Psicoterapia II

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Este documento está disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, el repositorio institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, que procura la reunión, el registro, la difusión y la preservación de la producción científico-académica édita e inédita de los miembros de su comunidad académica. Para más información, visite el sitio www.memoria.fahce.unlp.edu.ar Esta iniciativa está a cargo de BIBHUMA, la Biblioteca de la Facultad, que lleva adelante las tareas de gestión y coordinación para la concre- ción de los objetivos planteados. Para más información, visite el sitio www.bibhuma.fahce.unlp.edu.ar Licenciamiento Esta obra está bajo una licencia Atribución-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 Argentina de Creative Commons. Para ver una copia breve de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/. Para ver la licencia completa en código legal, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/ar/legalcode. O envíe una carta a Creative Commons, 559 Nathan Abbott Way, Stanford, California 94305, USA. Bozzolo, Raquel Cecilia Programa 2008 Psicoterapia II

Transcript of Psicoterapia II

Este documento está disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, el repositorio institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata, que procura la reunión, el registro, la difusión y la preservación de la producción científico-académica édita e inédita de los miembros de su comunidad académica. Para más información, visite el sitio www.memoria.fahce.unlp.edu.ar

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Bozzolo, Raquel Cecilia

Programa 2008

Psicoterapia II

UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA FACULTAD DE PSICOLOGÍA

ASIGNATURA: PSICOTERAPIA II PROFESORA TITULAR: RAQUEL BOZZOLO JEFE DE TRABAJOS PRÁCTICOS: OSVALDO BONANO CICLO LECTIVO: 2008 I) CONSIDERACIONES GENERALES: Fundamentación de la perspectiva teórica de la cátedra (las cursivas mar-can el texto presentado al concurso del año 2002, para justificar la perspectiva teórica del programa presentado en esa ocasión, que se reiteran en el presente programa)

Esta asignatura apunta a complementar la formación teórico-clínica de la materias Psicología Social, Psicoterapia I, Psicología Institucional y crea condiciones de ca-pacitación para la materias Psicología Preventiva, Clínica de adultos y Psicología Forense.

a) Acerca de la psicoterapia La denominación de psicoterapia ha agrupado diversas prácticas; su significación ha sufrido importantes transformaciones en la medida que variaban los contextos de referencia y la hegemonía teórica respecto de su de su fundamentación. La nominación de los diversos proce-dimientos de intervención de la psicología fue condicionada por su cercanía o inclusión a cier-tas disciplinas hegemónicas. La pedagogía y la medicina alternaron en ese lugar; así el voca-blo "psicoterapia" pudo designar a los procesos de corrección del aprendizaje (re-aprendizaje), o a una curación entendida en términos médicos. En la medida en que la psico-logía fue constituyéndose en una disciplina con una cierta autonomía, fue distanciando sus procedimientos de la medicina y la psiquiatría, que ceñían las intervenciones psicológicas a la curación de una enfermedad mental.

La necesidad inicial de legitimación del psicoanálisis al interior de la institución médica, no ha disuelto del todo sus efectos. En los años cincuenta, dentro de la corriente de la Psicología Social argentina, Enrique Pichón Rivière buscó una alternativa a esta medicalización, en mo-dernas teorías del aprendizaje que operaban en cierta concordancia con las teorías sociales de la época, pero tanto en la perspectiva de la medicalización como en la más moderna de la pe-dagogización de la operación psicoterapéutica, se produce un riesgo de captura por parte de las acciones de normalización social. En ambos puntos de vista, de manera más o menos explí-cita, se asume como normal o como sano un tipo de personalidad o una manera de proceder y se interviene para alcanzar las transformaciones necesarias.

Se alude aquí a operaciones de normalización en cuanto suponen una subjetividad instituida de un modo externo y neutral, respecto de la situación socio-histórica. La denominada “reso-lución de conflictos” no sólo peca de ser una formulación poco rigurosa, sino que se sostiene en la idea de equilibrio psíquico, que sólo fue sustentable cuando se intentaba legitimar a la

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psicología en el paradigma hegemónico en las ciencias físico-naturales de fines de siglo pasa-do. En los planteos teóricos de los años sesenta, signados fuertemente por el pensamiento dia-léctico se insistió en esta formulación suponiendo al conflicto motor universal de cambio. Per-duraba la convicción de un progreso y una evolución de la humanidad, incluso planificable, que hoy resultan insostenibles. El abandono de esta matriz del pensamiento moderno, al con-siderar agotada su capacidad productiva en nuestro campo, requiere establecer criterios para la validación de los procedimientos que se implementen, para que no queden apresados ni en el control social, ni en la mera reproducción de lo instituido social.

Desde una concepción de la subjetivación en situación se tendrán en cuenta las condiciones propias de un cierto momento histórico-social. No hay normalidad más que aquella bajo la forma de un promedio estadístico o la constituida en normatividad valorativa propia de un determinado momento histórico. Como plantea Michel Foucault:

“Mostrar las determinaciones históricas de lo que somos, es mostrar lo que hay que hacer. Porque somos más libres de lo que creemos, y no porque estemos menos deter-minados, sino porque hay muchas cosas con las que aún podemos romper, para hacer de la libertad un problema estratégico, para crear libertad, para liberarnos de nosotros mismos”.

Se pretende incluir las intervenciones grupales y vinculares descriptas en este programa, en esta búsqueda de libertad, a la vez que en el llamado por Cornelius Castoriadis proyecto de autonomía. Estos autores han permitido transformar en pensables algunas anomalías de los fenómenos psicosociales y han orientado en la investigación acerca de las formas de la subje-tividad y de los vínculos, cuya elucidación implica un trabajo constante de reflexión. Se trata de intervenir en los puntos de inconsistencia de esa subjetividad producida socialmente, que generan producciones sintomáticas diversas, con distintos grados y modos de sufrimiento psí-quico. El objetivo de los procedimientos que se pretende tanto aprender a diseñar como a implementar, es contribuir con nuevos procesos de subjetivación.

Asumiendo esta pugna por la significación del término psicoterapia, se redefinen las interven-ciones psicológicas que se presentan, como ciertas formas de tramitación psíquica que cola-boran con nuevos posicionamientos subjetivos. Se incluyen en ellas las necesarias reinscrip-ciones, resignificaciones y demás operaciones psíquicas -efectos propios del procedimiento analítico- a la vez que se agregan algunas producciones de actos-pensamientos que colaboran con esos procesos de subjetivación. La inclusión o no de estos procedimientos en las denomi-nadas psicoterapias ha dependido históricamente de diversas razones teóricas, epistemológi-cas; las razones de tipo político institucional, resultaron, en ocasiones, fuertemente condicio-nantes.

La perspectiva a desarrollar en esta asignatura, que incluye dispositivos grupales y vinculares, está marcada por el psicoanálisis (tanto en su formulación original como en sus distintos desa-rrollos), pero no se agota en sus recursos teóricos y técnicos, sino que revisa con espíritu críti-co ciertas nociones para su utilización como herramientas efectivas al construir dispositivos técnicos multipersonales. En las prácticas que desbordaban el clásico setting de consultorio, fue necesaria la introducción de variables no presentes en el dispositivo psicoanalítico. Se fue-ron implementando tecnologías que introducen el cuerpo en los dispositivos de intervención y se otorga un lugar relevante a la mirada, que presenta efectos diversos al diván. Se arma así otra escena clínica. Se incluyen también aquellas prácticas clínicas –tradicionalmente deriva-das a la psicología social-que presentan una relación sin mediaciones con el otro, donde lo social real se hace presente complejizando el dispositivo de intervención.

