¿Qué ver en el Prado?

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¿Qué ver en el Prado? Título: La crucifixión Autor: Juan de Flandes Fecha: 1509-19 Técnica: óleo sobre tabla Movimiento: Renacimiento Nuestro punto de vista es desde abajo: vemos como el objeto dominante es la cruz, y que alrededor de ella se colocan el resto de los objetos y personajes. Del lado izquierdo podemos ver a la Virgen María, al apóstol Juan, a María de Celofás (que se dice que fue la hermana de la virgen) y a María Salomé (que se sabe que fue una seguidora de Jesús, y se cree que fue la madre de Santiago y Juan, a la vez que otra de las hermanas de María Virgen). Por otro lado, en la parte izquierda, podremos ver, en primer plano, a un soldado de espaldas, y más hacia al fondo vemos a dos hombres en caballo y a María Magdalena. Justo en frente de la cruz vemos unos objetos, los cuales guardan un gran simbolismo: las piedras preciosas reflejan el paraíso que nos es accesible gracias al sufrimiento de Jesús, mientras que la calavera y los huesos aluden al lugar de esta escena, que es el Gólgota, donde se cree que está enterrado el cuerpo de Adán. Si nos fijamos en el paisaje, veremos que se trata de un lugar árido (esto se explica ya que el autor era de Castilla, por lo que se vió influenciado por su paisaje). La nube negra que se acerca simboliza la oscuridad que el apóstol Lucas narra en la Biblia: “las tinieblas cubrieron toda la tierra hasta la hora de la nona, oscureciéndose el Sol”. Hay algunas teorías que dicen que esto fue causado por un eclipse solar, que oscureció todo el cielo durante unos instantes. Para finalizar, vemos unas aves, las cuales podrían estar esperando a que el hijo de dios diese fin a su vida para poder aprovechar su cuerpo. Título: Las hilanderas / La fábula de Aracne Autor: Velazquez Fecha: 1657 Técnica: óleo sobre lienzo Movimiento: Barroco Durante mucho tiempo se pensó que este era un cuadro de género, es decir, que unicamente mostraba una escena cotidiana, la de una jornada laboral en la fábrica de tapices. Esto es así porque en primer plano observamos a cinco mujeres, hilanderas, que preparan las lanas, mientras que al fondo podemos divisar a tres mujeres ricas que

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¿Qué ver en el Prado?Título: La crucifixiónAutor: Juan de FlandesFecha: 1509-19Técnica: óleo sobre tablaMovimiento: Renacimiento

Nuestro punto de vista es desde abajo: vemos como el objeto dominante es la cruz, y que alrededor de ella se colocan el resto de los objetos y personajes. Del lado izquierdo podemos ver a la Virgen María, al apóstol Juan, a María de Celofás (que se dice que fue la hermana de la virgen) y a María Salomé (que se sabe que fue una seguidora de Jesús, y se cree que fue la madre de Santiago y Juan, a la vez que otra de las hermanas de María Virgen). Por otro lado, en la parte izquierda, podremos ver, en primer plano, a un soldado de espaldas, y más hacia al fondo vemos a dos hombres en caballo y a María Magdalena.

Justo en frente de la cruz vemos unos objetos, los cuales guardan un gran simbolismo: las piedras preciosas reflejan el paraíso que nos es accesible gracias al sufrimiento de Jesús, mientras que la calavera y los huesos aluden al lugar de esta escena, que es el Gólgota, donde se cree que está enterrado el cuerpo de Adán.

Si nos fijamos en el paisaje, veremos que se trata de un lugar árido (esto se explica ya que el autor era de Castilla, por lo que se vió influenciado por su paisaje). La nube negra que se acerca simboliza la oscuridad que el apóstol Lucas narra en la Biblia: “las tinieblas cubrieron toda la tierra hasta la hora de la nona, oscureciéndose el Sol”. Hay algunas teorías que dicen que esto fue causado por un eclipse solar, que oscureció todo el cielo durante unos instantes. Para finalizar, vemos unas aves, las cuales podrían estar esperando a que el hijo de dios diese fin a su vida para poder aprovechar su cuerpo.

Título: Las hilanderas / La fábula de AracneAutor: VelazquezFecha: 1657Técnica: óleo sobre lienzoMovimiento: Barroco

Durante mucho tiempo se pensó que este era un cuadro de género, es decir, que unicamente mostraba una escena cotidiana, la de una jornada laboral en la fábrica de tapices. Esto es así porque en primer plano observamos a cinco mujeres, hilanderas, que preparan las lanas, mientras que al fondo podemos divisar a tres mujeres ricas que parecen ver una escena mitológica en la pared.

Sin embargo, hoy sabemos que este lienzo no solo muestra una escena cotidiana, si no que esta tiene un sentido mitológico: nos está ilustrando la fábula de Atenea y Aracne, en una escena del mito de Aracne que se describe en el libro sexto de Las Metamorfosis de Ovidio: Una joven lidia, Aracne, tejía tan bien que las gentes de su ciudad comenzaron a comentar que tejía mejor que la diosa Atenea, inventora de la rueca. La escena del primer plano retrataría a la joven a la derecha, vuelta de espaldas, trabajando afanosamente en su tapiz. A la izquierda, la diosa Atenea finge ser una anciana, con falsas canas. Sabemos que se trata de la diosa porque, a pesar de su aspecto envejecido, Velázquez muestra su pierna, de tersura adolescente.

En el fondo, se representa el desenlace de la fábula. El tapiz confeccionado por Aracne está colgado de la pared; su tema constituye una evidente ofensa contra Atenea, ya que Aracne ha representado varios de los engaños que utilizaba su padre, Zeus, para conseguir favores sexuales de mujeres y diosas. Frente al tapiz, se aprecian dos figuras. Son la diosa, representada con sus atributos (como el casco), y ante ella la humana rebelde, que

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¿Qué ver en el Prado?viste un atuendo de plegados clásicos. Están colocadas de tal manera que parecen formar parte del tapiz. Otras tres damas contemplan cómo la ofendida diosa, en señal de castigo, va a transformar a la joven Aracne en araña, condenada a tejer eternamente.

Título: El caballero de la mano en el pechoAutor: El GrecoFecha: 1580Técnica: óleo sobre lienzoMovimiento: manierismo

Estamos ante un retrato de identidad desconocida, aunque hoy se considera que es el marqués de Montemayor, notario mayor de Toledo, pero hasta hace poco se ha pensado que podría ser una representación de Miguel de Cervantes Saavedra.

Es uno de los retratos españoles más conocidos en el mundo. Un caballero con la mano en el pecho mira al espectador como si hiciese un pacto con él. La postura de la mano parece un gesto de juramento. Este hombre está vestido de forma fina y elegante y porta una espada dorada. De oro es también el medallón con cadena que lleva. En su tiempo se convirtió en la representación clásica y honorable del español del Siglo de Oro (el cual fue un período de florecimiento del arte y la literatura en España, que coincidió con el auge político y posterior declive de la dinastía de los Austrias ó Habsburgo españoles. ).

En la reciente restauración que se hizo, se descubrió que el fondo no era negro sino gris claro, lo que resalta la figura, además de una luz exterior que ilumina el rostro. Igualmente, puso en evidencia los ricos matices en el ropaje oscuro, lo que confirma la influencia de la escuela veneciana.

Título: Las meninasAutor: VelázquezFecha: 1656Técnica: óleo sobre lienzoMovimiento: barroco

Las meninas, también conocido como La familia de Felipe IV, se considera la obra maestra del pintor del siglo de oro, Diego Velázquez.

El tema central es el retraro de la infanta Margarita de Austria, colocada en primer plano, rodeada de sus sirvientes, “las meninas”, aunque también se representan a más personajes. En el lado izquierdo, por ejemplo, observamos una parte de un gran lienzo, detrás del que se encuentra el propio pintor, que se autorretrata trabajando en él. El punto de fuga de la composición se encuentra cerca del personaje que aparece al fondo abriendo una puerta (ese era su oficio). Un espejo colocado al fondo refleja las imágenes del rey Felipe IV y su esposa Mariana de Austria, medio del que se valió el pintor para, según creen algunos historiadores, mostrar el reflejo de los reyes entrando a la sesión de pintura.

Las figuras del primer plano están realizadas con pinceladas sueltas y largas, con pequeños toques de luz. La falta de definición aumenta hacia el fondo, que hasta deja a algunas figuras en penumbra. El espacio arquitectónico es más complejo que en otros cuadros del pintor, siendo el único donde aparece el techo de la habitación. La profundidad del ambiente está acentuada por la alternancia de las jambas de las ventanas y los marcos de los cuadros colgados en la pared derecha, así como la secuencia en perspectiva de los ganchos de araña del techo. Este escenario en penumbra resalta el grupo fuertemente

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¿Qué ver en el Prado?iluminado de la infanta.

Ahora, vamos a centrarnos un poco más en los personajes:1º: La infanta Margarita: esta es una niña en el momento que se hace esta pintura,

donde es la figura principal. Tenía unos 5 años y alrededor de ella gira toda la representación. Fue uno de los personajes de la familia real que más veces retrató Velázquez, ya que desde muy joven estaba comprometida con su tío materno, y los retratos del autor eran enviados a este para que pudiese ver el aspecto de su prometida.

2º: Isabel de Velasco: es la niña que está representada a nuestra derecha en posición de reverencia, la cual era la hija de un conde que estaba entre las amistades del rey. Contrajo matrimonio con el duque de Arcos y murió tras haber sido dama de honor de la infanta.

