RANKING DE LA INDUSTRIA DEL MOTOR Nº 27

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Quién es quién Estadísticas de producción, exportación y ventas Todas las novedades de 2009 Opinión Previsiones ANKING ANKING DE LA INDUSTRIA DEL MOTOR PUBLICACIÓN ECONÓMICA DEL SECTOR - 1ª EDICIÓN 2009 Publicación quincenal de economía e industria del motor Automoción Un Un sector sector capaz capaz de superar de superar la la crisis crisis P.V.P. 6 euros Ford Focus El coche más vendido en 2008 Joan Clos "Se acerca un cambio de paradigma en el sector" Mesa y Mantel. Páginas 154 a 196 El automóvil pide ayudas directas a la compra La prioridad es la cuota de mercado

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  • Quin es quin Estadsticas de produccin, exportacin y ventas Todas las novedades de 2009 Opinin Previsiones

    ANKING ANKINGDE LA INDUSTRIA DEL MOTORPUBLICACIN ECONMICA DEL SECTOR - 1 EDICIN 2009

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    Un Un sectorsectorcapazcapazde superarde superarla la crisiscrisis

    P.V.P. 6 euros

    Ford FocusEl coche ms vendido en 2008

    Joan Clos"Se acerca un cambiode paradigma en el sector"

    Mesa y Mantel. Pginas 154 a 196

    El automvil pide ayudas directas a la compra

    La prioridad es la cuota de mercado

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    Infiniti_Single_Page_Neighbour_ES 1 29.01.2009 15:16:26 Uhr

  • Edita: Editemo, S.L.

    Editor-director:Javier Menndez

    Redaccin:Ignacio del Ro, Alberto Cnovas, Constan Batalla, Rosa Rasche,Carlos Olmo.

    Diseo y Maquetacin:Jess Rica (Diseo), Inma Garca Ayuso

    Ilustraciones:Jos Enriquey Daro Fernndez

    Colaboradores:ngel Alonso, Felipe Alonso,Ignacio Alonso,Fernando lvarez Marqus,Pedro Flix Garca,Christian Manz, Alicia Sornosa, scar Viela,Javier Gutirrez,Mariano Collado, Ignacio Anasagasti,F.A. Jimnez (Fotografa),

    Publicidad:Loles Menndez

    Redacciny Administracin: c/ Fundadores, 31. 28028 Madrid Telfono: 91 713 02 60Fax: 91 713 02 61

    Direccin e-mail:[email protected]

    Partiendo de que nosotros todava no hemos tirado la toalla, y que segui-mos pensando que esto tiene solu-cin, ahora toca hacer balance de lo

    que fue el ao pasado y no podemos negar la evidencia, 2008 pasar a la historia de nues-tra economa, y ms concretamente de la in-dustria de la automocin, como el ao en el que, sin darnos cuenta, fuimos perdiendo la confianza. Comenzamos el ejercicio pensado que los guarismos negativos de las matricula-ciones de los primeros meses eran fruto de la incertidumbre que siempre acompaa a un periodo preelectoral, pero las elecciones lle-garon y el mercado no se recuper. Quedaba muy lejos aquella expectativa de conseguir una velocidad de crucero de un milln y me-dio de unidades para nuestro mercado. Pusi-mos toda nuestra ilusin en la produccin, que pareca que no sufra de igual modo los avatares de la crisis y se mantena en unos niveles bastante aceptables, sin embargo, al cabo de los meses pudimos comprobar con preocupacin que la zarpa de la crisis tambin estaba tocando a nuestro tejido in-dustrial.

    Este ao del que hace-mos balance, hemos visto con gesto serio cmo una industria tan arraigada en nuestro pas como es la de automocin ocupaba titula-res y abra informativos con nefastas noticias de despidos y regulaciones. Haba entra-do en la espiral de la econo-ma por la cual si se reduce la produccin se reduce el

    empleo y por ende el consumo. No sabemos en qu momento, pero el hecho es que el consumidor espaol y europeo ha perdido la confianza, y ya estamos inmersos en ese bucle del cual nos ser difcil salir si no se to-man las medidas adecuadas. Los gobiernos han movido ficha, algunos asumiendo ms riesgo que otros, an a costa de ser tacha-dos de proteccionistas, pero, quin se cru-za de brazos con la que est cayendo? Ya lo decamos en el anterior rnking, nadie pue-de permanecer pasivo con este panorama. Reiteramos la necesidad de aportar nuestro esfuerzo para salir airosos de estos difciles momentos. La mayora de las empresas no permanecen inertes y estn invirtiendo en nuevas tecnologas e innovaciones que nos van a permitir que esta industria, que siem-pre ha abanderado el progreso, contine en esta senda cuando este mal momento pase.

    Aunque parece que todos somos un poco ms pobres es ahora cuando debemos mantener unos niveles de inversin y con-

    sumo adecuados. En este captulo tienen mucho que hacer algunos agen-tes de nuestra economa como son los bancos que deberan flexibilizar los parmetros para otor-gar crditos al consumo y a la inversin. Desde aqu, confiamos que en el prximo encuentro en esta tribuna podamos estar hablando ya, si no de una recuperacin, s al menos de una estabili-dad.

    Quin es quin Estadsticas de produccin, exportacin y ventas Todas las novedades de 2009 Opinin Previsiones

    ANKING ANKINGDE LA INDUSTRIA DEL MOTORPUBLICACIN ECONMICA DEL SECTOR - 1 EDICIN 2009

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    Un Un sectorsectorcapazcapazde superarde superarla la crisiscrisis

    P.V.P. 6 euros

    Ford FocusEl coche ms vendido en 2008

    Joan Clos"Se acerca un cambiode paradigma en el sector"

    Mesa y Mantel. Pginas 154 a 196

    El automvil pide ayudas directas a la compra

    La prioridad es la cuota de mercado

    Javier MenndezDirector de La Tribuna de AutomocinDirector del Rnking de la Industria del Motor

    Publicacin quincenal de economa e industria del motor

    Automocin

    El ao que perdimosla confianza

    Hay que aportar nuestro esfuerzo para salir airosos de

    estos difciles momentos

    Editorial

  • S u m a r i o

    81 Producciny mercadoLos ltimos meses del ao, crticos para la produccin y las matriculaciones

    5 OpininDiversos periodistas y analistas del sector diseccionan el pano-rama de la industria y el mercado espaol del automvil tanto a lo largo del ejercicio 2008 como en lo que se refiere a las pers-pectivas para este ao.

    25 Empresas Los mximos directivos de las ms importantes compaas de automviles que operan en nuestro mercado responden a las cuestiones claves para entender tanto la situacin del merca-do nacional como la de sus propias marcas dentro del mismo.

    71 Motos El sector de la motocicleta se est viendo duramente afectado por la crisis actual, una situacin que, segn Anesdor, se agra-va adems por el cambio legislativo. Los fabricantes tratan de conjurar esta situacin mediante un aluvin de nuevos e intere-santes modelos.

    109 Concesionarios Algunas de las redes de distribucin ms significativas de nuestro pas analizan para Ranking la delicada situacin por la que atra-viesa esta actividadad. A lo largo del ao la actualidad ha estado marcada por noticias poco alentadoras. El dinamismo de este sec-tor y el apoyo de los fabricantes, claves para solventar la situacin.

    121 TalleresLa actividad de servicios posventa cobra una especial relevancia en los difciles tiempos que corren. En esta seccin ofrecemos un pro-fundo resumen de los principales hechos de actualidad relacionados con esta actividad.

    127 Industria auxiliarLa industria auxiliar es clave dentro de la actividad industrial del sector de la automocin en nuestro pas. A lo largo del ao las noticias sobre reajustes de produccin y de plantilla a travs de di-ferentes tipos de EREs han marcado la actualidad de este sector.

    135 Vehculos IndustrialesEl sector de los vehculos industriales est sufriendo duramente la prdida de capacidad adquisitiva de las empresas.

    145 PetrolerasEl mercado del petrleo marc a lo largo de 2008 un ao lleno de altibajos e incertidumbre, con hitos como su mximo precio histrico. Las reservas declaradas de los disitintos pases y regio-nes, son cada vez ms relevantes.

    153 Mesa y Mantely entrevistas A lo largo de 2008 han sido muchas y muy representativas las personalidades que han compartido Mesa y Mantel con nosotros. Os ofrecemos un resumen de las declaraciones ms significativas.

    165 CronologaLa actualidad del sector plasmada mes a mes. Una visin gene-ral y con perspectiva de los hechos que han marcado el ao.

    173 Quin es Quin?Los cargos ms relevantes de todas las marcas que operan en nuestro mercado a travs de un exhaustivo listado con fotogra-fas y currculums de todos los directivos.

    R n k i n g d e l a i n d u s t r i a d e l m o t o r - 1 e d i c i n d e 2 0 0 9

    69 ProductoLas principales novedades del pasado ejercicio y un completo elenco de lo que est por venir este ejercicio

    7777 Punto de miraPunto de miraLos Expedientes de Regulacin marcan la actualidad del ejercicio 2008

  • Analistas y expertos del sector de automocin diseccionanlos hechos ms signifi cativos acaecidos durante el ao 2008

    Opinin

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    IGNACIO ALONSOperiodista

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    7 de septiembre de 2007. Eduardo Zaplana habla de recesin. Rodrguez Zapatero vie-ne de arengar a la opinin pblica sobre el mundo feliz que encarna Espaa creciendo al 4% y el portavoz de la oposicin niega la mayor, la menor, la sostenida y la bemol. "El presidente del Gobierno es el nico dice Zaplana- que cree que no hay motivos de preocupacin. La tendencia se ha inver-tido, las rentas de las que hemos vivido se

    han acabado, e iniciamos una etapa de incertidum-bre y de recesin".

    El popular Zaplana se convirti as en el pri-mer hombre pblico en pronunciar la maldita pa-labra recesin. A la vista de los acontecimientos posteriores, cabe inferir que deca lo que no saba o no saba lo que deca. A escoger. Ningn insti-tuto pblico ni privado, organizacin con o sin nimo de lucro, gobierno de izquierdas o dere-chas ni asociacin de antiguos alumnos previ lo que hoy ocurre en nuestro pas ni en el resto del mundo.

    En el amor, la guerra y la poltica, al pa-recer, vale todo. La desinformacin, tambin. Llevamos meses aguantando cmo el Gobierno pone paos calientes a la situacin real de la economa. Trata a la ciudadana como la fami-lia al enfermo terminal o al nio de primaria: no se le puede contar toda la verdad. Lo que hay al otro lado se llama demagogia. An hoy el PP tacha a ZP de mentiroso que intent en-gaar a la ciudadana desde los prolegmenos de las elecciones del pasado ao, pero oculta ladinamente que el programa electoral que de-fendi Rajoy prometa, por las mismas fechas, un mundo econmico an mejor. El PIB real para 2008 sera del 2,6% (en realidad, Espa-a entr en recesin), para 2009 alcanzara el 3% (viviremos la recesin en compaa de una desalmada deflacin?) y del 3,6% para 2010 (viviremos entonces con o sin recesin?).