Esta segunda asignatura de Psicoterapia en la carrera de Psicología, incluye una reflexión crítica acerca de los diversos dispositivos empleados. Los objetivos planteados en el curricu-

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lum de la carrera apuntan a una mayor instrumentación de los futuros psicólogos en modali-dades de intervención psicológica que se agreguen a los abordajes individuales. Habitualmen-te se ha entendido por tal a las psicoterapias de tipo grupal y vincular (que incluyen parejas y familias, sin excluir otras modalidades de encuentros). El enfoque desplegado en esta asigna-tura considera que la inclusión de los otros en el dispositivo técnico empleado no sólo agrega variables sino que transforma todo el abordaje clínico.

Aunque tradicionalmente, las diversas materias que se encargan de la instrumentación técnica no propician la reflexión teórica, en la opción tomada aquí, ésta resulta indispensable. La di-cotomía antes mencionada corresponde a una episteme -en el que la teoría se colocaba en un plano de superioridad y las técnicas o las prácticas se desprendían por simple deducción- que se muestra agotada. Para algunos pensadores contemporáneos (tales como Foucault, Guattarí, Deleuze y Castoriadis), desde cuyos aportes se intenta posicionar la perspectiva teórica de este plan docente, se entiende al pensamiento inextricablemente unido a la acción transforma-dora.

Se apuesta a capacitar a los estudiantes en el diseño de estrategias de intervención apropiadas para cada situación que interpele al psicólogo, evitando suministrar modelos o recetas de las diversas tecnologías psicoterapéuticas. Tal capacitación deberá incluir no sólo una revisión de los procedimientos psicoterapéuticos vinculares más frecuentemente usados y los rasgos principales de esos dispositivos, sino además un cierto entrenamiento en la detección de aque-llos aspectos que insisten en la situación en la que se pretende intervenir y que guiarán la es-trategia. Sólo así se podrá producir un profesional capacitado para la invención y el diseño de los dispositivos adecuados en cada caso.

La convicción de que cada situación requiere un dispositivo apropiado, con procedimientos específicos adecuados a lo que caracterizamos como la urgencia de dicha situación, requiere una reflexión teórico-técnica acerca de los instrumentos utilizados en distintos momentos his-tóricos y en diversos contextos de aplicación. Frente al perceptible agotamiento de la exclusi-vidad de los saberes disciplinarios hoy es preciso constituir equipos profesionales basados en un análisis de los problemas a resolver, antes que por su pertenencia a una u otra profesión. En estos equipos transdisciplinarios se presentan los impensables para cada disciplina. Se retoman así ciertas nociones vigentes de cada disciplina para construir lo que Foucault llama una caja de herramientas, es decir un conjunto de nociones y recursos técnicos proveniente de distintos campos de saber que puedan resultar de utilidad, y que van enriqueciéndose con di-versas prácticas, en las que muestren eficacia en la transformación específica que la situación abordada requiera.

b) Los grupos, el psicoanálisis y la psicoterapia: Al compás de transformaciones sociales, el interés científico moderno fue tomando como obje-to las grandes masas y los colectivos humanos. En la Argentina en los años cincuenta, los gru-pos empezaron a tener una presencia significativa en los abordajes psicoterapéuticos de orien-tación psicoanalítica. A partir de los aportes de la escuela inglesa, de fuerte influencia en Bue-nos Aires, llegaron los ecos de las experiencias realizadas por Bion. Por un lado se produje-ron algunas experiencias y desarrollos teóricos de marcada originalidad, como los de Pichón Rivière, que fundaron la escuela argentina de Psicología Social. Por otro lado, también mar-cados por la experiencia inglesa pero además con la contribución de la escuela psicoanalítica norteamericana y sus prácticas de comunidad terapéutica, se realizaron los primeros grupos terapéuticos y se comenzó a teorizar acerca de ellos.

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Esos primeros ensayos originaron no pocos enfrentamientos políticos institucionales en la ins-titución psicoanalítica, que no admitía que se extendiera el uso de sus procedimientos a otros dispositivos clínicos. Fue en esos años que se fundó en Buenos Aires, la Asociación Argentina de Psicología y Psicoterapia de Grupos, en el año 1954, que albergó a los pioneros de esas prácticas. Desde un inicio la búsqueda de dispositivos grupales exploró aportes extra-psicoanalíticos; algunos profesionales acercaron los desarrollos de Moreno quien ya había formulado su teoría del psicodrama, otros prefirieron un encuadre con exclusividad de lo verbal.

En los años sesenta se producen algunos aportes provenientes de la teoría de la comunica-ción que influía las experiencias de laboratorio norteamericanas e introdujeron un nuevo pa-radigma explicativo sobre el cambio. También en esos años, de intenso trabajo grupal y comu-nitario, se incorporaron algunos elementos de la escuela de la Gestalt. En los años setenta, a la luz de políticas comunitarias que pretendían expandir las acciones de salud mental a am-plias masas de la población, se incorporaron a la caja de herramientas teóricas utilizadas por algunos profesionales, algunos conceptos del análisis institucional proveniente de los desa-rrollos de Loureau y Lapassade en Francia. La diferente combinatoria y hegemonía de cada aporte marcó a los diferentes grupos profesionales y escuelas de formación en la Argentina. En esta materia se intentará realizar una elucidación de aquellos aportes teórico-técnicos de mayor significación en la actualidad.

En los últimos años se ha podido constatar una singularidad en el campo de lo grupal: tanto en la asistencia psicoanalítica, como en las carreras de Psicología, los grupos fueron dejando el lugar prestigiado y central que tuvieron en décadas pasadas se justificaba dicho desplaza-miento -cuando no, exclusión- en ciertas hegemonías teóricas. En otros terrenos, fuera de las prácticas asistenciales centradas en la cura psicoanalítica, surgen en los más variados ámbi-tos, no demarcados por profesiones o disciplinas, numerosas actividades que se desarrollan en grupo. Algunas de ellas surgen alrededor de sufrimientos comunes, con personas que han pa-decido alguna pérdida importante, un ser querido o una situación laboral estable. Se agrupan también, en ocasiones en forma espontánea, los afectados por situaciones de tipo social, mi-graciones, víctimas de violencia doméstica, y/o institucional. Se extiende así el modelo iniciado en los bordes de la psiquiatría, por Alcohólicos Anónimos, con algunas variantes de acuerdo a la característica conductual que se aborda. La nominación con que se intenta dar cuenta de estos dispositivos (autoayuda, redes de solidaridad, etc.), no alcanza a expresar lo complejo de tales prácticas, otorgándoles una significación ya conocida.

Entre los profesionales de cierto psicoanálisis, se centraliza excesivamente la función del apuntalamiento en estos agrupamientos, resaltando el polo de la alienación, e invalidando otros efectos instituyentes. Entre los profesionales provenientes del trabajo social, o de la psi-cología social, que intervienen en calidad de operadores del campo, se tiende a subrayar la resolución concreta de problemas, la acción cooperativa, la tan mentada resolución de necesi-dades, etc. La dificultad en la nominación habla de una transformación de los lazos (que afrontan la constante tensión entre la disolución disgregante y la masificación globalizada) a la vez que un agotamiento de los instrumentos del pensar de los expertos acostumbrados a pensar desde “modelos”. Otra vez constatamos que los saberes uni-disciplinarios se muestran insuficientes para dar cuenta de los procesos aludidos.

Los psicólogos se encuentran a menudo con necesidad de comprender los dinamismos psico-lógicos de una institución o de un determinado grupo preformado, ya sea una organización, una familia o un grupo de amigos. En ocasiones la tarea como psicólogos clínicos, psicotera-peutas o psicoanalistas se ve obstaculizada o ayudada por estos dinamismos sin tener conoci-miento de su existencia.