3º: María Agustina Sarmiento de Sotomayor: es la hija del conde de Salvatierra y heredera del Ducado de Abrantes. Es la otra menina, situada a nuestra derecha. Está ofreciendo agua en un búcaro, una pequeña vasija de arcilla perfumada que refrescaba el agua. La menina inicia el gesto de reclinarse ante la infanta real, gesto propio del protocolo de palacio.

4º: Mari Bárbola: ella entró en palacio el año en que nació la infanta y la acompañaba siempre. Es la enana acondroplástica que vemos a nuestra izquierda.

5º: Nicolasito Pertusato: es un enano de origen noble, que lllegó a ser ayuda de cámara del rey. En la pintura se sitúa en primer plano junto a un perro mastín.

6º: Marcela de Ulloa: era la encargada de cuidar y vigilar a todas las doncellas que rodeaban a la infanta Margarita. Se encuentra representada con vestiduras de viuda y conversando con otro personaje

7º: El personaje que está al lado de Marcela, medio en penumbra, es el unico del que no tenemos nombre, pues lo mencionan solamente como un guardadamas.

8º: Velázquez: se encuentra de pie, delante de un gran lienzo y con la paleta y el pincel en sus manos y la llave de ayuda de cámara a la cintura. El emblema que luce en el pecho fue pintado más tarde, cuando fue admitido como caballero de la Orden de Santiago.

9º: Felipe IV y Mariana de Austria: aparecen reflejados en un espejo, colocado en el centro y fondo del cuadro.

En el primer plano, se puede observar, además, a un perro, un mastín españo, que está en actitud de reposo, sin inquietarse cuando siente el pie del enano.

Título: El sueño de JacobAutor: José de RiberaFecha: 1639Técnica: óleo sobre lienzoEstilo: barroco

El sueño de Jacob es uno de los cuadros más importantes de José de Rivera. En él representa un episodio del génesis en el que el patriarca Jacob se queda dormido camino de Harán y tiene un profundo sueño en el que ve una escalera celestial por la que suben y bajan ángeles.

Ribera se centra en la figura de Jacob, a la que sitúa en el centro de la composición, recostado sobre el brazo izquierdo y de una manera profundamente realista y lo representa con gran naturalismo a modo de un pastor de ovejas apoyado sobre un tronco, casi despojado de sus hojas, que le sirve al pintor para acentuar el desarrollo horizontal de la composición.

Para acentuar el carácter realista del cuadro, Ribera, representa la escalera celestial insinuada por un haz de luz bajo un cielo gris y azul. Se trata de una luz fuerte y clara que

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¿Qué ver en el Prado?ilumina el rostro de Jacob y Ribera hace surgir los ángeles mediante pinceladas rápidas y esenciales que se difuminan y confunden en el torbellino de luz.

Título: Fundación de Santa María Maggiore de Roma. El sueño del patricio Juan Autor: MurilloFecha: 1664 - 1665 Técnica: óleo sobre lienzoEstilo: barroco

Don Justino de Neve y Yébenes, canónigo de la catedral de Sevilla, encarga en 1665 a Murillo la decoración de la iglesia de Santa María la Blanca. La serie estaba formada por cuatro escenas de formato semicircular en las que se exaltaba la devoción mariana.

El Sueño del Patricio y la Visita al Pontífice narran la legendaria historia de la fundación de la iglesia de Santa María la Mayor en Roma.

El Sueño del Patricio Juan recoge la primera parte de la leyenda, según la cual la Virgen y el Niño se aparecieron al patricio y a su esposa en sueños para solicitarles que, con el dinero que le habían legado con tan gran devoción, edificasen una iglesia sobre el monte Esquilino, en cuya cima había trazado María la planta del templo con una nevada milagrosa, pues era la noche del 5 de agosto.

Murillo nos muestra al patricio y a su mujer durmiendo sentados, en posturas algo forzadas, mientras que la Virgen y el Niño se sitúan por encima de ellos, rompiendo la penumbra en la que se encuentra la estancia donde descansa la pareja, agotados tras la intensa jornada.

A la izquierda se abre la habitación para dejarnos ver el monte nevado que señala María. Las figuras del patricio y su esposa están realizadas con el mayor naturalismo posible, como si estuviésemos fisgando por un agujero.

Las telas, los pliegues, el perro, todo está pintado al detalle y transmite un sorprendente realismo. Contrastando con ambos personajes nos encontramos con la mayor idealización de María y Jesús, envueltos en un halo anaranjado que explica la aparición.

Título: Agnus Dei (Cordero de Dios)Autor: Francisco de ZurbaránCronología: 1635 - 1640Técnica: Óleo sobre lienzoEstilo: barroco

El Agnus Dei es una de las obras más sobrias y emotivas del pintor barroco Francisco Zurbarán. Zurbarán (1598 – 1664) ha sido una de las figuras más representativas del panorama artístico del siglo de Oro español. Su pintura se convirtió en uno de los iconos de la Contrarreforma y en el pintor religioso por excelencia.

En esta ocasión nos encontramos con un tema común en la estética barroca que Zurbarán representó en diversas ocasiones, el Agnus Dei o Cordero Místico. Se trata de un icono tradicional en el arte cristiano que relaciona la figura del cordero con Jesucristo, entendido éste como el cordero entregado en sacrificio por Dios Padre para conseguir la salvación de todos los hombres. Así mismo el Agnus Dei está relacionado con la cita atribuida a San Juan Bautista: “he aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.

Realizada en óleo sobre lienzo, se trata de un cuadro de pequeñas dimensiones – apenas 38 cm de altura y 60 de ancho- que representa un pequeño cordero atado de pies y manos y dispuesto para el sacrificio. El pequeño animal se encuentra situado sobre una

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¿Qué ver en el Prado?desierta mesa de color grisáceo y un fondo negro que hace resaltar la blancura de su pelaje. Éste aún está vivo, con la mirada baja como si fuese consciente de su inminente destino. Su disposición, con las patas puestas hacia el espectador, ayuda a crear profundidad.

Especial mención merece en la obra el tratamiento lumínico en el que aún observamos resquicios de esa tendencia tenebrista; la luz es natural pero se encuentra muy dirigida creando potentes contrastes lumínicos que pasan desde la intensidad con la que está iluminada el animal a la más absoluta sombra del fondo.También es destacable la capacidad del artista para captar las representaciones táctiles y los distintos matices de las calidades, así se contrapone la suavidad del pelaje del animal casi palpable con la rudeza de la mesa.

Título: Bodegón de caza, hortalizas y frutasAutor: Sánchez CotánFecha: 1602Técnica: óleo sobre lienzoEstilo: barrocoEste bodegón, obra de Juan Sánchez Cotán (1560-1627), es una de las

primeras naturalezas muertas del Barroco español. Juan Sánchez Cotán es considerado como el creador de las características propias del bodegón español, en el que el naturalismo y la importancia de los vegetales frente a los animales muertos fue una constante en todos los pintores españoles que pintaron bodegones.

Como su nombre indica, las naturalezas muertas no representan nada vivo. Vegetales, caza, vajilla, útiles cotidianos, etc.

En este bodegón se representan varios pájaros cazados, como gorriones, serines, jilgueros y dos perdices. Unas frutas colgando, limones y manzanas, y en la parte inferior tres zanahorias y dos rábanos.

Se conocen varios bodegones de este autor, todos ellos caracterizados por incorporar vegetales “humildes” perfectamente dibujados y asociados a la idea de pobreza. Serían los vegetales que se cultivaban en un monasterio, que es donde vivió desde que ingresó un año después de pintar este bodegón en la orden cartujana.

Título: la maja desnuda

Autor: Goya

Cronología: antes de 1800

Técnica: óleo sobre lienzo

Estilo: neoclasicismo

El cuadro es una obra de encargo pintada antes de 1800, en un periodo que estaría entre 1790 y 1800, fecha de la primera referencia documentada de esta obra. Luego formó pareja con La maja vestida, datada entre 1800 y 1808,2 probablemente a requerimiento de Manuel Godoy.

En ambas pinturas se retrata de cuerpo entero a una misma hermosa mujer recostada plácidamente en un lecho y mirando directamente al observador. Aunque no se trata de un desnudo mitológico, sino de una mujer real, contemporánea a Goya, e incluso en su época se le llamó La gitana, las primeras referencias al cuadro refieren a una Venus.

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¿Qué ver en el Prado?Aunque se ubica dentro de la estética del neoclasicismo, como otras del mismo pintor, esta obra de Goya es audaz y atrevida para su época, como audaz es la expresión del rostro y actitud corporal de la modelo, que parece sonreír satisfecha y contenta de sus gracias. Más aún, es la primera obra de arte (conocida) en la cual aparece pintado el vello púbico femenino, lo cual resalta el erotismo de la composición.

Cabe destacar la particular luminosidad que Goya da al cuerpo de la desnuda, luminosidad que contrasta con el resto del ambiente, y junto a esa luminosidad la típica expresividad que Goya sabe dar a los ojos.

Si en la cultura occidental hasta Goya y desde hacía siglos casi siempre se recurría a subterfugios para representar a la mujer desnuda (por ejemplo temas míticos), en La maja desnuda tenemos a una mujer real.

Título: Los fusilamientos /El 3 de mayo en Madrid

Autor: Goya

Fecha: 1814

Técnica: óleo sobre lienzo

Estilo: prerromanticismo

La intención de Goya al elaborar este cuadro era plasmar la lucha del pueblo español contra la dominación francesa en el marco del Levantamiento del dos de mayo, al inicio de la Guerra de la Independencia Española.

Puede decirse que es pionera de una nueva generación pictórica, que rompe con las costumbres artísticas impuestas por el cristianismo y el Antiguo Régimen, ya en decadencia. No tiene ningún precedente en las pinturas de guerra y es reconocida como una de las primeras obras de lo que se conoce como arte contemporáneo.

