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Premio «Ciudad, Urbanismo y Ecología»

AVNAU EHAHE COAVN

Proyecto: Viviendas para realojos y pasaje urbano en el Casco Histórico de Pamplona Promotor: PCH_Pamplona Centro Histórico | Ayuntamiento de Pamplona Arquitectos: Pereda Pérez arquitectos

Los motivos que nos impulsan a presentar el proyecto de las viviendas para realojos en el Casco histórico de Pamplona, son los que a continuación se detallan y que básicamente se apoyan en las decisiones tomadas con el fin de rehacer una parte de la ciudad que estuviera atenta al lugar, pero también a su tiempo, hecho materia desde las cuestiones urbanas hasta sus aspectos de diseño en clave urbana y a la preocupación del Ayuntamiento de ayudar a rehabilitar socialmente esta área más degradada de la ciudad, reivindicando la proyección pública y el compromiso social del urbanismo y la arquitectura. Para el Ayuntamiento de Pamplona, desde la empresa pública municipal PCH, este proyecto, junto con otros que se están acometiendo, ejemplifica una manera de regenerar el casco histórico de la ciudad. El objetivo final es la mejora urbana y medio ambiental de esta área de la ciudad que el paso del tiempo exige renovar además del especial valor social y cultural que entendemos se debe preservar. Se trata de una obra promovida desde la administración pública con el fin de dar un nuevo impulso el casco histórico dentro del plan de vivienda municipal. Esta promoción se realiza con el fin de realojar a personas en riesgo de exclusión social y_o que se encuentran en viviendas que por sus condiciones físicas y socioeconómicas imposibilitan una habitabilidad de una mínima calidad y que además son vecinas de la zona. El mecanismo en el que se apoya la iniciativa se ajusta básicamente a la renovación de inmuebles por parte de la administración agrupando parcelas respondiendo a una filosofía o idea de intervención en la que se entiende que algunos de los problemas arquitectónicos, funcionales de habitabilidad, etc. que, en una actuación aislada se resuelven difícilmente y a veces con una elevada inversión, tienen una solución más razonable en actuaciones realizadas de forma conjunta. Esto permite remodelaciones de edificios completos que consigan obtener los estándares de calidad y de habitabilidad que se requieren actualmente, regenerando la zona. En la edificación inicial de Descalzos 24 se dan causas comunes, que se repiten con frecuencia, y que han colaborado en alcanzar la actual situación de deterioro fisico y funcional de los edificios del casco antiguo:

• Escaso nivel de inversión en actuaciones de mantenimiento. • Propiedad de personas que poseen dificultades para abordar la rehabilitación del edificio

(personas de avanzada edad, bajo poder adquisitivo, o incluso casos próximos a la exclusión social)

• Parcelas procedentes de la lotización gótica, que impiden la posibilidad de resolver adecuadamente las exigencias de la norma de habitabilidad en la propia parcela.

• Numerosas inadecuaciones urbanísticas, superando el fondo y altura de la edificación permitida por el PEPRI del Casco Antiguo

