LA FELICIDAD COMO PLACER.Rebeca González Pérez, nº 12

Cristina Santamaría Méndez, nº 23

INTRODUCCIÓN

Ser animal racional supone escuchar simultáneamente dos llamadas: la del placer y la del deber. El placer se presenta íntimamente asociado a nuestra naturaleza; la razón y el deseo son los dos caracteres por los que definimos lo que es natural; todo el mundo persigue el placer y lo incluye dentro de la trama de la felicidad; el hombre está hecho de tal manera que lo agradable le parece bueno, y lo penoso le parece malo.

Por eso piensan algunos que el placer es el bien supremo, porque todos los seres aspiran a él, tanto los racionales como los irracionales. Pero no puede ser el bien supremo, pues también se observa que el placer esclaviza a muchos hombres. De ahí concluye Aristóteles que el placer no es malo ni bueno en sí mismo, y que es malo cuando «hace al hombre brutal o vicioso». Muchas de las cosas por las que merece la pena luchar, no son placenteras. Por tanto, ni el placer se identifica con el bien, ni todo placer se debe apetecer.

CARPE DIEM!

El poeta Horacio resumió en dos palabras el programa de vida que busca el placer por encima de todo: carpe diem. Es la invitación a vivir al día, a exprimir el instante, a extraer de cada momento todo el placer que pueda contener. 

EPICURO

Hablaremos un poco sobre quién era Epicuro, la relación que guardaba para él la felicidad y el placer y sus aportaciones a la filosofía.

“Cuanto mayor es la dificultad, mayor es la gloria por haberla superado”

CONOZCÁMOSLE

Epicuro, aproximadamente 341 a. C. Atenas, 270 a. C. Fue un filósofo griego, fundador de la escuela que lleva su nombre “epicureísmo”. Los aspectos más destacados de su doctrina son el hedonismo racional y el atomismo.

Defendió una doctrina basada en la búsqueda del placer, la cual debería ser dirigida por la prudencia. Se manifestó en contra del destino, de la necesidad y de la fatalidad.

Según Epicuro la naturaleza está regida por el azar y no por la casualidad. Sólo así es posible la libertad, sin la cual el hedonismo no tiene motivo de ser.

Hedonismo: es la doctrina filosófica basada en la búsqueda del placer y la supresión del dolor como objetivo o razón de ser de la vida.

Atomismo: es un sistema filosófico que surgió en Grecia según el cual el universo está constituido por combinaciones de pequeñas partículas indivisibles denominadas átomos.

Epicuro criticó los mitos religiosos, los cuales, según él, no hacían sino amargar la vida de los hombres. El fin de la vida humana es procurar el placer y evadir el dolor, pero siempre de una manera racional, evitando los excesos, pues estos conllevan posterior sufrimiento. Los placeres del espíritu son superiores a los del cuerpo, y ambos deben satisfacerse con inteligencia, procurando llegar a un estado de bienestar corporal y espiritual al que llamaba ataraxia.

Epicuro criticaba tanto el desenfreno como la renuncia a los placeres de la carne, porque el creía que debía de buscarse un término medio, y que los goces carnales deberían satisfacerse siempre y cuando no conllevaran un dolor en el futuro. La filosofía epicureísta dice que debe usarse al servicio de la vida de los hombres, y que el conocimiento por sí mismo no tiene ninguna utilidad si no se emplea en la búsqueda de la felicidad.

ALGUNAS DE SUS OBRAS:

A su muerte, dejó más de 300 manuscritos, incluyendo 37 tratados sobre física y numerosas obras sobre el amor, la justicia, los dioses y otros temas, según refiere Diógenes Laercio en el siglo III. De todo ello, sólo se han conservado tres cartas y cuarenta máximas las llamadas “Máximas capitales”, transcritas por Diógenes Laercio, y algunos fragmentos breves citados por otros autores.

Las cartas son las siguientes:Carta a Heródoto (no el historiador): trata sobre

gnoseología y física.Carta a Pitocles: se refiere a la cosmología, la

astronomía y la meteorología.Carta a Meneceo: aborda la ética.

Las máximas son de contenido fundamentalmente ético y gnoseológico. La gnoseología también llamada teoría del conocimiento, es una rama de la filosofía que estudia la naturaleza, el origen y el alcance del conocimiento.

EPICURO

Epicuro llevó a cabo un exhaustivo y matizado estudio de los placeres, destinado a demostrar que nuestra dependencia del placer es excesiva e inconveniente. Y distinguió en su análisis, como en las setas, placeres convenientes y placeres venenosos. 

