Región Sur. Tomo 1. Oaxaca: Condiciones … · Los indígenas de Oaxaca representan así 47.9% de...

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Región Sur. Tomo 1 Oaxaca Condiciones Socioeconómicas y Demográficas de la Población Indígena

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Región Sur. Tomo 1Oaxaca

Condiciones Socioeconómicas y Demográficasde la Población Indígena

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REGIÓN SUR. TOMO 1 OAXACA

Condiciones Socioeconómicas y Demográficas de la Población Indígena

REGIÓN SUR. TOMO 1 OAXACA

Condiciones Socioeconómicas y Demográficas de la Población Indígena

Coordinación: Saúl MillánInvestigación: Leopoldo Trejo, Andrés Oseguera, Margarita Hope y Tania Acosta

Primera edición, 2008D.R. © 2008 Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

Av. México Coyoacán 343, colonia Xoco, Deleg. Benito Juárez C.P. 03330, México, D.F.

D.R. © 2008 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Presidente Mazarik 29, colonia Polanco, C.P. 11570, México, D.F.ISBN 978-970-753-137-6 / Región Sur. Tomo 1. OaxacaISBN 978-970-753-139-0 / Región Sur (obra completa)ISBN 978-970-753-159-8 / Colección Condiciones Socioeconómicas y Demográficas de la Población Indígena

http://www.cdi.gob.mx

Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorización del titular, en términos de la Ley Fe-deral del Derecho de Autor y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables. La persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes.

Las opiniones, el análisis y las recomendaciones de política no reflejan necesariamente el punto de vista del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, como tampoco de su junta ejecutiva ni de sus Estados miembros.

Impreso y hecho en México

CDI330.972C65sT.1

Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas

Región Sur. Tomo 1. Oaxaca [texto] : Condiciones Socioeconómicas y Demográficas de la Población

Indígena / Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. – México : CDI : PNUD, 2008.

199 p. : mapas, tbs., graf.

Incluye bibliografía

Contenido: Región Cañada Mazateca – Región Costa – Región Istmo de Tehuantepec – Región

Mixteca – Región Papaloapan – Región Sierra Norte -- Región Zona Mixe – Región Sierra Sur – Región

Valles Centrales

ISBN 978-970-753-137-6 (Región Sur, tomo I)

ISBN 978-970-753-139-0 (Región Sur, obra completa)

ISBN 978-970-753-159-8 Colección Condiciones Socioeconómicas y Demográficas de la Población

Indígena

1. OAXACA – DEMOGRAFÍA 2. OAXACA – CONDICIONES SOCIOECONÓMICAS 3. REGIONES

INDÍGENAS – OAXACA 3. INDIOS DE OAXACA – CONDICIONES SOCIOECONÓMICAS I. t.

Catalogación en la fuente: GYVA

CONTENIDO

OAXACA

Introducción 13

RegiónCa�adaMazateca 19

La población indígena 20

Salud y fecundidad 21

Educación 23

Ingresos y empleo 26

Marginación social 27

Configuración étnica 28

Migración 35

RegiónCosta 39

La población indígena 40

Salud y fecundidad 42

Educación 43

Ingresos y empleo 45

Marginación social 49

Configuración étnica 51

Migración 56

RegiónIstmodeTehuantepec 63

La población indígena 64

Salud y fecundidad 66

Educación 69

Ingresos y empleo 72

Marginación social 74

Configuración étnica 77

Migración 82

RegiónMixteca 87

La población indígena 88

Salud y fecundidad 90

Educación 91

Ingresos y empleo 94

Marginación social 97

Configuración étnica 98

Migración 103

RegiónPapaloapan 109

La población indígena 110

Salud y fecundidad 112

Educación 113

Ingresos y empleo 116

Marginación social 118

Configuración étnica 119

Migración 122

RegiónSierraNorte 125

La población indígena 126

Salud y fecundidad 128

Educación 130

Ingresos y empleo 132

Marginación social 134

Configuración étnica 135

Migración 139

RegiónMixe 145

La población indígena 145

Salud y fecundidad 148

Educación 148

Ingresos y empleo 151

Marginación social 154

Configuración étnica 156

Migración 158

RegiónSierraSur 161

La población indígena 161

Salud y fecundidad 163

Educación 165

Ingresos y empleo 168

Marginación social 170

Configuración étnica 171

Migración 176

RegiónVallesCentrales 179

La población indígena 180

Salud y fecundidad 182

Educación 184

Ingresos y empleo 187

Marginación social 189

Configuración étnica 192

Migración 196

Bibliografía 198

11

13

INTRODUCCIÓN

Oaxaca es hoy la entidad federativa con el mayor número de población indígena en el país. De acuerdo con los cen-

sos del año 2000, se calcula que uno de cada dos habitantes del estado habla alguna de las 16 lenguas indígenas re-

conocidas o forma parte de un hogar indígena. A lo largo de 564 municipios del estado, en efecto, se distribuye una

población de 1 648 426 personas que se caracterizan por esta condición sociocultural, ya que sólo seis municipios

estatales carecen de una población semejante. De ahí que gran parte del territorio oaxaqueño esté integrado por una

población indígena que si bien es minoritaria en 109 entidades municipales, resulta sin duda predominante en los

246 municipios donde su número es superior a 70% de la población municipal. Su presencia es también significativa

en 63 municipios adicionales, cuyo rango de población oscila entre 40% y 69% de indígenas residentes, así como en

14 centros urbanos donde su volumen supera los 5 mil habitantes.

Los indígenas de Oaxaca representan así 47.9% de los habitantes del estado y 14.5% de los indígenas que residen

en el territorio nacional. Su importancia, sin embargo, no es sólo numérica. Por su diversidad étnica y lingüística, los

grupos indígenas ubican a Oaxaca como uno de los estados con mayor pluralidad cultural del país. Al iniciar el siglo

xxi, en efecto, el territorio oaxaqueño sigue siendo un mapa de lo diverso en que habitan al menos 16 grupos étnicos

originarios, a los cuales se han sumado contingentes pequeños pero significativos de diversos grupos etnolingüísticos

que provienen de otras entidades federativas. El resultado es un mapa sumamente plural en el que pueden distinguir-

se 26 lenguas indígenas distintas, propias y ajenas a la entidad, que suman en conjunto 1 120 312 hablantes, 20% de

los cuales son aún monolingües.

Si bien algunas de las lenguas indígenas de Oaxaca cuentan apenas con menos de un millar de hablantes, otras

constituyen el patrimonio de amplios sectores de su población. Tanto por su extensión geográfica como por su im-

portancia numérica, las lenguas indígenas más relevantes de la región están distribuidas en el vasto grupo de pueblos

que forman los zapotecos, mixtecos, mazatecos, chinantecos y mixes, cuyo número de hablantes representa 89% de

las personas que hablan una lengua indígena en Oaxaca. La gráfica 1 muestra que el resto de las lenguas conforman

el patrimonio de grupos reducidos cuya suma supera los 160 mil hablantes, aun cuando cada grupo represente a me-

nos de 2% de esta población.

14La identificación de los grupos lingüísticos, esencial para distinguir a los pue-

blos indígenas de Oaxaca, resulta insuficiente para advertir diferencias geográfi-

cas, étnicas y culturales. En realidad, lenguas como el zapoteco o el chinanteco

forman complejos lingüísticos de diversos idiomas, que si bien se encuentran

emparentados entre sí, pueden considerarse como variantes lingüísticas indepen-

dientes. De esta manera, el grupo zapoteco consta de siete lenguas, mientras el

chinanteco es a su vez un agrupamiento de lenguas diferenciadas que guardan

una lejana relación entre sí (Díaz-Couder, 2003). Entre otros factores, la diversifi-

cación de las lenguas indígenas de Oaxaca responde a una distribución geográ-

fica que no sólo promueve la distinción entre variantes dialectales, sino también

configuraciones étnicas y culturales (Barabas y Bartolomé, 1999) que permiten

distinguir plenamente a los grupos indígenas mayoritarios de acuerdo con sus

características regionales. Los zapotecos, por ejemplo, se distribuyen en 375 mu-

nicipios oaxaqueños, en la mayoría de los cuales constituyen la lengua indígena

predominante. Aun cuando pertenecen al mismo grupo etnolingüístico, la distan-

cia entre estas entidades municipales se convierte en una diferencia étnica y cul-

tural que impide hablar de los zapotecos en general, identificándolos en cambio

como zapotecos del Istmo, zapotecos de la Sierra o zapotecos de los Valles.

Así, la distribución geográfica de los pueblos indígenas de Oaxaca sólo puede

ser comprendida en el marco de espacios relativamente acotados que definen di-

versas regiones dentro de la entidad. A fin de contar con un marco de referencia

espacial que permita distinguir las diferencias étnicas y culturales de cada grupo

indígena, en el presente trabajo se han tomado como punto de partida las ocho

regiones administrativas del estado, cada una de las cuales abarca diferentes dis-

tritos y múltiples municipios que comparten un territorio común. Si bien estas

regiones no son completamente homogéneas, permiten ubicar áreas de confluen-

cia en las que conviven distintos grupos etnolingüísticos, integrados generalmen-

te por centros urbanos o ciudades intermedias que promueven la articulación

regional entre localidades rurales de menor tamaño. Salvo algunas excepciones,

las regiones se distinguen por ser espacios interétnicos en los que predomina un

grupo indígena mayoritario, el cual define las características generales de la re-

gión y propaga su influencia cultural sobre otros grupos indígenas que, aunque

resultan minoritarios, introducen variaciones regionales en los índices económi-

cos y sociales de cada una de las áreas consideradas.

Las regiones de Oaxaca han sido, en efecto, puntos de partida sumamente

útiles para evitar juicios generales sobre una población indígena que dista de ser

homogénea. Su delimitación no sólo hizo posible definir un número acotado de

municipios y localidades, sino también un conjunto de fronteras espaciales que

resultan a menudo difíciles de precisar en virtud de su carácter limítrofe, siem-

pre sujeto a ambivalencias entre dos o más zonas que pueden compartir carac-

terísticas comunes. A las regiones usualmente reconocidas, sin embargo, hemos

agregado un área adicional, representada por la Región Mixe, que por lo general

forma parte de la Sierra Norte del estado. Su inclusión responde principalmente

a criterios geográficos y culturales que hacen de la Región Mixe un área singular,

lingüísticamente homogénea, que autoriza a distinguirla como una región dife-

rente de las otras regiones colindantes. El resultado es una división estatal que pue-

de resultar hasta cierto punto arbitraria, pero sólo en la medida en que toda re-

gionalización lo es a la hora de trazar límites territoriales en espacios que son por

naturaleza continuos. Conocidas usualmente con el nombre de Mixteca oaxa-

queña, Cañada Mazateca y Región Papaloapan, las primeras se ubican al norte

y el noroeste de la entidad y colindan hacia el sur con las regiones de la Costa,

el Istmo de Tehuantepec y la Sierra Sur, en el área meridional del estado. Dentro

Gráfica 1. Hablantes de lengua indígena en el estado de Oaxaca, 2000

589

069

364

489

224

436

154

921

138

279

58 0

61

19 7

57

19 2

81

19 2

44

11 3

19

11 2

98

8 72

2

6 94

3

2 35

9

1 27

9

1 25

8

723

514

458

457

973

0

100 000

200 000

300 000

400 000

500 000

600 000

700 000

Zapo

teco

Mix

teco

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May

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teco

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ngua

s

15

de la entidad, entre los límites de estas regiones administrativas, se extienden los

principales núcleos de la población zapoteca, conformados por las regiones de

Valles Centrales y Sierra Norte.

Por su ubicación geográfica y la densidad de población indígena que las

identifica, las regiones oaxaqueñas presentan características diferenciales en los

niveles de marginación social y en los indicadores socioeconómicos de sus po-

blaciones. El análisis regional permite en este caso distinguir núcleos de pobla-

ción cuyas condiciones económicas, educativas o sanitarias son aun inferiores a

la media estatal, considerada en general como una de las más vulnerables del te-

rritorio nacional. De hecho, aunque Oaxaca ocupa el tercer lugar en la lista de las

entidades federativas con mayores grados de marginación social, después de

Chiapas y Guerrero, algunas de sus regiones muestran indicadores que las colo-

can entre las zonas marginales más afectadas del país, con rezagos económicos y

sociales que no tienen equivalencia con los promedios estatales y nacionales. No

es sorprendente que estos núcleos de población, representados a menudo por un

conjunto de municipios, se localicen en microrregiones en las que se asienta la

mayoría de los pueblos indígenas, pero sin duda llama la atención la correspon-

dencia que se establece entre los niveles de marginación social y determinados

grupos etnolingüísticos. Estudios recientes (Jiménez López, 2002) han advertido

que la totalidad de los municipios donde residen los hablantes de chatino, hua-

ve, náhuatl y triqui son de muy alta marginación, pero sólo en la medida en que

esta condición afecta a su vez a más de la mitad de los municipios chinantecos,

cuicatecos, mazatecos, mixtecos y mixes.

Si bien es cierto que el estado de Oaxaca ha disminuido sus niveles de pobre-

za y marginación social durante las últimas dos décadas, pasando del primer al

tercer lugar en la lista de entidades federativas con mayores rezagos socioeconó-

micos (Ramos Oropeza, 2002), también lo es que sus programas de política social

no han logrado incidir de manera homogénea en el conjunto de las regiones del

estado. Los indicadores muestran que la pobreza extrema sigue siendo una cons-

tante en 45% de la población indígena estatal, ya que 712 558 indígenas viven

en municipios de muy alta marginación social. Actualmente, en efecto, el estado

cuenta con 182 municipios que han sido clasificados por el Consejo Nacional de

Población como entidades de muy alta marginalidad, lo que representa casi la

tercera parte del territorio oaxaqueño. De éstos, sin embargo, 130 corresponden

a municipios en los que la población indígena es superior a 70% de la población

municipal. De hecho, si exceptuamos a los cerca de 50 mil indígenas que residen

en la capital del estado, cuyas condiciones socioeconómicas son sin duda supe-

riores a las que predominan en las zonas rurales de la entidad, se observará que

existe una correspondencia entre el volumen de población indígena y el nivel de

marginación que exhiben los municipios del estado. La gráfica siguiente muestra

que 1 259 445 hablantes o miembros de un hogar indígena habitan en munici-

pios de alta o muy alta marginalidad, mientras que menos de 10% vive en los 36

municipios de baja o muy baja marginación social (veáse gráfica 2).

Entre otros indicadores, el nivel de ingresos muestra que la marginación social

de Oaxaca se acentúa en la medida en que nos desplazamos hacia las zonas de

mayor densidad de población indígena. Cuando se consideran sólo los munici-

pios indígenas, o bien los centros urbanos donde su población excede los 5 mil

habitantes, se advierte que el nivel de ingresos en estas entidades es considerable-

mente menor al de la media estatal. Las estimaciones más recientes calculan que,

durante el año 2000, el porcentaje de población ocupada que percibía hasta dos

salarios mínimos era de 71.93% en el conjunto del estado, lo cual representaba

una disminución de seis puntos porcentuales con respecto a la década anterior

Gráfica 2. Población indígena de Oaxaca y niveles de marginación social

546 857

237 605

38 432

712 588

61 938

0

100 000

200 000

300 000

400 000

500 000

600 000

700 000

800 000

Marginación muyalta

Marginación alta

Marginación media

Marginación baja

Marginación muybaja

16

entre este rango de edad no han logrado concluir la educación primaria y sólo

uno de cada seis tiene estudios superiores a ese nivel escolar.

A menudo se ha observado que los niveles de pobreza y marginación social

que caracterizan a los pueblos indígenas se deben, entre otros factores, a un pa-

trón de asentamientos que distribuye a la población en pequeñas localidades.

Si los pueblos indígenas de Oaxaca no son la excepción es porque en buena

medida este tipo de asentamiento responde a formas de organización social su-

mamente antiguas, cuyo “principio fundamental debe concebirse como la ten-

dencia de las proporciones de población a permanecer estables en el tiempo y

en el espacio” (Chance, 1998: p. 85). En una entidad federativa donde ocho de

cada 10 municipios tiene menos de 5 mil habitantes, la dispersión media de la

población resulta tan acentuada que 47% de sus localidades están constituidas

con menos de 50 habitantes. De ahí que el promedio general de las localidades

indígenas oaxaqueñas sea actualmente de 340 pobladores, si se calcula que más

de un millón y medio de personas habitan en 4 478 comunidades indígenas de

la entidad. La escasa densidad demográfica que presentan las localidades indígenas de

Oaxaca tiene diversas causas, algunas de las cuales se encuentran asociadas a

formas específicas de organización social que no sólo regulan el volumen de ha-

bitantes, sino también incrementan el número de asentamientos a lo largo de

los territorios municipales, formando pequeños núcleos o rancherías que gene-

ralmente no sobrepasan el centenar de habitantes. En las últimas décadas, sin

embargo, este fenómeno se ha visto favorecido por un proceso migratorio cada

vez más acentuado que tiene su principal origen en la década de los setentas,

cuando la población indígena oaxaqueña se incorporó a la fuerza de trabajo que

demandaban entonces otras regiones del país. Durante esa década, en efecto, se

calculaba que al menos 200 mil indígenas de Oaxaca contaban con una expe-

riencia migratoria, cifra que duplicaba el porcentaje nacional. El resultado de ese

proceso fue que para 1990 cerca de 400 mil indígenas vivían ya fuera del estado

de Oaxaca, lo que, en otros términos, representaba un tercio de la población in-

dígena de la entidad (Nolasco, 1992; Lewin y Guzmán, 2003). En las zonas de

mayor expulsión migratoria, como la Mixteca oaxaqueña, numerosas localidades

quedaron prácticamente desiertas ante el éxodo de la población en edad produc-

tiva, ya que de cada 10 mixtecos tres abandonaban definitivamente la región,

Gráfica 3. Población indígena ocupada de Oaxaca según nivel de ingresos, 2000

40%

25%

21%

14%

Sin ingresos Menos de 1 salario mínimo De 1 a 2 salarios mínimos Más de 2 salarios mínimos

Gráfica 4. Población indígena ocupada según sector de ocupación, 2000

259 168

78 669

108 462

Sector primario Sector secundario Sector terciario

0

50 000

100 000

150 000

200 000

250 000

300 000

1�

cuatro salían de manera temporal y sólo tres permanecían en el área. Así, en un

momento en que el país experimentaba un crecimiento demográfico acelerado,

la Mixteca se convirtió en una de las pocas regiones que vio descender su nivel

demográfico y, con él, el número de habitantes de sus localidades.

Oaxaca es, en efecto, uno de los estados del país con mayor expulsión de

mano de obra. Según las estimaciones de conapo, actualmente 178 municipios

de la entidad son considerados como focos de expulsión, aunque otras aproxi-

maciones calculan que más de la mitad de sus municipios ingresan en realidad

en esta categoría (Lewin y Guzmán, 2003). Si bien la Región Mixteca cubre la

tercera parte de dichas entidades, en orden cercano de importancia le siguen los

Valles Centrales y la Sierra Norte, por ser zonas donde la migración se ha conver-

tido en un elemento estructural de las economías locales. Su situación es en este

sentido divergente a la de otras regiones oaxaqueñas, como la Cañada Mazate-

ca y el Papaloapan, cuyos movimientos migratorios responden principalmente a

desplazamientos forzados de población que tuvieron lugar desde la década de

los cincuenta, con la construcción de las presas Cerro de Oro y Miguel Alemán.

Si éstas constituyeron reubicaciones forzadas de población en áreas y entidades

federativas colindantes, aquéllas representan en cambio zonas de fuerte expul-

sión que proveen de mano de obra a estados tan distantes como Sinaloa y Baja

California Norte, así como a diversos estados de la Unión Americana.

En mayor o menor medida, la migración es hoy en día un proceso que afecta

a todas las regiones de la entidad. Las estimaciones más recientes indican que di-

cho proceso involucra a cerca de un millón de oaxaqueños, de los cuales 768 797

corresponden a la migración nacional, mientras que los restantes residen en el

extranjero, principalmente en Estados Unidos. Si se considera sólo la migración

nacional, cuyos datos permiten tener aproximaciones más justas, se puede afir-

mar que la mayor parte de los migrantes oaxaqueños corresponde a personas que

hablan alguna de las 16 lenguas indígenas reconocidas, en virtud de que su dis-

tribución se ha modificado sustancialmente a lo largo del territorio nacional. De

hecho, en la nueva configuración étnica del país hay ocho entidades federativas

que destacan por ser los centros de atracción más relevantes de la población in-

dígena oaxaqueña. En un lugar primordial se encuentra el Estado de México y las

delegaciones aledañas del Distrito Federal, donde actualmente residen 275 901

hablantes de lenguas indígenas oaxaqueñas, que se concentran principalmente

en los municipios de Nezahualcóyotl, Chalco y Naucalpan, o bien en las dele-

gaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Tlalpan. A esta demarcación central,

que aglutina a más de la mitad de los indígenas oaxaqueños que residen fuera de

sus lugares de origen, se une el estado de Morelos, con una proporción menor

de migrantes que, sin embargo, puede resultar significativa en un futuro no muy

lejano (veáse gráfica 5).

Las dos zonas adicionales de atracción son tan diferentes entre sí como las

causas que promueven el desplazamiento de la población indígena oaxaqueña.

En la región del Golfo, y en virtud de su colindancia geográfica, el estado de Ve-

racruz ocupa el segundo lugar como entidad federativa con el mayor volumen de

migrantes oaxaqueños, ya que el número de hablantes de zapoteco, chinanteco o

mazateco, supera las 100 mil personas. Su presencia en el territorio veracruzano

responde, sin embargo a dos causas divergentes, una de las cuales se encuentra

ligada a los desplazamientos masivos de población indígena, provocados por la

construcción de las obras hidráulicas, y otra a la atracción laboral que ejerce la

zona petrolera del sur de Veracruz. En el primer caso, como se anotó anterior-

mente, la construcción de la presa Cerro de Oro, rebautizada posteriormente

como Miguel de la Madrid, implicó la reubicación de cerca de 30 mil indígenas

en la región veracruzana de Uxpanapa, en un proceso que se prolongó años más

tarde mediante continuos desplazamientos de población hacia otros municipios

de la misma entidad (cfr. Bartolomé y Barabas, 1990). En cambio, la migración

zapoteca hacia el sur de Veracruz tiene un origen distinto, promovido principal-

mente por el corredor industrial que se extiende entre las ciudades de Minatitlán

y Cosoleacaque, donde operan diversas plantas petroquímicas que demandan

grandes contingentes de mano de obra. El resultado de este proceso ha sido que

en la actualidad el número de zapotecos en el Istmo veracruzano represente cer-

ca de 25% de los zapotecos del Istmo oaxaqueño, ya que 21 955 hablantes de

esta lengua indígena residen de manera permanente en las ciudades de Coatza-

coalcos, Minatitlán y Cosoleacaque.

En el otro extremo de las rutas migratorias se encuentra el conjunto de enti-

dades que se localizan en el noroeste del país, particularmente Sinaloa, Sonora

y Baja California. Si bien el número de migrantes es proporcionalmente menor

al que se registra en el centro del país, su afluencia supera ya los 80 mil indí-

genas oaxaqueños que residen de manera temporal o permanente en las zonas

1�agrícolas de esos estados septentrionales. La cifra no sólo es superior a la de las

poblaciones nativas más abundantes, como mayos y yaquis, sino también mues-

tra que los mixtecos son el grupo indígena mayoritario en el noroeste de México.

Empleados principalmente como jornaleros agrícolas, su desplazamiento ha sido

paulatino pero creciente, al grado que el municipio de Ensenada alberga 19 840

mixtecos, 3 320 zapotecos y 2 523 hablantes de triqui. Como resultado del pro-

ceso migratorio, la población indígena de esta entidad representa ya cerca de la

décima parte de la población municipal.

Gráfica 5. Migrantes indígenas oaxaqueños en las principales entidades federativas, 2000

165 777

117 284110 124

39 23929 805

11 6476 266 6 000

0

20 000

40 000

60 000

80 000

100 000

120 000

140 000

160 000

180 000

Estado de México

Veracruz DistritoFederal

BajaCalifornia

Sinaloa Morelos BajaCalifornia

Sur

Sonora

Ante este panorama, hablar de los indígenas oaxaqueños equivale a referirse

a un universo extremadamente amplio que no se limita a las fronteras de Oaxaca.

Dado que un porcentaje significativo de su población reside en parajes lejanos a

sus lugares de origen, los indígenas oaxaqueños habitan en una nueva geografía

social que ya no corresponde a las delimitaciones de antaño, cuando el territorio

nacional se dividía entre un área septentrional de escasa población indígena y

una zona meridional densamente habitada por población nativa. El éxodo de za-

potecos, mixtecos o mazatecos no sólo ha implicado transformaciones en los an-

tiguos asentamientos tradicionales, sujetos a una apertura creciente con el exte-

rior, sino también supone un trastocamiento del mapa étnico de México. Durante

las últimas décadas, en efecto, el país se ha sumido en una vertiginosa dinámica

ante la creación de nuevos pueblos, campamentos agrícolas, colonias urbanas y

áreas marginales en las que conviven indígenas oaxaqueños con jornaleros agrí-

colas de procedencia nahua, tlapaneca o purépecha. Así, lo que antes fueron te-

rritorios relativamente acotados, son hoy espacios geográficamente discontinuos

pero étnicamente conectados por innumerables rutas migratorias que se bifurcan

a lo largo del territorio nacional.

En la medida en que la presencia de los pueblos indígenas de Oaxaca se

vuelve un fenómeno nacional que afecta al conjunto de las entidades federativas

del país, la identificación de sus características, dinámicas y necesidades se con-

vierte en una tarea cada vez más indispensable para la aplicación de políticas

públicas eficientes. Éstas, en efecto, sólo podrán tener el éxito deseado cuando

se conozca el perfil de los protagonistas a los que dichas políticas están destina-

das. Basado en los indicadores estadísticos más recientes, el presente diagnósti-

co busca contribuir a esa tarea que hoy, más que nunca, resulta impostergable.

1�

REgIóN CañaDa MazaTECa

La Región Cañada Mazateca se conforma por 45 municipios, integrados en los distritos administrativos de Teotitlán y

Cuicatlán, donde además de mazatecos habitan cuicatecos, mixtecos y, en menor medida, chinantecos, nahuas y po-

polocas. Su territorio se divide tradicionalmente en dos áreas diferenciadas, conocidas como alta y baja mazateca. En

general, esta última presenta características culturales y étnicas muy distintas a las que presenta la región alta. En esta

última región, que comprende parte de la Sierra Madre Oriental, es donde se concentra el mayor número de mazatecos,

que viven en bosques y lomeríos de cerros que alcanzan hasta 3 200 metros sobre el nivel del mar (msnm). La región se

caracteriza por los innumerables arroyos que alimentan los ríos Huehuetlán, Petlapa, Santo Domingo, Chiquito y Sapo,

mismos que alimentan las presas Miguel Alemán y la cuenca del Papaloapan. De hecho, la zona intermedia se ubica en

la ribera oeste de la presa Miguel Alemán y en las estribaciones de la sierra (1 800 msnm). Se trata de una zona de bos-

que tropical con pequeños lomeríos, muy propicia para la siembra del café y la formación de potreros para el ganado

vacuno.

Estas tierras intermedias separan la sierra de las tierras bajas ubicadas al este de la misma presa, que representa, para esta

subregión, una fuente de recursos piscícolas (se obtienen grandes cantidades de tilapia). Con clima cálido-húmedo, una alti-

tud de 400 msnm y planicies extensas, en esta región se ha cultivado arroz y caña de azúcar y se ha criado ganado vacuno.

Sin embargo, la constante erosión de la tierra por la ganadería extensiva, que va “desplazando los cultivos tradicionales y

destruyendo los bosques tropicales” (Boege, 1988: p. 30), ha generado que los mazatecos se vayan quedando sin tierras fér-

tiles para la siembra del maíz (Neiburg, 1988: p. 48).

La Cañada Mazateca se ha visto trasformada ecológica y culturalmente por la construcción de la presa hidroeléctrica Mi-

guel Alemán y por la presa Cerro de Oro en el Papaloapan, durante la década de los cincuenta del siglo pasado. A pesar de la

cercanía de estas hidroeléctricas y de las diversas vías de comunicación que permiten conectar a las comunidades indígenas

con la ciudad de México, Veracruz, Orizaba y Córdoba, son pocos los mazatecos que se han beneficiado para contrarrestar

el alto índice de marginalidad que se padece desde hace varias décadas.

20

La población indígena

Estimada en 173 922 habitantes, la población indígena de la región representa

cerca de 87% de la población total, que actualmente asciende a 201 937 perso-

nas. Esto se debe a que, en su gran mayoría, los municipios de la Cañada Maza-

teca presentan porcentajes superiores a 70% de población indígena, ya que 33

de los 45 municipios ingresan en este rango de población, mientras que sólo dos

son inferiores a 30% de población indígena.

Si se considera que, de las personas mayores de cinco años que hablan una

lengua indígena, siete de cada 10 continúan comunicándose a través de ella, se

comprenderá que el empleo de las lenguas vernáculas se conserva con gran vi-

gencia en la Cañada Mazateca. En este sentido, su promedio es dos veces supe-

rior a la media estatal, calculado en 37% de la población indígena mayor a cinco

años. De hecho, en 23 municipios de la región el porcentaje de población ha-

blante de lengua indígena es superior a 90% de este sector poblacional, mientras

en 10 municipios adicionales es mayor a 70% (veáse gráfica 6).

Sin embargo, si se observa la distribución porcentual de la población indí-

gena por edad y sexo según su condición de habla, es posible observar que en

los grupos de menor edad se encuentra el mayor volumen de población que no

habla su lengua originaria. Esto significa que es precisamente en las nuevas gene-

raciones donde se está observando una paulatina pérdida de la lengua indígena.

Por el contrario, la población que ha perdido su lengua originaria va disminuyen-

do conforme aumenta la edad de la población (veáse gráfica 7).

El grupo de niños y jóvenes que no habla lengua indígena concentra 20.2% de

los hombres y 18.7% de las mujeres. Las generaciones mayores presentan en cam-

bio índices de monolingüismo que resultan superiores a la media estatal, incre-

mentándose en el caso de las mujeres hasta 16 puntos porcentuales por encima de

dicho promedio. Las cifras indican, en efecto, que 26.6% de los hombres y 36.3%

de las mujeres que hablan alguna lengua indígena desconocen el castellano.

El monolingüismo, sin embargo, no se presenta con la misma magnitud a lo

largo de los municipios de la región. Como era de esperarse, los municipios con

mayor densidad de población indígena registran un mayor porcentaje de mono-

lingües, ya que de cada 100 hombres y mujeres que hablan alguna lengua in-

Gráfica �. Estructura por edades, sexo y condición de habla de lengua indígena, 2000

15 000 10 000 5 000 0 5 000 10 000 15 000

Habla lengua indígena No habla lengua indígena

Hombres Mujeres

0 - 45 - 9

10 - 1415 - 1920 - 2425 - 2930 - 3435 - 3940 - 4445 - 4950 - 5455 - 5960 - 64

65 y más

Nota: La población hablante de lengua indígena se capta a partir de los 5 años de edad. No incluye a 246 hombres y 304 mujeres que no especifican su edad.

Gráfica 6. Población que habita en hogares indígenas según su distribución porcentual por condición de habla indígena y sexo, 2000

Hombres Mujeres

Hablantes No hablantes

79.9%

20.1%

88 631

78.6%

21.4%

84 632

21

dígena, 28 y 38, respectivamente, no comprenden el español. Esta proporción

disminuye conforme decrece la población indígena, de tal manera que en los

municipios con presencia indígena un hombre y cinco mujeres de cada 100 son

monolingües, y en aquellos donde la población indígena es dispersa la propor-

ción en los hombres alcanza apenas una persona de cada 100 y en las mujeres es

de sólo cuatro hablantes de lengua indígena. Los municipios más afectados por

tener mayor porcentaje de población monolingüe son Santa María la Asunción,

Huautepec y Bartolomé Ayautla, donde casi la mitad de los hablantes de lengua

indígena no domina el castellano (veáse gráfica 8).

Si se considera que las tres cuartas partes de los municipios de la Cañada

Mazateca son entidades menores a los 5 mil habitantes, se comprenderá que la

vasta mayoría de población indígena de la región habita en zonas rurales que se

caracterizan por tener un asentimiento disperso. Los 37 municipios que se ubican

en esta categoría albergan a la tercera parte de la población, mientras que 40%

adicional reside en las tres entidades que superan los 15 mil habitantes: Huautla

de Jiménez, San José Tenango y Santa María Chilchotla. La quinta parte de la po-

blación indígena reside, en cambio, en cinco municipios de tamaño intermedio,

cuyo rango de población oscila entre 5 mil y 15 mil habitantes (veáse gráfica 9).

La dispersión de los asentamientos, constituidos por pequeñas localidades

rurales, resulta particularmente acentuada a lo largo de los 45 municipios. De

hecho, la gran mayoría de la población indígena de la Cañada Mazateca está

distribuida en localidades que cuentan con un volumen de población menor a 2

500 habitantes. De ahí que de cada 100 personas que forman parte de hogares

indígenas, sólo 10 residan en localidades medianas o en las ciudades de la región

(veáse gráfica 10).

Actualmente, como se puede apreciar en la gráfica 10, la mayoría de la po-

blación indígena de la región habita en localidades menores a 500 habitantes,

mientras cerca de 10% lo hace en localidades que se ubican entre 2 500 y 10

mil habitantes.

Salud y fecundidad

Como sucede en otras regiones oaxaqueñas, el número de hombres solteros que

se encuentran entre 12 y 49 años de edad es superior al de las mujeres, cuyos

índices de matrimonio son superiores en casi 10 puntos porcentuales a los de

aquéllos. De ahí también que el número de mujeres indígenas que carecen de

Gráfica �. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

48 818

17 696

45 075

25 722

Hombres Mujeres

Bilingües Monolingües

Gráfica �. Distribución porcentual de la población en hogares indígenas por zona rural-urbana, 2000

10.5

89.5

Zonas urbanas Zonas rurales

22(Ramos Oropeza, 2002). En los municipios indígenas o con presencia indígena di-

cho porcentaje se eleva a 86% de la población indígena ocupada, cerca de la mi-

tad de los cuales carece de ingresos remunerados. Aunque se trata principalmente

de una población ocupada en el sector primario, cuyos ingresos dependen de una

agricultura de temporal, 42% se emplea hoy en día en las ramas de las manufactu-

ras, el comercio y los servicios, sin que estas actividades logren elevar el promedio

general de ingresos entre los indígenas del estado (veánse gráficas 3 y 4).

Los indicadores económicos encuentran una correspondencia casi exacta

con los niveles de bienestar social, en buena medida ejemplificados en los servi-

cios educativos y de salud con que cuentan las comunidades indígenas de Oaxa-

ca. Los indicadores más recientes no sólo muestran que 88.7% de los indígenas

residentes en el estado se encuentran al margen de los servicios de salud, general-

mente accesibles en los centros urbanos de mayores dimensiones, sino también

que su índice de analfabetismo es superior a la media indígena nacional. Aun

cuando este índice es inferior al de otras entidades vecinas, como Guerrero, Pue-

bla y Chiapas, en términos absolutos supone una población de 264 331 indígenas

que no saben leer ni escribir, lo cual representa 34.6% del total de la población

indígena de 15 años y más. A su vez, tres de cada 10 personas que se encuentran

cónyuge, ya sea por viudez o separación, sea significativamente mayor al de los

varones (veánse gráfica 11 y cuadro 1).

Si la tendencia conyugal no varía en razón del tipo de municipio, la fecun-

didad presenta en cambio distinciones entre las entidades indígenas y aquellas

que tienen una población indígena dispersa. La mayoría de los municipios con

el mayor promedio de hijos nacidos vivos de la población corresponde a entida-

des indígenas. Entre ellos destacan Santa María Teopoxco, Santiago Texcalcingo,

Eloxochitlán de Flores Magón, Santa María la Asunción y San Martín Toxpalan,

con porcentajes de 2.9% para los primeros dos municipios y de 2.8% para los tres

restantes (veáse gráfica 12).

El escaso acceso a los servicios de salud es un problema que afecta tanto a

los municipios indígenas como a los no indígenas, ya que en este rubro no se ob-

servan diferencias significativas en ambos tipos de entidades. Sin embargo, entre

los primeros destacan San Pedro Ocopetatillo, Santos Reyes Pápalo, San Martín

Toxpalan y San Pedro Teutila, los tres primeros con población indígena y el úl-

timo con presencia indígena. En estos municipios es alarmante el porcentaje de

indígenas que no tienen acceso a servicios de salud: van de 99.3% a 99.7%, es

decir, casi la totalidad de la población. Santa María Tecomavaca es el único mu-

Gráfica 10. Población en hogares indígenas y su distribución porcentual según tamaño de la localidad, 2000

18 190

64 693

90 932

De 2 500 a 9 999

De 500 a 2 499

Menos de 500 52.3

10.5

37.2

Gráfica 11. Estado conyugal de la población indígena de 12 a 4� años por tipo y sexo, 2000

52.8

4245.8

52.5

1.45.5

Soltero Casado o unido Viudo, separado o divorciado

Hombres M ujeres

23

nicipio con población indígena dispersa que se ubica dentro de ese grupo, pues

sólo una persona de cada 100 es derechohabiente.

La falta de acceso a servicios de salud es determinante en la alta tasa de mor-

talidad infantil existente en la Cañada Mazateca. Los indicadores muestran en

este caso que casi todos los municipios con mayores porcentajes son aquellos

que están configurados por más de 70% de población indígena, cuyos índices de

mortalidad infantil van de 40.6% a 50.8% (veáse gráfica 13).

El municipio que destaca por tener mayor proporción de mortalidad infantil

es San José Tenango, ya que de dos niños nacidos vivos sólo uno sobrevive. Una

situación semejante se presenta en Huautepec, San Miguel Santa Flor y Santa Ma-

ría la Asunción (veáse gráfica 14).

Educación

Como consecuencia del alto porcentaje de monolingüismo de la población in-

dígena, el índice de analfabetismo resulta considerable. Al igual que en otras

regiones oaxaqueñas, el fenómeno afecta sobre todo a las mujeres, que tienen

menos contacto con los servicios educativos. En la Cañada Mazateca, en efecto,

la mayoría de las mujeres son analfabetas. De cada 100 mujeres indígenas de 15

años y más que residen en la región, 52 no saben leer ni escribir. Aun cuando

esta proporción se reduce significativamente en los hombres, entre los cuales 34

de cada 100 son analfabetas, el promedio entre ambos sectores sigue siendo su-

perior a la media estatal, estimado en 34.6% de la población indígena mayor a

cinco años (veáse gráfica 15).

Sin embargo, esta situación no resulta homogénea para todos los municipios.

Mientras las entidades con población indígena dispersa se encuentran general-

mente por debajo de la media estatal, en un rango que va de 22% a 39%, los mu-

nicipios eminentemente indígenas presentan porcentajes que oscilan entre 35%

y 73%, muy superiores al promedio estatal (veánse cuadros 2 y 3).

Ahora bien, los municipios que se ven más afectados por los altos porcentajes

de población analfabeta son Santa María la Asunción, Huautepec y San Bartolo-

mé Ayautla, con 73%, 59.9% y 59.3%, respectivamente. Sin embargo, al obser-

var el sobreíndice de analfabetismo femenino (el indicador que señala las veces

Cuadro 1. Distribución porcentual de la población de 12 a 4� años por estado conyugal por tipo de municipio y sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Soltero Casado o unido Viudo, separado o

divorciado

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

Cañada Mazateca 42 382 45 068 52.8 42.0 45.8 52.5 1.4 5.5

Indígena* 3� 45� 32 �3� 52.4 42.1 46.1 52.4 1.5 5.5

Presencia indígena** 2 656 � 0�6 56.1 42.6 43.1 51.� 0.� 5.5

Indígena dispersa*** 1 26� 5 254 54.� 40.� 43.4 54.2 1.� 4.�

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 12. Municipios con mayor promedio de hijos nacidos vivos de la población femenina de 12 a 4� años

en hogares indígenas, 2000

2.6

2.6

2.6

2.6

2.7

2.7

2.7

2.7

2.7

2.7

2.8

2.8

2.8

2.9

2.9

San Pedro Ocopetatillo*

San Juan Tepeuxila*

Cuyamecalco Villa de Zaragoza**

San Andrés Teotilalpam*

San Lorenzo Cuaunecuiltitla*

San Juan de los Cués**

Santa Cruz Acatepec*

San Lucas Zoquiapam*

Mazatlán Villa de Flores*

Santos Reyes Pápalo*

San Martín Toxpalan**

Santa María la Asunción*

Boxochitlán de Flores Magón*

Santiago Texcalcingo*

Santa María Teopoxco*

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.

24

que es mayor el porcentaje femenino en relación con el masculino), se observa

que los municipios más afectados en este rubro son Santa Ana Ateixtlahuaca, San

Lorenzo Cuaunecuiltitla, San Pedro Ocopetatillo, San Francisco Huehuetlán y

San José Tenango, donde los índices van de 1.6% a 1.9%.

La ausencia de servicios educativos no sólo se observa en el nivel de la edu-

cación primaria, sino también en el superior de la educación básica. En el primer

caso, entre la población infantil de seis a 12 años, 13% de los hombres y 11.9%

de las mujeres no van a la escuela, pero en el segundo la inasistencia escolar se

recrudece, ya que entre los adolescentes de 13 a 15 años los porcentajes se ele-

van a 27% en los hombres y a 35.5% en las mujeres. Esto indica que sigue exis-

tiendo una brecha porcentual de ocho puntos entre los sexos en detrimento de

las adolescentes.

La inasistencia escolar tiene distintos comportamientos, dependiendo del gru-

po de edad y el tipo de municipio del que se trate. En los municipios indígenas, la

población de seis a 12 años que no asiste a la escuela presenta un porcentaje de

12.6%, dos decimales más del promedio de la región; sin embargo, en aquellos

municipios que cuentan con menos de 40% de población indígena el porcentaje

disminuye ocho puntos (veáse gráfica 16).

En cambio, esta situación es distinta para la población de 13 a 15 años, ya que

el mayor porcentaje se ubica en los municipios de presencia indígena (38.5%)

(veáse cuadro 4).

No obstante, esta situación no se observa de manera similar si se analiza por

sexo. Mientras entre las mujeres residentes en poblaciones con presencia indíge-

Gráfica 13. Municipios con mayor porcentaje de población en hogares indígenas sin derecho a servicios de salud, 2000

98.3

98.4

98.6

98.7

98.7

98.7

98.8

99.0

99.1

99.1

99.1

99.3

99.4

99.6

99.7

Santa María la Asunción*

Chiquihuitlán de Benito Juárez*

San Juan de los Cués**

San Miguel Santa Flor*

Santa María Tecomavaca***

Santa María Tlalixtac*

San Bartolomé Ayautla*

San Andrés Teotilalpam*

Santa Ana Cuauhtémoc*

Santa María Teopoxco*

Santa María Pápalo*

San Pedro Teutila**

San Martín Toxpalan**

Santos Reyes Pápalo*

San Pedro Ocopetatillo*

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 14. Municipios con mayores tasas de mortalidad infantil, 2000

50.8

49.4

48.5

48.3

48.2

47.8

47.5

47.3

46.9

45.2

43.7

42.1

41.9

41.6

40.6San Lucas Zoquiapam

Santiago Texcalcingo

San Juan Coatzospam

San Pedro Ocopetatillo

Mazatlán Villa de Flores

Santa María Chilchotla

Santa María Tlalixtac

San Bartolomé Ayautla

San Francisco Chapulapa

Eloxochitlán de Flores Magón

Santa Ana Ateixtlahuaca

San Miguel Santa Flor

Santa María la Asunción

Huautepec

San José Tenango

Nota: Todos los municipios, con excepción de San Francisco Chapulapa, son indígenas.

25

na el porcentaje de inasistencia es de 46.5%, y en los hombres se reduce a 31%.

Al considerar los municipios más afectados, se observa que la inasistencia escolar

entre los niños de seis a 12 es más acentuada en los municipios de San Miguel la

Flor, Santiago Texcalcingo y Santa María la Asunción, los cuales, con excepción

del segundo, son indígenas (veáse cuadro 5).

Para el caso de los adolescentes indígenas que no van a la escuela, esta pro-

porción aumenta aproximadamente al doble en relación con la población infan-

til. Los municipios más afectados son Santiago Nacaltepec, San Pedro Teutila,

San Martín Toxpalan y Cuyamecalco Villa de Zaragoza, con porcentajes que van

de 46.6% a 55.6 (veánse cuadros 6 y 7).

En estas condiciones, puede asegurarse que la mayor parte de la población

indígena regional se ubica en dos grandes rubros: o bien carece de toda instruc-

ción básica (31.7%) o bien cuenta con la primaria incompleta (35%). Asimismo,

son pocos los que pudieron concluir la educación secundaria (8.5%) y mucho

menos los que lograron acceder a estudios de educación media superior o supe-

rior (1.6%), por lo que se hace evidente que esta población cuenta con un rezago

educativo alarmante, ya que la mayor parte de la población de 15 a 59 años no

logró concluir la educación básica (veáse gráfica 17).

Este problema educativo es mayor en los municipios donde la población indí-

gena es mayoritaria, ya que sólo 12 hombres y 10 mujeres de este grupo de edad

logró concluir la educación básica. En la misma medida, la proporción disminu-

ye en los municipios de presencia indígena o de población indígena dispersa,

tanto en el caso de hombres como de mujeres.

Gráfica 15. Porcentaje de población de 15 años y más en hogares indígenas por condición de alfabetismo según sexo, 2000

56.6

43.4

66.0

34.0

48.0 52.0

Hombres Mujeres

Alfabetas Analfabetas

43.4

Total

Cuadro 2. Municipios con mayor porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas según sexo e índice de

sobreanalfabetismo femenino, 2000

Municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Cañada Mazateca 43.4 34.0 52 1.5

Santa Ana Ateixtlahuaca* 4�.6 33.1 61.4 1.�

San Lorenzo Cuaunecuiltitla* 4�.� 35.4 60.� 1.�

San Pedro Ocopetatillo* 54.4 41.3 66.1 1.6

San Francisco Huehuetlán* 52.� 3�.4 64.4 1.6

San José Tenango* 4�.2 36.2 5�.4 1.6

San Bartolomé Ayautla* 5�.3 46.� �0.0 1.5

San Miguel Santa Flor* 54.5 44.0 65.5 1.5

Eloxochitlán de Flores Magón* 53.1 42.� 62.4 1.5

Chiquihuitlán de Benito Juárez* 4�.2 3�.� 54.� 1.5

Santa María la Asunción* �3.0 60.3 �2.3 1.4

Huautepec* 5�.� 4�.6 6�.� 1.4

Cuyamecalco Villa de Zaragoza** 56.6 4�.2 65.6 1.4

San Francisco Chapulapa*** 52.6 44.2 60.5 1.4

Santa María Tlalixtac* 50.� 42.2 5�.5 1.4

Huautla de Jiménez* 4�.� 3�.4 54.� 1.4

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. El índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

26

Ingresos y empleo

La Cañada Mazateca registra un volumen de población indígena de 116 750 per-

sonas de 12 años y más, de las cuales 62 277 no forman parte de la población

económicamente activa, lo que representa 53.3% del total. Sin embargo, este

grupo se conforma en su mayoría por mujeres, ya que de cada 100 personas que

no son económicamente activas, 76 son parte de la población femenina y 24 de

la masculina (veáse gráfica 18).

La población indígena económicamente activa está conformada por 54 011

personas, de las cuales 53 740 están ocupadas y 271 desocupadas. En ambos ca-

sos se observa que la mayoría son hombres, con 75.7% en el caso de la ocupada

y con 80.1% en la desocupada (veáse cuadro 8).

Al habitar principalmente en zonas rurales, la población indígena de la Ca-

ñada Mazateca tiende a dedicarse prioritariamente en el sector agropecuario, el

cual absorbe 78% de la población ocupada. Sin embargo, los indicadores reve-

lan que el tipo de ocupación varía de acuerdo con el sexo de los trabajadores.

Mientras los hombres se dedican primordialmente al sector primario, las mujeres

incursionan cada vez más en el secundario y terciario. En este sentido, puede ad-

vertirse que 83 de cada 100 hombres y 56 de cada 100 mujeres trabajan en ac-

tividades agrícolas, ganaderas o de aprovechamiento forestal, mientras que siete

hombres y 15 mujeres de cada 100 laboran en actividades asociadas al sector

segundario. De manera similar, el sector de servicios incluye 9% de los hombres

y 30% de las mujeres restantes, lo que indica una mayor profesionalización de la

mano de obra femenina con respecto a la masculina (veáse gráfica 19).

En el nivel general, sin embargo, la mayoría de la población indígena con-

tinúa dedicada a actividades del sector primario. De ahí que el nivel de ingre-

sos sea incluso dos veces menor a la media estatal, tanto en el sector masculino

como en el femenino. Actualmente se calcula que más de 80% de la población

indígena ocupada carece de ingresos o recibe menos de un salario mínimo, aun-

que este porcentaje varía de acuerdo con el sexo de la población y el tipo de mu-

nicipio (veáse gráfica 20).

Con relación al género, en efecto, 86 de cada 100 mujeres indígenas ocupa-

das no reciben ningún ingreso (34.2%) o reciben menos de un salario mínimo

(51.8%). Esta proporción se reduce levemente entre los hombres a 82%, mientras

que 18% restante perciben entre uno y dos salarios mínimos (13.2%) o más de

Gráfica 16. Distribución porcentual de la población de 6 a 15 años por condición de asistencia escolar según grupos de edad y sexo, 2000

64.5

88.1

73.0

87.0

68.8

87.6

35.5

11.9

27.0

13.0

31.2

12.4

13-15

6-12

13-15

6-12

13-15

6-12

Asiste No asiste

Mujeres

Hombres

Total

Cuadro 3. Porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas por tipo de municipio según sexo e índice

de sobreanalfabetismo femenino, 2000

Tipo de municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Cañada Mazateca 43.6 34.0 52.0 1.5

Indígena* 44.6 35.0 53.2 1.5

Presencia indígena** 33.6 26.2 40.6 1.5

Indígena dispersa*** 30.� 21.� 3�.1 1.�

Nota: El índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

2�

dos salarios mínimos (4.7%). Ahora bien, si se analiza el ingreso a partir del tipo

de municipio, es probable observar que existe una relación inversamente propor-

cional entre el salario y el número de población indígena (veáse cuadro 9).

Mientras que en los municipios indígenas alrededor de 38 de cada 100 perso-

nas de 12 años y más ocupadas no perciben ingresos, este promedio aumenta a

50 personas en los municipios con presencia indígena. La situación es distinta en

el caso de la población que percibe más de dos salarios mínimos, ya que en este

caso parece existir una relación inversamente proporcional entre el volumen de

población indígena y el ingreso. Si en los municipios con menos de 40% de po-

blación indígena 10 de cada 100 trabajadores perciben este ingreso, en aquellos

donde la población es mayor a 70% esta proporción se reduce a la mitad (veáse

cuadro 10).

Marginación social

La Sierra Mazateca se ha caracterizado por ser una región de extrema pobreza;

sus condiciones de marginación se acentúan en virtud de un patrón de asenta-

mientos sumamente disperso. De los 45 municipios que integran la región, 43

son catalogados actualmente como entidades de alta y muy alta marginación, lo

que implica que un total de 191 317 personas (94% de la población regional)

viven en condiciones de pobreza y marginación social. No sólo más de 80% de

los trabajadores indígenas carecen de ingreso o reciben menos de un salario mí-

nimo, sino también, como hemos señalado, 43% de la población adulta es anal-

fabeta, cerca de 30% es monolingüe y la gran mayoría no cuenta con acceso a

los servicios de salud.

Entre otros factores, los niveles de marginación social se expresan claramente

en los servicios con que cuentan las viviendas en la región. En el conjunto de los

45 municipios, el número de viviendas indígenas asciende actualmente a 36 536,

lo que indica que un promedio de cinco personas habita en cada una de ellas.

Sin embargo, los indicadores muestran que cuatro de cada 10 viviendas de la Ma-

Cuadro 4. Porcentaje de población de 6 a 15 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela por tipo de municipio según grupos de edad

y sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Hombres Mujeres

6-12 13-15 6-12 13-15 6-12 13-15

Cañada Mazateca 12.4 31.2 13.0 27.0 11.9 35.5

Indígena* 12.6 30.� 13.0 26.� 12.2 34.�

Presencia indígena** 12.1 3�.5 13.� 31.0 10.3 45.5

Indígena dispersa*** �.� 30.� 10.� 2�.6 6.� 34.5

Nota: No incluye a la población que no especificó la condición de asistencia.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 5. Municipios con mayor porcentaje de población de 6 a 12 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela

según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Cañada Mazateca 12.4 13.0 11.9

San Miguel Santa Flor* 22.� 2�.4 1�.1

Santiago Texcalcingo** 20.3 25.2 15.6

Santa María la Asunción* 1�.0 16.� 21.3

San José Tenango* 1�.� 1�.4 1�.3

Eloxochitlán de Flores Magón* 1�.4 1�.� 1�.1

Cuyamecalco Villa de Zaragoza* 1�.3 1�.� 1�.6

Huautepec* 1�.4 1�.0 15.�

San Bartolomé Ayautla* 14.0 14.� 13.1

Santa María Chilchotla*** 13.3 13.� 12.�

San Pedro Teutila* 12.� 16.0 �.5

Huautla de Jiménez*** 12.� 13.2 12.4

San Martín Toxpalan* 11.� 13.4 10.3

Santa Cruz Acatepec* 11.� 15.2 �.3

Santa María Tecomavaca* 11.2 12.1 10.3

Santa María Teopoxco*** 11.1 11.� 10.5

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

2�

zateca no tiene agua entubada, lo que arroja una cantidad de 15 680 viviendas

indígenas sin este servicio (veáse cuadro 11).

La ausencia de drenaje y agua entubada constituye, en efecto, el problema

más apremiante, ya que afecta a casi la mitad de los hogares indígenas, pero otros

factores exhiben a su vez el nivel de hacinamiento de las viviendas. De hecho,

aunque la mayoría de ellas cuenta con energía eléctrica, 90% de las familias indí-

genas carece de gas para cocinar y emplea aún la leña como combustible, mien-

tras 20% habita en casas construida con piso de tierra.

Esta problemática pone en evidencia que los planes y programas de desarro-

llo social del estado no han llegado aún a muchos municipios indígenas, por lo

que hace falta invertir más en obra pública orientada a mejorar la calidad de vi-

vienda de estos hogares.

Configuración étnica

La Cañada Mazateca sigue siendo en cierta medida un territorio exclusivo de los

primeros moradores (Quintanar y Maldonado, 2000: p. 24). Los desplazamientos

a raíz de la construcción de las presas de comunidades indígenas que habitaban

la cuenca del Papaloapan, no han incidido fuertemente en la configuración étni-

ca de la región. Esto no implica que los mazatecos no tengan relaciones con otros

grupos indígenas pues, desde tiempos inmemoriales, los habitantes de la Cañada

han convivido con diferentes grupos, como los cuicatecos, los chinantecos, los

nahuas y los mixtecos. Aun así, las comunidades mazatecas mantienen una fuer-

te filiación lingüística, territorial e ideológica. De ahí que se trate de una región

donde “la conformación de lo étnico [...] está ligada a la subsistencia, a la tierra

y al poder del grupo sobre su territorio” (Boege, 1988: p. 87). De ahí que en los

municipios mazatecos tradicionales haya una presencia muy reducida de otros

grupos indígenas (veáse gráfica 21).

La homogeneidad lingüística y cultural es particularmente visible en las zonas

altas de la región. En las tierras bajas la situación interétnica varia en la medida en

Cuadro 6. Municipios con mayor porcentaje de población de 13 a 15 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela

según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Cañada Mazateca 31.2 27.0 35.5

Santiago Nacaltepec*** 55.6 50.0 60.0

San Pedro Teutila** 50.3 33.� 62.4

San Martín Toxpalan** 46.� 3�.� 55.1

Cuyamecalco Villa de Zaragoza** 46.6 3�.� 54.�

Santa María la Asunción* 44.1 2�.� 60.2

Santa María Tecomavaca*** 42.1 41.� 42.�

Santiago Texcalcingo* 40.� 34.3 4�.4

Santa María Tlalixtac* 40.0 30.5 52.2

Huautepec* 3�.2 35.� 40.5

San Miguel Santa Flor* 3�.1 33.3 40.0

Eloxochitlán de Flores Magón* 35.1 34.� 35.3

San Andrés Teotilalpam* 34.1 24.6 44.0

Santa María Chilchotla* 33.4 30.� 36.1

Santa Ana Cuauhtémoc* 33.3 32.1 34.5

San José Tenango* 32.1 2�.2 35.1

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. Se excluyeron los municipios de San Luis Amatlán y San Pedro Juchatengo por su bajo volumen de población indígena de 13 a 15 años que no asiste a la escuela. * �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Cuadro �. Distribución porcentual de la población de 15 a 5� años en hogares indígenas por nivel de instrucción según sexo, 2000

Nivel de instrucción Total Hombres Mujeres

Sin instrucción 31.� 24.3 3�.6

Primaria incompleta 35.0 3�.6 32.3

Primaria completa 1�.5 20.� 16.4

Secundaria incompleta 3.� 5.0 2.�

Secundaria completa �.5 �.� �.3

Postsecundaria 1.6 1.� 1.6

No especificado 0.� 0.� 1.0

2�

Gráfica 1�. Porcentaje de población de 15 a 5� años en hogares indígenas en rezago educativo por tipo de municipio según sexo, 2000

85.0

88.089.2

83.2

87.187.9

86.7

88.890.3

Indígena* Presencia indígena** Indígena dispersa***

Total Hombres Mujeres

Nota: Se refiere a la población que no logró concluir la educación básica.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

que los municipios tienen un mayor contacto, tanto con regiones mestizas como

con otros grupos indígenas, principalmente chinantecos y nahuas, a raíz de los

desplazamientos producidos por las inundaciones de las presas hidroeléctricas.

Además, los centros económicos y políticos importantes para los municipios ma-

zatecos de esta subregión se encuentran en el estado de Veracruz, como Tuxte-

pec y Tierra Blanca (veáse cuadro 12).

Mazatecos

Ubicados principalmente en el valle del Papaloapan y en la región conocida

como la Cañada en la Sierra Madre Oriental, los mazatecos habitan un territorio

que se extiende desde el noroeste del estado de Oaxaca hasta los municipios co-

lindantes de Puebla y Veracruz. Sus condiciones de marginación se manifiestan

aun en la expresión que emplean para designarse a sí mismos. La voz shuta eni-

ma, etnónimo del grupo, significa “los que trabajamos el monte”, “que hablamos

el idioma” o “gente de costumbre”, “humilde, humillados” (Boege, 1988: p. 19).

Al ser el tercer grupo etnolingüístico más numeroso de Oaxaca, los mazate-

cos ascienden en el conjunto de la entidad a 224 436 hablantes de esta lengua

indígena, de los cuales 106 524 residen en la Región Cañada, distribuidos en 19

municipios donde el mazateco es la lengua mayoritaria y en cinco donde esta

lengua es minoritaria. A esas cifras deben agregarse los 90 mil mazatecos que re-

siden fuera del estado y que se distribuyen en diversas entidades federativas del

país, lo que da por resultado un total de 305 836 hablantes de esta lengua indí-

gena a lo largo del territorio nacional (veáse cuadro 13).

Los mazatecos se distribuyen en dos regiones claramente diferenciadas, co-

nocidas como la Sierra y Tierra Caliente. Mientras los mazatecos de la Sierra es-

tán vinculados económicamente a Tehuacan, en el estado de Puebla, los de Tie-

rra Caliente están ligados por vínculos comerciales a Tuxtepec y Tierra Blanca,

Gráfica 1�. Porcentaje de población de 12 años y más en hogares indígenas según condición de actividad, 2000

Mujeres Hombres

76.2%

23.8%

Activa54 011

Inactiva62 277

Cuadro �. Población de 12 años y más económicamente activa en hogares indígenas por tipo según sexo, 2000

Tipo Total Hombres Mujeres

Población activa 54 011 �5.� 24.2

Ocupada 53 �40 �5.� 24.3

Desocupada 2�1 �0.1 1�.�

30

en el estado de Veracruz. Ambas regiones, sin embargo, comparten a la ciudad

de Huautla como centro común, que funge como capital interna de la región ma-

zateca. De ahí que la región étnica se articule a través de esta metrópoli, enclave

político y administrativo para el conjunto de la región oaxaqueña. Dado que la

construcción de la carretera que comunica Huautla con Tuxtepec es relativamen-

te reciente, la articulación entre ambas regiones ha sido escasa, de tal manera

que los mazatecos de la Sierra mantienen una relación más estrecha con nahuas,

mixtecos y, en menor medida, cuicatecos.

La construcción de las presas Miguel Alemán y Cerro de Oro durante la se-

gunda mitad del siglo xx modificó el área original al inundar gran parte de las

tierras bajas. En consecuencia, numerosos pobladores de esta zona fueron reubi-

cados en otras regiones de Oaxaca y Veracruz. Despojadas de las tierras más

Cuadro �. Distribución porcentual de la población de 12 años y más ocupada en hogares indígenas por tipo de municipio y sexo según

ingreso, 2000

Tipo de municipio y sexo Sin ingresos Menos de 1

salario mínimo

De 1 a 2 salarios mínimos

Más de 2 salarios mínimos

Población total 38.9 44.2 11.4 5.5

Indígena* 3�.2 46.2 10.3 5.3

Presencia indígena** 4�.� 21.� 22.� 6.4

Indígena dispersa*** 3�.6 2�.3 24.0 10.1

Hombres 40.4 41.7 13.2 4.7

Indígena* 3�.6 44.0 11.� 4.5

Presencia indígena** 52.5 1�.2 24.0 5.3

Indígena dispersa*** 3�.2 22.� 2�.6 �.4

Mujeres 34.2 51.8 5.9 8.1

Indígena* 34.1 53.1 5.0 �.�

Presencia indígena** 34.5 36.� 1�.0 10.�

Indígena dispersa*** 36.� 40.5 10.4 12.2

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 20. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por ingreso según sexo, 2000

38.9

40.4

34.2

44.2

41.7

51.8

11.4

13.2

5.9

5.5

4.7

8.1

Sin ingresos Menos de 1 salario mínimo

De 1 a 2 salarios mínimos Más de 2 salarios mínimos

Total

Hombres

Mujeres

Gráfica 1�. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas por sector según sexo, 2000

83.3

6.7 9.1

55.8

11.5

30.4

Primario Secundario Terciario

Nota: no incluye a 0.�% de hombres y 2.3% de mujeres que no especificaron el sector económico en que par-ticipan.

31

fértiles, que en conjunto sumaron una superficie de 40 mil hectáreas (Neiburg,

1988), las poblaciones reubicadas vieron seriamente afectada su economía tradi-

cional, al situarse en enclaves que no correspondían a las condiciones ecológi-

cas originales. La inundación de las presas trajo además cambios climáticos en el

conjunto de la región, de tal manera que los niveles de humedad han aumentado

en las zonas media y alta, alterando un ciclo agrícola que anteriormente producía

dos cosechas de maíz cada año. Sus efectos terminaron por trastocar la actividad

principal de los campesinos indígenas, transformando en pescadores o aceleran-

do el proceso de migración. Además, como ha señalado López Cortés (1995),

nuevos cacicazgos surgieron al generarse vacíos de poder político, sustentados

ahora en el intermediarismo pesquero y agrícola, la expansión ganadera y la ma-

nipulación de las estructuras de gobierno en el ámbito municipal.

