Renovado encuentro con Cristo para la misión

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Renovado encuentro con Cristo

para la misiónhoy es necesario un compromiso eclesial más con-vencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe» (Porta fidei 7). Dos elementos de este proceso: profundizar la fe

para luego compartirla.En algunas comunidades pa-

rroquiales es tiempo de clausurar un año de compromisos apostóli-cos, de realizar cursos de verano para profundizar y fortalecer la fe de los agentes de pastoral y de los cristianos en general y preparar el siguiente período de actividades pastorales. Que sean semanas de formación permanente para seguir creciendo en la fe de la comunidad cristiana, de la Iglesia, primer suje-to de la fe (cf Porta fidei 10).

En el proceso de compartir la fe de la Iglesia, los misioneros combonianos estamos celebrando 75 años de presencia misionera en

Perú. Fieles al carisma de san Daniel Comboni y en la disponibilidad del servicio al Reino, se llegó a esas tierras, por vez primera fuera del continente africano, con la misión de crecer en la fe con el pueblo peruano que ha respondido con generosidad y compromiso a la Palabra de Dios, más aún en los años aciagos de ensañamiento del terrorismo de Sendero Luminoso y la contraofensiva estatal; y que, además de santos a lo largo de los siglos nos ha dado, recientemente, el testimonio del martirio de pastores fieles que, a imagen de Jesucristo, dan la vida por su pueblo.

P. Jorge DECELIS B., mccjDIRECTOR

También hoy es necesario un compromiso eclesial más

convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría

de creer y volver a encontrar el entusiasmo

de comunicar la fe»»

En estas semanas los niños, jóvenes y profe-sores están de vacaciones escolares; tiempo para recuperar energías y fortalecerse para

el siguiente ciclo. Los demás seguimos con las ac-tividades cotidianas conscientes de que, vacacio-nes o no, nuestro compromiso cristiano continúa, aún más en este Año de la fe, que dentro de pocos meses finalizará. Es el momento adecuado de ha-cer un alto en nuestro ritmo de vida y «ver dónde estamos» en ese proceso «de redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo reno-vado del encuentro con Cristo» (Porta fidei 2), cómo vamos en ese «camino que dura toda la vida» (Porta fidei 1) y no ocurra que lleguemos al final de este Año sin haber hecho nuestra la exhortación de Benedicto XVI: «también

Jorg

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is «Los misioneros combonianos estamos celebrando 75 años

de presencia misionera en Perú»

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1. La carta

2. Menú

4. Nuestros lectores opinan

46. Expresión y cultura¡Vacaciones para todos!

32. Biblia y misiónLa alegría

de creer en Jesucristo

8. El Evangelio en casa...Obispo, misionero y mexicano

14. La colvmna de MonseñorTras las huellas de los misioneros

de la «primera hora»12. Comunidades solidarias

Centro «Emaús»6. Misionoticias

16. En un mundo de brechasEl Octavo Día

5. Más allá de la NoticiaLevantamientos en Turquía

40. Punto de vista joven«Pueblo joven,

jóvenes misioneros»

48. Literatura misionera

47. Desde internet¿No tienes tiempo?

18. Cartas de misión* Misión en la selva amazónica* La fe une y sostiene* Camino por construir

El sacerdote Alfonso Pérez Arizmendi, oriundo de Ciudad Hidalgo, Michoacán, tiene ocho años desarrollando su labor misionera en Perú. Desde allá, nos cuenta cómo se siente en ese país.

Liliana Chiroque es peruana y enfermera de profesión. Cuidó durante 11 años al padre Guillermo Gasco, misionero comboniano que estuvo en estado de coma debido a un traumatismo craneoencefálico.

Desde Chorrillos, en Lima, Perú, unos chavos se aventuran

a dar desde su pobreza, pero también desde su riqueza.

Muchos ciudadanos turcos quieren que su país sea gobernado por un régimen laico y democrático, y no por el sistema religioso y autoritario que en realidad es.

Los primeros misioneros combonianos llegaron a Perú hace 75 años, y están determinados

a caminar tras las huellas de los grandes misioneros de

la «primera hora» peruana.

24. RealidadES75 años de presenciacomboniana en Perú

(1938-2013)

Menú

36. Testigos del amorMisterios que dan vida

42. ¿Tienes vocación?Imán o repelente

34. Oración y compromisoEl amor de Dios es liberación

38. Rostro de mujerFe y vida

Evangelio y cultura, tesoro incaAño 60 - No. 696-697julio-agosto 2013Portada: Jorge Decelis

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Esquila Misional es una de las revistas más conocidas en el continente americano a nivel eclesial y misionero. Antes también llegaba a estas tierras peruanas para informar y formar conciencia

misionera. La conozco desde que era seminarista. Recuerdo que en mi familia, con mi madre y mis hermanos, era una fiesta cuando llegaban Aguiluchos y Esquila. Estas publicaciones han sido herramientas que la providencia de Dios ha dado a los combonianos para informar sobre el mundo misionero y cuánto bien han hecho al pueblo latinoamericano formándolo en la misión de la Iglesia. La Iglesia nos dice que el cristiano, por el hecho de ser bautizado tiene el deber y el derecho de evangelizar, pero entre «el dicho y el hecho hay mucho trecho». Esquila trata de ser ese puente en los católicos. Además, esta revista siempre ha manifestado la presencia de la Virgen de Guadalupe en nuestros deseos e ideales misioneros. Agradezco a nuestra madre María de Guadalupe el bien que ha hecho a nuestra patria y sigue haciendo a través del trabajo misionero comboniano.Monseñor Jaime Rodríguez, mccj (obispo de Huánuco, Perú)

Relacionado al artículo en internet titulado «¿Cristo sí, Iglesia no?», diario encuentro personas en esas circunstancias. Según mi experiencia, tal divorcio entre amar a Cristo y no a la Iglesia se debe

al mal testimonio de algunos elementos –tanto consagrados como laicos– que dirigen la Iglesia; sin embargo, también encuentro ignorancia en esos comentarios, pues hay gente que cree en el Código Da Vinci, o como las noticias falsas sobre el Banco Vaticano.

Héctor García Navarro (Facebook)

Nuestros lectores opinan

Agradecemos el envío de Esquila Misional. No sólo nutre nuestro espíritu misionero individual, sino que lo compartimos con nuestro personal y visitantes. Nos ha perecido tan interesante el trabajo

de la diócesis de Teotihuacan, con su obispo monseñor Francisco Escobar al frente, que hemos decidido romper nuestro silencio con estas letras para agradecerles por dar a conocer el trabajo pastoral que ahí se desarrolla, sobre todo mediante la preparación de diáconos permanentes y el catecismo escolarizado. Indudablemente también las misiones ad gentes salen ganando con esos trabajos y espíritu. Que nuestro Padre-Madre Dios los bendiga en todas sus actividades.

Pbro. Manuel Velázquez H., miembro de la Comisión Ejecutiva del Secretariado Social Mexicano

Leí el artículo «Dios en tseltal», que maravillosa y hermosa obra del Espíritu Santo en la traducción de la Biblia en lengua tseltal. Creo que este pueblo indígena no sólo aumentó su conocimiento de la

Palabra de Dios, sino de sí mismo. Esquila Misional es lo mejor. Un gran abrazo y muchas bendiciones.

Elda Irene (Hermosillo, Son.) (SMS)

El artículo titulado «Entre la guerra y la esperanza» (No. 692, pág. 18), ¡es impresionante! Que Dios los bendiga. Les pido oraciones para mí. Gracias a Dios ustedes son como una luz en el camino. ¡Felicidades!

Eva Angelina (SMS)

de hierro. De ello dan cuenta el control de la prensa, las restricciones al consumo de bebidas alcohólicas, la construcción de nuevas y enormes mezquitas y el arresto de numerosos disidentes políticos.

Analizar un fenómeno como éste, tener idea clara sobre las motivaciones que han conducido a esta reacción masiva no es fácil. Sobre todo para quienes estamos acostumbrados a juzgar con criterios occidentales, tan llenos de prejuicios hacia el mundo árabe en general y a la religión musulmana en particular. Para la mayoría de nosotros todo, o casi todo, lo que sucede en aquellos lugares huele a primitivo, a teocracia y a barbarie. Pensamos que casi todos los gobernantes de ese hemisferio son tiranos o fanáticos religiosos. A mucha de su gente y de sus gobernantes los consideramos como exportadores y actores del terrorismo internacional del cual debe defenderse el democrático mundo occidental. Creemos que hay que exportar e imponer nuestra «democracia» al precio que sea. En realidad lo que algunos buscan es no perder la posibilidad de obtener jugosas ganancias que resultan de la producción y comercialización del petróleo y del

mercado de las armas. Volviendo al tema que nos ocupa, sólo

nos queda esperar que la «Primavera turca» no se transforme en invierno o, peor aún, en infierno. Esto ha sucedido y sigue sucediendo en Egipto, Libia y Siria y sus cifras del horror tienen que enseñarnos algo. Todavía estamos a tiempo. Pero no es suficiente decir como Erdogan: «calma, relax, todo esto pasará». La diplomacia internacional y las partes interesadas en el conflicto tienen la última palabra. Por el bien de todos es hora de decir basta.

Más allá de la noticiaLa información bajo la lupa de un misionero

Levantamientos en Turquía

• ¿Otro país candidato al caos?

Wi ikipedia, la enciclopedia virtual publicada en diversas lenguas, define la «Primavera árabe» como la «rebelión que indica una serie de

protestas o agitaciones que inicia durante el invierno 2010/2011 y sigue en curso hasta hoy en las regiones de Medio y Cercano Oriente y el norte de África». Los países mayormente interesados en estos hechos son: Argelia, Bahréin, Egipto, Túnez, Yemen, Jordania, Libia y Siria. Aunque en menor escala se han involucrado también Mauritania, Arabia Saudita, Omán, Sudán, Irak, Marruecos y Kuwait.

En estas últimas semanas una revuelta similar tiene lugar en Turquía. El levantamiento se originó por un motivo aparentemente sencillo: la decisión, apoyada por el gobierno, de arrasar un pequeño parque en el corazón de Estambul para levantar un centro comercial. En realidad este hecho ha sido sólo la gota que derramó el vaso. Muchos ciudadanos turcos, sobre todo jóvenes, quieren que su país sea gobernado por un régimen laico y democrático, y no por el sistema religioso y autoritario que en realidad es, porque su primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, gobierna la nación con puño

P. Jorge GARCÍA, mccj

Jóvenes durante una manifestación

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EXPRESIÓN Y CULTURA

Misioneras auxiliando niños

Junto a otras cuatro integrantes del instituto de Pías Maestras de la Dolorosa, la Hermana Luisa Marchetti, misionera italiana que se encuentra en Zimbabwe desde hace 20 años, provee cada día una comida completa a 200 pequeños. «Son niños pobres –señala la misionera– que viven en cabañas o barracas incluso a muchos kilómetros de distancia, y vienen a la escuela porque aquí encuentran qué comer». La escuela fue abierta tres años atrás en Chegutu, una localidad ubicada a 120 kilómetros de la capital Harare. Los alumnos, desde primero a quinto grado de la escuela primaria, son unos 600. Algunos pueden pagar una pequeña cuota, otros reciben una comida al mediodía sin pagar nada. «En algunas zonas –dice la Hermana Luisa– este año ha llovido sólo tres o cuatro días». Según las estadísticas oficiales, a causa de las sequías prolongadas y el consecuente aumento de los precios de los alimentos, está empeorando la situación alimentaria de Zimbabwe. El número de

personas necesitadas ha aumentado 21 por ciento desde 1995, y como confirmó en mayo el presidente Robert Mugabe, una cuarta parte de las muertes de niños menores de cinco años se debe a la falta de alimentos. MISNA

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«No más diamantes de guerra»

Emigrantes africanos a otro país

Niños sur sudaneses sin vacunas

El exlíder rebelde Michel Djoto-dia, quien subió al poder el 24 de marzo con un golpe de Estado de la coalición Seleka, anunció que habrá una moratoria para la explotación y venta «para no oír hablar más de los diamantes de conflicto de República Centroafricana». Entre las medidas que el presidente de transición implementó está la creación de un depósito centralizado de diamantes, la prohibición de realizar transacciones en efectivo y controles más estrictos al sector para «moralizar la ex-plotación de diamantes». La decisión de Djotodia es anunciada dos semanas después de la suspensión de República Centroafricana del Proceso de Kimberley, un sistema internacional de certificación de estas piedras preciosas, de las cuales la excolonia francesa es una de las cinco productoras más importantes del mundo. El pasado mes de junio se realizó la reunión del Proceso de Kimberley en Sudáfrica durante la cual la situación centroafricana fue reexaminada. MISNA

