Prevencion Material de Lectura - Clase 1 - Presentacion

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Programa Nacional de Educación y Prevención sobre las Adicciones y el Consumo Indebido de Drogas Curso virtual: Cuidado y Prevención de Adicciones en el Ámbito Educativo Clase 1. Presentación En primer lugar les damos la bienvenida a el curso Cuidado y Prevención de Adicciones en el Ámbito Educativo. El mismo se enmarca dentro de las actividades desarrolladas por el Programa Nacional de Educación y Prevención sobre las Adicciones y el Consumo Indebido de Drogas, en conjunto con el Instituto Nacional de Formación Docente, tendientes a orientar las prácticas educativas hacia la prevención de las adicciones, en todas las modalidades y niveles del Sistema Educativo Nacional. Los múltiples encuentros desarrollados con docentes de todas las provincias, nos permitieron conocer las diferentes realidades que enmarcan su tarea cotidiana y los desafíos a los que se enfrentan diariamente. Observamos una genuina preocupación por la cuestión del consumo de sustancias y consecuentemente, recibimos la demanda de contar con instrumentos que les permitan articular algún nivel de respuesta en el marco de las posibilidades y los límites que ofrece la escuela. El curso que presentamos tiene como objetivo ofrecer la posibilidad de construir colectivamente estrategias para la prevención de las adicciones en el ámbito educativo desde un enfoque integral y una perspectiva de derechos, a través de contenidos conceptuales y herramientas metodológicas. Sabemos que no hay recetas que permitan operar sobre una realidad dinámica, cambiante y compleja. Cada comunidad, cada escuela, cada situación presenta sus particularidades y anhelamos que la posibilidad de intercambio que ofrece la modalidad de cursada virtual a través de los foros en conjunto con los encuentros presenciales, nos permitan recuperar las experiencias de cada uno de ustedes como insumo primordial desde donde cimentar nuevos caminos que conduzcan a la posibilidad de diseñar proyectos institucionales de cuidado y prevención.

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Prevención de las adicciones

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  • Programa Nacional de Educacin y Prevencin sobre las Adicciones y el

    Consumo Indebido de Drogas

    Curso virtual: Cuidado y Prevencin de Adicciones en el mbito Educativo

    Clase 1. Presentacin

    En primer lugar les damos la bienvenida a el curso Cuidado y Prevencin de

    Adicciones en el mbito Educativo. El mismo se enmarca dentro de las actividades

    desarrolladas por el Programa Nacional de Educacin y Prevencin sobre las

    Adicciones y el Consumo Indebido de Drogas, en conjunto con el Instituto Nacional

    de Formacin Docente, tendientes a orientar las prcticas educativas hacia la

    prevencin de las adicciones, en todas las modalidades y niveles del Sistema

    Educativo Nacional.

    Los mltiples encuentros desarrollados con docentes de todas las provincias, nos

    permitieron conocer las diferentes realidades que enmarcan su tarea cotidiana y

    los desafos a los que se enfrentan diariamente. Observamos una genuina

    preocupacin por la cuestin del consumo de sustancias y consecuentemente,

    recibimos la demanda de contar con instrumentos que les permitan articular algn

    nivel de respuesta en el marco de las posibilidades y los lmites que ofrece la

    escuela.

    El curso que presentamos tiene como objetivo ofrecer la posibilidad de construir

    colectivamente estrategias para la prevencin de las adicciones en el mbito

    educativo desde un enfoque integral y una perspectiva de derechos, a travs de

    contenidos conceptuales y herramientas metodolgicas. Sabemos que no hay

    recetas que permitan operar sobre una realidad dinmica, cambiante y compleja.

    Cada comunidad, cada escuela, cada situacin presenta sus particularidades y

    anhelamos que la posibilidad de intercambio que ofrece la modalidad de cursada

    virtual a travs de los foros en conjunto con los encuentros presenciales, nos

    permitan recuperar las experiencias de cada uno de ustedes como insumo

    primordial desde donde cimentar nuevos caminos que conduzcan a la posibilidad

    de disear proyectos institucionales de cuidado y prevencin.

  • Enfrentar las problemticas como se presentan, implica empezar a construir con

    otros respuestas integrales. Elaborar intervenciones desde distintos mbitos

    marca un desafo. Pensando en la singularidad, cada caso, cada momento de la

    intervencin requiere de una construccin, donde la palabra de los distintos

    actores ocupa un lugar central. Todos aportan en cuanto a cmo entienden el

    problema, cmo lo explican, y cules seran las posibles estrategias para

    enfrentarlo.

