Revista de geografía - INEGI

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Revista de Geografía Vol. IV, No. 5, MÉXICO, 1992 77 AVANCES RECENTES SOBRE SEDIMENTOLOGIA Y DIAGÉNESIS ....CIENCIA es el enlace del HOMBRE con la NATURALEZA, que responde con otras exigencias, un orden secuencial de pensamiento y de acción: observación y registro, análisis y clasificación, integración e interpretación, y comprobación. Cualquier cambio en este orden, o es poesía, o es error... DR. JOAQUÍN EDUARDO AGUAYO CAMARGO * INTRODUCCIÓN La geología ha tenido un despertar vertiginoso en los últimos 25 años, después de haber pasado por un letargo de varias décadas. Este nuevo impulso se debió fundamental- mente a la revolución de ideas que causó la postulación de la teoría sobre la expansión del fondo oceánico y su relación con el desplazamiento de los continentes, ideas propuestas por H. H. Hess (1962), R. S. Dietz (1961), quienes plantea- ron que los movimientos tectónicos regionales eran el resultado de una repercusión global y no se debía simple- mente a inestabilidades locales de la litósfera. Por otra parte, existía la inquietud de hacer de la geología una ciencia más cuantitativa, sin perder sus matices subjetivistas, que son la observación misma de los fenómenos naturales y de la interpretación de las causas que los originan, ya que éstos no son fácilmente cuantificables debido a su complejidad. La identificación e interpretación de los procesos geológicos dependen de la experiencia, persistencia y curiosidad de los estudiosos de las ciencias de la Tierra que tratan de entender la evolución de nuestro Planeta y del Universo mismo. Por coincidencia se han conjuntado varios aspectos en la postulación de la teoría Tectónica Global; por un lado, la tecnología, en todas sus fases, avanzó a pasos agiganta- dos, y por el otro, la necesidad mundial de localizar recursos minerales -particularmente energéticos- propi- ció que las grandes empresas petroleras de los países altamente desarrollados fomentaran la investigación bá- sica y la aplicada, en todas las áreas de la ciencia geológica. En lo particular, sólo se hará referencia sobre conceptos de los sedimentos y de las alteraciones físico-químicas y bioquímicas que sufren los mismos a partir de su depósito hasta su sepultamiento final, procesos conocidos como diagenéticos. * Instituto de Ciencias del Mar y Limnología Universidad Nacional Autónoma de México Numerosos grupos de investigadores revisaron los conceptos sobre modelos sedimentarios elaborados en décadas anteriores y analizaron simultáneamente los pro- cesos geológicos que actúan en las rocas que afloran en el continente y que son las principales fuentes de gene- ración de sedimentos; de esta manera pudieron determinarse y cuantificarse los parámetros que gobier- nan el transporte y el depósito de las partículas sedimentarias, así como el grado de destrucción de los diferentes minerales y fragmentos rocosos bajo diversas condiciones de clima y de energía. Con base en estos conceptos se hicieron múltiples observaciones en los ambientes recientes de depósito, complementándose las realizadas enlaboratorios de sedimentología y geoquímica en universidades e institutos de investigación de varios países. Los investigadores describieron con detalle las facies sedimentarias que conforman los ambientes de depósito bajo diversas condiciones tectónicas y climáticas, desde continentales hasta litorales y desde marinas someras hasta profundas. Estas últimas son exploradas por barcos oceanográficos equipados con instrumentos de medición de alta precisión analítica y con equipos de muestreo técnicamente sofisticados; tal es el caso, en México, de los estudios hechos por el "Glomar Challenger" del " Deep Sea Drilling Projet", que recabó información del subsuelo de las cuencas oceánicas del Pacífico y del Golfo de México. También se fotografiaron los fondos marinos del Océano Pacífico y del Golfo de California; se colectaron sedimentos directamente por medio de sub- marinos, como el "Albin" y el "Cyana", propiedad de Estados Unidos y de Francia respectivamente. Nos refe- rimos a ellos como un simple ejemplo, ya que existen varios barcos oceanográficos y son numerosas las expediciones que se realizan anualmente con buques DGE. Revista de geografía. 1992

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Revista de Geografía Vol. IV, No. 5, MÉXICO, 1992 77

AVANCES RECENTES SOBRE

SEDIMENTOLOGIA Y DIAGÉNESIS

....CIENCIA es el enlace del

HOMBRE con la NATURALEZA, que

responde con otras exigencias,

un orden secuencial de pensamiento

y de acción: observación y registro,

análisis y clasificación,

integración e interpretación,

y comprobación.

Cualquier cambio en este orden,

o es poesía, o es error...

DR. JOAQUÍN EDUARDO AGUAYO CAMARGO *

INTRODUCCIÓN

La geología ha tenido un despertar vertiginoso en los

últimos 25 años, después de haber pasado por un letargo de

varias décadas. Este nuevo impulso se debió fundamental-

mente a la revolución de ideas que causó la postulación de

la teoría sobre la expansión del fondo oceánico y su relación

con el desplazamiento de los continentes, ideas propuestas

por H. H. Hess (1962), R. S. Dietz (1961), quienes plantea-

ron que los movimientos tectónicos regionales eran el

resultado de una repercusión global y no se debía simple-

mente a inestabilidades locales de la litósfera. Por otra parte,

existía la inquietud de hacer de la geología una ciencia más

cuantitativa, sin perder sus matices subjetivistas, que son la

observación misma de los fenómenos naturales y de la

interpretación de las causas que los originan, ya que éstos

no son fácilmente cuantificables debido a su complejidad.

La identificación e interpretación de los procesos geológicos

dependen de la experiencia, persistencia y curiosidad de los

estudiosos de las ciencias de la Tierra que tratan de entender

la evolución de nuestro Planeta y del Universo mismo.

Por coincidencia se han conjuntado varios aspectos en la

postulación de la teoría Tectónica Global; por un lado, la

tecnología, en todas sus fases, avanzó a pasos agiganta-

dos, y por el otro, la necesidad mundial de localizar

recursos minerales -particularmente energéticos- propi-

ció que las grandes empresas petroleras de los países

altamente desarrollados fomentaran la investigación bá-

sica y la aplicada, en todas las áreas de la ciencia geológica.

En lo particular, sólo se hará referencia sobre conceptos

de los sedimentos y de las alteraciones físico-químicas y

bioquímicas que sufren los mismos a partir de su depósito

hasta su sepultamiento final, procesos conocidos como

diagenéticos.

* Instituto de Ciencias del Mar y Limnología Universidad Nacional Autónoma de México

Numerosos grupos de investigadores revisaron los

conceptos sobre modelos sedimentarios elaborados en

décadas anteriores y analizaron simultáneamente los pro-

cesos geológicos que actúan en las rocas que afloran en

el continente y que son las principales fuentes de gene-

ración de sedimentos; de esta manera pudieron

determinarse y cuantificarse los parámetros que gobier-

nan el transporte y el depósito de las partículas

sedimentarias, así como el grado de destrucción de los

diferentes minerales y fragmentos rocosos bajo diversas

condiciones de clima y de energía. Con base en estos

conceptos se hicieron múltiples observaciones en los

ambientes recientes de depósito, complementándose las

realizadas enlaboratorios de sedimentología y geoquímica

en universidades e institutos de investigación de varios

países.

Los investigadores describieron con detalle las facies

sedimentarias que conforman los ambientes de depósito

bajo diversas condiciones tectónicas y climáticas, desde

continentales hasta litorales y desde marinas someras

hasta profundas. Estas últimas son exploradas por barcos

oceanográficos equipados con instrumentos de medición

de alta precisión analítica y con equipos de muestreo

técnicamente sofisticados; tal es el caso, en México, de

los estudios hechos por el "Glomar Challenger" del

" Deep Sea Drilling Projet", que recabó información del

subsuelo de las cuencas oceánicas del Pacífico y del

Golfo de México. También se fotografiaron los fondos

marinos del Océano Pacífico y del Golfo de California; se

colectaron sedimentos directamente por medio de sub-

marinos, como el "Albin" y el "Cyana", propiedad de

Estados Unidos y de Francia respectivamente. Nos refe-

rimos a ellos como un simple ejemplo, ya que existen

varios barcos oceanográficos y son numerosas las

expediciones que se realizan anualmente con buques

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oceanográficos nacionales como el "Mariano

Matamoros", el "Fuma" y el "Justo Sierra", entre otros

más, que exploran las regiones del Pacífico, del Golfo de

México y del Caribe, para inventariar y evaluar los

recursos naturales renovables y no renovables que existen

en la zona exclusiva del mar patrimonial en México.

En síntesis, a partir de la década de los sesenta, los

criterios de análisis e interpretación de los ambientes

sedimentarios han sido diferentes de los de las décadas

anteriores y, por ende, la columna estratigráfica está

siendo reinterpretada nuevamente, ya que es parte fun-

damental de la ciencia geológica para entender los

eventos dinámicos a los que ha estado sujeto nuestro

planeta a través de toda su historia evolutiva.

Debemos estar concientes de que la postulación de la

teoría de Tectónica Global no es por sí sola la "piedra

filosofal" que convierte todo en respuesta; sin embargo,

es oportuno señalar que ha dado la pauta para hacer una

revisión profunda sobre las ideas que tradicionalmente

se consideraban como "ampliamente" conocidas y "satis-

factoriamente" explicadas; puesto que las interpretaciones

simples sobre la geodinámica mundial son inadecuadas en

la medida que se enriquece el conocimiento científico con

la obtención de nueva información o bien, cuando los datos

previstos se organizan y reinterprete a la luz de los

criterios que dicta el estado actual de la ciencia.

AMBIENTES SEDIMENTARIOS Y ANÁLISIS

DE FACIES

Los sedimentos, como partículas individuales o como

agregados, son el producto de las interacciones comple-

jas entre la corteza terrestre y la atmósfera, la hidrósfera

y la biósfera, procesos que son multiplicados por el

tiempo geológico. Como sabemos, la corteza terrestre

está constituida por rocas antiguas que revelan toda la

historia previa de la evolución tectónica y sedimentaria

que ha sufrido el planeta. Al ser expuestas en la superfi-

cie estas rocas sufren, como todo producto físico-químico

fuera de su ambiente de formación, el ataque de los

agentes atmosféricos y orgánicos y buscan equilibrarse

bioquímica y físico-químicamente con el nuevo am-

biente que los rodea. La incidencia de los rayos solares

sobre la superficie del terreno, la fisiografía del mismo, la

latitud y la altitud, son algunos de los factores que

regulan el clima.

Podemos agruparlos productos minerales resultantes de

la desintegración de las rocas preexistentes en cuatro

tipos generales:

1) minerales que resistieron el ataque de los agentes

físico-químicos y biológicos y que se conservan

como partículas disgregadas;

2) minerales que se hidratan y tienden a pulverizarse

hasta tamaños de limo y arcilla;

3) minerales de neoformación, productos de la disolu-

ción parcial de la roca y de la precipitación in situ de

estas soluciones a nuevos minerales y

4) minerales derivados de la disolución de la roca ori-

ginal y que se precipitan en una cuenca sedimenta-

ria fuera de los sitios de los que provienen.

Los cuatro productos minerales son acarreados final-

mente hasta el mar, en donde sufren nuevamente una

serie de transformaciones mediante procesos orgánicos

e inorgánicos, hasta equilibrarse con el nuevo ambiente

que los controla. Los iones aportados al mar son sinteti-

zados por los organismos lacustres y marinos; algunos

de ellos son atrapados en estructuras rígidas como testas

y conchas; otros iones son retenidos en el cuerpo blando

de los organismos, y cumplen la función de agentes

metabolizantes; otros más, son atrapados inorgá-

nicamente en las partículas arcillosas y en los minerales

precipitados físico-químicamente.

Sabemos que los procesos de intemperismo, erosión

y transporte que actúan sobre los continentes, juegan un

papel muy importante en el ciclo evolutivo de la vida y

en el depósito de sedimentos en las cuencas oceánicas.

Se ha calculado que el aporte actual anual de sedimentos

al mar por erosión del continente es aproximadamente

de 60 km3 (Amstrong, 1969); sin embargo, un gran vo-

lumen de sedimentos se deposita en las plataformas

continentales durante varios cientos de años. Posterior-

mente, a causa de los movimientos sísmicos o bien por la

carga excesiva de los sedimentos, estos se desplazan hacia

el fondo de las cuencas oceánicas como una simple ava-

lancha mezclada con el agua marina y transportan

volúmenes de orden de 0.01 a 100 Km3 (Walker, 1973); lo

anterior se ha observado en la columna estratigráfica, bajo

la form ade depósitos turbidfticos(sedimentos transportados

en condiciones subacuosas por corrientes de turbidez).

Durante su deslizamiento, estas grandes avalan-

chas submarinas, erosionan a su vez el subestrato

marino; el volumen erosionado es de gran magnitud;

del orden de 300 a 400 km3, como se calculó en los

cañones submarinos Delgado y Monterrey en el borde

continental de California, en la costa sur-occidental de

Estados Unidos. Este gran volumen de sedimentos se

depositó paulatinamente al pie del talúd continental for-

mando los abanicos abisales que contienen entre 300,000

y 450,000km3de sedimentos acumulados (Menard, 1964).

