Revista Edición 79 DIC. 1993

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REVISTA e 11. DE LA ASOCIACION 1973. 1993 ORG-\:'1.0 DE LA ASOCIACIO,.._. COLOMBIANA DE OFICIALES EN RETIRO DE LAS FF. MM.

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Editorial: Veinte años Revista ACORE; continuación Entre los laberintos de la paz y las anchas avenidas de la democracia

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REVISTA • e 11.

DE LA ASOCIACION 1973. 1993

ORG-\:'1.0 DE LA ASOCIACIO,.._. COLOMBIANA DE OFICIALES EN RETIRO DE LAS FF.MM.

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ORGANO DE LA ASOCIACION COLOMBIANA DE OFICIALES EN RETIRO DE LAS FF .MM.

OFICINAS: C•lle 70 No. 4·24 Teléfonos: 2488211 · 2556017 ASNtrtado Aéreo No. 17149

ResoluciÓn No. 001167 , (SeptJ73) Mingobierno Retolución No. 0286. (feb./82) · Permiso No 318 Adpostal

,

Director : BRIGADIER GENERAL (r )

JOSE JAIME RODRIGUEZ R.

Dtrecto r Editorial JAIME A. CUBILLOS C.

JUNTA DIR ECTIVA

Presidente CA. Luis Carlos Jaramillo Peña

Primer Vicepresidente CO. Alfonso Barragán Amaya

Segundo Vicepresidente TC. Jorge A. Sáncbez Morales

Secretario General TC. Eparquio Tamayo R.

Revisor Fiscal

CO. Guillermo Rodríguez Guzmán

Vocales TE. Alvaro Castañeda Rengifo CO. Ramiro Valencta Aristizábal TC. Jorge A. Sánchez Morales MY. Roberto Rodríguez Acosta C~. Augusto Vtdales Durán MY Leocadto Valencia

CONSEJO DE REDACCION GR !\lberto Ruiz Novoa CR Alfonso Mejía Valenzuela MG Jatme Durán Pombo BG. Gabnel Puyana García BG José latme Rodríguez R. CN Julro César Reyes Canal Sra Glad) s Behaíne de Cendales

Las Ideas y tens expuestas por los au· tores de los artículos publicados son de la exduSJva responsabilidad de éstos y no refleJan necesariamente el

\.. criterio de la AsoctaClón ~

NOTAS EDITORIALES - Veinte años

CONTENIDO

General (r) Alberto Ruiz Novoa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 POLITICA

Entre las avenidas de la paz y las anchas avenidas de la democracia Dr. Jesús Antonio Bejarano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 La guerra sin fin General (r) Alfoneo Mejía Valenzuela . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 El futuro de Occidente General (r) Alberto Ruiz Novoa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

SOBERANIA NACIONAL - Un problema vecinal

Vicealmirante (r) Eduardo Wills Olaya . . . . . . . . . . . . . . . . 16 DISCURSOS MEMORABLES

- El Día de las Reservas Contralmirante (r) Luis Carlos Jaramillo Peña . . . . . . . . . . . 19

- Cincuentenario del Curso "Francisco José de Caldas" -· Coronel (r) Manuel Rodríguez Rodrí¡uez . . . . . . . . . . . . . . 21 XXXIII Aniversario de Acore Dr. Rafael Pardo Rueda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Contralmirante (r) Luis Carlos Jaramillo Peña . . . . . . . . . . . 25 Brigadier General (r) Jorge E. Alba Hernández . . . . . . . . . . . 29

ECONOMIA - Liderazgo empresarial

Teniente Coronel (r) Hipólito Morillo Alvarez . . . . . . . . . . . 31 HISTORIA

Un bicentenario glorioeo Brigadier General (r) José Jaime Rodrí¡uez R. . . . . . . . . . . . 33 El Coronel Daniel Velilla y los cañoneros de Güepí Capitán de Navío (r) Julio C. Reyes Canal . . . . . . . . . . . . . . 35 La captura de Kumeong, Corea Coronel (r) Francisco A. Caicedo Montúa . . . . . . . . . . . . . . 39

- El gran secreto militar Mayor (r) Ernesto Dueñas Cepero ................... · 42

FUERZAS MILITARES - Fuerza Pública vs. Guerrilla

Coronel (r) Silvio Vallejo Rosero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 - La nueva inteligencia

Dr. Nelson F. Ramos S. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . 48 GEOPOLITICA

- Teoría y práctica Coronel (r) Gustavo Rosales Ariza . • • . . . . . . . . . . . . . . . . 50

INSTITUCIONES - Una facultad de Ingeniería Electrónica y Comunicaciones

Mayor (r) Gersaín Garzón Salgado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 - El Ministerio del Medio Ambiente

Coronel (r) Manuel Agudelo Gómez . . . . . . . . . . . • . . . . . . 56 - Esencia y existencia de Acore

Teniente Coronel (r) Alfonso Rojaa Martínez . . . . . . . . . . . . 57 LIBROS

- Por la libertad en tierra extraña Brigadier General (r) Gabriel Puyana García . . . . . . . . . . . . . 58 General (r) Alvaro Valencia Tovar . • . . . . . . . . . . . . . . . . . 59

- El Ejército en la vida de la nación colombiana General (r) Alvaro Valencia Tovar . • . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

SEGURIDAD SOCIAL - El bienestar social en la Fuerza Pública

Mayor (r) Roberto Rodríguez A. . . • • . . . . . . . . . . . . . . . . 64 - El trabajo femenino: factor de cambio

Gladys Behaine de Cendales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . 65 ACCION SICOLOGICA

- La cirugía reconstructiva como arma sicológica Capitán (Rva.) Saúl A. Charris Borelly . . . . . . . . . . . . . . . . 68

No. 79 SANTAFE DE BOGOTA. D.C. DICIEMBRE DE 1993

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MERECIDA EXALTACION

PROPICIOS AL RECUERDO ESTOS PRIMEROS 20 AROS DE EXISTENCIA DE NUESTRA REVISTA, NADA MAS JUSTO QUE RECONOCER PUBLICAMENTE LAS TAREAS CUMPLIDAS POR SUS DIRECTIVOS Y COLABORADORES, EN CADA EPOCA, GRACIAS A LA CUAL FRUC­TIFICO ESTE EMPEÑO CUMPLIENDO AQUELLOS OBJETIVOS FORMULADOS POR SU FUN­DADOR Y PRIMER DIRECTOR, A QUIEN NOS CUPO EN HONRA SUCEDER DESDE SU DEJA­CION DEL CARGO EN 1983.

CON DERECHO PROPIO SE INCORPORAN, POR ELLO, A LA NOMINA DE SERVIDORES EJEMPLARES SUS COPARTICIPES EN LA GESTION INTELECTUAL Y MATERIAL, CUYO CONCURSO CONTRIBUYO NOTABLEMENTE AL EXITO ALCANZADO DESDE DICIEMBRE DE 1973, PERMITIENDO DESTACAR NUESTRA PUBLICACION ENTRE LAS MUCHAS DE SU GENERO, CON PALPABLES BUENOS RESULTADOS QUE LA GRAN MAYORIA DE REVISTAS NO LOGRA COSECHAR EN SU CURSO EDITORIAL.

LABOR SILENCIOSA PERO FECUNDA EN RESULTADOS POSITIVOS, CUANDO FRUCTIFI­CA Y ESTE ES NUESTRO CASO, PERMITE CONSAGRAR LOS NOMBRES DE SUS ANTIGUOS DIRECTORES, DIRECTORES EDITORIALES, CONSEJOS DE REDACCION Y COLABORADO­RES EN GENERAL, QUE A LO LARGO DE ESTOS 2 ULTIMOS DECENIOS HAN PRESTADO UN APORTE DESINTERESADO Y OPORTUNO CONTRIBUYENDO ASI AL LOGRO DE UN EMPERO DE VASTO ALCANCE E IMPORTANCIA SINGULAR PARA NUESTRO INTERES PROFESIONAL.

LA TAREA DE FUNDACION DE LA REVISTA, DEBIDA AL EMPEÑO DEL SEROR GENERAL ALBERTO RUIZ NOVOA TUVO POR CIERTO BUENA PROYECCION, GRACIAS AL TRABAJO ATENDIDO CON ACIERTO POR LOS SUCESIVOS DIRECTORES EDITORIALES SERORES CORONELES CAYO E. JIMENEZ MENDOZA Y JAIME BERNAL Y SEROR JAIME CUBILLOS C., BIEN DESTACA UN ESFUERZO QUE HABRA DE SEGUIR DANDO FRUTO POSITIVO EN LOS AÑOS POR VENIR, CON ESPERADAS COSECHAS DERIVADAS DEL APORTE DE NUES­TROS SOCIOS AMANTES DE ESTAS DISCIPLINAS DEL ESPIRITU.

PARTICULAR MENCION MERECE EN JUSTICIA EL SEROR JAIME CUBILLOS C., QUIEN DESDE EL PRIMER NUMERO DE LA REVISTA HA VENIDO APORTANDO SU VALIOSA EX­PERIENCIA DE EDITOR Y QUIEN A PARTIR DE LA PUBLICACION No. 9 VIENE DESEMPE­ÑANDOSE COMO DIRECTOR EDITORIAL EN LAS DIFICILES TAREAS DE CORRECCION DE PRUEBAS, DIAGRAMACION Y ARMADA, QUE ATESTIGUAN UNA CONSAGRACION QUE LO DESTACA NITIDAMENTE COMO SERVIDOR EMERITO EN ESTAS LABORES DE SINGULAR Y POSITIVO ALCANCE.

QUEDEN, POR ELLO, REGISTRADAS LAS EXPRESIONES DE EXALTACION Y GRATITUD QUE HACEMOS LLEGAR HOY A TODOS CUANTOS HAN PERMITIDO ESTOS BUENOS RESUL­TADOS, A LO LARGO DE ESTOS CUATRO LUSTROS DE LABOR ININTERRUMPIDA DE ESTA PUBLICACION INSTITUCIONAL DE "A C O RE", CUYAS PAGINAS SEGUIRAN SlE~1PRE ABIERTAS A LA DISCUSION DE AQUELLOS ASUNTOS PROPIOS DE NUESTROS INTERESES Y DE AQUELLOS CUANTOS TENGAN RELACION CON LOS GRANDES PROBLE­MAS DE LA SEGURIDAD Y DEFENSA NACIONAL, QUE FUNDAMENTAN NUESTRA CON­CIENCIA PROFESIONAL DE MILITARES AL SERVICIO PERMANENTE DE LA PATRIA.

EL DIRECTOR

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(NOTAS EDITORIALES 1

-VEINTE ANOS

No podemo~ menos de manzfestar nuestra complacencia al celebrar los veinte años de esta publicación, concebida como el principal órgano de enlace entre la comunidad de oficiales en retiro y destinada a divulgar todos los aspectos que nos conciernen como integrantes del establecimiento militar de la nación. Dijimos en la primera edición del 20 de Diciembre de 19 73:

"Esta revista será otro vínculo de unión entre los oficiales en situación de retiro y de enlace con el personal de oficiales en actividad ... ".

"Tendremos secciones destinadas a divulgar el conocimiento del régimen de prestaciones sociales y en general el estatuto que rige la carrera militar, para que comparándolo con las remuneraciones de otros sectores de la actividad pública y privada nos demos cuenta de la situación que ocupamos y busquemos la manera de mejorar con el fin de procurar un mejor e~tar para todos los militares tanto en servicio activo como en retiro. Los militares no hemos tenido hasta el momento una conciencia completa sobre el problema laboral que afecta vitalmente nuestras vidas y las de nuestras familias y es por lo tanto, necesario proceder a hacer los estudios correspondientes sobre el particular".

La Revista ha cumplido su mz\ión. El repaso de las páginas de sus setenta y nueve ediciones nos muestra la historia )' evolución de la Asociación. Además de los informes anuales de la Presidencia en cada Asamblea General, sus páginas con­tienen importantes aportes sobre tema~ de derecho intemacional, hiS'toria militar, participación de las Fuerzas Militares en actos señalados de la vida nacional y el recuerdo de los actos más significatit•os para la Asociación, que sin la revista hu­bieran pasado al olvido.

Al hojear este registro de dos décadas, encontramos también el testimonio grá­fico de las reuniones sociales celebradas en Acore a lo largo de este tiempo donde aparecen los rostros sonrientes de muchos amigos que ya se han ido. La revista preserva así el recuerdo humano y nostálgico de quienes pertenecemos a una institu­ción cuya alma militar siente profundamente el compañerismo y la amistad.

Para quienes aún dudan de contar con la Asociación como vocero de nuestros intereses, debemos recordar la expedición de la Ley 41 de 1973 y el Decreto 1305

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de 1975, que fueron producto de una intensa labor de las directivas de Acore ante el Gobierno y el Congreso y que restablecieron importantes derechos laborales que habían sido recortados a los mtembros de las Fuerzas Militares y cuya recupe­ración fue moral y materialmente de mucha consideración. En años posteriores se consiguió, por gestión directa, que la prima de actividad fuera tomada en su to­talidad para la Hquidación de la asignación de retiro, en cumplimiento de lo que ordena el pn·ncipio de oscilación.

Actividad no menos importante ha sido la constante labor de las directivas de la Asociación, tanto a nivel nacional como secciona/ y que ha contribuido al agrupa­miento solidario de los oficiales retirados y sus famt"lias y al incremento de un es­trecho y amistoso enlace con el personal de actividad, en todos los niveles, que ha redundado en el mejoramiento del bienestar social de los asociados.

Al celebrar estos primeros)' fructíferos veinte años deseamos reiterar el conven­cimiento de que corresponde a la Asociación una labor constante que requiere de una acción permanente para que sea eficaz y que si ha logrado cumplir su misión es mucho lo que aún hay por hacer en el presente y en el futuro inmediato.

Las remuneraciones del personal de las Fuerzas J1ilitares y sus garantías en esta­blecimientos de bienestar social, facilz"dad para la adquisición de vivienda, de edu­cación para los hijos, sanidad militar, no están al nivel satisfactorio que merecen los militares como lo demuestran estudios comparativos con las garantías de que gozan trabajadores públicos y privados de otros sectores de la activz·dad nacional. Esta situación se agrava con la tendencia de algunas medidas tomadas reciente­mente por el Mimsten·o de Defensa que llevan a desmejorar el precario nivel de bienestar social que actualmente han alcanzado los miembros de las Fuerzas A1ilitares.

"El precio de la libertad es una permanente vigilancia" es frase de José Jlartí. Creemos que a la Asociación le corresponde actualmente vigilar y actuar rápida y eficazmente para et•itar el deterioro a que hacemos referencia y solicitar del Gobierno el mejoramiento de las condiClones de vida de los militares. Aún sin considerar la delicada situación social y política que vive el país, y que requiere de una fuerza pública con una muy alta moral, moral que se nutre de la conszdera­ción con que se la trate, es necesario tener en cuenta que al vulnerar las condicio­nes laborales y sociales del oficial en retiro se está haciendo lo mismo con el personal de act!vidad cuya siguiente etapa vital será el retiro inevitable con todas sus consecuenczas.

Los militares por la razón misma de su naturaleza no manifiestan su inconfor­midad con su situación laboral como lo hacen otros gremios que prácticamente imponen al Gobierno sus condiciones. Pero esta misma consideración debe ser­vir al Ministerio de Defensa para manejar con equidad y justicia este importante aspecto de la Institución Militar.

La representación de los militares la debe asumir Acore directamertte ante el Estado, especialmente ante el Presidente de la República, el Ministro de Defensa y el Congreso, con la previa y obvia información para con los Altos A1andos de las Fuerzas i\filitares. Lo que no es conducente es la demanda de las injustas disposiciones ante los tribunales de la jurisdicción contencioso administrativa, no solo por la demora de esa tramitología, sino y especialmente porque se debilita la función esencial de nuestras asociaciones y porque al demostrar desconfianza en su efectividad como representantes de los miembros de la fuerza pública se

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puede dar la sensación de que nosotros mismos no tenemos conciencia del respeto y justicia que merecemos, por lo menos de la misma manera que lo reciben del Gobierno los demás colombianos que reclaman sus derechos por medio de sus asociaciones, muchas veces de manera violenta que no compartimos, y que obtie­nen así casi siempre los reconocimientos a que aspiran. Desarrollemos la conciencia del derecho que nos asiste para ser atendidos en forma directa por el Gobierno en las reclamaciones que presente la Asociación como legítimo personero de nuestros intereses. Es la única manera efectiva y rápida de obtener justicia.

Como reflexión final al celebrar los veinte años de la Revista ACORE y los treinta y tres años de existencia de la Asociación, pensamos que ahora se requiere más que nunca que nuestras directivas concentren su acción sobre la defensa de las garantías sociales y laborales de los militares, tanto en servicio activo como en retiro.

Es oportuno en esta ocasión, hacer un llamado a todo el personal de oficiales retirados y especialmente a qut·enes ostentan los grados más altos para que se inte­resen por la Asociación, se integren a ella y se preocupen por el aspecto del bien­estar social de los miembros de la institución que sirvieron con orgullo y a la que siguen perteneciendo. El espíritu de cuerpo, la solidaridad, el patn"otismo, La preocupación por La defensa nacional, virtudes fundamentales de nuestra profe­sión, constituyen una bandera que no se puede arriar con el paso al rett"ro. Esa llama que es la mística militar debe mantenerse viva y qut"enes alcanzaron los ma­yores grados están llamados a contt"nuar en el rett"ro al frente de qw·enes los siguen admirando por las patriótt"cas tareas que cumplt"eron en activt.dad. La solidan"dad real demostrada con hechos es necesaria para engrandecer a la institución militar )' contribuye al bietustar personal de cada uno de sus miembros.

Al coronar sus t•einte años, la Revista ACORE, agradece el apoyo recibido por sus colaboradores y por todos los socios, y como abanderada de la Asociación, los invita a continuar la marcha con fé y optimismo, con la firme resolución de luchar por los legítimos t"ntereses de la comunidad müitar en retiro, cada día más um"dos alrededor de nuestros comunes y grandes ideales. Nuestro propósito debe ser una Asociación cada día más grande e importante.

_511-. /~ ¡. General (r) ALBERTO RUIZ NOVOA

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OFICIALES DE LAS FUERZAS MILITARES QUE CUMPLIERON SUS BODAS DE ORO

PROFESIONALES

CURSO DE OFICIALES " FRANCISCO JOSE DE CALDAS" EGRESADOS EL 3 DE DIC. DE 1943 - DECRETO No. 2374

E J E·R C 1 T O

l. Brigadier General 2. Brigadier General 3. Coronel 4. Coronel 5. Coronel 6 . Coronel 7. Teniente Coronel 8. Mayor 9. Mayor 10. Capitán 11. Capitán 12. Capitán 13. Teniente 14. Subteniente 15. Subteniente

JORGE E. ALBA HERNANDEZ EDUARDO CASTRO ACEVEDO MIGUEL E. PUENTES CASTAÑEDA MANUEL RODRIGUEZ RODRIGUEZ GUSTAVO TAMAYO LOMBANA PABLO E. ALBA AREVALO LUIS E. V ARELA LOPEZ LUIS A. FONSECA AY ALA LUIS ALBERTO MIELES CLAVIJO ETERBERTO GUARIN MARTINEZ MARCO TULIO ACOST A RA VE EDGARDO JIMENO LASCANO ERNESTO MADERO GUTIERREZ GABRIEL VERGARA ABADIA HERNANDOESCANDONSORZANO

ARMADA NAL. - PROMOCION IV-DECRETO 2195 Nov. 2/ 43

l. Almirante JAIME PARRA RAMIREZ 2. Capitán de Navío LEONIDAS AMEZQUITA PLATA 3. Capitán de Fragata GUILLERMO FLOREZ ACUÑA 4. Capitán de Fragata ALFREDO CASTAÑEDA CONZALEZ 5. Capitán de Fragata FRANCISCO ROMERO BALLESTEROS 6. Capitán de Corbeta EDUARDO CASTAÑEDA GONZALEZ 7. Capitán de Corbeta JAIME CASTELBLANCO CASTAÑEDA

FUERZA AEREA COLOMBIANA- CURSO 15- PROMOCION 1943

l. Capitán 2. Capitán

HERMES RINCON CARUSO JUAN ARMANDO GOMEZ ALAIX

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POLITICA

ENTRE LOS LABERINTOS DE

LA PAZ Y LAS ANCHAS AVENIDAS

DE LA DEMOCRACIA

REFLEXIONES SOBRE LOS PROCESOS DE PAZ

DE COLOMBIA Y EL SALVADOR

Dr. JESUS ANTONIO BEJARANO

CONTINUACION DEL NUMERO ANTERIOR

IV. LAS CONSTRUCCIONES NECESARIAS.

La posibilidad de una solución política al conflicto armado no es ya un asunto que pueda dejarse simplemente a pronunciamientos retóricos; el que se hayan descar­tado las soluciones políticas en ra­zón del desprestigio del diálogo como instrumento para alcanzar soluciones, pero también por el considerable escepticismo que tiene hoy la mayoría de los colombianos, implican que una solución política tiene que reconstruirse como posi­bilidad y el punto de partida por supuesto, es la recuperación de la t•ocación de paz de la sociedad, que solo puede afianzarse en hechos reales, ciertos, que vuelvan a brin­dar la credibilidad al diálogo como procedimiento.

Es por lo menos ingenuo preten­der poner a la sociedad civil en la mitad de la confrontación, justo cuando es la misma sociedad civil la que a través de múltiples mani­festaciones, ha puesto las cosas de tal modo que no parece quedar

otra respuesta posible que la del uso de la fuerza para detener las acciones de la guerrilla. Gústenos o no, y desde luego que no nos gusta, el horizonte probable es la continuidad de la confrontación, la que a su vez ha de producir un reacomodo en las condiciones de la negociación, con dirección incierta en el plano militar, social y político. En esas circunstancias se imponen pues algunas proposiciones necesa­rias para reconstruir esa voluntad de paz, evitando que en el curso de la confrontación se degraden los elementos de la autoridad, los ele­mentos de la legitimidad, los ele­mentos de la justicia y se vulnere el estado de derecho. Así pues, avanzaremos algunas proposiciones necesarias.

l. Puesto que la guerrilla no parece tener límites éticos, estos límites éticos y jurídicos deben im­ponerse como una conducta del Estado utilizando los instrumentos constitucionales disponibles y antes que pretender colocarla en la mitad, los esfuerzos de la sociedad civil deben dirigirse a poner una barrera

a todos aquellos sectores que pre­textando la intensidad de la con­frontación, quisieran abrir ventanas para el retroceso de los principios sobre los cuales se erige el estado de derecho.

2. Si ha de reabrirse el diálogo, es indudable que para ello la pobla­ción civil tanto como el gobierno deben recuperar la credibilidad en la voluntad de paz de la guerrilla. De preservarse las normas éticas de la confrontación por parte del Estado, el gasto político para pro­ducir estos gestos de credibilidad, solo puede corresponder a la guerrilla.

3. Nada más fácil en un clima de confrontación, que abrir las puertas a la "oposición desleal", entendida como aquella que utiliza el clima creado por la confronta­ción, para ganar un posicionamien­to político, vulnerando las reglas del juego de la política; nada más peli$ITOSo para la organización de la democracia que hacer prevalecer los intereses individuales sobre los in­tereses comunes y ésto concierne fundamentalmente al comporta­miento de los sectores políticos; no significa ésto necesariamente un alineamiento al lado del Gobierno por parte de los sectores de oposi -ción, sino una conducta tal que preserve las reglas del juego de la política, sin intentar apoyarse en la violencia provocada por la misma confrontación, para obtener venta­jas de corto plazo que indudable­mente revertirían en términos nega­tivos sobre el conjunto del sistema. Así pues, se trata de afirmar la "oposición leal" que no es otra cosa que el respeto permanente a las re­glas del juego.

4. Además de una reestructura­ción de los parámetros del proceso, cabe considerar la proposición de que una extensión y degradación del conflicto y un eventual fortale­cimiento de la guerrilla se asocian no al proyecto político de la gue­rrilla, sino a la falta de proyecto político, por parte de los estamen­tos democráticos; sin duda más que la pérdida de legitimidad del Go-

ACORE-

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bierno, más que su pérdida de po­pularidad, más que la apuesta al deterioro de la situación social, lo que de verdad debe preocupar es la pérdida de horizontes de un proyec­to político por parte de los partidos, que atrapados en los juegos político electorales parecieran haberse olvi­dado de los horizontes de largo pla­zo, al tiempo que por razones que no es del caso explorar aquí, el Gobierno ha perdido margen de ma­niobra para desarrollar los proyec­tos de cambio que fueron su pro­pósito original. En estas cireunstan­cias pudiera crearse un "vacío de proyecto" que pudiera convertirse en un espacio potencial para la guerrilla frente a la falta de dina­mismo de los proyectos de la democracia.

5. "Voluntad de paz". Esta no puede ser ya un presupues­

to de las eventuales negociaciones. Esta voluntad tiene que construirse a partir de la recuperación de la vocación de Paz. Para ello sin duda, será necesario redefinir los paráme­tros del proceso, las negociaciones verticales entre el Gobierno y sec­tores de la guerrilla que eventual­mente pudieran estar en desacuerdo con el comportamiento delincuen­cia! del conjunto de las organizacio­nes guerrilleras, la disposición per­manente a reabrir el diálogo cuando las condiciones lo permitan, pero también y de manera fundamental, las negociaciones honzontales entre el Gobierno y los distintos sectores de la sociedad civil, que resultan afectados por el conflicto y que deben convertirse en procesos para­lelos que incorporen en una est.'"a­tegia contra la \iolencia (y no ne­cesanamente a favor de la n~ocia­ción) a las comunidades regionales y locales. a las fuerzas políticas y a las organizaciones sociales.

6. Procedimientos.

Desde luego, dentro de este conjunto de parámetros de las nego­ciaciones, sería deseable poder desa­rrollar éstas de manera secreta, al menos hasta lograr los acuerdos procedimentales básicos y si ello fuera así, sería el mejor síntoma de

que la guerrilla ha reconsiderado la combinación de sus tácticas de diálogo con estrategias de guerra, y sería la mejor prueba de que la guerrilla ha construido los consen­sos internos, que son absoluta­mente esenciales para poder desa­rrollar cualquier proceso eventual de negociación. Guardo, sinem­bargo, severas dudas sobre esta posibilidad, no por sus bondades, sino por la disposición de la guerri­lla a una situación como esta. La misma duda abrigo, para ser franco, con relación a la posibilidad de una mediación internacional, aún si ésto fuese deseable, porque habitual­mente son los· grupos insurgentes los que solicitan la mediación, en la medida en que los gobiernos no tienen disposición a la negociación o al menos no la tienen en los tér­minos que quisiese la guerrilla; esa es la experiencia de El Salvador, la experiencia de Guatemala, la ex­periencia de Mozambique; sin em­bargo, el Gobierno colombiano ha demostrado ampliamente su dispo-

'------'' "el diálogo más inte1180 pudiera desarrollarse dentro del orden constitucional vigente »'o hacerlo mediante una reforma consti tucional"l._ __ __,

SlClOn a la negoc1ac10n, y es pues por lo menos :.ospechoso que la guerrilla no ínslSta en la mediación internacional. Se entiende perfec­tamente que dada la naturaleza de sus actividades, ello los haría pen­sar, si han recogido bien la expe­riencia salvadoreña, lo que signifi­caría contra éllos una presencia internacional, puesto que tendrían que definir su posición frente al secuestro, su posición frente a la

extorsión, al narcotráfico, creando quizás, en términos de estos ele­mentos, una tensión interna entre los frentes que pudiera ser eventual­mente inmanejable para los mandos de laguerrilla.

V. EL FUTURO

Probablemente lo más sensato fuera no comprometerse con espe­culaciones sobre el futuro, porque las experiencias pasadas de Colom­bia y de otros países, indican que la dirección que tome una confronta­ción y la naturaleza del escalamien­to de la misma son altamente im­predecibles; no obstante diversos analistas se han arriesgado a propo­ner escenarios posibles; uno prime­ro, indicado por William Ramírez Tobón, señala tres vías posibles, a) control de la violencia, b) supe­ración coyuntural de la violencia, e) deslegitimación y sometimiento estratégico de la insurgencia y me­diante la construcción profunda en la democracia. Lazada por su parte prevee o bien un diálogo más inten­so, que pudiera hacerse mediante condiciones tales que cada parte lance señales creíbles para su adver­sario de que quiere negociar, que cada parte manifieste sus intereses concretos actuales a la otra parte y que cada parte esté dispuesta a ha­cer concesiones significativas para su contraparte. Con estos requisi­tos cree Lazada que el diálogo más intenso pudiera desarrollarse den­tro del orden constitucional vigente y o hacerlo mediante una reforma constitucional.

La ~da alternativa de Lazada ctra en tomo a la idea de una lucha decidida con todos los recursos le­gales del caso. aislando la guerrilla de la población e incapacitándola para nuevas acciones bélicas, lo cual sería posible admitiendo el supues­to de que se puede derrotar a la guerrilla y que es posible obtener un sólido respaldo político a favor de esa guerra, por supuesto mien­tras las pérdidas en vidas y costos económicos ocasionados por la gue­rra sean tolerables para la sociedad. (Lazada, 1992). García por su par­te vislumbra los siguientes escena-

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rios: a) que las Fuerzas Armadas logren dar un golpe significativo a la guerrilla, lo cual unido a la falta de legitimidad creciente de la lucha armada los obligue a negociar, así sea en forma parcelada con el Go­bierno de acuerdo al esquema uti­lizado hasta ahora; b) un segundo escenario, que la Coordinadora Gue­rrillera emprenda una arremetida militar de mayores proporciones que la de enero y febrero del 91 que obligue al Gobierno a hacer más flexible su esquema de nego­ciación y considerar algunos de los puntos exigidos por la CGSB (por lo demás esta disposición ya se mos­tró en Caracas y Tlaxcala). e) En las actuales condiciones considera García como el escenario más pro­bable que el país se vea avocado a un nivel considerable de enfrenta­miento entre Guerrilla y Fuerzas Armadas por los próximos dos o tres años, reabriéndolas mediante condiciones políticas distintas aso­ciadas, a un nuevo gobierno y for­mulando un nuevo modelo de ne­gociación que permita salir del impase.

Cualquiera que sea el escenario, un elemento a tener en cuenta en los desenlaces posibles (negociación,. confrontación, derrota militar, etc.), concierne a las razones internas de la insurgencia, más precisamente, las posibilidades y las condiciones para una solución negociada ya no desde los estamentos democráticos ni del Estado, sino desde el ángulo de la guerrilla. Pondría a conside­ración dos puntos de partida.

l. La proposición de que si bien no quedan razones para continuar la lucha armada, tampoco parecen admitir razones para abandonarla. Lo primero, se entiende, tiene que ver con las transformaciones polí­ticas internas del país, con el de­rrumbamiento del socialismo, con el fracaso de las alternativas de lu­cha armada en los países de Améri­ca Latina, con los procesos de nego­ciación exitosos en algunos países, en fin con la inviabilidad del pro­yecto revolucionario y la total pér­dida de vigencia de la lucha arma­da. Pero también hay que mirar

las razones que tendría la guerrilla para no abandonar la lucha arma­da; de una parte, una característica de la guerrilla colombiana es su longevidad; cualquier guerrilla se la juega toda en un plazo relativamen­te corto, son "guerras de definición rápida" (Cuba, y cuando más una década en Nicaragua y El Salvador), no se conocen guerrillas de 40 a 50 años. salvo las nuestras y otra casi tan longeva como la de Guate­mala. Esa longevidad genera facto­res inerciales, un apreciable desafina­miento con las realidades políticas nacionales e internacionales y una cierta lógica de la inercia que cier­tamente no se afana por resultados. Por otra parte, las magnitudes del negocio guerrillero, las abultadas cifras en dinero que manejan los frentes y por supuesto la degrada­ción ética de muchos frentes guerri­lleros, conduce a que los mandos de la guerrilla quizás puedan pre­servar su capacidad de orientación militar, pero difícilmente pueden preservar la orientación de un pro­yecto guerrillero como conjunto, y por cierto nos constan las dificul­tades que la comisión negociadora en Caracas parecía tener para tratar temas como el secuestro, la extor­sión o el narcotráfico, temas que preferían eludir quizás por temor a que los frentes no respaldaran las decisiones tomadas en la mesa o por el Secretariado.

Está también lo que de alguna manera pudiera llamarse la "poda de la agenda", ésto es, la falta de espacio real de naturaleza política, el hecho de que los eventuales te­mas de negociación y conquistas por parte de la guerrilla hayan sido en buena parte desarrollados, de manera unilateral, por el gobierno o por el sistema político, lo que los condena sin duda a una inútil espera.

2. Habría que adentrarse también en el terreno de la propia lógica de la guerrilla; la longevidad y la iner­cia pueden llevarlos a desarrollar convicciones creíbles para la guerri­lla, pero que resultarían absurdas a los ojos de un observador corrien­te; la pretensión de que están nego­ciando de poder a poder, la preten-

sión de que tienen control territo­rial efectivo, la pretensión. que a lo mejor se creen, de que en reali­dad tienen un respaldo popular con capacidad de generar una insurrec­ción, pudieran conducirlos a sobre­valorar sus posibilidades, a encontrar que las limitaciones estructurales son apenas limitaciones temporales y por este camino, persistir en la espera sin desesperar.

3. Un hecho sin duda preocu­pante, es la "criminalización de la confrontación" en el sentido de cerrar, prácticamente la definiClón de la guerrilla como organización para darle un tratamiento estricta­mente criminal, lo que evidente­mente cercena las posibilidades de soluciones políticas hacia adelante.

4. Quizás lo que en realtdad ocurra sea una suerte de empate de apuestas, porque las dos panes pueden estar apostando a la ilegiU­midad del contrario y bajo estas circunstancias, quizás desplegarán estrategias para buscar fortalecer esa imagen de ilegitimidad del contrario, en la creencia de qu eso equivale a acentuar la legitum­dad propia.

5. De cualquier manera, al pa­recer, cualquier desenlace postb e pasará por las consecuencias de la intensidad del conflicto, por una modificacion de la correlación de fuerzas que sea capaz de modtftcar los presupuestos de la negociación ya se sabe que cualquier ncgocta­ción posible tiene que partir de do presupuestos: uno, abandonar e postulado de vigencia de la luch armada y dos una decisión pohuca interna de la guerrilla, en el sent do de reincorporarse a la vida Cl\

decisión que tienen que ver con presupuestos sobre el alcance de agenda. Ambas cosas depend o bien de una reconsideractón naturaleza política al interior d guerrilla en cuanto reconsider posibilidades y potencialidad cual solo puede surgir de tens y debates internos impulsad de luego por factores extem venientes de sectores soc1al líticos y /o de un desgaste

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plano militar, que conduzca a la negociación en términos de desmo­vilización, sobre la base de una agenda viable.

Si por otra parte, la guerrilla colombiana internamente, persiste en un proyecto totalizante, conti­nuará utilizando la negociación co­mo un escenario y como una estra­tegia de guerra con una cont inuidad impredecible en el tiempo de la violencia. Frente a estos escenarios, ¿Cúal pudiera ser el papel de la sociedad civil? Sin duda el más esencial será entender la democra­cia y el fortalecimiento de un pro­yecto político democrático. Son la mejor manera de crear la decisión interna de la guerrilla de abandonar la lucha armada; mientras tanto nos seguiremos moviendo en el di­lema del huevo y la gallina, de si es necesaria la paz para la construc­ción de la democracia o necesaria la democracia para la construcción de la paz, si es necesario construir la democracia con la guerrilla o a pesar de la guerrilla, o si en última

es necesaria la guerra contra la gue­rrilla y contra la democracia.

BIBLIOGRAFIA

l. ACEVEDO, CARLOS. (Enero - Feb. 1992) Balance Global del Proceso de Ne­gociación entre el Gobierno y el FMLN. San Salvador: Revista Estudios Centro­americanos. Universidad Centroamerica­na "José Simeón Cañas"

2. AMSRONG, ROBERT Y JANET S. RUBIN. (1986) El Salvador. El Rostro de la Revolución. San Salvádor: Colec­ción Debate UCA Editores.

3. BENITEZ MÁNAUT, RAUL. (1989)

Comisión Andina de Juristas Secciona! Colombiana.

