que limitan el rendimiento ANÁLISIS DE DATOS

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de FUERZA y ACONDICIONAMIENTO la sentadilla ANÁLISIS que limitan el rendimiento para entrenadores personales valoración de los FACTORES DE DATOS Bridging the gap between science and application Nº2 ENTRENAMIENTO N.2 Abril 2016

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de FUERZA y ACONDICIONAMIENTO

la sentadilla

ANÁLISISque limitan el rendimiento

para entrenadorespersonales

valoración de los FACTORES

DE DATOS

Bridging the gap between science and application

Nº2

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ÍNDICE

04CARTA DEL EDITOR

06LA SENTADILLA: UNA PROPUESTA DE VALORACIÓN DE LOS DÉFICITS FUNCIO-NALES Y FACTORES TÉCNICOS QUE LIMI-TAN EL RENDIMIENTO

35ANÁLISIS DE DATOS PARA ENTRE-NADORES PERSONALES: USO DE EXCEL PARA ANALIZAR LA FIABILIDAD, LAS DIFERENCIAS Y LAS RELACIONES

14

Editor jefe: Dr. Azael J. Herrero, CSCS, NSCA-CPT,*D

Maquetador/impresión: Orybex

ISSN: 2445-2890

Secretaría: NSCA Spain. Zurbano Nº83, 3º-A. 28003-Madrid

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Rendimiento Nutrición

Electroestimulación

HipertrofiaFatiga

Tecnología

HIIT

Con la llegada de la primavera...

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CARTA DEL EDITOR

En el mes de febrero de 1999 comenzaba el segundo semestre de mi segundo curso de la licenciatura en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte en la Universidad de León. Una asignatura y un profesor dejaron huella en mí a partir de ese momento. La asignatura era Biomecánica, y el profesor Xavier Aguado Jódar. Xavi nos exponía de forma magistral conceptos relacionados con el análisis del movimiento y las fuerzas que lo producen, dedicando el tiempo justo a la parte teórica, pues siempre te remitía a su libro Eficacia y técnica deportiva para ampliar conceptos. Pero lo que hacía brillantes cada una de sus clases era la continua explicación de estudios científicos, muchos de ellos llevados a cabo por su grupo de investigación, en donde nos hacía ver la importancia práctica de cada concepto teórico que explicaba. Esto, junto con la pasión que transmitía cada día, hizo que muchos le considerásemos el mejor profesor que tuvimos durante la carrera. Fue en estas clases donde aprendí por primera vez la importancia de ser riguroso estableciendo los protocolos de medición, los errores que podían afectar a las mediciones o lo que implicaba que una medición fuese fiable, válida u objetiva.

Una de las habilidades que debería poseer un entrenador personal es la capacidad de establecer pruebas de valoración que sean válidas y fiables para cada uno de sus clientes o deportistas. El almacenamiento de todos estos datos que extraigamos de las valoraciones debe hacerse de manera informatizada, a ser posible en hojas de cálculo. Me consta que muchos de los entre-nadores certificados por la NSCA llevan a cabo estos registros, pero no todos saben cómo explotar y utilizar semejante cantidad de información. Por este motivo, me ha parecido muy apropiado incluir en este segundo número de Entrenamiento de Fuerza y Acondicionamiento un artículo sencillo y aplicable sobre cómo analizar la fiabilidad de nuestras mediciones, cómo determinar si las modificaciones en el rendimiento son significativas, cómo cuantificar los cambios producidos y cómo establecer relaciones entre pruebas de valoración.

Hoy en día, en un grado universitario como lo es Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, carece de sentido que en la asig-natura de Estadística se profundice sobre conceptos teóricos o fórmulas, que no se impartan casi todas las clases con programas informáticos delante, o que no se pongan ejemplos aplicados de cada procedimiento explicado. Como profesor de Estadística que soy, e intentando emular a los grandes profesores que tuve, profundizo lo justo en los contenidos teóricos y paso la mayor parte de las clases enseñando a los alumnos a organizar, representar, sintetizar y analizar datos de diferentes investigaciones, muchas de ellas llevadas a cabo por mi propio grupo de investigación. No sé si conseguiré transmitir el mismo entusiasmo que me transmitieron como estudiante, pero sí puedo asegurar que disfruto enormemente con cada clase que imparto. Ojalá todos tuviésemos la oportunidad de dar las gracias a esos grandes profesores que tuvimos, que nos marcaron y que contribuyeron a nuestro crecimiento personal y profesional.

Dr. Azael J. Herrero, CSCS, NSCA-CPT,*DEditor Jefe de “Entrenamiento de Fuerza y Acondicionamiento”

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Realizar con una técnica adecuada

los movimientos fundamentales es

esencial para la realización de acti-

vidad física y para mitigar el riesgo

LA SENTADILLA: UNA PROPUESTA DE VALORACIÓN DE LOS DÉFICITS FUNCIONALES Y FACTORES TÉCNICOS QUE LIMITAN EL RENDIMIENTO Gregory D. Myer, PhD, CSCS*D,1,2,3,4 Adam M. Kushner, BS, CSCS,1 Jensen L. Brent, BS, CSCS,5 Brad J. Schoenfeld, PhD, CSCS,

FNSCA,6 Jason Hugentobler, PT, DPT, CSCS,1,7 Rhodri S. Lloyd, PhD, CSCS*D,8 Al Vermeil, MS, RSCC*E,9,10 Donald A. Chu, PhD,

PT, ATC, CSCS, FNSCA,10,11,12 Jason Harbin, MS,13 and Stuart M. McGill, PhD14

1Division of Sports Medicine, Cincinnati Children’s Hospital Medical Center, Cincinnati, Ohio; 2Department of Pediatrics

and Orthopaedic Surgery, University of Cincinnati, Cincinnati, Ohio; 3Sports Health & Performance Institute, The Ohio State

University, Columbus, Ohio; 4The Micheli Center for Sports Injury Prevention, Waltham, Massachusetts; 5The Academy of

Sports Performance, Cincinnati, Ohio; 6Department of Health Sciences, CUNY Lehman College, Bronx, New York; 7Division of

Occupational Therapy and Physical Therapy, Cincinnati Children’s Hospital Medical Center, Cincinnati, Ohio; 8Cardiff School of

Sport, Cardiff Metropolitan University, Cardiff, Wales, United Kingdom; 9Titleist Performance Institute, Oceanside, California;

10Athercare Fitness and Rehabilitation Clinic, Alameda, California; 11Rocky Mountain University of Health Professions, Provo, Utah;

12Ohlone College, Newark, California; 13BEAT Personal Training, Cincinnati, Ohio; and 14Department of Kinesiology, University of

Waterloo, Waterloo, Ontario

de lesión, dos elementos clave en la

salud a lo largo de la vida (25). Los

jóvenes, por ejemplo, sin un domi-

nio adecuado de las habilidades

motoras en los primeros años del

desarrollo, pueden experimentar un

mayor riesgo de lesión relacionada

con el deporte durante la adoles-

cencia y en la edad adulta (11, 32,

34). Así, el desarrollo de competen-

cias para los movimientos funda-

mentales deber ser visto como un

componente esencial en el entre-

namiento preparatorio antes de

RESUMEN

La buena ejecución técnica de los movimientos fundamentales es esencial para la realización de ejercicio físico y para reducir el riesgo de lesión, elementos clave en la promoción de la salud. El patrón de movimiento de la sentadilla es, sin duda, uno de los movimientos fundamentales más críticos para mejorar el rendimiento deportivo, para reducir el riesgo de lesión, y para dar apoyo permanente a la práctica de la actividad física. Basado en evidencias actuales, este primer informe (1/2) desgrana la técnica de la sentadilla y presenta una herramienta dinámica de valoración/evaluación que incorpora técnicas que permiten identificar las deficiencias funcionales más conocidas. El informe de seguimiento seña-lará la metodología correctiva específica para cada uno de los déficits funcionales.

PALABRAS CLAVE:

identificación de déficit funcional, prevención de lesiones, actividad física, herramienta de control, rendimiento deportico, sentadilla.

Artículo original: “The back squat: A proposed assessment of functional deficits and technical factors that limit performance”. Strength and Conditioning Journal. 36(6): 4-27. 2014

Nota: por motivos de operatividad, se ha traducido “back squat” como “sentadilla”. De esta manera, el lector debe tener en cuenta que todo el artículo se refiere a la sentadilla con la barra colocada en la parte superior de la espalda y posterior del cuello.

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realizar ejercicio intenso, y deporte

competitivo organizado. Algunos

patrones fundamentales de movi-

miento incluyen correr, lanzar,

lanzarse y realizar sentadillas (25).

Estos movimientos fundamentales

tienen una implicación directa a

nivel biomecánico y neuromuscu-

lar para garantizar un rendimiento

correcto en tareas dinámicas inhe-

rentes a muchos deportes popu-

lares y actividades físicas en las

cuales participan jóvenes y adoles-

centes (24, 35). La competencia en

el movimiento, como principio, se

extiende a través de la edad adulta

para aquellos en los que disfrutar

de una vida independiente se basa

en su capacidad para mantener la

fuerza y la movilidad con el fin de

evitar lesiones como las caídas

(44).

El patrón de movimiento que

implica la sentadilla es común a

actividades esenciales de la vida

diaria, tales como sentarse, levantar

cargas y la mayoría de actividades

deportivas. Es también un ejercicio

común en regímenes de entrena-

miento diseñados para aumentar el

rendimiento y reducir las lesiones

(30-32). A pesar de las variacio-

nes en lo que respecta a cómo la

sentadilla es enseñada y ejecutada

en función del objetivo específico,

casi todas las variaciones compren-

den una parte estándar, básica y

fundamental que resalta la biome-

cánica que permitirá la progresiva

mejora y la disminución de lesio-

nes asociadas al entrenamiento

(3). Además, la sentadilla sin carga

ha sido propuesta como un ejerci-

cio que puede ser utilizado como

herramienta de valoración útil en la

detección de déficits biomecánicos

que entorpecen patrones de movi-

miento óptimos, lo que compro-

mete el rendimiento y la resisten-

cia a la lesión (20). En particular, la

sentadilla puede ser utilizada para

valorar el control neuromuscular, la

fuerza, la estabilidad y la movilidad

en una cadena cinética (1, 4,10, 31,

39, 42).

El propósito de este análisis es

desgranar la ejecución técnica y

la evidencia relacionada con la

sentadilla, como un ejercicio básico

de entrenamiento y una herra-

mienta dinámica de control. Espe-

cialmente, se pretende describir

déficits funcionales comunes que

son detectados durante su ejecu-

ción y que aumentan el riesgo de

lesión durante el entrenamiento y

el deporte dinámico. Serán identifi-

cados déficits y mecanismos lesio-

nales junto con variaciones anató-

micas que influyen en la cinemática

y cinética de la sentadilla. En el

siguiente texto, se pretende presen-

tar de forma detallada ejercicios de

entrenamiento que son esencia-

les y técnicas para corregir ciertos

déficits biomecánicos (parte II), los

cuales son vitales para mejorar las

habilidades y competencias en la

técnica de ejecución de la sentadi-

lla (22). Adquirir esta competencia

es la base para que sujetos jóve-

nes puedan participar en sesiones

progresivas de entrenamiento que

mejoren su ejecución y su resisten-

cia a la lesión, pero también para

que sujetos adultos vivan con auto-

nomía y seguridad (25).

EL EJERCICIO DE SENTADILLA

La sentadilla está ampliamente

considerada como uno de los ejer-

cicios más efectivos, usado para

aumentar el rendimiento porque

requiere de la interacción coordi-

nada de un gran número de grupos

musculares y fortalece las necesida-

des primarias de movimiento para

soportar movimientos explosivos

del deporte, como son saltos, carre-

ras y levantamientos (7). Es más, la

capacidad de ejecutar una sentadilla

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puede transferirse a movimientos

y acciones de la vida diaria, como

pueden ser levantamiento y despla-

zamiento de objetos pesados, lo

que se relaciona con una mejora en

la calidad de vida (43). La sentadi-

lla se ha convertido en un recurso

muy común en el ámbito clínico

para fortalecer la musculatura de la

extremidad inferior (especialmente

la fuerza de la cadena posterior y el

patrón de reclutamiento) con poco

o ningún daño en el tejido conec-

tivo después de una lesión articular

(7, 43).

Especialmente, se utiliza común-

mente en ejercicios de cadena

cinética cerrada durante procesos

de rehabilitación para evitar una

excesiva presión que tiene lugar

en el ligamento cruzado anterior,

haciendo de la sentadilla un ejer-

cicio muy recomendable para su

rehabilitación (7, 17, 37, 43). Es

altamente recomendable que un

sujeto sea capaz inicialmente de

demostrar una eficiencia durante el

ejercicio de sentadilla con el propio

peso antes de avanzar a otras varia-

ciones más intensas derivadas de

ella, como una sentadilla con carga

externa o entrenamiento pliomé-

trico.