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Los mecanismos de transporte y depósito de las partícu-

las sedimentarias dependen del tipo, de la velocidad y de la

persistencia de las corrientes que los gobiernan, ya sean

cólicas, fluviales o marinas. Una vez que ocurre el depósito,

los sedimentos son sepultados por otros y nuevamente

sufren transformaciones físico-químicas al reaccionar con

los fluidos intersticiales contenidos entre las partículas

sedimentarias; estas reacciones modifican las condiciones

de oxidación reducción y de acidez-alcalinidad del am-

biente de depósito, pues hacen variarla salinidad, temperatura

y presión en el mismo. Los procesos mencionados litifican

las partículas disgregadas, ya sea mediante la compactación,

la cementación, o bien ambos fenómenos; también las

recristalizan, las disuelven, o son reemplazadas iónicamente

por otros minerales de neofoimación o autígénicos. A este

conjunto de reacciones interactivas, que llegan a enmasca-

rarlos rasgos texturales primarios del sedimento original se

le conoce como proceso diagenético', de él hablaremos

posteriormente.

Los sedimentos contenidos en la columna estratigráfica

no solo son el producto de la desintegración de las rocas que

afloran en el continente, del transporte y del depósito de los

sedimentos resultantes, como fue el caso expuesto; también

se genera in situ un gran volumen de partículas de carbonato

de calcio y grandes extensiones de evaporitas (sulfates y

cloruros), principalmente en los litorales y sobre la platafor-

ma marina continental, actualmente entre las latitudes 30

norte y 30 sur. Estas rocas carbonatadas y evaporíticas son

abundantes desde el Paleozoico, y han sido tema de

investigación desde hace dos o tres siglos. Sin embargo,

fue hasta mediados del siglo pasado (1853), cuando el

inglés Henry C. Sorby, hizo el primerestudio petrográfico

cuantitativo de las calizas y detalló sistemáticamente la

dirección de paleocorrientes en estratos antiguos; además

estableció las bases para reconocer las partículas princi-

pales que constituyen este tipo de rocas y reconoció

además los ambientes sedimentarios que las originan.

Antes de Sorby, los paleontólogos y estratígrafos desco-

nocían con detalle los ambientes de sedimentación que

originaban a las rocas sedimentarias, como él lo observó.

Sin embargo, fue hasta un siglo después, cuando las

agrupaciones científicas de las ciencias de la tierra sintie-

ron la necesidad de difundir con mayor profundidad los

conocimientos sobre el origen de las calizas, y de inter-

pretar sus estructuras internas y texturas; esto pudo ser

posible gracias al aliento y apoyo económico proporcio-

nado por las grandes empresas petroleras, ya que de estos

estratos calcáreos se estaban extrayendo grandes cantida-

des de hidrocarburos entrampados tanto en estructuras

geológicas tales como anticlinales y fallas, como en los

cambios de litofacies laterales, conocidos como trampas

estratigráficas, que no tienen ninguna expresión estructu-

ral aparente. Aún más, también encontraban petróleo y

gas en las calizas sin cambios de litofacies laterales y sin

expresión estructural pero con cambios de permeabilidad

lateral y vertical; a éstas se les denomina trampas

diagenéticas.

En vista de los nuevos descubrimientos petrolíferos, en

1959, "The American Association of Petroleum

Geologists" (A.A.P.G.), y "The Society of Economic

Paleontologists and Mineralogists" (S.E.P.M.), auspicia-

ron la reunión de un grupo de científicos para que revisaran

las clasificaciones de calizas que se habían propuesto y

utilizado durante más de un siglo. Los sistemas de cla-

sificación se discutieron durante dos años y los resultados

fueron publicados en 1962 en la Memoria 1 de The

American Association of Petroleum Geologists:

"Classification of Carbonate Rocks", y cuyo editor ftie

William E. Ham. La clasificación de las calizas fue el

punto de partida fundamental para lograr un mejor enten-

dimiento sobre los procesos que las originan y sobre los

mecanismos geológicos que las preservan o destruyen.

De las clasificaciones propuestas, que en la actualidad

son más de 12, solamente dos han sido ampliamente

aceptadas y utilizadas por la comunidad geológica

mundial: la propuesta por Robert L. Folk, y la de Robert

J. Dunham. La clasificación del primer autor es

composicional y textural, y se distinguen cinco consti-

tuyentes mayores o principales, de los cuales, a cuatro los

agrupa y los denomina como "aloquímicos" (origen no

químico):

1) fragmentos fósiles

2) oolitas y pisolitas

3) fragmentos de sedimentos retrabajados o intraclastos, y

4) pellas de posible origen fecal, formados por excreción

de crustáceos, anélidos y otros organismos que viven

en lagunas litorales, planicies de mareas y plataformas

marinas someras.

El quinto constituyente calcáreo formador de calizas

está constituido por los grandes crecimientos orgánicos

coloniales, como algas, corales, esponjas, rudistas y

otros fósiles también coloniales que han desaparecido a

través del tiempo geológico, y cuya particularidad es la

de formar complejos arrecifales, yaque estos organismos

son, o fueron, sedentarios; por esta razón los agrupó con

el término de "Biolititas" (Bios: vida; litos: piedra).

Tanto las partículas aloquímicas como los arrecifes, están

litificados por otros dos constituyentes: por una matriz

constituida de fango calcáreo que se infiltra físicamente

entre los poros de los aloquímicos, y por un cemento

calcáreo que también está contenido entre los poros de los

sedimentos, pero que precipita espontáneamente a partir

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de una solución saturada de carbonato de calcio, ya sea

como calcita espática con bajo contenido de magnesio,

como aragonita, o bien como calcita hipermagnesiana.

R. L. Folk (op. cit.) denominó a estos dos constituyentes

como "ortoquímicos" (precipitados químicos).

La clasificación de R.J. Dunham es textural y no

propone alguna terminología en particular para los di feren-

tes tipos de aloqufmicos que no fueran los mencionados por

Folk. Su clasi ficación se basa en la relación que existe entre

la matriz y el cemento con las partículas calcáreas o

aloquímicos. El autor separa, al igual que R. L. Folk, los

crecimientos orgánicos coloniales formadores de arrecifes

y los denominan «Boundstone» (sin traducción al español).

La postulación de las dos clasificaciones despertó gran

interés y entusiasmo por conocerla génesis y distribución

de los constituyentes calcáreos en los innumerables am-

bientes recientes de depósito de todo el mundo, en diversas

latitudes. Grupos de sedimentólogos volvieron a revisar

aquellas provincias sedimentarias de Bahamas, Florida,

Belice, Cancún, Isla Mujeres, y otras no tradicionales por

inaccesibles, como las de Australia, India y las islas de los

mares del Pacífico, del Caribe y del Atlántico.

El volumen de los trabajos publicados sobre ambientes

sedimentarios y del análisis de sus facies es numeroso, al

igual que las revistas científicas especi alizadas que escriben

sobre el tema. Es de esperarse que la enorme producción

científica publicada en varios idiomas durante las dos

últimas décadas sea difícil de asimilar, por lo que se ha

venido agrupando temáticamente en:

1) Glosarios ilustrados con fotografías de las partículas

orgánicas e inorgánicas, texturas primarias y secunda-

rias fotografiadas en el microscopio petrográfico con-

vencional y con el de barrido electrónico.

2) Glosarios fotográficos de estructuras sedimentarias pri-

marias.

3) Publicaciones temáticas de ambientes sedimentarios

específicos y de las facies que los caracterizan.

Este cúmulo de conocimientos es fundamental para

distinguir e interpretar los depósitos sedimentarios aná-

logos antiguos que constituyen a las rocas de la columna

estratigráfica. Para poder predecirlas en el subsuelo es

necesario tener un buen conocimiento de las causas que

las originan y de su distribución en el tiempo y en el

espacio. Aun así, existen ciertas limitaciones, ya que

comúnmente no se cuenta con el muestreo apropiado y

la columna estratigráfica está estructuralmente defor-

mada de manera que las rocas que la constituyen se han

alterado parcialmente, es decir, diagenéticamente; aún

más, sus características petrológicas primarias han des-

aparecido completamente por efectos de la alta presión

y temperatura a las que han sido sometidas a través del

tiempo; este fenómeno se le conoce como metamorfismo.

DIAGÉNESIS Y POROSIDAD

El término de diagénesis (conocido también como

metasomatismo), fue acuñado porj. Waltheren 1893-94,

(en: Wolf y Chilingarian, 1976), al referirse a los cambios

físico-químicos que sufren los sedimentos durante el

sepultamiento, y que concluyen con su litificación en

condiciones bajas de temperatura y presión; aún así, se

conservan, o son di scemibles sus características texturales,

estructurales y mineralógicas primarias, a pesar de que

estas últimas hayan sufrido procesos de recristalización,

reemplazamiento o disolución parcial.

Es importante identificar las fases sucesivas de alte-

ración físico-química y biológica que han sufrido las

partículas, o el conjunto de sedimentos, desde que se

depositan hasta que se litifican y posteriormente a ello,

pues de esta manera es posible reconstruir conjuntamen-

te con otros parámetros tales como los estructurales y

estratigráficos la historia tectónica evolutiva de las pro-

vincias geológicas. Es decir, entendiendo la evolución

diagenéüca -también conocida como paragénesis- se

pueden predecir los estratos con diferencias de

permeabilidad en el subsuelo; dicho proceso es necesa-

rio en las exploraciones de yacimientos minerales y de

hidrocarburos. El principal motivo por el que las grandes

empresas petroleras apoyaron estudios de ésta índole,

fue la perspectiva de llegar a comprender las causas de

la porosidad y permeabilidad de las rocas sedimentarias

que sirven como receptáculos al petróleo y al gas para

poderlos localizar en el interior de la corteza terrestre.

A mediados del siglo pasado H.C. Sorby, como ya se

mencionó, reconoció texturas de recristalización, diso-

lución y reemplazamiento en rocas calcáreas, así como

otras que son el producto de la transformación de

polimorfos minerales (minerales de la misma composi-

ción, pero con estructura cristalina diferente); tal es el

caso del neomorfismo que sufre la aragonita al conver-

tirse en calcita, ambas están constituidas por carbonato

de calcio, pero la primera cristaliza en el sistema

ortorrómbico (hábito fibroso) y la segunda en el

hexagonal (hábito en bloques). Más tarde Cullis (1904)

estableció la secuencia paragenética de cementación,

recristalización y reemplazamiento en dolomita a partir

de la aragonita y de la calcita. Otros investigadores

trabajaron aisladamente con estas ideas, pero sin enten-

der la importancia que tienen los procesos de diagénesis

en la historia evolutiva o petrogenética, de las secuen-

cias estatigráficas. Fue hasta los años cincuenta cuando

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Graf y Lamar (1950), Bergenback y Teniere (1953),

Bathurst(1958,1959), Folk (1959,1965) y Wolf (1965),

entre otros, trataron de dilucidar criterios para distingir la

calcita espática derivada de la recristalización del fango

calcáreo, de la calcita espática precipitada espontánea-

mente como cemento, a partir de una solución saturada en

carbonato de calcio.

Reconocer las facies de depósito y los rasgos de

diagénesis en las rocas sedimentarias es fascinante por-

que éstas narran toda la historia tectónica y sedimentaria

de una provincia geológica, con las implicaciones

paleogeológicas y paleográficas siguientes: condiciones

de clima, relieve fisiográfico, abundancia y diversidad de

fauna, variaciones y tipo de energía que controlaban los

sedimentos, profundidad del medio de depósito, com-

posición química del ambiente de la columna estratigráfi ca,

y cambios físico-químicos que ocurrían en el subsuelo.

El conocimiento de las rocas sedimentarias se inicia

con el análisis de sus facies y de los ambientes de depósito

que les dieron origen, consideraciones que sirven de

fundamento para establecer las condiciones en las que las

rocas se alteran durante su litifícación y después de ésta.

Particularmente, R.J. Dunham (1963) postuló que las

rocas pierden su porosidad debido a la precipitación del

cemento calcítico durante el flujo del agua dulce o

meteórica entre los poros de las calizas; este proceso se

lleva a cabo arriba del nivel freático, es deciren condiciones

subaéreas. Dicha observación fue convincente para la

comunidad geológica de aquel tiempo, ya que el fenómeno

se observaba en los depósitos calcáreos del Pleistocene

que afloran en Bahamas, Florida y Cancún-Isla Mujeres.

Más tarde, los geólogos, además del martillo y la lupa,

también utilizaron equipos de buceo, desde tanques in-

dividuales hasta submarinos capaces de recolectar

muestras a profundidades mayores a los 3,000 metros, es

decir, en el talud continental y en el fondo oceánico. El

resultado de estas exploraciones fue sorpresivo, pues los

sedimentos calcáreos no se cementan exclusivamente en

ambientes subaéreos por el flujo del agua meteórica,

como lo suponía R.J. Dunham (1969); también se encon-

tró que el proceso de cementación existe en ambientes

marinos profundos. Friedman (1964) reportó fangos de

calcita microcristalina (micrita) completamente

cementados a 75 metros de profundidad en el Mar Rojo;

Milliam (1966) describe calcita con hábito cristalino

fibroso (aragoni ta) cementado a las partículas de carbona-

to de calcio en antiguas islas volcánicas del Pacífico;

Gevirtz y Friedman (1966), reportaron cemento

aragonítico en el fondo del Mar Rojo; Ginsburg et al.

