Resumen de Gracia

8/16/2019 Resumen de Gracia

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CAPÍTULO I EL HOMBRE, CRIATURA DE DIOS LLAMADA A LA VIDA DIVINA (P.3)

(La cuestión del sobrenatural)

La antropología teológica «fundamental» ha mostrado al ser humano como criatura de Dios hecha a su imagen ylos elementos fundamentales de su constitución. Ahora nos toca considerar al hombre en cuanto inmerso en el misteriodel amor de Dios y de su gracia, en la historia salvífica que arranca desde la creación y que alcana en !esucristo."onviene refle#ionar sobre el ser humano en cuanto llamado desde el primer instante a la comunión con Dios en

"risto, y creado sólo para esta comunión. $l hombre es criatura de Dios, pero la creaturalidad no es el %nico aspectode su relación con Dios sino que a ella se halla unida la vocación «divina», la %nica vocación del hombre &".'.(( en)* 22).

Ahora refle#ionamos sobre la unidad profunda del ser humano que somos y conocemos en la duplicidad dedimensiones b+sicas que determinan nuestra relación con Dios nuestra condición de criaturas y nuestra condición de«agraciados» en !es%s desde antes de la creación del mundo y predestinados a ser conformados con -l para compartir su filiación divina &cf. $f l, ss/ 0om 1, 234. $l hombre es criatura de Dios y al mismo tiempo es m+s que criatura.5or una parte hay que poner de relieve, la gratuidad absoluta de la llamada del hombre a la comunión con el Dios6rino.

*u gratuidad es, consecuencia de la gratuidad absoluta &don que Dios4 pero, no como un extrinsecismo, sino que sólo

en este don gratuito y trascendente alcana el hombre la perfección a la que est+ llamado. De modo an+logo a como elser humano es uno en la dualidad de alma y cuerpo, es tambi-n uno en la duplicidad de dimensiones que, tradicional,se han venido llamando «naturales» y «sobrenaturales».

*i partimos de la creación del mundo por y en "risto y de la creación específica del hombre a imagen de Dios, quedaclaro que no conocemos ni nos consta la e#istencia de otro «hombre» m+s que el que desde el principio ha sidollamado a la perfecta seme7ana con !es%s. 5or tanto hallamos, elementos y aspectos de su ser que sonsobrenaturales», &que no se deducen de su condición creatural, pero que aparecen inseparablemente unidos a ella.$l hombre puede alcanar su plenitud sólo en Dios.

!"#$#% APU&T#% 'I%T"ICO% $sto desde la escol+stica, se ha empeado a refle#ionar sobre el concepto abstracto de naturalea*+ ya no de la

condición del hombre realmente e#istente, sino a partir de la distinción entre aquellos bienes y perfecciones que encierto modo pueden ser e#igidos para la perfección de una criatura en cuanto tal y los que de ning%n modo puedenconsiderarse e#igidos por criatura alguna.

La misma creación del hombre lleva consigo una pro#imidad de Dios a esta criatura privilegiada que no se deducede la pura creaturalidad. *ólo al ser humano se le comunica la vida divina, sólo -l ha sido creado a imagen yseme7ana de Dios. $l hombre es creado, no es Dios, pero ha sido creado a su imagen. $l pueblo de (srael es el predilecto por voluntad libre de Dios, pero su elección es tambi-n salvación para otros.

$n el 8.6 encontramos, unas categorías seme7antes se desarrolla una teología de la manifestación del amor de Diosen "risto que es la m+#ima «,racia», &cf. 0om 1,2/ !n ,9:4, en relación con el cual el hombre no puede invocar ning%n derecho o pretensión &cf. 0om ;,:


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Anselmo de Canterbury Dios mismo es el fin de la naturalea racionalB,0. Aunque todavía se considere que lavisión de Dios constituye el %ltimo fin del hombre &la escol+stica4, en concreto con santo Tom1s, cambiar+n un tantolas cosas. A partir de este momento, el t-rmino sobrenatural* adquirir+ un significado preciso, no se usar+ sólo paradesignar el +mbito de lo divino. $l punto de referencia pasar+ a ser lo que en el hombre es «natural», &es decir, lo quees debido a su ser como criatura4. Lo natural es la abstracción, aquello que sería el hombre en s*+ como tal, sin la«elevación» al orden que supera su naturalea, el orden sobrenatural.

%3 Tom1s, conoce la distinción entre aquellas perfecciones que son debidas a la naturalea y aquellas que son

completamente gratuitas, &que no se deben ni a la naturalea ni al m-rito4 4/ son los dones sobrenaturales+ la,racia*, los dones naturales son gratuitos, ya que Dios ha creado libremente todo cuanto e#iste/ no se trata, por tanto, de que se pueda tener respecto de ellos una e#igencia «7urídica», sino «ontológica» 53 La carencia de ellossignificaría una aut-ntica privación. Por lo 6ue se re7iere al 8ombre, menciona santo 6om+s ante todo la raón 9. Lagracia santificante y la gratis data, la visión de Dios, la inmortalidad, etc., se cuentan entre los dones sobrenaturales.La naturalea humana de nada se vería despo7ada en el caso de que estos bienes no se dieran. 5or ello son totalmentegratuitos/ no pertenecen a la naturalea humana en cuanto tal, tampoco pueden obtenerse por m-rito alguno por partedel hombre.

