RECUERDOS Y EVOCACIONES

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üiiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii EL DÍA EDACCIÓN TEMAS ISLEÑOS RECUERDOS Y EVOCACIONES Hoy, ante la realidad esplén- dida de Las Teresitas, Santa Cruz recuerda y evoca sus vie- jas playas, aquellas tranquilas y al abrigo del Muelle Sur que, en los 24 de junio, se lle- naban de gente y eran como señal del comienzo d-e la tem- porada de los baños veranie- gos. Playas del antiguo Santa Cruz —Ruiz, La Peñita, San Antonio y Los Melones— y, más a lila, las de Valleseco, María Jiménez, Jagua, Los Pa- sitos y Los Trabucos. Aquellos eran j os tiempos en que la mar alta y libre rom pía en los callaos, tiempos en los que las olas abrían y ce' rraban su acompasado, rítmi- co batir, so'bre las playas tran- quilas. Frente 3 las que se abrían al abrigo d>el muelle, las ne- gras hileras de las gabarras carboneras y, también, los «vi- veros» —«San José», «Francis ca Ortega», «Joven San Blas», «Fermina», etc.— que en sus calas traían las capturas del banco oanario-sa'hariano con el latido del mar en sos entrañas La última de Jas playas que murió en el interior del puer- to fue la de Los Melones que, como las de Ruiz, La' Peñita y San Antonio, hoy duerme pa- ra siempre bajo tes explanadas del Muel'le de Ribera. ¡En otros tiempos, en la pla- ya pequeña, casi a ¡a sombra del fuerte de A!<meida, se eJ- zaban los costillares —naves en potencia— bajo la capa so- nora de martilleos constantes, runrún de sierras y quejidos de madera heridía, capa sonora que, siempre, envolvía al pri- mitivo astillero allí instalado. La brea marinera y el oscu- ro chapapote competían en aro- ma con el perfume silvestre —el eco de las flores según Gómez de la Serna— que ba- jaba de las laderas del Lomo de la Cruz y Ventoso. La montaña, ocea y seca, no se adornaba aún con el ver- de, vivo y alegre esmeralda, que hoy la cubre y enriquece. A I a. vera de la ¡mar inquieta, la playa fue cuna de nombres I u mor A ZAPHA&L POR £>0$ PALOMA \L£PI¡>E.OE por CJalarza MANO // mU VERSOS FESTIVOS COPLAS PARA La DE SAN ISIDRO |Ay, San Isidro!, dos lámparas yo te enciendo en una taza si logras que mi Jacinta pare la pata en mi casa. ROMERÍA Mariquilla, aunque te empeñes, tú no sos rubia ni nada, si no, que se lo pregunten ai agüita osigenada. Regüelto entre tantos magos, e! viejo seño Benito hoy va a dir a La Orotava vestido de señorito. MONTERO, el del Sobradillo Juan irá en la Romería delantre con su timpHIIo, y yo detrás con un palo por si se emborracha el pillo. —oOo— Esta vez no podrá dir a la Villa cha Donata, porque ayer limpiando el goro fue y se desconchó una pata. —oOo— Luis lleva p'arriba gofio, queso, agua y algunos puros, porque ya el litro de vino se ha puesto a veinte y dos duros La otra tarde, oyendo misa, se arrodilló Baldomero y debajo de un zapato tenía un fuerte abujero. —oOo— Por querer seguir la moda, la nieta eb un güen amigo se destapé la barriga y se le encogió el ombligo. Madre, si usté va a la Villa, póngase un traje con arte, porque con esos calzones no se va a nenguna parte. Sube la comida, el vino, las batas y hasta las prendas, lo que no asube, ni a tiros, es el agua a las viviendas. famosos que, en adornados es- pejos de popa, lucieron luego sobre el Tenerife que, orgullo- so , proclamaba estirpe y ma* trícuía. Los nombres de aquellos ve- leros se han perdido y viven sólo en las amarillentas pági- nas de ¡a prensa de entonces que, con puntualidad, nos de- cía —aún nos dice— aquel su constante ir y venir. Bajo lonas repletas de bri- sa y sol, el tajamar valiente mordía el Atlántico, sumaba singladuras y barajaba toda la sonora geografía antillana -— j Manzanillo, Júcaro, Matanzas, Bataibanó, Isabela de Sagua, Tu- na de Zaza, etc.