Por primera vez en la historia, 田asi todo el mundo afirma ... · campeones del capitalismo, ......

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El presente texto ha sido traducido al castellano por Ediciones Marginales. Además ha sido impreso en papel reciclado.

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Por primera vez en la historia, “casi todo el mundo afirma hoy serun demócrata.”(1) Los profesores profesan profusamente lademocracia, aunque la mantienen fuera del campus. Democracia,verdaderamente, “esta palabra puede significar cualquier cosa.”(2)Incluso Corea del Norte se llama a sí misma una RepúblicaDemocrática Popular. La democracia vale para todo. Para loscampeones del capitalismo, la democracia es inseparable delcapitalismo. Para los campeones del socialismo, la democracia esinseparable del socialismo. Incluso se dice de la democracia quees inseparable del anarquismo.(3) Se la identifica con el bien, laverdad y la belleza.(4) La democracia tiene sabores para todos losgustos: democracia constitucional, democracia liberal, democraciasocial, democracia cristiana, incluso democracia industrial. Lospoetas (aunque hemos de admitir que no demasiados) han cantadosu gloria. Y sin embargo, acecha la sospecha de que, comoadvirtió otro poeta, Oscar Wilde, “democracia significasimplemente la coacción del pueblo, por el pueblo y para elpueblo. Esto ha sido ya descubierto.”(5)

Hasta el siglo 20, existían pocas democracias. Hasta el siglo 19,la sabiduría de los siglos era unánime en la condena de lademocracia. Todos los sabios de la antigua Grecia la denunciaban,especialmente los sabios de la Atenas democrática.(6) ComoHegel escribió: “Aquellos ancianos que, como miembros de lademocracia desde su juventud, han acumulado una largaexperiencia y reflexionan profundamente sobre ella, tenían puntosde vista diferentes de los puntos de vista más a priori dominanteshoy.”(7) Los Padres de la Constitución de los USA rechazaban lademocracia.(8) Así lo hicieron sus oponentes, los Anti-Federalistas.(9) La democracia que era entonces universalmentedespreciada es la que ahora es llamada democracia directa, elgobierno del pueblo sobre el pueblo. “Pueblo” en “del pueblo”significa los ciudadanos: una minoría consistente en algunoshombres adultos. “Pueblo” en “sobre el pueblo” significa todo elmundo. Los ciudadanos se reunían de vez en cuando para manejar

el poder del estado con el voto de la mayoría. Este sistema ya noexiste en ninguna parte, y esto hace más fácil creer en él, comoHegel observó.

La democracia sólo se volvió respetable en el siglo XIX, cuandosu significado cambió. Ahora suponía una democraciarepresentativa, en la que la ciudadanía – un electorado, pero aúnuna minoría- de tiempo en tiempo escoge a sus gobernantes con elvoto de la mayoría (o más bien, por la mayoría de aquellos quehan votado – lo cual no es lo mismo). Los gobernantes electosnombran al resto de los gobernantes. Como siempre, alguiengobierna, y todos son gobernados. En el siglo XIX, cuando estesistema prevaleció, en sólo unas pocas naciones, tuvo unos pocosdefensores intelectualmente competentes, como John Stuart Mill,pero también consiguió algunos oponentes intelectualmentecompetentes, como Herbert Spencer, Pierre-Joseph Proudhon, yFriedrich Nietzsche. La democracia, como una de las ideologíaspolíticas ascendentes de la época, se acomodó a las otras: alliberalismo, al nacionalismo, al socialismo, e incluso alcristianismo. Éstas a su vez se acomodaron a ella, como es natural.Las doctrinas se legitiman una a otra habitualmente.

La anunciada popularidad de la democracia es seguramenteexagerada. Es de una milla de ancho y una pulgada deprofundidad. La aversión a los regímenes autoritarios no significanecesariamente entusiasmo por la democracia. En algunas de lasdemocracias post-comunistas, la democracia ha perdido ya todo suencanto.(10) En otras, como en Rusia, la democracia ha llegado asu fin. Las democracias más antiguas persisten más por la apatía yla fuerza del hábito que por genuina convicción. John Zerzanrazonablemente pregunta: “¿Ha habido alguna vez tanto gimoteoincesante sobre la democracia, y menos interés real en ella?”(11)Bien, ¿lo ha habido?.

La idea de democracia nunca ha sido justificada, sino

meramente glorificada. Ninguno de los viejos críticos de lademocracia ha sido refutado. Vienen de la izquierda, la derecha yel centro. Algunos de estos críticos continúan. Estos establecenque la democracia es irracional, ineficiente, injusta y antitética contodos los valores clamados por ella: libertad, igualdad yfraternidad. No implica, por ejemplo, la libertad.(12) Más bien, latendencia instintiva de la democracia es despreciar los derechosindividuales y tenerlos poco en cuenta.”(13) La democracia nosólo subvierte la comunidad, también insulta la dignidad, y seenfrenta al sentido común. No todos estos valores violados sonimportantes para todo el mundo, pero algunos de ellos sonimportantes para alguien, excepto para aquellos para los que nadaes importante. Esta es la razón por la que los post-modernistas sondemócratas.

En años recientes, algunos intelectuales (académicos y antiguosradicales) han decidido revivir la democracia directa como unideal, y colocarla como una alternativa viable a la democraciarepresentativa. Sus extenuantes esfuerzos les interesan sólo a ellos.Sus esfuerzos fracasan, por al menos dos razones. La primerarazón es que, como cuestión práctica, “no hay razón para creer queha habido una democracia urbana, puramente directa o incluso unaaproximación razonable a ella. Cada ejemplo conocido hacomprendido una mezcla considerable de democraciarepresentativa que más pronto o más tarde ha subordinado lademocracia (directa) donde no la ha eliminado por completo.”(14)No hay espacio para probarlo aquí, pero la evidencia es amplia.(15) La democracia directa es meramente un ideal abstracto,realmente una fantasía, sin base en la experiencia histórica. Deacuerdo con Jean Jacques Rousseau, quien es falsamentereclamado como un abogado de la democracia directa, “sinembargo, por pequeño que un Estado pueda ser, las sociedadesciviles tienen siempre demasiada población para estar bajo elgobierno inmediato de todos sus miembros.”(16)

La segunda razón es que las mayores objeciones a la democraciarepresentativa también se aplican a la democracia directa, inclusosi la última es contemplada como una forma ideal de democraciamayoritaria. Algunas objeciones se aplican a una versión, algunasa otra, pero muchas se aplican a ambas. Hay razones más quesuficientes para rechazar toda versión de democracia. Vamos,pues, a considerar algunas de estas objeciones:

1. La mayoría no siempre tiene la razón.Como dijeron (entre muchos otros) Pierre-Joseph Proudhon,

Henry David Thoreau, Mikhail Bakunin, Benjamin Tucker, ErricoMalatesta y Emma Goldman – ¿alguien no está de acuerdo? – lademocracia no asegura las decisiones correctas. “La única cosaespecial sobre las mayorías es que no son minorías.”(17) No hayfuerza en los números, o más bien, no hay nada más que fuerza enlos números. Los partidos, familias, corporaciones, uniones, casitodas las asociaciones voluntarias son, por elección, oligárquicas.(18) En efecto, en las asambleas, sean directas o representativas,tanto en electorados como en legislaturas, la totalidad es menor –incluso menor – que la suma de sus partes. Es inclusomatemáticamente demostrable (aunque no por mí) que la toma dedecisiones por mayoría genera ineficiencia, despilfarro social, ydecisiones más o menos contraproducentes. Además, después detodo, ¿por qué deberíamos, debería nadie, aceptar una decisiónque sabemos equivocada? Seguramente la calidad de lasdecisiones tiene algo que ver con el proceso de toma dedecisiones.(19)

2. La democracia no ha dado a todo el mundo, como promete, elderecho a influir en las decisiones que le afectan, porque unapersona que vota en el lado perdedor no ha influido en estadecisión.