El ejercicio de sentadilla se pres-

cribe a menudo con una posi-

ción inicial en donde los pies se

encuentran apoyados en el suelo,

las rodillas y las caderas exten-

didas en una posición anatómica

neutra, y la columna en posición

erguida con la preservación de

sus curvas naturales (7,43,45). El

movimiento comienza con la fase

de descenso en donde las cade-

ras, rodillas y tobillos se flexionan

al mismo tiempo. Una instrucción

común es descender hasta que la

parte superior del muslo se encuen-

tre al menos paralela con el suelo, y

la articulación de la cadera esté al

nivel o ligeramente por debajo de

la articulación de la rodilla (Figura

1) (3,43). La fase ascendente se

logra principalmente a través de la

triple extensión de caderas, rodi-

llas y tobillos, hasta que el sujeto

vuelve a la posición inicial (3). Los

músculos posteriores del torso, en

particular el erector de la columna,

son reclutados isométricamente

para favorecer una postura erguida

durante todo el movimiento de la

sentadilla. Además, los músculos

posteriores del torso son asisti-

dos por la parte anterior y lateral,

para dar una mayor rigidez a partir

de la tensión de la pared abdomi-

nal. Antes del inicio de la fase de

descenso, se recomienda al sujeto

inhalar aproximadamente el 80%

del volumen equivalente a una

inhalación máxima, manteniendo

la respiración para aumentar la

presión intra-abdominal con el fin

de estabilizar la columna vertebral

(es decir, la maniobra de Valsalva)

(nota: esta cantidad de aire puede

cambiar en función de la magnitud

de la carga). Esta técnica prepara

a la columna vertebral, una vari-

lla flexible, a la hora de soportar

la compresión que va a generar

la carga. La maniobra de Valsalva

también establece “rigidez proxi-

mal”, que permite una mayor apli-

cación de potencia en hombros y

cadera, mejorando la producción

de fuerza y velocidad.

IDENTIFICACIÓN DE DÉFICITS BIOMECÁNICOS DURANTE LA SENTADILLA

El movimiento básico de la senta-

dilla es considerado por muchos

profesionales como un ejercicio

de evaluación primario, porque es

un único movimiento, compuesto,

altamente sensible para poner de

manifiesto deficiencias biomecáni-

Figura 1

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cas (12,13,33,42). Los déficits iden-

tificados durante la sentadilla que

pueden perjudicar el rendimiento

pueden ser categorizados como

coordinaciones o reclutamientos

ineficientes de unidades moto-

ras (neuromuscular), debilidad

muscular, asimetría de la fuerza o

la inestabilidad de la articulación

(fuerza), y/o inmovilidad articu-

lar o rigidez muscular (movilidad)

(43). Es importante identificar las

limitaciones biomecánicas y anató-

micas que subyacen a la mayoría

de los movimientos erróneos para

aminorar el déficit identificado a

través de una adecuada y eficaz

estrategia correctiva específica

(parte 2) (12,13,33,42). Con el uso

de la herramienta propuesta Valo-

ración de la Sentadilla (BSA, según

sus siglas en inglés) (Tabla 1), un

practicante puede ser capaz de

identificar de manera más eficiente

y objetiva el déficit responsable de

las limitaciones funcionales durante

la ejecución sentadilla, y guiar con

ejercicios correctivos, progresivos

y específicos.

LA VALORACIÓN DE LA SENTADILLA

Los autores de este artículo desa-

rrollaron la herramienta de valora-

ción BSA (Tabla 1) para ayudar a los

profesionales en la identificación

sistemática de los déficits funcio-

nales específicos con el fin de dar

una orientación objetiva a la hora

de realizar una intervención correc-

tiva. Los autores proponen que las

alteraciones del movimiento o défi-

cits observados mediante la herra-

mienta BSA sugieren si un indivi-

duo puede tener un riesgo de lesión

elevado o un rendimiento físico

por debajo del nivel óptimo (4).

Además, la BSA es una herramienta

versátil que proporciona un medio

de evaluación alternativo, barato

y sofisticado, para identificar defi-

ciencias biomecánicas.

Son diez los criterios aportados

para ser puntuados en la BSA,

subdivididos en 3 dominios comple-

tos: área superior, área inferior, y

mecánica de movimiento (Tabla 1).

Los 3 dominios están integrados en

la BSA para mejorar la evaluación

sistemática de la sentadilla. Puede

ser difícil puntuar los 10 criterios

de la BSA al mismo tiempo durante

una valoración a tiempo real. La

categorización de criterios similares

en 3 dominios ofrece al profesional

una guía estratégica para centrar la

atención en puntuar 1 dominio cada

vez. El dominio de la parte superior

hace hincapié en la estabilidad y la

postura de la cabeza, el tórax y el

tronco. El dominio de la parte infe-

rior evalúa las posiciones conjuntas

de cadera, rodillas y tobillos durante

la sentadilla. Por último, los criterios

establecidos en el dominio de la

mecánica del movimiento evalúan

los patrones de ritmo, coordinación

y reclutamiento de la sentadilla.

Los 10 criterios de los 3 dominios

pueden ser evaluados de forma

individual para detectar déficits

neuromusculares, de fuerza y de

movilidad, tal y como se indica en

la hoja de puntuación BSA (Tabla 1).

Para iniciar la evaluación, el sujeto

debe realizar 10 repeticiones de

sentadilla. El BSA requiere un análi-

sis desde una perspectiva ante-

rior, posterior y lateral; así, puede

ser interesante grabar en vídeo al

sujeto realizando el BSA desde las

3 perspectivas, con el fin de facili-

tar una evaluación más precisa y

completa.

Los criterios se escriben en forma

afirmativa y cada uno deber ser

analizado y puntuado de manera

independientemente con respecto

a los otros. Si un solo criterio no se

ajusta al standard, se debe marcar

el déficit observado. A continua-

ción, el profesional debe indicar si

considera que el déficit está relacio-

nado con una limitación neuromus-

cular, de fuerza o de la movilidad,

marcando la categoría respectiva

para guiar en los ejercicios específi-

cos correctivos (parte 2). Si no está

seguro, marque todas las categorías

que apuntan a una técnica inade-

cuada. Una puntuación perfecta de

0, indica 10 repeticiones de senta-

dillas sin ninguna deficiencia. Se

debe marcar un déficit si el indivi-

duo no logra demostrar la técnica

adecuada según un criterio, a la

perfección, durante 2 o más repe-

ticiones. Se proporciona espacio

adicional para los comentarios en la

hoja de valoración, que puede ser

útil para que el profesional realice

anotaciones complementarias con

el fin de orientar una intervención

específica correcta. El sujeto debe

ser derivado a un profesional de la

salud si refiere algún dolor o moles-

tia durante cualquiera de las fases

de la evaluación de la sentadilla.

EVALUACIÓN ESTANDARIZADA

Instrucción de la sentadilla

Con el propósito de maximizar la

consistencia de la evaluación, el

BSA se debe administrar con una

estandarización de la posición de

los brazos, postura e instrucción

verbal.

Instrucciones para la posición de los brazos

Se recomienda utilizar una barra

cilíndrica de peso ligero (pica de

madera, metal o plástico; apro-

ximadamente de 3x91 cm) para

colocar al sujeto con una posición

adecuada de la parte superior del

torso, mientras se controla la posi-

ción de los brazos. Además, el uso

de una pica en la postura de senta-

dilla puede servir para preparar al

sujeto de cara a futuras progresio-

nes del ejercicio que incorporen una

resistencia externa. Por otro lado, la

acción de la pica facilita la utiliza-

ción de los estabilizadores de las

escápulas, esenciales para el rendi-

miento del tren superior durante la

sentadilla.

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Tabla 1

EVALUACIÓN DE LA SENTADILLA

Criterio Descripción Correcto Incorrecto Déficit Tipo Comentarios

Dominio: Parte superior

1 Posición cabezaLa línea del cuello es perpen-dicular al suelo y la mirada va

hacia el frente.□

Neuromuscular

Fuerza

Movilidad

2 Posición tóraxSe saca pecho y las escápulas

se colocan en retracción.□

Neuromuscular

Fuerza

Movilidad

3 Posición tronco

El tronco se coloca paralelo a la tibia mientras se mantiene la columna lumbar en ligera

lordosis.

Neuromuscular

Fuerza

Movilidad

Dominio: Parte inferior

4 Posición caderaLa línea de las caderas es pa-

ralela al suelo en el plano fron-tal durante toda la sentadilla.

Neuromuscular

Fuerza

Movilidad

5 Posición rodilla plano frontal

El borde lateral de la rodilla no sobrepasa al maléolo medial

en ninguna pierna.□

Neuromuscular

Fuerza

Movilidad

6 Ángulo de progresión tibial

Las rodillas no sobrepasan excesivamente la parte ante-rior del pie. Las tibias están paralelas a la parte superior

del torso.

Neuromuscular

Fuerza

Movilidad

7 Posición pieToda la superficie del pie per-

manece en contacto con el suelo.

Neuromuscular

Fuerza

Movilidad

Dominio: Mecánica de movimiento

8 Descenso

Utiliza la estrategia de bisagra de la cadera de forma contro-lada y a velocidad constante durante el descenso. El torso

permanece erguido.

Neuromuscular

Fuerza

Movilidad

9 ProfundidadEn el punto de mayor profun-didad la parte superior de los muslos es paralela al suelo.

Neuromuscular

Fuerza

Movilidad

10 Ascenso

Los hombros y las caderas se elevan a la par y a velocidad

constante hasta la posición ini-cial. La ratio descenso:ascenso

es, al menos, 2:1

Neuromuscular

Fuerza

Movilidad

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1111

Los sujetos deben ser instruidos

para tener un agarre de la barra

en pronación, ligeramente mayor

que la anchura de los hombros, y

asumir una posición inicial con la

barra descansando cómodamente

sobre la musculatura superior de la

espalda, la cual debe estar correc-

tamente contraída. Específica-

mente, la barra debe ser colocada

sobre ambos deltoides posterio-

res, justo debajo de la séptima

vértebra cervical (C7). Los ante-

brazos deben colocarse en para-

lelo al torso y las muñecas deben

mantenerse rectas y sin flexionarlas

durante todo el movimiento (Figura

2). Se debe enseñar al sujeto a

“doblar la barra” (tirar de la barra

hacia el trapecio), pues esto faci-

lita la acción de los extensores de

la espalda, los hombros, los retrac-

tores de los hombros y el dorsal

ancho, los cuales aportan rigidez al

torso, mejorando la capacidad de

recuperación de lesiones y el rendi-

miento. Si no se dispone de una

pica, el sujeto puede simular que

sujeta una, con las manos abiertas

por debajo del nivel de las orejas,

mientras se retraen las escápulas.

Indicaciones sobre la postura

El sujeto debe aprender a adoptar

una posición inicial con los talones

separados aproximadamente a la

anchura de los hombros y los pies

apuntando hacia delante o ligera-

mente hacia afuera, no más de 10º.

En las fases iniciales de aprendizaje

de la técnica, no se recomienda

utilizar una posición de partida con

una distancia excesiva entre los pies

(rotación tibial) ya que puede limi-

tar la utilidad de la BSA. Escamilla et

al. (8) evaluaron la cinética y cine-

mática de la sentadilla en 3 sepa-

raciones diferentes de pies (aper-

tura amplia, anchura de hombros,

y apertura estrecha). Una apertura

amplia puede incrementar la fuerza

compresiva a nivel femoro-patelar

y femoro-tibial en la articulación

de la rodilla hasta un 15% durante

la fase de descenso (7, 9, 43). Sin

embargo, una posición excesiva-

mente estrecha puede incremen-

tar el desplazamiento anterior de

la rodilla y, por tanto, aumentar la

fuerza de cizalla anterior (7, 43). Por

todo ello, se recomienda una aper-

tura moderada para esta evalua-

ción estandarizada. La posición de

los pies es importante para que la

rodilla funcione como una bisagra.

Cuando se trabaje el ejercicio de

sentadilla, pueden estar justificadas

variaciones moderadas en la dispo-

sición de los pies; no obstante, se

recomienda que los sujetos no

excedan los 30º de rotación interna

de tobillo u 80º de rotación externa

para maximizar la estabilidad y

promover una alineación normal de

la rótula (21, 43). Aun así, la exce-

siva rotación tibial dentro del movi-

miento de cadena cinética cerrada

puede inducir potencialmente a

aumentar el estrés en las estructu-

ras estáticas de la rodilla y debería

ser evitado en la mayoría de las

variantes de la sentadilla.

GUIÓN PARA EJECUTAR LA EVALUACIÓN

Una vez que el sujeto está adecua-

damente situado con la pica y una

posición apropiada, pueden darse

indicaciones verbales para la BSA.

Los autores recomiendan utilizar las

siguientes pautas verbales estanda-

rizadas para promover la fiabilidad

entre observadores:

“Por favor sitúese de pie erguido

con los pies a la anchura de los

hombros. Realice una sentadilla

hasta que la parte alta de los muslos

Figura 2

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1212

esté al menos paralelos al suelo, y

después vuelva a la posición inicial.

Realice 10 repeticiones continuas,

con un ritmo moderado y cons-

tante o hasta que se le indique que

detenga el movimiento”.

Resumen de posición inicial

Posición de brazos: La pica se sujeta

en una posición con los antebrazos

paralelos al tronco y con la muscu-

latura de la parte alta de la espalda

contraída.

Postura: Los pies se sitúan a la

anchura de los hombros con los

dedos apuntando hacia delante o

ligeramente hacia afuera.

Secuencia: “Por favor sitúese de pie

erguido con los pies a la anchura

de los hombros. Realice una senta-

dilla hasta que la parte alta de los

muslos esté paralela al suelo, y

después vuelva a la posición inicial.

Realice 10 repeticiones continuas,

con un ritmo moderado y cons-

tante o hasta que se le indique que

se detenga”.

DOMINIO 1: PARTE SUPERIOR

El dominio 1 se basa en los compo-

nentes músculo-esqueléticos del

tren superior que son responsa-

bles del mantenimiento del control

postural durante la sentadilla.

