayóunfrascodecristaldemielysehizounamuesca.Elcristalse hizo añicos y la miel chorreó por todos lados.Mi madre se enfureció, pero laabuela solo cantó entre susurrosuna canción sobre cómo lamiel hacíaque la casaoliera a dulce. Creo que se la inventó en aquelmomento para que yome sintieramejor.
—Dijoqueno—respondo,recordandolamiradadeasombroqueinvadiólacaradeOlivercuandose loconté.Peroquizásmalinterpreté todo loque transmitíansusojosverdes.Quizássoyunatontaalpensarquemehacontadolaverdad.
—Probablementefueunaccidente—añadeSuzy,hundiéndoseenloscojinesdelsillón,deprontoaburridaotravez.
Apartolosdedosdelaencimera.—¿Quéquieresdecir?
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Ellatuerceloslabiosaunlado,pensando.—Ese chico quemurió, probablemente se cayóde un árbol omurió congelado
mientrashacíanalgunaactividadenelbosque.—Talvez—respondo—.Perosi fueunaccidente,¿porqué tantosecreto?¿Por
quélossupervisoresnocontaronatodosloquepasó?—Quiénsabe.Quizásqueríanllamarprimeroalospadresdelchico.Onoquerían
asustaranadiehastaquevinieralapolicía.Nosécómofuncionanestascosas.—Otravez, habla con un tono insensible, como si no quisiera que la molestara con mispreguntas.
Perodespuéssuexpresióndecae,ymedoycuentadequenoesesoloquelepasa.Leafectahablardeltema.Fingequenoesgrancosaparaquenolosea.Asínotienequepensarenqueestáatrapadaaquí,enestasmontañasimplacables,conalguienquequizáshamatadoaesechico.
—¿Podemos no hablar de eso? —añade, y sé que estoy en lo cierto. Tienemiedo.Ytalvezdeberíatenermiedo…talvezlasdosdeberíamosestaraterradas.
—Sí,claro—acepto.Pero no quiere decir que deje de pensar en eso, que la sensación agria no está
carcomiéndomepordentro,quenomesientainquietaninerviosa,niqueestanochenovayaarevisarquelaspuertasesténbiencerradasantesdeiradormir.
—Ni siquiera debería estar aquí —murmura Suzy, casi lloriqueando, como siestuvieraconteniendolaslágrimas.
Eltechodelacabañacrujeygimealavezqueselevantamásvientoafuera.—Enalgúnmomentosedescongelarálacarretera—digo,ofreciendounamínima
esperanza.Pero ahora que el invierno está firme en lasmontañas, podría tardar unmes,quizásmás.Hahabidotormentasenellagotodoslosdías,ylanievenodejadeacumularsesobrelostechos,lasentradasparacochesylaúnicacarreteraquebajaporlamontaña.Estamosatrapadas.Encerradas.Cautivas.
Suzysepasalosdedosporsupelolargoyondulado,tirandodelcuerocabelludo,yapoyalafrenteenlasrodillas,comosifueraunaniñitaquejuegaalescondite.Sinopuedeverlaoscuridad,entonceslaoscuridadnopuedeverlaaella.
Estenoessusitio.—Noveolahoradeirmedeaquí—dice,levantandolacabezaparamirarporla
ventana.MepreguntosihablarádellagoJackjawodeFirHaven,dondevive.Nosésisequerráirdeltodo,escapardeestaparteindómitadelpaís—.Odioelfrío,odioestasmontañas,todo.Encuantotermineelinstituto,mevoy.Heestadoahorrando.—Memiraconojosdequemeestárevelandosusecretomásrecóndito—.Mispadresno lo saben. Perome niego a terminar como todos los demás que se quedan aquíestancados.
Yaloheoído:ladesesperación,elplanparaescapar.EsalgocomúnenelcentrobachilleratodeFirHaven,enespecialentrelosestudiantesdelúltimoaño,cuandoseacercalagraduación.Hablandemudarsealeste,oaCaliforniadondenuncanieva,o
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alextranjero,lomáslejosquepuedan.Sinembargo,laverdadesquelamayoríasequeda.ConsiguenempleoenlamadereraoenunadelasplantacionesdeárbolesdeNavidadqueestánesparcidasporelvalle.Seestancan.Seolvidandelossueñosqueteníandeviajarasitiosmuylejosdeaquí.
Deberíadecirlequelecreo,peronosésilohago,enrealidad.Encambio,pongounacacerolaconaguasobre laestufayesperoaquehierva.
Añadomásleñosalfuego.—¿Túvasairtecuandotermineelbachillerato?—preguntaSuzy,ylapregunta
me sorprende de verdad, como si yo le importara, aunque sea un poquito. Tragosaliva,tensa,sinsaberquésentir.Nuncanadiemelohapreguntado.Nisiquieramimadreomiabuela.PorquelasWalkernuncasevandellagoJackjaw.Almenosnopor mucho tiempo. Nos cuesta respirar fuera de este bosque. Cuanto más nosalejamos,más lateennuestro interior,yalaire lecuesta llegara lospulmones.Mimadresefueduranteunañocuandoteníadiecinueve.ViajóporAlaska,conocióamipadre anónimo, se quedó embarazada y volvió a casa con ojos arrepentidos… almenosesoes loquecontabamiabuela.Mimadrepensabaquepodríadejardeserquieneraalirsedelbosque.PerolasWalkersiemprevuelven.Creoqueporesoviajahasta elmarparavender los frascosdemiel silvestre: es unmodode escapar, unaoportunidadparaestarfrentealmarabiertoysentirselibreporuntiempo…hastaquevuelveallagoJackjaw.
Hastaquevuelveconmigo:lahijaquelahadejadoatrapadaaquí.Sucarga.Uncuchillosehundemásenmicorazóncadavezqueellaseva,cadavezqueprometevolver pero yo no estoy tan segura de que lo haga. No sé si esta vez se irá parasiempreynuncavolverá.Yavecesmesientoculpableporquererquehagaeso,pordesearquesequedelejos.
Talvezseamásfácil:estarsola.Alzarmuros.Unavidasolitariasinnadiemás.Sinnadiequeterompaelcorazón.
—No—lerespondoaSuzyfinalmente—.Novoyairme.—Nonecesitoescapar.Nosoycomoella,comomimadre.Nonecesitoabandonarestesitio,nonecesitoverpalmerasovastosdesiertosresecosociudadesqueresplandecendenocheparasaberqueesteesmisitio,parasaberquenopodríasobrevivirallíafuera.Soyunacriaturadelbosque.Nopuedovivirenotrositio.
—Peropodrías—diceella—.Podríasirte.Podríasvisitarmedondeseaqueesté.París,quizás.—Susojos seabrenante la idea,comosicasiestuvieraallí consolopensarlo,yaconelsabordeuncroissantdemantequillaenloslabios.
Nopuedoevitarsonreír.Yniegoconlacabeza.—CreoquenotendríaniideadequéhacerenParís.—¿Por qué no? Podríamos desayunar bollos, cenar helado y enamorarnos de
quien queramos. Ni siquiera tendríamos que aprender francés, simplementepodríamosdejarqueloschicosnossusurrensuspalabrasextranjerasaloídoyperderlanocióndeltiempo.Perderlanocióndequiéneséramos.
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Me río y me echo en el sillón junto a ella. Suzy resopla, con las mejillassonrosadas.Megustasusueño,elmundoimaginarioenelquepodemosiracualquierladoyserquienqueramos.
—Deacuerdo—digo,porquemegustademasiadoestemomento,porquequierocreerquetienerazónyquepodemoshaceresascosas.
En estemomento, soy una chica que deja el bosque atrás. Una chica con unaamigaquelaconvencedesaliraescondidasporlaventanadelahabitacióndurantelamadrugada y escapar a un sitio muy, muy lejos de aquí. Una de esas amigasverdaderas,parasiempre.Deesasconlasqueunairíaacualquierparte.Unaamigaquesiemprevaaestar,paseloquepase.
—Mejorhagamoslasmaletasestanoche—diceSuzy,guiñandounojo,siguiendoconnuestro sueño imposible—.Tenemosquever que tengamos los sombrerosquecorresponden,nopodemosiraParíssinsombrerosparisinosperfectos.
—Claro—digo—.Yzapatos.—Ygafasdesol.Asientoymevuelvoareír.—Tambiéntenemosquecambiarnoselnombre—sugiere,girandolacabezapara
mirarme—.Unoquevayaconnuestrodisfraz.Nopodemospermitirquealguienseenteredequesomosunaspueblerinas.
—Porsupuesto.—AgathaValentine—diceSuzy, cuyos ojos empiezan a ponerse llorosos de la
risa—.Asímellamoyo.Niegoconlacabeza.—Pareceelnombrefalsodeunainvestigadoraprivada—señalo.—Odelaherederadeunaempresadetarjetasdefelicitación.Lanzounacarcajada.—TútellamarásPenélopeButtercup—medice,alzandounaceja—.Lahijade
unmagnatedeloscaballosdecarreras,cuyocampeónpurasangre,Buttercup,ganóel Kentucky Derby. Pero no ganó en la prestigiosa carrera de Belmont Stakes, sumayorbochorno.
—Mihistoriapareceunpocomáselaboradaquelatuya—señalo,entrerisas.Suzyyaestá llorando,ycreoquenosdiounpocodeesasensacióndequeuna
vezqueempiezasareír,nopuedesparar,cuandotodosevuelvegracioso,aunquenodeberíahacergracia.
—La heredera de una empresa de tarjetas de felicitación y una princesa de lascarreras de caballos—continúa—.Nos invitarán a lasmejores fiestas de París.—Resoplaotravez.
Nos sentamos así, limpiándonos las lágrimas, soltando lo último que queda denuestras risas reprimidas. Cuando el silencio finalmente se posa sobre nosotras, lacasa parece demasiado tranquila. El aire, demasiado quieto. Me doy cuenta de loabsurdoqueesreír,encontraralgograciosocuandoenrealidadestamosatrapadaspor
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lanieve,Oliverhadesaparecidoyunchicohamuerto.Medavergüenzaymelevantodelsillón,frotándomelasmanossobreelpantalón.
Hemos olvidado dónde estábamos, hemos olvidado que aún quedan cosas quetemer.
Lacacerolaconaguaquehedejadosobrelaestufaempiezaahervir,ylallevoalacocinaparaprepararnoslaavenayunatazadeté.Suzyapoyaelmentónsobrelasrodillas, y veoque su sonrisa ha desaparecido: sus pensamientos hanvuelto a estasala,aestacasadelbosque,alfríoquesiemprebuscaelmododeentrar.Aestesitio,dondehamuertounchico.Todovuelveenunaoleada,ycreoquealcanzoaverelmiedoquememiradesdesusojoscoloravellana.Paríshaquedadoaunadistanciaimposible.
Nosquedamoscalladaselrestodeldía.Tenemosmiedodehablar,deperdernosen tontos sueños imaginarios. En cambio,me siento junto a la ventana de la partedelantera y busco alguna silueta que se mueva entre los árboles, alguna señal deOliver. Pero no aparece. Solamente veo un ciervo que avanza con cautela por lanieve,cuandollegaelanocheceralbosque.Caminahasta laorillaygolpeacon laspatas la superficie del lago congelado, intentando romper el hielo, pero algo losobresalta,unpájaroquizás,yvuelvecorriendoalbosque.
Miro a Suzy, acurrucada junto al fuego como una muñeca, acomodada concuidado,conlasmanossobreelregazo,yduranteunmomentonopuedosabercuántotiempohapasado, cuántashoras, cuántosdíasymeses,desdeque llegóami casa,desdequevinolatormentaylacarreteraquedócerrada.Sientoqueestoyperdiendolanociónde losminutos.El tiempomehaestadoengañandodesdequeencontréaOliverenelbosque,desdequemisojosseencontraronconlosdeél.
Tic,tic,tac.Me levanto de la silla para quitarme la sensación, para plantar con firmeza los
pies enel suelo.El relojqueestá encimadel fregaderode la cocinahace tic, tac,entrelazándose con las fibras de mi mente, haciendo avanzar los segundos,demasiadorápido.
Tic,tic,tac.Cierrolosojosconfuerzayoigoqueelrelojtitubea,comosieltiemposehubiera
estancado entre los segundos. Un sonido tembloroso se escapa de mis labios. Unjadeosibilante.
—¿Estásbien?—preguntaSuzy.Levantolospárpadosyasientoconlacabeza.—Estoybien—susurro.—Estabastemblando.Juntolasmanosparaquenolovea,ylasmetodentrodelasmangas.—Solotengofrío—miento.
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Peroséqueesotracosa.Undéjàvuoeltiempoqueseescapa:estápasandoalgoque nunca he sentido.Mi abuela me diría que necesito descansar, me pondría lasmanosenlafrenteymeharíabebertéconraícesdemanzanillayhojasdevainilla.Después,mientrasestuvieradormida,semeteríaenmissueñosparaverquémepasaenrealidad.Usaríasusombranocturnapararecomponerme.
Caminohastalaestufaypongolasmanossobreelcalor.—Quizásnosconvengadormiraquíabajoestanoche—digo—.Vaahacermenos
fríojuntoalfuego.Ellaasiente,perolapielselehavueltopálida,comosiapenasmeescuchara.Sus
ojos ya no brillan por la risa, y semordisquea el costado de una uña, con la vistaclavadaenelsuelo.
«Estamosasalvoaquí»,quierodecirle.Peroesodaríaaentenderquenoestamosasalvofuera,enelbosque,enlasmontañas,enlaoscuridad.
Perolaverdades:Yanolosé.Mepersigueunamariposadehueso.Murióunchico.Ymimenteretumbaentre
losoídos,amenazandoconpartirse.Quizás…aúnnohapasadolopeor.
—¡Nora!¡Nora!—repiteunavoz—.Despierta.—¿Qué?—Levántate.Abro los ojos de inmediato y lo primero que veo son motas blancas. Estoy
acostadaenunextremodelsillón,frentealfuego,conlasrodillaslevantadashastaelpecho:Suzyhaocupadoelrestodelsillón.
Peroahoraestádepiejuntoamí,conlosojoscomoplatos.—¿Quépasa?—Meincorporoconloscodos—.¿Quéhoraes?—Casimedianoche—responde.Meaclaro lagargantaymefroto losojos,echandounvistazoa lasaladeestar
oscura,dondetodopareceestarigualquecuandonosfuimosadormir.—Hayunafogata—dice,alzandounaceja—.Enellago.—¿Qué?—Melevantodelsillón,dejandoquelamantaqueteníaencimacaigaal
suelo.—Nopodíadormir—añade,comosinecesitarajustificarse—.Estabadepiejunto
alcalefactor,paranopasarfrío,cuandohevistolaluzfuera.Enlasventanas,apoyolapalmadelamanocontraelcristal,dondesehaformado
hielosobreelcristaldelgado,intrincadoyespinoso.Pasandoelmurodepinos,cercade laorilladel lago,una fogataechachispashaciael cielonocturnocomosi fuera
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papelpicado.Apenasllegoadiscernirlasiluetadeunoschicosrecortadacontralasllamas.
—QuizásseanRhetty losdemás—diceSuzy—.Seguramentesehanescapadodesucabaña.—Esbozaunasonrisitaycaminahaciamí—.Deberíamosir—añade,asintiendo,mirándomecomosiesperaraqueyoaceptara.
Peroniegoconlacabeza,mientraselzumbidodelosoídossehacemásfuerte.—Nopuedenhacerunafogatatancercadelosárboles—digo.Ellaseapena.—¿Porquéno?Peroyoyaestoyyendoalapuerta,conelpulsoquemelateportodasycadauna
de lasvenas,conun repiqueteoenelpecho tenso.Finn levanta lacabezadesdesusitiojuntoalaestufa,conlasorejashaciadelante,losojosexpectantes.
—Quédate—ledigo,yélbajalacabeza.—¿Adóndevas?—preguntaSuzy,siguiéndomeconlamirada.—Alosárbolesnolesgustaelfuego—respondo—.Voyaapagarlo.
Las risas estridentes rebotan entre las ramasde los árboles y resuenanpor el lago,fuertesycrispantes.
Avanzorápidoporelbosque,dandopisotonessobrelanieve;lafuriacreceenmisentrañasconcadapasoquedoy.Nisiquieratengotiempodepensarenqueestapuedeserunamala ideacuandollegoalcírculodeárbolesyentroenelanillode luzquedespide el fuego.Tengo los brazos rígidos a los costados, las uñas clavadas en laspalmasde lasmanos.Pero loschicosnomeven,noalprincipio—soyunasiluetaborrosarecortadacontraelfondodepinos,unasombramás—,perodespuésunodeellosmiraendirecciónamí,ysequedaboquiabierto.
—Mierda—dice,asustado.Todossesobresaltanalunísono.Losojoscomoplatos.Loscerebrosnoconsiguenreaccionar.Casipuedooíreltrictracdelosengranajes.Elsustoalveraunachicaquesale
delbosque.No reconozco a ninguno, pero casi nunca los reconozco. Van y vienenmuy a
menudo en el campamento. Chicos temporales. Busco a Oliver, sus ojos muyverdesyelpeloondulado,peronoloveoysemeestrujaelestómago.
—¿Quién narices eres?—pregunta uno. Lleva un gorro grueso de invierno, deesosque tienenorejeras abrigadas, con cuadros escoceses rojos, y forrado conpielartificial.Suaspectoesridículo:elsombreroesmuypequeño,pareceestarapoyadosobre la cabeza.Me pregunto si lo habrá traído él o si lo encontró entre las cosasperdidasdelcampamento.
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—No podéis hacer una fogata tan cerca de los árboles —digo, pasando supreguntaporalto.Oigoquelospinosquenosrodeantiemblandeunmodoextraño,lasllamaslamenlasramasmásbajas,saboreanlasaviaopacaquesehaenfriadoporelinvierno—.Tenéisqueapagarlo.
Espero a que los chicos reaccionen, digan algo, pero se quedan parados comomuñecasmudas.Ojosqueseabren.Ojosquesecierran.
Piensoenmimadre,queenveranovaconpasofirmehastalacasadelosvecinoscuandohacenparrilladasdemasiadocercade las ramascombadas,ocuando lanzanfuegosartificialesenelDíadelaIndependenciacercadeunosálamossecos.«Vaisaquemar todo el maldito bosque», espeta. A ella nunca le ha importado que susvecinosseconviertanenenemigos.«Esteesnuestrobosque»,sueledecirmecuandovuelvealacasa,todavíaechandochispas,conlasmejillassonrojadasporlaira.«Sonsoloturistasdeverano».
—Vaisaenfadaralosárboles—continúo,estavezmásfuerte.Eninvierno,unafogata esmenos peligrosa, las ramas y lamaleza sonmenos inflamables. Pero detodasmanerasoigolaagitacióndelosárboles,elmurmullodelasramasquecrujen,la furia que aflora en las raíces bajo nuestros pies. Echo los hombros hacia atrás,como si pudiera hacerme parecer más grande, una bestia del bosque, como loscuervos oscuros que se rumorea que se posan sobre las ramas del extremo másalejadodelbosqueWicker,alguienqueinspiremiedo.
Perodosdeloschicosseríen:unasrisasprofundasydetestables,conlasmejillasrojascomoframbuesasaplastadas.
Niegoconlacabeza,irritada.Nomecreen.—Los árboles tienen mucha memoria —advierto, áspera como la grava. El
bosquerecuerdaaquiénestallaronnombresensustroncos,concorazoncitoscortadosen lamadera; quiénes arrojaron un cigarrillo sobre unmontículo de hojas secas ychamuscaronsucorteza.Sabenquiénesrompieronunaramayarrancaronpuñadosdehojasyagujasdelospinosparaencenderunafogata.
Ellos recuerdan. Son rencorosos. Las ramas afiladas pueden sacar sangre. Laszarzas pueden enganchar un pie y hacer que una persona se tropiece y se parta lacabeza.
—¿Eresunaniñaexploradoraoalgoasí?—preguntaunode loschicos,con lascejas levantadas en un gesto exagerado y burlón. Me doy cuenta de que estáconteniendootra carcajada.Su cabeza está coronadapor cabello rubio rojizo, y unlevehuecoentrelosdosdientesdedelantesaltaalavista.Nisiquierallevapuestounabrigo:solounsuéterhorribleconundibujogigantedelacabezadeunrenobordadoenlapartedelantera.Perosospechoquelabotelladealcoholoscuroquetieneenlamano,enlaqueyacasinoquedanada,leestádandocalor.
—EsNoraWalker—respondeunavozamisespaldas,ySuzyentradespacioenelcírculodeluzquedespidelafogata.
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Tienelasmejillassonrosadasporelfrío,ylabocaencorvadahaciaunlado,comosiacabaraderevelarunsecretoenelmomentojusto.
Lascarasdeloschicosseponenamarillentas,sequedanboquiabiertos,seaflojanlospómulos.PeronomiranaSuzy.Memiranamí.
SoyunaWalker.Unabrujadel invierno, unabrujadelbosque, una chica con locura en las
venasquedeberíaestarenunpsiquiátrico,ytodaslasdemáscosasqueloschicosdelcampamentomehandicho.Mehandichocosasquehierenyhacendaño,perosolounpoco.
—Ereslachicadelaluna—dicealfinelchicoconelgorrodeorejeras.PeroSuzylomiraconmalosojos.—Nodigasestupideces,Rhett.Él la mira con el ceño fruncido:Rhett, la razón por la que ella se metió a
escondidasenelcampamento.Esporélqueellaestáaquí,atrapadacomolosdemás.Loobservo,intentandocomprenderporquéloeligió.Esatractivo,obviamente,conlacararedondeadayunhoyueloenlamejilla,perolosojosnosonsuavesycálidoscomoelrestodeélpareceser.Tienenunairedeinsensibilidad.Decrueldad,incluso.Unchicoquesueleconseguirloquequiere.
—Noleshagascaso—diceSuzy,haciendounademánycolocandounmechónde su largopeloondulado sobreunhombro—.Solo están enfadadospor tenerquevivirenmitaddeestasmontañasespantosas.
Peronoesporesoporloquemellamanlachicadelaluna,porloquememirancon la inquietud marcada en la curva de las cejas. Es porque me tienen miedo.Piensanquemi sangre es del color de la nochemás oscura y quemi corazón estállenodeespinasyvinagre.Deberíantemerme.Yloqueesmásimportante,deberíanevitarcruzarseconmigo.
No saben que, a diferencia de mis ancestros, a diferencia de las Walker delpasado,ningunasombranocturnaemanademí.
Suzyseaclaralagargantaylevantaelmentón.—EseesRhett.—Señalaconlacabezaalchicodelhoyuelo,yélmemiraperono
sonríe: solome observa con ojos fríos y calculadores, como si intentara ver si losrumores sonverdad, siyopodríaenfriarle la sangreconsoloestirarundedo.Yenestemomento,megustaríapoderhacerlo.
»EseesLin—continúaella,echandounvistazoalchicoqueestáamiizquierda,queasientecon lacabezaperonohabla.Elenormeabrigo infladoazulmarinoquelleva puesto es como un capullo: tiene la capucha levantada y las manos metidashasta el fondo de los bolsillos, como si no pensara quitársela hasta la primavera,comosinuncahubieratenidotantofríoensuvida.Lodebendehabermandadodesdealgúnsitiocálido,comoCaliforniaoFlorida,algúnsitiodondeelcielosueleserdecoloraguamarinayelairehueleacoco.
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—Me llamo Jasper—interviene el chico con el suéter del reno, sonriéndomedesdeelotroladodelafogatayextendiendoelbrazoconelquesostienelabotelladelíquido oscuro, sacudiendo una ceja—.Whisky —dice, haciendo un gesto con lacabezaparaquelaacepte.Peronoprestoatenciónalabotella.
No me importa cómo se llaman; no he venido aquí a pasar el rato. A beberalcohol,tostarmalvaviscosycontarhistoriasinfantilesdefantasmas.
—Tenéis que apagar el fuego —vuelvo a decir, esta vez con más firmeza,mientras toco el anillo con la piedra de luna que tengo en el dedo, girándolo encírculos.
Rhettmemiracondesdén,levantaunpaloyatizaelfuego,enviandomáschispashacialasramas,provocandoalosárboles.
—Talvezdeberíamoshacerlecaso—diceLin,levantandoloshombroscubiertosporelenormeabrigo—.Despuésdetodoloquehapasado…
Rhett alza el palo, que despide una delgada espiral de humo del extremoennegrecido.
—Cállate,Lin—dice,poniendoelbrazoquelequedalibresobreloshombrosdeSuzy,quesehaacercadoaél—.Novamosahablardeeso.
—¿Aquiénselovaacontar?—DisparaLin,mirándome.Jaspersacudelabotellaenalto.—Aquienquiera.—Estoesunamierda—farfullaLin,dándoleunapatadaaunmontículodenieve
asuspies,cavandounapequeñazanjaquellegaalsuelorojizo,yellodoselepegaalcalzado.
Cosasquequieredecir,peronopuede,seretuercenensumirada.—Todo esto es una mierda —coincide Rhett, clavando el palo ardiente en la
nieve.Suscejassealzanconbrusquedaddebajodelgruesogorro,comosiestuvieraadvirtiéndoleaLinquedejaradehablar—.Peroyaestáhecho.
Medoycuentadequenosetratadeunsimplegrupodechicosquehanrobadounabotella de alcohol y hanvenido al lago a emborracharse.Esuna reunión.Hanvenidoahablarensecreto,enprivado,sobreloquepasó.
—Enalgúnmomentoseabrirálacarretera,yentoncestendremosquelidiarconesto—diceLin,alzandolamirada.
—Losbrutosnosabenloquepasó—respondeRhettconfrialdad.Yaheoídoesenombreantes,«losbrutos».Escomoavecesllamanalossupervisores.
—Los brutos son unos estúpidos. Va a ser mucho peor cuando un detectiveempieceahacerpreguntas—diceJasper,conlamandíbulatensaylabotellaquesebalancea a su lado, arrojando gotitas sobre la nieve—. Esta era mi últimaoportunidad, quememandaran a este campamento.—Se le hunden las cejas, unadebilidad,undestellodeduda,miedoeinseguridad.Comosideverdadtuvieramiedode lo que pudiera pasarle—. Si meto la pata —continúa—, es probable que mispadresnomedejenvolveracasa.
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Todossequedanensilencio,ylosárbolesseagitan;elvientoselevantadellagoyentraenelbosquequelorodea,sacudiendolanievedelasramas.Alanaturalezadeestesitionolegustannuestroscotorreosdemedianoche,lasvocescadavezmásfuertes, las llamas que parpadean y las chispas que suben en círculos entre losárboles.Lahemosdespertado.
—¿Habláisdelchicoquemurió?—Meatrevoapreguntar.Todos parecen hacer la misma mueca al unísono, rehuyendo de mis palabras.
Tragosalivaconfuerza;sientoquetengodemasiadosojosencima,deprontosientoquemesuperanennúmero.Hasidomala ideaveniraquí.Hasta losárboles seacercan,escuchan,sevandespertandodesusueñonevado.
Merepiqueteaelcorazón.Elestómagosemehaceunnudo.PeroRhettmiraaSuzy,conojosfuriosos.—¿Quélehascontado?—Nada—respondeellaenseguida, levantandoloshombros, lasmanosyambas
cejas,enungestodeinocencia—.Igualmentenuncamecontasteisnada.Essololoqueheescuchado.
—Genial—señalaJasper,conellabiosuperiorqueformaunamuecadedesdénmientrassealejaapenasdelfuego,sinmuchoequilibrio,medioborracho—.Estamosjodidísimos.
Yoniegoconlacabeza.—Loúnicoqueséesquemurióunchico.YqueOliversemetióenelbosqueesanoche,queloencontréentrelosárboles,y
queayerrodeóellagohastallegaralcementerioyseparófrentealalápidadeWillaWalker.Séquepasóalgomalolanochedelatormenta.
Unchicosobrevivió.Unchicomurió.—Fue un accidente—insiste Jasper, mirándome por encima de la fogata, con
ambascejaslevantadas,peroinclinandolacabezaunpardegradoshacialaizquierda,como si quisiera que yo le creyera, como si intentara convencerme. Solo unaccidente.Nohaynadaqueveraquí.Nadaquedenunciar.Ocúpatedelotuyo.
Perosigohablandodeeso.—¿Cómomurió?Rhettarrojaelpalomedioquemadoalfuegoydejaquelodevorenlasllamas.—Hemosdichoquefueunaccidente—gruñe,quitandoelbrazodeloshombros
de Suzy. Harto. Enfadado. No me quiere aquí, de pie junto a la fogata, haciendopreguntas.
Un silencio invade al grupo, y sé quemehepasadode la raya.RhettmemiracomosiestuvieraapuntodepasarjuntoaSuzyyponermelasmanosenlagargantaparacallarme,paraquenodiganada,nuncamás.Unasensacióndeintranquilidadsedespliegadebajodemipiel,instándomeadarlavueltaeirme.Peronomemuevo.
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Jasperseaclaralagarganta,tambaleándosehacialaizquierda,comosilecostaramantenersederecho.
—Votopor que sigamosbebiendohasta que se despeje la carretera, y entoncesnosvamosalamierda.—Inclinalacabezahaciaatrásybebeotrotragodealcohol;losojosselevanalcráneo—.Nonotocasinadacuandoestoyborracho.
Veo que Suzy pone los ojos en blanco. Es evidente que Jasper ha bebidodemasiado,yesolemolestainclusoaella.
Elgruposesumeenotrobrevesilencio,yyo intentocontenerme,guardármela,perolapreguntasaleigual.
—¿Nonotasqué?—Las voces—responde Lin de inmediato, casi con un susurro, antes de que
Rhettpuedadetenerlo.YelblancodelosojosdeLinmemiracomosiyosupieradeloquehabla,comosilabrujadelalunapudieraleersuspensamientosyentenderelindiciodealgoqueestáescondidodetrásdesuslabiosfruncidos.
Talvezsísédequéhabla.Piensoenlosaullidosquesolíaoírcuandoerapequeña,queresonabandesdeel
cementerio:aullidosde llantos,de locura, losaullidosde losmuertos.Al igualquetodaslasWalkerquemeprecedieron,oímosloqueotrosnopuedenoír.Vemos.
Elcorazónmevibrademasiadorápidoyunescalofríomerecorrelaespalda,unavértebraalavez.
—¿Quétipodevoces?—pregunto.Necesitosaberlo.Los ojos de Lin pestañean a cámara lenta, masticando las palabras antes de
escupirlas.—Porlanoche,enlacabaña.Oímoscosas.Jasperenciendealgoenlamanoquetienelibre,ymellamalaatención.Pareceun
encendedor,plateado,conloslateralesbrillantes.Élsequedamirandolallamaantesdeapagarlayvuelveameterloenelbolsillo,comosinoquisieraquenadiemásloviera,queloadmirendemasiado.
—Noessoloporlanoche—diceJasper,tosiendounavez—.Loheoídoduranteeldíatambién.Entrelosárboles,comosimepersiguiera.
Doyunpasohaciadelante,máscercadelfuego.—¿Quétepersigue?LinseencogedehombrosyJasperbebeotrosorbodewhisky.Rhetttienelavista
clavadaenlasllamas,conelrostroredondocubiertoporunfuertecontrastedeluzysombrasoscuras.Peronadieresponde.
Talvezporquenolosaben.Oquizásporquetienenmiedodealgo.Dealgoquenopuedenver.Oquizásestátodoensucabeza.«Locuradenieve»,lollamabamiabuela.Elfrío
puedesolidificarseenlamente,yloshilosdehielodispersantodoslospensamientoscuerdos.Unmiedoresonantequehacequelosojosveancosasquenoestán,oírcosasquenoexisten.Engañosdelbosque.
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Jaspersedalavuelta,deespaldaalasllamas,conelrostroenrojecido.—Es culpa deMax que esto haya pasado—declara, una palabra encima de la
otra,unamezcladesonidosmalpronunciados.—NoculpesaMax.—LamandíbuladeRhettsecontrae.Yestavez,lasdagasde
susojosapuntanaJasper.Peroyomequedopensandoenunacosa:Max.¿Seráelchicoquemurió?—¿Entonces piensas que tendríamos que culpar aOliver?—preguntaLin, a la
defensiva, sacando las manos de los bolsillos de su abrigo enorme, como si seprepararaparapelear.
—Alguientienelaculpa—replicaJasper,sacandopecho.PeroSuzydaunpasohaciadelante,conambasmanosenalto.—Basta—interviene.Todos se quedan parados con los hombros rígidos, como hilos que están
demasiadotirantes,apuntodecortarse.Semiranentresí,sinpestañear,conelairetensoenlagarganta.
Yme pregunto: ¿sabrán queyo encontré a Oliver, que soy la que lo trajo devueltadelbosque?¿Sabránquehaestadoquedándoseenmicasa,quedicequenoconfía en ellos?Por un lado empiezo a dudar de queOliver haya aparecido enmipuerta porque lo desafiaron a hacerlo. Una broma tonta. Si fuera amigo de estoschicos,¿noestaríaaquíconellosahora,enlafogata?
—¿QuéhizoOliver?—preguntorápidamente,alternando lavistaentreJasperyLin,esperandoquealgunomelocuente.
Latensiónpareceaflojar,aunqueseaunpoquito.Suzybajalosbrazoseinclusolamirada,sehundejuntoaRhett.Elaireentreelloshacambiado.Senieganarespondermipregunta,adecirmelaverdad.Quizásestánprotegiendo
a Oliver: no quieren que yo sepa lo que hizo. Siento que todos contienen larespiración.Lossegundossequedanestancadosanuestroalrededor,esperandoaquealguien hable, que admita alguna verdad que aún no consigo ver. «¿Qué pasó esanoche?»,quierogritar.«¿QuéhizoOliver?».
Elfuegoseretuerceyescupemáshumo,masticandolamaderahúmeda.Jasperechalacabezahaciaatrás,mirandolosárboles.—Odioestebosque—murmura,tambaleándoseaunlado,mientraslabotellaque
tieneenlamanosalpicalíquidoámbarsobreelsuéterdereno—.Mierda—exclamadepronto,conlosojoscomoplatosmientrasempiezaadarsemediavuelta,perdiendoelequilibrio.Setropiezaconalgo,quizássusmismospies,sealejaatodavelocidaddel fuego,agitando losbrazos,ycaeconunfuertegolpesobre labasedeunabetoenorme.
Suzysellevaunamanoalaboca,atónita.
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Jasper suelta un pequeñogrito ahogadoy un gemido sibilante.Le corre sangreporlamejilla,dondeunaramalehacortadolapielaltropezarse,yveocaerlasgotas,quepintanlanievederojo.Elcorazónsemedispara.
—¡Su puta madre! —exclama Jasper, frotándose el corte con una mano, y lasangre se lamancha,mientras unas piñas caen del árbol, haciendoplaf al golpearcontralanievequelorodea.
—Estáshechomierda—señalaLin,negandoconlacabeza.Rhettseríeanteelcomentario,perolosárbolesqueestánmáscercadenosotros
seerizan,lasraícesseretuercenenelsuelo.Nonosquierenaquí.Doyunpasorápidohaciadelante,echonievesobreelfuegoconunapatadaylo
sofococonunasolamaniobra.Unhumogrisycenicientosubealcieloenformadeespiral.
—¿Porquémierdahashechoeso?—gritaRhett.—Oshedichoqueibaisaenfadaralosárboles.Nopodéisencenderunafogata
tancercadelbosque.Rhettdaunpasoendirecciónamí,abriendoyapretandolasmanosaloslados.—Brujaestúpida—espetaenvozbaja.PeroSuzylesujetaelbrazo,yéllamira.—Déjalaenpaz—dice.LascejasdeRhett se juntan,peroelbrazose relaja, comosi sentir lamanode
Suzyfuerasuficienteparatranquilizarlo.—Detodasformas,nomegustaestaraquí—reconoceLin,alejándosedelgrupo
yyendohacialosárboles,haciaellago.Jasperechaunvistazoalabotelladealcoholvacíaquehaquedadoenlanieve.—Yyonecesitomásbebida—comentaarrastrandolaspalabras,yseponedepie
condificultad.—Bueno—dice Rhett, con tono terminante e irritado, mirándome un segundo
más antes de volver con Suzy—. Podemos volver a la cabaña.—Apoya un brazosobreloshombrosdeSuzy—.¿Vienes?
Ellalevantalacabezaparamirarlo,encogiéndosedehombroscontimidez,comosiestuvieracontemplandolasdemáscosasquepuedehacerestanoche.Otrosplanes.Memira y se suelta del brazo deRhett, y dice en voz baja para que solamente laescucheyo:
—Ventútambién.Niegoconlacabeza.—No, gracias. —No tengo ningún interés en pasar un minuto más con estos
chicos.Rhett le da una palmada a Jasper en el hombro mientras se pone de pie con
dificultad,riendo,peroJaspernolehacecaso,comosiestuvieraavergonzado.—Quizástampocoteconvengairconellos—susurroaSuzy,manteniendolavoz
baja.
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Sus ojos decaen un poco, como si estuviera cansada, o tal vez lo que veo eslástima:sesientemalpormí.«NoraWalker,laquenotieneamigosdeverdad».
—Volveréantesdequesalgaelsol—dice,comoparadejarmetranquila.Peroyonoasientoconlacabeza;solamentesientounapunzadadepreocupación.—Nocreoquepuedasconfiarenellos.—Quizásestésiendoparanoica,oquizás
sololopiensoporqueOliverdijoquenoconfíaenellos.PeronoquieroqueellavayaconRhett,conningunodeellos.
Suzysonríe,alzandounacejaenactitudconspiradora.—Sonunosimbéciles,losé.Perosondivertidos,yestoyaburrida.—Meguiñaun
ojoyextiendeelbrazoparaapretarmelamano.Abrolabocaparadecirlequenovaya,perolavuelvoacerrar.Daigual,novaa
hacermecaso.Ypuedehacerloquequiera.PuedeiradormiralacabañadeRhett,notieneningunaobligaciónconmigo.Peroesonoquitalapreocupaciónpersistentequesientoenlassienes.Eldolorquetengodetrásdelacabeza.
Los veo irse por la nieve, hacia el lago, con Jasper tambaleándose al final delgrupoconlabotellavacíaenlamano.Losrestosdelafogataquedanhumeantes;elaire,conoloraceniza;yescuchoconcuidadoalosárbolesquevuelvenadormirse.Lasraícessehundenenelsuelo,lasramassebalanceancondelicadeza.
Me pregunto si solo serán los ruidos de los árboles los que han asustado a loschicos, si será eso lo que oyen de noche cuando todo estámuy silencioso, si esasserán las voces que dicen que los acechan en el campamento.O si será otra cosa.Algopeor.
Algodeloquenoquierenhablar.Siento el peso aplastantedel frío, de la infinidaddepreguntas, ydepronto, no
quieroestaraquíenlaoscuridad,sola.Medoylavueltayempiezoacaminarhacialacasa,mientraslanievesoplaenformaderáfagasblancas.
Tansolounosmetrosdespuésdehabersalidodelbosque,sientoelescalofríodequealguienmemira.
El pulso crepita enmisoídos, comopequeños chasquidosde advertencia.Hayalguienallí.Me detengo en seco ymiro hacia la pendiente, entre los pinos, listaparasalircorriendoallago,oalcampamentosiesnecesario.
Perodespuésloveo.Oliver.
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Librodehechizos
demedicinasdelbosque
yluzdeluna
CEECEEWALKERnacióduranteelinviernodeunalunaalpinaclara.Quizásfueporlasuavecapadenievequeacallabatodosonido;quizásfueporque
sumadrenuncagimiónilloróduranteelparto.Quizásfueporquelaparteraerasordadeunoído.
Pero cuandoCeeCee abrió por primera vez sus ojos de bebé, no soltó un solollanto.Nisiquieraunlloriqueoniunsusurro.
CeeCee no lloró ni una vez por un biberón ni por que le cambiaran un pañal.Pasaronsieteañoshastaquedijosuprimerapalabra:ábaco,lacualdejóasumadremuyconfundida.
Nuncavolvió adecirotrapalabra en inglés.A losnueveaños, solohablabaenalemánydecíaentredientescosasquesumadreysushermanasnopodíanentenderni descifrar.Cuando tenía once, pasó a hablar francés y después ruso.A los doce,hablaba árabe, español e hindi. Entre los trece y el invierno en el que cumpliódiecisiete,solohablóenportugués.
Una vez, su madre se negó a hacerle el dobladillo a un vestido de CeeCee amenosqueellalopidieraeninglés.Lachicasenegó,yduranteelrestodelañousóvestidosdemasiadolargoscuyasfaldasserasgabanpordondeellacaminaba.
CeeCee se enamoró del héroe de un libro en lugar de un chico de verdad, ysoñabaconnavegarporelmundoconél, en subarcohechodecristalyperlas.Susombranocturnalepermitíahablarencualquieridiomaquequisiera,peroigualmentese quedó en el bosque, rodeada de aquellos que hablaban uno solo, el que a ellamenoslegustaba.
Más adelante, tuvo preferencia por el modo en que las vocales chinas sedeslizaban por su lengua, y hablaba en chinomientras caminaba entre los álamostemblonesdeotoñoyleíasulibropreferido.
Pero en susúltimosmomentos, con la vista puesta en el techodel desvány suhermanamenorasulado,susurróunaúltimapalabra:ábaco,pormotivosque,hastaeldíadehoy,nadiehacomprendido.
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Cómoinvocarunidioma:Cortarunacebollasilvestreenterciosysostenerlabajolosojoshastaqueesténllorosos.Esparcirpolendetulipánsobreunatelablancadealgodónyponerlabajolaalmohadaenla
últimanochedelasLammas.Antes dedormir, decir tres palabras en el idiomaque se quiere hablarmientras se sujeta la
lenguaconeldedoíndiceyelpulgar.Comersolamenteavenayrábanosduranteunasemana.Enlasiguientelunamenguante,elidiomaresidirádebajodelalengua.
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OLIVER
—Mehasasustado—diceNora,queentraen lacasadandozancadasydespuésgirasobre los talonesparamirarme.Se leestádeshaciendola trenzadelpelo,unosmechonesnegrosquedan rezagados sobreel cuello,y lapiel está enrojecidaporelfrío;tienelasmejillasdecolorfresaylosojosblancohueso.
—Losiento—respondo.Ellamelevantalascejas,comosienrealidadnecesitaraunaexplicación,comosi
lacompasiónquesentíapormí lanocheenquemeencontróhubieradesaparecido,reemplazadaporalgomás:duda.Yquizáshastamiedo.
Talvezmeestéconvirtiendoenelvillanodespuésdetodo.—¿Quéhacíasallíafuera?—mepregunta.Metiemblanlasmanos,yyolascierroparaqueellanosedécuenta.—HevistoqueRhettylosdemásseescapabandelcampamento—lecuento.La
verdad.Nadamásquelaverdad—.Losheseguido.—¿Porqué?—mepregunta;elespacioentre susojosestá salpicadodearrugas
diminutas.—No confío en ellos.—Repito lo que le dije anoche. Se forma un charco de
nievederretidaamispies,peronomequitolasbotas.Nosésimedejaráquedarme,sime quiere aquí, si ella confía enmí—.He visto la fogata, y te he visto a ti, yqueríaquedarmetranquilodequeestuvierasbien—admito.
Ellaentornalosojos,ypareceestarafligidaporalgo,undolorquenoalcanzoaver.
—Nohacefaltaquemesigas—dice—.Niquemeprotejas.—Losé.—Ysí,losé.Ellanoesdébil,noesfrágilniindefensaniasustadiza.Es
la tormenta que destroza los techos y arranca los árboles. Sin embargo, necesitabasabersiestababien.Necesitabaestarmáscercadeella.Ellaesloúnicoquecalmalasensacióndefrío,elrecuerdodelbosquequesientosiempreenlanuca.Ellaacallalaoscuridadquenodejadebuscarlaformadeentrar.
Norasueltaunsuspiroysecruzadebrazos.—¿Adóndefuisteestamañana?—pregunta,conlascejasinclinadashaciaabajo.—Nopodíadormir.Subocasefrunceenunarco,comosinomecreyera.—Seguí tushuellasalrededordel lago—confiesa.El lobolevanta lacabezadel
sueloyolfateaelaire,comosiolieraalgodesconocido,yvuelveaapoyarelmentónsobrelaspatas—.¿Porquéfuistealcementerio?
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Apartolosojosdeellaporprimeravez,losapartodeloquequieresaber.Nosécómoexplicarloquerecuerdo,loquesentí.Solotengofragmentosderecuerdosquecortanypinchancuandointentopensarenellos.
—Creoqueestuveallíesanoche—digo.Esloúnicoqueséconseguridad.—¿YteparastefrentealalápidadeWillaWalker?Undolorintensoempiezaapunzardetrásdemisojos.—Sí.—¿Porquéesa?—No lo sé.—Las punzadas se convierten en golpes que azotanmi cabeza, un
océanoqueseescapaporlasgrietasdelcráneo—.Perocreoquenoestabasolo.—¿Estaban los demás allí, los chicos que estaban esta noche en la fogata?—
pregunta.Yoasientoconlacabeza.—¿YMax?—Quiere saber. Siento la pregunta como el extremo afilado de un
cuchillo.Max.Sientoquehagounamuecaaloírsunombre.—¿Lorecuerdas?—insiste.Niegoconlacabeza,yelcalordelfuegodeprontosevuelvemuyfuerte,elaire
sehacemuydenso,lospulmonessemetensanenelpecho.—No—respondoenvozalta.Unamentira.Fácilyrápido.—Murió,Oliver—diceella,negandoconlacabeza,yquierodecirlequeyono
estuveallí,quenotuvenadaquever.Peronopuedoporquenoloséconcerteza,ylafrialdaddesumiradamehacemásdañoquecualquierotracosa.Dueleporquequizásyoseaelvillano,conojoscrueles,unarisamalvadaysecretosescondidos:guardadosmuymuydentro.
Ella me tiene miedo. Tiene miedo de quién soy en realidad, de lo que podríahaberhecho.
Ytalvezsídeberíatemerme.—Ojalá…—Sientolavozcomounacuchillaenlagarganta:lalíneaquesepara
laverdaddelamentiramecortaendos—.Ojalápudierarecordar—digofinalmente.PeroNorasellevalasmanosalassienes;suanillotiemblaalaluzdelfuego.No
sabequécreer.Yonodeberíaestaraquí.Ensucasa.Ellanodeberíaconfiarenmí.Voyhacialapuertaylaabro;dejoqueelvientoazotelasparedes,lascortinas,el
pelolargoysusurrantedeNora.Nomedespido.Peroamisespaldas,oigoquedice:—Espera.Cuandovuelvolamirada,veoqueellasehaacercadoyestáasolounospasosde
distancia.—¿Adóndevas?—pregunta.
