Recopilación de Poesías de Enrique Sabaté1
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RECOPILACIÓN
DE POESÍAS DE
ENRIQUE
SABATÉ
Trovador de aire
rural
cuenta versos y
canciones
en sartenes y fogones
y en vasijas de cristal.
En el barro natural
de las coplas
populares,
de la fragua y los
telares,
del tendal y el
lavadero,
de bien me sabe un te
quiero
y que de reír no
pares.
Recopilación de Poesías de
Enrique Sabaté
Con la boca bien cerrada ciudadanos y vasallos,
callad o temed los rayos
de esta gente disfrazada
de miedos en su morada
de ojos y oídos tapados,
ciegos de tan encumbrados
y tan fuera de lugar,
más un tiempo ha de llegar
que hablen los silenciados.
Ducio Di Boninsegna. Vidrieras de la Catedral de Siena, s. XIII.
A Begoña Quintanal.
Serás luz, nexo, estructura,
cimiento de leve gloria,
extremo en esta memoria
de excedentes de aventura.
Buscas sola tu escritura
en flor por las aspilleras.
Controvertida en esferas
y en el trasluz del cristal,
para tu bien y tu mal
plomo en antiguas vidrieras.
Un día de verano. Berthe Morisot. A Lola Checa.
Te dejaré un día, me dejarás,
sombrilla reposada en tu regazo
amoroso quedando mi mundo atrás
y en ti solo halle rechazo.
Lejana y quizá baldía
esta desazón que encuentra en lo cotidiano
la lluvia menuda de tu boca fría
en un caluroso día de verano.
Alientos, elegante mariposa,
libélula de azules conclusiones,
en ti siento la estela de la diosa
de las contradicciones.
Agudas las aristas del destino
sin besos de agua y vino.
Veleros en Argenteuil. Claude Monet. A
Vindio Taller Artistico
Reposa el viento sus alas
en el recodo del río
y en su lienzo mudo y frío
viste el día el sol de galas.
En los veleros encalas,
con el blanco de tu mimo,
el verde serrín del limo
sobre el agua rumorosa
regalándome una rosa,
amiga que más estimo.
Campos. Camille Pissarro. A Ana Belén
González García.
Roturadas cicatrices
en el clamor de la tierra
al arado, un muro cierra
las auténticas raíces.
Porque se cuanto me dices
a la hora del sestero.
Te sé, por eso te quiero
con los ojos del pintor
y te confieso mi amor
con manos de jornalero.
Fuente de los niños. Mariano Benlliure. A
Marta Sabaté Luquero.
Agua de bronces y aceros
alcanzan en tus torrentes
y en la boca de las fuentes
un rumor de lapiceros.
Ángeles en vivos cueros
en el marco que a la luna
viste de muérdago y cuna
en la rueda del futuro,
espejo hoy, quizá muro
mañana, río, laguna.
Esencialmente en acordes
el poeta se estremece
y en cada nota en las cuerdas
el corazón se sorprende.
La patria de los sentidos
donde los deseos vierten
de sus entrañas la carne,
y del espíritu nieve
de la verdad la ventura
y de la mentira muerte.
Prismas de cristales secos
generan luces vidriosas
de repente gaseosas,
efímeros haces huecos.
Tonalidades y flecos
de rayos multicolores.
Traen en su reflejo errores
que embellecen en la forma
libre en esta plataforma
renacida en tus amores.
Autómata. 1927. Edward Hooper. (Este os lo dedico a todos)
A cambio de mi alma que es solo gris conciencia
ofréceme quizá un sueño de alfaguaras,
procede a deshacerme de mamparas
del tedio del autómata clavado a la existencia.
Ensambláme de nuevo la corta inteligencia
mecánica, y deshazme de grietas y de escaras
y monta cada pieza y luego las separas,
si es tarde para eso disculpa la asistencia.
Un pulso sostenido me aborta en lo inmediato,
sin más comedimiento que un triste buenas noches
y adiós sola te pudras en barras y reproches
tomando del licor lo amargo y más barato.
No dejan de pasar las luces de los coches
y suena a contraluz, de nieblas, un silbato.
Te diré que me pasó "por vivir en tierra ajena"
saludé a la luna llena
y no se me resistió.
Creo que una vez bajó
por un andamio hasta el suelo.
Vino por soltarse el pelo
en un baile hasta las tantas
y me dijo si me cantas
me quito esta noche el velo.
Son de locos y poetas
enfrentados al pasado
de oro nuevo nombrado
en tantas obras completas.
Jubones y camisetas,
zarcillos, costuras, talles,
alcarrias, "on fire", displayes
de convento y librería,
de bar y cerveza fría,
cuando camino sus calles.