Israel quiere enviar miles de inmigrantes africanos a un tercer país no especificado. El plan, objeto de críticas y de controversia, es un intento de solucionar uno de los temas candentes en el país, que ha recibido cerca de 60 mil emigrantes africanos en los últimos ocho años. La mayoría procede de Eritrea y de Sudán. Muchos de ellos no sólo se desplazan en busca de un trabajo sino que también huyen de la represión. Según la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, de 1951, los Estados tienen prohibido enviar a los refugiados a países en donde podrían correr peligro físico o político. No está claro si eso obliga a Israel o no, signatario de la Convención, a comprobar el destino de los refugiados de manera indefinida. Miles de africanos viven en barrios marginales en Tel Aviv y otras ciudades. Israel no ha podido deportar a la mayoría de ellos porque sus vidas correrían peligro si vuelven a sus países de origen. Los israelíes están divididos entre los que consideran que el propio Estado, fundado para los supervivientes del holocausto tras la Segunda Guerra Mundial, tiene la responsabilidad de ayudar a los oprimidos, y los que piensan que los africanos pondrán en peligro el carácter judío del país. MND

Una campaña de vacunación contra la poliomielitis, que podría beneficiar a 150 mil niños menores de cinco años en los Montes Nuba y en el estado de Nilo Azul, en Sudán del Sur, está paralizada por el conflicto que enfrenta al ejército de Jartum con un grupo rebelde en estas regiones del país. Los combates han impedido el lanzamiento de un programa del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y de la Organización Mundial de Salud (OMS) porque el Ejército de Liberación Popular de Sudán-Norte impide el acceso a los representantes de la Comisión de Acción Humanitaria en las zonas bajo su control. Los combates se reanudaron en los Montes Nuba y el Nilo Azul en 2011, seis años después del fin de la segunda guerra civil de Sudán, y en coincidencia con la independencia de Sudán del Sur. El conflicto ha afectado a cientos de miles de personas, muchas de las cuales han optado por huir a Etiopía o Sudán del Sur. MISNA

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Obispos de Guatemala

En el marco de la 43 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos que se desarrolló en Antigua Guatemala, Guatemala, del 4 al 7 de junio para discutir un nuevo enfoque en el combate al consumo y tráfico de estupefacientes, la Conferencia Episcopal de Guatemala (CEG) señaló que «por lo que se refiere al asunto de las drogas es urgente y necesario que los gobiernos tomen las medidas necesarias para reducir la criminalidad y la pérdida de vidas humanas vinculada al tráfico de drogas... Es necesario que todos los integrantes de la sociedad se apliquen con verdadero empeño en la formación moral de los ciudadanos para suprimir el consumo, pues ahí está el incentivo para la producción y el comercio de drogas». Respecto a la discusión de las resoluciones que favorecen la práctica del aborto, la CEG urgió

«al Gobierno de Guatemala rechazar las recomendaciones de los expertos del Mecanismo de Seguimiento de la Implementación de la Convención de Belém do Pará (MESECVI), que piden la legalización y el acceso a la interrupción del embarazo...». Finalmente, los obispos guatemaltecos aseguraron que «las personas con diversidad de orientaciones sexuales son sujeto de derecho y gozan de dignidad humana, una dignidad que permanece por encima de su orientación sexual. Tienen derecho a la protección contra cualquier tipo de violencia. Pero igualmente afirmamos que la dignidad de las personas no se defiende por medio de la aprobación y legalización de las variadas formas de conducta en materia sexual o en cualquier otro campo que las personas puedan tener.... Por eso, rechazamos las resoluciones para promover la homosexualidad en el proyecto de “Convención Interamericana contra todas las formas de discriminación e intolerancia” y sobre “Derechos humanos, orientación sexual e identidad y expresión de género”». CEG

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«¡No nos callarán!»

Contra la pena muerte

Organizaciones y varios medios vinculados al periodismo y la libertad de expresión en México, inauguraron el pasado 7 de junio la muestra «¡No nos callarán!» en el Museo Memoria y Tolerancia, en la capital del país. Esta exposición presenta atentados contra medios informativos y casos de asesinatos y desapariciones de periodistas en México en los últimos años, asimismo, reivindica el derecho a la libertad de expresión, tarea en la que la protección y defensa del Estado ha sido ineficiente. La exposición estará abierta al público hasta octubre de este año en los horarios del museo. REDACCIÓN

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julio-agosto 2013

Del 12 al 15 de junio se celebró el Quinto Congreso Mundial Contra la pena de muerte en Madrid, España, organizado por la asociación «Juntos contra la pena de muerte» y los gobiernos español, noruego, suizo y francés. Durante el Congreso se dio a conocer que la Unión Europea y Latinoamérica son las únicas áreas del planeta en donde la pena de muerte está abolida. En Estados Unidos y Japón sigue vigente, además de otras regiones del orbe. FIDH

julio-agosto 2013

Con rostro sereno, una sonrisa cálida y re-cordando su llegada a Perú, monseñor Jai-me dijo a Esquila Misional que trabaja ahí

desde 1986. «Llegué para abrir una comunidad de Teología donde se formaran los estudiantes com-bonianos de otros países. Esta labor duró cinco años. Después, fui enviado a tra-bajar a San José del Pozu-zo, y poco después al se-minario de Filipinas durante tres años. Luego regresé a Huánuco como vicario en la parroquia de San Pedro Apóstol, y el beato papa Juan Pablo II dispuso que este humilde servidor fuera obispo de esta zona. Esta diócesis fue erigida por el beato papa Pío IX el 17 de marzo de 1865. Pronto va-mos a celebrar 150 años de su existencia».

¿Cuáles son los desa-fíos más urgetes que existen en su diócesis?

–Una problemática ge-neralizada es que la mayo-

ría de la gente es católica, pero sólo de nombre porque no está suficientemente educada en la fe. Diríamos que la catequesis se impone por necesi-dad. El segundo reto es la falta de sacerdotes para esta zona. El territorio consta de 45 mil kilómetros

cuadrados (equivalente al estado de Michoacán), tie-ne 35 parroquias y una po-blación aproximada de un millón 200 mil habitantes; pero sólo hay 67 sacerdo-tes locales. En el seminario menor hay 10 seminaris-tas, y en el mayor tenemos 20 jóvenes. Por suerte, la mayoría del clero local es joven, así que hay mucha energía en los sacerdotes de esta diócesis. Nuestro Seminario Mayor de San Teodoro fue fundado por el primer obispo de la dió-cesis, y el segundo obispo, Alfonso María Salinas y Zabala –que está en ca-mino a la beatificación– lo fortaleció. Necesitamos apoyar más la promoción vocacional sacerdotal dio-

El Evangelio en casa...

Enclavado en el centro oriental peruano se encuentra el departamento de Huánuco; está rodeado de nevados,

cordilleras, cálidos valles y selvas amazónicas. Monseñor Jaime Rodríguez Salazar, misionero comboniano originario

de La Luz, Michoacán, es el pastor que atiende esta diócesis desde el 3 de abril de 2005. Esquila Misional conversó

con monseñor Jaime y éstas fueron sus palabras.

«Ojos de misionero»Al preguntarle por las satisfacciones que ha

tenido en su zona pastoral, se dibujó en el rostro de monseñor Jaime una sonrisa y nos dijo: «El pueblo peruano y huanuqueño es muy religioso y piadoso. Hay facilidad para que la gente se

reúna y celebre su fe. Gracias a Dios, los obispos, sacerdotes y demás agentes de pastoral mantenemos buenas relaciones con las autoridades civiles, con las centrales de Lima, con las de la región y de otros municipios y localidades. En cooperación con todas ellas estamos trabajando porque evidentemente que la labor de la Iglesia no es sólo encerrarse en los lugares de culto, también debemos salir. En esta diócesis continuamente visitamos escuelas, pues hasta en los poblados más pequeños existe un centro educativo. Esa es la ocasión para sentarnos ante las autoridades

educativas –con los profesores y los directores–. Además, por medio, tanto de los alumnos como de los maestros, llegamos también a las familias, de esta manera cubrimos a la mayoría de la población

Obispo, misionero y mexicano

cesana y la promoción de otros agentes de pastoral y diáconos permanentes. En la ciudad de Tingo María tenemos una casa en la que un equipo de Misione-ros Montfortianos dedica tiem-po y espacio en elegir aquellas personas que tienen las condi-ciones necesarias para ser diá-conos permanentes, los prepa-ran aproximadamente durante cuatro años, y después de su ordenación diaconal, les adjudi-can una zona determinada.

También motivamos a otros agentes de pastoral como ca-tequistas, y para ello, continua-mente animo a las parroquias, sólo así se podrá tener gente que atienda a las comunidades.

Otra problemática es que Huánuco es una de las regiones más pobres del mundo, así que las parroquias constantemente realizan actividades para ayudar a los más necesitados.

Además, esta demarcación abarca la zona de la sierra, la selva amazónica y la del valle, y las vías de transporte no son confiables, a menudo, los autos quedan atascados en los caminos y tenemos dificultad para desplazarnos. A esto debemos agregar que esta área ha sufrido bastante a causa del narcoterrorismo. En el Valle del Monzón se sembraba mucha planta de coca y se transportaba a laboratorios clandestinos para producir cocaína. Con la ayuda del Gobierno, de la sociedad y de la Iglesia está aminorando esta situación. Por último, no podemos dejar fuera la deforestación en la selva amazónica. Continuamente transitan enormes cargamentos de madera que no sabemos si tienen permiso o lo hacen clandestinamente.

Monseñor Jaime Rodríguez, obispo de Huánuco, Perú

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Conviviendo en con una comunidad en la sierra peruana

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P. Jorge DECELIS B., mccj

El territorio consta de 45 mil

kilómetros cuadrados, tiene 35 parroquias

y una población aproximada de

un millón 200 mil habitantes;

pero sólo hay 67 sacerdotes locales »

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que nuestros cristianos conozcan, estimen, amen, vivan y compartan la fe cristiana».

El obispo dijo que él está encargado de la comisión nacional de catequesis en la Conferencia Episcopal Peruana y continúa dándole a su labor

pastoral el sentido ad gentes en su jurisdicción. Explicó que todos se esfuerzan para que el espíritu misionero no se agote y se tengan siempre los «ojos de misionero». Contó que «en Huánuco todas las parroquias celebraron la Santa Infancia, la catedral estaba llena de niños y a ellos queremos inspirarles el espíritu de amor hacia la niñez de todo el mundo».

¿Cuál es la situación de los niños y las mujeres en su demarcación?

–La mujer, por naturaleza, es piadosa, y cuando se educa en la fe, ayuda a la gente a mantenerse

comentó que se ha reunido con varios sacerdotes, religiosos y laicos para elaborar un programa

de actividades dentro de la diócesis con el mismo objetivo que presentó el Papa emérito Benedicto XVI: ayudar a todos los fieles a hacer la experiencia del encuentro personal con Jesucristo, realizando actividades muy precisas en la catequesis y en los encuentros de oración.

El cariño de todosFinalmente, le preguntamos

sobre la respuesta de la gente al tener un obispo misionero, ante lo cual respondió: «Ya me conocían porque trabajaba en la parroquia de San Pedro. A los sacerdotes les dio mucho gusto y

me han manifestado que como obispo misionero debo pensar, además de la zona centro, también en la periferia, en las zonas más pobres de evange-lización. Mucha gente me ha expresado su cariño y respeto cuando visito las parroquias y durante

las celebraciones especiales, como las confirmaciones y los bautizos de adultos. Pero lo que realmente me ha edificado es el cariño especial de la gente hacia el obispo porque lo reconocen como sucesor de los apóstoles, como aquel que dejando otra actividad se dedica a la gloria de Dios y al servicio de la Iglesia. En nombre de la diócesis de Huánuco, agradezco a todos los que leen con tanta devoción y afecto Esquila Misional que les ayuda en su vida espiritual y a ser realmente misioneros. Les envío en nombre de esta diócesis, la bendición pastoral».

y tratamos de formar en ellos una conciencia cristiana; al mismo tiempo, también nos damos cuenta de cómo la gente aprecia la presencia de la Iglesia en su localidad.