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—Nolosé.Semuerdeellabioymiraalsuelo.Noquieroquemepidaquemevaya,perosé
quedebería.Debería sacarmede un empujón, cerrar la puerta con llavey pedirmequenovuelvanuncamás.
Ellaalzalosojoscoloravellanaoscuro,yaunquerevelanundejodeduda,dice:—Puedesquedarte.Puedesquedarteeltiempoquequieras.Niegoconlacabeza.Peroellameinterrumpeantesdepoderoponerme.—Esmicasa.—Tragasaliva—.Yquieroquetequedes.Loslatidosdemicorazónsonmuyfuertes,losuficienteparapartirmeelpecho,lo
suficienteparaqueellalosoiga.Ycuandolaveo,seformaundolordentrodemí,unaquemazónmolestaalaque
intentonoprestaratención.Deberíadecirle laverdad:que lopocoque recuerdodeesanocheessuficienteparasaberquetienerazónentenermiedo;quenopasónadabueno esa noche, en el cementerio junto al lago; que hay recuerdos perdidosenterradosenmisentrañasyquemeasustan,quenuncaquierover.
Debería decirle esas cosas, pero también quiero quedarme,más que nada en elmundo:quieroquedarmeaquíconella.Noquieroestarsolo.Noquieroquelagrietaquetengodentroseagrande,quesefiltreelocéanodesoledad.Noquieroahogarme.
Ytampocoquieroqueseahogueella,queseasfixieconlomismo:eldolorqueambossentimosenlomásprofundodenuestroser.
Asíquenoabrolaboca.Cierrolapuerta,ylascortinasvuelvenaacomodarsecontralapared;elpelode
Noravuelve a caer sobre loshombros.Lasmanosme tiemblanunpoco,ydoyunpasohaciaella.La respiraciónmeengancha,mearaña,meraspa las costillas.Misdedosquierenacercarseaella, tocar lapalmadesumano, la larga líneadesuantebrazo,lacurvadesuclavícula,dondetienelapielsonrosada.Quierodesobedecerloslatidosdemicorazón,quemedicenquemevaya.
Quieropermitirmesentirestoquenoentiendo:lasalasenlagargantayeldeseoenlapuntadelosdedos.
Noquieroserelvillano.Perolapuertaseabredeparenparyalguienentraenlacasapasándomeporal
lado,conoloraalcoholyperfumederosas.
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NORA
Suzyentraenlasaladeestaralaszancadas,conelabrigocerradohastaelmentón,yloshombrosyelpeloespolvoreadosconcoposdenieve.
—Quéfríohace,joder—declara,cerrandolapuertadeungolpeypasandojuntoaOliver endirección a la estufa.Tiene lasmejillas y la nariz rojas, y extiende lasmanosparacalentarlassobreelfuego.
MiroaOliver,peroélnotransmiteexpresiónalguna.—¿Qué ha pasado? —pregunto a Suzy—. Creía que ibas a quedarte en el
campamento.—Rhettesunimbécil—dice,apartándoseelpelodelafrenteconunademán,y
me doy cuenta de que ha estado bebiendo. Quizás han encontrado otra botella dealcohol en la cocina del campamento, y han estado bebiéndosela entre todos en lacabaña de los chicos—.Me ha dicho que no debería confiar en ti.—Sus ojos seencuentran un segundo con los míos, rojos y llorosos—. Ha dicho que íbamos ameternosenproblemasportuculpa,porquesabesdemasiado.
Deprontosientoquefaltaelaireenlasala,queestavibraenlaperiferia.VuelvoaecharunvistazoaOliver,peroélhadadounpasohaciaatrás.Apenasmiraenmidirección,comosisuspropiospensamientoslenublaranlavista.
—Nosénada—ledigoaSuzy,mirándolaotravez.Peroellacontinúahablando,comosinisiquierameoyera.—Lehedichoqueeraunidiotayqueestanocheibaadormirsolo.—Lequita
importanciaconunademán,ylacabezaselevaaunlado,comosiapenaspudieramantenerse en pie. Me deja sorprendida que me haya defendido: sorprendida yagradecida. Tal vez sí piense que somos amigas. Y durante un momento, quieroestrecharlaenunabrazo.
»Los hombres son unos imbéciles —espeta, y sus ojos recorren la sala,pestañeando anteOliver.Me pregunto si le dirá algo, si también le dirá que es unimbécil,igualquetodoslosdemás.Perovuelvelavistaalaestufa,comosiestuvieraapuntodevomitar.
—Quizásseamejorquetesientes—sugiero,tocándoleelhombro.Ellaseestremeceysevuelvehaciaelsillón,sedesplomasobreloscojinesyse
lleva lasmantashasta la garganta enun solomovimiento rápido.Cierra losojosydiceentredientes:
—Cántameuna canción,Nora.—Como si fuera una niñita que pide un cuentoantesdedormir;téygalletasyunbesoenlafrente.
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—¿Suzy?—digoenvozbaja,perounronquidosuaveescapadesuboca.Yasehadormido.
Elpelolecaeporlamejilla,labocanotieneexpresiónalguna,ymepreguntosirecordaráalgodeestoporlamañana.Sirecordaráloquehandicholoschicos.
—Losiento—diceOliveramisespaldas.Seacerca,ysolosucercaníahacequemeduelaelestómago:undolorprofundoyraro,nudosmarinerosenlabarriga.
—¿Porqué?Hablaenvozbaja,comosinoquisieradespertaraSuzy,perodudoqueellavaya
amoversepronto.—Porloquehandichoesoschicos.—Estoy acostumbrada a que la gente hable de mí —señalo, negando con la
cabezaypermitiendoqueun lateraldemibocaformeunapequeñasonrisa.Quieroqueveaquenomemolesta,quesoymás fuertede loqueélpiensa.Perode todosmodos,tocoelanillodemiabuelaydejoquemimenterepasetodoloqueloschicoshandichoenlafogata,loquehandichodelasvocesenlacabaña,dequenosabíanaquiénculpar:aOliveroaMax.
Soloestánparanoicos,pienso.Oyencosasquenoexistenenrealidad.—No tengoque quedarme—diceOliver, con cautela en la voz, como si no lo
dijeradeverdad.SusojossevanhaciaSuzy,queahoraocupaelsillón,elsitiodondeélhadormidolasdosúltimasnoches—.Puedobuscarotrositio.
Es curioso cómo una puede convencerse de que no hay nada que temer, lafacilidadconlaquesepuedemiraraunchicoqueapenasseconoceyconfiarencadapalabraquesaledesuslabios.Quizásseaunatonta.Oquizáslasensaciónvibranteyendeblequesientoenmitaddelpecho,elfrágilrepiqueteodemicorazón,signifiquealgo.Quizáshayaciertaverdadenesasensación.
Unasensaciónquenodeberíapasarporalto.Unasensaciónquenoquiero.—No—digofinalmente,ysusojosseposanenmíunossegundosdemás,loque
hacequemecuesterespirar—.Puedesdormireneldesván.Sumiradasetranquilizaylasalaempiezaatemblar,lasparedessederritenenla
periferia demi visión, el reloj de la cocina suena demasiado fuerte. Oliver quedadesenfocado,ypiensoencuandoélestabaentrelosárboles,observándomefrentealafogata.Haseguidoaloschicosdesdeelcampamentoporqueyolepreocupaba.Ynoséquésentirniquédecir,peroelcorazónmeestalla,causandopequeñaspunzadasdedolor.
Apartolosojosdeél,contemordequelacasaseastilleanuestroalrededor,dequeelrelojdepareddejedefuncionar.
—¿Estásbien?—mepregunta,tocándomeelbrazo,lamano.Perocuandosusojosseencuentranconlosmíos,todaslaspalabrassedisuelven
enmilengua,sequedanatascadasenlosdientes,asíquemelimitoaasentirconla
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cabeza.Bien,bien,bien.Todoestábien.Nosientocomosilacabezasemefueraapartirporlamitadytodosmispensamientosfueranaderramarsesobreelsuelo.Nosiento como si la casa fuera a derrumbarse. No siento como si el tiempo fuera ahacerseañicos.
Estoybien.Élmesueltalamano,yvoyacerrarlapuertaprincipal,percibiendolatormenta
queestáformándosefuera:nodelasmontañas,sinodeotracosa.Una tormenta hecha de furia y rencor entretejidos en los corazones de chicos
insensatos.Enciendounavela,algoqueyaesunritual,ymedirijoalaescalera.Lacasaha
dejadodegirar.Elrelojyanoretumbaenmisoídos.Sinmediarpalabra,Olivermesigue.Quizásahoraesteseaelsitioalquepertenece,conmigo,enestacasa.Nuncanadiemehabíapertenecido,nodeverdad.Eneldesván,lacamaestásinhacer,lasalmohadasestáncaídasyarrugadasdesde
la noche anterior. Y Oliver se queda parado en el último escalón, recorriendo mihabitacióncon lavista, laspilasde librosenel suelo,mientrasFinn lepasapor alladoconpasocansadoysueltaunresuelloalacomodarsesobrelaalfombraqueestáalospiesdelacama.
—Yodormiréenelsuelo—diceOliver,mirandoelsitiodondeFinnsehahechounovillo,conelhocicometidodebajodelacola.
—No, hay sitio de sobra—sostengo yo, estirando con prisa el edredón y lasalmohadas.PeroOlivernoentraenmihabitación,comosifueraadarselavueltaeirseporlaescalera—.Notieneporquéserincómodo—señalo,alzandounaceja—.Esunacama,nadamás.Unsitiodondedormir.
Élsonríeunpoco,despuésentraenlahabitaciónymiraporlaventana,haciaellagocubiertodenieve,mientrasyomequitoelabrigoyelsuéter.Piensoenquédiríamimadresisupieraquehayunchicoenmihabitación.Nuncahetenidoalgocercanoaunnovio,nisiquieraunaamiga,quesequedaraadormir.Probablementesonreiría,contentadequeal finalsuhija fueranormal;no lachicaquemiabuelaqueríaquefuera.
—¿Porquétellamanbruja?—mepregunta,aúnmirandoporlaventana.Mesientoenelbordedelacama,unpocosorprendidaporlapregunta,yempiezo
atrenzarmeelpelo:unentrelazadoquemiabuelameenseñónochetrasnochehastaquemesalióbien.
—Porquenosabenquémásllamarme.El brillo apagado de la luz de la luna apenas le toca la piel, su silueta está
envueltaensombras.—¿Loeres?—pregunta,mirándome—.¿Eresunabruja?Me suelto el pelo y toco el borde del edredón, jugueteando con el dobladillo.
Nunca nadie me lo ha preguntado, no a la cara. Pero no lo dice con malicia, ni
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siquieraconcuriosidad,hayalgomás.Unatranquilidad,comosimepreguntaracuálesmicolorpreferido,misegundonombre,milibrofavorito.
—Mifamiliaesmásantiguaquelasbrujas—ledigo,cruzandolasmanossobrelafalda,sabiendoqueestoyrevelandomásdeloquelehecontadoanadie—.Esmásantiguaquelapalabramisma.
—Peropuedeshacercosas—señala,conlavozunpocotensa,comosiesefueraelorigendesupregunta,aloquehaestadoapuntandotodoeltiempo—.Mehicisteesabolsadehierbas.
—Esonofuemagiadeverdad—respondo,apartandolamirada,sintiéndomeraraporhablardeesto,porhablardemagia,deloquesoyenrealidad.SoncosasquenuncahehabladoconnadiequenofueraunaWalker—.Esosoloeramedicina.
Mi abuela siempre hablaba de las «antiguas tradiciones», de que nuestrosancestroslehablabanalalunaydormíanbajolosárbolesynotemíananada,dequeusabanmagia que les salía de los dedos como si fuera algo tan común comobatirmantequillaparauntarenelpantostado.
Pero las«antiguas tradiciones»seperdieron.Loshechizosseolvidaron, losquenoseescribieronenellibro.Lamagiamássustanciosasehaescapado,peronoporunarazónenespecial,simplementeporqueeltiempodiluyeloquealgunavezhabíasidofuerte.Ahorasoloquedannuestrassombrasnocturnas,esedestellodemagiaquecada una de nosotras llevamos dentro y que evoca lo que somos. Esa parte denosotrasqueaúnesbruja.
LasWalkerempezaronausarhierbasyhacerpequeñasbendiciones,enlugardelanzarhechizososcurosparamaldeciraaquellosquenoshicierondaño.«Ahorasolodeseamos con todas nuestras fuerzas que la luna ceda a nuestro favor», decía miabuela.«Yanoledamosórdenes».
Oliversaledelaluzdelalunayseacercaalacama.—¿Entoncesnopuedesdeshacernadaquesehayahecho?—¿Comoqué?—Comolamuertedealguien.Tragosaliva,ymisdedosseaferranalbordedelacama,lasuñasseclavanenla
tela.Séloquemeestápidiendo.—¿Como Max? —pregunto. Y espero a que responda, pero las palabras se
quedanmetidasensugargantacomopequeñasespinas—.Nopuedoreviviraalguien—ledigo—.Nadiepuede.
Esetipodemagiaerausadaporotrotipodebrujas,unaantiguaformadebrujeríaquesehaperdidocasiporcompleto,yporunabuenarazón.
Losmuertosnuncadebenvolverdedondehanestado.Deloquehanvisto.Oliveratraviesalahabitación,removiendoelpolvoconaromaalavandaconsus
pisadas,ysesientaa lospiesde lacama,apretándose loshuesosque lerodean losojos, y seme cae el alma a los pies de unmodo inesperado. Pensó que quizás yo
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podría solucionarlo,quepodría traerdevueltaalchicoquemurió.Ydeprontomesientounainútilpornopoderhacerlo,pornopoderdeshacerloquesehahecho,pornoserunadeesasbrujas,delasqueélquierequeyosea.
Un pavor conocido surge en mi interior, la sensación de que apenas soy unaWalker. Solo llevo el nombre. Pero no tengo magia de verdad, no tengo sombranocturna.
—¿Cómo murió? —pregunto, lo intento. Quizás lo sepa, quizás lo recuerde.Quizáslodigaalfin.Yquizásnomeconvengasaberlarespuesta.
—Nolosé—responde.Ycuandosumentónselevantaysusojossehundenenlosmíos,veoqueelbosquesereflejaenellos.Veolaoscuridad,elcielonubladoyelpaso lento del tiempo—. Quiero recordar —dice, con un dejo de nervios que lorecorren—.Peroescomosilosrecuerdoshubieransidoreemplazadosporalgofrío,comosiestuvieradevueltaenelbosqueynopudieravernada.—Seleconmuevelavoz,yséqueestádiciendolaverdad.Quizásmientasobreotrascosas,peronosobreesto.
—Avecesnuestramentequierequeolvidemos—señalo,ymivozseoyeáspera,como la grava que cubre la orilla del lago. Y dentro de mí crece una herida, seexpande.Lascosasquemegustaríaolvidaramí.Comoeldíaenquemiabuelamurióymedejósola.Medejóconunamadrequenoquierequeyosealoquesoy—.Asíduelemenos.
Él se queda mirándome, y veo que siente angustia, un sentimiento que síentiendo.Lo conozco. Quiero tocarlo, apoyar mi mano sobre la de él. Sobre sumejilla, su pecho. Quiero decirle que todo va a ir bien. Pero el momento pasa.Desaparece.
—Mi abuela decía que nuestros sueños se llevaban el día —le cuento, unaspalabrasquesolíandarme tranquilidad—.Queel sueñoera lamejorcuraparacasitodo.
Apartolassábanasymemetoenlacama.Olivercaminahaciaelotrolado,vacilaantesdeacostarse juntoamí,ymepreguntoquépensará,con la respiración fuertequehinchasuspulmones,lospárpadosbajoscomosiintentaranomirarmealosojos,comosiyofueraunadistracción,alguienenquiennopudieraconfiar.
Apago la vela de la mesa de noche, y en un santiamén, la habitación pareceterriblemente oscura. Hasta la luz de la luna se oculta tras unas nubes densas. ElcolchónsemuevecuandoOliverapoyalacabezaenlaalmohada,ysequedamirandoeltecho,alapeculiarcoleccióndecosas:helechosytrozosdecortezayhojas,quecuelgan sobre la cama.Me avergüenzo… son cosas de niña, cosas que juntó unaniñitaquecreíaenlasuerteylossueñoscubiertosdemusgo.
Semevienea lacabezaque tengo lacasa llenadedesconocidos:unchicoqueencontré en el bosque y una chica que hasta hace unos días se habría reído si lehubierapedidoprestadounlápizenlaclasedeHistoria.Ymegustaesasensación:unacasarepleta,rebosante,llenadecorazonesquelaten.
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Porprimeravezenmuchotiempo,nomesientosola.Eldesvánsellenaconelsubirybajardenuestrarespiración,yelsilencioentre
medio. Siento una tranquilidad absoluta, como si el sitio deOliver fuerami cama,comosiyahubieradormidoaquímilvecesytodofueracomosiemprehasido.
Peroelsilencioempiezaaincomodarme,lamenteesincapazdedormir,ysientoqueOliversemueveamilado:siguedespierto.
—¿Por qué te mandaron al campamento? —pregunto. Es algo en lo que hepensado desde que lo encontré en el bosque, pero que he tenidomuchomiedo depreguntar,muchomiedodeoírlarespuesta.
Su respiración cambia, se vuelve superficial, y alcanzo a distinguir apenas latensióndesurostro.
—Memandómitío,yanoqueríalidiarconmigo…Seoyeunapausaalfinaldesuafirmación…elhuecodondedeberíahabermás
palabras,dondesuspensamientossepartieronporlamitad.—¿Siempre has vivido con tu tío? —pregunto con cautela, con miedo de
preguntarcosasqueélnoquieraresponder.Tarda tanto en hablar que temo que nunca hable. Pero después se aclara la
garganta.—No.Mis padresmurieronhace un año.—Se le entrecorta la voz, después se
recompone—.Unaccidentedetráfico.Atreskilómetrosdemicasa.Un dolor punzante se me clava en el pecho. No tendría que haber
preguntadonada.—Lo siento muchísimo—digo, pero las palabras parecen inútiles, unas cosas
pequeñitasqueresbalanporlapielcomoaceiteenagua,quenuncaseabsorben.—Yocasinoconocíaamitío;élnuncaquisoqueyovivieraconél—continúa—.
Asíquemeenvió aquí.—Sepasaunamanopor el peloy labaja aun costado—.Inclusosimeescapodeestesitio,notengoadóndeir.
Casivuelvoadecir«losiento»,peromecontengo.Élnoquierequeledigan«losiento».Yoodiabacuando lagenteme lodecíadespuésdequemurieramiabuela.Odiabalalástimaquegoteabadesuslenguas,losterriblesojosacongojados.Los«losiento»nocambiabannada.
Oliver quiere que le digan que los errores pueden corregirse, que puedendeshacersemomentosdenuestropasado,queyosoyunaWalkerquepuederesucitaralosmuertos.
Peroyonopuedosolucionarnada.Elpasadoyaestádecidido.Cierrolosojos,ymesientodolorosamentevacía.Sientomivacíosumidoenelde
él,haciéndoseunomismo.Ambosestamossolos.Notenemosanadiemás.Cierrolosojos con más fuerza e imagino que todo es distinto. Imagino que Oliver nuncadesapareció la noche de la tormenta. Imagino que nunca lo encontré dentro delbosqueWicker.ImaginoqueespartedellagoJackjaw,igualqueyo,quesuspadresnuncamurieronysecrioaunascasasdedistancia,quenoshemosconocidotodala
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vida. Imagino que de niños entrábamos caminando en el agua poco profunda enverano,yoconun trajedebañoamarillo convolantes, él con sus largosbrazosdeniñobronceadosporelsol,yqueélintentabametermeenelagua,riendohastaquenosdolíaelpecho,quenosnegábamosa iracasa inclusodespuésdequeelsolsepusierateñidodecolorsandía.Imaginoqueélfuemiprimerbeso.
Imaginoquepuedoquedármeloparasiempre,miobjetoencontrado.Estiro lamanoy toco ladeOliver, entrelazandomisdedos con losde él.Y su
manosedoblaconsuavidadcontralamía;nolaaparta.Nome sueltes, pienso. Si no, ambos podríamos quedar a la deriva. Ambos
podríamosolvidarloqueesreal.Olvidaremosloescurridizoquepuedesereltiempo,lomalvadoeimplacable.Sipestañeas,quizástelopierdastodo.
Élempiezaarespirarprofundamente,seloestállevandoelsueño,ymicorazón,desgraciadoy traicionero,mequemaunagujeroenelpecho.Cierro losojosysoloveolamariposanocturna:lasalascontralaventana,buscandocómoentrar.Cierrolosojos y veo a Oliver echado entre los árboles, con la nieve que cae sobre él,enterrándolovivo.
Me deslizo por las sábanas de flores, a tan solo unos centímetros de él, connuestrosdedosaúnentrelazados.Deseopodermetermeensussueños,comolohacíamiabuela.Deseopoderverloqueélve.
Asísabríaconseguridadquésecretosoculta.
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Librodehechizos
demedicinasdelbosque
yluzdeluna
ADAWALKERnacióen laúltimahorade laúltimanochede la lunade lobo,conojosazultizayelpelorubio,queluegosevolviónegro.
Se chupó el dedo hasta los nueve años, y solía dormirse en sitios fuera de locomún:enelrecododeunolmo,enunazonadeortigas,entrelaspatasdeunalobamadre, en el techo de la vieja casa durante una tormenta. Ada podía dormir encualquiersitio,hastaflotandodeespaldasenellagoJackjaw.
Alosonceaños,vioelprimersueñoquenoerasuyo.Nuncatuvolaintencióndeespiar,perotodoslossueñosqueviodeesemomento
en adelante no fueron de ella. Cuando Ada cerraba los ojos, se zambullía en lossueños de otras personas mientras dormían. Aprendió a descifrar esos sueños conextraordinaria precisión, pero sabía que casi nadie entendería, ni captaría, elverdadero significadode sus sueños, asíque les contabahistorias imaginativasqueinventaba.
Cada luna llena,hacía tédebayasdecuervocon limón,yentrelazabahistoriasconelmismoesmeroquesetrenzabaelpelo.Seenamoróunasolavez,delhombrequelediounanillodepiedradelunaquereflejabaelazultizadesusojos,elmismohombrequelediounahijaquepodíaencantaralasabejas.
AdaWalkermurióenunacálidanochedeotoño,conlamariposadehuesoenlaventana.
Yningúnremordimientoenelcorazón.
Cómohacertédebayasdecuervo:Unpuñadodebayasdecuervo,recolectadasenlanochemásfría.Unapizcadefloresdeamapola,anísestrellado,regaliz,trébol.Dejarinfusionartodalanocheduranteunalunallena.Beberantesdequesalgaelsolenuna
tazaalejadadelrelojmáscercano.
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NORA
Quieroconfiarenél.Noquierohacerloqueestoyapuntodehacer.Perohaycosas—almenosuna—queélnomeestácontando.Observoelpechoquesehincha,elestremecimientodesupielmientrasduerme,
comosirecordaraelbosque,lanieve,lanocheenqueloencontrédentrodelbosqueWicker.Esoaúnloacecha.
Cuandoestoyseguradequeestádormido,meescabullodelacamayapoyolospiessilenciosamentesobreelsuelodemadera.Avanzoconsigiloporeldesván,entrelas sombras y las columnas de luz de luna, esquivando los sitios donde sé que lostablones ceden uno o dos centímetros y soltarían una ligera sacudida. Finn respiratranquiloenelsuelo.Todalacasaestásumidaensueños,salvoyo.
Mearrodillojuntoalasillapequeñaqueestáalladodelaventana,dondeOliverse quitó el abrigo, y palpo la tela gruesa hasta que encuentro un bolsillo.Meto lamano.Noencuentronada.Pasolosdedosporelcuello,buscandoelotrobolsillo,quetienealgunasramitasytrocitosdepiñas,nadararodespuésdeandarporelbosque.Mesientosobrelostalones.Quizásnohayanadaqueencontrar.
Tal vez no debería revisar sus cosas. Yo me pondría furiosa si lo encontrarahusmeandoenmiarmario,enmimesitadenoche.Siento lamolestiadeuna ligerapunzadadeculpa.Perovuelvoatocarelabrigo,lalonapesada,buscolacremalleraprincipalymetolamanoenelinterior.Comoeradeesperar,hayunbolsillooculto,máspequeñoquelosdemás,peromásarriba,alaalturadelpecho.Buscolaaperturaymetolamano.Misdedostocanalgopequeñoyblando.Losacoylosostengoenlapalma de la mano: la bolsa de hierbas que le di. La aprieto; el aroma a tréboles,cardamomoyliriosyaseextinguióhacetiempo.
Lahaconservadotodoestetiempo,dentrodelabrigo,cercadesupecho.Looigorespirarenlacama,yvuelvoaapoyarmesobrelostalones,sintiéndome
una tonta por husmear, por pensar que encontraría alguna pista, alguna cosa quedemostrara si era culpable o no, si mentía o no. En cambio, lo único que heencontradoeslabolsadehierbasqueledi,comosiélnopudieradeshacersedeella,inclusocuandoyahaperdidosufuerza.
Deseandonohabercurioseadonada,vuelvoameterlabolsaenelbolsillo.Perotocoalgomás.
Lisoyfrío.
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Saco lamano y veo que se desenreda una pequeña cadena, con algo grande ybrillanteenunextremo.
El objeto tintinea, y enseguida lo envuelvo con lasmanos, para no despertar aOliver.Meduelenlasrodillasporapoyarlassobreelsuelodemadera,peromeacercoalaventana,abriendolasmanoscomounaostraquerevelalaperlaquetieneensuinterior:enmimanoyaceunrelojdebolsilloplateado.Lacadenaestárota,unodeloseslabonesestátorcido,yfaltaelresto.Perounligerotictacemanadesuinterior,los engranajes ocultos que semueven, losmecanismos diminutos que laten en undelicadounísono.Aún funciona.Pasoelpulgar sobreel cristal,observando lacarablancadelreloj,conlasmanecillasdoradasquemarcanlashoras.
Es un simple reloj de bolsillo, elaborado con gran habilidad. Me pregunto sipertenecería al padre de Oliver o a su abuelo. Un recuerdo, tal vez. O quizás loencontróenelbosqueWicker,unobjetoperdidoquelevantódelsuelo.
Doylavueltaelreloj,sintiendoelpesodelmetalenlamano,evaluandosuvalor.Noesmuyviejo,peroestábienhecho.Fueelaboradoporalguienquesabía loquehacía.Loinclinoparaverlomejoralaluzdelaluna.Tieneunosdibujosqueparecenencajegrabados en el dorso, esmeradosydelicados.Pero esono es todo.Tambiénhay unas letras.Un nombre. Se hizo para alguien.Un regalo, tal vez un regalo decumpleaños.
Dice:«ParaMax».Elrelojsemecaedelamanoygolpeacontraelsueloconunfuertegolpeseco.Mierda,mierda,mierda.Dirijo la vista a la cama, dondeOliver se hamovido, se ha puesto de costado,
peronosedespierta.Nosesientanimeveenlaventana,levantandoalgodelsueloquenomepertenece.
Algoquetampocoleperteneceaél.Élnoencontróesterelojenelbosque.EradeMax.Elchicoquemurió.
Lasmentirassecuelanporlostablonescomolosratonesquebuscanunsitiodondeanidar.
TocoaFinndetrásdelaoreja,despacioparanosobresaltarlo.Susojosseabrendegolpeyyosusurro:
—Vamos.—Élselevantayseestirasobrelaalfombraantesdebajarconmigolaescalera.Suspatashacenunossuavesclicclicclicalpisarcadaescalón,yyomeestremezcoconelruido,esperandoquenadiedespierte.
Enlasaladeestar,medetengojuntoalapuertaymiroaSuzy,queroncaconunbrazocolgandodelsillónylacaracontrauncojín.Novaadespertarsepronto.
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Peroalverlasuaveinclinacióndesunariz,eldelicadorevoloteodesuspestañascastañas,mepreguntodepronto si sabrámásde lo que cuenta.Si habrá secretitosbrincandodetrásdesuspárpados.¿Estuvoellaesanoche,cuandolatormentasoplabasobreellagoyellossejuntaronenelcementerio?¿Estuvoconlosdemás?
Meazotaunaoleadadedesconfianza.Dosdesconocidosenmicasa.Ytalveznopuedoconfiarenninguno.
Norespiro,nometragolasensacióndepavorquemeinvadeelpecho.Voyhacialapuertaysalgocorriendoalapálidaluzdelamanecer.
Porprimeravezdesdelatormenta,porprimeravezenmuchotiempo,megustaríaenserioquemimadreestuvieraaquí.Alguienenquienpuedoconfiar,quepuedeverlascosasconclaridad.
Peroséqueesunaideatonta.Mimadrenuncamecreería,nuncacreeríatodaslascosas que han pasado.Memiraría con los ojos anestesiados, con indiferencia. Nopodríaresolvernada.
Asíquecorrohastaellago,agachándomeentrelosárboles,yendoalúnicositioenelquesientoqueestoyasalvo.
Cambio de dirección y avanzo por la orilla, con inhalaciones profundas yexhalaciones entrecortadas que me queman los pulmones, y miro por encima delhombroparaversiOliversehadespertadoyestábuscándome,paraversiSuzyestádepieentrelospinos.Perosigosola,pisoteandolanieve,jadeando,conlaspiernasquemequeman.
Laluzcambiaamialrededor:sehaceclaraylechosa.Lanocheseconvierteendía.Sinembargo,lasavesdelamañananosedespiertan,ynocotorreanenlasramas.Hace demasiado frío. El mundo está demasiado silencioso. O tal vez tienendemasiadomiedo.UnachicaWalkeravanzaentre losárboles,agitada,confuria en los ojos: mejor quedarse callados. Es más seguro quedarseescondidos.
Unosdelgadoslistonesdehumosalendelachimeneadelapequeñacabañaqueestájuntoalatienda,yunavelabrillaenunadelasventanas.ElseñorPerkinsestádespierto.
Suboconprisalosescalonesbajosdelporche,conlarespiraciónquesigueásperacomoelpapeldelija.Llamoalapuerta.
Inspiro,exhalo.Echounvistazoporencimadelhombro,peroellagosigueensilencio;solounos
copossuavessebalanceandesdeelcielo,losrestosdelatormentadeanochequevanllegandotarde.
No se oye ningún ruido al otro lado de la puerta, y el cuerpo me empieza atemblar,elfríoseinstalabajomipiel.Ydentrodelbolsillodemiabrigoestáelrelojplateado:losientomarcarlossegundos,unaínfimavibraciónquesientoenlapalma
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y que se vuelve parte de mis propios latidos. Lo he robado. Cuando Oliver sedespierte…¿cuántotardaráendarsecuentadequenoestá?
Vuelvoallamaralapuerta,yestavezoigolospasosarrastradosdelviejoseñorPerkins,caminandodespacioporelsuelodemaderacrujiente,muydespacio.Unossegundosdespués,lapuertaseabrehaciadentro,yFloydPerkinsmeobservaconlaintensidaddeunave,lavistaaguda,vigilante.
—Buenosdías—dice,pestañeandocuandounvientoinvernalsoplaporlapuertaabierta.
—¿Puedoentrar?—pregunto.Lavozsuenaquebrada,peordeloqueesperaba.Lasarrugasquerodeansusojosse juntanyél rezonga,noporqueesté irritado,
sinoporlarigidezdelasarticulacionesviejasqueintentamoveralabrirlapuertadeparenpar.
—El lobo se queda en el porche—dice, echando un vistazo rápido a Finn. Elseñor Perkins siempre ha pensado que Finn eramucho lobo y poco perro. «Es unanimalsalvaje»,medijounavez.«Noconfíoennadaquepodríamatarmemientrasduermo».
Finnobedeceybajaalporche.Detodosmodos,prefiereestarfuera,dondehacefrío,enlugardeestarenlacabañadelseñorPerkins,quepareceunhorno.
Atraviesoelvanode lapuertay laoladecalorardienteescasi insoportable,elolorahumomellenalasfosasnasales,yasemeestánformandogotasdesudorenlafrente.
—Es terriblemente temprano para estar fuera con este frío —dice el señorPerkins, que camina sin prisa por la sala de estar y se sienta en una de las viejasmecedoras que están junto al hogar—. Solo los que buscan problemas o los queintentanescapardeellossalentantemprano.
Echoun vistazo a la cabaña, un cuadradoperfecto.Apenas hay sitio suficienteparameterunacocina,unasaladeestaryunahabitaciónalfondo.Nosaleningunaluzdelasaltaslámparasdepiedemetalqueestánenlosrincones;soloelfuegodelhogar proyecta un brillo parpadeante por las paredes y el techo. El señor Perkinsconstruyólacasacuandoaúnerajovenyteníalaespaldafuerte,despuésdeencontraroro en el río Negro. A diferencia de la mayoría de los mineros que se fueroncorriendode lasmontañas cuandoel oro se acabóo cuandoelmiedoal bosque sevolviómuy profundo, con el susurro frío de los árboles que siempre sentían en elcuello,FloydPerkinssequedó.SupongoqueélespartedeestesitiotantocomolasWalker.
—¿Funcionasuteléfono?—preguntoconprisa,aunqueestoyseguradequesielmíonofunciona,eldeéltampoco.
Memira,yséquedebodepareceraterrada.Tengolosdientestanapretadosquesientopunzadasenlassienes.
—Todavíanada—responde.
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Me rasco losdedosyobservo las llamasmientrasmastican los leñosque estándentrode lachimenea.Una imagen tranquilizadora.Conocida.«Si tienes fuego,yatienesalgo»,decíamiabuela.
—¿Porquénecesitasunteléfono?¿Hapasadoalgo?—LascejasgrisesdelseñorPerkinsseenderezan.
Hevenidoporquenoséadóndeir.PeroahoraqueelseñorPerkinsmemiraconpreocupación,esperandoaqueexpliqueporquéestoyaquí,lasrazonesparecenestarmuyenredadas;tengolasideasmuydispersas.
—Encontré a un chico en el bosque —digo, frotándome las manos sobre lasllamasapesardequesemeestáacumulandoelsudorporlaespalda.
Élentornalosojosyseinclinahaciadelante,aúnsentadoenlasilla.—¿Enquébosque?Elairesevuelvemuydenso,elolorahumoimpregnadoenlasparedesymipelo.
Dejo que los ojos recorran la sala, hasta una hilera de marcos hechos a manodispuestosenunapared,cadaunoconunaespeciediferentedehelecho,florsilvestreoinsecto,yelnombrecientíficoescritoamanoenlaparteinferior.
—EnelbosqueWicker—respondo.—¿Loencontrastevivo?—pregunta,dandogolpecitosconelpiecontraelsuelo.
ElseñorPerkinsnuncahaentradoenelbosqueWicker:sabebienquenodebe.—Estabahipotérmico—digo—,perovivo.Éldejadedargolpecitosconelpie.—¿Cuántotiempoestuvofuera?—Unpardesemanas,creo.—Ah. —Asiente con la cadencia aletargada de un hombre que tiene todo el
tiempo del mundo, tiempo para sentarse a pensar, a evaluar lo raro que fue midescubrimiento—.Talvezelbosqueletomócariño.Decidiónodevorarloalfinal.—Lebrillanlosojoscomosiestuvierahaciendounabroma.Peroyonomerío.
—Yalgomás—digo,volviendoameterlasmanosenlosbolsillosdemiabrigo,viendo cómo el fuego echa chispas sobre la alfombra, esperando que alguna seprenda, incendie las cortinasy todoardacomo layesca—.Creoquehamuertounchico.
Sumandíbulahaceunmovimientocircular,peronohabla.—Heencontradosurelojdebolsillo—continúo,sacandoelrelojysujetándolode
lacadenarota,dejandoquecuelgueparaqueloveaelseñorPerkins.Élentrecierralosojos,peronosemueveparatocarlo,paraextenderlamanohaciaél—.Quizásfuealbosque—sugiero—.Quizás losdoschicos fueron,yvolvióuno solo.—TalvezOliveryMaxfueronalbosqueWickeresanocheypasóalgo,algoqueOliverquerríaolvidar—.Quizás—vuelvoaempezar—unodeellos es culpablede lamuertedelotro.
Metiemblanlosdedos,ytemoquesemecaigaelreloj,asíquelovuelvoaponeren el bolsillo. Me estalla la cabeza y se me oscurece la vista, las cosas quedan
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desenfocadas,mecuestaverconclaridad,mecuestaestarseguradequéesloqueséyloqueno.
—¿Encontrasteelrelojenelbosque?—preguntaelseñorPerkins.Medoycuentade que está empezando a preocuparse, las arrugas se le hacenmás profundas a lolargodelamandíbula,delosojoscansados.
—Encontréaunchico—aclaro—.Yélteníaelrelojescondidoenelbolsillo.—¿Ycreesqueéllehizoalgoalchicoquemurió?Metoloslabiosparadentro,noquieroresponder.El señor Perkins se inclina hacia delante, con las manos temblorosas sobre el
regazoylaartritisenlasarticulaciones.—Muchosminerosmurieronenestasmontañasalolargodelosaños—dice,de
frentea las llamas—.Unavezunárbolcaídodestrozó la tiendadecampañadeunmineroyloaplastómientrasdormía.Algunosminerosrompieronelhielodelríoyseahogaron, otros se perdieron en el bosque y murieron congelados, y sus cuerposfueron recuperados en la primavera. Pero en su mayoría, los hombres se mataronentresípororoyrobos.Esebosqueespeligroso—dice,haciéndomeungestoconlacabeza, sabiendo que yo lo entiendo—, pero no tan peligroso como los hombresmismos.
Séaquéserefiere:hayquetemermásaloquellevanloshombresenelcorazónqueaesosárboles.
Élsereclinaenlamecedora,losojosselenublan,comosiestuvieraentrandoenunsueñoounrecuerdo.
—Algunosdicenqueaúnvaganporellagoyelbosque,perdidos,sinsaberqueestánmuertos.
Sientofríodepronto,aunquemecaengotasdesudordelassienes.Piensoenloschicosdelafogata,enloquedijeronsobrequeoíanvoces,algoensucabaña,enlosárboles.Noeranlasvocesdelosmineros,eraalgomás.Alguienmás.
Max.—Losprimerospobladoreseransupersticiosos—añade,dandovueltasalrededor
deunaideaquequiereexplicar,peroqueaúnnoconsigue—.Hacíanofrendasalosárboles,alasmontañas.—Dagolpecitosconundedocontralasilla,conlaexpresiónseria—.Pensabanque eso apaciguaría laoscuridadquevivía en el bosqueWicker.Arrojaban sus objetos más preciados al lago, dejaban que el agua se los tragara.Creíanqueellagoeraelcentrodetodo,elcorazóndelbosque.
—¿Funcionaba?—pregunto,sintiéndomecomounaniñitaquepreguntaacercadeuna historia para dormir, un cuento de hadas que nunca fue real—. ¿Calmaba albosque?
Élentornatantolosojosquecasisecierran,contemplandolarespuesta.—Quizás. Quién sabe dónde terminará un lago sin fondo.—Se levanta de la
mecedoraycaminahastaunadelasventanasdelapartedelantera,mirandohaciaellagocongelado,conungrupodecasasdeveranovacíasyuncampamentodeniñosal
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otro lado—.Perono siempre sepuede culpar al bosqueWicker—añade—por lascosasmalasquepasan.
Me meto las manos en los bolsillos y miro la imagen a sus espaldas, por laventana: al océano de árboles verdes llenos de pinchos que se extiende hacia elhorizonte.Ydetrás, lasmontañasnevadasqueperforan lasnubesoscuras.Un sitioqueesviolentoysalvaje,dondepasancosasmalas.
Unchicodesaparece.Unchicomuere.¿Quiéntienelaculpa?Elsoldelamañanasefiltraporlasnubes,yduranteunbrevemomentoentrapor
todaslasventanasdelacasadelseñorPerkins,iluminandocadarincónoscuro,cadamotadepolvoque ruedaporel suelodemadera, laspilasde librosquecubren lasparedes, los viejos marcos que cuelgan de los clavos torcidos, las telarañas quecuelganentrelasvigascomolistonesdeseda.
Habíaesperadoalgoalveniraquí,peronosébienqué.Respuestasalaspreguntasequivocadas,respuestasqueelseñorPerkinsnotiene.Simiabuelaviviera,iríaconella;meestrecharíaentresusbrazosanchosymetararearíaunamelodíaquesoloellasabríahastaqueyomesumieraensueños.Yenmissueños,ellasusurraríarespuestasa todas las cosas que yo necesitara saber. Al despertar, mi corazón se sentiríadespejado, nuevo, en carne viva, una sensación parecida a cuando te quitan unacuerdaqueteataba.Unmareoquetedarisa.
Peroellayanoestá,mimadrenoestáaquíyloúnicoquemequedaeselseñorPerkins.
Estoysola.—Gracias—ledigo,convozseria.Atravieso lasnubesdecalorhasta lapuerta
principalylaabro.Mesientopesada,sinningúnvalor,aladeriva.UnaWalkerquenosabequéhacer,enquiénconfiar.
Antesdepoderescaparalfrío,elseñorPerkinsseaclaralagarganta,ahoradetrásdemí.
—Teestásiguiendounamariposanocturna—dice.Levantolavistayveounamariposablancaquerevoloteaporeltechodelporche.Elcorazónsequedainmóvilenmipecho,contemoramoverse.—Ya la he visto muchas veces—digo en voz baja, atravesada por el frío. La
verdadquenopuedoevitar.—¿Ysabesloquesignifica?—preguntadesdeelvanodelapuerta.Aprietolamandíbula,ycuandoabrolabocaparahablar,sientolatensiónencada
palabra.—Lamuerteseacerca.LasmanosdelseñorPerkinsempiezanatemblarotravez.—Significaquenotequedamuchotiempo.
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Trago saliva y lo miro: tiene la expresión adusta, como si yo fuera la queestuviera cerca de la muerte, no él. Un intenso frío se instala en el aire que nossepara.
—Ten cuidado—dice al fin, volviendo la vista al hogar. Nadamás que decir.Nadamásquesepuedadecir.Midestinoyaestádecidido.
Lamuertemebusca.Veoalamariposavirarhaciaelbosque,alotroladodelacasadelseñorPerkins,
despareciendoentrelosrayosdeluzdelsolqueseasomanporlosdensosárboles.—Déjameenpaz—ledigoentredientes,peroyasehaido.Lamuerterevolotea.Lamuerteyaestáaquí.
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OLIVER
Hadesaparecidoelrelojdebolsilloqueteníaenelabrigo.Noraloencontró.Ahoralosabe.Mequedodepiefrentea laventana,semehundeelcorazón,yséqueyanada
seráigual.Sehaidodelacasa.Haescapadohacialapálidaluzdelamañana.Yyolementí.LedijequenosabíacómomurióMax,quenorecordaba.Peroteníasurelojenmibolsillo.
Ahoranuncavolveráaconfiarenmí.El lobo también se fue,ycuandobajo la escalera,Suzy siguedesmayadaenel
sillón,roncandoporlobajo,murmurandoalgo.Salgoporlapuertaprincipal,porqueestenoesmisitio.Ahorano.Quizásnuncalofue:solomeconvencídequeloera.Meconvencídequepodíadormirensucasa,ensudesván,conelaromaajazmínyaguadelluviaenlasalmohadas,lasensacióndesumanosobrelamía.Meconvencíde que podía quedarme y así los recuerdos no me encontrarían, de que podíaquedarmeylaoscuridadestaríacontenida.Siemprelaoscuridad,golpeándomelacabeza,buscandounaformadeentrar.
LashuellasdeNorapasanentrelosárboles,unrastroenlanieve.Peronolosigo.Rodeoellago;cadapaso,pesado;cadainhalación,undolorenelpecho.Tendría
quehaberledicholaverdad,perolaverdadesgrisyestállenadeagujeros,sinlíneasclarasquelaseparendelasmentiras,conhuecosqueaúnafectanloquerecuerdodeesanoche.Mimenteesalgoenloquenopuedoconfiar.
Peroelrelojestabaenmiabrigocuandomedespertéenelbosque.Yesopuedesignificarunasolacosa.Llegoalcampamentoypasoporelcomedor:todosyaestánallíparaeldesayuno.
No volverán a las cabañas hasta después de la cena, cuando llevarán cigarrillos aescondidasycomeránlasbarrasdecarameloqueocultanbajoelcolchónparaquelossupervisoresnolasencuentren.Perolossupervisoressonperezosos.Casinosehandadocuentademiregreso,nidemidesaparicióninmediatamentedespués.Hepasadounsolodíaenmicamadesdequevolvídelbosque,ynovinoningúnsupervisorahablarme ni una sola vez, a llevarme a rastras a la oficina principal para que eldirector del campamento pudiera preguntarme dónde he estado, dónde estuve lanocheenquemurióunchico.Yanolesimporta.
Otalvezlosdemáschicoslescontaronunahistoria,unamentira.Quizásdijeronquemeescapéotravez,queconseguíbajardelamontaña.
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Lacapadenievecaídaanochecubreelpaisaje,yavanzoentrelosárboleshastaquellegoalacabañanúmerocatorce,yentro.
Elinteriorestannormalycorrientecomolaúltimavezquevine.Peroestavez,hevenidoenbuscadealgo:unrecuerdoquizás,algoqueexpliqueloshuecosdemimente.
Algoquehagaencajartodaslaspiezas.Lacabañahueleatierrahúmeda;caminohastalascamas,deseandoconelalma
quemimenterecuerdeelresto,querecuerdeloquepasóesanoche.Elcementerio.Jasper,RhettyLin.Maxestabatambién:estabaallíytodosestábamosbebiendo.Nosreíamosdealgo,meresuenalarisaenlosoídos.Untintineoquenosedetiene.
Subopor laescalerademaderaymeacuestoenmicama.LacamadeLinestábajolamía.Yenlaparedopuesta,estánlasdeJasperyRhett.Cuatrochicosporcabaña.
Pero¿dóndedormíaMax?Connosotrosno;enotrositio.¿Enotracabaña?Mepongodeespaldaycierrolosojosconfuerza.¿Porquémicerebroseniegaa
recordar?¿Quéestáocultando?Laverdadsobreloquepasó,sobreloquehice.Seestáhaciendounhoyocadavezmásgrandeenmipecho:elsitiodondelohe
estropeadotodo.Dondelehementidoaella.Dondenotengonadaqueperder.Nadaadonderegresar.Nadieenquienconfiar.Nadiequeconfíeenmí.Abrolosojosyobservoeltecho,mirotodaslaspequeñasmarcasdecuchillos,las
rayasylostajosqueformanpalabras,imágenesysímbolossinsentido.Veolacaradeunconejograbadoenlamaderaquememira,variosárbolestalladosenlapartemásbajaeinclinadadeltecho,conlíneasburdasparacadarama,queformanunbosquediminuto. Toda palabrota habida y por haber ha sido marcada en los tablones.Preservadasparasiempre.Haynombresdechicosqueentrecruzanlasvigas,unmododeseñalarsupasoporaquí,unrecuerdodequecienchicoshandormidoenestacamaantesqueyo.