Entre los personajes que van a ser asesinados existe una enorme diversidad: -un religioso en actitud de oración; -un hombre con gorra que espera con resignación su inminente destino; -el hombre en primer plano, que alza las manos al cielo.Incluso es posible la categorización de los prisioneros en tres grupos: los ya muertos,

los que están siendo fusilados y los que aguardan su turno. La irrupción de la mujer en el cuadro es notoria, aunque es una sola fémina.

La lámpara que yace en el suelo se transforma en la fuente de luz, perceptible en la tonalidad amarillenta que muestra el cuadro en su parte central, para toda la obra, y la mayor parte de la iluminación recae en los muertos localizados en la izquierda y en el fraile que reza arrodillado.

En el desorden que refleja el conjunto de las figuras subyace el deseo de Goya por únicamente conmemorar a las víctimas, pero no crea un fortísimo sentimiento patriótico que ensombrezca al rey Fernando.

El grupo de militares erecto en el lado derecho está sumido por completo en la sombra y aparentan formar un conjunto monolítico. Al observarse desde la distancia podría parecer que las bayonetas, los uniformes y el resto de las armas se han metamorfoseado en artefactos implacables e inmutables. Tampoco se pueden contemplar las caras de los soldados, pero una de las víctimas reacciona horrorizada al mirar a los soldados, convirtiéndose ambos gestos en una fuente inagotable de dramatismo para la obra —en

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¿Qué ver en el Prado?especial si se admira el cuadro desde lejos—.

El papel de la multitud de personas que se mantienen alejados de la ejecución y que cargan antorchas no se ha dilucidado, pero las dos hipótesis más difundidas establecen que se trata de soldados o de simples curiosos.

Título: La Anunciación

Autor: Fra Angelico

Fecha: 1425-28

Técnica: témpera sobre tabla

Estilo: renacentista

Esta obra fue realizada para el altar derecho de la iglesia del convento de Santo Domingo en Fiesole, Florencia. El famoso retablo del convento se conforma a través de una tabla superior más grande en la que aparece representada la Anunciación, en la predela (parte inferior del retablo que se dispone a modo de banco corrido) aparecen las escenas de:El nacimiento y desposorio de la Virgen, La visitación, La epifanía de los Reyes Magos, La purificación y por último El tránsito de la Virgen.

Fra Angelico representa en su obra dos escenas íntimamente ligadas:

-Por un lado, en la parte derecha de la tabla y ocupando la mayor parte de ésta, aparecen representados María y el arcángel San Gabriel. La Virgen sedente estaba leyendo a la llegada del ángel, ha posado el libro en su regazo y cruza las manos sobre su pecho inclinándose para realizar una reverencia. El arcángel llegado desde el cielo, responde con la misma reverencia a la Madre de Dios. Ambos personajes son rubios, de rasgos estilizados y poco proporcionados, sus dimensiones (demasiado grandes) nos remiten todavía a ecos medievalistas de proporciones jerárquicas.

Ambos personajes están cobijados bajo un pórtico abierto realizado en mármol. Al fondo una estancia abierta en la que se dejan ver algunos sencillos muebles induce a la profundidad.

-Por otro lado, la parte izquierda de la tabla está ocupada por la expulsión del paraíso de Adán y Eva. Ambos ya vestidos y completamente avergonzados son expulsados del Edén por un ángel. Sobre ellos, en la esquina superior derecha, las manos de Dios asoman resplandecientes enviando un haz de luz y al Espíritu Santo, representado en forma de paloma, hacia la joven María.

El simbolismode la obra es patente: Adán y Eva, los primeros padres, fueron el origen del pecado, la caída del hombre. María, es la madre del Salvador, con ella comienza la salvación del hombre y el fin del pecado.

Título: El tránsito de la virgen

Autor: Andrea Mantegna

Fecha: hacia 1462

Técnica: mixta sobre tabla

Estilo: renacimiento

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¿Qué ver en el Prado?

Se trata de una tabla de pequeño tamaño que describe un temareligioso, la muerte de la Virgen María. En realidad, era más grande, pues le falta la parte superior, en la que estaba representada la figura de Jesucristo bajo una bóveda, rodeado de ángeles que recogen el alma de la Virgen.

Aquí aparecen los apóstoles, formando un grupo majestuoso de severos ropajes, todos alrededor de la cama en la que yace la Virgen María. Los símbolos que llevan en las manos (cirios, palmas, libro de difuntos, incensario) les sirven para rendir homenaje a la Virgen. El gesto de todos ellos es acongojado.

No hay doce apóstoles, sino once. El que falta no es Judas Iscariote, pues tras su suicidio, los once apóstoles restantes se reunieron para elegir a Matías para completar el numero de apóstoles enviados a las doce tribus de Israel. Por lo tanto, se cree que el que falta sería Tomás, que estaría evangelizando tierras lejanas en ese momento.

Las figuras se enmarcan en una arquitectura típicamente renacentista. Al fondo, se ve un paisaje con un lago, representando los lagos que había en la zona de Mantua, hoy desecados; sobre ellos se tiende un puente, llamado de San Giorgio. De esta manera, la escena parece transcurrir en el Palacio Ducal de Mantua, y no en Jerusalén.

Título: Cristo muerto sostenido por un ángel

Autor: Messina

Fecha: 1475-76

Técnica: mixta sobre tabla

Estilo: renacimiento

Ante un paisaje luminoso, de verdes prados y árboles de copas redondas, un ángel lloroso sostiene a Cristo muerto. Las figuras son proporcionadas, como pintura renacentista. Cristo está representado de manera proporcionada, siguiendo la anatomía clásica. El cuerpo está desnudo, cubierto por el paño de pudor y se ve la herida del costado, de la que sale un rastro de sangre. En la mano izquierda se ve la herida del clavo. No hay expresión de dolor en el rostro de Cristo, sino serenidad; pero sí en el del ángel que lo sostiene, marcado su rostro infantil en una ligera expresión de llanto.

Esta dramática imagen del primer plano choca con el paisaje tranquilo del fondo. En el manso paisaje se observan olivos verdes en segundo plano; pero, en contraste con este árbol, se distinguen calaveras y algún tronco seco erguido que contrastan con el verde de sus alrededores y la ciudad al fondo. Éste es un claro simbolismo que representa o alude al monte Calvario (del latín, o Gólgota en arameo, cuyo significado es siempre calavera).

Título: Carlos V en la Batalla de Mühlberg

Autor: Tiziano

Fecha: 1548

Técnica: óleo sobre lienzo

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¿Qué ver en el Prado?Estilo: manierismo

El cuadro conmemora la victoria de Carlos V en la batalla de Mühlberg, acaecida el año anterior. Muestra al emperador a caballo, detenido frente al río Elba; detrás de él, sólo un bosque. Tanto la luz como los colores son cálidos, rojos, ocres. El rostro del emperador está serio e impasible. Tiziano fue muy hábil, al suavizar los rasgos menos agraciados del monarca (el prognatismo).

En este retrato ecuestre, el emperador se nos muestra como un «soldado de Cristo» en defensa de la cristiandad atacada desde su propio interior por el protestantismo. Lleva una larga lanza, que recuerda a San Jorge (quien según la leyenda mató a un dragón, bestia asociada a la herejía) y una pistola de rueda en el arzón. De todas formas, la pintura no quiso hacer énfasis en la derrota militar, y el paisaje del fondo es plácido, sin tropas ni representación alguna de los enemigos derrotados.

En esta obra, Tiziano resume los antiguos ideales caballerescos de Borgoña, que el emperador conocía, junto con abundantes referencias al mundo clásico. Carlos V solía ser llamado Cesar Carolus, en un afán por relacionarlo con los emperadores romanos. Tiziano combina los estereotipos de caballero medieval y de caudillo imperial, y crea de esta manera el mejor resumen de una imagen pública tan compleja como fue la de Carlos V, quien tenía que gestionar y mantener unido un imperio transoceánico con múltiples lenguas y culturas.

Título: el lavatorio

Autor: Tintoretto

Fecha: 1548-49

Técnica: óleo sobre lienzo

Se representa aquí una escena narrada por el Evangelio de Juan, en la que se narra cómo durante la Última Cena, Jesús se levantó de la mesa quitándose el manto y atándose una toalla a la cintura. Después de echar agua en un recipiente, se puso a lavar los pies a sus discípulos. Simón Pedro pretendió negarse, pero al insistir Jesús en que de otro modo no podría tener parte con él, accedió a que le lavase los pies, e incluso las manos y la cabeza.

El artista representa el episodio antedicho con Cristo y san Pedro en un extremo de la composición. La mayor parte del lienzo está ocupado por la estancia donde se desarrolla la Última Cena, con la mesa y los discípulos en torno a ella. En el centro destaca un perro, y detrás los apóstoles descalzándose o en diversas posturas y escorzos. En un segundo plano se estaría relatando un milagro de San Marcosnarrado por Jacobo de la Vorágine en su Leyenda dorada. El extremo de la izquierda está dominado por otro apóstol que se está desatando el calzado, cuya esculturalidad se asemeja a las poderosas anatomías de Miguel Ángel.

La composición parece descentrada, con el episodio principal desplazado a un lado del cuadro. Esto se explica por el emplazamiento original del cuadro, en la pared derecha de una estancia alargada; los creyentes verían más cerca precisamente la parte donde estaba Jesús. Además, la mesa está orientada hacia esa zona, de modo que vista la obra desde la derecha, el escorzo de la mesa acentúa el efecto de perspectiva. A ello también contribuye el pavimento de losas con formas geométricas.