»En nuestra diócesis tenemos profesores de religión pagados por el Estado y enseñan tanto en escuelas públicas como privadas. Nuestra diócesis, como todas las jurisdicciones eclesiásticas de Perú, tiene un representante en las oficinas de educación; de parte de Huánuco, hay un misionero oblato de María Inmaculada que dirige la oficina de educación católica. Actualmente, este religioso trabaja en la zona más alejada al norte de la diócesis dando asistencia espiritual, anima y apoya a los profesores de religión del departamento de San Martín, invita a los profesores para dialogar y juntos busquen caminos de evangelización para

unida a Dios. Desgraciadamente, casi nunca se le respeta, se le considera un ser humano de segun-da clase, sobre todo en situaciones donde no hay educación cristiana. Recientemente el Gobierno creó el ministerio de la mujer para promover-la a nivel de ideas, de vida, etcétera; la Iglesia desea revalorarla por medio de la catequesis y otras actividades para que ellas encuentren caminos de servicio a Dios y a la sociedad.

»La familia es otra de las preocupaciones. Casi en todo el mundo está cambiando el concepto de lo que la Iglesia ha enseñado: la familia como célula fundamental. En Huánuco tratamos de darle importancia, creemos que una familia bien formada, que vive los valores humanos y cristianos, es de gran ayuda para la Iglesia, ahí se van a gestar las futuras vocaciones no sólo para la Iglesia, sino para cualquier vocación humana».

Al preguntarle sobre las actividades que se realizan en su diócesis para vivir el Año de la fe, nos

Monseñor Jaime ordenando cuatro nuevos sacerdotes

para la Iglesia local

La catedral estaba llena de niños

y a ellos queremos inspirarles el espíritu de amor hacia la niñez

de todo el mundo»

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«Mucha gente me ha expresado su cariño y respeto cuando visito las parroquias»

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...me ha edificado el cariño especial

de la gente hacia el obispo porque lo reconocen

como sucesor de los apóstoles,

como aquel que dejando otra actividad

y se dedica totalmente a la gloria de Dios

y al servicio de la Iglesia»

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6060 1312 Esquila Misional julio-agosto 2013

grupo de laicos para que ellos ayuden en la cate-quesis, la liturgia, la acción social y la formación de pequeñas comunidades».

ServidoresEl diácono Indy nos comentó que como todos los

diáconos están casados, sus esposas son invitadas a participar de la formación. Ciertamente no asisten a todos los talleres, pero van varias veces al año. «Estamos logrando que la familia del diácono esté cada vez más unida, y todos nos conocemos y nos tratamos como un gran familia diaconal».

Respecto a sus actividades, nos comentó que el obispo envía al diácono a «una parroquia y le encarga una comunidad, en unidad con el párroco se encarga de ver la pastoral y de trabajar en la

liturgia, catequesis, etc. Además, por lo menos una vez al mes, vamos a un pueblo a celebrar la Palabra y a formar laicos. Esto porque en cada parroquia hay infinidad de pueblos, entre 50 y 80. Es difícil llegar a todos, pero tratamos de acompañar a la gente de forma cercana».

Finalmente, el diácono nos comentó que «lo bonito de esta experiencia es que va habiendo una clara conciencia de la misión de los laicos, porque había mucha resistencia y ahora asumen su papel de forma responsable».

Texto y Fotos: Indy ROJAS

Grupo de laicos que asiste al Centro «Emaús»

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El Centro de Formación Diocesana «Emaús», ubicado en Huánuco, Perú, ofrece a laicos y diáconos permanentes capacitación integral de modo

que se conviertan ellos mismos en miembros activos de la Iglesia y de la sociedad, como signos del Reino de Dios que está presente en la historia.

Centro «Emaús»

«El Centro de Formación “Emaús” está dirigido por el padre Gianfranco Finardi y es un centro diocesano para

servicio de ministerios laicales y para el diaconado permanente. De tal forma que todo el mes, está lleno con diversas actividades: el primer fin de semana con catequistas rurales, el segundo con laicos que se forman para ser agentes pastorales, el tercero con laicos y diáconos permanentes, y el cuarto fin de semana es para la formación de los candidatos al diaconado permanente. Los asistentes ahí duermen, desayunan, almuerzan y cenan, reciben su preparación y la eucaristía los domingos», explica el diácono Indy Rojas Portal.

Este Centro quiere ser un instrumento de evangelización, de promoción humana y de

de ser y de vivir de los pueblos, te-niendo en cuenta las particularida-des de las diversas culturas».

Diáconos y laicos en formaciónIndy Rojas Portal es diácono per-

manente desde 2003 y nos cuenta que en la diócesis de Huánuco hay 22 diáconos permanentes. Este proceso comenzó hace años «mo-tivado por la voz del Vaticano II de formar diáconos para el servicio de la pastoral rural y urbana y ha dado buenos resultados. El candidato a formarse acude a este Centro “Emaús” mensual-mente (vienes, sábado y domingo) durante cuatro años. Estudia Sagradas Escrituras, Cristología, Éti-ca y Moral, Pastoral y Liturgia. Y ya como diacono continúa su formación permanente asistiendo cada dos meses (sábado y domingo) de por vida. Desde que monseñor Jaime Rodríguez es obispo ha orde-nado 11 diáconos. Ahora en este Centro “Emaús” también estamos preparando a laicos para que hagan su servicio en las parroquias. Ellos asisten un fin de semana al mes (el segundo sábado y do-mingo), durante dos años. Actualmente tenemos un grupo de 17 laicos. De la primera promoción salieron 22. La escuela inició hace cuatro años, y los laicos que ya egresaron siguen en formación permanente. Cada dos años se convoca un nuevo

inculturación del mensaje cristiano en nuestro pueblo. Tiene como finalidad prioritaria anunciar a Jesucristo a fin de que sea conocido, aceptado y seguido en todos los rincones de la diócesis, ya que Él es el centro de la revelación. Además, de formar personas y comunidades maduras en la fe y dar respuesta a la nueva situación en que se vive.

En este sentido, este Centro «Emaús» entiende que «evangelizar es hacer que todo hombre sea consciente de su dignidad y viva como tal, dentro de su familia, grupo y comunidad. Esto es señal de que el Reino de Dios está entre nosotros. La promoción integral debe llevar a todos a pasar de condiciones menos humanas a condiciones cada vez más humanas, hasta llegar a la configuración del rostro resucitado de Cristo. Incentivar la

promoción humana es también asumir la defensa ecológica de la tierra como don de Dios, es defender las condiciones dignas de trabajo, y es contribuir en la construcción de un orden político, social y económico más digno para todos, donde priven los valores cristianos y evangélicos».

Finalmente, en este Centro de formación saben que inculturar el Evangelio es hacer nacer a Jesu-cristo en el corazón de la gente, es decir, «que la palabra de Jesús sea la fuerza trasformadora de la comunidad donde se vive. Por eso la “Nueva Evangelización” tiene que inculturarse más en el modo

Comunidades solidariaspelusaradical.blogspot.com

Diáconos permanentes peruanos con el obispo de Huánuco

Asistentes durante un fin de semana en el Centro «Emaús»

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Santa Rosa de Lima


que nos transmitió su biógrafo, el sacerdote Pedro de Loayza, nos damos una idea de la inmen-sa caridad y celo apostólico que ardían en su alma por la predi-cación del Evangelio y por dar a conocer a Jesús.

Leyendo la biografía de san-ta Rosa de Lima, me sorprendió constatar que la motivación pro-funda de su «pasión misionera», la encontramos idénticas en san Daniel Comboni. Nuestro funda-dor, desde el conocido texto que presentó en el Concilio Vaticano I, el Postulatum, y luego en sus escritos, insiste en el «precio» de los africanos, rescatados por la pasión y muerte de Cristo. Esta es la «divina obsesión» de Comboni: al misionero le sobran argumentos para lanzarse a la actividad evangeli-zadora más atrevida y heroica, cuando contempla

el Corazón traspasado de Jesús, y comprende así lo que le costó a Él nuestra redención. Hay que hacer todo lo posible, para que nadie quede excluido de ella. Y como san Daniel Comboni so-ñaba con que muchísimos otros (¡la Iglesia entera!) se lanzaran a la «más noble aventura», a las misiones africanas, así san-ta Rosa de Lima hacía todo lo posible, según le permitía su condición de «laica», para ani-mar e impulsar a quienes fueran a evangelizar a las poblaciones que aún no conocían a Cristo. A los sacerdotes les rogaba para que dedicaran a la actividad mi-sionera todos sus estudios y sus energías y para que este fuera su primer objetivo. Les repetía:

«Recuerden que mi Señor les ha llamado para ser pescadores de hombres... suelten y extiendan an-chas las redes del Evangelio».

3. Un poco menos conocido es san Francisco Solano, quien nació en la región de Córdoba, en España, y llegó a Lima en 1590, precisamente cuando santo Toribio de Mogrovejo era arzobispo de aquella ciudad. Su primer destino fue Tucumán en Argentina y allá arribó con ocho franciscanos más, después de atravesar los Andes, llegando al Cuzco y de ahí, bajando en el territorio de Bolivia y finalmente a las llanuras de Tucumán. Trabajó allá como misionero hasta 1595, cuando sus superio-res le piden que vuelva a Lima. Los últimos años de su vida (murió en 1610) transcurren en la capital; ahí se dedica a la penitencia y al trabajo misionero muy intenso. Agotado, muere a los 61 años. Todos los que asisten a su funeral, piensan que han parti-cipado en el entierro de un santo.

La vida de estos santos constituye una prolon-gada enseñanza, pero el elemento más claro es lo que nos recordó el beato Juan Pablo II en su en-cíclica misionera Redemptoris missio, que el ver-dadero misionero es el santo; no cabe en absoluto separar las dos vocaciones.

1. Reviso una larga lista de los misioneros de la «primera hora» en el continente americano para escribir estas breves líneas con ocasión de los 75 años de la presencia de los misioneros combo-nianos en Perú, y me impacta constatar que haya sido este país de América el que más misione-ros santos canonizados ha dado a la Iglesia. En Lima, capital del virreinato español de América del Sur, vivieron más o menos al mis-mo tiempo, algunos santos más populares de América: santo Toribio de Mogrovejo, san Francisco Solano, san-ta Rosa de Lima, san Martín de Porres, san Juan Macías. Una vez más, «los santos son constelación»; ellos se cono-cen y ayudan en la aventura más extraordinaria a la que Dios los llama, la santidad.

Todos los que acabo de nombrar han sido grandes santos, pero de una santidad plenamente misionera. De santo Toribio de Mogrovejo se ha dicho y escrito que es el más grande obispo misio-nero del «Nuevo Mundo». Su figura de organizador de la Iglesia en el «Nuevo Mun-

do», defensor y promotor de los indígenas, viajero austero e infatigable por los pueblos de la sierra y de las costas peruanas, formador del clero na-tivo, etcétera, me hace pensar que santo Toribio de Mogrovejo es un «gigante» que supera nues-tra capacidad de imitarle. Más que pretender «re-petir» sus hazañas, nos conviene «acoger» con

humildad, y conscientes de nuestros límites, su inspira-ción a gastarnos y desgas-tarnos por los altos ideales que él supo hacer realidad, como modelo vivo y actual de pastor.

2. La primera santa cano-nizada del «Nuevo Mundo», patrona de Perú, de las Amé-ricas y de Filipinas, es santa Rosa de Lima. Esta laica li-meña vivió sólo unos breves 31 años (1586-1617), pero su «presencia» sigue viva. Entre los aspectos relevan-tes de su vida, cabe subra-yar uno, quizá menos cono-cido, pero muy significativo: su espíritu misionero.

«¡Oh, quién fuera hom-bre, sólo para ocuparme en la conversión de las al-mas!». Con esta expresión

La colVmna de Monseñor

Por: Mons. Victorino GIRARDI, mccj

Obispo de Tilarán-Liberia

Tras las huellas de los misioneros

de la «primera hora»Los primeros misioneros combonianos llegaron a Perú hace 75 años,

y llegaron para quedarse. Hoy, nuestra gran familia comboniana es también peruana y está determinada a caminar tras las huellas

de los grandes misioneros de la «primera hora» peruana.

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San Francisco Solano

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Santo Toribio de Mogrovejo

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En un mundo de brechas

Por: P. ErasmoBAUTISTA, mccj

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líneas de elogio, considerando el otium como inseparable compañero del negotium, pues el ocio, y lo que hacemos de él, es tan importante y necesario como el trabajo, guardando obviamente las debidas proporciones, en esta sociedad de las prisas y del ruido.

Para ver, sin embargo, el ocio en sus justas dimensiones, es obligado recordar de entrada que hay quienes, basados en viejas concepciones, muchas de ellas griegas y cristianas, consideran el tiempo libre, el descanso como la puerta del vicio; Ovidio, por ejemplo, decía que «el ocio corrompe al cuerpo humano, como se corrompen las aguas si están quedas», y deudores de esta manera de ver las cosas, hubo muchos más. Pues bien, a diferencia de esta visión, para Bertrand Russell, «el ser capaz de llenar el ocio

De norte a sur y de oriente a poniente las campiñas, colinas y valles de nuestra tierra se visten de verde, las nubes densamente

oscuras vierten a cántaros toneladas de agua en los campos agrietados por el estiaje; es una temporada linda en general, aunque no faltan por aquí y por allá los llanos en llamas, imagen pálida de los indecibles padecimientos por los que atraviesa gran número de personas de todas las edades, causados por el mal que no cesa de envenenar corazones y contaminar voluntades. Suben las temperaturas, se estrechan los lazos, el sol luce con fuerza y se multiplican los reencuentros, un año tras otro.

