RAE2012 Mamoru Fujita-cuentos Aymaras

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Japones cuento mitos aymara

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  • Ponencia preparada para la Reunin Anual de Etnologa (RAE) 2012, Museo Nacional de Etnografa y Folklore (MUSEF), 27-31 de agosto de 2012. (ltima revisin: 31 de agosto de 2012)

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    La apertura de los cuentos aymaras a la realidad: Reflexiones desde Ro Abajo y Quilihuaya al pie de Illimani (La Paz, Bolivia)

    Mamoru FUJITA1

    Introduccin

    En este texto se presentan los avances de las reflexiones sobre la literatura oral aymara que el autor ha venido aprendiendo desde el ao 2009. Se basa en los cuentos (kutu) narrados al autor por tres personas ancianas, interrelacionadas con lazos familiares, en los valles de La Paz. Los narradores son: Asunta Tapia de lvarez (comunidad Ypampa de Valencia), Julian Tapia (Quilihuaya), y Pedro Saravia Palomino (Mecapaca). A travs de las formas de narrar de estos cuentos, se sugiere que existen ciertas caractersticas, sobre todo en la manera de cmo estos cuentos se relacionan con la realidad y la historia, que se resuenan con los otros trabajos y debates sobre el tema.

    El enfoque est en la interpretacin sobre el cuento de Chuqil Qamir Wirnita, el mecanismo en la forma de narracin que asegura el desarrollo dinmico de la literatura oral, el empleo del trmino kutu (cuento) por los narradores y sus implicaciones, y el repertorio de cuentos como reflejo de la trayectoria de la vida de los narradores. Las lgicas que sealaremos en las Secciones 2, 3, y 4 pueden ser algo particular a estos narradores. Creemos que aun siendo as tendra su propio valor, y es una parte de una reflexin que va desarrollando mientrs avanzamos con nuestro proceso de aprendizaje.

    Una breve reflexin sobre el proceso de investigacin sera importante para contextualizar el argumento. El autor de este artculo ha tenido una capacidad muy limitada de conversar en aymara cuando comenz las entrevistas en 2009, y hasta ahora sigue siendo difcil sostener una conversacin libre en aymara, lo que influye la naturaleza de grabaciones2.

    1 Investigador invitado, Universidad Catlica Boliviana San Pablo; Candidato doctoral, Departamento

    de estudios latinoamericanos, Universidad de Tokio (Japn); Realiza iniciativas conjuntas con el Taller de Historia Oral Andina (THOA). 2 Mannheim and van Fleet (1998) ha sugerido, en el caso del quechua sureo, que la manera de narrar

    en la vida cotidiana es ms dilogico que los investigadores tradicionalmente ha supuesto. Adems de que hubo exigencia de una narracin ms seguido donde el locutor sigue pero no interviene, podra ser que narradora est evitando usar expresiones ms complicadas por el esfuerzo de mantener la habla

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    Adems en el caso de la narradora Asunta Tapia de lvarez, existen ciertas tendencias sociolingsticas en que conversan en aymara con sus hijas, pero con sus hijos y nietos en castellano (aun con fuerte influencia de aymara), lo que probablemente hizo difcil sobre todo en la etapa inicial que la narradora hable al autor de este artculo en aymara3. Estos factores probablemente han influido hasta cierto grado, aunque no todo, en el proceso de nuestro trabajo. En cambio, en el caso del narrador Julian Tapia, la entrevista se realiz con la presencia de Asunta, su hermana mayor, lo que hizo que la conversacin sea ms fluida. Por otro lado, realizar entrevistas a travs del tiempo permiti al autor de este artculo tener ms pautas sobre los diversos aspectos del acto de contar, sobre procesos de memoria a travs del tiempo, y tener una relacin de ms confianza.

    1. Debates recientes sobre la literatura oral y la realidad

    En las investigaciones sobre la tradicin oral o la litaratura oral en la actualidad4, hay una tendencia compartida entre los investigadores. Itier (2007) lo resume as: al concentrar su atencin en los sistemas subyacentes, a menudo desatendi los textos como palabras dirigidas por una persona a otra a propsito de algo, y busc ms explicar que entender (pg.13). Aqu el explicar se refiere al estructuralismo, y el entender al pragmatismo. Howard-Malverde (1998) lo describe como una transicin desde los mtodos de inspiracin estructuralista donde el analista tiene como finalidad el deteminar las categoras conceptuales que ordenan las relaciones internas del texto hacia el uso pragmtico de modelos narrativos colectivos arrojando luz sobre el contexto de produccin del discurso en el cual los significados verbalizados son ligados a las acciones, motivaciones e intenciones de los hablantes (pg.119).

