Quiero Que Seas FELIZ eBook - Claudio de Castro

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QUIEROQUE SEAS FELIZ

Claudio de Castro

Antologías de Espiritualidad

Copyright © 2015

E-mail: [email protected]

Primera edición: junio de 2015

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Índice¿Por qué está Antología?INTRODUCCIÓN¿CÓMO COMPRENDER?VIIVIR EL EVANGELIOAMAR DE PRIMEROUN VIAJE ESPECIALDESPUÉS DE REZAR¿HASTA CUÁNDO?NO TEMASNO PIERDAN LA ESPERANZAUN AVEMARÍASE LLAMÓ CRISTINALA FE¿CÓNFÍAS?VALE LA PENA CONFIARLAS PALABRAS DE JESÚSLA COMUNIÓN ESPIRITUALERES ESPECIAL PARA JESÚSEL SENTIDO DEL PERDÓNMI MEJOR AMIGOENCONTRARNOS CON JESÚSESPERANDO A JESÚSVEN SEÑOR JESÚSGANAR EL CORAZÓN DE JESÚSTEN PRESENCIA DE DIOSACOMPAÑANDO A JESÚSUN AMIGO EN COMÚNLOS CONSUELOS DE JESÚS¿A QUIÉN IRÉ?PEQUEÑOS DETALLESPARA PENSARMI VECINOLAS TENTACIONESLAS PROMESAS DE JESÚSEL ROSTRO DE JESÚSLA MIRADA DE JESÚSVISITANDO AL SANTÍSIMO¿A QUIÉN DEBO AMAR?

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LA CABINA DE RADIOCAMBIANDO MI VIDANO TEMASAL AMPARO DE DIOSCUANDO JESÚS TE HABLAEL AUTORSOY OTROEL BUEN DIOSEL EVANGELIO SE CUMPLE¿POR QUÉ ERES ASÍ?LA HUMILDADUN DÍA EN FAMILIA¿POR QUÉ ESCRIBO?

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Al buen Dios, que es todo amor.

……………….

A veces no hay que comprender.

Basta creer y confiar.

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Ten contento a Jesús con pequeños actos de amor.

Él es como un niño, ilusionado por nosotros.

Y muy sensible.

Somos sus pequeños, sus amigos, sus hermanos, por eso nuestras faltas le hieren tanto.

A mi edad puedo decirte que no hay mejor amigo.

Sí, Jesús es mi mejor amigo.

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¿Por qué está Antología?

N o tienes idea la ilusión con que me siento a escribir y preparar esta antología con dosde mis libros más apreciados. Aquellos que seguramente te mostrarán el amor del buenJesús. Vas a conocerlo y luego inevitablemente, lo amarás.

Cuando era pequeño, mi mayor ilusión era agradar a Jesús, tenerlo contento. Tenía a mifavor la gracia sobrenatural que abunda en los niños, su sencillez, su generosidad, lapureza del alma y la mirada amorosa del Padre celestial.

Frente a mi casa, en la avenida Roosevelt, vivían las Siervas de María. Tenían unacapilla hermosa y acogedora. Solía cruzar para asistir a la misa de 6 a.m. Antes de ir a laescuela.

La misa diaria llenaba mi alma infantil de alegrías sin límites. Cuando recibía la comuniónsentía el abrazo tierno del amigo bueno, el amor de los Amores.

Me parecía lo más natural ir a misa, como estudiar, jugar, comer... Pero era lo que másanhelaba.

Tenía la certeza que Jesús estaba en el Sagrario, esperándome, ilusionado conmigo,deseoso de verme. Seguramente me miraba y me sonreía. Aquello era para mí unmisterio maravilloso.

Pasaba largos ratos acompañándolo. Durante los recreos subía a una capilla que ocupabael primer piso de mi escuela. Me encantaba estar con Él.

¿Quién no desea pasar ratos agradables con un buen amigo? Jesús pronto se convirtió enmi mejor amigo.

A medida que transcurren los años, lo siento más cerca de mí.

Está en los sagrarios, por eso trato de visitarlo a diario. Me encanta saber que se haquedado en ellos por ti y por mí. Perdona mi emoción, pero no puedo evitarla.

Si te contara todos los favores que Él me ha hecho, tendría que escribir cientos delibros. Si conociera su Amor, te darías cuenta que estos libros jamás podrán describir loque vives y sientes. Mis palabras son menos que un reflejo de lo que a diario vivo.

Una vez le comenté a una amiga: “Si tuviera un megáfono me pararía en una esquinapara gritarle al mundo que Jesús está vivo, que él nos ama, que es nuestro amigo”.

Como no tengo ese megáfono, escribo.

Rezaré para que Jesús toque los corazones de todos aquellos que lean este libro. Yo sólopuedo rezar y escribir. Lo importante, lo verdaderamente importante lo hace Él.

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El buen Dios te bendiga.

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INTRODUCCIÓN

T engo un amigo que todo se lo pregunta a Jesús. Es como un niño, pero adulto en la fe.Sus grandes inquietudes las pone siempre en oración.— ¿Esto es lo que tú quieres Señor? —le pregunta. Y confiado, reza y espera.Sabe que Jesús responderá.

Una vez lo interrogué:— ¿Quién es Jesús para ti?Y me respondió con ilusión:—mi amigo. Su vida es diferente a la de mis otros amigos. Lo he observado.

Tiene un entusiasmo contagioso que lo hace perseverar... la certeza de saber que Jesúsestá a su lado, velando por él, ayudándolo en las dificultades, siendo su amigo.

Es algo sorprendente. He visto cómo Dios lo ha llenado de favores.Entusiasmado, me animé también, como él lo hizo un día y decidí poner mi confianza enJesús. Primero en las cosas pequeñas. Ahora en las grandes. Puedo decirte que nuncahe salido defraudado. Cuando trabajo lo siento a mi lado, en las dificultades también. Su presencia espermanente y oportuna, como un vaso de agua refrescante en medio del desierto, o unrío de aguas cristalinas en el que podemos sumergirnos los días calurosos. Un río deagua viva. Sientes cada vez más cercana su mano cálida, su mirada gentil, su Palabra esperanzadoray llena de vida. Hermano, ¡Esto es un tesoro! Pedro se dio cuenta de la grandeza de Jesús, del valor infinito de su amistad, por esodecidido le respondió:

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—Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. Los años no han hecho más que acrecentar el sentido de esta verdad. Lo descubro todoslos días. Por eso he querido dejarte este libro, como una invitación, para que te animes, yencuentres a Jesús; al amigo fiel y verdadero, que te extiende su mano en lasadversidades y celebra contigo tus triunfos. ¿Estás solo?Quien descubre a Jesús, no conoce la soledad.¿Sufres?Aprenderás a darle un sentido a tu dolor. ¿Eres incomprendido?Jesús también lo fue.¿Buscas un sentido a tu vida?El Camino está a la vista, sólo hay que seguirlo. Jesús tiene muchos amigos. Pero piensa en ti. Le ilusiona tu amistad. Eres especial para él

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¿CÓMO COMPRENDER?

A veces, no sé por qué, me nace del alma una infinita ternura, es como si Dios sehiciera presente y me envolviera en su Amor. No siempre he comprendido del todo estosacontecimientos, sólo sé que me ocurren y me da por hacer cosas curiosas.

El otro día me paré frente a la ventana del trabajo y mirando una capilla lejana, le cantévillancicos al buen Jesús. Lo imaginaba escondido en aquél sagrario, sin nadie que lovisitara. Quería tenerlo contento, hacerlo sonreír. —Debo estar loco—, pensé, pero sentía que a Él le agradaba esto. Que lo recordaran,que pensaran en Su Amor.

—Tal vez los villancicos son una forma de oración—, me dije.

Y continué cantando, diciéndole que lo quería.

Otro día recordé que estando tan cerca, poco lo visitaba. Por eso a ratos, cerraba los ojosy con mi mente me trasladaba al oratorio y le hacía compañía. Es tan grato estar en Su presencia...

Cuando pienso en Jesús, me da por hacer cosas. Hoy por ejemplo, me he quedadodespierto hasta media noche, para escribirte. Y contarte mis vivencias. A esta hora todosduermen en casa y puedo pensar, rezar, reflexionar... Hasta me da por cambiarle elnombre, lo llamo “Ternura”. Vaya ocurrencia la mía.

Lo que más me agrada es cuando experimentas Su cercanía… sabes que es Él y estácerca. Te inunda un amor inexplicable… Le queremos más que nunca y se lo decimos.Entonces me parece verlo sonreír de tanta alegría en aquel sagrario, y con tanto amor,que todo es luz, serenidad y paz.

Y es cuando escuchas en el alma sus dulces palabras:

—Yo también te quiero.

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VIIVIR EL EVANGELIO

T engo un amigo sacerdote, vive enfrente de mi casa. Hoy me ha llamado por teléfonocon mucho cariño y me dijo: asómate a la ventana. Me asomo y nos saludamos agitandolas manos y sonriendo. Es una alegría descubrir que somos importantes para alguien. Con Jesús es igual. Se asoma desde el cielo y te llama con frecuencia. Pero no le hacescaso. Tanto insiste que algún día lo volverás a ver y él ilusionado te va a saludarsonriendo, agitando sus manos... Alrededor de nuestro mundo, millones de personas se han decidido, y se esfuerzan porvivir el Evangelio. Tienen la esperanza de una vida mejor. Se confrontan y libranconsigo mismos, una batalla que los llena de valor y de fe. Los demás, los ven sin comprender, y se aferran a las cosas terrenales pensando: ¿yestos locos? ¿Por qué son tan felices? Parecen niños asustadizos. Y Jesús les miracompasivo y les sonríe con bondad. Sabe que no hay motivos para temer. Si las almas leconocieran un poco más, no dudarían en abandonarse de inmediato a su MisericordiaDivina. ¿Cómo corresponder a un Dios que nos ama tanto? Pues amando, por encima de todo:en las contrariedades, en las incomprensiones... Siempre amando y comprendiendo.

…………..Solía trabajar en una empresa que empacaba diferentes productos. Cada vez que unamaquinaria se dañaba, había que llamar a un ingeniero experto, que la reparaba. Sellamaba Jesús.

Una vez lo llamé a su oficina y le dije: “Jesús, necesitamos que nos ayudes”.

En ese momento pensé: “

Qué curioso... suelo decirle:

—Ven Jesús.

—Hola Jesús.

—Qué bueno que llegaste, Jesús.

—Pasa adelante Jesús.

— ¿Quieres un vaso de agua Jesús?

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—Siéntate Jesús.

Y cuando se marcha le digo:

—Gracias Jesús.

Entonces reflexioné:

— ¿Qué tal si hiciera esto con Jesús Sacramentado?

Hoy, durante la misa, recordé este episodio, miré al Santísimo y le dije a Jesús:

—Qué bueno sería tratarte con tanta familiaridad.

Es una idea que me encanta. Al llegar a misa y entrar a una Iglesia le daré un cariñoso:

—Hola Jesús.

Él se merece esto y más.

La iglesia está repleta. ¿Cuántos tendrán a Jesús en sus pensamientos? ¿Le darán laalegría de un saludo?

Vale la pena, este gesto tan sencillo, que Él espera de nosotros. Una pequeña muestra denuestro amor... Un

—Te quiero Jesús.

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AMAR DE PRIMERO

U na amiga suele contarme anécdotas de Chiara Lubich, la fundadora de estemovimiento. Me encanta esa sensación de sentirse acogido con cariño por otros que vena Jesús en ti. Y te tratan con tal caridad. ¿El secreto? Chiara les ha recomendado vivir el Evangelio. Una Palabra vivida, podría transformar almundo. También les dice:“Hay que amar de primero”.“Amar antes que te amen”.“Amar a todos”...“Ver a Jesús en los demás”. Cuando lo haces, comprendes que la novedad está en vivirlo. Jesús siempre lo pidió:“Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado”. Su amor es diferente al nuestro. Está libre de egoísmos, de ataduras. Es un amor puro yeterno. “Como el Padre me amó, así también los he amado yo: permanezcan en mi amor”.

Jesús no ama sólo a unos cuantos, sino a todos, por igual, buenos y malos.Él nos da las fuerzas para lograrlo. Si permanecemos en su amor, Jesús sanará nuestroscorazones heridos y fatigados. Nos renovará. Nos llenará de amor. Le dará sentido anuestras vidas vacías.

……………………… Con Jesús somos capaces de vivir intensamente, aquella vida que siempre deseamos. Lasantidad anhelada. Y que guardamos tan en secreto desde que recibimos por primera veza Nuestro Señor. La felicidad a flor de piel, que ahora nos parece accesible. Con Jesústodo cambia. Nadie permanece igual. Espero querido lector que este libro sirva para acrecentar tu amistad con Jesús, quebusques la pureza de corazón ante las asechanzas del mundo, que vuelvas a frecuentarlos Sacramentos ¡Ánimo!, y luego salgas por el mundo llevando la esperanza y la buenanueva de Jesús.

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UN VIAJE ESPECIAL

H ace poco viajé a Costa Rica. Pasé allí unos días estupendos hospedado en casa demi hermano Frank. Solía levantarme muy temprano para poder ir a la misa de las siete. Luego regresaba a su casa y recogía a los niños y a mi esposa, que estaban listos yentusiasmados, para irnos de paseo. Era una alegría inmensa poder recibir cada mañana a Jesús Sacramentado. Y llevarloconmigo donde quiera que iba. Mi hermano tenía una Biblia abierta en la sala de su casa y en ella me asomaba amenudo. Leía una y otra vez este párrafo del salmo 128: Feliz tú, que honras al SeñorY le eres obediente.Comerás del fruto de tu trabajo.Serás feliz y te irá bien.

Me daba una gran tranquilidad y me llenaba de esperanza.Si honro a Dios y le soy obediente seré feliz y me irá bien. Este es un secreto a voces,que pocos parecen conocer. Yo sentía que iba con una misión. Y le pedí a Jesús: “Señor, hazme un instrumento detu paz”. Pero llegamos a Costa Rica y nuestros días transcurrieron con normalidad. Me quedéesperando la misión que nunca llegó. Inclusive le pregunté:—Señor, ¿dónde está la misión? ¿Qué tengo que hacer? Al regresar a Panamá, mi hermano me escribió: “Todos acá quedaron muy contentos contu visita. Dicen que les trajiste mucha paz”. Me quedé sorprendido porque no hice nada “especial”. Parece que esto fue lo“especial”, la vida en familia, la alegría de encontrarnos con los primos, el podercompartir.

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Dios me concedió ser un instrumento de su Paz sin que me diera cuenta.Es lo maravilloso y sorprendente de nuestra relación con Dios.

Él todo lo hace bien.

