Resumen Sobre Los Derechos de Las Personas Privadas de Libertad en El Sistema Penitenciario Peruano

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RESUMEN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD EN EL SISTEMA PENITENCIARIO PERUANO La persona privada de libertad goza de un conjunto de derechos, en tanto no exista una incompatibilidad con la privación de la libertad, sea esta una medida coercitiva procesal o una pena establecida en una condena condenatoria. Los internos son titulares de los derechos fundamentales contenidos en Constitución y en instrumentos internacionales que regulan sobre la misma. En el caso peruano estos derechos se encuentran contenidos en la propia Constitución como en el Código de Ejecución enal, su posterior !eglamento y otras normas conexas. ero adicionalmente han sido desarrollados por la jurisprudencia del "ribunal Constitucional, experiencia similar a la de pa#ses, como el caso de la Corte Constitucional de Colombia. 1. LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD: ASPECTOS GENERALES 1.1 La situación d s!cia" #u"n$a%i"idad d "as !$s&nas !$i#adas d "a "i%$tad. La $"ación d s!cia" su'ción d" $c"us& a "a ad(inist$ación !nitncia$ia El ingreso de una persona a la c$rcel origina entre ella y la administración penitenciaria una relación jur#dica caracterizada por el hecho que el interno queda sometido, en cierto grado, a la administración penitenciaria, en tanto puede limitar el ejercicio de los derechos fundamentales del interno en base a un conjunto de condiciones y reglas de conducta destinadas a mantener el orden y la seguridad en los establecimientos penitenciarios, en tanto estas medidas se ajusten a los principios de proporcionalidad y razonabilidad. Es necesario saber diferenciar que mientras algunos derechos fundamentales de los internos son suspendidos o restringidos, muchos otros derechos se conservan intactos y deben ser respetados #ntegramente por las autoridades penitenciarias que el Estado debe garantizar el pleno ejercicio de los derechos fundamentales no suspendidos. El Estado tiene deberes especiales para con los reclusos, con miras a que %stos puedan ejercer plenamente los derechos fundamentales que no les han sido suspendidos, y parcialmente aqu%llos que les han sido restringidos. 1.) L&s d$c*&s +unda(nta"s d "as !$s&nas !$i#adas d "i%$tad: $st$icci&ns !&$ "a ad(inist$ación !nitncia$ia

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RESUMEN SOBRE LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD EN EL SISTEMA PENITENCIARIO PERUANOLa persona privada de libertad goza de un conjunto de derechos, en tanto no exista una incompatibilidad con la privacin de la libertad, sea esta una medida coercitiva procesal o una pena establecida en una condena condenatoria.Los internos son titulares de los derechos fundamentales contenidos en la Constitucin y en instrumentos internacionales que regulan sobre la misma.En el caso peruano estos derechos se encuentran contenidos en la propia Constitucin como en el Cdigo de Ejecucin Penal, su posterior Reglamento y otras normas conexas. Pero adicionalmente han sido desarrollados por la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, experiencia similar a la de otros pases, como el caso de la Corte Constitucional de Colombia.

1. LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD:ASPECTOS GENERALES1.1 La situacin de especial vulnerabilidad de las personas privadas de la libertad. La relacin de especial sujecin del recluso a la administracin penitenciaria

El ingreso de una persona a la crcel origina entre ella y la administracin penitenciaria una relacin jurdica caracterizada por el hecho que el interno queda sometido, en cierto grado, a la administracin penitenciaria, en tanto puede limitar el ejercicio de los derechos fundamentales del interno en base a un conjunto de condiciones y reglas de conducta destinadas a mantener el orden y la seguridad en los establecimientos penitenciarios, en tanto estas medidas se ajusten a los principios de proporcionalidad y razonabilidad.

Es necesario saber diferenciar que mientras algunos derechos fundamentales de los internos son suspendidos o restringidos, muchos otros derechos se conservan intactos y deben ser respetados ntegramente por las autoridades penitenciarias que el Estado debe garantizar el pleno ejercicio de los derechos fundamentales no suspendidos.

El Estado tiene deberes especiales para con los reclusos, con miras a que stos puedan ejercer plenamente los derechos fundamentales que no les han sido suspendidos, y parcialmente aqullos que les han sido restringidos.