Como Henry David Thoreau escribió: “una minoría es impotentea no ser que esté de acuerdo con la mayoría; en cuyo caso no esuna minoría".(20) Así es, en efecto; impotente, no es nada.

Thomas Hobbes anticipó a Thoreau: “Y si lo Representativo secompone de muchos hombres, la voz del mayor número debe serconsiderada como la voz de todos ellos. Pero si la minoría sepronuncia (por ejemplo) por lo Afirmativo, y la mayoría por loNegativo, los Negativos serán suficientes para destruir a losAfirmativos; y así el exceso de Negativos, permaneciendo sincontradicción, es la única voz que el Representativotiene.”(21)“La mayoría numérica” escribió John C. Calhoun, “estan verdaderamente un poder único – y excluye tancompletamente la negativa como el gobierno absoluto de uno ounos pocos."(22)

3. La democracia, especialmente en las pequeñascircunscripciones, se presta a la pérdida de poder de las minoríaspermanentes, que ocupan la misma posición en la democracia quela que tendría en el despotismo.

No es siempre la misma mayoría momentánea la que gobierna,pero sí a menudo, y las mayorías cambiantes sólo hacen menosprobable, aunque no improbable, para algún grupo estar siempreopuesto al grupo ganador.(23) Bajo la democracia Americana, hasido bien conocido, incluso por la Corte Suprema de los USA en1938, que “ las discretas y limitadas minorías” están en desventajapolítica más allá del mero hecho (que es bastante inconveniente)de que son minorías. (24) Y para la más pequeña circunscripción,lo más probable es que muchos intereses puedan ser representados“por números tan pequeños como para ser menos que el mínimonecesario para la defensa de aquellos intereses en cualquierescenario.(25)

4. El gobierno de la mayoría ignora la urgencia de laspreferencias.

Las preferencias varían en intensidad, pero el consentimientono. La preferencia es mayor o menor, el consentimiento es si o no.El voto de una persona que tiene sólo una pequeña preferencia porun candidato o medida cuenta lo mismo que el voto de alguien

apasionadamente opuesto, y así: “Una mayoría con débiles preferencias de un lado puede superar en votos las casi tan fuertes preferencias del otro lado. Podría incluso darse, como ya se ha observado, una permanentemente frustrada minoría, que es fuente de inestabilidad, o incluso de opresión. Para decirlo de otra manera, la oportunidad de influir una decisión no es proporcional a su interés legítimo en el resultado.(26) Los teóricos de la democracia normalmente ignoran la cuestión o, como John Rawls, lo llevan más lejos dogmatizando que “esta crítica descansa sobre el punto de vista erróneo de que la intensidad del deseo es una consideración relevante en la legislación promulgada.”(27) Pero, sin embargo, desconcertando a los demócratas, “la cuestión de la intensidad es absolutamente vital para el establecimiento de sistemas democráticos,” – y esta es una cuestión para la que la democracia mayoritaria no tiene respuesta.(28) Rousseau al menos reconoció el problema, aunque su solución es impracticable. Él pensaba que, “la más seria e importante de las cuestiones discutidas, es cuanto es lo más cerca posible que la opinión que tiene que prevalecer se aproxima a la unanimidad.”(29) Pero no hay manera de decidir a priori la importancia de una cuestión. Primero tienes que decidir cuán importante es la cuestión, y la mayoría bien puede decidir que una cuestión no es importante para tener seguro que la cuestión será respondida como la mayoría desea.

5. No hay reglas de votación democráticas evidentes de por sí.¿Mayoría o pluralidad? ¿Voto por delegación? ¿Quorums? ¿Son

las mayorías absolutas (¿tres quintos? ¿dos tercios?) requeridaspara todas, para algunas o para ninguna de las decisiones? ¿Quiénmarca la agenda? ¿Quién decide quién toma la palabra, y porcuanto tiempo, y quién tiene la primera o la última palabra?¿Quién marca el horario de la asamblea? ¿Quién la suspende? ¿Yquién decide, y con qué reglas, las respuestas a todas lascuestiones? “Si los participantes discrepan de las reglas de

votación, puede que primero tengan que votar sobre estas reglas.Pero pueden discrepar sobre como votar las reglas de votación, loque puede hacer la votación imposible ya que la decisión sobrecomo votar es retrasada una y otra vez.”(30)

6. La votación colectiva a todo o nada es irracional.Una decisión tomada sobre un asunto trascendental por un voto

singular es tan válida como un voto unánime sobre una nimiedad. Esta rareza extrema, en la que cada vez que se vota, la voluntad de una sola persona, marca la diferencia, es la misma situación –monarquía, dictadura, gobierno de un sólo hombre – ¡sobre las cuales la democracia se supone que es una mejora! En todo momento, de todos los votos del lado ganador, sólo uno es decisivo, de forma que los votos de todos menos uno de los ganadores, así como los votos de todos los perdedores, lo mismo daría que no hubieran sido emitidos.

7. El gobierno de la mayoría no es lo que pretende ser: estoraramente significa literalmente la mayoría de la gente.(31)

Mucha gente (como niños, extranjeros, lunáticos, transeúntes ydelincuentes) tienen denegado el derecho al voto. Los privados delderecho al voto nunca están lejos de ser la mayoría, y algunasveces son la mayoría. Y como rara vez ocurre que todos losvotantes voten todas las veces, normalmente la mayoría resultantede una mayoría supone el gobierno de la pluralidad,(32) en otraspalabras, el gobierno de la momentáneamente más grande minoría,que puede ser bastante pequeña. La mayoría de la mayoría es amenudo, y la mayoría de la minoría es siempre, una minoría. Parajuntar a las mayorías fuera de las incoherentes asambleas, loslíderes normalmente tienen el poder literalmente decisivo.(33)Bajo cualquier gobierno posible, una minoría gobierna.

8. Sea votando por distritos electorales o en asambleaspopulares, las decisiones son arbitrarias porque los límites de los

distritos determinan la composición de sus electorados, lo quedetermina las decisiones.

