Proposición Del 9 de Octubre 1967 Sobre El Psicoanalista de La Escuela

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    Proposicin del 9 de octubre 1967 sobreel psicoanalista de la Escuela

    1 Antes de leerla, subrayo que hay que entenderla sobre el fondo de la lectura,a realizar o a volver a realizar, de mi artculo: "Situacin del psicoanlisis y

    formacin del psicoanalista en 1!" #p$s% 1&'('1)* de mis Escritos*%

    2 Se tratar de estructuras ase$uradas en el psicoanlisis y de $arantizar suefectuacin en el psicoanalista%3 +sto se le brinda a nuestra +scuela, tras una duracin suficiente de r$anosesbozados en base a principios limitativos% Slo instituimos una novedad en elfuncionamiento% +s verdad que a partir de ella sur$e la solucin del problema de laSociedad psicoanaltica%4 +sta reside en la distincin entre erarqua y gradus%5 -roducir. en el inicio de este a/o el si$uiente paso constructivo:

    1* producirlo ( mostrrselos0'* ponerlos de hecho a producir su aparato, el cual debe reproducir este

    paso en estos dos sentidos%6 ecordemos qu. e2iste entre nosotros%7 -rimero, un principio: el psicoanalista slo se autoriza a partir de .l mismo%+ste principio est inscrito en los te2tos ori$inales de la +scuela y decide suposicin%8 +sto no e2cluye que la +scuela $arantice que un psicoanalista sur$e de suformacin%9 +lla puede hacerlo por su propia cuenta%10 3 el analista puede querer esa $aranta, si as ocurre entonces slo puede irms all: volverse responsable del pro$reso de la +scuela, volverse psicoanalista desu e2periencia misma%11 4irado desde esta perspectiva, se reconoce que en lo sucesivo responden aestas dos formas:

    12 5% +l A%4%+% o analista miembro de la +scuela, constituido simplemente por elhecho de que la +scuela lo reconoce como psicoanalista que ha probado ser tal%13 +sta constituye la $aranta, distin$uida primero, proveniente de la +scuela%6a iniciativa le corresponde a la +scuela, en la que se es admitido en base a unproyecto de trabao y sin tomar en cuenta proveniencias o calificaciones% 7nanalista practicante slo est re$istrado en ella al inicio a i$ual ttulo que cuando selo inscribe como m.dico, etnlo$o y tutti quanti%14 55% +l A%+% o analista de la +scuela, al que se le imputa estar entre quienespueden testimoniar de los problemas cruciales en los puntos candentes en que.stos se hallan para el anlisis, especialmente en la medida en que ellos mismosestn en la tarea, o al menos en la brecha, de su resolucin%15 +ste lu$ar implica que uno quiera ocuparlo: slo se puede estar en .l por

    haberlo demandado de hecho, o bien de forma%16 8ueda establecido pues que la +scuela pueda $arantizar la relacin delanalista con la formacin que ella dispensa%17 -uede y, por ende, debe%18 Aparece aqu el defecto, la falta de inventiva, para cumplir con un oficio#.se, del que se ufanan las sociedades e2istentes* encontrando en .l vasdiferentes, que evitan los inconvenientes #y los peruicios* del r.$imen de esassociedades%19 6a idea de que el mantenimiento de un r.$imen semeante es necesario parare$lar el gradus, debe ser considerada en sus efectos de malestar% +se malestar nobasta para ustificar el mantenimiento de la idea% 4enos a9n su retorno prctico%20 8ue haya una re$la del gradus est implicado en una +scuela, ciertamente

    aun ms que en una sociedad% -orque, despu.s de todo, en una sociedad no se lanecesita para nada, cuando una sociedad slo tiene intereses cientficos%

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    21 -ero hay un real en ue$o en la formacin misma del psicoanalista%Sostenemos que las sociedades e2istentes se fundan en ese real%22 -artimos tambi.n del hecho, que parece perfectamente plausible, de quereud las quiso tal cual son%23 ;o es menos patente (y para nosotros concebible( el hecho de que este realprovoca su propio desconocimiento, incluso produzca su ne$acin sistemtica%

