Revista Bimestral • Año VI • No 22 • Junio de 2006

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N o 22 Revista Bimestral • Año VI • N o 22 • Junio de 2006 Escriben David Duarte Gloria M. Pasten de Ishihara Isabel Novosad Roberto Dijtiar Moisés Meik Sonia Spreafico Guillermo Pajoni Cynthia Benzion Ricardo J. Cornaglia Carlos Aurelio Bozzi Alberto Poggi “No puede ser adoptada en esas industrias nuestras por razones econó- micas que plantean este dilema: o trabajar más de 8 horas o cerrar el establecimiento. Porque esas industrias nuestras no podrían competir con las extranjeras cuando sus obreros trabajan sólo ocho horas” (Boletín de la UIA - Por la jornada de 8 hs. de la ley 11.544) “Es fácil explicarse el retraimiento de los capitales para ser invertidos en nuevas empresas industriales, cuando sobre ellas pesa la amenaza de una ley destinada a trabarlas en su acción, como ocurre con la 11.729” (“Argentina Fabril” 06/1938 - Luis Colombo - Presidente de la UIA) “Estos nuevos gravámenes tendrán una gravitación extraordinaria so- bre el futuro de las actividades productivas del país, y en la mayoría de los casos para la mediana y pequeña industria, plantea problemas económicos de absoluto e imposible cumplimiento” (La Prensa - 21/12/45. Pág. 11. Por el salario mínimo y el SAC - D.Ley 33.302) Tócala de nuevo, Sam... 1 9 1 3 1 9 3 8 1 9 4 5 2 0 0 6

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Revista Bimestral • Año VI • No 22 • Junio de 2006

Escriben

David Duarte

Gloria M. Pasten de Ishihara

Isabel Novosad

Roberto Dijtiar

Moisés Meik

Sonia Spreafico

Guillermo Pajoni

Cynthia Benzion

Ricardo J. Cornaglia

Carlos Aurelio Bozzi

Alberto Poggi

“No puede ser adoptada en esas industrias nuestras por razones econó-micas que plantean este dilema: o trabajar más de 8 horas o cerrar elestablecimiento. Porque esas industrias nuestras no podrían competircon las extranjeras cuando sus obreros trabajan sólo ocho horas”

(Boletín de la UIA - Por la jornada de 8 hs. de la ley 11.544)

“Es fácil explicarse el retraimiento de los capitales para ser invertidos ennuevas empresas industriales, cuando sobre ellas pesa la amenaza deuna ley destinada a trabarlas en su acción, como ocurre con la 11.729”

(“Argentina Fabril” 06/1938 - Luis Colombo - Presidente de la UIA)

“Estos nuevos gravámenes tendrán una gravitación extraordinaria so-bre el futuro de las actividades productivas del país, y en la mayoría delos casos para la mediana y pequeña industria, plantea problemaseconómicos de absoluto e imposible cumplimiento”

(La Prensa - 21/12/45. Pág. 11. Por el salario mínimo y el SAC - D.Ley 33.302)

Tócala de nuevo, Sam...

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1938

1945

2006

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con grave afectación de sus derechos a la vida y a suintegridad psicofísica.

Son, en fin, los apropiadores indebidos de los frutosdel crecimiento económico con mengua del desarrollosocial.

Parece evidente que se torna imprescindible una re-formulación de fondo de las relaciones laborales quegarantice el acceso al trabajo, salarios dignos, cobertu-ra adecuada frente al desempleo y mejores condicionesde vida y de trabajo; que asegure la estabilidad en elempleo (lo que impone la ratificación por nuestro paísdel Convenio 158 de la Organización Internacional delTrabajo), fomente la democratización en la empresa- yaque los derechos humanos y ciudadanos no deben de-tenerse ante sus puertas- y permita el ejercicio pleno dela libertad sindical en todas sus manifestaciones.

Estos cambios deben incluir el cumplimiento de lamanda constitucional, el rediseño de los sistema de Ries-gos del Trabajo y de Jubilaciones y Pensiones, sustra-yéndolos del actual control del capital financiero y fortale-ciendo los mecanismos que permitan la prevención y cui-dado de la salud de los trabajadores, así como el acce-so a los beneficios de la Seguridad Social sin cortapisas.

Son todos presupuestos que deben incluirse en unprograma que implique una real y efectiva modificaciónde los patrones de acumulación económica y de la ma-triz utilizada para la distribución de la riqueza y que ha-ga realidad el acceso irrestricto a los frutos del trabajopor parte de quienes los generan.

Para lograr estos objetivos se torna imprescindibleabrir con urgencia un debate en la sociedad, incluyen-do a los principales concernidos: los trabajadores.

En ese empeño, a despecho de los agoreros intere-sados, avanzaremos en la construcción de un paísmás igualitario, justo y solidario.

* Comunicado de la Asociación de Abogados Laboralistas,de mayo de 2006.

n las últimas semanas hemos asistido a de-claraciones de diversas entidades empresa-riales que, mediante apocalípticas prediccio-nes, se oponen a la sanción de algunos pro-

yectos de ley en materia laboral, que han sido pre-sentados en el Congreso Nacional.

En todos los casos auguran catastróficas conse-cuencias, que se manifestarían en cierres de empre-sas con las consiguientes pérdidas de puestos detrabajo. Asimismo agitan el remanido sonsonete dela “industria del juicio”.

Estas posturas no deberían asombrar, ya queconstituyen la reiteración de las que estos mismossectores han adoptado históricamente cada vez quese han debatido modificaciones en la legislación,que podrían afectar su tasa de ganancia.

Es menester subrayar que buena parte de losmedios de comunicación, ellos mismos integrantesde los sectores dominantes, han desatado una cam-paña en respaldo de las quejas patronales.

Los proyectos hasta ahora conocidos constituyenpasos parciales, tendientes a revertir las mutilacio-nes y recortes de derechos sufridos por los trabaja-dores durante los últimos treinta años.

Los verdaderos “industriales del juicio” son quie-nes se han beneficiado a costa de la aniquilación delos derechos sociales, en especial durante la dicta-dura y el menemato.

Son aquellos que propiciaron la intervención a lossindicatos, fueron cómplices de la desaparición demiles de trabajadores e impulsaron la flexibilizaciónlaboral, cuyas consecuencias de miseria y desocu-pación continuamos sufriendo.

Son los que mantienen a casi la mitad de la fuer-za laboral “en negro” o en “gris”, eluden el pago deimpuestos, no abonan las horas extras e incumplenla normativa en materia de seguridad e higiene, con-virtiendo a buena parte de la población en kelpers,

D O C T R I N AE D I T O R I A L

Una histeriahistórica*

E

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D O C T R I N A

PROPIEDAD DE

ASOCIACIÓN DE ABOGADOS LABORALISTAS

DIRECTOR

Teodoro Sánchez de Bustamante

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INSTITUCIONALES

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Derecho de Propiedad Intelectual: 460319

Las notas firmadas no reflejan necesariamenteel pensamiento de la revista. Permitida la

reproducción total o parcial de los artículos,citando la fuente.

REVISTA

EDITORIAL, por Consejo de Redacción ........................................................................ 1

ACTUALIDAD

Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo Resolución No 5/2006..........................3

DOCTRINA

Los contratados de la administración pública.Las privatizaciones que privan derechos, por David Duarte ...................................... 4

Contrataciones en la Administración Pública y el nuevo Convenio General,por Gloria M. Pasten de Ishihara ................................................................................ 9

El trabajador, un rehén de la bancarización del salario, por Isabel Novosad .......... 15

La devolución al juez natural de la competencia en los juicios laboralescontra concursadas y fallidas, por Roberto Dijtiar .................................................... 18

La Ley 26.088: una positiva reforma que permite cortar las uñas agresivasal despotismo patronal, acotando una institución herética, por Moisés Meik .......... 22

La omisión de los exámenes médicos pre-ocupacionalesen la Ley de Riesgos del Trabajo, por Sonia Spreafico ............................................ 30

Algunas reflexiones sobre el Derecho y la Huelga, por Guillermo Pajoni ................ 32

PRÁCTICA LABORAL

Reportaje al Ingeniero Leandro GurruchagaNotimail: Propuesta de la CNAT y el CPACF para agilizarlas notificaciones judiciales, por Cynthia Benzion ......................................................34

ACTUALIDAD

Crónica del VIII Encuentro del Foro de Institutos de Derecho del Trabajode los Colegios de Abogados de la Provincia de Buenos Aires,por Ricardo J. Cornaglia ............................................................................................37

TRABAJO DE MEMORIA

La Larga Noche de las Corbatas, por Carlos Aurelio Bozzi ......................................39

INSTITUCIONALES ..........................................................................................................42

LÁGRIMAS Y SONRISAS ................................................................................................ 44

LEGISLACIÓN, por Guillermo Pajoni .......................................................................... 46

JURISPRUDENCIA .......................................................................................................... 48

JURISPRUDENCIA DESTACADA

Fraude laboral en la administración pública:derechos emergentes de la extinción del contrato ....................................................56

UN CACHO DE CULTURA

El mundo del trabajo y el cine de Laurent Cantet, por Alberto Poggi ........................60

LIBROS

“La rebelión de las Madres” de Ulises Gorini, por Guillermo Pajoni ........................ 62

LA BUENA LETRA

Construcción, Poesía de Chico Buarque ....................................................................64

Diseño de tapa: Adriana Edit Séneca

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Cámara Nacionalde Apelaciones del Trabajo

Resolución No 5/2006VISTO Y CONSIDERANDO:

Que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Con-tencioso Administrativo Federal solicitó a la Corte Su-prema de Justicia de la Nación, mediante diversasacordadas dictadas a partir de febrero del año 2002,adopte las decisiones que postula en tales acordadaspara afrontar el colapso producido por el ingreso deaproximadamente 85.000 causas –al 13 de marzo de2002– a fin de asegurar el buen funcionamiento de lostribunales, con el objeto de proteger los intereses detodas las partes involucradas en los reclamos vincula-dos con la aplicación de la ley 25.561 y textos norma-tivos complementarios.

Que ante la situación de marcada excepcionalidadque se presentaba en el fuero nacional en lo Conten-cioso Administrativo Federal, que fuera consideradapor la Máximo Tribunal como fundamento de las acor-dadas N° 3/2002 y 7/2002, se adoptaron medidas pa-ra superar la situación de efectiva privación de justiciaque se hubiera verificado de ser distribuidas las cau-sas iniciadas entre los doce juzgados de primera ins-tancia de ese fuero.

Que ante tal situación, la Corte Suprema de Justi-cia de la Nación dictó la acordada N| 11/2002 del 22de marzo de 2002.

Que a cuatro años de dictada la acordada N|11/2002 es indudable que las causas de excepciónque originaron el dictado de la misa han cesado, mo-tivo por el cual la afectación de recursos humanos ymateriales que efectúan las secretarías colaboradorasdel fuero laboral, redundan en un desmedro del ade-cuado servicio de justicia, que se debe brindar a lascausas que le son atribuidas por su competencia ori-ginaria, cuya naturaleza alimentaria requiere inmedia-ta atención.

Que en el referido lapso, el aumento de litigiosidady la complejidad jurídica de las acciones incoadas an-

te este fuero, motivada esta última por las constantesreformas legislativas en materia laboral e inconstitucio-nalidades planteadas por las partes, requieren que sedestinen a su función específica la totalidad de los re-cursos humanos y materiales de los que se disponepara asegurar una mejor funcionalidad y una correctaprestación del servicio de justicia.

Que el 22 de marzo del corriente año, el HonorableCongreso de la Nación, sancionó la reforma de la ley24.522 y, dispuso que todos los juicios laborales, quese encuentran radicados en sede comercial sean de-vueltas al juzgado originario.

Tal situación demanda medidas tendientes a recom-poner el fuero en cuanto a la especialidad de su com-petencia, e integración total de las plantas de juzgadosy salas, tanto respecto a los cargos de empleados quefueron trasladados a otros fueron mediante ResoluciónN° 428/2000 del 12/4/2000 de la Corte Suprema deJusticia de la Nación, como así también la integraciónigualitaria de los mismos.

Por ello,

LA CAMARA NACIONAL DE APELACIONES DELTRABAJO

RESUELVE:

1°) Solicitar a la Corte Suprema de Justicia de la Na-ción se desafecten a las secretarías colaboradorasde la Justicia Nacional del Trabajo de la atenciónde las causas provenientes del decreto N°1570/01, ley 25.561 y normas reglamentarias ycomplementarias, y adopte las medidas tendientesa completar la dotación de los juzgados y salas deeste Fuero.

2°) Protocolícese y hágase saber.

A C T U A L I D A D

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l 30 de abril se cumplen 15 años del fallo “Le-roux de Emede”1, con el que se cerrara un cír-culo inexplicable de injusticia jurisprudencial,apartamiento de las cláusulas constituciona-

les, retrogradación de los derechos sociales y restau-ración de ideas reaccionarias de sostenimiento a cier-to autoritarismo oculto detrás de la expresión, nuncaexplicada, del lacónico “poder del príncipe” –propiasde una cultura del pasado en que los regímenes defacto era una alternativa posible de acceso al gobier-no sin que rigiese para ellos el imperio de la ley– ; qui-siera conmemorar los derechos que les han sido “pri-vados” a todos aquellos seres humanos, contratadosde manera irregular por la administración pública (na-cional, provincial o municipal), que trabajando de lasdiversas formas no gozaron de la protección de la le-yes, ello en honor a “La Causa Laboral”.

Pasados los mediados de los setenta se instaló porla fuerza, como derechos de las bestias, un pensa-miento que ponía en cuestión el Estado bienestar, nosólo en Argentina. La barbarie asestaba un golpe mor-tal en el corazón del Estado como regulador de las re-laciones entre los ciudadanos, dejando de ser el com-pensador de la desigualdad entre los ganadores y per-dedores de la sociedad, instalando la idea que ese Es-tado “elefantiásico” debía desaparecer. En ese con-texto, y entre otras cosas, debía achicarse su plantelpor el excesivo gasto público. Esa reducción, solo seprodujo en la planta estable, cuya labor en tareas per-manentes fue sustituida por personal inestable. Demanera indirecta, aparecieron otros sujetos protago-nistas en la administración, por ejemplo consultorasprivadas para el diseño de políticas estatales, más vin-culadas con las grandes corporaciones económicasque con los partidos políticos. También se extiende lacontratación de empresas para la tercerización de ser-vicios históricamente propios (limpieza, vigilancia,etc.) y, entre otros fenómenos (vgr. privatizaciones delas empresas estatales), de forma directa resulta paté-tico el ingreso de trabajadores precarios, mediantecontrataciones con la utilización del nomen iuris de la

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D O C T R I N A

Por David Duarte

Los contratados dela administración pública

Las privatizaciones que privan derechos

E locación de servicios o de obra, típico del derecho ci-vil, para prestar tareas permanente de la administra-ción, que se los ha denominado como contratos “adhoc”. Por esa razón, dije “privados”, con doble senti-do, porque la administración pública privatiza el con-trato de empleo público, sin manifestar, expresamen-te, que se somete – como única opción legal posible–a las disposiciones de la Ley de Contrato de Trabajo(cfr. art. 2º).

Al principio del restablecimiento de la democracia,la Corte Suprema de Justicia de la Nación, medianteel caso “Deutsh” (Fallos 306:1238, del año 1984) con-sideró que el servicio del personal contratado parafunciones no previstas en el cuadro de la administra-ción ni en el presupuesto, sin horario, oficina, jerarquíani sueldo, correspondía la aplicación del derecho co-mún; y que la sola circunstancia de que en la redac-ción de los contratos no se haya manifestado en for-ma expresa la sujeción del convenio al ámbito del De-recho Laboral (art. 2º, LCT), no significaba necesaria-mente que deban aplicarse las normas del DerechoPúblico, máxime cuando de los términos pactados re-sulta que se excluya al trabajador de los beneficios so-ciales y previsionales de que gozan los agentes de laadministración. Posteriormente, en el caso “Zacarías”(CSJN, Fallos 310:464, del año 1987), se reitera ladoctrina, afirmando que lo dispuesto en el art. 2º inc.a) de la LCT no constituye obstáculo para considerarque la relación se rige por el derecho privado, si nofue examinada la posibilidad de que la suscripción delos contratos y la creación de una relación con subor-dinación técnica, jurídica y económica como la reco-nocida en el caso, pudo haber constituido en sí mis-ma una de las diversas formas de incluir a los depen-dientes en el régimen de la citada ley (cfr. arts. 9 y 23de la LCT), salvo que se demuestre que no existiócontrato de trabajo.

El retroceso, sobre sus pasos, lo marcaron los fa-llos del Alto Tribunal “Gil” (Fallos 312:245, del año1989) y “Leroux de Emede” (Fallos 314:376, del año1991), mediante el primero se entendió inaplicable la

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doctrina del caso “Deutsh” si el tra-bajador tenía horario asignado y sele hacían aportes jubilatorios a laCaja del Estado y a la obra social,y que la celebración y renovaciónde contratos a plazo por más de 12meses, no suponía la configuracióndel acto expreso de inclusión exigi-do por el art. 2, inc. a de la LCT. Lamayor o menor conveniencia de re-currir a la contratación del actor, asícomo la de poner fin al contrato,constituía una decisión de políticaadministrativa no revisable en sedejudicial y limitado el acceso jurisdic-cional por la legitimidad de los ac-tos administrativos. La aceptaciónde contratos precedidos de inesta-bilidad, vedaba al trabajador recla-mar los derechos emergentes de laestabilidad, dado que de otro modose violentaría el principio que impi-de venir contra los propios actos. Elsegundo de los casos, ratificó ladoctrina del primero y declaró ina-plicable la legislación común consumisión a un régimen jurídico es-pecífico que admite la contratacióntemporaria, distinto al del personalde planta permanente e impedía in-terpretar que se hubiese producidoel acto expreso del art. 2 de la LCT.Criterio reiterado posteriormente enel caso “Perreta” (Sent. 2/3/1993).

Ante ello, la Cámara Nacional deApelaciones del Trabajo entendió elmandato constitucional como pos-tulados a los que no se puede re-nunciar y dejar sin amparo al traba-jador, pues si no se reconoce la es-tabilidad propia, habrá que admitirla protección contra el despido arbi-trario, sencillamente porque noexiste una tercera categoría, al me-nos constitucionalmente hablando.En esa inteligencia, en el prece-dente “Zabalza” (Sala VI), dondehabía existido sucesivas contrata-ciones a plazo durante 12 años, entareas permanentes, propias e in-herentes a la entidad publica esta-tal demandada, los jueces enten-

dieron que se estaba frente unacontratación irregular porque no seadecuaban a las formas de contra-to de plazo determinado del estatu-to de empleo público y procurabanprivar del derecho a la estabilidad,si no era posible aplicar ésta, en-tonces debía utilizarse la otra op-ción posible frente a una cesantíainmotivada. La Constitución Nacio-nal manda a proteger contra el des-pido arbitrario y, por lo tanto, algu-na reparación corresponde, ante lalaguna normativa. Por analogía lamás equitativa sería la prevista porla LCT, en los arts. 245 y 232. Elcaso llegó a la Corte y el recurso fe-deral del ente público estatal fuedesestimado porque no se refuta-ban todos y cada uno de los funda-mentos de la sentencia de la cáma-ra que bastaban para sustentarla(in re Z.60.XXIX, ‘Zabalza’, senten-cia de Corte del 4/05/1995). El má-ximo Tribunal reiteró el criterio ennumerosos fallos posteriores. A lmenos entendía la resolución delos casos como una solución posi-ble, inclusive hasta con la disiden-cia minoritaria de un Ministro, queremitía a “Leroux” (ver caso “Gaun-dri”, sentencia del 27/12/1996),hasta que pasados uno años, inter-viene el entonces Procurador, quehasta ese momento no lo había he-cho, y propone dejar sin efecto lasentencia de la Cámara que habíadecidido en similares términos que“Zabalza”, y se citan “Gil”, “Leroux”y “Perreta” (C.567. “Castelluccio”,del 5/10/1999), la Corte, por razo-nes de brevedad, sin más, se remi-te al dictamen.

Instalado nuevamente el debatecabe observar que respecto a ladiscrecionalidad de la administra-ción corresponde tener presente lodicho por la Corte, recientemente,–adhiriendo al dictamen del Procu-rador Fiscal– en cuanto aclaró queen el marco de actuación de la pro-ducción normativa de los distintos

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D O C T R I N A

poderes en juego, las facultadesdel legislativo de crear o suprimirempleos surgen conferidas en elart.75 inciso 20 de la Carta Magna,que le reconoce a dicho Poder laconstrucción de espacios en la fun-ción pública, fijando los derechos yobligaciones de los agentes queprestarán servicios en ellos. En se-gundo lugar, el reconocimientoconstitucional al Poder Ejecutivode ejercer su facultad de nombrara quién ha de ocuparlos. Estasatribuciones de nombrar o removera los funcionarios y empleados pú-blicos es el ejercicio de la potestadque le corresponde al Presidentede la República como Jefe de Go-bierno y responsable político de laadministración general del país (art. 99, incisos 1º y 7º de la C.N.).2

González Calderón 3, interpre-tando la cláusula constitucional re-ferida a esas potestades del Con-greso (original art. 67, inciso 17º yactual art. 75, inciso 20) señalaque las de “crear y suprimir em-pleos, fijar sus atribuciones” sonconsecuencias obvias del podermás amplio que tiene el Congresopara fijar anualmente el presu-puesto de gastos de la Nación, se-gún inciso 7º –actual inciso 8º– jus-tificándose la tercera de las citadas–“fijar sus atribuciones”– por la su-ma de facultades legislativas y dereglamentación que expresa el in-ciso 28º –actual 32º– que se deno-minan poderes implícitos del Con-greso Nacional que implica “hacertodas las leyes y reglamentos quesean convenientes para poner enejercicio los poderes antecedentesy todos los otros concedidos por lapresente Constitución al Gobiernode la Nación Argentina”. Es decir,continúa el citado autor, esos em-pleos son toda clase de puestos yfunciones que conceptúe necesa-rios el Congreso para el mejor ser -vicio del país y la más adecuadaorganización de la administración

deseo recordar el debate de laConstituyente del año 1957, queintrodujo ese precepto, al sóloefecto de precisar algunas cuestio-nes que parecen olvidadas y quetienen plena vigencia. Cabe apun-tar que luego del despacho en Co-misión, el período en consideraciónabrió alguna hesitación que fuezanjada en la deliberación y con-cluyó con la aprobación del textopropuesto por la comisión sin ob-servaciones. Es interesante resca-tar del debate5 algunos interrogan-tes: 1) Al ser el empleado públicouna categoría especial ¿por quéestaba incluido en la cláusula ge-neral de la parte dogmática de laConstitucional Nacional, destinadaa todos los trabajadores? 2)¿Porqué no se afectaba las autonomíasprovinciales si la expresión em-pleado público, involucra no sólo alos nacionales, sino también losprovinciales e inclusive los munici-pales de todo el país? 3) ¿Por quéno correspondía fijar ese mandatoprotectorio en la segunda parte,sección primera del texto constitu-cional, o sea en las atribucionesdel Congreso Nacional del art. 67–actual 75–, o en la sección segun-da, referidas al Poder Ejecutivo,como limitación a las facultadesque se les reconoce en el art. 86–actual 99–, y sin embargo estabaen la primera parte del plexo cons-titucional?

La primera respuesta fue que sibien eran una categoría de trabaja-dores especiales, son trabajadoresy como tal no podía sancionarseuna cantidad de normas con res-pecto a los privados y se dejen “enla estacada a los empleados públi-cos”. Otra afirmación interesantees que la estabilidad no podía que-dar en manos de la ley, porque esaprotección podía ser cercenada porotra ley, o derogada lisa y llana-mente, de manera que “pueden losazares de la política transformar

pública, siempre que no hayan sidocreados de antemano por la Cons-titución misma, sin otro límite queel que se deriva del ejercicio por elPresidente, de su propia facultadpara nombrar a quienes deberándesempeñarlos (art. 86, inciso 10º,actual 99, inciso 7º).

A su vez, la potestad del PoderEjecutivo, como Jefe Supremo dela Nación, jefe de gobierno y res-ponsable político de la administra-ción general del país (art. 99, inci-so 1º de la CN), tiene el contrape-so del Congreso Nacional cuandoéste dicta las leyes, en el marco desus atribuciones. Además, aquellapotestad del PEN, cuenta con otralimitación que es la fijada por lapropia Carta Magna en el 14 bis,cuyos derechos deben ser garanti-zados por la ley.

Tal premisa no deja otro margende actuación al poder administra-d o r, menos aún se puede decirque esos derechos garantizadosconstitucionalmente pueden serdisponibles en una contratación in-dividual, al punto de reprocharle altrabajador haber realizado un “vo-luntario sometimiento” a un régi-men –ilegítimo por cierto–, al cualdespués no podría impugnar por-que iría contra sus propios actos,criterio que no tiene respaldo jurí-dico alguno, ante un mandatoconstitucional que manda al legis-lador a proteger al trabajador. Pun-to de inflexión privatista, que nosconduce a preguntarnos: ¿si el ac-to es ilegítimo de origen, puedemantener su relevancia jurídicafrente a claros preceptos constitu-cionales que lo descalifican?, pare-ce que no. Ello conduce a reflexio-nar sobre los arts. 18 a 21 del Có-digo Civil y sobre la i r r e n u n c i a b i l i-dad de derechos diseñados por elorden público.4

Vuelvo a la cláusula constitucio-nal que establece “la estabilidaddel empleado público”. Sobre ella

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esa garantía [en] puramente transi-toria”. Respecto de la función delprecepto se entendió sin discusiónque debía estar en la Constitución,pues significaba una limitación alpoder del Estado, tanto para el ac-ceso como para la protección delempleo. Entre otros puntos, se con-sideró que: “Si queremos cercenarel exceso de facultades del presi-dente de la República, si tenemosque terminar con el sistema del bo-tín, con esas cesantías en masa deempleados públicos cuando cam-bia un régimen por otro, hay quedarles estabilidad, darles garantías,y reconocer sus derechos ciudada-nos garantizándoles su actuaciónpolítica fuera del ámbito de su fun-ción”; asimismo, garantizar: “justi-cia en el ingreso de manera de im-pedir favoritismos y exclusiones irri-tantes, la existencia de un escala-fón que asegure justicia en el as-censo y la promoción sin que esteesté librado a la injusticia o privile-gios, la garantía de defensa frentea la posibilidad de cesantía, paraque esta garantía que pretendemosestablecer en el plano de la Consti-tución no llegue al terreno de ser

mo empleado público, y en ese lu-gar tiene un doble motivo, según in-dicó Jaureguiberry7: 1º) es induda-ble la vinculación jurídica de “esta-bilidad”, con “protección contra eldespido arbitrario” y con “proteccióncontra el desempleo”; 2º) el em-pleado público es una categoría es-pecial de trabajador, pero es traba-jador también; susceptible de bene-ficiarse con esta disposición quecorresponde no sólo a los emplea-dos nacionales sino a “todos losempleados públicos”. En el contex-to histórico de los constituyentesparece aceptable la idea que for-mulara Bidart Campos, en oposi-ción a la que emanó de la Corte, encuanto el Tribunal la rechazó comoderecho absoluto, este autor señalaque el concepto de estabilidad delempleado público se refiere a loque la doctrina llama como la “esta-bilidad propia”. En suma, la estabili-dad absoluta es un derecho relativocuya esencia consiste en impedir lacesantía incausada mediante el de-ber [...] de reincorporar. “Pero noes, de ninguna manera, el derechoa una mera indemnización” 8, puesen tal caso –entiendo– no habría di-

una mera ilusión. Sólo así es comouna conquista que tiene una finali-dad social podrá cumplir, al propiotiempo una finalidad de moralidadpolítica, porque –digámoslo conabsoluta verdad– si no hay estabi-lidad con esta amplitud, aseguradapara el empleado público, no sola-mente veremos la injusticia de losdespidos, sino que veremos la con-tinuación de los vicios de nuestrademocracia, porque los empleadospúblicos no votan por el partidoque quieren, sino por el que lesasegura la continuidad en el em-pleo”. Frente a la posible interfe-rencia al federalismo se respondióque es una cláusula de la Constitu-ción Nacional y por lo tanto “lasConstituciones provinciales seránmodificadas posteriormente, ajus-tándolas de acuerdo con el ordenjerárquico de las mismas”. Criterioque se apoya en las cláusulas 5º y31º de la Constitución federal.6

En definitiva, la ubicación en laparte general tiene su razón de serporque está dirigida a todos los po-deres públicos. Cada uno desde suatribución debe velar por la protec-ción de la persona que ingresa co-

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ferencia con el régimen laboral pri-vado; salvo que se utilice como ex-cepción, cuando existan causasobjetivas sin que pueda quedar su-jeto al mero acto arbitrario 9. Lasnormas de la LCT pueden serexorbitantes de las que rigen elempleo público, pero las emana-das de la Constitucional Nacionalrigen para todos, máxime las de laprimera parte.

El aspecto que todavía quedaabierto es que no se puede tolerarun acto administrativo que es ilegí-timo, porque los tres poderes de laRepública se encuentran someti-dos a la Ley Fundamental y los ac-tos de cada uno de ellos están su-jetos al sistema de contrapesos di-señados por la Constitución, a laque deben acatar. Es cierto que elacto administrativo goza de la pre-sunción de legitimidad, pero talprincipio está sujeto al cumplimien-to de recaudos que se exigen paraque sea válido. Sujeción a la quedebe atenderse si se subcontrata ose utilizan interpósitas personaspara incorporar personal, o secrean figuras contractuales a plazoo eventuales para disfrazar un vín-culo que resulta permanente por laíndole de la función del agente, enla que es evidente que se quieresoslayar el goce de la estabilidad,o la protección contra el despidoarbitrario, en tal caso aquella pre-sunción de legitimidad cae, pues

no resulta tal principio de iure et iu-re y al demostrarse lo contrario de-be ceder y admitirse la real situa-ción jurídica oculta o el desvío quese intentó para eludir la ley impera-tiva. La Corte ha señalado, con es-pecial énfasis, que el objeto de loscontratos públicos debe adecuarsea lo establecido en las leyes dicta-das por el Congreso, y el Estado sehalla sometido al principio de lega-lidad, que se vería vulnerado si sedesconociese a su respecto la vi-gencia de instituciones del derecholaboral que tutelan al trabajador10.Entiendo que ante una relación deempleo público, no corresponde“privatizar” el vínculo y en tal casodebe impugnarse el acto que le deorigen, si no hay expresión de que-rer someterse a la LCT, pero si elcomportamiento inequívoco de laadministración es tendiente a trataral trabajador como dependiente yen tareas permanente, hasta queno haya una solución legislativamás clara que proteja las zonasgrises, entonces los jueces debenllenar el vacío cumpliendo el man-dato constitucional, como en el ca-so “Zabalza”, pues no se trata deuna “laboralización” del derechoadministrativo, sino de una huma-nización de las relaciones con ape-go a la Constitución en su expre-sión más noble, que es la de la so-beranía del pueblo y la forma repu-blicana de gobierno.

NOTAS

1. CSJN, sentencia del 30-04-1991, inre: Leroux de Emede, Patricia S. C/MCBA, Fallos 314:376.

2. CSJN, , sentencia del 14-02-2006, inre: S. 393. XXXVIII, Saralegui, Fran-cisco c/ Estado Nacional -Poder Eje-cutivo Nacional s/ amparo; publ.www.csjn.gov.ar, ver “novedades”.

3. GONZÁLEZ CALDERÓN, J.A., “Cur-so de Derecho Constitucional”, Edit.Kraft, 1963, 4ª Edición, p. 452.

4. KESSELMAN, P.J. La Doctrina del ac-to propio como arma contra el princi-pio de irrenunciabilidad, Revista LaCausa Laboral, nº 2, 2001, p. 6 a 7.

5. Diario de Sesiones de la ConvenciónNacional Constituyente - Año 1957, tºII del 14 de octubre al 14 de noviem-bre, Imprenta del Congreso, 1958, 24ªreunión del 24 de octubre de 1957, ps.1452 a 1455.

6. CSJN, Fallos 261:361; 311 : 2 6 0 ;317:668, entre muchos otros.

7. JAUREGUIBERRY, L.M. “El ArtículoNuevo – Constitucionalismo Social”,Librería y Editorial Castellví SA, SantaFe, 1957, p. 120.

8. B I D A RT CAMPOS, G.J. “Principiosconstitucionales de Derecho del Tra-bajo (Individual y Colectivo) y de laSeguridad Social en el Art. 14 bis”,TySS 1981-507.

9. En todo caso, la Corte ha aceptadoque por razones que son de su exclu-siva incumbencia, el Poder Legislati-vo decide suprimir un empleo o el Po-der Ejecutivo dice remover a un em-pleado, sin culpa de éste, tendrá de-recho a una indemnización (v. Fallos272:99; 280:311; 307:1082, entreotros). Ver GELLI, M.A. “Constituciónde la Nación Argentina”, La Ley, 2ºedición, p. 121.

10.CSJN, sentencia del 17/12/1996,“ D . 4 5 2 . X X I V, Di Tulio”, Fallos 319:3071,en especial considerando 11º.