Posición de la cabeza

El cuello, como un precursor del

rendimiento deportivo en el entre-

namiento de jóvenes, debe demos-

trar rangos fisiológicos de movi-

miento adecuados en la flexión,

extensión, rotación y flexión lateral

con ausencia de daño o incomo-

didad. Las rotaciones de cuello e

inclinaciones de cabeza pueden

utilizarse como una valoración de

la movilidad de cuello. Si un sujeto

indica dolor o incomodidad cuando

se dispone a alcanzar un rango

fisiológico de movilidad de cuello,

debe recomendarse abstenerse

del entrenamiento y derivarle a un

profesional de la salud.

Mantener la cabeza y el cuello

con una alineación neutra (o con

ligera extensión) con el torso es

un detalle esencial para otorgar al

sujeto una postura fuerte y equili-

brada (6). Una incorrecta postura

de cabeza o cuello puede generar

posiciones impropias de columna

y fallos de alineación durante

el rango de movimiento (6). En

teoría, la columna, a pesar de

estar compuesta por muchos enla-

ces vertebrales, actúa como una

unidad funcional. Un cambio en el

alineamiento en una sección de la

columna puede suponer compen-

saciones en otras regiones. Es más,

un limitado alineamiento corporal

como resultado de la incorrecta

posición de la cabeza puede predis-

poner al sujeto a la lesión durante

ejercicios de sentadilla más inten-

sos (6, 15).

Los practicantes deberían ser

conscientes de que la cabeza y la

dirección de la mirada (focalizar

un punto) están relacionados pero

son independientes. La mirada

puede dirigirse manteniendo fijos

los ojos mientras la cabeza se

mueve, o pueden moverse los ojos

conservando la cabeza fija (6). Se

ha demostrado que la posición de

la cabeza y la mirada influyen en la

cinemática y cinética de la columna

(43).

Técnica ideal

Posición de la cabeza. La cabeza

del sujeto debe mantenerse en

una posición neutra (con ligera

extensión) en relación a la columna

(Figura 3). El cuello debería mante-

nerse en línea con el plano del torso.

Mirada. La mirada debe dirigirse

a un punto fijo al frente o ligera-

mente hacia arriba (Figura3) (6).

No se recomienda que durante la

fase descenso, los sujetos tiendan

a dirigir la mirada hacia arriba o

hacia abajo. Dirigir la mirada ligera-

mente hacia arriba durante la fase

de ascenso podría servir de guía

al sujeto para guiar el movimiento

con su cabeza y su pecho en vez

de elevando sus caderas durante

el inicio la fase concéntrica de la

sentadilla. Además, dirigir la mirada

ligeramente hacia arriba durante el

movimiento podría ayudar a preve-

nir una excesiva flexión de tronco

Figura 3

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1313

hacia delante.

Supervisión

Observar la posición de la cabeza

del sujeto desde una perspectiva

lateral. Desde esta vista se puede

observar la posición del mentón y

la inclinación anterior/posterior de

la cabeza. La dirección de la mirada

del sujeto puede evaluarse desde

una perspectiva anterior.

Errores comunes

Posición de la cabeza. La mayo-

ría de los sujetos son capaces de

adoptar una posición de la cabeza

adecuada durante la fase inicial de

la sentadilla. Una incorrecta posi-

ción del cuello puede suponer una

distensión muscular o lesión en la

columna cervical durante la ejecu-

ción del ejercicio. Por lo tanto,

deben evitarse lo movimientos

de cabeza amplios hacia delante

y atrás, y movimientos laterales

hacia cualquiera de los lados. Una

excesiva inclinación de la cabeza

hacia atrás que suponga una hipe-

rextensión cervical extrema, puede

resultar peligroso, particularmente

cuando se moviliza una carga

pesada (2). Una excesiva flexión

cervical puede tender a incre-

mentar la extensión de la columna

lumbar, lo que aumentaría las fuer-

zas de compresión sobre la zona

(Figura 4). Por el contrario, si la

posición de la cabeza está dirigida

demasiado abajo en una hiper-

flexión cervical, el resultado podría

ser un aumento significativo de la

flexión de cadera y tronco como

mecanismo de compensación, lo

cual no está considerado como una

estrategia de movimiento óptima

para la sentadilla y otras activida-

des deportivas, como es el placaje

en fútbol americano (6). Desde

una perspectiva posterior, se debe

comprobar que la posición del

cuello del sujeto es perpendicular a

la línea del hombro y no hay inclina-

ción lateral de la cabeza en ninguna

dirección. Si el sujeto es incapaz

de mantener su cabeza y cuello en

una posición neutra durante toda

la ejecución, esta limitación podría

deberse a una debilidad en la

musculatura del cuello (es decir, el

músculo trapecio) o a una concien-

cia corporal incorrecta.

Mirada. La mirada se dirige dema-

siado alta o demasiado baja. Se ha

demostrado que dirigir la mirada

hacia abajo incrementa la flexión de

cadera y potencialmente la flexión

de torso en comparación con la

dirección de la mirada hacia arriba

(Figura 5). Esta posición puede

suponer un aumento del momento

de fuerza sobre la columna verte-

bral (2, 6, 43). Sin embargo, es

importante disociar la mirada de

la posición de la cabeza. Aunque

la mirada podría dirigirse ligera-

mente hacia arriba, la posición de

la cabeza no debe desviarse de

la posición neutra. Muchos de los

errores relativos a la dirección de la

mirada pueden corregirse con una

pauta verbal o visual.

Resumen de deficiencias en la posición de cabeza

Neuromuscular: Conciencia insatis-

factoria de la posición de la cabeza

y cuello a la hora de mantener

una posición neutra de la cabeza

durante la ejecución de la sentadi-

lla. Disociación limitada de la direc-

ción de la mirada y la posición de la

cabeza, lo cual favorece la desvia-

ción desde una posición neutra de

la cabeza.

Fuerza/Estabilidad: Insuficiencia en

la fuerza isométrica de la muscu-

latura superior de la columna para

mantener la cabeza en una alinea-

ción neutral durante la ejecución

completa de la sentadilla.

Movilidad: Insuficiencia en el rango

de movimiento fisiológico de la

cabeza y cuello en los 3 planos.

Posición del tórax

El sujeto debe ser capaz de demos-

trar una adecuada estabilidad

postural y un control de la parte

superior del torso como técnica

óptima de ejecución favoreciendo

una columna rígida que no admita

movimiento en ningún plano. Debe

mantenerse una postura estable y

erguida durante el movimiento con

una parte superior de la columna

Figura 4

Page 14: que limitan el rendimiento ANÁLISIS DE DATOS

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SPAIN

1414

más vertical, musculatura inferior

de la columna contraída, y una posi-

ción alta de tórax, lo que supone

una reducción en las fuerzas de

compresión a nivel de los discos

intervertebrales.

Técnica ideal

Se recomienda mantener la columna

torácica ligeramente extendida

y firme (3). El tórax está dirigido

hacia fuera y arriba para propor-

cionar un ángulo de torso hacia una

posición más elevada (3), mante-

niéndose esta posición durante el

movimiento completo de sentadi-

lla. El pecho puede posicionarse

hacia arriba independientemente

del ángulo del tronco (criterio 3). La

escápula debe mantenerse retraída

y deprimida mientras la articula-

ción glenohumeral fija una posi-

ción de relativa rotación externa, lo

cual expande hacia fuera el pecho

y mantiene la parte superior del

torso erguida (Figura 5). Como

resultado, los hombros asumirán

una ligera posición de retracción.

Los antebrazos del sujeto deben

mantenerse paralelos a la columna

vertebral y los hombros retraídos y

no rotados hacia delante. Esta posi-

ción permite que los músculos de

la espalda (dorsal largo, erectores

espinales, trapecio, romboides) den

un mayor apoyo contribuyendo

a maximizar la estabilidad espi-

nal (28). Además, la tensión de la

musculatura superior de la columna

con la retracción escapular puede

favorecer en el sujeto una posición

de descanso de la pica de forma

más segura y confortable (28).

Supervisión

Puede hacerse un análisis de la

posición de la parte posterior de

la columna y del tórax desde una

perspectiva lateral.

Errores comunes

Una posición del tórax donde el

pecho no está dirigido hacia arriba

y se dirige hacia el suelo supone una

limitación en la técnica de sentadi-

lla (Figura 6). Además, la ausencia

de flexión o una excesiva exten-

sión de la columna torácica, cons-

tante o incluso esporádicamente,

puede ser indicativo de estrategias

de compensación a nivel biome-

cánico (3). Otra limitación en la

parte superior del torso se debe a

que la escápula está distendida o

abducida (“escápula protraída”) y

visualmente se evidencia teniendo

los hombros rotados hacia delante.

Si las indicaciones verbales o físi-

cas para enseñar al sujeto a situar

su pecho erguido o retraer los

hombros no supone una mejora

en la técnica, entonces el sujeto

podría tener una falta de fuerza en

la musculatura del torso, como es la

musculatura torácica paravertebral,

o una insuficiencia en la coordina-

ción neuromuscular para realizar el

ejercicio según los estándares. Una

tendencia a la rotación anterior del

hombro durante la sentadilla puede

deberse a una debilidad postu-

ral inducida por el estilo de vida

(como puede ser síndrome cruzado

superior, que resulta de la rotación

interna de hombro provocada por

un acortamiento excesivo o tensión

en la musculatura pectoral).

Resumen de deficiencias en la posición torácica

Figura 5

Figura 6

ProgramasLaLiga-UCAM University

968 278 525 laliga.ucam.edu [email protected]

LaLiga - UCAM UniversityCampus de Los Jerónimos, 135 Guadalupe 30107 Murcia, Spain

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SeptiembreOctubreOctubreOctubre

Madrid· Máster en Preparación Física y Readaptación Deportiva en Fútbol · MBA Sports Management (Presencial) · MBA en Dirección y Gestión Deportiva (Presencial) · Master’s in Sports Marketing (Presencial)

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OctubreEnero

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NoviembreOctubreOctubre

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Murcia· MBA Sports Management · Master’s in High Performance Sport: Strength and Conditioning (Presencial) (Acreditado por: )

· Máster Universitario en Alto Rendimiento Deportivo: Fuerza y Acondicionamiento (Acreditado por: )

· Máster Universitario en Dirección y Gestión de Entidades Deportivas · Máster en Psicologia y Coaching Deportivo · Máster Universitario en Nutrición en la Actividad Física y Deporte · Máster Universitario en Fisioterapia en el Deporte

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Octubre

Navarra· Máster en Dirección y Gestión Deportiva y Eventos NUEVO

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NoviembreOctubre

Online· Máster en Dirección y Gestión de Entidades Deportivas· Máster en Periodismo Deportivo

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ProgramasLaLiga-UCAM University

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1616

Neuromuscular: El pecho bajo o

la falta de retracción escapular

durante la sentadilla. Dificultad de

disociación entre la posición de la

zona torácica y lumbar.

Fuerza/Estabilidad: Incapacidad de

mantener una posición elevada del

pecho, la cual puede deberse a la

debilidad de los músculos erectores

espinales, trapecio y romboides.

Movilidad: Tensión excesiva de

pecho, potenciada por el síndrome

cruzado superior, lo cual dificulta

la capacidad para abrir el pecho y

retraer la escápula.

Posición del tronco

La estabilidad y control del tronco

dependen de la musculatura infe-

rior de la columna, oblicuos, para-

vertebrales lumbares, cuadrado

lumbar y abdominales. El Core

(musculatura central) es un modu-

lador crítico del alineamiento y

carga de la extremidad inferior

durante la sentadilla (33). Los esta-

bilizadores del tronco y la cadera

pueden actuar para compensar un

movimiento no deseado del tronco

y regular la posición de los miem-

bros inferiores durante la sentadilla

(33). La disminución de la estabili-

dad del Core y las sinergias muscu-

lares del tronco y estabilizadores

de cadera afectan negativamente

a la ejecución en acciones explosi-

vas y puede aumentar la inciden-

cia de lesiones debido a una falta

de control del centro de masas (14,

33). El ejercicio de sentadilla puede

ayudar a inducir mejoras mecánicas

en la estabilidad del tronco durante

acciones dinámicas.

La estabilidad durante la sentadi-

lla mejora debido a la rigidez de

toda la musculatura que rodea la

columna lumbar. El fallo en la rigi-

dez de la musculatura lumbar,

combinado con una mecánica de

levantamiento pobre, incrementa la

sobrecarga potencial de la columna

y del tejido posterior hasta el punto

de lesión, especialmente cuando se

repite en el tiempo (27, 29). Una

posición lumbar más vertical incre-

menta la carga sobre las extremi-

dades inferiores, lo que supone

una reducción del estrés lumbar.

Algunos descartan la necesidad de

mantener la curvatura neutral de la

columna lumbar durante la senta-

dilla. Sin embargo, el problema es

que la columna pierde la capacidad

de soportar carga cuando se pierde

la curvatura neutra de la columna

lumbar, lo cual evita progresiones

eventuales de sentadilla con carga

a la vez que reduce el riesgo de

lesión. En resumen, el sujeto debe

demostrar la capacidad de mante-

ner un torso estable con una posi-

ción neutra y lordótica como una

estrategia segura y óptima para la

sentadilla.