    Nadie, absolutamente nadie, ni Krugman, ni Soros, ni Samuelson, ni Buffet (o ste, s?), ni Bo-tn, ni Blesa, ni Bush, ni Merkel, ni Rivero, ni los negacionistas del cambio de ciclo, nadie entrevi el agujero negro que se abra en ao bisiesto.

    Acabamos de pasar un otoo glido y vivi-mos un invierno infernal. El tren de la econo-ma global est parado en un cambio de agujas y los maquinistas no tienen presin en la cal-dera. En Espaa son 3,3 millones los trabaja-

    dores en paro. El destrozo laboral produce an-gustia. Los sectores poderosos trituran mano de obra mientras exigen ayudas del Estado. Hay docenas de grandes empresas suplicando Eres porque sus amos de toda la vida, despus de aos de vacas gordas, no tienen arreos para meter la mano en el bolso y hacer ampliaciones de capital. Las pymes que sobreviven lo hacen agarradas como pueden a la ltima lnea de descuento. Slo los bancos, una vez ms, siguen a flote aunque ganando un poco menos que el ao pasado (esto hay que resolverlo!) y con el aval de pap Estado para hacer frente a la deuda que en su da contrajeron en el exterior (debe ser un gustazo emprender negocios con el aval del Estado).

    Se busca culpable

    Se buscan culpables. Alguien tiene que cargar con el sambenito de la recesin. Es ley de vida. Vea-mos. El Gobierno de ZP tiene claro que el virus financiero es una importacin estadounidense va subprime, falta de regulacin financiera y codi-cia de los agentes que durante aos vendieron al mundo, sin carseles la cara de vergenza, la mentira de que las finanzas pueden dar zancadas aunque la economa real crezca pasito a pasito. La oposicin, con el PP al frente, seala con el dedo a ZP por pusilnime. Quien ms quien me-nos echa pestes de los bancos porque ganan mu-cho y no ponen crdito a disposicin de empresas y familias. Los bancos, a su vez, sealan con el dedo a sus clientes. Con un par. Como dijo re-cientemente Miguel Martn, presidente de la AEB: Es la economa real la que pone en riesgo a la banca".

    Y los trabajadores? Los paganos de siempre. Se puede criticar que en nuestro pas hay una se-ria dosis de absentismo laboral. Quizs, con ra-zn. O que los convenios sectoriales infringen un severo castigo a pequeas empresas. Quizs, con razn. O que la flexibilidad funcional brilla por su ausencia y la geogrfica no existe. Con razn. O que el despido de los veteranos es muy one-roso. Quizs. Pero se le puede pedir ms a una mano de obra que ha marchado al comps de la moderacin salarial en la ltima dcada y est fragmentada de tal manera que un tercio tiene contrato precario?

    Se busca futurlogo

    Resulta poco edificante vivir en un pellejo agu-jereado por el paro. Pero an es peor no saber hacia dnde ir. Nadie supo qu pasaba; nadie se culpa de lo que pasa; y nadie sabe qu pasar. Lo ltimo da escalofros. Las respuestas de la calle poltica, empresarial y estudiosa del futuro econ-mico del pas se limita a hablar de energas reno-vables e I+D+i. Thats all, folks. No hay modelos ni alternativas a lo ya visto. Al parecer, tendremos que hacer lo mismo que venamos haciendo.

    De peores hemos salido. La frase, por cierta, no deja de poner en manos de la providencia un futuro que debera labrarse da a da. Las calles de las ciudades, las farolas, la publicidad esttica e incluso las carroceras de los buses deberan es-tar repletos de carteles que recen: Se busca futuro y cabezas que lo vislumbren. Se recompensar.

    Nadie, absolutamente nadie, entrevi

    el agujero negro que se nos abra

    en ao bisiesto

    busca futuro

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    NGEL ALONSOperiodista

    El sndrome

    No es cuestin de insistir en esto de la crisis. Est aqu como un vendaval y asumida como est su ingrata pre-sencia solo queda el recurso de luchar contra ella con todo lo que den de s las fuerzas de la imaginacin y el sa-ber.

    Pero como situaciones semejantes son generadoras de ansiedad, cual-quier gesto, por nimio que sea, va a

    ser interpretado con una exageracin irreal e in-merecida. Mucho gustara a todos entrar en esa fase de repunte que hoy solo acierta a adivinarse en una total tiniebla de la razn que deriva hacia el recurso de los espejismos.

    La realidad inamovible por ahora es que, como deca el castizo, el horno no est para bo-llos, ni la madalena para tafetanes. Ya nadie se encierra en los voluntarismos intiles de predic-ciones irreales. Hasta asociaciones siempre mode-radas y cautas en este juego nos han dejado poco ms o menos que con la boca abierta con la mera exposicin de sus apuestas. No hay trminos me-dios y abundar en la idea de un cierre de ejercicio con menos de un milln de matriculaciones toma perfectamente la temperatura anmica del sector.

    No hay que olvidar, aun sacralizando las ci-fras, que durante ms de una dcada el mercado espaol, en ejercicios totalmente normales, no ha bajado de semejante barrera sicolgica, una tra-yectoria anual que indujo a ms de uno a procla-mar que la velocidad de crucero de la demanda de vehculos estaba en unos tan inflados como irreales milln y medio de turismos.

    La primera ficha del trgico domin de la cri-sis es el empleo. Su cada arrastra a todas los de-ms factores del consumo, porque en silogismo, ms o menos fcil, slo al amparo de un trabajo y de unas rentas laborales, ms o menos estables, se puede comprar. El efecto ha sido fulminante. Caer el empleo y desplomarse el mercado automovils-tico ha sido todo uno. De la misma manera, en el mismo mercado del automvil, se ha visto como un comportamiento pujante de esta magnitud gener auges de ventas que se extendieron hacia las posibilidades inagotables de nuevos colecti-vos como los inmigrantes. La economa, ciencia compleja e imprevisible, tiene muchos mimetis-

    mos en determinados efectos y sus contrarios y es ah donde opera con toda la lgica de una cien-cia exacta. Con un horizonte de cuatro millones de parados mal, muy mal, se puede apostar por mercados dinmicos del automvil. La principal urgencia es sobrevivir.

    Puede ocurrir que las autoridades tomen me-didas para estimular la demanda. Ha sucedido en pases del entorno y con ayudas generosas. De inmediato ha resultado que las ventas y las plani-ficaciones de produccin se han animado.

    Aqu, en nuestra Espaa, el Gobierno sigue autista. El Plan VIVE, lleno de buenas intenciones y aceptable como medida de acompaamiento a la proteccin medioambiental en coyunturas mer-cantiles favorables, no tiene futuro en este escena-rio de crisis profunda por su excesiva vinculacin a una financiacin bancaria totalmente sellada por el miedo de las entidades a la morosidad. En casos, as, y con una voluntad administrativa real de ayudar a un mercado y una industria de van-guardia, se imponen, sin ms discusin, ayudas directas y mbitos de actuacin sin cortapisas. Un retorno a una medida similar al Prever, con cuan-tas econmicas, solo en la lnea francesa de los mil euros, es para apostar por una recuperacin de las ventas que nos aleje algo de esa famlica prediccin por debajo del milln. Desor esta ra-zonable reivindicacin del sector y de los consu-midores, tras los precedentes constatables y cons-tatados, ser una actuacin gubernamental que se analice nicamente desde el plano de la cerrazn.

    En el campo de la realidad hay poco ms don-de moverse, pero son factores de peso, sobre todo el empleo, por sus condicionantes estructurales respecto a toda la economa, mientras que los estmulos del Gobierno, de impacto ms locali-zado, son como una terapia medicinal oportuna y acertada.

    En el transcurso de ao tan complejo y difcil, seguro que aparecern los manipuladores estads-ticos. Es muy posible que, an con perspectivas tan negras, la ltima parte del ao arroje compa-rativas de ventas favorables respecto a un merca-do que un ao antes dio la verdadera dimensin de los que se avecinaba y se vive, por desgracia, ahora. Surgirn entonces, apuesten por ello, aps-toles del optimismo en la lnea de un cambio de tendencia, que eludirn la tozuda realidad del re-sultado final. Estn contaminados por el sndro-me de los espejismos.

    La primera ficha del trgico

    domin de la crisis es el empleo. Su

    cada arrastra a todos los dems

    factores del consumo

    de los espejismosAqu, en nuestra Espaa, el Gobierno sigue

    autista. El Plan VIVE no tiene futuro en este escenario de crisis profunda por su excesiva vinculacin a una financiacin

    bancaria totalmente sellada por el miedo de las entidades a la morosidad. En casos as

    se imponen ayudas directas y mbitos de actuacin sin cortapisas

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    SCAR VIELAPeriodista

    Grficos

    Ni el ms pesimista del mundo podra haber imaginado una crisis como la que actualmente afecta a las princi-pales economas occidentales, con especial virulencia en sectores como el financiero o el de automocin. La ausencia de acceso al crdito por parte de los particulares y la fuerte cada del consumo ha provocado que algunos pases como Estados Unidos o Espaa

    hayan visto dispararse los niveles de desempleo a cotas desconocidas en dcadas. En ambos casos, la cada del consumo ha sido tan brutal que nadie es capaz de atisbar el momento en que empiecen a aparecer seales de recuperacin.

    Esta situacin se gest en la crisis financieras derivadas de las llamadas hipotecas basura que han terminado por arrastrar al sistema financiero ms desarrollado del planeta. Tanto en Estados Unidos como en los principales pases europeos, con la excepcin de Espaa, ha sido necesaria la intervencin del Estado en buena parte de los bancos privados de cada uno de sus pases para evitar la quiebra de dichas entidades.

    Al tiempo que estallaba la crisis internacio-nal, en Espaa explotaba la burbuja inmobiliaria, aquella que nadie quera reconocer mientras suce-da pero que ahora todos se tiran de los pelos por no haber sido capaces de haberle puesto freno a tiempo. El resultado es que empezbamos el ao 2009 con grficas perpendiculares, aunque en sentidos opuestos, para reflejar la evolucin del paro y la tendencia del crecimiento de la econo-ma.