6. GARCIA DURAN, MAURICIO. (1992) De la Uribe a TJaxcala. Procesos de Paz. Bogotá. Ediciones CINEP.

7. LOZADA, RODRIGO. (DOM. 8 1992) Cómo enfrentar la pesada carga de la guerrilla. Bogotá: Periódico "El Tiempo" .

8. LUNGO UCLES, MARIO. (1990) El Salvador en los años 80, contrainsur­gencia y revolución. San Salvador : Pre­mio Casa de las Américas. Edit. Uni­versitaria . 1991.

La teoría Militar y la Guerra Civil en El 9. RAMIREZ TOBON , WILLIAM. ¿Al­Salvador. San Salvador: UCA Editores. guien quiere volver a Tlaxcala? Revista

Análisis Político. Universidad Nacional. 4. CINAS. Centro de Investigación y Acción Social. (JUN. 1992). La Transi- 10. RAMIREZ TOBON, WILLIAM. Las ción Sociopolítica de la Guerra a la Paz. Nuevas Ceremonias de la Paz. Revista Cuaderno de trabajo No. 14. San Salvador. Est udios Políticos. Bogotá.

5 . GALLON GIRALDO, GUSTAVO. 11. SALISBURY STEVE (ENERO, FEB. (JUN. 1991) Derechos Humanos y Con- 199 1) La Batalla por las cinco ciudades. flicto Annado en Colombia. Bogotá: Military Review.

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I POLITICA I

LA GUERRA SIN FIN

General (r) ALFONSO MEJIA VALENZUELA

No se requiere investigación pro­funda para intentar un diagnóstico sobre la situación del país, pues los datos en que puede basarse son clara­mente visibles. Son los hechos que toda la sociedad vive y sufre de al­guna manera, ya que saltan a la vista las desigualdades de tipo social y económico, cuya gama se extien­de desde la pobreza absoluta, es decir, la mendicidad y la miseria, calidades propias de muy numerosa población, hasta la opulencia y el derroche que sólo disfruta una mi­noría de privilegiados. Además es evidente la falta de interés del es­tablecimiento en la búsqueda de so­luciones para las necesidades básicas que tiene la mayoría del pueblo colombiano, víctima del rutinario engaño pre-electoral, consistente en promesas que jamás se cumplen.

El juicio que precede no es no­vedoso, pues los problemas y nece­sidades sugeridos vienen desde antes de nacer la República, y los encar­gados de gobernarla han sido inca­paces de solucionarlos. Basta seña­lar algunos como los relacionados con vivienda, salud, marginamiento, enseñanza, alimentación, política agraria, desempleo, inseguridad y violencia, cuya gravedad es cre­ciente, para aceptar la razón de nuestra tendencia al pesimismo.

En el año 1979, con base en el censo de 1964, se estimó que hacia el año 2.000 la población urbana de Colombia podría llegar a treinta millones de habitantes, que necesi­tarían cinco millones de viviendas , cuya construcción debía realizarse al ritmo de ciento veinticinco mil

anuales. pues de lo contrario, con­tinuaría agravándose el problema de los tugurios que. c:egún el censo ci­tado alcanzaba. ya, una cantidad próxima también a ciento cincuen­ta mil. 1 En la actualidad. casi 30 años despué' del miSmo censo, el déficit de vivienda no ha disminuí­do, pero el problema tugurial sí se ha multiplicado.

En lo relativo a salud. desde 1975, el Departamento r\acional de Planeación aceptó que enfermeda­des como la gastroenteritis y las diarreas eran las causas de muerte de niños campesinos, especialmente, debido a que sólo el 29% de las zonas rurales contaba con servicios de agua potable. Aceptaba también

...__ _ ____¡1 "los problemas y necesidades vienen desde antes de nacer la República y los encargados de gobernarla han sido incapaces de solucionarlos" 1"------~

el. ~ismo organismo oficial, que el Mmtsterio de Salud y sus dependen­cias cubrían un 39% de la atención médica; el sector privado atendía un 15% y las instituciones de segu­ridad social ellO%. Luego, el 36% de la población, ésto es, doce mi­llones de colombianos, aproximada­mente, carecían de servicios de sa­lud.2 En 1993, transcurridos casi 20 años, no se observan niveles sa-

tisfactorios en la cobertura de tales servicios, tanto en lo que concierne a la población urbana como en lo atinente a la rural, que sigue más abandonada.

También en 1975, el Departa­mento Nacional de Planeación, re­conocía el problema del movimien­to migratorio hacia la ciudad. Pero las soluciones al mismo, siempre han sido cortas no obstante que sus palabras eran éstas:

... "En Colombia la población ur­bana marginada está crec1endo ace­leradamente por la alta taza de na­talidad de las familias urbanas de bajos recursos y por los movimien­tos migratorios producidos por un creciente desequilibrio entre el cam­po y la ciudad"... "La ciudad no ha tenido capacidad para responder a las necesidades de servicios socia­les generados por una fuerza de trabajo engrosada por los migrantes y menos aún ha satisfecho sus aspi­raciones de empleo ni las crecientes demandas por servicios públicos". J

En lo tocante al sector educativo, la información oficial en lo referen­t~ a los niveles de educación básica, d1ce: ... "en 1973 el 48,4% de lapo­blación rural entre 7 y 14 años no estaba escolarizada" ... ·•en el sector urbano la población no escolarizada era del 22,5% ". 4 Los elementos de juicio disponibles en la actualidad (1993), no dan base para el optimis­mo con respecto a las soluciones para el problema educativo, pues a diario se oye que faltan escuelas y que las existentes carecen de man­tenimiento. Que faltan maestros y que los nombrados para ese cargo no pueden ser remunerados adecua­da y oportunamente.

Otro campo de la deuda social que se acrecienta es el que tiene que ver con alimentación y nutri­ción. Más o menos el 60% de los niños menores de cinco años, sufre de carencias para alimentar"e ade­cuadamente. Las tasas de monah­dad en ese grupo son nueve \eces superiores a las correspond1entes n los países desarrollados.' La ción a tal problema. recon

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también por Planeación Nacional desde 1975, tampoco mueve al optimismo.

El problema agrario es tema difí­cil de ventilar en nuestro medio, de­bido a que su solo planteamiento, desde la época de los beneméritos de la conquista y colonizadores de América, choca los intereses de los terratenientes. Opinar sobre la po­lítica agraria en Colombia, especial­mente sobre reformas a la propie­dad y tenencia de la tierra, con­lleva el riesgo de ser clasificado co­munista y en consecuencia enemigo del establecimiento. Cualquier alu­sión a reforma agraria se interpreta por muchos integrantes del sistema, como la supresión o ataque a la propiedad privada, mediante el re­curso del colectivismo. Por ésto conviene precisar que no intenta­mos cuestionar el principio de pro­piedad, sino, apenas, inquirir sobre la forma como se ha manejado di­cho problema en lo corrido del pre­sente siglo.

Es aceptado por el Departamento Nacional de Planeación, desde 197 5, que, aproximadamente el 30% del producto interno tiene su origen en el sector agropecuario. Que cerca del 80% del valor agregado que se e.xporta proviene del mismo sector, el que, además, le proporciona a la industria nacional el 50% de la ma­teria prima que ésta necesita. 6 "Que investigaciones recientes han mos­trado que en el sector agropecuario por cada peso de inversión se genera el 80% más de empleo que en el sector de la industria manufacturera y 40% más que en el sector de la construcción urbana". 7 Sine m bar­go y a pesar de tal reconocimiento, no se ven los resultados de una polí­tica agraria que muestre su desarrollo.

De otro lado, según Salomón Kalmanovitz en su concienzudo es­tudio, El Desarrollo de la .1gricultu­ra en Colombia, consigna los si­guientes clarificadores datos:

... "Para la PREALC los ingresos del trabajo de obreros, que según testimonio eran el 38% de la pobla­ción activa rural, alcanzaban sólo el

14.6% de los ingresos agropecua­rios. Los minifundistas, que llega­ban a ser el 24.5% de la población, obtenían el 20.9% del ingreso" ... "Estas dos capas de población su­maban el 62.5% del total, pero ob­tenían sólo el 35.5% del ingreso rural''.8

En contraste y conforme a la fuente que se acaba de citar, los grandes propietarios, cuyo número correspondía al 1.74% de la misma población, recibían el 12.6% de la totalidad del mencionado ingreso.

Hoy día se puede aceptar sin ma­yores dudas. que la distribución de ese ingreso no ha cambiado substan­cialmente desde el cálculo hecho en 1960. Además, los elementos de juicio disponibles permiten deducir que no ha existido una política agraria que haya buscado la solu­ción del problema, pues, la Ley 200 de 1936 que intentó reglamentar la extinción de dominio y combatir las formas atrazadas de arrenda­miento, fué interferida por la Ley 100 de 1944, hasta cuando la Ley 135 de 1961 pretendió retomar los aspectos esenciales de la 200, ésto es, la extinción de dominio y las anacrónicas relaciones de trabajo, sin éxito, porque pronto fué reem­plazada por la Ley 6a. de 197 5 que dió marcha atrás, nuevamente. El programa denominado Desarro­llo rural integrado (DRI), es un pro­grama de consolación para el cam­pesino que presiona sobre la tierra buena, propiedad de unos pocos latifundistas.

Es pertinente y oportuno recor­dar que entre 194 7 y 1958, la lla­mada violencia política, fruto del enfrentamiento armado de los par­tidos liberal y conservador, obligó a muchos miles de campesinos al abandono de sus parcelas y a su migración a las zonas urbanas, con la secuela del crecimiento del latifundio a expensas de la peque­ña propiedad abandonada, y del aumento de los barrios de tugurios en las ciudades. De contera, cabe reconocer que en la actual situación de guerra que la sociedad colom­biana se acostumbró a sufrir de

forma indolente, está ocurriendo fenómeno semejante.

Pero dejemos, aunque sean nada más que someros, los comentarios sobre el problema agrario, y trate­mos de hacer una aproximación al que genera el desempleo, cuya magnitud también nos niega la op­ción del optimismo. Basta con acu­dir a las estimaciones oficiales de 1971, que consideraban para 1985 una fuerza de trabajo urbana de once millones de colombianos entre quienes habría dos y medio millo­nes de desempleados. 9 Si acepta­mos, así mismo, un crecimiento anual en esa fuerza de trabajo del 3.5%, vendríamos a concluir que en la actualidad élla se aproxima a quince millones y que la cifra del desempleo no es inferior a la de 1971, no obstante los esfuerzos en los últimos veinte años para dismi­nuirla. Por otra parte, si deseamos aproximamos a la realidad, es pre­ciso agregar el desempleo rural y, entonces, considerar el problema como alarmante y reconocer sus consecuencias en el campo de la violencia y en la proliferación del delincuente común.

Somos conscientes de que las consideraciones que preceden no cubren la magnitud y complejidad de la situación que vive el país. Sinembargo, los aspectos insinuados sirven para comprender que su fuer­za negativa genera y alimenta el descontento, que cuando se desbor­da, deviene en subversión, altera el orden público, facilita la delincuen­cia común y organizada, y crea el ambiente propicio para la acción de movimientos guerrilleros, cuyas ca­pacidades en contra del Estado y de la tranquilidad ciudadana pare­cen ser subestimadas, no obstante su clara manifestación en lo:: si­guientes aspectos:

l. Capacidad de cogobernar en sus áreas de influencia. Areas que en la fecha incluyen: U Sur del Cesar, Tena y San • del Tequendama, y o editorial de El T Octubre de 1993 sar hasta e

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hasta Arauca, pasando por Antio­quia, Huila, Boyacá, Santander, Casanare, el Meta y últimamente Cundinamarca.

2. Capacidad a nivel internacio­nal, de distribuir y hacer conocer la información nacional que beneficie su política y razón de ser.

3. Capacidad de aprovechar y estimular el descontento de una gran masa de campesinos sin tierra y sin empleo, y de un creciente nú­mero de marginados urbanos, cuyo potencial explosivo puede calcular­se si se lleva la mirada en la capital de la república a los barrios: Ciu­dad Bolívar, San Cristóbal y sur oriente de la ciudad. Y enarbolar sobre tal descontento banderas ideológicas que les permitan mante­ner la guerra de guerrilla y avanzar en el control territorial y político.

4. Capacidad para entorpecer los intentos del gobierno con miras a restablecer la seguridad y el orden, y por ende, capacidad para dismi­nuir, todavía más, la credibilidad de la mayoría de la población en las intenciones gubernamentales.

5. Capacidad para continuar la acción subversiva y la guerra de guerrillas con el apoyo económico que le brindan la extorsión, el se­cuestro y el narcotráfico, delitos cuyo ejercicio se extiende por el territorio nacional de forma al pa­recer incontrolable.

6. Capacidad para reemplazar las bajas sufridas en su pie de fuer­za, _que se calcula en un máximo de 9.000 hombres, y mantener su po­der de combate como guerrilleros, ya que su entrenamiento es perma­nente, se mueve en el terreno como pez en el agua y su armamento in­cluye fusiles modernos, ametralla­doras y morteros.

7. La Coordinadora Nacional Gue­rrillera ha demostrado sin equívo­cos las siguientes capacidades:

a. Continuar con la extorsión y el secuestro en todo el territorio colombiano.

b. Continuar su vinculación con el narcotráfico a través de su apo­yo al cultivo, al procesamiento de la droga y a su exportación.

c. Continuar el proceso de inti­midación y sometimiento de al­caldes y pobladores pacíficos de aquellas áreas hoy día bajo su control.

d. Urbanizar la guerra, aprove­chando el descontento social que producen el desempleo y la miseria en los barrios marginados de las ciudades, y desarrollar su acción guerrillera mediante asal­tos a entidades financieras y ataques a la fuerza pública como los realizados en inmediaciones de Usme.

e. Incrementar la acción terro­rista, mediante atentados contra oleoductos y otras instalaciones del Estado, para señalar la inca­pacidad de éste en el cumpli­miento de su misión constitucio­nal de asegurar el orden y de pro-

..____,!"el enfrentamiento armado no solo sacrifica seres humanos, sino que impone la inversión de una gran cantidad de recursos económicos" D

teger los bienes públicos, y para insinuar una protesta por el su­puesto mal manejo gubernamen­tal de los recursos no renovables del país.

f. Continuar con los asaltos ar­mados sorpresivos sobre pobla­ciones, relativamente desguarne­cidas, y extender esta acción a las cercanías de los grandes cen­tros urbanos, ampliando cada día más su influencia sobre la población civil y paralelamente el control de territorio.

8. Aunque el narcotráfico es problema mundial, cuyo control desborda el marco nacional colom­biano, es necesario tenerlo en cuen-

ta en estas consideraciones y con­veniente insinuar, aunque sea, al­gunas de sus capacidades, pues incrementan la razón de nuestras inquietudes, ya que, directa o in­directamente, ayudan la acción guerrillera de los movimientos sub­versivos y de la delincuencia en general. De esas capacidades parece razonable destacar:

a. El aumento de su actividad corruptora en todos los ni-.eles de la sociedad, pero especial­mente en aquellas instituciones y grupos humanos que obstaculi­cen el desarrollo del negocio.

b. La expansión de tan lucrativa empresa por todo el territorio na­cional, aprovechando las caracte­rísticas de la geografía; la pobreza de mucha gente, tanto rural como urbana, y la codicia desenfrenada del ser humano contemporáneo, que incluye desde los delincuen­tes de cuello blanco hasta los si­carios que actúan por un soñado bienestar para sus familiares.

c. La conexión con la guerrilla revolucionaria, y su utilización como fuerza protectora en los diferentes niveles de la empresa, tales como cultivo, proceso de laboratorio, distribución nacional y exportación.

d. Continuar su respaldo econó­mico para la creación y funcio­namiento de organizaciones, lla­madas de AUTODEFE~·rSA, que se convierten en delincuencia organizada.

9. Al igual que se hizo con el problema del narcotráfico, es preci­so incluir en estas reflexiones el rela­tivo a la delincuencia común, cuyas dimensiones desestabilizadoras de la seguridad ciudadana, desbordan los límites, humanamente soportables en una sociedad organizada. Sus múltiples y variadas manifestaciones delictivas, que incluyen toda la ga­ma del homicidio, el robo, la extor­sión, el secuestro y todas las demás figuras del crimen, se han sahdo de la capacidad de control del pod judicial, y constituyen la carga que

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sin pausa y sin esperanza de térmi­no, soporta el hombre de bien, ago­biado, ya, por una guerra que tam­bién parece sin fin.

Es inconsecuente terminar estas inquietudes sin subrayar el proble­ma de la corrupción, cuyas manifes­taciones se han hecho notorias en todos los estamentos sociales, en muchos de los integrantes de las ins­tituciones oficiales, en gran parte de los miembros de la llamada clase política, en las actividades econó­micas con singulares excepciones y en general, en todos aquellos cam­pos donde surge la oportunidad de obtener riqueza, pronto y sin mayor esfuerzo. Como este cáncer tampo­co se puede contener con el uso ex­clusivo de la represión, es otro fac­tor que nos mueve al pesimismo con respecto al término de las gue­rras que martirizan y desangran sin explicación valedera, al pueblo colombiano.

Somos conscientes de que las consideraciones que preceden no cubren la magnitud y complejidad de la situación que se padece. Sin embargo creemos, que las realida­des señaladas, dan base para afir­mar que las fuerzas negativas de tan lamentables sucesos, concurren en una resultante llamada LA VIO­LENCIA, cuya duración y crueldad carecen de razón de ser. Compren­demos que el fenómeno incluye motivaciones de orden económico, político y social, que estimuladas con la injusticia y el abuso, produ­cen la reacción agresiva de aquel desesperado colombiano que per­dió credibilidad y confianza en las Leyes de un Estado, y en los go­bernantes que, de forma insensible, han dejado agravar el problema de sus necesidades básicas y lo mantie­nen inmerso en un mar de inseguri­dad que amenaza tragárselo.

Es un hecho real que la subver­sión con su guerra de guerrillas afecta la economía rural, no sólo debido a que el enfrentamiento ar­mado con la fuerza pública restrin­ge la actividad agrícola, ya que pone entre dos fuegos al campesino, sino por el surgimiento en las zonas

afectadas de acciones criminales ya insinuadas, y de otras también in­veteredas como la expropiación ar­bitraria de la propiedad inmueble del colono, supuestamente califica­do como enemigo político. Que así mismo es verdad, que esa guerra en la actualidad se urbaniza, según lo demuestra la presencia en la pro­pia capital de la república, de las denominadas MILICIAS POPULA­RES. Que la estrategia de la sub­versión armada dejó de conformarse con los efectos inmediatos de la sorpresa militar, seguidos 'de la pér­dida tácticamente calculada del contacto bélico, para poner en pro­ceso el objetivo de adueñarse del control territorial. Que este obje­tivo lo ha logrado a través de su influencia sobre la población civil, inconforme con el funcionamiento del Estado, y mediante la intimida­ción que puede ejercer sobre ciertas autoridades alejadas del gobierno central. Que el enfrentamiento ar­mado no sólo sacrifica seres huma­nos, sino que impone la inversión de una gran cantidad de recursos económicos en un esfuerzo de gue­rra de duración que es imposible predecir. Que esos recursos en un ambiente de paz, podrían servir al desarrollo del país y al bienestar de la comunidad.

Conviene precisar que no inten­tamos una censura a la GRAN ESTRATEGIA del gobierno para enfrentar la lucha contra la subver­sión, pues nos damos cuenta de que carecemos de muchos elemen­tos de juicio necesarios para éllo. Sinembargo, no podemos dejar de expresar nuestra preocupación por la insuficiencia de los resultados obtenidos frente a las capacidades y logros del adversario, insuficien­cia que nos permite pensar que, tal vez, el concepto estratégico a nivel nacional es incompleto; que no cu­bre la totalidad de un problema compuesto de dos partes bien dis­tintas, aunque unidas sin solución de continuidad, como lo están el término de la oscuridad nocturna y el comenzar del día.

oportuna equidad. El tratamiento para remediar las causas de la sub­versión es de la responsabilidad de la sociedad política y de sus repre­sentantes. Requiere soluciones po­líticas, ya que el descontento no se puede extirpar militarmente. Es del caso subrayar que algunas de las capacidades actuales de la gue­rrilla no pueden ser contrarresta­das, mediante cursos de acción me­ramente militares, según puede de­ducirse de la forma como avanza el control territorial y humano por parte del movimiento guerrillero, en zonas densamente pobladas don­de es muy difícil distinguir al sub­versivo del hombre respetuoso de la Ley, y donde como reacción a tal dificultad sería inhumano e inmo­ral, a la vez que ilegal, aplicar la táctica de tierra arrazada con resul­tados más negativos en la voluntad popular. Queda pues como única esperanza de que algo nos redima, la solución política, si es que en realidad por amor a la patria y mi­sericordia con un pueblo larga­mente sacrificado, se quiere poner término a la guerra.

NOTAS:

1. PARDO PARDO. Alberto Geografía Económica y Humana de Colombia. Bogotá· Eds. 3er. ~1undo. 2a. Edición 1979. Pág. 540

2. DEP \RT AMENTO NACIONAL DE PLANEACION. Para Cerrar la Brecha. 1975-78. Bogotá: Eds. Banco República, Talleres Graf. 1975

3. Ibídem. Pág. 141

4. Ibídem. Pág. 155

5. Ibídem. Pág. 109 6. lbidem. Pág. 27

7. Ibídem. Pág. 29

8. KALMA:-;ovnz. Salomón. El Desa­rrollo de la Agricultura en Colombia. Bogotá: Carlos Valencia Editores, 2a. Edición. 1982, Pág. 225 -226

9. DANE, Cie. Contribución al Estudio Es imprescindible por lo tanto, del Desempleo en Colombia. Bogotá:

qué ambas partes sean tratadas con Talleres DANE, 1971, Pág. 57

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IPOLITICAI

EL FUTURO DE OCCIDENTE General (r) ALBERTO RUIZ NOVOA

Pensamos que esta revista debe tam­bién suministrar a sus lectores. los ofida­les de las Fuerzas Militares. motivos de meditación intelectual sobre la situación que vive el mundo al nivel universal de las relaciones internacionales. La desapa­rición de la Unión Soviética como super­potencia tanto militar como ideológica está causando una confusión que se está traduciendo en conflictos en diversas partes del globo, y que presagian trans­formaciones hasta ahora no claramente predecibles. Esta es la razón para publi­car a continuación la versión del ensayo de Gerd Behrens, corresponsal del diario Süddeutshe Zeitung, de Munich, apareci­do en la Revista Time y que apreciamos como una lúcida visión hacia el futuro. Escribe el autor:

"El mundo se mueve no como una flecha sino como un boomerang". Nada describe mejor la actual situación mundial que esta analogía de Ralph Ellison. Des­congelada al final de la guerra fría, la historia se devuelve con una venganza, llena de sonidos amenazantes, siempre dispuesta a retornar a su punto de parti­da, que algunos pensaban que había dejado para siempre. Los optimistas apreciaban la marcha de la historia como una línea recta destinada a alcanzar su objetivo. Era tentador considerar la cumbre del poder de Occidente como el final de la historia. La mayoría de los gobiernos occidentales practican. o al me­nos predican, las ideas occidentales del buen gobierno, es decir, la democracia liberal. El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional aparecen en el papel de modernos conquistadores. En algunas de sus antiguas colonias los emba­jadores occidentales mandan como los antiguos virreyes. Coca Cola y Mac Donald han conquistado al mundo con muy pocas excepciones. En resumen, occidentalízación parece como sinónimo de modernización.

Pero la historia no es fácil para los ga­nadores complacientes. La:. vi.:torias de Occidente en el exterior van acompaiiadas de una declinación doméstica. Los lazos sociales se han debilitado y sus principios fundamentales están siendo olvidados. El liderazgo político brilla por su ausen. cia. El consenso de la seguridad colectiva se ha ido y los gastos militares están dis­minuyendo a pesar de que el mundo está en erupción. Las economías occidentales se estancan mientras el Lejano Oriente marca el paso en cuanto al desarrollo. Los trabajadores coreanos duermen ~obre el piso de sus fábricas para ahorrar el tiempo que les toma ir a ~u~ casas; sus colegas europeos. según se dice, también duermen sobre el piso de sus fábricas pe­ro durante las horas de trabajo. La vieja lealtad, la ética Protestante del traba­jo está siendo desalojada por la doctrina Confuciana.

Occidente parece que está envejecien­do para dar lugar a un cambio de guardia. tal como ha sucedido tantas veces en la historía.

En las civilizaciones Confucianas e Is­lámicas. el cient ífJco y politólogo de Har­ward. Samuel Huntington ha identificado dos inminentes desafíos para Occidente. El Islam. expandiéndose m:ís allá de su centro tradicional cau)ando su impacto con la independencia de la~ ex-repúblicas soviéticas del Asia Central. En Africa. extendiéndose al sur del Sahara, hasta el punto de que Zambia, dándose cuenta del peligro de un asalto Musulmán, se ha declarado una república Cristiana. Con la inmigración. el Islam ha puesto pie firme en Francia y en varias partes de Europa. donde sus habitantes han comen­zado a sentir su amenaza. Por su parte. el Islam ha mostrado ser prácticamente inmune a las ideologías occidentales. ya sea el marxismo o el hberalismo.

La 1 eocracia está derrotando la de­mocracia . Si la dictadura del proletaria­do está muerta. está tomando vida la dictadura de los fieles.

El más serio desafiante de Occidente es el Lejano Oriente . Con China como centro el bloque Confucionista tiene el peso de su volumen. Cada yez más en Asia como en otras partes. las éhtes no sirven ahora como agentes de la occiden­talización sino que están promoviendo lo que en Occidente se aprecia como los valores fundamentalistas. Singapur es hoy una sociedad confucionista con su estilo propio y muchos intelectuales del Sureste Asiático ya no se excusan de re­chazar los principios occidcn tales de gobierno como extrai'ios a sus propias culturas.

Es tiempo de preguntarse: ¡,Existe aún Occidente'? ¿Se define simplemente como el enemigo del Comunismo y de la amenaza Soviética'? ¿Con la amenaza roja desaparecida se ha aflojado la unión de Ocddente'? ¿Puede existir un Occi­dente sin un Oriente? ¿Qué ha quedado como propósito común"? Mientras los derechos colectivos son la razón suprema, en el resto del mundo el Occidente exalta los derechos individuales. lo que poco ayuda a la causa de la cohesión . El Occi­dente aparece como un matrimonio de conveniencia mientras otras civilizaciones adelantan apa~ionadas relaciones. Tanto el Islamismo como el Confucionismo es· t:ín inspirados en la fé. en sus valores cul­turales. Occidente es Cristiano por lo me­nos en el papel pero el Cristianismo no es ya su guía principal. A Occidente le está faltando la mística. En el fondo, se dice que su Identidad es muy superficial.

Mientras el conflicto se reducía a una competencia de ideologías. Occidente pi­saba un terreno firme. Ahora que el con­flJcto se ha tornado cultural se encuentra en arenas movedizas. Como el Imperio Romano, está cometiendo el error de m1 rar a sus adversarios como tecnológica· mente inferiores. Como el lmpeno Ro­mano, está siendo lento en entender la naturaiCLa del desafio. De aquí los fu­mes conceptos que profe:.aba Mah una Gandhi sobre la civilizactón occ1de y que es pertinente recordar A.l pe sele un comentario sobre el t testó sarcásticamente. ¿''La e Occidental? P1cnso que se a idea."

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1 SOBERANIA NACIONAL 1

UN PROBLEMA VECINAL

ViceaJmirante (r) EDUARDO WILLS OLA YA

Es necesario en este resumen de los aconteceres históricos más pro­tuberantes y que se relacionan en alguna forma con la Armada, rela­tar ciertos hechos que vienen que­dando sin definir por una falta de comprensión y de deseo político de los dos vecinos en la búsqueda de una solución: son ellos Colom­bia y Venezuela.

CRONOLOGIA DE LAS NE­GOCIACIONES.

En desarrollo de los plantea­mientos se iniciaron conversaciones directas para el establecimiento de los límites del Mar Territorial en Caracas 1954 siendo representantes por Colombia, el Doctor Francisco Urrutia, Embajador en Venezuela y el Doctor Aureliano Otáñez, Minis­tro de Relaciones del país vecino.

Posiciones: Colombia propuso el criterio técnico de línea media que posteriormente fue tesis adoptada en la convención de Ginebra de 1958. Venezuela a su vez propuso la prolongación de la dirección ge­neral de la frontera terrestre hacia el Cabo San Román combinada por una línea ecléctica trazada entre Los Monjes y la Guajira, que constituye la dirección ponderada de las facha­das continentales de Colombia y Venezuela hacia el Caribe. En esta primera aproximacwn no hubo acuerdo iniciándose así el hoy llama­do Diferendo Colombo-Venezolano.

La Convención de Ginebra sobre Mar Territorial en sus artículos 12

y 24 y la misma Convención sobre Plataforma Continental en su artícu­lo 6o. consagra el principio de la Línea Media y de la Equidistancia como norma de demarcación. A este respecto Colombia no establece reserva alguna pero Venezuela invo­ca para el golfo "circunstancias especiales" que a la luz de la razón no tienen validez alguna.

Las dos naciones inician nueva ronda de negociaciones esta vez a nivel de Ministerio de Minas e Hi­drocarburos que se realizan entre 1965 y 1967 alternando entre Bo­gotá y Caracas siendo representan­tes por Colombia el Doctor Carlos Gustavo Arrieta y por Venezuela el Doctor Manuel Pérez Guerrero. Colombia propuso un proyecto de tres puntos así:

a. Señalamiento de mares terri­toriales de 12 millas.

b. Señalamiento de zonas conti­guas de 12 millas.

c. Aplicar en el área restante los procedimientos del derecho in­ternacional a falta de acuerdo entre los países.

Venezuela presentó los siguientes criterios:

a. Proporcionalidad de las costas en la parte interna del Golfo de Venezuela.

b. Equidistancia en la parte ex­terna entre los Monjes y la Guajira.

Esta reumon constituyó una etapa de tanteo y las conversaciones terminaron inconclusas.

Nuevamente se inician conversa­ciones esta vez en forma de Confe­rencias diplomáticas del 9 al 12 de Octubre de 1967 en Bogotá, obran­do como representante por Colom­bia el Dr. Antonio Rocha y por Venezuela su Embajador Doctor Ramón Carmona. Las posiciones fueron: Colombia: Mantuvo el principio de la Línea Media y de la Equidistancia, tomando en conside­ración el estudio del geógrafo Whi­ttemore Boggs. Venezuela alegó "circunstancias especiales" para la aplicación de la delimitación y si­guió proponiendo como línea, la prolongación de la frontera a partir de Castilletes. La conferencia con­cluyó en nada, no hubo acuerdo ya que se registraron diferencias en la interpretación de las reglas para la delimitación y lo más grave, se aceptó el primer estancamiento ofi­cial de las negociaciones.

En 1968, en Caracas y Bogotá, se reanudan otra vez conversacio­nes diplomáticas representando a Colombia el Doctor Germán Zea Hernández y a Venezuela el Doctor Iribarren Borges adoptándose las siguientes posiciones: Venezuela: invoca la línea del paralelo de Cas­tilletes hacia Punta Salinas para fijar el área Norte en disputa y al Sur de aguas interiores venezolanas ( 4 de Marzo). Colombia (11 de Marzo) manifiesta la imposibilidad de negociar sobre tales bases por inaceptables. ~uevamente se pro­duce el estancamiento en las negociaciones.

El gobierno venezolano invita a Caracas al Canciller de Colombia y allí se acuerda entre los Doctores Germán Zea Hernández e -lriba­rren Borges adelantar nuevamente negociaciones directas.

Reunidos entre 1969 y 1970 los presidentes vecinos precisan: ''am­bos mandatarios señalan la conve­niencia de proseguir en un término razonable, las amistosas conversa-

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Clones tendientes a buscar solucio­nes justas y equitativas para delimi­tar las áreas marinas y submarinas entre los dos países". Estas decla­raciones fueron posteriormente ob­Jeto de reglamentación de procedi­mientos, dándole a las negociacio­nes un carácter indefinido de avan­ces y retrocesos, imposibles de fijar en términos concretos. La declara­ción de Sochagota como se llamó, trajo consigo una impensada am­pliación del tema del diferendo.

Por desarrollarse, nueva reunión, en Caracas, bajo un ambiente ma­tizado de emociones ultranaciona­listas, se escogió la ciudad de Roma para continuar las conversaciones establecidas en la declaración de Sochagota representando a Colom­bia los Doctores Carlos Gustavo Arrieta y Germán Zea Hernández y a Venezuela Carlos Sosa Rodrí­guez y José Alberto Zambrano en los años de 1970 a 1975. Como resultado, los venezolanos propo­nen el paralelo de Castilletes COII!O

referencia continuando con la línea media hacia el Norte y hacia el Oes­te y luego al ~oroeste. Reclaman 12 millas de mar territorial para Los Monjes y mantienen reserva so­bre las convenciones de 1958 sobre Mar territorial y plataforma conti­nental a más de reafirmar lo que ellos llaman derechos históricos. Los colombianos mantuvieron el principio de la línea media y la equidistancia.

Ante el endurecimiento venezo­lano se pone fin a las negociaciones el 17 de Abril de 197 3, ningún país firma el acta final y aparentemente se agotan las posibilidades de arreglo directo.

Actuando por Colombia en 1972 en Bogotá y Caracas el Doctor Al­fredo Vásquez Carrizosa y por Ve­nezuela el Doctor Aristides Calvani nuevamente fijan posiciones y nues­tro Canciller propone darle aplica­ción al tratado de 1939 sobre pro­cedimientos pacíficos de solución de las diferencias. Calvani rechaza la aplicación de tal tratado argu­yendo que es necesario el acuerdo previo de los Estados para iniciar

sus procedimientos y sostiene que se deben continuar las negociacio­nes directas ya que consideran que ellas, contra la opinión colombia­na, no están agotadas. Los presi­dentes de ambas naciones convie­nen en proseguir las conversacio­nes y Colombia hace constar a nivel de Cancilleres que no renuncia a la aplicación del tratado de 1939.

El 24 de Julio de 197 8 el Presi­dente electo de Colombia Turba y Ay ala y el Presidente de Venezuela Pérez Jiménez mediante declaración conjunta deciden continuar las con­versaciones directas (en 1978-1980 en Medellín, Puerto de la Cruz, Cali, Caracas, Cartagena y Caraba­Heda) actuando por nuestro país Julio Londoño y otros y por los vecinos Gustavo Planchard y otros. El proyecto de acuerdo que tomó el nombre de Hipótesis de Caraba­Heda en síntesis consistió en: los dos países modificaron sus posicio­nes iniciales sobre la forma de de­limitación, asumiendo el paralelo de Castilletes (Lat 11° 51'07" 41 Nor­te) como línea de referencia para la delimitación de las áreas marinas y submarinas, estableciendo líneas de base entre las penínsulas para me­dición de las aguas jurisdiccionales de cada país, calificando como aguas interiores de uno y otro país las comprendidas entre las líneas de base y las costas respectivas y participando por mitad de los hi­drocarburos extraídos así como en los costos correspondientes de los yacimientos que se extien­dan a ambos lados de la línea de delimitación.

A esta aproximación el gobierno colombiano del presidente Turbay Ayala autorizó el texto con base a una aceptación generalizada pero en Venezuela se generaron presio­nes internas de tipo político-mili­tar que obligaron al presidente Herrera Campins a declarar: "Es menester un consenso nacional para poder firmar el acuerdo". Así que como conclusiones se pueden anotar:

a. El proyecto fue rechazado por Venezuela.

b. El vecino país congeló unila­teralmente el diferendo.

c. El procedimiento bilateral fracasó.

Es importante analizar la figura titulada "Hipótesis de Caraballeda", pudiéndose deducir que la tal hi­pótesis fue "traída de los cabellos" y que afortunadamente Venezuela vetó, pues su aprobación hubiera hecho perder a nuestro país miles de millas de riquezas marítimas.

El 5 de Mayo de 1987 en Bogotá y Caracas, el Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia se dirigió a su homólogo de Venezuela en nota diplomática informando la de­signación de los miembros para res­tablecer la comisión de conciliación prevista en el Tratado del 17 de Diciembre de 1939Hamado de "No agresión, conciliación, arbitraje y arreglo jurisdiccional" y solicita al gobierno venezolano la designación de los comisionados que les corres­pondían. Venezuela respondió la nota tres meses después, rechazan­do la propuesta con el argumento de su no aplicabilidad por tratarse de un asunto que afectaría sus "in­tereses vitales". Colombia había nombrado como comisionados al ex-presidente López Michelsen, al ex-presidente costarricense Daniel Oduber y al Vicepresidente peruano Alberto Sánchez.