*obre la cuestión del sobrenatural, *. 6om+s afirma que la perfecta felicidad del hombre puede consistir sólo en lavisión de la esencia divina l:. $#iste en el hombre un deseo de ver a Dios, pero para la satisfacción de este deseo, elhombre necesita la ayuda de la gracia. $sto no significa imperfección, sino perfección mayorC$stos principios se

defender+n, por la mayoría de teólogos del *. (' y ' .2

La nueva vida otorgada en "risto y su $spíritu no deriva de la creación gratuita en sí misma, sino que significa unnuevoB acto de libertad de Dios. Antes se ha considerado la creación como la condición de posibilidad para que Dioscomunicara al hombre sus beneficios y el ser humano es simplemente aquel que est+ llamado a recibirlos &siemprecomo don indebido4 a partir de ahora se empiea a distinguir e#plícitamente entre lo que Dios ha hecho y lo quehubiera podido hacer, entre lo que es y no es debido al hombre en cuanto talB. *e empiea a traba7ar a partir de unanoción abstracta de hombre/ el hombre que e#iste y el que hubiera podido e#istir/ la referencia a Dios y la llamada a lacomunión con -l, desaparecen de la definición del hombreB. La creación ya no se considera intrínsecamente orientadaa la salvación en "risto, sino que se puede pensar al margen de -l.

Desde estos presupuestos se va elaborando con m+s claridad la hipótesis de la ;naturalea pura.

La doctrina de la posibilidad de la naturalea pura y la negación del apetito natural* de ver a Dios se hacencada ve m+s comunes a finales del *. '(, .4. A ello contribuye la pol-mica con !ayo, y la necesidad de garantiar la gratuidad de la elevación sobrenatural que en la pr+ctica negaba. 5orque para -l + lo ;natural


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*ólo por la 7e &respuesta a la revelación divina4, se conoce la e#istencia del otro orden


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«naturalea pura». 5or una parte, el hombre, en virtud de su naturalea espiritual, no puede ser definido, delimitado,como los seres infrahumanos, precisamente porque est+ abierto al absoluto =:. 5ero la plenitud de la gracia no est+e#igida por la esencia del hombre, aunque el ser humano est- abierto a ella. "a8ner habla m+s de la naturalea delhombre como espíritu, y menos de la esencia concreta del hombre en relación con el e#istencial sobrenatural y de lanaturalea como «resto».

2) Euan Al7aro Huestra la trascendencia e inmanencia de la gracia partiendo de la naturalea del hombre como ;espritu

7inito


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conseguido por la gracia 0. . $l movimiento del hombre a Dios est+ en la naturalea, pero no tiene en sí mismoninguna eficacia, como no es tampoco signo de ninguna e#igencia ;2. $n nosotros est+ el deseo, pero la satisfaccióndel mismo es pura gracia.La naturalea espiritual tiene el deseo de la visión de Dios, si no estuviera finaliada hacia ella, no tendría finalidad.La %nica finaliación posible del hombre es la sobrenatural, aunque sea completamente gratuita. $l intento De Lubaces mostrar que no es necesario acudir a la naturalea pura para salvar la gratuidad de la elevación del hombre.

I&T#&TO # %Í&T#%I% Debemos partir de que no hay m+s «gracia» que el propio !es%s, enviado del 5adre, y el don de su $spíritu que noshace hi7os de Dios. La entrega del @i7o es el acto de amor «hacia afuera» m+s grande que podamos pensar en Dios, yes por ello la mayor «gracia». Desde el punto de vista antropológico, la «gracia» ser+ sólo la consecuencia que paranosotros tiene este acto de amor de Dios.

La encarnación es el m+#imo acto de amor de Dios y fundamento de todo cuanto e#iste. $s decisiva en laconstitución del hombre, desde el punto de vista teológico, la invitación de Dios a la comunión con -l, a participar enla relación que en el seno mismo del amor intratrinitario une a !es%s con el 5adre. La %nica «definición» teológicaoriginal y primaria del hombre es la que parte del designio de Dios sobre -l. "ualquier otra definición ser+, desde el punto de vista teológico, secundaria, y no puede ser tomada como punto de partida para nuestra refle#ión sobre el problema del sobrenatural.

$l hombre es, ante todo, lo que Dios con su efica amor creador ha querido y quiere que sea. 8o hay una noción de«hombre» previa a la voluntadG divina e#presada en los hechos, o, al menos, no tenemos acceso a ella «la voluntad deun "reador tan grande constituye la naturalea de cualquier cosa creada»05. "ualquier definición a la que se llegue por otro camino que no sea el designio de Dios ser+ siempre derivada y, teológicamente, incompleta. 8o hay, por lotanto, una noción de hombre que podamos suponer «anterior» a lo que nos ha mostrado la voluntad amorosa de Dios.

$s verdad, nosotros nos pensamos en primer lugar como e#istentes y despu-s como agraciados por Dios. La creaciónno tiene sentido m+s que para hacer posible la venida de !es%s y la comunicación de la vida divina a la criatura capade recibirla. $l hombre est+ pues pensado, ante todo, para poder recibir la filiación divina.

$l don del amor es siempre gratuito, no cabe invocar derechos frente a -l/ de lo contrario, ya no sería el don amoroso.