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DESPUÉS DE REZAR

T e haré una confesión que pocas veces hago. Las ideas que utilizo en mis libros, mevienen a la mente después de rezar, pero son más abundantes cuando participo de laMisa. Es algo fascinante. Ya lo he comprobado. Por eso no te sorprendas si de pronto ves a tulado una persona que en medio de la homilía saca un papel, lo desdobla y empieza aescribir. Es lo que suelo hacer. Y cuando por algún motivo olvido el lapicero, memorizolas ideas, hasta que me acerco al primero que pase cerca y le pido uno prestado parapoder escribirlas. Así surgió este libro... en una Eucaristía, como un regalo del buen Dios. Verdaderamente es un Dios tierno y bueno. Constantemente estoy descubriéndolo. Siempre hay algo nuevo en Él. El sacerdote leyó un texto del Evangelio sobre el día en que María fue a ver a Jesús,acompañada por los primos de éste. “Entonces llegaron su madre y sus hermanos, se quedaron afuera y lo mandaron allamar. Como era mucha la gente sentada en torno a Jesús, le transmitieron esterecado: “Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y preguntan por ti”. Élles contestó: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?”. Me impresionó porque, habiéndolo oído tantas veces, sentí que era la primera vez que loescuchaba. Jesús nunca desaprovecha una ocasión para mostrarnos el camino. Era comosi de pronto mi entendimiento se aclarara y una venda invisible cayese de mis ojos.Quedé impactado. El sacerdote hizo una pausa.En ese momento me ardía el corazón, como Jeremías, seducido por el amor de Dios. Sentí algo que no me podía explicar y de pronto una ternura me inunda. Me movió adecirle con toda el alma:—Jesús, quisiera ser tu hermano.Y pregunté en mi interior:— ¿Qué debo hacer?

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Continuó la lectura. Yo sólo escuché cuando el padre dijo:“Todo el que hace la voluntad de Dios es hermano mío...” ¡Esa era la respuesta que esperaba!...“Sus hermanos son los que cumplen la voluntad de Dios”. Fue una noticia maravillosa. —También yo puedo ser tu amigo —me dije emocionado — sólo debo esforzarme unpoco más, procurar en todo cumplir la voluntad de Dios. Pareciera como si Jesús mismo te animara y te moviera a perder tus temores:—No temas—te dice con dulzura —. Yo te elegí.…………………….Gracias Jesús, porque nos abres la puerta con una ternura infinita, y nos muestras elcamino, animándonos a seguirte.

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¿HASTA CUÁNDO?

D e pronto piensas que Dios te ha olvidado. Te asedian problemas que no puedescomprender. Quedas envuelto en un torbellino y no pareces encontrar una salida. Yo pasé por esto recientemente y sentí una gran confusión. Visitaba a Jesús en el Sagrario para decirle...¿Hasta cuándo?... ¿No ves que soy un simple mortal? Me acordé entonces del salmo 6 y bajé el tono de mis palabras: “Señor, no me reprendas en tu ira, ni me castigues si estás enojado.Ten compasión de mí que estoy sin fuerzas; sáname pues no puedo sostenerme.Aquí estoy sumamente perturbado, tú, Señor, ¿hasta cuándo?...Vuélvete a mí, Señor, salva mi vida, y líbrame por tu gran compasión”. Sentí entonces como si me dijeran:—Lee a Job... — ¿Job? —me dije extrañado. Y es lo que empecé a hacer, y lo que te recomiendo que hagas cuando no entiendas loque ocurre, y sientas que no puedes más. Mientras escribo, tengo frente a mí la Biblia abierta en el libro de Job. Ahora se ha vueltoun amigo entrañable. Me ayudó a comprender las enseñanzas de Nuestro Señor. ¿Quiénes somos para quejarnos ante Dios? ¿Acaso pensamos ofrecer nuestrossufrimientos por la salvación de las almas? No somos dignos de nada. Todo es gracia deDios. Job lo supo bien: “Reconozco que lo puedes todo, y que eres capaz de realizar todos tus proyectos. Hablésin inteligencia de cosas que no conocía, de cosas extraordinarias, superiores a mí. Yosólo te conocía de oídas; pero ahora te han visto mis ojos. Por eso retiro mis palabrasy hago penitencia sobre el polvo y la ceniza”.(Job 42,2-6)

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Comprendes de pronto lo pequeño e insignificante que eres ante la inmensidad ymagnificencia de Dios. Parece como si Dios mismo te llevara al límite, para probar tu fe, fortalecerla y hacertecomprender que sin él nada podemos. “Porque así como el oro se purifica en el fuego, así también los que agradan a Diospasan por el crisol de la humillación”. (Siracides 2,5) A Él le agradan los hombres humildes, sencillos, rectos de corazón. Y nos enseña a sercomo desea que seamos.

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NO TEMAS

L os mandamientos de Dios empiezan a costar en la medida que transcurren los años. La vida nos arrincona y pareciera que nos deja sin opciones. Pobre de nosotros. Muchosse pierden en el camino porque olvidan el tesoro inmenso que Dios les ha reservado en elParaíso. Creemos que esta vida será para siempre, cuando dura apenas un suspiro. Losé bien. Siempre pensé que me quedaría con 18 años y ahora tengo 44. También teocurrirá a ti. Ya lo sé, me dirás: tengo 50, o, tengo 60... Pero puede que también leasestas palabras siendo un joven que empieza a vivir. Aprovecha la vida. Disfrútala a plenitud. Sé feliz. Fortalece el cuerpo, la mente... y sobretodo tu alma. Decía un santo sacerdote que nos ocupamos demasiado del cuerpo que esperecedero y nos olvidamos del alma que es inmortal. Si eres de los mayorcitos como yo, te aseguro que nunca es tarde para encontrar a Dios.No importa lo que hayas hecho con tu vida. A Dios sólo te interesa tu bienestar. Tequiere de vuelta en casa, a donde perteneces. ………………………….Me encanta pensar que Jesús nos espera en el recodo del camino. Y nos rescata si lonecesitamos. Sólo nos pide, un poquito de fe. Lo he visto actuar. Y me lo imagino comoel capitán que arroja un salvavidas al marino que ha caído al agua. Nos da la mano, igualque hizo con Pedro, cuando estamos asustados o desesperados. ¿Recuerdas? Después de la primera multiplicación de los panes Jesús hizo que susdiscípulos se embarcaran, “debían llegar antes que él a la otra orilla, mientras él despedíaa la gente. Jesús, pues, despidió a la gente, y luego subió al cerro para orar a solas. Cayóla noche y él seguía allí solo. La barca en tanto estaba ya muy lejos de tierra, y las olas le pegaban duramente, puessoplaba el viento en contra. Antes del amanecer, Jesús vino hacia ellos caminando sobreel mar. Al verlo caminando sobre el mar, se asustaron y exclamaron: “¡Es un fantasma!”y por el miedo se pusieron a gritar. Enseguida Jesús les dijo:“Ánimo, no teman que soy yo”.Pedro contestó: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti caminando sobre el agua”.Jesús le dijo: “Ven”.Pedro bajó de la barca y empezó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús.

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Pero el viento seguía muy fuerte, tuvo miedo y empezó a hundirse. Entonces gritó:“¡Señor, sálvame!” Al instante Jesús extendió la mano y lo agarró diciendo: “Hombre depoca fe, ¿por qué has vacilado?”. Todo marchaba bien hasta que Pedro sintió miedo. Es lo que nos pasa a nosotros. Nosparaliza el miedo. Yo soy uno... Por eso le digo con frecuencia: “Sálvame Señor Jesús”.Él entonces me extiende la mano, y yo me agarro con todas mis fuerzas, hasta que pasael temporal. Me aferro a Jesús porque lo conozco y sé que me ama y no me soltará. Él es mi fortaleza y mi alegría. Mi dulce esperanza.Mi amigo fiel y verdadero.

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NO PIERDAN LA ESPERANZA

E l 12 de agosto del 2000, una tragedia estremeció al mundo. Nos enteramos por losperiódicos locales. El submarino nuclear Kursk sufrió una explosión y se hundió hasta elfondo en el mar de Barents. Tenía 118 tripulantes... Los sobrevivientes, en sudesesperación golpeaban el casco del submarino por no poder gritar que estaban vivos. En aquella espantosa oscuridad, faltándoles el aire, encerrado y sin posibilidades desobrevivir, el teniente Dimitri Kolesnikov tomó un papel y escribió a tientas una nota.Esperaba que alguna vez alguien la leyera.En ella se despedía de su esposa. Para sus compañeros escribió:“No pierdan la esperanza”.Luego la guardó en el bolsillo de su camisa. Existen frases que a veces te impactan. A mí me impresionó ésta: “No pierdan laesperanza”. Un hombre que sabe que va a morir y aún así lucha hasta el final animandoa los que están con él. En un momento así todos nos sentimos hermanos. Y nos damoscuenta que en verdad lo somos. Todo lo demás es vanidad. Hay otros casos de personas signadas a morir y que dejan frases para la posteridad, paralos que no somos tan valientes y sobre todo para los que vacilamos en nuestra fe. Uno de los sacerdotes mártires de Barbastro, la mañana antes de ser fusilado, escribió enla envoltura de un chocolate “Jamás me creí digno de tan grande honor”. En su jovencorazón se habrá dicho: “Mañana daré mi vida por Jesús. Es algo demasiado grandepara un simple mortal”. Y emocionado, nos dejó este tierno mensaje proclamando sugran amor al Eterno Enamorado. Conocí alguien que hubiese escrito lo mismo. Se decidió hace años y ahora vive y respirapara Jesús. No le veo nunca triste. Tiene motivos suficientes para ser feliz. Otros, sin embargo, no lo son. La vida les ha golpeado con tal fuerza que parecen noencontrar una salida y se desesperan... hasta que llega Jesús. Y descubren la esperanza.Al Amor de los amores. Encuentran entonces una salida que siempre estuvo a su lado. Yla vida empieza de nuevo para ellos. Esta vez, una mejor vida. Ilusionados y felices. Dejando atrás el temor y la desconfianza.

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Dimitri Kolesnikov nos dejó una gran lección: no importa qué tan difíciles sean las cosas,que nos encontremos acorralados, que nuestra vida sea un sufrimiento constante...siempre existe la esperanza. En momentos así, sé que el abrazo tierno de Jesús me espera. Por eso voy a misa y lerecibo feliz. Él es mi esperanza. Acércate a Jesús como el niño aquél que una vez fuiste. Él se sentará a tu lado paraanimarte. Su mirada atravesará tu alma y te llenará de una paz que nunca antesconociste. Si vives en gracia de Dios y tienes el corazón atento, seguramente loescucharás:—No temas —te dirá —. Yo estoy contigo.

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UN AVEMARÍA

H ay tantos santos anónimos que nunca llegaremos a conocer. Sólo en el cielo, cuandonos salgan al paso les diremos: ¿y tú eras un santo? Pero, ¡si nunca se te notó! Son personas que viven con naturalidad el llamado que Dios les hace. Se santifican en sutrabajo cotidiano, sin aparentar ni sobresalir, haciéndolo todo en la presencia de Dios. Me tocó escuchar una charla en la Casa de María Auxiliadora en Costa Rica. Entré a lacapilla y una monjita le hablaba desde el púlpito a un grupo de personas. Me encantó loque les decía: “Hay dos formas de trabajar. Con Dios y sin Dios. Las máquinas y los burritostrabajan sin Dios. Los bautizados trabajamos con Dios, ofreciéndole nuestro trabajode cada día”.

………………………..

Recuerdo cierto día en un almacén por departamentos haber visto algo curioso. Elencargado de jardinería estaba acomodando unas latas. Entonces se detuvo y lo vimascullando algunas palabras con los ojos cerrados. Otro vendedor me vio mientras loobservaba y se me acercó:—Está rezando —me dijo en voz baja—. Lo hace cada hora.Me acerqué con curiosidad y le pregunté:— ¿Qué haces?—Rezo un Avemaría —me dijo con sencillez —Así saludo a la Virgen.

………………………….. Me cuentan que un día en la Iglesia de Turín, vio Don Bosco un paño blanco que estabasobre el cuadro de María Auxiliadora, a varios metros de altura.—Alguno de los muchachos —se dijo —, seguro lo olvidó allí mientras limpiaba.De pronto el paño se empezó a mover. Y lentamente bajaba. Fue entonces cuando DonBosco pudo apreciar que en realidad no era un pañuelo sino uno de sus alumnos quelevitaba frente al cuadro de María Auxiliadora, sobrecogido, en éxtasis.En los ambientes donde se respira y se vive la presencia de Dios lo sobrenatural sevuelve natural. Es un encuentro hermoso, lo he visto con mis propios ojos, laProvidencia que nunca falta.

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Dios siempre favorece y cuida a los suyos. Vela para que tengan cuanto necesitan. Les dala gracia santificante, los abraza en su Amor, les inspira las buenas obras que pueden ydeben hacer. Por eso me lleno de una alegría contagiosa y sonrío con una complicidadcasi infantil mientras le digo: “Vaya que eres bueno Señor”.

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SE LLAMÓ CRISTINA

U no de los motivos por los que viajé a Costa Rica fue averiguar más sobre una santade la que pocos saben. Santa para Dios, en su silencio. Me contaron desde niñohistorias sorprendentes de esta mujer llamada Cristina, y quise escuchar de primera manosu vida fascinante y heroica. Como muchos de los que se deciden por Jesús, fue incomprendida en su tiempo. “Hayque perdonar –solía decirle a sus hijos- porque los demás no saben lo que hacen”. “El Reino de los Cielos es como un tesoro escondido en un campo. El hombre que lodescubre, lo vuelve a esconder; su alegría es tal que va a vender todo lo que tiene ycompra ese campo”. (Mateo 13,44) Cristina encontró este tesoro y se decidió a cambiarlo todo por seguir a Jesús. Hacía frecuentes visitas “de amor” a los que por algún motivo estaban sentidos con ella. Y fueron tan efectivas que al enfermar muchos se acercaron a su lecho para pedirleperdón por las ofensas que le habían hecho. Me senté una mañana soleada con su hija, la pluma en la mano, dispuesta a escribir. —Muchas de las cosas de mi madre nos enteramos por los vecinos —me comentó —.Aparece de pronto gente que te dice: “nosotros comimos mucho tiempo gracias a sumamá, quien siempre nos ayudó en nuestras necesidades”. Amó mucho a la Virgen Santísima. Tenía un pequeño altar con su imagen. Y le ponía adiario flores frescas que recogía de un campo cercano a su casa. Al tiempo enfermó de cáncer. En aquellos días los medicamentos no eran muy efectivospara aliviar el dolor. Ella supo que este dolor la unía al sufrimiento de Cristo en la Cruz,por eso, en medio del sufrimiento nos decía: “No desperdiciemos ningún dolor de lavida. Hay que ofrecerlos al Señor por la conversión de los pecadores”. Murió en santidad. Y fue un gran ejemplo por su piedad y generosidad.