Así las cosas el diferendo continúa dilatándose. En la actualidad y como resumen podemos establecer las actitudes de los dos países:

VENEZUELA:

a. Reafirma razones históricas, jurídicas y navales sobre el Golfo de Venezuela.

b. Sustenta el empleo de medios pacíficos para la solución de las diferencias entre los Estados.

c. Asigna poca importancia al problema común de la delimitación de las áreas mariTJaS y submannas con Colombia, prolongando co ello una controversia incomeru • a los dos países.

~e o

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d. Sustrae de la aplicación del tratado de no agresión, conciliación, arbitraje y arreglo judicial suscrito con Colombia, el tema de los lími­tes en el Golfo, por considerarlo de interés vital.

e. Limita la solución del dife­rencio al diálogo y a la negociación directa, sin participación de terce­ros y sin límite de tiempo.

f. Coloca el diferendo en un plano fundamentalmente político antes que en el campo jurídico del derecho internacional.

COLOMBIA:

a. Ha mantenido su presencia en lo que considera sus aguas juris­diccionales, conforme al derecho internacional y las diferentes con­venciones que sobre la materia han reglamentado y codificado su uso. Esta presencia se remonta a la mis­ma historia en ejercicio de claros derechos soberanos.

b. Colombia, fiel al principio de respeto y cumplimiento a los ins­trumentos internacionales, así como al reconocimiento permanente de los derechos de los otros Estados, jamás sus naves han incursionado en las aguas bajo la jurisdicción de otro país, salvo para atender el llama­miento de la organización de las Naciones Unidas con el objeto de contribuir a la preservación de la paz y la democracia, como fue la participación del Ejército y de la Armada en Corea.

c. Colombia defiende el recurso de la conciliación, el arbitraje y el arreglo judicial para la solución de las diferencias entre los Estados, como principio que inspira su po­lítica internacional. Ahora: mun­dialmente ha quedado establecido que "La simple afirmación de la soberanía del Estado Ribereño so­bre una bahía no es suficiente para que se le pueda atribuir la calidad de histórica, sino que, por el con­trario, dicha afirmación debe ir acompañada de su ejercicio, a tra­vés de cualquiera de las manifesta­ciones mencionadas, es decir, que

haya ejercido derechos soberanos en forma continua e inmemorial y que los otros Estados hayan recono­cido esta práctica". Además la delimitación de los espacios maríti­mos siempre tienen un aspecto in­ternacional y no puede depender solamente de la voluntad del Esta­do Ribereño tal como se expresa en su derecho interno".

¿PERO A QUE SE DEBIO EL PROBLEMA?

- Entre el13 y el 29 de Agosto de 1952 como era costumbre de la Armada se venían continuando los entrenamientos de tiro de com­bate dentro del territorio nacional, en este caso las rocas conocidas como Los Monjes, la Fragata ARC Almirante Padilla, al mando del Capitán de Corbeta Jorge H. Be­rrío efectuó nutrido bombardeo de rutina sobre ellos como anterior­mente y sin ningún problema se venía realizando.

- El 3 de Agosto de 1971, los representantes a la Cámara Emigdio Córdoba, Demetrio Salamanca, Eleá­zar Jaramillo, Armando Hoyos y Gilberto Zapata se dirigieron al Ministro de Defensa General Her­nando Currea Cubides solicitándole datos oficiales sobre el tiro de en­trenamiento efectuado sobre uno de los Monjes e información sobre permisos de exploración en esas rocas en las fechas 13 a 14 de Agos­to del 52 y años anteriores.

- Tramitado lo anterior al Co­mandante de la Armada de ese entonces Vicealmirante Jaime Parra éste contestó el oficio No. 01899-MDSGR-A-551 de Agosto 5/71 expresando que después de una exhaustiva búsqueda en los archivos históricos de la Armada sólo se ha­bían encontrado anotaciones co­rrespondientes al resumen del libro de Bitácora de la Fragata Padilla registrando como Comandante al Capitán de Fragata Jorge H. Berrío cuando se efectuó tiro de entrena­miento sobre los islotes de Los Monjes y que los libros de Bitácora de la unidad se presumían perdidos en ocasión del accidental hundí-

miento de la Fragata Padilla. En cuanto a los permisos de explora­ción eran del conocimiento posi­blemente del Ministerio de Relacio­nes Exteriores ya que la Dirección de Marina Mercante encargada de esos menesteres sólo había sido creada por Decreto No. 3183 de Diciembre 20 de 1952.

Venezuela protestó y un conno­tado periodista colombiano en co­lumna titulada la Danza de las ho­ras (El Tiempo, 30 de Enero de 1953) escribió "No convirtamos el caso de los Monjes en contro­versia internacional... vale mu­chísimo más la cordialidad con Venezuela... cedamos en "nuestro derecho"... y demostremos al pue­blo hermano que apreciamos en mu­cho más su amistad que la posesión de pedazos de tierra o de roca" ... El 22 de Noviembre de 1952 (Nola GM 542,) el entonces Ministro de Relaciones Exteriores Juan Uribe Holguín firma una nota que entrega prácticamente Los Monjes suplan­tando en sus funciones al Presidente Urdaneta Arbeláez ya que era priva­tivo de éste dentro de sus funciones" celebrar con otros Estados Trata­dos o Convenios que además de­bieron ser aprobados por el Congre­so". Así pues se pretermitió la Constitución y se convirtió en acto de usurpación de funciones que no tiene ninguna validez. Por eso va­rias veces tal nota ha sido y está siendo en la actualidad demandada.

Así es problema del Consejo de Estado aceptar o nó lo hecho. Pero el caso es el de que mientras exista esa especie de "Status quo" no de­clarado ambos países deben tener libre acceso y uso en las aguas en "discusión" o respetar la línea me­dia que universalmente constituye práctica generalizada.

Parece si, que no ha existido en alguna de las partes una voluntad de arreglo y que por esa razón se han suscitado a menudo diferencias de apreciación especialmente en el tra­tamiento de los buques pesqueros.

(CONTINUARA EN EL PROXlMO NUMERO.)

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1 DISCURSOS MEMORABLES 1

Las celebraciones del "Día de las Reservas", "Cincuentenario" del Curso Francisco José de Caldas del Ejército y Cuarta Promo­ción de la Armada Nacional y "XXXIII Aniversario de Acore", motivaron las intervenciones del Señor Contralmirante Luis Carlos Jaramillo Peña, Señor Coronel Manuel Rodríguez Rodríguez, Señor ~1inistro de Defensa Nacional, Señor Presidente de la Asociación, y Señor Brigadier General J orge Alba Hemández, las cuales, en su orden, se transcriben a continuación.

DEL Sr. CONTRALMIRANTE (r) LUIS CARLOS JARAMILLO PEÑA

EN EL 'DIA DE LAS RESERVAS' PLAZA DE BOUVAR - 5 DE SEPTIEMBRE DE 1993

Reunidos ante la efigie del padre de la Patria, en esta austera plaza, testigo excepcional de tantos acon­tecimientos, intrascendentes algu­nos como el diario vivir de las miles de personas que indiferentes diaria­mente por ella transitan o funda­mentales otros ya que han marcado hitos claros en el desarrollo de nues­tra historia, como cuando en aquel 20 de Julio de 1810 se escuchara el grito altivo de nuestra independen­cia o el 10 de Agosto de 1819 ob­servara la entrada triunfal de las tro­pas libertadoras procedentes de los campos de batalla del Pantano de Vargas y de Boyacá o la presencia de la turba enardecida el 9 de Abril de 1948 destruyendo e incendiando todo lo que en su paso encontraba o la dolorosa imagen aún viva en el corazón de los colombianos del ale­ve ataque guerrillero que cegó la vida de magistrados, de militares, policías y civiles, terminando en­vuelto en llamas como postrer holo­causto el Palacio que pese a los es­fuerzos realizados, aún asemeja cla­ramente la radiografía de esa mole pesada e inconclusa de nuestra justi­cia, o el vibrante sonar de músicas

marciales y flamantes pabellones de guerra en paradas militares m otiva­das por sentidas tradiciones demo­cráticas o los gritos y peroratas de obreros en búsqueda de conquistas sociales o el desgarrador toque de silencio dando el último adiós a tanto ilustre compatriota, y hoy, en este día, consagrado por el Gobier­no Nacional en homenaje a las re­servas militares y al personal retira­do de la Policía Nacional, honrando al Padre de la Patria con la sencillez, con la hidalguía, con la nobleza de todo lo castrense y con el senti­miento de amor, sacrificio y dedica­ción al culto de nuestra República que caracteriza a quienes hemos te­nido el honor y la distinción de lu­cir los uniformes y empuñar las ar­mas de Colombia.

Son muchos los compañeros que han caído en cumplimiento desinte­resado y patriótico de sus deberes en defensa de nuestros conciudada­nos de bien, muchos los que de por vida tendrán que sufrir las limitacio­nes de heridas irremediables y mu­chísimos más los que en sus corazo­nes tendrán que llevar las huellas

causadas por esta terrible tragedia que inmisericordemente nos golpea. arruinando vidas y destruyendo nues­tra riqueza y nuestro patrimonio.

A todos ellos, héroes verdaderos, les rendimos sentido homenaje.

Desafortunadamente, todo indica que a pesar de los vientos de reno­vación y replanteamiento ideológi­co y político en las latitudes de donde nos exportaron el conflicto, en nuestra Patria la insurgencia, de­rivó de planteamientos y soluciones que aún cuando equivocadas y n? compartidas podrían tener en su na­cimiento la respetabilidad de las ideas, a lo que hoy día es, cuando los subversivos se han convertido en sinr pies asesinos y delincuentes más in­teresados en sus grandes intereses económicos y en defender la indus­tria del crimen, la extorsión y el nar­cotráfico, que verdaderamente, en buscar vías de solución al conflicto.

Es por ésto, por lo cual hablar de diálogos de paz no tiene mayor sen­tido, pues claramente vemos cómo las conversaciones de Caracas y Tlaxcala sólo sirvieron a la guerrilla como estrategia de guerra, fortale­ciéndose económicamente en el País, tomando el aire necesario para reorgamzar su maquinaria destructi­va, logrando la vitrina y el apoyo de organizaciones internacionales de claras tendencias políticas y de no siempre justas ni acertadas opiniones.

Es bien c1erto que los colombia· nos en su inmensa mayoría quere­mos la paz, ansiamos la paz, necesi­tamos la paz, pero también es cierto que no tenemos una clara idea de la situación del conflicto en que Vl­

vimos. La mayoría de nuestras In­

terpretaciones son sólo parciales, distorsionadas, incompletas y tam­bién desafortunadamente demll.Sla­do optimistas o demasiado ilusas. Nuestro pueblo se acostumbró a Vl­

vír en un conflicto indiferente a e a sus causas y a sus efectos. Qwzás sólo cuando el terrorismo n peó de cerca y cuando la exto y el secuestro se generahz.:rr sólo allí nuestros con

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empezaron a vislumbrar que no es­taban propiamente en un estadio presenciando una lucha entre las Fuerzas Armadas contra la subver­sión, sino que el pueblo como pue­blo, la sociedad entera, el Estado entero son parte activa del conflic­to. Nadie es espectador, todos so­mos actores.

La paz no es fruto de simples conversaciones, acuerdos y firmas. Estos son sólo instrumentos que se pueden desarrollar como conse­cuencia de un gran ambiente origi­nado por la suma de múltiples ac­ciones en todos los frentes del Poder Nacional, que producen un estado de ánimo en que las partes en conflicto, colectiva e individual­mente aceptan si tienen la voluntad de someterse a la Ley. La paz no puede ser otra cosa que el imperio claro y definido de la Ley vigente, la cual es acatada, respetada, acogi­da e implantada por todos sin excepción alguna. Esto y sólo ésto puede constituir la Paz verdadera.

Conversaciones, acuerdos escalo­nados en el tiempo para pedir y re­cibir sin dar nada, no muestran la intención o el deseo de la Coordina­dora Guerrillera de obtener la Paz. Por el contrario, son una clara de­mostración de su arraigo al conflic­to. Desafortunadamente por tanto no existe salida diferente a la de derrotarlos militarmente, quebran­tándoles su voluntad de lucha. Pe­ro ésta no es labor aislada de la Fuerza Pública, es el Estado como un todo el que tiene la obligación de actuar.

Se está fortaleciendo la Justicia. Es cierto, pero ésta aún es inefi­ciente, laxa y poco acertada, queda mucho por hacer. El campo social requiere de un tremendo esfuerzo, nuestra sociedad cada día deja más rezagada a un alto porcentaje de po­blación que apenas sobrevive en la indigencia, sin tener mayores espe­ranzas de salir de tan lamentable situación.

Sectores de la clase política no logran comprender el sentimiento

generalizado de nuestra población al rechazo de prácticas amorales que desafortunadamente se volvie­ron corrientes. La moralización del Estado es inaplazable.

Existe confusión, no hay clari­dad. Cómo comprender como cuan­do no habíamos terminado de dar cristiana sepultura a los 13 policías vilmente masacrados en las goteras de Bogotá, cerca de Usme, un ilus­tre prelado, Monseñor Castrillón, manifiesta su pésame dando en de­claraciones radiales temerarias y va­gas acusaciones contra el Alto Man­do. Su posterior carta no es clara ni tampoco suficíente. Si Monseñor sabe algo en concreto sobre excesos, arbitrariedades o delitos cometidos por la Fuerza Pública, tiene la obli-

gación como cualquier ciudadano en denunciarlo, tal como se lo ha exigido el Señor Comandante del Ejército. La Fuerza Pública es la más interesada en mostrar la clari­dad de sus procedimientos y de co­rregir las fallas cuando se presenten.

El asesinato vil y cobarde contra los miembros de la Fuerza Pública continúa llenando de indignación y de dolor a los colombianos, que ya vemos cómo no por extraña coinci­dencia, algunos de los defensores de los Derechos Humanos, claman por la intervención de instituciones de carácter internacional para me­diar en el conflicto tal como acon­teció en El Salvador, cuando es claro que el caso salvadoreño es completamente diferente al caso colombiano. Los aquí presentes y a quienes representamos si tene­mos completa claridad de la difícil situación a que quedó sometida la Fuerza Militar salvadoreña con esos procesos. La situación política de ambas naciones es completamente diferente. Nuestra Fuerza Pública nunca ha estado ni estará en condi­ciones de ser vencida y la guerrilla nunoa ha estado ni estará en condi­ciones de tomarse el poder.

En el Frente Externo no dejan de ser inquietantes las desafortunadas declaraciones e intervenciones del Ministro de Relaciones Exteriores

de Venezuela, Gral. Fernando Ochoa Antich, declaraciones que bien pueden ser representativas del pensamiento y sentir no sólo de las Fuerzas Armadas Venezolanas sino también de ese pueblo. Igual­mente no solo es preocupante sino que es humillante y abusivo el trato que en Venezuela se dá a nuestros conciudadanos.

Nuestra Canciller Nohemí Sanín de Rubio en forma brillante, inteli­gente y acertada respondió al Minis­tro Venezolano motivo por el cual nos complace manifestar abierta­mente nuestra satisfacción de que en sus manos esté la Cancillería Colombiana. A ella la aplaudimos y rechazamos en forma airada la intervención del General Ochoa Antich.

Pero esta situación no puede quedarse simplemente en el inter­cambio de palabras entre los Minis­tros. El Gobierno Nacional y así se lo reclamamos, debe verdadera­mente emprender campañas ten­dientes a concientizar a nuestra po­blación en todo lo relacionado con la problemática en las relaciones con Venezuela. Este accionar aun cuando tardío no puede ser de me­nor intensidad que al que se realiza allí. Algo similar debe hacerse en el caso de Nicaragua. Igualmente es importante exigir por parte del Gobierno Venezolano un tratamien­to respetuoso y justo para los colom­bianos residentes en ese país. Los avances en materia de integración económica no pueden ni deben ser pretexto para que nos olvide­mos de los aspectos anteriormente mencionados.

Las reservas de las FF.MM. y el personal en retiro de la Policía Nacional en un importante porcen­taje se encuentran agrupados en di­ferentes Asociaciones que tienen por objeto no sólo el volverlos a reunir en el incomparable ambiente de amistad y compañerismo que profesaron y desarrollaron durante su vida en el servicio activo, sino también para buscar un mejor bie­nestar y defender los derechos ad­quiridos durante toda una vida, de-

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dicada por completo al servicio de la Nación, con abnegación, sacrifi­cio y desprendimiento total por todo lo material.

Desafortunadamente medidas y disposiciones tomadas sin mayor profundidad e ignorando las carac­terísticas completamente diferentes entre el servicio en Armas y el Ser­vicio Civil, tienden a recortar y aún a despojarnos de derechos adquiri­dos, acciones éstas que no podemos aceptar y que no aceptaremos, pues son arbitrarias e injustas, habiéndo­nos visto obligados ya a tener que interponer algunas demandas de Ley para lograr en los tribunales competentes, el recobrar la plenitud del derecho vulnerado. Firmemente afirmamos que este tipo de situacio­nes no deben producirse, pues por razones obvias no son convenientes. En Acore creemos que para evitar­las es necesario tener canales de comunicación adecuados con sufi­ciente peso para poderse manifestar en forma clara y oportuna, antes de que tales actuaciones tomen cuerpo.

A pesar de que existen temas de gran preocupación y que no son del caso enumerar en esta ocasión, es importante reconocer el buen áni­mo y disposición del actual Alto Mando Militar al respecto. Sinem­bargo, creo prudente recordar que las Asociaciones sólo tienen poder de influencia, cuando se muestran coordinadas, activas y participa ti vas, motivo por el cual creo que es un deber de todo reservista y de todo retirado, no solo el asociarse, sino trabajar con empeño y sin egoísmo para fortalecer y cohesionar a su respectiva organización.

Finalmente reiteramos nuestro decidido apoyo a la Institución Mi­litar y a la Fuerza de Policía y a sus mandos, manifestándoles que nos sentimos muy orgullosos de ellos y que contarán siempre con nuestro apoyo decidido e irrestricto en to­das las tareas que tengan que abocar para cumplir el sagrado deber cons­titucional de defender a nuestra Patria.

¡ VIVA COLOMBIA !

DEL Sr. CORONEL (r) MANUEL RODRIGUEZ RODRIGUEZ

EN EL CINCUENTENARIO DEL CURSO

'FRANCISCO JOSE DE CALDAS'

ESCUELA MIUTAR DE CADETES- NOV. 18 DE 1993

Eramos cincuenta febriles estu­diantes que en los claustros del co­legio veíamos flotar nuestra ban­dera; atraídos por la belleza de sus colores y por un impulso patriótico del corazón, nos comprometimos a amarla más y más y a perseguirla hasta uno de los altares donde era venerada: "alma mater" de la milicia; su Escuela Militar.

Ungidos por Decreto de la Na­ción como unos de sus mejores hi­jos y uniformados con el ropaje ansiado, iniciamos el ritual de su servicio.

nuestro cinto la relumbrante daga de cadetes. Nunca olvidaremos las retumbantes salvas de cañones en el solemne instante en que ju­ramos para siempre defenderla.

Más tarde recibíamos el primer ascenso como Alféreces y con él, el símbolo del mando: la Espada sagrada de su Ejército, grabando en nuestras mentes el lema inmortal que nos repetían los jefes al poner­la en nuestras manos: ''No la de­senvaines sin razón, ni la envaines sin honor".

Empuñamos por primera vez las Y por fin llegó el día ansiado e armas de la Patria y ceñimos en inolvidable, de un tres de Diciembre

de 1943 en que fuimos ungidos co­mo Oficiales del Ejército, llevando en las presillas sobre nuestros hom­bros la codiciada Estrella que con su brillo nos marcaría el sendero del destino.

Cada quién de nosotros escogió su Arma: unos optaron por la Di­visa negra de los nobles blasones artilleros, otros por la escarlata de la gloriosa Infantería; unos cuantos por la amarilla de la intrépida Caba­llería y otros más por la púrpura de los Ingenieros.

Fuimos diseminados por todo el territorio nacional y así arribamos a nuestros primeros cuarteles: tem­plos sagrados donde cada día se oficia en el altar de la Patria, desde el vibrar de los clarines de la diana, hasta el toque nocturno de silencio después de la faena.

Iniciamos así un recorrido como Comandantes que aún deja huella de nuestra milicia, porque había­mos sido fundidos en un crisol de virtudes por orfebres de delicadas filigranas, forjados con temple de acero y de valores incesantes. Aprendimos a tallar esmeraldas de esperanzas, y rubíes de amor y a trabajar en el telar del blanco lienzo de la paz y de la pulcritud.

Todas nuestras actuaciones estu­vieron siempre ceñidas y enmarca­das por un alto sentido del honor, del valor y de la hidalguía. Bajo estos parámetros fuimos escalan­do los diferentes grados y a base de entrega total, trabajo limpio y con­sagración entera, sin acudir nunca a la intriga sin causa y ganando en limpia lid los estímulos y condeco­raciones que adornaron nuestros pechos.

A través de la carrera, fuimos encontrando por diferentes sende­ros a estas Damas que hoy nos acompañan como esposas y madres de nuestros hijos. Para ellas tene­mos en esta fecha aniversaria, un sentimiento especial de afecto, de admiración y de cariño. Fue vues­tro destino acompañar a estos sol-

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dados en su paso por la vida brin­dándonos su amor y su ternura durante las etapas de nuestra sacri­ficada pero patriótica y honorífi­ca carrera de las Armas. U nas ve­ces como la novia sin escrúpulo en su amor al joven oficial, no seducido por el brillo de sus estrellas o por la refulgencia de sus charreteras, sino porque entreveían en ese hombre un cofre de patriota en el cual podían depositar lo más puro de sus ilusiones. En otras circuns­tancias como la fiel esposa que compartió amorosa los triunfos del amado militar que sale altivo y victorioso en las faenas, luchas y propósitos que su carrera le de­mandan para beneficio de sus compatriotas y de la Patria misma. Pero, igualmente, para compartir con él las penurias y sinsabores que depara la lucha por la vida, pero que ellas con el bálsamo de su ca­riño hacen menos duras y más fácil­mente llevaderas.

Nuestro Curso "Caldas" sigue siendo una célula viviente de la sociedad porque está conformado por hombres de honor, por viejos soldados del Ejército y ciudadanos de bien que en épocas aciagas de la Nación supieron cumplir con su misión limpia y patrióticamente, llevando en sus manos pulcras la bandera de la Patria, para izarla altiva en los sitios donde el orden fuera hollado o donde la constitu­cionalidad de la Nación estuviera en peligro.

Así cumplimos nuestro jura­mento, hasta que un día por azares del destino dejamos las filas y pa­samos al retiro, siempre con honor y con la satisfacción del deber cum­plido.

Nos apeamos pulcramente del caballo o del carro militar; nos quitamos dignamente unas veces el casco acerado y protector y otras el empenachado de paradas para colocarlos en el estante honroso de los recuerdos; nos despojamos con nostalgia de nuestro respetado uni­forme el cual nos distinguió y abri­gó siempre dando calor a nuestro corazón patriota. descalzamol nues-

tras empolvadas botas de campaña que recorrieron muchas veces el te­rritorio afligido de la Patria y las cambiamos por las sandalias suaves del reposo merecido; retiramos las titilantes y plateadas espuelas que marcaron con metálico sonido el paso flnlle de nuestras intenciones; por último retiramos con orgullo de nuestra casaca guerrera las es­trellas y condecoraciones obtenidas para heredarlas a nuestros hijos, como testimonio de la entrega pa­triótica a la Nación y del honor que siempre fue la pauta de nuestras vidas.

Ese día final de la carrera, tam­bién envainamos nuestras espadas con honor para colocarlos al lado de la bandera de Colombia, que siempre seguirá izada, flamante y orgullosa en la cima de nuestros corazones.

Hoy, en este día memorable en que celebramos nuestro quincuagé­simo aniversario y nuevamente reunidos bajo el alero acogedor de

nuestra amada Escuela Militar, la benevolencia de su Director y de sus Oficiales, a quienes expresamos cálidos agradecimientos, aquí con­gregados bajo el calor de la amistad y del compañerismo, elevamos una plegaria al Señor en agradecimiento por haber conservado nuestras vi­das y por tener en su gloria a los compañeros que nos precedieron en la jornada. Hoy, nuevamente aquí, estrechados como un haz de herma­nos rumiando recuerdos, añorando épocas pretéritas, con las sienes plateadas por el tiempo y un poco agotados por la ley inexorable de la vida, pero con la frente erguida y el corazón henchido de esperan­zas, hacemos votos y brindamos por la salud de Colombia, de nues­tro Ejército y de nuestras familias.

Hoy, además, podemos decir con gran orgullo: "los claros timbres de que nos ufanamos, siempre sal­drán, como la verdad, ilesos. Hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan; nuestro plumaje es de esos".

DEL St DOCTOR RAFAEL PARDO RUEDA

MINISTRO DE DEFENSA NACIONAL EN EL XXXIII ANIVERSARIO DE ACORE

ESCUELA MIUTAR DE CADETES - NOV. 19 DE 1993

Es muy placentero para mí estar reunido con todos ustedes enJecha tan especial. La celebración del XXXIU aniversario de ACORE une a toda la gran familia militar, tanto en uso de buen retiro como en acti­vidad, en torno a los ideales, que han guiado a nuestros hombres de armas.

Para comenzar, deseo saludar a los señores oficiales que cumplen sus Bodas de Oro como egresados de las Escuelas de Formación, per­tenecientes al curso ''Francisco José de Caldas" del Ejército, Cuarta Promoción de la Armada Nacional y Décimo Curso de la Fuerza Aérea.

Con toda aeguridad, abrazaron us­tedes la carrera de las armas y del servicio a la patria con la seguridad de alcanzar en ella la mayor de las realizaciones, precisamente en una época en que la Patria necesitaba afianzar el proceso de moderniza­ción y fortalecimiento de sus Fuer­zas Militares, para la cual requería del empeño de un selecto grupo de hombres, como ustedes.

Hoy, al cumplir cincuenta años de haber salido de las aulas de las Escuelas, no sólo han sido testigos de excepción de ese proceso sino que él se debe en buena parte a su trabajo y dedicación.

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Recogiendo algunas de las ideas expresadas por los oradores que me antecedieron es necesario que todos reconozcamos la labor social que desarrollan nuestras Fuerzas Milita­res. Y me refiero a este tema por­que, por cuenta de la situación de orden público que vivimos, sólo se piensa en nuestros hombres de ar­mas en relación con su actividad netamente militar.

Desde hace muchos años, pese a las dificultades que se derivan del mantenimiento del orden público, nuestras Fuerzas Armadas vienen realizando un trabajo permanente de apoyo a las comunidades menos favorecidas. Con el paso del tiem­po esas acciones cívico-militares han abarcado más poblaciones y mayo­res campos de acción. Para fortuna de los beneficiarios, hoy en día se cuenta con un número importante de profesionales de las ciencias de la salud, ingenieros, arquitectos y de­más, que han seguido la carrera mi­litar con lo que se ha conseguido una dedicación absoluta a estas materias.

Es esta la mejor • manera de acer­car a la Institución y a la población civil. Y puedo afirmar que cada día se alcanzan nuevos y mejores nive­les de comprensión y colaboración.

De otro lado quiero referirme de manera breve al Plan Quinquenal. Es este un importante esfuerzo para tener una adecuada planeación en el mediano plazo. Lo que pretende­roo~ es evitar que nuestras Fuer!las Armadas estén expuestas al vaivén del día a día, al azar que trae lo imprevisto. Si queremos contar con las Fuerzas Armadas cada día más fuertes y prestas a enfrentar los retos que se les presenten, se requieren de planes como este en los que hay previsiones y capacidad para mantener un esfuerzo sosteni­do en plazos importantes.

Claro está, que no por ello el Plan Quinquenal es inflexible. To­do lo contrario. Desde su aparición se han hecho varios e importantes

ajustes, pues se trata también de gentil invitación que me han hecho acoplarlo a los cambios de situación para acompañarles hoy y les expre­pero con un hilo conductor que le dé so los sentimientos de aprecio y coherencia. En ese sentido, esta- admiración que todos nosotros, mos dispuestos a hacer las revisio- quienes estamos hoy al frente de nes que sean del caso para cubrir las Fuerzas Armadas en este mo­de la mejor forma las responsabili- mento, sentimos por ustedes. dades que tenemos frente al país.

Nos han dado un ejemplo que to De nuevo agradezco a ustedes la dos debemos tratar de seguir.

SALUDO DEL Sr. PRESIDENTE DE LA REPUBUCA

Santafé de Bogotá, D. C., 18 de Soviembre de 1993

Contralmirante LUIS CARLOS ]ARAMILLO PESA Presidente Asociación Colombzana de Oficiales en Retiro de las FF.MM. -ACORE-Ciudad

Apreciado Contralmirante:

En días pasados hemos recibido la amable comunicación que nos enviara a Ana Milena y a mí para presidir la celebración del trigésimo tercer am'versario de la Asociación Colombf'ana de Ofi­ciales en Retiro de las Fuerzas Militares -ACORE- que se va a reali­zar en la Escuela Mz'litar General fosé María Córdot·a.

Al agradecer tan honroso ofrecimiento lamentamos que diversos compromisos contraídos con anterioridad nos impidan acompa; ñarlos en esta reunión y unimos a usted y a los miembros de la Asociación que usted preside, para asistir al solemne acto donde se realizará el importante acto de imposición de la medalla General Rafael Reyes a destacados oficiales que cumplen medio siglo de graduación, quienes se han hecho, con sobrados méritos, merece­dores de tan relevante distinción.

Sin embargo, quiero hacer propicia la presentación para expre­sar mis más sinceras felicitaciones a todos aquellos oficiales, gra­duados de distintas escuelas del país, que han contribuído a lo largo de cincuenta años con esfuerzo, valentía y dedicación, en la defensa de nuestra soberanía y la preservación del orden público.

Por último, es mi deseo que por su gentil intermedio hacer llegar un saludo fraterno a todos los miembros de la Asociación Colom­biana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Armadas, así como reiterar el reconocimiento del Presidente de la República por la fundamental labor que han cumplido y siguen cumpliendo en be­neficio de la patria.

Cordial Saludo, CESAR GA VIRIA TR U]ILLO

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ASPECTOS GRAFICOS DEL XXXIII

ANIVERSARIO DEACORE

ESCUELA MILITAR DE CADETES NOVIEMBRE 19 DE 1993

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DEL Si'. CONTRALMIRANTE (r) LUIS CARLOS JARAMILLO P. PRESIDENTE DE LA ASOCIACION

EN EL XXXIII ANIVERSARIO DE ACORE Nos encontramos reunidos esta

noche, tal como lo venimos hacien­do desde hace treinta y tres años, cuando un grupo de brillantes y destacados Oficiales de nuestras Fuerzas Militares, con incomparable visión futurista, tomaron la decisión de conformar esta Asociación desti­nada mediante la defensa y vigilancia de nuestros derechos, a cohesionar y albergar a la totalidad de quienes después de dedicar lo mejor de sus vidas al servicio de la Repúblíca, envainan con honor sus espadas para continuar desde su nueva si­tuación en la vida civil dando todo de sí como ciudadanos de bien en procura de una mejor sociedad para nuestros descendientes.

Es así como también en forma tradicional, rendimos homenaje de admiración, gratitud y aprecio a quienes hace cincuenta años recibie-

ron sus insignias de mando para iniciarse en la sinigual carrera de las Armas.

En esta oportunidad, correspon­de tal honor a los Señores Oficiales del Ejército y de la Fuerza Aérea, pertenecientes al curso "Francisco José de Caldas" y en la Armada Nacional a la Promoción de Oficia­les del Cuarto Contingente. Todos y cada uno de ustedes son personas que por sus méritos y realizaciones se hacen merecedores al respeto y admiración no sólo de nosotros sus compañeros de Armas, sino de to­dos nuestros conciudadanos, pues ustedes son un magnífico ejemplo de lo que deben ser en la vida quie­nes practicando las mejores virtudes logran con honestidad, esfuerzo, de­dicación y sentido social, convertir­se en ciudadanos ejemplares.

Personalmente quisiera tributarles un homenaje individual, pues por sus ejecuciones así lo merecen, pero en razón a las limitaciones del tiem­po, permítanme en mi condición de marino, designar tan sólo a uno, pretendiendo que al realzar breve­mente algunas pocas de sus muchas realizaciones, compendie en ellas tributo de admiración a todos y cada uno de ustedes. Habiéndose iniciado como Grumete Fogonero y posteriormente como Maquinista Cuarto, ingresó como Cadete a la Escuela Naval entonces a bordo del ARC "Cúcuta" para graduarse co­mo Oficial, logrando escalar uno a uno con brillo siniguallos escalones de la Jerarquía, demostrando siem­pre el arrojo, la dedicación y la entrega total al Servicio en el Mar, y convertirse finalmente en el Pri­mer Oficial de nuestra Armada que llegara a sustentar el Grado de Al­mirante, comandándola durante sie­te años y dejando en ella huella de realizaciones y progreso tan de­terminantes como fueron la crea­ción y conformación de la Fuerza

Oficiales del Curso "Francisco fosé de Caldas" condecorados con la Medalla Rafael Reyes.

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Submarina y la incorporación del ARC "Gloria", buque Escuela que celebra sus 25 años de vida y que ha sido fundamental desde enton­ces en la formación profesional de nuestra oficialidad. Me refiero al Señor Almirante Jaime Parra Ramí­rez a quien le pido con este sencillo reconocimiento, aceptar extensivo a todos sus compañeros, nuestro tri­buto de admiración y respeto.

Señor General Jorge Alba Her­nández, Señores Oficiales del Curso "Francisco José de Caldas y Cuarto Contingente Naval" al lucir sobre sus pechos la condecoración "Rafael Reyes", máxima presea que otorga ACORE y que representa el temple recio de quien en su juventud a brazo limpio hizo Patria en las sel­vas del Sur para convertirse primero en tenaz empresario, luego en vic­torioso General y finalmente en inmejorable Estadista; reciban el homenaje que como compañeros rendimos a quienes hoy culminan la sinigual singladura de diez lus­tros de s~rvicio ininterrumpido a la Patria; .ayer en el debatir de la vi· da militar, hoy como ciudadanos de bien, pero siempre al servicio de la Nación y de sus más caros principios e ideales.

Son ustedes una clara muestra de lo que es y de lo que significa la Carrera Militar, carrera sinigual, completamente diferente a las de­más y que por tanto exige y mere­ce también trato diferente al que pueden recibir otros servidores del Estado, motivo por el cual, con la lealtad y con la franqueza que nos caracteriza, tenemos la obligación de manifestar claramente nuestro reclamo por la tendencia que en los últimos años se nota inexplicable­mente a desconocer algunos de nuestros derechos.

La Carrera Militar decíamos es bien diferente. En las Escuelas Militares, verdaderos templos dedi­cados a sublimizar los valores de la Patria y de la sociedad, bajo estric­tas normas que son acogidas por quienes sentimos la vocación de la carrera, con amor, con fervor, con devoción; forjamos nuestras mentes

y fortalecemos nuestros cuerpos, dando todo de sí, tratando siempre de sobresalir. de ser el mejor dentro de un espíritu de cuerpo libre de envidias y de mezquindades, donde lo importante y primordial es el amor a la Patria, el respeto a las leyes y la entrega total en beneficio de nuestros conciudadanos.

En lo que es una verdadera re­presentación democrática de nues­tra sociedad, sin importar clase social, raza, ni nivel económico, pero eso sí, extraídos siempre de familias honorables y dignas, situa­ción que por ningún motivo se pue­de modificar, en la temprana ado­lescencia o aún en la niñez, se in­gresa a nuestras escuelas de forma­ción. Recuerdo muy claramente aquella mañana soleada cuando a la edad de doce años y con un brazo enyesado por reciente fractura, mi padre entonces Mayor del Ejército, orgulloso y altivo ayudara a acomo­dar sobre mis hombros el colchón y el equipo con el que en acto senci­llo pero solemne debía ingresar por primera vez en mi condición de alumno, a la Plaza de Armas de esta querida Escuela Militar.

La nuestra es una carrera de ho­nor, de lealtad, de dedicación, de entrega total y su razón de ser "El Mando". Por ello el Oficial siempre trata de ser el ejemplo de quienes a sus órdenes deben seguirlos aún ofrendando de ser necesario, la pro­pia vida. La nuestra es una carrera y no simplemente un empleo.