Hay que señalar que no existe una fuerte relación entre la sierra y las tierras

bajas, lo que ha motivado la separación cultural entre las dos regiones (Quintanar

y Maldonado, ibídem: p. 30). En la región existen tres municipios (San Juan Coat-

zospam, San Miguel Huautla y Santa Ana Cuauhtémoc) cuya población indígena

es mayoritariamente mixteca, con una pequeña población mazateca, y dos muni-

cipios nahuas que también presentan población mazateca (Santa María Teopox-

co y Teotitlán de Flores Magón). Esta diferenciación cultural entre la región alta y

la región baja puede observarse en las variaciones porcentuales entre el número

Cuadro 11. Municipios con población indígena marginada en relación a las características de la vivienda, 2000

MunicipioSin drenaje o sanitario exclusivo

Sin electricidad

Con piso de tierra

Con hacinamiento

Marginación (CONapO)

San Martín Toxpalan** 50.0 3.� 6�.5 ��.3 Alta

San Francisco Chapulapa*** 2�.� 46.� ��.� �0.3 Muy alta

San Bartolomé Ayautla* 2�.5 1�.� ��.� ��.� Muy alta

Mazatlán Villa de Flores* 24.� 13.0 �1.� ��.3 Muy alta

San José Tenango* 23.0 41.5 �0.2 ��.6 Muy alta

Santa María la Asunción* 21.2 1�.� �0.4 ��.� Muy alta

Santa María Teopoxco* 14.3 6.5 �4.3 �0.3 Muy alta

Santa María Tlalixtac* 13.1 45.� ��.� �0.2 Muy alta

Santa María Chilchotla* 12.5 25.� �4.0 ��.� Muy alta

San Pedro Teutila** 12.5 1�.� �6.4 ��.3 Alta

Santos Reyes Pápalo* 11.2 �.1 ��.� �1.2 Muy alta

San Juan Coatzospam* 10.2 16.3 ��.6 �0.1 Muy alta

Huautepec* �.5 1�.6 �2.6 �2.� Muy alta

San Lorenzo Cuaunecuiltitla* 6.4 3.3 �4.4 ��.3 Muy alta

Santa María Texcatitlán* 4.� 11.4 �5.3 ��.6 Muy alta

Nota: La selección se realizó a partir del porcentaje de hacinamiento.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 10. Municipios con mayor porcentaje de la población de 12 años y más ocupada en hogares indígenas que no percibe ingresos o recibe

menos de un salario mínimo según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Cañada Mazateca 83.1 82.2 86.0

San Miguel Santa Flor* ��.2 ��.6 �3.3

San Pedro Jaltepetongo* �5.4 �4.1 ��.4

Santa Ana Cuauhtémoc* �5.2 �5.0 �5.6

Santa Ana Ateixtlahuaca* �4.3 �3.0 �6.�

Santa María Ixcatlán*** �4.3 �4.� �3.�

San Pedro Ocopetatillo* �3.� �3.0 �6.3

Santa María Texcatitlán* �3.0 �6.� ��.4

San Pedro Jocotipac* �2.� �0.1 ��.�

San Lucas Zoquiapam* �2.6 �1.5 �5.3

San Pedro Teutila** �2.4 �2.6 �1.0

Santa María Pápalo* �2.0 �3.3 �6.2

Santa María la Asunción* �1.4 ��.3 �6.4

Mazatlán Villa de Flores* �1.3 �1.� ��.2

San Bartolomé Ayautla* �0.� ��.4 �5.0

Santiago Nacaltepec*** �0.� ��.� �2.6

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

32

de mazatecos con respecto al total de población en cada municipio. Por ejem-

plo, en el municipio de San Miguel Soyaltepec perteneciente a la zona baja sólo

63.4% de la población total de cinco años y más es mazateca. Contrasta de esta

forma con Santa María Chilchotla, que forma parte tanto de la zona intermedia

como de la zona alta, donde 83% de la población total es mazateca.

Aunque el empleo del castellano cobra cada vez más fuerza entre la pobla-

ción mazateca, principalmente en las 23 cabeceras de sus municipios, el uso de

la lengua vernácula es particularmente vigente en agencias y rancherías de pe-

queñas dimensiones demográficas. Para 1950, 97% de la población hablaba ma-

zateco y 70% era aún monolingüe (Boege, 1988); 50 años más tarde esta propor-

ción tiende a mantenerse en términos relativamente estables, ya que 90% de la

población mayor a cinco años conserva el empleo de la lengua vernácula y 30%

de esta población es monolingüe. Un 65% restante constituye población maza-

teca que se desenvuelve tanto en castellano como en lengua vernácula, mientras

sólo 5% de los integrantes de este grupo indígena ha sufrido la pérdida de su len-

gua materna (veáse gráfica 22).

Los indicadores muestran que la mayor cantidad de hablantes de mazateco

son niños o jóvenes menores de 15 años, o bien adultos mayores de 50 que na-

cieron durante un periodo en el que la mayoría de la población era aún mono-

Cuadro 12. Porcentaje de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena por municipios indígenas* según tipo de lengua, 2000

Municipio Total Lengua 1 % Lengua 2 %

Concepción Pápalo 1 3�2 Cuicateco ��.6 Chinanteco 0.3

Chiquihuitlán de Benito Juárez 1 5�5 Mazateco �4.� Mixteco 4.1

Eloxochitlán de Flores Magón 3 401 Mazateco ��.5 Náhuatl 0.1

Huautepec 5 54� Mazateco ��.� Mixteco 0.1

Huautla de Jiménez 25 542 Mazateco ��.� Náhuatl 0.1

Mazatlán Villa de Flores 11 34� Mazateco ��.6 Mixteco 0.2

San Andrés Teotilalpam 2 04� Cuicateco �2.4 Chinanteco 5.�

San Bartolomé Ayautla 3 1�� Mazateco ��.� Mixteco 0.1

San Francisco Huehuetlán 1 1�� Mazateco ��.4 Náhuatl 1.5

San Jerónimo Tecoátl 1 336 Mazateco ��.3 Zapoteco 0.6

San José Tenango 16 �40 Mazateco ��.6 Mixteco 0.1

San Juan Bautista Tlacoatzintepec 1 ��1 Chinanteco �1.� Cuicateco �.�

San Juan Coatzospam 2 142 Mixteco ��.6 Mazateco 1.�

San Juan Tepeuxila 1 �20 Cuicateco ��.3 Chinanteco 0.2

San Lorenzo Cuaunecuiltitla 630 Mazateco ��.3 Mixe 0.5

San Lucas Zoquiapam 6 051 Mazateco ��.6 Náhuatl 0.2

San Mateo Yoloxochitlán 2 246 Mazateco ��.5 Náhuatl 0.1

San Miguel Santa Flor 400 Mixteco ��.0 Zapoteco 10.3

San Pedro Jaltepetongo 5�� Mixteco ��.5 Cuicateco 0.2

San Pedro Jocotipac 510 Mixteco ��.� Zapoteco 0.2

San Pedro Ocopetatillo �5� Mazateco ��.� Otomí 0.1

San Pedro Sochiapam 3 62� Chinanteco ��.� Cuicateco 0.4

Santa Ana Ateixtlahuaca 446 Mazateco ��.6 Maya 0.2

Santa Ana Cuauhtémoc 41� Mixteco �5.� Mazateco 1.�

Santa Cruz Acatepec 1 043 Mazateco ��.5 Mixteco 0.2

Santa María la Asunción 2 �62 Mazateco ��.� Mixteco 0.1

Santa María Chilchotla 1� ��� Mazateco ��.6 Mixteco 0.2

Santa María Pápalo 1 �03 Cuicateco ��.6 Chinanteco 0.3

Santa María Teopoxco 4 0�6 Náhuatl ��.� Mazateco 0.2

Santa María Texcatitlán 1 046 Mixteco ��.6 Cuicateco 0.1

Santa María Tlalixtac �32 Cuicateco �0.4 Mixteco �.3

Santiago Texcalcingo 2 245 Náuhatl �6.� Zapoteco 2.�

Santos Reyes Pápalo 2 0�� Cuicateco ��.� Chinanteco 0.1

* Se refiere a los municipios con más de �0% de población indígena.

Gráfica 21. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena por tipo de lengua, 2000

33

Cuadro 13. Distribución porcentual de la población de 5 años y más mazateca por municipio, 2000

Municipio Población Distribución porcentual

Total 104 720 100

Huautla de Jiménez 25 520 24.5

Santa María Chilchotla 1� �65 1�.1

San José Tenango 16 �13 16.2

Mazatlán Villa de Flores 11 34� 10.�

San Lucas Zoquiapam 6 04� 5.�

Huautepec 5 563 5.3

Eloxochitlán de Flores Magón 3 3�6 3.2

San Bartolomé Ayautla 3 1�6 3.1

Santa María la Asunción 2 �66 2.�

San Mateo Yoloxochitlán 2 24� 2.1

Chiquihuitlán de Benito Juárez 1 50� 1.4

San Jerónimo Tecoátl 1 30� 1.2

San Francisco Huehuetlán 1 1�3 1.1

Santa Cruz Acatepec 1 041 1.0

Otros municipios 4 �3� 4.5

lingüe. La tendencia a la conservación de la lengua se aprecia mejor en las zonas

serranas, donde los mazatecos mantienen un contacto menos estrecho con la po-

blación mestiza y las instituciones de la cultura nacional. Tanto la lengua como

las prácticas religiosas se han mantenido con una gran vitalidad en esta región

mayoritariamente monoétnica. Incluso Huautla de Jiménez, con una población

de cinco años y más de 31 040 personas, y siendo una de los centros políticos y

económicos más importantes de la región, 98.9% son hablantes de lengua indí-

gena de mayoría mazateca (veáse gráfica 23).

Cuicatecos

Los cuicatecos habitan la región conocida como la Cañada, que se ubica al norte

del estado de Oaxaca y forma parte de la Cañada Mazateca. Con una población

Gráfica 22. Población de 5 años y más mazateca bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

34 346

16 018

31 095

22 251

Hombres Mujeres

Bilingües Monolingües

Gráfica 23. Distribución porcentual de la población mazateca por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

3.84.0

7.6

4.7

5.5

6.0

6.2

6.2

7.2

8.3

10.114.8

15.2

Hombres Mujeres

7.2

3.5

3.6

4.4

4.8

5.35.6

6.16.7

11.5

8.3

16.2

16.55 a 9

10 a 14

15 a 19

20 a 24

25 a 29

30 a 34

35 a 39

40 a 44

45 a 49

50 a 54

55 a 59

60 a 64

65 a 69

Nota: no incluye a 0.4% de mujeres y 0.3% de hombres que no especificaron su edad.

34

de 10 082 hablantes de esta lengua indígena, conforman el segundo grupo indí-

gena más extenso de la región y se distribuyen en ocho municipios del distrito de

Cuicatlán, en siete de los cuales constituyen el grupo etnolingüístico mayoritario.

Sin ser aún significativa, la presencia de otros grupos indígenas, como chinante-

cos y mixtecos, se hace cada vez más frecuente en los municipios cuicatecos,

insertos por los demás en una región interétnica que promueve los intercambios

lingüísticos y culturales. La similitud del cuicateco con otras lenguas regionales,

como es el caso del mixteco, favorece esos intercambios y permite la compren-

sión entre lenguas que, sin dejar de ser distintas, se comprenden mutuamente.

Aunque el número de monolingües es reducido, pues representa sólo 10% de la

población, el cuicateco se mantiene como lengua vigente en los municipios de

Santa María Pápalo, Santos Reyes Pápalo, Santa María Tlalixtac y San Andrés Teoti-

lalpam, donde “la lengua se conserva en plena vigencia en todos los grupos de edad

y es donde se observa el mayor número de monolingües” (Lizama, 1999: p. 302).

Actualmente, sin embargo, 56% de la población cuicateca mayor de cinco

años no habla la lengua vernácula, aunque esta proporción varía de acuerdo con

la situación municipal. En la mayoría de los municipios la lengua vernácula se

emplea con menos frecuencia y en algunos, como en San Juan Bautista Cuica-

tlán, ha dejado casi por completo de hablarse. Cuicatlán es, no obstante, el cen-

tro comercial más importante de la zona, donde un número creciente de mesti-

zos convive con la escasa población cuicateca que permanece en el municipio,

así como con chinantecos, mixtecos y mazatecos (veáse cuadro 14).

Como en el caso de los mazatecos, los cuicatecos se distribuyen en dos su-

bregiones relativamente acotadas, ubicadas en la zona fría y la zona templada.

Además de las variaciones climáticas, ambas se distinguen por las actividades

económicas, pues “mientras en la zona fría existe una importante franja de recur-

sos forestales, en la zona templada se lleva a cabo, desde hace más de un siglo,

la ganadería y la cafeticultura” (Lizama, 1999: p. 305). En la zona templada la

producción de café ha desplazado gradualmente a la de maíz, frijol y calabaza,

lo que ha incrementado el comercio con los centros mestizos de Cuicatlán y

Tuxtepec. Lizama señala que los cuicatecos comenzaron a familiarizarse con el

cultivo del café desde finales del siglo xix, cuando se emplearon como peones en

las fincas cafetaleras de la región, adoptando el cultivo del aromático como parte

integral de las comunidades indígenas (ibídem) (veánse gráficas 24 y 25).

Nahuas

El tercer grupo en importancia numérica de la región son los nahuas o mexi-

canos, como se les conoce regionalmente. A la fecha los hablantes de náhuatl

que habitan esta región oaxaqueña ascienden a 7 877 personas, las que residen

principalmente en cinco municipios: Santa María Teopoxco, Santiago Texcalcin-

go, Teotitlán de Flores Magón, San Martín Toxpalan y San Antonio Nanahuati-

pam, donde se concentra 98.1% del total de esta población de la región (veáse

cuadro 15).

Por lo general, el empleo de la lengua vernácula en las comunidades nahuas

es relativamente alto, ya que en la mayor parte de los municipios las asambleas

comunitarias se efectúan en esta lengua indígena (Coamatzi, 1999). Sin embar-

go, la población es esencialmente bilingüe, pues el número de personas mayores

de cinco años que desconoce el castellano no sobrepasa 15% de los hablantes

nahuas. Este porcentaje se incrementa significativamente en el sector femenino,

alcanzando 27% de los hablantes, pero decrece entre los hombres hasta 11% de

este sector poblacional (veáse gráfica 26).

Cuadro 14. Distribución porcentual de la población de 5 años y más cuicateca por municipio, 2000

Municipio Población Distribución porcentual

Total 11 172 100.0

Santos Reyes Pápalo 2 0�5 1�.6

San Andrés Teotilalpam 1 �00 1�.0

San Juan Tepeuxila 1 �12 16.2

Santa María Pápalo 1 ��� 16.1

Concepción Pápalo 1 3�2 12.3

San Juan Bautista Cuicatlán �00 �.2

Santa María Tlalixtac �56 6.�

San Pedro Teutila 23� 2.1

San Francisco Chapulapa 146 1.3

San Juan Bautista Tlacoatzinte 146 1.3

Otros municipios 120 1.1

35

Mixtecos

Además de los nahuas, en una proporción equivalente habita un número repre-

sentativo de mixtecos en la Cañada Mazateca; actualmente suman 10 911 perso-

nas hablantes de esa lengua indígena.

La mayor concentración de mixtecos en la región se da en ocho municipios.

De cada 100 personas pertenecientes a este grupo étnico, 23 radican en San Juan

Coatzospam, 23 en Cuyamecalco Villa de Zaragoza, 11 en Santa María Texcati-

tlán, ocho en San Pedro Jocotipac, siete en San Juan Bautista Cuicatlán, siete en

Santa Ana Cuauhtémoc, seis en San Miguel Santa Flor y seis en San Pedro Jalte-

petongo (veáse cuadro 16).

Migración

Aunque la mayoría de los municipios de la Cañada Mazateca se presentan como

entidades en equilibrio migratorio, 40% de ellos constituyen en la actualidad

Gráfica 25. Distribución porcentual de la población cuicateca por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

5.2

5.3

11.6

5.9

6.2

6.5

6.5

6.1

7.08.5

9.2

11.1

10.55 a 9

10 a 14

15 a 19

20 a 24

25 a 29

30 a 34

35 a 39

40 a 44

45 a 49

50 a 54

55 a 59

60 a 64

65 a 69

Hombres Mujeres

10.5

5.0

5.5

5.6

6.0

6.8

6.1

7.0

8.1

7.2

9.6

11.9

10.5

Nota: No se incluye a 0.4% de mujeres y 0.2% de hombres que no especificaron su edad.

Cuadro 15. Municipios con mayor porcentaje de la población náhuatl, 2000

Cañada Mazateca Total Distribución porcentual

Total 10 800 100.00

Santa María Teopoxco* 4 �0� 44.3

Santiago Texcalcingo* 2 616 24.0

Teotitlán de Flores Magón** 1 �64 16.2

San Martín Toxpalan** 1 15� 10.6

San Antonio Nanahuatipam*** 32� 3.0

San Juan de los Cués* 56 0.5

Huautla de Jiménez* 35 0.3

Santa María Tecomavaca*** 33 0.3

Mazatlán Villa de Flores* 25 0.2

Otros municipios 66 0.6

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 24. Población de 5 años y más cuicateca bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

5 148

286

4 867

716

Hombres Mujeres

Bilingües Monolingües

36 centros de expulsión que han convertido la migración en parte constitutiva de

la economía local. Para la población mazateca, principalmente, el proceso mi-

gratorio ha dependido de las fluctuaciones en los ciclos agrícolas y los precios

del café, de tal manera que la migración se ha convertido en una alternativa de

la economía agrícola. Aunque la principal población migrante se ubica entre

10 y 40 años, existen a la fecha diversas modalidades de éxodo, que van desde

la migración individual, alternada por distintos miembros del grupo doméstico,

hasta la migración de familias enteras. En el caso de los varones, “los periodos

de migración están directamente vinculados con la dinámica de la agricultura de

temporal” (Quintanar y Maldonado, 1999: p. 35), de tal manera que permanecen

en la comunidad durante los periodos de siembra y cosecha y migran durante el

resto del año. En estos casos, los hombres se dedican en el exterior a ocupaciones

manuales, como la albañilería, mientras las mujeres se emplean como trabajado-

res domésticas en los centros urbanos del centro del país.

Se estima que fuera del estado de Oaxaca residen 81 400 mazatecos, lo que

representa la tercera parte de los hablantes de esta lengua indígena que habitan

en la entidad. Su éxodo, iniciado durante las década de los cincuenta, se ha cana-

Gráfica 26. Población de 5 años y más náhuatl bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

lizado principalmente hacia los estados centrales del país, aunque en las últimas

décadas se observa un flujo de mazatecos hacia estados norteños, como Sinaloa

y Baja California Sur. Sin embargo, Puebla, el Estado de México y el Distrito Fe-

deral son hoy en día las entidades que albergan el mayor número de mazatecos,

ya que siete de cada 10 migrantes de este grupo indígena residen ahí. El estado de

Veracruz, principalmente las zonas de Tierra Blanca, Córdoba y Playa Vicente,

ha sido también una entidad receptora de migración mazateca, si bien su presen-

cia se debe a los reacomodos de población que tuvieron lugar durante los años

setenta a partir de la construcción de obras hidráulicas (veáse gráfica 27).

La movilidad de los mazatecos dentro de Oaxaca es comparativamente me-

nor a la que se observa hacia otras entidades. De hecho, fuera de sus regiones

tradicionales de origen, como la Cañada y el noroeste de Oaxaca, sólo dos mu-

nicipios del estado se han convertido en receptores de migración mazateca. El

primero es la capital de estado, donde residen 2 294 hablantes de esa lengua,

cuya presencia se explica por la atracción que ejerce la urbe sobre sus zonas co-

lindantes. El segundo es el municipio mixe de San Juan Cotzocón, que a la fecha

Cuadro 16. Distribución porcentual de la población de 5 años y más mixteca por municipio, 2000

Municipio Población Distribución porcentual

Total 7 142 100

San Juan Coatzospam 2 0�� 2�.4

Cuyamecalco Villa de Zaragoza 1 066 14.�

Santa María Texcatitlán 1 05� 14.�

San Pedro Jaltepetongo 5�6 �.2

San Pedro Jocotipac 511 �.2

San Juan Bautista Cuicatlán 506 �.1

Santa Ana Cuauhtémoc 401 5.6

San Miguel Santa Flor 354 5

Valerio Trujano 1�2 2.5

Chiquihuitlán de Benito Juárez 65 0.�

Santa María Tlalixtac 61 0.�

Otros municipios 253 3.5

3�

alberga un total de 2 187 hablantes de mazateco. Ene este caso su presencia no

responde a un movimiento de atracción laboral, como sucede en la capital del

estado, sino a los reacomodos de población mazateca a partir de la construcción

de las presas Miguel Alemán y Cerro de Oro.

Hacia el interior de la Cañada Mazateca tampoco se registra una inmigra-

ción fuerte que altere su crecimiento demográfico. Actualmente 24 municipios

de la región están en equilibrio, dado que el volumen de población que pier-

den y ganan por movimientos migratorios promueve una tasa cercana a cero.

Sin embargo, el porcentaje de inmigrantes suele ser menor en las poblaciones

con mayor población indígena. Cuando se considera la migración absoluta y

la reciente, se observa que mientras en los municipios indígenas la migración

absoluta sólo representa 1.7%, en los que cuentan con una población indígena

dispersa el porcentaje se eleva aproximadamente tres veces, al registrar 5.6%

(veáse gráfica 28).

El municipio de San Antonio Nanahuatipam se destaca por tener el mayor

porcentaje de población indígena migrante absoluta, ya que prácticamente la

mitad de la población indígena nació en una entidad federativa diferente a la que

Gráfica 2�. Población migrante mazateca según entidad federativa, 2000

pertenece esta región (44.8%). Le siguen Teotitlán de Flores Magón y Santiago

Nacaltepec, con 13.6 y 7.8%, respectivamente. También, San Antonio Nanahua-

tipam tiene el mayor porcentaje de población indígena que migró recientemente,

con 5.6%. Los municipios que le siguen son Chiquihuitlán de Benito Juárez y San

Mateo Yoloxochitlán, con 4.3% y 4.1%, respectivamente.

Gráfica 2�. Porcentaje de migración en hogares indígenas por tipo de migración según sexo, 2000

1.7 1.4

4.6

1.6 1.6 2.0 2.0

5.6

Cañada Mazateca Indígena Presenciaindígena

Indígenadispersa

Absoluta* Reciente**

*Se refiere a la población que reside en la región pero nació en otra entidad o país.** Se refiere a la población que desde 1��5 reside en la Cañada Mazateca.

3�

REGIÓN COSTA

Integrada por 50 municipios que se distribuyen entre los distritos de Jamiltepec, Juquila y Pochutla, la Región Costa

cubre el litoral que se extiende desde el Istmo de Tehuantepec hasta los límites del estado de Guerrero. Por su situa-

ción geográfica, la Costa es una región que integra diferentes pisos ecológicos, que se distribuyen entre la franja cos-

tera y las estribaciones de Sierra Madre del Sur, con altitudes que van desde 2 500 metros hasta el nivel del mar. A

esta ecología diversa deben agregarse, además, tres microrregiones culturalmente diferenciadas que corresponden, a

grandes rasgos, a los tres distritos que la componen, cada uno de los cuales integra un grupo indígena predominante.

Al oriente de la región, en las estribaciones de la sierra que colindan con el distrito de Pochutla, se ubica la zona za-

poteca de Los Loxichas, en la cordillera que corre casi paralela a la costa del Pacífico. En la parte central de la Región

Costa, dentro del territorio que cubre el distrito de Juquila, se extiende la zona chatina, en un área montañosa que

asciende hacia la sierra y desciende hasta la costa. Finalmente, en el extremo poniente del litoral se ubica la zona

conocida como Mixteca de la Costa, cuyo territorio se extiende sobre el distrito de Jamiltepec. Aunque la mayor parte

de la Mixteca de la Costa es una planicie costera, semihúmeda y de suelo arenoso, hacia el norte aumenta su nivel y

alcanza un clima cálido y seco. En la zona chatina, en cambio, el clima es tropical lluvioso, si bien en las partes más

altas se vuelve templado con paisajes cubiertos de bosque.

Los principales centros urbanos de la región se ubican en ambos extremos del litoral, dado que entre la cuidad

de Pochutla y Pinotepa Nacional sólo es posible encontrar localidades de tamaño intermedio, que casi nunca su-

peran los 20 mil habitantes. Entre estos centros urbanos, sin embargo, se localizan dos polos de desarrollo turístico

que tienden a crecer demográficamente: Santa María Huatulco y Puerto Escondido, este último en el municipio de

San Pedro Mixtepec.

A pesar de contar con centros turísticos importantes, la costa carece de comunicaciones eficientes con las re-

giones centrales y la capital del estado. Su acceso se logra generalmente a través de Salina Cruz, en el Istmo de Te-

huantepec, por medio de la carretera costera que corre paralela a la costa del Pacífico. Hacia el interior de la sierra

los caminos son sinuosos y cada vez más deteriorados por los desastres naturales. En 1997 el huracán Paulina azotó

40

con fuerza la costa de Oaxaca, provocando que numerosos pueblos quedaran

incomunicados. El efecto de este fenómeno meteorológico fue que las redes de

agua entubada, drenaje y electrificación quedaron prácticamente destruidas, con

lo cual se recrudecieron las enfermedades infecciosas y la mortalidad infantil

(Barabas, 1999). A este panorama es necesario agregar los continuos incendios

forestales que durante el año siguiente tuvieron lugar en los bosques aledaños a

Pochutla, así como la creciente degradación de tierras que han sido propicias

para árboles frutales, potreros y plantaciones de café.

La población indígena

En relación con el número total de habitantes que residen en la Región Costa, su

población indígena resulta minoritaria, ya que las 208 527 personas que hablan

una lengua vernácula o habitan en algún hogar indígena representan apenas 43%

de la demografía regional. Esta distribución se debe en parte a que en 23 de los

50 municipios regionales habita una población indígena dispersa y a que sólo en

cuatro de éstos su número es superior a los 5 mil habitantes. Pochutla, Tututepec,

Jamiltepec y Pinotepa Nacional son centros urbanos que en su mayoría sobrepa-

san los 30 mil habitantes, aunque la población indígena constituye 39% de los

residentes municipales. En 10 entidades de la región, por el contrario, mixtecos,

chatinos y zapotecos suman menos de la décima parte de la población, y en ocho

municipios no sobrepasan 20% de las poblaciones municipales.

Con todo, la composición demográfica de la región no ha afectado dramá-

ticamente el empleo de las lenguas indígenas, cuya vigencia se mantiene en la

mayoría de los municipios regionales e incluso en aquellos donde la población

indígena es minoritaria. Los municipios eminentemente indígenas muestran que

85% de la población mayor a cinco años mantiene el uso de la lengua vernácula,

en una proporción que va de 95 360 hablantes a 115 539 personas mayores de esa

edad. Actualmente 69% de los hombres y 69% de las mujeres hablantes de len-

gua indígena siguen reproduciendo su lengua originaria (veáse gráfica 29).

En términos generales, el número de monolingües en la región representa

26% de la población de cinco años y más hablante de lengua indígena; sin em-

bargo, la tendencia de mayor vulnerabilidad en las mujeres se presenta también

a lo largo de la región, ya que de las 72 716 mujeres la relación de monolingües

es de 30.4%, mientras que en el caso de los hombres tiene un descenso impor-

tante: de los 69 246 varones, el porcentaje de población que no habla español es

de 21.2 (veánse gráficas 30 y 31).

La Región Costa se integra así por 19 municipios eminentemente indígenas,

nueve donde su presencia es mayor a 40% de la población municipal y cuatro

municipios urbanos donde habitan más de 5 mil indígenas. En el nivel geográfi-

co, estas poblaciones se localizan en tres subregiones claramente diferenciadas,

que se distribuyen en el oriente, el centro y el poniente de la región. La primera

está conformada por 15 municipios que corresponden a la subregión conocida

como Los Loxichas, donde la población zapoteca es mayoritaria en siete entida-

des municipales que se integran al distrito de Pochutla. Al centro de la región se

ubican ocho municipios chatinos, en seis de los cuales hay una población indíge-

na mayoritaria, que se distribuyen al interior del distrito de Juquila. En la zona de

la Mixteca de la Costa, como su nombre lo indica, se congregan a su vez 22 en-

tidades mixtecas que pertenecen al distrito de Jamiltepec y tienen a su vez como

centro rector a Pinotepa Nacional.

Por la densidad de sus poblaciones municipales, la zona zapoteca de Los Loxi-

cha es la más poblada de la costa oaxaqueña. Sus 15 municipios albergan una po-

blación de 178 910 habitantes, 47% de los cuales corresponden a una población

indígena que se concentra principalmente en siete municipios donde el zapoteco

es la lengua predominante. Su importancia numérica sólo es comparable a la Mix-

teca de la Costa, cuyas características demográficas son hasta cierto punto seme-

jantes, ya que esta zona comprende un total de 163 117 habitantes, la mitad de los

cuales corresponden a la población mixteca de la subregión. En cambio, la zona

chatina es relativamente menor, con 134 268 habitantes, de los cuales sólo 40%

son indígenas, que pertenecen en su mayoría al grupo etnolingüístico chatino.

La tendencia a la conservación de la lengua se preserva en una población

que, a pesar de seguir habitando en asentamientos esencialmente rurales, mues-

tra una clara propensión a congregarse en espacios urbanos. Hoy en día, en efec-

to, cuatro de cada 10 indígenas de la costa habitan en entidades que superan los

20 mil habitantes (veáse gráfica 32).

Los indicadores demográficos muestran que más de la mitad de la población

indígena de la región vive actualmente en municipios que superan los 10 mil ha-

bitantes y 38% de ella reside en aquellos municipios que cuentan con más de 15

41

mil pobladores. Los 10 municipios de la región que tienen esta densidad demo-

gráfica albergan 67 839 indígenas, y en dos de ellos (San Agustín Loxicha y Santa

María Tonameca) su presencia es superior a 50% de la población municipal. La

quinta parte de la población indígena regional habita en cambio en 26 munici-

pios que son menores a 5 mil habitantes, mientras 40% restante se distribuye en

entidades municipales que tienen como promedio 9 500 pobladores.

A pesar de pertenecer a grupos indígenas distintos, las tres zonas comparten

características demográficas similares, ya que la población indígena representa

en todos los casos una minoría o, a lo sumo, una mitad de la población. Esto se

debe en parte a que los núcleos donde la población indígena es mayoritaria es-

tán circundados, por lo general, por municipios donde su presencia es apenas

perceptible, siendo en algunos casos menor a 3% de los habitantes municipales.

Así, lo que de antiguo fue una región esencialmente indígena, se ha transformado

demográficamente durante las últimas décadas, acelerando un proceso que había

iniciado desde principios del siglo anterior.

Para finales del siglo xix, según advierte Greenberg (1989: p. 188), “el flujo de

mestizos duplicó la población de los municipios de Juquila, Nopala y Zenzonte-

pec”, mientras nuevas oleadas migratorias se registraron durante la construcción

de la carretera de terracería que se realizó durante la década de 1960, cuando

Gráfica 2�. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

54 546

14 700

50 574

22 142

Hombres Mujeres

Bilingües Monolingües

Gráfica 30. Estructura por edades, sexo y condición de habla de lengua indígena, 2000

20 000 15 000 10 000 5 000 0 5 000 10 000 15 000 20 000

Habla lengua indígena No habla lengua indígena

Hombres Mujeres

0 - 45 - 9

10 - 1415 - 1920 - 2425 - 2930 - 3435 - 3940 - 4445 - 4950 - 5455 - 5960 - 64

65 y más

Nota: La población hablante de lengua indígena se capta a partir de los 5 años de edad.No incluye a 313 hombres y 2�5 mujeres que no especificaron la edad.

Gráfica 31. Población que habita en hogares indígenas según su distribución porcentual por condición de habla indígena y sexo, 2000

Mujeres Hombres

Hablantes No hablantes

69.2%67.6%

38.8%32.4%

105 071 102 479

42

pobladores de Miahuatlán y Sola de Vega se desplazaron hacia los municipios

chatinos (Hernández, 1999: p. 189). El resultado de este proceso ha sido que, al

menos en la zona chatina, el ritmo de crecimiento de la población no indígena

es superior al de la población indígena regional. Si se analiza el crecimiento de

la población indígena, en cada municipio se encuentran dos claras tendencias:

“la primera consiste en que los municipios que para 1980 contaban con la más

alta proporción de hablantes de lengua indígena (arriba de 97%), en 1990 con-

servaron y aumentaron dicha ventaja”, mientras “la otra tendencia muestra que

los municipios que en 1980 tenían menos de 97% de hablantes indios, en 1990

vieron disminuida aun más dicha relación” (Aguilar Medina et al., 1994: p. 64).

Salud y fecundidad

Algunos factores sociodemográficos importantes para conocer la dinámica de la

población indígena de la Región Costa son analizar a este grupo a partir de su

distribución por estado conyugal, el promedio de hijos nacidos vivos, el acceso a

servicios de salud, la tasa de mortalidad infantil y la nueva recomposición de los

hogares a partir del creciente volumen de las jefaturas femeninas.

En el primer caso, a lo largo de la costa se puede observar una tendencia ge-

neral que predomina en el estado Oaxaca, donde el estado civil de la población

indígena se caracteriza por el mayor porcentaje de hombres solteros y el mayor

volumen de mujeres casadas, siendo marginal para ambos sexos la población

que se encuentra divorciada, separada o en estado de viudez (veáse gráfica 33).

Cuando se analiza la población por tipo de municipio, se advierte, sin em-

bargo, que el porcentaje de hombres solteros es ligeramente mayor en aquellos

municipios con población indígena dispersa (53%), mientras que el de mujeres

solteras es mayor en los municipios con presencia indígena (41.8%). Respecto a

la composición de los hogares, uno de los fenómenos sociodemográficos que ha

crecido actualmente es el porcentaje de hogares con jefatura femenina (veánse

gráficas 34 y 35).

En uno de los municipios que destacan por tener el mayor promedio de hijos

nacidos vivos, Mártires de Tacubaya, 40% de los hogares tiene la característica

de que la mujer es la que se responsabiliza en mayor medida del sustento y fun-

cionamiento del hogar. Otros municipios que destacan por esta situación son San

Juan Bautista lo de Soto y San Juan Quiahije, con un promedio de 36.4 y 30.8%,

respectivamente (veáse cuadro 17).

Por otra parte, al igual que la mayoría de las regiones del estado de Oaxaca, el

escaso acceso a los servicios de salud es un problema que afecta tanto a los mu-

Gráfica 32. Distribución porcentual de la población en hogares indígenas por zona rural-urbana, 2000

Gráfica 33. Estado conyugal de la población de 12 a 4� años por tipo de sexo, 2000

43

nicipios indígenas como a los no indígenas, ya que en este rubro no se observan

diferencias significativas en ambos tipos de comunidades. Sin embargo, en zonas

indígenas como la chatina la esperanza de vida es inferior a la media nacional,

en 19 años para los hombres y en 15 para las mujeres. De igual forma, la tasa de

mortalidad infantil es superior a la media estatal, ya que en algunos municipios

indígenas, como Santiago Ixtayutla, Santa María Temaxcaltepec y Santo Domin-

go de Morelos, un promedio de 48 niños no logran sobrevivir su primer año de

vida (veáse gráfica 36).

Educación

En 1995, el Conteo de Población reportó que en los municipios mayoritariamente

chatinos, como Panixtlahuaca, Quiahije, Yaitepec y Temaxcaltepec, la proporción

de analfabetas entre la población de 15 años y más era superior a 50%, proporción

que aumentaba por lo menos 10 puntos entre la población femenina (Hernández

Díaz, 1999: p. 194). Aunque esta proporción ha descendido ligeramente para el

año 2000, 38.2% de los indígenas de la costa no saben aún leer ni escribir, prome-

dio que sigue siendo mayor a la media estatal, calculado en 34.6% de la población

indígena del estado que cuenta con 15 años y más; una proporción que es superior

en seis puntos porcentuales a la media regional (veánse gráfica 37 y cuadro 18 ).

Ahora bien, si se observan las diferencias por sexo de la población analfabeta,

es claro que las mujeres son más vulnerables a esta problemática educativa que

los hombres, ya que 46 de cada 100 no dominan la lecto-escritura, mientras que

en el caso de la población masculina desciende a 30 de cada 100 hombres. Entre

Gráfica 34. Municipios con mayor promedio de hijos nacidos vivos de la población de 12 a 4� años en hogares indígenas, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 35. Municipios con mayor porcentaje de hogares indígenas con jefatura femenina, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

44

otras diferencias entre los sexos, el índice de sobreanalfabetismo femenino es de

1.6 en todos los casos.

Asimismo, al analizar el analfabetismo a partir del volumen de la población

indígena, es evidente que éste afecta sobre todo a aquellos municipios que cuen-

tan con 70% y más de habitantes indígenas. En efecto, los municipios indígenas

de la costa albergan 40 691 analfabetas, lo que indica que cuatro de cada 10 in-

dígenas de la región no ha contado con instrucción escolar. Algunos municipios

mixtecos y chantinos superan incluso 65% de la población de 15 años y más, lo

que en el caso de Santiago Ixtayutla afecta a cerca de 3 mil habitantes (veánse

gráfica 38 y cuadro 19).

En treinta municipios indígenas de la costa, el sistema de educación básica

atiende actualmente a 44 716 niños que se encuentran entre seis y 12, y 13 y 15

años de edad, una cifra que representa 88.7% para el primer grupo, descendien-

do en el segundo a 71.7%; sin embargo, se observa que para ambos casos el por-

centaje de asistencia es menor en las niñas y las adolescentes.

La inasistencia escolar tiene distintos comportamientos, dependiendo del gru-

po de edad y el tipo de municipio de que se trate. En los municipios indígenas la

población de seis a 12 años que no asiste a la escuela presenta un porcentaje de

12.3%, mientras que este índice desciende a 9.1% en aquellos municipios don-

de hay población indígena dispersa. Para el caso de los adolescentes de 13 a 15

años, los porcentajes no varían de manera significativa por tipo de municipio;

sin embargo, el menor porcentaje se observa en aquellos caracterizados por un

volumen indígena de 40% a 69%. Los municipios que destacan en este sentido

son Pluma Hidalgo, seguido por San Pedro Juchatengo y Santiago Tapextla (veáse

cuadro 20).

La inasistencia escolar de estos municipios se refleja en el bajo nivel de ins-

trucción de la población de 15 a 59 años. En su mayor parte, los indígenas de la

Región Costa no tienen instrucción alguna o cuentan con la primaria incompleta.

De hecho, sólo 21% de la población indígena de esa región cuenta con la pri-

maria completa y 4.4% tiene la secundaria incompleta, lo que implica que sólo

14 de cada 100 personas cuentan con estudios básicos o postbásicos. Asimis-

mo, esta problemática educativa resulta igual de alta en la población femenina

Cuadro 1�. Distribución porcentual de la población de 12 a 4� años por estado conyugal por tipo de municipio y sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Soltero Casado o unido Viudo, separado o

divorciado

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

Costa 53 129 56 307 49.8 39.9 49.1 54.4 1.1 5.7

Indígena* 30 552 32 346 4�.6 3�.� 50.4 55.5 1.0 5.�

Presencia indígena** � 246 � ��� 50.3 41.� 4�.5 53.2 1.2 5.0

Indígena dispersa*** 14 331 15 162 52.3 41.2 46.6 52.� 1.1 6.0

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 36. Municipios con mayor porcentaje de población en hogares indígenas sin derecho a servicios de salud, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

45

(87.9%) que en la masculina (84.9%), presentándose una brecha entre los sexos

poco representativa de tres puntos porcentuales.

Al analizar el rezago educativo a partir del tipo de municipio indígena se ad-

vierte un comportamiento muy diversificado en la región. Mientras que el por-

centaje de hombres y mujeres en los municipios indígenas es de 88.7% y 91.9%,

respectivamente, éste va descendiendo conforme se reduce este grupo de pobla-

ción, alcanzando en los municipios con menos volumen de indígenas 76.7% y

79.4% para el caso de hombres y mujeres. La situación de los primeros llega a

ser tan grave que en Santiago Ixtayutla, Santa María Temaxcaltepec y San Pedro

el Alto, tan sólo entre tres y cinco personas lograron concluir la educación básica

(veánse gráfica 39 y cuadro 21).

Ingresos y empleo

A pesar de los diferentes polos de desarrollo turístico que se han construido a lo

largo de la región, principalmente en los municipios de San Pedro Mixtepec y

Santa María Huatulco, la población indígena de la costa continúa empleándose

prioritariamente en las actividades relacionas con el sector agrícola, que ocupa

70% de los indígenas en edad laboral. De una población de 12 años y más, que

Gráfica 3�. Porcentaje de población de 15 años y más en hogares indígenas por condición de alfabetismo según sexo, 2000

Cuadro 1�. Porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas por tipo de municipio según sexo e índice de

sobreanalfabetismo femenino, 2000

Tipo de municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Costa 38.2 29.6 46.2 1.6

Indígena* 41.� 32.6 50.6 1.6

Presencia indígena** 36.3 2�.2 43.� 1.6

Indígena dispersa*** 31.6 24.2 3�.6 1.6

Nota: El índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 3�. Distribución porcentual de la población de 6 a 15 años por condición de asistencia escolar según grupos

de edad y sexo, 2000

46

asciende aproximadamente a 133 mil personas, poco menos de 56 mil forman

parte del grupo económicamente activo, mientras que la mayoría está económi-

camente inactiva. De éstas 73.7% son mujeres (veáse gráfica 40).

Aunque la mayoría de la población económicamente activa se encuentra

ocupada, el porcentaje de hombres y mujeres ocupados es diferencial, ya que de

cada 100 indígenas que declararon encontrarse trabajando 80 forman parte de la

población masculina (veáse cuadro 22).

Del total de indígenas varones que se encuentran ocupados en alguna de las

actividades económicas, 75% se emplea en actividades agropecuarias, mientras

12.2% realiza actividades en la industria de la transformación y 11.8% desem-

peña actividades lucrativas en el sector servicios, la mayoría vinculados al sector

turístico. En las mujeres esta situación es incluso más patente, ya que 48% de la

población femenina ocupada se ubica en el sector terciario (veáse gráfica 41).

Si se excluyen los principales centros urbanos de la región, donde se concen-

tran el sector comercio y los servicios, se advierte que el porcentaje de indígenas

que subsiste aún por vía de la agricultura es mayoritario y que los ingresos deri-

vados de otras actividades se concentran en un número limitado de municipios.

Pochotla y Pinotepa Nacional son, en cambio, los centros que absorben el mayor

Cuadro 1�. Municipios con mayor porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas según sexo e índice de

sobreanalfabetismo femenino, 2000

Municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Costa 38.2 29.6 46.2 1.6

Santiago Yaitepec* 65.3 55.1 �3.� 1.3

Santiago Ixtayutla* 65.1 5�.� �2.1 1.2

Santiago Tapextla*** 5�.� 61.5 53.� 0.�

Pluma Hidalgo*** 54.0 44.1 64.1 1.5

Santa María Temaxcaltepec* 51.3 41.5 60.3 1.5

Santa Catarina Juquila** 4�.1 36.� 56.0 1.5

Santos Reyes Nopala* 45.5 35.� 55.1 1.5

Santo Domingo de Morelos* 45.3 34.� 54.� 1.6

San Juan Quiahije* 44.3 34.2 51.� 1.5

San Pedro Atoyac* 44.1 3�.2 4�.2 1.2

Mártires de Tacubaya*** 42.� 40.0 45.5 1.1

San Lorenzo* 42.� 3�.2 4�.6 1.3

Tataltepec de Valdés* 42.4 3�.3 45.4 1.2

San Miguel Panixtlahuaca* 41.2 2�.5 52.5 1.�

Santa María Tonameca** 41.2 31.1 50.� 1.6

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. El índice de sobreanalfabetismo femenino presen-ta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 20. Municipios con mayor porcentaje de población de 13 a 15 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Costa 28.3 23.7 33.0

Pluma Hidalgo** 53.� 6�.2 3�.5

San Pedro Juchatengo** 50.0 20.0 �0.0

Santiago Tapextla** 50.0 50.0 0.0

Santiago Yaitepec* 46.6 40.� 53.�

San Gabriel Mixtepec** 45.� 50.0 42.�

Mártires de Tacubaya** 45.5 50.0 42.�

Santiago Ixtayutla* 43.6 3�.1 4�.�

San Pedro El Alto* 43.5 3�.� 4�.1

Santa María Temaxcaltepec* 42.4 36.6 4�.2

San Mateo Piñas** 41.� 3�.� 46.2

Santa María Huatulco** 41.1 31.1 51.�

Villa de Tututepec de Melchor Ocampo** 40.� 3�.3 43.5

Santo Domingo de Morelos* 3�.� 2�.4 4�.�

San Agustín Loxicha* 3�.3 31.3 45.�

Santa Catarina Loxicha** 36.5 36.0 3�.0

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. * �0% y más de población indígena.** Menos de 40% de población indígena.

4�

número de mano de obra indígena en los sectores secundario y terciario; en me-

nor medida, se encuentran Jamiltepec, San Andrés Huaxpaltepec y San Miguel

Tlacamama (veáse gráfica 42).

Desde las primeras décadas del siglo xx la actividad agrícola de la costa ha

estado directamente ligada a la producción cafetalera y a las constantes fluctua-

ciones que ha tenido este cultivo comercial. Hacia le década de los treinta Po-

chutla era la principal zona cafetalera del estado de Oaxaca, junto con Juquila

y Jamiltepec (Arellanes, 1988). El sistema productivo que se formaba entre estos

distritos terminó por transformar la antigua agricultura de subsistencia que se ge-

neraba en los municipios indígenas aledaños, de tal manera que las comunidades

se volcaron hacia la producción del café o el empleo como peones en las fincas

cafetaleras. Esta transformación en el sistema productivo no sólo implicó un in-

cremento en los índices de violencia de la región, que en el caso de Jamiltepec

llegaron a ser dramáticos durante la década de los setenta (Flanet, 1977), sino

también entró en contradicción con el modo tradicional de producción. Dado

que los cafetales pueden redituar durante un periodo de 30 años, el cultivo del

café redujo el acceso de los campesinos indígenas a las tierras fértiles para los

productos de subsistencia y convirtió numerosas tierras comunales en propieda-

des que podían ser heredadas y vendidas dentro de las comunidades (Greenberg,

1987). Actualmente, para la región chatina se calcula que por lo menos la mitad

de los agricultores indígenas está involucrada en la producción de café, mientras

otro sector importante trabaja temporalmente en las fincas cafetaleras, a las que

se trasladan durante la estación de la cosecha (Hernández Díaz, 1999).

No obstante, más de medio siglo de producción cafetalera no ha incidido fa-

vorablemente en los niveles de bienestar de la población indígena, sobre todo si

Gráfica 3�. Porcentaje de población de 15 a 5� años en hogares indígenas en rezago educativo por tipo de municipio

según sexo, 2000

Nota: Se refiere a la población que no logró concluir la educación básica. * �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 21. Municipios con mayor porcentaje de población de 15 a 5� años en hogares indígenas en rezago educativo según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Costa 86.4 84.9 87.9

Santiago Ixtayutla* �6.� �6.0 ��.6

Santa María Temaxcaltepec* �5.4 �4.1 �6.6

San Pedro el Alto* �5.3 �3.� �6.�

Tataltepec de Valdés* �3.5 �3.3 �3.�

San Agustín Loxicha* �3.1 �1.0 �5.2

San Juan Lachao** �2.� �2.� �3.1

San Baltazar Loxicha** �2.� �0.0 �5.1

Santa Catarina Juquila** �2.4 �1.0 �3.�

Santo Domingo de Morelos* �2.4 ��.� �4.�

Candelaria Loxicha* �1.� �0.0 �3.�

Santa María Tonameca** �1.6 �0.6 �2.6

San Juan Quiahije* �1.5 ��.2 �3.3

San Miguel Panixtlahuaca* �1.3 ��.� �2.�

Santos Reyes Nopala* �0.6 ��.0 �2.2

Santa María Cortijo*** �0.1 �6.1 �3.3

Nota: Se refiere a la población que no logró concluir la eduación básica. * �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

4�

se considera que 38.9% de la población económicamente activa no recibe ingre-

sos fijos remunerados (veáse gráfica 43).

Si la ausencia de ingresos remunerados es en general más acentuada entre los

hombres que entre las mujeres de la región, llegando en el primer caso a 42% y

en el segundo a 23.3%, en los municipios indígenas dicha situación resulta más

acentuada, ya que 46 hombres y 35 mujeres de cada 100 no perciben salario al-

guno por su trabajo, caracterizado como actividades agrícolas de autoconsumo

(veáse cuadro 23).

Aunque en términos generales este porcentaje es ligeramente superior al de

la media estatal, existen por lo menos 11 municipios indígenas de la región en

los que el promedio de personas sin ingresos oscila entre 50% y 78% de la pobla-

ción económicamente activa, lo cual contrasta con el nivel de ingresos que se

obtiene en los centros urbanos. En éstos, en efecto, la población indígena que

Cuadro 22. Población de 12 años y más económicamente activa en hogares indígenas por tipo según sexo, 2000

Tipo Total Hombres Mujeres

Población activa 55 606 ��.� 20.1

Ocupada 55 1�� ��.� 20.2

Desocupada 42� ��.� 12.1

Gráfica 40. Porcentaje de población de 12 años y más en hogares indígenas según condición de actividad, 2000

Gráfica 41. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por sector según sexo, 2000

Nota: no incluye a 1.1% de hombres y 3.�% de mujeres que no especificaron el sector económico en que parti-cipaban.

Gráfica 42. Población indígena ocupada de la Costa según sector de ocupación

4�carece de ingresos remunerados es de 16% para el caso de Pochutla, 29% para

Jamiltepec y 20% para Pinotepa Nacional, mientras el promedio de aquellos que

obtienen más de dos salarios mínimos es cercano a la cuarta parte de la pobla-

ción indígena que labora en esos centros. En los municipios rurales, en cambio,

sólo la décima parte de la población indígena ocupada recibe como ingresos más

de dos salarios mínimos, y 48% restante obtiene menos de esta cantidad (veáse

cuadro 24).

Ejemplos de la desigualdad económica por municipio son San Pedro Atoyac,

Santiago Tetepec y Tataltepec de Valdés, donde aproximadamente 83 de cada

100 indígenas ocupados no reciben ningún ingreso o éste es prácticamente in-

suficiente.

Marginación social

Salvo los principales polos de desarrollo turístico, como San Pedro Mixtepec y

Santa María Huatulco, la totalidad de los municipios de la Región Costa están

considerados de alta y muy alta marginación social. Estas categorías incluyen in-

cluso a los principales centros urbanos, como Pochutla y Pinotepa Nacional, que

forman parte de los 20 municipios con alta marginalidad.

En términos demográficos, la condición de extrema marginación social afecta a

una población de 192 908 habitantes que viven en los 28 municipios de muy alta

marginalidad, de los cuales 78% son indígenas de la zona zapoteca, mixteca y cha-

tina. No es de extrañar, así, que los 19 municipios con mayor densidad de pobla-

ción indígena sean invariablemente municipios de marginación muy alta, en una re-

gión que se distingue por carecer de entidades con un bajo nivel de marginalidad.

Las excepciones a esta tendencia generalizada, como hemos indicado, son

los centros turísticos de Santa María Huatulco y Puerto Escondido, en el munici-

pio de San Pedro Mixtepec. Ambas entidades presentan una marginación media,

pero también uno de los menores índices de población indígena de la región.

Gráfica 43. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por ingreso según sexo, 2000

Cuadro 23. Distribución porcentual de la población de 12 años y más ocupada en hogares indígenas por tipo de municipio y sexo según

ingreso, 2000

Tipo de municipio y sexo Sin ingresos

Menos de 1 salario mínimo

De 1 a 2 salarios mínimos

Más de 2 salarios mínimos

Población total 41.1 21.8 26.5 10.6

Indígena* 43.� 25.4 23.2 �.6

Presencia indígena** 45.� 14.4 2�.� �.�

Indígena dispersa*** 26.� 16.2 35.1 21.�

Hombres 43.9 18.0 28.4 9.7

Indígena* 45.6 22.5 25.0 6.�

Presencia indígena** 50.5 �.� 32.� �.�

Indígena dispersa*** 30.� 10.4 3�.3 21.5

Mujeres 29.1 38.3 18.2 14.4

Indígena* 35.3 3�.� 14.� 11.1

Presencia indígena** 2�.� 41.0 1�.1 14.1

Indígena dispersa*** 13.� 34.� 2�.1 23.4

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

50

Como la población indígena, los niveles de marginalidad descienden en la me-

dida en que los municipios se ubican sobre la franja costera, y tienden a ser más

acentuados en aquellas localidades que se ubican sobre las estribaciones de la

sierra. De ahí que, a diferencia de las entidades de alta marginalidad, los muni-

cipios de muy alta marginación social sean principalmente poblaciones serranas

que carecen de los beneficios de comunicación que ofrecen las carreteras coste-

ras, además de que se encuentran alejados de los principales centros urbanos.

Al observar otros indicadores, como los índices de monolingüismo, analfa-

betismo y mortalidad infantil, se advierte que dentro de esta gama generalizada

de municipios con alta marginalidad destacan algunos cuyos niveles de mar-

ginación social son todavía más acentuados. Se trata de los municipios de San

Juan Quiahije, Santiago Yaitepec, Santa María Temaxcaltepec y Santa Catarina

Juquila, en el área chatina, así como Santiago Ixtayutla, San Lorenzo y San Pedro

Atoyac, en la Mixteca de la Costa, a los cuales se une el municipio zapoteco de

Santo Domingo Morelos. La característica de estas entidades eminentemente in-

dígenas no sólo reside en la escasez de electricidad y agua potable, sino también

en el hecho de que sus porcentajes de monolingüismo y analfabetismo son dos

veces superiores a la media estatal, con promedios que oscilan entre 40% y 65%

para ambos indicadores (veáse cuadro 25).

El caso de Santiago Ixtayutla es por demás significativo, ya que su población

monolingüe es de 4 535 personas mayores de cinco años, una cifra que no sólo

representa 67% de los hablantes de lengua indígena del municipio, sino también

cerca del doble de los bilingües. En esta misma medida, sus niveles de analfabe-

tismo afectan a 1 565 personas mayores de 15 años, lo que supone 65% de este

sector poblacional.

Cuadro 24. Municipios con mayor porcentaje de la población de 12 años y más ocupada en hogares indígenas que no percibe ingresos o recibe

menos de un salario mínimo según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Costa 60.0 59.0 64.0

San Pedro Atoyac* �3.4 �3.6 �2.5

Santiago Tetepec*** �3.4 �4.2 �6.2

Tataltepec de Valdés* �2.� �3.2 �2.3

San Juan Colorado* �2.0 �0.� �5.0

Santiago Ixtayutla* �0.� �0.� �1.1

Santa Catarina Loxicha*** �0.� �1.2 ��.6

San Miguel del Puerto*** �0.1 �0.� �6.�

Santo Domingo de Morelos* ��.� �0.3 5�.�

San Lorenzo* ��.� ��.6 �2.2

San Agustín Loxicha* ��.4 ��.5 �6.0

San Agustín Chayuco** �4.6 �4.2 �6.1

San Pedro Jicayán* �3.5 �3.6 �2.6

San Juan Cacahuatepec*** �0.4 6�.� �3.5

San Pedro el Alto* �0.1 6�.2 �6.4

Santa Catarina Mechoacán* 6�.0 6�.1 6�.�

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 25. Municipios con población indígena marginada en el acceso a la educación, 2000

Municipio Monolingüismo Analfabetismo InasistenciaRezago

educativo

Santiago Ixtayutla* 65.5 65.1 2�.3 �6.�

Santiago Yaitepec* 45.1 65.3 26.� ��.2

San Juan Quiahije* 44.� 44.3 12.� �1.5

San Lorenzo* 40.� 42.� 11.1 �5.1

San Pedro Atoyac* 40.� 44.1 �.2 ��.1

Santa María Temaxcaltepec* 3�.� 51.3 20.4 �5.4

San Juan Colorado* 36.3 3�.3 6.4 �6.4

San Miguel Panixtlahuaca* 36.0 41.2 14.6 �1.3

Santo Domingo de Morelos* 34.� 45.3 26.� �2.4

Santa Catarina Juquila** 34.5 4�.1 20.6 �2.4

Nota: Todos los municipios, con excepción de Santa Catarina Juquila, tienen �0% o más de población indígena. La estratificación de marginación fue elaborada por el conapo a nivel municipal. * Marginación muy alta.** Marginación alta.

51

Un indicador fehaciente de las diferencias que pueden encontrase entre los

municipios de la franja costera y los que se ubican en las estribaciones de la sie-

rra son los servicios con que cuentan las viviendas. El promedio regional indica

que 56% de las viviendas de la Costa carecen de agua entubada, 19% de energía

eléctrica y 65% son casas con piso de tierra (veáse cuadro 26).

En los municipios serranos de muy alta marginalidad la ausencia de energía

eléctrica afecta a 42% de las viviendas, en una proporción que va de 28 528 ho-

gares a 14 941 que no cuentan con este servicio. En los municipios costeros de

alta marginación la electricidad llega, en cambio, a 90% de las viviendas, la mi-

tad de las cuales cuentan con piso diferente al de tierra.

El problema del agua es común tanto en la franja costera como en las estri-

baciones de la sierra. En ambos casos la mitad de las viviendas carece de agua

entubada, si bien el número de casas en los municipios serranos de muy alta mar-

ginalidad es dos veces superior al de la franja costera.

Configuración étnica

En la medida en que recorre una amplia franja del litoral oaxaqueño, la Región Cos-

ta alberga distintos grupos etnolingüísticos que forman microrregiones acotadas

donde predomina un grupo indígena en particular. Aunque los censos registran la

presencia de diferentes lenguas indígenas en los municipios de la región, entre las

que destacan el amuzgo y el mixe, su número no es aún lo suficientemente sig-

nificativo como para alterar la antigua conformación étnica de la costa, integrada

desde el periodo prehispánico por zapotecos, chatinos y mixtecos.

Comparado con el número de hablantes de estas lenguas dominantes, el resto

de los grupos indígenas representa menos de 1% de la población indígena regio-

nal. Los hablantes de mixteco, en cambio, ascienden en la actualidad a 60 026 in-

dividuos, mientras la población zapoteca y chatina de la costa se estima en 49 021

hablantes para el primer grupo y en 30 402 para el segundo (veáse gráfica 44).

Mixtecos

Los mixtecos de la costa se distribuyen en 34 municipios de la región, en 22 de

los cuales constituyen el grupo etnolingüístico predominante. De los 322 437

mixtecos que habitan en Oaxaca, 43% reside en el área de la Mixteca, mientras

22% se localiza en la Región Costa. Dado que se trata del cuarto grupo indíge-

na más numeroso de nuestro país, después del nahua, el maya y el zapoteco,

representa a su vez la cultura más extendida de esta región, aunque su área de

influencia se circunscribe al distrito de Jamiltepec y la franja del litoral conocida

como Costa Chica.

En la Mixteca de la Costa se ha desarrollado una configuración étnica de

características particulares, en la cual confluyen, además de la población in-

dígena y mestiza, una población de ascendencia africana asentada en la franja

costera, descendientes de esclavos de las plantaciones y de cimarrones fugitivos

(Barabas, 1999). Si bien los mestizos están presentes en todas las localidades y

conforman la población más numerosa de los centros urbanos, los indígenas

predominan en el centro y el norte de la subregión, mientras la población ne-

gra se encuentra en las playas sureñas y parte del oeste. En Pinotepa Nacional,

por ejemplo, la localidad más importante de la Mixteca de la Costa, conviven

Cuadro 26. Municipios con población indígena marginada en relación a las características de la vivienda, 2000

MunicipioSin drenaje o sanitario exclusivo

Sin electricidad

Con piso de tierra

Con hacinamiento

Marginación (CONapO)

San José Estancia Grande*** �6.5 0.0 64.� 100.0 Muy alto

San Pedro Juchatengo*** 2�.6 21.1 ��.� ��.� Muy alto

Mártires de Tacubaya*** 63.� 13.� �0.0 ��.5 Alto

Santiago Ixtayutla* 1�.4 62.� ��.3 �6.0 Muy alto

Santa María Cortijo*** ��.4 51.� �5.6 �5.� Muy alto

San Pedro el Alto* 1�.6 35.4 6�.3 �5.1 Alto

San Miguel Panixtlahuaca* 46.3 50.� �2.1 �4.� Alto

Santo Domingo Armenta*** �4.2 13.2 �1.6 �4.� Muy alto

San Agustín Loxicha* 2�.1 60.� ��.� �3.6 Muy alto

Santa María Tonameca** 34.4 32.5 �0.3 �3.4 Muy alto

Nota: La selección se realizó a partir del porcentaje de hacinamiento.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

52afromestizos, indígenas y mestizos, si bien estos últimos forman la mayoría. El

volumen de población mixteca de la región se calcula en 60 589 hablantes de

esta lengua, concentrándose la mayoría en los municipios de Pinotepa Nacional

(14.1%), San Pedro Jicayán (12.8%), Santiago Ixtayutla (10.5%) y San Juan Co-

lorado (9.1%), que en conjunto reúnen 46.5% del total de mixtecos de la región

(veáse cuadro 27).

Como suele ocurrir entre los grupos indígenas mayoritarios, la población mix-

teca de la costa muestra un crecimiento sostenido, ya que los mayores porcen-

tajes de población masculina y femenina se encuentran en el grupo de cinco a

nueve años, con porcentajes que superan 15% para ambos casos. Este porcentaje

va descendiendo paulatinamente conforme asciende la edad de la población, sin

embargo, tiene un aumento significativo en los y las indígenas de 60 años y más

(veáse gráfica 45).

Aunque el castellano sirve de lengua franca para comunicar a los distintos

grupos étnicos que interactúan en la zona, el mixteco sigue siendo la lengua que

se emplea en la vida familiar de los municipios donde esta lengua vernácula es

predominante, si bien su uso es relativamente menor al de otras regiones mixte-

cas (veáse gráfica 46).

Del total de personas mayores de cinco años que habitan en los municipios

mayoritariamente mixtecos, 40% emplea la lengua vernácula como medio de

expresión y un porcentaje elevado aún es monolingüe. Tan sólo en 22 munici-

pios donde el mixteco es predominante, el número de monolingües asciende a

17 100 mayores de cinco años, lo que significa 27% de los hablantes de esta lengua

indígena en la región. El caso más acentuado en este rubro es el de Santiago Ix-

tayutla, uno de los pocos municipios indígenas del país donde el número de mo-

nolingües es casi dos veces superior al de hablantes bilingües, con un total de 4

535 personas mayores de cinco años que sólo conocen el mixteco como medio

de expresión (veáse gráfica 47).

Gráfica 44. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena por tipo de lengua, 2000

Cuadro 2�. Distribución porcentual de la población de 5 años y más mixteca

por municipio, 2000

Municipio Población mixteca Distribución porcentual

Costa 60 589 100.0

Santiago Pinotepa Nacional � 6�3 14.1

San Pedro Jicayán � �4� 12.�

Santiago Ixtayutla 6 3�� 10.5

San Juan Colorado 5 505 �.1

Pinotepa de Don Luis 4 �1� �.1

Santiago Jamiltepec 4 0�� 6.�

San Lorenzo 3 610 6.0

Santa Catarina Mechoacán 3 604 5.�

Santa María Huazolotitlán 3 0�6 5.1

San Antonio Tepetlapa 2 �51 4.�

San Pedro Atoyac 2 51� 4.2

San Agustín Chayuco 1 ��2 3.0

San Andrés Huaxpaltepec 1 60� 2.�

Villa de Tututepec de Melchor Ocampo 1 01� 1.�

Santiago Tetepec ��3 1.6

San Miguel Tlacamama �33 1.4

Otros municipios 1 25� 2.1

53

Zapotecos

En términos numéricos, el segundo grupo indígena de mayor importancia es el

zapoteco, conocido también como zapoteco del sur, que habita en la microrre-

gión de Los Loxichas, en el extremo oriental de la costa (veáse cuadro 28).

Los Loxichas conforman una zona relativamente acotada por 31 municipios,

en 15 de los cuales el zapoteco es la lengua indígena predominante y donde se

concentra la gran mayoría de esta población. Aunque el zapoteco es el grupo

más extendido de Oaxaca, con 589 069 hablantes, en la costa sólo habita un total

de 28 503 hablantes de esta lengua indígena en la región.

Aun cuando los zapotecos del sur viven por lo general en poblados dispersos

(Acevedo et al., 1993), existen entidades con alta concentración demográfica que

aglutinan, junto con la población mestiza, a la mayoría de los indígenas de esta

zona. Son los casos de Santo Domingo de Morelos, Santa María Tonameca, San

Agustín Loxicha y Candelaria Loxicha, que en conjunto albergan 70.3% de los

hablantes de zapoteco de la costa (veáse gráfica 48).

La pirámide de población que ilustra la composición de la población zapo-

teca resulta muy similar al caso mixteco presentado anteriormente, donde los

mayores porcentajes, tanto para el caso de hombres como para el de mujeres, se

presentan en las nuevas generaciones, por lo que al parecer la tendencia de este

grupo indígena en la región es de crecimiento.

