RAMÓN_2014

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COMUNIDEC EL ADOLESCENTE/JOVEN INDIGENA DE HOY: roles diferenciados, referentes, valores, aspiraciones, formas organizativas e idearios de futuro GALO RAMON VALAREZO Quito, 2014

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Jóvenes y políticas públicas

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  • COMUNIDEC

    EL ADOLESCENTE/JOVEN INDIGENA DE HOY: roles diferenciados, referentes, valores,

    aspiraciones, formas organizativas e idearios de futuro

    GALO RAMON VALAREZO

    Quito, 2014

  • I. INTRODUCCION

    En los ltimos sesenta aos, los indgenas del Ecuador, sienten que han vivido cambios sustantivos, nada es como antes. De manera especfica, de acuerdo a su propia autopercepcin, el grupo etario que con mayor fuerza ha experimentado los cambios, son los adolescentes y jvenes de 14 a 25 aos de las comunidades indgenas rurales.

    En efecto, los jvenes y adolescentes estn en medio y son el producto de grandes tensiones y acciones contradictorias: de una comunidad andina que se recompuso entre los 60 y 90; pero que experimenta una enorme precarizacin ocasionada por un proceso de modernizacin perifrica y desigual que ha castigado al campo y que ha lanzado fuera de sus territorios a la mayor parte de jvenes y adolescentes; de una comunidad que a travs de una intensa integracin poltica desde los 90 busc servicios comunitarios (agua, luz, escuelas, centros de salud, infraestructura productiva) que, sin embargo, pasadas tres dcadas, an presenta las ms altas tasas de necesidades bsicas insatisfechas del pas1; de una poderosa revitalizacin tnica que valoriz su identidad y orgullo, que sin embargo se enfrenta a procesos de incorporacin acelerada de nuevas costumbres, concepciones y cosmovisiones del consumismo occidental; de una participacin poltica que en principio valoriz las decisiones comunitarias, pas a una enorme politizacin partidaria semejante a la convencional que los ha enrolado e incorporado en los avatares y movidas de la cultura poltica de los diversos movimientos y partidos polticos; en medio de un proceso de escolarizacin deseado, que transita del primer nivel (primaria), al segundo (bachillerato) de manera muy conflictiva por el cambio de valores culturales y expectativas, las restricciones econmicas y el escaso acompaamiento de sus padres que solo tienen primaria completa e incompleta; y en fin, de un nuevo proceso que los arroja a una insercin contradictoria y conflictiva en el mercado, las ciudades que les ofrece nuevos bienes y servicios personales (vehculos, televisores, insumos y herramientas modernas), a los que no es posible acceder, o a los que solo accede un pequeo grupo de profesionales, polticos y comerciantes, produciendo una enorme diferenciacin social desconocida en el pasado reciente.

    Las comunidades perciben y viven estas grandes tensiones, contradicciones y frustraciones que se expresan de diverso modo entre las generaciones: los padres sienten que los hijos ya no quieren ser peones o trabajadores agrcolas porque asocian con esas actividades el discrimen, desean entonces su mayor escolarizacin para que logren una mayor adaptacin a la sociedad mestiza dominante, as ello signifique el abandono de la comunidad, de la agricultura y el cambio de valores y cosmovisiones. Otros resienten pero a la vez consienten la

    1 Por ejemplo, de una investigacin en curso sobre Trabajo Infantil indgena que realic en 26 parroquias que

    pertenecen a los diez cantones de la sierra Centro-Norte con mayor poblacin indgena (Cotacachi, Ibarra y

    Otavalo en la Sierra Norte; y Latacunga, Ambato, Pelileo, Pllaro, Riobamba, Guano y Colta en la Sierra

    Central), 20 de ellas tenan, segn el Censo del 2010, ndices de NBI superiores al 62%, 12 de las cuales

    tenan ndices superiores al 80%, representando los ms altos del pas

  • salida prematura de los adolescentes que ya no encuentran espacio en las estrategias productivas anteriores, para vincularse a un mundo urbano peligroso o a ciertas actividades inciertas de las que no tienen conocimientos, ni control. Por su parte, varios adolescentes y jvenes logran pasar el reto de la profesionalizacin, pero se enfrentan a formas de discrimen ms simulados; otros se frustran en la bsqueda de nuevas posibilidades, acumulan deficiencias, volviendo a los trabajos marginales, sin futuro, pero esta vez en las ciudades.

    Independientemente del destino exitoso o frustrado de estos adolescentes y jvenes, lo cierto es que las brechas culturales entre los adultos y las nuevas generaciones se distancian peligrosamente; en muchos sitios estos procesos se viven con particular violencia, han aparecido pandillas cuyos comportamientos particulares desafan las comprensiones que tenemos de esos fenmenos; en fin, las organizaciones e idearios creados en los 70-90 sobre la comunidad andina que se expres por esos aos, lucen obsoletos frente a las preocupaciones, intereses y situaciones de estas generaciones en conflicto. Los jvenes sienten que el mundo se ha acelerado, que precisan caminar rpido, para encontrar respuestas innovadoras y urgentes, no es una casualidad que precisamente, por ejemplo, un grupo de jvenes de Cotacachi escogieron ese nombre apash Purina para identificar a su grupo que se plantea nuevas respuestas que no encuentra en el ideario de la dirigencia histrica.

    Para analizar este nuevo proceso que estn viviendo las comunidades, hemos realizado una investigacin participativa en tres comunidades indgenas representativas de Cotacachi que involucr a 231 jvenes y adolescentes, cuya metodologa ser explicitada ms adelante.

    Para encuadrar con mayor claridad el problema que nos ocupa, nos parece necesario iniciar con una breve sntesis de los principales cambios vividos por las comunidades indgenas entre 1960 y el 2013, recorriendo tres momentos de este proceso: (i) los cambios derivados por la reforma agraria y la modernizacin del campo entre 1960-90; (ii) los cambios derivados de la presencia indgena como actor nacional y de la Constitucin de 1998; y (iii) los cambios derivados de la Revolucin Ciudadana, todava en marcha.

    II. EL PROBLEMA Y SU CONTEXTO

    Los cambios entre 1960 y 1990

    Con el proceso denominado de industrializacin por substitucin de importaciones en la dcada del 60, pero sobre todo, con la exportacin petrolera iniciada en 1972, el estado se fortaleci, con lo cual la integracin material del pas avanz sustantivamente y se lanz una nueva ofensiva integracionista de la sociedad. El estado modernizador puso en marcha un nuevo programa de escolarizacin de los analfabetos, se generaliz el espaol como lengua dominante, el sistema poltico introdujo reformas integracionistas (cedulacin masiva, voto universal y obligatorio), se eliminaron las formas tradicionales de

  • servidumbre, se disminuy el rgimen concentrado de propiedad de la tierra y se emprendieron polticas de desarrollo rural integral que movilizaron importantes fondos estatales hacia el campo, en pocas palabras, se cumpli lo ms cercanamente posible con los sueos de los intelectuales liberales, bajo el supuesto de que estas acciones homogenizaran a la sociedad, integraran a la nacin, construiran al ciudadano de esta democracia perifrica y en el caso indgena, lo ecuatorianizaran siguiendo los idearios de los indigenistas de los aos 30-40.

    Lo sorprendente de este proceso de modernizacin, no solo fue el grado de integracin que logr, sino la capacidad que tuvieron los subalternos, especialmente los indios, de reprocesar la modernizacin para proponer una integracin diferenciada e incluso proponer un programa de construccin plurinacional diferente. La capacidad india de reprocesar la modernizacin es a nuestro juicio la clave de la construccin del movimiento indgena que se produjo a partir de los 70. La tierra lograda en las luchas por la reforma agraria2, les permiti a los indios reconstruir parte de sus territorios y de sus pueblos y nacionalidades, en cuya base se coloc a las comunidades indgenas3 y no a las asociaciones agrcolas de campesinos o cooperativas como propuso el estado4. En estas nuevas condiciones, los indgenas experimentaron un mayor crecimiento demogrfico significativo que lleg a triplicar las tasas de crecimiento que tuvieron entre 1850 a 19505, hasta igualar prcticamente el crecimiento de los blancomestizos, cuestin que les posibilit mantener una poblacin representativa.

    De otra parte, reivindicaron la educacin como un aspecto clave de su formacin6 para prepararse a una accin ms autnoma de los partidos polticos y de la propia izquierda; protagonizaron una poderosa revitalizacin tnica que les permiti repensar, reconstruir y reinventar una serie de elementos culturales a partir de las poderosas matrices culturales andinas, que cuestionaron al estado uninacional y propusieron la creacin de un estado plurinacional e intercultural; e incluso, muchos se adhirieron a religiones alternativas a la catlica, para desligarse del control de la iglesia tradicional. En el proceso lograron una organizacin nacional indita que unific a la mayor parte de los indios, uni a los de las tierras altas con las bajas y a las comunidades originarias con aquellas

    2 Para 1987, se estimaba que las UPAs con menos de 20 has, accedan al 35,13% de la tierra, a diferencia del

    ao de 1974 en el que accedan solo al 18,6% (Ramn:1993:111) 3 Entre 1960 a 1988, duplicaron el nmero de comunidades inscritas y reconocidas: de 1078 comunas a

    1961; organizaron 82 federaciones de segundo grado, tres federaciones regionales y tres organizaciones nacionales importantes. 4 La ley de Comuna de 1937 fue dirigida a toda agrupacin rural que tuvieran ms de 50 familias. Los indios se apropiaron

    de esta ley para rehacer sus comunidades.. 5 Entre 1850 y 1950, la tasa de crecimiento indgena fue de 0,64% anual, en tanto, entre 1950 y 1990, lleg al

    2%. Aunque las estimaciones del nmero de indgenas siempre ha sido controvertida y no resuelta de manera satisfactoria, su poblacin fue estimada entre el 10 a 14% de la poblacin ecuatoriana hacia 1990 (Ramn:1993:112) 6 Para 1990, se estimaba que el analfabetismo en el pas haba bajado al 12%, aunque en ciertas reas

    rurales, sobre todo indgenas, ste podra an representar el 30%. A pesar de ello, representaba un cambio espectacular, puesto que, hacia 1950, el 80% de los indgenas era analfabeto

  • conformadas por los indios de las exhaciendas, para juntos protagonizar una poderosa revitalizacin tnica que comenz en los 70.

    El proceso apel a las organizaciones socioterritoriales de antigua data (la comunidad andino/amaznica) que concentraba el sentido de pertenencia a un territorio, el principio de autonoma por la vigencia en esos espacios de autoridades propias, un conjunto de relaciones comunitarias internas, la comparticin de trabajos colectivos; celebraciones conjuntas, calendarios y smbolos comunales. Sobre esta base de fuerte raigambre cultural, se construyeron organizaciones modernas, que tenan caractersticas realmente innovadoras: una organizacin piramidal inclusiva de diversos grados y niveles de coalicin; un liderazgo letrado con capacidad de autorepresentarse y de moverse en los dos mundos; nuevas capacidades de gestin y de relacionamiento con aliados y contextos nacionales e internacionales; la capacidad de generar programas, propuestas, presiones y movilizaciones; y la generacin de un discurso tnico, que en determinadas coyunturas busc relaciones multiculturales o tendi puentes con otros discursos (clasista, de gnero, ambientalista, teologa de la liberacin, etc), de los que tena mucha influencia.