La plenitud humana de la filiación divina en !es%s, aun estando el hombre destinado a ella, no puede recibirse m+s quecomo gracia, porque don y gracia radical es el propio !es%s.@ablar de dos «gratuidades», irreductibles la una a la otra en virtud de uno de estos dones gratuitos somos criaturasde Dios, e#istimos con unas características determinadas/ en virtud del otro, nuestra condición rebasa la de criatura, yaque hemos sido creados en "risto para reproducir la imagen del @i7o y entrar así en comunión con el 5adre.

$stos dos «dones», distintos aunque inseparables, son igualmente esenciales en la constitución de nuestro ser dehombres. *e nos dan en unidad indivisible. $l segundo don es infinitamente mayor que el primero, ya que sefundamenta en la autodonación de Dios, en la entrega del @i7o y el don del $spíritu, no sólo en la producción por el"reador de algo distinto de -l. 8o obstante, la primera gratuidad es condición de posibilidad de la segunda Dios no puede darse ad extra m+s que a alguien distinto de -l. J por otra parte la criatura nunca puede e#igir la donación del propio Dios, en concreto la encarnación del @i7o.

"esumamos el %nico punto de partida v+lido es la cuestión del sobrenatural es el hombre que e#iste, el %nico quemerece tal nombre porque es el %nico que Dios ha querido llamar a la e#istencia/ en su creaturalidad y por su vocacióna la comunión con Dios, %nico fin para el que ha sido creado. 8uestro ser es fruto de un designio divino unitario &nunca insistiremos suficientemente en este punto4 en el que, desdenuestra perspectiva, debemos distinguir dos «momentos» de gratuidad ordenados el uno al otro la libertad de Dios alcrear y la libertad todavía mayor de entregarnos a su @i7o y hacernos hi7os en -l/ el segundo momento no depende del primero, porque, de lo contrario, haríamos a Dios dependiente de lo que no es Dios, de lo que -l mismo ha creado / $lhombre es una criatura llamada a la filiación divina/ a la unidad del designio divino responde la unidad original denuestro ser en la diversidad de sus aspectos.

*i la e#istencia de la criatura es condición de posibilidad para la autocomunicación de Dios, debemos aEadir que esta

criatura ha de tener ciertas características para poder ser destinataria de este don/ 94 $l hombre est+ dotado deinteli,encia precisamente porque est+ llamado a la comunión con Dios. Dios, por consiguiente, pudo haber creadoseres racionales sin destinarlos a la comunión con -l y a la visión beatífica &cf. D* 1394. $n la criatura racional no puede haber ninguna e#igencia de la encarnación del @i7o, aunque los hombres no e#istimos m+s que paraconformarnos con la imagen de !es%s muerto y resucitado.


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$n el hecho de que la «racionalidad», como la «creaturalidad», no implica la llamada a la comunión con Dios se basala posibilidad de una «naturalea pura». $sta afirmación es necesaria para que quede radicalmente a salvo la libertadtotal de la encarnación del @i7o, que no puede depender, lo repetimos, de la e#istencia de ninguna criatura. 5ero no solamente por ser racionales, sino tambi-n por ser criaturas, somos perfeccionados intrínsecamente por lagracia. $l ser creatural y sus perfecciones son participación en el ser y las perfecciones de Dios. $n este sentido, lagracia no es sólo una perfección inmanente a la criatura racional &ad7etivo4, la %nica que est+ en condiciones derecibirla, sino tambi-n a la criatura &sustantivo4 racional, ya que es una participación m+s plena en el ser de Dios quefundamenta toda realidad creatural.

PA"T# P"IF#"A#L 'OF!"#+ LLAFAO A LA AFI%TA CO& IO% G P#CAO" (p3=.)

CAPÍTULO IILA OH#"TA O"IBI&AL # LA B"ACIA? #L ;#%TAO O"IBI&AL< G #L PA"AÍ%O

La relación entre Dios y el hombre, se fundada en la llamada gratuita a la comunión con -l "reador ha querido marcaral ser humano. $n efecto, esta vocación divina implica en todo momento la necesidad de una respuesta por parte delhombre. La libertad divina, que suscita la libertad humana, coloca a -sta ante la posibilidad del bien y del mal,&aceptación o rechao de la amistad que Dios le hace4.

5or la enseana de la #scritura y de la I,lesia sabemos que el don de la gracia y del amor divino no ha encontradoen el hombre la respuesta adecuada. 5or ello, desde el primer instante la gracia y el pecado han sido las coordenadasque han enmarcado el ser del hombre en su relación con Dios, siempre ba7o el primado de la gracia, que es la primeray la %ltima palabra de Dios, y sin la cual no podemos entender lo que es el pecado.

$n los relatos bblicos del paraíso y la caída hallamos una primera refle#ión sobre el ser humano en su relación conDios.$studiamos primero la oferta de la gracia por parte de Dios, la teología del «estado original», para pasar despu-s,ampliamente, al pecado original. Ad+n es figura de "risto, est+ desde el principio destinado a ser recapitulado en!es%s. $l pecado es el rechao de la gracia y, por consiguiente, sólo puede ser tal si es precedido por la gracia divina.

.) !"#$# "#H#"#&CIA A LA% &OCIO% T"AICIO&AL#%

*e ha considerado que Dios creó al hombre d+ndole u ofreci-ndole tres categorías de bienes o dones.