De las tres lenguas indígenas que se hablan en la costa, el zapoteco es el idio-

ma que se ha visto más amenazado por el continuo desplazamiento del castella-

no (veáse gráfica 49).

En los 15 municipios donde esa lengua indígena es predominante, sólo 32%

de la población mayor de cinco años conserva aún la lengua vernácula y 82% de

sus hablantes son bilingües. Aunque algunos municipios, como San Agustín Loxi-

cha, tienen todavía un número considerable de monolingües mayores de cinco

años (5 741 en este caso), en la mayoría el índice de monolingüismo es inferior a

3% de los hablantes de zapoteco.

De ahí que la lengua vernácula esté siendo reemplazada poco a poco por

el castellano, particularmente entre la población menor a 40 años, y en las más

jóvenes prácticamente se ha extinguido (Méndez y Ruiz, 1989). Investigaciones

recientes señalan que el abandono de la lengua parece estar vinculado con las

misiones culturales implementadas en la década de los treinta y con las posterio-

res escuelas castellanizadoras, así como con el crecimiento de la población no

indígena residente (Barabas, 1999).

Sin embargo, los servicios educativos y de alfabetización, sobre todo, no

han logrado aún atender a esta población; eso se hace evidente al observar

los altos porcentajes de analfabetismo en los zapotecos de la costa (veáse grá-

fica 50).

Asimismo, la tendencia de mayor vulnerabilidad educativa en las mujeres si-

gue presente para el caso de las hablantes de zapoteco, ya que mientras sólo tres

de cada 10 hombres no saben leer ni escribir, en el caso de las mujeres este pro-

medio se duplica a seis de cada 10.

En lo que respecta a los servicios de salud que proporcionan las autoridades

estatales y municipales en la región, para los zapotecos son prácticamente inexis-

Gráfica 45. Distribución porcentual de la población mixteca por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

Nota: No incluye a 0.5 de mujeres y 0.6 de hombres que no especificaron su edad.

54 tentes, ya que de los 14 mil hombres y mujeres, sólo 6.5 y 5.9%, respectivamen-

te, son derechohabientes (veáse gráfica 51).

A diferencia de sus vecinos zapotecos, los chatinos muestran un fuerte ape-

go al lenguaje de sus ancestros, al grado que en los ocho municipios de la costa,

donde este grupo representa más de 40% de la población municipal, la hablan

siete de cada 10 chatinos mayores de cinco años (veáse cuadro 29).

Asentados en la parte central de la costa, en el territorio que cubre el distrito

de Juquila, los chatinos se distribuyen en 17 municipios con mayores o menores

porcentajes de población indígena; en 12 de ellos representan la lengua indígena

dominante y sólo en ocho conforman más de 40% de la población municipal.

En los municipios que se integran en la Región Costa, el número de hablantes de

chatino asciende 30 554, que representan aproximadamente 55% de los chatinos

que habitan en Oaxaca y la mitad de los que residen en todo el territorio nacional

(veáse gráfica 52).

Asimismo, es posible observar que de cada 100 hombres y mujeres chatinos

47 y 43, respectivamente, pertenecen a las nuevas generaciones, al contar entre

cinco y 19 años de edad.

Otro indicador de importancia que permite caracterizar a la población

chatina de la costa es el volumen de monolingüismo. La tercera parte de di-

chos hablantes no comprende el español; esta cifra asciende a 9 261 personas

mayores de cinco años que sólo se desenvuelven en su lengua natal (veáse

gráfica 53).

Hernández Díaz (1999: p. 188) señala de esa lengua, si se considera que en

1995 un tercio de los hablantes chatinos tenía entre 5 y 14 años, “se puede decir

que muestra signos de vitalidad en comparación con lo que sucede con el pro-

medio de los hablantes de lenguas indígenas en Oaxaca”. Actualmente 2.5% de

los monolingües oaxaqueños son chatinos, ya que el monolingüismo chatino es

bastante alto y presenta una tendencia al crecimiento. Entre 1960 y 1970, según

reportaba Nolasco para esa época, el monolingüismo chatino aumentó en 21%,

y esa tendencia se ha mantenido a lo largo de las últimas décadas. De ahí que

los chatinos constituyan uno de los grupos indígenas con mayores índices de mo-

nolingüismo en la entidad, ya que en ocho de los 17 municipios donde habita

la población monolingüe es superior a 35% y, en algunos casos, como Santiago

Gráfica 4�. Porcentaje de población de 15 años y más mixteca por condición de alfabetismo según sexo, 2000

Gráfica 46. Población de 5 años y más mixteca bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

55

Cuadro 2�. Distribución porcentual de la población de 5 años y más zapoteca por municipio, 2000

Municipio Población zapoteca Distribución porcentual

Costa 28 503 100.0

Santo Domingo de Morelos 6 5�0 23.2

Santa María Tonameca 6 16� 21.6

San Agustín Loxicha 4 363 15.3

Candelaria Loxicha 2 �05 10.2

San Pedro Pochutla 1 �22 6.�

Santa María Colotepec 1 210 4.2

Santiago Pinotepa Nacional �01 2.�

Santa María Huatulco ��2 2.�

San Baltazar Loxicha 64� 2.3

Santa Catarina Loxicha 456 1.6

San Pedro Mixtepec - Distr. 22 420 1.5

San Miguel del Puerto 36� 1.3

San Pedro el Alto 36� 1.3

San Mateo Piñas 33� 1.2

Otros municipios 1 1�2 4.1

Yaitepec, asciende a 45.9%; dos veces más que la media estatal. Lo anterior trae

como consecuencia que de las tres etnias más importantes de la costa sean pre-

cisamente los chatinos los que se distingan por tener el mayor porcentaje de po-

blación analfabeta (veánse gráficas 54 y 55).

En el caso de los hombres ésta es poco menor de 40%, que en las mujeres

asciende a 58%, esto significa que prácticamente la mitad de este grupo pobla-

cional no sabe leer ni escribir. Aunado al problema educativo, la falta de ser-

vicios de salud da una idea de la situación de vulnerabilidad de esta sociedad

indígena, característica que es recurrente en la mayoría de la población étnica

de la entidad.

De los cerca de 15 mil hombres y 17 mil mujeres chatinos que residen en

algún municipio de la costa, 91.7% y 92.5%, respectivamente, no son derecho-

habientes (veáse cuadro 30).

Gráfica 4�. Distribución porcentual en hogares zapotecas por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

Nota: No incluye a 0.2% de mujeres y 0.2% de hombres que no especificaron su edad.

Gráfica 4�. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

56

Migración

Aunque la tendencia ha ido en aumento durante las últimas décadas, la migra-

ción no es en la costa una práctica generalizada que cubra la totalidad de las en-

tidades de la región. Se estima que 38% de sus municipios son centros expulsores

de población y que la gran mayoría se preserva aún como entidades en equili-

brio. Cuatro municipios, por el contrario, aparecen como centros de atracción

migratoria y, de acuerdo con las estimaciones de conapo, ninguno corresponde

a los polos de desarrollo turístico. Santa María Huatulco y el municipio de San

Pedro Mixtepec, donde se localiza Puerto Escondido, no parecen, en efecto, ser

centros de atracción migratoria para la población indígena de la región, ya que el

número de indígenas residentes en ambas entidades es inferior a 3 mil habitantes

y representa menos de la décima parte de su población municipal.

Los municipios donde se concentra el proceso migratorio, 18 en total, suelen

ser entidades con presencia indígena dispersa, si bien ocho de ellos tienen un

porcentaje superior a 40% de su población. La característica de estos últimos,

además de ser municipios indígenas, es que son entidades que se ubican sobre

las estribaciones de la sierra y tienen menos de 10 mil habitantes, con excepción

de Santa Catarina Juquila, que supera ese rango de población (veáse cuadro 30).

Gráfica 50. Porcentaje de población de 15 años y más zapoteca por condición de alfabetismo según sexo, 2000

Gráfica 51. Población zapoteca sin derechohabiencia a servicios de salud, 2000

Cuadro 2�. Distribución porcentual de la población de 5 años y más chatina por municipio, 2000

Municipio Población chatina Distribución porcentual

Costa 30 544 100.0

Santos Reyes Nopala � 0�0 23.3

San Miguel Panixtlahuaca 5 364 1�.6

Santa Catarina Juquila 3 51� 11.5

San Juan Quiahije 3 16� 10.4

Tataltepec de Valdés 2 662 �.�

Santiago Yaitepec 2 624 �.6

San Juan Lachao 1 ��6 5.�

Santa María Temaxcaltepec 1 �55 5.�

Villa de Tututepec de Melchor Ocampo 1 264 4.1

Santiago Ixtayutla 4�1 1.6

San Pedro Mixtepec - Distr. 22 465 1.5

Otros municipios 34� 1.1

5�

Se trata por lo tanto de entidades indígenas expulsoras, con bajos niveles de

población, que se sitúan principalmente en las zonas septentrionales de la Mix-

teca de la Costa. De los ocho municipios indígenas que adquieren la categoría

de expulsión migratoria cuatro corresponden a esta zona, dos a la microrregión

chatina y dos a la zapoteca de Los Loxichas.

Los municipios mixtecos de la costa que presentan una tendencia migratoria

colindan con una de las regiones de mayor expulsión demográfica de Oaxaca: la

Región Mixteca. De ahí que Pinotepa de Don Luis, San Agustín Chayuco, San An-

tonio Tepetlapa y San Pedro Atoyac sufran actualmente la influencia migratoria

que se ha generalizado a lo largo de la Mixteca, siguiendo las rutas laborales que

este grupo suele emprender hacia los estados del noroeste de México y Estados

Unidos. Sin embargo, a diferencia de sus vecinos de la Mixteca alta y baja, los

municipios expulsores de la Mixteca de la Costa no han experimentado un des-

censo significativo de su población. En los últimos 20 años los cuatros municipios

expulsores de esta área han incrementado en 70% su volumen de población y, a

pesar de ser entidades pequeñas, ninguno muestra signos de una crisis demográ-

fica, más recurrente en la zona de la Mixteca alta.

Gráfica 52. Distribución porcentual de la población chatina por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

Nota: No incluye a 0.2% de mujeres y 0.2 % de hombres que no especificaron su edad

Gráfica 53. Población de 5 años y más chatina bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

Gráfica 54. Población chatina sin derechohabiencia a servicios de salud, 2000

5�

lar Medina et al., 1994). Una década más tarde esa cifra se ha incrementado

10 veces, de tal manera que el número de chatinos fuera de su región es de 6

714 migrantes.

Aunque la mayoría de ellos continúa concentrándose en municipios oaxa-

queños, principalmente en aquellos que se aglutinan en torno a la ciudad de

Oaxaca y de los Valles Centrales, un número creciente se ha desplazado hacia la

ciudad y hacia el Estado de México, así como al estado de Baja California. Si en

1990 Santiago Ixtlahuaca era el municipio de la región no chatina que había re-

cibido mayor número de inmigrantes chatinos, hoy en día esta posición la ocupa

el municipio de Oaxaca de Juárez, con 1 217 inmigrantes, seguido de aquél, con

657 hablantes de chatino (veáse gráfica 56).

Anteriormente, según las estimaciones de Aguilar Medina (ibídem), los Va-

lles Centrales de Oaxaca y la Región Cañada Mazateca conformaban las zonas

de atracción más relevantes para los chatinos dentro del estado. Por los datos de

los censos actuales podemos inferir, sin embargo, que otras subregiones han ad-

quirido mayor preponderancia como centros de atracción en la última década.

Después de la ciudad de Oaxaca, los municipios con mayor número de in-

migrantes chatinos dentro del estado están integrados por la zona que forman

Santiago Ixtayutla, Santiago Jamiltepec y Santiago Tetepec, ubicados en la Región

Mixteca de la Costa, así como el municipio de Santa María Colotepec, que se si-

túa sobre la costa oaxaqueña y que, como hemos señalado, conforma un polo

de atracción turística. En conjunto, estos cuatro municipios registran un total de

1 369 hablantes de chatino, lo que representa una cifra incluso superior a la que

registra el municipio de Oaxaca de Juárez. Asimismo, en sólo cinco municipios

de la región se ubican poco menos de 70 mil indígenas (San Agustín Loxicha,

Santiago Pinotepa Nacional, Santos Reyes Nopala, Santa María Tonameca y San

Pedro Jicayán.

En lo que respecta a la migración interna, tanto absoluta como reciente, es

evidente que ésta tiene la misma tendencia que en las demás regiones de Oaxa-

ca. La migración absoluta hace referencia a la población indígena de cinco años

y más que lleva muchos años viviendo en costa, pero que nació en una entidad

federativa diferente y la reciente en la que viven en esta región desde 1995.

Es poco significativa la población indígena que decidió cambiar su residencia

y habitar en algún municipio de la costa. Un volumen de 1 922 personas forman

Los dos municipios expulsores de la zona zapoteca, Candelaria Loxicha y San

Baltazar Loxicha, muestran también crecimiento poblacional, si bien el último

pasó apenas de 2 012 habitantes en 1980 a 2 873 en el 2000. Investigaciones re-

cientes advierten que, aun cuando no constituye un proceso generalizado, “en los

últimos años se ha incrementado la migración en los pueblos Loxichas, como re-

sultado de la conflictiva situación política que se vive en el área” (Barabas, 1999:

p. 94). Sin embargo, “son pocos los pueblos que migran fuera de la región y [la

migración] estacional a las fincas regionales no tiene un impacto tan manifiesto”

(ibídem).

Los chatinos se encuentran en una situación similar, con un proceso mi-

gratorio que suele ir en aumento. Fuera de su zona de origen, en la actualidad

existen sólo 12 municipios con más de 100 hablantes de lengua chatina, entre

los que destaca el municipio de Oaxaca de Juárez, con un total de 1 217 ha-

blantes de esa lengua indígena. Empero, en la última década la tendencia a la

migración parece incrementarse notablemente. Empleando los datos del cen-

so de 1990, Aguilar Medina y otros investigadores calculaban que para esas

fechas el número de chatinos fuera de su región ascendía sólo 607 personas,

la mayoría de los cuales se encontraban dentro del estado de Oaxaca (Agui-

Gráfica 55. Porcentaje de población de 15 años y más chatina por condición de alfabetismo según sexo, 2000

5�

Municipio Tasa de migración neta intermunicipal

Categoría migratoria

Candelaria Loxicha* –0.�3 Expulsión

Mártires de Tacubaya*** –0.5� Expulsión

Pinotepa de Don Luis* –2.�1 Expulsión

Pluma Hidalgo*** –0.�6 Expulsión

San Agustín Chayuco** –1.31 Expulsión

San Agustín Loxicha* –0.50 Equilibrio

San Andrés Huaxpaltepec** 1.03 Atracción

San Antonio Tepetlapa* –0.�� Expulsión

San Baltazar Loxicha** –0.�4 Expulsión

San Bartolomé Loxicha* 0.0� Equilibrio

San Gabriel Mixtepec*** –0.23 Equilibrio

San José Estancia Grande*** 1.4� Atracción

San Juan Bautista lo de Soto*** –0.45 Equilibrio

San Juan Cacahuatepec*** –0.01 Equilibrio

San Juan Colorado* –0.2� Equilibrio

San Juan Lachao** –0.04 Equilibrio

San Juan Quiahije* 0.11 Equilibrio

San Lorenzo* –0.4� Equilibrio

San Mateo Piñas*** 0.13 Equilibrio

San Miguel del Puerto*** –0.�0 Expulsión

San Miguel Panixtlahuaca* 0.04 Equilibrio

San Miguel Tlacamama** 0.11 Equilibrio

San Pedro Atoyac* –0.66 Expulsión

San Pedro el Alto* –0.21 Equilibrio

San Pedro Jicayán* –0.04 Equilibrio

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Municipio Tasa de migración neta intermunicipal

Categoría migratoria

San Pedro Juchatengo*** 0.30 Equilibrio

San Pedro Mixtepec - Distr. 22*** –0.60 Expulsión

San Pedro Pochutla*** –1.5� Expulsión

Villa de Tututepec de Melchor Ocampo*** –0.02 Equilibrio

San Sebastián Ixcapa*** –0.�0 Expulsión

Santa Catarina Juquila** –0.�0 Expulsión

Santa Catarina Loxicha*** –0.�� Expulsión

Santa Catarina Mechoacán* –0.0� Equilibrio

Santa María Colotepec*** 0.�3 Atracción

Santa María Cortijo*** 0.64 Atracción

Santa María Huatulco*** –0.2� Equilibrio

Santa María Huazolotitlán** –0.1� Equilibrio

Santa María Temaxcaltepec* –0.14 Equilibrio

Santa María Tonameca** –0.40 Equilibrio

Santiago Ixtayutla* –0.25 Equilibrio

Santiago Jamiltepec*** –2.21 Expulsión

Santiago Llano Grande*** –1.4� Expulsión

Santiago Pinotepa Nacional*** –0.05 Equilibrio

Santiago Tapextla*** –2.1� Expulsión

Santiago Tetepec*** 0.10 Equilibrio

Santiago Yaitepec* –0.1� Equilibrio

Santo Domingo Armenta*** 0.00 Equilibrio

Santo Domingo de Morelos* –0.4� Equilibrio

Santos Reyes Nopala* –0.34 Equilibrio

Tataltepec de Valdés* –0.�2 Expulsión

Cuadro 30. Tasa neta de migración intermunicipal y categoría migratoria por municipio, 2000

60

parte de los migrantes absolutos y 1 273 de la reciente, lo que representa menos

de un punto porcentual para ambos casos (veáse gráfica 57).

Además, es evidente que no existen diferencias significativas entre la pobla-

ción migrante masculina y femenina. No obstante, el porcentaje de este grupo

presenta ligeras variaciones si se analiza a partir del tipo de municipio. Mientras

que en las comunidades con mayor porcentaje de población indígena éste no

llega a 1%, en los municipios que tienen menor volumen de población indígena

aumenta a 2.6% en la población que vive en la región pero que nació en otro es-

tado, y a 1.6% para aquella que reside en costa desde 1995 (veáse gráfica 58).

Ahora bien, el municipio que destaca en mayor medida por su alto porcen-

taje de población migrante absoluta es Santiago Tapextla, ya que prácticamente

la mitad (44.6%) de los residentes indígenas nacieron en otra entidad federativa.

Este porcentaje va descendiendo aceleradamente, ya que el municipio que le

sigue en orden de importancia es Santiago Llano Grande, con 17.1%, es decir,

27.5% menos que el anterior (veánse gráficas 59 y 60).

Gráfica 56. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena en municipios urbanos intermedios

de la Costa, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 5�. Porcentaje de migración en hogares indígenas por tipo de migracion según sexo, 2000

* Se refiere a la población que reside en la Costa pero nació en otra entidad.** Se refiere a la población que desde 1��5 reside en la Costa.

Gráfica 5�. Población migrante en hogares indígenas por tipo de migración según sexo, 2000

* Se refiere a la población que reside en la Costa pero nació en otra entidad.

** Se refiere a la población que desde 1��5 reside en la Costa.

61

Respecto a la migración reciente, los municipios con mayor porcentaje de

población que vive en la región desde 1995 van desde 0.9% hasta 30.8%, distin-

guiéndose nuevamente Santiago Tapextla, con lo que se concluye que la pobla-

ción indígena que ha llegado a esta comunidad prácticamente corresponde a los

movimientos migratorios, ya que sumando los dos tipos de movimientos siete de

cada 10 indígenas provienen de un estado diferente al de la Región Costa.

Gráfica 5�. Municipios con mayor porcentaje de población migrante reciente en hogares indígenas, 2000

Se refiere a la población que reside en la Costa desde 1��5.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 60. Municipios con mayor porcentaje de población migante absoluta* en hogares indígenas, 2000

*Se refiere a la población que reside en la Costa pero nació en otra entidad.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

63

REgIóN IsTMO DE TEhuaNTEpEC

Situado en las fronteras meridionales de Oaxaca, en un territorio que se extiende entre el límite estatal de Veracruz y

el Golfo de Tehuantepec, el Istmo oaxaqueño reúne las características de una región interétnica que alberga a cinco

grupos indígenas originarios, distribuidos en 48 municipios que reciben la afluencia de colonos indígenas provenien-

tes del estado de Chiapas y del interior de la propia entidad. En las últimas décadas esta afluencia se ha visto favore-

cida por el desarrollo de ciudades intermedias que se ubican a lo largo del corredor transístmico, desde Salina Cruz

a Matías Romero, pasando por los centros rectores de Juchitán y Tehuantepec.

Desde mediados del siglo xix el Istmo de Tehuantepec se ha caracterizado por un crecimiento demográfico cons-

tante. Algunos historiadores estiman, en efecto, que las políticas de poblamiento puestas en marcha durante la se-

gunda mitad del siglo xix y la posterior construcción de la ruta ferroviaria, emprendida por la Tehuantepec Railroad

Company, promovieron que la región istmeña creciera a tasas superiores a la media estatal y nacional, de tal mane-

ra que en un lapso de 30 años el Istmo pasó de 52 mil a 109 mil habitantes (Reina, 1995: p. 39). El mismo proceso

tiene lugar un siglo más tarde, durante la década de los ochenta, cuando la ciudad de Salina Cruz se convierte en el

polo de desarrollo de mayor crecimiento del estado. Aunque este crecimiento se ha concentrado en las principales

ciudades (Salina Cruz, Tehuantepec, Juchitán, Ixtepec y Matías Romero), las cuales albergan actualmente a 71% de

los habitantes de la región, el 29% restante se distribuye en 532 localidades rurales que tienen el carácter de ejidos

o comunidades (Rodríguez, 2003).

Con una población cercana a los 80 mil habitantes, cuya mayoría se desenvuelve en zapoteco, las ciudades de

Juchitán y Tehuantepec se han convertido en centros rectores sobre los cuales gravitan diversas grupos etnolingüísti-

cos, formando una estructura dual entre un grupo etnolingüístico mayoritario y un conjunto de minorías étnicas que

tienen un carácter periférico y subordinado. Aunque estas minorías suman 50 mil habitantes y constituyen por lo

tanto cerca de 40% de la demografía regional, la población zapoteca ha jugado un papel determinante en la confi-

guración étnica de la zona.

64

La hegemonía política y económica de los zapotecos, como señala Alicia Ba-

rabas, “ha dado lugar a un proceso de zapotequización cultural e incluso en oca-

siones identitaria entre los otros grupos, que ha conformado una cultura regional

de fisonomía zapoteca” (1999: p. 101). Por diversas razones, que van desde el

dominio económico hasta la superioridad demográfica, los zapotecos del Istmo o

binni’za se han concebido como los representantes de la identidad regional y se

han convertido, por lo tanto, en los beneficiarios de las políticas nacionales, de

tal manera que las obras de infraestructura, irrigación y comunicación se canali-

zan hacia el territorio de los binni’za y excluyen casi siempre a los grupos indíge-

nas colindantes. Actualmente, por ejemplo, los caminos de asfalto suelen culmi-

nar ahí donde comienza el territorio huave, mientras el distrito de riego número

19 se circunscribe a los municipios de Juchitán y Tehuantepec.

Aunque el Istmo de Tehuantepec es una de las grandes áreas de biodiversidad

nacional, la situación ambiental de la región se ha visto amenazada por obras hi-

dráulicas ineficientes, deforestaciones incontroladas e industrias que contaminan

los recursos naturales. Hacia 1960, cuando la mayor parte de los cultivos comer-

ciales resultaron poco redituables, se impulsó la siembra de caña de azúcar y la

construcción de dos ingenios.

En 1979 entró en operación la refinería petrolera de Salina Cruz, cuyas nece-

sidades hidráulicas se cubrieron con los recursos provenientes de la presa Benito

Juárez, situada en las inmediaciones de Jalapa del Marqués. Antes de su construc-

ción, que durante la década de los sesenta constituyó la obra hidráulica de ma-

yor impacto en el Istmo oaxaqueño, se estimaba que los aportes fluviales de agua

dulce representaban 90% del sistema lagunar que se extiende a lo largo del Golfo

de Tehuantepec. Actualmente, de cada metro cúbico de agua que sale de la presa

Benito Juárez, alimentada por el río Tehuantepec, la mitad se destina al puerto in-

dustrial de Salina Cruz, 25% se canaliza al Distrito de Riego número 19 y el resto

generalmente se evapora (Rodríguez, 1992).

A esta distribución paradójica de los recursos hidráulicos es necesario agregar

las consecuencias de la presa sobre el río Tehuantepec, que desde entonces ha

perdido casi por completo la capacidad de transportar nutrientes y minerales ha-

cia la planicie costera y el litoral. De ahí que 40% de la superficie del Distrito de

Riego número 19 muestre ya índices considerables de salinidad, mientras 15% se

inunda anualmente por dificultades de drenaje (Toledo, 1994).

La creación del sistema de riego implicó la deforestación de 53 mil hectáreas

de selva baja en la planicie del Istmo de Tehuantepec, regularmente expuesta a

los vientos septentrionales que deshidratan la región en unos cuantos meses. Los

cuatro meses de “norte” y los sucesivos meses de calor, marcados por el viento

del sur, son suficientes para incidir sobre los niveles freáticos de las lagunas y de-

secar casi por completo el litoral, que queda supeditado a la frecuencia irregular

de las lluvias.

A principios de los ochenta, un estudio gubernamental advertía la gravedad

del deterioro ambiental al reconocer que “la humedad que proporcionaba el río

Tehuantepec, al ser suspendida, ha llevado a la degradación ecológica de esta

zona, convirtiéndose en una inmensa duna” (Secretaría de Programación y Pre-

supuesto, 1980).

La población indígena

Distribuida en los 48 municipios que conforman la región, la población del Istmo

oaxaqueño se estima en 546 288 habitantes, de los cuales 50.7% es población

indígena, estimada actualmente en 277 189 personas (veáse gráfica 61).

La composición del sector indígena en el Istmo es mayoritariamente femenina,

ya que un total de 135 314 mujeres y 128 992 hombres habitan en hogares donde

Gráfica 61. Población que habita en hogares indígenas según su distribución porcentual por condición de habla indígena y sexo, 2000

65

Aun cuando la población indígena tiene una presencia considerable en prác-

ticamente todos los municipios regionales, siendo predominante en la mayoría,

su distribución tiende a concentrarse en las principales ciudades de la región.

De hecho, si la población indígena que reside en el Istmo se estima actualmente

en 277 189 habitantes, la población indígena que habita en los centros urbanos

mayores de 15 mil habitantes asciende a 163 188, lo que representa 59% de la

población indígena regional.

No obstante, poco menos de un tercio de la población indígena se ubica en

zonas rurales que abarcan pequeñas localidades ubicadas en 41 municipios de

la región, muchas de las cuales carecen de los servicios básicos. En términos por-

centuales, este hecho genera que “el 37% de las viviendas no tenga agua entu-

bada, 63% sin drenaje, 32% sin electricidad y un déficit de 21 mil viviendas, lo

que se traduce que de 125 mil a 150 mil personas vivan hacinadas” (Rodríguez,

2003: p. 20). Esta situación se acentúa en los 18 municipios de la región que

se caracterizan por contar con más de 70% de población indígena, los cuales

aglutinan a cerca de 80% de la población indígena regional (veánse gráfica 63

y cuadro 32).

alguno de sus miembros hablan una lengua indígena. Con un porcentaje ligera-

mente mayor, las mujeres tienden a conservar más el uso de la lengua vernácu-

la, como se aprecia en la gráfica 61. Sin embargo, al observarse la distribución

porcentual de la población en hogares indígenas se advierte que el crecimiento

de la población que ha perdido la práctica de su lengua es notable en las nuevas

generaciones. De hecho, mientras la población masculina y femenina mayor a 60

años domina casi en su totalidad la lengua vernácula, el porcentaje de población

indígena que no la habla se acentúa en el grupo de edad que se ubica entre los

cinco y los 19 años. El grupo más vulnerable en este sentido está conformado por

los adolescentes de 10 a 14 años, los cuales constituyen el grupo de edad mayo-

ritario. Aunque esta tendencia es mayor entre la población masculina, se advierte

también en el sector femenino que se ubica en el mismo rango de edad.

Este comportamiento podría ser un indicador del decrecimiento de la pobla-

ción indígena del Istmo de Tehuantepec, lo cual podría explicarse tanto por mo-

vimientos migratorios, como por la tendencia de decrecimiento en el promedio

de hijos nacidos vivos en la población total y la indígena (veáse gráfica 62).

Gráfica 62. Estructura por edades, sexo y condición de habla de lengua indígena, 2000

Nota: La población hablante de lengua indígena se capta a partir de los 5 años de edad.No incluye a 446 hombres y 342 mujeres que no especificaron la edad

Gráfica 63. Distribución porcentual de la población en hogares indígenas por zona rural-urbana, 2000

66

A pesar de que en la mayoría de estos municipios se observa la mayor pre-

sencia de hablantes zapotecas como primera lengua, es interesante ver casos de

municipios donde el porcentaje de una segunda lengua es importante, como su-

cede en Santiago Lachiguiri o Santo Domingo Petapa, donde 67.1% y 73%, res-

pectivamente, de los residentes indígenas son zapotecas, mientras que 31.8% y

26.2% son hablantes de lengua mixes. Lo anterior resulta interesante ya que se

observa una multiculturalidad no sólo en lo referente a la región del Istmo, sino

también dentro de los municipios que la componen.

Tanto los procesos de urbanización como la confluencia de distintos grupos

etnolingüísticos han hecho que el castellano se convierta en una lengua indis-

pensable entre los indígenas del Istmo. De las 169 667 personas de cinco años

y más que hablan una lengua indígena, 86.3% son actualmente bilingües, en un

promedio que es incluso superior a la media estatal. Sin embargo, 8 702 hombres

y 12 467 mujeres indígenas no hablan español, lo que representa 11% y 14% de

cada uno de estos sectores.

Como se observa en las siguientes gráficas, el monolingüismo es mayor en la

población femenina que en la masculina, lo que se puede deber también a los

roles de género de las comunidades, siendo los hombres los que pueden repre-

sentar a la comunidad con los demás grupos. Sin embargo, la condición de mo-

nolingüismo no se da en igual medida en la región (veánse gráficas 64 y 65).

En los municipios indígenas los porcentajes de monolingüismo son mayores

que en aquellos donde la población indígena es dispersa, observándose entre és-

tos una diferencia de 13.7 puntos porcentuales. Sin embargo, en todos los casos

las mujeres presentan la mayor proporción en relación con los hombres. Asimis-

mo, la brecha de monolingüismo entre la población masculina y la femenina es

menor conforme la población indígena disminuye. Los municipios que destacan

por su alto porcentaje de monolingüismo son Santa María Xadani (34.9%), San

Juan Guichicovi (28.8%), San Blas Atempa (26.9%), San Mateo del Mar (24.9%) y

Juchitán de Zaragoza (12.6%), si bien todos ellos constituyen entidades con 70%

y más de población indígena (veáse cuadro 32).

No obstante que esta característica se presenta tanto en hombres como en

mujeres, la tendencia de mayor porcentaje de monolingüismo en la población

femenina persiste, destacando Santa María Xadani no sólo por tener el porcenta-

je de mujeres monolingües más elevado, sino también porque es precisamen-

te en este municipio donde la brecha de monolingüismo entre los sexos es ma-

yor, en detrimento de las mujeres, por 11.2 puntos porcentuales, seguida de San

Juan Guichicovi con 11 puntos.

Salud y fecundidad

La composición de la población de 12 a 49 años por estado conyugal, así como

la información complementaria sobre fecundidad, dan una idea de la configura-

ción de los hogares indígenas. El estado conyugal de la población que conforma

hogares indígenas presenta algunas variaciones por sexo (veáse gráfica 66).

Cuadro 31. Porcentaje de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena por municipios indígenas*

según tipo de lengua, 2000

Municipio Total Lengua 1 % Lengua 2 %

Asunción Ixtaltepec � 043 Zapoteco �6.5 Zoque 11.6

Espinal, El 3 2�2 Zapoteco ��.� Zoque 0.�

Guevea de Humboldt 2 �01 Zapoteco ��.6 Mixe 6.�

Juchitán de Zaragoza 4� 161 Zapoteco ��.6 Zoque 0.6

San Blas Atempa 13 01� Zapoteco ��.1 Mixe 0.5

San Dionisio del Mar 2 646 Huave �6.4 Zapoteco 2.�

San Juan Guichicovi 20 14� Mixe �6.� Mixteco 1.0

San Juan Mazatlán � 626 Mixe �1.6 Chinanteco �.3

San Lucas Camotlán � 626 Mixe ��.4 Zapoteco 0.1

San Mateo del Mar � 124 Huave ��.� Zapoteco 0.1

San Pedro Comitancillo 1 ��3 Zapoteco �5.6 Mixe 1.1

San Pedro Huilotepec 1 4�4 Zapoteco �5.� Huave 3.�

Santa María Totolapilla 444 Zapoteco ��.3 Mixe 0.2

Santa María Xadani 4 �5� Zapoteco ��.3 Mixteco 0.2

Santiago Ixcuintepec ��2 Mixe ��.1 Zapoteco 0.4

Santiago Lachiguiri 3 ��1 Zapoteco 6�.1 Mixe 31.�

Santo Domingo Petapa 2 ��2 Zapoteco �3.0 Mixe 26.2

Unión Hidalgo � 420 Zapoteco ��.2 Huave 0.2

*Municipios con �0% y más de población indígena.

6�

En el caso de los solteros, el porcentaje de hombres es ligeramente mayor

que el de las mujeres, con 49.7% y 48.6%, respectivamente; mientras que para la

población casada o en unión libre la población femenina rebasa a la masculina

por sólo 4.2 puntos porcentuales, situación que se observa en menor medida para

viudas, solteras y casadas.

Si se analiza este grupo a partir de los tipos de municipios existentes en la re-

gión, es posible advertir que la distribución porcentual de la población de 12 a

49 años presenta contrastes. En el caso de los municipios con mayoría indígena o

presencia indígena, se observa que la mayor parte son casados, mientras que en

los municipios donde la población indígena es menor el porcentaje de solteros se

incrementa a 54.3% y 45.1%, respectivamente (veáse cuadro 33).

Gráfica 65. Porcentaje de la población de 5 años y más monolingüe por tipo de municipio según sexo, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 64. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

Cuadro 32. Municipios con mayor porcentaje de la población de 5 años y más indígena monolingüe por sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Istmo de Tehuantepec 12.5 10.6 14.2

Santa María Xadani* 34.� 2�.1 40.3

San Juan Guichicovi* 2�.� 23.0 34.0

San Blas Atempa* 26.� 23.� 30.1

San Mateo del Mar* 24.� 22.0 2�.�

Juchitán de Zaragoza* 12.6 11.3 13.�

Santa María Chimalapa** �.2 5.� 10.6

Santa María Guienagati** �.2 5.3 11.3

Asunción Ixtaltepec* 6.3 5.� 6.�

San Pedro Huilotepec* 3.� 3.3 4.1

Santiago Lachiguiri* 3.� 1.2 6.3

San Pedro Comitancillo* 3.5 2.3 4.6

Unión Hidalgo* 3.2 3.2 3.2

Matías Romero*** 2.� 1.� 3.�

Santo Domingo Petapa* 2.� 2.0 3.3

Santo Domingo Chihuitán*** 1.� 2.0 1.�

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. * �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

6�

Una de las tendencias demográficas actuales es encontrar cada vez más ho-

gares indígenas donde la jefatura de familia corresponde a la mujer. En los muni-

cipios de San Pedro Comitancillo, San Miguel Tenango y San Pedro Huamelula,

por ejemplo, tres de cada 10 hogares indígenas registraron tener jefatura femeni-

na (veáse gráfica 67).

Por lo que respecta a la fecundidad, es importante mencionar que el prome-

dio de hijos nacidos de la población de 12 a 49 años que reside en hogares indí-

genas resulta mayor en los municipios indígenas o de presencia indígena (veáse

gráfica 68). Ejemplo de ello son los municipios de Santa María Totolapilla, Santa María

Chimalapa, Santa María Guienagati y Santa María Ecatepec, con un promedio de

3 y 2.7 hijos nacidos vivos. No obstante, en los demás municipios se presentaron

promedios de fecundidad similares, ya que en su mayoría no rebasan el número

de tres hijos nacidos vivos, por lo que se podría deducir que existe una tendencia

en la disminución de la población indígena, la cual se relaciona con los comenta-

rios observados al estudiar su conformación por grupos de edad, como se señaló

en el apartado anterior (veáse gráfica 69).

Sin embargo, la aparente reducción del promedio de hijos nacidos vivos en

la población indígena femenina no se debe necesariamente a un apoyo de infor-

mación o a una campaña de salud reproductiva, ya que en su gran mayoría este

Cuadro 33. Distribución porcentual de la población de 12 a 4� años por estado conyugal por tipo de municipio y sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Soltero Casado o unido Viudo, separado o

divorciado

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

Istmo de Tehuantepec 73 014 79 453 49.7 41.7 48.6 52.8 1.7 5.5

Indígena 4� 05� 53 34� 4�.5 40.2 50.� 54.3 1.6 5.5

Presencia indígena � 22� � 664 53.5 44.3 44.� 50.4 1.� 5.3

Indígena dispersa 14 �2� 16 441 54.3 45.1 43.� 4�.3 1.� 5.6

Gráfica 66. Estado conyugal de la población de 12 a 4� años por tipo y sexo, 2000

Gráfica 6�. Municipios con mayor porcentaje de hogares indígenas con jefatura femenina, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

6�

sector no tiene acceso a los servicios de salud que proporciona el estado, y mu-

cho menos a los que oferta el sector privado.

Por ello resulta significativo que en municipios como Santiago Laollaga, Santa

María Jalapa del Marqués y San Miguel Tenango, la totalidad de la población in-

dígena no es derechohabiente de ningún servicio de salud. En varios municipios

adicionales el porcentaje es mayor de 90%, lo cual muestra que el sector salud

aún no logra atender a la población más vulnerable de la región.

Una de las consecuencias de la falta de atención médica a la población de ho-

gares indígenas es la alta tasa de mortalidad infantil en mucho de los municipios

que componen el Istmo de Tehuantepec. En Santa María Chimalapa, San Mateo

del Mar, Santa María Guienagati y San Juan Guichicovi, las altas tasas de mor-

talidad promueven que entre 40 y 43 niños de cada 100 no lograren sobrevivir

durante su primer año de vida. Esto puede deberse tanto a una falta de atención

médica como a la desnutrición que parte de la población infantil indígena padece

por la pobreza en que están sumida esas comunidades (veáse gráfica 70).

Educación

A pesar de constituir una de las regiones oaxaqueñas con menores niveles de mar-

ginación social, la población indígena del Istmo presenta características de vul-

nerabilidad en relación al desarrollo educativo de la población. Un ejemplo de

ello es el alto porcentaje de población analfabeta, situación que se agudiza en

Gráfica 6�. Municipios con mayor promedio de hijos nacidos vivos de la población femenina de 12 a 4� años en hogares indígenas, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 6�. Municipios con mayor porcentaje de población en hogares indígenas sin derecho a servicios de salud, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

�0

mayor medida entre la población femenina, donde un poco más de la tercera par-

te presenta esta problemática educativa (veáse gráfica 71).

De hecho, si se analiza el índice de sobreanalfabetismo femenino, es posible

observar que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor 1.8 veces en rela-

ción con los hombres. El comportamiento de la población indígena analfabeta

por tipo de municipio mantiene la constante del mayor volumen de mujeres que

no saben leer ni escribir en relación con los hombres, disminuyendo para ambos

casos el porcentaje conforme es menor la presencia de la población indígena

(veáse cuadro 34).

El índice de sobreanalfabetismo se presenta en mayor medida en los munici-

pios que tienen 70% y más de población indígena, ya que en éstos el porcenta-

je de mujeres y hombres analfabetas es de 36.2% y 20.2%, respectivamente. La

brecha entre los sexos, que en términos regionales es de 10 puntos porcentuales

en detrimento de la población femenina, se acentúa en algunos municipios don-

de la distancia llega a ser de 18 puntos porcentuales. San Juan Guichicovi, San

Blas Atempa y Santa María Xadani reflejan esta situación, ya que el porcentaje

de la población masculina analfabeta es en estos casos de 37.3%, 33.5% y 29%,

mientras que el de la población femenina representan 59.3%, 54% y 54.6%, res-

pectivamente (veáse cuadro 35).

Otro indicador que se relaciona con el analfabetismo y que permite mostrar

el grado en que la población indígena tiene acceso a la educación, es el que se

relacionada con la asistencia escolar de la población de seis a 15 años de edad.

a población indígena que está en edad de asistir a la primaria presenta mayores

porcentajes de asistencia escolar que aquellos que deberían cursar la educación

secundaria. En este caso, los mayores porcentajes de inasistencia escolar siguen

caracterizando a la población femenina (veáse gráfica 72).

La inasistencia escolar de la población infantil es en todos los casos más alta

en los municipios que tienen un porcentaje mayor a 40% de población indíge-

na. Las poblaciones más vulnerables son, sin embargo, las jóvenes adolescentes

de 13 a 15 años que residen en municipios indígenas, ya que 35 de cada 100 no

asisten a la escuela (veáse cuadro 36).

Gráfica �0. Municipios con mayores tasas de mortalidad infantil, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 34. Porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas por tipo de municipio según sexo e índice

de sobreanalfabetismo femenino, 2000

Tipo de municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Istmo de Tehuantepec 26.8 18.6 34.3 1.8

Indígena 2�.6 20.2 36.2 1.�

Presencia indígena 25.� 16.4 34.5 2.1

Indígena dispersa 22.1 14.� 2�.6 1.�

Nota: El índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

�1La situación se invierte en la población infantil que tiene de seis a 12 años.

De hecho, en los tres municipios indígenas que se distinguen por tener mayores

proporciones de inasistencia escolar, San Blas Atempa, Santa María Guienagati y

Santa María Xadani, el porcentaje de niños que no asisten a la escuela es menor

al de las niñas. Los únicos municipios donde se observa un comportamiento in-

verso son San Pedro Tapanatepec, Santo Domingo Ingenio, Santo Domingo Za-

natepec y San Francisco del Mar.

En lo que respecta a la población de 13 a 15 años que no asiste a la escuela,

los mayores porcentajes se localizan en los municipios de Guevea de Humboldt,

San Blas Atempa y Reforma de Pineda. En estos municipios la diferencia por sexo

es evidente: mientras un promedio de 40% de los adolescentes varones no van

a la escuela, un promedio de 55% de las mujeres presenta inasistencia escolar

(veáse cuadro 37).

Ambos indicadores, analfabetismo e inasistencia escolar, explican en cierta

medida la razón de que el nivel de instrucción de la población de 15 a 59 años

que habita en hogares indígenas sea tan deficiente. En el caso de la población

masculina, 16.3% no ha tenido acceso a ningún grado de instrucción formal, si-

tuación que para el caso de las mujeres es mayor por más de 11 puntos porcen-

tuales. En ambos casos, sin embargo, la población que no concluyó la educación

elemental resulta similar, si bien es mayor el porcentaje de hombres que de muje-

res que concluyeron el sexto grado de este nivel educativo (veáse cuadro 39).

En contraste, un porcentaje menor de población no logró concluir la edu-

cación secundaria. En aquellos municipios donde la población es mayoritaria-

Cuadro 35. Municipios con mayor porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas según sexo e índice de

sobreanalfabetismo femenino, 2000

Municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Istmo de Tehuantepec 26.8 18.6 34.3 1.8

San Juan Guichicovi* 4�.4 3�.3 5�.3 1.6

San Blas Atempa* 43.� 33.5 54.0 1.6

Santa María Xadani* 42.4 2�.0 54.6 1.�

Santa María Totolapilla* 40.0 22.1 56.1 2.5

Santa María Chimalapa** 3�.5 25.� 53.� 2.1

San Miguel Chimalapa** 36.5 25.1 4�.1 1.�

San Miguel Tenango*** 36.0 23.1 50.0 2.2

San Dionisio del Mar 32.� 24.6 41.5 1.�

San Pedro Huamelula*** 32.1 20.4 43.6 2.1

Magdalena Tlacotepec** 31.2 1�.0 43.5 2.6

San Mateo del Mar 31.1 20.0 42.5 2.1

Santo Domingo Ingenio*** 30.� 21.� 40.1 1.�

San Pedro Tapanatepec*** 2�.4 24.0 35.0 1.5

Santo Domingo Chihuitán*** 2�.4 20.� 3�.1 1.�

Santo Domingo Petapa* 2�.4 1�.3 41.6 2.4

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. El índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Gráfica �1. Porcentaje de población de 15 años y más en hogares indígenas por condición de alfabetismo según sexo, 2000

�2mente indígena, 77 de cada 100 mujeres no cuentan con educación secundaria

completa. Si bien esta proporción aumenta a 78 mujeres en los municipios con

presencia indígena, disminuye ligeramente en los que tienen población indígena

dispersa. En el caso de los hombres, esta proporción es ligeramente menor en los

tres casos, no obstante que más de la mitad de esta población no haya concluido

la educación básica (veáse gráfica 73).

Ingresos y empleo

La situación del empleo entre la población indígena del Istmo de Tehuantepec

muestra un mayor número de población inactiva, si se considera que de las 202 232

personas que cuentan con 12 años y más, poco más de la mitad no forma parte de

la población económicamente activa, correspondiendo 70.1% de esta población

al sector femenino (veáse gráfica 74).

La población que está inserta en el mercado laboral se encuentra ocupada

en su mayoría, pero la distribución entre mujeres y hombres no es homogénea,

ya que la población indígena ocupada está conformada por una gran mayoría de

varones, que representan 68.6% de esa población (veáse cuadro 40).

En efecto, la distribución la población ocupada por sector económico difiere

según el sexo. En el caso de los hombres, 48 de cada 100 laboran en el sector pri-

mario, mientras que para las mujeres esta proporción disminuye a ocho de cada

100 mujeres ocupadas. La mayor proporción de población femenina se ocupa en

el sector terciario, ya que 60 de cada 100 mujeres labora en esta rama productiva

(veáse gráfica 75).

A pesar de que gran parte de la población económicamente activa que vive

en hogares indígenas se encuentra ocupada, los indicadores muestran que

29.7% de los hombres y 20.2% de las mujeres no perciben un ingreso constan-

te y remunerado. Resulta elevada también la proporción de población que gana

Gráfica �2. Distribución porcentual de la población de 6 a 15 años por condición de asistencia escolar según grupos de edad y sexo, 2000

Cuadro 36. Municipios con mayor porcentaje de población de 6 a 12 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Istmo de Tehuantepec 8.1 7.6 8.6

San Blas Atempa* 1�.6 16.1 1�.2

Santa María Guienagati** 15.1 13.6 16.5

Santa María Xadani* 13.3 13.1 13.5

Guevea de Humboldt* 12.6 11.5 13.�

San Pedro Tapanatepec*** 12.6 14.1 10.�

Santa María Chimalapa** 12.2 12.1 12.3

Santiago Lachiguiri* 11.� 11.0 12.�

Santo Domingo Petapa* 10.2 �.3 11.2

San Mateo del Mar* 10.1 10.0 10.2

San Francisco del Mar** �.� �.� �.�

Santo Domingo Chihuitán*** �.4 3.4 16.�

Santo Domingo Zanatepec*** �.4 �.6 �.3

San Juan Guichicovi* �.3 �.� 10.�

Santo Domingo Ingenio*** �.0 10.3 �.�

Santa María Petapa** �.0 6.6 �.5

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. * �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

�3

menos de un salario mínimo, sobre todo en las mujeres, pues más de un tercio

tiene este nivel de ingresos, mientras que en los hombres se reduce a 16.6%

(veáse gráfica 76).

Existe una relación entre los ingresos y la densidad de población indígena por

tipo de municipio. El mayor porcentaje de población que no recibe ingresos se

localiza en aquellos municipios donde la población indígena es mayoritaria y

se reduce significativamente en los municipios con población indígena dispersas.

En estos últimos, en efecto, los porcentajes de hombres y mujeres que reciben dos

o más salarios mínimos es significativamente mayor, con 27.8% y 27.3%, respec-

tivamente (veáse cuadro 42).

La desigualdad en el acceso a un salario digno se hace más evidente en los

municipios que tienen mayor porcentaje de población de 12 años y más ocupada

que no recibe ingresos, los cuales en su mayoría tienen 70% o más de población

indígena. Ejemplo de ello son los municipios indígenas de Santiago Ixcuintepec

(93.7%), Guevea de Humboldt (87.5%) y el municipio con presencia indígena de

Santa María Chimalapa (86%) (veáse cuadro 43 ).

Cuadro 3�. Municipios con mayor porcentaje de población de 13 a 15 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Istmo de Tehuantepec 25.8 20 31.7

Guevea de Humboldt* 4�.6 3�.� 5�.�

San Blas Atempa* 44.6 33.� 5�.2

Reforma de Pineda*** 36.4 45.5 2�.3

Chahuites*** 2�.� 30.� 2�.6

San Dionisio del Mar* 2�.5 22.� 32.3

Juchitán de Zaragoza* 26.� 1�.� 33.2

Matías Romero*** 24.2 1�.� 2�.3

Barrio de la Soledad, El*** 1�.� 15.4 25.4

Salina Cruz*** 13.5 11.3 15.6

Magdalena Tlacotepec** 12.� 5.3 20.0

Santiago Niltepec*** 12.5 �.3 16.�

Ciudad Ixtepec** 12.4 �.3 15.5

Asunción Ixtaltepec* 12.2 10.6 13.�

Magdalena Tequisistlán*** 11.� 11.4 12.1

Espinal, El* �.2 �.2 10.2

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. * �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 3�. Distribución porcentual de la población de 15 a 5� años en hogares indígenas por nivel de instrucción según sexo, 2000

Nivel de instrucción Total Hombres Mujeres

Sin instrucción 22.2 16.3 2�.5

Primaria incompleta 25.3 24.� 25.5

Primaria completa 20.5 21.� 1�.4

Secundaria incompleta 4.� 6.0 3.�

Secundaria completa 16.5 1�.� 14.3

Postsecundaria �.� 11.3 �.�

No especificado 0.� 0.� 0.�

Gráfica �3. Porcentaje de población de 15 a 5� años en hogares indígenas en rezago educativo por tipo de municipio según sexo, 2000

Nota: Se refiere a la población que no logró concluir la educación básica.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

�4

Marginación social

De las distintas regiones de Oaxaca, el Istmo de Tehuantepec presenta el menor

porcentaje de municipios con muy alta marginación, ya que sólo cuatro están

considerados dentro de esta categoría. La mayor concentración se da, en cambio,

en los municipios de alta marginalidad, que constituyen el 46%. La región cuenta

además con dos municipios de muy baja marginación, El Espinal y Salina Cruz,

prácticamente inexistentes en otras regiones indígenas del estado.

San Juan Guichicovi, San Mateo del Mar, Santa María Chimalapa y Santa Ma-

ría Guienagati son sin duda los municipios más afectadas en este rubro, en virtud

de los bajos niveles de desarrollo que presenta su población, mayoritariamente

indígena en estos casos. Aparte de estas entidades, sin embargo, se encuentra un

total de 19 municipios que si bien no ingresan en la categoría de marginación

Gráfica �4. Porcentaje de población de 12 años y más en hogares indígenas según condición de actividad, 2000

Cuadro 40. Población de 12 años y más económicamente activa en hogares indígenas por tipo según sexo, 2000

Tipo Total Hombres Mujeres

Población activa �4 4�� 6�.� 31.1

Ocupada �3 224 6�.6 31.4

Desocupada 1 2�4 ��.6 12.4

Gráfica �5. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por sector según sexo, 2000

Nota: No incluye 15% de hombres y 2.3% de mujeres que no especificaron el sector económico en que partici-paban.

Gráfica �6. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por ingreso según sexo, 2000

�5

extrema, son considerados de alta marginación social, la mayoría de los cuales

son eminentemente indígenas.

Los niveles de marginación en este conjunto de municipios varían de acuer-

do con los indicadores de bienestar, por lo que resulta necesario examinar los

índices de salud, educación e ingresos para ubicar aquellos municipios indígenas

donde el grado de vulnerabilidad es tal que la población presenta altos niveles

de marginación.

En el nivel educativo, en el que se consideran los factores de analfabetismo

e inasistencia escolar, destacan los municipios de Santa María Xadani, San Juan

Guichicovi, San Blas Atempa y San Mateo del Mar. Mientras el grado de analfa-

betismo en estos municipios oscila entre 31.1% y 42.4% de la población de 15

años y más, la inasistencia escolar se encuentre entre 14.6 y 26.7%, con rezagos

educativos de 86.7% a 90.6% (veáse cuadro 43 ).

En lo que se refiere a salud y específicamente a la población que no es dere-

chohabiente a ningún servicio sanitario, sobresalen 10 municipios con población

indígena o predominantemente indígena, los cuales tienen grados de margina-

ción altos y muy altos. Entre ellos destacan San Miguel Tenango, Santa María

Jalapa del Marqués, Santiago Laollaga y Santa María Chimalapa, ya que práctica-

mente el total de la población indígena de estos municipios no cuentan con nin-

gún servicio de salud, además de que entre 24 y 43 de cada 100 niños que nacie-

ron vivos han fallecido en su primer año de vida (veánse cuadros 44 y 45) .

En lo que respecta a percepciones económicas, es necesario reconocer que

la población sin ingresos remunerados, o bien con ingresos menores a un salario

Cuadro 41. Distribución porcentual de la población de 12 años y más ocupada en hogares indígenas por tipo de municipio y sexo según

ingreso, 2000

Tipo de municipio y sexo Sin ingresos Menos de 1

salario mínimo

De 1 a 2 salarios mínimos

Más de 2 salarios mínimos

Población total 26.7 23.7 27.5 22.1

Indígena* 2�.6 22.� 2�.3 21.3

Presencia indígena** 2�.1 2�.2 26.1 1�.6

Indígena dispersa*** 1�.� 24.5 2�.2 2�.6

Hombres 29.7 16.6 31.2 22.5

Indígena* 31.3 15.4 31.3 22.0

Presencia indígena** 33.6 20.� 2�.5 1�.2

Indígena dispersa*** 21.5 1�.2 32.5 2�.�

Mujeres 20.2 39.1 19.6 21.1

Indígena* 23.0 3�.0 1�.2 1�.�

Presencia indígena** 16.0 46.0 1�.1 1�.�

Indígena dispersa*** 11.� 3�.5 21.3 2�.3

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 42. Municipios con mayor porcentaje de la población de 12 años y más ocupada en hogares indígenas que no percibe ingresos o recibe

menos de un salario mínimo según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Istmo de Tehuantepec 50.4 46.3 59.3

Santiago Lachiguiri* ��.4 �5.1 �5.6

Guevea de Humboldt* ��.5 �3.0 �4.�

Santa María Chimalapa** �6.0 �6.1 �5.0

San Juan Guichicovi* �1.� �2.3 �0.6

Santa María Guienagati** �1.� ��.2 �2.2

San Dionisio del Mar* �0.� �0.1 �3.�

Santa María Ecatepec** �0.� ��.5 �6.3

San Miguel Chimalapa** ��.4 �6.3 �6.5

Santiago Astata*** 6�.3 6�.4 63.�

San Pedro Huamelula*** 65.6 6�.0 60.3

Santo Domingo Petapa* 65.2 65.1 65.�

Magdalena Tequisistlán*** 63.� 60.0 �3.�

Santa María Totolapilla* 62.5 52.� �0.1

Santiago Laollaga*** 60.� 60.� 60.0

San Blas Atempa* 60.2 54.� 6�.4

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

�6

mínimo, se ubica tanto en los municipios indígenas como en los de población

indígena dispersa, lo que habla de una crisis general en el ámbito rural. Esta si-

tuación se agrava sobre todo en Santiago Lachiguiri, Guevea de Humboldt, Santa

María Chimalapa, San Juan Guichicovi y Santa María Guienagati, que se caracte-

rizan por ser municipios indígenas o con presencia indígena donde más de 80%

de la población carece de ingreso alguno o tiene una percepción económica me-

nor a un salario mínimo (veáse cuadro 46).

En cuanto a las condiciones de la vivienda, sigue siendo alto el porcentaje

de hogares que no cuentan con servicios de drenaje o con sanitario exclusivo.

En este rubro destacan, por sus niveles de hacinamiento, los municipios huaves de

San Mateo y San Dionisio del Mar, así como Santa María Guienagati. Se trata

de municipios en los que la ausencia de electricidad y los pisos de tierra son aún

factores constantes en la mayoría de las viviendas, con índices muy superiores a

la media regional y estatal.

Cuadro 43. Municipios con población indígena marginada en el acceso a la educación, 2000

Municipio Monolingüismo Analfabetismo Inasistencia Rezago educativo

Santa María Xadani** 34.� 42.4 22.6 ��.1

San Juan Guichicovi* 2�.� 4�.4 13.2 ��.�

San Blas Atempa** 26.� 43.� 26.0 �5.�

San Mateo del Mar* 24.� 31.1 14.6 �6.�

Juchitán de Zaragoza*** 12.6 22.0 13.2 6�.0

Santa María Guienagati* �.2 2�.6 26.� �1.�

Santa María Chimalapa* �.2 3�.5 1�.6 �3.6

Asunción Ixtaltepec*** 6.3 24.4 5.� 65.0

Santiago Lachiguiri** 3.� 20.0 21.4 �0.6

San Pedro Huilotepec** 3.� 23.3 �.� ��.0

Todos los municipios son indígenas, con excepción de Santa María Chimalapa y Santa María Guienagati.Nota: Los municipios se seleccionaron a partir del porcentaje de monolingüismo.* Marginación muy alta.** Marginación alta.*** Marginación media.

Cuadro 45. Municipios con población indígena marginada económicamente, 2000

Municipio Total Marginación (CONapO)

Santiago Lachiguiri* ��.4 Alto

Guevea de Humboldt* ��.5 Alto

Santa María Chimalapa** �6.0 Muy alto

San Juan Guichicovi* �1.� Muy alto

Santa María Guienagati** �1.� Muy alto

San Dionisio del Mar* �0.� Alto

Santa María Ecatepec** �0.� Alto

San Miguel Chimalapa** ��.4 Alto

Santiago Astata*** 6�.3 Alto

San Pedro Huamelula*** 65.6 Alto

Nota: Se refiere a la población que no recibe ingresos o recibe menos de un salario mínimo.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 44. Municipios con población indígena marginada en salud, 2000

Municipio Sin derechohabiencia

Tasa de mortalidad

infantil

Marginación (CONapO)

Barrio de la Soledad, El*** ��.� 22.� Bajo

San Francisco Ixhuatán*** ��.6 2�.0 Alto

San Miguel Tenango*** 100.0 2�.� Alto

San Pedro Tapanatepec*** ��.1 2�.0 Alto

Santa María Chimalapa** ��.2 43.1 Muy alto

Santa María Ecatepec** ��.1 2�.6 Alto

Santa María Guienagati** ��.1 40.5 Muy alto

Santa María Jalapa del Marqués*** 100.0 24.� Medio

Santiago Lachiguiri* ��.5 33.� Alto

Santiago Laollaga*** 100.0 24.5 Medio

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

��

Configuración étnica

Al estar en una región esencialmente interétnica, los municipios del Istmo de

Tehuantepec son espacios donde convergen diversas lenguas e identidades étni-

cas. Con mayor o menor intensidad, los 42 municipios de la región incorporan

un grupo étnico mayoritario y otro de menores dimensiones, pero en todos los

casos se advierte la presencia de dos o más lenguas indígenas divergentes que

varían según el tamaño de la población, los flujos migratorios y las condiciones

socioeconómicas existentes.

Estos últimos factores, en efecto, han promovido que la configuración étnica

de los municipios se diversificara con mayor intensidad en las últimas décadas,

ya que se advierte la presencia cada vez mayor de indígenas provenientes de

otras regiones y otras entidades federativas. Así, a los grupos originarios se han

agregado contingentes mayores de mazatecos, chinantecos, mixtecos y tzotziles,

que desde el interior del estado o desde Chiapas se han asentado en los munici-

pios periféricos de la región. Los grupos originarios, sin embargo, siguen siendo

mayoritarios en la región, si bien el zapoteco ocupa un lugar predominante con

respecto a la población hablante de mixe, huave, zoque y chontal. Los hablantes

de zapoteco representan 68.5% del total de hablantes de lenguas indígenas, se-

guidos en orden numérico por los hablantes de mixe, que constituyen 14.5% de

esta misma población (veáse gráfica 77).

Herederos de un territorio fértil y geográficamente estratégico para el desarro-

llo del país, los zapotecos o binni’za constituyen, en efecto, el grupo lingüístico

mayoritario del Istmo de Tehuantepec. En mayor o menor medida, su presencia

es constante en 36 de los 42 municipios que conforman la región, y en 29 cons-

tituyen la población indígena más abundante. La población zapoteca se estima

en 114 633 habitantes, lo que representa 68.5% del total de hablantes indíge-

nas en la región. Aunque la población zapoteca se extiende a lo largo del Istmo

de Tehuantepec y se asienta actualmente en algunos municipios veracruzanos,

sólo en seis municipios del Istmo oaxaqueño reside aproximadamente 70% de la

población zapoteca, destacando entre ellos Juchitán de Zaragoza (42%), San Blas

Atempa (11.1%) y Unión Hidalgo (6.4%) (veánse cuadro 47 y gráfica 78).

Cuadro 46. Municipios con población indígena marginada en relación a las características de la vivienda, 2000

MunicipioSin drenaje o sanitario exclusivo

Sin electricidad

Con piso de tierra

Con hacinamiento

Marginación (CONapO)

San Mateo del Mar* �4.2 2�.4 �5.6 ��.2 Muy alto

Santa María Chimalapa** 32.3 1�.0 �1.0 �5.0 Muy alto

San Pedro Huilotepec* 35.1 12.2 55.2 �4.5 Alto

Santa María Xadani* 13.� 5.3 �.1 �2.� Alto

Santa María Guienagati** 45.5 45.5 46.� �2.� Muy alto

San Miguel Chimalapa** 3�.6 1�.� 41.6 �1.� Alto

San Blas Atempa* 32.3 11.2 60.� �1.5 Alto

Santa María Jalapa del Marqués*** 3�.� 15.1 4�.3 �0.� Medio

San Juan Guichicovi* 2�.1 1�.4 36.� �0.3 Muy alto

San Dionisio del Mar* 44.0 �.5 21.6 ��.6 Alto

Nota: La selección se realizó a partir del porcentaje de hacinamiento.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica ��. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena por tipo de lengua, 2000

��

En la tendencia actual de los zapotecos istmeños se observa un crecimien-

to poblacional en aumento, ya que es precisamente en las nuevas generaciones

donde se observan los mayores porcentajes de hombres y de mujeres que con-

forman esta comunidad. De cada 100 hombres y mujeres zapotecas más de 20

personas se ubican entre los cinco y los 19 años.

La predominancia de la lengua zapoteca, empleada como medio privilegiado

de comunicación, permite que en la región subsistan aún 12 270 monolingües

de esa lengua, lo que representa más de 12% de su población. En algunos mu-

nicipios, como Santa María Xadani y San Blas Atempa, este porcentaje se eleva

a 35% y 27% de la población municipal, respectivamente. En términos absolu-

tos, sin embargo, el mayor número de monolingües se concentra en la ciudad

de Juchitán, donde más de 80% de la población se desenvuelve en tal lengua

indígena.

Los mixes constituyen el segundo grupo en importancia numérica, ya que re-

presentan 14.5% de los hablantes de lengua indígena en la región. Tradicional-

mente, la porción de mixes o ayuuk que habitan en el Istmo de Tehuantepec se

localiza al noroeste de la región, en la zona que se conocen con el nombre de

“mixe baja”, para distinguirla de las zonas media y alta en las que se distribuye

el mismo grupo etnolingüístico. En el Istmo oaxaqueño, la subregión comprende

sólo dos municipios donde el mixe es la lengua predominante y donde habitan

actualmente 22 906 hablantes de esta lengua vernácula. Sin embargo, a ellos se

suman 4 571 hablantes de mixe que se distribuyen en 12 municipios adicionales,

si bien San Juan Guichicovi y Matías Romero concentran 81% de la población

mixe del Istmo de Tehuantepec (veáse cuadro 48).

A diferencia de la población zapoteca, los mixes muestran una leve tendencia

decreciente en el grupo de cinco a nueve años de edad, tanto en hombres como

en mujeres. En la misma medida, la población mayor de 15 años se caracteriza

por un descenso paulatino, hasta llegar a 4.2% y 3.7% en los hombres y las mu-

jeres de 60 a 64 años de edad, mientras que en la población de 65 años y más se

observa un aumento de 8.2% y 7.6%, respectivamente (veáse gráfica 79).