En una democracia, “la definición de la circunscripción en lacual el cómputo es realizado es un asunto de la mayorimportancia,” pero la teoría democrática es incapaz de decir quiendebería ser incluido en un electorado.(34) Redefine los límites y lamayoría se vuelve una minoría o viceversa, aunque nadie hayacambiado su opinión. Los políticos que dibujan y redefinen loslímites entienden esto muy bien.

9. Luego está la Paradoja del Votante, una contradiccióntécnica pero muy real de la democracia, descubierta porCondorcet antes de la Revolución Francesa.

En toda situación en que dos o más votantes escogen entre tres o más alternativas, si los votantes eligen consecuentemente, la preferencia de la mayoría puede ser determinada solamente por el orden en que las alternativas son votadas. ¡Así puede ocurrir que A sea preferida para B, B preferida para C y C sea preferida mayoritariamente para A!(35) Esta no es solamente una posibilidad teórica: ha ocurrido en votaciones reales. Hay en efecto, algunas de estas paradojas en la votación. En condiciones ideales, el gobierno de la mayoría casi siempre produce estos órdenes de preferencia cíclicos. Por esta y otras razones, “las diversas condiciones de equilibrio debidas al gobierno de la mayoría son incompatibles con incluso un muy modesto grado de heterogeneidad de inclinaciones, y para la mayoría de los propósitos no son significativamente menos restrictivas que la extrema condición de completa unanimidad en cuanto preferencias individuales."(36) Lo que significa es que quienquiera que controle la agenda controla el voto, o, al menos, “que hacer las agendas es casi tan importante como aprobar realmente la legislación."(37) Lo llamativo es que sea un matemático del siglo XIX quien escribió sobre este fenómeno (que él llamó “mayorías cíclicas”) sea mejor conocido por su seudónimo, Lewis Carroll.(38) Él consiguió su sentido del absurdo honestamente.

10. Otro método bien conocido para frustrar el gobierno de lamayoría votante es el intercambio de favores políticos.

El intercambio de favores políticos es un intercambio de votosentre facciones. Cada grupo vota por las medidas del otro grupo,una medida que de otra manera sería derrotada porque cada grupoestá en minoría. (Nótese que esto no es un compromiso porque lasmedidas no tienen conexión entre sí.(39) Las facciones no estánrompiendo con sus diferencias.) En cierto sentido, el intercambiode favores facilita alguna acomodación de la urgencia de laspreferencias, ya que una facción sólo cambia sus votos por votosmás valorados. –pero se hace mediante soborno y en detrimentode la democracia deliberativa. Ninguna mayoría realmenteaprueba cualquier medida decretada por intercambio de favorespolíticos, ya que si lo hace, no necesita del intercambio de favores.Y aquellos cuyos votos son innecesarios pueden ser excluidos delproceso de este intercambio.(40) La práctica es común en lasdemocracias representativas y directas. (41)

11. En el caso improbable en que un cuerpo legislativo evite elintercambio de favores políticos, puede sucumbir al bloqueo.

Consideremos un típico asunto político, la construcción de unacarretera. (Una planta de energía o un vertedero pueden sermejores ejemplos.) Todo el mundo quiere una carretera, pero nadiela quiere en su patio trasero. Si tres grupos quieren una carretera –pero no en mi patio trasero, gracias – conspirarán para hacerabandonar el proyecto.(42) La carretera que todos quieren enalgún lugar, no será construida en ningún lugar. Este resultado esincluso peor que con el intercambio de favores políticos, con elcual al menos la carretera se construiría en alguna parte, y podríaser útil a alguien. No es fácil decidir que es peor, si unademocracia que no gobierna, o una democracia que si lo hace.

12. La democracia, especialmente la democracia directa, promueve sentimientos discordantes y antisociales.

La sabiduría de la ekklesia (asamblea) es la psicología del agora (mercado): “Votantes y clientes son esencialmente la misma gente. El señor Smith compra y vota; es el mismo hombre del supermercado y de la cabina de votación.”(43) El capitalismo y la democracia ascienden hacia la dominación juntos como objetivos de la misma clase, la burguesía. Juntos crean un mundo común de egoísta individualismo – una arena de competición, no un campo de cooperación. La democracia, como litigación, es un método de decisión de confrontación. “El gobierno de la mayoría es propio de un combate teórico entre políticos. Es un concurso entre fuerzas opositoras, y el resultado es la victoria para un lado y la derrota para el otro.” Así, como Georg Simmel advirtió, el gobierno de la mayoría es realmente el sustituto equivalente de la fuerza.(44) “Preferimos optar por la fuerza contando cabezas en lugar de rompiendo cabezas. La minoría cede no porque esté convencida de que está equivocada, sino porque está convencida de que es una minoría.”(45) Literalmente tener que oponerse a un oponente públicamente puede provocar agresiones, ira, y sentimientos competitivos.(46) En un sistema donde el ganador se lo lleva todo no hay incentivos para compensar o conciliar a las minorías derrotadas, a las que se ha dicho, en efecto, que no sólo no se están saliendo con la suya, sino que serán estigmatizados como equivocados. La irresponsable mayoría es arrogante; la minoría derrotada queda resentida.(47) La votación coercitiva promueve la polarización y las posiciones inflexibles. La deliberación “puede sacar diferencias a la superficie, agrandándolas antes que reduciéndolas.”(48) Estas consecuencias, mutadas en sistemas a gran escala, votaciones secretas en no demasiado frecuentes elecciones, son acentuadas en la imaginada combinación comunal con pequeños electorados, elecciones extremadamente frecuentes, y votaciones públicas. Los ciudadanos llevan sus animosidades y úlceras a casa y mantienen aparte su vida diaria. Las elecciones son indeseables en todas partes, pero en ninguna parte son más destructoras de la comunidad que en las asambleas cara a cara y en los vecindarios.

13. Otra fuente de la irresponsabilidad de la mayoría y laindignidad de la minoría es la frivolidad de votar, su elemento deazar y de arbitrariedad.

Como Thoreau (citado por Emma Goldman) dijo, “Todavotación es una especie de juego, como las damas o elbackgammon, con un pequeño matiz moral, un juego de verdaderoy falso, con cuestiones morales; y la mejora que naturalmente loacompaña.”(49) El gobierno de la mayoría es una ruleta de lamayoría. La popularidad del gobierno estudiantil y del Model UNconfirma que hay un elemento lúdico en la toma de decisionesdeliberativa que es independiente de sus consecuencias. Aquí hayun interés que los delegados comparten con otros delegados, perono con sus electores. Votar es un concurso, oficialmente arbitradopor la mayoría, en el que a veces hay altos premios. En el grado enque los ciudadanos reunidos están jugando entre si, o que ganarpara su propio interés juega una parte importante en sumotivación, la calidad de la toma de decisiones es reducida aúnmás y la humillación de la sumisión al gobierno de la mayoría sevuelve todavía más profunda.

14. Bajo la democracia representativa con distritos electorales,es posible la creación de distritos con poblaciones desiguales e,incluso si son iguales, el fraude electoral es casi inevitable.