    En este proceso, los indios utilizaron el mayor conocimiento de sus propias sociedades y del estado nacional que les proporcion la urbanizacin y la educacin, tambin actuaron en las grietas que abri el fracaso del modelo desarrollista y las alianzas con nuevos sectores. El mbito mundial fue favorable: la revalorizacin de la diversidad, el surgimiento del problema ambiental que revaloriz las formas de manejo tradicionales, la descomposicin de los socialismos reales que permiti la emergencia de nuevos idearios y la implantacin del modelo neoliberal y la globalizacin, que en el terreno cultural, impact profundamente a las identidades tnicas y en el econmico los arroj a las ciudades o los sumi en una mayor pobreza (Alb, 2003). A travs de impresionantes movilizaciones por la defensa de su identidad, de sus recursos, de su inclusin social, en contra de las polticas de ajuste y en medio de un consistente proceso organizativo, se convirtieron en actores activos: la idea de que los indios desapareceran en el mestizaje, qued completamente cuestionada. Entonces se hizo impostergable una nueva gestin de la pluriculturalidad

    Este poderoso proceso se manifest con fuerza en el gran levantamiento de 1990, en la organizacin del brazo poltico Pachakutik con el que pasaron en varios cantones y provincias del mbito comunal al pblico local, y en el papel jugado en la Constitucin de 1998. Sin embargo, estos cambios no estuvieron acompaados de un cambio estructural en el Ecuador, de manera que los cambios se quedaron atrapados en la precarizacin de sus comunidades, en la expulsin de su poblacin y en las dificultades de cambiar de raz al estado uninacional excluyente.

    Los cambios entre 1990 y el 2006

    En el 2006, a propsito de una investigacin que realizamos para evaluar los avances y desafos del movimiento indgena, recogimos a travs de talleres y

  • entrevistas que incluyeron a indgenas y a mestizos7, una serie de apreciaciones sobre los nuevos cambios que hasta ese momento haban experimentado las comunidades. La virtud de estas discusiones, fue que, los cambios producidos fueron planteados como dudas, como procesos inacabados y contradictorios, como avances y continuidades, que demandaban un profundo anlisis de todos, cuestin que qued como parte de una agenda inconclusa.

    Una de las percepciones de consenso de los participantes de los referidos talleres, fue que uno de los cambios ms perceptibles, era la enorme diferenciacin generacional, espacial y clasista que se estaba produciendo de manera acelerada en las comunidades. La diferenciacin generacional aluda a las marcadas brechas entre los mayores de 40 aos y los jvenes: en los niveles de escolarizacin, en el manejo del espaol y del kichwa, en el conocimiento de las ciudades y relaciones hacia afuera. Las distancias espaciales establecan claras diferencias entre las comunidades de la parte baja y del urcu (parte alta) y entre aquellas ms cercanas a las ciudades y las lejanas, en aspectos como los servicios, las estrategias productivas (artesana, agricultura, venta de fuerza de trabajo) y la integracin al mercado. Mientras las diferencias clasistas aludan a las fuertes brechas que se producan entre familias que accedan al riego y aquellas sin riego, entre las que disponan de grandes pramos y aquellas que no los tenan, entre los que podan emprender relaciones activas con los mercados locales e internacionales (como los otavaleos) o aquellos que deban vender solamente su fuerza de trabajo. Cuando estas diferenciaciones se juntaban, las distancias marcaban claramente los destinos de los jvenes o renacientes.

    Junto a ese cambio interno, tambin perciban notables cambios respecto a su relacin con los blancomestizos de los pueblos. De particular importancia, era el paso de un marcado dualismo territorial que exista entre indios (identificados con la zona rural) y blancos (identificados con la zona urbana) a una relacin que se haba tornado algo difusa. Aunque todava haba una notoria identificacin de lo rural con los indios, especialmente de altura, la divisin espacial haba cambiado: muchos indios vivan en zonas urbanas y perifricas, un importante sector de mestizos o de nuevos mestizos haba ocupado zonas de reciente colonizacin y haba diversos espacios compartidos, de manera que las relaciones entre indgenas y mestizos se haban tornado ms cotidianas y fluidas, sobre todo entre las comunidades cercanas a las ciudades.

    Otro cambio considerado importante, era que el estereotipo del indio creado en el siglo XIX, haba entrado en cuestin. Muchos mestizos aceptaban que haba grupos de indgenas escolarizados que haban roto con este estereotipo: sea porque algunos indios podan catalogarse como ricos, otros eran estudiantes de las universidades o se profesionalizaban y otros que, en las percepciones mestizas, se haban higienizado, hablaban espaol, participaban en la poltica, haban cambiado de indumentaria e incluso de modales. De estas percepciones,

    7 Los talleres y entrevistas se llevaron a cabo en agosto de 2006, en la zona de Cotopaxi, en la que

    participaron varios dirigentes del Movimiento Indgena de Cotopaxi, Salasacas, Saraguro y Otavalo; as como, profesores, polticos y activistas culturales mestizos.

  • surga una pregunta inquietante: Se haba roto realmente el estereotipo o los indios (el grupo aceptable) se haba acercado al mundo mestizo?. Al parecer, el estereotipo sobre el indio rural permaneca, pero se haba corrido a la altura, a la selva siempre enigmtica y se haba combinado con pobreza, la baja escolarizacin y el bajo estatus. El estereotipo que haba entrado en cuestin, era el de los indios urbanos, sobre todo de los escolarizados, comerciantes, profesionales y diferenciados. Sin embargo, se preguntaron si esto representaba un avance o un premio a la desindianizacin?. Las respuestas fueron controvertidas: de una parte, se reconoci que la identidad indgena no es esttica, ni se detiene en el antiguo mundo rural; pero de otra, las segregaciones al volverse ms sutiles comenzaban a atomizar al propio mundo indgena.

    Un cambio que se haba producido, sobre todo entre los indgenas migrantes, y en aquellos que generalmente vivan en el sector urbano, inquietaba profundamente a todos los participantes, incluso a los mestizos que tenan una posicin crtica y escptica que valoraba al indio idealizado cercano a su pachamama; mientras los propios indgenas tenan grandes dudas sobre el futuro del proceso. La crtica de los mestizos a esos cambios era formulada desde una supuesta esencia indgena, segn la cual, para ser indio se requera mantener el traje, el consumo y las formas de actuar rurales. Esta crtica podra ser formal, esencialista y externa, pero sin embargo se basaba en las propias dudas indgenas y en las posiciones de diversos pueblos indgenas, como los otavaleos, salasacas, saraguros, y en general las mujeres de todos los pueblos serranos, que haban concentrado su indianidad en la ropa, en el idioma y en el tocado, como elementos de identidad.

    Las dudas de los indgenas urbanos eran a esa altura, muy profundas, fuertemente contagiadas por el escencialismo. Sin embargo, comenzaba a emerger un discurso ms complejo y profundo, que buscaba comprender esta nueva situacin. Muchos no vean a los indios urbanos como necesariamente aculturados, ni irremisiblemente incorporados al mundo mestizo. Las preguntas fueron muy provocativas: qu es ser indio hoy en la zona urbana? vale la pena extender la comuna a la ciudad o inundar con la cultura a todo el mundo urbano? Se est pasando de un discurso de la autosegregacin que tuvo su climax en la propuesta de construir pueblos a la idea de la interculturalidad?.

    La discusin sobre el indgena urbano, plante que era necesario introducir la dimensin de gnero en el anlisis de los cambios. Muchos coincidieron que los hombres soportaban procesos de cambio ms acelerados y discutibles que las mujeres. Pero no solo ello, cuando los cambios tocaban a las mujeres, la crtica era ms acentuada, inclusive desde los propios mestizos. Ello nos adverta que, la construccin del nuevo indio urbano, era un proceso que involucraba a mestizos e indios.

    Otra percepcin importante, sobre todo entre los indgenas, era que, en medio de las relaciones ms fluidas con la poblacin mestiza, se haba identificado una serie de prcticas culturales de convivencia, especialmente en el sector urbano y en los gobiernos locales dirigidos por indgenas, que eran nuevas: bsicamente

  • yo le veo que es en estos territorios urbanos donde realmente se comparte (dirigente MIC).

    Varios indgenas consideraban que la lucha conjunta y los nuevos espacios compartidos en los gobiernos locales, con el acceso de indgenas a los municipios y prefecturas, haba creado relaciones de respeto, que fueron altamente valoradas, sobre todo por los indgenas. Esta nueva categora, el respeto, pareca ser la clave de la relacin de convivencia que reclamaban los indgenas. Ms an, muchos mestizos valoraron el aporte indgena a la administracin pblica, sobre todo, los principios de equidad y el ethos comunitario que haban sido llevados por los indgenas a los procesos de trabajo y direccin al interior de los gobiernos locales, creando un nuevo estilo de relaciones equitativas favorables al trabajo en equipo, cuestin que en la opinin de varias autoridades indgenas, les haba permitido superar las dudas de los funcionarios mestizos, los miedos y fomentar las negociaciones.

    De hecho, el paso del espacio comunitario al mbito pblico, les haba permitido tanto a las autoridades indgenas, como a los funcionarios indgenas incorporados por ellos, ampliar sus miradas. No solo tenan que administrar a indgenas, como lo hacan cuando eran dirigentes comunitarios, sino tambin a campesinos, mestizos pobres de las zonas urbanas, gente de clase media y de los viejos grupos dominantes de las ciudades que en el pasado los miraban con desprecio. Esta mayor interrelacin entre los grupos les haba permitido, segn los participantes indgenas, conocer mejor a los mestizos, incluso a diferenciarlos. Aunque an no se haba superado el genrico mestizos o mishus, comenzaba a percibirse las diferencias de clase y de actitud al interior de los mestizos.

    Sin embargo, junto a los nuevos procesos de convivencia, conocimiento mutuo e interrelacin positiva, tambin aparecieron nuevas intolerancias y conflictos mas o menos graves. Por ejemplo, en marzo del 2006, a propsito de las movilizaciones indgenas contra el Tratado de Libre Comercio con los Estado Unidos, TLC, se produjeron un conjunto de hechos que nos hicieron recordar a la poca colonial: los militares detuvieron en los buses a todas aquellas personas que tenan atuendos, apellidos y pinta de indgenas como sospechosos de subversivos; varias radios y peridicos de mestizos citadinos de Chimborazo y Cotopaxi llamaron abiertamente a contramarchas mestizas para oponerse a los indios utilizando los peores eptetos racistas que se hayan escuchado en medio de comunicacin alguno; las marchas de los mestizos de ciudades como Otavalo, Latacunga y Riobamba, donde existan autoridades indgenas de Municipios o Prefecturas elegidas universalmente, pidieron su destitucin o renuncia, acusndolos de agitar a los indios, pero sobre todo de mal representar a esos organismos. No eran hechos aislados y puntuales, no eran exabruptos de manifestantes enardecidos. Los gestos, las actitudes, los pronunciamientos, los chistes, los calificativos, la violencia expresada y los hechos cotidianos nos mostraron de manera muy clara que, a pesar de que la Constitucin de 1998 reconoca la plurietnicidad del pas y los derechos colectivos de los pueblos indios y afroecuatorianos, y que, en los ltimos cuarenta aos, se ha venido debatiendo

  • de alguna manera el tema del respeto a la diversidad, la inacabada construccin de la nacin, la necesidad de construir un pas plurinacional e intercultural, el camino, era an largo, para decir lo menos.