1.2 Los derechos fundamentales de las personas privadas de libertad: restricciones por la administracin penitenciaria

Algunos de los derechos fundamentales de las personas privadas de la libertad pueden ser objeto de limitaciones significativas, como consecuencia de su situacin. No obstante, existe un conjunto de derechos que no puede ser objeto de restriccin como la vida, la integridad personal, la libertad de conciencia o a la salud. Esta posicin ha encontrado sustento en los sistemas de proteccin de derechos humanos universal e interamericano.

As, puede decirse que los derechos de los internos pueden dividirse de la siguiente manera:

a) Algunos, como la libertad personal o la libre locomocin, se encuentran absolutamente limitados desde la captura.

b) Otros, como el derecho a la intimidad personal y familiar, reunin, asociacin y libre desarrollo de la personalidad y libertad de expresin, pese a que pueden llegar a ser limitados nunca podrn ser completamente suspendidos.

c) Otros derechos no pueden ser objeto de restriccin jurdica durante la reclusin, como el derecho a la vida, la integridad personal, la libertad de conciencia, la dignidad, la igualdad, la libertad religiosa, el derecho al reconocimiento de la personalidad jurdica, la salud y el debido proceso, y el derecho de peticin.

La limitacin de estos derechos debe ser proporcional a la finalidad de la medida privativa de la libertad, por lo que para que la restriccin sea legtima es necesario que tenga por finalidad coadyuvar a la resocializacin del interno, la conservacin del orden, la disciplina o la convivencia dentro del establecimiento penitenciario.

Facultades discrecionales de las autoridades

El poder sancionador del Estado se debe desarrollar en base a lo que establece la legislacin, en tanto la crcel no es un territorio sin ley, sino que por el contrario debe de ser la expresin ms clara de la legalidad estatal frente a una persona que viol la ley.

Las potestades de la autoridad administrativa para limitar o restringir los derechos fundamentales de las personas que se hallen vinculadas a la Administracin, a travs de una relacin de especial sujecin, debe estar expresamente autorizada en la ley que regule su ejercicio. Este tipo de medidas deben ser razonables y proporcionadas y deben perseguir, como fin nico, el logro del objeto para el cual ha sido instituida por el ordenamiento esa relacin de especial sujecin.

1.3 La dignidad humanaConforme lo seala el artculo 10.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos toda persona privada de libertad ser tratada humanamente y con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano , mientras que el numeral 3 consagra que El rgimen penitenciario consistir en un tratamiento cuya finalidad esencial ser la reforma y la readaptacin social de los penados, as como establecido en la mayora de los instrumentos internacionales que con respecto a este tema desarrollan postulados y directrices.

El principio de la dignidad humana constituye un deber positivo, o un principio de accin, segn el cual todas las autoridades del Estado deben realizar todas las conductas relacionadas con sus funciones constitucionales y legales con el propsito de lograr las condiciones, para el desarrollo efectivo de la proteccin de la dignidad humana identificados as: autonoma individual, condiciones materiales de existencia, e integridad fsica y moral.

1.4 Contenido mnimo de las obligaciones estatales frente a las personas privadas de la libertad.

Existe un contenido mnimo de las obligaciones estatales que son imperativas en su cumplimiento, independientemente de las particularidades del interno (antecedentes, peligrosidad, etc.) o del nivel de desarrollo socioeconmico del Estado, el mnimo que debe satisfacer el Estado para garantizar la efectividad de los derechos fundamentales de los reclusos. Los derechos fundamentales de los internos deben ser garantizados independientemente de su condicin jurdica.

1.5 La finalidad resocializadora

La resocializacin no consiste en imponer determinados valores a los reclusos, sino en brindarles los medios para que, haciendo uso de su autodeterminacin, establezca cada interno el camino de su reinsercin al conglomerado social.

Para el Tribunal Constitucional, la finalidad resocializadora se vincula con el principio de dignidad de la persona (artculo 1 de la Constitucin), el cual es uno de los fundamentos del texto constitucional. De ello deriva el mandato de no poder considerar a la persona privada de libertad como un objeto.

2. LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD EN LALEGISLACION PERUANA

2.1 La Constitucin y el Cdigo de Ejecucin Penal

Respecto a las personas privadas de libertad la Constitucin de nuestro pas nicamente contiene dos menciones en su artculo 139, referido a los principios y derechos de la funcin jurisdiccional:

21. El derecho de los reclusos y sentenciados de ocupar establecimientos adecuados.

22. El principio de que el rgimen penitenciario tiene por objeto la reeducacin, rehabilitacin y reincorporacin del penado a la sociedad.