"A veces cuando no está"
el tiempo, maldito, pasa
y se derrumba la casa
y el santo al cielo se va.
¡Ay! Mi ciudad de Alcalá
de Henares, La deseosa,
ella igual de caprichosa
que tú quiere ser planeta,
volar como una cometa
dispersa en su nebulosa.
Verá usted, yo se lo cuento,
la quise y la quiero tanto
que el alma tengo en quebranto
rota por el sentimiento.
Me mata el triste tormento
que sucede del orgullo.
Por dentro llevo un murmullo
perenne de desespero,
como un perro callejero
"extraño todo lo suyo".
Virgen de Guadalupe. Para Eva María Lillo.
Tu manto es el azul del firmamento
que ampara a los mortales del destino
y tiene en la alegría del camino
la gracia que aletea con el viento.
Espíritu del mar que al peregrino
acude a rescatar del sentimiento
y brota del deseo de un acento
que libre y solidario se hace trino.
Palomas de una paz maravillosa
te nacen de las manos madre hermosa;
tus hijos Gaia ciencia necesitan
el agua creadora, al invocarte
padecen y te rezan y te habitan,
gozosos, en los pliegues de tu arte
Una idea de Europa.
Europa de los pueblos liberados
del yugo de las torpes tiranías
no dejes que retornen esos días
marchitos de holocaustos apretados.
Afirman estos hechos comprobados
que atrás dejamos malas compañías
y que hemos de gastar las energías
en paz por el futuro y hermanados.
Europa, se acabaron las batallas
que no sean de vida y tolerancia
y dejen en la calle a los canallas.
Te muevan nuevos aires de fragancia
y caigan por el suelo las murallas
por ser la humanidad nuestra sustancia.
El Valor, escultura en los jardines del palacio de Buena Vista, sede del Cuartel
General de Ejército.
A Ile Marquez que me regaló la
foto.
Enfrentad a lo inclemente
con la paciencia infinita
que cada garganta grita
y que cada pecho siente.
Al miedo darle la frente
para apuñalar las penas.
Desasirse de cadenas
y vanidades sin gloria
por merecer la memoria
de claveles y azucenas.
La Violetera, de Santiago de Santiago. A Sofía
Winter.
Violeta de la villa más lustral
conjura este calor con tu perfume
de esencia de la vida capital
más cheli y ciudadana y que presume.
Florista de la Cuesta de Moyano
que subes primorosa al buen retiro
conoces lo que gusta el ser humano
sobrado de pasión por un suspiro.
Ofrece al paseante un ramillete
de versos en romances y sonetos
vestidos de ilusión con un ribete
de juncos y chotís a pies inquietos.
Alegres gorriones me decid
si faltan sus palabras en Madrid.
Libros de caballería
y de amores sin cuartel,
libros en azul pastel
y en negra dicotomía.
Letras al cabo del día
para oponer resistencia.
La bibliófila presencia
del insólito lector
que se va haciendo mayor
y aún sigue falto de ciencia.
Alto a la discriminación
contra el pueblo gitano.
Zincaló.
Pueblo de mimbre y esparto
entre nieblas perseguido
libre y jamás sometido
a la ley del mal reparto.
Por ninguno comprendido
que asusta la libertad.
Quienes les dicen, callad,
vuestra lengua es jerga
inerte,
y así se os condena a muerte
que es silencio y soledad.
A Llum Sánchez.
A tus peces de colores una décima amistosa,
un lirio y una dichosa
raíz de todas las flores.
Un canto de ruiseñores
a la luz de la mañana.
Al vuelo de la campana
más sonora de este valle
agradeciendo el detalle
te saludo valenciana.
No entiendo al extremista en su batalla,
combate con fanática tristeza
al hombre que en la paz muestra entereza;
rebelde cuando el látigo restalla.
Quisiera ser la voz de aquel que calla
el grito silenciado en la pobreza,
también la comprensiva fortaleza
que obstruye los postigos al canalla.
Flexible como el cálamo y la pluma,
que escriben las revueltas en renglones
y admiten que la tinta se consuma.
Sentir que hay que luchar por las pasiones
del hombre y la mujer, prisión de espuma,
que a Venus han rendido sus razones.
El humor es ese escudo
que nos motiva el talento
es un máximo elemento
del hombre, mono desnudo.
Es fundamental engrudo
Para las almas enfermas.
Hace vergel de las yermas
cicatrices personales
si del consejo te vales:
ríe pero no te duermas.
Perdón a ti y al mundo conocido
si he roto algunos cuencos con la
mano
y el barro me señala entretejido
con sal en cada llaga de Vulcano.