— en ¡a que, con La Habana espléndida, imán •de todos Jos isleños, se gra- duaron de capitanes los mari- nos tinerfeños. De aquella primitiva grada de Los Melones procedía la fa- mosa y bien recordada «Victo- ria», fragata de tres palos cuya botadura constituyó un sonado acontecimiento, no sólo mari- nero, sino también social, en el Santa Cruz del pasado siglo. A finales del siglo XIX, un pequeño muelle carbonero di- vidió la playa y, poco después se inició ¡a construcción de un varadero por cuenta de la Eider, instalación de reparacio- nes navales muy similar a la que, por entonces, la firma Ha- milton construyó entre las de La Peñita y San Antonio. Allí, junto a los geométricos almacenes carboneros que aún ponen su estampa antigua en ©1 puerto de hoy, se reparaban los remolcadores y gabarras de la citada empresa y, en ¡os de Hamiiton, las goletas lanzaban al aire las flechas de sus pa- los y masteleros. Pasaron décadas. Creció el puerto. Pero la estampa de Jas playas permaneció inalterable, hasta que, poco a poco, murie ron bajo los escombros que, con rapidez, formaron la Aveni- da de Anaga y, más tarde, el actual Muelle de Ribera, En la última playa, la de Los Melones, se desguazaron mu- chas de las negras gabarras carboneras y, con ellas, el «Jo- ven San Blas» —el fino «vive- ro» que cerca de ella siempre descansé de sus singladuras —y el pequeño «Gando», un va- porque antes había sido gaba- rra en e! Puarto de ía Luz." Aüí, sobre los callaos, unos leños informes se calcinaban al sol y al aire de la mar cer- cana. Parecía soñaban, como los redondos cal-laos, en las olas que —ya lejanas— reían y entonaban eterna canción, la misma que suena en el mura- ílón del muelle que mató la úl- tima playa. J. A, Padrón Albornoz Dr. SEBASTIAN ROMERO FUSTER PEDIATRA Garcilaso de la Vega, 13 (Edificio Pampero) Suspende su consalta del 27 de junio al 1° de agos- to. IA OROTAVA Se vende solar, esquina dos fachadas, Urbanización Las Palmeras y Domínguez Afonso. Razón: Teléfonos: 79-05-^56 y particular 28-66-26. Señor Mosquera. ¿OFICINA AMERICANIZADA? Fue en una oficina aquí, en Santa Cruz. Una oficina de muchos empleados, como aquella en que un león, apostado en la puerta a la hora de la salida, llevaba meses comién- dose todos ios días a uno de dichos empleados y no se habían dado cuenta. Bien, pues en dicha oficina, un funcionario, que había sido intervenido quirúrgicamente 'hace tiempo, le dijo de pronto a un compañero: —¡Caray!, siento como si no pudiera mover el pie iz- quierdo. Tiro un poco por él y no me es posible levantarlo de-l suelo. E! compañero se fue a otro despacho a consultar unas fichas y cuando volvió, preocupado par lo que le sucedí© al amigo, le preguntó: —-¿Qué, has podido levantar el pie? —-Hombre, no nre- digas; que lo que me pasó es que se me había pegado e'l zapato a un chicle... —Pues, es raro, porque por aquí no ! ha habido ameri- canos, que yo sepa. LOS MUERTOS QUE VOS MATÁIS... En el Banco de Datos del Cabildo Insular, instalado en el antiguo edificio del Hospital Civil, s>e han estado meca- nizando, como se sabe, los padrones de habitantes de ¡os diferentes Municipios, entre otras cosas a efectos del Cen- so Electoral. Es un dechado de pulcritud cómo funcionan las orde- nadoras, pero parece que son humanas, porque también al- guna vez que otra meten la pata, como cualquier hijo de vecino. Hace unos días, sin