Publicación diaria FLH2012, No 2

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27 de octubre 2012 www.isc.gob.mx Hermosillo, sonora, México Publicación diaria durante la Feria del Libro 02 Coordinación: Doris Arenas / Edición: Carlos Sánchez Diseño: Argelia Juárez / Corrección: Rosy Orozco ISCsonora E scribir para seguir viviendo. Decir con palabras para tocar de nuevo las emociones, para dejar- las ir, y retenerlas. Escribir. Los escritores se organizan y juntos construyen un libro. La escritura, como parto de ideas, río de emociones, se da en el marco de la Feria del Libro Hermosillo 2012. Allí, y teniendo como inspiración, incentivo, un mar de libros, los apasionados del ofi- cio de las letras fluyen de noche, en el ya tradicio- nal evento La noche de las letras. Son los integrantes de Escritores de Sonora A.C. quienes hacen tres años iniciaron estas jornadas, y continúan. Anoche estuvieron de nuevo para ce- lebrar la palabra, la redacción, la gramática. Y des- pués del banderazo de salida que dio Esteban Do- mínguez, presidente de la asociación de literatos, surgieron las ideas para formar el tercer ejemplar colectivo que por título lleva La noche de las letras. En este trajín de construcción, la vida también estuvo puntual para de pronto decir que se va la luz, que los escritores apagaran, quisieran o no, las computadores, y entonces arrastrar la pluma, como dicen los decanos del periodismo, mirar en el papel el surgimiento de los pensamientos y plas- marlos en párrafos, y no hacer pausa hasta termi- nar la faena de la noche. Escribir. Pero antes, en el escenario donde se dio el protoco- lo de inauguración, y se anunció el tema para escri- bir, porque así es desde siempre, la sugerencia de un tema como punto de partida, y esta noche fue la noche y su imperio, lo que la noche dice, lo que la noche construye. Entonces los escritores para decir y construir. Hubo varias mesas, muchas sillas, diversos géneros literarios. Hubo la puntual asistencia de jóvenes es- tudiantes para apoyar en la logística, la disposición de los organizadores, hubo murmullos en las teclas de las computadoras cuando ya de nuevo se hizo la luz, hubo el silencio que propone el pensamiento, estuvieron los ojos aguzados y vigilantes para atra- par las ideas, mucho café y refrescos, panes como ambigú, tamales de elote y de carne con chile, con- versaciones esporádicas y de improviso. Porque así es la creación y en la literatura todo cabe, y no es mentir al decir, como dicen que los escritores hacen, porque una cosa es la ficción y otra muy distinta es la mentira. Entonces esta no- che también para desentrañar el pensamiento y volcarse las emociones de alrededor de cuarenta escritores cuyo objetivo fue la construcción de un libro emergente. Anoche también la contribución, para ahora, de un libro nuevo más en el interior de la Feria del Libro, y fue desde allí, la creación de La noche de las letras como un libro nacido entre libros. Hoy es sábado, y algunos escritores firman por pri- mera vez las páginas de un libro, otros toman la oportunidad para expresar una vez más en el cuar- to de la casa de un ejemplar donde se hospedan sus pensamientos. La noche de las letras es un motivo para ejercitar la continuación del deseo por decir, construir. La no- che de las letras un libro nuevo que ya circula y sólo la vida sabe hasta dónde llegarán sus historias con- tenidas. Salud por la aparición de un nuevo libro. muchas ideas Carlos Sánchez / [email protected] La noche de las letras, UN NUEVO LIBRO, Los escritores se organizan y juntos construyen un libro. La escritura, como parto de ideas, río de emociones Celebro este reconocimiento, por- que lo entiendo como un reconoci- miento al teatro que muchos otros grupos y compañías del Noroeste, incluido por supuesto nuestro Esta- do, hemos venido desplegando, de manera más o menos sistemática desde los años setenta, a lo largo de aquéstas cálidas como remotas tierras, tantas veces cabalgadas por el Jesuita Kino. Reflexionó sobre sobre la razón de ser del Teatro en un tiempo y una Sociedad como los nuestros. La oportunidad de vernos a nosotros mismos en un espejo en el que, a diferencia de otros, se hace visible lo invisible al tiempo que nos invo- lucramos en una experiencia hu- mana irrepetible, sólo el teatro es capaz de ofrecérnosla. Sea cual haya sido, sea hoy o en el futuro, la corriente artística a la que pertenezca o haya pertenecido, al teatro no queda otro camino que seguir explorando por la ruta de aquello que más enriquezca el en- cuentro entre actores y espectado- res en esa simultaneidad espacial y temporal que lo convierte en expe- riencia única. Es ésta condición, profundamen- te humana, la que lo mueve y nos mueve. Nada puede sustituir la experiencia de estar allí, vivir a un tiempo, un tiempo en el