La Asociación de Abogados Laboralistas ha formalizado unconvenio con la Asociación Judicial Bonaerense para quenuestros asociados puedan disfrutar de las instalaciones y ser-vicios del Hotel El Parador de la Montaña en la Provincia deCórdoba y del Campamento Judicial de Miramar, en la Provin-cia de Buenos Aires.El Hotel Parador de la Montaña se encuentra en Santa Rosa de

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PARA TOMARSE VACACIONES

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Por Gloria M. Pasten de Ishihara

Contrataciones en laAdministración Pública

y el nuevo Convenio General*

1. Introducción

El decreto 214/06 (B.O. 1/3/06) homologó un nuevoConvenio Colectivo de Trabajo General para la Admi-nistración Pública, que comenzó a regir al día siguien-te de su publicación y sustituyó el que había sido ho-mologado por decreto 66/99.Algunas de sus normas,de igual manera que el convenio anterior, se encuen-tran vinculadas a la situación jurídica de los emplea-dos contratados por el Estado Nacional y, junto conotras, constituyen el objeto de estas reflexiones.

2. Plexo normativo

El plexo normativo está integrado por los arts.14 bis,16 y 75 inc.23 de la Constitución Nacional, las leyes24185 y 25164, el C.C.T. para la Administración Públi-ca, homologado por decreto 214/06; la L.C.T. y el de-creto 1184/2001. Las normas citadas se manifiestancomplejas y diversas pero se pretende ceñir el análisisa la suscripción de contratos sucesivos y no realizar unexhaustivo detalle de la totalidad de la legislación quela rige, la que será citada sólo a grandes rasgos, paraluego tratar específicamente las que se refieren a loscontratos que celebra la Administración Pública.

a) Arts.14 bis, 16 y 75 inc.23 de la ConstituciónNacional: El artículo 14 bis de la Constitución Nacional, con-

sagra los derechos que amparan al trabajador y en talsentido, se conviene que la protección contra el despi-do arbitrario rige las relaciones de carácter privadomientras que cuando la norma consagra el derecho ala "estabilidad del empleado público", se refiere aaquellas situaciones en que el empleador es un orga-nismo público, ya sea nacional, provincial o comunal,

lo que le confiere a la relación ese mismo carácter. Deallí que la estabilidad del empleado, adquiere particu-lar significado, pues el grado de protección estará da-do por el ámbito donde se desempeñe el trabajador. Silo hace en el privado, el empleador se encuentra facul-tado para despedir a la persona trabajadora aún sincausa justificada, en cualquier momento, pero abonan-do indemnizaciones, mientras que en el caso del em-pleado que se desempeña en el ámbito público, gozade una protección de grado más fuerte, denominada“estabilidad absoluta”, es decir, que el trabajador per-manece en su empleo siempre y cuando no incurra enalgunas de las causales de extinción del contrato detrabajo, taxativamente contempladas en la ley 25164 ya su vez el art.16 de la C.N. establece la igualdad detodos los habitantes para acceder a los empleos sinotra condición que la idoneidad.

Acerca de los Tratados internacionales sobre Dere-chos Humanos (art.75 inc.23 de la C.N.)y al solo títulode ejemplo, encontramos referencias en la ConvenciónInternacional sobre la Eliminación de todas las formasde Discriminación Racial, donde se establece el dere-cho al acceso en condiciones de igualdad a las funcio-nes públicas (art.5 inc.c); la Convención sobre la elimi-nación de todas las formas de discriminación contra laM u j e r, dónde los Estados partes se comprometen a ga-rantizar en igualdad de condiciones con los hombres elderecho a participar en la formulación de las políticas gu-bernamentales y en la ejecución de éstas y ocupar car-gos públicos y ejercer todas las funciones públicas en to-dos los planos gubernamentales; el Pacto Internacionalde Derechos económicos, sociales y culturales que reco-noce para todas las personas el goce de condicionesequitativas y satisfactorias e igual oportunidad para to-dos de ser promovidos, dentro de su trabajo, a la catego-ría superior que les corresponda, sin más consideraciónque los factores de tiempo de servicio y capacidad.

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b) Ley 24.185:Esta norma (B.O.21/12/92) es-

tablece las disposiciones por lasque se regirán las negociacionescolectivas que se celebren entre laAdministración Pública y sus em-pleados. Dispone expresamenteque las convenciones se regiránpor criterios de interpretación e in-tegración de las normas de la ma-teria, no resultando automática laaplicación de las disposiciones dela ley 20.744 y los preceptos de laley se interpretarán conforme alconvenio n° 154 de la O.I.T. sobrefomento de negociación colecti-va.(arts. 19 y 20 de la Ley 24.185).

c ) Ley 25.164 y el C.C.T.s/n°/2006 homologado por eldecreto 214/2006:En su artículo 1º dispone que la

relación de empleo público quedasujeta a los principios generalesestablecidos en la presente ley, losque deberán ser respetados en lasnegociaciones colectivas que secelebren en el marco de la Ley24.185 y en el Capitulo III que serefiere a la naturaleza de la rela-ción de empleo, en su artículo 7°,distingue tres regímenes: el de es-tabilidad, el del personal de gabi-nete y el de contrataciones portiempo determinado y respecto deellos, sólo me referiré al último delos nombrados, conjuntamentecon las especificaciones del decre-to 1184/2001.

d) La Ley de Contratode Trabajo:Rige en aquellos supuestos

donde los trabajadores han sido in-cluidos por acto expreso en la Leyde Contrato de Trabajo, según laexigencia prevista en el art.2° in-c.a) de la norma citada, o en el ré-gimen de las Convenciones Colec-tivas de Trabajo. Debe tenerse encuenta que en estos supuestos, elperíodo de prueba es el fijado en

dicha norma, debiendo el trabaja-dor acreditar idoneidad y obtener elcertificado de aptitud y, a su vez,mantiene la condición de quienesse rigen por la L.C.T. salvo decisiónexpresa del Estado empleador oque se dieran los supuestos previs-tos en el último párrafo del artículo3° del anexo de la Ley 25.164.(arts.23 y 24 inc.c in fine del C.C.T.S/N°/2006), que dispone que dichanorma regula los derechos y debe-res del personal que integra el Ser-vicio Civil de la Nación, salvo quequienes estén regidos por la L.C.T.o el personal comprendido en con-venciones colectivas de trabajo, decomún acuerdo, podrán insertarseen el régimen de empleo público atraves de la firma de convenios co-letivos de trabajo en el marco de laLey 24.185.

3. Régimen deContrataciones

Existen dos tipos de contratacio-nes. Una es la que se vincula conlas contrataciones de personal portiempo determinado, que se en-cuentra expresamente contempla-da en los arts.9, 30,31 y 32 de laLey 25.164 y el nuevo ConvenioColectivo de Trabajo General parala Administración Pública s/nº/2006(decreto 214/2006). La segundacorresponde al decreto 1184/2001,que se refiere a la contratación deservicios profesionales a título per-sonal.

a) Contrataciones de personalpor tiempo determinado:Comprende exclusivamente la

prestación de servicios de caráctertransitorio o estacional, no inclui-dos en las funciones propias del ré-gimen de carrera y no pueden sercubiertos por personal de plantapermanente. En esta modalidad, elpersonal contratado no puede su-

perar en ningún caso el porcentajeque se establezca en el conveniocolectivo de trabajo; tiene directavinculación con el número de tra-bajadores que integren la plantapermanente del organismo; se loequipara en los niveles y grados dela planta permanente y percibe laremuneración acorde al nivel y gra-do respectivo.

Asimismo, la Ley de Presupues-to fija anualmente los porcentajesde las partidas correspondientesque podrán ser afectados por cadajurisdicción u organismo descen-tralizado, para la aplicación del re-ferido régimen.(art. 9° Ley 25.164).

Por otra parte, el nuevo C.C.T.s/n°/2006 (decreto 214/2006), dis-pone que el régimen de personalno permanente comprende al per-sonal incorporado en Plantas tran-sitorias con designación a término,o, contratado bajo el régimen pre-visto en el art. 9° del anexo de laLey 25.164 y sus normas regla-mentarias, que responda a los per-files generales establecidos por elEstado empleador de conformidadcon las características de la fun-ción a desempeñar, o a los requisi-tos de acceso a los niveles o cate-gorías escalafonarias a las cualeshubiera sido equiparado de la mis-ma manera que la ley 25.164, ex-presamente consigna que este per-sonal carece de estabilidad al igualque el personal comprendido en laLey de Contrato de Trabajo, y sudesignación o contratación podráser cancelada en cualquier mo-mento mediante designación fun-dada. Y para ingresar debe reunirlos requisitos que se establecen enlos arts. 11 y 12 del convenio (art.30 C.C.T. S/ N° decreto 214/2006).

Asimismo se dispone que estepersonal será afectado exclusiva-mente a la prestación de serviciosde carácter transitorio o estacionalque resulten necesarios para com-plementar las acciones propias de

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la jurisdicción ministerial o entidaddescentralizada correspondiente. Ya los efectos de su remuneración, ni-vel, categoría o grado es equiparadoal régimen aplicable al personal per-manente.(arts. 31 y 32 del C.C.T.s/n°/2006 y decreto 214/2006).

b) Contrataciones deservicios profesionalesa título personal:En este supuesto rige el decreto

1184/2001, que sustituyó al artículo47 de la Ley 11.672 (aprobado pordecreto 92/95).En su artículo 1°dispone que los contratos cuyo ob-jeto sea la prestación de serviciosprofesionales a título personal, de-berá encuadrarse en el régimen es-tablecido en el Anexo I de la norma.Dicho anexo consiste en un formu-lario que se denomina “Contrato ti-po de locación de servicios” quecontiene catorce claúsulas.

En tales claúsulas se destacan,por ejemplo, como presupuesto decontratación que “...no es intenciónni se deriva del contrato, el estable-cimiento o la creación de una rela-ción laboral de dependencia o unarelación de principal y agente entrela contratante y el contratado, que-dando entendido que el contratadoes una persona independiente yautónoma en su relación con lacontratante...” (Apartado 2, inc.a);en duración del contrato:“...quedaestablecido que este contrato noimporta una expectativa o derechoa prórroga a beneficio del contrata-do, pudiendo ser prorrogado o re-novado únicamente de comúnacuerdo entre las partes mediantela suscripción de otro contrato.Lacontinuación en las prestación delos servicios, una vez operado elvencimiento del contrato, no impor-tará en modo alguno la táctia re-conducción del mismo, aún cuandolas tareas fijadas en los términosde referencia excedan el plazo delpresente contrato.....”(Apartado 3).

título personal, deben encuadrarseen el contrato tipo (de locación deservicios o de obras) donde expre-samente se aclara que no es inten-ción de las partes el establecimien-to o creación de una relación laboralde dependencia, sino que es unapersona independiente y autónomaen su relación con el contratante.

De acuerdo a lo expuesto sepuede concluir que la posibilidad derecurrir a contratos de servicios ode obra, o contratación de perso-nal, está prohibida por la ley25.164; por la norma convencionala lo que se agrega –aunque con lasreservas propias de lo allí estableci-do–, lo previsto por el decreto1184/01 acerca de contratacionesprofesionales.

Recientemente la Sala III de laC.N.A.T., en “González Carrasco,Eliana V.c/ Ministerio de Economíay Obras y Servicios Públicos”1,aunque a la fecha de su dictado(22/8/2005) no regía el nuevo con-venio colectivo de trabajo, señaló: “…la posibilidad de recurrir a contra-tos de servicios o de obra está ve-tada por la norma convencional, yaque la misma dispone que las acti-vidades de carácter transitorio o es-tacional deben ser cumplidas por elpersonal transitorio o estacionalcon designación a término. Y aúncuando se admitiera la posibilidadde acudir a contratos de servicios,la norma heterónoma sólo autoriza-ría a recurrir exclusivamente a con-tratos de servicios de carácter tran-sitorio o estacional no contempla-dos en las funciones propias del ré-gimen de carrera y que no puedanser cubiertos por personal de plan-ta permanente…”.

4. Problema

El problema que se presenta y queha sido objeto de diferentes deci-siones jurisdiccionales, no todas en

c) El marco legal y lasituación de los contratados: Existe un segmento de personas

trabajadoras contratadas por la Ad-ministración Pública, que no se en-cuentran protegidos por ninguno delos dos tipos de estabilidad queconsagra el artículo 14 bis y, desdeluego, privados de los derechosque poseen quienes pertenecen alámbito público, o aquellos trabaja-dores que se desempeñan en rela-ción de dependencia bajo las dispo-siciones de la Ley de Contrato deTrabajo.

Recordando lo expuesto en pá-rrafos anteriores, cabe resaltar queel régimen de contrataciones depersonal por tiempo determinado enel ámbito público se limita, exclusi-vamente, a la prestación de servi-cios de carácter transitorio o esta-cionales, no incluidas en las funcio-nes propias del personal de carreray que no puedan ser cubiertas porpersonal de planta permanente y, asu vez, el nuevo Convenio Colectivode Trabajo General para la A d m i n i s-tración Pública s/n°/2006 homologa-do por el decreto 214/06 expresa-mente prevé que el régimen de per-sonal no permanente comprende alincorporado en plantas transitoriascon designación a término o contra-tado bajo el régimen previsto en elart. 9 del anexo de la ley 25.164 ysus normas reglamentarias, carecede estabilidad y su designación concontratación podrá ser cancelada encualquier momento mediante deci-sión fundada. De lo expuesto se ex-trae, en apariencia, la existencia dedos subcategorías: el personal portiempo determinado (Ley 25.164) yel personal no permanente (C.C.TS/N°/2006), aunque ambas denomi-naciones son utilizadas como sinó-nimos, en tanto ambas palabras serefieren a la transitoriedad o a la in-definición del tiempo.

Por último, los contratos de pres-tación de servicios profesionales a

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igual sentido, es respecto de aque-llos casos donde el Estado utilizacontrataciones a término, pero queen los hechos, se prorrogan en for-ma indefinida mediante la suscrip-ción de sucesivos contratos en losque se establece la obligación porparte de los contratados de cumplirun determinado horario y muchossupuestos, con la obligación de ex-tender facturas por los serviciosque prestan, pero tales trabajado-res no son empleados públicosporque no han sido incorporados aese régimen según lo que disponela Ley 25.164. Tampoco se lespuede aplicar la Ley de Contratode Trabajo porque no han sido in-corporados por acto expreso a lamisma y no se encuentran inclui-dos en la norma convencional, porlo que el interrogante gira en tornoa determinar qué régimen jurídicodebe aplicarse a estas personastrabajadoras.

5. Una respuesta desdela jurisprudencia

La Corte Suprema de Justicia de laNación, con una integración dife-rente a la actual, acerca de los em-pleados contratados por la admi-nistración pública, tuvo oportuni-dad de expedirse en diferentes ca-sos2. En 1984 lo hizo en: “Deutsch,Noemí c/ Municipalidad de la Ciu-dad de Buenos A i r e s ” ( F a l l o s306:1236), posteriormente se expi-dió en “Zacarías, Aníbal y otros c/Caja Nacional de Ahorro y Seguro”(310:464.) y en 1988 lo hizo en“Bolardi, Guillermo c/ Estado Ma-yor General del Ejército, InstitutoGeográfico” (Fallos 311:2799), decuya lectura, integrando todos losprecedentes, se podrían extraerlos siguientes principios:

a) La necesidad e importanciade distinguir entre funcionarios yempleados cuya remuneración,

derechos y obligaciones son esta-blecidos por el respectivo régimenconstitucional y administrativo, deaquellos otros supuestos donde elEstado contrata servicios de perso-nas para funciones no previstas enel cuadro de la administración, nien el presupuesto, en cuyo caso seregirían por el derecho común.

b) La sola circunstancia de queen los contratos no se haya mani-festado, en forma expresa, la suje-ción del convenio al ámbito del de-recho laboral (art. 2° de la LCT) nosignifica, necesariamente, que de-ban aplicarse al caso las normasdel derecho público.

c) Tampoco constituye obstácu-lo para considerar que la relaciónse rige por el derecho privado, sino fue examinada la posibilidad deque la suscripción de los contratosy la creación de una relación consubordinación técnica, jurídica yeconómica, pudo haber constituidoen sí misma una de las diversasformas de incluir a los dependien-tes en el régimen de la citada ley.

d) En materia laboral debe pre-valecer aquel ordenamiento quesea favorable al trabajador, salvoque se demostrase que no existiócontrato de trabajo.

e) No se advierte la necesidaddel Estado de prevalerse de prerro-gativas inherentes a su personali-dad pública sustrayéndose así alplano de igualdad propia del régi-men legal común cuando el dere-cho administrativo le permite quecontrate personal que carezca deestabilidad y lo organice de acuer-do con las características de susservicios atendiendo a la transito-riedad del requerimiento.

f) La solución de cada caso enparticular está condicionada por lanaturaleza de la vinculación de lapersona trabajadora con la em-pleadora y requiere el examen dela legislación que rige a ésta y de laconducta desarrollada por las par-

tes durante la vinculación, ya quede ambos extremos puede resultarel carácter del empleo cuya termi-nación motiva el pleito.

Sin embargo en 1991 se produ-jo un rotundo cambio en la jurispru-dencia de nuestro más Alto Tribu-nal, a raíz del fallo dictado en el ca-so “Leroux de Emede, Patricia c/Municipalidad de Bs As” (Fallos314:376), donde se expresó que“…no es admisible sostener que larelación de empleo se hallaba regi-da por la ley laboral común frente ala existencia de un régimen jurídicoespecífico que reglamenta los de-rechos de los dependientes del or-ganismo estatal y a la disposicióndel art.2 inc.a) de la L.C.T. según elcual el régimen no es aplicable alos dependientes de la Administra-ción pública, salvo que por acto ex-preso se los incluya en éste o en elde las convenciones colectivas detrabajo”, doctrina que reiteró en tér-minos parcialmente similares en“Perreta Herrera, Walter c/ Munici-palidad de Bs As” y en “Castelluc-cio, Miguel c/ Municipalidad de laCiudad de Bs. As. s/ despido”.

A partir del año 1994, se produ-jo un importante cambio en la juris-prudencia en el marco de las ga-rantías constitucionales, aunqueno proviene de la C.S.J.N. sino devarias de las Salas que integran laCámara Nacional de Apelacionesdel Trabajo.

Particularmente, la Sala VI queen 1994 en los autos: "Zabalza,Mirta C/ Inst. Obra Social para elPersonal de los Ministerios de Sa-lud Y Acc. Social Y de Trabajo S/D e s p i d o "3, señaló que cuando lacontratación es fraudulenta y des-provista de toda legitimidad, ten-diente exclusivamente a cercenarderechos al trabajador, en oposi-ción a expresos dictados de laConstitución Nacional, correspon-de aplicar la norma de rango supe-rior que garantiza a todo trabaja-

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vinculación indefinida. No bastaque una oficina gubernamental cali-fique a alguien de “contratado” ydeclare que actúa sin relación dedependencia para que la ficción seconvierta en realidad y quien traba-ja en relación de dependencia, suvínculo podrá calificarse como em-pleo privado o público, permanenteo temporario o eventual. Pero, entodo caso, su naturaleza dependede la realidad, como en el caso deprofesionales que se desempeña-ron varios años en tareas comunessin necesidad de capacitación cien-tífica o técnica especial y, al estarexcluidos del régimen de la funciónpública, por ser contratados, co-rresponde en caso de cesantía quese les abonen las indemnizacionesderivadas de la ley de contrato detrabajo ante el despido arbitrario.(“Argibay, Lidia y otros c/ Estado Ar-gentino s/ despido”;11 “ G o n z a l e zCarrasco, Eliana c/ Ministerio deEconomía s/ despido” (op.cit.), en-tre otras.) y en sentido similar se haexpedido la Sala X en autos “Berta-chini, Cora y otros c/ Ministerio deDesarrollo Social y Medio Ambientes/ despido”12.

6. A modo de conclusión

He llevado a cabo una reseña –yprevengo que ha sido sumamenteparcializada– de algunos de los fa-llos más recientes emitidos por laCámara Nacional de Apelacionesdel Trabajo13 y de ellos, al igual quelos precedentes emanados de laCorte Suprema de Justicia de laNación en los casos “Deutsch”; “Za-carías” y “Bolardi”, aún cuando LaLey de Contrato de Trabajo exige,en su art.2º inc.a) que para que susnormas sean aplicables a los de-pendientes de la A d m i n i s t r a c i ó nPública es necesario que sean in-cluidos por acto expreso, cuandoese acto no existe, a tenor los fallos

dor público o privado un resarci-miento en el supuesto de despidoarbitrario.

Posteriormente, la Sala VII en elaño 2003, en el caso "GonzalezLynch Pueyrredon, María C/ Orga-nismo Regulador Del Sistema Na-cional De Aeropuertos S/ Despi-do",4 destacó que la A.P. tiene unacomplejidad tal que exige la contra-tación de profesionales de las másdiversas especialidades pero quetales no pueden quedar al margende todo tipo de garantía de estabili-dad, cuando no están incluidos enel régimen de empleo público obien, por acto expreso, en el ámbi-to de la LCT, por lo que en caso decontratación irregular, correspondeaplicar las disposiciones de laL.C.T.

La misma Sala y en supuestosde contratación sucesiva señaló enautos:”Wozniuk, Esteban y otros c/Gobierno de La Ciudad de BuenosAires s/ despido”5, que el acto ex-preso requerido por el art.2º inc.a)de la L.C.T. se vio configurado porla contratación sucesiva a la quefueron sometidos los trabajadoresaunque particularmente interesan-tes resultan los fallos dictados porla Sala de referencia en: “Canesin,Alcides y otros c/ Ministerio de De-fensa – Ejército Argentino Direc-ción de Remonta y Veterinaria s/despido “6 y “Durando Liliana c/Gobierno de la ciudad de BuenosAires, y otro s/ despido”7, dondeadquiere particular significado laaplicación del principio de primacíade la realidad.

La Sala III registra varios fallosal respecto. Por ejemplo, vinculadoa la celebración de contratos suce-sivos de locación de servicios, en“Tedín de Lanusse, Angélica c/ Go-bierno de la Ciudad de Bs As s/despido”,8 expresó que si se cons-tata que en tales contratos, por elsimple arbitrio de la demandada nose incluyó al trabajador en el ámbi-

to propio de las normas del derechopúblico, corresponde que la rela-ción sea regida por la LCT, pues laprestación de servicios en formapersonal, a favor de quien tiene fa-cultad de dirección, a cambio deuna remuneración, constituye el ob-jeto del contrato de trabajo y que sino se aplicaran las normas de laL.C.T. , la trabajadora quedaría almargen de toda protección lo cualvulnera garantías constitucionales,opinión que ya había expresadocon algún matiz diferente en el ca-so “Petrone, Rosana y otro c/ O.S-.de la C.A.B.A s/ despido”9

La misma Sala en “GonzálezCarrasco, Eliana c/ Ministerio deEconomía y otro s/ despido”10, ca-so citado supra , entre otros aspec-tos no menos relevantes, acotó queel marco heterónomo de los traba-jadores del sector público “conven-cionados” se estructura con las le-yes 24.185 y 25.164, puesto que elconvenio colectivo no prevé especí-ficamente la situación de los traba-jadores “contratados”: sólo mencio-na al personal no permanente in-corporado a las Plantas Transito-rias con ”designación a término”(art. 27 CCT 66/99), y que dentrode este esquema corresponde alPoder Judicial ejercer el control delegalidad de las contrataciones delsector público puesto que si la Ad-ministración Pública recurre a unamodalidad no prevista en la normaconvencional invocada, cuyos ser-vicios no son transitorios ni estacio-nales o que podrían ser cumplidaspor el personal de planta perma-nente, dicha contratación no superael test de legalidad, límite de la dis-crecionalidad estatal.

También la Sala III en supuestosde numerosas y sucesivas contra-taciones o de contratación transito-ria de profesionales y técnicos ads-criptos a programas especiales, haexpresado que tal situación creaentre las partes una expectativa de

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dictados por la C.N.A.T., se pue-den extraer algunas líneas juris-prudenciales:

a) En supuestos de celebración decontratos sucesivos de locaciónde servicios cuando por el sim-ple arbitrio de la empleadora és-ta no incluyó a la persona traba-jadora en el ámbito propio delas normas del derecho público,corresponde que la relación searegida por la LCT, pues la pres-tación de servicios en formapersonal, a favor de quien tienefacultad de dirección, a cambiode una remuneración, constitu-ye el objeto del contrato de tra-bajo, y si tampoco se le aplica-ran las normas laborales priva-das, quedaría al margen de to-da protección lo cual vulneragarantías constitucionales.

b) Cuando la contratación es frau-dulenta y desprovista de todalegitimidad, tendiente exclusiva-mente a cercenar derechos altrabajador, en oposición a ex-presos dictados de la Constitu-ción Nacional, no puede hacer-se valer la voluntad expresadaen tales contratos, de por sí ca-rentes de validez. Por ende, co-rresponde aplicar la norma derango superior que garantiza atodo trabajador público o priva-do un resarcimiento en caso dedespido arbitrario.

c) El plexo normativo vigente en laactualidad no admite la posibili-dad de recurrir a contratos deservicios o de obra, pues estávedada por la norma convencio-nal, que dispone que las activi-dades de carácter transitorio oestacional deben ser cumplidaspor el Personal de Planta Tran-sitoria con designación a térmi-no y, aún cuando se admitiera laposibilidad de acudir a contratosde servicios, la norma heteróno-ma sólo autorizaría a requerir

exclusivamente la prestación deservicios de carácter transitorioo estacional no contempladosen las funciones propias del ré-gimen de carrera y que no pue-dan ser cubiertos por personalde planta permanente.

d) Cuando una persona trabajado-ra, profesional ó técnica adscrip-ta a programas especiales sedesempeña durante varios años,llevando a cabo tareas que norequiere capacitación científica otécnica especial, y tampoco po-dría encuadrarse tal actividadcomo dentro de un programa detrabajo especial o extraordinario,debe descartarse la cláusulacontractual por la cual se apartaa los dependientes del régimende estabilidad y de la normativalaboral, tal situación configuraríaun fraude a la garantía de resar-cimiento económico ante undespido arbitrario.

e) La situación de los agentes dela administración pública están,en principio, comprendidos den-tro del régimen jurídico del dere-cho administrativo, salvo las ex-cepciones contempladas en elart. 2° inc. a) de la LCT, perorespecto de aquellos que traba-jan en cargos o funciones nopermanentes, a través de con-tratos por tiempo limitado, y seha producido una verdadera re-lación de trabajo a la que no sele adjudicó un régimen jurídicoadecuado en su momento, co-rresponde encuadrar dicha rela-ción en el principio de primacíade la realidad y, ante la posibili-dad de carencia de protección,debe reconocérsele una indem-nización idéntica a la de un tra-bajador privado, quien en susmismas condiciones la hubieraobtenido al extinguirse la rela-ción de trabajo sin su culpa.

f) Corresponde al Poder Judicialejercer el control de legalidad de

las contrataciones del sector pú-blico, puesto que si la Adminis-tración Pública recurre a unamodalidad no prevista en la nor-ma convencional invocada y siéstas tienen por causa el reque-rimiento de servicios que no sontransitorios ni estacionales, oque, aún siéndolo, podrían sercumplidas por el personal deplanta permanente, dicha con-tratación carece de validez.

NOTAS

* Corresponde a la clase dictada pa-ra la AALel día 26/4/06 : “Fraude enlos contratos de la AdministraciónPública prevista en la nueva normade empleo público - C.C.T. para laAdministración Pública. Casos du-dosos: Programas de empleo, con-tratos de servicios y de obras. Pa-santías en el ámbito público.”

1. C.N.A.T. Sala III, 22/8/2005, Votodel Dr.Guibourg

2. Boletín Temático de Jurisprudenciade la Cámara Nacional de Apelacio-nes del Trabajo - Oficina de Juris-prudencia - abril/2006.

3. Expte.nº 37338/91 sentencianº40193 del 29/4/94 Voto del Dr.Fernández Madrid

4. Expte.nº14272/01 Sentencia nº36876 del 17/7/03

5. Expte nº 70/01 Sentencia nº 70/01del 30/3/04

6. Expte. nº 5171/03 Sentencia nº38405 del 12/4/05

7. Expte. nº 5743/04 Sentencia 38912del 1/12/05

8. Expte nª 15591/03 Sentencia 86891del 26/7/05

9. Expte.nª 961/03 Sentencia nª86498 del 28/2/05

10.Expte. nª 35669/02 Sentencia nª87011 22/8/05

11.Expte.nº 48894 Sentencia nª 3736826/3/79

12.Expte.nº 18025/02 Sentencia 13612del 12/5/05

13.Consultar en oficina de Jurispruden-cia de la C.N.A.T. Boletín Temático:“Empleados contratados por la Ad-ministración Pública”, abril 2006.

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D O C T R I N A

Por Isabel Novosad*

El trabajador, un rehénde la bancarización del salario

Bancarización del Salarioy Otras Tendencias

Desde 1997 comenzaron a pagarse los sueldos pormedio de una cuenta bancaria. La decisión del Minis-terio de Trabajo tuvo por finalidad reducir el trabajo ennegro como medida protectoria del trabajador.

Pero, como efecto colateral, los trabajadores co-menzaron a padecer cláusulas y prácticas abusivasdel sistema bancario, por las que las deudas se incre-mentan de forma tal que se torna imposible su cance-lación1.

Servicios en “paquetes”

Muchos bancos aprovecharon la ocasión para otorgar-le al nuevo cliente “más beneficios” que una simplecuenta de caja de ahorro y una tarjeta magnética parair retirando el sueldo desde cajeros automáticos delmismo banco y de otras redes. Entregaron tambiéntarjetas de crédito que permiten financiar saldos y tam-bién cuentas corrientes con “acuerdo” para girar endescubierto. Todo este paquete de servicios, asignadocon una palabra de connotación positiva –Cuenta Re-donda, Supercuenta, Libretón, Premium, Platinum,etc.–, tiene como “máximo beneficio” la posibilidad derecibir un resumen mensual único (de tres a cinco ho-jas con información confusa).

Lo real es que con el paquete de servicios banca-rios el trabajador quedó empaquetado y pasó a formarparte de la clientela cautiva del servicio bancario. Lafacturación de tasas de interés ajenas a todo paráme-tro legal conjuntamente con cargos carentes de con-traprestación, pasó a engrosar la deuda real asumidapor el trabajador–cliente y en muchos casos fuerontransferidas a cuentas corrientes no operativas de lasque se generó un certificado bancario que sirvió des-pués para el embargo sin fin del salario.

La patronal indiferente

Para cumplir con la bancarización del salario, la patro-nal debió contratar un banco e incorporarse en nuevosmecanismos de control donde intervienen el BancoCentral y el Ministerio de Trabajo, y también pagarciertas sumas de dinero que el proveedor del serviciobancario establece para tal mecanismo del pago y decontrol.

Los costos de tales servicios bancarios fueron tras-ladados por la empleadora a los precios de los bienesy servicios producidos. En aquél momento se difundie-ron opiniones contrarias a la bancarización del salario,pero razones de peso o tal vez de algunos pesos lo-graron aplacar las ideas que podrían rozar la confian-za en el sistema bancario.

Usura y puestos de trabajo

En las financiaciones que el trabajador asumió comoconsumidor del servicio bancario le fueron impuestastasas de interés calculadas en base a un principio quese conserva intacto desde la época de los Médici2:

Aplicar una tasa de interés baja a quien tie -ne alta capacidad de pago e imponer unatasa de interés alta a quien tiene una bajacapacidad de pago.

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No me voy a detener aquí aanalizar en detalle este principiobancario3, pero es necesario seña-lar que sólo la estimación de inte-reses usurarios, cobrados por losdiez primeros bancos privados du-rante la estabilidad monetaria delos noventa, arroja la suma de$65.542 millones de pesos/dólaresnominales. Esa es por lo menos lasuma de dinero que se extrajo delcircuito consumo-producción y conello se eliminaron las condicionesnecesarias de 6 millones de pues-tos de trabajo, lo que significó me-nores aportes, reducción de la ca-lidad de prestaciones para la sa-lud, y todo un cúmulo de deterioropara la actividad asociativa.

Sueldos Embargados

Muchos trabajadores tienen sussueldos embargados durante va-rios años y la mayoría de esos em-bargos no tienen un fin predecible.Esos embargos provienen de jui-cios iniciados por Bancos y entida-des de crédito, en los que más del90% se dictan sentencias en rebel-día4 dejando al trabajador con sufuerza de trabajo hipotecada.

Esos trabajadores necesitanapoyo institucional para defendersus derechos vulnerados por elsistema financiero. Tal vulneración

es conocida por el Banco Central,por el Ministerio de Trabajo, y tam-bién lo sabe la patronal por la can-tidad de órdenes judiciales que re-cibe de embargos sobre sueldos.

Nadie se inmuta. El BCRAno seocupa de los problemas de losusuarios del sistema bancario; tie-ne datos en tiempo real sobre lastasas de interés abusivas y los car-gos improcedentes; le consta losefectos negativos que causa laafectación de derechos subjetivosde incidencia colectiva; tambiénestá en condiciones de identificarla distorsión del mercado bancarioy cómo repercute en los demásmercados. Tiene datos sobre losaumentos de precios y sabe quelos intereses “ganados” en la cajade ahorro sueldo, apenas algunoscentavos, no compensan el cargopor mantenimiento y que ademásdesalientan el ahorro5.

Como si esto fuera poco, la in-munidad del sistema bancario fren-te a la ley lleva a algunos bancos aextender un poco más sus “hechos”y le cobran también al trabajadorese cargo por mantenimiento de lacuenta sueldo. La patronal mira pa-ra otro lado cuando de la proteccióndel sueldo del trabajador se trata,incluso sabiendo que cuando elsueldo no alcanza para cubrir la ca-nasta familiar recibe pedidos de au-mento, pero igual se mantiene indi-

ferente frente a los abusos que pa-decen sus trabajadores.