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Señor, enséñanos a ser generosos, que nuestros sufrimientos nos unan a ti, y quepodamos servirte en medio de ellos.

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LA FE

L a fe no solo mueve montañas. También sana. Cambia la naturaleza misma y nosobtiene de Dios lo que le pedimos. La fe es como la sangre que oxigena el cuerpo. Yo, en ocasiones me pregunto por qué noobtengo de Dios algunas de las peticiones que le hago. Y me he dado cuenta de doscosas: El tiempo de Dios no es mi tiempo. Él concede las cosas cuando son de másprovecho. También comprendí que recibimos en la medida de nuestra fe. Y la feengendra confianza. Si confiamos mucho, recibiremos mucho. Si confiamos poco,recibiremos poco.

……………………………En Cataluña, se conserva una ermita románica llamada Aiguafreda de Dalt.

Tiene más de mil años de antigüedad. Un antiguo reloj de sol está incrustado en su paredlateral. Debajo de éste, hay una pequeña placa en la que se lee esta frase: “Yo sin sol, y tú sin fe, no somos nada”. Es verdad... sin la fe no somos nada.

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¿CÓNFÍAS?

C uando Jesús se le apareció a sor Faustina Kowalska le confió el dolor que recibe pornuestros pecados, y le dijo algo en lo que debemos reflexionar:

“Los pecados de desconfianza son los que más me duelen”. Jesús mío... ¡Cuánto te ofendemos! Tal vez por esto ella tuvo la visión de Jesús vestido de blanco, con una mano levantadacomo bendiciendo y la otra colocada sobre el corazón del cual salen unos rayos de color.Y le pidió que mandara pintar un cuadro con esta imagen y una inscripción que dice:“Jesús, en ti confío”.

………………………….. La pregunta que debemos hacernos es muy sencilla: ¿Confío realmente?Recuerdo que estaba en una iglesia frente a una imagen del Sagrado Corazón de Jesús.Luego de hablar con él, me despedí. Pero antes le dije esta jaculatoria: “Jesús, en ticonfío”. Sentí en el corazón una voz que me hizo una pregunta contundente: “¿Confías?”Silencio. Lo miré asombrado.—Bueno Jesús — reconocí—La verdad es que no confío mucho. Pensé darle una cantidad de excusas inútiles y por último le dije: “enséñame a confiar”. Desde entonces, suelo pedirle esto con humildad: “enséñame a confiar”.

……………………Es curiosa la forma como Dios te va preparando para las cosas que desea de ti; poco apoco, sin prisas, madurando tu fe, como el jardinero que poda un arbusto para que seamás fuerte. He visto actuar a Dios. Y sé lo extraordinario y bueno que es. Ahora cuandotengo algún problema muy serio le pido que se encargue, y por lo general lo hace.

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No sólo creo porque me lo han inculcado de pequeño. Creo porque he visto con mis ojosel poder infinito de Dios. Esto me da una paz y una tranquilidad, muy sabrosas. Tener lacerteza que estoy en sus manos. Saber que soy su hijo, y que él lo puede todo. Esto esalgo que no tiene precio. Dios me está enseñando a confiar, cada vez más. Ahora, cuando tengo una dificultad, visito a Jesús Sacramentado. Pienso en él y en lobondadoso que es. Entonces me digo: “Este problema no es nada, en comparación ati”. Creo que estas pruebas las manda Dios, justamente para que aprendamos a confiar en él;para que nuestra fe crezca como un roble sólido y seguro, en medio del mundo. Pienso también que estamos llamados a la oración y la santidad. Volver la mirada a Dios.Sentir su presencia amorosa.Andar por el mundo dispuesto a todo por Jesús.Dejar las dudas a un lado.Anhelar ser santos y luchar por conseguirlo. Es hora ya de cumplir la misión que Dios te ha encomendado, y salir al mundo comomensajeros de Jesús. Imagina lo que pudiéramos hacer si confiáramos. El mundo sería una cosa distinta. Y nosotros también. Creo que tendríamos el valor necesario para vivir el Evangelio. Dejar las ataduras de este mundo y ser verdaderamente libres. Yo aún no me atrevo adar el salto definitivo. Vivo con un pie en el aire y otro aferrado a la tierra. He visto amuchos saltar con valor y una confianza inagotable en Dios. Se deciden por Jesús, lodejan todo y lo siguen. Es asombroso... No imaginas cuánto lo deseo también.

………………………… Con la fe, todo lo podemos.

…………………………….

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Jesús es maravilloso. Ciertamente, es un amigo extraordinario. Cuando lo conoces noquieres cambiarlo por nadie. Todos soñamos desde niños con tener nuestro mejor amigo, alguien en quien confiar, quecelebre nuestros triunfos y nos apoye en la derrota. Alguien incondicional, siempre dispuesto. Para mí, ese es Jesús. De pequeño recuerdo que era mi amigo invisible. Y mi vida giraba en torno a él. Me ha enseñado a conocerlo...Me pide confiar, y trato de confiar. Pero lo hago tan mal. Entonces me envía las pruebasy cuando le digo: “Señor, ya no puedo más”, como respuesta me dice: “Confía”.

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VALE LA PENA CONFIAR

A yer escuché a una persona preocupada porque no le iba bien “a estas alturas de lavida”. Lo que más me impresionó es que contaba las cosas que había hecho por Jesús:“Fui catequista tantos años, fui cursillista tantos años...” “Y con todo esto... me sientomal por dentro”, “¿Cómo es posible?” Reflexioné toda la tarde en eso. Quería encontrar una respuesta. Era como un enigma. Sé de muchos que sirviendo a Dios, abandonados en su Misericordia, les va mejor quenunca. Y son plenamente felices. Nada les falta, a pesar de no tener bienes. Enfrentandificultades, pero saben que Dios les cuida con esmero y delicadeza. Sin embargo a esta persona que escuche hablar, aparentemente no era feliz. Al llegar a casa, mi esposa me dio la clave. Recordó la homilía de un sacerdote que ledecía a los feligreses. “Algunos se quejan con Jesús de las cosas que les ocurren. ¿Por qué a mí, si vengo ala misa todos los días? ¿Por qué a mí?, si ayudo a todos los que puedo...Y es que Jesúsnunca nos prometió que los problemas desaparecían.Al contrario, nos dijo:“El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga”. La pregunta correcta no es por qué, sino: “para qué”. El oro se purifica con el fuego.Puede que Dios esté reavivando tu fe, y no lo sabes. Ten paciencia. Y confía. La Sierva de Dios, Sor María Romero, se aprendió una jaculatoria que repetía sininterrupción cada vez que le llegaba una gran prueba (y le llegaron muchas). Asíconseguía tener un corazón sereno y tranquilo. “Jesús yo creo, espero y me abandono en tu amor”. En un momento de dificultad. Cuando las cosas no salen bien, cuando sentimos que nohay salida... “Jesús, yo creo, espero y me abandono en tu amor”.

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Llegan las pruebas que te hacen dudar, la tentación es muy grande, quisieras que todofuese un sueño... Es el momento del abandono. De ofrecerle a Jesús nuestro dolor. “Jesús, yo creo, espero y me abandono en tu amor”. Abandónate en el amor de Jesús y obtendrás la paz que deseas para vivir feliz. Sobre esto, Monseñor Escrivá nos da también un remedio “para todo”: “¡Santidad personal! — Nos dice— “por eso, los santos han estado llenos de paz, defortaleza, de alegría, de seguridad...”

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LAS PALABRAS DE JESÚS

S iempre me llamó la atención el encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús. Laverdad es que me encanta. Lo leo y lo releo con tanto gusto. ¡Cuánto me hubieragustado ser uno de ellos! Estaban desilusionados y tristes. Y de pronto se les apareceJesús. Acompañándolos, Jesús les dijo: “¡Qué poco entienden ustedes y qué lentos son suscorazones para creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No tenía que ser así y queel Mesías padeciera para entrar en su gloria?” Y les interpretó lo que se decía de él entodas las Escrituras, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas. Yo me preguntaba, ¿qué les habrá dicho Jesús que hizo arder sus corazones? A vecesleo la Biblia en busca de esas palabras. Recientemente encontré estas: “Salta lleno de gozo, oh hija de Sión,lanza gritos de alegría, hija de Jerusalén.Pues tu Rey viene hacia ti; Él es santo y victorioso,Humilde, y va montado sobre un burro,sobre el hijo pequeño de una burra...” (Zacarías 10,9) ¿No te parece una descripción tierna y extraordinaria de Jesús? Él es santo, y victorioso, humilde... montado en un burrito. Jesús tenía la tranquilidad de saberse Hijo de Dios. Nosotros también somos hijos deDios, pero no tenemos la tranquilidad. Tal vez cuando confiemos en nuestro Padre delcielo, y nos abandonemos, y tengamos más vida interior, podremos despreocuparnos delas cosas temporales. La vida adquiere un nuevo significado cuando la llenamos de Dios. Cuánto podemos aprender de ese burrito inocente que llevó a Nuestro Señor. Se cuentaque Monseñor Escrivá, el fundador del Opus Dei, solía llamarse a sí mismo en secreto:Burrito sarnoso. Un día, trataron de asesinarlo. Un hombre con un cuchillo le salió alcamino, pero de pronto, otro más fuerte derribó al primero salvándole la vida.

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“Vamos burrito sarnoso” le dijo el salvador. Y desapareció. ¡Qué bueno es Dios! Podemos ser humildes... como un burrito que lleva a su amo, sin derecho a nada.Cumplir nuestro trabajo cotidiano procurando en todo agradar a Dios, no esperandopremios ni halagos. Simplemente llenar el día con pequeños actos de amor al Buen Dios. La vida pasa tan rápido. Con los años terminas comprendiendo que el orgullo no tienesentido, porque nunca nos dará la paz interior. Es mejor ser como Jesús... Santo, victorioso y humilde.

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LA COMUNIÓN ESPIRITUAL

H ace algunos años descubrí una práctica piadosa que no he dejado hasta el día dehoy. Es la Comunión espiritual. Muchos santos y sacerdotes escribieron sobre esta devoción de piedad, alentándonos apracticarla. Monseñor Escrivá también escribió sobre este admirable misterio que nos confiere losefectos de la comunión Eucarística.¡Qué fuente de gracias es la Comunión espiritual! – Practícala frecuentemente ytendrás más presencia de Dios y más unión con Él en las obras. (6) Por el deseo de recibirlo, Jesús te confiere la gracia. Lo da todo por las almas que tanto ama. Basta que lo deseen. Cuando, por algún motivo, no he podido recibir la comunión Eucarística, me queda lacomunión espiritual. A veces, mientras conduzco el auto, hago un alto y repito la fórmula que me enseñaronun día para hacer la comunión espiritual. También, durante la misa, al momento en que el sacerdote eleva la Hostia consagrada. ¡Qué momento! Jesús sabe encender nuestros corazones y siembra en nuestras almas eldeseo fervoroso de recibirlo... ¡Dulce huésped del alma! Es una oración, sencilla en sí misma, pero, ¡cuán eficaz!: “yo quisiera Señor recibiroscon aquella pureza,humildad y devoción

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con que os recibióvuestra santísima madre,y con el espíritu y fervor de los santos”. Debiéramos repetirla con más frecuencia, cada vez que podamos, y vivir másíntimamente unidos a Nuestro Señor.

…………………….Jesús es muy especial. Nos da un regalo maravilloso en cada una de sus palabras. Nosllena de esperanza. Nos hace saber que somos hijos de Dios, que no habrá nadaimposible para nosotros si creemos y confiamos. Nos alienta a ser santos. “Tengan fe en Dios. Yo les aseguro que el que diga a ese cerro: ¡Levántate de ahí yarrójate al mar!, si no duda en su corazón y cree que sucederá como dice, se leconcederá”. (Marcos 11, 22.24)

……………………… Yo creo Jesús, pero aumenta mi poca fe. Enséñame a confiar. Dame la gracia de tenerun corazón puro, humilde y bueno. Sobre todo Señor, dame una chispa de tu Amor infinito, para poder amarte, como túmereces.

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ERES ESPECIAL PARA JESÚS

A veces ocurren cosas curiosas. De pronto sientes que alguien te observa. Es comouna intuición. Volteas rápido y te encuentras de frente con aquél que te ha estadomirando. Me ha pasado innumerables veces. Hoy fue un poco diferente. Me fui aconfesar y en la sacristía me pidieron que esperara unos minutos pues el padre nodemoraba. En ese instante sentí que alguien me miraba. Voltee a ver y me encontré defrente con el Sagrario, al fondo de la capilla, hermosamente iluminado por dos fuertesreflectores. — ¡Vaya que eres especial! —me dije sorprendido. Y me sonreí.La capillita estaba vacía y sentí que Jesús me llamaba.—Voy a confesarme — le expliqué —, y el padre no demora.Pero él insistió. Entonces reaccioné.—Tú eres más importante —le dije, y lo acompañé un rato.Jesús nunca deja de sorprenderme. Con él todo es una aventura maravillosa.

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EL SENTIDO DEL PERDÓN

A lo largo de tu vida encontrarás personas que te quieren lastimar. Es algo que nuncahe comprendido. A menudo son comentarios mordaces en tu trabajo, verdades a medias, murmuraciones,habladurías a tus espaldas, alguien que pudiendo ayudarte no lo hizo, sabiendo cuánto lonecesitabas. Sé de actitudes peores: resentimientos, odios, venganza. Nuestra naturaleza nos mueve adevolver el mal que nos hacen. Pienso en ello y me doy cuenta que aún así, con laayuda de Dios, es posible perdonar, con el alma y el corazón. Es decir: “perdonar” y“olvidar”. Recuerdo una vez que trataron de lastimarme. No tenía fuerzas, ni ánimo para perdonar.Me habían hecho la vida imposible. Estaba muy molesto. Y en el auto, camino a casa medecía: “Jesús, esto es muy difícil. ¿Cómo perdonar? Igual seguirán tratando dedañarme. Pero tú lo pides. Perdonar 70 veces siete”.Al final pensé en aquella persona y me dije:—Te perdono.Pero no fue un perdón verdadero. Me estaba confrontando conmigo mismo y comprendí que para perdonar, primero deboamar. Como Dios, que ama a los buenos y a los malos. Porque el amor no distingueentre unos y otros. Cuando veía a esta persona trataba de ser amable. Pero sentía dentro de mí que no valíala pena. ¿Cómo ser bueno si constantemente tratan de hacerme daño? Pensé en Dios, cuando le rogamos: “perdona nuestras ofensas, como también nosotrosperdonamos a los que nos ofenden”. Debo perdonar, si quiero ser perdonado por Dios. Me acordé de Jesús, y lo que le hicieron... “Al llegar al lugar llamado de la Calavera, locrucificaron allí, y con él a unos malhechores, uno a la derecha y el otro a la izquierda.(Mientras tanto Jesús decía: “Padre, perdónalos, porque o saben lo que hacen”) / Lucas23, 33-34

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“Eran como las nueve de la mañana cuando lo crucificaron... los que pasaban loinsultaban y decían moviendo la cabeza: “Tú, que destruyes el Templo y lo levantas de nuevo en tres días sálvate a ti mismo ybaja de la cruz”. Igualmente los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley se burlaban de él...”(/Marcos 15,25-31) Qué hermosas fueron las palabras de Jesús: “Perdónalos porque no saben lo quehacen”. Mancillado, desnudo, golpeado, con el cuerpo hecho una sola llaga, extenuado, sediento,con dolores indecibles... Pasan a su lado, se burlan de él. Y Jesús, bondadoso, lesperdona. Amó en extremo, por eso no deja de perdonar. Su perdón se extiende en el mundo, como el bálsamo sobre el agua. Y lo másextraordinario, es que siguió perdonándonos a través del tiempo, con el Sacramento dela Reconciliación. ¡Qué bueno eres Señor! Jesús siempre perdona y “olvida” nuestros pecados... Esta es nuestra alegría: saber que tenemos un gran amigo en Jesús. Ahora también yo puedo perdonar. No soy quien para juzgar a mi prójimo.Señor, enséñame a perdonar, que tenga caridad y comprensión. Que sepa ser humildey sencillo. Que tú seas mi esperanza y mi futuro.

