Revista Ciencia & Trabajo N°37

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www.cienciaytrabajo.cl CIENCIA & TRABAJO • AÑO 12 • NÚMERO 37 • JULIO / SEPTIEMBRE • 2010 AÑO 12 • NÚMERO 37 • JULIO / SEPTIEMBRE • 2010 ISSN 0718-0306 versión impresa, ISSN 0718-2449 versión en línea, Cienc Trab. 2010 jul-sep; 12 (37) "Duerma Poco y Aumente de Peso" | A112 Calidad del Aire en Edificios Destinados a Oficinas | 349 Evaluación de Exposición a Calor. Alcances y Limitaciones de los Indicadores | 355 Afectaciones a la Salud por Metales Tóxicos en Pobladores de Xochitlán, México | 362 C i e n c i a & T r a b a j o Higiene Industrial

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Revista Ciencia & Trabajo. Una publicación de la Fundación Científica y Tecnológica FUCYT. Asociación Chilena de Seguridad.

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ISSN 0718-0306 versión impresa, ISSN 0718-2449 versión en línea, Cienc Trab. 2010 jul-sep; 12 (37)

"Duerma Poco y Aumente de Peso" | a112

Calidad del Aire en Edificios Destinados a Oficinas | 349

Evaluación de Exposición a Calor. Alcances y Limitaciones de los Indicadores | 355

Afectaciones a la Salud por Metales Tóxicos en Pobladores de Xochitlán, México | 362

C i e n c i a & T r a b a j o

HigieneIndustrial

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Editorial | Ciencia & Trabajo

factores peligrosos antes que causen su efecto nocivo, de forma tal que éstos se puedan detectar, eliminar y controlar a tiempo. Acciones que necesariamente deben iniciarse mucho antes de que se produzca la exposición.Debido a la complejidad de los fenómenos abordados por la higiene industrial, esta ciencia considera el trabajo interdiscipli-

nario como parte fundamental de sus acciones, teniendo estrechas relaciones con otras espe-cialidades como la medicina del trabajo, segu-ridad industrial, ergonomía, psicología laboral, entre otras.En Chile importantes instituciones —como la Asociación Chilena de Seguridad— han impul-sado campañas y acciones tendientes a la prevención y control de estos peligrosos factores, obteniendo destacados logros, como capacitar a los distintos equipos de salud, lo que ha permitido una mejor detección de los casos para su posterior estudio y confirmación, optimización de los diagnósticos, tratamientos y evaluación de las incapacidades por enferme-dades profesionales, y el desarrollo de acciones de vigilancia y prevención de la presencia de estos factores de riesgo en las organizaciones.No obstante lo anterior, aún queda mucho por realizar, ya que estas problemáticas son de un constante y sistemático trabajo, lo cual nos

obliga a mantenernos alerta y continuar avanzando en el control y eliminación de estos riesgos. El presente volumen tiene como objetivo reflexionar y conocer los interrogantes, los vacíos y debates que esta fundamental disciplina conlleva, y donde cada uno de los investigadores que participan en este trabajo ha intentado aportar nuevos conocimientos desde sus propias perspectivas.Esperamos que los presentes artículos sean de gran utilidad y, de forma muy especial, agradecemos a los autores por habernos confiado sus importantes trabajos.

En las sociedades contemporáneas las transformaciones sociales, económicas y tecnológicas han generado un nuevo contexto para las organizaciones laborales. Fenómenos como la globalización de la economía, el progresivo envejecimiento de la población, los complejos fenómenos migratorios, las nuevas tecnologías, la masiva incorporación de las mujeres en el mercado laboral, el creciente proceso de tercerización económica, las mayores exigencias al trabajador y la fuerte competencia han transformado profun-damente las condiciones, organización y la manera de concebir y realizar el trabajo. Estos cambios han sido vistos por algunos como situaciones y circunstancias naturales y posi-tivamente necesarias del desarrollo; y, por otros, como fuentes desencadenantes de importantes riesgos para la salud de los traba-jadores, las comunidades vecinas y el medio ambiente en general.En este contexto, la generación de acciones preventivas a través de intervenciones orien-tadas al control de los riesgos ha ayudado a reducirlos, situación que ha colaborado a generar lugares de trabajo más saludable para las personas y su medio ambiente inmediato.El tratamiento de estos aspectos de potencial riesgo originados por los procesos de trabajo es el objeto de estudio de la higiene industrial, definida ésta como ciencia y arte dedicada al conocimiento, la evaluación y el control de tensiones ambientales que surgen en -o desde- los puestos de trabajo, y que pueden ser causa de enfer-medad, de perjuicios para el bienestar, o de incomodidad e inefi-cacia significativas entre los trabajadores o entre los ciudadanos. Disciplina cuyos objetivos son la protección y promoción de la salud, y resguardo del medio ambiente, impulsando el desarrollo seguro y sostenible.La función principal de la higiene industrial es proporcionar al ambiente de trabajo una permanente vigilancia de los agentes y

HIgIENE INdUSTRIAL

Editorial

Víctor Olivares Editor Jefe

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“C&T, Ciencia & Trabajo” es una publicación trimestral, propiedad de la Fundación Científica y Tecnológica Asociación Chilena de Seguridad. Derechos Reservados. Todos los textos publicados están protegidos por derecho de autor, conforme a la ley No 17.336 de la República de Chile.

Se autoriza la publicación posterior o la reproducción total o parcial de los artículos, en formato impreso o electrónico, siempre y cuando se cite “C&T, Ciencia & Trabajo”, como fuente primaria de publicación.

Vicuña Mackenna 210, piso 6, Providencia - Chile.Teléfono: (56-2) 685 3884 • e-mail: [email protected] • Internet: www.cienciaytrabajo.cl

Imprenta: Puerto Madero

Ciencia & Trabajodirector: Cristian Castillo Editor Jefe: Víctor OlivaresAsistente Editorial: Leonardo VarelaReferencias e Indización: Katherinne RivasCorrector de Texto: Ramón EspinozaTraducción Inglés: Eduardo Bayasdiseño gráfico: Corina garcía

CONSEJO EdITORIAL:Aldo VeraEscuela de Salud Pública, Facultad de Medicina, Universidad de Chile, Chile.Phd Arie ShiromUniversidad de Tel Aviv, Israel.Phd Arturo Juárez Facultad Psicología, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México.dra. Catterina Ferrecciodepartamento de Salud Pública, Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile.Phd Christina Maslach Universidad de California, USA.Phd Claudio Silva.Escuela de Salud Pública, Universidad de Chile, Chile.Phd dana LoomisEscuela de Salud Pública, Universidad de Carolina del Norte, USA.dr. Eduardo AlgrantiFUNdACENTRO, Brasil.Phd Francisco CumsilleEscuela de Salud Pública, Universidad de Chile, Chile.dr. guillermo AcuñaClínica las Condes, Chile.José Luis darrigrandeUniversidad de granada, España.Phd José guadalupe SalazarCentro Universitario de Ciencias de la Salud, Universidad de guadalajara, México.Phd Juan Andrés PucheuPontificia Universidad Católica de Chile, Chile.Phd Kyle Steenland Escuela de Salud Pública, Universidad de Emory, USA.dra. Luz Claudio Mount Sinai School of Medicine, USA.Phd Marisa Salanova Universidad Jaume I de Castellón, España.Phd Marisol Concha Asociación Chilena de Seguridad, Chile.Oscar Nieto / Saúl Ángel Vivas Fundación Iberoamericana de Seguridad y Salud Ocupacional, Argentina.Phd Pedro R. gil-Monte departamento de Psicología Social, Facultad de Psicología Universidad de Valencia, España.Phd Shrikant Bangdiwala Escuela de Salud Pública, Universidad Carolina del Norte, USA.Phd Steven Markowitz Queens College, USA.

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AÑO 12 • NÚMERO 37 • JULIO / SEPTIEMBRE • 2010

ISSN 0718-0306 vers ión impresa ISSN 0718-2449 versión en l ínea

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Index | Ciencia & Trabajo

A107 EditorialA109 ÍndiceA110 En este número

Artículos de DifusiónA112 Sección Ehp Pierda Sueño, Gane Peso. Otra Pieza en el Puzzle de la Obesidad

Artículos Originales349 Calidad del Aire en Edificios Destinados a Oficinas. Parámetros y Estándares de Diseño y Gestión para una Ventilación Eficiente Ayala N, Oliver G

355 Evaluación de Exposición a Calor. Alcances y Limitaciones de los Indicadores. Su interpretación y Correcta Aplicación Zúñiga R

362 Afectaciones a la Salud por Efecto de Metales Tóxicos en la Población de Xochitlán, Hidalgo, México García R, Prieto F, Scott W, Pulido G, Zúñiga A

370 Percepción del Peso de una Carga en Población Laboral Chilena: Modelamiento Basado en la Teoría de Conjuntos Difusos Córdova V, Troncoso R, Pinto R

376 El Paciente Diabético como Trabajador Especialmente Sensible en Medicina del Trabajo Vicente-Herrero T, Ramírez V, López A, Terradillos J, Capdevila L, Torres I, Tejedo E

380 Prevalencia de Trastornos Músculo-Esqueléticos de Columna Lumbar en Trabajadoras y Límites Biomecánicos en el Manejo de Carga y Pacientes Gutiérrez M, Flores C, Monzó J

386 Experiencias de la Reubicación Laboral en Trabajadores con Silicosis en una Empresa Minera Delgado D, Aguilera M, Contreras G, González R

391 Una Aproximación al Cáncer Mediante el Ajuste de Distribuciones Subpoblacionales Afectadas por Campos Electromagnéticos Gea E, Sánchez M

Índice IndexA107 EditorialA109 IndexA110 In this Issue

Diffusion ArticlesA112 Ehp’s Section Lose Sleep, Gain Weight. Another Piece of the Obesity Puzzle

Original Articles349 Air Quality in Buildings Intended for Offices: Parameters and Design and Management Standards for an Efficient Ventilation Ayala N, Oliver G

355 Heat Exposure Assessment. Scope and Limitations of Indicators. Its Interpretation and Proper Application Zúñiga R

362 Affectations of Health by Toxic Metals in Population of Xochitlán, Hidalgo, Mexico García R, Prieto F, Scott W, Pulido G, Zúñiga A

370 Perception Of Load Weight In Chilean Workers Population: Modeling Based On The Fuzzy Set Theory Córdova V, Troncoso R, Pinto R

376 The Diabetic Patient as a Restricted Worker in Occupational Medicine Vicente-Herrero T, Ramírez V, López A, Terradillos J, Capdevila L, Torres I, Tejedo E

380 Prevalence of Low Back Disorders Among Female Workers and Biomechanical Limits on the Handling of Load and Patients Gutiérrez M, Flores C, Monzó J

386 Experiences of Relocation Work in Workers with Silicosis in a Mining Company Delgado D, Aguilera M, Contreras G, González R

391 An Approach to Cancer through Adjustment of Subpopulational Distributions Affected by Electromagnetic Fields Gea E, Sánchez M

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Duerma Poco y Aumente de PesoEl dormir menos horas de lo normal tiene consecuencias relevantes en nuestro peso corporal. Específicamente, lo que nos dice este artí-culo es que a menos horas de sueño de lo habitual, nuestro cuerpo tiene una tendencia a aumentar su peso. Las explicaciones de por qué ocurre este fenómeno son diversas.

Calidad del Aire en Edificios Destinados a Oficinas. Parámetros y Estándares de Diseño y Gestión Para una Ventilación EficienteLa experiencia del Departamento de Higiene Industrial de la ACHS en evaluación de sistemas de ventilación en edificios destinados a trabajos de oficina le ha permitido detectar con una frecuencia relativamente alta problemas relacionados con el diseño y gestión de estos sistemas, que dificultan la obtención de ambientes sanos y confortables. A continuación, se presentan algunos de los pará-metros que deben de ser tomados en cuenta a la hora de diseñar este tipo de sistemas.

Evaluación de Exposición a Calor. Alcances y Limitaciones de los Indicadores. Su interpretación y Correcta AplicaciónEn este artículo se analizan los fundamentos, alcances y limitaciones de los siguientes indicadores: TGBH (Temperatura de Globo y Bulbo Húmedo); Tasa Requerida de Evaporación de Sudor y Frecuencia Cardiaca. Se presentan distintos casos experimentales en los que se realiza una evaluación detallada de la exposición a calor utilizando estos estándares.

Afectaciones a la Salud por Efecto de Metales Tóxicos en la Población de Xochitlán, Hidalgo, MéxicoDeterminar niveles de bioacumulación de metales (Cd, Cr, Pb y Al) en tejidos y fluidos corporales de los habitantes de Xochitlán, Estado de Hidalgo, ha sido el objetivo de este estudio. Con vistas a realizar valo-raciones de riesgo y probables daños a la salud de sus pobladores, se inició el estudio con con pobladores de entre seis y 90 años de edad.

ARTÍCULO dE dIFUSIÓN

En este Número

Percepción del Peso de una Carga en Población Laboral Chilena: Modelamiento Basado en la Teoría de Conjuntos DifusosEste trabajo evalúa cuál es el peso de los objetos que estarían dentro de rangos seguros o tolerables para los trabajadores. Desde un punto de vista preventivo, es importante examinar con más cuidado a qué cantidad de kilogramos se refieren los trabajadores cuando se ocupan tales categorías.

El Paciente Diabético Como Trabajador Especialmente Sensible en Medicina del TrabajoEl presente artículo revisa la legislación actual española y la contrapesa con los actuales puestos de trabajo y tareas en las que el trabajador diabé-tico puede tener una especial peligrosidad para sí mismo o para su entorno o bien generar un mayor número de complicaciones evolutivas en su proceso, con reper-cusión laboral, personal, social y jurídica.

Prevalencia de Trastornos Músculo-Esqueléticos de Columna Lumbar en Trabajadoras y Límites Biomecánicos en el Manejo de Carga y PacientesEl propósito del estudio fue determinar la asociación entre prevalencia de trastornos músculo-esqueléticos en mujeres trabajadoras y demandas biomecánicas de fuerza de compresión y corte en columna lumbar.

Experiencias de la Reubicación Laboral en Trabajadores con Silicosis en una Empresa MineraEste trabajo cualitativo presenta las experiencias de la reubicación laboral en trabajadores con silicosis a través de describir, tematizar e interpretar las vivencias, en el periodo de octubre a diciembre de 2009, en una empresa minera de Chile.

Una Aproximación al Cáncer Mediante el Ajuste de Distribuciones Subpoblacionales Afectadas por Campos ElectromagnéticosLa influencia que pudieran ejercer los campos electromagnéticos a nivel biológico no es del todo conocida. Este estudio es una aproxima-ción a modificaciones estructurales o funcionales biológicas a causa de una exposición a CEM de frecuencias extremadamente bajas.

ARTÍCULOS ORIgINALES

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Environmental Healthp e r s p e c t i v e s

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Son las 11 p. m. y usted

está sentado frente a

una brillante pantalla

de computador envian-

do correos electrónicos y comiendo

un sándwich. Usted trabajará hasta

pasada la medianoche, cuando se

quedará dormido frente a la luz y

sonido intenso de la pantalla del

televisor antes de levantarse nueva-

mente a las 6 a. m. ¿Qué está mal

en esta imagen? Debido a conve-

niencias y presiones modernas,

muchos de nosotros mantenemos

nuestros cuerpos expuestos a la luz,

alimentos y actividad cuando nues-

tros órganos y células esperan oscu-

ridad, tranquilidad y sueño.

En estudios epidemiológicos, el sueño

corto ha sido correlacionado con inci-

dencia de obesidad, hipertensión y

otros desórdenes metabólicos. Estu-

dios experimentales de sueño mues-

tran conexiones similares. Cada vez

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Pierda Sueño,Gane Peso

Otra Pieza en el Puzzle de la Obesidad

ehp | Pierda Sueño, gane Peso

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más, estudios de los posibles mecanismos detrás de estas asociaciones sugieren que, con el estilo de vida de 24/7 que llevan muchas personas, la falta de sueño es parte de un problema mayor. Cada vez más, los científicos están encontrando que muchas actividades fisiológicas relacionadas con el metabolismo no ocurren continuamente sino que oscilan a un ritmo regular. Estu-dios en ratas y también en humanos sugie-ren que cuando nuestro reloj interno es interrumpido, se pueden alterar muchas funciones del cuerpo, especialmente el metabolismo.

Se ha demostrado que muchos factores ambientales contribuyen a la interrupción circadiana. Se ha reportado que el ruido en hospitales, el ruido en las calles y el ruido de los aeropuertos interrumpen el sueño o redu-cen su calidad. Investigaciones en animales y humanos muestran que la exposición a la luz temprano en la noche biológica reajusta el reloj circadiano principal produciendo un retraso de fase (la urgencia biológica de ir a dormir y despertar más tarde de lo habitual), y la exposición tarde en la noche biológica resulta en un avance de fase (ir a dormir y despertar más temprano que lo habitual).

“Noche biológica” es definida como el periodo entre el inicio y el cese de la secreción de melatonina. Durante este periodo, la melatoni-na es secretada, aumentan los niveles de cortisol en la sangre, baja la temperatura corporal, y nosotros comenzamos a sentir sueño. La mela-tonina se produce sólo en la oscuridad y se detiene con la exposición óptica a luz brillante, con luz en la porción azul del espectro visible, probadamente el más potente para suprimir la producción [para más información acerca de ritmo circadiano y azules, vea: “¿Qué Hay en un Color? Los Efectos Únicos de la Luz Azul en la Salud”, p. A100 Ciencia & Trabajo –año 12 –número 36 –abril/junio 2010].

Mediodía12:00

Mayor fuerza cardiovascular y muscular

14:30 Mejor coordinación

15:30 Tiempo de reacción más rápido

18:30 Presión arterial más alta

19:00 Temperatura corporal más alta

21:00 Inicio de la secreción de melatonina

22:30 Supresión de los movimientos intestinalesSueño más profundo 02:00

Temperatura corporal más baja 04:30

06:00

Aumento súbito de la presión arterial 06:45

Se detiene la secreción de melatonina 07:30

Probablemente comience el 08:30 movimiento intestinal

Secreción de testosterona más alta 09:00

Alerta más alta 10:00

18:00

17:00

00:00Medianoche

Ciclos de Luz/Oscuridad

La palabra “circadiano” deriva del latín “circa”, que significa “aproximadamente”, y dies, que significa “día”. El reloj circadiano (como se muestra aquí representando una persona que se levanta temprano en la mañana y duerme en la noche) se sincroniza con ciclos de luz/oscuridad, comer y actividad.Fuente: Escuela de Ciencias Biológicas, Universidad Royal Holloway de Londres. Adaptado por Matthew Ray/EHP.

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El Circuito de un Día

Vivimos en un mundo donde los pasa-jeros aéreos pueden ver el brillo de las gran-des ciudades a 300 kilómetros de distancia. Entonces, el hecho de que el sistema circa-diano humano parezca sensible incluso a la exposición a luz artificial leve genera im-portantes preocupaciones respecto de los efectos sobre la salud de nuestra moderna sociedad electrificada. Por ejemplo, Jamie Zeitzer y colegas reportaron –en la edición de septiembre de 2005 del American Journal of Physiology-Regulatory, Integrative and Comparative Physiology– que la exposi-

ción de unas pocas horas a la luz normal de una habitación de alrededor de 100 lux de brillo (la que la mayoría de las personas recibe antes de ir a la cama) puede reajustar significativamente el marcapaso circadiano humano. Sin embargo, no se sabe cuáles son los efectos de exposiciones muy breves a la luz. De acuerdo a una revisión de Char-les Czeisler and Joshua Gooley en el volu-men 27 (2007) de Cold Spring Harbor Sym-posia on Quantitative Biology, la duración de la exposición a la luz necesaria para cau-sar cambios no ha sido bien estudiada.

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Artículo de difusión | ehp

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bras, la arquitectura del sueño–. En la edición del 1 de abril de 2009 de Sleep, Madhu Rao y colegas reportaron encon-trar, usando polisomnografía, que los hombres con menos sueño con ondas len-tas (una etapa considerada como de sueño más profundo, que ocurre inmediatamen-te antes del sueño con “movimiento rápido de ojos”) tenían más probabilidades de ser obesos, aun después de haber controlado el tiempo total de sueño.

Varios estudios han vinculado la ga-nancia de peso asociada con sueño corto a cambios en las hormonas reguladoras del apetito como la leptina y grelina. Entre

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ehp | Pierda Sueño, gane Peso

Entrenamiento por luz

Ritmos neurohumorales y de comportamiento

Relojes celulares específicos

Reloj Central (SNC)

Entrenamiento neurohumoral

Metabolismo alterado

Evidencia creciente relaciona las interrupciones en los muchos mantenedores del tiempo del cuerpo con obesidad y mal funcionamiento del metabolismo. Es generalmente aceptado que la exposición a la luz puede reajustar el reloj central en el núcleo supraquiasmático del cerebro y las señales del reloj central, así como las de comer y de actividad pueden reajustar los relojes periféricos que operan en casi todas las células del cuerpo.Fuente: Bray MS, Young ME. 2009. El rol de las células específicas del reloj circadiano en metabolismo y enfermedad. Obes Rev 10 (suppl. 2):6–13. Adaptado por Matthew Ray/EHP.

Un Cuerpo, Muchos Relojes

otras mediciones físicas (polisomnografía) en una porción de los participantes estu-diados.

En la edición especial de noviembre de 2009 Obesity review dedicada al rol de la biología circadiana en obesidad y metabo-lismo, el epidemiólogo de sueño Jim Gan-gwisch y colegas de la Universidad de Columbia también señalaron la necesidad de explorar cómo la calidad del sueño se relaciona con la obesidad. Algunos estu-dios han mostrado, por ejemplo, que po-dría no ser el tiempo total de sueño lo que importa sino cuánto tiempo se está en las distintas etapas del sueño –en otras pala-

[Para más información acerca de los efec-tos de demasiada luz artificial sobre la salud vea “Missing the Dark: Health Effects of Ligth Pollution”, EHP 117:A20-A27 (2009)].

Estudios epidemiológicos sugieren que la falta de sueño o dormir en horarios anormales es un factor de riesgo indepen-diente para subir de peso. Pero aún no existe certeza de si dormir poco realmente causa obesidad y sus efectos asociados a la salud. Por ejemplo, algunos científicos han sugerido que la asociación entre obesidad y falta de sueño pudiera deberse al hecho de que la gente que es obesa tenga más proba-bilidad de padecer trastornos del sueño (como apnea de sueño), o que la falta de sueño reportada sea un síntoma de estrés psicosocial. Pero un conjunto de estudios han mostrado una conexión entre dormir poco y obesidad, otros efectos en la salud asociados a la obesidad e incremento del apetito y consumo de alimentos.

La Conexión con ObesidadEn uno de estos estudios, Sanjay R Patel y colegas analizaron datos del Estudio de Salud de Enfermeras y encontraron que las mujeres que reportaron dormir 5 horas o menos por noche tenían un mayor riesgo de subir de peso y, en general, pesaban más comparadas con mujeres que dormían 7-8 horas por noche. Estos hallazgos aparecie-ron en el American Journal of Epidemiology del 15 de noviembre de 2006. Debido a que estos estudios se basan en autorreporte de la cantidad de tiempo dormido –lo que las personas tienden a sobreestimar, de acuerdo a un estudio de Diane Lauderdale y colegas publicado en la edición del 1 de julio de 2006 del American Journal of Epidemiology–, la magnitud del efecto puede ser realmente mayor al estimado.

Otros estudios epidemiológicos han medido tiempo dormido real con actigrafía de muñeca, lo que involucra colocar un instrumento que mide movimiento físico en la muñeca del participante y que usa la falta de movimiento de ella como indica-dor de tiempo de sueño real. Estos estudios también muestran una relación entre sue-ño reducido y obesidad, con el aumento de peso en ganancia de grasa, no de masa muscular. La apnea de sueño fue descarta-da como causa de asociación a través del uso de la grabación de ondas cerebrales y

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Artículo de difusión | ehp

estos trabajos hay reportes de Karine Spiegel y colegas en la edición del 7 de di-ciembre de 2004 de Annals of Internal Medicine, y de Shahrad Taheri y colegas en diciembre de 2004 de PLo S Medicine. Pero un estudio dirigido por el endocrinó-logo Plamen Penev de la Universidad de Chicago, que trató de aproximar la priva-ción prolongada de sueño de la vida diaria con obesidad, sugiere que la relación entre sueño y regulación del apetito pudiera ser más compleja.

Como ellos reportaron en enero de 2009 en el American Journal of Clinical Nutrition, Penev y colegas tuvieron a 11 participantes de edad media y sedentarios durmiendo en un laboratorio de sueño con-trolado, durmiendo menos de 5.5 horas por noche por un periodo de 14 días y más de 7 horas por noche durante un periodo dife-rente de 14 días. El orden de los periodos de sueño (si el periodo de sueño corto o de sueño normal fue primero) fue aleatorio. A los participantes se les sirvió comida hecha con alimentos que ellos dijeron comer en el hogar, y ellos tenían acceso libre a bocadi-llos. “La comida que ellos recibían era servi-da en exceso de modo que ellos podían de-terminar el tamaño de sus porciones”, dice Penev.

Durante el periodo de privación de sue-ño los participantes comieron más calorías –la mayoría de bocadillos ricos en carbohi-dratos más que de comidas–, pero sus ni-veles de leptinas y grelinas no cambiaron. En contraste, dice Penev, los participantes en estudios previos recibieron cantidades de calorías controladas mediante infusio-nes de glucosa, y esto pudo haber hecho la diferencia.

“Yo pienso que los cambios en leptina y grelina en experimentos de laboratorio controlados han sido principal-mente vistos cuando la ingesta de alimentos de los partici-pantes ha sido limitada o medianamente restringi-da”, dice Penev. “Pero cuando los sujetos han consumido calorías en exceso recientemente, entonces la pérdida de sueño no parece provocar esos cambios”. Sin embar-go, los efectos en la ingesta de alimentos en el estudio de

Penev, aunque modestos, fueron suficientes como para causar aumento en la ganancia de peso a largo plazo. Él dice que son nece-sarios estudios más grandes y prolongados para confirmar estos hallazgos.

Otros hallazgos preliminares del estu-dio del grupo de investigación de Penev, presentados en un resumen en la reunión de 2009 de las Sociedades de Profesionales de Sueño Asociadas, sugieren que la falta de sueño puede hacer más difícil perder grasa. En un estudio experimental peque-ño, personas con una dieta nutricional-mente balanceada, baja en calorías, fueron restringidas en su sueño a menos de 5,5 horas por noche por un periodo de 14 días y en periodo separado de 14 días se les permitió dormir más de 7 horas por noche. Los dos periodos de estudio fueron separa-dos por varios meses y, una vez más, el or-den fue aleatorio. Los participantes perdie-ron cantidades similares de peso durante los dos periodos, pero durante la restricción de sueño la grasa dio cuenta sólo de 26% del peso perdido, mientras que durante el periodo de sueño normal la grasa dio cuen-ta del 57% de la pérdida de peso.

Más que Sólo Ganar PesoMuchos estudios epidemiológicos y expe-rimentales vinculan el sueño corto o inte-rrumpido a elementos de uno de los mayo-res problemas de salud relacionados con la obesidad: el síndrome metabólico, el que incluye una variedad de síntomas que pue-den llevar a enfermedad cardiaca, infarto o diabetes, incluyendo triglicéridos y coles-terol altos, hipertensión, resistencia a la insulina e intolerancia a la glucosa.

En un estudio publicado en noviembre de 2001 en Occupational and Environmen-

tal Medicine, Berndt Karlsson del Hospital Universitario en Suecia analizó los datos de un estudio de más de 27.000 trabajado-res y encontró que los triglicéridos altos y baja concentración de colesterol lipoproteí-na de alta densidad (“bueno”) parecían ocurrir más a menudo en trabajadores en turno que en trabajadores diurnos. Las personas con sueño restringido en estudios experimentales también han presentado au-mento en presión arterial como también aumento en la excreción de noradrenalina en la orina. Estos cambios sugieren aumen-to en la actividad del sistema nervioso sim-pático, que en general aumenta la presión arterial y la frecuencia cardiaca.

Adicionalmente, Gangwisch sugiere que el sueño corto puede contribuir a la hipertensión mediante la interrupción del descenso normal de la presión arterial en la noche. “Cuando dormimos, nuestra pre-sión arterial baja en un 10 a 20%”, señala. “Entonces mientras menos dormimos, más alto va a ser nuestro promedio de presión arterial en 24 horas, y en el tiempo esto puede llevar a nuestra presión arterial a operar en un equilibrio más alto”.

También se ha mostrado que el sueño influye en cómo el cuerpo utiliza la insuli-na y procesa glucosa. En el estudio de hombres de mediana edad de Penev, con consumo autorregulado de comidas y bo-cadillos, al final de los periodos de priva-ción de sueño los participantes mostraron aumento en la resistencia a la insulina y descenso en la tolerancia a la glucosa, como fue comunicado en septiembre de 2009 en el Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism.

Estudios previos han mostrado estos efectos en restricciones de sueño intensas

Mientras los investigadores aprenden más respecto de cómo el metabolismo y otras funciones están relacionadas al ritmo circadiano, algunos ven la potencialidad de identificar pequeñas moléculas que podrían ser fabricadas como fármacos que podrían actuar en los reguladores del reloj central para tratar trastornos del sueño, como también obesidad y sus efectos relacionados en la salud. Otros están mirando cómo al cambiar el tiempo cuando se toman algunas drogas pudiera hacerlas trabajar mejor. Por ejemplo, en la edición de septiembre de 2008 del Journal of Pharmacology and Experimental Therapeutics, Richard R. Almon y colegas escribieron que tomar estatinas para bajar colesterol a la hora de acostarse, como es recomendado actualmente, pudiera ser menos que óptimo dado que la reductasa HMG-CoA, el objetivo de estas drogas, tiene su expresión máxima a las 10:00 a. m., aproximadamente.

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de corto plazo (durmiendo me-nos de 4 horas por noche), pero este estudio fue el primero en mostrarlo con privaciones de sue-ños más prolongados y suaves, lo que son más probables que ocurran en la vida diaria. Algu-nos investigadores su-gieren que si los estudios experimentales continúan vinculando la falta de sueño con elementos del síndrome me-tabólico, pudiera ser necesario un estu-dio de intervención a gran escala.

“La falta de sueño es sólo uno de los muchos factores de riesgo del síndrome metabolico”, dice Gangwisch. “Todas las cosas en igualdad de condiciones, mejorar el sueño …¿podrían ayudar a revertir la condición?”. Presumiblemente podrían, basados en la evidencia que tenemos, pero esta pregunta necesita ser estudiada. Los estudios experimentales han sido de corta duración, pero Penev dice que el segui-miento por meses o años de un grupo después de una intervención en el compor-tamiento para reducir la pérdida de sueño crónica pudiera ser informativo.

Verano Todo el TiempoAl establecer vínculos conceptuales entre obesidad y sueño acortado, algunos cientí-ficos apuntan hacia la idea de que nuestro reloj biológico evolucionó para adaptarse al estilo de vida de nuestros antepasados cazadores-recolectores, que no tenían luz artificial. Ellos debieron dormir menos en los largos días de verano, lo que también era el tiempo para almacenar reservas de grasa para el magro invierno adelante. Pe-ro hoy en día el estilo de vida moderno, privado de sueño, electrificado, combina-do con la disponibilidad continua de ali-mentos durante todo el año, tal vez le dice a nuestro reloj interno que es verano todo el tiempo. “La corta duración del sueño puede ser una señal para nuestro sistema regulatorio metabólico de que es tiempo de verano, es tiempo de salir, ganar peso, reunir reservas de grasa, para prepararse para el invierno”, dice Gangwisch.

Esto suena lógico, pero para probar realmente la idea los científicos estudian los mecanismos del reloj circadiano del

cuerpo, el que no corre por engranajes y resortes sino por un set de factores de transcripción positivos y negativos en cir-cuitos de realimentación que regulan su expresión, así como otros genes corriente abajo. Molly Bray, genetista molecular de la Universidad de Alabama en Birmigham, dice: “En tanto los factores positivos au-mentan, estimulan la expresión de proteí-nas que se ‘ubicarán a la cabeza’ e inhibi-rán la expresión de los factores positivos. Cuando el círculo positivo se inhibe, en-tonces, por supuesto, los factores negativos decrecen porque no hay nada que estimule su producción”.

