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Representación e intervención social Agustín MOÑI VAS LAZARO Este articulo es una introducción a la actividad de percibir, pensar e intervenir en el campo del Trabajo Social a través de las Reptes entadones Sociales. Tener representa- dones so dales de un ámbito de la realidad es el primer paso para acercarse al conoci- miento científico existente acerca de dicho área. Se aborda más el aspecto cognitivo de la representación social que el psicosociat, precisando el concepto y teoría de la misma, así como sus campos de aplicación. En último término, el diseño intervencional ha tener en cuenta, ala hora de la planificación, criterios psicológicos cognití vos y sociales. Introducción La representación, en un sentido amplio, tenenos en cuenta a la mayoría de las disciplinas científicas que se ocupan de ella, puede ser con- siderada como un mecanismo de cog- nición y un instrumento de socializa- ción, aculturación y comunicación a lo largo de todo el desarrollo humano. Ocurre, sin embargo, que los modelos y/o arquitecturas cognitivas de que se dispone actualmente en ciencia cogní- tiva no pueden dar cuenta de todas las actividades del ser humano, teniendo en cuenta la mente, el cere- bro y el contexto. De hecho, y en psi- cología, no ya los diferentes modelos, sino los paradigmas que les sirven de marco teórico —conductismo y psico- logía cognitíva del procesamiento de la información— tuvieron que dejar fuera la mente, o el cerebro y el con- texto, respectivamente. Desde una estrategia estricta- mente científica puede haber sido conveniente partir de que una teoría de la representación es completa sin consideración hacía los contenidos que impone la aculturación. Sin embargo, parece que comprendere- mos mejor la representaciones cognití- vas tenemos en cuenta el contexto cultural en el que las representaciones tienen lugar <Símon y Kaplan, 1989). Un debate, pues, entre representación mental y representación social es vano, ya que las representaciones se forman a lo largo del desarrollo huma- no en relación con su medio y/o con- texto social; más que de una dicoto- mía, pues, debemos hablar del doble cuadernos de Trabajo Social ti 0 4-5(1991-1992) Págs. 69 a 88 Ed. Universidad complutense Madrid 1993 69

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Representación e intervención social

Agustín MOÑI VAS LAZARO

Este articulo es una introducción a la actividad de percibir, pensar e intervenir en elcampo del Trabajo Social a través de las Reptesentadones Sociales. Tener representa-dones so dales de un ámbito de la realidad es el primer paso para acercarse al conoci-miento científico existente acerca de dicho área. Seaborda más el aspecto cognitivodela representación social que el psicosociat,precisando el conceptoy teoría de la misma,así como sus campos de aplicación. En último término, el diseño intervencional ha détener en cuenta, ala hora de la planificación,criterios psicológicoscognitívos y sociales.

Introducción

La representación, en un sentidoamplio, sí tenenos en cuenta a lamayoría de las disciplinas científicasque se ocupan de ella, puede ser con-siderada como un mecanismo de cog-nición y un instrumento de socializa-ción, aculturación y comunicación a lolargo de todo el desarrollo humano.Ocurre, sin embargo, que los modelosy/o arquitecturas cognitivas de que sedispone actualmente en ciencia cogní-tiva no pueden dar cuenta de todaslas actividades del ser humano,teniendo en cuenta la mente, el cere-bro y el contexto. De hecho, y en psi-cología, no ya los diferentes modelos,sino los paradigmas que les sirven demarco teórico —conductismo y psico-logía cognitíva del procesamiento de

la información— tuvieron que dejarfuera la mente, o el cerebro y el con-texto, respectivamente.

Desde una estrategia estricta-mente científica puede haber sidoconveniente partir de que una teoríade la representación es completa sinconsideración hacía los contenidosque impone la aculturación. Sinembargo, parece que comprendere-mos mejor la representaciones cognití-vas sí tenemos en cuenta el contextocultural en el que las representacionestienen lugar <Símon y Kaplan, 1989).Un debate, pues, entre representaciónmental y representación social esvano, ya que las representaciones seforman a lo largo del desarrollo huma-no en relación con su medio y/o con-texto social; más que de una dicoto-mía, pues, debemos hablar del doble

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aspecto de las representaciones(Mayor y Moñivas, 1992>. Hay, pues,que estudiar tanto los aspectos forma-les y cognitivos de la representación(cómo se representa la información enla memoria y qué mecanismos son losque la posibilitan> como sus aspectosfuncionales y/o interactivos (para quésirven, qué utilidad tienen y cómo segeneran en relación con el medio y losotros). Esto es lo que intenta hacer lacognición social (social cognition”).

En este sentido se han ido formu-lando modelos que ponen en relaciónlo mental y lo social. Dichos modelostratan de inscribir la representación enuna perspectiva interaccional, dondela transmisión social, definida comouna dialéctica de fenómenos psicoso-cíales, da un marco a la representa-ción social. En Europa, se ha ido másallá, y, a partir del concepto, se intentaelaborar toda una teoría de las “repre-sentaciones sociales” (Moscovíci,1961, 1981,1984,1988). La represen-tación social, situada en la intersec-ción entre psicológico y lo sociológico,es abordada como un mecanismocognítivo y como un mecanismosocial, en tanto que producido cultural-mente. En tanto mecanismo cognitivolas representaciones sociales implicanuna teoría cognitiva y en tanto meca-nismo social una teoría psícosocial. Larepresentación social permite unacomunicación entre los individuos y,particularmente, entre las generacio-nes; los individuos que tienen unamanera similar de percibir y de repre-sentar un mismo objeto, situación oacontecimiento, y de atribuirle unascaracterísticas, comparten una misma

representación social. Una represen-tación es social cuando se origina yelabora en el parloteo y charlas quelos individuos mantienen entre sien lavida diaria. El concepto y la teoría delas representaciones sociales se haaplicado a distintos tipos de dominiosen la psicología del desarrollo, laenfermedad, el cuerpo, la educación,diferentes campos profesionales, etc.

