Reseña de La Conformación de Un Clima Cultural - L. Rubinich (Bonacci) ÚLTIMO

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Universidad de Buenos Aires Facultad de Ciencias Sociales Carrera de Sociología. Sociología Especial: Historia Sociológica de la Sociología en Argentina. Titular: Dr. Diego Pereyra Práctico: José Casco y Micaela Baldoni Curso de Verano 2008 Fecha de entrega: 7 de mayo de 2008 Juan M. Bonacci DNI: 28936471 [email protected] 1 | Página

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Reseña del libro de L. Rubinich

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Resea: La conformacin de un clima cultural

Universidad de Buenos Aires

Facultad de Ciencias Sociales

Carrera de Sociologa.

Sociologa Especial: Historia Sociolgica de la Sociologa en Argentina.

Titular:Dr. Diego Pereyra

Prctico: Jos Casco y Micaela BaldoniCurso de Verano 2008

Fecha de entrega: 7 de mayo de 2008

Juan M. Bonacci

DNI: 28936471

[email protected]

RESEA

La conformacin de un clima cultural. Neoliberalismo y universidad. Lucas Rubinich, Libros del Rojas, Buenos Aires, 2001.En las ltimas dos dcadas han tenido lugar reconfiguraciones significativas de las instituciones acadmicas tradicionales en Argentina, que implicaron la mutacin de los actores tradicionales y la aparicin de otros nuevos. En relacin con esta cuestin, el libro de Lucas Rubinich, La conformacin de un clima cultural. Neoliberalismo y universidad, analiza el proceso de articulacin de nuevas miradas sobre la universidad pblica dentro del propio espacio acadmico argentino y regional, en el marco de la implementacin de medidas de tinte neoliberal relacionadas con la transformacin de instituciones nodales de la sociedad argentina. El estudio de Rubinich forma parte de una serie (Extramuros) de libros editados por el Centro Cultural Ricardo Rojas, que se constituy como un espacio de difusin de diversos estudios sociolgicos sobre las transformaciones estructurales en la sociedad relacionadas con la promulgacin del modelo neoliberal en nuestro pas, de la mano del gobierno de C. Menem.

En el marco de esta empresa cultural, resulta significativo destacar la publicacin de una conferencia de Bourdieu editada por el mismo Centro Cultural Rojas, en el ao 2000, prologada por Lucas Rubinch. En esta conferencia se encuentran los elementos que nutren los principales preocupaciones que Rubinich enuncia en ese prlogo y luego desarrolla en La conformacin, que involucran la necesidad de revisar los presupuestos no cuestionados de las propuestas de transformacin de los principales actores de la nueva economa (los organismos financieros internacionales), que estn presentes en las formulaciones de actores vinculados al espacio acadmico, en un marco de ambigedad y confusin entre los papeles tecnocrticos y cientficos (Rubinich en Bourdieu, 2000: 14).

As tambin, la mirada del autor es tributaria de la perspectiva intelectual de Pierre Bourdieu, en efecto, el estudio se centra en las condiciones de produccin del propio conocimiento de lo social intentando poner en prctica lo que el autor francs denomina socioanlisis, como una forma de develar las maneras en que se cristaliza cierto sentido comn sociolgico, revalorizando la potencialidad crtica de la produccin de conocimiento cientfico sobre lo social.