En esta perspectiva y atendiendo a los que disfrutan del tiempo de vacaciones, del ocio estival, del tiempo libre, del descanso, van estas

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«El verano es una invitación a emplear el tiempo libre creativa y libremente»

de una manera inteligente es el último resultado de la civilización».

Empieza el periodo de vacaciones para muchos y se abre una inmensa posibilidad de trabajar en este tiempo: ¿qué modelo de ocio se vive en la familia, en cada grupo o personalmente? Hay que poner,

entonces, rumbo creativo, aprovechar lo mejor del tiempo y de las horas, de los meses de verano, para ensanchar el espíritu, recuperar cierto control en la vida, sacar adelante tareas pendientes, poner en orden pensamientos, sentimientos y vivencias que se diluyen en el fragor de la rutina diaria.

El verano es una invitación a emplear el tiem-po libre creativa y responsablemente, que, en el horizonte de la fe cristiana, implica buscar y encontrar a Dios en las maravillas de su creación, pero, sobre todo, reconocerlo detrás de quienes caminan a nuestro lado.

Como un regalo vivamos, entonces, el tiempo de vacaciones, los días de ocio; que las semanas de julio y agosto, particularmente, sean días de auténtico renacimiento, de los que extraigamos esa energía oculta bajo el polvo de la monotonía, de tal manera que, al contacto con nuestras aspiraciones más profundas, nuestros afanes resulten más fecundos, y más claro se presente a nuestra mirada el sentido definitivo de la vida, puesto que en el horizonte de la fe cristiana, el descanso es el anticipo del Octavo Día de la nueva creación.

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«El tiempo libre implica buscar y encontrar a Dios»

El Octavo Día

La llegada del verano y su consabido periodo de vacaciones se antoja como un tiempo propicio para la calidez, climatológica

y afectiva, en rancho, pueblo, ciudad, nación y más allá.

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El padre Óscar bautizandoa una joven de la selva amazónica

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Misión en la selva amazónica

Una característica de estos pobladores es que son muy atentos, tienen mucha receptibilidad, escuchan con mucha atención. En una ocasión que impartí una plática, todos estaban muy atentos. Yo pensaba que no habían entendido mucho debido a los problemas de la lengua. Decidí preguntarles y, ¡qué sorpresa me llevé!, todos me contestaron bien. Ellos hablan su lengua nativa, yo hablo español; los alumnos de secundaria saben y entienden casi todo lo que les digo porque conocen el español, sin embargo, mucha gente habla quechua, nomatsiguenga y asháninka. El caso es que de alguna manera logramos entendernos con la ayuda de un traductor.

Una parte de nuestra labor misionera es realizar viajes por el río. Son aproximadamente 50 comunidades ubicadas a lo largo del río Ene, afluente del río Amazonas. Sólo que estos viajes son lejanos y muy costosos porque se realizan en lancha de motor. Por esta razón, los combonianos hemos adquirido un pequeño terreno en la selva para construir una casa para formar agentes de pastoral, catequistas y líderes de comunidad. Podríamos permanecer allí durante un mes y recorrer los pueblos circunvecinos para no pagar tanto dinero. Nuestra parroquia es grandísima,

y además atendemos otra que no tiene párroco. Como no podemos estar en todas partes, ni visitarlas siquiera una vez al mes, queremos formar líderes para que ellos mismos sean autosuficientes, que se reúnan con la comunidad para llevar una vida cristiana y sigan difundiendo el Evangelio. Además de la construcción, también debemos pensar en el mantenimiento, la comida, el hospedaje y la misma formación.

El problema es encontrar los medios económi-cos para su construcción, pero con la ayuda de Dios esperamos tener eco entre los cristianos de aquí y de otros países. Ahora nos desplazamos en camioneta, pero durante la estación de agua llueve todos los días y corremos el riesgo de quedar atascados. También viajamos en moto, pero durante la temporada seca el polvo es incontenible, y casi siempre quedamos blancos de tierra.

Espero que todos los lectores tengan alma misionera, y de alguna manera, al leer esta carta, sean misioneros, como si se trasladaran hasta donde estamos nosotros. Esperamos encontrar respuesta en su corazón por medio de sus actitudes. De antemano agradecemos en el nombre de Dios por lo que puedan hacer, con su oración y ayuda económica, por estas comunidades de la selva peruana.

P. Óscar GÁMEZ, mccjPangoa, Perú

la gente se adhirió a diferentes grupos religiosos, de tal manera que ahora casi no hay católicos.

Dios llega al AmazonasLas etnias que habitan esta región son la

nomatsiguenga y la asháninka, con alrededor de 50 comunidades de estas tribus, especialmente la primera. Al principio no nos querían, decían que la religión los dividía como etnia, pero actualmente ellos mismos nos invitan y nos solicitan el bautismo para sus hijos y se realizan matrimonios católicos. Un día común para mí es cuando visitamos una escuela primaria y, si hay secundaria también. Por medio de los alumnos llegamos a los papás. Recientemente visité un pueblo llamado Chuquibambilla, en donde presido la preparación para matrimonios.

Hace nueve años monseñor Jaime Rodrí-guez, obispo de Huánuco, me invitó a colaborar en Perú. Durante cinco años

trabajé en una parroquia de esa diócesis, donde había 179 caseríos (pueblos o ranchos) y visitaba la sierra una vez a la semana.

Hace cuatro años llegué a Pangoa, en la selva central amazónica. La diferencia entre estas misiones peruanas es que en la sierra había una iglesia en cada pueblo, en cambio, en la selva, de 305 comunidades solamente hay siete iglesias, y la mayoría de los pueblos están ocupados por los protestantes. Siento que como Iglesia llegamos tarde a esta zona. Al principio los migrantes que venían de la sierra de los Andes en busca de chacras (tierras para cultivo) eran católicos, pero por diversos motivos la Iglesia no pudo seguirlos y


6060 1918 Esquila Misional

El sacerdote comboniano Óscar Gámez de La Cruz es originario de Galeana,en Nuevo León. Trabajó durante 17 años con la tribu massai en Kenia,

y desde hace nueve años trabaja en Perú. Desde Pangoa,selva central amazónica peruana, nos envía esta carta.

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Visitando unacomunidad de Pangoa,

en la selva peruana

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julio-agosto 2013

6020 Esquila Misional julio-agosto 2013

Comunidad parroquial en Chorrillos, Perú

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aplomo le pregunté cómo se sentía. Me respondió, sin levantar la cara, que era el segundo de sus hijos que se tragaba el mar; 13 años atrás había perdido al primero y me comentó que tenía otros dos hijos que ejercían el mismo oficio.

Me dijo que el hijo des-aparecido descansaría ese día, pero al no presentarse uno de los hermanos mayo-res a la chalana (bote), le dijo otro de los compañeros si él quería ir, a lo que accedió. Sería su último viaje. El mar se embraveció de un momen-

to a otro y las olas estrellaron la barca contra unas peñas cercanas. No hubo culpables fuera de la po-breza que sigue cobrando víctimas y la necesidad que empuja a la gente a exponerse a situaciones de riesgo con el afán de conseguir alimento para sus seres queridos.

El rostro de la madre no era de desespera-ción; se le veía serena. Sabía que es el riesgo que corren quienes viven del mar. Mientras es-tuve ahí muchas personas del pueblo entraban a casa, daban las condolencias y seguían con sus actividades. En la cocina había mucho mo-vimiento, preparaban algo para compartir con la gente que llegaba. Una niña luchaba por mantener amarrado a un perro juguetón, otro pequeño se distraía con sus juguetes de niño pobre; casi expresando la confianza que tenían en que el mar les devolvería el cuerpo del mu-chacho para darle cristiana sepultura, prometí que celebraríamos la misa por su eterno des-canso. Estimados lectores, en estos momentos es la fe que nos anima y une como cristianos. Creemos en el Dios de la vida que nos espera y ha prometido que nos prepararía un lugar en las moradas celestiales.

P. Rogelio BUSTOS, mccj

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El sacerdote comboniano Rogelio Bustos Juárez, originario de León,Guanajuato, desarrolló su labor misionera en Perú durante 15 años.

Actualmente trabaja en la animación misionera en México,y nos comparte una anécdota triste, pero llena de esperanza

que protagonizó en aquella tierra sudaméricana.

en silencio por un rato. Era impactante ver las ropas iluminadas por dos velas a los costados en la salita de aquella casa con apenas unas cuantas sillas. Recitamos una decena de Aves Marías, hice el oficio de difuntos, bendije aquellas ropas y cuando adquirí un poco de confianza y mayor

Todos los martes, me disponía a visitar el lugar donde ejercía el ministerio pastoral. La zona estaba configurada por una veintena

de comunidades de las cuales yo acompañaba a dos desde mi llegada a Perú. En total sumaban entre 80 y cien mil feligreses. La gente sobrevivía con su trabajo diario; unos como pescadores, otros practicaban el comercio ambulante y las mujeres lavaban ropa ajena o trabajan como empleadas domésticas.

Un día apareció en los titulares de los diarios que unos pescadores habían tenido un accidente

en el bote con el que trabajaban en un lugar conocido como Punta del Diablo. Aquel día bajé del transporte público y noté un ambiente enrarecido: había mucho silencio y varias personas estaban a las puertas de sus chozas platicando. No faltó alguien que viniera a mi encuentro a decirme: «¿Ya se enteró, padre?». Al preguntarles sobre qué hablaban, me dijeron: «Dos de los pescadores muertos son del pueblo; de uno está el cadáver y del otro todavía no encuentran su cuerpo, pero otros compañeros fueron testigos del accidente».

Me informé dónde vivían las familias y, mientras me dirigía a casa de una de ellas, me en-contré a una joven de unos 20 años que lloraba con una bebita en brazos. La se-ñora que me acompañaba, responsable de la pastoral de salud, dijo que era una de las viudas. Precisamente ese día la joven esposa cumplía años y lloraba de tristeza y dolor. El cadáver de su esposo aún no aparecía.

Tragados por el marLlegamos a la chocita donde vivía

la madre del pescador desaparecido y vi unas ropas de varón extendidas sobre el piso y, sobre ellas, un hábito del Señor de los Milagros (la devoción más extendida en Perú). La madre, una mujer de 50 años oraba y pedía a Dios para que el mar le devolviera el cuerpo de su hijo. Estuve sentando junto a ella

La fe une y sostiene

El padre Rogelio visitando a un grupo de personasde la sierra peruana

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Comunidad afroamericana durante la festividad de la parroquia Nuestra Señora del Carmen en Chincha, Perú

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julio-agosto 2013

«La labor pastoral ha sido muy bonitay me ha dejado muchas satisfacciones»

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Camino por construir

sostienen esta obra sumando fuerzas con los profesores, quienes están dispuestos a otorgar su tiempo y sus conocimientos para bien de los niños y de la comunidad.

Nunca habíamos contado con un reconocimien-to oficial porque siempre trabajábamos anexados a otros centros educativos reconocidos por el Es-tado. Recientemente se ha elaborado un proyec-to que creemos el Estado va a aprobar, entonces será realidad el sueño un Centro Educativo Espe-cial (que se llamará San Daniel Comboni). Hasta el día de hoy, existen 60 personas comprometidas en esta obra.

Actualmente, en este lugar atendemos a cien niños, y aunque está situado en la periferia de Tru-jillo, también acuden pequeños de clase media. Desgraciadamente la delincuencia, venta de dro-

Desde hace cuatro años soy el encargado de la parroquia del Señor de los Milagros en la provincia de Trujillo, al norte de Perú. Esta

demarcación consta de seis comunidades a las que hemos dividido en dos grandes bloques: una atendida por esta sede parroquial y otra llamada Santa Rosa, que atiende la comunidad Nuevo Porvenir. También existen otras dos comunidades, la de Santa Isabel y la de Santiago Orego, que ya cuentan con centros pastorales.

Dentro del ministerio de pastoral, la parroquia del Señor de los Milagros cuenta con un jardín de niños; las comunidades de Santa Isabel y de la Virgen del Carmen también tienen dos escuelas preescolares además de una primaria. Mientras que Santa Rosa tiene un Centro educativo para niños y adultos con necesidades especiales.