La pertinencia de la teoría de larepresentación social en TrabajoSocial la basamos en Jodeiet (1984,1989>, atreviéndonos a decir que larepresentación social debe de serestudiada articulando elementos afec-tivos, mentales y sociales e integrandojunto a la cognición, el lenguaje y lacomunicación, la toma en cuenta derelaciones sociales que afectan lasrepresentaciones y la realidad mate-rial, social e ideal sobre las que elsujeto ha de efectuar su intervención;esto es, las representaciones socialesson modalidades de pensamientopráctico orientadas hacia la comunica-ción, la comprensión y la conduccióndel entorno social, material e ideal.Desde esta perspectiva, un primerpunt¿ de interés pata? todo trabajadorsocial es la representación social queexiste de su propia profesión. En lamedida en que la representación quetengan acerca de aquélla los distintosposibles actores <individuos, grupos,instituciones, etc.), sea similar a lasuya, la actuación del trabajadorsocial será más eficaz. Un segundopunto de interés es que el trabajadorsocial, antes de actuar, ha de teneruna representación social acerca deldominio o área de fa realidad sobre la

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que actúa (tener un esquema dememoria previo y una modelización).También ha de conocer “in situ”. oinferir a partir de información docu-mental, la representación que dichoactor tiene acerca de sí mismo y de laatención que reclama <construir unmodelo mental de la situación en elque interaccionen sus propias repre-sentaciones con las del actor>, paraorientar y temporalizar su interven-ción.

La representación delconocimiento

El retorno de la representaciónmental a la ciencia está ligado a laaparición de la ciencia cognitiva en ladécada de los cincuenta, que hace dela representación su principal objetode estudio. La ciencia cognitiva tieneun carácter interdisciplinar (lingúistíca,inteligencia artificial, psicología cogni-tiva del procesamiento de la informa-ción, neurociencias, filosofía, etc.>.Aquí restringimos la representación ala psicología cognítiva y a la cienciacognitíva.

La psicología cognitíva estudiacómo procesamos la información,cómo la representamos en nuestrossistemas de memoria y cómo la usa-mos. La ciencia cognitíva, por suparte, estudia la inteligencia y los pro-cesos computacionales tanto en orga-nismos vivos como en artefactosmecánicos <computadores). A la infor-mación de que dispone un sistema deprocesamiento se le llama conocí-miento. Representación, conocimiento

e inteligencia son términos que seemplean indistintamente. Pero síhablamos con propiedad, la represen-tación mental caracteriza la represen-tación de la realidad en nuestro cere-bro, mientras que el término represen-tación del conocimiento se reservapara una descripción formalizada deeste conocimiento (los distintos cons-tructos y lenguajes o notacionesempleados —conceptos, proposicio-nes, redes semánticas, esquemas,modelos mentales, cálculo de predica-dos, etc.>.

Podemos decir, pues, que la cog-nición se organiza a través de la coor-dinación dinámica de estructuras<representaciones) y procesos (proce-dimientos>. Representaciones y proce-sos pueden considerarse como distin-tas modalidades del conocimientodeclarativo y procedimental, siendo suarticulación dinámica la base del com-portamiento inteligente. Las represen-taciones mentales nos sirven pararepresentarnos lo que no está presen-te a nuestros sentidos (por medio delas imágenes mentales y de las pala-bras podemos representarnos en lamemoria a corto plazo lo que no estáal alcance de nuestra percepción; pormedio de los conceptos y de las pro-posiciones podemos almacenar nues-tro conocimiento del mundo en lamemoria a largo plazo, para recupe-rarlo cuando lo necesitemos>. Losobjetos, situaciones o acontecimien-tos, pues, son el mundo exterior; lasideas que tengo acerca de esos even-tos del mundo exterior son las repre-sentaciones. Estas representacionesson tan reales como los objetos del

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mundo exterior. Hay pues dos nivelesde realidad: el físico y el mental.

Cómo construimos esas repre-sentaciones del mundo físico y real,nos lleva a preguntarnos —con inde-pendencia de lo que sea la memoria,la estructuras y procesos de la repre-sentación—, cómo esta organizada lainformación contenida en la misma. Alconjunto de estructuras fijas que pro-veen el marco dentro del cual los pro-cesos cognítivos tienen lugar, produ-ciendo conducta cognítiva, se le llamaarquitectura <Newell et al., 1989). Enuna arquitectura cognitiva o modelo seespecífica la organización de lamemoria, los procesos que operansobre ella, y, por lo general, unaestructura de control que determinalas condiciones bajo las que los ope-radores específicos pueden operar.Para un análisis más detallado del tér-mino representación, así como de lasunidades y sistemas representaciona-les y distintos tipos de arquitecturasvéase Mayor y Moñivas (1992) yMoñivas <en prensa).

De los diferentes paradigmas queponen de manifiesto el papel de larepresentación mental en la cogniciónhumana, los paradigmas que semuestran más productivos actualmen-te —los que han formulado másmodelos o arquitecturas cognitivas—son los que se sitúan bajo la perspec-tiva de la ciencia cognitiva: el paradig-ma simbólico y el paradigma conexio-nísta. La mayor parte de la investiga-ción y de la elaboración teórica, desdefinales de la década de los cincuenta,se ha basado, tanto en inteligenciaartificial como en psicología cognítiva,

en la hipótesis del sistema de códigosfísicos que tiene propiedades simbóli-cas (paradigma simbólico>. Cada sis-tema inteligente contiene un compo-nente separado que puede ser inter-pretado como representando el cono-cimiento que el sistema tiene acercadel mundo. Recientemente, está hipó-tesis ha sufrido un desafío con la vuel-ta a un nuevo tipo de computación lla-mado procesamiento distribuido para-lelo (PDP), conexionismo o redes neu-ronales. Conexionismo significa quelos modelos están basados en la acti-vidad de los nodos, fuerza de lasconexiones entre los nodos, y leyes(definidas típicamente por ecuacionesdiferentes o diferenciales) para loscambios de esta actividad y fuerza delas conexiones” (Levin, 1991, p. 4). ElPDP está más interesado en losaspectos físicos del sistema que enlos lógicos, ya que la inteligenciahumana, en último término, se imple-menta en el cerebro.