Rubinich conceptualiza como clima cultural este inficionamiento de sentidos comunes tributarios del economicismo que nutre el denominado Pensamiento nico en discursos acadmicos, destacando el papel que juegan los organismos financieros internacionales en la gestacin y promulgacin de los mismos, en virtud de la capacidad que poseen para la imposicin de visiones del mundo.El autor va desplegando este planteo de manera gradual y circular, retomndolo desde diferentes ngulos. A su vez, construye un anlisis crtico de los argumentos cuestionadores del funcionamiento de la universidad pblica, en particular de la UBA.En el nivel terico, recurre a ideas y conceptos generales de la teora social clsica, en tanto uno de sus objetivos es abrir el debate, entre los actores del espacio acadmico intelectual de las ciencias sociales, sobre las reformas de las instituciones pblicas universitarias y las retricas en las que stas se apoyan. Por otra parte, el estudio tambin aborda las problemticas centrales de la constitucin de un espacio acadmico. El objetivo de esta resea es proponer una lectura en ambas direcciones.En principio Rubinich presenta la hiptesis central sobre la que se apoya su exposicin y sus elementos ms importantes. Se trata del anlisis de una asociacin particular entre dos actores significativos: por un lado, los organismos financieros internacionales (OFI) como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, quines realizan propuestas de reforma sobre los dficits de la universidad pblica argentina; y, por otro lado, los cientficos sociales especialistas en educacin vinculados a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).Estos ltimos proveen diagnsticos que se nutren de elementos caros a la teora social prestigiosa, establecindose como actores legitimantes de las propuestas de reforma de la universidad pblica. De este modo, si bien los argumentos de ambos actores difieren en la tnica y el estilo discursivo, ms precisamente en el caso de los OFIs por expresar una vinculacin directa con las premisas del neoliberalismo, los efectos condensados en las conclusiones a las que ambos arriban, se articulan conformando lo que el autor denomina como el problema de la universidad pblica. En la forma que adopta esta articulacin entran en juego ciertos presupuestos que el autor considera vinculados a la persistencia de expectativas igualitarias de una amplia franja de clases medias, constitudas en relacin con la conquista de diferentes niveles educativos. Estos elementos ya se encuentran presentes en otro artculo del autor donde se relaciona la valoracin positiva de la educacin por parte de sectores de clases medias, con el desarrollo de una industria cultural y la creacin de instituciones universitarias a travs de la concrecin de trayectorias de ascenso social (Rubinich, 1999). De este modo, la universidad aparece como depositaria especfica de este igualitarismo de clases medias, y como una institucin pblica que ha sabido mantenerse al margen de los diversos discursos cuestionadores del funcionamiento de las mismas. Esto constituye un elemento para entender por qu un discurso neoconservador raso de transformacin del sistema educativo, puede tener dificultades para operar en este mbito, resaltando la importancia que en trminos de legitimacin tuvieron las formulaciones especficas de actores prestigiosos del mbito acadmico, a travs de la realizacin de diagnsticos sobre el carcter reproductor de la desigualdad de las principales instituciones pblicas de educacin superior.

La construccin de la universidad como un problema social es el punto desarrollado en el captulo I. All el autor da cuenta de las condiciones propicias para la formulacin de cuestionamientos a la universidad pblica, como antecedentes de lo que ser la consolidacin de un clima cultural. Esta formulacin pblica de una situacin problemtica respecto de la universidad pblica tiene su concrecin en un contexto de descalificacin de las instituciones pblicas, en los aos 90. Previamente, a pesar de las condiciones internas de relativa debilidad institucional (que imputa a la explosin de la matrcula tras la apertura democrtica, al escaso financiamiento, etc.) que afectan a quienes se desempean en estas instituciones, stas no eran suficientes como para permitir una transformacin que cuestionara en varios aspectos los principios heredados del la tradicin de la Reforma del 1918.

En este sentido, la importancia de actores significativos con habilitacin para imponer visiones del mundo, es crucial para llevar adelante la traduccin al lenguaje de la tradicin cara a al espacio universitario, de los principios condensados en las reformas neoliberales. La legitimidad de estos actores y las operaciones que estos concretan es crucial para entender la concrecin de los diagnsticos de organismos financieros internacionales que ya operaban como antecedentes.

En tanto, en un marco de desconfianza hacia lo pblico, la agenda sobre la necesidad de transformacin del estado desde una perspectiva eficientista apareca, aunque algo distante de obtener legitimidad, a travs de los organismos financieros internacionales, sobre actores del mbito acadmico local. No obstante, durante el gobierno de Alfonsn, por la estrecha vinculacin de ste con la tradicin del reformismo, as como con las perspectivas igualitaristas de las clases medias, no estaban dadas las condiciones para la consolidacin de ese clima cultural, adems de que la UBA vea revitalizado su prestigio.

El anlisis de la vinculacin entre organismos financieros internacionales y analistas sociales especialistas en educacin, es desarrollado en el captulo II. Aqu el autor sostiene que mientras los primeros tenan la habilitacin cultural para formular diagnsticos y la capacidad poltica para llevar a cabo su implementacin, los segundos poseen la capacidad de legitimarlos en el seno del propio espacio universitario, en tanto portadores del bagaje conceptual tributario de la teora social clsica, y de la retrica poltica que se reconoce en las tradiciones progresistas.