que caben muchos otros tiempos; un tiempo único. Su búsqueda incansable lo hará transitar por nuevas formas de expresión y encuentre lo que en- cuentre, siempre será para ser más esencialmente escena y público, más Teatro. ¿Y eso a la Sociedad de qué sir- ve?, preguntarán algunos. Con el Maestro Jaime Chabaud, afirmo con plena convicción: el Tea- tro es un instrumento de altísima efectividad para la reconstrucción del tejido social. La participación de niños y jóvenes en procesos creativos teatrales, propicia un mayor desarrollo del hemisferio creativo del cerebro y catapulta sus capacidades cognitivas; los dota de seguridad y capacidad expresiva, los ayuda a reconocer sus emo- ciones y a encausarlas de la mejor y más humana manera porque al hacerlo están creando. A escasos metros de éste lugar, cruzando justamente “Avenida Cultura”, un grupo de niños y adolescentes de “La hacienda de la flor”, se han fas- cinado con la experiencia y ahora esperan con ansiedad el día en el que nuestros compañeros, Belén Gil y Hugo Sosa, lleguen, como lo han venido haciendo desde hace meses, cada dos, tres y en ocasio- nes más días a la semana, a impartir sus sesiones de teatro como parte de un programa de prevención en el que participa nuestra Compañía, la Teatral del Norte. Ya preparan su primer montaje. Y es muy probable que pronto llevemos ésta experien- cia a otras colonias y aún a otros Municipios, pues el proyecto ha contado con el entusiasmo y apoyo directo de dos auténticas convenci- das de las bondades de la preven- ción por la vía del Teatro, cuando de Seguridad Pública se trata: María Elena Carrera e Irma Romo. Por mi parte, aterrizo en un hecho en apariencia menor y que por co- tidiano suele pasar desapercibido lo que en cierta medida equivale ha aceptado sin mediar reflexión algu- na. Y es que en el seno de nuestra Sociedad, incluidos los medios de información, se ha vuelto común calificar de “buen actor” a quie- nes exhiben sus habilidades para mentir. Acepto que puede tratarse de una mera figura retórica que evoca sin menosprecio la másca- ra teatral y que tal vez no sea para tanto. Prefiero correr el riesgo de pasar por tiquis miquis y advertir que por fisuras más estrechas se han colado muchos malentendidos que luego nos han costado caros. “Esos –se dice y aún se escribe al señalar a los supuestos mentiro- sos- esos nomás le hacen al Teatro”. Diríjase a quienes se dirija por las razones que fuesen, la pregunta es: ¿dónde quedamos nosotros, los que hacemos Teatro?... Para variar, como lo peor de lo peorcito. Así que lo primero que hay qué decir en defensa de un gremio que como pocos ha sufrido la marginación y al que en una pers- pectiva histórica no hace mucho le estaba prohibido que alguno de sus miembros fuese enterrado en los cementerios destinados a la gente de bien, es que el Teatro podrá pretender muchísimas co- sas, pero nunca engañar a nadie. La analogía ha venido permeando de tal manera nuestra cotidianidad que, por lo menos a mi, ha logrado inquietarme. Así que no está de más, de una vez por todas, aclarar paradas. Quien en el cumplimiento de su deber o en sus actos cotidianos acostumbra mentir con cierta na- turalidad, no es en modo alguno actor, ya no digamos bueno. Sim- plemente porque en el Teatro, ni se finge, ni se miente. En el Teatro, la verdad es razón esencial a la que el actor debe asirse para expresarse si desea cumplir con bien su come- tido. Sin ella, sin la verdad, estará siempre perdido. No. El Teatro no es mentira ni simula- ción. Actuar no equivale a mentir, como tampoco a imitar. La mentira, al igual que en otros ámbitos de la vida, en el Teatro, se paga y muy caro. Engañar, mentir, simular, son problemas de carácter legal, ético y moral. Nada tienen qué ver con el Teatro, excepto, claro, cuanto éste se encarga de denunciar esa simu- lación, ese engaño, esa mentira. Así que por despojada que se pre- tenda de malas intenciones, la re- ferencia, hay qué decirlo, seguirá siendo -porque no me cabe duda de que lo seguirá siendo- una refe- rencia muy desafortunada. Tiene razón Orestes Campese, el director de la compañía de la carpa quemada al argumentar: …”el tea- tro debe ser… imagen palpitante de la verdad, de una verdad que lleve, además, dentro, algo de profético.”. Pero ahora, aunque hablemos de Teatro, no estamos en un foro sino en medio de una Feria del Libro que al homenajear al dramaturgo rinde homenaje al Teatro como género in- disoluble de la literatura y por tanto, digno también de ser leído. Quie- nes disfrutamos al hacer Teatro, em- pezamos por disfrutar su lectura. Celebro y agradezco a todos los involucrados en la edición que para este caso se ha llevado a cabo por parte del Instituto Sonorense de Cultura, de mi “Trilogía bajo el agua”, que contiene tres obras de Reflexión de Sergio Galindo