    Los cambios operados entre el 2006 y el 2013

    En este perodo se elabor y aprob una nueva Constitucin que declar al pas como plurinacional e intercultural. El reconocimiento de la plurinacionalidad y la interculturalidad en la Constitucin del 2008 plante dos dimensiones fundamentales: un avance sustantivo en el reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos indgenas, afroecuatorianos y montubios; y el fomento de la interculturalidad.

    En cuanto a los derechos colectivos de los pueblos indgenas, afroecuatorianos y montubios, la Constitucin reconoci sus territorios cuya propiedad es imprescriptible y exenta de tasas tributarias; el derecho a crear y fusionar circunscripciones territoriales en las jurisdicciones del ordenamiento territorial ecuatoriano (parroquias, cantones y provincias), en las que asumiran las mismas competencias de los gobiernos autnomos descentralizados correspondientes, ms el ejercicio de los derechos colectivos y el sumak kawsay; el derecho a administrar reas protegidas que se encuentren en territorios ancestrales y el compromiso del Estado a no realizar actividades extractivas en territorios de pueblos en aislamiento voluntario.

    De otra parte, la constitucin tambin reconoci la justicia indgena en el marco del respeto a los derechos humanos, como una jurisdiccin especial y a las nacionalidades y pueblos como sujetos de derechos. Estableci el fortalecimiento de la Educacin Intercultural Bilinge, bajo la rectora del Estado; el reconocimiento de la nacionalidad ecuatoriana por nacimiento para las personas que pertenecen a una nacionalidad indgena reconocida en el pas y que nacieron en las zonas de frontera; y la declaracin del castellano, kichwa y el shuar como idiomas oficiales de relacin intercultural y de los dems idiomas como oficiales en las zonas en las que habitan las nacionalidades respectivas. Se trat de avances significativos que eventualmente abriran un amplio espacio de fortalecimiento y visibilizacin de los pueblos indgenas, afros y montubios, especialmente a aquellos organizados en territorios que alcancen el estatuto de circunscripciones territoriales y pertenezcan a un pueblo o nacionalidad. Cabe sin embargo advertir que, el reconocimiento de los derechos colectivos de estos pueblos pudo ser parte de cualquier estado de derechos de corte liberal y no necesariamente era una accin revolucionaria que cambiaba la estructura del estado, ni de la sociedad ecuatoriana, como tampoco se delinearon elementos claros para operativizar tan interesantes avances. Las expectativas quedaron eclipsadas por la construccin real de un estado presidencialista, que tena la facultad de poner o quitar una eventual agenda para el cumplimiento de estos avances escritos en la Constitucin.

  • Por el lado del fomento de la interculturalidad, la Constitucin consagr cuatro ideas centrales: (i) se estableci la posibilidad de crear Circunscripciones Territoriales Pluriculturales; (ii) el fortalecimiento de la interculturalidad en el sistema general de educacin, a travs de la enseanza de los idiomas ancestrales; (iii) la participacin comunitaria y de los diversos pueblos en el ciclo de las polticas pblicas en todas las funciones del estado y en los Gobiernos Autnomos Descentralizados; y (iv) se estableci el Sumak Kawsay o Buen Vivir como el objetivo a alcanzar en el proceso de desarrollo, que sin lugar a dudas constitua el planteamiento ms radical y subversivo porque asuma un paradigma indgena ancestral como propuesta contrahegemnica para lograr la vida plena, la armona total con la naturaleza, los ancestros y el cosmos, superando la idea del desarrollo en cualquiera de sus versiones, para priorizar las relaciones amplias entre los seres humanos, la naturaleza, la vida comunitaria, los ancestros, el pasado y el futuro.

    Sin embargo de la radicalidad expresada en la Constitucin, las prcticas polticas reales producidas entre el 2008 y el 2013, muestran severas limitaciones e incluso la puesta en marcha de una contrareforma: la idea de orientar al pas a la construccin del Sumay Kawsay ha cedido frente a las limitaciones estructurales del actual modelo de modernizacin desarrollista que basa las finanzas del estado en las exportaciones tradicionales y el extractivismo. La transicin prometida en cuatro aos, de un modelo primario exportador hacia un modelo posneoliberal no ha avanzado; todo lo contrario, el modelo es mucho ms dependiente de las exportaciones primarias y las polticas vigentes fomentan este modelo, dependiendo con mayor fuerza de las exportaciones petroleras: el carcter primario exportador del pas es ms acentuado que en el pasado8 y an se busca ampliarlo a la gran minera en zonas altamente vulnerables por su enorme biodiversidad. El cambio real, que la propaganda gubernamental sobrevalora es el cambio sobre la matriz energtica, que se operar en dos aos, mientras el cambios de la matriz productiva no tiene fecha en el calendario, ni muestra avances claros.

    La bsqueda de la equidad e igualdad econmica entre los ecuatorianos, como condicin de un dilogo horizontal no ha avanzado. Sin embargo, los buenos precios del petrleo, el incremento estatal sobre las ganancias extraordinarias de las empresas y un rgimen tributario ms exigente, duplic la inversin estatal en la economa, orient una porcin significativa del presupuesto a la inversin social y disminuy el servicio de la deuda en trminos relativos y absolutos. Ello permiti que crezcan las inversiones en salud, educacin, vialidad y sectores estratgicos (especialmente proyectos hidroelctricos). Empero, como demuestra Decio Machado, el crecimiento econmico del Ecuador no ha significado cambios estructurales en el aparato productivo tradicional Dicha situacin podra definirse como un fracaso en los objetivos trazados en la poltica productiva de un pas dependiente de su renta petrolera y que tiene, establece su Constitucin y el Plan Nacional del Buen Vivir, como objetivo el buen vivir, que es una alternativa al 8 Banco Central del Ecuador, Oficio No. SE-2830-2010 de 29 de octubre de 2010. En GOBIERNO DE LA

    REVOLUCIN CIUDADANA (2010): Programacin Presupuestaria Cuatrianual 2011-2014. Quito.

  • desarrollo y no una simple alternativa de desarrollo (Machado, 2012)9. Lo ms impresionante es que, no slo se mantiene la misma estructura productiva, sino que las polticas permitieron el aumento espectacular de las ganancias de los principales grupos econmicos, produciendo una mayor desigualdad social y territorial en el pas, puesto que esos grupos se concentran en tres ciudades del Ecuador.

    Ello es ms flagrante, puesto que los sectores con mayor poblacin indgena, afroecuatoriana y montubia ubicados en el sector rural no han mejorado su acceso a los medios de produccin: la concentracin de la tierra, del agua, de la comercializacin, del crdito y dems factores de la produccin agropecuaria son tan desiguales, que son parecidos a los que tuvimos en 1954, antes de las reformas agrarias10 y la pobreza rural apenas ha disminuido, incluso menos que en los gobiernos neoliberales.

    Los programas dirigidos al sector rural son dispersos y tienen un desempeo lamentable. En realidad, las polticas de mayor xito gubernamental son aquellas que continan el enfoque neoliberal de subsidios, como el Bono de Desarrollo Humano (BDH), el Bono Productivo o el Bono de Vivienda, cuyos impactos son cuestionables o al menos muy discutibles en trminos econmicos (por las distorsiones que generan), en trminos polticos (por la dependencia y clientelismo que genera de los gobiernos de turno) y sociales (porque atentan contra las iniciativas organizativas de las familias que con esos mismos subsidios podran emprender acciones alternativas).

    Si ello ha sucedido en los temas de redistribucin de los medios de produccin y la promocin de los pobres, en las polticas de construccin del pas plurinacional e intercultural, las cosas son peores. No hay una poltica de dilogo de saberes y fomento de la relacin de interaprendizaje entre los diversos, sino un tratamiento a los indios y afros como minoras nacionales, en medio de un fuerte desprecio a sus organizaciones y dirigencias. El movimiento indgena es percibido por el Gobierno de la revolucin ciudadana como un movimiento corporativo que en lugar de propiciar el desarrollo de una amplia ciudadana, estara separado de sus bases, atrapado en los intereses inmediatos, personales y corporativos de sus dirigencias. No se han creado, hasta hoy en da, los Consejos Nacionales para la Igualdad que deban transversalizar las polticas interculturales en las polticas nacionales, de manera que ni los indios, ni los afros, ni los montubios, tampoco los sectores considerados vulnerables (mujeres, personas con discapacidad, nios, nias, adolescentes y migrantes) participan en la generacin, rectora y control de 9 MACHADO, D. (2012): Las lites econmicas: los verdaderos beneficiarios del Gobierno de Rafael Correa. En www.rebelion.org, 22 de Febrero de 2012. 10 De acuerdo al Censo Agropecuario del 2000, el uno por mil de las UPA (Unidades Productivas Agropecuarias) controla 1.599.794 Ha y el coeficiente de desigualdad es de 0,86, probablemente uno de los ms alarmantes del mundo. De otra parte, el 1% de las UPA controla el 67% del agua; las producciones de

    flores, brcoli, papaya, mango y pia de exportacin estn abastecidas el 100% de agua, las de caa de azcar el 95% y las que producen banano el 79%, mientras que las producciones campesinas que abastecen al mercado interno como el maz duro, slo se abastecen en un 8%, las que producen papa el 26% y arroz 46%.

    http://www.rebelion.org/

  • las polticas gubernamentales que inciden en sus poblaciones: asistimos al centralismo ms crudo en la persona del lder del proceso.

    De otra parte, la construccin del Sumak Kawsay en democracia ha sido completamente abandonada. La creacin del Consejo de Participacin y Control Social result un experimento fallido, puesto que al institucionalizar la participacin, sta fue cooptada por el gobierno, de manera que los dbiles resquicios de participacin se han constreido e incluso, amedrentado, con las amenazas de juicio a los veedores y a quienes busquen participar en las diversas formas de control y rendicin de cuentas reconocidas en la Constitucin. La metida de la mano a justicia, el control monopartidista de la funcin electoral, las grandes restricciones impuestas a la informacin y un desmesurado, cuanto incontrolado, gasto en propaganda electoral, han creado un pas menos participativo, temeroso, menos creyente en sus posibilidades, pero ms entregado a la idea de que un caudillo bueno, abnegado y patriota puede resolver sus problemas.

    En medio de esta problemtica, intentamos explorar las percepciones de los jvenes y adolescentes sobre los principales cambios que han experimentado, examinar cmo se viven estas tensiones, identificar los nuevos roles que desempean en sus comunidades y en la sociedad local, captar los nuevos valores, idearios, referentes y aspiraciones que los mueve, calibrar ciertas iniciativas de adaptacin y resistencia, y las formas cmo estn mirando su futuro.

    III. METODOLOGIA DE LA EXPLORACION

    Para esta investigacin se utiliz una metodologa participativa, basada en la autoreflexin de jvenes y adolescentes originarios de tres comunidades, que sistemticamente recordaron y analizaron casa por casa, sobre los destinos de los jvenes y adolescentes. Es decir, se aplic una metodologa que combina el conocimiento profundo de la comunidad (tipo informante clave), con la reflexin grupal (metodologa participativa), para construir datos cuanti-cualitativos de todo el universo de jvenes y adolescentes de las tres comunidades. Esta metodologa nos pareci ms potente que la encuesta, porque permiti reflexionar a los participantes sobre el destino de los adolescentes y jvenes en medio del proceso de investigacin, aport a su formacin y a las iniciativas de cambio. Esta metodologa supera tambin a otras metodologas participativas rpidas, porque reflexiona de manera sistemtica, casa por casa, sobre todo el universo, generando datos cuantitativos y cualitativos, que permiten diversos procesamientos. Los datos cuantitativos fueron recogidos en una matriz para su procesamiento.