Esto explicara por qu otros sectores ms estrechamente vinculados e interesados en la implementacin de las reformas basadas en las propuestas de los organismos financieros internacionales, pero que son extraos a la tradicin progresista del reformismo afianzada en las universidades pblicas (como los sectores del catolicismo del que proviene De Imaz, o aquellos adscriptos a la escuela econmica de Chicago) no encuentran canalizacin a sus intentos de transformacin. Contrariamente, el relativo xito con que Delich logra vulnerar el principio de gratuidad en la Universidad de Crdoba, dara cuenta de la centralidad del carcter de heredero de la tradicin reformista de ste.

Aqu el autor ubica a la institucin central de la que provendrn los actores ms significativos que se incorporan al plantel de gobierno de Carlos Menem y llevan a cabo las propuestas de reforma de la educacin superior: la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Se trata de referentes de esta institucin prestigiosa y dinamizadora de perspectivas reconocidas en el mbito acadmico internacional (Rubinich, 2000:50)

En el rastreo del papel jugado por actores significativos de FLACSO en la articulacin de diagnsticos sobre el problema de la universidad pblica, Rubinich ubica a J. J. Brunner como un prestigioso traductor a travs del replanteo que ste hace del intelectual, como rol clave de la tradicin progresista. El autor indica que esta operacin es la paradjica invencin de una heterodoxia dentro del mundo acadmico y cultural, que implica un quiebre de la autonoma del mundo intelectual en relacin al mercado (Rubinich, 2000:55). A su vez, la vincula al tipo de prcticas rupturistas que tuvieron lugar en el mbito de las ciencias sociales como consecuencia de las experiencias de radicalizacin poltica de los aos 60 y 70 en nuestro pas. De este modo, la actualizacin del papel de confrontacin, implcito en el replanteo de Brunner, de descalificacin de elementos centrales de la tradicin reformista, conlleva tambin el gesto de reconfirmacin de la pertenencia a esa tradicin.

El captulo III constituye un anlisis de la reconfiguracin que Brunner realiza del rol del intelectual, identificndolo con el concepto de analista simblico. Este concepto implica una vinculacin con las demandas sociales, en tanto el nuevo intelectual est llamado a resolverlas utilizando la teora social como recurso. Rubinich identifica en el desarrollo de Brunner, elementos que pueden ser caros a la tradicin reformista y a un progresismo populista como el compromiso con la transformacin del mundo social, y una actitud antiintelectual, y que habilitaran la absorcin de los postulados del propio Brunner. Y resalta las implicancias de esos planteos: el resquebrajamiento de la autonoma intelectual.

En el ltimo captulo se analizan las visiones que se generan en torno a los puntos que forman parte de la tradicin reformista que constituyen las caractersticas institucionales de la UBA, y que son entendidos como problemticos para facilitar un funcionamiento eficiente y acorde a los tiempos que corren. Estos son la masividad, el ingreso irrestricto, la gratuidad y el cogobierno. Se examinan las respuestas por parte de actores acadmicos tradicionales que terminan confluyendo en un mismo clima de ideas crtico de los puntos mencionados anteriormente.

Se introduce tambin un anlisis de la articulacin de discursos acadmicos sobre este problema, donde se hace hincapi en los elementos poco revisados crticamente presentes en los argumentos de las analistas sociales especialistas en educacin.

Los argumentos de la retrica democrtica y progresista se concentran en torno a presentar cmo la universidad pblica a pesar de su perspectiva igualitaria contribuye a la desigualdad social (Rubinich, 2000:75), legitimndose desde la teora social prestigiosa a travs de un uso viciado de Pierre Bourdieu en una versin reproductivista del capital cultural.

Las crticas que el autor despliega guardan relacin con la ponderacin de las particularidades de la sociedad argentina. En este sentido, los modelos sobre los que se bas el anlisis refieren a sociedades donde la dualidad social es marcada, al contrario de la sociedad argentina donde existen mrgenes ms amplios de movilidad social. A la descontextualizacin nacional e histrica implcita en estos anlisis, Rubinich le contrapone la injerencia que tuvieron los procesos de movilidad social en nuestro pas vinculados a la adquisicin de un significativo capital cultural y escolar, ms all del nivel econmico.

Cobra importancia adems destacar el papel fundamental que el capital escolar (por la va de los proyectos de nacionalizacin y alfabetizacin, promovidos mediante polticas educativas agresivas y visiones del mundo propias de fines del siglo XIX y principios del siglo XX) en la composicin del capital cultural. Porque a su vez, promueven expectativas igualitarias que relativizan los obstculos de distancia social reducindolos significativamente en comparacin con sociedades cuya estructura social tiende a ser de carcter dual. (Rubinich, 2000:77-79)

Tambin se critica la visin del cambio social implcita que est en relacin con la mirada rigidizadora de la estructura social y que termina por biologizar las diferencias exponiendo una visin extremadamente individualista de la accin social (Rubinich, 2000:83) traducida en las propuestas de programas de becas para favorecer a los mejores entre los pobres.