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MI MEJOR AMIGO

C uando era niño, mi mejor amigo vivía enfrente de mi casa. Escondido en unSagrario. Era Jesús. Solía asomarme por la ventana para saludarlo. Me daba ilusiónsaber que Él estaba allí, que me veía y me escuchaba.

Cada mañana, temprano, antes de ir al colegio, pasaba a saludarlo. Me encantaba esasensación que tienes deseando que amanezca para volver a ver a tu mejor amigo ycharlar con él largo rato.

Hace uno días me senté a recordar y decidí escribirte este libro. Espero que lo disfrutesy que puedas amar mucho al buen Jesús.

Ámalo cada día.

Ámalo más, porque Él merece ser amado.

Es un gran amigo, tu mejor amigo.

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ENCONTRARNOS CON JESÚS

C amino al trabajo me he encontrado con un pobre que pide limosna. Al principio nome fijaba en él. Había otros a su alrededor. Vive en una silla de ruedas, bajo el sol y lalluvia.

Cuando lo observé con detenimiento, comprendí sus penurias y pensé en aquellaspalabras de san Alberto Hurtado: “El pobre es Cristo”.

Me di cuenta del enorme tesoro que tenía frente a mí. A Cristo sufriente, en ese hombreque sufre.

“Pero, es que ese hombre en nada se parece a Jesús”, podrías decirme. Yo pensaba igualhasta que recordé estas palabras:

“Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lohicieron conmigo” (Mt 25,40).

Ahora, cada mañana lo busco, me detengo unos minutos para darle algo que lo ayude apasar su día. Le sonrío, lo animo y le pido que me bendiga. Sé que su bendición llegaráal cielo, porque Dios escucha con predilección a los más necesitados. Nada de lo que lellegue a dar compensará ese sencillo: “Dios lo bendiga”.

En ocasiones no lo veo y me preguntó inquieto: “¿Dónde está?”. Y lo busco con lamirada. Cuando lo encuentro me pongo tan feliz.

“¡Allá va!” Y acudo a él.

A veces, después de hablar con él, le recuerdo: “¿Y mi bendición?” Entonces mebendice. Y yo continúo feliz mi camino.

El pobre es Cristo. Siempre pienso en eso.

Sé que es poco lo que hago, pero hay algo, como presencia de Dios en nuestros brevesencuentros. En su bendición, en sus palabras.

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ESPERANDO A JESÚS

M e ha tocado ir al aeropuerto para recibir a mi cuñada con sus hijos y mientrasespero me detengo a observar a las personas que están allí esperando un familiar.

Tienen una emoción que se les desborda cuando anuncian la llegada del avión. A cadainstante se asoman al corredor por donde deben salir los pasajeros. De pronto lasmiradas se iluminan, una sonrisa se les dibuja en el rostro. Algunos hasta lloran de lafelicidad. Y se arrojan en los brazos del ser amado. Luego, algunas palabras y por últimoles ayudan con las maletas.

Espera a Jesús como a un ser amado que llega de viaje sorpresivamente.

¿Qué sentirías si de pronto el Papa tocara tu puerta? Abres y te encuentras frente a él. Sorpresa. Alegría. Ilusión. Deseos de llamar a todos tus familiares para contarles. Luegotratas sucios, que no los vea el Papa...

Le darás tu mejor silla, prepararás la mejor bebida para ofrecerle. Y te sentarás aún conla respiración agitada, para escucharlo y estar cerca de él. ¿Has visto al Papa entelevisión cuando se acerca para saludar a los fieles? A su paso las personas quedanllorando. Es la cercanía de la santidad. Nadie queda indiferente.

Si es así con el Vicario de Cristo, ¿cómo será con Jesús? ¿Qué pasaría si te enteras quemuy pronto llegará y visitará tu casa? Te aseguro que perderás tus miedos y losreemplazarás con la ilusión y una alegría verdadera.

Pintarás los cuartos, comprarás ropas nuevas, prepararás todo para su llegada conmanteles limpios... buscarás un sacerdote y harás una confesión fervorosa, realizarásobras buenas que puedas ofrecerle, y le dirás a todo el que veas sobre esta maravillosavisita que se aproxima.

Pienso que no me equivoco al juzgar tu reacción. Él es más que cualquier Rey,presidente, artista, escritor... Y sé que le darás lo mejor de ti. Aquello que tal vez nuncale diste a nadie, reservándolo para alguien que de verdad lo mereciera.

Ahora debo aclararte lo siguiente: Esta venida se cumplirá al pie de la letra. Lo dice elEvangelio. Jesús regresará muy pronto, cuando nadie lo espere.

¿Cómo encontrará tu hogar?

¿Y tu alma?

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VEN SEÑOR JESÚS

C ierta vez fui a una emisora de radio, para hablar de Jesús. El programa duró unahora y recibimos muchas llamadas. Estábamos muy sorprendidos. Jesús sí que sabehacer las cosas bien. A veces le gustan las sorpresas y lo mejor quedó para el final.Cuando salimos de la cabina, vimos un taxi que se estacionó afuera.

El conductor se bajó apresurado, abrió de golpe la puerta de la emisora y se paró frente anosotros. Yo no sabía lo que ocurría. De pronto, este hombre acostumbrado al trato durode la calle rompió a llorar. Nos miraba acongojado y se disculpaba:

— No lo puedo evitar —decía entre sollozos—. Es la emoción. Lo abracé con afecto ynos sentamos en una banca.

— No se preocupe —lo consolé —, yo también lloro cuando pasa Jesús. Él es así.

Entonces me contó que ese era el día de su cumpleaños, que le había pedido una graciamuy grande a Jesús, y que en este programa de radio se le concedió.

Dejé de verlo como un desconocido y le sentí un hermano.

— Qué grande eres, Señor — exclamé con un gozo sobrenatural, al ver las maravillasque Él hace con los suyos.

Me encanta saber que Jesús es mi amigo y que puedo confiarle todo.

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GANAR EL CORAZÓN DE JESÚS

H oy estuve con Jesús. Por la mañana temprano meditaba en las cosas que me ocurreny hasta me molesté con Él.

— ¿Cuándo me vas a quitar estos problemas? — le reclamé. Y es que siempre que hayalgo que no puedo solucionar, acudo a Jesús. Es mi amigo.

— Mira Jesús —le digo —yo no sé cómo arreglar esto. Entonces me olvido del asuntosabiendo que ha quedado en muy buenas manos.

Llevo más de cuarenta años descubriendo un tesoro inagotable. Jesús siempre intervieney lo que me parecía imposible, de pronto no es más que un poco de arena que esparce elviento. Polvo que desaparece en el horizonte.

Dios escucha la oración de los niños, porque son almas puras. Él merece que le ofrezcasun alma libre de pecados.

Pensé en esto: “Iré a confesarme. Luego hablaré con Dios”.

Fui a la Iglesia y participé de la Hora Santa y de la Misa.

— Señor, ¿qué ocurre? — Volví a preguntar — ¿Por qué no me quitas este problema?

Me acordé en ese momento de la historia simpática que me contó un diácono:

Cierto hombre le pidió a Dios que le quitara su cruz. Como Dios no le hizo caso, se ladevolvió.

— No la quiero —le dijo.

Y vivió feliz, sin problemas, sin sufrir. A los años murió. Su alma se encontró caminoal cielo con otras muchas almas que marchaban en fila hacia el Paraíso. De pronto sevieron frente a un precipicio insalvable.

— ¿Y cómo vamos a cruzar? — preguntó —. No hay forma de hacerlo.

Entonces el que iba delante de él tomó la cruz que llevaba al hombro y la colocó encimadel precipicio. Así pudo cruzar.

Le siguieron uno tras otro, cada cual colocando su cruz como un puente.

— Señor —exclamó el hombre —, ¡devuélveme mi cruz! Mira que no he podido cruzar.

— Hay un tiempo para todo —le respondió Dios —. El tuyo ya pasó.

Reconocí entonces la sabiduría de Dios, que todo lo hace para nuestro bien. Nos ama

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tanto, que sólo podemos esperar su amor.

Por eso, decidí aceptar esta pequeña cruz que Él ha querido poner sobre mis hombros, yque no es nada en comparación al premio que nos espera por ser hijos fieles.

Ya vez, puedes sufrir, y a la vez ganar el corazón tierno y dulce de Dios.

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TEN PRESENCIA DE DIOS

M ientras te escribo siento la presencia de Dios. Es un sentimiento tan fuerte que se tedesborda del alma. No lo puedes contener. ¡Dios mío!

Te inunda súbitamente una alegría, un gozo tan grande e indescriptible, sobrenatural.

Quisieras abrazarlos a todos amarlos a todos. La vida de pronto cobra un nuevosignificado, un sentido de eternidad. Te das cuenta del Amor inmenso que Dios sientepor ti.

Sí, Dios te ama. Y tal vez escribo estas palabras sólo para recordarte hoy esas maravillas:“Eres especial para Dios. Eres su ternura. Su complacencia. Y no importa nada de lo quehayas hecho en el pasado. Él está dispuesto a perdonártelo TODO”.

Cuánta falta me hace hablar con Dios, contarle mis inquietudes. Cuando surge en mialma este deseo incontrolable de verlo y decirle cuánto lo amo voy a Misa. Al terminarme acerco al Sagrario y le hago compañía a mi amigo de la infancia, mi mejor amigo. “Élte ve y Él te oye”. Es una experiencia sorprendente.

No conozco a nadie que visite a Jesús y salga igual. Él lo transforma todo, renueva tuvida, así como lo hizo con la mía. Anda, visita a Jesús en algún Sagrario y dile: “Aquíestoy. Vine para decirte que te amo. Quería lo supieras Jesús. Gracias por todo lo quehaces en mi vida. Te amo Jesús”.

No imaginas cuánto se va alegrar.

Ahora, en silencio, nos quedaremos un rato acompañándolo, que no se sienta solo. Yantes de irnos, otro: “Te quiero Jesús”, que nunca son suficientes.

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ACOMPAÑANDO A JESÚS

H oy pasé un rato maravilloso. He estado pensando en Jesús.

Son las once de la noche. En casa todos duermen. Solamente he quedado yo, despierto.En realidad no estoy solo. Estamos Jesús y yo. Somos buenos amigos y nos da porconversar. Cómo decirle: “Bueno Jesús que ya debo irme a dormir”. Me agrada supresencia y las horas se pasan casi sin sentirlas. Al contrario, le digo: ¡Quédate conmigoSeñor!

Él sonríe con ternura porque sabe lo que pensarás antes que lo hagas. Esto me encantade Él. Es un amigo estupendo y disfruto mucho sus visitas, y le pido que me visite confrecuencia. Me gusta decirle como Pedro: A quién iré Señor, sólo tú tienes palabras devida eterna.

¿En qué planeta vive éste? Me podrás decir. Y es que a veces parecemos bichos raros.Me encanta ser un bicho raro cuando es por Jesús. Pido y me da. Llamo y responde. ¡Qué bueno es Jesús!

No es fácil tomar opciones de vida por Jesús. Lo sé bien. Te decides arriesgándolo todo.Pero también sé que ninguno que se haya atrevido se ha arrepentido luego de estadecisión. Muchos han sufrido la incomprensión, otros han sido amados, otros pasarondesapercibidos.

Pero todos llevaron a Jesús en su corazón. Dejaron que Jesús habitara en ellosirradiando su dulce presencia por doquier.

Un sacerdote me contó de un joven que estuvo todo el día, sentado en una banca de laIglesia, acompañando a Jesús crucificado un viernes santo.

— Ve a descansar —le dijo el padre —y regresas luego.

El muchacho le miró sorprendido y respondió:

—Padre, él sufriendo, ¿y yo descansando?

Esta respuesta debiera salir también de nuestros labios, y de todos los laicos que estamosllamados a servirle en su Iglesia.

¿Él sufriendo, y yo descansando?

Entonces nos atreveríamos a salir por el mundo a llevar su Palabra, dando esperanza.

Con un amor contagioso y verdadero.

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UN AMIGO EN COMÚN

L as experiencias de todos los que se han animado y siguen a Jesús, son similares.

No importa el país, ni el tiempo. Jesús es el mismo siempre. Y a todos nos conforta consu amabilidad y su Divino Corazón.

Esta característica es sorprendente. Jesús nos ama porque sí. Porque es el Gran Amor. ¿Quién puede dar motivos para el amor? Se ama, así de sencillo.

Pero Jesús, además: Nos instruye. Nos pasa por el fuego purificador. Nos hace humildes.Nos da ternura. Nos mueve a la caridad. Nos llena de ilusión y gozo. Nos sensibiliza anteel pecado y las injusticias.

Nos enseña a perdonar con generosidad. Nos da la esperanza de una vida eterna.

Nos ayuda frecuentemente, a menudo sin que nos demos cuenta.

Lava nuestras culpas. Y nos llama a la santidad.

……………………..

Todos soñamos desde niños con tener nuestro mejor amigo, alguien en quien confiar, quecelebre nuestros triunfos y nos apoye en las derrotas. Alguien incondicional, siempredispuesto. Para mí, ese es Jesús.

Me ha enseñado a conocerlo y quererlo. Me pide confiar, y trato de confiar. Pero lohago tan mal. Entonces llegan las pruebas y cuando le digo: “Señor, ya no puedo más”,como respuesta me dice: “Confía”.