Pero un nombre me llama la atención, tallado donde el techo se junta con lapared, casi oculto. Cada letra está marcada en profundidad, como con furia. Unanocheenlaquenopodíadormir.Cuandolosárbolessesentíanmuycerca.Elaire,muyfrío.Sucasa,muylejos.
Lasletrasforman:maxcaulfield.Maxdormíaaquí.Enestacabaña.Enestacama.Meenderezoy toco el veteadode lamadera, paso el dedopor lahendidurade
cadaletra.Maxdormíaaquí.Unos destellos de luz de luna se filtran delante demis ojos, el recuerdo de la
nieve en la piel. Pienso en Nora, en su mano apoyada sobre la mía anoche, peroapartoel recuerdo.Mimentemeengaña, siemprevuelveaella. Intento recordarel
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cementerio,larisaquesaledelasgargantasdelosdemás.Peroyonoreíaconellos.Ellosnuncafueronmisamigos,repitemicabeza.Sereíandemí.
Seburlabandemí.Melevantoybajoporlaescalera,bajodelacama,delsitiodondedormíalguna
vez.Peronosiemprefuemicama.Lleguéalcampamentomás tarde,cuandoyasehabía instaladoel fríoyhabían
asignadolascabañasaloschicos.Yoeraelnuevo.Elintruso.Nuncafuemisitio.Maxsehabíametidoenproblemasantesdequeyollegara.Elrecuerdomeviene
enoleadasquerompenenlaorillademimente;salyespumaquegolpeancontramí.Lo habían descubierto dentro de la cabaña de los supervisores, hurgando entre suscosas,poniendowhiskyensucaféporlamañana.Ofensasmásgravesquelasdelamayoríadeloschicos.
Asíque lossupervisores lopusieronenunacabaña juntoalcomedor,unaen laque no había ningún otro chico. Una cabaña rodeada por las de los supervisores,donde no podría escabullirse fácilmente sin que lo oyeran.Ahora lo recuerdo:cuandolleguéalcampamentoyloschicosmecontaronquemehabíandadolacamadeMax.
Élmeodiabaporeso,comosihubierasidomiculpa.Mealejodelascamas,mistaloneschocancontralapesadapuertademadera.Mehicieroniralcementerioesanoche;sereíanypasabanunabotelladealcohol
entreellos,yyoestabarígido,listoparapelear.Listoparaquemeatacaran.Nuncafuimosamigos.YMax:éleraelquemásmeodiaba.
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NORA
—¿Hola?—preguntoenmipropiacasa.Como si yo fuera la desconocida, la intrusa que fuerza cerraduras y semete a
hurtadillasporlasventanas.Finnolfateaelaire,inhalarápidamenteporlasfosasnasales.Entroalasaladeestardepuntillas,dejandounrastrodenieveporelsuelo.Tin,
tin,tinhacenlasgotasdeagua.Entoncesaparecealguienalpiedelaescalera.—Mierda,mehasasustado—diceSuzy.Bajoloshombros.—Creíaquenohabíanadieencasa.—Peroeltonodevozmetraicionayrevela
algo:laincertidumbrequesiento,mientrasbuscogrietasenelcontornodeSuzy,algoqueestéocultando.
—Estoysoloyo.—Vaalacocinayseapoyacontralaencimerablanca,comosiaúnlecostaraunpocomantenerelequilibrio,conalgoderesacadespuésdeanoche.Tieneunoscírculososcurosalrededordelosojos.
—¿Oliversehaido?—pregunto.Ellatuercelabocahaciaunlado.—Supongoquesí.Nohaynadieentuhabitación.—Sefrotalassienesydespués
alzalosojosrojosparamirarme—.Solamentehesubidoparaversiseguíasdormida.Noestabahusmeando.
—Nopasa nada—respondo.Caminohasta la estufa, el fuego arde con fuerza:habráañadidomásleños.Lacabezamehaempezadoalatir,veounospuntitosdeluz.
—¿Dóndeestabas?—pregunta.—Necesitabasalirdelacasa—digo.Noséporquémiento,porquénolecuento
queheidoaveralseñorPerkins,queheencontradounrelojquepertenecíaaMaxenelabrigodeOliver,quecreoquehizoalgoquenopuederevertir.
Perosíséporquénolecuentonadadeeso:porquenoestoyseguradesipuedoconfiarenella.
NosésiellasabrámáscosasacercadeMax,acercadetodo.Suzypestañeavariasveces,comosinecesitaradormirmás.—¿Quépasa?—pregunta.Percibequealgovamal.Perodemasiadascosasvanmal.Unamariposadehuesoestápersiguiéndome,el
relojdeunchicoquemurióestabaenelbolsillodeOliver.Estápasandoalgomaloynopuedosaberquiéneselvillanoniquiénestátanasustadocomoyo.
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Nerviosa,giroelanilloconlapiedradelunaeneldedo.—¿Túestuvisteconellosesanoche?—pregunto,eltimbredemivozsequiebra.—¿Cuándo?—Selejuntanlascejas.—LanocheenquemurióMax,ydesaparecióOliver.Ellafruncemuchomáselentrecejo,seleformanunasarruguitasaloscostadosde
laboca,estáconfundida.—No—responde,apartándosedelaencimeradelacocina—.Estabadurmiendo
enlacamadeRhettcuandoellossefueron.—¿Sabíasqueibanalcementerio?Suzycruzalosbrazoshuesudos,conelsuéterretorcidoeneltorso,enunapostura
defensiva.—No,¿dequéhablas?—Selesueltaunmechóndelpelorecogido.—Pero cuando ellos volvieron—insisto—, ¿me imagino que sabías que había
pasadoalgo?SabíasqueMaxyOlivernoestabanconellos.Ella se muerde una mejilla como si intentara recordar en mitad de la neblina
somnolienta que tiene en la cabeza. Tiene una pequeña mancha negra casiimperceptible junto al ojo derecho: se le emborronó el rímel mientras dormía, elúnicomaquillajequehabrátraído.
—¿Porquémepreguntasesto?—Su tonodeprontoseponeagrio;dospiedrasquesefrotan,laschispasqueprendenenlosdientes.
Porquemesigueunamariposadehueso,quierodecir.Porquelacabezanomedejadelatir.
Porquelamuertemebusca.Siempreveomanchitasnegrasdefatalidadalolejos,igualesquesurímelcorrido.
Suzyyyonosquedamosmirándonos,sinrespirar,buscandolaverdadenlacarade la otra, en las arrugas que rodean nuestros ojos, esas que suelen revelar quealguienmiente.
«Nunca se debe confiar en alguien que pestañea mucho»: una anotación, unaadvertencia,escritaenellibrodehechizos.
—Yonosabíaquehabíadesaparecidoalguienesanoche—dicecontonorotundocuandoyonolerespondo—.Nollevolacuentadequiénduermeencadacabaña.
Ahora siento que la ira hierve en mi interior, unas alas golpean contra miscostillas:lacertezadequesabealgoquenoquieredecir,ydoyunpasohaciaella.
—Pero¿túlosoístehablardeeso…dequealguienhabíamuerto?Suzy levanta ambos hombros en un gesto exagerado, con las cejas oscuras y
perfectaslevantadascomopequeñastiendas.—Supongo—responde—. La verdad es que no estaba prestando atención.Me
preocupabamásquedarmevaradaaquí.—Murióunchico,y¿loúnicoqueteimportabaeraestarvarada?Ellatensalamandíbulaydescruzalosbrazos,conunairerepentinamenterígido.—¿Creesquetuvealgoquever?
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—Soloquierosaberloquepasó.—¿Ysuponesquemiento?—Notengorazonesparapensarquenomientes.—Lafrasedebedemolestarla,
peroyanomeimporta.Yanomeimportaloquepiense.Sientoqueestoyperdiendoelcontrol,quenopuedoverloquetengofrentealosojos,quetodosmeocultanalgoyquierogritar.Esteesmibosque,elsitiodondesiempremehesentidosegura;sinembargo,notengoniideadequépasa.
SoyunaWalkerquenopuedeverlaverdad.Suzymueve lamanodemasiado rápido,y arroja al suelounode los frascosde
mieldemimadrequeestabanenlaencimera.Caeconunfuerteestruendo,elcristalserompealimpactarcontralamadera,elpegajosolíquidocolorámbarsecuelaentrelas grietas. Ella se queda mirándolo, como si fuera a disculparse, pero despuéslevantalavistaypregunta:
—¿Porquévoyamentir?La miel forma charcos en el suelo de madera, siguiendo las vetas y líneas,
llenandolossurcoscomosifueralodo,lentaymercúrica.—Paraengañarme—digoalfin.Ahoramesilbanmáslosoídos—.Parahacerme
quedarcomounaimbécil.Porqueesoesloquehacelagentecomotú:buscaformasdeatormentaralasbrujasWalker.
Gente como tú, pienso. Gente que finge ser amable pero después dice cosashorriblessobremíamisespaldas.Gentequeformacírculosalosquenopuedeentrarnadie de fuera. Gente a la que le gusta ver cómo otros se retuercen mientras secuentanrumoresdeorejaaoreja.
Sequedaboquiabiertaunsegundo,ydespuésselehundenlascejas.—Creíaqueerasmiamiga—dice,con lavoz finacomounpapelquese rasga
lentamente a lo largo de un pliegue. Como si fuera a caerse en una grieta ydesaparecer.Igualquelamiel.
Peromeniegoasentirmemalporella.—Nunca habíamos sido amigas antes de esto —señalo enseguida, con
resentimiento.Yonopertenezcoasumundo,asucírculodeamigas.Estoyperdidaenlazonagris:nosoytannormalcomoparateneramigos,perotampocotengoelpodersuficienteparahacermagiadeverdadcomolasWalkerquemeprecedieron—.Nuncamehashabladoenelinstituto,nisiquieramehassonreídoenelpasillo.—Escupolaspalabras—.Nosoymásqueunaconvenienciaparati.Porquesoyloúnicoquetienesen este momento, porque no tienes a dónde ir.Me estás usando y ya está.—Laspalabras salen demi boca antes de poder arrepentirme de haberlas dicho, antes depodersentirelgolpedesupesodentrodemicabeza.
LoslabiosredondosdeSuzysecierrandepronto.La ira que yo sentía se disuelve de mi lengua con la misma rapidez, queda
reducidaanada.Mequedosintiéndomevacía:huecacomolacáscaradeunabellota.
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Suzycruza lahabitaciónyvahastael sillón sinni siquieramirarme, levantaelbolsodelsueloycaminahacialapuertaprincipal.Alpasar,huelealaromaranciodelperfumederosas:loúltimoquesepusosobrelapielhacedías.Sedetieneymemira.Duranteunmomento,creoquedeberíadeciralgo,unaseriedepalabrasparadeshacerlodicho,unbálsamoparalasheridasquehecausado.Peroellahablaantesqueyo.
—Siemprecreíaquetodostetratabanmalenelinstitutosinrazónalguna.YotedefendíanteRhettylosdemás,lesdijequeerasbuenayquetodoslosrumoressonmentira.—Vuelveaacomodarlamandíbula—.Peroquizásmeequivoqué.
Abrelapuertadeuntirónysalealanieve,cerrándolaconungolpeantesdequeyollegueadecirnada.
Sehaido.
Lamielsehundeysequedaquieta.Levantolosfragmentosdecristalunoporunoylosechoalabasura,sintiéndome
igualderota,taninútilcomolamielderramadaenelsuelo.Arriba,eldesvánestávacío—nohayseñaldeOliver—,comohadichoSuzy.Me
sientoenelbordedelacama.Lacasapareceextrañamentevacía,soloquedanecos,exhalacionesytablonesde
maderaqueseacomodan.Estoysola.Laculpameenvuelvecomounamantavieja,con las fibras rasgadas, hilos sueltos y olor a naftalina.Nunca tendría que haberledichoesas cosas aSuzy. Incluso si no le creo, incluso si ella sabe loquepasó esanocheperonoloquierecontar,nuncaquisesertanmala.
Saco el reloj de bolsillo y lo sostengo en la mano, pasando el pulgar por elnombre grabado de Max. La cadena rota cae entre mis dedos: una pista que noentiendo.Nohaysangreenelreloj.Nohaymanchitasrojasdispersasporelcristal.YOliverno teníasangreencimacuando loencontréenelbosque.Lasangrepuedelimpiarse, pienso. Pero no con facilidad. No cuando estás perdido en el bosque,muriendodefrío.
Pasóotracosa.Elproblemaesquenolaveo.Nopuedomontarelrompecabezas.«Teestásiguiendounamariposanocturna»,dijoelseñorPerkinscuandomefui
desucasa,ylamariposadehuesorevoloteabaentrelosárboles.Siemprecerca.La muerte me busca. Pero no quiero terminar como Max: un cadáver, con
mentiraszumbandoalrededorcomomoscas.Levantoel librodehechizosdelamesitadenoche,lopongosobremiregazoy
hojeolaspáginas.Noséquébusco:unaexplicación,unremedio,unmododehacerque la mariposa nocturna deje de seguirme, de destruirla, quizás. Un modo deconteneralamuerte.
Leolashistoriasdemisancestros,losextrañosrelatosdeañosanteriores:elotoñoen que un caballo palomino desapareció en el bosqueWicker, y DodieWalker lo
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encontró con una varilla para buscar agua.Montó el caballo a pelo y lo sacó delbosque.Loslugareñosdecíanquesusojossehabíanvueltodelmismocolormostazaquelosdelcaballo.LeosobreelveranoenelqueunaplagadelangostasdescendiósobreellagoJackjaw,quecubríanlaslucesdelosporchesycaíanporlaschimeneas.CuandoColetteWalkeratrapóunadelaslangostasdentrodeunfrascodecristalylemurmuróunpequeñohechizoaloído,elairefinalmentesedespejóylaslangostassefuerondelasmontañas.
Casialfinaldelapágina,hayunaanotaciónacercadelamejorformadeatraeruninsectoaldesván:
Abrirlaventanadespuésdelamanecer.Encender una vela azul lavanda y dejar que se consuma por
completoparaatraeralinsecto.Atrapar al insecto enun frascodecristal y susurrarle el hechizo
deseadoaloído.*hechizo no recomendado para quienes temen a las
criaturasaladasodesagradables.
El hechizo parece bastante simple. No hace falta sangre ni sacrificios ni unacelebraciónpaganaespecialparahacerlo.Ysiconsigoatraparalamariposa,quizáspuedaobligarlaairse,adejarmeenpazyllevarselamuerteconsigo.
Tengoqueintentarlo.Encuentroenlacocinaunodelosfrascosdemielvacíosdemimadreylollevo
arriba.Revuelvoelcajóndelacómodaysacounavelacolorlavanda,laqueestácasiconsumidadeltodo,laenciendoylapongoenelsuelo.
Cuando abro la ventana del desván, entra un poco de nieve a la habitación.Pequeñoscoposdanzarinessedeslizanporelalféizar,sinningunaprisa.
BuscoseñalesdeOliveroSuzyentrelosárboles.Peronadasemueve:elbosqueestásilenciosoylibredesereshumanos.
Estoysoladeverdad.Anoche,habíadospersonasdurmiendoenmicasa,conlospulmonesqueseinflabanylospárpadoscansados.Peroahorameinvadeunaoleadade tristeza; las lágrimas saladas quieren rodar por lasmejillas pálidas, pero no lasdejo.SoyunaWalker. Estamos acostumbradas a valernos por nuestra cuenta.Asobrevivir.Conlasmanoscallosas,lavistaagudayelcorazónfuerte.
No quiero que Suzy uOliver vuelvan, en realidad no. Tengomiedo de lo queOliverpuedehaberhecho,ytengomiedodeloqueSuzypodríahabervisto.Estoymássegurasinellos.Laspuertascerradasconllavesonmejoresquelosamigosenlosquenosepuedeconfiar.
Sinembargo,elsilenciodelacasaesunacargadentrodemipecho.Retrocedoymesientojuntoalavelaparpadeante.Tengoelfrascodecristalenla
mano,yesperoaquelamariposaentrerevoloteandoporlaventanaabierta,quelaluz
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lallame.Peronolleganunca,ylahabitaciónsequedafría.Laluzdelsolseapagaysehacedenoche.Lassombrasseconviertenenoscuridadcerrada.Apoyolacabezasobreelsuelodemadera.Finnseestirajuntoamí;suspatasmetocanelhombro,larespiraciónleagitalos
pulmones.Unavezmás,misojosquierensoltarlágrimaspunzantes.Séquelamariposadehuesonuncavaaentraraldesván.Sé que no se la puede engañar tan fácilmente con una vela color lavanda
encendidaenelsuelodeunahabitación.Unamariposadehuesonoeslomismoqueatraparunalangosta,unaabejaounaluciérnaga.
Inclusosilahubieraatrapado,estoyseguradequenopodríahabersusurradounhechizo con el poder suficiente para obligarla a dejarme en paz, un hechizo paradesterrarladeestebosque.¿DequésirveunaWalkerquenisiquierapuedeencantarun insecto? ¿Una bruja que no conoce un simple hechizo?Una bruja cuya abuelamurióantesdepoderenseñarmecómoevocarlaluzdelunaquellevoenmiinterior,cuyamadrepreferiríanuncavolverapronunciarunhechizodentrodelasparedesdeestacasa.
SoyunaWalkerqueapenasesbruja.Creía que quería estar sola, que era valiente y fuerte y que no necesitaba
absolutamentenadadenadie.Peroahoranolosé.Ahorasemedesmoronaelcorazóndentro de la cueva de mi pecho, y desearía tener el tamaño de un mosquito, tanpequeña que podría meterme en una grieta del suelo y desaparecer. Diminuta yolvidable.
Dejoquelavelaquedereducidaanada,mientraslaceragoteasobreelsuelodemadera juntoamispieshastaque la llamasilbay seapaga.Dejoqueel frascodevidrioseescaperodandodemisdedosychoqueconungolpesecocontralapatadelacama.Mellevolasrodillasalpechoyflexionolosdedosdelospiesdebajodelaalfombra.Perodejo laventanaabierta—quierosentirel frío—yescuchoelvientoqueazotaelalerodelacasa.
Undolorsuaveseformadentrodemiscostillas,unaangustiaquenoseva.Vacíay hueca, como si me hubieran sacado el relleno pegajoso con un cuchillo, cualcalabazadeNochedeBrujas.
Alfinal,semecierranlospárpadosymesumoenunsueñohorrible.Missueñossonrarosyverdes,ysientoquemearrastranpordebajodemusgoy
hojasdoradas.Unatierrafértilyoscuramebloquealavista,metapalasorejasylaboca, me sofoca, me entierra viva. Siento sabor a tierra; el suelo congelado sedesmoronaencimademí.
Pero después se oye unamúsicametálica, fina y lejana, que vibra a través delsuelodemis sueños.Medespierto, ahogándomey llevándome lasmanos a la caraparaquitarme las raíces,paraapartar la tierracon lasuñasyvolvera lasuperficie.Perosigoenelsuelodeldesván.Noestoyenterrada;noestoymuerta.
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El cielo nocturno llena mi habitación; el sol se ha puesto hace rato. ¿Cuántotiempoheestadodormida?
Lanieveentraporlaventanaabierta,juntoconalgomás.Un ruido que viene de fuera, de entre los árboles, en mitad de la oscuridad
nevada.Lamúsicanoestabaenmissueños.Erareal.
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Librodehechizos
demedicinasdelbosque
yluzdeluna
EMELINEWALKERnacióunmestarde,bajounalunafantasmaenlugardelalunadetrébolenano,comosesuponía.Teníalosojosblancoscomolaporcelana,ycuandoabriólabocaparallorar,solosalióaire.
Eraunaniña silenciosa,quehablabapara símisma, jugabaal juegode la cunasola en su habitacióny enterraba los dedos de los pies en el lodopara sentir a laslombricesqueseretorcíandebajo.
Peroa losdiecisieteaños,duranteunotoño inusualmenteventosoenelque laspelusas de los dientes de león silvestres volaban por el lago como sombrillasdiminutas,EmelineentróenelbosqueWickeryperdiólacabeza.
Sinembargo,nofuesuculpa.Habíaperdidoelrelicariodeplataquelehabíaregaladosuverdaderoamor,así
que fue al bosque donde se encuentran todas las cosas perdidas. Erró entre losárboles, apartando a patadas hojas podridas y piedras negras lisas, buscándolo.Dormíadentrodelostroncos.Seadornabalasmuñecasconfloresdesedum.Unañodespués, cuando al fin volvió a salir, algunosmechones de su largo cabello negroazabache se habían vuelto blanco hueso, y tenía tierra seca bajo las uñas, pero nohabíaningúnrelicarioaferradoensumano.
Duranteelrestodesuvida,Emelinecontinuóbuscandoenlaviejacasa:dentrodelas tazasde té, detrásde los librosydebajode los tablonesdel suelo.Cadanochesacudíalassábanas,encasodequeelrelicariosehubierametidoentreelalgodón.
Llegóaseranciana,conelpelocanoso largohasta los tobillos,quedejabaunaestelaatravésdeljardíncuandodesenterrabacaléndulas,hojasdevainillayjengibresilvestre, seguradequeel relicarioapareceríaentre las raíces.Emelinenunca supocuál era su lado sombrío, sumagiaWalker, su sombra nocturna: le fue esquiva, aligualqueelrelicario.
Ensu lechodemuerte,EmelineWalkersostuvolamanodesuhermanamenor,Lilly,ydijo:
—Ah,allíestá.—Ysequedóinmóvil.
Cómodesenredarunamenteenmarañada:
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Arrojaraguasaladacalienteporlaventanadeunprimerpiso.Juntar lasmanosalrededordeuncírculode tierradeprimaverarecién labradayescupirpor
encimadelhombroizquierdo.Nobañarsedurantetresnochesseguidas.Enlacuartanoche,beberunvasodelechedoradade
cúrcuma,hacerseunatrenzaapretadaquecaigaporlaespaldaydormirsincalcetines.
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NORA
Lamúsicavibraentrelosárboles,metálicayapagada.Sigoelsonido.Losgravesqueretumbanatravésdelsueloduroycongelado,y
lasvocesquesealzanllenasderisas.Yahepasadoporcasilamitaddelascasasdeveranoprotegidascontablas,estoycasialaalturadelosmuelles,yllegoalpuntodeorigen:laviejacasadelosWilkinson,conelenormeporchequelarodea,lasgruesasparedesdetroncosydosventanassalientesconvistasallago.Esunadelascasasdetroncos más bonitas del lago Jackjaw, y losWilkinson solo vienen dos veces porverano.Traena sus tresperros, cincohijosy amigos ruidosos.Hacenparrilladasyfiestashastaaltashorasdelanoche,ylosadultosseemborrachanconvinotintoyseríendelosmismoschistesquecuentanañotrasaño.
Ahora,cubiertadeuncapullodenieve,lacasaresuenaotravez.Lospiesmellevanporlosescalonesdelporche,comosisiguieraenunsueño;las
manos abren la puerta principal que ha quedado un poco entreabierta, y los ojosabsorben la marea de chicos que se amontonan en el interior.No debería estaraquí.Peroelcorazóntraicionaalamente.
QuizásOliverestédentro.Y si está, no sé qué voy a decir. Tal vez grite y le golpee con los puños en el
pecho.Quizásledigaquemintió;queélmatóaalguienesanocheyescondióunrelojde bolsillo en su abrigo. O tal vez me dé media vuelta y me vaya, incapaz deencontrarlaspalabrascorrectas.Peronecesitoversurostro,lacurvadelicadadecadaojo,labondadquealgunavezvienellos,yquizásentonceslosepa.Talvezloveadeverdad:unmonstruo,unvillano,oelchicoquerecuerdodelosárboles.
Aprietolasmanosaloscostadosyatraviesolapuerta.Casitodoelcampamentoestáaquí.Haychicosconvasosdevinoycopaslargas
dechampánllenasdeunlicoroscuro.Amiderecha,varioschicosjueganaunjuegoparabeberenlamesadelcomedor,agritos,borrachos.Unafogataardeconfuerzaenungigantescohogaramiizquierda;losleñosarrojadossincuidadosobrelasllamas,muycercade la alfombracolor salmónde la saladeestar,queya tiene losbordeschamuscados.
Pasoporalladodeungrupodechicos,ynadieparecedarsecuentadequeestoyaquí.Yaestándemasiadoborrachos.Hayunchicodepiesobreunamesadecafé,conunamantadelanaverdeamododecapa,gritandoquesupadrelejuróquesolamenteestaría dos meses en el campamento pero ya han pasado seis. Sus ojos vidriososapuntanhaciamí,peronoparecen registrara lachicaqueestáenplenoocéanode
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chicos.Mispies chocancontra latasdecervezavacíasdesparramadaspor el suelo.Sobreunamesalargaubicadabajounaventana,hayunaradioportátilquereproducemúsica country a un volumen atronador, de alguna estación de radio distante;funcionaapilasyquizásacuerda.
LoschicossehanmetidoenlacasadeveranodelosWilkinson.Yvanadestruirelsitio.El calor y las risas retumban en mis oídos, y el olor a cerveza derramada es
nauseabundo.Laluzparpadeantedelasvelasqueiluminanlasalacrealailusióndeque unos fantasmas humanos trepan por las paredes: brazos y piernas largos ypuntiagudos,personasinsecto.
Recorrolascarasconlamirada,peronoveoaOliver.Quizásélnovendría,noestaríacon todosestoschicosdelcampamentosienrealidadnosonsusamigos.Amenosque tambiénhayamentido acercade eso.Acercade todo.Seme instala unnudoenlagargantaysientoganasdevomitar,depieparadaentretodasestascarasdesconocidas,dechicosquenuncahevisto.
Unodeellosmeobserva,unchicoconcamisaverde,pelorubioyunareteenlanariz. Está de pie a solo unmetro de distancia, boquiabierto, y parece que intentahablarperolamenteempantanadanopuedeformarlaspalabras.
Notendríaquehabervenido,piensodepronto.Hasidomalaidea.Empiezoadar lavuelta,adeshacermispasosentre lamultitud,cuando laveo:
Suzy.Ysemecaeelalmaalospies.Ella se tambalea hacia una escalera y sujeta el pasamanos, se apoya en él,
sonriendo.Estáborracha.Meinvadelamismaoleadadeculpa.Contengolasganasdesalircorriendoy,encambio,cruzolasalaendireccióna
ella, abriéndomepaso entre el gentío.El chico de la camisa verde y el arete en lanarizmeguiñaunojo,perosiguesinhablar;haperdidolavozporelalcohol.Otrochicoconpecas,quefumauncigarroqueseguroquehabrárobadodelacasa,arqueaunacejaymedice:
—Hola, chica de la luna.—Algunos más echan un vistazo hacia mí, pero nodicen nada. Tal vez tienenmiedo de lo que yo podría ser en realidad, de que losrumoresseanverdad.
CuandollegoaSuzy,tienelasmejillassonrosadasyunalataplateadadecervezaenlamano.Selecaeunpocoalsuelocuandomeve,alejándosedelpasamanosdelaescalera.
—Has venido—dice sin emoción, como si yo hubiera recibido una invitación:unatarjetaconungrabadoplateadoenviadaporcorreo,cubiertadepurpurina.«Estásinvitada a una fiesta de invierno en la casa de losWilkinson. Entra por tu cuenta,porquenosotrosharemoslomismo».
—Nodeberíaisestaraquí—señalo—.Estaeslacasadeotrapersona.—Noesloqueteníapensadodecir,noalprincipio.Pensabadisculparme,odeciralgodequeno
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séenquiénconfiar,delasnochessindormirydequeencontréelrelojyquenofuemiintencióndecirqueellanoeramiamiga.
Sin embargo, Suzy esboza una amplia sonrisa: ya ha olvidado la pelea quetuvimos.
—Aquiénleimporta—responde.—Los supervisores del campamento se van a enterar—añado—. Se van a dar
cuentadequecasitodosloschicossehanidodelascabañas.LasonrisarelajadayblandadeSuzynoserompe,losojosestánllorosos,ebriade
felicidad,yseríe.—Alossupervisoresnolesimportaquéhacenloschicos—afirma,haciendoun
ademánconlamano—.Noesquepuedanecharlosdelcampamento:estamostodosvaradosaquí.
Selecierranlosojosylosvuelveaabrir.Memiraconelceñofruncido,comosiacabarade recordar lo enfadadaque está, queyo soy la últimapersona con la quequierehablar.
—Discúlpamepor loquepasó—digoenseguida—.Notendríaquehaberdichoesascosas.Esque…
Unchico choca conmigo,yvuelcaun líquidooscurodeunvaso rojo sobremicalzado.
—Perdón—farfulla,mirándomeconodiocomosihubierasidomiculpa.Sealejatambaleandohacialacocina,yyovuelvoamiraraSuzy.—Esqueestoyintentandosaberquépasó—explico.Ellaalzaunacejapuntiaguda,ymedoycuentadelocansadaqueparece,conlos
párpadosquequierencerrarse.—¿Terefieresaqueestásintentandosabersitunovioeselresponsable?Suspiro y aparto la mirada; observo a la multitud de chicos. Alguien canta al
ritmo de lamúsica y su voz no suena tanmal, si no fuera por el hipo quemarcaalgunosversos.
—Murióunchico,Suzy—digo,girandohaciaella—.Yalguienesresponsable.Subocasevuelveinexpresiva,ysevuelveaapoyarcontraelpasamanos.—Losaccidentesocurren—señala,ybebeunbuentragodecerveza.—¿Qué quieres decir?—Doy un paso hacia ella, oliendo su aliento a cerveza,
apenasdisimuladopor el perfume floral.PeroSuzyniega con la cabezay seda lavuelta, sujetando el pasamanos para mantener el equilibrio mientras sube lasescaleras,bamboleante—.¡Suzy!—exclamo,peroellayahasubidolaescaleraysehaidoporelpasillo.
«Losaccidentesocurren».EscomoloquedijoRhettenlafogata.Vuelvo la vista a la puerta principal, que sigue abierta desde que he entrado.
Deberíairme,volveracasa,cerrarlapuertayesperaraquesederritalanieve,aquesedespejelacarreteraytodovuelvaalanormalidad.
Peronolohago.SubolaescaleraenbuscadeSuzy.Meadentroenlacasa.
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Quizásellasabeloquepasó.Pasoporal ladodedospuertasabiertas,ambascon literasa los lados.Unsitio
dondelosniñospuedenapilarseenlasnochesdeveranotempladas.Seoyenunasvocesapagadasalfinaldelpasillo:elcotorreodeunoschicosque
conversan.Medetengojuntoalaúltimapuerta,meapoyocontralapared,escucho.—Tunoviaestáborracha—dicealguiendentrodelahabitación.Jasper,creo.Los
chicosdelafogataestánaquí.Peroseoyecomosiestuvieranlejosdelapuerta,alotroladodelahabitación.
—Cállate—respondeRhett.OigoqueSuzyhaceunsonidoconlagarganta,comosisehubieraofendido.
—Nodeberíaestaraquí—añadeJasper.—Nosoysunovia—sueltaSuzyfinalmente—.Ypuedoiradondequiera.—Se
laoyeechapolvoymeimaginolacaradeloschicos,consonrisasburlonas,poniendolosojosenblanco.
—Lehascontadodemasiado—continúaJasper.Oigounaspisadasymepreguntosi se estará acercando a Rhett. Una advertencia o una amenaza, quizás—. Ella vacorriendoacontárselotodoaesaamigabrujaquetiene.
—Nolehecontadounamierda—espetaRhett.Hay más movimiento dentro. Parece que alguien empuja a alguien más.Ni
siquieraconfíanenellosmismos, pienso.Están empezando a formarsegrietas;algunos vanmarcando los límites.Tienen secretos entre ellos.No pueden dejar depensareneso.Elmiedoahoraestáarraigadoensuinterior.
—¡Basta!—grita Suzy, y se habrá metido en medio de ellos porque todos secallan.
—Loúnico que estáis haciendo es empeorarlo todo—interviene otra voz. Lin,parece.
Alguiensueltaunaprofundaexhalaciónydespuésseoyequealguiensesienta,unosresortesquesehunden,probablementeunacama.
—Tenemosqueesperaraquepasetodo—diceRhett,peroselooyetenso,comosituvieraunnudoenlagarganta,comosiquizásnocreyeraensuspropiaspalabras.
Elruidodelahabitaciónsecalma,ymeaprietomáscontralapared,estirándome,sinsaberquéestápasando.
Pero después alguien habla al fin: Lin, y el timbre de su voz se parece a lascuerdasdemasiadotensasdeunviolín.
—Enalgúnmomentolovanaencontrar.Otra pausa prolongada, como si todos tuvieran demasiadomiedo de romper el
silencio.Suzyseaclaralagarganta,perodetodosmodostienelavozquebradaalhablar.—¿VosotrossabéisdóndeestáMax?
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Seoyenunasquejasdesesperadasenvozbaja.Unodeloschicosdicealgoquenopuedodistinguir,unsusurrodepalabrasquenoquierequeoiganlasparedes,ounachicaqueseescondeenelpasillo.
—Essolocuestióndetiempohastaquelossupervisoresloencuentren—continúaLin,talvezenrespuestaaloquenoalcancéaoír—.Noestámuybienescondido.
Estoesloqueestánocultando,deloquehanestadoevitandohablar.PeroahoraLinlohadichoenvozalta.
Elcorazónmeempiezaalatircomountambor,tuntuntuntun,yaprietolasuñascontralaparedquetengodetrás.
—NovanaencontraraMax—respondeRhett,yoigoquesuspisadasatraviesanlahabitación,comosi sealejarade losdemás,haciaunaparedenelotroextremo.Quizásestémirandoporunaventana.
Max.Sucuerpo,sucadáver,estáescondidoenalgúnsitio.Oculto.—Nopuedometermeenproblemasporesto—diceJasper,conigualcantidadde
miedoyamenazaeneltonodevoz.—Ningunodenosotrospuedemeterseenproblemas—respondeRhett.Jasperhaceunsonidodenegación.—Conmigoesdistinto.Mipadrevaamatarmesi seentera.Estaeramiúltima
oportunidad,veniraquí.Nopuedo…—Sedetieneamitaddelafrase.—Eslaúltimaoportunidadparatodos—ofreceLin.Loschicosquesonenviados
alCampamento JackjawparaChicosRebeldesnoestándevacacionesde invierno.Noestánaquíamododerecompensaoparadescansarunpocode laescuelay loslímitesdehorario.Estánaquíporqueyahanmetidolapata.Yahanhechoundesastrede su otra vida. Se supone que este es el sitio en el que se enderezan, en el queretomanelbuencamino,enelquesearreglan.Peronosiunchicoterminamuerto.Ynosiellostienenlaculpa.
—Ahoranohaynadaquehacerle—respondeRhett,mientrassuspisadasvuelvenaatravesarlahabitación.Quizásestécaminandoencírculos—.Yahapasado.
Otravezalguienfarfullaalgoenvoztanbajaquenopuedodistinguirquédice.Ojaláhablaranmásalto,ojalápudieraentrarenlahabitaciónsinquemevieran.
Ydespuéseltonocambia.—Sigooyendocosasporlanoche—confiesaLinconvozsuave,comosimirara
alsuelomientraslodice.—Eso es lo que pasa cuando alguien se ahoga—suelta Jasper, con la voz tan
aguda que suena como si fuera a romperse, como si a su mente se le estuvieranabriendolascosturas—.Tepersiguenporqueestánfuriosos,hostia.
Ahogado.Ahogado.Ahogado.
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Persigue,persigue,persigue.Ahoratengoelcorazónenlanariz;apenaspuedorespirar.Tengoquepedirlesa
lospulmonesqueinhalen,queexhalen,quenohaganniunsoloruido.Maxseahogó.¿Enellago?¿Secaeríaalromperseelhielo?Melatelacabeza,y
la sangreque corre pormis venasparecemuy ruidosa, un estruendo enmis oídos.Deberíairme,saliraescondidasdelpasilloantesdequemeoigan,meencuentren,medescubranespiando.
—Cállate—diceRhett,ymellevounamanoalaboca,parasilenciarmipropiarespiración.
—Nopuedodormir—sostieneLin—.Nolosoporto.Máspalabrasquenoconsigooír,ydespuéslavozdeSuzysealzaporencimade
lasdemás,conunaentonaciónrara…encubierta.—NoradicequeencontróaOliverenelbosque.Siento que las cejas se me juntan. No sé por qué cuenta eso, por qué es
importante.—Dijoqueestuvoallídurantelasúltimasdossemanas,escondidooalgoasí.—¿Qué?—preguntaunodeellos,Rhettquizás.Lamúsicadeabajosedetienedeprontoyvuelveaempezarunsegundodespués
conotracanción.Seoyengritos,alguienquediscute.Unproblemaentreborrachos.Uno de los chicos al otro lado de la pared dice algo más que no consigo
distinguir, y después oigo unos pies que se arrastran, los pasos desganados de treschicosyunachicaquecaminanhacialapuerta.
Heesperadodemasiado.Rhettsaleporlapuerta,yduranteunsegundopiensoquesinomemuevo,talvez
mepasenporalladoypiensenquenosoymásqueunasombracontralapared.Unfantasma.PeroRhettsedetienedeprontoymeclavalosojos.
—¿Quécojones?—exclama.Enelsegundosiguiente,JasperpasajuntoaRhett,golpeándoloconelhombro,y
mesujetaelbrazo.—Haescuchadotodoloquehemosdicho,lamadrequelaparió.—Tieneuncorte
rojobrillanteenlamejillaizquierda,elsitiodondelocortólaramadelárbolcuandoestabanenlafogata.
Rhettseaprietalassienesconlasmanos.—Mierda.Mesueltoelbrazodeuntirón,peroJaspervuelveasujetarme,estavezconmás
fuerza.Losdedosmepellizcanlapiel.—¡Nome toques!—grito. El cuerpo seme pone rígido, se resiste, pero él es
demasiadofuerteymeobligaaentraralahabitación.La luz de la luna brilla por la ventana e ilumina una cama bien hecha, con un
edredónbordado.Hace frío, como si entrara una corriente de aire, pero la ventanaestácerrada.
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—Mierda, mierda, mierda—repite Rhett, caminando por la habitación oscura,conlavozquepareceunosfragmentosdecristalquemecortancadavezquehabla.
Suzysequedaparadaenelvanodelapuerta.Lamiroporunossegundos,peroellanolevantalavista;secruzadebrazos,comounaveconlasalasplegadassobresímisma,cubriéndoselosojosparanoverlosmíos.
PeroRhettmemira con odio, como si fuera un animal en una trampa, que esprecisamente lo que soy. Estoy atrapada. Mantengo los brazos a los costados,rígidos,comounachicacapazdesaliramordiscosyarañazosdesernecesario.Unachicacondientesquepuedenrasgarlapiel.
—¿Quéhasoído,chicadelaluna?—preguntaRhett,dandomediopasohaciamí,conlosojoscubiertosporlasombra,comosiestuvieradecidiendomidestino.
—Nada—digo,convozdesafiante.—Miente—gruñeJasper,quesiguesujetándomeelbrazo;muchomásaltoque
yo—.NoshaoídohablardeMax.Se lovaacontar a lapolicíacuando seabra lacarretera.
Lomiroconlosojosentrecerrados,mientrasunaespinasemeclavaenlassienes.Rhett se pasa la mano por el pelo rubio ceniza, buscando respuestas en los
recovecososcurosdelahabitación.Mehaceungestonegandoconlacabezaydaunpasohaciaatrás,endirecciónalapuerta.
—Nopodemosconfiarenella—añadeJasper,queahoratienelavistapuestaenRhett.
MisojossevuelvenaSuzyotravez,ydespuésaLin,quellevapuestoelabrigograndeyacolchadoconlacapuchalevantada, inclusobajotecho.Esperoaqueunodeellosdigaalgo,queintervenga,queledigaaJasperquemesuelte.Peroningunomemira.LestienenmiedoaJasperyaRhett;tienenlosojosclavadosenelsuelo.
—Tútequedasaquí—sentenciaRhett,conlaspupilascomoagujerosnegrossinfondo—hastaquepensemosquéhacercontigo.
Memuevohaciaél,peroJasperaúnmesujetaelbrazo.—¡Nopodéisencerrarmeaquí!—grito.Rhettechaloshombroshaciaatrás.Unapalidezfríaleinvadeelrostro.—Rhett—diceSuzyalfin,entrandoalahabitación—.Ellanosabenada.Peroélseleechaencima,sedetieneasolounoscentímetrosdesucara.—¿Tútambiénquieresquedarteaquí?—No—respondeella—.Peronopuedeshaceresto.—Miracómolohago—replica.Duranteunmomento,Suzylomiracomosiestuvieraapuntodedeciralgomás,
comosifueraadarleunempujónenelpechoygritarmequecorra.Perodespuéssumirada cae, no en ungestomanso, sino de comprensión: sabe que no puede hacernada.Lasuperanennúmero.Semecaeelalmaalospies.YcuandoRhettsaleporlapuerta,lesujetalamanoyselalleva.
Élyalotienedecidido.Yvaadejarmeaquí.
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Jaspermesueltaelbrazoysalerápidamentealpasilloconlosdemás,justoantesdequeRhettcierrelapuertaconunfuertegolpe.
Lahabitaciónsehundeenlaoscuridad.Corro a la puerta, busco a tientas la manilla, las uñas raspan el veteado de la
madera.Peroyaestarde.Golpeolapuertaconfuerza,intentoabrirla,peroapenassemueve.Lahancerradoconalgo,lahandejadobiencerradaparaquelabrujanoseescapedelajaula.
—¡No!—grito,volviendoatirardelamanilla.Peronosemueve.Mierda.Apoyo la oreja contra lamaderade la puerta y escuchoparaver si siguen allí.
Perodespuésoigoelruidodeunospasosquesealejan,quecaminanporelpasillo.—¡Esperad!—grito contra lapuerta—. ¡Por favor!—Pero loúnicoquehayes
silencio.Ylaoscuridaddelahabitación.Giroymeapoyosobrelapuerta,reclinandolacabeza.Piensoenloquemedijoel
señorPerkins,quemoríanmásminerosamanosdeotrosqueen laoscuridadcrueldelbosque.
Elcorazóndeloshombresesaloquemásdebemostemer.Peronopuedendejarmeaquí.Nopormuchotiempo.Los supervisores del campamento van a descubrir que los chicos se han
escabullidodelascabañas.Vanaoírlamúsicaqueresuenaalotroladodellago.Vanavenirainvestigar.Vanainspeccionarlacasa.Mevanaliberar.
Pero¿ysilossupervisoresnovienen?¿YsiSuzyteníarazónyyanolesimportaloquehaganloschicos,yanolesimportasisevanaescondidasmientrasvuelvanasucamaantesdelamanecer?
Si me dejan aquí, encerrada, ¿cuánto tiempo pasará hasta que vuelvan aliberarme?
—¡Ey! —exclamo, otra vez desesperada. Golpeo los puños contra la puerta.Bam.Bam.Bam.Talvezalgunode losotroschicosmeoigayvengaasacarme.Aunquedudodequeoiganmisgritosporencimadelamúsica.Oquelesimporte.
Ahogado,vuelvoapensar.Max se ahogó en el lago, se hundió hasta el fondo sin fondo, tal vez murió
congeladoantesdequeelaguallegaraallenarlelospulmones.Entonces,¿dóndeestáelcuerpo?¿Dóndeestáescondido?Hayalgoquenoentiendo.Unapartemuygrandedeesteasuntonotienesentido.Respirodespacio.Mantengolacalma.Tranquila,tranquila,tranquila.Creoqueoigounavoz.—Nora.Megiroenseguidaendirecciónalapuerta.—¿Hola?—pregunto,acercandolabocaaunagrietaenelmarcodelapuerta.
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—¿Estásbien?—EsSuzy.—No—respondo—.Tienesquesacarme.Creo que la oigo respirar. La inhalación suave de su garganta, la exhalación
temblorosacontraelveteadodelamadera.—Nopuedo—dicedespuésdeunmomento.—¿Porquéno?—Sientoquelapunzadaenmicorazónsehacemásfuerte.—Tambiénvanaencerrarme,siteayudo…—Suvozseapaga,comosiestuviera
viendo el pasillo, escuchando si alguien se acerca—.Estánmuy paranoicos. Rhettpiensaquevanairtodosalacárcel.
Estántanparanoicosquesoncapacesdeencerrarmeenunahabitación.Estántanparanoicos que oyen voces en la cabaña, que piensan que algo los persigue.QueMaxlospersigue.Nopuedenpensarconclaridad,acercadenada,ysientoqueelcorazónmearañalascostillas.Empiezaaentrarenpánico.
—Sácameyya está,Suzy—imploro—.Simeatrapan, no lesdiréquemehasayudado.Peronopuedoquedarmeaquí.—Parecequelaoscuridadmeestátragando.Unabismonegro.
Otralargapausa.Creoquequizássehaido,mehadejadoaquí.—Porfavor,Suzy.Perodespuéslaoigorespirarotravez.Sigueahí.—Losiento—dice—.Tengoquevolverabajoantesdequesedencuentadeque
meheido.—¡No!—exclamo,golpeandolapalmadelamanocontralapuerta.—Solo están borrachos—añade enseguida—. Seguro que te dejan salir por la
mañana.—Otrapausa—.VoyahablarconRhett.Levoyadecirquenosabesnada.Lovoyaintentar.
—Suzy—ruego—.Abrelapuerta.Notevayas.Perooigoelritmorápidodesuspisadasporelpasillo,alejándose.Yasehaido.—Mierda—vuelvoadecirentredientes,bajandolamanodelmarcodelapuerta.
Meaprietolosojos,confuerza,comosipresionándomepudierasacarmedeestesitio.Cuando los vuelvo a abrir, la habitación está demasiado oscura, y me cuestadistinguir una pared de la otra, el techo del suelo. La cabezame da vueltas ymeinvade la misma sensación que tuve antes: el escalofrío y el temblor del aire, unzumbidoyunchasquido.Lossegundossehacenminutosy,vacilantes,vuelvenalanormalidad.
Tic,tac…—No—susurro.Noquierosentirloahora.Mealejodelapuertaycaminoporlahabitaciónhastaquemipiernasechocacon
laesquinadelacama.Hagounamuecaanteeldolorpunzanteymedoblo,despuéssigoavanzando,conlasmanosextendidasparatantearsihaymásobstáculos.Llegoaunaparedyunaventana,yapartolacortina.Laluzapagadadelamedialunasefiltraenlahabitación.Tocoelcristalyobservolanievedefuera.Perolacaídaalsueloes
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muygrande,losuficientepararompermealgúnhueso.Tienequehaberotraformadesalir.Elrepiqueteodelamúsicasesientemásfuerteatravésdelsuelo,yvibranlasparedes,perooigoalgomás.Algodistinto.Algoquenuncaheoídoantes.
