Proteccionismo Agrícola en Argentina

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Anguiano Pita Javier Emmanuel 210591856 13 de mayo de 2013 1 | Página Aranceles aplicables a la exportación de bienes agrícolas Proteccionismo agrícola en Argentina: el caso del Poroto de Soya El patrón de comportamiento de la economía argentina en los últimos años de acuerdo a la literatura revisada, es el resultado de la implementación de un conjunto de políticas gubernamentales adoptadas especialmente en materia agrícola. Las características actuales de la economía argentina tienen su origen desde finales del siglo XIX, momento a partir del cual el país se perfila como una potencia agroexportadora enfocada principalmente a carnes y cereales. Hacía principios de la década de los años 70, el modelo de producción agrícola sufrió importantes cambios a partir de la introducción masiva de semillas hibridas para la siembra, y a mediados de la década de los noventa con la introducción de semillas transgénicas y la implementación del uso masivo de pesticidas, surge un súbito repunte en la producción de soya debido a su alta rentabilidad a corto plazo y a las enormes ganancias que permitieron la entrada de divisas 1 que impidieron la devaluación del peso argentino. Uno de los principales problemas a los que se ve sujeto actualmente el campo argentino (y por ende la población en su conjunto), es ocasionado por la expansión desmedida del cultivo de soya 2 que ha desplazado otros cultivos importantes tanto para la población como para la economía argentina, como lo son el arroz, maíz, girasol y el trigo. Como consecuencia de la institución de la soya como cultivo principal 3 , el costo de los precios de algunos alimentos básicos dentro de la dieta argentina ha incrementado sus precios y han obligado a la importación masiva de dichos productos. Bajo las premisas anteriores, el gobierno argentino posterior al colapso de su economía sucedido entre los años 2001-2002 optó entre otras medias por la implementación de impuestos sobre las exportaciones (también llamadas retenciones), a la producción de soya con la finalidad en primera instancia de limitar las ganancias exageradas por los rentistas oportunistas, segunda, como mecanismo a partir del cual pueda reducirse la curva de oferta de materias primas con la finalidad de impedir que la tasa de cambio se aprecie en función de lo que varios analistas denominan “la enfermedad holandesa 4 ” y de la entrada excesiva de capitales. Cabe destacar que la tasa gravable aplicable varía según los precios internacionales siendo la tasa de referencia del 35% 1 Dado que las ganancias de los bienes exportados se sujetan a los precios internacionales. 2 Se estima que cerca del 70% del territorio cultivado en Argentina es ocupado por plantaciones de soya. 3 La soja representa alrededor del 25% de las exportaciones de Argentina. 4 Se denomina enfermedad holandesa a aquella situación en la que la periferia se especializa tanto en un solo sector, el cual le da grandes beneficios, que se distorsiona la economía, porque se olvida del resto de sectores

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Anguiano Pita Javier Emmanuel 210591856

13 de mayo de 2013

1 | P á g i n a Aranceles aplicables a la exportación de bienes agrícolas

Proteccionismo agrícola en Argentina: el caso del Poroto de Soya

El patrón de comportamiento de la economía argentina en los últimos años

de acuerdo a la literatura revisada, es el resultado de la implementación de un

conjunto de políticas gubernamentales adoptadas especialmente en materia

agrícola. Las características actuales de la economía argentina tienen su origen

desde finales del siglo XIX, momento a partir del cual el país se perfila como una

potencia agroexportadora enfocada principalmente a carnes y cereales.

Hacía principios de la década de los años 70, el modelo de producción agrícola

sufrió importantes cambios a partir de la introducción masiva de semillas hibridas

para la siembra, y a mediados de la década de los noventa con la introducción de

semillas transgénicas y la implementación del uso masivo de pesticidas, surge un

súbito repunte en la producción de soya debido a su alta rentabilidad a corto plazo

y a las enormes ganancias que permitieron la entrada de divisas1 que impidieron la

devaluación del peso argentino.