    24 +st claro pues que reud asumi el ries$o de cierta detencin% 8uiz ms:que vio en ellas el 9nico refu$io posible para evitar la e2tincin de la e2periencia%25 ;o es privile$io mo el que nos enfrentemos a la cuestin as formulada% +sla consecuencia misma, di$moslo al menos para los analistas de la +scuela, de laeleccin que hicieron de la +scuela%26 +stn a$rupados en ella por no haber querido aceptar, mediante un voto, loque .ste acarreaba: la pura y simple supervivencia de una ense/anza, la de 6acan%274iente al respecto quienquiera que, en otro lado, si$a diciendo que lo que estabaen ue$o era la formacin de los analistas% ay solidaridad entre el atascamiento, hasta en las desviaciones quemuestra el psicoanlisis, y la erarqua que en .l reina0 y que desi$namos, estarnde acuerdo que ben.volamente, como la de una coaptacin de sabios%34 +sto se debe a que esta coaptacin promueve un retorno a un estatuto deprestancia, que conu$a la pre$nancia narcisista con la astucia competitiva% etornoque restaura el refuerzo de las recadas que el psicoanlisis didctico tiene comofinalidad liquidar%35 +ste es el efecto que ensombrece la prctica del psicoanlisis: cuyaterminacin, obeto y finalidad misma se demuestran inarticulables lue$o de por lomenos medio si$lo de e2periencia continuada%36 6le$ar a remediarlo entre nosotros debe hacerse a partir de la constatacindel defecto que he mencionado, leos de pensar en ocultarlo%37 -ues hay que captar en ese defecto la articulacin que falta%38 +lla slo coincide con lo que se encontrar por doquier, y que se supo desdesiempre, que no basta la evidencia de un deber para poder cumplir con .l% -or elses$o de su hiancia puede ser puesto en accin, y esto ocurre cada vez que seencuentra el modo de usarlo%39 -ara introducirlos a ella, me apoyar. en los dos momentos de empalme de loque llamar. respectivamente en esta recreacin el psicoanlisis en e2tensin, es

    decir, todo lo que resume la funcin de nuestra +scuela en la medida en que ella

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    presentifica al psicoanlisis en el mundo, y el psicoanlisis en intensin, es decir, eldidctico, en tanto .ste no hace ms que preparar sus operadores%40 Se olvida, en efecto, la razn de su pre$nancia, que reside en constituir alpsicoanlisis como e2periencia ori$inal, llevarlo hasta el punto que fi$ura su finitud,para permitir el aprs-coup, efecto de tiempo, como se sabe, que le es radical%41 +s esencial aislar esta e2periencia de la terap.utica, que no slo distorsiona

    al psicoanlisis por relaar su ri$or%42 Se/alar. en efecto que la 9nica definicin posible de la terap.utica es la dela restitucin a un estado primero% ?efinicin imposible, precisamente, de plantearen psicoanlisis%43 +n cuanto alprimum non nocere, meor ni hablar, ya que es movedizo porno poder ser determinadoprimum al principio: @para qu. ele$ir no ser perudicial5ntenten% +s demasiado fcil $racias a esta condicin colocar en el haber de unacura cualquiera el no haber da/ado en al$o% +ste ras$o forzado slo interesa, sinduda, por sostenerse en una indecidible l$ica%44 -uede encontrarse perimida la .poca en que se trataba de no perudicar a laentidad mrbida% -ero el tiempo del m.dico est ms involucrado de lo que se creeen esta revolucin: en todo caso se ha vuelto ms precaria la e2i$encia de qu.

    hace m.dica o no una ense/anza% ?i$resin%45 ;uestros puntos de empalme, donde deben funcionar nuestros r$anos de$aranta, son conocidos: son el inicio y el final del psicoanlisis al i$ual que en elaedrez% -or suerte, son los ms eemplares por su estructura% +sta suerte se debea lo que llamamos el encuentro%46 Al comienzo del psicoanlisis est la transferencia% 6o est por la $racia deaquel al que llamaremos en el linde de este comentario: el psicoanalizante1% ;otenemos que dar cuenta de qu. lo condiciona%Al menos aqu% +st en el inicio% -ero,Bqu. es esoC47 4e asombra que nadie nunca haya pensado oponerme, dado ciertost.rminos de mi doctrina, que la transferencia por s sola es una obecin a laintersubetividad%

