PRIETO Pensamiento Politico Republicano

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  • CAPTULO II

    EL PENSAMIENTO POLTICO DURANTE LA REPBLICA

    1 LA ESTOA MEDIA y SU RECEPCIN EN ROMA

    Una diferencia ms entre el estoicismo y las otras escuelas helensticas fue su vocacin difusora. Frente al sentido claramente elitista de los cnicos y epic-reos, el estoicismo pretendi desde el principio ser una doctrina de alcance universal, aunque era consciente de la dificultad de la pretensin por las exi-gencias prcticas de su doctrina. Si se tomaba en serio la pretensin de univer-salidad, si la escuela quera salir de un crculo reducido y tener adeptos en to-das partes, era necesaria una dulcificacin de sus postulados ms rigurosos.

    El estoicismo acept las crticas y termin por modificar la rigidez de sus planteamientos tomando elementos de otras escuelas, especialmente de la Academia y el Liceo. El estoicismo se llen de eclecticismo, perdi en profun-didad y exactitud, pero gan en extensin. Su doctrina dej de ser una teora slo para filsofos y comenz a ser comprensible y atractiva para cualquier hombre culto. As sucedi para los hombres ms cultos de Roma que se agru-paban en torno a la figura de Publio Cornelio Escipin Emiliano el Africano menor o el Numantino, formando lo que los historiadores llaman el crculo de Escipin.

    El principal responsable de esta modificacin fue P ANECIO de Rodas (ca. 185-110). La modificacin consisti en convertir la filosofa estoica en una doc-trina humanitaria. El rigorismo queda mitigado porque da importancia a las acciones buenas (ya no son las perfectas) del hombre medio (ya no es el sabio). En vez del sabio aptico y autrquico, defiende un nuevo ideal humano que sabe valorar los bienes externos, que admite el valor de las pasiones nobles, que promueve la convivencia con los dems. El hombre tiene obligacin de actuar en bien de la colectividad. Esta obligacin se concreta en el desempeo de funciones polticas dentro de la ciudad a la que cada uno pertenece. Por tanto, la vida poltica es propuesta como el mejor campo para la realizacin de la persona. Era exactamente lo que queran or los romanos.

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    Pero Panecio fue todava ms all y justific no slo la entrega a la poltica sino tambin la poltica expansionista de Roma. Pensando con la idea estoica de cosmpolis, crey que la extensin del dominio romano era un bien para la sociedad humana porque sustitua la relacin blica entre los pueblos por una relacin pacfica dentro de un orden universal que, por supuesto, slo queda-ba justificado en ltimo tnnino por la justicia. A los romanos les resultaba grato or que su dominio tena una justificacin que nosotros hoy no vacilamos en llamar una ideologa en el sentido peyorativo del trmino.

    2 POLIBIO

    Polibio de Megalpolis (ca. 200-215) perteneca a una familia de tradicin po-ltica. Tras la victoria sobre Macedonia (168), los romanos llevaron a Roma a una serie de personalidades corno rehenes entre las que estaba Polibio. En Roma trab amistad con Publio Cornelio Escipin Emiliano, centro del crculo cultu-ral que ya hemos mencionado. En Roma vivi prcticamente el resto de su vida en un rgimen de gran libertad, que le permiti incluso hacer viajes, mientras fue rehn y luego en completa libertad. Desde Espaa hasta Egipto, Polibio recorri todo el Mediterrneo. En Roma escribi sus Historias.

    No deja de ser simblico de la mentalidad antiespeculativa romana arriba descrita que la ms antigua de las historias de Roma que se han conservado y el primer estudio sobre las instituciones polticas de Roma que ha llegado has-ta nosotros sean la obra de un griego.

    El mismo autor nos indica, al comienzo, el terna y objetivo de su libro: hay algn hombre tan necio y descuidado que no quiera saber Cmo y me-diante qu po/iteia los romanos han llegado en cincuenta y tres aos esca-sos a conseguir el dominio de toda la tierra, hecho absolutamente sin pre-cedentes? (1, 1, 5).

