RELACIONES 111, VERANO 2007, VOL. XXVIII - colmich.edu.mx · mujeres) de los rancheros en Chicago....

10
RESE ÑAS RELACIONES 111, VERANO 2007, VOL. XXVIII

Transcript of RELACIONES 111, VERANO 2007, VOL. XXVIII - colmich.edu.mx · mujeres) de los rancheros en Chicago....

RESEÑAS

R E L A C I O N E S 1 1 1 , V E R A N O 2 0 0 7 , V O L . X X V I I I

R ES EÑAS

2 4 9

MARCIA FARR, RANCHEROS IN CHICAGOA-

CÁN. LANGUAGE AND IDENTITY IN A TRANS-

NATIONAL COMMUNITY, AUSTIN, UNIVERSI-

DAD DE TEXAS, MAPAS, FIGURAS, TABLAS,

FOTOS, 2006, 312 P.

En la etnografía multisituada de re-des transnacionales durante esta era dela globalización, especialmente redesforjadas por el trabajo transmigranteentre México y los Estados Unidos, sehan descubierto procesos generacio-nales de desterritorialización y rete-rritorialización que conducen a unanueva imaginación toponímica. En laactualidad, etnógrafos como MichaelKearney hablan de lugares comoOaxacalifornia para captar el nuevopunto de vista territorial de, por ejem-plo, los miembros del Frente IndígenaOaxaqueño Binacional. Ahora la et-nografía innovadora de Marcia Farrnos introduce a otro espacio en lafrontera transnacional, Chicagoacán,y al emergente punto de vista territo-rial de los rancheros. En la historiamoderna de los Estados nacionales,los rancheros han poblado muchas zo-nas fronterizas en los dos continentesde América, pero Chicagoacán apun-ta a una nueva etapa posnacional y alprotagonismo ranchero en la construc-ción de un espacio transnacional.

Los rancheros con una ética cons-truida alrededor de los valores de in-dividualismo, familia, trabajo, movi-

lidad y propiedad privada, así comouna autoconsciencia y orgullo sobresu herencia europea, son curiosamen-te poco visibles como ciudadanos yprotagonistas en la historia mexicanao como parte importante e innovado-ra del trabajo transmigrante en la trans-nacionalización de México y EstadosUnidos. Como la imagen vaquera enLos Estados Unidos, los rancherossuelen representarse como figuras ro-mánticas en la imaginación popular.Quizás, como resultado, el silencioabunda acerca de su pasado real y aunmás sobre su protagonismo actual enla nueva frontera transnacional.

Marcia Farr ha hecho una contri-bución importante a la documenta-ción etnográfica y sociolingüística dela cultura ranchera. Su libro es un es-tudio de una red social transnacionalconstruida por familias rancheras ori-ginarias del rancho San Juanico enMichoacán que también viven y tra-bajan en la ciudad de Chicago en laUnión Americana. La red social trans-nacional se compone de 19 familiasde cuatro generaciones y dos parente-las primarias. Su estudio nos permitever los cambios generacionales eneducación y economía doméstica ysus impactos tanto en el desarrollourbano de San Juanico como en el pa-drón de residencia y trayectoria labo-ral en Chicago. No obstante, el estu-dio enfatiza los estilos de discurso de

R ES EÑAS

2 5 1

dada la forma directa sin titubeos ouso de implicación o alusión verbalindirecta. Es, no obstante, el estilo quedefine el discurso ranchero y se po-dría considerar como el habitus ran-chero. Farr afirma que la franquezacomo el estilo dominante del discursoranchero, es “la retórica del hombreautorrealizado, un individualista in-dependiente” (183) y el indicio domi-nante de las relaciones sociales iguali-tarias entre los rancheros.

Mientras la franqueza constituyeel marco conversacional primario (esdecir: el trasfondo o default discursi-vo) los estilos discursivos de respetoy relajo quedan marcados como ex-cepcionales. Respeto como estilo dediscurso es el indicio de principios dejerarquía construidos alrededor de lasdiferencias de género y edad recono-cidas dentro de las familias ranche-ras. Mediante la presentación y aná-lisis de los estilos de franqueza yrespeto en conversaciones naturales,pero en combinación con la informa-ción de años de observación partici-pante con las familias rancheras, Farrexamina la cohesión social rancheraconstruida alrededor de jerarquías deedad y género. Identifica, también,cómo el estilo discursivo de respetoes un medio expresivo de las prácti-cas culturales tradicionales.

En contraste, el estilo de relajo esun modo de expresión para prácticas

culturales emergentes. Relajo es el otropolo dialógico en que desde el marcodiscursivo de franqueza, el hablacomo práctica social se vuelve casi hi-perreflexivo mediante formas discur-sivas metapragmáticas. Además Farridentifica y diferencia entre relajomasculino y relajo femenino. Ambos,no obstante, operan para cuestionar ynivelar las jerarquías sociales y espe-cialmente mitigar los conflictos entrela ideología patriarcal ranchera y laideología de individualismo liberal amenudo “entextualizada” en el marcodiscursivo dominante de franqueza.

Farr ha producido una etnografíaen la cual la explicación descriptiva esinnovadora. Su estudio hace visiblesa los rancheros como agentes y prota-gonistas (nuevos sujetos antropológi-cos) en la producción del espacio so-cial transnacional tan importantepara la comprensión de México y losEstados Unidos en el siglo XXI. Contri-buye, además, a romper con el reduc-cionismo romántico que tanto se haasociado con la imagen popular delos rancheros.