En el fondo de este lado izquierdo se ven arquitecturas clásicas de una ciudad que recuerda a Venecia, con una barquichuela entre canales, en azules y blancos bañados por una

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¿Qué ver en el Prado?luz fría, lo que da un aire un tanto irreal. Los elementos arquitectónicos están inspirados en ilustraciones de Sebastiano Serlio.

Título: David el vencedor de Goliat

Autor: Caravaggio

Fecha:Hacia 1600

Técnica: óleo sobre lienzo

Estilo: barroco

El Libro I de Samuel, en su capítulo 17, recoge un pasaje de la vida de David, futuro rey de Israel, cuando, siendo todavía un muchacho, se dedicaba al oficio de pastor. En una de las batallas en las que se enfrentaron las tropas de Israel contra las de sus enemigos los filisteos, salió de entre las filas de estos últimos un hombre llamado Goliat, que infundió inmediatamente el miedo entre sus oponentes por su enorme estatura y lo aterrador de su indumentaria. Goliat desafió a los israelitas a que saliera uno de sus hombres a pelear con él. Sólo David se atrevió a enfrentarse con el gigante. Tomó su cayado, escogió de un torrente cinco piedras, las puso en su zurrón de pastor y, con su honda en la mano, se acercó al filisteo que se mofó de él al verle tan joven. Cuando ambos estuvieron lo suficientemente cerca, David lanzó una de las piedras con su honda e hirió en la frente al filisteo, que cayó de bruces sobre la tierra. Corrió entonces David hacia Goliat, se detuvo junto a él y, no teniendo ninguna espada a mano, tomó la de éste, le mató y le cortó después la cabeza.

Caravaggio representa a David en un momento no recogido en el texto bíblico, y del que, al parecer, no existen antecedentes iconográficos: aquel en que, habiendo ya decapitado a Goliat, ata sus cabellos con una cuerda, quizá con la intención de poder así arrastrar su cabeza más fácilmente hasta el campamento israelita.

Ambos protagonistas, situados en un primerísimo plano y ante un fondo oscuro, ocupan la práctica totalidad del espacio pictórico. David, de perfil, se inclina sobre Goliat -cuyo cuerpo, cabeza y mano están representados en un escorzo muy acusado- formando así un arco muy sugerente, con sus cabezas alineadas en vertical.

Caravaggio concede a la iluminación un intenso carácter expresivo, mediante el empleo de la técnica conocida como "tenebrismo", que acentúa el contraste entre las zonas oscuras y las zonas iluminadas del cuadro, siguiendo la tendencia imperante en la pintura europea durante las primeras décadas del siglo XVII, de la que él fue el principal creador. Con ella se quería intensificar la emotividad y el sentido dramático de la representación, para, siguiendo los designios del Concilio de Trento, conseguir que la imagen influyera en el espíritu del espectador.

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¿Qué ver en el Prado?

Título: La Inmaculada Concepción

Autor:Tiepolo

Fecha: 1767

Técnica: óleo sobre lienzo

Estilo: Rococó

Se representa a la Virgen tal como se narra su aparición en el Apocalipsis, capítulo 12, versículos 1-17: 1. “Y una grande señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. (...) 9. Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpienteantigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña á todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. (...) 13. Y cuando vio el dragón que él había sido arrojado á la tierra, persiguió á la mujer que había parido al hijo varón...”

Aparecen en esta escena toda una serie de símbolos relacionados tradicionalmente con la Virgen: en primer lugar, la corona de doce estrellas y sobre ella, una paloma que representa el Espíritu Santo. Se alza, envuelto en el típico manto azul celeste , sobre la esfera terrestre y una media Luna, pisando a la serpiente o dragóm que es el Diablo que lleva en la boca la manzana que hizo caer en la tentación a Adán y Eva, de manera que la Virgen aparece como redentora del Pecado Original. Uno de los ángeles porta la vara de azucenas, sobre el suelo se ve una palmera, una rosa y, entre las nubes, un espejo.

De esta manera se representaba el dogma de la Inmaculada Concepción de María para la Iglesia Católica, como el único ser humano concebido sin pecado original. Tiepolo usa colores claros, iluminando la escena con una intensa luz dorada.

Título: El Descendimiento

Autor: Weyden

Fecha: antes de 1443

Técnica: óleo sobre tabla

Estilo: Gótico

Van der Weyden se enfrenta con el problema de encajar un gran número de personajes y una escena de gran complejidad en una tabla de dimensiones no muy grandes estipulada por el comitente. El cuadro mide unos 2,6 metros de ancho por 2,2 de alto.

El tema es religioso, típico de la pintura gótica: Cristo bajado de la cruz. Los Evangelios hablan de ello: José de Arimatea pidió a Poncio Pilatoque le dejara llevarse el cuerpo de Jesucristo para enterrarlo. A pesar de que el Nuevo Testamento no lo describe con detalle, la pintura, y el arte en general lo ha representado una y otra vez.

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¿Qué ver en el Prado? Las clavos ya se han quitado y el cuerpo de Cristo es bajado de la cruz, recibido por

los brazos de José de Arimatea. Dio lugar a composiciones de solo tres figuras: Cristo,José de Arimatea (el padre de la Virgen María )y Nicodemo. Posteriormente se añadieron personajes «auxiliares» entre ellas, la Virgen María y el apóstol Juan.

Weyden encaja a las figuras en un espacio apaisado, en forma de urna. El fondo es liso, de color dorado, semejando un tablero; de este modo, las figuras parecen esculturas policromadas. Tradicionalmente, los retablos escultóricos eran más costosos y cotizados que los pintados; se puede decir que el artista recreó con trucos ópticos un grupo escultórico que hubiese resultado mucho más caro. El fondo de oro tiene además un sentido simbólico, como ya se le daba en Egipto: simboliza la eternidad y es propio de lo divino.

En el primer término, abajo, hay un pequeño fragmento de paisaje, con pequeñas plantas, un hueso alargado y unacalavera junto a la mano de María desmayada. Presentar un pequeño matorral vivo junto a la calavera podría aludir a la la vida después de la muerte, tal como sostienen lascreencias cristianas . La ausencia de paisaje en el resto del cuadro centra toda la atención en las figuras, que se alojan en un espacio reducido. Tal como se describe en los Evangelios, José de Arimatea envuelve el cuerpo de Cristo en un paño blanco del lino, impregnado de sustancias aromáticas. Aparece un anciano de barba blanca identificado como Nicodemo. José de Arimatea y Nicodemo sostienen el cuerpo exánime de Cristo con la expresión de consternación a que obliga el fenómeno de la muerte.

Hay dos parejas de figuras que se representan paralelamente: María Magdalena y Juan en los extremos englobando el grupo en una especie de paréntesis , y la Virgen María y su hijo Jesucristo en el centro. Al lado derecho, María Magdalena se dobla, consternada por la muerte de Cristo. Es la figura más lograda de todo el cuadro en cuanto a la expresión del dolor. Su movimiento corporal se repite en la joven figura de Juan, vestida de rojo, en el borde izquierdo. Por su parte, la Virgen María es representada sufriendo un desfallecimiento y doblándose. Jesucristo aparece en la misma posición que su madre, lo que significa que los dos sufren el mismo dolor.

Van der Weyden ha representado a María Magdalena con un cinturón que simboliza la virginidad y la pureza. Este cinturón se encuentra alineado con los pies de Cristo y la cabeza de la Virgen, y en él aparece una inscripción que hace referencia a ambos: IHESVS MARIA. La vestimenta de los personajes sirve como símbolo de su clase social. Ninguna de ellas permitía representar las calidades de los objetos y de las telas como la pintura al óleo. De esa manera, Van der Weyden en esta pintura se explaya, en la concreción de las calidades y dependiendo de la clase social del personaje selecciona visón, seda, brocados, raso de azul, lapislázuli para la Virgen...

Título: El jardín de las Delicias

Autor: El Bosco

Fecha: 1500-1505

Técnica: óleo sobre tabla

Estilo: Renacimiento

Se trata de un tríptico pintado al óleo sobre tabla:

El cuadro cerrado en su parte exterior alude al tercer día de la creación del mundo. Se representa un globo terráqueo, con la Tierra dentro de una esfera rransparente, símbolo, según

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¿Qué ver en el Prado?Tolnay, de la fragilidad del universo. Solo hay formas vegetales y minerales, no hay animales ni personas. Está pintado en tonos grises, blanco y negro, lo que se corresponde a un mundo sin el Sol ni la Lunaaunque también es una forma de conseguir un dramático contraste con el colorido interior, entre un mundo antes del hombre y otro poblado por infinidad de seres.

En la esquina superior izquierda, aparece una pequeña imagen de Dios, con una tiara y la Bibliasobre las rodillas. En la parte superior se puede leer la frase, extraída del salmo 33,IPSE DIXIT ET FACTA S(U)NT / IPSE MAN(N)DAVIT ET CREATA S(U)NT, que significa «Él lo dijo, y todo fue hecho. Él lo mandó, y todo fue creado». Otros interpretan que pudiera representar la Tierra tras el Diluvio Universal.

Al abrirse, el tríptico presenta, en el panel izquierdo, una imagen del paraíso donde se representa el último día de la creación, con Eva y Adán, y en el panel central se representa la locura desatada: la lujuria. En esta tabla central aparece el acto sexual y es donde se descubren todo tipo de placeres carnales, que son la prueba de que el hombre había perdido la gracia. Por último tenemos la tabla de la derecha donde se representa la condena en el infierno; en ella el pintor nos muestra un escenario apoteósico y cruel en el que el ser humano es condenado por su pecado.