Podemos afirmar que el BCRAno asumirá la defensa de los usua-rios del sistema bancario. Los or-ganismos oficiales de defensa delconsumidor tampoco están intere-sados en ello y sabemos que el Mi-nisterio de Trabajo se encuentraabocado a otras tareas.

El Poder de Policía

En el ámbito oficial no existe nin-gún organismo que aplique los lími-tes legales para reducir el abusosistemático y masivo que se cum-ple en el sistema bancario. El Ban-co Central no cumple con su obli-gación de velar por el buen funcio-namiento del sistema financiero yla defensa de los derechos de losusuarios queda relegada a la suer-te y recursos de cada cliente. Lostrabajadores, como usuarios delsistema bancario, carecen de posi-bilidades de defender sus dere-chos de forma individual.

Los que aún no llegaron al em-bargo del sueldo suelen vivir la pre-sión del reclamo insistente y agre-sivo por parte de los gestores dec o b r a n z a s6, a quienes terminanpagando sumas de dinero exorbi-tantes que triplican la deuda real, ylo hacen porque son amenazados.

ASOCIACIÓNDE PILOTOSDE LÍNEASAÉREAS

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D O C T R I N A

Otras veces firman pagarés con losque después les inician juicios eje-cutivos.

La defensa de los derechos delusuario del sistema bancario escompleja pero no imposible. La re-lativamente baja significación eco-nómica de cada caso hace que losabogados comercialistas no se in-teresen en atenderlos, los que porotra parte suelen defender los inte-reses de la patronal. Cada trabaja-dor que destina $ 6 ó $ 15 para pa-gar rubros abusivos del banco re-duce su capacidad de consumo enesa misma proporción, que mes ames se va incrementando a causade mecanismos que lesionan la se-guridad jurídica de los derechos in-dividuales de incidencia colectiva.

Qué se podría hacer?

• Defender los derechos afecta-dos en juicios iniciados por ban-cos y entidades financieras con-testando la demanda y denun-ciando las cláusulas abusivasdel contrato de adhesión.

• Dentro de las medidas preventi-vas es recomendable cursar no-tas de intimación y realizar plan-teos colectivos.

• Revisar los contratos bancariospara detectar cláusulas abusi-vas en los términos de la ley deDefensa del Consumidor.

• Revisar la composición de ladeuda reclamada para discrimi-nar la deuda real y el abuso fi-nanciero. Las asociaciones gremiales co-

nocen la brecha entre los derechosque la ley otorga y la realidad en lacual están inmersos los trabajado-res, los que como usuarios del sis-tema bancario están doblementeperjudicados: tienen reducida suautonomía de la voluntad en el con-trato de trabajo y además en la re-lación de consumo derivada de la

relación de trabajo. La gravedad deesta particular situación, en la cualestán una cantidad muy importantede trabajadores, es que para cobrarsu sueldo inevitablemente tienenque pasar por el banco.

* Abogada. Presidente de la Asociaciónde Consumidores PADEC.

NOTAS

1. En Europa esta situación se denomina“sobreendeudamiento pasivo” e x i s-tiendo en Francia un comité que califi-ca si la imposibilidad de pago del con-sumidor es atribuible a su persona ono lo es.

2. Pasaron siete siglos con cambios so-ciales y políticos que generaron modi-ficaciones jurídicas sustanciales, peroen el mercado bancario los que menostienen siguen contribuyendo a confor-mar las previsiones de riesgo con sudinero porque no tienen acceso a lajusticia.

3. Novosad, Isabel: “El pincipio bancariosostiene desigualdades de causan po -breza” Biblioteca Digital del BID - Ini-ciativa Etica: www.iadb.org/etica y“Acerca del Concepto de Usura” - LaLey, Doctrina Judicial Año XX Nro. 36 -Septiembre 2004.

4. Se trata de juicios ejecutivos y tambiénde conocimiento. En ambos casos losbancos ocultan en la demanda hechosrelevantes.

5. La falta de inversiones está relaciona-da con el volumen de dinero prestablepor los bancos que también incide enla determinación de la tasa de interés.

6. En Italia se logró la sanción de una leyque prohíbe a este tipo de gestoresexigir el pago de honorarios a los con -sumidores en mora quienes cancelansu deuda pagando el capital y los inte-reses, pero nada más.

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D O C T R I N A

Por Roberto Dijtiar

La devolución al juez naturalde la competencia en los juicios

laborales contra concursadas y fallidas

l pasado 22 de marzo de 2006 la Cámara deSenadores de la Nación resolvió por unanimi-dad insistir en el proyecto que originalmentehabía sancionado, sin las modificaciones in-

troducidas por la Cámara de Diputados de la Nación,y de tal modo quedó convertido en Ley el Proyecto delPoder Ejecutivo Nro. 440/03, modificatorio de la Ley24.522 de Concursos y Quiebras en su art. 14 incs. 11y 12 y arts. 16, 21, 56, 72, 132 y 133. El aspecto cen-tral de la esperada reforma es que pone fin al fuero deatracción forzoso en la etapa de conocimiento de losjuicios laborales que había inaugurado en nuestra his-toria normativa la mencionada Ley 24.522, norma queobligaba a verificar su crédito al acreedor laboral queno hubiese obtenido el pronto pago de aquel (con lasola excepción de los accidentes de trabajo fundadosen la normativa especial, arts. 21 y 132 de la ley) y de-vuelve la competencia al juez natural, salvo que el ac-tor opte por la verificación de su crédito (arts. 21, inc.2do. y 132 de la Ley 24.522 en su nueva redacción).Se mantiene la prohibición de dictar medidas cautela-res contra concursadas o fallidas en los procesos la-borales (art. 21 ya citado); las ejecuciones de senten-cias contra éstas deben llevarse a cabo en el procesouniversal con fundamento en el art. 135 de la Ley18.345 (en el ámbito jurisdiccional de la Capital Fede-ral), norma que había sobrevivido a la sanción de laLey 24.522 pero que cayó en desuetudo durante su vi-gencia porque sólo puede entendérsela coherentedentro de un esquema en el que el conocimiento dellitigio corresponda a la Justicia del Trabajo (como eldel art. 25 de la Ley 18.345 que curiosamente tampo-co fue modificado); no se considera tardía a la verifi-cación deducida dentro del plazo de seis meses con-tado a partir del momento en que queda firme la sen-tencia; vencidos en forma concurrente este plazo y elordinario para deducir verificaciones tardías –dosaños desde la presentación en concurso– prescriben

las acciones del acreedor (art. 56 de la ley 24.522 ensu nueva redacción). Los otros aspectos de la reformase refieren a los conceptos comprendidos y al proce-dimiento del instituto de pronto pago en los procesosuniversales y al acuerdo preventivo de empresa.

Creemos que la reforma debe ser examinada des-de la perspectiva del principio que consagra la supre-macía constitucional y en ese contexto se inserta en ladirección correcta, pues procura establecer un meca-nismo adecuado para la dilucidación y eventual reco-nocimiento jurisdiccional de créditos que gozan de es-pecial tutela constitucional, pues tienen como funda-mento normas jurídicas que tornan operativo el princi-pio protectorio del trabajo, que enfáticamente procla-ma el art. 14 bis de la C.N., junto con una enumera-ción de derechos individuales y colectivos de los tra-bajadores y beneficiarios de la seguridad social.

Dentro de un sistema jurídico clásico –continental ojustiniano–, como es el de nuestra Nación, y en un pla-no teórico, la supremacía constitucional es un principiode enseñanza reiterada en las Universidades e invo-cado frecuentemente por los profesionales del dere-cho. Una primera aproximación a la cuestión nos lle-varía a suponer que ésta se encuentra asumida e in-ternalizada por la comunidad jurídica. Sin embargo, enla práctica estimamos que no siempre existe plenaconciencia de la importancia del principio mencionadoya que no es infrecuente que los poderes constituídossancionen normas de inconstitucionalidad manifiesta yotras que ingresan en una zona gris, porque no sonsusceptibles de ser calificadas de inconstitucionalesen virtud de una especie de “beneficio de la duda”, ypor un prudente ejercicio de la magistratura por juris-prudencia que reconoce a tal declaración como la últi-ma ratio del ordenamiento jurídico y una de las funcio-nes más delicadas de los jueces, ya que implica quitarvalidez a normas sancionadas por otro poder del Es-tado, pero que difícilmente pueden ser consideradas

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como herramientas idóneas para larealización programática de laConstitución Nacional.

Y es que quienes tienen la res-ponsabilidad institucional de crearnormas jurídicas deben hacerloconforme a un diseño previo, elgrabado en la Constitución Nacio-nal, y reglamentar el ejercicio desus derechos y garantías (art. 28de la C.N.) en el caso de cláusulascarentes de “operatividad propia”(self executive), las cuales requie-ren el dictado de una norma (legalo convencional) que las ponga enoperatividad, es decir que provo-que su paso de la “potencia” a la“acción” 1.

En una Constitución de tipo ra-cional-normativo como la de la Re-pública Argentina, si no existe su-premacía, la Constitución pierde sufuerza como cimiento sobre el quedebe estructurarse el edificio jurídi-co. Concretamente, la Constituciónse aplica o no se aplica; la Consti-tución rige o no rige.

Como es sabido, en nuestro di-seño constitucional, la supremacíaestá consagrada expresamente ensu art. 31, pero también aparececorroborada de modo indirecto porotros artículos del texto, como losarts. 121, 27, 86 incs. 2do y 3ro y28. Según Hans Kelsen, un siste-ma jurídico “no es un complejo denormas en vigor, unas junto a otras,sino una pirámide o jerarquía denormas que son superpuestas osubordinadas las unas a las otras,superiores o inferiores” 2. FrancoisOst explica la famosa pirámide jurí-dica de Kelsen del siguiente modo:“A una cascada de poderes, riguro-samente subordinados los unos alos otros, responde un escalona-miento de reglas jerárquicamentederivadas. El movimiento que ani-ma esta construcción es siempre li-neal y unidireccional; si se trata deapreciar el fundamento de validezde las normas, se ascenderá de la

norma inferior a la norma superiorpara llegar a la norma fundamentalque habilita a la autoridad supremaa crear Derecho válido; si se trata,en cambio, de prever la creación deuna nueva norma jurídica, se toma-rá el camino inverso, partiendo deesta primera habilitación para reco-rrer seguidamente los siguientesescalones de la jerarquía normati-va. Cada norma se analiza a la vezcomo aplicación o individualizaciónde la norma superior y habilitaciónpara el órgano creador de la normainferior 3.

Las consideraciones que ante-ceden fueron efectuadas con la fi-nalidad de poner de relieve que enla reforma que estamos comentan-do, el legislador recorrió un escalónde la jerarquía normativa que partedel art. 14 bis de la C.N. y otras nor-mas integrativas del bloque deconstitucionalidad y atraviesa trata-dos internacionales con rango su-pralegal. Como se expuso al iniciode este artículo, la reforma fue vo-tada en forma unánime y esa uni-formidad parece –en este caso–ser un reflejo de la opinión coinci-dente de vastos sectores vincula-dos al mundo del trabajo y de la jus-ticia. La opción que el nuevo art.21, inc. 2do. de la Ley 24.522 –ypor remisión a éste, también el nue-vo art. 132– dejan al trabajador en-tre verificar el crédito en sede con-cursal o tramitar el juicio ante eljuez natural en la etapa de conoci-miento, recepta las Conclusionesde la IIa. Jornada en Defensa de laJusticia del Trabajo, Buenos Aires,13 de mayo de 2004, del Foro Per-manente para la Defensa de la Jus-ticia del Trabajo, que está confor-mado por organizaciones y perso-nalidades que, más allá de las na-turales diferencias en varios aspec-tos, coinciden en la reivindicacióndel principio de especialidad y en lanecesidad de preservar un ámbitojurisdiccional específico para la re-

solución de los conflictos del traba-jo, y cuya fuerza representativa nopuede ser desconocida; la integranentre otros las dos centrales sindi-cales, la Unión de Empleados de laJusticia de la Nación, la Federa-ción Judicial Argentina, la A s o c i a-ción de Abogados Laboralistas, cá-tedras universitarias, jueces deambas instancias, funcionarios yempleados judiciales, etc. No escasual entonces que en la sesióndel día 22/03/06, los SenadoresFernández, Massoni, Negre deAlonso, Salvatori, Giustiniani, Iba-rra y Pichetto hayan remarcado elamplio grado de consenso que pu-dieron advertir en las entrevistasmantenidas con los distinguidos ju-ristas que mencionan, algunos deellos magistrados como el presi-dente de la Cámara Nacional en loComercial Dr. Rodolfo Ramírez,especialistas en el Derecho delTrabajo y/o en el Derecho Comer-cial 4, en consonancia con pronun-ciamientos judiciales y trabajosdoctrinarios que habían empezadoa insinuar la invalidez constitucio-nal del traslado de la competenciaen la etapa de conocimiento de losjuicios laborales 5.

La opción que se reconoce altrabajador de verificar su créditopor el procedimiento previsto en elart. 32 de la Ley 24.522 es uno delos aspectos más relevantes de lareforma, ya que no le impone aaquel en modo coercitivo una víaúnica sino que le otorga la libertadde elegir, con asesoramiento letra-do, cuál es el ámbito que estimamás propicio para la satisfacción desu pretensión en el caso concreto.La importancia de esta opción seadvierte más claramente con unejemplo: es distinta la situación deun trabajador registrado debida-mente que es despedido en formadirecta sin invocación de causa,quien puede tener la razonable ex-pectativa de obtener la verificación

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de su acreencia en forma rápida ysin necesidad de acudir al inciden-te revisorio del art. 37 de la Ley24.522, que la de un trabajadordespedido indirectamente o direc-tamente con invocación de algunacausal, o no registrado o registradodefectuosamente, o con cualquierotra controversia, quien –de ordi-nario– en sede concursal debepromover el incidente revisoriocontra la resolución de inadmisibili-dad dictada por el juez.

Según surge de la versión taqui-gráfica de la sesión, los senadoreshan considerado además del am-plio consenso existente entre juris-tas del derecho laboral y comer-cial, la especial versación del juezlaboral para conocer en reclamosfundados en normas del derechodel trabajo –que brinda seguridadjurídica y celeridad procesal–, laaccesibilidad a la justicia, particu-larmente para los trabajadores delinterior del país titulares de crédi-tos contra empresas cuyo concur-so o quiebra tramita en la Ciudadde Buenos Aires y las falenciasprácticas de la Ley 24.522 vigente.Afortunadamente ha sido el propioórgano legislativo quien reparó enesas falencias y decidió su modifi-cación, pues se subsanan aquellasy se evita la situación delicada delcontrol de constitucionalidad porotro poder del estado.

Como sostuvo el Dr. Pompa, ti-tular del Juzgado Nacional del Tr a-bajo Nº 38, en la sentencia interlo-cutoria dictada en la causa “SiarezSabino c/ Cooperativa de Tr a b a j oFerrocon Ltda. y Otro s/ Despido”:“No se discute tampoco que los in-tereses de todas las personas de-ben ser atendidos, como las de losdemás acreedores y que no pue-den ser descuidados. Pero no esmenos cierto que a partir de la in-corporación del art. 14 bis de laConstitución Nacional se reconoceque los intereses de los trabajado-

hacen a su dignidad. Va de suyoque la protección es abarcativa dela instauración de canales jurisdic-cionales aptos para arribar a la sa-tisfacción de tales derechos, parti-cularmente en casos de deudorescon concursos abiertos o quiebrasdecretadas, en que se reducen laexpectativa de cobro íntegro de loscréditos, que para los trabajadorestiene carácter alimentario. De otromodo, podría traducirse en los he-chos en una mera enumeración ro-mántica de derechos de difícil rea-lización por carecerse de medioscoercitivos para su cumplimiento.Por otra parte, la reforma constitu-cional de 1994 introdujo a la CartaMagna el principio de progresivi-dad social (art. 75, inc. 19); y laCarta Internacional Americana deGarantías Sociales, proclamadaen 1947 por la IX Conferencia In-ternacional Americana, dispusoque “en cada Estado debe existiruna jurisdicción especial de traba-jo y un procedimiento adecuadopara la rápida solución de los con-flictos entre trabajadores y patro-nos” (art. 36). Finalmente, estima-mos que la “par conditio credito-rum” y la defensa del patrimoniocomo prenda común de los acree-dores, está garantizada por la in-tervención que se impone al síndi-co en el proceso laboral.

Un interesante aspecto de la re-forma es el referido al pronto pagode los créditos laborales, el cualentendemos debe ser abordadodetenidamente y en un artículo au-tónomo. Simplemente, diremos agrandes rasgos que el nuevo art.16 autoriza el pago de más rubrosque el actualmente vigente siem-pre que su existencia surja de uninforme preliminar que, previa audi-toría, deberá realizar el síndico (art.14, inc. 11); que puede peticionar-se el pronto pago de créditos queno surjan del mencionado informe,los que sólo pueden ser denega-

res son sujeto de preferente tutela,con lo que se consagra la validezde crear una desigualdad paramantener una igualdad y la preva-lencia de los derechos sociales pa-ra seguir ‘el ritmo universal de laj u s t i c i a ’ según lo expresa el Dere-cho Internacional de los DerechosHumanos que cuenta con jerar-quía constitucional a partir de la re-forma constitucional de 1994, si-guiendo las palabras del MáximoTribunal de Justicia de la Nación apartir del fallo ‘Vi z z o t i ’ ( C . S . J . N . ,Fallo del 14/09/04, considerandos9 y 10)”.

La garantía de inviolabilidad dela propiedad (art. 17 de la C.N.)ampara al acreedor laboral deigual modo que a los demás acree-dores, pero el primero tiene el re-fuerzo de la garantía protectoriadel trabajo prevista por el art. 14bis. Como afirmábamos al inicio deeste artículo, la Constitucional Na-cional adquiere su verdadera di-mensión cuando se la percibe co-mo una creencia generalizada endeterminada legitimidad, utilizandotérminos del sociólogo Max We b e r,ya que su ubicación en la cúspidede la pirámide normativa suponeun proceso de identificación nacio-nal. En el caso de nuestra discipli-na, no es ocioso repetir una y otravez y hasta que no quede margena dudas acerca de cuál es el crite-rio que debe guiar al legislador ensu función creadora de normas y alos jueces en la interpretación deéstas, que “El trabajo en sus diver-sas formas gozará de la p r o t e c-ción de las leyes, las que asegu-rarán al trabajador …” (el subraya-do nos corresponde). Es decir queel mandato contundente de losconstituyentes a los poderes cons-tituídos es el de la elaboración deuna política legislativa que protejael trabajo humano y le garantice altrabajador el goce de los derechosque el mismo artículo enuncia, que

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dos total o parcialmente por el juezcuando no estén asentados en loslibros del concursado, existiere du-da sobre su origen o legitimidad,controversia o sospecha de conni-vencia entre peticionante y concur-sado. La decisión siempre es ape-lable; la resolución que admite elpronto pago equivale a la verifica-ción del crédito en el pasivo con-cursal y en el caso de ser una deci-sión denegatoria, el acreedor pue-de litigar ante la justicia del trabajo.La modificación más significativadel instituto, nos parece, es el mo-do en que deberá ser abonado, yaque, a diferencia del régimen vi-gente que establece que deben sersatisfechos prioritariamente con elresultado de la explotación (la Se-nadora Negre de Alonso mencionólas críticas por parte del juez men-docino Mosso y del Juez Vasallo aesta expresión por no concretar sise refería a la ganancia, es decir in-gresos menos egresos, o a la ga-nancia líquida o al ingreso bruto,entre otras posibilidades), el nuevoregimen prevé el pago en su totali-dad de existir fondos líquidos dis-ponibles y en caso contrario, hastala ubicación de fondos por parte delsíndico, se debe afectar el 1% delingreso mensual bruto de la con-cursada. Pero entendemos que es-ta norma debe ser objeto de unanálisis acabado y con el debateque merece.

La reforma contiene una cláu-sula transitoria que prevé la remi-sión a la Justicia del Trabajo de lascausas en trámite ante la Justiciaen lo Comercial en las que no sehaya dictado el llamado de autos asentencia, de oficio y sin peticiónprevia del trabajador, a diferenciadel proyecto aprobado por la Cá-mara de Diputados, que preveíatal requisito, extremo que a nues-tro juicio se adecuaría de mejormodo a la estructura optativa delnuevo diseño.

Por último, nos parece oportunoremarcar el voto del Senador Gius-tiniani quien al hacer referencia almarco flexible socio-económico enel que se dictó la Ley 24.522, sos-tuvo que dicha ley tuvo un punto departida que pensaba básicamenteen la empresa y no en los trabaja-dores. Por eso, el camino que aho-ra se retoma, no solamente permi-te una adecuación de la norma alprincipio de especialidad, sino queimporta un claro retorno a los pos-tulados de justicia social consagra-dos por nuestro ordenamientoc o n s t i t u c i o n a l .

NOTAS

1. Ekmekdjian, Miguel A. “Temas cons-titucionales”, Ed. La Ley, 1987, pág.19.

2. Kelsen, Hans, “Teoría Pura del De-recho”.

3. Ost, Francois, “Júpiter, Hércules,Hermes. Tres modelos de juez”.

4. Versión taquigráfica de la 4ª Reu-níón, 3ª Sesión ordinaria del 22 demarzo de 2006 de la Cámara de Se-nadores de la Nación.

5. Entre otros, Juzgado Nacional delTrabajo Nº 38 in re “Baigorria JuanRamón c/ Piso Uno S.A. s/ Despido”- Expte. Nº 23.855/03, Sent. Int. defecha 09/09/05; el mismo Juzgado inre “Siarez, Sabino c/ Cooperativa deTrabajo Ferrocon Ltda. y otro s/Despido” - Expte. Nº 23.855/03,Sent. Int. del 13/10/05; Pompa, Ro-berto C., “La Justicia del Trabajo de-be recuperar su competencia origi-naria en los reclamos de los trabaja-dores contra empleadores concur-sados o fallidos”, Rev. La Causa La-boral, Año V, Nº 18 de Setiembre de2005.

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Por Moisés Meik

La Ley 26.088: una positiva reforma que permitecortar las uñas agresivas al despotismo

patronal, acotando una institución herética

1. Introducción

Sostenemos de partida una postura de fondo, según lacual ubicamos al derecho del trabajo como un instru-mento de mediación e institucionalización del conflictode base entre el trabajo asalariado y el capital, sus res-pectivos antagonistas. Consecuentemente, para elanálisis del mismo es necesario abordar cuestionesvinculadas con el ejercicio del poder, dentro y fuera dela empresa, proyectando así un análisis que deja pocomargen para la neutralidad o la asepsia.

Por lo que antecede, es que tomamos marcada dis-tancia de toda concepción que pretenda ocultar, desdi-bujar o eclipsar aquella explicación acerca del conflic-to, explicación que deviene rigurosa, no solo en la di-mensión socioeconómica sino, también, técnico jurídi-ca. Queremos significar, sin ambages, que discrepa-mos con cierto enfoque doctrinario, considerablemen-te extendido, que hace particular referencia a una su-puesta comunidad de intereses entre los sujetos o ac-tores de las relaciones de trabajo en la empresa. Esafundamentación no es compartida. Ello, sin descono-cer que de tal concepción forman también parte algu-nas respetables y sensibles opiniones, que integran ental concepto comunitario la tutela del trabajador comosujeto de preferente atención.

Hecha esta última salvedad, afirmamos especial-mente una radical discrepancia con otras versionestradicionales de aquella concepción, que nos resultanedulcorantes y engañosas, porque partiendo de talafirmación comunitaria abstracta, lo que bajan como lí-nea en concreto conduce a sobredimensionar el sus-tento y los alcances del poder unilateral de decisión delempleador, hasta habilitar ese poder como cuasi sobe-rano, sin los debidos y adecuados contrapesos indivi-duales y colectivos..

Por ese camino se termina privilegiando sólo el d e -recho de propiedad del dueño de los medios de produc-ción, exorbitándolo en el marco del contrato de trabajo.

Y a toda esa desmesura se la construye bajo unamplio manto justificante y excesivamente abarcadordel denominado poder de dirección empresario, anu-dado a un modelo de poder disciplinario exclusivo deuna de las partes, que en sí mismo es discutible y om-nipotente.

En ese discurso del poder se instala la admisión delas facultades unilaterales del empleador para alterarin peius las condiciones de trabajo, desactivando elconsenso que les dio origen y desarrollo, con menos-cabo del principio de irregresividad y de indemnidad.Esto merece ser jurídicamente replanteado, sin desco-nocer que tal observable anomalía legitimada encon-tró una recepción restringida y residual en la normati-va consagrada por la originaria LCT ( art. 71).

Prestaremos, pues, en este abordaje, especialatención a la dinámica del poder en el desarrollo delas relaciones laborales y en la eficacia o ineficacia delas normas, pero con exclusiva relación al instituto de-nominado ius variandi.

2. La originaria LCTy la despótica mutilación posterior

Hace bastante tiempo señalamos, en un aporte com-partido, los lineamientos del ordenamiento normativode la ley 20744, sus considerables aspectos positivospero sin omitir los observables y, sobre todo, sus ava-tares negativos ulteriores.1

Acerca del tema ahora encarado, sostuvimos el ca-rácter ambivalente de la institución en cuanto, por unlado, autorizaba al sujeto patronal una facultad alter-nativa unilateral, voluntaria, continuativa, definitiva, dealteración del contenido del contrato laboral.

Esta discutible ventaja patronal es relevante. Y loes porque destruye las bases conceptuales de la ideade contrato para acordar poderes innovadores a unasola de las voluntades del consenso.2

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A la par de esa más que opina-ble habilitación pro empresaria delius variandi, (desde nuestro enfo-que, directamente censurable), y amanera de un asimétrico contrape-so transaccional, la LCT en su tex-to originario reconoció expresa-mente al trabajador –en el caso deque se produjera alteracionesesenciales del contrato o de ejerci-cio ilegítimo del ius variandi– la po-sibilidad de accionar judicialmente,en procura del restablecimiento delas condiciones peyorativamentealteradas. A tal fin previó un proce-dimiento sumarísimo, posibilitandola conservación del contrato, com-plementado ese recurso cuestiona-dor del trabajador con la prohibiciónde innovar en las modalidades detrabajo.

Y fue precisamente este rele-vante y puntual procedimiento deautotutela individual ( art. 71) lo que–sin ninguna ingenuidad– intentóborrar la regla estatal 21.297, ope-rando como una artera guadañamutiladora, junto a decenas deotras igualmente inconsultas supre-siones y modificaciones regresivasde la LCT. Ello, a poco menos dedos años de vigencia de ese cuer-po normativo y, obviamente, sinque se hubiera podido calibrar entan escaso tiempo de vigencia sufi-ciente y objetivamente sus resulta-dos, bondades o deméritos.

Como veremos más adelante,tal supresión del procedimiento su-marísimo, mereció diversas inter-pretaciones en la doctrina. Entreellas la que rescataba, por otrasvías procesales, (casi) el mismo re-sultado limitador del poder unilate-ral empresario contenido en la nor-ma modificada. En el polo opuestono faltaron operadores jurídicosque encontraron eco en pronuncia-mientos judiciales que tributaronuna interpretación pro empresarial,porque desarmaba las posibilida-des de auto tutela del trabajador.

Es en tal cuadro de situacióncontrovertida que la reciente refor-ma legal reestablece, con justicia,el texto de 1974, mutilado en 1976,referido al ejercicio del procedi-miento sumarísimo. Es lo que per-mite al trabajador el cuestionamien-to inmediato y la ulterior revisión ju-dicial de toda alteración unilateral eilícita patronal de las condicionescontractuales.

Aún con esta reciente y positivareforma3, persiste en este terreno,en desmedro del asalariado, el ca-rácter asimétrico de los derechos yobligaciones recíprocas entre laspartes en el contrato. Esto es así,aún desde la sanción del texto ori-ginario de la LCT.

Ello porque el ius variandi es ensí un injerto herético, porque tal co-mo está estructurado en nuestra le-gislación, ese poder empresarial demodificación de las condiciones detrabajo no tiene, por lo menos, un lí-mite externo, como sería, entreotros, el requisito indispensable dela aceptación oportuna de las pro-yectadas modificaciones, por partede los representantes de esos tra-bajadores que han de soportar elcambio peyorativo. Tal condicióndebiera situarse normativamenteen un proceso de formación de ladecisión empresarial. Y, por su-puesto, dejando en claro que taloportuna e indispensable interven-ción colectiva, para equilibrar pode-res, no excluya en ningún caso, laefectividad del ejercicio del controlindividual interno, por el propio tra-bajador, mediante el recurso delprocedimiento sumarísimo resta-blecido, en función del principio deindemnidad que específicamentecontempla el propio artículo 66LCT.

Y ya en este punto se torna ine-ludible, dado la estrecha conexidadcon el tema en abordaje, referirnosa uno de los aspectos claves de laLCT: la débil intensidad de la tutela

frente al despido sin justa causa.Hay estrecha conexidad, porquetiene que ver con la eficacia o ine-ficacia de una defensa del trabaja-dor, como auto tutela frente al des-borde patronal, cuando éste, exce-diendo el límite del ius variandi,concreta una alteración unilateralilícita, consumando un incumpli-miento contractual. Nuevamente yfrente a esta problemática se con-firma que la estabilidad en el em-pleo es la clave de bóveda de todoel sistema de relaciones laborales.Estabilidad en el trabajo y estabili-dad en las condiciones de su reali-zación, son manifestaciones ines-cindibles, no retóricas, que conflu-yen en el concepto de “trabajo de-cente”.

Pese a que en 1974 el movi-miento sindical tenía una mayorfuerza negociadora y de presión4,no se llegó a introducir en el textodefinitivo la propuesta, provenientede diversos sectores sindicales,estableciendo un sistema de esta-bilidad en el empleo, que negaraeficacia extintiva al despido injusti-ficado, permitiendo optar al traba-jador por la revisión extintiva o re-clamar sólo las indemnizacionespor despido. Este debate siguependiente y admite modulacionesen las respuestas normativas, par-tiendo de la exigencia de justa cau-sa para despedir lícitamente.

Ni siquiera se contempló enton-ces, lo que contemporáneamentese consideraba plenamente posi-ble en el plano jurídico, en diversosestados nacionales, encauzadoséstos, en un proceso desmercanti-lizador y como parte de un capita-lismo menos desequilibrado. Esta-mos haciendo referencia a la impo-sición heterónoma de solucionesnormativas que enerven las mani-festaciones agravadas de un des-pido directo, cuando el hecho ex-pulsivo es adoptado contra un tra-bajador como represalia. Es el su-

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puesto del despido represalia –quese suele mimetizar con diversascosméticas– adoptado contra quienha reclamado previamente el res-peto y cumplimiento de sus dere-chos fundamentales conculcados.Puntualmente, el trabajador es ani-quilado por ello, con alcance discri-minatorio, hasta hacerlo “desapare-cer violentamente del seno de esa“comunidad” empresaria pues se lodespoja de la propiedad de su em -pleo. El desapoderamiento, confis-cación o despojo se justificaría sólomediando una justa causa. Esta de-be ser la infranqueable frontera delderecho patronal al despido. Lo quedebió hacerse y no se hizo en laLCT originaria es posibilitar la op-ción del trabajador afectado, impul-sando la revisión y la nulidad deese acto especialmente grave, quesuele adoptarse, con frecuencia,como la “solución final”, en ese tipode conflicto.5

3. La ampliación delcontexto regulatorioprotector

El pleno restablecimiento por la ley26.088 del art. 71 de la LCT, en-cuentra, en cambio, un nuevo mar-co normativo vinculante, constitu-cional-internacional e infraconstitu-cional, que potencia el ejercicio efi-caz de la acción sumarísima resta-blecida. Ello es así, porque ante unsupuesto despido represalia o dis-criminatorio, el acto patronal segre-gatorio encontrará una valla infran-queable en las normativas vigentes,que no sólo descalifican el acto ex-tremo, sino que lo nulifican, ya queconduce a que se ordene hacer ce-sar los efectos extintivos. Sin estasgarantías el juicio sumarísimo re-sultaría un remedio insuficiente yhasta frustrante. De ahí, el énfasisque ponemos en ese enlace nor-mativo.

De tal suerte que un ardid expul-sivo, intentado por el empleador,como estrategia de mala fe, deberáceder frente al legítimo propósitodel trabajador de conservar el vín-culo y exigir el pleno restableci-miento de la condición alterada ilíci-tamente, a través del procedimien-to sumarísimo. En tal sentido po-dría convocarse a la ley 23.592,que es la ley antidiscriminatoria conbasamento en los tratados incorpo-rados con jerarquía constitucional osupralegal, conforme al art. 75 inc.22 de la CN. La Convención Ameri-cana y el Protocolo de San Salva-dor habilitan operativamente esasolución.

En su caso, la nulidad del despi-do, cuando el despido obedece adiscriminación por ejercicio de la li-bertad sindical, también es de apli-cación el art. 47 de la ley 23.551.

Esa plural normativa antidiscri-minatoria, que conduce a la opciónde nulidad del despido, ha sido rei-teradamente aplicada en nuestrajurisprudencia por distintas Salasde la CNAT y por tribunales del in-terior del país.

