Por los pueblos de Lena - El Sastre de los...

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Por los pueblos de Lena (dos) la voz de los mayores los oficios artesanos los cambios de los tiempos Xulio Concepción Suárez Lena, 2014

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Por los pueblos de Lena (dos):

la voz de los mayores,los oficios artesanos,

los cambios de los tiempos

Xulio Concepción SuárezLena, 2014

2ª edición - 2014

© Texto y fotografías: Xulio Concepción Suárez, 2014www.xuliocs.comGestión editorial e impresión: HiFer Artes Gráficaswww.elsastredeloslibros.esISBN: 978-84-16209-04-0D.L.: AS-01912-2014

Pensando en todos aquellos mayoresque hicieron posibles estas páginas consus infinitas horas de información en lospueblos. Hoy hubieran resultado imposi-bles: todo un homenaje merecen estoshomes y estas muyeres, muchos, triste-mente, desaparecidas ya de aquellas cale-yas y cabanas, tan animadas sólo unoslustros atrás.

Y pensando de paso en todos aque-llos exalumnos y exalumnas que supieronentender el valor de nuestro entorno as-turiano más allá de notas, evaluaciones yprogramas: el valor de lo que tenemos al-reor, y que hemos de trabayar como en lasantiguas estaferias comunales, para seguirprogresando entre los cambios de lostiempos.

“Tierra, enséñame el coraje del árbolque se yergue solo.

Tierra, enséñame la libertad del águilaque grita en el cielo.

Tierra, enséñame la aceptación de las hojasque mueren cada año.

Tierra, enséñame a olvidarme de mí mismo,como la nieve derretida olvida su vida.

Tierra, enséñame a renacer, como la semillaque se eleva en primavera”

(De la tribu india azteca de los Ute)

• Relación de pueblos por parroquias 11

• Anotación sobre las grafías ts /ch /ll /l.l:uso hablado y representación gráfica 15

• Palabras previas 16

• El conceyu Lena: la memoria en los poblados.Agradecimientos debidos 19

• Justificación del trabajo 25

• Paisaje y paisanaje: el poblamiento y el medioa través del tiempo 30

• Nota histórica introductoria:Lena en el tiempo, de los prerromanos al dos mil 34

• Pequeña historia de los metales en Lena:las minas primitivas 49

• Pueblos por parroquias: situación, noticias, anécdotas… 56

• Las leyendas lenenses en torno a las cabanas 548

• A medias entre la leyenda y la creencia religiosa 559

• Los caminos: las vías pecuarias, las calzadas romanas,la ruta de la Plata, el camín francés… 562

• Algunos lenenses más conocidos por razones diversas 578

••Índice de contenidos

parroquias y lugares, algunos, hasta desaparecidos ya

• Los estudiantes de hace algunas décadas:de paso por los conventos 607

• Algunos otros aspectos de la vida en los chugarescasi hasta estos mismos días 610

• Los artesanos: los homes y muyeres con sus habilidadesde pueblo en pueblo 628

• Los oficios por los caminos:los arrieros, los carretros, los camineros… 644

• Los aperios: los utensilios de la casa y del campo,la mayoría fechos a mano entonces 650

• Los ganaeros: los vaqueros y vaqueras,siempre de camino entre los pueblos y los puertos,entre las casas y las cabanas 652

• Las plantas:los recursos naturales al alcance de la mayoría 654

• Los vestigios históricos: puntos de interés dispersospor el conceyu; algunos, conservados; algunosmuy deteriorados ya 657

• Las minas, los chamizos del conceyu y limítrofes 663

• Los xuegos populares: pa pequenos y mayores 665

• Gastronomía lenense: comer de casa en los pueblos 667

• Los grupos musicales y los músicos 676

• Las pintoras y los pintores a su aire y a su estilopopular (hay más bien muyeres, nesti casu) 680

• Las asociaciones culturales de diversos tipos 682

• Los deportistas lenenses 682

• El periódico “La Voz de Lena” 683

• La creatividad literaria: escritores y escritorasa su modo dentro y fuera de las aulas 684

• Apertura de centros públicos a la comunidad:volver a la escuela, muchos años depués; ahora, conordenatas, tablas…; las nuevas ferramientas dixitales 687

• Investigación, conservación y transformación 689

• Y llegamos al dos mil: nuevo milenium 690

• En conclusión: Lena en el tiempo, porque el pasadotambién es su paisaje en el presente 691

• Bibliografía amplia,con diversas informacionessobre el conceyu Lena 699

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Por los pueblos de Lena

Relación de pueblos por parroquias

1. Cabezón: San Pedro 561.1. Cabezón 561.2. La Muela 571.3. Naveo 591.4. El Posaúriu y Las Nieves 631.5. La Romía Baxo 661.6. La Romía Riba 691.7. Ventaveranes 71

2. Campomanes: Nuestra Señora 712.1. Campomanes 712.2. La Casería 782.3. La Casería Sorribas 782.4. La Caseta’l Rubín 782.5. La Caseta los Sierros 782.6. El Casetón 792.7. El Castión 792.8. Cimavilla 792.9. El Colléu 792.10. El Convento 802.11. Corneyana 802.12. Cuturresu 842.13. La Marniega 852.14. L’Escobal 862.15. Ferreras 872.16. El Moclín 882.17. Montalegre 892.18. La Nozala 892.19. Las Ollas 902.20. Las Pegas 912.21. La Rasa Baxo 912.22. El Reúndu 912.23. Río 922.24. La Rúa 932.25. Salas 94

2.26. Tiós 952.27. La Torre 1002.28. Villanueva 1012.29. Villar 1012.30. La Yana 101

3. Carabanzo: San Román 1023.1. Carabanzo 1023.2. Les Corres 106

4. Casorvía: Santa Eugenia 1064.1. Bustiello 1064.2. El Carril 1084.3. La Caseta 1084.4. Casorvía 1094.5. Malveo 1144.6. La Pandiella 117