Ambos paradigmas, y frente alconductismo, creen en el valor de lasrepresentaciones para explicar la con-ducta humana, pero mantienen distin-tos puntos de desacuerdo. Dos deestos desacuerdos lo son con respec-to a la distinción que el paradigmacomputacional simbólico hace entrerepresentación y procesamiento, yque el paradigma conexionísta nosigue; y el otro, con respecto a natura-leza de la representación, ya que elcomputacionalismo simbólico asumeque las representaciones son simila-res a un lenguaje, teniendo unaestructura y siguiendo alguna clase decomposicionalidad, mientras que para

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el conexionismo las representacionesestán distribuidas, no mostrando nin-guna estructura.

La cognición social

En el sistema cognitívo humanolo que es representado deriva de lainteracción con la realidad social “nohay nada en la representación que noesté en la realidad, excepto la repre-sentación misma” (Moscovicí, 1982, p.141>. La interacción social puede serdefinida como una situación en la quelas conductas de un actor son cons-cientemente reconocidas e influencia-das por las de otro actor y viceversa(Turner, 1988, p. 13).

Para Moscovici cuando nos inte-resamos por las representaciones loque estudiamos es a los humanos quese plantean preguntas y formas pararesponderlas, a los seres humanosque piensan, y no cómo estos sereshumanos manejan la información oactúan de un modo determinado. Loque estamos tratando de dilucidar,para ser precisos, son los esfuerzosdel hombre para comprender, y no suactividad propositiva; esta es la esen-cia de la cognición social <Moscovicí,1981). Pero la influencia de la psicolo-gía cognítíva ha sido tal, que el mismoMoscovicí <1985) manifiesta que hahabido un desplazamiento del interéspor el contenido del pensamiento y delhabla (significado) a los aspectos for-males de los mismos <estructura quetoma información en la memoria).

Efectivamente, la cognición socialen la psicología social americana tratacon procesos de codificación, almace-

namíento y recuperación de informa-ción (Wyer & Srull, 1984; Srull & Wyer,1988>. Se interesa por cómo el sujetoindividual utiliza distintos tipos deconstructos mentales que hacen elmundo inteligible y predícíble (la teoríade la atribución está relacionada conun aspecto de este proceso). En estesentido el estudio de las representa-ciones sociales ha sido absorbido enla investigación sobre la cogniciónsocial <una revisión histórica de lacognición social puede encontrarse enLandman & Manis, 1983; Ostrom,1984 y Markus & Zajonc, 1985>.

Desde esta perspectiva, trescuestiones fundamentales en cogni-ción social, con independencia de laconducta social objeto de estudio,son: a) cuál es la información almace-nada en la memoria que mediatiza laconducta social; b) qué tipo de infor-mación social es archivada y cómoestá organizada en la memoria; c)cómo la información social almacena-da —aspecto esencial de la investiga-ción en cognición social— afecta alsubsiguiente procesamiento de lainformación, juicios, elecciones y con-ductas <en nuestro caso, intervencio-nes sociales>; y, d) cómo la informa-ción almacenada se modifica tanto porla información nueva y cómo por losprocesos de inferencia, que operandosobre la información almacenadaexplícitamente obtienen informaciónimplícita contenida en ella.

Para Schneider <1991) la cogni-ción social en la década de los ochen-ta se ha convertido en el campo domi-nante de la psicología social. Sinembargo, para Sherman, Judd y Rer-

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nadette (1989) la cognición social hayque considerarla no como un área dela psicología social sino como un enfo-que que gula la investigación y el pen-samiento en una variedad de domi-nios, centrado en los mediadores cog-nítivos de la conducta social.

Las representaciones socialespueden ser consideradas como unode estos mediadores cognitivos inter-disciplinarios. Para Doise (1986> lapluralidad del enfoque de la noción yla pluralidad de significaciones quevehiculan, han hecho de ella un instru-mento de trabajo difícil de manipular.Pero la riqueza y variedad de los tra-bajos inspirados por esta nociónhacen que se vacile en hacerla evolu-cionar por un reduccionismo que privi-legiaria un enfoque exclusivamentepsicológico o sociológico. Se elevaráen cambio a la noción a su función dearticulación de diferentes sistemasexplicativos. No se puede eliminar dela noción de representación social susreferencias a los múltiples procesosindividuales, interindívíduales, inter-grupos e ideológicos que a menudoentran en resonancia los unos con losotros y cuyas dinámicas de conjuntodan lugar a esas reahdades vivientesque son, en última instancia, las repre-sentaciones sociales.

La representación social

La noción de representaciónsocial tiene sus origenes en la sociolo-gía, pero ha sido desarrollada en lapsicología social europea. Las repre-sentaciones sociales son una aproxi-mación típicamente europea al estudio

de la cognición social (la primera oI,rade compilación en inglés en la que seincluye a las representaciones socia-les aparece en Forgas, 1981>.

El estudio contemporáneo de lasrepresentaciones sociales se iniciacon Moscovici <1961) al retomar el tér-mino de Durkheim representacionescolectivas como representacionessociales. Las representaciones socia-les frente a la representaciones colec-tivas difieren en ser comprendidascomo un modo panicular de adquirirconocimiento y de comunicar conoci-miento, teniendo un lugar intermedioentre los conceptos y la percepción;las representaciones colectivas, encambio, son impuestas por la socie-dad. Otra diferencia es que las repre-sentaciones sociales concentran yestabilizan los marcos de palabras eideas, siendo en ese sentido sistemas

de aquello que producimos —ciencia,religión, arte, etc.— <Moscovici, 1981>.

Por representaciones socialesentendemos una serie de conceptos,afirmaciones y explicaciones que seoriginan en el transcurso de las comu-nicaciones individuales_que tienenlugar en la vida cotidiana <Moscovici,1981). Para Doise (1986) las repre-sentaciones sociales son los principiosgeneradores de toma de posicionesligadas a las inserciones específicasen un conjunto de relaciones sociales,organizando los procesos símbólicosintervínientes en las relaciones. Ennuestra sociedad son equivalentes alos mitos y los sistemas de creenciasen las sociedades tradicionales; inclu-sIve, podrían ser consideradas como

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la versión contemporánea del sentidocomún.

