GONZALO MOURE

"Qué puedo deciros... En mi nombre, gracias. En nombre de Kori, de todos los niños saharauis: es emocionante compartir la vida a través de ese mecanismo mágico que se llama libro. Soy porque me leéis, soy en vuestro corazón. Por eso, cada vez que abrís el libro, mi corazón vuelve a latir. Y Caramelo no dicta solo las poesías que hay en el libro: a cada uno de vosotros os dicta una, solo para ti.Algún día compartiremos algo, seguro. Un viaje, otro libro, un sueño.Y, si puedo, os enviaré a Gonzalo, a que os cuente misterios y estrellas de la noche saharaui... "Hasta siempre.Kori y Gonzalo.

Mi madre me decía:“Un libro es como un espejo. Miras las páginas y están lisas. Pero al otro lado hay bosques, castillos, selvas, ríos, montañas… Y en esos sitios hay niños y animales y gente que hace cosas como jugar, soñar, reir, comer…”Le dedico este cuento a mi madre, que leyó libros hasta el último día de su vida, y que creía que nadie es malo del todo, ni tampoco bueno del todo. Lo primero, decía, sería muy triste. Lo segundo, muy aburrido.