Panel izquierdo: El jardín del Edén

El postigo de la izquierda representa el Paraíso terrenal. Al fondo puede verse la Fuente de la Vida. En primer plano hay una escena del todo atípica ya que no representa ni la creación de Eva de la costilla de Adán, tampoco el modo de comportarse en el jardín, ni la reconvención que sigue a la expulsión del paraíso, los únicos temas relatados en el Génesis en relación con este episodio. En esta curiosa y original escena aparecen Dios, Eva y Adán, que está despierto, lo que sólo aparece en miniaturas, y Dios le está presentando a Eva, recién creada. Dios está representado de una manera anticuada para los tiempos del Bosco: como Jesucristo.

Eva se encuentra arrodillada en el suelo y toma de la mano a Dios. Adán, tumbado, mira a la futura pecadora. Junto al primer hombre y la primera mujer aparece el Árbol de la vida, y en un segundo plano, a la derecha, elÁrbol del bien y del mal (una palmera, también llamado el árbol de la ciencia), ya que alrededor de él se enrolla la serpiente tentadora. Dado que en el siguiente panel se representa un mundo lujurioso, se ha interpretado esta tabla como el preludio de lo que después acontecerá.

Aparecen en la obra animales reales, pero extremadamente exóticos, en la época de El Bosco, como jirafas, elefantes, leones, leopardos, cuando África era prácticamente desconocida en Europa. El autor sólo pudo tener referencia de esas bestias a través de los «Bestiarios mitológicos» medievales (que sin duda superó con creces) y los dibujos que comenzaban a circular gracias a la imprenta, sobre todo los que tenían Egipto como tema principal. Varios signos de hostigamiento irrumpen el idílico escenario del Edén, los animales se enfrentan unos a otros: un león derriba a un ciervo y se dispone a comerlo, un extraño bípedo es perseguido por un jabalí. En el estanque, las disputas entre los animales vuelven a reanudarse: un leopardo lleva en la boca un ratón, un ave devora una rana. Son señales ajenas a la paz paradisíaca que suelen interpretarse como aviso de pecado.

Panel central: El jardín de las delicias

Un falso paraíso en el que la humanidad ya ha sucumbido en pleno al pecado, especialmente a la lujuria, y se dirige a su perdición. Decenas de símbolos diferentes, cuyas claves solo pueden sospecharse, pueblan este espacio opresivo y angustioso en el que la locura se ha apoderado del mundo.

Aparecen tanto hombres como mujeres, blancos y negros, desnudos. Se muestran todo tipo de relaciones sexuales y escenas eróticas, principalmente heterosexuales, pero también homosexuales y onanistas. Además, aparecen también relaciones eróticas o sexuales entre animales, e incluso entre plantas.

La parte inferior de la tabla está dominada por numerosos desnudos, en grupos o en parejas,

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¿Qué ver en el Prado?junto con extrañas plantas, minerales y conchas o comiendo grandes frutos. Todas las frutas (cerezas, frambuesas, fresas,uvas, madroños, etc.), son una clara alusión a los placeres sexuales. En la Edad Media, la expresión «coger fruta» equivalía a tener comercio carnal. Pero, al mismo tiempo, las frutas simbolizan la fugacidad de dicho placer, pues pasan en unos días de la frescura a la putrefacción.

Las extrañas estructuras que aprisionan y oprimen a los personajes, a veces son como pompas, otras como costras, o conchas. Dan a conocer indirectamente que el pecado se apodera del ser humano, lo corrompe y atrapa para siempre. Muchas de estas estructuras recuerdan a alambiques o matraces, lo que hace que algunos historiadores consideren que muy probablemente, los significados intrínsecos de la obra se hallen vinculados al mundo de la alquimia.

Los estanques no son limpios, sino focos de concupiscencia, fuente y origen de todos los males que refleja la pintura; de hecho, en aquella época, referirse al baño podía aludir al Venus y , por lo tanto, al amor carnal. En el centro de la tabla aparece un estanque, cuya forma circular queda subrayada por un cortejo de jinetes, compuesto casi exclusivamente por hombres desnudos montados en animales variados, reales o fantásticos, como leopardos, panteras, leones, unicornios,etc , tomados de los bestiarios medievales. Se ha interpretado la aparición de esos animales como símbolos de la lujuria.

Panel derecho: El infierno

También es conocido como El infierno musical, por las múltiples representaciones de instrumentos musicalesque aparecen. Se ignora por qué El Bosco asocia la música con el pecado. Ha pintado los tormentos del infierno, a los que está expuesta la Humanidad. Describe un mundo onírico, demoníaco, opresivo, de innumerables tormentos. La tabla se puede dividir en tres niveles:

En el nivel superior se ve la típica imagen del infierno, con fuego y torturas. Las arquitecturas están sumidas en extrañas iluminaciones fosforescentes. Ese incendio, que realmente representa el paisaje nocturno de una ciudad en llamas, se ha relacionado con un trauma del pintor, que vio cuando era niño como su localidad natal era pasto del fuego. Ciertamente, estas representaciones de ciudades en llamas se pueden ver en otros cuadros del autor. La atmósfera resulta totalmente demoníaca. La crítica parece coincidir en que el cuchillo unido a las dos orejas es un genital masculino, mientras que la gaita que un monstruo sostiene sobre la cabeza podría ser un elemento homosexual o, tal vez, femenino.

En la parte central, aparece un mundo onírico, con criaturas fantásticas, y cuya figura central en un «hombre-árbol», conocido también por un dibujo autógrafo del Museo Albertina de Viena. Mira directamente al espectador. Se ha interpretado en numerosas ocasiones como el rostro del propio artista y que con un torpe vendaje intenta ocultar una llaga producida por la sífilis. Sobre la cabeza lleva un disco, en el que bailan pequeños monstruos junto a una gran gaita con aspecto de alambique. Sus brazos son como troncos de árbol y están descansando sobre barcas. Su tórax está abierto y hueco como una cáscara de huevo, y en su interior hay más seres. Debajo de él hay un lago helado, sobre el que patinan algunos condenados, mientras el hielo se resquebraja. En la Edad Media se consideraba el contraste entre el frío y el calor como una de las torturas del infierno. Destaca un personaje con cabeza de ave rapaz sentado en un retrete, y con una caldera en la cabeza. Se piensa que podría ser Satanás devorando a los condenados y defecándolos en un pozo negro en el que otros personajes vomitan inmundicias o excrementan oro, esto último quizá como alusión a la avaricia. Bajo el manto de Satanás una mujer desnuda es forzada a mirarse en un espejo convexo colocado en las nalgas de un demonio, aludiendo al pecado de la soberbia.

En la parte inferior a la izquierda aparece un grupo de jugadores (hay dados, naipes, tablero de backgammon, una mujer desnuda portando una jarra) atormentados y torturados por demonios en medio de un gran caos, todo lo cual alude a la pereza, la lujuria, y la gula. A la derecha, se ve a un hombre abrazado por un cerdocon velo de monja, probablemente aludiendo a la lujuria.

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¿Qué ver en el Prado?

Título: EL paso de la laguna Estigia

Autor: Parinir

Fecha: 1520-4

Técnica: óleo sobre tabla

Estilo: Renacimiento

El cuadro representa el tema clásico de la Eneida y el Inferno, en el que Caronte transporta un alma humana que debe decidir su destino entre el cielo y el infierno.

La laguna Estigia divide el cuadro por el centro. En medio de las aguas distinguimos una barca en la que vemos la figura de Caronte, de mayor tamaño que la del alma que conduce hacia su destino: el Cielo en el lado izquierdo del cuadro, o el infierno en el lado derecho.

En el lado izquierdo de la pintura, el Cielo, encontramos la fuente del Paraíso de la que brota la fuente de la eterna juventud. En la parte derecha del cuadro apreciamos la visión que Patinir tenía del infierno, claramente influenciado por las obra de El Bosco, El Jardín de las Delicias y La mesa de los pecados capitales.

Para representar el Hades se sirve de la descripción que hizo Pausanías, en la que sitúa una de las puertas del infierno en el extremo sur del Peloponeso. La figura de Cerbero, un perro de tres cabezas, custodia la entrada y persuade a las almas para que no se adentren en el.

En la representación del Cielo sitúa a un ángel en la orilla del río intentando que, a pesar del tortuoso y dificultoso sendero que se dirige hacia él, acuda a la llamada del bien.

El alma de la barca dirige su mirada hacia el cielo, dejando constancia así de su elección a favor del infierno.

A pesar del tema religioso del cuadro, destaca la representación del paisaje cuya técnica de representación naturalista de escenas de la naturaleza influyeron mucho en los paisajistas flamencos y holandeses de épocas posteriores, con la característica sucesión de colores desde el verde en el primer plano hasta el azul en el fondo conforme el paisaje se aleja del espectador.

Aunque es una tabla relativamente pequeña está llena de numerosos detalles, como cisnes, pavos reales o ciervos en la parte del cielo y de grotescas criaturas en la parte del infierno, evidenciando la influencia de El Bosco en la obra.

Título: El triunfo de la Muerte

Autor: Bruegel el Viejo

Fecha: 1562-63

Técnica: óleo sobre tabla

Estilo: Renacimiento

Como indica su título, la muerte representada por los esqueletos se enseñorea de todo y de todos, destruye, asesina, ejecuta y arrebata vidas y posesiones. Nadie puede escapar a su acción, todos son arrastrados por el frenesí de los muy activos esqueletos.

Un punto de vista altísimo nos desvela un paisaje desolado, todo es ocre, no hay plantas verdes ni

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¿Qué ver en el Prado?agua limpia ni ningún signo de naturaleza viva. Las hogueras, los troncos secos, la destrucción y la oscuridad generalizada no permiten ningún optimismo. Incluso en el mar abundan los naufragios, los faros están en llamas y nada sobrevive. Los ejércitos de esqueletos derrotan contundentemente a los vivos y los llevan a una muerte segura.