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Page 1: Publicación diaria FLH2012, No 2

27 de octubre 2012

www.isc.gob.mx

Hermosillo, sonora, México

Publicación diaria durante la Feria del Libro

02Coordinación: Doris Arenas / Edición: Carlos Sánchez

Diseño: Argelia Juárez / Corrección: Rosy Orozco

ISCsonora

Escribir para seguir viviendo. Decir con palabras para tocar de nuevo las emociones, para dejar-las ir, y retenerlas. Escribir.

Los escritores se organizan y juntos construyen un libro. La escritura, como parto de ideas, río de emociones, se da en el marco de la Feria del Libro Hermosillo 2012. Allí, y teniendo como inspiración, incentivo, un mar de libros, los apasionados del ofi-cio de las letras fluyen de noche, en el ya tradicio-nal evento La noche de las letras.

Son los integrantes de Escritores de Sonora A.C. quienes hacen tres años iniciaron estas jornadas, y continúan. Anoche estuvieron de nuevo para ce-lebrar la palabra, la redacción, la gramática. Y des-pués del banderazo de salida que dio Esteban Do-mínguez, presidente de la asociación de literatos, surgieron las ideas para formar el tercer ejemplar colectivo que por título lleva La noche de las letras.

En este trajín de construcción, la vida también estuvo puntual para de pronto decir que se va la luz, que los escritores apagaran, quisieran o no, las computadores, y entonces arrastrar la pluma, como dicen los decanos del periodismo, mirar en el papel el surgimiento de los pensamientos y plas-marlos en párrafos, y no hacer pausa hasta termi-nar la faena de la noche. Escribir.

Pero antes, en el escenario donde se dio el protoco-lo de inauguración, y se anunció el tema para escri-bir, porque así es desde siempre, la sugerencia de un tema como punto de partida, y esta noche fue la noche y su imperio, lo que la noche dice, lo que la noche construye. Entonces los escritores para decir y construir.