Los modernos demócratas están de acuerdo con H. L. Menckenen que “debe estar claro que una comunidad cuyos votos, hombrepor hombre, cuentan como la mitad que los votos de otracomunidad es una en la que la mitad de los ciudadanos son, aefectos prácticos, incapaces de votar siquiera.”(50) Incluso si,como ocurre habitualmente en los Estados Unidos, se intenta quelos distritos sean lo más iguales posible en población, el fraudeelectoral – el trazado de sus límites para favorecer a algún

candidato o partido es una tentación constante. Especialmentecuando los interesados realizan el trazado. Usando la últimatecnología liberadora – el ordenador – es fácil llevar a cabo unpucherazo aunque haya distritos matemáticamente iguales.

15. La democracia directa, intentando impedir este mal, abrazael federalismo que incremente la desigualdad.

Si el vecindario o las unidades básicas de cara a cara fueran autárquicas – auto-gobierno y auto-suficiencia – podría ser que no se ocuparan de los asuntos de nadie más que de los propios. Podrían irse al infierno a su propia manera. Pero los planes para la democracia directa reclaman típicamente un sistema federal con capas de “delegados bajo mandato y revocables, responsables ante la base” mediante los que las decisiones de las asambleas son conciliadas. Algunos delegados en los más altos niveles hablarán potencialmente para un número diferente de ciudadanos que otros delegados aunque tengan igual número de votos. En un sistema federal de unidades de población desigual, que las unidades voten en igualdad significa que los individuos voten en desigualdad. El sistema federalista – pero de miembros-singulares – pluralidad-simple evidentemente contemplado por muchos demócratas directos, incluyendo a los sindicalistas, es el menos proporcional de todos los sistemas de votación.(51) La desigualdad se agravará cuanto más alto sea el nivel. La mayoría; la mayoría de la mayoría; la mayoría de la mayoría de la mayoría – cuanto más alto subas, mayor será la desigualdad. Cuanto más lo multipliques por una fracción obtendrás un número más pequeño. “No es posible” se dice, “encontrar una respuesta general a la pregunta de en que grado el federalismo puede legítimamente ser permitido para contrapesar la democracia.”(52) Actualmente, hay una respuesta general a la pregunta. La respuesta es no. Un demócrata directo que proclama que un sistema global confederal produce decisiones mayoritarias,(53) afirma lo imposible como un acto de fe.

16. La democracia directa, en más alto grado que lademocracia representativa, anima a la toma de decisionesemocional e irracional.(54)

El contexto del cara a cara de las asambleas políticas engendrafuertes influencias psicológicas interpersonales que son, en elmejor de los casos, ajenas a la toma de decisiones por méritos. Lamasa es sugestionable por los oradores y estrellas, y no tolera lacontradicción.(55) Los oradores, en el tiempo limitado que se lesha asignado, tienden a sacrificar el razonamiento a la persuasión,si es que quieren triunfar. Como Hobbes escribió, los oradoresempiezan no por verdaderos principios sino por “opinionescomunmente aceptadas, que son en su mayor parte falsas, y nooptan por hacer su discurso según la naturaleza de la cosa, sinosegún las pasiones de los corazones de los hombres. El resultadoes que los votos son usados no según las bases del razonamientocorrecto, sino según un impulso emocional.”(56) “La democraciapura, como el ron puro, produce fácilmente intoxicación, y conello mil locas bromas y tonterías.”(57) Los disidentes se sientenintimidados, como lo fueron, por ejemplo, cuando la asambleaAteniense votó por la desastrosa expedición Siciliana: “Elresultado de este excesivo entusiasmo de la mayoría fue que lospocos que se oponían a la expedición se preocuparan por noparecer poco patrióticos si votaban en contra, así quepermanecieron callados.”(58)

17. Una influencia emocional validada experimentalmente quevicia la democracia es la presión del grupo que la conforma.

Esto fue notablemente demostrado en un famoso experimentopor el psicólogo social Solomon Ash. Se les hizo comparar unaserie de líneas a un grupo de siete a nueve sujetos experimentales,y en cada caso debían identificar las dos líneas que eran iguales enlongitud. En cada comparación era obvio, incluso extremadamenteobvio, que líneas había que marcar – pero cada cierto tiempo, cadamiembro del grupo daba la misma respuesta incorrecta – exceptoel único sujeto que era inconsciente del propósito real del

experimento. En estas circunstancias, el 58% de los sujetoscambiaron su respuesta para estar de acuerdo con la unánimemayoría. Incluso cuando a los sujetos se les daba un aliado, el13% de los sujetos se mostraba de acuerdo con el grupo en lugarde aceptar la evidencia de sus sentidos.(59) Algunos de losconformistas cambiaron sus percepciones, pero muchos de ellossimplemente decidieron que el grupo debía tener la razón, noimporta cuán fuerte fuera la evidencia contraria.

18. Otro defecto inherente de la democracia directa en ciertomodo (no enteramente) una consecuencia de lo dicho en el puntoanterior, es la inconstancia de la política.

Este realmente cubre dos argumentos relacionados contra lademocracia. Lo que la asamblea hace en una reunión, lo puededeshacer en la siguiente, sea porque los ciudadanos han tenidonuevos pensamientos más serenos (una buena razón) o porque unamezcla diferente de gente aparece en ella (una mala razón). Estoocurrió a menudo en la Atenas clásica, la única comunidad quedecidió seriamente poner en práctica la democracia directa. Porejemplo, la asamblea votó dar a los Mytilenianos, cuya revueltahabía sido aplastada, el tratamiento Meliano: muerte para todos loshombres, esclavitud para las mujeres y los niños. El juicio fuerevertido al día siguiente, el segundo barco enviado a Mytilenefelizmente llegó primero, y así sólo los Mytilenianos encontradosprincipalmente responsables – alrededor de unos 1000 de ellos –fueron ejecutados.(60) Mejor, por supuesto, revertir una maladecisión que agarrarse a ella; pero la gente se resiste a admitirpúblicamente que se ha equivocado.

Ya es bastante malo si la composición de la asamblea fluctúaaleatoriamente a causa de factores políticos ajenos, de la meneraen que el clima, por ejemplo, influye en el resultado de laselecciones americanas influyendo en la concurrencia de losvotantes(61) (altas proporciones de Demócratas salen cuando haybuen clima). Pero bien puede encenderse la movilizaciónpremeditadamente por una facción. Esto también ocurrió en

Atenas. El general Nicias, dirigiéndose a la asamblea paraoponerse a la expedición Siciliana propuesta manifestó: “Es conreal alarma que veo al partido de este joven (Alcibiades) sentadoen su lado de la asamblea reclamar mi apoyo, y yo, en mi lado,reclamar el apoyo de los más viejos entre vosotros.” Una línea deldramaturgo satírico Aristófanes también atestigua el voto enbloque en una asamblea.(62)

Hobbes observó que “cuando los votos son lo bastante ajustadospara que los derrotados tengan esperanzas de ganar una mayoríaen una subsiguiente asamblea, si unos pocos hombres cambian sumanera de pensar, sus líderes se reúnen y mantienen una discusiónprivada sobre como revocar la medida que acaba de ser aprobada.Así resuelven entre ellos asistir a la próxima reunión en grannúmero y llegar los primeros; arreglan lo que cada uno deberíadecir y en qué orden, para que la cuestión pueda salir a relucir denuevo, y la decisión que fue tomada cuando sus oponentes teníanmayor fuerza pueda ser revertida.”(63)