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Las formas en que se organizaban las prácticas de salud y de educación en los años de la cen-tralización de los “estados nación”, fundadas en significaciones sociales anudadas al capita-lismo naciente conviven en forma de híbridos con las producidas por las nuevas prácticas neo-liberales, que constituyen un verdadero dispositivo social, generador de significaciones y de subjetividades. El agotamiento del “estado benefactor” deja a las prácticas de tipo comunita-rio sin sostén, tanto simbólico como material. Surge así el llamado “tercer sector” en el que se inscriben algunas de estas prácticas grupales. Dicho sector, de desarrollo tardío en nuestro país, comienza a sostener y legitimar socialmente a agrupamientos y actividades profesionales que incluyen las citadas prácticas profesionales (reuniendo niños de la calle, adictos, enfer-mos de SIDA, etc.)

Por otro lado las transformaciones del modo de la producción, (el paso de modo “fordista” al modo “toyotista”) reorganizaron a las empresas y a otras organizaciones sociales, producién-dose demandas de trabajo grupal e institucional para la resubjetivación de los agentes de la nueva “gestión” de la organización. Estas demandas suelen ser formuladas en distintos ámbi-tos: consultoras empresariales, especialistas en análisis organizacional, etc., o recaen en los propios empleados de la empresa que deben hacerse cargo de actividades de verdadero “reci-clamiento” del personal a su cargo, algunas veces sin disponer de herramientas teórico-técnicas adecuadas, que puedan trabajar los anudamientos subjetivos.

En la clínica propiamente asistencial, frecuentemente el profesional se ve demandado para el diseño de intervenciones que requieren una variedad de recursos, encontrándose con una dis-ponibilidad técnica reducida al trabajo individual de tipo verbal, lo que recae en intervencio-nes de menor eficacia y en ocasiones en un cierto forzamiento hacia la tecnología propia del psicoanálisis individual. El abordaje de familias, parejas y/o formas vinculares diversas (ma-dre o padre e hijos, abuelos y nietos, ex-cónyuges con o sin sus hijos, etc.), ha abierto un cam-po de problemas al psicoterapeuta, con desacoples entre funciones tradicionalmente anudadas (como la de la pareja conyugal y la parental), que requieren de una investigación precisa, en cuanto a los encuadres más adecuados y las herramientas más efectivas. La reflexión sobre estas diversas experiencias grupales no se encuentra escindida de las necesarias actualizacio-nes de los dispositivos grupales y vinculares dentro del dispositivo tradicional de asistencia terapéutico, una mirada simultánea sobre los fenómenos de la grupalidad enriquece a ambos a la vez que permite revisar los límites de los encuadres individuales.

Se ha recurrido al rescate puntual de aspectos del psicoanálisis de los grupos (desde Pichón Rivière y Bleger al psicoanálisis francés actual), incorporando las modalidades de trabajo aportadas por el Psicodrama; en esa perspectiva, algunas técnicas lúdicas o de acción resul-tan compatibles con un enfoque originariamente psicoanalítico. Se han incorporado ciertas nociones del análisis institucional (sobre todo provenientes de los aportes de R. Loureau), que enriquecen tanto la comprensión del campo como el diseño del dispositivo de intervención. Fue necesario realizar la crítica al “grupismo” como movimiento ideológico, puesto que obs-taculizaba el análisis de las singularidades de cada situación. Se realizó una práctica de re-flexión elucidatoria de algunas tesis básicas de la modernidad, ya que el propio concepto de grupo es un producto de este pensamiento. Las disciplinas que lo abordan fueron modeladas por nociones y criterios de validación de las teorías que hoy han revelado su crisis y requieren de su elucidación crítica.

Varios problemas suelen interpelar a los piscólogos y son hoy oportunidad de pensamiento: ¿Se puede seguir manteniendo las nociones de los años cincuenta o sesenta, años de la mayor producción teórico-técnica sobre el tema, ante los grupos de la actualidad? ¿Se puede seguir hablando de los dispositivos a partir de las clasificaciones impuestas por las inscripciones profesionales de sus coordinadores, o su orientación teórica? ¿Cómo se puede enseñar a dise-ñar dispositivos grupales, sin “modelos” pre-concebidos? ¿En qué consiste la perspectiva

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psicoanalítica en grupos no centrados en la cura? En que consiste la llamada cura en el traba-jo grupal?

En estos tiempos, donde crecen los discursos escépticos y, en ocasiones parálisis impotente en los bien intencionados, la perspectiva asumida mantiene la confianza en la capacidad imagi-nante de los humanos, siempre que se apueste al pensamiento de aquello que en cada situación está insistiendo para existir plenamente. Intervenir en diferentes ámbitos con dispositivos ade-cuados, con procedimientos específicos, produciendo un efecto de re-posicionamiento subjeti-vo, generando un mayor grado de libertad, es ponerse al servicio de aquello que en la propia trama de lo socio-histórico hace de un colectivo un sujeto activo y por lo tanto es una empresa que a la vez que teórica y profesional es ética y política.-

Actualizaciones realizadas en 2008

a) Psicoterapia II, materia clínica.

La experiencia realizada durante seis años en la carrera de Psicología de la UNLP ha llevado a revisar el dictado de la materia, el programa general y el programa de trabajos prácticos. Estas modificaciones se basan en el registro de los efectos del encuentro -cuando este se produjo- realizado entre estudiantes y docentes. Los diversos escritos que realizan los estudiantes durante la cursada han permitido al equipo de cátedra contactar con afectaciones que quedaban en invisibilidad (y mudez) en los dispositivos utiliza-dos. Se ha encontrado una demanda de herramientas de operación práctica en la pobla-ción estudiantil; esta actualización de programa participa de una redefinición más ajus-tada de la clínica donde intervendrá el futuro psicólogo.

Se han incorporado diferentes herramientas, que provienen de diversos espacios de pen-samiento y/o territorios de prácticas. Algunas de ellas son nociones propias del pensa-miento contemporáneo, no clasificable en disciplinas del conocimiento, otras provienen de los actuales desarrollos del psicoanálisis de los grupos y los vínculos.

En esta situación configurada, la cátedra ha reformulado la propuesta temática, a la vez que el dispositivo teórico práctico para cursar la materia. Para este último, se retomó una tradición en las carreras de psicología de la Argentina, representada fundamental-mente por la experiencia de la comunidad clínica de Fernando Ulloa, en 1972/73, en la UBA.

La clasificación de las psicoterapias por dispositivo empleado suele ser insuficiente y la clasificación que se realiza por la orientación teórica que fundamenta sus haceres es declamatoria e inexacta. Las incumbencias profesionales, por otro lado, suelen denomi-nar clínica a la modalidad asistencial, reduciendo la clínica del psicólogo a una de sus prácticas, a la vez que se inscribe en la episteme moderna que constituye separado al par individuo-sociedad, cuando clasifica los ámbitos del ejercicio profesional. Cierto psi-coanálisis ha colaborado con sostener esta episteme, al enunciar que no es posible traba-jar con psicoanálisis en dispositivos mutipersonales. Hoy no es posible sostener sin in-terrogantes esa clasificación. Los intentos por reunir, articular, lo que se constituye se-parado en el pensamiento, dieron lugar, en su momento, a la psicología social. Hoy se abre la posibilidad de pensar como in-escindibles al sujeto psíquico y a su sociedad. Esta cuestión teórica, incide en las formas de pensar la diversidad de prácticas profesio-nales del psicólogo, entre ellas, la de la psicoterapia.