    En esta clase inicial vamos a hacer un repaso por los principales tpicos que se

    desarrollaran a lo largo del curso dividindola en dos partes: En la primera se

    intentar plasmar un marco terico-ideolgico que nos permita comenzar a revisar

    nuestro marco de referencia, las premisas conceptuales desde donde miramos esta

    problemtica e intentamos operar sobre ella. La segunda parte procurar tender

    puentes para comenzar a pensar estratgicas pedaggicas que promuevan

    acciones preventivas asumiendo las particularidades del mbito escolar.

    1-Cmo entendemos la cuestin de las adicciones y los consumos

    problemticos de sustancias?

    En primera instancia, estamos convencidos que es fundamental definir cmo

    conceptualizamos el problema, para poder elegir con que estrategias vamos a

    abordarlo. La coherencia entre la definicin del problema y el armado de la

    estrategia de intervencin es lo central.

    Cultura del consumo y cultura social

    Podemos empezar a pensar este tema hacindonos algunas preguntas, Cul es el

    vnculo entre el consumo de sustancias y la cultura social?, El consumo de

    sustancias est por fuera de la cultura social? El consumo de sustancias aparece

    como un sntoma de desviacin o inadaptacin social o ms bien se corresponde

    con ciertos patrones culturales contemporneos?

    Como primera respuesta diremos que no existe una cultura del consumo

    diferenciada de una cultura social. En el marco de la sociedad de consumo, los

    sujetos se encuentran atravesados por una lgica que los seduce a consumir como

    medio de alcanzar el xito. El consumo se constituye como la va preponderante

    para el desarrollo humano, como factor de inclusin social. Ninguno de nosotros

  • puede escapar a este imperativo: todo debe ser consumido, una gran cantidad de

    objetos se constituyen en el vehculo para la construccin de una identidad, una

    pertenencia, un status social. Los objetos de consumo adquieren una dimensin

    superlativa como alegora de existencia, el pasaje a travs de una frontera

    intangible que determina el ser o no ser.

    En este contexto social (en que predomina la lgica del mercado y por consiguiente

    del consumo) los objetos alcanzan un lugar determinante. Se fomenta as la

    adquisicin de ms y nuevos- objetos, cuya presencia brinda cierto nivel de

    satisfaccin prontamente evaporable. De esta forma surge la necesidad de adquirir

    nuevos y ms objetos, ms consumo, ms momentos de pequea felicidad. Es en

    este crculo que pareciera que las cosas pueden ser atrapadas cuando, en realidad,

    se nos escapan permanentemente. Y es en este mismo sentido que tambin

    podemos pensar las sustancias psicoactivas como objetos de consumo de nuestra

    sociedad.

    El mundo globalizado ofrece una gran cantidad de objetos de consumo para

    intentar llenar vacos, calmar angustias, apaciguar aburrimientos. Soportar la

    angustia que provocan ciertos acontecimientos de nuestra vida. Es aqu donde

    podemos ubicar que muchas veces, ms all de lo que el consumo aporta en su

    vertiente de construccin de identidad, de ser parte, tambin se comporta

    resolviendo el malestar inherente a lo cotidiano. Malestar en la cultura que es

    inseparable del vivir. Freud sealaba al respecto en uno de sus ltimos textos: "la

    vida, como nos es impuesta, resulta gravosa: nos trae hartos dolores, desengaos,

    tareas insolubles. Para soportarla no podemos prescindir de calmantes... Los hay,

    quiz, de tres clases: poderosas distracciones, que nos hagan valuar en poco

    nuestra miseria; satisfacciones sustitutivas, que la reduzcan, y sustancias

    embriagadoras, que nos vuelvan insensibles a ellas. Algo de este tipo es

    indispensable" (Freud, 1930). Todos, de una manera u otra, apelamos a esta forma

    de consumo: un chocolate, un nuevo telfono celular, una cartera o cualquier

    sustancia psicoactiva son objetos que pueden ocupar ese espacio en la bsqueda

    de una satisfaccin inmediata que disipe inevitables sentimientos de zozobra o

    desasosiego. En este sentido, las sustancias psicoactivas se configuran en un objeto

  • ideal porque cumplen con la promesa de evasin aunque su carcter efmero

    produzca un vaco posterior que exhiba la ineficacia de esa bsqueda.