Hobbes describe exactamente como Samuel Adams manipulóotra asamblea, la asamblea del pueblo de Boston, en la anteriorasamblea privada en el Caucus Club: “Reunirse envolvía la másamplia previsión de problemas que podían presentarse y la másescrupulosa elección de respuestas para cada posibilidad; quiénpodía hablar sobre cualquier asunto y que podría decir; con elconsentimiento garantizado del director del club, antes de tiempo,para la elección de los oradores y cual podría ser el mensaje de losoradores.” Su primo John Adams quedó maravillado, después demuchos años de asistir a asambleas de pueblos, para aprender esto:“Allí ellos beben ponche, supongo, y allí escogen un moderadorque formula las cuestiones a votar regularmente, y hombresselectos, asesores, directores y diputados son elegidos antes de serelegidos por el pueblo.”(64) Exactamente los mismos métodos demanipulación fueron practicados en la asamblea Ateniense.(63)

La democracia directa es bastante conveniente para la camarilla

política: "La poderosa asamblea popular (de Boston) nombró a losnumerosos funcionarios municipales, determinó las tasas y lastributaciones, y adoptó proyectos de servicio público quesignificaran una rica fuente de trabajo y prosperidad económica.Durante años la Junta Política original y sus aliados en elMerchants Club habían actuado como el cuerpo directivo nooficial de la asamblea popular en la que el partidario acérrimo dela asamblea partidista, Sam Adams jugó un papel clave.”(66) Estoes democracia en acción.

De lo que Hobbes está hablando es de la facción, que él definecomo “una suerte de esfuerzo y trabajo duro, usado para formar alpueblo.”(67) James Madison es autor del famoso argumento deque la democracia directa promueve el faccionalismo.(68) Perouna organización de organizadores de votos sirve a un propósito(el suyo propio) en cualquier asamblea o legislatura. Los partidos(el eufemismo para “facciones”) jugarían un papel central en unademocracia directa, puede que incluso un papel mayor que en unademocracia representativa.

Sólo grandes asambleas regulares minimizarían (no eliminarían)estos vuelcos caprichosos o manipulados, ya que si muchosciudadanos asisten a todas las asambleas, muchos de los queasisten a una asamblea, asistirán a otra. Las posibilidades depolarización varían según sea siempre la misma gente, o siemprediferente gente la que asiste a la siguiente asamblea. Si es siemprela misma gente, es de facto una oligarquía. Si es siempre gentediferente, es el caos, la única clase de “anarquía” compatible conla democracia directa. Esta normalmente acaba acercándose a laoligarquía.

Conclusión

El gobierno de la mayoría es tan arbitrario como la decisiónaleatoria, pero ni de cerca tan bueno.(70) Para un votante, la únicadiferencia entre la lotería(70) y una elección es que puede ganar lalotería. Mejor el puro azar que “la pura democracia, o la inmediataautocracia del pueblo,” como Joel Barlow describió.(72) Uncelebrante de la democracia directa Suiza, a su altura admitió: “Lacorrupción, faccionalización, arbitrariedad, violencia, el despreciopor la ley, y un inflexible conservadurismo que se opone a todoprogreso económico y social fueron patologías hasta cierto puntoendémicas de la forma de vida democrática.”(73) La democraciaen cualquiera de sus formas es irracional, injusta, ineficiente,caprichosa, separadora y degradante. Sus versiones representativay directa, como hemos visto, comparten muchos vicios. Ningunaversión exhibe una clara ventaja sobre la otra. Cada una tiene susvicios particulares. En efecto, los sistemas difieren sólo en grados.En cualquier caso, la peor tiranía es la tiranía de la mayoría,(74)como muchos anarquistas, y algunos conservadores, algunosliberales, e incluso los demócratas más honestos, han dicho amenudo.

¿Es la democracia, sin embargo, la mejor forma de gobierno?Incluso esto no es tan obvio, después de echar una severa mirada acómo de mala es. Su teoría se puede reducir a ruinas en unas pocaspáginas. Los creyentes proclaman que la democracia promueve eldiálogo, ¿pero dónde está el diálogo sobre la democracia misma?Los demócratas ignoran a sus críticos, ya que si la democracia esya un hecho consumado, ¿para qué molestarse en defenderla?Ellos sólo toman por asegurado que alguien (¿Locke? ¿Rousseau?¿Lincoln? ¿Churchil?) hizo hace mucho un gran argumento afavor de la democracia. Nadie lo hizo nunca. Esta es la razón deque no lo hayas aprendido en la escuela. Tú sólo tienes quecreerlo. Los argumentos a favor de la democracia – que no sonarticulados muy a menudo – son tan incompletos y débiles,algunos de ellos incluso tan tontos,(75) que los devotos

demócratas podrían quedar sorprendidos.(76)

Ahora bien, es posible que algunos de estos críticos del gobiernodemocrático sean realmente críticos del gobierno mismo. Esto noles resta valor, más bien lo aumenta. Esto sólo significa que lademocracia no es tan especial después de todo, y que esto ha sidoya descubierto.

NO VOTES A NADIENADIE TE DICE LA VERDADBob Black PO Box 3112 Albany NY [email protected]

Notas

1. David Held, Models of Democracy (2ª ed.; Stanford, CA: Stanford University Press, 1996), 1; vertambién Tibor R. Machan, “Introduction: The Democratic Ideal,” Liberty and Democracy, ed. TiborR. Machan (Stanford, CA: Hoover Institute Press, 2002). Xiii..

2. Jacques Ellul, The Political Illusion, tr Konrad Kellen (Nueva York: Alfred A. Knopf, 1967), 181.

3. David Graeber (en el catálogo AK Press 2008), citado en Bob Black, letter to the editors,Anarchy: A Journal of Desire Armed, Nº 67 (Vol. 26, Nº 2) )Primavera-Verano 2009), 75.

4. “La democracia es una y la misma cosa que la libertad intelectual, la justicia económica, elbienestar social, la tolerancia, la piedad, la integridad moral, la dignidad humana, y la decenciacivilizada.” Robert A. Nisbet, Community and Power Londres: Oxford University Press, 1962),248.

5. “El alma del hombre bajo el socialismo,” Oscar Wilde. Wilde fue un decadente dandy anarquista.Al igual que los anarquistas personales desprecia la democracia. Ver, p.e. Octave Mirbeau, “VotersStrike!” en Rants and Incendiary Tracts, ed. Bob Black & Adam Parfrey (Nueva York: Amok Press& Port Townsend, WA: Loompanics Unlimited, 1989), 74-78.

6. Ernest Baker, The Political Thought of Plato and Aristotle (Nueva York: Dover, 1959), 13; M.I.Finley, Democracy, Ancient and Modern (2ª ed.; Londres: Hogarth Press, 1985), 5, 29; David Held,“Democracy: From City-States to a Cosmopolitan Order,” en Contemporary Political Philosophy:An Antology, ed. Robert E. Goodin & Philip Pettit (Malden, MA: Blackwell Publishing, 2006), 80.