Aquí existen muchos grupos parroquiales para todos: catequesis para niños, grupos juveniles, catequesis familiar y también para adultos mayores. Dentro de nuestra comunidad colabora un padre de familia muy comprometido que nos apoya en la parroquia; él fue seminarista, así que labora en la formación de matrimonios cristianos; además, acude un matrimonio que se dedica y se mantiene del reciclaje, son como nuestro «brazo derecho» en la pastoral.

Centro de Educación Especial San Daniel Comboni

Uno de los frutos muy positivos es el Centro Pastoral de Santa Rosa. Hace algunos años el párroco anterior fundó un Centro educativo con una estructura física muy reducida (edificio) para niños de escasos recursos, sin embargo, la gente apreció mucho esta labor. Los padres de familia

El sacerdote comboniano Alfonso Pérez Arizmendi, oriundo de Ciudad Hidalgo, Michoacán, trabajó en República Centroafricana durante nueve años

y los últimos ocho ha desarrollado su labor misionera en Perú.Desde allá, nos cuenta cómo se siente en territorio peruano.

han aumentado las peleas y los asesinatos entre bandas para ganar territorio.

La labor pastoral es muy bonita y me ha dejado muchas satisfacciones. Trabajar en este pueblo inca ha sido fantástico, pero esta comunidad aún

tiene camino por recorrer. Hay muchos que se bautizan para quedar bien ante los además y abundan los nuevos grupos religiosos como protestantes, adventistas y mormones que no pierden tiempo para ganar adeptos.

El mundo todavía necesita de misione-ros, les pido que sigan rezando por noso-tros y porque Dios aumente las vocaciones misioneras entre los jóvenes. A los enfer-mos los invito a que ofrezcan sus sufri-mientos a Dios por las misiones.

P. Alfonso PÉREZ, mccjTrujillo, Perú

ga al menudeo y las pandillas pululan alrededor de este Centro. Si alguien va por la calle no falta quien lo detenga y pretenda extorsionarlo pidiendo cupros, una especie de chantaje para despojarte de dinero o algo de valor. Desde hace algún tiempo

El padre Alfonso narrando su experienciamisionera desde Perú

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El padre Alfonso acompañando a un grupo parroquial en Trujillo, Perú

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Cuando se habla de nosotros, los misioneros combonianos, en casi todo el mundo nos relacionan con la evangelización en África, y ¡tienen razón!, porque nuestro fundador, san Daniel Comboni (1831-1881) decía que moriría con el nombre de África en sus labios. Así nos concibió en el siglo XIX cuando nos fundó. Al momento de su muerte, el Instituto era apenas un proyecto cuyos miembros podían contarse con los dedos de la mano, con pocos medios económicos, pero sí, con mucha confianza en la Providencia. Nuestro fundador había dicho en el lecho de muerte: «¡Yo muero, pero mi obra no morirá!».

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75 años de presencia comboniana en Perú

(1938 - 2013)

60 julio-agosto 2013 Esquila Misional 6024

Por: P. Rogelio BUSTOS, mccj

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región del mundo. Es importante la recomendación que les da: «Que el grupo de misioneros para Perú sea cuidadosamente escogido y guiado por un superior aún más hábil, ya que se trata del comienzo de una obra que puede tener gran desarrollo». Palabras proféticas que hablaban del importante y delicado servicio que desempeñarían.

Los superiores reflexionaron, tuvieron presentes las indicaciones recibidas y tomaron la decisión de mandar a tres personas extraordinarias: los padres Luis Ipfelkofer, Miguel Wagner y Andrés Riedl. De ese modo se abrió la puerta para aquellos hombres curtidos por la sabana africana. Los primeros dos, alemanes, y el segundo, austriaco, recibían la encomienda de abrir la primera misión en Pozuzo, lugar ubicado en la selva central peruana, territorio agreste, con caminos de herradura y temperaturas tropicales que pondrían a prueba muchas veces la salud de los misioneros. Así, en septiembre de 1938, se funda la primera comunidad comboniana en el continente americano. Los caminos de Dios son inescrutables y por razones no previstas se abrían las puertas del «Nuevo Mundo» a nuestra familia misionera.

Aquel grito de guerra cayó en tierra fértil. El testimonio del amor de Comboni por aquellos hermanos africanos no podía

perderse y quedarse en el olvido. En efecto, la rama alemana del Instituto fundado por Comboni, se encontró con muchos misioneros que habían sido expulsados de África por rivalidades entre las naciones involucradas durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), ¿qué hacer con ese grupo de hombres valientes, dispuestos a dar su vida por el Evangelio que se encontraban concentrados en las casas de Europa?

Aquellos pioneros tenían apenas tres años de haber llegado a ese lugar cuando, después de haber aprendido la lengua y haberse adaptado a las nuevas costumbres, el obispo de Huánuco, diócesis a la que pertenece ese territo-rio, pidió a dos de ellos que lo ayudaran con la formación de los seminaristas. Eran hom-bres de Dios y preparados, precisamente como las per-sonas que estaba buscando. Permanecen ahí casi una do-cena de años, hasta 1952. En Huánuco se les encomienda la parroquia de Cristo Rey-San Pedro desde donde empiezan a atender otras comunidades con el auxilio de nuevos misio-neros en las regiones de Lla-

ta, Huaycabamba, Huacrachuco, Panao, etcétera. Después de algún tiempo de su llegada a Perú, se dieron cuenta que, cada cierto tiempo, debían ha-cer un largo viaje hasta la capital peruana para ha-cer trámites migratorios y otras encomiendas; por ello, requerían de un punto de apoyo en Lima. Des-pués de entrevistarse con el obispo de la capital en 1954, también les confían la parroquia de San Pío X en el barrio de Mirones.

Expresión de confianzaEstaban ya presentes en las diócesis de

Huánuco y Lima cuando, en 1958 reciben la noticia del nombramiento del padre Antonio Kühner, comboniano alemán, como primer prelado-obispo de Tarma, una hermosa y poblada ciudad ubicada en la Sierra Central. Aquello fue un gesto de confianza y aceptación del trabajo que venían haciendo nuestros misioneros. Para la nueva encomienda lo acompañan algunos de sus hermanos y asumen así, varias parroquias de Tarma y Pasco, entre ellas: Cerro de Pasco, ubicada a 4 mil 400 metros sobre el nivel del mar, zona minera que exigía buena salud y fortaleza para resistir las inclemencias

Es aquí donde el padre Hugo Ranzer, sacerdote austriaco-tirolés que trabajaba en Perú, encontrándose de viaje por Europa, visita a los combonianos de lengua alemana y pide su ayuda para la asistencia pastoral de una colonia de alemanes y tiroleses inmigrados a dicho país sudamericano. La historia cuenta que más de la mitad de aquellos colonos europeos murió en la travesía, antes de llegar a ese recóndito lugar a mediados del siglo XIX.

Una vez hechas las gestiones necesarias, la Santa Sede da el permiso de apertura para esta

Testimonio misionero de «diamante»

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Procesión del Señor de Mayo,en Baños, Perú

Niños y jóvenes de Pangoa, zona selvática peruana


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del tiempo. Asimismo, en 1969 el padre Lorenzo Unfried es nombrado obispo auxiliar de Arequipa (la segunda ciudad en importancia del país); este último murió en 1988 por enfermedad, mientras que monseñor Antonio Kühner murió en 1991 en un accidente de tránsito. Actualmente, desde 2005, el obispo de Huánuco es monseñor Jaime Rodríguez Salazar, comboniano mexicano que desempeña una excelente labor apostólica entre aquellos hermanos del centro de Perú.

Combonianos de origen latinoEn 1969 llega un primer grupo de combonianos

italianos para trabajar en la zona de Cerro de Pasco. Además, llegaron también españoles, portugueses y de otras nacionalidades; muy pronto sienten la necesidad de abrir una presencia evangelizadora en Lima. Por ello, en 1970 asumen una parroquia

en la periferia de esa ciudad. Eligen el Distrito de Chorrillos, zona desértica, de interminables arenales y con gente muy necesitada que llegaba de la provincia. Permanecen cinco lustros y, en 1995, entregan la zona urbanizada para quedarse con «los pueblos jóvenes», sectores en condiciones muy precarias, erigiendo la parroquia Cristo, Misionero del Padre. Hace apenas unos meses, nuevamente se ha desmembrado gran parte de la zona urbanizada configurándose como la parroquia San Juan de la Cruz, que ha sido encomendada al clero diocesano de la arquidiócesis limeña.

Un pueblo golpeadoNuestro fundador decía: «El misionero debe

estar dispuesto a todo: al júbilo y a la tristeza, a la vida y a la muerte, al abrazo y a la despedida. Y a todo esto estoy dispuesto también yo» (Escritos

218). Partiendo de este pensamiento sostenemos que Perú pasó también por momentos difíciles; no sólo hablamos de dificultades y desafíos que se afrontan con la inculturación, la pobreza que duele, las enfermedades y muertes de los misioneros o los escasos medios de los que se dispone para llevar adelante el trabajo, sino, sumado a esto, señalamos la violencia cometida por organizaciones como Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru en las décadas de los 80 y 90 en contra de la sociedad peruana. En 1989 dos de nuestros misioneros fueron secuestrados por un comando guerrillero y, después de algunas horas de retención, los liberan ilesos, les quitan el auto y lo utilizan como «coche-bomba» para hacerlo explotar cerca de la catedral de Tarma.

No fueron los únicos misioneros que recibieron amenazas por parte de los insurrectos. En ocasiones, muchos de ellos debieron reducir sus actividades para no exponerse inútilmente, ya que varios sacerdotes, religiosas y laicos fueron asesinados. Sumado a esto, también los abusos y atropellos de las fuerzas gubernamentales cometidos contra la población inocente que vivía a dos fuegos en un clima de violencia estremecedor.

Animadores misionerosHabían pasado casi 40 años desde que los

primeros combonianos llegaron a Perú. En todo ese tiempo se preocuparon por atender pastoralmente y de la mejor manera las parroquias que tenían bajo su cuidado. Hay páginas gloriosas que nos hablan de su labor abnegada y eficaz en bien del Reino, pero, en cierto punto, se preguntaron: ¿cómo ayudar a la Iglesia peruana a crecer en su responsabilidad misionera? Tenían que abrirse al mundo. Mientras tanto, viendo el testimonio de nuestros misioneros, algunos jóvenes tocaron a las puertas del Instituto y a casi todos, con excepción de algunos, se les encauzó a los seminarios diocesanos. En 1977 la Comisión Episcopal de Misiones (CEM) pide a nuestro Instituto que haga algo para acrecentar la conciencia misionera. Así, se decide abrir un Centro de Animación Misionera (CAM) en Lima; iniciativa que se concretiza, poco después. Se comienza importando desde México las revistas

misioneras Esquila Misional y Aguiluchos, para luego empezar a editar las propias con el nombre de Misión sin Fronteras y Aguiluchos.

Providencialmente, en 1979, después de 60 años de separación, se produce la consolidación y reunificación en un solo Instituto de los misioneros de lengua alemana y los latinos. Desde entonces trabajarán juntos y superarán sus diferencias para testimoniar la grandeza del carisma comboniano. Ese mismo año llegan las misioneras combonianas y se destina personal para acompañar a los jóvenes con inquietud vocacional. Se abren las casas de formación: postulantado, noviciado y un teologado internacional, y se cuidan esas primeras semillas que, poco a poco, irán dando fruto con el pasar de los años. La Conferencia del CELAM realizada en Puebla en 1979 había señalado los derroteros para las Iglesias de este continente: «Finalmente, ha

Mural en una parroquia comboniana de la periferia de Lima que ilustra la evangelización de Perú y algunos santos;

además, algunos sacerdotes y religiosas asesinados por causa de la fe

Indígena junto a su llama en una localidad de la sierra peruana

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6030 Esquila Misional julio-agosto 2013 60 316030 60

y un referente importante para nosotros, pues hemos entendido que nuestro lugar en la Iglesia está ahí donde hay desafíos apremiantes que nos exigen una respuesta acorde a la intuición primi-genia de nuestro fundador, san Daniel Comboni, y a la tradición centenaria de nuestra familia misio-nera que ha optado desde siempre por la primera evangelización entre los más pobres y abandona-dos del planeta.

La última misión que se abrió en el vicariato de San Ramón (Selva Central) en 2009, comprende un territorio inmenso (6 mil kilómetros cuadrados) con 305 comunidades, muchas de ellas formadas por las etnias nativas asháninka y nomatsiguenga, que debemos atender e ir afrontando los muchos desafíos que ahí se presentan: pobreza, ignorancia, discriminación, violencia, narcotráfico y otras injusticias, aunadas al desconocimiento del Evangelio.