Elsusurrodeuninsectoquegolpeauncristal.Dealas.Un sonido tan débil queme sorprende que pueda oírlo. Se hacemás fuerte, a
medidaquegolpeacontralaventana.Losojosnegrosylabarrigahinchada.Quito lamano de la ventana y doy un paso hacia atrás,mientras elmiedome
trepaporlascostillas.No,no,no.Lamariposanocturnamehaencontrado,inclusoaquí, inclusoencerradaenesta
habitación.Ylacertezasemeinstalaenloprofundodelapiel.—Vete—susurro,conunhilodevozdesesperado.El insectogiraygolpeacontra laventana—bam,bam,bam—,buscandouna
formadeentrar,dealcanzarme,pararozarmelapielconlasalasymarcarme,asílamuertepuedeencontrarmemásfácilmente.
Lamuerteseacerca.Melateelcuerpoymedeslizoapoyadacontralapared,bajoalsuelo,mellevo
lasrodillasalmentón.Loquesea,contaldetaparelsonido.Bam,bam,bam.—¡Basta!—grito,ruego.Loslatidosdemicorazónparecenuntambor,conelmismoritmoquelasalas.—Vete. Vete. Vete—susurro dentro demismanos. Hasta que es lo único que
oigo.Loúnicoquemellenalosoídos.
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OLIVER
Tengoqueencontrarla.El lagonopuedeestarmásoscuro; se traga lasestrellasamedidaque rodeo la
orilla.Estoysegurodequeestesitio,estasmontañas,observancadamovimientoquehago.
Ahorarecuerdolosuficiente;bastaparasaberquenopuedoconfiarenlosotros.El pasado es un desastre borroso dentro demi cabeza: el cementerio, el sabor delalcohol en la garganta, las risas. La sensación de tener los puños apretados a loscostados,listosparapelear.Sinembargo,loquerecuerdoessuficienteparasaberquesoncapacesdecosashorribles.
Ysolopiensoenella,enNora.Noconfíanenella.Eslabrujadelbosque.Tengoqueencontrarla,saberqueestábien,yprotegerla.Mealejodellagoysuboporlospinoshastasucasa.Séquenoquerráverme.Sé
que diga lo que diga, no querrá oírlo, nome dejará entrar…y eso duelemás queningunaotracosa.Perodebointentarlo.Nonecesitoqueellaconfíeenmí,solamentenecesitoquesealejedeRhett,JasperyLin.
Llamoalapuertaycontengolarespiraciónhastaquelospulmonesmeempiezanaarderydoler.
Losrecuerdosrevoloteandentrodemí.RecuerdoelmodoenqueMaxinclinabalacabezahaciaatrásenelcementerio,tomandounlargosorbodewhisky.Recuerdoquememirabacomosimedesafiaraadarelprimerpaso,adeciralgoquelohicieraenfadar.Peroyonoteníamiedo.Sentíaotracosa:ira.
Vuelvoallevarelpuñoalapuertaygolpeoconmásfuerza,esperandoquevengaNora, que mire por las cortinas. Pero no lo hace. Algo va mal. La casa estádemasiado oscura, no se ven velas encendidas por las ventanas.Y oigo a Finn, ellobo,queaúllaalotrolado,untristelloriqueo.Girolamanilladelapuertayestaseabre.
Lanochesetragaelsitioentero.Nohayvelas.Nohayfuegoenlaestufa.El lobo pasa corriendo junto amis piernas, hacia la nieve, y semete entre los
árboles.—¡Finn!—exclamo,peronomeescucha.Nisiquieraaminoralamarcha.Corropara noperderlo, antes dequedesaparezca entre los árboles y no lo vea
más.Quizássabedóndeestáella,quizáshaencontradosurastro.Sigosus
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huellasporlanieve,alolargodelahileradecasasdeverano,hastaquesedetienedespuésdepasarporvariasdeellas,conlacolabajaylasorejashaciadelante.
Seoyemúsicadentrodelacasa,yporlasventanasdeabajoveoquehayvarioschicosdelcampamento.Sehanmetidosinpermiso;estándefiesta.
Finnvuelveagimotear,olfateandoelaireconelhocico,yletocolacabeza.Nosé por qué ha venido aquí, a una casa que no es la de él. Sigo sumirada hasta elsegundopiso.
Hayalguienenlaventana.Unachica,lacaraapenasvisiblealotroladodelcristal.Ella.Algovamal;hayunrastrodepavorensusojos.Novoyalapuertaprincipal:no
quieroquelosdemásmevean.Asíquedejoalloboenlanieveyusolaventanadedebajo de todo para subir al borde del alero.Me sujeto del canalón y cuelgo unapierna de la cornisa, como cuando trepaba al techo de la casa demi vecino NateLynch,ybebíamoscervezaqueél robabadelgarajedesupadre.Ahoraparecequeeso hubiera pasado hace cien años: una vida absolutamente distinta, lejos de estasmontañas.Pero treparpor laesquinadeestacasanoesdistinto, salvopor lanievehúmedayresbaladiza.
Llego a la ventana del segundo piso, agachado para protegerme del viento, ygolpeoelcristal.
Noralevantalavistahaciamí.Sepasalasmanosporelpelo;losojosselevenoscurosycautelososbajolasombradelahabitación.
—Nora—digocontra el cristal, señalando laventanaparaque ella ladestrabe.Peronoseacerca.Daunpasohaciaatrás.Ytalveztienerazónenhacerlo.Talvezyosoy el villano. Los pies se me resbalan un par de centímetros por la nieve, perorecupero el equilibrio antes de caer al borde del tejado—. Por favor—ruego, sinsabersimeoye.
Ellacierralosojos,comosinopensaraquesoyreal,comosifueraadesaparecersilodeseaconfuerza.Perocuandolosabre,sigoaquí.Adoptaunaexpresiónseriaydadospasosrápidoshacialaventana,extiendelamanohaciaelseguroylodeslizaparaabrirla.
Apoyolasmanosenloslateralesdelaventanaylaempujohaciaarriba;despuésmemetoenlahabitación,elairefríoylanieveentranconmigo.
—¿Estás bien? —pregunto, con miedo de acercarme demasiado a ella, deasustarla.
Subocaformaunalínearecta.—¿Quéhaces?—pregunta—.¿Cómohassabidoqueestabaaquí?—HeseguidoaFinn.Ellaechaunvistazoalapuertacerradaasusespaldas.—¿Quéhapasado?—Quierosaber—.¿Porquéestásaquí?
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Ellavuelveaapartarsedemí,tironeandoconlosdedosdelosdobladillosdelasmangas.
—Mehanencerrado—responde, conamarguraen lavoz,y se frota losbrazosconlasmanos;sevuelvepequeña,recluida.Odioquemetengamiedo;odioquememireconoscuridadenlosojos;odioquecadamovimientoquehagoledéescalofríos,quelahagaalejarsedemí,nerviosa.
—¿Quiénes?—pregunto.—Rhettylosdemás.Mehierve la ira en el pecho, al rojo vivo.La furiamedaganas de derribar la
puertaeirabuscarlos,hacerlospagarporloquelehanhecho.Echounvistazoalapuertacerrada,yporotroladopiensoquenodeberíahaber
venido en absoluto, al ver el miedo en sus ojos, la desconfianza… pero tampocopuedodejarlaaquí,enjauladadeestemodo,esperandoundestinoqueaúnestápordecidirse.
—CreoqueestánescondiendoelcuerpodeMax—mediceconcautela,comosisearrepintieradesuspalabrasencuantosalendelaboca.
ElcuerpodeMax.Laspalabrasparecenequivocadas.Uncuerpoescondido,oculto. La idea no encaja conmis recuerdos, así que la aparto. Trago saliva y letiendounamanoaNora,peronomeacercomásaella.
—Tenemosqueirnos—digo.Sus dedos sueltan lasmangas del abrigo, pero se enroscan y forman puños en
lugardetomarmimano.—Novoyairaningúnladocontigo—sostiene,alzandolavoz.Se oyen unas pisadas del lado de fuera, probablemente uno de los chicos que
buscaelbaño,ydesaparecenporelpasillo.—Encontréelreloj—sueltaNora,estavezenvozmásbaja—.ElrelojdeMax.
—En la penumbra, alcanzo a ver que cambia la expresión de su rostro: la suaveredondezde susmejillas sehunde, losojos se learruganen losextremos, comosiintentaraveralgoenladistancia,unpocodesenfocado—.Enelbolsillodetuabrigo—añade—.Teníaselrelojdeunchicomuertoenelbolsillo.
Bajoelmentónyloapuntoalsuelo,despuésvuelvoalevantarlohaciaella.Sabíaquellegaríaestemomento,enelquepreguntaríaporelreloj.Yunfríohilodehielomebajaporlacolumna,porlosdedos,ysedetieneenlospies.
—Losé—digo.—¿Lo mataste? —pregunta. Es lo que en verdad quiere saber, la raíz de sus
miedos.Ytienerazón.Sinembargo,suspalabrasquedansuspendidasenelaire,sedisuelvenallí,comotrocitosrotosdecristal,debordesafilados,listosparacortarmelapiel.
—No—respondo, pero sueno tenso, la palabra sale a la fuerza. Un mentiritablancatandiminutaqueseolvidaenseguida,quesemiraporencima.Casinoseve.
Ellaniegaconlacabeza.
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—Notecreo.—Suvozvuelveaalzarsedemasiado,losojosempiezanaponersellorosos mientras contiene las lágrimas. Pero veo que duda, que hay una falta decertezajustodetrásdelaspupilas:estáintentandoversiyopodríaserunasesinodeverdad,sipodríaquitarlelavidaaalguienymentirsobreello,sisoyuncriminal.
Daunpasohaciaatrás,escabulléndoseenlaoscuridad,máslejosdemí.—¿Por qué te protegen?—pregunta, grita—. ¿Rhett, Jasper y los demás? ¿Por
quéestánocultandoloquepasó?Niegoconlacabeza.—Nocreoqueesténprotegiéndome.Pasa un segundo y se acumula nieve en la alfombra que tengo a mis pies, la
músicachilladesdeabajoysubeporlostablonesdelsuelo.Parecequeestuviéramosatrapadosenunsueñoraro:enunahabitación,enunacasa,quenoesdeningunodenosotros.
—Entonces¿quéestápasando?—Otravezselaoyeasustada,conlavozfinita,como un cascarón diminuto que se abre y revela el objeto frágil que está en suinterior.Tengotantasganasdeacercarmeytocarla,dedecirlequeestábien,quenosoy quien piensa que soy. Pero no puedo. Porque no lo sé.Quizás yo sea elmonstruo.
Quizáshayahechoalgomalo.Noraseaclaralagarganta.—Noséquécreer—dice, conunmínimo lloriqueoque seasomaa sus labios.
Alzalavista,estáapuntodevolverahablar,peroyomeacerco,laacorralocontralapared,ylepongounamanosobrelaboca…parasilenciarla.
Ellaintentaempujarmeelpecho,apartarme,peromellevoundedoaloslabios:ungestoparaquehagasilencio.Alguiensehadetenidoalotroladodelapuertadelahabitación; los tablones crujenbajo su peso.Lapersona sujeta lamanilla, como sirevisarasisiguecerrada.Sedetieneyescucha.Quizásnoshaoídohablar.
Simeencuentranaquí,noséquéharán.Misexhalacionesagitansupelonegroazabache.Estamos tancercaqueoigoel
corazón que le late en la garganta, el ritmo de los pulmones que suben con cadarespiración.Noquieroalejarmedeella;quieroacercarme.Peroséquenoestamosasalvoaquí.
Laspisadassevan,bajanporlaescalera,yquitolamanodesuboca.—Perdón—susurro,aúnaunoscentímetrosdesucara.Ella no me aparta, no me grita, solo se queda mirándome, sorprendida,
respirando.—Nora—digo, casi susurrando, con la sangrequemecorre con fuerzapor las
orejas—.Tenemosquesalirdeestahabitación.Ellasemordisqueael labio inferior,respira,respira,ycreoquequizás seme
subaelcorazónalagarganta.Después,asienteconlacabeza.
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NORA
Oliverestátancerca,demasiadocerca,quesientoelaromaagaulteriaensupiel.Veo las suaves ondas de pelo oscuro que le caen por las sienes, con nieve que sederriteenlashebras.Podríatocaruncopodenieveydejarquedescansaseenlapuntademidedo;podríarozarsumejilla,suclavícula.Podríaapretarmimanocontrasupechoy sentir la cadenciade su corazón, escuchar el repiqueteode alguienque escapazdematar,dealguienquehaempujadoaotrochicobajolasuperficiedellagoylohaobservadomientrasseahogaba.
Peronolohago.Nolohagoporquetengomiedodeloquevoyasentir.Tengomiedodedejarme
quemehundaenél,cadavezmásymás.Asíque lodejo tomarmelamanoconlassuyas, lasmanosquequizásusópara
apretarlospulmonesdeMaxyquitarlelavida,yélmellevaalaventanaabierta.En unmovimiento rápido y casi sin esfuerzo,me levanta,me hace salir por la
ventanaymeapoyaeneltejado.Elvientosoplaanuestrasespaldas,yOlivervaprimero,bajandoporlaesquina
delacasa.Deberíasentirmeaterrada,sabiendoquepodríacaer,peroconsusmanos,quemesujetan,quehacendepuntosdeapoyo,mesientoasalvo.
Semeempiezanaentumecerlosdedoscuandosesostienendelcanalón.Lospiesapenaslleganalapartedearribadeunaventanadelaplantabaja,ylacaídafinalesdeunosdosmetros.Vacilo,yOliversusurra:
—Suéltate. —Cierro los ojos con fuerza y suelto las manos. Siento mediosegundo de ingravidez y Oliver me atrapa. Sus manos me aprietan el torso, lascostillas,ymebajaalsuelo.
Finnmelamelamano.—Estoybien—susurro,acariciandosupelaje.Debedehaberpercibidoquealgo
ibamal;habráoídoelecodemisgritosentrelosárboles.Mehaencontrado.Olivermemira,yséquetenemosquealejarnosdelacasa.Avanzamoshastalos
árboles y nos metemos en la oscuridad, donde nadie podrá vernos; luegozigzagueamospordetrásdelascasasdeveranohastaquellegamosamihogar.
DejoqueOliverentreconmigoycierro lapuerta,deslizandoelcerrojo.Apartolascortinasdelasventanasdedelante.
Mantengo fuera las cosas que me dan miedo. Pero encierro a Oliverconmigo,lapersonaaquienquizásdeberíatemermás.
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—Tal vez no conviene que nos quedemos aquí—dice, abriendo un poco unacortinaparaobservarlaoscuridad.Piensaqueloschicosvanavenirabuscarme,queunavezquedescubranquemeheidodeesahabitación,vendránagolpearlapuertaconlospuñosysacarmearastrasporlanieve.
—¿Adóndeiríamos?—pregunto.—¿Quizáspodamosescondernosenotradelascasas?—Sideverdadquierenencontrarme,vanaregistrartodaslascasasporigual.Oliversedagolpecitosconlamanocontrasucostado,ycaminahacialapuerta
traseraparaasegurarsedequeestácerrada;despuésrecorrelosárbolesconlavista.Peronohaynadie.Esprobableque loschicosni siquierasehayandadocuentadequemeheido.
—Subamosaldesván—digo—.Podemosvermejorelbosque,encasodequesívengaalguien.—Noséporquéquieroquesequede.Perosílosé.Eselgolpeteoquetengodentrodelpecho,eldolorsuaveenelquenopuedoconfiar.Élesalguienconocido;nocomolosdemás.Eselúnicoquemehacesentirquenoestoytansola.
Oliverasiente.Peronopuedomirarloalosojos.Mehasalvado;esodebesignificaralgo.En el desván no hace frío: el calor ha quedado atrapado en el techo. Finn se
apuestaenlapartedearribadelaescalera,comosipercibieraquehayalgúnpeligrofuera.
Mesientoenelbordedelacamaymemirolasmanos.QuieroconfiarenOliver,quiero creerle.Dice que nomató aMax. Pero aún yacenmilmentiras bajo lasuperficie.Milcortecitosllenosdesal.
—¿Viste lamariposanocturna?—pregunto—.¿En laventana,antesdequemeencontraras?
—No.—Niegaconlacabeza.Exhaloyaprietolasmanos.—Esunamariposadehueso—explico.Siélnovaacontarmesussecretos,yo
voyacontarlelosmíos—.Haestadosiguiéndome.—¿Quéquieresdecir?—Estuvoeldíaenquemuriómiabuela.Yahorahavuelto.—Semellenanlos
ojosdelágrimas,yruedanporlasmejillasantesdepoderdetenerlas;elpesodetodomeatraviesadegolpe.Caenalsueloylamaderalasabsorbe,sevuelvenpartedelacasa.Unatristezaqueviviráenlavetadelamaderaporsiempre.
Olivercaminapor lahabitaciónysequedaaunoscentímetrosde lacama,y lagravedad de su cercaníame dificulta respirar. Pero no se sienta junto amí, nometoca:noquierehacermedaño, no quiere partirme endos, ni queme aleje de élnerviosa,conmiedo.
—¿Unamariposanocturna?—pregunta.—Es un presagio demuerte—explico, con la voz a punto de quebrárseme—.
Significa que la muerte está cerca, que está a punto de llegar…—Me limpio las
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lágrimasdelasmejillas,ydeseoquemeabrace;deseoquemeestrecheensusbrazosyyopuedahundirmeensupecho.Deseocerrarlosojos,quetodosepongaoscuroyescucharsolamenteelsonidodesurespiraciónenmisoídos.Peronolohace,ybajolosojosalsuelo,sientonáuseas,comosilahabitaciónestuvierasaliéndosedesueje,y no sé cuánto tiempo más podré aguantar sin caerme, sin hacerme añicos.Unachicadecristalhechadetrozosdecristal,quelloraconlágrimasdecristal.
Me levantode lacamaysientoel suelodurobajo lospies,paraafianzarmeenalgo,ycaminohastalaventana.
Oliver se mueve despacio, se para junto a mí, e intento ver qué hay allí enrealidad: intento ver todas las cosas que tiene enterradas en lo profundo, fuera dealcance.
—Dimelaverdad—digo, ruego;cadapalabra,uncuchillo—.Cuéntame loquepasóenelcementerio,enellago.Dimesitúlomataste.
Lapreguntaestanbruscaqueveocómoseleagrandaelblancodelosojos,ymicorazónquierederrumbarse.Sesucedenunaspequeñasexplosionesdemiedoenmimente.
Élabrelaboca,estáapuntodehablar,ydeprontomeaterraloquevayaadecir,loquevayaareconocer.Niegoconlacabezaymeacercoaél.Quieroretractarmedelo que he dicho.Quiero volver ameterme las palabras en la garganta.Noquierosaberquéhizo.Noquieroquelahabitaciónquededelrevéscuandolaverdadsalgade sus labios, cuando suconfesióncaigaal sueloy sehagaañicoscomouncristalmuydelgado.
—Espera—digo,alzandounamanoparaevitarquehable.Yorespiro,élrespira,los segundos se hinchan como un globo que está a punto de estallar—. No digasnada.
Parecedolido,comosinoloentendiera.—Sime lo cuentas—añado, con las palabras entrecortadas en los labios—, sé
que va a cambiar todo. —Aprieto los dientes—. Si me lo cuentas, no podrásretractarte.
Él da un paso hacia mí; sus ojos verdes, terribles, perfectos y peligrosos, semezclanconlaoscuridaddelahabitación.
—No quiero tenertemiedo—digo. El peor tipo demiedo. Ese que no te dejadormir,quecalatanprofundoquehastalasmariposasdehuesonoseacercanaesascosas,aesosrecuerdos,aesosactostanespantosos.Maxestámuerto,yOliverfuealbosque,juntocontodosloschicosqueestuvieronesanocheenellago.Todosestabanallí, y tal vez no fue un accidente, tal vez todos tuvieron un poco que ver, tal veztodostienenlaculpa.
Ynohayformadecorregirlo.—¿Nometienesmiedoahora?—preguntaél,inhalandoprofundamente.—No.
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Memiradeunmodoquehacequemicorazónquieradarvueltas,sueltodentrodemipecho;lospulmonessedetienenenplenarespiración.Memiracomoalguienqueestáatrapadoenunsitioquenoessuyo,conunapunzadademiedoquelerecorreelcentro. Su aspecto es tan salvaje como la naturaleza que está al otro lado de laventana.
Talvezsealaexpresióndesusojos:dedesesperación,denerviosismo.Comosicadasegundoquepasafueraunmovimientodelasmanecillasdeunreloj.Tic,tac,tic, tac. Algo se agita dentro de él, algo de lo que ninguno de los dos podemosescapar.
Élsemuevehaciadelanteyapoyaloslabiossobrelosmíos.Sus dedos encuentran mi clavícula, suaves como los copos de nieve que han
quedadoatrapadosensupelo,yyolobeso.Lobesoantesdequeelcorazónsemesubaa lagarganta.Antesdepartirmeendosypasara serunachicaconvertidaencharcodeagua.BesoaunchicoquehallegadoalpuntomásalejadoyprofundodelbosqueWicker y queha regresado, que tiene el sabor de los vientos violentos quesoplansobreellagoeninvierno.Unchicoqueesmásbosquequecarneyhueso.
Presiono los dedos sobre su hombro, su pecho, buscando los latidos de sucorazón, tocando todos los sitios que he querido tocar cientos de veces.Necesitosabersiesreal.Osi elbosque lohaconvertidoenotracosa,en tierraypiedras.Primeromebesaconsuavidad,despuésconundolorensuinterior,conlasmanosenmiscostillas,fuerte,fuerte,comosidejarapequeñasmagulladurasdondeseposansusdedos.Quizáslohaceporlasmismasrazones:paraestarsegurodequesoyreal,paraversitengoelsabordelosrecuerdos,delinvierno,delbosquequecasilomata.
Ambosestamosbuscandoalgoaquéaferrarnos,yaseagravedad,dedosolabios,paravolvernosreales.Paradurarmás.Antesdequelaverdadsemetaentremedioynuncasepuedaretirar.
Sientosus labios tibiossobre losmíos,y lasmanossedeslizanpormiespalda,porelcuello,subenporelpelo.Losojososcurosysomnolientossecierran,yyomehundoenél,apretandomásloslabios.Sientosusmanoscomoluzdelalunabajomipiel.
Corazonesquelaten,ypechosrebosantes.Esalguienconocido,peronodeberíaserlo.Nomecorrespondequedármelo,pero
yoloencontréylotrajedevuelta.Lasparedessecomban,alejándosedenosotros;eltechosedoblayseaparta;la
nieve que está fuera de la ventana ymi pequeña camademadera son borrones deacuarelaenlaperiferia.Sientoqueelcorazónlatemáslento,mientrasel tiemposedetienecomounagotaenelextremodeunahoja,queesperacaeryhacersepedazosenelsuelo.Lahabitaciónseexpande,yestoyseguradequeyaheestadoaquí,yahesentidoloslabiosdeOliversobrelosmíos,yalohebesadoasí.
Alejomibocadeladeél.
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Meardenlospulmones.Aprieto lasmanoscontra supecho,paramantenerel equilibrio,paranocaeral
suelo.Paraqueeltiempodejedealejarsedemí.Estápasandoalgoquenoconsigoentender.Susojosseabren,sesacuden,comosisedespertara;unosojoscoloresmeralda,
los labios carnosos, y sé que podría ahogarme en él si me lo permito. Podríadesaparecer.Pareceuncuentosacadodeunlibro:mejillassonrosadas,besoseternosypuestasdesolqueduranyduranyduran,dondenohaycorazonesrotosnimuerte,dondenohaylágrimasqueformanríosatuspies.
Peroestonoesuncuento.Le tiembla la garganta antes de hablar; los dedos se apartan de mi pelo, con
cuidado,despacio.—Es tarde—dicecondelicadeza—.Deberías ir adormir.—Peromemira, sus
ojossenieganasoltarme.Unas palabras brotandemi garganta y presionan contra los labios. Perono las
dejo salir porque son las palabras equivocadas. Son palabras peligrosas, frágiles,quebradizas,de lasquenopodré retractarme.Yel sueñome llama;elagotamientopareceunagujeronegro.
Él parece igual de cansado; hay una oscuridad en su interior que necesitadescansar.
—Tútambién—digo.—Me quedaré despierto—responde, con la mirada aún suave y los párpados
bajos—.Mequedarévigilando.Unaschispasmerecorrenlapiel;unasensaciónenlaquenopuedoconfiar,pero
que no sé cómo ignorar. «Vemos el dolor a un kilómetro de distancia», decía miabuela,«peronosabemoscómoapartarnosdesucamino».
Lanieveseablandafuera,solocaenalgunoscoposcontraelcristal,ymemetoenla cama,me hundo con gusto en la almohada.Medejo toda la ropa puesta, por siacaso. En caso de que tenga que despertarme de pronto, apartar de una patada lassábanasysalircorriendodelacasa.
Encasodequeloschicosvenganabuscarme.
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Librodehechizos
demedicinasdelbosque
yluzdeluna
HENRIETTAWALKER llegó almundo en una calurosa noche de verano, duranteunalunadefresa.Eralamenordecuatrohermanas.Yeralamásruidosa.
Pisaba bien fuerte cuando caminaba por los pasillos, bajaba escaleras o iba allago.Gritabaa losárbolesparaespantara lospájarosysedabaunchapuzónenelaguacontodalaropapuesta.Comíazanahoriasyrábanosquearrancabadelhuertoyentrabaacasaconlasbotasllenasdelodo.Dormíaconnudosenelpeloytierrabajolasuñas,yalgunosdecíanqueeramásmapachequeniña.
Pero cuando caminaba debajo del roble que estaba cerca del viejo cementerio,caían bellotas a sus pies: una ofrenda de parte del árbol. Cuando caminaba por lapartepocoprofundadel lago, los renacuajosnadabanalrededordesuspiernasyseretorcíandebajodelosdedosdesuspies.Ellaeraunamaravilla:parasushermanasyparatodoaquelloconloqueseencontraba.Tambiéneraunaincomprendida.
Cercadelamitaddelinvierno,cuandollegabanlasnevadasylasnocheseranmáslargas, cantaba desde la orilla del lago, y el bosque guardaba silencio. Hasta lospájarosdejabandecotorrearparaescucharla.Loshombresdelatabernaqueestabaalotroladodellago,despuésdeunlargodíacribandooroenelríoNegro,seacercabanporlaorillaparaescucharlacancióndeHenrietta.
Cuando la sombra nocturna se alzó en su interior, podía domar a los animalessalvajesdelbosque,ysilenciaracualquierhombre.
Eraruidosa,paraquenadiemástuvieraquehacerruido.Murióenlanochemástranquiladelaño,cuandonibrisaniaveseagitabancontra
lasparedesdelacasa.Caminóhastaeljardín,seacostójuntoalromeroysedurmió.
Bendiciónnocturnademitaddelinvierno:Olíbanoparaquemar.Castañasparacomer.Lavandaparabañarse.Campanasparaadvertiraloscuervosnocturnosquevuelvanaocultarse.
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NORA
Estoydepieenlaorilladellago.Elvientomesueltaelpelotrenzado,unosmechonesnegrossoplanencimademi
cara,elaireestáverdeyoscuro.Haceratoquepasólamedianoche.Heintentadodormir,peronohepodido.Cuandolaabuelavivía,muchasvecessemetíaenmissueñosymelosrelataba
por lamañana.Descifrabasuverdaderosignificadomientrascomíamos tortitasconmieldelavandaytrocitosdeazúcarvioletaencima.
Uncuervoquevuelasignificadesgracia.Soñar con castillos significa que debes encender una vela en una ventana con
orientaciónalsurparamanteneralejadosalosenemigos.Una despedida o un largo adiós en un sueño significa que debes enterrar un
mechóndetupelodebajodelporchedelantero.Pero esta noche, enmis sueños, lo único que he visto ha sido el lago.Un ojo
congeladoy tranquilo: el centrode todo.Profundo, negroy sin fondo, dondenadabueno puede vivir. Así que he bajado del desván, he caminado por la nieve y hevenidoaverloconmispropiosojos.¿EsaquídondemurióMax?¿Esaquídondeseahogó,debajodeestehielo?
¿Esesteelsitiodondetodocobrasentido?«El lago se acuerda», decía mi abuela. «Ha estado aquí tanto tiempo como el
bosque.Quizásmás».Suspalabrasme silban en losoídos, remueven el polvoquetengodentrodelacabeza,ydoyunpasolentoypausadohaciaellagocongelado.
Ladudamerecorre.Lavacilación.Tragosalivaygiroelanillodemiabuelaeneldedo.Piensoenquesiempremehe
comparado con las mujeres de mi familia, incluso con las mujeres que no heconocido,quevivieronmuchoantesdequeyonaciera.Mujerescuyashistoriasllenanlas páginas del libro de hechizos, que me miran desde el pasado, ardientes,cautivadoras,sinmiedo.Peroalnotenersombranocturna,esinevitablepensarsideverdadmeparezcoaalgunadeellas,siminombremereceaparecerentrelossuyosenellibrodehechizos.
Doyotropasohaciadelante.«Ellagoseacuerda».Cadapalabraescomounagotadeaguaquemecaeenla
cabeza.«Ellagoseacuerda».Cadapalabraesunhechizodemedianoche.
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El hielo está sólido cerca de la orilla, congelado hasta el fondo rocoso, pero amedidaqueavanzo,centímetroacentímetro,elsonidodelhielocambia,unasgrietasdiminutasseabrenamispies,ylatensiónsaltahaciaelcentro.
Séqueesmalaidea.Séquecaminandosigilosamenteporellagoenmitaddelanoche es comodesaparece la gente, como cae en el hielo y nuncamás la ven.Nodejanrastroalguno.Pero laspalabrasdemiabueladanvueltaspormipiel, suenancomounacanciónymellenanlosoídoshastaquesonloúnicoquesiento.«Ellagoseacuerda».
YtalvezMaxestuvoaquíesanoche,enelhielo.Olivertambién.Estuvieronaquíypasóalgo:muerte,gritosquepidenayuda,elhieloqueserompeyelaguaenlospulmones.
Avanzoarrastrandolospies,yellagosedobladebajodemí:subenunasburbujas,buscandounasalida.Echounvistazoporencimadelhombro.Estoyasolounterciodelcaminodesdelaorilla,lejosdellegaralcentrodellago,peroparecequeestuvieraa metros y metros de distancia. Demasiado lejos para volver. O quizás estoydemasiadolejosparaseguir.
Peronoquierotenermiedo,noquierotemerleallago.Anada.Quierosercomolasmujeresquemeprecedieron,valientese ingeniosas,coneldestellodelaoscuraluzde lunaen lasvenas.Necesitohacerlo,necesitodemostraralgo:saberquépasóesanoche.Porquesinopuedoverlaverdad,sinopuedoverloquetengofrentealosojos,entoncesnosoyunaWalkerenabsoluto.
Sigue caminando, me digo. Si me detengo, quizás el hielo se rompa y mecaiga.Elaguaestáquietaynegrabajomispies.
«Los mineros arrojaban cosas al lago para apaciguar a la naturaleza», dijo elseñorPerkins.Unsitioparahacerofrendas,paraacallaralbosque.Peronohetraídoningunaofrenda.Solosoyyo.
Estoy casi en el centro cuando lo veo: el cambio en la superficie del hielo, elreflejodelasestrellasenelagua.Sehahechounagujerodelantedemí.
Unagujeroenelhielo.Me acerco un poco al borde de la abertura irregular. Las grietas salen de ella
como telarañas, convirtiendo el hielo negro en blanco a lo largo de las venas.Unagujero en el hielo.Del tamaño suficiente para que pase una persona atravésdeél.
¿Es aquí dondeMax cayó a través del hielo y se hundió en las profundidades,lanzandozarpazosa lasuperficie?¿Esaquídondequedóconlosojosbienabiertosmientras se le entumecían las extremidades, se le volvían inútiles, y los demás sequedaronmirando?IntentoimaginaraOliverdepiesobreél,mirandomientrasMaxdabasuúltimosuspiro:elmentón, losojos,hundidosbajo la superficie.¿Oliver sequedaría mirando con los demás, estupefactos? ¿O se reirían a más no poder?¿Querríanquemuriera?
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¿QuerríaOliverquemuriera?«Nosonmisamigos»,dijoél.Entonces¿porquéestuvoaquíesanoche?¿Porqué
estuvoconellos?¿Ycómoterminóenelbosque?Meacercouncentímetromás;quieroverelaguaoscura,imaginaraunapersona
quesehunde,sehunde,sehunde,ycaealabismosinfondoparanovolverasalirjamás. Para no regresar nunca. ¿Se habrá quedadomirando el agujero de luz queatravesabaelhieloroto,loúltimoquevioantesdequeselotragaralaoscuridad?Meestremezco y enseguida doy un paso hacia atrás. Pero una demis botas se resbalasobrealgo:algodelgadoybrillante.
Me agacho para levantarlo, lo sostengo en la mano. Es un objeto diminuto,plateado,conuntenuebrillo.Unacadena.Estárotaenunextremo,ytieneunanilloplateadoenelotro.
Sé loquees.Ojaláno losupiera.Casi ladejocaer,unescalofríome recorre lacolumna,elpulsomelateenlagarganta.
EslacadenaquefaltabadelrelojdebolsilloqueencontréenelabrigodeOliver.ElrelojqueteníaelnombredeMaxgrabadoeneldorso.Cierrolamanoalrededordelacadena,laaprietoconfuerza.Eleslabónestároto,
doblado.Todoestetiempohaestadoaquí,enelcentrodellago,dondeunchicocayóenel
aguaoscuraysehundió.Yahoraestoy seguradequeestuvieronaquí.Maxy losdemás.Esteesel sitio
dondeseahogó,dondelacadenasepartióyOliversujetóelrelojcomosifueraunpremio.Elquesobrevivió.
Nonecesitoqueélloadmita.Yaloséconcerteza.ÉlmatóaMax.Elcorazónsemedesmontaenelpecho,yalzolacabezaalcielo,sintiendoque
voyadesmayarme.Todoestámal.Semeaflojanlasrodillas,quierollorar,perohacedemasiadofríoylaslágrimas
seevaporanen lospárpados.Quierogritara losárboles.Quieroculparaalguien,aquiensea,quenoseaOliver.Perolacabezameestalla,ylaspalabrasdemiabuelanodejan de repetirse: «El lago se acuerda». Pero no quiero saber la verdad. Quierovolver al desván, a lo que pasó anoche, con sus labios apoyados en losmíos, susmanosenmipeloylasmíassobresupecho.Quieroolvidar.Quierodeshacertodolohecho.Quiero volver a la noche de la tormenta y decirle aOliver que no vaya alcementerio,quenovayaallago,queeviteestesitioynoestéconesoschicos.Porqueunavezquelamuertetehapuestolaszarpasfríasencima,nopuededeshacerse.Yloúnicoquequedasonlamentos.
Dolor,culpaylamentos.
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Yahoralasmentirasnopuedenvolveraconstruirse.Nocuandotieneslaverdadenlapalmadelamano.
Memeto la cadena en el bolsillo,mientras respiro sin energía, atrapada.Todoestetiempo.TalvezporesofuealbosqueWicker:aesconderse,aesperaraquesedespejara la carretera para poder huir, para poder escapar del castigo que deberíaafrontar.
Peroseperdió,seadentródemasiadoenelbosque,enunbosquequeesantiguoycruel,yquenodejasaliralaspersonastanfácilmente.Yoloencontréylotrajedevuelta,yahoraestádormidoenmihabitación,enmicasa.Yyoestoypartidaendos.
Mealejodelagujeroenelhieloarrastrandolospies.Metiemblaelcuerpoentero,lacabezamedavueltasconelrecuerdodemislabioshundidosenlosdeOliver,desusmanosenmipelo,lasmismasmanosqueseguroqueforcejearonconMax,queloobligaronahundirseenelaguahelada,querompieronlacadenadelreloj;lasmismasmanosquesenegaronalevantaraMax,asalvarlelavida;lasmanosquemetocaronlapiel,laclavícula,tancercadelagarganta.
Miroelagujeroporúltimavez,confinándoloalamemoria,cuandooigoelsonidodeunasgrietasdelgadascomocabellosquesalendedebajodemispies.
Mehequedadoparadademasiadotiempo;elagujerosehaensanchadodelantedemí, unos trozos de hielo flotan en la superficie, otros se hunden en el aguatremendamenteoscura.Mierda.Heesperadodemasiado.
El aire frío de la montaña me vuela el pelo, y doy varios pasos hacia atrás,despacioyconcuidado,mientraselhielodebajodemispiesescomounacapadecristalquevadoblándose,rompiéndose,cediendo.
Enladistancia,oigominombre, llevadoporelviento…casiniseoye.Giro lacabezadespacio,conmiedodemoverme,depestañear,yveoqueOliverestáen laorilla,conlanievequesehuracanaasualrededor.Vuelveagritarminombre;suvozesdevoradaporelfrío.
Las fisuras que salen del agujero se esparcen como pequeñas venas que seentrecruzan y se separan.Levanto un pie y lo pongo detrás demí, despacio y concuidado. El hielo se dobla, y el agua burbujea por las grietas. Es demasiadodelgado,gritamicabeza.Yaestarde.
Inhaloprofundamente,dejosalirelaireporlanariz.Sientoquetengolosojosdepar en par, no pestañeo, y echo un vistazo aOliver, con una palabra debajo de lalengua:Ayúdame.Peronollegoadecirla.
Conunviolentoestruendo,elhieloserompedebajodemí.Sehacemilañicos.Yyomesumerjoenellago.Aguanegra,negra.Unmillóndecuchillossemeclavanenlapiel,mecortan.Se
meencojenlospulmones,lasmanoslanzanzarpazosalasuperficie,entumeciéndose,ysientoqueelanillodemiabuela,lapiedradelunaquemedio,sedeslizahaciala
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puntadeldedo.Intentopararlo,casiloconsigo,perosesale,ysehunde,sehunde,sehunde.No,quierogritar.Misojosseabren,temblorosos,ymiranporelaguaoscura;elshockdelfrío.
Observo el diminuto anillo de oro que va hundiéndose, que cae en lasprofundidades.
Lascostillasmeaplastanelcorazón;elcuerpoenterosemecontrae.Estoyenellago.Elfrío,muyfrío.Lamente,cadavezmáslenta…
Encima de mí, la superficie del lago se abre y deja ver el cielo sin luna, unabanico de estrellas.Qué bonito, pienso. Un pensamiento tonto; mi cuerpo, mimente,yaestánentrandoenshock.Loslatidosdelcorazónmeaporreanelpecho.
Necesitoaire,gritamicuerpo.Aire.
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OLIVER
Noranoestá.Lassábanasconestampadodemargaritasestánmovidas,laalmohadahaquedado
arrugada donde ella había apoyado la cabeza, hay un poco de polen amarillodesparramadoporelalgodón,quehacaídodelasfloressecasquecuelgansobre lacabeceradelacama.
Dicenqueesbruja,ytalveztenganrazón.Ellapiensaquesoyunasesino,ytalveznoestéequivocada.Medormí,apesardequeprometíquedarmedespierto.Yahora,mientrasellobo
mesiguealbajar laescalera,mimentevuelvea loquehapasado:a los labiosconformaderosadeNoraapoyadossobrelosmíos,elaromadesupeloenmicuello,ajazmín y vainilla. Creo que no sabe cómome descoloca. No sabe que durante unbrevísimomomento,laoscuridaddelbosqueparecíamuylejana.Susdedosborraronelfríodelosárbolesquesiempreseretuerceenmisarticulaciones,queserevuelvepor las rodillas, losomóplatosy lacolumna.Cuandoellaestácerca,sedesvanecenmisrecuerdosdeesesitio.
Ellalocontiene.Ellaesloúnicoquemehacepensarquetalveznosoyelvillanodespuésdetodo;
sino,elhéroe.Oelquefuesalvado,rescatadodelbosqueoscuro.Mi papel en esta historia quizás no sea lo que yo pienso: un personaje cuya
funciónaúnnosehadecidido.Enlaplantabaja,meencuentroconlacocinaaoscuras,sinseñalesdeNora.El
fuegodelaestufasehaapagado.Yentoncesloveo:elcerrojodelapuertaprincipalestáabierto.
Abro la puerta de un tirón y diviso las huellas que ha dejado en la nieve: vanhaciaellago.Corroalaorilla,ylosárbolesgimenyseagitan,comosipercibieranlaurgenciademispasos,elestruendodemispulmonesqueabsorbenelaire.
Séquealgovamalantesdesiquierallegarallago,antesdeveraNoraparadaenelhielo.Lallamo,yellavuelvelamirada.Supeloestáhechounatormentadefuego;elvientolaenvuelveydalaimpresióndequeestáhechademagia.Unabrujadeverdad.Unachicaconfuriaenlosdedos,quepodríacontrolarlasmontañas,losríos,yhastaelmismísimotiempo.
Norasedalavuelta,miraporencimadelhombro,yveolaexpresióndesusojos:algovamal.Parecetenermiedo,miedodeverdadporprimeravez.
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Y entonces, el hielo cede bajo sus pies. Una sacudida, un estruendo, y elladesaparecedentrodellago.
Corro,mientraselcorazónseaplastacontramiscostillasylospiesseresbalanenelhielo.
Mecaigoderodillasjuntoalbordedeunenormeagujero,conelaguanegraquememira desde su interior.Debajo de la superficie, su cabello gira y se arremolinacomo juncos,comoalgasenelmar.Una imagendelicada,casi tranquila.Ellamiradetrás de mí, con los ojos borrosos, como si observara el cielo y las estrellas demedianoche. Un relajado chapuzón nocturno. Pero sumerjo los brazos en el aguaheladaysujetolamanoqueflotaporencimadelacabeza.
Lalevanto,lasuboporencimadelhieloylaalzoenmisbrazos.
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NORA
Sientoquefloto,quevoysinrumboentrelasestrellasoscuras.Meenvuelvenunosbrazos,yapoyolacaracontraladuracalidezdeunhombro.
Sucuellohuelealbosque,alinviernoquesigueysigueysigue,eternocomoelfondodellago.
Oigoquegoteaaguademipelo,otalvezloestéimaginando.Unasgotasquesehacenhieloantesdellegaralsuelo.
Los árboles se inclinan y tiemblan encima de mí, y observo las ramas verdeoscuro,lasestrellasqueparecenmonedasdeplataarrojadasaunestanquenegro.Lacabezamedavueltas, seme fue lacirculaciónde lapiel,peronome importa.Megustalasensacióndeestarflotando,elaromadeOliveryelbosquequegiraencimade mí. Llegamos a la casa; Oliver cierra la puerta de una patada y después merecuestaconsuavidadsobreelsillón.
Dicealgo,unaspalabrasqueresbalanysedeslizanjuntas.Talvezestédiciendominombre.Nora,Nora,Nora. Pero no lo sé.Me gusta el sonido de su voz, elmodoenquerebotaporlasparedesdelacasa.
Finnpresionaelhocicocontralapalmademimano,tibioyhúmedo;melamelaoreja.Intentohablar,abrirlosojos,peromepesandemasiado.Losentrecierro,yenelotro extremo del sillón, Oliver está echandomás leños a la estufa, llenándola conrapidez.Dicepalabrotas,parecequedaunfuertegolpealapuerta,ydespuésseponedepieyvuelveacruzarlasala.Unasolasdecalorinundanlacabaña.Peronosudo:tiemblo.
—¡Nora!—vuelveadecir.Estavezestoy segura—.No teduermas—medice.Asientoconlacabeza,oesocreo.Mibocaseabreparadecirlequeestoybien,perosiento que se queda así, y ninguna palabra escapa de mis labios. Tengo la bocademasiadoentumecida;lalenguaesinútil.
Élmeenvuelveconunasmantasmuy,muygruesashechasdelana, tanpesadasqueme hunden en sueños.Me hunden en las fibras del sillón viejo y polvoriento,entremedio de los cojines, donde se esconden los clips, los pétalos de rosas y lasvirutasdechocolatequesepierden.
Peroahoramedaunaconvulsión.Elfríosehadisparadopormispulmones,hacortadolapielhastaelhueso,ytodoempiezaaemborronarse.Elaguamepresionalosojos,mehundo,mientrastodosevuelve…nonegro,sinoblanco.Blancohueso.Blancoluna.Blancoceniza.
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—¿Por qué has ido allí?—pregunta la voz deOliver desde algún sitio lejano,desde encima de las vigas de la casa. Siento sumano sobremis pies, frotándolos,enviandopunzadasdedolorporlaspiernas.¡Duele!,quierogritar.Peromibocaaúnnosemueve,oélnomeescucha.Sientolasangremuycaliente,hirviendo,mientrasvuelveacorrervertiginosamenteporlasvenas.
Sacudo laspiernas,peronosemueven.Cierro losojosypersigoa lamariposanocturnaentrelosárboles,corrotrasella,ycuandolaatrape,voyaarrancarlelasalasdecuajo.Perosube,dandovueltashaciaunrarocielomorado,dondesedivisantreslunas en el horizonte, y se ríe de mí.Chica tonta, dice entre dientes, siseando.Chsss,chsss,chsss.
Abro los ojos de pronto y miro el techo, observo las telarañas que cuelgantristementedelasvigasyseextiendenhastalapuntadeunaventana.
—Hevistoelagujero—digo,peroloquedigonotienesentido—.Hevistodóndese ahogó—intento explicar, pero tengo los labios demasiado congelados, yOliverapoyaunamanosobremifrente.Pasaunatelatibiapormipiel.
—Nora—repite. Siempremi nombre, como si no hubiera nadamás que decir.Quierequedespierte,queabra losojos,quedemuestrequenosoyunabruja.Niegoconlacabeza.Oigocosasquenosonreales.Imaginopalabrasquenuncasalendesuslabios.
Intento flexionar los dedos, apretar los puños, pero no semueven.Así quemerindo.
Se me caen los párpados, cual cortina de terciopelo que baja al final de unespectáculo:unballetmacabrosobrebrujas,chicoscruelesylagosquesetraganalagente.Mequedodormidamientrasescuchoelfuegoquearde,aOliverquediceminombreyloscrujidosdolorososdelcalorquevuelveamishuesos.
«Loshombresnuncasequedanmuchotiempoennuestravida»,decíamiabuela.Nosotras losalejamos.Lesechamospocionesenelcaféparahacerlosdesearel
olordelmar,paraquesevayandeestasmontañasynovuelvanmás.Rechazamossuspropuestas, dejamos cartas de amor sin abrir y no nos asomamos por la ventanacuando loschicosarrojanpiedrecitascontraelcristalalamanecer.Preferimosestarsolas.