Es, también, el caso que como es-tudio innovador, lo que Farr describecomo “un retrato etnolingüístico deuna comunidad ranchera transnacio-nal” (269) contiene algunas tensionesreales. Una de ellas es la condición“étnica” que se atribuye a los ranche-ros. Mientras esta adscripción parece

R ES EÑAS

2 5 0

los rancheros y su composición (“en-textualización”) durante conversacio-nes naturales. Esto permite un movi-miento dialógico entre la informaciónrecopilada vía observación partici-pante y el corpus sociolingüístico. Lasconversaciones y sus sentidos socialesdominantes se ponen en el contextode la información etnográfica e histo-riográfica sobre rancheros, el ranchode San Juanico y su contorno, y lapoblación mexicana transmigrante deChicago. De la misma manera el aná-lisis e interpretación de los estilos dediscurso sirven para aterrizar la ex-plicación descriptiva etnográfica.

Las mejores etnografías multisi-tuadas procuran alcanzar una expli-cación descriptiva en la cual “elcomo” y “el cuando” de gente real ha-ciendo cosas reales se vuelve “el que”de la explicación. El trabajo de MarciaFarr es un ejemplo impresionante. Es,además, una contribución metodoló-gica a un problema central de la expli-cación descriptiva en la etnografía, elproblema de la relación entre texto ycontexto. Mediante el análisis de lapragmática y metapragmática en esti-los de discurso aislados e identifica-dos en 195 horas de grabación de laconversación natural de los miem-bros de una red social transnacional,Farr establece los sentidos sociales(en contraste con sentido referencial oliteral) que los rancheros expresan y

negocian por medio de diferentesestilos de discurso. Hace énfasis en laexpresión de los valores que los ran-cheros articulan como grupo ideoló-gico y, también, en su construccióndiscursiva de diferencias de género yde edad articuladas en principios dejerarquía y autoridad.

Este análisis fino de los estilos dediscurso identificados en un corpusde conversaciones naturales grabadas,transcritas y codificadas a través dediez años, se acompaña con la infor-mación de quince años (¡una genera-ción!) de observación participantedentro de la red transnacional ran-chera tanto en Chicago como en SanJuanico Michoacán. En adición, Farrrevisa la información documental so-bre la formación y desarrollo delasentamiento ranchero en San Juani-co desde el siglo XVIII y los estudiostanto en México como en Chicago so-bre comunidades de rancheros y eltrabajo transmigrante mexicano.

Farr identifica tres estilos de dis-curso. En términos lingüísticos, dosson estilos marcados y uno, el estilodominante que define a los rancheroscomo grupo ideológico, es no marca-do. Franqueza es el estilo no marcadoque enmarca los otros dos estilos, res-peto y relajo, que constituyen los dospolos dialógicos de franqueza. Farrobserva que la franqueza a veces esmal entendida como trato agresivo

R ES EÑAS

2 5 3

grafía ha intervenido, reflejando laidentidad de una sociedad en cons-tante cambio. Imaginarios y fotografíaen México, 1839-1970 une precisamen-te todos los escenarios en los que haintervenido la fotografía en nuestropaís a través de los delgados hilos dela historia social y cultural de México.Coordinado por Emma García Krins-ky, este libro es el producto de tresaños de investigación en archivos yfototecas mexicanos e incluye más de250 imágenes. La participación de cua-tro historiadores gráficos, que tenien-do como eje principal la construcciónde imaginarios y representaciones,constituye un recorrido por la historiasocial y cultural de México desde1839, año en que la fotografía desem-barca por primera vez en el puerto deVeracruz, hasta 1970, fecha que coin-cide con el boom de la fotografía enMéxico (creación de centros de inves-tigación fotográficos como la FototecaNacional de INAH, rescate de archivofotográficos, bienales, exposiciones yconcursos), razón por la cual se deci-dió concluir el estudio en esta década.Cerrando de esta manera un periodode movimientos sociales y artísticosque resultaron claves para el desarro-llo cultural y artístico del país.

Evitando el riesgo de caer en unahistoria ilustrada Rosa Casanova, Al-berto del Castillo, Rebeca Monroy yAlfonso Morales deciden destacar los

espacios materiales originales enlos que circularon las imágenes, pa-sando del daguerrotipo al fotoperio-dismo, del registro antropológico a laabstracción de figuras como ManuelÁlvarez Bravo, mostrando cuatro mi-radas informadas, densas y minucio-sas. La investigación en su conjuntoplantea nuevos problemas con meto-dologías y acercamientos a autores,temas, ideas e imágenes de la historiade la fotografía mexicana en general.Los especialistas reflexionan sobre eluso social, cultural y político de la ima-gen en nuestro país a lo largo de másde 130 años, al tiempo que contextua-lizan el papel de la fotografía y refle-xionan sobre el uso y la profesiona-lización de esta actividad. En la obraconviven fotografías poco divulgadasy el trabajo de profesionales de la len-te hasta hoy olvidados, con la trayec-toria y la obra de fotógrafos que en laactualidad se han convertido en iconosde la fotografía en México (Pedro Gue-rra, Desiré Charnay, Juan AntonioAzurmendi, Romualdo García, Char-les B. White, William H. Jackson, Agus-tín V. Casasola, Hugo Brehme, Gui-llermo Kahlo, Juan Guzmán, ManuelÁlvarez Bravo, Enrique Díaz, Bereni-ce Koldo, Nacho López, los Herma-nos Mayo, Héctor García y RodrigoMoya, entre otros). En este volumen,la imagen es testigo de múltiples even-tos históricos, al tiempo que docu-

R ES EÑAS

2 5 2

responder al nivel y profundidad enque Farr participó en la red socialbajo estudio e interiorizó sus formaspeculiares de representarse a sí mis-mos como individuos trabajadores ymexicanos de origen europeo, no estáclaro que se trate de una autoadscrip-ción e identificación de parte de losrancheros mismos.

