Resumen
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1. Realiza un breve resumen de la historia que se cuenta en
el libro.
“Endrina era una chica de 14 años que vivía en los Valles de Carlos. Tenía un
perro llamado Juan sin Cuitas.
Un día encontró a unos peregrinos que habían sido atacados por unos ladrones y
los llevó a su casa, Henri y Don Guillaume.
Don Guillaume le dio una bolsa a Endrina a la que él y Henri tenían mucho aprecio,
para que la ocultase de los ladrones.
Henri y Don Guillaume se enfrentaron a una gran lucha. Endrina tocó su cuerno de
pastora y llegó su familia al rescate, luego se fueron todos a casa.
Unos días después Endrina, Henri y Don Guillaume se pusieron en camino a
Santiago de Compostela. Marcharon al monasterio de los Agustinos de
Roncesvalles y al salir de él se encontraron con el perro de Endrina, Juan sin
Cuitas.
A pesar de las duras circunstancias: los cambios de tiempo, los fuertes ataques de
bandoleros, trágicas muertes…siguieron su camino con alegría.
Después de un largo camino llegaron a Pamplona donde habían decidido
descansar aunque no fue así porque allí se encontraron con el Conde de L´Aube.
Siguieron con su camino hasta Puente de la Reina donde tampoco pudieron
descansar porque volvieron a encontrarse con el Conde de L´Aube.
En el camino encontraron a Fray Roderick, un viejo monje de la Orden de San
Benito.
Endrina tenía muchas ganas de llegar a San Millán de Suso, ya que allí estaba el
monasterio que tenía el Scriptorioum para custodiar y copiar los códices. Fray
Roderick tenía la misión de devolver desde Francia el Códice Calixtinus. Lo malo
es que ella se quedó encerrada, la salvó Fray Roderick.
En su viaje encontraron a la vieja Olalla, llamada la Buscaperdones, cobraba por
hacer el Camino de Santiago para otras personas.
En Burgos conocieron a dos comerciantes llamados Abén Alí y Sancho el Flaco. Al
primero lo acusaron falsa e injustamente de robar un anillo y lo pagó con la horca a
la salida de Burgos.
Al llegar a León acusan a Endrina de robar la joya que ellos tenían. La castigarían
con el Juicio de Dios, que consistía en meter su mano en un caldero de agua
hirviendo. Pedro de Tabladiello, hermano de Endrina y rico comerciante, dio por
bueno el testimonio de su hermana y pagó con el castigo el verdadero ladrón.
A la salida de León conocen a una familia que les acompañaron hasta el puerto del
Cebrero. Al llegar al puerto la familia revela su verdadera identidad, ¡eran unos
ladrones que intentaban robar la joya!.
Endrina no sabía que Don Guillaume le había estado ocultando su verdadera
identidad durante todo el camino. Él estaba haciendo el camino por haber
cometido un asesinato. Henri le contó a Endrina que él era el Conde de Mont
Michel.
Ellos se dirigen al Papa para entregarle el tozo de cruz pero él les dice que
también deben entregarle la joya. Henri y Endrina deciden retroceder hasta León y
con la ayuda de Sancho el Flaco encuentran a los falsos peregrinos que los
atacaron, recuperaron la joya y volvieron a Santiago para demostrar la veracidad
de Don Guillaume.
Desanduvieron el camino en dirección a Francia, al llegar a los Valles de Carlos
Endrina se quedó en su casa y ellos continuaron. Solo el tiempo decidirá si se
volverán a ver o no.”
Irene y Lucía
“Endrina es una chica joven que un día se encuentra con dos peregrinos en peligro
e intenta ayudarlos. Les deja quedarse en su casa y allí les conoce mejor. Se
llamaban Henri, un joven, y don Guillaume, un anciano, que escondía algo
importante en una joya.
Cuando siguieron su camino, Endrina decidió irse con ellos.
Durante el camino vivieron muchas aventuras: Se enfrentaron a ladrones,
conocieron a muchas personas, Endrina que quedó encerrada en un monasterio,
murieron varias personas y tuvieron que dejar atrás a otras, cada vez que Don
Guillaume y Henri veían a alguien importante de Francia les entraba la prisa y se
tenían que ir…
En León vivía Diego de Tabladiello, hermano de Endrina, pero en esos momentos
no estaba. Allí hubo un alboroto y a Don Guillaume le robaron la joya con la
reliquia. Al intentar recuperarla se la robaron al ladrón pero los Sayones de la
Merindad los pillaron, y creyendo que la joya era de aquel rufián, decidieron que
Endrina se enfrentara al Juicio de Dios, pero Diego de Tabladiello llegó a tiempo
para impedirlo y a él si le hicieron caso.
Con la joya en las manos llegaron a Compostela ya allí Don Guillaume enseñó al
arzobispo un trozo de madera de la cruz de Cristo y un pergamino que le dio el
Papa de Roma explicándolo todo.
En el pergamino ponía que Don Guillaume era el Duque de Legiracq y que le
tesoro debía ir junto a una joya…Pero unos falsos peregrinos se la habían robado
y el arzobispo no les creyó.
Endrina y Henri volvieron sus pasos atrás y lograron recuperar la joya. Se la
enseñaron al arzobispo y el Duque de Legiracq fue perdonado por todos sus
pecados.
Contentos volvieron a sus casas pero Endrina y Henri, que era en realidad el
Conde de Mont Michel, estaban tristes pues no se querían separar. Solo el tiempo
sabría si volverían a verse.”
Andrea y Sandra
“Endrina era una mujer que estaba haciendo el Camino de Santiago. En su camino
se encontró con Henri al cual acompañó durante el viaje. En el Valle de Carlos se
cruzó con un hombre llamado Don Guillaume Gaurin.