Peroesonoquieredecirquenuestrocorazónnoseabra.Noquieredecirquenopodamos amar profunda y dolorosamente, ni que no persigamos a chicos que seniegana amarnos.Sinembargo, al final, siempreal final, encontramoselmododedestruirtodorastrodeamorquehubieracrecidoennuestrointerior.
Medespiertoenelsillónpensandoeneso.
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MedespiertorecordandoelmomentoenqueOlivermesacódellagoymellevóacasa.Recuerdosusmanosenmipiel,quitandoelsudordemifrente.Ypiensoquequizás,posiblemente,élmequiera.Perotambiénestoyseguradequeencontraréunmododeecharloaperder.
Solodadmetiempo.Apoyo lasmanos en el sillón,me tiemblan los brazosmientrasme levanto un
poco.Fuera,elcieloestáoscuro.Perotengounrecuerdodelsolquebrillabaporlasventanas, que se reflejaba en las paredes, una esfera hueca que parecía demasiadobrillante.¿Cuántosdíashanpasado?¿Cuántasnoches?
Flexionolosdedos;elentumecimientosehaido.Uncalortímidohavueltoamipiel.
Me desenredo de las sábanas, me sujeto del borde del sillón paramantener elequilibrioymepongodepie.Mecrujenlasarticulaciones,ylacabezasebamboleaunpoco,comosihubieraquedadoaguaatrapadaenloshuecosdelosoídos.
Finn está acostado amis pies, y extiendo lamano para pasar los dedos por supelajegrueso,mientrasélmuevelacolasobreelsuelo.
—Estoybien—leaseguro,yélsueltaunsuavesuspiroybajalacabeza,comosialfinpudieradormirahoraquesabequemehedespertado.
Conlospiesinestables,caminohastalacocinaybebounvasodeagua,despuésotrosdos…micuerposedesesperaporella.Sientocomosituvierapapeldelijaenlagarganta.MesujetoalbordedelaencimerayescuchoporsiestáOliver.
—¿Hola?—preguntoalaire,perolavozsaleronca,casiimperceptible.Talvezhavueltoalcampamento.Ohasalidoajuntarmásleña.Oquizásseha
desesperadoalverqueyonodespertaba,yhaidoabuscaraunodelossupervisores,quesabenprimerosauxilios.Estédondeesté,estoysolaenlacasa.
Piensoenarrastrar lospieshasta lasaladeestar,desplomarmesobreelsillónydejarqueotravezmelleveelsueño.Perollevopuestalamismacamisetaqueteníacuandofuiallago.Elsuéterylosvaquerosquellevabayanoestán:Oliverdebiódequitármeloscuandometrajoalacasa.Todamiropaestaríaempapada.
Camino hasta la escalera, los nudillos tensos alrededor del pasamanos, y subocadaescalónconpasolentoycondificultad,hastaeldesván.
Una vez dentro, la habitación parece distinta;me lleva unmomento adaptar lavista.Lacamaestáentrecruzadaporlassombras,nohayningunavelaencendida,yuna brisa fría me roza la piel. La ventana está abierta, levantada, y las delgadascortinasbordadassemecenyvuelvenaapoyarseenlapared,comosiestuvieranbajoelagua.
Enelsuelo,sehaacumuladounaligeracapadenieve.Atravésdelaventana,loveodepiesobreeltejado.Nosehaidoalcampamento:sigueaquí.Saco el suétermás abrigado que tengo del armario, unos calcetines gruesos de
lana,laszapatillasconsueladegoma,ysalgoaltecho,alanieve.
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Mismúsculosestándébiles,yel fríocasimetumba.Sientocomosi tuviera loshuesoshuecoscomolosdeunave:unvientosuavesindudamellevaríavolando.
Olivermeoyeysegira.—¿Qué haces? —pregunta con tono urgente, atravesando el espacio que nos
separa—.Nodeberíasestaraquíafuera.Hacemuchofrío.—El aireme sienta bien—señalo,mientras seme cierran los ojos, y luego se
vuelven a abrir. Pero él niega con la cabeza—.Solo un ratito—le digo—.Quieroestardepiefuera.—Necesitosentirlaspiernas,sentirelaireenlospulmones.Viva.
Élenroscamimanoensubrazoymeayudaallegaralbordedeltejado,dondeseve mejor el lago, donde incluso se asoman algunas estrellas en el cielo oscuro ynublado.
—Veníaaquícuandoeraniña—digo,conlavozaúntemblorosa—.Amimadreno le gustaba nada, decía queme iba a resbalar y romperme el cuello. Pero yo lohacíadetodasmaneras.—Sonríoapesardelfrío—.Seestátranquiloaquíarriba—añado—.Elcielopareceestarmáscerca.
Oliverinclinalacabezaalcielo,perosubocaseencorvahaciaabajo,comosinovieraloqueveo,comosisolamentevierasombras,nadamásquelasiluetalúgubreyespinosadelosárboles.
—Teníamiedodequenodespertarasnuncamás—dice,conlavozhechaunhilocomonunca laheoídoantes.Comosiaúnpudieraver la imagendemíenel lago,conelpelocomoalgas,yelcuerpomuertomientrasmesacabadelagua:elrecuerdoaúnlopersigue.
Talvezahorayosealacosaencontradadeél.Lachicaquesacódellagoytrajoacasa.
—LasWalker son difíciles dematar—respondo, riéndomeun poco, y despuésmearrepientoalinstante:uncomentarioraro.Uncomentarioequivocado.Entierroundedodelpieenlanieve,echandounpocoalsuelo—.¿Porquéestásaquíafuera?—pregunto, para distraermis pensamientos de lamuerte,del ahogamiento. Conquéfacilidadpodríahabermehundidoyquenadiemeencontrarajamás.SiOlivernosehubieradespertadoenesemomentoynomehubierasacadodellago,elpresagiodelamariposadehuesosehabríahechorealidad.YyoseríaotrorelatodelLibrodehechizosdemedicinasdelbosqueyluzdeluna,unanotabreve.OtraWalkerqueconociólamuerteenestasmontañas.«Muriómuyjoven»,podríadecir.«Murióantesdellegaraenamorarse».Ojustocuandoestabaempezando.
Oliver alza los ojos, que quedan a la altura de las ramas, de los nidosenmarañadoshechospor avesquehanvoladoal surhastaque termine el invierno,que han abandonado su hogar. Y cuando vuelvan en primavera, construirán nidosnuevos,vidasnuevas,porqueyanovalelapenaaferrarsealasviejas.
—Paravigilarsivienenlosotros—dice—.Hesubidotodaslasnoches.
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Parecedistraído,conloshombrosrígidosylosojosqueseesfuerzanparaverenladistancia,atentosasiavanzansiluetasentre lospinos,asivienena llevarsea labruja y colgarla de un árbol, para asegurarse de que nunca hable. Como loslugareños alguna vez hicieron con mis ancestros. Él está aquí arriba paraprotegerme.
Metolasmanosdentrodelasmangasdelsuéterparacombatirelfrío.Cuentoloslatidosdemicorazón.Uno,dos,diez…Pierdolacuenta.Eltiemponosemideensegundos,sinoenrespiraciones.
—Semecayóelanillodemiabuelacuandocaíenellago—digoalfinconunhilodevoz.Unacosaqueyanomepertenece:elfríomeloarrebató.
—Losé—dice,ymemiraporprimeravez—.Lodijistemientrasdormías.¿Quémásdije?¿Quéotrosmurmullosfebrileshabrédichoquenoqueríaqueél
oyera?Meaclarolagarganta.—¿Cuántotiempoheestadodormida?—Tres días.—Exhala profundamente, como si recordara las horas, las noches
pasadasconélsentadoamilado,esperandoaqueabrieralosojos—.Tedespertasteunasveces,peronoestabasmuyconsciente.
—Seguramentehabrésufridohipotermia—señalo,ydespuésmemuerdoellabio,imaginandoqueélmedabadecomersopamientrasyomascullabacosassinsentido.Cuandoloencontréenelbosque,élestabaalbordelamuerte,conelfríocaladoenloshuesos,ylohicequitarselaropaysentarsejuntoalfuego.Ahoraestamosenpaz—.Gracias—añado—,porsacarmedellago,porcuidarme.
Susojossomnolientosseposansobremí,yselecontraelamandíbula.—Podríashabermuertoenelagua.—Ahoraentiendoporquémemiraasí,por
quéseletensanlosmúsculosdelbrazocuandohablo.—Losé—digocontonocansado,sintiendoqueelcorazónmesubeydespuésme
baja,recordandolaprofundidadheladadellagoqueintentabatragarmeentera—.Losiento.
—¿Porquéfuisteallí?—preguntasinrodeos,mientrassegiraparamirarme,perodejandomibrazoenroscadoeneldeél,paraquenomedesplome.
Niegocon lacabeza,porquenoséquédecir.Porquemiabuelasemetióenmis sueños yme susurró algo sobre el lago, sobre los recuerdos.Porquepensé que yo era valiente. Porque pensé que el lago me revelaría sussecretos.PorquesoyunaWalker.
—Encontréunacadenarotasobreelhielo—digoalfin,amododeexplicación—.Lacadenadelrelojqueencontréentuabrigo.
LaexpresióndeOliversevuelvefría,comosiseleoscurecieraelcorazóndentrodelpecho,negrocomolasalasdeunaurraca.
—¿Siguescreyendoquelomaté?
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Norespondo,yapartomibrazodeél.Tengomiedodedecirleloquepienso,dedecirqueinclusosiélnolorecuerda,podríahabermatadoaunchico,yqueesacosasolabastaparadestruirlotodo.
—Noqueríaestarallíesanoche—medice,con lavozquecaminadepuntillasalrededordecadapalabra.
—Peroestuviste—señalo.Élniegacon lacabezayvuelve lavistaal cielo,dondeuna lunamenguante se
asomaentrelasnubesydesdibujalasestrellasquelarodean,lasdevora.Oliversemuerdelalenguaantesdehablar,ylaspalabrassalentensasycortantes.—Yloquepasónopuededeshacerse—responde.Elvientosoplaconmásfuerza
sobreellagoycrearemolinosblancosquesealzanenelaire.—Sifueunaccidente,comodijeronlosdemás,entoncesnofueculpadenadie—
ofrezco,intentadofingirquetodovabien,quenoestanmalocomoparece.—No loentiendes,Nora—diceél, tragandosalivacon fuerzaygirándosepara
mirarme—.Nofueunaccidente.Ellossabíanloquehacían.Unríoglacialmerecorreporcompleto.—¿Quiénes?—pregunto.—Todosellos.—¿QueríanqueMaxmuriera?Oliversequedacallado…calladocomosifueramedianoche,comosicaminara
depuntillas.Lepregunto:—¿Ahora recuerdas lo que pasó?—¿Es por eso que está de pie en el tejado,
vigilando si vienen los chicos? ¿Lo hace porque sus recuerdos han vuelto, porquerecuerdacadamomentodeloquepasóenellago,conMaxylosdemás?
Élsedescruzadebrazos,conunmovimientolentoypausado.—Ahora ya es tarde.No podemos deshacer lo hecho.—Su pecho se infla con
cada respiración; los ojos verdes e inexpresivos son tan oscuros y terriblementeprofundosquevuelvoasentirmeatraídahaciaél.Yaunquepercibosudesazón, lasdudas,elmiedoylafuriaporlascosasquenoquieredecir,tambiénpodríaponermedepuntillas y posarmis labios sobre los suyos.Podría borrar sus pensamientos, lapreocupación que se le ha instalado en los ojos. Podría borrarlo todo; podríaquitárselo, tragármelo y hacer que deje de ser verdad. Soy unaWalker, y deberíapoderhacerestoalmenos.Algosimpleysingular:tomarunrecuerdo,unamuerte…ycorregirlos.
Peronopuedodeshacerlo.Tampocomeinclinohaciadelanteparabesarlobajoelpeso de la luna cetrina.Mequedomirándolo y espero que hable.Cuando lo hace,parecequefueravinagreysal,unaheridaquenuncavaasanar.
—Noquierohacertedaño—dice,conlosojoscaídos.—Novasahacermedaño—respondo.Comosipudieraestarseguradeeso.Élvuelvelavistaalosárboles,yelterrormeperforaloshuesoshastalamédula,
seretuerceenmiinteriorcomogusanosquecavantúnelesenmicarne.
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Élniegaconlacabeza:nomecree.—Noquieroquetengasmiedo.—No tengomiedo—le digo. Pero sé que sí, tengo un terrible nudo de temor
creciendoenlagarganta.Medamiedoconfiarenél,permitirqueestapalpitaciónquellevodentrodelpechoseconviertaenunmartilloquemehagapedazos.«Amamosplenamente»,siempredicemimadre.«Contodoelcorazón.Perotambiénnuestrossentimientossonheridosconfacilidad».Ellasiempreha tenidomiedodesupropiocorazón descuidado, de los errores del pasado, de lo que es en realidad. Y yo noquierosercomoella:cínica,temerosaymásllenadedudasqueotracosa.
Oliverdaunpasohaciamí,ycreoquevaabesarme,peroencambio,sumanotocalamía.
—Estástemblando—dice.Se me sacude el cuerpo, el frío socava el poco calor que me queda. Pero
respondo:—Estoybien.Meaprietalamanoymeacercaaél;yoapoyolacabezaensupecho,sientosu
alientoenelpelo.Élmeabraza,yyoquierollorar,comosiestafueralaúltimavez.—Necesitasirdentro—insiste.Peronoquiero,quieroquedarmeaquíafueracon
él,yqueelfríomeconviertaenpiedra.Sin embargo,me llevahacia laventana;mismúsculos estándemasiadodébiles
pararesistirme.Melevantaymepasaporlaabertura,devueltaaldesván.Me tiemblan las piernas; me arrastro hasta la cama y me llevo las mantas al
mentón,mientrasélcierralaventanaconungolpesecoylatraba,comoparaevitarqueentrenlascosasquemástememos.
—¿Vas a quedarte aquí conmigo?—pregunto cuando él se dispone a caminarhacialaescalera,convoztemblorosa—.Porfavor.
Noquiero estar sola, en esta oscuridad espantosa, con la piel queparecehielo.Toco la parte de mi dedo donde solía estar el anillo de mi abuela, sintiéndomedesnuda sin él. Mi ofrenda accidental al lago, como los mineros quearrojabancosasalaguaparatranquilizaralosárboles.
Olivervuelveamirarme,conalgoenlosojosquenopuedoentender.Unabatallaen su interior.Quiere quedarse aquí conmigo, pero también tienemiedo de lo quepodríahacer,ode loquepodríadecir.Sehacubiertoconunaarmaduradepiedra,metalyrecuerdosdolorosos.Antes,solohabíaconfusiónensusojos:elvacíodeloquehabíaolvidado.Ahora,hayunmurodesombras,anchoyalto.
Sinembargo,asienteconlacabeza,cruzalahabitaciónyseacuestajuntoamí.Quizástampocoquieraestarsolo.Hueleanieve,yyomeacurrucodentrodeél,mehagopequeñacomouncaracol.
Acomodasubrazosobremiscostillas;sientosualientoenelcuello.Podríaponerloslabiosenelhuecodetrásdemisorejas,podríapasarmelosdedosporelpelo,perotan
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solosequedaquieto,dándolecaloramipiel.«Porfavor»,quierodecir,«dimeloquehicisteesanoche.Dimeloquevisteenelhielo;dimedequétearrepientes».
Dímelo,asípuedoponermeunaarmaduratambién.Unafortalezaenestedesvándiminuto,uncampodebatallaporelquenopuedascruzar.
Perotambiénséqueyaestardeparaeso.Medoylavuelta,hechaunovilloensusbrazos,paramirarloalacara.Sujetosu
manoylaapoyoenmipecho,sobremicorazón.—No sé si puedo confiar en esto—digo, confieso—. En esta cosa que tengo
dentrodelcorazón.—Dejoquemeveasangrar.Subocaserelaja,peronohabla.Letiemblanlosojos.—Lasmujeresdemifamiliasiempreseenamoranydespuésencuentranlaforma
deecharloaperder.—Esbozounasonrisita,torciendoloslabiosaunlado—.Séquecreesquedeberíatemerte.Perotúdeberíastemermeamí.
—¿Porqué?—preguntaconvozsuave,cautelosa.—Porquevoyaterminarhaciéndotedaño.Seformaunasonrisaensusojos,yelespacioqueestáentrenosotrosnopuede
parecermás pequeño. Solo nos separa una exhalación. No espero a que hable, noquierooírmáspalabras.Cruzoelabismoquenosdivideyapoyoloslabiossobrelosdeél.Ynoescomolavezanterior,noescomocuandonosbesamosenmihabitaciónparaasegurarnosdequeamboséramosreales.Ahoraesunbesoparademostrarqueno lo somos;unacertezadequeestonovaadurar,dequequizás todo loquenosquedaestáaquíenestacama,conelpolendelavandaenlasalmohadasyelairequesaledesuspulmonesyentraenlosmíos.Todoloquenosquedaesestaúnicanoche,frágil y singular, con nieve en el techo, nieve en nuestro corazón y nieve paraenterrarnosvivos.
Élmebesa,yyolobesotambién.Depronto,sientocalorenlasvenas,ycalorenlapalmadesumanoamedidaquemetelosdedosdebajodemisuéterylossubeporla espalda.Él quita el frío. Siento que seme estremece el cuerpo,me aprietomáscontra él, le toco el cuello, la garganta, los hombros, donde me envuelven, meacercanaél.Exhaloylobesoconmásfuerza.Loúnicoquesientosonsusmanosenmi piel, sus besos, su pecho, que respira tan profundamente que casi oigo lospulmonesqueseaplastancontralascostillas.
Loúnicoque siento son estos lentos segundosde tiempo; los dedos, los labioshinchadosyloscorazonesquesindudaseromperáncuandolleguelamañana.
Susbesosenmiscostillas,misdedosensupelo.Cierro los ojos y finjo que Oliver es un chico del campamento que nunca
desapareció,unchicoqueconocíaorillasdellago,unchicoconojosverdeclaroysinningúnrecuerdoperdido.
Finjoquenuncavilamariposadehuesoentrelosárboleseldíaqueloencontré.Finjo que esta habitación, con elmusgo de lamontaña y las flores de corazón
sangrantequecuelgansobremicama,eselúnicositioqueexisteyexistirá.
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FinjoqueOliveryyoestamosenamorados.Finjoquenuncavaairse,yfinjoquelohagorealidad.
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Librodehechizos
demedicinasdelbosque
yluzdeluna
RUTHWALKERnacióafinesdejuliode1922,bajounalunadevenadoblanco.Suslabiosteníanelcolordelanieve,ysusojoserantanverdescomoelríoenprimavera.PeroRuthWalkerjamáshabló.
Niunavezentodasuvida.Sumadre,Vena,jurabahaberoídoaRuthsusurraralosratonesquevivíanenel
áticoytararearcancionesdecunaalasabejasqueestabanfueradesuventana.Peronadiemásjamásoyóesosmurmullos.
Rutherabajaybonita,conelpeloonduladocolorcarmesíquenuncalecrecíapordebajodeloshombros,ychasqueabalalenguacuandocaminabaporelbosque.Alosdoceaños,empezóadescifrarmensajesenlastelarañasdelasarañasdelapimienta.
Lastelarañaspresagiabanelclimadelañosiguiente,yRuthsabíacuándohabríatormentasde lluvia,cuándoserían lassemanassecasdelveranoycuándoelvientoharíavolarlaropaqueestabacolgadafuera.
Enretribución,Ruthdabadecomera lasarañas trocitosdehongosdehelechosculantrilloquecultivabaenunamacetadearcilla,enelfondodelarmariodeldesván,muyapesardesumadre.
A losnoventaynueveaños,Ruthseenredóenuna telarañamientrascaminabapor el bosqueWicker.Murió bajo las estrellas, tan silenciosa como el día en quenació.
Cómoleerlastelarañasdelasarañasdelapimienta:Cosecharhongosdehelechosculantrillo(cultivadosdurantenuevemesesantesdelacosecha).Ofrecermenosdetreintagramos,másdeunacucharadita,alaarañadelapimienta.Dormiren la tierradebajode la telarañaduranteunanoche.Esperaraqueel rocíoseapoye
sobrelashebrasdeseda.Permaneceren silencio, concuidadodeno romper la telaraña.Descifrar elpronósticode la
estaciónsiguiente.
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OLIVER
Eradistintoantes.Antesderecordar.Enesemomentonoeranmentiras,peroahorasí.Mientrascorríaporellagocongeladoylasacabadelagua,sentíelescozordeesa
otranocheterrible.Comounladrilloquesehundeenmibarriga,recordéloquepasó.Elcementeriofuesoloelcomienzo.Loquepasódespuésfueelfinal.Ellagoy
mismanosalrededordelagargantadeMax.Losdemásquegritabandesdelaorilla.Nuncatendríaquehaberidoallí.Nosonmilmentiritasquenollegananada.Esunamentiraenorme, tangrande
quevaatragarmeentero.Yvaadestruirlaaella.Estanoche,conmismanosencimadesupielylacarasobresupelo,séquevoya
hacerle daño. Si no sucede antes del amanecer, pasará más tarde. Pero en algúnmomentocercano,mevaamirarconunmiedoenlosojosafiladocomouncuchillodentado.Vaamirarmeysabráloquesoy.
Así que lo contengo todo lo que puedo.Me acuesto junto a ella, con nuestrosdedos entrelazados, y finjo que seguirá así para siempre. Porque ella es lo quemearraigaaquí.Esloúnicoqueborralasensacióndelbosquefríoenmiinterior.Eslaúnicacuraparalaoscuridaddelaquenopuedoescapar.Ellaesunaslargaspestañascastañas,unaspequeñasmedialunasenlasuñasdelasmanosyunavozquesiemprepareceunhechizo.
Yquizásseabruja.Así que le beso la sien mientras duerme, y oigo su respiración, un ínfimo
chisporroteodeaire,porqueséqueestonovaadurar.Nohayformadeescapardeloqueseavecina.Peroporahora,ladejodormir.Ladejodescansarsinsaberquiényaceasu lado.Ladejorespirarypensarque
todoirábienyquenohaynadaquetemerenestacasa.Miento.Miento.Miento.Peroalllegarlamañana,yamehabréido.
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NORA
LasWalkernacemosconunasombranocturna.Nuestro lado sombrío, lo llamaba mi abuela. La parte de nosotras que no se
parece a nadie más. La parte de nosotras que ve, que obliga y a veces ordena.NuestroladosombríonospermiteentrardesapercibidasenelbosqueWickerysalirilesas.Eslaparteantiguadenosotrasquerecuerda.
Lacualidadde la luzde lunaquellevamosenlasvenas,eldonqueposeecadaunadenosotras.
En el casodemi abuela, su lado sombrío le permitíameterse en los sueñosdeotras personas. Mi madre puede tranquilizar a las abejas silvestres mientras ellarecoge sus panales. Dottie Walker, mi tatarabuela, podía encender fuego con unsilbido.AliceWalker,mi tía abuela, podía cambiar su colordepelo al enterrar losdedosdelpieenellodo.
«LasmujeresWalkerestániluminadasdesdedentro»,decíamiabuela.Peronuncaheposeídounasombranocturna,algoqueyopuedahacerqueotras
Walkerno.«Ya vendrá», decíami abuela. «AlgunasWalker esperan toda la vida a que la
sombra sealceen su interior».Pero talvezno todasnacemosconella.Talvezmiladosombríosoloseaunadelgadaastilla,apenasexistente.Talveznohayanadaquecontar acerca demí cuandomuera, ningún relato para escribir en nuestro libro dehechizos.
PorquesoyunaWalkeralaquenuncaseleotorgósusombra.
Finnestáladrando.Enmissueños.Enmisoídosdormidos.Enmihabitación.Misojosseabrenrepentinamente.Susladridosresuenanenlasparedes,eintentoveralgo,perolahabitaciónsiguea
oscurasymisojospestañean,incapacesdedistinguirquésucede.—¡Callaaesacosa!—gritaalguien.Me siento enseguida, unas sombras semueven pormi habitación, el terrorme
silbaenlosoídos.Finnselanzahaciadelante,haciaalguienqueestádepiecercadelaescalera.Susdientessehundenensupiel,ylapersonagritadedolor.AlguienmássujetaaFinnyloaparta.
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—¡Lobodemierda!—gritaelchicoqueestá juntoa laescalera, sujetándoseelbrazoenelsitiodondeFinnlohamordido.Unavozqueheoídoantes.Jasper.
Misojosporfinenfocanbien,alfinvenaloschicosqueestánenmihabitación.Rhettestádepiejuntoamicama,conelmismogorrodecuadrosescocesesrojos
quellevabapuestoenlafogata.—Levántate—ordena.Echounvistazorápidoaldesván;Oliversehaido.Yano
estáenlacamajuntoamí.Mehadejadosola—.¡Hedichoquetelevantes!—PorlavozdeRhett,medoycuentadequeestáborracho.Terriblementeborracho.Tantoque arrastra las palabras.Parecequehan estadodespiertos toda la noche: tiene losojosrojosylapielsaturadaconelhedoraalcohol.
—No—respondo,desafiante—.Saliddemicasaya.Jasperseríe,unarisarápidaydescarada.Otravezllevapuestoelsuéterdelreno,
peroestásucio,arrugado,manchado,conelcuellodesgastado.—Vasallevarnosalbosque—diceRhett,conunasonrisararaqueseasomapor
sulabiosuperior,comosilodisfrutara—.VasallevarnosadondeestáOliver.Frunzoelceño.—Olivernoestáenelbosque.Élseinclinahaciamí,conlosojosylasfosasnasalesbienabiertos.—¿No?Entonces¿dóndeestá?—Nolosé.—LedijisteaSuzyqueloencontrasteenelbosque,quehaestadoescondiéndose
allí,yahoravasallevarnos.Vasaenseñarnosdóndehaestadotodoestetiempo.—No—lerepito.Jasperavanzapor lahabitaciónymesujetaelbrazo,sacándomedelacama.El
corteenlamejillasehacuradounpocodesdelaúltimavezquelovi;tienelosbordesblancos,perosiguerojoenelcentro,dondelacicatriznuncasecuraráporcompleto.
—Sí,lovasahacer—afirmaJasperentredientesapretados.Finngruñedesdeel rincóndondeLin lo sujetacon fuerzadelpescuezo.Enun
instante,estoydepieyellosmeobliganabajarlaescalera.Olivermehaabandonado.Meatraviesaeldoloralsaberquehuyómientras
dormía.Ynohadichoporqué.Sehaidosinmás.Jaspermedicequemepongalasbotasyelabrigo,yobedezco;despuésmesacan
por la puerta principal.Veo que han abierto la puerta a patadas: las bisagras estándobladas, la cerradura, rota.Ni siquierame he despertado con el ruido. SolamenteFinnloshaoídoentrar.
—Estáisperdiendoeltiempo—digo.ConsiguencerrarlapuertarotalosuficienteparaevitarqueFinnnossiga.Perooigosusgemidosalotrolado…almenosnolehanhechodaño—.Olivernoestáenelbosque.
Bajo la luz de la luna, de pie en el porche,Rhett parece estar loco, aburrido ynerviosoalavez.Loschicosmerecuerdanaunamanadadelobosquebuscanalgoquedestrozar.Estáninquietosyborrachos.Imprudentes.
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—Entonces¿dóndeestá?—preguntaRhett,acercándosetantoquesientoelcalordesualiento.
—Haestadoaquí—digo,mirándoloconodio—.Haestadoquedándoseconmigo,peroahoranosédóndeestá.
—Miente—replicaJasper,conlavozquepareceelmugidodeunavaca.—¿Lohasescondidotodoestetiempo?—preguntaRhett.TensolamandíbulaymisojossalendisparadoshaciaLin,queestáparadoconlas
manosen losbolsillosde losvaqueros,alparecernomuycómodocon loqueestásucediendo,perotampocointentadetenerlos.
—Noestabaescondiéndose—digo—.Simplementenoqueríaestarconvosotros,imbéciles.
Rhettmemiracondesdén.—SiOliverestabaquedándosecontigo,¿porquénoestáentucasa?—Nolosé.—No podemos confiar en nada de lo que dice —interviene Jasper—. Está
protegiéndolo.—Haceunamuecadedolor,yveoqueelsuéterestáensangrentadoenelsitiodondelomordióFinn.
—Vasallevarnosalbosque—anunciaRhett.Ladecisiónestátomada.Jaspervuelveasujetarmeelbrazo,peroyomeseparodeuntirón.—Nopodemos—lesdigo,ysientounapicazóneneldedodondesolíaestarel
anillodemiabuela,deseandoqueaúnlotuviera,deseandoqueellaestuvieraaquí—.Nohaylunallena.
—¿Yqué?—diceJasper.—Elbosquevaaestardespierto.Nosvaaver.Jasper se ríe, un sonido desagradable, y Rhett se acerca hasta quedarse a solo
unoscentímetrosdemicara.—NomeimportasieselDíadeSanPatricioytienesmiedodequelosduendeste
robeneloro,vasallevarnosadondeseesconde.Ybastadeesasestupidecesdebruja.Jasper me da un empujón por la espalda, y yo avanzo para que no vuelva a
tocarme.Bajamoslosescalones,marchandotodosenfilacomosoldaditosdeplomo.Estánborrachosydesesperados.Sealoqueseaquepasaraesanocheenellagoyloquehayanestadooyendoenlascabañas,notienenescapatoria,yesoestáempezandoaabrirgrietasensumente.
Pero después veo a otra persona de pie entre los árboles, con el mentón bajo,esperándonos.
Suzy.Ha venido con ellos. Es parte de esto. Y se me abre un foso agrio en el
estómagoquemedejaencarnevivaymepudrepordentro.Estodebedeserloquesesienteantelatraición.
Pero ninguno de ellos se da cuenta, ninguno lo entiende: si entramos ahora albosqueWicker,conunalunamenguante,queescuandolosárbolesestándespiertos,
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noconseguiremossalir.—Nohacefaltaque lohagáisasí,chicos—diceSuzy,corriendohacianosotros
cuandomeve,conunossurcosbienmarcadosenlafrente—.Simplementepodríaishaberlepedidoquenosllevaraalbosque.
—Nuncahabríaaceptado—sostieneRhett,queapenaslamira.Suzycaminaalapardemí,mordisqueándoseelbordedeunauña.—Lo siento mucho, Nora —susurra en tono nervioso y mirándome con
impotencia. Pero no me importa lo que diga—. Les conté lo de Oliver, que loencontrasteenelbosque.Solamentequierenverloy…—Sedetieneantesdeterminardehablaryvuelveamordisquearselauña.
Yhacerledaño,pienso.Quierenencontrarloparahacerledaño,porquecuandopasancosasmalas,hayqueculparaalguien.YquizásOliverenverdadtienelaculpa.
—MuéstralesdóndeencontrasteaOliveryyaestá—mediceahora,conlascejascaídas,rogándome—.Facilitarálascosas.
Pareceunamuñecadeporcelana rotaa laque le faltan lasentrañas,comosi lahubieran vaciado por completo. Perome niego a sentir pena por ella, como ya hehechoantes.
—Sí,notelohagasmásdifícil—intervieneJasper,caminandodetrásdemíconsucuerpoaltoeimponente.
Caminamosporlaorilladel lago,despuésgiramosalnorte,hacialasmontañas,hacia la boca del río Negro. Rhett va a la cabeza y yo lo sigo, los demás chicoscaminan detrás demí, en caso de que decida salir corriendo.YSuzy está al final,arrastrando lospies,probablementedeseandonohabervenido,desfilandodetrásdetreschicosborrachosquemeobliganasubirlamontañaenlaoscuridad.
Tal vez yo debería tener miedo, de lo que podría suceder, de lo que podríanhacerme.
Perosolamenteletengomiedoalbosque.Lasnubesavanzanhaciaelsur,lalunaseasomaporelcielooscuro,yunbúho
ululadesdeunosárbolesanuestraizquierda:nonosquiereaquíporqueespantaremosalosroedoresquecazaporlanoche.
El grupo de chicos borrachos, tambaleándose por la nieve, no está pasandodesapercibidoporelbosque.YnisiquierahemosllegadoalbosqueWicker.
Seguimosadentrándonoscondificultadenlamontaña,hastaquellegamosadosladeras empinadas, a la quebrada, donde el hito de piedras monta guardia. Laentrada.
Los chicos se quedan callados por primera vez,mirando a la oscuridad que seabreentrelosárboles:ellímitedelbosqueWicker.
—No me gusta—dice Lin, retrocediendo, alejándose del límite—. Da miedo,joder.Tienealgomalo.
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Unvientofríoseescapadelaentrada,conelolordelaoscuridadmásoscura,depiedras y tierra húmedas que nunca han sentido la luz del sol, del sitio dondeduermen los monstruos. No monstruos imaginarios, sino de los que cazan y semueven con sigilo, escabulléndose.De los que nosmiran desde lejos, esperando aqueentremos.Esperandoqueseamostantontosparahacerlo.
—Eso es porque no deberíamos estar aquí—señalo, con un escalofrío que sedeslizaenmivoz—.Estaeslaúnicaentrada—lesdigo—,ylaúnicasalida.
Suzytragasalivaruidosamente.—Quizás deberíamos esperar hasta que sea de día—sugiere ella—.Hasta que
podamos ver. —Es evidente el miedo en su voz. La chica que yo recordaba delinstituto,laquepasabazumbandoporlospasillosdelaescuelasecundariariéndoseacarcajadasparaquetodoslaoyeran,laquebesabaatodosloschicosquepudieraenSanValentín y llevaba la cuenta… esa chica ya no está. Ahora parece desinflada,comounachicaquehaperdidotodoelaire.
Rhettnolehacecaso.—Túprimero—medice,empujándomeelhombro.Contrololasganasdegirarme
ygolpearleelpecho,dearañarleyrasguñarlelacara,dehacerlosangrar.Peroaúnmesientodébil, tengo losmúsculos tensospor el frío,yhasta ahoranomehanhechodaño…tampocovoyadarlesunarazónparahacerlo.
—Nohaylunallena—repito—.Nopodemosentrar.—Me importa una mierda —responde Rhett. Vuelve a empujarme y yo me
tambaleohaciadelante,conunpiecasienlaentradadelbosque.EchounvistazoaSuzy,quesemuerdeellabioinferioramisespaldas,mirándomecomosilosárbolesestuvieran a punto de tragarme, como si nunca en su vida hubiera estado másaterrada.Yensusojos,mepareceverquemeinstaahuir,adarmelavueltaybajarcorriendo lamontaña. Pero no sabe lo débil que estoy, que aúnme cuesta inclusoestardepie.
—Nohacefaltaquelehagáisdaño—ruegaSuzy,peroRhettyanolaescucha.Semehacennudosenelestómago,yestiroelcuellohaciaelcielonocturno:las
nubes corren, la luna está hecha un semicírculo desinflado.No está llena. No esseguroadentrarseenestebosqueoscuroyvengativo.
Sueltounabocanadadeaireysusurrolaspalabrasqueyahedichomuchasveces,conlaesperanzadequemeprotejan,dequeelbosquemerecuerdeymedejeentrarsinproblemas.
—Soy Nora Walker —digo en voz baja para que los chicos no me oigan. Ydespuéslorepitodosvecesmás,porlasdudas,paralabuenasuerte.
Perotengolasensacióndequeyaestarde.PormásWalkerquesea,talvezningunodenosotrossobrevivaaestanoche.Así que pongo los brazos rígidos a los costados, doy un paso por el umbral y
entroenelbosqueWicker.
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Librodehechizos
demedicinasdelbosque
yluzdeluna
IONAWALKERnacióbajounalunanegradecosecha:lanochemásoscuradelaño.Inclusodebebé,noproyectabaningunasombraenelsuelo.Inclusoenlastardes
másbrillantes,inclusocuandoelsollequemabaelcuello.Pero una niña sin sombra puede ver en la oscuridad. Una sombra nocturna
bastanteútilparaescabullirseyespiar.Ionasolíacaminarpor lacasamientrassumadredormía,sinencenderunasola
luz,singolpearseunsolodedodelpiecontraunamecedoraquenopudieraver.Suvistasuperabaaladesugato,Oyster,queaprendióaseguiraIonaporlaoscuridad.
Alosveintitrésaños,conocióaunchicoquerecolectabafloresnocturnas,bayasdecarbónyhojasdediábolodespuésde lapuestadel sol.Enunanoche frescadeoctubre,ellalobesóbajolalunallena,yéljuróquenuncaseiríadesulado.
HastalanocheenqueIonaloperdiódevistaentrelassombrasdelosárboles.SeacercódemasiadoalbosqueWicker,atravesóellímite,dondesolopuedenentrarlasWalker,ynadievolvióaverlojamás.
Despuésdeeso,Ionadesterróalaoscuridad,ynuncavolvióaentrarenelbosquedespuésdequeelsolsehundierabajolosárboles.Murióunamañanadefinalesdeagosto,sentadaenelporchedelanterodelaviejacasa,mirandoellago.Ymientrassusojossecerraban,susombraseextendiódelantedeella.
Siemprehabíaestadoallí,enroscadaensuinterior,demasiadoasustadaparasaliralaluz.
Cómoencontrarlapropiasombra:Colgardedalerasenlapuertatraseraconunacuerdanegraanudada.Solamentesalirconlaluzdelaluna(nosoldirecto)durantecinconochesseguidas.Lasombra
serevelaráenlasexta.
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NORA
Siento el peso de los árboles en cuanto entro; los bordes huesudos del bosquearremetenformandoángulosextraños.
Nodeberíamosestaraquí.—Siguecaminando—insisteRhettamisespaldas,yyomuevounamanofrentea
míparapalparelcamino.Tengolossentidosanulados,algodónenlosoídos.Porlogeneral,puedocruzarestebosqueconciertosentidodelaorientación.Peroahoraelbosqueestámuyoscuroydespojadodecolor.
Unasespinaspuntiagudasmecortanlasmanos,elmusgosemepegaenelpelo,ysiento que los árboles se acercan, lamuerte que cruje a lo largo de cada rama, elvientofríoeinclemente.
Losárbolesestándespiertos.—Noveounamierda—diceJasperamisespaldas.Vamosavanzandoenhileray
a trompiconesporelbosque.Ydespuésoigoquealgohaceunchasquido.VeounaluzquedeprontoresplandeceenlamanodeJasper.
Tieneunencendedor,ylosárbolesreaccionanalinstante.Elbosquesilba,comoelairequesaledeunsótanoquenuncahavistolaluzdel
día,ylasramasgimenyseenredanentresí,sofocandolalunaquesealzaenelcielo.—¡Apagaelfuego!—legrito.Losárbolesrespondenamivoz,elsuelosehinchaysemuevebajonuestrospies,
lasraícesestánfuriosas.Elbosqueestádespierto.Sabequeestamosaquí.Enelúltimodestellodeluzantesdequeseapaguelapequeñallama,veolacara
deloschicos,deSuzy,yelextrañopánicoensusojos.Elblancodelojodemasiadoblanco. Los dientes apretados. La boca bien cerrada. No esperaban esto: que elbosquesemovieraalrededordenosotros,queselescomprimieraelcorazóncontantarapidezdentrodelpecho.
—¿Quizásconvengavolver?—OigoquesugiereLin.—Acabamos de entrar—responde Jasper, con el encendedor ya apagado en la
mano.—NonosvamosairhastaqueencontremosaOliver—declaraRhett,perotiene
lavozronca,comosiintentaraocultarlamolestaintranquilidadquesiente,elfríoquelohaencontradoynoloquieresoltar.
—Rhett, por favor —intenta Suzy—. No me gusta este sitio. Parece que losárbolessemueven.
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Losárbolessemuevendeverdad,estándesenterrandolasraícesparaacercarse.Estándespiertos,despiertos,despiertos.
—Si lo encontramos, quedará demostrado que no hicimos nada malo —diceRhett,yacontonodesesperado.Lonecesitan.EscomosiRhettpensaraquedealgúnmodoOliverpodríacorregirlotodo,queOlivereslaclave—.Puedecontárseloalossupervisores,yasínoestaremosenproblemas.
—Élnoestáaquí—insisto,sinalzarlavoz,intentandonoenfadaralbosque—.Tenemos que irnos. —Pero cuando me doy vuelta, no tengo ni idea de dóndeestamos.Nos hemos alejado demasiado, pienso. Pero no es eso: solo hemoscaminado durante unos minutos. El bosque ha cambiado a nuestro alrededor, habloqueadoelcaminoparasalir.
Losárbolesestándespiertos.Yestánmoviéndose.—¡Mirad!—exclamaJasper,demasiadofuerte,yoigoquearrastraconprisalos
pies.Susiluetaseinclinahaciaelsuelo,searrodillasobrealgo.Semeocurrequetalvezestáherido,perodespuéssostienealgoenlamano—.Oro—dice.
Doyunpasohaciaél,apenascapazdedistinguirelobjetoquellevaenlamano.—¿Quées?—preguntaRhett,acercándoseaJasper.—Lahebilladeuncinturón,meparece.—Quitalatierraylanievedelobjetoque
tieneenlapalma—.Yhaymás.—Extiendelamanosobreelsueloydespuéslevantaotracosa.SuzyyLinseacercan,intentandoverquéhaencontrado—.Botones—dice—.Hechosdehueso.—Levantaunoparaqueloveamos,peroesmuypequeño—.Yalgunosparecenserdeplata.
Lin tambiénseagachayescarbaen lanievequeestáa lospiesdelárbol,hastallegaralatierra.
—Hayunacucharaporaquí—dice.Rhettsegiraparamirarme.—Aquíesdondeellaencuentra todasesascosasquetieneenlacasa.—Está lo
bastantecercaparapoderverloalzarunaceja—.Yporesonoqueríaqueviniéramosaquí:creequetodoleperteneceaella.
Incluso Suzy se agacha y se dispone a buscar en el suelo con las palmasextendidas.
—Nopodéisquedarosconningunadeestascosas—advierto,mirandoaRhettalosojosyapretandolosdientes—.Nopodéisllevarosnadadeesodelbosque.
—Sí,claro—diceRhettconunasonrisita,yasinmiedo.Nomecree.Ydepronto,a ninguno de ellos parece importarle encontrar a Oliver, ni que los árboles esténacercándose cada vez más. Lo único que les importa son los objetos que estánesparcidosporelsuelodelbosque.
—Siestanocheoslleváisalgunadeestascosas,elbosqueosvaaver.Vaasaberloquehabéisrobado.
—¿Yqué?—diceRhett,conlosojosqueseapartandemíyluegovuelven,aúnborracho.
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—Tú tienesunacasa llenadeestascosas—interviene Jasper, sentándose sobrelasrodillas—.Ynotehapasadonada.
—Me las llevé cuando había luna llena—explico, intentando no alzar la voz,intentandoqueloentiendan:estenoesunbosquenormalycorriente—.Melasllevémientraselbosqueestabadormido.—Peroningunomeescucha.HastaRhettempiezaarecorrerelsueloconlavista,buscando.
«Teperseguirá el infortunio».Unas palabras escritas en el libro de hechizos sedesplazanpormimente. «Si te llevas algodel bosqueWicker cuandonohay lunallena,lamiseriaylacatástrofeteseguiránhastatuhogar».
Los árboles gimen a nuestro alrededor, y doy un giro completo, intentandoorientarme, intentandoverenquédireccióndebemosirparavolvera laentradadelbosque. Pero nada me resulta conocido. El paisaje ha cambiado, el bosque meengaña.Elcaminoquehemosseguidodesdeel límitedelbosqueyanoestá.Sehaborradouocultado,ounárbolsehareubicadoensusitio.
Si Finn estuviera aquí, él sabría cómo salir, lo percibiría; su hocico apoyadocontraelsuelopodríallevarnosacasa.Meempiezaalatir lacabezayelbosquesevuelvemásoscuro:seapagatodapizcadeluzquepasaatravésdelascopasdelosárboles.
Un silbido bajo, un gemido, atraviesa las ramasmás bajas, como si el bosqueenseñaralosdientes,comosigruñera.
Suzytambiénlooye,ydejaderegistrarelsuelo.Memira,yseponedepie.—¿Quépasa?—pregunta,acercándoseamí.—Tenemosqueirnosdeaquí—digoenvozbaja—.Sino,quizásnoconsigamos
salirnunca.Linhaceunruidorepentinoanuestraizquierda.—¡Mierda!—exclama, caminando con dificultad hacia nosotrasmientras se le
caenunasbaratijasplateadasquehacenunruidometálicoalllegaralsuelo—.Algomehasujetado.—Daunossaltosysacudeelpie,comosiaúnintentaraquitárselo—.Una puta raíz o algo así. —Se mueve hacia el centro del grupo, retorciéndose,dándosepalmadasenlaspiernas.
—Mejorvolvamos—sugiereJasperalfin:laprimeracosasensataquehadicho.Rhettasienteconlacabeza.—Podemos volver durante el día, cuando podamos ver. Oliver no va a poder
escondersefácilmente.—Osdijequedebíamosesperarhastaporlamañana—farfullaSuzy,acercándose
amí,mientraselsilbidoquenosrodeasehacecadavezmásfuerte.Losárbolesseaproximan,seaglomeranencimadenosotros,cerca,cerca,cadavezmáscerca.Senosestáacabandoeltiempo—.Nomegustaestesitio—susurraSuzy,yextiendelamano y sujeta la mía, la aprieta. Una rama le roza el pelo y ella la aparta de unmanotazo—.¡Debemosirnos!—lesgritaaloschicos,aRhett.
—Dinoshaciadóndeir,bruja—diceRhett,haciendounademánconlamano.
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Peroyolomirosinsaberquéhacer.Noconozcoelcamino.Porprimeravez,nosécómosalirdeaquí.—No…—Semequiebralavoz—.Nosédóndeestamos—admito.Jaspersemeteunpuñadodecosasencontradasenelbolsillodesuabrigo.—Estesitionopuedesertangrande—dice—.Eligeunadirecciónyyaestá.—Y
sinesperar respuestaalguna, sedisponeacaminarentre losárboles,empujando lasramas.
—No sabemos si ese es el camino correcto —señala Suzy, con las cejasinclinadashaciaabajoylapreocupaciónmarcadaencadaarrugadesurostro.
—No tenéis alternativa —dice Rhett, poniéndose detrás de Suzy y de mí,haciendoungestoparaqueavancemos—.NopuedopermitirquevayáisaavisaraOliverdequeestamosbuscándolo.Asíquevosotrasvenísconnosotros.
Suzymeaprieta lamanoconmásfuerza,yacomodamoselpasoaldeLin,conRhettdetrás.
—Detodasformas,debemosquedarnosjuntos—susurraSuzy.Peronosésiesoservirádealgo.Hacemosmásruidoengrupo:lospasosdelos
chicosretumbanenelbosquemientrasquiebranramasbajosuspies;sonfácilesderastrear.Elbosquenonosquiereaquí.Y loschicoshacenque sea imposiblepasardesapercibidos.