(1967), y Land y Goreau (1970), encontraron los arrecifes

del Pleistoceno en Bermudas y Jamaica litificados con

cemento marino de calcita hipermagnesiana; y en fin, a

partir de esos descubrimientos muchos investigadores

han seguido localizando nuevas áreas marinas en las que

se precipita cemento calcítico en sus tres polimorfos:

calcita con bajo contenido de magnesio, calcita

hipermagnesi ana (calcita con al to contenido de m agnesio)

y aragonita.

Los nuevos descubrimientos sobre diagénesis en cali-

zas, suscitaron que un grupo importante y numeroso de

investigadores se documentara sobre la formación de los

constituyentes calcáreos, de su depósito y de las condicio-

nes y tiempos de cementación. En este renglón, R.L. Folk

identificó en 1973 tres medios mayores de cementación,

los cuales se clasifican de acuerdo a salinidad, tempera-

tura, agitación y profundidad del agua, y por otro lado, a

la profundidad y tiempo de sepultamiento de los sedimen-

tos. Los procesos y ambientes diagenéticos mayores que

propuso R.L. Folk son los siguientes:

A. Diagénesis por fluyo de agua meteórica

a) Ambiente superficial: causado generalmente (aunque

no necesariamente) por la reacción físico-química

entre el agua dulce y la salobre con las calizas, que las

transforma en suelos calcáreos o caliche; los cristales

individuales resultantes de esta reacción son: calcita

microcristalina (micrita), calcita en rombos y pisólitas

de caliche (estructuras concéntricas mayores de 2mm

de diámetro con varios anillos) y calcreta o costras de

calcita finamente laminadas.

b) Ambiente vadoso: la reacción entre el agua meteórica

que se pencóla en el subsuelo y las calizas, se realiza

entre las superficie del terreno y el nivel freático; los

productos calcíficos resultantes son cristales elongados

y en bloques; los primeros son conocidos como cris-

tales microestalactíticos. También existen minúsculos

cristales de calcita del tamaño del limo, que Robert J.

Dunham (1963,1969), los denominó limo calcítico, y

que están asociados con las otras dos formas cristalinas.

c) Ambiente freático: la alteración química de la columna

calcárea ocurre, como su nombre lo indica, bajo el

nivel freático, y el producto de esta reacción en la

precipitación de calcita espática en bloques y mo-

saicos.

Las formas de cementos calcíficos que se mencionan y

que cristalizan a partir del agua meteórica saturada de

carbonato de calcio, tienen un contenido bajo de sodio y

magnesio, debido a que el agua dulce está infrasaturada

de estos dos elementos. M.C. Gross (1964) analizó

isotópicamente mediante oxígeno y carbono los cristales

de calcita espática colectados de los ambientes

diagenéticos en mención, y mostró que tenían una rela-

ción baja de 018/016 y C13/C12 (el agua de mar está

enriquecida con el isótopo de oxígeno 18 y el de carbono

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13, caso contrario al del agua dulce o meteórica), por lo

que los análisis del autor reafi rman la influencia meteórica

en la generación de las estructuras cristalinas diagenéticas

descritas.

B. Diagénesis en Perimareas

La zona de perimareas incluye la de intermareas, tam-

bién conocida como zona litoral (limitada por las mareas

diarias de pleamar y bajamar), y la de supramarea

(superior a la de pleamar) que es inundada

esporádicamente por las mareas vivas y durante las

tormentas ciclónicas.

El nivel de salinidad que afecta a la zona de perim areas

es sumamente variable, particularmente en la de

supramarea, debido al flujo del agua meteórica al mar

originado por corrientes fluviales o por precipitación

pluvial, que disminuye la salinidad; caso contrario

sucede cuando el agua del mar se estanca en la zona de

supramarea, pues la salinidad aumenta por evaporación

hasta 8 veces más que el agua marina normal, que es de

35 partes por mil. El resultado de las fluctuaciones del

nivel del mar y del flujo del agua meteórica es la

precipitación de cementos complejos que varían en la

zona de supramarea desde calcita en mosaicos y bloques,

aragonita en fibras y calcita hipermagnesiana en bloques

microcristalinos. R.N. Ginsburg (1953), J.C.M. Taylor

y L. V. Illings (1969), K.H. Wolf (1965), y otros autores,

hicieron una revisión completa sobre el origen y las

propiedades ópticas y químicas de los cementos mencio-

nados, reconociendo que la pérdida de porosidad de los

sedimentos calcáreos se efectúa rápidamente y que, al

litificarse, dan origen a las calizas sin necesidad de sufrir

un gran sepultamiento; sucede lo contrario con las rocas

que tienen partículas de feldespato-minerales derivados

de la erosión de las rocas ígneas y metamórficas-,

retardan más su litificación y pierden la porosidad

intergranular en el subsuelo, por compactación o por

cementación de arcilla precipitada in situ, o bien, con

calcita y sílice.

Las rocas que están en contacto con el agua de mar, en

la zona de inframarea somera, pueden ser afectadas por

el agua dulce que se infiltra a través de las partes del

continente expuestas al mar, o sea, en la zona transicional

freática marina y continental, en la que se precipitan

cristales de calcita en fibras con zonas de crecimiento o

maclas entrecruzadas y dolomita compuesta química-

mente por carbonato doble de calcio y magnesio, de la

que posteriormente hablaremos debido a su importancia

como producto de diagénesis.

C. Diagénesis Submarina

Antes de los años sesenta se pensaba que los sedimentos

calcáreos del fondo marino requerían ser sepultados

para poder cementarse. Sin embargo, cuando se colecta-

ron sedimentos de cuencas oceánicas como el Mar Rojo,

se observó que estos estaban litificados por calcita

hipermagnesiana; sucedió lo mismo con los sedimentos

del Océano Pacífico, y en otras provincias marinas,

como en el Golfo de California (Aguayo, 1984), que

reportó cemento de calcita y dolomita litificando fangos

de organismos pelágicos, asociados con chimeneas

hidrotermales. Frecuentemente «The Association of

Petroleum Geologists», y «The Society of Economic

Paleontologists and Mineralogists» preparan memorias

especiales sobre mecanismos de cementación en sedi-

mentos calcáreos, que enriquecen la editada por Bricker

(1971).

D. Diagénesis en Subsuelo

Lo único que se conoce sobre mecanismos de

cementación de calizas emplazadas a gran profundidad

(varios cientos de metros), es que la calcita espática,

como mineral cementante, es la más común, ya sea con

hábito cristalino en bloques, en mosaicos, o con cristales

individuales anhedrales y subhedrales (sin formas

geométricas definidas o parcialmente desarrolladas); o

bien en forma de fibras y agujas, que se forman por

cristalización a partir de la aragonita, preservándose los

contomos cristalinos extemos de los cristales originales

de la aragonita, y también el hábito microcristalino en

bloque de la calcita hipermagnesiana. El contenido de

sodio y magnesio es bajo en todos los casos menciona-

dos, ya que durante los procesos de recristalización hay

una movilización iónica de estos dos elementos, fuera de

los cristales calcáreos.

R.L. Folk (1965) y R.G.C. Bathurst (1971), realiza-

ron revisión profunda sobre los procesos de cementación

y recristalización en las rocas y sedimentos calcáreos. El

primero de ellos escribió su trabajo clásico: Some Aspects

of Recristallization in Ancient Limestones, y el segundo

publicó el libro Carbonate Sediments and Their

Diagenesis. Ambos autores (y posteriomente muchos

otros estudiosos del tema) concluyeron que el carbonato

de calcio en sus diferentes formas, es decir, como

partículas individuales, matriz y cemento, es debido a la

interacción de los siguientes factores: alta salinidad y

evaporación por incremento en la temperatura del agua

marina, por agitación e influencia orgánica, así como

por la estabilidad del lecho marino que los contiene.

Debido a los factores anteriores, el carbonato de calcio

se precipita más rápidamente en la zona de intermareas

que en los fondos oceánicos.

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Por otro lado, el hábito cristalino que adquieren lo,s

diversos polimorfos de carbonato de calcio, depende del

grado de salinidad del agua, de la temperatura, y de la

agitación del medio sedimentario; estos factores también

se encargan de controlar que los elementos, como por

ejemplo el sodio, magnesio, estroncio y otros, queden

atrapados en la estructura atómica cristalina de los mine-

rales durante su formación.

En las últimas dos décadas se han escrito numerosos

trabajos sobre los ambientes sedimentarios y los atributos

diagenéticos que los caracterizan, debido, como ya diji-

mos, a que de sus análogos antiguos actualmente

sepultados a varios kilómetros de profundidad, se siguen

extrayendo grandes volúmenes de aceite crudo y de gas.

Por este motivo, grupos de investigadores y de técnicos de

diferentes disciplinas, reinterpretan aquellas áreas que

hace apenas pocos años eran consideradas «ampliamen-

te» conocidas, a pesar de que las descripciones que se

hacían de las rocas de la columna estratigráfica eran

sumanente escuetas, como: «caliza macrocristalina de

color gris, con vetillas de calcitas y pirita diseminada».

Estas descripciones de las rocas no eran suficientes para

interpretarlas condiciones del depósito de los sedimentos

precursores a la roca, tal vez porque se consideraba que lo

importante, a fin de cuentas, era localizar el petróleo sin

prestar atención al tiempo y mecanismos de formación de

los mismos. Aparentemente esto es justificable si se toma

en cuenta dos factores: primero, que habían muchas

estructuras geológicas relativamente someras por explorar,

y segundo, que no se había desarrollado profusamente la

geoquímica del petróleo, de manera que carecía de criterios

más precisos sobre la generación de hidrocarburos y

sobre los mecanismos de migración y de entrampamiento

de los mismos.

La corriente en la investigación actual es

interdisciplinaria, encaminada al entendimiento científi-

co para evaluar las provincias geológicas, y prospectar

recursos naturales de interés económico.

Dolomita, Mecanismos de Formación

Otro paradigma fascinante en sedimentología y

estratigrafía es el origen de la Dolomita (cristal rómbico

de carbonato doble de calcio y magnesio).

Desde 1843 hasta la fecha, se han escrito no menos de

5,000 trabajos sobre la dolomita y sus mecanismos de for-

mación. ¿Por qué la comunidad científica le ha dedicado

tantos esfuerzos? ¿Es éste un mineral raro en la natura-

leza? O bien, ¿Será un recurso mineral valioso e

insustituible? ¡Nada de eso! La dolomita es común en la

columna estratigráfica; sin embargo, es un mineral que

indica las condiciones físico-químicas y bioquímicas de

los ambientes sedimentarios y de la historia evolutiva

de la secuencia estratigráfica que la contiene, a pesar de

que el proceso en sí tiende a destruir o a enmascarar los

rasgos texturales y extructurales de la roca y éstos pocas

veces son identificables una vez que han sido alterados

por el proceso diagenético de dolomitización.

Entonces si sus efectos son destructivos ¿Cómo podemos

establecer o discernirla secuencia de evolución diagenética-

paragénesisde una roca ode toda una columna estratigráfica?

Esta es una buena pregunta, que ha suscitado numerosos

paradigmas entre los sedimentólogos y estratígrafos.

La dolomita es abundante en la columna estratigráfica;

no obstante, no lo es en los ambientes sedimentarios

actuales. James D. Dana identificó en 1843 dolomitización

en los complejos coralináceos de los atolones del Océano

Pacífico, y postuló que se originaban en el mar debido a

la reacción del ión de magnesio con el de carbonato de

calcio contenido en los corales. Ernest W. Skeats (1918)

entre otros, asocia la abundancia de dolomita de los

atolones del Pacífico con un reemplazamiento temprano

a profundidades menores de 50 metros y en aguas cálidas.

Anteriormente, en 1859, Sterry T. Hunt, señaló que la

dolomita es consecuencia de la precipitación de sulfatos

de calcio (yeso), que incrementa la relación magnesio/

calcio en el agua; la solución resultante sobresaturada de

magnesio reemplaza a las partículas sólidas de carbonato

de calcio. Gilbert C. Cullis (op cit.) y Ernest W. Skeats

(1905), encontraron cristales de dolomita con hábito

cristalino en drusa, cubriendo cavidades en el complejo

arrecifal de Funafuti en el Pacífico, a unos 200 metros de

profundidad, y la consideraron como producto de preci-

pitación primario y no del reemplazamiento; estas

investigaciones dieron origen a una nueva corriente sobre

mecanismos de formación del mineral a que nos referi-

mos. A partir de esos años, se han postulado no menos de

15 posibles orígenes de la dolomita, de las cuales sólo

mencionaremos los más relevantes.

Ciertos organismos como las algas cianofíceas, tien-

den a atrapar entre sus filamentos soluciones ricas en

magnesio y sintetizan y precipitan fotosintéticamente

calcita hipermagnesiana que posteriormente recristaiiza

en protodolomita y finalmente en dolomita; es decir, que

es una secuencia sucesiva de ordenación iónica entre el

calcio, el magnesio y el carbonato dentro de la estructura

atómica del mineral.