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Para trabajar estos obstáculos al pensamiento se han incluido algunos insumos de pen-sadores contemporáneos que ayudan a realizar este camino de elucidación crítica y alte-ración subjetiva imprescindible para pensar los haceres del psicólogo. Esta cátedra además incluye algunas producciones de sus integrantes.

b) Aprender y Enseñar hoy: realizar experiencias

Interesa aquí retomar un aspecto del problema que enfrentan juntos, alumnos y docen-tes: ¿qué y cómo se debe “enseñar” hoy la clínica y la psicoterapia? En las actuales con-diciones -que muchos autores constatan como un agotamiento del dispositivo pedagógi-co- para pensar, es necesario realizar una experiencia, y esta necesidad no es excepcio-nal, ni vigente solamente en las etapas iniciales de la formación, sino cada vez que las prácticas interpelan los saberes consagrados.

Cuando se enuncia realizar una experiencia se alude a hacer algo, es decir efectuar una cierta facticidad y pensarla, que conmocione en algún grado la subjetividad instituida. La referencia obligada de esta es la subjetividad predominante en estudiantes y en do-centes que participan en la experiencia. Pensar incluye siempre hacerse cargo de las afectaciones sufridas durante la experiencia. Se suele producir pensamiento, cuando se abandonan las inercias producidas por nuestros lugares institucionales. La alteración de los modos de ser y de estar es imprescindible para el trabajo de un psicólogo, que como se puede apreciar al revisar la noción de subjetividad, no se reduce a la dimensión “psi”.

Desde esa apuesta, la cátedra realiza una experiencia de jornadas de trabajo grupal. Se han realizado diversas jornadas con la modalidad de multiplicación dramática y la últi-ma con una modalidad más expresiva y lúdica. La modificación de tecnología corres-pondió al registro de algunos efectos de las anteriores jornadas en los estudiantes y los docentes, que interrogaron al equipo y a la vez mostraban una cierta dificultad en ligar el placer de jugar y de pensar dramatizando, que era el objetivo de esas jornadas. Se retomará la realización de jornadas aunque se irán ajustando los dispositivos tecnológi-cos para producir los efectos deseados.

A partir del año 2004 se abrió la posibilidad de cursar bajo la modalidad de “promoción sin examen” (para los estudiantes que se encuentren en las condiciones reglamentadas), se ha duplicado el horario de la clase teórica, configurando de este modo un tipo parti-cular de seminario-taller. Es interés de la cátedra que los alumnos que opten por este formato de cursada, realicen una experiencia intensiva de trabajo clínico en grupo am-plio, con los integrantes de la cátedra. La apuesta es que las clases teóricas se transfor-men en espacios de experiencias de capacitación teórico-clínicas, en el oficio del psicó-logo.

Los diversos dispositivos empleados en esta cátedra (Jornada, Trabajo práctico y Teóri-co clínico) se basan en las tecnologías de la coordinación de grupos no-directiva y en lo que nos proporciona la corriente psicoanalítica de grupos: una adecuada abstinencia ante las inducciones transferenciales que excitan las inercias subjetivas propias.

Los procedimientos especialmente útiles en este caso son una modificación pertinente del grupo operativo de aprendizaje, particularmente en el modo de lectura de los aconte-ceres del agrupamiento, respecto de la dinámica, y la devolución de esa lectura bajo formas no necesariamente interpretativas sino sustancialmente conceptuales. En otras palabras: lectura en dinámica y propuesta en temática. Este eje estratégico, respecto de las actividades en los prácticos, implica una capacitación constante de los auxiliares

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docentes, puesto que de ello depende en buena medida que los propósitos puedan im-plementarse en forma efectiva.

Como se puede observar, esta experiencia de capacitación de futuros psicólogos implica una conmoción subjetiva, que -al ocurrir en las condiciones de un dispositivo de ense-ñanza- se realiza en operaciones clínicas extremadamente pensadas en su especificidad y sumamente cuidadosas.

II) OBJETIVOS: El objetivo general de esta asignatura consiste en capacitar a los estudiantes entrenán-dolos para un abordaje clínico, que incluye la dimensión psicoterapéutica, pero no se reduce a ella. La idea rectora de esta propuesta de capacitación es aprender clínica haciendo clínica.

Los objetivos específicos son:

• la comprensión de los fenómenos vinculares y grupales presentes en las diversas clínicas, tanto en abordajes individuales como multipersonales.

• la sensibilización, para el registro de sus afectaciones y el entrenamiento en su elucidación

• el acercamiento a la multiplicidad de dispositivos y procedimientos empleados en la intervención clínica

• cierta lectura de los múltiples efectos de la intervención

• cierta autorización de la capacidad de diseño de dispositivos singulares para ca-da situación clínica que se configure

Para ello se programan diferentes dispositivos experienciarios que deberá atravesar el estudiante:

En el espacio de clases teóricas (no obligatorias para los alumnos regulares):

• Se alternarán exposiciones teóricas con la presentación de situaciones clínicas que oficiarán de insumos pertinentes al tema a considerar.

• Se proseguirá con el trabajo en un dispositivo de grupo amplio, trabajando como asamblea de clínicos. Tanto estudiantes como docentes transitarán por una di-versidad de situaciones, que constituirán una oportunidad de capacitación del es-tudiantado en el diseño de diversas modalidades de abordaje estratégico, además de una oportunidad de reflexión conjunta. La experiencia de cada jueves retoma el concepto de la comunidad pensante de analistas, en diferentes grados de for-mación. El objetivo de este espacio es ir trabajando y trabajándose se cada uno de los integrantes de la comunidad, para constituirse en clínico, al compás del abordaje de un problema habitual de la clínica actual y es responsabilidad de la profesora titular y un pequeño equipo de colaboradores.

• Se conceptualizarán los recursos implementados y sus efectos. Se irán abordan-do las problemáticas teórico-clínicas presentes en el programa de la asignatura correspondiente al año 2008.

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• Se propondrá al estudiante que durante la cursada confeccione sus escritos -de parcial o de final de la Promoción Sin Examen- realizando un ensayo, más que una monografía, de acuerdo a las instrucciones que se le brindarán por escrito.

III) CONTENIDOS Fundamentación del ordenamiento del programa: Se ha optado por organizar tanto el programa general de la materia, como el de trabajos prácticos en bloques temáticos, sin suponer la existencia ni imponer un orden semanal secuencial. De este modo, las relaciones dentro de cada bloque y entre los bloques, no son consecutivas sino más bien hipertextuales.

Los temas y los textos de apoyo se irán enlazando de acuerdo a los problemas que se vayan presentando, de este modo, se constituirán en herramientas para pensar las situa-ciones singulares que se configuren durante la cursada. La apuesta sostiene un ordena-miento que colabore con la producción de recorridos singulares de lectura y la apropia-ción de herramientas conceptuales.

La bibliografía tanto de consulta como la obligatoria (en el programa de Trabajos Prác-ticos), por lo tanto está ordenada alfabéticamente, sólo para que la búsqueda se haga de acuerdo al recorrido que se vaya haciendo en la cursada.

Núcleos temáticos: I.- LA PSICOTERAPIA Y LA CLÍNICA

Elucidación crítica de la noción de Psicoterapia. La función del modelo en la cura. La psiquiatría y la pedagogía. Las prácticas clínicas, más allá del eje salud-enfermedad. Del modelo médico al psicoanalítico. El psicoanalismo y el control social. Alienación, pa-decimiento y sufrimiento. Dispositivo de trabajo, posición subjetiva del psicólogo y procedimientos clínicos de intervención. Las psicoterapias como prácticas más allá de la ecuación individuo-grupo. Objetivos:

1. Introducir al campo de la clínica y las psicoterapias. 2. Diferenciar a través de una breve genealogía, las intervenciones del psicólogo de la psi-

quiatría y la pedagogía. 3. Fundamentar la intervención clínica del psicólogo en situación, más allá de las trascen-

dencias postuladas por el eje salud y enfermedad. 4. Elucidar las condiciones actuales del ejercicio profesional. 5. Introducir la noción de posición subjetiva del profesional, en la intervención contempo-

ránea. 6. Problematizar la clásica división de las psicoterapias en “individual” y “grupal”.