El ejercicio de la profesión en incontables desvelos, fatigas y ries­gos lleva al Oficial a conocer nues­tra Geografía palmo a palmo, a compenetrarse con los problemas de nuestros conciudadanos y a co­nocerlos muy a fondo tanto en sus virtudes como en sus defectos.

El Oficial conforma su familia y la compenetra tanto con sus debe­res que la convierte en actor diná­mico de la vida militar con todos sus alcances y con todas sus limita­ciones. Por ello aceptan y compar­ten de buen agrado situaciones y restricciones que no se tienen en

otra actividad. Ausencias prolon­gadas, horarios diferentes, disponi­bilidad permanente. ¿Cuántos de nosotros no pudimos estar presen­tes en el nacimiento de un hijo porque el servicio así nos lo exigió?. ¿Cuántas veces tuvimos que ausen­tamos de nuestros hogares dejando a una esposa o a un hijo enfermo?. ¿Cuántas navidades tuvimos que estar ausentes de la familia, sin po­der compartir la modesta cena que nuestra precaria condición econó­mica permitía? Sin reproches, sin quejas, por el contrario compren­diendo y aceptando las situaciones difíciles, nuestras familias nos die­ron su aliento, nos impulsaron y nos ayudaron en los momentos difíciles, pero también allí las tenía­mos radiantes de felicidad cuando sobre nuestros pechos imponían al­guna condecoración o simplemente cuando nuestro gozo rebasaba el en­tusiasmo por la satisfacción del deber cumplido. Así pasa el Oficial su vida militar, escalando uno a uno los peldaños de la jerarquía, riesgos, cursos, calificaciones anua­les, traslados, patrullajes, misiones, trabajo, dedicación, esfuerzo, pro­fesionalismo, satisfacción, orgullo, siempre sirviendo a la Patria. Cier­tamente la carrera militar es bella, pero finalmente, tarde o temprano, casi nunca en forma esperada y por qué no decirlo, muchas veces por causas o razones no justas, se deja el servicio pasando al muy mal denominado "Retiro" para empezar una nueva vida para la que nunca se ha preparado y la que de­be iniciar cuando sobre sus sienes ya se manifiesta el testimonio de que los años mejores de su vida, pertenecen al pasado, pero también cuando sus obligaciones económicas son crecientes para poder atender la educación de los hijos y para compensar la inmediata disminu­ción de ingresos que representa el salario en especie que percibe en el servicio activo pero que desapare­ce inmediatamente en el retiro sin que ello represente compensación prestacional alguna, como sí sucede en otros sectores, debiendo también mencionar los gastos en salud, que aún cuando reconocidos por ley tan sólo son cumplidos en forma muy

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precaria para la reserva. Así en for­ma tardía se inicia una vida comple­tamente diferente y desconocida, a la que llevamos, querámoslo o nó, nuestra condición de militares. En las nuevas actividades seremos siem­pre identüicados y considerados por lo que fuimos.

La diferencia salarial entre el Estamento Militar y otros servido­res del Estado es clara y evidente. Para compensar esta enorme injus­ticia, el entonces Presidente de la República, el Doctor Julio César Turbay Ayala, en una más de sus incontables actuaciones en favor del Estamento Militar, con su Ministro de Defensa, el señor General Luis Carlos Camacho Leyva, establecie­ron por Ley que la asignación para un General o para un Almirante correspondería, dada su jerarquía y responsabilidad, a lo que por todo concepto y en todo tiempo, pudiera devengar un Ministro de Estado. Con ello ni más ni menos se establecía por el tope, el nivel de referencia para calcular el suel­do a todos los grados, tarea que debía cumplirse en forma escalo­nada en el tiempo, en razón al esfuerzo fiscal que tal medida re­presentaba y que los militares cons­cientes de las limitaciones en recur­sos aceptamos complacidos y espe­ranzados. Nuestros reconocimientos y agradecimientos sinceros al Señor Presidente Turbay y a nuestro Jefe y Compañero desafortunadamente ya ausente, señor General Camacho Leyva.

La anterior medida complementa­ba el principio de oscilación que caracteriza nuestro Régimen salarial y con ello todo hacía pensar que con el transcurso de algunos años por fin tendríamos una remanera­ción apropiada y justa. Evidente­mente, en los años posteriores se fueron sucesivamente ajustando porcentualmente sobre el sueldo del General los sueldos subsiguientes hasta el de Coronel, cuando inexpli­cablemente en el año de 1986 se suspendió el proceso, causándose una situación inequitativa con el resto de grados y conformándose

lo que se ha denominado "La bre­cha", motivo de inconformidad más que justificada.

El Gobierno actual, dentro de sus políticas de mejoramiento salarial para la Fuerza Pública hace un es­fuerzo significativo que reconoce­mos, estando pendiente por pro­mulgarse la Escala Salarial que contemple la totalidad de los gra­dos, hecho que esperamos se pre­sente a muy corto plazo. Pero también debemos decir muy clara­mente que por razones incompren­sibles, que creemos carecen de un respaldo jurídico cierto, se decidió modificar los derechos adquiridos a quienes ya gozaban del beneficio de la Escala, cambiando el nivel de referencia al dejar por fuera el grado de General y pasarlo el gra­do inmediatamente inferior o sea al Mayor General, modificando los porcentajes de participación y por tanto afectando la totalidad de los

~.--__JI "la nuestra es una carrera de honor, de lealtad, de dedicación, de entrega total y su razón de ser "El Mando".---------.

grados y creando una nueva situa­ción salarial mediante primas al servicio activo, que contradicen y desconocen el principio de oscila­ción. Con este proceder, se descono­ce que quienes hoy estamos en· la reserva, cumplimos con nuestros deberes con el mismo celo y dedica­ción que lo hacen quienes hoy es­tán en actividad, olvidándose que sin lugar a dudas si en Colombia subsiste el sistema democrático, se debe en parte muy importante a la continua y permanente lucha en to­dos los tiempos de las Fuerzas Armadas en defensa de las Institu-

ciones legítimamente constituidas por lo que se está cometiendo una injusticia con quienes ayer lo dieron todo en el servicio, creándose düe­rencias simplemente en razón a una fecha de retiro. De prosperar esta situación, también se afectará a quienes hoy están en actividad, pues mañana estarán como nosotros en el retiro y tarde o temprano serán también afectados en sus pres­taciones al desconocerse el Princi­pio de Oscilación que hace partíci­pe al retirado de los beneficios que se conceden al activo.

La nueva Constitución establece el Principio de Sociedad Participati­va, principio que creemos no se ha implementado para que la Oficiali­dad en Retiro pueda participar directa y activamente en lo que aprendimos y conocemos con el ejercicio profesional de toda una vida. No deja de ser sorprendente que nuestro sector no tuvo repre­sentación alguna en la conforma­ción de la pasada Asamblea Consti­tuyente y que nuestra participación en las diferentes posiciones del Es­tado y en especial en los organismos de seguridad, sea cada vez más escasa. Mientras tanto, escuchamos que el Departamento Administrati­vo de Seguridad, abrirá sus puertas para dar cabida a guerrilleros rein­sertados. No se trata simplemente de reclamar posiciones burocráticas. Ni más faltaba. Se trata de hacer ver que en nosotros existe una gran experiencia y un deseo inquebranta­ble de servicio a la Patria, recurso que no se utiliza cuando tanta falta le hace a la Nación.

Personalmente, creo que no es conveniente, ni para el Gobierno. ni para los retirados, el que se re­curra a los Estrados Judiciales para reclamar por la violación de dere­chos adquiridos, tal como sucede en el momento en el aspecto relacio­nado con las asignaciones de retiro. Creo que es mucho más convenien­te, para los intereses de la !\ac1ón, que los retirados tengamos paruct­pación en los procesos de estudio de los proyectos de Ley que toquen con nuestros intereses así como también en los organismos rela o-

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nados con nuestra seguridad social. ¿En una sociedad representatiV\t fruto de una Reforma Constitucio­nal inspirada por la Filosofía del actual gobierno, no sería apenas lógico y justo que ACORE como Representante natural de la Oficia­lidad en Retiro, tuviera puesto en las Juntas Directivas de la Caja de Sueldos de Retiro de las Fuerzas Militares, en el Hospital Militar y en el Club Militar? ¿No sería apenas prudente que tuviéramos un puesto en el Comité de Estudio para el desarrollo y aplicación de la Ley de Seguridad Social en el Régimen de Excepción para la Fuerza Pública?. Cuando se está en el servicio Activo y nosotros lo estuvimos, es en opor­tunidades difícil o incómodo discre­par de ciertos criterios del Gobierno. Pero la Sociedad Representativa es­tá conformada precisamente para eso, para poder discrepar y defen­der otros puntos de vista y lograr así las decisiones por concertación. Si ésto es bueno y saludable, en for­ma general ¿por qué no lo va a ser en lo que tiene que ver con nuestra Seguridad Social?. Respetuosamen­te, reiteramos at señor Presidente de la República y al señor Ministro de Defensa Nacional que se considere la situación descrita con la seguri­dad que atenderemos estas respon­sabilidades con el sentido del deber y la dedicación que hemos obser­vado en nuestras vidas profesiona­les. ACORE ha demostrado en el pasado y lo puede continuar hacien­do, que cuando se ha escuchado a nuestra Asociación se han obtenido luces ciertas en la solución de los problemas.

La difícil situación de Orden Pú­blico en que vivimos más el estado de inseguridad que afrontamos nos hacen decir salido de lo más pro­fundo de nuestra alma: Nos due­le Colombia. Nos duele la corrup­ción administrativa. Nos duele contemplar impotentes el creci­miento de olas de indigentes en las calles de nuestras ciudades. N os duele la carencia de justicia, nos duele la impunidad rampante, nos duele tanta violencia, tanta muer­te, tanta destrucción. Nos duele el permanente sacrificio de nues-

tros compañeros de armas. Nos duele la indiferencia y la incom­prensión de algunos ciudadanos, pero quizás lo que más nos duele, es la terquedad de quienes se em­peñan ciegamente en autodestruír­nos, cambiando las banderas polí­ticas de pensamientos e ideologías, hoy en día en desuso pero respe­tables como tales, para reempla­zarlas por la industria del crimen y el narcotráfico.

La paz tan ansiada no es fruto de simples conversaciones, acuerdos y firmas. Estos son tan solo instru­mentos, que se desarrollan como consecuencia del ambiente origina­do por la convergencia de múltiples acciones en todos los Frentes del Poder Nacional, que logran producir en las partes en conflicto, un estado de ánimo, que permite colectiva e individualmente someterse libre y espontáneamente a la Ley vigente. La Paz no puede ser otra cosa que el imperio claro y definido de la Ley.

Por lo anterior, damos nuestro pleno respaldo al Gobierno Nacio­nal en la Ejecución de su Estrategia Nacional contra la violencia, mani­festando nuestra disponibilidad de actuar en el momento y en las cir­cunstancias en que así nos lo quiera solicitar. Sinembargo. vemos con preocupación el peligro de interna­cionalizar el conflicto. La expe­riencia salvadoreña no es buena ni conveniente. Adicionalmente vemos con profunda inquietud el de­sarrollo de lo que se podría denomi­nar "Guerra Jurídica". Las restric­ciones a la permanencia y aún al paso de las tropas por propiedades privadas según reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia, pueden hacer casi imposible desde el punto de vista legal, aún los simples patru­llajes. El tortuoso trámite de la Ley de Orden Público con la inti­midación descarada a los Congresis­tas y la zozobra creada con el asesi­nato del Senador Darío Londoño en circunstancias de tiempo y lugar verdaderamente inconcebibles, nos hacen ver que el año próximo con un largo proceso electoral de por medio, será verdaderamente crítico

en esta lucha que ansiosos espera­mos llegue a su fín, pero la que se encuentra derivando a un marco legal que teóricamente pertenecería a un Edén de paz, progreso y tran­quilidad, haciendo culto a la utopía y cerrando los ojos al pro­blema que afrontamos.

En el Frente Externo, vemos con satisfacción la reciente firma del acuerdo de limitación de áreas ma­rinas y submarinas con Jamaica, felicitando al Gobierno por tan im­portante realización pues bien co­nocemos la düícil posición que al respecto venía sosteniendo ese país, aún cuando vemos, basados en la muy escasa información que al res­pecto se le ha dado a la opinión pública, que en el área de los Ban­cos de Serranilla en donde venía­mos ejerciendo soberanía plena, ahora pasaremos a compartirla.

Desafortunadamente la limita­ción con Venezuela de esas áreas marinas y submarinas, continúa sin definición y sin que se vislumbre solución a pesar del dinámico pro­ceso de integración en que vivimos. Creemos que una gran debilidad que tenemos es la ignorancia de nuestro pueblo acerca de la proble­mática de las relaciones con nues­tros vecinos, aspecto que solo se modificará si el Gobierno Nacional emprende campañas educativas de carácter permanente sobre el tema, el cual debería ser materia de estu­dio obligatorio en Colegios y Universidades.

Finalmente, reiteramos nuestro decidido apoyo al Señor Ministro de Defensa, a la Institución Militar y a sus mandos. Agradecemos su presencia en este acto, lo cual nos complace y estimula manifestán­doles que nos sentimos orgullosos de nuestras Fuerzas Militares, insti­tución que llevamos en el corazón, tan profundamente arraigada que con seguridad en el momento que nos corresponda levar las anclas para emprender el último viaje, pediremos al Señor, conceda un último fulgor a nuestra mente que nos permita recordarlas y solo entonces decirles: ADIOS.

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DEL Sr. BG. (r) JORGE E. ALBA HERNANDEZ EN REPRESENTACION DEL CURSO

'FRANCISCO JOSE DE CALDAS' EN EL XXXIII ANIVERSARIO DE ACORE

Colombia patria mia te llevo con amor en mi corazón, así comienza la oración patria que se repite todos los días en las guarniciones milita­res y que nosotros, los integrantes del curso Francisco José de Caldas, quienes hoy cumplimos cincuenta años de egresados de la Escuela Militar de Cadetes, aprendimos de labios de nuestros superiores y con ella se nos abrió por delante un mundo nuevo lleno de ilusiones y de esperanzas para poder servir a nuestra patria.

Eran los años mozos llenos de emoción, que nos permitían vislum­brar en la lontananza el primer gra­do y su posible sucesión, pero tam­bién lo arduo y lo difícil para poder obtenerlo y para lo cual deberíamos comprometemos en cuerpo y alma con el fin de arrancar una a una cada estrella del destino y que para conseguirlo, deberíamos permane­cer enhiestos ante el peligro y sufi­cientemente listos para llegar hasta el supremo sacrificio, si fuese nece­sario, corno ocurrió con varios de nuestros compañeros, para quienes hoy rendimos emocionado tributo.

Gracias a Dios y con la ayuda y ejemplo de nuestros superiores fui­mos recorriendo paso a paso todo el devenir de nuestra maravillosa carrera, dentro de la diSciplina que es su alma y nervio, cumpliendo a cabalidad las órdenes y usando nuestro propio sentir de soldados dentro de nuestras propias respon­sabilidades y así portamos nuestro uniforme y con él nuestro regocijo para servir por toda la geografía colombiana.

una vida de honor y -de sacrificio en beneficio de nuestros propios ciudadanos. Con cuanta alegría y tranquilidad miramos hoy hacia atrás y nos enorgullecemos de todas nuestras acciones, signadas ellas por la más pura conciencia y por la honra sin límites con que portamos las armas que la nación puso un día en nuestras manos para servir a nuestros conciudadanos y a la patria.

Ese mismo servicio y esa misma oportunidad que nos llevó por to­dos los caminos y por todas las tierras de nuestro país, nos permitió conocer todos sus rincones, todas sus necesidades y a sentir con aque­llos núcleos de población olvidada, que se encuentran en lo más agreste de nuestra geografía, el dolor de patria, al palpar las necesidades y el abandono, pero así mismo tuvi­mos la oportunidad de ayudar en parte a su solución de acuerdo a

nuestras capacidades y a la dispo­nibilidad de medios.

Cabe aquí hacer mención al plan Andes, aprobado y puesto en ejecu­ción durante la presidencia del doc­tor Lleras Restrepo con el cual, empleando como soldados a los es­tudiantes recién egresados de la uni­versidad y a los alumnos bachilleres, se organizaron núcleos de desarro­llo, reuniendo la mayor parte de las disciplinas, lo que constituyó en su tiempo una verdadera muestra del servicio social militar obligato­rio y lo que permitió atender, en los villorrios más desconocidos, sus necesidades más apremiantes, em­pleando los medios existentes en el área, haciendo uso de la premisa de que Colombia se encuentra sen­tada sobre una mina de oro y lo que hace falta es la idea y la inicia­tiva para extraerlo. Así pues, se atendieron suficientes casos de salud prenatal y neonatal, se ayudó y se tecnificó la acción de las parteras, se construyeron pozos sépticos en todas las viviendas, se acercó el agua para que no fuese necesario caminar largos trayectos para conse­guirla, se impulsó la titulación de tierras por el Incora, reuniendo y entregando la información necesaria

Se necesita tener mucha suerte en la vida y un hado propicio para que sirva de sostén en todas las circunstancias, especialmente en las más difíciles, y que fueron mu­chas, para lograr entrelazar toda Bngadier General {r) jorge E. Alba Hemánde:

CQRE_

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para efectuarla, se enseñó a muchí­simos campesinos cómo emplear el crédito que pudiera hacerles la Caja Agraria y se trató de conseguir, con la actividad de los egresados de las universidades relacionadas con las ciencias del campo, la suplencia de los empleados oficiales, con el fin de hacer más barata la asisten­cia técnica y el desarrollo de las actividades inherentes a los présta­mos. En fin fue una experiencia inolvidable que nos dejó profundas satisfacciones en la ayuda a nuestra patria y a nuestros conciudadanos.

Fue toda una vida en el servicio activo, haciéndole frente a las adversidades, a la fatiga, al dolor y a la rabia que por efecto de muchas acciones de combate tuvimos que padecer, y hoy nuestro cuerpo muestra las cicatrices que nos gana­mos honorablemente frente al ene­migo, las cuales nos dan ahora el derecho de disentir respetuosamen­te con aquellas cosas que nos afec­tan, a nuestro parecer injustamente, como sucede con el célebre plan quinquenal para las Fuerzas Arma­das cuyos efectos comenzamos a sentir.

Junto con nosotros se encuentra el curso de la Armada Nacional que también cumple hoy sus cin­cuenta años de haber rtcibido su primer galón como oficiales navales y que fue el último curso que ingre­só al antiguo buque escuela de for­mación de oficiales y que con noso­tros, hombro a hombro, en épocas pretéritas pero cargadas de peligro para la patria, hicimos frente a los infortunios que la situación repre­sentaba y ellos, especialmente en los mares y los ríos, haciendo. flamear nuestra bandera, estuvieron recor­dando hasta dónde llegaba nuestra patria.

Caballeros del mar que fueron armados como tales hace cincuenta años, llevaron su hidalguía y su te­nacidad en el servicio por muy di­ferentes regiones que exigieron su presencia, para hacer saber la deci­sión que tienen los marinos de Colombia para aceptar sus responsa­bilidades y para llegar al sacrificio

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si fuera necesario; en especial este curso, el primero que presentó la baja en el servicio de un cadete y que brilló con luz propia, pues a pesar de su reducido número cuen­ta con la gran satisfacción de tener a un grumete, que gracias a su valor y esfuerzo personal, se encumbró hasta el máximo grado de oficial y que fue el primer full almirante que tuvo la Armada Nacional, después de José Prudencio Padilla, perma­neciendo como comandante duran­te varios años al frente de su fuerza.

Tanto ellos como nosotros du­rante la gravísima conflagración que afligió a nuestro país en épocas pa­sadas, tuvimos la oportunidad de servir, bien como sacerdotes ofi­ciando en el altar de la patria, bien como médicos atendiendo a los he­ridos militares y civiles, debiendo actuar en algunos casos y obliga­dos por las circunstancias como cirujanos ayudantes cuando fue ne­cesaria nuestra presencia, así tam­bién en algunos casos tuvimos que actuar como jueces para dirimir conflictos entre ciudadanos, antes de que se agregaran ingredientes graves a la situación, pero cada vez que ésto último hicimos, lo desarro­llamos teniendo en cuenta la regla de oro, que rige la convivencia entre los ciudadanos y que hoy posible­mente debe encontrarse refundida en algún nncón del derecho romano, que dice, que prima el bien común sobre los derechos individuales, y es por ésto, hoy que nos encontra­mos con un pie en la tumba, que nos horroriza saber que en Colom­bia ya no constituye delito, el reu­nirse en contubernio fuera de la ley para colocar a la víctima en in­ferioridad de condiciones para ase­sinarla. En fin... Algún día, alguien tendrá que responder ante el tribu­nal de su propia conciencia y pos­teriormente ante el Tribunal Supre­mo que nunca se equivoca.

Agradecemos profundamente al señor almirante, presidente de la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro ACORE, por el honor que nos ha deparado al imponernos la medalla de la orden RAFAEL REYES y nos permitimos felici-

tarlo por su actividad frente a la Asociación, para estrechar aún más los lazos de compañerismo que unen a los retirados y sosteniendo con valor e hidalguía esa tribuna que nos permite hacer conocer nuestras necesidades y nuestros acuerdos y desacuerdos, dentro del más profundo respeto para con las autoridades.

A nuestras esposas y a las viudas de nuestros compañeros, que bien por acción del servicio o porque el Supremo Hacedor así lo dispuso ya no se encuentran con nosotros y para quienes desde lo profundo de nuestro corazón elevamos una plega­ria por su descanso, queremos sig­nificarles a ellas, en este día tan memorable, todo nuestro emocio­nado tributo de agradecimiento por habernos acompañado durante todo el tiempo dándonos apoyo y valor ante las duras pruebas que se nos presentaron en el transcurso de nuestra carrera y porque siempre recibieron con una sonrisa y con profundo estoicismo las adversida­des a que fuimos sometidos.

Por último, para poder cerrar la oración patria que termina diciendo "patria espero verte siempre grande, respetada y libre", anhelo de noso­tros y seguramente de todos los ciudadanos, como última contribu­ción de nuestra alma de soldados, queremos desearle a nuestro país y a sus autoridades toda la suerte del mundo para conseguirlo, pero para lograrlo será necesario derro­tar principalmente a la corrupción que constituye hoy por hoy la peor carcoma de nuestra patria.

Finalmente, compañeros del cur­so Francisco José de Caldas y com­pañeros de la Armada Nacional, podemos retirarnos después de este acto a esperar el ocaso final de nuestra vida pidiéndole a Dios que ojalá nos llegue tarde, con el orgu­llo de poder dejar a nuestros hijos y a nuestros nietos, el ejemplo de una vida entera, primero como sol­dados con las armas y después co­mo ciudadanos, con ese carácter que imprime la vida militar, con la más grande aseveración de que he­mos cumplido con nuestro deber.

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ECONOMIA

LIDERAZGO EMPRESARIAL

Teniente Coronel (r) HIPOUTO MORILLO ALVAREZ

En nuestra vida militar siempre estuvimos en permanente contacto con el concepto de Liderazgo, de manera que, todos los apreciados lectores de esta Revista conocen su contenido, y seguramente, dentro del desempeño de su diaria labor tuvieron que tratar, tal vez, en forma un poco más profunda todo lo relacionado con el Liderazgo, pe­ro de lo que sí estoy convencido es que el concepto de Líder era aplicado al criterio puramente mili­tar, por ello, me ha parecido impor­tante referirme al concepto del Liderazgo Empresarial, en razón a que, muchos Oficiales en su vida profesional trabajarán, directa o in­directamente, en empresas con cri­terio económico, político o social.

Se preguntarán: ¿Qué es el Lide­razgo? Sencillamente, es la habilidad de un empresario, un administrador o un gerente, para inducir a sus tra­bajadores o empleados a laborar con confianza y dedicación, dando todo de sí, en beneficio de la em­presa. Este liderazgo está intrínse­camente asociado con la autoridad personal. Tanto el liderazgo como la autoridad personal nacen de las características puramente humanas y de las cualidades inherentes a cada individuo, factores que crean mística y facilitan, por tanto, el proceso de dirección empresarial.

La actual apertura económica tiene por objeto estimular el cam­bio, dinamizar la competitividad, hacer un mejor uso de los factores de producción para transformar a las empresas en unos entes econó-

micos competitivos a nivel nacional e internacional, pero para lograr este propósito es necesario dis­poner de eficaces líderes empresa­riales. Si nos remontamos unos años atrás, y ese pasado lo homolo­gamos con el presente, a la luz de los actuales acontecimientos, podre­mos apreciar cuán grandes han sido las transformaciones, que se deben a la acelerada evolución de los fac­tores de producción, entre los cua­les es necesario destacar, como el más importante, al hombre. De na­da serviría cambiar las estructuras económicas, políticas o sociales,

.____....JI "De nada serviría cambiar las estructuras económicas, políticas o sociales, sin cambiar al hombre" '---------.J

sin cambiar al hombre. Toda esta transformación es producto de la acelerada evolución de la tecnolo­gía. Es evidente el notorio cambio experimentado en los últimos tiem­pos, hasta el punto que hoy, el hombre, no solo ha llegado a otros planetas, sino que ha e~tablecido ya bases interplanetarias, con lo cual se demuestra el alto índice mental, material y científico alcan­zado por el hombre, pero no se trata de cualquier tipo de hombre, se trata, sencillamente, del Líder

Empresarial. Corresponde, enton­ces, al líder empresarial estrechar las relaciones con sus trabajadores para tratar de comprender sus si­tuaciones y así, satisfacer sus nece­sidades personales, es decir, debe analizar el aspecto humano de la empresa para procurar los recursos necesarios que permitan al trabaja­dor, o mejor al hombre, lograr su realización personal, con lo cual, como consecuencia lógica hará po­sible la realización empresarial.

Es conveniente aclarar, que no siempre el líder es el jefe formal de la empresa, en razón a que, los líde­res surgen a cualquier nivel, pero, lo que sí debe el jefe, es aprovechar la situación, para con su concurso, fa­cilitar la ubicación de los trabajado­res en los puestos adecuados, obte­niéndose así, un alto índice de productividad en las operaciones empresariales.

LA COMUNICACION

La empresa reacciona frente al mundo exterior, frente al mercado en función de sus propios fines, para lo cual realiza diferentes ac­ciones dentro del sistema global. Todo acto de un trabajador se fun­da en una orden, todo transporte de mercancías va acompañado de un pedido, todo acto de adminis­tración, y en general, toda relación de la empresa con la clientela, des­cansa sobre la comunicación, expre­sada bien sea, en cartas, anuncios, conferencias, propagandas, etc. Desde el más bajo al más alto nivel, todo el elemento humano de una empresa está realizando tareas de comunicación: hablar, telefonear, escribir, leer cartas, etc., por ello, en la inter-relación personal, todo Ejecutivo debe utilizar el método de "Expresión Directa de los Senti­mientos", porque en esa forma la comumcac10n está siendo ~eal, se está demostrando lo~que se sien­te, no es ambigua su manifestac1ón, y lo más importante, crea un am· biente de libertad para el subordi­nado que le genera confianza para lograr un mejor desempeño en las labores asignadas.

ACORE ..

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Es apenas natural que en una co::n mdad se generen conflictos, como resultado inevitable de la in­teracción personal, de manera que, al Líder Empresarial, le correspon­de buscar la solución del conflicto, aplicando las técnicas de personal más adecuadas, armonizándolas con las técnicas de comunicación aplica­das en la dirección empresarial.

En ocasiones, la dirección impo­sitiva, o sea aquella impuesta por el temor o el poder, no dá impor­tancia a estas variables, y por ello, el rendimiento de los trabajadores no es el óptimo, lo que se traduce en índices bajos de productividad, repercutiendo ésto en un alto de­trimento del nivel de utilidades de la empresa.

De todas maneras, se debe bus­car la conciliación de las diferen­cias personales para reducir la

magnitud del conflicto y compar­tir la responsabilidad de la imper­fección inherente a cada sujeto.

La aplicación de la variable con­ciliatoria a los diferentes actos de la actividad humana, ha sido tan positiva, que la rama jurisdiccional la ha insertado en sus códigos pro­cedimentales, hasta el punto que, hoy por hoy, muchos procesos se terminan anticipadamente, utilizan­do el mecanismo de la conciliación

como una sabia solución a los dife­rentes conflictos, dando aplicación, entonces, al dicho popular: "Es mejor un mal arreglo que un buen pleito".

Para cerrar este escrito, sólo res­taría, hacer resaltar la importancia de la comunicación en el ejercicio del liderazgo y recomendar como instrumento operacional en la solu­ción de las controversias, el uso intenso de la conciliación.

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HISTORIA

UN BICENTENARIO GLORIOSO

Brigadier General (r) JOSE JAIME RODRIGUEZ R.

Dentro del curso histórico de la humanidad, la Revolución francesa de 17 89 y la consecuente instala­ción de la Asamblea popular que propuso una Constitución Política escrita en 1790 marcan un hito trascendental, quizá el más grande en el decurso del hombre sobre la tierra, por su impacto decisivo so­bre los viejos sistemas de gobierno. Las antiguas y soberbias monar­quías imperantes en la época vie­ron, así, desaparecer sus ostentosos privilegios al impulso de los novedo­sos enunciados de Igualdad, Frater­nidad y Libertad que abrieron el ca­mino de los "Derechos del Hombre y del Ciudadano", allí propuestos e incorporados como normas de obligatorio cumplimiento en el futuro.

Tesis culminante de un largo proceso de sufrimientos y esperan­zas, tuvo sus fundamentos en obras inmortales como el "Espíritu de las leyes" del barón de Montesquieu -"La nueva Eloisa" y el "Contrato Social" de Juan Jacobo Rousseau y la filosofía dialéctica de los Enci­clopedistas liderados por Diderot, que germinarían al amparo de aque­lla circunstancia que recoge la his­toria con el nombre sonoro y des­concertante, al propio tiempo, de "Despotismo Ilustrado" que ilumi­nara el entorno cultural del siglo XVIII, como punto de partida hacia nuevas referencias en las relaciones del Estado y de la Sociedad, luego de ese tortuoso camino de sumisión y esclavitud impuesta entre los hombres.

Documento incomparable, por lo novedoso y justo de sus enunciados,

éste de la Declaración de los Dere­chos ciudadanos, habría de conver­tirse en semilla de inconformidad en estas colonias de la América In­dia cuando llegó incorporado a la "Historia de la Revolución de 1789 y del establecinnento de una Cons­titución Francesa". obra ésta que formó parte de la biblioteca perso­nal del Virrey don José de Ezpeleta de donde llegó a manos de nuestro precursor don Antonio Nariño y Alvarez del Casal quien al ad\'ertirlo se impuso traducirlos, publicarlos y difundirlos en Diciembre de 1793.

Nacidas al fragor del verbo can­dente de los Jacobinos, pronto ger­minarían estas teorías a lo largo de las colonias de América, para liqui­dar el impuesto vasallaje sobre los hijos del nuevo mundo; entre noso­tros fueron conocidas gracias al fervor patriótico de un aristócrata criollo y futuro General en la lucha por la independencia, quien no dudó en hacerlo pese a estar disfru­tando de los halagos del poder y de la confianza y amistad de los Virreyes, lo cual confirma cabal­mente los principios morales que gobiernan la conciencia de los hom­bres frente a los deberes y derechos inmanentes a su propia dignidad, como se vió desde el reinado del controvertido monarca inglés don Juan sin Tierra en 1215, quien fue obligado a firmar y cumplir la pri­mera Constitución escrita que se conoce y que buscaba limitar el alcance de sus actos de gobierno para proteger al ciudadano y al villano de aquella época.

Acción intrépida, entonces, por lo osado que resultaba exponer

estas nuevas doctrinas políticas, costó a Nariño precio muy alto en cuanto a sus alcances personales, familiares, económicos y sociales, pues no demoró mucho la respuesta de las autoridades destacadas sobre estas latitudes, para trocar su ruta de abolengos y fortuna en vía dolo­rosa de persecuciones, confiscación de bienes, prisiones y cadenas en las mazmorras de Cartagena, extradi­ción y cárcel sin piedad en la famo­sa por terrible del puerto de Cádiz en España.

De allí habría de regresar, después de algunos años, a fin de incorpo­rarse a la lucha emancipadora y servir a la causa de la libertad como gobernante, caudillo militar y com­batiente para sufrir también nuevas prisiones y destierro hasta su regre­so definitivo que lo colocara en situación de: Malversador del teso­ro público durante el Virreinato, Traidor a la patria y Fugitivo de su tierra, desde 1814 para no merecer ninguna dignidad en el Congreso al que había sido elegido según acusación gratuita y temeraria de dos desconocidos por su escasa importancia y ahora Senadores de la República en Mayo de 1823,

1 1 ''Desde la hora en que triunfe el hombre atrevido, desvergonzado, intrigante, adulador, el reino de Tiberio empieza y el de la libertad acaba" Diego Gómez y Vicente Azuero, quienes buscaban hacer méritos y lograr notoriedad a costa de la dig­nidad de una vida dedicada a la Patria y a la libertad, de la cual ellos abusaban inicuamente.

Habría de erguir su dignidad procera en el seno de ese Congreso que él mismo instalara, como Vice­presidente de la República, para contestar esas acusaciones en magis­tral pieza oratoria que lo consagró como el Tribuno por antonomasia de la Patria, pese a su precario estado de salud, a encontrarse casi ciego por las postraciones y oscuri-

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dad de tantas cárceles sufridas, e inestable y llevado de la mano por amigos, a cuyo término fue ovacio­nado en pleno y de pies, como co­rrespondía a la importancia subli­me de esa hora, en la que también el Senado ungía su nombre y su obra con fallo absolutorio.

Fueron sus últimas palabras en aquella ocasión:

"Si vosotros, señores, al presen­taros a la faz del mundo como le­gisladores, como jueces, como de­fensores de la libertad y la virtud, no dáis un ejemplo de la integridad de Bruto, del desinterés de Foción y de la justicia severa del Tribunal de Atenas, nuestra libertad va a morir en su nacimiento. Desde la hora en que triunfe el hombre atre­vido, desvergonzado, intrigante, adulador, el reino de Tiberio empie­za y el de la libertad acaba".

Un testigo de esa cita, don Ma­riano Ospina, Senador entonces, re­cogería la culminación de dicho juicio, en los siguientes términos:

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"No se ha borrado después de tantos años la profunda impresión que en nuestro ánimo produjo la poderosa voz del decano de nues­tros próceres. Nosotros, enardeci­dos y entusiasmados, derramába­mos lágrimas y batíamos las manos desaladas".

Al términio de las sesiones del Congreso a las cuales continuó asistiendo el Precursor hasta el mes de agosto, buscaría un último re­fugio de paz y de silencio en la Villa de Leyva en Boyacá, donde murió el 13 de Diciembre de aquel año, después de recibir los sacra­mentos y san\os óleos, otorgando perdón a sus acusadores y pronun­ciando aquellas sentencias que ins­piraron su epitafio: "Amé a mi Patria: cuánto fue ese amor, lo dirá algún día la historia. No ten­go que dejar a mis hijos sino mi re­cuerdo, a mi Patria le dejo mis cenizas"... Eran entonces las 5 de la tarde y se cumplían 30 años de aquella traducción y publicación, que tanto le costaran .

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Frente hoy a una nueva promul­gación de Derechos Humanos, aus­piciada por la Organización de las Naciones Unidas, y los cuales tanto suelen ser atropellados por los conocidos enemigos de la Demo­cracia, cabe reflexionar sobre la obra de Nariño para preguntarnos si con ésto hemos avanzado sobre estos principios ó, por el contra­rio, hemos escarnecido esa causa que fue norte orientador de las acciones emprendidas por nuestros Libertadores.

A 200 años de aquel mes de di­ciembre de 1793, exaltamos la ta­rea de Traducción y Publicación de "Los derechos del Hombre y del Ciudadano", por el Precursor don Antonio Nariño y Alvarez del Casal a cuya memoria rendimos respetuoso homenaje de reconoci­miento y gratitud por la proyec­ción de su obra en los destinos de esta amada Patria Colombiana.

iLOOR PEREMNE A SU NOMBRE INMORTAL!