En este momento la provincia comboniana cuenta con 13 comunidades esparcidas a lo largo y ancho del territorio del país y abarcan la Sierra, la Selva y las periferias urbanas. Pocas, por amor a la verdad, pero significativas, porque nos permiten seguir la lógica de la levadura: reafirmar nuestra identidad misionera y «contagiar» la pasión por la misión.

Confirmados en la vocación misioneraActualmente somos unos 60 misioneros de 13

nacionalidades, es decir, ha aumentado la variedad de sus miembros y los ministerios que prestamos. Diría Comboni: «La obra debe ser católica, ya no española, francesa, alemana o italiana» (Escritos 944). Sabemos, por tanto, que este Instituto, desde su fundación, era internacional porque así lo quiso nuestro fundador. Hoy la provincia peruano-chilena está siendo signo de esa universalidad. Hemos pasado por ella, además de europeos, varios misioneros latinoamericanos, africanos y un filipino, ofreciendo la riqueza de nuestras culturas, tradiciones y compartiendo la experiencia de Dios.

Quiero señalar también que, a partir de 1994, aceptando la invitación de nuestros superiores, dimos más impulso a la figura de los Laicos Misioneros Combonianos. En cierto momento, nos convertimos en la circunscripción comboniana

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llegado para América Latina la hora de intensificar los servicios mutuos entre Iglesias particulares y de proyectarse más allá de sus propias fronteras, ad gentes. Es verdad que nosotros mismos necesitamos misioneros. Pero, debemos dar desde nuestra pobreza...» (cf n. 368).

En este momento, después de 75 años de presencia en este lugar, y a 35 de comenzar la promoción, formación y animación misionera más sistemática y regular, contamos con más de 30 combonianos (sacerdotes y Hermanos) peruano-chilenos, casi todos han ofrecido algunos años de su vida en la misión ad gentes, fuera de su patria, y otros que aún continúan allá, nos sentimos con el deber de agradecer al Señor por su bondad y agradecer también a las familias que han ofrecido alguno de sus hijos para el trabajo misionero.

Misioneros hasta el finalAl inicio de nuestra reflexión hablábamos de la

asociación que muchas personas hacen entre el continente africano y nuestro Instituto. Al concluir estas páginas espero hayamos comprendido que la misión actual dista mucho de cómo se le concebía hace cien años, porque las situaciones han cambiado drásticamente. Si bien son

importantes, no podemos seguir atados sólo a criterios geográficos para definir nuestra ubicación.

En un Instituto internacional, como el nuestro, la proveniencia de sus miembros es variada. Ya no asistimos sólo a un movimiento de norte a sur o de occidente a otras regiones.

Hoy se habla, más bien, de una «presencia transversal» en el mundo. El Espíritu de Dios va abriéndonos caminos y ofreciendo nuevas posibi-lidades, como lo realizó hace 75 años con nuestro Instituto. África sigue siendo un «lugar teológico»

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Teólogos combonianos

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Familia originaria de la selva peruana

con mayor número de ellos (15) trabajando aquí, provienen de México, España, Estados Unidos y Canadá, ofreciendo sus cualidades a la misión. Es la expresión de que nuestro carisma va más allá de lo que podemos observar. En las parroquias, sobre todo de las zonas urbanas, impulsamos la formación de líderes para el trabajo pastoral. Serán ellos los que darán continuidad a los valores transmitidos y reproducirán mejor el modelo de Iglesia, «pueblo de Dios».

Gracias, Perú, por haberte abierto al carisma misionero comboniano. Quienes trabajamos ahí nos sentimos contentos y satisfechos por haber compartido lo que llevamos en el corazón: nuestras capacidades, nuestro tiempo y nuestra misma vida; pero también, nos sentimos tremendamente fortalecidos por recibir el cariño y la aceptación de tanta gente que siente a Dios «de otro modo» confirmándonos en esta vocación misionera. Gracias al esfuerzo y trabajo de tantos misioneros que han pasado durante estos 75 años de vida, el carisma comboniano se ha ampliado y ha adquirido rasgos peruanos.

Que Dios siga bendiciendo el trabajo de nuestros misioneros para que, gracias a su testimonio, mucha gente conozca lo que significa el mensaje de salvación y surjan nuevas y buenas vocaciones para continuar llevándolo por los caminos del mundo.


Nombre oficial: República del Perú.Capital: Lima.Superficie: 1,285,216 Km2.Población (2012): 30,135,875 habitantes.Composición étnica: amerindios, mestizos, blancos, negros, japoneses, chinos y otros.Lenguas: Español (oficial), quechua, aymara y otras lenguas autóctonas.Esperanza de vida (años): hombres, 70.5; mujeres, 74.4.Tasa de alfabetismo: 89.6%.Índice de desarrollo humano: 0.725.Religión: Católicos, 81%; evangélicos, 12%; y otros, 7%.Iglesia católica: Está organizada en 45 jurisdicciones eclesiásticas; 7 arquidiócesis, 20 diócesis, 10 prelaturas y 8 vicariatos apostólicos.Presencia comboniana en Perú-Chile: 59 combonianos en 14 comunidades (1 en Chile): 1 obispo, 49 sacerdotes, 7 Hermanos, 2 escolásticos. Además, 4 novicios y 8 postulantes.Combonianos originarios de Perú-Chile: 36, 29 sacerdotes (4 chilenos), 5 Hermanos y 2 escolásticos. Del total, 18 trabajan fuera de la provincia.Combonianas en Perú: 9 combonianas en 2 comunidades.Combonianas originarias de Perú: 12, sólo 2 de ellas trabajan en Perú. Además 3 junioras.

Fuente: Almanaque Mundial 2013 y Annuario Comboniano

Datos del país


Por: P. FernandoGatkuoth, mccj

Una de las metas de este año es: «Redescubrir la alegría de creer en Jesucristo». Reflexionemos al res-

pecto: ¿Mi fe en Jesucristo es fuente de ale-gría y felicidad? ¿Vivo mi fe sólo como una tradición o costumbre, como una serie de compromisos y obligaciones? ¿Soy católi-co solamente porque es la religión de mis abuelos y mis papás? ¿Es posible que la fe en Jesús me llene de alegría, felicidad y paz interior? ¿Qué nos dice la Palabra de Dios al respecto?

Jesucristo fuente de vida plena10Los evangelios narran experiencias

positivas de personas que cambiaron radi-calmente sus vidas cuando se encontraron con Jesús, pero también dan ejemplos de aquellos que no tuvieron el valor de seguir a Jesús, como consecuencia su vida no cam-bió para bien, por el contrario, los abatió la tristeza y el dolor.

15Los evangelios sinópticos narran la historia del joven rico que preguntó a Jesús qué debía hacer para ganar la vida eterna (Mt 19,16-22; Mc 10,17-22; Lc 18,18-23).

Jesús le respondió: «Vende todo lo que tienes, dalo a los pobres y sígueme». Mateo comenta: «Cuando el joven oyó esta respueta, se marchó triste, porque era un

La alegría de creer en Jesucristo

Nos acercamos al final del Año de la fe que concluirácon la celebración de Cristo Rey, el domingo 24 de noviembre

de este año. ¿De qué manera hemos vivido esteevento eclesial? ¿Qué efecto ha tenido en nosotros?

BIBLIA Y MISIÓNBiblia y misión 07-08

gran terrateniente». Marcos es enfático y termina esta narración diciendo: «Al oír esto se desanimó totalmente, pues era un hombre muy rico, y se fue triste». Lucas, a su vez, dice: «Ante tal respuesta, el hombre se puso muy triste, pues era muy rico». La propuesta que le hace Jesús para alcanzar la vida eterna hace al hombre infeliz.

20Por el contrario, Zaqueo también era un hombre rico y tenía muchas ganas de conocer a Jesús (cf Lc 19,1-10). Un día, cuando Jesús pasaba por su pueblo, él se subió a un árbol para verlo, al menos, de lejos. Sin embargo, Jesús conociendo sus deseos lo miró y le dijo: «Zaqueo, baja en seguida, pues hoy tengo que quedarme en tu casa». Zaqueo se bajó lleno de alegría para encontrarse con Jesús. La vida de este hombre se transformó ante el encuentro con Jesús, y no solamente lo hizo feliz sino también lo convirtió. Él dejó el modo de vida que tenía y empezó a practicar la justicia y la caridad. El ciego de Jericó al encontrarse con Jesús recuperó su vista, y lleno de alegría lo siguió glorificando y contagiando a la gente que también alababa a Dios con

alegría por el milagro que Jesús había realizado (cf Lc 18,35-43).

25Jesús, antes de morir, le indica a sus discípulos que dentro de poco ya no estará con ellos y su cora-zón se llenará de tristeza, pero los consuela diciendo: «Así también ustedes aho-ra sienten tristeza, pero yo los volveré a ver y su cora-zón se llenará de alegría, y nadie les podrá arreba-tar ese gozo» (Jn 16,22). La ausencia de Jesús en nuestras vidas produce

tristeza, dolor, angustia y hasta depresión. Mientras que la presencia de Jesús nos llena de gozo, entusiasmo, valor y muchas ganas de vivir en plenitud. La misión de Jesús consiste en que nosotros vivamos plenamente, lo dice con sus propias pala-bras: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan en plenitud» (Jn 10,10).

Aún hay tiempo30El Año de la fe no quiere ser una meta,

sino un punto de repartida que nos motive para que el resto de nuestra vida nos empeñemos en conocer, amar y seguir a Jesús para que nos realicemos, vivamos en abundancia como Él nos lo propone, seamos felices y nos preparemos para vivir eternamente con Él, en su Reino. Que el cierre del Año de la fe nos anime a todos para redescubrir la alegría de creer en Jesucristo y fortalecer nuestra fe para vivir mejor, con sentido y valor, con gozo y confianza que brotan de nuestra fe y encuentro con Jesucristo resucitado.

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Jesús y el joven ricoobrerofiel.com

Jesús y Zaqueo

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33julio-agosto 2013 32 Esquila Misional

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julio-agosto 2013

Canto: «Escuchar tu Palabra» (Recemos cantando, 71).

Oración de los fieles: Respondemos a cada petición: Bendice a tu pueblo, Señor.Ω Derrama tus bendiciones sobre el pueblo peruano para que, escuchando el Evangelio, encuentre vida en ti.Ω Para que la labor misionera de los combonianos presentes en aquel país sudamericano siga dando frutos según tu Reino.Ω Por un aumento de vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras en esa nación. Que surjan más hombres y mujeres consagrados a la exten-sión de tu Reino.Ω Por los misioneros que han pasado por ese país, y los que allá se encuentran, para que recompenses lo que han hecho y hacen por este pueblo.

Padre nuestro: Pidamos que el Reino de Dios, que es amor, justicia, paz, solidaridad, verdad, alegría, venga a Perú y al mundo entero: Padre nuestro…

Oración final: Que tu Iglesia misionera nunca se canse de llevar la Buena Nueva a todos los rincones de la tierra para que las personas encuentren en este anuncio la verdadera liberación. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Canto final: «Por ti, mi Dios, cantando voy» (Recemos cantando, 209).

Celebrante: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Los misioneros combonianos llegaron a

Perú en septiembre de 1938. Con entusiasmo se dedican a la formación, evangelización, animación y publicación de revistas misioneras. Apoyados en el Espíritu que anima la misión, los combonianos quieren «actuar siempre en función del crecimiento del Reino, en todas las situaciones humanas, partiendo de las más sencillas, para que la vida venza a la muerte y la liberación integral desplace todo tipo de esclavitud» (Combonianos en Egipto).

Canto: «Deja tu patria, deja tu casa» (Recemos cantando, 463).

Lectura: Mc 1,14-20.

Reflexión: Llamados a evangelizar, los misioneros combonianos presentes en Perú siguen ofreciendo a aquel pueblo la riqueza salvadora de la Buena Nueva, pues bien saben que «abrirse al amor de Dios es la verdadera liberación» (RM, 11). Sólo en Dios se encuentra la liberación de todo aquello que nos encadena y nos disminuye como seres humanos; lo vemos en Jesús, que inaugura el Reino de Dios con su vida en la tierra: anuncia a los pobres la Buena Nueva, proclama la liberación a los cautivos, devuelve la vista a los ciegos, libera a los oprimidos y proclama que cada día es gracia de la presencia de Dios (cf Lc 4,18-19). La

misión de los combonianos ahí y en donde quiera que se encuentren, es la misión de Jesús. Ahora más que nunca el mundo necesita de la verdadera liberación, de testigos auténticos que lo dan todo por el Evangelio para que penetre en el corazón, la mente, la vida de la gente y de las culturas. Que ésta siga siendo la labor incansable de los combonianos en aquella nación.