    De manera especfica se realizaron talleres con grupos de jvenes que a travs de preguntas generadoras (indicadores), tomaron como sujetos de anlisis a las comunidades representativas de su zona (sea de la parte alta, media o baja; sea agrcolas, artesanales o de migrantes; o lejanas, intermedias y cercanas a las

  • ciudades, o una combinacin de estas categoras), bien conocidas por los talleristas, para reflexionar sobre el destino de los adolescentes y jvenes, nacidos entre los aos 1990-2000, tomando en cuenta varios indicadores: nivel de escolarizacin alcanzado, actividad econmica a la que se dedican, sitio(s) de residencia, rangos de ingresos mensuales, rol que desempean en la comunidad, formas organizativas que han adoptado, ciertos valores que comparten, ciertos smbolos y representaciones que ostentan o tienen, ciertos referentes y gustos que los unifica, ciertas ideas de futuro o sin futuro que comparten.

    Debido a que fue un ejercicio que tambin entraaba una autoclasificacin y un autoanlisis, se corra el peligro de idealizar la situacin de su propio grupo, o la de desconocer por completo la situacin de aquellos jvenes o adolescentes que viven la mayor parte fuera de su comunidad, para minimizar estos riesgos, se incorpor en la reflexin a adultos para mirar con mayor objetividad la problemtica y provocar algunas reflexiones crticas y autocrticas entre los participantes. Se procur realizar este ejercicio con jvenes y adolescentes de diversos niveles, para escuchar en directo la voz de los diversos.

    Como se advierte, se trat de talleres exigentes, cuya profundidad dependi del nivel de manejo del tema de los grupos de jvenes y adolescentes. Para lograr este propsito, esta investigacin se realiz con el grupo de Cotacachi denominado apash Purina y con el equipo tcnico de COMUNIDEC que trabaja en el tema de erradicacin del trabajo infantil en esa zona por ms de dos aos.

    El grupo apash Purina (Caminando Rpido), est integrado por 20 jvenes y adolescentes, entre edades que van de los 13 a 25 aos). Se trata de un grupo pluricultural (mestizos e indgenas), de los que un buen grupo de ellos, pertenecen a las comunidades seleccionadas: Alambuela, Chilcapamba y Turuco.

    Desde el punto de vista de su escolarizacin, el grupo est integrado por personas que cursan el ciclo bsico, el bachillerato, bachilleres que no asisten a la universidad y otros que asisten a ella. Todos ellos se organizaron, por iniciativa de este proyecto de erradicacin del trabajo infantil para formarse en el manejo de la herramienta ARRULLarte.

    La herramienta ARRULLarte, creada por COMUNIDEC con las organizaciones indgenas y afroecuatorinas, tiene como objetivo fundamental erradicar el trabajo infantil sobre la base de la movilizacin social y organizacin de las comunidades. Para ello, utiliza el arte como su herramienta principal de trabajo (la msica, las danzas, el teatro, los tambores, los coros, la redaccin creativa, entre otros), construida desde las tradiciones y creada para la accin especfica en cada territorio. ARRULLarte combina tres procesos interrelacionados: (i) la sensibilizacin y formacin de los grupos dinamizadores; (ii) la potenciacin de las capacidades de expresin, habilidades y destrezas artsticas y comunicacionales de los participantes, recuperando los valores, tradiciones y elementos culturales de cada localidad; y (iii) la integracin y movilizacin comunitaria, valorando y fortaleciendo los procesos de desarrollo comunitario; recuperando y reforzando la autoestima individual y colectiva, y organizando acciones para modificar las

  • conductas, percepciones, relaciones y funciones para el respeto de los derechos de la niez y adolescencia.

    apash Purina, es por tanto, un grupo formado y calificado, que asumi el anlisis a profundidad de la temtica propuesta, tomando como sujeto de anlisis a sus propias comunidades, a su generacin inmediata, en la que ellos mismos estn incluidos.

    IV. LAS COMUNIDADES Y ADOLESCENTES SELECCIONADOS: algunas caractersticas generales

    Se seleccionaron tres comunidades representativas del conjunto de 42 comunidades indgenas de Cotacachi: Alambuela; Chilcapamba y Turuco. Para ello se combinaron tres criterios reconocidos en la zona como elementos de diferenciacin intercomunitaria: uno, el piso ecolgico en el que se ubican (alto, medio y bajo) que determina las estrategias productivas; dos, el grado de relacin con la ciudad de Cotacachi, medido por la distancia existente entre las comunidades y esta ciudad (lejana, mediana y cercana) que influye decisivamente en los patrones culturales; y tres, el tipo de estrategia productiva dominante (artesanal-agrcola, predominantemente agrcola, o agrcola-migracin, que define el tipo de actividades que realizan los jvenes y adolescentes.

    Bajo estos criterios, la comunidad de Alambuela se ubica en el piso ecolgico de altura, est lejana de la ciudad de Cotacachi, es predominantemente agrcola, se habla con mayor fuerza el kichwa y es representativa de las comunidades de altura. La comunidad de Chilcapamba se ubica en el piso ecolgico intermedio, a mediana distancia de la ciudad y su estrategia productiva es predominantemente artesanal-agrcola. Adicionalmente, y sin que haya sido un criterio de seleccin, muchas de sus familias son evanglicas. La comunidad de Turuco, est situada en el piso ecolgico bajo, muy cercana a la ciudad de Cotacachi, muchos jvenes no hablan fluidamente el kichwa y combina en sus estrategias productivas la agricultura con la migracin. De esta comunidad, ha salido en estos ltimos 30 aos, el mayor nmero de dirigentes indgenas de ese cantn.

    Las comunidades seleccionadas, tambin son diversas en el tamao de su poblacin y de su territorio: Chilcapamba es una comunidad grande, integrada por 155 familias (unas 700 personas); Alambuela es una comunidad pequea, integrada por 48 familias (217 personas) que viven dos pequeos barrios; y Turuco es una comunidad mediana, integrada por 60 familias (271 personas).

    NUMERO DE ADOLESCENTES Y JOVENES QUE PARTICIPARON EN LA INVESTIGACION POR COMUNIDAD Y SEXO

    CARACTERSTICAS COMUNIDAD

    ADOLESCENTES Y JOVENES CONSIDERADOS EN INVESTIGACION

    COMUNIDAD UBICACIN ALTITUDINAL SECTOR

    RELACION CON CIUDAD

    ACTIVIDADES DOMINANTES

    NUMERO FAMILIAS COMUNIDAD

    HOMBRES MUJERES TOTAL PROMEDIO EDAD (Aos)

  • CHILCAPAMBA MEDIA MEDIANA Artesana y agricultura 155 46 69

    115 18,3

    ALAMBUELA ALTA LEJANA Agricultura 48 32 28 60 18,3

    TURUCO BAJA CERCANA Agricultura y migracin 60 27 29

    56 18,14

    TOTAL 263 105 126 231 18,3

    En Chilcapamba se identificaron 115 adolescentes y jvenes, de entre 13 y 25 aos, con un promedio de 18,3 aos. De ellos, 46 (40%) son hombres y 69 (60%) son mujeres, que pertenecen a 66 familias (el 42,58% de las existentes), es decir que, hay 49 familias que no tienen jvenes o adolecentes. Ello es cercano a los porcentajes rurales (porcentaje de familias con jvenes y adolescentes y familias sin ellos), aunque es posible, un pequeo subregistro de hombres. El promedio de jvenes y adolescentes por familia considerado en la investigacin es de 1,74, que se acerca ms al patrn urbano que al rural en ese cantn.

    COMUNIDAD NUMERO FAMILIAS DE A Y J INVESTIGACION

    % DE FAMILIAS CON Adolesc y Jvenes

    PROMEDIO A y J POR FAMILIA INVESTIGACIN

    CHILCAPAMBA 66 42,58 1,74

    ALAMBUELA 20 41,67 3,00

    TURUCO 32 53,33 1,75

    TOTAL 118 44,87 1,96

    Para el anlisis casa por casa, los investigadores confeccionaron un Mapa de la comunidad, en el que se observa la lista de familias con su respectivo nmero, que corresponden a las casitas enumeradas. En el caso que el grupo no record con precisin a los miembros de una familias, se opt por obtener informacin de personas conocedoras o de las propias familias involucradas.

  • En Alambuela se identificaron 60 adolescentes y jvenes, de entre 13 y 25 aos, tambin con un promedio de 18,3 aos. A diferencia de Chilcapamba, 32 (53,33%) son hombres y 28 (46,66%) son mujeres. Estas diferencias considerables entre hombres y mujeres las hemos encontrado tambin en el Censo del 2010 en diversas parroquias indgenas de diversas provincias que hemos analizado, sin que exista una explicacin consistente sobre el tema, podra relacionarse con migraciones selectivas, con una mortalidad diferenciada e incluso con trata o personas desaparecidas, sin que ello haya sido investigado o reportado. El nmero de familias que tienen jvenes y adolescentes es de 20 (41,67%) tambin cercano al promedio rural. Sin embargo, a diferencia de las otras dos comunidades seleccionadas, el promedio de jvenes y adolescentes por familia es de tres, que podra estar relacionado con familias que tienen patrones agrcolas. Veamos el Mapa de Alambuela, confeccionado con la misma metodologa ya descrita y la lista de familias.

  • En Turuco se identificaron 56 adolescentes y jvenes, de entre 13 y 25 aos, con un promedio de 18,14 aos. Es una comunidad bastante equilibrada, 27 son hombres (48,21%) y 29 mujeres (51,78%). Los jvenes y adolescentes pertenecen a 32 familias (el 53,33% de las existentes), con un promedio de 1,75 por familia. El nmero de adolescentes y jvenes por familia en esta comunidad, es superior al promedio local. Vase el Mapa de Turuco con su respectiva lista de familias

  • En su conjunto, en las tres comunidades se identificaron 231 jvenes y adolescentes, 105 hombres (45,45%) y 126 mujeres (54,54%), que representan el 19,44% de la poblacin de las tres comunidades. Su edad promedio es de 18,3 aos.

    V. LOS RESULTADOS DE LA INVESTIGACION

    En esta parte, presentamos los principales resultados bsicamente cuantitativos, organizados en siete grandes temas: (i) los niveles de escolarizacin alcanzados por los jvenes y adolescentes que participaron en la investigacin; (ii) las actividades econmicas que realizan; (iii) lo sitios de residencia habitual, en el caso de vivir fuera, estableciendo el nmero de meses que viven en su comunidad o en alguna vecina; (iv) el estado civil de los jvenes y adolescentes y la posibilidad de ser padres o madres solteros; (v) los rangos de ingresos mensuales del joven o adolescente; (vi) el rol que desempean en la comunidad; y (vii) las organizaciones a las que pertenecen. Tambin realizaremos algunos cruces para establecer algunas causalidades y correlaciones, que nos permitan observar con mayor claridad las tendencias de futuro de estos jvenes y adolescentes que constituyen la nueva comunidad andina de Cotacachi.

