RESEÑA. DE LIBROS - Ministerio de Educación y Formación ...

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RESEÑA. DE LIBROS Communications, 7, 1966: «Radio- Télevision» (Reflexions et Recher- ches). Por fortuna podemos ya afirmar que los esfuerzos de un buen sector de intelectuales, que han venido de- dicando su atención preferente a los medios de comunicación social, han dado frutos hasta caer en la cuenta de algunas de las ventajas que su- pone el hecho de que la televisión sea una manifestación de madurez al largo proceso humano de las téc- nicas de comunicación. Algunos de los serios inconvenientes de los que ha adolecido el cine, por ejemplo, se han podido subsanar de raíz, apenas aparecida la novísima técnica de la televisión. La televisión ha tomado ya carta de ciudadanía y podemos afirmar que cuenta con los principios cien- tíficos de base para una ulterior ela- boración metódica de sus exigencias, sus consecuencias, su capacidad ex- presiva y su trascendencia operativa en el orden social. La que Feldmann ha venido llamando «Fernwissen- chaft» se viene emancipando progre- sivamente de los principios generales de la publicistica. Una buena prueba de la amplia perspectiva que el mundo de la te- levisión viene descubriendo a los es- tudiosos es el número 7 de la revista Communications, aparecido reciente- mente y dedicado en forma mono- gráfica al problema de la televisión. Abraham A. Moles, de la Universidad de Estrasburgo, vuelve a insistir en un tema abordado por la Conferen- cia de las Naciones Unidas sobre aplicación de la ciencia y la técnica en las regiones poco desarrolladas el cometido de la televisión en la promoción socio-cultural. Insiste Moles en la idea de que la función de la televisión puede confi- gurarse dentro de un «ciclo» socio- cultural que el trata de perfilar, es- tudiando el complejo cuadro de re- laciones que establece la propia na- turaleza del medio con el ámbito de fenómenos socio-culturales. Michel Crozier, del Centre Natio- nal de la Recherche Scientifique, al estudiar la problemática de la te- levisión en relación con el desarrollo cultural, insiste en un aspecto bási- co de la planificación de programas : la necesidad previa de elaborar una política cultural. Para el cumpli- miento de la función cultural que toca a la televisión, dice, es necesa- rio establecer previamente los límites de una política cultural. Hay que analizar su impacto desde el punto de vista del público, de los creadores, del mercado, etc. Desde este punto de vista el desarrollo de la televisión tiende esencialmente a acelerarse y a convertir en más conscientes y ope- rativos los mecanismos de leed back entre creadores y organizadores de la cultura, por una parte, y el pú- blico, por otra. Esto significa en úl- timo análisis que la sociedad se con- vierte en más consciente en virtud de leyes internas que afectan en bue- na medida a las decisiones colectivas. Esta toma de conciencia implica ne- cesariamente los conceptos de res- ponsabilidad y política. Pero si vol- vemos al dilema del punto de par- tida esta exigencia de responsabili- dad y sentido político no significa que nosotros podamos incluso crear e imponer los standard de calidad y utilizar la televisión para educar a las masas. El problema que plan- tea este tránsito hacia una organi- zación más consciente hace relación esencial a una transformación de la sociedad que no tiene por fin elabo- rar criterios de selección aceptables (tampoco los rehusa); tiene por misión, al contrario, descubrir los medios, preservar y acrecentar el margen de esa libertad sin la cual el público no se estimula, los crea- dores se paralizan y las organizacio- nes se entumecen en la burocra- cia (1). Jules Gritti estudia en este mis- mo volumen a la televisión desde ,la perspectiva del cine. No es la prime- ra vez que lo hace. Conocíamos ya diversos trabajos de Gritti (2), to- dos ellos relacionados con los con- tenidos de trascendencia de la tele- visión. Gritti lucha por evitar todo dog- matismo en el análisis de las fun- ciones expresivas peculiares de la te- levisión. El hilo conductor de su aná- lisis es el que utiliza Roman Jakob- son a propósito del lenguaje : la fun- ción «expresiva», la función «flitica», la función «conativa», «metalingüís- tica», «poética» y «referencial», esta última llamada también cognitiva o denotativa. Se llega a la conclusión de la per- fección relativa de la televisión en el ámbito expresivo : «en el lengua- je televisual, la insuficiencia de la imagen —dice— permite una «espa- cialidad» dirigida al espectador; la imagen y la palabra entran en for- mas redundantes, propician la char- latanería, pero también la elocuen- (1) Op. cit., 17. (2) Cfr. aut. cit. : Télevision et conscience chretienne. Privat, Tou- louse. 1963: y A. AYFRE : Cinema, Télevision et Pastorale. Fleurus, Pa- ris, 1964. cia auténtica; la expresividad per- sonal parece acomodarse a veces a este medio de comunicación, la in- terpelación se ha llegado a conver- tir en un habito, en solución fácil, pero también implica una form auténtica y verdadera de contacto humano. Mientras el carácter espec- tacular de la televisión la somete a normas de carácter lúdico, su condi- ción de órgano informativo la vuel- ve a poner en contacto con nuevas exigencias de exactitud.» Michel Tardy, de la Universidad de Estrasburgo, se ocupa en este mismo volumen de la critica de te- levisión. Suscita Tardy el problema de una catalogación de las tenden- cias que han venido mareándose en el ejercicio de esta modalidad de pe- riodismo de opinión. La crítica de televisión dispone todavía de pocos reconocimientos y menos privilegios. Fundada en un repertorio de crite- rios personales, la crítica de televi- sión acusa, según Tardy, la carencia de unos principios objetivos a los que remitirse. Es un grave riesgo que desemboca con frecuencia en la ar- bitrariedad. Por otra parte la crítica de televisión difiere notablemente de la crítica de espectáculos, en el sen- tido de que nace siempre a poste- riori y su función es puramente in- dicativa de estados de opinión más o menos generalizados y responsa- bles. Observa Tardy la imposibilidad de someter a crítica todos los pro- gramas de televisión, dado que la programación de ésta es como un gran mosaico, alguna de cuyas pie- zas no resisten evidentemente análi- sis en profundidad. Otro de los temas que merece 'a atención de los colaboradores del volumen de Communications que es- tamos comentando, es la entrevista por televisión. Observa a este propó- sito Pierre Dumayet que la entre- vista televisada difiere notablemente de la. entrevista en la prensa y en la radio. Se atiene Dumayet a las conclusiones derivadas de su exposi- ción en el Seminario de Georges Friedmann en la escuela práctica de Altos Estudios, celebrado el 9 de ju- nio de 1965. Parece ser que uno de los proble- mas fundamentales es el de la «dis- tancia que media entre el entrevis- tador y el entrevistado. Y entre el entrevistado y el público telespecta- dor. Evidentemente se trata de dis- tancias no físicas, sino psicológicas. Se considera también la posibilidad de que el entrevistador deba ser un actor más que un periodista, dado que el gesto y la expresión son fac-