II.- LA PRODUCCIÓN DE SUBJETIVIDAD

La noción de subjetividad (Lewkowicz). Genealogía de la producción de subjetividades. Modos del socius, tecnologías y modos de configuración subjetiva (Foucault). Disposi-tivos y tecnologías de sí. Mas allá de lo “psíquico” y lo “social”. La estructura y la his-

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toria. El “sujeto” y las subjetivaciones. Las lógicas de pensamiento y sus recorridos prácticos. Trauma, catástrofe y acontecimiento. Afectaciones, agenciamientos y deveni-res subjetivos (Deleuze-Guattari).

Objetivos:

1. Introducir al campo de problemas de la subjetividad.

2. Comprender la necesidad de otra lógica, presente en algunos autores del pensamiento contemporáneo.

3. Realizar una genealogía de los modos de subjetivación.

4. Ubicar la psicología como disciplina y el psicoanálisis como tecnología de subjetiva-ción.

5. Revisar la noción de trauma psíquico, en las actuales condiciones.

III.- LOS DESARROLLOS CONCEPTUALES EN “GRUPOS” Y LAS PRÁCTICAS GRUPALES

Genealogía del campo grupal: urgencias sociales, avatares institucionales y prácticas grupales. Las experiencias grupales fundadoras (Bion). La noción de organizador y sus fuentes: el Psicoanálisis y los organizadores psíquicos (Anzieu y Kaës), la Psicología Social y el organizador tarea (Pichón), el Análisis Institucional (Loureau) y los aportes de C. Castoriadis respecto de las significaciones sociales. La experiencia argentina. Las prácticas grupales de hoy y el devenir “grupo-herramienta”.

Objetivos:

1. Revisar críticamente las experiencias grupales realizadas, las urgencias que les dieron lugar y sus producciones teóricas.

2. Revisar críticamente la experiencia argentina de la sociología social pichoniana.

3. Introducir al psicoanálisis francés de los grupos.

4. Diferenciar dispositivos sociales y tecnológicos, en los diferentes campos de prácticas del psicólogo.

5. Reformular las actuales condiciones de producción de lazo social y grupal y su inciden-cia en el diseño de dispositivos y procedimientos de intervención.

IV- LA CLÍNICA EN INSTITUCIONES Y EN LA “COMUNIDAD”

El diseño de dispositivos para los abordajes comunitarios y las intervenciones institu-cionales. El psicólogo en las acciones de salud y educación. El trabajo con la implica-ción del profesional. Posición subjetiva del operador: animación y abstinencia. Estrate-gias, procedimientos de intervención y operaciones situacionales. La comunidad en trascendencia y la creación de lo común. La noción de multitud (Virno). Los procesos inmunitarios como defensa negativa de la vida. (Espósito).

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Objetivos:

1. Elucidar la noción de comunidad, presente en las teorizaciones modernas.

2. Revisar la noción de institución y situación a la luz del trastorno en la producción del ciudadano, sujeto de derechos y obligaciones.

3. Trabajar las lógicas presentes en las nociones de abstinencia e implicación. Visualizar los efectos de intervención del posicionamiento subjetivo del operador psi.

4. Introducir a los aportes del pensamiento contemporáneo acerca de los procesos inmuni-tarios en la constitución en inmanencia de lo común.

5. Introducir a la noción contemporánea de multitud y sus consecuencias en el campo psi.

V.- LA CLÍNICA VÍNCULAR

Dispositivos clínicos multipersonales, sus efectos y sus conceptualizaciones. Las parejas y las familias como espacios de trabajo clínico. Los dispositivos grupales y la cura. La mirada, el cuerpo y lo escénico en el dispositivo clínico multipersonal. La perspectiva vincular en psicoanálisis. La noción de vínculo. La ajenidad y la presencia en la produc-ción de “semejante”.

Objetivos:

1. Problematizar los efectos de la presencia de numerosidad de cueros en los dispositivos clínicos.

2. Introducir a los aportes del denominado psicoanálisis de los vínculos, en los abordajes de situaciones vinculares diversas, parejas y familias.

3. Establecer las diferencias entre dispositivos técnico-profesionales y las intervenciones en agrupamientos espontáneos.

4. Introducir los fundamentos de la modalidad psico-dramáticas de abordaje clínico.

VI.- EL PSICÓLOGO, EL EQUIPO Y LA TRANSDICISPLINA

La construcción de equipo. De las lógicas disciplinarias a las transdisciplinarias. Las subjetividades instituidas de los profesionales como obstáculos para la construcción del equipo. Las materialidades del dispositivo institucional. De la identidad profesional al hacer del profesional. Programas, estrategias y dispositivos clínicos. Objetivos:

1. Introducir en la perspectiva del análisis de los efectos del disciplinamiento de los sabe-res y la profesionalización de las intervenciones.

2. Problematizar la noción de transdisciplina como fuga de los impensables disciplinarios. 3. Indagar en los atravesamientos institucionales del trabajo en equipo: contrataciones y

jerarquías. 4. Profundizar las especificidades del psicólogo, en un abordaje en equipo.

12

Bibliografía: Nota: esta bibliografía puede ser considerada de consulta; se considerará obliga-

toria la enumerada en el programa de Trabajos Prácticos, que se encuentra a continuación de cada bloque problemático del mismo. 1. Agamben, G. (1999) Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo. Cáp. 4 Pág.

143- 180. Pretextos. 2. Agamben, G. (2005) “La noción de dispositivo”. Conferencia en La Plata. Ficha de

circulación interna. 3. Aguirre, E. y Burkart, M. “Los vínculos actuales: confianza y amenaza”. (2006)

Campo Grupal nº 83 - Ficha de circulación interna. 4. Amores, S. Clínica del niño y su familia. Bs. As. 2000. Editó Distal. 5. Anzieu, D. (1986). El grupo y el inconciente. Lo imaginario grupal, Editorial Biblio-

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ca. Ficha de circulación interna 14. Berenstein, I (2004) Devenir otro con otro(s). Ajenidad, presencia, interferencia.

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26. Bonano, O: "Organizadores del Grupo". Ficha de circulación interna. 27. Bozzolo, R, Bonano, O y L´Hoste, M. (2008) El oficio de intervenir. Políticas de

subjetivación en grupos e instituciones. Editorial Biblos. 28. Bozzolo, R. (2002) “Fundamentación de la perspectiva de la cátedra” Ficha de circu-

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ción interna. 31. Bozzolo, R. (2008). “Los vínculos y la producción de subjetividades”, en El oficio de

intervenir. Políticas de subjetivación en grupos e instituciones. Editorial Biblos. 32. Bozzolo, R. (2008) “Condiciones Actuales de producción de subjetividad” ponencia

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de la niñez. Editó Lumen 37. Corea, C. y Lewkowicz, I. (2005) Pedagogía del aburrido. Paidós, 38. Czernikowski, E. y otros (2003). Entre hermanos. Sentidos y efectos del vínculo fra-

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rrortu Editores 53. Fernández, A. (1989) El campo grupal, Apuntes para una genealogía. Editorial Nue-

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Editorial Biblos. 55. Fernández, A (1999) Instituciones Estalladas. EUDEBA. 56. Fernández, A. M. y De Brassi J.C. (1993) Tiempo histórico y campo grupal. Edito-

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79. Lewkowicz, I (2004) Pensar sin estado. La subjetividad en la era de la fluidez. Edito-rial Paidós, Buenos Aires.