5. Castiello: Santa María 1185.1. Ablano 1185.2. Biscalonga 1195.3. Biscayana 1205.4. La Carba 1205.5. La Casa’l Quentu 1205.6. La Casa Nueva 1215.7. La Casería 1225.8. El Casitu Sorribas 1225.9. El Casitu la Rasa 1225.10. Castiello 1235.11. El Coveyu 1245.12. Corravieya 1255.13. La Cueva 1265.14. La Malata 1275.15. Mamorana 1275.16. Otero 1305.17. La Rasa 1315.18. Ronzón 132

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5.19. Sopena 1365.20. Sorribas 1365.21. La Vega’l Ciegu 1365.22. La Vega’l Rey 142

6. Columbiecho: San Vicente 1456.1. La Cobertoria 1456.2. Columbiello 1476.3. El Piridiillu 1496.4. La Puenti 1516.5. El Sotón 151

7. Congostinas: Santa María 1527.1. Congostinas 1527.2. Linares de Baxo 1557.3. Linares de Riba 1567.4. Misiegos 1607.5. San Pelayo 162

8. Felgueras: San Lorenzo 1628.1. Alceo 1628.2. Las Campas 1648.3. Los Consorios 1658.4. La Covelleta 1658.5. Felgueras 1658.6. Palacio 1738.7. Santa Cristina 1808.8. Valgüena 182

9. Herías: San Claudio 1839.1. La Barraca 1839.2. Bendueños 1839.3. El Cabanón 1939.4. La Casa Nueva 1959.5. Herías 1949.6. Heros 2079.7. La Frecha 2099.8. Malabrigo 2179.9. El Molín 2189.10. El Quentu la Barraca 219

9.11. Renueva 2199.12. San Miguel d’Heros 2219.13. La Terruca 2249.14. Vegavieyos 224

10. Muñón Cimeru: Santa Eugenia 22510.1. La Bildosa 22510.2. Cuatrovientos 22610.3. La Culquera 22710.4. Les Cortines 22810.5. Cuvilla 22810.6. Los Fueyos 22810.7. La Ilesia 23110.8. La Maerá 23110.9. Malpica 23210.10. La Maramuniz 23210.11. La Muela 23410.12. Muñón Cimiru 23510.13. La Soterraña 23910.14. Pelay 23710.15. Reconcos 23710.16. Santumaeru 23710.17. El Trechuru 24010.18. El Venceyal 241

11. Parana: Santa María 24311.1. Navidiellu 24311.2. Parana 24311.3. La Polea 24711.4. San Pelayo 24811.5. Sanandrés 25011.6. Villar de Parana 253

12. Payares: San Miguel 25612.1. L’Alto Payares 25612.2. El Brañillín 26012.3. La Campa 26112.4. La Estación de Payares 26112.5. Floracebos 261

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Por los pueblos de Lena

12.6. La Malvea 26312.7. El Nocíu 26412.8. L’Ombriillu 26612.9. Payares 26712.10. La Pedrosa 27612.11. Polación 27612.12. El Ruchu 27812.13. Santa Marina 27912.14. La Triema 28112.15. Villar de Payares 281

13. Piñera: San Juan Bautista 28413.1. Carraluz 28413.2. Piñera Baxo 29013.3. Piñera Riba 291

14. La Pola: San Martín 29514.1. L’Almoría 29514.2. Ayán 29714.3. Azán 29814.4. La Barraca 29814.5. El Bayo 29914.6. Brañallamosa 30014.7. La Caleya 30214.8. La Calzá 30414.9. Los Campos 30414.10. La Casa Nueva 30414.11. Castañera 30514.12. Chencia 30614.13. El Corraón 30614.14. El Cortijo 30614.15. La Crespa 30714.16. Cuamoros 30714.17. Las Figares 30814.18. La Miera 30914.19. Morúes 31014.20. Muñón Fondiru 31614.21. Palaciós 319

14.22. Piedracea 32214.23. La Pola 32714.24. La Ribaya 33414.25. Ribó 33414.26. Robleo 33514.27. La Rozadiella 33614.28. San Feliz 33614.29. El Sosellar 33714.30. Tablao 33814.31. La Teyera 34414.32. Torneros 34514.33. El Valle (La Corrona) 34514.34. El Valle (La Pola) 34514.35. Los Villares 345

15. Las Puentes: San Martín 34615.1. La Cuaña 34615.2. Fierros 34715.3. Fresneo 35215.4. Güelles 35515.5. La Muela 35915.6. Orria 36115.7. La Parra 36415.8. Las Puentes 36415.9. La Viguillina 366

16. San Miguel del Río 36616.1. San Miguel del Río 36616.2. Valdarcos 370

17. Sotiecho: San Antolín 37017.1. Alceo los Caballeros 37017.2. Ruteso 37217.3. San Bras 37317.4. Sotiecho 375

18. Teyeo: Santa María 38418.1. Armá 38418.2. Arnón 38418.3. Artos 386

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18.4. La Cortina 38918.5. La Cruz 39218.6. Los Pontones 39918.7. Reconcos 40218.8. Riospaso 40618.9. Teyeo 41318.10. Traslacruz 42718.11. Llandicuandia 43318.12. La Vallina 433

19. Tuíza: San Cristóbal 43319.1. Acebos 43319.2. El Quempu 43919.3. Tuíza Baxo 44419.4. Tuíza Riba 454

20. Villayana: San Martín 46720.1. L’Acebal 46720.2. L’Ascaldá 46720.3. La Bárzana 46820.4. Biscarrionda 46920.5. Cabo 46920.6. El Cantarillón 47020.7. La Canterona 47020.8. El Casqueyu 47120.9. La Caseta 47120.10. El Castiellu 47120.11. La Collá 47220.12. La Corraona 47220.13. La Corrona 47220.14. Fresneo 47320.15. Malpique 47420.16. Misiegos 47520.17. La Mora 47520.18. El Padrún 47620.19. La Pena’l Cuirvu 47620.20. El Quentu Culibriru 47620.21. El Questru 476