    Esto requiere un nuevo posicionamiento del investigador en los procesos culturales que pretende entender, as como nuevos marcos y conceptos para emplear en su anlisis. Sin embargo, la dicotoma entre la estructura y la pragmtica (y no entre el estructutralismo y pragmatismo) no siempre parece tan rgida como est planteada arriba. Aqu, en vez de

    relativamente entendible. 3 Lo que se manifiesta muy claramente en la naturaleza de la grabacin del (A-1) versin 1, donde la

    narradora vacila varias veces entre aymara y castellano en la narracin. 4 Utilizamos estos dos trminos sin distinguir, con la advertencia de que son conceptos problemticos

    (ver Seccin 3.).

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    adoptar una visin estructuralista del trmino estructura, que est en una posicin antagnica con la pragmtica, argumentaramos que se puede adoptar una visin de que ciertas estructuras de la narracin oral tambin tiene un elemento pragmtico, dinmico, y creador de contextos.

    Howard-Malverde (1997) ha cuestionado la visin lineal de la relacin texto-contexto y la relacin significante-significado (visin tradicional de la representacin). En cambio, propone una relacin circular entre el texto y el contexto:

    on the one hand, context can rightly be said to be constructive of text, from another perspective, context can also be taken to be constructed by text in processes of interactivity (ibid: pg. 6) (por un lado podramos considerar justamente que el contexto construye el texto, pero desde el otro punto de vista, el contexto tambin podra ser considerado como construido por el texto, en procesos interactivos) (traduccin nuestra)

    En una lnea performativista, aboga por una visin evocadora de la cultura, donde en cada proceso cultural las significaciones emergen de los actores mismos en cada acto5, y que los investigadores deben involcurarse en un proceso ms dialgico con las voces de la gente (ibid: pg.9). Seran bajo estos marcos de referencia que los argumentos siguientes se desarrollan.

    Ahora bien en los aos recientes nos hemos presenciado una profundizacin del debate sobre qu refleja la tradicin oral o la literatura oral. Por el lado de la literatura quechua en la zona de Cusco, Itier (2007) contrasta el pensamiento que ve/busca en los relatos la opresin colonial y resistencia socio-cultural (por ejemplo del inkarri6) con el pensamiento que ve las relaciones socioeconmicas al interior del mundo campesino, por ejemplo la dependencia de los cultivadores de maz respecto de los pastores de altura, dueos de los manantiales que abastecen los canales de riego en los relatos que constituyen el cann literario en la literatura oral cusquea (ibid., pg. 14).

    5 As, el significado no existira aparte, el investigador pudiendo alcanzarlo en manera objetiva,

    aisladamente. 6 Se trata de la posible resurreccin mtica del rey inca para derrotar a la rey espaa y restablecer del

    Tawantinsuyu. Para las diversas versiones de este cuento, e informaciones sobre las versiones recogidas por Jos Mara Arguedas, ver Ortiz Rescaniere (1973).

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    En los estudios de la literatura oral aymara este mismo dabate se presenci dentro de un cuento, de Chuqil Qamir Wirnita (Bernita)7. Spedding (s.f.), a travs del recojo de textos orales narrados y su anlisis, lleg a concluir de que lo que el cuento representa es una relacin dialctica, que contina siempre, y que exige ms bien un balance entre civilizado y salvaje, descubierto y oculto, libertad y control (pg.14). Esta relacin entre lo civilizado y lo salvaje incluye las relaciones entre el mundo de los tejedores andinos civilizados8 con el mundo de la gente salvaje ms adentro (pg.11). De all rechaza explcitamente la versin liberador (descolonizador) en el cuento (pg.14), aun cuando ella mantiene de que la recreacin del mito es permanente; no es un recuerdo esteril de algun acontecimiento del pasado, sino una estructura de significados que tiene vida y consecuencia hoy en da (pg.11).

    Sin embargo hay evidencias de que Chuqil Qamir Wirnita tambin aparece en los contextos de movimientos indgenas, y/o aparece con tinte ms liberador y descolonizador. Mamani (1992) haba documentado de que, respondiendo al bloqueo de caminos de los aymaras del altiplano de 1979, se supo que haba una nueva Wirnita en la ciudad de Wiyacha, y que sus cros haban nacido en el hospital general de La Paz, y que [l]a gente crea que la ciudad de La Paz pronto sera encantada por los kataris (pg. 11). Rivera (2012) lo ha resumido en la siguiente forma: As se gesta una [...] condicin ideolgica para una movilizacin rural de largo aliento: el mito de Chuqil Qamir Wirnita anuncia la llegada de una nueva era, en la que los centros de poder colonial quedaran paralizados por el encanto y volveran a reinar los kataris (pg. 119)9. Tambin en el contexto del movimiento de los caciques apoderados,