    Polibio, por tanto, parte de un hecho especficamente poltico y romano, el hecho de un dominio expansivo que ha impuesto la unidad poltica a casi todo el mundo mediterrneo. Esta perspectiva romana es, ante todo, un homenaje del griego a sus amigos, pero adems le capacita para ser el primer historiador que opera con una visin unitaria de la Historia al servicio de un ideal polti-co. Est aqu presente la idea estoica de la cosmpolis liberada de sus rasgos ideales y cargada del pragmatismo romano. Roma est construyendo la cosm-polis y esta construccin es el ltimo sentido de la Historia, y tambin de las historias particulares, llamadas a integrarse en la Historia a travs del domi-nio de Roma. Polibio opera con la tesis de que Roma tiene un destino provi-dencial, y por ello invita a los pueblos conquistados a solidarizarse con el conquistador.

    Pero Polibio va ms all del hecho, y en el libro VI de sus Historias reflexio-na sobre cmo ha sido posible este hecho y nos deja las pginas ms interesan-

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    tes de toda la obra. Esta reflexin se basa en lo que el pensamiento griego ha-ba descubierto sobre las formas de gobierno. Se trata, por tanto, de un griego que piensa desde su cultura sobre el caso romano. Polibio no utiliza conceptos jurdicos, ni siquiera los conceptos polticos romanos fundamentales como la auctoritas y el imperium, sino conceptos histricos y polticos griegos. Recoge la traclicin griega de las tres formas, a la que se aade la forma mixta, la mejor, cuyo ejemplo es Esparta. Recoge la tradicin de las correspondientes corrup-ciones. Y recoge la tradicin de que una ley histrica clirige el proceso de suce-sin de las formas: Platn la haba expuesto en La repblica; Polibio le da una versin nueva, con otro orden ms elaborado y ms completo.

    La situacin inicial de todo el proceso es la constitucin de una sociedad que renace de una catstrofe, un cataclismo. Se trata de una civilizacin muy elemental que se rige por el principio elemental de la adhesin al ms fuerte. En el comienzo, por tanto, est el poder monrquico. El monarca se transfor-ma en rey cuando la civilizacin ha progresado y ha organizado un poder concentrado pero sometido a leyes y libremente aceptado por los sbclitos. La realeza degenera en tirana cuando el rey olvida las leyes y cede a sus pasio-nes. La tirana se hace insoportable y provoca la sublevacin de los mejores hombres del pueblo que se hacen con el poder. La aristocracia degenera en oligarqua porque las generaciones siguientes a los primeros gobernantes no tienen su altura moral y se aprovechan de su poder para la propia ventaja . La rebelin del pueblo instaura una democracia presidida por la igualdad y la li-bertad. Pero algunos se aprovechan del pueblo para manejarlo exagerando su pasin por la libertad; el pueblo se convierte en turba, en masa desenfrenada y el rgimen se llama oclocracia (ojios = turba, muchedumbre). La situacin de guerra civil termina en catstrofe y tras ella comienza la primera fase monr-quica de un nuevo ciclo. Como decamos arriba, Polibio nos ha dado una nue-va versin ms completa y mejor definida de la anak)klesis, la repeticin del ciclo, como ley de la Historia: cada rgimen lleva en su interior el germen de su propia destruccin, que es la tendencia a acentuar el principio organizador del rgimen. En dicha versin no aparece el rgimen mixto, porque precisa-mente su principio consiste en compensar unas tendencias con otras, impiclien-do su crecimiento y, por ende, la degeneracin. Este fue el acierto de Licurgo. Polibio hace su elogio al mismo tiempo que describe el rgimen espartano. Ahora bien, esta descripcin tiene el sentido de introducir el verdadero tema que interesa a Polibio, la constitucin de Roma.