20.22. La Quintana 47620.23. El Quintanal 47820.24. El Requexón 47820.25. El Requexu 47920.26. Retalente 47920.27. El Retrunal 48020.28. Retruyés 48120.29. Samartino 48420.30. La Sapera 48420.31. Senriella 48520.32. Les Tercies 48820.33. Vallines 48820.34. La Vega 48820.35. Vegamuro 48920.36. Villasola 48920.37. Villayana 48920.38. La Viña 49520.39. La Yana 498

21. Xomezana: San Pedro 49821.1. Espineo 49821.2. Las Monas 50221.3. San Pelayo 50721.4. Santa Cristina 50721.5. Santiago 50721.6. Villarín 50821.7. Xomezana Baxo 50821.8. Xomezana Riba 510

22. Yanos de Somerón: Santiago 52522.1. Adraos 52522.2. Munistiriu 52622.3. Yanos de Somerón 529

23. Zurea: San Miguel 53723.1. Valle 53723.2. La Viña 54123.3. Zurea 541

Total: 23 parroquias; 251 poblados antiguos

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Por los pueblos de Lena

Es evidente que la pronunciación le-nense más arraigada era la de Vitsar, Cas-tietso, Columbietso, Tsandicuandia, La Vatsota,La Pena Tsago, El Tsagüizu… Antes se re-presentaba con la famosa ts vaqueira (ts,en los escritos, en los diccionarios, tesisdoctorales…). No obstante, desde hacealgunas décadas esta articulación se fuevolviendo con ch poco a poco: Vichar,Castiecho, Chandicuandia, La Vachota, LaPena Chago, Sotiecho, Columbiecho, Castie-cho… Hoy, entre los mayores se escuchacasi siempre así: el cheísmo inevitable que,incluso, prefieren muchos jóvenes de lospueblos, sobre todo. El proceso de cas-tellanización creciente (tele, prensa, cole-gios…) llevó hacia la ll en muchos casos:Villar, Castiello, Columbiello…

Pero, como en los pueblos leneses sehabló siempre asturiano (con tesis doc-torales y todo para confirmarlo), lo máscoherente será recoger la pronunciaciónantigua, aunque a veces se ponga tambiénla más generalizada, la castellanizante, ola ch, sin más. Sería la misma grafía queaparece en algunos mapas con l.l, ll, conlos dos puntinos debaxo, pero que des-apareció (se eliminó) de los diccionariosnormativos, sustituida por la simple llcastellana: villar, llagu, castiellu...

En consecuencia, por esa evolución delos tiempos y las normas, en ocasionesaparecerá la grafía ll, o l.l, por facilidad delos que así ya la tienen asimilada hoy: sedivulga en los Ayuntamientos, se usa enlos colegios… Pero el objetivo siguesiendo el mismo: representar el nombrede los pueblos, de los objetos, de los con-ceptos, de las palabras lenenses…, comolos recuerdan los mayores cuando eranguajes y escuchaban a sus padres o a susgüelos y güelas. Es decir, con la ts vaqueira,poco a poco cada vez más ch: pero, en lospueblos, nunca ll, hasta tiempos más re-cientes. El móvil, el ordenata, interné, fa-cebook, wasap…, van castellanizandocasi todo en muchos casos. En el librorespetamos (y disfrutamos) con la ts desiempre, o transformada en ch, comohacen ya los nativos a su gusto. Simplecuestón gráfica, en esa evolución impa-rable de los tiempos: la lengua la hace elpueblo.

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Anotación sobre las grafías ts/ch/ll/ l. l (Vitsar / Vichar / Villar…)

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“¿Y si volvemos a prestigiar la agricul-tura? ¿Y si el agricultor fuese consideradosocialmente alguien imprescindible en lacadena de la vida? ¿Y si miramos con res-peto a los bosques? ¿Y si se vuelven a lim-piar los suelos, y si la hojarasca vuelve aser cama de animales y estiércol y vida?

(Ernesto Rodríguez Abad)

Palabras previas

Una vez más volvemos a comprobarque casi nada desaparece del todo, másbien se transforma, cambia de espacio ode tiempo, pero algo permanece más alláde su exiguo recinto inicial. “Vivir es vervolver”, que decía Azorín. O “La historia esel presente”, que pensaba también Nietzs-che varios siglos atrás. Es decir, que elpaisaje a la vista viene a ser el resultadode nuestras estayas, andechas y estaferiasrealizadas de siglo en siglo. Y, si las esqui-sas no se hicieron a su tiempo, nunca sedetuvo la primavera o la seruenda pararecuperarlas: las zarzas seguirían en au-mento y los cierres de las fincas en dete-rioro. Un conceyu, unos pueblos, unespacio habitado entre el valle y las mon-tañas, sólo será el resultado del trabajo in-dividual y compartido: la red social, quese dice ahora, más allá de facebook, twit-ter y compañía. Más allá del tiempo y delespacio.

Lo dicen también las palabras: porejemplo, la simple voz agricultura (tan si-lenciada ahora por intereses muy diver-sos) fue la primera cultura (¡lo que son lasparadojas!). Bien lo atestigua cualquierdiccionario: cultura, en sus comienzosprerromanos sólo significaba ‘cuidado,cultivo’, aplicada a la técnica más primi-tiva para aprovechar (optimizar) mejor elsuelo que daba de comer. De ahí tantosotros derivados léxicos después: elmismo culto a las divinidades, a los santosy a las santas, no era sino otra forma decuidado, de alabanza, de tener contentosa los supuestos protectores de los sem-brados, de las personas, de las almas y loscuerpos. Cultivar las buenas relacioneshumanas y más allá de las humanas. Deahí tantas ermitas y capillas rurales, consus patronos y patronas hasta en losmontes y en las brañas.