, Unica obra hecha por colombianos para colombianos

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El Coronel David Velilla y los cañoneros de Güepí

Capitán de Navío (r) JULIO C. REYES CANAL

Jaime Durán Pombo, Mayor Ge­neral, caballero santafereño de ar­mas y letras y amigo de la infancia, me recordó hace pocos meses en un fugaz encuentro que este año se cumplía el sexagésimo aniversario del Combate de Güepí y agregó: "Ahora estoy estudiando los caño­neros porque sin ellos no habría habido Güepí." Certera aprecia­ción, natural en un Almirante y ma­ravillosa en un General, que me da tema para escribir esta reseña his­tórica sobre esos magníficos buques y sobre su providencial gestor, co­mo contribución no sólo a la cele­bración del épico aniversario sino también al vigésimo de la fundación de nuestra Revista ACORE. Habrá aquí historia y "petite histoire" que es la que da colorido y encanto a la historia.

EL CORONEL DAV ID VELI LLA

Un domingo a mediados de 1928 acompañaba yo a mi padre, el Ca­pitán César Tiberio Reyes Archila, en su turno de Oficial de Servicio del Regimiento de Infantería Sucre No. 2, comandado por el Coronel Nicanor Gómez y acantonado en el ala occidental del viejo Convento de San Agustín en Bogotá. A la hora del almuerzo fuí presentado a un oficial que trabajaba en el Mi­nisterio de Guerra pero que por tener la familia en Medellín estaba arranchado en el Casino de Oficiales del Regimiento. Resultó ser el Co-

ronel Da\'id Velilla, un antioqueño serio y reposado, de estatura me­diana, ojos negros y penetrantes, cejas pobladas, bigote bien cuidado y cabello ya cano. Quizás tendría 50 años.

Al oír mi segundo apellido e iden­tifícarlo en sus orígenes nos dió a sus dos únicos contertuhos una ilus­trada charla respecto a la victoria del General Leonardo Canal, mi bisabuelo, sobre el General Tomás Cipriano de Mosquera en el Puente de Boyacá a finales de febrero de 1862 y sobre el subsiguiente asedio fracasado a las fuerzas liberales refugiadas en el Convento donde ahora almorzábamos. A continua­ción comenzó a hablarle al Capitán sobre la pesada responsabilidad que llevaba sobre sus hombros como Jefe de la Sección de Flotillas del Ministerio, en momentos en que el gobierno estaba dejando rodar a Colombia completamente inerme hacia una guerra con el Perú por los territorios del Sur. Durante quizás más de una hora de sobremesa sen­tado en un sillón, tomando tinto, fumando Pielroja e incorporándose a menudo para caminar frente a nosotros, narró sus esfuerzos y sus frustraciones por convencer a sus superiores de que había que hacer algo rápido y drástico para fortale­cer nuestra posición militar en el Amazonas. Sus cambios de posi­ción, los del tono de su voz, sus ademanes, dejaban ver su impacien­cia, su ansiedad, sus temores. Ha-

blaba como si estuviera ante un Es­tado Mayor o ante el Senado. Pero solo lo escuchaban absortos un Capi­tán y un niño.

Entre esas dos cejas exuberantes estaba comprimida una obsesión quemante: se necesitaban con ur­gencia seis potentes y muy versáti­les cañoneros fluviales, dos para el Amazonas, dos para el Putumayo y dos para el Magdalena. Eso era lo que quería explicarle al Ministro el viernes pero el General Secretario no lo dejó entrar y le dijo que alis­tara un Estudio de Estado Mayor al respecto y que cuando lo tuviera regresara para que hablara con el Ministro. "Ahora tengo que repasar como se escribe eso, y ni siquiera tengo un "buen escribiente" dijo para terminar. "Pero eso no es un gran problema, mi Coronel", le res­pondió el Capitán: "aquí vemos como se le da forma al documento y este muchacho que ahora está estudiando mecanografía y ya se sabe a Marroquín le hace los borra­dores y se los pasa en limpio como tarea.''.

.....__ _ ___JI''El Coronel Velilla pretó el insigne servicio a Colombia de resucitar el concepto del Poder Naval, imperdonablemente olvidado durante

.---- -----, muclws años" '---------'

Así vine yo por obra de la casua­lidad a ser testigo de primera fila en la concepción y el proceso de maduración de la idea de proveer un poder naval mínimo para los ríos del Sur. El Coronel Velilla me dictaba los sábados por la tarde lo que había preparado durante la semana y el domingo me invitaba con su hijo Victoriano, a quien te­nía interno en el Colegio de San Bartolomé, a misa de 11 en San Agustín, luego a almorzar en el

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Casino, y en la tarde nos llevaba en tranvía al Lago Gaitán, nos ponía a remar en barqueta, nos pasaba por casi todos los juegos y aparatos quedándose siempre en tierra para vernos sonriente gozar en la rueda de Chicago o en la montaña rusa. A veces se nos unía en las pruebas de fuerza o de destreza. Ese hombre adusto nos colmaba de bondad y generosidad y parecía disfrutar hon­damente de nuestra compañía, casi como si fuera otro niño.

Esa rutina duró varias semanas al cabo de las cuales terminamos al fin el estudio, nítido y sin un error. La vida me separó entonces de David y Victoriano Velilla. No los volví a ver jamás como tampoco al documento que busqué sin fortuna en los archivos oficiales cincuenta años después y cuyo rotundo éxito puede juzgarse por los aconteci­mientos que produjo con desacos­tumbrada presteza.

Pedro María David Velilla Y epes nació en Medellín el 6 de Junio de 1879 e ingresó al Ejército de la República el 6 de Noviembre de 1900 directamente como Capitán. Su carrera debió tener principio en nuestras guerras fratricidas y es fiel reflejo de la irregularidad y la ines­tabilidad con que funcionaba en­tonces el estamento militar, las que hacían que la vida del soldado transcurriera en un ambiente en que lo sublime y lo ridículo se mezclaban de manera indefinible y melancólica.

Arrancó como un meteoro: e14 de Febrero de 1901 fue ascendido a Sargento Mayor y el 31 de Julio del mismo año a Teniente Coronel. Luego esperó durante veintitrés años su ascenso a Coronel, grado que le llegó el 4 de Octubre de 1924 y en el cual prestó el insigne servicio a Colombia de resucitar el concepto del Poder Naval, imper­donablemente olvidado durante mu­chos años por nuestras obnubiladas clases dirigentes. Lo encontramos a mediados de 1928 desempeñán-

dose como Jefe de la Sección de Flotillas y Aviación del Ministerio de Guerra con la ayuda de un defi­ciente mecanógrafo y de un orde­nanza que constituían la totalidad de la dotación de personal a su car­go. Dentro de esa embrionaria or­ganización naval se mantuvo lu­chando, ya desde las unidades a flote del río Magdalena o desde varias posiciones administrativas, hasta cuando después de ver coro­nada con éxito la gran ambición de su vida de dotar a nuestros prin­cipales ríos de barcos idóneos para su defensa fue trasladado el 28 de Febrero de 1932 de la Jefatura de la reorganizada' Sección de Flotillas Fluviales y Aérea al cargo de Jefe del Departamento 3 de la Inspec­ción General del Ejército en donde fue lánguidamente llamado a califi­car servicios el lo. de Agosto del mismo año.

Llevaba ya casi ocho años como Coronel. No había hecho cursos de estudios militares. Sólo era un patriota, un vidente y un pionero. Tal vez no se podía ya ascenderlo a General. O tal vez se indispuso con algún Jefe. ¡Quién sabe! Pe­ro lo que si es un hecho reivindica­dor y JUSticiero es el de que la nueva Armada con nobleza innata y elegancia heredada lo tenga de primero en la galería histórica de sus Comandantes.

LOS CAÑONEROS YARROW

No dudo que la presentación que el Coronel Velilla hizo ante el Ministro hacia el final de 1928 del "Estudio para la adquisición de cañoneros" debió por lo menos ser tan vehemente y convincente como la que nos había hecho se­manas atrás a mi padre y a mí, pues con inusuales celeridad y eficacia en los gobiernos de esos tiempos, el presidido por el Doctor Miguel Abadía Méndez, siendo Encargado de Negocios de Colombia en Lon­dres el señor Alfredo Michelsen, logró celebrar en cortísimo tiempo un contrato con la casa Y arrow

and Company, Ltd. de Glasgow, Escocia, el 3 de Agosto de 1929, para la construcción de tres caño­neros de río que deberían ser capa­ces de navegar por sus propias má­quinas desde Glasgow hasta Barran­quilla y t ambién subir el Magdalena hasta Girardot, todo bajo el manejo y la responsabilidad de los construc­tores. Además deberían tener un

.alto poder de fuego, algún blin­daje y una velocidad máxima de 15 nudos.

Semejantes exigencias determi­naron un diseño del casco absoluta­mente fuera de lo común, que no podía tener quilla para que lograra subir hasta Girardot pero que no podía ser plano para las largas na­vegaciones en altamar. Tal diseño, que resultó revolucionario y exclu­sivo, constituyó una nueva página en la ciencia de la Arquitectura Naval que produjo un extraño tipo de buque con las siguientes especificaciones:

Eslora: 137 pies 8 pulgadas o 42 metros

Manga: 23 pies 6 pulgadas o 7,2 metros

Calado: 2 pies 9 pulgadas o 0,84 metros

Desplazamiento: 142 toneladas

Capacidad de combustible: 24 toneladas

Maquinaria: 2 motores Gardner semi-diesel de 300 H.P. cada uno

Armamento: 1 cañón de 75 mm. 1 cañón de 40 mm. 4 ametralladoras V ickers-Armstrong de 7 mm. 4 fusiles KE-7 de ?mm.

Alojamiento para 4 oficiales y 35 Clases y Marinería Radio de ac­ción: 2.100 millas

Velocidad: 15.5 nudos

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Ese gobierno fue en extremo cuidadoso y meticuloso en la ejecu­ción del contrato. En efecto, por Resolución No. 45 del 27 de Marzo de 1930 firmada por el General José Joaquín Villamizar y por su Secretario el General José María Forero se ordenó el traslado en co­misión del Coronel Velilla a Glasgow1

en su carácter de Comandante de la Flotilla Fluvial de Guerra, con el fin de que presenciara la termina­ción de los cañoneros y recibiera instrucción sobre su manejo. De igual manera el Coronel Arturo Borrero fue enviado a Suecia para que presenciara en Aktiobolagett Bofors las pruebas de los cañones y los aceptara o rechazara como comisionado del Ministerio de Guerra.

De manera escalonada fueron zarpando los buques de Glas­gow. El prototipo, que lo fue el "Cartagena" y dio su nombre a la clase, lo hizo el 3 de mayo de 1930. Arribó a Puerto Colombia el 27 y se le enfrentó con éxito a las terribles Bocas de Ceniza el 29 para atracar en el Caño de las Compañías de Barranquilla. Luego lo hizo el 30 de Mayo el "Barranquilla" para arribar al mis­mo puerto el 24 de Junio, y por úl-

CAÑONERO ARC "CARTAGENA"

timo salió el "Santa Marta" a fina­les de Junio para arribar sin nove­dad a mediados de Julio.

El gobierno, ahora con don Agustín Morales Olaya, General de las guerras civiles, como nuevo Mi­nistro de Guerra y con el mismo · Secretario, General Forero, seguía con acuciosidad el curso del cum­plimiento del contrato. El 18 de junio de 1930, cuando aún no ha­bía arribado el segundo buque, promulgó la organización de las pruebas para el recibo de las unida­des por Resolución No. 75 en la que se nombró la Junta Receptora compuesta por el Comandante de la Flotilla Fluvial de Guerra, Co­ronel David Velilla, el Intendente Fluvial Senén -Martínez Aparicio, el Ingeniero Jefe de la Canalización Doctor Miguel A. V arela y el Jefe de Ingenieros de la Canalización Doctor Guillermo Cristo. La Re­solución estableció además que para definir la velocidad máxima se de­berían hacer seis carreras, tres subiendo y tres bajando en tres sectores diferentes del río debida­mente medidos y que el promedio sería la velocidad de cada buque; dijo que la resistencia del casco se probaría mediante el disp.aro del armamento y finalmente ordenó

que se determinara el funciona­miento correcto de los equipos inalámbricos, eléctricos y de bom­beo. La Junta en su informe de­bería incluir un concepto respecto a si los buques servían para lo que se deseaba. Se cuidaba muy en sa­lud el Señor Ministro.

El "Barranquilla" fue inspeccio­nado por la Junta Receptora el 5 de agosto de 1930 y probado con toda ella a bordo el 14 del mismo mes en sectores del río comprendidos entre Caño Abajo, Sitionuevo, Caño de Soledad y Cabica. Lo entregó Mr. John White, representante de Y arrow después de pasar sus prue­bas con los colores en alto y de ex­ceder la velocidad contratada. El "Cartagena" fue probado y acepta­do el 28 de agosto y recibió su Pa­tente de Navegación el 10 de no­viembre, y con el "Santa Marta" se hizo lo propio a mediados de Septiembre.

El "Barranquilla" recibió su Pa­tente de .~üvegación el 10 de Octu­bre de 1930 y elll zarpó del Caño de las Compañías hacia Girardot en su prueba más azarosa de navega­ción fluvial: Enfrentársele a los Saltos de Honda. Debían tener los

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constructores y el Coronel Velilla gran confianza en la unidad para arriesgarla sin mayor necesidad en tamaña aventura, de la que salió afortunadamente airosa. Arribó a su destino el 24 sin ninguna nove­dad, se fondeó en Puerto Arturo donde fue visitada el 25 por el Ge­neral José María Forero quien continuaba como Secretario Gene­ral del Ministerio de Guerra a pesar de que había nuevo Presidente, el Doctor Enrique Olaya Herrera y nuevo Ministro el Doctor Carlos Adolfo Urueta. El 26 hizo el buque demostraciones de velocidad y de tiro ante las autoridades, entre las que se encontraba el Capitán de Corbeta Froilán V alenzuela y el 30 regresó a Barranquilla.

Después de su recibo por el go­bierno el "Cartagena" y el "Santa Marta" fueron amarrados casi sin tripulación en Santa Cruz, un cam­pamento del Ministerio de Obras Públicas en el Magdalena Medio donde se había instalado un "slip" o varadero para reparación de em­barcaciones fluviales. Los magní­ficos buques aún sin estrenar esta­ban siendo condenados de manera absurda a un acelerado deterioro. Y a operaba la constante administra­tiva de nuestro país de adquirir barcos, aviones y costosos equipos de toda índole o de construir edi­ficios, carreteras, ferrocarriles, puen­tes, muelles, etc. para a renglón seguido permitir su destrucción por falta de mantenimiento. Después de casi diez meses de tan aberrante demostración de desidia comenza­ron a soplar en la altiplanicie vien­tos de guerra y entonces sí decidió el Ejecutivo buscarles tripulaciones de cualquier manera para volverlos a poner en condición operativa para viajar al Putumayo, una de las últi­mas órdenes que dió el Doctor Urueta antes de su deceso en sep­tiembre. En los trabajos de alista­miento se incluyeron la adaptación de una sobreproa temporal de ma­dera y la remoción del mastelero y la caseta de popa.

La conformación del mando y la tripulación fue extraordinaria y sa­lida de todos los cánones usuales

en vista de -la impreparación com­pleta en que se encontraba Colom­bia en cuestiones navales. Oficia­les ingleses de cubierta y de máqui­nas para que navegaran los buques, oficiales del Ejército y un oficial naval para ejercer el mando, sar­gentos, cabos, soldados, marinos civiles del archipiélago y maquinis­tas del continente para tripularlos. En fin una Torre de Babel que sí funcionó animada por el más acen­drado patriotismo, un formidable entusiasmo y una profunda mística militar.

La travesía •se hizo aún bajo la sombrilla operacional de la Casa Y arrow y se inició en Barranquilla el 26 de octubre de 1931 por el Canal del Dique a Cartagena donde el "Cartagena" encalló por varias horas en un bajo de la bahía y con­tinuó a Curazao y Belem do Para donde se les restituyó a los buques su forma original para que procedie­ran hacia Manaos a donde llegaron el 14 de Noviembre y en donde el Agente de Y arrow, Capitán Francis Fenning los entregó por última vez al Mayor José Dolores Solano y al Cónsul de Colombia Luis Humberto Salamanca.

El Mayor Solano fue el Coman­dante de la Flotilla. El inglés S.M. Donnell fue el Capitán del "Santa Marta", secundado por el Capitán de Corbeta Luis María Galindo, de la Escuela del General Reyes, quien figuró como "Segundo Capitán" y por el Sub-teniente Luis A. Baquero Herrera con el cargo de Artillero. En el "Cartagena" fuera de la con­ducción inglesa por tres oficiales se embarcó como Comandante Mi­litar y Artillero el Teniente Hernan­do Mora Angueyra. Estos dos últi­mos oficiales llegaron en sus muy distinguidas carreras a los grados de Almirante y General, Comandan­te de la Armada el segundo, a la que ambos prestaron invaluables servicios.

Y a completamente en manos co­lombianas los buques fueron bus­cando poco a poco su camino hacia el frente, reconociendo los ríos con largas escalas en los puertos y ha-

ciendo labores de transporte de per­sonal, víveres y hasta ganado. A mediados de 1932 establecieron su base firme en Caucaya con tripula­ciones muy bien entrenadas.

A partir del1o. de septiembre de 1932, fecha en que el Perú invadió a Leticia, los dos buques trepidaron de impaciencia porque llegara la ho­ra de la revancha varias veces aplaza­da pues el Presidente Olaya manejó casi que en detalle las operaciones militares desde el Palacio de la Ca­rrera como más tarde lo hiciera en Vietnam el Presidente Johnson des­de la Casa Blanca. Al fin, al alba del 26 de Marzo de 1933; se oyó el tan ansiado pi tazo de ¡Zafarrancho de Combate!. Güepí y la gloria. Desde que despuntó el día se mo­vieron los dos cañoneros con velo­cidad, agilidad y vigor de felinos sobre su presa, soportando indem­nes nutrido fuego enemigo. Actua­ron como buques de desembarco para más de la mitad de la infantería, arriba, abajo, y al comenzar la tarde sobre el mismo Güepí. Bombardea­ron y destruyeron el puesto de Cachaya y luego concentraron su fuego sobre el blanco principal. Protegieron el penoso avance de la tropa por la selva hostigando con­tinuamente al enemigo por las alas. En ocho horas esas unidades paga­ron más de su precio con la econo­mía de torrentes de sangre colom­biana que sin ellas se habría derra­mado. 5 muertos y 8 heridos para una acción victoriosa de tal enver­gadura es un costo en extremo afor­tunado que pone muy en alto la calidad del mando en todos sus es­calones y la eficacia táctica de quie­nes participaron en el combate.

"Sin los cañoneros no habría habido Güepí" dijo el General Du­rán Pombo. Yo ahora agrego: "Sin el Coronel David Velilla no habría habido cañoneros", y observo con melancolía que el colombiano que más derecho tenía a presenciar el Combate de Güepí tal vez vino a enterarse de él en alguna montaña antioqueña por la narración inolvi­dable del Teniente Juan Lozano y Lozano. Ironías e injusticias de la vida!.

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MlaTOIUA

LA CAPTURA DE KUMSONG,COREA

GLORIA DEL EJERCITO Y DE LAS ARMAS DE COLOMBIA

Coronel (r} FRANCISCO A. CAICEDO MONTUA

El simbolismo y seriedad de la Revista de las Fuerzas Armadas que se difunde no sólo para la informa­ción institucional, sino también de la opinión pública, correspondiente al No. 405 de Abril de 1993 en el artículo "Héroes Colombianos en el Asia", me motivan a aclarar algunos conceptos, que desvirtúan y olvidan la realidad e importancia histórica de los hechos de guerra del Batallón Colombia, acaecidos en el frente de batalla de Corea.

Mis condiciones de combatiente a quien le correspondió con mis hombres tomar varios objetivos, entre ellos "El Chamizo" en asalto a la bayoneta, hasta la conquista y captura de Kumsong, me hacen in­clinar reverente con profundo res­peto y patriótica admiración, ante los hombres que posteriormente participaron en las acciones del ce­rro 180 y la defensa del Old Baldy y los héroes colombianos que rin­dieron su sangre gloriosamente en todas las acciones de combate, de esa gesta inolvidable.

Las aseveraciones de la Revista, que se transcriben, son dignas de aclaración: referente a "La Opera­ción Bárbula" desarrollada en fe­brero de 1953, dice, " El Objetivo del "raid" era penetrar las posicio­nes enemigas para capturar elemen­tos enemigos ... " "Era la misión más importante que hasta la fecha había recibido el Batallón durante

su participación en la guerra de Corea ... "

''Las operaciones Bárbula (ata­que) y Old Baldy (defensa) fueron las dos acciones militares más im­portantes que vivieron las tropas colombianas en Corea ... "

En Octubre de 1951 el Batallón, como unidad de primera línea en el frente de batalla, en Sanyang-Ni, y en cumplimiento de la Orden de Operaciones No. 29 del Comando de nuestro Regimiento 21o. "Los Gimnlets", de la 24a. División, y a su vez de la Orden deducida No. 5 del Batallón, participó en la Ope­ración NOMADA, la última ofensi­va a gran escala durante la guerra, desarrollada en nuestro sector con un avance de cerca de 1 O millas, con captura en el ataque de varias colinas y objetivos intermedios en manos de los chinos, en cuyas trin­cheras capturamos prisioneros, gran cantidad de armas livianas y pesadas, millares de municiones de distin­tos calibres y de morteros. El sal­do de sangre en las propias tropas y triplicadas en el enemigo, en la conquista de las posiciones, hicie­ron brillar las armas de la Repúbli­ca, con honor e hidalguía para el Ejército de Colombia, ante la opi­nión mundial y la de soldados de los 21 países que participaban en la contienda, que conocieron hasta entonces de la bravura y heroísmo de los soldados de una patria para ellos ignorada hasta ese entonces,

Colombia; y que motivó a la pren­sa mundial a catalogar el valor de los colombianos, igual o superior al de las tropas Turcas, quienes eran en la contienda considerados como los más bravos y valientes, entre las tropas participantes de las Naciones Unidas.

El preámbulo de la captura de Kumsong, fue el ataque del 13 de Octubre de 1951, a las trincheras chinas sobre las cumbres de escarpa­das montañas a los objetivos de "El Chamizo", "La Teta", y " Don Po­lo", capturados los dos últimos por el Subteniente, Raúl Martínez Espi­nosa, y un fortín de cazamatas ale­dañas a esta última posición, por el Subteniente Bernardo Lema Henao (q.e.p.d.).

"El Chamizo", donde estaba en posición en sus fortificaciones una compañía reforzada china, que me correspondió atacar y capturar con mi pelotón, apoyado por el pelotón del Subteniente Rafael Serrano Gó­mez (q.e.p.d.) nos comprometió en un combate que duró todo el día sobre las posiciones enemigas, y los

1 1 " ... el Batallón Colombia fué el primer elemento de la8 Naciones Unicla8 en alcanzar el objetivo de Kumsong'' D

objetivos determinados como el 23, 24 y el 25 que fueron sucesivamen­te arrebatados a los chinos, hasta las 4.45 hs. de la tarde en que se capturó el 25, "El Chamizo" una hora antes de lo considerado por la 24a. División, en una histórica carga a la bayoneta y lucha cuerpo a cuerpo con la desintelrración de la unidad enemiga.

Como resultado de este ataque que fue presenciado desde el aue

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esporádicamente por el propio Co­mandante de la 24a. División, Ge­neral Blackseard Bryan se captura­ron: las posiciones enemigas, cinco ametralladoras pesadas, nueve sub­ametralladoras thompson, un mo.r­tero chino, 57 fusiles rusos, un te­léfono alemán, y arsenales en las posiciones subterráneas y bonkers repletas de multitud de granadas y municiones de armas de apoyo y de combate. Las bajas enemigas, en mi área quedaron 38 cadáveres en sus trincheras. heridos sábelo Dios y, 4 chinos prisioneros entre los cuales habían dos heridos con el propio Comandante de la Compa­ñía china destruida, las propias ba­jas fueron ocho muertos y 32 heri­dos. En el área del Batallón fueron registradas 82 bajas enemigas

En la segunda fase de esta ofen· siva. cuyos objetivos intermedios conducían a Kumsong y determina­do como el Objetivo X final; los Pelotones del Teniente Agustín Angarita Niño. y mi Pelotón, fui­mos capturándolos colina a colina, evacuando nuestras bajas y contan­do las considerables enemigas, hasta la captura de Kumsong donde lle­gamos con la angustia de los días de lucha. la aureola feliz y amarga del triunfo y la inmensa satisfacción del deber cumplido.

Quedó entonces definida la línea de combate más avanzada al Norte de Corea, a varios kilómetros del paralelo 38 donde concluyó la Ofensiva de otoño, llamada familiar­mente por los combatientes '"La Ofensiva Van Fleet", y donde que . dó consolidada la línea NOMADA, que estabilizó el frente de batalla hasta el final del conflicto, que pro­siguió por dos años mas, con la mo­dalidad de ''guerra de posiciones'' y "ataques a objetivos limitados", que serían conducidos por unida­des fundamentales y pelotones.

Al término de la ofensiva, el Batallón registró 15 muertos y 42 heridos. Los informes de Inteli­gencia de la 24a. División, estima­ron que en la faja de ataque del IX Cuerpo del Ejército (División 24a. y 2a. División Americanas y

De izquierda a derecha: Subtes. Rafael Serrano, Francisco A. Caicedo Jfontúa, Cabo Caroajalino, soldados Gómez y Danilo Ortiz Alvarado. Al centro chino encm r'go przsionero herido, recibiendo auxilios médicos. Captura de las posiciones chinas del "Chamr'zo ".

VI División del Ejército Sur Corea­no) las bajas enemigas sobrepasaron la cifra de 16 mil muertos y 1.022 chinos capturados.

Como consecuencias históricas de esta última ofensiva, cerca de 1.200 km. 2 de territorio coreano, al Norte del paralelo 38, quedarían desde entonces incorporados a la República de Corea. Las conferen­cias de paz iniciadas en Kae-Song y suspendidas, se reiniciarían a los tres días de ser consolidada la línea NOMADA, en la aldea de Pam-mun­Jon, hasta el cese de fuegos que se­llaron el conflicto. La superioridad de las Fuerzas de las Naciones Uni­das y la capacidad ofensiva del Ejército Aliado demostradas, en la ofensiva de la Operación NOMA-

DA fueron artífices del cese de hostilidades.

El reconocimiento oficial, publi­cado en los periódicos del mundo y · del oriente, de la época, lo expresó el mismo Comandante de nuestra 24a. División, testigo ocular de la batalla, quien expresó: "He comba­tido en tres guerras, he comandado y visto luchar los mejores soldados del mundo, pensé que nada me que­daba por ver en el campo del valor y de la intrepidez humana, pero viendo combatir al Batallón Colom­bia he presenciado lo más grande, lo más soberbio de mi vida".

El Gobierno de los Estados Uni­dos, concedió como reconocimiento a esta operación, por acciones dis-

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VIII Ejército General James Van Fleet, en algunos de cuyos apartes dice:

"El Presidente de los Estados Unidos de América ha conferido la citación Presidencial de Unidad Distinguida al Batallón Colombia por ''Extraordinario heroísmo en operaciones militares, contra ene­migo armado, del 12 de octubre al 22 de octubre, 1951 en Sonbyok, Corea".

"El Batallón Colombia es citado por desempeño sobresaliente en el deber, y heroísmo extraordinario en acción contra el enemigo en las vecindades de Sonbyok Corea du­rante el período comprendido entre el 12 y el 22 de octubre de 1951".

Sigue descripción de la acción de combate ...

Sah'da al primer ataque nocturno en la nieve al mando del Ste. Francisco Caicedo Montúa con su pelotón. De blanco a su lado S te. Gustavo 1~o1oure, Tte. Luis M. Reyes y Ste. Jaime Pombo.Kumsong.

" El Batallón Colombia demostró tan insuperable valor y tan sobresa­liente espíritu agresivo en el cumpli­miento de su peligrosa misión, que se ha distinguido y superado a otras unidades que tomaron parte en ac­ciones similares. El heroísmo extra­ordinario y la destacada eficacia combativa, y el espíritu de cuerpo demostrado por los miembros de este Batallón los honra y está en armonía con las más preciadas tra­diciones de la profesión militar".

tinguidas de valor y heroísmo en el campo de batalla, en el combate de SONBYOK, varias condecoraciones de Estrella de Plata, Estrella de Bronce con "V", a un limitado y destacado grupo de Oficiales, Sub­oficiales y soldados participantes en la acción.

El Diario "Star and Stripes", registró":

"Van Fleet (Comandante del VIII Ejército Aliado") elogia a los co­loro bianos como la primera unidad de las Naciones Unidas en tomar a Kumsong". "Como Comandante General de las Fuerzas de las Nacio­nes Unidades en Corea, felicito al Batallón Colombia, por su sobresa­liente actuación en el combate. Es interesante subrayar que el Batallón Colombia, primero y único aliado de Sur América en Corea, fue tam­bién el primer elemento de las N a­ciones Unidas en alcanzar el objeti­vo vital de Kumsong. Este éxito, basta por sí solo para colocar al Batallón Colombia, como Unidad de la más alta importancia en nues­tro esfuerzo para contener la agre­sión comunista en Corea".

"Citaciones Presidenciales"

El Presidente de la República de Corea concedió una "Citación Presidencial" al Batallón de Infan­tería Colombia, al término de la operación.

El Presidente de los Estados Uni­dos concedió la primera Citación Presidencial, al Batallón Colombia, impuesta a la Bandera de Guerra de la Unidad, por el Comandante del

SEÑOR SOCIO:

Por el Comando del General James Van Fleet (Paul Adams Brig. Gen. Staff).

La importancia de ACORE radica en el valor de las ideas que sostenemos y propiciamos.

Si usted está satisfecho de ser asociado, haqa que otros reciban este beneficio.

Hábleles de nuestra Asociación, de sus objetivos y de la bondad de sus conquistas.

ACORE ! J

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MI8TORIA

EL GRAN SECRETO MILITAR

Mayor (r) ERNESTO DUEÑAS CEPERO

El Plan "OVERLORD" como así se llamó la gran operación de inva­dir a Alemania para derrotar a Hitler mantuvo uno de los más ex­traordinarios secretos guardados ce­losamente durante la Segunda Gue­rra Mundial. Fueron muchos los esfuerzos de Alemania para descu­brir los planes aliados para la inva­sión y fueron también especiales los planes aliados para mantener en total reserva todos los detalles de esta gran operación, comoquie­ra que se trataba de la forma de derrotar a Alemania por la inva­sión de los aliados a Europa y especialmente a Berlín.

Las Fuerzas Alemanas bajo el Comando del Mariscal Rundstedt con 60 Divisiones controlaban la Muralla del Atlántico desde Holan­da y Bélgica hasta el Golfo de Vis­caya, al Sur de la Costa Francesa.

A órdenes del Mariscal estaba Rommel defendiendo la Costa desde Holanda al Loire y con el 15o. Ejército de 19 Divisiones man­tenía el frente entre Calais y Bou­logne; el 7o. Ejército con 9 divisio­nes de Infantería y una Blindada actuaba en Normandía. 10 Divi­siones Alemanas diseminadas desde Bélgica hasta Burdeos, con 4 7 esta­ciones de Radar no funcionaron bien el día de la Invasión.

El gran Secreto cubrió totalmente la maniobra militar pues ninguna de las formaciones Aliadas fueron debidamente conocidas por los Alemanes y así no supieron cómo distribuir sus Fuerzas Militares para ejercer una correcta actitud contra los Aliados que lograron maniobrar dentro de una gran reserva y domi­nar adecuadamente al enemigo.

El 30 de Noviembre de 1943 en

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conferencia privada se aprobó el Plan Overlord, cuyo objetivo era in­vadir a Francia para derrotar a Ale­mania a más tardar en Mayo o Junio de 1944.

El papel de la Aviación Aliada comprendía el ataque diario a los astilleros de Submarinos, a la In­dustria Aeronáutica, los Transpor­tes, las Refinerías de gasolina y la Industria Bélica. Se planeó la ofen­siva aérea contra Berlín y el 14 de Marzo los Estados Unidos iniciaron la operación "Bocajarro", de vuelo razante, sobre las fábricas de coji­netes de Sechveinfurt. En Abril la Aviación bombardeó 24 horas dia­rias a Hamburgo, Berlín y el Ruhr; la Aviación Alemana quedó práctica­mente reducida a la Aviación de Caza.

El Plan Overlord logró lanzar 60.000 toneladas de bombas en 60 días antes del día D para formar una especie de desierto en torno a las Tropas Alemanas de Normandía. Se destruyeron 93 Centros Ferro­viarios y se volaron todos los Puen­tes y Material rodante.

La preparación del cruce estuvo a cargo del Estado Mayor de Moun­tbatten quien tuvo la idea de ubi­car Puertos sintéticos y en Enero se prepararon los Barcos que de­bían ser hundidos para afirmar el piso. Se completaron 70 naves mercantes y 16 barcos de guerra. Se alistaron 49 muelles flotantes y con cuatro Divisiones de Planeado­res gigantes y seis acorazados con 22 cruceros se completaron 200.000 vehículos que debían moverse por el Canal. Rundstedt opinó más tar­de que el Alto Mando Alemán cre­yó firmemente que el desembarco sería por Calais, cuando los verda­deros planes eran los de tomar a

Caen, seguir a Lisieux y Carentan para avanzar hacia Cotentan y pre­sionar al norte para tomar a Che­burgo, mientras tanto los Británicos protegían el flanco americano y se construía un aeródromo en Caen para en unas tres semanas irrumpir hacia París.

El día D, 5 de Junio de 1944 se realizó la Invasión programada, comenzando por dragar 10 canales por entre las minas con la ayuda de 354 dragaminas y la destrucción de los radares enemigos por el apoyo de 3 Divisiones aéreas y el lanza­miento de 5.200 toneladas de bom­bas. Los aviones Aliados efectuaron más de 14.600 ataques y de gran utilidad fue la instalación de chapas metálicas y barcos de cartón en todos los 5 puertos de Inglaterra. Se estableció una gran concentra­ción de efectivos bélicos y unos 365.000 vehículos y por lo menos 1 '200.000 hombres.

La Defensa Alemana se derrumbó el 2 de Junio, mientras los Aliados simultáneamente entraron a Roma en perfecta y secreta operación. Rusia a un mismo tiempo desaloja­ba a los Alemanes de su territorio y la orden de Hitler de combatir hasta el fin terminó con toda la resistencia Alemana.

Von Kluge manifestó: "La su­premacía aérea es terrible y destru­ye casi todos nuestros movimientos. Cada paso del enemigo se prepara y protege con la Aviación. Las pérdi­das de hombres y material son ex­traordinarias. La moral de las Tro­pas ha sufrido muy gravemente bajo el constante fuego enemigo".

El 30 de Agosto, día de la libera­ción de París las pérdidas enemigas allí llegaron a 200.000 muertos y 250.000 prisioneros. La base del gran éxito Aliado fue el gran Secre­to que rodeó todas las operaciones contra Alemania hasta lograr un completo dominio en áreas que se­ñalaron el camino hacia Cheburgo, la liberación de Roma y un final que llenó de gloria a los Ejércitos combinados de Gran Bretaña, Esta­dos Unidos, Francia, Canadá, Neoze­landeses y Polacos.

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FUERZAS MIUTARES

FUERZA PUBUCA vs. GUERRILLA UNA CRECIENTE, MORTIFERA Y PROLONGADA CONTIENDA QUE

SE MANTIENE EN TABLAS

Coronel (r) SIL VIO VALLEJO ROSERO

¿Podremos algún día derrotar a la guerrilla, o ésta, algún día, podrá salir victoriosa?. Esta pre­gunta tiene una respuesta real en el presente: El Ejército no ha podido con la guerrilla y ésta tam­poco ha podido con el Ejército. ¿Será que estamos condenados de por vida a presenciar, .Participar y sufrir esta lucha interminable?. Pues, como están las cosas, parece que sí.

Para tratar de entender algo esta problemática, que ha consumido el tiempo y la paciencia de mu­chos politólogos, se acudirá al expediente histórico para tratar de buscar alguna explicación a este fe­nómeno típicamente colombiano pues no se da allende las fronteras de países que nacieron al tiem­po del nuestro, que también han tenido guerrillas, y que comparten largas fronteras, historia y tradi­cionales formas de vida.

1. 1810 - 1830 Primeros rasgos del perfil de la violencia.

Esta época corresponde a los afanes de la inde­pendencia, no de la revolución, pues en realidad nunca la hubo. El 20 de Julio fue una expresión de descontento contra los delegados de la corona y no contra ésta. Se pidió el cambio de mandatarios abusivos, no el cambio del sistema. ¿Y qué pasó? Pues que se cambiaron los mandatarios y todo s~ó igual pero con jefes criollos por nacimiento mas no por ideología. Esta no existía y, por tan­to, no podía haber revolución. Aquí puede residir una de las fallas en la misma génesis de nuestra nacionalidad.

