revista Crisis - sciolismo o barbarie.pdf

7/24/2019 revista Crisis - sciolismo o barbarie.pdf

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y ahora qu/he-man en la ata/la traicin es underecho

sciolismo o barbarie

por Martn Rodrguez /

Aparece con su sonrisa

blanqusima en la puerta de salida del

kirchnerismo, lo votan desde 2003 pero todava

no puede gobernar, responde lo que quiere y

nunca le importa la pregunta. Figura protestante

entre la feligresa oficial, amenaza indisoluble

para el cristinismo sin votos, leal como ningn

otro. Todo eso es Scioli desde hace diez aos y

hasta el da que sea libre.

El 13.La dura negociacin salarial docente y lainundacin trgica de La Plata crearon las condicionesideales para ver a Daniel Osvaldo Scioli a trasluz, comose mira contra una lamparita una radiografa, yregistrar su capacidad sea, sus relaciones de fuerza,sus debilidades. El gobierno de este capricorniano es

nmero 9: may - jun 12

el estmago de la cultura /

nmero 18

entre la gra y el globo /

nmero 19 may- jul

game of drones: hacia laguerra perpetua /

nmero 20

los guantes mgicos delHSBC /

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un gobierno a cielo abierto, con sus limitaciones ypresupuestos magros, y un liderazgo polticoconstruido en la abstraccin, casi a pesar de esaadministracin. Scioli sobrevuela su propia mquina.

Vapor y gestin. Scioli preserva las cualidades de unapoltico, en el sentido comn de un extrao entre

pares, que mira la poltica como una economa deltiempo: no hablo, no es necesario que diga nada, seesperan hechos. Vieja bravata de la derecha peronista:las palabras son hembras, los hechos son machosreescrita del modo ms amable por un conservador

bsico cuya ideologa gaseosa no admitesealizaciones. Es ya un lugar comn distinguir esteaspecto, pero es concluyente: la ubicacin de las

posiciones de derecha, en los liderazgos populares,tiende a afirmarse por sobre la negativa de esaidentidad. Nadie dice soy de derecha. Ubica, en talcaso, en la ideologa derecha/izquierda, elordenamiento de un viejo mundo.

El Prncipe.Scioli es dueo de muchas cosas pero noes an dueo de s mismo. Adicto a las cmaras, tal

como lo describen casi todos los que lo junan pero nolo militan. Y un hombre que habla a travs de laimagen, segn la descripcin delicada de los que s lomilitan. Gobierna una provincia ingobernable, y eso en parte, en una parte le viene como anillo al dedo aquien hace de la imagen un mito, y le permite moversecomo pez en el agua de la victimizacin. A Scioli lo

votan pero Scioli nunca puede gobernar: es una

inversin, un ahorro en votos, hasta el da que sea

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libre, libre del yugo del liderazgo vertical o libre de laprovincia a la que lo mandaron a aprender artes yoficios y de la que no se sale intacto. Scioli siemprealquil sus votos y victorias a los jefes peronistas deturno como un buen alumno que espera el boletn decalificaciones que lo hace pasar de grado. Pero tambin

es distinto a una clase de poltico pragmtico al que laadhesin a las modas se le pega al cuerpo. Scioli escomo He-Man: el superhroe que sale seco del agua,nada lo moja, ni siquiera sus propios fracasos. Difcilque un Anbal Fernndez o Julin Domnguez puedan

volver a reinventarse despus de su paso fantico porel kirchnerismo, por ms que ya se hayan reinventadoalguna vez. Pero su fascinacin y apuesta a estar en los

medios se corresponde paradjicamente con sudecisin para salirse de libreto, domina su palabracomo a nada: responde lo que quiere, nunca le importala pregunta. Sus conocidas referencias a lo positivo, ala fuerza, sus apelaciones al accidente, son pocohiteras, no hacen nunca un zcalo como la gente.Paradoja. Un productor de radio sabe que con Lilita,con Kunkel, con Moyano, con Kirchner, con Chacho

lvarez, con Cavallo, se tenan y se tienen ttulos. Sciolitiene la sonrisa de un Ruckauf (sin 1975).

Gandhi.Scioli, an en su estado permanente de noviolencia, significa una amenaza indisoluble para elkirchnerismo. Fue promesa y cumplimiento de votos(2003, 2007, 2009, 2011) tanto como ahora amenazasu posteridad (2015). De ah que el actualizado dilema

kirchnerista se organice -en parte- en cmo seguir
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haciendo propio a Scioli, siempre a su pesar y contral. La voz ronca de Diana Conti le dice: vos tens

votos propios pero no te los merecs y nosotrostenemos ideologa y nos merecemos los tuyos. Endefinitiva, Scioli es un conservador popular al que leusan su popularidad por culpa de su

conservadurismo. Y es tambin un polticoposmoderno. Mientras que Nstor y Cristina aparecencomo cuadros modernos capaces de construirhegemona, Scioli es una figura protestante que noconfronta, que aplica todos sus esfuerzos simblicos enla palabra gestin (una palabra que la izquierda socialabomina). Scioli no es El Prncipe, ni Gandhi. Hace dedistrado en una guerra fra que lidera por el poder.