80. Lewkowicz, I, (2003) “Suceso, situación, acontecimiento”. Ficha de circulación Inter-na

81. Lewkowicz, I. (2004) “La noción de subjetividad”. Ficha de circulación interna con fragmentos inéditos.

82. Lewkowicz, I: ( 2002) "La subjetividad contemporánea. Entre el consumo y la adic-ción”. Ficha de circulación interna

83. Lewkowicz, I y GRUPO 12 .(2002) Del fragmento a la situación 84. Lourau, R. “La lógica de la implicación”. Ficha de circulación interna. 85. Lourau, R. (1975) El análisis institucional. Amorrortu editores. 86. Lourau, R. (1979) El analizador y el analista. Editorial Gedisa. 87. Maciel, F. (2001) “Lo posible y lo imposible en la interdisciplina”. Publicado en la

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21 ( UNAM-XOCHIMILCO) México. Ficha de circulación interna. 89. Manero Brito, R. (1990) “Introducción al análisis institucional” Revista TRAMAS Nº

1, (UNAM- XOCHIMILCO)- México. Ficha de circulación interna. 90. Martínez Bouquet, C. Moccio, F. y Pavlovsky, E., (1985) Psicodrama, cuándo y

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rial.. 97. Revista “Lo grupal”, del número 1 al 10. Ediciones Búsqueda. 98. Rodrigué, E. (1965) Biografía de una comunidad terapéutica. EUDEBA 99. Rolnik S. (2005) "Una nueva suavidad"en Micropolitica, Cartografias del deseo, Edi-

ciones Tinta Limon, pag 413 100. Roudinesco, E. (2003) La familia en desorden. Editó Fondo de cultura económica

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101. Spivacow, M: (2005) "La perspectiva intersubjetiva y sus destinos" Ficha de circula-ción interna.

102. Ulloa, F., (1995) Novela Clínica Psicoanalítica. Editorial Paidós. 103. Ulloa, F: (1962) “Comunidad Clínica” Ficha de circulación interna. 104. Ventrici, G..(2006) “El grupo en tiempos de intemperie”. Revista de la AAPPG, nº 1,

Volumen XXIX. 105. Ventrici, G. (2008) “Las instituciones y los procesos de subjetivación”. En Cuadernos

de Campo nº 3, publicado por Campo Grupal, Abril. Ficha de circulación interna. 106. Virno, P.(2006) Ambivalencia de la multitud, entre la innovación y la negatividad

Editó Tinta Limón, Buenos Aires. 107. Winnicott, D. W. (1979) Realidad y juego. Editorial Gedisa.

IV) SISTEMA DE PROMOCIÓN Y EVALUACIÓN (nuevamente las cursivas marcan el texto presentado al concurso en el 2002)

El aprendizaje dentro de la Universidad, apunta no sólo a la acumulación de informa-ción y su actualización; se requiere de la operacionalización de las nociones y concep-tos adquiridos, además de un cierto entrenamiento con las situaciones más habituales del ejercicio del rol profesional. Dicho objetivo requiere que tanto la lectura de textos como la presencia en las clases teóricas que se dicten, sea complementada por proce-dimientos pedagógicos que provoquen la experimentación simulada o real de las prác-ticas grupales y/o vinculares del campo profesional real.

Dentro de la disponibilidad otorgada por el horario de cursada, se planteará la necesi-dad de que las comisiones de Trabajos Prácticos se parezcan lo más posible a un es-pacio de producción de pensamiento, alejándose del “pequeño teórico” en que a veces queda transformada. Las condiciones de masividad en que se realiza el aprendizaje, generan anonimato, descompromiso con la tarea y desaliento en alumnos y docentes, así como repetición dogmática de citas que, despegadas de su contexto de producción teórica, pierden su sentido. Se intentará contrarrestar estos efectos subjetivos con la implementación de dispositivos grupales experienciales que a la vez que estimulen la lectura, permita a los alumnos realizar una práctica en grupos, como para poder luego y mientras la realizan pensar lo que se hace. La producción del pensamiento de lo que se experimenta contribuye a la elucidación crítica enunciada por Castoriadis Que este pensamiento pueda ser enunciado en forma reflexiva será un objetivo buscado por la implementación de cierta tecnología didáctica de trabajo grupal y la realización de algunos trabajos escritos sobre situaciones de la vida cotidiana, donde lo grupal permi-te una perspectiva esclarecedora.

Modalidad Pedagógica: La descripción de la modalidad de coordinación de los dispositivos se encuentra en el punto b) del apartado II denominado Aprender y Enseñar hoy: Realizar una expe-riencia, en la pag. 7. Tanto la modalidad de los teóricos como la de los trabajos prácti-cos tendrá el modo de las asambleas clínicas ya citadas (F. Ulloa) En el denominado Espacio Teórico Clínico (ETC) se realizarán reuniones teórico-clínicas coordinadas por la profesora titular, que alternará exposiciones conceptuales con procedimientos clínicos propios para intervenir en los procesos de capacitación. El objetivo de dicha capacita-

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ción es construir, por la vía del entrenamiento, una posición subjetiva de escucha, pun-tuación e interpretación de los fenómenos clínicos que se requiera pensar. En las prime-ras reuniones se trabajarán las condiciones del dispositivo para poder realizar un trabajo clínico, tales como la necesaria creación de confianza, el armado de un clima de seguri-dad psicológica, etc. En las siguientes, se irán presentando diversas experiencias clínicas expuestas inicialmente por los docentes, invitando a los estudiantes a presentar las expe-riencias que realizan en distintos ámbitos de la cursada o fuera de ella, que resulten per-tinentes (proyectos de extensión, experiencias barriales, visitancias, pasantías, etc.) Se trabajará en la interrogación de lo realizado y se irán puntuando los bloques problemáti-cos a que cada situación clínica sea posible referir. Se desplegarán así -en situación- las nociones-herramientas usadas para la intervención clínica realizada o las que se propon-gan realizar. Se apuesta a capacitar, trabajando la posición clínica del futuro psicólogo, para ello se intervendrá en la remoción de los rasgos de la subjetividad instituida que constituyen obstáculos para la intervención clínica.

Modalidad de la cursada: Los estudiantes que cursen la asignatura Psicoterapia II podrán optar por:

• cursada regular (2 hs. semanales con modalidad presencial) con examen final

• cursada por promoción sin examen – PSE- (6 hs semanales de presencia en clase y presentación de un breve ensayo testimonial sobre la experiencia)

Cursada regular: La aprobación en forma regular se regirá por las normativas dis-puestas por el régimen establecido por la Facultad de Psicología de la UNLP, en cuanto a asistencia a TP, correlatividades y plazos de validez de la cursada teniendo en cuenta que al ser una materia clínica no es posible rendirla en forma libre.

Cursada de promoción sin examen: La aprobación de la PSE se obtendrá con el 85 % de asistencia al dispositivo teórico-clínico, con un promedio general de más de 7 en las evaluaciones parciales, correspondientes a la cursada regular y con la presentación de un escrito con la modalidad de un testimonio-ensayo sobre la experiencia realizada. Las instrucciones para su confección serán brindadas oportunamente.

La bibliografía de cada caso será propuesta como insumo ad hoc para la elucidación conceptual de los problemas planteados, por lo tanto ni los núcleos temáticos ni la ad-ministración de la bibliografía será pautada en forma secuencial, lo que requerirá de una decisión y una selección (y no sólo una opción) por parte del estudiante. La obligatorie-dad de la bibliografía rige para la construcción del escrito final.