Este proceso cicla cada 24 horas. Algu-nos de los genes que se conoce están involu-crados en estos circuitos son CLOCK, BMAL1, PER1 y PER2. Modelos en ratas en los que estos genes están mutados en todos sus tejidos corporales exhiben trastor-nos en su alimentación, sueño y funciones metabólicas, destacando el rol del reloj cir-cadiano en el metabolismo y la obesidad.

Cuando la mayoría de las personas habla del reloj circadiano, piensa en el reloj central del cerebro, localizado en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo. Pero en los últimos 20 años, los científicos han aprendido que casi todos los tipos de célu-las –incluyendo células grasas, células del corazón y células del hígado– tienen me-canismos de reloj también. Cada vez más, parece que estos relojes periféricos pueden ser entrenados (esto es, cambiados para alinearse con) mediante señales ambienta-les distintas a la luz, como comer y la acti-vidad. Más aun, la exposición a estas seña-les en momentos en los que no son “espe-radas” por el cuerpo puede conducir a obesidad y sus efectos relacionados en la salud.

Por ejemplo, en un estudio publicado en noviembre de 2009 en Obesity, Deanna Arble –candidato a PhD– y colegas de la Northwestern University mostraron que los ratones alimentados durante el día (cuando estos animales nocturnos habitualmente están durmiendo) ganaron una gran canti-dad de peso comparado con animales de control alimentados de noche. Los ratones alimentados durante el día comieron solo una pequeña cantidad más y se movieron un poco menos que los ratones de control, lo que pudo contribuir con la ganancia de peso. Arble dice que las diferencias en acti-vidad e ingreso de calorías fueron estadísti-camente insignificantes, y es poco probable que estos factores fueran las únicas causas de que los dos grupos mostraran drásticas diferencias en peso corporal.

En hallazgos preliminares similares –que se están escribiendo para su publica-ción–, Bray y Martin Young, profesor de cardiología también en la Universidad de Alabama en Birmingham, encontraron que roedores alimentados con una dieta alta en grasa al final de su fase activa ganaban más peso y tenían más baja tolerancia a la gluco-sa comparada con animales que comían una dieta alta en grasa al inicio de su fase de actividad, pero comían una dieta controla-da equiparada en proteínas, baja en grasa al final de su fase activa. “Se comienza a acu-mular evidencia que sugiere que la hora del día en la que nosotros consumimos no sólo el total de calorías, pero también grasa ver-sus carbohidratos influye profundamente en cómo esas calorías son metabolizadas y, por lo tanto, en el riesgo de estas enferme-dades metabólicas”, dice Young.

En un estudio en humanos publicado por Frank A. J. L. Scheer y colegas en la edición del 17 de marzo de 2009 de

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El resplandor y otras formas de contaminación lumínica son reconocidas por la Asociación Americana de Medicina (AMA) como una preocupación de salud pública. El 15 de junio de 2009 la AMA adoptó la resolución de apoyar la disminución de la contaminación lumínica causada por iluminación artificial exterior, citando sus repercusiones en la interrupción del ritmo circadiano humano y animal así como su rol “fuertemente sospechado” en la supresión de la secreción de melatonina, depresión de la inmunidad y aumento de la tasa de algunos cánceres. La AMA se comprometió en la resolución a “desarrollar y promulgar una política que apoye los esfuerzos para reducir la contaminación lumínica y los esfuerzos para reducir el resplandor tanto a nivel estatal como nacional”.

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Proceedings of the National Academy of Sciences, algunos síntomas del síndrome metabólico aparecieron cuando los partici-pantes comieron y durmieron a horas equi-vocadas –esto es, fuera del alineamiento con su ciclo circadiano habitual–. En un estudio experimental de 10 días, los parti-cipantes comieron y durmieron en todas las fases del ciclo circadiano. Cuando ellos comían y dormían alrededor de 12 horas fuera de fase con sus tiempos habituales, mostraron niveles de leptina disminuidos, aumentados de glucosa (a pesar de incre-mento de insulina), y aumento de la pre-sión arterial promedio. Tres de los sujetos mostraron glucosa postcomida en rangos típicos de un estado prediabético.

Otras investigaciones apuntan a los mecanismos involucrados en esta relación entre la interrupción del ciclo circadiano y el síndrome metabólico. Usando un mode-lo en ratas en que se interrumpieron espe-cíficamente las células del reloj cardiaco, Young encontró que estas células regula-ban directamente el metabolismo de trigli-céridos, como fue comunicado previo a la impresión el 25 de noviembre de 2009 en el Journal of Biological Chemistry. En cora-zones vivos removidos de ratones normales –y en consecuencia, libres de hormonas y otros factores que en el cuerpo influencian los niveles de triglicéridos– Young observó fluctuaciones normales en la síntesis y des-composición de estos esteres a lo largo del día. Pero en corazones removidos de rato-nes con mutaciones específicas del reloj cardiaco, esta oscilación se perdió comple-tamente. Young señala: “Estos datos mos-traron que las células específicas de reloj están regulando el metabolismo de los tri-glicéridos”.

En otro ejemplo, Jeff Gimble, profesor de biología de células madres en el Centro de Investigación Biomédica de Penning-ton, ha encontrado evidencia de que los niveles de la lipoproteína lipasa –que pre-viene la acumulación de grasa en el hígado y arterias moviéndolas de la sangre hacia el tejido adiposo– oscila a lo largo del día, con su punto más alto durante la fase acti-

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Artículo de difusión | ehp

va de los ratones. Extrapolando desde es-tos datos para especular sobre qué podría significar esto en humanos, Grimble dice: “Si usted está comiendo grasa cuando la lipoproteína lipasa está en su nivel más bajo, usted limpiará la grasa más lenta-mente”.

¿La Punta del Iceberg?Grandes preguntas aún por contestar in-cluyen cuáles funciones regula el reloj cen-tral, cuáles son reguladas por los relojes periféricos, y cómo interactúan los dife-rentes relojes. Es difícil separar estas pre-guntas en muchos de los modelos clásicos con ratas, los que desactivan los genes de reloj en todos los tejidos. Estos modelos muestran fenotipos muy distintos. Por ejemplo, la pérdida global de Bmal1 gene-ra una rata delgada, pero que ha perdido completamente las funciones del reloj cir-cadiano en casi todos los tipos de células, que presenta problemas con la homeosta-sis de la glucosa, y tiene una expectativa de vida reducida. Ratas con genes de reloj mutantes son obesas y tienen característi-cas de síndrome metabólico, pero ellas muestran niveles de actividad relativa-mente normales ante ciclos normales de luz/oscuridad y muestran comportamien-to anormal sólo en completa oscuridad.

¿Son estas diferencias causadas por la desactivación del reloj central? ¿O por la desactivación de los relojes periféricos? ¿En qué forma la actividad y alimentación afectan los relojes periféricos? O, incluso, ¿cómo influye la raza de las ratas usadas? Los científicos están comenzando a revi-sar estas preguntas en modelos de células específicas. Por ejemplo, al desactivar el reloj sólo de células de grasa en un modelo en ratas, Bray y Young han inducido sín-drome metabólico en los animales. “La mayoría de los fenotipos observados en la desactivación global de los relojes están también presentes en el modelo específico de adipocitos”, dice Bray.

Algunos científicos también se pregun-tan si los efectos observados por la inte-rrupción de los genes de reloj son causados

por el rol de los genes en el ritmo circadia-no o por alguna otra función desconocida de los genes. “Esto es un poco controverti-do, pero existen algunos datos allá afuera que sugieren que alguno de estos genes de reloj, como el PER2, tiene funciones inde-pendientes de las del reloj”, dice Young. Por ejemplo, un estudio de Rainer Spana-gel y colegas publicado en la edición de enero de 2005 de Nature Medicine sugiere que el PER2 influye en el consumo de al-cohol en ratas mediante el neurotransmi-sor glutamato.

Debido a tales observaciones, algunos ven ramificaciones muy extensas en el aprendizaje respecto del metabolismo, la obesidad y las funciones del reloj circadia-no. Fred Turek de la Universidad de North Western, investigador líder en estudios de ritmo circadiano, ha sugerido que la rela-ción estrecha entre el metabolismo y las funciones del reloj pudieran ser sólo la punta del iceberg. Escribiendo en la edición del 18 de diciembre de 2008 de Nature, él propuso que el reloj puede ser “el director de orquesta” que mantiene todas las fun-ciones fisiológicas y del comportamiento trabajando en armonía.

“Yo no pienso que el Dr. Turek está innovando al decir esto”, dice Bray. “Noso-tros sabemos que la interrupción en la se-cuencia de DNA de algunos genes relacio-nados con el reloj están asociados con el desorden afectivo estacional y el desorden bipolar. Pero cómo funciona esto no lo sabemos”.

Angela SpiveyEscribe desde Carolina del Norte sobre ciencia, medicina y educación superior.

Ella ha escrito para EHP desde el 2001 y es miembro de la Asociación Nacional de

Escritores Científicos.

Artículo Original en Environmetal Health Perspectives • vOLuMEN 118 |NúMERO 1 | Enero 2010 – p. A28–A33.

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Artículo Original

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Correspondencia / CorrespondeceNelson Ayaladepto. Ingeniería Ocupacional, Asociación Chilena de Seguridad Ramón Carnicer Nº 163 – Santiago – Chilee-mail: [email protected][email protected]: 14 de julio de 2010 / Aceptado: 04 de agosto de 2010

INTROdUCCIÓN

La vida moderna y las tecnologías y actividades asociadas han provocado un aumento significativo del trabajo en lugares deno-minados oficinas. Ello implica, en general, lugares con espacio compartido por cantidades variables de personas que realizan actividades similares –que se asocian por su equipamiento y actuación con labores de tipo administrativa– con un gasto ener-gético bajo, lo que conlleva considerar una serie de factores que

pueden afectar su salud e influir en su calidad de vida y bien-estar, como en cualquier otra actividad, que van desde factores psicosociales, calidad lumínica, acústica y factores ergonómicos hasta de calidad del aire en los ambientes en que se realizan las actividades. Abordar el factor calidad del aire en espacios destinados a estas actividades implica como primera necesidad la competencia profesional de los que diseñan, en el sentido de conocer y reco-nocer cuáles son los contaminantes que se pueden encontrar presentes, su origen y naturaleza, así como sus efectos sobre las personas y cómo se controlan. Al respecto, los contaminantes en estos ambientes son de naturaleza química, física y biológica y están constituidos por partículas, gases y vapores, temperatura y humedad, cuyas principales fuentes de origen son internas y externas. La fuente interna más importante de agentes químicos y bioló-gicos está representada por las personas, quienes, producto de su presencia y metabolismo, emiten anhídrido carbónico (CO2), humedad, olores (gases y vapores), microorganismos, etc., a la que se suman los provenientes de la habilitación y alhajamiento

Nelson Ayala A.1, gonzalo Oliver R.21. Ingeniero Civil Químico. depto. de Ingeniería Ocupacional, Asociación Chilena de Seguridad.2. Ingeniero Civil Químico. depto. de Ingeniería Ocupacional, Asociación Chilena de Seguridad.

ABSTRACTOur experience in evaluation of ventilation systems installed in buildings intended for offices has allowed us to detect rather frequent problems related to the design and management of these systems, which hamper the achievement of healthy and comfortable environments. With regard to design, it is necessary to consider the bases, parameters and standards that allow the achievement of the conditions that people require, and once this has been achieved, the corresponding management for controlling its application and continuous existence that implies the periodic evaluation of parameters through measurements and observation devices, as well as the regulation and maintenance of its constituent elements. The results of the measurements of these parameters must be verified with recognized national or international standards used in the design.

Descriptors: VENTILATION/STANDARDS; AIR POLLUTION, INDOOR/ANALYSIS; AIR QUALITY STANDARDS.

RESUMENNuestra experiencia en evaluación de sistemas de ventilación exis-tentes en edificios destinados a trabajos de oficina nos ha permitido detectar con una frecuencia relativamente alta problemas relacio-nados con el diseño y gestión de estos sistemas, que dificultan la obtención de ambientes sanos y confortables. En cuanto al diseño, éste requiere considerar las bases, parámetros y estándares que permitan obtener de ellos las condiciones que las personas necesi-tan y, una vez logrado lo anterior, la gestión correspondiente para controlar su aplicación y existencia permanente, que implica la evaluación periódica de los parámetros a través de mediciones y dispositivos de observación, así como de regulación y mantención de sus elementos constituyentes. Los resultados de las mediciones de estos parámetros deben ser verificados con estándares nacionales o internacionales reconocidos, utilizados en el diseño.

(Ayala N, Oliver G, 2010. Calidad del Aire en Edificios Destinados a Oficinas. Parámetros y Estándares de Diseño y Gestión para una Ventilación Eficiente. Cienc Trab. Jul-Sep; 12 [37]: 349-354).

Descriptores: VENTILACIÓN/NORMAS, CONTAMINACIÓN DEL AIRE EN INTERIORES/ANÁLISIS; NORMAS DE CALIDAD DEL AIRE.

Calidad del Aire en Edificios Destinados a Oficinas. Parámetros y Estándares de Diseño y Gestión para una Ventilación EficienteAIR QUALITY IN BUILdINgS INTENdEd FOR OFFICES: PARAMETERS ANd dESIgN ANd MANAgEMENT STANdARdS FOR AN EFFICIENT VENTILATION

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PARÁMETROS Y ESTÁNdARES RECONOCIdOS A CONSIdERAR EN EL dISEÑO dE SISTEMAS dE VENTILACIÓN PARA AMBIENTES INTERIORES

El control de los niveles de ventilación en áreas interiores de trabajo tiene como objetivo principal mantener un control sobre las concentraciones de los contaminantes y sustancias que son producidas por las personas y/u otras fuentes internas o externas de generación, evitando que éstos ingresen, se trasladen y/o acumulen y generen molestia y malestar como los señalados a las personas, así como también la temperatura y humedad. A conti-nuación se señalan los parámetros a considerar y controlar y mantener en rangos que resulten confortables, de acuerdo con estándares internacionalmente aceptados, los cuales especifican los requerimientos mínimos con los que debe cumplir el aire y la ventilación existente, en general, para instalaciones de trabajo interiores, que debieran considerarse en el diseño e instalación de sistemas de ventilación forzada eficientes.

Tasa de Renovación de AireLa emisión de anhídrido carbónico (CO2) en la respiración humana tiene relación directa con la carga metabólica de las actividades que se realizan y está ligada a la generación humana paralela de otros contaminantes procedentes del metabolismo humano como agua, aerosoles biológicos, microorganismos y olores (vapores orgánicos y gases), por lo cual, puede utilizarse esta sustancia, que es un gas, como un trazador que nos permite determinar, al conocer las características de la actividad reali-zada, si la ventilación que se establece en una instalación de trabajo es suficiente para controlar la generación de aquellos otros contaminantes, incluidos los de procedencia biológica común que los acompañan. En base a lo anterior, para cada acti-vidad realizada, existirá una carga metabólica asociada, la cual se relaciona con una tasa de emisión de CO2, que alcanza niveles de concentración que se relacionan con las tasas de ventilación existentes y la concentración de CO2 en el aire de reposición. A continuación se presenta la manera de relacionar dichos paráme-tros, a través del siguiente esquema simplificado de generación y ventilación en una oficina:

donde:Q: Caudal de Ventilación con Aire Exterior, que ingresa con

concentración Ce y caudal con Aire Interior que egresa con concentración C.

Ce: Concentración Externa de CO2.C: Concentración Interna de CO2.N: Tasa de Generación Interna de CO2.V: Volumen de la Instalación.

Al realizar un balance de masa al CO2 se tiene que:

En estado estacionario, esto es, sin acumulación de CO2 en el

de los lugares de trabajo, que pueden constituir fuentes de vapores (olores), cuyo origen se encuentra en los adhesivos, barnices, etc., principalmente provenientes de muebles nuevos y sustancias empleadas en la fabricación e instalación de alfombras y recubrimientos murales, así como productos de limpieza, insec-ticidas y aromatizantes (aerosoles en general).Las fuentes externas están asociadas a la contaminación del aire de la ciudad, constituida también por partículas, gases y vapores, cuyo origen se encuentra en vehículos, industrias y viviendas, que es transportada por el aire, con su carga térmica variable respectiva, que ingresa al interior de los edificios a través de puertas, ventanas, escaleras, ascensores, etc. en forma natural (ventilación natural) y/o por sistemas de ventilación forzada instalados.El nivel de concentración que alcancen estos contaminantes en el interior de las oficinas depende de tres factores: • La capacidad de generación de las fuentes, esto es, la cantidad

emitida en un determinado lapso de tiempo. • La velocidad con que éstos son retirados por el sistema de

ventilación (tasa de renovación aérea).• Las características de acondicionamiento previo del aire de

renovación.

Lo anterior es particularmente importante, en relación con el control del material particulado en suspensión que ingresa conte-nido en el aire desde el exterior y sirve como medio de transporte para microorganismos como: virus, bacterias y hongos, facili-tando su distribución en los ambientes de trabajo; además, el mismo material particulado se constituye como una sustancia de importancia higiénica, conteniendo partículas alergénicas como el polen o partículas de toxicidad variable como las producidas en la combustión de motores de los vehículos y otras descargas.Por otra parte, es necesario señalar que el aire externo tiene dos propiedades que actúan como agentes físicos en él y que son de gran importancia para el ser humano, como son la temperatura y la humedad relativa. Ellas son variadas y variables durante el día y el año, y desde el punto de vista del funcionamiento y estado del sistema respiratorio, como del equilibrio y sensaciones térmicas de las personas, deben encontrarse dentro de ciertos rangos que permitan el desarrollo de la actividad en forma normal y de confort permanente en espacios interiores como son las oficinas. A lo anterior se suma su velocidad de circulación en los espacios ocupados y su influencia en la temperatura efectiva y la sensación térmica de las personas.Desde el punto de vista del confort ambiental, en oficinas y lugares similares con ventilación deficiente y ocupadas por una alta cantidad de personas, se producirá un ambiente de aire “viciado”, que incide en que éstas presenten una serie de síntomas, entre los que se encuentran: dolor de cabeza, falta de concentración, adormecimiento, estornudos y tos, que se asocian con el denominado “Síndrome del Edificio Enfermo”.En resumen, la calidad del aire se relaciona directamente con el contenido de contaminantes químicos, físicos y biológicos que se encuentran en el aire que ventila naturalmente los ambientes interiores, cuyo origen es interno y externo, en que resulta impo-sible su control. Los sistemas de ventilación forzada, reconocidos como eficientes para servir en estos ambientes, son aquellos que controlan la presencia de los agentes contaminantes, mante-niendo su presencia y comportamiento dentro de estándares reconocidos, que se presentan a continuación.

Q Q NCe V C

(1)

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interior de las instalaciones, se tiene que , por lo tanto,

(2)

De la ecuación (2) se desprende que, conociendo la tasa de gene-ración interna de CO2 y el caudal de ventilación, puede obtenerse la diferencia de concentración de CO2 que en estado estacionario debe establecerse. Si no existen otras fuentes de generación de CO2 diferentes a las personas, se tiene que la tasa de generación interna está dada por:

N=0.0042 x M (3)donde:M: Calor Metabólico de las Actividades Realizadas, en [Met]

(1 Met = 58 W/m2).N: Generación de CO2 por persona en [l/s].

En normativa y estándares internacionales [ASHRAE 1991; ASHRAE 2004; Comission of the European Communities 1992; España. MTAS 1997; Hernández (s.f.)], se especifican las canti-dades de aire fresco y limpio de reposición que debe abastecerse por persona como mínimo en las instalaciones de oficinas, las cuales son del orden de 30 (m3/h) para ambientes no contaminados con humo de cigarrillo; esta cantidad se establece para diluir los bioefluentes emitidos por las personas y en particular, para no percibir olores molestos al interior de las mismas, lo que se basa en estudios para actividades sedentarias como las de oficina (carga metabólica del orden de 70 W/m2), en que se demostró que un caudal de aire de renovación igual o superior a 27 (m3/h) por persona permite que sobre un 80% de las personas inadaptadas al ambiente de trabajo evaluado (visitas) perciban el ambiente como satisfactorio desde el punto de vista del olor. Para obtener un porcentaje de insatisfechos de 10%, el caudal de aire fresco y limpio a inyectar por persona debería ser del orden de 60 (m3/h).Considerando una ventilación de 30 (m3/h) por persona, trabajo sedentario de oficina (70 W/m2), y utilizando las ecuaciones (2) y (3) en conjunto se tiene que:

considerando que la concentración natural en el aire atmosférico externo del CO2, Ce, debería encontrarse en el orden de 400 [ppm], se tiene que:

Lo anterior indica que al realizar una medición de concentración de CO2 continua en el tiempo, si el nivel de ventilación es aceptable (mayor o igual a 30 [m3/h]), los valores de concentración máximos a obtener deberían ser menores o iguales a 1000 [ppm], que es la concentración límite que se establece como estándar para este pará-metro en normas internacionales reconocidas [ASHRAE 2004; Hernández (s.f.)], para estimar como controlada la emisión de conta-minantes por parte de las personas. No obstante lo anterior y consi-derando que la concentración exterior en ciudades muy contami-nadas puede alcanzar valores de hasta 500 [ppm], la obtención de una concentración de hasta 1100 [ppm] puede ser el límite de un nivel de ventilación también aceptable.Por lo tanto, en instalaciones de oficinas en que exista ausencia de

otras fuentes de CO2 distintas a las personas, el parámetro anhídrido carbónico constituye el indicado a considerar en la metodología efectiva para determinar el nivel de ventilación que ellas presentan, así como los estándares de comparación establecidos en relación con su origen y representatividad como trazador y en relación con tasas de renovación en espacios ocupados por personas. La medición de concentración de CO2 se efectúa mediante la utilización de equipos de lectura directa con capacidad de almacenamiento de datos como el que se presenta en la Figura Nº 1, que se instala durante un período representativo en el sector a evaluar, para luego estudiar su variación en el tiempo y relacionarla con niveles de ocupación, tasas de ventilación y el comportamiento del sistema de ventilación.

Durante la ausencia de personas, si la renovación del aire es sufi-ciente, por ventilación forzada o natural, los niveles de CO2 dismi-nuirán hasta valores de concentración cercanos a los del aire exterior antes de que vuelva a ocuparse el edificio; en caso contrario, los valores mínimos irán en aumento debido a la acumulación del conta-minante citado.

Temperatura y Humedad RelativaPara los ambientes de trabajo se pueden definir rangos para el parámetro temperatura que resultan confortables para la mayoría de las personas, que dependen del trabajo realizado (carga meta-bólica) y de la vestimenta utilizada y que permiten establecer el equilibrio térmico que el cuerpo necesita en forma convectiva y otras entre la piel y el ambiente en la mejor condición, con sensa-ción de frío por debajo del rango establecido y de calor por sobre éste, sensaciones que serán mayores mientras más alejada se encuentre la temperatura de dicho rango.De acuerdo con lo anterior, si bien es importante considerar la actividad física que realiza el individuo, que para este caso es de nivel bajo, ya que el trabajo en oficinas es considerado como sedentario, también es importante el nivel de arropamiento que presenta, por lo cual se han definido rangos de temperatura del aire que consideran la variación que presenta la vestimenta de acuerdo con la época del año; así, en época invernal, los indivi-duos presentarán un mayor nivel de arropamiento que en época estival.En relación a la temperatura de confort para trabajo relacionado con oficinas, de acuerdo con normativas internacionales reconocidas(5), los estándares de rangos propuestos son los siguientes:

Figura 1.Equipo de Medición de Calidad del Aire.

Época del Año Rango de Temperatura de Confort (ºC)Período Invernal 21 – 23Período Estival 23 - 26

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Estos son aplicables considerando que las fuentes de calor radiante en las instalaciones –o como tales– son de aportes menores. Estos intervalos de temperatura pueden obtenerse además mediante la aplicación de la Norma Chilena NCh 2691.Of 2002 [INN (Chile) 2002], la cual considera que para obtener un ambiente térmico aceptable el porcentaje de disconformes al respecto no debe superar al 10%.Por otra parte, la humedad relativa del aire también es un pará-metro importante a considerar, ya que una gran parte del calor que genera el cuerpo humano se disipa por evaporación de sudor a través de la piel, favoreciéndose con una humedad relativa del aire baja y retardándose si ésta es alta, por lo que ella ejerce una influencia importante en el confort y demás sensaciones físicas de las personas; en general, el valor de humedad relativa ideal es de 50%. Para valores de humedad relativa bajo el 30% pueden producirse reacciones fisiológicas perjudiciales por una sensación de resecamiento de las mucosas respiratorias, sequedad en la piel, etc., pudiendo originarse, además, descargas electrostáticas en los locales por efectos de fricción. Por otra parte, para humedades relativas por sobre el 70% puede verse perjudicada la condición fisiológica de las personas, pudiendo causarles náuseas debido a la reducción de la capa-cidad de generar sudor del cuerpo, reacciones alérgicas y la modificación de las cualidades de muchas sustancias contenidas en el lugar como el crecimiento de microorganismos –muy parti-cularmente– sobre la vestimenta, muebles, etc. Además, el exceso de humedad puede provocar la condensación de agua sobre las paredes frías, favoreciendo la reproducción de material fúngico y presencia de sus esporas en el ambiente, generando reacciones alérgicas en las vías respiratorias.El estándar del rango de valores del parámetro humedad relativa recomendado (ASHRAE 1991), para temperaturas como las seña-ladas anteriormente y considerando lo señalado en los párrafos anteriores, se encuentra entre 30% y 50%.La medición de estos parámetros, temperatura y humedad rela-tiva, se realiza en forma simultánea con la medición de concen-tración de CO2, utilizando para ello el mismo equipo de medición presentado en la Figura Nº 1.

Velocidad del AireEl movimiento del aire influye de manera directa en el fenómeno de transmisión de calor del cuerpo hacia el ambiente, tanto en la pérdida como en la ganancia, ya que el acercamiento del aire en movimiento al cuerpo y sobre la superficie de la piel, facilita, además de la transferencia de calor convectiva, la eliminación de transpiración como vapor de agua, generando con ello, en ambientes calurosos, una sensación de agrado y frescura aún cuando las condiciones de temperatura y humedad relativa ambientales no varíen. Relacionado con lo anterior existen velo-cidades del aire que bajan la temperatura efectiva que las personas perciben, esto es, modifican la sensación térmica de las mismas; al respecto y debido a que las temperaturas que son percibidas como confortables dependen de la actividad (carga metabólica) que la persona realice, se tiene que para personas normalmente vestidas, en una actividad ligera y con una tempe-ratura ambiental de entre 20 y 24 ºC, un movimiento de aire a una velocidad cercana a 0.5 m/s les proporciona una sensación de frescor confortable, pero para personas con una actividad pesada, con gran esfuerzo muscular, esta sensación de alivio se producirá a velocidades del aire sobre 2.5 m/s.

De la misma manera que para la temperatura y la humedad rela-tiva, las normas de organismos internacionales (ASHRAE 1991), establecen ciertos valores para que la velocidad del aire, por exceso o por defecto, no llegue a producir una sensación de incomodidad o malestar en las personas. De acuerdo con lo ante-rior, según ASHRAE (ASHRAE 1991), el rango de Velocidad del Aire de Confort de este parámetro para trabajo relacionado con oficinas, varía entre 0.13 y 0.23 m/s, para un nivel de recircula-ción del aire de entre 4 y 10 ciclos de circulación por hora.Respecto de las velocidades del aire que se establecen en el inte-rior de oficinas, éstas dependen, en general, de la recirculación del aire establecida en equilibrio con los equipos de acondiciona-miento térmico, los cuales, en sistemas centralizados, toman una fracción de aire fresco proveniente desde el exterior, que se ha filtrado y corresponde al aire de renovación, lo mezclan con otra fracción de aire proveniente desde el interior (fracción recircu-lada), que también se filtra, lo acondicionan térmicamente y lo inyectan en las instalaciones a través de ductos ramales y difu-sores de distribución, diseñados y ubicados en relación con la distribución del personal, siendo importante la velocidad de inyección en los difusores, no mayor a 2 m/s, así como su distri-bución en relación con celosías del o los sistemas de extracción paralelos que deben existir en las instalaciones.La medición de la velocidad del aire, para el rango señalado anteriormente, se efectúa mediante la utilización de un equipo termo-anemómetro, que es de lectura directa, el cual se presenta en la Figura Nº 2. El equipo citado sólo indica en forma cuanti-tativa la velocidad del aire; el sentido y forma de desplazamiento que éste tenga puede ser observado mediante la utilización de un trazador de movimiento del aire o fumígeno.

Material Particulado en SuspensiónEl material particulado que ingresa con el aire externo a través de los sistemas de ventilación o en forma natural, constituye un parámetro que guarda directa relación con la contaminación microbiológica en ambientes interiores, ya que micro- organismos como las bacterias se sustentan en él, resultando ingre-sadas, transportadas y distribuidas de esta manera, lo cual puede ser perjudicial para la salud de las personas, siéndolo también el propio material particulado diverso que es acompañado también por esporas de hongos, pólenes y otros alergénicos o irritantes, cuya importancia higiénica recono-cerá el profesional competente, considerando también el sector en que las instalaciones de oficina se encuentran insertas. Lo anterior hace necesario consi-derar en el diseño este parámetro y estándar asociado, que implica la necesidad de filtrar todo el aire previo a su ingreso a las instalaciones, condicionando, para poder obtener su control, a hacerlo a través de sistemas de ventilación forzada que, además, tendrán que mantener una condición de sobrepresión interna respecto del exterior que impida el ingreso de aire

Figura 2.Equipo de Medición de Velocidad del Aire (Termo-Anemómetro).

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Artículo Original | Calidad del Aire en Edificios destinados a Oficinas. Parámetros y Estándares de diseño y gestión para una Ventilación Eficiente

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externo contaminado sin filtrar a través de aberturas o fallas de hermeticidad, que constituye una regla básica a considerar en el diseño de estos sistemas. Los filtros para polvo a utilizar deben ser de una eficiencia de retención suficiente para que, conside-rando las características de las partículas de la contaminación ambiental exterior, la concentración de material particulado en el interior de las instalaciones sea igual o menor que 50 mg/m3, estándar recomendado por la normativa internacional (ASHRAE 2004), para un tamaño de partícula inferior a 10 mm, o sea para polvo PM10, que corresponde a tamaños de partículas que originan el mayor riesgo para la salud de las personas debido a que son bastantes pequeñas y penetran en las defensas naturales del sistema respiratorio, siendo, por su pequeño tamaño, difíciles de retirar de dicho sistema. Un sistema de ventilación bien diseñado contará con medios filtrantes de retención mayoritaria de estas partículas que permi-tirá a la vez la retención de material biológico (bacterias, esporas), impidiendo su ingreso y reteniéndolo con las demás partículas del aire de renovación y del que es recirculado.La medición de este parámetro se puede realizar mediante equipos de lectura directa y dotados de un filtro para polvo conectado en paralelo para calibrar gravimétricamente la medi-ción y de un ciclón separador de partículas, cuya función es separar del polvo ambiental una fracción de partículas que poseen una cierta distribución porcentual respecto de sus diáme-tros aerodinámicos y que es la que se necesita cuantificar. En la Figura Nº 3 se muestra equipo de medición.

Otros ContaminantesCuando existe la certeza o la sospecha de la presencia de gases de combustión o sus derivados en el interior de las instalaciones, ya sea procedentes desde el exterior o desde el mismo espacio interior (calefacción, estacionamientos conectados y otros), una forma de evaluar su presencia es a través de la medición de los niveles de concentración de Monóxido de Carbono (CO), cuya presencia y concentración sirve, además de determinar al conta-minante más peligroso, como trazador en relación con los procesos de combustión y lo que puede ocurrir con la presencia de otros agentes presentes en los humos y gases que se producen. La concentración de CO permitida como estándar en oficinas de acuerdo con normativa internacional (ASHRAE 2004) puede alcanzar hasta 9 ppm.La medición de este parámetro se realiza en forma simultánea

Figura 3.Equipo de Medición de Concentración de Material Particulado, con filtro de retención de partículas y ciclón separador de partículas.