Y recientemente la CSN ha con-firmado ese enfoque, sentando unimportante precedente en la causa“Balaguer contra Pépsico SA”, rati-ficando el criterio de un elaboradopronunciamiento de primera instan-cia de Arias Gibert y su posterior ra-tificación por la Sala VI de la CNAT.De este modo, con la actual inte-gración del Alto Tribunal, aquellosantiguos precedentes, como “DeLuca contra Banco Francés SA” y“Figueroa contra Loma Negra SA”,han dejado de ser los altares en losque se idolatraba al derecho depropiedad patronal, en desmedrode la protección de mayor intensi-dad y consideraba inconstitucionallas normas que condujeran a soste-ner la nulidad de ciertos despidos yla consiguiente readmisión efectivadel trabajador en su empleo.

El Convenio 158 de la OIT, so-bre terminación de las relacionesde trabajo, potencia también la es-tabilidad efectiva del trabajador, nosólo al exigir la invocación y prue-ba de causalidad de todo despido(en su artículo 4to.), sino que, en elsiguiente, considera especialmen-te grave a los despidos adoptadoscomo represalia o que violentenderechos fundamentales. Es el su-puesto de la represalia adoptadacontra quien ha ejercido el derechoconstitucional de acceso a la justi-cia, afectando ese tipo de despidoel derecho constitucional al trabajoy al empleo.6

4. La supuesta alternativaúnica del despido indire c t o

Nos detendremos en la reforma de1976, recordando que tal parcialderogación mereció diversas inter-pretaciones en la doctrina. Com-partimos, desde entonces, las querescataron por otras vías procesa-les casi el mismo resultado a queconducía el texto originario del art.71 de la LCT.

A pesar de la supresión del pro-cedimiento sumarísimo, una co-rrecta interpretación hermenéuticatransitó los siguientes esquemas.Se sostuvo que las pretensionescubiertas por el texto anterior su-primido podían y debían ser ejerci -tadas por las vías procesales co-munes. De ese modo, quedabadescartada una fatal interpretaciónsuperficial o literal de la norma quecondujera a un camino sin otra sa-lida que la tácita inhibición por otraalternativa que no sea el despidoindirecto del trabajador, frente a unejercicio excesivo del ius variandi.7

Sostuvimos entonces que resul-taba por lo menos paradójico la po-sición de que quienes criticaban,desde las ópticas empresariales, elposible ejercicio de aquella acción

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sumarísima, prevista en el textooriginario de 1974, y propiciaranque se le negara al trabajador esavía procesal. Así se argumentabainteresadamente, sosteniendo queno se le puede permitir a un depen-diente o asalariado que desafíe, deese modo, al poder de direcciónempresario. Consecuentemente, yya sin pudor, abogaban para que loúnico viable y admisible fuese sólola ruptura del contrato por el traba-jador.

De este modo, los mismos sec-tores, que por un lado eran tenacesdenunciadores de una supuesta in-dustria del juicio8, demostraban suincoherencia porque en lugar deadherir a una tesis que precisa-mente propiciara la conservacióndel contrato, para poder dirimir enla sede judicial competente la ilegi-timidad de la medida –de alteraciónunilateral ilícita– planteaban un ca-llejón sin salida.

Lo que se enmascaraba de estemodo es que sólo se admitía discu-tir el precio del despido pero sinque se cuestione el poder extintivo,irreversible, del que lo ocasiona. Sesoporta el encarecimiento del des-pido arbitrario pero se resiste aequilibrar poderes.

En ese enfoque autorreferencialal interés patronal, se consientehasta la fijación de un plus resarci-torio por discriminar con el despido–ex art. 11 de la ley 25.013– pero loque no se resigna es el reconoci-miento del poder extintivo inmodifi-cable. El interés empresarial vivecomo un hecho inadmisible, que sele castigue con el restablecimientopleno de la relación y del trabajadoren su puesto. Resiste que se con-crete el derecho fundamental yconstitucional al trabajo en esa fa-se del conflicto terminal..

Lo que se defiende con tal pro-puesta interpretativa patronal esuna mezquina concepción monár-quica y despótica de la empresa,

producto de una larga distorsióncultural. Todo lo contrario de una vi-sión antropocéntrica, democratiza-dora y desmercantilizadora de lasrelaciones de trabajo en la empre-sa. Por todo ello, conocidos expo-nentes de la concepción comunita-ria de la empresa, festejaron como“razonable” aquella mutilación nor-mativa del autoritarismo, defen-diendo una concepción feudal delorden, la disciplina y el poder jerár-quico del empleador. Lo decían deeste modo: en un sistema de esta-bilidad impropia –art. 245 LCT– esinadmisible dotar al trabajador delejercicio de un procedimiento su-marísimo para que cuestione al po-der de dirección del empresario.Después de esas confesiones doc-trinarias, nos preguntamos ¿ endónde residía la tan mentada co-munidad de la empresa?.

Queda despejada toda duda. Enfunción de esa anacrónica orienta-ción, de tipo castrense, básicamen-te se pretende impedir toda mani-festación civilizada y razonable departicipación conflictiva en la em-presa, como es natural en un esta-do social y democrático de derecho.

Se considera con apoyo en unainterpretación meramente literal dela regla estatal 21297, que es in-compatible con ese tipo de exclusi-va jerarquía vertical empresaria(que se procura intocable) la osa-día” de un trabajador que se permi-tiera discutir los cambios sustancia-les e irrazonables que lo afectan,material o moralmente, sin tenerque resignar su empleo.9

5. Las interpretacionescríticas de la reformaregresiva de 1976

Insistimos en destacar que, frente ala reforma de 1976 y a una interpre-tación superficial y literal de su tex-

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to, prescindiendo del sistema nor-mativo en que se insertaba y locondicionaban, se perfilaron otrasposturas que negaron firmementetal interpretación disvaliosa. Y elloocurrió al poco tiempo de producir-se esa lamentable reforma.

Destacamos al respecto, unagudo análisis realizado por Rober-to García Martínez, desactivando,con una encomiable lógica sistémi-ca, en un trabajo de ingeniería jurí-dica, la endeble reforma del artícu-lo 71 de la LCT. Sostuvo que la omi-sión en la norma reformada de ex-plicitar toda otra alternativa distintaal mero recurso del trabajador deconsiderarse despedido, no signifi-caba desterrar otras posibilidadesjurídicamente vigentes en el dere-cho positivo. Sostuvo que pese a lareforma subsistía el poder de cues-tionar por el afectado un cambioabusivo o ilícito de las condicionesde trabajo. Ya sea mediante otrosmedios contractuales, como el ejer-cicio de la excepción de retenciónde la prestación laboral, con apoyoen el art. 1201 del C. Civil y consustento en otras disposicionesconcordantes. En este sentido sesostuvo la posibilidad que, ante laimposición de tareas distintas delas corrientes o de cualquier modifi-cación exorbitante apoyada en elius variandi, el trabajador niegue laprestación laboral, en tanto se acla-re el mejor derecho de las partes,para lo cual queda expedita la víajudicial. (Fernández Giannotti, Rev.D T 1978, Pág.73). Ello, sin menos-cabo del ejercicio de normas pro-cesales compatibles del procedi-miento civil, vigentes en el ordennacional o en los procedimientosp r o v i n c i a l e s .1 0 En la misma orien-tación se sumaron, entre tantosotros, con sólidos fundamentos,Capón Filas, Eyras y Meilij. En1982,este último expuso una po-nencia sobre el tema, en el VI Con-greso de D. del Trabajo de la

A A D T.11 Sostuvo que pese a la re-forma de 1976 no hay norma posi-tiva que se oponga a la posibilidaddel trabajador de impugnar el exce-so del empleador en el ejercicio delius variandi ni tampoco hay princi-pios jurídicos aplicables a la mate-ria que se opongan a ello, sino que,contrariamente, los principios exis-tentes propenden a la continuidadde la relación laboral y a la soluciónamigable de los conflictos indivi-duales de trabajo. Concluía, en sin-tonía con la postura de García Mar-tínez y los autores antes menciona-dos, que, por tal razón, y aún con eltexto reformado (Art. 66 Ley21297), en la medida que las leyesde procedimientos judiciales, admi-nistrativas, y las disposiciones deempresa o actividad lo permitan, eltrabajador se encontrará facultadopara impugnar lo que considere enexceso del poder de dirección desu empleador, sin necesidad porello de tener que recurrir al distrac-to laboral. Incluso, agregó, que elafectado podía recurrir, en su caso,para lograr que la medida impugna-da sea suspendida en su aplicaciónmediante una decisión judicial cau -telar de no innovar hasta tanto sedirima el conflicto relativo a su legi-timidad y procedencia12.

6. Algunos de los fundamentosde la Ley 26.088

Merecen reproducirse por su soli-dez y sobre todo como merecidotestimonio histórico, algunos de losfundamentos expuestos por el au-tor del proyecto sancionado, el Se-nador Gerardo R Morales, que setranscriben a continuación.

“La mayoría de las modificacio-nes operadas por la Ley 21.297durante el gobierno de facto, lohan sido en perjuicio de los traba-jadores...

Los mismos nos apartan de losprincipios recogidos por nuestraConstitución Nacional en el artícu-lo 14 bis: las condiciones dignas yequitativas de labor deben ser ase-guradas por las leyes al trabajador.

Si bien la ley reconoce al em-pleador la facultad de modificar lasformas y modalidades del trabajo,a lo que se denomina ius variandi,en todos los casos limita dicha fa-cultad a no imponer al trabajador laalteración de modalidades esen-ciales del contrato, ni perjudicarlomaterial o moralmente. Asimismodichos cambios no deben ser irra-zonables.

El artículo 71 LCT permitía altrabajador accionar persiguiendoel restablecimiento de las condicio-nes alteradas. Ello aseguraba altrabajador una relación de mayorequilibrio frente al empleador parahacer valer sus condiciones de tra-bajo mediante el procedimiento su-marísimo. Otorgaba al trabajador,al mismo tiempo, la tranquilidadnecesaria en dicha situación, elloen virtud de la previsión legal deausencia de innovación de las con-diciones laborales, hasta tanto seexpida la justicia.

El juez podía alcanzar la convic-ción de que el uso de la potestadmodificadora del empleador care-ce de causa, y disponer por tantola restitución de las condiciones la-borales previas.

Este cambio en la legislaciónactual se plasma en sintonía conlos principios del ordenamiento so-cial constitucional, en especial conaquellos que establecen el imperiode la preservación o conservaciónde la relación laboral y la irrenun-ciabilidad de los derechos (Art.14bis, y 75 CN, y Art. 10, 12, 9 y con-cordantes de la LCT. A lo que sesuma la aplicación de normas nolaborales compatibles con los prin-cipios de la disciplina como la ex-ceptio non adimpleti contractus,

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consistente en la retención de ta-reas hasta que se restablezcan lascondiciones contractuales altera-das ilegítimamente por el empresa-rio incumplidor, por ser sustancia-les, o por configurar medidas irra-zonables y peyorativas (Art. 1201del Código Civil.

Negar al trabajador agraviadoesas múltiples alternativas y con-secuentemente pretender forzarlo–como perversa encerrona– enuna única opción, consistente en"considerarse despedido", o acep-tar pasivamente el menoscabo desus derechos protegidos, constitu-ye en la especie un cuadro que lu-ce "maniqueo".

La doctrina que niega la posibi-lidad procesal que ahora se resta-blece no repara que "el trabajadorpor temor a la extinción del contra-to o al cierre de la empresa, estácompelido a aceptar decisionesque implican nuevas condicionesde trabajo, aun cuando resulten ar-bitrarias. Ante la posible pérdida desu fuente de ingresos y el fantas-ma de la desocupación, la subocu-pación y el trabajo en negro, mu-chos trabajadores consienten laadopción de medidas –tácita o in-cluso expresamente– que violansus derechos laborales. Los traba-

ble avanzar, revirtiendo una prolon-gada tendencia negativa de 30años, nada gloriosos, de neolibera-lismo autoritario, y de pasividad deotras expresiones no autoritarias–a partir de 1984– que se profundi-zó con la patética descendencia deaquel neoliberalismo en los 90.

Bien sostuvo Romagnoli que lologrado por el derecho social labo-ral, aún en su mayor esplendor enlos estados sociales de derecho,fue cortarle las uñas más agresivasal sistema heredado del siglo 19, loque no es poca cosa. Ta m p o c om u c ho.13

Según un reciente editorial deun Diario tradicional, la flamanteley 26.088 ha provocado preocupa-ción entre distintas cámaras em-presariales, en tanto modificaríalas condiciones del llamado ius va-riandi, vinculado con la facultad delempleador de variar las modalida-des laborales. Al margen de estaafirmación de tremendismo discur-sivo y de profecías catastróficas,como táctica nada imaginativa, quese reitera desde la ley 11.729 de1934, ante cada paso regulatorioque establece un mejor marco pro-tectorio, lo inadmisible es que des-de un escenario supuestamentetan prestigioso que compromete la

jadores pactan la reducción de susremuneraciones o la extensión desu jornada a cambio de nada.

De allí que frente a una decisiónno consentida por el trabajador, laposibilidad de restablecimiento dela relación es factible en una sanarelación de trabajo, y debe aspirar-se a ella de ser la más favorable altrabajador.

El lugar, horario, salario y cate-goría, entre otras modalidadesesenciales del contrato de trabajoobtienen por esta modificación le-gislativa una mayor estabilidad, yaque por este medio, queda garanti-zada expresamente la facultad dereclamar judicialmente el restable-cimiento de las mismas.”

7. Nuestra postura

Sin resignar nuestra parcial discre-pancia con la forma que ha sidoconsagrada la figura del ius varian-di en nuestro derecho, que la tornauna figura herética desde el planoestrictamente contractual, conside-ramos positiva esta reforma por víade la ley 26.088.

Entendemos, asimismo, que es-ta rectificación de una normativaregresiva, nos indica que es posi-

1956 –“50ª ANIVERSARIO” de la AEDGI –2006Adhesión a la Revista de la Asociación de Abogados Laboralistas

Edmundo RUCKAUF Jorge O. BURGOSSecretario de Prensa Secretario General

Montevideo 182 (1019) Capital Federal Teléfonos: 4371-2052/2715/2859/1558 http://www.aedgi-afip.com.ar [email protected]

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seriedad y solvencia informativa, sesostenga livianamente una descrip-ción y presentación del contenidode la reforma absolutamente ine-xacto. No otra cosa significa el ha-ber sostenido que “ la reciente re-forma ha condicionado irrazonable-mente el ejercicio de la mencionadaprerrogativa, señalando que la deci-sión no debe alterar las modalida-des esenciales del contrato, ni cau-sar perjuicio material o moral al tra-bajador. “ Sintiendo vergüenza aje-na debemos aclarar que esa partedel texto no fue creación de la refor-ma reciente, sino que se redactó yaen 1974 y se mantuvo en 1976.14

Quede aclarado que no se cues-tiona que el empledor produzca pe-queñas alteraciones irrelevantes.Lo que se controvierte es cómo seestructura en el art. 66 LCT esa ati-picidad jurídica del ius variandi, pa-ra supuestos que, aún sin ser es-tructurales, no son innocuos desdela perspectiva del sujeto pasivo deesos cambios, vulnerando el carác-ter preclusivo del perfeccionamien-to contractual, que se separa de laindisponibilidad del contrato poruna de las partes. Este intervencio-nismo normativo estatal es des-compensador invirtiendo el sentidodel orden público laboral. De ahíque, en lugar de condicionarlo sóloa un control ex post por el trabaja-dor afectado y al control judicial ul-terior, propongamos que, además,la norma heterónoma y la negocia-ción colectiva posibiliten un controlex ante, con la participación conflic-tiva y colaborativa del sujeto colec-tivo, como parte de un diálogo so-cial necesario. Se trata de garanti-zar la estabilidad del contrato en sudesenvolvimiento. El trabajador nopuede aparecer renunciando antici-padamente a la fuerza obligatoriadel consenso alcanzado, ya que nootra cosa se desprende, aún consus límites del texto legal. Se impo-ne, sin demora, reflexionar estos

Frente al reclamo del trabajador,exigiendo el restablecimiento de lascondiciones alteradas por el em-p l e a d o r, como manifestación delderecho fundamental al trabajo,gravemente incumplido por el em-pleador (ya que lo degrada con unamodificación unilateral ilícita), elempleador reacciona y mantiene suilícita postura. Y el conflicto final-mente se sitúa entre la falsa impu-tación del empleador a su depen-diente de abandono de trabajo, porun lado –recurriendo al despido co-mo abandono incumplimiento– y,por el otro, la postura, verídica, deltrabajador sosteniendo su negativay rechazo de tal extrema imputa-ción y de la extrema medida segre-gadora. En esas condiciones, loque se terminaba debatiendo en losestrados judiciales es el derecho alas indemnizaciones por despido,tal como si el trabajador hubieseoptado por la alternativa prevista enel Art. 66 LCT de considerarse ensituación de despido indirecto..

6. En su artículo 10 ese convenio in-ternacional de la OIT se pronunciaconsiderando expresamente que,frente al despido injustificado, la so-lución más recomendable es la al-ternativa de la readmisión del traba-jador en sus justos términos. La nulidad del despido equivale aadmitir que la vida profesional no seha interrumpido, con el derecho alos consiguientes salarios dejadosde percibir por ese lapso, hasta lareadmisión efectiva y a la conserva-ción de sus derechos frente a la se-guridad social, por existir exclusivaresponsabilidad del empleador enel incumplimiento del deber de ocu-pación efectiva..El Convenio 158, tal como lo haimpulsado la AAL. , es una de lasnormas internacionales que pue-den ser ratificadas en un futuropróximo, conforme se desprendede la actual dinámica legislativaal respecto.

7. Podetti: “Normas Procesales en laLCT y su reforma por la ley 21297.”Rev. T. y S.S. 1976, Pág. 300.

8. Esta fue una permanente estrategiadiscursiva para descalificar, en abs-tracto, tanto a los trabajadores y a

aspectos, críticos, especialmentedesde el plano de las disposicio-nes normativas del derecho colec-tivo, que garanticen mejor la segu-ridad de los trabajadores.

Con esta aclaración, aprecia-mos el valor de la reciente reforma.

Y dejamos para una segundaparte, la trascendente cuestiónque vincula a la alteración unilate-ral ilícita del empleador con losprincipios de irrenunciabilidad y deimperatividad normativa, tratadosen la jurisprudencia laboral en fa-llos impecables, como “Ve l a z c ocontra Celulosa Jujuy SA” y en eldictamen Fiscal del Dr. Álvarez, enlos autos “Fernández contra PhilcoUshuaia SA”, actualizando en loposible lo que hemos sostenidooportunamente acerca de esos“sanos” juicios.15

NOTAS

1. Meik-Zas Libro La precarización delempleo en la Argentina, Centroeditor de América latina, OIT-CIAT-Clacso, 1990.

2. H. Sarthou: “ Propuestas para la im-pugnación del ius variandi.” Se tratade uno de los temas especialmenteabordados, de insoslayable lectura,construido con su habitual profundi-dad y rigor por este comprometidoiuslaboralista uruguayo en su obra:“ Trabajo, Derecho y Sociedad ‘ To-mo Edición Fundación de CulturaUniversitaria, 2004. Compartimosplenamente sus principales enfo-ques. Sirva esta referencia comoreconocimiento a su fecunda laboren defensa de los trabajadores, porquien acaba de cumplir sus ejem-plares 80 años de edad.

3. Que es de esperar se amplíe conotros institutos laborales.

4. Que fue debilitándose notoriamen-te después, agravándose en la dé-cada de los 90.

5. La experiencia enseña la reitera-ción frecuente de las alternativasfácticas que siguen a la eclosión deeste tipo de conflicto.

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los abogados laboralistas (que ejer-cían su defensa).

9. Todo un ejemplo de una moral ex-traña y de una dualidad argumental.

10.Análoga interpretación se registróen el libro Goldín –Brito Peret– Iz-quierdo en “La reforma de la LCT–ley 21297”– pág.74, especialmen-te su primer párrafo.

11.Titulo de la ponencia.” Ius Variandi.Posibilidad de su impugnación Judi-cial.” Págs. 363 y sgtes.

12.En esas VI Jornadas de 1982 sepronunciaron a favor de la posibili-dad de plantear la acción judicial porel restablecimiento de las condicio-nes alteradas, en caso de ejerciciono válido del ius variandi, entreotros, Capón Filas, Confalonieri, Sa-pia, Prado y Scotti. ¨´ Éste últimosostuvo que era de aplicación el A r t .505 del Civil, agregando que al noestar prohibida el uso de la acciónestá permitida, pues de otro modo,en el caso de alteración de las con-diciones de trabajo, como la rebajade salarios, nadie se atrevería a dis-cutirla. Contrastando con esas pos-turas, según se destacó en la rese-ña de la Sesión Plenaria, VázquezVialard sostuvo que en un régimende estabilidad impropia, como lo esel de la LCT no puede tener lugar laacción de restablecimiento de lascondiciones alteradas y que no esaplicable al derecho del trabajo al

respecto el Art. 505 del Civil porqueaquel derecho tiene un régimen pro-pio, caracterizado por dicha estabili-dad impropia. (Pág. 369).Argentina soportaba entonces a lapeor de las dictaduras. Y si desapa-recían miles de personas cómo sor-prenderse que se procurara ade-más, hacer desaparecer los dere-chos de la mayoría de esos desapa-recidos, los trabajadores..La ley 26088 vino a poner las cosasen su lugar, aclarando y disipandotodas las dudas interpretativas. ¿Acaso, alguien podía dudar quelos impulsores de este restableci-miento de la normativa adecuada,como Recalde, no serían coheren-tes con su compromiso, de largadata con esos derechos individua-les de los trabajadores?

13.Y a esa aguda reflexión, desdenuestro domicilio existencial, cabeagregar que lo positivamente alcan-zado en latitudes europeas no seprodujo, jamás, con la misma inten-sidad en las legislaciones latinoa-mericanas. Y lo que es más desta-cable es que esas uñas agresivas lecrecen con rapidez, en cuanto cam-bian las relaciones de poder.

14.Se requiere ser informativamenteobjetivos, hasta cuando se defiendalos intereses de las grandes empre-sas, No se puede confundir, aun porerror involuntario, a los lectores que

cotidianamente, confiados conside-ramos conveniente informarnos porese medio importante.

15.M.Meik: “ El Sano Juicio. El largodebate sobre irrenunciabilidad, in-disponibilidad de derechos, operati-vidad normativa y Orden PúblicoLaboral.” ‘ Revista Contextos, Nro3, pág. 267 a 318.’

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D O C T R I N A

Por Sonia Spreafico

La omisión de los exámenes médicospre-ocupacionales en la

Ley de Riesgos del Trabajo

a Ley de Riesgos del Trabajo se caracterizapor lo lamentable de sus disposiciones, lo quehace aparecer a sus escasos aciertos comoverdaderos deslices del legislador. Por eso,

muchos de sus decretos se encargan con entusiasmode reglamentar en sentido contrario a la ley1. La cues-tión adquiere matices aritméticos: cada tino legal mo-tiva la aparición de reglamentación contra legem, ycuanto más contenido humanitario y tuitivo tiene eltexto de la ley, tanto más intenso parece ser el interésreglamentario en desarticularlo.

Una curiosa excepción a esta regla se constituyecon la normativa referida a los exámenes médicospreocupacionales: el texto legal protege al más débil,y la reglamentación aún más.

El artículo 6º apartado b) de la Ley 24.557 estable-ce: “Están excluidos de esta ley: (..) Las incapacida -des del trabajador preexistentes a la relación laboral yacreditadas en el examen médico preocupacionalefectuado según las pautas establecidas por la autori -dad de aplicación”.

El decreto 170/96 establece en su art. 27 que losexámenes médicos del decreto 351/76 son una obli-gación directa a cargo de las A.R.T.

El decreto 1.338/96 en su artículo 9º delega en laSuperintendencia de Riesgos del Trabajo el tipo y fre-cuencia de los exámenes laborales del mencionadodecreto 351/76, pero no la facultad de establecer acargo de quién están2. Sin embargo, esta atribución laSuperintendencia se la toma igual, estableciendo me-diante la Resolución 43/97 que los exámenes médicospreocupacionales –que declara obligatorios en su art.1º– están a cargo del empleador, otorgándole a éste lafacultad de convenir su realización con la A.R.T.

Por su parte, la Resolución de la Superintendenciade Riesgos del Trabajo Nro. 320/993, en su artículo 2ºinciso b) establece: “Las Aseguradoras de Riesgos delTrabajo podrán repetir de sus empleadores afiliados:(...) Los costos de aquellas prestaciones que, por inca -pacidades preexistentes, se brindaran a aquellos tra -

bajadores a quienes no se le hubieran realizado exá -menes médicos preocupacionales”.

La letra de la normativa es clara (al menos en esteaspecto) y no admite sino un único sentido exegético:las únicas incapacidades preexistentes por las que lasAseguradoras n o responden, son las acreditadas en elexamen médico preocupacional. Todas las demás im-portan responsabilidad para la A RT, resultando indife-rente si, en el mundo de los hechos, la incapacidad res-ponde a un origen extralaboral, por cuanto el funda-mento legal para responsabilizar a la Aseguradora esde origen jurídico, no fáctico: responde por disposiciónlegal, es la ausencia de exámenes preocupacionales, omás propiamente, la falta de acreditación de la incapa-cidad mediante ellos, la que determina la responsabili-dad de la Aseguradora, siendo indiferente el origen dela incapacidad, toda vez que la ley no distingue ni datratamiento diferente a las incapacidades preexistentesno acreditadas en los exámenes preocupacionales .

En consecuencia, basta acreditar la incapacidadlaboral y la ausencia de los exámenes médicos preo-cupacionales para que se desencadene la responsa-bilidad de la Aseguradora, sin perjuicio, claro está, delderecho que asiste a esta última de repetir del em-pleador –su cliente o afiliado– los costos de las pres-taciones; pero frente al trabajador siniestrado la prin-cipal y directa obligada al pago resulta ser la ART.

En estos casos, la responsabilización de la Asegu-radora no tiene naturaleza jurídica causal sino san-cionadora, es ipso iure, no ipso facto; y está fundadaen la omisión de realizar los obligatorios exámenesmédicos preocupacionales. La Aseguradora no res-ponde porque ella dañó o porque lo hizo su afiliado(relación causal) sino que responde porque no cum-plió con los deberes legales (sanción).

Y en esto consiste el acierto legal renovador, supe-rador y tuitivo de la actual LRT, tanto en relación a lanormativa vigente hasta 1966, como del criterio preto-riano de causalidad entre trabajo y daño, que aún hoysigue informando las decisiones de varios Jueces.

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D O C T R I N A

Al irrefutable criterio causal, eltexto legal actual viene a agregarleel criterio sancionador o punitivode la responsabilidad: si no se rea-lizaron los exámenes médicospreocupacionales, no funciona eleximente de responsabilidad, conindiferencia del origen fáctico labo-ral o extralaboral de la incapacidadpreexistente no acreditada, porquela ley no distingue ni dispone trata-miento legal distinto para preexis-tencias no acreditadas. Y si la leyno distingue, resulta arbitraria cual-quier sentencia que sí lo haga.

Si bien resulta objetable la técni-ca de redacción normativa utilizadaen la reglamentación, dado que elart. 27 del decreto 170/96 (los preo-cupacionales a cargo de la A RT) noes derogado por ninguna norma deigual rango, sino modificado per re -l a t i o n e m por el art. 9º del Decreto1338/96, que otorga facultades nor-mativas a la SRT, que es la que de-roga una norma de mayor rango ydispone que los preocupacionalesestán a cargo del empleador (art. 2ºde la Resolución SRT 43/97), locierto y real es que la A s e g u r a d o r ase puede exonerar de la responsa-bilidad cumpliendo con su obliga-ción legal de realizar los exámenes(art. 27 decreto 170/96) o intiman-do a que su cliente lo haga (art. 9ºdecreto 1338/96 y Resolución SRT43/97). Todo esto, con el expresofin de eximirse de la responsabili-dad que se le atribuye mediante lanormativa precitada.

Ya la protección que la ley dispo-ne, la reglamentación la reafirma eintensifica, por cuanto el SRT i n t r o-duce expresamente el instituto delderecho a repetir lo pagado, colo-cando de esta manera a la A RT c o-mo obligada principal y directa fren-te al trabajador por las preexisten-cias no acreditadas4. La incorpora-ción expresa del derecho de repeti-ción lo que hace es despejar la du-da acerca de quien es el obligado di-

recto al pago: es la A RT, por eso esella quien tiene derecho a repetir5.

Claro que tal solución legal esclaramente auspiciosa para el tra-bajador –que puede reclamar elpago directamente al mercado fi-nanciero exonerándose de, porejemplo, empleadores insolventes–y para la ART –que paga sabiendoque puede reclamar lo abonado–pero aparece dudosa desde el pun-to de vista del empleador, debido ala confusión reglamentaria que yamencionara: el decreto 170/96 im-pone a las ART la obligación derealizar los preocupacionales; nor-ma que es derogada por el art. 2ºde la Resolución 43/97 de la SRT,que dispone que los preocupacio-nales están a cargo del empleador.La SRT dictó esa norma haciendouso de facultades otorgadas porreenvío del art. 9º del decreto1.338/96, pero este art. 9º no dero-ga el 27 del dec. 170/96, sólo dele-ga en la SRT la facultad de estable-cer tipo y frecuencia de los exáme-nes, pero no en cabeza de quiénestá la obligación de realizarlos. Demodo que el art. 2º de la Resolu-ción SRT 43/97 es inconstitucionalpor exceso reglamentario: regla-menta en contra del contenido deuna norma de mayor rango (para elcaso, art. 27 del decreto 170/96).

Sea cual fuere el criterio que seadopte (los preocupacionales comoobligación legal directa de las A RT,art. 27 decreto 170/96, o como obli-gación directa del empleador, art. 9ºdecreto 1.338/96 y art. 2º RSRT43/97) el resultado es idéntico desdeel punto de vista del trabajador: res-ponde siempre la A RT, y en todo ca-so, será materia de otro debate la le-gitimidad del derecho a repetir que leasigna la Superintendencia de Ries-gos del Trabajo a la A RT p a g a d o r a ,mediante la Resolución 320/99.

Lo que sí vuelve a evidenciarsecon marcada nitidez es quienes sonlos reales beneficiarios de la Ley de

Riesgos del Trabajo, ya que, cuandoel sistema se decide proteger al tra-b a j a d o r, no lo hace a costa del mer-cado financiero sino del productivo.

NOTAS

1. La LRT posiblemente sea el cuerponormativo en el que se verifican ma-yor número de inconstitucionalidadespor exceso, de todo el orden jurídicoargentino.

2. La confusa redacción del art. 9º delDecreto 1.338/96 puede dar pie a di-versas interpretaciones, entre ellas,que el decreto sí delega en la SRT lafacultad de establecer a cargo dequien está la obligación de realizarlos preocupacionales. Sostengo, sinembargo, que al no haber una dero-gación expresa del art. 27 del dec.170/96, no puede delegarse legítima -mente la facultad de derogarlo a unorganismo normativo de menor rangocomo es la SRT. En sentido contrario,COMADIRA, Guillermo L. “APROXI-MACIÓN ALCONTENIDO DE LARE-SOLUCIÓN 43/97”, en DT 1997 B,pág. 1.491.

3. Vigente por disposición de la RSRT676/00

4. El instituto del derecho a repetir laLRT lo utiliza también en otro supues-to que la reglamentación (esta vez,sí) desnaturaliza: el art. 28 inciso 4 dela LRT establece el derecho a repetirdel empleador el excedente de pres-taciones dinerarias cuando el em-pleador omitió pagar parcialmente lasprimas. El decreto reglamentario diceque las prestaciones dinerarias seadeudan teniendo en cuenta las re-muneraciones declaradas por el em-pleador, contrariando a la ley que es-tablece que se calculan en base a lasremuneraciones devengadas por eltrabajador.

5. En referencia a la vigencia de la reso-lución Superintendencia Riesgos delTrabajo Nro. 320/99 (B.O.:15/09/99),me permito señalar que la vigencia dela misma fue suspendida transitoria-mente según Resolución Nro. 489/99(B.O.: 16/12/99), que dispone la sus-pensión de la Res. Nro. 320/99 por120 día corridos contados a partir dela publicación de la Res. Nro. 489/99,es decir, a partir del 16 de diciembrede 1.999; pero en la actualidad, la ci-tada Resolución SRT Nor. 320/99 seencuentra vigente con las modifica-ciones introducidas por la Res. Nro.676/00.