Y, con esas coincidencias paradógicas:hasta el mismo cucho (¡quién lo diría!) de-riva del latín cultum, con el mismo sentidode ‘cuidado’, el abono necesario para queel campo diera sus productos deseados.Lo dice el refrán: “Dios pue muncho, peromás el cucho”. Es decir, los lugareños biensupieron siempre que el culto en la ilesiao en las fiestas (con las monedas en elcepu y los chacones al sentu incluidos),estarían bien si acaso; pero lo que casinunca fallaba era una buena capa de cuchosobre las tierras de semar o los praos depacer. Para la tierra, el mejor culto, el cucho.

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Por los pueblos de Lena

Por ello, palabra sagrada la agricultura: elcuidado, el culto, la adoración de la tierracultivada. La Tierra-Madre, que ya decíael indio Seatle, un par se siglos atrás.

Desde aquel Por los pueblos de Lena, aestos nuevos tiempos del milenium másallá de las distancias

Con este objetivo de reflexionar sobreel paisaje habitado (trabajado, cultivado) enlas montañas desde tiempo inmemorial, sehabía publicado a mediados de los añosnoventa aquel libro, Por los pueblos de Lena,redactado gracias a la memoria de tantoslugareños y lugareñas mayores, que durantemuchas horas me habían aguantado (aveces, hasta con café o casadiecha en pago).Muchas explicaciones fui recogiendo de lavida en las caleyas y en los montes, cuandono había otro remedio para poder comer ysobrevivir en estos duros espacios de mon-taña, siempre más o menos al rigor de loscaprichos del tiempo en cualquier estacióndel año. En aquellas casi quinientas páginasde entonces el pasado se hacía presentetambién en Lena.

Casi veinte años después, mucho se fuetransformando el paisaje lenense, comono era menos de esperar: para bien o paramenos bien, el concejo sigue disponiendodel mismo espacio, pero en un tiempo yamuy distinto y distante del que recogíahace años. Tal vez por ello, muchos lecto-res y amantes de su tierra, dentro y fuera

del concejo, siguieron preguntando por ellibro, una vez agotado ya al año siguientede su edición. Porque, con los nuevos airesdigitales, hasta los mismos espacios pareceque dejan de ser geográficos del todo tam-bién. Los jóvenes de antes tenían que con-formarse muchas veces con abrirse unasprecarias cavadas en el monte para iniciarla vida de recién casados: una borroná palas patatas, las cavás, los cortinales para lasiembre de la escanda y otros cereales. Secuidaba lo que había cerca.

Con los cambios de los tiempos y laemigración estudiantil, sin criterios demejor o de peor, los jóvenes tienen que se-guir hoy abriendo sus nuevas áreas delabor a muchos km de distancia: empresasmultinacionales, teletrabajo, forzosos des-plazamientos a diario. Se van borrando loslímites entre lo cercano y lo lejano. Todaslas monedas tienen dos caras, y las nuevastecnologías no iban a ser la excepción: nimejor la una que la otra. Simplemente, lasdos forman parte del mismo sistema devalores en cada tiempo. Porque hoy lasdistancias ya no se marcan en km, sinomás bien en nuevas tecnologías y recursosvirtuales. Glocalización y globalización secomplementan al mismo tiempo.

Con la esperanza de seguir adaptando alpresente los valores del pasado

El impulso definitivo para la reedi-ción de aquel libro, Por los pueblos de Lena

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(corregida, aumentada, actualizada) lopusieron algunos inolvidables exalum-nos ahora más comprometidos porLena, en diversas agrupaciones sociales.Es el caso de Rolando, Agripino, Nedi,Tomás…, que bien entendieron aquellode que el trabajo compartido sobre elentorno en que vivimos es más renta-ble, si lo seguimos reconstruyendoentre todos, como en las estaferias deantes. Sólo con lamentarnos no vamosa cosechar más que desalientos: divi-diendo las estayas, el extenso paisaje ha-bitado en que vivimos lo agradecerá deforma más productiva y vistosa. Y po-dremos cosechar sus frutos. Con ellibro reeditado, intentamos esa estayanecesaria de la historia popular lenense,ausente en obras mayores regionales.

Tal vez, por ello también hace algu-nos años, otra iniciativa parecida sehabía resumido en aquel otro libro deL.lena fala, escrito incluso por los pro-pios protagonistas de los pueblos.Siempre viviremos en el edificio queseamos capaces de construir partiendode lo que tenemos y de lo que seamoscapaces de seguir haciendo: todos lospueblos, las diversas regiones, las cul-turas más distintas y distantes, sóloprogresan en cada milenio si son capa-ces de adaptar al presente los valoresque las hicieron posibles. En otro caso,no hay progreso, sino sólo paso deltiempo.

Por eso algunos nunca olvidamos laimportancia de aprender desde bien pe-queños: antes, en aquel reducido espa-cio de cada valle y poco más. Hoy en elamplio universo mucho más allá de lasmontañas del Payares, muy distante enkilómetros, pero siempre en parte cer-cano con los recursos digitales, las au-topistas, las ferramientas informáticasde moda ahora. En unos segundos al-guien se comunica más rápido hoy amiles de kilómetros con un amigo, ocon su familia, que hace medio siglocon el vecino del pueblo a un kilómetrode casa; o con el vecino del mismo pue-blo, incluso. Lo que son las paradojas yla magia del móvil.

En homenaje a las ferramientas de siem-pre en los pueblos de montaña: el ingeniode la mente, la ilusión renovada cada ma-ñana, el trabajo de la andecha, la esquisay la estaferia

En fin, como cada presente siempreviene a ser el pasado que seamos capacesde mejorar y transformar (en trabajo co-operativo, que se dice ahora), sacamos ala luz una nueva versión de aquel libroagotado. Un sentido homenaje a los ma-yores de aquellos años, pero sin olvidar atantos y tantas jóvenes que, por razonesde laborales sobreviven fuera del con-ceyu, buscando nuevos espacios comohacían los artesanos y los labriegos consus oficios de antaño. En todo caso, sirva

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Por los pueblos de Lena

el ejemplo de aquellos mayores, cuandopara una inmensa mayoría, había tanpocas ferramientas disponibles.