El estudio de Farr es una explica-ción descriptiva muy fina de la ideolo-gía ranchera. Examina la combinaciónde valores como el individualismocon una orientación a la familia (fami-lismo) que contrasta de manera im-portante con las formas de comuna-lismo tan notable entre los gruposculturales indomexicanos que suelenconvivir con los rancheros en México.Identifica la importancia del trabajoen contraste con la educación formalpara la construcción de la masculini-dad ranchera y la relaciona con las ta-zas de escolaridad (más alta entre lasmujeres) de los rancheros en Chicago.Pero no está claro como estos hallaz-gos tan importantes en la representa-ción y la visibilidad del ranchero nosconducen a una noción de una etnici-dad ranchera en México. Al contrario,en mi lectura, toda la rica informaciónetnográfica y sociolingüística parecegirar en torno a cuestiones muy im-portantes de clase social e ideología.Los rancheros se presentan como ungrupo ideológico que comparte tradi-

ciones y formas de crianza. En estalectura uno de los aspectos más im-portantes del estudio de Farr es la po-sibilidad de realizar un análisis cul-tural de una clase social rancheradurante un proceso de transnaciona-lización. Esta, por supuesto, es unalectura posible gracias a la riqueza ycalidad de esta etnografía multisitua-da e innovadora.

Andrew Roth Seneff El Colegio de Michoacán

[email protected]

EMMA CECILIA GARCÍA KRINSKY (COORD.),

IMAGINARIOS Y FOTOGRAFÍA EN MÉXICO,

1839-1970, BARCELONA, EDITORIAL LUN-

WERG, CONACULTA-INAH-SINAFO, 2005,

ILLS., 285 P.

A lo largo de casi dos siglos, la fo-tografía ha acompañado el desarrollode México como nación independien-te. Los múltiples escenarios culturalesque han conformado nuestros imagi-narios han sido sintetizados en un en-cuentro tanto de fotógrafos como deacontecimientos representativos enuna trama que entrelaza la política, lasociedad, la cultura, el mito, el arte,la modernidad, la historia, la etnogra-fía, el paisaje, y la arquitectura de unpaís colmado de diversidades. Mo-mentos y escenarios en que la foto-

R ES EÑAS

2 5 5

las primeras décadas del siglo XX porconsiderar a la fotografía mexicanacomo arte. Este debate, según la auto-ra, significó una importante transfor-mación en la estética y el lenguaje fo-tográfico. Paralelamente, destaca elvuelco que dio el fotoperiodismo ha-cia la nota roja y sus principales expo-nentes. Finalmente, plantea como lafotografía mexicana se vio enriqueci-da gracias al arribo de fotógrafos es-pañoles exiliados (Hermanos Mayo)y a sus aportaciones a la fotografíanacional. En su texto maneja la partefotodocumental y periodística desdeel punto de vista de los avances tec-nológicos. También aborda la fotogra-fía artística y de autor, que obligó alespectador a ver de manera diferente.Las décadas que analiza son las de lavanguardia frente a los conservado-res que querían frenarla. Lo anteriorimplicó que los lectores de revistasespecializadas en fotografía tambiénaprendieran a ver de forma diferente.

Para terminar este recorrido por lahistoria de la fotografía nacional, Al-fonso Morales analiza el periodo del“Milagro mexicano” y la manera encomo se vio reflejado en la produc-ción fotográfica nacional. El auge delas revistas ilustradas y el surgimien-to del fotoperiodismo como denunciasocial, bajo la lente de Nacho López oRodrigo Moya. Así mismo, el autorreflexiona sobre la multiplicidad del

uso de la imagen en el cine y la pren-sa siempre con un enfoque inclinadoa la cultura popular.

Los cuatro ensayos presentados sederivan de investigaciones personalescon bases histórico-metodológicas só-lidas y formales, mostrando un impor-tante y significativo avance en lo queal estudio de la fotografía en México serefiere, aportando diversas interpreta-ciones y propuestas historiográficas.

Un ejemplo claro de este novedosoplanteamiento en el uso y análisis dela imagen como fuente lo encontra-mos en una fotografía, atribuida a losCasasola, que a partir de su publica-ción en las décadas posrevoluciona-rias, se convirtió en un icono de la Re-volución mexicana. Esta foto que ensu negativo original retrata a un gru-po de mujeres arriba de un vagón detren, apareció en la serie Historiográfi-ca de México, editada y erróneamentedatada, apareciendo exclusivamenteuna mujer con enagua y rebozo visi-blemente desgastado y sucio asomán-dose por las escalinatas del vagón deltren. En su momento se aseguró setrataba de una “adelita soldadera” yfue datada con fecha cerca de 1913.Esta famosa fotografía es retomada enImaginarios y fotografía (en esta oca-sión aparece el negativo original), conuna nueva propuesta de lectura histó-rica, que pone en la mesa de discusiónla visión oficial de La Adelita como

R ES EÑAS

2 5 4

menta el desarrollo social y culturaldel país a través de retratos, vistas depaisajes urbanos y rurales, comunida-des indígenas, tipos populares, ruinasy monumentos arqueológicos termi-nando con la foto de denuncia social,el fotorreportaje, la fotonovela y la fotopublicitaria. Más allá de la miradahistórica, las imágenes de esta obrarevelan el olfato del fotógrafo, su esti-lo personal y su creatividad en la pro-ducción de sus trabajos fotográficos.