ir más lejos, transcribió un dato para el Censo: Fulano de Tal, de tantos años, natura! de Santa Cruz; d<e profesión, difunto. Y alguien, ajeno a la oficina, que vio aquello, comen- enseguida: —¡Qué bárbaro! Si habría ganas de elecciones, que hasta los difuntos van a votar... ALTOBER El sanatorio siquíátríco bl problema que afecta a los enfermos de! Sanatorio Siquiá- trico de esta provincia, e! cual fue abordado en una de las úl- timas sesiones de la Mancoro u nidad Interinsular es verdadera- mente desconsolador, según se expresó allí, un tota! de 239 enfermos mentales están reci- biendo asistencia en e! citado centro, pero, siendo todos per tenecientes a la Seguridad So- cial, ésta «no quiere saber na- da de ellos», en palabras da u-rio de los consejeros. En es- tos momentos, también se afir mó, 180 de estos enfermos se encuentran alojados en el edi- ficio del antiguo Hospital Ci- vil, en una «situación deplora- ble». En el debate que motivó el tema se llegó a la conclusión de que es necesario ir a un convenio en este aspecto con la Seguridad Social. Pero es és- te un tema precisamente que hemos abordado, si mal no re- cordamos, ya en estas páginas. Es el de las enfermedades eró nicas o que se apartan de las corrientes que tienen un tiem po más o menos determinado de duración. Y en este caso concreto está e! de ¡os enfer- mos mentales. La Seguridad Social, estima- mos, no tiene, o por lo menos en la amplitud que ¡as deman- das requieren, los estableen mientas necesarios para acoger a los enfermos crónicas o cu- yo mal se prolonga inde- finidamente, y que, por diver- sas circunstancias, no pueden permanecer en sus domicilios, bien por su peligrosidad físi- ca —en este caso, ¡os enfer« mos mentales— o por el peli- gro de contagio de la enferme- dad a otros miembros de ¡a fa- milia. Si vamos a un seguro total, como debe ser y es de espe- rar que así sea, este tipo de establecimientos especiales pa ra enfermos crónicos, se hacen de todo punto indispensable, Porque sí ya en las residencias sanitarias, hospitales y demás establecimientos con ¡os que tiene conciertos la Seguridad Social, no caben ¡os enfermos! ¿cómo puede haber plazas pa- ra estos que no sólo necesitan de cuidarse y personal espe< cíales, sino que también su interna miento se tiene que pro longar como decimos, meses y hasta años? Nos parece bien que la Man- comunidad Interinsular habiln te sus establecimientos y dis- ponga los medios necesarios p-a ra aquellos enfermos que, na- turales de la provincia, no es- tán, por las circunstancias que sean, incluidos en ¡a Seguri- dad Social; pero no es justo que tenga también que suplir aquellas parcelas que, dentro de la asistencia médica, no tiene cubiertas la citada Se- guridad Social. Y, como se ex- presó en la sesión de la Man- comunidad a que venimos ha* ciendo referencia, los 239 en- fermos mentales de esta pro- vincia que vienen recibiendo asistencia en el Sanatorio Psi- quiátrico de Tenerife, son to- dos ellos asociados de la Se- guridad Social, habiendo deven gado en su día, suponemos, sus cuotas correspondientes. Como se ve, es un problema que hay resolver de alguna ma- nera, y en este sentido parece que la mencionada Corporación está buscando soluciones; por- que ya de por sí la Mancomu- nidad tiene demasiados asun- tos a que hacer frente, para que encima tenga que cargar con las responsabilidades y presupuestos que deben corres porrder a la Seguridad Social LADISLAO MODA SPORT JUVENIL DESCUENTOS ESPECIALES FIN DE TEMPORADA Méndez Núñez, 22. Teléfono: 27-49-32 (A) DOMINGO, 27 DE JUNIO DE 1976