7. G.W.F. Hegel, “On the English Reform Bill,” Escritos Políticos.

8. Bernard Baylin, The Ideological Origins of the American Revolution (Cambridge: Belknap Pressof Harvard University Press, 1967), 282-284; Gordon S. Wood, The Creation of the AmericanRepublic, 1776-1787 (Nueva York y Londres: W.W. Norton & Company, 1972), 222-223, 409-413;ver The Federalist, ed. Jacob E. Cooke (Hanover, NH; Wesleyan University Press, 1961), 61 No 10)(James Madison); The Records of the Federal Convention of 1787, ed. Max Farrand (New Haven,CT: Yale University Press, 1911), 1: 2627 (Edmund Randolph), 48 (Elbridge Gerry), 49 (GeorgeMason), 288 (Alexander Hamilton). Randolph culpa de los problemas de América a “lasturbulencias y locuras de la democracia.” Records, 1:5 1.

9. Herbert J. Storing, What the Antifidenalists Were For (Chicago, IL & London: University ofChicago Press, 1981), 29.

10. Ralf Dahrendorf, Reflections on the Revolution in Europe (New Brunswick, NJ & London:Transaction Publishers, 2005), 168.

11. John Zerzan, "No Way Out," Running on Emptiness: The Pathology of Civilization (LosAngeles, CA: Feral House 2002), 204.

12. Bertrand Russell, "The Prospects of Democracy," Mortals and Others: American Essays 1929-1935, ed. Henry Ruja (London & New York: Routledge, 1996), 2: 24; James Fitzjames Stephen,Liberty Equality Fraternity (Chicago IL & London: University of Chicago Press, 1991), 168.

13. Alexis de Tocqueville, Democracy in America, ed. J.P. Mayer, tr. George Lawrence (Garden

City, New York Doubleday & Company, Anchor Books, 1969), 699.

14. Bob Black, Anarquía después del izquierdismo (Columbia, MO: C.A.L. Press, 1997), 71. Lademocracia representativa puede también incorporar elementos menores de democracia directa,como ocurre en los Estados Unidos, con el juicio con jurado. Pero los funcionarios representantes(jueces) limitan severamente al jurado. Robert C. Black, "FIJA: Monkeywrenching the JusticeSystem?," UMKC Law Review 66(1) (Fall 1997), 12-13.Robert C. Black, "FIJA:Monkeywrenching the Justice System?," UMKC Law Review 66(1) (Fall 1997), 12-13.

15. Bob Black, Nightmares of Reason (2010), chs. 14 & 15, available online from The AnarchistLibrary.

16. Jean-Jacques Rousseau, "Discurso de Economía Política," 313.

17. Loren E. Lomasky, "Default and Dynamic Democracy," in Liberty and Democracy, 3.

18. Clark Kerr, Unions and Union Leaders of Their Own Choosing (New York The Fund for theRepublic, 1957), De forma similar, la democracia Suiza es la más participativa del mundo, pero lossuizos no son “particularmente participativos en la vida económica y social." Wolf Linder, SwissDemocracy (3rd ed., rev. & upci.; Basingstoke, Hamps., England & New York: PalgraveMacmillan, 2010), 127.

19. Grant McConnell, Private Power and American Democracy (New York Vintage Books, 1966),120-127; James M. Buchanan & Gordon Tullock, The Calculus of Consent: Logical Foundations ofConstitutional Democracy (Ann Arbor, MI: University of Michigan Press, 1962), 169; Elaine Spitz,Majority Rule (Chatham, NJ: Chatham House Publishers, 1982); 153; Michael Taylor, CommunityAnarchy and Liberty (Cambridge: Cambridge University Press, 1982), 54-55.

20. Henry David Thoreau, "Desobediencia civil," en Walden y Desobediencia Civil, 231.

21. Thomas Hobbes, Leviathan, ed. C.B. Macpherson (Harmondsworth, Middlesex, England:Pelican Books, 1968), 221.

22. John C. Calhoun, Disquisitions on Government and Selections from the Discourses(Indianapolis, IN & New York: Bobbs-Merrill Co., 1953), 29.

23. Spitz, Majority Rule, 183; Juerg Steiner, "Decision-Making," in Encyclopedia of DemocraticThought, ed. Paul Barry Clarke & Joe Foweracker (London & New York Routledge, 2001), q/v"Decision-Making."

24. United States v. Carolene Products Co., 304 U.S. 144, 152-53 n. 4 (1938).

25. MacConnell, Private Power and American Democracy, 105 (quoted), 109.

26. John Burnheim, Is Democracy Possible? Alternatives to Electoral Politics (Cambridge, England:Polity Press, 1985), 83 (quoted); Jeremy Waldron, The Dignity ofLegislation (Cambridge & NewYork: Cambridge University Press, 1999), 132, 142-143; Buchanan & Tullock, Calculus of Consent,125-127, 132-133; Robert A. Dahl, A Preface to Democratic Theory (Chicago, IL: University ofChicago Press, 1956), 91-99; Robert A. Dahl, Dilemmas of Pluralist Democracy: Autonomy vs.Control (New Haven, CT & London: Yale University Press, 1982), 88-89.

27. John Rawls, A Theory of Justice (rev. ed.; Cambridge: Harvard University Press, Belnap Press,

1999), 230.

28. Benjamin Barber, The Conquest of Politics: Liberal Philosophy in Democratic Times(Princeton, NJ: Princeton University Press, 1988), 79 (quoted); Willmoore Kendall & George W.Carey, "The ’Intensity’ Problem and Democratic Theory," American Political Science Review 62(1)(March 1968): 5-24.

29. Rousseau, "El Contrato Social, 107.

30. Steiner, "Decision-Making," 130.

31. Spitz, Majority Rule, 3.

32. John Stuart Mill, "Representative Government," in Utilitarianism, Liberty and RepresentativeGovernment (New York: E.P. Dutton and Company & London: J.M. Dent and Sons, 1951), 346-347; Harold Barday, People Without Government An Anthropology of Anarchism (London: Kahn &Averill with Cienfuegos Press, 1982), 118; Linder, Swiss Democracy, 110.

33. “La necesidad de estos líderes es evidente, ya que, con el nombre de jefes de grupo, seencuentran en las asambleas de cada ciudad. Estos son los gobernantes reales de una asamblea.”Gustav Le Bon, The Crowd (New York: Compass Books, 1960), 189.

34. Peter J. Taylor, Graham Gudgin, & R.I. Johnston, "The Geography of Representation: A Reviewof Recent Findings," in Electoral Laws and Their Political Consequences, ed. Bernard GrofmanAren Lijphart (New York: Agathon Press, 1986), 183-184; McConnell, Private Power and AmericanDemocracy, 92 (quoted); Dahl, Dilemmas of Pluralist Democracy, 97-99; Bruce E. Cain, TheReapportionment Puzzle (Berkeley, CA: University of California Press, 1984), 36-37.

