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RELEVAMIENTO DE CULTIVOS DE INVIERNO.

Estudio del posicionamiento tecnológico y estratégico de la cebada

cervecera en Uruguay.

AUTORES

Hoffman, Esteban. - Profesor Adjunto. GD. Ecofisiologia y Manejo de cultivos.

Dpto. de Producción vegetal. GTI Agricultura. EEMAC - FAGRO - UdeLAR.

Arbeleche, Pedro. - Profesor Agregado. Grupo de Agronegocios. Dpto. de

Ciencias Sociales. EEMAC - FAGRO - UdeLAR.

Fassana, Nicolás. - Ayudante de investigación. GD. Ecofisiologia y Manejo de

cultivos. Dpto. de Producción vegetal. GTI Agricultura. EEMAC - FAGRO -

UdeLAR.

Locatelli, Andrés. - Profesor Asistente. Gd. Mejoramiento genético. Dpto de

Producción Vegetal. GTI Agricultura. EEMAC - FAGRO - UdeLAR. Polo

Agroalimentario e Industrial. CUP - UdeLAR.

Gutiérrez, Gonzalo. - Profesor Adjunto. Grupo de Agronegocios. Dpto. de

Ciencias Sociales - FAGRO - UdeLAR.

Viega, Luís. - Profesor Agregado. Gd. Bioquimica y Fisiología Vegetal Dpto. de

Biología Vegetal. FAGRO - UdeLAR.

Castro, Ariel. - Profesor Titular. Gd. Mejoramiento genético. Dpto de

Producción Vegetal. GTI Agricultura. EEMAC - FAGRO – UdeLAR.

Diseño de tapa: Nicolás Fassana, Esteban Hoffman

© 2015 Universidad de la República. Facultad de Agronomía.

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Relevamiento de Cultivos de Invierno. Estudio del posicionamiento tecnológico y estratégico de la cebada

cervecera en Uruguay.

Hoffman. E1, Arbeleche. P, Fassana. N, Locatelli. A, Gutiérrez, G, Viega. L, Castro. A.

INTRODUCCIÓN Y ANTECEDENTES.

1 Profesor Adjunto. GTI Agricultura. Ecofisiologia y manejo de cultivos. Dpto. de Producción vegetal.

FAGRO. [email protected]

El cambio de la agricultura

uruguaya en el siglo XXI, es de destacable

crecimiento de la superficie sembrada

anualmente y expansión del área agrícola

hacia nuevas zonas. A un ritmo acelerado

también se sucedieron, cambios en la

tenencia de la tierra y en la estructura de

producción (Arbeleche et al., 2010), y el

desplazamiento de la superficie cosechada

anualmente hacia los granos de verano

(Hoffman et al., 2013a). El predominio de

la soja en el verano, fue acompasado por

el trigo en el invierno hasta el 2011

(Figura 1a) (DIEA. 2013). A diferencia de

lo que observamos en la década del 90, en

que la cebada era el único cultivo de

secano que crecía en área (junto al arroz),

con el cambio de siglo la cebada ingresó

en una fase de estancamiento (Figura 1b).

Figura 1.- Evolución del área sembrada de trigo (a) y cebada (a y b), rendimiento de

trigo (c) y cebada (d), durante los últimos 43 años en Uruguay.

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Cebada cervecera

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Re

nd

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en

gra

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(kg

.ha-

1)

Sin tres años de fracaso de

cosecha por fusarium.

b1 = 2,8

b1 = 67

b1= 12; ns

Trigo

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1.000

1.500

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3.000

3.500

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Ren

dim

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to e

n g

ran

o (

kg.h

a-1

)

Sin años de fracaso de

cosecha por fusarium y Eh

b1 = 44

b1 = 50

b1= -17; ns

Cebada cervecera

(a) (b)

(d)(c)

4

El sistema basado en la rotación de

cultivos y pasturas con leguminosas con

laboreo, que dominó el último cuarto del

siglo XX, fue en parte el gran responsable

de la salida del estancamiento de la

productividad agrícola uruguaya (Luizzi y

Ernst, 1987). La agricultura uruguaya al

final de la década del 90, redujo

rápidamente la intensidad de laboreo e

ingresó en fase de adopción del no

laboreo, que se consolida finalmente a

mitad de la última década del siglo XXI

(Ernst, 2013). Ya en el nuevo siglo, con el

dominio de la soja, el fuerte recambio de

productores y el drástico cambio en la

escala de producción (Arbeletche et al.,

2010), se abandona el sistema de rotación

con pasturas, ingresando en un nuevo

periodo de agricultura continua (DIEA.

2013). En este escenario, a pesar de la

inversión en tecnología y solución a

algunos de los nuevos problemas del

sistema (especialmente tratado en el

trabajo: Denunciando el presente,

imaginando el futuro, por Ernst, 2013), la

productividad de todos los cultivos de

secano permanece estancada (García,

2009). Luego de un periodo en el cual las

tasas de ganancia de rendimiento a nivel

nacional fueron muy elevadas (> al 3 y 2.5

% para el trigo y cebada,

respectivamente), y que posibilitaron

triplicar el rendimiento nacional en tan

solo 20 años, los dos principales cultivos

de invierno para grano en Uruguay

fluctúan sin cambios entorno a los 3000

kg.ha-1

durante el siglo XXI

(Figura 1c y 1d). Para

ambos cultivos en este

nuevo ambiente, la fuerte

variabilidad de los

rendimientos entre años

asociada al clima, es en

algunos años consecuencia

de problemas sanitarios y en

otros como resultado directo

del estrés hídrico (Figura 2)

(Pérez et al., 2011; Hoffman

y Viega., 2011; Pereyra y

Germán. 2011; Hoffman et

al., 2014). Más allá de las

diferencias en cuanto a la

problemática sanitaria entre

trigo y cebada, es abundante la

información internacional y actualmente

también nacional, en cuanto a las

desventajas de la cebada en relación al

trigo en climas lluviosos, sobre todo

cuando es elevada la probabilidad de

ocurrencia de exceso hídrico. Lo contrario

ocurre con el trigo, en climas con elevadas

probabilidades de déficit hídrico, sobre

todo durante el período crítico y llenado

de granos (Hoffman et al., 2008; Hoffman

et al., 2009; Hoffman y Viega. 2011,

Setter y Waters. 2003). En este sentido,

podemos observar que en el siglo XXI,

cuando la cebada superó la barrera de los

3000 kg.ha-1

, en el 80 % de los casos la

media nacional de la cebada fue superior a

la del trigo. Salvo en el 2009, esto ocurrió

en los años 2005, 2006, 2008 y 2013

(Figura 2).

Parcelas de evaluación de cultivares de cebada cervecera (2005)

5

Figura 2.- Evolución de los rendimientos nacionales de cebada y trigo, desde 1970 al

2013, en base a registros nacionales de DIEA- MGAP. Zafras marcadas con circulo y

rotulo, refiere a que factor o variable fue la principal responsable del bajo rendimiento

promedio.

En lo que va del presente siglo

además del estancamiento en el área, el

cultivo de cebada cervecera ha mostrado

serias dificultades asociada con la fuerte

variabilidad de los rendimientos (sobre

todo en los últimos años). Sin dudas que

este tipo de comportamiento, sumado al

hecho de que es un cultivo de elevada

exigencia en cuanto a calidad de grano,

dificultan la inserción actual del cultivo a

nivel de producción. Profundizar en el

análisis de las causas de la situación

actual, fue considerado por la Facultad de

Agronomía (FAGRO) y entendido así por

la Mesa Nacional de Entidades de Cebada

Cervecera (MNECC) como tema

impostergable. Estudiar qué tipo de

ambientes le son ofrecidos a la cebada y

qué lugar ocupa en cuanto a preferencias a

la hora de sembrar en relación al trigo,

cual es la tecnología en uso y qué posibles

relaciones pueden existir con los

resultados observados a nivel de

producción, surgía como una necesidad

contemporánea como base de futuros

planteos tecnológicos.

En este sentido, el proyecto de

relevamiento aprobado e impulsado por la

MNECC a principios del año 2012,

planteó como principal objetivo de trabajo

el determinar el posicionamiento del área

y el ajuste contemporáneo del manejo del

cultivo de cebada cervecera.

EL RELEVAMIENTO.

El trabajo de campo realizado

durante el 2012, fue focalizado en la zafra

de cebada de ese mismo año. Con dos

componentes, el primero fue enfocado al

relevamiento de aspectos estructurales,

tecnológicos y de resultados en

rendimiento en grano. El segundo

centrado en la comercialización y toma de

decisiones, así como la opinión de las

empresas en cuanto a las dificultades para

crecer.

El primer componente fue

abordado directamente con los

productores o responsables técnicos de las

empresas, mediante encuestas vía

telefónica y envío de la información

acordada por mail, en formato

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Trigo

Cebada

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Agua-

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Agua

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Agua

Fus -

Agua

AguaA

gu

AguaA

gu

a

Ag

ua

6

previamente diseñado. En este

componente se sumó la información de los

productores CREA agrícolas, información

que fue compilada en una base de datos y

enviada directamente. El segundo

componente, se basó en encuestas

telefónicas y entrevistas in situ.

CARACTERÍSTICAS Y COMPOSICIÓN DEL ÁREA RELEVADA.

Las principales características

descriptivas y composición del área

relevada solo de los productores que

sembraron cebada en el año 2012, se

resumen a continuación:

El área relevada y cultivada con

cereales de invierno (cebada y trigo)

solo de las empresas que sembraron

cebada cervecera en el año 2012, para

79 empresas en 217 campos, fue de

120.679 ha, representando casi el 20

% del área sembrada con cebada y

trigo a nivel nacional (Hoffman et al.,

2013a).

Estos productores y empresas,

manejan un área física de 269.146 ha,

que representaría el 17 % de área

destinada a la agricultura en la zafra

2012-13 en base a Hoffman et al

(2013a), y de 21 % según DIEA

(2013). En el verano 2012-13, esta

área fue sembrada en un 89 % con

soja y el 11% restante con maíz y

sorgo.

La intensidad agrícola (IA)

del área total relevada

resultó ser de 1.48, valor

superior a la IA registrada a

nivel nacional para la zafra

2012-13 (Hoffman et al

2013a). Estas diferencias

(en cuanto a que el área

relevada evidencia una

proporción mayor de

cereales de invierno),

podrían asociarse a las

características propias del

área relevada que podrían

estar sesgadas en cuanto a

su distribución. En una

primera instancia, la muestra se sesga por

el solo hecho de incluir solo a empresas

que sembraron cebada en el 2012, y por

antecedentes, la cebada se concentra

mayormente en el litoral oeste del país.

Como no existe información acerca de la

distribución del total del área destinada a

la agricultura específicamente para el año

2012, no fue posible analizar el sesgo en

la distribución del área relevada. En base

al censo general agropecuario del 2011

(DIEA. 2011), podemos concluir que el

área destinada a la agricultura en el 2011

se distribuyó en un 52 y 48 %, para los 4

departamentos agrícolas del litoral oeste y

el resto del país, respectivamente. Si bien

es un año posterior al censo, el área física

relevada se distribuyó 58 y 42 %, para el

litoral y extra litoral, respectivamente.

Parecería razonable una IA superior para

el área relevada, considerando su

participación relativa mayor en los suelos

de mayor aptitud agrícola del litoral.

La composición en cuanto al área

sembrada con cebada y trigo fue de 78 %

Cambio de escala e inversión en la agricultura del siglo XXI.

7

trigo y 22 % cebada (Cuadro 1),

proporciones casi iguales a las que surgen

de las 510.000 ha y 141.000 ha sembradas

de trigo y cebada, respectivamente, a nivel

nacional (Hoffman et al 2013a).

Cuadro 1.- Área sembrada, número de chacras y tamaño medio por chacra, para trigo y

cebada en el área relevada.

Área sembrada Chacras Tamaño

chacra

ha (%) Nro

(%) ha Trigo 94315 78 1552 76 61

Cebada 26364 22 504 24 52

Total 120679 100 2056 100 59

La distribución regional del área

relevada tanto de cebada como de trigo,

para que pudiese ser unificada con un

único criterio en la base de datos, se debió

ajustar a las regiones que utiliza FUCREA

para el análisis de zafra, considerando que

la información que integra FUCREA

asigna las chacras a 5 regiones

predefinidas (Figura 3).