La influencia casi inmediata quedicho concepto tiene en el grupo deAix-en-Provence, hace que sus inte-grantes apliquen dicho concepto y suteoría incipiente a distintos ámbitos dela realidad social <Flament, 1967;Codol, 1969 y Abric, 1978>. Desdeentonces, las representaciones socia-les se han ido constituyendo en uncampo de investigación con sus obje-tos y su marco teórico. Estudiar ladifusión del conocimiento, la génesisdel sentido común, fa relación entre elpensamiento y la comunicación sehan convertido en tópicos de investi-gación (Cf., Jodelet, 1984/1986, p.469).

Actualmente, la noción de repre-sentación social se encuentra entodas las ciencias sociales, de ahí ladiversidad de su definición en las dis-tintas ciencias humanas en las que seaplica. Moscovici (1983> define lasrepresentaciones sociales como siste-mas de valores, ideas y prácticas quetienen una función doble: establecerun orden que permite a los individuosorientarse en <y dominar) su mundosocial y facilitar la comunicación entrelos individuos de una comunidad alproporcionarles un código para nom-brar y clasificar los diversos aspectosde su mundo y su historia individual yde grupo. Para Laplatíne (198~>, porejemplo, las representaciones socialesson ef encuentro de una experienciaindividual y los modelos sociales enun modo de aprehensión panicular delo real: el de la imagen de creencia<“limage-croyance”) que, contraria-

mente al concepto y a la teoría a laque pertenece, tiene siempre unatonalidad afectiva y una carga emocio-nal” (p. 278).

Di Gíacomo (1987) enumera lassiguientes cinco características de lasrepresentaciones sociales sobre lasque hay acuerdo: 1) se puede pensarque existen, con respecto a diferentesobjetos del ambiente, opiniones com-partidas por los miembros de colectí-vades geográficas o ideológicas queles son características. 2) No obstan-te, no todo conjunto de opinión es unarepresentación social; ya que podríatratarse de huellas mnésicas de infor-maciones recibidas a través de losmedios de comunicación. 3) El primercriterio para identificar una representa-ción social es que está estructurada;el segundo criterio es que el conjuntode opinión comparte elementos emo-cionales hacía el objeto o evento encuestión; siendo un tercer citerio queeste conjunto de opiniones esté unidoa comportamientos específicos. 4>Una representación social es un con-junto modélico, es decir, permite inte-grar elementos nuevos del ambiente.‘1, 5) Una representación social es unconjunto estructurado no aleatorio, esdecir, un conjunto de orientacionesideológicas del grupo, relacionadas almismo tiempo con su realidad vital<ser mayoría o minoría, en tiempo deguerra, de crisis, de abundancia...).

El espacio de estudio de lesrepresentaciones sociales

El espacio de estudio de lasrepresentaciones sociales desde laóptica de su campo de aplicación es

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multidimensional, dada la diversidadde dominios, y de fenómenos dentrode cada dominio, a los que se aplica.Desde la óptica del sujeto Jahoda<1988> critica a Moscovicí no prescisarel espacio de las representacionessociales, es decir, sí es un espaciomental intrasujeto, entre el sujeto y elobjeto o intergrupo. Hewstone (1985)relativiza esta crítica al manifestar queson los individuos los que piensan, nolos grupos ni las sociedades, pero lohacen según una información amplia-mente difundida. Con la finalidad detratar de clarificar dicho espacio(véase Tabla 1> vamos a servirnos deJodelet (1989>.

En el centro de la Tabla 1 puedeverse el marco que caracteriza a toda“REPRESENTACION” como una“FORMA DE SABER ‘PRACTICO’

De la ‘representación y de la “formade saber’ me ocuparé ahora; de la“práctica” lo haré en el apartado de«representación e intervenciónsocial”.

La representación social en cuan-to forma de saber práctico vincula unsujeto a un objeto (es función de cadainvestigación precisar su sujeto y dbje-to, así como los rasgos o característi-cas especificas de los mismos. Larepresentación social así establecidatiene una doble relación con el objeto:una simbólica, porque ocupa en elsujeto el lugar del objeto —le repre-senta— pero ese símbolo que repre-senta al objeto implica una actividadconstructiva por parte del sujeto y nomeramente reproductiva; y otra deinterpretación, al atribuir significadosal objeto.

Tabla 1. El espacio de estudio de las representaciones sociales (“RS”’)(Adaptado de Jodelet, 1989, p. 44)

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Aquí es donde reside una de lasprincipales características de lasrepresentaciones sociales: los proce-sos que llevan a la construcción delobjeto no son meramente cognitívos oclínicos, sino que son sociales y colec-tivos, lo que implica que los procesos<modos o maneras) que tiene unasociedad de conocer varian histórica-mente <Crespo, 1992). Sirva comoejemplo lo que dice el propio Moscovi-ci (1984> “la ciencia, originariamente,estuvo basada en el sentido común,haciendo menos común el sentidocomún; en la actualidad el sentidocomún es ciencia hecha común” (p.29>.

La representación social que te-nemos acerca de cualquier dominio esuna forma “FORMA DE SABER” acer-ca del objeto directamente observadoen, o inferido de, soportes língíiístícos,comportamentales o materiales. Estesaber acerca del objeto —el contenidode la representación social— es una‘modelización” del mismo; es decir,ciertos aspectos del objeto —en fun-ción de nuestros intereses, los de untiempo, una época, etc.—, se han for-malizado en una representación,actuando como modelo para nuestrotrato con la realidad que hemos forma-izado <“modelizado”).

Jodelet sintetiza las cuestionesque plantean los distintos elementosligados a la “representación”, las “for-mas de saber” y la “práctica” en trespreguntas: ¿Qué se sabe y de dóndese sabe? ¿Qué y cómo se sabe? ¿So-bre qué se sabe y con qué efecto?Preguntas que a su vez remiten a tresórdenes de problemáticas interdepen-

dientes y que subsumen los temasteóricos y empíricos. Estos tres ór-denes corresponden a los tres epígra-fes del cabecero interlineado en la Ta-bla 1.