Técnica ideal

Las vértebras lumbares son mante-

nidas con un alineamiento neutral

durante el movimiento completo

de sentadilla (28). Esto supone

mantener una ligera lordosis en la

región lumbar mientras se mantiene

el abdomen contraído y rígido para

promover la estabilidad (Figura

7). El tronco debería permanecer

erguido durante la sentadilla para

minimizar las fuerzas compresi-

vas en la región lumbar asociadas

a la inclinación hacia delante (28).

Además, el tronco debería perma-

necer estable durante toda la ejecu-

ción sin que se observe ningún tipo

de temblor ni desplazamiento. Una

pauta general para asegurar una

adecuada postura de la sentadilla,

es la de exigir que se mantenga la

línea del tronco paralela a la línea

de las tibias desde una vista lateral.

Sin embargo, esta pauta también

requiere una correcta posición de

pies y rodillas.

Supervisión

La observación del ángulo entre la

columna lumbar y el tronco puede

hacerse desde una perspectiva

lateral.

Errores comunes

Para la musculatura del tronco

es poco aconsejable adoptar una

posición relajada y permitir que el

tronco caiga hacia abajo en una

flexión excesiva (Figura 8). Esta

Figura 7

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SPAIN

1717

Page 18: que limitan el rendimiento ANÁLISIS DE DATOS

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1818

musculatura confiere estabilidad y

flexibilidad a la columna vertebral

para poder soportar la carga, por

lo que estos músculos deben estar

contraídos. Una causa frecuente del

incremento de flexión del tronco

durante la sentadilla se debe a la

debilidad a nivel de la muscula-

tura torácica, paravertebral lumbar

(erector espinal) y paraescapu-

lar, que mantenga las escápulas

retraídas y deprimidas y reduzca

la tensión en la fascia toracolum-

bar. Además, restringir el despla-

zamiento de las rodillas durante la

sentadilla puede incluso aumentar

la inclinación anterior del tronco

(16). Un tronco inestable y que deja

de estar erguido durante la senta-

dilla podría indicar una debilidad

general de Core.

La columna debe tener una movi-

lidad suficiente para asumir y

mantener una postura con ligera

actitud lordótica. De lo contrario,

un sujeto puede tender a inclinarse

hacia delante y aplicar una presión

excesiva sobre la columna lumbar,

especialmente si la cabeza también

está inclinada hacia delante. La

falta de movilidad de la cadera

también puede afectar negativa-

mente a preservar la actitud lordó-

tica, lo cual puede deberse a facto-

res genéticos, lesiones previas o

tensión en el tejido conectivo. Si el

sujeto flexiona la columna antes de

alcanzar 120º de flexión de cadera

durante la sentadilla, podría tener

una restricción en las fibras poste-

riores de la cintilla iliotibial y falta

de control lumbar.

Observar una columna redondeada

o con cifosis, debido a una relaja-

ción de la musculatura dorsal y una

flexión de columna indica una limi-

tación para el BSA (Figura 8). Si el

sujeto no contrae la musculatura

dorsal para mantener la posición

neutra de la columna, con ligera

lordosis, aumentará y potenciará

el daño compresivo y la fuerza

de cizalla de la columna lumbar

durante ejecuciones de sentadi-

llas más intensas (28). El riesgo

de hernia discal durante la senta-

dilla con carga pesada aumentará

cuando la columna esté flexionada

como resultado de aplicar una

carga excesiva en los discos inter-

vertebrales (26, 43).

El factor más crítico para corregir

un déficit en la columna lumbar y

el abdomen es identificar el meca-

nismo impulsor del fallo en la técnica

ideal. Debido a la compleja natu-

raleza de esta área, podrían darse

una combinación de uno o más

mecanismos. Hacer que el sujeto

ejecute la sentadilla con una pica

como única carga externa permi-

tirá al entrenador estimar cuándo el

sujeto presenta patrones de movi-

mientos que incluyan una excesiva

inclinación anterior o posterior de

la pelvis. Si el sujeto es incapaz de

mantener la ligera lordosis lumbar

y de mantener el ángulo paralelo

del tronco con las tibias, deberían

realizarse acciones específicas de

corrección (parte 2).

Resumen de deficiencias en la posición del tronco

Neuromuscular: Flexión de la

columna y/o postura cifótica exce-

siva durante la sentadilla.

Fuerza/Estabilidad: Fuerza inade-

cuada del Core para mantener el

torso paralelo a las tibias y la falta de

contracción en la columna lumbar

para generar una estabilidad en la

columna. El déficit puede deberse a

una debilidad en los extensores de

tronco y de cadera.

Movilidad: Tensión excesiva en los

flexores de cadera (psoas ilíaco)

y flexores de tronco (abdomina-

les) y/o falta de movilidad a nivel

lumbar.

DOMINIO 2: PARTE INFERIOR

El dominio 2 aglutina las estructu-

ras músculo-esqueléticas y posicio-

nes de 3 de las principales articula-

ciones del miembro inferior durante

la sentadilla.

Posición de la cadera

La articulación de la cadera es una

articulación sinovial (dos superfi-

cies esféricas, una cóncava y otra

convexa) con capacidad de movi-

miento en los 3 planos. Es respon-

sable transmitir de fuerzas entre

las extremidades inferiores y la

pelvis durante la sentadilla (43).

La evidencia muestra que mante-

Figura 8

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SPAIN

1919

ner la pelvis neutra durante la

sentadilla incrementa la actividad

de los músculos erectores espina-

les y oblicuos, ayudando a asegu-

rar un soporte muscular óptimo a

la columna vertebral mientras se

manejan cargas, reduciendo así

el riesgo de lesión en la columna

lumbar (5).

El glúteo mayor es el músculo más

grande de la cadera. Durante la

ejecución de la sentadilla, el glúteo

mayor extiende el fémur y esta-

biliza la pelvis (43). La sentadilla

puede ser un ejercicio de entrena-

miento muy eficaz para promover

el fortalecimiento del glúteo, lo cual

es importante en deportistas donde

estos músculos actúan como moto-

res primarios en deportes dinámi-

cos, como correr o saltar (33). Es

más, sin un reclutamiento adecuado

de la musculatura glútea, otros

grupos musculares como puede ser

el cuádriceps, tendrán que sopor-

tar mayor carga durante el ejerci-

cio, lo cual incrementar el riesgo de

desequilibrio y de lesión. Los múscu-

los isquiotibiales (bíceps femoral,

semitendinoso y semimembranoso)

tienen su origen en la pelvis y se

insertan en la parte proximal de la

tibia (43). Debido a que los isquioti-

biales atraviesan la cadera y la rodi-

lla, controlan los movimientos de

ambas articulaciones (33). Durante

la fase de descenso, los isquiotibia-

les dan asistencia al glúteo contro-

lando la flexión de cadera (43). En

la fase ascendente de la sentadilla,

la parte distal de los isquiotibiales

se contrae para extender la cadera.

Los abductores de cadera, glúteo

medio y glúteo menor, estabilizan

al fémur durante la sentadilla. Éstos

previenen a la rodilla y cadera de

una rotación interna durante la fase

de descenso. Además, la rotación

interna del fémur puede deberse

a una tensión de los aductores de

cadera, músculos de la parte interna

del muslo (1).

Técnica ideal

El sujeto debe mantener la cadera

estable y en ángulo recto, con un

mínimo movimiento medio-lateral

durante la sentadilla (Figura 9). La

profundidad de la sentadilla debería

determinarse en función de la posi-

ción de la cadera (2). La posición

de los fémures debería permane-

cer simétrica durante todo el ejer-

cicio (2). Se considerará óptima, si

la línea de las caderas en una vista

frontal transcurre paralela al suelo.

El sujeto debe mantener además la

pelvis en una inclinación normal/

neutra, sobre todo durante la fase

descendente del movimiento. Esto

es particularmente importante en la

fase final del descenso.

Supervisión

Las limitaciones pueden ser identi-

ficadas cuando el sujeto presenta

una inclinación, descenso o rota-

ción de uno de los lados desde una

perspectiva anterior o posterior.

Errores comunes

La detección de una rotación

medio-lateral o inclinación unila-

teral que supone un movimiento

asimétrico de cadera, supone

una limitación en la posición de la

cadera. Esta limitación se eviden-

cia si la línea de las caderas no es

paralela al suelo en un plano fron-

tal (Figura 10). La asimetría de

cadera puede deberse a una debi-

lidad, desequilibrio muscular en el

complejo glúteo, o asimetrías arti-

culares debido a la cápsula articu-

lar o al rodete acetabular. Se ha

demostrado que la falta de movili-

dad de cadera del sujeto produce

un patrón de movimiento compen-

satorio que aumenta la flexión de

tronco (3). Las limitaciones en la

posición de cadera pueden obser-

varse cuando una cadera se sitúa

más baja que la otra en un plano

frontal o cuando la barra cae hacia

un lado durante la sentadilla.

Resumen de deficiencias en la posición de cadera

Neuromuscular: Caderas asimétri-

cas en el plano frontal durante la

sentadilla.

Figura 9

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2020

Fuerza/Estabilidad: Falta de fuerza

o estabilidad en la musculatura de

la cadera o fuerza asimétrica en las

mismas.

Movilidad: Falta de flexibilidad en

los flexores de cadera.

Alineamiento de la rodilla en el plano frontal

La tensión interna a la que está

sometida la rodilla como conse-

cuencia de la carga a vencer

durante la sentadilla se genera por

la acción del cuádriceps, isquioti-

bial y gastrocnemio (43). Las fuer-

zas compresivas de la articulación

fermoro-tibial ayudan a soportar la

carga anteroposterior de cizalla y de

traslación (43). Se ha demostrado

que la compresión femoro-tibial

y femoro-patelar aumenta con el

incremento del ángulo de la rodilla,

como una función protectora de la

rodilla al iniciar una co-contracción

de cuádriceps e isquiotibial (43). Es

más, los ejercicios de cadena ciné-

tica cerrada como la sentadilla son

un ejercicio muy apropiado para

la rehabilitación después de una

intervención de reconstrucción de

ligamento cruzado (16). A pesar de

que las fuerzas compresivas tien-

den a incrementar con el aumento

del ángulo de rodilla, las fuerzas

en el ligamento cruzado de la rodi-

lla disminuyen en amplios ángulos

de flexión (43). Por consiguiente,

no hay una evidencia que apoye la

polémica de que la profundidad de

la sentadilla por debajo de muslos

paralelos al suelo incremente el

riesgo de lesión de los ligamentos

cruzado y colateral o del menisco

durante la flexión profunda (43).

El entrenamiento con sentadilla

puede mejorar la estabilidad diná-

mica y pasiva de la rodilla en posi-

ciones profundas de flexión por la

protección muscular activa de las

estructuras pasivas durante movi-

mientos deportivos (7, 8, 19, 39).

Técnica ideal

Las rodillas deben estar alineadas

con los dedos de los pies durante el

movimiento de sentadilla, algo que

se puede apreciar desde un plano

frontal. No debería observarse

desplazamiento medial o lateral de

la rodilla. La proyección del borde

externo de la rodilla no debería

cruzar el maléolo medial cuando

se evalúa el desplazamiento medial

(Figura 11). Aunque lo deseable

sería que la tibia estuviese alineada

perpendicularmente con el suelo

con desviaciones hacia posiciones

laterales de la rodilla, la proyección

del borde medial de la rodilla no

debería sobrepasar el maléolo late-

ral.

Figura 10

Figura 11

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2121

CURSO 2 0 1 6INTENSIVO VERANO

FECHAS8, 9, 10 de julio 15, 16 y 17 de julio 22, 23 y 24 de julio29, 30 y 31 de julio

HORARIO viernes, sábado y domingo de 9.00 h a 18.00 h (último domingo de 9.00 h a15.00 h)

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2222

Supervisión

Observar un movimiento medio-la-

teral excesivo de la rodilla desde

una perspectiva anterior (valgo de

rodilla o piernas en X).

Errores comunes

Un movimiento medio-lateral exce-

sivo de la rodilla es un signo de

déficit funcional. Movimientos de

varo o valgo en el plano frontal

pueden deberse a un control neuro-

muscular pobre y a la falta fuerza

en la musculatura del miembro infe-

rior, especialmente en el complejo

de cadena posterior. El valgo de

rodilla (o piernas en X) durante la

sentadilla puede estar influenciado

por una disminución en la fuerza de

abductores y rotadores externos de

cadera, aumento de la actividad de

los aductores de cadera, y restric-

ción en el ángulo de dorsiflexión

(4). Observar un valgo en las rodi-

llas puede deberse a una activación

neuromuscular por debajo de lo

normal. El valgo de rodilla activo,

que es una posición de aducción de

cadera y abducción de rodilla como

resultado de la contracción muscu-

lar es, a menudo, una causa subya-

cente de detectar el valgo diná-

mico durante la sentadilla. Desde

un punto de vista observacional,

el movimiento medial de la rodi-

lla es mucho más frecuente que el

varo de rodilla (piernas en parénte-

sis). Sin embargo, el varo de rodilla

puede darse y es a veces una estra-

tegia de compensación utilizada en

sujetos con pie plano. El objetivo es

conseguir un alineamiento neutral

de la rodilla y se debe instruir al

sujeto para corregir las posiciones

de valgo o varo durante el movi-

miento.

El valgo de rodilla puede identifi-

carse en una imagen frontal, obser-

vando si la proyección del borde

medial de la rodilla sobrepasa el

maléolo medial durante cualquier

fase de la sentadilla (Figura 12).