Y porque el pasado, ciertamente, nosólo es el paisaje del presente, sino quetambién será el paisaje del futuro. Porello, con aquellas ilusiones de los güelosy güelas, pero con las herramientas ynuevas tecnologías del milenium, dentroo lejos de los pueblos de Lena, sigamosreflexionando sobre la vida en los chuga-res desde tiempo inmemorial: aprove-chamiento extremo de los recursosinmediatos (a nuestro alcance), ingeniosaguzados por la necesidad diaria, habili-dades con el arte de la mente y de lasmanos, fe ciega en las capacidades yfuerzas propias, enraizadas en una tie-rra-madre que sobrevivió hasta la fecha,por encima de los tiempos.

Toda una vida de iniciativas y peripe-cias, iluminada con la esa larga voz orala medias entre la creación literaria, la le-yenda, la creencia, el mito, el culto, elrito… Pero sobre todo, el cultivo de lailusión y del hacer diario: el trabajo per-sonal, el de la estaferia, el de la andechay el de la estaya, según los casos:

“El coraje del árbol que se yergue solo...;renacer como la semilla que se eleva enprimavera”

que recuerda la copla india de los Ute.

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El conceyu Lena: la memoriaen los poblados

AGRADECIMIENTOS DEBIDOS:

Las páginas que siguen son el fruto deunos cuantos años de conversaciones,caminos y senderos, al par de muchos lu-gareños y lugareñas bien conocedores desus pueblos y puertos pateados desde pe-queños. A mis experiencia asturianas porlas caleyas de Herías, fui sumando otrasmuchas recibidas después por éste yotros conceyos. Por los chugareslenenses, por brañas y cabanas..., seguíaprendiendo el arte de la creatividad in-memorial de los lugareños, a la hora desubsistir en las montañas, con tan escasosrecursos y con medios tan precarios.

Por los puertos y los pueblos, las horasde cabana al mor del fuibu, en la cocinao baxo l’horro, resultan inolvidables conmuchos vecinos y vecinas. Por el verano,en los parajes altos (Güeria, la Vallota, ElMeicín, La Paradiella…). En la seruenda,pe las caserías de los cordales cimeros(Bovias, Porciles, L’Invernal, Custumiz,El Xafre…). Pel invierno, más bien nas coci-nas de los pueblos, o baxo l’horro, si el tiempulo permite (si se cai d’algún café de pote, una ca-sadiella, una fayuela…, el favor completu). Hoyya no hubiera sido posible todo esto: ellibro sería otro.

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Na cabana’l Puerto: güelos, fíos y nietos pelverano na braña (foto de Juaninacio)

Por comenzar por el valle de Fierros, Pa-yares….

Por muchos años fui escuchandodatos, recuerdos, nom-bres del terreno, en lamemoria clara deRamón el de Parana, So-lita, Amparo; Julio, Julín,Duardo, Milio, Getino yFonso, en Sanandrés.Agustín, Farpón, JoséManuel, Sidro, en Fie-rros; Tomás, Rosa, Ju-lián, Tantín, en Fresneo.Jesús, Berto, Maruja,Luisín, Malia, Nedi, enMalveo. Pepe, Quique,Lolo, Laude, José Ma-nuel, Juanín Valdés,Gafo, Carlos, Carmina,

en Casorvía. Luisín, Armando, Fifi, Balbi,Luis, Modesto, Pedrín, Berto, en Güe-ches; Faustino, Gloria, Ricardo, Enrique,Leandro, Juan Manuel, en Congostinas.

Alberto y Albertín, en Linares. Agus-tín, José Manuel, Isidro, Manolo, ÁngelFarpón, en Fierros. Miliano, Tomás, Tan-tín, Pepe Montero, en Fresneo. ManolínTrobo, en La Muela. Albalá, Luis Simón,Charo, Raúl, Loren, Alfredo, Leyo, enNaveo. Isaz y Lin y Lino, en La Frecha.José el Panaíru, Segundo, Maruja, MaryNieves, Manolita, Flora, Quina, Erminia,Pura, en Renueva. Segundo y Maruja,Fernando, en Heros. Misael, Ciona,Duardo, Luis y Conchita, en Bendueños.En Herías, sería larga la lista de los quefui aprendiendo costumbres y nombres

desde mi infancia: siem-pre faltaría alguno.

O anotando las pala-bras precisas de AmalioTorres, Antonio y Valen-tín, en La Romía Baxo;Cholo, Antonia, Belén,en La Romía Riba. Ri-cardo, Esperanza y Fe,en El Alto Payares. Pepe,Justo y Milia, Jose, D.Benjamín, Amada, San-tos, Tilde, Pedro, Céfero,Lolo, Modesto Sama,Polo de la Riva, en SanMiguel del Río. Inacio,

El zurrón pa dir y venir palpuertu: pa la carraca, pa las

mantegas, pa la cuayá…

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Por los pueblos de Lena

Elena, Jesús Rúa, en Vichar. Pepe, en ElNocíu. Tista, Modesto, Fonso, Ramón,Gloria, Mary Nieves, María Jesús, MaríaEugenia, en Santa Marina. Juan, Tino(padre y fíu), Roberto, Chuchi, Berto,Mario, Primitivo, Cuqui, Primitivo Cachero(padre y fíu), Antonio, Manolo, Jesús, Pepe,David, en Yanos de Somerón. Antón,Pepe Faes, en Floracebos. Justo, Ángela,Miguelín, Fernando, Chuso, Margarita,Valdomero, Jesús, en Payares. LorenzoTascón: ya en tierras de Pindiella (Pendilla).