  • El nivel de escolarizacin

    De los 231 adolescentes y jvenes considerados en la investigacin, ninguno es analfabeto. Ello es consistente con el Censo 2010, que en las parroquias de Cotacachi, Imantag y Quiroga, a las que pertenecen estas comunidades, encontraron que solo el 1% de los 5.287 NNA (de 10 a 17 aos) no saba leer. Ello contrasta con los datos de analfabetismo que arrojan estas parroquias en el mismo Censo 2010 (el 32,88% para Imantag, el 16,71% para Cotacachi y el 19,28% para Quiroga), cuestin que nos lleva a concluir que estas elevadas cifras corresponden a personas mayores a los 25 aos, de manera que, estaramos frente a un cambio intergeneracional radical que caracteriza a los jvenes de las nuevas comunidades indgenas: todos conocen la letra como dicen en las comunidades.

    Sin embargo, los niveles de escolarizacin alcanzados son diferenciados, incluso entre comunidades: mientras Turuco est pasando de la educacin media a la superior, los de Chilcapamba estn pasando de la escuela al bachillerato y los de Alambuela todava estn muy atados a la primaria. Veamos los datos:

    NIVEL DE ESCOLARIDAD ALCANZADO POR LOS ADOLESCENTES Y JOVENES HASTA EL 2013

    COMUNIDAD NINGUNA

    PRIMARIA

    INCOMPLETA

    PRIMARIA

    COMPLETA

    CICLO

    BASICO BACHILLERATO UNIVERSIDAD POSTGRADO TOTAL

    CHILCAPAMBA 0 1 12 61 28 10 0 112

    ALAMBUELA 0 9 27 16 5 3 0 60

    TURUCO 0 0 2 28 7 19 0 56

    TOTAL 0 10 41 105 40 32 0 228

    % 0 4,39 17,98 46,05 17,54 14,04 0

    Como se observa, aquellos casos (4,39%) que apenas tienen primaria incompleta proceden en su mayora de Alambuela, lo cual relaciona el fenmeno con la lejana de los centros parroquiales, su ubicacin en la altura y su mayor actividad agrcola, que ratifica un patrn de NBI (Necesidades Bsicas Insatisfechas) que castiga a la mayor ruralidad y que empeorar con la desaparicin de las escuelitas comunitarias de zonas alejadas y rurales que propone la actual reforma educativa de la Revolucin Ciudadana. Esta misma distribucin se mantiene en los que tienen primaria completa (el 17,98%) la mayora de ellos de Alambuela y Chilcapamba, respectivamente, sta ltima comunidad, situada a distancia intermedia de los centros poblados. En el caso de Alambuela, el 60% de los jvenes y adolescentes tienen solo primaria completa e incompleta, ello significa una enorme desventaja para su generacin y la siguiente, incluso frente a las otras comunidades.

    Un punto de quiebre en el proceso educativo se produce al terminar la escuela e iniciar el ciclo bsico. Otra vez Alambuela registra este fenmeno: su poblacin escolar disminuye drsticamente de la primaria al ciclo bsico y progresivamente al bachillerato y universidad. Al discrimen en las NBI por su mayor ruralidad, se agrega el discrimen por su mayor pobreza e indianidad (menor dominio del

  • castellano). La inadecuacin del sistema escolar frente a la poblacin que habla predominantemente un idioma nativo, el kichwa en este caso, es realmente escandalosa. Superado el ciclo bsico, el siguiente escollo es el ingreso al bachillerato y el siguiente, el ingreso a la universidad, en un sistema lineal que supone el recorrido por todos estos escollos hasta lograr una profesin.

    Muchos jvenes de Chilcampamba, comienzan a frenarse en sus estudios al llegar al bachillerato. Para muchos, esta es su mxima opcin, pero ello les sirve muy poco para lograr alguna profesionalizacin. De hecho, la mayora de bachilleres que no va a la universidad, incluso aquellos bachilleres en agropecuaria, se dedican a diversas tareas informales. Solo el bachillerato en mecnica tiene utilidad prctica y lo acerca a lo que en la zona perciben como una profesin de mecnicos o ayudantes de mecnica. Turuco se diferencia claramente de las otras comunidades, porque un nmero relativamente alto de jvenes ha logrado llegar a la universidad: los elementos reunidos, nos hacen pensar que a la diferencias anotadas (cercana a los centros poblados, menores NBI y manejo del castellano), se une un mayor patrimonio intelectual de los padres y sobre todo, mayores vinculaciones externas e internas, que les permite captar las oportunidades que se generan para los indgenas, tema que se aclarar ms adelante.

    No existe ningn estudiante de postgrado, a pesar de que la investigacin consider jvenes de hasta 25 aos. Este es un nivel en el que no hay experiencias en la zona, cuestin que podra convertirse en un nuevo discrimen para los que han culminado el pregrado, por el sistema de preferencias que la Revolucin Ciudadana ha otorgado a ese nivel.

    Por sexos, el 60% que tienen primaria incompleta son mujeres. Es decir, hay an rezagos, en Alambuela, del patrn tradicional de que el hombre estudia la primaria y la mujer no necesariamente. Sin embargo, el patrn se invierte al llegar a los adolescentes y jvenes con primaria completa: el 62,5 son mujeres y el 37,5% hombres, cuestin que muestra que, por razones de ingreso al trabajo, ms hombres que mujeres dejan de estudiar una vez que terminan la primaria. Esta misma tendencia se repite en el ciclo bsico, el 54,2% son mujeres y el 45,8% hombres. Esta tendencia se marca definitivamente en el bachillerato, donde el 62,5% son mujeres y consecuentemente en la Universidad (65,62% son mujeres).

    Como ya habamos insinuado, de los 231 analizados, solo 4 tienen algo que la gente percibe como una profesin terminada (dos bachilleres en mecnica y dos artesanos). El 99% restante no tiene una profesin, ni aporta significativamente a sus casas, los padres cargan la pesada tarea de mantenerlos. En sntesis, estamos frente a nuevas comunidades que prcticamente han eliminado el analfabetismo, al menos en el tema de saber leer y escribir; pero se enfrentan a una nueva forma de diferenciacin entre comunidades (por NBI, actividad agrcola, manejo del castellano, patrimonio intelectual de padres y vinculaciones); y entre grupos, por los insuperables escollos de muchos (al culminar la primaria, el ciclo bsico y el bachillerato). En estas condiciones, el futuro de las comunidades de altura resulta bastante problemtico, cuestin que se remarca con las polticas educativas actuales. Los logros de Turuco, crean en el resto de comunidades la

  • idea de que un eventual camino es la escolarizacin progresiva hasta la culminacin del tercer nivel, cuestin harto discutible, no solo por las frustraciones que generar entre los jvenes y adolescentes que no lo logren, sino porque constituye un camino que conduce a la desruralizacin, porque no hay alternativas de formacin y profesionalizacin intermedias. De todas maneras, en las expectativas de todos los jvenes est la idea de la educacin como una opcin preferencial, seriamente cruzada por algunas limitaciones que se vuelven casi insolubles cuando ellas combinan ruralidad, pobreza, escaso dominio del castellano, poco patrimonio intelectual de los padres y NBI.

    Las actividades econmicas que realizan

    El 52,08% de los jvenes y adolescentes identificados son estudiantes (ciclo bsico, el bachillerato o la universidad); el 44,58% realiza alguna actividad econmica o no econmica relacionada con el trabajo y el 3,33% no realiza ningn trabajo, a pesar de que muchos de ellos son bachilleres. Descomponiendo ese 44,58% que realiza alguna actividad relacionada con el trabajo, el 29,58% realiza actividades que las clasificamos como informales, la mayora de las cuales no genera ingresos monetarios; mientras el otro 15% realiza actividades que tienen cierta formalidad, generan ingresos, pero como se ver ms adelante, son muy bajos. En general, hay una marcada diferencia entre los que estudian y los que trabajan, solo un 3.75% de aquellos que estudian tambin trabajan.

    COMUNIDAD NINGUN TRABAJO

    ESTUDIA TRABAJO FORMAL

    TRABAJADOR INFORMAL

    CHILCAPAMBA 4 64 24 23

    ALAMBUELA 4 18 1 37

    TURUCO 0 43 11 11

    TOTAL 8 125 36 71

    % 52,08 15,00 29,58

    El destino de del 52,08% de aquellos que actualmente estudian, ha sido abordado en el acpite anterior: muchos de ellos se quedarn en alguno de los filtros, sea al culminar el ciclo bsico (dcimo de bsico), al culminar el bachillerato y no poder ingresar a la universidad, sin que existan alternativas intermedias. Sin embargo, el sector ms complicado es el integrado por ese 47,92% que realizan trabajos informales y formales de baja remuneracin, y aquellos que no trabajan ni estudian. De los 71 trabajadores informales que se conoce sus actividades, ellas se agrupan del siguiente modo: (i) el 47,5% se dedica a los quehaceres domsticos en sus casas, es decir, estn en la actividad reproductiva, realmente sin trabajo, la gran mayora son mujeres; (ii) en construccin y jornaleo participan el 28,8%, siendo en su totalidad hombres que deben salir casi todo el tiempo fuera de su comunidad; (iii) en actividades de comercio, artesana informal, msica y meseras estn involucrados el 13,8%; (iv) en actividades agropecuarias solo 3,8%,

  • que muestra un agudo abandono del campo y de la actividad agropecuaria que ya no constituye una opcin para los jvenes; (v) en empleo domstico, en su totalidad mujeres, el 1,3% en las casas de mestizos; y (vi) en actividades dudosas o ilcitas un 5%, fenmeno nuevo en las comunidades, que muestra un proceso de descomposicin interno de la comunidad.

    TIPOS DE TABAJO INFORMAL QUE REALIZAN LOS JVENES Y ADOLESCENTES POR COMUNIDAD

    COMUNIDAD Comerciante

    Empleada

    Domstica Mesera Agropecuaria Jornalero Msico Ilcitas Artesanas

    Quehaceres

    Domsticos Construccin

    CHILCAPAMBA 0 0 0 0 0 0 0 6 15 3

    ALAMBUELA 1 1 0 3 10 1 4 2 16 5

    TURUCO 0 0 1 0 4 0 0 0 7 1

    TOTAL 1 1 1 3 14 1 4 8 38 9

    % 1,3 1,3 1,3 3,8 17,5 1,3 5,0 10,0 47,5 11,3

    En este punto, otra vez se revelan las diferencias entre comunidades: en Alambuela y Chilcapamba se ubica el mayor nmero de personas dedicadas a los quehaceres domsticos en su casa, as como el trabajo en jornaleo y la construccin. En Chilcapamba la actividad artesanal ofrece algunas oportunidades a los jvenes, pero ella no es apoyada por ninguna actividad de formacin desde las polticas pblicas.

    En cuanto al 15% que se considera que trabajan, en general no se trata de actividades estables, sino que su clasificacin obedeca ms a que percibieron en este ltimo ao ingresos regulares. En realidad, el aparato productivo formal no ha crecido en la zona rural de Cotacachi, ms all de algunos emprendimientos de flores instalados en la zona. En cualquier caso, un 15% de empleo cuasi formal es extremadamente bajo, razn por la cual, los jvenes tienden a salir de la zona. Como hemos dicho, hay un 3,75% de personas que estudian y trabajan, que lo evalan como un premio, porque en general, los jvenes y adolescentes no aportan a la economa de sus casas. Escuchamos muchos comentarios de adolescentes y jvenes que comienzan a plantearse que estudiar no los lleva necesariamente a conseguir un trabajo, varios de ellos pusieron ejemplos de indgenas y de mestizos que siendo apenas bachilleres son congresistas, empleados pblicos o dirigentes.