La interpretación sobre el origen de la dolomita me-

diante este mecanismo ha sido tortuosa, debido a que

actualmente no existen suficientes ambientes

sedimentarios en donde se presente. Mawson (1929)

reportó dolomita margosa en sedimentos lagunares de

Australia; esto fue confirmado por Alderman et al. en

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84 DR. JOAQUÍN EDUARDO AGUAYO CAMARGO

1957. Ambientes sedimentarios actuales de supramarea

con alta evaporación, en donde se precipitan evaponías

y dolomitas, fueron descritas por Shinn (1964) en Flori-

da; Shinn, Ginsburg y Lloyd (1965) en Bahamas; Illing,

WelJs y Taylor (1965) describieron las «sebkhas» o

planicies de supramareas en el Golfo Pérsico; y en fin,

muy pronto 1 a teoría de la «supramarea» o de la «sebkha»

se convirtió en el dogma del siglo, para explicar los

grandes depósitos de dolomitas presentes en la columna

estratigráfica.

Los mecanismos físico-químicos dolomitizantes son

diversos; la dolomita reemplaza a los cristales de calcita

con una sobre saturación de iones de magnesio debido a

la alta evaporación del agua marina, precipitando tam-

bién sulfates de calcio, en forma de yeso y de anhidrita;

la relación magnesio/calcio se incrementa cuando los

iones de calcio son capturados iónicamente en la estruc-

tura cristalina de los sulfates. Esta teoría fue propuesta

por Friedman y Sanders (1967) y Kinsman (1969),

reafirmando la idea de S.T. Hunt, que la dió a conocer en

1859.

Otro origen inorgánico dolomitizante es por la dismi-

nución de la salinidad en un ambiente inicialmente

hipersaliño (esquizohalino), al diluirse el agua marina

normal con el agua meteórica (Folk y Land, 1974). La

dolomita también se forma inorgánicamente cuando la

solución acuosa enriquecida en iones de magnesio,

migra por gravedad y se infiltra entre los sedimentos

calcáreos no consolidados (Deffeyes, Lucia y Weyl,

1965).

El mecanismo contrario existe cuando las soluciones

saturadas de calcio y magnesio fluyen hacia arriba por

capilaridad durante la evaporación del agua, y las par-

tículas calcáreas se dolomitizan; a este proceso se le

conoce como teoría capilar (Hsü y Siegenthaler, 1969).

Goodell y Garman (1969) proponen un mecanismo

de disolución y sobrecrecimiento en los cristales de

dolomita previamente formados para dar lugar a otros

más grandes (agradación diagenética). Hanshaw et al.

(1971), Land (1973) y Land et al. (1975) sugieren que los

procesos de dolomitización son más efectivos en la zona

freática marina, o sea, en la zona en la que el agua me-

teórica infiltrada en las calizas, se mezcla con el agua

marina.

El agua del mar es una de las fuentes principales de

iones de magnesio; otra es la arcilla, conocida como

esmecita sódica, enriquecida en iones de magnesio,

sodio, hierro y otros constituyentes. La arcilla durante su

compactación libera al magnesio por incremento de

temperatura y dolomitiza a los sedimentos calcáreos que

contienen a la arcilla; tal es el caso en la costa de

Louisiana en los Estados Unidos y en los sedimentos

recientes depositados en las cuencas oceánicas. Los

procesos de dolomitización descritos hasta este momen-

to, ocurren casi simultáneamente o un poco después del

depósito de los sedimentos bajo condiciones superficia-

les o someramente sepultados.

La dolomitización también se presenta durante el

sepultamiento de los sedimentos calcáreos y al producto

se le denomina dolomita «profunda», y cuando ésta se

asocia con la deformación estructural y el fracturamiento

de la columna estratigráfica, se le conoce como dolomita

«tectónica». En ambos casos, la arcilla insoluble, ya sea

de origen orgánico diseminada en las calizas, libera los

iones de magnesio cuando se somete la caliza a presión,

recristalizándose y disolviéndose parcialmente. Los iones

liberados se movilizan junto con el agua intersticial

contenida en los horizontes arcillosos intercalados con

las calizas.

Otra teoría que intenta explicar los grandes espesores

de rocas dolomitizadas, es la propuesta por J E. Adams

y M.L. Rhodes, en 1960. Los autores explican que hacia

el subsuelo los fluidos sobresaturados en magnesio

(provenientes estos de las evaporitas, sulfates y cloruros)

más superficiales, se infiltran en las calizas, reemplazán-

dolas por dolomita. Al proceso diagenético se le conoce

como teoría del reflujo.

Existe otro proceso de dolomitización por soluciones

saturadas de magnesio y calcio, asociadas con aguas

geotérmicas o hidrotermales a grandes profundidades;

estas soluciones se precipitan como cualquier otro ce-

mento en las fracturas o en otras cavidades disponibles

en la roca, denominándose dolomitas primarias; o sea

que no es producto de reemplazamiento sino de la

precipitación primaria del fluido saturado de magnesio,

calcio y bicarbonato. En este caso la temperatura,

anómalamente alta, sustituye al tiempo de reempla-

zamiento bajo condiciones normales (25° a 50° C).

Como se mencionó anteriormente, una vez que ocurre

el reemplazamiento de la calcita por la dolomita, la textura

ori ginal de la roca se pierde y no es posible identificarla con

el microscopio petrográfico convencional. Lo anterior

constituye un problema crítico para los sedimentólogos y

estratígrafos, ya que dependen del reconocimiento de los

constituyentes petrográficos originales para poder inter-

pretar el ambiente primario de sedimentación de la roca, su

evolución físico-química y mineral durante su litificación,

y de la historia tectónica de la provincia geológica para

predecir, en el subsuelo, horizontes estratigráficos de inte-

rés económico.

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La necesidad que tienen los científicos de identificar

los rasgos primarios de las rocas calcáreas dolomitizadas,

los indujo a experimentar con varias técnicas de investi-

gación; en un principio éstas fueron simples, pues utilizaron

reactivos de composición orgánica como la alizarina roja

y otras similares para distinguir entre la calcita y la

dolomita; (Friedman, 1959), lo cual es posible, ya que la

primera se tifie de rojo al reaccionar con la solución y la

segunda permanece incolora. Con este método es posible

identificar ambos minerales, pero no se revela la textura

original de la roca sedimentaria. En 1965, R.F. Sippel y

E.D. Glover hicieron resaltar algunos rasgos primarios en

calizas recristalizadas, pero no en dolomitas, por medio

de la luminiscencia (luminosidad) diferencial que se

produce en los minerales cuando se excitan sus iones

durante el bombardeo de electrones que inciden sobre la

superficie de la preparación rocosa. También se han utili-

zado otros métodos para producir la luminosidad de los

componentes calcáreos; entre ellos están la excitación iónica

mediante rayos X, y el método de termoluminiscencia que

activa, por medio del calor, algunos iones atrapados en la red

cristalina del mineral.

Los métodos descritos, tienen dos desventajas; prime-

ro, que dañan la preparación en lámina delgada de la roca,

y segundo que la operación de la instrumentación no es

fácil, ya que se requiere de gran experiencia y paciencia

para obtener resoluciones aceptables. Recientemente, en

1985, J.J. Dravis y D A. Yurewicz de la Compañía

Petrolera Exxon de los Estados Unidos, obtuvieron mag-

níficos resultados al lograr hacer resaltar los rasgos

texturales primarios de las rocas dolomitizadas, utilizan-

do una fuente de luz fluorescente adaptada al microscopio

petrográfico convencional. La aportación de dichos auto-

res es más que satisfactoria, ya que la muestra de roca en

lámina delgada, puede ser observada un sinnúmero de

veces, sin sufrir daño alguno. El empleo del método de

fluorescencia en rocas dolomitizadas abre un nuevo cam-

po para la interpretación de la evolución de las provincias

geológicas calcáreas. En épocas anteriores, sin estos

avances científicos, poco se podía investigar acerca de las

columnas estratigráficas de calizas recristalizadas y

dolomitizadas. La aplicación del método analítico de

fluorescencia permite identificar tanto los constituyentes

orgánicos e inorgánicos, como la textura original de la

roca; además, pueden distinguirse los diversos cementos

y su tiempo relativo de precipitación y se observan los

procesos evolutivos de la porosidad, así como la geome-

tría y distribución de la misma D.H. Zenger, J.B. Dunham

y R.L. Ethington, en 1980, editaron un compendio sobre

conceptos y modelos de dolomitización, en el cual resu-

men los pri ncipales logros científicos actuales al respecto.

Los avances que se han logrado en la Sedimentología y

en Estratigrafía dependen en gran parte de la utilización de

la electrónica para resolver problemas geológicos, puesto

que no sólo se pueden identificar los parámetros primarios

y secundarios de las rocas, sino también cualificarlos.

DIAGÉNESIS EN ARENISCAS

La investigación sobre el origen de los sedimentos

terrígenos es amplia, particularmente en lo referente a los

mecanismos de transporte y acumulación en ambientes

tales como aluviales, cólicos, litorales, marinos someros

y profundos. Sin embargo, la información que se tiene

sobre los procesos diagenéticos que actúan en este tipo de

sedimentos, es comparativamente más escasa que en las

calizas; concretamente, cuando se trata de explicar el

origen y el tiempo de formación de la porosidad de

areniscas, y de la destrucción de las partículas primarias

por sepultamiento de la columna estrati gráfica.

Antes de 1975 la comunidad sedimentológica considera-

ba que más del 90% de la porosidad contenida en los

terrígenos era primaria-intergranular, es decir, con huecos

formados durante el depósi to de las partículas sedimentarias,

y de origen secundario cuando la roca se fractura.

A principios de la década de los setenta algunos geólogos

soviéticos habían observ ado aisladamente cantidades signi-

ficativas de porosidad en areniscas, debido a la disolución

del mineral cementante y de algunos litoclastos, aunque no

fué sino después de la segunda mitad de esa década cuando

se publicaron numerosos trabajos que describen la impor-

tancia de los procesos de diagénesis en el subsuelo como

generadores de la porosidad secundaria en areniscas; ejem-

plos de ellos son los trabajos de: V. Schmidt, 1976; G.D.

Stan ton y E.F. McBride, 1976; E.D. Pittman, 1979; V.

Schmidt y D A. McDonald, 1979 y muchos otros más.

La aportación más importante a la Sedimentología y ala

Estratigrafía que hicieron los investigadores mencionados y

otros no referidos, fue el hecho de reconocer cuando menos

cinco tipos diferentes de porosidades secundarias en arenis-

cas, y que se les puede diferenciar según el proceso de

formación y la relación textural que tienen con el resto de la

roca. Estos cinco tipos son los siguientes, según su origen:

1) por fracturación,

2) por contracción de las partículas individuales, de la matriz

o del cemento,

3) por disolución selectiva de las partículas,

4) por disolución selectiva del cemento o de la matriz, y

5) por disolución selectiva de los minerales autigénicos

precipitados en el subsuelo.

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La identificación de los diferentes tipos de porosidad

en las areniscas, así como de los minerales de

neoformación o autigénicos que se forman en el subsuelo,

son importantes índices geológicos para predecir recur-

sos minerales, ya que la disolución de algunos minerales

y la precipitación de otros, depende de la presión y la

temperatura a laque están sometidos, de su composición

química, de los fluidos intersticiales y del tiempo

geológico en el cual actúan los procesos mencionados.

En el caso particular de muchos campos de aceite y de

gas, las porosidades secundarias en los estratos de rocas

tenigenas juegan un papel importante en la formación

de resérvanos de hidrocarburos; como ejemplos se men-

cionan los yacimientos estudiados porJ.B. Hayes (1979)

y E.D. Pittman (1979). A pesar de los grandes avances

que se han hecho desde la segunda mitad de la década

anterior, el estudio y el entendimiento pleno de la

diagénesis en arenisca aún está en ciernes y los investi-

gadores están encausando la investigación descriptiva y

cuantitativamente a este respecto. Esto es evidente en las

publicaciones de D A. McDonald y R.C. Surdam (1984),

así como en la de J E. Welton, publicada en el mismo

año. Ambos trabajos asocian los atributos texturales de

las rocas en su composición mineral y química, por

medio de métodos analíticos determinativos con la

microsonda de barrido y difracción de rayos X, previa

observación bajo el microscopio electrónico de barrido

y con el petrográfico convencional.

La sistematización y cuantificación de los datos

geológicos, geofísicos y geoquímicos conducen a la

evaluación de grandes provincias geológicas, y para

ello se ha hecho necesario compilar, integrare interpretar

toda la información posible en fomia interdisciplinaria.

Por ejemplo, una forma de secuencia para resolver

problemas de evolución tectónica, sedimentación y

diagénesis sería el siguiente:

SÍNTESIS METODOLÓGICA PARA EL ESTU-

DIO DE PROVINCIAS GEOLÓGICAS

1) Datos Estratigráficos y Estructurales.

2) Análisis de Fades Sedimentarias (clase y distribución).

3) Provincia Sedimentaria (ambiente y subambiente).

4) Atributos Diagenéticos (variación, asociación

y distribución).

5) Evolución Tectónica (estable, subsidencia, emersión,

divergencia, convergencia).

6) Paragénesis (tectonismo, sedimentación y diagénesis

secuencial).

7) Predicción de Recursos Minerales.