    Los consumos problemticos y las adicciones como situaciones

    problemticas complejas

    En funcin de lo antedicho consideramos al consumo problemtico de sustancias

    no como un problema aislado, autnomo, singular explicado a partir de causas

    individuales como expresin de inadaptacin, carencia o desajuste de los sujetos

    sino como situaciones problemticas complejas que surgen como

    manifestaciones de la cuestin social, es decir que expresan contradicciones y

    conflictos del sistema social y en tal sentido, deben ser analizadas desde una

    perspectiva de totalidad en tanto se produce la interaccin de distintas

    dimensiones.

    Al respecto, se destaca una dimensin social en tanto el problema de los

    consumos problemticos y las adicciones se construye social e histricamente y a

    partir de ello recibe ciertas respuestas por parte de la sociedad para intentar

    controlarlo o contenerlo; una dimensin jurdico-normativa en tanto hay un

    marco legal que regula la produccin, el comercio, la circulacin y el consumo de

    las sustancias psicoactivas, una dimensin mdico sanitaria vinculada a los

    efectos sobre el sistema nervioso central y consecuencias orgnicas del consumo

    en el cuerpo y fundamentalmente, una dimensin subjetiva en tanto que el

    consumo adquiere significados y sentidos segn la trayectoria vital de cada uno.

    Esto est ntimamente vinculado con el proyecto de vida, con el lazo social. Con la

    posibilidad que cada uno de nosotros tenga de enlazar, de armar un proyecto

    individual que enlace en lo colectivo. Hay algo del posicionamiento subjetivo que

    cada uno hace en una familia, la forma en que somos mirados. Esa posibilidad de

    ser alojados en el deseo del otro, que hace que uno sea sujeto. Las situaciones de

    consumo problemtico estn enmarcadas en un entorno donde seguramente

    podemos distinguir circunstancias que configuran procesos de desafiliacin social,

    vulnerabilidad vincular, fragilidad emocional de las personas que lo padecen.

    No existe un nio problema, o una escuela problema por fuera de lo que pasa en

    una familia o en una comunidad. No se lee una escuela con situaciones de violencia

  • por fuera de un barrio o una sociedad con determinadas caractersticas. Asimismo

    no se lee un adolescente que padezca una situacin de consumo problemtico que

    no sea portador de una historia personal, familiar y comunitaria compleja y

    conflictiva.

    Los consumos problemticos y las adicciones desde una perspectiva

    relacional

    Lo antedicho implica que no es posible pensar sujetos aislados, separados de su

    contexto ni diferenciar taxativamente una realidad interna de una realidad

    externa. No hay sujetos que se relacionan con determinados objetos por fuera de

    determinados condicionantes que inciden en los modos de consumo. Por otra

    parte tampoco se puede presuponer sujetos inertes, pasivos sin posibilidades de

    tomar decisiones y responsabilizarse por ellas.

    En este sentido pensar los consumos problemticos en clave de situacin, nos

    propone una mirada diacrnica, en tanto se inscribe en un proceso previo que

    permite explicar esa situacin y dinmica, entendiendo que atraviesa la vida de las

    personas en un determinado momento pero puede ser modificada. Nadie es adicto

    porque la adiccin no define a la persona ni configura un estado permanente, sino

    que expresa una coyuntura en la vida de esa persona.

    Tomando en cuenta la complejidad de la problemtica, el abordaje debe darse

    desde un modelo que reconozca el carcter relacional de las situaciones de

    consumo en tanto que se produce una interaccin entre tres dimensiones: el objeto

    de consumo como elemento material; los procesos subjetivos en la relacin de la

    persona con el objeto de consumo; y el contexto macro y micro social en el cual se

    produce esta relacin. Asumiendo en carcter dinmico de las situaciones

    problemticas, ser fundamental distinguir el escenario donde transcurre esa

    situacin, los actores que participan en ella y las acciones que estos despliegan.

    Uno de los principales estereotipos en nuestras sociedades tiene que ver con lo que

    se denomina el fetichismo de la sustancia: es decir, pensar las drogas como

    entidades mgicas que tienen poderes propios y se constituyen en una amenaza

    por su capacidad de atrapar a las personas. En realidad las drogas son solo

    objetos inanimados con los cuales las personas establecen algn tipo de vnculo.