Tengo algunos amigos que son unos “locos” enamorados de Jesús.

Nos escribimos y compartimos nuestras experiencias.

Esta es la carta de Horacio, mi amigo argentino.

Querido Claudio: Me pides que te cuente acerca de un amigo en común, sobre cómopercibo su amistad conmigo. Menuda tarea me pides ya que expresar tan profundosentimiento no siempre es posible ante tan grande amigo. Quizás podría empezardiciéndote que es fiel. Mucho más fiel que yo con Él.

Más de una vez me aparté de su camino y siempre ha estado allí esperándome a miregreso. Sin una recriminación, reto o destemplanza y siempre con sus brazos abiertospara recibirme nuevamente como si nada hubiese pasado.

Podría también decirte que es un amigo exigente y celoso de su amistad. Quiere quenunca me aparte de Él, que aprenda a caminar sobre sus propias huellas. Suena a egoísta

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de su parte, como queriendo imponer su parecer sobre mi propia libertad, ¡Y cuánequivocado estaría de pensar de esa manera!

Él sabe que sus pasos son seguros y su camino lleva hacia la patria de la que somosperegrinos.

En este sentido, también quiere, más bien sugiere que sea instrumento suyo, para darleforma al mundo que proyectó desde siempre y que el hombre corrompió con suinclinación al mal.

Sabe que podemos cambiar la guerra por paz, la indiferencia por atención, la pobreza enabundancia, siempre que lo hagamos en su nombre. ¡Pero cuán egoístas somos loshombres y no seguimos sus consejos! Podría hablar muchas horas, días y años sobreeste amigo fiel, cariñoso, severo e indulgente, capaz de llorar de tristeza por mis rebeldíasy de alegría por “mis” triunfos. Y te pongo “mis”, entre comillas, porque en realidad noson míos sino suyos. ¿Preguntas por qué?

Cada triunfo mío es posible sólo porque Él está a mi lado dirigiendo mi vida para que nome equivoque y cada fracaso es mío porque soy yo quién se separa del caminocorrecto.

Desde que lo conocí, mejor dicho que lo vi, intento permanecer a su lado, lo que no esfácil ni sencillo porque existe un sentimiento de incomprensión a esa radicalidad fruto delas posturas acomodaticias que la sociedad tiene en su conjunto y de las cuales tampocosoy ajeno.

Si tienes esposa e hijos que aún no le han descubierto en esta faz de amigo y le sientencomo alguien lejano y superior, tendrás incomprensión a tus posturas, acciones ycompromisos.

Tus amigos, si les pasa lo mismo, tampoco comprenderán que prefieras pasar una horacon Él en momentos que quisieran que estés con ellos, ya que trastocas sus planes.

Tus conocidos, compañeros de trabajo, ocasionales acompañantes, se preguntarán ¿Québicho le ha picado a éste que no actúa como nosotros ante el mismo estímulo?

Pero si tú te mantienes fiel a Él, soportarás esas incomprensiones y demostrarás con tuvida que hay un amigo especial que te cambia, te renueva y justifica renacer en elespíritu.

Que hay un amigo especial que absorbiéndote, te devuelve a los tuyos para que seas suspies, sus manos y su boca, capaz de cambiar el error en certeza, la desilusión enesperanza, la opresión en libertad.

Ese amigo, se llama: “Jesús”.

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LIBRO No. 2

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LOS CONSUELOS DE JESÚS

J esús suele ser muy especial. Y a mí me encantan las ocurrencias que tiene con uno.He descubierto que es muy tierno, pero también es celoso de sus almas. Nos quiere paraél. Esta mañana conducía mi automóvil y me detuve en una frutería para realizar unascompras. Iba un poco distraído, pensando en los problemas cotidianos. Apenas bajé delauto sentí en lo profundo del corazón una voz que con ternura me reprochaba: — ¿Teacuerdas de mí?

Me sonreí feliz. — ¡Eres Tú! —le dije sorprendido — Pero, ¿dónde estás?

Me volví buscándolo y detrás de mí encontré una iglesia.

Allí estaba Jesús Sacramentado.

—Lo sé —me dije— ya poco te visito.

Crucé la calle y lo saludé.

¿Te ha ocurrido alguna vez? Sales y sientes que algo te detiene. Es Jesús.

Te pide que no lo dejes solo. ¿Por qué no le dedicas unos minutos? Te preocupasdemasiado por las cosas del mundo, deja tus apuros, te lo aseguro, nada más importanteencontrarás.

Aunque todos se marchen al terminar la Misa, tú quédate unos minutos. Hazle compañía.Dile que lo amas. Él sabrá corresponderte. Ya lo verás. Será una experiencia quedesearás repetir.

Un conocido me contó una anécdota similar. Ahora saluda a Jesús al menos una vez aldía. Y si está apurado se asoma desde la puerta de la Iglesia y le regala ilusionado un:“Hola Jesús”.

Luego sigue hacia su trabajo.

Los consuelos de Jesús nunca se hacen esperar.

¿Quieres un amigo de verdad? Busca a Jesús. Él es generoso y bueno. Pasa pensando enti. Viendo cómo te ayuda, cómo te muestra su amor incondicional. ¿Qué más puedespedir?

¿Necesitas contarle tus problemas a un amigo que te comprenda? Busca a Jesús. Pasasolo más tiempo del que debiera. Y lo más increíble es que a pesar de nuestrosdesplantes, siempre espera con ilusión tu visita.

Él no se cansa de esperar, ni se desanima. Yo, la verdad, he descubierto en Él al amigoverdadero. Nunca me ha defraudado.

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Cuando empiezas a conocerlo, no cesas en tu anhelo de pasar más tiempo en sucompañía. Me ha enseñado lo que es la confianza. La alegría de recibirlo en la Eucaristíay llevarlo en el corazón.

He descubierto la gran diferencia que hay entre pasar un día con Jesús y transcurrir el díatratando de solucionar mis problemas creyendo que con mis fuerzas lo podré lograr.Prefiero estar con Jesús. Te lo digo de corazón. Soy católico, ¿a qué otra cosa podríaaspirar? ¡Oh, sí! ¡Yo quiero pasarlo con Jesús! Vivir en el seno de nuestra Santa MadreIglesia, fortalecer mi alma con los sacramentos, apoyarme en Jesús.

Una amiga me dijo esta mañana:

— El Evangelio es tan maravilloso que debiéramos usar un megáfono para que todos loescuchen.

— ¡Es verdad! —le dije entusiasmado — ¡Hablemos de Jesús!

Como no tengo un megáfono, te escribo. Tú ayúdame y lleva a Jesús al corazón de losdemás. Que el mundo le conozca. No te desanimes ni te canses de intentarlo. Siembracon alegría su Palabra, vive el Evangelio, da ejemplo con tu vida; y Jesús se encargará delo demás.

………………….

Gracias Jesús, por llamarme amigo y ser mi gran amigo. Mi amigo bueno. Gracias por tuAmor infinito. Por comprenderme. Y por darme la esperanza de la vida eterna. “El Señorperdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colmade amor y de ternura” (Salmo 102)

Busca la santidad, vive en la cercanía de Dios, para que el Señor te favorezca con suMisericordia. Déjate amar, deja que te envuelva en su Amor.

Jesús te llama y te busca.

Él quiere que seas feliz, que seas un hombre o una mujer nuevos. Aprende a vivir conCristo en tu Corazón.

San Pablo lo supo, por eso le escribió a los romanos: “Si vivimos, para el Señor vivimos;y si morimos, para el Señor morimos. Por tanto, ya sea que estemos vivos o quehayamos muerto, somos del Señor” (Rem. 14,7-9).

Dios nos conoce y nos ama. Somos importantes para Él. Y no deja nunca de buscarnos,a pesar de nuestra indiferencia.

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¿A QUIÉN IRÉ?

L a vida es irrepetible y hermosa. Un sacerdote me dijo una vez: “Lo más valiosoque posees es tu vida, el tiempo que Dios te ha dado”.

Realmente es lo único que poseemos, el tiempo para vivir y hacer las buenas obras queDios espera de nosotros.

Cuando Dios nos llame ya no podremos decir: “Regálame unas horas más, mira que aúnno he podido confesarme, ni arrepentirme, ni decirle a mis seres queridos cuánto losamo”. El momento llegará “como un ladrón, en medio de la noche”. Y si no estáspreparado, pasarás a la Eternidad purgando tus pecados o lo que es peor, corres el riesgograve de condenarte.

¿No te ha ocurrido que de repente piensas: Hoy sería un buen día para escuchar misa yconfesarme?

No desdeñes este dulce pensamiento que Dios siembra en tu alma. Podría ser éste tuúltimo día y sin que lo sepas se te da una última oportunidad para que te salves. Hacepoco me ocurrió algo que me hizo reflexionar en estas cosas. Veníamos subiendo lapendiente peligrosa de una montaña cuando nos atrapó la neblina.

En cuestión de segundos la visibilidad se redujo a menos de medio metro. No podíaregresar, ni detenerme. Sólo quedaba avanzar. ¿Qué hacer en una situación comoésta? Precipicios al costado del camino; del otro lado, camiones enormes que bajan atoda velocidad. Conduces tu auto lentamente, pero apenas puedes ver pequeñosfragmentos de la carretera. Agudicé los sentidos y rezamos. Al rato se fue aclarando elcamino y regresó la visibilidad.

Mi esposa exclamó: “Qué hermosa es la luz”. Y luego completó la frase: “Por algo Jesúsdijo que Él era la luz del mundo”.

Sin Jesús andamos ciegos, no podemos ver el camino, vamos errantes por la vida. Nosfalta lo más importante. Él es nuestro guía. Lo he comprobado. Por eso me encantaandar con Jesús. Por eso escribo sobre Él. Su Amor me ha seducido, le ha dado valor ami vida.

Ya ves, amigo, la vida con Jesús es una vida plena. Créeme, al salir de aquella terribleneblina y ver el camino nuevamente me puse tan feliz. Una nueva oportunidad para vivir.Sentir que Jesús nos cuida. Y guía nuestros pasos.

“Señor, a quién iré. Sólo tú tienes Palabras de Vida Eterna”.

Haz la prueba, Jesús nunca te defraudará.

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PEQUEÑOS DETALLES

C uando escribo, me gusta colocar frente a mí una estampita de Jesús en la que se vesu rostro. Tiene una mirada especial, como si penetrara en lo más profundo de tu alma yleyera tu corazón.

Es una mirada tierna.

Da la impresión de estar hablándote. Te sonríe con cariño. Pareciera queconstantemente pregunta:

— ¿Me amas?

Me inquietan sus preguntas.

— ¿Cómo no amarte Jesús?

Mi respuesta no llena su deseo de sentirse amado por la humanidad. Y pregunta denuevo:

— ¿Me amas? Entonces reconozco con dolor en el alma:

— Que poco te amamos. Es verdad.

Aprende a reconocer la presencia de Dios en los pequeños detalles de la vidacotidiana. Le contaba a un amigo las experiencias que paso con el buen Dios. Lasgracias cotidianas. Y él me decía: “Yo también recibo esas gracias. Lo que ocurre es quehe sido un ciego y no las he visto”.

Con el tiempo comprendes que sólo Dios puede darle sentido a tu existencia.

Muchos lo descubrieron, por eso empezaron a valorar más la vida espiritual, y retomaronel sendero perdido en la juventud; la oración, su confianza en Dios. Me pasó igual.

¿Cómo expresar todo esto que descubríamos?

Viviéndolo.

Siendo un signo de contradicción.

Y cambiando radicalmente, sin importar los miramientos humanos, lo que otros podríanpensar.

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PARA PENSAR

E stoy feliz con Jesús.

Me encanta visitarlo y conversar con él. Es un amigo de verdad. Me ha enseñado lo quees la ternura y la amistad. Si algún día alguien me llama:

—Claudio ¿qué haces?

Me gustaría poder contestar como Elías: —Ardo de amor por Yahvé. En mi caso diría:

—Ardo de amor por Jesús.

………………………

Somos sabios cuando reconocemos que nada podemos sin Dios.

……………………………

Qué tristeza cuando entramos en una iglesia y no saludamos al “dueño de la casa”. Asíllamaba la Madre Teresa, a Nuestro Señor.

…………………………..

Una vez pasé distraído frente a una iglesia. No había terminado de cruzar cuando unavoz tierna me detuvo: —Claudio, ¿me amas? Jesús es como un niñito que esperailusionado nuestro amor.

—Sí Señor — respondí. Tú sabes que te amo. Desde entonces, cada vez que paso frentea una iglesia, hago un pequeño alto para decirle que lo amo.

…………………………..

Dios te llama y te pide que seas santo.

¡Si tan sólo lo escucharas!

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MI VECINO

H oy, de casualidad, descubrí una capilla cercana a mi trabajo. Está apenas a doscuadras.

No imaginas la felicidad que experimenté. No pude seguir de largo. Me bajé para saludara Jesús.

“Tan cerca y no lo sabía”, le dije.

Y casi exclamo: “¡Eres mi vecino!”.

Pensé en Jesús, también feliz por mi visita, respondiendo:

“Ahora que lo sabes, ¿me visitarás acá?”

“Sí Jesús”, le respondí. “Eres mi mejor amigo”.

Él me decía tantas cosas en tropel, de lo alegre que estaba por mi visita.

Lo imaginé como un niño que se encuentra con su amiguito, después de una semana sinverse. ¡Hay tanto que contar! Imaginé a Jesús mirándome desde aquel Sagrario, tantierno y bueno. Sonriendo. Llenando al mundo de gracias.

Recordé a un sacerdote que está enfermo y le pedí por él. Luego me marché, con unaemoción que me llenaba el alma. También descubrí algo maravilloso.

Como trabajo en un tercer piso, se me ocurrió buscar la capilla desde el ventanal de mioficina y la encontré. Justo detrás de un pequeño edificio.

“Te veo”, le dije emocionado. “Acá estoy”.

Y me pareció que respondía:

“También te veo Claudio”

La verdad es que interrumpí el trabajo como cinco veces para asomarme por la ventanay verlo de nuevo. No pude evitarlo. Me sentía tan contento.

Aproveché para hacer un rato de oración, y decirle que lo quería y agradecerle estagracia.

Es de noche.

Escribo desde mi casa, recordando aquella agradable experiencia, anhelando que sea dedía otra vez, para pasar a verlo en aquella capilla. Y luego, desde mi oficina, asomarmepor el ventanal. Y estar con él.

¡Vaya regalo! Lo tengo de vecino, a mi mejor amigo. Mi amigo Jesús.

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LAS TENTACIONES

¿ Crees que no tengo tentaciones?