.JD Los naturales*+ corresponden a la naturalea del hombre en cuanto tal esta «naturalea» ha salido de las manosde Dios. &Libertad, inteligencia y voluntad &poder del alma442JD Los dones sobrenaturales* &la amistad con Dios y la gracia, la diviniaciónB y la visión beatífica/ son aquellos bienes a los que la naturalea humana no tiene ning%n derecho.=JD $ntre unos y otros, se colocan los llamados dones preternaturales


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"omo puntos de referencia para situar la escena del paraíso los momentos inicial y final de la misma la creación delhombre del polvo de la tierra &cf. )en 2,?4, y su e#pulsión del 7ardín con la consecuencia de la muerte y la vuelta a latierra &cf. )en ,934.La situación actual muestra que el hombre tiene esta vida de Dios en precario, por un tiempo limitado y breve/ elaliento vital se retirar+ un día y el hombre morir+. $ntre la creación del hombre del polvo y el anuncio de su vuelta a -lse sit%an los acontecimientos del paraíso/ se nos describe la situación en que el "reador ha querido colocar al serhumano y de la que -ste se ha visto e#cluido por su pecado.

$n la narración bíblica se quiere poner de relieve sobre todo la posibilidad que Dios ha ofrecido al hombre deconseguir la plenitud en la obediencia y el servicio. $n el abandono de esta actitud est+ la raí de la perdición.

Los castigos de Dios al hombre y a la mu7er cuando, despu-s del pecado, los e#pulsa del paraíso, nos pueden ofrecerindirectamente m+s detalles de cómo el autor yahvista ha imaginado la vida del paraíso libertad de la fatiga, del dolory de la muerte/ relación armónica entre el varón y la mu7er, etc. &cf. )en ,9:4. A partir de estas palabras puestas en boca de Dios se ha desarrollado la doctrina de los bienes preternaturales de la inmortalidad, ausencia de dolor oenfermedad, etc. $l don de la integridad se ha querido ver en )en 2,2; &cf. ,?4.

#clo .4+ .D./ contempla la creación del hombre y su colocación en el paraíso en el esquema de la aliana &v.9=, 2 0e2,994 y al que despu-s fue arrebatado 5ablo.&cf. 2 "or 92,24. $l paraíso de los comienos se identifica con el paraíso escatológico, aquel al que ir+n los hombresque hayan fructificado como sesenta &cf. Ht 9,14. @ay aquí una correspondencia, aunque no sea total, entre elcomieno y el final de la historia. $l paraíso e#cluye el pecado y es lugar de intimidad con Dios. < Los documentos o7iciales de la I,lesia anti,ua paraíso en relación con el pecado original y la graciaB.

D#l concilio de Carta,o &>914, que, en oposición a 5elagio, afirma la posibilidad de no morir que tuvo el hombre enel paraísoB habla de la inocencia y «posibilidad» &de no morir4 de Ad+n &cf. D* 234.


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< La teolo,a medie-al discute sobre el «orden » en que el hombre recibió los distintos bienes que le adornan en el paraíso. @ay 6uienes piensan que Ad+n antes de la caída poseía sólo los bienes naturales, y habría accedido a la graciasólo si hubiera perseverado en el bien. Otros piensan que el hombre estuvo desde el primer instante en la gracia, pero no le hubiera permitido adquirirm-ritos sobrenaturales/ para ella habría debido prepararse, porque todo adulto tiene necesidad de esta preparación/ pero desde el primer instante tuvo la integridad y la posibilidad de no morir/ &5. Lombardo, Muenaventura, A. Hagno4.

Catecismo &J =40KKKK33

< %3 Tom1s, el hombre fue creado desde el primer instante con los bienes naturales y la graciaB, porque la su7eción delcuerpo al alma y de las fueras inferiores a la raón era fruto de la gracia, ya que, de lo contrario, esta armonía sehabría mantenido despu-s de la caídaB. *in duda, con esta posición se contempla me7or la unidad profunda de todaslas dimensiones del ser humano/ sólo la gracia y la amistad con Dios pueden garantiar la armonía interna del serhumano.

$l Concilio de Trento, especialmente en el decreto sobre el pecado original. $l estado en que el hombre seencuentra antes del pecado se define como de santidad y Musticia< y de inocencia


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8o se trata de ver, si el hombre aceptó en obediencia esta oferta de gracia en un primer momento o no, es decir, si su primer acto libre fue o no el pecado/ sino que, lo fundamental es retener que la amistad con Dios, la 7usticia y lasantidad le han sido ofrecidas antes de toda posible decisión personal y antes de cualquier m-rito por su parte.

$l hombre en el «paraíso» no se encontraba en un estado de total plenitud. 6oda la historia es el camino hacia laamistad plena con Dios que comiena de la primera llamada y que llegar+ a su m+#ima e#presión en la consumaciónescatológica. La prioridad de la gracia de Dios, manifestada ya en el primer instante, se mantiene a lo largo de toda la

historia de la salvación &cf. 9 !n >,3.934. $sta gracia pide y suscita la libre respuesta humana.*e ha discutido tambi-n si la gracia que recibió el primer hombre antes de la caída era o no gracia de "risto. $n "ristose realia el designio de Dios pensado desde antes de la creación del mundo. La creación tiene como finalidad lacomunicación de la vida de Dios al hombre/ la gracia del primer hombre fue simplemente «gracia de Dios», mientrasque sólo despu-s de la caída empeaba a actuar la gracia de "risto redentor l5. Así, la doctrina de santo 6om+s sobre laencarnación es como remedio del pecado.