Hubo varias mesas, muchas sillas, diversos géneros literarios. Hubo la puntual asistencia de jóvenes es-tudiantes para apoyar en la logística, la disposición de los organizadores, hubo murmullos en las teclas de las computadoras cuando ya de nuevo se hizo la luz, hubo el silencio que propone el pensamiento, estuvieron los ojos aguzados y vigilantes para atra-par las ideas, mucho café y refrescos, panes como ambigú, tamales de elote y de carne con chile, con-versaciones esporádicas y de improviso.

Porque así es la creación y en la literatura todo cabe, y no es mentir al decir, como dicen que los escritores hacen, porque una cosa es la ficción y otra muy distinta es la mentira. Entonces esta no-che también para desentrañar el pensamiento y volcarse las emociones de alrededor de cuarenta escritores cuyo objetivo fue la construcción de un libro emergente.

Anoche también la contribución, para ahora, de un libro nuevo más en el interior de la Feria del Libro, y fue desde allí, la creación de La noche de las letras como un libro nacido entre libros.

Hoy es sábado, y algunos escritores firman por pri-mera vez las páginas de un libro, otros toman la oportunidad para expresar una vez más en el cuar-to de la casa de un ejemplar donde se hospedan sus pensamientos.

La noche de las letras es un motivo para ejercitar la continuación del deseo por decir, construir. La no-che de las letras un libro nuevo que ya circula y sólo la vida sabe hasta dónde llegarán sus historias con-tenidas. Salud por la aparición de un nuevo libro.

muchas ideas Carlos Sánchez / [email protected]

La noche de las letras, UN NUEVO LIBRO,

Los escritores se organizan y juntos construyen un libro. La escritura, como parto de ideas, río de emociones

Celebro este reconocimiento, por-que lo entiendo como un reconoci-miento al teatro que muchos otros grupos y compañías del Noroeste, incluido por supuesto nuestro Esta-do, hemos venido desplegando, de manera más o menos sistemática desde los años setenta, a lo largo de aquéstas cálidas como remotas tierras, tantas veces cabalgadas por el Jesuita Kino. Reflexionó sobre sobre la razón de ser del Teatro en un tiempo y una Sociedad como los nuestros. La oportunidad de vernos a nosotros mismos en un espejo en el que, a diferencia de otros, se hace visible lo invisible al tiempo que nos invo-lucramos en una experiencia hu-mana irrepetible, sólo el teatro es capaz de ofrecérnosla. Sea cual haya sido, sea hoy o en el futuro, la corriente artística a la que pertenezca o haya pertenecido, al teatro no queda otro camino que seguir explorando por la ruta de aquello que más enriquezca el en-cuentro entre actores y espectado-res en esa simultaneidad espacial y temporal que lo convierte en expe-riencia única.

Es ésta condición, profundamen-te humana, la que lo mueve y nos mueve. Nada puede sustituir la experiencia de estar allí, vivir a un tiempo, un tiempo en el que caben muchos otros tiempos; un tiempo único. Su búsqueda incansable lo hará transitar por nuevas formas de expresión y encuentre lo que en-cuentre, siempre será para ser más esencialmente escena y público, más Teatro.