Resumen de deficiencias en la posición frontal de rodilla

Neuromuscular: Valgo activo

durante la sentadilla; el incremento

de la activación de los aductores

de cadera sin un control y reclu-

tamiento adecuado de la cadena

posterior, podría generar un valgo

en las rodillas.

Fuerza/estabilidad: Debilidad en la

cadena posterior que genera a un

valgo pasivo durante el movimiento

de sentadilla.

Movilidad: Falta de movilidad de la

cadera que restringe que la rodilla

evite una posición de valgo durante

la sentadilla.

Ángulo de traslación de la tibia

Como norma general, una trasla-

ción tibial anterior incrementada

aumenta el momento de fuerza

soportado por la articulación de

la rodilla (16). A pesar de que este

hecho ha llevado a los practicantes

a evitar que las rodillas sobrepasen

el nivel de los dedos, no hay eviden-

cia que indique que existe un punto

de referencia a partir del cual incre-

mente el riesgo de lesión durante

el ejercicio de sentadilla. Más aun,

el esfuerzo por restringir la tras-

lación anterior de la tibia produce

una flexión del tronco que a su vez

incrementa las fuerzas soportadas

por la cadera y la columna (16,23).

Son aspectos esenciales para la

correcta ejecución de la técnica

que los pies estén con contacto

continuo y completo con el suelo y

que durante la fase de descenso de

la sentadilla la cadera esté en ante-

versión (16). Una movilidad normal

del pie y de la cápsula articular del

tobillo, así como una adecuada

mecánica articular, permiten lograr

un ángulo de translación tibial

adecuado durante el ejercicio.

Técnica ideal

Aunque el objetivo general debe

ser mantener un ángulo posi-

tivo de la espinilla respecto al

suelo, es igualmente importante e

influye en este objetivo la cinemá-

tica de la articulación de la cadera

(16,45). Por tanto, las rodillas deben

moverse libremente acorde al

rango de movimiento de la cadera.

El grado de desplazamiento tibial

anterior variará entre los individuos

en función de su antropometría, en

Figura 12

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2323

particular, de la relación entre la

longitud del torso y de la pierna.

Como pauta general, el sujeto debe

intentar igualar el ángulo de la tibia

con el del tronco erguido, estando

ambos paralelos, mientras mantiene

los talones en el suelo (Figura 13).

Supervisión

Observar el desplazamiento de la

tibia desde la perspectiva lateral.

Errores comunes

Los sujetos pueden manifestar

tanto un desplazamiento como una

limitación excesiva del ángulo de

progresión de la tibia (Figura 14).

Un desplazamiento excesivo de

las rodillas sobre los dedos de los

pies aumenta las fuerzas de ciza-

llamiento y las fuerzas soporta-

das por la articulación de la rodilla

(30). Por el contrario, una traslación

tibial restringida durante la sentadi-

lla incrementa la flexión del tronco,

aumentando las fuerzas soportadas

por la cadera y la región lumbar

(16). Adoptar un ángulo óptimo de

la tibia permite que el reclutamiento

muscular de la extremidad inferior

sea adecuado evitándose un estrés

no deseado en las estructuras pasi-

vas. Una musculatura glútea débil

puede ocasionar que la carga la

carga caiga excesivamente sobre

las rodillas en vez de hacerlo en una

zona más próxima a la cadera (33).

Igualmente, una debilidad en los

gastrocnemios, el sóleo, los isquio-

tibiales o los cuádriceps puede

ocasionar un ángulo tibial excesivo.

Una movilidad reducida en gastroc-

nemios o sóleo a través del tendón

de Aquiles, en las articulaciones del

retropié o antepié o de la cadera

puede afectar al ángulo de trasla-

ción tibial. Si un trabajo de estira-

miento y movilidad de la muscula-

tura de la pantorrilla no modifica

el ángulo de traslación tibial, se

requerirá una evaluación específica

por un profesional de ciencias de la

salud.

Resumen de las deficiencias en el desplazamiento del ángulo de la tibia

Neuromuscular: Desplazamiento

excesivo de la rodilla sobre los

dedos de los pies aun cuando el

talón está apoyado en el suelo.

Fuerza / estabilidad: Falta de fuerza

en la cadena posterior, particular-

mente en los glúteos, para mante-

ner la carga en la parte trasera. Un

excesivo ángulo de la tibia puede

ser consecuencia de una debilidad

en gemelos, sóleo, y/o isquiotibia-

les o de una dominancia de los

cuádriceps.

Movilidad: La falta de movilidad

del sóleo y gastrocnemio puede

ocasionar una movilidad inade-

cuada de la rodilla.

Posición de los pies

Poseer una adecuada movilidad

de tobillo permite un movimiento

controlado y equilibrado durante la

sentadilla. Sin embargo, los pies y la

posición de los tobillos pueden estar

influenciados por fuerzas de zonas

proximales, por lo que estas fuerzas

tienen que ser analizadas para saber

si se descartan como posible causa

Figura 13

Figura 14

Page 24: que limitan el rendimiento ANÁLISIS DE DATOS

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SPAIN

2424

de déficit. La capacidad del sujeto

para mantener los pies estables y

en contacto completo con el suelo

durante la sentadilla dependerá de

que el sujeto ostente una adecuada

dorsi-flexion del tobillo (3).

Técnica ideal

Asegúrese que los pies del sujeto

están bien apoyados sobre el

suelo y tienen una posición esta-

ble. Durante todo el movimiento, el

sujeto deberá mantener la totalidad

del pie en apoyo con el suelo (Figura

15). La proyección del centro de

gravedad sobre los pies (centro de

presiones) durante el ejercicio de

la sentadilla, comienza en la parte

del mediopié y se desplaza hacia

la parte del talón y parte lateral

durante el descenso. Por tanto, el

centro de presiones describe una

trayectoria de “L”, distribuyéndose

el peso corporal en la parte lateral

y de los talones hasta que el atleta

completa la fase de ascenso (3). A

medida que el sujeto desciende, el

peso corporal se desplazará hacia

el talón y la parte lateral del pie,

manteniéndose los dedos de los

pies en contacto con el suelo para

garantizar el equilibrio adecuado.

Llevar una mayor parte del peso

corporal hacia la parte posterior del

pie, facilitará una técnica de ejecu-

ción adecuada a nivel de la cadera.

En caso de llevar una mayor parte

del peso corporal hacia la zona late-

ral del pie, se aumentará la activa-

ción de la musculatura glútea.

Supervisión

Observe la posición del pie desde

las perspectivas lateral, anterior y

posterior para identificar cualquier

aspecto que haga levantar el pie del

suelo.

Errores comunes

Debe evitarse posiciones de prona-

ción o supinación así como movi-

mientos en los que el atleta lleve en

exceso los pies en rotación interna

o externa.Debe evitarse igualmente

levantar los talones o los dedos

de los pies del suelo en cualquier

momento durante la sentadilla

(Figura 15). Se ha observado que

permitir que los talones se levanten

del suelo crea rotaciones compen-

satorias en los tobillos, rodillas,

cadera y la zona lumbar (3). Si los

talones se despegan del suelo, el

sujeto tiene una superficie y base de

apoyo más pequeña, lo que puede

reducir la capacidad del sujeto para

realizar una sentadilla de manera

equilibrada y controlada.

La inversión o eversión del tobillo

durante la sentadilla también es

indicativo de un déficit biomecá-

nico. Aunque el peso debe llevarse

hacia la zona lateral del pie, el lado

medial no debe elevarse del suelo

para promover el equilibrio y la esta-

bilidad durante el ejercicio. El calcá-

neo no debe colocarse en eversión

respecto a la pantorrilla (20). La

rigidez en la articulación del tobi-

llo debido a una pobre dorsi-fexion

puede producir una descompensa-

ción en la articulación de la rodilla

y del pie (3). Estas descompensa-

ciones pueden tener un impacto

negativo en la estabilidad del pie y

la rodilla, aspecto esencial para una

mecánica correcta de la sentadilla.

Igualmente se ha sugerido que la

debilidad en la musculatura del

tobillo puede generar patrones de

movimiento defectuosos durante la

sentadilla. La falta de fuerza en el

gastrocnemio interno, tibial ante-

rior y/o tibial posterior disminuye la

capacidad del sujeto para controlar

el valgo de la rodilla y la pronación

en los movimientos del pie, lo que

puede generar un desplazamiento

medial excesivo de la rodilla y

un valgo dinámico (1). Aunque el

aumento de la movilidad del tobi-

llo y, en muchos casos la movilidad

de la cadera, es la forma de evitar

estos déficits, algunos sujetos

pueden beneficiarse inicialmente

Figura 15

Page 25: que limitan el rendimiento ANÁLISIS DE DATOS

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SPAIN

2525

utilizando un bloque de apoyo bajo

el talón para crear una plataforma

estable y permitir un mayor empuje

a través de los talones.

Resumen de las deficiencias en las posiciones del pie

Neuromuscular: Los pies se separan

del suelo no debiéndose a falta de

fuerza o movilidad.

Fuerza/estabilidad: Falta o asime-

tría de la fuerza del tobillo y/o

pobre estabilidad en el tobillo y pie.

Pie gira hacia ambos lados durante

la sentadilla.

Movilidad: Falta de la movilidad

durante la dorsiflexión si los talones

se separan del suelo por falta de

flexibilidad en el tendón de Aquiles,

sóleo y/o gastrocnemio.

DOMINIO 3: MECÁNICA DEL MOVIMIENTO

El tercer dominio analiza la cine-

mática de la sentadilla así como las

limitaciones de los déficits funcio-

nales para realizar una mecánica

adecuada. Los patrones de la triple

extensión (tobillo, rodilla y cadera)

y del movimiento de flexión son

inherentes a los movimientos de

ciertos deportes, así como a la

mecánica de los saltos y aterrizajes.

Fase de descenso

Después de lograr una correcta

posición inicial, el sujeto debe

ser instruido para iniciar el movi-

miento de sentadilla con la fase

de descenso. Durante el mismo, el

sujeto debe mantener el control

total de su velocidad y posición

descendente. Debe descender

flexionando la cadera, las rodillas y

los tobillos en un movimiento fluido

y coordinado, al mismo tiempo que

el cuerpo baja de manera contro-

lada.

Técnica ideal

El descenso se inicia con el movi-

miento de las caderas (“movimiento

de bisagra de las caderas”) mien-

tras el tronco se mantiene en una

posición erguida y rígida. La flexión

de cadera en el inicio del movi-

miento, desplaza la carga a la zona

posterior, estrategia que aumenta

la seguridad de las rodillas y vérte-

bras lumbares (33). El sujeto debe

llevar el peso de la carga hacia atrás,

como si se sentara en una silla colo-

cada cada vez más lejos a medida

que desciende, hasta que alcance

la profundidad deseada. El objetivo

debe ser mantener la zona glútea lo

más lejos que pueda de sus tobillos

mientras mantiene el torso erguido

en toda la sentadilla. La distancia

vertical entre los hombros y las

caderas del sujeto debe perma-

necer constante durante toda la

bajada. El peso corporal debe ser

transferido y soportado por la

musculatura de la cadena posterior

del sujeto, en particular isquiotibia-

les y glúteos, y no ha de llevarse a

la parte anterior sobre las rodillas

(Figura 16). El descenso de la senta-

dilla debe realizarse en un vector

que mantenga un ángulo constante

de bajada. El sujeto debe moverse

a un ritmo controlado, no menos de

2:1 (descenso: ascenso) hasta una

proporción de un ratio 4:1 en lo que

se refiere a la velocidad del movi-

miento excéntrico en comparación

con la fase de ascenso concéntrica.

Supervisión

Observar la técnica de descenso y

el tempo desde la perspectiva late-

ral.

Errores comunes

Se debe evitar un movimiento

excesivamente rápido o inestable

del cuerpo durante el descenso.

Además, se puede observar una

incorrecta mecánica de descenso

si el atleta no mantiene la veloci-

dad y el control constantes durante

toda la fase excéntrica, aspecto

particularmente común en levan-

Figura 16

Page 26: que limitan el rendimiento ANÁLISIS DE DATOS

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SPAIN

2626

tadores novatos (31). Un déficit

mecánico común para los atletas

es llevar el peso de la carga hacia

la parte anterior de las rodillas

en lugar de la parte posterior de

las caderas durante el descenso

(Figura 17). Un ángulo muy pronun-

ciado de progresión tibial (criterio

6) y/o que los talones se eleven del

suelo (criterio 7) pueden ocasionar

este déficit. Este déficit durante el

descenso puede generar fuerzas

de cizallamiento excesivas en la

zona anterior de la rodilla y dismi-

nuir la contracción de la muscu-

latura de la cadena posterior. Los

atletas con fuerza insuficiente en la

cadena posterior (isquiotibiales y

glúteos), pueden ser más propen-

sos a no tener un control de la fase

de descenso y podrían favorecer

una estrategia de carga sobre la

rodilla. Además, otras variacio-

nes más exigentes de la sentadilla

como los movimientos excéntricos

de alta velocidad, pueden ser peli-

grosos si los músculos se ven obli-

gados a estirarse demasiado en un

corto período de tiempo. El entre-

namiento y el dominio de las estra-

tegias de descenso controladas,

permiten desarrollar estrategias

que reducen el riesgo de lesión en

el entrenamiento.

Resumen de deficiencias en la fase de descenso

Neuromuscular: La estrategia de

“cargar sobre las rodillas” en vez

de las de “bisagra de cadera”, una

excesiva flexión de tronco, excesivo

ángulo de progresión tibial y/o que

los talones se despeguen del suelo.