Meditemos juntos: «Conviértanse y crean en el Evangelio» ¿Cómo está aconteciendo esto en mi vida? ¿De qué manera es mi vida anuncio de la Buena Nueva? ¿Qué me pide Dios hacer para ser misionero en mi casa, parroquia y sociedad?

Julio:General: Que la Jornada Mundialde la Juventud que se desarrolla

en Brasil aliente a todos los jóvenes cristianos para hacerse discípulos

y misioneros del Evangelio.

Misionera: Que en todo el continente asiático se abran

las puertas a los mensajeros del Evangelio.

Agosto: General: Que los padres y educadores

ayuden a las nuevas generacionesa crecer con una conciencia recta

y una vida coherente.

Misionera: Que las Iglesias particulares del continente africano,

fieles al anuncio evangélico, promuevan la construcción de la paz y la justicia.

Intenciones del mes:

«La misión de los combonianos... es la misión de Jesús»

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El amor de Dios es liberación

Por: Hna. Silvia FLORES, mc

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Danza peruana con motivo de las fiestas patronales

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enfermos estaba Leila Montes, quien atendió al padre Memo, y con el paso del tiempo ingresó con las Hermanas de los Sagrados Corazones; ahora es religiosa consagrada en este Instituto. También está José Leyton, que ahora es sacerdote de los misioneros combonianos.

Cuidé al padre Memo 11 años. Me casé el 11 de septiembre de 2004, por lo que pedí vacaciones todo el mes. Como me reintegraría el 1 de octubre a su cuidado, el 29 de septiembre lo visité. Mientras le hablaba, como estaba acostado boca abajo por su terapia, sus lágrimas cayeron por encima de su nariz. Entonces me acerqué y le dije: «¿le duele algo, está incómodo? No tenga miedo, está en las manos de Dios, si está cansado, descanse en los brazos del Señor; Él está con usted y lo ama mucho. El día primero por acá estoy temprano». Fue como una despedida porque no lo volví a ver con vida. El padre Memo partió a la Casa del Padre el 1 de octubre de 2004, día de santa Teresa de Lisieux, patrona de las misiones.

Hoy en día, tengo una niña de 8 años y un niño de 4. Les he contado esta historia, les muestro fotos y les explico en qué consiste la atención a un enfermo. Por ahora estoy atendiendo a la mamá de un sacerdote; mis niños se quedan con su papá cuando salgo a trabajar. Les comparto que desde que empecé con el padre Guillermo entendí que en cada enfermo está Jesucristo y es a Él a quien servimos.

Testigos del amor

60 376036 Esquila Misional julio-agosto 2013

Para ese momento ya no sólo atendía con cariño a un paciente, ¡sino a un sacerdote, ministro del Evangelio! Un hermano misionero que había entregado su vida al servicio del prójimo. Por él conocí la labor de los combonianos y me acerqué más a Dios; esto me hizo conocer el misterio divino y me iluminó para realizar mi servicio con mucho más amor.

Al inicio yo iba a renunciar. Sentía dolor en el alma y me preguntaba por qué Dios no podía hacer este milagro con un hijo que había consagrado su vida a Él. Pedí mi renuncia, pero una religiosa me dijo: «Atiende al padre como si cada día fuera el primero y el último de su vida, sólo Dios sabe el momento que lo despierte o se lo lleve, y hazlo sentir así». No renuncié porque gracias a esto comprendí que el dolor es un misterio de Dios y que mi misión era atenderlo. Durante ese tiempo ocurrieron otros misterios. Uno de ellos es que suscitó vocaciones para la misión. Entre los jóvenes que visitaban

Conocí a los combonianos el mismo año en que me recibí como enfermera técnica, en 1993. Yo estaba en el hospital 2 de Mayo

como personal de apoyo y ahí conocí a la Hermana Linina, quien entonces me pidió ir a apoyar por un día al padre Guillermo Gasco. Le dije que estaba bien, pensé que sólo sería un domingo y ya. Traté al padre Guillermo después de su accidente, nunca lo había visto. Debido a su coma profundo estaba en cuidados intensivos; no movía prácticamente nada.

Entonces, la familia del padre me dijo que si podía cuidarlo en adelante y acepté. Renuncié a mi trabajo en el hospital 2 de Mayo y fui contratada para atenderlo durante 12 horas al día. Yo vivía con mis padres; soy la última de las hijas y aún no estaba casada ni tenía hijos y dedicaba todo mi tiempo en atender a los enfermos.

Después de dos años, me hice novia del que ahora es mi esposo y, pasados cinco años, él quería casarse, pero yo dedicaba casi todo mi tiempo al padre Guillermo con la esperanza de que un día se levantara. Si me casaba, no tendría tiempo para él. Ya tenía una relación muy familiar tanto con él, con su familia y con los combonianos; efectivamente, podía trabajar en otro lugar, pero él iba evolucionando. Mantenía la fe y esperanza de que el Señor realizaría el milagro de disolver esos coágulos en el cerebro. Pospuse mi matrimonio durante nueve años e invité a mi ahora esposo a visitarlo; cuándo él lo conoció, entendió la razón de por qué le pedía esperar.

Misterios que dan vidaLiliana Chiroque es peruana y enfermera de profesión. Sin conocer a los combonianos

dedicó parte de su vida (de 1993 a 2004) al cuidado del sacerdote comboniano Guillermo Gasco, misionero que fue atropellado y estuvo en estado

de coma debido a un traumatismo craneoencefálico. Ella misma cuenta a Esquila Misional el testimonio de amor hacia un desconocido.

El entonces superior general de los combonianos, Manuel Augusto Lopes, visitando al padre Memo

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El padre Memo acompañado por amigos y familiares

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Liliana charlando con

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«Atiende al padre como si cada día fuera el primero y el último de su vida, sólo Dios sabe el momento

que lo despierte o se lo lleve...»

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Esta zona de la Nueva Rinconada tiene un nombre inspirado en la esperanza

ejemplo: Vista Alegre, Alborada, Paraíso, porque expresan su sed de una tierra bella; como el pueblo de Israel, buscan una tierra nueva donde corra la leche y la miel». Sin duda, ha sido un arduo trabajo y se han tenido avances: se han instalado cuatro clínicas básicas de salud y escuelas, entre ellas el Colegio Fe y Alegría, dirigido por jesuitas, que es el mejor de la zona y abre sus puertas a mil 800 niños. «Todo es fruto del Espíritu Santo y de la comunión y organización de la comunidad –nos explica la religiosa–. Trabajamos los liderazgos en cada sector, para que ellos sean sujetos de la historia. Cada sector es una pequeña comunidad y cuenta con un comedor popular donde los niños comen de forma más balanceada, en algunos se da regularización escolar, alfabetización a las mujeres y se instaló una farmacia popular. Todos los sectores tienen catequesis, celebración de la Palabra y una eucarística cada mes. De modo que fe y vida van caminando de la mano. Toda la acción evangelizadora nació en la periferia y la mantenemos ahí para no centralizar. Contamos con el aprecio y apoyo del obispo de la diócesis de Lurín, monseñor Carlos García Camader y del vicario parroquial José María Salazar».

Para complementar lo expresado por la Hermana Amine, Jheni Martha Buele Duma, comboniana ecuatoriana, refiere que trabaja la evangelización y lo social al mismo tiempo. «En mi sector, realizo la catequesis de bautismo, primera comunión y para adultos. Visito a las familias, y cuando hay personas con enfermedades se les dirige a determinados hospitales, también si hay problemas de aprendizaje buscamos gente que los ayude».

Mujeres incasPor otra parte, las combonianas llevan adelante

el proyecto «Mujeres emprendedoras», en el cual se imparten talleres de economía familiar, tejido, botica popular y medicina natural. «Queremos que las mujeres sean protagonistas, que dejen de ser víctimas de la violencia intrafamiliar por no aportar a la economía», asegura la Hermana Amine. Y es que «las mujeres son el corazón del mundo –opina la Hermana Asmeret Aregay, comboniana etíope–. Por eso les digo no tengan miedo de afrontar los problemas, no se sientan tristes, ni agobiadas. Ustedes son capaces de hacer muchas cosas. Aunque tengan muchos problemas, ustedes pueden. Confíen en el Señor», comenta esta religiosa que lleva ocho años en esta misión.

Y ¿qué motiva a estas religiosas? «La contemplación doliente del pueblo nos da elementos para enriquecer nuestra espiritualidad. Este lugar es teológico, Dios nos habla aquí y hace que nuestra pastoral esté encarnada en el sufrimiento del pueblo. Vivimos como esta gente, vivimos las experiencias que viven», dice la Hermana Amine.

Aquí tenemos un gran ejemplo para hacer de nuestro entorno un lugar teológico para escuchar a Dios y actuar como verdaderas cristianas.

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Pamplona Alta, zona marginada de 30 mil habitantes y que pertenece a la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, tuvo su origen

la media noche del 31 de diciembre de 1999, cuando miles de personas invadieron los cerros polvorientos de esta región. Pusieron su tienda o casitas construidas con madera, plásticos y láminas. Esta demarcación no cuenta con servicios públicos elementales como agua, luz y drenaje.

En este lugar están inmersas las combonianas, con una comunidad compuesta por cuatro Hermanas procedentes de diferentes países. Todas ellas

sencillas, con gran disposición para subir y bajar esos cerros, para animar a la gente y formar líderes que transformen la realidad de estas comunidades, tanto en el ámbito espiritual como social, así como crear pequeñas comunidades eclesiales.

La Hermana Amine Abrahao, brasileña con más de 20 años en Perú, nos cuenta que llegaron a esta zona «el 23 de febrero de 2002, con el fin de hacer causa común con los más pobres, o como los llama Eduardo Galeano “los nadies”. En la actualidad, esta zona de la Nueva Rinconada y cada comunidad tiene un nombre inspirado en la esperanza. Por

Fe y vida


Por: Claudia VILLALOBOS

Esquila Misional

Admiración, respeto y gratitud, son algunos de los sentimientosque nos despiertan las misioneras combonianas que trabajan en la periferia

de Lima, Perú, entre los más pobres y necesitados. Ellas son portadorasde esperanza y arduas constructoras de un mundo más justo y digno.

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«Este lugar es teológico»

julio-agosto 2013

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impacta la sencillez de los jóvenes de Pangoa para recibir la Palabra de Dios. Me gusta ir porque me siento aceptado a pesar que no soy de ahí. La parroquia es una comunidad muy bonita con muchas necesidades, allá falta mucho; y agradezco a Dios por dar lo poco que sabemos y tenemos».

La preparación de estos chavos es en la escuela de catequesis, con los programas parroquiales

y, de manera individual, con sus estudios profesionales. Para ir a las misiones se preparan previamente no sólo en temas de catequesis, sino paralelamente con reflexiones para saber cuál es el aporte que Dios quiere de ellos al encontrarse con otros jóvenes.

«A los lectores de Esquila les decimos que no tengan miedo de ir a un lugar desconocido, agradezcan a Dios por lo que les da y den todo de sí en otros lugares. No se dejen absorber por las ocupaciones citadinas, y si tienen oportunidad de ir de misión háganlo en los espacios donde haya más necesidad. Como cristianos, Dios nos envía y da oportunidad de seguir evangelizando en estos tiempos difíciles».

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allá de la ciudad. La finalidad era el encuentro misionero», dijo Mario Resurrección, iniciador del grupo.

Ayvi Romero nos comenta que «al inicio me pareció curioso ir a conocer un lugar nuevo, pero llegando allá me transformé. Yo dije –continua Ayvi–, voy a Pangoa y listo, conozco otro lugar, pero regresé muy contenta por la gratitud de estos chicos y llenó tanto mi espiritualidad que pensé que esto debía continuar».

Juan Ganoza nos comenta: «Estaba terminando la universidad y me resultaba algo muy novedoso ir a una zona lejana donde no conocía la cultura. Regresé con gran riqueza porque aprendí otro enfoque de la vida. Creo que es importante no quedarse en un sitio cuando eres catequista, sino ir a diferentes lugares y quedarse con el cariño, la atención y solidaridad de la gente, puntos importantes dentro de la misión. Si es trabajo con personas, si es para Dios, no existen distancias, esa es mi motivación. Ir a otro lugar y dar lo que uno tiene».