¿Y eso a la Sociedad de qué sir-ve?, preguntarán algunos. Con el Maestro Jaime Chabaud, afirmo con plena convicción: el Tea-tro es un instrumento de altísima efectividad para la reconstrucción del tejido social. La participación de niños y jóvenes en procesos creativos teatrales, propicia un mayor desarrollo del hemisferio creativo del cerebro y catapulta sus capacidades cognitivas; los dota de seguridad y capacidad expresiva, los ayuda a reconocer sus emo-ciones y a encausarlas de la mejor y más humana manera porque al hacerlo están creando. A escasos metros de éste lugar, cruzando justamente “Avenida Cultura”, un grupo de niños y adolescentes de “La hacienda de la flor”, se han fas-cinado con la experiencia y ahora esperan con ansiedad el día en el que nuestros compañeros, Belén Gil y Hugo Sosa, lleguen, como lo han venido haciendo desde hace meses, cada dos, tres y en ocasio-nes más días a la semana, a impartir sus sesiones de teatro como parte de un programa de prevención en el que participa nuestra Compañía, la Teatral del Norte. Ya preparan su primer montaje. Y es muy probable que pronto llevemos ésta experien-cia a otras colonias y aún a otros Municipios, pues el proyecto ha contado con el entusiasmo y apoyo directo de dos auténticas convenci-das de las bondades de la preven-ción por la vía del Teatro, cuando de Seguridad Pública se trata: María Elena Carrera e Irma Romo. Por mi parte, aterrizo en un hecho en apariencia menor y que por co-tidiano suele pasar desapercibido lo que en cierta medida equivale ha aceptado sin mediar reflexión algu-na. Y es que en el seno de nuestra

Sociedad, incluidos los medios de información, se ha vuelto común calificar de “buen actor” a quie-nes exhiben sus habilidades para mentir. Acepto que puede tratarse de una mera figura retórica que evoca sin menosprecio la másca-ra teatral y que tal vez no sea para tanto. Prefiero correr el riesgo de pasar por tiquis miquis y advertir que por fisuras más estrechas se han colado muchos malentendidos que luego nos han costado caros. “Esos –se dice y aún se escribe al señalar a los supuestos mentiro-sos- esos nomás le hacen al Teatro”. Diríjase a quienes se dirija por las razones que fuesen, la pregunta es: ¿dónde quedamos nosotros, los que hacemos Teatro?... Para variar, como lo peor de lo peorcito. Así que lo primero que hay qué decir en defensa de un gremio que como pocos ha sufrido la marginación y al que en una pers-pectiva histórica no hace mucho le estaba prohibido que alguno de sus miembros fuese enterrado en los cementerios destinados a la gente de bien, es que el Teatro podrá pretender muchísimas co-sas, pero nunca engañar a nadie. La analogía ha venido permeando de tal manera nuestra cotidianidad que, por lo menos a mi, ha logrado inquietarme.

Así que no está de más, de una vez por todas, aclarar paradas. Quien en el cumplimiento de su deber o en sus actos cotidianos acostumbra mentir con cierta na-turalidad, no es en modo alguno actor, ya no digamos bueno. Sim-plemente porque en el Teatro, ni se finge, ni se miente. En el Teatro, la verdad es razón esencial a la que el actor debe asirse para expresarse si desea cumplir con bien su come-tido. Sin ella, sin la verdad, estará siempre perdido. No. El Teatro no es mentira ni simula-ción. Actuar no equivale a mentir, como tampoco a imitar. La mentira, al igual que en otros ámbitos de la vida, en el Teatro, se paga y muy caro. Engañar, mentir, simular, son problemas de carácter legal, ético y moral. Nada tienen qué ver con el Teatro, excepto, claro, cuanto éste se encarga de denunciar esa simu-lación, ese engaño, esa mentira. Así que por despojada que se pre-tenda de malas intenciones, la re-ferencia, hay qué decirlo, seguirá siendo -porque no me cabe duda de que lo seguirá siendo- una refe-rencia muy desafortunada.