    7 La hija de una familia de tener est criada encerrada en su cuarto por muchos candados para que no

    vea a otros hombres. Pero un serpiente a travs de un hueco en la puerta entra, se convierte en hombre adentro del cuarto y se enamora con la chica. Cada maana temprano se desaparece. La chica avisa a sus padres, y la gente sugiere amarrar un hilo largo al saco del jven y seguirlo despus de que l se vaya. Siguiendo esta sugerencia en un lugar lejano lleno de piedras se encuentra a una vvora durmiendo. Cuando la gente avisa a los padres y vuelve para matarlo ya se ha desaparecido. La chica se embaraza y da luz a tres kataris, y los crian en una olla de barro con su sangre de nariz. Los padres enterndose los matan a las wawas kataris quemndolos en el fuego. Despus el serpiente aparece para recuperar sus hijos y da un ultimatum. Los padres en defensa trata de hacer una misa en la iglesia del pueblo pero ahmismo todos se quedan encantados. Para desencantarse hay que tocar la campana del pueblo pero siempre varias vvoras estn en la campana y no hay caso. (Resumen del A-2) 8 Para la profundizacin de este aspecto ver Arnold y Lpez (2001).

    9 En este texto la autora tambin seala otros ejemplos y contextos donde Chuqil Qamir Wirnita aparece

    en la forma de de serpientes que devoran a los gringos que se atreven a codiciar las riquezas de Chuqil Qamir Wirnita [tesoros resguardados por los jesuitas del siglo XVIII], o asustan a los soldados encargados de la represin a lxs cocalerxs de Chulumani en 1980 (pgs.124-5; [ ] complementacin por

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    los descendiesntes y escribanos del cacique Santos Marka Tula recurre a la fuerza de Chuqil Qamir Wirnita para explicar el regreso del cacique de su destierro a los Yungas, por la fuerza de los fuegos desatados por la Wirnita y el consiguiente arrepentimiento de los militares sobre su destierro10.

    Tambin las versiones contadas de Chuqil Qamir Wirnita fuera de estos contextos polticos sealan de un inminente pachakuti que podra llegar para el futuro. La versin narrada por Catalina Cuyabre a Filomena Nina (14 de diciembre de 1985), al final de contar comenta de que:

    Supay katariy ukx inkantxixa. Katariy ukax chhaqthapiyxix, katarimpipunixiy. Ukat jichhax akapachat Inkisiwitix sittanxaspax akanakarakiy qal jaktxaspa, ukkhaxa pajchisxaspax, ukhamaw siway. (El katari diablo pues, eso ya ha encantado. El katari pues ese ha hecho desparecer todo, con el katari siempre es pues. Despus ahora si en este momento el Inquisivi se cierra, todo esto tambin puede revivir, en ese momento se puede dar la vuelta [se referira al pachakuti], as dice pues.)11

    La versin narrada al autor por Pedro Saravia Palomino (P-2) tambin comenta de que la seora Wirnita ha aparecido y que trata de subir hacia la ciudad de La Paz sin lograrlo, pero que cuando logra el mundo se va a dar la vuelta. Asunta Tapia de lvarez no ha contado de la misma manera (A-2), pero sus nietos atestiguan haber escuchado as antes de su abuela.

    Aqu podramos considerar que estas dos interpretaciones mencionadas arriba, pueden no ser mutuamente excluyentes. El cuento que en algun momento expresaba el temor y el encanto que expresaba la gente andina del lado de civilizacin ante la gente salvaje de monte y tierras de adentro, en el curso de la historia tambin habra convertido en o coexistido con las versiones inminentemente sublevadoras ligado al simbolismo de serpiente (katari) (cf. Rivera Cusicanqui, op.cit.), en un proceso dialgico y poltico en que est involcurada la gente andina.

    el autor de este artculo). 10

    Ver el manuscrito de historia oral sobre Santos Marka Tula y los caciques apoderados, compilado por Toms Huanca, prximo a publicar en 2012 bajo la edicin de Filomena Nina, Juana Luiza Condori Quispe y Mamoru Fujita (Captulo VII). Este fragmento est publicado tambin en la revista Historia Oral: Boletn del Taller de Historia Oral Andina, no.2, Chukiyawu: Aruwiyiri (Huanca compil. 2012). Ver tambin Quisbert (2012) en la misma revista. 11

    El texto se ha publicado en Historia oral, no.2 (Cuyabre y Nina 2012, pg.208).

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    2. Mecanismos de narracin para asegurar la apertura de los cuentos a la realidad

    En la seccin anterior hemos visto la posibilidad de que, ms que ser un reflejo de ciertas relaciones sociales y procesos histricos, la literatura oral aymara dinmicamente se transforma y se va ajustando a la realidad. Ahora bien, cules son los elementos en las narraciones que aseguran su apertura a la realidad? Argumentamos, basndonos en nuestro trabajo de campo, que en la forma de narrar de los narradores, existen ciertas caractersticas estructurales, estructuras generadoras de dinmica, que aseguran su apertura a la realidad.