Quizásestemosadentrándonosmásenelbosqueoscuro,yendoaunsitiodondenuncaheestado,máslejosdeloqueherecorridojamás.Otalveztengamossuerte,encontremos la forma de salir y lleguemos a la entrada.Pero la suerteno vivedentrodeestebosque.
Tomemoselcaminoquetomemos,elbosquesabequeestamosaquí.Conlasgarrasbienabiertas,listasparaatraparnos.
—Estamosperdidos—legritaRhettaJasper.—Yonuncahedichoque supiera cómosalir—se lamenta Jasper,girándoseen
direcciónaRhett.Nosdetenemosenunsitiodondeuncanalpocoprofundoatraviesaelterreno,el
lechodeunarroyoquesesecóhacetiempo.Apenashaynieveaquí:elbosqueesmuydenso.
—Nuncatendríamosquehabervenido—diceLin.Suvozsuenalejana,comosilaspalabrassalierandelosárboles,nodesugarganta.
Suzy se inclina haciamí. De pronto no quiere saber nada de Rhett. Él nos hatraídohastaaquí,ynosadentramosenelbosqueWickerhastaunsitioalquejamáshabía llegado; estoy rodeada de un terreno que jamás he visto, y de árboles tananchos que parecen los pilares oscilantes de una catacumba. «El bosque Wicker
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cultiva elmiedo», advierte el libro de hechizos. «Es arquitecto del infortunio y lamaldad».
Yahoraavanzamoshaciaelinteriordelbosque,unsitiodelcualnovolveremos.Asíescomoseesfumalagente.Asíescomocincoadolescentessemetenenunbosquedenocheydesaparecenporcompleto.
—Tal vez deberíamos detenernos aquí y esperar hasta la mañana —sugiereJasper, apoyando un hombro contra el tronco ancho de un árbol—. Entoncespodremosver.
—Hacefrío—respondeSuzy,con lavozentrecortadacomosi fueraa llorar—.Novamosaaguantartanto.
Yo debería saber cómo salir, debería poder percibir el camino que nos llevaráhasta el límitedelbosque.Peronopuedodistinguir elnortedel surni la luzde laoscuridad; las estrellas y el cielo están emborronados por los árboles. Si fueraingeniosacomomiabuela,situvieralaagudezadelasWalkerdemifamilia,podríacerrarlosojosysentirladireccióndelviento,elsilbidodelríoenladistancia.Peroen cambio, me siento sorda y silenciada. El bosque esconde la salida, cambia anuestroalrededor…noquierequenosvayamos.
Linempiezaadarvueltasporel lechodelarroyoseco;susombrasedoblaa laalturadeloshombros.
—Nuncatendríamosquehabervenido—repite—.Hasidounaideatonta.—SiOliverdeverdadseescondíaaquí,teníamosqueencontrarlo—lesrecuerda
Rhetta losdemás—.Teníamosquecerciorarnos.—Medoycuentadequeyaestántodos sobrios. La estupidez que hubieran planeado en el campamento mientrasbebían, lo que pensaban encontrar al entrar al bosque Wicker, está cayéndose apedazos.
—SeguramenteellanisiquieraencontróaOliverenestebosque—diceJasper—.Seloinventótodo.
Lomiroconlosojosllenosdeodio,peroélnosedacuenta.—Nomeloheinventado.—¿Algunavezloviste?—preguntaRhett,mirandoaSuzy.Peroellaniegaconlacabeza.—No.Medoy la vuelta haciaSuzy, que está depie a solounos centímetros demí, y
sientoquelascomisurasdeloslabiossemecurvanhaciaabajo.—Cuandovolvisteamicasa,borracha,despuésdelafogata,élestabaconmigo
enlasaladeestar.Ellalevantaunhombro.—Laverdadesqueno recuerdonadadeesanoche—reconoce—.Norecuerdo
cuandovolvíatucasa,solorecuerdocuandodespertéenelsillón.Niegoconlacabezaantesuspalabras.«¡Nomeloheinventado!»,quierogritar.
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—No se puede confiar en las Walker —señala Jasper—. Son todas unasmentirosas.
Alzolavistahaciaélydoyunpasohaciadelante.Voyaenroscarmismanosensu cuello. Voy a sacar todo el aire de sus pulmones para obligarlo a callarse. Nosoportooírsuvoz.Nosoportoaningunodeellos.
PeroSuzymetocaelbrazo,ycuandolamiro,ellaniegaconlacabeza.—Déjalo—susurra.Apartomibrazo.Ellamiente…mientesobrenohabervistoaOliver.Talvezlo
haceparaprotegerse.Peronoséporqué.Linhadejadodedarvueltas,peroentrelazalasmanosconairenerviosoylapiel
pálida.—Vamosamoriraquífuera.RhettlegritaaLin:—Noseasestúpido.Novamosamorir.Lin responde algo, pero yo ya no los escucho. Estoy alejándome de ellos,
caminandohacialosárboles,dondepuedovermovimientoentrelassombras…ramasqueseretuercen,queseenroscan.Algonovabien.
—Tenemosquesalirdeaquí—adviertoenvozalta.Peronadiemeescucha.Rhett, Jasper y Lin están discutiendo: sobre el bosque, sobre el hecho de que
estamosperdidos,sobrequiénhatenidolaideadeveniraquí.—¡Novoyamoriraquí,joder!—gritaJasper.—Quizás si no estuvieras tan borracho, no nos habrías adentrado más en este
bosquedemierda—diceRhett.—Fue idea tuya venir a buscar a Oliver —brama Jasper, dándole a Rhett un
empujónenelpecho.—¡Basta!—chillaSuzy.PeroRhettempujaaJaspertambién;susrostrosestánretorcidosporla iraylas
manos,hechaspuños.—Parad—diceLin,queseagachaentreellosy lossepara—.Podéisdarosuna
palizatodoloquequeráiscuandosalgamosdeaquí.—Siesqueconseguimossalir—espetaRhett.Sucaraadoptaunaformarara,conlascejasqueformanpicospuntiagudosenla
frente,comosipensaraalgomalvadoyoscuro,algoqueningunodenosotrospodríaimaginar.
—Voyasacarnosdeaquí,mierda—dicedepronto,mientrasloslabiossecurvanhaciaarriba.
Losiguientepasarápido.Jaspermetelamanoenelbolsillo,buscandoalgo:elencendedor.—Vamosaquemarlotodohastaencontrarlasalida—afirmacontonodesafiante,
elmentónenalto, losojos tanabiertosqueparecemedio loco—.Vamosaquemarestebosquedemierdahastadejarlohechocenizas.
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Sostieneelencendedorplateadofrenteaél,yLinexclama:—¡¿Quémierdahaces?!—PeroJasperloacciona,yelencendedorcobravidaen
susmanos.Siento que los árboles se acercan; el suelo tiembla, las raíces empujan hacia
arriba.—¿Quépasa?—preguntaSuzy,mirándome.Unzarcilloderaícesconpinchosha
empezadoaenroscarseensustobillos,asubirporlaspiernas.Nuncahevistoalbosqueasí:violentoyenfadado.Despierto.Suzy aún no se ha dado cuenta de la raíz que sale del suelo. Tiene los ojos
clavados enmí, rogándomequehaga algo.Yun segundodespués, Jasper arroja elencendedorsobreunmontículodehojasyagujasdepinoqueestáncercadelabasedeunárbol.
—¡No!—chillo, acercándome a Jasper, como si pudiera detenerlo. Pero ya estarde.
—Idiota—gritaLin—.¡Vasaquemarnosvivos!No creo que la llama vaya a prender, a encenderse del todo. El bosque está
demasiadohúmedo,muyfrío…peroelfuegoseextienderápidamenteporlasagujasdelospinosyllegaaunarbustodegayuba.Elrepentinoestallidodeluziluminaelbosque por primera vez, y veo lo que antes no podía ver. El bosque Wicker hadescendido sobre nosotros, formando una jaula de ramas y raíces. Una red paracapturarnos.
Asíescómomata.Atrapaysofoca.Asfixiaalosseresvivosquesehaninfiltradodondenodeben.EsporestoqueningúnciervopasaporelbosqueWicker,niconejos,niratonesniaves.Tienenmiedodeestapartedelbosque.Sabenquéseescondeensuinterior:lamuerte.
El bosque tiembla con la explosión de luz del fuego. Los árboles aúllan: unsonidoquenuncaheoídoenmivida.
Ahora las llamas semueven con rapidez, suben por un árbolmuerto formandounaespiralhaciaelcielo.Lasraícesquesehabíanenroscadoenel tobillodeSuzybajanysedeslizanhaciaelsuelo,retroceden.
—¿Nora?—preguntaella,cualniñaaterrada.—Hayquecorrer—digo.Elfuegosaltadeunárbolalotro,rugiendo,creandosu
propioviento;laschispasalcanzanlasramasyseesparcenporelsuelo.Lafurialasenciende;lamaliciaylaira,másinflamablesquecualquiercombustible.
—¿Paraquélado?—preguntaSuzy.Nolosé.Nolosé.Rhettaprietalasmanoscontraelgorro,Jaspertienelosojoscomoplatos,yLinse
quedamirándome,esperandoaquelesdigaquéhacer.Empiezaacaercenizadearriba,losrestosquemadosdelasagujasdelospinos,
algunas aún encendidas y humeantes.Y después, entre las partículas que llenan elaire,veoeldestellosutildeunasalas.
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Unasalasblancasquebaten.Unasalasblancasquenomedejanenpaz.Unas alas blancas que zigzaguean por el aire extraño, entre las chispas, los
árbolesardientesyelcielonocturnoqueseabreencimadenosotros.Mimariposa.Unamariposadehueso.Revoloteaunosmetrospordelantedemí,despuésseagitayavanzahaciaellecho
delarroyoseco.Lamuertequierequelasiga.Asíqueesohago.¿Quéalternativamequeda…nosqueda?MedispongoaavanzarporelarroyoySuzymesigue.Lamariposasemuevecon
prisa, escapando del humo y las llamas, que son cada vez más grandes. Las alasblancasydeshilachadassebaten,nerviosas.Quieresalirdeestebosquealigualquenosotros.Quiereescapar.
Salgocorriendo,ysientoqueloschicosmesiguenamisespaldas.Ahoracorrentodos.NadiesepreocupaporbuscaraOliverniporjuntarcosasperdidas.Tenemosquesalir,ya.
El aire se vuelve caliente y ceniciento, sofocado por el humo, yme lloran losojos,meardenconcadapestañeo.Intentoverelterrenoquetengodelante,perometropiezo con las rocas, los montículos de nieve y las raíces que se entretejen porencimadela tierra.Pestañeoycorro.Corro.Habíasentidofríohacetansolounosminutos,peroahoramebrotangotasdesudordelafrente,sedeslizanporlaespaldaysememetenenlosojos,complicandotodo.
Pierdodevistaalamariposa,quedesapareceenmitaddelhumoquenoparadecrecer,delaabundantemaleza,perodespuéslavuelvoaver.Ellechodelarroyosecose desvanece. No sé si estamos yendo por el camino correcto: si estamosadentrándonosmásenlasmontañasovolviendoallago.Elsuelobaja,peroavecessubimos,vamosmásarriba,nosmetemosmásenelbosque.
Elfuegoseexpande,rugiendo,estallandoygimiendo,comounabestiaquenospersigue,alentadoporsupropiociclóndeviento.Elcalores insoportable,elhumonossofoca.
—Ya tendríamos que haber salido—exclamaRhett amis espaldas. Pero no lehagocaso.
Cadarespiraciónmeraspalagargantacomosifuerapapelde lija.Elhumonosllenalospulmones.Ardeelbosqueentero,yestamosperdidosdentrodeél.
—Entoncesnonossigas—espetaSuzy.Yaselehaagotadolapaciencia.LinnossigueelpasoaSuzyyamí,peroRhettyJaspersonmáslentos,dudande
cadagiroquedamos.Medetengoenunsitiodondeelbosqueestádivididoendos:pinosaunlado,un
bosquecillodecicutasalotro.Yotravezheperdidodevistaalamariposa.—¿A dóndemierda nos estás llevando?—grita Jasper cuando nos alcanza. Se
acercaamí,comosifueraasujetarmedelbrazo,peroyomealejo.
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—Déjalaenpaz—leordenaSuzy—.Ellaesnuestraúnicaoportunidaddesalirdeaquí.
—Amenos que quiera que nosotrosmuramos aquí—diceRhett. Sus ojos hanadoptadolasombradeladesesperación;estádispuestoahacerloquesea.Vaalucharcontaldesobrevivir—.Despuésdetodo,esunabruja—señala—.Quizásellatengaalgoqueverconesto.
—Jasperhaprovocadoel incendio—diceSuzy,mirándoloa losojos—.NohasidoNora.
Lasllamasavanzanatodavelocidadporlosárbolesqueestándetrás,losciclonesde viento caliente y ceniciento se acercan como rayos, pisándonos los talones.Nopodemosquedarnosquietos.
—Tal vez ha lanzado un hechizo para enfadar al bosque—dice Jasper, con labocahechaunalínearecta—.Talveznoquierequesalgamos,yestodounengaño.
—Quizástengasrazón—sueltoyo,mirándolo,conlairaquecorrecomocintasnegrasporcadaunademisvenas—.Quizásmeaseguredequenuncasalgáisdeestebosque.—Esmentira,peronomeimporta.Quieroquecreaquepuedoinvocaralamuertecontansolounmovimientodemidedoíndice.
Jasper avanza haciamí, pero Suzy se interpone entre nosotros, empujando suspequeñasmanoscontraelgranpechodeél.
—Niseteocurratocarla—advierte.Jasperniegaconlacabeza,peronomequitalosojosdeencima.—Votoporque lasacrifiquemoscomoofrendaalbosque,que ladejemosarder
aquídentrocomobuenabrujaquees.—Cállate, Jasper —interviene Lin, con la cara sonrojada, mientras las llamas
subenalospinosqueestánaunospocosmetrosdedistancia.—Soisdosimbéciles—diceSuzy,mientrassusojossaltandeJasperaRhett.Melimpiolafrente,quitandolacapaarenosadecenizaquesemehapegadoala
piel. Quizás me haya equivocado al seguir a la mariposa. Quizás solamente meconduzca a la muerte.Al fuego. Pero mis ojos observan una hilera de cicutas,separadaporunafiladepinos.Elsueloseempinahaciaabajoenelpuntodondesejuntanlosárboles:unaquebrada.Unaformaconocidaenelsuelo.
Salgo disparada yme alejo del grupo, antes de que Jasper pueda sujetarme, ycorrojuntoalahileradepinos.Doyunaszancadasmásymedoycuentadequeeselcaminocorrecto.
Másadelantehayunaaberturaentrelosárboles.Voyatodavelocidadhaciaellímitedelbosque,conelcorazóngalopandoylos
ojosllorososporelhumo.Aminorolamarchacuandollegoalafrontera,yhagounapausa paramirar hacia atrás. Suzyme alcanza primero. Pestañea, enmudecida, sinaliento,ycreoqueestáapuntodedeciralgo,peronoencuentralaspalabras,asíqueatraviesaelumbralysalealespacioabierto.HaescapadodelbosqueWicker.
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Luego vieneLin, que pasa trotando junto amí; sus ojos se encuentran con losmíosunsegundoyluegoseagachaparapasarporlahileradeárboles.
NoveoaRhettniaJasper,soloveounmurodehumoyllamasquesealzanhaciaelcielo,espiralesdefuegoqueardenenlascopasdelosárboles,intentandoquemarlasestrellas.AunquequizásRhettyJaspermerezcanmoriraquí,encontrarsufinal.Uncastigoportodoloquehanhecho.
Perodespuéssalenalavista,atravesandoelhumo.Rhettvaatrompicones,tosiendo,yJasperestáigualdemal.Yentoncesalgosucede.VeoqueJaspersetropieza.Setambaleaporunmomento,comosilucharacontra
algo, y cae hacia delante, dándose un golpe de ladomientras un grito ahogado desorpresaescapadesuslabios.
Mealejodellímitedelosárboles,sinsaberbienquéacabadepasar,perodespuésloveo:nosehatropezado.Lohanhechocaer.
Algosehaenroscadoensupie;elsuelosemuevedebajodeél.—¿Quécojones?—preguntaRhett,queahoraestádepiejuntoamí.PeroJasper
está extrañamente callado, lanzando manotazos sobre el suelo chamuscado…horrorizado.
Tieneunaraízenroscadaeneltobillo,yestáarrastrándolodevueltaalbosque.Vacilo: el límite del bosque estámuy cerca, a tan solo unos centímetros.Y no
deberíaimportarme,deberíahuirconlosdemásydejaraJasperatrás.Peronopuedo.Nopuedoverelterrorensusojoseirme.
NopuedodejarqueJaspermueraaquí,así.Avanzo condificultadymepongode rodillas, le sujeto los brazos.La raíz del
árbolsehaenroscadoconfuerzaalrededordesu tobillo izquierdoy tiradeél,estámetiéndoloenelsuelo.Susmanosseaferranalatierradelbosque,alasramasyelmusgo,nadaquepuedaayudarlo.Tienelosojoscomoplatos.
—¡Rhett!—exclamoporencimadelhombro—.¡Venaayudarme!PeroRhettnosemueve.Estádepieenellímitedelbosque,inexpresivo.—Nopuedotirardeélyosola.—Aunasí,Rhettseniegaareaccionar.Clavolospiesenlatierraparasostenerme,ytirodelosbrazosdeJasper.Perolas
raíces son demasiado fuertes, sus piernas van hundiéndose en el suelo blando yceniciento.
—Mierda—empiezaadecir,unayotravez,incrédulo.Aunconsiderando todo loquehahecho,noquieroverlomorir aquí afuera.No
así.—¡Tienesqueayudarme!—VuelvoagritaraRhett,peronohacecaso.Yaseapor
miedooestupidez,nosemuevedesusitiojuntoallímitedelosárboles,muycercadelalibertad.Sequedamirandomientrassuamigoesempujadobajodelatierra.
»¡Debes vaciar tus bolsillos!—le grito a Jasper—. Lo que te has llevado delbosque,tienesquedevolverlo.
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Sus ojos se fijan en los míos, y después me suelta una mano y se la lleva albolsillodesuabrigo.Contorpeza,sacaloquehaydentro,desparramandolosobjetosporelsuelo:botonesdeplata,unbrocheparaelpeloquepareceserdeperlablancaylahebilladecinturón,alaquelefaltaellustreyestácubiertadetierra.
Yentoncesloveo.Unasolacosaentrelasdemás.Unmetalquebrilla.Unanillodeoro,conunapiedraenelcentro.Nopuedeser.Quieroaferrarlo,peronopuedosoltaraJasper.Miroconatención,doblándome
haciadelante,yahoraloséconseguridad:lapiedradelunatieneunbrillotenue,deunblancolechoso,inclusoenlaoscuridad.
Elanillodemiabuela.Elquesecayóallagocuandomecaíenelhielo.«Unaofrendaalbosque»,como
habíadichoelseñorPerkins.Jasperlohaencontradoenelsuelodelbosque,entrelatierra,lapodredumbrey
losmontículosdenieve,dentrodelbosqueWicker.Devuelto.Cosasperdidasqueseencuentran.Melatelacabeza;apartolamiradadelanilloyvuelvoconJasper.Peroya es tarde: estáhundidohasta la cintura, retorciéndose, sacudiéndose.La
narizdelrenodesusuéterridículoyaestábajotierra,lanievevallenandoloshuecosasualrededor.Elbosqueseloestátragandoentero.
Nomealcanzalafuerza,ylomiroalosojos,bienabiertos,llenosdepavor.Elbosquenoquierequenosvayamos.
Se desparramamás tierra a su alrededor, y le cuesta respirar: ya está hundidohastaelpecho.Memiraunaúltimavez,comosiaúnnosupieraquéestásucediendo,como si siguiera un poco aturdido y pensara que tal vez esto no es real. Solo unsueño,unapesadillamuy,muyespantosa.
Jaspernohabla,nogrita,yyolosujetodelosbrazoshastaquesonloúnicoquesale de la tierra. Pero después también terminan hundiéndose en el suelo oscuro ycruel.
Sehaido.Sehaido.Sehaido.Medesmoronosobre la tierra, fijando lavistaenelespaciodondehabíaestado
Jasper,conlospulmonesagitados.«Quécojones»,quierogritar,peronosaleningúnsonido.Solamentelaausenciadeaire.
Encimademí,losárbolesseincendian,lluevenchispas.Vuelvoaponermedepieconesfuerzo,temiendoserlasiguiente,quemepaselomismoqueaJasper.Perolasraíces no me buscan. Jasper fue el que provocó el incendio. Jasper robó cosasperdidasapesardequeledijequeno,ylohizocuandoelbosqueestabadespierto.
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Fue el único que se metió cosas en el bolsillo para llevarse a su casa, paraquedárselas.
Losárbolesnuncahabríandejadoquesefuera.Melimpiolacara,mequitolatierrayelhollín,ymefrotolasmanoscontralas
rodillas.Quierodeshacermedelatierra,detodorecuerdodeloqueacabadesuceder,deloqueacabodever.Jasperestámuerto.Jaspersehaido.
Enelsuelo,asolounoscentímetros,estáelanillodemiabuela.Elcorazónsemebalanceaenelpecho.Algovamal.¿Porquéelanillo estáaquí,dentrodelbosque? Pero no me agacho para tocarlo, no lo levanto del suelo. No voy allevármelodelbosqueWicker,noahora,cuandoelbosqueestádespierto.Novoyadarlerazonesparaperseguirme.
Losárbolesresuellanygraznan,lasllamassehacenmásgrandes,ymepongodepie,metambaleounossegundos,medoylavueltaycorrohaciaellímitedelbosqueWicker.
—Lo…—tartamudeaRhettcuandoloalcanzo—.Losiento.Nopodía…—Perono lodejo terminar.Ledoyunempujónenelpecho, tan fuerteque lo lanzohaciaatrás y él se choca contra el árbol que está a sus espaldas. No dice nadamás. Sequedaconlabocacerradaylosojosapuntandoalsuelo.
AtraviesoelumbralysalgodelbosqueWicker.ElríoNegrocorremásadelante,conelaguarevueltadebajodelacapadehielo.
SuzyyLinsequedanmirándome.Parecequehanoídoloquehapasado,parecequesabenqueJaspernovaasalirdeentre losárboles.Perodespuésmedoycuentadequenoestánmirándomeamí;estánmirandoelbosque,elsitiodedondesalimos.
Medoylavueltayloveo.Recortadocontraelcielonocturno,laschispasderojoardientesealzanencírculosvertiginosos,ylasllamasdestrozanelbosque.ElbosqueWickerestáenllamas.
Observamos, enmudecidos,mientras el fuego se expande y avanza hacia el ríoNegro.
Estápropagándose.NoestácontenidodentrodelbosqueWicker.Yvaatodavelocidadhaciaellago
Jackjaw.—¡Debemos irnos! —digo, sujetando a Suzy del brazo para que me preste
atención—.Nopodemosquedarnosaquí.Ellaasiente,yyoechounúltimovistazoalbosque,quizásporúltimavez.Semehaceunnudoenelestómago.Elsitioqueheconocidotodalavida,dondelasmujeresWalkersurgierondela
tierrahacetantotiempoqueyanadierecuerdaelaño,llegaráasufinestanoche.Elbosquemeha inspirado temor,perocon luna llena, también lohesentidocomomihogar.
Apartolosojos,incapazdeverloarder.TengoqueencontraraOliver.
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OLIVER
Elcielonocturnoeselectrizante.Lasmontañasalnorte,elbosqueWicker,enllamas.Estoydepieen laorilladel lago,viendocómoel fuegoarrasacon losárboles,
rugiendocomotruenos.Séqueesmiculpa.Nohepodidoenfrentarmeaella.Meheidodelahabitación
mientraselladormía.Meheescabullidocomouncobardeporquenopodíadecirlelaverdad y ahora siento que la oscuridad me lleva a las profundidades. El bosquesiemprepresente:lanzándomezarpazos,conuñasydientes,intentandometermeotravezenél.Ellaeramiúnicasalvación,ylahedejadosola.
Nomereceloquehehecho.Nomerecelasmentirasquehedicho.Pero¿quémáspodíahacer?
Mierda.Quizás sea el villano. Quizás sea todas las cosas horribles que no quería ser.
Quizástengaunafuriaenmiinteriorquenopudocontener,unaseddevenganzaqueyacedetrásdemispárpados.
Nosoyquiencreequesoy.Aprietolaspalmasdelasmanoscontralassienes.Mepasolosdedosporelpelo.Lahedejadosola.Lehehechodaño.Peronotantocomocuandoseenteredela
verdad.Pensabadejarlaynoverlamás.Peroahoraestoydepieenlaorilla,viendocómo
elfuegodestrozalospinoscubiertosdenieve,ynoconsigomoverlaspiernas.Micorazónahoralateenuncompásroto,casinada.Deboencontrarla.Novoyadejarquemueraaquí.Sola.
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NORA
Corremos, tomando atajos por la nieve,mientras el fuego nos persigue por el ríoNegro.Elfuegoesunmonstruoanuestrasespaldas.
No miro hacia atrás, no hace falta. Puedo sentir lo cerca que está. Siento laschispasquemequemanlapiel,elpelo,laspestañas.
Llegamosalaorilla,dondeellagocongeladoyareflejaelbrilloestremecedordelfuego.Elcielohaadoptadoelcolordelasangre,delhumo,deltiempoqueseacaba.
Loscuatrointercambiamosunamiradarápida,peroningunohabla.InclusoRhettpareceestarmudocomounatumba.
Jasper está muerto: una muerte que ninguno de nosotros podráexplicar.
—Elfuegoavanzamuyrápido—diceLin.Sequitalacapuchadelabrigoyporprimera vez le veo la cabeza completa, con el pelo rapado. Al fin hace el calorsuficiente para que no use la capucha. Delante de nosotros, los árboles ya estánempezandoaarderentodoslosladosdellago.Nohaytiempo.LinmemiraamíydespuésaSuzy,conlarespiraciónentrecortada,ydice—:Suerte.
Asientoconlacabeza,entendiendoloquequieredecir:«Ahoraestamoscadaunoporsucuenta.Hemosllegadoallago,yahoracadaunovaadondequiere.Asíquecorred».
Rhettsaleprimero,girandoaloesteendirecciónalcampamento.Pocodespués,Lin lo sigue, y las dos siluetas huyen disparadas rodeando el lago, mientras losárbolesseincendianatansolounosmetrosdedistancia,cadavezmáscerca.
Suzy no parece estar segura, no sabe a dónde ir, a quién seguir. No sabe quédestinovaaescoger:conmigo,oconloschicosquevuelvenalcampamento.
—Vamos—digo, cuando se le empiezana llenar losojosde lágrimas, como sifueraahundirseenlanieveydarseporvencida.Lesujetolamano,yparecealiviada.
Juntas,corremoshaciamicasa.Elfuegoaúnnohaalcanzadolahileradecasasdeverano,peroseacercacadavez
más,devorandoelbosquequeestájuntoalaorilla.Essolocuestióndetiempo.Corremos entre los pinos, y antes de subir la escalera del porche, veo que la
puertaestáabiertadeparenpar,golpeandocontralapared.NohabíaquedadobientrabadacuandoJasperlacerró,porquelamanillaylasbisagrasestabanrotas.YahoraFinnsehaido.
Gritohacialosárboles,llamándolo,conelcorazónlatiéndomedemasiadorápidoylagargantaseca,peronoviene.Vaaestarbien,medigoamímisma,mientras
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losojosempiezanaarderconlaamenazadelaslágrimas.Élconoceelbosque.Vaaescapardelfuego,vaasalirdeestebosquemuchoantesquenosotras.
Echounvistazoamicasa.Mispensamientosnadanychocancomolasabejasquese emborrachan con su propio néctar, incapaz de concentrarme.¿Quéme llevo?¿Québusco?
—Vamos—meapresuraSuzyamisespaldas,tirándomedelamanga—.Nohaytiempo.
Al otro lado del lago, alcanzo a ver a los chicos que empiezan a salir de lascabañasycorrenpor laorilla,hacia lacarretera.Detrásdemicasa, las llamashanempezadoaavanzarporlaladeradelamontaña:elfuegollegómásrápidodeloquehabíapensado.
—Espera—digo,yatraviesolapuertaprincipalatodavelocidad.Subodedosendoslosescalones,metropiezoenloaltoperomepongodepie.Debajodelacamaencuentroellibrodehechizos,losacoylometobajoelbrazo,corroporlaescaleraysalgoporlapuerta.
Suzyechaunvistazoallibroperonopreguntanada.—Listo—digo,haciéndoleungestoconlacabeza,ycorremosentrelosárboles,a
lolargodelaorilla.—Allíviene—señalaSuzy.Medoylavueltaparaverelfuegobajarporlaladera,detrásdelahileradecasas
de verano, arrasando los árboles.Ruge comoun tren que trona sobre las vías.Lasllamasestántancalientesquelanieveempiezaaderretirseanuestroalrededor,goteadelosalerosdelostechosyformacharcosanuestrospies.
Elfuegonovaadetenersehastaquehayaconsumidotodo.Tendríaquehabermellevadomáscosas,pienso.Algunascosasdemimadre.
Fotografías.Susjoyas.Elsuéterverdeaguamarinaquetantolegustayquecolgabaensuarmario.
Peroyanohaytiempo.Lasestrellassedesvanecen,invisiblesentreelhumo,lacenizaylasbrasasquese
arremolinanalrededordenosotras.Corremosentre losárboles,devueltaa laorilla,hastaquellegamosalmuelle.
—¿Quéhaces?—gritaSuzycuandoyosalgodisparadaalatienda.—¡Sigue!—respondo—.Tengoqueavisaraalguien.Ellaniegaconlacabezaysedetieneenlanieve,negándoseairsesinmí.Yosubo
a toda prisa por la escalera del porche y llamo con fuerza a la puerta del señorPerkins. Lo oigo maldecir al otro lado, caminando tranquilamente hacia la puertaprincipal.Unsegundodespués,seabredeparenpar,yduranteunsegundo,elairesemequedaatrapadoenlospulmonesmientrasintentorespirar.
—Seincendiaelbosque—alcanzoadecir,señalandoel lago,dondelosárbolesardenportodosloslados.
ElseñorPerkinssalealporche,poniéndoseunamanosobrelosojos.
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—¿Quédiablos?—preguntaconincredulidad.—Tienequeirse…ya.—Yonomevoyaningúnlado—responde,bajandolamanoycaminandohacia
lapuerta.—Sevaaquemartodo—digo.Élasienteconlacabeza,loquehacequeselemarquenlasarrugasalrededordela
boca.—Ysitengosuerte,voyaquemarmeyotambién.—Porfavor—digo.Meraspanlospulmonescadavezqueinhalo,elhumoenla
gargantamesofocaconcadarespiración—.Debeirse.Élalzalamiradayobservaelagua,elsitiodondehavividotodasuvida,yapunta
unlargodedohuesudohaciaellímitedelbosque.—¿PorquénovasaavisaralqueestámetidoenlacasadelosHarrison?Enlahileradelascasasdeverano,dondeseescondeladelosHarrisonentrelos
árboles,alcanzoadistinguirunadelgadaespiraldehumoquesaledelachimenea.—Nodeberíahabernadieallí—digo.LacasadelosHarrisoncasinoseusa,es
unacabañapequeñadeunasolaplantaquesueleestarvacíacasitodoslosaños.—Hevistolucesenlasventanasporlanoche…velas,creo.Tragosalivaybajodelporche.PodríaserOliver.Élyanoestabaenmihabitacióncuandoloschicosentraron.Talvezfuealacasa
delosHarrison,quizáshayaestadoescondiéndose.Aunquenoséporqué.Sinembargo,debocerciorarme.MiroalseñorPerkins.—Siustednoseva,entoncesyotampoco.—Unaamenaza,unmododeobligarlo
avenirconnosotras.Élmemiraalosojos,meevalúa,aversihabloenserio.—Igualdetercaquetuabuela—dice,refunfuñando,ydespuésextiendelamano
asusespaldasycierralapuertadeungolpe.Nohaynadaquequierallevarse,nadaquesalvar.Peroalmenosvieneconnosotras.Vaahuirdeestasmontañas.
Lesujetoelbrazoyloayudoabajarlaescalera.—VayaconSuzy—ledigo.Suzymuevelospies,impaciente,listaparacorrer.—¿Adóndevas?—preguntaella.—Tengoqueiraregistraresacasa,despuéstealcanzo.Suzyalzaunacejacomosinomecreyera.—Loprometo—digo—.Adelántate.Ella abre y cierra los ojos, y el polvo de ceniza cae de sus pestañas.Hasta su
suavepelorojizoahoraestádecolorgriscarbón.—De acuerdo —dice, asintiendo con la cabeza, y junto con el señor Perkins
continúa alejándose del lago, por la nieve sucia y gris. Si mantienen el ritmo,conseguiránbajardelamontaña.Podránsalirantesdequelosalcanceelfuego.
Peroelcorazónnomedejairmehastasaberqueélestáasalvo.
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Laadrenalinarugeenmiinterior.El fuego ya ha empezado a destruir varias de las demás casas que están más
alejadas, entre los árboles.Arden los techos, se rompen las ventanasy las cortinasondeanconelvientomientraslasllamassubenporlasparedes.
Elfuegoestáhechounatormenta.Haychispasenlugardenieve.Haycenizasenlugar de frío. El incendio ha bajado por la montaña, desde el norte, y no va adetenersehastaquelohayadevoradotodo.
Hastaquenoquedenada.
LanievequeestáfrentealacabañadelosHarrisonaúnesprofunda,ysemehundenlasbotashastalasrodillasconcadapasoquedoy.Tengolarespiraciónacelerada,ylospulmonesparecendagasquemeraspanlascostillas.Cuandollegoalporche,mesujetodelpasamanosparaayudarmeasubir,poniendounamanosobrelaotra,conellibrodehechizosbajoelbrazo.
Séquesemeacabaeltiempo;lasllamasyahanllegadoalosárbolesqueestándetrásde lacasa.Lasramassequiebran, lanievede lashojassederrite, lacortezasilbaamedidaquesedescascara.
Se ve una luz trémula por las ventanas de delante, un brillo tenue, casiimperceptiblecontantohumo.
Nomemolestoenllamara lapuerta.Nohaytiempo.Laabrodeuntirónymemetoenlasaladeestar.
Elsalónestáoscuro,atravesadoporlassombras.Contraunapared,hayunalargamesa de comedor en la que cabrán unas diez personas, y contra la otra, un hogarenormeardecontodassusfuerzas.
Enelsillón,hayalguiendormido,unchico,mediotapadoconunamanta.Oliver.Micorazóndejadelatir,ydoyunpasohaciaél,mientraslaesperanzamellena
peligrosamenteelpecho.—¿Hola?—pregunto.Noconsigodistinguirlelacara,queestáenpartecubierta
porunbrazo, perodespués él se corre a un ladoy el brazo cae.Elmovimiento lodespierta y él se endereza de golpe…veo unosmechones de pelo rubio claro queestánaplastadoshaciaunlado.
NoesOliver.NoesOliver.Esalguienmás,unchicoquenoreconozco,concaradelgadayojosazules.Meembargaladecepción.—¿Quiénmierdaeres?—pregunta.—¿Quiénmierdaerestú?—respondo.Élinclinalacabeza,confundido.Ysientoquesemetensaelrostro.Ningunode
los dos sabe qué hacer con el otro. Echo un vistazo rápido a la casa: la cocina
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pequeñacon lasaltaspilasdeplatos, latasdecomidasobre lamesademadera, lasalacenas abiertas. Ha robado todo lo que ha podido encontrar, que no habrá sidodemasiado,considerandoquelosHarrisonraravezsequedanensucasadeverano.Legumbres secas caducadas y tomates guisados que se olvidaron. Comida deemergencia.Hayunabotelladewhiskysobrelamesadecaféqueestájuntoalchico;solo le quedan unos tragos en el fondo. Ha estado aquí emborrachándose. Quizásescapódel campamento,quizáshaya estadoaquídesde la fiestaquehicieronen laotracasaysigueaturdido,sintenerniideadequédíaes.
Lomiroconelceñofruncido,yélmehacelomismo.—Tienes que salir de aquí —le digo con brusquedad, dándome la vuelta en
direcciónalapuerta.Nomeimportaquiénseaestechico,debeirseyyaestá.Peroélnosemuevedesusitioenelsofá.—¿Porqué?—Estábajandounincendioporlamontaña.—Señalolaventana,paraquelovea
consuspropiosojos.Élserascalacabeza,enmarañándoseaúnmáselpelosucio,yentrecierralosojos,
confundidoysonrojado.—Lodudo—responde,volviendoahundirseenelsillón—.Meestástomandoel
pelo. —Y después sus párpados se abren de golpe y levanta un dedo, como siseñalara algo importante—.Espera, ¿no eres esa chicade la luna? ¿Laquevive alfinal de la orilla?—No espera a que le responda, solo da por sentado que lo soy.¿Quién más podría ser una chica que está a este lado remoto del bosque?—.Mecontaron que maldices a los chicos y los encierras en tu sótano.—Se ríe para símismo,frotándoselacaraconlamano—.Ynovoyairaningúnladocontigo.
Sueltounsuspirobruscoeirritadoyvuelvoalapuerta.—Meimportaunamierdaloquehagas,perositequedasaquí,vasamorir.Élmeteellabioinferiorparadentroypareceestardolido,comounniñoalquele
handichoquenopuedejugarmásensucasadelárbol.—¡Espera!—exclamaantesdequeyosalga—.¿Sehadespejadolacarretera?—
pregunta—.¿Havenidolapolicía?—Susojossaltanalapuertaquesigueabiertaamisespaldas,pordondeentraelrarovientocortante,unamezcladeairedeinviernoycenizas.
—¿Qué?—Medoylavueltahaciaél.Melatelacabeza,tengoquesalirdeaquí,nohaytiempo.TengoqueencontraraOliver.
—Digo,¿havenidoalguienabuscarme?—Nolosé—respondo—.Debemosirnos.Él seponedepiedeprontoyvuelve amirar detrásdemí.Tienepuestosunos
pantalonesdechándalverdesyunsuétergrisquediceelmejorpescadordelmundo,yestoycasiseguradequenotrajoesaropasinoquelahabráencontradodentrodelacasa,metidaenelcajóndeunacómoda,conbolasdenaftalinaquerodabanensuinterior.Deprontoseentristece,unaoscuridadleembargaelrostro.
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—¿Hanencontradoelcuerpo?—preguntacontonograve,conlavozapenasmásfuertequeunlevechirrido.
—¿Quécuerpo?—pregunto,conmiedodesaberyadequéestáhablando.Me mira con los ojos entornados, como si me evaluara, como si intentara
descubrirlaverdaderarazónporlaquemehemetidosinavisoensuescondite.—¿Quién eres? —Vuelvo a preguntar, mientras algo empieza a recorrerme la
columna,vértebraporvértebra,huesofrágilporhuesofrágil.Élvacilaymuevelamandíbuladeunladoparaelotrocomounserrucho.—Max.Max,Max,Max.—¿Tú eresMax?—pregunto, y siento que el color abandonamismejillas. El
calorsevadelosdedosdelospies.—Sí.—Memira solo amí, con la piel pálida y demacrada.Necesita un baño.
Necesitaluzdelsol.Maxestávivo.Nomurió.Nomurióenabsoluto.
Cada inhalación me quema los pulmones, y me aclaro la garganta, pestañeando.Pestañeoparaquitarmeelhumo.PestañeoparaborraraestechicoquenopuedeserMax.
—Sesuponequeestásmuerto—digo.Élcierralabocadegolpe.Seleretuercelacara.—Ellosdijeron que estabas muerto—continúo—. Los demás chicos. Dijeron
quetehabíasahogado.Empiezan a entrar chispas por la puerta abierta, esparciéndose por el suelo de
madera; el fuego está muy cerca, justo en el exterior.No podemos quedarnosaquí.
—No estoymuerto—responde él, afirmando lo obvio, como si yo no pudieradarmecuenta.Perosutonoesraro,algonovabien.Hayalgomásjustodebajodelasuperficiedesuspalabras.
Empiezanatemblarmelasmanos.—Noloentiendo—digo.QuizásélnoeselMaxcorrecto,pienso.Esotro
Max.Meto lamano temblorosaenelbolsillodemiabrigo,buscando lasuperficielisadelreloj;losacoylosostengoenlapalmadelamano.Tocoeldorso,dondeelnombre de Max está grabado en el metal—. ¿Esto es tuyo? —pregunto,enseñándoselo.
Éldaunpasohaciadelante.
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—Creíaquehabíadesaparecido—dice,perono lo toma,no intentaquitármelo,comosiestuvieracontentodehaberloperdido.Unrecuerdoquenoquería.Unacosaquehaestadointentandoolvidar.
Cierrolamanoencimadeél.EselMaxcorrecto.Elquedeberíaestarmuerto.—¿Dóndeloencontraste?—pregunta.Vuelvo ameterlo en el bolsillo.Yame he acostumbrado a sentir su peso, a la
vibraciónsutildelasmanecillasquemarcanlossegundos,delamedicióndeltiempo.—LoteníaOliver.Lohatenidodesdeeldíadelatormenta.PerosiMaxestávivo…entoncesOlivernolomató.SiMaxestávivo,Olivernoesunasesino.Nodejóqueseahogaraenellago.Maxalzaunaceja.—¿OliverHuntsman?Yoasientoconlacabeza.—¿Dequémierdahablas?—Maxrodealamesadecafé,sacandoelmentón,con
loshombrosrígidos.Medoycuentadelaconfusiónquesurgedentrodeél,juntoconalgomás:ira.
»Hasvenidoahacermeadmitirloquepasó—dice,conlosojosbienabiertos,sinpestañear—.Quieresengañarme.
—¿Qué?—No entiendo qué sucede, de qué habla.Doyun paso hacia atrás endirecciónalapuertaabierta.Mealejodeél.
—¿Adóndecreesquevas?—pregunta,conlaspalabrasllenasderesentimiento.Unaoladechispasruedaporelsuelodemadera,empujadasporelviento.Maxseacercaamí,conlosojosrojosquesenieganapestañear,amirarparaotro
lado.—Noquieroengañarte—digo.Peroélextiendeunamanoymesujetalamuñeca.—¿Porquétienesmireloj?Dimelaverdad—insiste,apretándomelamuñecacon
másfuerza,deteniendoelflujodelasangrehaciamimano.—Yatelohedicho—respondo,tirandoparasoltarme—.LoteníaOliver.Susdedosseclavanmásenmipiel,yélmellevamáscerca.Sucaraquedaatan
solounoscentímetrosdelamía.—Mientes.Conellibrodehechizosdebajodelbrazo,melasarregloparaempujarlelacaray
elmentónconlaotramano,paraobligarloaalejarse.—Nomiento—espeto,soltandoelbrazoyyendoalapuerta.—¿Entoncessíhanencontradoelcadáver?—pregunta,con lavozvacía, finita,
tensa.Medetengoylomiro.—¿Qué?—Enel lago—dice,comosiesoaclararaalgo,alzandounacejarubia—.¿Han
recuperadoaOliver?
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—Olivernoestámuerto—respondo,sintiendounsaboramargoenelfondodelagarganta.
UnfuerteestallidoderisaescapadeloslabiosdeMax.Ycuandolabocavuelveaponerseseria,seacercaotravezamí,conlascejasinclinadasyapretandolosdientes.
—Yo lo vi hundirse bajo el hielo.—Su labio superior forma una expresión dedisgusto,seleabrenlasfosasnasales.
Yoniegoconlacabeza.—No digas estupideces—espeto, pero de todosmodos busco el borde de una
silla, losnudillossemeponenblancoscuandoseaferranal tapizadoazulmarinoarayas—.Olivernoseahogó.—Peroinclusocuandolodigo,lasalaempiezaagirar,elrelojquetengodentrodelbolsilloempiezaahaceruntictacterriblementefuertequesuenacontramicráneo.
Unchicoquedesapareció.Unchicoquemurió.¿Cuálescuál?Maxniegaconlacabezaydicealgo,perosuvozparecemuylejana;lahabitación
seponedelado,elcarruselsemuevedemasiadorápidoyquierobajarme.Necesitosalir de esta casa. Hundo los ojos en el suelo para evitar que sigan girando lasparedes,ymequedomirandounescarabajoqueestáechadodeespaldascercadeunadelaspatasdelsofá…muerto.Sientoquevoyrompiéndome,unasgrietaspequeñas,diminutas,vanformándoseenlasuperficiedemipiel.Ycuandolaprimerafisuraseabra,elrestoseharáañicos.
Maxnomurióesanoche.Maxnoseahogóenellago.—¿Qué mierda te pasa? —me dice ahora. Su cara se balancea y queda
desenfocada,esunborróndepelo,ojosrojosyunasonrisacruel,peroaúnestámuycerca, y yo suelto la silla. Me alejo de él, voy hacia la puerta abierta, sintiendotrocitos de cenizas que se pegan ami piel, como si nunca fuera a poder limpiarla,comosinuncafueraaescapardeestasllamas.
Perodespuésveoaalguienenelvanodelapuerta,cerrándomeelpaso.Extiendelasmanos haciamí.Yo levanto la vista y veo sus ojosmuyverdes; siento que laspupilassemevuelvendospuntosminúsculos.
Oliver.Oliverestádepieenelvanodelapuerta.Contengounsollozoextrañoyaterrado.Meinvadeunaoleadadealivio.—¿Quéhacesaquí?—pregunto,respirandocondificultadmientraslascenizasse
infiltranenmispulmones.—Heestadobuscándote—responde,conurgenciaenlavoz,pavor—.Hevistoel
fuego.Tienesqueirtedeaquí.—Élmetiendeunamano,peroyonolaacepto.—Creía que estabas aquí —explico—, en esta casa. Pero… —Pero, he
terminadoencontrandoaMax.MedoyvueltaendirecciónaMax,ylosojosde
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Oliver también se levantan y lo ven por primera vez. Le cambia la expresión delrostro,hiervenlairayelodiodetrásdesusojos,marcandounalíneaquevadesdelassieneshastaelmentón.Quieropreguntarlequépasa,quévecuandomiraaMaxyselecontraelamandíbula.
PerovuelvoaponerlosojosenMax.—Tehedichoqueestabavivo—digo,conlaspalabrastrémulas,comosienparte
nolascreyera.ElrostrodeMaxsesuavizaysusojossaltandemíalvanodelapuerta.—¿Qué?—farfulla.—Estabas equivocado —digo—. Tú no te quedaste mirando cómo Oliver se
ahogaba.Maxsearrastralamanoporelpelo,comosiseloarrancaradelcuerocabelludo.—¿Dequémierdahablas?—grita,echandounvistazoalvanodelapuertadonde
Oliverestáparado,mientraslairaestallaensuinterior—.Erestanraracomotodosdicenqueeres—añade,ahoraconunasonrisaamargada—.Dicenquetendríanquemandarteaunloquero,quehasvividodemasiadotiempoenestebosque,quenadiemantienelacorduraenestesitio.