Cuadro 4�. Distribución porcentual de la población de 5 años y más zapoteca por municipio, 2000

Municipio Población zapoteca Distribución porcentual

Total 114 633 100.0

Juchitán de Zaragoza* 4� ��2 42.0

San Blas Atempa* 12 �1� 11.1

Unión Hidalgo* � 3�� 6.4

Asunción Ixtaltepec* 6 0�0 5.3

Ciudad Ixtepec** 5 054 4.4

Santa María Xadani* 4 �44 4.1

Santo Domingo Tehuantepec*** 4 162 3.6

Espinal, El* 3 220 2.�

Salina Cruz*** 2 �11 2.5

Guevea de Humboldt* 2 5�� 2.3

Santa María Petapa** 2 5�1 2.2

Santiago Lachiguiri* 2 56� 2.2

Santo Domingo Petapa* 2 042 1.�

San Pedro Comitancillo* 1 �23 1.6

San Pedro Huilotepec* 1 433 1.3

Matías Romero*** 1 2�4 1.1

San Francisco Ixhuatán*** 1 0�5 1.0

Otros municipios 4 �3� 4.3 Gráfica ��. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

��

Aun cuando San Juan Guichicovi es el municipios con mayores índices de

monolingüismo, ya que 29% de su población indígena desconoce el castellano,

los mixes distribuidos en la región muestran a su vez un fenómeno semejante que

se acentúa entre la población femenina. En los municipios mixes de la región

existen 2 268 hombres y 3 903 mujeres indígenas que no saben hablar español,

lo que los excluye lingüísticamente del contacto con otras comunidades que no

hablan su lengua. El porcentaje de esta población respecto al total es de 26.3%

para las mujeres y 17.3% para los hombres, lo que implica una brecha porcentual

de nueve puntos en detrimento de la población femenina.

Después de los zapotecos y los mixes, los huaves ocupan el tercer lugar en

la demografía indígena regional, con 6.8% de los hablantes de lengua indígena.

Representantes de una cultura lagunar, los huaves ocupan hoy un territorio que

se extiende entre el océano Pacífico y las lagunas inferior y superior del Golfo de

Tehuantepec, en la costa meridional del estado de Oaxaca. Conocidos también

como mare�os, los huaves se denominan a sí mismos con el nombre de mero

ikoods, cuya traducción literal es la de “verdaderos nosotros”. Aunque su territo-

rio original comprendía fronteras más amplias, la región huave ha quedado en la

actualidad congregada principalmente en tres municipios vecinos y una agencia

municipal, Santa María del Mar, perteneciente a Juchitán. En San Francisco, San

Dionisio y San Mateo del Mar, principales municipios huaves, la población de

cinco años y más asciende a 13 366 habitantes de lengua indígena, que represen-

tan 94.7% de la población huave. El municipio de San Mateo del Mar concentra

a 68.1% de los hablantes de esta lengua indígena (veáse cuadro 49).

En las últimas décadas, sin embargo, su presencia se ha diversificado en cin-

co municipios adicionales del Istmo oaxaqueño: Salina Cruz, Juchitán, Tehuan-

tepec, San Francisco Ixhuatán y Unión Hidalgo, donde 1 639 hablantes de esta

lengua indígena residen de manera permanente.

Considerada en su conjunto, la población huave es mayoritariamente bilin-

güe, ya que el número de personas que emplean ambas lenguas para comuni-

carse representa 81.2% del total de hablantes. Sin embargo, el municipio que

Cuadro 4�. Distribución porcentual de la población de 5 años y más mixe por municipio, 2000

Municipio Población mixe Distribución porcentual

Total 28 243 100.0

San Juan Guichicovi* 1� 55� 6�.1

Matías Romero*** 3 351 11.�

Santiago Lachiguiri* 1 20� 4.3

Santo Domingo Tehuantepec*** �22 3.3

Santa María Petapa** �31 2.�

Santo Domingo Petapa* �31 2.6

Santa María Guienagati** 2�1 1.0

Ciudad Ixtepec** 244 0.�

Salina Cruz*** 244 0.�

Guevea de Humboldt* 1�� 0.�

Juchitán de Zaragoza* 16� 0.6

Magdalena Tequisistlán*** 12� 0.5

Otros municipios 36� 1.3

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena. Gráfica ��. Población de 5 años y más mixe y monolingüe por sexo,

2000

�0

concentra la mayoría de huaves, San Mateo del Mar, presenta porcentajes de

monolingüismo de 25% de su población mayor a cinco años, superior a la media

estatal y regional. Este porcentaje es mayor entre las mujeres que entre la pobla-

ción masculina, ya que casi tres de cada 10 mujeres no dominan el castellano

(veáse gráfica 80).

En la frontera entre el estado de Oaxaca y Chiapas, al norte de las lagunas

huaves, se encuentra la región de los Chimalapas, un inmenso territorio de 591

mil hectáreas que es compartido por dos municipios originariamente zoques:

Santa María y San Miguel Chimalapa. En éstos se concentra más de 65% de la

población zoque, al sumar ambos un volumen de población de 3 432 hablantes

de esta lengua indígena (veáse cuadro 50).

Los zoques del Istmo de Tehuantepec, que se autodenominan anp�n (“los

que hablan la lengua”), constituyen uno de los grupos minoritarios de la región,

ya que su población total asciende a 5 235 indígenas que habitan en el Istmo de

Tehuantepec.

En las últimas décadas, la proporción de zoques en sus municipios de origen

ha decrecido paulatinamente, ya que un número creciente de “avecindados”,

conocidos entre los zoques como y�ki, se han asentado en las agencias y las ca-

beceras de ambos municipios. Las primeras oleadas de avecindados que llega-

ron a las cabeceras Chimalapas tuvieron lugar a finales del siglo xix y principios

del xx, principalmente durante la Revolución (Ana Paula de Teresa, 2000: p. 59;

González Martínez, 1986).

El crecimiento de la población zoque es desigual al que se presenta común-

mente en las pirámides poblacionales, ya que los menores porcentajes se ubican

en la población de cinco a nueve años, mientras los mayores porcentajes se ubi-

can en la población de 65 años y más, con 9.9% para los hombres y 11.8% para

las mujeres.

Además de la inestabilidad presentada en la estructura de la población zoque

por grupos de edad, el zoque es uno de los grupos indígenas del Istmo de Te-

Cuadro 4�. Distribución porcentual de la población de 5 años y más huave por municipio, 2000

Municipio Población huave Distribución porcentual

Total 13 366 100.0

San Mateo del Mar* � 105 6�.1

San Dionisio del Mar* 2 55� 1�.1

San Francisco del Mar** 6�2 5.1

Salina Cruz*** 32� 2.4

Juchitán de Zaragoza* 2�0 2.0

Santo Domingo Tehuantepec*** 103 0.�

San Pedro Tapanatepec*** �6 0.6

San Pedro Huilotepec* 55 0.4

San Francisco Ixhuatán*** 50 0.4

San Blas Atempa* 2� 0.2

Ciudad Ixtepec** 22 0.2

Unión Hidalgo* 15 0.1

Guevea de Humboldt* 10 0.1

Otros municipios 64 0.5

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica �0. Población de 5 años y más huave bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

�1

huantepec que se han visto más afectados por la pérdida de su lengua vernácula.

Actualmente se calcula que en Santa María y San Miguel Chimalapa existen aún

3 432 hablantes de zoque, lo cual indica que sólo 32% de este grupo etnolingüís-

tico conserva el uso de esa lengua. En consecuencia, el número de monolingües

es prácticamente inexistente, ya que sólo siete hombres y 12 mujeres pertene-

cientes a este grupo hablan sólo su lengua nativa (veáse gráfica 81).

Junto con los zoques, los chontales conforman una minoría étnica dentro de

la región. Aunque forman parte del mismo grupo etnolingüístico, los chontales

del Istmo oaxaqueño, o laja pima, ocupan dos zonas diferenciadas que, por su

situación geográfica, se conocen con el nombre de “chontalpa alta” y “chontal-

pa baja”. La primera comprende ocho municipios serranos (Asunción Tlacoluli-

ta, Magdalena Tequistlán, Nejapa de Madero, San Bartola Yautepec, San Carlos

Yautepec, San Miguel Tenango, Santa María Ecatepec y Santa María Quiegolani),

mientras que la segunda se limita a los municipios costeros de Santiago Astata y

San Pedro Huamelula.

En la región se contabiliza a 2 701 hablantes de chontal, que representan

2.6% de los indígenas del Istmo. Están concentrados en su mayoría en cuatro

municipios: San Pedro Huamelula, Salina Cruz, Santa María Ecatepec y Santiago

Astata, y representan 90% del total (veáse cuadro 51).

Al igual que los zoques, los chontales de Oaxaca han sufrido una paulatina

pérdida de la lengua vernácula. Actualmente sólo dos hombres y seis mujeres no

saben hablar español, por lo que el monolingüismo es casi inexistente.

En lo que se refiere a la composición de la población chontal por grupos de

edad, es posible observar que la mayor parte de la población se concentra en los

grupos de edad adulta, tanto para los hombres como para las mujeres. Esto indica

que, debido a un fuerte proceso migratorio, 70% de la población cuenta con más

de 50 años, mientras que los hombres jóvenes que se ubican entre 20 y 24 años

edad son prácticamente inexistentes en sus comunidades de origen. En efecto,

la proporción en la población infantil, adolescente y joven es significativamente

menor a la de la población adulta que cuenta con más de 50 años de edad. De

Cuadro 50. Distribución porcentual de la población de 5 años y más zoque por municipio, 2000

Municipio Población zoque Distribución porcentual

Total 5 232 100.0

Santa María Chimalapa** 1 �65 33.�

San Miguel Chimalapa** 1 6�6 32.0

Asunción Ixtaltepec* �35 16.0

Juchitán de Zaragoza* 2�� 5.3

Santa María Petapa** 13� 2.�

Matías Romero*** 114 2.2

Santo Domingo Zanatepec*** �6 1.5

Barrio de la Soledad, El*** 5� 1.1

Santo Domingo Ingenio*** 54 1.0

San Juan Guichicovi* 4� 0.�

Ciudad Ixtepec** 45 0.�

Chahuites*** 44 0.�

Espinal, El* 2� 0.5

Otros municipios �3 1.4

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena. Gráfica �1. Población de 5 años y más zoque bilingüe y monolingüe

por sexo, 2000

�2

hecho, de cada 100 hombres y mujeres sólo hay dos niños y una niña entre cinco

a nueve años de edad (veáse gráfica 82).

Migración

La migración indígena en el Istmo de Tehuantepec es un fenómeno relativamente

reciente que se ha visto favorecido por el desarrollo de las ciudades intermedias,

situadas a lo largo del corredor transístmico, desde Salina Cruz hasta el puerto

veracruzano de Coatzacoalcos. Este desarrollo ha permitido que cerca de 70%

de la población regional se concentre en zonas urbanas, cuyo crecimiento de-

mográfico supera en algunos casos a la media estatal. Hasta la década de los no-

venta, el puerto industrial de Salina Cruz se había convertido en la ciudad con

mayor índice de crecimiento en la historia reciente del estado de Oaxaca.

En el otro extremo del corredor transístmico y dentro de los límites estatales

de Veracruz, el puerto de Coatzacoalcos ha sufrido un proceso semejante. Dise-

ñada para dar servicio a 70 mil habitantes, su planta urbana alberga actualmente

a cerca de 270 mil, muchos de los cuales provienen de diferentes entidades del

país. Frente a este panorama, la migración istmeña presenta diversas modalida-

des. Por un lado, se advierte un flujo migratorio interno que va de las zonas ru-

rales hacia las ciudades intermedias de la región; por otro, se han incrementado

las rutas migratorias hacia los centros de atracción de otras entidades del país, así

como a los campos agrícolas y las ciudades de Estados Unidos.

Entre 1990 y 2000, sin embargo, el área de expulsión descendió de 34 a 19

municipios, mientras el área de atracción bajó de cinco a un solo municipio, se-

gún los datos de los censos de población. Para el año 2000, 22 de los 42 muni-

cipios se mantienen en equilibrio, 10 de los cuales están integrados por más de

70% de población indígena. De los 19 municipios expulsores, ocho son eminen-

temente indígenas, mientras el único municipio de atracción alberga a 56% de

población indígena.

A pesar de que los censos de población consideran a las ciudades istmeñas

como centros de expulsión o de equilibrio migratorio, los centros urbanos del Ist-

mo de Tehuantepec siguen siendo zonas de atracción para la población indígena

Cuadro 51. Distribución porcentual de la población de 5 años y más chontal por municipio, 2000

Municipio Población chontal Distribución porcentual

Total 2 701 100.0

San Pedro Huamelula*** �51 2�.�

Salina Cruz*** 60� 22.5

Santa María Ecatepec** 564 20.�

Santiago Astata*** 2�5 10.�

Santo Domingo Tehuantepec*** 20� �.�

Magdalena Tequisistlán*** �1 3.0

Santa María Jalapa del Marqués*** 46 1.�

Juchitán de Zaragoza* 43 1.6

Ciudad Ixtepec** 40 1.5

San Miguel Tenango*** 13 0.5

Barrio de la Soledad, El*** 12 0.4

Guevea de Humboldt* 11 0.4

Otros municipios 31 1.1

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica �2. Población de 5 años y más chontal bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

�3

regional, que ha encontrado en ellos nuevas fuentes de empleo en los sectores

secundario y terciario. De ahí que las principales ciudades del Istmo oaxaqueño

sean hoy en día centros de confluencia donde habitan diversos grupos etnolin-

güísticos, aunque en la mayoría de los casos su población es predominante-

mente zapoteca o mestiza. En las cinco ciudades de mayores dimensiones la po-

blación zapoteca asciende a 122 235 hablantes de esta lengua indígena, siendo la

ciudad de Juchitán la que mayor número de zapotecos alberga (veáse gráfica 83).

Sin embargo, la migración interna ha permitido que otros grupos indígenas

ocupen hoy un lugar considerable en los centros urbanos de Juchitán, Tehuan-

tepec, Ixtepec, Matías Romero y Salina Cruz. En estos centros, además de la pre-

sencia de los grupos indígenas originarios del Istmo, se advierte la afluencia cre-

ciente de mixtecos, nahuas, chinantecos, mazatecos y chatinos.

De los 264 306 indígenas que residen en el Istmo, 7 270 son migrantes ab-

solutos y 3 447 recientes,1 lo que representa 4% de la población total. Al anali-

zarse la distribución migrante por sexo es posible observar que en ambos casos

la proporción de población masculina y femenina es casi igual. Ahora bien, en

los municipios donde la población indígena es dispersa se presentan los mayo-

res porcentajes de migración absoluta (4.6%) y reciente (1.9%) (veánse gráficas

84 y 85).

Si se aborda la migración reciente en el nivel municipal es posible observar

que de los 15 municipios donde el porcentaje es mayor, 10 destacan por contar

con menos de 40% de residentes indígenas. Destacan San Pedro Tapanatepec,

Reforma de Pineda y Chahuites, donde 12, 10 y 7 de cada 100 indígenas nacie-

ron fuera de Oaxaca, respectivamente.

En el caso de la migración reciente sucede una situación similar, ya que la

mayoría de los municipios (11) con mayor porcentaje de habitantes indígenas

que reside en el Istmo desde 1995 se pueden catalogar como de población indí-

gena dispersa, destacando nuevamente Reforma de Pineda con 8.4%; le siguen

1 Por migración absoluta se entiende a la población indígena residente en el Istmo pero na-cida en otra entidad o incluso en otro país, pero al tratarse el estudio de población indígena, el segundo caso es poco probable. Por migración reciente se definirá a la población que vive en hogares indígenas que reside en la región desde hace cinco años, tomando en cuenta la información censal del año 2000.

a distancia San Miguel Tenango y San Pedro Tapanatepec, con respectivos 3.4%

y 3.3% (veáse gráfica 86).

La movilidad de población que se observa actualmente en el Istmo de Te-

huantepec no es exclusiva de las zonas urbanas, sino abarca también a munici-

pios rurales que se han visto afectados por la presencia de grupos indígenas pro-

venientes de otras entidades o del interior del estado de Oaxaca. Tal es el caso

de los tzotziles y mixtecos que hoy se asientan en el territorio del Istmo, con una

población que sobrepasa los 2 500 inmigrantes.

Al situarse en las fronteras del estado de Chiapas, los municipios de San Miguel

y Santa María Chimalapa han sido desde la década de los setenta espacios recepto-

res de indígenas chiapanecos, principalmente tzotziles que provienen de la región

de Los Altos de dicha entidad. Se calcula que un total de 723 tzotziles se asientan de

manera permanente en ambos municipios, donde se distribuyen en tres núcleos agra-

rios: Benito Juárez, San Antonio y La Esperanza. Este último, ubicado en los límites

municipales de Santa María Chimalapa, alberga 617 hablantes de tzotzil y consti-

tuye el núcleo de migrantes tzotziles más importante de la región.

Las investigaciones recientes (Lisbona, 1999) advierten que, aun cuando las

causas de la migración tzotzil son múltiples, los desplazamientos de este grupo in-

dígena hacia los municipios oaxaqueños tienen en común la búsqueda de tierras

Gráfica �3. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena en municipios urbanos intermedios

del Istmo, 2000

�4

cultivables. De ahí que numerosas familias asentadas en la zona hayan recorrido

distintos municipios chiapanecos antes de establecerse en San Miguel o en Santa

María Chimalapa. En Benito Juárez, como señala Lisbona, todas las familias pro-

vienen del municipio chiapaneco de Bochil, mientras que en San Antonio los mi-

grantes tzotziles son generalmente originarios de San Andrés Larráinzar y Soyaló.

La diáspora de mixtecos a lo largo del territorio nacional alcanza al Istmo de

Tehuantepec, con un total de 1 863 hablantes de esta lengua indígena, los cuales

se distribuyen principalmente en cuatro municipios de la región: Matías Rome-

ro, San Juan Guichicovi, Salina Cruz y Santa María Chimalapa, que representan

68.7% del total de esta población.

Dado que tales municipios son colindantes con las zonas bajas de la Mixte-

ca, su presencia responde en la mayoría de los casos a flujos internos de pobla-

ción entre municipios relativamente vecinos. Salvo el caso de San Juan Guichi-

covi, donde un número considerable de mixtecos convive con una población

mayoritariamente mixe, el resto de los municipios receptores son entidades con

población indígena minoritaria, donde el zapoteco suele ser la lengua indígena

dominante.

La afluencia que se observa hacia las ciudades intermedias del Istmo de Te-

huantepec ha estado acompañada por una migración interestatal que, en el caso

de zapotecos, mixes y zoques, cubre una porción considerable de las entidades

federativas del país. A pesar de que los censos de población no distinguen las va-

riantes lingüísticas del Istmo, se puede considerar que las entidades federativas

con mayor número de indígenas provenientes de la región residen en Veracruz,

Estado de México y Distrito Federal, las cuales representan 55.7% de los 296 761

indígenas que viven en diferentes estados del país (veáse cuadro 52).

De hecho, después de Oaxaca, el estado de Veracruz concentra el mayor nú-

mero de zapotecos residentes en esa entidad federativa, el cual asciende a 5 554,

distribuidos principalmente en cinco municipios donde aparecen como la lengua

Gráfica �4. Municipios con mayor porcentaje de población migrante absoluta+ en hogares indígenas, 2000

+Se refiere a la población que reside en el Istmo de Tehuantepec pero nació en otra entidad o país.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena*** Menos de 40% de población indígena.

Gráfica �5. Porcentaje de migración en hogares indígenas por tipo de migración según sexo, 2000

* Se refiere a la población que reside en el Istmo pero nació en otra entidad o país.** Se refiere a la población que desde 1��5 reside en el Istmo de Tehuantepec.

�5

indígena dominante y en 16 donde el zapoteco es la segunda lengua indígena

mayoritaria. El zoque, por su parte, tiene preeminencia en un municipio veracru-

zano (Las Choapas), mientras que en otro (Uxpanapa) se presenta como la segun-

da lengua indígena de referencia.

Desde las primeras décadas del siglo xx, la afluencia de migrantes indígenas

hacia las ciudades meridionales de Veracruz se ha visto favorecida por la infra-

estructura industrial y la red de comunicaciones que conecta los dos extremos

del Istmo de Tehuantepec. En 1938 se construyó la carretera transístmica que

enlazó los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, donde se ubican dos de las

refinerías más importantes de Petróleos Mexicanos. El corredor industrial que

marca esta ruta se despliega más tarde hacia el área que se extiende entre las

Gráfica �6. Municipios con mayor porcentaje de población migrante reciente en hogares indígenas, 2000

*Se refiere a la población que reside en el Istmo de Tehuantepec desde 1��5.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 52. Población de 5 años y más hablante de las principales lenguas del Istmo de Tehuantepec por entidad federativa según

distribución porcentual por tipo de lengua, 2000

Entidad Federativa Población hablante Zapoteca Mixe Zoque Chontal

de Oaxaca Huave

Aguascalientes 263 �3.2 3.4 3.0 0.4 0.0

Baja California � 00� �0.0 �.4 0.5 0.5 0.6

Baja California Sur 1 40� �3.5 5.5 0.4 0.3 0.3

Campeche 2 144 66.2 12.0 1�.� 3.� 0.2

Chiapas �4 6�� 10.3 0.4 ��.1 0.1 0.1

Chihuahua 1 533 ��.5 14.5 4.2 0.2 1.6

Coahuila 65� ��.0 1�.0 2.6 0.0 1.4

Colima 46� �4.4 4.� 0.� 0.0 0.0

Distrito Federal 43 �02 �1.� 16.6 0.6 0.5 0.4

Durango 2�� �6.� 11.0 0.0 1.3 1.0

Estado de México 5� �4� �0.3 1�.1 0.5 0.6 0.5

Guanajuato ��6 6�.1 2�.2 0.� 1.3 0.6

Guerrero 2 1�1 ��.� �.� 0.2 1.3 0.�

Hidalgo 1 4�� �6.3 10.5 0.� 1.2 1.1

Jalisco 2 �01 �5.0 11.1 2.6 0.6 0.�

Michoacán 1 05� �3.� 14.� 0.3 0.� 0.5

Morelos 2 14� �0.6 16.� 0.� 1.0 0.6

Nayarit 361 ��.6 6.4 2.� 0.� 1.4

Nuevo León 1 525 �3.� 12.� 1.� 0.5 1.0

Puebla 5 ��� �6.� 10.� 0.� 0.� 0.�

Querétaro ��� �5.1 11.� 0.� 1.6 0.�

Quintana Roo 3 �1� 56.0 1�.� 23.2 1.4 0.�

San Luis Potosí 4�4 �4.� 15.0 0.0 0.1 0.0

Sinaloa � �55 �1.5 �.3 0.2 0.4 0.6

Sonora 2 1�0 �1.6 5.6 1.� 0.6 0.5

Tabasco 5 562 60.2 6.1 32.1 1.1 0.5

Tamaulipas 1 3�6 ��.2 �.1 1.3 1.1 2.3

Tlaxcala �23 �3.6 13.0 1.2 1.� 0.4

Veracruz 62 �01 �2.3 �.5 �.3 0.4 0.5

Yucatán 1 64� 53.2 44.� 1.5 0.6 0.0

Zacatecas 165 �2.4 14.5 1.2 1.� 0.0

Nota: La mayor parte de la población zoque de Chiapas es originaria de esta entidad.

�6

ciudades de Minatitlán y Cosoleacaque, donde actualmente operan 65 plantas

petroquímicas que demandan grandes contingentes de mano de obraobra (veá-

se cuadro 53).

En pocos años la zona se convirtió en un centro de atracción laboral para la

población económicamente activa del Istmo oaxaqueño, principalmente zapote-

ca, que no se vio favorecida por la construcción del Distrito de Riego número 19

durante la década de los setenta. El proyecto de irrigación, que corrió paralelo a

la construcción de la presa Benito Juárez en Jalapa del Marqués, incrementó el

precio de la tierra y muchas familias zapotecas vendieron predios, sustituyendo

la economía agrícola por la migración industrial.

El resultado de este proceso ha sido que el número de zapotecos en Istmo ve-

racruzano represente en la actualidad cerca de 25% de los zapotecos del Istmo

oaxaqueño, ya que 21 955 hablantes de esta lengua indígena residen de manera

permanente en las ciudades de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque. La

cifra es dos veces superior a la población zapoteca residente en Santo Domin-

go Tehuantepec, una de las ciudades con mayor población indígena del Istmo

oaxaqueño.

Cuadro 53. Municipios con mayor población de 5 años y más hablante de las principales lenguas del Istmo de Tehuantepec según distribución

porcentual por tipo de lengua, 2000

Municipio Total Zapoteco Mixe Zoque Huave Chontal de Oaxaca

Playa Vicente* 14 331 �2.2 �.� 0.0 0.0 0.0

Coatzacoalcos* 12 1�1 �4.4 10.6 3.6 0.� 0.5

Ecatepec de Morelos** 10 �01 ��.� 1�.0 0.� 0.3 0.1

Iztapalapa*** 10 3�2 ��.� 1�.3 0.3 0.2 0.3

Ocotepec**** � 214 0.0 0.0 100.0 0.0 0.0

Minatitlán* � 065 �0.1 5.2 3.� 0.5 0.3

Tecpatán**** � 013 0.4 0.0 ��.6 0.0 0.0

Nezahualcóyotl** � ��1 �5.� 12.� 0.5 0.6 0.4

Naucalpan de Juárez** 6 �5� �1.6 2�.5 0.2 0.4 0.2

Chimalhuacán** 6 �00 ��.� 1�.� 0.5 0.3 0.6

Chapultenango**** 6 543 0.0 0.0 100.0 0.0 0.0

Gustavo A. Madero*** 6 22� ��.0 11.0 0.5 0.2 0.2

Pantepec**** 5 441 0.0 0.0 100.0 0.0 0.0

Valle de Chalco Solidaridad** 4 151 �1.� 1�.2 0.2 0.1 0.5

Francisco León**** 4 123 0.0 0.0 100.0 0.0 0.0

Ensenada***** 3 �55 ��.4 �.� 0.2 0.� 0.�

Cosoleacaque* 3 �14 �4.� 4.5 0.5 0.3 0.0

Rayón**** 3 6�� 0.0 0.0 100.0 0.0 0.0

Tapalapa**** 3 5�� 0.0 0.0 100.0 0.0 0.0

Tuxtla Gutiérrez**** 3 53� 5�.3 1.0 40.1 0.5 0.1

* Municipios de Veracruz.** Municipios del Estado de México. *** Delegaciones del Distrito Federal.****Municipios de Chiapas.***** Municipios de Baja California

��

REgIóN MIxTECa

La región de la Mixteca ocupa la mayor parte del occidente del estado de Oaxaca y se extiende sobre siete distritos,

algunos de los cuales colindan con los estados de Puebla y Guerrero. Su territorio cubre un área sumamente extensa

de Oaxaca, con una superficie cercana a los 19 mil kilómetros cuadrados y con 155 municipios que representan más

de la cuarta parte de los municipios de la entidad. Usualmente dicho territorio suele dividirse en dos zonas diferen-

ciadas, que abarcan la Mixteca alta y la Mixteca baja. Si esta última se ubica en los distritos de Huajuapan y Silaca-

yoápam, así como en parte del territorio de Juxtlahuaca y Teposcolula, la primera comprende una extensión territorial

más amplia que abarca algunas zonas de los distritos de Putla, Juxtlahuaca, Etla, Zaachila, Tlaxiaco y Nochixtlán.

Los pueblos serranos se asientan en los valles y hondonadas del nudo mixteco, el cual presenta elevaciones su-

periores a los 2 500 metros sobre el nivel del mar. Mientras esta zona se caracteriza por una abundante vegetación

de pináceas, la Mixteca baja constituye una zona de orografía accidentada en la que es visible la enorme escasez de

árboles. Ambas subregiones conforman así un paisaje sumamente heterogéneo, que incluye por igual bosques de co-

níferas, llanuras subtropicales y áreas drásticamente desertizadas (Bartolomé, 1999).

A lo largo de varios siglos, en efecto, los bosques y lagunas mixtecos han entrado en un proceso creciente de ero-

sión, lo que ha provocado una irreversible y muy fuerte degradación ecológica que a la fecha se traduce en tierras

infértiles o, en el mejor de los casos, poco productivas. Según Bravo Mendoza (1996), el proceso de erosión de la

Mixteca ha alcanzado aproximadamente 90% del territorio regional, lo que la ha convertido en una de las más ero-

sionadas del país. Claro está que esta degradación no ha sido homogénea y ha afectado más a ciertas subregiones,

como la alta y la baja Mixteca, en donde encontramos niveles de erosión tan altos que, en la actualidad, muchos te-

rrenos han tenido que ser catalogados como desérticos por su nula fertilidad (Atilano, 2000); en este contexto, destaca

el distrito de Coixtlahuaca, que es uno de los más afectados por esta degradación de los suelos (Acevedo, 1995).

Si bien en la Mixteca prevalecen diferentes nichos ecológicos, tan sólo en algunos de ellos es factible encontrar

posibilidades para instrumentación de sistemas de riego. Casi la totalidad de los suelos es cultivada siguiendo el ciclo

de temporal, lo cual redunda en la escasa productividad de la tierra. En 1988 se calculaba que tan sólo 1% del área

��

total constituye una zona de riego cultivable, lo que da una idea del carácter de-

sértico de la región, pese a estar ubicada en un espacio geográfico cuyo clima no

es seco en extremo (Ortiz, 1989).

El deterioro ecológico, el empleo de tecnología no renovada, la escasez de

agua para riego y la falta de semillas y fertilizantes apropiados son factores que

se han unido en la Mixteca para promover un descenso de la productividad agrí-

cola. De ahí que, a corto plazo, el futuro ecológico de la Mixteca sea apocalíp-

tico. Los especialistas calculan que más de la cuarta parte de la superficie está

deteriorada en forma casi irreversible y otra quinta parte se encuentra en rápido

proceso de destrucción. De acuerdo con sus estimaciones, en 30 años la Mixteca

oaxaqueña podría ser una estepa árida, con vegetación desértica, en la cual sub-

sistan sólo pequeños poblados en los valles regados, en medio de montañas con

escasísimas áreas de temporal (Aguilar Medina, 1979; Clark Alfaro, 1988).

La población indígena

A pesar de que su nombre hace referencia a un grupo etnolingüístico específico,

la Mixteca se ha caracterizado desde tiempos prehispánicos por ser una región

interétnica en la que han coexistido, además del mixteco, otros cinco grupos in-

dígenas minoritarios. Si bien la región está conformada por 155 municipios, en la

actualidad no en todos ellos encontramos una presencia indígena constante. Los

volúmenes de población indígena parecen variar con el tiempo y las estimacio-

nes demográficas. Para la década de los setenta, Nolasco Armas consideraba que

los indígenas de la región se distribuían en 135 municipios (Nolasco, 1972); 20

años más tarde, Acevedo enumeró 127 entidades según su condición de hablan-

tes de lengua indígena, mientras Bartolomé (1999) estima que la región se integra

por 117 municipios en los que se concentra el mayor porcentaje de hablantes de

lengua indígena. Sin embargo, para el año 2000 encontramos que sólo 91 muni-

cipios presentan porcentajes superiores a 10% de población indígena, además de

dos ciudades intermedias con un volumen de población indígena mayor a 5 mil

personas, Putla y Huajuapan de León, que sirven a su vez de mercados regionales

y centros articuladores de toda la zona.

A diferencia de lo que generalmente se piensa, la Mixteca no es en la ac-

tualidad una región con mayoría indígena., aunque prácticamente en todos los

municipios de la región habita alguna persona que habla una lengua indígena.

Actualmente sólo cuatro de cada 10 habitantes de la Mixteca habla una lengua

vernácula o habita en un hogar indígena, ya que 64 de sus 155 municipios cuen-

tan con un porcentaje menor a 10% de este sector poblacional. Además, 85% de

los indígenas de la región se concentran en los 62 municipios que presentan por-

centajes superiores a 40% de población indígena, mientras 15% restante se distri-

buye en entidades con una presencia indígena minoritaria. De este sector pobla-

cional, cuyo número estimado asciende a 220 956 personas que habitan en algún

hogar indígena, 153 031 mayores a cinco años hablan alguna de las 10 lenguas

indígenas que conviven en la región, mientras cerca de 68 mil individuos han per-

dido el empleo de la lengua vernácula. Sin embargo, el desplazamiento lingüístico

ha sido menor al de otras regiones oaxaqueñas, ya que siete de cada 10 personas

que habita en un hogar indígena conservan el empleo de la lengua vernácula.

Al observar a la población indígena hablante y no hablante por grupos de

edad, se puede encontrar que en el primer caso las mayores concentraciones se

ubican en la población que tiene entre cinco a 19 años, la cual representa para

los hombres hablantes 41.1% y para las mujeres 36.9%. Además, un importante

porcentaje de los hablantes de lengua indígena se concentra en el grupo de edad

de 65 años y más, tanto para hombres (11.1%) como para las mujeres (11.6%)

(veánse gráficas 87 y 88).

Asimismo, si se considera que la población no hablante de cinco a 19 años

representa más de 40% para ambos sexos, se puede inferir que la mayor concen-

tración de población indígena que no reproduce su lengua originaria se ubica en

las nuevas generaciones.

Los índices de monolingüismo en la Mixteca son equivalentes a la media es-

tatal. Estimado en 31 296 personas que aún desconocen el empleo del castellano,

el número de monolingües representa 20% de los hablantes de lengua indígena

mayores a cinco años. No obstante, dicho porcentaje se incrementa considera-

blemente entre la población femenina de la región. De hecho, mientras sólo dos

de cada 10 hombres de la Mixteca son monolingües, cuatro de cada 10 mujeres

indígenas habla exclusivamente su lengua natal. En los municipios con mayor

densidad de población indígena, la diferencia entre los sexos llega a ser de 13

puntos porcentuales en detrimento de las mujeres, alcanzando en algunos casos

75% de la población femenina del municipio (veáse gráfica 89 y cuadro 54).

��

de 5 mil habitantes. De ahí que, mientras la población indígena urbana se esti-

ma en 53 327 personas, el número de indígenas de la Mixteca que habitan en

centros rurales sea tres veces mayor, con una población de 166 405 habitantes

(veáse gráfica 90).

El carácter rural de la población indígena se expresa sobre todo en la enor-

me dispersión de los asentamientos que predominan en la región, formando una

constelación de pequeñas localidades que, en su gran mayoría, no sobrepasan

los 500 habitantes. Hoy en día, en efecto, se estima que cerca de 117 mil perso-

nas, que constituyen 54% de la demografía indígena regional, residen en comu-

nidades que se ubican en ese rango de población, mientras sólo 14% habita en

localidades mayores a 2 500 habitantes (veáse gráfica 91).

Paralelamente, se observa un proceso de polarización en el tamaño de las

congregaciones, pues el número de asentamientos menores a mil personas ha au-

mentado, pero también se observa un rápido crecimiento territorial y demográfi-

co de las ciudades y cabeceras distritales. De esta manera, aunque el grueso de la

población aún vive en zonas rurales, el volumen de indígenas en municipios den-

Gráfica ��. Población que habita en hogares indígenas según su distribución porcentual por condición de habla indígena según sexo,

2000

Gráfica ��. Estructura por edades, sexo y condición de habla de lengua indígena, 2000

Nota: La población hablante de lengua indígena se capta a partir de los 5 años de edad.No incluye a 502 hombres y 6�� mujeres que no especificaron su edad.

En el caso de la Mixteca la pérdida de la lengua no ha estado forzosamente

ligada al creciente proceso de urbanización y al incremento demográfico de

las ciudades intermedias. El empleo de la lengua vernácula se conserva con

cierta vigencia aun en aquellos centros urbanos que albergan más de 20 mil

habitantes, como es el caso de Santiago Juxtlahuaca, donde habitan cerca de

22 mil indígenas. De éstos, 75% es aún hablante de mixteco o triqui, los gru-

pos indígenas mayoritarios en el municipio. Porcentajes similares se observan

en Tlaxiaco, Huajuapan y Putla de Guerrero, cuya población total es mayor

a 25 mil habitantes, la mayoría de los cuales no pertenecen al sector indíge-

na. En estos centros el número de monolingües asciende a 6 559 personas, y

en el caso de Juxtlahuaca se eleva a 28% de la población hablante de lengua

indígena

A pesar de la presencia de centros urbanos rectores, que atraen a una propor-

ción cada vez mayor de población indígena, ésta continúa siendo una población

mayoritariamente rural que se localiza en municipios de menos de 10 mil habi-

tantes. De hecho, de las 89 entidades que cuentan con más de 10% de población

indígena, 84 se encuentran dentro de este rango poblacional y 70 tienen menos

�0

samente poblados, como Huajuapan, Putla de Guerrero, Juxtlahuaca y Tlaxiaco,

tiende a crecer constantemente. Con una población superior a 25 mil habitantes,

estas cuatro entidades concentran a 53 327 personas que habitan en un hogar in-

dígena, lo que representa 23% de la población indígena regional.

Salud y fecundidad

La composición conyugal de la población indígena que se ubica entre los 12 y los

49 años de edad no presenta demasiadas variaciones entre los sexos, si bien en

ambos casos predomina una población joven que aún no ha contraído matrimo-

nio. Las variaciones más significativas se revelan entre los adultos mayores, pues

en este caso el número de mujeres viudas, separadas o divorciadas es conside-

rablemente mayor al de los hombres, con más de cuatro puntos porcentuales en

detrimento de las primeras (veánse cuadro 55 y gráfica 92).

En comparación con otras regiones indígenas del estado de Oaxaca, como

el Istmo de Tehuantepec, la Cañada Mazateca o la Sierra Sur, la región de la

Mixteca oaxaqueña presenta el mayor promedio de hijos nacidos vivos, con

promedios que van de 2.9 a 3.6 hijos. Los índices de fecundidad son superiores

a los de otras regiones del estado, sobre todo si se considera que “la mujer mix-

teca acepta con gusto los primeros cuatro embarazos y empieza a preocuparse

por la manutención de sus hijos a partir del quinto” (Acevedo et al., 1993: 60).

Anteriormente esta práctica resultaba favorecida por la tendencia a contraer

matrimonio entre los 14 y los 16 años de edad. Si esta costumbre se ha modi-

ficado con el tiempo, al grado que el número de jóvenes solteras es hoy en día

superior al de las casadas, los índices de fecundidad se han mantenido relati-

vamente constantes, sobre todo en los municipios mayoritariamente indígenas,

Gráfica �� Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

Cuadro 55. Municipios con mayor porcentaje de la población de 5 años y más indígena monolingüe por sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Mixteca 21.5 15.2 27.0

Coicoyán de las Flores* 6�.2 5�.3 �4.3

San Martín Peras* 66.4 5�.1 �5.0

San Simón Zahuatlán* 56.3 42.2 �1.�

San Francisco Tlapancingo** 3�.� 2�.6 4�.�

San Martín Itunyoso* 36.� 23.4 4�.4

San Juan Mixtepec - Distr. 0�* 35.6 25.� 43.�

Santos Reyes Yucuná* 2�.6 23.3 35.�

Santiago Juxtlahuaca* 2�.5 20.� 33.1

San Mateo Peñasco* 24.� 13.� 33.�

San Pablo Tijaltepec* 24.� 12.0 35.1

Tezoatlán de Segura y Luna** 23.3 1�.1 26.�

Magdalena Peñasco* 22.� 12.� 31.�

Santo Tomás Ocotepec* 22.� 12.6 31.�

Santos Reyes Tepejillo*** 22.4 15.5 2�.�

Santa María Apazco* 1�.� �.0 31.6

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. * �0% de población indígena. ** 40 a 6�% de población indígena. *** Menos de 40% de población indígena.

�1como San Jorge Nuchita, Calihualá y San Pedro Coxcaltepec Cántaros (veáse

gráfica 93).

A pesar de que la fecundidad en la población femenina indígena de esta re-

gión es significativa, un importante volumen de población infantil perece duran-

te el primer año de vida, lo cual puede deberse a las escasas posibilidades de la

población para acceder a los servicios de salud. Aunque la tasa de mortalidad

infantil es semejante a la media estatal, al menos en 58 municipios se eleva por

encima del promedio indígena de la entidad. En los municipios indígenas de Coi-

coyán de las Flores, San Martín Peras y San Simón Zahuatlán se registra la mayor

tasa de mortalidad infantil, con una cifra cercana a 50% (veáse gráfica 94).

Al distribuirse en pequeños asentamientos que sólo en la mitad de los casos

superan los 500 habitantes, la gran mayoría de la población indígena regional ca-

rece aún de los servicios más básicos de salud. En al menos 15 municipios de la

Mixteca, en efecto, el número de personas que no cuentan con atención médica

es cercano a la totalidad de las poblaciones municipales, en una situación que

afecta tanto a las entidades indígenas como a aquellas donde la población indí-

gena es minoritaria (veáse gráfica 95).

Educación

Para 1995 se calculaba que la Región Mixteca contaba con 1 182 escuelas de

educación básica y 23 preparatorias, a las cuales se sumaban cinco centros de

enseñanza superior situados en la ciudad de Huajuapan, incluyendo la Universi-

Gráfica �0. Distribución porcentual de la población en hogares indígenas por zona

rural-urbana, 2000

Gráfica �1. Población en hogares indígenas y su distribución porcentual según tamaño de la localidad, 2000

Cuadro 55. Distribución porcentual de la población de 12 a 4� años por estado conyugal por tipo de municipio y sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Soltero Casado o unido Viudo, separado o

divorciado

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

Mixteca 47 790 56 906 51.9 43.8 47.1 50.8 1.0 5.4

Indígena* 30 �34 36 ��0 50.1 41.� 4�.� 53.0 1.0 5.2

Presencia indígena** � 2�� 11 0�1 54.� 46.3 44.5 4�.� 0.� 5.�

Indígena dispersa*** � 55� � 055 56.� 4�.� 42.4 45.6 0.� 5.�

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% De población indígena.

�2

dad Tecnológica de la Mixteca (Bartolomé, 1999). Sin embargo, si se analizan los

índices de analfabetismo, inasistencia escolar y rezago educativo, se observa que

la población indígena de la Mixteca no ha recibido los beneficios de esta infraes-

tructura educativa, concentrada principalmente en los centros urbanos de la re-

gión. En la cuidad de Huajuapan, por ejemplo, el volumen de población indígena

que no sabe leer ni escribir es apenas de 16% de las personas mayores de 15 años,

mientras en San Martín Peras afecta a 70% en el mismo rango de población.

Sin embargo, en promedio los índices de analfabetismo concuerdan con la

media indígena estatal, que se calcula en 34% de la población mayor de cinco

años. Este índice es incluso inferior entre los hombres indígenas de la Mixteca,

pero se eleva sustantivamente entre una población femenina que, como hemos

visto, resulta mayoritaria. Los índices de analfabetismo son en este caso muy

superiores a los de otras regiones colindantes, como los Valles Centrales, don-

de sólo 27% de las mujeres indígenas no sabe leer ni escribir. En la Mixteca, en

cambio, poco menos de la mitad de las mujeres indígenas son aún analfabetas, lo

que indica que el índice de sobreanalfabetismo femenino es dos veces mayor en

relación con los hombres (veáse gráfica 96).

Las tasas de analfabetismo crecen en proporción casi directa con la densidad

de población indígena que presenta cada municipio. Así, mientras las entidades

con población indígena dispersa están por debajo de la media estatal, con 27.4%

de población analfabeta, los municipios eminentemente indígenas superan el

promedio estatal y se ubican 10 puntos porcentuales por encima de los primeros

(veáse cuadro 56).

Los índices de inasistencia escolar presentan una proporción semejante, ya

que tienden a incrementarse en la medida en que aumenta la densidad de po-

blación indígena en cada municipio. En el espacio regional, en efecto, nueve de

Gráfica �2. Estado conyugal de la población indígena de 12 a 4� años por tipo y sexo, 2000

Gráfica �3. Municipios con mayor promedio de hijos nacidos vivos de la población femenina de 12 a 2� años en hogares indígenas, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

�3

cada 10 niños indígenas en edad escolar asisten a la instrucción primaria, si bien

se registra un ligero descenso para el caso de las niñas que tienen de seis a 12

años de edad. En municipios eminentemente indígenas, como Coicoyán de las

Flores, San Martín Peras o San Simón Zahuatlán, este promedio general descien-

de considerablemente, al grado que en el primer caso cuatro de cada 10 niños de

esa edad no asisten a la escuela (veáse gráfica 97).

En efecto, el porcentaje de inasistencia escolar no se presenta de manera ho-

mogénea si se analiza a partir del tipo de municipio indígena en que reside este

grupo de población, debido a las discrepancias existentes en la infraestructura

educativa en las diferentes poblaciones de la región. Tanto la población que de-

bería cursar la primaria (seis a 12 años) como la que debería estudiar la secunda-

ria (13 a 15 años) presenta mayores porcentajes de inasistencia escolar en aque-

llos municipios donde la población indígena es mayoritaria. En este último caso,

la inasistencia escolar afecta principalmente a las adolescentes de 13 a 15 años,

ya que el promedio general en los municipios indígenas indica que 30% de esta

población no tiene acceso a la escuela secundaria (veáse cuadro 57).

El analfabetismo y la inasistencia escolar traen como consecuencia que el

nivel de instrucción de la población de 15 a 59 años sea particularmente bajo,

llegando a ser mucho más vulnerable entre la población indígena femenina. De

hecho, 29.6% de las mujeres de este grupo de población no recibieron ningún

tipo de instrucción escolar, porcentaje que disminuye en los hombres a 15.6%.

No obstante, resulta evidente que tanto hombres como mujeres presentan

porcentajes de rezago educativo alarmantes, dado que la mayor parte de este gru-

po de población no logró acceder o permanecer en el sistema educativo nacional

Gráfica �4. Municipios con mayores tasas de mortalidad infantil, 2000

* �0% y más de población indígena. ** De 40% a 6�% de población indígena.

Gráfica �5. Municipios con mayor porcentaje de población en hogares indígenas sin derecho a servicios de salud, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

�4 y no cuenta con la educación básica completa por carecer de estudios en el nivel

secundaria. Mientras que en los municipios indígenas 83% de los hombres y 88%

de las mujeres de 15 años y más no cuentan con la educación básica, esta pro-

porción se reduce a 71% de los hombres y 77% de las mujeres en los municipios

de población indígena dispersa (veáse cuadro 58).

Al observar las diferencias existentes entre los niveles de rezago, es posible

observar que en el municipio indígena de San Martín Itunyoso existe la mayor

brecha entre los sexos, ya que los hombres registran 83.9% y las mujeres 95.1%,

dando como resultado una diferencia porcentual entre los sexos de 11.2 puntos

porcentuales en desventaja para la población femenina.

Ingresos y empleo

En la mayoría de los municipios indígenas de la Mixteca las condiciones de vida

pueden ser caracterizadas por la precariedad. Basándose en una muestra signifi-

cativa, Miguel Bartolomé (1999) ha señalado recientemente que, incluso en los

buenos años, la cosecha de maíz alcanza apenas un rendimiento promedio de

Cuadro 56. Porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas por tipo de municipio según sexo e índice de

sobreanalfabetismo femenino, 2000

Tipo de municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Mixteca 34.4 22.8 43.7 1.9

Indígena* 3�.3 24.� 4�.4 1.�

Presencia indígena** 30.4 20.0 3�.� 1.�

Indígena dispersa*** 2�.4 1�.� 35.2 2.0

Nota: El índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Gráfica �6. Porcentaje de población de 15 años y más en hogares indígenas por condición de alfabetismo según sexo, 2000

Gráfica ��. Distribución porcentual de la población de 6 a 15 años por condición de asistencia escolar según grupos

de edad y sexo, 2000

�5

500 a 700 kilogramos por hectárea. Al parecer, este promedio es inferior al que

prevalecía en décadas anteriores en la misma región. Datos censales, citados

por Ortiz, indican que en 1950 se cosechaban 930 kilos por hectárea, mientras

una década más tarde el promedio había descendido a 728 kilómetros, lo que

revela un deterioro paulatino de las tierras de cultivo a lo largo de la Mixteca

(Ortiz, 1989).

No obstante, el campo sigue siendo la principal fuente de ingresos para la po-

blación indígena que se encuentra económicamente activa. Calculado en 56 mil

indígenas que están insertos en la dinámica económica, este sector está confor-

mado principalmente por mayores de 12 años, 99.4% de la población ocupada,

en una tendencia que se reproduce también en las cerca de 20 mil personas des-

ocupadas, de las cuales 99.7% son hombres (veáse gráfica 98).

A pesar de que las actividades agropecuarias continúan absorbiendo a la mayo-

ría de los trabajadores indígenas de la Mixteca, la población muestra una tendencia

relativamente más acentuada a emplearse en los sectores secundario y terciario. En

comparación con otras regiones, donde el sector agrícola aglutina a más de 80%

de la población económicamente activa, las labores agropecuarias emplean sólo a

62% de los indígenas de la Mixteca, mientras cuatro de cada 10 personas labora en

las actividades alternativas de la economía. El sector de la industria y la transforma-

ción, particularmente, ha ganado un terreno considerable como fuente de ingresos

entre la población masculina, debido en parte a los fuertes procesos migratorios

que tienen lugar en la región. El comercio y los servicios, menos frecuentes entre

los hombres, tienen en cambio mayor influencia entre la población femenina, si

bien el número de mujeres indígenas ocupadas es considerablemente menor al de

su contraparte masculina. En el caso de los hombres, 65.8% trabaja en el sector

primario, 19.4% en el secundario y 1.3% restante en el terciario; mientras que para

las mujeres este porcentaje disminuye a 45.8% en el primario, aumenta a 21.1%

en el secundario y a 29.3% en el terciario (veáse gráfica 99).

Cuadro 5�. Distribución porcentual de la población de 15 a 5� años en hogares indígenas por nivel de instrucción según sexo, 2000

Nivel de instrucción Total Hombres Mujeres

Sin instrucción 23.4 15.6 2�.6

Primaria incompleta 2�.0 2�.1 26.2

Primaria completa 26.2 2�.� 24.2

Secundaria incompleta 5.� �.3 4.�

Secundaria completa 12.� 15.2 10.�

Postsecundaria 3.6 4.1 3.2

No especificado 1.1 1.0 1.1

Cuadro 5�. Porcentaje de población de 6 a 15 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela por tipo de municipio según grupos de edad y

sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Hombres Mujeres

6-12 13-15 6-12 13-15 6-12 13-15

Mixteca 9.4 25.6 9.0 21.4 9.9 29.7

Indígena* 10.� 26.1 10.2 21.1 11.4 30.�

Presencia indígena** �.2 25.6 �.0 23.1 �.3 2�.1

Indígena dispersa*** 5.� 23.2 5.6 20.3 5.� 26.2

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Gráfica ��. Porcentaje de población de 12 años y más en hogares indígenas según condición de actividad, 2000

�6

La precaria situación económica que caracteriza a los indígenas de la Mixteca

se expresa con mayor elocuencia en el nivel de ingresos de la población ocupa-

da, cuyos indicadores son semejantes a los de las regiones más pobres de Oaxa-

ca. El promedio de población que carece de ingresos remunerados no sólo es 16

puntos porcentuales mayor a la media estatal, calculada en 40% de la población

indígena ocupada, sino también al de regiones como la Costa o el Istmo de Te-

huantepec. En efecto, se estima que siete de cada 10 indígenas ocupados en la

región carecen de ingresos o bien reciben menos de un salario mínimo, mientras

sólo uno de cada 10 obtiene ingresos superiores a más de dos salarios mínimos

(veáse gráfica 100).

Los promedios regionales, que incluyen municipios con tasas menores de

población indígena, revelan una situación generalizada que tiende a agravarse

en las zonas densamente pobladas por mixtecos, triquis y zapotecos. De hecho,

se puede afirmar que entre mayor resulta la población indígena en los munici-

pios, más precarios se tornan los ingresos que este grupo percibe. Mientras en

los municipios eminentemente indígenas 65.2% no percibe salario alguno, este

porcentaje se reduce casi a la mitad (33.2%) en aquellos donde la población in-

dígena es menor a 40%. Así también, la proporción de mujeres y hombres que

reciben más de dos salarios mínimos es mayor en los municipios con población

indígena dispersa (20.8%), mientras que en las entidades indígenas éste resulta

poco significativo (6.9%), existiendo una diferencia porcentual entre ambos de

13.9 puntosDe los 62 municipios indígenas con presencia indígena o población

indígena dispersa que existen en la región, 26 presentan índices de ingresos in-

cluso inferiores al promedio regional, ya que el porcentaje de indígenas ocu-

pados que no recibe ingresos o gana menos de un salario mínimo mensual es

superior a 70% de este sector poblacional. Al menos 15 municipios, como se

muestra en el cuadro siguiente, exhiben porcentajes superiores a 90% de pobla-

ción que se encuentra en situaciones de extrema pobreza, entre los que destacan

San Pedro Coxcaltepec Cántaros, Yutanduchi de Guerrero y San Miguel Huautla

(veáse cuadro 59).

Gráfica ��. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por sector según sexo, 2000

Nota: No incluye a 1.1% de hombres y 4.0% de mujeres que no especificaron el sector económico en que partici-paban.

Gráfica 100. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por ingreso según sexo, 2000

��

Marginación social

Las tres cuartas partes de los municipios de la Mixteca son considerados enti-

dades de alta y muy alta marginación social. Los 30 municipios que ingresan

en esta última categoría han sido definidos como “los municipios más pobres y

marginados del estado, e incluso del país” (Dirección General de Población de

Oaxaca, 2002). Un centenar de municipios adicionales tienen las características

de la marginación alta, mientras que sólo 25 de ellos se inscriben en el rango de

marginación media o baja.

Entre el reducido número de municipios que presentan una marginalidad me-

dia o baja, únicamente dos albergan población indígena mayor a 40%, si bien

uno de ellos corresponde a Ciudad Tlaxiaco. En cambio, en los municipios de

alta y muy alta marginación habitan cerca de 195 mil indígenas, que en conjunto

significan 87% de los indígenas residente en la Mixteca oaxaqueña. En este con-

texto de extrema pobreza no es extraño descubrir que dos de los 10 municipios

más marginados de todo el estado de Oaxaca, el tercero y sexto lugar en ese ru-

bro, pertenezcan a la Región Mixteca, como son los casos de San Martín Peras

y Coicoyán.

Ambos, que son contiguos, dependen económicamente de las ciudades de

Huajuapan, en la Mixteca baja, y de Tlaxiaco, en la alta. Aunque la distribución

geográfica de los municipios de alta marginalidad no sugiere la existencia de nú-

cleos de pobreza definidos, ya que se encuentran alejados espacialmente unos

de otros, es necesario señalar que el municipio mixteco de San Francisco Tlapan-

cingo, ubicado en la Mixteca baja, es contiguo a San Martín Peras, que como ya

vimos ocupa el tercer lugar en marginación de todo el estado de Oaxaca y forma

parte de un núcleo de pobreza Coicoyán-San Martín Peras (veáse gráfica 101).

Con respecto a las ciudades intermedias observamos un comportamiento si-

milar en lo que a marginación se refiere. La ciudad de Huajuapan, con bajos por-

centajes de población indígena, presenta el menor nivel de marginación social,

mientras que las ciudades con altos niveles de población indígena, como Putla y

Cuadro 5�. Distribución porcentual de la población de 12 años y más ocupada en hogares indígenas por tipo de municipio y sexo según

ingreso, 2000

Tipo de municipio y sexo

Sin ingresos

Menos de 1 salario mínimo

De 1 a 2 salarios mínimos

Más de 2 salarios mínimos

Población total 58.4 17.7 13.6 10.3

Indígena* 65.2 16.1 11.� 6.�

Presencia indígena** 46.4 20.� 15.2 1�.5

Indígena dispersa*** 33.2 22.� 23.1 20.�

Hombres 59.3 12.7 17.3 10.7

Indígena* 64.3 12.2 15.� �.6

Presencia indígena** 53.4 12.3 1�.� 16.4

Indígena dispersa*** 35.1 1�.2 26.6 21.1

Mujeres 56.6 27.3 6.4 9.7

Indígena* 66.� 23.4 4.2 5.5

Presencia indígena** 32.3 3�.1 �.� 1�.�

Indígena dispersa*** 2�.5 33.� 16.3 20.3

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena. Gráfica 101. Población indígena de la Mixteca según nivel de

marginación, 2000

��

Juxtlahuaca, son los únicos centros urbanos con grados altos de marginación. El

relativo bienestar de Huajuapan se debe en parte a que funciona como la metró-

poli que aglutina el comercio de la Mixteca baja y es aduana para el comercio

con Tehuacán y la ciudad de Puebla.

Las diferencias entre los centros urbanos y las poblaciones rurales de la región

son particularmente acentuadas. En Huajuapan, por ejemplo, nueve de cada 10

viviendas cuentan con electricidad, agua entubada y piso de cemento. Aunque

ligeramente menores, en Putla y en Tlaxiaco se registran porcentajes semejantes

en el nivel de servicios con que cuentan sus viviendas. En contraste, en el resto de

los municipios que tienen presencia indígena el agua entubada escasea en cuatro

de cada 10 viviendas y los pisos de tierra son la característica de 70% de las ca-

sas indígenas. Aunque la mayoría de estas viviendas cuenta con electricidad, en

una proporción que alcanza a tres de cada cuatro, menos de 15% de los hogares

posee un refrigerador. En cambio, 80% continúa empleando la leña como com-

bustible para las labores domésticas (veáse gráfica 102).

La precaria condición de las viviendas se preserva en una región donde buena

parte de las remesas migratorias se canaliza hacia los pueblos de origen, princi-

palmente hacia la construcción de casas entre las familias de migrantes. Si estos

ingresos han contribuido, sin duda, a dotar de servicios a las viviendas indígenas

de la región, no parecen ser suficientes para abatir los niveles de hacinamiento,

sobre todo en la medida en que involucran servicios públicos como el agua po-

table y la luz.

Configuración étnica

A pesar de que la Región Mixteca puede considerarse étnica y lingüísticamente

homogénea, en virtud de la abrumadora mayoría que desde siempre han repre-

sentado los indígenas mixtecos o �uu savi, en la actualidad aún encontramos pre-

sencia de los otros dos grupos originarios: los triquis y los chocholtecos, aunque

las expectativas de reproducción de estos últimos son casi nulas, en virtud de la

escasez de su población.

Sin embargo, la diversidad cultural que caracteriza a la zona no sólo es resul-

tado de la interrelación entre los grupos originarios, pues desde tiempos remotos,

y por diversos motivos, conglomerados indígenas de otras zonas se han hecho

presentes en la erosionada tierra mixteca. Entre ellos destaca, por su magnitud y

cercanía, el zapoteco, con el cual comparten la extensa frontera que separa la

Mixteca del territorio de los Valles Centrales. Consecuentemente, hoy en día po-

demos encontrar una población dispersa de zapotecos, distribuida en 52 muni-

cipios en donde la primera lengua es el mixteco. A este sector deben agregarse

otros contingentes menores de ciucatecos, chinantecos, chatinos y nahuas que,

en conjunto, no sobrepasan la centena de personas hablantes de alguna de estas

lenguas indígenas, por lo que sólo cabe considerar a los tres grupos originarios

(veáse gráfica 103).

Mixtecos

El grupo cultural y demográficamente hegemónico es el mixteco, ya que tanto

su población total como el número de municipios que ocupan en la región repre-

senta 95% de los hablantes de indígena. De ahí que, del conjunto de municipios

de la región, en 124 el mixteco constituya la lengua predominante. En 14 entida-

des restantes el mixteco representa la segunda lengua indígena en importancia,

mientras sólo en uno de ellos su población es prácticamente inexistente.

Gráfica 102. Viviendas indígenas de la Mixteca según su nivel de servicios, 2000

��

Este grupo etnolingüístico ha habitado históricamente en los estados de Oaxa-

ca, Guerrero y, en menor proporción, Puebla. En el primero se asienta poco más

de 50% de la población mixteca nacional; mientras que los estados vecinos de

Guerrero y Puebla albergan 20% y 2.4%, respectivamente. El resto de la pobla-

ción mixteca que vive en nuestro país, y que representa casi 30% del total nacio-

nal, ha emigrado a otros estados de la federación, fenómeno que desde hace ya

muchos años ha caracterizado a este grupo indígena.

El grupo etnolingüístico mixteco es el cuarto más grande de nuestro país des-

pués del náhuatl, el maya y el zapoteco. Hoy en día, en México viven alrededor de

726 601 mixtecos, de los cuales 322 437 residen en Oaxaca y 137 050 en la Re-

gión Mixteca. La mayoría de esta población se concentra en entidades mayores a

40% de población indígena, ya que sólo 10% se localizan en municipios de menor

rango de este tipo de población. En las cuatro principales ciudades de la región ha-

bita un total de 22 703 hablantes de mixteco, lo que indica que su población sigue

siendo esencialmente rural, ya que más de 100 mil hablantes de mixteco se locali-

zan en municipios con menos de 10 mil habitantes (veáse cuadro 60).

Al observar la configuración de la población mixteca por grupos de edad se

advierte una característica que se encuentra entre los grupos indígenas mayorita-

Gráfica 103. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena

por tipo de lengua, 2000

Cuadro 60. Distribución porcentual de la población de 5 años y más mixteca por municipio, 2000

Municipio Población mixteca Distribución porcentual

Total 182 505 100.0

Santiago Juxtlahuaca 12 �05 �.1

Heroica Ciudad de Tlaxiaco 12 6�� 6.�

San Juan Mixtepec - Distr. 0� � 424 5.2

San Martín Peras � �1� 4.�

San Juan Ñumí 6 636 3.6

Santa María Yucuhiti 6 461 3.5

San Antonino Monte Verde 6 1�� 3.4

Chalcatongo de Hidalgo 5 �3� 3.3

Coicoyán de las Flores 5 5�2 3.1

Heroica Ciudad de Huajuapan de León 5 4�� 3

Putla Villa de Guerrero 4 ��� 2.�

Santiago Yosondúa 4 5�2 2.5

San Sebastián Tecomaxtlahuaca 4 321 2.4

Santo Tomás Ocotepec 3 ��6 2.1

Asunción Nochixtlán 3 660 2

Santiago Tilantongo 3 536 1.�

San Esteban Atatlahuca 3 366 1.�

Magdalena Peñasco 3 320 1.�

Santo Domingo Nuxaá 3 31� 1.�

San Miguel el Grande 3 243 1.�

San Juan Tamazola 2 �3� 1.6

Santo Domingo Tonalá 2 �53 1.6

Santa Cruz Nundaco 2 631 1.4

Santiago Nuyoó 2 631 1.4

San Jorge Nuchita 2 565 1.4

Santa María Apazco 2 4�2 1.4

San Pablo Tijaltepec 2 364 1.3

Silacayoápam 2 364 1.3

San Simón Zahuatlán 2 201 1.2

San Miguel Chicahua 2 1�� 1.2

San Agustín Atenango 2 034 1.1

100

rios; consiste en la tendencia de que la mayor parte de la población se concentre

en las nuevas generaciones de cinco a 19 años de edad. Sin embargo, es posible

observar que la población decrece en las generaciones maduras y aumenta signi-

ficativamente en la generación de mayor edad (veáse gráfica 104).

La hegemonía del grupo a lo largo de la región ha hecho que su lengua se pre-

serve con relativa vigencia.2 De hecho, del total de personas mayores de cinco

años, 45% preserva el empleo de la lengua vernácula. De ahí que el número de

personas monolingües sea aproximadamente de 26 585 personas, que en términos

porcentuales representan 20.6% de los hablantes de mixteco (veáse gráfica 105).

2 Al parecer en la actualidad existen seis grupos dialectales del mixteco, dos de los cuales, Guerrero y Sur de Puebla, se ubican fuera del estado de Oaxaca. Los grupos oaxaqueños son, según su grado de ininteligibilidad, Mixteca Alta-Tlaxiaco, Mixteca Alta-Nochixtlán, Mixteca Baja y Mixteca de la Costa. Estos grandes grupos dialectales a su vez se dividen en otros subgrupos que se conocen como microvariantes (Bartolomé, 1���: p. 114).

Triquis

El segundo grupo indígena en importancia numérica está representado por los ha-

blantes de triqui, cuya mayoría se localiza en el centro occidente, en la subregión

de la Mixteca alta. Su población se encuentra distribuida principalmente en dos

municipios donde su lengua es predominante: San Martín Itunyoso y Putla Villa

de Guerrero, y en tres donde constituyen la segunda lengua en importancia: Jux-

tlahuaca, Tlaxiaco y Constancia del Rosario (veáse cuadro 61).