Los pmcesos de anclaje yobjetivación

La sociología ha interpretado lasrepresentaciones sociales de un modoestático, como conceptos ya dados.La psicología en cambio ha estudiadosu estructura y dinámica tanto externacomo interna, es decir, como fenóme-no social o mental. Moscovici (1961,1981, 1984, 1988> manifiesta que lasrepresentaciones sociales se forman apartir de los procesos de “objetivación”y “anclaje”. Estos procesos son provo-cados por el efecto conjugado del fun-cionamiento cognitivo y social. Enconcreto, en su obra “El psicoanálisis,su imagen y su público” (1961) estudiacómo penetra la sociedad en la cien-cia <en este caso la sociedad francesaen el psicoanálisis): cómo lo socialtransforma un conocimiento en repre-sentación y cómo esta representacióntransforma lo social.

Estos dos procesos para Jodelet<1984> se refieren a la elaboración y alfuncionamiento de una representaciónsocial, pues muestran la interdepen-dencia entre la actividad psicológica ysus condiciones sociales de ejercicio.Numerosas investigaciones han mos-trado su pertinencia para el análisis delas representaciones y de los fenóme-nos sociocognitivos. Es más, dichosprocesos esclarecen una importantepropiedad del saber: la integración de

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la novedad y de lo desconocido comouna función básica de la representa-ción social. Las representacionessociales enlazan las imágenes y losconceptos, circulando en mundossociales compartidos y operandocomo la versión moderna del sentidocomún en diferentes situaciones ydentro de grupos diferentes estableci-dos. El estudio de las representacio-nes sociales significa el redescubri-miento de la mente social (Moscovící,1984>.

El proceso de anclaje posibilítaque algo no familiar e inquietante, queincite nuestra curiosidad, sea incorpo-rado dentro de nuestra propia red decategorías, permitiéndonos comparar-lo con aquello que nosotros considera-mos como miembro típico de esacategoría. El anclaje de toda repre-sentación se efectúa a través de la“categorízación” y el “lenguaje”. Anclaruna representación, pues, es clasifi-carla y etiquetaría. Categorizando lono categorizable y etiquetando lo metí-quetable, ya podemos representarlo.De este modo, la representación esbásicamente un proceso de clasifica-ción y de rotulación, un método deestablecer relaciones entre categoríasy etiquetas (Moscovici, 1981).

Los conceptos o categorías con-ceptuales son un tema central en lasdiferentes disciplinas de la cienciacognítiva.

En língúística, por ejemplo, elestudio de los significados de las pala-bras o representaciones léxicas con-lleva normalmente el estudio de losconceptos que son codificados paracada palabra, dada la polisemia de la

mayoría de las mismas. En psícolo~íacognítiva, se asume que los conceptosson los elementos constituyentes delpensamiento y de las creencias. ParaSmith (1988, 1989> el hecho de quelas categorías conceptuales estén ínti-mamente ligadas a los procesos deinferencia inductiva posíbilita conside-rarlas como las representacionesmentales que permiten identificar adistintos objetos o actores comomiembros de una misma clase dehechos, acciones, objetos, actores osituaciones. La categorización, pues,está íntimamente relacionada con losconceptos “los psicólogos a menudoasumen que un concepto es la repre-sentación mental de una categoría”<Smith, 1990, pSi>.

En sentido amplio, clasificar ocategorizar un elemento o actor de larealidad consiste en compararlo conun determinado conjunto de rasgos,reglas, plantillas, formas canónicas,ejemplares, etc.<depende del modeloconceptual elegido). Categorízar algúnelemento de la realidad equivale a ele-gir un prototipo entre los almacenadosen nuestra memoria y establecer unarelación positiva o negativa con él.Categorízar, pues, es el proceso deidentificar lo desconocido mediante lacomparación con una representaciónmental previamente establecida deuna clase/s de entidades con las queguarda alguna similitud, hasta que seincluye en alguna de ellas o por mediode una combinatoria de las mismasdevenga una nueva clase si hemoscolonizado un dominio de la realidadhasta entonces desconocido.

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Por ejemplo, el SIDA, en un pri-mer momento, puede ser representa-do en la clase de enfermedades con-tagiosas, lepra, sífilis, tuberculosis,etc. Hay, pues, un proceso de catego-rización —de algo desconocido einquietante, en base a informacióncontradictoria— por analogía. En lamedida que la investigación va difun-diendo información específica sobredicha enfermedad, el SIDA pasa atener una representación social espe-cífica, interviniendo en la construcciónde dicha representación social distin-tos actores <la ciencia, los medios decomunicación, el público, la moral, laideología dominante, etc). Ello no esóbice para que, en cuanto enfermedadcontagiosa, continue perteneciendo ala representación conceptual “enfer-medades contagiosas”, sin perder porello los rasgos específicos que la con-vierten en una representación socialespecífica (ver Páez et al., 1991, paraun estudio experimental de la repre-sentación social del SIDA).

Pero la categorízación conceptualimplica al lenguaje <etiquetamiento> síel sujeto tiene capacidad cognitiva ylíngúistica para ello. En el desarrolloevolutivo la categorízación es un pro-ceso primario, necesario para lasupervivencia de cada especie, nomediatizado por el lenguaje; la con-ceptualización, en cambio, es un pro-ceso secundario mediatizado por ellenguaje. Lo dicho no implica de queel proceso de categorización continúey se solape con el de conceptualiza-ción <Sáinz, 1985,1991).

Para Moscovicí <1981) ponernombre a las cosas o personas produ-

ce tres efectos: a) el elemento etique-tado puede describirse, pudiendoimputársele intenciones, ciertas cuali-dades, etc.; b) dicho elemento puededístinguirse de otros a través de lasimputaciones realizadas; y, c> se intro-duce al elemento en una convenciónentre aquellos sujetos que la usan yparticipan de la misma convencion.

El proceso de objetivación, por suparte, se refiere a la habilidad del pen-samiento y del lenguaje para materiali-zar una entidad abstracta. Este poderse basa en nuestra habilidad paracambiar una representación, la pala-bra de una cosa en la cosa de la pala-bra. intentemos explicar este circun-quiloquio de Moscovicí.