Fuerza/estabilidad: Falta de control

de la fuerza excéntrica del miembro

inferior, evidenciado por una falta

de control general del ritmo de

descenso. El sujeto parece “caerse”

al comienzo de la fase de descenso.

Que el tiempo de descenso no

tenga una ratio de 2: 1 en relación

con la fase de ascenso.

Movilidad: La falta de movilidad del

miembro inferior da lugar a la incli-

nación del tronco hacia delante.

Profundidad

Realizar la sentadilla con la profun-

didad apropiada es un compo-

nente crítico para obtener todos los

beneficios en la realización de este

movimiento. Realizar la sentadilla

sin la profundidad adecuada, hace

que los isquiotibiales y los grupos

la musculatura glútea no logren

trabajar de manera óptima. Espe-

cíficamente, realizar una sentadilla

poco profunda puede generar una

dominancia del cuádriceps, limi-

tando el rendimiento y aumentando

el riesgo de lesión (19,39). Por el

contrario, el entrenamiento con una

mayor profundidad puede benefi-

ciar la transferencia a determinados

gestos deportivos. Las ganancias

en la técnica de ejecución y en la

fuerza muscular alcanzadas con la

posición profunda de la rodilla y la

flexión de cadera, pueden ayudar

a reducir las estrategias en las que

predomina el cuádriceps que llevan

a aumentar el riesgo de lesión (18,

37, 38). Como se mencionó ante-

riormente, no hay evidencias que

Figura 17

Page 27: que limitan el rendimiento ANÁLISIS DE DATOS

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SPAIN

2727

indiquen que realizar sentadillas

profundas aumente la posibili-

dad de lesiones en los ligamentos

cruzados, ligamentos laterales o

meniscos de la rodilla durante la

flexión extrema (43). El ejercicio de

sentadilla puede mejorar la estabili-

dad activa de la rodilla si se realiza

correctamente y puede reducir el

riesgo de lesión en el deporte en las

estructuras pasivas de la rodilla (7,

8, 39).

Técnica ideal

El sujeto debe alcanzar una profun-

didad completa con la parte supe-

rior de los muslos paralela al suelo

y sin manifestar desviaciones en la

rodilla, el tobillo o las caderas. La

profundidad adecuada es aquella

en la que los fémures están parale-

los al suelo, las caderas están echa-

das hacia atrás (en anteversión),

las tibias en posición vertical y los

pies están completamente apoya-

dos sobre el suelo (Figura 18). Esta

posición permite lograr una profun-

didad deseada si no se tienen

restricciones en los tejidos blandos,

como que los muslos bloqueen la

adecuada contracción del abdo-

men (2).

Supervisión

Observar la máxima profundidad

alcanzada desde una perspectiva

lateral.

Errores comunes

El error más común sobre el grado

de profundidad durante la sentadi-

lla es realizar el gesto con muy poca

profundidad (Figura 19). Aunque

puede suceder que la sentadilla sea

demasiado profunda, por lo gene-

ral eso no suele ser perjudicial para

el sujeto. Si el ejecutante padece

alguna patología que tenga contra-

indicada la sentadilla profunda, el

grado adecuado de profundidad se

puede lograr proporcionándole un

correcto feedback. Una debilidad

en la fuerza de la musculatura de la

cadena posterior podría dificultar

mantener la posición en el punto

de máxima profundidad. Además,

el acortamiento en las cadenas

musculares posteriores y de los

aductores de la cadera limita aún

más la capacidad del sujeto para

alcanzar la profundidad adecuada.

Resumen de deficiencias en la profundidad

Neuromuscular: El sujeto no logra

una profundidad en la que los

muslos estén paralelos al suelo.

Fuerza / estabilidad: El sujeto

carece de fuerza isométrica en

la cadena posterior para poder

aguantar en el punto máximo de

profundidad.

Movilidad: Dificultad para lograr la

profundidad adecuada debido a

la rigidez de la cadena posterior y

aductores de la cadera.

Fase de ascenso

La fase de ascenso de la sentadilla

debe seguir el mismo camino que la

fase de descenso pero en la direc-

ción inversa. El principal impulsor

de la subida debe ser la muscula-

tura de la cadera, y el peso debe

mantenerse sobre los talones y las

zonas laterales de los pies. El torso

Figura 18

Figura 19

Page 28: que limitan el rendimiento ANÁLISIS DE DATOS

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SPAIN

2828

del atleta debe permanecer estático

durante toda la fase de ascenso, al

mismo tiempo que tobillos, rodi-

llas y caderas se extienden hasta la

posición inicial.

Técnica ideal

El torso debe permanecer erguido

durante toda la fase de ascenso. Los

hombros y las caderas deben ascen-

der al mismo ritmo y la diferencia

de altura vertical de los hombros y

las caderas debe permanecer cons-

tante (Figura 20). La espalda debe

mantenerse en una posición rígida y

tensa con los músculos contraídos y

con la zona lumbar en una posición

neutral, ligeramente lordótica. La

estrategia a seguir debe basarse en

que la musculatura de la cadera sea

el principal motor del movimiento.

El sujeto sólo debe espirar una vez

que el ascenso se ha completado.

Supervisión

Observar la técnica de ascenso y el

tempo desde una perspectiva late-

ral.

Errores comunes

El error más común en las primeras

etapas del aprendizaje de la senta-

dilla (por ejemplo, entrenamiento en

edades tempranas) es la elevación

más rápida de la cadera respecto

a los hombros, lo que aumenta la

flexión del tronco (Figura 21). Si

las caderas se elevan demasiado

rápido, la distancia vertical entre las

caderas y los hombros disminuirá

durante la fase inicial de ascenso

(Figura 21). Este error puede poner

en riesgo los tejidos blandos de la

zona inferior de la espalda, riesgo

que aumentará al ir incrementando

la carga a vencer.

La posición de la rodilla durante

el ascenso también puede influir

mucho en la mecánica. Si las rodi-

llas se encuentran muy atrasadas

en relación con el tronco, el sujeto

se verá obligado a flexionar el

torso para mantenerse en equili-

brio. Si las rodillas están demasiado

adelantadas, se produce un cambio

agudo del equilibrio postural, lo

que requiere que el sujeto cambie

su peso corporal a los dedos de

los pies en lugar de a los talones.

Esta estrategia influye de forma

ineficiente en el movimiento de

la cadera durante la fase de tran-

sición. Por lo general, los errores

mecánicos durante el ascenso se

deben a un patrón de reclutamiento

de unidades motrices deficitario

que puede ser corregido mediante

un entrenamiento neuromuscular y

un adecuado feedback.

Resumen de errores en la fase de ascenso

Neuromuscular: Las caderas se

elevan demasiado rápido en rela-

ción con los hombros durante el

ascenso. La distancia vertical entre

las caderas y los hombros no se

mantiene constante.

Fuerza/estabilidad: Debilidad en la

acción muscular concéntrica de la

cadena posterior y de los extenso-

res de la cadera.

Movilidad: Falta de movilidad en la

zona torácica y en los flexores de

Figura 20

Page 29: que limitan el rendimiento ANÁLISIS DE DATOS

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SPAIN

2929

Figura 20

la cadera.

CONSIDERACIONES ADICIONALES PARA LA SENTADILLA

Variaciones anatómicas

La forma y técnica propuestas en

los 10 criterios de la BSA están

considerados como un estándar

ideal para todos los atletas. No

obstante, es entendible que deter-

minadas variaciones anatómicas

predispongan a ciertos ejecutantes

a tener desventajas para lograr las

posiciones y mecánica deseadas. El

factor anatómico que más influye

en la sentadilla es la anatomía de

la cadera junto con la ratio entre

la longitud del torso y de la pierna.

La forma de la articulación de la

cadera determina el tipo y la inci-

dencia de patologías en esta articu-

lación, lo que incluyen en la profun-

didad lograda durante la sentadilla.

Determinadas deformidades en las

superficies articulares de la cadera

(“deeper hip joint”) incremen-

tan el equilibrio en bipedestación,

sin embargo, no permite al fémur

flexionarse lo suficiente durante

una sentadilla profunda sin que

se pellizque el rodete acetabular

o la cápsula articular. Esta restric-

ción ósea anula cualquier intento

de estiramiento o movilización de

la articulación para conseguir una

sentadilla profunda.

Para evaluar este grado de restric-

ción se puede realizar el “pelvic

rock test”, para el cual se pide al

sujeto que se arrodille sobre el

suelo con las rodillas juntas y las

manos apoyadas sobre el suelo

(como si se fuesen a hacer fondos

en el suelo, con las rodillas apoya-

das en el suelo y con el tronco para-

lelo al suelo). Posteriormente la

pelvis se lleva hacia los talones. El

test se detiene cuando la columna

lumbar comience a flexionarse

perdiendo su curvatura natural. En

ese punto se separan ligeramente

las rodillas y se repite el test y se

vuelve a registrar la evolución de

la curvatura lumbar. De esta forma,

se puede cuantificar la habilidad

para hacer una sentadilla profunda

sin comprometer la curvatura de la

zona lumbar, a la vez que se iden-

tifica la anchura de separación

óptima de pies y rodillas.

Otras sugerencias para realizar de

forma segura una sentadilla tienen

que ver con la carga que soporta la

rodilla y si ésta puede desplazarse

por delante de los dedos del pie.

Esto depende de la relación entre

la longitud de la pierna y la longitud

del torso. Por ejemplo, un pívot de

baloncesto que mida 2,10 m por lo

general tiene las piernas más largas

que el torso, de tal manera que al

realizar una sentadilla las rodillas

se desplazarán por delante de los

dedos de los pies. La longitud del

fémur crea una palanca larga y una

carga alta sobre el tendón rotu-

liano. Por lo general, estos atletas

realizan la sentadilla echando las

caderas hacia atrás para equilibrar

la carga entre las rodillas y las cade-

ras. Por el contrario, un sujeto con

un torso más largo que la pierna

realiza la sentadilla con más énfasis

en la movilidad de la rodilla, mante-

niendo la pantorrilla paralela al

torso, y equilibrando la carga entre

rodillas y caderas.

Integración de la sentadilla en los entrenamientos deportivos

La participación en los deportes

organizados no excluye a los jóve-

nes de desarrollar patrones de

movimiento pobres o ineficientes.

Los atletas que no tienen una mecá-

nica adecuada suelen usar estra-

tegias de movimientos compensa-

torios que pueden obstaculizar su

desarrollo atlético y aumentar el

riesgo de lesión relacionados con

el deporte (4,24). En ausencia de

dar un feedback durante los entre-

namientos a fin de modificar los

movimientos ineficientes, los atle-

tas continuarán realizando y auto-

matizando estas estrategias que

acabarán aproximándose a movi-

mientos típicos de la competición

del deporte practicado. Los sujetos

que no sean deportistas y posean

una mala técnica en la realización

de la sentadilla son más propen-

sos a sufrir el mismo dolor y ver

mermado su rendimiento. La senta-

Figura 21

Page 30: que limitan el rendimiento ANÁLISIS DE DATOS

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SPAIN

3030

dilla es un recurso para enseñar e

inculcar un patrón de movimiento

funcional correcto como prestación

de los cimientos para el posterior

trabajo de fuerza y otrashabilidades

motoras. Por ejemplo, se sugiere

que el ejercicio de sentadilla refleja

los patrones de movimiento de las

extremidades inferiores, a menudo

requeridos para tener éxito en los

deportes explosivos o aquellos que

someten a las extremidades infe-

riores a cargas externas elevadas

(4). Proporcionar a los atletas de

estrategias para absorber, redirigir

y crear explosividad en sus movi-

mientos de sentadilla pueden mejo-

rar el rendimiento y disminuir el

riesgo de sufrir una lesión (36,39).

En términos más amplios, la preser-

vación de la competencia para reali-

zar una sentadilla puede prolongar

la vida independiente de las perso-

nas mayores.

Tener un dominio en la realización

de la sentadilla con la carga por

detrás (back squat) es un requi-

sito previo para el entrenamiento

de fuerza que involucre otro tipo

de ejercicios de sentadilla, espe-

cialmente para los atletas jóvenes

con pocos años de entrenamiento

(35). Una persona debe ser capaz

de mostrar una técnica perfecta en

la sentadilla con la carga por detrás

antes de avanzar a cualquier varia-

ción de la sentadilla, incluyendo

el entrenamiento pliométrico de

saltos en profundidad. Además,

mediante el desarrollo de una

técnica adecuada antes de utili-

zar resistencias externas, el atleta

puede minimizar la posibilidad de

adquirir estrategias compensatorias

inadecuadas y disminuir el riesgo de

lesión (34). Está fuera del alcance

de esta revisión analizar variaciones

de la sentadilla como la sentadilla

de sumo o la sentadilla frontal. Sin

embargo, se aconseja que los atle-

tas no aumenten la intensidad de

la sentadilla (por ejemplo, aumen-

tando la carga) a menos que el atleta

pueda demostrar una correcta

ejecución. Por tanto, se debe ense-

ñar en primer lugar la sentadilla con

la carga por detrás para poder iden-

tificar posibles déficits. Sólo cuando

éstos déficits se hayan corregido se

podrá ir incrementando la carga a

vencer. En la segunda parte de esta

revisión se detallarán las estrate-

gias correctivas para señalar los

déficits funcionales específicos

identificados durante la sentadilla.

Cabe señalar que la sentadilla es

sólo un ejercicio más recomendado

para un programa de entrenamiento

neuromuscular para jóvenes atletas.