Pel Valle Güerna…

Tuve la suerte de pasar a las libretas mu-chas y pacientes informaciones de Manoloel Barbero, Vítor el de La Fuente, José elde La Rúa, Daviz el Ferriru, en Campoma-nes. Manolo, Gelín, Pili, José, Amparo, enCorneyana. Milio y Pola, en Cuturresu. Jua-

quín, Jacoba, Maruja, Belarmo, en El Co-chéu. Caetano, en Ferreras. Pepe Reguera,Arturo, Rigo, Lauriano, Javier, Colás, Mo-desto, Chuchu, en Tiós. Inés, Luis, Gene-rosa, Gelín (los dos Gelín), Máisimo,Cacio, Quico, Inacio, Juan Pereda, Piedad,en Sotiecho. Félis, Leandro, Belio, Pablo,Isaz, en Valle Zurea. Plácido, Antón Pala-cios, Carlos (padre y fíu), Marcos, Juan elde Silveria, Dorín, Valentina, Juan Inacio,Gema, Daniel, Milio, Alfredo, Alfredín,Rita, Nieves, Efrén, Pedro, Avelino, Matías,Cándido, Tino, Feliciano, en Zurea.

Muchos detalles del paisaje fui obser-vando con Manolo, Ángeles, Arximiro,Guillermo, Raúl, Palmira, Andrés, en Es-pineo; Silvino, Ito, Berto, Juan Carlos,Paco, Luciano, Cuqui, Blanca, Marcos, enCarraluz y puertos del Fasgar, Los Cua-dros, Cuayos; Julio, Josefa, Andrea, María,

Zurea: vaqueros nel Puerto Cheturbio(foto de Juaninacio)

Zurea: las buenas cuadras del Cochezu, nelcordal de Porciles

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José Luis, Pedro, Juan, Luis, Maite y AnaRosa, en Piñera Riba. Sisto, Francisco yMaría, en Piñera Baxo. Pepe y Vitoria,Pepe, Gelinos y Sabel, en La Cortina. Mái-simo y Luis, en Arnón. Aurelio el del Re-bollal, Pedro, Marta, Irene, Rosina, Celia,Lola, Luisa, Argimiro, Ramón, Luis y Vidal,en Xomezana Riba; Juan y María Díaz, Fe-lipe, Soledá, José, Isaz, César, Luisito, Luisel de Arsenio: en Xomezana Baxo.

O tomando notas y notas de Marcelino,Isaz, Maruja, Cundo, Tono, Pepín, enTeyeo y puertos del Chegu y La Vallota.Antón, Maruja, Nardo, Olegario, Manuel,Matilde, en Traslacruz. Milio, Jesús, PepeLuis, Marisa y Luis, en Los Pontones. Ja-vier, Luisa, Jesús, José, Francisco, Teresa,Maruja, en Reconcos. Tista, María, JoseManuel, Josefa, Auri, Quico, Maruja, Tina,Toña, Mino, en El Quempu. Juaquín, Ul-piano, Pedro, Jesús, Juan Antonio, Fran-

cisco, Nedi, Jose, Flor, Mari Cruz, en LaCruz. Manolo, Carlos, Luis, Anita, Nardo,Mino, Manolín, Milio, Ramón, en Rios-paso. Daniel, Pepe, Quico, en Tuíza Baxo.Pepe, Maruja, Fernando, Ramón, Fael,Manolito, Sabel, en Tuíza Riba.

Pe los pueblos más fonderos del conceyu.

Por los pueblos más fonderos, muchasanécdotas y detalles escuchados tambiéna Ramonín y Luisa, Ramón, Manolito,Sara, Javier, en Ronzón. Moisés, José Ma-nuel, en La Covecheta. Lucio, Herminio,Leoncio, Raúl Faes, en Palacio. Carminay Miguel, en Felgueras. Manolín el Roxu,César (padre y fíu), Esperanza, Victoria,Tina, Bilio, en Alceo. Mejido el de LaRasa. Felipe, Chuso, en La Cueva. Santos,en El Coveyu. Ramón, Nieves, en Corra-vieya. Milio y Mercedes, en Ablano.

En Fasgar: los mozos de la braña

Nel Puerto Cheturbio: buscando nel zapicupe la mañana (foto de Juaninacio)

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Por los pueblos de Lena

O a Polo, Chuchu, Carmina, Tino Far-pón, Manolito, Monse, Gregorio, Sabel,Mercedes, en La Vega’l Ciigu, Otero, Ma-morana. Luciano, Manolín, en La Vega’lRey. Sensa y Maruja, en La Cobertoria.Benita Escalada, en La Puenti. Vítor, An-tonín, en Sorribas. Fernando y Manolita,en La Crespa. Santos, en Cuamoros. Co-vadonga, en El Vache. Juaquín Vázquez,Costante, Fernando, Otto, Elías, en LaPola. José Ramón y Esperanza, en Fres-neo (sobre San Feliz). Antón, en El Re-trunal.

Por el valle de Muñón y altos de L’A-remu, Silvino, en El Venceyal. Vicente yBerto, en La Muela. Amador, José, en Re-concos. Pepín, Primitivo, Tonín, Chuso,Leoncio, Berta, en La Merá y altos deMuñón. Ismael, en Brañachamosa. Duardo,José Antonio, en La Maramuniz. Elvira yVicente, en Los Fueyos. Pacita, RubénArgüelles, en Muñón Fondiru. Manuel deCilia, en El Sosellar. Paco, Amador, José,Honorina, María, Toño, Mariano, en Armá.

Ya más fondos, muchas notas tomadasde Miguel de Dios, Jesús Bayón y Vene-rando, en Villayana. Guillermo, Ulpiano,Antón, Carmina, Ladino, en Retrullés. JoséRamón Lobo, en Senriella. Antón, en ElRetrunal. Covadonga y Neira, en El Valle.Juaquín Vázquez, Constante, en La Pola.Meneses, en Naveo de La Pola. Constante,José Ramón y Esperanza, en Fresneo de

La fiesta’l pueblu a la salía misa: congaitiru, tamboretiru…

La orientación inequívoca sin brújula: el norte,la xelá; al sur, la cara esnevia

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La Pola. Manolita y Fernando, en LaCrespa. Santos Requejo, en Cuamoros.Manolo, en La Casa Nueva y San Feliz.Antonio Hevia en Ribó. Antonín, Maruja,Antón, Gina y Gabino, en Palaciós.Ramón, Chuso, Daniel, en Tablao. Manolo,Juan Hevia, en La Casa Nueva y San Feliz.