    Los sitios de residencia en el ao

    El 19,65% de los jvenes y adolescentes viven fuera de su comunidad permanentemente, es decir, se han descomunalizado completamente. Este es seguramente, el mayor impacto sobre las comunidades producido por el nuevo proceso de modernizacin que vive el Ecuador, que lo diferencia con el impacto producido por la reforma agraria y la modernizacin de los aos 60-70. Tambin en este caso, el proceso es ms grave en Alambuela, en la que el 34% de sus jvenes y adolescentes viven fuera, es decir, ms del tercio de su poblacin joven, relacionando de manera inequvoca migracin definitiva con pobreza.

  • SITIO DE RESIDENCIA DE LOS JVENES Y ADOLESCENTES

    COMUNIDAD

    EN SU COMUNIDAD U OTRA

    FUERA DE LA COMUNIDAD % FUERA

    CHILCAPAMBA 102 13 11, 33

    ALAMBUELA 37 19 33, 9

    TURUCO 45 13 22,4

    TOTAL 184 45 19,65

    Sin embargo, aquellos que residen en la comunidad, no siempre permanecen todo el ao. En Chilcapamba en la que se analiz pormenorizadamente el tema, de 102 jvenes y adolescentes, solo 48 (47%) especialmente mujeres residen los 12 meses en la comunidad; 41,11 residen entre 6 a 9 meses; y otros 12 (11,7%) menos de tres meses: El 65,38% vive en Quito dedicado a la construccin, jornaleo, empleo domstico, comercio y algunos estudiando; en la ciudad de Cotacachi el 11,54% en trabajos formales e informales; en el exterior, (Colombia y Francia) se registraron dos personas dedicadas aparentemente al comercio; y unos pocos han emigrado a Imantag, nueva zona de colonizacin. Es bastante probable que la tendencia sea a aumentar los porcentajes de jvenes y adolescentes que deben abandonar definitivamente sus comunidades, especialmente aquellos que ya residen entre 6 a 9 meses en las ciudades. Segn las percepciones de los comuneros, la migracin de los jvenes es la causa fundamental de la desestructuracin de la comunidad y de los cambios no deseados.

    SITIOS DE RESIDENCIA DE LOS QUE VIVEN FUERA EN CHILCAPAMBA Y TURUCO

    QUITO 17 65,38 FRANCIA 1 3,85 COLOMBIA 1 3,85 COTACACHI 3 11,54 OTAVALO 1 3,85 GUAYAQUIL 1 3,85 INTAG 2 7,69

    26

    La situacin conyugal y nmero de hijos

    El 80,87% es soltero, es decir no hay una tendencia al matrimonio temprano, aunque el promedio de edad es de 18,3 aos. Aunque no tenemos un dato comparativo anterior, la percepcin que tienen los comuneros es que los jvenes de ahora se casan ms tardamente, porque muchos de ellos estn estudiando, otros porque residen fuera en condiciones muy precarias para mantener una familia y en general, como una estrategia de adaptacin a los cambios impuestos

  • por la migracin constante que exigen su movilidad territorial. El mayor nmero de jvenes casados se registra en Chilcapamba, cuestin que podra relacionarse con las actividades artesanales que all se realizan, que ofrecen a algunos jvenes la oportunidad de quedarse en la comunidad y de hacer del matrimonio una estrategia para sostener o incluso ampliar esas actividades.

    El porcentaje de casados es del 9,57% que sumados a lo de unin libre 4,35% suman 13,91%. La unin libre solo es importante en Alambuela y puede estar relacionada con la vieja figura del sirviakuy, que es parte de una costumbre ancestral en la que se probaba la conveniencia y viabilidad de una pareja. No se encontr a ningn divorciado, de manera que esa figura es muy limitada o no existe. El lazo matrimonial como hecho irreversible es un rasgo colonial y probablemente de los seoros tnicos (pero solo de indios del comn) que se mantiene con fuerza

    Un 5,22% son madres o padres solteros, algo mayor al promedio nacional, pero tampoco demasiado alto, lo cual revela cierto control sobre las posibilidades de embarazo. En el caso de Chilcapamba, es bastante probable que su militancia religiosa (evanglicos) haya bajado en el nmero de madres o padres solteros, mientras en Alambuela y Turuco, su mayor nmero podra relacionarse con los cambios provocados por los procesos migratorios y su residencia en la zona urbana.

    ESTADO CIVIL DE LOS JOVENES Y ADOLESCENTES

    COMUNIDAD SOLTERO

    MADRE O PADRE SOLTERO CASADO DIVORCIADO UNION LIBRE

    CHILCAPAMBA 96 2 16 0 0

    ALAMBUELA 43 5 3 0 9

    TURUCO 47 5 3 0 1

    TOTAL 186 12 22 0 10

    % 80,87 5,22 9,57 0,00 4,35

    El nmero promedio de hijos de los 34 casos registrados (casados o padres solteros) es de 1,74. Aunque se trata de parejas jvenes que an pueden tener ms hijos y de hombres o mujeres jvenes solteros que han tenido hijos y que pueden an tener otros, se nota una clara diferencia entre los patrones de Chilcapamba y Turuco vs el de Alambuela. En esta ltima comunidad el promedio de hijos es alto, el doble de las otras dos comunidades. Ello puede relacionarse con la actividad productiva (la agricultura), la educacin (menor educacin formal) y factores religiosos (caso de Chilcapamba). En todo caso, en el horizonte de los jvenes, la tendencia es hacia la disminucin del nmero de hijos, que es parte del proceso general de cambio de la familia y de los ndices de natalidad en el Ecuador.

    NUMERO DE HIJOS DE LOS CASADOS Y MADRES/PADRES

  • SOLTEROS

    COMUNIDAD CASOS HIJOS

    CHILCAPAMBA 24 18 1,33

    ALAMBUELA 22 8 2,75

    TURUCO 13 8 1,62

    TOTAL 59 34 1,74

    Los rangos de ingresos mensuales

    El 82,8% de los jvenes y adolescentes no genera ingresos, sea porque estn estudiando, como porque realizan actividades informales de carcter reproductivo que no genera dinero lquido. Por esta razn, es sobrevalorada por los padres la posibilidad de que los hijos logren algn trabajo o algn ingreso, apoyndolos incluso en actividades consideradas de trata, de hecho, en el transcurso en que se hizo esta investigacin, se denunciaron nueve casos de trata que fueron reportados al DINAPEN. El Bono de Desarrollo Humano, BDH, que ofrece dinero lquido es altamente apreciado, precisamente porque les inyecta alguna liquidez a la familia.

    Del 17,2% que genera ingresos, la mayora de ellos se ubica en el rango de los 200 y 300 dlares, es decir por debajo del mnimo vital, que de otra parte, confirma que no se trata de trabajos formales. Solo el 3,1% de los jvenes tiene ingreso entre 300 y 380 dlares, que se ubican en lo que generara un trabajo formal.

    A diferencia de los indicadores antes analizados, en la comunidad de Alambuela se ubica el mayor nmero de jvenes y adolescentes que generan ingresos, y que incluso se ubican en los rangos ms altos de ingresos de la tabla confeccionada. Recurdese que justamente, en esta comunidad, estn los niveles ms bajos de educacin formal, cuestin que apoya el cambio que comienza a aparecer en la reflexin de los jvenes sobre la utilidad de estudiar. Sin embargo, se trata de una mirada cortoplacista, porque, si bien generan ingresos, pronto llegan a un techo relativamente bajo del cual no pueden pasar, a diferencia de aquellos que apuestan a una profesionalizacin y que han creado importantes vinculaciones hacia fuera, como los de Turuco.

    NIVELES DE INGRESO DE LOS ADOLESCENTES Y JOVENES DE COTACACHI

    COMUNIDAD NINGUNO 60-80 100-150 200-250 251-300 301-380 TOTAL

    CHILCAPAMBA 97 0 0 6 8 0 111

    ALAMBUELA 43 0 1 4 5 7 60

    TURUCO 48 2 5 1 0 0 56

    TOTAL 188 2 6 11 13 7 227

    82,8 0,9 2,6 4,8 5,7 3,1

  • Formas organizativas y capital social

    El 39,63% no pertenece a ninguna organizacin deportiva, religiosa, social o cultural, ni siquiera una pandilla, ni participan en la comunidad. Este es un cambio significativo, porque en el pasado reciente todos los adolescentes y jvenes eran socializados en las actividades comunitarias. Este porcentaje de casi el 40%, es el claro resultado de los procesos migratorios que los han extraado de sus comunidades de origen.

    Del 60,37% que si pertenecen a alguna organizacin, la mayora lo hace en el futbol, siendo importante la organizacin en grupos evanglicos en Chilcapamba y en grupos sociopolticos, de gnero y culturales impulsados por la UNORCAC, las ONGs y las asociaciones de mujeres. La pertenencia a una pandilla tambin fue identificada, pero ella es tpica de ciertas comunidades que no estn en la muestra analizada y no de todas, porque tiene un carcter claramente territorial.

    CAPITAL SOCIAL DE LOS JOVENES Y ADOLESCENTES DE COTACACHI MEDIDO POR EL NUMERO DE ORGANIZACIONES A LAS QUE

    PERTENECEN

    COMUNIDAD

    Ninguno

    Grupo

    Jvenes

    Grupos

    culturales

    Club

    futbol

    Consejo

    Consultivo

    NNA

    Grupo

    catlico

    Grupo

    Mormnico

    Grupo

    evanglico AAE

    UNORCAC

    (jvenes)

    apash

    Purina Pandilla

    Asociacin

    mujeres

    CHILCAPAMBA 24 0 0 13 0 0 10 20 8 1 2 1 0

    ALAMBUELA 34 0 0 18 0 0 0 0 0 0 3 0 5

    TURUCO 17 23 6 30 5 0 0 0 0 6 7 0 0

    TOTAL 88 23 6 67 5 2 10 20 8 7 12 1 6

    La existencia de formas organizativas modernas al interior de las comunidades es un tema que ha sido bastante discutido por las dirigencias indgenas en el pas. Muchos consideran que ha contribuido al deterioro de la autoridad comunitaria, porque estas nuevas organizaciones tienen sus propias lgicas y no necesariamente coordinan con las autoridades comunales. En algunos casos, como una forma de adaptacin a estas nuevas realidades, se ha buscado que las comunidades incorporen a estas nuevas organizaciones bajo la figura de vocalas, sin que se haya logrado realmente integrarlas.

    La presente investigacin se aparta de estas interpretaciones negativas, y mas bien valora su existencia, nmero y capacidad de convocatoria, pero advierte que ellas pueden jugar un papel positivo, en la medida en que abran vinculaciones hacia fuera que beneficien a la comunidad, y que hacia adentro creen espacios de creatividad y de canalizacin de iniciativas que incidan en el desarrollo comunitario, caso contrario, su papel es modesto o insignificante. El caso ms sorprendente, es el de la comunidad de Turuco. En esta comunidad, hay un mayor nmero de jvenes organizados con relacin a total de casos existentes. Hemos calculado un ndice de capital Social dividiendo el nmero de jvenes

  • organizados (varios de ellos pertenecen a ms de una organizacin) por el nmero de casos considerados, lo cual nos muestra que Turuco tiene un ndice de 0,82, ms alto que el de Chilcapamba (0,70) y casi el doble que el de Alambuela.