Hablando en términos estricta-mente cognítívos, las representacio-nes proposicionales del científico <lasrelaciones entre conceptos), acercade un área de la realidad, que tienealmacenadas en un “esquema” en lamemoria a largo plazo, son activadasy representadas en su memoria acorto plazo por medio de imágenesmentales y palabras. La informaciónasí representada interactúa con lainformación proviniente de la tarea arealizar (por ej., la divulgación de untema científico>. De este modo cons-truye un “modelo mental” que le posi-bílita dar con la analogía que permitala comprensión pertinente. Una de lasacepciones del término representaciónes la de “modelo” <Denis y Dubois,1 976>. Por ejemplo, en nuestro domi-nio —el de la psicología cognitiva— alcientífico le resulta más fácil explicarque la mente es un sistema de proce-samiento de la información, y al públi-

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Agustín MOÑIVAS LAZARO

co comprenderlo, si puede recurrir a la“metáfora del ordenador” por existiruna representación social de la infor-mática.

Las representaciones sociales entanto mecanismos útiles de comunica-ción sirven para trasladar principios deformulación abstrusa al lenguaje ordi-nario. Existen dos mundos o universosde significado en nuestra sociedad: elconsensualizado” y el “reifícado”, ya

que las representaciones emergenfuera de la psicología motívacionalindividual común a todas las culturas(Moscovící, 1982>. En el universo con-sensualízado el hombre es la medidade todas las cosas, reconociéndose lasociedad como una creación visible ycontinua, con significados y propósi-tos; en el universo reificado, en cam-bio, la sociedad fracasa al intentarreconocerse a sí misma y a sus pro-ductos, ya que éstos se presentanbajo la forma de objetos aislados.

Una representación social, pues,comprende una imagen y un concep-to. El concepto hace referencia a larealidad subjetiva interior y la imagena la realidad exterior (los modelos deidentificación del sujeto>. El procesode objetivación, en resumen, tiene dosfases para Moscovici. En una “primerafase”, objetivar significa descubrir losaspectos icónícos de una idea o unser mal definidos, es decir, unir el con-cepto con la imagen (p. ej., comparan-do a Dios con un padre). Pero notodas las palabras remiten a algunarealidad concreta (Paivio, 1986, distin-gue entre palabras concretas —lasque pueden ser fácilmente representa-das por una imagen— y palabras abs-

tractas —las que difícilmente puedenserlo>. El grupo de palabras seleccio-nadas sobre la base de su potencialpara ser representadas forma unacombinación. Para Moscovici (1981>esto se incorpora a lo que llama unmodelo de “núcleo figurativo”: unaestructura imaginaria (modelos deidentificación de la realidad con infor-mación fundamentalmente de tipovisual> que reproduce una estructuraconceptual de una manera visible. Enuna ‘segunda fase”, el concepto esverdaderamente naturalizado, mar-cando el momento en que lo percibidoreemplaza lo concebido y es su exten-sión lógica; es decir, la construcciónde un modelo, de una imagen, sirvepara insertar nuevos elementos osituaciones en la realidad, haciendonatural lo que en principio era abstrac-to. La representación se convierte encosa. La discrepancia, pues, entrerepresentación (la metáfora del orde-nador) y la cosa a representar <lamente humana como un sistema deprocesamiento de información> seborra. A partir de ese momento, cuan-do percibimos a un sujeto actuando enrelación con su medio, leyendo porejemplo, pensamos de un modo natu-ral que entre otras muchas posiblescosas está procesando información.

En el caso de una teoría comple-ja, como por ejemplo el psicoanálisis,la objetivación tendría una fase previade selección y descontextualízaciónde los elementos de la teoría. Esdecir, distintas informaciones sonseparadas del campo científico al quepertenecen, del grupo de expertos quelas ha concebido y son apropiadas por

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Representación e intervención social

el público que, al proyectarlas comohechos de su propio universo, consi-gue dominarlas <Jodelet, 1984/1986,p. 484). Para Moscovicí (1 981/1 976)“objetivizar es reabsorver un excesode significados materíalizándolos”.Este proceso de objetivación, dehacer concreto lo abstracto, a la horade elaborar representaciones socialesde distintos dominios científicos, con-lleva dos subprocesos: el de personi-ficación y el de “figuración”. El defiguración, en base a lo aquí dicho, esencontrar esa imagen en lo material

que concretiza el saber abstracto, y elde personificación es ligar ciertos ele-mentos inconexos de una teoría a unnombre (por ej., repremído, incons-ciente, etc., con Freud>. Los procesosde figuración y de personificación per-miten la construcción, con muy pococonocimiento acerca de algo, de unarepresentación social apta para lacomunicación, entre los individuos,sobre dicho tema (véase Tabla 2 parauna síntesis de los elementos, objetode investigación y procesos de larepresentación social).

Tabla 2. Elementos, objeto y procesos de la representación social

EhrnenoeComporrles

dewuRS

Objeto deImilgacián

Cwwíhca

PROCESOS

A n clii e Oblelivacián Fa~sdeIadejetíweidn

l*mat~vosOeg~ivusNormativaDecreadasValaes, et.

El ~jetodeinvest~adM es ar~resertad«iraultanie& laeméjiadérde laelenales, ereumeradesen la cdLxnna areenri,enniduárTacIad~ren si relai&icori aaa¡ón

Ctasikadón(ateg~ñzadór)

Eliqatiarrieto(ler~eaiel

Persornihcad&r FgnÉ ‘C~tnrn~áns~ativa‘Esq>erniaLizaá&r e~rtt¡varíe fonmad&rddrúlee I~ur*ivo

‘Nahsaluión

Metodología y dominios deaplicación de lasrepresentaciones sociales

Al tipo do conocimiento que con-tienen las representaciones sociales

se le llama también “saber del sentidocomún”, “saber ingenuo” y “sabernatural” como forma de conocimientoopuesta al conocimiento científico.Para Doise (1989>, por ejemplo, elpensamiento infantil y el pensamientonatural que se manifiesta en las RS,

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Agustín MOÑIVAS [AZARO

comparten las siguientes característi-cas: ambos tipos de pensamiento sesirven de informaciones fragmenta-rias; llegan a conclusiones demasiadogenerales a partir de observacínesparticulares; hacen prevalecer las con-clusiones sobre las premisas; basanlos argumentos de causalidad en aso-ciaciones de naturaleza evaluatíva yrecurren a numerosas redundanciastanto lexícales como sintácticas. Sinembargo —en base a la importanciaque tienen en la vida social y al papelclarificador que desempeñan en losprocesos cognitivos y en las interac-ciones sociales—, las representacio-nes sociales son un objeto de estudiotan legitimo como los del saber consi-derado tradicionalmente como científi-co. En este sentido, las representacio-nes sociales, se han convertido en elobjeto de estudio central de las cien-cias sociales, construyéndose alrede-dor de ellas un “corpus” de investiga-ción dotado de instrumentos metodo-lógicos y conceptuales propios <verAbric, 1989, para el estudio experi-mental de las mismas; Di Giacomo,1987 y T. Ibáñez, 1988, para susmétodos de análisis). Para las dificul-tades y los problemas tanto metodoló-gicas como teóricos que plantea larepresentación social ver Moñivas <enprensa).