Los esqueletos se organizan magistralmente, fíjate que en el fondo del cuadro aparece la caballería esqueleta por la izquierda y junto con la infantería esqueleta de la derecha, cercan fatalmente a las personas que intentan inútilmente huir de su destino. También al fondo encuentras el “cuartel esqueleto” y todos están alrededor del edificio. Entre las colinas arrasadas y quemadas se multiplican los ataques de esqueletos y la aplicación de horribles torturas a sus víctimas, como las ruedas colocadas en alto, donde la Inquisición colocaba a los condenados por herejes, una vez machacadas sus articulaciones a mazazos para que fueran devorados por los cuervos y buitres. También puedes ver las ejecuciones inmediatas, bien por ahorcamiento o decapitación. En lo que parece una necrópolis, se producen desentierros y los que salen, o son sacados de sus tumbas, se unen al ejército esqueleto.

En los primeros planos abunda la hiperactividad de los esqueletos, uno cabalga sobre un caballo famélico portando el reloj de arena (símbolo del final de la vida), otro jinete esqueleto blande la guadaña (herramienta de la muerte), y un último, en el carro lleno de huesos, toca a difuntos. Nadie se libra, ricos y pobres; viejos y jóvenes; guapos y feos. A la izquierda un rey con armadura, corona y cetro ya está en el suelo y contempla como el esqueleto coge monedas de oro de sus barriles repletos (las riquezas no nos acompañan al más allá), y otro le enseña el reloj de su final. A la derecha, amantes y juglares son presa de los soldados esqueletos que disfrutan interrumpiendo el juego y el amor y también la comida, burlándose macábramente de las damas y sus acompañantes.

Los espantados vivos, a los que poco les queda, son arrastrados a un gigantesco ataúd cuya tapa es izada mediante poleas por un ingenioso esqueleto mientras sus compinches con guadañas, lanzas y espadas conducen a la multitud hacia su interior. A la derecha de este ataúd la guardia esqueleta espera su turno parapetada en unos morbosos escudos: ¡¡tapas de ataúdes!!.

De nuevo a la izquierda una laguna muestra cuerpos de ahogados con el abdomen hinchado (eso pasa en la realidad) y personas que son arrojadas al agua y rematadas. Algunos esqueletos cazan humanos con una red mientras otros, vestidos con túnicas blancas tocan las trompetas. Arriba a la izquierda, dos esqueletos completan esta “orquesta” tañendo una campana que toca a muerto para no desentonar.

El cuadro que resulta es de tal horror que incluso muchos vivos se les ha quedado ya la cara de cadáver, parecen zombis.

Título: Las tres Gracias

Autor: Rubens

Fecha:1630-35

Técnica: óleo sobre tabla

Estilo: Barroco

Hijas de Zeus y la ninfa Eurinome, hija del titán Océano. Sus nombres eran Áglae o Aglaya, casada con el dios Hefesto, Eufrosine y Talía. Eran las diosas de la belleza, el hechizo y la alegría. A

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¿Qué ver en el Prado?cada una de ellas le correspondía una cualidad como la belleza, la jovialidad, el esplendor o el buen gusto... (cada fuente hace esta distribución a su antojo por lo que no puede establecerse una clasificación clara). Las Gracias presidían los banquetes, las danzas y todas las actividades y celebraciones placenteras, en definitiva, todo aquello que en el mundo pudiera haber de agradable, placentero, interesante, atractivo... otorgaban a dioses y mortales la alegría...la elocuencia, la liberalidad y la sabiduría.... la genialidad para ser un artista.

Las Gracias eran compañía habitual en el Olimpo de Afrodita y Eros y están muy relacionadas con las Musas, ¡¡yo lo vi con el ojo de cristal de mi padre¡¡..., con las que se divertían al son de la música que Apolo tocaba. Las Gracias eran jóvenes y muy bellas pero sobre todo modestas,.. está escrito "modestas", no "modistas", ¡¡por eso iban siempre en pelotas¡¡... y solían llevar el pelo mal recogido a causa de los bailes. Siempre estaban danzando y precisamente es en la actitud de darse las manos y comenzar a bailar como más las ha representado el arte. Aunque en los principios de la civilización griega iban vestidas con una fina túnica,.. aparecen desnudas... Se las han visto entre los sátiros más horrendos,.., no he tenido "la gracia",... para designar que no se puede juzgar a las personas por su apariencia y que los defectos del rostro pueden ser corregidos con un buen espíritu. Rara vez se hace referencia a estas diosas de manera individual. Son la representación griega de la arcaicatriple diosa, presente en muchas otras mitologías del mundo.

Título: Judit en el banquete de Holofernes (antes Artemisa)

Autor: Rembrandt Harmensz

Fecha: 1634

Técnica: óleo sobre lienzo

Estilo: Barroco

Estamos ante una obra de tema discutido, pues no se sabe bien a qué personaje representa. Tradicionalmente se pensó que encarnaba a Artemisa, una reina oriental, famosa por haber dedicado a su esposo Mausolo un sepulcro que fue una de las maravillas del mundo antiguo, y del que procede el uso de la palabra mausoleo. Ella misma quiso ser un sepulcro para su esposo, por lo que se hizo servir en una bellísima copa sus cenizas disueltas en vino.

Sin embargo, actualmente el tema se cree que representa a la heroína bíblica Judit, mientras es atendida por los criados del general sirio Holofernes antes del banquete. La leyenda dice que Judith emborracha a Holofernes para después invitarle a su tienda, donde le corta la cabeza y la enseña a su ejército que se rinde al verla. Al fondo se ve una sirvienta anciana con un saco que sería su cómplice, y que espera la cabeza de Holofernes.

Título: Orestes y Pílade o grupo de San Ildefonso

Autor: Praxíteles y su escuela

Fecha: hacia el 10 a.C

Técnica: esculpido en mármol blanco

Estilo: clasicismo romano

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¿Qué ver en el Prado?

Este célebre grupo escultórico es una de las obras romanas más admiradas de cuantas conserva el Museo del Prado, tanto por la delicadeza de su factura como por sus elegantes proporciones. A simple vista, se percibe el deseo de mostrar el ideal clásico de belleza a través de dos jóvenes efebos que al mismo tiempo representan una alegoría de la amistad. Tanto por la perfección de las anatomías como por su virtuosismo técnico, esta escultura, realizada en mármol blanco en la escuela neoática, se coloca en la cumbre del academicismo escultórico.Representa a dos jóvenes laureados en el momento en que realizan un sacrificio ante un pequeño altar. Uno de ellos sujeta en su mano derecha una antorcha con la que prende el fuego sagrado, mientras el otro sujeta en su mano una pátera. A su lado aparece la divinidad femenina a la que dedican la ofrenda, figura que abandona el fuerte naturalismo de los jóvenes para reproducir una estatua rígida y sin las proporciones del canon clásico, propia del estilo arcaico. Los cuerpos atléticos siguen modelos creados por grandes maestros de la escultura helénica, advirtiéndose en ellos reminiscencias del Apolo Sauróctono de Praxíteles (copia romana conservada en el Museo del Louvre) y del Doríforo de Policleto (en la ilustración se muestra la copia romana del Museo Nacional de Atenas). De uno toman la esbeltez del canon y la gracilidad de movimientos y del otro la sutileza anatómica a partir de la posición de contrapposto, con el peso del cuerpo concentrado en una sola pierna, lo que permite flexionar la otra e inclinar la pelvis dotando al tronco de un movimiento sinuoso.

A lo largo del tiempo el atractivo grupo ha recibido distintas interpretaciones. Para algunos representa a los jóvenes héroes conocidos como los Dióscuros (hijos de dios), es decir, Cástor y Pólux, los hermanos gemelos que fueron fruto de los amores de Zeus con Leda, a la que el dios sedujo convertido en cisne. Estos gemelos, que también eran hermanos de Helena de Troya y Clitemnestra, fueron eternizados representando el signo zodiacal de Géminis, teniendo un templo a ellos dedicado en el Foro de Roma. Siempre realizaron sus hazañas unidos, Cástor dominando la armas y como hábil domador de caballos, y Pólux como diestro púgil y excelente jinete, motivo por el que se suelen representar junto a figuras de equinos. En este caso la escena se ha interpretado como la ofrenda que realizaron a la diosa Perséfone, Reina de los muertos, antes de su separación para luchar contra Idas y Linceo, los pretendientes de sus esposas que fueron encarnizados rivales.

Para otros, según una teoría formulada por Winckelmann, los jóvenes representan a Orestes y Pílades en el momento de realizar una ofrenda a la diosa Artemisa. La Orestiada de Esquilo narra que estos personajes fueron criados juntos, por lo que se consideraban como hermanos. Según el relato, Orestes y Electra eran hijos de Clitemnestra y el rey Agamenón. Cuando su madre mantuvo relaciones adúlteras con Egisto, este amante llegó a matar a Agamenón, lo que motivó la venganza de Orestes por la muerte de su padre, que influido por Electra y con la ayuda de su amigo Pílades consiguió matar a los dos amantes, Egisto y su propia madre. En el relato se destaca el valor legendario de la fidelidad en la amistad por encima incluso de los lazos de sangre.

Título: Carlos V y el Furor

Autor: Leoni; Pomepeo Leoni (su hijo)

Fecha: 1551-51

Técnica: Fundido de bronce

Estilo: manierismo casicista

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¿Qué ver en el Prado?

Inspirado en el grupo del Genio de la Victoria de Miguel Ángel, la figura del emperador se concibió desnuda, hercúlea y en el llamado contraposto, es decir, a semejanza de un césar romano, cubriéndose con una armadura contemporánea articulada que puede ser desmontada pieza por pieza, en lo que supone un formidable alarde técnico.