Perdón por ser el loco sin remedio
que ataja su desdicha en la palabra
y solo se procura un torvo asedio
a esperas que algún cielo se le abra.
Perdón sin que retrasen los relojes
con garbo de truhan sus manecillas Acuarela de Eva Lillo
cuidando que en el tiempo no te enojes
si pruebas lo afilado en mis cuchillas.
Perdón por mi sentido y mi tropiezo
que muere con las flores del cerezo.
Utopías atópicas y típicas.
I Enfático
No entiendo la razón de lo absoluto,
dueño de la rutina dominante,
plácido de virtud determinante
rito de categórico atributo.
Claro como el insigne y noble bruto,
triste y fugaz tormenta por errante,
quiero acertar la luz porque el instante
único, riguroso, en mi tributo.
Seas lo realizable en lo perfecto,
tú, la más extremada en la alegría
práctica, en realidad de tu intelecto.
Llanto también refiere y agonía.
¿qué me ahoga? Si quiero ser correcto
resta que prenda en llamas mi utopía.
II Heroico
No entiendo al extremista en su batalla,
combate con fanática tristeza
al hombre que en la paz muestra entereza;
rebelde cuando el látigo restalla.
Quisiera ser la voz de aquel que calla
el grito silenciado en la pobreza,
también la comprensiva fortaleza
que obstruye los postigos al canalla.
Flexible como el cálamo y la pluma,
que escriben las revueltas en renglones
y admiten que la tinta se consuma.
Sentir que hay que luchar por las pasiones
del hombre y la mujer, prisión de espuma,
que a Venus han rendido sus razones.
III Melódico
Hoy dibujo las letras veleidosas
en las líneas maestras de la vida
con la mano mortal que da una herida
que a su vez y en la paz cultiva rosas.
Hoy te dejo al albur en las golosas
madrugadas de vino mi partida;
y de cerca en tu seno, conmovida,
la pasión que alimenta mariposas.
Hoy que es día de fiesta y sacrificio,
en altares de amor concupiscentes,
me permite que ejerza el viejo oficio
de colgarle a la Luna sus pendientes
de pirita y marfil, en beneficio
de alumbrados y herejes residentes.
IV Sáfico
Como fanal, apasionado río,
luces del agua, rosicleres graves,
tactos de grama, en los vergeles aves
revolanderas las mañanas crío.
Pierdo el cuidado si en las cuevas cabes,
pasa del mundo que al mostrarte frío
vuelve los ojos al temible hastío,
doy por supuesto que el andar lo sabes.
Vive la suerte con las manos tercas,
vuela bribón para pinchar la Luna,
duerme, -si puedes-, bordeando albercas.
Abre a las sombras la cruel fortuna,
mueren de golpe cada vez que acercas
enamorado a la razón a alguna.
Marco Valerio Marcial, poeta. De Bílbilis, hoy Calatayud.
Marco Valerio Marcial
poeta Bilbilitano,
patricio maño y romano
del Íbero al Qurinal.
De la toga original
que a la retórica vierte
el crítico canto en suerte
de estoicos y editores
de epicúreos pastores
y perros que ladran fuerte.
El sabor del descontento
en el yambo y la verdad
de quien en dorada edad
del pasado vive atento.
Y figura el esperpento
que hace mención al presente.
Hecho común en la mente
que al pretérito supone
lo sublime y descompone
en el diluvio corriente.
Es demasiado ordenarse
de especulador de dotes
ni andar repartiendo azotes
por no querer condenarse.
Destinado a equivocarse
el ser en su propio ego.
Y quien atizando el fuego
de la fragua, ¡Oh ingrata Roma!
¿a qué abismo no se asoma
si en vano cree que no es ciego?
Versa dueño de razón
y no acaba nunca en dar,
velas que surcan el mar,
palabras al corazón.
Rumbo en fiera dirección
sin un símbolo anudado.
Mira después de lo andado
si con el silencio aciertas
o dejas que nazcan muertas
tus letras desamparado.
¿Nos purifica el amor?
¿es dulce y es verdadero?
¿tiene su filo el acero
del infinito dolor?
Lo glacial en el calor
de quien ama y vive amando.
Pero dime ¿sabes cuándo
pone su fin el camino?
Poeta, ¿dónde el destino?
¿Dónde? si muere esperando.
Me alisto con los piratas, voy a recorrer los bares, mejor que los siete mares son las tabernas baratas. A lo pobre las patatas guarnecen con distinción el más soberbio lechón o un par de huevos bien fritos y quien quiera pegue gritos si no hay gazpacho y jamón.