Imaginarios y fotografía en México:1839-1970 se divide en cuatro capítu-los: “De vistas y retratos: La construc-ción de un repertorio en México 1839-1890”, de Rosa Casanova; “La historiade la fotografía en México, 1890-1920.La diversidad de los usos de la ima-gen”, de Alberto del Castillo Tronco-so; “Del medio tono al alto contraste:la fotografía mexicana 1920-1940”, deRebeca Monroy Nasr; y “La Venus sefue de juerga. Ámbitos de la fotogra-fía mexicana, 1940-1970”, de AlfonsoMorales.

El texto de Casanova aborda la lle-gada de la fotografía al país, lo quepermite un acercamiento a la incur-sión de esta novedosa técnica y la ma-nera en que transformó la vida coti-diana de los habitantes del país y deesta nueva forma de ver, de represen-tarse, lo que nos lleva a la manera encomo se recuerda y configura la me-moria. Por otro lado, apunta como se

va conformando la profesión del fotó-grafo, los géneros usados (daguerroti-po, carte de visite, tipos populares),así como su entorno material con losprimeros estudios fotográficos.

En el escenario de las transforma-ciones económicas, políticas y socia-les que trajo el cambio de siglo, DelCastillo enmarca los avances tecnoló-gicos en el campo de la fotografía,permitiendo con éstos una nueva for-ma de masificación de la imagen, ahoraen las páginas de la prensa nacional,como los magazines ilustrados. Deigual forma plantea los efectos socia-les que la fotografía alcanzó a 50 añosde su introducción al país, el auge delos fotógrafos aficionados y el consu-mo y la producción fotográfica.

La lucha armada de 1910 le sirvepara presentar la manera en como evo-lucionó el fotoperiodismo moderno ycon ello la creación del gremio de re-porteros gráficos, así como los avan-ces técnicos que permitieron las tomasen exteriores, abriendo el abanico anuevos escenarios. Por último debe-mos destacar la manera en que abordalas distintas representaciones que sehicieron del indio y el papel que jugóla imagen fotográfica en la identifi-cación del “otro”. Lo que nos lleva aanalizar una forma diferente de repre-sentar lo “diferente” de lo “propio”.

Monroy Nasr destaca el debateiniciado por fotógrafos extranjeros en

R ES EÑAS

2 5 7

diferentes técnicas de la fotografía ycomo un registro de la evolución de unpaís en casi un siglo y medio, lapso enel que se han transformado los paisa-jes urbano y rural, la forma de vivir,la forma de ver y las diferentes inter-pretaciones que la sociedad ha hechode ella y de los miembros que la con-forman. La obra es un recorrido gene-ral por la historia de la fotografía quepropone múltiples estudios de caso ynuevos enfoques historiográficos.

El volumen se complementa conuna cronología realizada por la his-toriadora Claudia Canales, que fun-ciona como una herramienta paracontextualizar el momento en que secaptaron las imágenes, para facilitarla lectura y percepción de éstas y paracomprender la historia de la fotogra-fía en México y el resto del mundo.Esta cronología lleva implícito un ar-duo y profundo trabajo de análisis einvestigación histórica y fotográficaasí como de reflexión que presenta elcuadro más completo con el que con-tamos hasta ahora.

Cabe mencionar que la presenta-ción de esta publicación se llevó acabo en el marco del festival Fotosep-tiembre 2005, que se realiza cada dosaños en diversas instituciones y cen-tros fotográficos del país. La presen-tación de este libro se produjo en elescenario de la ceremonia inauguralde una exposición fotográfica en el

Centro de la Imagen, que llevó el mis-mo nombre, y permaneció abierta alpúblico de septiembre a noviembrede ese año. De un considerable uni-verso de imágenes, se seleccionaron118 fotos pertenecientes a diversosautores del periodo. Imaginarios y foto-grafía en México: 1839-1970 es el resul-tado del proyecto editorial en el queparticiparon la Fundación TelefónicaEspaña, Lunwerg Editores y el Centrode la Imagen.

Mónica Morales FloresENAH/INAH

[email protected]

HERBERT NICKEL, KAISER MAXIMILIANS KAR-

TOGRAPHEN IN MEXIKO, FRANKFURT AM

MAIN, VERVUERT VERLAG, 2003, 93 P.

Kaiser Maximilians Kartographen inMexiko (Los cartógrafos del emperadorMaximiliano en México) de Hebert Ni-ckel gira en torno a la labor de loscuatro cartógrafos militares (Fernan-do de Rosenzeig, Luis Bolland, Anto-nio Lórenz y Guillermo Stankiewicz)quienes pertenecían al cuerpo de vo-luntarios austriacos del ejército impe-rial, el cual comprendía 4800 hombres.El imperio austrohúngaro contaba conreconocidos topógrafos militares des-de fines del siglo XVIII y rivalizaba conFrancia en este rubro.