Las tengo… y muchas. Pero también tengo a Jesús, a mi gran amigo, que nunca meabandona a pesar de las tonterías que hago. Él siempre está conmigo, a mi lado,dispuesto a hacer lo que sea por mí. Me basta verlo clavado en la cruz para entender loque hace el Amor. Por eso no me es tan difícil amar al que no me ama, al que me hacedaño y perdonar.

Mi vida nunca fue la misma desde el día que me decidí por Dios. Vaya que me hanllamado “bicho raro”, infinidad de veces. Pero he sido feliz siendo ese bicho raro.

A veces me ocurren cosas que ni yo mismo entiendo. Como la vez que una señora salíade la capilla donde tienen el Sagrario. La vi afligida y me dio por obsequiarle un libro. Alos meses me la encuentro en un evento y me dice:

“¿Recuerda el libro que usted me obsequió? Ese día fui a ver a Jesús para que meayudara a perdonar. Salgo llorando y usted me entrega un libro. Se titulaba: “El Caminodel Perdón”. No he dejado de llorar, pero he sanado y pude perdonar. Quería que losupiera”.

Como siempre, en estos casos, sé bien a quién le debemos agradecer estos pequeñosmilagros. Al que está en el Sagrario, a Jesús Sacramentado. Yo sólo escribo, Él es quientoca los corazones.

Hace poco estuve en un oratorio, donde tienen el sagrario. Le fui a contar a Jesús losproblemas que estoy atravesando.

Nunca es igual verlo expuesto allí frente a ti, en esa hostia blanca y hermosa, queimaginarlo detrás de la cortina que lo cubre y la puerta que cierra el sagrario.

Me dio por decirle: “¿Por qué no sales de allí, de ese sagrario y te sientas conmigo, aquí,en esta banca, a mi lado?”

Al instante sentí que alguien me abrazaba en esa banca solitaria en la que sólo estaba yo.Sentí su presencia viva junto a mí. Cerré los ojos para imaginarlo sentado, mirándomecon picardía, sonriéndome. En ese momento iniciamos una conversación. ¿Lo imaginé?No lo sé.

“Mira lo que me haces hacer”, dijo entre sonrisas. “Estoy aquí por ti, y para todos losque me visitan”.

Me molesté con Él al ver en mi mente tanta gente sufriendo. “¿Por qué?”, le pregunté.“¿Acaso es necesario tanto dolor?”

“Mírame cada vez que puedas clavado en la cruz. Sin dolor no hay redención”. “No es

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algo que me agrade”, le dije. “Y tampoco lo entiendo”. “Sumérgete en mi Amor. En elamor no hay que entender nada. Sólo hay que amar. Es lo que Yo quiero que hagas, queames.”

Seguí sin entender nada, pero le prometí que amaría. Y le pedí una pizca de su Amor,porque el mío era muy pobre e insuficiente. Se quedó conmigo, junto a mí, sentado enaquella banca. Y rezamos juntos. Y le agradecí por ese bello momento que estuvoconmigo.

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LAS PROMESAS DE JESÚS

“Nosotros tenemos nuestra patria en el cielo” (Fil. 4,20).

H abrás notado ya que a veces me pasa esto… Me lleno de una alegría inmensa, tangrande que no cabe dentro de mí. Y me vuelco hacia el origen de ésta: Dios. Quisieraentonces retenerlo dentro de mi corazón. Pero, ¿cómo hacerlo?

“Si ustedes permanecen en mí, y mi Palabra en ustedes, pidan lo que quieran y se lesconcederá”.

Me tomo muy en serio las palabras de Jesús: “Pedid y se os dará”. Y yo soy de los quese acercan a pedir con frecuencia: “Maestro, si tú quieres puedes…” esperando que élresponda “Quiero”.

Me encanta esta anécdota que una vez leí sobre un niño enfermo que fue al santuario deLourdes con la esperanza de curarse. Pasó el Santísimo en procesión frente a él, peronada ocurrió. Regresó el sacerdote y cuando pasaba enfrente, el niño le gritó: “Jesús, sino me curas se lo diré a tu Madre”. Vaya ocurrencia… Al instante quedó curado.

La ilusión de tener tan cerca a Jesús, sentirlo en el corazón cuando lo recibes en laEucaristía… Saber que te conviertes por momentos en un sagrario vivo. Es unaexperiencia maravillosa que renueva nuestras almas y nos acerca a Dios. Tienes a Jesúsdentro de ti. ¿Qué más necesitas? Nada. Lo tienes todo.

Enamórate de Jesús.

Sé de Jesús.

Vive para Jesús.

¿Has visto la dulce mirada de Jesús?

Hay algo en ella que: te cuestiona, te habla, te abraza, te inunda de amor y ternura te inquieta, te hace ver lo que eres, te penetra el alma, te muestra cuánto sufre, te grita: “tengo sed”, te pregunta: ¿me amas?,

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y te responde: “yo soy, y te amo”.

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EL ROSTRO DE JESÚS

A veces me da por mirar un cuadro de la Virgen que tengo en casa. A su lado coloquéuna estampita del rostro de Jesús. Me parece que ella me dice: “¿Ves cómo te ama mihijo?”

Le sonrío y respondo: “yo también lo quiero mucho”. Y nos quedamos como sumergidosen la oración que me brota del alma.

Me encanta porque me da la impresión que Jesús sonríe complacido.

Está contento.

Tiene el rostro como iluminado, con una mirada tan llena de ternura y amabilidad quesorprende.

Recuerdo aquella persona, tocada por la gracia, que exclamaba emocionada:

“¡Somos especiales para Jesús!”.

A pesar de nuestra indiferencia no deja de bendecirnos y enviarnos gracias abundantes.

Me da por decirle con una alegría interior:

“Qué bueno eres Señor”.

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LA MIRADA DE JESÚS

¿Has experimentado alguna vezla mirada dulce de Jesús?

D e pronto te entra un no sé qué de tanta ternura. Es una experiencia difícil deexplicar.

Me había ocurrido en pocas ocasiones, pero no sabía lo que era. Conducía el auto y depronto una felicidad me inundó el alma. Fue algo muy breve y nunca entendí qué era. Alpasar los años volvió a ocurrir.

Pero esta vez lo supe.

—Eras tú —le dije a Jesús, sonriendo de felicidad.

Me quedé viéndolo en silencio, en aquella hostia santa. Él me miraba y yo lo miraba.

Las palabras sobraban.

El mundo entero giraba en torno a nosotros.

Recientemente volvió a ocurrir.

—Me llamas Jesús — le dije.

Y me fui a una capillita para acompañarlo un rato, en oración. Lo descubrí tan solo enaquél sagrario.Ahora procuro visitarlo con frecuencia.

Jesús sigue tocando las almas y los corazones de muchas personas a nuestro alrededor.

…………………………

Hace poco estuve en una Eucaristía con la que unos jóvenes finalizaban su retiroespiritual. Una de las jóvenes participantes se paró en el podio y contó su experiencia.

“Vine, como muchos, por obligación. No sentí nada especial. Pero el último día, cuandoel sacerdote paseó al Santísimo en medio de nosotros, de pronto, en una fracción desegundo, cuando Jesús estuvo a mi lado, experimente una paz tan intensa, tanprofunda...

Como nunca antes la había experimentado. Era como si Jesús me hablara. Fuemaravilloso”.

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……………….

Verdaderamente Jesús, eres maravilloso.

Gracias por tu amor infinito y por tus consuelos.

Gracias por amarnos con tanto amor.

Y por tenernos presentes en tu Sacratísimo Corazón.

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VISITANDO AL SANTÍSIMO

— Señor, si sé que estás verdaderamente presente en cada hostia consagrada, en cadatabernáculo del mundo entero; entonces, ¿por qué no tengo paz?, ¿por qué no puedotener la tranquilidad al saber que tú me cuidas?

Sé que en cada momento de mi vida estás conmigo, entonces, ¿por qué andopreocupado? ¿Por qué no experimento la serenidad que proviene de ti?, ¿por qué mesiento tan mal?, ¿por qué los problemas me agobian?, ¿por qué no ando seguro por elmundo?

— Porque oras poco. —

—Me he quedado sorprendido por esta respuesta, Señor.

—Hijo mío, ¿Cuántas veces al día te invito a la oración y no haces caso? ¿Cuántas veceste alejas de mí con tus pensamientos y tus obras? ¿Cuántas veces tengo que darte lagracia, el deseo de buscarme, de estar conmigo?

¿Cuántas veces te sugiero que te acerques al sacramento de la reconciliación?

Respóndeme hijo mío: ¿Cuánto tiempo dedicas a la oración? Te llamo a ser santo y teconformas con la vida que llevas. Tal vez no te das cuenta, pero siempre estoy contigo,a pesar de tu poco interés en la vida interior.

Has de saber que yo nunca me desanimo, siempre te estaré llamando.

Conservo muy dentro de mi Sacratísimo Corazón, la ilusión que cambies. Aún haytiempo. Reacciona. Puedes lograrlo. Comprende que te amo, que lo eres todo para mí yque lo doy todo por ti.

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¿A QUIÉN DEBO AMAR?

H abía leído estos pensamientos de san Alberto Hurtado:

¿A QUIÉNES AMAR? A todos mis hermanos de humanidad. Sufrir con sus fracasos,con sus miserias, con la opresión de que son víctima. Alegrarme de sus alegrías.

Comenzar por traer de nuevo a mi espíritu todos aquellos a quienes he encontrado en micamino: Aquellos de quienes he recibido la vida, quienes me han dado la luz y el pan.

Aquellos con los cuales he compartido techo y pan. Los que he conocido en mi barrio, enmi colegio, en la Universidad, en el cuartel, en mis años de estudio, en mi apostolado…

Aquellos a quienes he combatido, a quienes he causado dolor, amargura, daño…

A todos aquellos a quienes he socorrido, ayudado, sacado de un apuro… Los que mehan contrastado, me han despreciado, me han hecho daño.”

En pocas palabras… A todos.

A los pobres, a los ricos, a los niños, a los enfermos, a tus compañeros de trabajo, a tusfamiliares…

…………………………

Cuando empiezas ocurren cosas extraordinarias. Recuerdo cierta vez que me publicaronun artículo en un Semanario Católico.

Había escrito sobre la comunión en la mano. El dolor al ver la forma descuidada comolo hacemos. Contaba que en misa sólo un muchacho se detuvo a revisar la palma de sumano después de comulgar, buscando partículas en las que también está presente JesúsSacramentado, mientras que el resto de las personas sacudían sus manosdescuidadamente.

Irremediablemente, Jesús caía al piso en esas pequeñas partículas, una y otra vez.

De pronto recibo un mensaje del Director de este semanario. Una señora leyó el artículoy se molestó. Hubo un malentendido y escribió quejándose.

Me sentí triste y enojado. — ¿Por qué?— me preguntaba.

El Director del semanario me ofreció una salida generosa:

— Si quiere responda a la señora y nosotros le haremos llegar su carta. Yo habíadecidido no contar esto a nadie. Ofrecer a Jesús la pena que me invadía.

Mi esposa (las esposas siempre se enteran de todo) al verme inquieto me preguntó por lanoche:

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— ¿Qué te pasa? — Nada — respondí.

— Sí, ¡algo te ocurre!— insistió.

Se acercó a leer lo que yo escribía e inmediatamente se dio cuenta. Entonces pensé:

— Por algún motivo Jesús desea que otros lo sepan. Y le conté lo que pasaba.

Luego me decidí. Contestaría el ofrecimiento del Semanario.

No sabía qué decirles y pensé en las palabras de Chiara Lubich, invitándonos a vivir elEvangelio. Escribí lo siguiente:

“Estimados amigos: Recibí la nota que me enviaron… una lectora que no está de acuerdocon mi artículo. Hay que amar al Jesús que todos llevan dentro. Por eso pienso que no esnecesario contestarle. Basta amar. Como decía Chiara Lubich, la fundadora de losFocolares: “Amar de primero”.

El Buen Dios les bendiga y gracias por mantenerme informado”.

A los días recibí un mensaje del Director del Semanario. Decía:

“Estimado Claudio: Gracias por tu respuesta.

Creo que sobre todo me sirve a mí para ponerlo en práctica: “Amar al Jesús que todosllevan dentro”, porque a veces me entristezco o enojo cuando hay personas que piensandiferente. Saludos y hasta pronto”.

Fue algo sorprendente e inesperado. Si supiera que yo también me sentía como él. Peroya ves, el amor todo lo supera y a todos nos une.

Por eso Jesús nos invita constantemente a seguirlo. Sabe que si lo hacemosencontraremos un refugio seguro.

Ha guardado para nosotros un lugar en la casa de su Padre y espera con gran ilusión quevayamos al Paraíso.

…………………

Hoy es un buen día para que empieces a pensar en tu alma, y consideres acercarte alsacramento de la reconciliación.

………………….

Papito Dios, mi padre amado, qué bueno eres.

……………………….

Una vez, no recuerdo si te conté, llevé al trabajo un libro que me obsequiaron.

Trataba sobre la vida de sor María Romero. Sentí que debía dejarlo encima del

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escritorio, de manera que estuviera visible todo el tiempo. Me dispuse a esperar aquellapersona a la que debía entregarle el libro. Ignoraba en ese momento quién sería.

Me ocupé en el trabajo y olvidé el libro. Varios empleados entraron y salieron de mioficina sin prestarle atención. En eso llegaron dos vendedores de otra empresa.

Nos sentamos a conversar.

Uno de ellos me indicó:

— ¿Y ese libro? — Puedes hojearlo… Tómalo.

Y mientras lo abría empecé a narrarle algunas experiencias simpáticas en la vida de sorMaría. El milagro de las rosas, el dinero que siempre llegaba justo, los oratorios, su amora Jesús Sacramentado…

Quedó muy impresionado y le pregunté:

— ¿Te gustaría leerlo?

— Sí, gracias. Y a mi mamá también le encantaría.

— Puedes llevártelo — le dije — y cuando lo leas me lo devuelves.

Entonces añadí:

— El libro estaba allí porque esperaba a una persona para dárselo. Veo que has sido tú. Y nos pusimos a hablar de Dios, de los sacramentos, de la misa… y conversamos casipor una hora.

Fue algo increíble. Al final, cuando se despedían, el otro muchacho comentó:

— Hace mucho que no me confieso, ni comulgo. Creo que lo haré pronto.

Les pregunté a unos amigos:

“¿Qué es lo que más te gusta de Jesús?”

Uno respondió: “Que es tierno”.

Otro: “Que todo me lo da”.

Y el último: “Que es Jesús”.

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LA CABINA DE RADIO

E n octubre de 1999 me encontraba en la cabina de una emisora de radio hablandosobre Jesús. Lo maravilloso que Él es. Y cómo te va llevando con tanta delicadeza paraque pierdas el temor, para que te decidas y des el salto hacia la conversión y luego, a lavida que lleva a la santidad. Presentaba a Jesús, el amigo bueno y tierno.