    Lo interesante de Turuco es que, no se trata de organizaciones de carcter deportivo o religioso que generalmente se quedan en actividades recreativas o devocionales, sino que, se trata de organizaciones que buscan la promocin de los jvenes a travs del arte y la cultura, de la formacin poltica, de la defensa del ambiente, del empoderamiento generacional o de gnero; y que adicionalmente, establecen relaciones hacia fuera, que les permite acceder a becas, oportunidades de proyectos e incluso a la promocin poltica. Hemos observado que, los jvenes y adolescentes de otras comunidades, valoran y ponderan el ejemplo de Turuco, aunque no lo imitan de manera consistente y premeditada. Con frecuencia hemos escuchado solo les dan a los de Turuco: la idea de construir un capital social (organizaciones, vinculaciones, redes, iniciativas, formas democrticas, etc), es un tema que an no se discute de manera sistemtica. En el caso de Turuco, muchos de sus jvenes estudian auspiciados desde fuera, cuestin que tendra an espacio de desarrollarse.

    COMUNIDAD TOTAL CASOS

    JOVENES ORGANIZADOS

    INDICE CAPITAL SOCIAL

    CHILCAPAMBA 79 55 0,70

    ALAMBUELA 60 26 0,43

    TURUCO 94 77 0,82

    TOTAL 255 167 0,65

    El rol que desempean en la comunidad

    A pesar del esfuerzo de muchos jvenes y adolescentes por crear algn tipo de organizacin para canalizar su participacin, los cabildos tradicionales no estn a tono con este esfuerzo, lucen obsoletos y poco receptivos. En las dirigencias comunitarias, el 98,27% de los jvenes y adolescentes considerados nunca han participado. Las raras excepciones en las que acceden a las directivas comunitarias se relacionan con jvenes que lideran temas referidos al ambiente, la cultura o que siendo estudiantes (estudiados) son ubicados en las secretaras de la organizacin comunitaria.

    PAPEL EN LA DIRIGENCIA DE LA COMUNIDAD DE LOS JOVENES Y ADOLESCENTES

    COMUNIDAD Ninguno Catequista

    PARTE DEL CNNA Dirigente

    CHILCAPAMBA 114 0 0 1

    ALAMBUELA 60 0 0 0

    TURUCO 53 0 3 0

    TOTAL 227 0 3 1

  • 98,27 0,00 1,30 0,43

    Tampoco los jvenes muestran gran inters por la organizacin comunitaria, que la perciben como muy ligada a los servicios, los trmites y las negociaciones polticas locales. En realidad se precisa una modernizacin de la comunidad tradicional, para captar las nuevas dinmicas y ofrece espacios a la juventud.

    VI. VALORES, SIMBOLOS, REPRESENTACIONES Y PROBLEMAS PERSONALES

    En esta seccin presentaremos los resultados de apreciaciones cualitativas sobre temas considerados significativos para captar los cambios producidos entre los jvenes y adolescentes: (i) sobre ciertos valores visibles en las relaciones de los jvenes y adolescentes con sus parejas y padres, los grados de respeto a las mujeres, ancianos, a las personas con discapacidad y a la naturaleza; el grado de solidaridad, colaboracin y participacin en la comunidad; (ii) los nuevos elementos de identidad personal que exhiben los jvenes y adolescentes; (iii) algunas dificultades de orden personal o familiar que preocupan a los jvenes y adolescentes; y (iv) las visiones de futuro de si mismos.

    Debido a que no se hizo una encuesta directa sobre sus opiniones, el equipo de trabajo examin con prolijidad los comportamientos de los jvenes y adolescentes, derivando de ese examen una calificacin. De hecho, se trata de una aproximacin que no pretende tener un alcance estadstico, pero que, con las subjetividades que ella incorpora, refleja los sentires de los jvenes y adolescentes en las comunidades, que nos advierten sobre esta nueva generacin de indgenas que hacen la nueva comunidad. Los parmetros de cada indicadores para establecer el grado que califica la situacin, fueron elaborados por el grupo, por tanto ello refleja, la autopercepcin, mas que valores externos que a menudo han sobredimensionado ciertos problemas que al interno se perciben como manejables.

    Los valores y la situacin actual

    El equipo de reflexin e investigacin, lleg a la conclusin que la mayora de hogares de las tres comunidades no presenta situaciones de violencia intrafamiliar descontrolados, no son visibles problemas derivados del alcohol, problemas derivados de las relaciones con madrastras o padrastros, aunque se han observado algunas peleas intradomsticas que han trascendido al vecindario. Ello no descarta la posibilidad de que exista violencia intradomstica, pero al menos ella no es visible y no constituye un problema planteado a la comunidad, reducindose a casos especficos. Tampoco los adolescentes y jvenes han reportado sentirse mal por esta causa, expresando mas bien sentimientos de respeto y admiracin por sus padres.

  • Sin embargo, se siente, sin ser demasiado alto, un mayor grado de conflictividad en Alambuela, a pesar de su mayor tradicionalidad, en el que probablemente concurren formas patriarcales tradicionales, con procesos nuevos de pobreza y migracin. El bajo grado de violencia intradomstica se extiende al bajo grado de violencia comunitaria. Empero, el grupo seal que este tipo de violencia es visible en comunidades que tienen pandillas y en los rituales del Inti Raymi, pero ellos son momentos especficos no generalizables a la cotidianidad, aunque varias veces, ellos han sido sensacionalizados por algunos medios de difusin

    El respeto que los jvenes y adolescentes tienen por las mujeres, ancianos, y personas con discapacidad, fue calificado entre mediano y alto. Estas normas de conducta de los adolescentes y jvenes con relacin a los ancianos, mujeres adultas y personas con discapacidad es un rasgo de la cultura andina que no ha desaparecido a pesar de los cambios: se mantiene el saludo, ciertas preferencias, el respeto a su palabra y a su situacin, se mantiene cierta previsin social con wacchas y viudas. No se advirtieron amenazas de corto plazo sobre estas actitudes y comportamientos.

    En cambio, fueron ms crticos con relacin al respeto de los jvenes y adolescentes por la naturaleza, calificndola entre media y baja, especialmente por el manejo inadecuado de la basura inorgnica que ha ingresado a las comunidades y la escasa proteccin y fomento por la cubierta vegetal. En todos los casos, los mayores grados de respeto de los jvenes y adolescentes se identificaron en Turuco, que podra estar relacionado con el fuerte impulso que los mayores les dan a los hijos para educarlos, con el papel de los adultos en la dirigencia de la UNORCAC y con el activismo en torno a los temas ambientales.

    Las percepciones en torno a la solidaridad y colaboracin de los adolescentes y jvenes con su comunidad, se distribuy en los tres grados. Se consider que est penetrando con fuerza el individualismo y la falta de inters y colaboracin de los jvenes frente a la comunidad, aunque tambin distinguieron a un nmero parecido de jvenes y adolescentes que estn muy preocupados por apoyar y colaborar. Este aspecto, no tiene una correlacin con el grado de tradicionalidad de la comunidad, sino con el grado de capital social, de hecho, en Turuco se reconoci una mayor colaboracin y solidaridad que en Alambuela.

    SITUACION Y VALORES DE LOS JOVENES Y ADOLESCENTES

    CHILCAPAMBA ALAMBUELA TURUCO TOTAL % SITUACION

    VIOLENCIA

    INTRAFAMILIAR

    No tiene ningn problema sus padres, el adolescente

    estn bien 69 53 53 175 82,16 BAJA

    Sus padres de vez en cuando se pelean 6 7 2 15 7,04 BAJA

    Sus padres son alcohlicos, vive con su madrastra o padrastro 0 0 0 0 0,00 BAJA

    GRADO DE

    RESPETO A LAS

    MUJERES

    No valoran a sus actividades diarias que desempean como mujer, son dominantes. 0 1 0 1 0,47 BAJA

    Algunos de ellos consideran y valoran sus esfuerzos

    como mujer. 75 54 14 143 67,14 MEDIANA

    Existe un respeto mutuo entre los dos 0 5 40 45 21,13 ALTA

    GRADO DE SOLIDARIDAD

    Son individualistas, no ayudan en nada en la comunidad. 0 47 5 52 24,41 BAJA

  • Intentan apoyar a las personas que necesitan de su

    ayuda, sean casos de fallecimiento, o situaciones

    personales o comunitarias. 73 12 11 96 45,07 MEDIANA

    Ayudan, se preocupan dan iniciativas de apoyo. 2 1 40 43 20,19 ALTA

    GRADO DE

    COLABORACIN

    No les gusta participar peor colaborar en la comunidad. 0 49 3 52 24,41 BAJA

    Algo colaboran o participan en eventos sociales y

    actividades de la comunidad. 74 11 24 109 51,17 MEDIANA

    Colaboran se incluyen a las actividades de la comunidad. 1 0 29 30 14,08 ALTA

    GRADO DE RESPETO A LOS

    ANCIANOS

    Se burlan, no les importa nada, es como si fueran unos

    seres secundarios sin importar nada. 0 2 0 2 0,94 BAJA

    Por lo menos se preocupan y les respetan. 74 54 11 139 65,26 MEDIANA

    Valoran sus derechos como personas de esa edad y

    valoran las sabiduras y conocimientos ancestrales de los mayores. 1 4 45 50 23,47 ALTA

    GRADO DE RESPETO A LA

    NATURALEZA

    Talan los pocos bosques que quedan en la comunidad,

    no cuidan el agua, bota la basura en donde sea y no

    tiene rboles en su casa 0 46 4 50 23,47 BAJA

    Tienen un huerto con rboles como cortinas rompe

    vientos, 75 11 19 105 49,30 MEDIANA

    Tienen rboles en sus huertos y ayudan a concientizar

    a la comunidad, cuida y protege los ojos de agua y valoran las sabiduras y conocimientos ancestrales de

    nuestros mayores. 0 3 33 36 16,90 ALTA

    GRADO DE RESPETO A LA

    PERSONAS CON

    DISCAPACIDAD

    No se los respeta, se burlan de ellos 0 0 0 0 0,00 BAJA

    Se lo ve como alguien igual, se mantiene el respeto a

    esa persona 74 57 9 140 65,73 MEDIANA

    Respeto alto porque se considera wakcha, y se busca

    ayudarlos 1 3 47 51 23,94 ALTA

    VIOLENCIA

    COMUNITARIA

    No ha generado problemas internos en la comunidad

    75 59 55 189 89,57 BAJA

    Ha generado algn problema, pero ha sido controlada 0 1 0 1 0,47 MEDIANA

    Es conflictivo/a y difcil de controlar 0 0 0 0 0,00 ALTA

    Identidad y representaciones de cada grupo

    La discusin en torno a los cambios en la identidad de los jvenes y adolescentes indgenas, puede ser fcilmente distorsionada por posiciones conservadoras que aoran el mantenimiento de un indio pretrito e inmutable (una especie de preciosa esencia andina que no cambia), como tambin por la valorizacin de algunos aspectos, como la educacin, la higienizacin y otras, que en realidad premian la desindianizacin y el acercamiento a los patrones urbano-occidentales. Ambas posiciones se han visto, sobre todo entre los mestizos, que se molestan por ciertos cambios operados entre los jvenes indgenas o por la sobrevaloracin de los otavaleos urbanos.