Figura 3.- Distribución regional del área relevada y sembrada con trigo (a) y cebada

(b), por las empresas que sembraron cebada en el año 2012.

Mientras que la posición relativa

en cuanto a la distribución en dos macro

regiones, el trigo concentró el área de

siembra en un 52 % en el litoral y 48 % en

la región extra litoral, la cebada en tanto

se concentró fundamentalmente en el

litoral agrícola (88 % litoral y 12 %, extra

litoral). Cabe destacar la elevada

proporción de cebada en la región LN

(posiblemente asociado al área de

influencia de una de las malterias de las

dos que operan en Uruguay). Si bien no se

dispone de referencias nacionales al

respecto para este año en relación a la

concentración de cebada en el litoral, en

base a la consulta realizada a las dos

31%

21%

25%

15%

8%

Distribución del area

relevada de trigo

(94.315 ha)

La posición relativa

del area: 52 % Litoral

y 48 %, extra litoral.

52%

36%

5%

2%

5%

Distribución del area

relevada de Cebada

(26.364 ha)

La posición relativa

del area: 88 % Litoral

y 12 %, extra litoral.

(a) (b)

8

malterias (Maltería Uruguay s.a. y

Maltería Oriental s.a.) y FADISOL, acerca

del área sembrada de cebada un año

después, en el año 2013, las 82.106 ha

sembradas confirman la fuerte

concentración de la cebada en el litoral

(94 %).

EL CLIMA Y LA PRODUCTIVIDAD EN EL AÑO 2012.

A pesar de que el año 2012 se

inició sin contratiempos, tanto desde el

punto de vista climático como desde el

punto de vista de la fecha de siembra, el

exceso de precipitaciones en octubre

(Hoffman y Fassana. 2014) y probable

exceso hídrico asociado, para muchas

zonas del país, representó para el trigo,

pero sobre todo para la cebada cervecera,

uno de los tres peores años del siglo XXI

(figura 2). Para un rendimiento nacional

estimado de trigo de 2183 kg.ha-1

(DIEA.

2013), y 1600 kg.ha-1

de cebada cervecera

(en base datos suministrados por MOSA,

MUSA y FADISOL), los rendimientos del

área relevada fueron de 2388 y 1942

kg.ha-1

, para trigo y cebada,

respectivamente (un 9.4 y 21 % superior

al promedio nacional). El rendimiento de

cebada cervecera así como su

comportamiento relativo al trigo, fue muy

dispar entre regiones, como era de esperar

por la distribución del exceso de

precipitaciones en el mes de octubre

(Figura 4) y el tipo de suelos dominante

en cada región.

Figura 4.- Distribución del agua no retenida en octubre (INIA-GRASS), rendimiento

medio de cebada (óvalos blancos) y rendimiento relativo al rendimiento de trigo para las

5 regiones (círculos rojos).

El rendimiento medio y la relación

entre el rendimiento de la cebada y el trigo

para cada una de las 5 regiones, estuvo

estrechamente relacionado (R2 =0.96),

indicando que en las regiones en las

cuales la cebada se desempeñó mejor,

también se redujo la brecha con el

rendimiento de trigo (Figura 4). Más allá

de que en la Figura 4, se aprecia la

distribución del exceso de precipitaciones

9

(en base a los registros de agua no

retenida por el suelo), la magnitud

disminuye desde el norte al sur y del oeste

al este. El peor desempeño de la cebada en

las regiones C y NE-E, bajo estas

condiciones hídricas, estaría agudizado

por la mayor probabilidad de exceso

hídrico de los suelos dominantes de estas

regiones, en relación a los suelos del

litoral. El impacto de exceso hídrico en

cebada, particularmente cuando ocurre

durante el llenado de grano, está

ampliamente documentado y cuantificado

en Uruguay (Figura 2). A nivel

experimental los años 2007 y 2012,

resultaron ser los dos años de peor

desempeño del cultivo en cuanto a

potencial de rendimiento en grano en lo

que va del siglo XXI (Hoffman et al.,

2014).

Si bien el rendimiento mínimo y

máximo medio por campo no difiere

sustancialmente entre el trigo y la cebada,

la frecuencia de campos con rendimiento

superior a los 3000 kg.ha-1

en la cebada es

inferior al 5%, mientras que en el trigo

supera el 20 %. A su vez por debajo de los

2000 kg.ha-1

, el trigo concentra el 24 % de

los campos mientras que en cebada este

valor asciende al 36 % (Figura 5).

Figura 5.- Variación del rendimiento medio por campo de trigo y cebada cervecera,

para el área relevada en el año 2012, solo para las empresas que sembraron cebada.

Referencia línea verde = empresa con mayor rendimiento medio; línea roja = menor

rendimiento medio.

EL MANEJO DEL CULTIVO DE CEBADA CERVECERA.

Los resultados en cuanto al

desempeño de la cebada en relación al

trigo planteado anteriormente, en parte

serían los esperados para las condiciones

hídricas de la primavera del 2012, pero

también pueden resultar de asimetrías en

la selección de las chacras o ajuste del

manejo, como ocurría hacia el final de la

década del setenta (Castro. 1993). Más

allá de la utilidad de poder abordar el

ajuste tecnológico de la cebada

comparativamente con el trigo, no fue

planteado como objetivo del trabajo y por

tanto más que referencias puntuales la

descripción y análisis del manejo se

centrará en el cultivo de cebada cervecera.

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0 20 40 60 80 100 120 140

CamposRe

nd

imie

nto

en

gra

no

(kg

.ha

-1) 123 campos; 3,7 potreros por campo.

La empresa con menor rendimiento promedió 1812

kg/ha y la de mayor rendimiento 2854 kg/ha.

Cebada 2012

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3500

4000

0 20 40 60 80 100 120 140 160 180

Campos

Re

nd

imie

nto

(kg

.ha

-1)

159 Campo; 4,3 potreros por campo

Trigo 2012

La empresa con menor rendimiento promedió 1956

kg/ha y la de mayor rendimiento 3459 kg/ha.

10

En este sentido, por las

implicancias desde el punto de vista de la

ubicación del cultivo en la secuencia y

posibilidades de siembra en fecha

asociadas y el impacto a nivel sanitario, a

continuación se presenta la composición

de antecesores del invierno previo.

Para el área relevada con un nivel

de IA cercano a 1.5 y dominado por el

cultivo de soja en el verano, la cebada se

sembró mayormente después de un cultivo

de segunda (fundamentalmente soja) que

proviene de trigo del invierno previo (63

%) (Figura 6).

Figura 6.- Composición de los antecesores del invierno previo al cultivo de cebada

cervecera relavada en el año 2012.

Cuadro 2.- Composición de los antecesores del invierno previo al cultivo de cebada

cervecera relavada en el año 2012, para tres grandes regiones.

Antecesor

Invierno 2011 Litoral Centro Resto País Total general

-------------------- ha ------------------

Trigo 12220 590 1173 13983

Barbecho (*) 4897 267 310 5474

Pradera 1312 60 47 1419

Cobertura 1172 0 0 1172

Cebada 533 0 16 549

Otros 605 18 81 704

Total 20739 935 1628 23302

*.- Barbecho descubierto. Nota: 3062 ha sin datos de antecesor invierno 2011.

Aunque el área de cebada fuera de

la región litoral es baja, la proporción de

cebada, sobre rastrojo de trigo es aún

mayor (Cuadro 2). Si pensamos en el

riesgo de que la cebada quede a la cola de

siembra, o en el riesgo sanitario por

Otros

3,0%

Colza

0,4%

Verdeo

1,1%

C. Nat.

1,5%

Trigo

60,0%

Cebada

2,4%

BQ

23,5%

Cobertura

5,0%

Pradera

6,1%

Trigo BQ PraderaCobertura Cebada C. Nat.Verdeo Colza

Antecesores invernales. Invierno 2011

11

sembrarse sobre trigo, si el antecesor de

verano es una soja de 1º o 2º, claramente

para la cebada el riesgo sería distinto. Para

el cultivo de cebada cervecera

compartiendo una porción del antecesor

soja de primera, sumaria además de las

ventajas directas a la cebada, también

ganancia por el lado de cultivos de verano

de segunda con mayores posibilidades a

continuación de la cebada (al menos por la

posibilidad de mejor fecha de siembra).

Considerando que fue planteado

como objetivo del relevamiento, la

descripción de la tecnología

contemporánea del cultivo de cebada

cervecera, y grandes relaciones con la

productividad, a continuación se describe

cual fue el abordaje para el procesamiento

de la información en cuanto a la

caracterización del manejo, y el impacto

sobre el rendimiento en grano.

La información obtenida para

describir y analizar el manejo de cada

chacra, fue: región, campo, antecesor,

fecha de siembra, cultivar, población,

análisis de suelos a siembra y dosis de N

usado, análisis de N a Z 22, dosis y fuente

empleada, N en planta a Z 30, dosis y

fuente utilizada, intervención en malezas y

enfermedades (productos y dosis). Como

no se logró información completa en todas

las variables (especialmente en los análisis

de suelo y planta), la base de datos para su

análisis fue separada en dos grupos. Un

grupo sin datos de población y análisis de

P, N y K en suelo a siembra, N en suelo a

Z 22 y N en planta, y el otro grupo con

información completa. El primer grupo

representó el 53 % del área relevada de

cebada cervecera y el segundo grupo el

47 % restante. La distribución geográfica

por regiones de ambos grupos, puede

observarse en siguiente figura (Figura 7).

Figura 7.- Distribución del área sembrada de cebada cervecera, para el grupo de

chacras sin información de población y análisis de suelo y N en planta (a), y para el

grupo con información completa (b).

Existieron diferencias en la

distribución regional de las chacras con y

sin información completa.

Comparativamente, el grupo con

información completa, mayormente está

ubicado al norte del Río Negro, en la

región LN (para este año desfavorecida

por exceso de precipitaciones), con baja

participación del LS y resto del país. El

grupo sin información, que impide aislar a

las chacras con problemas de

implantación o entender y analizar el

manejo de los nutrientes, tendría ventajas

por una mayor participación del LS

(región con menos exceso de

precipitaciones en octubre).

SIN Datos de análisis de suelo y planta

NE-E

2%

C

5%

S-SE

7%

LN

36%

LS

50%

53 %

del área

CON Datos de análisis de suelo y planta

LS

19%LN

73%

S-SE

2%

C

3%

NE-E

3%47 % del

área

(a) (b)

12

Para el análisis de la información,

en base al criterio de información

disponible se separaron en los dos grupos:

con análisis (CA) y sin análisis (SA).

Mediante la confección de árboles de

clasificación y regresión para el

rendimiento en grano (una para cada

grupo), se analizaron las principales

variables determinantes y relacionadas

con la variación del rendimiento en grano

(cuadro 3).

Cuadro 3.- Variables incluidas en la confección del árbol de clasificación y regresión

para el rendimiento en grano, que calificaron como significativas, y el ajuste global

obtenido, para cada grupo.

Con la información disponible, se

logró explicar una baja proporción de la

variación del rendimiento en el grupo SA

(R2 = 0.31), a diferencia del grupo CA (R

2

=0.62). En el grupo SA, las variables

relevantes fueron las que básicamente

conforman a un plan de siembra, definido

por la ubicación de una chacra (región),

sobre que antecesor, fecha de siembra y

cultivar o tipo de cultivar. Adicionalmente

surge, la fuente utilizada del fertilizante

aplicado a Z 30. Para el grupo con mayor

información (CA), se logró explicar una

porción significativa de la variación del

rendimiento, dejando de calificar tres de

los 4 componentes del plan de siembra

que explicaban parte de la variación del

rendimiento del grupo SA (la región, el

antecesor y la fecha de siembra). En este

grupo, la variación del rendimiento en

grano fue mayormente explicado por las

variables que nos condujeron a dividir la

información en dos grupos.

En primera instancia podríamos

pensar que para una zafra compleja

derivada de las condiciones climáticas

antes analizadas, los factores de manejo

estructurales que son parte del plan de

siembra (definidas tempranamente),

permitirían explicar y entender poco de la

variación del rendimiento en grano.