La consideración cristológica. *ólo en "risto aparecen la plenitud del hombre y los designios de Dios sobre nosotros.Il es el mediador de la creación y todo tiene en -l su consistencia &cf. "ol l, 9;/ !n 9,.9=, etc.4 su presencia en elmundo es el comieno y la fuente de una vida nueva/ como dice Ireneo , tra7o toda la novedadB .9/ la gracia«original » no puede ser m+s que una anticipación de su plenitud.

6ambi-n nuestros primeros padres estuvieron llamados a la filiación divina en !es%s. $l pecado entra en la providenciade Dios, con todo el misterio que el mal comporta y que no pretendemos desentraEar, para mostrarnos su inmensoamor misericordioso/ no habríamos podido conocer el alcance de este %ltimo, que llega hasta la muerte de !es%s pornosotros cuando todavía -ramos pecadores &cf. 0om ;,:


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ahí que tanto la narración de )en 2


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La concupiscencia se ha identificado a veces con las tendencias «inferiores» del hombre, el cuerpo considerado comofuente del pecado en cuanto se rebela contra el alma o parte superior que ha de gobernar el todo.

Herece la pena poner de relieve el de S. 0ahner por el influ7o que ha tenido en la teología católica21. $l punto de partida esque la concupiscencia no es sólo el deseo del mal, sino m+s bien todo acto apetitivo, indeliberado, que precede a la decisión libre del hombre/ esta decisión es la posición, ya refle7a, que el hombre adopta frente a laapetencia espont+nea de un bien u otro.

5or ello nuestra decisión libre no lo puede penetrar de modo total. 5or esta raón, el hombre, al optar en libertad, no sedetermina enteramente/ quedan onas o aspectos de nuestro ser que no est+n sometidos al control de la libertad. Asínuestra decisión por el bien no es completa. 5ero esta condición, si impide que nuestra opción por el bien sea total,hace tambi-n menos grave una decisión por el mal. La concupiscencia sería en sí misma, por tanto, algo neutral.

Desde el punto de vista teológico, en esta cuestión podemos profundiar algo m+s, porque la concupiscencia odivisión interna del hombre, aunque tenga su refle7o en el +mbito psicológico, es una noción teológica que sólo a partir de la fe podemos entender plenamente. $n los te#tos del magisterio que hemos citado, el estado de integridad del hombre antes del pecado se caracteriaconcretamente como «libertad»/ -sta no ha desaparecido con el pecado, pero ha quedado debilitada en sus fueras/ por ello el hombre se inclina hacia el mal. A partir de esta noción de la libertad original se nos abre un camino para lacomprensión teológica de la concupiscencia.

$n efecto, en este conte#to, el libre albedrío no puede entenderse simplemente como la capacidad de elegir entre lasdiversas posibilidades que se ofrecen al hombre. *e trata m+s bien de la capacidad de hacer uso de la libertad para el bien, de seguir la atracción del $spíritu de Dios. 8otemos que -ste es el sentido agustiniano de la libertad, al que parecen hacer referencia los concilios antipelagianos que acuEan esta noción. $l pecado propio o a7eno reduce lacapacidad de elección del bien, es decir, disminuye nuestra libertad como posibilidad de seguimiento de la llamada deDiosB &p.>34. 5ara 6esina.

5ero no solamente nuestra libertad ha quedado afectada. 6ambi-n nuestra capacidad de conocimiento, la capacidad decaptar lo divino, de aspirar a la verdad, sufre como consecuencia del pecado. *on los aspectos «gnoseológicos» de laconcupiscencia, que merecen tambi-n atención 7unto a los m+s conocidos que afectan a nuestra libertad.

$s verdad, como dice 3 "a8ner, que la opción pecaminosa realiada en condiciones en que no disponemosenteramente de nosotros mismos es menos grave y menos irreversible que si eligi-ramos con total libertad interior.5ero no cabe duda de que, a la lu de la revelación cristiana, no podemos menos de hacer nuestra la e#periencia de que5ablo nos habla y considerar la división interna como algo no querido directamente por Dios, puesto que nos hacedifícil el seguimiento incondicional de "risto. De ahí, por consiguiente, que se haya pensado en una condición delibertad plena, en la que el hombre, sin trabas de ning%n g-nero, pueda conocer y seguir enteramente las mociones del$spíritu.

$l pecado, aun perdonado y arrancado de raí, disminuye nuestra capacidad de conocer y seguir la llamada de Dios porque tiene consecuencias negativas sobre nuestro ser creatural.

J si la concupiscencia procede del pecado, podemos decir tambi-n que la inte,ridad o libertad procede de la gracia,es el fruto de la presencia del $spíritu en nosotros. 5or ello, la libertad original es para nosotros un don que hemos derecibir en la fidelidad a Dios/ $n la medida en que el hombre se de7a penetrar por la gracia, por el $spíritu de "risto, puede recobrar la libertad perdida.$n efecto, el don del $spíritu y de la verdad que nos hacen libres es una de las e#presiones de la redención y salvaciónde "risto &cf. 2 "or 2,91/ 0om 1,9;/ !n 1,24. La gracia del «paraíso» a pesar de la «libertad» y de la capacidad de bien de que el hombre goó al comieno, cayó en el pecado. $n "risto sabemos que el pecado ha sido vencido. Lalibertad y la integridad del comieno apuntan tambi-n, como veíamos al tratar de la inmortalidad, hacia la integridad plena que sólo !es%s, el hombre perfecto, puede darnos.