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "Temas isleños", 1976/06/27

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EL DÍA

EDACCIÓNTEMAS ISLEÑOS

RECUERDOS Y EVOCACIONESHoy, ante la realidad esplén-

dida de Las Teresitas, SantaCruz recuerda y evoca sus vie-jas playas, aquellas tranquilasy al abrigo del Muelle Surque, en los 24 de junio, se lle-naban de gente y eran comoseñal del comienzo d-e la tem-porada de los baños veranie-gos.

Playas del antiguo SantaCruz —Ruiz, La Peñita, SanAntonio y Los Melones— y,más a lila, las de Valleseco,María Jiménez, Jagua, Los Pa-sitos y Los Trabucos.

Aquellos eran jos tiemposen que la mar alta y libre rompía en los callaos, tiempos enlos que las olas abrían y ce'rraban su acompasado, rítmi-

co batir, so'bre las playas tran-quilas.

Frente 3 las que se abríanal abrigo d>el muelle, las ne-gras hileras de las gabarrascarboneras y, también, los «vi-veros» —«San José», «Francisca Ortega», «Joven San Blas»,«Fermina», etc.— que en suscalas traían las capturas delbanco oanario-sa'hariano con ellatido del mar en sos entrañas

La última de Jas playas quemurió en el interior del puer-to fue la de Los Melones que,como las de Ruiz, La' Peñita ySan Antonio, hoy duerme pa-ra siempre bajo tes explanadasdel Muel'le de Ribera.

¡En otros tiempos, en la pla-ya pequeña, casi a ¡a sombra

del fuerte de A!<meida, se eJ-zaban los costillares —navesen potencia— bajo la capa so-nora de martilleos constantes,runrún de sierras y quejidosde madera heridía, capa sonoraque, siempre, envolvía al pri-mitivo astillero allí instalado.

La brea marinera y el oscu-ro chapapote competían en aro-ma con el perfume silvestre—el eco de las flores segúnGómez de la Serna— que ba-jaba de las laderas del Lomode la Cruz y Ventoso.

La montaña, ocea y seca, nose adornaba aún con el ver-de, vivo y alegre esmeralda,que hoy la cubre y enriquece.

A I a. vera de la ¡mar inquieta,la playa fue cuna de nombres

I u mor

A ZAPHA&L POR£>0$ PALOMA

\L£PI¡>E.OE

por CJalarza

MANO//mU

VERSOS FESTIVOS

COPLAS PARA LaDE SAN ISIDRO

|Ay, San Isidro!, dos lámparasyo te enciendo en una tazasi logras que mi Jacintapare la pata en mi casa.

ROMERÍA

Mariquilla, aunque te empeñes,tú no sos rubia ni nada,si no, que se lo preguntenai agüita osigenada.

Regüelto entre tantos magos,e! viejo seño Benitohoy va a dir a La Orotavavestido de señorito.

MONTERO,el del Sobradillo

Juan irá en la Romeríadelantre con su timpHIIo,y yo detrás con un palopor si se emborracha el pillo.

—oOo—

Esta vez no podrá dira la Villa cha Donata,porque ayer limpiando el gorofue y se desconchó una pata.

—oOo—

Luis lleva p'arriba gofio,queso, agua y algunos puros,porque ya el litro de vinose ha puesto a veinte y dos duros

La otra tarde, oyendo misa,se arrodilló Baldomeroy debajo de un zapatotenía un fuerte abujero.

—oOo—

Por querer seguir la moda,la nieta eb un güen amigose destapé la barrigay se le encogió el ombligo.

Madre, si usté va a la Villa,póngase un traje con arte,porque con esos calzonesno se va a nenguna parte.

Sube la comida, el vino,las batas y hasta las prendas,lo que no asube, ni a tiros,es el agua a las viviendas.

famosos que, en adornados es-pejos de popa, lucieron luegosobre el Tenerife que, orgullo-so , proclamaba estirpe y ma*trícuía.

Los nombres de aquellos ve-leros se han perdido y vivensólo en las amarillentas pági-nas de ¡a prensa de entoncesque, con puntualidad, nos de-cía —aún nos dice— aquel suconstante ir y venir.