    Entonces, los problemas asociados al consumo de drogas no radican en el poder

  • que determinadas sustancias puedan ejercer sobre las personas, sino que son las

    personas quienes consumen distintas sustancias, con diferentes modalidades y

    dismiles motivaciones en un particular momento de su vida y en un entorno

    especfico. Algunos de esos consumos pueden tornarse problemticos cuando

    afectan la salud, las relaciones sociales primarias y secundarias o la situacin legal

    de las personas. En ese sentido es fundamental que podamos reconocer la

    existencia de distintos niveles y modalidades de consumo para comprender las

    distintas formas de relacin que pueden establecerse con las sustancias

    psicoactivas.

    Tomando en cuenta lo antedicho ser importante conocer acerca de las drogas,

    Qu son? Cmo se clasifican? Cules son sus efectos orgnicos? pero sin

    sobredimensionar la relevancia de las sustancias en las situaciones de consumo

    problemtico.

    En este sentido desde el Programa no se espera que los docentes asuman el rol de

    expertos en adicciones capaces de detectar situaciones de consumo

    problemtico y resolverlas por s mismos. Por el contrario, para incidir desde una

    prctica preventiva en adicciones, es mucho ms importante saber acerca de las

    personas, grupos y comunidades con las cuales se interacta que contar con un

    conocimiento acabado sobre las sustancias psicoactivas y sus efectos. Frente a

    situaciones de consumo problemtico la pregunta principal no es Qu consume

    esa persona?, sino Qu le pasa en su vida?

    2- Educacin y prevencin de las adicciones. Sujetos y prcticas

    escolares

    En este marco caracterizamos el problema. Debe la escuela ocuparse del tema?

    Puede hacer algo al respecto? Cules son sus lmites institucionales?

    Entendemos que las situaciones vinculadas a adicciones y consumos problemticos

    de sustancias psicoactivas irrumpen en la escuela al igual que otro tipo de

    problemticas que, sin gestarse en ella, deben ser abordadas por la institucin.

    Estas situaciones exceden lo estrictamente pedaggico y ponen en tensin los

    dispositivos con los que la escuela desarrolla su tarea cotidiana dando cuenta de la

    necesidad de generar nuevas respuestas frente a nuevas situaciones.

  • En el marco del proceso de socializacin secundaria de los nios, nias y

    adolescentes, la escuela se constituye en un espacio privilegiado para desarrollar

    acciones de prevencin. Estas acciones no deben representar una ruptura ni un

    desplazamiento de sus funciones sino que, por el contrario, el desafo radica en

    poder incorporarlas al contexto educativo y desarrollarlas desde un abordaje

    pedaggico.

    Prevencin del consumo en nios y adolescentes

    El profesor Alberto Sileoni, Ministro de Educacin de la Nacin, dice siempre para

    ensearle matemticas a Marcelo, hay que saber mucho de matemticas y un

    mucho sobre quin es Marcelo. Pero para saber quin es Marcelo tenemos que

    entender en que colectivo social se inscribe, cuales son las caractersticas de su

    generacin, que sujetos modela el tiempo histrico que le toca vivir.

    Por eso es que en el curso vamos a trabajar sobre la niez y la adolescencia,

    preguntndonos: Quines son aquellos con los que trabajamos? Qu sujetos

    encontramos detrs de la figura del alumno? Cul el lugar de los adultos en las

    nuevas formas de relacin intergeneracional?

    Adherimos a lo que plantea Sandra Carli en relacin a que las nuevas formas en

    que se desarrolla la experiencia social de nios y adolescentes en el marco de la

    transformacin en las estructuras y dinmicas familiares, de la incidencia creciente

    del mercado en los procesos de socializacin infantil y la omnipresencia de los

    medios masivos de comunicacin en la vida cotidiana, estn modificando en forma

    indita las condiciones en las cuales se conforma la identidad de los nios y

    adolescentes y que convierten a la vieja imagen del alumno en una pieza de

    museo. En ese sentido cabe la reflexin acerca de estas mutaciones en la

    experiencia infanto-juvenil y la necesidad de repensar las formas de construir

    vnculos intergeneracionales desde un esfuerzo por parte de los adultos que

    habilite la posibilidad de delinear nuevas relaciones educativas en una realidad

    siempre cambiante.