El entrenamiento neuromuscular

integrado dirigido al desarrollo físico

de los jóvenes, debe considerar una

variedad de ejercicios cognitivos y

ejercicios de fuerza adecuados para

preparar correctamente al joven

para las demandas de una activi-

dad física de carácter moderado

o intenso (34,40). Los programas

de entrenamiento neuromuscular

integrados para jóvenes deben ser

diseñados adecuadamente para

satisfacer sus necesidades y objeti-

vos a la vez que tienen en cuenta

su nivel de destreza actual (24). Es

muy recomendable que profesio-

nales cualificados que se dedican

al entrenamiento neuromuscular

integrado, que entienden la singu-

laridad psicosocial de los jóvenes,

contribuyan al diseño, supervisión

y ejecución de programas de capa-

citación para los jóvenes atletas

con el fin de minimizar el riesgo de

lesión relacionado con el entrena-

miento y promover la adquisición de

una técnica adecuada de los ejerci-

cios de entrenamiento (24,34). Los

programas de formación neuromus-

culares integrados para los jóvenes,

son más eficaces cuando se diseñan

y programan de manera segura y

apropiada a su edad de entrena-

miento (11,34,35,41).

CONCLUSIONES

La evaluación de la sentadilla sin

carga pretende ser una guía para

los instructores y entrenadores con

el fin de identificar y corregir los

errores biomecánicos de los atletas

jóvenes antes de que participen en

actividades y entrenamientos más

avanzados e intensos. Al enseñar

y corregir la forma óptima de un

movimiento funcional básico inhe-

rente a muchos deportes dinámicos

populares, un atleta puede llegar

a estar más preparado para las

exigencias rigurosas de la actividad

física. Por otra parte, al inculcar la

mecánica adecuada en los jóvenes,

los sujetos pueden llegar a obtener

ganancias óptimas de rendimiento y

reducir el riesgo de lesión. Se reco-

mienda que los entrenadores anali-

cen detalladamente la ejecución de

la sentadilla por parte de sus clien-

tes o atletas. Estas observaciones

son imprescindibles para realizar

correcciones específicas de forma

individualizada. La segunda parte

de esta revisión, estará enfocada al

entrenamiento sobre las correccio-

nes para las progresiones y meto-

dología en los errores más comu-

nes para cada criterio que se han

mencionada en este artículo (22). A

través de la identificación y correc-

ción de los errores funcionales de

la sentadilla con el propio peso

corporal, los profesionales pueden

ayudar en gran medida a los atletas

jóvenes a mejorar su rendimiento y

a reducir el riesgo de lesión, lo cual

promoverá obtener carreras depor-

tivas exitosas y un bienestar físico a

largo plazo.

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SPAIN

3131

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3333

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3434

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3535

El análisis de datos se ocupa de

las estadísticas, o más bien, de la

ciencia de recopilación, análisis

e interpretación objetiva de los

datos (incluyendo la realización

de inferencias o generalizaciones).

El punto clave en este sentido, es

Análisis de datos para entrenadores personales: Uso de Excel para analizar la fiabilidad, las diferencias y las relacionesAnthony Turner, MSc, CSCS*D1 Jon Brazier, MSc, CSCS,2 Chris Bishop, MSc,1 Shyam Chavda, MSc, CSCS,1 Jon Cree, MSc,1 and Paul

Read, MSc, CSCS3

1Department of Science and Technology, London Sport Institute, Middlesex University, London, United Kingdom; 2Sport and

Exercise Science Department, Centre of Applied Science, City and Islington College, London, United Kingdom; and 3School of

Sport, Health, and Applied Sciences, St. Mary’s University College, London, United Kingdom.

la objetividad, la cual hace que los

resultados obtenidos estén libres

de sesgos y de la influencia del

examinador. El uso de la estadística

nos permite establecer tendencias

y asociaciones, hacer prediccio-

nes, evaluar la eficacia de progra-

mas de entrenamiento específicos

para mejorar la fuerza y el acon-

dicionamiento, evaluar protocolos

de medición, así como evaluar las

características físicas de los depor-

tistas. La estadística es pues, crucial

RESUMEN

El análisis estadístico es crucial en el ámbito del entrenamiento de fuerza y del acondicionamiento. Los entrenadores deberían ser capaces de identificar si sus datos son fiables y determinar objetivamente si existen diferencias o relacio-nes entre ellos. Estas habilidades son esenciales para poder encontrar tendencias y asociaciones, hacer predicciones y evaluar la eficacia de los programas de entrenamiento. Este artículo revisa las pruebas estadísticas disponibles en la Hoja de Cálculo de Microsoft Excel, incluyéndose el análisis de fiabilidad (ej. a través del coeficiente de variación), el cambio mínimo relevante (ej. la diferencia significativa en los valores), los tamaños del efecto (ej. la magnitud del cambio entre los valores de rendimiento), y las relaciones (ej. correlaciones).

PALABRAS CLAVE:

cambio mínimo relevante; tamaño del efecto; correlación; coeficiente de variación

Artículo original: "Data analysis for strength and conditioning coaches: using excel to analyze reliability, differences, and relationships”. Strength and Conditioning Journal. 37(1): 76-83. 2015

en el ámbito del entrenamiento,

por lo que los entrenadores deben

estar familiarizados con las diferen-

tes formas en que los datos pueden

ser analizados y, posteriormente,

comunicar esta información a las

partes implicadas (ej. otros entre-

nadores, deportistas, clientes, etc.).

Pretendemos presentar en este

artículo varios métodos de análi-

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3636

sis estadístico que creemos perti-

nentes para el ámbito del entrena-

miento. Las pruebas presentadas

son aquellas que pueden ser reali-

zadas con el programa Microsoft

Excel y son, por tanto, aplicables

por la mayoría de los lectores. Espe-

cíficamente nos centraremos en el

análisis de la fiabilidad (a través del

coeficiente de variación [CV]), el

cambio mínimo relevante (SWC, del

inglés smallest worthwhile change)

(ej. la diferencia significativa en

los valores), el tamaño del efecto

(ES) (ej. la magnitud del cambio

entre los valores de rendimiento)

y las relaciones (ej. correlaciones).

Aunque debería reconocerse que

existen otros métodos de análisis

disponibles, éstos suelen requerir

de programas estadísticos espe-

cíficos como el SPSS (Statistical

Package for Social Sciences). En

este artículo también argumenta-

remos sobre la aplicación de deter-

minados procedimientos estadís-

ticos en las baterías de pruebas

de evaluación de la condición

física. Sin embargo, las pruebas

aquí presentadas también pueden

ser aplicadas en otros escenarios.

Comenzaremos hablando de los

sesgos sistemáticos.

SESGOS SISTEMÁTICOS

Cuando estamos intentando

evaluar la altura del salto en nues-

tros deportistas, es habitual dar al

deportista 2 o 3 intentos para que

alcance su máximo rendimiento.

Como profesionales del entrena-

miento y del acondicionamiento,

registraremos el valor de cada

intento, lo que nos permitirá valo-

rar la fiabilidad de la medición (ver

Fiabilidad más abajo). Durante los

intentos, podríamos apreciar que

los valores disminuyen progresi-

vamente, quizás denotando fatiga

(tiempo de descanso insuficiente

entre intentos) o disminución de

la motivación, o por el contrario

que los valores aumentan progre-

sivamente, quizás debido al efecto

aprendizaje. Estas tendencias

hacen ver la presencia de sesgos

sistemáticos y deberían ser mini-

mizadas como parte de un diseño

adecuado de los protocolos de

valoración. Por ejemplo, en la

Figura 1, es evidente que los valo-

res de salto con contramovimiento

(CMJ) del deportista mejoran con

cada intento, por lo que debería-

mos argumentar que el atleta está

teniendo un efecto aprendizaje o

que comenzó el test “frío”; es decir,

el evaluador no familiarizó al atleta

con el test de valoración o hizo que

el atleta no calentase adecuada-

mente antes del primer intento. En

cualquier caso, los datos obteni-

dos son probablemente no fiables,

y la inclusión de, al menos, un

intento adicional sería necesaria

para conocer el valor verdadero de

máximo rendimiento del atleta. Por

el contrario, en la Figura 2, para la

valoración de índice de fuerza reac-

tiva (RSI, del inglés reactive stren-

gth index), observamos la situación

contraria. En este caso, quizás se

realizó un calentamiento dema-

siado largo, o no se dejó un tiempo

de descanso suficiente entre inten-

tos produciendo fatiga en el atleta.

Finalmente, en el ejemplo ilus-

trado en la Figura 3 sobre agilidad

(ProA), se aprecia que 2 intentos

fueron suficientes para valorar el

rendimiento, pues éste disminuyó

en el tercer intento, quizás como

consecuencia de la fatiga o de la

pérdida de motivación.

Figura 1 Altura del salto con contramovimiento en tres intentos consecutivos. Nótese que los resultados son cada vez mejores. Los valores de eje vertical son centímetros.

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3737

Figura 2Índice de fuerza reactiva a lo largo de tres intentos consecutivos. Nó-tese que los resultados son cada vez peores.

Figura 3Valores de un test de agilidad (ProA) en tres intentos consecutivos. Nótese que los resultados de los dos primeros intentos son similares pero empeoran en el tercer intento. Los valores de eje vertical son segundos.

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3838

Por lo tanto, un buen punto de

partida en la evaluación de los

datos es comprobar la posible

presencia de sesgos sistemáti-

cos, haciendo que los deportistas

estén bien preparados para ser

evaluados. Este proceso puede

ser evaluado utilizando la Excel

(Figura 4). Seguir las siguientes

recomendaciones debería eliminar

estos problemas mencionados:

•Asegúrate de que el atleta ha

calentado adecuadamente (incre-

mentar la temperatura corporal

mejorará el rendimiento).

•Lleva a cabo un periodo de fami-

liarización para evitar que los datos

aumenten por el efecto aprendi-

zaje.

•Deja un periodo de descanso

adecuado entre intentos para

asegurarte de que la fatiga no

afecte negativamente a los resul-

tados.

•El evaluador debe mantener

la motivación constante, bien

Figura 4Cuando se introduzcan los datos en la Excel, hay que asegurarse de añadir única-mente un sujeto por fila. Resalta la primera fila con los títulos de cada columna así como las filas con los valores medios y la desviación estándar (SD).

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3939

animando verbalmente siempre o

bien sin decir nada.

FIABILIDAD

La fiabilidad hace alusión a la

consistencia o repetitividad del

resultado de una prueba o medi-

ción. Estadísticamente ha de calcu-

larse y proporcionarse un valor de

fiabilidad como parte de los resul-

tados. Sabiendo la fiabilidad de

los datos, podemos estar seguros

de si éstos son suficientemente

precisos. Si, por ejemplo, evalúas

el tiempo de carrera de un depor-

tista en 30 m en tres intentos, y

los resultados son muy diferentes

entre sí, los valores no reflejan con

precisión el rendimiento y no son

fiables. Por supuesto, ningún test

está libre de error; la instrumenta-

ción, el evaluador, y el propio atleta

pueden generarlo. Por tanto, debe-

mos decidir cuánto error es acep-

table en una medición y asumir

que el valor real de mi deportista

está realmente dentro del rango

del valor observado ± error. Por

ejemplo, si un deportista corre 30

m en 3 s y el error en el test es 0.5

s, entonces en realidad el depor-

tista corrió 30 metros en cualquier

punto entre 2.5 y 3.5 s. Si el depor-

tista es evaluado al mes siguiente

y corre 30 m en 2.6 s, ¿podríamos

afirmar con certeza que ha corrido

más rápido?

La medida de fiabilidad que propo-

nemos aplicar es el CV. El CV es

un índice estadístico, que expresa

la fiabilidad como un porcen-

taje de consistencia. Dado que

en el ámbito del entrenamiento

los deportistas típicamente llevan

a cabo pocos intentos de cada

prueba (2-5), el CV debe ser calcu-

lado para cada deportista y, poste-

riormente, promediado para el

equipo (o grupo de deportistas).

El cálculo del CV se muestra en

la Ecuación 1 y se resume en las

figuras 5 y 6. Obtener un valor de

CV ≤10% denota buena fiabilidad

dentro de la comunidad científica.

Sin embargo, con el objetivo de

interpretar los datos de la valo-

ración del rendimiento de nues-

tros deportistas, los valores ≤5%

son más apropiados. Aunque en

la Excel podemos calcular el CV

para cada atleta y así comparar la

fiabilidad entre ellos, es más habi-

tual promediar el CV de todos

los atletas, obteniendo así el CV

del equipo. Este valor, el CV del

equipo, es el que se suele requerir

que sea ≤5%.

CV = 100 · (SD/M)

(Ecuación 1)

Donde SD es la desviación están-

dar y M es la media aritmética.

Figura 5Para calcular el coeficiente de variación (CV) de cada atleta, se utiliza la fórmula que aparece en la barra de fórmulas. Ésta calcula la desviación estándar de los tres intentos, la divide entre la media de éstos, y multiplica el resultado por 100 para tener el CV de cada atleta como porcentaje. Haz clic en la esquina inferior dere-cha de esta primera celda y arrastra hacia abajo para obtener el CV de todos los atletas.

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4040

Figura 6Tras calcular el coeficiente de va-riación para cada atleta, se prome-dian todos estos valores usando la función “Promedio” para obtener la media aritmética. El CV del CMJ es 4.9%, considerándose una fiabilidad aceptable. Por tanto, si el atleta A saltó 47.7 cm (Figura 4), su puntua-ción será en realidad cualquier valor entre 45.4 y 50 cm (47.7 cm X 0.049 = 2.3 cm).