Bajo lonas repletas de bri-sa y sol, el tajamar valientemordía el Atlántico, sumabasingladuras y barajaba toda lasonora geografía antillana -—j

Manzanillo, Júcaro, Matanzas,Bataibanó, Isabela de Sagua, Tu-na de Zaza, etc.— en ¡a que,con La Habana espléndida, imán•de todos Jos isleños, se gra-duaron de capitanes los mari-nos tinerfeños.

De aquella primitiva gradade Los Melones procedía la fa-mosa y bien recordada «Victo-ria», fragata de tres palos cuyabotadura constituyó un sonadoacontecimiento, no sólo mari-nero, sino también social, en elSanta Cruz del pasado siglo.

A finales del siglo XIX, unpequeño muelle carbonero di-vidió la playa y, poco despuésse inició ¡a construcción deun varadero por cuenta de laEider, instalación de reparacio-nes navales muy similar a laque, por entonces, la firma Ha-milton construyó entre las deLa Peñita y San Antonio.

Allí, junto a los geométricosalmacenes carboneros que aúnponen su estampa antigua en©1 puerto de hoy, se reparabanlos remolcadores y gabarras dela citada empresa y, en ¡os deHamiiton, las goletas lanzabanal aire las flechas de sus pa-los y masteleros.

Pasaron décadas. Creció elpuerto. Pero la estampa de Jasplayas permaneció inalterable,hasta que, poco a poco, murieron bajo los escombros que,con rapidez, formaron la Aveni-da de Anaga y, más tarde, elactual Muelle de Ribera,

En la última playa, la de LosMelones, se desguazaron mu-chas de las negras gabarrascarboneras y, con ellas, el «Jo-ven San Blas» —el fino «vive-ro» que cerca de ella siempredescansé de sus singladuras—y el pequeño «Gando», un va-porque antes había sido gaba-rra en e! Puarto de ía Luz."

Aüí, sobre los callaos, unosleños informes se calcinabanal sol y al aire de la mar cer-cana. Parecía soñaban, comolos redondos cal-laos, en lasolas que —ya lejanas— reíany entonaban eterna canción, lamisma que suena en el mura-ílón del muelle que mató la úl-tima playa.

J. A, Padrón Albornoz

Dr. SEBASTIANROMERO FUSTER

PEDIATRA

Garcilaso de la Vega, 13(Edificio Pampero)

Suspende su consalta del27 de junio al 1° de agos-to.

IA OROTAVASe vende solar, esquina

dos fachadas, Urbanización

Las Palmeras y DomínguezAfonso. Razón: Teléfonos:79-05-^56 y particular 28-66-26.

Señor Mosquera.

¿OFICINA AMERICANIZADA?

Fue en una oficina aquí, en Santa Cruz. Una oficina demuchos empleados, como aquella en que un león, apostadoen la puerta a la hora de la salida, llevaba meses comién-dose todos ios días a uno de dichos empleados y no sehabían dado cuenta.

Bien, pues en dicha oficina, un funcionario, que habíasido intervenido quirúrgicamente 'hace tiempo, le dijo depronto a un compañero:

—¡Caray!, siento como si no pudiera mover el pie iz-quierdo. Tiro un poco por él y no me es posible levantarlode-l suelo.

E! compañero se fue a otro despacho a consultar unasfichas y cuando volvió, preocupado par lo que le sucedí©al amigo, le preguntó:

—-¿Qué, has podido levantar el pie?—-Hombre, no nre- digas; que lo que me pasó es que

se me había pegado e'l zapato a un chicle...—Pues, es raro, porque por aquí no !ha habido ameri-

canos, que yo sepa.

LOS MUERTOS QUE VOS MATÁIS...

En el Banco de Datos del Cabildo Insular, instalado enel antiguo edificio del Hospital Civil, s>e han estado meca-nizando, como se sabe, los padrones de habitantes de ¡osdiferentes Municipios, entre otras cosas a efectos del Cen-so Electoral.