    Para desarrollar acciones de prevencin en relacin al consumo de sustancias es

    fundamental que nos cuestionemos acerca del lugar que ocupa el consumo para los

  • nios-adolescentes en este momento histrico. Cules son sus creencias, ideas,

    significaciones respecto del consumo?

    El problema de las drogas y/o las adicciones est fuertemente atravesado por un

    componente ideolgico. Esto hace que las personas tengamos, en general,

    diferentes ideas, referencias y representaciones sobre la cuestin, en muchos casos

    influidas por una serie de prejuicios y estereotipos que distorsionan nuestra

    mirada. Por ejemplo, la palabras droga o adiccin nos suelen remitir a las drogas

    ilcitas aunque las drogas legales sean las ms consumidas y las que ms daos

    provocan. Tradicionalmente los discursos preventivos dirigidos hacia los

    adolescentes tuvieron un carcter marcadamente normativo donde los adultos

    imponen un saber construido desde valores absolutos e incuestionables con la

    pretensin de influir sobre sus conductas.

    Si el mensaje de prevencin que le damos a los chicos se restringe a los chicos a la

    demonizacin de las sustancias (la droga te mata) o solo a apelar a la voluntad

    individual (decile no a las drogas) difcilmente logremos efectos productivos

    porque seguramente todos conocen a alguien que se drog y no se muri y sobre

    todo, porque, como dijimos, detrs de un consumo hay una complejidad en la vida

    de las personas que no se resuelve mediante la voluntad. Estamos convencidos que

    la prevencin implica la posibilidad de mirar antes. Cualquier consumo

    problemtico antes tuvo que haber dado seales: desgano, apata, irritabilidad,

    descuido personal, necesidad de ayuda expresada de mltiples maneras. La

    pregunta entonces es Qu necesitamos para decodificar esas seales?

    Cultura del cuidado como base de la prevencin

    En este punto creemos que resulta primordial que la escuela pueda desarrollar una

    cultura institucional vinculada al cuidado, esto significa centralmente que primen

    relaciones de reciprocidad, de afectividad, de confianza, de preocupacin por el

    otro.

    En la necesidad de repensar la cultura institucional en un marco de inclusin

    educativa y desde una perspectiva de derechos, nos parece importante hacerlo

    desde la nocin de cuidado, entendido como la prctica de darse el tiempo y la

  • oportunidad de rehacer cada vez la manera de estar con los chicos1. No hay forma

    de que los chicos se cuiden a s mismos y aprendan a cuidar a otros si no tienen un

    registro previo de lo que significa sentirse cuidados.

    Cuidar en relacin al consumo de drogas implica acompaar a los chicos a travs

    de la escucha y la interpelacin de las prcticas. No dejarlos solos con el consumo

    ni con lo que piensan acerca del consumo.

    La escucha es un factor clave para que el dilogo sea posible. Es importante

    escuchar sin juzgar, tener una actitud positiva, comprensiva e incentivar la

    confianza. La apertura al dilogo no implica ser permisivos, es importante

    mantener una posicin firme frente al consumo y respecto al cuidado.

    La escucha significa hacer el mximo esfuerzo por entender la comunicacin desde el

    punto de vista del que habla. Escuchar es entender, comprender o dar sentido a

    lo que se oye a partir de registrar no slo lo que la persona est expresando

    directamente, sino tambin los sentimientos, ideas o pensamientos que

    subyacen a lo que se est diciendo. Si logramos escuchar y mirar a los chicos

    minimizamos el riesgo de un consumo problemtico.

    Interpelar significa exigir explicaciones sobre un asunto, especialmente si se hace

    con autoridad o con derecho. Resulta indispensable evitar que desaparezcan los

    lazos de los chicos con las figuras de autoridad. Estos lazos les van a posibilitar

    cuestionar y cuestionarse. Abrirn la posibilidad de la trasgresin pero tambin el

    reconocimiento del error y la responsabilidad. Poner lmites, restringir la libre

    voluntad de los chicos suele ser una tarea ingrata pero imprescindible para su

    bienestar y crecimiento.

    Interpelar a los chicos supone una presencia que posibilite el intercambio, la

    pregunta, el cuestionamiento de las representaciones y prcticas vinculadas al

    consumo.