    Roma ha conseguido sus xitos en la Historia porque tiene una forma poltica mixta. Pensndolo desde una mentalidad griega, tendramos que decir que Roma est construyendo la cosmpolis y esto lo hace porque ha puesto en prc-tica el gran descubrimiento griego de la forma mixta. Los cnsules son el ele-mento real; el Senado, el aristocrtico; los comicios, el democrtico. Estos ele-mentos se controlan y se equilibran en sus poderes. Los cnsules tienen todo el

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    poder sobre los dems magistrados, pero no sobre los tribunos; tienen todo el poder para dirigir la guerra; dependen del Senado para el abastecimiento de los ejrcitos y dependen del pueblo para su nombramiento. El Senado contro-la el erario, tiene poderes judiciales y lleva la poltica exterior; depende del pueblo porque ste tiene el poder supremo en los grandes procesos y porque los tribunos pueden suspender las decisiones del Senado. El pueblo decreta premios y castigos, vota las leyes, y vota la decisin suprema de la guerra y la paz. Quien slo contemplara a los cnsules, creera que Roma es una monar-qua; quien se fijara slo en el Senado, pensara que es una aristocracia; quien mirase slo al pueblo, dira que es una democracia.

    Polibio cree haber descubierto que la estructura poltica de Roma consiste en un equilibrio entre los diversos poderes. Este equilibrio es posible porque opera un sistema de frenos que impide que cada uno de los elementos crezca demasiado en su poder. El equilibrio se mantiene y el sistema no degenera porque cuando el poder de uno de los elementos pretende crecer, los otros le frenan. Es la vieja frmula del gobierno mixto, slo que ahora ya no es de cla-ses, como en Aristteles, sino de poderes polticos.

    El hecho de que el anlisis de la constitucin romana presente deficiencias, como es la falta de un adecuado tratamiento de los tribunos, no resta mritos a la obra de Polibio. Siglos ms tarde, tampoco Montesquieu nos dar un anli-sis exacto de la constitucin inglesa. Tampoco resta mritos que Polibio haya ignorado el anlisis social, que le hubiera llevado a la conclusin de que el poder estaba en manos de una clase cuyo rgano era el Senado, porque los cnsules procedan de la clase senatorial y el pueblo slo tena funciones de control, no tena iniciativa.

    Polibio es muy inteligente para quedarse en los aspectos triunfales de Roma. Piensa tambin en los que amenazan esa grandiosa estructura: el peligro viene por el lado de la democracia. La conclusin de Polibio es clara y simple: man-tener en su sitio a la nobleza y al pueblo. La receta tambin es simple: mante-ner el principio de austeridad que ha inspirado la civilizacin romana: que la nobleza renuncie al lujo, con lo cual evitar que la ambicin se apodere del pueblo y lo empuje a superar sus lmites. Roma debe aprender de la Historia para mantenerse dentro de los lmites de la constitucin mixta.

    3 CICERN

    Marco Tulio Cicern (106-43), nacido en una familia del orden ecuestre, reci-bi una buena formacin en Roma que complet con un viaje de estudios a Grecia. Cuando vuelve a Roma es un maestro consumado en la oratoria. Co-mienza entonces su carrera poltica, que culmina con el consulado en el ao 63. Tuvo que hacer frente a la conjuracin de Catilina haciendo ejecutar, sin la formalidad del juicio, a los jefes del complot. En el ao 51 es nombrado gober-nador de la Cilicia, en el Asia Menor, donde realiza una buena gestin. Cuan-

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    do regresa a Roma ya ha estallado la guerra civil. Es Csar, vencedor, quien busca atraerse a Cicern. Csar atiende a su intercesin por muchos pompeya-nos, pero no accede a su consejo de restaurar la Repblica. Por esta negativa Cicern aprueba el asesinato de Csar y se tiene que enfrentar con Marco An-tonio, el lugarteniente de Csar. Durante algunos meses Cicern es ellider de la resistencia republicana y pronuncia y escribe contra Marco Antonio sus fa-mosas Filpicas, que le costaron la vida: cuando hua, fue decapitado por un centurin enviado por Antonio; su cabeza y su mano derecha fueron expues-tas en el Foro, en la tribuna de las arengas.

    La fama de Cicern se debe sobre todo a la calidad de su estilo, que lo colo-ca sin duda como el primer prosista de la lengua latina. Hombre ingenioso, aunque no profundo, posee una vasta cultura con la que construye sus piezas oratorias, sus ensayos y sus tratados. Cicern no es original, recoge las ideas que circulaban en el mundo helenstico, las asimila y las expone, pero dndo-les un tono claramente romano. Su postura intelectual es definidamente sincre-tista. Su cercana a la doctrina estoica, la que haba encontrado ms difusin en la cultura romana, no le impide tomar de otras escuelas las ideas que le in-teresan, sin preocuparse excesivamente de la coherencia. A pesar de todo esto, Cicern ha sido uno de los autores ms influyentes en la Historia, porque ha sido uno de los ms ledos.