FILTRO dE RETENCIÓN dE PARTÍCULAS

CICLÓN SEPARAdOR dE PARTÍCULAS

con la medición de concentración de CO2, utilizando para ello el mismo equipo de medición presentado en la Figura Nº 1, el cual deberá contar con el sensor respectivo. Otro tanto puede ocurrir con otros productos que se utilicen y/o puedan incorporarse al aire del espacio interior de distintas formas como puede ocurrir con el Ozono, Formaldehído, Isocianatos, etc., muchos de los cuales no debieran existir en espacios interiores ocupados por personas como oficinas.

gESTIÓN dE SISTEMAS dE VENTILACIÓN

En el punto anterior se abordan los parámetros más importantes a considerar en el diseño de sistemas de ventilación forzada y los estándares aplicables recomendados respectivos, indicando la forma de medición de los mismos. Un diseño o instalación que los haya considerado deberá, para que su obtención sea posible, contar con los elementos capaces de producir los estándares señalados, para lo cual estos sistemas deberán estar constituidos por circuitos de ductos de inyección y extracción en relación con la distribución de las personas y sus respectivos difusores y celo-sías, filtros apropiados para partículas del aire de renovación y del recirculado, acondicionadores térmicos y de humedad (si fuera necesario) con capacidad de enfriamiento y calefacción suficiente, motor ventilador con características de presión y caudal necesarios, toma de aire externo desde lugar apropiado, descarga de aire extraído al exterior, etc.Un sistema que cuente con todos los elementos necesarios, como los señalados, bien diseñado y con sus especificaciones correctas, permite obtener el nivel de confort necesario. Pero, por ser las necesidades de confort variables y también el comportamiento de los elementos constitutivos del sistema, para obtener condiciones de confort apropiadas en forma permanente es necesario que se realice una gestión orientada a que se mantengan o regulen, dependiendo del caso, las condiciones o nivel de funcionamiento de todos sus elementos, complementando el sistema con instru-mentos que permitan o faciliten el control apropiado. Por ejemplo, los manómetros diferenciales, que permiten observar el nivel de saturación de los filtros para polvo que afectan el caudal de aire inyectado y de renovación especificados, los sensores térmicos (y de humedad cuando son necesarios) conectados entre el recinto o recintos ocupados y el acondicionador respectivo para regular la temperatura y set point de acuerdo con las condi-ciones externas del día a día, reguladores de paso de aire que permiten actuar sobre las tasas de renovación y recirculación en relación con el nivel de ocupación o necesidades térmicas. Junto con la logística anterior y acciones respectivas en relación con su respuesta operativa, la inspección y revisión del estado de funcionamiento y lubricación del sistema de impulsión motor-ventilador de la inyección como de la extracción y sus transmi-siones, la regulación de la velocidad, la mantención de diferen-cias entre inyección y extracción, la atención a observaciones y requerimientos de los usuarios en el día a día, acciones especí-ficas en relación con hallazgos y modificaciones que pueden afectar el comportamiento del sistema o la percepción de los usuarios, la mantención de registros de inspecciones realizadas, hallazgos, mantención, intervenciones sobre el sistema y sus elementos, constituyen algunas de las principales prácticas que permiten evidenciar y asegurar que el sistema produce y entrega en forma permanente las condiciones de confort que el personal

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Artículo Original | Ayala Nelson

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necesita. La gestión debe encontrarse inserta dentro de la orga-nización de la empresa a cargo de personal competente capaz de ejecutar acciones y controlar responsablemente estos sistemas.Finalmente, para verificar y asegurar el buen funcionamiento integral de los sistemas de ventilación, diseñados y gestionados como se ha señalado, la empresa debe considerar la realización de Evaluaciones de Calidad del Aire orientadas a verificar los

parámetros y estándares señalados con ocasión de su instalación y recepción; y luego de modificaciones al sistema en relación con las instalaciones y/o la distribución de las personas en su interior u otras que lo pudieran justificar. Para estos efectos es necesario contar con los planos del sistema, especificaciones de su funcio-namiento y características de sus elementos constitutivos, que permitan un análisis más exhaustivo.

American Society of Heating, Refrigerating, and Air-Conditioning Engineers. 1991. ASHRAE handbook: heating, ventilating, and air-conditioning applications. Atlanta: ASHRAE.

————. 2004. ASHRAE Standard: Ventilation for acceptable indoor air quality. ANSI/ASHRAE Nº 62.1

Comission of the European Communities. 1992. European Concerted Action "lndoor Air Quality and Its Impact on Man ". Report No. 11: guidelines for Ventilation Requirements in Buildings. Luxembourg: Office for Publications of the European Communities.

España. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. 1997. REAL dECRETO 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo. BOE nº 97 23/04/1997. España: MTAS.

Hernández A. (s.f.). NTP 742: Ventilación general de edificios. España: INSHT. Instituto Nacional de Normalización. (Chile). 2002. Ergonomía - Medioambientes

térmicos moderados – determinación de los índices PMV y PPd y especifi-cación de las condiciones de comodidad térmica. NCh2691.Of2002. Santiago: INN.

REFERENCIAS

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Artículo Original

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INTROdUCCIÓN

La exposición a calor representa una parte importante de los problemas de higiene ocupacional de las industrias cuyos procesos contemplan hornos y procesos a temperaturas altas, como ocurre en la mayoría de las metalúrgicas; sin embargo, la magnitud de la exposición no sólo depende de las fuentes de calor del proceso, sino que también del clima existente en el lugar donde se ubica la planta, sus características constructivas, nivel de ventilación y condiciones propias del puesto de trabajo, como son las tareas realizadas y el tipo de ropa utilizada. Los síntomas de la exposición a calor pueden afectar al confort causando molestias, irritabilidad, disminución de la capacidad de concentración y, en consecuencia, incidir sobre la productividad y la tasa de accidentes, o producir efectos fisiológicos impor-tantes como deshidratación, sobrecarga del sistema cardiovas-

cular, aumento de la temperatura corporal y fatiga, perjudicando la salud del trabajador y, en casos extremos, pudiendo causarle hasta la muerte. Para evaluar el nivel de riesgo de la exposición, en relación con la salud de las personas, se utilizan indicadores que consideran principalmente las condiciones ambientales del puesto de trabajo, como el indicador TGBH, que es el estándar vigente en nuestra legislación, e indicadores que se relacionan con la respuesta fisiológica del individuo, como son la frecuencia cardiaca y la tasa requerida de sudoración. En general, los límites que se fijan en base a estos indicadores tienen como principio evitar que la temperatura corporal del individuo expuesto aumente sobre 38º C, implicando un riesgo para su salud.A continuación se realiza una revisión de los fundamentos de los límites de estos indicadores y se discute la validez de su aplica-ción en distintos casos reales de evaluaciones de exposición a calor.

ÍNdICE TgBH

Éste es el indicador que contempla nuestra legislación, Decreto Nº 594/1999 (Chile. MINSAL 1999), para regular la exposición a calor. Es representativo de las cargas de calor del ambiente sobre el individuo expuesto y se define como:

TGBH = 0.7 Tbh + 0.2Tg +0.1 Tbs (1),

Correspondecia / CorrespondenceRómulo Zúñigadepto. Ingeniería Ocupacional, Asociación Chilena de SeguridadRamón Carnicer Nº 163 – Santiago – Chilee-mail: [email protected]: 14 de julio de 2010 / Aceptado: 04 de agosto de 2010

ABSTRACTThis paper discusses the foundations, scope and limitations of Wet Bulb Globe Temperature (WBGT) indicators, required rate of sweat evaporation and heart rate. The study presents various experimental cases on which a detailed evaluation of heat exposure using these standards is carried out.

Descriptors: HEAT EXHAUSTION; OCCUPATIONAL EXPOSURE; HEART RATE; WORKING ENVIRONMENT; TECHNICAL STANDARDS, INDICATORS, OCCUPATIONAL HEALTH/LEGISLATION & JURISPRU-DENCE; EVALUATION STUDIES.

RESUMENSe analizan los fundamentos, alcances y limitaciones de los indica-dores TGBH (Temperatura de Globo y Bulbo Húmedo), Tasa Requerida de Evaporación de Sudor y Frecuencia Cardiaca. Se presentan distin-tos casos experimentales, en los cuales se realiza una evaluación detallada de la exposición a calor utilizando estos estándares.

(Zúñiga R, 2010. Evaluación de Exposición a Calor. Alcances y Limitaciones de los Indicadores. Su interpretación y Correcta Aplicación. Cienc Trab. Jul-Sep; 12 [37]: 355-361).

Descriptores: AGOTAMIENTO POR CALOR, EXPOSICIÓN LABORAL, FRECUENCIA CARDIACA; AMBIENTE DE TRABAJO, NORMAS TÉCNICAS, INDICADORES, SALUD LABORAL/LEGISLACIÓN Y JURISPRUDENCIA; ESTUDIOS DE EVALUACIÓN.

Evaluación de Exposición a Calor. Alcances y Limitaciones de los Indicadores. Su interpretación y Correcta AplicaciónHEAT ExPOSURE ASSESSMENT. SCOPE ANd LIMITATIONS OF INdICATORS. ITS INTERPRETATION ANd PROPER APPLICATION.

Rómulo Zúñiga R.Ingeniero Civil Químico. depto. Ingeniería Ocupacional, Asociación Chilena de Seguridad.

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Artículo Original | Zúñiga Rómulo

para ambientes al aire libre, y

TGBH = 0.7 Tbh + 0.3Tg (2),

para ambientes interiores o sin carga solar.Donde,Tbs: Es la temperatura de bulbo seco, cuyo valor determina prin-

cipalmente la magnitud del intercambio de calor convectivo entre el cuerpo del expuesto y el aire del medio. Si es menor que la temperatura de la piel, el calor pasa del cuerpo al ambiente, en mayor medida mientras más baja sea la tempe-ratura del aire, y viceversa, si es mayor a la temperatura de la piel.

Tg: Es la temperatura de globo, cuyo valor depende de la radia-ción térmica y la velocidad del aire. Al igual que la tempera-tura de bulbo seco, si su valor es menor a la temperatura de la piel el calor se transfiere desde el cuerpo al ambiente y, si es mayor, desde el ambiente al cuerpo.

Tbh: Es la temperatura natural de bulbo húmedo, cuyo valor depende de la temperatura de bulbo seco, de la humedad y la velocidad del aire. Su valor determina el flujo de calor que es posible eliminar por evaporación de sudor.

En la Tabla Nº 1 se reproducen los límites máximos permisibles que establece el Decreto Nº 594/1999 para evaluar la exposición a calor. En su origen éstos tomaron como base los valores de los límites publicados por la ACGIH (ACGIH 1998) en los TLVs 1998, pero se modificó el rango de los consumos metabólicos en los que se aplican, lo cual, como se discutirá más adelante, tiene consecuencias importantes.

Para la aplicación de estos límites se deben tener presente las siguientes consideraciones:• Los límites se aplican a individuos sanos, aclimatados al calor,

con provisión de agua y sal y vestidos con ropa liviana, por ejemplo camisa y pantalón de tela delgada, permeable al aire y al vapor de agua, con resistencia térmica en el orden de 0.6 clo.

• Los valores consideran la exposición para períodos del orden o superiores a 15 minutos continuos, no son aplicables para evaluar el estrés calórico en períodos muy cortos, unos pocos minutos; tampoco son aplicables cuando el vestuario es de resistencia térmica mayor a 0.6 clo o es impermeable al aire y/o al vapor de agua.

• La base de tiempo de la evaluación es una hora. Esto significa que es recomendable realizar la medición de temperatura en la hora en que se presenten las peores condiciones térmicas.

• Si durante la hora existen diferentes condiciones térmicas el valor de TGBH se debe calcular como un promedio ponderado:

Tabla 1.Valores Límites Permisibles del Índice TGBH (Artículo 96º Decreto Nº 594/199).

CARGA DE TRABAJORÉGIMEN DE LIGERA MODERADA PESADATRABAJO-DESCANSO Menor a 375 a 450 Mayor aEN CADA HORA 375 Kcal/h Kcal/h 450 Kcal/h ºC ºC ºCContinuo 30.0 26.7 25.075% - 25% 30.6 28.0 25.950% - 50% 31.4 29.4 27.925% - 75% 32.2 31.1 30.0

TGBH = (TGBH1xt1+TGBH2xt2+ ....+TGBHnxtn)/(t1 + t2...+tn)

Donde, TGBH1, TGBH2, etc. son los valores de TGBH en cada condición térmica, incluyendo la condición de descanso, y t1+t2... +tn= 60 minutos, son los tiempos de exposición en cada condición.• Si las actividades realizadas requieren consumos metabólicos

distintos también se debe calcular un consumo metabólico promedio ponderado:

M = (M1xt1+M2xt2+ ....+Mnxtn)/(t1+t2+.......+tn)

Donde, M1, M2, etc. son los consumos metabólicos de cada período activo, sin incluir el periodo de descanso porque está implícito en el valor de los límites, en función del tiempo de trabajo-descanso que se presenta en la primera columna de la Tabla Nº 1.• Las características que deben tener los sensores y metodología

de medición se especifican en la Norma Chilena NCh 2634 [INN (Chile) 2002a]. La Figura 1 muestra una foto del tipo de sensores que normalmente se utiliza para medir las tempera-turas de bulbo seco, bulbo húmedo y globo.

• Si la variación de temperatura con la altura es importante es necesario medir las temperaturas en tres posiciones o alturas, a 10 cm, a 110 cm y a 170 cm sobre el piso, y calcular el valor promedio como:

TGBH = (TGBH10 cm+2xTGBH110 cm+TGBH170 cm)/4

• En caso de no ser necesario lo anterior se recomienda medir ubicando los sensores a alrededor de 110 cm del piso.

El indicador TGBH es un parámetro relativamente fácil de medir y su valor representa bien el efecto que tienen sobre el individuo expuesto las condiciones de temperatura, humedad y velocidad del aire y la radiación térmica existente en el ambiente de trabajo; no obstante, es necesario actualizar los valores de los

Figura 1.Equipo Medición

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límites que contempla el Decreto Nº 594/1999, especialmente en lo que se refiere a los rangos de consumo metabólico, y comple-mentarlo o sustituirlo por otros indicadores, como la Tasa Requerida de Sudor o Frecuencia Cardiaca cuando no es aplicable, como se verá en los ejemplos que se presentan más adelante.

BALANCE dE CALOR Y TASA REQUERIdA dE EVAPORACIÓN dE SUdOR

1. Balance Calor (NCh 2663) (INN (Chile) 2002b)El intercambio de calor que se establece entre el cuerpo y el medio que lo rodea se aproxima mediante la siguiente ecuación de balance:

S = M ± C ± R - E ± Qr (3)Donde, S: Tasa neta de calor que se acumula en el cuerpo, W/m2.M: Flujo de calor generado por los procesos metabólicos basal y del esfuerzo físico realizado, W/m2.C: Flujo de calor que se intercambia por convección, W/m2.R: Flujo de calor que se intercambia por radiación, W/m2.E: Flujo de calor perdido por evaporación de sudor, W/m2.Qr: Flujo total de calor intercambiado por la respiración, W/m2.

La norma NCh 2663 entrega las ecuaciones necesarias para calcular cada uno de estos flujos de calor.

2. Tasa Requerida de Evaporación de Sudor (NCh 2663) (INN (Chile) 2002b)La Tasa Requerida de Evaporación de Sudor relaciona las cargas ambientales con la respuesta fisiológica del trabajador expuesto. Se define como el flujo de calor eliminado por evaporación de sudor que permite mantener el balance térmico del cuerpo en equilibrio con cero acumulación; para obtener su valor en la ecuación (3) se hace S = 0 y se despeja el término E como:

Ereq = E = M ± C ± R ± Qr (4)

Una vez calculados los calores M, C, R y Qr y con éstos la Tasa Requerida de Evaporación de Sudor, Ereq, es necesario evaluar si el organismo de la persona expuesta es capaz de alcanzar esta tasa y si el riesgo que conlleva es aceptable. Para resolver estos problemas, la norma entrega una ecuación para calcular la tasa máxima de calor que se puede eliminar por evaporación de sudor y recomienda límites de advertencia y peligro para la tasa de sudor, humedad de la piel y acumulación de calor en el cuerpo. La ecuación para calcular la tasa máxima de eliminación de calor por evaporación de sudor, en función de las condiciones térmicas del ambiente de trabajo y la ropa utilizada, es:

Emax = (1/Rt) (Pa –Pp) (5)

Donde,Rt: Es la resistencia total al paso del vapor de agua desde la piel

al aire ambiente, m2KPa/W.Pa: Es la presión parcial de vapor de agua en el aire ambiente.

KPa.Pp: Es la presión de saturación del vapor de agua sobre la piel,

KPa.

Los límites máximos indicados para individuos aclimatados son: • Humedad de la piel, Wmax=1; como advertencia y peligro. • Tasa de Sudor, SWmax= 780 g/h como advertencia y 1040 g/h

como peligro.• Pérdida Máxima de Sudor por Turno, Smax= 3900 g como

advertencia y 5200 g como peligro.• Acumulación de calor, Qmax= 50 W-h/m2 como advertencia y

60 W-h/m2 como peligro.

3. Análisis de la Exposición con la Tasa Requerida de Evaporación de Sudor Una primera situación es cuando la Tasa de Evaporación Requerida, que hemos calculado con la ecuación (4), es menor que la Tasa de Evaporación Máxima, Ereq ≤ Emax, la humedad requerida de la piel se calcula como:

Wreq = Ereq/Emax ≤ 1 (6)

Y la Tasa de Sudor Requerida como:

SWreq = 2.6 Ereq/r (7)

Donde, el coeficiente 2.6 corresponde a los g/h de sudor que es necesario evaporar para eliminar 1 W/m2 de calor y r es un pará-metro de eficiencia de evaporación, cuyo valor es menor o igual a 1, debido a que parte del sudor gotea sin evaporar y depende de la humedad de la piel de acuerdo con la siguiente expresión:

r = 1- W2/2 (8)

Al reemplazar en esta ecuación el valor de Wreq, se obtiene el valor de r=rreq, y con su valor en la ecuación (7) se calcula la Tasa de Sudor Requerido. Si este valor es menor que el límite de advertencia podemos considerar que es posible y aceptable que el trabajador mantenga en equilibrio su balance térmico mediante la evaporación de sudor. Por el contrario, si la Tasa de Sudor Requerido es mayor al límite de advertencia, su valor se hace igual a éste, o sea SWreq = 780 g/h, y se reemplaza en la ecuación (7), luego se ajusta en forma iterativa el valor de r = racep que permite satisfacer simultáneamente las ecuaciones (6), (7) y (8). Como este valor aceptable es menor al de la tasa requerida, exis-tirá una tasa de acumulación de calor:

S =Ereq - Eacep (9)

Donde, Eacep = 780racep/2.6. Para mantener esta acumulación de calor dentro de un rango aceptable se debe restringir el tiempo de exposición haciendo uso de los límites de acumulación de calor en la siguiente ecuación:

Tmax = 60 Qmax /(Ereq - Eacep) (10)

Donde, Tmax es el tiempo de exposición en minutos y Qmax puede ser igual al límite de advertencia, 50 W-h/m2, o de peligro, 60 W-h/m2.Una segunda situación se tiene en el caso que la Tasa de Evaporación Requerida sea mayor a la tasa máxima, Ereq > Emax, se debe hacer Ereq = Emax, y la humedad requerida de la piel Wreq = 1; luego con las ecuaciones (7) y (8) calcular la tasa de sudor reque-rida, SWreq, y proceder como se ha indicado anteriormente

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Artículo Original | Zúñiga Rómulo

evaluando si se cumplen los límites máximos de tasa de sudor y si esta tasa resulta aceptable o debe ser nuevamente restringida de acuerdo con los límites máximos de tasa de sudor. En cual-quier caso, se mantenga la tasa aceptable de pérdida de calor por sudoración igual a la máxima, Eacep=Emax o se limite a Eacep=780r/2.6, existirá una tasa de acumulación de calor que implicará restringir el tiempo de exposición de acuerdo con la ecuación (10).Como la mayoría de las ecuaciones (3) a (10) son dependientes, se desarrolló un algoritmo computacional, en Flash 8, para resolver iterativamente el sistema de ecuaciones que representa el balance de calor y realizar automáticamente el análisis de tasa de evaporación requerida, lo que facilita el uso de este indicador porque elimina la dificultad de cálculo que requiere su aplica-ción. La Figura 2 presenta un ejemplo de los datos de entrada y salida del programa.

4. Frecuencia Cardiaca y Consumo de OxígenoLa evaluación de la exposición a calor utilizando como indicador la frecuencia cardiaca del individuo expuesto se basa en el hecho de que ésta responde proporcionalmente al esfuerzo físico reali-

Figura 2.Ejemplo de datos de entrada y salida de programa diseñado para el análisis del balance de calor y tasa de sudor requerida.

zado más el nivel de estrés térmico al cual éste se encuentra sometido.La demanda de oxígeno se relaciona con la frecuencia cardiaca con la siguiente expresión:

%Vo2 = 100 (FC-FCr)/(FCm-FCr) (11)

Donde,%Vo2: Porcentaje de oxígeno consumido que corresponde al

esfuerzo físico del trabajo más el estrés térmico.FC: Frecuencia cardiaca que corresponde al esfuerzo físico del

trabajo más el estrés térmico, pulsos/min que se miden durante la realización del trabajo.

FCr: Frecuencia cardiaca que corresponde al estado de reposo, pulsos/min, en un ambiente normal.

FCm: Frecuencia cardiaca que corresponde al esfuerzo máximo, pulsos/min, se puede estimar como: 220 - edad.

El tiempo máximo que un individuo estándar puede estar sometido a un determinado nivel de porcentaje de demanda de oxígeno, %VO2, o límite de fatiga, TF, en minutos, está dado por5:

TF = 10(4- 0,04%VO2) (12)

Luego, si se mide la frecuencia cardiaca del trabajador expuesto y se estiman o miden sus frecuencias máxima y de reposo, con la ecuación (11) se puede calcular el porcentaje de oxígeno corres-pondiente, %Vo2, y con éste en la ecuación (12) el tiempo de fatiga que puede ser utilizado como base para limitar la exposición.

Por otra parte, los TLVs 2009 (ACGIH 2009) de ACGIH6 reco-miendan el control de una serie de signos fisiológicos de exposi-ción a calor, entre los cuales se indica el monitoreo de la frecuencia cardiaca, la cual no debería sobrepasar de 180 pulsos/min menos la edad del trabajador expuesto, como pulso soste-nido por varios minutos.

5. Compatibilidad de los Indicadores

Índice TGBH vs Tasa Requerida de Evaporación de SudorPara comparar los resultados del indicador TGBH con el indicador de Tasa Requerida de Evaporación de Sudor, considérese una tarea continua y liviana (consumo metabólico menor a 375 Kcal/h) en cuyo ambiente de trabajo se midieron las siguientes temperaturas:

Tbh =23 ºC; Tbs = 35 ºC y Tg = 41 ºC.

Con estos datos el índice TGBH sería:

TGBH = 0.3x41+0.7x23 = 28.4 ºC

Valor que está bajo el límite de 30 ºC que corresponde aplicar a trabajo continuo y liviano según el Decreto Nº 594/1999 y, por lo tanto, la exposición sería aceptable. Para estas mismas condiciones de temperatura, en la Tabla Nº 2 se presenta el análisis de tasa de sudor requerida para distintos niveles de consumo metabólico, todos en el rango de trabajo liviano que define el Decreto Nº 594, vale decir, menores a 375 Kcal/h, conside-rando un individuo estándar*, aire quieto de velocidad de 0.2 m/s y vestuario de 0.6 clo.

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Para un consumo metabólico de 100 W/m2 (que equivale a 180 W o 155 Kcal/h) se obtiene que la evaporación requerida es de 120 W/m2, valor que resulta aceptable porque es menor a la evapora-ción máxima y requiere de una tasa de sudor de 404 g/h, que está por debajo del límite de alarma de 780 g/h, por lo cual la exposi-ción podría ser sin límite de tiempo, resultado que concuerda con la evaluación que entrega el valor de TGBH. Para un consumo metabólico de 168 W/m2 (que equivale a 300 W o 260 Kcal/h), la evaporación requerida resulta de 181 W/m2, valor menor a la evaporación máxima y en este sentido aceptable, pero que requiere de una tasa de sudor igual a 780 g/h que es el límite de alarma de pérdida de sudor, por lo cual sería necesario controlar los síntomas de deshidratación y evitar que la exposición se prolongue por más de 5 horas, para no sobrepasar de 3900 g, que es el límite de alarma para la pérdida total de sudor por turno; este nivel de riesgo no es evaluado en el límite TGHB que establece el Decreto Nº 594, pero sí es considerado en los TLVs 2009 donde el consumo de 300 W se define como moderado y se le asigna un límite TGBH de 28º C que estaría sobrepasado en este caso, resultado más de acuerdo con lo indicado por el análisis de tasa requerida de sudor. Finalmente, para un consumo de 242 W/m2 (435 W o 375 Kcal/h) que también es considerado liviano en los límites del Decreto Nº 594, la evapo-ración requerida (249 W/m2) supera al valor de evaporación máxima (de 211 W/m2) y también al valor de alarma de la tasa de sudor (780 g/h), lo que determina que la evaporación aceptable (de 185 W/m2) sea el calor que corresponde a dicho límite de tasa de sudor y exista una acumulación de 249-185 = 64 W/m2, que limita la exposición a 47 minutos, para evitar que la temperatura corporal aumente en exceso, resultado que está en contradicción directa con la evaluación que se realiza según TGBH. Como referencia se debe considerar que en los TLVs 2009 el consumo metabólico de 375 Kcal/h (435 W) es considerado como trabajo pesado, al cual no se le asigna límite TGBH, porque se asume que este nivel de esfuerzo requiere ser evaluado y regulado mediante la observación de algunos signos fisiológicos como el monitoreo de la frecuencia cardiaca.

Frecuencia Cardiaca vs Tiempo de AgotamientoPara comparar estos indicadores se considera que un individuo estándar tiene una frecuencia cardiaca máxima de FCm = 184 pulsos/min y mínima de FCr = 60 pulsos/min.De acuerdo con lo recomendado en TLVs 2009 para una persona estándar, edad 35 años, el límite ocupacional de frecuencia cardiaca debería ser igual a:

Límite de Frecuencia = 180 – 35 = 145 pulso/min

Valor que no se debería sobrepasar sostenidamente por “varios minutos”. Por otra parte, a una frecuencia cardiaca FC de 145 pulso/min, que es igual al límite recomendado por la ACGIH, le correspondería un consumo de oxígeno de:

%Vo2 = 100x(145-60)/(184-60) = 68%

y un tiempo de fatiga igual a:

TF = 10(4- 0.04x68) = 19.1 minutos

La diferencia entre los 19.1 minutos que se estiman con esta ecua-ción como tiempo de fatiga y el límite de “varios minutos” que indican los TLVs 2009, es una medida del margen de prevención que incluyen estos límites para evitar la ocurrencia de fatiga en los trabajadores expuestos, considerando las diferencias de suscepti-bilidad al calor y condición física.

6. Ejemplos de Aplicaciones de los IndicadoresA continuación se presenta una serie de evaluaciones de exposi-ción a calor en procesos industriales que evidencian las limita-ciones y aplicabilidad de los indicadores.

Exposición intensa y de corto tiempoDescripción de la Exposición: El operador de un horno continuo debe realizar esporádicamente una tarea de mantención de corta duración, 2 a 3 minutos, en el lugar donde el producto solidificado al rojo sale hacia la etapa de dimensionado y almacenamiento; para realizar la tarea, que se estima requiere un consumo metabó-lico de 150 W/m2, utiliza ropa que incluye camisa manga larga y pantalón de tela ignífuga, casaca de tela ignífuga, pechera y polainas de descarne, capucha monja de tela ignífuga, casco, mascarilla, antiparras y zapatos de seguridad, estimándose para el conjunto una resistencia del orden de 1.5 clo.

Mediciones y Resultados: Las temperaturas medidas en el sector donde el operador realiza la mantención fueron: Tbh = 35.1 ºC; Tbs = 50.5 ºC y Tg = 75.8 ºC. Para estos valores el indicador TBGH resulta de 47.3 ºC, pero dado que la exposición es muy corta, del orden de 2 a 3 minutos, y la ropa de trabajo incluye prendas de resistencia térmica mayor a 0.6 clo, no se puede evaluar la expo-sición con los límites de este estándar.

En la Tabla Nº 3 se presentan el balance de calor y análisis de tasa de evaporación requerida considerando tres situaciones: primero,

Tabla 2.Análisis del Balance de Calor y Tasa de Evaporación de Sudor.

Consumo Metabólico Balance Calor Evaporación Requerida Evaporación Máxima Evaporación Aceptable Tasa Sudor Tiempo Máximo100 W/m2 C = - 1.5 W/m2

(155 Kcal/h) R = +28.2 W/m2 120 W/m2 179 W/m2 120 W/m2 404 g/h Sin límite Qres = - 6.2 W/m2

168 W/m2 C = - 2.1 W/m2

(260 Kcal/h) R = +25.6 W/m2 181 W/m2 203 W/m2 181 W/m2 780 g/h 300 min. Qres = - 10.5 W/m2 Por pérdida de sudor

242 W/m2 C = - 2.6 W/m2 (375 Kcal/h) R = +24.6 W/m2 249 W/m2 211 W/m2 185 W/m2 780 g/h 47 min. Qres = - 15.1 W/m2 Por acumulación de calor

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Artículo Original | Zúñiga Rómulo

que el operador utiliza su ropa normal de resistencia térmica 1.5 clo; luego, que utiliza ropa de protección aluminizada, manteniéndose la resistencia térmica en 1.5 clo, pero disminuyendo el coeficiente de absorción de la radiación que para ropa normal es 0.94 y para ropa aluminizada de 0.1 y, tercero, que al sector se inyecta aire exterior que permite disminuir la temperatura de bulbo seco a 35.8 ºC y la de bulbo húmedo a 25.1 ºC, pero dejando la temperatura de globo igual. Con la ropa normal, que utiliza el operador, la evaporación sería de 257 W/m2 y la evaporación máxima de 67 W/m2, lo cual generaría una acumulación de calor que, de acuerdo con el límite de alarma, restringe la exposición a un máximo de 16 minutos; al utilizar ropa aluminizada el requerimiento de evaporación es menor, 197 W/m2, porque la resistencia a la radiación es mayor y, por ende, disminuye la carga radiante, que es la más importante, resultando en un menor requerimiento de evaporación de calor, mejoría de la condición térmica (que se refleja en que el tiempo de exposición aumenta de 16 a un máximo de 24 minutos). Finalmente, si al sector de trabajo se inyecta aire externo, dismi-nuye la carga de calor por convección y, en consecuencia, dismi-nuye también la evaporación requerida, lo cual, sumado a que aumenta la capacidad de evaporación máxima, permite que el tiempo de exposición pueda llegar hasta 83 minutos.

Evaluación de la Exposición con Índices TGBH, Frecuencia Cardiaca y Tasa de Sudor.Descripción de Exposición: Un operador y un ayudante limpian el piso de un horno a gas utilizando una pértiga que introducen a través de sus puertas laterales, tarea que realizan normalmente una o dos veces a la semana, al final del turno, demorando entre 30 y 60 minutos, estimándose que la tarea requiere un consumo meta-bólico del orden de 200 W/m2.

Mediciones y Resultados: En la Figura 3 se presentan los valores de temperatura de bulbo húmedo, temperatura de globo y TGBH obte-nidos en el sector donde se ubican los operadores. Al principio de la medición, los primeros 10 minutos, después que se abrió la puerta del horno, la temperatura de globo aumentó aproximadamente desde 20 hasta 60 ºC producto del calor radiante; la temperatura de bulbo húmedo, luego de una pequeña disminución, aumentó desde aproximadamente 15 a 24 ºC. Después de aproximadamente 27 minutos se terminó la limpieza y se cerró la puerta, lo cual produjo la disminución de las temperaturas, la de globo a valores del orden de 20 ºC y la de bulbo húmedo al orden de 15 ºC.

Tabla 3.Exposición intensa y de corta duración con y sin traje aluminizado.