Evaluaciones escritas:

Con respecto a las evaluaciones de los escritos tanto de parciales como de PSE, nos re-giremos por los siguientes indicadores:

• Conceptos: la presencia en el texto de líneas conceptuales; tales como subje-tividad, clínica, comunidad clínica, producción de lo común, teorías de los grupos, etc. En este caso se fijará especial atención en que estuvieran presen-tes, citados, brevemente desarrollados y usados los ejes desarrollados en el período a evaluar.

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• Tesis: enunciados singulares en los que el autor afirme una idea -propia o ex-traída del trabajo colectivo de enunciación, pero de la que el autor se apropió - en la que se elucide, analice o interprete algún síntoma, figura o secuencia del acontecer de su comisión de TP o del espacio Teórico-clínico.

• Prácticas Universitarias: se apreciará la inclusión de fragmentos de texto en los que se hace -al menos- una descripción de las prácticas -y discursos en el sentido foucaultiano- que producen los modos contemporáneos de subjetiva-ción.

• Análisis de la implicación propia y posición reflexiva: descripción y even-tualmente elucidación de la propia posición subjetiva ante el agrupamiento y su devenir.

Para la calificación cuantitativa -la nota- se tendrá en cuenta sustancialmente el pa-rámetro conceptual y el de la formulación de tesis. Consideramos que sería una pre-tensión exigente, acaso un exceso, que se califique por si hubo o no y de qué calidad un proceso de subjetivación. Desde ya, esta cuestión queda abierta, puesto que es muy im-probable que haya habido capacitación, si no hubo devenir subjetivo. Insistimos en in-terrumpir el aprisionamiento de la institución saber que evalúa aprendizaje en un senti-do convencional; nos interesa que el estudiante pueda pensar con las herramientas su-ministradas y apropiadas más que la constatación de un aprendizaje basado en la repeti-ción de conceptos o ideas presentes en los insumos.

V) PROGRAMA DE TRABAJOS PRÁCTICOS

Dada la persistente constatación de los hábitos de lectura dominantes, hemos optado por organizar el programa en tres grandes bloques (intensivos) y evitar el rígido ordena-miento en secuencia semanal para la lectura. De este modo, en el trabajo sobre temas y nudos problemáticos, las relaciones entre los textos dentro de cada bloque y entre los bloques, no son consecutivas o secuenciales sino más bien hipertextuales. Tanto los temas como los textos de apoyo se irán enlazando de acuerdo a los problemas que se vayan presentando, de modo que se acoplen a las singulares situaciones que se vayan configurando en cada práctico y en cada momento. Se considera obligatoria la lectura de la totalidad de la bibliografía que se encuentra en cada bloque problemático. Esta bi-bliografía es considerada obligatoria par la aprobación de la cursada de la asignatura.

El siguiente programa de Trabajos Prácticos está distribuido en dos partes, la primera incluye el listado de los tres bloques problemáticos, cada uno con un sumario de objeti-vos y un listado de insumos bibliográficos y la segunda corresponde a dos tareas rela-cionadas con los trabajos prácticos: la jornada de experiencia grupal y las evaluaciones parciales

A – BLOQUES PROBLEMÁTICOS

Bloque I – El lazo y lo común. Clínica y subjetividad.

Objetivos:

o Considerar la conexión entre alumnos y docentes con quienes se compartirán las actividades en la comisión de TP.

o Explicitar las concepciones y creencias habituales con respecto a: subjetividad, psicoterapia, vínculo y operaciones clínicas.

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o Conocer la perspectiva en la que se inscribe la noción de “clínica” de F. Ulloa o Iniciar el contacto con algunas herramientas que propone la cátedra e inscribirlas

en un horizonte problemático diferente al de los años setenta. o Debatir qué compone hoy lazo, problema común o comunidad. o Conocer el debate actual sobre la noción de subjetividad o Trabajar las condiciones actuales de producción de subjetividad o Iniciar el trabajo de cronista o Consignar la elaboración del primer parcial (domiciliario)

Insumos textuales:

1. Bozzolo, R.: Carta a los cursantes 2. Bozzolo, R.: "La noción de clínica y su relación con los procesos de subjetiva-

ción". Ficha 2008 3. Ulloa, F.: “Comunidad Clínica” Ficha. 4. Ulloa, F: Fragmentos sobre mortificación y ternura en Novela Clínica Psicoa-

nálitica. (Págs. 238-241). Ficha de cátedra. 5. Ulloa F: “Innovaciones en el psicoanálisis” (fragmentos) Ficha de cátedra. 6. Ulloa, F: “En la numerosidad social hay algo de puesta en escena”, en Cuader-

nos de campo Nº 2, publicación de Campo Grupal. Octubre 2007. Ficha de cáte-dra.

7. Corea, C: “La destitución de la comunicación y el agotamiento de la subjetivi-dad pedagógica” Fragmentos Seminario Flacso Virtual. Ficha de Cátedra

8. Duschatzky, S. “La educación: una posibilidad en los pliegues del desfonda-miento”. En Cuadernos de campo Nº 2, publicación de Campo Grupal. Octubre 2007.Ficha.

9. Guattari, F. “Acerca de la producción de subjetividad”, Cap 1 de Caosmosis, Buenos Aires, 1996, Editorial Manantial. Ficha de cátedra.

10. Guattari, F: “Glosario de esquizoanálisis”. Ficha de cátedra. 11. Bozzolo, R.:“Condiciones Actuales de producción de subjetividad” ponencia en

panel II Congreso de Configuraciones Vinculares. Mayo 2008. Ficha de circula-ción interna

12. Lewkowicz I. : Escritos varios sobre comunidad, lo común y la subjetividad ac-tual. Ficha de cátedra.

13. Aguirre, E. y Burkart, M. “Los vínculos actuales: confianza y amenaza”. Publi-cado en Campo Grupal N° 83 A propósito de I. Lewkowicz. Octubre 2006. Ficha de circulación interna.

14. Fernandez, A.M.: “Lógicas colectivas y producción de subjetividad”, tercera parte, cap.2, en: Las lógicas colectivas. Imaginarios, cuerpos y multiplicidades. Buenos Aires 2007, Editorial Biblos,.

15. Bleichmar, S.: "Entre la producción de subjetividad y la constitución del psi-quismo". Ficha.

16. Labandeira, M.C.“Sólo hay encuentros” Publicado en Campo Grupal N° 83 A propósito de I. Lewkowicz. Octubre 2006. Ficha de cátedra.

17. Lewkowicz, I: "La noción de subjetividad". Ficha de cátedra

20

Bloque II – El Psicoanálisis y los grupos. Lo vincular en condiciones de alteración

Objetivos:

o Introducir algunos de los desarrollos actuales de la corriente francesa

o Revisar las tesis que en el psicoanálisis francés fundaron el trabajo psicoanalítico con grupos

o Trabajar las nociones de vínculo, presencia y ajenidad, y su incidencia en la constitución del semejante.

o Revisar la alteración socio-histórica y su incidencia en la constitución de los lazos y vínculos.

o Diferenciar el enfoque de la psicosociología del psicoanalítico. o Revisar la fundación de la comprensión psicoanalítica del grupo en las conceptua-

lizaciones de la experiencia realizada por W. Bion o Balance crítico de la perspectiva bioniana

Insumos textuales

1. Kaës, R: “el apoyo grupal del psiquismo individual”, en Temas de Psicología Social, Año 8, Nº 7, 1985. Ficha de cátedra.

2. Kaës, R.: Las teorías psicoanalíticas de grupo, Cap 4, apartados IV, V y VI (págs 111 a 122). Edit. Amorrortu, Buenos Aires, 2000.