    Resulta, adems de gravsima, digna de estu-dio esta crisis que nadie fue capaz de predecir en su intensidad y nadie sabe cunto va a durar. Lo peor de todo son las consecuencias que va a de-jar en las principales economas occidentales y las que tendr en millones de personas afectadas por la misma. Resulta chocante la incapacidad de los gobernantes por encontrar soluciones efectivas a la misma y la facilidad con que se han utilizado fondos pblicos para sanear las cuentas de mu-chas entidades no todo lo bien gestionadas que fuera deseable.

    Y, aunque nadie es capaz de atisbar cmo va a terminar esta crisis, es seguro que vamos a encontrarnos con un panorama empresarial bas-tante diferente al actual. En el nmero anterior, enfocaba mi artculo en la posibilidad de tomar la

    crisis como una oportunidad, como un momen-to en el que pueden plantearse opciones como la concentracin de empresas para hacer frente a la delicada situacin. En esta tesitura, buena parte de los grandes fabricantes norteamericanos han tenido que acudir a las autoridades a solicitar fondos para no entrar en la bancarrota, y alguno de ellos ha reconocido conversaciones para una posible fusin. Lo que sin duda est llegando a todos ellos es la necesidad de aplicar un frreo control de gastos que puede ralentizar buena par-te de las inversiones que las empresas tenan pre-visto realizar en los prximos aos.

    En la misma lnea, estamos asistiendo a las primeras consecuencias que la crisis est teniendo en el sector de la alta competicin. Particularmen-te la Frmula Uno y Moto GP han recibido ya las primeras bajas de empresas patrocinadoras de equipos de dichas competiciones. El ms reciente fue el del banco ING, patrocinador de Renault que lidera nuestro compatriota Fernando Alonso. Y sin duda, veremos como la presencia de aficio-nados a los circuitos se va mermando hasta llegar a niveles que pueden comprometer las prximas temporadas. Resulta incomprensible que una en-tidad financiera est por un lado solicitando ayu-das a gobiernos y por otro poniendo publicidad en alguno de los equipos de Frmula Uno o Moto GP.

    Y para rizar el rizo de las complicaciones, nos hemos encontrado como los fabricantes de automviles han empeorado su situacin por los negativos efectos de la crisis financiera en sus fi-liales dedicadas a la financiacin de vehculos. Al actuar como bancos se han encontrado con los mismos problemas que han afectado a ese sector. Para intentar atajar esos problemas, los gobiernos tambin han tenido que emplearse en ayudas ha-cia este tipo de sociedades.

    El panorama no puede ser ms negro en estos momentos. Como consecuencia inmediata, los gobiernos estn viendo como sus recaudaciones por la va de impuestos aplicadas al sector del automvil tambin han cado en picado. En el caso de Espaa hemos asistido a un descenso de la recaudacin por el impuesto de matriculacin junto a una bajada por el consumo del combus-tible. Ni siquiera las geniales ideas del Ministro de Industria, caracterizado por el escaso efecto de sus medidas, han sido capaces de reducir una ten-dencia que, al igual que el resto de la crisis, no ha terminado de empeorar.

    Pero de todo hay que buscar la parte positi-va, si usted est en condiciones de comprar un coche va a ser el rey del mambo. Vaya a unos cuantos concesionarios a informarse de los pre-cios y las condiciones de venta. Adems de ser tratado como un rey, lograr precios impensables hace aos. Y si presiona un poco, conseguir de regalo opciones extras. Si puede, no se arrepienta y lncese a comprar un coche. El fabricante y el gobierno se lo agradecern.

    Aunque nadie es capaz de

    atisbar cmo va a terminar esta

    crisis, es seguro que vamos a

    encontrarnos un panorama

    empresarial bastante diferente

    al actual

    verticalesEn todo esto hay que buscar la parte positiva, si usted

    est en condiciones de comprarse un coche va a ser el rey del mambo. Adems de ser tratado como un rey,

    encontrar precios impensables hace un ao

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    FERNANDO LVAREZperiodista

    Crisis

    El ministro de Industria ha lanzado el eslo-gan consumir espaol. Esta es la ingeniosa idea de Miguel Sebastin para reactivar la demanda del mercado y salir de la crisis econmica, una crisis que tiene su etique-ta, sus peculiaridades variables que estn poniendo a Espaa en una frgil posicin frente al mundo y ante el futuro.

    Los optimistas enfermizos como el son-riente Zapatero -a veces finge preocupacin

    y construye muecas de solemnidad- tratarn de ocul-tarnos la gravedad de una situacin que est llevando al pas a la quiebra, la econmica y la social, mientras los pesimistas, en este trnsito mejor conocedores de la realidad estn ms cerca de las predicciones que se han estado cumpliendo, se cumplen y se cumplirn, si un milagro no lo remedia, lo cual parece improba-ble ante las muestras de despiste monumental de este Gobierno en el diagnstico de las situaciones y las reacciones ante ellas. Un buen plan de crisis se tiene si se ha pensado en ella y en cmo evitarla.

    Escuchando las ltimas semanas al ocupa de la Moncloa, empezamos a creer que Zapatero se est creyendo su propia propaganda ilusa y est des-cargando su cmica ira zapaterina en los granujas que han puesto el sistema financiero mundial patas arriba.

    El estallido financiero ha a ocultado la crisis eco-nmica que estaba floreciendo en Espaa, repetitiva-mente negada por el Presidente, que daba sus signos con la explosin de la burbuja inmobiliaria provo-cada por una especulacin de promotores, construc-tores y ayuntamientos, que llev los precios a niveles insostenibles para los compradores espaoles, endeu-dados hasta la asfixia, engaados por otra banda de desaprensivos financieros y puestos contra la pared por una escalada de precios de la cesta de compra y de los productos de primera necesidad desmesurada desde la entrada en el Euro.

    Esta es la cuestin y a ella se vino a sumar la por-quera de las subprime, cuya versin espaola ha sido la concesin de prestamos hipotecarios por en-cima del valor de mercado de la vivienda y por enci-ma de la capacidad de endeudamiento de los espao-les, que aprovecharon, de paso, para comprar coches socialmente representativos de estatus superiores y bienes de consumo innecesarios y ostentosos.

    Ya se venia advirtiendo el estallido y al final lleg arrollando a la industria del automvil, que tambin tiene su cuota de responsabilidad al mar-car precios desacordes con el poder adquisitivo de

    los habitantes ibricos, en ningn caso iguales a los teutones o los galos.

    Con la construccin hundida y la industria del automvil severamente tocada a Espaa le queda poca cosa para sobrevivir. El turismo, dicen que la primera industria cuando debera hablarse de servi-cio, es apuntado por el ministro Sebastian como un made in spain a consumir. Esquiar en Sierra Ne-vada, como ha llegado a sugerir, en lugar de viajar a los Alpes. Peo aqu entra en juego un principio que es el taln de Aquiles de la economa espaola: la competitividad.

    El ejemplo de Sierra Nevada nos sirve para ilus-trar la situacin. Quien ha conocido los Alpes sabe de las excelentes infraestructuras, los servicios, la am-plitud y longitud de los dominios esquiables, de la ausencia de aglomeraciones, de las variadas posibili-dades de alojamiento y de los precios.

    Con estos datos y su comparacin con Sierra Ne-vada o el resto de las estaciones espaolas, la eleccin no tiene dudas. Nosotros nos vamos a los Alpes y usted, ministro Sebastin, haga el Made in Spain pagando ms y viajando incmodo, hasta perseguido por el voraz Prez Navarro.

    Esto es lo que ocurre en la economa espaola, No es competitiva salvo en actividades muy con-cretas, pero sin potencial para tirar el pas. Y esta situacin, no sera de extraar, podra terminar des-truyendo una industria automovilstica que, no lo olvidemos, existe porque a los grandes fabricantes europeos y estadounidenses les ha interesado estar en un mercado creciente y en unas condiciones de costes determinadas que no se cumplen. Nos referimos a las infraestructuras, a los costes logsticos y laborales, a los beneficios fiscales, a la financiacin, a las ayudas estatales, a la falta de flexibilidad

    Todos estos elementos bien gestionados y orien-tados hacen de un pas que sea competitivo o no. Ah! Y la Educacin, una variable imprescindible para tener, adems, futuro. Un dato. El presupues-to aprobado por el Gobierno para la aplicacin del plan de Bolonia a la enseanza universitaria es de 125 millones de euros mientras el establecido para la campaa publicitaria del ltimo y pintoresco plan de salvacin de Zapatero, es decir, el gasto en vallas para publicitar las obras, algunas de tono ridculo y dudoso beneficios para la comunidad, en toda la geografa municipal espaola, es de 150 millones de euros. Sobran los comentarios.

    En suma, una crisis Made in Spain fabricada por granujas y polticos de poca talla intelectual, pro-tegidos por una estructura administrativa desmedida y desmembrada en un sinfn de chiringuitos auton-micos y municipales, de la que ser muy difcil salir y que dejar muchos cadveres por el camino. Slo cabe esperar que la industria espaola del autom-vil no se desangre en esta tesitura y Espaa pierda el nico sector productivo que resta tras las reestruc-turaciones salvajes de la agricultura, la ganadera, la pesca, la construccin naval, el acero, el carbn Se han perdido oportunidades histricas para dar em-pleo tras una crisis as.

    Por cierto, Zapatero dijo sobre el empleo que lo importante no es el nmero de parados, sino la oportunidad para conseguir trabajo en las prximas semanas, Nuestro leons de Valladolid est en Babia, el mismo lugar en el que sestea el ministro Sebastin, que culpa de la crisis a la banca y, adems, dice que al Gobierno se le est agotando la paciencia. Ja!. Este peculiar ministro se olvida de Cmo el Gobierno de la Nacin, las autonomas y los municipios consenti-dos, han dilapidado la poca y dbil estructura econ-mica que ha tenido el pas.

    El ao 2008 termin mal para el automvil y el nuevo ha empezado peor, con un mes de enero que se ha anotado una cada del 41,6%. Da Miedo.

    Con la construccin

    hundida y la industria

    del automvil severamente

    tocada, a Espaa le queda poca

    cosa para sobrevivir

    "Made in Spain"

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    Christian Manzperiodista

    Los americanos miran con estupor que los dos coches alternativos ms avanzados del momento, el Tesla y el Fisker, americanos de cuna, podran ser fabricados en Europa

    Desaparecen el presidente Bush y sus compinches y de inmediato hay nuevos nimos para continuar en el camino del automvil ms limpio, abandonado en aquel remoto 1998, despus de haber publicado por todo lo alto la introduc-cin inmediata de un gran porcentaje de vehculos elctricos. En aquellos aos olvidados por muchos - Amrica era el motor mundial para la evolucin del

    vehculo elctrico e hibrido, y demostraba su gran potencial con automviles tan sofisticados y de buen rendimiento como era el EV 1 de General Motors, conducido y admirado por polticos de todo el mundo (tambin nuestro Rey se qued maravillado ante este vehculo). Existe una foto-grafa de una ms joven y menos arrugada Con-doleezza Rice, con cara orgullosa, enchufando un GM EV1 en una estacin de recarga de bateras.