Vestuario Balance Calor Evaporación Requerida Evaporación Máxima Evaporación Aceptable Tasa Sudor Tiempo MáximoRopa Normal M =+150 W/m2

1,5 clo C = +21 W/m2 257 W/m2 67 W/m2 67 W/m2 346 g/h 16 min. R = +85 W/m2 Por acumulación de calor

Qres = +1 W/m2

Ropa M =+150 W/m2

Aluminizada C = +32 W/m2 197 W/m2 71 W/m2 71 W/m2 367 g/h 24 min. 1,5 clo R = +14 W/m2 Por acumulación de calor

Qres =+1 W/m2

Aluminizada M =+150 W/m2

1,5 clo C = -6 W/m2 153 W/m2 117 W/m2 117 W/m2 606 g/h 83 min.y Ventilación R = +17 W/m2 Por acumulación de calor

Qres = -8 W/m2

El índice TGBH durante el período de limpieza se mantuvo por encima de 30 ºC que sería el límite que corresponde aplicar en los casos en que el trabajo se prolongue por el orden de una hora. El valor promedio, entre el minuto 5 y el minuto 30, resultó de 30.6 ºC, valor que estaría por debajo del límite de 31.5 ºC que corresponde aplicar en este caso dado que la tarea duró aproxi-madamente 30 minutos. En la Figura 4 se compara la frecuencia cardiaca del operador, medida simultáneamente con las temperaturas ambientales, con el límite de 137 pulsaciones/min, que corresponde en este caso. Se observa que en una ocasión, puntualmente y por un corto tiempo –menos de un minuto–, se alcanza el límite, lo cual no es signifi-cativo porque el nivel no se sostiene por un período más prolon-gado. El valor medio de la frecuencia cardiaca entre el minuto 15 y el minuto 40, que es el período en que se produce su respuesta prin-

Figura 3.Temperaturas medidas en Tarea de Limpieza Horno.

Figura 4.Evaluación de la frecuencia cardíaca del operador.

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Artículo Original | Evaluación de Exposición a Calor. Alcances y Limitaciones de los Indicadores. Su interpretación y Correcta Aplicación

Tabla 4.Exposición a temperaturas en tarea de mantención.

Vestuario Balance Calor Evaporación Requerida Evaporación Máxima Evaporación Aceptable Tasa Sudor Tiempo MáximoRopa Normal M =+200 W/m2

O,8 clo C = -42 W/m2 220 W/m2 145 W/m2 145 W/m2 755 g/h 40 min. R = +76 W/m2 Por acumulación de calor

Qres = -14 W/m2

cipal a la tarea realizada, es de 124 pulsaciones/min, valor al cual le correspondería un consumo de oxigeno de:

%Vo2 = 100x(124-60)/(177-60) = 54.7%

Donde se ha considerado que la frecuencia cardiaca máxima es de 177 pulsaciones/min, dado que la edad del operador es 43 años, y la mínima de 60 pulsaciones/min; el correspondiente tiempo de fatiga sería igual a:

TF = 10(4- 0.04x54.7) = 65 minutos

Luego, si bien la frecuencia cardiaca no sobrepasa el límite máximo puntual durante la tarea, lo cual probablemente se debe a que el propio operador regula su esfuerzo, su valor promedio para el período de exposición indica que el tiempo de la tarea se debe restringir tomando como referencia que el tiempo de fatiga sería del orden de 65 minutos.En la Tabla Nº 4 se presenta el balance de calor que corresponde a la temperatura de bulbo seco, medida simultáneamente con las otras temperaturas y correspondiente a un promedio de 22.5 ºC, temperatura de bulbo húmedo igual a 22.0 ºC y temperatura de globo igual a 50.6 ºC, que son los valores promedio entre el minuto 5 y el minuto 30, que es el período principal de exposición. La tasa de evaporación requerida resultó de 220 W/m2, y como la evapo-ración máxima es sólo de 145 W/m2, la diferencia se acumula y restringe el tiempo máximo de la exposición a 40 minutos.En esta evaluación, en general, los tres indicadores concuerdan en que el nivel de exposición a calor de la tarea se encuentra en el orden del límite permisible; el valor promedio de TGBH es de 30.6 ºC y se encuentra por encima del límite que correspondería aplicar si el trabajo se prolongara por 60 minutos, como podría ocurrir, y algo por debajo del límite de 31.5 ºC que se aplica en la tarea actual evaluada, cuya duración fue del orden de 30 minutos; el tiempo de fatiga calculado a partir de las pulsaciones del operador fue de 65

minutos, lo cual concuerda con el análisis de TGBH que indica que la tarea sobrepasaría el límite permisible en el caso de durar una hora. Por su parte, el análisis de tasa requerida de sudor reafirma estos resultados porque indica que el tiempo máximo de la expo-sición debería ser de 40 minutos.Con un criterio preventivo lo que se recomienda es que la tarea de limpieza propiamente tal no supere los 20 minutos en forma continua, luego de lo cual se requiere un periodo de descanso de duración similar en un ambiente sin cargas de calor.

CONCLUSIONES

Para evaluar la exposición a calor, el indicador TGBH resulta adecuado porque es fácil de medir y calcular y, al mismo tiempo, representa en un solo valor el efecto de la temperatura, la humedad, la velocidad del aire y el calor radiante; no obstante, no es aplicable cuando la exposición es de corta duración o cuando la ropa de trabajo es de resistencia térmica mayor a 0.6 clo, de tela impermeable al vapor de agua o aluminizada, situaciones que son frecuentes en algunos procesos industriales.El análisis de la exposición mediante el balance de calor y los indicadores de tasa de sudor requerida son un buen complemento y, en un número importante de casos, una alternativa del indicador TGBH para evaluar la exposición a calor. La dificultad de cálculo que requiere la aplicación de esta metodología se elimina al programar las ecuaciones en un algoritmo computacional como el utilizado en el presente trabajo.La frecuencia cardiaca es una medición directa de la respuesta fisiológica del individuo expuesto que puede ser evaluada mediante límites absolutos, como los considerados en los TLVs de la ACGIH, que permiten un control directo de la exposición, y también relacionarlos con el consumo de oxígeno y tiempos de agotamiento o fatiga para realizar una planificación apropiada de las tareas.

American Conference of governmental Industrial Hygienists. 1998. TLVs and BEIs. Cincinnati, OH: ACgIH.

————. 2009. TLVs and BEIs. Cincinnati, OH: ACgIH. Chile. Ministerio de Salud. 1999. decreto Supremo Nº 594/1999: aprueba regla-

mento sobre condiciones sanitarias y ambientales básicas en los lugares de trabajo. diario Oficial. 29 de abril de 2000.

Instituto Nacional de Normalización (Chile). 2002a. NCh 2634.Of2002: Ergonomía - Medioambientes calurosos - Estimación del estrés calórico sobre el trabajador, basada en el índice TGBH (Temperatura de globo y bulbo húmedo). Chile: INN.

————. 2002b. NCh 2663.Of2002: Ergonomía - Medioambientes calurosos – determinación analítica e interpretación del estrés calórico usando el cálculo de la tasa requerida de sudor. Chile: INN.

REFERENCIAS

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Enfermedades del SueñoSLEEP dISORdERS ANd ITS IMPACT ON WORK

Artículo Original

dra. Mónica gonzález SilvaUnidad de Trastornos del Sueño. Clínica Alemana de Santiago.

Correspondencia:

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INTROdUCCIÓN

Los metales pesados poseen una gran capacidad para unirse con muy diversos tipos de moléculas orgánicas; los procesos de bioacumulación son debidos básicamente a la imposibilidad, por parte del organismo afectado, de mantener los niveles necesarios de excreción del contaminante, por lo que sufre una retención en el interior del mismo. El proceso se agrava a lo largo de las cadenas tróficas, debido a que los niveles de incorporación sufren un fuerte incremento a lo largo de sus sucesivos eslabones, siendo

Correspondencia / CorrespondenceRoberto garcía MonroyUniversidad Autónoma del Estado de HidalgoCentro de Investigaciones QuímicasCarretera Pachuca-Tulancingo km. 4.5, Ciudad Universitaria. C.P. 42076 Pachuca, Hidalgo, México Tel.: (52-77) 17172000e-mails: [email protected][email protected]: 15 de junio de 2010 / Aceptado: 13 de septiembre de 2010

ABSTRACTTo determine levels of metal bioaccumulation (Cd, Cr, Pb and Al) in weaves and corporal fluids of the inhabitants of Xochitlán, Hidalgo, has been the objective of this study. With a view to realising valuations of risk and probable damages to the health of its settlers, the study with a sociodemographic characterization began, with settlers between six and 90 years of age. As exclusion criterion were considered, congenital malformations, immunosuppressive sufferings and less than five years of residence in the locality. An inverted population pyramid appeared; of a total of 1947 inhabitants, the population between 10 and 19 years occupies the center of the pyramid, that thins in the ends of the life (5> X> 60 years). A methodology, combined with the established by the ATSDR and the EPA has seted out and adding an instrument of survey (clinical anamnesis) for the characterization of individuals and populations with ample clinical approach. Of the interrelation of flowed and woven metal concentrations in, with aspects of environmental risks it will be possible to be poured off a present, retrospective situational diagnosis and a vision to future, on the behavior of the contamination and its impact in health factors. The evaluated metal bioaccumulation was present in all the fluids and weaves of the settlers selected between six and 90 years of age. One has been a relation between these results and those of previous studies of metal accumulation in waters, grounds and cultures.

Descriptors: BIOACCUMULATION, METALS/ADVERSE EFFECTS, IMPACTS ON HEALTH, EPIDEMIOLOGIC SURVEILLANCE; MEXICO.

RESUMENDeterminar niveles de bioacumulación de metales (Cd, Cr, Pb y Al) en tejidos y fluidos corporales de los habitantes de Xochitlán, Estado de Hidalgo, ha sido el objetivo de este estudio. Con vistas a realizar valo-raciones de riesgo y probables daños a la salud de sus pobladores, se inició el estudio con una caracterización sociodemográfica, con pobla-dores de entre seis y 90 años de edad. Como criterio de exclusión se consideró: malformaciones congénitas, padecimientos inmunosupresi-vos y menos de cinco años de residencia en la localidad. Se presentó una pirámide poblacional invertida; de un total de 1947 habitantes, la población de entre 10 y 19 años ocupa el centro de la pirámide, que adelgaza en los extremos de la vida (5 > X > 60 años). Se ha propues-to una metodología, combinada con los lineamientos establecidos por la Agencia Para Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades (ATSDR 2000) y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (U.S. EPA 2005) y adicionando un instrumento de encuesta (anamnesis clínica) para la caracterización de individuos y poblaciones con amplio enfoque clínico. De la interrelación de concentraciones de metales en fluidos y tejidos con aspectos de riesgos ambientales, se podrá decantar un diagnóstico situacional actual, retrospectivo y una visión a futuro sobre el comportamiento de la contaminación y su impacto en factores de salud. La bioacumulación de metales evaluados estuvo presente en todos los fluidos y tejidos de los pobladores seleccionados de entre seis y 90 años de edad. Se ha encontrado relación entre estos resultados y los de estudios previos de acumulación de metales en aguas, suelos y cultivos.

(García R, Prieto F, Scott W, Pulido G, Zúñiga A, 2010. Afectaciones a la Salud por Efecto de Metales Tóxicos en la Población de Xochitlán, Hidalgo, México. Cienc Trab. Jul-Sep; 12 [37]: 362-369).

Descriptores: BIOACUMULACIÓN, METALES/EFECTOS ADVERSOS; IMPACTOS EN LA SALUD, VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA, MÉXICO.

Afectaciones a la Salud por Efecto de Metales Tóxicos en la Población de Xochitlán, Hidalgo, MéxicoAFFECTATIONS OF HEALTH BY TOxIC METALS IN POPULATION OF xOCHITLÁN, HIdALgO, MExICO

dr. Roberto garcía Monroy1; dr. Francisco Prieto garcía2; dr. William Scott Monks3; dra. griselda Pulido Flores4; Armida Zúñiga Estrada5 1. doctor en Ciencias Ambientales por la UAEH, México, Profesor-Investigador.2. doctor en Química por la Universidad de Valladolid, España, Profesor-Investigador Titular.3. doctor en Biología por la Universidad de Toronto, Canadá, Profesor-Investigador Titular.4. doctora en Ciencias en Ecología y desarrollo Sustentable, México, Profesro-Investigador Titular.5. Doctora en Ciencias (Microbiología) por la UNAM, México, Profesor-Investigador Titular.

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Artículo Original | Afectaciones a la Salud por Efecto de Metales Tóxicos en la Población de xochitlán, Hidalgo, México

en los superiores donde se hallan los mayores niveles de contami-nantes. Sus efectos tóxicos específicos sobre un sistema biológico dependen de reacciones con ligandos que son esenciales para la función normal de ese sistema. Los metales muestran gran afinidad por grupos sulfhidrilos y, en menor medida, por radicales amino, fosfato, carboxilo, imidazol e hidroxilo, pertenecientes a enzimas y otras proteínas esenciales. Los ácidos nucleicos también resultan afectados por los metales pesados. Éstos ocasionan un efecto geno-tóxico que puede ser catalogado en mutaciones genéticas, aberra-ciones cromosómicas, alteraciones en la síntesis y reparación de ácidos nucleicos y transformaciones celulares (Codina 1993). Los metales que tienen el mayor potencial de causar enfermedades son aquellos que se bioacumulan en el cuerpo. Entran en forma de sales disueltas a los sistemas biológicos, se disocian fácilmente en medios acuosos permitiendo su transporte a las membranas bioló-gicas en forma de iones metálicos. La absorción es mayor cuando la ingestión gastro-intestinal ocurre durante el ayuno; además, los metales que se unen fuertemente a los tejidos se eliminanan con lentitud (Corey y Galvao 1989a, Corey y Galvao 1989b y Corey y Galvao 1989c). Potencialmente son varios los efectos en la salud de individuos expuestos, pero son dos los que generan más preocupa-ción social: el cáncer y las malformaciones congénitas. Si bien en muchos sitios los contaminantes superan la concentración crítica

para generar cáncer, se ha estimado el valor de dicha concentración para un incremento de un caso de cáncer en un millón de habitantes. Es evidente la enorme dificultad que implica contar con suficiente población para realizar un buen estudio epidemiológico; por lo tanto, “la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia”. En México, los estudios acerca de los efectos sobre la salud en poblaciones expuestas a tóxicos ambientales son mínimos. Los más relevantes son los trabajos sobre plomo (contaminación atmosférica y cerámica vidriada); arsénico (contaminación natural); plaguicidas (exposición ocupacional) y flúor (contaminación natural y exposición ocupa-cional). Estudios relevantes, pero que no abordan la problemática en toda su magnitud, lo que demuestra precariedad de los estudios en este aspecto (Diaz, 1996). Más del 75% de la superficie de México está catalogada como semiá-rida o árida, por lo que el agua residual de algunas ciudades se utiliza para el riego de tierras agrícolas. El distrito de riego 03 (DR03) tiene 48 mil hectáreas que son regadas con aguas residuales o negras. La Ciudad de México desaloja alrededor de 60 m3/s de aguas residuales mediante tres colectores que la conducen hasta el Valle del Mezquital donde irriga 85000 hectáreas de los DR03 y DR1006-8. Uno de los problemas que se suscitan con el riego con aguas residuales es el relacionado con metales pesados, que pueden contaminar suelos, provocar alteraciones en el desarrollo de los productos agropecuarios

Figura 1.Mapa de la zona de estudio del poblado de Xochitlán, perteneciente al Distrito de Riego 03 (DR03). A la izquierda una vista del DR03. Los tiempos de irrigación con aguas negras para la zona son de un tiempo promedio de 99 años (Prieto et al. 2005). A la derecha una vista ampliada del poblado de xochitlán.

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Artículo Original | garcía Roberto

La toma de muestras de sangre se realizó por punción venosa en tubos vacutainer con anticoagulante (heparina 0.2 ml), se refrige-raron en termos para muestras hematológicas para su transporte al laboratorio. Fueron tomadas en condiciones de ayuno de los parti-cipantes. Para evaluar los niveles de Cd, Cr y Pb en sangre se tomó como referencia la Norma Oficial Mexicana (México. Secretaría de Salud 2000). Fueron digeridas (2-10 ml de muestra) en horno de microondas modelo Marx 5 con adición de 10 ml de HNO3 concentrado y según programa del equipo (1200 watt, presión de 150 psi, temperatura de 210 °C durante 10 minutos). Los digestatos, una vez fríos, se aforaron a 50 ml con agua desionizada y reser-vados para las determinaciones de metales.La toma de muestra de orina se llevó a cabo bajo la Norma Oficial Mexicana (México. Secretaría de Salud 1995). Las muestras, prefe-rentemente de 24 horas (con restricción de líquidos a partir de la tarde del día anterior), se tomaron en frascos de polietileno conte-niendo 0.5 ml de ácido nítrico al 4%v/v. Hasta el momento de efectuar el análisis, las muestras se conservaron refrigeradas. Fueron digeridas (10 ml de muestra) en horno de microondas en condiciones similares a las ya descritas e igualmente aforados con agua desionizada a 50 ml y reservados para las determinaciones de los metales en estudio.Las muestras de cabello fueron previamente pesadas en rangos entre 0.05 a 0.50 g, en dependencia de la cantidad que se logró obtener por cada individuo. Se llevaron a vasos de teflón del horno de microondas y se les adicionaron 5 ml de HNO3 y se digestaron según programa (similares condiciones que las descritas). De manera análoga se colectaron las muestras de uñas que fueron cortadas en el momento de la toma de las muestras de cabello. Fueron igualmente procesados por digestión en horno microonda.Se determinó el contenido de Pb, Cd, Cr y Al por espectrofotome-tría de absorción atómica con llama, en equipo Varian 1300. La exactitud de los métodos de análisis se comprobó mediante la evaluación de muestras de participantes (controles negativos, supuestamente no expuestos a la contaminación por metales) tomadas en otro territorio (Municipio Pachuca). Se valoraron los criterios estadísticos de medias de las réplicas (n=5) y porcentaje de desviación estándar (% DRE), considerándose que todos los valores de % DRE < 10 son aceptables.Basados en la Norma Oficial Mexicana (México. Secretaría de Salud 1993) se realizó la evaluación de riesgos a la salud como consecuencia de agentes ambientales. Con posterioridad se reali-zará un análisis bivariado, con lo que se pretende estructurar un modelo matemático de regresión logística, cuya variable depen-diente será el nivel de Pb, Cd, Cr y Al en sangre, uñas, orina y cabellos, que permitirá valorar el grado de riesgo de una población determinada, ya sea la expuesta laboralmente a los agentes como la que por diversos motivos permanecen un tiempo prolongado en la vecindad donde se generan los factores de riesgo y que por ello pueden verse afectados en su salud.

RESULTAdOS Y dISCUSIÓN

Se obtuvo la base de datos sociodemográficos, distribución de la población según censos por edades y sexos, tasa de crecimiento poblacional, natalidad, morbilidad, mortalidad y otros. Presentó una pirámide poblacional invertida con forma de rombo, con una población total de 1947 habitantes, cuya base la ocupan los de 10 a 19 años; la pirámide se va adelgazando hasta hacerse más

y, por lo tanto, introducirse en las cadenas alimenticias. Estudios realizados en zonas del DR03 han reportado niveles elevados de plomo, cadmio y cromo en suelos, aguas, cultivos y hatos ganaderos; por lo tanto, es latente la posibilidad de producir afectaciones a la salud en humanos (Lucho et al 2005; Prieto et al. 2005). Caracterizar, evaluar y determinar los niveles de bioacumulación de metales pesados en habitantes de poblaciones aledañas a esta zona de riego, potencialmente afectados por el consumo de productos agropecua-rios y agua de la región, resulta de gran utilidad con vistas a realizar valoraciones de riesgo y determinar la magnitud del daño a la salud de sus pobladores.

MATERIALES Y MÉTOdOS

Se obtuvo los permisos y anuencias de los organismos oficiales que norman y sancionan la investigación en seres humanos (Comité de Bioética del Instituto Mexicano del Seguro Social, Delegación Hidalgo; Comisión Estatal de Los Derechos Humanos en Hidalgo, Jurisdicción de Progreso de Obregón de la Secretaría de Salud y Subdelegación Local de Xochitlán). Se seleccionó la comunidad del DR03, Xochitlán (Figura 1), perte-neciente al Municipio Progreso de Obregón; ubicada entre las coordenadas latitud norte a 20° 17´ 47” y longitud oeste a 99° 11´ 15´´, a una altitud de 2000 metros sobre el nivel del mar. Se realizó un estudio de corte transversal en pobladores seleccio-nados con edades de entre 6 y 90 años, con factores de exposición presentes. El tamaño de la muestra se tomó a partir del criterio de cálculo (Mûnch y Ángeles 1998; Tamayo y Tamayo 1998):

donde: n es el tamaño de la muestra a tomar; p la probabilidad a favor; q la probabilidad en contra; Z el nivel de confianza; N como universo o población total y e nivel de error de estimación. Como criterios de exclusión se tomaron en cuenta a pobladores que presen-taron malformaciones congénitas, padecimientos inmunodepresivos o tratamientos y con menos de cinco años de residencia en la muni-cipalidad. Se consideró como criterio de eliminación casos que se presentaron cambio de residencia, casos de muerte, negación de la madre a la toma de muestras sanguíneas de los niños y/o de adultos y causas ajenas que ocasionen que los individuos se nieguen a la continuación del estudio, una vez empezado.El estudio fue planificado en cuatro etapas: Etapa I. Investigación documental; Etapa II. Construcción del escenario para evaluar el riesgo de exposición; Etapa III. Caracterización de la población; y, Etapa IV. Toma de muestras, análisis e interpretación de los resul-tados. Se aplicó una encuesta que contempló diez apartados (I: Datos de identificación del participante; II: Hábitos y costumbres; III: Ante-cedentes hereditarios; IV: Antecedentes laborales del entrevistado; V: Antecedentes personales patológicos; VI: Esfera psicológica; VII: Antecedentes gineco-obstétricos; VIII: Antecedentes del escolar; IX: Signos vitales y X: Somatometría). Se procesaron los grupos de encuestas, dirigidas a conformar un criterio de validación para una buena selección de individuos a incorporar al estudio y conformar expedientes de cada uno y su seguimiento posterior. Se evaluó la relación entre los resultados en la determinación de metales (Cd, Cr, Pb) en agua-suelo-cultivos que indican el grado de bioacumulación en las zonas, obtenidos de estudios previos (Domínguez 2002; Lucho et al. 2005; Maples 1990; Prieto et al. 2005; Ramos 1997).

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Artículo Original | Afectaciones a la Salud por Efecto de Metales Tóxicos en la Población de xochitlán, Hidalgo, México

pequeña en los extremos de la vida, menores de 5 años y mayores de 60 años. Más de la mitad de la población son mujeres (51.82%) (Tabla 1); el 2.82% (55 personas/año) de la población económica-mente activa migra a los Estados Unidos. Su tasa de crecimiento en el período agosto 2004-julio 2005 fue de 2.88 por 100 habi-tantes. La natalidad promedio entre los años 2000-2005 fue de 47 niños nacidos. La tasa de fecundidad expresa que, en promedio, para igual período es de 1.54 por 100 mujeres en edad fértil. Se puede decir que se ha incrementado paulatinamente la esperanza de vida; en 1940 fue de 36 años para el hombre y de 39 años para la mujer; para 1993 fue de 64 y 70 años, respectivamente, y para el 2002, 72 y 76 años, respectivamente. Porcentualmente significa incrementos de 76.4% para mujeres y hombres de la población. La esperanza de vida muestra un notable incremento, lo que induda-blemente refleja un mejor nivel de salud en el municipio (México. Secretaría de Salud 2005); para 2010 se estimó que se mantendrá entre 74 y 78 años.

De acuerdo a los índices de marginación, la comunidad de Xochitlán es considerada de baja marginalidad ya que existe un pobre desarrollo de infraestructura de servicios; sin embargo, cada vez más se incrementan los apoyos para infraestructura de servicios y medios de comunicación.Las características de las viviendas son diversas; se observó que de un total de 433 viviendas habitadas, el 85.45% de la población cuenta con casa propia, mientras que 7.62% rentan una propiedad y el 5.77% vive en una casa prestada. Además, por el tipo de vivienda se encontró que la mayoría de la población construyó la suya de tipo individual y en manzana; de manera que el 96.77% de la población cuenta con vivienda de tipo individual, el 1.39% cuenta con vivienda semiaislada, el 0.23% tiene vivienda aislada y el 0.46% vive en vecindad; se desconoce el 1.15%. No todas las viviendas cuentan con el mismo tipo de combustible para cocinar: el 97.46% utiliza gas y el 1.39% todavía cocina con leña. El 100% de las viviendas cuenta con agua potable; se encontró que el 67.21% de la población dispone de agua entubada fuera de la vivienda y el 31.64% restante la dispone dentro de su casa.

Se cuenta con una fuente de abastecimiento de agua, a través de un pozo localizado dentro de la comunidad, que cuenta con 25 m2 de manto de agua y 108 m de profundidad; a su vez, se encuentra conectado a través de tuberías a tres cisternas que se limpian cada seis meses. Existe un total de 7 descargas de agua residual, pero no cuenta con canal de aguas negras ni plantas de tratamiento de aguas residuales. La eliminación de basura en la localidad es un problema de salud pública: se encontró que el 79.21% de la población tira su basura en el camión recolector, el 0.92% la tira a cielo abierto, el 18.48 la quema, el 0.23% la entierra y se desconoce el 1.15%. Se elaboró un diagnóstico situacional que incluyó el tipo de alimentación de la comunidad. Éste reflejó una baja calidad de nutrimentos, es decir, alimentación que no está balanceada, no es adecuada, no es suficiente y no está variada. Se observó que está influenciada por normas de conductas y costumbres, educación, ingresos monetarios y el número de integrantes de la familia. La mayoría de la población basa su dieta en alimentos derivados del maíz, como son la tortilla, los elotes, el pan, sopas de pasta, alimentos derivados de la leche como el queso, crema, algunos vegetales que se cosechan en el campo como flor de calabaza, col, zanahorias, cebolla, betabel, jícama, papa y chile. Por lo menos dos veces a la semana consumen carne, ya sea de pollo o carne roja e incluyen el huevo dos veces por semana o más, ya que la mayoría de los pobladores cría aves. En cuanto a los frutos, no todos tienen presupuesto para comerlos todos los días, por lo que los consumen una vez a la semana y de un solo tipo, ya sea mango, sandía, melón, piña o plátano. Como leguminosas se consumen lentejas en poca cantidad, al igual que habas. Los frijoles a cualquier hora del día o el arroz que tampoco puede faltar en una comida. El pulque o la cerveza, de acuerdo a la costumbre de cada familia, son las bebidas más consumidas. Por lo regular la mayoría de la población realiza mínimo dos a tres comidas al día y en el desayuno y la cena se acostumbra sólo pan y leche. En el periodo enero-julio 2006 se encontró que la tasa de morbilidad es del 49.37%. En la Tabla 2 se detallan, además, las 10 principales causas de morbilidad general que afectan la salud en la comunidad de Xochitlán.Se construyó el escenario para la evaluación de riesgos. Las encuestas realizadas y procesadas fueron en total 329 (Tabla 3), lo que representa el 18.7% de la población de Xochitlán. Se Tabla 2.Morbilidad general por edades. Diez principales causas (enero-julio 2006) en xochitlán.

CAUSA TOTAL <1 1-4 5-14 15-49 50-64 >65 TASAIRA 549 51 168 158 132 25 15 28.19Caries dental 190 0 13 160 14 3 0 9.75gingivitis 63 0 0 12 39 10 2 3.23IVU 38 0 1 7 26 2 2 1.95Enfermedades intestinales 32 4 11 12 4 1 0 1.64

gastritis 31 0 0 2 20 4 5 1.59Conjuntivitis 24 7 7 5 3 2 0 1.23Varicela 15 1 3 8 1 0 0 0.77Heridas 11 0 2 4 4 1 0 0.56Mordeduras de perro 9 0 3 2 3 1 0 0.46

TOTAL 962 63 208 370 246 49 24 49.37IRA: infecciones respiratorias agudas; IVU: infecciones vías urinarias.Fuente: SUIVE 2005 (TASA POR 100 HABITANTES) (Secretaría de Salud, 2005).

Tabla 1.Pirámide de población de la localidad de xochitlán.

Rango de edad Hombres % Mujeres % Total %< 1 año 9 0.46 15 0.77 24 1.231 a 4 años 87 4.47 74 3.80 161 8.275 a 9 años 109 5.60 107 5.50 216 11.0910 a 14 años 121 6.21 127 6.52 248 12.7415 a 19 años 106 5.44 118 6.06 224 11.5020 a 24 años 83 4.26 98 5.03 181 9.3025 a 29 años 73 3.75 75 3.85 148 7.6030 a 34 años 63 3.24 88 4.52 151 7.7635 a 39 años 68 3.49 70 3.60 138 7.0940 a 44 años 52 2.67 53 2.72 105 5.3945 a 49 años 41 2.11 46 2.36 87 4.4750 a 54 años 30 1.54 39 2.00 69 3.5455 a 59 años 26 1.34 35 1.80 61 3.1360 a 64 años 29 1.49 19 0.98 48 2.4765 a más años 41 2.11 45 2.31 86 4.42Total 938 48.18 1009 51.82 1947 100.00

Fuente: Micro-diagnóstico de la comunidad de Xochitlán (Secretaría de Salud, 2005).

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evaluó el impacto a la salud por Pb, Cd, Cr y Al en los pobladores de la localidad de Xochitlán, a partir de un estudio transversal aplicando una propuesta de metodología clínico-ambiental basada en la de la Agencia Para Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades (ATSDR 2000). Se analizaron los diagnósticos de salud de 3 años consecutivos (2003 al 2005) no encontrándose registros de diagnósticos de padecimientos donde se establezca la etiología o comorbilidad por metales pesados. Para tal efecto se analizaron los reportes de morbi-mortalidad anual, así como los indicadores de salud y dinámica poblacional como la tasa de natalidad, esperanza de vida al nacer, tasa de fecundidad, tasa de crecimiento pobla-cional, así como el fenómeno migratorio. Se compararon estos rubros con los de la media nacional y con los resultados de la encuesta clínica, no detectándose diferencias significativas. En la evaluación del riesgo de las rutas o vías de exposición (segunda fase), se consideró el agua para beber, el consumo de cultivos de la localidad, la actividad laboral agrícola y la cercanía con los canales de riego. La investigación aportó que los pobladores cuentan con agua potable domiciliaria proveniente de pozo, cuyo monitoreo trimestral está a cargo de la Comisión Nacional del Agua y la Comisión de Agua y Alcantarillado del Municipio de Progreso (CNA y CAAMPAO). El sector salud prohíbe por norma el cultivo de hortalizas regadas con aguas residuales; la mayoría de los cultivos de la región están catalogadas como forrajeros y son enviados en su mayoría a otros lugares para su comercialización y consumo. Las personas que se dedican a las actividades agrícolas representan un número reducido por dos causas: la dinámica poblacional manifiesta una gran migración por escasas fuentes de empleo; y, la otra, por tecnificación agrí-cola que desplaza en gran medida la mano de obra.Al cotejar esta fase con los resultados de la encuesta, se obtuvo como resultado que es imperiosa la necesidad de realizar un monitoreo más exhaustivo de agua potable considerando épocas del año, sobre todo en periodo de lluvias y de temporada de

Tabla 3.Resultados de encuestas realizadas en el Municipio de xochitlán.