CARTA A MENECEO

El maestro había dicho que « el placer es el principio y el fin de la vida feliz», y estas palabras le explotaron en la cara. No tuvo más remedio que salir al paso:

«Cuando decimos que el placer es el soberano bien, no hablamos de los placeres de los pervertidos y de los crápulas, como pretenden algunos ignorantes que nos atacan y desfiguran nuestro pensamiento. Hablamos de la ausencia de sufrimiento para el cuerpo y de la ausencia de inquietud para el alma. Porque no son las borracheras, ni los banquetes continuos ni el goce con jovencitos o con mujeres, ni los pescados y las carnes con que se colman las mesas suntuosas, los que proporcionan una vida feliz: más bien es la razón, buscando sin cesar los motivos legítimos de elección o de aversión, y apartando las opiniones que llenan el alma de inquietud»

CLASES DE PLACERES

Epicuro distingue tres grandes clases de placeres: los naturales necesarios; los naturales innecesarios; y los que no son ni naturales ni necesarios. Después nos dice que la mejor relación con los placeres consiste en satisfacer los primeros, limitar los segundos y esquivar los terceros.

Entre los naturales necesarios se encuentran los que apuntan a la conservación de la vida: comer, beber, vestirse y descansar; de este grupo excluye el deseo y la satisfacción del amor, porque es una fuente de perturbación. 

Entre los placeres naturales pero innecesarios menciona todos los que constituyen variaciones superfluas de los anteriores: comer caprichosamente, beber licores refinados, vestir con obstentación, etc.

Finalmente, entre los placeres no naturales y no necesarios se citan los nacidos de la vanidad humana: deseo de riquezas, de poder, de honores…

OPINIÓN PERSONAL

Rebeca: Personalmente creo que el placer si que puede llegar a dar la felicidad. Están relacionados entre si, y ambos se aportan cosas mutuamente. Hay gente que puede llegar a pensar que esto no es así, pero si no sentimos placer con las personas que queremos no podremos llegar a ser plenamente felices, por lo que hay que disfrutar de estas, de todas las maneras posibles para que así tengan felicidad plena en sus vidas. La felicidad puede interpretarse de diferentes modos; el estar con tu familia, con tus amigos, o con la persona que quieres;

La felicidad material, la cual nos aporta gratificación en el momento en el que lo conseguimos, pero con el paso del tiempo se descubrirá que no son más que cosas sin importancia que de un momento al otro desaparecerán de nuestras vidas de repente; y la felicidad de estar en paz y bien con nosotros mismos, que creo que es muy importante para nuestras vidas, ya que sin nuestra paz interior, o con rencor u odio dentro de nosotros no conseguiremos nada bueno, ni para los demás ni para nosotros.

Con esto quiero decir que no es tan importante lo material, porque por muchas cosas de marca, o mucho dinero o mucho poder que tengas, si estás solo en el mundo y no perdonas a las personas o les tienes rencor, ¿que será de ti?. Pocas personas aprecian la felicidad de este modo, y las que lo hacen se darán cuenta que por mucho que sufran en algún momento de sus vidas, todo esfuerzo tendrá su recompensa.

Cristina: En mi opinión la felicidad como placer es algo real porque creo que esta es placentera, me explico:

Yo creo que el placer si da la felicidad. En lo que Epicuro dice de los tipos de felicidad los que él clasifica como naturales necesarios en esta sociedad en que vivimos, por lo menos para la mayoría de la gente son los que menos felicidad nos aportan ya que los tenemos como algo cotidiano y es algo que se valora muy poco. Si nos pusiéramos en el lugar de las personas que viven en el llamado "tercer mundo“ a ellos si que les aportaría verdadera felicidad poder comer, beber y descansar cada día .

Pensando ahora en los placeres naturales innecesarios y en los no naturales y no necesarios creo, aunque no sea correcto del todo, que estos son los que más felicidad nos aportan, los que con dificultad se consiguen como por ejemplo, tener cosas caras, marcas, riquezas, poder... los caprichos son lo que si no conseguimos nos trae tristeza. En eso estoy de acuerdo con Epicuro, aunque también pienso que algún capricho de vez en cuando no viene mal, pero nada exagerado y a cambio de esfuerzo. Aunque tampoco estoy de acuerdo con eso de excluir del primer grupo al amor porque lo considero algo imprescindible.

Tener el amor de las personas más queridas no es algo avaricioso y creo que sin esto, sin el amor de tu familia y amigos los otros tipos de felicidad no se aprecian de la misma manera y todo es más triste sin el.

En conclusión: la gente dice estar triste cuando no consigue los caprichos que quiere, es decir los tipos de felicidad innecesaria y si la gente valorara toda la clase de privilegios que tenemos todos los días sin tener que pagar o hacer sacrificios por ellos tendrían una vida mucho más feliz y placentera.

UN CLARO EJEMPLO DE FELICIDAD

El amor de tu familia y amigos es algo que debería de pertenecer al primer grupo, porque yo sin eso no sería feliz. Un claro ejemplo: