"Posneoliberalismo no implica poscapitalismo”

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    17-06-2015 Entrevista a Alberto Acosta, economista y poltico"Posneoliberalismo no implica poscapitalismo"Mateo Aguado/Carlos Bentez TrinidadIberoamrica Social

    Alberto Acosta (Quito, 1948) es economista y poltico. Tiene en su extenso haber el ser uno de losprincipales idelogos de la Revolucin Ciudadana, el movimiento poltico que condujo a RafaelCorrea a la presidencia del Ecuador en 2006. Dentro del gobierno, fue Ministro de Energa y Minasprimero y, posteriormente, el asamblesta constituyente ms votado. Este hecho le abri laspuertas a ser el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, el rgano encargado deredactar la nueva constitucin del pas. Acosta renunci a este cargo en 2008 por diversosdesencuentros tanto con el movimiento oficialista como con el propio presidente Correa. Desdefines de ese ao, ejerce como profesor investigador en la Facultad Latinoamericana de CienciasSociales (FLACSO Ecuador). En 2013 fue candidato a la presidencia del Ecuador por la UnidadPlurinacional de las Izquierdas, una coalicin de partidos polticos y movimientos sociales muycrtica con el actual gobierno.

    Acosta, que procede de una familia tradicional y conservadora, estudi diez aos en Alemania y,desde su regreso a Ecuador, ha estado muy comprometido con los movimientos sociales, sindicalesy, sobre todo, indgenas. Entre sus obras recientes destacan La maldicin de la abundancia y ElBuen Vivir. Sumak Kawsay, una oportunidad para imaginar otros mundos.

    Nuestro entrevistado es una persona crtica con el discurso tradicional del desarrollo capitalista yun investigador muy comprometido con el anlisis de nuevas perspectivas de organizacin social yeconmica que anen justicia, equidad, solidaridad, reciprocidad, sostenibilidad y conocimientosancestrales. Afirma que uno de los grandes retos que tenemos por delante como seres humanos es"repensar la economa". Nos dice, recordando el pensamiento del gran filsofo ecuatoriano BolvarEcheverra, que "la civilizacin capitalista vive de sofocar la vida y todo lo que tiene que ver con lavida". Ha llegado el momento, nos alerta, de romper con el "mandato global del desarrollo yconstruir alternativas al mismo para que todos los seres humanos podamos discutir y pensar enotras formas de organizacin de la sociedad.".

    -Iberoamrica Social: Cul es, desde su punto de vista, la explicacin histrica, econmica, polticay social del nacimiento de las nuevas izquierdas latinoamericanas que han llegado al gobierno enpases como Ecuador, Bolivia, Venezuela, Brasil o Argentina?

    -Alberto Acosta: Lo sintetizara en tres puntos. El primero es la resistencia al neoliberalismo. Todosestos pases tienen en comn el ser sociedades que sufrieron el ajuste neoliberal con mayor omenor intensidad y que supieron reaccionar frente a este proceso de empobrecimiento y deprdida de soberana. En un contexto como este destacara un segundo punto clave: las luchassociales. Estas representaron el resurgimiento de toda una serie de procesos de resistencia (comolas luchas ancestrales de los movimientos indgenas) y de construccin de alternativas sistmicas

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  • que consiguieron llegar a un punto culminante justamente en la poca en que surgieron estosgobiernos. Por lo tanto, estos gobiernos se deben en buena medida, y sobre todo en el caso deEcuador y de Bolivia, a la movilizacin indgena y popular. Y, finalmente, un tercer puntoimportante es el hecho de que, en Amrica Latina, existe desde hace tiempo una demandacreciente por una verdadera integracin regional. As es cmo en este contexto internacional, conprocesos nacionales y locales que habra que analizar por separado, aparecen estos partidos, estosmovimientos y estos gobiernos de tinte progresista que, por lo dems, no son realmente "deizquierdas".

    -IS: Y qu cree que ha supuesto para Amrica Latina, desde el punto de vista social y econmico,el avance de estas izquierdas o progresismos como usted seala?

    -AA: En primer lugar rescatara el hecho de haber dejado atrs, en gran medida pero no en sutotalidad, la llamada "larga noche neoliberal". Haberse sobrepuesto al neoliberalismo y haberrecuperado el papel de los estados es, sin duda, positivo. Sin embargo, no creo que se haya logradoan, en ninguno de los pases latinoamericanos que tienen gobiernos progresistas, una verdaderatransformacin radical. Posneoliberalismo no implica poscapitalismo.

    Estos gobiernos, que se beneficiaron del boom de los elevados precios de las materias primas, hanlogrado trasladar estos ingresos hacia los sectores ms populares de la poblacin. Sin embargo,esto no ha dado paso an a una verdadera transformacin de las estructuras; ni en trminos deconcentracin de la riqueza ni en trminos de transformacin de la matriz productiva.

    As pues, lo que realmente se ha venido haciendo en muchos casos (como sucede en Ecuador) esllevar a cabo un proceso de modernizacin del capitalismo; uno de los ms acelerados y profundosque se recuerdan, eso s. El saldo, si lo comparamos con lo que vivimos anteriormente, es, sin dudapositivo, pero definitivamente insuficiente e incluso contradictorio con lo que estos procesospropusieron inicialmente. Hay, por lo tanto, una suerte de traicin histrica a sus orgenes. Y elfuturo, adems, no augura la revolucin que tanto necesitamos.

    -IS: Uno de los temas que ms trata usted en sus trabajos es el Buen Vivir (o Sumak Kawsay). Enqu consiste y cmo cree que se podra aplicar de forma prctica?

    -AA: Esa es una pregunta muy interesante y sumamente compleja. Para empezar yo aclarara queel Buen Vivir no es una teora. El Buen Vivir no es algo nuevo que se est pensando ahora en loscenculos acadmicos; no es la idea reciente de algn iluminado ni es necesariamente el resultadode una poltica gubernamental concreta. El Buen Vivir ha existido desde siempre, y muchascomunidades han ejercido este concepto desde su lgica incluso sin conocer que se llama as.

    El Buen Vivir (o Sumak Kawsay, o Alli Kawsay, o ande Reco, o cualquier otro nombre que usted lequiera poner, como Ubuntu en frica o Svadeshi, Swaraj y Apargrama en la India) consiste

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  • simplemente en reconocer la existencia de otros valores, experiencias y prcticas. Es decir,consiste en reconocer otra forma de organizar la vida, en relacin con los propios seres humanos yentre estos y la naturaleza, viviendo en armona y comunidad. Yo creo que ese es el punto medular.Y en este sentido creo que cobra especial importancia reconocer la realidad colonial de AmricaLatina pasados ya ms de 500 aos de la conquista; una colonizacin que en cierta medidacontina en la actualidad. As, cuando el gobierno de Rafael Correa decide explotar el petrleo delos cuadrantes del ITT (Ishpingo, Tiputini y Tambococha) en el Parque Nacional Yasun, se estproduciendo un acto de colonizacin. O, por ejemplo, cuando resuelve quitarle la sede a laConfederacin de Nacionalidades Indgenas del Ecuador.

    -IS: Y... cree que el Buen Vivir podra tener una aplicacin universal?

    -Las ideas del Buen Vivir, en trminos amplios, han existido y existen en diversas partes delplaneta. Si por el concepto de Buen Vivir entendemos una vida en armona del ser humano, consigomismo y con sus congneres (otros pueblos o naciones), as como en armona con la naturaleza,entonces debemos reconocer a este trmino no simplemente como una alternativa de desarrollo,sino como una alternativa al desarrollo. Es decir, como una propuesta global para superar la viejaidea de progreso (sobre todo en su versin productivista y de copia, siempre fallida, de los pasesindustrializados) y poder plantear un cambio civilizatorio real.

    El Buen Vivir nos abre as la puerta a recuperar prcticas, experiencias y valores ya existentes. Poreso podemos decir que se trata de un proceso en reconstruccin (porque recupera) y enconstruccin (porque puede sumar otros esfuerzos). Desde esta perspectiva, creo que podramosdar paso a un gran debate. Un debate no solo acadmico, sino eminentemente poltico, sobre cmoconstruir otras formas de vida humana en la tierra para garantizar nuestra propia existencia. Porestas razones yo prefiero hablar no de un Buen Vivir en trminos generales, sino de buenosconvivires, pues puede haber distintos estilos de vida siempre y cuando estos no pongan en riesgola vida de otros seres vivos y aseguren una vida digna para todos los seres humanos. Y por eso esimportante no slo hablar de los derechos humanos, sino tambin de los derechos de la naturaleza.