Rangos Hombres Mujeres Total Total Muestra Hombres MujeresGRUPO edades N N N N Total “n” “n” grupo “n” grupo A 5-9 109 107 216 10-14 121 127 248 688 128 62 66 15- 19 106 118 224 TOTAL 336 352 688 grupo B 20-24 83 98 181 25-29 73 75 148 480 90 35 55 30-34 63 88 151 TOTAL 219 261 480 grupo C 35-39 68 70 138 40-44 52 53 105 330 62 29 33 45-49 41 46 87 TOTAL 161 169 330 grupo d 50-54 30 39 69 55-59 26 35 61 261 49 21 28 >60 70 64 131 TOTAL 126 138 261 gran total 842 920 1762 1762 329 147 182% 47.8 52.2 100 100 18.7 17.5 19.8

N= Tamaño de la población; n= tamaño de la muestra.

riego. Existen cultivos de hortalizas regadas con aguas negras, así como elevado consumo de vegetales silvestres, a pesar de la prohibición del sector salud y agrícola, lo que se traduce como una vía de riesgo. Se considera que los pobladores estudiados viven en lugares o áreas aledañas a los canales de riego, por lo que la contaminación por adyacencia y por vía aérea es muy factible. En la tercera fase se caracterizó a la población aplicando el instrumento de encuesta. La encuesta –constituida en 10 apar-tados y 130 variables cualitativas y cuantitativas– fue aplicada a tres agrupaciones dentro de la misma población participante, denominadas “población general”, “edad escolar” y “mujeres”. Se encuestó y caracterizó a una población de 275 participantes, cuyo grupo de edades comprendió desde los 6 años a 65 y más, agrupados en 4 rangos denominados: A, de 6 a 17; B de 18 a 45; C de 46 a 60 y D de 65 y más; participaron además hombres y mujeres de la localidad de Xochitlán y tres comunidades circun-vecinas (El Moreno, La Ranchería y La Mora). Se analizó el comportamiento de bioacumulación de los metales pesados tanto en los cuatro rangos de edad como en los medios urbano, periurbano, suburbano y rural. Los valores encontrados como Límites de Tolerancia Biológica (LTB) y reportados en la bibliografía (Corey y Galvao 1989ª; Corey y Galvao 1989b; Corey y Galvao 1989c), se recogen en el Tabla 4; valores a partir de los cuales se realizó la comparación con los resultados obtenidos.

La correspondientes curvas de calibrado para los análisis por espectroscopía se muestran en la Figura 2. Para todos los casos se obtuvo una regresión de linealidad superior a 0.99. Los valores promedios encontrados por cada uno de los metales evaluados en los distintos fluidos y tejidos corporales muestreados se observan en la Tabla 5. Con respecto a la bioacumulación de los metales evaluados, destaca que todos ellos estuvieron presentes (o al menos detecta-bles y medibles) en todos los fluidos y tejidos valorados. Esto puede estar asociado a la proximidad de los pobladores a los canales de riego de aguas negras y a la relativa cercanía al río Tula, área de mayor contaminación.Comparados estos resultados con los obtenidos en muestras de

Tabla 4.Valores reportados como Límites de Tolerancia Biológica (LTB) para metales en seres humanos.

METALES PLOMO LTBPb orina 150 mg/g de creatininaPb sangre 600 mg/LPb cabello 70 mg/kg de cabelloPb uñas NRMETALES CADMIO LTBCd orina 10 mg/g de creatininaCd sangre 500 mg/LCd cabello 200 mg/kg de cabelloCd uñas NRMETALES CROMO LTBCr orina 30 mg/g de creatininaCr sangre 200 mg/LCr cabello NRCr uñas NRMETALES ALUMINO LTBAl orina 150 mg/g de creatininaAl sangre 1000 mg/LAl cabello NRAl uñas NR

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fluidos y tejidos de los testigos (pobladores de otra zona no contaminada), se puede decir que resultan de 5 a 20 veces más elevadas las concentraciones de Cd y Cr en fluidos de sangre y orina y de 2 a 5 veces más elevadas en tejidos de uñas y cabellos. Esto hace evidente y demuestra que existe un riesgo potencial de salud en las personas que habitan estas zonas contaminadas, ya sea por el uso y reuso de las aguas negras, como por otros factores de tipo antropogénico que posibilitan la contaminación por metales de estos medios.Esto se corresponde también con lo señalado por algunos autores (Rinehart y Gad, 1986) que indican que el Cr, por ejemplo, está presente en cabellos de niños y jóvenes como una referencia a la fortaleza de los mismos. Por otro lado, no se puede definir que estas concentraciones encontradas de Cr resulten elevadas o dañinas, toda vez que se conoce también que el cromo es un mineral indispensable sobre todo para aquellas personas que padecen de diabetes o arteriosclerosis, así como de elevadas cifras de triglicéridos y colesterol (Sctrick 1992). No necesaria-mente es un indicativo de contaminación por este metal.Los resultados de metales en orina se expresan en mg del metal/g de creatinina; en saliva se expresan en mg de metal/L de fluido; y, para cabellos y uñas, se expresan en mg de metal/kg de tejido. Se ha reportado, además, que las personas que viven cerca de sitios de desechos donde hay Cr pueden estar expuestas a canti-dades ambientales más altas al respirar aire, tocar tierra o comer

Figura 2.Gráficos de calibración para las determinaciones de metales (Cd, Cr, Pb y Al) por espectroscopía de emisión con plasma acoplado inductivamente (ICP).

Tabla 5.Resultados promedios encontrados por cada metal evaluado en los fluidos y tejidos corporales muestreados en pobladores del Municipio de xochitlán.

UÑAS (mg/kg) CAdMIO CROMO PLOMO ALUMINIOMedia 4.95 0,032 0.037 0.133Máximo 7.09 0.073 0.082 0.318Mínimo < 0.024 < 0.002 < 0.002 < 0.009des Est 0.01 0.03 0.07 0.46n 244 244 244 244

SANGRE (mg/L)Media 1.18 12.05 4.76 31.31Máximo 6.45 81.00 44.00 210.00Mínimo < 0.024 < 0.002 < 0.002 < .009des Est 0.27 0.28 0.11 0.38n 253 253 253 253ORINA (mg/g de creatinina)Media 4.55 1.79 < 0.002 11.16Máximo 16.55 6.55 0.36 67.27Mínimo < 0.024 < 0.002 < 0.002 < 0.009des Est 0.18 0.02 <0.002 0.21n 237 237 237 237CABELLO (mg/kg)Media 2.99 43.56 0.27 3.88Máximo 3.18 71.00 1.59 33.00Mínimo 0.03 7.00 < 0.002 < 0.009des Est 0.16 0.25 0.40 0.39n 240 240 240 240

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alimentos contaminados con partículas de polvo o tierra (ATSDR, 2000; Rinehart y Gad 1986; US. EPA 2005). Por ejemplo, niños de cinco años de edad o menos que viven en áreas contaminadas tienen niveles de Cr más altos en la orina o en saliva que los adultos y niños que viven fuera de estas áreas. Muy pocos estu-dios han investigado cómo el Cr puede afectar a los niños y aunque se sabe que los niños necesitan pequeñas cantidades de Cr(III) para mantener un nivel de crecimiento y desarrollo normal, es probable que los efectos observados en niños expuestos a altas cantidades de Cr sean similares a los observados en adultos. No se sabe con gran certeza si los niños difieren de los adultos en su susceptibilidad al Cr. Con referencia a los niveles de Cr en uñas, no se encontraron diferencias significativas relativamente impor-tantes con el grupo de control o los testigos. Se puede señalar que era de esperar que se encontraran valores más elevados en la zona de estudio por tratarse de un área contaminada. Sin embargo, la presencia de Cd en orina puede estar asociada a una contaminación por exposición tanto reciente como pasada (González et al. 1997; Rinehart y Gad 1986); aunque debe seña-larse que los valores encontrados como promedios no son elevados o al menos mayores que los establecidos como LTB (> 10 mg/g creatinina); sólo se encontraron dos casos de la zona rural con valores excedidos (12,42 y 16,55 mg/g creatinina). Estos dos casos serán monitoreados de forma sistemática y como parte de seguimiento de este trabajo. Sobre los resultados de Cd se puede decir que los niveles en sangre indican exposición reciente a Cd; por su parte, los niveles en la orina indican tanto exposición reciente como pasada. Los exámenes de Cd en orina pueden detectar, incluso, daño a los riñonesº. Por otra parte el Cd no pasa fácilmente de la mujer embarazada al feto, aunque una cierta porción puede cruzar la placenta y además puede llegar a encontrarse en la leche materna. En crías de animales expuestos a altos niveles de Cd durante la preñez se observaron cambios de comportamiento y en la capa-cidad de aprendizaje. El Cd también puede perjudicar el peso al nacimiento y el esqueleto de animales en desarrollo (Rinehart y Gad 1986). Aunque nada de esto ha sido evaluado en seres humanos, este estudio puede sentar bases para los inicios de este tipo de evaluaciones en México. Se ha reportado los inicios de un estudio similar en niños de 3 a 11 años, que habitan las proximi-dades del río Pilcomayo en Bolivia (Secretaría de Salud, 2005).Los resultados de Cd en orina presentaron los valores máximos más elevados, aunque debe señalarse que en sangre y uñas también se presentaron casos de máximos relativamente elevados. Según algunos autores (González et al. 1997; Lucho et al. 2005; Prieto et al. 2005), la cantidad promedio de Cd que se acumula anualmente en el suelo de la región oscila entre 384 y 640 g/ha, consideradas estas cantidades como una tasa de acumulación alta, debida a la antigüedad en el uso del riego con aguas negras (alre-dedor de cien años). Ésta puede ser la probable causa de mayor incidencia en los niveles encontrados, en función de que estos autores señalan una alta movilidad de las especies de Cd de las aguas al suelo y cultivos. Se asume que estos niveles encontrados en fluidos y tejidos corporales debe ser de primordial atención y

monitoreo sistemático para diagnósticos de pacientes con tras-tornos renales en edades tempranas.Con respecto a los niveles de Pb encontrados debe indicarse que sólo fue apreciado como bioacumulado en sangre. Es importante destacar también que los niveles de este elemento en tejidos de cabellos y uñas no eran de esperarse, lo que resulta similar a lo encontrado para el Al, sin que exista una correlación que explique esto. Es interesante destacar que algunos tintes para oscurecer los cabellos suelen contener Pb, y aunque esto puede ser una posibi-lidad potencial de su presencia, se debe señalar que en las encuestas se tuvo en consideración que los participantes no hubieran utilizado tintes o tratamientos para cabellos, al menos dos meses anteriores a la toma de muestras.La intoxicación por Pb puede llegar a provocar la muerte. Recientemente se pudo conocer (Agencia EFE, El Universal, Viena, 29 de agosto de 2007), que el Pb encontrado en los cabellos de Beethoven provenía de las medicinas que tomaba para tratar su pulmonía y que ésta fue en parte, causa de su muerte. El estudio fue realizado por el médico forense vienés Christian Reiter en cooperación con la Universidad de Edafología de Viena. Los cabe-llos constituyen una especie de regla en el tiempo, pues permiten una visión médica de los últimos 400 días de su vida. Así, entre otras cosas, se pudo determinar que la intoxicación con plomo comenzó 111 días antes de la fecha de su fallecimiento en Viena, el 26 de marzo de 1827.Se ha reportado que 1 de cada 9 niños norteamericanos menores de 6 años muestra tasas elevadas de Pb en el organismo (Secretaría de Salud, 2005). En Francia, un estudio realizado puso en evidencia que durante el embarazo los bebés no están a salvo de una even-tual intoxicación por Pb. Se hizo un seguimiento de estos niños hasta su escolarización y se pudo demostrar una correlación entre el nivel de Pb en el cabello cuando nacieron y el retraso en la escolarización con respecto a quienes cuyo nivel de intoxicación era bajo. Esto fue resultado de un estudio del INSERM, septiembre 1992, sobre la dosis de Pb en los cabellos de 110 mujeres y sus bebés (Strick, 1992).Los valores de Al que se encontraron fueron absolutamente normales y dentro de niveles permisibles (Tabla 1) y comparables con los de los controles negativos (grupo control). Ligeramente superiores a este último grupo, pero lo más resaltable de estos valores es que los niveles encontrados en niños resultaron mayores que en adultos. Como dato interesante sólo fue encontrado en uñas, principalmente en las del sexo masculino.De manera general, se ha podido encontrar una relación entre los resultados obtenidos en estudios previos de acumulación de metales en aguas, suelos y cultivos con los niveles de metales (Cd, Cr y Pb, no así con el Al) que se han encontrado en fluidos corporales y tejidos en pobladores de Xochitlán, Valle del Mezquital, en el Estado de Hidalgo. De esta manera, se podrán establecer criterios de vigi-lancia epidemiológica y ambiental para la zona y dar seguimiento sistemático a patologías (por ejemplo, renales y retrasos escolares, entre otras). El tratamiento de eliminación de metales pesados normalmente involucra la eliminación de la fuente de metal pesado o el tratamiento de los pacientes con agentes quelantes.

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Correspondencia / CorrespondenceVíctor M. Córdova Pavezdepartamento de ErgonomíaAsociación Chilena de SeguridadAv. Vicuña Mackenna 152. Santiago-ChileTel.: (56-2) 6852707e-mail: [email protected]: junio de 2010 / Aceptado: agosto de 2010

1. INTROdUCCIÓN

1.1.- Dolor lumbar asociado al manejo manual de carga (MMC)

A nivel mundial, cerca del 37% de los casos de dolor lumbar son atribuibles a causas de origen ocupacional (Punnett et al. 2005).

La evidencia epidemiológica disponible indica que existe fuerte asociación entre dolor lumbar y manejo manual de carga (Bernard 1997; National Research Council (E.E.U.U). Panel on Musculoskeletal Disorders and the Workplace. 2001). A nivel nacional, las estadísticas ACHS revelan que el diagnóstico de “lumbago” ocupa el tercer lugar en frecuencia (ACHS 2008). En el ámbito de la Ergonomía, se han hecho intentos por controlar este importante problema desarrollando pautas que provienen de 3 enfoques principales: fisiológico, biomecánico y psicofísico, que se caracterizan por lo siguiente (Ayoub 1992; Mital et al. 1997):a) El enfoque biomecánico tiene como objetivo diseñar tareas que

no excedan las capacidades del sistema musculoesquelético de los trabajadores;

b) El enfoque fisiológico busca diseñar labores que no excedan las capacidades del sistema respiratorio y cardiovascular;

c) El enfoque psicofísico, que se fundamenta en la percepción de la carga de trabajo física, se orienta a diseñar tareas que sean “aceptables” para los trabajadores que las ejecutan.

ABSTRACTIn the field of psychophysics expressions such as “acceptable” or “moderate” are usually used to classify the weight of objects that would be within safe or tolerable limits for workers. From a preventive point of view, it is important to examine more closely which quantity of kilograms are workers talking about when using such categories. Inexactitude or imprecision is an inherent problem in this context. This study was carried out on a sample of industrial workers with the objective of calculating the amount of weight corresponding to different categories of perception of handled load. (e.g., light, moderate, heavy etc.). For modelling and studying this problem the fuzzy set theory was used. Results indicate that the 100% of evaluated population state that they perceive as “moderate” a load of 16 kg. The same population states that they perceive as “heavy” a load of 37 kg and as “very heavy” a load of 53 kg. This research compares the results with the weight limits established by NIOSH and by Law Nº 20.001 of the Work Ministry, which regulates human maximum load weight in Chile.

Descriptors: WEIGHT PERCEPTION; WEIGHT-BEARING; HUMAN ENGINEERING; PSYCHOPHYSICS; INDUSTRY/MANPOWER; WORKERS, CHILE.

RESUMENEn el ámbito de la psicofísica normalmente se utilizan expresiones como “Aceptable” o “Moderado” para calificar el peso de los objetos que estaría dentro de rangos seguros o tolerables para los trabajado-res. Desde un punto de vista preventivo, es importante examinar con más cuidado a qué cantidad de kilogramos se refieren los trabajadores cuando se ocupan tales categorías. La inexactitud e imprecisión es un problema inherente en este contexto. Este estudio fue llevado a cabo en una muestra de trabajadores industriales con el propósito de esti-mar la cantidad de peso que le corresponde a distintas categorías lingüisticamente relacionadas con percepción de la carga manipulada (v. g., leve, moderada, pesada, etc.). Para modelar y estudiar este pro-blema se ocupó la teoría de conjuntos difusos. Los resultados indican que el 100% de la población evaluada declara que percibe como “Moderada” una carga de 16 kg. Esta misma población declara que percibe como “Pesada” una carga de 37 kg y como “Muy pesada” una carga de 53 kg. En esta investigación se comparan los resultados con los límites de peso establecidos por NIOSH y por la Ley Nº 20.001 del MINTRAB que regula en Chile el peso máximo de carga humana.

(Córdova V, Troncoso R, Pinto R, 2010. Percepción del Peso de una Carga en Población Laboral Chilena: Modelamiento Basado en la Teoría de Conjuntos Difusos. Cienc Trab. Jul-Sep; 12 [37]: 370-375).

Descriptores: PERCEPCIÓN DEL PESO, SOPORTE DE PESO; INGENIERÍA HUMANA, PSICOFÍSICA, INDUSTRIA/RECURSOS HUMANOS, TRABAJADORES, CHILE.

Víctor Córdova1, Ramón Troncoso2, Rodrigo Pinto3

1. Ingeniero Civil Industrial. Master en Ergonomía. Jefe departamento de Ergonomía. gerencia de Salud. Asociación Chilena de Seguridad.2. Ingeniero en Prevención de Riesgos. Master en Ergonomía. gerencia Regional Metropolitana. Asociación Chilena de Seguridad.3. Kinesiólogo. diplomado en Ergonomía. departamento de Ergonomía. gerencia de Salud. Asociación Chilena de Seguridad.

Percepción del Peso de una Carga en Población Laboral Masculina Chilena: Modelamiento Basado en la Teoría de Conjuntos DifusosPERCEPTION OF LOAd WEIgHT IN CHILEAN WORKERS POPULATION: MOdELINg BASEd ON THE FUZZY SET THEORY

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A nivel mundial, el enfoque psicofísico ha sido ampliamente utili-zado para determinar la capacidad de manejo manual de carga. La forma de cuantificar esta capacidad es la medición de los límites de peso “aceptables” (Ayoub y Dempsey 1999). Asimismo, la evidencia indica que los pesos máximos aceptables determinados ocupando el enfoque psicofísico integran las demandas biomecá-nicas y fisiológicas impuestas por estas tareas (Karwowski y Ayoub 1984; Shoaf et al. 1997; Waters et al. 1993).

1.2.- Percepción del peso y ambigüedad del concepto “aceptable”Se ha descrito que la percepción del esfuerzo durante el trabajo físico no sólo tiene validez psicológica, sino que también refleja condiciones reales tales como la interacción entre los requeri-mientos del trabajo y las capacidades del individuo (Karwowski 1991).En el ámbito de la psicofísica aplicada al manejo manual de carga, habitualmente se utilizan categorías lingüísticas tales como “muy liviana”, “liviana”, “pesada” o “muy pesada”, para calificar la carga de trabajo. En este mismo contexto, normalmente se utilizan expresiones como “aceptable” o “moderado”, para calificar el peso de los objetos que estaría dentro de rangos seguros o tolerables para los trabajadores. Desde un punto de vista preventivo, es importante examinar con más cuidado a qué cantidad de kilogramos se refieren los trabaja-dores cuando se ocupan tales categorías. Por ejemplo, ¿a qué llamamos carga aceptable?; o bien, ¿a qué llamamos carga pesada?Es evidente que la inexactitud e imprecisión es un problema inhe-rente en este contexto. Para modelar y estudiar este tipo de situa-ciones se puede ocupar la teoría de conjuntos difusos.

1.3.- Conjuntos difusosLa teoría formal de los conjuntos difusos fue propuesta por Lofti Zadeh en 1965 para representar matemáticamente la imprecisión intrínseca de ciertas categorías de objetos (Zadeh 1965). En esencia, un conjunto difuso es aquel que no tiene un límite defi-nido. En ellos, la transición entre “pertenecer a un conjunto” y “no pertenecer a un conjunto” es gradual y está caracterizada por una “función de pertenencia”. La noción de pertenencia se asocia a un grado, que habitualmente se expresa como un número compren-dido entre 0 y 1. Una definición formal de conjunto difuso es la siguiente: Sea X un espacio de puntos (objetos) que contiene elementos denotados por x. Así, X = [X1, X2, X3,..., Xn] Un conjunto difuso A en X es caracterizado por una función de pertenencia ƒA (x) que asocia a cada punto de X un número real en el intervalo [0,1], donde el valor de ƒA (x) representa el “grado de pertenencia” de x en A. El ejemplo siguiente, adaptado de Park y Han (Park y Han 2004), sirve para introducir esta idea. Consideremos el concepto de “clima fresco” representado en la Figura 1. Este gráfico muestra que existe un rango de temperaturas en el cual una persona (o un grupo de ellas), podría expresar que el clima es fresco. Así, a medida que la temperatura crece de 5 ºC a 10 ºC aumenta el grado de pertenencia de la temperatura a este conjunto. Del mismo modo, el grado de pertenencia de una temperatura entre 10 ºC y 20 ºC al conjunto difuso “clima fresco” es máximo, es decir, toma el valor de 1. Cuando la temperatura sigue subiendo desde 20 °C a 25 °C, su grado de pertenencia baja hasta llegar a su mínimo, es decir, 0.

Como se observa en este ejemplo, un conjunto difuso queda total-mente determinado por su función de pertenencia (un trapecio en este caso). En la literatura se ha publicado una considerable cantidad de metodologías que permiten obtener esta función para modelar distintos problemas. Una buena revisión de estos métodos y sus fundamentos se puede encontrar en el texto de Klir y Yuan (Klir y Yuan 1995).A partir del establecimiento de sus bases conceptuales, la teoría de conjuntos difusos ha sido aplicada con éxito en la solución de diversos problemas en los ámbitos de la ingeniería, medicina, economía y psicología. En el texto de Celikyilmaz y Türksen (Celikyilmaz y Türksen 2009), se presentan ejemplos detallados. En el campo de la Salud Ocupacional este enfoque se ha ocupado para la predicción del riesgo de enfermedades o accidentes del trabajo (Mccauley y Crumptonb 1997; Mure et al. 2006; Nait-Said et al. 2008), y en Ergonomía se ha empleado para modelar la percepción del esfuerzo físico en tareas de manejo manual de carga en población norteamericana y europea (Genaidy et al. 1998; Karwowski 1984; Karwowski et al. 1986; Karwowski et al. 2006; Luczak y Ge 1989). La revisión de la literatura realizada por los autores de la presente investigación indica que no se han publicado trabajos donde se aplique este enfoque para estudiar la percepción de la carga mani-pulada en población laboral chilena.

2. OBJETIVO

Este estudio fue llevado a cabo en una muestra de trabajadores industriales, con experiencia en manejo manual de materiales, con el propósito de estimar la cantidad de peso que le corresponde a distintas categorías de percepción de la carga manipulada (v. g., leve, moderada, pesada, etc.).

3. METOdOLOgÍA

3.1.- SujetosEsta investigación se realizó con una muestra de 27 trabajadores, todos de sexo masculino y con experiencia de al menos un año en labores de manejo manual de carga, pertenecientes a una empresa del sector industrial de la Región Metropolitana.

0

0,2

0,4

0,6

0,8

1

0 5 10 15 20 25 30

Temperatura ambiente (ºC)

Gra

do d

e pe

rten

enci

a

Figura 1.Representación gráfica del conjunto difuso “clima fresco”.

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3.2.- Determinación de la percepción de la carga manipuladaSe ocupó la escala de Borg CR-10 (Gallagher et al. 1998) para definir 10 niveles lingüísticos de percepción de la carga manipu-lada, como se indica en la Tabla 1. La información fue recopilada en la forma de una encuesta que se aplicó después de una induc-ción de los trabajadores. Esta inducción tuvo una duración de 45 minutos durante los cuales se explicó el objetivo y naturaleza del estudio. La participación fue anónima y voluntaria. El instru-mento de recolección de los datos consistió en 10 preguntas formuladas, por ejemplo, en la forma: ¿Qué cantidad de peso usted considera más representativo para una carga muy pesada?

3.3.- Análisis de los datosLos datos fueron analizados estadísticamente utilizando análisis de la varianza (ANOVA). En forma complementaria se aplicó el test de Duncan para docimar la presencia de diferencias significativas entre las distintas medias, todo con un nivel de significancia del 5% (p < 0.05).

3.4.- Determinación de las funciones de pertenencia utilizando teoría de conjuntos difusosLa distribución de la cantidad de peso que le corresponde a las distintas categorías de percepción de la carga manipulada fue modelada usando la metodología propuesta por Li y Yen (1995), adaptada por Genaidy y colaboradores (1998).De acuerdo a este protocolo, se requiere conocer la distribución de probabilidad de los “puntos de demarcación” entre categorías lingüísticas de percepción de la carga manipulada. Sin embargo, el experimento realizado en la presente investigación entrega infor-mación sobre la cantidad de peso más representativa para cada uno de estos niveles. Por lo tanto, se considera como variable aleatoria Xi la respuesta a la pregunta sobre “qué cantidad de peso se considera más representativo para una carga especificada (v. g., liviana, moderada, pesada, etc.)”. Luego, los puntos de demarcación entre los niveles lingüísticos i e i+1 son una variable aleatoria Di, y se calculan ocupando la siguiente expresión:

Según el protocolo indicado, se asume que la variable Xi sigue una distribución aproximadamente normal. Luego si Xi ~ N(mi, Si) entonces Di ~ N(mD, SD), donde:

(Ec.1)

Tabla 1.Escala de esfuerzo percibido (Borg CR-10).Categoría lingüística Código numéricoDespreciable (D) 0Muy, muy liviana (MML) 0,5Muy liviana (ML) 1Liviana (L) 2Moderada (M) 3Algo pesada (AP) 4Pesada (P) 5 6Muy pesada (MP) 7 8Muy, muy pesada (MMP) 9Máxima (Max) 10

Conociendo la distribución de los puntos de demarcación, las funciones de pertenencia se calculan ocupando las expresiones siguientes:a) Para categorías lingüísticas Ai(u) mayores que “Despreciable” y menores que “Máxima”:

(Ec.2)

b) Para el nivel “Despreciable”:

(Ec.3)

c) Para el nivel “Máximo”:

(Ec.4)

Donde la función j(u) es la distribución normal acumulada, defi-nida por la siguiente expresión general:

En resumen, el cálculo de las funciones de pertenencia se realizó según el siguiente algoritmo:a) Calcular la media y desviación estándar de los pesos obtenidos para las distintas categorías lingüísticas. b) Calcular la media y desviación estándar de los puntos de demarcación utilizando las ecuaciones Ec.1.c) Calcular las funciones de pertenencia para las distintas catego-rías lingüísticas utilizando las ecuaciones Ec.2, Ec.3 y Ec.4. d) Escalar los resultados del paso anterior, de modo que el valor máximo de cada función de pertenencia sea 1.

4. RESULTAdOS

4.1.- Características de los sujetosLa Tabla 2 entrega las características de la muestra de trabaja-dores que participaron en esta investigación.

4.2.- Pesos para las distintas categorías lingüísticasLa Tabla 3 presenta la estadística descriptiva de los pesos obte-nidos para las distintas categorías lingüísticas.

4.3.- Puntos de demarcaciónLa Tabla 4 presenta la estadística descriptiva de los pesos obte-nidos para las distintas categorías de los puntos de demarcación.

4.4.- Funciones de pertenencia para las distintas catego-rías lingüísticasLa aplicación del algoritmo indicado en la sección 3.4 permitió obtener las 10 funciones de pertenencia asociadas a la cantidad de peso que le corresponde a las distintas categorías de percepción de

Tabla 2.Características de la muestra de trabajadores encuestados (N = 27).

Variable Media DE Máximo Mínimo (años) (años) (años) (años)

Edad 36.2 11.0 60 19Experiencia en MMC 8.5 8.7 40 1

dE = desviación Estándar MMC = Manejo Manual de Carga

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la carga manipulada. Los gráficos 1, 2 y 3 presentan los resultados obtenidos.

5. dISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

5.1.- Comparación con otros estudios Los resultados del análisis ANOVA muestran que en el presente estudio existe diferencia estadísticamente significativa entre las medias de los pesos en kg asignados a las 10 categorías lingüís-ticas (F = 49,7201, p < 0,05). La aplicación del test de Duncan indica que de los 45 pares comparados (entre categorías), sólo 14 no muestran diferencia significativa entre sí (Ver Tabla 3).

Tabla 3.Pesos obtenidos para las distintas categorías lingüísticas.

Nivel Categoría lingüística No dif. Media DE del peso de la carga (p<0.05) (kg) (kg)1 despreciable a,b,c 0.8 1.12 Muy, muy liviana a,d,e 2.6 2.43 Muy liviana b,d,f,g 5.2 4.44 Liviana c,e,f,h 8.5 5.55 Moderada g,h,i 14.9 7.86 Algo pesada i,j 23.3 9.67 Pesada j 33.9 13.08 Muy pesada 48.2 21.49 Muy, muy pesada 64.8 36.310 Máxima 81.5 46.4

Las letras en minúscula de la tercera columna se utilizan para denotar comparación entre las 10 categorías (niveles), ocupando el test de Duncan en el análisis ANOVA (p<0.05). Letras iguales indican que no existe diferencia significativa entre los pares respectivos.

Tabla 4.Pesos obtenidos para las distintas categorías de los puntos de demarcación.

Punto de Demarcación mDi sDi (kg) (kg)d – MML 1.71 1.31MML – ML 3.90 2.49ML – L 6.87 3.53L – M 11.73 4.77M – AP 19.11 6.19AP – P 28.57 8.10P – MP 41.04 12.52MP – MMP 56.52 21.05MMP - Max 73.17 29.45

d = despreciable MML = Muy, muy liviana ML = Muy liviana L = LivianaM = ModeradaAP = Algo pesadaP = PesadaMP = Muy pesadaMMP = Muy, muy pesada Max = Máxima.

Gráfico 1.Función de pertenencia para las categorías lingüísticas “despreciable”, “Muy, muy liviana” y “Muy liviana”.

0,0

0,1

0,2

0,3

0,4

0,5

0,6

0,7

0,8

0,9

1,0

0 5 10 15 20 25Carga (kg)

DespreciableMuy, muy livianaMuy liviana

Gra

do d

e pe

rten

enci

a

Gráfico 2. Función de pertenencia para las categorías lingüísticas “Liviana”, “Moderada” y “Algo pesada”.

Gráfico 3. Función de pertenencia para las categorías lingüísticas “Pesada”, “Muy pesada” , “Muy, muy pesada” y “Máxima”

0,0

0,1

0,2

0,3

0,40,5

0,6

0,7

0,8

0,9

1,0

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55Carga (kg)

Gra

do d

e pe

rten

enci

a

Liviana

ModeradaAlgo pesada

Gra

do d

e pe

rten

enci

a

0,1

0,2

0,30,4

0,50,6

0,7

0,80,9

1,0

5 15 25 35 45 55 65 75 85 95Carga (kg)

Pesada

Muy pesada

Muy, muy pesada

Máxima

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También se puede observar que la variabilidad y el valor de la media del peso (carga en kg) aumenta cuando aumenta el nivel de la categoría lingüística. Como se observa en el Gráfico 4, este comportamiento de los datos es consistente con investigaciones de la misma naturaleza realizadas en población laboral norteame-ricana (Genaidy et al. 1998). También la comparación revela que existe diferencia significativa entre las medias en todas las cate-gorías (p<0,05).