35. Kenneth Arrow, Social Choice and Individual Values (2d ed.; New York: John Wiley & Sons,1963), 2-3, 94-95; An Essay on the Application of Probability Theory to Plurality Decision-Making(1785)," in Condorcet: Foundations of Social Choice and Political Theory, tr. & ed. lain McLean &Fiona Hewitt (Aldershot, Hants., England & Brookfield, VT: Edward Elgar Publishing, 1994),120130. Un cierto Reverendo Dodgson inventó la noción de “Ninguno de los de Arriba” comoopción de voto."A Method of Taking Votes on More Than Two Issues," in The Political Pamphletsand Letters of Charles Lutwidge Dodgson and Related Pieces: A Mathematical Approach, ed.Francine F. Abeles (New York: Lewis Carroll Society of North America, 2001), 95. Según elTeorema de la Imposibilidad de Arrow, “aún en el caso teórico en que las elecciones puedanasegurar resultados deseables suponen un golpe del cual es improbable recuperarsecompletamente.” William R. Keech, "Thinking About the Length and Renewability of ElectoralTerms," in Electoral Laws and Their Political Consequences, 104.

36. William H. Riker & Barry R. Weingast, "Constitutional Regulation of Legislative Choice: ThePolitical Consequences of Judicial Deference to Legislatures," Working Papers in Political ScienceNo. P-86-11 (Stanford, CA: Hoover Institution, 1986), 13-18 (ejemplos reales de perpetuasmayorías cíclicas); Hanno Nurmi, Voting Paradoxes and How to Deal With Mem (Berlin, Germany:Springer, 1999); Peter C. Fishburn, "Paradoxes of Voting," American Political Science Review68(2) (June 1974): 537-546 (cinco paradojas más); Gerald H. Kramer, "On a Class of EquilibriumConditions for Majority Rule," Econometrica 41(2) (March 1973), 285 (citado). La única razón delos órdenes de preferencia cíclica no más comunes en la vida real, es la influencia de otras prácticasno democráticas como el intercambio de favores políticos (ver abajo).

37. Ian Shapiro, "Three Fallacies Concerning Majorities, Minorities, and Democratic Politics," in

NOMOSXXIII.* Majorities and Minorities, ed. John W Chapman & Alan Wertheimer (New York &London: New York University Press, 1990), 97; William H. Riker, "Introduction," AgendaFormation, ed. William H. Riker (Ann Arbor, MI: University of Michigan Press, 1993), 1 (quoted).

38. "Method of Taking Votes on More Than Two Issues," 46-58; Robert Paul Wolff, In Defense ofAnarchism (New York Harper Torchbooks, 1970), 59-63; Arrow, Social Choice and IndividualValues, 94.

39. Buchanan & Tullock, Calculus of Consent, 132-133; Burnheim, Is Democra), Possible?, 6;McConnell, Private Power and American Democracy, 111-112.

40. John T. Noonan, Jr., Bribery (New York: Macmillan & London: Collier Macmillan Publishers,1984), 580; Clayton P. Gillette, "Equality and Variety in the Delivery of Municipal Services,"Harvard Law Review 100(1) (Nov. 1986), 959. En el siglo 12 Italy, Genoa y Pistoia prohibieron elintercambio de favores políticos en las elecciones consulares. Lauro Martines, Power andImagination: City-States in Renaissance Italy (New York: Alfred A. Knopf, 1979), 29. Algunasleyes son en vano: “Las leyes contra el intercambio de favores políticos (probablemente aprobadasen parte mediante intercambio de favores políticos) no tienen efecto sustancial en el funcionamientode la democracia en los países que las han adoptado.”Gordon Tullock, The Vote Motive (n.p.: TheInstitute of Economic Affairs, 1976), 41. Éstas sólo invitan al secretismo y la hipocresía. Lamayoría de dos tercios en los estados para la adopción de la Decimotercera Enmienda de laConstitución de los USA para abolir la esclavitud fue obtenida mediante intercambio de favorespolíticos. Noonan, Bribery, 456-458.

41. See, e.g., Tullock, The Vote Motive, 45-46. El referéndum, otra expresión de la democraciadirecta, provee “el más claro ejemplo de intercambio de favores políticos, poniendo en una votaciónsingular medidas sin conexión entre sí unidas para apelar a una mayoría. Ibid., 48-49. Algunasconstituciones han intentado prohibir incluir más de un tema en cada propuesta de votación. Estasprovisiones son notablemente inefectivas. Estas son también no democráticas por sí mismas, porquela judicatura es el arbitro final. En un sistema político sin controles y balances, la democracia estiranía. Pero un sistema político con controles y balances no es una democracia.

42. Nicholas Rescher, "Risking D: Problems of Political Decision," Public Affairs Quarterly 13(4)(Oct. 1999), 298.

43. Tullock, Vote Motive, 5. Dejando de lado consideraciones morales (donde sea necesario), elgobierno de la mayoría con intercambio de favores políticos puede llevar a resultados ineficientes –la máxima eficiencia requiere, sorprendentemente de mayorías absolutas: “El gobierno de lamayoría es así generalmente poco óptimo.”Ibid., 51-55, 55 (citado)

44. "The Phenomenon of Outvoting," The Sociology of Georg Simmel, ed. Kurt H. Wolff (NewYork: The Free Press & London: Collier-Macmillan, 1950), 241-242.

45. Stephen, Liberty Equalioc Fraternity, 70.

46. Spitz, Majority Rule, 192 (quoted); Arend Lijphart, Encyclopedia of Democratic Thought, q/v"Consensus Democracy" (la democracia mayoritaría es “exclusiva, competitiva y confrontadora”)Jane L. Mansbridge, Beyond Adversary Democracy (New York: Basic Books, 1980), 273.Mansbridge añade que dado que es angustioso enfrentarse a una mayoría hostil, la asamblea ejercepresión por conformidad. Militantes altamente motivados pueden resistir y convencer a los otros: “La más Baja y más Débil Facción es la más firme en cuanto a Unión: Y a menudo ocurre, que unospocos, que son más tercos, acaban agotando a un Número mayor, que son más Moderados.”Francis

Bacon, "Of Faction," The Essayes or Counsels, Civil! and Moral, ed. Michael Kiernan (CambridgeHarvard University Press, 1985), 155 (essay no. LI.). No la menor de las muchas seriasdesigualdades que es inherente a la asamblea es la desigualdad entre extrovertidos e introvertidos.El gobierno de la Asamblea desalienta la presencia de la clase de persona a la que no le gusta estaren la misma habitación con, digamos, Murray Bookchin o Peter Staudenweier.

47. " Ver que la propuesta de un hombre a quien despreciamos es preferida a la nuestra; ver nuestrasabiduría ignorada ante nuestros ojos; contraer cierta enemistad en una batalla por la gloria vana;odiar y ser odiado por las diferencias de opinión (que no pueden ser evitadas, tanto si ganamoscomo si perdemos); revelar nuestros planes y deseos cuando no hay necesidad y no recibir nada porello; descuidar nuestros asuntos privados. Esto, digo, son desventajas.” Thomas Hobbes, On theCitizen, ed. & tr. Richard Tuck & Michael Silverthorne (Cambridge: Cambridge University Press,1998), 120.