    Desde mi punto de vista, el Buen Vivir no es un mandato global como lo fue la idea del desarrollo, ocomo lo fue la idea del progreso. Es ms bien una oportunidad para que todos los seres humanospodamos discutir y pensar en otras formas de organizacin de la sociedad.

    -IS: La crisis econmica que est asolando Europa (sobre todo en el sur) desde el ao 2008 hacreado una doble oleada migratoria: latinoamericanos que vuelven y europeos que salen buscandooportunidades laborales. Cree que esta situacin est favoreciendo un reencuentro de culturas yun acercamiento de realidades?

    -AA: A m me parece que los procesos migratorios siempre han sido enriquecedores para lahumanidad. Naturalmente, podramos decir que en algunos casos han originado rupturas humanasmuy dolorosas; incluso muy conflictivas en el caso de los desplazamientos causados por las guerraso los crecientes efectos del cambio climtico. Sin embargo, en general, creo que han sido procesos

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  • enriquecedores y saludables.

    Lo que me preocupa en este sentido es que los seres humanos seguimos siendo una suerte deparias de la globalizacin. Los capitales se mueven hoy libremente y las personas no. Por ejemplo,si uno tiene dinero y sabe cmo funciona esto, se sienta en su casa y con internet puede estarespeculando en cualquier mercado sin ningn problema, prcticamente sin restricciones. Hemosabierto los mercados en el mundo para muchos productos (no todos todava) pero no as la librecirculacin de seres humanos, y esto debera cambiar. Estos flujos migratorios, vengan del sur o delnorte, deberan hacernos reflexionar sobre la importancia de ir construyendo una ciudadanauniversal (cosa que planteamos ya en nuestra constitucin del ao 2008 y que, lamentablemente,no es respetada por el gobierno ecuatoriano).

    -IS: Como sabr, el pasado mes de julio de 2014, un grupo de ms de 250 personas (acadmicos,intelectuales, cientficos, polticos y activistas) presentaron en el Estado Espaol un manifiesto en elque se reclamaban propuestas de cambio decididas y valientes para hacer frente a la grave crisisecolgico-social en la que nos encontramos. En este manifiesto se poda leer: "estamos atrapadosen la dinmica perversa de una civilizacin que si no crece no funciona, y si crece destruye lasbases naturales que la hacen posible". Cmo reconciliar, entonces, y segn su opinin, el binomio consumo-crecimiento con la sostenibilidad socio-ecolgica?

    -AA: Me parece que esa relacin est equivocada. El crecimiento no garantiza la felicidad. Haypases como Estados Unidos y Japn, por ejemplo, que han crecido y, sin embargo, sus habitantesno se declaran ms felices.

    Yo conozco ese manifiesto y coincido con la casi totalidad de los planteamientos ah realizados.Creo que uno de los grandes retos que tenemos por delante es repensar la economa. La economatiene que estar al servicio de los seres humanos, pero de unos seres humanos viviendo encomunidad y en armona con la naturaleza. Tenemos que dejar de contemplar a la naturaleza comoun objeto de explotacin y de privatizacin al servicio de las polticas econmicas.

    En este sentido, yo planteara cinco aspectos clave. En primer lugar, desmontar la religin delcrecimiento econmico. El crecimiento econmico permanente en un mundo finito, como deca eleconomista ingls Kenneth Boulding, es un imposible. Pensar eso es propio de locos o deeconomistas (y ms grave es an si los economistas estn locos). Hay que echar abajo la idea delcrecimiento econmico como el gran motor de la economa. Podemos lograr muchas cosas sin lanecesidad de crecer indefinidamente (cmo mejorar las condiciones de vida de la poblacin oalcanzar niveles de dignidad sin afectar a la naturaleza). Ese es el gran reto. Y esto no significa queen algunos mbitos no haya que crecer. En algunas cosas habr que seguir creciendo, pero enotras habr que decrecer. Yo anotara aqu lo que seala Manfred Max-Neef, Premio Nobelalternativo de economa, cuando nos dice que puede haber un crecimiento bueno y un crecimientomalo. El abrazar uno u otro depender de la historia social y ambiental de cada uno de estosprocesos, es decir, de su sustentabilidad ecolgica y social. Entonces, desde esta perspectiva, hayque acabar con la idea de que tenemos que crecer para resolver los problemas. Porque ya sabemosque el crecimiento no los resuelve todos. Insisto, hay pases que han crecido y sus sociedades noson ms felices (como los Estados Unidos). Y hay pases que han crecido y en donde los que se han

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  • beneficiado de ello son slo los grupos ms acomodados de la poblacin (el ejemplo de los EstadosUnidos nuevamente es categrico).