Los hechos del 20 de Julio fueron la expresión del descontento reprimido desde la marcha de Los Comuneros sobre Santa Fé en 1781. Este movi­miento terminó con la violación gubernamental de las Capitulaciones que se habían jurado cumplir en solemne misa celebrada por el Arzobispo en Zipaquirá. Luego vino la represión violenta de los líderes de la fallida revuelta: la cabeza de José An­tonio Galán se expuso en una jaula de madera a la entrada de Guaduas, la de Isidro Molina en Santa

Fe, la de Manuel Ortiz en El Socorro y la de Loren­zo Alcantuz en San Gil. Son las primeras víctimas de nuestro largo y voluminoso martirologio. Uña remota explicación de nuestro carácter violento y revanchista.

La falta de ideología o compromiso nacionalista dió origen a la Patria Boba. Una etapa de la vida caracterizada por la desorientación, la inexperien­cia, la ingenuidad y el derroche de ingenio, tiempo y energías en discusiones bizantinas cuando todo aconsejaba la unión para enfrentar el Régimen del Terror que se avecinaba con la llegada cercana del Pacificador. Esto acontece hoy mismo. ¿Nuestros padres de la patria cuánto tiempo y esfuerzos dila­pidan en vanas y egoístas discusiones mientras la guerrilla asesina a los agentes del gobierno en los mismos suburbios de la capital?. Parece ser que estamos condenados a seguir pagando tributo a la herencia.

Esta falta de nacionalismo es la causa de la no existencia de una política de estado. Los gobiernos tienen o dicen tener una política para su período, pero no tienen la visión del compromiso nacional. Esto puede explicar en parte casos como el que durante un gobierno el Ejército pone en la cárcel a los jefes guerrilleros, pero el siguiente los deja en libertad para que sigan enfrentándose al Ejército. Son casos aberrantes, fruto de nuestra realidad na­cional, que nos condenan a vivir con la amenaza en continuo crecimiento en número, intensidad y diversidad.

En esta etapa de la vida republicana se dan al­gunos hechos importantes que van dibujando los perfiles de violencia. Baste recordar los sucesos del régimen del terror, la declaración de la guerra a muerte, los fusilamientos de Ventaquemada y Santa Fe, la conspiración septembrina, el asesina­to en vil emboscada del Gran Mariscal de Ayucu­cho y el triste, solitario, degradante y último viaje del Libertador a encontrarse con la muerte en San Pedro Alejandrino.

2. 1830 - 1903 Las violentas guerras del bi­partidismo oficial

A partir de 1830 se vive una época de permanen­te agitación política y de guerras civiles, por desgra­cia numerosas y tan fecundas en todo género de males, que deberían aleccionar seriamente a todos los conciudadanos y muy especialmente a nuestros conductores de la política en los partidos y en el gobierno. Descontando las revoluciones internas de los Estados que pasaron de 40, las guerras civiles fueron 10.

Las causas mayores de estos sangrientos conflic­tos siempre se radicaron, como ahora, en la injusti-

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cia política o social, en la ausencia de garantías para los fueros de la persona humana, en las ambi­ciones de los caudillos, en el sectarismo político, en la intransigencia religiosa, en la corta vigencia de las constituciones, en la reconocida exhuberan­cia retórica y en la avalancha de leyes sin objeto.

Esta época dolorosa se puede resumir diciendo que se desarrolló en un verdadero tumulto de pa­siones políticas, de contrapuestas ideologías y de miopes aspiraciones caudillescas que hicieron del recurso a las armas por los partidos, un estado cró­nico que más de una vez pareció conducir a la Re­pública a su completa disolución.

Todavía resuenan cercanos los nombres de las sangrientas y fieras batallas libradas, no por una ideología, sino por el simple nombre de un partido que en el fondo cobijaba los intereses personales de los caudillos en su pugna por la riqueza y el poder. De la revuelta de 1876 recordamos los encuentros de Los Chancos, Garrapata, La Donjuana y la ba­talla de Manizales; de la de 1885 La Gloria y la Humareda, y de la Guerra de los Mil Días las bata­llas de Los Obispos, Bucaramanga, Peralonso y Palo negro.

Para formamos una idea del ~ado de violencia de los combates recordemos sólo que en Palonegro el "ejército liberal" al mando de los generales Var­gas Santos, Uribe Uribe y Benjamín Herrera con 14.000 hombres se enfrentó al "ejército gobiemis­ta" comandado por el general Própero Pinzón con 15.000 efectivos, armados ambos bandos con al­gunas armas de fuego, sables, machetes y garrotes. La horrorosa lucha duró 15 días y dejó en el cam­po 2.000 muertos y 3.000 heridos. Se dice que du­rante muchas noches después de haberse terminado la batalla aún se oían los gemidos de los moribun­dos y que las aves de rapiña cumplían de día una piadosa labor rematando a quienes no podían de­fenderse de sus picos y garras.

Como resultado de esta absurda contienda el país quedó destrozado. El Gobierno mantuvo bajo las armas a 75.000 hombres en una nación de esca­sos 4 millones, se dieron más de 200 combates a lo largo del país donde murieron más de 100.000 hombres. Otro resultado doloroso causado por esta guerra fue la separación de Panamá en 1903.

Desde esas fechas remotas quedan como secuelas imborrables los hábitos violentos y los odios de familia y de partido, de los que aún no se ha cura­do la nación y que han sido invitación para mayo­res represalias y feroces masacres, y tropiezo insal­vable para todas las iniciativas de paz.

El siglo XX empezó, como algo normal, bajo el signo de la guerra. Por fortuna, ante la desolación

y destrozos de todo orden dejados por la guerra, los partidos depusieron sus odios y llamaron a la cordura para implantar la paz, reconstruir el país y salvar a la nación. Los tratados de Nerlandia y Wisconsin marcan el comienzo del Siglo de la Paz, simbolizado por el trabajo, la. convivencia y el pro­greso. Pero este período pacífico duró apenas 30 años. Los rescoldos de la guerra de los Mil Días no se habían apagado completamente.

3. 1930 La violencia civil partidista.

Se ha fijado este año como el hito inicial del fe­nómeno moderno que ha dado en llamarse "la vio­lencia", entendiéndose como tal, el proceso multi­causal, sucesivo e incontrolado que aparece cuando posiciones claramente antagónicas entre personas o grupos se radicalizan al extremo de buscar la mutua aniquilación.

En 1930 confluyen varios hechos significativos que marcan definitivamente el devenir republicano hasta nuestros días. En primer lugar, el desconten­to y las reivindicaciones planteadas por las organi­zaciones obreras del Río Magdalena, de las petrole­ras y las bananeras que degeneraron en serios casos de desorden público entre los cuales el más doloroso fue la "masacre de 1928" en las bananeras de Cié­naga; en segundo lugar, la fuerza creciente del co­munismo que se vino a protocolizar oficialmente como partido en 1930 erigiéndose desde entonces en promotor de las fuerzas de izquierda y, por último, la caída del Partido Conservador que había gobernado desde 1886.

A partir de 1930 resurge el conflicto debido al triunfalismo liberal -según los conservadores-, a la sed de revancha -según los liberales- y a la agita­ción laboral, tres ingredientes que llevaron al país a la primera oleada de violencia partidista, obrera y campesina, cuyos protagonistas no eran ya los ejércitos organizados y armados para la guerra, sino la población que empezaba a ejercer la justicia, la venganza y las represalias a su libre albedrío . Las víctimas, como siempre, fueron los campesinos y los habitantes de poblaciones donde se obedecía a ojos cerrados, por una parte, al clero y, por la otra, a los gamonales, caciques o jefes políticos, sin reci­bir de parte alguna ningún beneficio.

El Gobierno de Olaya Herrera se esforzó pot de­tener la sangría pero el abismo continuó abriéndo­se sin medida. Cuando se establece la cadena vio­lenta se vuelve casi imposible de romper. Un po­lítico de la época describía así la situación de aque­lla época: "Apenas transcurre un día sin que los periódicos den cuenta de un crimen horrendo. Lo más doloroso es que la sociedad parece haberse fa­miliarizado con la producción en serie del crimen.

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Nadie se impresiona ante el atentado criminat. Asesinatos en que los bandidos ultiman a familias enteras, ancianos y niños; venganzas que recuerdan la vendetta corsa; actos de crueldad estúpida como desollar a las víctimas y mutilarlas en forma salva­je; asesinato de octogenarios sacerdotes; el atraco en pleno día en las calles de la capital; inseguridad rampante en las ciudades y en el campo. Tal es el cuadro." Claro está que hoy en nada ha cambiado.

En 1930 se reanudó la lucha entre los partidos. No fue una violencia institucional sino originada en la voracidad y el egoísmo de miembros de ambos partidos. El clero se mezcló en la lucha intestina con clara tendencia a favorecer al partido conser­vador, pero el problema no se generalizó sino que se circunscribió al centro del país.

4. 1946- 1949 El clímax de la tensión popular.

El 7 de Agosto de 1946 se posesiona Mariano Ospi­na Pérez. Alberto Lleras que ejerció el mandato pre­sidencial desde el año anterior por renuncia de Alfonso López reprimió con energía los brotes de violencia tomando enérgicas medidas de tipo mili­tar. A los 2 meses de la posesión de Ospina se de­sata una verdadera orgía de violencia partidista en Boyacá, Nariño, Tolima, los Santanderes, Bolívar, Antioquia, Magdalena y Cundinamarca. Se declara el estado de sitio en la capital y en el Valle. La CTC decreta un paro de choferes en Cali y en Mayo de 1947 estalla un paro nacional de transportes con sabotajes violentos en puentes y carreteras. Se declara fuera de la ley a la CTC. En Diciembre los ministros liberales se retiran del gabinete.

En forma inexorable y sistemática se inicia una de las mayores épocas de terror y exterminio en muchas zonas del país. Colombia marcha en línea recta hacia el caos. A los políticos la situación se les había salido de las manos.

El 30 de Marzo de 1948 se inaugura la IX Con­ferencia Panamericana presidida por el general George C. Marshall y el 9 de Abril cae asesinado Jorge Eliécer Gaitán dando origen al "Bogotazo". Todos los colombianos condenaron el crimen abo­minable, pero nadie previó sus tremendas conse­cuencias. Los liberales hablaron de derrocar a los godos, recobrar las libertades mancilladas y tutelar la democracia. Los conservadores dieron la orden de unir voluntades y colocar en el Ejército la re~­ponsabilidad de mantener al gobierno para salvar la Patria.

La tensión popular siguió creciendo. Al poco tiempo degeneró en lucha armada. El campesi­nato fue arrastrado a ésta sin que los promotores de tan salvaje idea se percataran de la gravedad del asunto. Cuando la violencia así planificada se

estrelló contra las gentes del campo, éstas se vie­ron ante la alternativa de perecer o resistir y opta­ron por la lucha.

5. 1949 - 1953 La primera oleada de violencia.

En las postrimerías del mandato Ospina los con­servadores tratan por todos los medios de conservar el poder. Para esto se excluyó al liberalismo de toda posición, se politizó la policía y se importó a los chulavitas para imponer el dominio gobiernista.

En Septiembre de 1949 salen a relucir las armas en el propio Congreso y es herido de muerte Jorge So­to del Corral. Luego es asesinado en pleno recinto Gustavo Jirnénez, presidente del directorio liberal de Boyacá. En Noviembre se decreta el estado de sitio, se cierran el Congreso, las Asambleas y los Concejos y se decreta la censura de prensa.

El violento escenario cuenta con 3 protagonistas: Los conservadores tratando de imponerse por la fuerza, mientras los liberales respondían con la protesta, el rechazo y la resistencia. En la base, los campesinos liberales y conservadores se masa­craban en una lucha absurda y sin sentido.

En Septiembre de 1952 son incendiados los edi­ficios de los diarios El Tiempo y El Espectador, las oficinas de la Dirección Liberal y las residencias de Alfonso López y Carlos Lleras Restrepo. Esta es la única vez que la violencia ha tocado directa­mente a los jefes políticos.

Esta oleada sangrienta afectó a los Llanos Orien­tales, Tolima, Boyacá, Cundinamarca, Caldas, V a­He y Antioquia. Estas zonas quedaron devastadas moral, económica, física y socialmente.

6. 1953 La corta tregua

Debido a la insostenible situación de violencia se creó en la ciudadanía la conciencia de la necesi­dad de un cambio. Sobreviene así el gobierno mi­litar del general Rojas Pinilla el 13 de Junio de 1953 con el apoyo franco y decidido de liberales y conservadores. El gobierno anuncia su programa de "no más sangre, no más depredaciones" que tiene éxito inmediato. En Agosto de ese año se entregan las guerrillas del Tolima, luego lo hacen las del Su­mapaz, La Palma y Yacopí, y por último se entre­gan 1.500 guerrilleros en los Llanos Orientales.

El Gobierno organizó la Oficina de Rehabilita­ción y Socorro. Se elaboró una ley para restablecer la tenencia de la tierra, se organizaron bolsas de trabajo y se crearon las secciones de Rehabilitaci ::1

Física y Social, y la de Protección Materno lnún til. Desafortunadamente todo ésto fracasó po!" presupuesto pues éste superaba la capacid.:cl G

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nac10n. Por este motivo, lo único que se logró fue un alto al fuego, es decir, una tregua para reanudar la ya consuetudinaria violencia.

7. 1954 - 1958 La segunda oleada. Enfrenta­miento Ejército- Guerrilla.

Durante el gobierno militar se afirmaba que los conservadores apoyaban a Rojas para, asegurar su posición y que los liberales lo hacían para no per­der la vida. El llamamiento a la concordia no fue suficiente para cicatrizar heridas tan recientes y profundas. Todo hacía presagiar el advenimiento de nuevas etapas de conflicto.

El 8 de Junio de 1954 la fuerza pública da muer­te al universitario Uriel Gutiérrez. Al día siguiente en manifestación de protesta el Batallón Colombia dispara y produce muchas lamentables bajas y nu­merosos ¡heridos entre las filas de estudiantes. El pueblo esperó el castigo para los responsables pero éste nunca llegó. Siempre la historia se repite.

Poco tiempo después se presenta la masacre de 90 campesinos en el Sumapaz. Ante ésto los com­batientes del sur del Tolima reinician la lucha. Los "Pájaros" ya habían aparecido sembrando el terror en veredas del Valle y Caldas. El conflicto nueva­mente sf' extiende a los Santanderes, Quindío, Huila y la región del Carare y el Opón.

En esta etapa se produce el enfrentamiento del pueblo con su Ejército. El gobierno confió en ex­tremo en la fuerza de las armas y los militares cre­yeron que podían demostrar una superioridad in­contrastable. Para demostrarla se bombardearon pueblos y veredas, se cometieron desafueros, mutilaciones y torturas, lo que trajo como conse­cuencia la apertura de un abismo muy profundo que separó definitivamente al campesinado de sus Fuerzas Armadas. Se trataba de un nuevo proceso que ya nunca más pudo ser detenido. Sus conse­cuencias nefastas las sufrimos hoy en día.

8. 1958 La tregua del Frente Nacional

El 10 de Mayo de 1957 el general Rojas entrega el mando a la Junta Militar como consecuencia de un paro general auspiciado por los políticos que ha­bían perdido muchas de sus prebendas y apoyado por el clero que no comparte algunas decisiones de la "dictadura". La Junta convoca a un Plebiscito para el lo. de Diciembre y en éste se aprueban to­das las reformas a la Constitución dando nacimien­to al Frente Nacional, que en mucho mitigó la lucha bipartidista. La lucha deja las banderas azul y roja y aparecen el bandolerismo y las autodefen­sas agrarias inspiradas por el PC. Una guerra menos cruel y despiadada que la partidista, pero, al fin y al cabo violenta.

9. 1958 - 1974 Frente Nacional. La violencia revolucionaria.

En este período la lucha partidista decrece para dar paso a las organizaciones de tipo revolucionario fomenta,das por el PC que se hallaba fuera de la ley por orden del general Rojas y que fue legalizado por el presidente Lleras Camargo. A esto se suma la extrema ingerencia de Fidel Castro en la organi­zación y entrenamiento de los movimientos guerri­lleros que aparecen en el período. En 1964 se crean las F ARC que se consolidan en las Repúbli­cas Independientes de Marquetalia, Ríochiquito, El Pato y Guayab~. En este mismo año se funda el ELN, en 1967 el EPL y en 1973 el M-19.

Durante el período Lleras C. ~ presentan serios disturbios de carácter obrero-sindical auspiciados por la JUCO, el PC y las centrales obreras. En el período Valencia se pacifica el Tolima y Tiro Fijo sale de Marquetalia. El presidente Lleras R. afron­tó grandes desórdenes de tipo urbano y durante el gobierno Pastrana se logró la aniquilación del ELN pero apareció en la vida nacional el M-19.

Para entender mejor lo sucedido en este lapso citemos al profesor Gómez Buendía quien afirma: "La guerrilla se autodefine como política ... Cada variedad de comunismo tiene eco en una corriente guerrillera... Ninguna de las 10 guerrillas F ARC, ELN, EPL, M19, Q.Lame, CRS, ADO, PLA, PRT y MIR interpreta un sector amplio de opinión que quiera la caída del gobierno... Así que la guerrilla no es política. Por eso no da batallas para tomarse el poder. Por eso nadie ha logrado saber cuáles son las propuestas de la guerrilla. Y por eso la violencia -que es lo que cuenta- no ha amainado en 40 años de guerrear, ni tampoco en 11 de conversar.

La guerrilla es en esencia un movimiento social, un subproducto de los procesos traumáticos de descomposición y recomposición del campesinado. Estos procesos marcan 3 etapas bien definidas en su historia: La "Violencia" cafetera hasta comien­zos de los 60, la de "Autodefensas Campesinas" en zonas de colonización, y la de Parasitismo de las 2 bonanzas en tierras de frontera -la coca para las F ARC y el petróleo para el ELN ."

10. 1974- 1988 Las negociaciones de paz.

El movimiento guerrillero con postura revolu­cionaria acusa una inusitada actividad en todos los frentes del quehacer nacional. El M-19 se torna en el grupo más activo y espectacular. Al presidente López M. le corresponden los ajustes políticos al término del Frente Nacional y el presidente Turbay se encuentra de pronto con una violencia que rebo­sa los límites de la tolerancia. Con la asesoría oportuna y eficiente del ministro de defensa produ­ce el Estatuto de Seguridad.

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La mano dura, como en Venezuela, dió buenos resultados y se impuso entonces la necesidad de negociar para mejorar los primeros logros. En 1981 se decreta la primera amnistía, en 1982 el presidente Betancur decreta la segunda mucho más extensiva, en 1983 se inician los diálogos de paz, en 1984 se pactan el cese bilateral del fuego y los acuerdos de paz con el EPL y el M-19, en 1985 se decreta el indulto y en 1986 el presidente Barco ofrece su política de mano fuerte y mano tendida.

Las negociaciones, aparte de la buena voluntad demostrada, sirvieron a la guerrilla para tomar un nuevo aire, robustecerse y reorganizarse. Las F ARC ponen en ejecución planes para convertirse en el Ejército del Pueblo; en 1983 reaparece el ELN remozado y con su nueva plataforma de guerra total; en 1985 se funda la U.P.; posterior­mente en 1987 se consolida la Coordinadora Gue­rrillera Simón Bolívar y en 1988 las F ARC lanzan el Plan Estratégico que busca organizar un Ejército de 120.000 hombres, reunir 200 millones de dóla­res y cubrir con su presencia armada a todo el país.

A todas éstas irrumpe con su fuerza corruptora y destructiva el narcotráfico que, unido a la violencia de los paramilitares, narcoguerrilleros y narcoterro­ristas, convierte al país en verdadero escenario de muerte y destrucción. Es otra etapa de la violencia que cobija a todos, deja 25.000 vidas tronchadas inútilmente en cada año de absurdo enfrentamiento.

11. 1988- 1993 La violenta escalada terrorista.

1988 fue designado por las F ARC como el año de la "Gran Confrontación", y si ésta no se dió se­gún sus planes, este año ha sido el más violento en toda la historia del país. 50 grandes masacres, 2.500 secuestros, 10 magnicidios, 60 tomas guerri­lleras, puentes destruidos, carreteras controladas, fábricas voladas, torres de energía abatidas por doquier, emboscadas infames, edificios dinamita­dos, asesinatos a sangre fría en plena calle, aviones explotados en pleno vuelo, hatos completos ame­trallados, etc., etc. Esta ha sido la época más in­fame y dolorosa que ha tenido la nación en su exis­tencia. ¿Cuántos muertos, heridos, mutilados, viu­das y huérfanos ha producido esta escalada? Impo­sible saberlo. Seguramente la cifra supera los 100.000 muertos. Y la violencia no se detiene. Estaremos ganando o perdiendo la guerra? ... Ami­go lector ... saque usted, sus propias conclusiones!.

12. lQuién va ganando la guerra?

Nadie. Todos la vamos perdiendo. A este res­pecto El Tiempo en su editorial del10-19-93 dice: "Nuestros militares hacen un balance de las bajas de la subversión y de las fuerzas del orden y llegan a la conclusión de que se está ganando la guerra, porque logran 5 bajas enemigas por una de las fuer-

zas castrenses. Pero el verdadero balance es el te­rritorial. Las guerras se libran para conquistar es­pacios. Las bajas son el costo de esa conquista. La guerra no la gana el bando que produce más bajas en el enemigo sino el que consolida la pose­sión pacífica del territorio e impone en él sus leyes, sus impuestos y su justicia.

Frente a este designio siniestro, es urgente que se haga una profunda revisión de los objetivos estra­tégicos. En lugar de contabilizar las bajas es nece­sario avanzar hacia las zonas controladas por los subversivos. No abandonarlas cuando éllos hacen su retirada táctica, sino consolidar la presencia del Estado y el reinado de la ley colombiana, con la aplicación de la justicia y la benéfica acción estatal.''

Lecturas Dominicales del 5-30-93 publicó una conferencia del politólogo Pierre Gilhodes quien considera que la principal causa de la violencia resi· de en la merma considerable de las comunidades campesinas, conocida, auspic~da y hasta fomenta­da por el Estado. Reconoce la coexistencia de 3 violencias: la guerrilla, la social y la del narcotrá­fico. A est.e respecto dice :

"Estas tres violencias que sólo por metodología se pueden distinguir, implican también distintas respuestas que en ningún modo pueden ir por la vía de la restricción de las libertades".

En lo relacionado con las posibles soluciones apunta lo siguiente: "... frente a una lucha que persisto en llamar político-social por sus causas y sus fines proclamados sin desconocer cómo se pue­de mezclar con las anteriores, la respuesta debe ser también la de un Estado fuene por lo legítimo. Las guerrillas saben que no alcanzarán el poder por la vía de las armas, pero, por varias razones, tampo­co pueden ser aniquiladas; tarde o temprano se negociará; éllas no están derrotadas pero sí golpea­das y relativamente aisladas. La negociación no puede tener como fin entregarles el Estado que no ganaron con las armas, pero sí ofrecerles y garanti­zarles un espacio en el que puedan asomarse a la política con las garantías constitucionales, inclu­yendo su derecho, como a cualquier fuerza que acepte la democracia, a alcanzar el poder a través de los votos de los electores.

Implica también encontrar salidas decorosas para miles de personas involucradas, a veces desde hace mucho tiempo, y que ya no saben o nunca supieron hacer otra cosa. Esto implicará ciertos sacrificios, ajustes a los que posiblemente la opi­nión aún no esté preparada. No significa debilidad sino voluntad de reconciliación, que la inmensa mayoría de estos guerrilleros deberían poder en­tender y aceptar. Es posible que esta solución, aún siendo complicada, no esté tan distante como parece hoy en día."

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LA NUEVA INTELIGENCIA

Doctor NELSON F. RAMOS S.

"El secreto corrompe a Jos individuos y a las institucio· nes; invita al encubrimiento de la negligencia y la inmora­lidad y casi siempre se propaga innecesariamente; perjudica las relaciones internacionales y se puede convertir en algo patológico". Galen Strawson, comentando el libro "SE­CRETS" por Sisela Bok en el "Sunday Times", 29 de Abril de 1984.

El juego internacional del espio­naje ha cambiado radicalmente des­de el final de la Guerra Fría. La amenaza en la década de los 80 de la Unión Soviética, agravada por la invasión de Afganistán es parte de la historia mundial de la proscrip­ción del partido comunista y el de­rrumbe de un estado monolítico corroído económicamente por su ineficiencia, su financiamiento de la revolución mundial y su carrera armamentista, de la cual sólo queda la amenaza de las cabezas nucleares en manos de Estados de la antigua URSS (Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas) y el crepúscu­lo de la KGB.

El Congreso Norteamericano de­bate en la actualidad el por qué "El establecimiento de la inteligen­cia" necesita un presupuesto tan desmesurado, de 30 mil billones de dólares anuales. La administración Clinton está implementando el re­corte del mismo a 7 billones en los próximos cinco años. LaCIA (Cen­tral Intelligence Agency) fue muy baja en anticipar el colapso de la economía soviética o la invasión de Kuwait por Irak.

Durante la Guerra del Golfo el General Norman Schwarzkopf, se quejó de que gran parte del material que los analistas de inteligencia le proporcionaron era pura "masa", la inteligencia militar de la CIA es tan superficial, que casi nunca se utiliza por los servicios militares, expresó el antiguo Director de la Agencia Nacional de Seguridad (National Security Agency) William Odom.

A tal punto ha llegado ésto, que los famosos "Briefings" o Resúme­nes, solo para los ojos del Presiden­te de los Estados Unidos, un repor­te diario para el desayuno de éste, de ocho páginas a doble espacio en papel bond fino, son superados por los magníficos informes de la cade­na televisiva CNN.

Se ha demostrado hasta la sacie­dad que el campo de la inteligencia, la constituyen hoy por hoy los fragmentos de la URSS, el Medio Oriente y el Lejano, en donde el espíritu de Mao y Den-Xiao-Ping se condensa en una economía mixta, que a no dudarlo superará en el siglo XXI al poderío econó­mico de los japoneses, hoy enfras­cados en una pelea de déficits económicos y apertura de mercados con los Estados Unidos.

LA NUEVA INTELIGENCIA

Los parámetros de la Nueva In­teligencia oscilan en la lucha entre la HUMINT (Human Intelligence) enfrentada a la TECHN INT (Tecno-

loginal Intelligence ), o sea en otras palabras la recolección y análisis de inteligencia en las fuentes tradicio­nales por seres humanos y la misma labor a través de un sofisticado complejo de aparatos electrónicos, satélites interespaciales y sobrewelo de aviones dotados de una parafer­nalia de aparatos de intercepción e incluso de detección del calor, simi­lares a los empleados por el Ejército de Estados Unidos en la "contienda limitada" del Viet-Nam.

Las amenazas del per íodo pos­terior a la Guerra Fría, los ha afron­tado la CIA dirigiendo sus esfuerzos a la detección de posibles redes te­rroristas y basta un ejemplo: con intercepción de comunicaciones y agentes infiltrados en Bagdad, la agencia aprehendió 30 agentes te­rroristas enviados por el régimen de

O ''No hay necesidad de un espía para entrar subrepticiamente en las oficinas industriales y comerciales" L.l __ ..-.~

Saddan, a promover disturbios in­ternacionales durante la Guerra del Golfo.

Una de las misiones más impor­tantes de la Agencia es el rastreo de la amenaza de armas nucleares y químicas. La CIA fue capaz de de­mostrar que Muamad el Kaddafi en una planta farmacéutica en Rabta encubría un sitio de producción de armas químicas. Cuando Kadda­fi posteriormente informó que un incendio había destruído misterio­samente la planta, la CIA probó que el hombre fuerte de Libia había prendido fuego a unas llantas para encubrir la conflagración.

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Hace cinco ( 5) años los agentes de la CIA rehusaron ensuciarse las manos uniéndose a la guerra de las drogas. Hoy han enlistado agentes en los carteles de Cali y Medellín y además sus agentes entrenan a la policía suramericana en colectar inteligencia.

En Febrero de acuerdo a docu­mentos secretos obtenidos por la revista "Newsweek" (Abril 12 de 1993), la CIA ordenó sobrevuelas de bimotores para detectar las acti­vidades de los carteles. En su más reciente operativo, la CIA ayudó a organizar la emboscada en 1989 del Rey de las Drogas, Rodríguez Gacha (el Mejicano) quien fue muerto en un combate a tiros con la policía colombiana.

El director Woolsey de laCIA un ex-Oficial del Pentágono y negocia­dor de control de armamentos en

Comentarlo•

las administraciones Carter, Reagan y Bush ha insinuado que la Agencia podría involucrarse en espionaje económico, pero la mayor parte de esta información puede recolectarse abiertamente y como expresa Hen­ry Clemens un consultor de seguri­dad en Florida, sobre si los espías de la Agencia podrían utilizarse: "No mucho, la mayor parte de la información puede colectarse abier­tamente y el 1 O% restante de los competidores puede lógicamente deducirse. No hay necesidad de un espía para entrar subrepticia­mente en las oficinas industriales y comerciales".

BOOMERANG EN COLOMBIA

Conocidas las bases anteriores del cambio en Langley (Virginia) cuar­tel general de la CIA, por considerar que esta agencia entra en los linea-

mientos de nuestros incipientes ser­vicios de inteligencia y por conside­rar que la esfera de un país latino­americano como Colombia, es más interno que externo, la concentra­ción vital de la inteligencia militar son las actividades de los movimien­tos guerrilleros, control de fronteras y posibilidades externas de agresión a través del servicio de Inteligencia del Ejército y su Estado Mayor; las de inteligencia policiva en activida­des subversivas, terroristas y de sa­botaje, control del narcotráfico y de la delincuencia común que nos agobia; el control del contrabando por una rama especial de la Aduana Nacional a través de seguimientos a sus actividades; la Policía Judicial por la Fiscalía General de la Nación, pero con un ente coordinador y evaluador de la tan dispersa inteli­gencia, que hoy por hoy es una falla protuberante del sistema en Colombia.

(Tomado de la Revista ACORE No. 1 - Dic. 1973) Uno de los propósitos de los

fundadores de la Asociación Co­lombiana de Oficiales de las Fuer­zas Militares en retiro fue la de promover el compañerismo entre el personal militar de la reserva, después de su salida del servicio a<:tivo. Esta plausible labor, que ya justificaría por sí sola la exis­tencia de la Asociación, tiene por objeto mantener vivos los lazos que unieron a los oficiales retira­dos durante su permanencia en las filas activas de la institución militar. Y es evidente que siendo verdad que el grado consagra y que por el hecho de pasar a las filas de la reserva no perdemos nuestra condición de militares, no puede justificarse en manera alguna que olvidemos las normas elementales que observamos du-

rante nuestro período de activi­dad, especialmente aquellas que dicen relación con el compañeris­mo, la solidaridad y la lealtad que debemos a superiores, com­pañeros y subalternos.

Es por eso que debemos regis­trar con pesar algunas ocurren­cias que desdicen de esta conduc­ta que estamos obligados a obser­var todos los militares, tanto en servicio activo como en retiro, para con nuestros compañeros de armas, y que además, en ocasio­nes están reñidas con las más ele­mentales normas de consideración y urbanidad. Tal es el caso de la falta de atención con que se reci­be al personal militar de cualquier grado, en algunas dependencias a

cargo de militares en servicio ac­tivo o en retiro.

Dentro de los objetivos de esta Revista está la de pedir a todos nuestros compañeros tanto en servicio activo como en retiro que hagamos real y viviente la so­lidaridad y el compañerismo que es norma indiscutida de las rela­ciones entre la comunidad militar y que constituyen la fuerza de la institución. Sin solidaridad y compañerismo la Unidad Militar es solo una apariencia y una fa­chada sin consistencia; y para que estas virtudes rindan sus frutos debemos cultivarlas prácticamen­te brindando a nuestros compa­ñeros la ayuda y consideración que por otra parte merecen.

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G&OPOLITICA

TEORIA Y PRACTICA Coronel (r) GUSTAVO ROSALES ARIZA

"Los pueblos siguen o procu­ran seguir leyes gravitaciona­les en lo social y político agrupándose alrededor de un punto central; o bien de ma­nera interrelacionada. con lo que aparecen expansiones in­terrelacionadas, centrales o periféricas".

Federico Ratzel

GENERALIDADES

Si aceptamos que el hombre se encuentra prioritariamente influen­ciado por el medio geográfico, es­tamos necesariamente incursionan­do dentro de la más elemental defi­nición de geopolítica como sería aquella de la ciencia que se ocupa de la interrelación entre el ser humano y el medio geográfico que éste ocupa. En un sentido más amplio esta interrelación haría re­ferencia al pueblo con la geografía y f"malmente al Estado, como gran creación del hombre, con su espacio o territorio, situación que a su vez genera efectos políticos.

Esta vinculación de tanta tras­cendencia se ha cumplido, con las consecuencias históricas que obser­vamos y de las que somos agentes permanentemente activos y de ella ha resultado un costante forcejeo de poder entre el hombre y la tie­rra. Una lucha desigual porque el ser humano está sujeto a la natura· leza. Y por supuesto, irremediable­mente dependiente no sólo como

ser individual; también lo ea con to­das sus crea<!iones. Tratando de conquistar tierras para sobrevivir, el hombre ha desarrollado una conti­nua movilización de sí y de sus me· dios, buscando asentamientos tran­sitorios o permanentes. V ale decir se ha ubicado en un espacio. Esa acción individlUll la ha trasladado a sus manifestaciones de conjunto, pueblo o nación o al ente suprein­dividual que ha organizado como es el Estado.

DEL ORIGEN Y DEFINICION DEL ESTADO

El catedrático colombiano Vladi­miro Naranjo Mesa, en la primera parte de su obra "Teoría Constitu­cional e Instituciones Políticas", al ocuparse del Estado precisa que "una de lu características para la existencia de un Estado, en sentido estricto, es la de su aptitud para ejercer dominio, a través de una or­ganización política, sobre una po­blación que se asiente, a su turno, sobre un territorio determinado". En consecuencia se descartan en­tonces como entes estatales las or­ganizaciones humanas primitivas si­milares a los nómadas o a los pri­meros conglomerados sociales al es­tilo de las hordas, los clanes y las tribus; sólo cuando las agrupaciones lograron darse, movidas por las ne­cesidades de seguridad colectiva y estabilidad, su propia normatividad creando para ello un sistema de gobierno autónomo sobre un terri­torio específico, se estima que apa­rece el Estado.

Dentro de este contexto y te­niendo en cuenta su evolución his­tórica, podemos aceptar la existen­cia de dos tipos de Estados: Los Antiguos como el chino, el egipcio, el babilónico, el persa, el griego, el romano y los resultantes del perío­do medieval europeo y del proceso del desarrollo islámico y otros an­teriores a éstos o contemporá­neos que con sus características particulares de orden estructural fueron en su época, los centros po­líticos del poder. Y, los de tipo Moderno, surgidos del período re­nacentista del siglo XVI, que co­rresponden al concepto Estado­Nación ya bajo el criterio abso­lutista o ya identüicados con las corrientes renovadoras que siguie­ron a la Revolución Francesa de fi­nes del siglo XVIII.

Expuestas las consideraciones an­teriores, encuentro que la defini­ción amplia de que trata el Dr. Naranjo Mesa permite una integra­ción de conceptos entre la teoría del Estado y los presupuestos de la Geopolítica con referencia al terri­torio. El citado autor define al Estado como "un conglomerado so­cial, política y jurídicamente cons­tituido, asentado sobre un territo­rio determinado, sometido a una autoridad que se ejerce a través de sus propios órganos, y cuya sobera­nía es reconocida por otros Esta­dos". El territorio es, entonces, el elemento físico del Estado. Pues bien, ese territorio, que en térmi­nos de Geopolítica, se denomina Espacio, lo debemos observar así:

l. Desde el punto de vista de sus componentes y que compren­den el suelo, el subsuelo, el mar territorial y la plataforma subma­rina, así como el espacio aéreo que cubre el territorio del Estado.

2. Desde el punto de vista de su estructura geopolítica que comprende el Núcleo Vital, el Límite, la Zona Intermedia y las comunicaciones.

Es desde este último punto de vista que procedemos a desarrollar los procesos inherentes al ciclo vital del Estado.