    La prevencin como proyecto institucional y territorial

    1 Taller de los sbados Un elefante en la escuela: pibes y maestros del conurbano. - 1a ed. - Buenos

    Aires: Tinta Limn, 2008, pg. 74.

  • Pero la prevencin no solo puede quedar en el espacio del aula y depositada en la

    figura del docente sino que debe ser la escuela la que se asuma como actor de la

    prevencin promoviendo el diseo de un proyecto preventivo integrado a la vida

    escolar que permita unificar criterios, coordinar estrategias dentro de la

    Comunidad Educativa y sobre todo, integrar estas acciones con otras instituciones

    de la comunidad.

    Las culturas institucionales definen los objetivos que nos sirven de marco de

    referencia para nuestras acciones. Frente a situaciones de vulnerabilidad socio

    afectiva a los chicos no los sostiene ni un profesor piola, ni la accin de un directivo

    preocupado por ellos. Solo puede sostenerlo un colectivo docente que: establece la

    centralidad del joven a partir de considerarlo sujeto de derecho. A partir de la

    complejidad que ello implica, consciente de las herramientas limitadas con las que

    cuenta la escuela tradicional, busca establecer relaciones con distintas

    organizaciones sociales y comunitarias para un mejor abordaje.

    Lo sostiene un colectivo docente que est convencido que las respuestas deben ser

    institucionales y que trabaja permanentemente en esa construccin. Un colectivo

    que levant una escuela sin paredes, para que los chicos nos interpelen, para que

    nos nutran, y para interpelar y nutrir a la comunidad desde la concepcin que la

    escuela es un espacio de resignificacin cultural. Una escuela en relacin constante

    con el afuera que le permite acercarse mejor a la realidad.

    Entonces ser necesario que las respuestas frente a situaciones de consumo sean

    institucionales, se enmarquen en una perspectiva de derechos y que incorporen

    una lgica territorial. Se trata de generar una relacin de ida y vuelta en donde

    podamos preguntarnos qu pueden hacer las familias y la comunidad por la

    escuela, pero tambin, qu puede hacer la escuela por las familias y la comunidad a

    la que pertenece () de ah la importancia de generar espacios de dilogo e

    intercambio en los cuales cada uno de nosotros pueda aportar sus

    conocimientos y sus experiencias para que, de esta manera, podamos asumir

    en forma colectiva un compromiso con el cuidado de los nios y los jvenes.

    () El desafo es entonces aceptar que, como adultos, tambin tenemos

    dudas e incertidumbres, sin que esto nos paralice. Porque cuando esto sucede los

    que se perjudican son nuestros nios y jvenes, que quedan librados a sus propios

  • recursos porque no podemos proveerles los marcos de referencia necesarios para

    su paulatina integracin en la vida social (Educacin y Prevencin, 2013).

    Con el presente material se pretende establecer criterios orientadores para el

    debate, esperamos que los intercambios en el foro y las distintas lecturas,

    promuevan un distanciamiento crtico con los saberes y prcticas,

    enriquecindonos mutuamente con nuestra diversidad de trayectorias y

    posicionamientos.

    Damos inicio entonces al camino del aprendizaje...

    Bibliografa:

    Carli, Sandra. (2011) La memoria de la infancia. Estudios sobre historia, cultura y

    sociedad. Editorial Paids.

    Educacin y Prevencin sobre las Adicciones y el Consumo Indebido de Drogas

    (2013). Educacin y salud, Educacin y prevencin sobre las adicciones y el

    consumo indebido de drogas, Especializacin docente de nivel superior en

    educacin y TIC, Buenos Aires, Ministerio de Educacin de la Nacin.

    Freud, S. (1930). El malestar en la cultura. Buenos Aires, Amorrortu.

    Giorgi, Vctor. (2011) Los adolescentes de hoy y el adolecer de las instituciones

    educativas en Los usos de drogas y su abordaje en la educacin. Comisin

    Interinstitucional Nacional de Drogas JND/Anep-Codicen. Repblica Oriental del

    Uruguay.

    Taller de los sbados (2008). Un elefante en la escuela: pibes y maestros del

    conurbano. - 1a ed. - Buenos Aires: Tinta Limn.

    Touz, Graciela (2011) Prevencin del Consumo Problemtico de drogas. Un

    enfoque educativo. Ministerio de Educacin de la Nacin. Editorial Troquel.