El emperador aparece representado con gran serenidad y dignidad, en actitud concentrada y melancólica más que victoriosa. El protagonista aparece apoyando sus pies sobre el Furor, cuyo cuerpo retorcido yace sobre una peana cubierta por trofeos trabajados con gran detallismo y virtuosismo técnico. Leoni ensalza al emperador, en cuya coraza abundan alegorías del poder y de las virtudes imperiales. Un clasicismo con recuerdos del retrato helenístico inspira a este grupo, al que se une también la influencia de la tradición germánica de los broncistas del gótico final, aún muy viva en Milán.

Título: La Trinidad

Autor: El Greco

Fecha: 1577-79

Técnica: óleo sobre lienzo

Estilo: manierismo

En realidad, esta escena no es bíblica, no viene narrada en ningún evangelio. Se trata más bien de un misterio teológico: la consumación de la redención. El Hijo vuelve al Padre después de haber entregado su vida en la cruz. Y el Padre lo recibe con un gesto sereno: ofrece todo su cuerpo para acoger al del Hijo muerto, como un trono; lo sostiene con una delicadeza extrema y su mirada se nos oculta porque está fija el rostro del Hijo amado. ¿Qué habrá en esa mirada? La cara, un tanto demacrada, nos revela lo que ha estado haciendo el Padre mientras el Hijo moría: sufrir con él. Este es el sentido de este cuadro: Dios Padre ha estado participando en la obra de la reconciliación, no ha sido un mero espectador. Y por eso ahora, cuando todo se ha cumplido, lo acoge en su misericordia infinita. “Porque es Dios el que estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, no teniendo en cuenta los pecados de los hombres.”(2 Cor 5, 19).

El Greco ha querido eliminar todo dramatismo de la escena principal, hasta las heridas de Cristo parecen insignificantes, como si quisiera resaltar la serenidad divina cuando todo ya está cumplido. En contraste, los ángeles despliegan todo un alarde emotivo. Como si el autor nos mostrase el contenido de una forma aséptica y a la vez nos invitase a reaccionar ante ello suscitando sentimientos de compasión.

La intención de la pintura es que nos conmovamos ante lo divino. Observa el cuadro desde el centro. Pasea la mirada agradecida por el sinuoso cuerpo yerto de Cristo. Traspasa su piel cetrina y sé capaz de ver en él a todos los inocentes, todos los despreciados y olvidados. Siente el calor de ese regazo divino que acoge al Hijo y con él todo el pecado y dolor humanos. Capta la densidad del aire entre la mirada del Padre y el rostro del Hijo. Repasa los rostros de los ángeles e intenta identificar tus sentimientos con ellos.Detente en los tres ángeles de la izquierda. Parecen alegorías de las tres virtudes: fe, esperanza y caridad. ¿Qué se puede sentir y desear ante este misterio sino fe, esperanza y caridad? Solo un

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¿Qué ver en el Prado?amor así es digno de fe. Solo una entrega así puede hacernos esperar contra toda esperanza. Solo sentirse amado así puede activar el deseo de entrega sin límites.

Título: La adoración de los pastores

Autor: El Greco

Fecha: 1612-14

Técnica: óleo sobre lienzo

Estilo: manierismo

Como suele ser característico del pintor, nos presenta la composición en dos planos bien diferenciados, el del mundo celestial y el del terrenal. En el plano terrestre, el centro lo constituye el Niño, desnudo sobre una tela blanca, sostenido por la Virgen y que aparece rodeado de una serie de pastores que muestran su sorpresa ante el Mesías. Se trata de una composición dramatizada, ya que los coloca teatralmente con un movimiento nervioso de derecha a izquierda, y realza de manera casi artificial sus expresiones de asombro. María, en cambio aparece serena, pintada con gran perfección, con suaves y cuidados movimientos, como corresponde a la madre de Dios, con unos destacados escorzos en sus manos perfectamente logrados. En el plano superior, vemos a dos ángeles sosteniendo unas cintas que muestran las alabanzas al Señor, configurando y cerrando la composición, ya que entre ellos se observan a una serie de gruesos angelotes flotando y a una serie de cabezas también angelicales revoloteando sobre las figuras divina

Toda la composición está llena de dinamismo, pero lo más destacable es el tratamiento de la luz. Ésta parece surgir realmente de cada una de las figuras en éxtasis, pero sobre todo del Niño y de la tela sobre la que se apoya, simbolizando en él la luz del mundo.El cromatismo también es asombroso, mostrando tonalidades cálidas en los ropajes rojos, anaranjados, morados, que contrastan vivamente con el tono oscuro del fondo, que no refleja ninguna arquitectura ni paisaje, sino que se trataría más bien de una cueva o de un hueco hecho en la tierra.

Los cuerpos de las figuras se alargan hasta lo indecible, las cabezas resultan pequeñas en comparación con los mismos. La espiritualización de las formas se lleva a sus últimas consecuencias.

Título: Los Borrachos Autor: Velázquez Fecha: 1628

Técnica: óleo sobre lienzo Estilo: Barroco

Es el primer cuadro de tema mitológico que conocemos de Velázquez. La escena recoge el momento en que Baco, el Dionisios griego, dios del vino, de la vid y de todos los excesos que estos favorecen, corona a un soldado. Baco aparece semidesnudo acompañado por una especie de fauno y por un grupo de personajes vestidos a la moderna, que observan y beben.

Page 21: ¿Qué ver en el Prado?

¿Qué ver en el Prado?El tema entra dentro de una postura irónica con respecto a la mitología clásica; armoniza la

representación del mito con modelos de la vida cotidiana. Baco aparece como el dios que ragala el vino a los hombres para que olviden por un tiempo sus dificultades.

La obra se pinta en 1628 o 1629, coincidiendo, o poco después, de la estancia de Rubens en la corte de Madrid. El pintor flamenco vino con una misión diplomática, pero pintó y vio las pinturas de la colección real en compañía de Velázquez. En este momento Rubens, ya consagrado como pintor y como cortesano, debió constituir para el español un modelo a seguir.

La composición se organiza en base a dos diagonales que forman una equis, y cuyo punto de intersección es la cabeza del hombre al que corona Baco. A pesar del tono general oscuro del cuadro la figura del dios se destaca con más luz y por el color de sus ropas que rompe la monotonía de los marrones, del mismo modo que Apolo en La Fragua de Vulcano.

Los campesinos, vestidos rústicamente, tienen el rostro curtido por el sol, el viento y la vida al aire libre, y arrugado por el paso de los años. Sus sonrisas y el brillo de la nariz enrojecida hablan del estado de euforia en que les ha puesto el vino. El de la capa, mayor y quizá no tan pobre, mantiene una actitud más seria, mientras contempla la coronación.

Título: La rendición de Breda o Las lanzasAutor: VelázquezFecha: hacia 1635Técnica: óleo sobre lienzoEstilo: Barroco

Para 1625, cuando termina el Asedio de Breda, Velázquez llevaba un par de años en la corte de la mano del Conde-Duque de Olivares. Velázquez no estuvo en la contienda. Ni siquiera cerca. Pero supo captar y transmitir la esencia y el ambiente de lo que allí sucedió aquel 5 de junio de 1625: Spínola y Justino-Nassau uno frente al otro, ambos con pie en tierra de igual a igual. Evitando, Spínola, la superioridad de recibir las llaves desde el caballo. Gestos nobles y hasta cierta concordia. Entereza resignada del vencido y generosidad serena del vencedor.

La realidad del momento tiene aún más mérito sabiendo, como sabemos, de la dureza del asedio. Tanto para los sitiados, sin posibilidad de ayuda externa y ya muy cerca de desatarse el hambre, como para los sitiadores por las inclemencias del tiempo, los intentos externos para forzar el sitio y también la periódica falta de alimento derivada de la complicada logística.

Las tropas españolas aparecen a la derecha, tras el caballo, representadas como hombres experimentados, con sus picas ascendentes que consideradas lanzas por error dan título al cuadro. A la izquierda se sitúan los holandeses, hombres jóvenes e inexpertos, cuyo grupo cierra el otro caballo. Todas las figuras parecen auténticos retratos aunque no se ha podido identificar a ninguno de ellos, a excepción del posible autorretrato de Velázquez, que sería el último hombre de la derecha; al fondo aparecen las humaredas de la batalla y una vista en perspectiva de la zona de Breda.

Título: SaturnoAutor: GoyaFecha: 182-23Técnica: mixta sobre mural

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¿Qué ver en el Prado?Estilo: Romanticismo

Según la mitología, el dios Saturno o Cronos debía eliminar a todos sus hijos para evitar que lo destronaran. Así, cuando nacían de su mujer, Cibeles, él directamente se los comía. Sin embargo, su mujer, tras naces Júpiter y Juno, tan sólo le mostró al padre la segunda poniendo en lugar de Júpiter una piedra que vistió en forma de muñeca. Saturno, persuadido por el engaño, se comió la piedras mientras que Cibeles hizo criar secretamente a Júpier en la isla de Creta. Finalmente, cumpliéndose la profecía Júpiter destronó a su padre convirtiéndose en el padre de los dioses.

De fondo negro, nos representa de cuerpo entero a un personaje desdibujado, cuya deformidad es evidente y que produce mucho más dramatismo en la escena. Así, otro elemento que representa dicha crueldad es que apenas es dibujo, sino una simple mancha que sale de la nada oscura. Goya representa al dios como un verdadero monstruo, con unos ojos saltones y atormentados, locos de ira. Así, representa al tiempo como un animal inexplicable que nos devora. Sería una imagen del tiempo melancólica por parte de Goya, que ya mayor, representa su nostalgia del tiempo pasado. Se trata de una pintura muy cruel, llena de dramatismo, sobre todo visto en dos puntos: la boca del dios desgarrando la carne de su propio hijo y la mancha de color representado la sangre. Esta última es verdaderamente desconcertante, ya que es una simple mancha, sin dibujo, resaltando el carácter espontáneo.