Lomiroconfuria.—Noestoyloca—respondo,deseandopoderreplicaralgomejoryquenotuviera
lacabezatanllenadehumo—.Olivernoestámuerto—espeto,perocuandomegiroparaverlo, laexpresióndeOliverhacambiado.HadejadodemiraraMax…ahoramemiraamí,conlabocaseriaylosojosquemecontagianlatristezamásprofunda.Memiraconculpa,remordimiento,quizáspenatambién.
—Nora…—empiezaadecirOliver.PeroMaxlointerrumpe.—Ahí no hay nadie, bruja—diceMax, señalando la puerta—. Estás hablando
sola.Niegoconlacabeza;laconfusiónyelmiedoresuenanporcadaarticulación,yyo
mealejodeOliver,alzandounamano.Noséquéestápasando.—La brujita ha perdido la cabeza—semofaMax, que ahora se ríe.Dice algo
más,peronollegoaoírlo.Seríeyentranmáschispasporlapuertaabiertamientraselhumollenalacasa.Elfuegoestácerca.Peronomeimporta.
MaxnopuedeveraOliver.Estádepiejuntoamí,peroMaxnolove.Estabaequivocada.Equivocadísima.Doy otro paso para alejarme de Oliver, intentando tragar saliva, intentando
encontrarlaspalabrascorrectas,peronuncaseforman.CreíaquealoschicoslespreocupabaqueyoencontraraelcuerpodeMax.Pero
en realidad les preocupaba que lo encontrara aquí, vivo. Les preocupaba que lo
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terminaraentregando,quelescontaraalossupervisoresdóndeseescondía;unchicoqueahogóaotrochico.
Unchicoquedesapareció,unchicoquemurió…unachicaquenopudover laverdad.
—Te ahogaste—digo en voz alta,mirando aOliver, sin pensar en lo que oigaMax,ensicreequeheperdidolacordura.Lospensamientosahoragiranconrapidez,demasiadosmomentos,demasiadascosasquepaséporalto.Todoestetiempo.Nolovi.Nolosabía.
LamandíbuladeOliversetensa.—Nora—insiste.Peroyoniegoconlacabeza.Noquierooírminombreensuslabios.Noquiero
oírnada.—Nora—repite—.Nora,porfavor.Paso juntoaélysalgopor lapuertaantesdequeélpuedadetenerme,antesde
quepuedatocarmelapielconlasuya.Elairezumbaamialrededor, laschispassearremolinanenlosárboles.Elfuegoestácerca.
Heesperadodemasiado.Oliver vuelve a decir mi nombre, pero yo ya estoy bajando los escalones con
dificultadymetiéndomeenlanieve,enelcaosdeceniza.Estoycorriendohaciaellago,alejándomedelasllamas,lejosdeMaxCaulfield,
quenoestabamuertoenabsoluto.LejosdeOliver,quequizássíloesté.
Sé que las mariposas nocturnas traen presagios que no deben ignorarse y que lasescobasnuncadebenguardarse en el segundopisode la casa.Séque las ventanasabiertas hacia el este pueden traer sueños feos, pero las ventanas que dan al oestepueden traer un amorpredestinadoybuena fortuna.Debes llevar unabellota en elbolsilloparaserjovenporsiempre,yplantarraícesdeendiviajuntoalaventanadelacocinaparaalejaralasmoscas.Lasalsearrojasobreelhombroizquierdo.Yhayquecomerpantostadoconmieldedientedeleónantesdeiralacamaparadormirmejor.
Sé estas cosas porquemi abuela también las sabía, al igual que la suya. EstascosassontanverdaderascomolaEstrelladelNorte,tanciertascomoelhechodequelaspicadurasdeabejasduelenyarden.
Pero¿ylascosasquenosé?Losacertijosquenopuedodescifrar.¿ElrarohechizoquehizoqueunchicoaparecieradentrodelbosqueWicker?Un
chicoquenodeberíahabervuelto.UnchicocomoOliverHuntsman.Losárbolescaenycuelgan.
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Lanievedelasramassederritemientraselbosqueinvernalardeenllamas,yelairesearremolinallenodechispas.Elfuegomerodeaporcompleto,quemandolasplantas,elbosqueytodoloverde,destrozandolahileradecasasdeverano.
Llego al lago, resollando, mientras las chispas me chamuscan las mangas delabrigo,elpelo.Unaalcanzaacaerenlapuntadelanarizylaapartodeunmanotazo.Todo arde, y he esperado demasiado para irme. La noche ha cobrado vida, haestallado,convertidaenuncarnavaldefuegos,hollín,chispasycalor.
Yentonceslaveo,rebotandoentreelhumo,zigzagueandoentrelasbrasascomounaagujaquecoselatela.
Lamariposadehueso.«Lamuerteesunacriaturaaladaquenotedejaráenpaz…nohastaqueconsiga
loquequiere»,diceunfragmentodellibrodehechizos,unoqueherecordadounayotravez.
Es preciosa, algo que observo por primera vez: una rara mariposa blancaprovenientedealgúnsitiorecónditodelbosque.
Pero no revolotea cerca demí, pasa pormi hombro y semete en los árboles,donde Oliver viene rápidamente hacia mí. Él se detiene en seco cuando me vemirándolo.
—Lamariposadehueso—digoenvozalta,entendiéndoloalfin.SeacercaaOliver,sobrevolando,mirándoloalosojos.—Lamariposateseguíaati—afirmo—.Noamí.Sus alas baten con suavidad, delgadas como telas que se rozan. Inflamables.Y
después sube hacia las copas de los árboles, se agita hacia el centro del lago,escapandodelasllamas,desapareciendodentrodelaescalofrianteluzdorada.Nuncame había seguido amí. Nuncame había advertido sobremimuerte. Lamariposahabíaestadoadvirtiéndomedequelamuerteestabaenmicasa,dequelamuertemehabía besado enmi habitación, de que lamuerte había dormido ami lado con susmanossobremiscostillas.Lamuertemehabíaabrigado.
Mehabíaequivocadoconlamariposa.Mehabíaequivocadoconél.Oliver se acerca amí,y talvezdebería retroceder, salir corriendopor laorilla,
perolodejopararsejuntoamí,consuhombrotocandoapenaselmío.Meembargaotrodéjàvu.Olivertieneelmismoaspectoquelamañanasiguiente
alaqueloencontrédentrodelbosqueWicker.Pareceunchicoqueestáapuntodeemprenderunviaje…oquizásesunchicoqueacabadevolverdeuno:cansadoydesgastado, con los pies doloridos y los hombros resentidos, pero con historiasincreíbles que contar sobre los sitios a los que ha ido y los vastos océanos que havisto,devillanosdelosqueconsiguióescaparporpoco.Unchicoquesefueyluegovolvió.Queregresó.
Solo que ahora quizás estemos al final del relato. La ceniza cae a nuestroalrededor.Lalunamanchadaderojosalvajeporlasllamas:unalunadesangre.
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Aprietoel librodehechizoscontraelpechoycierro losojos, apretándoloscontantafuerzaquequizáspuedaborrarelcielo,elfuegoytodoloqueesimposiblequeseareal.Perocuandolosabro,Oliversigueallí,paradojuntoamíbajolalunacolorcarmesí.
—¿Teahogaste?—pregunto.Laspalabrassalensílabaasílaba,conunsaborraroen la boca, a papel de lija y cera, a cuentos de hadas,a algo quenopuede serverdad.
Looigorespirar,lainhalaciónylaexhalacióndelospulmonesquesecontraen.Suspulmonesrespiran: larespiracióndeunchicoquepareceestarvivo.Pero¿quéséyodelospulmonesdeloschicosmuertos?¿Quéséyodetodoeso?Supielhueleapinosyhelechos,elaromadealguienqueesmásnaturalezaquechico.
—Sí—responde,asintiendoconlacabeza.Mis ojos quieren llenarse de lágrimas, pero el ambiente está muy seco y me
despojadetodalahumedaddelapiel.—Noloentiendo—digo.Noentiendonada.Todo.—Yotampoco.—Semueveapenasunpoco;cadamovimiento,similaralbatirde
unasalas…uncentímetromuylejos,uncentímetromuycerca.Nuncalobastantecerca—.Despuésdequemeencontrarasenelbosque—comentaenvozbaja,comosifueraunaconfesión—,medijistequeeraimposiblequehubierasobrevividotantotiempo,dossemanasenterasenelbosque.Teníasrazón.
Porqueyaestabamuerto.Nosésiquierotocarloogritar,golpearmispuñoscontrasupechoyarañarlela
piel hasta que sangre.Voy a hacerlo real. Voy a hacerlo sangrar y sentirdolor,yasívolveráaserunchicoreal.Lairaesunbultollenodepinchosenmigarganta.
Uncuchilloenlaespalda.Sus ojos se deslizan hacia los míos, con los párpados gruesos y conocidos,
mientraselmundoardeanuestroalrededor:fuego,calorymentiras.—No lo sabía—medice, como si fuera algo quenecesita decir y quitarse de
encima—. Al principio no. Pero nadie podía verme, era como si no estuviera.Exceptotú.
Lasllamasdevoranárbolesenterosenlaorillamásalejada,elevándosehaciaelcielo,yhayunincendioenmisentrañasqueestáquemándomeviva.
—¿Porquénomelodijiste?—¿Mehabríascreído?—pregunta—.¿Mecreesahora?—No.—Cómovoyacreerte.Élbajalosojosyabrelaboca;sugargantacombateconlaspalabras.—Noqueríaquemetuvierasmiedo.Elrugidodelfuegoanuestrasespaldasmeinvadelosoídos,unabestiaqueviene
aatraparnos,unacriaturasueltaporelbosque.QuemalacasadeveranodondeMax
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haestadoescondiéndose,losárbolesquelarodeanyaardenconelrojobrillantedelasllamasquelosconsumen.QuizásMaxsigadentro.Otalvezhayahuidoatiempo.Seacomosea,nomeimporta.Oquizásquieraquesequeme,porloquehizo.Éleselasesino,noOliver.
—Notengomiedo—digo,admito,aunqueséquedebería.Deberíatenermiedodeloqueeres,deloqueno:unservivo.
PeroRhett y los demás sí teníanmiedo: oían cosas en su cabaña, algo que losaterraba. No eraMax. Siempre fue Oliver, que semovía entre ellos, invisible. NisiquieraSuzylovio,niunavez.Nienlacasa,nienlafogata.Creíaqueellamentía,unacrueldadquenoentendía.Ahoraséquedecíalaverdad.
SuzynuncavioaOliver.Yoeralaúnica.Él contempla el lago, ymi corazón se parte por lamitad. Se corta en dos.El
antesyeldespués.—Noséporquétúpuedesverme—dice—,yellosno.Aprieto el libro de hechizos conmás fuerza y siento el aire que abandonamis
pulmones.—Porque yo no soy como ellos —explico—. No me parezco a nadie. —Las
Walkersiemprehanpodidoverlassombras:vemosloquelosdemásnopuedenver.Másquenada en el cementerio, dondevemos a los que semueven entre estavidaylasiguiente,alosquenoestándeltodosegurosdequehanmuerto.Lanocheenquefalleciómiabuela,ellamedespertóysesentóenelbordedemicama.Conlasmanostemblorosas,sequitóelanillodepiedradelunaquehabíallevadocasitodalavidaylodeslizóenmidedo.«Esteesmiregaloparati»,anunció,antesdevolverasumirseenlassombras.Horasdespués,mimadremedijoquelaabuelahabíamuertodurantelanoche,muchoantesdequemedieraelanillo.Yohabíavistoalfantasmapasar por la casa antes de salir.Mimadre también la vio, con el largo pelo negrotrenzadoquelecaíaporlaespaldamientrasabríalapuertaprincipal.Peronoeramásqueunfantasmaquecaminabaentrenosotras,pasandodeunmundoalotro.
UntalentoqueposeemostodaslasWalker:veraaquellosquesehanido.YlanocheenqueloencontrédentrodelbosqueWicker,viaOliverclaramente.
Nuestrosojosseencontraronencuantodespertó.Noteníanadaoscuronifantasmal,o espectral. Quizás yo lo hice más real al encontrarlo, al tocarlo.Mi objetoencontrado. Si no hubiera habido nada que lo atara a este bosque, a este lago, aestas montañas, quizás se habría marchado en silencio comomi abuela, como lasdemássombrasquehevisto,queestánaquíydespuésdesaparecen.
Peroencambio,sequedó.Unavezmás,sientolanecesidaddeapoyarlasmanossobresussienes,paraversi
estáhechodecarneyhueso.Deraícesyrodillas.Parasaberconcertezaqueesreal.Peromedamuchomiedo,asíquecontengolanecesidad.Laempujoalfondode
mimente.
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—¿Los demás también estuvieron allí?—pregunto, mientras mis pulmones seesfuerzanporencontraraireentrelaceniza—.¿Estuvieronallícuandoteahogaste?
Vuelve a asentir con la cabeza, su piel palidece… el recuerdo de esa nochedestellaensusojos,lecortalapiel,leabreheridasdelasquemanarásangredechicomuerto.
Lomiroalacara,necesitover,necesitohacerlapreguntaparalaquehequeridounarespuestaverdaderadesdeeldíaenqueloencontrédentrodelbosque.
—¿Recuerdasloquepasóesanoche?Unabocanadadeaireheladoabandonasuspulmones.—Lorecuerdotodo.
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OLIVER
Noquieroiralcementerio.Perolosdemásinsisten.—Es tu iniciación —dice Rhett con frialdad—. Todos los que llegan al
campamentodeberseriniciados.Eslatradición.HeestadotansolounasemanaenelCampamentoJackjawparaChicosRebeldes,
yhastaahoranosehanmetidoconmigo,apenasmehansaludado.Yasíloprefiero:serunasombra, seralguienqueellosno recuerden,cuyonombredesaparezcacadavezqueintentenmencionarlo.Perodurantetodoeldía,eneldesayunoydespuésdela comida, cuando empezaron a caer cortinas de nieve del cielo, he tenido lasensacióndeque se avecina algo.Mis compañerosde cabañameobservan conuninterésrenovado,susurrancosasparaqueyonoalcanceaoírlas.Planeanalgo.
Y ahora que se ha puesto el sol, que el resto del campamento duerme y lossupervisoresyanorevisanlascabañas,loschicosseparanjuntoamíymesacudenparaquemebajedelacama.
Maxtambiénestáconellos,derechoyrígidoalladodelapuerta,esperando.—Notienesalternativa—agregaJasper,consuridículosuéterdereno.Eldíaque
llegué al campamento, los ojos rojos del reno pestañeaban, hasta que una nochedurante la cena, empezaron a pestañear más despacio, con una sacudida y untembleque, y finalmente se detuvieron por completo; nunca más han vuelto apestañear.
Melevantodelacamaymepongounabrigo.¿Quéotracosapuedohacer?Noquieroganarmeenemigostanpronto,enunsitiodondequizáspaseunbuentiempo,meses,inclusounaño.
Salimosde lacabañaycaminamosen filapor laorilla.Loschicos ríencuandoalguno se tropieza con una rama, y chistan de inmediato para pedir silencio.Llegamosalcementerio,Jaspersacaunabotelladewhiskydesuabrigoylapasaporlosmiembrosdelgrupo.Ellíquidooscuromequemalagarganta.
Imaginoquemeforzaránatragarmuchascervezasoquemevendaránlosojos,meharángirarymeobligaránavolversoloalcampamento.Peronopasaningunadeesascosas.Mellevanaloprofundodelcementerio,aunahileradelápidas.Algunassonviejasyotrasparecenhabersidopuestasenelsuelohaceunospocosaños.Perotodastienenelmismoapellido:Walker.
—LasWalkersonbrujas—explicaJasper,comosiestuvieradictandounaclasedehistoria,rozandoconlamanolapartedearribadeunalápida.
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—Han vivido aquí más que nadie—interviene Rhett—. Antes de que hubieraárbolesolago.Cuandoeraundesierto.
—Esonoesverdad—diceMaxconelceñofruncido—.Estesitionuncafueundesierto.
—Bueno—sequejaRhett—.Noimporta.—Debescontarlobien,sino,nopareceverdad—señalaMax.Rhettponelosojosenblancoyapartalamirada.—Sonbrujas—continúaJasper—.Esoestodoloquenecesitassaber.Maxseacercaamí,conunosojosazulesquenopestañean.—Yhayunaqueaúnvivealotroladodellago.—Creíaquenovivíanadieenesascasas—digo,cruzadodebrazos,singanasde
estar aquí—. Creía que estaban todas protegidas con maderas hasta que pasara elinvierno.
—LasWalkersequedanduranteelinvierno—respondeMax—.Sonlasúnicas.Tragosalivabruscamente, segurodequequienvivealotro ladodel lagonoes
brujaenrealidad,peronoabrolaboca.Siellosquierencreerqueviveunabrujaenunadeesascasas,meimportaunrábano.Yosoloquieroterminarconesto.
—Tienesquedecirsunombretresveces—ahoraindicaJasper,apoyandoelcodolargoydesgarbadosobreelbordedeunalápida.
—¿Elnombredequién?—pregunto.Jasper señalaconeldedo la lápidaqueestádebajodeél.Grabadoen lapiedra
estáelnombrewillawalker.—Si dices su nombre tres veces, se levantará de su tumba —dice Rhett,
sacudiendo una ceja para darle más efecto, como si así las palabras sonaran másespeluznantes,ociertas.
—CuentalaleyendaqueWillaWalkerlloróenellagoJackjawylodejósinfondo—añade Jasper, comosi lo recitaradeun libro.Talvez sea lomismoque lecontóotrochicocuandollegóalcampamento.
Hagounsonidosinintención,unsonidodecinismo,yMaxsemeacerca,conloshombrosrígidos.
—¿Nonoscrees?Tenso la mandíbula: ya sé de qué van estas cosas, cómo funcionan las
iniciaciones.Quierenquemequedecalladoyobedezcaatodoloquedigan.Cuantomás rápido lo acate todo,más rápido volveré a estar durmiendo enmi cama.Y sihagoloquemepiden,nomemolestarándespuésdeestanoche.Seréunodeellos.Después,cuandollegueelsiguientechiconuevo,querránqueyoloobligueahacerlamismaestupidez.
Max retrocede, y hasta Jasper se endereza y se aleja de la tumba sobre la quehabíaestadoapoyado.Medanespacioparainvocaraestaviejabrujamuerta.Exhaloporlanarizydigoelnombretresveces:
—WillaWalker,WillaWalker,WillaWalker.
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Sehaceelsilencioenelcementerio,yduranteunmomento,parecequeelvientohaya dejado de soplar, como si el tiempo se hubiera detenido. Echo un vistazo alcementerio,veolosantiguosárbolesmuertosylanievequecaeentrelas lápidas,yduranteunbrevísimoinstante,piensoquequizástenganrazón.WillaWalkervaalevantarse de su tumba. Pero después Jasper suelta una carcajada, seguido porRhett,ylasrisotadasresuenanporlaslápidas.
—Tendríasquevertelacara,tío—diceJasper,dándomeunafuertepalmadaenelhombro—.Parececomosideverdadcreyerasquevaasalirunamanodelatierra.
Rhettmepone labotelladewhiskydelante,comosi fueramipremioporhaberhecholoqueelloshandicho.Bebounsorboyladevuelvo.
Creoqueyahemosterminadoyqueahoravolveremosalcampamento.Lanievecae copiosamente, y los sigo por la salida del cementerio. Cuando llegamos a laorilla,giroalaizquierda.PeroJaspermellama.
—¿A dónde vas?—pregunta—. ¿Creías que eso era todo? ¿Que lo único queteníasquehacereradecirtresveceselnombredeunamujermuerta?
Rhettseríeasulado,peroMaxestámásserioquenunca.Loquesigueeslaverdaderarazónporlaquehemosvenido.Estoesloquehanestadoesperando.Caminohastalaorilladellago,dondeellosestánparados,mientraslanievesopla
de ladoentre losárboles.Seacercauna tormenta.Los supervisoresnosadvirtierondurantelacenaqueecháramosmásleñosalasestufasycerráramosbienlaspuertasparaquenolasabraelviento.
Peroahoraestamosdepieenmitaddelatormenta;lasmontañasdelnorteestánoscurecidasporunasnubesnegras.
—Debescaminarporellagocongelado—diceRhett,conligerezayentusiasmo,disfrutándolo.Elgranacontecimientodelanoche—.Hastaelcentro.
—Ydespuésdebesgirarcomounabailarina—explicaJasper,conunasonrisatangrandequeelhuecoentrelosdientesparecemásanchodelonormal.
Nolosmiro:mequedomirandolasuperficiecongeladadellago,elaguaoscuraqueaúnpuedeversedebajo.
—Tehatocadofácil—diceRhett—.Podríamosmandarteadormirfuera.Niegodespacioconlacabeza.—Elhielonovaaaguantar—señalo.Puedoverqueaúnestámuydelgado:no
estádeltodosólido.Hacetansolounmesaproximadamente,estoysegurodequeelaguasalpicabalaspiedrecitasdelaorilla.
—Notienesalternativa,novato—respondeRhett,ahoraconfrialdad,mientrassuboca forma una sonrisa de satisfacción. Le gusta esta parte de las iniciaciones,disfrutadelabrevesensacióndepoder.
—Novoyahacerlo—digo,negándomeaapartarlamiradadeRhett.Quieroquesepa que hablo en serio. Decir tres veces el nombre de una bruja quemurió hacemucho es una cosa.Pero esta es otramuydistinta.Prefierodormir a la intemperie
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toda la noche, hasta prefiero pelear contra todos ellos, antes que arriesgarme acaminarhastaallí.
—Podríaahogarse—opinaLin, elúnicoqueparece reconocer lopeligrosoquees,quealguienpodríamorir—.Nuncanadiehatenidoquecaminarsobreelhielo—sostiene—. Por lo general los hacemos nadar en el lago en verano, a ver siWillaWalkerselosllevabajoelagua.
—Novaaahogarse—intervieneJasper,mofándoseypasándoseunamanoporelpelodespeinado—.Elhieloaguantará.
—Ysiseahoga,esculpadeél—diceMax,conlosojoscomodosorbesnegros,comosihirvieraalgodebajodelasuperficie.Losdemásquizásnoesténsegurosdeltododesivanadejarmeentrarensugrupito.PeroMaxsabequemeodia.Lerobélacamaalllegar.Yonoquería,hubierapreferidopasardesapercibido,serelchicoqueperdióasuspadres,quellegóyaentradalatemporadaperoquesequedabacalladoyapenasocupabalugar.
PeroMaxmeodiapor esode todasmaneras.Meculpapor el hechodequeéltiene que dormir en una cabaña de una sola habitación que está cerca de lossupervisoresyelcomedor.
Yahora,depieenlaorilla,séquenovaadejarquemeescapedeestainiciación.Quierequesufra,quepagueporsudesalojo.
—Si sabe nadar, no va a ahogarse —añade Max. Lleva algo en la mano, unpequeñorelojdebolsilloplateado,ylohacegirarentrelosdedos,mientraslacadenasebalanceacomounpéndulo.Cadavezquelohevisto,ha tenidoelreloj,siemprejugueteando con él. Se lo dio su padre,me contaron los otros. Se lo regaló por sucumpleañosantesdeque loenviaranaquí,«paraque llevara lacuentade lashorasque ha estado atrapado en este sitio de mierda», bromeaban los demás. En ciertomodo,parecíaunregalocruel,unrecordatoriodequeenelmundoexterioreltiemposeguiríasinél,dequeestabaperdiendoeltiempo.Esonospasabaatodos,mientrasestuviéramosatrapadosenestasmontañas.
Jasperseríe,unacarcajadafuerteysonora,ybebeotrolargotragodelabotella.Yosigoparadoenlaorilla,sinintencionesdemoverme.Maxcruza el espacioquenos separa, y antesdepoderprepararme,meempuja
haciaellago.Retrocedovariospasos,ydoyungiro,conlasmanoshechaspuñosaloscostados.Maxyyoestamosatansolounoscentímetrosdedistancia,amboslistosparahaceralgo,paranorendirnos.Losnudillossangrientos,lasmandíbulasrotasylapielmagullada.
PerodespuésLindice:—Uy, vamos, camina sobre el hielo y terminemos con esto de una vez.—Mis
ojossaltanhaciaél,queniegaconlacabeza—.Haceunfríoparamorirseaquíafuera.¿En serio queréis pelearos e intentar explicar a los brutos por qué tenéis los ojosnegrosmañanaporlamañana?
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Sientoquemipuñoserelaja,peroMaxnodejademirarme,deseandoquehagaalgún movimiento en su dirección. He estado solamente una semana en elcampamento,yLintienerazón:nomeconvieneempezaralgoquequizásnotermine.VoyatenerqueestarmirandosiempreporencimadelhombrosiMaxmesigueentrelos árboles.No voy a poder dormir nunca.Y no tengo ni idea de qué castigo nospondránlosbrutos,uncastigoquequizásmesigaelrestodeltiempoquepaseaquí.
AsíquemealejodeMax,con losbrazos tensos,y lanievequeahora sopladeladoenformaderáfagas,ypongounpieenelhielo.
Crujeyseacomoda,peronocede.Avanzo hacia el centro, arrastrando los pies despacio con cada paso, hasta que
sientoqueelhielo sevahaciendomásdelgado:unacapadeaguase filtrapormisbotas.Medetengoyvuelvolavistaalaorilla.
—¡Sigue!—megritaJasper.Peronopuedo;séqueelhielovaaromperse.Niegoconlacabeza.—¡Esenoeselcentro!—exclamaJasper.Megiroyveoqueaúnmefaltanvariosmetros.Peronovoya llegarnunca.El
hieloestámuydelgado.Cuandomevuelvohaciaellos,Maxhaabandonadolaorilla.Está avanzando rápidamente hacia mí, lleno de ira, con el pecho hinchado y losbrazosapretados.
Mepreparoparaloqueseaqueestéapuntodepasar.Maxnohablacuandollegaadondeestoy,selimitaadarmeunfuerteempujónen
elpechoymeechahaciaatrás.—Tehemosdichoqueteníasqueirhastaelcentro—espeta,mientraslasangrele
subealacara.Elhielogimebajonuestrospies,peroMaxnovaadetenerse:quiere irhasta la
mitaddellago,dondeelhieloestámásdelgado.Quieredemostraralgo,queyotengomiedoperoélno.Meobligaaadentrarmeenellagoylosdemásríendesdelaorilla,gritancosasquenoconsigodistinguir.Oigolasvocesqueresuenanentrelosárboles,alentandoaMax.
Peroséqueestonovaaterminarbien,paraningunodelosdos.Estamoscercadelcentrocuandooigoelruido:elhieloqueseresquebraja.LosojosdeMaxsaltanalosmíosyselebajanloshombros.Loveoatemorizado
porprimeravez,ylacabezasevuelvedeprontohacialaorilla,paraestimarcómodelejosestamos.
Muylejos.—Tenemosquecorrer—digo,sinaliento.PeroMaxpareceestarclavadoensu
sitio. El hielo está muy delgado, y las grietas se entretejen por la superficie, sonpequeñas telarañas que se extienden debajo de las botas de Max. La superficierevientaysedobla,empiezaaceder.
Losojosbajanasuspies,abiertoscomoplatos,yuntemblorbajoyvibrantesealzadelhielo.
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Noséporquélohago.Tal vez solo sea un reflejo. O quizás sea el estallido de los recuerdos que se
enciendendentrodemí:delaúltimavezquemedespedídemispadres,delasonrisademimadremientrassalíanporlapuertaprincipal,ydespuéslaimagendesucoche,destruidoaunoskilómetrosdenuestracasa.Elrecuerdodeesedía,detenerlamuertetancercaquepodíasentirla.
Yaquíestáotravez,haciendogrietasenelhielo.Salgo corriendoy aparto aMaxdeun empujón, echándolo con fuerza sobre la
superficiedelhielo.Algosesaledesubolsillo:elrelojplateadoconlacadenalarga.Ambosloobservamosduranteunsegundo,atansolounoscentímetrosdedistancia,ydespuéselhieloserompedebajodemí.
Crac.Yelsuelosedeshace.Elfríoclavasusgarrasenmipielcomomilcortecitoshechosconlahojadeun
cuchillodentado.Traselimpactorepentino,micabezasesumergeylospulmonessequedan sin aire.El pavor sube vertiginosamente ami cerebro.Extiendo los brazoshacialasuperficie,mientrassecontraenlospulmones,yluchoparasacarlacabezadelagua,inhalandounarápidabocanadadeaire.Intentogritar,peronopuedo.Nomequedaaire.Nopuedohacernadamásquemantenermeporencimadelasuperficie.
Intentoaferrarmealbordedelhielo,perosemeresbalanlasmanos.Muyfrío.Mepesanmucholosbrazos.BuscoaMaxyloencuentroparadoamásdeunmetrode distancia, mirándome, como si observara a una criatura en un acuario. Haycuriosidad en los ojos, pero nada de pánico, horror ni miedo: solo se ve unadeterminacióntranquilaeinquietante.Noseponederodillasparaintentarayudarmeasalir,nogritaparaquelosdemásvenganaayudar,solosequedamirando,conlamandíbulaapretadaylosojoshechosdosagujerosnegros.
Doyzarpazosalhielo,ymimanosujetaalgo,algofríoyliso.Losostengoenlapalma,yentoncesMaxaparecederepente,extendiendounamanohaciamí.Peronomesujetadelbrazoparasacarme;mearrebataalgoquetengo,elrelojplateado,ysusdedosseaferranalacadenaytiradeella.Seterminapartiendo,yelrelojquedaenmimano.
Lomiroconsorpresayrespiroporúltimavez,sabiendoquenovolveréahacerlo.Elcielonocturnoytormentososedesdibujaamialrededor…voyperdiendolavistaamedidaqueelfríomedespojadelcalordelapiel,losojosylospulmones.
Pestañeoeintentollegaralhielounavezmás,perolosbrazosapenassemueven,yloúnicoquehaceMaxesmirar.Unamiradamuy,muyfría.
Cierrolosojosylaoscuridadtirademíhaciaabajo.Meengulleenunsegundo,ytodosemeentumece.El fondodel lagoes tan inalcanzablecomodijeron loschicosdelcampamento:
unaprofundidadinconmensurable.Mehundo,ynohaynadade luz.Nohaynocióndel tiempo,nidecuántaagua
puedeentrarenlospulmonesdeunapersona.
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Mehundo,hastaquevuelvoaabrirlosojos.Hastaquellegoalfondodellago,quenoeslagoenabsoluto.El frío aúnme invade, la piel aún siente el lago helado, pero tiemblo bajo las
densascopasdeunosárboles.Caenieveencimademí;entraaireenmispulmones.Estoyvivo.Dentrodeunbosqueinvernal.Yhayuna chica aquí, arrodillada en la nievey la oscuridad.Una chica que se
inclinasobremí,depelolargoynegro.Unachica,quebienpodríaserbruja.
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NORA
Undolorsuaveseformaenmipecho,ylaoscuridadmerecorrecomounrío.Maxfueelculpabledeloquepasóesanoche.ÉlobligóaOliveracaminarporelhielo.Ylosdemás,Rhett,JasperyLin:ellos
tambiénestuvieronallí.YcuandoSuzylesdijoqueyohabíaencontradoaOliver…vivo…meobligarona entrar en el bosqueWickerparaver si era cierto, siOliverhabíaconseguidosobrevivirdealgúnmodoyhabíaestadoescondiéndose todoestetiempo.Siélestabavivo,sinosehabíaahogado,entoncestodocambiaría.
Significaríaqueellosnoeranresponsablesdesumuerte.Maxpodríasalirdesuescondite,ytodospodríanreírsedeloquehabíapasado:
¿teacuerdasdelavezquepensamosquehabíasmuerto?Unapalmadaenlaespalda y todo estaría bien.Nadie iría a la cárcel por asesinato.Nadie tendría quefingirquenosabíanadadeloquehabíapasado:élsimplementehabíadesaparecidode su cama. Nadie tendría que cargar con la mentira durante el resto de su vida,sabiendoqueunchicohabíamuertounanochecuandoestabanenuncampamento.
Peromeequivoqué.NoencontréaOlivervivo.Ytodoloquepasóesanochenopodríaborrarseniolvidarse.Siguehabiendoun
chicomuerto.Yyosoylaúnicaquepuedeverlo.SolamenteunaWalkerpuedeverfantasmasenlaoscuridadmásoscura.Tenemosojosdistintos,raros,capacesdeverloquenadiemáspuedever.
—Lo siento—diceOliver, como si todo fuera su culpa. Parece que lamentaraestar muerto y el hecho de haberme dejado creer que no era así. Es como si éllamentara que ahorami piel desee la suya, queme haya besado enmi habitación,hayadormidoenmicama,hayarespiradocomounchicodeverdadymehayadejadocreerquesiempreseríaasí.
Lascosasmalaspasan,pienso.Unchicoqueestabadesaparecidoesencontradoenelbosque.Unchicomuerto.Bajoel librodehechizosque llevoen losbrazosyobservo la lluviadecenizas
que cae del cielo. Respiro y siento como si tuviera cuchillas en los pulmones. Elfuego está demasiado cerca, ardiendo vertiginosamente hacia la orilla.Estámuycerca.Perosemedesmoronaelcorazón,yesoduelemás.
—Nadade eso importa—digo.De todosmodos, ya es tarde.Élmeha roto elcorazón,elbosquesedestruyeamialrededorynohaymástiempo.
Oliverextiendeunamanoe intenta tocarme,acariciarme lamejilla,peroyomealejo, estremecida. Está muerto, y aunque no sea su culpa, está muerto igual.
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Muerto,muerto,muerto.Nadapuededeshacerlo.Dentrodellibronohayningúnhechizode lasWalkerquepueda traerlodevuelta,quepuedaponerairedeverdaddentrodesuspulmonesdemuerto.
Nadapuedecambiarloquesehahecho.Alzolavistahacialaorilla,dondelosárbolesquenosseparandelacarreteraya
están envueltos en llamas, y el fuego llega al horizonte, enciende las copas de losárboles, entreciclonesdecaloryceniza.Hastael senderoque llevaamicasaestábloqueado. Ya no hay salida. Hemos esperado demasiado. Yo he esperadodemasiado.
La nieve se ha derretido a lo largo de la playa, revelando piedrecitas negras yarenacubiertadeceniza.
—Nora—hablaél.Peronoquieromirarloporquenadavabien,porquetodoestáenllamas,porqueelfuegoestámuycercayahoramerodea.Yélestámuerto.Laslágrimasruedanpormismejillas.
»Nunca quise hacerte daño—dice, extendiendo los brazos para limpiarme laslágrimasconsusmanosmuertas.Esunchicoquepuedotocarysentir,perosoloyoynadie más—. Lo siento muchísimo—repite—. Ojalá pudiera hacer que todo estébien.
—Pero no puedes —sostengo; unas palabras resentidas que salen de labiosresentidos.
Estátancercaquepodríabesarme.Podríaborrarlotodoapoyandosubocasobrelamía.Peronoquieroquelohaga.Carneyhueso.Noquierosentirelcalordesupielsabiendoquenoesreal.Nadadeestovaadurar.
Nuncamehacorrespondidoquedármelo.Mealejodesusmanosencogiendoloshombros.Semecontraeelcorazóndentro
del pecho, los pulmones me arden tanto que parece que estuvieran quemándose,envueltosenllamas.Estoyrodeadadefuego:elincendioestámuycerca,elcaloresinsoportable.Mechamuscalapiel,elpelosemearremolinaconelciclóndecenizas.Nopuedoquedarmeaquí.Novoyasobrevivir.
—¿Adóndevas?—gritaOliver.—Fuera—respondo.Élintentasujetarmelamano,peroyomeescapoymedispongoacaminarporel
hielo.Eslaúnicaopciónquemequeda,elúnicositiodondenoarderáelfuego.Sobreellago.—Nora,no—exclamaél,convoztrémula,desmoronándosedebajodesulengua
—.Esmuypeligroso.—Solamenteparamí—respondo.Yosoylaúnicaquepuedemorir,queaúntiene
algoqueperder.Séquenohaymás tiempo.Nohay salida.Simequedo aquí,measfixiaréporelhumooarderéporlasllamas.
Avanzoconrapidez,antesdequeélpueda impedírmelo.Salgocorriendoporelhielo,atravésdeladensacapadehumo,meresbalounavezycaigoderodillas,pero
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me levantoy sigo.Elhielo estámásdelgadoque antes, que lanoche enque caí atravésdelasuperficieysentíelaguacomoagujasenlapiel.
El lago se resquebraja y cruje comomadera vieja, como hielo que no está tangruesocomoantes.Elcalordelfuegoestáderritiéndolo,lovaconvirtiendootravezen agua. Arrastro los pies y me resbalo, pero sigo avanzando hasta que llego alcentro, donde la orilla está a casi lamisma distancia hacia todos lados.Apoyo lasmanos sobre las rodillas e intento respirar, pero el humo es demasiado denso.Meardenlosojos,cadainhalaciónmeraspalospulmones.Ysientounacertezarepentinadequevoyamoriraquí,dequeesteeselfinaldeverdad.
Asíescomoserérecordadaenellibrodehechizos:NoraWalkermurióenellago,ysucuerponuncafuerecuperado.LalargalíneadelasWalkerterminóconella.
Me tapo la boca con una mano para que no entre el humo y alzo la cabeza,poniéndomederecha.La vista del lago Jackjaw es la de un bosque en llamas.Unbosqueincendiado.UnfuegoiniciadoporunchicollamadoJasperqueahoraestábajotierra,tragadoentero.
Enelcampamento,yahandesaparecidovariasestructuras,reducidasacenizas.Ynotengoformadesabersiquedaalguienallí,atrapadoenalgunacabaña.Elbosqueseincendiaynopuedohacernadaparadetenerlo.
Miroelcielo,delcolordelapólvora,yrecuerdolasensacióndecuandocaíenellago,cuandosentíquesemeabríalapiel,cuandoelanillodemiabuelasemesaliódeldedoysehundióenlaoscuridad.Sefuealfondodellagosinfin.
PeroJasperloencontródentrodelbosqueWicker.Elanillovolvió.ComocuandoencontréaOliver.Ambossehundieronenellago.Respiro,persiguiendolosrecuerdostanrápidocomoellossealejan.ElseñorPerkinsdijoquelosminerossolíanarrojarcosasallago:eranofrendas
paraelbosque,para tranquilizaralbosqueWicker,porquecreíanqueel lagoeraelcorazónlatientedeestesitio.
Laspiezasempiezanaencajarenmimente.Elpolvocaeentrelosrayosdesol,quealfinesvisible.
NuncasupeporquéaparecíanlascosasdentrodelbosqueWicker,quévilbrujeríaodiablura sucedíaallí.Peroahora loentiendo:sicaeenel lago,vuelveasalirdentrodelbosqueWicker.
Algoquevoyaanotarenellibrodehechizos,sillegoatenerlaoportunidad.Enuna noche fatídica, enmitad de una terrible tormenta de invierno, un chico
cayóallago:sehundióhastaelfondoyfuedevueltodentrodelbosqueWicker.Fueunaofrendarealizadaenlanochedelatormenta.
Después lo encontré yo bajo una luna llena. Para quedármelo. El que loencuentra,seloqueda.
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Ahora lo entiendo, ahora lo veo. Pero no cambia nada en absoluto. Él siguemuerto.Elbosquelotrajodevuelta,peronodeltodo.
Elfríodellagocongeladosubepormisbotas,yempiezoatemblar.Creoqueoigoa Oliver, que me llama, me busca, pero el humo está demasiado denso, gira enráfagasrarasalolargodellago,yélnopuedeencontrarme.
Elfuegoescupehaciaelcielodesdelascopasdelosárbolesqueestánjuntoalaorilla. Devora, enfadado, hambriento. Parece un monstruo que consume todo eloxígeno.Séquemicasayanoestá.Nohabráquedadonadamásqueunamarcaenelsuelo;pilasdehollínyladrillos.
Mebrotanlágrimasquecaenalhieloypasanaformarpartedellago.Yonací en esa casa, dondehanvivido todas lasWalker quemeprecedieron, y
ahorayanoestá,soloquedancenizas.Yesmiculpa.Meequivoquéconmuchascosas.MeequivoquécuandopenséqueOliverhabía
matadoaMax.Meequivoquécuandopenséqueseacercabamimuerte.Oquizásno,quizás lamuerteaúnestéa tiempodeencontrarme,eneste lago,enestebosqueenllamas.
¿Serámejormorirquemadaoahogada?¿Quédolerámenos?Elhielosemuevedebajo de mí, se dobla por mi peso. Ahora hay unos centímetros de agua en lasuperficie.Cierrolosojosconfuerzayapartoelfrío,apartoelsonidodelosárbolesquesequiebranycaenalsueloenladistancia.Elsonidodelasllamasrugealolargodelaorilla.Tengocenizaenelpelo,ycaenbrasasamispies,quederritenelhielo.
Heesperadodemasiado,vuelvoapensar.TendríaquehabermeidoconSuzyyelseñorPerkins.
Enalgúnmomento, elhieloque tengodebajova a rompersey ceder.Enalgúnmomento,voyahundirmeenellagoyaahogarmeigualqueOliver.
Otraofrendaallago.Unbosquecubiertodenievenodeberíaarder.Perolafuriapuedeencendercosas
raras:estanoche,haencendidotodoslosárboles.Siestuvieramiabuela,ellapodríasolucionarlo,alzaríaundedoylosárboleslaescucharían.Ellaresolveríaesto.
A través del humo, diviso el campamento al otro lado del lago y veo a varioschicosquehuyendelascabañas.Nosehanidotodosaún.Algunossiguenallí.
—Elbosquequierearder—pienso,digoenvozaltaanadie.Yquierequetodosardamos con él. Tal vez el bosque lo merezca. Tal vez haya vivido demasiado.Aprieto el libro de hechizos contra el pechoy pienso en todas lasWalker quehanbrotadodeestebosque,entodaslashistoriasquevivenenlatierraydentrodeestaspáginas.Yahoratodoesovaaquemarse.
Empieza a zumbarme la cabeza, y una sensación conocida me recorre: ya heestadoaquí.Yaheestadodepiesobreestehieloyyahepensadoentodasestascosasysentidolacenizaenlospulmones.Lasensacióndedéjàvuvuelveasacudirmecontantarapidezquemicabezaseinclinahaciaatrásymiraalcieloteñidoderojo.
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Tic,tic,tic,tic,tac.Pestañeo y recupero la concentración. Aprieto el libro de hechizos con más
fuerza.El hielo de debajo se mueve, está tan delgado que puedo ver la profunda
oscuridad bajo mis pies. Oigo a Oliver en alguna parte, en mitad del humo,exclamandominombre.Yaestácerca.
Me crie en este bosque, pienso. Todas las Walker se han criado aquí. Elbosquemeperteneceamí,yyoaél.
El bosque hierve, gime y grita a lo largo de la orilla; el resentimiento y lavenganzaalimentanlasllamas.Elhielodedebajoserompe.Elmiedomesubealagarganta.
Olivervuelveagritarentreelhumo,perono loescucho.No legritoni ledigodóndeestoy.Encambio,miroelcieloespantoso,laspuntasdelosárbolesqueapenasalcanzo a ver encima del humo. Y siento que el bosque observa, escucha. Sabequiénsoy.
—SoyNoraWalker—digoenvozbaja,comotodaslasvecesqueheentradoenel bosqueWicker, pero ahora mis palabras parecen diminutas. No tienen nada demagia.Nadadesignificado.Piensoenmiabuela,enlofuertequeera:unanclaquenopodíamoversecontrasuvoluntad.Muchos le temían,porel intenso tenordesuvoz,sucabellooscurodescontrolado:nuncalavicepillarloysiempreseenredabayselehacíannudosconelviento,perounosmomentosdespués,caíacomosedaporsuespalda.Eraunamaravilla.Ydesearíaserellaenestemomento,desearíasaberloqueellasabía,cómocontrolaralosárbolesquelarodeaban.
Meaferromásfuerteallibrodehechizos,conscientedelpoderquecontienensuspáginas,delpesodetantaspalabrasescritasdelpuñoyletradetodaslasWalkerquemeprecedieron.Conozcoelsignificadoquecontienen,quealgunavezcontrolaronaestos árboles, a este cielo oscuro. El bosque y las Walker están unidos. No nospuedenseparar,nonospuedendespojarelunodelotro.
Tragosalivaydigo:—MimadreesTalaWalker.—Unainvocación,unrecordatorioparalosárboles
de la sangre que corre por mis venas—. Mi abuela era Ada Walker. —Digo sunombreconunsuspiro,dejoquesequedeunossegundosenmi lengua—.SoyunaWalker. —Antes nos brotaba magia de las venas, magia de verdad. Nosotrasrespirábamosy el bosque escuchaba.Nosotrasderramábamos lágrimasy el bosquellorabasaviaporsuscortezas.Muchasdelasantiguastradicionessehanolvidado,sehancaídoporlasgrietas,peronuestrasangreeslamisma.Aúnhayfuegoennuestrointerior.
SientoqueOliverestácerca,muycerca,peronomirohaciaatrás.—Pertenezcoaestebosque—digoenvozalta,deseandocon todasmis fuerzas
quelosárbolesescuchen,paracalmarsufuria,paraquelasllamasdejendearder,de
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devorar lo que queda—. Soy unaWalker—repito—. Vosotros sabéis mi nombre.Sabéisquiénsoy.—Suenaaunhechizo,aunremanentedemagiaverdaderaquesealzaenmiinterior,quemequemalapuntadelosdedos.
Respiroylevantoelmentón.Lacertezamerecorreporcompleto.—¡SoyunaWalker!—grito,ordenandoamivozquesevuelvamásfuertequeel
rugidodelfuegoquedestrozatodoloquerodeaallago.Notengomiedo.OigoaOliveratansolounosmetrosdedistancia.—¡Nora!—grita, estavez conmásurgencia.Ydespués seoyeotro sonido,un
cambioenelaire,uncrujidoyunzumbido.Entonces loveo: lasbrasasquecaen,elgigantescopinoenvueltoen llamaspor
completo.Debedemedir sesentametrosdealto,yel troncosehadesprendidodelsueloblandoqueestájuntoalaorilla,mientraselfuegoloquemadelasraícesalacopa.Ahora el árbol se inclina, se va de lado, cae. Se desploma a toda velocidadhaciaellago,haciamí.Mequedomirándolocomosifueraunespectáculodefuegosartificialesqueestallanenelcielonocturno.Admirada.Todopasaencámaralenta:sé que tengo que correr, pero de algún modo quedo atrapada por la imagendeslumbrantedesemejanteárbolquesetumba,quesevieneencima.