    Primero, como hemos visto arriba, cuando se narra la Chuqil Qamir Wirnita, suele agregar unos comentarios al final, que est en ciertas maneras separado del cuento en s, pero forma una parte de la narracin en su totalidad. Estos comentarios tienen el rol de traer y ligar el cuento a la realidad (de que la Wirnita sigue existiendo y caminando), y abre el cuento para un potencial futuro de grandes cambios y cataclismos (un inminente pachakuti). Aun cuando el cuento de Chuqil Qamir Wirnita toma una forma relativamente establecida (aun con sus muchas variaciones), fijndonos en los comentarios que los narradores ponen al final, se va revelando el mecanismo que asegura la vigencia del cuento en el presente hacia el futuro.

    Segundo, veremos el cuento (A-1), tambin el cuento sobre vvoras, que la narradora distingue del cuento de Chuqil Qamir Wirnita (A-2) pero siempre recuerda en par con el este. El sinpsis del cuento es como sigue: aqu vive marido y mujer, y el marido va a una otra comunidad para ayudar a su hermano, diciendo que va a volver tarde. Esa noche llega un hombre igualito que su marido y la mujer duerme con l. El siguiente da temprano en la maana este hombre ya no est, y despus llega su marido. Descubriendo lo que pas el marido rie a la mujer diciendo qu amante ella ha introducido a su casa. La mujer se embaraza, y da luz a una gringa:

    Ukat jichhax wawax, wal ringa qhusiw, qhusilapiniw12 sipiy, ringa, ringapini. ikutapas wilapini, wila, wawax. (Despues ahora la wawa, bien gringa, gringa, gringa siempre dice pues, gringa, gringa siempre. Hasta su cabello rojo siempre,

    12 qhusi: bonita, blanca, ojo azul, pestaas grandes; se refiere al antiguo mundo de los hacendados

    (Rodolfo Quisbert, 8 de julio de 2011)

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    rojo, la wawa.) (transcripcin y traduccin de A-2, versin 2) Y en ese momento muere la madre y su ta sigue criando a la wawa.

    La parte del cuento termina relativamente simple y corto. Sin embargo, la parte del comentario de la narradora sigue, con casi la misma duracin que el cuento. Ah comienza diciendo que la narradora conoca a la hija de esta seora13, que viva con su ta y bajaba a su casa para realizar trueques14. La hija tena cabellos rubios y piel blanca, con ojos redonditos, y no le gustaba que la gente le mirara. Su ta le haba contado a la narradora que, al salir de la casa dejando a la nia en su casa para cocinar, y volviendo a la casa olvidndose algo, encontr a una vvora durmiendo en el patio.

    Aqu se puede sealar dos aspectos en el cuento. Se puede entrever que sucedi algo en la realidad que es relativamente difcil de entender y se recurri a crear un otro cuento de vvoras, con motivos compartidos con el cuento de Chuqil Qamir Wirnita, para explicar esta realidad15. Suelen no preguntar los detalles de las otras familias, y para tratar de entender los elementos desconocidos, habra recurrido a la fuerza de los cuentos. Al mismo momento se puede ver que este mecanismo de comentarios al final de cuentos sigue vigente para que los cuentos aymaras (kutu) tengan la dinmica de ser empleado y creado para explicar los eventos ocurridos ya en la vida de la narradora. Se puede ver una relacin interactiva (si no dialctica) entre la parte ms fantasiosa y la parte interpretativa realstica.

    Estos mecanismos formaran la base para que el motivo de las vvoras estaran vivo an en el momento presente, por ejemplo para explicar los desastres naturales. Para explicar el deslizamiento de tierra en la zona de Pampahasi de la ciudad de La Paz en el febrero de 2011, se recurre a la seora vvora (A-4)16. Aqu una muchacha de la comunidad de Qullana

    13 Una de las nieta de la narradora tambin me cont que jugaba con esta nia en su niez.

    14 La zona de Ro Abajo es una zona que produce frutas (peras, ciruelos, ljmas, tunas, etc.). Tiene sus

    comunidades de arriba (Taqachiya) que producen chuu y ulupica, y de estas comunidades bajan en los meses de febrero y marzo para realizar trueque entre estos productos, una prctica que aun con una escala bastante menor sigue hasta hoy da. La narradora me dijo que ella aprendi los cuentos (A-1) y (A-2) de estos comunarios de arriba. En cambio aprendi el (A-3) de sus familiares en Quilihuaya. 15

    Escuchando este cuento, Silvia Rivera Cusicanqui me seal de que puede ser un caso de una nia albina, lo que es altamente posible. Interesantemente, cuando pregunt a la narradora sobre esta posibilidad, ella lo neg enfatizando una vez ms que es por ser hija de un hombre vvora. 16

    Explicar este desastre natural con vvoras y sirenas parece que fue una prctica difundida ampliamente, que result en un artculo de la prensa. Ver: Respuesta a la tragedia es el mito de la

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    (una de las comunidades de arriba en la zona de Ro Abajo) ha ido a Pampahasi buscando un alojamiento, pero nadie le quizo alojar diciendo que eres una vvora.