Parece lógico que para una situación como

la planteada, surja la necesidad de mayor

información, desde aquella que permite

entender las consecuencias de las fallas en

la instalación del cultivo, pero sobre todo

aquellas relacionadas con la valoración

del ajuste del manejo (no solo con la

Enfermedades(nivel, acción, producto, dosis)

Dosis pos-emergencia

Análisis N pos-emergencia

xFuentes

Dosis siembra

Nutrientes siembra

xF. Siembra

xAntecesores

Campo (referencia de ubicación especifica y suelo asociado)

xRegión

Población

xCultivar (ciclo – especifico)

0.31Ajuste conjunto (R2)

Malezas (nivel, acción, producto, dosis)

Fuente siembra

Sin datos Análisis suelo/Planta

Enfermedades(nivel, acción, producto, dosis)

Dosis pos-emergencia

Análisis N pos-emergencia

xFuentes

Dosis siembra

Nutrientes siembra

xF. Siembra

xAntecesores

Campo (referencia de ubicación especifica y suelo asociado)

xRegión

Población

xCultivar (ciclo – especifico)

0.31Ajuste conjunto (R2)

Malezas (nivel, acción, producto, dosis)

Fuente siembra

Sin datos Análisis suelo/Planta

Enfermedades(nivel, acción, producto, dosis)

xDosis pos-emergencia

Análisis N pos-emergencia

xFuentes

xDosis siembra

xNutrientes siembra

F. Siembra

Antecesores

Campo (referencia de ubicación especifica y suelo asociado)

Región

xPoblación

xCultivar (ciclo – especifico)

0.62Ajuste conjunto (R2)

Malezas (nivel, acción, producto, dosis)

Fuente siembra

Con datos Análisis suelo/Planta

Enfermedades(nivel, acción, producto, dosis)

xDosis pos-emergencia

Análisis N pos-emergencia

xFuentes

xDosis siembra

xNutrientes siembra

F. Siembra

Antecesores

Campo (referencia de ubicación especifica y suelo asociado)

Región

xPoblación

xCultivar (ciclo – especifico)

0.62Ajuste conjunto (R2)

Malezas (nivel, acción, producto, dosis)

Fuente siembra

Con datos Análisis suelo/Planta

13

descripción de lo hecho). En este caso

relacionado al manejo de nutrientes.

Llama la atención la razón por la

cual deja de ser importante la fecha de

siembra (FS) en el grupo con mayor

información (CA), considerando la

relevancia de este factor de manejo como

principal determinante de la variación del

rendimiento en grano de cereales de

invierno en Uruguay (Ernst et al., 1992;

Hoffman y Castro. 2013). Una posible

explicación podría estar asociada al rango

de fecha de siembra de uno y otro grupo

(SA y CA). Para el CA, no existiría efecto

de la FS, por su ubicación en un rango

cercano al óptimo y por tanto es probable

que el rendimiento varíe con otros factores

(Figura 8). Para el grupo SA, los extremos

de FS fueron determinantes en la

variación del rendimiento, y asociados a

caídas de potencial. En definitiva para el

grupo de chacras agrupadas en el grupo

CA, la FS no resultó relevante, porque las

chacras fueron sembradas dentro de un

rango que podría considerarse óptimo

(mediados de mayo a fines de junio).

Figura 8.- Rendimiento en grano en función de la fecha de siembra, para ambos grupo

de datos (SA y CA).

Lo discutido anteriormente podría

en parte colaborar a explicar porque el

grupo CA, a pesar de estar sesgado hacia

la región de mayor impacto del exceso de

precipitaciones (Figura 4), no arroja

menor rendimiento final, como será

analizado a continuación (Figura 9 y 10).

0

1.000

2.000

3.000

4.000

5.000

6.000

21

-ab

r-1

2

1-m

ay-1

2

11

-ma

y-1

2

21

-ma

y-1

2

31

-ma

y-1

2

10

-ju

n-1

2

20

-ju

n-1

2

30

-ju

n-1

2

10

-ju

l-1

2

20

-ju

l-1

2

30

-ju

l-1

2

9-a

go

-12

Fecha de siembra

Re

nd

imie

nto

(kg

.ha

-1)

Grupo SA

Grupo CA

14

Figura 9.- Árbol de clasificación y regresión del rendimiento en grano, para el grupo SA.

En base a la confección del árbol

de clasificación y regresión, del grupo SA,

para un rendimiento medio que

escasamente alcanza los 1900 kg.ha-1

(a

pesar del sesgo regional del grupo), solo

se logró un rendimiento aceptable (> 3000

kg.ha-1), en unas pocas chacras (3.6 % del

total) asociadas a la variedad Irupé.

Posiblemente no pueda ser explicado por

el efecto variedad, sino por estar asociada

a que eran chacras semillero. Es probable

que tanto la selección del ambiente como

el resto de otros componentes del manejo

(como el manejo del N) estén explicando

la diferencia. En el 96.4 % restante de las

chacras, el rendimiento medio fue de 1812

kg.ha-1

, y a este nivel pasó a ser relevante

la región, quedando claramente separadas

las tres regiones anteriormente analizadas

como más afectadas por el exceso de

precipitaciones (Figura 4). En las mejores

regiones, surge la fuente de fertilizante

como determinante de si se usó S a Z30 o

no. Los cultivos que recibieron S,

mejoraron el promedio en más de 340 kg

de grano.ha-1

. En las chacras localizadas

en las mejores regiones, el 54 % llevo S al

menos a Z 30. Para el resto de las chacras

que no llevaron S a Z 30 se ubican por

debajo de los 1900 kg.ha-1

, en donde las

cebadas cabeza de rotación, y sembradas

de segunda, lleva a este sub-grupo a que

sea el de rendimiento final más bajo (<

1500 kg.ha-1

), a pesar de su ubicación

geográfica. En este grupo de análisis (SA),

sobre los mejores antecesores de invierno

2011 (sin trigo o cebada) en chacras

ubicadas en la mejores regiones (pero sin

S a Z 30), la fecha de siembra muy

temprana impactó sensiblemente en los

rendimientos.

15

Figura 10.- Árbol de clasificación y regresión del rendimiento en grano, para el grupo

CA.

El segundo grupo (CA), a pesar de

estar sesgado hacia una región como el

LN, que rindió casi 20 % menos que la

mejor región (LS), y más allá que no

comparamos estadísticamente el

rendimiento de ambos grupos, en

promedio se ubicó 7 % arriba del grupo

SA. En este grupo, descontando el 4.6 %

de las chacras con problemas de

implantación (de muy bajo rendimiento en

grano), nuevamente surge el S (como en el

grupo SA), pero a Z 22. El 21 % de

chacras que llevaron S a Z 22, casi

alcanzan los 2400 kg.ha-1

(465 kg.ha-1

más

que el sub-grupo sin S). En este sub-grupo

con S a Z 22, se logró casi 3 tt.ha-1

, solo

cuando el agregado de N a Z 30 fue > a

las 30 kg.ha-1

. Las chacras que no llevaron

S a Z 22, obtuvieron en promedio el

mismo rendimiento que el promedio del

grupo SA. Para ésta rama del árbol, las

chacras con bajo P en suelo (7 ppm), con

más de 15 kg de P2O5.ha-1

(en promedio)

se separaron significativamente de las

pocas con probable P no limitante. En los

ambientes con probables limitantes de P,

la siembra en situaciones de bajo K en

suelo (< 0.26 meq.100 g suelo-1

) con un

promedio bajo de K en suelo (0.18

meq.100 g suelo-1

) continuaron

disminuyendo el rendimiento

(posiblemente como resultado de la

combinación de tipo de suelo y

deficiencias de K). En esta situación, la

siembra de cultivares de ciclo medio,

permitió alejarse de los más bajos

rendimientos del grupo y aunque

representan solo una cuarta parte de las

chacras de este sub-grupo, pueden ser el

resultado de los cultivares en sí, y a FS no

tan tempranas.

Para ambos grupos, los factores de

manejo de peso en un año climáticamente

muy desfavorable, que condujeron a los

peores desempeños productivos del

cultivo, se podrían resumir en cuanto al

plan de siembra en: siembra en regiones

con suelos de menor aptitud agrícola

(especialmente frente a condiciones de

exceso de agua) y bajo K, sin los mejores

antecesores y en FS extremas. Del ajuste

especifico del manejo, surge el manejo de

los nutrientes, especialmente el impacto

del S.

Raíz

2040 kg/ha; 196Logworth = 8.66

Plantas < 19 Pl.m

1036 kg/ha; 9

Plantas > 19 Pl.m

2084 kg/ha: 187

Logworth=7.8

S a Z 22 = No

1910 kg/ha; 148

Logworth = 4.3

S a Z 22 = Sí

2375 kg/ha;39

Logworth= 1.4

UN Z 30<30

2210 kg/ha; 14

Logworth=2.6

UN Z 30> 30

2935 kg/ha;25

P2O5 s> 15

1909 kg/ha;142Logworth= 5.8

P2O5 s< 15

2768 kg/ha; 6

K suelo < 0.261787 kg/ha; 133

K suelo> 0.26K suelo> 0.26

2556 kg/ha; 92556 kg/ha; 9

Ciclo Cult=Largos

1636 kg/ha; 100

Ciclo Cult=medios

2246 kg/ha; 33

8.3

7 ppm; 44

13ppm;14

0.18 0.51

15 42

Raíz

2040 kg/ha; 196Logworth = 8.66

Plantas < 19 Pl.m

1036 kg/ha; 9

Plantas > 19 Pl.m

2084 kg/ha: 187

Logworth=7.8

S a Z 22 = No

1910 kg/ha; 148

Logworth = 4.3

S a Z 22 = Sí

2375 kg/ha;39

Logworth= 1.4

UN Z 30<30

2210 kg/ha; 14

Logworth=2.6

UN Z 30> 30

2935 kg/ha;25

P2O5 s> 15

1909 kg/ha;142Logworth= 5.8

P2O5 s< 15

2768 kg/ha; 6

K suelo < 0.261787 kg/ha; 133

K suelo> 0.26K suelo> 0.26

2556 kg/ha; 92556 kg/ha; 9

Ciclo Cult=Largos

1636 kg/ha; 100

Ciclo Cult=medios

2246 kg/ha; 33

8.3

7 ppm; 44

13ppm;14

0.18 0.51

15 42

31

16

DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL MANEJO DE LOS NUTRIENTES.

El manejo de los nutrientes para el

grupo SA, solo podría ser descriptiva a

nivel de lo hecho (Cuadro 4). Por tanto

solo fue posible analizar en profundidad el

manejo de los nutrientes, para el 47 % de

las chacras, que están integradas en el

grupo CA.

Figura 11.- Agregado de P en función del P en suelo (a), de N en función de N-NO3 en

suelo (c), y relación entre el agregado de N y P a siembra, para distintas fuentes de

fertilizante (b), a la siembra para el grupo CA.

En cuanto al ajuste del P a la

siembra, en el grupo CA, con 100 % de

las chacras con disponibilidad de valores

de P en suelo, observamos que existió en

general un ajuste racional del P, si

consideramos el criterio de suficiencia

(Figura 11). El P agregado se incrementa

en la medida que las concentraciones de

este nutrientes en suelo bajan. Sin

embargo para aquellas situaciones que se

ubican sobre todo por debajo de las 10

ppm de P en suelo, vemos que existe un

conjunto de chacras con agregados de P

por debajo de la referencia de mínima

cantidad necesaria, en base a nivel crítico

(Nc) de 11 ppm y equivalente fertilizante

(EF) de 10 kg.ha-1

de P2O5 por cada 1 ppm

por debajo del Nc (Capurro et al., 1982).

La situación del N es radicalmente

opuesta a la del P, en la medida que el

ajuste a la siembra observado es

técnicamente inexistente. Las bajas

cantidades finalmente utilizadas, derivan

de que prima el ajuste del P a la siembra

(y no el N) y por tanto el N agregado

resulta de la cantidad de fertilizante basal

utilizado y la fuente binaria usada (Figura

11). Este comportamiento sigue estando

incambiado desde el diagnóstico realizado

por Hoffman y Ernst. (2007) y puede

conducir a deficiencias tempranas de este

nutriente.