R ES EÑAS

2 5 6

símbolo de la Revolución mexicana,que sin descartar lo publicado en 1988ni el estudio posterior de John Mraz,aporta nuevos datos que contribuyena engrosar los estudios sobre el Archi-vo Casasola y el movimiento revolu-cionario de principios del siglo XX.Alejada de afirmaciones categóricas ydefinitivas, esta nueva interpretaciónpermite al lector, especializado o no, atrazar sus propias conclusiones.1

El objetivo principal de este librofue presentar la historia general de lafotografía en México, pero no de ma-nera exhaustiva, sino estableciendorutas críticas para subrayar los mo-mentos esenciales. El libro fue pensa-do como medio de divulgación paralos lectores no especializados en eltema, y al mismo tiempo como méto-do de recuperación del diálogo conlos historiadores especializados enesta materia para incorporarlo a la in-vestigación. Imaginarios y fotografía noparte de cero para sus propósitos,sino que retoma la labor de investiga-ción y difusión previa como la obracoordinada por Eugenia Meyer (Ima-gen histórica de la fotografía en México,1978) y el texto de Olivier Debroise(Fuga mexicana. Un recorrido por la foto-grafía en México, 1994), iniciando nue-vas discusiones con otros trabajosmonográficos y de tesis. Sin recono-cerlo en forma explícita, la publica-ción pretende acotar en la medida de

sus posibilidades, esa laguna existen-te en la revisión de la historia de lafotografía en México con miradas, in-terpretaciones, lecturas nuevas y des-cubrimientos realizados en las últi-mas tres décadas.

Imaginarios y fotografía en Méxicofunciona también como un recorridopor la historia de México a través delas imágenes, como un estudio de las

1 En la serie Historia Gráfica de México,la imagen aparece con los siguientes da-tos: “Adelita soldadera, una foto tomadapor Agustín V. Casasola en 1910…” JohnMraz en su análisis la titula “La Adelita” yasegura que se trata una prostituta. Mrazla data cerca de 1913. John Mraz, “Unahistoriografía crítica de la historia gráfi-ca”, en Cuicuilco, Nueva época, vol. 5,núm. 13, mayo-agosto 1998. En Imagina-rios y fotografía se eliminan los títulos ante-riores y se presenta bajo el siguiente pie defoto: “Agustín Víctor Casasola, Escenacapturada durante el movimiento de tro-pas federales en una estación ferroviariade la ciudad de México, Ciudad de Méxi-co, ca. 1915, película de nitrocelulosa, 5x7”.Fondo: Casasola. SINAFO-Fototeca Nacio-nal-INAH, No. 197986”. Imaginarios y foto-grafía en México…, op. cit. , con el siguientepie de foto: “Escena capturada durante elmovimiento de tropas federales en una es-tación ferroviaria de la ciudad de México.Una versión editada de la misma en la quedestaca el personaje que aparece en la ex-trema derecha se ha convertido en icono dela “soldadura revolucionaria”. Ciudad deMéxico, c. 1915”, p. 96.

R ES EÑAS

2 5 9

Herbert Nickel es conocido en Mé-xico por sus libros sobre las haciendasy el régimen de trabajo que implica-ban. Desde los años sesenta se intere-só por la hacienda en Latinoamérica,su primer trabajo se intituló Die la-teinamerikanische Hacienda, pero muypronto Herbert Nickel se especializóen la hacienda mexicana y formó par-te del proyecto Puebla-Tlaxcala en elque participaron varios investigado-res alemanes y neerlandeses. Su librollamado Morfología de la hacienda mexi-cana publicado en alemán en 1978 fuetraducido al español por el Fondo deCultura Económica en 1988 y reedita-do en 1996. Pero fue su interés por latopografía que lo llevó a involucrarseen la historia agraria mexicana.

Los cartógrafos del emperador Maxi-miliano en México es en realidad unanexo a otro libro más ambiciosollamado Mediciones de tierras y mapasde hacienda en México (Landvermessungund Hacienda-Karten in Mexiko), publi-cado en 2002 por el Instituto ArnoldBergsträsser en Friburgo. Herbert Ni-ckel, en ambos libros, hace muestrade sus conocimientos en cartografíahistórica que tanta falta hace desarro-llar en México.

Chantal CramausselEl Colegio de Michoacá[email protected]

LORENA OJEDA DÁVILA, FIESTAS Y CEREMO-

NIAS TRADICIONALES P’URHÉPECHA, MORE-

LIA, GOBIERNO DEL ESTADO DE MICHOA-

CÁN, SECRETARÍA DE CULTURA, 2006, 314 P.

A diferencia de obras que listan lasfiestas y ferias añadiendo una pequeñadescripción de las más notables y de-dicando una o dos líneas a las menosimportantes, encontramos en este librode lujo un esfuerzo por ir un poco másallá. Llama la atención principalmentela manera en que está organizado ellibro. Para proceder ordenadamentequiero referirme a tres asuntos: 1) Lasprecisiones conceptuales; 2) los conte-nidos; y 3) las tradiciones indígenas enla multiculturalidad.