LA 'I%TO"ICIA* #L #%TAO O"IBI&AL3 %Í&T#%I% CO&CLU%I$A (p30.)La $scritura nos habla, si el hombre no hubiese pecado por la acción libre &no tuviera efectos negativos4.

Tna humanidad y un mundo sin pecado serían ciertamente distintos, aunque no nos los podamos imaginar. De esta posibilidad real nos habla, con su lengua7e mítico y po-tico, la historia del paraíso.


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$n el A.6. el tema del paraíso no nos habla sólo del pasado, sino tambi-n del porvenir. $l paraíso nos revela el plan primitivo de Dios sobre el hombre, pero -ste se cumplir+ sólo al final.

< La salvación escatológica ha de ser vivida por el hombre ya en este mundo, en la vida seg%n Dios. $n la parusía y laresurrección final, "risto triunfar+ sobre la muerte, entregar+ al 5adre el reino y Dios ser+ todo en todas las cosas &cf. 9"or 9;,2=,?/ 8%m 91,914.


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Las manifestaciones de esta idea se multiplican en el Antiguo 6estamento, sobre todo en el 5entateuco y en los libroshistóricos &cf. p.e7. )en 3,2;


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desobediencia al mandato divino, acontece ya «comunitariamente », es un hecho colectivo/ la fuera del pecado es yacontagiosa desde el primer momento. $l pecado trae consigo el que se les abran los o7os al hombre y a la mu7er y quereconocan su desnude, su falta de protección y de autoridad.

$l hombre pecador se oculta ante Dios, y no reconoce su culpa/ tambi-n -sta es una reacción que se repite confrecuencia &cf. 2 *am 92, 9ss4. $l hombre descarga en la mu7er su responsabilidad, ella a su ve en la serpiente. $sta%ltima es el ob7eto de la maldición de Dios. 8o así el hombre y la mu7er, que, aunque sufren el castigo, no de7an de ser protegidos por Dios &cf. )en ,9;.294. $l

castigo por el pecado es la e#pulsión del paraíso, es decir, la p-rdida de aquella situación en que el hombre seencontraba en la amistad y armonía con Dios y con el mundo.

La p-rdida de la amistad con Dios trae consigo la de los bienes que la acompaEan &e#pulsión del paraíso, trae consigouna nueva situación ob7etiva, irreparable desde el punto de vista del hombre. 8o sólo el hombre y la mu7er est+n enesta nueva situación, sino que en la misma vienen al mundo los hi7os &cf. )en >, 9ss4.@ay que conceder a este primer pecado una especial cuali7icación $n efecto, despu-s del primer pecado, con laconsiguiente p-rdida de los bienes del paraíso, contin%a la historia de pecado y de muerte.

A partir de Ad+n y $va empiea el «encadenamiento de hechos pecaminosos y consecuencias del pecado» que provienen del «estado de ale7amiento de Dios en que el primer pecador se colocó a sí mismo y a todos los Ghi7os deAd+nG» 9:. $n este sentido se puede hablar de culpa o de pecado que procede del «origen» y que de alg%n modo es

«hereditario». 5ero no podemos decir, a partir de )en , que el pecado de Ad+n se transmita por generación a todossus descendientes, como en tiempos posteriores se ha pensado. 8o es -sta la mentalidad del yahvista. $l yahvista, ensu concepción universal de la historia, ha contemplado al hombre y a toda la humanidad ba7o el poder y el influ7o del pecado. $ste ha comenado con Ad+n y $va.5ero el autor sagrado seEala que debemos notar a la ve que esta generaliación progresiva del pecado no e#cluye los beneficios de Dios y de su gracia, que aun despu-s de la caída siguen acompaEando al hombre.

#l ori,en y la uni-ersalidad del pecado en el resto del Anti,uo Testamento (p3>=)


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"oncluimos que en A.6 sobre el origen del pecado y del mal podemos afirmar que es bastante general la convicción deque el pecado es universal, afecta a todos los hombres, y que esta situación no es fruto del destino ni es directamentequerida por Dios, sino que tiene una raón histórica, el pecado y la infidelidad del hombre, que ha sido desobediente almandato divino y ha rechaado la amistad que Dios le ha ofrecido.

$n concreto se nos abre al misterio de la solidaridad y de la comunión de todos los hombres, que tiene en el pecado suaspecto negativo de que no podemos prescindir, es imposible que el nombre considere su vida y su relación con Dios prescindiendo de los que le rodean y aun de la humanidad entera. 8aturalmente, sólo a la lu de la salvación que en

"risto se ofrece a todos los hombres se podr+n calibrar todas las características del pecado de que nos libra y toda la profundidad de la fraternidad humana a la que nos llama y de la que constituye el fundamento.

LA U&I$#"%ALIA #L P#CAO G %U O"IB#& %#B& #L &3T (p3>4)

Los sinópticos y Euan< *e encuentra el binomio del pecado social e individual &pecado personal U pecado comunitario4/ muerte U vida.< $l pecado en el 8.6, es todo lo que se opone al plan de salvación de Dios.

@ay un principio de la responsabilidad individual, seg%n el cual cada uno es 7ugado seg%n sus obras #. e7Ht 9:,2?, !n ;,23, 0om 2,:, etc4, se manifiesta tambi-n la convicción de que el pecado humano no afecta solamente aaquel que lo comete. Aparece en varias ocasiones el tema del pecado de los padres que hace pecar a los hi7os o del que

-stos con su actuación se hacen solidarios.

