RAÍCES Pertenencia e Identidad · costumbres y tradiciones chinas que su apellido llevaba a...

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38 ASOCIACIÓN PERUANO CHINA ASOCIACIÓN PERUANO CHINA 39 RAÍCES Por: Mariella Checa Si una persona conoce sus raíces, sabe qué de su pa- sado está en su presen- te; es más fuerte porque sabe quién es; se descu- bre y se acepta a sí misma”, ase- gura Tino Guzmán, presidente de la beneficencia china que la Sociedad Tung Yi Tong mantiene activa en el Callao. Pertenecien- te al clan de los Kam y, como tal, integrante de la Sociedad Tusán Kam del Perú, nuestro interlocu- tor sabe de qué habla: gracias a las pesquisas que emprendiera, hace algún tiempo, su tío, Wi- lliam Kcomt, ha tenido la opor- tunidad de visitar, en caravana En una sociedad cada vez más globalizada, en la que todos terminamos siendo, por mestizajes y migraciones, ciudadanos de mundos más o menos extensos, visitar el lugar exacto donde empezó el devenir familiar o contar con un libro enfocado, a través de mil detalles significativos –mapas, momentos importantes, personajes, costumbres, fotos–, en la historia particular del propio grupo puede ser un enriquecedor privilegio. Para hacerlo posible, My China Roots ha llegado al Perú. Pertenencia e Identidad con sus muchos allegados, la pequeña localidad de la cual sa- lieron sus ancestros. Una vez allí fue al templo donde se venera a sus antepasados y tuvo en sus manos el jiapu o libro de la fa- milia, donde, a falta de registros públicos, sus parientes de anta- ño fueron anotando los aconte- cimientos más importantes del devenir del clan. Similar vivencia tuvo el ho- landés Huihan Lie, quien nació y creció en Amsterdam, ajeno a todas las expresiones culturales, costumbres y tradiciones chinas que su apellido llevaba a suponer suyas. Sin embargo, estando, por motivos de trabajo, en el país de sus antepasados, decidió indagar acerca de sus orígenes. La curio- sidad lo condujo al libro genealó- gico de su familia, a la aldea de la que alguna vez partió alguno de sus ancestros, a unos primos lejanos, a Indonesia, a momentos muy espirituales y a la idea de fundar My China Roots. “Nuestro objetivo es vincular a la diáspora china en todo el mundo, ayudar a la gente a sen- tirse más conectada, no solo por la tecnología, sino a sí misma y a sus orígenes. Cuando se pue- de encontrar a algunos familia- res en China, a veces también se los puede hallar en otros países y así establecer una red y crear una gran familia”, explica Clotilde Yap, oficial de proyectos de My China Roots, quien se encuentra de visita en Lima cumpliendo los encargos de su jefe, de entrar en contacto con las comunida- des tusán en Latinoamérica, e investigar todo lo que se pueda sobre ellas. Libro/árbol genealógico o jiapu/zupu en chi- no, encontrado durante una investigación.

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RAÍCES

Por: Mariella Checa

“ Si una persona conoce sus raíces, sabe qué de su pa-sado está en su presen-te; es más fuerte porque sabe quién es; se descu-

bre y se acepta a sí misma”, ase-gura Tino Guzmán, presidente de la beneficencia china que la Sociedad Tung Yi Tong mantiene activa en el Callao. Pertenecien-te al clan de los Kam y, como tal, integrante de la Sociedad Tusán Kam del Perú, nuestro interlocu-tor sabe de qué habla: gracias a las pesquisas que emprendiera, hace algún tiempo, su tío, Wi-lliam Kcomt, ha tenido la opor-tunidad de visitar, en caravana

En una sociedad cada vez más globalizada, en la que todos terminamos siendo, por mestizajes y migraciones, ciudadanos de mundos más o menos extensos, visitar el lugar exacto donde empezó el devenir familiar o contar con un libro enfocado, a través de mil detalles significativos –mapas, momentos importantes, personajes, costumbres, fotos–, en la historia particular del propio grupo puede ser un enriquecedor privilegio. Para hacerlo posible, My China Roots ha llegado al Perú.

Pertenencia e Identidadcon sus muchos allegados, la pequeña localidad de la cual sa-lieron sus ancestros. Una vez allí fue al templo donde se venera a sus antepasados y tuvo en sus manos el jiapu o libro de la fa-milia, donde, a falta de registros públicos, sus parientes de anta-ño fueron anotando los aconte-cimientos más importantes del devenir del clan.

Similar vivencia tuvo el ho-landés Huihan Lie, quien nació y creció en Amsterdam, ajeno a todas las expresiones culturales, costumbres y tradiciones chinas que su apellido llevaba a suponer suyas. Sin embargo, estando, por motivos de trabajo, en el país de sus antepasados, decidió indagar acerca de sus orígenes. La curio-sidad lo condujo al libro genealó-gico de su familia, a la aldea de la que alguna vez partió alguno de sus ancestros, a unos primos lejanos, a Indonesia, a momentos muy espirituales y a la idea de fundar My China Roots.