Es un dechado de pulcritud cómo funcionan las orde-nadoras, pero parece que son humanas, porque también al-guna vez que otra meten la pata, como cualquier hijo devecino.

Hace unos días, sin ir más lejos, transcribió un datopara el Censo: Fulano de Tal, de tantos años, natura! deSanta Cruz; d<e profesión, difunto.

Y alguien, ajeno a la oficina, que vio aquello, comen-tó enseguida:

—¡Qué bárbaro! Si habría ganas de elecciones, quehasta los difuntos van a votar...

ALTOBER

El sanatorio siquíátrícobl problema que afecta a los

enfermos de! Sanatorio Siquiá-trico de esta provincia, e! cualfue abordado en una de las úl-timas sesiones de la Mancoro unidad Interinsular es verdadera-mente desconsolador, según seexpresó allí, un tota! de 239enfermos mentales están reci-biendo asistencia en e! citadocentro, pero, siendo todos pertenecientes a la Seguridad So-cial, ésta «no quiere saber na-da de ellos», en palabras dau-rio de los consejeros. En es-tos momentos, también se afirmó, 180 de estos enfermos seencuentran alojados en el edi-ficio del antiguo Hospital Ci-vil, en una «situación deplora-ble».

En el debate que motivó eltema se llegó a la conclusiónde que es necesario ir a unconvenio en este aspecto conla Seguridad Social. Pero es és-te un tema precisamente quehemos abordado, si mal no re-cordamos, ya en estas páginas.Es el de las enfermedades erónicas o que se apartan de lascorrientes que tienen un tiempo más o menos determinadode duración. Y en este casoconcreto está e! de ¡os enfer-mos mentales.

La Seguridad Social, estima-mos, no tiene, o por lo menosen la amplitud que ¡as deman-das requieren, los estableenmientas necesarios para acogera los enfermos crónicas o cu-yo mal se prolonga inde-finidamente, y que, por diver-sas circunstancias, no puedenpermanecer en sus domicilios,bien por su peligrosidad físi-ca —en este caso, ¡os enfer«mos mentales— o por el peli-gro de contagio de la enferme-dad a otros miembros de ¡a fa-milia.

Si vamos a un seguro total,como debe ser y es de espe-

rar que así sea, este tipo deestablecimientos especiales para enfermos crónicos, se hacende todo punto indispensable,Porque sí ya en las residenciassanitarias, hospitales y demásestablecimientos con ¡os quetiene conciertos la SeguridadSocial, no caben ¡os enfermos!¿cómo puede haber plazas pa-ra estos que no sólo necesitande cuidarse y personal espe<cíales, sino que también suinterna miento se tiene que prolongar como decimos, mesesy hasta años?

Nos parece bien que la Man-comunidad Interinsular habilnte sus establecimientos y dis-ponga los medios necesarios p-ara aquellos enfermos que, na-turales de la provincia, no es-tán, por las circunstancias quesean, incluidos en ¡a Seguri-dad Social; pero no es justoque tenga también que supliraquellas parcelas que, dentrode la asistencia médica, notiene cubiertas la citada Se-guridad Social. Y, como se ex-presó en la sesión de la Man-comunidad a que venimos ha*ciendo referencia, los 239 en-fermos mentales de esta pro-vincia que vienen recibiendoasistencia en el Sanatorio Psi-quiátrico de Tenerife, son to-dos ellos asociados de la Se-guridad Social, habiendo devengado en su día, suponemos,sus cuotas correspondientes.

Como se ve, es un problemaque hay resolver de alguna ma-nera, y en este sentido pareceque la mencionada Corporaciónestá buscando soluciones; por-que ya de por sí la Mancomu-nidad tiene demasiados asun-tos a que hacer frente, paraque encima tenga que cargarcon las responsabilidades ypresupuestos que deben corresporrder a la Seguridad Social

LADISLAO

MODA SPORT JUVENILDESCUENTOS ESPECIALES FIN DE TEMPORADA

Méndez Núñez, 22. Teléfono: 27-49-32(A)

DOMINGO, 27 DE JUNIO DE 1976