    Gracias al nuevo presidente Barack Obama, todo el mundo empieza de nuevo hablar de los automviles no contaminantes, retomando la eterna discusin de su viabilidad, y sobre todo de los avances en bateras, taln de Aquiles del vehculo elctrico. Est claro que hay que bus-car nuevas fuentes de energa, la dependencia del petrleo nos ha enseado que es un camino de guerras, destruccin y tristeza. Pero no hay que ir al otro extremo, hay un largo camino a recorrer, y toda alternativa es vlida hasta que se elija a la que hay que apoyar de pleno. No solo existe la electricidad como alternativa, tambin est el gas, el biocombustible, el hidrgeno, etc. Lo me-jor en la actualidad sera probablemente una im-portante introduccin de vehculos hbridos, un sistema que combina magistralmente (ahora si) las ventajas de ambas propulsiones, la elctrica y la de combustible. El sistema auxiliar de parada y arranque del automvil a travs de un motor elctrico es sencillamente genial, - y no se puede entender que no est ya instalado en todos los au-tomviles. Este sistema apaga automticamente el motor en cada parada, en los atascos, delante de un semforo y en otras situaciones, parando al mismo tiempo la contaminacin in situ de miles y miles de coches en un atasco, es todo un invento digno a tener un gran xito; porque tambin nos ahorra mucha gasolina. Sabiendo que el motor elctrico tiene desde el primer momento todo su par motor disponible, es francamente el motor ideal para los arranques y los primeros kilme-tros de aceleracin.

    Las ventajas del motor elctrico tambin ha-cen factible una versin hibrida que consiste de un motor elctrico constantemente responsable de la traccin, combinado a lo que se llama el range-extender, un pequeo motor de gasolina (o de diesel), circulando siempre en sus mejores y constantes revoluciones, y que aporta la energa elctrica en cuanto las bateras ya no tienen ms fuerza. Este el sistema que ms gasolina ahorra.

    Los americanos estn mirando con estupor que los dos coches alternativos ms avanzados

    del momento, el Tesla y el Fisker, americanos de cuna, podran ser producidos en Europa, el Tes-la en Inglaterra y el Fisker en Finlandia. Barack Obama seguramente intentar impedirlo, ya que pregona que apoyar cualquier produccin de automviles respetuosos con el medio ambiente. Queda claro que el beneficiado de la situacin actual es el consumidor, que pronto podr elegir entre automviles de distintas propulsiones. La eleccin no va a ser fcil, desde luego que no, ya que aparte de su bolsillo tambin tiene que ser consciente de sus costumbres para elegir el pro-ducto que ms se acerque a sus necesidades. De hecho, como el coche elctrico ya no es aquel ve-hculo pequeo, lento y aburrido, sino una buena alternativa a lo que se ha ofrecido en el merca-do durante tantos aos, hay que replantearse la compra de los automviles que se tengan en la fa-milia. El segundo automvil podra ser un coche urbano elctrico, ya que no se realizan muchos kilmetros al da con l. El coche principal podra ser un hibrido, que permite trayectos mucho ms largos. Y si se quiere, alguno de la familia pueda elegir uno de estos atractivos vehculos deporti-vos elctricos como el Tesla, que prometen tan buenas sensaciones de conducir. Sin hacer ruido, y sin contaminar. De hecho, el lema del futuro es compartir.

    La crisis que padecemos es una gran oportu-nidad para todos de replantearse nuestras relacio-nes, nuestras compras y necesidades. Nos hemos vuelto demasiado posesivos y egostas, dedicamos demasiado tiempo para comprarnos cada vez ms cosas que no necesitamos y que no nos hacen ms felices; ahora nos toca acordarnos de nuestra con-dicin de ser humano y abrirnos hacia una nueva conciencia, hay que compartir en vez de egocen-trarse, hay que convivir en vez de estar cada vez mas solo, y hay que confraternizar con el prjimo la crisis demuestra que lo contrario no nos ha aportado nada de felicidad ni nada de evolucin. Tomemos pues la crisis como una ayuda a re-plantearnos nuestra forma de vida!

    El coche ecolgico -y la humanidad-tienen un gran futuro

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    FELIPE ALONSOperiodista

    Ms sombras

    Comienza el ao y lo que se vislum-bra para el futuro de estos 365 das nos trae ms sombras que luces, y eso que este debera ser un buen mo-mento de consolidacin de cara a le-vantar el nimo del sector, porque la numerologa, ciencia que analiza el poder adivinatorio de los nmeros, as nos lo predice dado que 2009 representa el 11, cuyo valor es dos,

    la dualidad, la consolidacin, la suma de lo que se encuentra unido en la unidad (valga la redundancia), y por ello proclama la llegada de un futuro bienestar. No obstante y perm-taseme esta licencia adivinatoria que quien me conoce sabe que es una ciencia que me gusta, pasemos a la fra realidad que nos ocupa, aun-que mi fe en la numerologa me hace pensar que si bien hay ms sombras, tambin vamos a vislumbrar alguna luz que marque el final del tnel y que quizs realice una labor positi-va, tan positiva como es situar al sector en un punto de arranque nuevo que le permita lle-gar a cotas, no tan altas como las que hemos tenido aos atrs, pero tampoco tan bajas y negativas como las que sufrimos en el sinies-tro bisiesto ao 2008. La situacin es muy desagradable, hay expedientes de regulacin de empleo en todas las empresas que fabrican sus vehculos en Espaa en este arranque del 2009, y la sensacin es de que quizs no se quede en una serie de Eres temporales, sino que puede ir a ms. Hace unos das me comen-taba un empresario importante de este pas que para antes del verano hay una ciudad que cuenta con una empresa de automocin y un gran nmero de pequeas pymes dedicadas a los componentes que pueden tener graves pro-blemas, y apuntaba hasta la cifra de 30.000 parados en esa poblacin antes de que llegue el mes de julio, si no se encuentra una solu-cin. Y lo que es peor, tambin me apuntaba que ha mantenido conversaciones con figuras importantes del Gobierno y que ni l, ni los polticos saben cual va a ser el futuro y como se puede solucionar la crisis econmica que arrastra a Espaa a tener una cifra rcord de parados en pocos meses. A este problema de desempleo, sobre todo en el sector de la auto-mocin, aunque tambin afecta a la construc-cin y al sector servicios, fundamentalmente

    en el referido al turismo, se suma la escasez de venta de vehculos, y la cada acentuada en el 2008 de un 28,12 por ciento, hasta quedar-se en la cifra de 1.168.000 unidades, es decir lejos de las cifras de otros aos de prctica-mente 1,4 millones, y muy por debajo de las previsiones que en un principio se haban mar-cado los fabricantes y vendedores, de perder tan slo un 9 por ciento de mercado. El ao no ha comenzado con mejor pie, ya que enero ha cerrado con una cada de un 41,6 por cien-to, y ya los gurs del sector hablan de una ca-da superior al 15 por ciento y prxima al 20 por ciento en el conjunto del ao. No vamos a entrar aqu en los razonamientos de unos y otros sobre los motivos de la cada de las ven-tas que eso ya lo hacen otros compaeros en estas mismas pginas, sino tan slo comentar este hecho como una realidad de futuro. Por el contrario, todo hace indicar que el combusti-ble est mejorando su precio a favor del con-sumidor, lo que supone una luz para el bolsillo de las personas que han visto como en el l-timo trimestre y en enero ya no se sufre tanto al llenar el depsito. Y precisamente, ahora es cuando el Gobierno anuncia que va a estudiar la opcin de la energa elctrica como energa alternativa para los automviles, e incluso el ministro de ese denominado Ministerio de In-dustria, Turismo y Comercio, quiere destinar 10 millones de euros para que en Espaa se desarrolle una I+D+i sobre este tipo de auto-mviles del futuro. Eso s, para aquellos que puedan llegar desde Europa fabricados por las primeras marcas mundiales y que tengan que recargar sus bateras para funcionar, ya se ha pensado en subir el precio de la tarifa nocturna de la electricidad, no vaya a ser que pensemos que nos va a salir barato al contri-buyente, y as las elctricas y el Gobierno, a la postre, se llevarn la parte del len que su-puestamente pueden perder al no usar gasolina o gasleo. Incluso antes de esta medida ya se ha adoptado otra, la de cobrar el recibo de la luz no una vez cada dos meses, como era hasta ahora, sino mensualmente, y as se pagan dos veces los impuestos, una forma gratificante para el Gobierno de recaudar ms y que los ciudadanos no nos demos cuenta de ello. La electricidad es una buena alternativa si se nos ofrecen vehculos a buen precio, se colocan los puestos de recarga convenientemente distri-buidos en las gasolineras, o incluso se habilita en las comunidades de vecinos un lugar donde repostar. Esa quizs sea una nueva oportu-nidad para el sector que ilumine la situacin. De todo ello ser un buen exponente el Saln de Ginebra que se celebrar prximamente y que nos mostrar el camino por el que va a ir este ao la industria del automvil.

    Hay expedientes de regulacin de empleo en todas

    las empresas que fabrican

    sus vehculos en Espaa en este

    arranque de 2009

    que luces para el 2009Ni los polt icos saben cul va a ser el futuro

    ni cmo se puede solucionar la crisis econmica que arrastra a Espaa a tener

    una cifra de parados rcord en pocos meses

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    PEDRO FLIXGARCA

    Periodista

    Si la prxima reforma incluye una prohibicin genrica podr afirmarse que la referida reforma se hace para crear otra fuente de ingresos

    Al igual que hoy ocurre con el tema de los telfonos, que en cuanto un agente de Trfico te ve desde lejos rascarte una oreja mientras conduces, inmediatamente te denuncia aduciendo que ibas hablan-do por un mvil, en el futuro tambin ser objeto de sancin el hecho de que te vean acercar una mano a los mandos de la consola central del coche __para, por ejemplo, modificar la temperatura del ha-

    bitculo__, porque creern que estabas manipulando tu navegador para introducir los datos de un nuevo destino.

    Con el pretexto de seguir progresando en la lu-cha contra la siniestralidad vial, se encuentra en tr-mite de estudio parlamentario una prxima nueva reforma de la Ley de Seguridad Vial, reforma de la que hasta ahora, lo nico que parece cierto es que lo que realmente s se va a modificar es el proceso sancionador.

    Tratando de evitar "distracciones" a los conduc-tores, ya se cometi en su da un despropsito legis-lativo con el tema de los telfonos mviles y ahora se pretende cometer otro parecido con el de los na-vegadores.