    En su pensamiento poltico tambin encontramos los rasgos generales que acabamos de indicar. Escribi dos obras especficamente polticas cuyos ttu-los reproducen intencionadamente los de Platn: La repblica (De republica, 54-51 a.c.) y Las leyes (De legibus, 52 a.c.). A ellos hay que aadir un tratado ms general sobre la moral, Los deberes (De officiis, 44-43 a.c.). Estas obras constitu-yen la mejor exposicin del pensamiento poltico romano. Se trata de un pen-samiento vinculado a la clase senatorial del siglo 1 a.c. y al servicio del proyec-to poltico de Cicern. Nuestro autor quera restaurar la constitucin republi-cana tal como se crea que haba funcionado en los aos gloriosos del siglo 11, cuando Escipin Emiliano (personaje central en muchos dilogos de Cicern) era la gran figura de la poltica y la cultura romana. Cicern crea en la constitu-cin republicana tal como la haba idealizado Polibio: una autntica aristocra-cia abierta a los mejores hombres, es decir, una meritocracia. Con ella se iden-tificaba Cicern, el horno novus que gracias a sus mritos lleg a ser cnsul. Pero Cicern iba ms all de Polibio y, de acuerdo con su inspiracin estoica, pen-saba que la forma poltica romana haba funcionado porque exista en Roma un espritu de servicio pblico marcado por las virtudes de la entrega y el sa-crificio. Por aqu haba de comenzar la empresa de restauracin que Cicern anhelaba. Era un proyecto decididamente conservador, pero a lo romano, es decir, conservador de grandes vuelos. Ya sabemos, por lo que hemos ido ex-ponendo, que dicho proyecto fracas completamente. El futuro no estaba en la Repblica, sino en otra forma nueva, el Principado. En honor de Cicern hay que decir que supo prever este futuro y esboz algo as como una teora del Principado.

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    La contribucin ms importante de Cicern a la historia del pensamiento es su formulacin del Derecho natural. Recoge las ideas de los estoicos y las expresa en unos trminos que han pasado a ser patrimonio de la humanidad y han te-nido una permanente influencia.

    Cicern toma de los estoicos la idea de la existencia de una Razn divina como explicacin ltima del orden que encontramos en la Naturaleza. De esa Razn participan todos los hombres y por ello son capaces de encontrar dicho orden y descubrir que este orden comprende tambin la conducta humana. Dicha Razn, en cuanto manda que nuestra conducta se ajuste al orden natu-ral, convierte a ste en una ley, es el Derecho natural. Como la naturaleza hu-mana es universal e inmutable, as lo es el Derecho natural. Este Derecho no depende, por tanto, de ninguna autoridad poltica. Al contrario, el Derecho positivo de la sociedad poltica tiene que ajustarse al Derecho natural para ser justo. Puesto que las normas del Derecho natural son bsicas, elementales, cla-ras, es decir, son accesibles a todos los hombres, el Derecho natural es el crite-rio para juzgar la justicia de los Derechos positivos particulares.

    Los dos principios bsicos del Derecho natural son la dignidad y la igual-dad de todos los hombres. Todo ser humano es una realidad valiosa que ha de ser respetada y este respeto es debido por igual a todo ser humano. Aunque los hombres han construido sus sociedades particulares con una gran diversi-dad de situaciones, stas no pueden atentar contra los derechos naturales, que son iguales para todos los hombres. La igualdad del Derecho natural no es una exigencia democrtica, sino una exigencia moral.

    Las consecuencias polticas de esta concepcin son muy importantes. Sir-ven para criticar y profundizar la definicin de sociedad poltica, que nos da el mismo Cicern como conjunto de hombres unidos por un Derecho comn y por la comn conveniencia. Es una definicin descriptiva que a primera vista podra ser interpretada en trminos utilitaristas. Sin embargo, la conexin del Derecho positivo con el Derecho natural introduce la nocin de justicia como elemento esencial a toda sociedad poltica. La comunidad de personas llega a ser poltica cuando hay una res publica custodiada por una organizacin de autoridad. Ahora bien, la res publica es ante todo el Derecho. Puesto que la base del Derecho es la justicia, la comunidad poltica es una comunidad moral.