PRECISIONES CONCEPTUALES

Hay algunas precisiones conceptua-les que hace la autora en la Introduc-ción y que me gustaría traer a cola-ción. En primer lugar considero quees importante el ambiente desde elcual está pensada la obra: el multicul-turalismo, es decir, la idea de que “lasmanifestaciones culturales indígenas[…] son un reflejo directo y nítido delos elementos que constituyen la cul-tura mexicana, de la mezcla de cultu-ras que la han conformado y dadovida durante cinco siglos, desde lallegada de los españoles a estas tie-

R ES EÑAS

2 5 8

El estudio comprende las biogra-fías de los austriacos antes menciona-dos y una reseña de sus obras respec-tivas, así como un anexo fotográfico yreproducciones de cartas de su auto-ría. La mayor parte de las cartas repro-ducidas proviene del archivo Orozcoy Berra y de la casa Alfeñique de Pue-bla pero varias de ellas se encuentranen archivos particulares. La primeradata de 1899 y representa Chirangan-gueo y su río, fue sacada del archivoparticular de Carlos Cantú Bolland, lasegunda se intitula “Los alrededoresde la San Andrés Calchicoñula y elpico de Orizaba de 1879”, y provienedel archivo particular de Carlos Ur-bina y la última se llama “Carta geo-gráfica de la Mesa del Anahuac”, seelaboró en 1898 con base en los levan-tamientos hechos durante la Interven-ción, y está resguardada en el archivoparticular de Carlos de Rosenzweig.También se encuentran mencionadosen las listas un plano de 1868 de laHacienda de San Luis Sesma de Bo-lland, dos planos de Lorenz de 1892de la hacienda de Tenexac, en Tlaxca-la, que se conservan en archivos par-ticulares. El plano de la hacienda deSan José de Ovando (1868) está en elIberoamerikanisches Archiv de Ber-lín, el plano de Bolland y Rosenzweigde 1871 de la hacienda de Los Mora-les lo proporcionó al autor J. ManceboBenfield. Del archivo particular de

Cartlos Urbina, se enlistan igualmen-te dos mapas que carecen de fechapero deben datar del Porfiriato: “Pla-no geológico minero de los departa-mentos de El Oro y Tlapujahua, Esta-dos de México y Michoacán” y unesquema del perfil de [la mina] “Lasdos Estrellas” en la misma región.

Los cuatro citados cartógrafos aus-triacos no lograron editar su obra car-tográfica con excepción del “Plano yvalle de Puebla” pero, como se puedeconstatar por las fechas de los mapasya mencionados, optaron a final de laIntervención por no volver a su patriay quedarse en México donde labora-ron como ingenieros civiles. Habíanpermanecido hasta ahora en el anoni-mato aunque fueron autores de mu-chos planos hechos a solicitud de par-ticulares y en especial de hacendadosquienes deseaban obtener mapas desus grandes propiedades. Herbert Ni-ckel se esfuerza por comprender losmotivos que los llevaron a establecer-se de manera definitiva en la repúbli-ca mexicana en un capítulo intitulado“porqué llegaron a México y por quése quedaron allí”. Su destino fuecomparable al de la mayoría de losmiembros del regimiento de músicadel emperador el cual, invitado por elejército antes enemigo, optó por que-darse en México e influyó por mu-cho tiempo en la música militar me-xicana.

R ES EÑAS

2 6 1

CONTENIDOS

Una primera parte sitúa geográfica-mente a la etnia p’ruhépecha y nosda suficientes datos históricos para lacomprensión de lo que trata en la se-gunda parte.

La segunda parte comienza conun análisis de la fiesta, su relación conla tradición “el costumbre”, la estruc-tura de las fiestas y finalmente el de-sarrollo de las fiestas y ceremoniastradicionales p’urhépecha.

La autora trata enseguida el ciclofestivo anual. Más que tratar de in-cluir todas las fiestas del ciclo anual,se concentra en fiestas que podríanllamarse características o bien, queson representativas sea por el lugardonde se celebran, sea por su impor-tancia regional. El ciclo anual com-prende cinco grandes encabezados:1) las fiestas de inicio de año (dos);2) El carnaval y la candelaria (nueve);3) las fiestas relacionadas con el cicloagrícola (cuatro), fiestas de Corpus(once); 4) el Día de Todos Santos y laNoche de Muertos (ocho); y 4) las ce-lebraciones de Navidad, fin de año yReyes Magos (siete).

Otras fiestas tradicionales que fue-ron incluidas están clasificadas como:1) fiestas patronales (siete); 2) en ho-nor de Jesucristo (cuatro); 3) culto ma-riano (cuatro); 4) imágenes religiosasno patronales y festivales artísticos y

culturales (cinco); 5) ceremonias fami-liares (matrimonio, siete; bautismo,cuatro; primera comunión, dos). Deesta manera tenemos un total de 74casos de las fiestas de la región p’ur-hépecha.

Pudiéramos preguntarnos qué tanrepresentativos son esos casos, y porqué esos y no otros. Creo que seránsuficientemente representativos entanto que sean suficientes para cons-truir una etnografía de la fiesta. Comola autora misma dice en la introduc-ción: “El propósito de este libro es laexplicación de la organización y desa-rrollo, así como la descripción de al-gunas fiestas y ceremonias tradicio-nales p’urhépecha representativas delciclo festivo anual” (p. 19). Esto posi-blemente se relacione principalmentecon el capítulo 3, titulado “La fiesta,la ceremonia y la tradición”, en el quese construye una etnografía de la fies-ta y de donde resulta el contenido delcapítulo 4, que es el más extenso. Parair de lo más superficial hacia lo másprofundo, podríamos decir que estees un tercer nivel. Este tercer nivel dacuenta de los aspectos etnográficos dela fiesta. A esto va dirigido el esfuer-zo descriptivo del capítulo 4 y la Ta-bla de las fiestas principales en 66 co-munidades que aparece al final dellibro. Pero la etnografía de la fiestaestá en función de un punto de vistao perspectiva que la autora especifica.