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UBICACION Y ESPACIO

En su estudio titulado "Antropo­geografía", el geopolítico alemán Federico Ratzel (1844 - 1904) da mayor trascendencia a la ubica­ción de un pueblo que al Espacio que ocupa, pues el valor de este último está determinado por las consecuencias del primero y al efecto afirma "La primacía de la ubicación sobre el espacio se mide en la importancia histórica de los pueblos pequeños o en la insignifi­cancia de igual género de pueblos grandes".

Para Ratzel la ubicación puede ser Natural o puede ser impuesta por la Vecindad. En el primer caso corresponde a las que se pre­sentan sobre las áreas geográficas continentales, insulares o relaciona­das con la influencia del mar indi­cando que "cuanto más fuerte resul­ta la ubicación natural, tanto más independiente el pueblo que las ocupa". De hecho la fortaleza del medio se transmite a sus pobladores.

En el caso de la imposición ve­cinal, ésta creará una dependencia del débil hacia el fuerte; subordina­ción que se manifiesta en las áreas culturales, políticas y militares. Al respecto Ratzel afirma que "cuanto más fuerte es la ubicación del veci­no, tanto más dependiente es un determinado pueblo de ese vecino y tanto más fuerte puede influir aquel".

La manera como ha sucedido una ubicación vecinal, siempre interrela­cionada con la natural, es distingui­da por Ratzel de varias formas:

l. Ubicación central: Los mag­yares en la cuenca del Danubio.

2. Ubicación periférica: Los vascos en el golfo de Viscaya.

3. Ubicación lineal: Los lapones al norte de Escandinavia.

4. Ubicación serial: Los suda­neses entre el Atlántico y el Indico.

Cuando se pierde la coherencia de un pueblo como resultado de una separación espacial se habla de "ubicación dispersa", caso que ocurre con los inmigrantes actuales o los pueblos dedicados al comercio como los judíos o los antiguos fenicios.

Una vez ubicado el pueblo tien­de a expandirse sobre el área que ha seleccionado. Para ello requie­re de un espacio y éste se halla estrechamente vinculado con el nú­mero de habitantes y sus necesida­des. No todos los espacios geográ­ficos son aptos para la vida y reali­zación de los pueblos, de ahí que la lucha por lograr un asentamiento que colme sus expectativas natura­les haya constituido un suceso de vital magnitud en su evolución y desarrollo. Naturalmente, a nivel político, tales apetencw están es­trechamente ligadas a la vida de los Estados. Esa área, apropiada para el desarrollo humano o sea el espacio que desde tiempos inmemo­rables ha ocupado el hombre se denomina "espacio ecuménico" y está situado a ambos lados de la línea ecuatorial, prefiriendo las zo­nas influenciadas por las estaciones a la llamada "zona tórrida". Den­tro de tal inclinación, el hemisferio norte ha sido testigo y espacio de los principales acontecimientos his­tóricos de la evolución humana en todos los órdenes.

El anterior planteamiento es veri­ficable. Bástenos observar que ha­cia el 3.000 A.C. los primeros cen­tros de cultura urbana se encontra­ban localizados en ei hemisferio norte: Creta, valles de los ríos Eufrates, Nilo, Indo y Amarillo; otro tanto en relación con las zonas de cultura agrícola: Próximo y Medio Oriente, Norte del Mar Ne­gro y Sur del Mar Caspio. Y ya desde antes de iniciarse la era cris­tiana los pueblos indoeuropeos, se­míticos y mongoles, ubicados al norte, habían iniciado la trascen­dental tarea de desarrollar la his­toria del mundo.

La aceptación de un hecho como el comentado, que supone la exis-

tencia inmemorial de culturas supe­riores predestinadas al dominio uni­versal, no implica, a la luz de la evo­lución de la humanidad posterior al descubrimiento de América, la admisión de un determinismo nega­tivista para el futuro de los estados del llamado "tercer mundo" en su mayoría localizados sobre la zona tórrida y el hemisferio sur. El tras­lado masivo de sectores de pueblos del norte, por ubicación dispersa, o su mezcla con los nativos, especial­mente en Latino América y Austra­lia han creado una nueva situación que permitirá el desarrollo integral de los nuevos Estados.

La importancia del Espacio ha sido objeto de diversas teorías. Pa­ra Ratzel los conceptos de Ubica­ción y Espacio son elementos tras­cendentales y definitivos en la evo­lución de los pueblos y los Esta­dos y su concepción hoy la encontra­mos resumidas en las llamadas "Leyes del crecimiento espacial de los Estados" conjunto de siete principios de estudio forzoso para los amantes de la geopolítica. Para el general alemán Karl Haushofer, controvertido por sus planteamien­tos al respecto y considerados, por algunos como inspiradores de las teorías nacional-socialistas de pre­guerra, el Espacio "rige la historia de la Humanidad" y en su dominio radica el poder del Estado. Para el inglés Halford Mackinder, el control de un área espacial deter­minada, localizada sobre Eurasia y que ha denominado el "Pivote geográfico de la Historia", es el punto de partida para obtener el dominio mundial.

Todas las apreciaciones anteriores nos permiten llegar a una conclu­sión: la ubicación de un pueblo y su expansión dentro de un espac1o determinado, son consubstanciales al ciclo vital del Estado.

ESTRUCTURA GEOPOLITICA DEL ESTADO

En términos generales, puestoq el tema será objeto de un ensa)' .

ACORE 4::

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posterior, la estructura del Estado presenta los siguientes componentes:

l. Un Núcleo Vital (N.V.) que corresponde a la zona geográfica específica en donde se manifiesta, con arraigo histórico, la dinámica que al Estado le ha dado el pueblo, con su fuerza cultural y política, que lo ha creado.

2. El Límite (L.) que es el ór­gano periférico del Estado.

3. La Zona Intermedia (Z.I.) comprendida entre el Límite y el Núcleo Vital que recibe el influjo poderoso de éste, le proporciona seguridad y facilita el desarrollo de los medios de vida esenciales para la evolución normal del estado.

4. Las Líneas de Comunicación (L.C.) que son los medios de enlace entre los componentes anteriores y que facilitan la presencia del Estado en el espacio asignado.

Estos elementos pueden llevamos a la siguiente conclusión: El Núcleo Vital es el área primaria de ubicación de un pueblo; la Zona Intermedia es el espacio sobre el cual se ha ex­pandido; el Límite indica el lugar extremo hasta donde ha logrado tal crecimiento espacial y las comuni­caciones, el sistema que le propor­ciona su cohesión, poder y seguridad

Un ejemplo lo hallamos en la an­tigua Roma Imperial; allí encontra­mos a la Ciudad Eterna como el Núcleo Vital, una Zona Intermedia constituida por los territorios incor­porados al Imperio; unos límites naturales como lo fueron el río Danubio al Norte y el desierto del Sabara al sur y una red de comuni­caciones constituida por sus vías terrestres y en particular por el mar Mediterráneo que fue en toda su magnitud el vínculo que integró el imperio. Sinembargo, hay que ad­mitir que situaciones como la ante­rior son más aplicables a los Esta­dos que cumplieron su ciclo vital en el pasado y no necesariamente a los

estados actuales. Al primer caso corresponderían entre otros, a más del ejemplo dado, los imperios coloniales español, inglés, portugués y francés y más reciente el alemán. En ellos identificamos a Madrid, Londres, Lisboa, París y Berlín incluyendo sus áreas circunvecinas y aún su espacio estatal primario -Castilla, Inglaterra, Portugal, Prusia­con su Núcleo Vital. En los tiem­pos modernos y en particular en la actualidad no es real que la capital del Estado sea necesariamente su Núcleo Vital. Este se ha convertido en un área geográfica mucho más amplia en la cuaj la fuerza del poder económico tiene más valor que la generada por la sede del poder po­lítico. Así, por ejemplo no sería lógico afirmar que el Núcleo Vital del Brasil se halla en Brazilia, cuan­do la realidad es que éste abarca una gran área costera localizada en­tre Río de Janeiro y Sao Paulo. O en el caso colombiano expresar que el Núcleo Vital se encuentra en Bogotá, cuando la realidad indica que está constituido por el área geográfica comprendida entre Cali,

Medellín, Bucaramanga y la propia capital.

De otra parte el Límite o "con­fín del Estado" que desde un prin­cipio sirvió para demarcar el espacio de un pueblo y determinado por barreras naturales, fue evolucionan­do conforme a las conveniencias y aspiraciones políticas del Estado ya fuera para ser establecido sobre ac­cidentes a veces arcifimios, otros artificiales, otros mixtos; ya abar­cando una sola etnia o varias; obe­deciendo a intereses geoestratégicos o a pretensiones económicas en su mayoría definidos por el vencedor de la confrontación militar o arre­glados en negociaciones subsiguien­tes. Y, aunque la presencia apaci­guadora de los organismos interna­cionales del presente siglo, rechacen la aplicación del poder militar para resolver conflictos de límites entre los Estados es un hecho que buena parte de éstos no están conformes con los que poseen generalmente resultantes de sus desventajas políti­cas y militares reflejadas en la im­posición de tratados.

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52ACORE -----------------------------------------------------------

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!INSTITUCIONES j

UNA FACULTAD DE INGENIERIA

ELECTRONICA Y COMUNICACIONES Mayor (r) GERSAIN GARZON SALCEDO

l. PROBLEMA:

Necesidad de que Colombia y sus FF.MM. cuen­ten con una facultad de Ingeniería Electrónica y Comunicaciones.

11. FACTORES RELACIONADOS CON EL PROBLEMA:

1. Supuestos:

a. Que el presente Estudio sirva de motiva­ción para que el Mando tenga en cuenta la necesidad y viabilidad de la creación de la Facultad indicada en el Problema.

b. Que al ser aprobado el presente Estudio, el Comando General de las FF .MM. en coor­dinación con la Rectoría de la Universidad Militar, tomen las medidas conducentes para llevar a feliz término esta importante iniciati­va en el menor tiempo posible.

2. Hechos:

a. Relacionados con el Jlando:

l. El Comando General de las FF.MM., el Ministerio de Defensa y nuestra Patria, contarían con un elemento importantí­simo para la seguridad nacional, como se verá más adelante.

2. La Universidad Militar aumentaría am­pliamente su capacidad académica a nivel nacional y en el campo de la seguridad. prestaría invaluables servicios al País, tales como:

a) Conocimiento y cooperación entre los estamentos civil y militar.

b) Aumento de la capacidad educativa.

e) Prestación de servicios de comuni­caciones especialmente a personal del agro y a territorios nacionales.

d) Asegurar en forma permanente los servicios técnicos de comunicaciones nacionales e internacionales.

e) Servir de soporte en emergencias de conmoción y calamidad pública.

f) Formar y contar con personal pre­parado para colaborar en la solución de problemas de carácter electrónico.

b. Relacionados con Personal:

l. Para el personal de las FF .MM. será un gran incentivo contar con la Facultad propuesta, pues con ella, tanto el perso­nal en actividad como en retiro, sus hijos y familiares, tendrán la gran oportunidad de obtener un Título Profesional para servir lealmente al Estamento Militar y al País.

2. El personal de alumnos se tomaría de:

a) Oficiales subalternos en actividad.

b) Hijos o familiares bachilleres de personal del estamento militar que ha­yan alcanzado los puntajes exigidos por el "ICFES".

e) Personal civil. -Bachilleres que ha­yan obtenido los puntajes exigidos por el "ICFES" -.

Se podrían establecer estímulos como becas, medias becas, etc., para los mejo­res bachilleres de Colombia y para los graduados con excelentes calificaciones.

3. Podría aducirse que el personal una vez graduado, se retire por mejores con­diciones laborales. Para ésto se puede es­tablecer como condición de ingreso, la obligación de continuar un determinado número de años o cancelar una suma predeterminada.

4. El personal de Profesores se tomaría inicialmente si fuere necesario, de los que tiene el Batallón Escuela de Comuni­caciones, mientras la Universidad está en condiciones de conseguirlos de acuerdo con las necesidades. Se pueden obtener muy buenos Profesores dentro del perso-

ACORE53

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nal activo, en retiro, de la reserva o de los radio-aficionados con que cuenta el país.

5. El Gobierno y las FF.MM. contarían permanentemente con personal leal y ex­perto, entre otras cosas, para:

a) Seguridad de los oleoductos nacio­nales, cuya vigilancia se efectuaría con la intervención de un satélite de comunicaciones con las técnicas elec­trónicas apropiadas, lo que constitui­ría un extraordinario servicio para el país.

b) Servicios de Telecom asegurados con o sin huelgas.

e) Servicios de control aeronáutico asegurados.

d) Operatividad y mantenimiento tan­to de las redes de comunicación fijas y de campaña, como los servicios de radar, computadores, fax, telefax, criptografía y demás equipo electró­nico empleado en las FF .MM.

e) A plazo más largo, nuestros Profesio­nales Electrónicos, estarían en capaci­dad de diseñar y construir los equipos y elementos de radiocomunicación, telefonía. etc., con las características técnicas y tácticas, para emplearse en las distintas Fuerzas del Comando Ge­neral. Esto redundaría en grandes be­neficios tanto económicos como ope­racionales en las FF.MM.

c. Relacionados con Inteligencia Electrónica.

l. El personal graduado en la Facultad de Ingeniería Electrónica y Comunica­ciones de la UnivE>rsidad Militar, junto con el que tenga estudios de post-grado, estaría en condiciones de recomendar el material necesario y las técnicas apropia­das para este tipo de inteligencia; entre otras:

a) Control de Frecuencias Radioeléc­tricas del Ministerio de Defensa y civiles.

b) Monitoreo de estaciones de radio civiles.

e) Localización de estaciones de radio clandestinas; radiogoniometría, etc.

d) Control de posibles "VIRUS" en los sistemas electrónicos de computadores.

e) Contrainteligencia electrónica, etc.

f) Inteligencia Electrónica Digital por medio del Satélite.

g) Inteligencia para atraer el personal de Radio-aficionados que cuentan con importantes equipos electrónicos y con más de ochenta estaciones repeti­doras en sus redes de comunicación que cubren todo el país y que en un momento dado pueden ser de gran utilidad como lo han demostrado en las distintas emergencias en que han intervenido. El día 20 de Julio de cada año, podría patrocinárseles el Concurso "Independencia de Colom bia" en colaboración con la Liga Colombiana de Radio-aficionados.

h) Inteligencia Electrónica para coor­dinar con otros países aspectos rela­cionados con la guerrilla, narcotráfico, tráfico de armas, contrabando, etc.

d. Relacionados con Instrucción:

l. El suscrito tuvo la oportunidad de in­tercambiar ideas relacionadas con el problema en estudio, con el señor Gene­ral (r) Armando Arias Cabrales, Rector de la Universidad Militar quien, por con­siderar el proyecto de gran importancia, manifestó el propósito de poner todo empeño para realizarlo.

En cuanto a la Instrucción manifestó que la Universidad Militar tomaría a su cargo todo lo relacionado con el lleno de los requisitos legales para la creación de esta Facultad, lo mismo que lo concer­niente con la parte Directiva, Académica, Financiera, etc.

La Facultad podría iniciar actividades académicas el primer semestre de 1994.

2. La Instrucción se daría inicialmente en las aulas del Batallón Escuela de Co­municaciones, que cuenta con un moder­no laboratorio, obsequiado por los Esta­dos Unidos para la enseñanza de la Electrónica. Más adelante, cuando la Universidad Militar tenga su propio La­boratorio, la Instrucción continuaría dándose en dependencias de la misma Universidad.

54ACORE --------~-------------------------------------------------

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3. La Rectoría de la Universidad Militar, buscaría apoyo en dependencias militares de otros países, en universidades, institu­ciones, etc., para la obtención de tecno­logías modernas en el campo electrónico y de comunicaciones.

e. Relacionadas con Operaciones:

l. El reciente conflicto en el Golfo Pér­sico, nos demostró claramente, que el éxito de los Estados Unidos en sus ope­raciones en tan corto tiempo, se debió en un alto porcentaje, al empleo de mo­dernas tecnologías electrónicas y de comunicaciones.

2. El uso del Satélite Espía, de los Rayos Infrarrojos, de Aviones equipados con elementos electrónicos, como antenas especiales, etc., para localizar y destruir objetivos terrestres y aéreos, como pu­dimos verlo por televisión con sus Missi­les "P ATRIOT", fue decisivo en el éxito de las Operaciones.

f. Relaciones con Logística:

l. El Comando del Batallón Escuela de Comunicaciones podría, inicialmente, su­ministrar el apoyo logístico inmediato que fuere necesario.

2. A más largo plazo, así como la Indus­tria Militar cuenta con la infraestructura suficiente para la fabricación de armas y elementos de uso militar, también podría ampliarse al material electrónico con modernas tecnologías.

111. CONCLUSION:

Teniendo en cuenta la necesidad y la gran via­bilidad existente para el desarrollo de este impor­tantísimo proyecto, que prácticamente cuenta con la infraestructura necesaria para su desarrollo ini­cial y muy especialmente los magníficos servicios que se prestarían a las FF .MM. y al país, se conclu-

ye que se deben aprovechar las condiciones que se presentan para la creación de la Facultad de Inge­niería Electrónica y Comunicaciones propuesta.

IV. RECOMENDACIONES:

l. Que el Comando General de las FF.MM., si lo considera conveniente, apruebe el presente Estudio.

2. Que entre otros, el señor Coronel Director de Comunicaciones del Comando General, se en­carguen de su ejecución tomando previamente contacto con el señor General (r) Armando Arias Cabrales, (Tel. 2159689), para coordinar por los canales del conducto regular, una visita al Comando del Batallón Escuela de Comunica· ciones, para tratar aspectos relacionados con la puesta en marcha de este Estudio.

3. Que el Ministerio de Defensa Nacional, en coordinación con otros Ministerios, con Eco­petral, etc.. obtengan los recursos para darle desarrollo integral a la iniciativa del presente E:.tudio, entre otras cosas para:

a. La consecución de un Satélite propio para el país.

b. Como ésto puede demorarse bastante, en­tonces conseguir los servicios de un Satélite de comunicaciones para los fines indicados en este Estudio.

c. Que el Ministerio de Defensa Nacional. gestione la consecución de aviones eqUipa­dos con el sofisticado material electrón.ico necesario para los fines indicados en los llechos relacionados con Operaciones.

d. Construír las instalaciones para una Fa­cultad de Electrónica y Comunicaciones moderna.

V. Estoy seguro que el país y en especial las FF. MM.. quedarán altamente agradecidos con todas las personas que hicieron posible la realización de esta iniciativa.

PERTENECER A ACORE ES UNA OBLIGACION MORAL

DE TODO OFICIAL RETIRADO

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J

EL MINISTERIO DEL MEDIO AMBIENTE

Coronel (r} MANUEL AGUDELO GOMEZ

ANTECEDENTE BASICO: Recientemente el Senador, Dr. Luis Guillermo Sorzano dictó, promo­vido por la Sociedad Geográfica de Colombia, una importante conferencia sobre la proyectada y ya resuelta creación del .\linisterio del Medio A m bien­te. Como se sabe, el Senador Sorzano es ponente y promotor de dicho Ministerio ante el Senado de Colombia. El resumen de dicha conferencia es el siguiente:

l. MARES Y LAGOS: Protección de toda la fauna marina y lacustre. Seguridad en lugares de reproducción, en fondos y en playas. Eliminación de sacrificios inútiles (cargas de profundidad, dina­mita). Defensa de especies en vía de extinción (caimanes, delfines, tortugas, ballenas ... ), fomento de nuestra riqueza ictiológica. Protección y fomen­to de nuestra flora marina y lacustre. Eliminación de depósitos de inmundicias y de dañinos efectos (petróleos, ácidos).

2. CORRIENTJi,S DE AGUA: Protección de sus fuentes iniciales. Limpieza de los cauces. Fo­mento de cultivos protectores en riberas (árboles y arbustos, ojalá en 50 metros por lado y lado). Eliminación total de empalizadas en los cauces. Eliminación de inmundicias y detritus. Destape de los desagues finales (alcantarillas). Eliminación de dispersiones y pérdidas inútiles del agua.

3. PRODUCTOS NATURALES: Aprovecha­miento integral de los petróleos. Técnica explo­tación de minerales finos: platino, oro, plata y similares. Eliminación de derrumbes y de filtra­ciones de agua. Técnica y "humana" explotación de piedras preciosas (esmeraldas), control riguroso por parte de autoridades civiles y de policía.

4. FLOR. l 'JERRESTRE: Protección de bos­ques, de páramos y de praderas. Total eliminación de quemas de árboles, de ramaJes y de pastos infla­mables. Protección de cultivos de artículos alimen­ticios, con gran fomento en su producción. Fo­mento de huertos y jardines. Defensa de árboles ornamentales. Preservación de plantas medicinales y de aseguramiento de terrenos.

5. FAl.'N. l TERRESTRE: Defensa integral de toda nuestra fauna salvaje, de pelo y de pluma, de ' ·concha .. y de cerda (papagayos, loros, monos,

aves de canto, jabalíes, tortugas, cerdos, caimanes, babillas, dantas, etc.). Protección de animales do­mésticos, de trabajo (caballos, mulas, asnos, toros y bueyes, perros, etc.).

6. AMBIENTE GENERAL: Gases por acumu­lación de motores de explosión. Humos y gases de fábricas e industrias. Causas conjuntas que pro­vocan fatales rasgones en las esferas del ozono.

VA LOR CIV ICO Y SOCIAL DE LAS RESER­VAS: Es verdad que elementos aislados de las Re­servas Militares ocupan posiciones destacadas, so­cial, comercial, industrial y políticamente. Pero también es verdad que, en conjunto y como orga­nización nacional influyente, dichas Reservas carecen de importancia. Dentro de los países que conozco, Colombia es el único en donde ello ocu­rre. En consecuencia estimo que ahora, es oportu­no hacer algo para corregir o, mejor, eliminar esta notoria deficiencia nuestra. Las Reservas Militares tienen el derecho a pesar e influir patrióticamen­te y decididamente en los destinos futuros de Colombia.

PROPUESTA GENERAL:

A. Realizar, por parte de ACORE, una adecua­da concentración de nuestras Fuerzas Armadas de reserva, extensiva tanto a Oficiales como a Subofi­ciales (Acopore, Acolsure y similares), con lógica invitación a la Policía Nacional, en las mismas condiciones. Incluir en ello al mayor número po­sible de Seccionales del país. Pero, como una con­vocatoria general es impracticable, se trata sola­mente de bien elegidas "representaciones'~

B. Invitar al Dr. Luis Guillermo Sorzano a fin de que repita, ante las reservas, su admirable con­ferencia. Ella, a mi juicio, fue un cántico glorioso a la sabia Ecología ~acional, como urgente defensa a todos nuestros recursos nacionales.

C. Reproducir, en folletos, debidamente con­feccionados e ilustrados, las enseñanzas deductibles de la proyectada conferencia, de modo que sirvan como base de conocimientos y acopio de materia necesaria para el ulterior empleo, por parte de las Reservas, frente a las autoridades civiles y al públi­co en general, con destino a la obtención de los fines y objetivos determinantes del proyectado "Ministerio del Medio Ambiente"

D. Es indispensable saber y entender que la ulterior tarea de nuestras Reservas Militares no se realiza en condiciones subalternas. Ellas desempe­ñarán sus actividades, jamás como "Empleados Oficiales" sino como eficientes colaboradores, con­sejeros, elementos de consulta y, cuando ello sea necesario , como elementos que exigen el mejor desempeño del nuevo Ministerio.

S6ACORE-----------------------------------------------------------

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!INSTITUCIONES j

ESENCIA Y EXISTENCIA DE ACORE

a. Fomentar el acercamiento y apoyo mutuo entre los Oficiales en uso de retiro de las FF.MM. y entre éstos y los Oficiales de las mi"mas en servicio activo".

Teniente Coronel (r) ALFONSO ROJAS MARTINEZ

b. "Representar los intereses de los asociados y llevar su personería ante el poder público, ya sea para ventilar las necesidades de la colec­tividad o casos individuales". "Esencia es aquello por lo

cual un ser, uu ente, es lo que es y no otra cosa". "Existencia es el acto quepo­ne al ser ji~cra del estado de posibilidad. Es la actuación del ser fuera de su causa".

(Filosofía)

A. ESENCIA DE " ACORE"

La esencia de "ACORE" consiste en su objeto eminentemente social­militar, manifiestamente apolítico por naturaleza, ratificado mediante el Art. 28o. Capítulo VII de sus Estatutos originales, que es manda­to: "Dentro del seno de la Asocia­ción está prohibida toda actuación de carácter poli tlco partidista".

E - la Filo~ofía que la "esen­cia de las cosas es indnisible". Por consigUiente, el ente "Acore" es in­divisible. ~ada se le puede quitar de su esencia y a ésta nada se le puede agregar. Si así se hiciera, la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de las Fuerzas Militares dejaría de ser entonces lo que es y quedaría convertida en otra cosa. Simplemente, desaparecería.

B. EXISTENCIA DE " ACORE"

A partir de las 7 de la noche del 25 de noviembre de 1960 se reunie­ron en el Club Militar de Bogotá 36 oficiales en uso de retiro, del grado de Teniente al de Brigadier General, pertenecientes a las 3 Fuerzas, sus Armas y Servicios.

Constituídos en Asamblea Gene­ral, presidida por el señor Coronel Julio Santoyo, procedieron a fundar la "Asociación de Oficiales en Re­tiro de las Fuerzas Militares" "ACORE". Eran 36 profesionales

castrenses con alma de soldados ("militi"), espíritu de soldados, corazón de soldados y mente de soldados.

A nombre de los gestores de la iniciativa, en clara y brillante expo­sición el señor Coronel Santoyo destacó la necesidad de buscar la asociación del gremio de oficiales en retiro de las FF.MM., con el pro­pósito de aprovechar de éstos sus capacidades, experiencia y dotes de caballeros, todo ello en beneficio de la Patria y del gremio mismo.

Leído el Proyecto de Estatutos de la Asociación. previamente ela­borado, sometido a di;;cusión y vota­ción fue aprobado por unanimidad.

El Artículo 4o. de los Estatutos estableció así los fines primordiales de la Asociación:

c. "Proporcionar los medios pa­ra dar al oficial retirado una orien­tación que le permita desempeñarse adecuadamente en la vida civil".

************

En el decurso de sus ya cercanos 33 años de fecunda existencia y en­grandecimiento progresivo, "ACO­RE" ha venido realizando la mi­sión que le confiara la voluntad de sus privilegiados Fundadores. Y ha resguardado su supervivencia y solidez merced al celoso acata­miento del Artículo 28o. de sus Estatutos Originales, virtud que la ha mantenido inmune contra la in­deseable contaminación polí tica, que todo lo divide, todo lo mancha y todo lo corrompe.

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ACOR[57

Page 59: Revista Edición 79 DIC. 1993

LIBROS

Por la libertad en tierra extraña

En solemne Ceremonia Académica, auspiciada por el Banco de la República y cumplida en el salón de actos de la biblioteca Luis Angel Arango el día 13 de Octubre del año en curso, fue presenta­do el libro " Por la Libertad en Tierra Extraña" del cual es autor el ~eñor BG.(r) Gabriel Puyana García, excombatiente del Batallón Colombia en la guerra de Corea y por ello mismo•protagonista de muchos eventos allí consignados, lo cual da a su obra el tc~timonio de una etapa vivida y comiderada con criterios ceilidos a la ,·erdad, por la condición excepcional de su e~periencia.

En dicha ceremonia hablaron, en primer término el señor BG. (r) Gabriel Puyana García para presentar sus agradecimientos y en segundo lugar el señor GR. (r) Alvaro Valencia Tovar, también nterano de la misma campa.ila por aquella época ) quien tuvo a su cargo la presentación de este interesante libro, por solicitud de su autor.

Estas fueron sus palabras, respectivamente:

Del Señor Brigadier General (r) GABRIEL PUYANA GARCIA

La obra que esta noche se presen- como un homenaje de admiración ta tiene la siguiente dedicatoria: y de reconocimiento al Soldado de

"A quienes no regresaron ... " "A la memoria de mis padres y

a mis hermanos y seres queridos que sufrieron la angustia y la incertidumbre de mi regreso".

"A mis compañeros de campa­ña que al leer estas líneas lleguen a revi\'ir las horas compartidas".

"A mi Ejército al que desde mi más temprana adolescencia le de­diqué con devoción y con amor mis mejores años".

"A mi esposa y mis hijos que me impulsaron a culminar este empeño y que constituyen la ra­LÓn de mi vida ... ".

Colombia y por extensión a todos los soldados de los demás países que se integraron en un solo cora­zón y un solo empeño bajo la insig­nia de las Naciones Unidas para de­fender los derechos de una nación agredida y poner a salvo los ideales democráticos... porque fueron los soldados del mundo libre hermana­dos en la defensa de una noble y justa causa los verdaderos artífices de aquella cruenta lucha que con el aporte de sus vidas y de su san­gre hicieron posible que la bande­ra de la Libertad de mantuviera en alto bajo los cielos del Asia Legen­daria para que desde allí cubriera con su sombra a todas las demás naciones de la tierra y que por su tenacidad y su sacrificio Corea renaciera de sus propias cenizas como llama vibrante de esperanza,

Pero debo resaltar que este Libro de libertad, de desarrollo y de se escribió, se editó y se presenta progreso.

Con profunda emoción de solda­do quiero expresar esta noche mi sincera gratitud a quienes hicieron posible que estas páginas, escritas en los mismos escenarios de esas vivencias, vean por fin después de muchos esfuerzos la luz pública.

Por eso mi voz, es el testimonio de mi reconocimiento, en primer término al Señor General Luis Eduardo Roca Maichel quien se in­teresó personalmente por la edición de estas líneas. Al Señor Doctor Nilson Pinilla y por su conducto al Banco de la República, entidad en la cual ejerce un alto cargo direc­tivo, y sin cuyo decidido como ge­neroso aporte no hubiera sido po­sible llegar a la culminación que esta noche celebramos. Al Señor General Alvaro Valencia Tovar, mi amigo de siempre y compañero de campaña quien gentilmente aceptó hacer la presentación del libro y ser el intérprete del homenaje que la obra pretende. Al Doctor Luis Duque Gómez, Presidente de la Academia Colombiana de Historia que se ha referido al carácter histo­riográfico del libro. Al Señor Ge­neral Comandante del Ejército Hernán José Guzmán y al excelen­tísimo Embajador de Corea, señor Myung Ha-Chang, quienes acepta­ron junto con los Altos Directivos del Banco de la República ser los auspiciadores de este acto. Tam­bién debo reiterar mi gratitud a mi pariente y amigo Don Roberto García Peña, Director Emérito de El Tiempo, no solo por su prólogo, sino por haberme designado corres­ponsal de Guerra, pues debido a es­ta circunstancia me dió la oportuni­dad de registrar los momentos vivi­dos en esa campaña que constitu­yen el fundamento del libro.

Auncuando me extienda un poco más debo destacar los nombres de algunas de las personas que con su trabajo y dedicación coadyuvaron para que el Departamento Editorial del Banco de la República bajo la acertada guía del Doctor Armando Pinzón, pudiera producir la pulcra edición que hoy admiramos. Per-

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mítame entonces mencionar a los señores Delio Giraldo y Luis Enri­que Cárdenas que tanto tuvieron que ver en esos logros.

Así mismo mi gratitud a la Seño­ra Lisseth Rubio quien paciente­mente hizo y rehizo la mecanografía de los textos y a mi hijo el Doctor y Capitán de la Reserva Luis Ernesto Puyana que con todo cariño y con­sagración puso en juego sus habili· dades de fotógrafo para la repro­ducción de las láminas que la obra contiene.

Por último mi reconocimiento a la distinguida audiencia que esta

noche nos honra el unirse de cora­zón y de espíritu haciéndose pre­sente en este homenaje que ha que­rido exaltar la memoria de los com· batientes de la Guerra de Corea, de esos soldados de las Naciones Unidas y entre ellos de nuestra patria que como centinelas insom­nes de los ideales de la voluntad soberana de los pueblos, de la jus­ticia y de la democracia, merecen el reconocimiento, la admiración, el respeto y el recuerdo de las genera· ciones presentes y futuras, por lo que significó su lucha, en la defensa de la Libertad ¡como el más precia­do de los dones que Dios quiso con­ceder al hombre!.

Del Señor General (r) ALVARO VALENCIA TOVAR Ha querido mi amigo de siempre

y compañero de armas desde remo­tas épocas, Brigadier General Gabriel Puyana García, conferirme el honor y distinguirme con el privilegio de presentar esta noche su libro POR LA LIBERTAD EN TIERRA EX­TRAÑA, en cuyas páginas recoge los escritos de tiempos de guerra y los que un cuarto de siglo después escribió sobre la península asiática que conocimos estremecida por el estruendo de las explosiones, de­vastada y cubierta de cicatrices, y luego con sus jardines de nue­vo florecidos, convertida en empo­rio de riqueza, de progreso y de modernidad.

La vida, la Providencia, el destino, como queramos llamar esas fuerzas intangibles que conducen las exis­tencias humanas más allá de la vo­luntad y el querer de quienes atra­viesan sus indescifrables caminos, determinaron que las nuestras, la de Gabriel Puyana y la mía, se encon­traran en múltiples oportunidades, dentro de extrañas coincidencias para mí afortunadas. Algo de vidas paralelas a la manera de las descritas por Plutarco, aunque sin la grande­za ni la nombradía de las que el gi­gante griego atesoró en su obra imperecedera.

Pese a que nuestras Armas fueron distintas · se acabalgó él desde su infancia militar en los piafantes

corceles de la caballería mientras yo seguía los destellos de la espada de José María Córdova cuando, echan­do pie a tierra, encabezó la carga homérica de Ayacucho con el grito Paso de l'encedores en su voz vi­brante y guerrera · convivimos ba­jo el mismo techo como tenientes en la Escuela • 1ilitar de Cadetes, la misma carpa en la guerra de Corea, transitamos juntos las arenas bíbli· cas del Sinaí con lo.s emblemas de las ~aciones Unida.s en nuestros uniformes colombianos y termina­mos al mismo tiempo y por la mis­ma causa nuestros días militares.

Pero no fue tan sólo la vida cuar­telaría la que nos aproximó en ho­ras inolvidables. fueron maneras de pensar y sentir la milicia. Iden­tidad ética en el ejercicio de las armas. Amistad profunda y senti­da que rebasaba los ámbitos de la profesión que ambos seguimos con mística y pasión. Pero, además, una circunstancia especialísima. Cuando se me otorgó la distinción de miembro de número de la Aca­demia de Historia de Santander, hube de ocupar el sillón que corres­pondiera a su padre, don Luis Er­nesto Puyana, alma recia como los breñales de su comarca, conducta erguida y limpia, carácter con tem­ple de acero toledano y fina sensi­bilidad humana plasmada en su obra Ati Tierra y sus Raíces así com o en

sus perdurables páginas de oratona forense.

Y, ocupando ese sitial que repre­sentó uno de los grandes orgullos que la suerte me ha deparado, hube de hablar en la investidura que la Academia otorgó a su hijo Gabriel cuando ingresó a la preclara institu­ClOn. Hoy, para coronar esa serie de coincidencias que se iniciaron con nuestros primeros pasos por la más noble y hermosa de las carreras que el hombre pueda abrazar como norte y destino de su vida, ha que­rido mi amigo que sea este su viejo compañero de armas quien presente su obra, redactada y vivida bajo el trémolo estremecedor de la batalla.

Decía don José Ortega y Gasset: "En una obra que ha requerido un esfuerzo, se pueden perdonar los extravíos del estilo, la técnica, to­do, si queda el documento humano; si allí se expresa el amor, el anhelo, el dolor o la angustia de un hombre". El pensamiento del filósofo y escri­tor, uno de los grandes de la inteli­gencia española, halla cabida plena en el libro que hoy entrega el Banco de la República a las letras colom­bianas. Porque en las páginas de Gabriel Puyana, todo eso, amor, anhelo, dolor y angustia se hallan vívidamente reflejados.

, Por la Libertad en Tierra Extra­

ña, es un libro de guerra. Escrito en medio de la borrasca, en horas satu­radas de tragedia, vívidas, deslum­brantes en los destellos acumulados de las explosiones, enrojecidas co­mo las hojas de acero de las bayo­netas al término de la diaria jornada. Algunas de sus páginas hallaron ca­bida en El Tiempo de Bogotá, dia­rio para el cual actuó como corres­ponsal de guerra. Otras ven la luz por primera vez en este libro. Unas y otras conservan la autenticidad del momento en que fueron escri­tas. Con acierto quiso el autor con­servarlas así, tal como brotaron de su pluma joven e impetuosa, a la luz de una mezquina lámpara de campamento, o en un alto sobre la marcha que conducía al frente. o con el tronco mutilado de al­gún árbol por espaldar y la tierra

ACORE 59

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ennegrecida por el fuego como asiento.