El primero el primero se refiere a las condiciones de detencin, especialmente en relacin a la infraestructura, pero se puede interpretar que tambin incluye los servicios que ha de cumplir la administracin penitenciaria para con el interno. Por su parte el segundo se refiere a la finalidad que ha de cumplir la privacin de libertad.

2.2 El Reglamento del Cdigo de Ejecucin Penal (Decreto Supremo N 015-2003-JUS)

El Artculo 10 del Reglamento establece que las actividades penitenciarias se ejercen respetando la dignidad y derechos del interno, en tanto no hayan sido restringidos por la Ley o la sentencia. Este debe ser considerado como criterio de interpretacin de la norma por las autoridades penitenciarias al momento de interpretar y aplicar la legislacin penitenciaria.

El artculo 11 del Reglamento seala un conjunto de derechos, que no deben ser entendidos como un listado cerrado, sino slo como aquellos que sirven para subrayar los de especial importancia para toda persona privada de libertad. Por lo tanto la autoridad penitenciaria debe considerar tambin aquellos derechos reconocidos por la Constitucin Poltica del Estado, nuestro ordenamiento jurdico nacional y los tratados o convenios internacionales.

2.3 Manual de Derechos Humanos en la Funcin Penitenciaria

El Manual tiene por finalidad de ser una herramienta til para el personal que labora en penales de rgimen cerrado, y se divide este documento en cuatro partes:

La primera presenta el marco terico y normativo de los derechos humanos, tanto de las personas privadas de libertad como de los servidores del INPE.

La segunda se concentra en el rol de la seguridad en el sistema penitenciario: la relacin entre la seguridad y el uso de la fuerza.

La tercera describe las responsabilidades de todas las reas de tratamiento involucradas en el proceso de resocializacin de las personas privadas de libertad.

La ltima describe el rgimen disciplinario.

3. LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS PRIVADAS DE LIBERTAD

Ante la inexistencia de una judicatura especializada en materia penitenciaria, la defensa de los derechos de las personas privadas de libertad se realiza judicialmente mediante un proceso constitucional de Hbeas Corpus, conforme lo establece el Cdigo Procesal Constitucional.

2.1 Derecho a la integridad personal

El Tribunal ha evaluado los regmenes penitenciarios, estableciendo que ciertas restricciones de derechos constituyen una medida irrazonable y desproporcionada, por lo que son una forma de trato cruel e inhumano.

Con ello establece lmites a la restriccin de derechos a los internos en virtud a la clasificacin en uno u otro rgimen penitenciario, ya que no importando cual sea ste, lo cierto es que en ningn caso puede significar la afectacin del derecho a la integridad personal.

2.2 Derecho a la salud

Para el Tribunal, el derecho a la salud es la facultad inherente a todo ser humano de conservar un estado de normalidad orgnica funcional, fsica y psquica, o restituirlo ante una situacin de perturbacin, constituyendo uno de los derechos constitucionales de mayor importancia, al vincularse a otros como el derecho a la vida, integridad fsica y el principio de dignidad.

Especialmente importante la consideracin del derecho a la salud como un derecho fundamental, a pesar de no estar incluido en la relacin que establece como tal la Constitucin, en virtud a su conexin con el derecho a la vida e integridad, y el principio de dignidad de la persona.

De otra parte, siempre que el derecho a la integridad resulte lesionado o amenazado, lo estar tambin el derecho a la salud, en alguna medida.

2.3 Derecho de defensa

Segn el Tribunal, este derecho garantiza que los ciudadanos no se encuentren en indefensin, incidiendo al respecto en la situacin de la persona procesada. En dicho sentido se ha pronunciado en casos en donde se argumentaba que las condiciones de internamiento afectaban dicho derechos.

2.4 Derecho a la visita familiar

El Tribunal ha conocido casos en los cuales se cuestionaba la decisin de las autoridades de establecimientos penitenciarios de restringir a los reclusos la visita de sus familiares, entendiendo que ello puede impactar negativamente en la finalidad resocializadora y reeducadora de la pena. Segn el Tribunal la ubicacin de un interno en un establecimiento tan alejado afectaba la visita familiar, siendo un factor de desocializacin que lo aleja de su entorno familiar y social.