    Qullan tawaquw saratnax, sip... [...] Pampahasiru. Ukat jichhax, alujit satnap, alujita, qurpachita sas, alujtitay, Jani kawk ikis puyrx17, jaypxarakiw, sas. Ukat jichhax, janiw alujkirismt, jumax vivurstaxy, sas sapxatnax, vivurtaw, sas. (Una jven de Qullana haba ido, dice pues [...] a Pampahasi. Despus ahora, aljame, haba dicho pues, aljame, aljame, diciendo, aljame por favor, no tengo dnde dormir, adems es de noche, diciendo. Despus ahora, no te puedo alojar, t eres vvora pues, diciendo haban dicho, vvora eres, diciendo.) (transcripcin y traduccin de A-4)

    Por este hecho despus de dos das haba ocurrido la inundacin y el deslizamiento. Aunque esta forma del cuento se encuentra en otras zonas de los Andes para explicar la inundacin, es tambin obvia la similitud y procesos analgicos con los otros cuentos sobre la vvora de la narradora, as formando una red de narrativas en un contnuo proceso de creacin y recreacin para darse cuenta de la realidad, y tambin evocarla a travs del acto de narrar18.

    3. Sobre el trmino kutu, y la interpenetracin del cuento y la historia oral

    Para seguir reflexionando sobre la relacin de los cuentos con la realidad, ahora nos fijaremos en el trmino mismo del kutu (cuento), el trmino empleado por los mismos narradores, lo que nos arroja ms luz sobre el tema.

    Primero nos fijamos en el uso de este trmino por nuestro segundo narrador, Julian Tapia, quien es el hermano menor de Asunta Tapia de lvarez. Lo que nos llama la atencin es que l ha utilizado el trmino para referirse, primero, a una historia basada en hechos reales sobre la hacienda de su pueblo contada a l por su madre; segundo, a una historia media fantstica pero basada en experiencias de gente alrededor a l y contada a l; y tercero, a los que tradicionalmente consideramos como cuentos donde los animales andinos son los protagonistas. Esto quiere decir que la lnea divisoria que normalmente suponemos entre el

    maldicin de la vvora. La Prensa, jueves 3 de marzo de 2011. 17

    Gramaticalmente debera ser puyrxti por ejemplo, pero la narradora no ha pronunciado la parte que sigue al x. 18

    Aqu podramos pensar en una conexin en que la Chuqil Qamir Wirnita finalmente logr entrar a la ciudad de La Paz y con eso se caus el desastre natural.

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    cuento o la tradicin oral y la historia oral no siempre tiene relevancia en los hechos reales, y que el trmino kutu ms bien incluye a ambos gneros. As el trmino kutu es algo que no se confina en el mbito puramente imaginario y ms bien se abre a, y forma una gama continua con, la realidad19.

    Esto no quiere decir que no hay ninguna distincin entre la ficcin y la realidad. Esto se puede entrever en la secuencia en que este narrador ha contado su cuento20. Primero comenz con los dos cuentos relacionados directamente con sus familiares. Despus prosigui para contar dos cuentos que uno de sus conocidos le cont sobre su experiencia. Y finalmente cont los dos cuentos sobre los animales. As el orden de cuentos forma una lnea contnua comenzando de sus mbitos ms cercanos y cada vez ms alejndose de este mbito. Aun cuando la dicotoma entre el cuento/tradicin oral y la historia oral no es muy til para describir la realidad, parece que sigue vigente el sentido de distancia, de cercana y de lejana, en el mbito de relaciones personales/sociales y el tiempo en que ocurri los eventos narrados en estos cuentos.

    Tambin el narrador emplea trminos para distinguir los dos gneros en los cuentos que l ha contado. Cuando se estaba pasando del tercer cuento (basado en experiencias de un conocido suyo, su encuentro con el hombre-condor entrando al Illimani) al cuarto (el apuesto del zorro con el condor en el Illimani) habl as:

    Wuynu uka chiqakamakiy anchhicha istisksmax chiqakamakiy ukax, kunati paski uka. Maya liyinda saskixa uka janiw wirrkpachatix qamaqimp... qamaqimpi kundurumpi Lurinsyumpi sas. (Bueno eso es verdad noms, ahorita te voy a ester... es verdad noms eso, qu ha pasado, eso. Otro dice leyenda, eso no debe ser verdad, con el zorro..., con el zorro y el condor y el Lorenzo (picaflor) diciendo.)