0

10

20

30

40

50

60

0 5 10 15 20 25N-NO3 en suelo a siembra (ppm)

N a

gre

gadoa asie

mbra

(kg.h

a-1

)R

2 = 0,05

0

10

20

30

40

50

60

0 20 40 60 80

P agreagdo a Siembra (kg P2O5.ha-1

)

N a

gre

gado a

sie

mbra

(kg

.ha

-1)

(37-14; 37-16)

(25-33)(18-46)

(7-40)

(Urea; UAN)

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

0 5 10 15 20 25 30

P Bray I en suelo (ppm)

P a

gre

gado a

sie

mbra

(kg P

2O

5.h

a-1

)

R2 = 0,72

(a)

(b)

(c)

17

Figura 12.- Distribución de valores de N en suelo a Z22 (a) y relación entre en N

agregado y la concentración de N-NO3 en suelo en 20 cm. de suelo a Z 22 (b).

A Z 22, más del 60 % de los

registros de N en suelo fueron inferiores a

las 6 ppm, valores considerados

extremadamente insuficientes para que el

cultivo cumpla sus requerimientos,

asegurando elevada respuesta al agregado

de N (Perdomo et al., 1999, Hoffman et

al., 2001, Hoffman et al., 2011b). En este

estadio, en el cual fueron fertilizadas el 98

% de las chacras, en promedio se

agregaron 47 kg de N.ha-1

. Si

consideramos una referencia crítica de N-

NO3 en suelo de 13 ppm y un EF de 6 kg.

de N por cada 1 ppm por debajo del Nc

(Perdomo et al., 1999, Hoffman et al.,

2001), el N usado puede considerarse en

promedio ajustado. Sin embargo la

información reciente, evidencia que para

una situación dominada actualmente por

chacras viejas, estas cantidades serían

insuficientes (Centurión y Chinazo 2012;

Hoffman et al., 2013c). La información

que surge actualmente, para ambientes

frecuentemente, caracterizados por

siembras más tempranas, con cultivares de

ciclos más largos (y por tanto mayor

tiempo entre Z22 y Z30) y particularmente

para chacras viejas, sugiere que deberían

ser revisados los Nc, EF o ambos

(Centurión y Chinazo 2012, Hoffman et

al., 2013c, Ernst. 2013; Ernst. 2014). Por

tanto podría ser considerado como

probable, que una parte del área haya

recibido menos N que el necesario a Z22

(Figura 12).

Sin embargo en cereales de invierno

existe la posibilidad de ajuste en un estadio

siguiente (Z30), que si bien no corrige

grandes errores cometidos a Z22, permite

reajustar las necesidades de N si las

cantidades utilizadas previamente fueron

insuficientes.

En este estadio el 79 % de las

chacras fueron fertilizadas con N y no

existió relación alguna entre el N en planta

a Z30 y el agregado de N a Z22 (R2 < 0.01).

Bajo esta situación, la distribución de los

valores de N en planta a Z30 pueden ser

considerados normales (Perdomo et al.,

1999, Hoffman et al., 2001, Hoffman et al.,

2011b), y claramente es elevada la

frecuencia de chacras con valores de N en

planta muy bajos (< 2.8 %) (Figura 13), y

que según el modelo de dosis de Baethgen.

(1992) serían necesarias cantidades iguales

o mayores a los 60 kg. de N.ha-1

, sin correr

riesgos en cuanto a los niveles de N en

grano (Hoffman et al., 2001 y Hoffman,

Perdomo y Ernst 2011b).

(a) (b)

(a)

18

Figura 13.- Distribución de valores de N en planta a Z 30 (a) y relación entre en N

agregado y la concentración de N en planta a Z30 (b).

Frente al rango de N en planta a Z

30 observado en la Figura 13, solo existe

ajuste de N en base al modelo de dosis de

Baethgen (1992), cuando los niveles de N

en planta fueron elevados (> 3.5 %). En la

medida que estos comienzan a disminuir,

las cantidades agregadas de N en este

estadio, se alejan de lo necesario y tienden

a un plateau. Para un promedio de N en

planta a Z30 de 2.9%, fueron agregados

27 Kg. de N.ha-1

, cantidad a priori

considerada insuficiente si tomamos como

referencia la banda IV de potencial y el

EF sugerido en el Modelo de Baethgen

(1992). Si bien la cebada finalmente se

ubicó en promedio por debajo de la banda

III, al momento en que fue tomada la

decisión (seguramente concentrada en el

mes de agosto),

por cómo se

desarrollaban

los cultivos y las

condiciones del

año, podría

considerarse que

los cultivos

estarían

probablemente

cerca de la

banda IV. Si

bien no tenemos

elementos precisos para saber cómo fue

calificado en ese momento el potencial,

seguramente la tendencia al desajuste de

la dosis antes comentada sea más que

nada resultado de los reparos acerca del

uso de altas dosis de N en este estadio.

Los 725 kg. de grano.ha-1

de diferencia

entre las chacras agrupadas por encima y

por debajo de 30 kg. de N.ha-1

a Z30 (en

ausencia de limitantes azufradas) (Figura

10), seguramente sean el resultado del

desajuste de N en este estadio (Figura 10).

Si consideramos en este sub-grupo de S

no limitante, a las diferencias en las

cantidades de N en promedio utilizadas

(15 vs. 42 kg. de N.ha-1

) y el promedio de

rendimiento para uno y otro caso (2210

vs. 2935 kg.ha-1

), los 725 kg. de grano.ha-1

asociados a una

diferencia de 27

kg., de N.ha-1

,

nos conducen a

una elevada

eficiencia de

uso del N y por

tanto se podría

hipotetizar en

una situación de

deficiencia aún

no corregida.

(a) (b)

Generación de información de respuesta a la fertilización nitrogenada.

19

En un contexto generalizado de

baja capacidad de aporte de N por parte de

los suelos, para la mayoría de las chacras

actualmente en uso en Uruguay (Hoffman

et al., 2011b; Hoffman et al., 2013c;

Centurión y Chinazo 2012, y Ernst 2013),

como resultado de la suma de fuertes

balances negativos de N (Ernst y Siri.

2009), también sería lógico pensar que

estén involucrados otros nutrientes como

el S, lo que explicaría el incremento en la

frecuencia y magnitud de respuesta al S

observado en general en los últimos años

(Echeverría. 2005; Mesa y Rodríguez sp;

Hoffman et al., 2013c). Esta podría ser la

causa de estos resultados en cuanto a la

importancia del agregado de S a Z30 y Z

22, anteriormente analizados (Figuras 9 y

10).

Figura 14.- Impacto de agregado de S a Z22 en las concentraciones de N en planta a Z

30 (a) , proporción de chacras sin N, N agregado en promedio a Z30, y rendimiento en

grano, con y sin agregado de S a Z22 (b), para el grupo CA.

Las chacras del grupo CA con S a

Z22, sin diferencias en las cantidades

medias de N utilizadas a Z 22 con aquellas

que no llevaron S (consecuencia de lo

mencionado anteriormente en cuanto a

que no existió relación entre el N en

planta a Z30 y la dosis de N a Z22), a Z

30 arrojó 37 % más de N en planta,

lográndose valores medios de N en planta

suficientes, a diferencia de las que no

llevaron S a Z22. Esta situación se vio

reflejada en la proporción de chacras sin

agregado de N a Z30 y en la dosis media

de N agregada en este estadio. A pesar de

que las chacras con S a Z22 llevaron en

promedio menos N a Z30, el rendimiento

en grano fue 24 % superior.

Estos resultados no pueden ser

100% atribuidos al efecto del S, en la

medida que no se dispone de otro tipo de

información, como de tipo de suelo y

condición física de las chacras, que

podrían estar anidadas con el agregado de

S, En el VI encuentro de la SUCS,

desarrollado en el 2014, fueron

presentados y discutidos, resultados

similares para el trigo (Hoffman, Fassana,

Perdomo y Ernst. sp), en cuanto a que el S

además de la nutrición azufrada en sí

misma, estaría mejorando sustancialmente

la absorción de N derivado del fertilizante

y por tanto el estatus nitrogenado en un

estadio posterior.

Si No

S a Z 22

1,0

1,5

2,0

2,5

3,0

3,5

4,0

4,5

5,0

5,5

6,0

% N

en

pl Z

30 4,1

3,0

4,1

3,0

Para chacras con datos de analisis y > 19 pl.m

*.- ponderado por área

19102375Rendimiento (Kg/ha)

3011N a Z30 (kg/ha)

1467Prop. Chacras sin N (%)

3,04,1N en planta Z 30 (%)

NoSi

Azufre a Z 22

19102375Rendimiento (Kg/ha)

3011N a Z30 (kg/ha)

1467Prop. Chacras sin N (%)

3,04,1N en planta Z 30 (%)

NoSi

Azufre a Z 22

(a) (b)

20

Similares resultados fueron

encontrados en Uruguay en chacras de

trigo de los productores CREA, en cuanto

al impacto del S. En el análisis de manejo

de los nutrientes, la primera variable del

árbol de clasificación y regresión para el

rendimiento en grano, fue el S. Una

cantidad de 10 kg de S, separó a las

chacras de máximo rendimiento (> 4500

kg.ha-1) del resto de las chacras (Mazzilli.

2014). Estos resultados en cebada

cervecera, son similares los encontrados

en el trigo de la zafra 2013 de los

productores CREA, en cuanto a que aún

no es elevada la proporción de chacras

con agregados significativos de S (Figura

10).

POSICIONAMIENTO GEOGRAFICO Y MANEJO ASOCIADO AL

AGRUPAMIENTO DE LAS CHACRAS POR CUARTILES.

A continuación se presenta y

analiza en conjunto la información para

cada grupo de información, estudiando el

manejo realizado a nivel de chacra para

los cuartiles, superior, inferior y el 50 %

central de rendimiento.

Cuadro 4.- Información asociada a los cuartiles superior, inferior y 50 % central del

rendimiento en grano, para el grupo de chacras SA.

Cuartiles del grupo SA 25 Inf.

50

Central 25 Sup. Total general Rendimiento (Kg.ha

-1) 1302 1910 2666 1947

Desvío Estándar Rinde (Kg.ha-1

) 236 211 432 -- N

ro de Chacras 63 124 63 250

Área (ha) 3253 6475 2549 12277 Área en LS y S-SE (%) 58 70 98 74 Área en LN-C y NE-E (%) 42 30 3 26 Variedades de C. Largo (%) 92 82 70 82 Variedades de C. Medio (%) 8 18 30 18 Fecha de Siembra 22-5-12 5-6-12 9-6-12 5-6-12 Plantas.m

-1 sd Sd sd sd

N-NO3 en suelo a siembra (ppm) sd Sd sd sd P en suelos a siembra (ppm) sd Sd sd sd K en suelo a siembra (meq .100 g

-1) sd Sd sd sd

N agregado a siembra (kg.ha-1

) 10 9 10 9 P2O5 agregado a siembra (kg.ha

-1) 36 31 37 34

K2O agregado a siembra (kg.ha-1

) 3 3 1 2 N-NO3 en suelo a Z22 sd Sd sd sd N agregados a Z22 (kg.ha

-1) 49 47 45 47

N en planta a Z30 (%) sd Sd sd sd N agregado a Z30 (kg.ha

-1) 27 27 35 29

N total pos-emergencia (kg.ha-1

) 76 74 79 76

Proporción de las chacras a Z30 (%) Sólido Sin S a Z 30 60 51 25 45

Líquidos y Sólidos N+S a Z 30 40 49 75 55 Nota: Filas sombreadas corresponde a variables que calificaron como significativas en el árbol

de clasificación y regresión.

21

Para el grupo SA, si bien el

rendimiento medio del cuartil superior

duplica al inferior, la productividad media

es muy baja. En este grupo de chacras en

que solo el 31% de la variación del

rendimiento pudo ser explicada por la

información disponible, igualmente se

aprecian las diferencias entre el cuartil

superior e inferior, en las variables que

calificaron en la confección del árbol de

clasificación y regresión. Es así que las

chacras pertenecientes al cuartil de mayor

productividad, se ubicaron en las dos

regiones menos afectadas por el clima, en

promedio sembradas 15 días más tarde

que las pertenecientes al cuartil inferior.

Completarían las diferencias a favor de las

chacras del cuartil superior, una menor

proporción de cultivares de ciclo largo

(posiblemente asociado a la propia fecha

en las cuales fueron sembradas) y en

cuanto al manejo de nutrientes, claramente

surge una elevada proporción de las

chacras con S, al menos a Z30.

Cuadro 5.- Información asociada a los cuartiles superior, inferior y 50 % central del

rendimiento en grano, para el grupo de chacras CA.