$l pecado del rechao y muerte de !es%s se coloca claramente en la línea del pecado de los «padres». 5or otra parte,!es%s, seg%n los sinópticos, increpa a toda la «,eneración» que no lo acepta &cf. Ht 9:,>/ 92,21ss par.4/ maldice a lasciudades que no reciben su mensa7e &cf. Lc 9=,9> el diablo es desde el principio homicida y el padre de la mentira. *uinflu7o en los hombres no se agotó en el primer pecado, sino que sigue estando presente como al comieno/ ahora es el«padre» de los 7udíos en cuanto los aparta de "risto. Lo fundamental del paralelismo entre la situación del principio yel momento presente es el influ7o de *atan+s.

La Teolo,a Paulina?


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♥ La 7ustificación es regalo de Dios, don de Dios en este sentido la 7ustificación viene por la fe. Así los meritos para la 7ustificación son las obras de "risto y no de la ley.

♥ @ay pecado antes de la leyQ *í, pero no hay trasgresión de la ley puesto que la ley no estaba escrita, aunque sila ley natural entonces con la ley se hace m+s visible y notorio el pecado.

Ad+n para la muerte, "risto para la resurrección de los muertos. La muerte de todos tiene en Ad+n su origen,como en "risto lo tiene la resurrección de los muertos.

5ablo parece contemplar a la humanidad pecadora como un con7unto, ni siquiera se considera la posibilidad de que

alguno no haya pecado De esta situación pecaminosa nos libera solamente !es%s.

A partir del comieno del capítulo ; se describe la salvación del hombre, el 7ustificado est+ ya en la graciaB, la pa yla 7ustificación son los beneficios que el hombre ya ha recibido, y cuya garantía de definitividad es el $spíritu que nosha sido dado, -ste nos hace goar en esperana, a pesar de las dificultades del momento presente &0om ;,9


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e4 "ipriano de "artago habla de los pecados a7enos que se perdonan a los niEos en el sentido de que nacieroncarnalmente en Ad+n son transmitidos por ello. @an contraído el contagio de la muerte.

24 LO% PA"#% O"I#&TAL#%? Ad+n es el causante de la corrupción de la naturalea.

a) Bre,orio &acianceno? en Ad+n todos hemos muertos, en -l todos hemos sido engaEados. La consecuencia de su pecado se transmite a todos los hombres &la concupiscencia4. Los niEos no ser+n castigados ni glorificados.

b) Bre,orio de &ia? en los niEos no se habla de pecado a diferencia de los adultos. $l pecado de Ad+n afecta a todala humanidad.

c) Cirilo e AleMandra? 6odos participan del "F00T5"(V8 D$ LA naturalea. 8osotros nos hemos hechoimitadores de Ad+n en su pecado. &8o en el sentido pelagiano4 en qu- sentidoQ $n tanto que somos de su mismanaturalea.

ContinVa la clase de Bracia? :0W:0W2:.>

d) 'ilario de Poitiers? todos hierran con Ad+n y todos se salvan con "risto. *i que la misma línea de los romanos.

e) %an Ambrosio? Ambrosio parece interpretar tambi-n el final de 0om ;,92 como la afirmación del pecado de todos

en Ad+n. 6oda la humanidad puede ser considerada como un todo, y por ello en Ad+n est+bamos todos y en -l perecimos todos ?=/ de Ad+n pasa el pecado a todos nosotros. "on referencia a la culpa de Ad+n y en contraste connuestros pecados personales, habla Ambrosio de los «pecados heredados » ?9/ hasta los niEos llega la universalidad dela culpa «nadie est+ sin culpa, ni siquiera el niEo de un solo día» ?2/ pero es el pecado de todos el que se subraya, noel de los niEos, que son mencionados para dar m+s relieve a la afirmación del pecado de los adultos. De nuevohallamos indicaciones dispersas sobre el pecado de Ad+n y sus repercusiones en los dem+s nombres, pero todavía notenemos una sistematiación completa.

Toda la 8umanidad peca en Ad1n? de Ad1n pasa el pecado a todos los 8ombres3 Ql 8ablar1 del pecado8eredado nadie est1 libre del pecado ni si6uiera el nio de un da3

7) %an A,ustn? y el pelagianismo el hombre por su propia fuera sin la necesidad de la gracia se puede salvar,

pelagio trata de salvar la bondad y la libertad humana y la capacidad de hacer las cosas buenas.

"uestión del pecado con Ad+n se da la entrada a l muerte moral, muerte física.

Pela,io? si el pecado de Ad+n daEa a todos los hombres, tambi-n la gracia de cristo salvaría a todos los hombres.Decía adem+s que los niEos que nacen de los padres bautiados no tienen el pecado original, sino solamente tienen pecados personales. *us hi7os est+n en la nueva creación.