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D O C T R I N A

Por Guillermo Pajoni

Algunas reflexiones sobre elDerecho y la Huelga

la luz de un nuevo intento de reglamentar elDERECHO DE HUELGA me permito formularalgunas reflexiones sobre por qué se intentareglamentar (expresión que oculta su verdade-

ro sentido y que es LIMITAR) el referido derecho.Podemos coincidir en que el DERECHO DE HUEL-

GAes el derecho antisistémico por antonomasia. Comoexpresara en un artículo olvidado en alguna bibliotecasindical, la huelga es un hecho que se ha elevado al ca-rácter de acto jurídico en virtud de la imposición obreray por las consecuencias que devienen de su ejercicio.Es un hecho colectivo inevitable en la sociedad capita-lista. La división en clases sociales con intereses con-trapuestos y la lucha que esa situación genera, se tra-duce en medidas de fuerza de las distintas clases paratratar de imponer a la otra sus condiciones, sean ellaspara mantener, superar, modificar o subvertir la situa-ción en que se encuentra. La huelga en su acepciónmás amplia es el arma básica y fundamental de luchade los trabajadores. Todos los derechos de los trabaja-dores quedan en definitiva sujetos a la facultad del ejer-cicio del derecho de huelga. El derecho de huelga esen realidad la conquista de los trabajadores que masduele al sistema capitalista y que ha tratado por todoslos medios de desalentar, encorsetar, encuadrar, regla-mentar, en definitiva impedir su pleno ejercicio. Y es porello que se lo reglamenta. Y allí vemos la ley 14.786que en su art. 2° obliga a la instancia de conciliación,violentando expresas disposiciones del art. 14 bis de laConstitución Nacional, dado que allí se permite recurrira dicho instituto pero no generar una obligación y, porotro lado, prohíbe el derecho de huelga (art. 8°) que esun derecho y conforme dicha norma deja temporalmen-te de serlo. En definitiva, dos derechos constitucionalesque son tergiversados en su expresión y contenido me-diante una ley, anulando por otra parte uno de ellos quese transforma en obligación al otro que deja de ser underecho, contradictoria solución evidentemente incons-titucional. Y ahora la ley 25.877 con sus reglamentacio-nes (anterior decreto 843/00 y actual decreto 272/06)que también limita y en algunos casos prevé prohibirexclusivamente el derecho de huelga. No se visualiza

en el art. 24 de la ley 25.877 ni en su actual decreto re-glamentario limitación alguna a los derechos empresa-rios, salvo que deberá “ejecutar” los servicios mínimose “informar” a los usuarios.

Pero me voy a permitir jugar con el absurdo, pre-guntándome asimismo por qué utilizo el vocablo “ab-surdo”. Pero vamos por parte. Si el derecho de huelgaes el derecho fundamental que tienen los trabajadores,y agregaría ahora junto con la estabilidad laboral ple-na, para poder ejercer todos los derechos que las leyeslaborales le otorgan y para poder reclamar se cumplanlos derechos humanos universales sistemáticamentenegados, limitarlo implica en definitiva que los trabaja-dores en algún punto del conflicto social no van a po-der ejercer ese derecho y, por tanto, no van a poderejercer los demás derechos laborales y sociales quesupuestamente le corresponden. Entonces, es de pre-guntarse por qué se limita en el conflicto social el dere-cho de una de las partes, diría más, por qué se limitael único derecho que tienen para poder defender susotros derechos. Surge a continuación y con un simplecarácter lógico, la otra pregunta: por qué no se limitanlos derechos de la otra parte del conflicto social, o seapor qué no se limitan los derechos del empresario o porqué no se obliga al empresario a cumplir con sus obli-gaciones. Es de preguntarse por qué el empresariopuede no cumplir con las obligaciones legales que ge-neran el reclamo de los trabajadores. Por qué, si elconflicto social que generó la medida de acción directase origina en la otra parte o quizás en ambas partes,solo se contempla la limitación del derecho de huelga.Es obvio que la figura de la conciliación obligatoria dela ley 14.786 no tiene el mismo alcance que la limita-ción o el impedimento del derecho de huelga. Por quéante el conflicto no se ordena, por ejemplo, que el em-pleador cumpla con el pago de las horas extras nega-das, con el respeto de la jornada de trabajo, con el pa-go de haberes absolutamente depreciados, etc., etc.Por qué no está previsto en la legislación que se obli-gue al empleador y por el contrario está previsto que selimite el derecho del trabajador aunque su reclamo sealegal y/o legítimo. En una sociedad donde supuesta-

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mente se persigue el “bien común”y el “interés general”, no se deberíaentender que la legislación coartelos derechos esenciales de una delas partes del conflicto y en nadaafecte a los derechos de la otra par-te. Más aún si consideramos quelos trabajadores son infinitamentemuchos más que los empleadores.Pareciera que el “interés general”es más general para unos que paraotros.

Y, obviamente, esto no es ca-sual. “El aparato estatal, inicialmen-te represor de toda conducta des-viada se interpone, a la par del ca-pital, para penalizar y sancionar suexpresión” (Melossi Darío, “El Esta-do del control social”, extraído delartículo de Guillermo Gianibelli enel libro “Reforma Laboral Ley25877”, obra colectiva dirigida porLuis Enrique Ramírez). Y aquí co-mienza a entenderse por qué se li-mita el derecho obtenido a sangre yfuego por una de las partes (los tra-bajadores) y se “omite” establecerobligaciones para la otra parte (losempleadores). Porque quienes ha-cen la legislación y quienes la apli-can en definitiva, y más allá de losmatices diferenciadores que defi-nan determinadas circunstanciaseconómicas sociales y políticas,son parte de la estructura institucio-nal del sistema vigente. Por tanto, ycuando se desarrolla el conflicto so-cial, todo el aparato institucional,salvo cuestiones excepcionalesemergentes de la agudización gra-ve de la lucha de clases, funcionapara mantener el estado de cosas yevitar sus desviaciones.

Es de resaltar que es el conflictopermanente entre quienes poseenlos medios de producción y quienessolo tienen su fuerza de trabajo, loque permite desarrollar la noción yel concepto de huelga. De algunamanera, el reconocimiento jurídicodel derecho de huelga es a su vezun reconocimiento de la existenciadel conflicto de clases. Solo en unasociedad con intereses encontra-

tectorios del derecho del trabajo y,por otro lado, abandone su perma-nente acoso sobre el derecho dehuelga.

Los trabajadores son obligadosa la huelga por el capital. Los traba-jadores explotados económica ymoralmente, llegan a la huelga co-mo última instancia luego de agotaro agotarse en la búsqueda de solu-ciones a sus necesidades. La huel-ga, además de ser un legítimo me-dio y generalmente el único eficazpara obtener o mantener reivindica-ciones por parte de los trabajado-res, tiene un elemento básico y fun-damental que está presente en ca-da uno de los participantes: la soli-daridad. La huelga es un acto ma-ravilloso de acción conjunta que en-vuelve los deseos, las necesidadesy los temores de quienes participanen su ejecución. Allí la solidaridad,el apoyo mutuo, la pertenencia auna clase, el acercamiento de per-sonas que colaboran con el objetivoperseguido más allá de que sean ono beneficiarios directos o inmedia-tos del fin buscado, le dan a la huel-ga ese carácter que ningún emplea-dor ni ningún doctrinario del ordenestablecido, pueden siquiera avizo-r a r. Rescatemos estos valores y es-tos principios, difundamos en todasu extensión lo que significa unahuelga para los trabajadores, de-mistifiquemos la mentira del discur-so oficial, y cuando digo discursooficial no sólo me refiero al poderpolítico ocasional, sino al discursode los sostenedores del sistema,que en variada gama que va desdelo reaccionario hasta lo supuesta-mente progresista, demuestran eneste caso concreto y con relación alderecho de huelga, sus reales inte-reses de clase. La huelga no es da-ñosa para la sociedad como preten-den vendernos, es dañosa quizáspara el mínimo puñado de capitalis-tas que justamente quedándosecon la riqueza que todos producen,dañan sin duda a la gran mayoríade la sociedad.

dos entre sus grupos sociales pue-de visualizarse en principio y desa-rrollarse luego la noción de huelga,que tiene obviamente las particula-ridades propias de este sistema. Yes aquí donde debemos también re-valorizar este derecho y su ejerci-cio. Tanta presión intelectual del Es-tado, el capital y sus propagandis-tas, han hecho de la huelga casi undelito no solo jurídico sino moral.Pareciera que hacer una huelga esuna actitud dañosa y perjudicial pa-ra la sociedad y que no es esa laforma de “solucionar los conflictos”,haciendo responsable a los trabaja-dores y a sus organizadores even-tuales de esa “impropia” conducta.Si bien en los últimos paros empie-za a notarse un cambio de actitud,no podemos negar la fuerza que tie-ne esta concepción. Nada más ale-jado de la realidad.

Y volvamos al absurdo. Por quédeberíamos considerar absurdoque la ley imponga al empleador adejar sin efecto despidos masivos,a abonar salarios que no sean infe-riores a la canasta familiar, a abo-nar las horas extras, a impedir quecierre un establecimiento, a respe-tar las normas de higiene y seguri-dad, por solo citar algunos de losejemplos que pueden generar unconflicto laboral. Por qué es absur-do que se intente alterar la “propie-dad privada” y no es absurdo quese restrinja y hasta prohíba el “de-recho de huelga”. Y resulta absur-do porque los prejuicios, la doctri-na dominante y el discurso oficial(reitero, sin importar quien sea eleventual “oficialista”) nos han im-puesto esta lectura. De no ser así,desafío al Estado a que ante elconflicto, imponga al incumplidorcumplir con sus obligaciones, res-petando los principios liminares delos derechos humanos y ,por tanto,obligando al empleador a adaptarsu conducta a las disposiciones delart. 14 bis de la Constitución Na-cional y todo el encuadre normati-vo que privilegia los principios pro- ◆

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P R Á C T I C A L A B O R A L

Por Cynthia Benzion

Notimail: Propuesta de la CNATy el CPACF para agilizar

las notificaciones judiciales*

a informática jurídica en Argentina ha demostradoser una herramienta cada vez más útil a los abo-gados para la atención de casos y seguimiento deprocesos judiciales. Organismos estatales y pri-

vados, encargados de impartir justicia, desarrollan solu-ciones que agilicen procesos que hasta hace poco con-sumían gran cantidad de tiempo y recursos humanos.

Este es el caso de la Cámara Nacional de Apelacio-nes del Trabajo (CNAT), la cual, a través de su oficinade Informática, y en conjunto con el Colegio Público deAbogados de la Capital Federal, pondrá en marcha pa-ra el segundo semestre de este año Notimail, un sis-tema de notificación judicial por vía digital (correo elec-trónico), el cual reduce considerablemente el tiempoque habitualmente consume este proceso.

Leandro Gurruchaga, jefe de la Oficina de Informá-tica de la CNAT y autor directo de Notimail, explica que“para entender las ventajas de la notificación judicialpor vía digital que plantea Notimail, hay que tomar encuenta que el proceso tradicional consume, desde quees emitida la cédula de notificación hasta su entrega aldestinatario al que va dirigida, según estadísticas delConsejo de la Magistratura, veinte días hábiles e insu-me el 60 por ciento del tiempo de los procesos judicia-les. Si a lo anterior le agregamos que anualmente seemiten en la Justicia del Trabajo, cmás de 300 mil no-tificaciones, se puede dar una idea de la cantidad derecursos que todo ello absorbe”.

“Con Notimail todo este proceso se lleva a cabo enminutos y la notificación –ahora digital– llega a la di-rección de correo electrónico del destinatario a minu-tos de haber sido emitida.”

Rapidez, Seguridad y Adhesión Voluntaria

El objetivo fundamental con la implementación de Noti-mail, agrega el ingeniero Gurruchaga, es agilizar losprocesos judiciales, incrementando su eficacia, y lo-

grando que la justicia llegue más temprano. Este siste-ma también importará ventajas adicionales en los orga-nismos de la Justicia: “Al pasar de un esquema de no-tificaciones manuales a digitales disminuirán las tareasmanuales que implica el proceso de notificación actualy los funcionarios tendrán más tiempo y recursos parasupervisar su labor, lo que también resultará en unamayor eficacia. La disminución de costos se refiere tan-to a las horas/hombre como también a los recursoseconómicos consumidos”, comenta el entrevistado.

Cabe mencionar que la adhesión a este sistema denotificaciones es totalmente voluntaria y respecto deresoluciones cuyos plazos superen las 24 horas. Enuna primera etapa funcionará en conjunto con la noti-ficación judicial tradicional, la que seguirá funcionan-do para quienes así la prefieran. “La adhesión de unletrado va a ser voluntaria (podrá entrar y salir del sis-tema). Valdrá para todos los organismos de la Justiciaadheridos y no deberá realizar manifestación especí-fica alguna en las causas. La adhesión al servicio deNotimail configurará la constitución de un domicilio le-gal electrónico”, asegura Gurruchaga.

“Notimail, explica su autor, ha sido diseñado comouna herramienta segura, y si surgiera alguna dudarespecto a la autenticidad de la notificación, el usua-rio podrá disiparla mediante una consulta a la base dedatos del Organismo de la Justicia a través de Co-rreoBot, otra herramienta informática de la CNAT quepermite la consulta de causas a través del correoelectrónico. Agrega el ingeniero Gurruchaga que “enuna segunda etapa, y cuando se implemente la tecno-logía de firma digital, se garantizará la autoría e inte-gridad de las notificaciones”.

Notimail con el CPACF

Para la puesta en marcha de Notimail, la CNAT f i r m óun convenio con el Colegio Público de Abogados de

REPORTAJE AL INGENIERO LEANDRO GURRUCHAGA

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Capital Federal (CPACF), el 21 dediciembre de 2004 entre los res-pectivos presidentes: el Dr. Rober-to O. Eiras por la CNAT y el Dr.Carlos A. Alberti por el CPA C F. Esfundamental también la resolucióndel Consejo de la Magistratura127/05 del 14/4/05, en su conside-rando 7, y otras de la propiaC N AT.

De acuerdo a este convenio, elColegio proveerá la infraestructuranecesaria para sostener este servi-cio y brindará una dirección de co-rreo electrónica gratuita a quienesse adhieran al servicio. De igualforma administrará por sí mismo elservidor de correo –tarea supervi-sada por la Cámara– y será el en-cargado de adherir a los destinata-rios del servicio.

Por su parte, la Oficina de Infor-mática de la CNAT tiene a su car-go adaptar su software de gestióny realizar nuevos desarrollos. Sibien, la autoría de Notimail es delIngeniero Leandro Gurruchaga, elequipo humano a su cargo, con-formado por Raúl Romero, Gracie-la Meza, Lorena del Grosso, PabloRodríguez Fernández y CristóbalMartínez, ha sido un gran apoyopara llevar a buen puerto este sis-tema. Es este equipo –lideradopor Gurruchaga– quien supervisa-rá también las tareas realizadasen el servidor de correo donde semaneje el servicio de notificacio-nes; administrará los organismosadheridos y distribuirá entre ellosel listado de usuarios adheridos.Por último, cabe destacar que No-timail iniciará su funcionamientodurante el segundo semestre del2006.

cadores, quienes las diligencianemitiendo un informe para cadacaso.

• Personal del organismo de laJusticia retira las cédulas diligen-ciadas para entregarlas e incor-porarlas finalmente a las causas.

Todo este proceso consume–según estadísticas del Consejode la Magistratura– veinte díashábiles e insume el 60% del tiem-po de los procesos judiciales.

En la imagen precedente se gra-fica cómo es hoy el proceso de no-tificación.

• Todos los días personal del orga-nismo de la Justicia lleva a la Ofi-cina de Notificaciones (OFNot)las cédulas a diligenciar (previo aello hay un proceso de genera-ción y firma de la notificación quese realiza manualmente).

• En la OFNot se distribuyen lascédulas entre los Oficiales Notifi-

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El circuito de notificación querealiza Notimail se ve en la ima-gen precedente.

1) Sale del organismo de la Justi-cia un e-mail con la notificación,destinada a un letrado adheridoal sistema.

2) Al llegar al servidor de correo elmensaje se deposita en la casi-lla del destinatario.

3) Se informa, por otro email, alorganismo de la Justicia el esta-do de entrega del mensaje quellegó al servidor. Positivamentesi fue depositado en la casilla ynegativamente si no pudierahaberlo sido.

4) El letrado adherido accede a sucasilla para leer sus notificacio-nes.

Todo este proceso insumiráno más de unos pocos minutos.

SIN CAMBIOS AL CÓDIGO PROCESAL

Una de las preguntas recurrentes delos potenciales usuarios de Notimailse refiere a si será necesaria unamodificación al Código Procesal. Deacuerdo al Doctor Ricardo Guibourg,juez de la CNAT, esto no será nece-sario ya que según el artículo 6° dela Ley de Firma Digital (N° 25506),un documento digital satisface el re-querimiento de escritura. Una notifi-cación digital es una notificación es-crita, por este mismo artículo. De talmanera, una cédula digital es unacédula escrita. Aún en ausencia defirma digital, en cuanto del expedien-te surja que el destinatario de la noti-ficación ha tenido conocimiento deella, la notificación es válida (art. 50L.O.) y si surgiera cualquier duda es-ta es zanjada por el acuerdo firmadopara el servicio de Notimail.

Se podría decir de cómo quedaa salvo el cliente del letrado: elcliente está a salvo, porque si su le-trado no estuviera enterado no esta-rá notificado, y esto es fácil de ad-vertir por las constancias informáti-cas disponibles.

NORMAS APLICABLES DE LA LEY DE

FIRMA DIGITAL Y DE LA LEY 18345 ALOS QUE SE HACE REFERENCIA

Ley 25505 de Firma Digital ARTI-CULO 6°. Documento digital. Seentiende por documento digital a larepresentación digital de actos o he-chos, con independencia del sopor-te utilizado para su fijación, almace-namiento o archivo. Un documentodigital también satisface el requeri-miento de escritura.

Ley 18345. Artículo 50.NOTIFICACION NULA

ARTICULO 50.- La notificación quese hiciere en contravención a lo dis -puesto en los artículos anterioresserá nula. Sin embargo, siempreque del expediente surja que laspartes han tenido conocimiento delacto o providencia que se deba noti-ficar, quedará suplida la falta o nuli-dad de la notificación.

(*) NOTA DE LA REDACCIÓN: la difu-sión de esta información no comprometela opinión de la Asociación de AbogadosLaboralistas.

UNIÓN DE EMPLEADOS DE LAJUSTICIA DE LA NACIÓN

LUCHAMOS POR UNA JUSTICIA INDEPENDIENTEY AL SERVICIO DEL PUEBLO ARGENTINO

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Crónica del VIII Encuentro del Forode Institutos de Derecho del Trabajo

de los Colegios de Abogadosde la Provincia de Buenos Aires

n el Colegio de Abogados de Morón, se llevó acabo los días 7 y 8 de abril del 2006, el Encuen-tro anual que convoca el Foro Permanente deInstitutos de los Colegios de Abogados de la

Provincia de Buenos Aires.La entidad convocante, en su dinámica y existencia

revela una práctica distinta en el país, destinada a per-feccionar e investigar en torno a una disciplina jurídicay al mismo tiempo representar a los abogados de la es-pecialidad y sus agrupaciones integradas en los Cole-gios profesionales.

Esta institución convocante tuvo por antecedente al"Foro Permanente de Institutos de Derecho del Trabajodel Gran Buenos Aires y La Plata", constituido en no-viembre de 1999, en Quilmes, con la participación delos Colegios de Lomas de Zamora, La Matanza, Morón,San Martín, Quilmes y La Plata. Esa organización inicialse proyectó a toda la Provincia de Buenos Aires, en elaño 2000, en el encuentro celebrado en Bahía Blanca.En la actualidad, habiéndose completado la organiza-ción a nivel provincial, planifica con el Instituto del Cole-gio de Abogados de la Capital Federal y el Departamen-to de Derecho del Trabajo del Instituto de Estadios Le-gislativos de la Federación Argentina de Colegios deAbogados, un encuentro nacional, con vistas de consti-tuirse una organización representativa de esos institu-tos en todo el país.

Estos encuentros anuales vienen llevándose a cabocon periódica regularidad y hasta ahora han tenido porsede distintos colegios de abogados, siendo represen-tativos del pensar y quehacer de los colegiados que ac-túan en la rama y el fuero del derecho del trabajo, en unEstado provincial en el que se encuentra radicado apro-ximadamente el cuarenta por ciento del empleo activode la Nación.

El Foro Permanente, desde su constitución, lleva acabo una intensa actividad, definiendo sus posiciones através de dictámenes que eleva al Colegio de Aboga-dos de la Provincia. En lo académico, tiene celebrados

Por Ricardo J. Cornaglia

acuerdos con la Facultad de Ciencias Jurídicas y Socia-les de la Universidad Nacional de La Plata, para el dic-tado de seminarios y cursos, entre ellos los de la carre-ra de post grado de Especialización en Derecho Social(del Trabajo y la Previsión). En encuentros anuales, losInstitutos vuelcan y socializan sus experiencias. Para elaño 2007, la próxima sede del Encuentro estará en elColegio de Abogados de San Isidro.

En esta ocasión, en Morón, participó del eventoanual una numerosa concurrencia (más de 250 inscrip-tos), integrada por abogados laboralistas, jueces del tra-bajo y docentes universitarios. Se contó con la repre-sentación formal de los Institutos de los Colegios deAbogados de La Plata, Quilmes, Bahía Blanca, La Ma-tanza, Mar del Plata, Lomas de Zamora, San Isidro, SanMartín y Morón. También acudieron miembros de otrosinstitutos, actuando a título personal. Se destacó la par-ticipación de delegaciones informales de otros aboga-dos de Colegios de abogados. Es de destacar, que tam-bién estuvo representado el IDEL, Instituto de EstudiosLegislativos de la Federación Argentina de Colegios deAbogados (F.A.C.A.), representada por su director eje-cutivo doctor Carlos A. Vazquez Ocampo y la Asociaciónde Abogados Laboralistas, por su presidente doctorTeodoro Sánchez de Bustamante.

La apertura del acto y la bienvenida a los participantesla dio el doctor Jorge Alberto Alvarez, como Presidentedel Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos A i-res. Las Jornadas fueron presididas por el doctor Víctor L.Bernabeu (director del Instituto de Derecho del Tr a b a j odel Colegio de Abogados de Morón), quien fue elegidopresidente del Foro Permanente de Institutos de Derechodel Trabajo de los Colegios de Abogados de la Provinciade Buenos Aires, para el próximo ejercicio anual.

En el Encuentro se desarrollaron 5 paneles. El Pri-mer Panel trató sobre “Recuperación de los niveles pro -tectorios de la legislación laboral. Constitución Nacio -nal.Nuevas fuentes internacionales (Tratados y Conve -nios)”. El segundo Panel, abordó el tema: “Despido in -

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causado. Despido discriminatorio(jurisprudencia). Daño moral. Vali -dez de los acuerdos conciliatoriosen sede administrativa”. El tercerpanel trató sobre, “Vigencia de laprotección en el marco del procedi -miento laboral”. El cuarto panel so-bre: “Empresa. Grupo económico.Tercerización. Solidaridad. Fraudelaboral”. El quinto panel sobre: “In -fortunios laborales. Acción civil. Re -forma de la ley de Riesgos del tra -bajo. ¿Modificación del sistema ogatopardismo?”.

Con el contenido de los trabajosy ponencias presentados se publicóun tomo de ponencias y se entregóa los asistentes un CD de computa-dora con reseña de ese material.

En lo doctrinario el Encuentro deMorón debatió temas trascenden-tes, como lo fueron la posible refor-ma o derogación de la Ley sobreRiesgos del Trabajo 24.557, las nor-mas de reciente sanción en materialaboral (como la reforma de la Leyde Quiebras y el art. 66 de la Ley deContrato de Trabajo 20.744), la vi-gencia de los derechos sociales y elprograma constitucional, las nuevasorientaciones jurisprudenciales dela Corte Suprema de Justicia de laNación, el derecho a la estabilidad,sus alcances y la posible nulifica-ción de los despidos y la situaciónde la Justicia del Trabajo en eseámbito provincial.

En tal sentido, el Encuentro se ex-presó luego de un prolongado deba-te, entre los que intervinieron, ade-más de los representantes de los ins-titutos, profesores de derecho del tra-bajo de distintas universidades.

Al finalizar el evento el Foroaprobó la siguiente declaración:

Conclusiones1º) Recibimos con beneplácito laexistencia de proyectos de ley des-tinados a recuperar niveles de pro-tección perdidos por los trabajado-res y la devolución de competen-cias propias del fuero del trabajo.2º) En este camino es necesario con-

tinuar avanzando hacia la consolida-ción plena de los derechos de los tra-bajadores, especialmente en lo refe-rente a solidaridad por cesión de es-tablecimiento, subcontratación y res-ponsabilidad de los grupos empresa-rios; así mismo la extensión del prin-cipio pro operarii a los hechos y laampliación del plazo de prescripción.3º) Todo ello propugnando la afir-mación de un nuevo modelo de re-laciones laborales fundado en unsistema de estabilidad propia, parti-cipación y recuperación de la tasade ganancia, garantizando el dere-cho de huelga como derecho huma-no y la vigencia permanente del de-recho más progresivo.4º) Señalamos que para acercarnosal nuevo modelo de relaciones labo-rales resulta indispensable cumplircon la manda constitucional e integrarel derecho interno con las normas delos instrumentos internacionales, es-pecialmente los convenios de la OIT.5º) En nuestro ordenamiento jurídicodichas normas son de aplicación in-mediata sin necesidad de ser trans-puestas por disposición alguna quelas torne operativas, conforme la teo-ría monista adoptada por nuestraconstitución Nacional y por la CSJNen “Ekmekdjian c/ Sofovich”.6º) En este esquema también sonde aplicación directa en nuestro de-recho interno, y por disposición dela Constitución de la OIT a la quenuestro país adhirió, los conveniosno ratificados que aludan a dere-chos fundamentales, entre ellos elConvenio 158 OIT.7º) Constituye responsabilidad in-soslayable de los abogados labora-listas fundar sus peticiones tambiénen las normas hasta acá menciona-das y, correlativamente, deber delos magistrados hacer una plenaaplicación de las mismas.8º) Con respecto al régimen tarifadode indemnización por despido, sos-tenemos que tanto el tope incorpo-rado al Art. 245 LCT por la ley24013 como la reducción del mínimopor la ley 25877 son inconstituciona-

les. En tal sentido, ambas normasresultan violatorias de los principiosde progresividad e indemnidad.9º) Del mismo modo el período de ca-rencia y la tarifa indemnizatoria apli-cable a los trabajadores del ServicioDoméstico, fijada en fecha anterior ala sanción del Art. 14 bis CN, violan elprincipio protectorio, el de razonabili-dad y el alterum non laedere.10º) Frente a las nuevas formas deorganización empresaria y los mo-dernos contratos de colaboracióncomercial, en especial la franquicia,sostenemos que, debiendo investi-garse caso por caso, es factible res-ponsabilizar al organizador de lafranquicia por los incumplimientoslaborales de los franquiciados a laluz de los Art. 30 y 31 LCT.11º) La necesaria e impostergablereforma de la ley 24557 debe hacer-se respetando los lineamientos es-tablecidos por la CSJN en sus másrecientes fallos. 1 2 º ) Puntualmente se deberá con-templar: a) Que el programa no po-drá ser operativizado por entidadescon fines de lucro; b) La integracióndel derecho de la seguridad socialcon el derecho de daños, potenciali-zándolos; c) La determinación de unaindemnización tarifada mínima perorazonable y prestaciones salariales yen especie para alcanzar la rehabili-tación posible, en un marco de cele-ridad y automaticidad; d) El reconoci-miento del derecho del trabajador auna indemnización integral, sin op-ciones excluyentes; e) El respeto alejercicio de las acciones posibles an-te la justicia del trabajo local; f) Lasujeción de la Comisiones Médicas alas autoridades administrativas deltrabajo locales; g) Su inserción en laseguridad social, funcionando en re-lación directa con el sector públicode la medicina y con las obras socia-les; h) La ampliación de la coberturadel sistema a todos los casos de da-ños sufridos con motivo o en ocasióndel trabajo incluyendo las llamadasenfermedades accidentes, sin suje-ción a listado alguno.

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Por Carlos Aurelio Bozzi

La Larga Nochede las Corbatas

ntre la tarde del seis y la madrugada del trecede julio de 1977 fueron secuestradas en Mardel Plata once personas, entre ellas variosabogados.

La lista incluye a los letrados Norberto Centeno,Salvador Manuel Arestín, Raúl Hugo Alaiz, CamiloRicci, Carlos A. Bozzi y Tomás J. Fresneda. Las otrascinco personas fueron José Verde y su esposa, Maríade las Mercedes Argañaraz de Fresneda –embaraza-da de 4 meses– Maria Esther Vázquez de García y suesposo Néstor Enrique García Mantica.

De todos ellos, solo José Verde y su esposa, el Dr-.Camilo Ricci y el Dr.Carlos A.Bozzi sobrevivieron aaquellos trágicos días.

La simultaneidad del secuestro de seis abogadosen solo dos días, y el alojamiento de los mismos enlas instalaciones del viejo radar situado en la Base Aé-rea cercana a la ciudad de Mar del Plata, bautizó aesa noche como LA NOCHE DE LAS CORBATAS.

Gracias al testimonio de Martha García de Cande-loro prisionera en esa “cueva” se pudo conocer hacemuchos años como fueron llegando, traídos por lafuerza, el grupo de abogados. La testigo, esposa deotro abogado asesinado por esos mismo captoresdías antes y que fuera secuestrado en Neuquén el 13junio de 1977, detalló minuciosamente esos momen-tos al declarar en el Juicio por la Verdad que se trami-ta en la mencionada ciudad.

Como único sobreviviente de ese conjunto de abo-gados declaré ante el Tribunal Oral Federal de Mar delPlata, después de casi 28 años de aquellos hechos.

Hoy solo puedo mostrar pedazos de esta cruel his-toria apelando a la memoria como a un arma de largaduración. Siempre que estamos antes hechos tan atro-ces, debemos pensar que el mejor medio es informar loocurrido en toda su dimensión, ajustando lo vivido a larealidad de ese momento y alejando toda tentación deacomodar las cosas al presente. La manipulación de untestimonio en pos de una condena es siniestra, desna-turaliza y bastardea las cosas, terminando por ser unimpedimento en esta lucha por la verdad y la justicia..

“Desde ya partimos de un cierta ignorancia. Ig-noramos la causa particular y la causa general denuestra sobrevida, aunque sabemos que fue unaentera decisión de los represores” (“Un debate queabre puertas” –Declaración de la Asociación de Exde-tenidos desaparecidos).Y desde este punto de inicioes que debemos contar y testimoniar para ”mantenerla memoria y construir la justicia”.(Id.)

En 1977 el monopolio de la represión en la ciudadestaba a cargo del jefe de la Agrupación de Artilleríade Defensa Aérea 601,coronel Alberto Pedro Barda,quien había asumido el control de la unidad en febre-ro del año anterior. En el escalafón inferior, como su je-fe operativo, se ubicaba Alfredo Manuel Arrillaga, tam-bién con el mismo grado de coronel.

Coincidentemente el Jefe de la Base Aérea Mar delPlata era el Comodoro Ernesto Alejandro Agustoni,única persona que declaró en el Juicio a las Juntas en1985 y por el cual pudo saberse que a pedido delCnel.Barda la Aeronáutica cedió al Ejército el uso delviejo radar “para descanso y escala de las patrullasde esa fuerza. De esta manera no tendrían que re -gresar al GADA 601 que distaba unos 15 kilóme -tros del lugar…. El requerimiento fue verbal, aun -que informado a la superioridad… Ningún miem -bro de la Fuerza Area prestó funciones en el ra -dar... no le consta que dentro de la base hubiesepersonas detenidas.

El préstamo concluyó el 3 de octubre de 1977,cuando el Comodoro pasó a retiro, fecha esa tambiénen la que el Coronel Aldo Carlos Máspero reemplaza aBarda. (Datos extraídos del “ Diario del Juicio” Edito-rial Perfil, fascículo N° 9 -23-07-85,fascículo N° 19, pá-gina 9, 1-10-85,fascículo N° 33, página 24, 07-01-86,“Informe Sobre Desaparecedores” de FedericoMittelbach, página 62 y libro “Nunca Más”).

Ya desde mucho antes del golpe del 24 de marzode 1976 una persecución indiscriminada se centró alámbito de la Universidad Católica, sufriendo autorida-des y alumnos secuestros e intimidaciones. Basta re-cordar el caso de la Decana de la Facultad de Huma-

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nidades María del Carmen Maggien 1975, o el secuestro de MaríaDolores Muñiz Etchemoun, estu-diante de Derecho, producido el 17de marzo de 1976 y de la que no setienen noticias de su paso por nin-gún Centro Clandestino de Deten-ción, estableciéndose con ello unmodus operandi que duró hasta ca-si fines de 1978.

Una simple reseña numérica de-mostraría que entre 1976 y fines de1977 en la ciudad de Mar del Plata,el índice de secuestros que afecta-ron a estudiantes de derecho y aabogados, recibidos o relacionadoscon esa casa de estudios, fue lla-mativamente elevado.

Alguna explicación tiene eso. Nose debe olvidar que desde diciem-bre de 1971,fecha del asesinato dela estudiante Silvia Filler,la confor-mación de poder en la UniversidadCatólica varió fundamentalmente yen especial en la Facultad de Dere-cho, ámbito del cual fueron despla-zados los sectores estudiantiles dela Concentración Nacional Univer-sitaria. (Período 1972-1975).

Tampoco debe dejarse de men-cionar que hasta esa fecha la úni-ca agrupación que se reivindicabacomo peronista y combativa era laCNU, agrupación ampliamentedesplazada por la flamante incur-sión de la Tendencia en la Univer-sidad a través de la JUP. (Ver re-portaje a la CNU en revista D i m e n-sión Universitaria, Publicacióndel Centro de Estudiantes de De-recho, septiembre 1971, páginas1 0 , 11 y 12 ).