2.5 Traslados

El Tribunal ha conocido de hbeas corpus en los que se cuestionaba la decisin de las autoridades penitenciarias de trasladar a un interno de un penal a otro, estableciendo criterios de interpretacin.

Legitimidad del traslado.- El traslado no es en s un acto inconstitucional, pero debe cumplir requisitos, pudiendo declararse ilegitimo si se realiza sin existir una base objetiva y motivos razonables.

Proteccin de la integridad del interno.- Un motivo justificado para el traslado, es la necesidad de proteger derechos fundamentales, siendo obligacin de las autoridades penitenciarias garantizar que no se afecte o lesione la vida, integridad fsica y otros derechos constitucionales de la persona privada de libertad. La autoridad puede trasladar a un interno para proteger sus derechos, cada vez que existan elementos razonables que muestren un peligro.

Regresin en el tratamiento.- En este caso el Tribunal ha declarado infundada la demanda.

Reordenamiento del penal.- Es vlido el traslado cuando la capacidad de albergue del penal sea excedida por el nmero de internos y ello ponga en riesgo el rgimen y disciplina penitenciaria.

Seguridad penitenciaria.- El traslado por medida de seguridad es adecuado, as como la regresin en el tratamiento que pone en riesgo la seguridad del penal y de otros.

Consentimiento del interno.- La ausencia de consentimiento para el traslado no es un motivo para invalidarlo, en tanto no constituye un requisito para el mismo.

Reubicacin al interior del mismo penal.- La ubicacin de un interno en uno u otro ambiente del penal es una atribucin de la autoridad penitenciaria, por lo que se desestima la demanda que argumenta que ello pone en peligro su integridad personal, en tanto no se demuestre ello y cuando el traslado fue solicitado por otros internos del mismo penal.

2.6 Derecho a la intimidad

En un hbeas corpus presentado por un grupo de internos, argumentando que se filmaba sus actividades cotidianas, el Tribunal lo desestim al considerar que la filmacin era adecuada para controlar la seguridad del penal y de los internos, y que no inclua los lugares de alojamiento de los internos.

2.7 La visita ntima

El Tribunal Constitucional en una reciente sentencia ha sealado algunos aspectos de especial importancia en relacin a este beneficio penitenciario:

Es una forma de proteccin de la familia.- Segn el Tribunal, la visita ntima coadyuva en la consolidacin de la familia en el proceso de resocializacin del interno, ya que las condiciones de hacinamiento e higiene de los establecimientos penitenciarios generan en ste un deterioro de su integridad (fsica, psquica y moral) que frecuentemente slo pueden ser compensados con el amor que brinda la familia. De otro lado, si bien hay varios mecanismos para proteger la familia, la visita ntima fortalece los vnculos de la pareja, lo que repercute en una relacin armnica con los hijos. Por ende, enfatiza el Tribunal Constitucional, que las limitaciones desproporcionadas de las visitas ntimas entre los internos y sus parejas (cnyuge, concubina o concubino) vulnera el deber especial de la familia reconocido en el artculo 4 de la Constitucin.

Es una manifestacin del derecho al libre desarrollo de la personalidad.- Este derecho se ve plasmado en la sexualidad del ser humano, siendo que la relacin sexual es una de las principales manifestaciones de la sexualidad: De ah que, pueda considerarse que uno de los aspectos que conforman el desarrollo de una vida en condiciones dignas sea la posibilidad de tener relaciones sexuales. En el mismo sentido, el Tribunal Constitucional afirma:

24 el derecho a la visita ntima constituye un desarrollo del derecho al libre desarrollo de la personalidad, pues si bien la privacin de la libertad conlleva una limitacin razonable del ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad, es obvio que no lo anula. Y es que la visita ntima es aquel espacio que, como su nombre lo indica, brinda a la pareja un momento de cercana, privacidad personal y exclusividad que no puede ser reemplazado por ningn otro.

25. La relacin sexual entre el interno y su pareja es uno de los mbitos del libre desarrollo de la personalidad que contina protegido an en prisin, a pesar de las restricciones legtimas conexas a la privacin de la libertad. Y es que, tratndose de personas privadas de la libertad, se hace esencial para los internos y su pareja el poder relacionarse en el mbito sexual ya que este tipo de encuentros, adems de tener como sustrato un aspecto fsico, trasciende al psicolgico y al ser positivo repercute en el estado de bienestar de la pareja.La proteccin de este derecho origina que incluso cuando una sancin disciplinaria implique la suspensin temporal de la visita ntima, la misma slo ser proporcional y razonable si es que se sustenta en la necesidad de garantizar el orden y la seguridad del penal.