En total, los triquis ascienden a 19 281 hablantes en todo el estado, de los

cuales 16 864 se ubican en la Región Mixteca, mientras el resto se distribuye en

siete municipios de la entidad. A pesar de que su presencia en municipios como

Juxtlahuaca y Putla es muy significativa, alcanzando 13 876 individuos en nú-

meros absolutos, la mayor concentración de mixtecos en esos municipios inter-

étnicos hace que el único municipio que puede ser clasificado como triqui sea

San Martín Itunyoso, en donde los triquis representan 95.9% de la población. De

ahí que sea también el único municipio en donde la lengua vernácula tiene una

Gráfica 104. Distribución porcentual de la población mixteca por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

Gráfica 105. Población de 5 años y más mixteca bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

101

vigencia plena entre la población mayor a cinco años, ya que 98.8% de este sec-

tor se desenvuelve en triqui y casi 40% es monolingüe. Estas proporciones, sin

embargo, descienden drásticamente en los cuatro municipios restantes, donde la

lengua vernácula tiende a perderse entre este grupo etnolingüístico. De hecho,

cuando se considera en su conjunto, se advierte que 62% de los triquis mayores

de cinco años ha sustituido su lengua natal por el castellano, de tal manera que

en municipios como Putla, donde el triqui convive con el mixteco y el castellano,

sólo tres de cada 10 indígenas conservan su lengua vernácula.

Al igual que en el caso de la población mixteca, el mayor porcentaje de po-

blación hablante triqui de la Mixteca se ubica en los grupos de edad de cinco a

19 años, concentrando 54% en el caso de los hombres y 47% en el de las mujeres

del total de esa población (veáse gráfica 106).

Respecto a la población hablante, el porcentaje de monolingüismo para este

grupo étnico es menor en los hombres que en las mujeres. De los 13 mil indíge-

nas triquis, 1 360 hombres y 2 803 mujeres hablan únicamente su lengua verná-

cula y representan 31.3% del total (veáse gráfica 107).

Chochos

Los chochos o chocholtecos del distrito de Coixtlahuaca, otro grupo originario de

esta región, se encuentran asentados en el extremo norte de la Mixteca alta, entre

profundas barrancas y elevaciones hasta de 3 mil metros. Debido a tal contexto

agreste, este grupo étnico ha desaparecido prácticamente como unidad sociocul-

tural. En la actualidad se contabilizan en todo el estado de Oaxaca a cerca de

1 258 chocholtecas, distribuidos en 23 municipios. De éstos, sólo 1 081 habitan

esta región; sin embargo, si se hace referencia al número de hablantes chocholte-

cos, éste se reduce a más de la mitad de esta población, con apenas 461 personas

hablantes de su lengua vernácula.

Los chochos de la Mixteca se asientan en siete municipios donde su lengua

es predominante con respecto a otras lenguas indígenas. Entre ellos, el mayor

volumen reside en Santa María Nativitas, con apenas 458 indígenas, seguido

de San Juan Bautista Coixtlahuaca, con 396. Sólo el primero, sin embargo, tie-

ne un porcentaje mayoritario de población indígena, pero ésta no asciende a

más de 500 personas, en un municipio que cuenta con 770 habitantes (veáse

cuadro 62).

En estas circunstancias, la lengua chocholteca parece estar en pleno peligro

de extinción. En los siete municipios ocupados por este grupo etnolingüístico,

Cuadro 61. Distribución porcentual de la población de 5 años y más triqui por municipio, 2000

Municipio Población triqui Distribución porcentual

Total 16 864 100.0

Santiago Juxtlahuaca � 225 54.�

Putla Villa de Guerrero 4 651 2�.6

San Martín Itunyoso 2 452 14.5

Heroica Ciudad de Tlaxiaco 331 2

Heroica Ciudad de Huajuapan de León 12� 0.�

Otros municipios �� 0.5

Gráfica 106. Distribución porcentual de la población por grupos quinquenales de edad, 2000

102

el número de personas mayores de cinco años es de 6 307, de las cuales 526

habla una lengua indígena y apenas 463 se desenvuelve en chocholteca. Esto

indica que nueve de cada 10 chochos han perdido el dominio de su lengua

vernácula. Incluso en municipios como Santa María Nativitas la proporción

no es muy alentadora, ya que sólo 30% de la población mayor de cinco años

conserva el empleo de su lengua natal. En esta misma medida, el monolingüis-

mo de la población chocholteca es inexistente, ya todo este grupo étnico sabe

hablar español, tanto en el caso de los hombres como de las mujeres (veáse

gráfica 108).

Además, al observar la configuración de la población chocholteca por grupos

de edad, se hace más evidente todavía la tendencia decreciente de este grupo in-

dígena, donde el porcentaje de población correspondiente a las nuevas genera-

ciones es totalmente inverso a la tendencia general del crecimiento poblacional,

ubicándose los mayores porcentajes en la población de la tercera edad, tanto

para los hombres como para las mujeres, con 43.4% y 41.9%, respectivamente

(veáse gráfica 109).

Gráfica 10�. Población de 5 años y más triqui bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

Cuadro 62. Distribución porcentual de indígenas chocholtecas según municipio, 2000

Municipio Población chocholteca Distribución porcentual

Total 1 081 100.0

Santa María Nativitas** 45� 42.3

San Juan Bautista Coixtlahuaca*** 3�6 36.6

San Miguel Tulancingo*** 123 11.4

Asunción Nochixtlán*** �3 �.�

Heroica Ciudad de Huajuapan de León*** 1� 1.�

San Juan Tamazola* 1 0.1

Santa María Apazco* 1 0.1

* Más de �0% de población indígena. ** Entre 40 y 6�% de población indígena. *** Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 10�. Población de 5 años y más chocholteca bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

103

Migración

Ante las pocas alternativas que ofrece la agricultura, la Mixteca se ha convertido

durante las últimas décadas en una región que tiende a sustituir la economía agrí-

cola por la empresa migratoria. Actualmente, en efecto, se estima que de cada 10

mixtecos tres abandonan definitivamente la región, cuatro salen de manera tem-

poral y sólo tres permanecen en el área.

Más que una empresa generalizada, la migración mixteca es una pauta selecti-

va dentro de los hogares indígenas, ya que los éxodos se realizan mediante relevos

de los miembros más aptos para vender su fuerza de trabajo en los centros de atrac-

ción, congregando principalmente a jóvenes que han alcanzado la edad suficiente

y a los que el grupo doméstico no puede ofrecer lo necesario para su desarrollo.

En el nivel comunitario, la migración exhibe una relación entre el tipo de

zona de atracción y el grado de riqueza del grupo doméstico. Al analizar este

proceso, Butterworth (1970) observó que en la Mixteca los patrones de migración

presentan diferentes características de acuerdo con el ingreso familiar. Mientras

las familias pobres emigran temporalmente a lugares cercanos para trabajar como

jornaleros agrícolas, las familias con mayores ingresos se dirigen a los centros ur-

banos: “En la medida en que aumenta la fuente de riquezas, la migración agraria

y temporal disminuye y, en proporción directa, se incrementa la emigración per-

manente a las urbes” (Butterworth, 1970: p. 179).

A partir de los años sesenta las rutas migratorias de los mixtecos se han ido

diversificando hasta alcanzar las regiones más alejadas del país, así como diver-

sos estados norteamericanos. De ahí que hacia la década de los sesenta y setenta,

cuando el país experimentó un crecimiento demográfico acelerado, la Mixteca

fuera de las pocas regiones que experimentó un descenso demográfico. Alcalá

y Reyes (1994) documentaron un decrecimiento poblacional en 44 municipios,

de un universo de 75; mientras que para el censo de 1980 las cifras oficiales nos

hablan de una tasa de crecimiento de –0.60. De igual forma, se estima que entre

1980 y 1990 aproximadamente 100 mil mixtecos abandonaron su región, núme-

ro que nos demuestra las dimensiones del éxodo mixteco (Acevedo, 1995).

Actualmente, para referirnos tan sólo a la migración nacional, se estima que

un total de 199 458 hablantes de mixteco residen fuera de los estados de Oaxaca,

Puebla y Guerrero, que constituyen tradicionalmente sus entidades de origen. La

cifra no sólo es superior a los hablantes de esta lengua indígena que residen en la

Mixteca, sino que representa también más de la mitad de los mixtecos que perma-

necen en el estado de Oaxaca, su principal entidad de origen (veáse gráfica 110).

Aunque la migración mixteca es por lo general diversificada y abarca práctica-

mente todas las entidades federativas del país, tiende a concentrarse en dos polos

de atracción privilegiados, como son el centro y el noroeste del territorio nacional.

En el primer caso, el Estado de México ocupa un lugar primordial como centro de

atracción de la población mixteca, ya que tres de cada 10 migrantes radican en esta

entidad, si bien 20% adicional se distribuye en las distintas delegaciones del Dis-

trito Federal. Ambas entidades reúnen así a poco más de la mitad de los migrantes

mixtecos, que tienden a asentarse en los municipios conurbados que rodean la ca-

pital del país. Tan sólo en Valle de Chalco Solidaridad se registra un total de 9 835

hablantes de mixteco, lo que constituye cerca de 5% del total de migrantes.

El segundo polo de atracción está localizado en el conjunto de entidades fede-

rativas que se distribuyen en el noroeste de México, como Sinaloa, Baja California,

Baja California Sur y, en menor medida, Sonora. Estas cuatro entidades albergan

Gráfica 10�. Distribución porcentual de la población chocholteca en hogares indígenas por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

104 hoy en día a poco más de 50 mil hablantes de mixteco, si bien la mitad se concen-

tra en los municipios de Ensenada, Tijuana y Mexicali, en el estado de Baja Califor-

nia. Su desplazamiento migratorio responde en este caso a la atracción laboral que

desde los años setenta ejerce el Valle de San Quintín, considerado actualmente el

polo de desarrollo que agrupa al mayor número de jornaleros agrícolas.

Diversos trabajos (Anguiano, 1986; Millán y Rubio, 1992) han hecho notar que

la mayoría de los trabajadores agrícolas que llegan a San Quintín son indígenas

procedentes del estado de Oaxaca. Entre ellos destacan los grupos indígenas que

provienen de la Región Mixteca, como son mixtecos y triquis, que en conjunto

suman más de 20 mil jornaleros agrícolas. Desde los años cincuenta, en efecto,

los empresarios agrícolas de Baja California encontraron en la región de Sinaloa

trabajadores que procedían principalmente de la Mixteca baja, los cuales habían

sido contratados para trabajos similares en los estados de Guerrero y Veracruz.

El desplazamiento de jornaleros agrícolas hacia Baja California crea entonces

las condiciones para una ruta migratoria en diferentes estados del norte de

México cuyos cultivos, dadas sus características estacionales, permiten la circu-

lación constante de mano de obra.

El puente que se establece entre la Mixteca y el Valle de San Quintín respon-

de así a un flujo migratorio que ha alternado la atracción laboral de las grandes

urbes con la demanda de fuerza de trabajo agrícola en los estados fronterizos

del norte del país. Desde el surgimiento de su agricultura, Baja California “figu-

ró nacionalmente como un polo de atracción de flujos migratorios provenientes

de zonas con economías deprimidas cuyo sector agrícola, particularmente, era

incapaz de retener durante todo el año a sus productores, por estar sometido al

régimen de temporal” (Garduño y García, 1989: p. 38).

Actualmente la tercera parte de los municipios de la Mixteca están catalo-

gados como entidades expulsoras de población. De éstos, sólo dos entidades

carecen de población indígena, mientras los 48 municipios restantes tienen

una presencia indígena que generalmente supera 40% de la población muni-

cipal. La mayoría de esta población se concentra en 13 municipios de fuerte

expulsión migratoria, eminentemente indígenas, en los cuales habitan 56 745

indígenas. La siguiente gráfica muestra, sin embargo, que en aquellos munici-

pios eminentemente indígenas, el volumen de población es menor en los muni-

cipios expulsores que en los que guardan un equilibrio migratorio. No sucede

lo mismo con aquellos municipios que registran entre 40 y 69% de población

indígena, ya que sus municipios expulsores concentran una población indíge-

na casi dos veces mayor a la de los municipios que se mantienen en equilibrio

(veáse gráfica 111).

En este sentido, es posible argüir que las tendencias migratorias son más acen-

tuadas en los municipios donde la población indígena se distribuye proporcional-

mente con la población mestiza, que en aquellos donde la población indígena

es mayoritaria.

La Mixteca cuenta también con un número considerable de municipios que

son fuente de atracción migratoria. Aunque menores que los centros de expul-

sión, la mayoría de ellos son entidades con población indígena dispersa en las

que habita 10% de la población indígena regional. Actualmente se registra una

afluencia de cerca de 11 mil inmigrantes hacia estas entidades, de los cuales

5 197 son migrantes absolutos y 5 797 recientes, lo que significa menos de 4%

de la población total. Al analizarse la distribución migrante por sexo es posible

observar que en ambos casos la proporción de población masculina y femenina

es casi igual (veáse gráfica 112).

Gráfica 110. Migrantes mixtecos según entidad federativa, 2000

105

Si se aborda la migración absoluta en el nivel municipal, es posible observar

que el municipio que destaca por tener el mayor porcentaje es San Miguel Teco-

matlán, donde 19 de cada 100 indígenas nacieron fuera del estado de Oaxaca,

por lo que se puede observar que la migración absoluta es significativa, teniendo

entre 4.3% y 8% los demás municipios que se distinguen por mostrar los mayores

porcentajes de migración absoluta (veáse gráfica 113).

Además de contar con el mayor porcentaje de población absoluta, San Mi-

guel Tecomatlán se distingue por tener un porcentaje importante de población

migrante reciente, ya que éste representa prácticamente una tercera parte de su

población total (33.3%), por lo que es considerado un municipio de atracción.

En otros municipios los porcentajes descienden de manera evidente, alcanzando

promedios que van de 6.2 a 19.2 puntos porcentuales.

Gráfica 112. Población migrante en hogares indígenas por tipo de migración según sexo, 2000

* Se refiere a la población que reside en la región pero nació en otra entidad del país** Se refiere a la población que desde 1��5 reside en la Mixteca.

Gráfica 111. Distribución porcentual de la población indígena por categoría migatoria

Gráfica 113. Municipios con mayor porcentaje de población migrante absoluta* en hogares indígenas, 2000

* Se refiere a la población que reside en la Mixteca pero nació en otra entidad o país.

10�

10�

REgIóN papalOapaN

La Región Papaloapan cuenta con sólo 24 municipios, localizados en los distritos de Tuxtepec y Choapam. Situada en

una cuenca cruzada por abundantes ríos, que descienden de la Sierra Madre Oriental y desembocan en la Laguna de

Alvarado del Golfo de México, la región ha sido objeto de importantes obras hidráulicas. A partir de la década de los

cincuenta se iniciaron los trabajos de construcción de la presa Miguel Alemán, que a su término inundó gran parte de

las fértiles tierras de los municipios mazatecos de Ixcatlán, Soyaltepec e Independencia, principalmente, afectando a

un total aproximado de 22 mil indígenas. Pero el proyecto del Papaloapan tenía contemplada la construcción de otra

gran presa, la Cerro de Oro, hoy conocida como Miguel de la Madrid, que durante 1989 cubrió las tierras más fértiles

de Oaxaca, en su gran mayoría chinantecas, obligando a casi 30 mil indígenas de este grupo etnolingüístico a intentar

rehacer su vida lejos de su territorio histórico, con pocas esperanzas de poder reproducirse culturalmente.

Hasta la puesta en marcha del Proyecto Hidrológico del Papaloapan en los años cincuenta, los grupos indígenas

de la región habían permanecido relativamente al margen de la dinámica nacional, mostraban niveles altos de mono-

lingüismo y una escasa migración que, cuando tenía lugar, estaba dirigida hacia las metrópolis mestizas tradicionales

como Tuxtepec, que ha fungido desde la época novohispana como centro político, administrativo y religioso de la

región. Las presas modificaron la región en la medida en que trajeron consigo nuevos caminos y un proceso de in-

migración de población no indígena. La ganadería cobró mayor peso en la región, principalmente en las zonas bajas

o Tierra Caliente, y poco a poco los productos tradicionales propios de los grupos indígenas, como el maíz, dieron

lugar a monocultivos comerciales, como el café y la caña de azúcar, según los nichos ecológicos.

En el marco de los límites geográficos de esta subregión encontramos que los mazatecos ocupan la parte septen-

trional, mientras que los chinantecos se ubican en la zona meridional; en ambos casos los territorios étnicos no son

homogéneos y presentan variaciones culturales y ecológicas marcadas, según si se encuentran en la planicie que

corre hacia la costa del Golfo, o bien en las tierras altas o en el declive de la Sierra Madre Oriental. Así, tanto la Chi-

nantla como la Mazateca han sido generalmente divididas en su interior en zonas altas y bajas, siendo éstas últimas

comunes y por lo tanto frontera para ambos grupos etnolingüísticos. En la parte baja, también conocida como Tie-

110

rra Caliente, predomina la vegetación característica del trópico húmedo con

precipitaciones constantes que llegan hasta los 4 mil milímetros anuales, y tiene

altitudes que van desde 80 hasta 1 200 msnm. Por sus características ecológicas y

grandes planicies, las tierras del valle Papaloapan-Tuxtepec son óptimas no sólo

para la agricultura de subsistencia, sino también para cultivos comerciales, como

la caña de azúcar y la piña y, por supuesto, para la ganadería, que se ha extendi-

do considerablemente en los últimos años.

Fue sobre estos terrenos donde se construyeron los vasos de las presas Miguel

Alemán y Miguel de la Madrid, los cuales significaron graves cambios climáticos

debido a la humedad de las lagunas artificiales y a la tala de la flora tropical ori-

ginaria. La habilitación de tierras agrícolas en potreros o cafetales ha provocado

que las laderas y pies de serranías sean convertidas en tierras de labor, acelerán-

dose así su desgaste e incrementándose la tala de la selva. Por otro lado, uno de

los más importantes cambios ecológicos que ha sufrido la zona tiene que ver con

las dos grandes lagunas artificiales, las cuales no sólo han modificado la flora y

paisaje, sino también la fauna y las actividades económicas; así, tenemos que la

pesca de truchas es una de las principales actividades en Tierras Bajas.

La parte alta de la Chinantla3 se localiza en las cumbres de la Sierra Juárez,

sobre un territorio relativamente pequeño en relación con su contraparte de la

baja. La vegetación predominante en la zona alta es el bosque de pino-encino

debido a que la altitud oscila entre 1 200 y 3 mil msnm, con clima frío, una tem-

peratura máxima promedio de 18ºC y neblina durante gran parte del año (Pardo,

1995). En medio de las zonas alta y baja, entre 700 y 1 500 msnm, en el distrito

de Choapam encontramos un subclima propicio para el café, uno de los princi-

pales cultivos comerciales en el noreste de Oaxaca.

Debido a la enorme riqueza forestal de la parte sur de la Chinantla, los mu-

nicipios serranos de San Juan Bautista, Atatlahuca, San Juan Quiotepec, San Pe-

dro Yólox y Santiago Comaltepec tienen en la explotación del bosque una de sus

principales formas de subsistencia, dependencia que pone en riesgo el equilibrio

ecológico y la belleza de esta zona alta de la Chinantla. Es en estas cumbres don-

de se nutren los afluentes y principales ríos que forman la cuenca del Papaloapan

3 Hay que recordar que la Mazateca alta pertenece a la subregión Norte o Sierra Mazateca, cuyos lazos con las tierras bajas no han sido ni constantes ni fuertes.

y que, conforme se acercan a las tierras bajas, van recogiendo los desechos de las

zonas urbanas de la cuenca.

La población indígena

La Región Papaloapan comprende un total de 442 629 habitantes, de los cuales

248 246 corresponden a pobladores indígenas. Al tratarse de una población ma-

yoritaria, ya que ocho de cada 10 habitantes habla o vive en un hogar indígena,

los grupos étnicos de la región predominan en 20 de los 24 municipios, donde su

número es superior a 40% de las poblaciones municipales. Las cuatro entidades

restantes corresponden a municipios densamente poblados, que si bien albergan

contingentes importantes de población indígena, ésta es porcentualmente menor

a la población ladina y mestiza. Además de los municipios eminentemente in-

dígenas, en efecto, la región alberga dos centros urbanos donde el volumen de

población nativa es mayor a 5 mil personas; se trata de los municipios de Acatlán

de Pérez Figueroa y San Juan Bautista Tuxtepec, cuya población asciende, en el

primer caso, a 44 579 habitantes, y a 133 913, en el segundo. El municipio de

Cosolapa, con 14 567 habitantes, está catalogado como de población indígena

dispersa, ya que este sector de población constituye apenas 14.6% de su demo-

grafía municipal (veánse gráficas 114 y 115).

La predominancia de las lenguas indígenas en la región permite hasta la fe-

cha un alto nivel de reproducción lingüística, ya que 68 hombres y 70 mujeres

de cada 100 personas que habitan en un hogar indígena siguen reproduciendo su

lengua originaria. Además, en la estructura por edad se observa que la población

hablante, tanto masculina como femenina, se concentra en mayor medida en las

nuevas generaciones, es decir, en la población que tiene entre cinco y 29 años de

edad. Sin embargo, es también en este grupo donde se observa el mayor volumen

de población indígena que ha dejado a un lado la reproducción de su lengua ver-

nácula, en el cual se ubica un volumen de 17 mil hombres y 18 mil mujeres.

Entre los hablantes de lengua indígena de la región los índices de monolin-

güismo son inferiores a la media estatal, ya que el promedio de población que

desconoce el castellano es apenas de 16.8% de ese sector poblacional. Sin em-

bargo, esta proporción no se presenta de igual manera si se hace un análisis de la

población monolingüe por sexo. En la región poco menos de 10 mil hombres y

111

poco más de 17 mil mujeres no hablan español, lo que representa 12.4% y 21%

del total, respectivamente (veáse gráfica 116).

Con distintas proporciones, que varían según la ubicación y el nivel de den-

sidad demográfica de cada municipio, el bilingüismo es una práctica común a lo

largo y ancho de la región, si bien algunas entidades, como Jalapa de Díaz, San

Felipe Usila, San Juan Lalana y San Pedro Ixcatlán, presentan promedios de mo-

nolingüismo incluso superiores a la media estatal, con porcentajes que van de

25.7% a 31.9%. Por su parte, el bilingüismo rebasa la barrera de 90% en cuatro

municipios: San José Chiltepec, San Juan Bautista Atatlahuca, Santa María Jaca-

tepec y Santiago Comaltepec; de éstos sólo Chiltepec tiene una población nativa

menor a 70% y los cuatro comparten un alto grado de marginación.

Así como en la mayoría de las regiones de Oaxaca, la Región Papaloapan se

caracteriza por el hecho de que la población rural se concentra en su mayoría

en localidades menores a 2 500 habitantes. La proporción de indígenas que vive en

la ciudad representa sólo la cuarta parte de su población regional. Sin embargo,

aunque nueve de los municipios del Papaloapan son entidades menores a los 10

mil habitantes, 11 de ellos presentan una alta densidad demográfica, que oscila

entre los 11 mil y los 140 mil habitantes (veáse gráfica 117).

Gráfica 114. Población que habita en hogares indígenas según su distribución porcentual por condición de habla indígena y

sexo, 2000

Gráfica 115. Estructura por edades, sexo y condición de habla de lengua indígena, 2000

Nota: La población hablante de lengua indígena se capta para la población de 5 años y más.No se incluye a 2�4 hombres y 253 mujeres que no especificaron la edad.

Gráfica 116. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

112 Si bien en los primeros se distribuyen cerca de 37 mil indígenas, los segundos

concentran 85% de la población indígena regional. Sólo tres municipios, como

son San Juan Bautista Tuxtepec, San Miguel Soyaltepec y San Felipe Jalapa de

Díaz, reúnen 40% de este sector poblacional, ya que el número de indígenas en

estos municipios es cercano a los 100 mil habitantes. De ahí que la mayor con-

centración de población nativa se encuentre en el municipio urbano de Tuxte-

pec, donde un total de 46 059 indígenas residen de manera permanente (veáse

gráfica 118).

El mayor número de población indígena se concentra en localidades interme-

dias que van de 500 a 2 500 habitantes, si bien cerca de 28% de dicha población

se ubica en comunidades de pequeñas dimensiones demográficas.

Salud y fecundidad

Aunque los hombres y las mujeres indígenas de la región no registran un com-

portamiento distinto en sus prácticas matrimoniales, el estado conyugal de la po-

blación indígena presenta ligeras variantes a partir de su volumen en los distintos

municipios. Para el caso de los hombres, el porcentaje de solteros es mayor en

los municipios con presencia indígena y, en esa misma medida, el de casados o

unidos se incrementa en los municipios mayoritariamente indígenas, con 56.8%

y 47.8%, respectivamente. Para el caso de las mujeres se da un comportamien-

to similar, ya que el número de solteras suele aumentar en los municipios con

presencia indígena y disminuir en aquellos donde los indígenas son mayoritarios

(veánse cuadro 63 y gráfica 119).

La diferencia entre municipios indígenas y con presencia indígena se obser-

va a su vez en la tendencia que muestran los primeros hacia las jefaturas feme-

ninas en los hogares. De hecho, es posible advertir que los mayores promedios

de jefas en hogares indígenas se presentan en aquellos municipios que cuentan

con más de 70% de esta población, destacando Santiago Comaltepec, San Pedro

Yólox y San Juan Quiotepec, con 29, 24 y 22 hogares con jefatura femenina por

cada 100 familias (veáse gráfica 120).

Un indicador importante que da cuenta de la marginación en que se encuen-

tra la población indígena del Papaloapan se refiere a los servicios de salud, sobre

Gráfica 11�. Distribución porcentual de la población en hogares indígenas por zona rural-urbana, 2000

Gráfica 11�. Población en hogares indígenas y su distribución porcentual según tamaño de la localidad, 2000

113

todo si se considera que en ninguno de sus municipios el número de derechoha-

bientes supera 30% de la población. La constante es, por el contrario, que nue-

ve de cada 10 personas de la región carezcan de algún servicio sanitario, lo que

acontece en la gran mayoría de las entidades municipales.

La falta de acceso a servicios de salud, entre otros factores, condiciona en

gran medida la alta tasa de mortalidad infantil existente en la Región Papaloapan.

Los 15 municipios de la región que destacan por contar con el mayor promedio

de hijos nacidos vivos son en su mayoría indígenas, al igual que en el caso an-

terior. Este promedio se ubica entre 2.3 a 2.9 niños, destacando los municipios

de San Juan Bautista Atatlahuca, San Pedro Yólox, San Juan Quiotepec, Santiago

Jocotepec y Santiago Yaveo (veáse gráfica 121).

Este indicador muestra la gran vulnerabilidad de los recién nacidos, pues en-

tre 24 y 43 niños de cada 100 no logran sobrevivir el primer año de edad. Des-

tacan los municipios de San Pedro Ixcatlán, San Felipe Jalapa de Díaz y Santiago

Jocotepec, donde la tasa de mortalidad infantil supera 40%.

Educación

Hacia 1990 los servicios educativos en los municipios indígenas del Papaloapan

consistían en 123 centros de atención preescolar, 216 escuelas primarias y 19 es-

cuelas secundarias, la mayoría de las cuales se ubicaban en el distrito de Tuxtepec

(Pardo, 1995). A pesar que en los últimos años se ha incrementado la cobertura

de los servicios educativos en la región, éstos resultan aún insuficientes para aten-

der a 60 863 niños y adolescentes que se encuentran entre los seis y los 14 años,

ya que 9.6% de este grupo de edad no tiene aún acceso a la educación básica.

En la última década, sin embargo, este porcentaje se ha reducido considerable-

mente, si se considera que para 1990 el promedio de infantes que no asistía a la

escuela era de 24.8% (ibídem).

En este mismo sentido, los índices de analfabetismo entre la población que hoy

cuenta con 15 años y más se han abatido por debajo de la media estatal, que ac-

tualmente se elevan a 34.6% de la población indígena del estado. En el conjunto

de municipios que integran la Región Papaloapan, los indicadores actuales mues-

tran una reducción de cuatro puntos porcentuales con respecto a este promedio

general, pero también una disminución local del analfabetismo en relación con

décadas anteriores. Para 1990, en efecto, se estimaba que el promedio de per-

sonas mayores de 14 años que no sabían leer ni escribir ascendía a 30.3% en el

distrito de Tuxtepec y a 31.9% en el de Choapam, mientras las cifras actuales

indican que este promedio ha descendido a 28.8% en este sector poblacional. La

cifra sigue siendo importante ya que afecta a cerca de 38 mil personas mayores

Cuadro 63. Distribución porcentual de la población de 12 a 4� años por estado conyugal por tipo de municipio y sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Soltero Casado o unido Viudo, separado o

divorciado

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

Papaloapan 60 691 66 196 51.4 43.1 47.4 52.0 1.2 4.9

Indígena* 41 ��2 45 443 51.1 42.� 4�.� 52.6 1.1 4.6

Presencia indígena** 2 604 2 ��6 56.� 43.3 42.1 50.5 1.0 6.2

Indígena dispersa*** 16 0�5 1� �5� 51.3 43.� 4�.3 50.� 1.4 5.4

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 11�. Estado conyugal de la población de 12 a 4� años por tipo y sexo, 2000

114

de 14 años, pero exhibe también una reducción relativa de los índices de anal-

fabetismo.

Sin embargo, si se observa a la población analfabeta en relación con las dife-

rencias de género, es posible observar que las mujeres (35.1%) son más vulnera-

bles a padecer este problemática educativa que los hombres (21.1%). Los datos

indican, en efecto, que 35% de las mujeres indígenas mayores de 15 años no

sabe leer ni escribir, mientras este porcentaje desciende entre los hombres a 21%

en el mismo rango de edad (veáse gráfica 122).

No obstante, las mayores diferencias entre los sexos se presentan en los mu-

nicipios de Santiago Comaltepec, San Juan Lalana, San Felipe Usila y San Pedro

Yólox, donde el porcentaje de mujeres alfabetas es poco más del doble que el de

los hombres (veáse cuadro 64).

En cierta forma, en las próximas décadas el índice de analfabetismo tende-

rá a disminuir si tomamos en cuenta el crecimiento de la población que asiste a

la escuela. De hecho, la generación de niños que se ubica entre seis y 12 años

Gráfica 120. Municipios con mayor porcentaje de hogares indígenas con jefatura femenina, 2000

*�0% y más de población indígena.**De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 121. Municipios con mayor porcentaje de población en hogares indígenas sin derecho a servicios de salud, 2000

*�0% y más de población indígena.**De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

115

presenta un mayor nivel de asistencia escolar, que en conjunto alcanza 92.2%

(veáse gráfica 123).

En el caso de la población de 13 a 15 años, el porcentaje de asistencia se re-

duce considerablemente a 71.1%, lo cual implica que poco menos de una tercera

parte de esta población podría carecer de educación básica completa a corto pla-

zo, engrosando las filas de la población con rezago educativo (veáse cuadro 65).

Ahora bien, si se observa la condición de inasistencia escolar de los niños

de seis a 12 años, los municipios que destacan por tener las mayores proporcio-

nes son Cosolapa, San Felipe Jalapa de Díaz y San Juan Lalana, con 15, 14 y 10

niños que no asisten a la escuela de cada 100 infantes, respectivamente. En el

caso de los adolescentes de 13 a 15 años, los porcentajes de inasistencia escolar

van de 16.2% a 38.1%, destacando los municipios de Santiago Yaveo, Santiago

Choapam y San Felipe Jalapa de Díaz (veáse cuadro 66).

En el caso de la Región Papaloapan es posible observar que, en su mayor parte,

la población de 15 a 59 años no logró concluir la educación básica. Una propor-

ción significativa de indígenas no tuvo acceso a ningún nivel educativo (19.1%)

o cuentan con la primaria incompleta (34.5%). Si a estas proporciones se agrega la

población que no han concluido la educación secundario, se obtiene 83.6%

Gráfica 122. Porcentaje de población de 15 años y más en hogares indígenas por condición de alfabetismo según sexo, 2000

Cuadro 64. Porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas por municipio según sexo e índice de

sobreanalfabetismo femenino, 2000

Municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Papaloapan 28.4 21.1 35.1 1.7

Acatlán de Pérez Figueroa*** 32.6 2� 3�.3 1.3

Ayotzintepec* 22.6 1�.0 2�.0 1.5

Cosolapa*** 3�.� 30.� 46.� 1.5

San Felipe Jalapa de Díaz* 3�.� 2�.3 4�.5 1.�

San Felipe Usila* 2�.� 1�.4 3�.2 2.1

San José Chiltepec** 26.1 20.4 31.5 1.5

San Juan Bautista Atatlahuca* 2�.� 21.� 33.6 1.5

San Juan Bautista Tuxtepec*** 20.� 16.2 25.0 1.5

San Juan Bautista Valle Nacional* 25.� 1�.2 32.5 1.�

San Juan Lalana* 30.1 1�.6 41.0 2.2

San Juan Quiotepec* 35.� 23.5 4�.6 2.0

San Lucas Ojitlán* 25.2 1�.6 31.2 1.�

San Miguel Soyaltepec* 2�.� 23.0 36.4 1.6

San Pedro Ixcatlán* 35.6 26.1 44.2 1.�

San Pedro Yólox* 2�.1 1�.6 3�.3 2.1

Santa María Jacatepec* 30.0 23.� 36.0 1.5

Santiago Choapam* 26.4 1�.� 32.1 1.6

Santiago Comaltepec* 21.1 11.� 2�.� 2.5

Santiago Jocotepec* 30.� 22.� 3�.1 1.�

Santiago Yaveo** 33.0 25.0 40.� 1.6

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. El índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

116

de población en rezago educativo, siendo más evidente en los estudios secunda-

rios y postsecundarios la menor participación de las mujeres que de los hombres.

Ingresos y empleo

De la población indígena del Papaloapan que actualmente cuenta con 12 años

y más de edad, 40% se encuentra económicamente activa y menos de 1% está

desocupada. Los índices de ocupación son, sin embargo, particularmente eleva-

dos en el sector primario, el cual absorbe 78% de este sector demográfico. En

parte, esta tendencia ocupacional se debe a “que los pueblos chinantecos de

Tuxtepec siguen produciendo ricas cosechas comerciales de arroz, frijol, ajonjo-

lí, chile seco, maíz y ahora abundantes mojarras” (Bartolomé y Barabas, 1999: p.

74). La región propicia además una importante cosecha de productos de huerta

y recolección, los cuales se canalizan, junto con el resto de los productos agrí-

colas, hacia los centros urbanos más cercanos, como Tuxtepec, Tierra Blanca y

Córdova, en el estado de Veracruz. De ahí que los municipios indígenas con

mayor concentración de población: Acatlán, Jalapa de Díaz y Soyaltepec, sigan

siendo entidades donde la mayoría de sus habitantes se emplean en las activida-

des agrícolas.

De la población indígena del Papaloapan que cuenta con 12 años y más de

edad, 66 426 personas se encuentra económicamente activas y la mayoría, 89 188,

Gráfica 123. Distribución porcentual de la población de 6 a 15 años por condición de asistencia escolar según grupos

de edad y sexo, 2000

Cuadro 65. Porcentaje de población de 6 a 15 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela por tipo de municipio según grupos de edad

y sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Hombres Mujeres

6-12 13-15 6-12 13-15 6-12 13-15

Papaloapan 7.8 28.9 7.7 23.9 8.0 33.8

Indígena* �.� 2�.� �.3 23.� �.0 35.�

Presencia indígena** 6.� 2�.6 �.5 26.1 6.4 2�.5

Indígena dispersa*** �.5 26.6 �.� 24.2 �.2 2�.�

Nota: No incluye a la población que no especificó la condición de asistencia. * �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 66. Distribución porcentual de la población de 15 a 5� años en hogares indígenas por nivel de

instrucción según sexo, 2000

Nivel de instrucción Total Hombres Mujeres

Sin instrucción 1�.1 14.1 23.�

Primaria incompleta 34.5 34.� 34.3

Primaria completa 25.1 26.� 23.6

Secundaria incompleta 4.� 6.0 4.0

Secundaria completa 12.� 14.� 11.0

Postsecundaria 2.� 3.0 2.�

No especificado 0.� 0.6 0.�

11�

es población económicamente inactiva, siendo en este último grupo mayor el por-

centaje de mujeres que de hombres (veáse gráfica 124).

La población indígena masculina, mayoritaria entre la población ocupada,

tiene aún poca presencia en los sectores de la transformación y los servicios, don-

de se observa un mayor número de mujeres que se emplean principalmente en el

sector terciario. De hecho este sector absorbe a más de la mitad de la población

indígena femenina que labora en la actualidad, si bien su número es considera-

blemente menor al de su contraparte masculina (veáse gráfica 125).

No obstante, este panorama se invierte en la metrópoli regional de Tuxtepec.

A partir de los años cincuenta, cuando se puso en marcha la primera etapa del

proyecto hidrológico de la Cuenca del Papaloapan, ese municipio sirvió como

centro de operaciones y punto de enlace con el resto del país y, principalmente,

con las ciudades de Tierra Blanca, Córdoba y el puerto de Veracruz. Es cierto

que desde principios del siglo xx e incluso desde la Colonia ya se había caracte-

rizado por ser el puente entre la Mazateca baja y la Chinantla con la sociedad no

indígena; sin embargo, no cabe duda que ha sido en los últimos 50 años cuan-

do dicho municipio ha transformado la economía de la región. Al ser el centro

de mayor actividad industrial, Tuxtepec concentra la mayor parte de población

indígena que ha abandonado las tareas del campo para dedicarse a los empleos

de los sectores secundario y terciario. La población indígena que labora como obrera en este municipio representa 57% de los indígenas regionales empleados

en el sector secundario y 52% de los que laboran en el sector terciario. Por lo

tanto, Tuxtepec es el único municipio de la región donde el comercio y los ser-

vicios emplean a la mayoría de la población indígena ocupada, ya que 44.5%

de la población indígena que habita en el municipio se dedica a este tipo de

actividades.

Después de la cuidad de Oaxaca, Tuxtepec es actualmente el segundo cen-

tro económico más importante del estado, ya que las industrias cañera, hulera

y de materiales para la construcción se concentran prioritariamente ahí. La in-

dustria cervecera ha sido a su vez una fuente importante de desarrollo que atrae

obreros procedentes de los grupos indígenas de la región, así como de Veracruz,

Michoacán y Puebla (Pardo, 1995). En esta misma medida, el nivel de ingresos

que obtiene la población indígena de Tuxtepec contrasta de manera significativa

con el promedio general de ingresos que se observa en la región. En el primer

caso, la población indígena que carece de ingresos representa apenas 10.9% de

Gráfica 124. Porcentaje de población de 12 años y más en hogares indígenas según condición de actividad, 2000

Gráfica 125. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por sector

según sexo, 2000

11�

este sector, cuando la media regional indica que en el resto de los municipios el

promedio de población es superior a 50% de la población indígena. Mientras en

Tuxtepec la quinta parte de la población indígena residente obtiene más de dos

salarios mínimos, en el resto de los municipios este porcentaje desciende a 6.5%

de indígenas mayores de 12 años que residen en la región (veáse gráfica 126 y

cuadro 67).

En este sentido, se puede afirmar que en la Región Papaloapan los niveles

de ingreso descienden proporcionalmente de acuerdo con el grado de urbaniza-

ción de cada municipio, ya que las entidades rurales, con pequeños sectores de

población dispersa, exhiben los mayores porcentajes de población indígena que

carece de ingresos. Así, en las entidades municipales que cuentan con menos de

15 mil habitantes, como San Felipe Usila, San Juan Quiotepec o San Pedro Yólox,

el promedio de población indígena sin ingresos remunerados es superior a 70%,

mientras en aquellos que tienen más de 30 mil habitantes dicho porcentaje oscila

entre 30% y 40% de la población indígena ocupada.

Marginación social

Pese a contar con uno de los polos de desarrollo económico más importantes del

estado, la Región Papaloapan se caracteriza por un elevado nivel de marginación

social, ya que 22 de sus 24 municipios son entidades que ingresan en las cate-

gorías de alta o muy alta marginalidad. Los niveles de marginación se acentúan

principalmente en el distrito Choapam, cuyos municipios son considerados en su

totalidad de muy alta marginalidad, pero afectan también a los municipios del

distrito de Tuxtepec, donde sólo la entidad que da nombre al distrito es conside-

rada de marginación media. Estos datos indican que cerca de 190 mil indígenas

de la región viven en condiciones de extrema marginación o de marginación

alta, lo que en otros términos significa que sólo 20% de la población indígena

Gráfica 126. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por ingreso según sexo, 2000

Cuadro 6�. Distribución porcentual de la población de 12 años y más ocupada en hogares indígenas por tipo de municipio y sexo según

ingreso, 2000

Tipo de municipio y sexo

Sin ingresos

Menos de 1 salario mínimo

De 1 a 2 salarios mínimos

Más de 2 salarios mínimos

Población total 39.9 29.8 20.2 10.1

Indígena* 50.� 30.3 12.4 6.5

Presencia indígena** 52.3 1�.5 22.4 �.�

Indígena dispersa*** 11.� 30.� 3�.5 1�.0

Hombres 35.1 34.7 15.4 14.8

Indígena* 4�.5 31.2 �.2 12.1

Presencia indígena** 41.6 2�.5 15.6 14.3

Indígena dispersa*** �.5 41.� 30.1 1�.5

Mujeres 41.0 28.6 21.4 9.0

Indígena* 51.1 30.1 13.5 5.3

Presencia indígena** 54.3 15.5 23.6 6.6

Indígena dispersa*** 12.� 2�.1 41.3 1�.�

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.***Menos de 40% de población indígena.

11�

regional escapa a esa condición social. En efecto, a pesar de que la Cuenca del

Papaloapan es una zona estratégica para las economías de Veracruz y Oaxaca,

los grupos indígenas mazateco y chinanteco no se han beneficiado de los grandes

proyectos productivos impulsados por el gobierno federal, ni mucho menos de la

integración del noreste de Oaxaca a la economía nacional.

Los altos índices de marginalidad social se expresan en el hecho de que

58% de dichas viviendas carece aún de agua entubada y 8 669 no cuentan con

energía eléctrica. Incluso en la ciudad de Tuxtepec, donde la oferta de servi-

cios es considerablemente mayor a la de los municipios aledaños, 30% de las

viviendas indígenas no disfrutan del servicio de agua potable, aunque la gran

mayoría tiene acceso a luz eléctrica. En contraste, subsisten municipios donde

la totalidad de los hogares indígenas está construida sobre pisos de tierra, como

es el caso de Ayotzintepec y Santiago Yaveo. En una región donde florece la

industria de materiales para la construcción, 28 241 viviendas indígenas care-

cen de pisos de cemento, lo que representa cerca de 45% del total (veáse grá-

fica 127).

En el nivel de la composición de las viviendas y de los servicios que la inte-

gran, la Región Papaloapan se encuentra muy por debajo de la media estatal. De

acuerdo con los datos de Pardo (1995), el promedio de ocupantes por vivienda

en esta región es de 5.7, cifra ligeramente superior al promedio estatal, que es de

5.1. De igual manera, si la proporción estatal de viviendas sin agua entubada es

de 36%, en el Papaloapan, como hemos indicado, se eleva a 58% de las vivien-

das indígenas.

Configuración étnica

La cuenca del Papaloapan es una región históricamente pluriétnica. Durante si-

glos han cohabitado los mazatecos de la zona baja con chinantecos y, en menor

proporción, con zapotecos. En términos demográficos y tomando como paráme-

tro la lengua, los hablantes de chinanteco se presentan como el grupo indígena

mayoritario, con 94 956 hablantes que se distribuyen en 19 municipios, en 14 de

los cuales constituyen la lengua indígena dominante. Sin embargo, el mazateco

representa hoy en día cerca de 35% de la población indígena regional, lo cual lo

ubica como el segundo grupo etnolingüístico de mayor importancia demográfica

(veáse gráfica 128).

Gráfica 12�. Servicios en las viviendas indígenas del Papaloapan

Gráfica 12�. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena

por tipo de lengua, 2000

120

Chinantecos

La población chinanteca suma 201 201 personas en todo el país, de las cuales

el 76.9% habita en el estado de Oaxaca, dentro o fuera de su territorio histórico,

donde ocupan el cuarto lugar a escala estatal, con 154 921 individuos. En reali-

dad los chinantecos no se reconocen a partir de ese nombre étnico, sino que se

llaman a sí mismos dzä jmiih o tsa jujmi, que se traduce como “gente del idioma”

o “gente de la palabra”, según si son de las zona alta o de la baja (Bartolomé et

al., 1999). No existe acuerdo entre los lingüistas para determinar el número pre-

ciso de variantes dialectales, aunque todo parece indicar que cada municipio o

comunidad representa una variante. De cualquier forma, siete de cada 10 chinan-

tecos del Papaloapan residen en los municipios de San Lucas Ojitlán, San Juan

Bautista Tuxtepec, San Juan Bautista Valle Nacional, San Juan Lalana y San Felipe

Usila.

La tendencia hacia la pérdida de la lengua vernácula parece, sin embargo,

más acentuada entre los chinantecos que entre los mazatecos. Aunque el núme-

ro de los primeros es mayor, dada su extensión territorial y demográfica, sólo

39% de los chinantecos conserva el empleo de su lengua vernácula, mientras

que seis de cada 10 mazatecos del Papaloapan es aún capaz de hablar su propia

lengua indígena. De ahí, a su vez, que el promedio de monolingües sea mayor

entre este grupo indígena, ya que 20% de los hablantes de mazateco mayores

de cinco años desconocen el castellano. Salvo los casos de San Felipe Usila y

San Juan Lalana, donde el número de monolingües es considerable, el resto de

los municipios chinantecos presenta en cambio altos niveles de bilingüismo,

que abarcan generalmente a 90% de sus hablantes de lengua indígena (veáse

gráfica 129).

En los municipios indígenas chinantecos encontramos que el porcentaje de

población monolingüe es relativamente pequeño, pues 15% de los hablantes se

comunican sólo en lengua vernácula. Según Bartolomé (1999), el alto grado de

bilingüismo en la Chinantla no debe necesariamente interpretarse como un fenó-

meno de desplazamiento del idioma tsa jujmi por el español. De cualquier ma-

nera, si consideramos que para principios de la década de los cincuenta un gran

porcentaje de los indígenas de este grupo eran monolingües, no cabe duda que

la adopción del español como lengua franca es un proceso irreversible y acelera-

do en los últimos años con el incremento de la migración. Hay que recordar que

un contingente considerable de indígenas tsa jujmi fueron reacomodados en di-

ferentes zonas del estado de Veracruz y del mismo Oaxaca, lejos de su territorio

y en condiciones deplorables para su desarrollo económico y cultural. Debido a

lo anterior, la sustitución de la lengua materna por el español entre la población

desplazada tiene un ritmo más acelerado que entre aquellos que conservaron sus

tierras y están en condiciones de reproducirse como grupo diferenciado. Hoy en

día los municipios que destacan por su alto grado de monolingüismo son San Fe-

lipe Usila, San Juan Bautista Tlacoatzintepec y San Juan Petlapa, los tres con un

porcentaje de población indígena superior a 99%, con niveles de marginación

alto los dos primeros y muy alto el tercero (veáse cuadro 68).

Si se observa la pirámide de edad es posible ubicar la mayor concentración

de población chinanteca en las nuevas generaciones, ya que la población de cin-

co a 19 años para el caso de los hombres es de 43% y para las mujeres de 40.4%.

Este porcentaje va descendiendo paulatinamente conforme va aumentando la

edad de la población, sin embargo, resulta significativo el volumen de hombres y

mujeres chinantecos que tienen 60 años o más (veáse gráfica 130).

Gráfica 12�. Población de 5 años y más chinanteca bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

121

Mazatecos

El segundo grupo en importancia numérica lo conforman los mazatecos, cuya

población nacional alcanza los 305 836 individuos, de los cuales 73.39% habi-

ta en el estado de Oaxaca. Como ya se ha señalado, el territorio histórico de los

mazatecos se divide en dos zonas —la Cañada y el Valle Papaloapan-Tuxtepec—,

atendiendo a las variaciones ecológicas que traen aparejadas diferentes dinámicas

regionales y metrópolis distintas; así, podemos decir que Teotitlán para la zona alta

y Tuxtepec para la baja, han cumplido el papel de centros político-económicos.

Las relaciones entre ambos núcleo no son constantes, por lo que los mazatecos de

Tierra Caliente interaccionan más con sus vecinos chinantecos y con los mestizos

del Papaloapan, que los mazatecos del Cañada. Como grupo etnolingüístico ocu-

pan el tercer lugar a escala estatal, con 224 436 personas, de las cuales sólo 26%

vive en los cuatro municipios en donde son mayoría en el Papaloapan.

El nombre con que se autodenominan los mazatecos es chjota énna, que sig-

nifica “gente que habla nuestra lengua” (Maldonado y Quintanar, 1999); con res-

pecto a su idioma, se reconocen 10 variantes dialectales, dependiendo la inteligi-

bilidad de las zonas. Así, las variantes de la baja son más cercanas entre sí que lo

que pudieran ser las de la alta (ibídem). Lo mismo que en el caso chinanteco, no

hay que olvidar que la construcción de la presa Miguel Alemán implicó el reaco-

modo de aproximadamente 22 mil indígenas chjota énna durante la década de

los cincuenta y parte de los sesenta (López, 1995), lo que ha traído como conse-

cuencia procesos acelerados de sustitución de la lengua materna, principalmente

entre la población desplazada (veáse cuadro 69).

El número de mazatecos que reside en la Región Papaloapan asciende a 63

302 hablantes de esta lengua indígena, los cuales se ubican mayormente en tres

municipios: San Miguel Soyaltepec, San Felipe Jalapa de Díaz y San Pedro Ixca-

tlán, si bien se distribuyen, en mayor o menor medida, en siete municipios adi-

cionales, en cinco de los cuales son la segunda lengua indígena de importancia.

La pirámide de población muestra que su estructura poblacional es semejante a

Cuadro 6�. Distribución porcentual de la población de 5 años y más chinanteca por municipio, 2000

Municipio Población chinanteca Distribución porcentual

Papaloapan 89 078 100.0

San Lucas Ojitlán 15 �14 1�.0

San Juan Bautista Tuxtepec 14 110 15.�

San Juan Bautista Valle Nacional 12 34� 13.�

San Juan Lalana 10 �26 12.0

San Felipe Usila � ��2 11.1

Santiago Jocotepec � 203 �.2

Santa María Jacatepec 3 ��1 4.3

Ayotzintepec 3 140 3.5

San José Chiltepec 2 ��� 3.1

San Juan Quiotepec 2 0�2 2.3

San Pedro Yólox 2 040 2.3

Otros municipios 4 053 4.5

Gráfica 130. Distribución porcentual de la población chinanteca por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

Nota: No incluye a 0.3% de mujeres y 0.4% de hombres que no especificaron su edad.

122

la de los chinantecos, con mayores volúmenes de población entre los grupos de

menor edad y un porcentaje importante de personas mayores de 65 años (veáse

gráfica 131).

En los municipios indígenas mazatecos del Papaloapan tenemos una pobla-

ción monolingüe de 22.8%, porcentaje sensiblemente superior al que presentan

sus vecinos chinantecos. De los cuatro municipios chjota énna de la subregión,

en tres el porcentaje de población que sólo se comunica en su lengua nativa os-

cila entre 29% y 33.8%, ocupando San Felipe Jalapa de Díaz el porcentaje más

elevado (veáse gráfica 132).

Llama la atención el hecho de que San Miguel Soyaltepec sea el único donde

el bilingüismo está por arriba de 80%; probablemente esto se debe a que es el

único de los cuatro municipios mazatecos cuyo porcentaje de población indígena

está por debajo de 95%, siendo de apenas 85.7%. Además, no es coincidencia que

también sea el único que presente un índice de marginación alto, mientras que San

José Independencia, San Pedro Ixcatlán y San Felipe Jalapa de Díaz están catalo-

gados como municipios de muy alto grado de marginación.

Zapotecos

Los zapotecos, primer grupo etnolingüístico del estado, tienen una presencia muy

pequeña y territorialmente muy acotada en el Papaloapan, ya que su número de

hablantes suman 4 496 personas mayores de cinco años, la gran mayoría de los

cuales residen en los municipios de Santiago Choapam y Santiago Yaveo, donde

la lengua zapoteca es mayoritaria. Un número inferior de hablantes de zapoteco

se distribuye en siete municipios de la zona, pero en ninguno sobrepasan el cen-

tenar de personas.

Migración

La migración en el Papaloapan es un fenómeno relativamente reciente. Sin em-

bargo, desde la construcción de las presas Miguel Alemán y Miguel de la Madrid

la población indígena de la zona ha estado sometida a desplazamientos pobla-

Cuadro 6�. Distribución porcentual de la población de 5 años y más mazateca por municipio, 2000

Municipio Población mazateca Distribución porcentual

Papaloapan 59 785 100.0

San Miguel Soyaltepec 22 ��� 3�.3

San Felipe Jalapa de Díaz 1� �6� 2�.�

San Pedro Ixcatlán � 605 14.4

Acatlán de Pérez Figueroa 4 �02 �.�

San Juan Bautista Tuxtepec 3 54� 5.�

Santa María Jacatepec 1 56� 2.6

Santiago Yaveo 16� 0.3

San José Chiltepec 13� 0.2

Cosolapa 12� 0.2

San Lucas Ojitlán 60 0.1

San Pedro Yólox 44 0.1

Otros municipios 6� 0.1

Gráfica 131. Distribución porcentual de la población mazateca por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

123cionales que han implicado un fuerte éxodo de sus pobladores hacia otras enti-

dades del país. En la actualidad el número de chinantecos que habita en Veracruz

es de 32 080, cantidad que representa 15.9% del total del grupo etnolingüística.

Tan sólo en el municipio de Uxpanapa, Veracruz, que fuera elegido como sitio de

reubicación, hoy en día tratan de reproducirse cultural y económicamente 10 385

chinantecos, casi una tercera parte de los que viven en dicho estado.

La migración chinanteca ha seguido en este caso el proceso que caracteriza a

los mazatecos, sus vecinos más próximos. Al igual que éstos, en efecto, sus rutas

migratorias han privilegiado los estados centrales del país, si bien se han diversifi-

cado a su vez hacia los estados de Baja California y Chiapas, sea como jornaleros

agrícolas o como colonos campesinos en busca de tierras cultivables. El resultado

es un desplazamiento de población que involucra a 46 280 chinantecos fuera de

las fronteras de Oaxaca, 75% de los cuales, como hemos señalado, reside actual-

mente en territorio veracruzano, principalmente en los municipios de Uxpanapa,

Playa Vicente, Tres Valles, Cosamaloapan y Tierra Blanca.

Sin embargo, dos entidades centrales del país, el Estado de México y el Distri-

to Federal, concentran 20% de los migrantes chinantecos. Sólo en la delegación

de Iztapalapa se registran 1 719 hablantes de esta lengua indígena, una cifra su-

perior a la que contienen diversos municipios de origen en la Región Papaloapan

(veáse gráfica 133).

Comparativamente menor a la exterior, la migración de los indígenas del Pa-

paloapan a otros municipios de Oaxaca ha estado motivada por la atracción

laboral hacia los principales centros urbanos, pero también por factores relacio-

nados con los desplazamientos de población a partir de la construcción de las

presas hidráulicas. En el primer caso se advierte una afluencia creciente de chi-

nantecos y mazatecos hacia la ciudad de Tuxtepec y, en menor medida, hacia la

capital del estado; en el segundo, un desplazamiento de población hacia el muni-

cipio mixe de San Juan Mazatlán y algunos municipios istmeños, como Juchitán y

Salina Cruz. Estos centros constituyen los únicos polos de atracción dentro de la

entidad en los que se observa una presencia indígena de chinatecos o mazatecos

fuera sus regiones de origen.

Sólo cinco de los 24 municipios del Papaloapan son considerados centros de

expulsión migratoria. El municipio de San Juan Bautista Tuxtepec, donde se ubica

el principal centros urbano de la región, forma parte de las 18 entidades que se

mantienen en equilibrio, mientras que sólo el municipio de Cosolapa se presenta

como un polo de atracción. Éste no parece ser, sin embargo, un centro de atrac-

ción relevante para la población indígena regional, ya que en ella residen menos

Gráfica 132. Población de 5 años y más mazateca bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

Gráfica 133. Población migrante chinanteca según entidad federativa, 2000

124

de tres centenas de chinantecos y mazatecos, si bien se distingue un número cre-

ciente de hablantes de náhuatl.

Analizada a partir de la migración absoluta y de la reciente, la inmigración

interna en la Región Papaloapan es aún muy reducida, correspondiendo un volu-

men de 3 604 personas para el primer caso y 2 407 para el segundo, lo que repre-

senta 2.9% y 1.2% del total. Sin embargo, al observar este fenómeno a partir del

sexo de la población, existe un equilibrio migratorio para ambos casos en hom-

bres y mujeres, encontrando diferencias poco significativas (veáse gráfica 134).

En lo que se refiere a la migración absoluta, se puede observar que el muni-

cipio con población indígena dispersa de Cosolapa tiene una proporción impor-

tante de población que nació en otra entidad federativa, con 38 de cada 100 per-

sonas, seguido de Acatlán de Pérez Figueroa con una proporción mucho menor,

con 11 de cada 100. Respecto a la migración reciente, Cosolapa nuevamente

vuelve a destacar por contar con el mayor porcentaje de migrantes que residen en

Papaloapan desde 1995, con 9.4%. Le siguen a distancia los municipios de San-

tiago Yaveo y San Juan Bautista Tuxtepec, con 3% y 2.7%, respectivamente.

Gráfica 134. Porcentaje de migración en hogares indígenas por tipo de migración según sexo, 2000

* Se refiere a la población que reside en Papaloapan pero nació en otra enidad.** Se refiere a la población que desde 1��5 reside en Papaloapan.

125

REgIóN sIERRa NORTE

Habitada principalmente por zapotecos, la Sierra Norte de Oaxaca es también el hogar de otros grupos indígenas,

como los mixes, los chinantecos y los mixtecos. Se trata de una región escarpada donde los pueblos se encuentran

protegidos por los pliegues de un gran sistema montañoso, con alturas de hasta de 4 mil metros sobre el nivel del

mar (msnm). El conjunto de comunidades de la Sierra Norte forma parte de los distritos de Ixtlán y Villa Alta, princi-

palmente, aunque también pertenecen a una parte del distrito de Choapam. La Sierra Norte se compone por lo tanto

de tres distritos, 50 municipios y un número aproximado de 198 localidades que se reconocen como cabeceras de

distritos, agencias municipales, rancherías y, pocas, agencias de policía, generalmente agrupadas en torno a una po-

blación importante (Ríos, 1995).

La movilidad de los indígenas de esta región a otros estados del país se da mediante la vía Oaxaca-lxtlán, es decir,

por el camino que comunica la capital del estado con uno de los poblados serranos más importantes.4 A pesar de las

pocas vías de comunicación (sólo la carretera que va de Oaxaca a Yalalag y la que va de Oaxaca a Ayutla permiten

la interconexión entre los distritos de Villa Alta y Zoogocho), en la Sierra Norte es posible encontrar un sistema de

mercados que promueven una fuerte interacción entre distintas poblaciones de la región (Berg, 1989: p. 116). Este sis-

tema de plazas o mercados, establecidos una vez a la semana en determinadas poblaciones, se encuentra expandido

en cinco áreas: Comatlán-Villa Alta, Jaté-Yalalag, Los Cajonos, Rinconado y el rumbo de Zoogocho, permitiendo la

circulación de diversos productos del exterior, así como los productos agrícolas que se producen en el mismas sierra,

como café, ixtle y aguacate.

Debido a la variedad de pendientes en la orografía de la Sierra Norte, el clima en toda la región es sumamen-

te variado, encontrando tanto zonas boscosas y semitropicales como regiones totalmente áridas y semiáridas. En el

centro el clima es templado moderado, con lluvias en verano e invierno seco no riguroso, mientras que en partes del

norte y el sur el clima es tropical de bosque lluvioso (Nolasco, 1972: pp. 121-122). Esta variedad climática ha per-

4 Yalalag, como Ixtlán de Juárez, es de los pueblos más antiguos de la región (De la Fuente, 1�65: p. 34).

126

mitido la conformación de diversos ecosistemas que albergan una infinidad de

especies de flora y fauna. Por otro lado, esta región es considerada una de la más

fértiles de Oaxaca, a pasar de que también ha sufrido los estragos de la erosión,

ocasionada por la agricultura de roza y quema, el uso del carbón como combusti-

ble y la inundación periódica de ríos abundantes que van deslavando las laderas

donde se práctica la agricultura (Nader). Aun cuando ecológicamente la zona

está considerada como óptima para el cultivo de maíz, ahí donde la erosión es

intensa debido a lo inclinado de las laderas resulta imposible encontrar una capa

de tierra vegetal que pueda ser cultivada; tal es el caso de los municipios donde

se concentran los indígenas y en los cuales el problema ecológico es sumamente

grave (Nolasco, 1972).

La población indígena

Como otras regiones de Oaxaca, la Sierra Norte es una región mayoritariamente

indígena. Los 51 municipios que componen la región suman una población to-

tal de 79 363 habitantes, de los cuales 66 829 son indígenas, es decir 82.9% del

total. Este porcentaje es, a su vez, semejante a la proporción de municipios emi-

nentemente indígenas, ya que 44 de estas entidades tienen un promedio mayor

a 70% de ese sector poblacional, mientras sólo cuatro se caracterizan por tener

una población indígena dispersa. En la mayoría de los municipios el número de

hablantes de lengua indígena es superior a 90% de la población mayor de cinco

años, y sólo en dos este porcentaje es inferior a la mitad de esa población. De ahí

que, salvo en San Miguel del Río y Santa Catarina Lachatao, la permanencia de

las lenguas indígenas no presente hasta la fecha indicios de desaparición o des-

plazamiento lingüístico hacia el castellano.

La población indígena que sigue reproduciendo su lengua vernácula es pre-

dominante tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres, los cuales

representan poco menos de 80% de la población indígena regional. En otros térmi-

nos, ocho de cada 10 indígenas mayores de cinco años se desenvuelven cotidiana-

mente en zapoteco, chinanteco o mixe, lo que indica que la vigencia de la lengua

vernácula es superior al de otras regiones oaxaqueñas (veánse gráficas 135 y 136).

En el futuro, sin embargo, la preservación de las lenguas indígenas se puede

ver amenazada por la disminución porcentual que se observa en las nuevas ge-

neraciones. Como se aprecia en la gráfica anterior, es precisamente en esas gene-

raciones donde se concentra en mayor medida la población que ha perdido la

reproducción de su lengua originaria. En este sentido, se advierte un importante

porcentaje en los grupos de edad de cinco a nueve años, con 16.2% tanto para

los hombres como para las mujeres. Asimismo, la población hablante se con-

centra sobre todo en los grupos de edad de cinco a 29 años, con 43.4% para los

hombres y 41.8% para las mujeres.

A diferencia de otras regiones oaxaqueñas, la preservación de las lenguas

indígenas no ha implicado en la Sierra Norte un índice acentuado de monolin-

güismo. En este sentido, el monolingüismo regional es inferior a la media estatal,

calculado en 20% de la población indígena que habita en la entidad federativa, y

sólo en siete municipios el porcentaje es mayor a este promedio estatal. En la Sie-

rra Norte, en efecto, sólo 12.5% de los hablantes de lengua indígena desconocen

el castellano. Sin embargo, si se observa el comportamiento de la población mo-

nolingüe por sexo, se observa que el monolingüismo es más acentuado entre la

población femenina que entre la masculina. Mientras ocho de cada 100 hombres

son monolingües, 16 de cada 100 mujeres se encuentran aún en esta situación

lingüística (veáse gráfica 137).

Gráfica 135. Población que habita en hogares indígenas según su distribución porcentual por condición de habla indígena y sexo, 2000

12�

Sin embargo, el porcentaje de población monolingüe es superior en aquellos

municipios que concentran el mayor número de población y tiende a decrecer

en la medida en que la población municipal disminuye. Mientras que en los mu-

nicipios con más de 70% de población indígena la proporción monolingüe es de

13%, en aquellos que cuentan con menos de 40% de población éste disminuye a

0.9%, es decir, prácticamente es inexistente (veáse gráfica 138).