5.2.- Distribución del peso que le corresponde a las distintas categorías de percepción de la carga manipuladaSegún se observa en los Gráficos 1, 2 y 3, la dispersión (spread) de las funciones de pertenencia aumenta a medida que se incre-menta la categoría lingüística asociada a la percepción de la carga manipulada. La cantidad de carga expresada en kg para cada categoría, que le corresponde un nivel de certeza de 1 es la siguiente: (1) Despreciable: 0 kg; (2) Muy, muy liviana: 3 kg; (3) Muy liviana: 6 kg; (4) Liviana: 10 kg; (5) Moderada: 16 kg; (6) Algo pesada: 25 kg; (7) Pesada: 37 kg; (8) Muy pesada: 53 kg; (9) Muy, muy pesada: 73 kg; (10) Máxima > 100 kg.De acuerdo a estos resultados y utilizando la interpretación probabilística de las funciones de pertenencia (Hisdal 1988), se puede concluir que el 100% de la población evaluada declara que percibe como “Moderada” una carga de 16 kg. Esta misma pobla-ción declara que percibe como “Pesada” una carga de 37 kg y como “Muy pesada” una carga de 53 kg.Ahora bien, de acuerdo a la Ecuación de Levantamiento Manual de Carga desarrollada por NIOSH, 23 kg es la máxima carga que puede ser manejada en forma segura por la mayoría de los traba-jadores (Waters et al. 1993). Según los resultados del presente estudio, 23 kg representa una carga “Algo pesada” para el 98% de la población evaluada. Del mismo modo, el 50% de esta población

percibe como “Moderada” esta carga y el 36% la percibe como “Pesada”. Sólo el 2% de la población declara que percibe como “Liviana” una carga de 23 kg.En Chile, el 5 de febrero del año 2005 fue publicada en el Diario Oficial la Ley Nº20.001 que regula el peso máximo de carga humana. Cuando el manejo manual de carga es inevitable y las ayudas mecánicas no pueden usarse, esta Ley establece como límite máximo 50 kg para población masculina adulta. Aunque la puesta en vigencia de esta Ley constituye un avance en materia de protección de la salud de los trabajadores, es importante insistir que la carga señalada en ella constituye un “límite máximo legal”, que no deben ser confundido ni interpretado como un “límite seguro” para la salud de los trabajadores. Pues bien, respecto al límite de carga señalado en esta Ley, la presente investigación permite concluir que según las 10 catego-rías lingüísticas ocupadas, una carga de 50 kg es percibida, al menos, como pesada. En concreto, el 49% de la población declara que la percibe como “Pesada”, el 97% la percibe como “Muy pesada” y el 57% declara percibirla como “Muy, muy pesada”. Por otro lado, en la literatura técnica de Ergonomía se han publi-cado límites de peso que pueden ser manejados por población laboral, basados en el enfoque biomecánico (Hidalgo et al. 1997). Según estos autores y ocupando los datos de la presente investi-gación, una carga calificada como “Moderada” (16 kg), puede ser manejada por aproximadamente el 85% de la población laboral masculina. Una carga “Pesada” (37 kg), puede ser manejada aproximadamente sólo por el 30% de esa misma población. Desde esta perspectiva, los resultados de esta investigación indican también que se deberían interpretar con más cuidado las estadísticas sobre la percepción de la carga. De hecho, en esta investigación se demuestra que, por ejemplo, un nivel de carga “Moderada” no es equivalente al 50% de la población, como se podría suponer.

Gráfico 4. Comparación del estudio actual con lo reportado por Genaidy y colaboradores (1998), para pobla-ción laboral norteamericana (se grafican las medias de los pesos para las distintas categorías).

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

Med

ia d

e la

Car

ga (k

g)

Categoría lingüística de la carga percibida

Muy pesadaPesadaAlgo pesadaModeradaLivianaMuy livianaDespreciable Muy, muy liviana

Muy, muy pesada

Máxima

Genaidy et al. 1998

Estudio actual

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REFERENCIAS

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Artículo Original

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Correspondencia / Correspondencedra. Mª Teófila Vicente HerreroÁrea de Salud Laboral - CorreosPlaza del Ayuntamiento, 24-2º46002 ValenciaTel.: (34-96) 3102752e-mail: [email protected]: 20 de junio de 2010 / Aceptado: 15 de agosto de 2010

INTROdUCCIÓN

Vivir con una enfermedad crónica como la diabetes es un desafío y, algunas veces, puede ser difícil compatibilizar la enfermedad con las actividades cotidianas, entre las que se incluye sin duda el trabajo diario.

Partiendo de esta base, los trabajadores diabéticos no deben desempeñar aquellos puestos de trabajo en los que, a causa de sus características personales, metabólicas, estado biológico o disca-pacidad debidamente reconocida, puedan ellos mismos, los demás trabajadores de su entorno u otras personas relacionadas con la empresa ponerse en situación de peligro o cuando, en general, se encuentren en estados o situaciones transitorias incompatibles con las exigencias psicofísicas de los respectivos puestos de trabajo y las tareas que comportan.La Ley de Prevención de Riesgos Laborales vigente en España, que regula una parte importante de la actuación del Médico del Trabajo, indica en su artículo 25 que al realizar la evaluación de riesgos de los puestos de trabajo en las empresas, se debe tener en cuenta la posible presencia de trabajadores especialmente sensi-bles a determinados riesgos presentes en el entorno laboral.En este grupo de trabajadores que requieren mayor atención se distingue, por una parte, al trabajador especialmente sensible, definido como “aquél que por sus características personales

Mª. Teófila Vicente-Herrero1, Mª. Victoria Ramírez Iñíguez de la Torre2 Ángel Arturo López gonzález3, Mª. Jesús Terradillos garcía4, Luisa Capdevila garcía5, Ignacio Torres Alberich6, Eduardo Tejedo Benedicto7

1. doctora. Médico del Trabajo. Jefatura Área de Salud Laboral. Correos. Valencia-Castellón. España.2. Médico del Trabajo. Jefatura Área de Salud Laboral. Correos. Albacete-Cuenca; Coordinadora de Vigilancia de la Salud del SPA Prevención y Sanidad

Industrial. Albacete. España.3. doctor. Médico del Trabajo. Servicio de Prevención de gESMA. Palma de Mallorca. Profesor asociado Universidad Illes Balears. España.4. Médico del Trabajo. INSS. Madrid. España.5. doctora. Médico de familia/Médico del Trabajo. MAPFRE. Valencia. España.6. Abogado. Valencia.7. Médico del Trabajo. Servicio de Prevención Previs. Ibiza. España.

ABSTRACTThe "Restricted Worker" concept, enclosed in the Spanish norm of Occupational Risk Prevention, is one of the most attractive fields for the Occupational Medicine Doctor and specially, in pathologies, like diabetes, that has chronic progress and evolutive causes, limiting complications in those patients. For that reason, it could be good, to review the current legislation and link it with the jobs and tasks that the diabetic worker has a special danger for itself or its surroundings or generate a greater number of evolutive limiting complications in his disease with work, personal and social repercussion.

Descriptors: DIABETES MELLITUS, CHRONIC DISEASE; WORKERS; OCCUPATIONAL EXPOSURE; WORKERS; OCCUPATIONAL RISKS; OCCUPATIONAL HEALTH/ LEGISLATION & JURISPRUDENCE; REVIEW; SPAIN.

RESUMENEl concepto de Trabajador Especialmente Sensible, recogido en la normativa Española de Prevención de Riesgos Laborales, es uno de los campos más atractivos para el Médico del Trabajo y, de forma especial, en aquellas patologías que, como la diabetes, cursan de forma crónica y generan complicaciones evolutivas limitantes en las personas que la sufren. Conviene por ello revisar la legislación actual y contrapesarla con los puestos de trabajo y tareas en las que el trabajador diabético puede tener una especial peligrosidad para sí mismo o para su entorno o bien generar un mayor número de complicaciones evolutivas en su proceso, con repercusión laboral, personal y social y jurídica.

(Vicente-Herrero M, Ramírez M, López A, Terradillos M, Capdevila L, Torres I, Tejedo E, 2010. El Paciente Diabético como Trabajador Especialmente Sensible en Medicina del Trabajo. Cienc Trab. Jul-Sep; 12 [37]: 376-379).

Descriptores: DIABETES MELLITUS, ENFERMEDAD CRÓNICA, TRABAJADORES, EXPOSICIÓN LABORAL, RIESGOS LABORALES, SALUD LABORAL/LEGISLACIÓN Y JURISPRUDENCIA, REVISIÓN, ESPAÑA.

El Paciente Diabético como Trabajador Especialmente Sensible en Medicina del TrabajoTHE dIABETIC PATIENT AS A RESTRICTEd WORKER IN OCCUPATIONAL MEdICINE

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presenta una mayor susceptibilidad ante determinadas situaciones de riesgo, bien sean condiciones de trabajo o de tiempo”, y, por otra, al trabajador discapacitado, concepto éste que abarca a “aquella persona que tenga reconocida la situación de discapa-cidad física, psíquica o sensorial por el EVO” (equipo de valora-ción y orientación de minusvalías).La legislación española responsabiliza de esta misión al empre-sario, quien garantizará de manera específica la protección de aquellos trabajadores que, bien por sus características personales o por su estado biológico, tengan reconocida la situación de discapacidad o sean especialmente sensibles a determinados riesgos derivados del trabajo. A tal fin, se deberán tener en cuenta dichos aspectos en las evaluaciones de los riesgos realizadas en las empresas y, en función de éstas, se adoptarán las medidas preventivas y de protección necesarias para eliminar los riesgos y adaptar el trabajo a la persona, tarea ésta que entra de lleno en la labor del Médico del Trabajo.Así, en el Artículo 37 del Real Decreto 39/1997, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención, se especi-fica que al realizar la Vigilancia de la Salud de los Trabajadores, el Médico del Trabajo contemplará la presencia de trabajadores especialmente sensibles y de trabajadoras embarazadas o menores (España. Ministerio del Trabajo y Seguridad Social).Para ello, se realizarán exámenes de salud periódicos a los traba-jadores diabéticos, siendo éstos de especial importancia cuando han existido variaciones en la clínica y el tratamiento de la enfer-medad o en las condiciones físicas de las personas afectadas, que pudiesen condicionar su capacidad laboral. El personal sanitario del servicio de prevención estudiará y valo-rará primordialmente los factores de riesgo laboral que puedan afectar a los trabajadores especialmente sensibles y propondrá, tras su estudio, las medidas preventivas adecuadas, dejando a la empresa el deber de informar a todos los trabajadores sobre los riesgos en su puesto de trabajo. En cualquier caso, antes de la incorporación al trabajo de personas especialmente sensibles, y previamente a cualquier modificación importante de sus condi-ciones de trabajo, el empresario deberá revaluar los puestos de trabajo a desempeñar por los mismos, a fin de determinar la natu-raleza, el grado y la duración de su exposición en cualquier acti-

Figura 1. Actuaciones en Trabajadores Especialmente Sensibles.

Estudio de Necesidades

Condiciones de Trabajo Accesibilidad

desarrollo de habilidades Adecuación

Puesto de Trabajo Instalaciones / Entorno

Formación - Rehabilitación Actuación

Habilidades Capacidades

TRABAJAdOR SENSIBLE

Medidas individuales Medidas colectivas

vidad susceptible de presentar un riesgo específico en cuanto a agentes, procesos o condiciones de trabajo que puedan poner en peligro la seguridad o la salud de estos trabajadores o de su entorno. Sirva de apoyo para las actuaciones preventivas el esquema que se acompaña. (Figura 1).

ESQUEMA BÁSICO dE ACTUACIÓN EN EL TRABAJAdOR ESPECIALMENTE SENSIBLE A RIESgOS LABORALES

Para realizar una correcta Vigilancia de la Salud de un trabajador diabético se deben tener en cuenta dos aspectos fundamentales: por un lado, cómo influyen los riesgos del puesto de trabajo en la evolución de la enfermedad, considerando si la exposición a determinados factores de riesgo puede influir negativamente en la evolución natural de la patología o si puede agravar o potenciar la aparición de complicaciones. Por otro lado, es necesario estu-diar la diabetes como factor de riesgo específico, teniendo en cuenta que a lo largo de la historia natural de esta enfermedad y en relación directa con el proceso evolutivo de la misma, se presentan complicaciones agudas o crónicas que, de forma temporal o definitiva, influyen en la aptitud del trabajador para el puesto que desempeña.Hay que tener siempre en consideración que en los trabajadores diabéticos los niveles de glucemia en la sangre pueden fluctuar a lo largo del día, lo que puede dar lugar a situaciones puntuales potencialmente peligrosas. Esto es de particular importancia en algunos puestos de trabajo, como los que conllevan un gasto energético alto, los que implican trabajo físico y esfuerzo, los que se desarrollan en espacios confinados o en alturas, en tareas con manejo de maquinaria peligrosa, los trabajos en condiciones extremas de temperatura, en puestos de conducción prolongada, trabajos con difícil acceso a asistencia sanitaria (marina mercante), trabajos en atmósferas hiperbáricas, ya sea en grandes alturas o bajo el mar, trabajos a turnos o nocturnos y otros puestos con riesgos específicos para el trabajador con diabetes.A la hora de adoptar decisiones laborales y ante un trabajador con una enfermedad crónica, como es el caso de la diabetes, surge la duda de a quién se puede o se debe solicitar información para poder decidir qué hacer ante determinadas situaciones que se nos presenten.Una primera información puede ir dirigida a aclarar qué profe-siones están restringidas al diabético por Ley. En algunos casos existe legislación específica que prohíbe expresamente la realiza-ción de determinados trabajos a la persona diabética; en otros casos se dispone de limitaciones o restricciones para la realización de algunas tareas concretas para el trabajador con esta patología. Entre éstas, se destacan las siguientes:• RD. 772/1997 de 30 de Mayo: Normativa que regula las apti-tudes psicofísicas requeridas para obtener o prorrogar el permiso o licencia de conducción.• RD. 2177/ 2004, que regula los requisitos para efectuar trabajos verticales.• RD. 2487/1998 de 20 de Noviembre: Regula la acreditación de la aptitud psicofísica necesaria para tener y usar armas y para prestar servicios de seguridad privada.• RED NACIONAL DE LOS FERROCARRILES ESPAÑOLES (RENFE). XII Convenio Colectivo. BOE nº 246 de 14 de Octubre de 1998.• BOE nº 194 de 14 de Agosto de 1998: Establece los reconoci-

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Artículo Original | Vicente-Herrero Teófila

mientos médicos para comprobar la aptitud de los prácticos del puerto y las pruebas físicas para el acceso a la profesión.• RD. 959/1990, de 8-6-1990), de títulos y licencias aeronáuticos civiles. BOE nº 176 de 25 de Julio de 1995. ORDEN de 14 de Julio.• CUERPO NACIONAL DE POLICÍA: Cuadro de exclusiones médicas para ingreso. BOE nº 16 de 19 de Enero de 1988. ORDEN de 11 de Enero.• SITUACIONES MILITARES: Tabla de pérdida de aptitudes psico-físicas que pueden determinar el pase a la Reserva Activa. BOE nº 35 de 10 de febrero de 1987. ORDEN nº 7/1987 de 29 de Enero.• FUERZAS ARMADAS: Cuadro médico de exclusiones para ingreso en determinados Cuerpos y Escalas. BOE nº 158, de 3 de julio de 1986. ORDEN nº 52/1986 de 17 de Junio.• MARINA DE GUERRA: Cuadro de inutilidades para ingreso en los Cuerpos y Especialidades. BOE nº 242 de 9 de Octubre de 1982.ORDEN núm. 128/1982 de 14 de septiembre.

Aspecto importante a destacar en Medicina del Trabajo es el poder determinar cuáles son los puestos de mayor riesgo para el traba-jador diabético. Es labor de esta especialidad conocer qué profe-siones conllevan riesgos de difícil asunción personal y social (potencialmente peligrosas para uno mismo o para los demás) para los que padecen esta enfermedad o sus complicaciones. En este sentido deben valorarse:a. Los puestos de trabajo que conlleven horarios irregulares. b. Las circunstancias que provoquen complicaciones agudas:

hipoglucemias o hiperglucemias. c. Las complicaciones crónicas evolutivas que surjan con el

tiempo y sus posibles limitaciones laborales. Pueden ser causa de No Aptitud, temporal o definitiva en el trabajador diabético: 1- La existencia de episodios de Hiperglucemia/Cetoacidosis: Principalmente afecta a las personas con diabetes tipo 1. Sin embargo, también puede ocurrir en otros tipos de diabetes, incluso con la diabetes tipo 2 y durante el embarazo si hay diabetes en la gestante.2- Existencia de episodios de Hipoglucemia:- Hipoglucemia inducida por medicamentos.- Hipoglucemia del ayuno, que se produce después de un tiempo prolongado sin comer. - Hipoglucemia reactiva, que surge como una reacción del orga-nismo al ingerir hidratos de carbono. - Hipoglucemias secundarias a otras patologías: así, pueden provocar hipoglucemias sintomáticas el consumo de alcohol, el ejercicio extenuante prolongado, intervenciones del estómago (que desarrollan una hipoglucemia alimentaria entre las comidas), el insulinoma (enfermedad autoinmune en la que el organismo produce anticuerpos contra la insulina), la insuficiencia cardiaca o renal, el cáncer, la desnutrición, los trastornos de la hipófisis o de las glándulas suprarrenales, el shock, las infecciones graves o una enfermedad hepática difusa (Saunders 2002).3- Diabetes Mellitus de reciente diagnóstico o descompensada:Sobre todo si las cifras de glucosa están muy altas o sufren fluc-tuaciones amplias, se debe plantear una inaptitud temporal hasta ajuste del tratamiento y la estabilización de las cifras de glucosa. Durante este tiempo, en función del tipo de trabajo, el médico que realice la vigilancia de la salud recomendará la baja laboral –inca-pacidad temporal– o una adaptación del puesto de trabajo que incluya la limitación de las tareas que puedan suponer riesgo para ese trabajador y en ese momento en concreto.

Aunque a priori las profesiones con horarios muy irregulares, como por ejemplo los trabajos a turnos, y los horarios nocturnos no se aconsejan en el diabético, lo cierto es que dado el amplio abanico de tratamientos que existe actualmente el médico puede intentar encontrar aquél que mejor se adapte al ritmo de trabajo, y sólo cuando no sea posible mantener un buen control de la diabetes se debe recomendar un cambio laboral, por otra parte no siempre factible. (Tabla 1).

Entre los riesgos mayores a valorar están las hipoglucemias, en especial las asintomáticas, que pueden constituir un peligro para el propio trabajador afectado y para los demás compañeros de su entorno. Se debe limitar el acceso a aquellas profesiones en las que la hipoglucemia supone un riesgo evidente para su integridad física o aumenta la posibilidad de sufrir un accidente laboral, pero es necesario evitar la generalización, individualizando cada caso y estudiando cada puesto concreto, con las tareas que conlleva y las condiciones medio-ambientales en que se desarrolla, para contra-ponerlas a las condiciones clínicas de cada trabajador diabético y en cada momento concreto.No es correcto limitar a las personas para ocupar ciertos puestos de trabajo basándose de forma exclusiva en que siguen un trata-miento con insulina para controlar su diabetes. Podría ser nece-sario establecer ciertas limitaciones en aquellos trabajadores que tienen frecuentes episodios hipoglucémicos, pero no es lógico aplicar restricciones a un diabético diagnosticado desde hace años, que nunca ha tenido un episodio grave de descompensación, controla su enfermedad razonablemente bien y conoce el riesgo de hipoglucemias y sus síntomas.Como valor analítico de referencia se suele utilizar la HbA1c. Aunque algunos estudios indican que existe una asociación entre los niveles de hemoglobina glicosilada (HbA1c) en suero y el riesgo de sufrir hipoglucemia importante, parece ser que la HbA1c por sí sola no puede utilizarse con total seguridad para identificar un aumento del riesgo, sino que necesita ir acompañada de otros factores, tales como un episodio reciente de hipoglucemia grave para poder valorar el riesgo real de una forma más fiable.Por último, las complicaciones derivadas del mal control de la diabetes o las que de forma natural puedan surgir dentro del curso evolutivo de la enfermedad, habrá que valorarlas de forma indivi-dual en cada caso para decidir, con toda la información disponible, la actitud más aconsejable para esa persona y en ese momento determinado y, siempre, en relación a las tareas y condiciones concretas de su puesto de trabajo.De todo lo anterior se concluye que el paciente diabético adquiere unas connotaciones específicas cuando es un trabajador en activo

Tabla 1.Los distintos tipos de turnos laborales. Consecuencias posibles en el traba-jador diabético.

TURNO TURNO TURNO TURNO FIJO SEMANAL MENSUAL DE NOCTURNO 3 DÍASAdaptación Física Buena Muy mala (1) Mala (2) BuenaCronopatología Escasa Frecuente Escasa EscasaAdaptación Familiar Muy mala Buena (3) Buena BuenaAdaptación Social Muy mala Buena (3) Buena Buena

(1) Constante inadaptación.(2) Tres semanas bien (una vez se han adaptado) y una semana mal (la de

adaptación).(3) Algunas veces se adaptan bien, pero otras mal (sobre todo si hay

muchos turnos de tarde).

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en una empresa, pues se hace necesario compatibilizar la enfer-medad con el trabajo y el trabajo con la evolución de la enfer-medad y en esa labor conjunta han de colaborar el médico del trabajo y el médico asistencial tanto de atención primaria como especializada, basándose en las siguientes consideraciones globales: 1. El Médico del trabajo en España, apoyado por una amplia legis-

lación, ha de actuar dentro de sus funciones con carácter preventivo frente a la diabetes y en apoyo del trabajador diabé-tico, controlando la evolución y progresión tanto de la pato-logía como de sus complicaciones y durante toda la etapa laboral activa del afectado.

2. La actuación de los profesionales sanitarios del Servicio de Prevención debe complementarse y coordinarse con las espe-cialidades asistenciales implicadas y éstas, a su vez, deben tener

un más profundo conocimiento de los aspectos laborales que afectan al trabajador diabético.

3. Para conseguir un mejor control del paciente y una optimiza-ción de los recursos sanitarios, es necesaria una actuación coordinada permanentemente entre las distintas especialidades médicas implicadas en diabetes, contando siempre con la nece-saria y específica presencia de la Medicina del Trabajo por su mayor conocimiento de los riesgos laborales que afectan al trabajador diabético.

Agradecimientos:Dra. Montserrat Piñaga Solé (por su revisión del texto).Dra. Encarna Aguilar Jiménez (por su revisión del texto).

España. Jefatura del Estado. Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales. Boletín Oficial del Estado número 269, de 10 de noviembre de 1995 (32590-32611).

España. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Real decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el reglamento de los servicios de prevención. Boletín Oficial del Estado número 27, de 31 de enero de 1997 (3031-3045).

Stellman JM (dir). 1998. Enciclopedia de salud y seguridad en el trabajo. Vol. 4. 3ª ed. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Subdirección general de Publicaciones.

España. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. 1995. Real decreto 1561/1995, de 21 de septiembre, sobre jornadas especiales de trabajo. Boletín Oficial del Estado número 230, de 26 de septiembre de 1995 (28606-28613).

Saunders R. 2002. Hipoglucemia en el trabajo, ¿discriminación infundada? Diabetes Voice. 47(2): 41-43.

España. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. 1997. NTP 455. Trabajo a turnos y nocturno: aspectos organizativos.

REFERENCIAS

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Correspondencia / CorrespondenceManuel gutiérrez H. Unidad de Ergonomía, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad de Concepción Barrio Universitario S/N. Concepción. Chile Tel.: (56-41) 2203787 e-mail: [email protected]: 8 de junio de 2010 / Aceptado: 04 de julio de 2010

Prevalencia de Trastornos Músculo-Esqueléticos de Columna Lumbar en Trabajadoras y Límites Biomecánicos en el Manejo de Carga y PacientesPREVALENCE OF LOW BACK dISORdERS AMONg FEMALE WORKERS ANd BIOMECHANICAL LIMITS ON THE HANdLINg OF LOAd ANd PATIENTS

INTROdUCCIÓN

Los trastornos músculo-esqueléticos (TMEs) están entre los problemas de salud laboral más frecuentes en población laboral internacional (Benavides et al. 2006; Agencia Europea para la

Seguridad y Salud en el Trabajo 2006; OIT 1998; U.S. Department of Labor 2007). En trabajadores chilenos, se describen tendencias similares (ACHS 2006; León et al. 2004). En el caso específico de mujeres, existen antecedentes que indican que los TMEs de columna lumbar y de extremidad superior constituyen las causas más relevantes de licencias médicas en trabajadoras (Gutiérrez et al. 2008; Pérez 2008; Torres y Paravic 2005). En este contexto, existe evidencia epidemiológica sólida que asocia las demandas mecánicas del manejo manual de carga (MMC) con trastornos músculo-esqueléticos de columna lumbar (Bernard 1997). En cuanto a criterios de estrés biomecánico empleados para evaluar riesgo de lesiones de columna lumbar, uno de los indicadores más referidos corresponde a la fuerza pick de compresión intra-discal (Ayoub y Mital 1989; Chaffin et al. 2006; Waters et al. 1993). Esta fuerza actúa paralela al eje longitudinal de columna

RESUMENEl propósito del estudio fue determinar la asociación entre prevalen-cia de trastornos músculo-esqueléticos en mujeres trabajadoras y demandas biomecánicas de fuerza de compresión y corte en columna lumbar. El estudio fue efectuado en 11 grupos de trabajadoras. Se determinó prevalencia de trastornos de la región lumbar y se utilizó el software 3DSSPP para establecer demandas biomecánicas en columna lumbar. El coeficiente de correlación de Pearson entre prevalencia de trastornos lumbares y fuerza pick de compresión fue r = 0.9 (p < 0.005). El coeficiente de correlación de Spearman entre prevalencia de trastornos lumbares y fuerza pick de corte fue r = 0.9 (p < 0.005). Al definir niveles que protejan al 90% de las trabajadoras estudiadas, los límites de fuerza pick de compresión y corte deberían situarse en 2.8 kN y 0.3 kN, respectivamente. Estos valores difieren de las recomendaciones actuales de 3.4 kN para fuerza pick de com-presión y 0.5 kN para fuerza pick de corte.

(Gutiérrez M, Flores C, Monzó J, 2010. Prevalencia de Trastornos Músculo-Esqueléticos de Columna Lumbar en Trabajadoras y Límites Biomecánicos en el Manejo de Carga y Pacientes. Cienc Trab. Jul-Sep; 12 [37]: 380-385).

Descriptores: SOPORTE DE PESO, DOLOR DE LA REGIÓN LUMBAR, PREVALENCIA; TRABAJO DE MUJERES, ENFERMEDADES MUSCULOESQUELÉTICAS, LUGAR DE TRABAJO, BIOMECÁNICA, RECOLECCIÓN DE DATOS, EPIDEMILOGÍA DESCRIPTIVA, ESTUDIOS TRANSVERSALES, CHILE.

ABSTRACTThe purpose of this investigation was to determine the association between prevalence of low back disorders in female workers and biomechanical demands of compressive and shear forces at the lumbar spine. A descriptive, cross and correlation study was carried out in 11 groups of female workers in the Province of Concepción. An interview was performed to investigate the prevalence of low back pain. To estimate biomechanical demands on the lumbar spine, it was used the 3DSSPP software. The Pearson correlation coefficient between the prevalence of low back disorders and peak compression force at lumbar spine was r = (p<0.005). The Spearman correlation coefficient between the prevalence of low back disorders and peak shear force was r = 0.9 (p < 0.005). To protect 90% of female workers studied, the limits of compression and shear forces should be at 2.8 kN and 0.3 kN, respectively. These values differ from the recommendations currently used, 3.4 kN for peak compression force and 0.5 kN for peak shear force.

Descriptors: WEIGHT-BEARING; LOW BACK PAIN; PREVALENCE; WOMEN, WORKING; MUSCULOSKELETAL DISEASES; WORKPLACE; BIOMECHANICS; DATA COLLECTION; EPIDEMIOLOGY, DESCRIPTIVE; CROSS-SECTIONAL STUDIES; CHILE.

Artículo Original

Manuel gutiérrez Henríquez1, Carol Flores Rivera2, Jorge Monzó Eyzaguirre3

1. Profesor de Educación Física, diplomado Ergonomía, Magíster Salud Pública Mención Salud Ocupacional, doctor en Ciencias Ambientales. Unidad de Ergonomía, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad de Concepción.

2. Profesora de Educación Física, Magíster en Ergonomía, Magíster Nutrición y Metabolismo. Unidad de Ergonomía, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad de Concepción.

3. Kinesiólogo, diplomado Ergonomía, Magíster en gestión en Salud. Unidad de Kinesiología, Hospital Las Higueras de Talcahuano.

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vertebral y se calcula en las condiciones de mayor sobrecarga mecánica de columna lumbar durante la jornada laboral (Daynard et al. 2001). En cuanto a los métodos de evaluación, éstos corres-ponden a modelos estáticos y dinámicos. Los modelos estáticos basan el cálculo de fuerzas de compresión, en la sumatoria de torques generados por la fuerza de gravedad, que actúa sobre los centros de masa de los segmentos del cuerpo y la carga manipu-lada (Chaffin et al. 2006). Por su parte, los modelos dinámicos incorporan las fuerzas generadas producto del desplazamiento y aceleración de los segmentos corporales y la carga (Chaffin et al. 2006). En este contexto, se han realizado estudios epidemioló-gicos que relacionan fuerzas de compresión y frecuencia de lesiones de columna lumbar (Chaffin y Park 1973; Waters et al. 1993). Estas investigaciones han sustentado el desarrollo de criterios biomecánicos, los cuales, junto con referencias de capa-cidades fisiológicas y psicofísicas, han permitido implementar métodos como la ecuación NIOSH (Waters et al. 1993) y normas como ISO 11228-1:2003 y EN 1005-2: 2004, para la evaluación de límites de pesos que pueden manipular hombres y mujeres (ISO 2003; UNE 2004).Respecto de límites aceptables de fuerzas de compresión intra-discal, el criterio más empleado para adultos de ambos géneros corresponde al señalado por NIOSH (Waters et al. 1993). En este sentido, el comité de expertos que revisó la evidencia epidemioló-gica que dio fundamentos a la ecuación de NIOSH (Waters et al. 1993; Waters et al. 1994), establece 3.4 kN como límite de compre-sión intradiscal a nivel de las vértebras lumbar 5 y sacra 1. Los estudios que sustentan la elección de este límite (Chaffin y Park 1973; Waters et al. 1993), en particular los antecedentes de asocia-ción entre frecuencia de lesiones lumbares y compresión intra-discal, se han realizado principalmente en trabajadores de género masculino. No obstante, si se analizan investigaciones de resis-tencia a la ruptura de segmentos de columna lumbar, éstas indican que la fuerza máxima que pueden tolerar cuerpos vertebrales y discos intervertebrales dependen del género, la edad, sección transversal de discos y cuerpos vertebrales (Jäger y Luttmann 1991). Es así como se han establecido resistencias promedios a la ruptura de segmentos lumbares de 5.7 kN para hombres y de 3.9 kN para mujeres. Empleando estas referencias, se ha estimado que el límite de compresión intradiscal para mujeres es 2.69 kN (Mital et al. 1997). Ésta es la única referencia que se describe para mujeres y su estimación se basa en límites aceptables de riesgo de lesiones lumbares por compresión intradiscal para hombres adultos y su extrapolación a mujeres en función a la diferencia en la resis-tencia a la ruptura de segmentos lumbares. Otro indicador de estrés biomecánico que tiene asociación con riesgo de lesiones lumbares es la fuerza de corte (Norman et al. 1998). Esta fuerza actúa en sentido antero-posterior, paralela a las mesetas de los cuerpos vertebrales y tiende a desplazar una vértebra respecto de otra ubicada inmediatamente en el nivel infe-rior, en las unidades funcionales de columna vertebral. En cuanto a límites de fuerza pick de corte para columna lumbar, las referen-cias se plantean en orden a 0.5 kN (Daynard et al. 2001; Norman et al. 1998). Para este indicador tampoco se describen valores de referencia diferenciados por género. En función de lo expuesto, e insuficientes antecedentes epide-miológicos en género femenino, el propósito de esta investiga-ción fue determinar la asociación que existe entre prevalencia de trastornos músculo-esqueléticos en mujeres trabajadoras y niveles de fuerzas pick de compresión intradiscal y de corte a

nivel de columna lumbar, que derivan de las demandas del trabajo en diferentes tipos de actividades laborales de manejo de carga y pacientes.

MATERIAL Y MÉTOdOS

Diseño del estudio y participantes: Estudio descriptivo, trans-versal y correlacional, cuya población está constituida por once grupos de trabajadoras, quienes efectuaban labores relacionadas con manejo de carga o pacientes en empresas o instituciones de la Provincia de Concepción, Chile. Los cargos estudiados correspon-dieron a operarias de recorte y empaque de filetes de salmón, de una empresa de productos marinos congelados; paramédicos de emergencia, pensionado, cirugía y auxiliares de un hospital público; cajeras y reponedoras de supermercado; funcionarias de préstamo de textos de una biblioteca universitaria; laborantes de lavado de material, cosecha y maduración de embriones de plantas de vivero de un laboratorio del sector forestal. La elección de las actividades laborales estudiadas fue efectuada considerando ante-cedentes de importancia relativa de morbilidad músculo-esquelé-tica de la mano de obra femenina en la Provincia de Concepción (Torres y Paravic 2005). El diseño del estudio fue aprobado por el comité de ética de la Universidad de Concepción.