Un amigo verdadero que nunca te hará daño, que sólo desea lo mejor para ti. De cuandoen cuando colocaba una canción y luego seguía hablando de Jesús. De pronto recibí unallamada. Parecía ser una joven conmovida. Su voz era dulce y a la vez triste.

— ¿Es verdad —preguntó sollozando— lo que usted dice de Jesús?

—Oh, sí —le respondí emocionado—. Todo es cierto. Y lo sé no porque me lo hayancontado, sino porque lo estoy viviendo. Por experiencia sé que puedes confiar en Jesús.

Hubo una pausa y los dos hicimos silencio. Como si nuestros corazones estuviesen en elCorazón de Jesús. Y al final le dije:

“Ánimo, ten fe. Jesús nunca te abandonará”.

Esa noche salí de la emisora feliz, como si el mundo se hubiese transformado.

Y pensé en el alma de aquella pequeña, ilusionada con Jesús.

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CAMBIANDO MI VIDA

R ecuerdo con claridad cierta mañana en que conducía hacia mi trabajo. Meditaba enel camino sobre la vida que llevaba hasta ese momento.

Estaba por cumplir 33 años. Y pensé en algo que leí sobre la vida de Albert Schweitzer,un hombre que dedicó la mitad de su vida a servir como médico y misionero a loshabitantes del Congo, en África.

Albert era feliz, tenía salud, inteligencia. Y quiso devolver a Dios algo de esto, comoagradecimiento por los muchos dones que había recibido. Tenía entonces veintiún años.

Resolvió que los siguientes nueve años viviría en el mundo para las cosas que más leagradaban: la música, la filosofía… y al cumplir los treinta y tres “dedicaría el resto desus vida ayudando a los menos afortunados que él”.

Fue generoso y cumplió fielmente aquella promesa que nunca olvidó. Yo me decía paramis adentros: “Si Albert pudo, ¿por qué yo no?”

Estacioné mi automóvil y decidí que a partir de los treinta y tres años cambiaríaradicalmente mi vida. Dejaría a un lado las ataduras que te dicen: “No hagas una locura.¿Cómo vivirás?, ¿qué comerás?, ¿dejarás que otros triunfen y tú no lo harás? ¿Qué dirántodos de ti?”.

Sabía que Jesús estaba detrás de esta inquietud. Que era Él quien me lo estaba pidiendo.Trataría de ser el que siempre quise ser, retomar el camino que abandoné siendo joven, yreiniciar mi búsqueda de Dios. Vivir para Jesús. Renovar mi fe. Fortalecer mi espíritufrecuentando los Sacramentos, buscando su Palabra. Llenando mi vida de Dios.

El tiempo ha pasado como un leve suspiro. Y me alegro de haberme decidido por Jesús.

Desde ese día que orillé mi carro a un lado del camino, Jesús no ha dejado deacompañarme y consentirme.

Me he sentido por momentos como los discípulos de Emaús, que caminaban junto aJesús, sin poder reconocerlo. También yo he sentido arder mi corazón con su palabra yhe experimentado una alegría inmensa al descubrirlo. De la misma forma como elloscorrieron de vuelta a Jerusalén para ver a los apóstoles y contarles la buena nueva, asímismo hoy, desde mi hogar, me devuelvo para compartir contigo esta gran noticia:

¡Jesús está vivo!

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NO TEMAS

¿ Ves, amigo lector?, ya no debes temer. Incluso aún, si ocurriese lo peor, Jesús nosadvirtió:

“Si el mundo los odia, sepan que antes me odió a mí”.

También nos dijo:

“Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo.Que no haya entre ustedes angustias ni miedo”.

Es un gran amigo, nuestro amigo eterno.

Piensa solamente cuántas veces Jesús tranquilizaba a sus discípulos y les decía: “noteman”. Incluso cuando resucito y se les apareció, volvió a calmar sus corazones quetemblaban de miedo.

Y es que cuando pasa Jesús, todo cambia. Sus huellas no son en vano. Sobre todocuando nos atrevemos y nos decidimos a seguirlas. Su camino a veces es difícil, comouna montaña sembrada de cardos espinosos.

¿Cómo entender el sufrimiento? ¿Cómo comprender a Dios? No está en nosotroshacerlo.

Nos basta amarlo y confiar.

Creer, como Abraham “contra toda esperanza”.

……………………

Recuerda que un alma enamorada es capaz de soportarlo todo con tal de agradar aDios”.

…………………

“Sólo el que ama pertenece al reino de Dios”, dijo el sacerdote en su homilía.

……………………..

Piensa en la delicadeza de Jesús al llamar a cada uno por su nombre.

En medio de las dificultades siempre encontramos un hermoso lugar en el cualrefugiarnos. Es el Corazón de Jesús. Tierno y amable.

……………………..

Dios pasa y va tocando nuestros corazones y nuestras almas.

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Es entonces cuando empiezas a descubrir la riqueza del Evangelio, el amor, la gracia.

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AL AMPARO DE DIOS

L legó un momento en mi vida, que me encontré en una encrucijada. Sentía que Diosme pedía algo en particular: Escribir. Contar mis experiencias en su Amor.

Era algo extraordinario, vivencias de las que yo mismo me asombraba. Las promesas delEvangelio se cumplían una y otra vez.

Me preguntaba a menudo: “¿Sabrán todos lo que es este inmenso tesoro?”

Así fue como surgió la idea de Fundar, Ediciones Anab, una editorial Católica.

No parecía natural que un padre de 4 hijos, casado, se dedicara a escribir, publicara susvivencias y sostuviera a su familia con unos libritos.

Cuando tomé esta decisión no pensé si sería responsable hacerlo, después de todo teníauna familia y gastos numerosos. ¿Cómo hacer frente a todo esto? Me hice la preguntamuchas veces. En esos momentos el buen Dios se hacía presente y me decía de milmaneras: “Animo, yo estoy contigo”. De esta forma pude continuar.

Personas a las que los libros habían ayudado a reencontrarse con Dios y superar unmomento de dificultad me animaban: “escriba”.

Y es lo que hago, escribir pidiéndole al buen Dios que toque sus corazones y el mío. Queno nos abandone, que vele por todos. Suelo decir: “Un libro, un alma”. Mi anhelo esllegar a un millón de personas, con un mensaje de esperanza.

¿Podré lograrlo? La verdad es que nunca me inquieto por ello. Cuando inicié estecamino, tenía sólo un sueño. Hice un acto de abandono. “Confiaré”, me dije, “Dios lopuede todo”. Y nunca he quedado defraudado. La editorial no deja de crecer.

He comprobado que vale la pena vivir en la presencia de Dios. Que Él valora muchonuestra confianza. Que le agrada cuando guardamos el estado de gracia, como un tesoro.También me he dado cuenta que las promesas del Evangelio se cumplen. Lo vivo cadadía.

He pasado muchos años al amparo de Dios, sin que nada me faltase, al contrario, desdeque elegí este camino, las puertas no cesan de abrirse a mi alrededor. Es tan sencillo.Casi siempre Dios se encarga. Le basta que tú quieras, que te animes… Que te decidas ahacer todo el bien que puedas, a todo el que puedas.

Cada año saco una nueva colección de libros. Éste en particular, me ocurrió algosignificativo.

Pasé encerrado en casa trabajando.

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La rutina era sencilla. Procuré mantenerla.

5:30 am Rezar el Rosario

6:00 am salir a caminar y hablar con Dios

7:00 am Ir a Misa

8:00 am Desayunar con mi familia.

8:30 am Hasta que dé el cuerpo aguante, escribir, diagramar libros, diseñar las portadas.

Les pedí a muchos amigos que rezaran por este sueño. Para que estos libros llegasen amuchos países. Para que el buen Jesús tocara las vidas de los lectores. Creo que fue sanJosemaría quien nos mandó a soñar en grande. Pues, no he quedado defraudado.

He descubierto que cuando rezamos por un proyecto o una persona, ocurren cosasmaravillosas. Lo aprendí en carne propia. ¿Por qué lo cuento? Te compartiré algohermoso que me ha pasado hoy.

Esta mañana en Misa, en la Iglesia de Guadalupe, durante la consagración, hice algo queme ha nacido del alma.

Le ofrecí esta colección de libros a la Virgen de Guadalupe. La he depositado en susmanos.

La obra será de ella.

Mirando a Jesús, cuando el sacerdote lo elevaba en sus manos le dije: “¿Te gusta que selo ofrezca a tu Madre?”

Me pareció que desde aquella hostia santa me sonreía.

Y justo llego a casa, después de la Misa, abro el correo y leo estas palabras de unsacerdote amigo.

Veo que no me equivoqué. Qué bueno es Dios.

Querido Claudio:

Siempre es una alegría tener noticias tuyas... ¡y tan buenas noticias!

Que Dios te siga bendiciendo en tu apostolado y nunca pienses que lo que haces no esimportante en el plan de Dios.

De alguna manera la Divina Providencia ha dispuesto que también nosotros participemosen su plan de salvación. Esto fue muy claro en las palabras de Nuestra Señora deGuadalupe a San Juan Diego: “tu ve y haz lo que este de tu parte” (Nican Mopohua 37).Y fíjate lo que con su necesaria y pequeña parte se logró.

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Tú haz lo mismo...tu parte...

Finalmente la obra es de Ella.

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CUANDO JESÚS TE HABLA

¿Has sentido alguna vez que Jesús te habla al corazón?

S é de muchos que han cambiado la vida que llevaban para seguir este llamado desantidad y pureza.

Han vuelto a caminar en las Manos de Dios, abandonándose en su santa voluntad. Y sesienten libres.

Han recuperado la amistad con el buen Jesús.

Ahora, todo es nuevo y diferente para ellos. Sienten la urgente necesidad de Amar atodos, a los amigos y enemigos. Necesitan pedir perdón por sus faltas, a los que hanofendido.

Conozco muchos de ellos, y todos tienen en común dos cosas:

1) La amistad con Jesús2) Son Felices.

Creo que el correo que me envió mi amigo sacerdote también es para ti. Este mensajetan bello es universal.

“Nunca pienses que lo que haces no es importante en el plan de Dios”.

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EL AUTOR

P arte de mi vida te la he mostrado en mis libros. Ahora te contaré el resto.

Nací el 3 de julio de 1957 en Colón, una ciudad costera de Panamá. Fue construidasobre corales. Colón era en aquél entonces una ciudad estupenda. Podíamos salir por suscalles sin ningún peligro. Montaba bicicleta, pescábamos en la playa, trepábamos losárboles...

Estudié en el Colegio Paulino de San José. Unas monjas franciscanas lo administraban eimpartían las clases.

En ellas veía reflejado el amor de Dios, un Padre Amoroso y bueno. Recuerdo conagradecimiento sus sonrisas, sus miradas tiernas, el buen trato que tenían con todosnosotros. Me sentía feliz, protegido. Lo que disfrutaba más era cuando nos contabanhistorias de santos. Solía imaginar que podría llegar a ser como ellos, un santo, un héroede Dios.

Mi papá era hebreo, como sus padres y abuelos. Le recuerdo alto y callado. Mi mamá esCatólica.

Somos tres hermanos: Henry, Frank y yo.

Me siento orgulloso de mis raíces hebreas. Recuerdo haber visto en la televisión unacharla de San Josemaría Escrivá en la que decía emocionado:

“Mis tres grandes amores, son hebreos: Jesús, María y José”.

Mi abuelo solía llevarme de niño a la sinagoga de Colón, y a dar largos paseos por laplaya. Mi tío Samuel, el hermano de mi papá, también era de dar paseos con nosotros ynos contaba historias de la familia que nos encantaban.

Mi mamá es Costarricense. Gracias a esto, cada año pasábamos en Costa Rica los tresmeses del verano. Nos quedábamos en la casa de mi abuela. Una casona de madera condos pisos. Recuerdo el frío, los paseos dominicales con tío Julio y tía Marta, la Iglesia“La Dolorosa”, las visitas vespertinas a tía Elsita y tía Flory para tomar el café de latarde, el café recién cosechado y tostado, la mermelada casera...

Pero sobre todas las cosas recuerdo a mi abuelita, sentada en su cama, desgranando lascuentas del rosario. Todas las tardes rezaba el santo rosario, luego tomaba el café. Ellaimprimió en mi corazón esta devoción hermosa que tanto agrada a nuestra Madre delcielo.

A los doce años trasladaron a mi papá y nos vinimos a la Capital. Panamá era un mundonuevo para mí. Terminé los estudios en el Colegio de La Salle. Luego ingresé a la

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Universidad para estudiar Biología. Fue entonces cuando descubrí la literatura y medediqué a escribir cuentos cortos. Publiqué varios libros de ellos. Algunos aún circulan,otros ya no se consiguen.

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SOY OTRO

H e crecido. Recién cumplí 58 años. Ya no soy el niño aquél. Soy otro Claudio, menosinocente, menos puro...La vida te va cambiando, te lleva por rumbos que no imaginaste. Sin embargo, labondad, el amor y la caridad, se preservan siempre en nosotros, a pesar de lo quepodamos hacer y Dios los hace florecer cuando más lo necesitamos. He descubierto esto: “No importa todo lo malo que hayas hecho, Dios siemprepermanece a tu lado”.¿Cómo lo sé? Muy sencillo:“Un padre nunca abandona a su hijo. Y Dios es nuestro Padre”.Hace poco un sacerdote me hizo recordar aquella hermosa capilla de la infancia a la queacudía con frecuencia. Me encontraba admirando un oratorio. En realidad era una capillamuy pequeña, pero acogedora.Me admiraba pensando en la grandeza y la humildad de Jesús, tan tierno, tan nuestro, enel Sagrario, amándonos sin medida. El padre entró al oratorio se me acercó y me mirócon amabilidad. “Esta es la antesala del cielo” me dijo ilusionado. “Es verdad” lerespondí, “es un lugar maravilloso”.La casa de Dios. La antesala del cielo. A menudo lo recuerdo y pienso en ello. Por esome encanta detenerme frente a las Iglesias, cuando paso en auto. Me bajo y entro asaludar. Sé que en ellas me espera Jesús, mi gran amigo.

Me veo a veces como un fruto que madura para Dios. Él se encarga de podar el árbol,para fortalecerlo, y es cuando sufres, cuando no comprendes por qué te ocurren estascosas.

Te muestra el camino seguro, el que lleva al Paraíso. El camino de la Cruz.

Pero no lo comprendemos.

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EL BUEN DIOS

D ios se ha encargado, a lo largo del tiempo, de recordarnos algo importantísimo:“Somos ciudadanos del cielo”. Es verdad, somos sus hijos. Herederos del Paraíso.Por ello la importancia de mantenernos en estado de gracia.