Si no les perece mal
me iré de filibustero,
no voy detrás del dinero
que es despreciable metal.
Yo aquí en la barra -al final-
hago presas como un bravo.
Que no quiero ser esclavo,
mejor soy Atila el Huno,
comerme un pincho moruno
que es fortuna al fin y al cabo.
Y cuando la suerte falle
me encuentren en el bucán
por un mendrugo de pan
al abordaje en la calle.
Para el día que me halle
en la tabla y mar adentro.
Naufrago de extremo a centro
y sin mapa del tesoro
como no he robado oro
vacío el cofre me encuentro
Hoy seré tu trovador
con alma de forajido,
juglar, el más consentido
en el alma y el amor.
Te he de ofrecer esa flor
que en el barranco es nacida.
Sé que ya estarás dormida
dulce prenda generosa,
te he de cantar dueña hermosa
mi jarcha, dulce casida.
Los versos en molinete
de contrabando en tus ojos
abrirán esos cerrojos
que has puesto en el tenderete.
Y si me dijeras vete
saltimbanqui a otro lugar
sabes que voy a aceptar
es el juego y es la suerte
que solo me deja verte
de lejos, hembra, al pasar.
Hoy seré tu trovador
porque yo se que lo quieres
y aunque por mi no te mueres
soy tu atento servidor.
Tus cuitas al portador
y tu correo real.
Tu y yo que en el bien y el mal
nos entendemos señora.
Mi canto es por ti, te adora,
hecho de frágil cristal.
Comparto la ilustración de José Rubio Malagón y escribo una trova. La música
que os suene.
Hártese de trabajar
y muéstrese agradecido,
no está usted manumitido
ni le dejo protestar.
Si lo quiere ha de pasar
por todas estas funciones.
De camarero, botones,
limpiadora y cocinera,
de mozo, de planchadora,
por dos euros a la hora,
¿y si no?, ¡habrá quien lo quiera!
Contento con el contrato
que no va llevarle el pan,
vote usted con mucho afán
a quien le birla su plato.
Tómese el bicarbonato
y no pida nada más.
No se le ocurra jamás
sumarse a alguna protesta
que esas siempre la orquesta
un maldito Barrabás.
Haced como el buen señor
que paga sus deudas todas
y no alinearse a las modas
que dice el arrendador.
Como en Grecia están peor
porque ha votado la gente.
Yo digo más comúnmente
si me deja la mordaza:
dejadme alguna tenaza
para que me arranque un diente.
A Javier Krahe, trovador.
Se entere la autoridad
de este pueblo y del de al lado
que aunque Krahe se ha marchado
nos deja grande heredad.
El que hereje fue llamado
por un mandato divino
se daba al juego del vino
y a toda felicidad.
Lo que cantaba con tino
era que frecuentemente
asustaba a aquella gente
y le importaba un comino.
Ahora que es su voz ausente
seguirá dando batalla
porque la muerte no calla
su palabra combatiente.
El alma, si hay, donde vaya
no deja sitio al dolor,
si queda sólo un cantor
continúa la batalla.
Que si se muere la flor
otra nace a la verdad
por eso nunca dejad
que callen al trovador.
De la Isla, camarones,
que los vendo ¿un cucurucho?
sabrosos y frescos, mucho,
saben a mar y canciones.
Día a día, madrugones,
calle arriba, calle abajo.
Compre usted maja y el majo
con ellos me gano el pan,
como suena en el refrán,
sudor y mucho trabajo.
Gracias a Sofía Winter que hizo la fotografía.
Manténgase en silencio le conviene no proteste ni pida ni formule,
si le pisan y agreden disimule
y acostumbre su ser a lo que viene.
Muestre usted su obediencia por higiene
que todo es por su bien y aunque haya hule
siempre habrá un marmitón que los adule
y cabalgue en su palo de la ene.
Una vez aceptada la premisa
siga usted lo que dicta la conseja
y dejese de hablar y esa sonrisa
que gasta inocentón de oreja a oreja,
no piense por favor y viva aprisa
que así será feliz si alguien le deja.
Bagatela en Sol menor op. 119, nº 1 de Beethoven.
Discurro una nadería
sin demasiado argumento
no sé la mitad del cuento
lo suplo con picardía.
Por eso no les decía
al pairo mi cantinela
cándida en su triquiñuela
de perversa diminuta
que sencilla se permuta
en alegre bagatela.
En las órbitas denarios pagan el paso al barquero
¡Ay! pero al dios del dinero
no lo ahítan en salarios.
Son tan plenipotenciarios
sus poderes y codicia
que compra juez y justicia,
dicta la ley, bula y bando,
siempre voraz y acechando
el ojo de la avaricia.