    A fin de tratar de erradicar posibles motivos de "distracciones" al volante, qued prohibido hablar por el telfono mvil mientras se conduce, a excepcin de que se haga desde vehculos provis-tos de dispositivos de "manos libres", distincin que, en el fondo, parece infundada toda vez que, lo que realmente distrae no es sostener fsicamente el aparato con una mano pegada a la oreja __si fuera imprescindible empuar constantemente el volante con las dos manos, entonces los mancos tendran prohibido conducir, cosa que, afortuna-damente no ocurre__; lo que distrae verdadera-mente es la conversacin telefnica en s misma. Mantener una conversacin con otra persona que se encuentre presente dentro del vehculo, no es tan peligroso porque, en cualquier instante, se puede interrumpir la pltica si las circunstancias del trfico requieran en un momento dado toda la atencin del conductor; el interlocutor ve entonces lo que est pasando y tambin se calla hasta que __incluso unos cuantos kilmetros ms adelante__ el peligro potencial desaparece y el dilogo pue-de reanudarse con normalidad. En cambio, si la conversacin es telefnica ___independientemente de que se realice o no a travs de un "manos li-bres"__, el interlocutor lejano no percibe las cir-cunstancias del trfico y sto obliga al conductor a dedicar un esfuerzo mucho mayor para mante-ner la conversacin, robndole buena parte de la atencin que debera prestar a las circunstancias del entorno circulatorio durante un cierto tiempo; todo el que dura la llamada.

    Manejar un "manos libres" siempre roba una parte apreciable de la atencin del conductor, in-

    cluso aunque se encuentre empuando un volante "multifuncin" provisto de teclas especiales para dar paso a una llamada entrante, o para consul-tar una lista de contactos en la pantalla digital situada frente a l al lado del velocmetro. Y sin embargo, tales distracciones reales s estn per-mitidas por la Ley con tal de que no se sostenga fsicamente con una mano un aparato junto a la oreja. Es una diferencia absurda, porque de este modo se est sancionando la forma y no el fon-do del motivo real de la distraccin. Es un mero afn recaudatorio contra quienes, sin llevar un dispositivo de "manos libres", hacen casi lo mis-mo que los que s disponen de l.

    El desmesurado afn recaudatorio que encie-rra el proyecto presentado ahora por el Gobierno sobre la futura nueva reforma de la Ley de Segu-ridad Vial __si no se modifica durante el trmite parlamentario__ prximamente introducir otro despropsito parecido relacionado con el navega-dor. Manejarlo mientras se conduce, se considera-r infraccin sancionable con 200 euros de multa y adems llevar aparejada la prdida de 3 puntos del carn.

    Evidentemente, es lgico que no deban intro-ducirse datos en un navegador durante la mar-cha, porque llo robara una atencin que ira en detrimento de la seguridad; distraera al con-ductor de su deber principal en ese instante, que es el de prestar todo su inters hacia las circuns-tancias del trfico que le rodean. Por supues-to que, una vez en marcha el vehculo, ningn conductor debe ponerse a solicitar nrica, sino que estableciesen una limitacin lgica en el uso del navegador. Por ejemplo: Nada de malo hay en el caso de que, prximo ya a llegar a su des-tino, un conductor quisiese poder ver con me-jor detalle las calles por las que se mueve, para lo cual necesitara modificar la escala del mapa que aparece en la pantallita del aparato. Pero para modificar esa escala tendra que manipular brevemente una tecla de su navegador, lo que ser sancionable si se legisla slo se hace con afn recaudatorio.

    Si la prxima reforma normativa incluye una prohibicin genrica, amplia e imprecisa de ma-nejar el navegador mientras se conduce, entonces podr afirmarse que la referida reforma se hace para crear otra fuente de ingresos para el fisco.

    Evitar distracciones o aumentar recaudaciones?

    El desmesurado afn recaudatorio que encierra el proyecto, presentado ahora por el Gobierno en la Reforma de la Ley de Seguridad Vial, introducir un nuevo despropsito relacionado con los navegadores

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    MARIANO COLLADOperiodista

    Contra

    Dicen que una mentira repetida mil veces acaba convirtindose en verdad. Dicen los ms optimistas que a finales de este 2009 comenzarn a hacerse patentes los primeros sntomas del final de la crisis. No s si estos optimistas dicen o no ver-dad pero, aplicando el primer axioma, es muy probable que si entre los ciuda-danos cala el mensaje de que a final de ao van a ir mejor las cosas, acabarn

    yendo mejor. Tampoco s quin es ms tozuda, si la mentira o la realidad. Admitamos que no vivimos precisamente tiempos propicios para la certeza, sino ms bien una poca de incertidumbre, y ya es sabido que la incertidumbre es tan daina para la economa como el viento para el torero.

    El factor psicolgico es tremendamente impor-tante para la economa. Como dijo recientemente el presidente Zapatero, la economa es en cierto modo un estado de nimo. Por eso, cuando la situacin econmica no puede ir peor, se habla de depresin, el peor posible de los estados del alma. Cierto es que ningn signo invita precisamente al optimismo. No hay ninguna seal que apunte al final del tnel, pero es necesario trasladar a la opinin pblica que el t-nel tiene final: aunque hoy sea mentira, terminar por ser verdad.

    En el circuito econmico, hasta este momento slo se ha inyectado energa por un lado, por el del sistema financiero, en la confianza de que poco a poco la liquidez fuera llegando a las empresas y a las familias. No est siendo as, bien porque las en-tidades financieras han endurecido tremendamente los requisitos para facilitar crditos, bien porque los consumidores, atenazados por un estado de nimo casi depresivo, ni siquiera se atreven a solicitarlos.

    Tan importante como aportar liquidez al siste-ma financiero y controlar que esa liquidez llega a la economa real es inyectar confianza en el ciudadano. Es necesario trasladar a la ciudadana mensajes al estilo obamaniano, en el sentido de la necesidad de esforzarse para salir adelante, a pesar de las adver-sidades. Claro, que este objetivo se antoja extrema-damente difcil cuando quien gobierna ha perdido toda la credibilidad (primero por negar el problema y despus por aplicar cuidados paliativos en vez de preventivos) y cuando la alternativa de poder utili-za el drama humano del desempleo como mercanca electoral y realiza una aportacin ms bien escasa para solucionar realmente la situacin.

    En este contexto, el automvil se ha converti-do en uno de los sectores ms afectados por la crisis. Desde la fabricacin de componentes, pasando por la produccin de vehculos, hasta la distribucin, to-dos los negocios de la automocin estn perdiendo empleo y todo parece indicar que la situacin con-tinuar agravndose a lo largo del ejercicio. Ocurre con el automvil algo parecido a lo que sucede con el circuito econmico al que antes nos referamos. Recibir ayudas por la parte de arriba, a travs de una dotacin de 800 millones de euros para poner en marcha proyectos industriales a futuro en las fac-toras espaolas. Sin embargo, por la parte de abajo del circuito, la del consumo, el Plan VIVE, a pesar de las mejoras incorporadas, sigue siendo claramen-te insuficiente para incentivar la demanda, y si no hay una mayor demanda de coches, las fbricas se-guirn paradas.

    Por ello, es hoy ms necesario que nunca recu-perar el Plan Prever, esto es, las ayudas directas a la renovacin del parque automovilstico. El tiempo ha demostrado que, entre los errores que pueda haber cometido el vicepresidente Solbes, uno de los ms destacados ha sido la supresin del Prever, precisa-mente en el momento en el que ms falta haca. Y ms all del estmulo de la demanda mediante ini-ciativas puntuales, la medida ms acertada sera sin duda alguna la supresin del impuesto de matricula-cin, un gravamen arcaico que carece de cualquier sentido en un pas que se posiciona, al menos por el momento, como uno de los mayores productores mundiales de vehculos.

    Los expertos del automvil coinciden en que un volumen normal de matriculaciones para el mercado espaol sera un milln y medio de unida-des. Para ese nivel es para el que est estructurado el sector, en los mbitos productivo y comercial. Los expertos tambin vaticinan que las ventas caern este ao por debajo del milln de unidades, menos de la mitad de lo considerado como normal. De confirmarse estas cifras, la prdida de empleo aso-ciada a la cada de la demanda y de la actividad fa-bril no tendra precedentes.

    Estamos todos de acuerdo en que las previsio-nes y la falta de certidumbres no invitan a ser opti-mistas, pero no queda ms remedio que serlo, dadas la circunstancias, para intentar derrotar a la crisis por lo menos por el lado psico-social. Los mensajes apocalpticos no hacen sino contribuir a agravar la depresin general, cuando la ciudadana necesita es-cuchar mensajes de esperanza y confianza porque, aunque la realidad de la crisis sea tozuda, acabar cediendo a la mentira travestida de verdad.

    Hoy es ms necesario que

    nunca recuperar las ayudas

    directas a la renovacin del parque

    automovilstico

    la depresin, mentirasEn el circuito econmico, hasta el momento

    slo se ha inyectado energa por un lado, por el sistema financiero, en la confianza de que poco a poco la liquidez fuera llegando a las empresas y

    a las familias. No est siendo as, bien porque las financieras han endurecido tremendamente los

    requisitos bien porque los clientes no se atreven a solicitar los crditos

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    El ao 2008 ha sido malo para todas las compaas del sector en Espaa. Las empresas comerciales han sufrido cadas generales de entorno al 30% de sus ventas. Casi todos los segmentos y todos los canales han cado. Marcas y concesionarios han tenido que reestructurarse. En el ltimo semestre esta situacin se ha reproducido tambin en Europa, lo que ha ge-nerado un gran impacto tambin en las fbricas ins-taladas en Espaa y sus suministradores, principal-mente exportadoras (85%) para estos mercados.

    En el ao 2009 los volmenes apuntan a un mercado lo-cal por debajo del milln de vehculos (850.000 - 900.000 950.000?), ms cadas, no habr oxgeno. Los principales mer-cados europeos, apoyados en los incentivos directos a la compra de vehculos en Alemania y Francia, pueden recuperar algo el tono que perdieron a final de ao, pero la previsin sigue siendo decrecimiento tambin en Europa.

    Al bajar el agua se estn viendo las diferencias en la ges-tin realizada por las diferentes compaas en Espaa , ms all de la penetracin o volumen total conseguido en los ltimos aos. La calidad del patrn y la tripulacin, el calado de la em-barcacin, las provisiones abordo o haber elegido un rumbo sin atajos arriesgados son importantes. Y ste s es un tema que pue-de marcar la diferencia en nuestro ranking espaol y que merece desde mi punto de vista una reflexin local, ms profunda, que complemente la situacin general de las marcas a nivel mundial.

    Qu estrategias son las ganadoras en Espaa?