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RESEÑA. DE LIBROS

Communications, 7, 1966: «Radio-Télevision» (Reflexions et Recher-ches).

Por fortuna podemos ya afirmarque los esfuerzos de un buen sectorde intelectuales, que han venido de-dicando su atención preferente a losmedios de comunicación social, handado frutos hasta caer en la cuentade algunas de las ventajas que su-pone el hecho de que la televisiónsea una manifestación de madurezal largo proceso humano de las téc-nicas de comunicación. Algunos delos serios inconvenientes de los queha adolecido el cine, por ejemplo, sehan podido subsanar de raíz, apenasaparecida la novísima técnica de latelevisión.

La televisión ha tomado ya cartade ciudadanía y podemos afirmarque cuenta con los principios cien-tíficos de base para una ulterior ela-boración metódica de sus exigencias,sus consecuencias, su capacidad ex-presiva y su trascendencia operativaen el orden social. La que Feldmannha venido llamando «Fernwissen-chaft» se viene emancipando progre-sivamente de los principios generalesde la publicistica.

Una buena prueba de la ampliaperspectiva que el mundo de la te-levisión viene descubriendo a los es-tudiosos es el número 7 de la revistaCommunications, aparecido reciente-mente y dedicado en forma mono-gráfica al problema de la televisión.Abraham A. Moles, de la Universidadde Estrasburgo, vuelve a insistir enun tema abordado por la Conferen-cia de las Naciones Unidas sobreaplicación de la ciencia y la técnicaen las regiones poco desarrolladasel cometido de la televisión en lapromoción socio-cultural.