Uno de los principales problemas a los que se ve sujeto actualmente el campo

argentino (y por ende la población en su conjunto), es ocasionado por la expansión

desmedida del cultivo de soya2 que ha desplazado otros cultivos importantes tanto

para la población como para la economía argentina, como lo son el arroz, maíz,

girasol y el trigo. Como consecuencia de la institución de la soya como cultivo

principal3, el costo de los precios de algunos alimentos básicos dentro de la dieta

argentina ha incrementado sus precios y han obligado a la importación masiva de

dichos productos.

Bajo las premisas anteriores, el gobierno argentino posterior al colapso de su

economía sucedido entre los años 2001-2002 optó entre otras medias por la

implementación de impuestos sobre las exportaciones (también llamadas

retenciones), a la producción de soya con la finalidad en primera instancia de limitar

las ganancias exageradas por los rentistas oportunistas, segunda, como

mecanismo a partir del cual pueda reducirse la curva de oferta de materias primas

con la finalidad de impedir que la tasa de cambio se aprecie en función de lo que

varios analistas denominan “la enfermedad holandesa4” y de la entrada excesiva de

capitales. Cabe destacar que la tasa gravable aplicable varía según los precios

internacionales siendo la tasa de referencia del 35%

1 Dado que las ganancias de los bienes exportados se sujetan a los precios internacionales. 2 Se estima que cerca del 70% del territorio cultivado en Argentina es ocupado por plantaciones de soya. 3 La soja representa alrededor del 25% de las exportaciones de Argentina. 4 Se denomina enfermedad holandesa a aquella situación en la que la periferia se especializa tanto en un solo sector, el cual le da grandes beneficios, que se distorsiona la economía, porque se olvida del resto de sectores

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2 | P á g i n a Aranceles aplicables a la exportación de bienes agrícolas

Dentro de la actual política arancelaria se contempla la transferencia de parte de la

renta agrícola pagada en forma de impuestos a las exportaciones a otros sectores,

siendo principalmente este movimiento un impulsor de la agricultura industrializada,

como lo es el caso de la industria dedicada a la fabricación de biodiesel que logro

la construcción de uno de los complejos de biocombustibles más grandes del mundo

gracias a la menor tasa gravable (cerca del 14% para la exportación de biodiesel).

De esta manera, el gobierno argentino asegura redistribuir dentro del propio sector

lo que genera de una u otra forma el no perder la eficiencia y competitividad que

una política proteccionista de este tipo puede tener como efecto sobre el sector

gravable y por otra parte se trata de separar el precio domestico de los precios

internacionales principalmente fluctuantes a la alza.

Otro de los aspectos destacables de la implementación de este impuesto tiene

cabida en materia fiscal, donde cerca del 20% de los ingresos públicos son

obtenidos en gracias a esta aplicación tributaria lo que ha permitido al gobierno

argentino a cumplir con las metas fiscales impuestas por sus acreedores y

principalmente por el Fondo Monetario Internacional.

Con respecto a los productores, existe un serio conflicto entre el Ministerio de

Economía y los primeros con respecto a la disminución de las ganancias debido

principalmente a la grabación tributaria de su producción. Existe una doble

causalidad en el origen de la molestia con respecto a los productores que han

amenazado inclusive con parar la producción de soya en su totalidad debido a otra

política implementada que restringe el acceso a los mercados cambiarios a los

productores y les impone un precio por dólar menor al precio de mercado, lo que ha

generado entre otras cosas la creación de un mercado secundario lo que de acuerdo

a los productores resta su beneficio y eleva la tasa de retenciones de un 35% (base

tributaria) a un 50% (adicionando la perdida por convertibilidad de moneda).

Como puede observarse, en el caso de la economía argentina la implementación

de un gravamen a las exportaciones de Soya están encaminadas en reorientar sus

patrones productivos y tratar de aprovechar la ventaja comparativa que representa

la importancia de la oleaginosa para el mercado mundial sin olvidar la protección

social que representa la soberanía alimentaria al buscar principalmente el contener

las presiones inflacionarias provocadas por la necesidad de importación de

productos primarios. A su vez, este gravamen ha contribuido notablemente a la

diversificación de las actividades agrícola-industriales, que en un determinado

momento deberían analizarse en función de cuan competitivas resultan estas

nuevas industrias que aprovechan los incentivos fiscales (como en el caso de la

harina de trigo y maíz).