Los análisis sedimentológicos y estratigráficos, al

igual que otras ciencias geológicas, geoquímicas y

geofísicas tienen como objetivo, proporcionar una me-

jor comprensión de este gran sistema dinámico y

cambiante en el que vivimos, llamado planeta Tierra,

que es el producto de toda una evolución de los procesos

físico-químicos y biológicos que la rigen y a los que rige,

y que difícilmente podrían ser representados matemáti-

camente, ya que son numerosas las variables geológicas

que intervienen en el Espacio y el Tiempo.

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Page 15: Revista de geografía - INEGI

RcvisU dc Gcogr* fit Vol. iv, n<x 5, Mexico, 1992 91

OBSERVACIONES DE GEOGRAFIA FISICA SOBRE

BELICE

P. USSELMAN*

Nuestramisióndereconocimiento m MW 4aIi4deaMde

1988 m compaflfade A. Neiken-Teraer, preWs(o#m#ora* que deWe &m# vaws

a^swb#mesepMs,yde#Wapmve#m0sWam9l|#cmW0#^###m

dd medio y s#bie todo de la Maxonade

Estudios Mexicanos y C^wromerieawsde 6 CWad de

financióeicosto deía mistión por lo quedes0»nQsp»w#k«r

por esa ayuda lundamental ,* _

*&ete M Yucatan Maya means

ofAe river dating the rainy ^ason"#B.$.1%ompsm<#do %

,/ -

Sin embargo, no es el lodo el distintivo del litoral dé ciudad de

Beliee, sino el aguaque nosda la impresión deunmundo acuático e inesWáeque

doWrn Wa W com del paK como todas las tierras planas y bajas donde

aparecen en sucesión, desde el interior hasta el litoral, los grandes lechos de los ríos,

los pantanos y las lagunas internas, los pantanos y las lagunas litorales y talmente

una franja, más o menos ancha, pempor lo general M^r;é manglar. Esta

predominancia del agua está relacionada con los ciclones devaMadomsque

WguWmenm, pero en forma Aecum», se áWm sobre gWp#qip

desde 1961 las autoridades se vieron obligadas a cambiar definitivamenW el jugar

donde se asentaba la capital.

PRESENTACIÓN GENERAL

A lo largo de 280 km de norte a sur y de 110 km en su

parte más ancha, Belice traza una especie de rectángulo

estrecho de 2,963 km2en la costa del Caribe al norte de

Centroamérica entre los 16 y los 18° de latitud norte.(1)

Dos terceras partes están constituidas por extensas

llanuras costeras y mesetas bajas claramente situadas

por debajo de los 100 m de altitud, que cubren toda la

parte centro-norte del pafs^perteneciendo geológicamente

a la plataforma de Yucatán, región estable, así como a

la llanura costera desde Dangriga (ex Stann Creek) hasta

la frontera de Guatemala en el sur. Unicamente la parte

sur-suroeste del país, las Maya Mountains, corresponde

efectivamente a una elevación del terreno orientada del

suroeste al noreste de unos cien kilómetros de largo por

70 km de ancho. Estas elevaciones constituyen un bloque

disimétrico inclinado hacia el suroeste con un fuerte y

claro declive hacia el este, que cuenta con el pico más alto

del país (Victoria Peak 1,120 m). La costa del Caribe se

distingue por la larga barrera de arrecifes (cayos y

escollos) orientados norte-sur, paralelos al litoral a

* Centro Nacional de Investigación Científica de Francia. (CNRS). Centro de Estudios de Geografía Tropical, Burdeos, Francia. (CEGET).

!)De acuerdo con lo publicadoporU.S.A.I.D. sobre Belice, las islas y arrecifes coralinos (cayos) representan 690 km2, por lo que la superficie «continental» de Belice se eleva a 21,423 km1.

unos 10 km mar adentro, que aislan múltiples lagu-

nas. De acuerdo con los autores anglosajones se

trata de la segunda barrera de arrecifes más impor-

tante del mundo y de la primera de este tipo en el

hemisferio norte. Como no se pudo recorrer esta

barrera, ya no se hablará de ella en el resto del texto.

CONDICIONES CLIMATOLÓGICAS:

CONSTANTES Y VARIACIONES

El clima tropical de Belice (subtropical según los

autores anglosajones) está caracterizado por su gran

compatibilidad con la alternancia de dos estaciones:

una seca y fresca, más o menos distinguible entre

noviembre y mayo, y una estación calurosa y húme-

da de junio a octubre. Dixon distingue una estación

seca de febrero a mayo y una estación húmeda de

junio a septiembre, separadas por una estación lla-

mada intermedia entre octubre y enero. En el

transcurso del año dominan los alisios procedentes

del océano Atlántico. La temperatura promedio es

elevada en las tierras bajas del interior y ligeramente

templada en el borde del litoral a causa de la brisa

del mar. Así se observan 27° en promedio durante

los meses más calurosos (entre julio y septiembre),

21° durante los meses más frescos (entre octubre y

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mayo) con máxi mas del orden de 35° en la costa, de 38°

en el interior y mínimas de 10° (2). Las máximas

ocurren entre julio y septiembre, durante los intensos

aguaceros de esta época del año; entre octubre y diciem-

bre refresca en forma generalizada cuando aparecen los

vientos del sector norte. La humedad relativa es siempre

considerable (83% de promedio anual).

La lluvia cae principalmente de junio a octubre, pero

decrece de sur a norte; la importancia de la estación seca

varía en sentido inverso. En conjunto la pluviometría

promedio experimenta un cambio de sencillo a triple-

entre el norte (Distrito de Corozal) y el sur del país

(Distrito de Toledo) con grandes variaciones interanuales.

En promedio interanual se observa la cantidad de 1,250

mm en Corozal y de 4,500 mm en Punta Gorda (3). En

el sector de las Maya Mountains se desconoce la preci-

pitación exacta, pero puede ser más elevada en algunos

sitios que en las tierras bajas debido a las corrientes de

convección ocasionadas por el relieve.

Conviene presentar algunos detalles acerca de las

manifestaciones cataclísmicas pero endémicas de esta

climatología, originadas por la situación geográfica de

Belice.

LOS NORTES

Entre diciembre y febrero, en general Belice está sujeto

a descensos de aire frío desde el Golfo de México, o sean

los «Nortes» mexicanos, períodos de lluvias intensas y

de fuertes vientos, causa de violentas tempestades en

la costa y de fuertes aguaceros durante la estación seca

de invierno; al mismo tiempo, la temperatura baja nota-

blemente por debajo de lo normal. Las consecuencias de

estas tempestades son por lo demás visibles a lo largo

de la costa, pues desmantelan los cordones litorales,

destruyen el manglar y en ocasiones los árboles plantados.

LOS HURACANES

Pero son los huracanes (ciclones), consecuencia de las

bajas presiones tropicales, los que potencialmente resul-

tan más peligrosos y cuyas marcas se pueden apreciar en

ta mayor parte del país, en especial en la costa. Se

producen principalmente al inicio del otoño, pero en

ocasiones también desde que principia la estación de

lluvias hacia el mes de junio. Agosto, septiembre y

octubre son los meses de mayor peligro y se calculan

aproximadamente 8 tempestades por año como frecuen-

cia interanual de huracanes que afortunadamente no

presentan todas las características de los verdaderos

huracanes y se clasifican como simples depresiones o

tempestades tropicales.

1 La publicación de U.S. A.I.D. indica un promedio de estación fría de 16- 17° y de estación caliente de 24- 25° (máxima promedio en estación fría de 28° C; en estación caliente32-33°C). Las máximas absolutas observadas fueron de 42.8° CenSibun Hills, Valle detSibun River y de 40.6° C en Punta Gorda en Dangriga.

Dixon indica las siguientes cifras para los años 1944-1953: Corozal 1,37 mm; Orange Walk 1,527 mm; Belice 1,552mm; San Ignacio 1,293 mm; Dangriga l,906mm; Punta Gorda 4,021 mm.

Se calcula que entre 1886 y 1978 únicamente un 5%

de los ciclones registrados en el Atlántico tropical llega- ron a Belice (4) y Stoddart opina que una frecuencia de

un huracán cada 10 años puede ser razonablemente

tomada en cuenta para Belice.

Se tiene conocimiento de la presencia de ciclones

devastadores en Belice desde 1780, sobresaliendo los

de 1785,1805 y 1813 (Waddell, Stoddar). La ciudad de

Belice fue total o parcialmente destruida durante los

ciclones de 1787 (2 de septiembre), 1931 (10 de sep-

tiembre, 1,000 ó 2,000 muertos de15,000 habitantes) y

de 1961 (31 de octubre, huracán llamado Hattie, ciudad

arrasada en un 60%, 262 muertos). Este último ciclón,

destruyó por segunda vez la capital después de 30 años,

por lo que las autoridades tomaron la decisión de

trasladar esta última a un sitio (Belmopan) apartado de

estos fenómenos, a unos 80 km tierra adentro.

La ciudad de Corozal fue destruida por los ciclones

de 1942 (20muertos) y 1955 (huracán Janet) y Dangriga

fue arrasada por el Hattie en 1961, habiéndose registra-

do en Mullins Rivers 275 muertos, vientos de 300 km/h

y una elevación del nivel del mar de 4 metros, con lo que

se destruyeron bosques y cultivos. Asimismo, fue devas-

tada Punta Gorda en 1945 (80% de las casas arrasadas).

En 6 años, los huracanes Janet y Hattie abatieron la

mayor parte de los cocoteros de la costa y acabaron con

muchas plantaciones; el huracán de 1813 se conoce

también por haber acabado con innumerables árboles.

En 1970, el huracán Francelia devastó el riquísimo valle

de Stann Creek (totalmente cultivado con cítricos, ca-

cao, plátanos) y la parte baja del valle del Belize River,

evaluándose las pérdidas entre el 85 y el 95%. La fuerte

tempestad de 1978, tuvo consecuencias equiparables en

la costa, al igual que el ciclón Greta en 1980.

Desde 1787 los huracanes han devastado la costa de

Belice unas 25 veces. Si bien las destrucciones más

severas sólo abarcan en general espacios reducidos y

localizados (una ciudad, una vertiente, un valle), estas

manifestaciones afectan todo el litoral y la mayoría de

las vertientes de las partes de las faldas de la parte

oriental de las Maya Mountains con violentos vientos,

lluvias torrenciales y sus consecuencias (enormes

torrentes de agua, corrientes de lodo, lavas torrenciales y deslizamientos de tierra cuyas huellas todavía pueden

apreciarse en el valle de Stann Creek). Los maremotos

generados por los ciclones terminan de destruir la costa,

siendo terribles en las islas y arrecifes coralinos, situados

a unos cuantos metros por arriba del nivel del océano (Citrón et al.) Se sabe que el huracán Janet dejo sin casa

a la tercera parte de la población del Belice de entonces.

Por este motivo, nortes y huracanes ocupan un sitio muy

importante en Belice.

4La depresión tropical se conviene en huracán cuando la velocidad de los vientos generados sobrepasa los 119 km/h. Consultar la presentación de U.S.A.I.D. sobre Belice.

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OBSERVACIONES DE GEOGRAFÍA FÍSICA SOBRE BELICE 93

TRASCENDIENDO LA HOMOGENEIDAD, LAS

GRANDES REGIONES FÍSICAS

Tal como hemos visto, condiciones climatológicas bastante

homogéneas son las que reinan sobre los dos conjuntos: las

Mayas Mountains, única barrera relativamente elevada, y

vastas tierrasplanas y bajas dominadas por el anterior, con

sus abruptas pendientes. Después de nuestro limitado reco-

rrido de reconocimiento, no pudimos ir más allá de esta

doble distinción que, por otra parte, corresponde a la de

algunos autores que han estudiado Belice (en especial

Dixon), distinción basada en los grandes conjuntos

geológicos cuyo modelado no aporta nada nuevo, mientras

que por el momento es difícil separar la costa misma de las

llanuras y de las mesetas bajas del litoral por estar demasia-

do entrelazadas las evoluciones comunes que tratamos de

reconstruir.

LAS MAYA MOUNTAINS

Un horst inclinado

Corresponden a un horst disimétrico, inclinado hacia el

suroeste, de rocas sedimentarias paleozoicas resistentes

(Carbonífero-Pérmico, Formación de Santa Rosa, de

arenisca, cuarcita y pizarra) delimitado al norte y al sur

por grandes fallas este-oeste. Estos accidentes son más o

menos paralelos a la importante falla de rumbo que más

al sur dió origen al Golfo de Honduras (accidente

Polochic-Motagua) y, por lo tanto, forman parte de las

deformaciones regionales que afectan a America Cen-

tral; los accidentes que delimitan las Maya Mountains al

norte corren a lo largo del borde sur de la plataforma de

Yucatán. Las rocas fueron plegadas y metamorfizadas a

causa de la emersión volcánica antigua (pórfiros del

Bladen volcanic member) y de los batolitos graníticos

más recientes (Trias).

Tal como lo demostró Dixon, la meteorización fue

mucho más rápida en los granitos que en las pizarras, las

areniscas o las cuarcitas, por lo que se propició la incisión

y la ampliación lateral de los valles y de las cuencas como

las del Norte y Sur de Stann Creek, la de Swasey Branch

(Cockscomb Basin). Se encuentra ahí un modelado carac-

terístico de colinas en domo recubiertas con fuertes

alteritas; el suelo es de buena calidad y el valle de Stann

Creek ilustra perfectamente este proftmdo desmantela-

miento de los granitos. En cambio, las areniscas, las

cuarcitas y las pizarras han resistido mejoría meteorización

y, formando su armadura, conservaron el aspecto general

de la meseta. Por causa de las corrientes se deslavó la mayor

parte de la cobertura de alteritas desarrollada a partir de las

rocas.