En fin, imposible citar aquí a todosaquellos paisanos y paisanas que tantasveces no sólo me dieron nombres, detallesde las cabañas y las brañas, costumbres delos sembrados o de la yerba, normas veci-nales para las esqusias, las estaferias…,sino que me obsequiaron tantas veces conel café de pote, unas sabrosas manzanasde casa, o la cena misma, cuando se dibafaciendo tarde y todos disfrutábamosaprendiendo en la tertulia: unos dandonombres y costumbres, otros, intentandoexplicarlos. Hasta la edad de las cosas te-nían calculada a su manera, a falta de otrasestadísticas informáticas:

“Una xebe, tres años;tres xebes, un pirru;

tres perros, un caballo;tres caballos, un paisano”

(recordado por Arximiro el d’Espineo)

Otto y Elías, pe La Pola y pel conciyuantiru.

Muchas informaciones del s. XX deboa Otto y a Elías: dos hermanos con me-

moria imprescindible a la hora de recom-poner los hechos y novedades que se fue-ron sucediendo desde finales del s. XIXa estos mismos días. En principio, con-servan buena parte de los periódicos deaquellas a estas fechas, con los que sepuede seguir día a día la información so-cial al alcance del pueblo. Otros docu-mentos, fotografías, anécdotas, coleccionesde la época..., podrían completar unabuena investigación y hasta una tesis doc-toral. Sus oficios y aficiones como mecá-nicos, empresarios (fábrica de zapatillas,etc.), deportistas…, y otras actividades depueblu en pueblu, o de conceyu en con-ceyu, hicieron de Otto y Elías dos verda-deros eruditos populares, dignos deentrevistas especiales. Sigue la memoriade Elías para atestiguarlo.

Y tantos otros corresponsales a su modo,que cavilan pe los llugares pa cuando mevean la próxima vez (o me mandan algoper interné).

En otros aspectos lenenses, menciónespecial debo hacer también de los colla-cios de mi generación (más o menos),hoy cada uno en su aventura profesionaldentro o fuera del conceyu y de Asturias,pero que en todo momento sofitan misproyectos (ahora también ensanchadosen la web). Gracias a estos amigos desiempre, seguimos entre todos descu-briendo costumbres, detalles y nombres.Imprescindibles fueron siempre, Luisín,

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Por los pueblos de Lena

Juan Manuel, Pepín, Miguel, Paulino, Mo-desto, Pedrín, Berto, Ángel, Valerio el deHerías, Alberto el de Tiós, Duardo el deBendueños, Nedi, Felipe, Raúl el d’Espi-neo, José Ramón Estrada, Berto el deTiós, Toño el de Zurea, Falo, Juan Bau-tista, Xerardo, Primitivo el de Yanos, Ru-fino Vallejo el de Casorvía…

Como resultan imprescindibles esosmontañeros más duros y especializadosen alturas, de los que siempre se aprendealgo de esta y otras tierras, que ellos tie-nen el privilegio de conquistar con suschirucas y sus aventuras: Silvino Falcón,Rafa Polonio, Miguel, Piquero, Luis Cas-tañón, Paco el de La Caleya, Marinero…Cada uno lee los pueblos y las montañascon su código de colores y con sus obje-tivos de lectura. De todos vamos apren-diendo algo y matizando lo que tenemos.

Como he de hacer mención especial delos conocimientos de Raúl el d’Espineosobre el entorno de los montes y los pue-blos, no sólo lenenses, sino del resto as-turiano en su conjunto: con sus palabrasuno va deduciendo esa vida rural quesiempre late en el boscaje espeso del ve-rano, entre las urcias, por los acebales ypeornales del invierno, o tras las huellasque podemos leer entre la nieve, en lasxebes o en el barro, en cualquier estacióndel año. Son los signos imperscindiblespara esa ‘lectura’ del paisaje que tenemosal alcance de la vista, si ‘leemos’ con deta-lle el suelo que pisamos, los cordales quecruzamos, o el cielo que contemplamos.Raúl podía hacer todo un libro sólo conlas huellas y la vida sigilosa de los bosques.

••

“¿Qué penas tan ilustres

son las penas

que se padecen en la serranía!:

¡Qué luminosas penas en la fría

culminación de piedra, y qué serenas!”

(Miguel Hernández)

Justificación del trabajo

Hace ya algunos años, allá por losochenta, se despertaba, al fin, un interésespecial por las cosas asturianas de lospueblos y, especialmente, por los chugares

En las cabanas de Güeria, una noche defilanguiru al mor del fuibu

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de montaña. Empezaron a salir en laprensa y en los libros, por lo menos, losnombres de los pueblos y los puertos, talcomo los pronunciaban los lugareños, almargen de los carteles colgados casi portodas partes en castellano. Periodistas, es-critores, aficionados a la montaña, a lacultura popular, empezaron a escribir sinrubor los nombres que escuchaban a loshomes y muyeres en cualquier caleya. Yasí empezamos a leer, por fin, Casorvía,Malveo, Zurea, Armá, Piedracea…, y noya *Casorvida, *Piedraceda, *Armada...,tan lejos del asturiano en Lena.