Tiene razón Orestes Campese, el director de la compañía de la carpa quemada al argumentar: …”el tea-tro debe ser… imagen palpitante de la verdad, de una verdad que lleve, además, dentro, algo de profético.”. Pero ahora, aunque hablemos de Teatro, no estamos en un foro sino en medio de una Feria del Libro que al homenajear al dramaturgo rinde homenaje al Teatro como género in-disoluble de la literatura y por tanto, digno también de ser leído. Quie-nes disfrutamos al hacer Teatro, em-pezamos por disfrutar su lectura. Celebro y agradezco a todos los involucrados en la edición que para este caso se ha llevado a cabo por parte del Instituto Sonorense de Cultura, de mi “Trilogía bajo el agua”, que contiene tres obras de mí

Reflexión de Sergio Galindo

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27 de octubre 2012Hermosillo, sonora, México 02FERIA DEL LIBRO

Mi mamá l leía cuentos cuando yo estaba chiquita, desde entonces siento que ese es un lazo que me une a mi mamá, por eso me gusta leer, porque cuando leo la recuerdo, siempre, y porque es una manera sana de divertirme, de aprender.

(Juana Rodríguez, ama de casa)

LA IMPORTANCIA DE LOS LIBROS

Nostalgia de aquellos grandes cines con una sola pantalla y carteles de colores vivos, a mano, cero digitalización, photo shop, vir-

tualidad. Nostalgia de aquellos carteles que se ex-hibían tras escaparates a la entrada, con la prome-sa de enajenarnos, de sacudirnos hasta la catarsis, de secuestrarnos de la existencia monótona de una tarde de domingo.

Caminar a lo largo de la Exposición de Carteles Ci-nematográficos de la Feria del Libro de Hermosillo 2012, es, y ni modo, un múltiple viaje en el tiempo.Es también, y qué le vamos a hacer, un recorrido por los episodios más bochornosos del cine na-cional, ese cine que marcó a toda una generación; pero también, por sus momentos más brillantes, que no por escasos dejan de reconfortar.

Lo dice José Abril, nuestro socorrido experto en cine y curador de la muestra; el cartel cinema-tográfico ha tenido y tiene por objeto publicitar aquello que no puede vivir sin publicitarse, pero también se constituye en el testimonio estético de una época.

Exaltación del “star system”, el cartel de cine ubica a los actores y actrices estelares en el centro de su universo, universo de estrellas rutilantes y ego-céntricas. Guiño, reclamo, seducción, el cartel de cine también aspira a sintetizar en una imagen 85, 90, 120 minutos, es decir, toda una vida.

El estudioso del cine y sus manifestaciones Ángel Luis Hueso lo explica así:“El dinamismo del dibujo, la riqueza de matices con que se representan las acciones y los perso-

najes, la búsqueda de unas imágenes que puedan impactar y seducir al espectador, el uso del grafis-mo y del color de acuerdo con criterios estéticos precisos, la adecuación a las premisas concretas de la sociedad a la que va dirigido el cartel son elementos que deben integrarse dentro de un to-talidad unitaria a fin de alcanzar la finalidad que preside su construcción”.

La exposición, ubicada a un lado del foro de con-ferencias de la Feria, cuelga en sus mamparas una treintena de carteles en los que puede leerse una particular historia del arte del siglo XX, pero tam-bién las inquietudes, los problemas, las obsesio-nes y las aspiraciones de todo un país.

Cine de la Revolución, cine charro, cine de fiche-ras, y también ese cine que en los 80 prefiguraría nuestra violenta realidad: el de los hermanos Al-mada y sus narcos de celuloide, ingenuos a tenor de los tiempos que corren.

Podrán encontrar los visitantes a la exposición los nombres que construyeron nuestra filmogra-fía, algunos dignos de la mayor admiración, otros asociados a la vergüenza a pesar de ellos mismos. Dinamismo en el dibujo, riqueza de matices con que se representan las acciones y los personajes, búsqueda de imágenes que impactan y seducen al espectador, uso del grafismo y del color de acuerdo con criterios estéticos precisos, clasicis-mo, arte pop, las nubes de Figueroa y la frontera como territorio sin ley; todo está ahí, en esa ruta de nostalgia y, al mismo tiempo, conciencia de lo que fuimos.

Imanol Caneyada

CONCIENCIA DE LO QUE SOMOSde una época, NOSTALGIA