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El desarrollo de la promoción tiene un carácter absolutamente voluntario para los propietarios, no disponiendo la administración otro recurso para poder conseguir la actuación que la propia gestión directa y especifica con los afectados por la renovación. La necesidad de llegar acuerdos para que la administración consiga la totalidad de derechos para decidir la renovación de los edificios conlleva ofertar a los propietarios diferentes opciones: prioritariamente basadas en la adjudicación de una nueva vivienda en el edificio renovado con aportación económica por parte del propietario (tambien la posibilidad del realojo urbanistico en zonas de nuevo desarrollo, o la compra por valor de tasación). Como caso excepcional pueden considerarse los acuerdos con propietarios de elevada edad y con bajos ingresos, a los que se les arriendan estas viviendas de por vida en unas condiciones muy favorables en base a la tasación de su inmueble anterior. Creemos todos estos criterios están encaminados a una adecuada y recomendable sostenibilidad aplicada al Urbanismo, la arquitectura y gestión que nos permitirán conservar y prolongar la memoria cultural de este área histórica de la ciudad. El proyecto además estaba inmerso dentro de una planificación urbana de gran interés. La nueva edificación, que ocupa el derribo de otra existente comprada, debía rematar la manzana preexistente y dar frente a un nuevo vacío urbano, una plaza de nueva generación sobre la muralla. Fruto de la difícil coyuntura económica, este desarrollo urbanístico se aplazó, incorporando al proyecto la definición de un pasaje de carácter semiprivado que permitió dar viabilidad a la iniciativa. En este proyecto el valor del lugar, el peso del tiempo hecho materia, es un condicionante principal, sin el cual no se podría entender el mismo. Este se sitúa en el límite Norte del Casco Histórico de Pamplona, al final de la meseta sobre la que se asienta, junto al Paseo de Ronda, borde del recinto amurallado. El programa que se pidió consistía básicamente en unas viviendas destinadas a realojos cuyo detalle concreto del programa se desconocían en el momento del concurso de arquitectura. Exclusivamente se sabía que se trataría de seis viviendas, para seis realojos de seis familias y por tanto con seis programas diferentes, además de unos locales comerciales en planta baja, para potenciar la actividad comercial de la zona y la recuperación de una bóveda medieval situada en el sótano del edificio previo. A pesar de la incertidumbre inicial del programa, la propuesta del concurso optó, como punto de partida, por una estrategia organizativa para solucionar las necesidades de los futuros realojos. Esta planta, atendiendo a la situación urbana que se generaba, acometía un nuevo planteamiento de vivienda diferente a las del entorno, donde la pauta habitual situaba las zonas nobles vinculadas a las calles, dejando los dormitorios al interior. El proyecto vinculó la posición de los dormitorios a las calles laterales y las zonas más públicas de las viviendas a la plaza de nueva generación; y entre ambas situaba la crujía de cuartos húmedos (baños y tendederos) que hacían al mismo tiempo más legible la estructura organizativa planteada. Por último, las cocinas se situaban abiertas a los “estares”, separadas con un vidrio, en coherencia con el carácter más público de estos ámbitos. En la planta baja se sitúan dos locales comerciales vinculados al espacio público a ambos lados del núcleo de comunicación. A uno de ellos se integró el espacio abovedado de sótano preexistente, del siglo XVI, que había que preservar. El proyecto, desde la intuición, pretendía presentarse como la unión de dos piezas siguiendo la pauta generadora del casco histórico, donde la suma de piezas generada desde el espacio público conforma las manzanas. De esta forma se garantizaba una integración más natural, haciendo que sus fachadas, su escala, fragmentación y composición diera una cierta continuidad urbana a lo existente. El diseño de las fachadas atiende a dos situaciones diferenciadas en cuanto la posición en el espacio público: por un lado, desde las calles buscando una cierta presencia anónima de la propuesta dando

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continuidad a lo que allí “sucedía”: a la traza normativa y rigurosa del orden axial en Descalzos, y sin pauta regular aparente consecuencia del carácter de “trasera” de los edificios en el Paseo de Ronda, y por otro, desde la nueva plaza que trasformaba la medianería en un alzado singular fuera de referencias y contexto normativo. Esta fachada de doble plano, los huecos adquieren un mayor tamaño, grandes ventanas cuadrados en relación con el espacio al que se enfrenta y el paisaje lejano que disfrutan, con un orden libre que permitió trasladar la incertidumbre de la sección y del programa. El tratamiento de la medianera de la Escuela Infantil adyacente se incorporó al proyecto acabando de formalizar el espacio del pasaje. Este lienzo del mismo material de fachada se pliega y absorbe las irregularidades de este edificio que se tuvo que mantener. Más allá de las cuestiones más organizativas y de otras como el cuidado de la escala, la fragmentación y adicción de piezas en clave urbana. El proyecto tiene que ver con el color y textura de su acabado pretendiendo convivir con lo viejo, con la pátina del tiempo hecho materia ya desgastada. Tiene que ver con el diseño y composición de huecos en la materia, con los vaciados en esquina y el artificio de la gravedad. Con la austeridad cromática y material que habla del paso del tiempo, de su traza seca, de evitar lo superfluo que el tiempo acaba borrando, como mecanismo integrador y como todo esto se adaptará materialmente a la “velocidad del tiempo” de lo ya presente. Y como el trabajo del arquitecto entra dentro de una correlación de hechos en el tiempo de lo que allí ha sucedido. Y dónde está la aportación e innovación de este proyecto: precisamente en los valores de lo tradicional, lo sostenible: el constructor local, con gremios de la zona, con materiales tradicionales aplicados en el entorno entendidos en un contexto de arquitectura contemporánea, nunca reñidos con el hecho de que la vivienda soluciones tradicionales de ventilaciones cruzadas, búsqueda del soleamiento, etc.. Tradición entendida desde la modernidad, valores a retomar después de los años del espectáculo y del todo vale. Creemos que esta propuesta representa con claridad que formamos parte de una cadena, que apuesta por dar continuidad a una historia hecha materia, conformando cultura, pero sin olvidar que nace de un presente. Es un proyecto que convive de forma natural con la tradición desde un urbanismo lógico, tiene una clara vocación social, se apoya en lo existente sin negarlo y es respetuoso con su contexto poniéndolo además en valor. En el momento actual, limitado en recursos, creemos que algunas de estas cuestiones deben marcar, a modo de ejemplo, el camino a seguir.

En Pamplona, a 14 de octubre de 2015

Alberto Calvo Azagra

Director de la Oficina de Rehabilitación Urbana del Ayuntamiento de Pamplona