Insiste Moles en la idea de que lafunción de la televisión puede confi-gurarse dentro de un «ciclo» socio-cultural que el trata de perfilar, es-tudiando el complejo cuadro de re-laciones que establece la propia na-turaleza del medio con el ámbitode fenómenos socio-culturales.

Michel Crozier, del Centre Natio-nal de la Recherche Scientifique,al estudiar la problemática de la te-levisión en relación con el desarrollocultural, insiste en un aspecto bási-co de la planificación de programas :la necesidad previa de elaborar unapolítica cultural. Para el cumpli-miento de la función cultural quetoca a la televisión, dice, es necesa-rio establecer previamente los límitesde una política cultural. Hay queanalizar su impacto desde el puntode vista del público, de los creadores,

del mercado, etc. Desde este puntode vista el desarrollo de la televisióntiende esencialmente a acelerarse ya convertir en más conscientes y ope-rativos los mecanismos de leed backentre creadores y organizadores dela cultura, por una parte, y el pú-blico, por otra. Esto significa en úl-timo análisis que la sociedad se con-vierte en más consciente en virtudde leyes internas que afectan en bue-na medida a las decisiones colectivas.Esta toma de conciencia implica ne-cesariamente los conceptos de res-ponsabilidad y política. Pero si vol-vemos al dilema del punto de par-tida esta exigencia de responsabili-dad y sentido político no significaque nosotros podamos incluso creare imponer los standard de calidad yutilizar la televisión para educar alas masas. El problema que plan-tea este tránsito hacia una organi-zación más consciente hace relaciónesencial a una transformación de lasociedad que no tiene por fin elabo-rar criterios de selección aceptables(tampoco los rehusa); tiene pormisión, al contrario, descubrir losmedios, preservar y acrecentar elmargen de esa libertad sin la cualel público no se estimula, los crea-dores se paralizan y las organizacio-nes se entumecen en la burocra-cia (1).

Jules Gritti estudia en este mis-mo volumen a la televisión desde ,laperspectiva del cine. No es la prime-ra vez que lo hace. Conocíamos yadiversos trabajos de Gritti (2), to-dos ellos relacionados con los con-tenidos de trascendencia de la tele-visión.

Gritti lucha por evitar todo dog-matismo en el análisis de las fun-ciones expresivas peculiares de la te-levisión. El hilo conductor de su aná-lisis es el que utiliza Roman Jakob-son a propósito del lenguaje : la fun-ción «expresiva», la función «flitica»,la función «conativa», «metalingüís-tica», «poética» y «referencial», estaúltima llamada también cognitiva odenotativa.

Se llega a la conclusión de la per-fección relativa de la televisión enel ámbito expresivo : «en el lengua-je televisual, la insuficiencia de laimagen —dice— permite una «espa-cialidad» dirigida al espectador; laimagen y la palabra entran en for-mas redundantes, propician la char-latanería, pero también la elocuen-

(1) Op. cit., 17.(2) Cfr. aut. cit. : Télevision et

conscience chretienne. Privat, Tou-louse. 1963: y A. AYFRE : Cinema,Télevision et Pastorale. Fleurus, Pa-ris, 1964.

cia auténtica; la expresividad per-sonal parece acomodarse a veces aeste medio de comunicación, la in-terpelación se ha llegado a conver-tir en un habito, en solución fácil,pero también implica una formauténtica y verdadera de contactohumano. Mientras el carácter espec-tacular de la televisión la somete anormas de carácter lúdico, su condi-ción de órgano informativo la vuel-ve a poner en contacto con nuevasexigencias de exactitud.»

Michel Tardy, de la Universidadde Estrasburgo, se ocupa en estemismo volumen de la critica de te-levisión. Suscita Tardy el problemade una catalogación de las tenden-cias que han venido mareándose enel ejercicio de esta modalidad de pe-riodismo de opinión. La crítica detelevisión dispone todavía de pocosreconocimientos y menos privilegios.Fundada en un repertorio de crite-rios personales, la crítica de televi-sión acusa, según Tardy, la carenciade unos principios objetivos a losque remitirse. Es un grave riesgo quedesemboca con frecuencia en la ar-bitrariedad. Por otra parte la críticade televisión difiere notablemente dela crítica de espectáculos, en el sen-tido de que nace siempre a poste-riori y su función es puramente in-dicativa de estados de opinión máso menos generalizados y responsa-bles. Observa Tardy la imposibilidadde someter a crítica todos los pro-gramas de televisión, dado que laprogramación de ésta es como ungran mosaico, alguna de cuyas pie-zas no resisten evidentemente análi-sis en profundidad.