La puja entres ambas posicio-nes políticas, reflejo también de laconmoción político-ideológica quese vivía en ese entonces en elpaís, se trasladó activa y desgarra-doramente a Mar del Plata. Solo lainvestigación histórica terminarápor develar si es que integrantesde la agrupación mencionada par-ticiparon en los hechos que hoy se

En las primeras 48 horas fuimos“v i s i t a d o s ” por extrañas personas–con permiso de la guardia– aquienes se nos concedió explicarnuestro estado. La intención de lavisita era transmitir serenidad ytranquilidad por el resultado finalde nuestra situación. A pesar de lacapucha igual observé dos paresde zapatos.

Tomas Fresneda intuyó conocer-los, pero la intervención del custo-dio al escuchar nuestra conversa-ción impidió otra información y nopudo decirme quienes eran.

Estas pruebas arrojan induda-ble responsabilidad en quién te-nía el control del Radar y permi-ten también visualizar en el ám-bito jurídico la introducción deun elemento “no-militar” en fun-ción del co-protagonista partici-pante del hecho. No toda perso-na estaba en condiciones de“obtener permiso de entrevistar”a dos secuestrados en manos deuna unidad represiva.

Después de esos momentos,nunca más volví a ver a Tomás y asu esposa. Fui recluido lejos del nú-cleo donde los alojaron, en otra pie-za, solo.

Una conversación entre dosguardias refirió a una mujer “traídaayer”, lo que me permitió descubrir–muchos años después– que ese“ayer” es el 13 de julio de 1977, fe-cha del secuestro de María EstherVAZQUEZ de GARCIA y NéstorEnrique GARCIA M A N T I C A, d ecuya desaparición aún no se habíareparado y que hasta figuran enesa condición en un archivo secre-to de la embajada de EEUU ennuestro país.

Pero el final de la operación seda cuando me comunican que voya ser liberado en la ciudad de LaPlata. Vendado y atadas las manosme introducen en el baúl de un au-tomóvil, el cual es interceptado –to-mé conocimiento después– por una

están investigando a través del Tr i-bunal Oral Federal. Y la Justicia,de ser así, determinará su respon-s a b i l i d a d .

Estos, como otros más que de-ben obviarse en mérito a la breve-dad, son datos de la realidad queno deben dejarse de mencionarcuando se trata de desmenuzar elpor qué de una acción tan drásticay desvastadota como la ocurrida enla llamada Noche de las Corbatas,en la que fueran afectados tantosprofesionales del derecho sin nin-guna vinculación entre si. Y másaún, hasta se pondría llegar a pen-sar en una acción alejada del com -bate que en el contexto generalempeñaba a las Fuerzas Armadascontra las que denominaba “ban -das de terroristas”.

En este contexto es que fuimossecuestrados de nuestro Estudio latarde - noche del 8 de julio de 1977el Dr. Tómas Fresneda y yo, por ungrupo armado de personas. Poste-riormente, en instantes, sumaríantambién a la esposa de Fresnedacomo cautiva.

Pero solo hace unos pocos me-ses, el invalorable aporte de un ami-go contribuyó a reunir los datos ne-cesarios permitiendo descifrar asílos íntimos detalles de aquellos trá-gicos sucesos acaecidos entre esedìa y el 19 de julio del mismo año.

Tras casi 28 años se hacía difi-cultoso rebatir la primera plana deldiario La Capital que aquel 21 dejulio anunciaba con grandes letras :“CONFIRMÓ EL EJERCITO LALI-BERACIÒN DEL DR. BOZZI Y LAMUERTE DE 3 SEDICIOSOS”.

Ese 8 de julio, ya atados y enca-puchados, se nos gritó al Dr. Fres-neda y a mí: “PORTENSE BIEN,H O Y NO QUEREMOS MATA RMAS A NADIE”. Debe recordarse:se encuentra probado ante el ci -tado Tribunal, que dicho día fueasesinado en ese lugar el Dr.Norberto Centeno.

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patrulla militar en el camino queune el acceso a la Ruta 2 con la lo-calidad de Santa Clara.

El auto frena bruscamente, es-cucho al conductor exclamar: “¿Lap… que m…. es esto?”, se abrenlas puertas, hay tiros, corridas ymuchos silencios.

En determinado momento per-cibo movimientos cercanos a larueda trasera izquierda, cuatrodisparos, un golpe de algo quecae en el asiento trasero y tresquejidos.Soldados me sacan delbaúl y ya sin vendas en los ojos,un oficial Itaka en mano me co-munica que en el coche hay “dos muertos”.

La claridad de la noche y las le-janas luces de la ruta 2 me permi-tieron observar el automóvil –unFord Falcon– con el parabrisas y laluneta destrozadas por los balazos,las cuatro puertas abiertas, solda-dos yendo y viniendo y un ánimo deconfusión y desconcierto en losprotagonistas.

Gracias al Lic. Alejandro In-chaurregui, designado perito fo-rense por la Cámara Federal deLa Plata en varias causas de bús-queda de personas, se pudo es-tablecer que “los dos muertos”eran estudiantes universitariossecuestrados el 28 de junio de1977 en la ciudad de La Plata ytrasladados desde el CentroClandestino “La Cacha” para sereliminados en ese fatídico cami-no. Otros sobrevivientes los vie-ron allí, días antes, a kilómetrosde Mar del Plata, encapuchadosy maniatados.

Sus testimonios están registra-dos en la justicia platense y han si-do publicados en varios sitios de In-ternet. Los nombres, apellidos y de-más circunstancias de los jóvenesasesinados obran ya también enmanos de la Justicia.

El enfrentamiento había sido fra-guado. El diario La Capital –convie-

ne leer atentamente– decía en esafecha y en su portada: “ Armas se-c u e s t r a d a s:Los tripulantes delFord Falcon tenían en su poder dosrevólveres calibre 32,una pistola 22y un fusil, así como numerosos pro -y e c t i l e s …… Habría confesadouno de los abatidos: En el co -mienzo de la crónica se informaque uno de los delincuentes queviajaban en el Ford Falcon,al ini -ciarse el tiroteo,iniciò la huída haciael campo. En esa oportunidad,mientras protegía su fuga a bala -zos, cayó herido.Al parecer,el ofi -cial a cargo del operativo le habríatomado declaración. En esa opor -tunidad se habría confesado jefedel grupo actuante, señalando quepertenecía a la denominada organi -zación Montoneros. También ha -bría dado a conocer trascendenteinformación que permitiría en laspróximas horas nuevos procedi -mientos”.

Viendo la cobertura del diario, la“operación liberación" fue una noti-cia impactante y auspiciosa, por loque el cronista continua relatando.“Optimismo en el Gada: Las de -claraciones formuladas por el ex -tremista herido y que en pocos mi -nutos dejó de existir, harían rena -cer el optimismo en el Comando dela Subzona 15 en cuanto a la pro -secución de las operaciones em -prendidas a partir de la desapari -ción de varias personas secues -tradas en nuestra ciudad……….seconfiaría en tener a los restantesintegrantes del grupo en las próxi -mas horas”.

Lo cierto es que en una mismaacción las fuerzas represivas su-maron: una liberación, le atribuye-ron mi secuestro a Montoneros,mataron secuestrados, recupera-ron el automóvil del Dr. Centeno re-forzando la teoría de que tambiénhabía sido muerto por dicha organi-zación y se vendió la operación co-mo un éxito de las fuerzas legales.

Esto, que ahora puede parecernoshasta absurdo, a la moral del ciuda-dano común que necesita ratificar oque le ratifiquen quiénes son losmalos y quiénes son los buenos, enmomentos y en contextos de mu-cha confusión, funciona.

Se dice que los archivos delDiario La Capital de Mar del Platacorrespondientes a esa fecha sehan perdido por inundaciones o in-cendios. Por suerte conservé unejemplar con la edición de ese día.Archivos despiadados, memoriadesgarradora. La historia es así,uno nunca sabe. El crimen nuncaqueda impune.

Las victimas en este caso, sonlos testigos vivientes de este frau-de. Su testimonio no podrá nuncaser desvirtuado. No habrá posibili-dad de preguntas o repreguntas.Su propia vida ha quedado en esaruta como hito de verdad imposiblede ser refutada por argumento al-g u n o .

Alguien escribió que esto es lagran victoria de las victimas, quie-nes han llevado el protagonismo delos acontecimientos y han empu-jando hasta conseguir que la me-moria oculta sea aireada y salga apasear por el mundo.

Entre tanto Salvador ManuelArestìn, Raúl Hugo Alaiz y TomásJosé Fresneda,abogados,conti-núan desaparecidos. Su esposa,Maria de las Mercedes Argañaraz,embarazada, también. Igual suertecorrió el matrimonio García.

En medio de este paisaje com-puesto por todas y cada uno de es-tas verdades, el más pequeño, elmás insignificante de los hechos,se constituye en algo revelador, enun eco sonoro de la verdad que exi-ge ser escuchada y que nunca po-drá ser desvirtuada.

La larga noche de las corbatasaún no ha concluido. La Justicia tie-ne la palabra. Estos muertos hanhablado. ◆

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l 5 de mayo del corriente año, los Dres. Te o d o-ro Sánchez de Bustamante, Carlos Szternsz-tejn y Guillermo Pajoni, se entrevistaron con elPresidente de la Cámara Nacional de A p e l a-

ciones del Trabajo, Dr. Oscar Norberto Pirroni. En esaoportunidad planteamos los distintos aspectos delfuncionamiento del fuero del trabajo que nos preocu-pan. Expusimos nuevamente nuestra inquietud por lasituación del fuero, por la tramitación de los expedien-tes del denominado “corralito” y por las situaciones

que se plantearán como consecuencia de los expe-dientes que volverán del fuero comercial. También fuemotivo de análisis la demorada integración del perso-nal a los juzgados con dotación reducida. Ello entreotros temas, como las referidas a cuestiones neta-mente procesales como, por ejemplo, los plazos decaducidad de la prueba informativa y las múltiples de-moras que se ocasionan con el procedimiento utiliza-do para la libranza y diligenciamiento de las cédulasde notificación.

I N S T I T U C I O N A L

Reunión con la Cámara Nacionalde Apelaciones del Trabajo

Reuniones por el funcionamiento del SECLOl día 11 de mayo de 2006 miembros de la Co-misión Directiva, Dres. Teodoro Sánchez deBustamente, Mónica María Jensen, Carlos Sz-ternsztejn y Guillermo Pajoni se reunieron con

la Directora del SECLO, Dra. Esther Rubinstein de Ar-biser, a quien se le planteó la preocupación por la si-tuación que se viene registrando en el funcionamientodel organismo.

En dicha oportunidad la Dra. Arbiser informó acer-ca de los motivos y posibles soluciones que a corto ya largo plazo se están implementando para paliar la

crisis por la que atraviesa el sistema operativo delSECLO.

Posteriormente, el día 23 de mayo de 2006, conjun-tamente con miembros del Colegio Público de Aboga-dos de la Capital Federal, fuimos recibidos en el Minis-terio de Trabajo, por la Secretaria de Trabajo, Dra.Noemí Rial y el Dr. Alonso Navone, con quienes se in-tercambiaron ideas y preocupaciones mutuas acercade la grave crisis por la que atraviesa el Servicio deConciliación Laboral Obligatoria. También se trataronotros temas de interés para los abogados laborales.

Reunión con la Secretaría deDerechos Humanos del Ministerio de Justicia

y Derechos Humanos de la Naciónl día 30 de mayo de 2006 y en virtud de un pe-dido expreso que formulara nuestra Asociaciónen el mes de marzo del corriente año, fuimosconvocados por la Secretaría de Derechos Hu-

manos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos

E

E

E de la Nación, con relación a los graves hechos acaeci-dos en la localidad de Las Heras , provincia de SantaCruz y donde los derechos humanos, laborales y pro-fesionales han sido sistemáticamente violados (ver do-cumento de la AAL en nuestra Revista Nro. 21, pág.

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37). Los Dres. Coronel y Pajoni que representaron a laAsociación en esa oportunidad, fueron recibidos porlos Dres. Luis Hipólito Alen y Hernández Arregui, sien-do el primero Jefe de Gabinete de la citada Secretaríay el segundo funcionario asesor de la misma. Si bienla urgencia del pedido de reunión había sido superadapor el transcurso del tiempo, aspecto que se hizo no-tar en la reunión, es de resaltar que se efectuó un in-teresante intercambio de opiniones sobre la situaciónvivida y sobre la necesidad de impedir que se repitanactos que violenten a los derechos humanos y labora-

les y, por otra parte, se garantice la actuación profesio-nal de los abogados. Es de resaltar que los funciona-rios señalaron que concedieron esta reunión, con ca-rácter previo a cualquier tipo de comunicación con losfactores de poder intervinientes en la Provincia y siem-pre dentro del ámbito de sus potestades legales, a finde recabar la información que pudiéremos suministrar-le, quedando en contacto permanente ante cualquiersituación que generara nuestra inquietud, en virtud delcuadro de situación actualmente existente en dichaCiudad.

I N S T I T U C I O N A L

l 23 de mayo de 2006 la Comisión Interna delFuero del Trabajo realizó una Asamblea parael tratamiento de la problemática laboral, quepersiste desde hace muchos años, por los

puestos de trabajo que el Fuero ha debido ceder aotros fueros y por la falta de integración de los juzga-dos y salas de dotación reducida, y la necesidad de

Acto de la Comisión Interna del Fuero Laboralefectuar los planteamientos formales ante el Consejode la Magistratura. Nuestra Asociación se ha manifes-tado en reiteradas oportunidades en apoyo de estosjustos reclamos. En esa oportunidad declaramosnuestra apoyo y fijamos posición en una nota que pre-sentamos ante el Secretario de la Comisión Interna, elamigo Claudio Sciolini.

E

l 31 de mayo de 2006 a las 14.30 hs. con la con-signa “Sus huellas nos marcan el camino”, laUnión de Empleados de la Justicia de la Naciónrealizó, en la Sala de Audiencias del Palacio de

Justicia de la Nación, una jornada de homenaje a loscompañeros judiciales presos y desaparecidos por la

dictadura militar. Miembros de nuestra Comisión Direc-tiva, Dres. Teodoro Sánchez de Bustamante y MónicaMaría Jensen llevaron a los compañeros de la Uniónnuestro apoyo y acompañamiento en las jornadas derenovación del compromiso de vencer el olvido y bregarpor la construcción de la justicia desde la memoria.

Acto de la UEJN

ESE DESARROLLARÁ EN SAN SALVADOR DE JUJUY LOS DIAS 7, 8 Y 9 DE SEPTIEMBRE DE 2006

EL III CONGRESO REGIONAL DE DERECHO LABORAL DEL NOAORGANIZADO POR

ASOCIACIÓN DE ABOGADOS LABORALISTASEQUIPO FEDERAL DE TRABAJO

COLEGIO DE ABOGADOS DE JUJUY

INFORMES EN: Buenos Aires, Sede AAL, Viamonte 1668, 1º 3, Tel/Fax [email protected] [email protected]

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L Á G R I M A S Y S O N R I S A S

Desmentidas

Fuerte repercusión tuvo en el ám-bito de la justicia laboral lo publica-do en esta sección, en el númeroanterior, bajo el título de “TRON-COS”. De buena fuente sabemosque algunos “flamantes camaris-tas” se preocuparon por aclarar en-tre sus amigos que no veranearonen Bella Vista, Uruguay, y que conla pelota no serán Maradona, perotampoco unos troncos. Es más,uno de ellos, después de leer lanoticia se comunicó con el princi-pal sospechoso, pero éste negó to-da vinculación con el hecho, no sa-bemos si aun obnubilado por el tre-mendo golpe en el marote, o parahacer sufrir con la incógnita a sucolega.

Métodopara verun expediente

Si bien la historia que sigue llegópor transmisión oral, la fuente esabsolutamente confiable. Este cro-nista debe aclarar que no ha recibi-do quejas sobre el funcionamientode la Mesa de Entradas del Juzga-do de Trabajo N° 38, pero un díaun actor, desesperado porque nopodía ver su expediente, no tuvomejor idea que desmayarse. Cuan-do reaccionó, S. Sa. le preguntó si

no conocía otra forma de reclamar,no tan espectacular. Por supuestoque el expediente apareció. Aun-que el método fue absolutamenteeficaz aconsejamos, en caso deimitarlo, que en algunos juzgadoslleven colchón, pijama, buena lec-tura y por las dudas, el teléfono delSAME.

Una decowboys

Y ya que estamos con el Juzgado38, de los registros policíacos he-mos recogido esta historia. Habíauna persona sentada en el lugarque habitualmente ocupan quie-nes han sido citados como testigosy aguardan para hacer su declara-ción. Por tal motivo su presenciano llamaba la atención. En ciertomomento una audiencista del juz-gado sale de su despacho y el su-jeto aprovecha para ingresar en él.Pero la empleada regresa rápido ylo sorprende. Interrogado sobre supresencia en el lugar, no puede ex-plicarla, pero le devuelve la billete-ra que instantes antes le había sa-cado de la cartera. La empleada,demostrando tener enormes.......(1)......., cierra la puerta deldespacho y grita solicitando ayudapara detener al caco. Ante seme-jante alboroto se hace presente S.Sa. y, dada la resistencia que

aquel ofrecía, termina trabado enuna lucha cuerpo a cuerpo, dignade la troupe de Martín Karadajián.Tan es así que, mediante una efi-caz doble Nelson y un piquete deojos, S. Sa. logra controlar a esteamigo de lo ajeno, que quizásexasperado por su derrota, se diri-gió al magistrado como “bigotito”(¡qué irrespetuoso!). Todos los in-volucrados terminaron en la Sec-cional de Policía. Hasta aquí, lahistoria oficial. Ciertos comentariosmalintencionados dicen que losabogados presentes optaron porno intervenir. Algunos continuaronleyendo sus expedientes, como sino pasara nada, y otros sufrieronun repentino ataque por leer todoslos afiches pegados en la sala deespera. Otros comentarios, hacien-do referencia a las habilidades físi-cas demostradas por S.Sa., re-cuerdan que, cuando era niño yveía catch, quería ser el CaballeroNegro.

(1) Censurado por el Consejode Redacción.

Abogadoeducado

El colega era tan, pero tan educa-do, que cuando falleció hizo poneren su lápida: “Hola. Disculpe si nome levanto para saludarlo”.

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L Á G R I M A S Y S O N R I S A S

Popeye delsubdesarrollo

Émulo de Sandokán, el CapitánKid, Barbarroja, el Capitán Nemo,etc., nuestro Tesorero se ha lanza-do intrépido a conquistar los sietemares, haciendo valer su flamantecarnet de timonel. En una recientetravesía en velero a Brasil, mientrasavezados marineros abandonabanla embarcación, al no soportar ma-reos, vientos huracanados y olasparecidas a la que hundió el Posei-dón, él aguantó estoicamente todaslas dificultades. Como buen marine-ro, combatía el frío de alta mar conun excelente cognac, lo que segu-ramente le permitió ver a los delfi-nes danzando alrededor del velero,dándole la bienvenida al mundomarino. Sin perjuicio de ello, desdeesta Sección de la revista le sugeri-mos a la Comisión Directiva que an-tes de su próximo viaje, le hagandejar unos cuantos cheques firma-dos. Por las dudas, vió.

Mi reino poruna máquinade escribir (manual)

¡Qué gran cosa es la tecnología! Lainformática, por ejemplo, ha revolu-cionado el mundo. ¡Qué haríamos sino existieran la PC, la CPU, los te-clados, los monitores, el mouse, In-ternet, Bill Gates!. ¿En serio quieresaber qué haríamos? Bueno, escu-che esta historia: el Juzgado de Tr a-bajo N° 36 cita a los 5 testigos de laparte actora para declarar el mismodía. En el curso de la audiencia secorta la luz. A partir de aquí comien-za el cine catástrofe. Se pierde todolo actuado hasta ese momento y noexiste una vieja Olivetti manual quepermita continuar con la audiencia.Se cita a los 5 testigos para quevuelvan al día siguiente, cuando de-bían declarar los 4 testigos de la de-

una real y efectiva participación delos trabajadores en la vida sindical,lleva a su vez a la corrupción en elmanejo del patrimonio de la organi-zación. En estos casos la oposiciónno sólo debe enfrentar el poder detoda la estructura gremial, sino tam-bién a los empleadores (que sesienten muy a gusto con el “oficialis-mo”), y a la autoridad administrativalaboral (que permanentemente serecuesta donde está el poder). Enestas condiciones, las minorías sin-dicales sólo cuentan con la Justicia,pero, lamentablemente, hay muchosmagistrados y funcionarios que noestán a la altura de semejante desa-fío. El colega asegura contar con va-rias sentencias y dictámenes queavalarían su queja. ¿Será cierto?

SECLO,me tenés secoy enfermo

Es harto conocida la posición de laA A L respecto del SECLO: la actualestructura del mismo (empleados yconciliadores) debería pasar al Po-der Judicial. Independientementede ello, hoy el SECLO es un caos.Dicen que se les cae el sistema.Puede ser, pero lo cierto es que lostrabajadores y las partes que con-curren a Bmé. Mitre y Callao sopor-tan amansadoras de muchas horas.Es un maltrato y un tiempo que na-die les justifica y, si tienen empleo,pierden su salario. Como expresa eldicho popular: “sobre llovido, moja -d o ” . Los responsables han asegura-do a representantes de la ComisiónDirectiva de nuestra asociación,que se están tomando medidas pa-ra superar los actuales problemas,incluyendo una modernización delsistema informático, mas personal,y mas espacio físico. Dicen que elcamino al infierno está empedradode buenas intenciones. Esperamosque esto no sea otro adoquín.

mandada. Como era de esperar, só-lo uno de aquéllos regresa a la esce-na del crimen. El reincidente comien-za su declaración y ¿a qué no sabenqué pasó? Se cortó nuevamente laluz y se perdió todo lo actuado. Prag-mático, S.Sa. fijó nuevas audiencias,pero ahora para la primavera. ¿Elmotivo? Muy simple: en el edificio deDiagonal Norte hay muchos días enlos que la calefacción central no fun-ciona. Cuando hace mucho frío, ypara evitar resfríos, sabañones yotras yerbas, sus ocupantes, sin dis-tinción de jerarquías (ya que los virusy las bacterias son absolutamentedemocráticos y no distinguen un ma-gistrado de un ordenanza), enchufanen masa sus P.C. (o sea sus PropiosCalefactores) y hacen colapsar elsistema. Este cronista pudo averi-guar que todos los años se licita elmantenimiento y/o arreglo de la viejacaldera. Como los responsables nose pierden la feria de verano ni encurda (vieron que fino que estoy), eltrámite se inicia en febrero y la buro-cracia lo hace terminar para la prima-vera. O sea que la caldera funcionab á r b aro... cuando no se necesita. Porello, y vuelvo al principio, la tecnolo-gía es una gran cosa, salvo cuandose aplica a cosas propias de la Edadde Piedra, como nuestro querido edi-ficio de Diagonal. ¡Ah! me olvidaba: eltrabajador de esta historia está du-dando si podrá convencer a sus tes-tigos para que vayan a la próxima au-diencia. Pensar que en este númerode la revista se habla del tema del"Notimail". ¡JA, JA, JA, JA!

Contra todosno se puede

El colega nos decía que ser oposi-ción o minoría en el mundo sindical,no es tarea sencilla. Si bien hay mu-chos gremios con una cultura demo-crática, en otros la libertad sindicales un valor desconocido en susprácticas internas. La ausencia de

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n esta sección se publican extractos de las leyes,decretos y resoluciones que se consideran másimportantes en lo que se refiere al derecho deltrabajo. Se efectúa una síntesis de los aspectosfundamentales de las normas de que se trate, sin

perjuicio de resaltar la necesidad de la lectura de la tota-lidad de las disposiciones en cuestión, para una mejorcomprensión y aplicación de las mismas. Se evita en es-ta sección análisis respecto de las normas para no gene-rar confusiones entre el contenido de las mismas y su va-loración.

1) LEY 26.086 – CONCURSOS Y QUIEBRAS.MODIFICACION DE LA LEY 24522Publicado en el Boletín Oficial del 11 de abril de 2006.–Establece entre otras obligaciones del Síndico, la depronunciarse sobre los pasivos laborales y créditos labo-rales comprendidos en el pronto pago, como así tambiénsobre la situación futura de los trabajadores ante la sus-pensión del convenio colectivo. –Establece que dentro de los diez días del informe queestablece el art. 14 inc. 11), el Juez del concurso autori-zará el pago de las remuneraciones debidas al trabajador,las indemnizaciones por accidentes de trabajo o enferme-dades laborales y las previstas en los artículos 132 bis.,232, 233 y 245 a 254, 178, 180 y 182 de la Ley Nº 20.744;artículo 6º a 11 de la Ley Nº 25.013; las indemnizacionesprevistas en la Ley Nº 25.877, en los artículos 1º y 2º dela Ley Nº 25.323; en los artículos 8º, 9º, 10, 11 y 15 de laLey Nº 24.013; en el artículo 44 y 45 de la Ley Nº 25.345y en el artículo 16 de la Ley Nº 25.561, que gocen de pri-vilegio general o especial y que surjan del informe men-cionado en el inciso 11 del artículo 14.–La resolución judicial que admite el pronto pago tendráefectos de cosa juzgada material e importará la verifica-ción del crédito en el pasivo concursal.–La que lo deniegue habilitará al acreedor para iniciar o con-tinuar el juicio de conocimiento laboral ante el juez natural. –No se impondrán costas al trabajador en la solicitud depronto pago, excepto en el caso de connivencia, temeri-dad o malicia.–Los créditos serán abonados en su totalidad, si existie-ran fondos líquidos disponibles. En caso contrario y has-ta que se detecte la existencia de los mismos por partedel síndico se deberá afectar el 1% mensual del ingresobruto de la concursada.–La apertura del concurso produce, a partir de la publica-ción de edictos, la suspensión del trámite de los juicios decontenido patrimonial contra el concursado por causa o tí-tulo anterior a su presentación, y su radicación en el juz-gado del concurso. No podrán deducirse nuevas accionescon fundamento en tales causas o títulos.–Quedan excluidos de los efectos antes mencionados en-tre otros los procesos de conocimiento en trámite y los jui-cios laborales, salvo que el actor opte por suspender elprocedimiento y verificar su crédito conforme lo dispuesto

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LEGISLACIÓN

Por Guillermo Pajoni

L E G I S L A C I Ó N

Epor los artículos 32 y concordantes; los procesos en losque el concursado sea parte de un litis consorcio pasivonecesario.–En estos casos los juicios proseguirán ante el tribunal desu radicación originaria o ante el que resulte competentesi se trata de acciones laborales nuevas. El síndico seráparte necesaria en tales juicios–Si el título verificatorio fuera una sentencia de un juiciotramitado ante un tribunal distinto que el del concurso, portratarse de una de las excepciones previstas en el artícu-lo 21, el pedido de verificación no se considerará tardío,si, no obstante haberse excedido el plazo de dos añosaquél se dedujere dentro de los seis meses de haber que-dado firme la sentencia.–Fallido codemandado. Cuando el fallido sea codeman-dado, el actor puede optar por continuar el juicio ante eltribunal de su radicación originaria, desistiendo de la de-manda contra aquél sin que quede obligado por costas ysin perjuicio de solicitar la verificación de su crédito.–Existiendo un litisconsorcio pasivo necesario en el que elfallido sea demandado, el juicio debe proseguir ante el tri-bunal originario, continuando el trámite con intervencióndel síndico a cuyo efecto podrá extender poder a letradosque lo representen y cuya remuneración se regirá por loestablecido en el artículo 21. El acreedor debe requerirverificación después de obtenida sentencia.–Los juicios excluidos por el artículo 21, que a la fecha deentrada en vigencia de esta ley se encuentren radicadosante el juez concursal le serán aplicadas de inmediato lasmodificaciones introducidas por esta ley a la competenciamaterial, debiendo ser remitidas las actuaciones a la jus-ticia originariamente competente dentro de los QUINCE(15) días hábiles. Quedan exceptuados aquellos casos enlos que en el expediente se hubiera dictado el llamado deautos para sentencia, los créditos de pronto pago y aque-llos juicios en los que se hubiera optado por la verificacióndel crédito según lo previsto por el artículo 21, inciso 1º dela Ley Nº 24.522.

2) LEY 26088. IUS VARIANDI. Publicado en el Boletín Oficial del 24 de abril de 2006. –Se sustituye el art. 66 de la Ley de Cotnrato de Trabajo,estableciéndose que cuando el empleador introduzcacambios relativos a la forma o modalidad de la prestaciónde trabajo vedadas por el citado artículo, el trabajadorpuede optar por considerarse despedido sin causa o ac-cionar persiguiendo el restablecimiento de las condicio-nes alteradas. La acción tramitara por el procedimientosumarísimo, no pudiéndose innovar en las condiciones ymodalidades de trabajo hasta que recaiga sentencia defi-nitiva, salvo que éstas sean generales para el estableci-miento o sección.

3) LEY 26089 – DIAS NO LABORABLES.Publicado en el Boletín Oficial del 21 de abril de 2006. –Se declaran como no laborables para los habitantes que

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L E G I S L A C I Ó N

profesen la religión judía los días de año nuevo judío, deldía del Perdón y de las Pascuas Judías.

4) LEY 26094 – PRORROGA DE MEDIACION Y CONCI-LIACION.Publicado en el Boletín Oficial del 9 de mayo de 2006.–Prorrógase el plazo previsto en el artículo 30 de la Ley Nº24.573, por el término de 2 (DOS) años a partir del venci-miento previsto en la Ley Nº 25.287.

5) LEY 13453 DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES.NEGOCIACON COLECTIVA EN LA ADMINISTRACIÓNPÚBLICA PROVINCIAL. Publicado en el Boletín oficial del 10 de mayo de 2006.–Las negociaciones colectivas que se celebren entre laAdministración Pública Provincial y sus empleados esta-rán regidas por las disposiciones de la presente Ley.–Quedan excluidos de la presente normativa:a) El Gobernador y el Vicegobernador.b) El personal policial de las Policías de la Provincia deBuenos Aires y el personal penitenciario del Servicio Peni-tenciario Provincial.c) Los Ministros del Poder Ejecutivo Provincial, los Subse-cretarios, los Asesores de Gabinete, personal con cargosin estabilidad y las personas que por disposición legal oreglamentaria ejerzan funciones de jerarquía equivalente ala de los cargos mencionados.d) Las autoridades superiores y personal jerárquico sin es-tabilidad de entes autárquicos, descentralizados e inte-grantes del Clero Oficial.e) El Personal que requiera un régimen particular por lasespeciales características de sus actividades cuando asílo resolviere el Poder Ejecutivo Provincial mediante deci-sión fundada.f) Los sectores de la Administración Pública Provincial yaincorporados al régimen de las convenciones colectivas detrabajo, a no ser que por acuerdo de las partes se optarapor el sistema que aquí se establece.g) Los trabajadores docentes y judiciales que tendrán supropio régimen de convenio colectivo.

6) DECRETO 369/2006 – RENUNCIA DE JUEZ.Publicado en el Boletín Oficial del 5 de abril de 2006.–Acéptase, a partir del 1ro. de junio de 2006, la renunciapresentada por el doctor Roberto Omar EIRAS al cargo deJUEZ DE LA CAMARA NACIONAL DE APELACIONESDEL TRABAJO DE LA CAPITAL FEDERAL, SALA III.

7) DECRETO 412/2006 – RENUNCIA DE JUEZ. Publicado en el Boletín Oficial del 18 de abril de 2006.–Acéptase, a partir del 1º de mayo de 2006, la renunciapresentada por la señora doctora María Isabel ZAPATE-RO de RUCKAUF al cargo de JUEZ DE LA CAMARA NA-CIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO DE LA CAPI-TAL FEDERAL, SALA IX.

8) DECRETO 599/2006 – SUBSIDIO DE CONTENCIÓNFAMILIAR.Publicado en el Boletín Oficial del 17 de mayo de 2006.–Instituyese, a partir del día 1º de mayo de 2006, el "Subsi-dio de Contención Familiar"por fallecimiento de beneficiariode diversos regímenes de previsión nacional y provincial.

–La prestación instituida en el artículo que antecede con-sistirá en el pago de la suma de PESOS UN MIL ($ 1.000).– A los fines de lo dispuesto en el artículo 1º, se considera be-neficiario a toda persona que al momento de su fallecimien-to, hubiera solicitado una prestación jubilatoria o de pensión.–Establécese que las personas con derecho a la percep-ción del "Subsidio de Contención Familiar", son los dere-chohabientes enumerados en el artículo 53 de la Ley Nº24.241, salvo que el causante fuese un beneficiario jubila-do por leyes anteriores a la Ley Nº 24.241 o con derechoa prestación en base a esas normas y la hubiese solicita-do. En tal caso los causahabientes con derecho a la per-cepción del "Subsidio de Contención Familiar", serán losprevistos en cada una de las correspondientes leyes conarreglo a lo dispuesto en el artículo 161 de la Ley Nº24.241.–En caso de no presentarse derecho habientes del bene-ficiario con derecho a pensión, podrán percibir el "Subsidiode Contención Familiar" los herederos del causante.–El derecho al cobro del subsidio prescribirá al año, con-tado desde la fecha de

fallecimiento del beneficiario.