    5ncluso lo lamento, ya que nada es ms cierto: la refuta, es su escollo% Dambi.npromov primero lo que el uso de la palabra implica de intersubetividad, paraestablecer el fondo sobre el que se pudiese percibir el contraste% +ste t.rmino fueentonces una manera, una manera cualquiera dira, si no se me hubiese impuesto,de circunscribir el alcance de la transferencia%48 Al respecto, all donde es necesario ustificar el propio terreno universitario,se apoderan del susodicho t.rmino, que se supone es, por haber sido usado por m,levitatorio% -ero quien me lee, puede observar el Een reservaF con el que ha$o u$aresta referencia en la concepcin del psicoanlisis% +lla forma parte de lasconcesiones educativas a las que deb acceder debido al conte2to de oscurantismofabuloso en el que tuve que proferir mis primeros seminarios%49 -uede acaso dudarse ahora de que al remitir al sueto del cogito lo que elinconsciente nos descubre, que al haber definido la distincin entre el otroima$inario, llamado familiarmente peque/o otro, y el lu$ar de la operacin dellen$uae, planteado como siendo el $ran Gtro, indico suficientemente que nin$9nsueto puede ser supuesto por otro sueto0 si tomamos este t.rmino en el sentidode ?escartes% 8ue ?ios le sea necesario, o ms bien la verdad con que lo acredita,para que el sueto lle$ue a aloarse bao esa misma capa que viste a en$a/osassombras humanas0 que >e$el al retomarlo plantea la imposibilidad de lacoe2istencia de las conciencias, en tanto se trata del sueto prometido al saber0 noes esto suficiente para indicar la dificultad, que es precisamente nuestro impasse, eldel sueto del inconsciente, cuya solucin ofrece a quien sabe darle forma%50 +s cierto que aqu Hean(-aul Sartre, muy capaz de percatarse de que lalucha a muerte no es esa solucin, pues no podra destruirse a un sueto, y queasimismo en >e$el ella es propuesta en su nacimiento, pronuncia a puertas

    cerradas la sentencia fenomenol$ica: es el infierno% -ero como esto es falso, y deuna manera que puede ser uz$ada desde la estructura, el fenmeno muestra

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    claramente que el cobarde, si no es loco, puede arre$lrselas muy bien con lamirada que lo fia0 esta sentencia prueba claramente que el oscurantismo no slotiene su puesto en los $apes de la derecha%51 +l sueto supuesto al saber es para nosotros el pivote desde el que searticula todo lo tocante a la transferencia%=uyos efectos escapan, al utilizar comopinza para asirlos elpun, bastante torpe, por establecerse entre la necesidad de

    repeticin y la repeticin de la necesidad%52 Aqu, el levitante de la intersubetividad mostrar su fineza en elinterro$atorio: Bsueto supuesto por qui.nC si no por otro sueto%53 7n recuerdo de Aristteles, un poquito de cate$oras, ro$amos, para pulir aese sueto de lo subetivo% 7n sueto no supone nada, es supuesto%54 Supuesto, ense/amos nosotros, por el si$nificante que lo representa paraotro si$nificante%55 +scribamos como conviene el supuesto de este sueto colocando al saber ensu lu$ar como dependiente de la suposicin:

    S ------------------------ Sq ______________________

    s (S1, S2,... Sn)

    56 Se reconoce en la primera lnea el si$nificante S de la transferencia, es decirde un sueto, con su implicacin de un si$nificante que llamaremos cualquiera, esdecir, que slo supone la particularidad en el sentido de Aristteles #siemprebienvenido*, que por este hecho supone aun otras cosas% Si es nombrable con unnombre propio, no es que se distin$a por el saber, como veremos a continuacin%57 ?ebao de la barra, pero reducido al patrn de suposicin del primersi$nificante: el s representa el sueto que resulta de .l, implicando en el par.ntesisel saber, supuesto presente, de los si$nificantes en el inconsciente, si$nificacin queocupa el lu$ar del referente a9n latente en esa relacin tercera que lo adunta a laparea si$nificante (si$nificado%

