repercusión social

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Repercusión social El humanismo significó una evolución desde la sociedad de la edad media, en la que la forma de pensamiento se basaba en el teocentrismo, donde la existencia de hombres y estados giraba en torno a Dios, hasta una sociedad basada en el antropocentrismo en la que el hombre ocupó un lugar central en el universo, es decir, se considera al hombre como centro y medida de todas las cosas, ya que posee en mismo la capacidad para encontrar la verdad y practicar el bien. La organización social, por lo tanto, debe desarrollarse a partir del bienestar humano. Pero a pesar de que ya no es Dios quien lo sabe todo, sino que es el hombre quien cumple esta función, en ningún momento se dejó de lado la religión. El humanismo en la filosofía insiste en la dignidad y el valor de la persona. En esta forma de pensamiento, los ideales de perfección eran el cortesano, el caballero renacentista: sabedor de las lenguas clásicas, griego y latín, de la poesía y de la historia; capaz de escribir en prosa y en verso; conocedor y practicante de la música, el dibujo y la pintura; hábil en el manejo del caballo, en torneos, competiciones y juegos, y además, gentil. Por otra parte la dama debía ser honesta, tener conocimientos de las letras, de pintura y de música, y saber danzar para alegrar las fiestas cortesanas. Por tanto, como podemos ver, lo que se pretendía en esta época era una formación integral, es decir, saber de todo.

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Repercusión social

El humanismo significó una evolución desde la sociedad de la edad

media, en la que la forma de pensamiento se basaba en el

teocentrismo, donde la existencia de hombres y estados giraba en

torno a Dios, hasta una sociedad basada en el antropocentrismo en la

que el hombre ocupó un lugar central en el universo, es decir, se

considera al hombre como centro y medida de todas las cosas, ya que

posee en sí mismo la

capacidad para encontrar la

verdad y practicar el bien. La

organización social, por lo

tanto, debe desarrollarse a

partir del bienestar humano.

Pero a pesar de que ya no es

Dios quien lo sabe todo, sino

que es el hombre quien

cumple esta función, en

ningún momento se dejó de lado la religión. El humanismo en la

filosofía insiste en la dignidad y el valor de la persona.

En esta forma de pensamiento, los ideales de perfección eran el

cortesano, el caballero renacentista: sabedor de las lenguas clásicas,

griego y latín, de la poesía y de la historia; capaz de escribir en prosa y

en verso; conocedor y practicante de la música, el dibujo y la pintura;

hábil en el manejo del caballo, en torneos, competiciones y juegos, y

además, gentil. Por otra parte la dama debía ser honesta, tener

conocimientos de las letras, de pintura y de música, y saber danzar

para alegrar las fiestas cortesanas. Por tanto, como podemos ver, lo

que se pretendía en esta época era una formación integral, es decir,

saber de todo.