Algo tan lgico en sus fines como insoportable en susmodos para el kirchnerismo. Llegar por bueno.

Scioli es igual a la Provincia. Horacio Cao reseael problema federal en Le Monde Diplomatique ydescribe el peso de la provincia de Buenos Aires, susdimensiones econmicas, el tamao de suadministracin pblica. Dice que a una provincia que

tiene algo as como el 40% de la poblacin y elproducto nacional, es injusto que le corresponda soloel 20% de los recursos, y a la vez confronta los magrosresultados de recaudacin tributaria de la ARBA enrelacin a Nacin. Entre el ao 2003 y 2010, mientraslos impuestos sobre la renta, las utilidades y lasganancias de capital que cobra la Nacin semultiplicaron por cinco, el impuesto inmobiliario que

cobra Buenos Aires apenas si se duplic, a pesar del
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boom de la soja en el rea rural y de la evolucin delvalor de las propiedades en el mbito urbano. Para unesquema federativo que asume la existencia de cadaprovincia por igual, no es fcil lidiar con este poder queaparece como un Estado subnacional cuyodesequilibrio hace que para el gobierno nacional ni

qu decir para el resto de los gobernadorescontrarrestar el poder del gobernador de Buenos Airessea un tema crucial. Sntesis de Cao: crecientementecobra protagonismo un Estado provincial Buenos

Aires que tiende a descompensar la vida polticoinstitucional de la federacin, hasta el punto deconstreir su gobernabilidad. Y cmo se frena supoder relativo? A partir de los desequilibrios

estructurales del fisco bonaerense. Gobernar BuenosAires es como curar un cuerpo enfermo con aspirinas.Una gobernacin de reduccin de daos, cuyadependencia con la Nacin es terminal. Una provinciaque la Nacin y el resto de las provincias necesitantener bajo la raya. Y un poltico que la presidenta y elresto de los gobernadores (aspirantes menores)necesitan tener bajo la raya. Scioli es igual a suprovincia.

La estructura. Desde que existe el kirchnerismo,existe la melancola por un cierto orden. La absorcinde la crisis, su regulacin, la construccin de unanueva autoridad poltico-estatal a partir de 2003,sintoniz por derecha con la idea de un orden perdido,un orden que alguna vez tuvo la Argentina, aunque su

remembranza tenga formas imprecisas. Hay sectores


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empresarios, de medios, del clero y del sindicalismoque extraan las formas de un gobierno y una polticaque ayudaron a sepultar. Algo de eso se pudo ver en elentierro de Alfonsn, saludado como un len herbvoroque segn dicen pas su ex presidencia como un

viejo adversario abrazando nuevos amigos, si uno se

toma el trabajo de ver quines lo lloraronpblicamente y qu haban hecho entre 1983 y 1989(Magnetto o la Sociedad Rural Argentina, porejemplo). Pero sobre esa fisura melanclica, por lacual se filtran los aromas armnicos de otra RepblicaPerdida, Scioli encarna pasado y futuro delkirchnerismo, y tiene un problema con el presente: esel gobernador del gran problema argentino. Esa

provincia. Me dice un cuadro inteligente de lacomunicacin sciolista: Daniel habla poco, lo hacesobre todo a travs de las fotos y las imgenes, hay que

ver la pelcula. Y me desafa: dnde estuvo en 2008y 2009 cuando Sabatella o Raimundi dudaban delproyecto y hacan listas paralelas?. Scioli acept ponerla caripela en la locura de las testimoniales. Aceptperder, acept presidir el partido, acept a Mariotto.Es leal o es obediente? Cul es la diferencia en lapoltica contempornea? Hay que ver la pelculacompleta, s. Y repaso la ltima secuencia de fotos: DeNarvez, Hugo Moyano, Facundo Moyano, SergioMassa, y as, una lista de diversas figuras (algunasinteresantes, otras horribles) que parecen conformaruna constelacin de rezagados del universo K, pero notodava un sistema que haga visible qu dosis decontinuidad y de ruptura podran resultar en la


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eventual gestin de la herencia.