3. Kaës, R.: Las teorías psicoanalíticas de grupo. Págs. 33 a 46, Edit. Amorrortu. 4. Anzieu, D.: El grupo y el Inconciente.Segunda Parte, Cap 10: Perspectivas teóri-

cas: A) panorama de la vida grupal inconciente y B) Teoría general del fantasma en los grupos. Edit. Biblioteca Nueva, 2ª. Edición, Madrid 1986.

5. Bozzolo, R. “Los vínculos y la producción de subjetividades”, Cap. 4 de Parte V, pág. 264 en “El oficio de intervenir. Políticas de subjetivación en grupos e instituciones”. Buenos Aires 2008, Editorial Biblos

6. Bozzolo, R.: “Prácticas grupales y avatares institucionales” Ficha. 7. Bonano, O: "La dimensión del apuntalamiento", Cap 7 de Crisis del sujeto con-

temporáneo, Biblioteca de Iniciación, Univ. Nac. De Lomas de Zamora, 2000. Hay ficha de cát.

8. Berenstein Isidoro: “Una vision personal del psicoanálisis de las configuraciones vinculares” en Hermanos, Revista de la AAPPG. Ficha de cátedra.

9. Bonano, Bozzolo, L´Hoste: “La noción de trauma en la alteración permanente”. Cap 2, parte III, págs. 136 a 144, en “El oficio de intervenir. Políticas de subje-tivación en grupos e instituciones”. Buenos Aires 2008, Editorial Biblos.

10. Bozzolo, R. “Lugar y función del psicoanalista en el grupo”. Ficha de cátedra 11. Bion, W.R.D.: Experiencias en Grupos. Cap. Final “Revisión”, y fragmentos del

Cap.1 - Edit. Paidos 12. Percia, M.: “Instalación política de los grupos (decepciones de Bion)”, en Vincu-

los y subjetividad en la era contemporánea. Revista de AAPPG, -Tomo XXVII, Número 1, 2005, págs.191 a 232. Ficha de cátedra

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Bloque III - Organizadores de agrupamientos e instituciones. Operaciones clínicas

Objetivos:

o Conocer la noción de organizador de los agrupamientos y ponderar su utilidad actual.

o Proponer un esquema que considere diferentes órdenes de organizadores

o Discutir el papel de la tarea como organizador y su enclave institucional

o Conocer las herramientas de pensamiento de la subjetividad para trabajar situa-ciones problemáticas de la clínica actual.

o Introducir la problemática de estas formaciones subjetivas

o Pensar la incidencia de dispositivos, procedimientos y posiciones subjetivas en el trabajo con agrupamientos.

o Trabajar la cuestión de la demanda en agrupamientos, en las condiciones actua-les.

o Revisión de los modelos estructurales y los planteos situacionales.

Insumos textuales:

1. Bonano, O.: “Organizadores del grupo”. Ficha 2. Carmona, J.: “La tarea como agente en los cuatro discursos”, Cap 3 de Psicolo-

gia Social y Psicoanálisis. Pichon con Lacan, Fundación Universitaria Luis Amigó, Medellín.

3. Lewkowicz, I, (2003) “Suceso, situación, acontecimiento”. Ficha de circulación Interna.

4. Lewkowicz, I (2002) “El analista sin estado”. Ficha de circulación Interna, 5. Lazzarato, M: “El acontecimiento y la política” (fragmentos del Cap 1) en Polí-

ticas del acontecimiento, Tinta Limon ediciones. 6. Lazzarato, M: “La máquina”, en http://transform.eipcp.net/transversal 7. Esposito, R: Bíos. Biopolítica y filosofía. Cap.2 “El paradigma de inmuniza-

ción”. Amorrortu editores, Buenos Aires 2006. 8. Lazzarato, M: “Por una redefinición del concepto ‘biopolítica’”, Publicado en la

págína caosmosis.acracia.net 9. Bonano, O.: (2006) “Algunas tesis sobre la Tarea”. Ficha 10. Bonano, Bozzolo, L´Hoste: 4 - “Intervención institucional en equipo de psicolo-

gía de un hospital”, ficha de un protocolo de una intervención institucional en “El oficio de intervenir. Políticas de subjetivación en grupos e instituciones”. Buenos Aires 2008, Editorial Biblos. Parte III Anexo, pág 192.

11. Bonano, Bozzolo, L´Hoste: “Tercer momento: la intervención en las crisis de sentido”, págs.112/117 en “El oficio de intervenir. Políticas de subjetivación en grupos e instituciones”. Buenos Aires 2008, Editorial Biblos

12. Bozzolo, R. y L’Hoste, M.: “Nuevas condiciones para el trabajo con grupos e instituciones” Ficha

13. Bonano, Bozzolo, L´Hoste: “6 – Intervenciòn institucional en una residencia de salud mental”. en “El oficio de intervenir. Políticas de subjetivación en grupos e instituciones”. Buenos Aires 2008, Editorial Biblos. Parte III Anexo, pág 206.

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14. Bonano, O: (2008) “Sufrimiento psíquico en instituciones”, Cap 6, Parte III en El oficio de intervenir. Políticas de subjetivación en grupos e instituciones. Edi-torial Biblos

15. Lewkowicz, I.: “Subjetividad Contemporánea: entre el consumo y la adicción”. (texto inédito).

16. Bonano, O: “Grupo y dimensión colectiva de las prácticas” Cap.3, parte III en en “El oficio de intervenir. Políticas de subjetivación en grupos e instituciones”. Buenos Aires 2008, Editorial Biblos

17. Bonano, Bozzolo, L´Hoste: “Elucidación y subjetivación” texto inédito. 18. Rolnik S. (2005) "Una nueva suavidad"en Micropolitica, Cartografias del de-

seo, Ediciones Tinta Limon, pag 413 19. Lewkowicz, I.: “La institución materna. Una historización”, en Pedagogía del

aburrido. Escuelas destituidas, familias perplejas, Paidós, Buenos Aires 2004

B – TAREAS

1 - Jornada obligatoria de experiencia grupal (Sábado de 9 a 13)

Objetivos:

o Atravesar una experiencia de trabajo grupal, con talleres pequeños y grupo amplio. (Técnicas lúdicas, de acción y plenario).

o Entrenarse en la toma de crónicas.

Trabajo sobre la jornada (en el práctico posterior a la misma)

o Puesta en común de las afectaciones producidas en la jornada. o Presentación de las crónicas de la misma. o Trabajar dificultades en la confección de las crónicas y marcar el comienzo

de la elaboración del segundo parcial domiciliario.

Insumos:

• Hurtado Atienza, Selva. “Acerca del uso de técnicas dramáticas en el aprendiza-je” Informe primero: Crónicas de tres años de un trabajo. Ficha de cátedra

• Kesselman, H. y Pavlovsky, E.: “Nuevos caminos en Psicodrama”, en Actuali-dad Psicológíca N° 307, Abril 2003 (Fragmentos – Ficha de Cátedra)

2 – Evaluaciones

Se realizarán dos evaluaciones parciales a lo largo de la cursada, ambas con carácter domiciliario. En el primer parcial se constituirán grupos pequeños de trabajo para la realización del escrito, en el segundo la realización será individual. La consigna que se brinda es que se realice un testimonio pensado al modo de un ensayo, utilizando las herramientas conceptuales de la bibliografía y suministradas en la cursada. Su evalua-ción se realizará tal como se describe en el punto Evaluaciones escritas del apartado IV) SISTEMA DE PROMOCIÓN Y EVALUACIÓN.

Objetivos:

o Evaluación del proceso grupal y de la aprehensión conceptual durante el tramo recorrido.

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Insumos del segundo parcial individual

• Crónicas de la jornada, crónicas de la Comisión de TP, otros parciales grupa-les, otros parciales individuales y producciones varias.

• Insumos bibliográficos indicados durante la cursada y durante las cursadas de otras materias afines.