Los municipios más afectados por tener mayor porcentaje de población mo-

nolingüe son San Melchor Betaza, con 46.9% de población monolingüe, le si-

guen San Andrés Yaá, San Juan Yaeé y Santa María Temaxcalapa, con porcentajes

que van de 21.1% a 33.5% de población que sólo habla su lengua vernácula.

La estructura de los municipios en la Sierra Norte es esencialmente rural. De

hecho, sólo nueve municipios de la región superan los 2 500 habitantes y ningu-

no sobrepasa los 8 mil residentes. En cambio, 20 entidades municipales son tan

pequeñas que se encuentran por debajo del rango de los mil habitantes, y algunos

incluso tienen una población total cercana a 300 residentes. De ahí que sólo siete

Gráfica 136. Estructura por edades, sexo y condición de habla de lengua indígena, 2000

Nota: La población hablante de lengua indígena se considera a partir de los 5 años. No incluye a 101 hombres y 104 mujeres que no especificaron su edad.

Gráfica 13�. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

Gráfica 13�. Porcentaje de la población de 5 años y más monolingüe por tipo de municipio según sexo, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

12�

municipios concentren el 30% de la población regional, mientras que el resto se

concentra en pequeñas entidades que oscilan entre 300 y 2 500 habitantes.

En buena medida, esta configuración se explica por dos patrones de resi-

dencia que son comunes en la Sierra Norte. En los distritos de Ixtlán y Villa Alta

hay poblados más compactos, con un promedio de 1 500 habitantes, aunque

la mayoría son poblados que integran entre 700 u 800 habitantes. En el área de

Choapam predomina, en cambio, un patrón de asentamientos disperso, donde

únicamente existen seis municipios con un número aproximado de 133 localida-

des, predominando las rancherías con un promedio de 300 habitantes.

En términos generales, la mayoría de la población indígena se distribuye en

localidades de tamaño intermedio, que oscilan entre 500 y 2 500 habitantes. Si

bien ninguna de las localidades regionales supera este rango de habitantes, más

de 70% de la población indígena regional habita en este tipo de comunidades,

mientras que el 30% restante reside en pequeñas localidades menores a 500 ha-

bitantes (veáse gráfica 139).

Salud y fecundidad

La estructura conyugal de la población indígena no presenta variaciones signi-

ficativas entre el número de personas que se encuentran solteras o casadas y es

mínima la diferencia porcentual entre ambos sexos. No obstante, esta tendencia

varía dependiendo del volumen de población indígena existente en el municipio.

Mientras que en los municipios mayoritariamente indígenas el porcentaje de sol-

teros disminuye tanto en los hombres como en las mujeres, con 48.3% y 40.5%,

respectivamente, en el caso de aquellos que cuentan con población indígena

dispersa aumenta a 60.5% y 51.4%. En el caso de la población casada, por el

contrario, sucede un comportamiento inversamente proporcional (veánse gráfica

140 y cuadro 70) .

Gráfica 13�. Población en hogares indígenas y su distribución porcentual según tamaño de la localidad, 2000

Gráfica 140. Estado conyugal de la población indígena de 12 a 4� años por tipo y sexo, 2000

Cuadro �0. Distribución porcentual de la población de 12 a 4� años por estado conyugal por tipo de municipio y sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Soltero Casado o unido Viudo, separado o

divorciado

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

Sierra Norte 15 220 17 252 49.2 40.8 49.3 53.3 1.5 5.9

Indígena* 13 �06 15 ��� 4�.3 40.5 50.2 53.� 1.5 5.�

Presencia indígena** 1 0�1 1 0�3 5�.� 42.5 3�.� 4�.6 1.4 �.�

Indígena dispersa*** 243 260 60.5 51.4 3�.3 44.2 1.2 4.2

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

12�

En lo que se refiere a la fecundad, los municipios que destacan por tener los

mayores promedios de hijos nacidos vivos en población indígena de 12 a 49 años

cuentan con un volumen mayoritario de población indígena. Destacan Nuevo

Zoquiapam, San Juan Comaltepec, Santa Ana Yareni, Santiago Galopa y Santiago

Yaveo, con 2.7 hijos nacidos vivos. Los primeros tres municipios se caracterizan

por tener un porcentaje de población indígena mayor a 70%, mientras que el res-

tante cuenta con un volumen de entre 40% y 69% (veáse gráfica 141).

En los servicios de salud sucede algo similar, ya que los mayores porcentajes

de población que no tiene acceso a los servicios de salud que ofrecen el estado o

instituciones privadas corresponden a municipios que se caracterizan por su alto

volumen de población indígena. San Pedro Yaneri, San Juan Yatzona y Santiago

Laxota presentan un alarmante porcentaje de indígenas que no tienen acceso a

servicios de salud, ya que prácticamente toda la población se encuentra en esta

situación (veáse gráfica 142).

Nuevamente Santiago Yaveo es el único municipio con presencia indígena

que se distingue por su alto porcentaje de población que carece de servicios de

salud, ya que sólo una persona de cada 100 es derechohabiente. La falta de ac-

ceso a servicios de salud es determinante en la alta tasa de mortalidad infantil

existente en la Sierra Norte, por lo que la tendencia observada anteriormente se

repite también en este indicador (veáse gráfica 143).

Los municipios que destacan por tener la mayor tasa de mortalidad infantil

son San Juan Comaltepec, Santiago Camotlán y San Pedro Yaneri, pues de cada

100 niños nacidos vivos de la población femenina de 12 a 49 años, 44, 40 y 39

niños, respectivamente, no logran sobrevivir el primer año de vida. Esta situación

debe de poner en alerta a las autoridades sanitarias del estado para reforzar los

servicios de salud y brindar mejores condiciones de vida a la población indígena

de la región.

Gráfica 141. Municipios con mayor promedio de hijos nacidos vivos de la población femenina de 12 a 4� años en hogares indígenas, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.

Gráfica 142. Municipios con mayor porcentaje de población en hogares indígenas sin derecho a servicios de salud, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.

130

Educación

En la Sierra Norte la educación primaria corre a cargo de dos programas guberna-

mentales: la educación bilingüe bicultural de la Dirección General de Educación

Indígena y el Programa General de Educación Primaria, extendidos en la gran

mayoría de los municipios regionales. En cambio, la educación secundaria está

limitada a un número reducido de centros que proporcionan este tipo de instruc-

ción, lo que obliga a que un número creciente de niños y adolescentes acudan a

la ciudad de Oaxaca a completar su instrucción básica.

Como lo atestigua Pérez García (1996a: p. 385), desde finales del siglo xix

las escuelas empezaron a llegar a algunas comunidades privilegiadas, que año

con año recibían gran cantidad de jóvenes de diversas comunidades de la re-

gión. Sólo hasta el año de 1922 empezaron a llegar las primeras escuelas fede-

rales. Para mediados del siglo xx prácticamente todas las comunidades zapote-

cas contaban con edificios, tanto para los maestros que llegaban de fuera como

para los alumnos, y con sueldos para directores, maestros y ayudantes. Las es-

cuelas eran construidas con trabajo comunitario y ayuda mutua. Actualmente,

en la gran mayoría de los municipios zapotecos, todo individuo participa en el

trabajo comunitario para el propio beneficio de la infraestructura educativa, la

cual se ha visto apoyada por las remesas que llegan de Estados Unidos.

Esta situación permite que los índices de analfabetismo en la Sierra Norte

sean considerablemente inferiores a los que presentan otras regiones oaxaqueñas

y sean equivalentes a la media estatal. Como ésta, en efecto, la población analfa-

beta de la región representa 20% de los indígenas de 15 años y más, si bien se

observa que el porcentaje de analfabetismo afecta sobre todo a las mujeres. De

cada 100 mujeres indígenas de 15 años y más, 27 no saben leer ni escribir, pro-

porción que se reduce significativamente en los hombres a 14 de cada 100 (veán-

se gráfica 144 y cuadro 71).

Sin embargo, esta situación no resulta homogénea para todos los municipios.

Existen al menos 18 entidades de la región que están por encima de la media

Gráfica 143. Municipios con mayores tasas de mortalidad infantil, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena

Gráfica 144. Porcentaje de población de 15 años y más en hogares indígenas por condición de analfabetismo

según sexo, 2000

131

estatal de analfabetismo, y en el caso de San Andrés Yaá dicho índice supera el

48% de la población mayor de 15 años. Los municipios más afectados en este

sentido, además de San Andrés, son San Melchor Betaza y Villa Hidalgo, con

48.2%, 37.3% y 34.3%, respectivamente.

Al igual que los índices de analfabetismo, la inasistencia escolar en la gene-

ración de niños que cuentan entre seis y 12 años de edad es menor en la Sierra

Norte que en otras regiones oaxaqueñas. En el siguiente grupo de edad, sin em-

bargo, la inasistencia escolar de los jóvenes es más acentuada, ya que 32% de

los hombres y 39% de las mujeres de esta generación no cursan aún la escuela

secundaria (veánse gráfica 145 y cuadro 72).

Igual que en el caso de analfabetismo, la población que se ve más afectada

por la inasistencia escolar se ubica en los municipios de presencia indígena. En

el caso de la población de seis a 12 años que no asiste a la escuela, la cifra es de

8.5%, cerca del doble promediado para toda la región; sin embargo, en aquellos

municipios que cuentan con menos de 40% de población indígena el porcentaje

disminuye 3.4 puntos (veáse cuadro 73).

En las generaciones de mayor edad se observa un nivel de instrucción que

resulta aún insuficiente, ya que la mayor parte de esta población no cuenta con

instrucción alguna (10.1%) o cuenta con la primaria incompleta (36.3%). Asi-

mismo, son pocos los que pudieron concluir la educación secundaria (11.5%) y

mucho menos los que lograron acceder a estudios de educación media superior

o superior (1.3%), por lo que se hace evidente que esta población cuenta con un

rezago educativo alarmante (veáse cuadro 74).

Cuadro �1. Porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas por tipo de municipio según sexo e índice de

sobreanalfabetismo femenino, 2000

Tipo de municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Sierra Norte 20.6 13.5 26.8 2.0

Indígena* 20.2 13.1 26.3 2.0

Presencia indígena** 2�.1 21.3 36.� 1.�

Indígena dispersa*** 13.� 5.3 21.4 4.0

Nota: El índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Cuadro �2. Porcentaje de población de 6 a 15 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela por tipo de municipio según grupos de edad y

sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Hombres Mujeres

6-12 13-15 6-12 13-15 6-12 13-15

Sierra Norte 4.9 32.0 4.3 24.6 5.6 39.1

Indígena* 4.� 31.� 3.� 24.1 5.5 3�.3

Presencia indígena** �.5 35.� �.2 31.� �.� 41.3

Indígena dispersa*** 3.4 1�.5 4.4 15.� 2.5 23.1

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 145. Distribución porcentual de la población de 6 a 15 años por condición de asistencia escolar según grupos de edad y sexo, 2000

132

Ingresos y empleo

La mayoría de los indígenas de la Sierra Norte se dedica a la agricultura en tierras

comunales y ejidales, aunque también una buena parte se dedica al comercio.

Los mixes y los chinantecos sirven muchas veces de jornaleros cuando la tierra

de cultivo excede la mano de obra familiar (Barabas, 1999: p. 82). Se cultiva

principalmente maíz, frijol, papa, chile, calabaza y chilacayote; en algunos mu-

nicipios se practica la fruticultura de durazno y capulín. La región es apta para

el café y para la explotación de madera (sobre todo en Villa Alta, donde se con-

centra la población mestiza). Además de las actividades agrícolas los zapotecos

también se han dedicado a la extracción de metales, como el oro, la plata, el

cobre, el zinc y el plomo, así como a la cría de ganado vacuno y equino y de

aves de corral.

Actualmente se registra un volumen de población indígena de 46 mil per-

sonas de 12 años y más, de las que poco más de 22 mil forman parte de la po-

blación económicamente activa, lo que representa 49% del total. La población

inactiva se conforma principalmente por mujeres, ya que de cada 100 personas

que no son económicamente activas 72 son parte de la población femenina y 28

de la masculina (veáse gráfica 146).

La población indígena económicamente activa está conformada por 22 503

personas, de las cuales 22 419 están ocupadas y 84 están desocupadas. En ambos

casos se observa que la mayoría son hombres, con 67.2% en la ocupada y 90.5%

en la desocupada; sin embargo, en el caso de las mujeres, comparadas con otras

regiones de la entidad, su participación dentro del sector ocupado es alto, ya que

representan prácticamente un tercio del total.

La pobreza está sumamente extendida en la mayoría de los municipios de la

región. A pesar de que sólo 0.5% de la población económicamente activa se en-

cuentra desocupada, la mayoría se ocupa en el sector primario, en una agricul-

tura de autoconsumo y con tierras cada vez menos fértiles. De esta forma, gran

parte de los indígenas se dedican a sembrar maíz, calabaza, chile y frijol, princi-

palmente. Si bien en las regiones húmedas, donde es posible sembrar dos veces

al año, las familias indígenas obtienen una gran cantidad de granos para subsistir,

Cuadro �3. Municipios con mayor porcentaje de población de 13 a 15 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Sierra Norte 32.0 24.6 39.1

San Miguel del Río* �0.� �4.6 100.0

Santiago Lalopa* 61.� 62.5 61.5

San Pedro Yaneri* 5�.0 44.0 6�.4

San Pablo Macuiltianguis* 56.� 5�.1 56.1

Villa Hidalgo* 52.1 45.3 60.0

Nuevo Zoquiapam* 45.1 4�.5 43.2

San Juan Yaeé* 44.2 22.5 63.0

San Andrés Solaga* 43.6 30.6 5�.�

San Ildefonso Villa Alta* 43.2 31.2 55.4

Teococuilco de Marcos Pérez* 42.1 3�.5 46.�

San Juan Juquila Vijanos* 41.6 30.4 4�.3

Tanetze de Zaragoza* 40.� 3�.5 43.1

Santa María Yalina* 40.0 30.� 5�.1

Santiago Camotlán* 3�.0 34.� 42.�

Santiago Yaveo** 3�.1 33.0 44.6

En la Sierra Norte no hay municipios con menos de 40% de población indígena. * �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Cuadro �4. Distribución porcentual de la población de 15 a 5� años en hogares indígenas por nivel de instrucción según sexo, 2000

Nivel de instrucción Total Hombres Mujeres

Sin instrucción 10.1 �.3 12.5

Primaria incompleta 36.3 33.5 3�.5

Primaria completa 35.3 36.� 34.1

Secundaria incompleta 4.� 6.1 3.�

Secundaria completa 11.5 14.2 �.2

Postsecundaria 1.3 1.5 1.1

No especificado 0.6 0.6 0.�

133

en las regiones más áridas se siembra sólo una vez, lo que dificulta el autocon-

sumo sostenido, puesto que las cosechas sólo permiten abastecer a las familias

durante seis meses.

Otro de los problemas que han enfrentado los indígenas es la escasez de pla-

nicies para incrementar su actividad agrícola. De hecho, son muy pocas las co-

munidades que disponen de tierras planas para la agricultura a gran escala o para

implementar sistemas de regadío. Pérez García, al referirse a la cabecera munici-

pal de Abejones, advertía que “la población está asentada en una ladera tan in-

clinada que una piedra rodada a las orillas de ella puede llegar hasta Río Grande;

mirando hacia el oriente tiene la particularidad de recibir desde el amanecer los

primeros rayos del sol” (1996b: p. 190). Si bien es cierto que esta orografía tan ac-

cidentada tiene la ventaja de propiciar una gran variedad de climas, de flora y de

fauna, diversos factores, como la tala inmoderada y el agotamiento de las tierras

de cultivo por falta de técnicas de rotación y descanso, ha ocasionado el irrever-

sible deterioro ecológico de la región. Por otro lado, no todos los indígenas tienen

acceso a las tierras necesarias para el autoconsumo (veáse gráfica 147).

Del total de la población indígena ocupada, cerca de 57% carece de un in-

greso remunerado y 25% adicional recibe menos de un salario mínimo. Esto in-

dica que más 15 mil miembros de la población ocupada viven en condiciones

inferiores a los niveles mínimos de bienestar, ya que sólo 5% de esta población

obtiene ingresos superiores a dos salarios mínimos (veáse gráfica 148).

Si se analiza el ingreso a partir del tipo de municipio es probable observar

que no existe una relación entre el salario y el volumen de población indígena,

ya que los ingresos superiores a dos salarios mínimos son casi inexistentes en los

tres tipos de municipio (veáse cuadro 75).

Mientras que en los municipios indígenas y con población indígena disper-

sa alrededor de 57 de cada 100 personas ocupadas no perciben ingresos, este

promedio aumenta significativamente a 61 en los municipios con presencia in-

dígena. Sin embargo, en el caso de la población que percibe más de dos salarios

mínimos, parece existir una relación inversamente proporcional entre el volumen

de población indígena y el ingreso, siendo los municipios con menos de 40% de

población donde el promedio es mayor que en los demás municipios, ya que 10

de cada 100 perciben este ingreso, mientras que en aquellas donde la población

es mayor a 70% esta proporción se reduce a la mitad.

Gráfica 146. Porcentaje de población de 12 años y más en hogares indígenas según condición de actividad, 2000

Gráfica 14�. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por sector según sexo, 2000

Nota: No incluye a 1.0% de hombres y 2.3% de mujeres que no especificaron el sector económico en que partici-paban.

134

Marginación social

Sólo ocho municipios de la región presentan índices de muy alta marginalidad,

pero 31 son considerados entidades de marginación alta. En conjunto, estos mu-

nicipios representan cerca de 80% del total regional, y sólo los municipios de Gue-

latao y San Miguel del Río, con una población indígena sumamente escasa, presenta

un nivel bajo de marginación. Esto indica que 67 591 personas, que representan

92% de la población regional, residen en entidades donde los índices de mar-

ginación son esencialmente altos. De éstos, sólo dos municipios tienen un por-

centaje menor a 70% de población indígena: San Juan Chicomezúchil y Santa

Catarina Ixtepeji. El resto de los municipios de alta marginación son entidades in-

dígenas donde este sector de población supera en la mayoría de los casos el 90%

de la población municipal. Sin embargo, también son varios los municipios con

este porcentaje de población indígena que tienen una marginación media, como

Santa María Yalina, Santa Catarina Lachatao, Santa María Jaltianguis, Santa Ana

Yareni, San Pablo Villa de Mitla, Villa Talea de Castro, San Juan Evangelista Analco

y San Bartolomé Zoogocho. Y los pocos municipios cuya población indígena no

rebasa 70% de la población total, como Guelatao de Juárez y Santa María Yave-

sía, también presentan los mejores índices de calidad de vida.

En general, los niveles de marginación no resultan tan acentuados como los que

pueden observarse en otras regiones del estado. En los últimos años la red de cami-

nos se ha extendido considerablemente y los datos censales muestran que es bajo

el número de viviendas que no dispone de ningún servicio. Aunque estas viviendas

están construidas en las laderas de los cerros y el tipo de asentamiento suele ser dis-

perso por los mismos desniveles que presenta la sierra, la mayoría cuenta con ener-

gía eléctrica y agua entubada. Las viviendas de la Sierra Norte presentan, en efecto,

mejores condiciones, pero suelen estar construidas sobre pisos de tierra, aunque in-

tegren otro tipo de servicios, como el de sanitarios exclusivos (veáse gráfica 149).

Gráfica 14�. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por ingreso según sexo, 2000

Cuadro �5. Distribución porcentual de la población de 12 años y más ocupada en hogares indígenas por tipo de municipio y sexo según

ingreso, 2000

Tipo de municipio y sexo

Sin ingresos

Menos de 1 salario mínimo

De 1 a 2 salarios mínimos

Más de 2 salarios mínimos

Población total 56.7 25.4 12.9 5.0

Indígena* 56.5 26.3 12.4 4.�

Presencia indígena** 61.1 12.5 1�.3 �.1

Indígena dispersa*** 56.� 16.5 1�.3 �.5

Hombres 59.8 18.4 16.6 5.2

Indígena* 5�.6 1�.0 16.3 5.1

Presencia indígena** 62.1 11.� 20.1 5.�

Indígena dispersa*** 61.0 13.5 1�.� �.�

Mujeres 50.5 39.9 5.1 4.5

Indígena* 50.5 40.6 4.� 4.1

Presencia indígena** 55.4 16.1 15.1 13.4

Indígena dispersa*** 36.1 31.1 14.� 1�.0

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

135

El municipio de San Juan Juquila Vijanos se distingue por contar con el mayor

porcentaje de viviendas sin servicio de drenaje o sin sanitario exclusivo; por su

parte, en Santiago Camotlán más de la mitad de las viviendas indígenas cuentan con

energía eléctrica; en Santo Domingo Roayaga sólo cuatro de cada 100 viviendas

no tiene piso de tierra, y en San Juan Comaltepec sólo una de cada 10 viviendas no

presenta hacinamiento (veáse cuadro 76).

Configuración étnica

Salvo la nueva presencia de un número reducido de otras lenguas indígenas, los

tres grupos originarios de la Sierra Norte siguen siendo las piezas que componen

el mosaico étnico de la región, en una situación de dominación de los zapotecos

sobre los mixes y los chinantecos (Nolasco: p. 124). Julio de la Fuente señalaba

que también hay “islas habitadas descendientes tlaxcaltecas”, pero se han carac-

terizado por olvidar su origen de extracción, así como su lengua.

Aunque en el conjunto de los municipios de la Sierra Norte predomina el zapo-

teco como lengua mayoritaria, en la mayor parte de ellos se observa una presencia

de lenguas indígenas minoritarias. El mixe y el chinanteco están presentes en 31

municipios de la región, mientras que el mazateco y el mixteco tienen una presen-

cia escasa en seis municipios adicionales. Sólo las primeras lenguas tienen un nú-

mero mayor a los mil hablantes, indicativo de que existe una uniformidad lingüís-

tica en torno a la lengua zapoteca que predomina en la región (veáse gráfica 150).

El mayor contacto que los zapotecos establecen con los pueblos vecinos se

da principalmente con mixes y chinantecos, ya que con la población mestiza las

relaciones son esencialmente económicas y comerciales. Sin embargo, esta re-

lación no siempre es simétrica. En aquellas poblaciones donde los mixes o los

chinantecos comparten el espacio con la población zapoteca, como sucede en

la mayoría de los municipios, los primeros suelen ser confinados a la periferia de la

población, en un patrón de asentamientos que revela el dominio zapoteco sobre

el resto de los grupos indígenas.

Gráfica 14�. Servicios en la vivienda en la Sierra Norte, 2000

Cuadro �6. Municipios con población indígena marginada en relación a las características de la vivienda, 2000

MunicipioSin drenaje o sanitario exclusivo

Sin electricidad Con piso de tierra

Con hacinamiento

Marginación (CONapO)

Ixtlán de Juárez* �.� 4.� �0.4 �0.2 Alta

Nuevo Zoquiapam* 1.� 0.5 5�.1 �0.6 Alta

San Juan Chicomezúchil*** 3�.5 3�.5 6�.2 �6.� Alta

San Juan Comaltepec* 3.1 45.6 ��.2 �1.� Alta

San Juan Juquila Vijanos* 50.5 2.0 ��.5 ��.5 Alta

San Juan Yaeé* 14.� 1.3 �5.4 �0.0 Muy alta

San Mateo Cajonos* 1�.� 4.0 63.� �6.6 Alta

San Miguel Aloapam* 10.� 1.5 6�.0 �4.6 Muy alta

San Miguel Yotao* 31.5 1.� ��.2 �3.0 Muy alta

San Pedro Yaneri* 20.4 12.2 �1.� �5.4 Alta

Santiago Camotlán* 1�.5 53.� �0.6 ��.4 Alta

Santiago Choapam* 6.6 4�.6 �2.3 �5.� Muy alta

Santiago Yaveo** 11.� 13.5 5�.2 �4.� Alta

Santo Domingo Roayaga* 22.� 42.6 �6.4 ��.0 Alta

Santo Domingo Xagacía* 24.2 14.4 �3.2 �6.6 Muy alta

Nota: La selección se realizó a partir del porcentaje de hacinamiento.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

136 Zapotecos

Los zapotecos de la Sierra Norte se designan a sí mismo como bene ya’a, que

puede traducirse como “gente de la sierra”. Su población representa 90% de la

población indígena regional, con un total de 43 642 hablantes de zapoteco, los

cuales se distribuyen prácticamente en toda la región. Sin embargo, los munici-

pios que se distinguen por su mayor volumen de población zapoteca son Ixtlán

de Juárez, San Miguel Aloapam, Santiago Camotlán, San Ildefonso Villa Alta, Ta-

netze de Zaragoza, San Juan Juquila Vijanos, Villa Talea de Castro, San Andrés

Solaga, Santiago Laxota y San Juan Yaeé, al concentrar 19 mil zapotecos, lo que

representa 42.5% del total de esa población (veáse cuadro 77).

Aunque la población zapoteca de la Sierra Norte integra un gran número de

hablantes, en las últimas décadas se ha desarrollado un proceso de desplaza-

miento lingüístico hacia el castellano, principalmente en las generaciones más

jóvenes. Este proceso, sin embargo, es relativamente reciente si se considera que

hacia la década de los sesenta existían municipios, como Zoogocho y Juquila,

donde 95% de la población era aún monolingüe, “situación que parece haber

Gráfica 150. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena por tipo de lengua, 2000

Cuadro ��. Distribución porcentual de la población de 5 años y más zapoteca por municipio, 2000

Municipio Población zapoteca Distribución porcentual

Total 46 342 100.0

Ixtlán de Juárez 4 304 �.4

San Miguel Aloapam 2 24� 4.�

Santiago Camotlán 2 21� 4.�

San Ildefonso Villa Alta 2 055 4.4

Tanetze de Zaragoza 1 5�� 3.4

San Juan Juquila Vijanos 1 500 3.2

Villa Talea de Castro 1 460 3.2

San Andrés Solaga 1 45� 3.1

Santiago Laxopa 1 41� 3.1

San Juan Yaeé 1 3�2 3.0

Villa Hidalgo 1 316 2.�

Abejones 1 30� 2.�

Santiago Choapam 1 25� 2.�

San Juan Atepec 1 1�� 2.6

San Juan del Río 1 1�2 2.6

Santiago Yaveo 1 1�2 2.5

San Cristóbal Lachirioag 1 121 2.4

Teococuilco de Marcos Pérez 1 0�2 2.3

San Juan Comaltepec 1 016 2.2

San Juan Tabaá 1 00� 2.2

Santa Ana Yareni ��5 2.1

San Pedro Cajonos ��� 2.1

San Pablo Yaganiza �23 2.0

San Melchor Betaza �1� 2.0

Otros municipios 11 222 24.2

13�

sido típica en la comarca hasta 1970, excepto en los pueblos grandes” (Barabas,

1999: p. 84). Actualmente sólo siete de cada 10 zapotecos mayores de cinco

años dominan su lengua vernácula, aunque en algunos municipios, como Santa

Catarina Ixtepexi y San Juan Chicomezúchil, esta proporción desciende a seis ha-

blantes por cada 100 personas de ese grupo generacional.

Si se observa a la población hablante, es decir, aquellos que siguen reprodu-

ciendo su lengua originaria, es evidente que el mayor porcentaje se concentra en

los grupos de edad de cinco a nueve y de 10 a 14 años; no obstante, es claro que la

pirámide cada vez se va estrechando más, por la pérdida de población que deci-

de continuar con la reproducción lingüística de su cultura y por la baja del pro-

medio de fecundidad (veáse gráfica 151).

Además, en comparación con otros grupos indígenas de la entidad el volu-

men de población monolingüe es poco significativo, ya que de cada 100 indíge-

nas sólo 14 no hablan español. Este promedio es diferente si se analiza por sexo:

sólo ocho hombres monolingües por cada 100 indígenas, y el doble las mujeres,

es decir, 16 (veáse gráfica 152).

Chinantecos

Los hablantes de chinanteco que residen en la región se concentran principal-

mente en dos municipios de la región, donde constituyen la segunda lengua indí-

gena en importancia después del zapoteco (veáse cuadro 78)

Aunque la mayoría de la población chinanteca se ubica en la región del Pa-

paloapan, en la zona conocida como Chinantla baja, los municipios de la Sierra

Norte albergan 2 009 chinantecos, distribuidos en 14 municipios donde el núme-

ro de hablantes es escaso y en dos donde su población rebasa los 800 hablantes.

De ahí que los principales centros chinantecos de la Sierra Norte sean San-

tiago Choapam y San Juan Comaltepec, en los que se concentra 95% de los chi-

nantecos regionales. Mientras el primero es un asentamiento chinanteco desde

Gráfica 151. Distribución porcentual de la población en hogares indígenas por grupos quinquenales

de edad y sexo, 2000.

Nota: No incluye a 0.4% de mujeres y 0.4% de hombres que no especificaron su edad.

Gráfica 152. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

13�la época prehispánica, el segundo comenzó a ser poblado por este grupo a partir

de la década de los treinta, ya que anteriormente era exclusivamente zapoteco, de

acuerdo con los censos de principio de siglo (Pardo, 1995). En las últimas déca-

das su incremento poblacional también ha sido reducido, ya que entre 1990 y

2000 ambos municipios pasaron de 1 326 hablantes de chinanteco a los 1 696

que residen en la actualidad.

Al observar la configuración de la población chinanteca por grupos de edad,

la tendencia de que ésta se concentre en las nuevas generaciones de cinco a nue-

ve, de 10 a 14 y de 15 a 19 es evidente. Sin embargo, es posible observar que la

distribución porcentual en los demás grupos de edad se da de forma similar, ob-

servándose porcentajes similares tanto para hombres como para mujeres, y obser-

vándose además en el grupo de 65 años y más, tanto para los hombres como para

mujeres, un porcentaje de población significativo (veáse gráfica 153).

Igual que en el caso de los zapotecos, los chinantecos de la Sierra Norte pre-

sentan un volumen poco significativo de monolingües, que sin embargo se in-

crementa entre su población femenina. De los 923 hombres y las 1 062 mujeres,

sólo 120 y 219 personas, respectivamente, son monolingües, lo que representa

13% y 20.6% del total (veáse gráfica 154).

Cuadro ��. Distribución porcentual de la población de 5 años y más chinanteca por municipio, 2000

Municipio Población chinanteca Distribución porcentual

Total 2 009 100.0

Santiago Choapam ��2 43.5

San Juan Comaltepec �1� 40.�

Santiago Yaveo �� 4.4

Ixtlán de Juárez 6� 3.4

San Pablo Macuiltianguis 34 1.�

San Ildefonso Villa Alta 33 1.6

San Melchor Betaza 1� 0.�

San Baltazar Yatzachi el Bajo 16 0.�

Santa María Yalina 11 0.5

Otros municipios 51 2.5

Gráfica 153. Disribución porcentual de la población chinanteca por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

Nota: no incluye a 0.3% de hombres que no especificaron su edad.

Gráfica 154. Población de 5 años y más chinanteca bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

13�

Mixes

Aunque algunos municipios, como Santiago Yaveo y Villa Hidalgo, albergan en

conjunto alrededor de 800 hablantes de mixe, su población es poco representa-

tiva frente a los 2 498 hablantes de zapoteco que predominan en ambos muni-

cipios.

La población mixe que se asienta en los municipios de la región se caracteri-

za por pequeños contingentes que se han agregado paulatinamente a comunida-

des históricamente zapotecas, donde la vecindad con los primeros ha promovido

asentamientos bilingües en 20 municipios de la región, a pesar de que en la ma-

yoría de ellos la población mixe es menor a 100 habitantes. A diferencia de los

chinantecos, los cerca de 2 009 hablantes de mixe que residen en la Sierra Norte

carecen de un centro rector que aglutine a la mayoría de los miembros de este

grupo etnolingüístico.

Migración

Desde principios del siglo xx, y principalmente a partir de la década de los cua-

renta, los procesos migratorios han sido constantes entre la población zapoteca

de la Sierra Norte. Durante esa época los desplazamientos de población juvenil

desde Villa Alta hacia la ciudad de Oaxaca y otros puntos del territorio nacio-

nal promovieron un descenso importante de la población local en municipios

como Talea, Zoogocho y Yalalag (Barabas, 1999). La existencia de “poblaciones

fantasmas” en la región, apenas mayores a 100 habitantes, se convirtió en un pa-

norama recurrente que hoy en día se traduce en municipios con una población

sumamente escasa, como es el caso de San Juan Chicomezúchil, cuyo territorio

municipal tal sólo alberga 374 habitantes.

Los destinos de la población migrante han ido variando con las décadas.

Durante la primera época, la migración se dirigió hacia el estado de Veracruz,

principalmente a Catemaco y Playa Vicente, para encaminarse más tarde a la

ciudad de Oaxaca en busca de mejor capacitación educativa y mejores empleos.

La segunda etapa migratoria incorporó al estado de Morelos y al Distrito Fede-

ral, donde la mayoría de los migrantes zapotecos se asentaron en Nezahualcó-

yotl, trabajando como obreros no calificados, sirvientes y empleados federales

del servicio de correos (Ríos, 1995). Hacia la década de los setenta, la migración

regional se había ubicado ya en el mercado internacional, particularmente en el

estado de California, donde se desarrolló una migración “escalonada” que con

los años llegó a rebasar, en números absolutos, a la población residente en las

comunidades de origen.

La mayoría de los zapotecos serranos que migran hacia Estados Unidos per-

tenecen actualmente al Frente Indígena Oaxaqueño Binacional (fiob), que se ha

encargado de establecer las relaciones entre los migrantes y los pueblos de ori-

gen con el objeto de apoyar la economía familiar y comunitaria. De ahí que la

migración se haya convertido en un factor significativo para la reproducción de

la comunidad y el mejoramiento de la vida material, ya que una parte importan-

te de las remesas se destina a la construcción de viviendas y la obtención de bienes

de consumo que no podrían lograrse por la vía de la actividad agrícola. De igual

forma, la migración internacional ha traído consigo un reforzamiento de la iden-

tidad cultural, ya que sus ingresos han activado nuevamente la realización de

fiestas comunitarias y los antiguos principios de reciprocidad, conocidos en la re-

gión como tequio y gozona. En los lugares de destino, como Los Ángeles y ciudad

Nezahualcóyotl, las organizaciones zapotecas han terminado por reproducir las

culturas de sus comunidades, de tal manera que se celebran ahí las mayordomías

y las danzas, así como la organización de bandas de música que caracterizan a

las comunidades de origen.

Aunque originada en distintas regiones de Oaxaca, la migración zapoteca

constituye el segundo flujo de población más importante del estado, superado

tan sólo por la movilización mixteca. Se estima que cerca de 190 mil zapotecos

residen fuera de las fronteras de Oaxaca y en casi todas las entidades federativas

del país. Esta cifra equivale a la cuarta parte de los zapotecos residentes en el te-

rritorio nacional y a 38% de los que permanecen en el territorio oaxaqueño. En

mayor o menor medida, los hablantes de zapoteco se distribuyen en la mayoría

de las entidades federativas y en más de 900 municipios fuera de Oaxaca, si bien

algunos estados concentran la mayor parte de migrantes de este grupo indígena

oaxaqueño. Veracruz, Estado de México y Distrito Federal concentran las dos ter-

ceras partes de la migración zapoteca hacia el resto del país. Aunque la primera

entidad ha recibido principalmente zapotecos del Istmo de Tehuantepec, que se

han desplazado masivamente hacia las zonas petroleras veracruzanas, la pobla-

140

ción zapoteca del Estado de México y el Distrito Federal proviene en su mayor

parte de las zonas serranas y de los Valles Centrales. En algunas delegaciones y

municipios de estas entidades federativas su número es superior al de la mayo-

ría de los municipios oaxaqueños donde residen originalmente los zapoteco, ya

que oscilan entre 5 mil y 8 500 hablantes de esta lengua indígena. El municipio

mexiquense de Ecatepec alberga solo 8 625 migrantes zapotecos, tanto absolutos

como recientes (veáse gráfica 155).

Las consecuencias de estos desplazamientos en la Sierra Norte no han sido

menores. La migración no sólo ha permitido reproducir ciertos patrones cultura-

les, sino también ha sido decisiva en la transformación de la economía regional.

Desde los años cuarenta, los migrantes zapotecos comenzaron a aportar dinero

para las mejoras de sus comunidades, primero de manera individual y más tarde

a través de las organizaciones de migrantes. En 1987 se calculaba que 13% de

las familias del municipio de Zoogocho vivía exclusivamente de las remesas que

procedían del exterior (Ramos, 1991), un municipio donde se recibían mensual-

mente entre 100 y 150 mil pesos para apoyar la mayordomía del santo patrono

y la conmemoración de los muertos, con 70% de estos ingresos provenientes de

Estados Unidos y 30% de otras partes del país (Barabas, 1999).

Sin embargo, la mayoría de los municipios de la Sierra Norte son considera-

dos entidades en equilibrio migratorio, según las estimaciones de conapo. En los

34 municipios con ese equilibrio habita 60% de la población indígena regional,

pero 30% adicional se ubica en los 12 municipios de fuerte expulsión migratoria.

Estos municipios concentran, en efecto, a cerca de 23 mil indígenas, mayorita-

riamente zapotecos, que residen en entidades relativamente colindantes, hacia la

zona meridional de la Sierra Norte. El núcleo de expulsión más acentuado puede

ubicarse en los municipios que rodean Ixtlán de Juárez, cuyo distrito contiene la

mayoría de los centros de expulsión migratoria (veáse gráfica 156).

Dado que la mayoría de los municipios de la región son entidades mayorita-

riamente indígenas, con promedios superiores a 40% de este sector poblacional,

no se observa una correspondencia clara entre el grado de migración y el tipo de

municipio. Sin embargo, si se considera que ninguna de las cuatro entidades que

presentan un porcentaje menor de población indígena son centros de expulsión,

se advierte que el proceso migratorio es más acentuado entre la población indí-

gena de la región.

Aunque cuatro municipios (San Andrés Yaá, San Cristóbal Lachirioag, San

Juan Yatzona y Santa María Yavesía) son considerados zonas de atracción, la mo-

vilidad hacia la región es poco perceptible. Entre 1995 y el año 2000 sólo 391

personas de la región nacieron fuera de la entidad y otra cantidad similar residía

fuera de los municipios regionales (veáse gráfica 157).

Los municipios de Santiago Yaveo, Santa María Yavesía y Guelatao de Juárez,

los cuales se caracterizan por tener entre 40 y 69% de población indígena, desta-

can por detentar los mayores porcentuales de población migrante absoluta, con

5.8%, 5% y 4.3%, respectivamente. Por su parte, Santiago Lalopa, Santa María

Yavesía y Guelatao de Juárez tiene el mayor porcentaje de población indígena que

migró recientemente, con 7%, 3.7% y 3.6%. Este comportamiento muestra que la

región de la Sierra Norte tiene poca captación de migrantes de otros grupos in-

dígenas de Oaxaca.

Gráfica 155. Migrantes zapotecos según entidad federativa, 2000

141

Gráfica 156. Distribución porcentual de la población por categoría migratoria

Gráfica 15�. Población migrante en hogares indígenas por tipo de migración según sexo, 2000

* Se refiere a la población que reside en la Sierra Norte pero nació en otra entidad del país.** Se refiere a la población que desde 1��5 reside en la Sierra Norte.

143

145

REgIóN MIxE

Integrada en el distrito que lleva su nombre, la región cultural Mixe se extiende a lo largo de tres zonas geográficas

diferenciadas: la alta, la media y la baja. Está constituida por un total de 18 municipios, agrupados en su mayoría en

el único distrito del estado de Oaxaca cuya configuración étnica es predominantemente mixe. En efecto, salvo San

Juan Juquila, que pertenece del distrito de Yautepec, los municipios mixes al noroeste de la ciudad de Oaxaca están

concentrados desde 1938 en un solo distrito, conocido como el distrito Mixe, que colinda al norte con el distrito de

Choapam y con el estado de Veracruz, al noroeste con Villa Alta, al sur con Yautepec y al sureste con Juchitán y Te-

huantepec. Calculada en 5 719 kilómetros cuadrados, su extensión comprende 240 pueblos y rancherías, en su ma-

yoría serranos, que se ubican al noroeste de la capital del estado generalmente en parajes de difícil acceso.

El territorio mixe se caracteriza por una gran biodiversidad de zonas ecológicas, debido a las diferentes altitudes

que distinguen la Mixe alta de la zona baja. Mientras la primera se eleva a 2 900 metros sobre el nivel del mar, con

un clima templado y húmedo en el que se preservan los bosques mesófilos de montaña, la mixería baja desciende

por debajo de los 500 metros sobre el nivel del mar y se caracteriza por un clima húmedo de selva alta perennifolia.

Las diferencias ecológicas presuponen a su vez diferencias económicas y productivas. En tanto en la zona alta priva

la producción maderera, en la zona baja se ha privilegiado la industria ganadera y la explotación de especies finas

de madera, así como el cultivo de café a mediana y pequeña escala.

En una topografía tan accidentada se pueden encontrar varios microclimas en un espacio geográfico reducido. De

ahí que la región haya sido dividida en tres zonas climáticas: alta o fría, con altitudes superiores a los 1 800 metros;

media o templada, con alturas de 1 300 a 1 800 m, y baja o caliente, localizada desde los 35 hasta los 1 000 msnm.

La población indígena

En términos comparativos, la Región Mixe constituye el área con mayor densidad de población indígena del estado de

Oaxaca, ya que 96.3% de sus habitantes hablan una lengua indígena o viven en un hogar donde se habla una lengua

146

indígena. Esta abrumadora mayoría se refleja a su vez en la composición demo-

gráfica de los 18 municipios, pues sólo uno (San Juan Cotzocón) presenta un por-

centaje ligeramente menor a 70% de residentes indígenas. El resto se caracteriza

por su alta densidad de población mixe y por la ausencia casi total de población

mestiza. De ahí que, mientras la población total de la región asciende a 102 419

habitantes, 90 896 sean indígenas que pertenecen en su gran mayoría a ese grupo

etnolingüístico.

Por las mismas razones, la región de los mixes presenta uno de los índices

más altos de monolingüismo. Algunos municipios, como San Miguel Quetzalte-

pec y Santa María Tepantlali, se encuentran entre las 10 entidades del estado con

mayor número de monolingües, pues alcanza 49% de su población mayor de

cinco años. Aunque en el resto de los municipios este porcentaje varía entre 5%

y 47% de los hablantes de lengua indígena, el promedio general de la región es

de tres monolingües por cada 10 hablantes de mixe. En términos absolutos, este

promedio equivale a 23 232 monolingües de un total de 73 578 hablantes de

lengua indígena, en una proporción que asciende a 10 puntos porcentuales más

que la media estatal, calculada en 20% de monolingües.

Entre otros factores, que van de su relativo aislamiento geográfico a su abru-

madora mayoría como grupo etnolingüístico de la región, la conservación de la

lengua vernácula como medio privilegiado de comunicación se explica por un

largo proceso identitario que ha tomado la forma de resistencia cultural. A dife-

rencia de otros grupos indígenas de Oaxaca, en efecto, los mixes se han caracteri-

zado por mantener una identidad étnica regional a pesar de las diferencias en las

diversas relaciones que han mantenido durante siglos con los zapotecos de Villa

Alta, Cajonos, Yalalag y el Istmo de Tehuantepec. Para preservar esta unidad étni-

ca a lo largo de las tres regiones, los mixes han rescatado de su pasado la existencia

de un territorio común, pero también han impulsado políticas para la difusión y

preservación de la lengua vernácula. La distribución por grupos de edad muestra

que, pese al bilingüismo, la reproducción lingüística “sigue siendo soporte de la

identidad, pues más de la mitad de los hablantes mixes es menor de 24 años de

edad” (Maldonado y Cortés, 1999: p. 103). En consecuencia, más de 80% de la

población de cinco años y más domina la lengua vernácula, lo que muestra un

proceso de reproducción lingüística muy superior al que manifiestan otras regio-

nes indígenas del estado de Oaxaca (veáse gráfica 158).

Para preservar esta unidad étnica, los mixes han rescatado de su pasado la exis-

tencia de un territorio común, pero también han impulsado políticas para la difu-

sión y preservación de la lengua vernácula. De ahí que de las 46 mil mujeres y los

44 mil hombres indígenas de la región 81% domine su lengua natal, un indicador

de que se está haciendo un esfuerzo exitoso en cultivar uno de los aspectos más

importantes que definen su cultura (veáse gráfica 159).

Como otras regiones indígenas de Oaxaca, la Región Mixe está conformada

esencialmente por población joven, ya que 95% de sus habitantes tienen menos

de 65 años de edad. La generación más numerosa se encuentra hoy en día entre

los 15 y los 64 años, con 46 915 personas que ingresan en ese rango de edad; un

35% adicional está formado por niños y adolescentes que no sobrepasan los 14

años (veáse gráfica 160).

La estructura por edad y sexo muestra, sin embargo, que el número de po-

blación femenina es superior en los grupos de edad más avanzados. Si el grupo

de niños y adolescentes es más o menos equivalente entre hombres y mujeres, la

generación que se ubica entre los 14 y los 65 años exhibe, por el contrario, una

preeminencia femenina, con 24 316 mujeres frente 22 599 hombres. Esta propor-

Gráfica 15�. Población que habita en hogares indígenas según su distribución porcentual por condición de habla indígena

y sexo, 2000

14�

ción se reproduce a su vez entre el grupo de adultos mayores que cuenta con más

de 65 años, ya que el número de mujeres ancianas es de 2 679 y el número de

hombres de la misma generación es de 2 244 ancianos en los 18 municipios.

La distribución por condición de habla indígena muestra que la reproduc-

ción lingüística “sigue siendo soporte de la identidad, pues más de la mitad de

los hablantes mixes es menor de 24 años de edad” (Maldonado y Cortés, 1999:

p. 103). En consecuencia, como puede apreciarse en la gráfica 160, 93.7% de la

población de cinco años y más domina la lengua vernácula, lo que muestra un

proceso de reproducción lingüística muy superior al que manifiestan otras regio-

nes indígenas del estado de Oaxaca.

Sin embargo, si se observa la distribución de la población indígena por edad

según su condición de habla vernácula y sexo, es posible observar que en los gru-

pos de menor edad se encuentra el mayor volumen de población que no habla su

lengua originaria, ya que 21 260 mujeres y 21 186 hombres indígenas que ya no

hablan su lengua tienen entre cinco y 19 años, lo que representa 42.1% y 45.8%,

respectivamente. Esto significa que es justo en las nuevas generaciones donde se

está observando una paulatina pérdida de la lengua indígena. Por el contrario,

la población que ha perdido su lengua originaria va disminuyendo conforme au-

menta la edad.

La mayoría de la población mixe que habita en la región reside en municipios

rurales que generalmente nunca sobrepasan los 10 mil habitantes. Si se considera

que el promedio general de la población es de 5 700 habitantes por municipio,

distribuidos en más de 200 localidades, se advertirá que la estructura de asenta-

mientos responde a un patrón de pequeños pueblos y rancherías que se concen-

tran en torno a las cabeceras municipales. Salvo los casos de San Juan Cotzocón

y San Juan Mazatlán, cuya población municipal sobrepasa los 15 mil habitantes,

el resto de los municipios presenta una baja densidad demográfica y en algunos

casos, como el de Santiago Ixcuintepec, se limita a 1 200 habitantes. En particular

la zona Baja presenta la menor densidad de población por kilómetro cuadrado,

pero al mismo tiempo la mayor densidad de habitantes por localidad, lo que ha

Gráfica 15�. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

Gráfica 160. Estructura por edades, sexo y condición de habla de lengua indígena, 2000

Nota: La población hablante de lengua indígena se capta para la población de 5 años y más.No incluye a 153 hombres y 164 mujeres que no especificaron su edad.

14� promovido que buena parte del territorio se encuentre desocupada o subocupada

(veáse gráfica 161).

Esta distribución demográfica permite observar algunas correspondencias

entre el nivel de población indígena y el tamaño de la población municipal.

Mientras los municipios con menor densidad demográfica presentan mayores

porcentajes de población indígena, las entidades más extensas, como San Juan

Cotzocón y San Juan Mazatlán, integran un promedio menor de este tipo de po-

blación. De ahí también que el porcentaje de monolingües sea significativamen-

te menor en los municipios más poblados de la región, donde el número de ha-

blantes de lengua indígena es, a su vez, relativamente inferior al que presentan

los municipios más pequeños. En cambio, Cotzocón y Mazatlán son entidades

municipales mayores que combinan población mestiza con población indígena

de distinta adscripción lingüística, ya que la presencia de mazatecos y chinante-

cos es considerable en relación con los hablantes de mixe que residen en ambos

municipios. De hecho, ambas entidades constituyen los únicos centros pluriétni-

cos de la región, lo cual las distingue del carácter monocultural del resto de los

municipios mixes.

Salud y fecundidad

El análisis de la Región Mixe a partir de su distribución por estado conyugal

muestra que entre los hombres y las mujeres indígenas el comportamiento resulta

hasta cierto punto similar, aunque la mayoría de solteros se ubica en la población

masculina. La diferencia porcentual entre ambos casos es mínima, siendo margi-

nal para ambos sexos la población que está viuda, divorciada o separada.

Al tratarse de una población en crecimiento, los índices de fecundidad mues-

tran que el promedio de hijos nacidos vivos entre la población de 12 a 49 años es

de tres a cuatro niños. Una parte considerable de los hogares indígenas está, sin

embargo, presidida por mujeres que fungen como jefas de familia, aunque en este

rubro los promedios regionales son variables. En San Pedro y San Pablo Ayutla,

Tamazulapam del Espíritu Santo y Asunción Cacalotepec, un promedio de 27 de

cada 100 hogares está presidido por mujeres, mientras que en municipios como

San Lucas Camotlán, San Miguel Quetzaltepec y Santiago Atitlán este promedio

está alrededor de 11 jefas de familia por cada 100 hogares (veáse gráfica 162).

En lo que se refiere a los servicios de salud, los indicadores muestran que la

atención médica alcanza sólo a un grupo reducido. Los municipios de Mixistlán

de la Reforma, Santiago Atitlán, Santo Domingo Tepuxtepec y San Pedro Ocote-

pec destacan por tener más de 99% de población indígena sin derecho a los servi-

cios de salud. Incluso en los municipios que cuentan con mayor población dere-

chohabiente, ésta no supera 20% de la población municipal (veáse gráfica 163).

La falta de acceso a servicios de salud es determinante en la alta tasa de mor-

talidad infantil existente en la Región Mixe. La gran vulnerabilidad de la pobla-

ción infantil se refleja en el hecho de que un promedio de 40 niños de cada 100

no logran sobrevivir el primer año de edad, llegando en algunos casos a la mitad

de la población infantil. En este rubro, los municipios más afectados son Santo

Domingo Tepuxtepec, San Pedro y San Pablo Ayutla, Santiago Zacatepec y Santa

María Tepantlali, donde la tasa de mortalidad infantil supera 44%.

Educación

El alto índice de monolingüismo que presenta la Región Mixe se expresa a su vez

en los altos porcentajes de analfabetismo entre la población de 15 años y más,

Gráfica 161. Distribución porcentual de la población en hogares indígenas por zona rural-urbana, 2000

14�

así como en los niveles de asistencia escolar en la población de seis a 14 años de

edad. En el conjunto de los municipios mixes, en efecto, la población indígena

de 15 años y más asciende actualmente a 51 785 personas, de las cuales 19 823

no saben leer ni escribir (veáse gráfica 164).

Esta cifra, que representa 38.4% de este rango de población, constituye en tér-

minos comparativos uno de los porcentajes más elevados en el nivel regional y se

encuentra por encima de la media estatal indígena, que se calcula en 34% de po-

blación analfabeta. En algunos municipios de la región, sin embargo, este índice es

significativamente mayor al promedio regional y llega en algunos casos a 60% de la

población mayor de 14 años. En Santo Domingo Tepuxtepec, por ejemplo, el analfa-

betismo asciende a 60.4%, mientras que en Santa María Tepantlali el analfabetismo

afecta a más de la mitad de la población de 15 años y más (veáse cuadro 79).

Sin embargo, al observar a la población analfabeta por sexo, se hace evidente

que la población femenina es aún más vulnerable que la masculina, ya que 47

de cada 100 mujeres no saben leer ni escribir, promedio que en el caso de los

hombres desciende a 28 de cada 100 (veáse gráfica 165).

En cierta forma, en las próximas décadas el índice de analfabetismo tenderá a

disminuir si tomamos en cuenta el crecimiento de la población que asiste a la es-

cuela. De hecho, la generación de niños se ubica entre seis y 12 años presenta ac-

tualmente un mayor nivel de asistencia escolar que, en conjunto, alcanza 86.9%.

Sin embargo, este porcentaje disminuye en el caso de la población de 13 a 15 años

que debería asistir a la secundaria, el último nivel de la educación básica (69.3%).

Sin embargo, el porcentaje de inasistencia escolar no se presenta de manera similar

si se observa a partir del sexo. Para el caso de los niños que deberían estar cursan-

do la primaria es de 12.4% y para las niñas asciende a 13.9%; mientras que en los

Gráfica 162. Municipios con mayor promedio de hijos nacidos vivos de la población femenina de 12 a 4� años en hogares indígenas, 2000

Nota: Todos los municipios tienen �0% o más de población indígena, con excepción de San Juan Cotzocón, que tiene 40% y 6�%.

Gráfica 163. Municipios con mayores tasas de mortalidad infantil, 2000

Nota: Todos los municipios tienen �0% o más de población indígena, con excepción de San Juan Cotzocón, que tiene entre 40% y 6�%.

150

vo. Sin embargo, si se observa esta problemática educativa a partir del sexo de la

población, resulta evidente que las mujeres en rezago educativo (89.3%) son más

vulnerables que los hombres en la misma situación (85.5%).

adolescentes estas diferencias se agudizan aun más: de cada 100, 27 muchachos y

35 muchachas indígenas no asisten a la escuela (veáse cuadro 80).

Para los adolescentes indígenas que no van a la escuela esta proporción au-

menta considerablemente en comparación con la población infantil, ya que va

de 16.7% a 47.3%. Resulta preocupante el nivel total de inasistencia en los mu-

nicipios de San Santiago Ixcuintepec, San Lucas Camotlán y Totontepec Villa de

Morelos, donde un promedio de 45 adolescentes de 13 a 15 años no asisten a la

escuela, lo que convierte a estas poblaciones en candidatos a engrosar las filas

del rezago educativo en el corto plazo (veánse cuadros 81 y 82) .

El nivel de instrucción de la población indígena es un indicador importante

para conocer la marginación de esta población en relación con el acceso de los

servicios educativos que proporciona el sistema educativo nacional. En el caso

de la Región Mixe, es posible observar que, en su mayor parte, la población de

15 a 59 años no logró concluir la educación básica. Una proporción significati-

va de indígenas no tuvieron acceso a ningún nivel educativo (28.5%), cuentan

con la primaria incompleta (30%) o no han concluido la educación secundaria

(4.9%), lo que implica un porcentaje de 87.4% de población en rezago educati-

Cuadro ��. Porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas por municipio según sexo e índice de

sobreanalfabetismo femenino, 2000

Municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Mixe 38.4 28.2 47.9 1.7

Asunción Cacalotepec 3�.4 2�.3 4�.2 1.�

Tamazulapam del Espíritu Santo 41.5 26.3 53.� 2

Mixistlán de la Reforma 30.� 21.4 3�.� 1.�

San Juan Cotzocón 30.� 22.� 3�.2 1.�

San Juan Juquila Mixes 4�.3 36.5 5�.4 1.6

San Juan Mazatlán 36.3 2�.� 44.� 1.6

San Lucas Camotlán 3�.6 26.4 53.3 2

San Miguel Quetzaltepec 42.4 2�.4 55.1 1.�

San Pedro Ocotepec 2�.6 1�.0 40.0 2.1

San Pedro y San Pablo Ayutla 50.4 40.6 5�.4 1.4

Santa María Alotepec 2�.� 1�.0 3�.� 2

Santa María Tepantlali 54.6 44.� 63.4 1.4

Santa María Tlahuitoltepec 3�.3 25.3 51.� 2

Santiago Atitlán 35.0 25.� 44.� 1.�

Santiago Ixcuintepec 25.� 23.3 2�.3 1.2

Santiago Zacatepec 31.2 22.3 3�.� 1.�

Santo Domingo Tepuxtepec 60.4 51.3 6�.� 1.3

Totontepec Villa de Morelos 34.2 2�.5 40.2 1.5

Nota: El índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.Todos los municipios tienen �0% o más de población indígena, con excepción de San Juan Cotzocón, que tiene entre 40% y 6�%.

Gráfica 164. Porcentaje de población de 15 años y más en hogares indígenas por condición de analfabetismo según sexo, 2000

151Ingresos y empleo

Al habitar una zona esencialmente rural, los mixes privilegian las actividades

agrícolas por encima de otras formas de ocupación económica. De ahí, en efecto,

que 81.7% de la población económicamente activa se dedique al sector prima-

rio, mientras sólo 7% y 10%, respectivamente, se emplean en los sectores secun-

dario y terciario (veánse gráficas 166 y 167).

Dentro de la región, la población indígena de 12 años y más asciende aproxi-

madamente a 60 mil personas, de los cuales la mitad conforma a la población

económicamente activa y la otra mitad a la inactiva. Los datos no sólo indican que

99.5% de los primeros se encuentran en condición de ocupación, sino también

que 22 922 se emplean en actividades relacionadas con las labores agrícolas. En

la Región Mixe, sin embargo, el sector agrícola se ha visto seriamente afectado

por la variación en los precios internacionales del café, la producción comercial

que ha predominado en la zona desde la década de los treinta, cuando se produjo

un ingreso compulsivo a esta economía de mercado. Además de los productos de

autoconsumo, como el maíz y el frijol, el café ha sido, en efecto, el producto co-

mercial por excelencia de la zona media y baja, combinado generalmente con la

introducción, cada vez más acentuada, de ganado vacuno y de algunos cítricos.

El fracaso del monocultivo del café, como señalan Maldonado y Cortés (1999: p.

119), ha movido a las organizaciones mixes a diversificar su producción, “pero es-

tos cultivos alternativos se han topado nuevamente con su reducida capacidad de

competencia mercantil”. En estas circunstancias, un sector laboral cada vez mayor

tiende a sustituir las actividades agrícolas por la empresa migratoria, la cual ha pa-

sado a ser la segunda fuente de ingresos más relevante de la región.

Gráfica 165. Distribución porcentual de la población de 6 a 15 años por condición de asistencia escolar según grupos de edad y sexo, 2000

Cuadro �0. Porcentaje de población de 6 a 12 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela por municipio según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Mixe 13.1 12.4 13.9

Asunción Cacalotepec 11.3 12.0 10.6

Tamazulapam del Espíritu Santo 12.4 �.6 15.4

Mixistlán de la Reforma 3.3 3.� 2.�

San Juan Cotzocón �.2 �.� �.6

San Juan Juquila Mixes 13.0 11.3 14.6

San Juan Mazatlán 11.1 10.4 11.�

San Lucas Camotlán 20.� 21.� 1�.6

San Miguel Quetzaltepec 21.4 20.1 22.�

San Pedro Ocotepec 5.3 5.� 4.�

San Pedro y San Pablo Ayutla 20.0 1�.4 20.6

Santa María Alotepec �.� �.1 10.3

Santa María Tepantlali 1�.� 1�.2 1�.4

Santa María Tlahuitoltepec 10.2 �.� 11.�

Santiago Atitlán �.5 �.3 11.�

Santiago Ixcuintepec �.� 10.0 �.5

Santiago Zacatepec 21.0 1�.0 23.3

Santo Domingo Tepuxtepec 23.5 25.1 22.0

Totontepec Villa de Morelos 10.5 11.4 �.�

Nota: Todos los municipios tienen �0% o más de población indígena, con excepción de San Juan Cotzocón, que tiene entre 40% y 6�%.

152

En su gran mayoría, como se ha indicado, la población económicamente

activa se encuentra ocupada. Sin embargo, el porcentaje de hombres y muje-

res ocupados es diferencial, ya que de cada 100 indígenas que declararon en-

contrarse trabajando 69 forman parte de la población masculina. En contraste,

72.8% de la población inactiva está conformada por población femenina (veáse

cuadro 83).

Por otro lado, el financiamiento a pequeños productores por parte del gobier-

no ha sido mínimo, si no es que nulo. Y la constante entrada de café de desecho

proveniente del extranjero ha generado un panorama nada alentador para los ca-

feticultores mixes. En el estado de Oaxaca (tercer productor nacional), la crisis del

café no solamente ha traído consecuencias de carácter económico sino también

de carácter social y cultural. Los mixes representan uno de los grupos étnicos más

afectados por la crisis del café desde 1986. La gran expansión de la producción

del café, introducido a principios del siglo xx en esta zona, se debió a diversos

factores. El principal de ellos fue, sin duda, la compatibilidad del clima y la altura

de las tierras de sembradío con las exigencias climáticas y biológicas de la produc-

ción del grano. El otro factor importante, de carácter externo, fue el aumento del

precio del café a fines de la Segunda Guerra Mundial (Trujillo, 1999: p. 22).

Otro factor que determinó la expansión del grano en la zona mixe fue la pre-

sencia de intermediarios y la ausencia de finqueros. El café se convirtió en culti-

vo de refugio para los campesinos mixes cuando la economía nacional a finales

de los sesenta se colapsa. Ante el deterioro comercial de las cosechas de maíz

y frijol, el campesino busca cultivos que no necesiten de una inversión fuerte y

ofrezcan fuertes ingresos monetarios. Además, en aquellas comunidades que vi-

ven en una serranía escarpada y sumamente abrupta, una de las pocas opciones

disponibles era el café.

Debemos señalar que la fuerza del trabajo es esencialmente familiar, aspecto

que determinó que gran parte de los costos en la producción no se fuera en sa-

larios. Tampoco existía una renta de la tierra que los sangrara económicamente.

A pesar de ello, no todas las familias mixes tuvieron la posibilidad de acceder

Cuadro �1. Distribución porcentual de la población de 15 a 5� años en hogares indígenas por nivel de instrucción según sexo, 2000

Nivel de instrucción Total Hombres Mujeres

Sin instrucción 2�.5 20.4 36.0

Primaria incompleta 30.0 32.6 2�.�

Primaria completa 24.0 26.5 21.6

Secundaria incompleta 4.� 6.0 4.0

Secundaria completa �.� 11.6 �.1

Postsecundaria 1.� 2.0 1.5

No especificado 1.0 0.� 1.1

Cuadro �2. Porcentaje de población de 13 a 15 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela por municipio según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Mixe 30.7 26.6 34.7

Asunción Cacalotepec 21.0 15.3 26.�

Tamazulapam del Espíritu Santo 30.5 26.2 34.5

Mixistlán de la Reforma 23.3 14.0 31.3

San Juan Cotzocón 2�.� 2�.5 30.1

San Juan Juquila Mixes 2�.2 20.0 36.6

San Juan Mazatlán 34.� 32.2 3�.�

San Lucas Camotlán 44.6 41.2 4�.5

San Miguel Quetzaltepec 32.� 2�.3 3�.3

San Pedro Ocotepec 1�.� 14.5 26.3

San Pedro y San Pablo Ayutla 32.6 25.1 3�.�

Santa María Alotepec 16.� 11.3 21.3

Santa María Tepantlali 32.3 2�.� 35.�

Santa María Tlahuitoltepec 1�.1 16.6 1�.�

Santiago Atitlán 2�.3 1�.2 3�.5

Santiago Ixcuintepec 4�.3 52.2 42.2

Santiago Zacatepec 3�.0 2�.2 50.0

Santo Domingo Tepuxtepec 2�.� 32.6 26.�

Totontepec Villa de Morelos 40.� 33.� 4�.5

Nota: Todos los municipios tienen �0% o más de población indígena, con excepción de San Juan Cotzocón, que tiene entre 40% y 6�%.

153

a la producción del café cuando los precios del mismo estaban en alza, a pesar de

la poca inversión para su cultivo. Aun cuando se contaba con una infraestruc-

tura adecuada, como máquinas despulpadoras o secadoras indispensables para

el mayor rendimiento del grano cereza o pergamino, los mixes se vieron bene-

ficiados por el alza de los precios durante los años setenta y ochenta, cuando la

producción se encontraba en sus mejores momentos y se mantenía estable por la

intervención de la Organización Internacional del Café (oic) que paliaba los cí-

clicos de sobreproducción y las caídas de los precios (Bartra, 1999).