Consentimiento informado y encuesta: La recolección de infor-mación incluyó en primera instancia la aplicación y verificación del consentimiento informado por parte de las trabajadoras. Respecto del estudio de prevalencia de trastornos músculo-esque-léticos de columna lumbar, en Chile aplica el principio de confi-dencialidad de la información de licencias médicas y órdenes de reposo. De este modo, si el trabajador no da su consentimiento, el empleador no toma conocimiento del diagnóstico emitido por el médico tratante. Por este motivo, para el estudio de prevalencia se aplicó a todas las trabajadoras de los cargos estudiados una encuesta, en formato de entrevista, la cual registró trastornos músculo-esqueléticos de la región lumbar, que en los últimos 12 meses habían generado al menos un día de reposo, por accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo. También se registró información que disponía cada empresa o institución respecto de trabajadores con licencias y órdenes de reposo. Se consideró como caso de trastorno músculo-esquelético de columna lumbar aquel descrito por la trabajadora en la entrevista y que simultáneamente estaba registrado como ausentismo laboral por accidente del trabajo o enfermedad profesional en la base de datos de la empresa o institución. Los trastornos de columna lumbar fueron clasifi-cados de acuerdo a CIE–10 (WHO 2007). La tasa de prevalencia de trastornos músculo-esqueléticos de columna lumbar fue calculada considerando en el numerador los casos registrados en cada cargo durante los 12 meses previos al estudio, efectuado en cada empresa e institución. Este valor fue dividido por el total de trabajadoras del cargo en el mismo periodo de tiempo. En la encuesta aplicada a las trabajadoras también se consultó la edad, el tiempo de trabajo en el cargo y la extensión en horas de la jornada y semana laboral. En cuanto a variables antropomé-tricas, con una balanza Detecto se registró el peso de las trabaja-doras y con un antropómetro Holtain Ltd. su estatura.

Estudio de demandas del trabajo: Con el objetivo de establecer la magnitud de las fuerzas requeridas y las posturas de trabajo en el

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manejo de carga y pacientes, se realizó un estudio de tiempo y movimiento. Para ello, a través de la jornada laboral, se efectuó seguimientos de dos horas a un 50% de las trabajadoras de cada cargo. Para establecer las fuerzas requeridas se estableció en primera instancia el peso de las cargas manipuladas. Esta infor-mación fue registrada en el estudio de tiempo y complementada con información aportada por trabajadoras y supervisores. De este modo, para establecer las fuerzas requeridas en las diferentes labores estudiadas, se determinó los puntos en que se tomaban las cargas, se fijó dinamómetros a los puntos de tomada y se registró la magnitud de las fuerzas empleadas al manipular los productos y objetos. Respecto de los cargos de paramédicos y auxiliares, durante el estudio de tiempo se les consultó a los funcionarios los antecedentes del peso de los pacientes atendidos. En el estudio también quedó consignado el número de paramédicos que efec-tuaban los procedimientos de manejo de pacientes. Para establecer las fuerzas requeridas en la manipulación de los pacientes, se simuló el manejo de personas en función del número de paramé-dicos y auxiliares que se registró en el estudio de tiempo y movi-miento. Se establecieron los puntos en que se tomaba el paciente y se emplearon arneses, a los cuales se fijaron dinamómetros. De este modo se efectuaron las maniobras de manejo, registrando los niveles de fuerza requeridos.En cuanto a la postura de trabajo, durante los estudios de tiempo y con el apoyo de cámaras de video digital, se registraron las posiciones adoptadas en la manipulación de carga. Las vistas grabadas fueron perpendiculares al plano sagital y frontal. Si las tareas del cargo estudiado eran cíclicas, se efectuaron filmaciones de 10 minutos en cada trabajadora. En los cargos en los que las tareas de manejo no eran cíclicas, durante el estudio de tiempo de cada trabajadora se filmaron todas las tareas que requiriesen manejo manual de carga. En esta categoría están las paramédicos y auxiliares. El estudio de postura se complementó con una carac-terización de los puestos de trabajo. Es así como se midieron las alturas, anchos y profundidades de las estaciones de trabajo, para definir la altura desde el piso y distancia horizontal a las cuales se realizaba la tomada y manipulación de pesos.Como indicadores de estrés biomecánico generado para columna lumbar, se utilizó la fuerza pick de compresión intradiscal y de corte para el segmento ubicado entre las vértebras lumbar 5 y sacra 1 (Chaffin et al. 2006). Para ello se empleó el software 3DSSPP de la Universidad de Michigan (Chaffin et al. 2006). El procedimiento empleado consistió en identificar, a través del estudio de tiempo, las tareas que requerían manejo de carga, los pesos y fuerzas asociadas. En cada tarea, empleando las filma-ciones de video, se determinó la fase del manejo en la que se producía mayor sobrecarga mecánica para columna vertebral. Para ello, mediante un goniómetro marca TEC, Clifton, N.J, desde las imágenes desplegadas en pantalla se verificaron los ángulos de los diferentes segmentos corporales en plano sagital y frontal (Norkin y Wite 2003). Con esta información, se reprodujeron en laboratorio las características del puesto de trabajo y las fases de mayor sobrecarga, por postura y fuerza requerida. Se eligió una persona de estatura promedio para el cargo estudiado y con un goniómetro TEC, Clifton, se registraron los ángulos de tronco, extremidad superior e inferior (Norkin y Wite 2003). Esta infor-mación fue ingresada al software 3D SSPP, calculando las fuerzas pick de compresión y corte antero-posterior para una mujer de estatura y peso que representan al 50 percentil del cargo estu-diado.

Análisis estadístico: Para seleccionar los procedimientos de análisis más adecuados, se evaluó la normalidad de las variables mediante la prueba de bondad del ajuste de Kolmogorov–Smirnov. En la caracte-rización de variables de las personas, en particular de la edad, peso y estatura, se emplearon indicadores de tendencia central y de disper-sión. Se procedió a determinar la asociación entre las tasas de preva-lencia de trastornos de columna lumbar, la fuerza requerida en la manipulación de carga, la postura de trabajo y las fuerzas pick de compresión y de corte. La asociación entre variables con distribución normal fue establecida mediante el coeficiente de Pearson (r) y, se utilizó Spearman para aquellas en las que no se podía asumir una distribución normal. El nivel de significancia empleado fue p < 0.05. Para los análisis se utilizó el programa STATISTICA 6.0.

RESULTAdOS

El total de trabajadoras estudiadas es de 140 participantes. Las carac-terísticas de edad, peso y estatura de los once grupos están descritas en la Tabla 1.

En la Tabla 2 se resumen las tasas de prevalencia de trastornos músculo-esqueléticos de columna lumbar de los grupos estudiados. De los dieciséis casos registrados uno correspondió a lumbago con ciática y los quince restantes fueron lumbagos.

n: número de trabajadoras.

Tabla 1.Edad, peso y estatura de los once grupos de trabajadoras estudiadas. Se describe los valores promedios y, en paréntesis, la desviación estándar.

Grupos de Trabajadoras n Edad Peso Estatura (años) (kg) (m) Operarias de recorte 8 37.4 (6.2) 73.4 (7.3) 1.60 (0.03)Cajeras de supermercado 15 34.5 (7.6) 63.4 (6.2) 1.57 (0.05)Funcionarias de biblioteca 9 46.2 (8.7) 65.7 (6.9) 1.56 (0.06)Laborantes de maduración y cosecha 16 33.2 (7.8) 61.9 (6.7) 1.55 (0.06)Paramédicos de cirugía 21 32.5 (6.7) 60.0 (7.0) 1.54 ( 0.04)Reponedoras de supermercado 9 34.1 (8.6) 61.4 (4.1) 1.55 (0.07)Auxiliares de cirugía 7 44.1 (12.7) 60.8 (6.7) 1.55 (0.06)Laborantes de lavado de material 7 34.3 (8.0) 62.5 (6.5) 1.56 (0.09)Operarias de empaque 18 38.2 (5.6) 66.6 (6.7) 1.59 (0.05)Paramédicos de pensionado 8 35.5 (7.1) 58.6 (7.4) 1.57 (0.06)Paramédicos de emergencia 22 39.3 (7.2) 70.7 (10.2) 1.59 (0.09)

Tabla 2.Tasa de prevalencia de trastornos músculo-esqueléticos de columna lumbar (lumbago y lumbago con ciática) de los once cargos estudiados.

Grupos de Trabajadoras Prevalencia de trastornos de columna lumbar (%)

Operarias de recorte 0Cajeras de supermercado 0Funcionarias de biblioteca 0Laborantes de maduración y cosecha 0Paramédicos de cirugía 9.5Reponedoras de supermercado 11.1Auxiliares de cirugía 14.3Laborantes de lavado de material 14.3Operarias de empaque 16.7Paramédicos de pensionado 25Paramédicos de emergencia 27.3

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Artículo Original | Prevalencia de Trastornos Músculo-Esqueléticos de Columna Lumbar en Trabajadoras y Límites Biomecánicos en el Manejo de Carga

En la Tabla 3 se describen las posturas y fuerzas requeridas para el manejo de carga que generan mayor sobrecarga biomecánica para columna lumbar durante la jornada laboral.La Tabla 4 resume la fuerza pick de compresión y corte en articula-ción intervertebral lumbar 5 – sacra 1, en la tarea y fase en la que se genera mayor sobrecarga mecánica para columna lumbar. Los valores corresponden a las trabajadoras que representan al 50 percentil de tamaño corporal de cada cargo estudiado.La Tabla 5 describe los coeficientes de correlación de Pearson y Spearman entre tasa de prevalencia de trastornos de columna lumbar y variables biomecánicas, en la tarea de mayor demanda derivada del manejo manual de carga o pacientes.

dISCUSIÓN

Los cargos que presentan las tasas más altas de prevalencia de tras-tornos de columna lumbar corresponden a paramédicos de emer-gencia y pensionado. Los otros dos cargos estudiados que realizan manejo de pacientes –paramédicos de cirugía y auxiliares de cirugía–, también presentan casos, aunque con una menor tasa de prevalencia. Estos resultados son coincidentes con estudios que indican que entre los grupos laborales de mayor riesgo de lesiones osteomusculares de columna lumbar están aquellos en los que se efectúa manejo y cuidado de pacientes (U.S., Departmanet of Labor 2007). En cuanto a las demandas mecánicas del trabajo, las tareas que generaron las mayores fuerzas pick de compresión y corte correspondieron a las transferencias entre dos o tres paramédicos de pacientes dependientes entre cama y camilla (personas que por su estado de salud están limitadas para ayudar en su traslado). Ello se debe a que para trans-ferir pacientes dependientes entre cama y camilla se combinan fuerzas de tracción de 16.5 a 22 kgf, con flexiones de tronco y exten-siones de brazos, que incrementan el torque a nivel de las articula-ciones intervertebrales de columna lumbar. En cuanto a las operarias de empaque de la línea de salmón, es el grupo que requería las mayores fuerzas para manipular las cargas, alcanzando 27 kgf, y presentan además la tercera tasa más alta de trastornos lumbares. El esfuerzo era realizado trasladando cajas entre mesones, lo cual les permitía efectuar el manejo de carga próxima al cuerpo y, por lo tanto, ello reducía la flexión de tronco, el torque y estrés a nivel de columna lumbar. Los otros dos grupos que presentaron casos de trastornos lumbares fueron las laborantes que efectuaban manejo de cajas con material de vidrio para lavado y las trabajadoras que reali-zaban reposición de productos en los estantes de supermercado. Las fuerzas requeridas en la manipulación de carga en las condiciones de mayor sobrecarga para columna lumbar alcanzaron los 18 kgf y 12 kgf, respectivamente. En estos dos cargos, laborantes y reponedoras, la flexión de tronco es un factor relevante en el incremento del torque y estrés biomecánico generado a nivel de columna lumbar. Ello debido a que los objetos y cargas manipuladas estaban muy próximos al piso. El resto de los cargos estudiados no presentó casos de tras-tornos músculo-esqueléticos en la región lumbar. Las fuerzas reque-ridas por estos grupos estaban en el rango de 1.9 kgf a 9.0 kgf. Como se puede deducir de las descripciones de las tareas en las que se alcanzan las mayores demandas biomecánicas durante la jornada laboral, la fuerza requerida para manipular carga explica parte de la tendencia de la tasa de prevalencia de trastornos de columna lumbar. Ello se confirma en la Tabla 4, con un coeficiente de correlación entre fuerza requerida en la manipulación de carga y tasa de prevalencia de r = 0.84 (p < 0.005). No obstante, los trastornos de columna

Tabla 3.Postura de trabajo y fuerza empleada en la manipulación de carga en la tarea y fase que se alcanza mayor sobrecarga mecánica para columna lumbar. La postura ha sido establecida para la mujer que representa el 50 percentil de estatura, de cada grupo de trabajadoras estudiadas.

Flexión Flexión Flexión Rotación Fuerza de de de tronco empleadaGrupos de Trabajadoras tronco hombros codos en la (grados) (grados) (grados) (grados) manipulación Der. Izq. Der. Izq. (kg)Operarias de recorte 25 5 45 85 60 10 2.5Cajeras de supermercado 30 5 60 95 70 15 1.9Funcionarias de biblioteca 60 20 30 55 55 10 4.2Laborante de maduración 40 10 10 39 39 0 7.0y cosechaParamédicos de cirugía 50 30 30 60 60 0 16.5Reponedoras desupermercado 70 5 18 5 25 15 12

Auxiliares de cirugía 50 30 30 60 60 0 16.5Laborantes de 73 10 10 30 30 0 18.6lavado materialOperarias de empaque 20 18 18 80 80 0 25Paramédicos de pensionado 51 16 16 57 57 0 22.0Paramédicos de emergencia 50 30 30 55 55 0 16.5

Tabla 4.Fuerza pick de compresión y corte en articulación intervertebral lumbar 5 – sacra 1, en la tarea y fase que se genera mayor sobrecarga mecánica para columna lumbar.

Grupos de trabajadoras Fuerza pick de Fuerza pick de compresión corte (kN) (kN)Operarias de recorte 1.4 0.14Cajeras de supermercado 1.5 0.14Funcionarias de biblioteca 2.1 0.27Laborantes de maduración y cosecha 2.2 0.23Paramédicos de cirugía 3.5 0.35Reponedoras de supermercado 3.0 0.37Auxiliares de cirugía 3.5 0.35Laborantes de lavado material 3.6 0.36Operarias de empaque 3.4 0.36Paramédicos de pensionado 4.2 0.41Paramédicos de emergencia 3.7 0.39

Tabla 5.Coeficiente de correlación de Pearson y Spearman entre tasa de preva-lencia de trastornos lumbares y variables biomecánicas, en la tarea de mayor demanda derivada del manejo manual de carga o pacientes.

Coeficiente Variables biomecánicas Tasa de prevalencia de correlación del trabajo en la tarea de trastornos músculo- P de mayor sobrecarga esqueléticos de columna lumbar (%) Pearson Flexión de tronco 0.24 ns (grados) Fuerza requerida 0.84 0.001 (kgf) Fuerza pick de compresión (kN) 0.90 0.0002Spearman Fuerza pick de corte (kN) 0.90 0.0002

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lumbar presentan mejor asociación con los indicadores de fuerzas pick de compresión y corte, los cuales registran coeficientes de correlación de r = 0.9 (p < 0.005). Estos indicadores de estrés biomecánico inte-gran el efecto del peso de tronco, cabeza y extremidades superiores, el peso de la carga, la fuerza requerida en la manipulación de carga y la postura de trabajo. Respecto de límites tolerables de manejo de carga y fuerzas de compresión intradiscal, se ha señalado que 3.4 kN es el criterio que actualmente se emplea como referencia (Waters et al. 1993). En este sentido, la ecuación de regresión lineal obtenida para la asociación entre tasa de prevalencia de trastornos lumbares (TPTL) y fuerza pick de compresión (FPC) es: TPTL = -16.698 + 9.4 x (FPC); con un error estándar de Syx = 4.6%. De este modo, al utilizar la ecuación e ingresar la compresión pick de referencia 3.4 kN, la tasa de preva-lencia estimada de trastornos lumbares para las trabajadoras estu-diadas es 15.3%. En este sentido, al emplear los datos publicados en uno de los estudios epidemiológicos que sustentó el criterio de compresión intradiscal de 3.4 kN y que complementariamente es la investigación mixta que incorpora el mayor número de trabajadoras, específicamente 279 hombres y 132 mujeres (Ayoub y Mital 1989; Chaffin y Park 1973); para una compresión intradiscal pick de 3.4 kN, se estima una tasa de prevalencia de 9%. De este modo, al emplear el valor de referencia de 3.4 kN la probabilidad de trastornos lumbares se subestima en un 41.2%, para las trabajadoras del presente estudio. En este contexto, un antecedente que es necesario considerar dice relación con establecer el porcentaje de la población que se debería proteger, al definir límites de compresión pick. Al respecto, la norma europea (EN 1005-2: 2004) y la norma española (España. MTAS 1997), que se basan en fundamentos biomecánicos, fisiológicos, psicofísicos y epidemiológicos establecen como criterio que el peso máximo recomendado en la manipulación de carga proteja entre el 85% al 95% de la población trabajadora. Estas normas consideran criterios para definir pesos máximos que otor-guen mayor protección a diferentes grupos de trabajadores. En el caso específico de mujeres, las recomendaciones permitirían proteger a un 90% de la población trabajadora. En función de estos antece-dentes y, al emplear la ecuación de regresión lineal descrita en los párrafos previos, se estimó que para una tasa de prevalencia de tras-tornos lumbares (TPTL) del 10% y, por lo tanto, protegiendo al 90% de las trabajadoras estudiadas, la fuerza pick de compresión (FPC) se sitúa en 2.8 kN. Este dato de compresión pick es similar y consistente con el valor 2.69 kN, que es la única referencia bibliográfica que se identificó para género femenino (Mital et al. 1997).

Respecto a la fuerza pick de corte, existen menos antecedentes para definir límites aceptables. En este sentido, el criterio más referido es de 0.5 kN (Daynard et al. 2001; Norman et al. 1998). Si se aplica ese valor a los resultados de la presente investigación, de la Tabla 4 se puede deducir que 0.5 kN excede todas las fuerzas pick de corte registradas en los once cargos estudiados. Para los cargos que presen-taron casos con trastornos lumbares, el promedio de la fuerza pick de corte es 0.37 kN, con un rango de 0.35 kN a 0.41 kN. En los cargos que no presentaron casos de trastornos lumbares, el promedio de fuerza pick de corte es 0.2 kN, con un rango de 0.14 kN a 0.27 kN. En cuanto a límites biomecánicos tolerables, si se aplican criterios de prevalencia de trastornos lumbares próximos al 10%, es posible iden-tificar dos de los grupos estudiados con prevalencias de ese orden con 9.5% y 11.1%, los cuales registraron fuerza pick de corte de 0.35 kN y 0.37 kN, respectivamente. En forma complementaria, la relación entre tasa de prevalencia de trastornos lumbares (TPTL) y fuerza pick de corte (FPCo) presentó una tendencia exponencial. La ecuación de esta relación es: TPTL = 0.09e (13.9684 x FPCo). De este modo, de la ecuación se estimó que una FPCo de 0.34 kN genera una TPTL del 10%; límite que permitiría proteger al 90% de las mujeres trabaja-doras estudiadas. Como se puede deducir, existe discrepancia entre los límites de fuerzas pick de compresión y corte empleados actualmente como referencia para evaluar riesgo de trastornos de columna lumbar por manejo de carga y los límites estimados en el presente estudio. De este modo, se deberán efectuar estudios epidemiológicos complemen-tarios, que permitan otorgar consistencia a la definición de límites biomecánicos tolerables para género femenino en tareas de manejo de carga y pacientes.

AgRAdECIMIENTOS

Este trabajo ha sido financiado por el Fondo Nacional de Investigación y Desarrollo en Salud (FONIS), MINSAL - CONICYT. (SA06I20005). Se agradece al Sr. Eduardo Acuña y Srta. Alejandra Chesta por su apoyo en el trabajo de campo. También se agradece la colaboración efec-tuada por las trabajadoras que participaron en los estudios.

Institución donde se realizó el estudio: Unidad de Ergonomía, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad de Concepción.

Proyecto: FONIS, MINSAL – CONICYT Nº SA06I20005.

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REFERENCIAS

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Enfermedades del SueñoSLEEP dISORdERS ANd ITS IMPACT ON WORK

Artículo Original

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INTROdUCCIÓN

La silicosis es una enfermedad pulmonar fibrogénica bien cono-cida (Hornung et al. 2008). Con su potencial de causar incapa-cidad física progresiva y permanente, la silicosis continúa siendo uno de los más importantes problemas de salud ocupacional en el mundo.

En el año 2003, el programa de vigilancia de la Asociación Chilena de Seguridad evaluó a 5.939 trabajadores expuestos a sílice; de ellos sólo 17 (2.86 x 1000 trabajadores) resultaron ser casos incidentes de silicosis, en tanto 69 (11.62 x 1.000 trabaja-dores) fueron calificados como sospechosos (profusión 1/0 de la Clasificación OIT). De los 5.939 trabajadores expuestos, un 44% corresponde a mineros (Contreras 2004).En Chile, a pesar de este estudio, no existe información suficiente que permita mostrar la real situación de la silicosis en los traba-jadores (Bernales 2008). El diagnóstico de esta enfermedad en el país se basa en las alteraciones radiológicas calificadas según las propuestas de la Organización Internacional del Trabajo (ILO 2000). Esta entidad no gubernamental clasifica la enfermedad de acuerdo a los grados de profusión en la radiografía de tórax en categoría 0, 1, 2 y 3, considerándose actualmente en Chile el diagnóstico de silicosis en categoría 1 (Chile. MINSAL 1983). El

Correspondencia / Correspondencediemen darwin delgado garcíaUnidad de Salud Ocupacional, Clínica Río Blanco S.A.Avenida Santa María 777, Casilla 253. Los Andes, ChileTel: (56 34) 590547 - 590601e-mail: [email protected]: 29 Mayo de 2010 / Aceptado: 02 de Agosto de 2010

ABSTRACTWe conducted a qualitative study to learn from the experiences of job relocation in workers with silicosis by describing, theming and interpret the experiences, from October to December 2009 at a mining company in Chile.There were 3 case studies where the most important inclusion criterion was the diagnosis of silicosis category 1. In-depth interviews were applied on the basis of an interview guide. The analysis focused on the four existential phenomenological. The results found that a profound workers described their family relationships, social and labor "My family got as much support as soon as he learned of my disease." Perceived support from their leadership and their colleagues. Expressed on job relocation "is not just that they will change from place to work, but where you can make to the development of the company and where you can develop professionally. They showed awareness of his illness, referring to good health coverage issued by the Occupational Health Unit Clínica Río Blanco SA It is important to continue exploring other job relocation cases of silicosis to understand more deeply the phenomenon.

Descriptors: SILICOSIS/DIAGNOSIS; LIFE CHANGE EVENTS; MINING/MANPOWER; WORKPLACE; OCCUPATIONAL HEALTH; QUALITATIVE ANALYSIS; INTERVIEW; CHILE.

RESUMENSe realizó un estudio cualitativo para conocer las experiencias de la reubicación laboral en trabajadores con silicosis a través de describir, tematizar e interpretar las vivencias, en el periodo de octubre a diciembre de 2009 en una empresa minera en Chile. A través de tres estudios de caso, donde el criterio de inclusión más importante fue el diagnóstico de silicosis categoría 1. Se aplicaron entrevistas en pro-fundidad basadas en una guía de entrevista. El análisis se enfocó en los cuatro existenciales fenomenológicos. En los resultados se encon-tró que los trabajadores describieron de forma profunda sus relacio-nes familiares, sociales y laborales (“de mi familia recibí todo el apoyo en cuanto se supo de mi enfermedad”). Percibieron el apoyo de su jefatura y de sus compañeros de trabajo. Sobre la reubicación laboral manifestaron: “no es solo que te cambien de lugar para trabajar, sino donde tú puedas aportar para el desarrollo de la empresa y donde tú puedas desarrollarte profesionalmente”. Mostraron conciencia de su enfermedad, refiriéndose a una buena cobertura de salud otorgada por la Unidad de Salud Ocupacional de Clínica Río Blanco S.A. Es importante continuar explorando otros casos de reubicación laboral por silicosis para comprender con mayor profundidad el fenómeno.

(Delgado D, Aguilera M, Contreras G, González R, 2010. Experiencias de la Reubicación Laboral en Trabajadores con Silicosis en una Empresa Minera. Cienc Trab. Jul-Sep; 12 [37]: 386-390).

Descriptores: SILICOSIS/DIAGNÓSTICO, ACONTECIMIENTOS QUE CAMBIAN LA VIDA, MINERÍA/RECURSOS HUMANOS; LUGAR DE TRABAJO, SALUD LABORAL, ANÁLISIS CUALITATIVO, ENTREVISTA, CHILE.

diemen darwin delgado garcía1, María de Los Ángeles Aguilera Velasco2, gustavo Reinaldo Contreras Tudela3, Raquel gonzález Baltazar4

1. doctorante en Ciencias de la Salud en el Trabajo por la Universidad de guadalajara, México. Médico de Salud Ocupacional de la Clínica Río Blanco S.A. Los Andes. Chile.2. doctora en Ciencias de la Salud en el Trabajo. Profesor Investigador Titular. Universidad de guadalajara. México.3. Especialista en Enfermedades Respiratorias y Ocupacionales. 4. doctora en Ciencias de la Salud en el Trabajo. Profesor Investigador Titular. Universidad de guadalajara. México.

Experiencias de la Reubicación Laboral en Trabajadores con Silicosis en una Empresa MineraExPERIENCES OF RELOCATION WORK IN WORKERS WITH SILICOSIS IN A MININg COMPANY

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Artículo Original | Experiencias de la Reubicación Laboral en Trabajadores con Silicosis en una Empresa Minera

trabajador minero en esta condición de enfermedad deberá ser reubicado. La reubicación laboral en Chile bajo el amparo del Seguro Social Contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales [Ley 16.744, 2006] en su Art. 71, 1er. Inciso, esti-pula: “los trabajadores afectados de alguna enfermedad profe-sional deberán ser trasladados, por la empresa donde presten sus servicios, a otras faenas donde no estén expuestos al agente causante de la enfermedad” (Chile. Ministerio del Trabajo y Previsión Social. 2006). Los trabajadores con silicosis son reubicados por la empresa minera, apegados a la normativa legal vigente; sin embargo, una vez reubicados, se desconocen sus impresiones y experiencias, así como los obstáculos, opiniones e impacto en la calidad de vida. Existen artículos relacionados con la reinserción laboral, específi-camente en trabajadores con cáncer colorrectal (Molina et al. 2008), donde la presencia de secuelas derivadas del tumor o del tratamiento influyeron en la reinserción laboral una vez finali-zado el tratamiento especifico, ya que la mayoría de los pacientes no creían que el tener la enfermedad les perjudicaría en su puesto de trabajo; de ellos, un 78.6% de los que estaban sin trabajar frente a un 68.8% de los activos, contarían que tenían o habían tenido un tumor maligno en la búsqueda de un nuevo empleo. En otro estudio se evaluó el proceso de reintegración social-laboral en trabajadores que han sufrido accidentes del trabajo (Fernández et al. 2009); este estudio muestra que el 89% de la población ha vuelto a trabajar, encontrándose el 66.7% plena o medianamente satisfecho con su proceso de reintegro laboral. No se encontraron más estudios que permitan dimensionar las vivencias de la reubicación laboral en trabajadores mineros con silicosis en el mundo; en División Andina, Codelco Chile, la reubicación laboral se aplica cumpliendo una normativa legal vigente, en el entendido de que la empresa tiene la posibilidad de reinsertar a sus trabajadores afectos de silicosis a otras áreas de operación. Es por este motivo que se desea describir con exac-titud la construcción de los objetos en la conciencia de estos trabajadores mediante el análisis constitucional (Berger y Luckmann 2005). Existen trabajos que narran la vivencia de una enfermera portadora de lesión De Quervain (Campos et al. 2007), donde la trabajadora percibe que la gravedad de la enfermedad tiende a ocasionar una serie de alteraciones físicas y psíquicas; al vivir las dificultades propias de la enfermedad, ella pasó por sentimientos de pérdida, sublevación y tristeza. No obstante, en el momento en que admitió su enfermedad y su nueva condición, se trazó nuevos objetivos, atribuyendo nuevos significados a su existencia. Existe otro estudio de vivencias en mujeres con diag-nóstico de anorexia o bulimia (Marín y Bedoya 2009), donde antes del diagnóstico o de la experiencia de sentirse enfermas, algunas mujeres significaron sus cuerpos como agradables, armónicos y deseables. No se encontraron estudios de vivencias en trabajadores mineros.Por lo anterior, se confiere que esta investigación tendrá una importante trascendencia al estudiar un problema que ha sido poco abordado a pesar de ser de ocurrencia común en el ámbito laboral y que los datos que aporte serán útiles en el diseño de acciones preventivas. Para evaluar estos aspectos en el estudio, se tuvo acceso a la población de trabajadores reubicados con diagnóstico de silicosis, se contó con la autorización de División Andina, CODELCO Chile y Clínica Río Blanco S.A. para el desa-rrollo de la investigación.

El objetivo del estudio fue describir, tematizar e interpretar las vivencias de la reubicación laboral en trabajadores con silicosis de una empresa minera en Chile, 2009.

METOdOLOgÍA

Tipo de estudio: cualitativo. Diseño de estudio: estudios de caso fenomenológicos (Rosso y Lebl 2006). Delimitación espacio-temporal: octubre a diciembre de 2009 en la Ciudad de Los Andes, Quinta Región, República de Chile. Selección de los parti-cipantes: muestreo por conveniencia. Selección de lugares y momentos: muestreo abierto. Participantes: se eligieron tres trabajadores con diagnóstico médico de silicosis en categoría 1, de la División Andina, CODELCO, Chile, que tenían entre 6 meses y más de 5 años de haber sido reubicados. Los tres son profesio-nales que ocupan el cargo de supervisor ayudante. El criterio más importante para la selección de los trabajadores con silicosis reubicados fue el grado y evolución de la enfermedad, es decir, que se encontraban en categoría 1. Todos los trabajadores son casados y con hijos (Tabla 1).

Técnicas de obtención de la información: entrevistas individuales en profundidad, obtenidas en la casa de cada trabajador, con una duración de 40 minutos aproximadamente, grabadas en audio. En el caso de las entrevistas, la pregunta generadora para los trabaja-dores con silicosis reubicados fue: ¿Cómo sucedió la reubicación laboral? Posteriormente, hubo otros tipos de preguntas de acuerdo con los cuatro existenciales básicos (Sandoval 2002), las mismas que están plasmadas en una guía de entrevista al final del artí-culo.Plan de análisis: método fenomenológico. Dicho método propone como categorías de análisis: sujeto, subjetividad y significación, cuya mutua filiación se irá a encontrar en los conceptos de interio-ridad y vivencia (Merleau-Ponty 1998). El análisis de las entrevistas se realizó en tres fases principales: descripción, reducción e inter-pretación (Lanigan 1997). En las dos primeras fases se trabajó con la semántica de las entrevistas (hechos), y operacionalmente se llevó a cabo con el apoyo del programa de cómputo para análisis de datos cualitativos Atlas ti versión 6.0. En la interpretación se intentó cubrir a todas las personas en el cómo vivieron su expe-riencia, para dar sentido a la información.Consideraciones éticas: se informó a cada participante seleccionado y voluntario del estudio sobre el objetivo general y específico del mismo, por ser un estudio de riesgo mínimo, ya que no se realizó ninguna intervención o modificación intencionada en los indivi-duos porque se trabajó con entrevistas; no obstante, los autores se comprometieron a manejar la información bajo las normas estable-cidas por el Código Internacional de Ética Médica (Klimovsky et al. 2002). Se aclara que no se usa el nombre verdadero, sino uno ficticio para proteger la privacidad de las personas.

Tabla 1.Características socio demográficas y laborales del trabajador minero reubicado.