Cuartiles del Grupo CA 25 Inf. 50 Central 25 Sup. Total general Rendimiento (Kg.ha

-1) 1209 1998 2775 2015

Desvió Estándar Rinde(Kg.ha-1

) 283 264 492 -- N

ro de Chacras 50 98 50 198

Área (ha) 2914 5574 2489 10978 Área en LS y S-SE (%) 14 21 24 20 Área en LN-C y NE-E (%) 86 79 76 80 Variedades de C. Largo (%) 90 87 57 79 Variedades de C. Medio (%) 10 13 43 21 Fecha de Siembra 4-6-12 5-6-12 1-6-12 3-6-12 Plantas.m

-1 21 33 34 30

N-NO3 en suelo a siembra (ppm) 7,7 6,9 8,8 7,6 P en suelo a siembra (ppm) 8.8 7,6 9,0 8,3 K en suelo a siembra (meq. / 100 g) 0,31 0,50 0,53 0,46 N agregado a siembra (kg.ha

-1) 10 11 15 12

P2O5 agregado siembra (kg.ha-1

) 21 39 38 35 Índice de Oferta P (equiv. ppm) 10.9 11,5 12,8 11,8 K2O a la siembra (kg.ha

-1) 21 5 8 10

N-NO3 en suelo a Z22 5,3 6,1 6,2 5,9 N agregado a Z22 (kg.ha

-1) 51 46 46 47

N en planta a Z30 (%) 2,7 2,8 3,2 2,9 N agregado a Z30 (kg.ha

-1) 21 26 35 27

N total pos-emergencia (kg.ha-1

) 72 72 81 74 Proporción de las chacras a Z22 (%)

Sólido sin S a Z22 71 56 39 56 Líquidos y Sólidos con S a Z22 29 44 61 44

Nota: Filas sombreadas corresponde a variables que calificaron como significativas en el árbol

de clasificación y regresión.

Para el grupo de CA, si bien la

diferencia en el rendimiento medio entre

el cuartil superior e inferior es superior al

del grupo SA, el rendimiento medio de

cuartil superior del grupo CA, no es

sustancialmente distinto que el grupo SA.

Considerando que en este grupo CA,

existe un volumen considerable de

información, y que las diferencias en

productividad son escasas con el grupo

22

SA (a pesar de que este último se

concentra mayormente en la mejores

regiones), se propone utilizar la

información del grupo CA, como base

para el análisis tecnológico final del

cultivo de cebada.

Como este grupo de chacras

básicamente está posicionado en las

peores regiones en cuanto a productividad

en el año 2012, las diferencias en

distribución geográfica entre cuartiles son

menores, aunque el cuartil superior

concentra una porción mayor de chacras

en el LS y S-SE.

Siguiendo el orden de importancia

que surge del árbol de clasificación y

regresión para este grupo (Figura 10), la

rama de mayor potencial concentró las

chacras con agregado de S a Z 22 y mayor

cantidad de N a Z30. En este sentido el

cuartil superior, arrojó casi el doble de

chacras con S a Z22 en relación al cuartil

inferior. Si bien la diferencia entre

cuartiles extremos en cuanto a la cantidad

total de N agregado en pos-emergencia no

es trascendente, importa profundizar en el

ajuste del manejo este nutriente (agregado

vs. necesidades). Como puede apreciarse

en el cuadro 5, las diferencias entre

cuartiles se centran en el ajuste a Z30. El

cuartil superior recibió en promedio 35 kg

de N.ha-1

(lo que podría considerarse un

poco por debajo de las necesidades

estimadas en base al modelo de Baethgen,

1992), pero fue 67 % mayor a la cantidad

de N agregada a las chacras del cuartil

inferior, a pesar de que la deficiencia de N

a Z 30 en este último cuartil sería mayor.

En base a los valores de N en planta y N

agregado a Z 30 para los cuartiles

extremos, no habría dudas en el claro

desajuste de N para las chacras del cuartil

de bajo rendimiento. El agregado de N del

cuartil inferior se habría ubicado en tan

solo un 33% del N necesario, a diferencia

del cuartil superior que habrían cubierto

más del 85 % de las necesidades

nitrogenadas estimadas como necesarias

(estimación realizada en base a un Nc de

4.1 %, y un EF de 45 kg de N.ha-1

por

cada 1% por debajo del Nc, en función de

Baethgen, 1992).

La rama izquierda del árbol de

clasificación y regresión (Figura 10), que

conduce a rendimiento en grano cada vez

menores, le sigue a la falta de S desde Z

22 el desajuste de nutrientes a la siembra

(P y K). En este sentido, sin considerar a

las chacras con problemas de

implantación (que están concentrada en el

cuartil inferior), evidencian que

deficiencias nutricionales tempranas (sin S

a Z22, con P desajustado, sembradas en

ambientes con K muy bajo), fueron de

muy baja productividad. Esto explicaría el

bajo rendimiento de cuartil inferior del

grupo CA (apenas 1200 kg.ha-1

) a lo cual

se suma para siembras de principios de

junio el uso de variedades que por su

ciclo, contribuirían a disminuir más el

rendimiento en grano.

En resumen, para el cuartil

superior del grupo CA a pesar de estar

posicionado en las regiones de menor

productividad, concentró las chacras de

más de 3.0 tt.ha-1

. Para este cuartil el

manejo se podría resumir en: (i) siembra

en fecha y utilización de una proporción

muy por encima del promedio de

cultivares de ciclo medio, (ii) sin

limitantes asociadas a la implantación,

(iii) sin limitantes en P y K, y con menos

deficiencia de N desde la siembra, (iv) sin

aparentes grandes deficiencias de N a

Z22, concentró a las chacras con agregado

de S en estadios tempranos y fuentes de N

liquidas y (v) con mejor ajuste del N a Z

30.

Sin tener y poder considerar

factores como la aptitud agrícola,

condición o estado del suelo, de no existir

limitantes en este factor, este resumen de

manejo del cuartil superior seguramente

conduciría a elevados niveles de

23

productividad. El que posibilite las

condiciones climáticas del año. La

información históricamente generada por

la MNECC sobre todo en la década de los

noventa del siglo XX, permitió cambiar al

cultivo de la cebada en el país. La

evidencia es consistente en cuanto a que

cuanto el cultivo no es discriminado (en el

potencial de la chacra), se evitan

especialmente las fechas de siembras

tardías, los excesos de población y se

ajustaban los nutrientes, el cultivo compite

de igual a igual con el trigo.

ANÁLISIS DE LA COMERCIALIZACIÓN Y TOMA DE DECISIONES EN LA

CEBADA Y TRIGO, EN URUGUAY. En este capítulo se analizarán las

formas de comercialización

predominantes en el trigo y la cebada en

Uruguay, y las diferentes posibilidades de

acción en lo que hace al manejo de precios

mediante el uso de contratos a futuro.

Posteriormente se describirán y analizaran

las principales opiniones de los

productores respecto a la toma de

decisiones para la realización del cultivo

de cebada.

CONCEPTOS BÁSICOS EN CUANTO A DECISIONES DE SIEMBRA.

Toda decisión

para el desarrollo de un

cultivo se debería

fundamentar en la

racionalidad técnico-

económica de su

ejecución. La teoría de la

gestión (Barnard y Nix,

1980) indica que los

costos en agricultura son

costos hundidos ya que

muchos de los mismos

no pueden recuperarse

una vez incurridos por

las características que

tienen. A su vez, como

toda actividad

económica productiva debe existir un

objetivo concreto para su realización (en

general, un nivel de rentabilidad mínimo,

una relación beneficio/costo determinada,

etc.) que justifique su inserción en el plan

de producción de la empresa. Para ello, el

empresario, debería disponer de una

estructura de información para la toma de

decisiones que le permita definir

objetivamente como y cuando llevar a

cabo las diferentes actividades en base a

un plan objetivo. Por lo tanto, serán de

interés para quien toma las decisiones el

conocer los costos de producción, el

rendimiento y el precio de venta esperado

por ese producto. (Gutiérrez et al, 2011)

Generalmente el productor puede

contar con los primeros dos elementos

(estructura de costos factible y probables

rendimientos) ya que la información

pasada y su experiencia le sirven de

referencia para la toma de decisiones y le

permiten un rápido ajuste de la misma. En

Cuando los dos cultivos conviven en el mismo ambiente, pueden rotar.

24

cuanto a los precios la situación es

diferente, ya que, por un lado los precios a

futuro no siempre se pueden predecir con

exactitud y por otro, el análisis histórico

poco nos dirá respecto a la conducta

futura de los precios. Esto nos lleva a la

necesidad de manejar los precios futuros

como una variable de creciente

importancia en el proceso de toma de

decisiones para el agricultor.

Una conducta lógica sería que el

agricultor considerara los tres elementos,

para tomar una decisión si desarrollar o

no un cultivo: sus costos, rendimiento

probable y el precio que espera obtener

por el producto. Es racional suponer que si

el precio probable a obtener por el

producto no permite compensar los costos,

entonces la actividad no debería

desarrollarse ya que generaría una pérdida

al patrimonio del empresario (sin

considerar la pérdida de otros beneficios).

Si, por otro lado el beneficio supera al

costo, el empresario tiene un estímulo a

desarrollar el cultivo. Sin embargo, en el

caso concreto de los cultivos de invierno

(trigo y cebada) existen otros elementos

que deben considerarse en el análisis tales

como:

1.- Las características del producto. La

cebada es un grano que debe germinar en

su proceso industrial posterior y además

debe alcanzar ciertos requerimientos de

calibre y nivel de proteína. El trigo en

cambio, tiene otros requerimientos de

calidad pero que no hacen a la viabilidad

del grano para su germinación sino a otros

parámetros.

2.- Estructura de mercado. En el caso de la

cebada, la producción se hace en un

100% bajo contrato con las malterías no

habiendo un mercado secundario

significativo para la cebada originada

fuera del circuito maltero. En el trigo

existe un mayor número de agentes

comerciales actuando en la

comercialización y no existe de forma

extensiva el uso de contratos de

producción (si de comercialización de

granos). Esto hace que la estructura de

mercado de ambos granos sea diferente:

en el caso de la cebada, el 100% de la

producción se comercializa con un único

circuito, mientras que en el trigo hay más

agentes interviniendo en el mercado pero

estos no siempre se encuentran presentes a

lo largo del año para permitir comerciar el

grano.

3.- Estructura de precios de los contratos.

En el caso de la cebada los contratos

indican que la referencia de precios por la

cebada será un porcentaje sobre el precio

del trigo CME (Chicago Mercantile

Exchange), mientras que en trigo la

exportación y/o la industria se limitan a

informar un precio spot por el grano a una

determinada fecha de entrega. La principal

diferencia entre ambas modalidades es

que en el caso de la cebada, las coberturas

de precios que eventualmente

implementará un productor no tienen

ningún riesgo de ser ineficientes por la

conducta del mercado local, cosa que si

puede ocurrir en el caso del trigo.

Si asumimos que los costos de

producción de trigo y cebada no son

sustancialmente diferentes, entonces las

preferencias por uno u otro cultivo deben

atribuirse a otros factores tales como la

necesidad de rotación de cultivos, aptitud

diferencial del ambiente, pronósticos

climáticos, expectativas de precios,

experiencias pasadas y comercialización

de los cultivos entre las principales.

En este capítulo nos centraremos

exclusivamente en el análisis de las

posibilidades que permite el manejo de los

precios de trigo y cebada en Uruguay, sin

considerar el resto de los elementos que

intervienen en el proceso de toma de

decisiones en cuanto a la selección del

cultivo a sembrar, o que proporciones de

uno u otro.

25

ESTRUCTURA ACTUAL DE LA COMERCIALIZACIÓN DEL TRIGO. En el caso del trigo, la

comercialización del grano se hace

mediante dos mecanismos: la venta

forward y la venta disponible. La venta

forward es la relevante a los efectos del

manejo anticipado del precio. En este

caso, la exportación (que es el agente que

mayoritariamente usa el instrumento)

presenta un precio a la cosecha nueva

(forward flat) y el productor decide si

vende o no a ese precio. El momento en el

cual la exportación compra en forma

anticipada depende del año y de las

condiciones de mercado.