El carácter tanto básico comoaplicado que tiene la investigaciónsobre las representaciones sociales,conlíeva el empleo de una ampliametodología: experimentación enlaboratorio y de campo; encuestasbasadas en entrevistas, cuestionarios,técnicas de asociación de palabras;

observación participante; análisisdocumental y de discursos, etc. La“social cognítion” americana, en con-creto, utiliza la metodología de la psi-cología cognitiva del procesamientode la información <Wyer & Srull, 1984;Srull & Wyer, 1988>. Moscovící (1981,1988) al considerar una categoría<perro> como una combinación ideali-zada de rasgos <cuatro patas, mamífe-ro, tener rabo, etc.> a los que se haunido un elemento de valor (amigo delhombre, muerde, transmite parásitos,etc.), crítica el que la psicología cogni-tíva, y la “social cognición” que larepresenta, no de cuenta del sustratorepresentativo de esos modelos declasificación y olviden, por lo tanto,completamente una visión colectiva deaquello que está siendo clasificado.

En Francia, en cambio, en vez deemplear una metodología individual,las investigación sobre las representa-ciones sociales comenzó con el análi-sis de entrevistas, artículos, TV., yotros medios de comunicación <Farr yMoscovíci, 1984); lo que se describeson los contenidos de las realidadesexpresivas compartidas.

El constructo representaciónsocial se aplica a áreas y objetosdiversos. Por ejemplo: al campo cien-tífico (teorías y disciplinas cientificas,difusión de conocimientos, didácticade las ciencias, desarrollo tecnológi-co..); al área cultural <cultura, reli-gión..); al área social e institucional(política, movimientos sociales, econo-mía, sistema jurídico, criminalidad..>;al dominio de la producción <profesio-nes, trabajo...>; al área biológica ymédica (cuerpo, sexualidad, enferme-

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Representación e intervención social

dad, dolor, minusvalías...); al campopsicológico (personalidad, representa-ción de sí mismo y de los otros, inteli-gencia, grupos...>; al área de la educa-ción <instituciones escolares, roles,formación..>; estudio de roles y acto-res sociales (niños, mujeres, hombres,diferencias de género... ); relacionesintergrupales (naciones, étnias, sexos,categorías sociales, identidad...) (Cf.Jodeiet, 1989).

En aspectos concretos, y porenumerar sólo algunos trabajos, Herz-lich (1969) ha estudiado la representa-ción social de la salud y de la enfer-medad; Jodelet <1976> la del cuerpo;Chombart de Lauwe (1976, 1984,1986, & Feuerhahn, 1989) la de lainfancia; Flament <1967) la de situa-ciones conflictivas; Gilly (1989) las delcampo educativo; Perron <1991) lasdel sí mismo “self”; Palmonarí <1981 yasociados) los aspectos característi-cos del proceso de profesionalizaciónde la psicología, y la evolución de lapsicología como ciencia; y, Hewstone<1985, 1989) lo aplica como herra-mienta de análisis a las pautas socie-tales de atribución <como, por ejmplo,de las teorías de la conspiración),investigando las atribuciones de losacontecimientos societales <pobreza,desempleo> y explorando las atribucio-nes en culturas diferentes (lo societales uno de los cuatro niveles de análi-sis, junto al intrapersonal, interperso-nal e íntergrupal que Doise, 1986,emplea en las explicaciones en psico-logía social; el nivel socíetal estudíalas creencias compartidas por un grannúmero de personas en el seno deuna sociedad determinada).

En nuestro país, algunos de lasinvestigaciones realizadas son los deAyestarán (1985, 1987> que ha estu-diado la representaciones sociales dela enfermedad mental en País Vasco yla representación social del grupo<véase también Paéz y Ayestarán,1985). Páez et al. <1991) han investi-gado la representación social delSIDA. De Paúl y San Juan (1992) hanestudiado la representación social delos malos tratos y el abandono infanti-les, y Casas <1992) las representacio-nes sociales de las necesidades delos niños, y su calidad de vida. Mayor<1992; en prensa) ha investigado larepresentación social de la drogode-pendencía, proponiendo un modelo deintervención.

En base a todos estos dominios alos que el concepto de representaciónsocial se aplica, podríamos decir quedicha teoría ha alcanzado su madurezcientífica, mostrándose fecunda en eltratamiento de los problemas psicoló-gicos y sociales de nuestra sociedad.

Representación social eintervención

Actualmente existe la tendencia aconsiderar a las representacionessociales como marcos de referencia omodelos que categorizan y seleccio-nan nueva información al tiempo quesugieren explicaciones y formas deintervención sobre el objeto que repre-sentan. Para Moscovicí (1988) y Farr(1987), entre otros, una representa-ción social es la elaboración cognítívade un objeto social por un grupo de

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individuos -por ejemplo, “trabajadorsocial y sujeto/s objeto de la interven-ción (el texto entre paréntesis esnuestro>-, con el fin de comunicarse yactuar sobre él.

El que la “representación social”es una forma de saber práctico (véaseTabla 1) hace referencia “a la expe-riencia a partir de la cual él es produci-do, los marcos y condiciones en losque se da, y sobre todo al hecho deque la representación sirve paraactuar sobre el mundo y los otros”. Laposición ocupada por la representa-ción en la adaptación práctica delsujeto a su medio será calificada poralgunos como compromiso social(Jodelet, 1989, p. 44-5).