    El mercado real va a mandar este ao. Forzar resultados en ca-nales fciles y grandes operaciones no va a ser posible: los RAC bajo mnimos, empresas de renting prorrogando flotas, conce-sionarios sin capacidad para automatricular y exportaciones de usados a unos costes prohibitivos. Volveremos a releer el manual

    de gestin comercial para posicionar la marca, fijar precios all donde la elastici-dad lo aconseje, balancear volmenes en los canales y productos (un portfolio slo TT no es suficiente), tener una red comer-cial empujando en retail y pequeas flotas y trabajar centralmente las grandes flotas, no confiar exclusivamente en que otros hagan contacten al cliente final. Trabajo duro si no se ha hecho estos aos.

    La crisis ha demostrado una vez ms que hay un gran enemigo en el sector, los stocks, ya sean de vehculos nuevos como de usados. Y en mercados cclicos como el de automocin, operar con stocks ajustados a la baja es mucho ms eficiente y menos arriesgado para las marcas y los concesio-narios. Fabricando en Europa un porcen-taje importante de los modelos, es posible operar con menos de un mes de stock en

    el sistema. Vamos a ver en los prximos aos una revolucin en la logstica de transporte y almacenamiento de vehculos en nuestro pas que nos lleve a esos objetivos.

    En el rea de marketing, los presupuestos se estn reduciendo radicalmente, hay menos capacidad de ir a televisin. En este entorno habr un gran campen, la fidelizacin. Las marcas con bases amplias de clientes, programas de CRM e Internet opera-tivos y que hayan cuidado su postventa y talleres estn en mejor situacin. Van a poder utilizar de una manera ms eficiente sus presupuestos de marketing (no necesitarn tanto los medios ma-sivos), podrn comunicar con ms eficacia y sacarn rentabilidad en la postventa a corto y medio plazo. Hay un nmero intere-sante a realizar, con la bajada de ventas de estos dos aos qu volmenes de postventa van a tener las marcas cuando dentro de un ao se acaben los periodos de garanta de los aos record en ventas?.

    La consolidacin del sector de la distribucin va a ser un hecho. Muchos concesionarios, animados en muchos casos por la siguiente generacin, estn tomando la decisin de desinver-tir en el negocio. Las marcas estn bajando sus exigencias, hay muy pocas objeciones a las operaciones de compra-venta que se les plantean y en muchos casos incluso las estn propiciando. Los grandes grupos s van a poder explotar las sinergias de su tamao con menores resistencias de las marcas (gerentes, nego-cios, estructuras, informtica, stocks,... todos ellos comparti-dos). Adems la bajada de estndares y el vencimiento del Block Exemption apuntan tambin en esta direccin.

    En el rea de fabricacin la palabra que ms se repite es fle-xibilidad. Para mantener el empleo frente a pases de bajo coste en industrias intensivas en mano de obra, las bolsas de horas negociadas en los convenios o los EREs temporales son una he-rramienta fundamental para dotar de flexibilidad a las fbricas para adaptarse a la demanda. Adems aquellas empresas (tanto industriales como comerciales) que han tenido estructuras ms flexibles, externalizando funciones que no son su core, ahora han sido capaces de adaptarse mejor a la cada de actividad, te-niendo que afrontar menores despidos y apoyndose en terceros que ayudan a gestionar la situacin.

    A pesar de esta flexibilidad hay una realidad que se impone, y es la sobreproduccin existente. Si no se recupera un volumen razonable de mercado en Europa, tambin alguna de nuestras implantaciones industriales estar en peligro.

    La administracin y sus interlocutores del sector

    Por ltimo hay un punto que va ms all de las actuaciones in-dividuales o como marca, es el apoyo de la administracin a la industria y la interlocucin coordinada (si no puede ser nica) como sector. Como referencia tenemos otros mercados europeos que tienen gran parte de su PIB ligado al sector (Alemania, Fran-cia) y que estn reactivando la demanda con medidas anti-crisis compartidas por todos los agentes.

    En Espaa no deja de ser un fracaso de todos que estemos an muy por detrs y vayamos lentamente y con vaivenes po-

    niendo en marcha medidas que tengan resultados de impac-to en reactivar y asegurar el 10% del PIB espaol, como pueden ser avalar y facilitar la financiacin de nuestros pro-yectos industriales (de marcas y suministradores), estimular la demanda a travs de incentivos directos a la renovacin del parque (ms ecolgico, ms seguro), reducir los impues-tos que gravan la compra del vehculo, reactivar el crdito a la compra de vehculos a clientes y empresas dando acceso a las financieras del sector a facilidades que hoy disponen los bancos o realizando inversiones en las infraestructuras que mejoren la logstica y nos hagan ms competitivos, apoyar financieramente a nuestras PYMES (suministradores locales, concesionarios).

    Quizs esta situacin de crisis pueda ayudarnos a verte-brar de una manera ms eficaz la interlocucin administra-cin-sector de automocin.

    JOS LUIS SANCHOsocio de Accenture

    responsable del sector

    automocin

    El rnking de las marcas no ser igual tras la crisis

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    Benedicta GallegoDirectora CapGemini

    Cunto cuesta?

    A lo largo de los aos la seguridad y la fiabilidad han influido de forma determinante en la decisin del con-sumidor a la hora de adquirir un coche. Estos aspectos han dejado de estar solos en el podium de los fac-tores que intervienen en la decisin de compra. La subida del precio del combustible y la preocupacin cre-ciente por el medio ambiente influyen

    ahora tambin en su comportamiento. Asimismo, el uso generalizado de Internet como herramien-ta de investigacin durante el proceso de compra est teniendo un fuerte impacto en el sector, tan-to, que en los ltimos 10 se ha convertido en la principal fuente de informacin.

    La subida en el precio de los combustibles est teniendo un efecto muy importante en las decisiones que toman los consumidores en rela-cin con la compra de vehculos. Segn el lti-mo informe Cars Online, basado en entrevistas a consumidores de ocho pases y elaborado por Capgemini, el 90% de los entrevistados citaron el consumo de combustible como uno de los fac-tores relevantes a la hora de elegir un automvil, especialmente en los mercados emergentes. El estudio pone de manifiesto el incremento en la compra de vehculos ecolgicos: el 36% de los encuestados respondi que tena un vehculo efi-ciente en el consumo de combustible o que utili-zaba combustibles alternativos (una subida sobre el 28% del ao pasado) y la mitad coment que tena previsto comprar un vehculo de este tipo.

    En cuanto al uso de Internet como herramien-ta de investigacin, el informe revela una subida del 11% en los ltimos diez aos. La informa-cin sobre el producto y el precio siguen siendo las opciones ms populares de bsqueda que los consumidores emplean en la red. La importancia de las opciones relacionadas con las comunica-ciones sigue en aumento, concretamente en tr-minos de su capacidad de obtener asesoramiento y existe un nmero elevado de consumidores que dudan a la comprar un vehculo si la compaa no cuenta con ciertos elementos importantes en Internet.

    Hasta hace relativamente poco tiempo, se consideraba que Internet serva principalmente como fuente de informacin para las compras, pero existe un inters creciente en la compra de vehculos a travs de este medio. Los aspectos que estn potenciando este inters son la frustra-cin derivada de las negociaciones con los con-cesionarios y la mayor sofisticacin en el uso de Internet por parte de los consumidores. En 2007, un 20% de stos pensaban en la Red como en un canal de compras, mientras que este ao la cifra ha ascendido hasta el 44%, motivado por el significativo inters que se ha despertado en los pases emergentes al respecto. De esto se des-prende que el canal de ventas online es un medio potencialmente lucrativo y sin explotar que pue-den explorar tanto los fabricantes de automviles como los concesionarios.

    Un aspecto a tener muy en cuenta es la sa-tisfaccin del cliente, que ha cado durante los ltimos aos. Cuanto ms sofisticado es el mer-cado, menores son los niveles de satisfaccin del cliente. Si aadimos a esto al estancamiento en las ventas en los mercados tradicionales occi-dentales, queda claro que los fabricantes han de investigar nuevas reas de crecimiento para po-der seguir siendo competitivos. Los fabricantes de automviles estn dirigiendo su atencin a las regiones emergentes de gran crecimiento, por lo que resulta bsico que comprendan cules son los aspectos principales en los que se parecen y diferencian ambos mercados. Los consumidores de los cuatro pases del BRIC (Brasil, Rusia, In-dia y China) son sumamente conscientes de la tecnologa existente y estn haciendo un gran uso de las nuevas herramientas que ofrece Inter-net, como es el caso de los cuadernos de bit-cora, o blogs, y los foros en la red dentro de su proceso de compra de vehculos, lo que indica el potencial existente de que superen a merca-dos ms maduros en este mbito. No obstante, los consumidores de estos mercados, en general, tienden a demostrar unos hbitos de compra me-nos sofisticados que los de los pases occidenta-les.

    Los cambios acontecidos en la industria auto-movilstica durante los ltimos diez aos dejan patente que tanto fabricantes como concesiona-rios se ven obligados a investigar nuevas reas de crecimiento si quieren seguir manteniendo la competitividad.

    Cuanto ms sofisticado es un

    mercado, menor es la satisfaccin del

    cliente. Durante los ltimos aos

    sta ha cado significativamente

    Cunto contamina?L o s c a m b i o s a c o n t e c i d o s e n l a

    i n d u s t r i a a u t o m o v i l s t i c a d u r a n t e l o s l t i m o s d i e z a o s d e j a n

    p a t e n t e q u e t a n t o f a b r i c a n t e s c o m o c o n c e s i o n a r i o s s e v e n o b l i g a d o s

    a i n v e s t i g a r n u e v a s r e a s d e c r e c i m i e n t o s i q u i e r e n s e g u i r

    m a n t e n i e n d o l a c o m p e t i t i v i d a d

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    MAR GALLARDOSocio Responsable

    Sector Automocin

    e Industrial de

    Pricewaterhouse-

    Coopers

    Por increble

    El sector del automvil est tocado por la crisis. Ante un panorama tan delica-do, hay que huir del fatalismo y tener en cuenta que es posible remontar si se acta rpidamente, de manera coordina-da y con una estrategia que contemple medidas para superar la actual coyun-tura pero tambin para salir fortalecido cuando la situacin cambie de signo.

    El sector del automvil atraviesa uno de sus peores momentos. Los datos son claros y a nadie se le escapa que la situacin es muy grave. En 2008 las matriculaciones de vehculos en Espaa cayeron un 28% con respecto al ao anterior y en enero de 2009 slo se han vendido 59.400 unidades, lo que supone una cada del 41% interanual, la cifra ms baja en los ltimos 13 aos. Las perspectivas para este ao no sitan la cifra de ventas por enci-ma de las 900.000 unidades. A finales de enero, el presidente de ANFAC sealaba que 40.000 trabaja-dores de fbricas de automviles estn afectados por EREs, a los que hay que aadir otros 33.000 de la industria auxiliar y 30.000 de la red comercial.