Título: La bacanal de los andriosAutor: TizianoCronología: 1523-26Técnica: óleo sobre lienzoEstilo: manierismo

La Bacanal de los Andrios es una de las obras que Alfonso d'Este, duque de Ferrara, encargó a Tiziano para decorar su estudio, el famoso Camerino de Alabastro. Tiziano pintó para esta estancia de los apartamentos privados del duque en su residencia de Ferrara tres cuadros mitológicos: La ofrenda a la Diosa de los Amores (Museo del Prado), Baco y Ariadna (Galería Nacional de Londres) y esta Bacanal;. También retocó el paisaje de El festín de los Dioses (Galería Nacional de Washington), obra realizada anteriormente por Giovanni Bellini para esta serie, con el fin de dotar de mayor coherencia pictórica al conjunto.

El tema de la Bacanal procede de las Imágenes de Filostrato, texto del siglo III d.C. que fue traducido por Isabella d'Este en 1510. La escena transcurre en la isla de Andros, que según la leyenda era favorecida por Baco haciendo manar vino de un arroyo. Los personajes beben, cantan y bailan, en un ambiente de fiesta y alegría. Al fondo se ve el barco en el que llega el dios del vino a la isla.

Tiziano recrea fielmente la celebración de los efectos del vino descrita por el poeta, a la que incorpora elementos de la época, como las dos figuras tumbadas y vestidas a la moda renacentista. El pintor estampa su firma en una de ellas, identificada por un ramo de violetas, lo que hace suponer que se trata de Violante, la amante del pintor. Sostiene en su mano un instrumento musical, y delante de ella hay una partitura que dice: "Chi boyt ety ne reboyt il ne seet que boyre soit" (quien bebe y no vuelve a beber, no sabe lo que es beber), canon atribuido a Adriaen Willaert, músico

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¿Qué ver en el Prado?flamenco que estaba al servicio de la corte de Ferrara.

En el ángulo derecho aparece una figura desnuda y dormida que nos remite a Ariadna, personaje de la mitología ligado a Baco, y que es una clara referencia a la escultura clásica, frecuente en la pintura italiana de la época.

La obra está concebida con un ritmo ondulante, solamente Ariadna escapa a ese desarrollo rítmico. La sutileza con que están pintados ciertos personajes hace pensar que Tiziano las copió del natural, algo habitual en su obra. La profundidad del paisaje, con el barco en la lejanía, está delimitada por los árboles que enmarcan la escena. El rico empleo del color y la iluminación modulan todo el espacio, en el que las figuras aparecen enlazadas recreando el movimiento y la alegría propios de estas fiestas.

Título: Venus y Adonis Autor: VeronésFecha: hacia 1580Técnica: óleo sobre lienzoEstilo: manierismo

El Museo del Prado posee una excelente colección de cuadros de este artista, entre los que cabe destacar éste de "Venus y Adonis", que realizó hacia 1580. Es, pues, una obra de última época, momento en el cual el lenguaje pictórico de Veronés se fue haciendo progresivamente más íntimo y lírico, al tiempo que abandonaba las grandes composiciones de sus años anteriores, y mostraba un interés renovado por la representación del paisaje (que es aquí de una belleza extraordinaria) y por los efectos lumínicos.

El lienzo, de una admirable riqueza cromática, presenta, pese a su aparente sencillez, cierta complejidad compositiva. Se propone al espectador una contemplación de "sotto in su" (de abajo a arriba), lo que hace pensar que su disposición fue pensada para la parte superior de un muro. Una gran diagonal imaginaria divide el cuadro en dos triángulos, en tanto que sorprenden las posturas, algo forzadas, de algunas figuras.

Se representa aquí una célebre fábula de la mitología clásica: la que narra los amores de la diosa Venus con el bello Adonis. Veronés, obviando los aspectos dramáticos de la ulterior muerte de Adonis en una inmediata cacería, muestra un instante anterior a su trágico desenlace, en una escena llena de sensualidad y calma, tan sólo interrumpida por los ladridos impacientes de uno de los perros al que Cupido intenta calmar con poco éxito. Es hermoso el contraste que se establece entre el cuerpo de la diosa - iluminado por los rayos del sol que se filtran entre los árboles- y el de Adonis dormido entre las sombras.

Título: Moisés salvado de las aguasAutor: Gentileschi Cronología: 1633Técnica: Óleo lienzo

Estilo: Barroco

La escena muestra cómo Moisés es depositado por su madre en una cesta que abandona en el Nilo, de donde es salvado por la hija del Faraón. Gentileschi tuvo una primera formación en Florencia para luego trasladarse a Roma, donde fue amigo de Caravaggio, realizando obras próximas a su estilo que interpreta de forma personal. Este lienzo de grandes dimensiones posee unas espléndidas gamas cromáticas y fue pintando durante la estancia del pintor en la corte de

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¿Qué ver en el Prado?Carlos I de Inglaterra, durante su última época. Su firma aparece en la pulsera de la servidora arrodillada.

Título: La adoración de los Magos.

Autor: Rubens

Cronología: 1609; 1628-29

Técnica: óleo sobre lienzo

Estilo: barroco

Este cuadro le fue encargado a Rubens en 1609 por Nicolás Rockox, regidor y primer burgomaestre de la ciudad de Amberes, con destino a una de las estancias de su Ayuntamiento, la conocida como Salón de los Estados. Fue éste uno de los encargos públicos más importantes recibidos por el pintor tras su regreso de Italia, ya que en esa estancia se llevaron a cabo las negociaciones de paz entre España y los Países Bajos que dieron como resultado la Tregua de los Doce Años.

El lienzo permaneció en este emplazamiento hasta 1612, fecha en que las autoridades de la ciudad acordaron regalarlo al Conde de Oliva, don Rodrigo de Calderón, sobrino y hombre de confianza del Duque de Lerma. Hasta 1621 permaneció la pintura en manos de don Rodrigo, pero, tras su caída en desgracia y su posterior ejecución en ese mismo año, fue puesta a la venta con sus restantes bienes y adquirida por Felipe IV en 1623. Durante su segunda visita a la corte española (1628-1629), Rubens tuvo ocasión de ver el lienzo en el Alcázar y, quizá no satisfecho con su anterior trabajo, lo amplió por la parte superior y por la derecha, y parece ser que lo repintó enteramente. El boceto preparatorio del cuadro inicial se conserva hoy día en el Museo de Groninga.

La escena tiene lugar en un anochecer iluminado por los reflejos de la luna, el fulgor que irradia del Niño y el resplandor de las antorchas. En el ángulo izquierdo, ante una columna clásica acanalada, vemos a la Sagrada Familia, hacia la que se dirigen los Reyes Magos con sus pajes y todo el cortejo -criados, varios caballos y camellos-, que recuerda el esplendor del ceremonial diplomático. El jinete del lateral derecho, que vuelve la mirada hacia nosotros, es el autorretrato del pintor. Dos ángeles sobrevuelan en lo alto.

Si prescindimos de las bandas añadidas, observamos que la superficie pintada en un principio quedaba limitada por los paréntesis que forman las figuras de la Virgen y de uno de los porteadores en los extremos laterales, de modo que la composición resultaba mucho más cerrada.

Es evidente que Rubens, en su segunda intervención, transformó profundamente el sentido formal del cuadro. Al ampliarlo por los bordes, pudo articular la composición en función de una línea diagonal imaginaria que partiendo de la cabeza del Rey Mago arrodillado viene a desembocar en el codo del servidor inclinado sobre el caballo, con lo que confirió una mayor apertura espacial a la totalidad del conjunto. El lienzo fue considerado desde antiguo como una de las obras maestras del pintor.

Autor: El Parnaso o Apolo y las musas

Autor: Poussin

Fecha: 1631-33

Técnica: óleo sobre lienzo

Estilo: clasicismo

El cuadro representa una escena mitológica donde el dios Apolo aparece junto a la fuente Castalia, personificada por la mujer desnuda, y rodeado por las musas —cada una de las cuáles porta objetos que permiten su identificación— y diferentes poetas. El que ocupa la posición central podría ser Homero, al que la musa Calíope coloca la corona de laurel mientras que dos amorcillos

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¿Qué ver en el Prado?ofrecen a los poetas el agua que mana de la fuente, metáfora de la inspiración. Todos los personajes están cuidadosamente dispuestos, con unas tonalidades matizadas y en un ambiente sereno y luminoso.

La inspiración para este cuadro fue el “Parnaso” de la Stanza della Signatura, una de las cuatro salas del Palacio Apostólico del Vaticano pintadas por Rafael de Sanzio y que Poussin vio con seguridad. En el cuadro del Prado, como en otras obras de Poussin, vemos la cuidadosa planificación de la obra, desde los contornos a los colores; el uso de temas y personajes de la filosofía y el arte antiguo como inspiración; el aspecto clásico donde los personajes parecen estatuas grecorromanas; la incorporación de criterios teóricos que organizan el espacio como una escena teatral, la preeminencia de la línea sobre el color y la composición serena y equilibrada. Destacan en este “Parnaso” la armonía, el equilibrio, la contención, los gestos son retóricos y aparecen congelados mientras que las líneas de las siluetas son nítidas y bien definidas. En muchas obras de Poussin se dice que el artista empuja a sus personajes hacia la parte anterior de la obra, creando un muro de cuerpos que recuerda los frisos de los relieves de los sarcófagos clásicos.