Naturalmente las posibilidades de

manejo del precio para trigo no se agotan

en la venta forward ya que el productor

podrá implementar por su cuenta una

cobertura de precios en el mercado de

futuros (CME). El productor tiene como

dificultad en este caso, que el cambio en

las conductas del precio en el mercado

uruguayo y en el mercado de cobertura

(CME) sean diferentes. En ese caso, la

cobertura pierde eficiencia en su función

de compensar una conducta negativa de

precios. El productor siempre podrá

estimar esa diferencia mediante el cálculo

de la base y analizando los factores que la

afectan. Para este grano el mercado de

venta anticipada está presente a partir de

la mitad del año y adquiere mayor

importancia en la medida que nos

aproximamos a la cosecha. Existen varios

operadores, fundamentalmente vinculados

a la exportación que participan, por lo que

el agricultor tiene una amplia oferta de

posibles compradores del grano.

Cuando el productor formaliza la

venta anticipada suele firmar un contrato

de venta con el comprador, el cual

establece el precio al cual se pacta la

operación y las condiciones de calidad que

debe cumplir. Los contratos no son

estandarizados sino que los mismos se

ajustan a cada operador en particular. Es

muy frecuente que un agricultor siembre

el cultivo de trigo sin tener claro cuál será

el destino comercial (si la exportación o la

industria molinera) y dado que es un

cultivo muy abierto en lo que hace a su

comercialización no requiere de ningún

contrato previo para obtener los insumos

para la siembra, sino que puede obtener

todo lo necesario sin formalizar

compromisos contractuales.

Adicionalmente existe en Uruguay un

circuito de venta de trigo disponible que

opera prácticamente todo el año.

ESTRUCTURA DE COMERCIALIZACIÓN DE LA CEBADA.

La cebada, a diferencia del trigo,

se siembra 100% bajo contrato de

producción y el mismo es un pre requisito

para algunos de los insumos. Las

malterías establecen en los contratos la

forma de fijar el precio y las condiciones

de calidad (premios y descuentos) que

aplicarán a la cosecha. Dentro de las

condiciones comerciales se establece la

fórmula de precio que aplicará al cultivo y

el límite máximo de fijación anticipada

que será aceptado.

En general, en los últimos años las

dos malterías que operan en Uruguay han

tenido planes comerciales muy similares

(pagando el 90% del trigo del Chicago

Mercantile Exchange para la posición

diciembre). La fijación anticipada máxima

era del orden de los 1000 kilos por

hectárea al inicio, monto que se ha ido

incrementando últimamente. A su vez, se

permite lo que se denomina intercambio

de futuros que es una modalidad donde el

productor que arma su cobertura de

precios en contratos puede luego traspasar

26

los mismos en un determinado momento

del tiempo a la maltería como forma de

fijación del precio.

La principal ventaja que ofrecen

estos contratos (en un sentido general), es

que son estables en el tiempo y la

eficiencia de la cobertura de precios en el

mercado de futuros está garantizada.

Independientemente de lo que ocurra en el

mercado, el productor sabe que podrá

vender su cosecha (tiene asegurado el

comprador y el precio por un contrato) al

90% del precio del trigo CME diciembre

de una determinada fecha de cada año. Si,

a lo largo del año (incluso antes que la

maltería habilite la compra anticipada) el

productor desea “fijar” su precio puede

hacerlo mediante una cobertura en el

mercado (venta de contratos de futuros) y

de ese modo resuelve el dilema del precio.

Las malterías particularmente

aceptan esta fijación anticipada al precio

pactado en la fórmula, lo que tiene como

ventaja, que el productor que establezca

una posición vendedora en el mercado,

podrá traspasarla a un valor justo de la

posición a la maltería sin que medien

descuentos adicionales.

ANÁLISIS COMPARADO DEL RESULTADO DE LA COMERCIALIZACIÓN

DE TRIGO Y CEBADA, MEDIANTE UN MODELO DE SIMULACIÓN.

A los efectos de analizar el

resultado económico de la

comercialización de trigo y cebada se

desarrolló un modelo de simulación que

estima el mismo de forma comparada a lo

largo de los últimos años. Para el

desarrollo del modelo se elaboró una

estructura de costos de cultivo en base a

coeficientes técnicos existentes y se tomó

el rendimiento medio de los cultivos

informado por la DIEA. A este modelo de

costos y rendimientos se agregaron los

datos de precios que corresponden al

mercado local (trigo disponible y trigo

forward informado semanalmente por la

Cámara Mercantil de Productos del País)

y los precios del mercado de Chicago para

trigo con fuente en Reuters.

Los planes comerciales de las

malterías fueron analizados para el

período 2008 a 2012. Si bien existen

diferencias menores entre ellos

(volúmenes de fijación anticipada,

referencias al precio base), en ambos

casos existe una referencia al trigo CME

Diciembre (que oscila entre 83 y 90%

según el año). En el modelo, se toma, que

para todo el período el precio base de la

cebada es 90% del trigo CME posición

diciembre.

El modelo en primer término

analiza el costo de producción por

hectárea y el rendimiento esperado por

año (tomando el promedio nacional) para

determinar luego el costo de producción

por tonelada de grano para trigo y cebada.

Este precio se compara luego con el

precio esperado a lo largo del tiempo. Para

el caso del trigo se plantean dos

situaciones: una es la venta a futuro del

trigo en el mercado de Chicago mediante

la venta de un contrato de futuros que

luego se cancela a cosecha y el saldo de la

posición se suma al precio del trigo

disponible. Una segunda situación en trigo

corresponde a la venta únicamente en el

mercado forward, cuando este aparece a lo

largo del tiempo. Para la cebada se analiza

la venta a futuro (considerando el precio

de venta al 90% del trigo Chicago,

posición diciembre a lo largo del año). La

estrategia testigo en los casos de trigo y

cebada es la venta a cosecha (noviembre

de cada año). La estructura de costos y

rendimientos utilizados se presentan en el

cuadro 6.

27

Cuadro 6.- Estructura de costos estimada y rendimientos para la determinación del

costo por tonelada de trigo y cebada por año.

Zafra 2008 2009 2010 2011 2012 Costo sin renta por ha (U$S) 463 570 600 627 650 Cebada Rendimiento promedio

nacional (tt.ha-1

) 3,15 3,29 3,01 3,13 1,9

Costo por tonelada (U$S) 147 173 199 201 342 Trigo Rendimiento promedio

nacional (tt.ha-1

) 2,8 3,3 3,2 3,4 2,1

Costo por tonelada (U$S) 165 173 188 185 317

Los costos por tonelada son costos

directos (sin renta de la tierra). El costo

por tonelada es considerado el elemento

clave para la definición de la viabilidad de

un cultivo, siguiendo la regla de que si el

precio esperado del cultivo es superior al

costo por tonelada entonces es factible la

actividad, si no cubre los costos entonces

la actividad no sería viable.

Para el caso de las coberturas con

contratos de futuros no se considera el

costo financiero de los mismos (el costo

del capital para sostener la posición).

En el cuadro 7 se presenta el

resumen de los resultados de las diferentes

alternativas de comercialización.

Cuadro 7.- Resumen de resultados de comercialización de trigo y cebada por año.

2008 2009 2010 2011 2012 Promedio

---------------------- U$S. tt-1---------------------

Mejor Cobertura Trigo 328 224 273 291 338 290,8 Prom. trigo cubierto (todo el año) 248,1 199,2 238,4 245,5 303,0 246,9 Prom. Trigo cubierto (mayo a dic.) 223,9 192,7 247,0 227,7 317,2 241,7 Peor Cobertura Trigo 160 167 205 195 272 199,8 Prom. trigo forward (todo el período) 230,4 187,3 225,3 215,3 259,1 223,5 Trigo a cosecha 147,5 203,4 261 187 325 224,8 Mejor Cobertura Cebada 361 216 237 308 295 283,4 Prom. cebada cubierta (todo el año) 273,3 188,6 199,5 258,1 256,6 235,2 Prom. Cebada cubierta (mayo a dic.) 246,7 181,4 208,9 238,5 272,2 229,5 Peor Cobertura Cebada 176 153 163 202 223 183,4 Cebada a cosecha 176,4 178,4 223,2 202,5 284,9 213,1

Si consideramos el promedio de la

serie, el desarrollo de coberturas

vendedoras de precios se presentan como

una mejor alternativa que la venta a

cosecha. En el caso del trigo, una

cobertura vendedora que cubra todo el

período de venta desde enero a

noviembre2 de cada año, habría logrado

2 La estrategia de cubrir el precio a lo largo de todo el período

implica vender partes iguales de la cosecha esperada mes a mes

desde enero a noviembre de cada año.

un resultado promedio de U$S 247 vs. 225

de la venta disponible. En el caso de la

cebada, la cobertura de todo el período

logra también mejores resultados (U$S

235 vs. 213 de la venta al vencimiento del

contrato). Entre trigo y cebada (si el

productor comparara los resultados entre

ambos cultivos) los resultados de venta

del período no son sensiblemente

diferentes en promedio, aunque sí lo son

entre años. En promedio, la diferencia del

28

trigo vs. cebada es 4,6% a favor del trigo

en precio.

El mejor resultado posible de una

cobertura (aquella que hubiera logrado los

mejores resultados3), hubiera logrado

precios en promedio de U$S 290 dólares

por tonelada y en cebada de U$S 283. En

este caso, la diferencia entre cultivos es de

2,3% en precio a favor del trigo. La peor

estrategia posible (aquella que logra los

peores resultados4) deja al trigo en un

precio promedio de U$S 200 y a la cebada

en U$S 183 por tonelada, con una

diferencia de 3,3% a favor del trigo.

La diferencia entre la mejor

estrategia de venta y la peor da una idea

del rango de variabilidad de los precios a

lo largo del año y entre años. Dentro del

año, las diferencias en los precios que se

pueden obtener son apreciables. En trigo

la diferencia entre el mejor resultado y el

peor en términos de precios es de U$S 91

por tonelada, mientras que en cebada la

diferencia es de U$S 100 por tonelada.

3 El mejor resultado surge de vender al precio más

alto y comprar al precio más bajo de la serie anual

de precios en el mercado de futuros para la

posición seleccionada. 4 El peor resultado posible surge de vender al

precio más bajo de la serie y comprar al precio más

alto de la serie anual de precios en el mercado de

futuros sobre la posición seleccionada.

Otro aspecto importante a

considerar en el análisis es la capacidad

del agricultor de definir (de un modo

racional sobre su rentabilidad futura), el

desarrollo de un cultivo frente a otro al

momento de tomar la decisión de siembra.

El productor debería privilegiar los

cultivos donde puede manejar los precios

de forma más segura a aquellos que no le

dan esa posibilidad (a igualdad del resto

de condiciones). Para ello, es importante

considerar cual es el resultado de la

fijación anticipada a lo largo de los años y

a su vez el nivel de precios al que se

puede fijar en relación al costo de

producción del cultivo.

Analizando en forma simultánea el

costo de producción por año y los precios

de venta anticipados que se pueden lograr

para cada cultivo; en cebada con venta

anticipada con futuros en CME y en trigo

vendiendo forward. Los resultados para

las zafras 2008 al 2012, se presentan en

términos de la evolución de los costos

directos de producción y los precios de

mercado para trigo y cebada, siendo el del

trigo el valor forward ofrecido en el

mercado y en la cebada el 90% de la

posición diciembre de cada año (Figura

15).

Figura 15.- Evolución del costo de producción por año y precio posible de venta de

trigo (FWD) y cebada (90% dic).

100

175

250

325

400

01/01/2008

01/05/2008

01/09/2008

01/01/2009

01/05/2009

01/09/2009

01/01/2010

01/05/2010

01/09/2010

01/01/2011

01/05/2011

01/09/2011

01/01/2012

01/05/2012

01/09/2012

U$S

/Tonela

da

Costo por tonelada Trigo FWD 90% Dic

29

Las tendencias generales de

precios en ambos cultivos son similares

(cuando sube el trigo sube la cebada y

viceversa), lo que es razonable ya que el

trigo uruguayo tiene un alto grado de

correlación con los precios internacionales

y dentro de ellos, con las referencias a

futuro que cotizan en Chicago. Para

algunos años surge del análisis de los

costos y el rendimiento esperado, que el

cultivo no fuera una opción rentable ya

que no cubre los costos de producción.