    Lo interesante aqu es que la distincin que l hace entre chiqa/wirra y liyinda no corresponde a la distincin entre la realidad y ficcin. En los cuentos chiqa/wirra, aparecen fenmenos y figuras sobrenaturales, acompaado con el tema del encanto. Parece que la distincin es ms bien sobre la lejana en el tiempo, cuando los animales

    19 Se ha sealado que la historia narrada (incluso escrita) por gente indgena incluye cuentos y mitos.

    Ver Rappaport (1990) y Huanca compil. (por publicar). 20

    Sobre maneras de analizar la interrelacin de los cuentos en secuencia, ver Arnold y Yapita (1998), y Jemio (2009.

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    se convertan en gente, hablaban con la gente, y protagonizaban los cuentos.

    Un punto similar, aunque con una terminologa distinta se puede ver en el siguiente comentario de Pedro Saravia Palomino:

    Walikiskiw, wirdadapuniw parlaa, janiw karisikiti, karisisaxa juchaw. Janiw karisikiti, chiqatapiniw parlaax, janiy karisikiti.21 (Est bien, la verdad siempre hay que hablar, no hay que mentir, mentir es pecado. No hay que mentir, de verdad siempre hay que hablar, no hay que mentir.)

    Este comentario sigue a las narraciones sobre el encuentro con seres extraos en Negro Qawa, la curva en la parte entrada al pueblo de Mecapaca. Segn este comentario, todas las narraciones estaran hablando de wirdad/chiqa. Aqu tampoco las narraciones con la realidad forma una dicotoma falso-verdad, sino que cuando uno narra hay que hablar siempre de la verdad.

    En el caso de Asunta Tapia de lvarez, para referirse a las dos experiencias anteriores de su vida (A-5 y A-6), no ha utilizado el trmino kutu. Sin embargo lo que nos llama la atencin es que estas dos experiencias que ella ha narrado son los dos momentos de su vida, uno en su niez en una casa de los japoneses, y el otro en su juventud como ayudante de la patrona de la hacienda de Quilihuaya, que parece que dej un impacto marcado en su memoria. Conversando sobre los otros momentos de su vida resulta en comentarios ms fragmentarios. En las grabaciones que se ha realizado que fue ms de una vez sobre cada tema, aun cuando la minuciosidad del detalle ha cambiado, el contenido de la narracin ha sido bastante estable. As suponemos que hubo un proceso de narrativizacn de sus momentos destacados de su memoria, as formando narraciones (kutus) en este proceso22.

    Una implicacin de estas reflexiones es que la dicotoma del conocimiento personal (directo) y no-personal (indirecto), que utilizamos en las descripciones de la gramtica aymara, puede ser de menor relevancia en el nivel de analizar los cuentos. Ms bien nos servira pensar de distincciones ms minuciosas basadas en la cercana-lejana tanto de las

    21 Entrevista realizada 26 de agosto de 2012. Sigue al (P-5) versin 2.

    22 Aunque ella coment de que fue la primera vez que ella cuenta esta parte de su vida a otros,

    incluyendo a los miembros de su familia. As podemos decir que la presencia del autor de este texto, en las interacciones, ha causado este proceso de la narrativizacin.

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    relaciones interpersonales como del tiempo, comenzando de una experiencia directa de su vida, la historia narrada y transmitida por sus familiares, la historia/cuento narrada y transmitida por los conocidos y a travs de encuentros interpersonales (trueques, ferias, obras pblicas etc.), hasta cuentos que viene de mucho tiempo atrs cuando los animales hablaban. Aqu cobra ms importancia la ruta de la transmisin de cuentos, y el mecanismo de citas, incluyendo cuntas veces se repite el verbo saa (decir) en estas. El nmero de repeticin de este verbo parece que indica por cuntas personas (generaciones) ha pasado el cuento para que sea transmitida a esta persona23.

    4. Los/las narradores/as y su geografa vivida en la literatura oral

    Aqu nos centraremos en la narradora Asunta Tapia de Alvarez, con quien el autor ha tenido la oportunidad de pasar ms tiempo y escuchar sobre ms temas. Sus familiares comentan de que ella conoca muchos ms cuentos antes, pero al momento de encontrarse con el autor en grandes rasgos ella recordaba tres cuentos (A-1, A-2, y A-3)24. Curiosamente este repertorio que ha quedado en ella refleja la trayectoria y la geografa de su vida. El cuento sobre el encuentro con el diablo (A-3), donde un comunero encuentra en medianoche con una banda y bailarines de morenada que al amanecer el da van escapndose y desaparecindose, lo ha aprendido en Quilihuaya, su pueblo natal. Los dos cuentos sobre las vvoras (A-1 y A-2), los ha aprendido en Valencia-Ypampa donde ella reside despus de su matrimonio, a travs de los momentos del trueque que se realizan con los comuneros que bajan de las comunidades de arriba. El lugar del cuento, en el caso de (A-1), es justamente en estas comunidades de arriba, Qullana y Taqachiya, y en el caso del Chuqil Qamir Bernita (A-2), ocurre entrando ms adentro donde uno de sus hijos peridicamente va a trabajar25. Combinando esto con las narraciones de su historia de vida de una familia de sus padrinos japoneses en la calle Camacho de La Paz, donde sus padres dej a ella para trabajar en su niez, y la patrona de la hacienda de Quilihuaya donde pas los aos