5elagio habla del mal e7emplo de Ad+n, causa de que otros hayan pecado. $l car+cter meramente e#trínseco del influ7ode Ad+n no es m+s que el reverso del e#trinsecismo del influ7o de "risto en la salvación, que se basa sobre todo en el buen e7emplo

Dios ha dado a los hombres el poder, el querer y el ser, es decir, la posibilidad y la voluntad para poder hacer el biensin que el pecado sea impedimento ??/ por Ad+n entra la muerte en el mundo, pero no el pecado, del que sólo cadauno es responsable ?1/ niegan por tanto el pecado original, y con ello la necesidad que el 7usto tiene de perdón ?3/tambi-n, seg%n Agustín, los pelagianos dicen que quienes afirman la e#istencia del pecado original sostienen que loshombres que nacen son creados por el demonio, condenan el matrimonio y no creen que el bautismo borre los pecados, porque los bautiados engendran pecadores.

octrinas de CelestioLos niEos al nacer est+n como Ad+n antes del pecado/ ni todos los hombres mueren por el pecado de Ad+n ni resucitan por "risto/ los niEos, aunque no sean bautiados, pueden alcanar la vida eterna.

"eaccionar1 san A,ustn? $l pecado original originante causa y el origen la ruptura de la gracia del hombre conDios a causa del primer Ad+n. $l pecado de Ad+n ha hecho a todos pecadores.$l pecado originaloriginado. $s el estado de la naturalea caída. $sta situación de «pecado» afecta incluso a los p+rvulos, de tal manera que su suerte es la condenación si mueren sin el bautismo no alcana la salvación.


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$ste pecado original «no separa sólo del reino de Dios, sino que tambi-n nos ale7a de la salvación y de la vida eterna»

Las primeras declaraciones ma,isteriales sobre el pecado ori,inal

$l papa (nocencio (, afirma la necesidad del bautismo de los niEos para que puedan adquirir el premio de la vidaeterna &D* 2934.

$l concilio de 6rento har+ tambi-n abundante uso de este te#to. $l primer canon dice que el hombre entero, tanto en

su cuerpo como en su alma, ha cambiado in deterius, «a peor», como onsecuencia del pecado original/ en concreto seafirma que no ha quedado ilesa la libertad del alma. La formulación es bastante gen-rica. $l segundo canon seEala queel pecado de Ad+n no sólo le ha per7udicado a -l, sino tambi-n a su descendencia, en cuanto le ha transmitido no sólola muerte corporal, sino el pecado, que es la muerte del alma. 6ambi-n indirectamente se ocupan de nuestro tema losc+nones 1, 93, 22 &cf. D* ?1/ 13/ 324.

6rento, en su decreto del pecado original, recoger+ este canon con algunos aEadidos. $l tercer canon seEala que no haylugar intermedio entre el cielo y el infierno, porque el que no merece ser coheredero de "risto no puede no ser partícipe del diablo &cf. D* 22>4 l=.$l bautismo borra el pecado original y los pecados actuales, es decir, personales. "arta a los Armenios "lemente '(.$n su carta a @umberto de Arl-s. $l pecado es doble original, el que se contrae sin consentimiento. J sinconsentimiento se perdona en virtud del *acramento. Actual, que se contrae con consentimiento, sin consentimiento

no se perdona. La pena original es la pena de la carencia de la visión de Dios.

LA T#OLOBÍA F#I#$AL

a) Pedro LombardoTno de los representantes m+s ilustres e influyentes. $l pecado original es para -l una culpa, que se transmite por los padres a todos los que son engendrados concupiscentialiter. La concupiscencia, fomes peccati, parece de hechoidentificada con el pecado mismo.

b4 %an Anselmo? $l pecado, como es sabido, es para -l una ofensa contra el honor de Dios. Ad+n, al pecar, sehio reo de este delito. $sto, como es evidente, le afecta en primer lugar a -l personalmente, pero adem+s, encuanto es cabea de la humanidad y dado que de -l teníamos que nacer todos, este pecado es de todos. 6odos

pecamos cuando pecó -l 9=:. $sto significa en concreto que nosotros recibimos la naturalea tal como -l la hatenido despu-s del pecado, es decir, con la privación de la 7usticia original debida.

c4 %anto Tom1s? el pecado original consistir+ formalmente en la privación (defectus) de la 7usticia original, peromaterialmente en la concupiscencia 9=3. "omo consecuencia de esta privación de la 7usticia, el hombre tieneuna radical incapacidad para la recepción de la gracia. $l pecado original es así un «h+bito», una disposiciónde la naturalea humana que viene de la disolución de la armonía en qu- consistía el estado de 7usticia originalno. *e trata de un «pecado de la naturalea », que sólo es de cada persona en la medida en que recibe lanaturalea del primer padre/ Ad+n perdió la 7usticia original para toda la naturalea. $l pecado que setransmite es sólo el de Ad+n en cuanto es de la naturalea, no los personales de los padres/ la raón es que-stos engendran el nuevo ser humano no en cuanto individuos, sino como miembros de la especie G. 6odos los

que nacen de Ad+n se pueden considerar un solo hombre, miembros de un mismo cuerpo, por ello el pecadooriginal es voluntario «e# vol%ntate primiparentis »/ como por virtud del semen se transmite la naturalea,igualmente con la naturalea se transmite la enfermedad de la naturalea, «cum natura, naturaeinfectio» 92.efectos del pecado original, santo 6om+s seEala la inclinación a la virtud disminuye/ y, por %ltimo, la 7usticiaoriginal se ha perdido por el pecado de Ad+n.

$l pecado ha devuelto al hombre a la condición que por su naturalea le corresponde, de7+ndolo privado del au#ilio

de la 7usticia original G Wuienes mueren con el pecado original no pueden goar de la visión beatífica/

d4 uns #scoto? el pecado original es la carencia de la 7usticia original, pero esta privación no se considera pecado de «naturalea»/

Resumen de Gracia

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