Unsegundodespués,elárbolcaeestrepitosamentesobreellago,resquebrajandolasuperficiedehieloconunviolentogolpe.Elsonidoestremendoyaterrador,comomilarañasdelámparasdecristalquesehacenañicosalavez.Ellagoseestremeceamispies.
Atansolounosmetros,elárbolsehundeenelaguanegra,dentrodeunenormeagujero.Elhieloseagrietaasualrededor.¡Corre!,gritamicabeza.Perosemehadetenido el corazón,mis piernas tienenmiedo demoverse. El hielo hace un ruidoestremecedor,comoelmetalquesedoblacasihastaelpuntoderomperse,comounlargoaullidoreprimido.Tomoairejustoantesdequesuceda.
Mispárpadospestañean.Eltiemposehacemáslento.Ydespuésserompeelhielo,cedeconrapidez,yyocaigoalagua.Me quedo sin aire en los pulmones de inmediato. Seme hunde la cabeza por
completo y el libro de hechizos se me escapa de las manos y se hunde en lasprofundidades,aligualqueelanillodemiabuela.Luchoparavolveralasuperficie,pararespirar. Intentogritar, llamaraOliver,peronosaleningunapalabra.Tengolagarganta demasiado seca; hay demasiado humo. Mis manos golpean contra lasuperficie del agua mientras intento nadar hasta el borde del hielo, pero no hayningúnborde.Ellagosehahechoañicos,seharoto,yahorasoloquedantrozosdehieloquesebamboleansobrelasuperficie,comoyo.
Laorillaestádemasiadolejos,nisiquierapuedeverseatravésdelhumo.Intento gritar otra vez, perome invade una oleada de entumecimiento; el frío,
muyfrío;laropamojada,muypesada.¿Hacecuántoqueestoyaquí?Unparde
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segundos,unahora.Muchotiempo.Alzolavistaalcielosofocadoporlacenizaylosbrazossemevuelveninútiles.Mispiernasdejandeagitarse.Todoseentumece.Todoesungranmanchurrónnegro.
Sindarmecuenta,lacabezasehunde.Sedeslizadebajodelasuperficie.Mehundo.Espeorqueantes.Elfríoescortante,semehinchanlospulmones,mequeman
lascostillas:necesitanaire.Cuandocaílavezanterior,mehabíaparecidounsueño,comoquenoestabaallíenrealidad.Peroestavezessúbita,dolorosayaterradora.
Cierro los ojos con fuerza y siento la profundidad que me lleva hacia abajo,hundiéndomehastaelfondosinfin.Peroaúncontengolarespiración.Temoqueentreelagua,quemellenelospulmones.
Novoyamorirasí,pienso.Novoyaserunaofrendaallago,albosque.NovoyaahogarmecomoOlivery
convertirmeenunfantasma.Estenoeselfin.Estanoesmihistoria.SoyunaWalker.Mispárpadossesacudenyseabren.Soloveooscuridad.Entrauntictacenmisoídos,suavealprincipioydespués,másfuerte.Elagua
vibraamialrededor,comounacometaquedalatigazosenelaire,quesesacudeenelcielo.Algonovabien.
Mehundomás.Meinvadeelfríomásfríoquehesentidojamás.Mehundo,ymispensamientos giran con rapidez: demasiado rápido para atraparlos, pero tambiénlentosyperezosos,repiqueteandoenmicabeza.
Eltictacsehacemásfuerte,ybuscoelrelojdeMaxenmibolsillo.Tiemblaenlapalmademimano,lasmanecillassemuevennerviosamentehaciadelanteyhaciaatrás.
Espero sentir el fondo rocoso del lago, el momento en que se rindan mispulmones.Peroelrelojvibra,lossegundosretumbancontramipiel,yelaguapareceaire,parecequefloto,quememuevosinrumboentrelasnubesoscuras.
Finjoquenotengofrío.Finjoquenomehundoeternamenteenunlagosinfondo.Finjo que no hay un incendio que acapara toda la orilla y que nunca he ido al
bosque con esos chicos. Finjo que lamariposa nunca golpeó enmi ventana y queSuzynuncamepreguntósipodíaquedarseenmicasa.FinjoquenuncaencontréaOliver dentro del bosqueWicker y que él nunca apoyó sus labios sobre losmíos.Finjoquenoseahogó.
FinjoquesoyunaWalkerquees tanpoderosayvalientecomolasmujeresquemeprecedieron.
Finjoquepuedocorregirlotodo.
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SoyunaWalker,vuelvoapensar.Laspalabrasmeresbalanporlapielcomosifueranaceite.
Aprietoelrelojconfuerza;elmetalfríomemarcalapalmadelamano,loúnicoaloquemepuedoaferrar.
«Cuandolanecesites,tusombranocturnavendrá»,medijomiabuelaunavez.Micorazónsubeydespuéssedesploma.Esunapelotadentrodelascostillas.Séloquesoy.Mis párpados pestañean y todo, todo, se inclina fuera de eje, el lago se da la
vuelta hacia el cielo. El reloj plateado late en mi mano, con unos ínfimosmovimientosdiminutos…tic,tic,trac.Lasmanecillashacenclicuna,dosveces,enladirecciónequivocada.
Unospequeñosprismasde luzaparecendispersosenmispárpados.Aprieto losdedosconmásfuerzaalrededordelreloj,ylasuñascontraelcristal.
Dejoquelaoscuridadmelleve.
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Librodehechizos
demedicinasdelbosque
yluzdeluna
TALAWALKERnacióbajounalunadecremaafinalesdeoctubre.Lasabejasdelamieldormitabanenelbordedesucuna,ysuscuerposgordosy
aladosseenredabanenlassuavessábanasdealgodónmientraselladormía.Cuandoaprendióacaminar,ibatambaleándosealbosque,metíalosdedosenlascolmenasdelasabejassilvestresyvolvíaacasaconmielpegadaenlasueladesuszapatillasdebailarinablancas.
Peronuncalapicaron,niunavez.TalaWalkerpodía encantar a las abejas silvestres con el rápidomovimientode
unapestaña,yellassesumíanenunprofundoyapaciblesueñocuandoTalaestabacerca.
SefuedellagoJackjawalosdiecinueveaños,conlaintencióndeolvidarloqueera,deiraunsitiodondenuncasehubieranombradoelapellidoWalker.Seenamorórápidamente de un chicoque tenía la cara cubierta de pecas causadas por el sol, ycuandounbebéempezóacrecerensuinterior,supoquedebíavolverasuhogar,alsitiodondenacentodaslasWalker:laviejacasaqueestájuntoallagoJackjaw.Ysuhijanoibaaserdistinta.
DioaluzaunaniñadepelonegroazabachellamadaNora.Unaniñaconlaluzdelasestrellasensusojosdelcolordelagalaxia.PeroTalateníalaesperanzadequesuhijanuncaconocieralamagia,quenuncanecesitarasuladosombrío,esoquehacíaquetodaslasWalkerfuerandiferentes,raras,marginadas.
Pero estaba equivocada. Su hija sí poseía una sombra nocturna: tal vez lamáspoderosasobrelaquesehaescritoenellibrodehechizos.
TalaWalkerhabíaintentadoescapardeloqueera.Pero loquemásqueríasuhija,Nora,eraserquienellaserandeverdad:brujas
hechasyderechas.
Cómoentrenarabejas:Llevarunaredsobrelapieldescubierta.Quemardosramasdenogalydejarqueelhumoentreenlacolmena.ContarhastaonceydespuéssusurrarelnombredeTalaWalkeralhumo.Recogerlospanalesenfrascosdecristalantesdequelasramassequemenporcompleto.
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NORA
—Despierta,Nora—diceunavoz,fuerteyclaracomounacampana—.Despierta.Eslavozdemiabuela,quemepersiguedesdemissueños,desdelaoscuridaddel
lago;elsuavetenordesuspalabras,susurradasjuntoamicabeza.Abro los ojos de pronto y siento la nieve contramimejilla. Fría y húmeda.El
aromaabarroyplantasmellenalasfosasnasales.Yanoestoyenellago.Laluzdelalunasefiltraentrelosárboles,pálidaysolitaria,bañándomelapiel.Meto los dedos en la nieve, en busca del suelo, y hundo las manos hasta las
muñecas.Necesitosentirlatierra,sentirmearraigadaaalgoquenosealacaídaeternadel lago.Me quedo boquiabierta durante unmomento, y quiero hablar, solamenteparaoírmivoz,parasaberquesoyreal,peronosaleniunapalabra.Tengoelcuerpoagitado, tembloroso, y creoquepodría llegar a vomitar, pero saco lasmanosde latierra y ruedo para ponerme de espaldas, me quedo mirando el cielo negro, sinestrellas.Nopuedosaberquéhoraes.Peroelsolsehapuestohacerato:lapartemásoscuradelanoche.
Unzumbidomellenalosoídos,einhaloairecomosinuncalohubierasentidotanbien dentro de mis pulmones, con codicia, desesperada. El viento aúlla entre losárbolescomosisalierademídirectamente.Ungemido.Unsilbidoyunchisporroteo.
PeronoestoydentrodelbosqueWicker.Noestoyenlasprofundidadesdelapartemáscrueldelbosque.Estoyenlosárbolesqueestánfuerademicasa,cercadelaorilla,cercadelavieja
leñera.Lospinossealzanencimademí.Peronosécómohellegadoaquí.Noséconcertezacuántotiempohapasadodesdequecaíenellagohelado.
Meincorporo;lacabezasemebambolea.Lanievecaeamialrededor.Sin embargo, si no estoydentrodel bosqueWicker, entonces el lagonomeha
traídodevuelta.Nosoyunacosaperdidaquehasidodevuelta,nosoycomoOliver.Hasucedidoalgomás.Hasucedidoalgoquemehacetemblarlospárpados.Unasgotasdeaguadellago
están suspendidas de cada pestaña, cual diminutos orbes cristalinos,mientras unaschispassecruzandelantedemisojos.
No tengohumoen lagarganta.Nocaenbrasasde lospinosquemequemen lapiel.Losárbolessondeunprofundocolorverdeyelaireestálimpio.
Ningúnincendioarrasaelbosque.
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Me pongo de pie y apoyo la mano contra el tronco de un árbol, respirando,mientraselairefríomehacecosquillasenelcuello.Semeponelapieldegallina.
Seacercaunatormenta.Yelaireoscilaenlaperiferia,vibra,comoundéjàvu.El cielo está de un color negro oscuro que resulta familiar. Una sensación, unrecuerdo que no puedo identificar, clasificar ni catalogar como uno de losespecímenesdelseñorPerkinsquecuelganenlosmarcosdelapareddesucasa.
El zumbido en los oídos se convierte en un gemido, en un grito dentro demicabeza.Yaheestadoaquí.Yaheestadodepieentreestosárboles,conlanievequecaeendensasoleadasblancas.
Conlosdedostemblorosos,meapartoelpelodelacaraysientoelpesodealgoenmidedo:elanillodemiabuela.Lapiedradeluna,deuncolorgrisperlado,reflejaelcielo,comosinuncalahubieraperdidoenellago.Nuncasemesaliódeldedo.
Hasucedidoalgomás.Misojossaltanalsuelo,enbuscadellibrodehechizosquellevabaenlasmanos
cuandocaíallago,peronoestáaquí.Elanillohavuelto.Peroellibrohadesaparecido.Hasucedidoalgo…amí,albosque,atodo.Norecuerdohabermeahogado.No
recuerdoqueel fríodelaguaentrarasúbitamenteamispulmones,nieldolorde lamuerte.
Doyunavuelta,peronohayseñaldeOlivernidenadiemás.Estoysola.Con las piernas temblándome,me despego del árbol yme dispongo a bajar al
lago.Puedosentirquelosárbolesseabren,medanespacio.Obligoamispulmonesarespirar, para distinguir el norte del sur, para separar el cielo del suelo. Pero lossegundossetambaleandeformaextraña,resbaladizoscomopececillosdeplataquenadanentrejuncos.
Simiabuelaestuvieraaquí,observaríalosárboles,elcielooscurollenodenieve,misojos,ysabríasitodohasidounsueño.Sabríaporquénomeahoguéenellago,porquénosealzannubesdecenizabajomispies.
Peroenestemomento,lasientomuy,muylejos.Me detengo en la orilla y cruzo los brazos, boquiabierta. No hay árboles
ennegrecidosnichispasquesearremolinanenelcielo.Lahileradecasasdeveranoyelcampamentoalotroladodellagonosehanreducidoacenizas.Ymásarriba,entrelospinos,micasasigueenpie.
Nosehaquemadonada.Meacercounoscentímetrosmásalaorilla,enmitaddelfríoylatranquilidad,ya
travésdelanievequecae,oigounasvoces,deunoschicosquegritanyseríen.Vienendelotroladodellago.Quizás seamejor volver ami casa, entrar en calor junto al fuego, para que se
descongelenlapielyelpelo.Peronolohago.Sigoelsonidodeloschicos,eltonofamiliardesusvoces.Porquealgonovabien.Algohacambiado.
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Todoesaterradoramentedistinto.Pasoporelmuelle, latiendaylacabañadelseñorPerkins.Brillaunaluzensu
interior: no es luz de velas, sino luz eléctrica que vibra y zumba. Ha vuelto laelectricidad.Enlaventana,elseñorPerkinscontemplalanieve,ymesaludaconlamanoyuna sonrisa.Nosaliócorriendoparaescapardel incendio…porquenohayningúnincendio.
Noestoymuerta.Nomeahoguéenellago.ElseñorPerkinspuedeverme.Peroalgovamal.Algoquetitilaenmimente,peroqueestáfuerademialcance.Algoquenopuedoexplicar.Avanzo conmás rapidez hacia el sonido de los chicos, hacia una voz queme
parecequeesladeOliver.Ycuandollegoalcementerio,alterrenodeformaextrañadondesehanenterradolosmuertos,elairesemequedaatrapadoenlospulmones.
Loschicosestándepieentrelastumbas.Todos.Unas siluetas sombrías se recortan en lanieveque cae: Jasper,Rhett yLin.Se
ríen,mientrassepasanunabotellaybebengrandessorbosdellíquidooscuroensuinterior.Maxtambiénestáallí,apoyadocontraunalápida,conelpelorubioquetienecasielmismocolorquelanieve.
YOliver:debrazoscruzados,alejadodelosdemás.Estántodos.Apesardequenodeberían.Me detengo cerca de la entrada, con el corazón que sube y baja dentro demi
pecho,sinsaberacienciaciertaporquésehanreunidoenelcementerio,porquélosárbolesnoestánquemados,porquénadaestácomoestaba.
—Tienesquedecirsunombretresveces—insisteJasper,cuyocodohuesudoseapoyasobrelalápidademiancestro.Jasper,queestávivo.NoestáenterradoenlatierradelbosqueWicker.Laescenaquetengofrentealosojossedesenfocayvuelve,mimenteestáconfundida,incapazdeidentificarunrecuerdo,unmomentoquetengasentido.
—¿Dequién?—preguntaOliver,yJasperapuntaconundedoalalápida,elsitiodondedescansaWillaWalker,laWalkerquelloróenellagoylodejósinfondo.EslamismalápidadondeOlivermedijoqueloschicoslohabíanhechopararseysusurrarsunombretresveces:laprimerapartedesuiniciación.
—Si dices su nombre tres veces, va a levantarse de su tumba—oigo que diceRhett,conunaseveridadquemerecuerdaacuandosemetióenmicasaymesacódelacama.
—CuentalaleyendaqueWillaWalkerlloróenellagoJackjawylodejósinfondo—añadeJasper,conunasonrisita.
Oliverhaceunruido,yMaxseacercaaél,echandoloshombroshaciaatrás.—¿No nos crees?—preguntaMax. Y otra vez empieza a vibrarme la cabeza,
mientras oigo sus palabras y observo a Oliver bajar la vista a la lápida y decir a
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regañadienteselnombredeWillatresveces.Yasédóndeestoy.Losé:eslanochedelatormenta.EstaeslanocheenqueOlivercaeatravésdelhieloysehundeenlaoscuridad.
Estaeslanocheenqueseahoga.Hoyescuando laelectricidadvaachisporrotearycortarse, cuando lacarretera
quedarábloqueadaporlanieve.El tiempo ha girado y tambaleado, se ha dado la vuelta. O tal vez yo lo he
deshecho.Yohiceesto.Mehetraídoaestanoche.Heidohaciaatrás,atrás,atrás.Estoyenelsitiodondecomenzótodo.Unos pequeños destellos de luz se cruzan delante demis ojos, la ya consabida
señaldeldéjàvu.El aire titubeacontramisoídos, comosimecayeray estuvieradandovolteretas,perdiendotodosentidodelagravedad.Estoyahapasadoantes.
Enesanochetan,tanespantosa.Ysientoquepodríallegaravomitar.—Tendríasquevertelacara—diceahoraJasper,igualquemelocontóOliver.Y
le da una palmada en el hombro, riendo; el sonido se alza hacia las copas de losárbolesysobresaltaaunmirloquegraznadesdeunfalsoabetoyremontaelvuelo.
Estoyahapasadoantes.Loschicosempiezanacaminarporelcementerio,pasándoselabotelladealcohol
entreellos.RhettyLinsaltan lacercademadera, riendoparasímismos.JaspersequedarezagadomientrasqueMaxcaminadespacio,jugueteandoconalgoquetieneen lamano.El reloj.Elrelojdebolsilloplateado.Elmismoque encontré en elbolsillo del abrigo deOliver: el que se rompió justo antes de queOliver cayera alaguamientrasMaxmirabaylasburbujassubíanalasuperficie.
LairameraspapordentroalavezqueimaginoaMaxdepiejuntoalagujeroenel hielo, negándose a salvarle la vida a Oliver, a meter la mano en el agua parasacarlo.
SequedómirandocómoOlivermoría.Lodejómorir.Siento la repentina necesidad de caminar a zancadas por la nieve, salir del
cementerio y apretar la garganta de Max con las manos, mirándolo a los ojos,sabiendo que lo merece. Quizás hasta lo empujaría al hielo y esperaría a que serompiera,parahacerlosufrirlomismoquesufrióOliveryqueexpíeloquehizo.
Peroaúnnolohahecho.Todavíano.Observoalosdemáschicos,queescalanlacercayavanzandandopisotonespor
lanieve,endirecciónalaorilladellago.PeroOliver llega último a la cerca, con lasmanos en los bolsillos y lamirada
apartada de la nieve que lo azota. No se da cuenta de que está siguiéndolos paraencontrar sumuerte, que cuando llegue al lago, van aobligarlo a caminar sobre elhielo.Maxledaráunempujónenelpecho,conlasmanoshechaspuñosyadrenalina
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enlasvenas.Yalfinal,Olivervaacaerseporlasuperficieyhundirse,hundirse,hundirseenlasprofundidadesdellago.
Nosedacuentadequepronto,antesdequeterminelanoche,vaaahogarse.Caminoatodaprisaporlanieve,conlarespiraciónagitada,yllegoaOliverantes
dequesaltelacercaysigaalosdemás.Nomeve,noalprincipio,porquetienelosojosentrecerradosyapartadosdelviento.Perocuandomeacercolosuficiente,debedepercibirmeporquesedalavueltadepronto,sobresaltado,yabremucholosojos,deuncolorverdesalvajeyverdoso.
—Oliver—digoconunhilodevoz;terribleeimposiblementedébil.Élreaccionaconlentitud,merecorreconlamirada,sedetieneenlacurvademis
labios,enelpelomojado,perosusojosnomereconocen.Nohayningúndestelloderecuerdos.Nometomalamanonimeatraecontrasupechonimepreguntasiestoybien.
Sequedamirándomeynadamás.Losárbolesquerodeanelcementerioempiezanasacudirseapenasunpoco,yno
sésiesporelvientoosisonmisojos.Silascosasaúnestánintentandoenfocarse,siellagoestáseparándosedelcielo.
—Oliver—vuelvoadecir, levantandolosdedosyacercándolosa tansolounoscentímetrosdesupecho,conmiedodetocarlo,conmiedodesabersiesrealono,siestávivoono.
Notienelapielpálidanicetrina,losojosnoparecenestaratormentadosporsusrecuerdosdelbosque.Selevefuerte.Diferente.Noestácomolorecuerdo.
Peroseleretuercelacaracuandodigosunombre,ylosbrazosseleendurecenaloscostados.Nomerecuerda.Nosabequiénsoy.Yesomeparteendos.Medaganasdegritar,desoltarunalarido,desujetarloyclavarlelasuñasenlapiel.
Respiro,ycadainhalaciónesunrepiqueteo.Los demás chicos ya casi han llegado a la orilla; no me han visto aún. Rhett
empujaaLinconairejuguetón,riendo;susvocesseoyenapagadasporlanievequecae.
—Nopodemosquedarnosaquí—ledigoaOliver,volviendoamirarloalosojos.Peroaunasí,élsealejademí,lejosdemialcance.
Siento un tamborileo dentro de la cabeza. Me castañetean los dientes. Sé quenecesitoentrarencalor,tengoqueestarbajotecho.Tengoelcuerpodemasiadofrío.PeroOlivermemira con los ojos distantes de un desconocido, de alguien que noextenderálamanoparatocarme,quenorecuerdanadadeloquepasóantes,quememiraalosojosyloúnicoqueveesunachica.Nadamás.
Perootravozrompeelsilencio.EsRhett,quegritaentrelanieve.—¿Quiénmierda eres?—exclama.Alzo la vista unos segundos, y veo que ha
vueltoalacercadelcementerio:sehabrádadocuentadequeOlivernolosseguía.
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Abro la boca, y mis labios empiezan a temblar.Oliver no sabe quién soy.Ningunodeelloslosabe.
—Soy… —empiezo a decir, pero la voz se me queda trabada detrás de losdientes.Soybruja.Unabrujaquedespuésde todoquizás tenga luzde lunaen lasvenas,quesaltóallagoydespertóenunanochequeyahasucedido.Soyunabrujaque ha sentido que el tiempo se escurría a su alrededor, que pensaba que no teníasombranocturna.Perotalvez,talvez,estabaequivocada.Talveznopuedaresucitaralosmuertos:quizásningunabrujapuedahacerlo.Peropuedohaceralgomás.
Elviento soplamás fuerte, ymevuela el peloquemecubre el cuello.Se alzahaciaelcielo,salvajeyhechonudos.
Quizáslodeseéconmuchasganas.Micorazónseresquebrajótantoquesepartiópor lamitad ymi lado sombrío salió de su interior como lodo negro. «Cuando lanecesites,tusombranocturnavendrá».Quizássiemprehaestadoahí.Eralapartedemí que sentía que el tiempo caía dando volteretas y quedaba justo fuera de mialcance.Eranesosmomentosenlosqueestabaseguradequeyahabíaestadoenunsitio,eldéjàvu,unayotrayotravez.Unacosaquenopodíaretenerdurantemuchotiempo,algoquenocomprendía.Algoquenopodíacontrolar.
Hastaahora.Ahora.—Esesa chicade la luna—responde Jasper,queahora tambiénestá junto a la
cerca,mirándome.Tieneelencendedorenlamano,loabreydejalapequeñallamaencendida unos segundos antes de volver a cerrarlo—. Es unaWalker—dice conseguridad.
Mis ojos saltan a Oliver, pero él no suaviza su mirada. Tan solo se quedamirándome,conlamismaactitudcrueleinexpresivaquelosdemás.
—¿Quéhacesaquí,chicadelaluna?—preguntaRhett.Nolehagocaso.—Oliver—repito, para que siga prestándome atención, a pesar de que no ha
apartadolosojosniunavez—.Nosalgasal lago—susurro,paraquelosdemásnomeoigan.Sientoquemeacercounos centímetros a él, con el deseode tocarlo, dedeslizar mis dedos desde la mandíbula hasta la sien, de acercarlo a mí y hacerlorecordar—.Prométemelo,¿deacuerdo?—Inhaloconfuerza,mientraslacabezamedavueltasylosojostienendificultadparaenfocar.Escomosisiguieraenellagoyelaguamepresionaralaspupilas.
Pero la expresióndeOlivernocambia: subocaestáhechauna línea inmóvilyperpleja.
Notieneniideadequiénsoy.—¿Dequéhabla?—intervieneLin.—Es bruja —dice Jasper, sonriendo. Por primera vez, observo su mejilla
izquierda,dondelaramalecortólapielenlanochedelafogatayledejóunaherida
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profundaysangrante.Peroyanoestá.Lapielseveclarayblanca.Ningunacicatrizmarcalacarne.
Aúnnohasucedido.—Estará echándole una maldición —continúa Jasper, que salta la cerca y da
variospasosdescuidadoshaciamíyOliver,levantandolascejas—.Vaallevárseloarastras a su casa y enterrarlo bajo los tablones del suelo, como hacen todas lasWalker.
LarespiracióndeOliversetornarápidayrara,perosusojossiguensinapartarse.—Cállate,Jasper—espeto,dándomelavueltaparaapuntarloconunlargodedo.
Élcierralabocadeinmediato,comosideverdadpensaraquepodríaconvertirloenuntristesapitoocoserleloslabioscontelarañasehilo.
—¿Cómocarajossabesminombre?—pregunta.Deprontoempiezaatemblarlelavoz,ysequedaboquiabiertodelasorpresa.
Porquesoylabrujaquecreéisquesoy.Soyaquienellosdebentemer.VuelvolavistahaciaOliver,respirandotanhondoquemesientomareada.—Por favor —digo. Sonrío un poco, y durante un momento pienso que él
tambiénvaasonreír;susojosadoptanunsuavecolorverde,depuestadesol—.Venconmigo.
Suslabiosseabrenligeramente;caelatensióndesushombros.PerodespuésJaspergritaasusespaldas:—Esobvioquequierehacertealgo,tío.Nodejesquetetoque.—Séquenome recuerdas—ledigoaOliver,haciendocasoomisoa Jasper—.
Peroyo te recuerdoa ti.Ysi tequedasaquíconellos,vaa sucederalgomalo.—Tragosalivayvuelvoaencontrarmivoz—.Porfavor.
Sé que él no lo entiende, sé que nada tiene sentido, pero levanto la mano,despacioparanoespantarlo,yletocoelpómulo,elcuello,conlaesperanzadequeéllovea:quealgunapartedeélsepaqueyalohetocadoantes,quemehamiradoalosojos como ahora y se ha inclinado hacia delante para apoyar sus labios sobre losmíos.Esperoquealgunaparteprofundaydesconocidadeélaúnlorecuerde.
—Tío—diceRhett,subiendolavoz—.Tedebedeestarhaciendounmaleficio,robándoteelalma.Mañananisiquierarecordaráscómotellamas.
PeroyomantengolosojospuestosenOliver,deseandocontodasmisfuerzasquerecuerde,yfinalmenteélmetoca…sinembargo,nolohaceconsuavidadnicariñoniternura.Mesujetalamanoylaalejadesumejilla,conunmovimientofirmeyrápido.Despuésmesuelta.
—¡Vetedeaquí,malditabruja!—diceRhett,yalmismotiempo,elcorazónsemehunde en el estómago. Él trepa la cerca y empieza a acercarse amí, agitando lasmanoscomosiquisieraespantarmecomoaunpájaro.Comosipudieraenviarmedevueltaamirama,amicasuchaenelbosque,pequeña,fríaysola—.Ovamosaatartea ese árbol y tirarte una cerilla para ver cómo de inflamables son las brujas enrealidad.
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Ahora sé que Rhett lo hará en serio, que todos ellos son capaces de cosashorribles. Semetieron enmi casa yme llevaron a rastras hasta al bosque: nomesorprenderíasidehechomeataraaunárbolyencendieranunafogatapequeña,soloparaverquépasa.Paraversimesalehumonegrodelabocaylasorejasmientrasmequemo.Estánlobastanteborrachos.Ysonlobastantetontos.
—Oliver —vuelvo a susurrar, dando un paso hacia atrás, alejándome de loschicos…conelcorazónhechopedazos,unmúsculoquelatedemasiadorápido,quehaperdido lanocióndel tiempo.Mientras lacabezavayvieneentre lascosasqueaúnnohansucedido,ylascosasqueaúnpodríansucedersiOlivervaallago.
Elvientosoplaentrelosárboles,yelcieloestállenodenieve.Latormentaestáempeorando.
—Tehedichoqueerapeligrosa—comentaJasper,lobastantefuerteparaqueyolooiga.Doyotropasohaciaatrás,yotro,conlavistaclavadaenOliver.Quieroquedigaalgo,quegritealoschicosqueparen,quemedejenenpaz.Quieroquemesiga.Peroélsequedacallado.Todoloquealgunavezsintiópormí,todoloquedijo,sehaperdido.Sehaidoalosrinconesmásoscurosdesumente.
ElOliverqueyoconocíasehaido.Rhettsiguemismovimientos,yduranteunmomentoparecequevaavenirhacia
mí,asujetarmeelbrazoyvolverametermeenelcementerio;comosiyofueraloqueélnecesitaparamantenerocupadasucabezazumbante.
Asíquecaminoconprisaporlanieve,rodeandoellago,hastaqueyanopuedoverlosa travésdelviento,y juroqueoigocuandosemerompeelcorazón,cuandosilbaycruje.
Medetengocercadelmuelleymepresionolosojosconlasmanosparaevitarquesalganlaslágrimas.Noesasícomodebíasuceder.
Noesasícomoterminalahistoria.Unaprofunda cicatriz se abre enmi interior: un sitio donde siemprehabrá una
costraquenuncasanará.Contengolarespiraciónhastaquemedueleelpecho,hastaquemeardenlospulmonesávidosdeunabocanadadeairefresco.Latormentaazotaelbosqueyyoexhalo, largayprofundamente,mientrasunescalofríomerecorre lacolumnaysealojaconfirmezaenmediodecadacostilla.SiemprehetenidomiedodenoserunaWalkerdeverdad.Hetenidomiedodeterminarcomomimadre:cínicayasustadadeserquienes.Siemprepenséquequeríaestarsolaenestebosque, sinnadiemás,enunsitiodondenadapuedehacermedaño,dondenadiepuedellamarme«chicadelaluna»ni«brujadeinvierno»ni«salvaje».
Peromeequivoqué.Noquieroestarsola.Noquieroestardurmiendoaoscurasenmihabitaciónynuncavolverasentir lasmanosdeOliversobremipiel.Noquierounavida sin otras personas, sinOliver, sin quemi corazónmegolpee en el pechocomolocoysinsaberqueeldeotrapersonahacelomismo.
Mividaparecevacíayescasasineso.
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Soy unaWalker que ha encontrado su sombra nocturna. Soy unaWalker quequierequelaconsiderenmásqueunabruja,másqueunachicaqueinfundemiedo.QuieroserunaWalkerquepuedaconfiarensucorazón.Quieropoderperseguirestesentimientoquesurgedentrodemíacadaoportunidadquesemepresente.Quieroseramada.
Amada.Amada.Amada.Unamorimpulsivo,precipitado.Sinrazónnicautela;sinestarbuscandosiempre
unaformadeestropearlo.Loquieroaél.Bajolasmanosdelosojosydoyunpasohaciaatrásendirecciónalcementerio,a
travésdelatormenta.Porquenotengoalternativa.Porquetengoquellevármeloparaprotegerlo y evitar que se ahogue. Tanto si él recuerda o no, no voy a rendirme.PorquesoyunaWalker.Ymihistorianoterminaasí.
Perosoloalcanzoadarunospasos,pestañeounasolavez,yveoaalguienqueavanzaporlaorilla,atravésdelaventisca…unailusión.Unchico.
Vuelvoapestañear.Esél.Medetengoyempiezoasentirunzumbidodentrodelacabeza.Ladudayelmiedoseinstalanbajomipiel.Quierollorar.Oliverllegaadondeestoyyeltiemposehacemáslento.Éllevantalacabeza,y
elcorazónvuelveamipecho,vuelvearecomponerse,trenzandolasdelgadasfibrasdehiloparavolveraestarcompleto.
Alprincipio,susojosrecorrenelsuelo,perodespuésseencuentranconlosmíos.Nos quedamos mirándonos, y veo que él busca recuerdos en mi rostro. Buscamomentoseneltiempoquenovaaencontrar,porquecuandolomiroalosojos,séquenomerecuerda.NorecuerdaaesachicaquelosacódelbosqueWickerylodejódormir junto a ella. Él levanta la mano y yo contengo la respiración; lo miro sinpestañear.Creoquevaa tocarmeelcuello, lacara, laclavícula,perosusdedosmerozan el pelo, con tanta suavidad que apenas los siento.Mis párpados se agitan ycierrolosojos,mientrassumanovuelveaapartarse.
Cuandoabrolosojos,veoquetienealgoentrelosdedos:unaramita,conunahojaverdeypuntiagudaquecuelgadeunextremo,comosiesperaralaprimavera.
—El bosque se te queda pegado—dice él. Sin saberlo, repite lo que le dije laprimeravezquemequitóuntrocitodelbosquedelpelo,lamañanadespuésdequeloencontrara,cuandovolvimosalcampamento.
Unsollozosequedaatrapadoenmigarganta,yunasonrisameatraviesaelrostro.Él se queda con la hoja en la mano, un vestigio de cuando desperté entre los
árboles,conelpeloextendidoenelsuelo,yquizás,quizásélrecuerdealgunaparte
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pequeñademí,algoquenopuedequitarsedelacabeza.Oliverentorna losojos,yduranteunmomentopareceestaratribulado,comosi
intentaradiseccionarlostrocitosdesombrasdelosrecuerdosolvidados,delascosasqueaúnnohansucedido.
—¿Esposiblequenoshayamosvistoantes?—pregunta,conlascejasinclinadashaciaabajoyelpeloqueselerizajustodetrásdelasorejas,mientraslanievecaeanuestroalrededor.
Mis dedos quieren tocarlo otra vez, pero solamente me permito asentir con lacabeza,pormiedoaqueélsemeescape.
—Creoquesí.—Creoqueesavezmecaístebien—dice.Empiezan a rodar lágrimas por mis mejillas, imparables, lágrimas grandes.
Saladasydulces.—Creoquetútambiénmecaístebien.Él extiende el brazo, y con las puntas de los dedos, me seca las lágrimas del
mentón.Sonríeapenasunpoco,ysientoquemispiernasestánapuntodeceder.Nopuedocontrolarme:memuevohaciadelanteyapoyoambasmanossobresu
pecho.Élnoseaparta.Sientoeltum,tum,tumconstantequelatedentrodeél.Unchicoqueestávivo.Antesnuncahabíapodidoencontrarsuslatidos:lospulmonesrespiraban,losojossecerrabanalpestañear,lapielseponíacálidayluegofría.Sinembargo, le faltaba el corazón.Como si fuera incapazde recordar la cadencia quealgunavezhabíarasgueado.Peroahorapuedosentirlobajolapalmademismanos,yempiezaatemblarmeelcuerpoentero.
Unaexhalaciónabandona sus labios,y éldaunpasohaciamí, a tan solounoscentímetrosdedistancia,yme toma lamano.Norecuerdanada,deverdadqueno,perosabequeyosí.
Ytalvezesoseasuficiente.—Estás temblando—dice, y ahueca mis manos en las de él y las lleva a sus
labios, donde sopla aire tibio contra mis dedos—. ¿Podemos ir a algún sitio?—pregunta.
Asiento,peromispiernasnosemueven.Elcorazónrepiqueteademasiadorápido;losárbolessebamboleanyvuelvenasusitiodeuntirón.
—Latormentaestáponiéndosefea.—Oliveralzalavistaalcielo,ylecaenieveenelpelo,enlaspuntasdelasorejas,enlospómulos.
Sonríoyvienenmáslágrimas.Sonríoyséquequizás,talvez,todovaairbien.—Lashevistopeores—digoconunasonrisita.Lo negro en el borde de sus ojos se desvanece: la oscuridad que recuerdo de
antes, que siempre tenía en su interior. El frío ha desaparecido, como si nuncahubieraestado.
Tomadosdelamano,caminamosporlaorilladellago,pasamosporlatiendadelmuelle, donde alcanzo a ver al señor Perkins por la ventana de su cabaña,
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contemplando la nieve que cae. Vuelve a saludar con la mano y asiente con unpequeñogestodelacabeza,yyoledevuelvoelsaludo.
Sehadeshechoeltiempo,seharevertido.Seavecinaunatormenta,lapeorquehemostenidoesteaño.Lacarreteraquedará
cerrada,secortarálaelectricidadyestaremosatrapadosdurantesemanas.Perotendremostiempo.Muchotiempo.Yosiemprelotendré.
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OLIVER
SellamaNoraWalker.No sé nada sobre ella; sin embargo, por alguna razón recuerdo el arco de su
sonrisa,elsuaveríodesucabello,elrevoloteodesusojoscuandomemira,elaromade su piel a jazmín y vainilla, y cuando sus labios se fruncen y ella tararea unacanciónpor lobajo.Fluyenenmi interior recuerdosquedeningunamanerapuedotener.
Ellaesunnombreyunlatidoquevivendentrodemí,deunmodoquenopuedocomprender.
Lanievecae,laelectricidadsecortaylacarreteraquesaledelasmontañasquedabloqueada.Peroellanoparecesorprenderse:niporlatormenta,nipornada.
EllagosecongelayNoramellevaaltejado.Mecuentahistorias,fábulasquedeningunamanerapodríanserreales.Mehabladeunchicoqueseahogó,quevolvióaaparecer dentro de un bosque oscuro, que no podía escapar del recuerdo de losárboles.Delfrío.Yavecescreoquehablademí.Mecuentaqueelchicorescataaunachicadeunahabitación,quecreequeesunabrujaperono le tienemiedo.Medicequeningunotemíaalotro,apesardequedeberían.
Ellarecitasusrelatos,mientrascontemplamoslasestrellasyesperamosaquelaprimavera se asiente en el lago, a que cambien las estaciones. Escuchamos a losinsectos nocturnos que zumban desde los arbustos. Escuchamos a las flores deprimaveraquebrotandel sueloagrietado,a lasnochesquesealarganysevuelvenmáscálidas.Nosacostamoseneltejadoinclusocuandollueveacántarosenveranoylas gotas frías caen sobre nuestra piel caliente.Yo le acomodounmechónde pelodetrásdelaorejayellamebesaloslabios…yestoysegurodequeeselúnicositiodondequieroestar.
Estoysegurodequeel amorpuedeserunaherida:profunda,afiladay llenadesal.Peroavecesvalelapena.Avecesestoyconvencidodequelaheamadoantes,dequeestaeslasegundavezquemicorazónabrazaeldeellacondemasiadafuerza.
Lasegundavezquelahebesadoporprimeravez.La segunda vez que he apoyado mis labios sobre su cuello y dejado que mis
manossubieranporsuespalda.Lasegundavezquemeheenamorado.La segunda vez que he sabido que nunca me iré de estas montañas, del frío
bosqueoscuro,dellagosinfondoquesevedesdesuhabitación.Lasegundavezquehesabido,sindudaalguna,quenuncaladejaré.
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Librodehechizos
demedicinasdelbosque
yluzdeluna
NORAWALKERnacióbajounalunadepapelafinalesdefebrero,duranteunañobisiestodemuchoviento.
Su nacimiento fue silencioso: su madre, Tala Walker, apenas emitió sonido,mientrassuabuela,Ada,tarareabalamelodíadeunacancióninfantilparatraeralabebéalmundo.
Deniña,Norapreferíalasgranadasenlugardelasfresas,lamedianocheenlugardelmediodía,ysolíaseguirasuabuela,tirándolelafalda,rogándolequeledieraunodelosdulcesdejengibrequeAdallevabaenlosbolsillos.
LamadredeNorasupusoquesuhijahabíanacidosinsombranocturna,quehabíasido la primeraWalker enperder por completo la antiguamagia.Peroduranteunafríalunadeinvierno,NoraysuloboencontraronaunchicomuertodentrodelbosqueWicker, y mientras intentaba escapar de un incendio forestal, ella cayó al lago ydescubriósusombra,escondidadentrodelhueconegrodesucorazóndebruja.
NoraWalkerpodía torcerel tiempocomosi fueraunprismade luzproyectadosobrecristalesmarinosdecolorverdeazulado.
Para Nora, el tiempo nunca se había movido en línea recta, pero esa noche,aprendió que podía ir hacia delante y hacia atrás cuando su corazón se lo rogara,cuandoellalopidiera.
Podíadeshacerloserroresdelpasado.Podíacorregirsusequivocaciones.Podíatraerdevueltaachicosquehabíanmuerto.Yusósusombranocturnamuchasveces.Nora Walker se enamoró una sola vez, con una ferocidad abrumadora, de un
chicoquesabíaexactamenteloqueellaera.SequedóenellagoJackjawduranteelresto de su vida, en la vieja casa emplazada entre los árboles. Escribió muchashistoriasenellibrodehechizos,comoelinviernoenquelatormentaazotóellagoynotodossobrevivieron,noalprincipio.Sevolviónarradora,nosolodesuspropiosrelatos,sinode losobjetosperdidosqueencontrabadentrodelbosqueWickerydelaspersonasqueconocía.Contabasushistoriasparaquenolosolvidaran.
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Sinembargo,sumuerteesunespacioenblancoquenuncafiguróaquí.Porqueeltiemponoerafácildemedirparaella:elañoylaedaddesumuerte,delamayoríadelossucesosdesuvida,nopodíanserprecisos.
Pero se dice que Nora vivió la vida más larga, rara y completa que ningunaWalkerhayavivido.
Algunosinclusodicenqueesposiblequesuhistoriaaúnnohayaterminado.Dicenquelahistoriadeunabruja,deunaqueseescabulleporeltiempo,nunca
puedetenerunfinaldeverdad.
Cómotorcereltiempo:Encenderunavelanegradentrodeunaventanaquemirealsurydejarqueardadurantediez
minutosdeinvierno.Sosteneruntrozodecristalverdesobrelallama,paraproyectarunprismaenelsuelo.Escribirlafechaylahoradeseadasenunpapelblancoyquemarlosobrelavela.Cerrarambosojosyapagarlallamadeunsoplido.
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EPÍLOGO
Noexistenlosbosquescomunes.Sitiosconárbolesordinariosyterrenonormalycorriente.Los bosques están hechos demaldades y fechorías, de espinas quemuerden la
pieldesnuda,deraícesqueatrapanelcordónsueltodeunzapatoquecaminaporunsendero.Lamaldiciónviveenlaoscuridad,fermentadebajodelasdensascopasdelasramasperennes,seadentraenelbosquehúmedocomoungusanoconformadeaguja.
Peroalgunosbosquessonmásantiguosqueotros.Losmásantiguosdetodos.Algunos acumulan odio en la corteza y las hojas comidas por las mariposasnocturnas,demodoqueesimposibleatravesarlosysalirsinunrasguño.
Amenosqueestéshechadelbosque.Amenosquetecorrasangrenegracomoelalquitránporlasvenas.
AmenosqueseasunaWalker.LasWalkernunca temierona los árboles, al antiguobalanceode las ramasque
arañabansulargocabellotiznado.Loslugareñosdicenquebrotarondelsuelo,quesurgieroncomoárbolesjóvenes
ávidosdesolycalor,quesushuesosestánhechosderaíces,zarzasyortigas.Ellaspertenecenaestebosque;alríoNegro,dondeseencontrabaoroalolargo
delaorillarocosa;allagoJackjaw,oscuroysinfondo;alalunahinchada,quecuelgadelcieloesperandooírelsusurrodelhechizofurtivodeunaWalker.
LahistoriadelasWalkeresrara,fabulosa,yformapartedelfolclore.Yesoesloqueellasprefieren:serconvertidasenleyendas.
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AGRADECIMIENTOS
Pormomentos,escribirestelibrofuecomoperdermeenunbosquemuy,muyoscuro.Quizásnohabríaencontradolaformadesalirsinohubierasidoporalgunaspersonasespectaculares.
UnagradecimientotremendamenteenormeaNicoleEllulporaventurarseaentrarconmigoenelbosqueWicker,porhacerhechizos, finales inesperadosymagiaconlaspalabras. ¡Nohaydudadeque tienes luzde lunaen lasvenas!Gracias aMaraAnastas yLiesaAbrams por dar cobijo amis relatos oscuros y retorcidos.A JessiSmith y Thandi Jackson, gracias por leer infinidad de borradores.Gracias a SarahCreechpordiseñaralaperfecciónunaportadaquedamiedo;aMikeRosamilia,pordiseñar un interior igual de perfecto; y a JimTierney, por sumágica obra de arte.Gracias a Elizabeth Mims y Sara Berko por asegurarse de que las historias seconviertan en libros. Gracias a Clare McGlade por alisar los bordes. ¡Gracias aCaitlinSweenyyAlissaNigroporsumagiamarketinera!¡Gracias,LaurenCastner,por todo el trabajo ultrasecreto que haces! Gracias, Cassie Malmo, por hacermalabaresconloscalendariosyasegurartedequeesterelatolleguealasmanosdelamayorcantidaddelectoresposible.GraciasaAnnaJarzab,EmilyRitter,JillHackingyChrissyNoh:señoritas,soissuperheroínas.¡YgraciasatodoslosbibliófilosdelaoficinadeS&Squehacenposibleestelibrodetodaslasmaneraspequeñas/grandesquehevistojamás!
JessRegel,hasleídounacantidadinterminablederelatosmíos:relatosquenadiemásquetúoyoleerán,yhassidolamejoraliadaqueunapodríapedir.Brindoporlos libros que quedaron sepultados en las antiguas bandejas de entrada de ambas.Graciasportodo.Deverdad.
Amimadreymipadre,graciasportodosloscuentosquemecontasteisantesdedormir.ASky,graciaspordistraera losanimalesmientrasyoescribíayporcomersolocerealescuandonoteníatiempodecocinar.Tequerréhastalaeternidad.AMel,AndrayAndee,quesiguensiendolasmejoresamigasqueunachicapuedepedir.
A Ann y Nicky, Jeanie y Tyler. Tenía que cumplir con una fecha de entregadurantenuestroviaje,perovosotrasosasegurasteisdequememetieraenesaaguaturquesayjugaraalcocobocce.Osquieroatodas.Banana.
Aloslectoresdeestahistoria,sialgunavezseencuentranatrapadosenunbosqueoscuro,sinunacerillaparaalumbrarelcamino:sedvuestrapropialuz.
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SHEA ERNSHAW vive y trabaja en un pueblecito enclavado en las montañas deOregón con su esposo, un perrito llamadoDiesel y dos felinos peludos. Sumayorfelicidad la encuentra perdiéndose en un buen libro, perdiéndose en el bosque oescribiendosupróximanovela.
ConLamaldicióndelmarfueganadoradelOregonBookAwardde2019.
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