    En segundo lugar, considero fundamental dar paso no slo a una distribucin del ingreso, sinotambin a una redistribucin de la riqueza (y en especial de las ganancias) para as romper con lasestructuras inequitativas existentes en la actualidad. El decrecimiento exige una redistribucin delingreso y de la riqueza, y sobre todo de la ganancia. Un tercer punto esencial nos lleva a la cuestinde desmercantilizar la naturaleza y desmaterializar la produccin. Debemos redirigir la produccinhacia otro tipo de estructuras de consumo. Creo que esto es clave para avanzar hacia los derechosde la naturaleza y hacia otro tipo de civilizacin. Un cuarto punto vital consiste en desconcentrar laproduccin y las grandes ciudades. No podemos seguir creyendo que las grandes empresas vayana resolver todos nuestros problemas. Tenemos que reencontrarnos con lo rural y con lo campesino(por ejemplo, en el mbito de la soberana alimentaria). Tenemos que frenar la aberracin quesupone transportar productos alimenticios miles de kilmetros cuando esa produccin se puedesatisfacer localmente. Y, por ltimo, la quinta pata de esta figura que estamos construyendo es lademocracia: ms democracia, nunca menos. Y esto nos lleva nuevamente a la necesidad defortalecer los espacios democrticos comunitarios.

    -IS: Al hilo de la cuestin anterior, numerosos investigadores han planteado que nuestra civilizacinpodra estar ya cerca de alcanzar un punto de no retorno en lo que respecta a las alteraciones quelos humanos estamos ocasionando sobre la biosfera. Considerara usted posible llegar -durante lasprximas dcadas- a un colapso civilizatorio, fruto de un colapso ecolgico y social, o todava confaen que seremos capaces de recorrer como especie una transicin socio-ecolgica hacia otro mundoposible, ms justo y sostenible?

    -A: Bueno, mi deseo es que suceda lo segundo; que como especie, como seres humanosresponsables, podamos dar las respuestas necesarias para evitar el colapso. Sin embargo, a ratoscreo que la estupidez de los seres humanos es enorme... Ya lo deca mi tocayo Einstein: "Dos cosasson infinitas: el universo y la estupidez humana; y yo no estoy seguro sobre el universo".

    En torno a este debate surge un aspecto clave: que no somos todos los seres humanos igualmenteresponsables de los problemas ambientales que vivimos. Hay algunos que han ocasionado mayoresdaos que otros. Por eso, tal y como se habl recientemente en la XX Conferencia Internacionalsobre Cambio Climtico en Lima (COP20), es importante asumir responsabilidades compartidaspero diferenciadas. Y es que hay pases y economas que han ocasionado y siguen ocasionando losmayores problemas ambientales. Estos, y concretamente sus sociedades opulentas, tendran queasumir una mayor responsabilidad.

    Pero todo esto no es suficiente; hay que ir ms all. Hay que reconocer que existe un sistemadepredador, una civilizacin depredadora -que es la civilizacin capitalista- que vive de sofocar lavida y todo lo que tiene que ver con la vida (bien sea el trabajo, los propios seres humanos o lanaturaleza cuando se la mercantiliza en extremo). El gran reto que tenemos por delante es sabercmo plantear propuestas de cambio civilizatorio. Pues bien, precisamente para esto nos sirven lasexperiencias, los valores y las prcticas del Buen Vivir.

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  • Agradecimientos: los autores de este artculo agradecen a Krsna Bellott Carrasco sus valiososcomentarios y recomendaciones durante el diseo y la transcripcin de esta entrevista.

    Aguado, M., Bentez, C. (2015). Redibujando alternativas al capitalismo. Entrevista a Alberto Acosta.Iberoamrica Social: revista-red de estudios sociales (IV), Pp. 9-13. Recuperado de: http://iberoamericasocial.com/redibujando-alternativas-al-capitalismo-entrevista-a-alberto-acosta

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