El conjunto se eleva hasta los 1,120 m dentro de las

cuarcitas de los Cokscomb Range y corresponde a una

meseta maciza de pendiente generé orientada hacia el

suroeste, que da un curso consecuente a los ejes de

drenaje encauzados hacia el oeste. La cima de la meseta,

a 800-900 m aproximadamente, corresponde probable-

mente a una muy vieja superficie de erosión; quizá haya

varios niveles escalonados a partir de los 600 m, pero

desafortunadamente ninguno parece haber conservado

sedimentos correlativos.

Todo el bloque alzado, tal como ya se vió, domina

abruptamente las tierras bajas a lo largo de las grandes

fallas, con desniveles de varios cientos de metros a pesar

de una gama altimétrica absoluta limitada, dando origen

a profundas gargantas para los principales ejes de drenaje

y a innumerables cascadas (como las de Hidden Valey

Falls, sitio turístico).

Estas escarpas de falla causan una fuerte erosión regre-

siva y Dixon hace observar que todos los ríos de la ladera

norte de las Maya Mountains, en general afluentes del

Belize River, capturaron, durante la época de los bajos

niveles marinos que favorecen la incisión, según él, los

cursos altos de la red superior de la Eastern Branch y por

lo tanto del Belize River (de oeste a este: Barton Creek,

Roaring Creek, Caves Branch y Si bun River); sucedió lo

mismo con la Eastern Branch (Macal River) que anterior-

mente se dirigía hacia San José Soccoths (noroeste)

mientras que en la actualidad muestra un curso orientado

hacia el noreste (San Ignacio).

LAS ACUMULACIONES ALUVIALES

Asimismo, Dixon observa la existencia de depósitos

aluviales, de guijarros silíceos y cuarzos, situados entre los

300 y los 550 metros de altitud en las cercanías de Little

Vaqueros Creek (uno de los cursos altos de la Eastern

Branch); él relaciona estos depósitos con antiguas terrazas

aluviales quizá deformadas y construidas atrás de la barrera

de las calizas Campur, donde el drenaje sigue siendo en gran

parte subterráneo. Este es el caso, subrayado porDixon.de

los aluviones antiguos observados en el valle de la Chiquibul

a unos 600m de altitud, cuando el río desaparece totalmente

aguas abajo en las calizas.

Existe la posibilidad de que recientemente haya habido

rejuegos de los grandes accidentes, digamos cuaternarios,

y sería conveniente realizar investigaciones complemen-

tarias, hechas con precisión mediante cartografía, en todo

el sector de las Maya Mountains y de la Mountain Pine

Ridge, en especial a lo largo del contacto paleozoico-

cretácico.

Aparte de los ejemplos citados, los restos de terrazas

aluviales son escasos en las Maya Mountains, a causa de

las profundas gargantas y desfiladeros. Dixon señala

unos cuantos más en el curso alto del Macal River

Eastern Branch, pero también, y en forma profusa, más

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abajo de San Ignacio, a lo largo del Belize River, donde

individualiza dos niveles, uno estrecho a los 6 m de

altitud relativa, el otro claramente más ancho hacia los

4.5 m por arriba del lecho del río. El nivel más antiguo

se encuentra en los alrededores de Benque Viejo del

Carmen donde pensamos que las deformaciones afectan

los antiguos aluviones de la Western Branch.

En el valle del North Stann Creek pueden observarse

importantes, quizás los más importantes, depósitos

aluviales del país, dado a que según Dixon, alcanzan un

espesor de por lo menos 70 metros, por lo que confieren

a este valle todas las características de un «valle relle-

no». En la parte superior de éste, hacia Middlesex, el

material de lavas torrenciales incluye bloques de 30 a 60

cm de d iámetro y Dixon observa en todo el valle un nivel

a 6 m de altitud relativa. Nos parece evidente la alimen-

tación de las lavas torrenciales a través de las corrientes

de lodo y de los movimientos en masa de diversos tipos

cuando las intensas lluvias de los huracanes azotan las

laderas; dentro del paisaje se ven claramente los nichos

iniciales y este tipo de dinámica siempre debe haber

funcionado bien.

En todo el margen norte de las Maya Mountains se

observan amplios depósitos aluviales donde, abajo de la

falla fronteriza, Dixon sitúa conglomerados gruesos de

4 a 5 metros de espesor que se pueden examinar en los

valles de Belice y del Si bun River. Estos depósitos

prosiguen hacia el este a lo largo del North Stann Creek,

tal como ya lo señalamos, pero también del Sittee River,

del South Stann Creek, del Monkey River y de sus

tributarios. La terraza m ás baj a es siempre 1 a m ás extensa

y Dixon observa la presencia de 3 terrazas, estando

situada la más alta entre los 9 y los 12 metros por arriba

del lecho del río; los niveles aluviales antiguos están

consolidados en poderosos conglomerados de cemento

ferruginoso que puedenobserv arse a lo largo del Southern

Highway (carretera sur), más arriba del Big Creek, al

oeste de Savananh Forest Station. Estos gruesos conglo-

merados en la ladera oriental al igual que en la ladera

norte de las Maya Mountains parecen, como da a

entender Dixon, relacionarse con restos de antiguos

conos aluviales de grandes dimensiones y, con car-

tografía, se podría retrazar los antiguos cursos de

esparcimiento. Hacia el sur, se observan dichos alu-

viones hasta el Indian Creek, en el noroeste de Punta

Gorda. En general el nivel reciente de acumulación

corresponde a esparcimientos finos de arena y limo con

algunos guijarros, muy apreciados por el aprovecha-

miento agrícola que se puede obtener (cítricos, plátanos,

y también ganadería). Encima de los antiguos aluviones

de los conos se ha instalado un bello bosque de pinos,

con frecuencia degradado en sotobosque y en sabana

arbolada donde algunas palmeras se extienden en las

depresiones más húmedas.

LAS CALIZAS

En su falda norte y en especial en la del sur, el horst

paleozoico domina a través de sus poderosas escarpas de

falla a los afloramientos de calizas cristalinas de gran

espesor, que datan del Cretáceo y corresponden a la

formación Campur. Estos afloramientos bordean todo el

horst, con excepción de la parte este, donde domina

directamente la llanura costera pleistocena. En todo el

noroeste del país va disminuyendo la altitud conforme

se aleja de las Maya Mountains y los estratos de calizas

vienen a constituir afloramientos subhorizontales muy

bajos (unos diez metros de altitud como máximo)

cuando que en otras partes alcanzan 800 metros y en

todos los casos unos cientos de metros de altitud.

Con precipitaciones interanuales que pueden calcu-

larse en 2,500 mm, estas calizas están intensamente

karstificadas alrededor de las Maya Mountains y deben

de haber ocupado una superficie mucho más importante

que en la actualidad. Constituyen un bello ejemplo de

karst de torreones, de mogotes, (cockpit karst de Miller)

donde abundan dolinas, poljés, grutas, simas y ríos

subterráneos con pérdidas, resurgimientos y depósitos

de tufes y de travertinos muy visibles en especial en el

curso alto del Belize River. Foreste motivo, si bien estas

calizas representan un manto acuífero muy importante

para el país, también constituyen una especificidad

morfológica de primer orden y un atractivo turístico

muy importante. Estos relieves kársticos pueden reco-

nocerse fácilmente, incluso en las imágenes de satélites,

(Ford, et. al.), por su modelado característico en morros

y colinas convexas, de laderas muy empinadas (mogotes,

hums). Por otra parte, estos morros en ocasiones domi-

nan directamente las llanuras en foima de hums de 90 a

150 metros de altura (cf. Pecarry Hills al suroeste de la

ciudad de Belice).

Dixon indica que estos sectores kársticos presentan

particularidades en cuanto a la circulación del agua

durante la estación principal de lluvias entre junio y

agosto, siendo la causa las redes subterráneas, pues al

encontrarse bajo presión, pueden dar origen a violentas

corrientes capaces de transportar grandes bloques; cre-

cidas de 6 a 9 metros de alto son comunes, de escasa

duración, y desaparecen tan rápidamente como apare-

cieron. Dichos fenómenos se observan a lo largo del

Belize River en el Distrito de Cayo (San Ignacio) donde

la crecida sobrepasó momentáneamente los 10 metros

de alto.

Se pueden ver varios ejemplos de karst; al sur de la

carretera occidental (western highway) y al este de

Belmopan, toda una parte de la red del Caves Branch,

afluente del Sibun River, es subterránea (cf. surgimiento

del Blue Hole y pérdida después, a lo largo de la

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carretera Belmopan-Dangriga); lo mismo ocurre con el

Indian Creek, otro afluente del Sibun River. Todas las

formas kársticas están representadas, desde los lepiés

hasta las dolinas y los poljés que constituyen, junto con

unos cuantos elementos de las terrazas aluviales, los

únicos terrenos cultivables de los afloramientos de cali-

zas. Los poljés de Caves Branch, de Sibun Camp y de

Margaret's Creek están ocupados principalmente por

unidades de ganadería extensiva. Los inmigrantes proce-

dentes de la vecina Guatemala, o de El Salvador,

desmontan la selva lluviosa de las laderas de las colinas

para instalar sus milpas en rendzinas de poco espesor, que

rápidamente se ven sometidas al deslave cuando están

expuestas a la lluvia sin ninguna protección. Estos mis-

mos paisajes se encuentran en el sur, no lejos de Punta

Gorda, donde las calizas de la formación La Cumbre

(cretácico tardío, paleoceno) también constituyen muy

bellos morros que dominan poljés y dolinas. En el

noroeste del país (norte de Spanish Lookout) también hay

poljés instalados sobre los afloramientos de las calizas

Campur situadas a baja altitud, así como sobre las calizas

y mamo-calizas de las formaciones Doubloon y Cayo del

paleoceno-eoceno; actualmente se encuentran en cultivo

por colonos menonitas.

LAS LLANURAS Y LA COSTA

Tal como lo indicamos anteriormente, la mayor parte

de la costa está bordeada, en una anchura variable, por

una franja de lagunas y pantanos, aislados a veces de la

línea de costa mediante cordones litorales de arena, de

los cuales, se encuentran ejemplares más o menos conser-

vados tierra adentro. Dixon ha descrito la dinámica de

estos cordones actuales o recientes, muchas veces abier-

tos por las tempestades o durante los huracanes para dejar

pasar agua y arena que poco a poco van a llenarlas lagunas

junto con la llegada complementaria de depósitos conti-

nentales.

En otros sitios, se forman cordones de manglar

directamente sobre la línea de costa o se extienden am-

pliamente en las ciénegas. Este conjunto costero está en

perpetua evolución tanto en el frente marítimo como

tierra adentro. En efecto, es en estos pantanos costeros, de

lagunas salobres a saladas, donde desembocan los cursos

inferiores de los ejes de drenaje que depositan así una gran

parte de su carga, sobre todo limosa.

NIVELES MARINOS

En ocasiones, estos pantanos costeros terminan tierra

adentro más abajo de niveles marinos más elevados, con

toda claridad se encuentran en algunos sitios privilegiados.

Observamos uno muy patente en la parte norte del país

(cercanías de Corozal-Calcutta) hacia los 12-15 metros

de altitud. El talud de este nivel muestra depósitos conso-

lidados de playa de arena que, de acuerdo con Dixon,

resultarían ser del plio-pleistoceno; el propio autor indica

la existencia de numerosos niveles marinos: un nivel

superior situado a los 75 metros de altitud, seguido de

otros más, entre los cuales hay dos principales, entre los

12 y IB metros de altitud, cubiertos por un antiguo

conglomerado de playa de bloques de calizas (ej. nivel de

Progreso).

Se trata de plataformas marinas de abrasión sustenta-

das por las calizas y mamas cretáceas y terciarias que

aplanadas, forman este vasto horizonte de llanuras. En

ocasiones están constituidas por extensos depósitos de

mamas blancas con conchas marinas y corales localiza-

dos principalmente entre los 12 y 15 metros de altitud,

como en los Distritos de Corozal, de Orange Walk y de

Belice. Dixon, citando a Flores, calcula que estos depó-

sitos se formaron durante el mio-pleistoceno sobre la

plataforma de abrasión desarrollada a costa de las margas

del mioceno.

Más abajo, dos niveles entre 3.5 y 2 metros de altitud

corresponden a fases más recientes de estacionamiento

del océano, durante el pleistoceno o posteriormente; se

presentan en forma de tobas calcáreas blandas con

bancos conglomeráticos gruesos de fragmentos coralinos

y nódulos calcáreos de 30 a 90 centímetros de espesor,

comparables a una arenisca de playa tal y como se forma

actualmente, de acuerdo con Dixon, en los arrecifes de

Turneffe Islands. Estos niveles, y sobre todo el más

elevado, llevan, como los anteriores, la marca de la

disolución y del karst, pues presentan pequeñas fosas de

disolución y microdolinas. Con suelos de rendzina desarrolla-

dos sobre las calizas, forman tierras adecuadas para la caña de

azúcar en todo el sector de Orange Walk.