    23 Conversaciones informales con Juan de Dios Yapita y Filomena Nina.

    24 Solo se puede suponer las razones por la que ella se ha ido olvidando de sus otros cuentos. Uno es la

    reducida oportunidad de realizar trueques y as tener interacciones con los otros comunarios. Ella me dijo que aprendi (A-1) y (A-2) en estos momentos de conversaciones y entretenimiento. El otro puede ser la reducida oportunidad de contar los cuentos entre las familias, con menos miembros de la familia que vive con ella que habla aymara, y la reducida importancia que da al valor de los cuentos en si. 25

    Como seala Spedding (s.f.) el lugar de ocurrencia de Chuqil Qamir Wirnita en este caso es un lugar relativamene cercano a donde reside la narradora pero un lugar que ella no conoce directamente.

  • Ponencia preparada para la Reunin Anual de Etnologa (RAE) 2012, Museo Nacional de Etnografa y Folklore (MUSEF), 27-31 de agosto de 2012. (ltima revisin: 31 de agosto de 2012)

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    tempranos de su juventud, su repertorio de cuentos refleja fielmente la trayectoria de la vida de la Doa Asunta. El cuento sobre el hecho contemporneo del deslizamiento de Pampahasi es contado con una protagonista que viene de la comunidad cercana de Qullana, y la importancia de Pampahasi est en que es un lugar donde vive una de sus hijas, y que en la zona de San Antonio Bajo debajo de Pampahasi ha comprado terreno donde vive la otra de sus hijas.

    El otro aspecto es la importancia de los mbitos de interacciones interpersonales en la transmisin y la formacin de los cuentos. Primero, es el mbito de trueques y el rol que este jugaba en crear espacios de conversacin y entretenimiento, y de as de aprendizaje mutuo de los cuentos. Segundo, eran las interacciones inter-tnicas, de estar con su padrino de una familia japonesa con sus distintos costumbres (de comer camarrones y mariscos por ejemplo) (A-6), y de inter-clase, de su padrino quien se desempeaba como comerciante y tambin con la patrona de la hacienda donde ella recuerda muy bien la realizacin de una fiesta grande de todas las comunidades en la etapa final de la vida de la patrona y de la hacienda, que desapareci justo antes de la reforma agraria. Tercero, fue a travs del encuentro con el autor de este texto, que el acto de narrar cobr un nuevo significado, y estimul el proceso de reflexin y narrativizacin.

    Finalmente sealaremos un aspecto ms de la forma de narrar de la Doa Asunta. Los dos cuentos sobre la vvora, el Chuqil Qamir Wirnita como un cuento ms establecido como ficcin (A-2), y sobre la nia vvora que es ms abierto a la realidad (A-1), siempre los recuerda ella en par y ha contado en par. Tambin el cuento del encuentro con el diablo (A-3), una vez me ha narrado despus de contarme sobre la familia de su hermana que reside El Alto, caminando en los cerros en la noche con su esposo y su hija, encontrndose de repente con un burro en medio de nada, y que despus de hacer sonar una piedra cercana con el pico que tena desapareci el burro, as con una moraleja de que es peligroso caminar arriba en los cerros por la noche26. Estas dos experiencias hace pensar en una lgica dual en el pensamiento de la Doa Asunta, pero que no es una dicotoma sino una dualidad analgica, donde un cuento fantasioso est recordado en par con un cuento o un episodio ms cercano a la realidad. Aqu los cuentos que tienen un contenido ms fantasioso son recordados y contados en par con un otro cuento/episodio que tienen relaciones con hechos

    26 Conversacin personal con Asunta Tapia de Alavarez, 23 de agosto de 2010.

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    reales. Esto puede ser una otra forma de mantener flexibles los cuentos abrindolos a la realidad.

    Conclusin

    Howard-Malverde (1998) haba sealado que en el campo del estudio de las transformaciones narrativas, an queda por esclarecer la gama de procesos enunciativos que stas faciliten (pgs.118-9). Aqu el trmino transformaciones narrativas se refiere a la situacin en que ciertos narradores demuestran una tendencia a moldear los recursos a su disposicin, a fin de construir un mensaje personal a partir de elementos pertenecientes a la cultura colectiva. Se sirven estratgicamente de lo tradicional para hacer afirmaciones con referencia contempornea, ligadas a circunstancias actuales (ibid. pg.118).