La crtica se agudiza hacia los actores a quienes interpela como intelectuales: Como respuesta pragmtica de un funcionario tcnico condicionado, puede resultar comprensible; como elaboracin intelectual de quienes sustentan una perspectiva terica aparentemente contradictoria con las visiones individualistas de la accin social, resultan, por lo menos, incoherentes. (Rubinich, 2000:84-85).

El texto finaliza con un apartado denominado Algunas preguntas para el final, que destaca la importancia de someter a anlisis los sentidos comunes circulantes en el mundo acadmico, sobre todo cuando son sostenidos por referentes legtimos y de transformar esta revisin en una herramienta para la argumentacin, como elemento de accin poltica susceptible de contraponerse a esos sentidos comunes.

Con lo expuesto, el trabajo de Rubinich posee en general elementos que pueden resultar significativos para abordar las transformaciones en el espacio acadmico en los ltimos tiempos. Los conceptos de clima cultural o clima de ideas, tienen la capacidad descriptiva para aunar la ambigedad con que se transforman las prcticas y los discursos intelectuales contemporneos. Las crticas desplegadas constituyen un ejercicio de anlisis bastante fecundo de las condiciones de produccin del conocimiento sobre lo social. Ms especficamente, el anlisis de Rubinich puede ser ledo en tres planos, si bien estrechamente vinculados: 1) Como crtica epistemolgica performativa, en tanto aplicacin concreta del ejercicio bourdiano de objetivacin del sujeto objetivante que estudia el complejo proceso de introyeccin de elementos metadiscursivos articulados en lo que el autor denomina clima cultural; y que, a su vez, trae a la luz la valoracin de ese ejercicio como autocontrol de la prctica de investigacin sobre lo social. 2) Como crtica metodolgica a las formas de construccin conceptual de los dispositivos tericos y analticos que conforman los diagnsticos sobre el funcionamiento de la universidad pblica, y en este sentido a la sustentabilidad de algunas de las transformaciones implementadas a travs de la Ley de Educacin Superior sancionada en el ao 1995. 3) Como plataforma de apertura de un debate necesariamente poltico sobre las transformaciones y reformas propiciadas en el sistema de educacin superior, en particular en la universidad pblica, y simultneamente como intento de revitalizacin de una tradicin intelectual vinculada a ese espacio institucional, en un plano ms eminentemente poltico.

A su vez, la propuesta de abrir al debate puede ubicarse en relacin con los argumentos centrales de los otros estudios citados del autor, que destacan la conflictiva constitucin del campo de las ciencias sociales en argentina, en especial de la sociologa, en las experiencias de fuerte imbricacin con el campo poltico, que constituy la problemtica cuestin de la identidad intelectual en nuestro pas. Se trata de las tendencias a patear el tablero descalificando radicalmente las tradiciones en discusin y rompiendo las reglas de juego, habilitadas por las experiencias de radicalizacin poltica de los aos setenta (Rubinich, 1999), y de la situacin de estancamiento relativo, caracterstico de la sociologa, en el contexto de la apertura democrtica que se desarrolla en un auspicioso pero poco comunicado pluralismo acadmico (Rubinich, 1994). En este marco, aparece la perspectiva de favorecer un debate relacionado con las luchas por los lmites del espacio de produccin de conocimiento legtimo sobre lo social, como es la sociologa, que se pueden dar dentro del campo, sin que esto implique una ruptura de esos lmites, ni tampoco una esterilizacin del componente eminentemente poltico de estas luchas.

No obstante, quizs se pueda entrever en el desarrollo del autor, una perspectiva demasiado slida respecto de la configuracin de una tradicin dentro del espacio acadmico de las ciencias sociales en la universidad pblica argentina. Se puede problematizar la visin sobre la existencia de una tradicin en esos trminos, que es central en el abordaje de Rubinich para entender la pertinencia de las traducciones que ejecutan actores vinculados a la misma. Y en ese caso, el trabajo de Rubinich tambin puede ser ledo como un intento autodirigido de refundacin de esa tradicin progresista.En la argumentacin de Rubinich hay un nfasis en la centralidad de la autonoma del espacio intelectual, concretizado en la autonoma de la universidad pblica. A su vez, esto est estrechamente vinculado con la existencia de una tradicin progresista vinculada a los principios de la Reforma de 1918. Las medidas propuestas por los OFIs implican una vulneracin de esa autonoma en pos de relacionar el espacio acadmico a la dinmica del mercado. Por ello el autor analiza estrategias de traduccin de esos principios a lenguajes polticos-acadmicos locales, haciendo nfasis en la importancia de estas operaciones en la viabilidad de la implementacin de las propuestas.