Scioli asegura una transicin razonable tambin (o enparte) para la izquierda? Asume todo lo porizquierda que esta dcada incorpor en su frmula degobernabilidad? Esa es la pregunta: est atento al

tono izquierdista de la gobernanza de estos aos?Como lo llama el escritor Lucas Carrasco: DanielPimpinella, un adicto a la tele. Y vaya si no: basta hacerla prueba de mirar fotos e imgenes para ver quesiempre aparece mirando de reojo a la cmara. Nuncaaparece hablando. Su presencia -siempre condicionadapor sus jefes peronistas- es una ausencia: est, pero nopuede ser libre, ni autnomo, ni s mismo pero mira la

cmara como si mirara a su verdadero jefe, a suverdadero YO. Hijo dilecto de Menem, protegido deDuhalde y ahijado conveniente del kirchnerismo: nacidel amor y devino un primo del interior que se queda vivir en la Casa Justicialista para siempre pormritos propios. Scioli es necesario, es popular, y portauna estrella electoral casi imbatible. Lo cierto es que elkirchnerismo refunda un partido del orden y Scioli

resulta una pieza decisiva ah adentro. Escribi DiegoGenoud en la revista Mdz: Es difcil pensar que en2015 el pas gire 180 grados, entre otras cosas porquees el mundo de los commodities el que organizanuestra ecuacin. Y los sectores que pretenden uncambio radical, algo que no tenga nada de aroma akirchnerismo, no son la mayora. Por eso, Scioli puedeser. Porque es una figura central de la maquinaria

kirchnerista pero no es un gobernador K: es Scioli, a


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secas. Porque en el kirchnerismo muchos lodesprecian, pero lo necesitan. Mi amigo de la gestin,mi Garganta como dice Ass, es un rara avis, uncomprensivo kirchnerista para los sciolistas y unpaladar negro para los K. Se pregunta por elperonismo en todo esto. Dnde est el peronismo?.

Es un reclamo razonable. Y desconcertante. Qu tieneCristina que hace desconocer su propio peronismo?Por qu huele tan a Frepaso su gobierno? Qu es esa

batalla cultural que invirti tanto los roles y lasimportancias? Por qu Mocca o Palma son ms queRandazzo? Y as.

Generacin intermedia. Scioli pertenece a la

generacin intermedia junto a Massa, Macri, Urtubey.Son los hijos de la generacin Cafiero: hijosdeportistas, estudiantes de universidades privadas,delfines de negocios pblicos, que portan el ADN deleones herbvoros, siempre cultores de vaticanospartidarios. Scioli y la generacin intermedia son todosperonistas aunque hayan venido o justamente porello del liberalismo silvestre y de la empresa privada.

Lo pblico y lo poltico es para ellos, sin ms, el poder.No hay relieves. No existe un territorio desde el queopera el poder clsico, el ay poder burgus.Tampoco hay intermedios socialistas o radicales. Son como ninguna otra generacin naturalmenteperonistas. Para el resto de las generaciones(incluidos los camporistas actuales) el peronismosiempre fue una opcin existencial y traumtica, un

contacto telrico con fantasmas de la historia, o como


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dijo en su ltimo dilogo comprensivo al kirchnerismoel ex presidente Eduardo Duhalde: nos une un ro desangre. Los compaeros intermedios no se baan enese ro. Son una forma cheta del silogismo de Favio:nunca hicimos poltica, siempre fuimos peronistas.Orden y progresismo. El peronismo es un partido de

Estado y un partido de poder. Todos los dems sonpartidos de ideas. Esa podra ser su verdad 21.Peronismo como naturaleza, orden y Estado. AlfonsoPrat Gay, Martn Sabatella o Fernando Iglesias sonclicos que no diluyen con nada su ideologa y susprincipios. Por eso Scioli es ms peronista que elestudioso Mariotto: por su instinto voraz de poder, supiel liviana de mutaciones. El peronismo, as, como

desentendimiento histrico resulta una identidadparadjica: no exige la responsabilidad de serexplicada. Es, a su modo, el recipiente donde lapoltica est. Donde la gestin est. Ahora bien, lainterna desatada con epicentro en la provincia deBuenos Aires ilumin a las fieras del lado kirchnerista,que se combinan en dos grupos: intendentes ultrakirchneristas incapaces de ampliar votos fuera de sus

fronteras (Julio Pereyra, de Florencio Varela, comoejemplo) y polticos ultra K tambin sin votos (AnbalFernndez, Boudou, Kunkel, Mariotto). Cmo esposible decir kirchnerismo sin votos cuando lapresidenta obtuvo hace menos de dos aos el 54%?Claro, Cristina tiene votos e intencin de voto peroconstruy en el movimiento una singularidad: no haykirchneristas populares. Al culto por los soldados ylos cuadros, le falta la tarea de formar polticos. Es


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decir: intrpretes capaces de ser 100% lucha y, a la vez,relativamente autnomos para darle impronta propia yterritorialidad al Relato. Los ejemplos fracasados sondos: Filmus y Rossi. Ni el porteo de Flacso ni elrosarino ex Frepaso pudieron significar algo ms queuna representacin de maestranza del proyecto

nacional. Se presentaron como eso: emisariosrefinados de un liderazgo que eligi iluminarlos comoun sol, pero jams mostraron luz propia.