La visita ntima de parejas homosexuales.- Manteniendo el principio del derecho al libre desarrollo de la personalidad, el Tribunal afirmar que no puede restringirse la visita ntima, en razn de la opcin sexual del privado de libertad. As:

28. En sentido similar este Tribunal estima que la permisin de la visita ntima no debe sujetarse a ningn tipo de discriminacin, ni siquiera aquellas que se fundamenten en la orientacin sexual de las personas privadas de su libertad. En estos casos la autoridad penitenciaria, al momento de evaluar la solicitud de otorgamiento, deber exigir los mismos requisitos que prev el Cdigo de Ejecucin penal y su Reglamento para las parejas heterosexuales.

2.8 Prohibicin de beneficios penitenciarios

Adicionalmente a las ya conocidas sentencias del Tribunal respecto a la norma aplicable para el trmite de beneficios penitenciarios (que no es parte del presente artculo), se han dado otras sentencias que se relaciona con el cumplimiento del mandato resocializador de la pena privativa de libertad. Al respecto debe recordarse que La legislacin ha introducido progresivamente prohibiciones de beneficios penitenciarios para determinados delitos, basados fundamentalmente en su gravedad e impacto social. Esta medida ha sido cuestionada en su constitucionalidad, por lo que el Tribunal Constitucional ha tenido que pronunciarse, sealando que constituye una facultad del Estado, prohibir total o parcialmente los beneficios penitenciarios en consideracin a la gravedad de los delitos.

Dos aspectos deben ser considerados al respecto:

La finalidad resocializadora.- Los demandantes argumentan que la prohibicin de los beneficios afecta la finalidad resocializadora que ha de tener, segn la Constitucin, la pena privativa de libertad. En la sentencia N. 00033-2007-PI/TC el Tribunal seala que si bien los beneficios son considerados garantas que coadyuvan a la reinsercin del interno en la sociedad, no son un derecho que pueda ser exigido por el solo motivo de reunirse los requisitos formales, ya que el Juez debe ejercer una potestad discrecional al conceder un beneficio, que debe estar debidamente motivada. Por ello adems del cumplimiento de los requisitos establecidos en la Ley, se debe tener en cuenta la personalidad del agente y los bienes que se busca proteger. Segn el Tribunal, la restriccin de los beneficios penitenciarios no vacan de contenido el fin resocializador, en tanto dichos beneficios solo buscan acortar la pena privativa de la libertad y no obedecen a arbitrariedades del legislador, siendo medidas razonables que obeceden a la obligacin del Estado de resguardar a la poblacin y de su propia conservacin.

Principio de igualdad.- Se ha cuestionado que la limitacin de beneficios afecta este derecho, no obstante el Tribunal seala que en tanto esta medida es idnea para cumplir el fin constitucional: obligacin que tiene el Estado de garantizar la proteccin de la poblacin de las amenazas contra su seguridad. La resocializacin no se logra solo por medio de los beneficios, por lo que su prohibicin no afecta este principio constitucional

2.9 Balance de la jurisprudencia constitucional

La jurisprudencia del Tribunal ha logrado plasmar y desarrollar importantes principios y derechos constitucionales que afectan a las personas privadas de libertad, siendo el Hbeas Corpus, ante la inexistencia de un juez de ejecucin penal, un mecanismo valioso para la defensa de los derechos de los internos. No obstante se pueden plantear algunas observaciones crticas.

La mayora de casos, despus de pasar por las instancias judiciales previas, evidencian un entendible lapso entre el supuesto hecho vulneratorio y la resolucin del Tribunal. Considerando la gravedad de las denuncias, resultara ms eficaz que fueran los jueces penales quienes pudieran haber realizado los anlisis sealados por el Tribunal.

Si bien no es necesaria la asistencia jurdica para interponer un hbeas corpus, en la prctica su ausencia afecta la posibilidad de una adecuada defensa de sus intereses.

Las consideraciones de tiempo y recursos necesarios hacen que en la prctica no todos los internos puedan considerar este mecanismo de defensa de sus derechos como una opcin real y efectiva.