    La fuerte cada de la demanda, la falta de liquidez y el problema estructural de exceso de capacidad pro-ductiva son algunos de los factores que nos han condu-cido a una situacin preocupante que afecta de manera contundente a un sector clave en la economa de este pas. La crisis est golpeando a la construccin, al sec-tor financiero y a la industria en general, pero el auto-mvil se est viendo afectado de forma muy virulenta y es hora de adoptar medidas urgentes.

    Ya se ha hablado mucho sobre el desplome y so-bre sus causas. No hay ms que ver los datos dispo-nibles para percibir que la situacin es grave. Pero es preciso huir del fatalismo y tener en cuenta que toda crisis es una oportunidad de cambio. Hay que afrontar la situacin con valenta, actuar rpido y tomar decisiones acertadas.

    Obviamente, para salir de esta situacin es nece-sario reactivar la demanda urgentemente. El sector del automvil es altamente sensible a la situacin econmica y no se recuperar hasta que el consu-mo y la confianza se siten en niveles ms altos. Es fundamental, por tanto, reactivar el acceso al crdito al consumo y conseguir la coordinacin de todos los agentes involucrados. En este proceso, las Administraciones Pblicas deben jugar un papel de-terminante mediante el desarrollo e impulso de pla-nes especiales, ventajas fiscales, ayudas directas a la adquisicin del vehculo y medidas que faciliten el

    acceso a la liquidez.Pero es el momento tambin en el que las pro-

    pias empresas del sector, incluyendo tanto a los fabricantes (OEM), como a la industria auxiliar, a la red de concesionarios y talleres, deben plantear-se la viabilidad de su plan de negocio, definiendo una estrategia clara y adoptando medidas urgentes para adaptarlo a la situacin actual. Es el momento de implementar planes que impulsen la competiti-vidad que pueden requerir la introduccin de me-joras tecnolgicas para aumentar el valor aadido que se genera, ,que flexibilicen la organizacin y sus procesos, que adapten los incrementos salariales a las mejoras de la productividad, que motiven a los trabajadores, que mejoren la gestin del absentismo y que dimensionen adecuadamente los equipos hu-manos. Ahora ms que nunca se debe pensar en una adecuada gestin del circulante, en la eficiencia y en el ahorro de costes, eliminando eslabones superfluos de la cadena de valor.

    A la luz de los datos, es difcil pensar en un sec-tor saneado y sin incertidumbres, pero a pesar de todo, es posible superar el bache y salir reforzados. Las dificultades que atravesamos han puesto de ma-nifiesto algunas de las carencias del sector en Es-paa. A pesar de su pujanza y de su peso, estamos viendo que para consolidar una industria con futuro es preciso centrarse en aquello que aporta valor aa-dido en detrimento de todo lo que podemos consi-derar commodity.Las nuevas motorizaciones, las energas renovables o contar con equipos muy cuali-ficados en todos los niveles nos convierte en un pas con grandes posibilidades.

    Es el momento de apostar decididamente, por tanto, por la innovacin. Es imprescindible lograr que la innovacin y la creatividad se traduzcan en un aumento de la cifra de negocios y de los mrge-nes asociados, aumentando el valor aadido de los productos con una tendencia imparable hacia pro-cesos y productos que favorezcan el respeto por el medio ambiente. El hecho de contar con un nmero relevante de centros de decisin fuera de Espaa au-menta la vulnerabilidad del sector en Espaa y hace todava ms necesaria la coordinacin de todos para aumentar la competitividad del sector. De nuevo, ser necesaria la colaboracin de la industria con las Administraciones Pblicas y con los agentes so-ciales para incrementar la necesaria competitividad, algo que pasa por la mejora del producto a travs de la innovacin y el desarrollo, avanzando hacia productos ms sostenibles, pero tambin por acome-ter cambios en las infraestructuras, en los modelos laborales y en la distribucin.

    En este sentido, la propia situacin provoca re-ajustes en el modelo y dimensionamiento de la red de distribucin y hace necesaria altas dosis de innovacin en la definicin de polticas de comercializacin, posi-cionamiento de las marcas, polticas de incentivos a los concesionarios y, en definitiva, en el modelo de distri-bucin que pasa por una focalizacin cada vez mayor en el cliente y no slo en el producto.

    En suma, para salir de la crisis es necesario adop-tar medidas y acometer cambios de forma rpida y urgente que permitan a las diferentes empresas del sector no slo superar la coyuntura actual sino sa-lir fortalecidas y en situacin de ventaja competitiva cuando la tendencia del mercado cambie de signo.

    El sector tiene un gran futuro por delante, pero es preciso salir a jugar el partido con una estrategia clara y dispuestos a ganarlo.

    Es preciso huir del fatalismo y

    tener en cuenta que toda crisis es

    una oportunidad de cambio. Hay que afrontar la

    situacin con valenta

    que parezca, el coche tiene futuro

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    JESS TAPIARegional Account Executive

    de Urban Science

    Ingredientes

    Se acaba de conocer la cifra de paro regis-trado de Enero 2009. Todos los agentes econmicos y polticos se dedican a pre-dicar soluciones de, eso que llaman en la facultad, Economa Poltica. Recupera-cin cundo?, cmo?. Ambos deben ser una mezcla de acertadas medidas de Economa Poltica y del esfuerzo conjunto de los protagonistas del sector: fabrican-tes, concesionarios y consultoras. La ges-

    tin centrada en el cliente, tanto en las marcas como en los concesionarios, adquiere hoy en da ms im-portancia que nunca. Recordemos que esto supone situar al cliente en el centro del modelo de negocio, de forma que toda la organizacin se estructura y dirige sus esfuerzos para conseguir un objetivo co-mn: la satisfaccin completa del cliente. Y las con-sultoras? Debemos maximizar nuestra proactividad y creatividad para dar el mayor valor aadido en los servicios que prestamos a fabricantes y concesiona-rios. Para ello un enfoque analtico es fundamental; se trata de que entre todos aceleremos la recupera-cin del sector.

    Dos de los factores que ms estn afectando a la economa espaola y por ende al sector de auto-mocin son la falta de confianza y la dificultad de acceso al crdito.

    Analicemos los datos que pone a nuestra dispo-sicin el Banco de Espaa. Segn esta institucin, en el mes de Marzo de 2008 el sector servicios "anun-cia" de forma sbita la cada de sus expectativas a medio plazo. Unos meses antes, hogares y empre-sas adelantaban estos malos augurios; as, ya en el ltimo trimestre de 2007 sus expectativas caan de forma alarmante. La evolucin de los ltimos meses nos ha llevado a los niveles ms bajos desde el ao 1986. Como rezan los ms afamados libros de Eco-noma Poltica, la gestin de las expectativas es la ms compleja de las tareas a la que dicha disciplina se enfrenta. Primer ingrediente de la mezcla.

    Y el acceso al crdito?. Tradicionalmente la compra de un vehculo se ha realizado a travs de tres vas: en primer lugar, al contado escasa-mente utilizada-; en segundo lugar, mediante la fi-nanciacin bancaria - bien sea incluyendo la com-pra del vehculo en la hipoteca o a travs de un prstamo/crdito al consumo y en tercer lugar,

    a travs de la propia financiera de la marca. En los ltimos aos, otras frmulas como el renting, leasing o los programas de cambio de coche han adquirido relevancia.

    Lo que permite el pago al contado es lo que en economa se llama riqueza de las familias a cor-to plazo; esto es, la suma del efectivo disponible cuentas corrientes, libretas y los depsitos a corto plazo con disponibilidad inmediata y apenas penalizacin de intereses. Los datos que muestra el Banco de Espaa invitan a cierto optimismo, ya que existe una tendencia claramente creciente. Mencionar adems que, slo muy recientemente, el volumen de depsitos ha superado al volumen de efectivo; este dato, junto con la cada de volu-men en fondos de inversin, revela que las fami-lias prefieren nadar y guardar la ropa en lo que a sus ahorros respecta. Sin embargo, nada hace pensar - ceteris paribus que este incremento de la riqueza a corto plazo vaya a suponer que el pago al contado del vehculo adquiera un mayor protagonismo.

    En cuanto a la financiacin bancaria, observa-mos que las tasas de crecimiento de los prstamos al consumo a las familias se encuentran en niveles del ao 1996, ao en el que los tipos de inters aplica-dos por bancos y cajas de ahorros rondaban el 12%. Por otro lado, la tasa de crecimiento de prstamos para vivienda se encuentra en mnimos histricos, en torno al 4%.

    Este entorno tambin representa una oportuni-dad tanto para fabricantes como para concesiona-rios. Entendamos aqu la perspectiva de un cliente que realiza la compra del objeto (vehculo) y re-curso (dinero) al mismo sujeto (marca). En una gestin orientada al cliente, la mejora de la inte-gracin de las financieras de las marcas dentro de la estructura del fabricante es fundamental para captar mejor esa oportunidad. Esa mejor integra-cin supone, antes de todo, establecer objetivos que no estn enfrentados entre s, y en segundo lugar, una mayor cooperacin entre los departa-mentos operativos de la marca (ventas, marketing, postventa) y la propia financiera. Pero adems, dentro de la propia marca, en una gestin orien-tada al cliente las distintas reas operativas deben unir sus fuerzas y utilizar los recursos de la forma ms eficiente posible. Entre esos recursos hay uno fundamental: las bases de datos de clientes y pros-pectos. El CRM analtico tiene un papel esencial en el logro de dicha eficiencia.

    El reto del CRM analtico es conseguir trans-formar los datos en informacin y conocimiento real sobre nuestros clientes, para aplicar acciones concretas basadas en los resultados, y que esas acciones se puedan traducir en valor para la mar-ca. Algunas preguntas para la reflexin del lector: Conocemos cules son los clientes ms valiosos para la marca?, cmo son de buenos los contac-tos generados por una accin de marketing?, qu diferencia al prospecto que termina comprando del que no compra?, cmo podemos establecer un tratamiento diferenciado a nuestros contactos?, qu mtricas se utilizan para medir el xito de una campaa? Muchas de ellas pueden encontrar respuesta a travs del CRM analtico; las marcas que mejor conozcan a sus clientes, actuales y po-tenciales, tendrn una comunicacin mejor y ms eficiente con ellos y una relacin de mutuo benefi-cio. Segundo ingrediente de la mezcla.

    bsicos

    NATALIA GANCEDOClient Services Manager

    de Urban Science

  • Los mximos representantes de los fabricantescon presencia en el mercado espaol analizan el ejercicio.