Dixon insiste en una elevación del nivel marino de 5

a 6 metros hacia 3-4000 BP, pues encontró acumulacio-

nes de conchas marinas asociadas con restos de cerámica

rota entre O range Walk y Corozal; de acuerdo con este

autor, estas conchas fueron transportadas por los pre o

protomay as, pero también es posi ble que en esa época (sin

fecha conocida), se hayan podido recoger estas conchas

en una playa que se encontrara más tierra adentro que

ahora y cuyo trazo costero correspondería a la línea actual

de los pantanos costeros. Por lo tanto, variaciones de este

tipo quizá afectaron recientemente el continente y se

descubren huellas de este fenómeno por debajo del nivel

actual del océano con la presencia, mencionada por

Dixon, de una antigua línea de playa sumergida hacia 30-

40 brazas de profundidad (entre 55 y 70 m aproximadamente).

Estos niveles también existen en el sur del país donde

Dixon detectó la misma terraza marina de 15 metros al

oeste de las lagunas de Gales Point (al sur de la ciudad de

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Belice) donde, arriba de la plataforma de abrasión

tallada en las calizas cretácicas, presenta una ligera

cubierta de arenas y arcillas removidas. Los morros

calizos aislados, que corresponden a los restos de la

formación erosionada, dominan la terraza entre el

Manatee River y el Western Highway. La disolución

kárstica de la caliza da origen a depresiones cenagosas

situadas por debajo del nivel de la plataforma marina,

mientras que un nivel de grutas en las calizas está

localizado a un poco más de 15 metros de altitud, que

corresponde a la antigua posición de la línea de la playa.

Dixon cita un ejemplo similar al oeste de Dangriga,

cerca de Pomona, donde desemboca el valle del Stann

Creek y hace observar que la terraza aluvial de Pomona

se encuentra a un poco más de 15 metros, lo cual

confirma las observaciones anteriores. Más al sur, en el

Distrito de Toledo y a lo largo de la carretera de Punta

Gorda a San Antonio, se encuentra la misma plataforma

costera que termina bruscamente al pie de los relieves

calizos que bordean la parte sur de las Maya Mountains.

ALUVIONES FLUVIALES Y MARINOS

Dixon demostró que al norte de las Maya Mountains, los

niveles marinos pueden remover antiguas terrazas

aluviales sobre las cuales se ha instalado actualmente

una sabana arbolada y bosques de pinos. Estos aluvio-

nes, removidos o no por el océano, corresponden a

tierras propicias para el cultivo. Toda la mitad del norte

del país (Distritos de Corozal, OrangeWalk y Belice)

está conformada por una vasta llanura, planicie alterada

por unas cuantas ondulaciones orientadas norte-sur,

mientras que su superficie se eleva desde la costa hasta

la frontera guatemalteca sin alcanzar los 100 metros de

altitud.

Al contrario del sistema de drenaje en forma radial (a

pesar del karst) de las Maya Mountains, esta mitad norte

del país está principalmente drenada por una serie de

ríos paralelos sur-norte (Booth's River, Río Hondo,

New River, Belize River en parte). Las ondulaciones

tienen formaciones superficiales arenosas mientras que

las depresiones en su mayoría son cenagosas y mal

drenadas a pesar de la presencia en general, de ejes de

drenaje. Esta disposición paralela al trazo de la costa

y ala barrera de arrecifes mar adentro, permitió formar

la hipótesis, sin verificación aún, de la existencia de

antiguas estructuras de arrecifes coralinos (Setzekom).

Dixon observó, más acertadamente, que el trazo sur-

norte de los principales ejes del drenaje obedecía a una

serie de accidentes subparalelos que se originan a lo

largo de las fallas de rumbo del Labouring Creek y del

Belize River. Estos accidentes están representados en la

carta geológica de 1986 (Cornee). Análisis de la arena y

de los minerales pesados realizados por Dixon a partir

de aluviones de las llanuras al norte del Belize River,

muestran que éstos proceden principalmente de calizas

y margas subyacentes (en un 90%), pero que algunos

(10%) proceden de las Maya Mountains. Así pues,

parecen haber sido transportados por un antiguo curso

del Belize River dirigido hacia el norte y que quizá

confluía con el New River al norte de Orange Walk y

de Honey Camp, tras haber ocupado el espacio entre los

sectores de Spanish yBlack Creek y los sitios de Maskall

y de Honey Camp. Deformaciones tectónicas asociadas

a las grandes fallas de rumbo que limitan la plataforma

yucateca al sur (cf. más arriba), deben de ser el origen de

la curva que actualmente efectúa el Belize River hacia el

sur; un ligero levantamiento de las llanuras al norte del

país podría explicar este desvío hacia el este (posible-

mente también el del Sibun River), probablemente con

una subsidencia correlativa en la parte central del país.

Dixon también observó que durante la estación de

lluvias, el Belize River sigue alimentando directamente

las lagunas y las ciénegas situadas cerca de la fuente del

New River, con lo que se refuerza la hipótesis del

cambio de curso.

Cubierto por un bosque de pinos muy degradado,

existe también a lo largo del Río Hondo, en especial

entre August Pine Ridge y San Felipe, un antiguo nivel

aluvial observado por Dixon; domina una terraza baja

arenosa ocupada primordialmente por pastos extensi-

vos. Se pueden hacer observaciones similares a lo largo

del New River donde los pinos cubren los depósitos más

antiguos.

En los alrededores de la costa, cerca de Sand Hill y en

todo el sector situado inmediatamente al oeste de la

ciudad de Belice hasta Hattieville, se pueden ver restos

de cordones costeros de arena, que en su mayoría se

aprovechan como bancos de arena en las cercanías de la

ciudad de Belice. En estos cordones se encontraron los

restos de ocupaciones humanas, de las más antiguas de

la región (Dixon, Nelken-Temer), pues datan de una

época (6,000 BP) cuando una línea de la playa estaba

claramente más hacia el interior del territorio que en la

actualidad. La situación presente de estos cordones,

como Dixon lo hizo observar acertadamente, pudiera

proceder de un ligero levantamiento general de esta

parte del territorio.

Hacia el sur, se observan también dichos cordones

costeros, en especial en el cono reciente del Stann Creek

más arriba de Dangriga, donde el primer cordón surge

en Sarawina, seguido al este por una serie de restos

marinos cuyos materiales se mezclan o intercalan con

los sedimentos fluviales.

En complemento a estas observaciones realizadas en

el continente, Dong Ryong Choi y Holmes se dedicaron

a estudiar detalladamente los relieves coralinos situados

mar adentro y comprobaron que no reposan únicamente

en sedimentos marinos, sino también en depósitos

deltáicos fluviales contemporáneos de las regresiones

marinas cuaternarias (pleistoceno). Los resultados de

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sus trabajos muestran que los arrecifes fosilizan también una

paleomorfologfa kárstica sumergida, controlada a su vez

por la tectónica. Los arrecifes pleistocenes y holocenos -

hasta finales de la glaciación Wisconsin - se desarrollaron

en altos fondos correspondientes a acumulaciones fluviales

formadas cuando el trazo costero se encontraba más al este

con un nivel marino muy bajo. Se pueden reconstruir las

paleoredes fluviales responsables de esas acumulaciones y

ver que la de Victoria Channel (parte del Inner o Main

Channel), al suroeste de Placentia, corría hacia el sur y el

Golfo de Honduras, uniéndosele varios tributarios desde el

oeste, mismos que corresponden a los ríos actuales. Por este

motivo, la plataforma litoral no es más que una llanura

fluvial anegada, con varias generaciones de islotes y arre-

cifes coralinos formados desde el Terciario hasta la época

actual; los más antiguos están desmantelados o en vías de

serio, o bien fosilizados por las construcciones más recien-

tes. En este caso, y para la región en general intervino

también la tectónica a pequeña escala, mientras que a gran

escala el papel principal correspondería a la evolución

subaérea de la planicie durante los cambios climáticos

cuaternarios y los bajos niveles del océano, cuando la

incisión de los cauces y las acumulaciones fluviales se

sucedían con la alternancia regresión-transgresión marinas.

Los complejos margo-calizos recientes (formaciones

eocenas-miocenas) que constituyen la mayoría del

substrato de las llanuras costeras de Belice, presentan

características desfavorables para la presencia perma-

nente de mantos freáticos de agua dulce de fácil utilización,

pues los pozos se secan con frecuencia, como pudimos

observarlo en la región de Corozal; además, la presencia de yeso y de las sales en estos depósitos marinos puede,

como lo indica Dixon, impedir el consumo del agua; el

autor señala la presencia de sal y yeso que aparece en la

estación seca en todo el valle del Belize River, incluso

más arriba de Belmopan y hasta San Ignacio. En la

mayoría de los ríos se ha observado la subida de agua

salada durante la estación seca, incluso, Dixon notó esto

en 1955 a lo largo del New River hasta Hill Bank. En

cambio, los afloramientos de calizas del Cretáceo y del

Paleoceno que dominan las llanuras están profundamen-

te karstifícadas y contienen, como se señaló anteriormente,

importantes reservas de agua dulce.

DINÁMICA RECIENTE Y ACTUAL,

UTILIZACIÓN DE LOS DIFERENTES MEDIOS

En el transcurso de una larga historia, todavía poco

explorada (Nelken Temer), los hombres se fueron adap-

tando a los diferentes medios ambientales del país. En las

Maya Mountains escasean los restos de ocupación, prin-

cipalmente fuera de los afloramientos de las calizas

karstifícadas, donde no faltaba el agua y se podía cultivar

-como se puede ver todavía en la actualidad- en las terrazas

aluviales, en los fondos de los poljés y en las laderas. Es

el caso de los sitios arqueológicos del centro, del sur y del

oeste del país como Uxbantun, Lubaantun, Nim'Li Punit,

Caracol, Xunantunich y muchos más, y no deja de obser-

varse que las instalaciones están alejadas de la costa,

resguardadas del fuerte impacto de los huracanes. En las

llanuras y en la costa hay otra serie de sitios más

relacionados con la presencia de ríos navegables y de

zonas favorables para pescar y recoger conchas: los sitios

de Kendal, Mayflower y Pomona en el sur, los de Altun-

Ha, de Colha, de Santa Rita y muchos otros, plantean la

cuestión de la navegación de larga distancia para esos

grupos.

La transformación de Belice es rápida, por constituir

todavía hace pocos años un territorio virgen, en su mayor

parte. En 1961, Waddell consideraba que más del 90% de

la superficie del país estaba cubierta por bosques, cosa

que ya no ocurre en la actualidad; Nations y Komer

indican que cada año se desforestan 32 km2 en Belice (de

9,750 km de bosques sin degradar en1983) para dejar

lugar a la colonización agrícola, lo que resulta considera-

ble en relación con la superficie limitada del país.

Se observó el fenómeno a gran escala al oeste-

noroeste de Belmopan, donde la región de Spanish Lookout ha sido objeto de una importante colonización

menonita, así como en la parte noroeste del país (alrede-

dores de Neuestadt, Edentahl).

A lo largo de la costa, muy afectada por los ciclones,

también se desmonta el manglar, en ocasiones con fines

turísticos; estas obras resultan peligrosas pues destruyen

la única protección de sedimentos, en general muy blan-

dos. Se ve cómo se van formando microacantilados vivos

en los niveles marinos más recientes, provocando la

inclinación y caída de los árboles, - la mayoría cocoteros-

situados justo atrás de la orilla del manglar. El manglar

mismo se ve sometido alas consecuencias délos ciclones,

como puede observarse en las cercanías de Consejo-

Corozal en el litoral oeste de la bahía de Chetumal; se

observan fenómenos similares al sur de Punta Gorda,

en Orange Point y en muchos otros sitios a lo largo de la

costa. Este tipo de evolución está propiciada por el

trasiego y la sufusión en el material calcáreo cerca de la

costa, fenómeno asociado a veces a la acción de nume-

rosos cangrejos pero también a la caída de los árboles

durante los ciclones. En ocasiones se han colocado

enrocamientos limitados en algunas secciones litorales

afectadas, lo que sólo constituye una protección muy

temporal; en otros sitios, como en Punta Gorda, los

muros de gaviones representan acciones de protección

más serias.

Belice no es un país donde la erosión acelerada

alcance proporciones alarmantes. Sólo en algunos sitios

notamos barrancas de tipo de lavakas en pastos estableci-

dos en suelos arcillosos de descalcificación; pueden verse

en un mioceno margo-calizo por la carretera déla ciudad Belice a Belmopan (alrededores de Cotton Tree). En

verdad las cosas pueden empeorar con la pendiente en los

afloramientos calizos más antiguos, cultivados en la

actualidad a lo largo de la carretera de Belmopan a

Dangriga (cercanías de Roaring Creek).

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Mapa Esquemático de Belice, C. A.