Sin embargo, cabe matizar el papel de la autonoma del espacio acadmico local y el peso de una tradicin entendida casi en trminos de ortodoxia. De esta manera, se puede realizar un anlisis de la conformacin de los intelectuales en relacin con los diferentes mbitos en los que se constituyen, entendiendo el peso significativo que tienen las demandas del Estado en la constitucin de las ciencias sociales (Neiburg y Plotkin, 2004). A su vez, se puede indagar sobre el peso relativo que adquieren otros espacios institucionales para el desarrollo de la actividad acadmica en ciencias sociales, en contraposicin con la prdida de dinamismo de las universidades pblicas (Vessuri, 1992). Esto puede resultar central para entender la compleja relacin entre la figura del intelectual y el experto, sobre todo en el espacio acadmico local y su vinculacin con lo pblico. De esta manera se toma distancia y se coloca el llamamiento poltico del autor en perspectiva, en tanto en Rubinich aparece condensada una visin de esta relacin, a partir de la cual podemos entender cierto llamamiento a rescatar la responsabilidad social del intelectual desde una tradicin.En este marco, las mayores virtudes del enfoque de Rubinich guardan relacin con una revalorizacin de un debate eminentemente poltico sobre las condiciones de produccin de conocimiento sobre lo social. Tambin introducen un anlisis indito de las transformaciones en la circulacin de discursos que habilitan consensos de propuestas de reconfiguracin de la universidad pblica vinculadas a los OFIs. Precisamente por la ausencia de estudios sobre esta temtica, el anlisis de Rubinich resulta disparador de preguntas de investigacin que profundicen las lneas de discusin presentadas por su enfoque. Quedan abiertos caminos para pensar, por ejemplo, las trasformaciones desde la perspectiva de los cambios, relaciones y articulaciones que operaron a nivel institucional en los principales organismos locales y regionales, como tambin para plantearse cmo se posicionaban los actores ms significativos respeto de la tradicin que l menciona, e incluso revisar esa misma concepcin de tradicin que el propio autor plantea, entre muchas posibilidades de anlisis. Referencias bibliogrficasBourdieu (2000): El socilogo y las transformaciones recientes de la economa en la sociedad, Libros del Rojas, Buenos Aires.Neiburg; Plotkin (eds), (2004) Intelectuales y Expertos, op. cit: 15-30.

Rubinich, Lucas, (1999) Los socilogos intelectuales: cuatro notas sobre la sociologa en los 60, Apuntes de investigacin, 4.Rubinich, (1994) Redefinicin de las luchas por limites: Un debate posible para las nuevas generaciones en la Sociologa, Entrepasados, 6, pp. 8.Vessuri (1992), Las ciencias sociales en la Argentina: diagnstico y perspectivas, Oteiza (Ed), op. cit: 339-363.

Es significativo destacar, que la Serie Extramuros puede ser considerada como un intento de reflexin sobre esos cambios recientes, por parte de actores del mbito cultural argentino, ms especficamente del espacio acadmico y universitario nacional vinculados a la carrera de sociologa de la Universidad de Buenos Aires, como Ricardo Sidicaro, Ricardo Aronskind, Lucas Rubinich, Alfredo Pucciarelli y Javier Auyero.

La edicin se realiz en una serie denominada Pensamiento Crtico, con el objetivo de reivindicar las propuestas de actores del campo intelectual que intervienen utilizando el conocimiento cientfico como herramientas para construir el mundo social, generando miradas alternativas y crticas a lo que se denominaba como Pensamiento nico.

Bourdieu indica que esta prctica, similar a la vigilancia epistemolgica de G. Bachelard, es central en tanto instrumento para objetivar el inconsciente social caracterstico de un socilogo en un determinado momento; este inconsciente social que acta como un obstculo a la comunicacin internacional (Bourdieu, 2000).

Esas acciones rupturistas vinculadas a la radicalizacin poltica de actores vinculados a las ciencias sociales son desarrolladas en: Rubinich, Lucas, op cit. 1999.

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