“Nuestro objetivo es vincular a la diáspora china en todo el mundo, ayudar a la gente a sen-tirse más conectada, no solo por la tecnología, sino a sí misma y a sus orígenes. Cuando se pue-de encontrar a algunos familia-res en China, a veces también se los puede hallar en otros países y así establecer una red y crear una gran familia”, explica Clotilde Yap, oficial de proyectos de My China Roots, quien se encuentra de visita en Lima cumpliendo los encargos de su jefe, de entrar en contacto con las comunida-des tusán en Latinoamérica, e investigar todo lo que se pueda sobre ellas.

Libro/árbol genealógico o jiapu/zupu en chi-no, encontrado durante una investigación.

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En medio de su sorpresa por haber tenido que agudizar sus conocimientos de español para poder comunicarse con perso-nas de apariencia totalmente china, pero que no hablan la len-gua de los familiares que deci-dieron migrar al Perú hace dé-cadas, Clotilde explica que, pese a los esfuerzos que se hicieron en los tiempos de Mao Tse Tung por dejar atrás tradiciones como

el mantenimiento de jiapus o el retorno de los restos de los di-funtos al poblado de origen de sus respectivos clanes, en China aún se mantiene viva, en cierto grado, la llamada “piedad filial”, que no es otra cosa que el res-peto y la veneración a las ante-riores generaciones de la familia.

Luego de hacer, al lado de Tino Guzmán, un recuento de los muchos hechos que provo-

caron que los apellidos chinos generaran hasta 16 formas di-ferentes de escribirse al llegar a otras tierras –desconocimiento de los registradores locales, in-comprensión frente a nombres monosilábicos, cristianización, adjudicación del nombre de los propietarios de las haciendas en tiempos de la esclavitud, en-tre otros–, la entusiasta espe-cialista en Lengua y Civilización

Chinas explica que la búsqueda inicia cuando el cliente decide indagar en el pasado de su fa-milia y entrega al equipo de My China Roots todos los datos y reliquias que posee. “Tres cosas son necesarias para empezar el trabajo: el nombre completo del ancestro más antiguo posi-ble, escrito en caracteres chinos; cualquier documento con infor-maciones sobre esta persona,

como artículos del periódico, pa-saporte, fotos que incluyan tex-tos, cualquier objeto, como un trofeo, por ejemplo; y el lugar en China de donde vino, su pueblo ancestral”, detalla, añadiendo que pueden ser útiles también los nombres de pila, los poéti-cos, los cargos y cualquier otro apelativo que permita distinguir entre tocayos contemporáneos.

En cuanto a los costos, acla-

ra que estos varían de un caso al otro, según las dificultades de las pesquisas y según el produc-to que se entregue al final, pero siempre hay que considerar un precio base –300 dólares– y otro “de éxito”. “Nuestro objetivo no es el lucro. Queremos ayudar a la gente, pero es un trabajo muy intenso, que reclama mu-cho tiempo y mucha labor”, co-menta Yap.

En Xiamen, provincia de Fukien, sentado de polo negro, Huihan Lie, fundador y CEO de My China Roots, durante uno de sus reco-rridos por los pueblos de China, con unos primos lejanos.

Las tumbas son una fuente importante de información para quien quiere buscar sus raíces. Tienen fechas, nombres a veces en

chino, y el pueblo chino de origen

En Hoiping, canadiense William Fong (al centro), tras el rastro de su abuelo.

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Para poder hacer frente al reto –y a la demanda que han tenido desde los Estados Uni-dos, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Jamaica– la empresa cuenta con colaboradores que están distribuidos en todo el te-rritorio chino y también con con-tactos en la Oficina de Asuntos de los Chinos de Ultramar. Han emprendido, además, proyectos a nivel global, cuya intención es enriquecer sus bancos de da-tos y replicarlo en nuestro país, como el registro fotográfico de las lápidas de los ciudadanos chinos en los cementerios loca-les, con el apoyo de voluntarios que compartan el interés de crear conciencia sobre la impor-tancia que tiene el rescate de la historia.

Por su parte, Tino Guzmán refiere que la colonia china en el Perú y los tusanes cuentan siem-pre con el apoyo mutuo y el con-tenido del Tong Sen, donde es

posible encontrar la escritura en caracteres chinos de los diversos apellidos que llegaron a nuestro país, para así dar inicio a una bús-

queda que funciona como un bú-meran, pues su recorrido vuelve a uno mismo, para enriquecerlo y hacerlo más pleno.

En las tumbas chinas en el cementerio El Ángel de Lima, Tino Guzmán Khang y Clotilde Yep.

De República Dominicana, Lesley visita la tumba de su abuelo en Hoiping.

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