La economía campesina entró al mercado con la bonanza del aromático. La

capitalización de las comunidades intensificó el intercambio comercial y los pro-

ductos no campesinos (ropa, plásticos y aparatos eléctricos) empezaron a llegar

en grandes cantidades. En esta época de crecimiento y expansión, el inmecafé

(Instituto Mexicano del Café) intensificó su presencia en la zona mixe. Como se-

ñala Armando Bartra (1999), durante estos años de auge a escala nacional, pro-

piciado por el contexto mundial y por la adecuada administración pública, se

genera un crecimiento de 75% en las cosechas y un aumento de casi 100% en

el número de productores. Esto último representó una decadencia en el cultivo,

pues el número de cafetaleros se incrementó mucho más rápido que la superficie

con huertas. Ante el crecimiento productivo, se formaron pequeños acaparadores

provenientes de la zona zapoteca, debido a la escasa red de comunicación entre

las zonas comerciales y los cultivos del aromático.

La producción de café en la zona mixe generó cambios significativos que re-

percutieron en la economía familiar, sobre todo con el advenimiento de la crisis

generada por la caída de los precios. El aromático sustituyó el cultivo de chile,

de la milpa diversificada y de frijol. Al mismo tiempo, en la medida en que se

Gráfica 16�. Porcentaje de población de 12 años y más en hogares indígenas según condiciones de actividad, 2000

Gráfica 166. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por sector según sexo, 2000

Nota: No incluye a 1.1% de hombres y 2.�% de mujeres que no especificaron el sector económico en que partici-paban.

Cuadro �3. Población de 12 años y más económicamente activa en hogares indígenas por tipo

según sexo, 2000

Tipo Total Hombres Mujeres

Población activa 2� ��1 6�.1 30.�

Ocupada 2� �1� 6�.0 31.0

Desocupada 164 �5.4 14.6

154

necesitó de mayores extensiones de terrenos para su cultivo, el café impidió el

crecimiento del ganado mayor (Trujillo, 1999: p. 51). De igual manera, la intro-

ducción del café en la zona mixe generó un cambio en el uso de la tierra, que de

ser rotativo y comunal pasó a ser ejidal y privado.

Actualmente el desplazamiento hacia actividades económicas distintas a la

agricultura se observa principalmente en los municipios que presentan algunas

concentraciones urbanas, como San Juan Cotzocón, Santa María Tlahuitoltepec

y Tamazulapan. Si en los primeros se advierte un nivel creciente de ocupación

vinculado a los servicios, con porcentajes que alcanzan a 21% de la población ocu-

pada, en Tamazulapan se observa un abandono creciente de la agricultura en

beneficio de los sectores secundarios y terciarios, cuyas actividades incluyen a

53% de la población económicamente activa del municipio. Estos porcentajes

contrastan con el nivel de ocupación que se observa en los municipios más pe-

queños, donde la actividad agrícola sigue ocupando a 80% o 90% de la pobla-

ción mayor de 12 años.

Inicialmente la producción del café permitió a los mixes ingresar en una cul-

tura de mercado y obtener fuertes ingresos económicos; sin embargo, en los últi-

mos 30 años el panorama se ha modificado sustancialmente, al grado de que

los niveles de ingresos en la población indígena regional son significativamente

menores a la media indígena estatal. Del total de la población económicamente

activa, 49.9% carece de ingresos remunerados, y en algunos municipios, como

San Pedro y San Pablo Ayutla, ese porcentaje se eleva a 62% de dicho sector po-

blacional. En contraste, la pea que obtiene más de dos salarios mínimos represen-

ta apenas 6% del total, con apenas 2 050 personas mayores de 12 años, que se

distinguen de los 14 380 que carecen de ingresos y de los 4 444 que ganan entre

uno y dos salarios mínimos (veáse gráfica 168).

Sin embargo, es posible observar diferencias en el ingreso de la población

ocupada por municipio. El porcentaje de la población que no percibe ingresos o

que gana menos de un salario mínimo en la región va de 45.4% a 93.7%, sien-

do que en 12 de los 18 municipios más de 80% de la población se encuentra

en esta situación tan inequitativa. Los municipios donde el porcentaje de po-

blación indígena que se caracteriza por carecer de un ingreso digno son Santia-

go Ixcuintepec, San Lucas Camotlán, Santa María Tepantlali y Santiago Atitlán

(veáse cuadro 84).

Marginación social

Por sus condiciones de extrema pobreza y su aislamiento geográfico y social, los

municipios de la Región Mixe son considerados como entidades de alta y muy

alta marginalidad. Hoy en día, en efecto, ninguna de las entidades municipales

presenta características de baja marginación social, y el 80% son en cambio ca-

talogadas en el rubro de muy alta marginalidad. En consecuencia, de acuerdo con

las estimaciones de conapo, el “grado de desarrollo humano” es bajo y relativa-

mente bajo en 15 de los 18 municipios, sin que ninguno de ellos pueda conside-

rarse con alto nivel de desarrollo social. El nivel de marginación social es tan alto

en la región, que 12 de los municipios mixes se encuentran entre los 150 muni-

cipios más marginados de Oaxaca (veáse cuadro 85).

Actualmente se estima que 65 455 indígenas de la Región Mixe habitan en

municipios de muy alta marginalidad, lo que en otros términos significa que esta

condición involucra a 75% de la población indígena regional. En la región, en

efecto, la marginación extrema afecta tanto a municipios pequeños, menores de

3 mil habitantes, como a municipios más extensos que sobrepasan los 15 mil po-

bladores, como es el caso de San Juan Mazatlán. La mayoría de los municipios de

Gráfica 16�. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por ingreso según sexo, 2000

155

alta marginalidad son, sin embargo, entidades que oscilan entre 5 mil y 8 mil habitan-

tes, aunque todos se caracterizan por ser entidades que expulsan población hacia

el exterior. De ahí que la totalidad de los municipios de alta marginación social

sean a su vez municipios de expulsión migratoria, con porcentajes de población

indígena superiores a 70% de la población municipal.

Los altos niveles de marginación social que presenta la región se expresan

en diversos indicadores. Como ha se señalado, los índices de monolingüismo,

analfabetismo, inasistencia y rezago escolar son considerablemente más eleva-

dos que la media estatal, llegando en algunos casos a 49.5% de monolingües y a

60% de analfabetas mayores de 15 años (veáse cuadro 86).

En este mismo sentido, la tasa promedio de mortalidad infantil es cercana a

40%, y en algunos municipios particularmente afectados se eleva a 50% de la po-

blación infantil, además de que el acceso a los servicios de salud por parte de esta

población es prácticamente inexistente. Por su parte, el ingreso de la población

ocupada da una idea de la marginación económica de la población indígena de

la región (veáse cuadro 87).

Otro indicador que puede ser útil para dar cuenta de la marginación de la

población indígena de la región se relaciona con las condiciones de las vivien-

das indígenas. De las 18 676 viviendas registradas, 7 877 no cuentan con agua

potable, lo que equivale a decir que 42% de la población regional, en su mayo-

ría indígena, debe abastecerse por otros medios de este líquido vital. En algunos

municipios, como Santiago Ixcuintepec, no hay una sola vivienda que cuente

con agua entubada, que en gran medida es privilegio de una minoría demográfi-

ca (veáse cuadro 88).

Cuadro �4. Porcentaje de la población de 12 años y más ocupada en hogares indígenas que no percibe ingresos o recibe menos de un salario

mínimo por municipio según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Mixe 77.5 73.9 85.7

Asunción Cacalotepec �5.1 �2.� ��.�

Tamazulapam del Espíritu Santo 60.0 4�.0 ��.0

Mixistlán de la Reforma ��.1 �5.4 �5.3

San Juan Cotzocón 64.� 62.� �2.0

San Juan Juquila Mixes �6.� �5.1 �1.1

San Juan Mazatlán �1.3 �0.3 �6.5

San Lucas Camotlán �2.� �1.6 ��.4

San Miguel Quetzaltepec �0.1 �3.5 ��.5

San Pedro Ocotepec 45.4 44.1 4�.�

San Pedro y San Pablo Ayutla ��.5 �6.1 �3.1

Santa María Alotepec 6�.1 56.6 ��.4

Santa María Tepantlali ��.� ��.4 �3.�

Santa María Tlahuitoltepec 6�.4 62.� �2.2

Santiago Atitlán ��.5 ��.4 �3.3

Santiago Ixcuintepec �3.� �2.� �5.0

Santiago Zacatepec �3.� ��.0 �3.3

Santo Domingo Tepuxtepec ��.1 ��.1 �4.2

Totontepec Villa de Morelos ��.5 �6.5 �0.�

Nota: Todos los municipios tienen �0% o más de población indígena, con excepción de San Juan Cotzocón, que tiene entre 40% y 6�%.

Cuadro �5. Municipios con población indígena marginada en el acceso a la educación, 2000

Municipio Monolingüísmo Analfabetismo Inasistencia Rezago educativo

Santa María Tepantlali 4�.4 54.6 22.4 �1.5

San Miguel Quetzaltepec 4�.1 42.4 24.6 ��.4

Santo Domingo Tepuxtepec 4�.6 60.4 25.0 �1.2

San Lucas Camotlán 4�.0 3�.6 26.� �1.0

Asunción Cacalotepec 41.0 3�.4 13.� �2.�

Santiago Atitlán 40.1 35.0 14.� �5.�

San Juan Juquila Mixes 36.0 4�.3 16.� ��.�

San Pedro y San Pablo Ayutla 33.0 50.4 23.3 �5.2

Santa María Tlahuitoltepec 32.� 3�.3 12.6 �3.1

Tamazulapam del Espíritu Santo 32.5 41.5 1�.3 �3.2

Nota: Todos los municipios tienen �0% o más de población indígena, además de un estrato de marginación muy alto.La estratificación de marginación fue elaborada por el conapo a nivel municipal.

156La ausencia de energía eléctrica es tan acentuada como la escasez de agua

potable, ya que 5 779 viviendas, de un total de 18 676, no cuentan con este tipo de

servicio. Aunque la energía eléctrica llega en principio a todos los municipios

de la región, y en algunos es empleada por la vasta mayoría de su población, en

casi todos es aún de acceso restringido a 50% o 60% de las viviendas, cuya ma-

yor parte tiene aún piso de tierra. De ahí también que la leña siga siendo el com-

bustible más común en nueve de cada 10 viviendas de la región, ya que el uso

del gas es prácticamente inexistente.

Configuración étnica

Como su nombre lo sugiere, la Región Mixe es esencialmente monoétnica, don-

de la extensa mayoría de la población pertenece al mismo grupo etnolingüístico

(veáse cuadro 89).

Como se ha indicado con anterioridad, 90% de la población regional corres-

ponde a población indígena que se identifica como ayuuk, el vocablo con que

los mixes se designan a sí mismos. De ahí que de un total de 73 578 hablantes

Cuadro ��. Municipios con población indígena marginada económicamente, 2000

Municipio Total Marginación (CONapO)

Santiago Ixcuintepec �3.� Alto

San Lucas Camotlán �2.� Muy alto

Santa María Tepantlali ��.� Muy alto

Santiago Atitlán ��.5 Muy alto

Santo Domingo Tepuxtepec ��.1 Muy alto

Mixistlán de la Reforma ��.1 Muy alto

Totontepec Villa de Morelos ��.5 Alto

San Juan Juquila Mixes �6.� Muy alto

Asunción Cacalotepec �5.1 Muy alto

Santiago Zacatepec �3.� Muy alto

Nota: Se refiere a la población que no recibe ingresos o recibe menos de un salario mínimo.Todos los municipios tienen �0% y más de población indígena.

Cuadro ��. Municipios con población indígena marginada en relación a las características de la vivienda, 2000

MunicipioSin drenaje o sanitario exclusivo

Sin electricidad

Con piso de tierra

Con hacinamiento

Marginación (CONAPO)

San Juan Mazatlán 2�.0 34.5 �4.6 �6.5 Muy alto

Santiago Zacatepec 21.� 44.4 �6.5 �5.0 Muy alto

San Lucas Camotlán 56.5 1�.� �1.3 �4.5 Muy alto

Santiago Atitlán �.3 53.5 6�.0 �4.1 Muy alto

Tamazulapam del Espíritu Santo 23.� 3�.6 6�.4 �4.0 Muy alto

Santo Domingo Tepuxtepec 2�.� 56.3 ��.3 �3.2 Muy alto

Santa María Tepantlali �.2 42.� �5.� �2.6 Muy alto

Totontepec Villa de Morelos 5.2 �.3 6�.� �2.2 Alto

Santa María Tlahuitoltepec 23.� 43.6 �6.1 �1.5 Muy alto

San Pedro Ocotepec 21.3 13.� 65.� �1.2 Alto

Nota: La selección se realizó a partir del porcentaje de hacinamiento.Todos los municipios tienen �0% y más de población indígena.

Cuadro �6. Municipios con población indígena marginada en salud, 2000

Municipio Sin derechohabiencia

Tasa de mortalidad infantil

Marginación (CONapO)

Asunción Cacalotepec �6.� 3�.2 Muy alta

San Juan Cotzocón �4.� 33.� Alta

San Juan Juquila Mixes ��.6 3�.� Muy alta

San Juan Mazatlán �3.1 3�.3 Muy alta

San Miguel Quetzaltepec �0.� 3�.3 Muy alta

San Pedro y San Pablo Ayutla �3.� 46.3 Muy alta

Santa María Alotepec ��.3 30.� Alta

Santa María Tlahuitoltepec �5.4 3�.� Muy alta

Santiago Ixcuintepec �5.� 34.4 Alta

Tamazulapam del Espíritu Santo �3.2 3�.3 Muy alta

Nota: Todos los municipios tienen �0% o más de población indígena, con excepción de San Juan Cotzocón, que tiene entre 40% y 6�%.

15�

de lengua indígena que se registran en la región, 67 459 sean hablantes de esta

lengua vernácula, predominante en todos los municipios regionales. Sin embar-

go, dada su condición migratoria, esa cifra representa sólo la tercera parte de los

mixes que se distribuyen en el territorio nacional, cuyo número asciende a 168 935

hablantes, y cerca de la mitad de los mixes residentes en Oaxaca, que suman

138 279 hablantes de tal lengua (veánse gráfica 169).

Con todo, en épocas relativamente recientes se ha incorporado a la zona un

contingente cada vez mayor de indígenas provenientes de otras regiones oaxa-

queñas, como es el caso de mazatecos y chinantecos.

Mazatecos

Sin llegar a ser mayoritarios en ninguno de los municipios del área, la presencia

de mazatecos es considerable en el municipio mixe de San Juan Cotzocón, que a

la fecha alberga un total de 2 187 hablantes de mazateco. Si bien esta cifra repre-

senta 10% de la población total del municipio y cerca de 20% de la población

indígena que lo habita, su proporción numérica es apenas dos veces menor a los

hablantes de mixe en San Juan Cotzocón, que ascienden a 5 969 personas.

La presencia de mazatecos en este municipio se explica por dos razones com-

plementarias. En primer lugar, los mazatecos constituyen el tercer grupo indíge-

na más numeroso de Oaxaca y su presencia se extiende hacia los estados co-

lindantes de Puebla y Veracruz. En la segunda mitad del siglo xx, sin embargo,

la construcción de las presas Miguel Alemán y Cerro de Oro modificó su terri-

torio original al inundar gran parte de la zona baja. Aunque los pobladores fue-

ron reubicados en otras regiones de Oaxaca y Veracruz, el nivel del agua conti-

núa subiendo en las presas, lo que ha provocado nuevos desplazamientos de los

reubicados (Quintanar y Maldonado, 1999).

Además de ser el municipio más pluriétnico, San Juan Cotzocón es el munici-

pio con menor población indígena de la región, que es sólo 65.8% de su pobla-

ción total. Además, mientras que la mayoría de los municipios tiene una po-

Cuadro ��. Distribución porcentual de la población de 5 años y más mixe por municipio, 2000

Municipio Población mixe Distribución porcentual

Mixe 67 459 100.0

Asunción Cacalotepec 2 253 3.3

Tamazulapam del Espíritu Santo 5 �40 �.5

Mixistlán de la Reforma 2 31� 3.4

San Juan Cotzocón 5 ��� �.�

San Juan Juquila Mixes 2 �03 4.0

San Juan Mazatlán � �61 11.6

San Lucas Camotlán 2 631 3.�

San Miguel Quetzaltepec 4 �16 �.0

San Pedro Ocotepec 1 4�1 2.2

San Pedro y San Pablo Ayutla 4 531 6.�

Santa María Alotepec 2 31� 3.4

Santa María Tepantlali 2 2�0 3.4

Santa María Tlahuitoltepec � 135 10.6

Santiago Atitlán 2 34� 3.5

Santiago lxcuintepec ��� 1.5

Santiago Zacatepec 4 151 6.2

Santo Domingo Tepuxtepec 3 441 5.1

Totontepec Villa de Morelos 4 5�� 6.�

Nota: Todos los municipios son indígenas, con excepción de San Juan Cotzocón, que es de presencia indígena.

Gráfica 16�. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena por tipo de lengua, 2000

15�

blación hablante de lengua mixe que sobrepasa 80%, en Cotzocón llega sólo a

27%, compartiendo con los hablantes de lengua mazateca 10% de la población

total. El caso de este municipio es interesante para señalar ciertas tendencias que

podrían presentarse en el futuro en los otros municipios mixes. Indudablemente,

ciertos sucesos de carácter contingente, como la enajenación de tierras a raíz de

la construcción de la presa Cerro de Oro de la cuenca del Papaloapan y los con-

flictos por la tierra con otros municipios de la región, como Quetzaltepec, deter-

minaron que la configuración étnica del municipio variara considerablemente.

Chinantecos

El caso de los chinantecos, cuyo número asciende a 1 495 hablantes en el muni-

cipio mixe de San Juan Mazatlán, es en buena medida similar. Entre las décadas

de los setenta y los ochenta las obras de la presa Cerro de Oro (denominada pos-

teriormente Miguel de la Madrid) implicaron el desplazamiento de cerca de 30

mil chinantecos hacia las regiones colindantes de Veracruz, algunos de los cuales

se asentaron de manera definitiva en la zona oaxaqueña de la mixería. Su presen-

cia es relativamente pequeña en San Juan Mazatlán, uno de los municipios más

poblados de la región, donde predominan los hablantes de mixe.

Migración

A pesar de las condiciones adversas, de la dependencia creciente hacia el mer-

cado y de la variabilidad de los precios del café, la migración mixe hacia otras

entidades federativas es relativamente menor en comparación con otras regiones

oaxaqueñas, aun cuando la mitad de sus municipios son considerados entidades

expulsoras. Los últimos datos censales indican que menos de 1% de la población

regional residió en otra entidad durante la última década, lo cual indica que el

nivel de movilidad ha disminuido con respecto a épocas anteriores.

Fuera del estado de Oaxaca residen actualmente 30 656 hablantes de mixe,

que representan menos de 20% de su población total. Aunque su presencia puede

advertirse en la mayor parte de las entidades federativas del país, en contingentes

a menudo reducidos, las mayores concentraciones se observan en el Estado de

México, Veracruz y el Distrito Federal, donde habita cerca de 80% de su población

migrante, con un total de 23 879 hablantes de esa lengua indígena. El resto de la

población mixe que ha salido fuera de Oaxaca se distribuye en pequeños grupos

minoritarios en los estados septentrionales del país, aunque su número casi nunca

sobrepasa el centenar de habitantes. El estado de Oaxaca, de donde los mixes son

originarios, concentra el 82% de su población nacional (veáse gráfica 170).

La enorme concentración de población mixe en el estado de Oaxaca revela

un proceso de migración interna que caracteriza a la región. La tendencia domi-

nante en la zona, en efecto, es la constante colonización por parte de los mismos

mixes de parajes y municipios más productivos dentro de la región. La migración

interna se observa sobre todo de la zona alta hacia la baja, por familias mixes sin

tierra que se han dado a la tarea de colonizar los parajes colindantes con la re-

gión del Istmo de Tehuantepec.

Este ha sido el caso de la inmigración de los propios mixes oriundos de los

municipios de Tlahuitoltepec, Tamazulapan y Zacatepec, que desde varias dé-

cadas atrás han colonizado las tierras de San Juan Cotzocón, en una tendencia

inmigratoria regional que ha afectado a los municipios de San Juan Guichicovi y

San Juan Mazatlán. La población que ha ido colonizando las tierras de estos mu-

nicipios se fue organizando en ejidos, cambiando drásticamente la organización

Gráfica 1�0. Distribución de la población mixe a nivel nacional

15�

de las comunidades cuya tenencia de la tierra era comunal, generando con ello

diversos conflictos de carácter agrario (Nahmad, 1963: p. 46).

Sin embargo, otros factores, como la educación, han sido también motivo de

migraciones regionales hacia los centros urbanos de Oaxaca. De ahí que la ca-

pital del estado y la ciudad de Matías Romero sean actualmente los centros de

mayor atracción regional, donde el número de mixes es superior a 10 mil hablan-

tes de esta lengua indígena, una cifra mayor que la que se registra incluso en el

Distrito Federal (veánse gráficas 171 y 172).

La migración hacia otras regiones oaxaqueñas ha hecho que el mixe constitu-

ya actualmente la segunda lengua indígena en importancia en 21 municipios de

Valles Centrales, en 20 de la Sierra Norte y en siete de la Sierra Sur. Su predomi-

nancia es constante en 25 municipios del estado, y en 75 de ellos se ha converti-

do en la segunda lengua vernácula con mayor número de hablantes. De ahí que

cerca de 45 mil mixes se distribuyan en numerosos municipios de Oaxaca que se

encuentran fuera de sus regiones de origen, donde los migrantes de este grupo

etnolingüístico tienden a reproducir diversos aspectos de su cultura, como una

forma de preservar su identidad.

La migración interna de la región puede analizarse desde dos niveles: la mi-

gración absoluta y la reciente. La migración absoluta hace referencia a la pobla-

ción indígena de cinco años y más que habita en la Región Mixe desde hace más

de cinco años y que nació en otra entidad federativa, mientras la reciente alude

a los que viven en esta región desde 1995.

Como se puede observar en la gráfica anterior, la población migrante ascien-

de a 1 185 indígenas para el primer caso y a 734 para el segundo, lo que repre-

senta 2% y 0.8% del total. Sin embargo, al observar este fenómeno a partir del

sexo de la población existe un equilibrio migratorio, ya que la proporción de

hombres y mujeres migrantes es similar en ambos tipos de migración: en el caso

de la población absoluta la proporción es la misma para ambos sexos, mientras

que para la reciente de cada 100 personas 55 son mujeres y 45 hombres. El úni-

co municipio que sobrepasa el porcentaje de migración absoluta de la región es

San Juan Cotzocón, el único de todos los municipios que tiene menos de 70% de

población indígena (veánse gráficas 173 y 174).

Respecto a la migración reciente, es casi inexistente en la Región Mixe. El por-

centaje de población indígena que vive en la región desde 1995 van de 0.2 hasta

1.8, destacando los municipios de Tamazulapam del Espíritu Santo, con 1.8%, así

como Totontepec Villa de Morelos y San Juan Cotzocón, ambos con 1.6%.

Gráfica 1�1. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena en municipios urbanos intermedios de la

Región Mixe, 2000

Gráfica 1�2. Población en hogares indígenas por tipo de migración según sexo, 2000

*Se refiere a la población que reside en la Región Mixe pero nació en otra entidad.**Se refiere a la población que desde 1��5 reside en la Región Mixe.

160

Gráfica 1�3. Municipios con mayor porcentaje de población migrante absoluta* en hogares indigenas, 2000

*Se refiere a la población que reside en la Región Mixe pero nació en otra entidad.Nota: Todos los municipios tienen �0% y más de población indígena, con excepción de San Juan Cotzocón, que tiene entre 40% y 6�%.

Gráfica 1�4. Municipios con mayor porcentaje de población migrante reciente en hogares indígenas, 2000

Nota: Se refiere a la población que reside en la Región Mixe desde 1��5.Todos los municipios tienen �0% y más de población indígena, con excepción de San Juan Cotzocón, que tiene entre 40% y 6�%.

161

REgIóN sIERRa suR

La Región Sierra Sur se sitúa en el área meridional del estado de Oaxaca, donde abarca 67 municipios que pertenecen

a los distritos de Putla, Sola de Vega, Yautepec y Miahuatlán. Su territorio corre paralelo a la costa del océano Pacífico

y colinda en sus extremos con la Región Mixteca y el Istmo de Tehuantepec. En conjunto, la región presenta una gran

biodiversidad, con pisos ecológicos que incluyen alta montaña, valles y lomeríos, así como pastizales que se extien-

den hasta las planicies costeras. En virtud de su enorme diversidad orgánica, la región forma parte de un área conside-

rada por los organismos internacionales entre las 20 de mayor productividad biológica en el mundo (A. Toledo et al.,

1994). Aunque hay zonas secas, como el norte de Miahuatlán, la mayor parte de la región tiene lluvias abundantes y

numerosos ríos que han favorecido un variado desarrollo agroganadero y silvícola (Barabas, 2000: p. 92).

Sin embargo, los monocultivos y la tala extensiva realizada por las compañías ganaderas desde 1950 han alte-

rado profundamente el medio ambiente, convirtiendo en sabanas y pastizales más de 250 mil hectáreas de bosques

(Nahmad et al., 1994). La mayoría de los bosques presenta distintos grados de perturbación, entre moderada e inten-

sa. La tala del bosque con fines comerciales, así como los incendios forestales, han contribuido a una deforestación

moderada pero constante.

La disminución del régimen de las lluvias y el caudal de los ríos afecta no sólo las actividades económicas, sino

también la caza y la recolección, fundamentales en la dieta local (ibídem). Como resultado del huracán Paulina que

en 1997 azotó la Sierra Sur de Oaxaca, numerosos pueblos quedaron incomunicados, lo que provocó que se incre-

mentaran las enfermedades infecciosas y la mortalidad infantil. Algunos autores estiman que a causa de esta situa-

ción, acentuada en 1998 por los vastos incendios forestales que se registraron en Sola de Vega, Miahuatlán y Pochu-

tla, la migración extrarregional habrá de incrementarse en los próximos años (Barabas, 1999: p. 95).

La población indígena

Con una población de 111 022 personas que hablan una lengua o habitan en algún hogar indígena, los grupos indíge-

nas de la Sierra Sur representan 47% de la población total de la región, cuyo número se estima en 257 456 habitantes.

162

Aunque su presencia no es constante en todos los parajes, la Región Sierra Sur

puede considerarse como una zona mayoritariamente indígena, si se advierte que

34 de los municipios que la integran son entidades con una población indígena

superior a 40% de la población municipal. Las entidades restantes, sin embargo,

no incluyen localidades que alberguen a contingentes mayores de población in-

dígena, si bien más de 20 mil zapotecos, mixtecos y chatinos se distribuyen en

los 33 municipios donde la población nativa es minoritaria.

A pesar de que la mayoría de los grupos etnolingüísticos que residen en la Sie-

rra Sur forman parte de los pueblos más extensos de Oaxaca, como son los zapo-

tecos y los mixtecos, cerca de la cuarta parte de sus integrantes han abandonado

el empleo de las lenguas vernáculas y se comunican exclusivamente en castella-

no. La población indígena femenina presenta un tendencia ligeramente mayor en

la preservación de la lengua, pero en ambos casos se registra un desplazamiento

lingüístico importante (veáse gráfica 175).

La distribución porcentual de la población en hogares indígenas muestra en

mayor medida que las nuevas generaciones forman la mayor parte del grupo de

población que ha dejado de reproducir la lengua de su grupo etnolingüístico.

Mientras que la mayor parte de la población masculina y femenina mayor de 39

años habla lengua indígena, el porcentaje de población que no reproduce su len-

gua vernácula se acentúa en el grupo de edad que se ubica entre los cinco y los

19 años, para ambos casos (veáse gráfica 176).

El grupo más vulnerable en este sentido está conformado por los adolescen-

tes de cinco a 14 años, que constituye el grupo de edad mayoritario. Aunque

esta tendencia es mayor entre la población femenina, se advierte que las dife-

rencias entre los sexos son poco significativas, teniendo ambos casos la misma

tendencia.

En contraste, las generaciones mayores no sólo presentan una mayor pro-

pensión a reproducir su lengua vernácula, sino también un alto índice de mono-

lingüismo, que se incrementa entre la población mayor a 60 años. En general,

el número de monolingües asciende actualmente 14 481 hablantes de alguna

lengua indígena, la mayoría pertenecientes a ese grupo de edad. Si bien 21.4%

de población monolingüe constituye un porcentaje ligeramente superior al de

la media estatal, su situación se recrudece en el caso de la población femenina

(veáse gráfica 177).

Gráfica 1�5. Población que habita en hogares indígenas según su distribución porcentual por condición de habla indígena y sexo, 2000

Gráfica 1�6. Estructura por edades, sexo y condición de habla de lengua indígena, 2000

Nota: La población hablante de lengua indígena se capta a partir de los 5 años de edad.No incluye a 102 hombres y 130 mujeres que no especificaron su edad.

163

En la Sierra Sur, como muestra la gráfica anterior, 14.5% de los hombres y

27.9% de las mujeres mayores de cinco años que hablan una lengua indígena

son monolingües, lo que significa que existe una diferencia de 13.4% en detri-

mento de la población femenina.

Sin embargo, la condición de monolingüismo no se da en igual medida a lo

largo de la región. La mayoría de los municipios que destacan por su alto porcen-

taje de monolingüismo son indígenas, aunque también este fenómeno es elevado

en algunos municipios con presencia indígena, como San Lorenzo Texmelucan,

Constancia del Rosario y Santa Lucía Miahuatlán, donde el porcentaje de mono-

lingües oscila entre 42.4% y 56.2% de la población hablante de lengua indígena

(veáse cuadro 90).

Al pertenecer a una región esencialmente rural, con sólo tres municipios que

sobrepasan los 15 mil habitantes, la gran mayoría de la población indígena habita

actualmente en pequeñas entidades que no superan el rango de 2 500 residentes.

Los datos indican que al menos ocho de cada 10 indígenas de la Sierra Sur viven

en municipios que tienen este rango demográfico, los cuales son por lo demás

característicos de la región (veáse gráfica 178).

Al interior de estos municipios, sin embargo, la dispersión de los asentamien-

tos es aún más acentuada. Si 46% de la población indígena radica en localidades

que se ubican entre los 500 y los 999 habitantes, cerca de 35 mil que pertenecen

a hogares indígenas residen en pequeñas comunidades que no superan los 500

habitantes. La gráfica siguiente muestra que sólo 15 de cada 100 indígenas de la

Sierra Sur están asentados en localidades de mediana densidad poblacional, aun-

que ninguna de ellas supera los 500 habitantes (veáse gráfica 179).

Salud y fecundidad

La composición de la población de 12 a 49 años por estado conyugal y la infor-

mación complementaria sobre fecundidad dan una idea de la configuración de

los hogares indígenas. El estado conyugal dentro de esta población presenta poca

Gráfica 1��. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

Cuadro �0. Municipios con mayor porcentaje de la población de 5 años y más indígena monolingüe por sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Sierra Sur 21.4 14.5 27.9

San Lorenzo Texmelucan* 56.2 41.0 6�.�

Constancia del Rosario** 4�.6 3�.2 5�.4

Santa Lucía Miahuatlán* 42.4 2�.3 55.2

Santa Cruz Zenzontepec* 35.1 24.� 45.2

San Pedro Amuzgos* 31.4 26.� 35.3

San Vicente Coatlán* 2�.3 20.4 35.4

San Cristóbal Amatlán* 26.3 13.4 3�.6

San José Lachiguiri* 24.1 14.2 32.�

San Juan Mixtepec - Distr. 26* 22.2 6.� 33.�

San Vicente Lachixío* 22.2 11.� 31.6

Santa María Lachixío* 20.2 11.5 2�.�

San Francisco Ozolotepec* 1�.� 15.1 24.5

Mesones Hidalgo** 1�.5 15.6 23.1

San Marcial Ozolotepec* 1�.6 10.4 24.�

Santa María Quiegolani* 16.5 11.1 22.3

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. * Más de �0% de población indígena. ** Entre 40 y 6�% de población indígena.

164 variación por sexo, destacando para ambos sexos la población que está casada

o vive en unión libre, con 50.3% para los hombres y 53.7% para las mujeres, se-

guida de aquella que permanece soltera, con 48.9% y 41.7%, respectivamente

(veáse gráfica 180).

Si se analiza este sector de población a partir de los tipos de municipios exis-

tentes en la región, es posible identificar que la distribución porcentual presenta

contrastes, ya que es ligeramente mayor el porcentaje de hombres solteros en los

municipios con presencia indígena que en los eminentemente indígenas, mien-

tras que en el caso de las mujeres los comportamientos por estado civil son muy

similares en ambos tipos de municipio (veáse cuadro 91).

En lo que respecta a la fecundidad, es importante mencionar que el promedio

de hijos nacidos de la población de 12 a 49 años que reside en hogares indígenas

se muestra en su mayoría en municipios que están configurados por población

indígena, aunque también este promedio resulta alto en algunos municipios con

presencia indígena. No obstante, en los demás municipios se presentan prome-

dios de fecundidad similares, ya que en casi todos el promedio aproximado es de

tres hijos nacidos vivos, por lo que se podría deducir que existe una tendencia en

la disminución de la población indígena, la cual se relaciona con los comentarios

observados al estudiar su conformación por grupos de edad (veáse gráfica 181).

En los municipios mayoritariamente indígenas de la región el porcentaje de

la población que no tiene acceso a los servicios de salud es cercano a 100% de las

poblaciones municipales. Por ello resulta significativo que en municipios como

San Francisco Ozolotepec, San Juan Ozolotepec y Santo Domingo Ozolotepec,

prácticamente el total de su población no se beneficia por ningún servicio de sa-

lud (veáse gráfica 182).

Una de las consecuencias de la falta de atención médica es la alta tasa de

mortalidad infantil en la mayoría de los municipios que componen la Sierra Sur.

Al menos 50 municipios de la región están actualmente por encima de la media

estatal en este rubro, y en algunos casos se eleva a casi el doble de la tasa media

en el estado (veáse gráfica 183).

Los ejemplos más elocuentes de esta tendencia son Santa Lucía Miahuatlán,

donde la tasa de mortalidad infantil es de 58.6%, Santa Cruz Zenzontepec y San

Gráfica 1��. Distribución porcentual de la población en hogares indigenas por zona rural-urbana, 2000

Gráfica 1��. Población en hogares indígenas y su distribución porcentual según tamaño de la localidad, 2000.

165

Marcial Ozolotepec, con 53.6% y 50.5%, respectivamente. Esta situación puede

deberse tanto a una falta de atención médica como a la desnutrición que parte

de la población infantil indígena padece debido a los altos índices de pobreza en

esas comunidades.

Educación

Como otros indicadores de bienestar, los índices educativos entre la población

indígena de la Sierra Sur presentan características de vulnerabilidad sumamente

acentuadas. Un ejemplo es el alto porcentaje de población analfabeta, principal

problemática educativa, la cual se eleva cuatro puntos porcentuales por encima

de la media indígena estatal. En el caso de la población femenina, la más afecta-

Gráfica 1�0. Estado conyugal de la población indígena de 12 a 4� años por tipo y sexo, 2000

Cuadro �1. Distribución porcentual de la población de 12 a 4� años por estado conyugal por tipo de municipio

y sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Soltero Casado o unido

Viudo, separado o divorciado

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

Sierra Sur 21 861 24 060 48.9 41.7 50.3 53.7 0.9 4.6

Indígena* 1� 666 1� 462 4�.2 41.5 50.� 53.� 0.� 4.�

Presencia indígena** 4 1�5 4 5�� 51.6 42.4 4�.� 53.� 0.� 3.�

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.Nota: En la Sierra Sur no hay municipios con menos de 40% de población indígena.

Gráfica 1�1. Municipios con mayor promedio de hijos nacidos vivos de la población femenina de 12 a 4� años en hogares indígenas, 2000

Nota: En la Sierra Sur hay municipios con menos de 40% de población indígena.*�0% y más de población indígena.**De 40% a 6�% de población indígena.

166

da de la región, los índices llegan a ser alarmantes, ya que cerca de la mitad de

mujeres de 15 años y más no sabe leer ni escribir, mientras que en el caso de los

hombres el promedio disminuye a una cuarta parte de la población. De hecho,

si se analiza el índice de sobreanalfabetismo femenino es posible observar que

el porcentaje de mujeres analfabetas es dos veces superior en relación con los

hombres (veáse gráfica 184).

El comportamiento de la población indígena analfabeta por tipo de municipio

mantiene la constante del mayor volumen de mujeres que no saben leer ni escri-

bir en relación con los hombres, disminuyendo para ambos casos el porcentaje

conforme es menor la presencia de la población indígena (veáse cuadro 92).

Si el promedio general de analfabetismo es de 37.9% de la población indí-

gena de 15 años y más, en algunos municipios afecta a más de la mitad de este

sector poblacional. Constancia del Rosario, Santa Lucía Miahuatlán y Mesones

Gráfica 1�2. Municipios con mayor porcentaje de población en hogares indígenas sin derecho a servicios de salud, 2000

*�0% y más de población indígena.**De 40% a 6�% de población indígena.

Gráfica 1�3. Municipios con mayores tasas de mortalidad infantil, 2000

*�0% y más de población indígena.**De 40% a 6�% de población indígena.

Gráfica 1�4. Porcentaje de población de 15 años y más en hogares indígenas por condición de alfabetismo según sexo, 2000

16�

Hidalgo cuentan con la mayor proporción de población indígena analfabeta de la

Sierra Sur, con 60.5%, 60.2% y 52.5%, respectivamente (veáse cuadro 93).

En la generación anterior, que se ubica entre los seis y los 15 años de edad, la

población analfabeta parece reducirse sustantivamente si se considera que cerca

de 90% de los niños entre seis y 12 años asiste actualmente a la escuela. Pero la

inasistencia escolar continúa siendo mayor a la media estatal entre los adolescen-

tes que se encuentran en edad de cursar la educación secundaria, ya que tres de

cada 10 jóvenes de esa edad no asisten a la escuela (veáse gráfica 185).

En este caso, los porcentajes de la población masculina son a su vez menores

que entre la femenina. La inasistencia escolar de la población de 13 a 15 años que

debería asistir a la secundaria es, para el caso de los hombres, de 23.8%, y para

las mujeres de 37%, lo que muestra una brecha entre los sexos de 13.2 puntos

porcentuales en detrimento de las adolescentes.

Cuando se considera el tipo de municipio se observa que el mayor porcentaje

de inasistencia escolar se presenta en aquellos municipios donde el volumen de

población indígena es de 70% y más, con 25 de cada 100 hombres y 37 de cada

100 mujeres que no cursan la escuela secundaria (veáse cuadro 94).

Los municipios que se distinguen por tener mayores proporciones de pobla-

ción de seis a 12 años que no asiste a la escuela son Constancia del Rosario, San-

ta Lucía Miahuatlán y Santiago Xanica. En lo que respecta a la población de 13

a 15 años que no asiste a la escuela, los mayores porcentajes se localizan en los

municipios de Santa Catarina Quioquitani, San Miguel Coatlán y San Ildefonso

Amatlán, caracterizándose los dos últimos por tener un volumen de población

indígena que está entre 40% y 69% (veáse cuadro 95).

El rezago educativo se hace más evidente cuando se examina la información

por tipo de municipio. En aquellos municipios donde la población indígena es

Cuadro �2. Porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas por tipo de municipio según sexo e índice de

sobreanalfabetismo femenino, 2000

Tipo de municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Sierra Sur 37.9 25.1 49.4 2.0

Indígena* 3�.� 25.� 50.� 2.0

Presencia indígena** 33.� 22.5 44.0 2.0

Nota: En la Sierra Sur no hay municipios con menos de 40% de población indígena. El índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.

Cuadro �3. Municipios con mayor porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas según sexo e índice de

sobreanalfabetismo femenino, 2000

Municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Sierra Sur 37.9 25.1 49.4 2

Constancia del Rosario** 60.5 4�.� 6�.� 1.4

Santa Lucía Miahuatlán* 60.2 4�.0 �2.� 1.5

Mesones Hidalgo** 52.5 4�.1 56.� 1.2

San José Lachiguiri* 46.� 30.1 60.� 2.0

Santa Cruz Zenzontepec* 45.� 33.0 5�.1 1.�

San Miguel Coatlán** 45.4 33.3 5�.� 1.�

San Lorenzo Texmelucan* 45.3 32.6 56.� 1.�

San Cristóbal Amatlán* 44.2 25.6 5�.� 2.3

Santo Domingo Ozolotepec* 42.5 26.1 55.3 2.1

San Andrés Paxtlán* 41.� 26.� 55.4 2.1

Santiago Xanica* 3�.1 2�.4 4�.5 1.6

Santa María Quiegolani* 3�.0 24.6 52.3 2.1

San Francisco Logueche* 3�.1 1�.� 53.3 2.�

San Pedro Amuzgos* 3�.0 2�.2 44.3 1.6

Santa María Zaniza* 36.6 20.4 51.� 2.5

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total. En la Sierra Sur no hay municipios con menos de 40% de población indígena. El índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.

16�

mayoritaria, 91 de cada 100 mujeres no cuentan con la educación secundaria

concluida. Esta proporción, sin embargo, aumenta a 92 mujeres en los munici-

pios con presencia indígena, mientras que en el caso de los hombres disminuye

a 88 de cada 100 para ambos casos (veáse gráfica 186).

Ingresos y empleo

La situación de la población indígena de la Sierra del Sur muestra un considerable

volumen de población inactiva, si por este término se entiende aquella población

que se dedica a actividades diferentes a la laboral. De hecho, de las 58 mil per-

sonas que cuentan con 12 años y más, poco más de la mitad no forma parte de la

población económicamente activa, constituida en su gran mayoría por hombres

que se encuentran en es rango de edad. De ahí que 71% de la población inactiva

sean mujeres que no han ingresado al mercado laboral (veáse gráfica 187).

En los 34 municipios de la región que presenta un porcentaje mayor a 40% de

población indígena, la población económicamente activa (pea) asciende 25 385

personas. De ésta, sin embargo, 14 339 carecen de un ingreso remunerado y 5 292

reciben menos de un salario mínimo, lo que significa que 79% de este sector de la

población vive en condiciones de extrema pobreza. El hecho de que “80% de la

población económicamente activa esté dedicada a actividades relacionadas con

el sector primario” (Hernández Díaz, 1999: p. 190) explica en parte esta situa-

ción; sin embrago, las causas más profundas es necesario buscarlas en el trabajo

asalariado que las familias indígenas realizan en las fincas cafetaleras de la re-

gión, como una forma de completar sus ingresos.

Estudios recientes (Hernández Díaz, 1999) revelan que en los municipios

chatinos de la región 67% de la pea se emplea como asalariada en alguna épo-

ca del año, principalmente en el periodo de cosecha de café. Entre los meses de

Gráfica 1�5. Distribución porcentual de la población de 6 a 15 años por condición de asistencia escolar según grupos de edad y sexo, 2000

Cuadro �6. Distribución porcentual de la población de 15 a 5� años en hogares indígenas por nivel de instrucción según sexo, 2000

Nivel de instrucción Total Hombres Mujeres

Sin instrucción 2�.3 1�.4 3�.2

Primaria incompleta 33.3 3�.0 30.0

Primaria completa 23.� 2�.0 20.�

Secundaria incompleta 3.� 4.� 3.0

Secundaria completa �.� �.� 5.�

Postsecundaria 0.4 0.6 0.3

No especificado 1.6 1.3 1.�

Cuadro �4. Porcentaje de población de 6 a 15 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela por tipo de municipio según grupos de edad y

sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Hombres Mujeres

6-12 13-15 6-12 13-15 6-12 13-15

Total 10.2 30.3 9.3 23.6 11.2 37.0

Indígena* 10.1 30.3 �.1 23.5 11.0 3�.0

Presencia indígena** 11.3 31.0 10.5 25.0 12.1 3�.2

Nota: No incluye a la población que no especificó la condición de asistencia. * �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.

16�

octubre y febrero, época en que las plantaciones requieren de una gran cantidad

de mano de obra, familias enteras se trasladan de las localidades indígenas a las

fincas cafetaleras, donde viven en condiciones deplorables y generalmente reci-

ben salarios raquíticos (Bartolomé, 1982: p. 210). La expansión de la producción

cafetalera ha sido a su vez motivo de numerosos conflictos agrarios, ya que la

mayoría de las comunidades indígenas ha perdido parte de su territorio en bene-

ficio del crecimiento de las plantaciones de café (cfr. Bartolomé, 1982; Hernán-

dez, 1987, y Acevedo, 1992) (veáse gráfica 188).

Los sectores de la transformación, el comercio y los servicios absorben una

parte mínima de la población indígena regional. Si bien su incidencia es mayor

en el sector femenino, éste constituye menos de la centésima parte de la pobla-

ción económicamente activa (veáse cuadro 96 y gráfica 189).

El reducido número de mujeres indígenas que se ha insertado en el mercado

laboral ha incursionado con mayor éxito en el sector secundario, ya que 28% de

las mujeres ocupadas se emplea en este tipo de actividad. Para los hombres, en

cambio, el sector de la transformación representa una fuente laboral sumamente

Gráfica 1�6. Porcentaje de población de 15 a 5� añós en hogares indígenas en rezago educativo por tipo de municipio según sexo, 2000

Nota: Se refiere a la población que no logró concluir la educación básica. En la Sierra Sur no hay municipios con menos de 40% de población indígena.*�0% y más de población indígena.**De 40% a 6�% de población indígena.

Gráfica 1��. Porcentaje de población de 12 años y más en hogares indígenas según condición de actividad, 2000

Gráfica 1��. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas ocupada por ingreso según sexo, 2000

1�0

reducida si se considera que sólo 13 de cada 100 trabajadores ocupados laboran

en esta área de la economía. En el caso del sector terciario, la proporción tanto

para hombres como para mujeres es similar, pero en ambos casos integra menos

de 5% de la población económicamente activa.

Marginación social

Comparada con el resto de las regiones oaxaqueñas, la Sierra Sur presenta con

mayor severidad los rezagos asociados a la marginación social, ya que 99% de

su población habita en municipios que son considerados de alta y muy alta mar-

ginalidad. De hecho, de las 67 entidades municipales que conforman la región,

39 ingresan en el rango de muy alta marginalidad, 27 se inscriben en el rubro

de marginación alta y sólo una de ellas, San Bartolo Yautepec, es considerada de

marginación media.

En conjunto, la región puede caracterizarse como zona de extrema margina-

ción social si se considera que la esperanza de vida es inferior al promedio na-

cional en 19 años para los hombres y en 15 años para las mujeres. Estos indica-

dores, como señala Hernández Díaz (1999: p. 17), dan una idea de las precarias

condiciones en que vive la población indígena de la región, y permiten explicar

que los niveles de monolingüismo, analfabetismo y mortalidad infantil sean en

la mayoría de los casos superiores a la media estatal y nacional. A lo largo del

estado, en efecto, los índices de monolingüismo se estiman en 20% de la po-

blación hablante de lengua indígena, mientras en la Sierra Sur este promedio se

incrementa a 21.4% de la misma población. A su vez, el índice estatal de anal-

fabetismo es de 34.6% de la población indígena mayor a 15 años, lo cual está

tres puntos porcentuales debajo de la media regional, que actualmente asciende

a 37.9% de esta población. Si la tasa de mortalidad infantil entre la población

indígena del estado equivale en promedio a 33.5%, en la Sierra Sur se eleva a

37.8% como promedio regional, incluyendo los municipios que no cuentan con

demasiada población indígena.

En la Sierra Sur, en efecto, existe al menos una docena de municipios en

los que los índices de monolingüismo, analfabetismo y mortalidad infantil son

invariablemente superiores a la media estatal. La correlación entre estos facto-

res los convierte en los municipios más vulnerables de la región, con grados de

marginación extrema que afectan a más de 50 mil personas que habitan en su

territorio. Sin embargo, conviene hacer notar que 13 municipios indígenas se

encuentran por encima del promedio estatal de monolingüismo, 23 tienen índi-

ces superiores de analfabetismo y 50 superan la tasa media de mortalidad infan-

til (veáse cuadro 97).

El grado de hacinamiento en el que vive la mayor parte de las comunidades se

refleja claramente en los niveles de servicios con que cuentan las 20 887 vivien-

das de la región. Los índices son también en este caso muy inferiores a la media

Cuadro �6. Población de 12 años y más económicamente activa en hogares indígenas por tipo según sexo, 2000

Tipo Total Hombres Mujeres

Población activa 25 35� ��.4 0.6

Ocupada 25 23� ��.� 0.2

Desocupada 120 ��.5 0.5

Gráfica 1��. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígenas por sector según sexo, 2000

Nota: No incluye a 1.1% de hombres y 4.0% de mujeres que no especificaron el sector económico en que partici-paban.

1�1

estatal. En el conjunto del estado, en efecto, 19% de las viviendas no tienen ener-

gía eléctrica, mientras en la Sierra Sur este porcentaje se eleva a más del 30% de

los hogares y por lo menos existen 14 municipios que carecen prácticamente

de electricidad. Asimismo, 58% de las viviendas indígenas de Oaxaca cuenta

con agua entubada, pero en la Sierra Sur sólo la mitad tiene ese servicio. Las di-

ferencias más significativas se observan en el número de viviendas con piso de

tierra, pues si 55% de las viviendas estatales se encuentra en estas condiciones,

en la Sierra Sur sólo dos de cada 10 tiene como piso un tipo de material distinto

(veáse gráfica 190).

De acuerdo con los indicadores sobre las viviendas, los pisos de cemento o

de otro tipo de material diferente a la tierra son el privilegio exclusivo de un nú-

mero reducido de municipios, ya que en 42 de ellos no existen viviendas que

cuenten con este tipo de construcción. En 22 entidades municipales práctica-

mente no existen viviendas que tengan agua entubada y la electricidad, como

hemos indicado, está aún ausente en 14.

Configuración étnica

Como otras regiones de Oaxaca, la Sierra Sur conforma un espacio interétnico en

el que cohabitan tres grupos indígenas mayoritarios (zapotecos, mixtecos y cha-

tinos) y dos minoritarios (amuzgos y chontales). La población de los primeros es

siete veces superior a la de los segundos, cuyos asentamientos se reducen a tres

municipios ubicados en el extremo occidental de la región, en la frontera con el

estado de Guerrero (veáse gráfica 191).

Zapotecos, mixtecos y chatinos ocupan la mayor extensión de la Sierra Sur y

se distribuyen en 62 municipios regionales, la gran mayoría de los cuales perte-

nece al primero de estos grupos etnolingüísticos, con un total de 51 municipios

donde el zapoteco es la lengua predominante. El mixteco, en cambio, predomina

en siete municipios, mientras los chatinos ocupan mayoritariamente el municipio

de Santa Cruz Zenzontepec.

Zapotecos

Los mene didzé, o zapotecos del sur, representan cerca de 15% de los hablantes

de esta lengua indígena que habitan en el estado de Oaxaca, estimada actual-

mente en 378 805 personas. Su población se distribuye en la gran mayoría de los

Cuadro ��. Municipios con mayores índices de marginación en la Sierra Sur

Municipio% de

monolingües % analfabetas TMI

Constancia del Rosario 4�.3 60.3 3�.6

Mesones Hidalgo 20.1 44.2 40.�

San Cristóbal Amatlán 26.6 44.2 3�.3

San Francisco Ozolotepec 20.5 34.� 3�

San José Lachiguiri 24.� 46.� 42.1

San Juan Mixtepec - Distr. 26 22.5 36.5 3�.2

San Lorenzo Texmelucan 5�.1 45.3 46.5

San Pedro Amuzgos 31.� 36.4 35.4

Santa Cruz Zenzontepec 35.4 45.� 53.6

Santa Lucía Miahuatlán 43.1 60.1 5�.6

Santa María Lachixío 20.3 35.4 36.�

San Vicente Coatlán 2�.5 2�.3 3�.�

San Vicente Lachixío 22.4 35.2 3�.�

Gráfica 1�0. Servicios en las viviendas de la Sierra Sur, 2000

1�2

municipios de la Sierra Madre del Sur, aunque sólo en 51 representa la lengua

indígena mayoritaria. Los hablantes de zapoteco en estos municipios ascienden

a 49 126, que representan cerca de 70% de los individuos que habitan en algún

hogar indígena y 37% de la población regional (veáse cuadro 98).

En las últimas décadas la afluencia de la población mestiza, procedente de

diversas regiones del país, ha hecho que los municipios zapotecos de la Sierra

Sur adquieran una nueva fisonomía en su situación económica y cultural, de tal

manera que en diversas poblaciones se registra una fuerte sustitución del idioma

materno por el castellano. Aunque en algunas comunidades rurales la valoración

de la lengua vernácula suele ser positiva y se emplea cotidianamente entre los

diferentes grupos de edad, en otras está siendo reemplazado rápidamente en la

población menor de 30 años, y en algunas prácticamente se ha extinguido (Ba-

rabas, 1999: p. 94). Actualmente sólo 30% de la población zapoteca mayor de

cinco años domina su lengua vernácula y un número creciente la combina con el

empleo del castellano. Los datos censales indican que uno de cada tres zapote-

cos sureños ha perdido la lengua indígena, por lo que el número de hablantes de

zapoteco representa apenas 24% de la población total que habita en estos muni-

cipios (veáse gráfica 192).

Sin embargo, la dinámica demográfica de la población zapoteca refleja una

tendencia creciente, ya que es precisamente en las nuevas generaciones donde se

observan los mayores porcentajes tanto de hombres como de mujeres que confor-

man esta comunidad. De hecho, de cada 100 hombres y mujeres zapotecas más de

40 personas se ubican entre los cinco y los 19 años de edad (veáse gráfica 193).

Ahora bien, del total de esta población, la mayoría de los hombres y de las

mujeres no sólo habla su lengua vernácula, sino que también domina el español;

el porcentaje de monolingüismo masculino es de sólo 13.3%, mientras que el fe-

menino aumenta poco más del doble (27.6%).

Gráfica 1�1. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena por tipo de lengua, 2000

Cuadro ��. Distribución porcentual de la población de 5 años y más zapoteca por municipio, 2000

Municipio Población zapoteca Distribución porcentual

Total 40 031 100.0

San Lorenzo Texmelucan 4 611 11.6

San Cristóbal Amatlán 3 212 �.0

San Vicente Coatlán 3 154 �.�

San Vicente Lachixío 2 ��2 6.�

San José Lachiguiri 2 5�� 6.4

San Andrés Paxtlán 2 552 6.4

Santa Cruz Xitla 2 540 6.3

San Carlos Yautepec 2 3�4 5.�

Santa Lucía Miahuatlán 2 164 5.4

San Juan Ozolotepec 1 �14 4.3

San Francisco Logueche 1 530 3.�

San Francisco Ozolotepec 1 466 3.�

San Pedro Mixtepec - Distr. 26 1 060 2.6

San Marcial Ozolotepec �14 2.3

Santa María Lachixío �04 2.3

Santiago Xanica ��3 2.2

San Juan Mixtepec - Distr. 26 �35 2.1

Santa Catalina Quierí �2� 2.1

Otros municipios 3 �3� �.�

1�3

Mixtecos

Comparados con la población mixteca que reside en Oaxaca, los mixtecos de la

Sierra Sur conforman una minoría de este grupo etnolingüístico, dado que sólo

representan 6% de la población mixteca a nivel estatal. Como sus vecinos zapo-

tecos, los mixtecos de esta región presentan una pérdida sumamente acentuada

de su lengua, pues siete de cada 10 personas mayores de cinco años se desen-

vuelve exclusivamente en castellano (veáse cuadro 99).

La población hablante de lengua mixteca está conformada por 6 670 perso-

nas, que se concentran principalmente en cuatro municipios: Santa Lucía Monte-

verde, Mesones Hidalgo, Constancia del Rosario y Santa María Ozolotepec. Los

tres municipios mencionados son de hecho los únicos mixtecos que superan 90%

de población indígena en la región.

Al igual que en el caso de la población zapoteca, el mayor porcentaje de po-

blación hablante mixteca de la Sierra Sur se ubica en los grupos de edad de cinco

a 19 años, con 44.7% en el caso de los hombres y 39.7% en el de las mujeres del

total de esta población. Sin embargo, es posible observar que la distribución por-

centual en los demás grupos de edad se da de forma similar, observándose

porcentajes similares tanto para hombres como para mujeres. En el grupo de po-

blación de la tercera edad, esto es, los que tienen más de 65 años, la proporción

de población mixteca es importante, siendo de 7.5% para los hombres y de 6.9%

para las mujeres (veáse gráfica 194).

Asimismo, el porcentaje de población monolingüe para este grupo étnico es

menor en los hombres que en las mujeres. De los 3 116 mixtecos sólo 432 ha-

blan únicamente su lengua vernácula: 13.9% del total, proporción similar a la

de los zapotecos. Para el caso de las mixtecas, la proporción se eleva a 25.4%,

ya que del total de mujeres de este grupo étnico (3 423) 871 no habla español

(veáse gráfica 195).

Además del monolingüismo, el analfabetismo representa una considerable li-

mitante de la población para acceder a la educación; afecta en mayor medida a

la población femenina, ya que sólo 49 de cada 100 mujeres saben leer y escribir,

Gráfica 1�2. Distribución porcentual de la población zapoteca en hogares indígenas por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

Nota: No incluye a 0.3% de hombres y 0.2% de mujeres que no especificaron su edad.

Gráfica 1�3. Población de 5 años y más zapoteca bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

1�4

proporción que aumenta significativamente para el caso de los hombres alfabetas

a 65 de cada 100, es decir, entre ambos sexos existe una brecha proporcional de

16 personas alfabetas.

Chatinos

El tercer grupo de importancia en la región son los chatinos, que se definen a

sí mismos como ne’ cha’c�a o “gente de las palabras útiles”. Se distribuyen en

diversos municipios de la zona central de la Sierra Sur y su población incluye

a 24% de los hablantes de esta lengua indígena que reside en territorio oaxa-

queño.

A diferencia de sus vecinos zapotecos y mixtecos, los chatinos de la Sierra

Sur conformen el grupo indígena con menores amenazas de pérdida de la len-

gua. Algunos analistas observan que, si se considera que en 1995 un tercio de los

hablantes de esa lengua tenía entre cinco y 14 años, “se puede decir que muestra

signos de vitalidad en comparación con lo que sucede con el promedio de los

hablantes de lenguas indígenas en Oaxaca” (Hernández Díaz, 1999: p. 188). Tan

sólo el municipio de Santa Cruz Zenzontepec presenta un número significati-

Cuadro ��. Distribución porcentual de la población de 5 años y más mixteca por municipio, 2000

Municipio Población mixteca Distribución porcentual

Total 6 670 100.0

Santa Lucía Monteverde 3 �41 5�.6

Mesones Hidalgo 1 41� 21.3

Constancia del Rosario 1 13� 1�.1

Santa María Ozolotepec �5 1.1

Otros municipios 1�6 2.�

Gráfica 1�4. Distribución porcentual de la población mixteca por grupos quinquenales de edad

y sexo, 2000

Gráfica 1�5. Población de 5 años y más mixteca bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

1�5

vo de chatinos, ya que en él se concentra 99% de su población, con un total

de 8 025 hablantes de esa lengua indígena (veáse gráfica 196).

Al observar la configuración de la población chatina por grupos de edad, la

tendencia de que ésta se concentre en las nuevas generaciones es un poco más

patente que en el caso de los grupos étnicos observados anteriormente. En el caso

de los hombres, 19 de cada 100 chatinos tienen entre cinco y nueve años, 16 en-

tre 10 y 14 años y 13 entre 15 y 19 años, lo que en total representa cerca del 50%

de la población. Para las mujeres chatinas la situación es similar, con 18, 15 y 13 de

cada 100 mujeres de este grupo etnolingüístico, respectivamente, concentrando

estos tres grupos de edad 46.1% del total (veáse gráfica 197).

Sin embargo, los porcentajes de monolingüismo de la población chatina son

mucho más elevados que en zapotecos y mixtecos. De los 3 971 hombres y 3 968

mujeres de cinco años y más hablante de lengua chatina, 25.2% y 45.8%, res-

pectivamente, hablan sólo en su lengua vernácula, observándose una diferencia

entre los sexos de 20.7% en detrimento de la población femenina. Lo anterior

explica en gran medida los altos porcentajes de analfabetismo en la población

chatina de 15 años y más, situación que se agrava, como en todos los casos que

se han descrito en la Región Sierra Sur, en las mujeres, ya que 45 de cada 100 no

saben leer ni escribir. Esta proporción disminuye significativamente en la pobla-

ción masculina a 23 de cada 100, encontrándose una brecha proporcional entre

ambos sexos de 22 mujeres.

Amuzgos

El caso de los amuzgo es similar en este sentido. Distribuidos en dos munici-

pios, donde su número de hablantes alcanza las 4 379 personas, lo que repre-

senta 80% de la población indígena estimada y 60% de la población total, los

amuzgos exhiben una gran vitalidad en el empleo su lengua vernácula, ya que

cinco de cada 10 personas mayores de cinco años emplean esta lengua como

medio de comunicación. En consecuencia, el número de monolingües resulta

relativamente alto en uno de los municipios, San Pedro Amuzgos, donde cerca

de 32% de la población desconoce el castellano. El municipios de Santa María

Ipalapa muestra la tendencia contraria, con una pérdida sustancial de la lengua

Gráfica 1�6. Distribución porcentual de la población chatina por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

Nota: No incluye a 0.2% de mujeres que no especificaron su edad.

Gráfica 1��. Población de 5 años y más chatina bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

1�6

y un número sumamente reducido de población monolingüe; pero tanto su nú-

mero como su porcentaje de población son minoritarios con respecto al muni-

cipio anterior. Ambas entidades, sin embargo, concentran 95% de los amuzgos

residentes en Oaxaca y constituyen, por lo tanto, los centros rectores de esta

cultura indígena.

El territorio histórico de los amuzgos ha sido divido por la frontera política

de los estados de Oaxaca y Guerrero, configurándose así dos núcleos principa-

les de esa población indígena. En Oaxaca se concentran principalmente en los

municipios de Santa María Ipalapa y San Pedro Amuzgos, ubicados al occidente

del estado en la subregión de la Mixteca de la Costa. En todo el estado viven

6 943 indígenas pertenecientes a ese grupo, que se distribuye en 62 municipios

a lo largo y ancho de la entidad; sin embargo, en la mayoría de las comunidades

donde habitan son comparativamente minoría en relación con los mestizos con

que comparten su territorio (Juan Caballero, 1994).

De esta forma, tenemos que para el año 2000, de los 67 municipios indígenas

que existen en la Sierra Sur sólo en uno —San Pedro Amuzgos— la población

indígena amuzga es mayoritaria. Santa María Ipalapa, donde habita la segunda

concentración de amuzgos en el estado, es un municipio con población indígena

dispersa, es decir, al mismo tiempo que tiene un volumen menor a 5 mil indíge-

nas, su presencia porcentual está por debajo de 40%. Por otro lado, San Pedro

Amuzgos está clasificado como municipio eminentemente indígena, pues tal po-

blación representa 84.5% de total municipal.

Tacuate

El municipio de Santa María Zacatepec es la sede del grupo tacuate, donde la po-

blación indígena representa 27% de la población total. Los indicadores muestran

que el tacuate se ha perdido severamente como lengua vernácula, ya que sólo

dos de cada 10 individuos mayores de cinco años hablan aún esta lengua indíge-

na. Los 1 716 hablantes de tacuate que habitan en Santa María Zacatepec son en

su gran mayoría bilingües. A este hecho debe agregarse que, desde el punto de

vista lingüístico, el tacuate debería reconocerse como una variante del mixteco;

sin embargo, la etnografía reciente ha tendido a diferenciarlos atendiendo cada

vez más a los discursos étnicos y no al parámetro lingüístico, pues la población

que se define y es definida como tal no habita en un territorio continuo y, por lo

tanto, no conforma una unidad político-social.

Algunos antropólogos han distinguido dos subgrupos tacuates no colindan-

tes, “cuyas diferencias parecen mayores que los puntos compartidos y hasta el

momento los únicos contactos grupales directos fueron concertados por antropó-

logos” (Vatant, 2002: p. 9). Estos grupos se asientan en los municipios de Santa

Cruz Zacatepec y Santiago Ixtayutla, este último perteneciente a la Región Costa.