9) RESOLUCION 314/2006 DELMINISTERIO DE TRABA-JO, EMPLEO Y SEGURIDAD SOCIAL – REMUNERACIO-NES DEL P E R S O N A L DE SERVICIO DOMÉSTICO.Publicado en el Boletín Oficial del 25 de abril de 2006.–Remuneraciones a partir del 1ro. de abril de 2006: Prime-ra categoría: $630; Segunda categoría $585; Tercera cate-goría $571; Cuarta categoría $512; Quinta categoría 8 amás horas diarias $512; por hora $3,90; retribución míni-ma para el personal auxiliar de casas particulares en la es-pecialidad planchadoras lavandera personal de limpiezapara una jornada máxima de cuatro horas $256.

10) RESOLUCION 21/2006 DE LACOMISION NACIONALDE TRABAJO AGRARIO – SALARIOS.Publicado en el Boletín Oficial del 29 de mayo de 2006.–Fíjanse las remuneraciones del personal comprendido enel Régimen Nacional del Trabajo Agrario, anexo a la LeyNº 22.248, que se desempeña en explotaciones agrariasen tareas permanentes, para las categorías establecidasen la RESOLUCION DE LA COMISION NACIONAL DETRABAJO AGRARIO Nº 4 de fecha 16 de junio de 1998,en el ámbito de todo el País, con vigencia a partir del 1º demayo de 2006, conforme se detalla en el Anexo I que for-ma parte de la presente resolución.Estas remuneracionesseguirán siendo tratadas exclusivamente en el ámbito dela Comisión Nacional de Trabajo Agrario.–Fijase el monto del Tope Indemnizatorio para el personalcomprendido en el Régimen Nacional del Trabajo A g r a r i o ,anexo a la Ley Nº 22.248, que se desempeña en explotacio-nes agrarias en tareas permanentes, en el ámbito de todo elPaís, con vigencia a partir del 1º de mayo de 2006, confor-me se detalla en el Anexo II de la presente Resolución.

11) A C O R D A D AD E LT R I B U N A L SUPERIOR DE JUSTICIADE LACIUDAD DE BUENOS AIRES – FERIA J U D I C I A L .Publicado en el Boletín Oficial del 3 de mayo de 2006.–Se establece la feria judicial de invierno en la Ciudad Au-tónoma de Buenos Aires entre los días 24 de julio y 4 deagosto de 2006, inclusive.

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J U R I S P R U D E N C I A

BOLETÍN DE JURISPRUDENCIA(Extraído del Boletín de Jurisprudencia de la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo

y publicaciones varias)

JU R I S P R U D E N C I A TE M Á T I C A: EM P L E A D O S C O N T R ATA D O S

POR LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.

Contratados por la Administración pública. Servi-cios de personas para funciones no previstas en

el cuadro ni en el presupuesto.Es preciso distinguir a los funcionarios y empleados

cuya remuneración y demás derechos y obligacionesson establecidos y gobernados por el respectivo régi-men constitucional y administrativo, de aquéllos otrossupuestos en que el Estado contrata servicios de per-sonas para funciones no previstas en el cuadro de laadministración ni en el presupuesto, sin horarios, ofici-nas, jerarquía, ni sueldo, supuestos éstos que se rigenpor el derecho común. Así ocurre en el caso en que nohay lugar a dudas acerca de que las tareas que de-sempeñó la actora y su naturaleza artística –sujeta amodalidades reglamentarias particulares, propias deesa actividad–, así como la retribución convenida,eran extrañas al marco estrictamente administrativoque conforma el personal incorporado a los cuadrosde la Comuna y sus organismos dependientes.

CSJN “Deutsch, Noemí c/ Municipalidad de la Ciu -dad de Buenos Aires” 4/9/84 Fallos 306:1236.

Contratados por la Administración Pública.Falta de acto expreso.

Aplicación de las normas laborales.Es arbitraria la sentencia que –por entender que el

vínculo cuya ruptura dio lugar al reclamo tuvo su origenen un acto administrativo– rechazó la demanda de di-versas indemnizaciones laborales. Ello así, pues la solacircunstancia que en la redacción de los contratos queel Teatro Municipal General San Martín formalizó con laactora no se haya manifestado, en forma expresa, la su-jeción del convenio al ámbito del derecho laboral (art. 2°de la LCT) no significa necesariamente, que deban apli-carse al caso las normas del derecho público máximecuando de los términos pactados resulta que se excluíaa la apelante de los beneficios sociales y previsionalesque gozan los agentes de la administración.

CSJN “Deutsch, Noemí c/ Municipalidad de la Ciu -dad de Buenos Aires” 4/9/84 Fallos 306:1236.

Contratados por la Administración Pública.Celebración de un contrato ad hoc.

La sola celebración de un contrato ad hoc no con-vierte por ese solo hecho al empleado en un empleadopúblico, puesto que su prestación debe corresponder alas actividades comprendidas en el régimen normal dela función o empleo público y sujetarse a los requisitosque establece la reglamentación respectiva; máximecuando no se advierte la necesidad del Estado de pre-valerse de prerrogativas inherentes a su personalidadpública sustrayéndose así al plano de igualdad propiadel régimen legal común.

CSJN “Zacarías, Aníbal y otros c/ Caja Nacional deAhorro y Seguro” 5/3/87 Fallos: 310:464.

Contratados por la Administración Pública.Naturaleza de la vinculación y legislación

que la rige. Conducta de las partes.Si bien el principio general establecido por el dere-

cho administrativo permite que la administración con-trate personal que carezca de estabilidad y lo organicede acuerdo con las características de sus serviciosatendiendo a la transitoriedad del requerimiento, la so-lución de cada caso en particular está condicionada porla naturaleza de la vinculación del actor con la deman-dada y requiere, en consecuencia, el examen de la le-gislación que rige a ésta y de la conducta desarrolladapor las partes durante la vinculación, ya que de ambosextremos puede resultar el carácter del empleo cuyaterminación motiva el pleito.

CSJN “Bolardi, Guillermo c/ Estado Mayor Generaldel Ejército. Instituto Geográfico militar” 27/12/88 Fallos311:2799.

Contratados por la Administración Pública.Régimen específico. Municipalidad

de Buenos Aires.Frente a la existencia de un régimen específico que

reglamenta los derechos de los dependientes de la Mu-nicipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y a la dispo-sición del art. 2 inc a) de la LCT, según la cual el régi-men no es aplicable a los dependientes de la adminis-

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tración pública salvo que por acto expreso se los inclu-ya en éste o en el de las convenciones colectivas detrabajo, no es admisible sostener que la relación deempleo se hallaba regida por la ley laboral común.

CSJN “Leroux de Emede, Patricia c/ Municipalidadde Bs. As” 30/4/91 Fallos 314:376.

Contratados por la Administración Pública.Convenios suscriptos. Intención de las partes.Improcedencia de aplicar las normas laborales.Si los artistas líricos fueron contratados por la Mu-

nicipalidad de Vd. As estableciendo en los conveniossuscriptos “sin relación de dependencia” y que no seajustarían a otras condiciones que no fueran las deri-vadas de dichos convenios, tal situación no puedequedar encuadrada en el marco de la legislación labo-ral. Si bien tales contratos realizados por el Ente Públi-co estaban exceptuados de los alcances del EstatutoBásico del Personal de la Municipalidad de Bs. As, es-to no significa que necesariamente deban aplicarse lasnormas del derecho laboral común, pues no surge dela causa la existencia del acto expreso exigido por elart. 2 inc. a) de la LCT a fin de incluirlos en dicho régi-men, porque de los términos de la contratación resultaevidente que no fue esa la voluntad de la Comuna(Conf. “Leroux de Emede, Patricia c/ Municipalidad deBs. As” 30/4/91).

CSJN “Perreta Herrera, Walter c/ Municipalidad deBs. As” 2/3/93.

Contratados por la Administración Pública.Naturaleza de la prestación.

El hecho de tratarse de un vínculo de empleo públi-co no altera la naturaleza de la prestación, que siem-pre será la de retribuir servicios prestados, tanto enese ámbito como en el de derecho privado; ya que sila indemnización a favor del obrero tiene contenido ali-mentario, no hay motivo que justifique asignarle uncontenido cuando es el Estado quien debe pagarla aun empleado suyo.

CSJN “Salduna de Tolomei, María c/ Municipalidadde la Ciudad e Bs. As” 12/11/98 Fallos 321:2998.

Contratados por la Administración Pública.Contrataciones sucesivas. Régimen aplicable.Frente a la existencia de un régimen jurídico espe-

cífico reglamentario de los derechos de los dependien-tes de un organismo estatal, provincial o municipal, y ala disposición del art. 2°, inc. a) de la LCT, es inatendi-

ble, en ausencia del acto de inclusión que exige el pre-citado art. 2, la pretensión del actor de que su situaciónse excluya del régimen del derecho público, para regir-se por el derecho laboral. (Del dictamen del Procura-dor General de la Nación del 29/4/99 al que adhierenlos Ministros de la Corte).

CSJN “Castelluccio, Miguel c/ Municipalidad de laCiudad de Bs. As s/ despido” 5/10/99.

1.- Aplicación de la LCT.

Contratados por la Administración Pública. Actoexpreso. Locación de servicios.

El Organismo Regulador del Sistema Nacional deAeropuertos (ORSNA) es una entidad autárquica crea-da en el ámbito del Poder Ejecutivo Nacional, que fun-ciona dentro de la jurisdicción del Ministerio de Econo-mía y Obras y Servicios Públicos, cuyas autoridadesson designadas por el PEN, por lo que cabe entenderque es una persona jurídica estatal de carácter públi-co. En el marco de la estructura jurídica de la entidad,con arreglo a lo previsto por el art. 16 del decreto375/97 “… las relaciones entre el organismo de que setrata y su personal dependiente, se regulan por la LCT,no siéndoles de aplicación el Régimen Jurídico Básicode la Función Pública…”. Esta normativa emanada delPEN configura un acto expreso de voluntad de incor-poración al régimen de la LCT (conf. Art. 2 de dichaley, doctrina de la CSJN en autos “Leroux de Emede,Patricia c/ Municipalidad de Bs. As” L 441-XXII del30/4/91). Aunque en autos la demandada sostiene quese celebró con el actor un contrato de locación de ser-vicios, aquélla declaración de voluntad se proyectatambién sobre la contratación habida con el accionan-te ya que la expresión contenida en el citado decreto:“personal dependiente” debe ser entendida a la luz delo dispuesto por le LCT (art. 21 y 23).

CNAT Sala III Expte n° 29578/02 sent. 86039 9/8/04“Zelaschi, Jorge c/ Organismo Regulador el SistemaNacional de Aeropuertos ORSNA s/ despido” (P.- G.-)

Contratados por la Administración Pública.Locación de servicios.

Exclusión del ámbito público. Toda vez que la actora celebró sucesivos contratos

de locación de servicios (en el caso tareas de apoyoadministrativo en el Hospital Bernardino Rivadavia)con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en losque por el simple arbitrio de la demandada no fue su

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voluntad incluirla en el ámbito propio de las normas delderecho público, corresponde que la relación sea regi-da por la LCT. Ello así pues la prestación de serviciosen forma personal, a favor de quien tiene facultad dedirección, a cambio de una remuneración, constituyeel objeto del contrato de trabajo. Máxime si se tiene encuenta que la LCT, al determinar su inaplicabilidad adependientes de la administración pública (art. 2, inc.a) parte de la premisa que tales trabajadores tienenuna regulación específica (ya sea la ley 25164 en elámbito nacional o la ley 471 en el ámbito de la ciudadde Bs. As) pero, en el caso concreto, la propia deman-dada reconoció que no existió nombramiento adminis-trativo por lo que si tampoco se le aplicaran las normaslaborales privadas, quedaría la trabajadora al margende toda protección lo cual vulnera garantías constitu-cionales.

CNAT Sala III Expte n° 15591/03 sent. 8689126/7/05 “Tedín de Lanusse, Angélica c/ Gobierno de laCiudad de Bs. As s/ despido” (P.- E.- G.-)

Contratados por la Administración Pública.Personal médico de un sanatorio de la Obra

Social de la Ciudad de Buenos Aires. Habida cuenta que la demandada no invocó al con-

testar demanda ni pudo demostrar después cuál fue elconcreto y específico régimen legal que reguló el vín-culo con las actoras (kinesiólogas contratadas paradesempeñarse en un sanatorio dependiente de laObra Social de Buenos Aires, continuadora del Institu-to Municipal de Obra Social), debe aplicarse la LCT yaque cuando ésta determina su inaplicabilidad a los de-pendientes de la administración pública nacional, pro-vincial o municipal (art. 2 inc. A), parte de la premisade que tales trabajadores tienen una regulación espe-cífica como es en la actualidad la ley 25164 que apro-

bó la ley Marco de Regulación del Empleo Público o laley 471 en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Bs. Aso un estatuto propio de la entidad; de no ser así, si co-mo en el caso de las actoras el vínculo fue sustraídodel ámbito de aplicación de las normas propias del de-recho público por el sólo arbitrio del ente demandado,aun con invocación de que la Ciudad dispuso el con-gelamiento de vacantes y restricciones presupuesta-rias, corresponde que la ley laboral rija la cuestiónpues la prestación de servicios –en forma personal– afavor de quien tiene la facultad de dirección, a cambiode una remuneración, constituye el objeto propio delcontrato de trabajo y ello determina la inaplicabilidadde cualquier otra normativa de derecho privado (arts.4, 21 22, 23 de la LCT).

CNAT Sala III Expte n°961/03 sent. 86498 28/2/05“Petrone, Rosana y otro c/ Obra Social de la Ciudad deBs. As cont. Del Int. Municipal de Obra Social s/ despi -do” (P.- G.-)

Contratados por la Administración Pública.Locación de servicios. Empleados que cumplían

las mismas funciones que losde la planta permanente.

Cuando ha quedado demostrado que el actor yotros contratados cumplían iguales funciones que losempleados que pertenecían a la planta permanente yque las labores que desarrollaban estaban integradasa dicha área, debe concluirse que se configuró un típi-co contrato de trabajo, más allá de que las partes lohubieran denominado “locación de servicios”. Paramás, la entidad demandada (ANSES) es un organismodescentralizado del Ministerio de Trabajo y Seguridadsocial, conforme lo dispuesto por el decreto 2741/92 ylo relevante es que en su art. 6, la norma estableceque el personal dependiente de la entidad está regido

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por la ley laboral, lo cual, al ser emanado del PEN con-figura un acto expreso de voluntad de incorporación alrégimen e la citada ley (conf. Art. 2 LCT y doctrina dela CSJN en el caso “Leroux e Emede, Patricia c/ Muni-cipalidad de Bs. As” 30/4/91).

CNAT Sala III Expte n° 15627/03 sent. 872991 7 / 11/05 “Soriano, Edgardo c/ ANSES s/ despido”( P.- G.-)

Contratados por la Administración Pública.Locación de servicios. Contratos inválidos.

No aplicación de la doctrina “Leroux de Emede”.Para el caso de empleados cuyos contratos no re-

sultan válidos por no superar el test de legalidad, queconstituye el límite de la discrecionalidad estatal enmateria de contrataciones de personal, no correspon-de la aplicación de la doctrina sentada por la CSJN enla causa “Leroux de Emede, Patricia c/ Municipalidadde la Ciudad de Buenos Aires” (30/4/91), sino la queemerge de los precedentes “Deutsch”, “Zacarías” y“Bolardi” que son los que mejor permiten interpretar ladoctrina del Alto Tribunal en materia de personal con-tratado del Estado, a la luz de las garantías de la CN.Si bien es cierto que los contratados en infracción a loslímites legales podrían tener derecho a ser incluidosen el régimen de empleo público, y a que se les apli-cara el régimen de estabilidad absoluta que constitu-cionalmente se prevé para dicho ámbito, lo cierto esque si el empleado afectado por dicha irregularidad,cuya vinculación ha sido rescindida, solicita amparo ju-risdiccional ante la Justicia del Trabajo, correspondehacer aplicación del régimen de protección contra eldespido arbitrario previsto en el régimen común.

CNAT Sala III Expte n° 35669/02 sent. 8701122/8/05 “González Carrasco, Eliana c/ Ministerio deEconomía y otro s/ despido” (G.-E.-)

Contratados por la Administración Pública.Contratación fraudulenta.

La CSJN en "Perreta Herrera, Walter y otros c/ Mu-nicipalidad de Bs. As" (sent. del 2/3/93), ha insistido,matizando una doctrina anterior, en que hay que ate-nerse a la intención de las partes en la oportunidad dela celebración de los contratos y de ellos debe surgir lainclusión del trabajador en el régimen de la ley de con-trato de trabajo, con aplicación de su art. 2, inc. a). Sinembargo, cuando la contratación es fraudulenta y des-provista de toda legitimidad, tendiente exclusivamentea cercenar derechos al trabajador, en oposición a ex-presos dictados de la Constitución Nacional, no puede

hacerse valer la voluntad expresada en tales contra-tos, de por sí carentes de validez, y corresponde, en talsituación, aplicar la norma de rango superior que ga-rantiza a todo trabajador público o privado un resarci-miento en el supuesto de despido arbitrario.

CNAT SALA VI Expte Nº 37338/91 Sent. 4019329/4/94 "Zabalza, Mirta C/ Inst. Obra Social para elPersonal de los Ministerios de Salud Y Acc. Social Y deTrabajo S/ Despido" (FM.- CF.-)

Contratados por la Administración Pública.Personal “ad hoc”.

En la actualidad, la administración pública –aún en-tendida en sentido estricto– tiene una complejidad talque exige la contratación de profesionales de las másdiversas especialidades. Dichos trabajadores no pue-den quedar al margen de todo tipo de garantía de es-tabilidad, cuando no están incluidos en el régimen deempleo público o bien, por acto expreso, en el ámbitode la LCT. Por ello, si la actora fue contratada para lainspección de tareas en aeropuertos (labraba actas deinfracción, confeccionaba informes, etc.) tal contrata-ción irregular merece estar protegida ante el despidoarbitrario, por las disposiciones de la Ley de Contratode Trabajo.

CNAT SALA VII Expte Nº 14272/01 Sent. 36876.17/7/03 "González Lynch Pueyrredon, María C/ Orga -nismo Regulador Del Sistema Nacional De Aeropuer -tos S/ Despido" (RB.- RD.-)

Contratados por la Administración Pública.No aplicación de la doctrina “Leroux de Emede”.

Cambio de integración de la CSJN.En el precedente “Leroux de Emede, Patricia c/ Mu-

nicipalidad de Bs. As” del 30/4/91, y en muchos otros,la CSJN sentó la conclusión de que frente a un régi-men jurídico que reglamenta los derechos de los de-pendientes y la disposición del art. 2 inc a) LCT, no re-sulta admisible sostener que la relación de empleo sehallaba regida por la ley laboral común, excepto queresultara evidente la voluntad estatal de incluir a losempleados en el sistema de la LCT. Sin embargo, an-te las modificaciones que sufriera en su integración elAlto Tribunal, con miembros que no se han pronuncia-do –ni en ese precedente ni en otros posteriores simi-lares– sobre el punto, cabe dejar sentada, ahora sí, latesis contraria en función de lo que, eventualmente,pudiera surgir de un nuevo examen de la cuestión porparte del Tribunal Supremo en su actual composición.Por ello, si bien pudiera admitirse en términos genera-

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les la señalada doctrina, ello no es así en los supues-tos como el de autos, en que por aplicación de dichosprincipios, se pretende excluir de los beneficios de laestabilidad en el empleo a quien no es otra cosa queun trabajador, mediante el simple expediente de acu-dir a la figura del “contratado”.

C N AT Sala X Expte n°18025/02 sent. 1361212/5/05 “Bertachini, Cora y otros c/ Ministerio de Desa -rrollo Social y Medio Ambiente s/ despido” (Sc.- C.-)

Contratados por la Administración Pública.Expectativa de vinculación indefinida. Trabajo

en relación de dependencia. “Contratado”.No basta que una oficina gubernamental califique a

alguien de “contratado” y declare que actúa sin rela-ción de dependencia para que, por arte de birlibirlo-que, la ficción se convierta en realidad. Quien se obli-ga a prestar servicios remunerados con sujeción a ins-trucciones y controles y sin asumir un riesgo empresa-rio relevante, trabaja en relación de dependencia. Suvínculo podrá calificarse como empleo privado o públi-co; permanente o temporario o eventual; pero en todocaso su naturaleza depende de la realidad y no de ca-lificativos cortados a la medida de los vericuetos pre-supuestarios.

CNAT Sala III Expte n° 48894 sent. 37368 26/3/79“Argibay, Lidia y otros c/ Estado Argentino s/ despido”(G.- SM.- VV.-) Criterio mantenido por la Sala en au -tos: “González Carrasco, Eliana c/ Ministerio de Eco -nomía s/ despido” sent. 87011 del 22/8/05.

Contratados por la Administración Pública.Trabajador que se desempeña en tareas

habituales de la Universidad.El actor, al ser pasante primero y contratado des-

pués, en el ámbito de la Universidad de Buenos Aires,no tenía los beneficios de la estabilidad pese a quesus tareas eran las normales y habituales del ámbitoadministrativo de la demandada, y para más, se que-ría hacer valer como cláusula escrita la que expresabaque la ruptura del contrato no daba derecho a ningunaindemnización. Teniendo en cuenta lo resuelto por es-ta Sala en el caso “Zabalza”, se recurre a la LCT comoúnico propósito de dar cumplimiento al mandato cons-titucional de brindar protección contra el despido arbi-trario. En consecuencia, sólo es procedente la conde-na al pago de una suma equivalente a la de las indem-nizaciones por despido injustificado, previstas en losarts. 245 y 232 de la LCT. Razones de equidad justifi-can la condena de la demandada al pago de la dupli-

cación prevista en el art. 16 de la ley 25561, aplicablepor analogía, y porque aún cuando se trata de un re-sarcimiento que ha sido previsto para el ámbito de unacontratación privada, su regulación tiene en cuentaotras contingencias también originadas en el despidoarbitrario. En cambio, como la relación no se hallabaregida por la LCT (conf. Art. 2°), no procede la conde-na de los restantes rubros reclamados con fundamen-to en ese régimen legal y en los previstos en las leyes25323 y 25345.

C N AT Sala VI Expte n° 5073/04 sent. 5816929/7/05 “Schvartz, Javier c/ Universidad de Buenos Ai -res s/ despido” (De la F.- CF.-)

Contratados por la Administración Pública.Régimen de empleo público. Excepciones.

Aplicación analógica de las normas laborales.Los agentes de la administración pública están, en

principio, comprendidos dentro del régimen jurídico delderecho administrativo, salvo las excepciones contem-pladas en el Art. 2° inc. a) de la LCT al requerir que poracto expreso se los incluya en la misma o en el régi-men de las convenciones colectivas de trabajo. Sinembargo esa situación no excluye que puedan excep-cionalmente encontrarse casos de personas que traba-jan para la Administración Pública no en relación exclu-sivamente de derecho público, sino también, en algu-na medida, de derecho privado. Son agentes que tra-bajan en cargos o funciones no permanentes, sino através de contratos por tiempo limitado que no estánincorporados a la carrera administrativa ni se les otor-ga estabilidad en su empleo. Pero si entre las partes seha producido una verdadera relación de trabajo (pres-tación de tareas por una remuneración determinada.con asistencia horaria y, en el caso, deber de confiden-cialidad), a la que no se le adjudicó un régimen jurídi-co adecuado en su momento, corresponde encuadrardicha relación sobre el principio de primacía de la rea-lidad y, ante la posibilidad de carencia de protección,aplicar las normas del derecho laboral ante la extinciónde la relación laboral sin su culpa.

C N AT Sala VII Expte n° 5743/04 sent. 389121/12/05 “Durando, Liliana c/ Gobierno de la Ciudad deBs. As y otro s/ despido” (F.- RD.-)

Contratados por la Administración Pública.Aplicación analógica de la LCT.

Toda vez que los actores prestaron servicios para laDirección de Remonta y Veterinaria del Ejército Argen-tino y lo hicieron, según quedó probado, cumpliendo

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un régimen de asistencia horaria y a cambio de una su-ma de dinero efectivizada mensualmente, entre las par-tes hubo una relación de trabajo, a la que no se le ad-judicó régimen jurídico en su momento y por ello co-rresponde encuadrarlo sobre la base del principio deprimacía de la realidad. Se cumplen en este caso lostres requisitos para la procedencia de la analogía yaque la sucesión de contratos en la administración públi-ca no está contemplada legalmente. Así entonces, pri-vado el agente de la estabilidad que le consagra el art.14 bis de la CN, parece justo y equitativo, en las cir-cunstancias del caso, aplicar analógicamente las nor-mas que reglamentan la garantía menos intensa de pro-tección contra el despido arbitrario y, por tanto, recono-cerle una indemnización idéntica a la que un trabajadorprivado, en sus mismas condiciones, hubiera obtenidoal extinguirse la relación de trabajo sin su culpa.

C N AT Sala VII Expte n° 5171/03 sent. 3840512/4/05 “Canesin, Alcides y otros c/ Ministerio de De -fensa. Ejército Argentino Dirección de Remonta y Ve -terinaria s/ despido” (F.- RB.-)

Contratados por la Administración Pública.Contratación sucesiva como equivalente

al acto expreso.Toda vez que los actores se desempeñaron por lar -

gos años suscribiendo sucesivos contratos (locaciónde servicios) en tareas propias e inherentes a la activi-dad del Teatro Municipal Gral. San Martín, en los quese especificaba la modalidad de la retribución y el de-recho a percibir SAC, vacaciones y asignaciones fami-liares, tal situación torna aplicable el régimen de laLCT (art. 2, inc. a) pues el acto expreso requerido porla norma se vio configurado por la contratación sucesi-va a la que fueron sometidos los trabajadores. No seaplica al caso la doctrina emanada del fallo de la CSJNen “Leroux de Emede, Patricia c/ Municipalidad de Bs.

As” (30/4/91) porque difieren las características parti-culares de este caso concreto en que el apartamientode los dependientes del régimen de estabilidad y la noaplicación de la normativa laboral configurarían unfraude a la garantía de resarcimiento económico anteun distracto arbitrario.

CNAT Sala VII Expte 70/01 sent. 30/3/04 “Wozniuk,Esteban y otros c/ Gobierno de la Ciudad de Bs. As s/despido” (RD.- RB.-)

Contratados por la Administración Pública.Trabajadora que prestó servicios para

la Intervención del Ex grupo Greco.Toda vez que la trabajadora fue contratada para

prestar servicios de empleada administrativa y conta-ble en la denominada Intervención del ex grupo Greco(ley 22229), con total subordinación y dependencia,mediante la suscripción de sucesivos convenios (situa-ción que se prolongó por más de 12 años) su vincula-ción con la principal debe regirse por las normas de laLCT. Ello se desprende de lo resuelto por la CSJN inre “Bereta, Ermindo C/ Termas Villavicencio SACI”(30/5/95) pues se trató de una vinculación establecidacon empresas “privadas” que se encontraban interve-nidas por el Estado. Pacífica jurisprudencia de nues-tros Tribunales determinó que tratándose de empresasestatales, su personal (en tanto no tenga a cargo la di-rección, gobierno o conducción ejecutiva) se encuen-tra amparada por las normas del derecho del trabajo.(CSJN “Etcheverry, Juan c/ Aerolíneas Argentinas” Fa-llos 244:196; “Benedetti, Celso c/ Combustibles Sóli-dos y Minerales “Fallos 247:363”; Cámara en Pleno“Imperiali c/ YPF” del 21/8/61).

C N AT Sala X Expte n° 30906/02 sent. 1383718/8/05 “López, Rosa c/ Estado Nacional Ministerio deEconomía s/ despido” (Sc. C.-)

TÉCNICOS AERONÁUTICOSREPÚBLICA ARGENTINA

Profesionales de la Seguridad AéreaUna Institución Sindical para la defensa de susafiliados y la vida de los usuarios de Líneas Aéreas

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2.- No aplicación de la LCT.

Contratados por la Administración Pública.Falta de acto expreso.

Las personas que cumplen servicios para la Admi-nistración Pública ( lo que incluye a los organismos au-tárquicos) aún cuando no se les otorgue el carácter deagentes dentro del escalafón, no por ello quedan in-cluidos en la aplicación de la ley laboral que, en prin-cipio los excluye expresamente (art. 2 inc. a) LCT). Porello, toda contratación “ad hoc”, sin decisión expresaque ubique al contratado en el ámbito específico delDerecho del Trabajo por parte del ente público que in-terviene en la relación, impone al contrato o contratosque suscribieron la calificación jurídica de “acto admi-nistrativo”. Atento que en el caso, la actora no acredi-tó la existencia de un acto expreso de voluntad de laex principal de incluirla en la nómina de personal so-metido a la LCT, sino todo lo contrario (fue nombradasubinterventora por decisión del PEN), se impone elrechazo de la acción.

C N AT Sala I Expte n° 1419/04 sent. 8334228/12/05 “Lestingi, Silvia c/ PAMI Inst. Nac. De Serv.Soc. para Jub. Y Pensionados S/ despido” (P.- Pir.-)

Contratados por la Administración Pública.Contrataciones sucesivas de locación

de servicios.Si la actora fue contratada por un ente público so-

bre la base de sucesivos contratos de locación de ser-vicio, en los cuales se hizo alusión al régimen jurídicobásico de la función pública, en el marco de la inter-vención de entidades bancarias y financieras, tal situa-ción se asimila a la de aquellos "contratados por la Ad-ministración Pública" que no se rigen por las disposi-ciones de la LCT a menos que resultara evidente lavoluntad estatal de incluirlos en el sistema del derechoprivado (CSJN "Leroux de Emede, Patricia c/ Munici-palidad de Buenos Aires" 30/4/91). No empece tal de-cisión el hecho de que se hiciera hincapié en la prórro-ga sistemática de los contratos así como la presenciade "dependencia" en las labores cumplidas, porquetambién estas características se dan en las relacionesde empleo público.

CNAT SALA II Expte Nº 5060/01 Sent. 5219626/11/03 "Bordone, Claudia C/ Ministerio De Econo -mía Y Obras Y Servicios Públicos Y Otro S/ Despido"(G.- B.-)

Contratados por la Administración Pública.Falta de acto expreso.

No habiéndose alegado ni acreditado la existenciade un acto expreso de la demandada destinado a in-cluir a los contratos suscriptos por la actora, bajo la ór-bita de la legislación laboral, corresponde rechazar lapretensión indemnizatoria basada en dicho régimen.Así lo ha entendido la CSJN en la causa "Leroux deEmede, Patricia c/ Municipalidad de Bs. As" (30/4/91).Esto es así aunque, como en el caso, se tratara decontrataciones especiales en el ámbito de la adminis-tración pública y que concernían al proceso privatiza-dor dispuesto por la ley 23696, en el ámbito del decre-to 95/92.

CNAT Sala IV Expte Nº 25380/00 Sent. 8923329/8/03 "Tevelez, Yamila C/ Estado Nacional. Ministe -rio De Economía S/ Daños Y Perjuicios" (M.- G.-)

Contratados por la Administración Pública.Calidad de entidad estatal de la demandada.

Falta de acto expreso.Si de los contratos suscriptos entre las partes no

surge que tales contrataciones se hacían expresa-mente bajo el régimen de la ley común o dentro delprevisto por las convenciones colectivas de trabajo, di-cha omisión impide que se tenga a la dependiente in-cluida en tales convenios por el mero hecho de que lademandada (en el caso Secretaría de Empleo y Capa-citación Laboral) se adhiriera a dichos convenios. Lacalidad de entidad estatal de la demandada y la au-sencia de inclusión expresa en el régimen común ha-cen que, por aplicación de la doctrina expresada por laCorte en "Leroux de Emede, Patricia c/ Municipalidadde Buenos Aires" (30/4/91), se excluya la aplicación delas normas de la LCT a la relación laboral existente en-tre las partes y por ello no se acoja el reclamo en ba-se a tal normativa.

CNAT SALA IX Expte Nº 15586/01 Sent. 1110328/11/03 "Cesio, Noemí C/ Estado Nacional Secretariade Empleo y Capacitación Laboral S/ Despido" (P.- ZDe R.-)

Contratados por la Administración Pública.Cancelación de la designación.

Período de prueba. Procedencia.Es razonable pensar que durante el período de

prueba de un empleado de la Administración PúblicaNacional, pueda válidamente cancelarse su designa-

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ción sin expresar la motivación de tal decisión (art. 25del CCT General para la Administración Pública Nacio-nal homologado por el decreto 66/99), pues de otromodo no se advierte cuál sería la utilidad práctica delcitado período de prueba. Un criterio similar rige en laLCT, pues durante dicho lapso, el empleador está fa-cultado para extinguir la relación sin expresión de cau-sa y sin obligación de pagar indemnizaciones por des-pido, aunque con la obligación de preavisar.

C N AT Sala III Exp n° 25593/01 sent. 8719317/10/05 “Schnaiderman, Ernesto c/ Estado Nacional.Secretaría de Cultura y Comunicación de la Presiden -cia de la Nación s/ nulidad de resolución” (G.- E.-)

Contratados por la Administración Pública.Despido sin causa. Organismo público. Nulidad.

Reincorporación.El Organismo Regulador del Sistema Nacional de

Aeropuertos (ORSNA) para el que trabajaba la actora,

fue creado en el ámbito del Poder Ejecutivo Nacionaldentro de la Secretaría de Obras Públicas y Transpor-te, si bien descentralizado y autárquico, es un organis-mo público y como tal, aunque el art. 24 del decreto375/97 dispone que las relaciones de dicho organismocon su personal dependiente se regirán por la LCT, enel caso, debe declararse inconstitucional dicha normay encuadrar a la accionante dentro del Régimen Jurí-dico Básico de la Función Pública. Como consecuen-cia de ello, rigiendo el sistema de estabilidad absoluta,el despido dispuesto por la demandada resulta nulo,debiendo la misma ser reincorporada, ya que la forma-ción de una investigación administrativa inherente alresultado de un despacho telegráfico en el cual la ac-tora se limitó a efectuar un descargo por su propia vo-luntad y acompañó las constancias documentales queestaban a su alcance, no viene a suplir dicha obliga-ción formal ni tampoco puede considerarse que porello haya podido ejercer su derecho de defensa.