    58 Se ve que si el psicoanlisis consiste en el mantenimiento de una situacinconvenida entre dos partenaires que se asumen en ella como el psicoanalizante y elpsicoanalista, slo podra desarrollarse a costa del constituyente ternario que es elsi$nificante introducido en el discurso que se instaura, el cual tiene nombre: elsueto supuesto al saber, formacin, no de artificio sino de vena, desprendida delpsicoanalizante%59 Denemos que ver qu. califica al psicoanalista para responder a esta situacinque, como se ve, no en$loba su persona% ;o solamente el sueto supuesto al saber,en efecto, no es real, sino que no es en modo al$uno necesario que el sueto enactividad en la coyuntura, el psicoanalizante #9nico que habla inicialmente*, se loimpon$a%60 +s tan poco necesario incluso que, habitualmente, no es cierto: lo

    demuestra, en los primeros tiempos del discurso, un modo de ase$urarse de que eltrae no le va al psicoanalista0 se$uro contra el temor de que .ste no se metademasiado rpido, en .l en sus hbitos, si me permiten la e2presin%61 ;os importa aqu el psicoanalista, en su relacin con el saber del suetosupuesto, relacin no se$unda sino directa%62 +st claro que nada sabe del saber supuesto% +l Sq de la primera lnea notiene nada que ver con los S de la cadena de la se$unda, y slo puede hallarse allpor encuentro% Se/alemos este hecho para reducir a .l lo e2tra/o de la insistenciade reud en recomendarnos abordar cada caso nuevo como si no hubi.semosadquirido nada en sus primeros desciframientos%63 +sto no autoriza en modo al$uno al psicoanalista a contentarse con saberque no sabe nada, porque lo que est en ue$o es lo que tiene que saber%64 6o que tiene que saber puede ser delineado con la misma relacin EenreservaF se$9n la que opera toda l$ica di$na de ese nombre% +so no quiere decir

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    nada EparticularF, pero eso se articula en cadena de letras tan ri$urosas que, acondicin de no fallar nin$una, lo no(sabido se ordena como el marco del saber%65 6o asombroso es que con eso se halle al$o, los n9meros transfinitos, poreemplo% B8u. ocurra con ellos antesC 5ndico aqu la relacin con el deseo queles dio su consistencia% +s 9til pensar en la aventura de un =antor, aventura queno fue precisamente $ratuita, para su$erir el orden, aunque no fuese .l

    transfinito, donde el deseo del psicoanalista se sit9a%66 +sta situacin da cuenta a la inversa de la facilidad aparente con la que seinstalan en posiciones de direccin en las sociedades e2istentes lo que es necesariodenominar nulidades% +nti.ndanme: lo importante no es el modo en que estasnadas se amueblan #Bdiscurso sobre la bondadC* para el e2terior, ni la disciplinaque supone el vaco sostenido en el interior #no se trata de idiotez*, sino que esanada #del saber* es reconocida por todos, obeto usual puede decirse, para lossubordinados, y moneda corriente de su apreciacin de los Superiores%67 +sto se debe a la confusin sobre el cero, respecto de la cual se permaneceen un campo donde no es aceptada% +n el gradus, nadie se preocupa por ense/arqu. distin$ue al vaco de la nada, que no son, empero, lo mismo0 ni al ras$odelimitado por la medida del elemento neutro implicado en el $rupo l$ico0 ni

    tampoco a la nulidad de la incompetencia, de lo no(marcado de la in$enuidad, apartir de lo cual tantas cosas se ordenaran%68 -ara remediar este defecto, produe el ocho interior y, en $eneral, latopolo$a en la que el sueto se sostiene%69 6o que debe disponer a un miembro de la +scuela a tales estudios es laprevalencia que pueden captar en el al$oritmo producido antes, que no pori$norarla dea de estar ah, la prevalencia manifiesta donde sea: en el psicoanlisisen e2tensin as como en intensin, de lo que llamar. el saber te2tual, paraoponerlo a la nocin referencial que lo enmascara%70 ;o puede decirse que el psicoanalista sea e2perto en todos los obetos queel len$uae, no solamente propone al saber, sino a los que primero dio a luz enel mundo de la realidad, de la realidad de la e2plotacin interhumana% Sera