Otro de los temas que merece 'aatención de los colaboradores delvolumen de Communications que es-tamos comentando, es la entrevistapor televisión. Observa a este propó-sito Pierre Dumayet que la entre-vista televisada difiere notablementede la. entrevista en la prensa y enla radio. Se atiene Dumayet a lasconclusiones derivadas de su exposi-ción en el Seminario de GeorgesFriedmann en la escuela práctica deAltos Estudios, celebrado el 9 de ju-nio de 1965.

Parece ser que uno de los proble-mas fundamentales es el de la «dis-tancia que media entre el entrevis-tador y el entrevistado. Y entre elentrevistado y el público telespecta-dor. Evidentemente se trata de dis-tancias no físicas, sino psicológicas.Se considera también la posibilidadde que el entrevistador deba ser unactor más que un periodista, dadoque el gesto y la expresión son fac-

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tores fundamentales del reportajehumano que toda entrevista televi-sada implica y representa. Fierre Du-mayet trata de resolver cada una deestas cuestiones. Sus conclusiones aveces no parecen apolíticas, pero re-sultan ser aportaciones útiles paraun planteamiento de mayor exten-sión y mayor profundidad.

Edgar Morin, del Centre Nationalde la Recherche Scientifique, aplicala entrevista como técnica a las cien-cias sociales y después de analizarlos diferentes tipos de entrevistas ysu material dificultad pasa al estu-dio de la entrevista en la radio-tele-visión y en el cine. Por su grado decomunicabilidad Morin distinguecuatro tipos de entrevistas

La entrevista-rito.La entrevista anecdótica.La entrevista-diálogo.

Y las que él llama neo-confesiones.En la entrevista-rito se trata de

obtener una palabra cuya importan-cia le nace de ser pronunciado hicet nunc. La entrevista anecdótica

define el frecuente uso que de ellasuele hacerse en las conversacionesfrívolas con vedettes, deportistas, to-reros y otros tipos de personas pró-ximas a la admiración y el senti-miento de las clases menos dotadasintelectualmente. La entrevista-diä-lo constituye una búsqueda comúnentre el entrevistador y el entrevis-tado. Las que Morin llama neo-con-fesiones revelan un entendimientomayor del contenido humano y psi-cológico de sus participantes al es-tilo del «cine-verdad». Morin finali-za su trabajo analizando los diversostipos de entrevistados y entrevista-dores y el papel que la entrevistaestá llamada a desempeñar en unapolítica de la comunicación.

La segunda parte del volumen in-cluye un trabajo de André Cluck-mann acerca de los efectos que lasescenas de violencia en el cine y enla televisión ejercen en la juventud.Es éste un tema de tal trascendenciaque bien merece la pena de dejarlopara una próxima ocasión. La ter-cera parte del volumen está consa-

grada a crónicas semiológicas contrabajos originales de Georges Fried-mann sobre una retórica de los sím-bolos, Claude Bredmon sobre el aná-lisis conceptual del Corán; TzvetanTodorov sobre perspectivas sernioló-gicas y Christian Metz que, a pro-pósito de Louis Hjelmsle y y AndréMartinet, se ocupa de precisar elconcepto de semiótica.

Consideramos que en su conjuntoel reciente volumen de la revistaCons munications representa la masvaliosa aportación documental quea nivel superior se había producidoa propósito de la televisión desde laSemana Universitaria del InstitutoSolvay de la Universidad Libre deBruselas. Afortunadamente a estosdos trabajos habrá que añadir la pu-blicación de las ponencias y comu-nicaciones de la I Semana Interna-cional de Estudios Superiores de laTelevisión recientemente celebradaen España (León), por iniciativa delCentro de Formación del Servicio deFormación de Televisión Española.—JESÚS GARCIA JIMÉNEZ.