Cerca de Roncesvalles encontró a un monje, Fray Roderick.
Al llegar a Pamplona encontraron a cuatro hombres con cuchillos, ellos creyeron
que eran bandoleros y se fueron corriendo de allí.
Al salir no vieron las señales, pues todo estaba cubierto de espesa y blanca nieve.
La nieve dificultaba la marcha y los mojones del camino seguían sin aparecer. De
pronto alguien gritó:
- Hay uno. ¡Aquí hay uno!
En cuanto este terminó su frase pudieron oír las campanas de Burgos.
Antes de llegar conocieron a una anciana, la vieja Olalla llamada la
Buscaperdones. Allí en Burgos conocieron a un moro mudéjar llamado Abén Alí al
que acusaron injustamente de robar un anillo y que ahorcaron.
Después, en León, Don Guillaume le dio una joya a Endrina u dijo:
- Guarda bien esta joya pues es un tesoro.
En una posada fueron a ver si estaba la joya porque un hombre, Sancho el Flaco,
le había dicho que allí dejaban los bolsos que robaban los ladrones y fueron a
recuperarla. Fueron y Henri se apostó que allí estaba la joya, vieron como un
hombre la apostaba en el juego y entre el alboroto Endrina se hizo con ella y salió
corriendo de allí.
De repente aparecieron los guardias a detenerla, querían que hiciera el Juicio de
Dios pero llegó su hermano, un rico comerciante, y el rufián fue sometido al juicio
metiendo la mano en un caldero de agua hirviendo.
Más tarde al llegar a un valle aparecieron unos ladrones, rajaron las vestiduras de
Don Guillaume y le robaron la joya. Después dijo a Endrina que menos mal que se
había escondido la reliquia que había dentro de la joya en el pelo. La reliquia esra
un trozo de la cruz de Cristo.
Don Guillaume estaba destrozado por dentro como había asesinado a sangre fría
a uno de sus halconeros y que por eso estaba haciendo el camino.
Endrina estaba contenta porque había llegado a Compostela y el arzobispo
perdonó a Don Guillaume por su culpa.”
Víctor, Catalín, Jaume y Javier
“Un grupo de peregrinos marchaban a Santiago de Compostela, tenían muchos
secretos que esconder. Pasaron por muchos pueblos y ciudades. Don Guillaume
tenía una bolsa con una astilla de la cruz de Cristo.
Al llegar a Santiago de Compostela le robaron la joya les llevó mucho tiempo
encontrarla. Al cruzar la puerta de Santiago, al poco tiempo murió Don Guillaume y
lo enterraron en el cementerio de peregrinos pobres.”
Francisco y David
“Endrina, una joven pastora, protege a dos peregrinos del asalto de unos
maleantes. Esos dos peregrinos son el anciano enfermo Don Guillaume y su joven
y fuerte acompañante Henri Bernat.
Con ellos decide peregrinar a Santiago de Compostela. Se enfrentan a múltiples
peligros, dificultades, las inclemencias del tiempo, las enfermedades y los ataques
de bandidos, el encuentro con otros peregrinos (en ocasiones fueron falsos
peregrinos) y la verdadera intención del peregrinaje (el anciano es un noble que
debe entregar una apreciada reliquia para expiar un horrible crimen).
La reliquia les fue robada durante el peregrinaje por unos falsos peregrinos.
Puesto que le robaron la joya, al llegara a Compostela el arzobispo no les creía, no
reconoció a esos peregrinos como nobles franceses en peregrinación encubierta
para expiar las culpas, por lo que Don Guillaume fue detenido y no encontró el
perdón que esperaba.
Henri y Endrina volvieron sobre sus pasos para buscar la joya, la encontraron y
volvieron a Santiago sobre unas mulas para liberara a Don Guillaume y limpiar su
honor y sus culpas.”
Gabriel y Ángel
“Una joven pastora llamada Endrina salía de Roncesvalles para hacer el Camino
de Santiago. En los Valles de Carlos escuchó gritos de unos peregrinos que se
llamaban Henri y Don Guillaume; con ellos fue haciendo el camino. Pasaron por
distintos pueblos y el camino fue muy peligroso.
Luego se encontraron a la vieja Olalla y llegaron a San Millán de Suso y Endrina
tenía curiosidad por el Códice Calixtinus. Entró en el scriptorium y se quedó
encerrada toda la noche, a la mañana siguiente la ayudaron a salir en secreto pero
pensó en disfrazarse de monje para evitar el castigo.
Pasaron por muchos pueblos y ciudades como Logroño, Burgos, León…
Fueron unos meses muy duros en los que les ocurrieron enfermedades, heridas,
defenderse contra ladrones, cansancio…
Pero por fin llegaron a Galicia y a ¡Compostela!. Fueron a la catedral y visitaron al
apóstol Santiago.
Esos días fueron de alegría y felicidad. Luego retornaron sobre sus pasos para
volver a sus tierras y Endrina les echó de menos porque eran sus amigos y no los
volvería a ver.”
Pablo y Alex
“Esta historia se desarrolla a finales del siglo XII en el largo y hermoso camino que
une el Pirineo con Santiago de Compostela. Endrina, una joven pastora de los
valles pirenaicos, oye gritos en la niebla que la llevan a enfrentarse con lo
desconocido y allí comienza el misterio: ¿Quiénes son esos extraños peregrinos, el
uno joven y fuerte como un oso y el otro anciano y débil, que solicitan ayuda? ¿Por
qué se ocultan? ¿De qué huyen?.
Una historia de emociones y aventuras pero que también refleja lo que el Camino
de Santiago supuso en las relaciones de España con la Europa Medieval.”
Elbachir