    preferible que as fuese, pero de hecho se queda corto%71 +l saber te2tual no era parsito por haber animado una l$ica en la que consorpresa la nuestra encuentra qu. aprender #hablo de la l$ica de la +dad 4edia*, yno es a sus e2pensas que pudo enfrentar la relacin del sueto con la evelacin%72 ;o porque su valor reli$ioso se haya tornado indiferente para nosotros debedescuidarse su efecto en la estructura% +l psicoanlisis tiene consistencia por loste2tos de reud, .ste es un hecho irrefutable% Se sabe qu. aportan, deShaIespeare a 6eJis =arroll, los te2tos a su $enio y a sus practicantes%73 +ste es el campo en el que se discierne a qui.n admitir a su estudio% +saquel donde el sofista y el talmudista, el propalador de cuentos y el aedo, cobraronimpulso, el que en todo momento recuperamos, ms o menos torpemente, paranuestro uso%74 8ue un 6.vi(Strauss en sus mitol$icas le d. su estatuto cientfico, nosfacilita hacer de .l el umbral de nuestra seleccin%75 ecordemos la $ua que da mi $rafo al anlisis y la articulacin que se aslaen .l del deseo en las instancias del sueto%76 +sto para indicar la identidad del al$oritmo aqu precisado con lo que esconnotado en el an!uete como el %

    77 B?nde est dicho meor que como lo hace all Alcibades, que lasemboscadas del amor de transferencia tienen como 9nico fin obtener eso cuyocontinente in$rato piensa que es ScratesC78 -ero, qui.n sabe meor que Scrates que slo detenta la si$nificacin queen$endra al retener esa nada, lo que le permite remitir a Alcibades aldestinatario presente de su discurso, A$atn #como por casualidad*: esto paraense/arles que al obsesionarse con lo que los concierne en el discurso del

    psicoanalizante, no han lle$ado a9n a ese punto%

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    79 -ero, Besto es todoC =uando aqu el psicoanalizante es id.ntico al ,a

    la maravilla que nos deslumbra, a nosotros terceros, en Alcibades% B;o es acasonuestra oportunidad de ver all aislarse el puro ses$o del sueto como relacin librecon el si$nificante, .se donde se asla el deseo del saber como el deseo del GtroC80 =omo todos esos casos particulares que hacen el mila$ro $rie$o, .ste slonos presenta cerrada la caa de -andora% Abierta, es el psicoanlisis, del que

    Alcibades no necesitaba%

    81 =on lo que llam. el final de la partida, estamos (por fin( en el hueso denuestro discurso de esta noche% 6a terminacin del psicoanlisis llamado enforma redundante didctico es, en efecto, el paso del psicoanalizante alpsicoanalista%82 ;uestro propsito es plantear al respecto una ecuacin cuya constante es el%

    83 +l deseo del psicoanalista, es su enunciacin, la que slo podra operarocupando all la posicin de la":84 de esa" misma, cuya solucin entre$a al psicoanalizante su ser y cuyo valorse anota #( *, la hiancia que se desi$na como la funcin del falo al aislarlo en el

    compleo de castracin, o #a* para lo que lo obtura con el obeto que sereconoce bao la funcin apro2imativa de la relacin pre$enital% #+l casoAlcibades la anula: es lo que connota la mutilacin de los >ermes%*85 6a estructura as abreviada les permite hacerse una idea de lo que ocurre alt.rmino de la relacin de la transferencia, o sea: habi.ndose resuelto el deseoque sostuvo en su operacin el psicoanalizante, .ste ya no tiene $anas de aceptarsu opcin, es decir, el resto que como determinante de su divisin lo hace caerde su fantasma y lo destituye como sueto%86 B;o es .ste el $ran motus que debemos conservar entre nosotros, quetomamos de .l, psicoanalistas, nuestra suficiencia, mientras que la beatitud seofrece ms all al olvidarlo nosotros mismosC87 Al enunciarlo, Bno desalentamos a los aficionadosC 6a destitucin subetiva

    inscrita en la tareta de entrada%%% Bacaso no provoca el horror, la indi$nacin, elpnico, incluso el atentado, en todo caso da prete2to a la obecin de principioC88 ;o obstante, hacer interdiccin de lo que se impone de nuestro ser esofrecernos a ese retorno del destino que es maldicin% 6o rechazado en losimblico, recordemos el veredicto lacaniano, reaparece en lo real%89 +n lo real de la ciencia que destituye al sueto de un modo muy diferente ennuestra .poca, cuando, solos, sus partidarios ms eminentes, un Gppenheimer,pierden ante ello la cabeza%90 enunciamos aqu a lo que nos hace responsables, a saber: la posicindonde fi. al psicoanlisis en su relacin con la ciencia, la de e2traer la verdad quele responde en t.rminos en que el resto de voz nos es asi$nada%91 =on qu. prete2to res$uardamos este rechazo, cuando bien se sabe qu.