En el libro “La Imitación de Cristo” de Kempis encontré esta reflexión: “¿Por qué mirasa todos lados, no siendo éste el lugar de descanso? Tu morada deberá ser el los cielos.Por eso, hay que ver todas las cosas de la tierra como quien va de paso.

Todas las cosas van de paso. Tú también vas de paso con ellas”.

Vamos de paso, pero con una misión que Dios nos encomienda. Esto siempre me hallenado de alegría. Saber que para Dios somos importantes. “No temas porque yo te herescatado, te he llamado por tu nombre, tú eres mío”. (Is 43,1) Y esta misión es lo quehe tratado de descubrir, haciendo lo que sé hacer: escribir, sabiendo que le pertenezco aDios.Muchas veces traté de escabullirme del llamado que Dios me hacía. Pero, ¿dónde puedesesconderte? No hay un lugar sobre la tierra ni bajo ésta en que te puedas esconder de sumirada...Dios te habla de mil maneras. Son tantas que te das cuenta aunque no quieras hacerlo. Llega un momento en quecomprendes y sólo te resta responder: “Aquí estoy Señor”.Me casé con Vida (así se llama mi esposa, como la vida) y tenemos 4 hijos. Cada unofue querido, pensado y esperado con ilusión. Sobre esta experiencia escribí un librosimpático que titule “Aventuras de un Papá”.

He pasado cientos de problemas. Algunos muy serios. No estoy exento de ellos. Nadie loestá. Somos discípulos del crucificado y nos toca sufrir, para santificarnos, paraparecernos un poquito a Jesús. He podido salir adelante gracias al buen Dios.

Es algo increíble, por eso escribo sobre estas cosas, sobre el amor del Padre que semanifiesta en la vida cotidiana de cada uno de sus hijos. Sí, no en lo extraordinario, sinoen lo que nos acontece en nuestro trabajo, en el hogar, en la calle. Nos pide ser santosdonde estemos.

Cada vez que tengo un problema muy serio y no tengo fuerzas para resolverlo, paso porla capilla que está cercana a mi trabajo y le digo: “Señor, no sé qué hacer. Te dejo esteproblema. Por favor, ayúdame”. Al día siguiente, de la forma más insospechada, todose soluciona. Me ocurre constantemente.

Creo que Dios lo hace para enseñarnos a confiar. Mientras más confiamos, más nos da.

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Un amigo me lo confirmó una vez emocionado, cuando me dijo: “Nadie le gana a Diosen generosidad”.

Él se preocupa por nuestro bienestar económico, espiritual, familiar... nada escapa a suternura y su amor de Padre. Es muy detallista. Me encanta que sea así con todosnosotros. Está presente hasta en los detalles que parecen insignificantes.Recuerdo una vez que conducía el auto de noche. Llegué a una intersección. Un autodelante de mí no avanzaba. Tuvo muchas oportunidades para cruzar, pero no lasaprovechaba. Empezaba a impacientarme e iba a tocar la bocina del carro cuando sentíuna voz interior que me detuvo:

“No lo hagas”.

Pensé para mis adentros: “Por ti, Señor, no lo haré”. Esperé unos minutos y de repentese abre la puerta del auto, se bajó un muchacho y abrió la capota para revisar el motor.Entonces comprendí: ¡Su auto se le había dañado!

Cuando lo cuento encuentro personas que se sorprenden. No pueden creer que estascosas ocurran. Me basta decirles: “Haz la prueba, empieza a confiar en Dios”. Esadmirable. A los días se me acercan para contarme vivencias increíbles que les hanpasado, “gracias a Dios”. Aprenden a reconocer la presencia del Padre eterno en susvidas. Y empiezan a cambiar.

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EL EVANGELIO SE CUMPLE

M e parece haber leído un escrito de Chiara Lubich, la fundadora de los Focolares,decir: “El Evangelio se cumple”. ¿Cómo será esto?, me preguntaba: Pasé unos añosdifíciles y la Providencia Divina no se hizo esperar. Recordé estas palabras cuando leí:

“No anden tan preocupado ni digan: ¿tendremos alimentos?, o ¿qué beberemos?, o¿tendremos ropas para vestirnos? Los que no conocen a Dios se afanan por estascosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso. Por lotanto busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán también todas esascosas”. (Mt 3, 31-33)

Yo estaba, como aún estoy, en esa búsqueda y nunca nada me faltó. Era verdad, elEvangelio se cumplía al pie de la letra “Den y se les dará”. Daba lo que podía, y recibíamucho más.

Siempre estoy aprendiendo cosas nuevas. Hace poco me confesé y el buen sacerdote medijo algo que nunca olvidaré: “Santo no es el que nunca cae, sino el que siempre selevanta”. Te lo cuento para animarte a seguir, aunque hayas caído cien o mil veces.Mientras tengas vida, puedes encontrar la Paz interior, la esperanza, el amor, la caridad,y la santidad personal.

¿Cómo te puedes levantar de nuevo? Dios no ha escatimado medios para que lo logres:

Tu ángel de la Guarda te ayuda siempre, tienes el auxilio de nuestra Madre celestial, lasoraciones de la Iglesia, los sacramentos, el Amor del Padre.

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¿POR QUÉ ERES ASÍ?

T e contaba que tengo 58 años. Me cuesta creerlo. El tiempo ha volado. En estemomento todos duermen en casa. Me he quedado despierto para escribirte. Una vez mihija me preguntó:

“Papi, ¿Por qué eres así, si antes eras diferente?”

Es verdad, antes era diferente,

Tenía otras prioridades.

Recuerdo que estaba por cumplir los 33 años y pensé:

“Jesús murió a esta edad”. Medité mucho en esto. Era impresionante lo que hizo por mí.¿Qué haría yo por Él? ¿Dejaría pasar esta oportunidad? Tomé una decisión, tal vez lamás difícil, pero la más dulce y feliz que he tomado. Me dije: “A partir de los 33dedicaré lo que me resta de vida a Dios”.

Había leído la vida de un hombre extraordinario que había hecho algo similar. Decidióque hasta los 33 se dedicaría a hacer aquello que tanto disfrutaba: la música, los amigos...luego dedicaría su vida a Dios.

Cumplió su promesa y Dios lo bendijo en todas sus obras, como médico y misionero. Siél pudo, me dije, yo también podría.

Hice esa semana una buena confesión y empecé a subir la cuesta.

Mi vida ha transcurrido en familia, con mi esposa y mis hijos. Trabajo de lunes a sábado.Parezco el mismo, pero algo fundamental cambió, muy dentro de mí. He retomado elcamino que un día abandoné. Busco dentro de mí al pequeño Claudio que amaba a Dios.

Me acerqué a los sacramentos, retorné al seno de la Iglesia y me siento feliz de ser uncatólico. Asisto a la misa diaria cuando puedo. No encuentro nada más gratificante yhermoso que empezar el día con Jesús, tenerlo en el alma y el corazón.

Hay una promesa suya que me encanta: “Si ustedes permanecen en mí y mi palabra enustedes, pidan lo que quieran y se les dará”. Suelo decírselo a mis amigos porque esuna promesa extraordinaria. ¿Qué le pido yo? Pido mucho para otros y para mí, le pidosu AMOR.

Me propuse cambiar. Vale la pena. Dios ha llenado mi vida. He visto cosassorprendentes. Trataría de ser el Claudio que de niño quise ser. Un Claudio para Jesús. Con el auxilio del Padre y con tus oraciones, estoy seguro que podré llegar a la meta.Sólo, o por mis propios méritos jamás podré hacerlo.

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Me confieso con regularidad. Le conté esto a un amigo que conocí por Internet y me dijosorprendido: “

— ¿Quién eres? ¿Acaso un Marciano?”

—Es que quiero tener el alma limpia—le respondí—, para que Jesús se sienta a gusto enmí cuando lo recibo en la Comunión”.

………………………

Un sacerdote amigo me dijo una vez:

“En la confesión no sólo se te perdonan tus pecados, sino que recibes la gracia paraevitarlos en el futuro”. He comprobado que es así. La confesión frecuente, la comunióndiaria, la práctica de la caridad, te ayudan a ser una mejor persona.

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LA HUMILDAD

D ios me ha enseñado la importancia de la humildad. He aprendido que el orgullo esun mal consejero. Por naturaleza solemos rebelarnos. Qué difícil es esto, ¿verdad?Callar cuando quieres responder una falsa acusación. Perdonar cuando te han hechodaño. No replicar cuando te humillan. Perdonar y olvidar. ¿Qué si me cuesta?

Todos los días le pido a Jesús que me libre del orgullo. Es tan fácil caer, sentirnosimportantes.

………………………….

Cuando me apoyo en mis fuerzas, todo me cuesta. Cuando me apoyo en Dios, nuestroPadre, todo es más sencillo. Él te defiende. Te protege. Te saca adelante. Te da lafortaleza que necesitas para enfrentar la vida.

También me preguntaba mucho: ¿Qué quiere Dios de mí? Nos quiere santos. A todos. Lo sé. Pero, ¿había algo más? Mientras encontraba mis respuestas me dediqué aescribir, esta vez sobre Él, sobre el significado de sentirse un hijo amado, sobre lasvivencias cotidianas de un Católico, un “loco” enamorado de Jesús.

No estoy seguro de cuando cambié la literatura por los escritos de espiritualidad.

Empecé publicando algunos artículos en Panorama Católico. Hablaba de Jesús, del amordel Padre, de su presencia en lo cotidiano, el deseo de santidad, la Paz interior.

…………………..

Si me peguntases qué es lo que más me sorprende de Dios, te respondería sin dudarlo:“su Misericordia”. Siempre está perdonando nuestros pecados... Nos quiere comosomos. Nos llama. Nos atrae a su Amor, a la gracia. Nos da vida en abundancia. Y acambio, sólo nos pide que lo amemos y que amemos a nuestros semejantes.

………………………

Disfruto mucho mis visitas a Jesús Sacramentado. Suelo ir después del almuerzo avisitarlo. Lo encuentro tan solo. Disfruto mucho también la vida en familia. Mi esposaVida y mis hijos Claudio Guillermo, Ana Belén y José Miguel, lo son todo para mí.Siempre estamos juntos.

Claudio Guillermo lo resumió muy bien cuando era un niño. Solíamos decirle que lo másimportante era la familia y un buen día replicó: “Dios y la familia”.

Compartiré contigo uno de mis días que retomé de mi diario familiar.

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UN DÍA EN FAMILIA

E ste día nos hemos levantamos un poquito tarde. Es feriado. ¡Qué rico! Podremosestar juntos en familia.

Somos seis: Vida, Claudio Guillermo, Ana Belén, José Miguel, Luis Felipe y yo.

La vida en familia me encanta porque me demuestra lo amable que es Dios. Nos hadado un medio eficaz para que seamos felices en la vida terrena y podamos ir al Paraísocuando ésta termine.

Desayunamos y decidimos irnos caminando al parque para que José Miguel pudieramontar su bicicleta a gusto. Por la tarde, como es una de esas deliciosas tarde de verano,bajamos todos a caminar por los alrededores y divertirnos juntos.

Hay una buena noticia... La Virgen nos visitó. Es una imagen de la Virgen Peregrina queva de hogar en hogar. Hoy llegó a nuestra casa y nos reunimos a su alrededor parasaludarla y rezar tres avemarías.Ya es de noche. Mi hijo acaba de llegar al cuarto. Me ha dado un fuerte abrazo:

— Te quiero papá —me dijo.

No se ha dado cuenta porque pareció solamente un abrazo, pero fue más que un abrazo.Enternece mi corazón y mi alma con su espontaneidad, su gesto noble, su amor.

— ¿Me acompañas al cuarto para que me cuentes una historia? —pregunta.

—Por supuesto mi rey. En seguida voy.

Así termina nuestro día en familia.

………………….

Estoy en mi cuarto escribiendo: “Las Aventuras de un Papá”. Mi esposa conversa connuestra hija. Claudio Guillermo estudia. Me espera José Miguel. Iré para darle un abrazo,me acostaré a su lado y le contaré una de las historias sobre mi infancia que tanto legustan, mientras cierra sus ojitos y nos quedamos dormidos”.

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¿POR QUÉ ESCRIBO?

A lgo muy dentro de mí me impulsa a hacerlo. Trataré de explicarte. Hace algunosaños había decidido no escribir más. Hice el esfuerzo y me dedique a otras actividades.Pero me pasó como a Jeremías. ¿Lo has leído?

Cansado de las burlas que era objeto decidió no hablar más de Dios. Y ocurrió lo máshermoso que puedas imaginar. Le declaró a Dios, enternecido, su amor:

“Me has seducido, Yahvé, y me dejé seducir por ti. Me tomaste a la fuerza y salisteganando.

Todo el día soy blanco de sus burlas, toda la gente se ríe de mí.

Pues me pongo a hablar, y son amenazas, no les anuncio más que violencias y saqueos.La palabra de Yahvé me acarrea cada día humillaciones e insultos.

Por eso decidí no recordar más a Yahvé, ni hablar más en su nombre, pero sentía en míalgo así como un fuego ardiente aprisionado en mis huesos, y aunque yo trataba deapagarlo no podía”. (Jeremías 20, 7-9)

……………………….

Como Jeremías, me deje seducir por el Amor de Dios.

Hay una estrofa del salmo 14 que sorprende: “Se inclina Dios desde el cielo, mira a loshijos de Adán, ¿habrá alguno que valga, siquiera uno que busque al Señor?”.

Ojalá seas tú aquél que lo busca, que desea encontrarlo.Dice Santa Teresita que cuando Jesús estaba en la cruz sufriendo y exclamó: “Tengosed”, se refería a nosotros. Jesús tenía sed de amor, de nuestro amor; tan humano, tanlleno de sufrimientos, anhelaba el amor de sus hermanos.Te he contado lo más significativo de mi vida. Espero que estas palabras te sean debienestar, te devuelvan la esperanza, y te ayuden a retomar el camino que lleva alParaíso.No temas.“Confía en el Señor y haz el bien, habita en tu tierra y come tranquilo.

Pon tu alegría en el Señor, él te dará lo que ansió tu corazón.

Encomienda al Señor tus empresas, confía en él, que lo hará bien.

Hará brillar tus méritos como la luz y tus derechos como el sol del mediodía”. (Salmo37,3-6).

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Sí, confía en el Señor.

El buen Dios te bendiga y te guarde.

Con afecto,

Claudio de CastroE-mail: [email protected]

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Querido lector:

Gracias por acompañarme en estos momentos de reflexión.

Espero que te haya gustado nuestro libro. Si fue así, te agradeceré me dejes una reseñacon tu opinión. Nos ayudaría bastante.

Tenemos otros libros que te van a interesar.

Debes leerlos.

NUNCA TE RINDAS

EL CAMINO DEL PERDÓN

EL GRAN SECRETO

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