SITIOS ARQUEOLOGICOS

CUMBRES AISLADAS (MORROS) ALTURA*

PC ROIDA Y RESUR6ENCIA

CASCADA

PUNTO DC NIVELACION ACOTADO (m)

LIMITE DE DISTRITO CURVA DE NIVEL OE 200 m

GRANDES ACCIDENTES Y TALUDES INDUCIDOS

LAGUNAS

FRONTERA INTERNACIONAL

RUTAS PRINCIPALES

ISOHIETAS (mm)

77 y 7

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OBSERVACIONES DE GEOGRAFÍA FÍSICA SOBRE BEUCE 99

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i f)f\ Revista de Geografía 1W Vol. IV. No. 5. MÉXICO, 1992

HISTORIA Y GEOGRAFÍA

ING. ENRIQUE SALAZAR SÁNCHEZ*

El tiempo y el espacio son las dimensiones en que se

mueve el hombre y finca sus raíces. El tiempo y el

espacio nos dicen donde estamos, de donde venimos e

intentan deducir hacia donde vamos. Forestas razones la

historia y la geografía ocupan un lugar preponderante

dentro de los conocimientos humanos. La historia es

más comprensible y tiene más significado cuando está

referida al ámbito geográfico en que se desarrollan los

hechos, y la geografía misma cobra mayor sentido

cuando se le asocia a la historia de la humanidad.

Existen dos modos de descubrir y entender el mundo

que nos rodea, el primero es por la captación directa

de nuestros sentidos y el otro es por las deducciones

lógicas que realiza nuestra inteligencia. Los sentidos

nos dan una información directa y de primera mano de

los hechos; no existe mejor modo de captar !a realidad y

discernirlos detalles; desafortunadamente nuestros sen-

tidos son limitados y no pueden abarcarlo todo. A lo más

que aspiran es a captar algunas partes del conjunto, en

un momento dado, con la mayor nitidez. Pero el mundo

es demasiado complejo para poder apresarlo con la pura

percepción de nuestros sentidos, de ahí la necesidad de

acudir al razonamiento para entender mejor y estructurar

las casi infinitas partes y comprenderlo. Un intento para

lograr el entendimiento de nuestra compleja sociedad es

a través de las coordenadas que nos proporcionan la

historia y la geografía, reunidas ambas en estudios

complementarios. Este es precisamente el propósito de

LA GEOGRAFÍA POLÍTICO-ADMINISTRATIVA

DE LA REFORMA (UNA VISIÓN HISTÓRICA) del

distinguido investigador Gerald Mc.Gowan del Colegio

Mexiquense A. C.

Si nos preguntaran.... ¿Por qué perduran hasta nues-

tros días, resabios de divisiones políticas, ya abolidas

históricamente?... La respuesta es que tales divisiones,

fueron hechas basándose en los límites de comarcas

naturales y éstas son subdivisiones de regiones geográ-

ficas bien definidas. Persisten a través del tiempo porque

no son fruto del capricho humano ni del azar político,

sino que provienen de soluciones prácticas y están más

allá de los artificios político-administrativos de otras

épocas. Tienen vigencia porque son más lógicas y

entendibles que los efímeros mandamientos políticos

* Jefe del Depto. de Geografía Socioeconómica. DGG. TNEGI.

posteriores, de ahí la dificultad de desarraigarlos y no

debe olvidarse que muchos de ellos datan de épocas

anteriores a la conquista y son fruto de inteligentes

culturas indígenas. Se trata de delimitaciones que sir-

vieron de soporte a las demarcaciones coloniales durante

tres siglos, que configuraron los límites políticos de

liberales y conservadores y aún en nuestros días persis-

ten rastros de ellas.

LA GEOGRAFÍA POLÍTICO ADMINISTRATI-

VA, trata precisamente del importante papel que

desempeñó la división política de México en una de las

partes medulares de nuestra historia patria: La época de

la Reforma durante la cual se gestó el modelo político

y social de los mexicanos. En esa época crucial en la

que los mexicanos enfrentaron ideas contradictorias

polarizadas por liberales y conservadores y todo se

sujetaba a cambios y cuestionamientos, algo perma-

nece incólume, el marco político administrativo dentro

del cual ejercían su poder los jefes políticos de cada

lugar. Una barranca, un parteaguas, un río, una llanura

desmesurada, cualquier impedimento natural, se con-

vertían en aquellos tiempos carentes de caminos y

comunicaciones, en una especie de barrera que rodeaba

porciones del territorio nacional y hasta ahí llegaba el

poderdel jefe político, transformando automáticamente

esa barrera natural en límite político administrativo. El

límite refuerza el poder de cada cacique dentro de su

región y la falta de comunicaciones lo refuerza aún

más, haciéndolo independiente de la tutela del centro.

En ese ámbito geográfico tiene lugar la lucha de libe-

rales y conservadores quienes mantienen criterios

opuestos en todo, menos en la demarcación precisa del

territorio geográfico correspondiente a cada distrito o

prefectura política, a cada subprefectura o partido,

porque el marco geográfico es único y el mismo para

ambos intereses. Es la sede de poder de los jefes

políticos no importa el bando al que pertenezcan. Y son

los jefes políticos quienes toman las decisiones y con-

forman el poder de la república, de ahí la importancia

del marco geográfico inamovible en el que estos per-

sonajes toman decisiones históricas trascendentes para

el destino del país.

El libro que aquí se reseña, concebido como un ATLAS

HISTÓRICO, contiene 172 páginas de formato 32x44 cm,

pictóricas de información política e histórica complemen-

tada con abundantes mapas a escala 1:1 250,000 que

cubren todo el territorio nacional, estado por estado, y per-

miten hacer las comparaciones geográficas pertinentes

con la situación actual, -incluyendo las claves de las áreas

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HISTORIA Y GEOGRAFÍA 101

geoestadísticas básicas (AGEB's) que sirven de soporte

a los levantamientos censales modernos- con la división

administrativa de la época de la Reforma. Epoca que el

autor considera «lachamiere historique de México, la que

cierra una etapa histórica y abre la correspondiente a la

creación de un estado nuevo».

A través de los mapas y los textos, el lector descubrirá

el México de hace 150 años: Un país organizado según

LOS LIBERALES en 24 estados, un territorio y un

Distrito Federal; y dividido en 133 distritos, 335 partidos

y 134 municipalidades. Y según el criterio de LOS CON-

SERVADORES, administrado por 22 departamentos, 6

territorios y el Distrito de México; y dividido en 134

prefecturas, 340 subprefecturas, y un número de ayun-

tamientos similar a las municipalidades. Diferencias

mínimas que afectaron los territorios principalmente, ya

que la fuerza de la geografía impuso la misma razón a

unos y otros. Era la realidad que no se podía modificar por

razones ideológicas de ninguna índole. Por esta razón,

dice el autor: el centralismo de los conservadores no

afectó los distritos/prefecturas, ni los partidos/subpre-

fecturas, ni las municipalidades/ayuntamientos como

partes constitutivas del Estado. Puede decirse que a su

manera los conservadores eran también federalizantes, y

que siempre predominó un federalismo natural, aunque

las decisiones se tomaran en la cúpula centralista. De

modo que cabe preguntarse si el pueblo percibió la

diferencia administrativa entre un régimen conservador

y un régimen liberal.

Ante la riqueza histórica de México, que contiene

tantas vertientes inéditas, inexploradas aún por la inves-

tigación sistemática y concienzuda, es una fortuna que

salgan a la luz nuevos estudios, y mayor fortuna que éstos

descubren nuevas vetas, que debidamente explotadas

aclaren nuestra complejidad nacional y conduzcan a la

solución concreta de los problemas actuales, o aporten

nuevas ideas para resolverlos y en el peor de los casos,

abran el camino a investigaciones más fructíferas.

Hoy que tanto se habla de la modernidad, como la

capacidad del individuo y de la sociedad, para enfrentar

y asimilar los cambios y adaptarse a ellos, este libro es

sin duda una valiosa aportación a los estudios políticos,

históricos, geográficos y sociales de México, que mucho

ayudará a la mejor comprensión de la realidad mexicana,

y por ende al enfrentamiento y adaptación ante los cam-

bios que se viven, y los que se avizoran inminentes.

DG

E. R

evis

ta d

e ge

ogra

fía. 1

992

Page 26: Revista de geografía - INEGI

Esta publicación consta de 2 000 ejemplares y se terminó de

imprimir en el mes de abril de 1992 en los talleres del

Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, Av. Héroe de Nacozari No. 2301 Sur, Acceso 11, P.B.

Fracc. Jardines del Parque, CP 20270

Aguascalientes, Ags.

Page 27: Revista de geografía - INEGI

PRINCIPALES CENTROS DE INFORMACION Y VENTA

AGUASC ALIENTES, AGS.

Eduardo J. Comea No.l 16, Esq. Manuel M Ronce

Edificio Neri, Planta Baja

CP 20070 Aguascalientes, Ags.

Tel. 91-49 16-87-21

Vázquez del Mercado No. 101

Edificio Chalet, Centro

CP 20000 Aguascalientes, Ags.

Tel. 91-49 18-08-33

DISTRITO FEDERAL

Aeropuerto de la Ciudad de México

"Benito Juárez", Local 65

Deleg. Venustiano Carranza

CP 15620 México, D.F.

BalderasNo. 71,P.B.

Col. Centro, Deleg. Cuauhtémoc

CP 06040 México, D.F.

Tels. 91-5 709-11-12, 709-12-56 y

709-16-68, Exts. 227 y 229

Francisco Sosa No. 383

Esq. Salvador Novo

(Biblioteca Nacional de Planeación)

Col. Coyoacán, Deleg. Coyoacán

CP 04000 México, D.F.

Patriotismo No. 711,7o. Piso

Col. San Juan Mixcoac, Deleg. Benito Juárez

CP 03920 México, D.F.

Tels. 91-5 598-89-35 y 563-99-35

Telefax: 598-89-41

DURANGO, DGO.

Francisco I. Madero No. 107 Bis Sur, Centro

CP 34000 Durango, Dgo.

Tel. 91-181 282-30

Telefax: 2-82-28

GUADALAJARA, JAL.

Centro de Ventas Guadalajara, Jal.

Av. Vallaría 5145

Esq. Lázaro Cárdenas

Col. Prados Valí arta

Sector Juárez, Zapopan, Jal.

HERMOSILLO, SON.

Periférico Pte. No. 310

y Norberto Aguirre Pal aneares,

Edificio Ocotillo Business Park

Col. Las Quintas

CP 83240 Hermosillo, Son.

Tel. 91-62 16-10-33 y 16-20-76

Telefax: 16-07-63

MERIDA, YUC.

Paseo Montejo No. 442, Edificio Oasis

CP 97100 Mérida, Yuc.

Tel. 91-99 26-12-12

Telefax: 26-18-09

MONTERREY, N.L.

Av. Eugenio Garza Sada No. 1702 Sur

Col. Nuevo Repueblo

CP 64700 Monterrey, N.L.

Tel. 91-83 45-01-38

Telefax: 45-01-98

OAXACA, OAX.

Calz. Porfirio Díaz No. 243-A

Col. Reforma

CP 68050 Oaxaca, Oax.

Tel. 91-951 588-97

Telefax: 5-58-44

PUEBLA, FUE.

11 Poniente No. 1711

Col. San Matías, CP 72000 Puebla, Pue.

Tels. 91-22 32-29-49 y 46-48-36

Telefax: 46-42-02

SAN LUIS POTOSI, S.LJ\

Independencia No. 1025, Centro

CP 78000 San Luis Potosí, S.L.P.

Tels. 91-48 12-30-72 y 12-30-75

Telefax: 13-91-84

TOLUCA, EDO. DE MEX.

Hidalgo Ote. No. 1227, P.B.

Esq. Jaime Nunó

CP 50000 Toluca, Edo. de Méx.

Tel. 91-72 14-22-00

Telefax: 14-29-30

Consulta gratuita en más de 300 bibliotecas y 250 mapotecas en todo el país.

Page 28: Revista de geografía - INEGI

La creación del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática

(INEGI), en el año de 1983, fue una respuesta a la necesidad de consolidar y

administrar los sistemas gubernamentales de información, y de proporcionar el

servicio público de información en materia estadística y geográfica, así como de

normar la política infórmática del sector público.

Tales sistemas de información, necesarios para el establecimiento de los

Servicios Nacionales de Información Estadística y Geográfica, de acuerdo con la ley

correspondiente, precisan de una organización eficiente y flexible que produzca,

compile, procese, norme y divulgue la información a que se hace referencia, la cual

es utilizada por diversos sectores para la planeación, la toma de decisiones y la

investigación.

La expresión y la comunicación de los aspectos relacionados con la geografía,

su marco teórico, sus técnicas y los resultados obtenidos de su investigación son,

pues, propósitos del INEGI. Es así como se ha planteado la necesidad de establecer

canales que hagan posible, de una manera eficaz, la comunicación entre el Instituto

y los sectores usuarios, tanto actuales como potenciales, de la información que éste

produce.

La REVISTA DE GEOGRAFIA intentará convertirse en un canal de comu-

nicación que abarque las diversas corrientes del pensamiento que conforman

actualmente el trabajo y la investigación en el campo de la geografía de nuestro país,

y en el mundo.

Agradecemos las contribuciones de quienes han hecho posible su realización,

en especial, la participación de los Editores Asociados. Asimismo, veremos con

agrado las sugerencias y comentarios de parte de los lectores, que conduzcan a

mejorar la calidad de su contenido.

Esperamos que la REVISTA DE GEOGRAFIA sea un foro abierto a la

discusión y ala búsqueda de soluciones adecuadas a la realidad de México.

INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA, GEOGRAFIA E INFORMATICA

ISSN 0186-2715

No. de Cat. 231373

MEXICO