    OpininEmpresas

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    LUIS VALERODirector General

    de ANFAC

    Perspectivas

    Para la industria de automocin, el ao 2008 se ha caracterizado por sus malos resultados. En el aspecto comercial, todos los segmentos han mostrados descensos notables. En tu-rismos, ncleo principal de la deman-dada de vehculos en Espaa cayo un 28,1%, la mayor cada porcentual en la historia de nuestro mercado. Los vehculos comerciales terminaron el

    ao con una cada del 40% y los vehculos indus-triales con un descenso total del 30%. En total se matricularon 1,36 millones de vehculos, es decir, 576.000 menos que en el ao anterior.

    Para esta ao 2009, las perspectivas no son nada alentadoras. Para los turismos se ha estima-do una cada del 23%, es decir, apenas 900.000 turismos. Si se cumplen estas malas previsiones, querr decir que en dos aos el mercado espaol habr dejado de matricular ms de un milln de turismos. Desde el sector se reclama insistente-mente medidas de impulso a la demanda porque la situacin es muy crtica.

    Por otro lado, en el aspecto industrial, nues-tras empresas en el ao 2008 han fabricado un total de 2,5 millones de unidades, de las que el 86 % se han destinado a otros pases, fundamen-talmente a la Unin Europea. El comportamien-to de los principales mercados europeos, con un descenso total de mercado europeo (UE-15) de un 8,5% a lo largo de 2008, es decir, 1,2 millo-nes de vehculos menos que en 2007, han condi-cionado la fabricacin de vehculos en Espaa. La crisis econmica y financiera ha provocado una drstica reduccin en los volmenes de pro-duccin, retrocediendo a niveles del ao 1997. La exportacin de vehculos descendi en el ao 2008 un 8,7% con un total de 2.180.852 unida-des exportadas.

    El comportamiento a la baja del mercado eu-ropeo (UE-15), donde es posible que se reduz-can alrededor de un milln de turismos en 2009, hace previsible un nuevo descenso importante en la produccin de las factoras instaladas en Espa-a, lo que situar la produccin total para el ao 2009 en volmenes desconocidos desde hace ms de diez aos. En cifras, se espera una bajada de produccin del 21% con un volumen total de 2 millones de vehculos.

    La situacin por la que atraviesa la industria espaola es muy delicada, y las medidas a imple-mentar por el Gobierno, deben ser consecuentes con la grave situacin de la industria y la comer-cializacin de vehculos.

    La crisis econmica

    y f inanciera ha provocado una drstica

    reduccin en los volmenes de

    produccin

    nada alentadoras

    L a s i t u a c i n p o r l a q u e a t r av i e s a l a

    i n d u s t r i a e s p a o l a e n e s t e m o m e n t o e s m u y

    d e l i c a d a , y l a s m e d i d a s a i m p l e m e n t a r p o r e l

    Go b i e r n o d e b e n s e r c o n s e c u e n t e s c o n l a

    g r ave s i t u a c i n d e l a i n d u s t r i a y d e l a

    c o m e r c i a l i z a c i n d e ve h c u l o s e n n u e s t r o p a s

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    Empresas

    Alfa Romeo registr durante 2008 una de las peores cadas del ran-king en el segmento de turismos. A qu se debe este resultado?

    El ranking no es el reflejo de una poltica comercial y mu-cho menos del presente y futuro de una marca; de hecho hay marcas que por salir bien en el ranking toman decisiones que pueden comprometer el futuro del business.No obstante, Alfa Romeo no ha modificado su posicin en el ran-king de marcas, se ha mantenido durante el 2008 en la misma posi-cin que tena en el 2007.

    Si es natural en cambio, que marcas de cierto prestigio, con un po-sicionamiento ms especfico, se vean ms afectadas en estos mo-mentos que las marcas de volumen, por el simple hecho que las marcas de volumen cuentan con mayores recursos de comunicacin y promocin.Por otro lado en Alfa Romeo, ya desde finales del 2007, hemos de-finido una poltica orientada a la mejora de los procesos y servicios. Mejora que parte desde los procesos productivos y se extiende hasta los servicios ofrecidos por nuestra red de concesionarios; por este motivo hemos ajustado las ventas a ciertos canales para mejorar el posicionamiento del producto y la rentabilidad de las operaciones. As priorizamos nuestros objetivos cualitativos y de rentabilidad so-bre los de volumen.

    Lograr la Marca amortiguar la cada durante este ejercicio y si-tuarse por encima de la media del mercado?Seremos coherentes con la poltica ya iniciada, por este motivo, para el 2009 nuestro objetivo no debera ser muy diferente al alcanzado el ao pasado, deberamos mantenernos en cifras paralelas con ten-dencia al alza, dado que aprovecharemos las oportunidades que nos brindan los nuevos productos que estamos lanzando.

    Qu previsiones manejan para el mercado de turismos en general en 2009?Nuestra previsin es de crecer de una manera ordenada y coherente dentro de un mercado a la baja. Se espera una cada del mercado de aproximadamente el 20% con respecto al ao pasado, lo que significa un mercado potencial de unas 950.000 unidades. Obvia-mente todo depender de las medidas que se adopten por parte de la administracin, que sirvan para incentivar la demanda y activar el mercado.

    Qu novedades introducir la Marca a lo largo de este ejercicio?

    Por ejemplo el Alfa MiTo que estamos am-pliando la gama con nuevas motorizacio-

    nes tanto disel como gasolina. El Alfa 159 y Sportwagon, en los que habr innovaciones en opcionales, nuevos motores ms ecolgicos y estticas, igualmente tambin se introducirn

    en el Alfa Brera y Spider. Todo ello sin olvidarnos que a finales de ao lanza-

    remos un nuevo coche en el segmento C, el Alfa 149.

    Mejora de procesos y servicios

    Paulo Carelli Director de marca Alfa Romeo

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    Cmo evolucionarn las ventas de vehculos Premium a lo largo de 2009? Y el mercado de turismos en general?

    Estamos en un escenario en el que es ms complicado que nunca hacer previsiones. Si nos atenemos a los clculos de ANFAC, la cifra de matriculaciones de turismos para Espaa en 2009 ser aproximadamente de 900.000 unidades. Histricamente el segmento Premium se erosiona menos que el mercado global en las pocas de crisis es por ello que las estima-ciones con las que estamos trabajando sean algo ms benvolas y se cifren en un retroceso que el 18% aproximadamente, respecto a 2008.

    Lograr invertirse la tendencia descendente del mercado en los ltimos meses de este ejercicio o ha-br que esperar a 2010?Las ltimas previsiones de los analistas econmicos en este sentido no son muy optimis-tas. Con la informacin de que disponemos hoy, no parece rea-lista esperar que el mercado cambie esta tendencia antes del prximo ao.

    Cul ser el comportamiento de su marca en lo que respecta a los modelos todocamino? Cmo creen que evolucionar este segmen-to?La llegada al mercado del nuevo Audi Q5 ha supuesto un impul-so para nuestra marca en esta categora. Sin embargo, el segmen-to SUV ha sido de los ms castigados en los ltimos tiempos y la situacin econmica actual no es muy propicia para este tipo de modelos.

    Qu previsiones de ventas realizan para Audi al cierre del ejercicio?Es muy complicado dar una previsin en este escenario tan cam-biante. Nuestra estrategia comercial este centra este ao en va-rios aspectos que podramos englobar en tres apartados: volu-men, rentabilidad y liderazgo.

    Queremos seguir siendo lderes del segmento Premium como viene sucediendo desde hace quince aos. Pero en Audi consideramos que ser lder es mucho ms que vender una pe-quea cantidad de coches ms que la competencia. Nosotros creemos en el liderazgo integral. Una marca no es ms l-der por el numero de productos que vende sino por como los vende. Y sobre todo, lo que ms importa es la percepcin del cliente. Eso supone volumen de ventas, por supuesto, pero tambin la satisfaccin del cliente y la rentabilidad de la red, elementos bsico para conseguir el objetivo de fidelizar a los usuarios de nuestros modelos. En esa lnea trabajamos, eso si, sin renunciar a la venta de un solo coche, pero de manera natural sin comprar mercado artificialmente. No obstante, es-peramos poder aumentar nuestra participacin en el mercado espaol.

    Seguir como lderes del segmento premium

    Manuel CaballeroDirector de Audi

  • Marzo de 2009 Suplemento especial

    Diada 4x4 San SebastinArranca la temporada todoterrenoCon una inscripcin envidable, la cuarta edicin de la Diada de San Sebastin se encarg de levantar el teln de la temporada automovilstica balear.

    Otro ttulo para Marc Gutirrez

    Competicin territorial y regional

    Andorra

    Los Ferreira firman el primer triunfo del ao

    Rallye Clsicos Invierno

    Galicia

    I Slalom Motor Show Festival

    Aragn

    Baleares

    Agust Albareda luch hasta el ltimomomento, pero no pudo evitar que Marc Gutirrez reeditara su condicin de campen sobre el hielo andorrano.

    G.Series grandalira

    A manos de un Jaguar XK 120, Manuel y Pablo Ferreira se impusieron en el Rallye de Invierno, una prueba que, ao tras ao, se consolida como una de las importantes del pas.

    Car Motorsport Magazine& SPORTZONAKARTINGComenz el campeonato cataln

    El VendrellLa temporada catalana de karting se inaugur en El Vendrell, donde no hubo muchas sorpresas, y los favoritos comienzan ganando en todas las categoras.

    Fuste inaugura el ao con victoria

    EntrevistasMembrado y PouHablamos con Josep Mara Membrado y Miguel Pou, los recin coronados campeones de los campeonatos catala-nes de rallyes en sus dos variantes, asfalto y tierra, respectiva-mente.

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    N43 Ao V - Febrero 2009 Car Motorsport Magazine&

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    alonso aspira al ttulo con el r29

    Dakar09Sainz,no pudo ser

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    Luis Prez Sala Robert Kubica Dani Sordo Roberto Merhi

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    Cules son sus objetivos en cuanto a cifra de ventas y cuota de mer-cado durante este ao?El ao ha empezado como termin el anterior, con una cada muy importante de las ventas. En este entorno, en enero, Che-vrolet ha sido una de las pocas marcas que no ha tenido una cada significativa en sus ventas.A pesar de ello, nosotros hemos querido ser prudentes y nos hemos fijado un objetivo de 18.000 unidades que supondra una cuota de mercado un poco mayor del 1,8%

    Segn sus previsiones, cmo ser la cifra de matriculaciones de turismos al cierre de este ejercicio? Nuestras previsiones nos in-dican que en 2009 el mercado va a estar por debajo del mi-lln de unidades por primera vez en muchos aos. Nosotros estimamos que la cifra final rondar los 975.000 coches.

    Cul ser la