CAMBIO MÍNIMO RELEVANTE (SWC)

Asumiendo que los datos son

fiables y libres de sesgos sistemá-

ticos, podemos analizar el SWC,

es decir, ¿cuál es el cambio más

pequeño en el resultado que acep-

tarías como real? Por ejemplo, si

un deportista corre 30 m en 2.1 s

durante la pretemporada, y tras un

periodo de entrenamiento corre 30

m en 2.0 s, podría argumentarse

que este cambio es irrelevante y

que está justificado por lo expuesto

en los apartados anteriores. Para

conocer el SWC, debemos calcular

la desviación estándar (SD) entre

sujetos y multiplicarla por 0.2. En

la Figura 7 se muestran los resul-

tados de una carrera de 30 m,

observándose que la SD es 0.16 s,

que multiplicada por 0.2 es 0.032 s.

Esto sugiere que para el atleta A, el

SWC en una carrera de 30 m sería

4.5 – 0.032 = 4.468 s.

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4141

No obstante, es importante tener

presente la medida de fiabilidad

explicada anteriormente para saber

si podemos detectar con precisión

este pequeño cambio. En la Figura

7, se puede ver que el CV para una

carrera de 30 m es 2.4%. Para el

atleta A, 4.5 X 0.024 = 0.108 s; por

lo tanto, en este ejemplo, el SWC

para este deportista, y para este

test, cae dentro del rango de error

de la medición y no sería adecuado

utilizarlo. En este caso, para calcu-

lar el SWC podemos multiplicar por

0.6 o 1.2, lo que nos daría en vez del

“cambio mínimo”, lo que se deno-

mina “cambio moderado” o “gran

cambio”, respectivamente (consul-

tar Tabla 1 para magnitudes adicio-

nales) o trabajar fuera del CV.

En determinadas circunstancias, se

puede utilizar el CV para calcular

el cambio real y fijar los valores a

alcanzar por el deportista. Dado

que el CV está condicionado por los

errores que puedan surgir durante

las diferentes sesiones de evalua-

ción de los deportistas, se suele

proponer multiplicar el CV por 2

para asegurarse de que los cambios

producidos en el rendimiento son

reales. Si el deportista está familia-

rizado con las pruebas de valora-

ción, y éstas han sido administradas

correctamente, sería factible obser-

var CV ≤3%. Retomando el tiempo

de carrera en 30 m del deportista

A de nuevo, multiplicar por 2 el

Figura 7La barra de fórmulas muestra la fun-ción utilizada para calcular la desvia-ción estándar (SD) del mejor intento del test de 30m, que es 0.16 s.

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4242

Figura 8La barra de fórmulas muestra cómo calcular el cambio mínimo relevante utilizando el doble del coeficiente de variación (CV). Al mejor valor del test de 30 m del atleta se le resta entre paréntesis dos veces el CV (valor calculado en la celda N26). El símbolo $ utilizado en la celda N26 hace que esta celda permanezca fija en la fórmula, al arras-trar hacia abajo la celda M2 para calcular el valor del resto de los atletas.

CV daría 2 x 2.4% = 4.8%. Por lo

tanto, podríamos considerar que

su rendimiento ha mejorado real-

mente, y no atribuir esta mejora a la

variabilidad de la propia medición,

si obtiene un valor de 4.5 – (4.5 x

0.048) = 4.5 – 0.216 = 4.284 s. La

Figura 8 muestra cómo se puede

añadir una columna en la Excel para

calcular el valor objetivo para cada

deportista utilizando este método.

La decisión de utilizar el SWC o el

doble del CV depende del entre-

nador; aunque el SWC puede caer

dentro del error del test, doblar el

CV podría suponer una meta no

real si el CV es demasiado elevado

(ej. El CMJ y el RSI – Figura 5). Una

tercera opción podría ser fijarse en

cada deportista individualmente (o

crear subgrupos) dado que algunos

pueden ser suficientemente consis-

tentes entre mediciones para usar el

SWC (en 0.2). Además, si hablamos

de deportistas experimentados,

podrían estar consiguiendo peque-

ñas mejoras, que quizás queden

encubiertas por la variabilidad del

resto de compañeros de equipo.

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4343

TAMAÑO DEL EFECTO (ES)

Cuando intentamos cuantificar los

cambios en el rendimiento de las

pruebas de evaluación, la magnitud

de este cambio puede reportarse

de forma objetiva mediante el uso

del ES. De nuevo aquí, la clave es

la objetividad y eliminar cualquier

sesgo subjetivo respecto a la cali-

dad del cambio generado, pues

este cambio puede condicionar

futuras intervenciones. Por ejemplo,

un cambio en la altura del CMJ de

46 a 49 cm podría ser considerado

como moderado o grande (Tabla 1).

Este cambio puede ser cuantificado

respecto a los propios compañeros

de equipo o respecto a otros equi-

pos. El ES se calcula habitualmente

utilizando la d de Cohen tal y como

ilustra la ecuación 2, observándose

un ejemplo de ello en la Figura 9. El

lector debe observar que en la Tabla

2, hay que tener en cuenta el nivel

de entrenamiento de los deportis-

tas, ya que los cambios esperados

dependen de este aspecto. Además,

dado que la SD se utiliza para calcu-

lar el ES, hay que asegurarse de que

el grupo analizado es homogéneo,

es decir, del mismo nivel depor-

tivo (por lo que su variabilidad en

el rendimiento es reducida). De

lo contrario, será necesario hacer

subgrupos (ej. basados en el tiempo

que se lleva entrenando), de manera

similar al análisis del SWC, para

que no se enmascare los cambios

producidos en los deportistas de

mayor rendimiento. Estas sugeren-

cias están en consonancia con Rhea

(5), que examinó 3000 ES de 400

estudios diferentes y propuso una

nueva escala para clasificar el ES

en el ámbito del entrenamiento de

la fuerza (Tabla 2).

Tabla 1. Interpretación del tamaño del efecto (ES) por Hopkins (3)

Nulo <0.2Pequeño 0.2–0.6Moderado 0.6–1.2Grande 1.2–2Muy grande 2–4Extremadamente grande >4

Tabla 2. Clasificación del tamaño del efecto (ES) en función del nivel de entrenamiento de fuera (Rhea (5))

Magnitud Altamente entrena-do

Entrenado recreacionalmente Desentrenado

Nulo <0.25 <0.35 >0.50Pequeño 0.25–0.50 0.35–0.80 0.50–1.25Moderado 0.50–1.0 0.80–1.50 1.25–2.0Grande >1.0 >1.50 >2.0

Altamente entrenado = entrenando ≥5años; Entrenado recreacionalmente = entrenando con constancia de 1 a 5 años; Desentrenado = <1 año entrenando consistentemente.

1 Esta ecuación no la proponen originalmente lo autores, sino que la ha añadido el editor de la revista.

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4444

Figura 9La barra de fórmulas muestra cómo se calcula la desviación estándar agrupada. La función RAIZ hace la raíz cuadrada y el símbolo ^ se utiliza para elevar a una potencia, en el ejemplo en cuestión, se eleva al cuadrado. En la celda E29 se calcula el tamaño del efecto como (MediaCMJ_Post – Me-diaCMJ_Pre) / SDagrupada. Según los valores de la tabla 2, este cambio se considera “pequeño”.

CORRELACIONES

Las correlaciones describen posi-

bles relaciones entre dos variables,

o en este caso, entre dos pruebas

de valoración, que pueden ser posi-

tivas o negativas. Por ejemplo, la

fuerza y el salto vertical podrían

tener una relación positiva, es decir,

cuanta más fuerza se tiene, más alto

se salta. Por el contrario, la fuerza y

el tiempo de carrera se espera que

tengan una relación negativa, es

decir, cuanta más fuerza se tiene,

se espera que el tiempo de carrera

sea menor (Figura 10). La correla-

ción asume que si influimos con el

entrenamiento en una variable, la

otra también se verá afectada. La

fuerza de la relación entre las dos

variables está denotada por el valor

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4545

la escala de Cohen sugiriendo una

correlación muy grande si 0.50 < r <

0.70 y extremadamente grande si r

> 0.90. Sin embargo, existe siempre

la posibilidad de observar un coefi-

ciente de correlación alto entre dos

variables cuando en realidad no hay

relación entre ellas. Para evitar que

ocurra esto, es necesario disponer

de una muestra suficientemente

amplia antes de realizar un análisis

del coeficiente de correlación “r”,

que oscila entre -1 y 1, con el valor

0 representando la ausencia de

relación entre ambas variables. De

acuerdo a Cohen (1), si analizamos

el valor absoluto del coeficiente de

correlación podemos clasificarlo

como pequeño (0.10 < r < 0.30),

medio (0.30 < r < 0.50) o grande

(r > 0.50). Hopkins y colaboradores

(4) propuso una modificación de

de correlación. Por ejemplo, casi

100 deportistas serían necesarios

para considerar un r = 0.2 significa-

tivo, para un r = 0.3 se necesitarían

≈40, para un r = 0.5 se necesitarían

≈14 y para un r = 0.6 se necesitarían

9 deportistas (2). De manera similar,

si el tamaño de la muestra es de 6

deportistas, ningún valor por debajo

de r = 0.7 puede considerarse signi-

ficativo. A menos de que un valor

También se puede tomar el valor r

y elevarlo al cuadrado para obte-

ner el coeficiente de determinación

(r2). Este valor muestra la cantidad

de variabilidad en una variable que

es explicada por la otra variable, y

se expresa generalmente como un

porcentaje (multiplicando el r2 por

cien). Por ejemplo, si la correlación

entre la fuerza y la velocidad es r =

0.8, entonces r2 = 64% (0.8 x 0.8 x

100), es decir, un 64% de la varia-

bilidad de la fuerza se explica por

la variabilidad de la velocidad. Esto

implica que hay un 36% de la varia-

Figura 10Correlaciones. De izquierda a derecha: correlación positiva perfecta, ninguna correlación, correlación negativa perfecta.

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Figura 11La barra de fórmulas indica la función necesaria para calcular el coeficien-te de variación. El coeficiente de determinación (R o r2) se calcula en la celda K31.

bilidad de la fuerza que se explica

por otras variables. El cálculo de

los coeficientes de correlación y

de determinación con la Excel se

muestra en la figura 11.El uso de

herramientas de análisis estadís-

tico como correlaciones y coefi-

cientes de determinación es un

método efectivo para demostrar

relaciones basadas en la evidencia

en el ámbito del entrenamiento.

Por ejemplo, muchos entrenado-

res discuten sobre la importancia

del entrenamiento de la velocidad

para la competición. Si se demues-

tra que esta cualidad física está

relacionada con la fuerza muscu-

lar y con la altura del salto vertical,

pueden diseñarse programas de

entrenamiento más eficaces para la

mejora del rendimiento de nuestros

deportistas.

CONCLUSIONES

En resumen, la primera tarea en el

análisis de datos es determinar la

calidad del proceso de recogida de

los datos. Esto puede ser llevado

a cabo realizando gráficas de los

valores medios de cada intento

y evaluando la posible presencia

de sesgos sistemáticos; contro-

lando que el atleta haya calentado

adecuadamente, no esté fatigado o

esté familiarizado con el test. Poste-

riormente, es posible comprobar la

fiabilidad de las mediciones utili-

zando el CV, el cual se ha comen-

tado que debería ser inferior al 10%;

no obstante, cuando se llevan a

cabo pruebas de valoración de la

condición física, deberíamos exigir

una variabilidad inferior al 5%.

Tras completar los pasos anterio-

res, se pueden analizar los datos

para evaluar la eficacia de un

programa de entrenamiento. Para

ello se puede utilizar el SWC asegu-

rándose de que el valor objetivo

quede fuera del error de la medi-

ción proporcionado por el CV. Si

este no es el caso, la SD intersujetos

puede ser multiplicada por otras

valores de referencia más altos, o

utilizar el doble del CV. Este último

procedimiento puede proporcio-

nar metas no reales a conseguir si

el CV es >3%. Una última opción es

establecer metas de entrenamiento

para cada deportista en función de

su SD o CV.

Finalmente, si los datos recogidos

se comparan con el rendimiento

anterior del mismo equipo o de otro

diferente, la magnitud del cambio

observado puede calcularse y

proporcionarse objetivamente con

el ES. Más allá de esto, para justi-

ficar determinados métodos de

entrenamiento e identificar los

factores de rendimiento clave para

una determinada prueba, se puede

llevar a cabo un análisis de correla-

ción; en este sentido el tamaño de

la muestra es imprescindible para

obtener resultados significativos.

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REFERENCIAS

1. Cohen J. Statistical Power Analysis for the Behavioral Sciences (2nd ed). Hillsdale, NJ:

Lawrence Erlbaum, 1988.

2. Field A. Discovering Statistics Using IBM SPSS (4th ed). London, England: Sage, 2013.

3. Hopkins W. How to interpret changes in an athletic performance test. Sports-cience 8:1–7, 2004.

4. Hopkins W, Marshall S, Batterham A, and Hanin J. Progressive statistics for studies in

sports medicine and exercise science. Med Sci Sports Exerc 41: 3–12, 2009.

5. Rhea MR. Determining the magnitude of treatment effects in strength training research

through the use of the effect size sta-tistic. J Strength Cond Res 18: 918–920, 2004.

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