    Aqu fue precisamente los procesos de transformaciones narrativas, el significado de Chuqil Qamir Wirnita segn contextos histricos, y la adaptacin del motivo de vvora para explicar eventos que han ocurrido en la realidad pero en la forma de cuentos, que hemos intentado trazar. As, hemos intentado sealar que la forma de narrar los cuentos, la combinacin de cuentos con los comentarios posteriores, y la concepcin y el empleo del trmino kutu, sirven como bases para que los cuentos puedan ir adaptndose a las nuevas realidades y pasados ms cercanos, en un proceso permanente de reinterpretacin y recreacin. Finalmente, hemos sugerido que el repertorio de cuentos est ligado estrechamente con la trayectoria vivida de una de los narradores, as surgiendo en necesidad con las situaciones concretas vividas de la narradora.

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    Lista de los cuentos narrados y las fechas de su grabacin

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    Asunta Tapia de lvarez A-1 Vvora que visita a una mujer (cf. no es Chuqil Qamir Wirnita)

    versin 1: 27 de julio de 2009 versin 2: 12 de octubre de 2009

    versin 3: 19 de octubre de 2009 versin 4: (parte de comentario de la nia vvora) 13 de mayo de 2012 A-2 Chuqil Qamir Wirnita

    11 de octubre de 2009 A-3 Encuentro con el diawlu

    versin 1: 19 de octubre de 2009 versin 2: 9 de noviembre de 2009

    A-4 Seora vvora que caus el deslizamiento en Pampahasi, La Paz 12 de junio de 2011

    A-5 Memorias sobre la patrona de la hacienda de Quilihuaya versin 1: 28 de diciembre de 2009 versin 2: 8 de abril de 2012 A-6 Memorias sobre su padrino japons en la calle Camacho, La Paz versin 1: 14 de diciembre de 2009 versin 2: 28 de diciembre de 2009 versin 3: 28 de agosto de 2011 A-7 Rito de llamar al ajayu 31 de julio de 2011 A-8 Origen del nombre de Mururata

    27 de noviembre de 2011 A-9 Sobre Negro Qawa (la curva antes de entrar a Mecapaca) versin 1: 19 de agosto de 2012 (la experiencia del padre de su hijo Juan) versin 2: 19 de agosto de 2012 (la experiencia del Pedro Saravia Palomino) A-10 El condor que rapta a la jven, y el picaflor que la salva (re-cuento del J-4) 19 de agosto de 2012

    Julian Tapia (J-1 a J-5 grabados 24 de marzo de 2012) J-1 Sobre el abuso de la patrona de la hacienda de Quilihuaya

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    J-2 El encanto del Illimani al sacar oro J-3 El hombre que entra a Illimani por el agua y encuentra con un animal cabeza de condor J-4 El condor que rapta a la jven, y el picaflor que la salva J-5 El apuesto del zorro con el condor

    Pedro Saravia Palomino P-1 Un pobre y un rico versin 1 (castellano): 15 de abril de 2012 versin 2 (aymara): 15 de abril de 2012 P-2 Chuqil Qamir Wirnita (29 de abril de 2012) parte 1 (cuento): 29 de abril de 2012 parte 2 (comentario): 29 de abril de 2012 P-3 El condor y la jven 29 de abril de 2012 P-4 Apuesto de zapo con el zorro

    29 de abril de 2012 P-5 Sobre Negro Qawa versin 1: 26 de agosto de 2012 (su propia experiencia) versin 2: 26 de agosto de 2012 (experiencia de un chofer) P-6 Una seora que hizo chicharrn de su marido 26 de agosto de 2012 (en castellano)

    Resmen Este texto se presenta los avances de las reflexiones sobre la literatura oral aymara basada en los cuentos (kutu) narrados al autor por tres personas ancianas en Ro Abajo y Quilihuaya en los valles de La Paz. A travs de las formas de narrar de estos cuentos, se sugiere que existen ciertas caractersticas, sobre todo en la manera de cmo estos cuentos se relacionan con la realidad y la historia, que se resuenan con los otros trabajos y debates sobre el tema. El enfoque est en la interpretacin sobre el cuento de Chuqil Qamir Wirnita, el mecanismo en la forma de narracin que asegura el desarrollo dinmico de la literatura oral, el empleo del trmino kutu (cuento) por los narradores y sus implicaciones, y el repertorio de cuentos como reflejo de la trayectoria de la vida de los narradores.

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    Palabras claves LITERATURA ORAL AYMARA, CUENTO, HISTORIA, CHUQIL QAMIR WIRNITA, PRAGMATISMO