Otro chavo, Pedro Díaz dijo: «Aquí en Lima la vida es tan vertiginosa, tan comercial que me

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«Si el trabajo es para Dios no existen distancias»

Misionero con jóvenes de Pangoa

En este sitio viven cerca de cien mil pobladores. Muchos de ellos habitan pequeñas chabolas (casitas muy pobres)

mientras que otros ya han construido casas sencillas. La aridez del terreno contrasta con la calidez e incipiente inquietud misionera de algunos jóvenes. Esquila Misional llegó hasta allá y les cuestionó, si este lugar es considerado un enclave de misión, ¿cómo es que ustedes ya se han hecho misioneros de otros hermanos peruanos que viven más lejos? Estos jóvenes nos demuestran que para ser misioneros sólo hace falta la valentía y el deseo de ir más allá. Esto es lo que comentaron:

«Integrado por siete chavos, este grupo misionero nació hace seis años. Somos jóvenes que hacemos nuestro apostolado aquí en la parroquia de Cristo misionero del Padre, de Chorrillos, dando catequesis a diferentes grupos de niños. De ahí nació la inquietud de ir a otras comunidades que están fuera de Lima, específicamente a la selva, a la parroquia comboniana de Pangoa para experimentar un encuentro más fuerte con la realidad misionera. Esta iniciativa nació como parte de la madurez en la fe de algunos integrantes del grupo de catequistas que decidimos compartir nuestra experiencia con aquellos jóvenes que más lo necesitan. Así, fuimos invitados a llevar el trabajo de evangelización más

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En la periferia de Lima, capital de Perú, se encuentran los «Pueblos Jóvenes», formados hace pocos años debido a la migración de gente de otros puntos

del país hacia dicha capital. Uno de estos sitios es Chorrillos, lugar donde trabajan los Misioneros Combonianos. Aquí comienza la historia de unos chavos

que se aventuran a dar desde su pobreza, pero también desde su riqueza.

Por: Fernando DE LUCIO

Esquila Misional

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«Pueblo joven, jóvenes

misioneros»

Pedro, Ayvi, Juan y Mario entrevistados en Chorrillos, Lima, Perú

julio-agosto 2013

Uno tras otro, el evangelio nos presenta un sinfín de escenarios en los que Jesús llama a personas ocupadas, con propósitos de vida ya definidos, y aún así «al instante» dejan todo y se van tras Él. Hoy en día, a pesar de que los carismas de la mayoría de las congregaciones religiosas conservan su atractivo, parece que es más difícil renunciar a un proyecto de vida para responder al llamado de Jesús.

La telaraña del neoliberalismo capitalista en que nos vemos atrapados promueve un modelo de realización personal que lo divorcia del compromiso con Jesucristo. Con todo, los jóvenes de hoy, en sus múltiples manifestaciones y expresiones, requieren experiencias fuertes en términos de pertenencia, interioridad y compromiso social. ¿Conserva la vida religiosa «el olor de Cristo»? ¿Hasta qué punto los pastores, religiosos y sacerdotes, «huelen a oveja»? ¿Está o no la vida religiosa metida en proyectos que hacen correr la adrenalina?

Siguiendo a Comboni

Durante su formación con los misioneros combonianos, Jonathan, encuentra la amistad con su formador a través de la paciencia y la docilidad mutua. En la serranía del Perú, a más de 3 mil 500 metros sobre el nivel del mar, sufriendo con la gente

el frío y las inclemencias del tiempo, Jonathan tuvo la oportunidad no sólo de escuchar el testimonio de personas que «huelen a oveja», sino de salir de su ambiente limeño, incursionar en nuevos ámbitos y entrar a lugares que cuestionan. Esta incursión al mundo de los pobres lo motivó a apostar, como san Daniel Comboni, por los pobres, por quienes no tienen absolutamente nada, incluso hasta su dignidad pisoteada. El testimonio de san Daniel Comboni, su santidad, fuerza y personalidad que lo hizo capaz de dedicar su vida a la evangelización de África en medio de tantas y variadas dificultades, empujó a Jonathan a decidirse por este proyecto de vida.

Mientras que para este joven el trato personali-zado y el testimonio de sacerdotes, transparentes y auténticos, lo llevaron a decir «sí»; la revista Esquila Misional ha «enganchado» a muchos a la vida religiosa y misionera. Desde su fundación, hace 60 años, ha sido extremadamente «contagiosa». Los testimonios misioneros presentados en esta revista a lo largo de los años han servido como «imán» para un gran número de los que ahora somos religiosos y misioneros en diversos Institutos de vida consagrada.

Los «imanes» pueden ser los equivocados o los justos, pero en el proceso vocacional se disciernen y purifican las motivaciones. Para esto es

Jonathan Alejandro consagró su vida a Dios como misionero comboniano inspirado

en el testimonio de vida de otros sacerdotes

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¿Tienes vocación?

¿Qué es lo que los jóvenes buscan y esperan de quienes los preceden en el seguimiento a Jesús? Jonathan

Alejandro Luna Sánchez, de 32 años, recientemente ha consagrado su vida a Dios como misionero comboniano, inspirado en el testimonio de vida de sacerdotes que caminan al lado de los pobres; ellos han sido uno de los factores determinantes en su vocación religiosa y misionera.

Originario del distrito de Chorrillos, ubicado en la provincia de Lima, Perú, el joven misionero fue madurando su vocación en la convivencia y trabajo parroquial; ahí observó y se nutrió del testimonio de sacerdotes «cercanos a la gente». Enfermero de profesión, Jonathan creció con una buena relación entre sus padres y hermanas. Al comienzo de su proceso vocacional y ante la incomprensión inicial de sus familiares, tuvo miedo de responder. Pero el testimonio de misioneros «que se daban a la gente» fue decisivo para optar por la vida misionera que implicaba no sólo dejar a su familia y casa, sino también su parroquia, su ciudad y su país.

«Efecto contagio»En un encuentro reciente de

promotores vocacionales en Guatemala se reflexionaba so-

bre el «efecto contagio». De entrada se dijo que «no puede animar vocacionalmente quien no está identificado con su vocación». Se insistió en que el grado de consistencia, de convencimiento de la vocación y pertenencia a Jesús, aunado a un estilo de vida, situado en el tiempo y espacios rea-les, representan el imán o repelente para que los jóvenes consideren o no seguir a Jesús como sa-cerdotes y/o religiosos.

Jesús atraía y su estilo de vida era provocador e irresistible. Era una persona ordinaria, pero no era un cualquiera. Este joven nazareno hablaba y se comportaba de manera original, libre y espontánea. Proponía además un proyecto de vida por el cual valía la pena dejar otros planes.

Imán o repelente

Hoy como ayer, la vocación es cuestión de contagio. Para muchos, el despertar vocacional podría situarse en la atracción o impacto producido

por el testimonio de un sacerdote o persona consagrada. Por tanto, conviene reflexionar sobre las características que deberían tener

los sacerdotes, religiosas y religiosos para llegar a ser una propuesta vocacional.

Por: Hna. Cecilia SIERRA, mc

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«Jesús atraía y su estilo de vida era provocador e irresistible»

60 4360Esquila Misional 42 43julio-agosto 2013

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En Centroamérica:

fundamental aprender el estilo «pescador» propio de Jesús. En la escena de los discípulos de Emaús (cf Lc 24,13-35), se destaca una metodología: cercanía, deseo de aprender de ellos, enorme simpatía, palabras de confianza… para que arda el corazón.

En conclusión, los desafíos para sacerdotes, religiosos y animadores vocacionales son muchos. Se nos exige «una densidad teológica», gestos

de humanización, buen nivel de satisfacción, integración y lectura situacional del tiempo y lugar. Se nos pide ser fieles discípulos misioneros, viviendo y proponiendo un proyecto de vida a quienes vienen detrás de nosotros. Es decir, aún si el mensaje de Jesús es siempre atrayente, la fuerza del testimonio seguirá actuando en los jóvenes de hoy como efecto imán o repelente.

Dios te llama a la misión...

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Desde internet:

¿No tienes tiempo?


Cuántas cosas dejamos de disfrutar por tener una vida acelerada, llena de actividades y compromisos. Pero Dios, que conoce nuestras limitaciones,

nos da nuevo impulso. Las vacaciones son para crecer a nivel personal, al estar más relajados podemos disfrutar lo importante para nosotros.

Esquila Misional presenta a sus lectores por qué el ser humano tiene derecho al descanso y a vacacionar.

La palabra vacaciones proviene del latín vacans, participio del verbo vacare: estar desocupado, vacante; vacuus: desocupado,

libre; vacatio (-ionis): dispensa, exención. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua dice que es «el descanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado y escolar».

Cuando Dios creó al hombre, sabía que el descanso y los momentos de distracción eran necesarios para llevar una vida plena y feliz. Por

eso, cuando hizo la creación, Él mismo nos puso el ejemplo: «El séptimo día Dios tuvo terminado su trabajo, y descansó en ese día de todo lo que había hecho. Bendijo Dios el Séptimo día y lo hizo santo, porque ese día descansó de sus trabajos después de toda esta creación que había hecho» (Gén 2,1-3).

Para los cristianos nuestro día de descanso es el domingo, porque ese día Jesús resucitó de entre los muertos: «Pasado el sábado, al aclarar el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a visitar el sepulcro...» (cf Mt 28,1-7).

Irónicamente, las vacaciones en los primeros siglos no eran para descansar, sino el derecho que tenían los campesinos de no ser citados a los tribunales durante los meses del verano, así trabajaban más y no descuidaban sus labores durante la temporada de mayor carga. Sin embargo, como los jueces tenían menos labores, tomaban esas fechas de asueto. En el siglo XVIII, la clase adinerada iba a las casas de campo durante el verano, así los días de descanso se convirtieron en una manera de mostrar su posición económica.

La palabra «turista» designa-ba a los aristócratas ingleses del siglo XVI que hacían el Grand

Tour: un viaje de 3 o 5 años por países de Europa para instruirse. Pero el turismo, como lo entende-mos hoy, se lo debemos al invento del ferrocarril. Gracias a este medio de transporte, las clases menos adineradas pudieron desplazarse durante sus vacaciones.

De esta manera, actualmente todos podemos gozar de un periodo de vacaciones, aunque como sabemos, Dios no descansa en su búsqueda de amor hacia las personas, y este periodo puede ser un tiempo excepcional para salir al encuentro con nuestro Padre.

Disfrutemos pues de este tiempo de reposo con encuentros con la naturaleza y con personas nuevas, con los frutos de la creatividad humana y de recuperación de las fuerzas físicas; pero también mantengamos un contacto más intenso con Dios y de refuerzo en la fe, pues desde la paz del tiempo libre es más fácil disfrutar de su amistad y cariño. El 5 de julio de 2011, el papa emérito Benedicto XVI dijo: «No se trata de irse por irse para encontrar descanso, más bien, se trata de vivir de una manera nueva nuestras relaciones con nuestros prójimos, con Dios... La fe en su presencia nos ofrece la serenidad de quien se sabe siempre amado por el Padre. Por eso, ¡dejemos amplio espacio a la lectura de la Palabra de Dios, en particular al Evangelio, no dejen de ponerlo en sus maletas en estas vacaciones!».

Texto y fotos: Lulú

¡Vacaciones para todos!


Para las personas que dicen que nunca tienen tiempo para nada o que tienen una agenda saturada y no pueden estar con Dios y su familia, un experto asesor de empresas en gestión del tiempo quiso sorprender a los asistentes a su conferencia. Puso sobre la mesa un frasco grande de boca ancha junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó:

–¿Cuántas piedras creen ustedes que caben en el frasco?

Después de que los asistentes hicieron sus cálculos, llenó el frasco con piedras y preguntó:

–¿Está lleno?Todos lo miraron y asintieron. Entonces sacó

de debajo de la mesa un cubo con gravilla. Metió parte de la gravilla en el frasco y lo agitó. Las piedrecillas penetraron por los espacios que dejaban las piedras grandes. El experto sonrió con ironía y volvió a preguntar:

–¿Está lleno?Los asistentes dudaron y contestaron: –¡Tal vez!Y puso en la mesa un cubo con arena que

comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños recovecos que dejaban las piedras y la grava.

–¿Está lleno? –preguntó de nuevo.–¡No! –exclamaron los asistentes.Inmediatamente tomó una jarra de agua de

un litro que comenzó a verter en el frasco. El frasco aún no se derramaba.

–¿Qué intento demostrarles? –preguntó. Un alumno respondió:

–Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre cabrán más cosas.

–No –dijo el experto y continuó–. Lo que sucede es que si no colocas primero las piedras grandes, nunca podrás colocarlas después.

¿Cuáles son las piedras grandes en tu vida? Dios, tu esposo(a), tus hijos, tus papás, tus amigos, tus sueños, tu salud... Recuerda, ponlas primero. El resto encontrará su lugar.

Anónimo

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«Al estar más relajados podemos disfrutar

lo importante para nosotros»

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Niños disfrutando en una fuente durante un día de descanso

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