    li$ereza prote$e a la vez verdad y sueto, y que prometer a los se$undos laprimera, dea indiferentes a quienes ya estn pr2imos a ella% >ablar dedestitucin subetiva nunca detendr al inocente, cuya 9nica ley es su deseo%92 ;uestra 9nica eleccin est entre enfrentar la verdad o ridiculizar nuestrosaber%

    93 +sta sombra espesa que recubre ese empalme del que aqu me ocupo, eseen el que el psicoanalizante pasa a psicoanalista, es aquello que nuestra +scuelapuede dedicarse a disipar%94 ;o estoy ms adelantado que ustedes en esta obra que no puede serrealizada a solas, ya que el psicoanlisis brinda su acceso%95 4e contentar. aqu con un flash o dos para precederla%96 =mo no recordar que en el ori$en del psicoanlisis, como por fin lo hizo4annoni entre nosotros, el psicoanalista es liess, es decir, el medicastro, elcosquilleador de nariz, el hombre al que se le revelan el principio macho y el de

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    la hembra en los n9meros '1 y '&, $9stenos o no, en suma ese saber que elpsicoanalizante, reud el cientificista, como se e2presa la boquita de las almasabiertas al ecumenismo, rechaza con toda la fuerza del uramento que lo li$a alpro$rama de >elmholtz y sus cmplices%97 8ue ese artculo haya sido entre$ado a una revista que casi no permita queel t.rmino de Esueto supuesto al saberF apareciese en ella, salvo perdido en

    medio de una p$ina, no disminuye en nada el valor que puede tener paranosotros%98 ecordndonos Eel anlisis ori$inalF, nos lleva nuevamente al pie delespeismo en el que se asienta la posicin del psicoanalista y nos su$iere que noes se$uro que .ste sea reducido hasta tanto una crtica cientfica no se hayaestablecido en nuestra disciplina%99 +l ttulo se presta al comentario de que el verdadero ori$inal slo puede serel se$undo, por constituir la repeticin que hace del primero un acto, pues ellaintroduce all el aprs-coup propio del tiempo l$ico, que se marca porque elpsicoanalizante pas a psicoanalista% #8uiero decir reud mismo quien sancionaall no haber hecho un autoanlisis%*100 4e permito por a/adidura recordarle a 4annoni que la escansin del tiempo

    l$ico incluye lo que llam. el momento de comprender, ustamente del efectoproducido #que retome mi sofisma* por la no(comprensin, y que al eludir ensuma lo que constituye el alma de su artculo ayuda a que se comprenda almar$en%101 ecuerdo aqu que el material bruto que reco$emos en base al Ecomprendera sus enfermosF, se compromete en un malentendido que como tal no es sano%102 lash ahora sobre el punto en el que estamos% =on el final del anlisishipomanaco, descrito por nuestro

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    112 -ues qui.n, al percibir en mis 9ltimas lneas a los dos partenaires u$arcomo las dos alas de una pantalla $iratoria, no puede captar que la transferencianunca fue ms que el pivote de esa alternancia misma%113 ?e este modo, de aquel que recibi la clave del mundo en la hendidura delimp9ber, el psicoanalista no debe esperar ms que una mirada, pero se ve deveniruna voz%

    114 3 ese otro, ni/o, que encontr su representante representativo en suirrupcin a trav.s del diario desple$ado con el que se res$uardaba el sumiderode los pensamientos de su pro$enitor, remite al psicoanalista el efecto dean$ustia en el que vira en su propia deyeccin%115 As, el final del anlisis conserva cierta in$enuidad, y se plantea acerca deella la cuestin de si deber ser considerada como una $aranta en el paso al deseode ser psicoanalista%116 ?esde dnde podra esperarse entonces un testimonio usto sobre el quefranquea ese pase, sino de otro que, al i$ual que .l, a9n lo es, ese pase, a saber,en quien est presente en ese momento el deser en el que su psicoanalista$uarda la esencia de lo que le pas como un duelo, sabiendo as, como cualquieraen funcin de didctico, que tambi.n a ellos eso les pasar%