    Para tratar de evitar estas valoraciones ideolgicas, nos pareci ms importante describir algunas situaciones muy visibles, cuyo final, an no es del todo visible, porque como se ha visto, en el tema de la identidad, despus de prolongadas

  • situaciones de cambio y de aparente desestructuracin, reaparecen situaciones de etnognesis sorprendentes

    El proceso de abandono del kichwa como lengua de comunicacin, se relaciona especialmente con los migrantes, y puede relacionarse con el abandono del traje y el tocado tradicional. De hecho, el equipo de trabajo identific tres momentos, que en algunos casos se suceden en cadena: el joven o adolescente deja de hablar el kichwa (se identific que un 25,47% no lo hablan nunca), no lleva el traje tnico (17,45%) y por fin se corta el pelo y se pone traje claramente mestizo (7,32%).

    Sin embargo, no siempre esta secuencia es lineal, pero si se advierte que el nmero de jvenes y adolescentes que no habla el kichwa y cambia de traje, est creciendo significativamente, aunque en la mayora de casos mantienen la trenza (en el caso de los hombres) y elementos de su vestimenta. Sin embargo, el fenmeno es ms complejo porque muchos de los jvenes, al mismo tiempo que dejan el kichwa y el traje tnico, adoptan elementos contestatarios, irreverentes de otras culturas, para marcar alguna diferencia frente al mundo mestizo: arete, traje de rapero, rastas, conservando la trenza en el caso de los hombres.

    Por su parte, el ftbol ha entrado de manera avasalladora en las actividades recreativas, organizativas e identitarias de los jvenes, sin que en ello haya una particular diferencia con los mestizos. Es un claro elemento de adaptacin, que incluso ha incorporado a las mujeres. En Cotacachi, los campeonatos de futbol gozan de alta popularidad entre los jvenes y adolescentes hombres y mujeres, observndose en los nombres que adoptan, una clara distincin entre aquellos que revalorizan el kichwa y sus smbolos, y otros que adoptan los nombres de los equipos nacionales o internacionales.

    Los equipos tienen a representar a una comunidad o a un grupo organizado, de manera que se convierten en un elemento de identidad. Para equiparlos adecuadamente, los jvenes despliegan un conjunto de acciones (rifas, donaciones, presentaciones, etc) que estimula sus iniciativas. Se ha observado en los ltimos aos que algunas jvenes y adolescentes, sobre todo de los colegios, comienzan a practicar bsket, pero an es una prctica marginal y mucho ms otras actividades como el atletismo. Hay un nmero considerable de jvenes que no hacen ningn deporte (11,76%), se trata de aquellos que no asisten a un plantel educativo, es decir, las actividades deportivas se relacionan con los nuevos comportamientos derivados de la escolaridad.

    En cuanto a la msica, la mayora prefiere para escuchar aquella denominada andina, floklrica, nacional, latinoamericana, intyraimi o san juan; mientras que para bailar se prefiere la msica del intyraimi, puesta en vigencia por los grupos otavaleos que gozan de gran prestigio en la zona. Entre los estudiantes, ha penetrado mucho la msica centroamericana (reggae, reggaeton, pop, bachatas) tanto para escuchar, como para bailar, es un resultado convergente de la escolarizacin, la migracin y la intensa vida urbana de los estudiantes. Sin embargo, hay unos cuntos jvenes evanglicos (todos en Chilcapamba) que combinan el gusto por la msica evanglica con la danza andina). El gusto por la

  • msica romntica o por el rock es muy marginal. En Turuco, donde hay una juventud con mayor formacin, hay unos pocos que les gusta la msica y las danzas muy ancestrales de Cotacachi (bagos) o la clsica, de hecho algunos estudian este tipo de msica.

    NUEVOS ELEMENTOS DE LA IDENTIDAD O DEL CAMBIO CULTURAL

    CHILCAPAMBA ALAMBUELA TURUCO

    TOTAL %

    LLEVA TRAJE ETNICO

    SIEMPRE 5 1 13 19 8,96

    MEDIANO 52 53 33 138 65,09

    NUNCA 18 6 10 34 16,04

    LLEVA UN

    SMBOLO PARTICULAR

    NINGUNO 76 43 25 144 70,24

    ARETE, RAPERO, RASTAS 0 20 4 24 11,71

    TRAJE MESTIZO, PELO CORTO 9 0 6 15 7,32

    HABLA KICHWA

    MUY BIEN 3 52 3 58 27,36

    MEDIANO 55 6 26 87 41,04

    NUNCA 17 2 27 46 21,70

    PRACTICA

    DEPORTES

    NINGUNO 11 0 1 12 5,88

    FUTBOL/VOLEY 63 54 43 160 78,43

    BASQUET 0 0 8 8 3,92

    ATLETISMO 1 0 0 1 0,49

    MUSICA PREFERIDA

    ANDINA (folklore, intiraymi, orquestas) 29 56 22 107 52,45

    ROMANTICA (baladas, boleros, pasillos) 4 0 4 8 3,92

    CARIBEA (Reggae, reggaetn, pop, bachatas 31 2 29 62 30,39

    EVANGELICA 10 0 0 10 4,90

    ELECTRONICA, ROCK 1 2 1 4 1,96

    MUSICA DE

    BAILE

    PREFERIDA

    ANDINA (folklore, intiraymi, nacional,

    orquestas) 46 54 31 131 68,23

    ROMANTICA 0 0 0 0 0,00

    CARIBEA (Reggae, reggaetn, pop, bachatas, 20 3 20 43 22,40

    ROCK 0 2 0 2 1,04

    NO LE GUSTA 0 0 0 0 0,00

    Las dificultades personales

    Los accidentes de trabajo y otros reportados como mala salud constituyen el 3,33%, siendo particularmente importantes en Turuco donde llegan al 9,43%, que es un porcentaje alto y muy preocupante. Turuco por su cercana con la ciudad est expuesta, desde hace algn tiempo a una mayor prdida de la cultura alimentaria y por su mayor insercin al mercado laboral como migrantes a los riesgos del trabajo

  • El dato ms preocupante es la presencia de familias incompletas, provocada, sea por abandono del marido (16,84%) o por muerte de uno de los cnyuges (5,10%). Juntos hacen un 22% de los casos, cuestin que puede explicar la temprana insercin de que jvenes al trabajo formal o informal. El abandono de los maridos en un elemento nuevo en las comunidades indgenas, y puede ser el dato ms claro de la enorme crisis por la que atraviesan las comunidades, cuestin que se evidencia en el alto nmero de casos en Alambuela. La mortalidad temprana de hombres y mujeres adultos es un hecho que se arrastra desde la poca colonial y que no ha sido superado. Se estim que el consumo de alcohol mas o menos frecuente afecta a un 4,02% de adolescentes y jvenes, que acostumbran a beber cerveza los das sbados o domingos. En Alambuela se concentra el mayor nmero de jvenes que tendran este problema. El problema de desaparecidos o en conflicto grave apareci como poco importante (0,47%) en las comunidades elegidas, sin embargo, como se ha dicho, en otras comunidades constituye un problema importante.

    LAS DIFICULTADES DE JVENES Y ADOLESCENTES

    CHILCAPAMBA ALAMBUELA TURUCO TOTAL

    PORCENTAJE

    ACCIDENTES SI 2 0 5 7 3,33

    NO 73 60 48 181

    UN HIJO NO RECONOCIDO/ O DE

    SOLTERO/A

    SI 5 3 5 13 6,40

    NO 68 57 43 168

    FAMLIA INCOMPLETA Muerte o

    abandono)

    Familia completa 68 23 40 131 66,84

    Muerte de padre

    o madre 3 5 2 10 5,10

    Abandono 4 17 12 33 16,84

    PROBLEMA (desapareci, conflicto grave, no querida, etc)

    SI 1 0 0 1 0,47

    NO 74 60 54 188 95,92

    VICIO (alcoholismo, drogas) NO 73 43 53 169 84,92

    Alcohol 2 5 1 8 4,02

    FINAL: las ideas de futuro

    Para finalizar esta reflexin, el equipo indag sobre las ideas de futuro que tienen los adolescentes y jvenes para s mismos, las indefiniciones o incluso su ausencia, puesto que, partamos de la hiptesis de que, la expectativa por la profesionalizacin es sin lugar a dudas, el elemento central que mueve a buena parte de la poblacin, a otra parte la mueve la bsqueda de trabajo inmediato para la sobrevivencia, sin embargo, la mayora de ellos estn cruzados por una alta frustracin por no culminar sus estudios, por no poder montar una iniciativa, por no encontrar trabajo formal o informal que les genere ingresos, de manera que, su situacin se mueve entre la expectativa y la frustracin, en un contexto de profundos cambios de sus comunidades.

  • Un 45,33% defini con claridad que quiere ser profesional, es decir graduarse en alguna rama universitaria, opcin a la que apuestan ellos y sus padres. Sin embargo, como hemos visto, un importante grupo se frustrar en ese intento, sea por razones econmicas, por deficiente formacin o escaso acompaamiento acadmico en sus familias. El aparato escolar, concebido de manera lineal no les ofrece alternativas, de otra parte, los ejemplos de personas que han llegado a bachilleres o incluso a carreras universitarias que al culminarlas no encuentran trabajo, comienza a revaluar la insercin al trabajo como una opcin de corto plazo, que los arrojar al trabajo informal mal remunerado.

    Un 37,38% no sabe o no ha definido su futuro, en tanto otros lo expresan vagamente en las formas de seguir en los estudios (3,27%) o salir adelante, un 2,8%. Este 41% que no explicita su futuro con claridad, muestra de otra manera esa misma frustracin y expectativa. Un 8,41% quisieran tener un negocio (contratista, constructor, pintor, comerciante, etc) que resulta bajo y tambin expresa un bajo nivel de iniciativas. Para una familia cuya actividad reciente ha sido la agricultura y que no tiene recursos de inversin, resulta ms cercano apostar a la educacin como una posibilidad de movilidad social, que emprender otro tipo de iniciativas, de las que poco se conoce. El aparato escolar no les aporta ninguna destreza especfica, con la excepcin de la mecnica. Tampoco las empresas privadas, ni las actividades de las ONGs y organizaciones sociales, apunta a este tipo de objetivo.

    A un 0,93% le gustara ser lder y aportar al desarrollo de sus comunidades. Sin embargo, a un porcentaje similar no le importa el futuro, estn atravesados por un enorme desnimo. Ms flagrante an resulta que ninguno se plantea desarrollar actividades agrcolas o pecuarias que constituyen su posibilidad ms inmediata: hay un brutal extraamiento del campo que no aparece en el horizonte, ni en los idearios de los jvenes, aunque muchos de ellos terminarn heredando el pequeo terreno de sus padres.

    Aunque la opcin de estudiar una profesin universitaria, tener un negocio o ser lder aparecen como opciones claras, cuando se cruza entre lo que desea hacer, las iniciativas que tiene y las actividades que actualmente hace, muestra que pocos son los que desarrollan de manera coherente y concatenada sus esfuerzos para log