Caso Edad Escolaridad Antigüedad en Fecha de Antigüedad el Trabajo Reubicación de Reubicación1 45 Universitaria 20 años 01.10.2004 5 años2 45 Universitaria 20 años 02.04.2009 8 meses3 48 Universitaria 15 años 02.04.2009 8 meses

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RESULTAdOS

Se realizó un estudio de casos a tres trabajadores mineros con silicosis, categoría 1, sobre la reubicación laboral; el análisis socio-demográfico indicó que dos de ellos tenían 45 años y uno 48; respecto a la antigüedad, dos de ellos tenía 20 años y uno 15 en la empresa antes de ser notificados de la enfermedad profe-sional; ellos laboraban en la mina subterránea en el cargo de supervisor ayudante, donde adquirieron la silicosis, motivo por el cual fueron reubicados, los tres en la mina rajo, dos de ellos con un tiempo de reubicación de 8 meses y uno en con un tiempo de reubicación de 5 años, todos alejados de la fuente que les generó la silicosis. En base a los existenciales básicos, se agruparon 4 familias, identificándose 20 códigos, cuyo eje central fue descrito y tematizado en la experiencia de tres trabajadores mineros con silicosis sobre la reubicación laboral.

Comunalidad En el marco de sus vivencias, una vez que ellos recibieron la notificación de que debían ser reubicados laboralmente a conse-cuencia de la silicosis, manifestaron que los primeros días cayeron en un ambiente de angustia y desolación; en primer lugar, por la enfermedad que poseían; segundo, por la desespe-ranza del futuro de su esposa e hijos y, tercero, por la inseguridad al integrarse a un nuevo puesto de trabajo. Ante esta sensación de desánimo todos tuvieron el apoyo familiar de forma incondi-cional; con los días, este nexo de apego con sus respectivas familias se fue consolidando: Rogelio describe: “de mi familia recibí todo el apoyo en cuanto se supo de mi enfermedad”; para Marcos existe actualmente un mayor apego con sus hijos: “me acuerdo siempre que mi hija, sobre todo, siempre me ha dicho que yo era un poco antisocial, que no me relacionaba muy bien con las personas y tampoco me relacionaba con ella; ahora me siento más contento, me relaciono mejor con las personas que me rodeo”. La experiencia en Remigio, en cuanto a la reubicación: “los tres primeros días fueron difíciles, si no es por la ayuda familiar, que uno tiene, cuesta bastante salir, gracias a Dios en el caso mío no fue tanto”. En cuanto a sus relaciones laborales, una vez que fueron reubi-cados en la mina rajo, manifestaron el apoyo de su jefatura directa; su trabajo es reconocido, por ende, todos ellos opinan que la reubicación laboral es un proceso clave no sólo en su futuro como personas sino también para la institución, ya que ellos te brindan la oportunidad de seguir trabajando y de seguir aportando en el desarrollo sustentable de la misma; no obstante, enfatizaron que la empresa debe buscar lugares de trabajo de acuerdo a las capacidades y competencias de los trabajadores con silicosis en proceso de reubicación; manifestó Rogelio: “la verdad que en la mina rajo me he sentido bien, de repente hay algunos roces con la jefatura, pero son roces normales, son cosas del trabajo”; Marcos narró que tiene oportunidades y expectativas de crecer en el trabajo: “he sentido el cariño de la gente, por eso te digo, debo ser un caso atípico dentro de las reubicaciones en División Andina, porque para mí ha sido en la parte laboral puras bendiciones, me siento más contento, como que ha chorreado para abajo en la casa y ha sido más armonioso”. La opinión de Remigio fue similar en cuanto a la existencia de opor-tunidades laborales: “el contexto es bueno, tenemos buena admi-nistración, buen direccionamiento, buena conversación”. Las relaciones sociales son buenas con sus familiares y vecinos.

En cuanto al sentimiento en el trabajo, Rogelio describe: “nosotros sabemos que desde el momento que nos asignan a un equipo, estamos en un constante riesgo; si ando en un camión, me puedo ir encima del compañero que ande en una moto niveladora o vice-versa, trato de enseñarles a los más nuevos toda mi experiencia en el trabajo”. Se percibe alta responsabilidad en el trabajo.

Temporalidad Marcos manifestó: “la reubicación no es sólo que te cambien de lugar para trabajar, sino donde tú puedas aportar para el desa-rrollo de la empresa y donde tú puedas desarrollarte profesional-mente. Para mí esa sería una reubicación, es decir, que te muevan a un lugar donde gane la empresa y gane el trabajador”; enfa-tizan que la minera debe trabajar, buscando oportunidades, dependiendo de las capacidades de cada uno de los trabajadores; Remigio describe: “se debe buscar la oportunidad para la nueva proyección de la persona tanto en salud y como en el trabajo”.Rogelio manifiesta en relación a la enfermedad: “tengo la sili-cosis quieta, no se me ha movido absolutamente nada, no tengo ningún síntoma, prácticamente no me acuerdo que tengo sili-cosis”; para Marcos: “no he sentido ningún cambio, lo único que ha cambiado en mi vida es que estaba trabajando antes en un lugar que era muy agresivo, ahora estoy en un lugar que es más agradable en la vida”; y, para Remigio: “no la siento todavía”.En cuanto a la experiencia antes de la reubicación, Rogelio describió “estar tranquilo, de tener la posibilidad de seguir tratando de superarte y tener trabajo”; para Marcos, “antes de ser reubicado, yo subía a trabajar, dos días de mañana, dos días en la noche y era como un paréntesis en la vida, no consideraba el tiempo, no sentía que pasaban las horas”.Se muestra en este estudio que el trabajador quiere ser un aporte a la empresa y no un número más; Remigio declaró: “solicitamos que se nos busque un lugar de trabajo de acuerdo a nuestros potenciales laborales”.Respecto a la experiencia después de la reubicación, Rogelio describe: “tuve la oportunidad de ver la cordillera de cerca, de ver otro ambiente, ver el cielo abierto, oler muy diferente, hay atarde-ceres muy lindos en la mina rajo, es otra cosa, otro ambiente”; para Marcos, “yo siento que salí beneficiado, yo antes trabajaba en la mina rajo y siempre quise volver y se me dio la oportunidad, tengo la posibilidad de crecer como trabajador”; para Remigio, “trabajo mucho, mi trabajo ahora es administrativo, paso todo el día ocupado, esperando la oportunidad de poder surgir un poco más, yo creo que lo voy a hacer porque tengo las capacidades, me siento contento, físicamente bien, intelectualmente bien”.Sobre la reubicación misma, Rogelio manifiesta “recibí el apoyo de mi jefatura cuando se supo que tenía silicosis y tenían que reubicarme, no tengo nada de qué quejarme”. Marcos describe: “yo sentí que me estaban retirando de esa área contaminada justo a tiempo, en el momento que me estaba empezando a enfermar”. Para Remigio, “en mi caso particular, la reubicación fue buena, me abrieron bastante las puertas y estoy evolucionando en el trabajo, bastante bien”.

CorporeidadEn cuanto a la enfermedad, al no tener síntomas, viven sus vidas en la cotidianidad tanto social, familiar como laboral. Mostraron conciencia de su enfermedad, refiriéndose a una buena cobertura de salud otorgada por la Unidad de Salud Ocupacional de Clínica Río Blanco S.A., especialmente del personal médico en

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cuanto al control y educación sobre la silicosis. Rogelio manifestó: “estoy comenzando hacer deportes nuevamente, una de las reco-mendaciones que se me hizo cuando se me detectó la silicosis es que hiciera deportes al aire libre; yo pensé que me iba a sentir más cansado al trotar, sin embargo, me siento bien”; para Remigio, “me gusta mucho el deporte, gozar de la naturaleza, me gusta mucho pescar”.En cuanto al cuidado de la salud general, Rogelio describe: “yo tengo 45 años de edad, egresado de pedagogía, empecé a trabajar en minería (en las montañas) en 1989, como colaborador de División Andina y de planta desde 1990; antes era arriesgado por sacar el trabajo adelante, ahora me cuido más, ya a estas alturas, a esta edad, ya veo las cosas desde otra perspectiva”; Marcos: “siento agrado al levantarme todos los días, estoy muy contento y cuando uno está contento, es como mejor se relaciona con todas las personas que lo rodean”.Respecto a la silicosis Rogelio narró: “la silicosis mía está quieta, estoy haciendo deporte que me va a favorecer harto, a diferencia de otros compañeros que le ha subido la silicosis, yo me siento bien, mi entorno general bien”; Marcos: “cuando los trabajadores saben que otra persona está con silicosis ocurren ciertas anécdotas, en mi caso he sentido que se han acercado a saludarme y me han dicho poco menos que ayudándole a sentir (risa), lo siento (risa)”; para Remigio, “la silicosis, no la siento todavía, de verdad”.

EspacialidadSu nuevo espacio lo representan de la siguiente manera: Rogelio, “ver nevar, no había experimentado nunca antes eso, el cielo lleno de estrellas, con el sol algunas nubes se ven de color salmón, es otra cosa”; Marcos: “lo que he visto son oportunidades de aprender y mejorar en el trabajo”; Remigio: “he visto un amanecer y un anochecer que no veía en la mina subterránea, llego contento a mi hogar”.En cuanto al contexto general Rogelio narró: “con mis compa-ñeros más cercanos, compartimos mucho, cuando estamos con permiso realizamos reuniones de convivencia y en lo familiar tengo una sobresaliente relación gracias a Dios, soy un agrade-cido de Dios, de la vida”; Marcos: “en la mina rajo es otra cosa, se te presentan problemas nuevos, tienes que tener tu mente más despierta y esas cosas me gustan a mí, me estoy moviendo, yo creo que lo que estoy viviendo se acerca a la felicidad”; Remigio:

“en el trabajo somos personas, podemos tener diferentes opiniones fuertes, pero no dejamos de ser personas, tenemos un buen inter-cambio de palabras, el trabajo es trabajo y a la vez nos apoyamos con los trabajadores de los diferentes sectores de la empresa”.

CONCLUSIONES

El objetivo de conocer las vivencias de la reubicación laboral en tres trabajadores con silicosis categoría I se cumplió. La reubica-ción laboral resultó un proceso difícil para los trabajadores entre-vistados. En la experiencia de la comunalidad se encontró que para paliar los sentimientos de angustia y desolación fue impor-tante el contar con el apoyo de sus familias. Se desprende la relevancia de involucrar de manera formal y sistemática a los familiares de las personas reubicadas, con apoyo psicológico e informativo. Se destacó el apoyo de su jefatura directa y los trabajadores mostraron sentimientos de agradecimiento por la oportunidad de seguir trabajando. Sin embargo, manifestaron que es importante que la empresa realice la reubicación de acuerdo con sus capacidades y competencias. Lo que indica la necesidad de que se realicen indagaciones para conocer dichas capacidades en los trabajadores y se negocie junto con ellos el mejor puesto de trabajo, en beneficio de ambos. En la vivencia de la temporalidad, todos los trabajadores coincidieron en que estar enfermos de silicosis les cambió la vida. Antes de la enfer-medad no sentían correr el tiempo y a partir de la reubicación laboral tomaron conciencia del tiempo, del entorno y del cuidado de su salud. De manera general se observó que la reubicación mejoró las vivencias de los trabajadores. La meta para los médicos y autoridades del trabajo debe ser la prevención de la silicosis y una mejor calidad de vida para todos los trabajadores y considerar la reubicación como una medida en casos extremos de riesgo con miras a la extinción.

AgRAdECIMIENTO

Al Lic. Eustorgio Delgado Palma por su aporte en la génesis del conocimiento abstracto del significado en trabajadores con enfermedad respiratoria ocupacional.

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REFERENCIAS

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Artículo Original

RESUMENEl desarrollo progresivo

ABSTRACTEl desarrollo progresivo

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INTROdUCCIÓN

La función básica de la salud pública en cuanto a la protección radiológica (protección, promoción y restauración de la salud, y prevención de la enfermedad) se ha unido a la preocupación

creciente de los consumidores por su calidad de vida y ello ha llevado a la concienciación sobre la importancia del conoci-miento de los efectos biológicos de los CEM para el manteni-miento de la salud (España. Ministerio de Sanidad y Consumo 2001b). En este sentido, se conoce que determinadas radiaciones producen ciertas alteraciones en el organismo y las actividades biológicas consecuentes. Los CEM no ionizantes corresponden a distintas fuentes de exposición en el entorno y comprenden dife-rentes grupos de intervalos de frecuencia. Especialmente intere-santes son: las radiofrecuencias (100 kHz < f < 300 GHz), la frecuencia intermedia (300 Hz < f < 100 kHz), las FEB (0 kHz < f < 300 Hz) y los campos estáticos (0 Hz) (European Comission 2007). Algunos permanecen aún sin ser completamente caracte-rizados por sus potenciales efectos biológicos y posibles efectos negativos para la salud. Últimamente ha crecido el interés en relación con los CEM de frecuencia baja (Goldsworthy 2007) y extremadamente baja, sobre todo en equipos relacionados con la

Correspondencia/ CorrespondenceEnrique gea IzquierdoEscuela Andaluza de Salud Pública. Consejería de Salud. Junta de AndalucíaCampus Universitario de CartujaCuesta del Observatorio 4, 18080granada, EspañaTel.: (34-67) 7454317e-mail: [email protected]: 02 de junio de 2010 / Aceptado: 25 de agosto de 2010

Enrique gea Izquierdo1, María José Sánchez Pérez2

1. Biólogo, Phd. Investigador. Escuela Andaluza de Salud Pública. Consejería de Salud. Junta de Andalucía.2. Médica, Phd. directora del Registro de Cáncer de granada. Escuela Andaluza de Salud Pública. Consejería de Salud. Junta de Andalucía. CIBER en Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), España.

ABSTRACTThe use of electromagnetic fields is fairly widespread. At biological level, the influence they could exert is not fully understood. The study's objective is to approximate the distribution of possible structural or functional biological changes due to the exposure to extremely low frequency electromagnetic fields. It’s a descriptive inferential study of the exposure and distribution of T lymphocytes to extremely low frequency electromagnetic fields, and a comparison between the descriptive and explanatory research with the contribution of Bayesian methodology. It presents a significant variability in the biological effects of electromagnetic fields exposure, so that distributions and behaviour may be affected between experiments in response to their development and character of the variable in relation to a possible influence of exposure. The use of Bayesian analysis versus frequentist techniques provides evidences between the different proportions, resulting in more informative than conventional methods.

Descriptors: ELECTROMAGNETIC FIELDS/ADVERSE EFFECTS; RADIO WAVES/ ADVERSE EFFECTS; IMPACTS ON HEALTH; ENVIRONMENTAL EXPOSURE; T-LYMPHOCYTES; POPULATION DENSITY; BAYES THEOREM; EPIDEMIOLOGY, DESCRIPTIVE.

RESUMENEl uso de los campos electromagnéticos (CEM) se encuentra bastante generalizado. La influencia que pudieran ejercer a nivel biológico no es del todo conocida. El objetivo del estudio es la aproximación de la distribución de la posible modificación estructural o funcional bioló-gica debida a una exposición a CEM de frecuencias extremadamente bajas (FEB). Se trata de un estudio inferencial descriptivo de la expo-sición y distribución de linfocitos T a CEM de FEB con un compara-tivo entre la investigación descriptiva-investigación explicativa y aporte de metodología bayesiana. Se presenta una sensible variabili-dad en los efectos biológicos por exposición a CEM, por lo que las distribuciones y comportamientos pueden verse afectados entre expe-rimentos, atendiendo al desarrollo de los mismos y al carácter de la variable de posible influencia en la exposición. El empleo del análisis bayesiano frente a las técnicas frecuentistas aporta evidencias entre las diferentes proporciones, resultando más informativo que los métodos convencionales.

(Izquierdo E, Sánchez M, 2010. Una Aproximación al Cáncer Mediante el Ajuste de Distribuciones Subpoblacionales Afectadas por Campos Electromagnéticos. Cienc Trab. Jul-Sep; 12 [37]: 391-394).

Descriptores: CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS/EFECTOS ADVERSOS, ONDAS RADIOELÉCTRICAS/EFECTOS ADVERSOS, IMPACTOS EN LA SALUD, EXPOSICIÓN A RIESGOS AMBIENTALES, LINFOCITOS T, DENSIDAD DE POBLACIÓN, TEOREMA DE BAYES, EPIDEMIOLOGÍA DESCRIPTIVA.

Una Aproximación al Cáncer Mediante el Ajuste de Distribuciones Subpoblacionales Afectadas por Campos ElectromagnéticosAN APPROACH TO CANCER THROUgH AdJUSTMENT OF SUBPOPULATIONAL dISTRIBUTIONS AFFECTEd BY ELECTROMAgNETIC FIELdS

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Artículo Original | Izquierdo Enrique

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generación, transporte o utilización de la energía eléctrica de 50 Hz, líneas de alta y media tensión y aparatos electrodomésticos, a los que se les han atribuido efectos perjudiciales para la salud.Los efectos biológicos se producen cuando la exposición a los CEM provoca una respuesta fisiológica detectable, siendo nocivo para la salud cuando sobrepasa las posibilidades de equilibrio establecidas en el organismo. Dada la importancia que le corres-ponde en la respuesta sensible de un sistema vivo a una determi-nada frecuencia, resulta evidente el interés por conocer las posibles modificaciones estructurales o funcionales debidas a la exposición. En general, la influencia de la radiación depende de numerosas variables, entre otras: factores ambientales, el tipo de radiación, cantidad irradiada, tiempo de exposición, densidad de flujo y frecuencia de la radiación, fisiología del individuo y edad del donante de células.La exposición a CEM puede producir efectos adversos en el orga-nismo aun cuando los resultados de los estudios científicos son confusos o contradictorios (Capri et al. 2004; Johnson et al. 2001; Mashevich et al. 2003; Peteiro y Cabezas 1989). De hecho, no existe suficiente evidencia de la existencia de una posible rela-ción de causa entre la exposición a CEM e “hipersensibilidad electromagnética” (España. Ministerio de Sanidad y Consumo 2001a). El desarrollo de estudios epidemiológicos es especial-mente importante en el caso de los CEM de FEB, ya que los posibles efectos biológicos que se puedan presentar son difíciles de identificar. La asociación de los CEM de FEB con diferentes enfermedades (cardiovasculares, neurológicas, cáncer de cerebro, cáncer de mama, cáncer de testículos, leucemia, esclerosis lateral amiotrófica [enfermedad de Lou Gehrig]) en determinadas pobla-ciones y ambientes de exposición, ha sido reflejada a través de distintos estudios. La incidencia de los CEM y la leucemia ha sido bastante descrita (especialmente en niños), aun sin existir estu-dios definitorios que permitan constatar la evidencia entre la exposición y el incremento del riesgo. Los estudios epidemioló-gicos específicos en relación a las FEB y población expuesta adolecen de información por encima de 0.4 mT. En términos generales, las lagunas de conocimiento existentes se deben al número bajo de casos en los estudios con resultados negativos o la alta variabilidad en la población. Para los diferentes tipos e intensidades de FEB a las cuales está expuesto el hombre, se requiere investigar los posibles efectos diferidos sobre diferentes órganos y sistemas, causados por exposición prenatal o perinatal a ellas. Aun cuando las normas aceptadas no sean excedidas y, por lo tanto, no se produzcan los efectos térmicos sobre las personas expuestas, es necesario considerar la existencia de efectos no térmicos (p. ej., se han detectado efectos biológicos de aumento de la permeabilidad de la membrana de eritrocitos humanos con densidades atérmicas de radiación electromagné-tica de 2450 MHz) producidos con intensidades bajas de radia-ción, cuyos efectos crónicos o diferidos sólo podrán ser detec-tados por estudios epidemiológicos a largo plazo. La respuesta celular se produce no sólo por el calor generado por la radiación microonda, sino por otras variables y el mecanismo que lo genera es desconocido. La melatonina, ferritina, ornitina descarboxilasa y poliaminas relacionadas, inducción de proteínas de choque térmico (HSP), cambios endocrinos, aumento de permeabilidad de la barrera hematoencefálica, alteraciones en la membrana celular, mastocitos y liberación de histamina, mutagenicidad e imprin-ting han sido propuestos como involucrados en la generación de efectos no térmicos. Existen evidencias científicas que sugieren

que pueden existir efectos biológicos a niveles por debajo de los referenciados, lo cual no necesariamente significa problemas de daños o enfermedades conocidas.

MÉTOdO

A través de la investigación descriptiva se desea conocer la esti-mación del porcentaje poblacional de linfocitos T (I) afectados por CEM de FEB, esta última definida cuantitativamente y cuali-tativamente, en una muestra expuesta a un periodo determinado. Partiendo de la información suministrada por el laboratorio de referencia y linfocitos T afectados, se selecciona una muestra simple aleatoria con objeto de realizar la estimación. El plantea-miento de la cuestión queda de la siguiente manera: linfocitos T afectados (porcentaje que se quiere calcular) y linfocitos T totales.En teoría se considera que el porcentaje de linfocitos T con el antecedente “exposición” se encuentra cercano al 50%. Para calcular si se encuentra dentro del intervalo se construye uno de confianza al 95% para el porcentaje. Se selecciona una distribu-ción a priori para el parámetro desconocido y se “actualiza” la curva a priori mediante la información de la muestra (intervalo de probabilidad al 95%).Por otra parte, a través de la investigación explicativa se plantea el estudio comparativo de dos subpoblaciones, involucrando la comparación de porcentajes, es decir, si el porcentaje de linfo-citos T afectados a un CEM de FEB es similar al porcentaje de ídem con similar exposición ocupacional.La fijación de los tamaños muestrales y el número de linfocitos T con la condición de interés son descritos a través de la pobla-ción II (número de linfocitos T = 38, linfocitos T detectados = 7) y III (número de linfocitos T = 301, linfocitos T detectados = 60). Utilizando la información disponible se elige una distribución a priori para cada uno de los porcentajes desconocidos. Se aplica la técnica bayesiana (Silva y Benavides 2001) que permite "actualizar" la información a priori mediante los resultados de las muestras descritas (las fijadas), hallando un intervalo de proba-bilidad al 95% de la diferencia de porcentajes sobre la base de la distribución a posteriori así obtenida para la diferencia.

RESULTAdOS

En el contraste de si el porcentaje de linfocitos T afectados por CEM de FEB se encuentra en el 50%, se obtiene el p- valor expre-sado en la Tabla 1.

Para la representación de los valores del parámetro a inferir se selecciona una distribución beta. Considerando los datos mues-trales (éxitos = 110, fracasos = 90) y valores a priori de a = 5 y b = 5 (que representan el 50% estimado a priori, media = 0.50,

Tabla 1.Inferencia sobre la proporción.

Número de casos 110Tamaño de la muestra I 200Valor a contrastar (%) 50Proporción (55%) IC (95%) 47.855- 62.145Estadístico Z (1.3435) p- valor (0.1791)

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Artículo Original | Una Aproximación al Cáncer Mediante el Ajuste de distribuciones Subpoblacionales Afectadas por Campos Electromagnéticos

Ciencia & Trabajo | AÑO 12 | NÚMERO 37 | JULIO / SEPTIEMBRE 2010 | www.cienciaytrabajo.cl | 391/394 393

desviación estándar = 0.15), se obtiene la distribución (Figura 1) y valores a posteriori de 115 y 95, respectivamente (media = 0.55, desviación estándar = 0.03).El intervalo de máxima densidad que acumula el 95% presenta los límites [0.480-0.614] (Tabla 2) y representa aquél donde se encuentra el parámetro inferido con un 95% de probabilidad.En la fijación del tamaño muestral y número de casos que en esa muestra tienen la condición de interés, entre el total de linfocitos T se seleccionan “n” y se escogen los referenciados al tema de estudio (“a”). Los valores son: n = 200 y a = 110. Para los datos considerados la estimación puntual del porcentaje es de 110/ 200 = 0.55% (propor-ción de linfocitos T afectados detectados al revisar “n”). Según los datos de la Tabla 3 y para las técnicas frecuentistas, se obtienen los porcentajes correspondientes a las exposiciones II y III (proporciones).

En la prueba de comparación de proporciones se obtiene un p-valor mayor que 0.05. Considerando los datos muestrales (éxitos II = 7, fracasos II = 31; éxitos III = 60, fracasos III = 241) y valores de distribuciones beta a priori II de a = 25 y b = 21 (media = 0.54, desviación estándar = 0.07) y III a = 20 y b = 15 (media = 0.57, desviación estándar = 0.08); se obtiene la distri-bución (Figura 2) y valores indicados (Tabla 4).Para el análisis bayesiano, 10000 simulaciones y según la pobla-ción y parámetros II y III (Figura 3), se obtiene que la media de la diferencia entre las dos proporciones es 0.143.

Figura 1.distribución de la exposición I.

Distribución beta

0

1

3

4

6

7

8

10

11

13

14

0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1

A PosterioriA Priori

Tabla 2.Percentiles relevantes.

ÁREA PERCENTIL 0.025 0.480 0.050 0.491 0.100 0.504 0.250 0.525 0.500 0.548 0.750 0.571 0.900 0.592 0.950 0.604 0.975 0.614

Tabla 4.Percentiles relevantes.

PERCENTIL PUNTO 0.025 0.034 0.050 0.050 0.100 0.070 0.250 0.103 0.500 0.143 0.750 0.183 0.900 0.216 0.950 0.237 0.975 0.255

Tabla 3.Proporciones correspondientes a exposiciones independientes.

Nivel de confianza (%) 95Número de casos (exposición II) 7Tamaño de la muestra II 38Proporción II (%) 18.42Número de casos (exposición III) 60Tamaño de la muestra III 301Proporción III (%) 19.93Diferencia de proporciones IC (95%) – 0.161- 0.131Estadístico Z (0.0045) p- valor (0.9964)

Figura 2.distribución de las exposiciones independientes.

Distribución beta a priori

0

0.7

1.3

2

2.6

3.3

3.9

4.6

5.2

5.9

6.5

0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9 1

Figura 3.Distribución empírica a posteriori de las diferencias (II y III).

0

0.8

1.7

2.53.4

4.2

5.15.96.87.68.5

-0.11 -0.06 0 0.06 0.11 0.17 0.23 0.29 0.34 0.4

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Artículo Original | Izquierdo Enrique

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dISCUSIÓN

Para la muestra de n = 200, a = 110 y en la valoración del porcen-taje de linfocitos T afectados por CEM de FEB, se concluye que éste se encuentra entre el 47.85% y 62.14% en el 95% de los eventos en los que se extraiga una muestra parecida de la pobla-ción de origen. Según el p-valor, al ser mayor de 0.05, no se puede concluir que haya diferencias respecto a los datos iniciales. Dicho de otra forma, el porcentaje inicial se encuentra incluido en el intervalo de confianza calculado con los datos de origen. Las medias calculadas a priori y posteriori son muy similares, no así las desviaciones estándar, lo que muestra una menor amplitud para la curva a posteriori (más precisión). Existe un 95% de probabilidad de que [0.034-0.255] incluya el valor de la diferencia entre las proporciones de linfocitos T afec-tados en las dos exposiciones (atendiendo a los percentiles 0.025 y 0.975), es decir, que la diferencia se encuentre en el intervalo de amplitud comprendido entre 3.4 y 25.5. Según la distribución

beta no hay suficientes evidencias de que las proporciones calcu-ladas sean muy distintas entre ellas.Sin embargo, hay que considerar la variabilidad existente en los resultados que afectan a los efectos biológicos por CEM, por lo que las distribuciones y el comportamiento pueden verse alte-rados de unos experimentos a otros en función de la tipología de la variable y condiciones de desarrollo.Mientras que con las técnicas frecuentistas únicamente se podía plantear que no existe evidencia suficiente como para afirmar que son diferentes las dos proporciones, el análisis bayesiano obtiene un parámetro (0.143), que es la zona más probable de la distribución beta que se representa al calcular la diferencia entre las proporciones. En consecuencia, el uso del planteamiento bayesiano en el estudio resulta más expresivo que el conven-cional. Asimismo, aporta resultados de fácil comprensión, evitando la problemática del cálculo a través de aplicaciones informáticas específicas que dinamizan la expresión cuantitativa del proceso.

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REFERENCIAS

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Los artículos científicos son el producto de un trabajo de observación, investigación clínica o experimentación que consta de las siguientes secciones: a) Introducción en la que se presentan las razones que motivaron el estudio y los objetivos del mismo; b) Material y Métodos en la que se describen los elementos y procedimientos utilizados de manera tal que los resultados puedan ser reproducidos por otros investigadores; se debe incluir una descripción suficiente del análisis estadístico; c) Resultados en la que se presentan los hallazgos del estudio; d) Discusión en la que se destacan los aspectos nuevos e importantes del estudio, conclusiones, implicaciones y limitaciones de los resultados. La extensión máxima de este tipo de artículo no debe exceder los 36.000 caracteres (incluyendo los espacios).

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Ejemplos:Artículo de Revistas:Vega MC, Pino J, González B. 2002. Primer caso descrito de Alternaria alternata en keratitis fúngica. Bol Cient Asoc Chil Segur. Dic 5; (10):27-30.

Monografía 2 autores:González J, Tapia C. 2001. Accidentabilidad en el Centro Hospitalario. 2ª ed. México: McGraw-Hill.

Capítulo de libro:Gutiérrez SJ. 1999. Iluminación y color. En: Córdova JH, editor. Seguridad Industrial: análisis, diagnóstico y manejo. 2ª ed. Madrid: Raven Press. p.465-78.

Conferencia:Kimura J, Shibasaki H, editors. 1996. Recent advances in clinical neu-rophysiology. Proceedings of the 10th International Congress of EMG and Clinical Neurophysiology; 1995 Oct 15-19; Kyoto, Japan. Amsterdam: Elsevier.

Revista en formato electrónico:Morse SS. 1995 Factors in the emergence of infectious diseases. Emerg Infect Dis [serial online] Jan-Mar [cited 1996 Jun 5];1(1):[24 screens]. Disponible en Internet: http://www.cdc.gov/ncidod/EID/eid.htmMonografía en formato electrónico:CDI, clinical dermatology illustrated 1995 [monograph on CD-ROM]. Reeves JRT, Maibach H. CMEA Multimedia Group, producers. 2nd ed. Version 2.0. San Diego: CMEA.

Programa computacional:Hemodynamics III: the ups and downs of hemodyna-mics. 1993. [computer program]. Version 2.2. Orlando (FL): Computerized Educational Systems.

• Páginas complementarias

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Índice

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37

• J

UL

IO /

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PT

IEM

BR

E •

20

10

A107 EditorialA109 ÍndiceA110 En este número

Artículos de DifusiónA112 Sección Ehp Pierda Sueño, Gane Peso. Otra Pieza en el Puzzle de la Obesidad

Artículos Originales349 Calidad del Aire en Edificios Destinados a Oficinas. Parámetros y Estándares de Diseño y Gestión para una Ventilación Eficiente Ayala N, Oliver G

355 Evaluación de Exposición a Calor. Alcances y Limitaciones de los Indicadores. Su interpretación y Correcta Aplicación Zúñiga R

362 Afectaciones a la Salud por Efecto de Metales Tóxicos en la Población de Xochitlán, Hidalgo, México García R, Prieto F, Scott W, Pulido G, Zúñiga A

370 Percepción del Peso de una Carga en Población Laboral Chilena: Modelamiento Basado en la Teoría de Conjuntos Difusos Córdova V, Troncoso R, Pinto R

376 El Paciente Diabético como Trabajador Especialmente Sensible en Medicina del Trabajo Vicente-Herrero T, Ramírez V, López A, Terradillos J, Capdevila L, Torres I, Tejedo E

380 Prevalencia de Trastornos Músculo-Esqueléticos de Columna Lumbar en Trabajadoras y Límites Biomecánicos en el Manejo de Carga y Pacientes Gutiérrez M, Flores C, Monzó J

386 Experiencias de la Reubicación Laboral en Trabajadores con Silicosis en una Empresa Minera Delgado D, Aguilera M, Contreras G, González R

391 Una Aproximación al Cáncer Mediante el Ajuste de Distribuciones Subpoblacionales Afectadas por Campos Electromagnéticos Gea E, Sánchez M

FUNDACIÓNCIENTÍFICA

Y TECNOLÓGICAASOCIACIÓN CHILENA DE SEGURIDAD

HigieneIndustrial