Ese es el caso, por ejemplo del año 2012,

donde los costos por tonelada fueron

claramente superiores al valor obtenible

en el mercado por el grano ( a pesar de su

elevado valor), consecuencia del fracaso

de la zafra derivado de las condiciones

climáticas del año en todo el país (Figura

2 y Figura 4). En otros años, como por

ejemplo el 2010, dada la conducta de los

precios, los cultivos de trigo y cebada no

eran rentables hasta bien entrado el año y

terminó siendo una buena alternativa por

un repunte significativo de los precios. En

el 2008, 2009 y 2011, los precios caen

fuertemente desde comienzos del año y

aquel productor que no logra captar

precios en forma anticipada sufre una

caída muy significativa de su retorno

económico.

Existe un aspecto importante a

considerar, y radica en la oportunidad de

desarrollar el cultivo y capturar el margen

de utilidad si el precio puede fijarse a un

determinado nivel. En este sentido, la

capacidad de fijar el precio en forma

anticipada (y el nivel de riesgo asociado),

deberían ser un elemento positivo para el

productor que toma la decisión de invertir

en un cultivo. A igualdad de condiciones,

no debería ser lo mismo invertir en un

cultivo cuya comercialización tiene

riesgos en la eficiencia de la cobertura de

aquel que no la tiene. Asimismo, la

seguridad de tener resueltos los problemas

de mercado (existencia de un comprador

seguro), es otro elemento a considerarse

en el análisis.

Ante la ausencia de datos sobre la

conducta de los productores en lo que

hace a venta anticipada mediante

coberturas de precios, una alternativa para

aproximarse al conocimiento de esta

conducta es conocer el patrón de venta

anticipada por año de los agricultores

frente a las malterías. Para ello se recurrió

a los datos de venta anticipada de cebada

proporcionados por las malterías que

operan en Uruguay5.

5 Los datos fueron proporcionados por Maltería

Oriental SA y Maltería Uruguay SA lo que

representa el 98% de la cebada comercializada en

el país.

30

Figura 16.- Evolución de la proporción de ventas anticipadas por año desde 2008 a

2012, en relación al total.

Una primera aproximación al uso

de la herramienta es analizar cuanto del

volumen de cosecha anual se comercializa

en forma anticipada. En la figura 16,

presenta el uso de la venta anticipada en

dos modalidades: una es considerada

respecto del total anual del grano recibido

y otra que corresponde al grano fijado en

el período de siembra de cebada (de abril

a junio). Con excepción del año 2012,

donde la fijación anticipada estuvo

claramente por sobre los años anteriores,

el uso de la fijación anticipada es bajo en

relación al total, siendo del orden del 30%

del volumen de cosecha. En el 2012,

como excepción, el volumen de venta

anticipada fue cercano al 100%.

Si se analiza la fijación anticipada

en el período de siembra (de abril a junio)

el uso de la fijación anticipada es incluso

menor, siendo entre el 1 y el 6% del

volumen de la cosecha Nuevamente, la

excepción la representa el 2012 donde la

venta anticipada en el período de siembra

alcanzó el 27%. Del análisis de la fijación

anticipada mes a mes no surge un patrón

claro de conducta de los agricultores en el

uso de la herramienta. Aparentemente

existe una tendencia conforme avanzan

los años a que las fijaciones se hagan más

temprano, lo cual se explicaría por la

evolución de los precios (Figura 17).

Figura 17.- Uso de la proporción de venta anticipada por mes para el período 2008 a

2012

0%

30%

60%

90%

120%

2008 2009 2010 2011 2012

Po

rcen

taje

Período de siembra Total anual

0%

23%

45%

68%

90%

2008 2009 2010 2011 2012

Po

rcen

taje

del

gra

no

to

tal

reci

bid

o

Abril Mayo Junio Julio

Agosto Septiembre Octubre Noviembre

31

¿Qué es lo que explica esta

conducta de los agricultores? Seguramente

los antecedentes en cuanto a los

problemas que surgen cuando no se puede

cumplir con la calidad base (derivado del

efecto año, como en el año 2012), estén

actuando como parte de una posible

explicación. Sin embargo, otro posible

punto de análisis, es evaluar la evolución

de los precios de la cebada año a año y

estudiar el volumen acumulado de fijación

para analizar esta conducta. En la figura

18, se presentan los datos de fijación

acumulada año a año para ambas malterías

y el precio de la posición de referencia

para esos contratos.

Figura 18.- Evolución de la fijación anticipada de cebada y el precio del trigo en el año

2008.

En el año 2008, los precios del

trigo se corrigieron de forma persistente a

la baja durante casi todo el año,

especialmente desde febrero a mayo y

luego de agosto a noviembre. A pesar de

esta baja, el volumen de fijación de

precios fue bajo a lo largo del año. Se

alcanzaron unas 30 mil toneladas en

agosto, superándose el nivel de las 90 mil

toneladas sobre el final del período (de un

total de unas 400 mil toneladas). Sin

embargo, parece existir una respuesta

positiva a las fijaciones cuando los precios

corrigen al alza en la medida que avanza

el ciclo de cultivo (véase óvalo en figura

18), mientras que las bajas no parecen ser

un disparador efectivo de fijaciones de

precios. La diferencia entre el mejor

precio en CME y el precio de cierre del

contrato va desde U$S 361 por tonelada a

U$S 176 por tonelada.

150

238

325

413

500

02/01/2008

30/01/2008

27/02/2008

26/03/2008

22/04/2008

19/05/2008

16/06/2008

14/07/2008

08/08/2008

05/09/2008

02/10/2008

29/10/2008

25/11/2008

U$

S/T

0

30000

60000

90000

120000

Vo

lum

en (

To

n)

CBT Volumen acumulado

32

Figura 19.- Evolución del precio del trigo y de la fijación anticipada de cebaba en el

año 2009.

El año 2009 tiene una historia

similar al 2008 en términos de conducta

de precios (Figura 19). El mercado tuvo

una baja muy importante desde mayo

hasta setiembre, cayendo el precio de

mercado de U$S 270 a U$S 190 por

tonelada.

Nuevamente, el volumen de

fijación fue muy bajo hasta fin de

setiembre, donde se logra la fijación de 20

mil toneladas y el grueso de la fijación

ocurre en octubre y noviembre, con un

aumento en el volumen de fijación a casi

100 mil toneladas (de un volumen total de

464 mil toneladas). Al igual que en el caso

anterior, las subas de precios impulsan las

ventas anticipadas, pero las bajas no

logran causar efecto alguno en la conducta

de los productores.

Figura 20.- Evolución de la fijación anticipada y el precio del trigo en el año 2010.

150

180

210

240

270

02/01/2009

30/01/2009

27/02/2009

26/03/2009

23/04/2009

20/05/2009

17/06/2009

15/07/2009

11/08/2009

08/09/2009

05/10/2009

30/10/2009

27/11/2009

U$S

/tt

0

20000

40000

60000

80000

100000

120000

Vol

úmen

(T

on)

CBT Volúmen acumulado

150

188

225

263

300

338

04/01/2010

29/01/2010

25/02/2010

23/03/2010

19/04/2010

13/05/2010

09/06/2010

06/07/2010

30/07/2010

25/08/2010

21/09/2010

15/10/2010

10/11/2010

07/12/2010

U$S

/T

0

20000

40000

60000

80000

Vo

lum

en

(T

on)

CBT Volumen acumulado

33

En el año 2010, la dinámica de

precios es sensiblemente diferente a los

dos años anteriores, con una muy fuerte

suba de precios en el final del período de

siembra. La suba lleva a los precios desde

los 185 a casi 300 U$S.tt-1

en poco más de

un mes, producto de una fuerte sequía que

afectó severamente la oferta de trigo en el

hemisferio norte. En este caso, el volumen

de fijación anticipada se hace más

temprano en el tiempo pero igualmente

con bajos volúmenes (60 mil toneladas en

setiembre). Como fue analizado para los

dos años anteriores, nuevamente se

evidencia claramente que los precios al

alza son un catalizador de ventas

anticipadas.

Figura 21.- Evolución de la fijación anticipada de cebada y el precio del trigo en el año

2011.

En el año 2011 la conducta de

fijación evidencia un muy bajo uso del

sistema, pero que comienza antes en el

tiempo, en el mes de marzo. A pesar de la

fuerte baja de los precios a partir de mayo,

la conducta de fijaciones prácticamente no

se modifica y tiene un repunte con la suba

de precios de fines de agosto. Todo el

proceso de baja desde setiembre a octubre

transcurre con muy pocas fijaciones. En

este año, la fijación anticipada total fue de

81 mil toneladas de una cosecha esperada

de 327 mil toneladas.

200

243

285

328

370

03/01/2011

31/01/2011

28/02/2011

25/03/2011

21/04/2011

19/05/2011

16/06/2011

14/07/2011

10/08/2011

07/09/2011

04/10/2011

31/10/2011

28/11/2011

U$

S/T

0

22500

45000

67500

90000

Vo

lum

en (

To

n)

CBT Volumen acumulado

34

Figura 22.- Evolución de la fijación anticipada y el precio del trigo del año 2012.

Para el año 2012, la fijación

anticipada copia nuevamente la conducta

de incrementarse conforme aumentan los

precios. En este caso, los precios suben

desde U$S 250 a U$S 350 en el período

que va desde junio hasta julio para luego

estabilizarse. La fijación anticipada del

año 2012 es la más alta de la historia y al

igual que el año 2011, las fijaciones se

inician temprano en el año (marzo). La

fijación a julio fue asimismo récord,

habiendo alcanzado el 84% del total a

julio.

Cabe preguntarse porque los

productores optaron por usar en el 2012,

una herramienta de fijación de precios

como el contrato forward (donde tiene la

obligación de entrega de la cantidad y

calidad pactadas) cuando existían riesgos

importantes desde una perspectiva

climática. Del análisis se desprende que,

la caída del área de cebada se corresponde

a un conjunto de factores. Entre ellos, es

crítico determinar si el precio que

perciben los productores es sensiblemente

diferente de otras alternativas (como el

trigo) a lo largo del período considerado.

De la información surge que los precios

que se logran en ambos cultivos son muy

similares, si el productor vende a cosecha

la diferencia en el promedio de los últimos

5 años es del orden del 4,8% a favor del

trigo. Si se hacen coberturas en volúmenes

idénticos desde mayo a diciembre, la

diferencia entre trigo y cebada es del

orden del 5% del precio. Naturalmente

que las diferencias promedio enmascaran

los efectos puntuales de cada año donde

las diferencias de precio son

ocasionalmente mayores. Por lo tanto, el

precio por sí solo no explicaría la caída de

la superficie del cultivo.

El uso de coberturas permite lograr

precios en promedio levemente superiores

al testigo (venta a cosecha), tanto en trigo

como en cebada. Adicionalmente, el trigo

forward logra en promedio iguales

resultados que la venta a cosecha (ambos

inferiores a los precios logrados por

coberturas anuales o en el período de

siembra a cosecha).

En el caso puntual de la cebada,

los productores hacen un bajo uso de la

venta anticipada como mecanismo de

manejo de precios. Suelen responder

vendiendo más al alza pero cuando los

precios caen no fijan, lo cual establece un

patrón de decisión sumamente peligroso.

A su vez, en años donde existen claros

riesgos climáticos que pueden afectar la

producción (rendimiento y calidad), el

productor parece ignorar el riesgo y

220

254

288

321

355

03/01/2012

31/01/2012

28/02/2012

26/03/2012

23/04/2012

18/05/2012

15/06/2012

13/07/2012

09/08/2012

06/09/2012

03/10/2012

30/10/2012

27/11/2012

U$S

/T

0

56250

112500

168750

225000

Volu

men (

Ton)

CBTVolumen acumulado

35

responde mucho a los precios del

mercado, fijando incluso más que en años

anteriores en forma anticipada. Lo anterior

indicaría, que ante igualdad relativa en los

precios que se pueden lograr en el

mercado, costos de producción y

rendimientos por hectárea similares, la

menor preferencia por el desarrollo del

cultivo de cebada debe evaluarse por otros

factores y no por el precio que se puede

lograr en el cultivo.

El precio finalmente percibido por

el grano es en el promedio de las

situaciones similar al precio a cosecha y

este es a su vez inferior al que podría

haber logrado mediante coberturas. Otros

factores comerciales que hacen a la

diferencia de cebada frente al trigo

(condiciones de flete, bonificaciones y

castigos por la calidad del grano) y que

también forma parte de conjunto de

elementos que llevan a la decisión del

agricultor. Una vez que el agricultor

decide sembrar cebada (asumiendo que

conoce las condiciones comerciales del

cultivo), es claro que no saca provecho de

las ventajas que permite la cebada en

términos de manejo de precios y muestra

una conducta peculiar (acompañando las

subas pero ignorando las bajas).