Cabe señalar que la información censal para el año 2000 sólo reconoce como

población tacuate a los indígenas del municipio de Santa María Zacatepec; mien-

tras que en Ixtayutla aparece como mixteca. Probablemente la razón de esta de-

cisión tengan que ver con el hecho de que la autoadscripción de la población

indígena como tacuate es un fenómeno generalizado en Zacatepec, mientras que

en Ixtayutla dicho término es exterior al grupo y está sobrecargado de sentidos

peyorativos. De esta forma, en el país existen apenas 2 379 tacuates, de los cuales

99% habitan en el estado de Oaxaca.

Migración

La región de la Sierra Sur no ha constituido una zona de flujos migratorios que

hayan reconfigurado las características demográficas de la población. De los 34

municipios que comprende la región, 22 son considerados municipios en equi-

librio migratorio, 11 municipios expulsores y sólo uno, Santa Catarina Cuixtla,

municipio de atracción migratoria. Al considerar sólo los municipios expulsores,

sin embargo, se observa que nueve de ellos corresponden a entidades que inclu-

yen un porcentaje de población indígena menor a 70%, lo que indica que las

tendencias migratorias son más acentuadas entre la población no indígena. De

hecho, si se observa a la población indígena que viven en los municipios según

su categoría migratoria y tipo de municipio, se advierte que 57.6% de la pobla-

ción de municipios indígenas se concentra en aquellos donde existe un equilibrio

migratorio, mientras que 42.4% se ubica en aquellos que se distinguen por ser

municipios de expulsión (veáse gráfica 198).

Una tendencia contraria se observa en los municipios con presencia indíge-

na. La mayoría de la población se concentra en municipios de expulsión migrato-

ria, 33.6% en los de equilibrio y sólo 4.5% en el único municipio de atracción de

1��toda la región. Así, mientras la población total de los municipios eminentemente

indígenas que presentan altos niveles de expulsión asciende a cerca de 30 673

personas, la población de los municipios expulsores que tienen un rango menor

a 40% de indígenas es tres veces menor, con cerca de 11 155 indígenas.

Por pertenecer a grupos etnolingüísticos que se distribuyen principalmente en

otras regiones oaxaqueñas, las cifras de los grupos locales y su migración exter-

na son difíciles de precisar. Por sus características étnicas y culturales se puede

inferir que, de los tres grupos indígenas mayoritarios, los mixtecos de la Sierra

Sur se han insertado más en los procesos migratorios que sus vecinos chatinos y

zapotecos, pero la ausencia de datos específicos sobre los municipios de origen

impiden hacer generalizaciones.

A pesar de que los censos de población no distinguen las variantes lingüísti-

cas de la Sierra Sur, se puede considerar que las entidades federativas con mayor

número de indígenas provenientes de la región residen en Guerrero, Estado de

México, Distrito Federal y Veracruz, los cuales representan 75.6% de los 604 mil

indígenas que viven en diferentes estados de la República Mexicana.

Ahora bien, si se observa esta migración a partir de los municipios que no

pertenecen al estado de Oaxaca, en su gran mayoría migraron a la zona metropo-

litana, es decir, a los municipios conurbados al Distrito Federal, ubicándose a su

vez también muchos municipios pertenecientes al estado de Guerrero, los cuales

seguramente contemplan población mixteca nativa de esta entidad.

Los movimientos poblacionales hacia la sierra son también sumamente esca-

sos. Al interior de la región se registra un total de 246 migrantes absolutos y 283

recientes, lo que representa 0.6% de la población total. Al analizarse la distribu-

ción migrante por sexo es posible observar que en ambos casos la proporción de

población masculina y femenina es casi igual (veáse gráfica 199).

Ahora bien, en los municipios con presencia indígena se presentan los ma-

yores porcentajes de migración absoluta (0.5%) y reciente (0.3%). Si se aborda la

migración reciente en el nivel municipal, es posible observar que el municipio

que destaca por el mayor porcentaje es Constancia del Rosario, donde dos de

cada 100 indígenas nacieron fuera del estado de Oaxaca, lo que indica que la

migración absoluta en la región es casi inexistente.

Gráfica 1��. Distribución porcentual de la población indígena por categoría migratoria

Gráfica 1��. Población migrante en hogares indígenas por tipo de migración según sexo, 2000

* Se refiere a la población que reside en la región pero nació en otra entidad o país.**Se refiere a la población que desde 1��5 reside en la Sierra Sur.

1��

REgIóN VallEs CENTRalEs

Como su nombre lo indica, la Región Valles Centrales comprende los municipios ubicados en la planicie central

del estado de Oaxaca, en el área que integra los distritos de Centro, Tlacolula, Etla y Ocotlán. Constituida por 113

municipios, de los cuales sólo 38 superan 40% de población indígena, la región incluye dos grandes subregio-

nes ecológica y culturalmente diferenciadas: subregión los Valles, que ocupan la parte noroccidental del estado y

presenta elevaciones entre 1 200 y 1 700 msnm, y subregión alta de los Valles, que sigue el trayecto de la Sierra

Madre Occidental hasta encontrarse con la zona zapoteca del distrito de Sola de Vega, cuyas elevaciones alcanzan

los 2 300 msnm.

Desde la época colonial, la historia ecológica de los Valles se ha caracterizado por la extracción y sobreexplo-

tación extrema de los recursos naturales en varias industrias, al grado que hoy en día se advierte una irreversible

y muy fuerte degradación en las tierras. Según Bravo Mendoza (1996), el proceso de erosión de los Valles ha al-

canzado aproximadamente 90% del territorio regional, lo que la ha convertido en una de las más erosionadas del

país. Claro está que esta degradación no ha sido homogénea y ha afectado más a ciertas subregiones, como la alta,

en donde encontramos niveles de erosión tan elevados que en la actualidad muchos terrenos han tenido que ser

catalogados como desérticos por su nula fertilidad (Atilano, 2000); en este contexto destaca el distrito de Ocotlán,

uno de los más afectados por esta degradación de los suelos (Acevedo, 1995).

Así, el exterminio casi total de bosques y lagos para habilitarlos como nuevas tierras de cultivo y pastoreo ha

provocado trastornos ambientales irreversibles, de tal forma que el ciclo pluvial se ha vuelto impredecible, hacién-

dose cada vez más frecuentes las sequías o, en su defecto, las lluvias torrenciales. Este desequilibrio ecológico ha

significado la desaparición de gran parte de la fauna endémica, que ha sido sustituida por una ganadería extensi-

va poco productiva y que contribuye a la rápida erosión de la tierra zapoteca. Además, el caudal de los ríos que

atraviesan la zona se ve afectado por la falta o exceso de lluvias o, en su defecto, por la contaminación progresiva

de la zona.

1�0

La población indígena

Históricamente, los Valles Centrales ha sido una región predominantemente za-

poteca; sin embargo, debido a que la capital del estado se encuentra dentro de

su territorio, también ha sido una de las áreas más afectadas por los procesos de

explosión demográfica, los cuales han promovido que la población indígena re-

sulte relativamente minoritaria.

A diferencia de otras regiones de Oaxaca, en efecto, la población indígena de

los Valles Centrales es hoy en día minoritaria con respecto a la población total de la

región, ya que de sus 113 municipios sólo 38 presentan un porcentaje mayor a

40% de población indígena. Ésta representa apenas 33.7% de la población re-

gional, cuya suma se estima actualmente en 851 557 habitantes, una de las más

abundantes de las regiones de Oaxaca. En términos absolutos, sin embargo, la

población indígena que reside en la región resulta incluso más extensa que la de

otras regiones, ya que se estima que 237 112 personas hablan una lengua o ha-

bitan en un hogar indígena (veáse gráfica 200).

Entre estas dos categorías, sin embargo, el número de hablantes es sensible-

mente reducido con respecto a las personas que habitan en hogares indígenas,

pues un poco menos de la mitad de estos últimos han abandonado la reproduc-

ción de su lengua originaria. Los indicadores muestran que de cada 10 personas

que residen en un hogar indígena sólo seis emplean la lengua vernácula como

medio de comunicación. Si bien entre la población femenina se observa una

mayor reproducción lingüística, ya que 40.9% de las mujeres ha perdido el em-

pleo de la lengua indígena, entre los hombres este porcentaje es ligeramente su-

perior, con 42% de la población masculina que sólo se comunica en castellano.

No obstante, en 23 municipios de la región el porcentaje de población hablante

de lengua indígena es superior a 90% de este sector poblacional, mientras en 10

municipios adicionales es mayor a 70% (veáse gráfica 201).

La pérdida de la lengua afecta principalmente a las generaciones jóvenes que

cuentan con menos de 20 años de edad. De hecho, si se observa la distribución

de la población indígena por edad y sexo, es posible observar que en los grupos de

menor edad se encuentra el mayor volumen de población que no habla su len-

gua originaria, ya que 21 260 mujeres y 21 186 hombres indígenas que ya no ha-

blan su lengua vernácula tienen entre cinco y 19 años, lo que representa 42.1%

y 45.8%, respectivamente. Esto significa que es precisamente en las nuevas gene-

raciones donde se está observando una paulatina pérdida de la lengua indíge-

na. Por el contrario, la población que ha perdido su lengua originaria disminuye

conforme va aumentando la edad de la población.

En los Valles Centrales la pérdida de la lengua ha estado directamente vincu-

lada a un fuerte proceso de urbanización. Buena parte de la población indígena

de la región presenta hoy en día una estructura esencialmente urbana, si se con-

sidera que más de 70% de la población indígena vive en localidades mayores de

2 500 habitantes, de los cuales la mayor parte reside en los tres centros urbanos

que superan los 40 mil habitantes. Santa Lucía del Camino, Santa Cruz Xoxoco-

tlán y, principalmente, la capital del estado, reúnen a cerca de 75 mil personan

que habitan en algún hogar indígena, aunque en todos estos centros la población

indígena es minoritaria. En contraste, dentro de los 33 municipios que tienen

una población menor a 2 mil habitantes residen sólo 14 568 indígenas y el res-

to se ubica en entidades que tienen como promedio 5 mil habitantes. La ciudad

de Oaxaca es al respecto la más representativa, ya que ahí reside un total de 51

mil indígenas que representan cerca de 20% de la población indígena regional

(veáse gráfica 202).

Gráfica 200. Población que habita en hogares indígenas según su distribución porcentual por condición de habla indígena y sexo, 2000.

1�1

El hecho de que una parte considerable de la población indígena se concen-

tre en centros urbanos ha promovido que la mayoría de su población resida ac-

tualmente en aquellos municipios donde la población indígena es minoritaria.

De hecho, en los 75 municipios que presentan un porcentaje menor a 40% de

población indígena habita cerca de 50% de la población indígena regional, con

un total de 113 300 personas que viven en algún hogar indígena. En cambio, en

los 25 municipios cuyo porcentaje supera 70% de este sector poblacional reside

40% de la población indígena regional, mientras el 10% restante se ubica en los

13 municipios que tienen entre 40% y 69% de población indígena.

Dada su cercanía con la capital del estado y con otros centros urbanos

que integran la región, la población indígena de los Valles Centrales presenta

uno de los índices más bajos de monolingüismo a lo largo de Oaxaca. El nú-

mero de monolingües representa menos de 10% de la población hablante de

lengua indígena, y en 78 de sus 113 municipios el porcentaje de este sector

es menor a 2% de los hablantes de lengua indígena a nivel municipal (veáse

gráfica 203).

De hecho, 80% de la población monolingüe, estimada actualmente en 12 568

hablantes de zapoteco, se concentra apenas en los 13 municipios que presen-

tan porcentajes superiores a 10% de monolingüismo. Esto indica que en los 100

municipios restantes el índice es poco significativo y que el empleo del caste-

llano se ha convertido en la pauta común de comunicación. Sin embargo, el

monolingüismo no se presenta con la misma magnitud en todos los municipios

y afecta de manera diferente a la población masculina y a la femenina (veáse

gráfica 204).

Como era de esperarse, los municipios con mayor densidad de población in-

dígena registran un mayor porcentaje de monolingües, ya que 10 de cada 100

hombres y 19 de cada 100 mujeres no dominan el castellano. Esta proporción

disminuye conforme es menor la población indígena, de tal manera que en los

municipios con presencia indígena dos hombres y cuatro mujeres de cada 100

son monolingües, y en aquellos donde la población indígena es dispersa la pro-

porción en los hombres alcanza apenas un varón y dos mujeres de cada 100 per-

sonas (veáse cuadro 100).

Los municipios más afectados por tener mayor porcentaje de población mo-

nolingüe son San Pedro Quiatoni, Santiago Tlazoyaltepec y Santiago Matatlán,

Gráfica 201. Estructura por edades, sexo y condición de habla de lengua indígena, 2000.

Nota: La población hablante de lengua indígena se capta para la población de 5 años y más.No se incluye a 343 hombres y 34� mujeres que no especificaron la edad.

Gráfica 202. Distribución porcentual de la población en hogares indígenas por zona rural-urbana, 2000

1�2

los cuales se distinguen por tener más de 70% de población indígena. Asimismo,

si se observan las diferencias entre sexos, es en los municipios de Santa Cruz Mix-

tepec y Santiago Tlazoyaltepec donde la brecha entre los hombres y las mujeres

monolingües es mayor, con un porcentaje en detrimento de las mujeres de 23.8

y 23.1 puntos porcentuales, respectivamente.

Salud y fecundidad

A diferencia de otros factores, la distribución de la población indígena por estado

conyugal no difiere sustancialmente entre hombres y mujeres. En este sentido, se

puede observar que en ambos casos el comportamiento resulta similar, aunque

Gráfica 203. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

Gráfica 204. Porcentaje de la población de 5 años y más monolingüe por tipo de municipio según sexo, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 100. Municipios con mayor porcentaje de la población de 5 años y más indígena monolingüe por sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Valles Centrales 9.2 6.1 11.9

San Pedro Quiatoni* 31.2 23.1 3�.6

Santiago Tlazoyaltepec* 25.� 13.4 36.5

Santiago Mazatlán* 24.� 1�.� 2�.0

Santa Cruz Mixtepec*** 24.6 12.2 36.0

San Lucas Quiaviní* 22.5 14.� 2�.4

San Miguel Tilquiápam* 20.3 16.5 23.6

Santa Marta Pañoles* 1� .6 10.1 2�.4

San Dionisio Ocotepec* 1�.B 13.4 21.6

San Bartolomé Quialana* 15.6 12.6 1�.�

Asunción Ocotlán* 14.0 �.1 1�.6

Santa Inés Yatzeche* 12.� 10.5 14.�

San Miguel Mixtepec* 12.6 �.0 1�.5

Coatecas Altas** 10.3 �.5 11.0

San Baltazar Chichicápam* �.� �.� �.�

Magdalena Teitipac* �.� 3.5 11.�

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menas de 40% de población indígena.

1�3

la mayoría de solteros se ubica primordialmente entre la población masculina. La

diferencia porcentual en ambos casos es mínima y para ambos sexos resulta mar-

ginal la población que está viuda, divorciada o separada (veáse gráfica 205).

Aunque esta misma tendencia se observa si se analiza a la población por tipo

de municipio, el porcentaje de hombres y mujeres solteros es ligeramente mayor

para aquellos que residen en municipios con presencia indígena dispersa (55.9%

y 50.6%, respectivamente) y menor en el caso de los hombres casados (42.8%),

mientras que para las mujeres casadas el menor porcentaje se observa en los mu-

nicipios con población indígena dispersa (44.9%) (veáse cuadro 101).

Al analizar los índices de fecundidad se advierte que la población presenta

mayores tasas de crecimiento en los municipios con población indígena disper-

sa, pues el promedio de hijos nacidos vivos es en éstos significativamente mayor

al que presentan los municipios eminentemente indígenas. Destacan Yaxe, San

Miguel Peras y Santa María Peñoles, los primeros con un promedio de 3.3 hijos

nacidos vivos, y el tercero de 3.2 (veáse gráfica 206).

Una de las características de este tipo de municipios es que en ellos se presen-

ta un alto porcentaje de hogares con jefatura femenina. De hecho, en uno de los

municipios que destacan por su mayor promedio de hijos nacidos vivos, Yaxe,

Gráfica 205. Estado conyugal de la población de 12 a 4� años por tipo y sexo, 2000

Cuadro 101. Distribución porcentual de la población de 12 a 4� años por estado conyugal por tipo de municipio y sexo, 2000

Tipo de municipio Total Soltero Casado o unido Viudo o separado

Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres

Valles Centrales 60 775 71 884 52.1 47.7 46.8 47.6 1.1 4.7

Indígena* 22 �21 2� 0�3 4�.5 45.0 50.6 5.11 0.� 4.0

Presencia indígena** 63 ��0 � ��2 55.� 50.6 42.� 44.� 1.3 4.5

Indígena dispersa*** 31 �56 3� 5�0 54.0 4�.1 44.� 45.5 1.3 5.4

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 206. Municipios con mayor promedio de hijos nacidos vivos de la población femenina de 12 a 4� años en hogares indígenas, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

1�4

50% de los hogares está presidido por mujeres. San Pedro Taviche y La Pe se en-

cuentran en situación semejante y se caracterizan a su vez por tener una pobla-

ción indígena dispersa (veáse gráfica 207).

Por otra parte, el escaso acceso a los servicios de salud es un problema que

afecta tanto a los municipios indígenas como a los no indígenas, ya que en ese

rubro no se observan diferencias significativas en ambos tipos de comunidades

(veáse gráfica 208).

Sin embargo, entre los primeros destacan algunas entidades en las que 100%

de la población no es derechohabiente a los servicios de salud que ofrece el es-

tado u otro tipo de institución sanitaria. Estos municipios son Santa Cruz Mixte-

pec, San Pablo Huitzo, San Pablo Cuatro Venados, San Felipe Tejalapam y San

Bernardo Mixtepec.

La falta de acceso a servicios de salud es determinante en la alta tasa de mor-

talidad infantil existente en la región de Valles Centrales. En este rubro destacan

los municipios de Santiago Tlazoyaltepec y Santa María Peñoles, con población

indígena; Santa Inés del Monte, con población indígena dispersa; San Miguel

Mixtepec, municipio indígena, y San Pedro Taviche, con población indígena me-

nor a 40%. En éstos, de cada 100 niños más de 44 no lograron sobrevivir su pri-

mer año de vida (veáse gráfica 209).

Educación

A lo largo de las regiones oaxaqueñas la población indígena presenta, en gene-

ral, gran vulnerabilidad respecto a la educación, ya que los problemas de anal-

fabetismo, inasistencia escolar y rezago educativo son problemáticas cotidianas

para este sector. Sin embargo, al comparar la Región Valles Centrales con otras

regiones de Oaxaca, se observa que el porcentaje de población indígena analfa-

beta es comparativamente menor al de áreas colindantes e incluso a la media es-

tatal. Si esta última se estima actualmente en 34.6% de la población indígena de

15 años y más, la de Valles Centrales representa apenas 26.3% del mismo sector

poblacional, lo que la ubica como una de las regiones oaxaqueñas con menores

índices de analfabetismo.

Sin embargo, como sucede en el resto de las regiones del estado, el analfabe-

tismo entre los 27 649 indígenas que sufren esta condición tiene una incidencia

distinta en ambos géneros, ya que 27 de cada 100 mujeres indígenas no saben

leer ni escribir. El promedio es en esta caso dos veces mayor al de la población

masculina, con mayores niveles de instrucción escolar, pues sólo 13 de cada 100

hombres son analfabetas (veáse gráfica 210).

En términos generales, los porcentajes de analfabetismo varían también de

acuerdo con el tipo de municipio, al grado que se puede afirmar que dicho fe-

nómeno crece con respecto a la densidad de población indígena residente. Sin

embargo, el índice de sobreanalfabetismo femenino resulta mayor en municipios

con población indígena dispersa que en aquellos que tienen una población indí-

Gráfica 20�. Municipios con mayor porcentaje de hogares indígenas con jefatura femenina, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

1�5

gena mayoritaria. En diversos municipios que tienen esa característica, como San

Martín Lachilá, San Miguel Ejutla y Coatecas Altas, el índice de sobreanalfabetis-

mo femenino resulta sumamente elevado, ya que el porcentaje de mujeres anal-

fabetas es 4.5 veces mayor al de los hombres (veáse cuadro 102).

La inasistencia escolar entre la población indígena presenta a su vez variacio-

nes en los distintos niveles de la educación básica. Entre la población infantil de

seis a 12 años de edad los índices de inasistencia escolar no son tan acentuados

como los que se registran en la generación siguiente. En la primera, que corres-

ponde a la educación primaria, 6.9% de los niños y 8.1% de las niñas no van a

la escuela; sin embargo, en el caso de la población indígena adolescente de 13

a 15 años que debería cursar la secundaria, el porcentaje de inasistencia se ele-

va de manera considerable: 23.9% para los hombres y 35% par las mujeres. Esto

no sólo indica que la población indígena no tiene total acceso a la enseñanza

secundaria, sino también que sigue existiendo una brecha porcentual entre los

sexos, la cual en este caso se traduce en 5.5 puntos porcentuales en detrimento

de las adolescentes.

La inasistencia escolar tiene distintos comportamientos, dependiendo del gru-

po de edad y el tipo de municipio. En los municipios indígenas y de presencia

indígena, la población de seis a 12 años que no asiste a la escuela presenta un

porcentaje de 8.4 y 9.5, respectivamente, lo que se traduce en una diferencia de

nueve decimales más, en el primer caso, y de dos puntos porcentuales, en el se-

Gráfica 20�. Municipios con mayor porcentaje de población en hogares indígenas sin derecho a servicios de salud, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 20�. Municipios con mayores tasas de mortalidad infantil, 2000

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

1�6gundo, en relación al promedio de la región. No obstante, en los municipios que

cuentan con menos de 40% de población indígena el porcentaje disminuye 6.1

puntos porcentuales (veáse cuadro 103).

Esta situación es similar para la población de 13 a 15 años, ya que en los mu-

nicipios indígenas y con presencia indígena el porcentaje de población que no

asiste a la escuela es de 38.9% y 34.6%, mientras que para las comunidades con

un volumen de residentes indígenas menor a 40% esta proporción se reduce a

19.6% (veánse cuadros 104 y 105).

Al considerar los municipios más afectados, se observa que la inasistencia es-

colar entre los niños de seis a 12 es más acentuada en San Miguel Ejutla, San Juan

Bautista Jayacatlán y Coatecas Altas, con 33.3%, 28.6% y 26%, respectivamente.

Para los adolescentes indígenas que no van a la escuela, esta proporción aumenta

considerablemente en comparación con la población infantil, ya que va de 50%

a 100%. Resulta preocupante el nivel total de inasistencia en los municipios de

San Martín de los Cansecos, Santa Inés del Monte y Yaxe, que se caracterizan por

tener una población indígena residente menor a 40%.

Respecto al nivel de instrucción, es posible observar que, en su mayor parte,

la población de 15 años y más no logró concluir la educación básica, ya que se

presenta un porcentaje importante de personas que no tuvieron acceso a ningún

nivel educativo (13.8%) o que cuentan con la primaria incompleta (24.2%) y,

en menor medida, con la secundaria incompleta (5.3%), lo que implica un por-

centaje de 70.6% de población en rezago educativo. Sin embargo, si se observa

esta problemática educativa a partir del sexo de la población, resulta evidente

Cuadro 102. Porcentaje de población de 15 años y más analfabeta en hogares indígenas por tipo de municipio según sexo e índice de

sobreanalfabetismo femenino, 2000

Tipo de municipio Total Hombres MujeresÍndice de

sobreanalfabetismo femenino

Valles Centrales 20.9 13.4 27.2 2.0

Indígena* 2�.� 21.0 3�.2 1.�

Presencia Indígena** 24.� 15.� 31.� 2.0

Indígena dispersa*** 12.� 6.� 1�.0 2.6

Nota: El Índice de sobreanalfabetismo femenino presenta las veces en que el porcentaje de mujeres analfabetas es mayor en relación al de los hombres.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menas de 40% de población indígena.

Cuadro 103. Porcentaje de población de 6 a 15 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela por tipo de municipio según grupos

de edad y sexo, 2000

Tipo de municipioTotal Hombres Mujeres

6-12 1345 6-12 13-15 6-12 1315

Valles Centrales 7.5 29.5 6.9 23.9 8.1 35.0

Indígena* �.4 3�.� �.6 30.2 �.3 4�.0

Presencia indígena** �.5 34.6 �.� 2�.1 10.0 41.1

Indígena dispersa*** 6.1 1�.6 5.� 1�.0 6.5 22.1

Nota. No incluye a la población que no especificó la condición de asistencia.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 210. Porcentaje de población de 15 años y más en hogares indígenas por condición de alfabetismo según sexo, 2000

1��

que las mujeres con rezago educativo son más vulnerables que los hombres que

se encuentran en la misma situación: la diferencia es de 6.1 puntos porcentuales

(veáse cuadro 106).

En comparación con otras regiones de la entidad, el nivel de instrucción edu-

cativa es relativamente superior, ya que el porcentaje de población que logró

concluir la educación secundaria o acceder a estudios superiores es de casi 15

personas por cada 100 (veáse gráfica 211).

Dicho porcentaje disminuye considerablemente en los municipios donde la

población indígena es mayoritaria; en este caso, sólo 15 hombres y 10 mujeres

de ese grupo de edad lograron concluir la educación básica. En la misma medida,

la proporción disminuye en los municipios con presencia indígena o población

indígena dispersa, tanto para el caso de hombres como de mujeres, con una pro-

porción de 48 hombres y 41 mujeres de cada 100 con educación básica termina-

da o con estudios postbásicos (veáse gráfica 212).

Ingresos y empleo

En los Valles Centrales la población indígena de 12 años y más asciende a 170

mil personas, de las cuales 46.8% se encuentra económicamente activa y 53.2%

inactiva. De los 90 mil indígenas que no se encuentran dentro de la población

Cuadro 104. Municipios con mayor porcentaje de población de 6 a 12 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Valles Centrales 29.5 23.9 35

San Martín de los Cansecos*** 100.0 100.0 0.0

Santa Inés del Monte*** 100.0 100.0 100.0

Yaxe*** 100.0 0.0 100.0

Santa Ana Tlapacoyan*** �5.0 66.� 100.0

Santa Gertrudis*** �5.0 �5.0 0.0

Heroica Ciudad de Ejutla de Crespo*** �4.1 �2.2 �5.6

Yogaza*** 66.� 0.0 66.�

Magdalena Teitipac* 63.6 51.� �3.3

Santiago Apóstol* 53.5 36.4 65.�

San Pedro Quiatoni* 52.� 44.� 5�.�

San Juan Guelavía* 51.� 53.3 50.4

Santa Lucía Ocotlán* 50.� 30.1 6�.2

Ciénaga de Zimatlán*** 50.0 40.0 100.0

Compañia, La*** 50.0 0.0 50.0

San Lucas Quiaviní* 50.0 46.� 53.5

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Cuadro 105. Municipios con mayor porcentaje de población de 6 a 12 años en hogares indígenas que no asiste a la escuela según sexo, 2000

Municipio Total Hombres Mujeres

Valles Centrales 7.5 6.9 8.1

San Miguel Ejutla*** 33.3 40.0 25.0

San Juan Bautista Jayacatlán*** 2�.6 33.3 20.0

Coatecas Altas** 26.0 24.4 2�.�

Ciénaga de Zimatlán*** 25.0 20.0 33.3

Sarda Maria Zoquitlán*** 1�.2 25.0 14.3

Yogaza*** 1�.2 66.� 0.0

San José del Progreso*** 16.0 1�.3 12.2

San Miguel Tilquiápam* 14.5 13.0 16.0

San Pedro lxtlahuaca*** 14.5 1�.� �.0

San Juan del Estado*** 14.3 0.0 20.0

Sarda Cruz Mixtepec*** 14.3 15.� 11.�

San Lucas Quiaviní* 14.0 12.� 15.2

Magdalena Teitipac* 13.� �.3 1�.�

Magdalena Mixtepec** 13.3 0.0 2�.6

San Miguel Mixtepec* 12.0 11.� 12.1

Nota: Se seleccionaron los municipios a partir del porcentaje total.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

1��

activa, 72.9% corresponde a población femenina. De hecho, aunque la pobla-

ción económicamente activa se encuentra en su mayoría ocupada, el porcentaje

de hombres y mujeres ocupados es diferencial, ya que de cada 100 indígenas que

declararon encontrarse trabajando 67 forman parte de la población masculina

(veáse cuadro 107).

La economía de los Valles Centrales es relativamente importante en razón de

que la actividad agrícola e industrial del estado se concentra ahí en gran medida.

Sin embargo, su auge no responde sólo al desarrollo agroindustrial, sino también

al crecimiento de la actividad turística, ya que la capital del estado y sus alrede-

dores concentran los servicios, el comercio y los más variados atractivos turísti-

cos, en torno a las cuales se promueven diversas actividades económicas. Tanto

a nivel de la producción artesanal como de los servicios que se desprenden de

la industria del turismo, esta actividad ha promovido en las últimas décadas un

fuerte desplazamiento de la población indígena hacia nuevos sectores de la eco-

nomía, permitiendo que la mayor parte de esta población se dedique actualmen-

te al sector terciario de la economía.

Los datos indican, en efecto, que la ocupación en el sector agrícola ha dismi-

nuido paulatinamente en la medida en que se incrementa el empleo en los secto-

res secundario y terciario de la región. De un total de 78 434 indígenas varones

que se encuentran ocupados en alguna de las actividades económicas, 36.3% se

emplea en el sector primario, mientras 32% de esta población realiza actividades

lucrativas en el sector de los servicios, la mayoría de ellos vinculados al sector

Cuadro 106. Distribución porcentual de la población de 15 a 5� años en hogares indígenas por nivel de Instrucción según sexo. 2000

Nivel de instrucción Total Hombres Mujeres

Sin instrucción 13.� �.0 1�.�

Primaria incompleta 24.2 23.4 25.0

Primaria completa 2�.3 2�.4 26.4

Secundaria incompleta 5.3 6.5 4.2

Secundaria completa 15.3 1�.4 13.5

Postsecundaria 13.2 14.5 12.1

No especificado 0.� 0.� 1.0

Gráfica 211. Porcentaje de población de 15 a 5� años en hogares indígenas en rezago educativo por tipo de municipio

según sexo, 2000

Nota: Se refiere a la población que no logró concluir la educación básica.* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

Gráfica 212. Porcentaje de población de 12 años y más en hogares indígenas según condición de actividad, 2000

1��

turístico. En las mujeres esta situación es aun más patente, ya que 67.4% de la

población femenina ocupada se ubica en el sector terciario. A su vez, esta acti-

vidad suele complementarse con ingresos derivados de la actividad industrial y

mercantil, trabajo asalariado temporal, cría de ganado y explotación del monte,

así como con la producción lechera y artesanal que se efectúa en los distritos de

Etla y Zimatlán. De ahí que la ocupación en el sector secundario sea también sig-

nificativa y represente 29.9% y 21.7%, respectivamente. Textiles, tejidos de pal-

ma e ixtle, cestería de carrizo, lapidaria, tallado de madera, producción de mez-

cal y otras actividades relacionadas con las manufacturas constituyen gran parte

del ingreso familiar entre las unidades domésticas indígenas. A diferencia de otras

regiones oaxaqueñas, estas actividades se insertan en la producción industrial a

pequeña escala, pero conforman una fuente importante de empleo para casi la

tercera parte de la población económicamente activa (veáse gráfica 213).

En estas circunstancias, puede afirmarse que la situación económica de los indí-

genas de Valles Centrales es relativamente más holgada que la que enfrentan otros

indígenas oaxaqueños, situación que se refleja en el nivel de ingresos. Se advierte

que 26.7% de la población indígena ocupada recibe más de dos salarios mínimos,

mientras 27.8% obtiene entre uno y dos minisalarios. Aunque la población que ca-

rece de ingresos remunerados asciende a 20 126 personas, en términos porcentua-

les es menor a la media estatal y, sobre todo, a otras regiones colindantes, donde

este índice supera 50% de la población indígena en edad de ocupación, lo que re-

presenta un porcentaje dos veces mayor al que presentan los Valles Centrales.

Sin embargo, es posible observar diferencias en el ingreso de la población ocu-

pada por tipo de municipio. En los municipios eminentemente indígenas, con por-

centajes mayores a 70%, 50% de la población en edad productiva carece de in-

gresos remunerados, mientras sólo nueve de cada 100 personas obtienen más de

dos salarios mínimos. Esta proporción se invierte diametralmente en los munici-

pios que cuentan con presencia indígena minoritaria, donde el sector de la pobla-

ción que carece de ingresos representa apenas 9.2% de la población ocupada y 42

personas de cada 100 reciben más de dos salarios mínimos (veáse cuadro 108).

Ahora bien, al sumar la población que no recibe ningún salario con la que

recibe menos de un salario mínimo se manifiesta aún más la vulnerabilidad eco-

nómica de los municipios indígenas. Ejemplo de ello son los 15 municipios con

mayor población vulnerable económicamente, la cual es superior a 80%. Desta-

ca San Martín de los Cansemos, donde el total de su población indígena ocupada

recibe menos de un salario mínimo o no tiene ingresos. Le siguen San Pablo Cua-

tro Venados, Santa Inés del Monte y San Bernardo Mixtepec, con 94.6%, 92.3%

y 92%, respectivamente (veáse cuadro 109).

Marginación social

De acuerdo con las estimaciones más recientes del Consejo Nacional de Pobla-

ción, 60% de los municipios regionales presenta actualmente niveles de alta y

Cuadro 10�. Población de 12 años y más económicamente activa en hogares Indígenas por tipo según sexo. 2000

Tipo Total Hombres Mujeres

Población activa �� 3�3 6�.4 32.�

Ocupadas �� 434 6�.3 32.�

Desocupadas �3� �1.2 1�.�

Gráfica 213. Distribución porcentual de la población de 12 años y más en hogares indígena ocupada por sector según sexo, 2000

Nota: No incluye a 1.�% de hombres y 2.5% de mujeres que no especificaron el sector económico en que partici-paban.

1�0

muy alta marginación social, de los cuales 43 corresponden a la primera cate-

goría y 24 a la segunda. El 20% de los 113 municipios ha sido clasificado como

entidad de marginación media, mientras un porcentaje semejante corresponde a

entidad municipal que se inscribe en baja o muy baja marginación social. Esta

distribución, sin embargo, presenta una doble correspondencia con la ubicación

espacial de los municipios y con las tasas de población que alberga cada uno de

ellos. A nivel espacial, en efecto, se observa que los grados de marginación va-

rían sustancialmente en la medida en que uno se aleja de las zonas centrales de

la región, colindantes con la capital del estado. De ahí que los municipios que

presentan menores grados de marginalidad se concentren en el distrito Centro,

que corresponde a la zona metropolitana de la ciudad de Oaxaca, donde no pre-

valece un solo municipio con altos niveles de marginación. En los distritos de

Ocotlán y Tlacolula, por el contrario, aparece 35% de los municipios con alta

marginalidad social, mientras el distrito de Etla reúne a una buena parte de los

municipios considerados con una marginación media.

La correspondencia que se observa entre la ubicación de los municipios y los

niveles de marginación social puede a su vez extenderse hacia el tipo de muni-

cipio y hacia los porcentajes de población indígena residente. Entre los 25 mu-

nicipios eminentemente indígenas, sólo tres presentan niveles medios de margi-

nación, mientras los 22 restantes aparecen como municipios con alta y muy alta

marginación social. La situación no es diferente en los municipios indígenas, ya

que ocho de las 13 entidades que presentan esta característica ingresan, a su vez,

Cuadro 10�. Distribución porcentual de la población de 12 años y más ocupada en hogares Indígenas por tipo de municipio y sexo según

ingreso, 2000

Tipo de municipio y sexo Sin ingresos

Menos de 1 salario mínimo

De 1 a 2 salarios mínimos

Más de 2 salarios mínimos

Población total 27.0 18.5 27.8 26.7

Indígena* 50.1 1�.6 22.� �.6

Presencia indígena** 3�.2 21.� 25.� 14.1

Indígena dispersa*** �.2 1�.6 31.5 41.�

Hombres 30.9 11.2 29.5 28.4

Indígena* 53.5 12.1 25.6 �.�

Presencia indígena** 43.1 12.� 2�.� 15.2

Indígena dispersa*** �.3 10.1 32.� 4�.�

Mujeres 18.9 33.7 24.2 23.2

Indígena* 3�.1 40.1 13.1 �.6

Presencia indígena** 2�.� 40.� 1�.5 12.0

Indígena dispersa*** �.0 2�.� 2�.5 31.�

* �0% y más de población indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena

Cuadro 10�. Municipios con mayor porcentaje de la población de 12 años y más ocupada en hogares indígenas que no percibe ingresos o

recibe menos de un salario mínimo según sexo, 2000

Municipio Total Hambres Mujeres

Valles Centrales 45.5 42.1 52.6

San Martín de los Cansecos*** 100.0 100.0 100.0

San Pablo Cuatro Venados*** �4.6 �6.2 66.�

Santa Inés del Monte*** �2.3 ��.5 100.0

San Bernardo Mixtepec*** �2.0 �1.5 �3.�

Santa Marra Pañoles* �0.5 0�.5 �3.�

Santiago Tlazoyaltepec* �0.2 �0.3 ��.�

San Miguel Mixtepec* ��.3 ��.2 ��.0

Coatecas Altas** ��.� �4.4 �4.�

San Antonio Huitepec* ��.4 �6.1 �2.4

Santa Cruz Mixtepec*** �6.6 �4.4 ��.�

San Andrés Zabache*** �6.0 04.� 100.0

San Andrés lxtlahuaca*** �4.0 �3.5 �6.�

Santa Ana Zegache** �3.5 �5.3 6�.6

Santa Inés Yatzeche* �3.4 �2.� �4.2

Asunción Ocotlán* �3.3 �0.5 �0.0

* �0% y más de población indipena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población indígena.

1�1

en los rubros de alta o muy alta marginalidad. Esto indica que 108 504 indígenas,

que representan cerca de 40% de la población indígena de los Valles Centrales,

vive actualmente en condiciones de alta o muy alta marginalidad, pero también

expresa la correspondencia que existe entre niveles de población indígena y ni-

veles de marginación social (veáse gráfica 214).

La gráfica 214 muestra que, en efecto, la mayoría de la población indígena de

Valles Centrales se localiza en zonas de alta o muy alta marginación social, aun-

que un número considerable de habitantes (69 678 en total) radica en entidades

de muy baja marginalidad. No obstante, es necesario considerar que 80% de la

población indígena con bajos niveles de marginación corresponde a los 51 004

indígenas que habitan en la capital del estado, cuyos grados de marginación son

considerablemente más bajos que los de las zonas rurales alejadas de la capital.

En la gran mayoría de los casos, los municipios con muy baja marginación social

son entidades urbanas que sobrepasan los 15 mil habitantes, mientras los casos

opuestos representan, en su gran mayoría, entidades rurales menores a 5 mil ha-

bitantes (veáse cuadro 110).

La distancia entre los municipios indígenas y aquellos que cuentan sólo con

una población indígena dispersa, de carácter minoritario, se expresa a su vez en el

nivel de servicios básicos que presentan sus viviendas. En los primeros, el número

de viviendas asciende a 24 606 casas, de las cuales 47% carece de agua entubada,

58% conserva aún piso de tierra y 13% no cuenta con energía eléctrica. Estos por-

centajes decrecen considerablemente en los municipios donde la población indí-

gena es minoritaria, ya que de las 23 989 viviendas registradas sólo 22% tiene piso

de tierra, 10% carece de luz y 29% no cuenta con agua entubada. En todos los

casos, sin embargo, el nivel de servicios es siempre menor en los municipios indí-

genas o eminentemente indígenas, como lo indica el cuadro correspondiente.

Cuando se observan las variables de monolingüismo, analfabetismo y morta-

lidad infantil, se advierte que diversos municipios indígenas de muy alta margi-

nalidad se encuentran aún por encima de los promedios regionales. En el primer

caso, por ejemplo, el promedio regional de monolingües es de 8.5% con respecto

Gráfica 214. Distribución de la población indígena según niveles de marginación social.

Cuadro 110. Municipios con población indígena marginada en relación a las características de la vivienda, 2000

MunicipioSin drenaje o sanitario exclusivo

Sin electricidad

Con piso de tierra

Con hacinamiento

Marginación (CONapO)

Santiago Ixcuintepec* 22.0 11.5 66.0 �0.0 Alta

Santa María Xadani* 13.� 5.3 �.1 �2.� Alta

Santa María Jalapa del Marqués*** 3�.� 15.1 4�.3 �0.� Medio

Sama María Guienagati** 45.5 45.5 46.� �2.� Muy alta

Santa María Chimalapa** 32.3 1�.0 �1.0 �5.0 Muy alta

San Pedro Pochutla*** 34.5 36.3 5�.5 �6.0 Alta

San Pedro Huilotepec* 35.1 12.2 55.2 �4.5 Alta

San Miguel del Puerto*** 31.6 21.� 56.� �2.3 Muy alta

San Miguel Chimalapa** 3�.6 1�.� 41.6 61.� Alta

San Mateo del Mar* �4.2 2�.4 �5.6 ��.2 Muy alta

San Lucas Camotlán* 56.5 1�.� �1.3 �4.5 Muy alta

San Juan Mazatlán* 2�.0 34.5 �4.6 �6.5 Muy alta

San Juan Guichicovi* 2�.1 1�.4 36.� 60.3 Muy alta

San Juan Cotzocón** �.� 11.� 5�.� �0.3 Alta

San Blas Atempa* 32.3 11.2 60.� �1.5 Alta

Nota: La selección se realizó a partir del porcentaje de hacinamiento.* �0% y más de población Indígena.** De 40% a 6�% de población indígena.*** Menos de 40% de población Indígena.

1�2

al número de hablantes de lengua indígena, pero algunos municipios presentan

tasas superiores a 25% de monolingües con respecto al mismo sector de pobla-

ción. Las mismas proporciones se observan en el caso del analfabetismo, cuyo

promedio regional es de 22% con respecto a la población indígena mayor de 15

años. En más de 10 municipios, los porcentajes de analfabetismo son, sin embar-

go, cercanos a 40% en este grupo de edad, llegando incluso a superar a más de la

mitad de su población. De ahí que pueda identificarse un conjunto de municipios,

en su mayoría eminentemente indígenas, que presenta un grado de marginación

particularmente acentuado, que supera incluso a los de muy alta marginalidad.

Se trata de 10 municipios que presentan características comunes en relación con

estas variables, los cuales se registran en el cuadro 111.

La población indígena que habita en estos municipios asciende actualmen-

te a 38 970 personas, distribuidas en 6 558 viviendas. De éstas 57% carece de

agua potable, 78% tiene piso de tierra y 35% no cuenta aún con energía eléc-

trica. Los casos más acentuados son los de San Pedro Quiatoni y Santa María

Peñoles, donde la ausencia de servicios básicos afecta a tres cuartas partes de la

población municipal. En la primera entidad, el porcentaje de viviendas sin agua

entubada es superior a 60%, mientras que en la segunda este porcentaje se ele-

va a casi 90% del total de viviendas. El piso de tierra es la característica común

de 90% de las casas en Santa María Peñoles, donde 63% de las viviendas carece

además de luz eléctrica y 93% de agua potable. Como hemos visto, estos índices

son superiores a la media regional, en un área que se distingue por una situación

económica más holgada a la del resto de las regiones oaxaqueñas. Pero también

son superiores a la media estatal, ya que en este caso existe un promedio de 55%

de viviendas con piso de tierra, 38% con disponibilidad de agua potable y 81%

con energía eléctrica.

Configuración étnica

Estudios recientes (Barabas y Bartolomé, 1999) han advertido que, incluso

cuando los Valles Centrales han sido históricamente territorio indígena, hoy

en día resulta difícil caracterizarlos como tal. Los pueblos indígenas, principal-

mente zapotecos, conforman pequeñas “islas en un mar de campesinos étnica-

mente descaracterizados y mestizos” (ibídem, p. 75). Sin embargo, la población

no indígena está constituida por “descendientes de zapotecos que han dejado

de identificarse como tales, la mayor parte de los cuales han perdido el idioma

y en ciertos casos hasta la memoria acerca de una ascendencia indígena” (ibí-

dem). En este contexto, el proceso de sustitución lingüística ha sido sumamente

acelerado en la región, y en la mayoría de los antiguos municipios zapotecas

la lengua vernácula ha dejado prácticamente de emplearse como medio de ex-

presión.

Con todo, si se considera sólo a los hablantes de alguna de las lenguas indí-

genas, los Valles Centrales siguen siendo uno de los núcleos más importantes de

la población zapoteca en el país y una de las regiones oaxaqueñas con mayor

afluencia de otros grupos etnolingüísticos del estado, en virtud de la atracción

que ejerce la ciudad de Oaxaca y sus municipios conurbados. De ahí que los Va-

lles Centrales, en menor medida que otras regiones oaxaqueñas, participen de las

características de una región interétnica, pues a pesar de la abrumadora mayoría

que representan los indígenas zapotecos aún encontramos en la actualidad pre-

sencia de diversos grupos indígenas originarios o asentados recientemente en la

región, como mixtecos y mixes. De hecho, de los 136 730 hablantes de lengua

indígena que residen en los diferentes municipios, 71.5% son hablantes de za-

poteco, mientras que 14.9% son de habla mixteca y 6.9% de habla mixe (veáse

gráfica 215).

Cuadro 111

Municipio Monolingüismo Analfabetismo TMI Marginación

Asunción Ocotlán 14.1 35.4 3�.2 Muy alto

Coatecas Altas 10.5 54.3 43.6 Muy alto

Magdalena Teitipac �.� 43.4 40.� Muy alto

San Lucas Quiaviní 22.6 42.1 3�.3 Muy alto

San Miguel Mixtepec 12.� 45 44.� Muy alto

San Miguel Tilquiapam 20.6 4�.1 3�.4 Muy alto

San Pedro Quiatoni 31.3 3�.4 40.4 Muy alto

Santa Inés Yatzeche 13.2 46.1 3�.5 Muy alto

Santa María Peñoles 1�.6 2�.1 46.� Muy alto

Santiago Tlazoyaltepec 26.1 42.� 4�.1 Muy alto

1�3Así, en el ámbito de esta configuración étnica el grupo cultural y demográ-

ficamente hegemónico es el zapoteco. De ahí que el resto de los grupos étnicos

que habitan la región, sean originarios o no, representan una minoría absoluta que

sólo en el caso de los mixtecos supera la décima parte del grupo cultural y lin-

güísticamente mayoritario (veáse cuadro 112).

Zapotecos

En buena medida, esta distribución se explica por el hecho de que el grupo et-

nolingüístico zapoteco constituye el tercero más grande de nuestro país, después

del náhuatl y el maya. Hoy en día viven en México alrededor de 1 554 506 zapo-

tecos, la gran mayoría proveniente del estado de Oaxaca, donde se asienta poco

más de la tercera parte de la población zapoteca nacional. Sin embargo, de los

589 069 zapotecos que residen en la entidad, cerca de 20% se localizan en la re-

gión de los Valles Centrales, donde el número de hablantes de zapoteco asciende

a 104 189 personas.

La predominancia numérica de los zapotecos en Valles Centrales se expresa a

su vez en un su extensa distribución geográfica a la largo de la región. De ahí que

Gráfica 215. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena por tipo de lengua, 2000

Cuadro 112. Porcentaje de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena por municipios indígenas*

según tipo de lengua, 2000

Municipio Total Lengua 1 % Lengua 2 %

Asunción Ocotlán* 3 1�� Zapoteco ��.1 Chatino 0.2

Magdalena Teitipac* 2 �65 Zapoteco ��.� Chinanteco 0.0

San Antonio Huitepac* 2 406 Mixteco ��.5 Zapoteco 0.1

San Baltazar Chichicápam* 2 5�� Zapoteco ��.5 Mixteco 0.1

San Bartolomé Quialana* 2 305 Zapoteco ��.6 Chinanteco 0.0

San Dionisio Ocotepec* � 325 Zapoteco ��.2 Chinanteco 0.0

San Juan Guelavía* 2 151 Zapoteco ��.0 Maya 0.2

San Lucas Quiaviní 1 �01 Zapoteco ��.5 Chinanteco 0.1

San Miguel Mixtepec* 1 �0� Zapoteco ��.� Mixteco 0.3

San Miguel Tilquiápam* 2 640 Zapoteco ��.� Chinanteco 0.1

San Pablo Villa de Mitla* 4 12� Zapoteco �5.2 Mixe 3.3

San Pedro Mártir* 1 042 Zapoteco �2.� Mazateco 3.1

San Pedro Quiatoni* � 114 Zapoteco ��.� Mixteco 0.0

San Sebastián Abasolo* �01 Zapoteco ��.1 Mixteco 0.�

San Sebastián Teitipac* 665 Zapoteco ��.3 Mixteco 0.�

San Ana de Valle* 1 �30 Zapoteco ��.5 Mixteco 0.2

Santa Cruz Papalutla* �0� Zapoteco ��.0 Mazateco 0.�

Santa Inés Yatzeche* 1 044 Zapoteco ��.2 Mazateco 0.2

Santa Lucía Ocotlán* 2 �0� Zapoteco ��.1 Mazateco 0.3

Santa María Peñoles* 5 514 Mixteco ��.� Mixe 0.0

Santiago Apóstol* 3 661 Zapoteco ��.4 Mixteco 0.3

Santiago Mazatlán* � 21� Zapoteco ��.5 Mixteco 0.2

Santiago Tlazoyaltepec* 3 5�� Mixteco ��.� Zapoteco 0.1

Santo Tomás Mazaltepec* 1 122 Zapoteco ��.2 Mixteco 0.4

Tlacolula de Matamoros** 3 �35 Zapoteco ��.3 Mixe 0.1

*Municipios con �0% y más de población indígena.

1�4

de los 113 municipios regionales 96 tengan al zapoteco como la lengua indígena

predominante. En todos ellos, sin embargo, se registran pequeños conglomera-

dos de otras lenguas indígenas minoritarias, como el mixe y el mixteco, que sólo

ocasionalmente sobrepasan el centenar de hablantes. De hecho, en los centros

urbanos más relevantes, como la capital del estado, Teotitlán del Valle, Villa de

Mitla y Santiago Mazatlán, reside cerca de la mitad de los hablantes zapotecos

de la región. Se trata de pequeñas ciudades intermedias que cuentan entre 10 y

15 mil habitantes, la mayoría de los cuales se desenvuelve en zapoteco como

lengua alternativa al castellano.

En su gran mayoría, los hablantes de zapoteco se concentran en entidades

densamente pobladas; es el municipio de Oaxaca de Juárez el que reúne el ma-

yor número de zapotecos que dominan su lengua vernácula. De ahí que los 10

municipios más poblados de la región concentren casi 40% de los hablantes de

esta lengua indígena, mientras que en 50 el promedio es menor a 100 hablantes.

Sin embargo, subsisten al menos 13 municipios vallistas donde el empleo del

zapoteco permanece vigente, ya que el número de monolingües supera 10% de

su población hablante de lengua indígena. Los casos de San Dionisio Ocotepec

y San Pedro Quiatoni son los ejemplos más palpables de vitalidad cultural y lin-

güística. Conservan el mayor número de hablantes (más de mil de ellos monolin-

gües), y el zapoteco es de uso cotidiano entre los distintos grupos de edad y en los

espacios privados y públicos, incluida la escuela, donde existen cursos bilingües

en preescolar y primaria (veáse gráfica 216).

Al observar a la población zapoteca por grupos de edad se advierte que el

porcentaje de población joven, menor de 20 años de edad, representa cerca de

la tercera parte de los hombres y las mujeres. Sin embargo, también resulta con-

siderable el volumen de la población mayor de 65 años, que equivale a más de

10% de la población total (veáse gráfica 217).

Mixtecos

Aunque son numéricamente menores que los zapotecos vallistas, los mixtecos

conforman un grupo indígena importante dentro de la Región Valles Centrales, ya

que su número asciende a 20 372 hablantes de la lengua. Sólo en la capital del

estado se concentran 4 152 mixtecos, lo cual los constituye en el segundo grupo

más numeroso, tanto en la ciudad de Oaxaca como en el resto de la región. El

número de mixtecos es superior al de zapotecos en al menos 12 municipios que

no cuentan con una fuerte presencia indígena, donde, sin embargo, prevalecen

pequeños núcleos de población mixteca que varían entre 50 y 500 hablantes. Es-

tos núcleos se extienden además a 45 municipios donde el mixteco es una lengua

indígena minoritaria, que comparte su espacio con la lengua zapoteca y cuenta

con una población cercana a 3 mil hablantes (veáse cuadro 113).

El núcleo más importante de hablantes de mixteco se concentra en tres muni-

cipios que se localizan en la periferia de la región, en los límites que unen a Va-

lles Centrales con la Región Mixteca. San Antonio Huitepec, Santa María Peñoles

y Santiago Tlazoyaltepec conforman municipios vecinos donde habitan 11 488

hablantes de mixteco, que en conjunto representan cerca de 60% de los mixte-

cos de Valles Centrales. Se trata de municipios de alta y muy alta marginación

social, donde la población indígena es mayoritaria y donde predomina uno de

los niveles más altos de monolingüismo en la Región Valles Centrales. Santa Ma-

ría Peñoles y Santiago Tlazoyaltepec, los municipios más numerosos, se encuen-

Gráfica 216. Población de 5 años y más hablante de lengua indígena bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

1�5

tran, en efecto, entre las entidades más afectadas de la región, ya que sus tasas de

analfabetismo oscilan entre 30% y 40% de su población mayor a 15 años. Ambos

concentran 85% de los monolingües mixtecos que habitan en Valles Centrales,

así como 70% de mixtecos que no saben leer ni escribir. Al ser municipios perifé-

ricos, relativamente alejados de la capital del estado, sus niveles de marginación

son tan acentuados que en ambos casos sólo 10% de sus viviendas cuenta con

agua potable, 50% con electricidad y 95% se preserva aún con piso de tierra.

Igual que en el caso de los zapotecos, la mayor parte de la población mixteca

que vive en la Región Valles Centrales se ubica en el grupo de niños y jóvenes;

ésta disminuye conforme va ascendiendo la edad de la población, hasta llegar al

grupo que cuenta con 60 años y más, en el cual vuelve a ascender nuevamente,

tanto para los hombres como para las mujeres (veáse gráfica 218).

El volumen de población monolingüe mixteca no es muy significativo. Sin

embargo, es posible observar que el monolingüismo afecta en mayor medida a

la población mixteca femenina que a la masculina, ya que el porcentaje de mo-

nolingües para las mujeres es de 16.6%, prácticamente tres veces más que en el

caso de los hombres (veáse gráfica 219).

Mixes

Un número menor de indígenas mixes, que en conjunto suman 1 853 hablan-

tes de esta lengua, se distribuye a lo largo de Valles Centrales en 21 municipios,

donde su presencia es siempre minoritaria con respecto a la lengua zapoteca y

mixteca. De hecho, sólo en cuatro entidades (Villa de Mitla, Tlacolula, Zaachila

y Santa Lucía del Camino) su presencia supera el centenar de habitantes, aunque

en Santa Lucía del Camino su número se acerca al millar de hablantes. En estos

casos, que reúnen 93% de los mixes regionales, se trata principalmente de pobla-

Gráfica 21�. Distribución porcentual de la población zapoteca en hogares indígenas por grupos quinquenales

de edad y sexo, 2000

Nota: No incluye a 0.4% de mujeres y 0.4% de hombres que no especificaron su edad.

Cuadro 113. Distribución porcentual de la población de 5 años y más mixteca por municipio, 2000

Municipio Población mixteca Distribución porcentual

Valles Centrales 20 372 100.0

Santa María Peñoles 5 50� 2�.0

Oaxaca de Juárez 4 152 20.4

Santiago Tlazoyaltepec 3 5�3 1�.6

San Antonio Huitepec 2 3�� 11.�

Santa Cruz Xoxocotlán �11 4.5

San Miguel Peras 66� 3.3

Santa María Atzompa 465 2.3

Santa Lucía del Camino 41� 2.1

San Andrés Ixtlahuaca 251 1.2

Villa de Etla 23� 1.2

San Antonio de la Cal 146 0.�

San Sebastián Tutla 12� 0.6

San Jacinto Amilpas 11� 0.6

Villa de Zaachila 110 0.5

Otros municipios 1 26� 6.2

1�6

ción indígena que se ha ido asentando en los municipios conurbados a la ciudad

de Oaxaca, en centros que sobrepasan los 15 mil habitantes y que se caracteri-

zan por su fuerte tendencia comercial y turística. De ahí que la presencia mixe

en la región responda a procesos de atracción migratoria hacia las zonas urbanas

de Valles Centrales, en entidades que presentan menores niveles de marginación

social que las áreas rurales y periféricas.

Migración

A lo largo de varias décadas los pueblos indígenas de Valles Centrales han logra-

do establecer un sistema económico múltiple que combina diversas actividades

productivas, que van de la agricultura a la producción artesanal, pasando por el

fuerte proceso migratorio que actualmente se extiende más allá de las fronteras

nacionales. Las estimaciones de la última década indican que en los distritos de

Centro, Etla, Ocotlán y Tlacolula 30% de las unidades domésticas cuenta con

población migrante (Murphy et al., 1994). La migración se ha convertido así en

una actividad institucionalizada que involucra a amplios sectores de la población

en edad productiva. Aunque esta actividad ha permitido la sobrevivencia de los

grupos domésticos en contextos urbanos, se ha traducido a su vez en una mo-

netarización acelerada de la economía, cuyos insumos se destinan por igual a la

agricultura, al comercio y a la transformación de las antiguas viviendas rurales en

construcciones cada vez más modernas y urbanizadas. De ahí que en los últimos

años la fisonomía de muchos poblados haya cambiado radicalmente, de tal ma-

nera que las tradicionales viviendas de adobe y teja están siendo sustituidas por

casas construidas con ladrillo y cemento.

Al ser una actividad institucionalizada, la migración ha alterado a su vez la

antigua organización social de las comunidades indígenas. Los datos indican que

20% de los hogares indígenas de Valles Centrales están presididos por mujeres,

ante la enorme ausencia de un sector masculino que reside la mayor parte del

tiempo fuera de sus comunidades. Si se considera que 30% de los hogares se en-

cuentra además integrado por personas mayores de 60 años, se advertirá que la

estructura de los grupos familiares se ha alterado sustancialmente con respecto

al modelo tradicional. El resultado son comunidades parcialmente deshabitadas

Gráfica 21�. Distribución porcentual de la población mixteca por grupos quinquenales de edad y sexo, 2000

Nota: No inclye a 0.3% de mujeres y 0.3% de hombres que no especificaron su edad.

Gráfica 21�. Población de 5 años y más mixteca bilingüe y monolingüe por sexo, 2000

1��

donde prevalecen niños, mujeres y ancianos que no cuentan con capacidad pro-

ductiva y reproductiva. Estimaciones recientes indican que, de los recursos obte-

nidos a través de las remesas migratorias, los familiares invierten 80% en alimen-

tos y vestido, 10% en bienes inmuebles o construcción de viviendas y sólo 8%

en actividades productivas.

Las cifras de migración no son precisas, pues es muy difícil cuantificar un

fenómeno social cuya característica es, precisamente, moverse sin dejar rastros

documentales. Actualmente, de acuerdo con las estimaciones de conapo, exis-

ten 25 municipios expulsores de población en las entidades que comprenden los

Valles Centrales, así como un número semejante de municipios que atraen pobla-

ción externa. En el nivel regional, las zonas de la ciudad de Oaxaca, Santa Lucía

del Camino y Santa Cruz Xoxocotlán son los centros que atraen el mayor número

de migrantes y las únicas entidades que reportan un número considerable de per-

sonas nacidas fuera del municipio. Sólo en el primero se reporta un total de 2 660

indígenas que arribaron a la ciudad de Oaxaca entre 1995 y el año 2000, muchos

de los cuales provenían de los municipios colindantes a Valles Centrales.

Asimismo, en sólo cinco municipios de la región se ubican poco menos de 94

mil indígenas. Este volumen de población, a pesar de que Oaxaca de Juárez sea

un municipio de expulsión, San Dionisio Ocotepec y San Pedro Quiatoni sean

municipios de equilibrio y sólo Santa Lucía del Camino y Santa Cruz Xoxocotlán

sean de atracción, puede deberse también a los movimientos migratorios, donde

la fuerza de trabajo se destina en gran medida a la industria y los servicios, sobre

todo el turismo (veáse gráfica 220).

Aunque ningún estado del país carece actualmente de población migrante

zapoteca, Veracruz, Estado de México, Distrito Federal, Chiapas y Sinaloa son

las entidades receptoras de esta población más importantes, donde su número

alcanza cerca de 150 mil hablantes de zapoteco que han ido emigrando paulati-

namente (veáse gráfica 221).

Dentro de estos estados destacan algunos municipios y delegaciones que, a

juzgar por el número de hablantes de zapoteco, se han convertido en los centros

de atracción más importantes para la población indígena de Valles Centrales. En

Veracruz, Estado de México y Distrito Federal sobresalen, en efecto, 10 demar-

caciones que reúnen los mayores contingentes de zapotecos fuera de Oaxaca.

Aunque la ausencia de datos específicos sobre las variantes dialectales impide de-

terminar si se trata de zapotecos vallistas, serranos o istmeños, es posible afirmar

que dichas delegaciones o municipios conforman a la fecha sitios que refuerzan

una parte considerable de la migración indígena de Valles Centrales. En el caso

del Distrito Federal, las delegaciones Gustavo A. Madero e Iztapalapa concentran

cerca de 14 mil zapotecos, mientras los municipios de Chimalhuacán, Ecatepec,

Naucalpan y Nezahualcóyotl, en el Estado de México, reúnen 26 648 hablantes

de la misma lengua. El número de zapotecos en los municipios meridionales de

Veracruz es el más alto del país fuera de los lugares de origen, pero en su gran ma-

yoría proceden de los municipios zapotecos del Istmo de Tehuantepec.

El estado de Oaxaca ocupa el cuarto lugar en migración internacional de una

lista que encabeza el estado de Michoacán. Al interior de la entidad, sin embar-

go, la migración de los zapotecos de Valles Centrales constituye el segundo flujo

más relevante de migrantes internacionales, después del éxodo laboral que ope-

ra en la Región Mixteca. Tanto los primeros como los segundos han conformado

en las últimas décadas una extensa red de relaciones sociales que cristalizan a la

fecha en diversas organizaciones oaxaqueñas. De ahí que las estimaciones más

recientes calculen una treintena de asociaciones de migrantes oaxaqueños en la

Unión Americana, muchas de las cuales están integradas por indígenas prove-

Gráfica 220. Distribución porcentual de la población de 5 años y más hablante de lengua indígena en municipios urbanos intermedios del

Istmo, 2000

1��

nientes de los Valles Centrales. Estas asociaciones se han convertido en una con-

siderable fuente de recursos para las comunidades de origen, que reciben reme-

sas que normalmente superan los ingresos anuales del municipio en su conjunto.

Es también con recursos de los migrantes que en muchas comunidades se hacen

importantes obras sociales. Los magros recursos que reciben municipios y comu-

nidades para la obra pública son siempre insuficientes. Por eso las asociaciones

de paisanos radicados en distintos puntos del país y, sobre todo, en Estados Uni-

dos ayudan con sus cooperaciones al sostenimiento del ayuntamiento, la realiza-

ción de fiestas del pueblo, la adquisición de maquinaria y equipo y la construc-

ción de obras de beneficio colectivo. Las remesas que envían los migrantes a sus

lugares de origen representan una importante fuente de ingresos para el desarro-

llo de obra pública en los municipios, pues en promedio entregan entre 10 mil y

100 mil dólares anuales a sus localidades, lo que llega a representar cifras iguales

o superiores al presupuesto municipal destinado a ese rubro.

Gráfica 221. Principales entidades federativas con población migrante zapoteca

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Región Sur. Tomo 1. Oaxaca, se terminó de imprimir en septiembre de 2008 en los

talleres de Impresora y Encuadernadora Progreso, S.A. de C.V., San Lorenzo 244,

Col. Paraje San Juan, Deleg. Iztapalapa, C.P. 09830, México, D.F.

El tiraje fue de mil ejemplares.

Las tareas de digitalización y retoque de imágenes, composición tipográfica, diagra-

mación y cuidado de edición estuvieron a cargo de la Coordinación Editorial de la cdi.

Diseño de portada: Francisco Zamorategui Jiménez

Fotografía de portada: 39 Encuentro de Música y Danza, fotógrafo: desconocido

San Juan Copala, Oaxaca, 1981

Fototeca Nacho Lòpez, cdi