48. Ian Shapiro, "Optimal Participation?" journal of Political Philosophy 10(2) (June 2002), 198-199.

49. Thoreau, "Civil Disobedience," 226, quoted in "Anarchism: What It Really Stands For," EmmaGoldman, Red Emma Speaks: Selected Writings and Speeches, ed. Alix Kates Shulman (New York:Vintage Books, 1972), 60; Waldron, Dignity of Legislation, 126-127.

50. H.L. Mencken, Notes on Democracy (New York: Alfred A, Knopf, 1926), 89 (quoted); see alsoDahl, Dilemmas of Pluralist Democracy: Autonomy, 83-84.

51. Sally Burch, Encyclopedia of Democratic Thought, q/v "Electoral Systems."

52. Linder, Swiss Democracy, 84. En el sistema Suizo, el voto de un ciudadano en Uri, un pequeñocantón rural, equivale al voto de 34 ciudadanos en Zurich. Ibid., 81.

53. E.g., Murray Bookchin, Anarchism, Marxism, and the Future of the Left, 1993-1998(Edinburgh, Scotland & San Francisco, CA: A.K. Press, 1999), 314.

54. “Las características generales de las masas son encontradas en las asambleas parlamentarias: lasimplicidad intelectual, la irritabilidad, la sugestionabilidda, la exageración de los sentimientos y lainfluencia preponderante de unos pocos líderes.” Le Bon, The Crowd, 187.

55. Robert Michels, Political Parties: A Sociological Study of the Oligarchical Tendencies ofModern Democracy (New York The Free Press & London: Collier-Macmillan Limited, 1962), 64,98-102. Para quien tenga dudas sobre la democracia, este es el primer libro que es recomendableleer.

56. Hobbes, The Citizen, 123; see also Sigmund Freud, Group Psychology and the Analysis of theEgo, tr. & ed. James Strachey (New York: W.W. Norton & Company, 1959), 9; Le Bon, The Crowd187.

57. John Jay citado en Lift de john fax ed. William Jay (New York J. & J. Harper, 1833), 2: 315.Jay, co-autor de The Federalist, fue el primer Jefe de Justicia de la Corte Suprema de los USA.

58. Tucidides, Historia de la Guerra del Peloponeso, 425.

59. Solomon E. Asch, Social Psychology (Englewood Cliffs, NJ: Prentice-Hall, 1952), 458, 477.

60. Finley, Democracy, 52; Hegel, "On the English Reform Bill," 235; Tucidides, Guerra delPeloponeso, 212-223.

61. Russell Hardin, Encyclopedia of Democratic Thought, "Participation."

62. Tucidides, Guerra del Peloponeso, 417 (citado); "Ecclesiazusai," Aristofanes: Plays II, tr. PatricDickinson (London: Oxford University Press, 1970), 2: 256.

63. Hobbes, On the Citizen, 124.

64. Gary Wills, Inventing America: Jefferson’s Declaration of Independence (Garden City, NY:Doubleday & Company, 1978), 20 (citado), 23 (citando a John Adams). Los Bostonianos recrearonla “sala llena de humo” (reunión política secreta) en el Congreso Continental, donde Jeffersonadvirtió que “(Samuel Adams) estaba constantemente celebrando asambleas políticas de hombresdistinguidos, entre los cuales estaba Richard Henry Lee, en las que la mayoría de las medidasperseguidas fueron previamente determinadas, y en las que las partes estaban asignadas a losdiferentes actores que después aparecieron en ellas.” Citado en ibid., 25.

65. R.K.Sinclair, Democracy and Participation in Ancient Athens (Cambridge: CambridgeUniversity Press, 1998), 144-145.

66. Richard Maxwell Brown, "Violence and the American Revolution," in Essay; on the AmericanRevolution, ed. Stephen G. Kurtz & James H. Hutson (Chapel Hill, NC: University of NorthCarolina Press & New York W.W. Norton & Co., 1973), 102.

67. Hobbes, On the Citizen, 124.

68. James Madison, The Federdist No. 10, at 56-57.

70. Wolff, In Definse ofAnarchism, 44-45.

71. Así, “el sufragio universal no es a mis ojos más que una lotería.” Pierre-Joseph Proudhon,General Idea ofthe Revolution in the Nineteenth Century, tr. John Beverley Robinson (London:Freedom Press, 1923), 141

72. Joel Barlow, "To His Fellow Citizens of the United States. Letter II: On Certain PoliticalMeasures Proposed for Their Consideration," in American Political Writing during the FoundingEra, 1760-1805, ed. Charles S Hyneman & Donald S. Lutz (2 vols.; Indianapolis, IN: Liberty Fund,1983), 2: 1106.

73. Benjamin Barber, The Death of Communal Liberty (Princeton, NJ: Princeton University Press,1974), 197.

74. e.g., Goldman,"The Individual, Society and the State," Red Emma Speaks, 98; see also Robert LHoffman, Revolutionary Justice: The Social and Political Theory oP-J. Proudhon (Urbana, IL:University of Illinois Press, 1972), 187. La expresión es generalmente atribuida a Alexis deTocqueville (Democracia en América, 250), y fue a su vez popularizada por John Stuart Mill; perofue usada por al menos un Anti-Federalista en el debate de Ratificación. Wood, Creation of theAmerican Republic, 484 & n. 19. Ciertamente, la idea ha sido muy difundida desde entonces.

75. Por ejemplo, la residencia voluntaria en un país se dice que es un consentimiento “tácito” a sugobierno democrático. ¡Ámalo o déjalo! Increíblemente, muchos demócratas fallan en ver que si laresidencia voluntaria cuenta como consentimiento a ser gobernado, entonces cuenta comoconsentimiento a ser gobernado por cualquier gobierno, despótico o democrático. Harry Brighouse,"Democracy and Inequality," in Democratic Theory Today: Challenges for the 21st Century, ed.

April Carter & Geoffrey Stokes (Cambridge, England: Polity Press, 2002), 56; J.P. Plamanatz,Consent, Freedom, and Political Obligation (2nd ed.; London: Oxford University Press, 1968), 7-8;A. John Simmons, Moral Principles and Political Obligations (Princeton, NJ: Princeton UniversityPress, 1979), 7374 & ch. 4. En la antología Democratic Theory Today, los once colaboradores –todos ellos profesores – discuten solemnemente sobre el republicanismo cívico, el desarrollo de lademocracia, la democracia deliberativa, la democracia asociativa, etc. Ninguno de ellos se detiene ajustificar la democracia en sí.

76. Ver, e.g" William Godwin, Enquiry Concerning Political Justice, ed. Isaac Kramnick(Harmondsworth, Middlesex, England: Penguin Books, 1976), 209-253; Crispin Sartwell, Againstthe State (Albany, NY: State University of New York Press, 2008), 39-96 (citado); Bob

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