El conocimiento que contienenlas representaciones sociales, pues,es un conocimiento fundamentalmentepráctico. Desde la óptica del trabaja-dorsodal ~dd~nios conskjerarlascomo un intento conjunto de formali-zar el entorno, comprender y dar solu-ciones a los problemas que traen laspersonas, actuando sobre ellas y conellas ¡unto con otros profesionales<aspecto este último multídiscíplínar dela intervención>, y responder a pregun-tas, dando respuestas a problemaspara los que el sujeto no tiene solu-ción.

Si los sujetos, a través de lasrepresentaciones sociales, el conoci-miento que contienen, participan acti-vamente en la construcción social dela realidad (término éste aportado porBerger y Luckman, 1986), la interven-ción del trabajador social es en granmedida una reconstrucción de su rea-lidad, una reorientación de la misma

(lo real que portan las personas —laenfermedad, la indigencia, la falta derecursos y/o de conocimientos parasolucionar el problema, etc.).

El término “intervención social” seemplea para dar cuenta de una altera-ción de las relaciones intrasocíales,planificada o no planificada, intencio-nada o no intencionada. El efecto esel cambio social. Relaciones irritraso-cíales existen entre individuos, grupos,organizaciones e instituciones (Seid-man, 1983, p. 12). Precisamentedonde las representaciones socialesdifieren de otros constructos represen-tacionales es en el énfasis puesto enla transformación de los conocimien-tos sociales <Hewstone, 1992>. Mos-covici (1 961/1 976> insiste en que losconocimientos especializados única-mente influyen en la vida diaria sino con ,-Io Inc nono,’, si ¡ ct nos’, cnr’, a—

dad. Es desde esta dimensión decambio o transformación social,común a la intervención —tal y comola hemos definido— y a la representa-ción social, que vemos la pertinenciade la teoría de la representación socialpara Trabajo Social. Un trabajadorsocial puede acceder a la representa-ción social que un sujeto, grupo ocomunidad tiene del problema por elque demanda a través de la entrevista—individual o de grupo——, del análisisde contenido de documentos, de lacomparación entre conocimientosespecializados y profanos, etc. Losprocesos de anclaje y de objetivaciónle permitirán evaluar si el sujeto hacambiado su conocimiento y/o su tratocon la realidad.

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Representación e intervención social

Como anteriormente dijimos en laintroducción, la intervención de un tra-bajador social será tanto más eficazcuanto más precisa sea la representa-ción social que acerca de su profesióntiene la sociedad. En este sentidohemos de tener en cuenta que el con-cepto de “lo social» no es unívoco,habíéndose empleado tanto paradesignar las acciones caritativas yfilantrópicas como la implantación dela política social. Por su parte, el tra-bajo social ha sido considerado tantocomo una “actividad” <Boehm, 1959;Naciones Unidas, 1960), como una“profesión’ <Friedíander, 1968; Por-zecnskí, 1973), como un ‘proceso”(Leonard, 1966; Trecker, 1972), comoun servicio” <Towley, 1964) y comouna “tecnología social” <Alylwin yRodríguez. 1971; Ottenberger, 1974;Valenzuela y Marín, 1979) (Cf., Ander-Egg, 1992>.

Por otra parte, si tenemosencuenta tres enfoques de dicha pro-fesión -“asistencia social”,”servícíosocial” y “trabajo social” <Barreíx,1971)-, no es clara la representacionalsocial que marque las diferencias y/ointegre dichos enfoques, ya quedichos aspectos pueden ser conside-rados como tres fases o etapas de unmismo proceso -siempre que un suje-to o grupo tenga capacidad para reco-rrerlas, hasta ser capaz de manejar supropia situación-. Por ejemplo, en unsentido el objeto de la ‘asistenciasocial” son los sujetos que necesitanayuda, sea ésta eventual o permanen-te; el ‘servicio social”, por su parte,añade al aspecto asistencial la dimen-sión rehabílítadora; y el “trabajo

social”, además de las dos accionesanteriores, intenta que los interesadosconsigan manejar sus propias situa-ciones. Es precisamente en esta últi-ma fase o enfoque del trabajo social,donde se pone manifiesto la relevan-cia del concepto de «representaciónsocial» para que los individuos, gru-pos o comunidades, a través de lainteracción dinámica con el trabajadorsocial, en un principio, construyan lasrepresentaciones sociales que trans-formen su realidad actual. En los dosenfoques primeros, desde la perspec-tiva del trabajador social, la represen-tación social delimita ámbitos y proce-dimientos específicos de acción.

La intervención del trabajadorsocial, pues, se lleva a cabo con lafinalidad de dar respuesta a determi-nadas problemáticas sociales que lossujetos, instituciones o comunidadesafectadas no logran solucínar por símismos.

Para Ander-Egg <1992) el trabajosocial en cuanto que utiliza una seriede procedimientos operativos más omenos formalizados para dar respues-ta a situaciones-problema, constituyeuna «tecnología social”. El trabajosocial en cuanto tecnología social esel uso de procedimientos que tienenen cuenta los conocimientos teóricosque se aplican a objetivos prácticos.Pero el trabajo social, al igual quetodas las tecnologías, tiene un funda-mento científico o una apoyatura teóri-ca que toma de las ciencias socialesen general, entre ellas la psicología. Eltrabajo social como forma de acción opráctica social, que se expresa en unaamplia variedad de actividades, toma

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Agustín MOÑIVAS LAZARO

prestados conocimientos o teoríasproducidos por diversas ciencias<pscicologia, sociología, antropología,etc.>. Además se apoya en aspectosoperativos, en el método científico yen la experiencia práctica acumulada.Esta experiencia acumulada es de laque deberíaconstituir uno de los cam-pos principales de investigación deltrabajo social. Dicha experiencia acu-mulada remite a la dimensión prácticade cualquier tecnología social, junto alas dimensiones científica, metodológi-ca e ideológica.

Es precisamente, y para finalizar,en esta experiencia acumulada deltrabajador social, donde creemos per-tinente el concepto y teoría de «repre-sentación social», en el sentido deque es un instrumento de conceptuali-zación de la realidad. Dicho constructoposibílita al trabajador social la cons-trucción de un modelo mental de lasituación, así como la posibilidad deinducir en el sujeto o grupo quedemanda las representaciones socia-les pertinentes a dicha demanda, paraque su intervención sea efectiva.

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Agustín MOÑIVAS LAZARO

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