CNAT Sala VII Expte n° 10541/03 sent. 390387/3/06 “Delfino, Laura c/ ORSNA s/ despido” (RB.- F.-)

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FRAUDE LABORAL EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA:DERECHOS EMERGENTES DE LA EXTINCIÓN DEL CONTRA T O .

Doctrina sostenida por la mayoría

Resulta manifiestamente irrazonable dejar sin protec -ción alguna a quien prestó servicios dependientes pa -ra la administración pública en forma ininterrumpida encumplimiento de funciones propias y permanentes deesta última, bajo el ropaje fraudulento de supuestaspasantías, sin encuadramiento en el régimen jurídicode empleo público, ya sea permanente o transitorio, niinclusión expresa en la Ley de Contrato de Trabajo oen el régimen de convenciones colectivas de trabajo.

Debe necesariamente aceptarse la opción extintivaa favor del trabajador despedido, que también puedeelegir entre solicitar el cumplimiento del contrato oaceptar la conclusión definitiva de la relación con de -recho a percibir la correspondiente indemnización dedaños y perjuicios

A partir de las leyes 24.185 y 25.164 y del conveniocolectivo para trabajadores del Estado, existe una limi -tación expresa a las contrataciones como la que daorigen a estas actuaciones, prevaleciendo -en conse -cuencia- la cláusula constitucional que ordena la pro -tección del trabajo en sus diversas formas.

El trabajador que se desempeña en el sector públi -co no por eso deja de ser trabajador y ya no podrá afir -marse lo indicado por la Corte Suprema de Justicia dela Nación en el caso "Gil" ya que estaríamos frente auna conducta reglada que, como tal, no podría serejercida contra la disposición legal expresa. Tampoco,por supuesto, podrían alegarse en la especie faculta -des exorbitantes desde la limitación impuesta por laley 25.164.

HECHOS: Se trata de una trabajadora que cumplióservicios en forma ininterrumpida en el Tribunal deServicio Doméstico (hoy Consejo de Servicio Domés-tico) dependiente del Ministerio de Trabajo, Empleo yRecursos Humanos de la Nación, desde setiembre de1993 hasta el 31 de marzo de 2000, contratada me-diante el instituto de la pasantía y con la intervenciónde la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.

La actora, en cambio, sostuvo que no es aplicableel contrato de pasantías al presente caso y se consi-deró despedida, reclamando las indemnizaciones dela LCT.

Del Voto del Dr. Oscar Zas (por la mayoría): 1.- "...Las normas descriptas revelan que la contra-

tación de la actora no se ajustó a las condiciones exi-gidas por los decretos 340/92 y 93/95, pues al tiempode la sanción de la ley 25165 (6/10/99) la accionanteya llevaba algo más de seis años de trabajo en las mis-mas funciones y lugar de tareas. A lo que se agregaque, con la limitación impuesta por el decreto 93/95, laaccionante cumplió el año de antigüedad como gra-duada el 2/7/99 (fs. 342), lo que demuestra que tampo-co era posible la continuación de su prestación comopasante a partir de esa fecha..."

2.- "...De este modo, de lo que se trata en el caso enexamen es de establecer cuáles son las normas apli-cables en los casos en que la administración pretendela exclusión del régimen de regulación del empleo pú-blico por una vía no prevista en el mismo, o si se pre-fiere, por el incumplimiento de las condiciones estable-cidas en la ley al fijar su propio ámbito de aplicación.

En esta causa las demandadas pretenden la aplica-ción de las normas regulatorias del régimen de pasan-tías, pero no se han ajustado a ellas. De tal forma, ex-cluida su aplicación prevista tanto para el ámbito públi-co como privado, sólo resta la relación de empleo quenecesariamente se encuentra regida por las normasdel derecho público constitucional y administrativo y nopor las de derecho privado (laboral o no laboral)."

3.- En primer lugar, considero inaplicable en formadirecta la Ley de Contrato de Trabajo, toda vez que se-gún lo dispuesto por el art. 2º, inc. a) de este ordena-miento jurídico sus disposiciones no serán aplicables alos dependientes de la Administración pública nacio-nal, provincial o municipal, excepto que por acto expre-so se los incluya en la misma, y en el "sub-lite" no es-tá demostrado ese acto inclusivo.

4.- Estimo pertinente transcribir los argumentosesenciales expuestos en una reciente sentencia de laSala III de la C.N.A.T., con los cuales coincido y queestimo plenamente aplicables al presente caso:"...Si bien es cierto que los contratados en infracción alos límites legales podrían tener derecho a ser inclui-dos en el régimen de empleo público, y a que se lesaplicara el régimen de estabilidad absoluta que consti-tucionalmente se prevé para dicho ámbito, lo cierto esque si el empleado afectado por dicha irregularidad,cuya vinculación ha sido rescindida, solicita amparo ju-

Sala V de la C.N.A.T., 28.04.2006, "GONZALEZ DEGO MARIA LAURA C/ MINISTERIO DE TRABAJO,EMPLEO Y FORMACION DE RECURSOS HUMANOS Y OTRO S/ DESPIDO”

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risdiccional ante la justicia del trabajo, correspondehacer aplicación del régimen de protección contra eldespido arbitrario previsto en el régimen común."

“El hecho de que el trabajador consienta su exclu-sión del régimen de estabilidad absoluta (del que ha-bría gozado si el Estado se hubiese atenido a los re-quisitos legales de contratación) no es un motivo paranegarle toda protección de su estabilidad. Es decir,afirmar que su relación de trabajo, no obstante la irre-gular contratación, es de empleo público, equivale enla práctica a negar todo amparo jurisdiccional a la pro-tección de su estabilidad."

"Y en este punto ya no estamos en el nivel de lega-lidad, sino en el de constitucionalidad, cuyo controltambién corresponde al Poder Judicial. Si bien la deci-sión de recurrir a contratación de personal, como yase expresó, constituye una facultad discrecional delEstado, es deber de los jueces controlar los actos delos otros poderes a fin de velar por el respeto de losderechos y garantías previstos en la Constitución Na-cional y en los tratados internacionales con jerarquíaconstitucional (conf. arts. 31 y 75, inc. 22 CN.)".

"Frente a esto, no resulta admisible negar toda pro-tección de la estabilidad del trabajador contratado irre-gularmente: ya sea dentro del régimen legal del em-pleo público o del de la Ley de Contrato de Trabajo, leasiste, en el peor de los casos, el derecho constitu-cional a la protección contra el despido arbitrario, pues-to que la irregular contratación lo privó de ingresar a lacarrera administrativa y de adquirir la estabilidad quepara tal ámbito rige (CNAT, Sala VII, Expte Nº 5171/03,sent. 38405, del 12/4/2005, in re "Canesin, Alcides yotros c/Ministerio de Defensa - Ejército Argentino - Di-rección de Remonta y Veterinaria s/despido")º" (conf.C . N . A . T., Sala III, sent. nº 87.011, 22/8/2005, "Gonzá-lez Carrasco, Eliana Victoria c/Ministerio de Economíay Obras y Servicios Públicos y otro").

Ami modo de ver, no resulta aplicable al "sub-lite"la doctrina establecida por la Corte Suprema deJusticia de la Nación en el caso "Leroux de Emede".

5.- Cuando la contratación es fraudulenta y despro-vista de toda legitimidad, tendiente exclusivamente acercenar derechos a la trabajadora demandante, enoposición a expresos dictados de la Constitución Na-cional, no puede hacerse valer la voluntad expresadaen la invocada pasantía, vínculo que en el "sub-lite"carece de validez, por lo que, corresponde en tal situa-ción excepcional aplicar la norma de rango superiorque garantiza a todo trabajador público o privado unresarcimiento en el supuesto de despido arbitrario (cfr.C.N.A.T., Sala VI, 29/4/1994, "Zabalza, Mirta O. C/Ins-tituto de Obra Social para el Personal de los Ministe-

rios de Salud y Acción Social y de Trabajo y SeguridadSocial", D.T. 1994-B, P. 1188/9).

Sin perjuicio de que considero inaplicable al "sub-li-te" la doctrina del caso "Leroux de Emede", cabe des-tacar que con posterioridad nuestro más Alto Tribunaldesestimó un recurso interpuesto por la demandadacontra una sentencia de la Sala VI de la C.N.A.T. alconsiderar que no refutaba todos y cada uno de losfundamentos de aquella decisión.

6.- El art. 16 del C. Civ. dispone:"Si una cuestión ci-vil no puede resolverse, ni por las palabras, ni por elespíritu de la ley, se atenderá a los principios de las le-yes análogas, y si aún la cuestión fuere dudosa, se re-solverá por los principios generales del derecho, te-niendo en consideración las circunstancias del caso".

A su vez, el art. 11 de la L.C.T. (t.o.) establece:"Cuando una cuestión no pueda resolverse por aplica-ción de las normas que rigen el contrato de trabajo opor las leyes análogas, se decidirá conforme a los prin-cipios de la justicia social, a los generales del derechodel trabajo, la equidad y la buena fe".

Resulta manifiestamente irrazonable dejar sin pro-tección alguna a quien prestó servicios dependientespara la administración pública en forma ininterrumpidaen cumplimiento de funciones propias y permanentesde esta última, bajo el ropaje fraudulento de supues-tas pasantías, sin encuadramiento en el régimen jurí-dico de empleo público, ya sea permanente o transito-rio, ni inclusión expresa en la Ley de Contrato de Tra-bajo o en el régimen de convenciones colectivas detrabajo.

En este cuadro de situación, el trabajador afectadoqueda al margen de la estabilidad del empleado públi-co, y tampoco goza de la protección contra el despidoarbitrario.

De ahí que resulta justo, prudente y razonable apli -car analógicamente las normas que reglamentan demodo menos intenso la protección constitucional con-tra el despido arbitrario, y reconocerle las indemniza-ciones similares a las que percibiría un trabajador re-gido por la Ley de Contrato de Trabajo en caso de des-pido incausado e intempestivo.

7.-El régimen de estabilidad propia procura aumen-tar la protección contra el despido arbitrario, eliminan-do el poder rescisorio del empleador.

En este régimen, en modo alguno ello importa pri-var al trabajador de ningún derecho. Si éste se en-cuentra autorizado para rescindir el contrato por culpadel empleador, las normas especiales que consagranla estabilidad propia modifican el régimen general úni-camente para beneficiarlo, pero sin llegar a cercenarjamás ese poder rescisorio que se admite con carác-

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ter general, y que se mantiene intocado a pesar de lalimitación que ha impuesto al patrono (cfr. HoracioHéctor De La Fuente, "Principios jurídicos del derechoa la estabilidad", Zavalía, Buenos Aires, 1976, p. 77/8).

Siendo procedente el despido indirecto, debe en-tonces necesariamente aceptarse la opción extinti-va a favor del trabajador despedido, que tambiénpuede elegir entre solicitar el cumplimiento delcontrato o aceptar la conclusión definitiva de la re-lación con derecho a percibir la correspondienteindemnización de daños y perjuicios (cfr. De LaFuente, op. cit., p. 83).

El trabajador asalariado, ya sea vinculado por unarelación de empleo privado o por una de empleo públi-co, es un hombre libre que, en tal calidad, tiene dere-cho a confirmar el despido arbitrario o la cesantía in-causada, ejerciendo directamente la acción judicial re-sarcitoria, resultando -por ende- sobreentendida la re-nuncia válida a la acción de nulidad y reincorporación(arts. 1061 y 1063, C. Civ.).

8.- La misión judicial no se agota con la remisión ala letra de los textos legales, sino que requiere del in-térprete la búsqueda de la significación jurídica o delos preceptos aplicables que consagre la versión técni-camente elaborada y adecuada a su espíritu, debien-do desecharse las soluciones notoriamente injustasque no se avienen con el fin propio de la investigaciónjudicial de determinar los principios acertados para elreconocimiento de los derechos de los litigantes (Fa-llos: 253:267, entre otros).

El razonamiento judicial debe partir de la ponderaciónde los valores constitucionales, que constituyen una guíafundamental para solucionar conflictos de fuentes, denormas o de interpretación de la ley (C.S.J.N., F.1116.XXXIX, 21/3/2006, "Ferreyra, Víctor Daniel y Fe-rreyra, Ramón c/V. I . C . O . V. S.A.", considerando 4º, párr.1º del voto del Dr. Ricardo Luis Lorenzetti).

9.- La condena recaerá solidariamente sobre la Uni-versidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Eco-nómicas, toda vez que participó activamente en el frau-de consistente en ocultar la relación laboral de la acto-ra con el Ministerio de Trabajo, Empleo y SeguridadSocial de la Nación (aplicación analógica del principioestablecido en el art. 14 de la L.C.T. -t.o.-).

La citada codemandada admitió expresamente en elresponde que la relación con la actora era de pasantíacon el Tribunal de Servicio Doméstico, y que le abonabaa aquélla los “emolumentos” pertinentes con los fondosgirados por el Ministerio de Trabajo (ver fs. 102 vta./3).

No obsta a la conclusión expuesta el hecho de quela Universidad de Buenos Aires no sea empleadora enlos términos de la Ley de Contrato de Trabajo por no

mediar el acto de inclusión expresa exigido por el art.2º, inc. a) de ese ordenamiento jurídico, toda vez quela conducta coincidente de aquélla y del Ministerio deTrabajo excluyó arbitrariamente a la actora del régi-men jurídico de empleo público, ya sea permanente otransitorio y tampoco la incluyó expresamente en elámbito de aplicación de la Ley de Contrato de Trabajo.

Desde esta perspectiva, el motivo por el cual la Uni-versidad de Buenos Aires es responsabilizada por apli-cación analógica del art. 14 de la L.C.T. (t.o.) no es por-que se prescinda de la falta de manifestación expresade aquella entidad pública de someterse al régimen la-boral común, sino porque al participar en el conciertofraudulento precitado incurrió en un acto ilícito queamerita el reproche postulado en este voto.

Cabe destacar que los actos jurídicos celebradospor los organismos públicos deben adecuarse a losprincipios y normas de todo el ordenamiento jurídico y,en particular, al principio de legalidad que se vería vul-nerado en este caso si se desconociese la responsa-bilidad solidaria de la Universidad de Buenos Aires.

Del voto del Dr. Julio Simón (por la mayoría): 10.- No ignoro los alcances del "leading case" "Leroux

de Emede" citado por la Dra. García Margalejo, pero dosson las razones que me lleva a apartarme de su doctri-na y adherir, por sus fundamentos al voto del Dr. Zas.

La primera es que la nueva conformación de la Cor-te Suprema de Justicia de la Nación permite pensarque esa jurisprudencia puede ser dejada de lado, má-xime que no se ha sentado, que yo sepa, doctrina so-bre el tema a partir de la actual integración.

La segunda es que, como sostuve oportunamente(conf. "Los trabajadores contratados en la administra-ción pública a la luz de las últimas disposiciones lega-les y convencionales", juntamente con Mariano Recal-de, d.t., 2001, pág. 2229) a partir de las leyes 24.185y 25.164 y del convenio colectivo para trabajadoresdel Estado, existe una limitación expresa a las con-trataciones como la que da origen a estas actua-ciones, prevaleciendo -en consecuencia- la cláusu-la constitucional que ordena la protección del tra-bajo en sus diversas formas.

El trabajador que se desempeña en el sector públi-co no por eso deja de ser trabajador y ya no podrá afir-marse lo indicado por la Corte Suprema de Justicia dela Nación en el caso "Gil" ya que estaríamos frente auna conducta reglada que, como tal, no podría serejercida contra la disposición legal expresa. Tampoco,por supuesto, podrían alegarse en la especie faculta-des exorbitantes desde la limitación impuesta por laley 25.164.

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Del voto de la Dra. García Margalejo (por la minoría): La sentencia de grado rechazó los créditos recla-

mados en la demanda, al considerar que si bien fuedesvirtuado que la naturaleza jurídica del vínculo exis-tente entre las partes se encontrara enmarcada dentrodel régimen de las pasantías, tal como fue sostenidopor las demandadas en su defensa, lo relevante esque "...el hecho de que la Administración se hayaapartado de su régimen legal y aún más, contratadoen violación al mismo, no convierten la relación habi-da entre las partes en una de derecho privado..." y que"...los contratados en las condiciones de la actoramantienen con la administración una relación de ca-rácter público, regida por normas de derecho adminis-trativo y no por el derecho común laboral (LCT), y esdentro de ese ámbito y ante el fuero contencioso ad-ministrativo ante quien debió demandarse el resarci-miento pertinente..." (ver fs. 508). No puede sosla-yarse la doctrina proveniente de la Corte Supremade Justicia de la Nación en el fallo "Leroux deEmede, Patricia c/ Municipalidad de la Ciudad deBuenos Aires" (30-4-1991, D.T. 1991-B-1847) por lacual no es admisible sostener que la relación deempleo se hallaba regida por la ley laboral comúnfrente a la existencia de un régimen jurídico espe-cífico que reglamenta los derechos de los depen-dientes del organismo estatal y a la disposicióndel art. 2º, inc. "a", de la L.C.T., según el cual el ré-gimen no es aplicable a los dependientes de la ad-ministración pública, salvo que por acto expresode los incluya en éste o en el de las convenciones

colectivas de trabajo (considerando cuarto de di-cha sentencia).

Desde dicha óptica de enfoque y por un razonamien-to lógico, mal podría resultar operativo en el caso el su-puesto previsto por el art. 14 de la Ley de Contrato deTrabajo, pues dicha normativa no le resulta aplicable ala parte demandada -ello no implica admitir la legitimi-dad del marco jurídico dado por el Estado en el vínculo,en tanto indudablemente el régimen de pasantías no seajustaba a sus circunstancias fácticas-. Por ende, y alno surgir que se hubiera contratado a la actora ex-presamente bajo el régimen de la ley laboral o en elrégimen de las convenciones colectivas de trabajo(art. 2º antes cit.), teniendo presente que el "emplea-dor" del caso es el Estado Nacional, el vínculo nopuede sujetarse dentro de los términos de la ley la-boral antes citada, pudiendo eventual e hipotética-mente, ajustarse a la ley marco de regulación deempleo público nacional nº 25.164, tal como conclu-yera la sentenciante que me antecede, o a la deter-minación de las remuneraciones propias de los em-pleados públicos y/o los perjuicios que eventual-mente se hayan causado a la parte actora por lasomisiones del Estado, en el marco de la ley común.

Es de recordar asimismo que conforme ha expresa-do el Alto Tribunal, es indiscutible el carácter obligato-rio de sus decisiones (Fallos 310:746) y los jueces tie-nen el deber de conformar las suyas a las de ese Tri-bunal, que reviste el carácter de intérprete supremo dela Constitución Nacional y de las leyes dictadas en suconsecuencia (Fallos 311:1644).

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SINDICATO ARGENTINO TRABAJADORESDE LA

INDUSTRIA FIDEERA

Adhesión a la Revista La Causa Laboral de laAsociación de Abogados Laboralistas

Río de Janeiro 34/36 • (1405) Buenos Aires • Tel/Fax: 4902-3032 y 4901-6125 • E-mail: [email protected]

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U N C A C H O D E C U L T U R A

l crítico cinematográfico e historiador francésGeorges Sadoul contaba en su monumental“Historia del cine mundial”, que “en el primerfilm de Louis Lumière, La salida de la fábrica

de 1895 –casi un film publicitario– las obreras confaldas acampanadas y sombreros de plumas y losobreros empujando sus bicicletas dan hoy a ese sim-ple desfile un encanto ingenuo. Detrás del personaliban sus patrones en una victoria tirada por dos ca-ballos”. Esa imagen bucólica y casi festiva no iba arepetirse en muchas oportunidades en el cine del si-guiente siglo.

Es así, el mundo del trabajo fue soslayado y casisiempre omitido en el cine de espectáculo y de entre-tenimiento. El cine, desde sus comienzos estuvo tiro-neado por sus características de arte-industria de ma-sas y de espectáculo por excelencia en el que el es-pectador, fuera de su hogar y muchas veces con su fa-milia, se convertía en un testigo privilegiado.

Se pensaba que el hombre de trabajo iba al cine pa-ra abstraerse de su vida cotidiana y por lo tanto la granindustria, en especial los grandes estudios norteameri-canos, mantuvieron alejados de sus historias al mundodel trabajo. Este apenas podía ser aludido, pero casinunca podía convertirse en centro del asunto cinema-tográfico.

De los cientos de miles de películas que se han rea-lizado a partir de sus inicios, solamente unas centena-res convertían a los problemas laborales y a sus pro-tagonistas en eje de sus temáticas y en la mayoría delos casos se trataba de films alternativos producidosfuera de los grandes estudios.

Lo mencionado ocurrió en distintas épocas perosiempre existieron películas y directores preocupadospor la desocupación, las luchas obreras, los cambios yrestructuraciones del sistema capitalista, la pobreza yla exclusión, la inmigración, etc. En una somera enu-meración no se puede soslayar a La huelga (1925) deSergio Eisenstein, Tiempos modernos (1935) de Cha-plin, las italianas Ladrones de bicicletas (1948) de DeSica y La terra trema (1948) y Rocco y sus hermanos

(1960) de Visconti, Novecento (1976) de BernardoBertolucci o Los compañeros (1963) de Mario Monice-lli. De Brasil recordamos a la entrañable Ellos no usansmoking (1981) dirigida por León Hirszman y de Ar-gentina a Después de la tormenta (1990) de TristánBauer.

Hay muy pocos directores que han dedicado casitoda su obra al mundo del trabajo y uno de ellos es sinduda el inglés Ken Loach. Su mirada es muy profunday radicalmente crítica hacia los partidos políticos quese reivindican obreros y los sindicatos influenciadospor el laborismo. Riff, Raff (1990) funciona como unametáfora de la situación actual del capitalismo en lospaíses europeos y su política de exclusión y arrasa-miento de las conquistas obreras. El mundo de los de-socupados y sus subsidios y de las mujeres y su ma-ternidad están plenamente representados en Mi nom -bre es Joe (1998) y Ladybird Ladybird (1996).

Ahora bien, en los últimos años un joven directorfrancés, Laurent Cantet, se lanzó de lleno a reflejar ensus dos films, Recursos humanos (1999) y El empleodel tiempo (2001), los complejos problemas que estánpresentes hoy alrededor de esa temática.

Su opera prima, Recursos humanos, desentraña,apelando a la emoción sin ningún tipo de desbordes,las contradicciones laborales y afectivas de un mo-mento como éste en que el trabajo está sufriendo múl-tiples mutaciones, aunque sigue siendo capitalismodesarrollado al máximo, imperio omnipotente del mer-cado, vaciamiento del Estado que virtualmente carecede instrumentos de política para intervenir en la econo-mía, dependencia del poder financiero internacional ydeshumanización creciente en las relaciones humanasy sociales.

Durante las últimas décadas, el cine francés se ca-racterizó por una temática que contemplaba esencial-mente a la clase media parisina, sus conflictos amo-rosos y la vida doméstica de gente que tenía muy po-cos problemas económicos, obstruyendo cualquiermirada orientada a los sectores más desfavorecidosde la sociedad. Esta situación valoriza enormemente

El mundo del trabajoy el cine de Laurent Cantet

Por Alberto Poggi

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el trabajo de Cantet, quien con unguión minúsculo y perfecto, tomaa Franck, un joven profesional quevuelve a su pueblo para realizaruna pasantía en la fábrica dondetrabaja su padre desde hace másde treinta años. Su tarea es ayu-dar a la empresa a aplicar sin ten-siones las 35 horas de labor. Elconflicto se desata, tanto en elcontexto social como familiar y vacreciendo y complejizándose condiafanidad, emocionando siemprecon el diálogo justo, sin una pala-bra de más, sin ningún plano in-cluido porque sí. No hay una solaobviedad, nadie pontifica, no haybuenos y malos absolutos, no haydiscursos ejemplificadores o sen-tenciosos, sólo hay hechos, actitu-des y problemas mostrados sinefectismos, con mucho de impro-visación en el trabajo actoral, (po-cos son actores profesionales) loque ayuda a darle al film un climade realismo intenso y creíble. Esuna película honesta, rigurosa yconmovedora, puede ser vista porcualquier espectador sensible por-que lo respeta, no lo lleva de lasn a r i c e s .

En su segunda película, Cantetsigue con la temática laboral y suimplicancia social, pero en estecaso acompaña a Vincent, para

quien el trabajo que tiene no se co-rresponde con lo que quiere y –ahíse encuentra el meollo de un filmintenso– su búsqueda de otra ma-nera de definirse a si mismo, a suvida, a su tiempo y al trabajo. Enrealidad, aparentemente se tratade una historia de un desemplea-do, más bien estamos frente a unhombre que decide emplear sutiempo de otra manera y poco apoco va adentrándose en un juegode una gran ambigüedad y tam-bién de mucho peligro, porque elocultamiento a su familia y amigospasa a ser imprescindible. Vi n c e n t ,en su huida hacia adelante, siem-pre está caminando sobre una cor-nisa y siempre está siendo obser-vado y, en algunos casos, presio-nado por su familia y por los nue-vos amigos que va encontrando.Tal como dice Cantet “es muy im-portante analizar la forma en quela privacidad es modelada y recibela influencia de la situación social,y ver en que forma nuestra privaci-dad puede condicionar las cuestio-nes sociales”. Este ida y vueltapermanente, familia y sociedad, setransforma en un apasionante jue-go en el que las pasiones, los pre-juicios, las ideas, los intereses ylos afectos del conjunto estánsiempre en tensión apareciendo

sutilmente pero, también, con su-ma violencia.

El prestigioso crítico norteameri-cano Jonathan Rosembaum escri-bió sobre este tipo de films: “Esta-mos viviendo en un mundo de dis-paridades sociales tremendas, talvez como nunca hemos vivido. Unose pasa viendo películas que pro-ponen varios tipos de escape de lavida. Me pregunto cuán diferentesería el cine si nos devolviera la mi-rada hacia ese mundo y nos ense-ñara algo acerca de él”.

El cine de Cantet nos enseñamucho sobre la situación actual delmundo del trabajo, sus profundoscambios, los viejos problemas quepermanecen aunque con nuevasformas, la explotación, la alinea-ción, los efectos sicológicos, en fin,todo aquello que en general el sis-tema trata de ocultar, pues no sóloel cine pasa por esta situación,tambien los grandes medios, la te-levisión, ocultan, niegan, tergiver-san el mundo del trabajo y funda-mentalmente a sus protagonistascentrales, los trabajadores, llámen-se como se llamen: obreros, em-pleados, campesinos, intelectuales,desocupados, indígenas, migran-tes, en suma, todos aquellos quetrabajan y producen bajo el dominiodel capital.

S.U.T.N.A.SINDICATO ÚNICO DE TRABAJADORES DEL

NEUMÁTICO ARGENTINO

Adherido al ICEM y FUTINAL

U N C A C H O D E C U L T U R A

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“La rebelión de las Madres”de Ulises Gorini

Por Guillermo Pajoni

lises Gorini, abogado, periodista, docente yesencialmente un investigador de nuestra rea-lidad social, ha escrito un libro que se transfor-ma en un referente inevitable para comprender

la historia reciente de nuestro país y del contexto inter-nacional vigente en ese momento. En efecto, el títulodel libro puede llevar a la conclusión que se trata sólode la historia de Las Madres de Plaza de Mayo, perosu lectura ágil y vivaz nos adentra en la historia políti-ca y social del período que va de 1970 a la caída de ladictadura militar.

Si bien la época central del libro se refiere al perío-do negro del genocidio, el autor previamente nos ubi-ca en los antecedentes y, de alguna manera, tambiénen las causas que determinaron que la burguesía na-cional e internacional impulsaran la salida militar anteel avance de la lucha de clases en el país.

Y una vez acaecido el nacimiento de esa organiza-ción ,difícil de encuadrar, que son las Madres de Pla-za de Mayo, Gorini recorre todo un camino donde seva viendo, paso a paso, el crecimiento político de quie-nes pasaron a ser, en muchos casos, de amas de ca-sa a militantes políticos ineludibles y actoras funda-mentales en la lucha por los derechos humanos y porel derrocamiento de la dictadura militar.

En el desarrollo del libro se detallan situaciones delucha política e ideológica de una riqueza conceptualfundamental. La lucha dentro de las mismas Madres,con las demás organizaciones de derechos humanosy con los partidos políticos, sobre los conceptos “apa-rición con vida”, la publicación de “listas de desapare-cidos” y sus consecuencias, el reconocimiento de loscompañeros “detenidos desaparecidos” como lucha-dores sociales y otros tantos conceptos de un fuertecontenido ideológico, son presentados con suma cla-ridad, ante lo complejo de la cuestión, que hoy nospermite comprender el porqué de muchas de las posi-ciones que aparecían como contradictorias.

Por otra parte se resalta, con toda su crudeza y per-versión, el accionar de los militares en la brutal matan-

za y en los procedimientos criminales utilizados mos-trando, una vez más, el rostro del horror y del únicodemonio productor de ese genocidio.

Ante esta terrible situación política y la desapari-ción forzada y asesinato de opositores, también sedestaca en el libro el nefasto rol jugado por muchos delos partidos políticos, buena parte de la dirigencia sin-dical y la Iglesia institucional y parte de sus dignata-rios. En oposición a ello, también están presentes enel libro aquellos inclaudicables luchadores y luchado-ras que han llenado las páginas de la dignidad y elcompromiso.

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Es fundamental señalar la profusa documentaciónque respalda cada uno de los hechos relatados y lasposiciones adoptadas por los distintos sectores en es-ta heroica gesta, que tuvo y tiene como eje a las Ma-dres de Plaza de Mayo.

Como bien señala Osvaldo Bayer en el Prólogo dellibro, “el autor no se conforma con las Madres ni conlos Desaparecedores. Describe todo el ambiente delpatíbulo y de la gesta materna. Esos documentos delos políticos que luego serán votados y que tratan desobar las botas militares. He ahí la Argentina. Pero, lasMadres. Y el increíble “no” de los monseñores papa-les. La Argentina de los que tienen el poder”.

Para poder comprender la historia de 1976-1983,para documentarse sobre aspectos esenciales de esaépoca y entender como jugaron los distintos factoresde poder, en tanto se producía el peor genocidio (si engenocidios puede haber peores) de la época modernaen nuestro país, la lectura de “La Rebelión de las Ma-

dres” resulta imprescindible.Dicho esto no por una cues-tión retórica, sino porque real-mente en este material secondensa con equilibrio, ca-pacidad y documentación res-paldatoria, la historia políticade esa etapa en un tema cen-tral, el genocidio, la lucha delas Madres y demás organiza-ciones sociales y políticas ylos derechos humanos.

Mi agradecimiento perso-nal al autor pues me ha permi-tido comprender y “afinar” algunos conceptos e ideasreferentes a la lucha de las Madres y a la época que nostocó vivir, esperando que a la brevedad podamos con-tar con el segundo tomo cuya complejidad, me imagino,va a requerir de un esfuerzo literario mayúsculo.

Ulises Gorini

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L A B U E N A L E T R A

Amó aquella vez como si fuese la última.Besó a su mujer como si fuese la última.Y a cada hijo suyo como si fuese el único.Y atravesó la calle con su paso tímido.

Subió la construcción como si fuese máquina.Levantó en el rellano cuatro paredes sólidas.Ladrillo con ladrillo en un diseño mágico.Sus ojos embotados de cemento y lágrima.

Se sentó para descansar como si fuese sábado.Comió frijol y arroz como si fuese un príncipe.Bebió y sollozó como si fuese un náufrago.bailó y se alborozó como si oyese música.

Y tropezó en el cielo como si fuese un bébedo.Y fluctuó en el aire como si fuese un pájaro.Y acabó en el suelo hecho un paquete flácido.Agonizó en medio del paseo público.

Murió a contramano entorpeciendo el tráfico.

Amó aquella vez como si fuese el último.besó a su mujer como si fuese la única.Y a cada hijo suyo como si fuese el pródigo.Y atravesó la calle como su paso bébedo.

Poesía de Chico Buarque

C o n s t r u c c i ó n

Subió la construcción como si fuese sólido.Levantó en el rellano cuatro paredes mágicas.Ladrillo con ladrillo en un diseño lógico.Sus ojos embotados de cemento y tráfico.Se sentó para descansar como si fuese un príncipe.Comió frijol y arroz como si fuese lo máximo.Bebió y sollozó como si fuese máquina.Danzó y se alborozó como si fuese el próximo.

Y tropezó en el cielo como si oyese música.Y fluctuó en el aire como si fuese sábado.Y acabó en el suelo hecho un paquete tímido.Agonizó en medio del paseo náufrago.

Murió a contramano entorpeciendo al público.

Amó aquella vez como si fuese máquina.Besó a su mujer como si fuese lógico.Levantó en el rellano cuatro paredes flácidas.Se sentó para descansar como si fuese pájaro.Y fluctuó en el aire como si fuese un príncipe.Y acabó en el suelo hecho un paquete bébedo.

Murió a contramano entorpeciendo el sábado.