R ES EÑAS

2 6 0

rras” (p. 17. Todas las referencias sona la obra reseñada). Este ambiente esimportante.

En segundo lugar está el conceptoque viene de Guillermo Bonfil, de“apropiación y control cultural” quedescribe cómo un pueblo se apropiaelementos externos, los hace suyos ylos llena de significados locales (p. 18).Este aspecto es fundamental.

En tercer lugar está la diferenciaentre fiesta y ceremonia tradicional,que “radica en el carácter fundamen-talmente solemne y de recogimiento,no de algarabía, de esta última”, esdecir, de la ceremonia tradicional(Ibid.).

En cuarto lugar, la autora hace ellistado de los principales valores queconstituyen la médula vertebral de laidentidad p’urhépecha: “reciprocidad,honor, honra, responsabilidad, modes-tia, tolerancia, deseo de servir” (p. 19nota 5). Este listado aparece dentro dela enumeración de los aspectos prin-cipales de la identidad p’urhépecha:1) la lengua; 2) la religiosidad que in-cluye vestigios de la cosmovisión pre-hispánica; 3) la estructura política y laorganización social, la divisón del tra-bajo; 4) el sistema de cargos y el pa-rentesco ceremonial; 5) los valores(que ya se mencionaron); 6) la impor-tante posición de la mujer y el apren-dizaje de los roles de género; y 7) lasconcepciones artísticas (Ibid.).

En quinto lugar, la autora pone én-fasis en que “las fiestas y ceremoniastradicionales revisten una indiscuti-ble importancia para el pueblo p’urhéya que en ellas entran en juego todoslos aspectos de la identidad étnica ycomunitaria o local”, y en que a tra-vés de las fiestas “ha sido posible rea-firmar y reelaborar estos conceptos ysalvaguardar así los elementos esen-ciales de su cultura” (p. 19).

En sexto lugar, la autora hace explí-cita la intención que guía la elabo-ración de su libro: “La visión que sepretende lograr del desarrollo y el pro-fundo significado [de] las fiestas yceremonias tradicionales p’urhépechaes general, de conjunto, proporcionan-do explicaciones fundamentadas eninvestigaciones etnohistóricas y evitan-do en lo posible caer en una perspec-tiva folklorizante” (Ibid.). Quizá aquí loque sobra es el “etnohistóricas”.

Considero que estos seis puntosson importantes, porque medianteellos podemos ver que lo que se pro-pone la autora es incidir en los aspec-tos fundamentales de la cultura p’ur-hépecha a través de una excelenteselección de fiestas y ceremonias tra-dicionales. Al mismo tiempo, buscacolocar esos aspectos fundamentalesdentro de la perspectiva de la multi-culturalidad que es un rasgo ahorahecho consciente y reconocido consti-tucionalmente de la cultura mexicana.

R ES EÑAS

2 6 3

y admiración la participación real delos indígenas en la sociedad mexicanadel siglo XXI” (p. 20).

Esa identidad se presenta no sola-mente porque es importante tener a lavista lo indígena en la cultura mexica-na sino porque parte de esa identidad“se encuentra en la base misma de laidentidad cultural mestiza” (Ibid.) Esdecir, la identidad indígena no es algoque pueda ser separado objetivamen-te de nuestra propia identidad sinoque es una parte fundamental de lamisma y mientras no tengamos cons-ciencia de esto y estemos dispuestos aactuar sobre esta base, todo lo queveamos de las culturas indígenas se-rán para nosotros simple folklorismoo promoción turística. No se trata deinvitar a un viaje de diversión, se tratade invitar a la reflexión y toma deconsciencia de nuestra identidad com-pleja, de nuestra identidad pluricultu-ral como mexicanos.

Podría decirse que es un tanto es-trecho el concepto de multiculturali-dad que utiliza la autora, pero su re-flexión nos lleva a pensar sobre loselementos que integran nuestra pro-pia identidad, dado que “solamenteconociendo [lo ajeno] se [le] puede va-lorar y únicamente valorando lo ajenose accede a convivir con respeto”(Ibid.). Convivir con respeto, sin dis-criminación y en igualdad de oportu-nidades es un reclamo que es ances-

tral y actual, y que es un “derecho in-cuestionable de los pueblos indíge-nas” (Ibid.). En este sentido la multi-culturalidad está presente a lo largode todo el libro y el rescate, respeto ypromoción de las tradiciones indíge-nas están contemplados dentro de lamulticulturalidad de México. Este esel nivel cero, es el ambiente de la obra.