La evidencia apunta a que existe

una falla en el proceso de toma de

decisión en donde la definición del

momento de venta solo sigue las subas de

precios pero es insensible a las bajas, en

especial en los momentos donde se debe

tomar la decisión de asegurar el costo del

cultivo (antes o durante la siembra).

Adicionalmente, se debe evaluar el

resultado productivo en términos no solo

de rendimiento sino también de calidad de

grano para determinar sus impactos.

Finalmente, un punto interesante sobre el

que intentaremos brindar elementos,

acerca del el proceso de toma de

decisiones para asignar áreas de cultivo de

invierno (experiencia pasada, evaluación

de las oportunidades comerciales a lo

largo de la campaña y resultado esperado)

y que opinan los agricultores de porque se

toman algunas decisiones al realizar el

cultivo.

PRINCIPALES OPINIONES DE PRODUCTORES Y OPERADORES DE

CEBADA EN URUGUAY.

A partir del relevamiento de

campo realizado a productores y

operadores de la cebada se determinó que

para la casi totalidad de las empresas o

productores encuestados se asegura que el

principal problema de la cebada para

crecer en área o volumen producido, se

debe a las limitaciones impuestas por la

demanda de la industria maltera. Entre los

puntos que son mencionados

recurrentemente, se ubica a las exigencias

en calidad de grano, que sólo se traducen

en penalizaciones en el precio recibido por

el productor.

Como no se han instrumentado o

desarrollado soluciones al recibo del

grano de baja calidad por parte de la

industria para defender el precio, solo

restan para la cebada sin calidad de recibo,

un reducido mercado para alimentación de

ganado.

36

Independientemente

de lo acertado o no de la

opinión recabada, también

fue insistentemente

mencionado, que los bajos

niveles de calidad de las

variedades disponibles, bajo

potencial de rendimiento y

tolerancia a enfermedades

sobre todo manchas (y

ramularia) son parte de los

factores. Esta opinión, está a

flor de piel en todos los

encuestados, seguramente

derivado del gran problema

de la zafra 2012 (zafra

relevada).

Fue también insistentemente

mencionado, el menor conocimiento del

cultivo de cebada en relación al cultivo de

trigo. Este punto se relaciona con

demanda insatisfecha por los productores,

en cuanto a avances en la investigación de

nuevas o mejores tecnologías agronómicas

específicas para la cebada.

Recurrentemente es mencionado

(demandado) información en cuanto a la

sensibilidad a excesos hídricos de las

variedades y manejo de la fertilización.

Más allá de que estos reclamos, podría

tomarse como una demanda hacia los

técnicos asesores, opinan que estos

problemas, llevan a que sea el trigo,

finalmente, el que tenga la prioridad en la

elección de las mejores chacras,

aumentando así los problemas que limitan

el potencial de producción y la calidad de

grano.

Existe un cuasi consenso general

entre los productores en que el precio

recibido es muy bajo, (considerando los

descuentos por parte de la industria,

cuando se está frente a años problemáticos

desde el punto de vista climático). La

frase repetida por los diferentes

encuestados a la hora de responder acerca

de los precios fue:

“La industria castiga mucho la baja

calidad y no premia la buena calidad”.

Se agrega, también, que bajo las

condiciones ambientales de producción

como las del 2012, se hace muy difícil

llegar a cumplir con las exigencias de la

industria en cuanto a calidad, y dada la

rigidez de la misma, no es posible

conciliar acuerdos convenientes para

ambas partes que se adapten a las

condiciones productivas del Uruguay.

Tratar de introducir a la cebada

dentro de la rotación, fue mencionado por

la mayor parte de los casos como una

posibilidad, lo que deriva del ciclo más

corto del cultivo, que permite liberar la

chacra antes para la posterior siembra de

soja de segunda. También se menciona la

interrupción de la siembra de trigo sobre

trigo, como otros de los motivos para

incluir cebada en los esquemas agrícolas

actuales. Específicamente, los productores

que siembra en Paysandú – Young,

mencionan como ventaja y motivo para

intentar seguir sembrando, la cercanía a la

planta de AMBEV en Paysandú. En

cuanto a las perspectivas a futuro de si se

seguiría incluyendo cebada en la rotación,

en general primó la opinión de reducción

del área, incluso dejar de sembrar si se

mantienen los actuales precios y

mecanismos de descuentos de precios y si

Variedad susceptible al anegamiento, en condición de exceso hídrico.

37

no se presentan señales de flexibilidad por

parte de la industria ni de alternativas a los

problemas planteados.

¿PORQUE LOS PRODUCTORES TIENDEN A DEJAR DE HACER CEBADA

CERVECERA?

Analizaremos una a una las

principales preguntas realizadas y las

respuestas más frecuentes:

¿Qué problemas le ve al cultivo de cebada

en la actualidad, y cuáles son las

limitantes principales para crecer en área

o en volumen producido?

Los problemas del cultivo según

los encuestados, se podrían agrupar, en los

comerciales (mencionados como más

importantes), y los de producción

(fundamentalmente los sanitarios y las

variedades).

Se considera, que como la cebada

actualmente presenta rendimientos

menores que el trigo, con exigencias en

tamaño de grano y proteína, y que debe

germinar, como si fuese una semilla de

alta calidad, debería tener un precio

inclusive superior al del trigo. Si esto

fuese así, en general estiman que sería

más fácil considerar la siembra de cebada,

capitalizando sus ventajas en cuanto a que

deja 10 días antes libre el campo para el

cultivo de segunda (como fuese

anteriormente mencionado).

En cuanto a las opiniones en

relación a lo comercial, figuran en el

primer lugar, la mención a la baja

tolerancia a los problemas de falta de

calidad y a la escasa flexibilidad

demostrada por parte de la industria. No

ven propuestas o soluciones a problemas

comunes tales como cuando se llega a

planta con problemas de calidad, y hay

que volver con el grano para atrás. En este

sentido se reclama por el no acceso a

camiones que no ingresan por detalles,

mencionándose especialmente la baja

tolerancia de humedad para el recibo,

cuando las diferencias con lo exigido son

bajas. La opinión en complementada con

el hecho de que no haya un mercado

alternativo fuera de las malterías.

La falta de flexibilidad comercial de

la industria, opinan que es lo que lleva a

que se esté desarrollando rápidamente la

cebada sembrada con destino forrajero,

desde el arranque.

La mención a la problemática

varietal, se centró en la escasa oferta para

la siembra, y en el atraso genético en

relación al cultivo de trigo (en cuanto a

productividad). Cuando existen

problemas de exceso hídrico como la

cebada lo sufre mucho más que el trigo, si

no se logran variedades para esta

situación, los productores no van a

sembrar cebada.

Si bien se considera que no hay

graves problemas relacionados a la

tecnología, se reclama más investigación,

especialmente asociada al tema de

fertilización. En su opinión los

encuestados requieren mayor

conocimiento sobre todo en tiempos en

que ha cambiado la situación nutricional

de los suelos. Los problemas sanitarios,

son mencionados en segundo lugar, los

ubican en general con problemas de

mancha (hay poca mención específica a la

principal problemática que hoy existe con

ramularia), se mezcla con la demanda de

nuevas variedades, mencionando el alto

gasto en fungicidas.

¿Cómo es el relacionamiento con la

industria y/o comprador?

38

En resumen, las opiniones

estuvieron divididas ya que muchos

productores consideran que hay buen

relacionamiento, aunque igualmente se

perciben problemas que no se solucionan.

Existe otro grupo que considera que no

hay un buen relacionamiento, y son los

que, casi unánimemente insisten en los

problemas de recibo y poca flexibilidad

por parte de la industria, además no pagar

un premio por la buena calidad.

A pesar de lo anterior, la relación

con la industria se la define como buena,

pero con problemas de comunicación,

burocracia, y por la elevada concentración

de la demanda es difícil encontrar

respuestas rápidas.

En cuanto a la consulta acerca de

las formas y estrategias de

comercialización por parte del productor:

también existen opiniones divididas en la

opinión, en relación al momento de venta,

están los que venden mayoritariamente

después de la cosecha, de diciembre a

enero y otro núcleo de productores que

venden solo parte, (en general hasta cubrir

los costos o hasta una tonelada por ha),

antes de la cosecha tomando como

referencia al precio de Chicago. Todos

coinciden que la inseguridad de poder

cumplir con los contratos, dados los

problemas de calidad que pueden darse

asociados a la lluvia a final de ciclo, les

impide cambiar esta forma de

comercialización. A pesar de ello, si bien

no hay conformidad total, se ve como

positivo que exista una forma establecida

y conocida de fijación del precio

anticipado.

Los que se manifiestan con

disconformidad total, hacen énfasis, en los

problemas de calidad antes mencionados y

que lo creen actualmente de muy difícil de

solución, sobre todo si no cambia la

posición exigente de la industria. Entre los

que se agrupan como conformes o lo

consideran aceptable (en minoría), sienten

que el sistema ha mejorado, sobre todo

por poder fijar el precio en relación al

mercado del trigo, lo que le da más

seguridad.

Ante la pregunta, de si,

¿siembran cebada con destino

reservas de biomasa, grano o

venta de granos forrajeros?,

las opiniones fueron de, que

cada vez es mayor el área o

intensión de siembra con

alguno de estos destinos, con

venta anticipada a

asociaciones de productores

de leche, directo a tambos y/o

sistemas estabulados de

engorde.

La opinión mayoritaria de los

encuestados, en relación a las perspectivas

de futuro en cuanto a seguir incluyendo el

cultivo en su sistema productivo, la

mayoría responde suponiendo que van a

tratar de seguir sembrando cebada

cervecera pero se le va a dar mayor

prioridad al trigo y/o cebada forrajera. Es

casi unánime la opinión de que en lo

inmediato va a bajar el área, a pesar de la

incertidumbre del trigo. En el mediano y

largo plazo sin una fuerte apuesta al

desarrollo tecnológico y mejora en la

relación comercial, lo ven como un

cultivo limitado a las zonas más aptas del

país y las zonas cercanas a las malterías.

El panorama final que todos buscamos

39

Igualmente persiste una minoría

(inferior al 20 %), que opinan que van a

seguir sembrando cebada por sus ventajas

de incluirla dentro de la rotación, aunque.

comercialmente no sea la mejor

alternativa.

En resumen, a juicio de los

entrevistados la principal problemática

hoy, en cuanto al cultivo de cebada, son:

los problemas de las exigencias de la

calidad y frecuentes problemas

comerciales asociados, sin que el

diferencial de precios con el trigo los

estimule, el tema de la falta de cultivares,

la falta de conocimiento por parte de los

técnicos acerca del cultivo, y los

problemas de los últimos años asociados

al clima.

Se ve a la industria de la misma

manera que se percibe la problemática con

los frigoríficos por parte de los

productores ganaderos, con menos aporte

del necesario para que se pueda sortear el

hecho que actualmente no ven al cultivo

de cebada como un buen negocio. Por ello

justifican la menor intención de siembra, y

la búsqueda de otras alternativas (como la

cebada forrajera o la colza-canola).

El trigo y cebada, dos cultivos que

conviven contemporáneamente y

compiten por los mejores suelos, los

entrevistado opinan que no difieren

sustancialmente en rendimiento, y

tampoco en los precios. En el caso del

trigo, los molinos captan una baja

proporción de la producción, siendo el

resto vendido para exportación. En cebada

cervecera el grano es destinado casi

íntegramente a la industria cervecera bajo

contrato previo, no llegando en las últimas

tres zafras a colmar la capacidad de

malteo instalada, con producción nacional.

La calidad del grano ha sido el causante

de este problema y es el factor

preponderante en el recibo de la cebada

con la cual se siente disconforme el sector

productivo. Sobre la base de que los

parámetros exigidos son afectados por el

clima, aspectos de tecnología aplicada,

cultivares y su interacción, se considera

difícil conciliar la demanda de la industria

con la posibilidad de lograrla en forma

estable. La opinión en forma directa o

subyacente, en cuanto a este escollo, esta

mayormente adjudicada al clima. Por ello,

condicionan las posibilidades del cultivo a

que se puedan cumplir el reclamo por

parte de los productores de mayor

información e investigación para el

cultivo, además de los cambios en el

precio y la base de comercialización.

40

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