    La teora poltica de Cicern aparece sobre todo en La repblica. Un dilogo que se finge ocurrido en el ao 129 en el jardn de Escipin Emiliano, poco antes de la muerte del gran hombre.

    El primer gran tema es el de la participacin poltica. Cicern defiende que la poltica es una actividad ms importante que la filosofa; es la mejor forma de realizacin humana frente a la opinin epicrea que predica la abstencin.

    Tras el tema de la mejor forma de vida humana entramos con el libro JI en el de la mejor forma de vida politica, es decir, la mejor forma de gobierno. La tesis de Cicern es muy romana: los romanos tienen la mejor forma de gobier-

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    no y esto lo han conseguido de un modo muy romano, mediante la acumula-cin de la experiencia de generaciones; la constitucin no es fruto del esfuerzo o el talento de un individuo, sino de la experiencia e inteligencia de muchos individuos que han colaborado a travs de los tiempos. Es la idea que diecio-cho siglos ms tarde expondr Burke: el saber polltico es un saber acumulativo. Para demostrar esta tesis haba que acudir a la historia de Roma y recorrerla en trminos de anlisis politico. Este era el plan, pero Cicern no lo realiz por s mismo, sino que, por comodidad o por incapacidad, recurri a Polibio.

    El libro III trata sobre la idea de justicia como alma de la repblica y fuente de la autoridad. Una vez ms Cicern pone en relacin la poltica con el Dere-cho y, en ltimo trmino, con ideales morales que son la razn de ser de todo gobierno.

    Los libros V y VI estn dedicados a la figura del mejor gobernante. El dilo-go habla de la descomposicin poltica en que entonces vive la Repblica, cuan-do haba surgido el conflicto popular promovido por los Graco, pero es una evidente alusin a la situacin de la guerra civil en que vive el autor. La Rep-blica casi no existe, pues no hay una autntica cosa pblica, no hay asuntos pblicos que unan a todos los romanos. Esa situacin es contrapuesta al pasa-do glorioso en el que la Repblica exista gracias a las costumbres tradiciona-les romanas encarnadas en hombres ejemplares. Es el momento de debatir so-bre las cualidades del gobernante. El tema termina con el famoso sueno de Escipin. Escipin comenta que, durante su estancia en frica y siendo hus-ped del anciano rey Masinisa, recibi en sueno s la visita de su abuelo adopti-vo, Escipin el Africano Mayor, que lo transport espiritualmente a la bveda celeste. Desde all vio el universo entero. Desde all el vencedor de Aruballe ensen a despreciar la tierra y a no buscar otra gloria que la de la virtud y la inmortalidad. Por tanto, hay que dedicarse a las ms altas acciones -las que contribuyen a salvar a la patria- porque ellas sern recompensadas con la vida eterna. Es aqu donde mejor aparece el ethos poltico de Cicern.

    El tema del mejor gobernante y de la mejor forma de gobierno se sintetizan en la figura del princeps, el primer senador, sobre la que Cicern ha sealado algunos rasgos. Se trata, en definitiva, de encontrar una salida a la crisis de Roma: es el rector noster, perito en el arte poltico como el buen agricultor lo es en la agricultura; es el custodio y defensor de la Repblica (tutor et procurator reipub/ieae). Estas ideas aparecen en las cartas del momento. Pero la exposicin ms clara la encontramos en su discurso Pro Maree/o, que Cicern pronuncia el ao 46, durante la clictadura de Csar. En un tono adulatorio, Cicern expone que el destino de Roma ha quedado entre las manos de un solo hombre: Csar. Lo que interesa es la tarea poltica que Roma espera de Csar y que slo es posible con una gran concentracin de poder pero conservando al mismo tiem-po las grandes instituciones republicanas. El princeps se clibuja como una figu-ra nueva que ha de impulsar la estructura poltica de la Repblica, que ha quedado desintegrada por falta de virtudes republicanas.