La Ideologa. Economa de mayoras y poltica deminoras. El genio poltico del kirchnerismo combinados cosas casi irreconciliables: su microclimaideolgico (minora intensa de la batalla cultural) y

una poltica econmica estable que permiti beneficiossociales para la poblacin. Reforma y restauracin.Una articulacin fra entre la agenda de esa minoraideolgica y las razones burguesas y populares del

voto. Por eso tiene en la cabecera polticos aguerridossin votos, como Mariotto, Moreno o Sabatella, todosprogresistas a su modo, incluso a su pesar. Elkirchnerismo no construye polticos. Tiene figuras de

palacio, consumidores de poder antes que productoresde poder. Algunos baten su silogismo chocante sobreScioli: ir contra l es pedirle que sea nuestrocandidato. Duhalde dijo la verdad veintipico: elperonismo tiene un da de la lealtad y 364 das de latraicin. La traicin es un derecho humano. Pero todoindica que el vnculo ScioliKirchner no deberapensarse en torno a la idea de lealtad, como el

peronismo del siglo XX, sino en los trminos de una


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relacin entre crdito y deuda, entre acreedor ydeudor, un vnculo ms de mercado que estatal. Elgobernante peronista habra aprendido entonces,luego de su derrota frente al kirchnerismo financiero,que la soberana hoy es una potestad del acreedor, nodel prncipe. Y la corona de esta posicin dominante es

el encierro al que confinaron su porvenir cuando leofrecieron ser gobernador de La Provincia. Unacrcel de cristal que de lejos se ve como suma depoder, pero de cerca resulta una prisin de mximaseguridad donde su futuro poltico permaneceencapsulado. Qu dice el mito? Que ningngobernador de la provincia de Buenos Aires llega apresidente. Y por ahora se cumple. A no ser el atajo de

Duhalde, presidente por va institucional, que tambinvivi la condena al ostracismo de su jefe Menem y elprecio de haber sido el representante del peronismoms feo, sucio y malo.

Scioli es una esperanza blanca, ergo, un hecho

maldito. El kirchnerismo est lleno de idelogos delNacional Buenos Aires que odian a la clase media. Un

juicio hecho sobre la base de lecturas de verano: larecuperacin de Jauretche y todo su glosario del mediopelo. La clase media es el hecho maldito del pasperonista. El kirchnerismo es un peronismo de clasemedia como ningn otro, de ah que vivamos estalucha de clases (medias). (Cristina es una biografasocial de la movilidad ascendente, en el sentido msespectacular de la historia de la clase media).

Segn Anbal Fernndez, el prototipo Scioli es el de un


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duhaldismo portador sano. Eso le debera bastar paraser columna vertebral o jinete sin cabeza, segn loskirchneristas duros que se mantienen apegados a laeconoma de estos aos pero a aos luz de laintensidad ideolgica del poder K. Cul es el hechomaldito de Scioli? Que cultiva intenciones de voto

tanto dentro del electorado del FPV como fuera de l, yuna imagen impermeable no solo a las operacionesrecibidas sino a sus propios agujeros de gestin. Esdecir: el voto social del kirchnerismo + el votoantikirchnerista de clase media y media alta. Tiene unpie de cada lado de la raya. Popular en las clases bajas,popular en las clases medias no progresistas, popularen los countries. Paradoja de la ideologa intensa

entonces, pero tambin, un hombre que cultiva unafantasa: Scioli aparece en la puerta de salida delkirchnerismo con su sonrisa blanqusima atrapa-todo,que incluye el punto utpico donde el peronismo se

vuelve definitivamente ordenado (es posiblerepresentar a todos). Nunca el peronismo fue as: ni elprimer Pern, ni Menem, ni Kirchner, ni Cristina,lograron cumplir esa fantasa de representacin

totalizadora y sin conflicto social. Apenas el fugaztercer Pern (que ama Mariano Grondona) yDuhalde (un liderazgo por default) tuvieron esaimpronta de gobierno para todos, sin romper la loza dela estructura. Si el peronismo es la representacinpoltica en todo tiempo y espacio, si el peronismo es laindustria nacional de la energa elica de los vientosmundiales, si el peronismo canta (como Prince) elsigno de los tiempos, ay, si el peronismo muda de piel


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al menor costo social posible, si el peronismo, si elperonismo, si el peronismo Es posible heredar laestructura kirchnerista y no su superestructura?Procrear sin 678? Scioli, un positivo enfermo, alientaque s. Y no percibe, ni hace percibir, todos los noque esos eternos s pueden tolerar.

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