    117 B8ui.n ms que ese psicoanalizante en el pase podra autentificar en .l loque .ste tiene de posicin depresivaC ;o aireamos aqu nada con lo que uno puedadarse aires, si uno no est all%118 +s lo que les propondr. lue$o como el oficio a confiar para la demanda dedevenir analista de la +scuela a al$unos a los que llamaremos pasadores%119 =ada uno de ellos ser ele$ido por un analista de la +scuela, que puedaaseverar que estn en ese pase o que han vuelto de .l, en suma, todava li$adosal desenlace a su e2periencia personal%120 A ellos les hablar de su anlisis un psicoanalizante para hacerse autorizarcomo analista de la +scuela, y el testimonio que sabrn aco$er desde la frescuramisma de su propio pase ser de esos que ams reco$e urado de confirmacinal$uno% 6a decisin de dicho urado ser esclarecida entonces por ellos, no

    siendo obviamente estos testi$os ueces%121 5n9til indicar que esta proposicin implica una acumulacin de lae2periencia, su recoleccin y su elaboracin, una or$anizacin en serie de suvariedad, una notacin de sus $rados%122 =abe a la naturaleza del aprs-coup de la si$nificancia, el que puedan salirlibertades de la clausura de una e2periencia%123 ?e todos modos esta e2periencia no puede ser eludida% Sus resultadosdeben ser comunicados: en primer lu$ar a la +scuela para ser criticados, ycorrelativamente ser puestos al alcance de esas sociedades que, por e2cluidos quenos hayan hecho, no dean por ello de ser asunto nuestro%124 +l urado funcionando no puede abstenerse pues de un trabao de doctrina,ms all de su funcionamiento como selector%

    125 Antes de proponerles su forma, quiero indicar que conforme con la topolo$adel plano proyectivo, en el horizonte mismo del psicoanlisis en e2tensin se anudael crculo interno que trazamos como hiancia del psicoanlisis en intensin%126 8uisiera centrar ese horizonte en tres puntos de fu$a perspectivos,llamativos por pertenecer cada uno a uno de los re$istros cuya colusin en laheterotopa constituye nuestra e2periencia%

    127 +n lo simblico, tenemos el mito edpico%128 Gbservemos en relacin al n9cleo de la e2periencia sobre la que acabamosde insistir, lo que llamara t.cnicamente la facticidad de este punto% ?epende, enefecto, de una mito$enia, uno de cuyos componentes, como se sabe, es suredistribucin% Ahora bien, el +dipo por serle ectpico #carcter subrayado por

    un Kroeber*, plantea un problema%129 Abrirlo permitira restaurar, incluso al relativizarla, su radicalidad en la

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    e2periencia%130 Aclarar. mis intenciones simplemente con lo si$uiente: retiren el +dipo, y elpsicoanlisis en e2tensin, dir., se vuelve enteramente urisdiccin del delirio delpresidente Schreber%131 =ontrolen su correspondencia punto por punto, ciertamente no atenuadadesde que reud la se/al al no declinar la imputacin% -ero deemos lo que mi

    seminario sobre Schreber ofreci a quienes podan escucharlo%132 >ay otros aspectos de ese punto relativos a nuestras relaciones con ele2terior, o ms e2actamente a nuestra e2traterritorialidad: t.rmino esencial enel Escrito, que considero como prefacio de esta proposicin%133 Gbservemos el lu$ar que ocupa la ideolo$a edpica para dispensar de al$9nmodo a la sociolo$a desde hace un si$lo de tomar partido, como debi hacerloantes, sobre el valor de la familia, de la familia e2istente, de la familia peque/obur$uesa en la civilizacin, es decir, en la sociedad vehiculizada por la ciencia%B;os beneficia o no encubrirla sin saberlo en este puntoC134 +l se$undo punto est constituido por el tipo e2istente, cuya facticidad esesta vez evidente de la unidad: sociedad de psicoanlisis, en tanto tocada con uneecutivo de escala internacional%