Los que tuvimos la suerte de hablardesde pequeños la lengua de los padresy los güelos, en las caleyas y entre las ca-banas de los puertos; o de estudiar mástarde las teorías lingüísticas en las aulas

diversas, vimos ya entonces una puertaabierta a nuestra ilusión, siempre unpoco silenciada: atisbamos la oportuni-dad de poner en unas páginas todo esediccionario de nombres lenenses queforman nuestros pueblos entre Villayanay Tuíza, o entre Retruyés y Parana, oentre Carabanzo y L’Alto Payares. Poderpublicarlos tal como los escuchamos alos paisanos y paisanas de los pueblosfue un placer ya en sí mismo. Fuimosmuchos los que nos conformamos conello. Por fin, saboreamos hoy los sonidosasturianos.

Aquellas primeras páginas tan pateadasunos años atrás.

Fuimos así poniendo en unas páginaslos penúltimos latidos de esa vida astu-riana que se va de estas montañas, enocasiones sustituida, simplemente, pornada. Fuimos aprendiendo a “leer” unpoco mejor estos poblados. Las aficiónse fue incrementando con algunos datosmás: el interés de muchos lenenses porlos trabajos y charlas sobre algunos as-pectos de sus pueblos (la mayoría en re-vistas poco asequibles, ciertamente); y lapreocupación por las fincas que se vuel-ven improductivas al ritmo que se van ju-bilando los mayores. El matorral crecientede forma incontrolada empieza a preo-cupar a algunos, para buscar soluciones,que otros países ya intentan por diversosmedios desde hace tiempo.

Los acebales de La Sapera en Güeria: el patri-monio boscoso de los quirosanos para el ganado

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Por los pueblos de Lena

Y se fueron sumando otras circunstan-cias: el interés de unos cuantos más jóvenes(alumnos/as, y exalumnos/as, sobre todo)que, por diversos motivos (y en grata pa-radoja), comenzaron a utilizar el entornocomplejo de sus pueblos con destinos va-riados: trabajos de clase, ciclos formativos,estudios universitarios, proyectos ecológi-cos... En fin, por aquello de que “el buen dis-cípulo siempre debería superar con el tiempo almaestro”, espero muy pronto ver corregidasy aumentadas estas páginas sobre la vidalenense en el tiempo. Que otros y otrascontinúen la esquisa comunal.

La transformación ininterrumpida de unpaisaje humanizado.

En fin, a lo mejor, tal vez hurgando enel pasado, alguna luz podría brillar de

nuevo con la que fuera posible reutilizarmejor tantas irías, vegas, llerones, mayaos, mor-teras, carbas, borronás, fayeros, robledales, casta-ñeros, peornales, oxas, palazans, caliares..., enocasiones con alguna senda menos y conlas camperas un poco más cercadas por elmatorral. O con algunos árboles nuevoscalcinados por la imprudencia irresponsa-ble, tan cerca de la barcia, o del imparablepeornal. Todo un patrimonio a investigaren adelante. Sólo un escollo en el empeño:encontrar el registro adecuado para cadanivel de lectura (tiene que haber más deuno), y la forma de llevarlo a la práctica enbeneficio de mayores y jóvenes.

Pues hay un hecho casi consumado: elentorno de nuestros pueblos de montañase viene transformando a ritmo aceleradoen estos últimos años. Para progreso o pararegreso, el minucioso y entramado com-plejo de fincas que dibujaban las laderas,separadas por xebes, y pareones de piedra (enocasiones desmoronados) se viene unifor-mando en una masa dispersa de barcias, fe-lechales, peornales, tierras dexás pa praos, praosfechos monte, y monte fichu gorbizal. Las prade-ras, las camperas van a menos, por lo queya no sirven de cortafuegos como antes.

Con los efectos de La Variante y el AVEsobre las fincas, sobre las aguas subterráneas:ya lo advertía hasta La Pena Sobrolagua

Baste observar los penúltimos efec-tos del AVE sobre las buenas fincas del

Una escena muy bucólica y educativa: conocer decerca los animales de la braña, pero acercándose

lo justo y pe la cabeza, por si acaso…

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Curuchu y Castiecho, Ronzón, Tiós, Mal-veo, Sotiecho… Todo un entorno ruraltransformado de raíz y en pocas horas:una sola máquina (no digamos ya unascuantas) puede destruir en una sola jor-nada todas las fincas de semar trabajadaspor cientos de familias en cientos, enmiles de años. Las obras son necesarias,pero cuando se hacen programadas, deacuerdo con las normativas vigentes paratodos por igual.

Hasta La Pena Sobrolagua, por encimajusto de los túneles de Foz, advertían conel nombre de que debajo estaba el agua:si la llamaron los nativos Sobrolagua, poralgo sería (no hace falta aquí traductor al-guno). Todo el agua de La Vallota, LaBrañuela, Los Corralones…, se agolpaahora imparable en lo que tendrían queser ya los raíles de los mismos trenes. Yalo advertía La Pena Sobrolagua. Hastauna tesis se hizo en los años noventasobre el acuífero de Las Ubiñas (la tesisde Miguel, estudiante de Minas entonces).

Sólo el tiempo para confirmar los cambios

Con todo ello (predando o depre-dando), la forma, las función de las fincasy de los pueblos se van desdibujando, altiempo que se borran el patrimonio de an-taño. También se transforman y desapare-cen hasta los mismos nombres de lasfincas arrasadas, que atestiguaban esasfunciones y productos que sostuvieron.

Queda la voz oral. Pero se van las cos-tumbres que fueron levantando nuestrospueblos, caseríos, fincas, irías, senras, vi-llas..., poblados.

Otra cuestión será si este paisaje y pai-sanaje va a mejorar o empeorar a largoplazo: sólo el tiempo podrá confirmarlo.Para muchos y muchas, la transforma-ción sólo fue un cambio radical y despec-tivo con los chugares en muchos casos.El despilfarro quedó a la vista, y ya se cri-tica hasta en los mismos círculos oficia-les: bien está reconocerlo, algo es algo. Lareconstrucción será otra cosa.

Un objetivo primero en el trabajo sobre lospueblos: la documentación oral.

Se suma otra circunstancia: las divisio-nes y subdivisiones de una herencia van

Tuíza Riba: El Meicín en plenu invierno.