CONCLUSIÓN

Pudiera resumir lo dicho de la siguien-te manera: 1) en primer lugar, el librotiene cuatro niveles que justifican loscontenidos que se han incluido; 2) ensegundo lugar, podemos decir que laobra se realizó en función de esos cua-tro niveles y que hay un número dedescripciones de fiestas y ceremoniastradicionales que la autora juzgó sufi-ciente para llevarnos hasta el nivelprimero, que es la apropiación, adap-tación y control cultural que la culturap’urhépecha ha ejercido a través delos siglos y que puede verse en la fies-ta; 3) el trabajo etnográfico tiene comomarco fundamental la multiculturali-dad; 4) la obra comentada, en este sen-tido, tiene congruencia y a su maneraestá redondeada, aunque el lectorqueda con las ganas de saber más, conel deseo de que le hubieran dicho más,y con la idea de que hay otras facetasde las fiestas que pudieran haberse

R ES EÑAS

2 6 2

El segundo nivel, un poco más pro-fundo que el anterior, es el punto devista o la perspectiva desde la cual estáhecho el libro, y es suficientementeclaro. La autora dice que el libro estáhecho “desde una perspectiva históri-ca en donde éstas [es decir, las fiestasy ceremonias tradicionales] se entien-den como un momento explosivo dela compleja vida comunitaria, a travésde las cuales es posible observar lasrelaciones sociales que se entretejen alinterior de la comunidad y con los pue-blos vecinos –con sus tensiones y con-tradicciones–, su profunda religiosi-dad, su cosmovisión, sus sistemas deautoridad, además de las formas de ex-presión y actualización de las tradicio-nes comunitarias mediante la música,la danza, las representaciones teatra-les, la preparación de los elementos ri-tuales, las procesiones, entre otros”(Ibid.). Por debajo de este segundo ni-vel hay un primer nivel, que es el tras-fondo que subyace a toda la obra, y unnivel cero que veremos después.

Hay un trasfondo que es el primernivel, que debería salir a la superficiey que sí podemos exigir a la autora,quien nos dice que el esfuerzo antesmencionado “se guía por el mecanis-mo de apropiación y control culturalque ha ejercitado la cultura p’urhé”.Ahora bien, es de esperar que una vezleída con cuidado la obra, al lector lequede claro: en primer lugar, cómo se

hace esa apropiación de elementosoriginalmente ajenos a la cultura p’ur-hépecha, y en segundo, cómo es lacultura misma la que va decidiendolos derroteros hacia los cuales quiereir, es decir, que se vea el control cultu-ral en acción. Efectivamente, en lasConclusiones la autora vuelve sobreeste tema central y habla de “los bienfundamentados valores tradicionalesde los p’urhépecha, cuya solidez lesha permitido hacer sobrevivir a sucultura durante siglos, mediante losprocesos de adaptación y control cul-tural” (p. 280). Aunque, como señala,a pesar de esto, “existen en la actuali-dad serias amenazas que si no se com-baten decididamente pueden dañar uocasionar la pérdida irremisible deciertos elementos culturales p’urhépe-cha” (Ibid.).

TRADICIONES INDÍGENAS

EN LA MULTICULTURALIDAD

Como dice la autora: no es intenciónprimordial de la obra “fomentar unavisita turística sino participar en elrescate y la preservación de las tradi-ciones p’urhépecha y contribuir a quelos grupos étnicos dejen de ser unaparte semioculta de la realidad na-cional y que todos, los michoacanos ylos mexicanos en general, favorez-camos con nuestro respeto, tolerancia

R ES EÑAS

2 6 4

incluido. Pero esto último es efecto delo que efectivamente se dijo y de lamanera en que se dijo. Sin embargo,muy en el fondo encontramos que laautora podría haber profundizado unpoco más en los cuatro puntos arribamencionados. Uno de ellos, por lo me-nos, como ya antes se dijo, requiere demás material que lo demuestre. Me re-fiero a la adaptación, apropiación ycontrol social. El tema de la multicul-turalidad es detectable pero no estásuficientemente desarrollado: es untema tan amplio que, de haberlo pro-fundizado, la autora hubiera vistomermado el espacio para la descrip-ción de las fiestas.

Por otra parte, al libro no podemospedirle otras cosas que no sean lo queespecíficamente propone la autora.Por ejemplo, la autora menciona elconcepto bonfiliano de la adaptacióny el control cultural y lo problematizaseñalando a su vez que habría que es-tudiarlo “a raíz de la implantación deuna nueva forma de vida que supusola conquista española y tomando encuenta las transformaciones que elproceso histórico de la etnia ha conlle-vado hasta la actualidad” (Ibid.). Aun-que esto no quiere decir que deba ex-plicarnos cuál fue esa nueva forma devida, ni nos rinda cuentas de las trans-formaciones que la etnia p’urhépecha

ha tenido desde entonces hasta la ac-tualidad, quizá se haga necesario de-mostrar estos dos aspectos ya seadocumentalmente o mediante la me-moria histórica de informantes debi-damente seleccionados. En tanto quela autora habla de hacer “investigaciónetnohistórica”, que supuestamentehabría de encaminarse en aquella di-rección, esto debería estar presente.Con haber dicho “investigación etno-gráfica” habría sido suficiente.

Algunos detalles que quizá no es-tuvieron en la mente de los editores dela obra son: a) la falta de un índicede lugares, que nos diga qué comuni-dades aparecen aunque sea de pasadaen el texto; b) un índice de ilustracio-nes, para aquellos lectores que princi-palmente están interesados en el as-pecto visual del libro; c) además de lapublicación en su actual formato, ha-cer una edición a la rústica con lasilustraciones en CD, para que resulteaccesible a los estudiantes y lectoresno especializados; y d) hacer lo posi-ble por que la obra sea donada a lasbibliotecas de las comunidades p’ur-hépecha (por lo menos a las que apa-recen en el texto o las ilustraciones).

Agustín Jacinto ZavalaEl Colegio de Michoacá[email protected]