    135 6o diimos, reud lo quiso as, y la sonrisa embarazada con que se retractadel romanticismo de la especie de Komintern clandestino al que primero le dio sucheque en blanco #cf% Hones, citado en mi Escrito*, slo lo subraya meor%136 6a naturaleza de esas sociedades y el modo en que obtemperan, se aclaracon la promocin de reud de la 5$lesia y del +.rcito como modelos de lo queconcibe como la estructura del $rupo% #=on este t.rmino, en efecto, habra quetraducir hoy %asse de su %assenps&chologie*%137 +l efecto inducido de la estructura as privile$iada se aclara aun ms pora$re$rsele la funcin en la 5$lesia y en el +.rcito del sueto supuesto al saber%+studio para quien quiera emprenderlo: lle$ar leos%138 Al atenerse al modelo freudiano, aparece de modo deslumbrante el favor quereciben en .l las identificaciones ima$inarias, y a la vez la razn que encadena al

    psicoanlisis en intensin a limitar su consideracin, incluso su alcance%139 7no de mis meores alumnos remiti su trazado muy correctamente al +dipomismo, definiendo en .l la funcin del -adre ideal%140 +sta tendencia, como suele decirse, es responsable de haber rele$ado alpunto de horizonte anteriormente definido lo que en la e2periencia es calificablecomo edpico%

    141 6a tercera facticidad, real, demasiado real, suficientemente real como paraque lo real sea ms moi$ato al promoverlo que la len$ua, es lo que se puedehablar $racias al t.rmino de: campo de concentracin, sobre el cual parece quenuestros pensadores, al va$ar del humanismo al terror, no se concentraron losuficiente%142 Abreviemos diciendo que lo que vimos emer$er, para nuestro horror,representa la reaccin de precursores en relacin a lo que se ir desarrollandocomo consecuencia del reordenamiento de las a$rupaciones sociales por laciencia y, principalmente, de la universalizacin que introduce en ellas%143 ;uestro porvenir de mercados comunes ser balanceado por la e2tensincada vez ms dura de los procesos de se$re$acin%144 B>ay que atribuir a reud, considerando su introduccin natal al modelosecular de este proceso, el haber querido ase$urar en su $rupo el privile$io dela flotacin universal con la que se benefician las dos instituciones antesnombradasC ;o es impensable%145 =ualquiera sea el caso, este recurso no facilita al deseo del psicoanalista elsituarse en esta coyuntura%146 ecordemos que si la 5%-%A% de la 4itteleuropa demostr su preadaptacin a

    esa prueba no perdiendo en los dichos campos ni uno solo de sus miembros,debi a esta proeza el ver producirse despu.s de la $uerra una avalancha, que no

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  • 7/24/2019 Proposicin Del 9 de Octubre 1967 Sobre El Psicoanalista de La Escuela

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    deaba de tener la contrapartida de una rebaa #cien psicoanalistas mediocres,recordemos*, de candidatos en cuya mente el motivo de encontrar refu$io antela marea roa, fantasma de ese entonces, no estaba ausente%147 8ue la Ecoe2istenciaF, que podra perfectamente ella tambi.n aclararse poruna transferencia, no nos ha$a olvidar el fenmeno que es una de nuestrascoordenadas $eo$rficas, hay que decirlo, y cuyos farfulleos sobre el racismo ms

    bien enmascaran su alcance%

    148 +l final de este documento precisa el modo bao el cual podra serintroducido lo que slo tiende, abriendo una e2periencia, a por fin volververdaderas las $arantas buscadas%149 Se las dea enteramente en manos de quienes tienen e2periencia%150 ;oolvidamos, sin embar$o, que son quienes ms padecieron las pruebasimpuestas por el debate con la or$anizacin e2istente%151 6o que deben el estilo y los fines de esa or$anizacin al 'lac(-out realizadosobre la funcin del psicoanlisis didctico, es evidente a partir del momento enque se permite echarle una mirada: a eso se debe el aislamiento con el que seprote$e a s mismo%

    152 6as obeciones que encontr nuestra proposicin no dependen en nuestra+scuela de un temor tan or$nico%153 +l hecho de que se hayan e2presado sobre un tema motivado, moviliza ya laautocrtica% +l control de las capacidades no es ya inefable por requerir ttulosms ustos%154 6a autoridad se hace reconocer en una prueba tal%8ue el p9blico de los t.cnicos sepa que no se trata de discutirla, sino dee2traerla de la ficcin%155 6a +scuela freudiana no podra caer en el tough sin humor de unpsicoanalista que encontr. en mi 9ltimo viae a los 7%S%A% E-or eso nunca atacar.las formas instituidas, me dice, ellas me ase$uran sin problemas una rutina que esmi confortF%

    LLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL1 6o que se llama com9nmente: el psicoanalizado, por anticipacin%

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