Es el libro de un joven teniente abanderado que se adentra en las rutas ensombrecidas o soleadas de la guerra. Apasionado, tenso, sacu­dido por emociones contrapuestas. A ratos salpicado con la ternura de reminiscencias que embellecen algún momento de reposo en el du­ro traginar de la contienda. Breves trazos de luz en las sombras que inevitablemente pueblan las este­pas de la confrontación armada.

De pronto, como si se descorrie­se un enorme telón de boca satura­do de imágenes arrancadas de algu­na obra esquiliana, aparece el Japón con su magia oriental. La pluma fatigada de narrar episodios bélicos se sumerge ahora en el paisaje en· cantado de un país de ensueño, en las doradas tallas de sus templos, las curvas techumbres de sus pala­cios, sus Jardines de maravilla, donde plantas, agua, flores y natu­raleza se combinan con el primor de obras humanas que semejan filigra­nas finamente talladas por manos de mujer.

El amor pasa a ocupar el penum­broso espacio de la guerra. La plu­ma del autor pierde el duro rasguear sobre el papel y adquiere la suavi· dad de los pinceles que utilizan los orientales para dibujar sus caracte· res misteriosos en delicados papeles de arroz. Pero aún en esas horas de paz, mientras transita a través del oasis encantado de unas pocas horas, el fantasma de la guerra sigue flo­tando sobre las personas y las cosas, con la pesadumbre de lo que no ha de durar. Lo efímero de esos ins­tantes arrebatados al duro oficio de las armas, semeja entonces el esfuer­zo de quien comienza a despertar de un hermoso sueño y pugna inútil­mente por prolongarlo entre prade­ras de ilusión.

Grato, muy grato, resulta presen­tar el libro de Gabriel Puyana Gar­cía, a este auditorio de familiares y amigos suyos. Y revivir al hacerlo el recorrido por los ásperos caminos de piedra y roca de una juventud

guerrera que el tiempo se lleva con celeridad sobrecogedora, sin desdi­bujar los nítidos perfiles que se tallaron indeleblemente en la me­moria. Devorando estas páginas es­tremecidas cuarenta años después de que fueron escritas, se regresa al panorama de fuego y destrucción que la martirizada península pre­sentó a nuestros ojos en el primer viaje al frente de guerra, y que por largos meses habría de ser el único que rodeara nuestras existencias trashumantes.

Las imágenes regresan atropella­damente a la memoria. Dura y vio­lenta como pudo ser la aventun:. inmensa que allá vivimos, no puede evocarse sin intensa emoción. Cuan­do la guerra se libra con la convic­ción de luchar por una causa justa, pierde mucho de su contenido de horror. Al acudir en defensa de la pequeña nación agredida, lo hacía­mos para proteger en ella la liber­tad como ideal y la justicia como valor eterno de la vida.

Ha querido noblemente el señor general Puyana García, hacer de es­te acto de entrega y presentación de su libro un homenaje al soldado colombiano. Nada más justo. Lo vimos combatir en noches de hielo y de nieve, de cara a la muerte y al destino incierto. Es que es el sol­dado colombiano de todas las épo­cas. El que se batió en los campos de batalla de la independencia, en heroico itinerario de montañas y llanuras. El que transitó por el ab­surdo de nuestras guerras civiles con el valor y la gloria abrazados al alma. El que se enfrentó a la mani­gua, los riesgos, las plagas y las en­fermedades del trópico en el infor­tunado conflicto vecinal del año 32. El que ha recorrido las praderas en­loquecidas de la violencia contem­poránea. Es él. El héroe. El héroe colombiano de todos los tiempos y de todos los valores y las glorias.

La poco abundante literatura mi­litar colombiana, recibe en su seno este valioso aporte del brigadier ge­neral Gabriel Puyana García. El li­bro hallará solícita cabida en los anaqueles de bibliotecas castrenses y en eleviajero equipaje de oficiales

que recorrerán sus páginas con el deleite de hallar en ellas algo propio en medio de las fatigas que el des­garrado presente colombiano ofrece a su diario existir, a la vez que un ejemplo de entereza humana, de va­lor en la lucha, de coraje para no desfallecer cuando todo parece in­vitar al desfallecimiento.

En Libertad en Tierra Extraña hay un mensaje vibrante y repetido. Un testimonio humano. Una clari­nada guerrera entremezclada con una añoranza de paz. Libro valioso por lo que relata, por las circunstan­cias en que fue escrito, por el rigor veraz de la historia que narra, por los personajes que retrata en silue­tas tersas y vivaces. En su pluma cobran vida centenares de soldados anónimos que lucharon en la que fuera tierra ajena y dejara de serlo cuando sobre sus montañas calcina­das cayeron los primeros colombia­nos en ofrenda de honor y de coraje a la libertad y a la justicia.

Para Gabriel Puyana García una congratulación entusiasta y emocio­nada. Para el Banco de la Repúbli­ca, mecenas de la obra, una cálida voz de gratitud por haber publicado este libro que enriquece el patrimo­nio intelectual de la nación y el de sus hombres de armas. Para Corea, la tierra generosa y heroica que ter­minamos considerando propia, nues­tra admiración por la gesta de en­tonces y por lo que ha sabido hacer con la libertad que defendimos al lado de su pueblo, en una prolonga­da batalla que ellos, y quienes acu­dimos a la cita de honor, libramos por la humanidad.

Para los familiares y amigos del autor, para María Cristina y sus hi­jos, nuestro beneplácito por haber compartido el alumbramiento enal­tecedor de este libro hecho de ga­llardía y fervor, de lumbre y de fuego, de sufrimiento y amor, de granizo y tempestad. Y para los compañeros de la inmensa aventura aquí presentes en gesto de solidari­dad con Gabriel Puyana García, las palabras del Rey Arturo a sus caba­lleros de la Mesa Redonda: "Feli­ces. Felices nosotros todos, banda­da de hermanos".

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LIBROS

EL EJERCITO EN LA VIDA DE LA NACION COLOMBIANA

General (r) ALVARO VALENCIA TOVAR

Un ejército debe ser reflejo del carácter de la nación que lo crea y en él deposita la tarea de velar por su destino, su seguridad, la defensa de sus altos intereses, la salvaguarda de sus más preciados valores. El de Colombia nació con la república y ha acompañado sus muchas veces turbulento existir. De él nacieron la Armada y la Fuerza Aérea, con los mismo:. espíritu e ideales que inspiran a todos los hombres de armas en el servicio a la patria común.

Historiar su recio andar en el tiempo, es narrar la existencia co­lombiana desde el amanecer de nuestra vida independiente, cuan­do el 23 de Julio de 1810 la Junta Suprema de Gobierno nacida en los estremecimientos libertarios del 20, convocó a la juventud granadina a integrar las filas del Batallón de Voluntarios de la Guardia Nacional.

La obra que hoy ingresa al patri­monio historiográfico de Colombia -en el que se hacía notar un inmen­so vacío de silencio- ha querido recoger una rica y no siempre bien valorada tradición de servicios a la República nacida del formidable acto guerrero de la Independencia. Tradición noble y austera, enmar-

Palabras pronunciadas en el acto de entrega de la "His­toria de las Fuerzas Milita­res de Colombia". Octubre 25 de 1993.

cada por el heroísmo común a sus hombres de aire, tierra y mar. Excepcional en el contexto ibero­americano por los rasgos de lealtad constitucional, perfil democrático y profundo sentido del deber encua­drado en la osatura republicana de la nación.

Conscientes de nuestro pasado aborigen e hispánico, la obra busca sus raíces en los ejércitos que ante­cedieron al acto colosal del descu­brimiento y acompañaron el de la conquista, cumplida con fiereza por el europeo aventurero y belicoso, cuyas armas de fuego, corceles de guerra y perros carniceros avasa­llaron al indígena, no sin que en nuestro suelo se hubiesen escenifi­cado episodios heroicos, que alcan­zan ribetes de sacrificio colectivo de naciones elementales que pere­cieron en la defensa imposible de lo que fuera suyo y les era arreba­tado por aquellos semidioses que gobernaban el fuego destructor.

Son quinientos años de historia los que campean por las páginas de estos seis volúmenes. Discurren en los velámenes de los descubrido­res, en las fieras hazañas de caudi­llos hispanos que con un puñado de guerreros, ávidos del oro de las

entrañas de las nuevas tierras y el bronce de la mujer aborigen, pe­netran las vastedades del Nuevo Mundo para clavar los estandartes de Castilla y de León en las entra­ñas de los imperios precolombinos, se asientan en las encomiendas ori­ginales y en las posteriores Reales Audiencias, Virreinatos y Capitanías Generales y culminan con el fragor de las guerras independientistas.

El período español de América está acompañado en forma perma­nente del estruendo de las arm~ Primero en el acto militar de la Conquista. Luego en las contiendas imperiales, cuando América se reve­la como un inmenso y desconocido continente de riquezas fabulosas, sobre las cuales caen Inglaterra, Francia, Portugal, Holanda. El Mar Caribe es un líquido escenario de ininterrumpido guerrear. Sobre la costa neogranadina de aquel in­menso mar interior, se vuelcan pi­ratas y corsarios, cuando no arma­das hostiles.

Para hacer frente a las amenazas contra sus posesiones de ultramar, recurre España a la exacción tribu­taria deshumanizada. Es allí donde el imperio comienza a agrietarse.

.._ _ ___,1 "No es el Ejército el que inicia las revoluciones ni el que trama golpes de Estado y conjuras contra la autoridad legítima" CJ

Tupac Amaro en el Perú, José An­tonio Galán en la Nueva Granada, son heraldos de una nueva era que se inflama con los vientos lumino­sos de la Ilustración o huracanados de las revoluciones de las colonias inglesas y de la exasperada plebe parisiense.

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La Guerra de Independencia constituye el corazón de la obra. La proeza gigantesca y los hombres que la escribieron con ingentes sa­crificios, son objeto de solícita atención. Confluyen de tal manera el gigantismo del escenario geográ­fico, la talla militar y humana de los combatientes, el ideal inspirador de la gesta formidable, la tenacidad con que el imperio trata de sobre­vivir y la obstinación de quienes buscan derruido, que reconstruir el hazañoso itinerario de la libertad se convierte en tarea apasionante, sin aceptar que esa pasión desfigure el severo realismo de la narración histórica.

Diferente es la historia de las armas nacionales en la República. El aliento épico de la Independen­cia pierde su fuerza en los dolientes campos de las guerras civiles, donde hombres de pensamiento e ideales pierden el rumbo en la controversia encendida de las ideologías, para sumirse, enceguecidos por la pasión sectaria, en batallas sangrientas don­de la resonancia de los rótulos par­tidistas y el intransigente color de sus banderas consumen, una tras otra, las sucesivas generaciones co­lombianas, hasta llegar a las dimen­siones cataclísmicas de la Guerra de los Mil Días, episodio terrible que deja la Patria exhausta, despedaza­das las regiones por donde transita­ron los ejércitos, enlutados miles de hogares, envilecida la moneda, perdido el crédito internacional, he-

ridos los sentimientos de los antago­nistas, para que sobre el panorama de ruina y desolación, caiga como tremendo baldón de verguenza el cercenamiento del istmo panameño.

Hay algo, sin embargo, que las contiendas civiles revelan como enaltecedor para las armas naciona­les. No es el Ejército el que inicia las revoluciones ni, con dos únicas excepciones, el que trama golpes de Estado y conjuras contra la auto­ridad legítima. Todos los episodios revolucionarios tienen su origen en el campo político. Es allí donde se hacen presentes la pasión secta­ria, la ambición del poder, el true­que de la polémica enaltecedora de las ideas por el estruendo aniquilan­te de las armas.

El Ejército, por regla general, combate por el gobierno. Los re­beldes levantan fuerzas colecticias, las enardecen y las lanzan al comba­te, con un fatalismo que empuña el fusil como sino trágico de una raza. El soldado raso no discierne el por qué. Escucha el llamado del clarín -o el del cuerno que hace sus veces en los campos de la rebeldía­como algo inherente a su existencia. Es, en parte, la herencia de la Gue­rra de Independencia. En parte, de la reiterada continuación de la ba­talla como confrontación heroica, instintiva, parte de un drama secu­lar que, al no hallar interrogantes, tampoco busca respuestas.

Comienza el presente siglo con

"Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad

y derechos". Artículo 1 o de la Declaración Universal

de Derechos Humanos

signos prometedores. La Reforma Militar del General Reyes, la resu­rrección en sus fuertes manos de estadista de las Escuelas Militar y Naval, la creación de la Escuela Superior de Guerra, abren camino a una nueva era militar. La de la fuerza armada apolítica, nacional, suprapartidista, atenta sólo al bien de la Patria como heredad común de todos los colombianos y no de facciones fanatizadas.

Infortunadamente, la Armada na­ciente se extingue con la Escuela y de nuevo un país con dos mares y un dilatado horizonte oceánico, pierde presencia en sus aguas y en los espacios internacionales de la comunicación marítima. Se requie­re el estallido de un conflicto veci­nal para que del Ejército terrestre se desprenda una Marina de Guerra rescatada del Mar del Olvt'do, del que se habla en el IV Tomo de la Historia que hoy presentamos a la nación colombiana, con la positiva satisfacción y el elevado orgullo de una tarea realizada con devoción, empeño, tenacidad y sentido de servicio.

Las alas militares colombianas tienen también su verdadero origen en esa contienda inconclusa. Crea­da nuestra Arma Aérea en 1919, sigue como la Armada en sus oríge­nes una trayectoria vacilante, inter­ferida por escasos e insuficientes presupuestos y por esa falta de per­sistencia en los grandes propósitos que tantas veces aflora en la con­ducta nacional. El país se ha con­vencido, por la ocupación de frag­mentos amazónicos de su territorio, de que el derecho sin la fuerza que lo respalde se convierte en letra muerta, cuando no en objeto de burla y atropello.

La Policía Nacional ha entrado a formar parte de la historia que aquí se reconstruye, por fuerza de cir­cunstancias insuperables. A poco de su creación hace más de un siglo, sus hombres eran llevados a las contiendas fratricidas. Est adistas con visión de su papel en la socie­dad bregaron en su momento por darle personalidad acorde con la

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función, pero la política banderiza -que tanto daño le ha hecho a Co­lombia en diversas etapas de su exis­tencia- frustró una y otra vez esos nobles empeños, hasta que la vio­lencia actual, reedición en un co­mienzo de las desventuradas guerras civiles décimo-nónicas, la forzaron a actuar más como fuerza armada que como cuerpo de naturaleza y filosofía cívicas.

Esta la razón de incluir a nuestra Policía en la historia cuya entrega a la nación nos congrega esta noche. Hay muchas cosas que las cuatro Fuerzas historiadas en nuestra obra, comparten y poseen como patri­monio común: patriotismo, abne­gación, sentido heroico de la mi­sión, entrega al deber, espíritu de sacrificio. En medio de las enor­mes dificultades de la hora, al ser­vicio de una sociedad aquejada de males profundos que se infiltran como reptiles por los resquicios de la colectividad enferma, las institu­ciones militares y policial soportan sobre sus hombros las más grandes dificultades de su ya larga existen­cia. Confiamos quienes las acom­pañamos en su tremendo viacrucis, que no habrán de ser inferiores al mandato de la historia.

Señor Ministro de Defensa, doc­tor Rafael Pardo Rueda. Señores comandantes de las Fuerzas Milita­res y Director de la Policía Nacional. Muy grato y honroso me resulta recoger los sentimientos de los autores de esta Historia, al entregar en ustedes a la nación colombiana y a sus hombres de armas, el pro­ducto de un esfuerzo que hemos tratado de realizar de la mejor ma­nera, fieles siempre a la verdad por encima del afecto que nuestras res­pectivas instituciones nos merecen. Confiamos en que estos :.eis volú­menes puedan resultar útiles en ta­reas docentes de las Fuerzas y en los trabajos académicos de sus hombres.

Mención especialísima quiero ha­cer de la Editorial Planeta de Co­lombia y de sus directivos, Enrique González Villa, Gerente General, Camilo Calderón Schrader, Coordi­nador Editorial, y de quienes los acompañan en su gestión, merced a la cual esta obra ha sido factible. Una antigua aspiración y un viejo sueño largamente acariciado, ven así la luz, que de otra manera no habría pasado de anhelo irrealizable. Para esta gran empresa, a la que tanto deben la industria editorial

colombiana y los cultores de las bellas letras, nuestro más profundo agradecimiento.

A cada uno de los colaboradores de la Historia de las Fuerzas Milita­res y de la Policía en Colombia, una voz de emocionada gratitud de quien tuvo el honor de dirigir el proyecto en su realización académi­ca. Sin ustedes, señores oficiales de nuestras instituciones armadas y escritores civiles que contribuye­ron en forma decisiva a pergeñarla, al igual que sin el auspicio enaltece­dor de Planeta, el enorme vacío militar en nuestra historia, hubiese persistido por tiempo incalculable.

Enaltece nuestras vidas modestas la realización que hoy entregamos al patrimonio historiográfico de la nación. No creemos haber escrito una obra perfecta, ni mucho me­nos la que se merecen unas institu­ciones que han sido espina dorsal de la república. Simplemente he­mos querido entregar a esas insti­tuciones que hemos servido y amado apasionadamente, un testi­monio de afecto, respecto y consi­deración que nos acompañarán mientras Dios nos conceda el privi­legio de la vida.

A NUESTROS COLABORADORES Al conmemorar el Vigésimo Aniversario de su

fundación, la Revista ACORE rinde sincero tributo de reconocimiento a los distinguidos colaboradores que, a lo largo de estos 20 años, hici~ron posible su publicación permanente, gracias a la valiosa ayu­da dispensada con sus estudios y artículos de sin­gular importancia que integran cada una de sus 79 ediciones regulares.

Al propio tiempo se permite hacer saber que to­dos los escritos enviados a la revista, fueron someti­dos previamente a consideración del comite de re­dacción de la misma, a fin de seleccionar y repartir el material por publicar tomando nota de sus con­tenidos y disponibilidades de espacio en cada uno de los órganos de difusión de la Asociacion.

Sea propicia, en igual forma, esta oportunidad para solicitar a todos los señores oficiales socios sus aportes y luces en favor de esta publicación, llamada a recoger los criterios y críticas construc­tivas sobre su contenido, alcance e importancia editorial, que bien traduzcan un avance en 'u destino.

Bajo el mismo ideario de ser\'icio, siRUen abier­tas las páginas de la Revista a los interes~ de todos nuestros socios, en la confianza de ,u permanente colaboración.

LA DIRECCIO~

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SEGURIDAD SOCIAL

El Bienestar Social de la Fuerza Pública Mayor (r) ROBERTO RODRIGUEZ A.

Mucho se habla en estos últimos tiempos sobre el "Bienestar Social" de nuestro pueblo colombiano y, para ello, los gobiernos se preocu­pan con resultados aún no muy claros y poco satisfactorios.

Los diversos organismos creados para tal objetivo como los Seguros Sociales y la Caja Nacional de Pre­visión Social, sostenidos con los aportes de los contribuyentes (tra­bajadores y patronos), han sido presa de la voracidad de los funcio­narios deshonestos que día a día raponean el erario público, con el triste resultado que se aprecia por la acción dilatoria, imposible y nula de nuestra justicia.

Pero ocurre que los miembros de la Fuerza Pública, tratados durante muchos años como ciudadanos de "tercera" en gracia de un bien lla­mado pero mal aplicado "Régimen Especial", están sometidos a un "Régimen de silencio" que no les permite reclamar por sus derechos violados ni propender por mejoras salariales o prestacionales, que otros estamentos sí reclaman llegando a las huelgas o a los paros e inclusive a acciones terroristas, como ocurrió recientemente en Telecom; por las buenas o por las malas ejercen toda clase de presiones al Gobierno y hacen valer sus derechos.

A las Fuerzas Militares y a la Policía Nacional se les había venido recortando el presupuesto previa­mente estudiado y presentado por los Ministros de Defensa, en cuantías importantes hasta del 20 o 30%, con el consecuente y grave deterio­ro del cumplimiento de las funcio­nes propias y constitucionales. Ello con<;lujo a fracasos y resultados negativos en las operaciones milita­res, motivados por la falta de recur-

sos de apoyo logístico adecuado, y sobre todo por una baja moral de las tropas, que comenzaron a caer en la inmoralidad, como fruto vic­torioso del narco-tráfico y del nar­co-terrorismo.

Es indudable que el Bienestar Social y, como aspecto fundamen­tal para lograrlo, la política salarial para con estos abnegados defensores y servidores del Estado, quienes deben garantizar aún a costa de sus vidas, la paz, la tranquilidad y el progreso ciudadanos, tiene una con­notada resonancia en la Moral y en la eficiencia del combatiente.

Por fin parece vislumbrarse la de­cisión política que en muchas oca­siones reclamaban antiguos y actua­les jefes militares. El Gobierno se concientizó de que el pretendido "Diálogo" a la manera subversiva fue una acción dilatoria proyectada por el bandolerismo para oxigenar su organización, incrementar sus re­cursos financieros y bélicos y mejo­rar su capacidad combativa.

Por fin el estamento político se dió cuenta de la necesidad de refor­zar los recursos de la Fuerza Públi­ca; por fin se vislumbra un incre­mento importante en presupuesto de Defensa. Y a se escuchan con­ceptos favorables y optimistas de los altos mandos militares, los que consideran que en este 2o. semestre de 1993 la Fuerza Pública estará en condiciones óptimas de recursos y de moral de combate para cumplir con los deberes y misiones impues­tos por la Constitución Nacional y por la "Decisión Política".

Como complemento final de las anteriores divagaciones, cabe recor­dar algunos importantes aspectos de Bienestar de la Fuerza Pública.

Por una parte debe incrementarse el presupuesto para el Hospital Mili­tar y en general para los servicios médicos y hospitalarios, pues es la­mentable la carencia de medica­mentos inclusive para atender casos de emergencia. De servicio odonto­lógico ni hablemos porque el perso­nal en retiro jamás lo ha tenido, a pesar de estar ordenado por la Ley. También debería incrementarse el presupuesto para casas fiscales pues el déficit de este servicio ha obli­gado muchas veces a los miembros de las Fuerzas Armadas a vivir en zonas inconvenientes por los malos vecindarios o inclusive en sectores conocidos como focos subversivos dentro de las ciudades.

El Club Militar debe ser motivo de un estudio consciente, a fin de que realmente sea un servicio de bienestar que cumpla con esta fina­lidad para la cual fue creado; si bien es cierto que las cuotas de sos­tenimiento son relativamente bajas, también es que los costos de los servicios son inalcanzables para los Oficiales, especialmente de los gra­dos subalternos.

¿Qué no decir de la situación salarial? Debe darse estricta y pron­tamente cumplimiento a la Ley 4 (Ley Marco), estructurando la Esca­la Salarial Porcentual ordenada por el legislador, sin dejar por fuera de ella a ninguno de los grados de la jerarquía, como parece que se pre­tende. ¿Qué tal que quedaran fue­ra de la Escala los Generales? o ¿que tal que quedaran por fuera los Ca­bos Segundos?

Ojalá que los reajustes o incre­mentos presupuestales que se están proyectando permitan mejorar ver­daderamente las condiciones de vi­da de nuestros soldados y de nues­tros policías; que no volvamos a ver en el desfile del 20 de julio las dota­ciones tan deterioradas de las tropas; o será acaso que las botas y los uni­formes nuevos, sí se encuentran en uso por quienes están cumpliendo misiones de combate en las áreas rojas?

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SEGURIDAD SOCIAL

El trabajo femenino: factor de cambio

GLADYS BEHAINE DE CENDALES

En la historia de la humanidad y en la historia de la mujer han existido pocos momentos en los que se ha generado una confluencia de intereses que fa­vorezcan al desarrollo y promoción de ésta.

Al considerar a la mujer como partícipe del de­sarrollo laboral, y factor de cambio en todas las etapas de la historia, aparece en condición de tra­bajadora, ejerciendo a través de los siglos toda clase de menesteres: laborando la tierra, cuidando el ganado, sufriendo la esclavitud y viviendo la servi­dumbre; siendo artesana y posteriormente obrera; conociendo el cambio de la rueca por la máquina de hilados y tejidos y el del arado en tractor.

La mujer ha sabido hacer la guerra, cuando así se le ha requerido y ha llegado también a ser pro­fesional. Sinembargo, paradógicamente, su activi­dad no ha quedado inserta en el proceso social como lo ha sido la del hombre. El trabajo que se reservaba exclusivamente a las manos femeninas, nunca gozó de reconocimiento social. En Grecia, por ejemplo, la labor manual era considerada como una actividad poco menos que infrahumana, no concordante con la esencia del hombre libre, cuyas facultades se desarrollaban en el campo de la filoso­fía, las artes, la política o la guerra, niveles a los que nunca "podía" llegar la mujer. Platón dice: "Si la naturaleza no hubiese querido mujeres ni esclavos, habría dado a las lanzaderas la facultad de hilar solas".

La desvalorización de las tareas asignadas a la mujer llegó a hacer invisible la actividad femenina. La noción del trabajo femenino en el hogar dejó de ser considerado como tal, y aún actualmente no se reconoce como trabajadora sino a la mujer que ejerce una actividad remunerada fuera del hogar.

HISTORICAMENTE MARGINADA.

A través de las épocas, cuando las tareas produc­toras se consideran la fuente del "status" real de una persona, la mujer queda prácticamente marginada y si participa, lo hace en forma tímida y desventajosa, tanto en cuanto a los cargos asumidos como a la remuneración recibida. Por otra parte, se le reco­noce en un primer plano como consumidora.

En Francia, durante la ilustración y luégo de la Revolución de 1789, la influencia de Rousseau es determinante en cuanto a la asignación de una acti­vidad para la mujer: en su obra "El Emilio" señala que toda la educación de la mujer debe ir encamina­da a hacer de ella una sirvienta del hombre. Robes­pierre, prohibe a las mujeres toda participación política. Chamuette, al apoyar la ley que prohibe a las mujeres reunirse en asambleas, les recuerda que el campo de sus actividades debe estar enmar­cado por los cuidados de la infancia y la materni­dad a cambio de convertirse en la divinidad del Santuario doméstico donde reinará.

Durante este lapso la mujer es marginada y ex­cluída de la instrucción a la vez que se sujeta más al hogar. Para reforzar esta situación, el siglo XIX crea para ella la imagen de la "madre educadora" a la cual la mujer se acoge alejándose del mundo del trabajo, concepto que aún hay sociedades que utilizan para estimular a mantenerse lejos de otras cuestiones que le podrían interesar, pero que tam­bién despertarían una competencia no grata.

La Revolución Industrial alteró los sistemas de trabajo. El traslado de la producción del hogar al taller y a la fábrica, desplazó la mano de obra femenina y mostró una vez más que la valoración social del trabajo dependía del sexo de quien lo ejecutara. Las mismas actividades manuales que la mujer realizaba con poco o ningún reconocimiento dentro de su hogar, se convertían automática­mente en tareas "importantes" en cuanto se trans­ladaban a la fábrica para ser ejecutadas por el hombre.

. la mujer ha sabido hacer la guerra, cuando así se le ha requerido ...

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... ~tjnitadas a ~mpleos de baja categoría o escasa r¡mune­racton en funcwn de su poca escolaridad ...

A pesar de los inconvenientes las mujeres europeas y americanas emprendieron una lucha por sus dere­chos al trabajo. En ella las encuentra el siglo XX.

LAS GUERRAS MUNDIALES UNA OPOR-TUNIDAD. '

Acontecimientos internacionales como fueron la I y H Guerras Mundiales del presente siglo, brin­dan a la mujer su máxima oportunidad ante el tra­bajo. El hombre tiene que ir a combatir y ella es llamada para ocupar su puesto en la industria. Sale~, de sus hogar~s para _lograr mantener la pro­duccwn de los pa1ses beligerantes, especialmente de los que se dedican a la fabricación de armamen­tos. Más, al terminar las luchas y sobrevenir la desmovilización militar masculina, la mujer que ha­bía recibido un reconocimiento y una valoración social, además de un salario por sus esfuerzos se niega a volver a recluirse en su hogar. Los hombres, por su parte, se disponen a recuperar su liderazgo familiar y ocupacional.

. _Muchas mujeres tuvieron que aceptar la situa­cwn. Aquellas que perdieron a sus esposos:;padres o he~manos en la guerra, trataron de seguir en sus trabaJOs, pero fueron generalmente reubicadas en ocupaciones no solicitadas por los hombres. En esta coyuntura histórica aparecen nuevamente los atr~butos de interior (~efiriéndose al hogar) e in­fenor, que han caractenzado al trabajo de la mujer.

CONCEPTOS CONTEMPORANEOS.

Actualmente, en algunas culturas, el valor de la persona tiende a medirse por la zona donde vive o por la categoría e importancia de su trabajo. La pregunta: "¿Quién es usted?" en realidad significa "¿Qué hace usted?".

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Estas consideraciones están ubicadas en una sociedad de tipo capitalista donde tener más se cor:sidera sinónimo de éxito. Así, la mujer que ad­qmere una mayor capacidad económica, general­mente se convierte en blanco de una publicidad dirigida especialmente a ella, que la hace "objeto de consumo" y levanta emporios a costa de crearle nuevas necesidades. No obstante, aunque sin pro­ponérselo, todo ello conlleva al germen de una no-dependencia o liberación.

EL CAMBIO LABORAL EN COLOMBIA.

Al analizar el papel de la mujer, desde un punto de vista integral teniendo en cuenta sus roles espe­cíficos, la realidad social de la mujer colombiana, no responde a un caso aislado dentro del contexto mundial sino que, por el contrario, es el prototipo de una realidad vivida y sentida por todas las mu­jeres de los países en desarrollo. Este proceso es muy homogéneo en América Latina en donde los patrones culturales han sido casi los mismos. Así, pues, pueden detectarse de acuerdo con algunas características determinantes:

1. GRUPO MUJERES DE CLASE ALTA

En general está conformado por un reducido ~po de altos ingresos y por ello capacidad adqui­sitiva, que en algunas regiones de origen agrario se ha denominado "oligarquía", con rasgos aristocra­tizantes. Algunas veces han sido desplazados del ~o~er ec<:>nómico, pero siguen conservando el pres­tigiO soc1al y a veces el poder político. Cuando ocurre su desplazamiento, sus puestos son ocupa­dos por sectores de origen medio y en ascenso o por las hoy llamadas "clases emergentes" lo cual produce distanciamientos y deseos de nuevos gru­pos de adquirir los prestigios del primero.

A pesar de operarse estos movimientos la mujer de los sectores altos no presenta grandes cambios en cuanto a su forma de vida y posición social. Los avances tecnológicos no afectan su vida ya que el servicio doméstico es quien cambia su forma de t~~bajo y el cuidado de los niños está a cargo de n_meras o salacunas. Libres de todo trabajo rutina­no se dedican a viajar y a tratamientos de belleza. Otras a obras de voluntariado en parte para "que­mar el tiempo" o para tranquilizar su conciencia.

No es fácil detectar en qué medida constituyen un J!lO?elo para otras clases sociales, pues parece ser 1m1tado solo por sectores medios en ascenso.

2. LOS ESTRATOS MEDIOS URBANOS.

El incremento de los estratos medios urbanos es uno de los mayores y más recientes cambios e~ la estratificación social y se encaminan a la venta de servicios. Se proponen obtener una remunera-

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ción que y por el otro de consumo: m ciones, etc. Es, ademas, años de educación rec1b1dos.

3. LAS AMAS DE CASA

Reflejan la heterogeneidad propia de los estratos medios y su posición depende del "status" y de los ingresos generados por la ocupación del jefe de familia. En este grupo pueden contarse esposas y profesionales, técnicos, altos empleados de indus­tria y de servicios tanto públicos como privados; esposas de empleados de nivel medio y de trabaja­dores independientes; pequeños y medianos em­presarios de la industria y del comercio.

En este grupo se encuentran los sectores medios­altos, que gozan de alto nivel de vida por el ingreso familiar, como también los sectores medio·bajo, ésto es, grupos en proceso de movilidad social as­cendente que aspiran al estilo de vida de los secto­res más altos pero que tienen ventajas menores que las de ellos.

Son, además, grupos con mediana educación, apegados al consumo haciendo malabarismos para sobrevivir con lo que suelen llamar dignidad. En momentos de inflación son los sectores más afecta­dos ya que las discrepancias entre aspiraciones y posibilidades se aumentan. Se dejan influir fácil­mente por propagandas de los medios de comu­nicación. El impulso al consumo las obliga a estar cubriendo permanentemente cuotas de cré­dito: aparatos electrodomésticos, automóviles, vivienda, muebles, ropa y ahora todo cuanto les pone a la vista la "apertura económica y el libre comercio".

Se identifican con los sectores más altos y des­prl:.'Can a los que están o consideran por debajo.

pan en asociaciones comunitarias porque poseen b!elles suficientes para ello. La idea de

trabaJar fuera de la casa las identifica con los secto­res populares en los que temen caer, sin llegar a re­conocer que la mas oría de las veces no lo hacen por carecer de preparactón.

4. MUJERES DE SECTOR~S POPULARES URBANOS.

Segregadas en barrios marginados donde los ser­vicios básicos son deficientes, limitadas a empleos de baja categoría o escasa remuneración en función de su poca escolaridad y baja calificación para ta­reas, sufren los efectos de los modelos de desarrollo excluyentes, desiguales y marginadores. En pro­porciones altas han llegado ellas o sus padres a es­tos centros urbanos como fruto de las migraciones

tan. tecnológico capitalistas; preseneta de con sociedades estrictamente campes:::r::as casi total falta de comunicación e que determina el aislacionismo de estas zonas.

Son los sectores más desfavorecidos pese a que su participación en la vida económica es fundamen­tal. Las mujeres están condicionadas como apéndi­ces del hombre en una posición de inferioridad, más notoria que en los sectores urbanos. No tiene participación fuera del ámbito hogareño. Están apegadas a la tradición familiar más por la fuerza que por la convicción. Frente a este problema, ellas han encontrado como medio de liberación el de continuar los estudios secundarios. Esto signifi­ca que las mujeres tendrán un nivel educativo supe­rior al de los varones de su edad.

6. UNIVERSITARIAS Y MUJERES INTE­LECTUALES.

En los últimos años se ha acentuado el nivel de mujeres como fuerza de trabajo, debido al aumento de la escolaridad a nivel superior, confirmándose que en 1993 el 52% de quienes estudian en las uni­versidades de Colombia son mujeres.

Ellas se insertan en zonas de trabajo similares a las del varón. Generan altos ingresos. Entran en la esfera de la competencia masculina y participan en política, asociaciones profesionales, además de que en pocas ocasiones al ser reconocidas sus capa­cidades son llamadas a desempeñar posiciones que requieren reestructuración o regreso a los caminos de la pulcritud y honestidad.

Este somero análisis lleva a concluir que su con­dición a pesar de los logros está lejos de la igualdad. En ello pesa la tradición social de sometimiento que trata de marginarlas: el esposo que no quiere que la mujer trabaje fuera del hogar o el patrón a la Institución que discrimina las oportunidades de trabajo de acuerdo a los sexos.

El hecho de que la mujer trabaje, la pone en con­tacto con valores que pueden convertirla en agente de cambio, primero de ellas misma y después de las estructuras, para autocrearse una nueva imagen; la de una nueva mujer capaz de exigir derechos y responder con responsabilidad a una nueva familia que sea base para la formación de individuos nuevos.

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Page 69: Revista Edición 79 DIC. 1993

ACCION SICOLOGICA

LA CIRUGIA RECONSTRUCTIVA COMO ARMA SICOLOGICA

Capitán (Res.) SAUL CHARRIS BORELL Y

El conflicto interno que vive la patria ha obligado a los mandos institucionales a implementar cam­pañas de cooperación cívico-milita­res con el objetivo de buscar el acer­camiento de la población civil al esta­mento militar, minimizando la posi­bilidad de colaboración de ésta con el enemigo y facilitando en esta for­ma el cumplimiento de la misión. Básicamente se realizan otorgando a los habitantes de la zona escogida, generalmente deprimida socio-eco­nómicamente, beneficios tempora­les como mercados, atención médi­ca, drogas, recreación, asesoría ju­rídica y pequeñas obras civiles; en este momento nos asalta la duda de si por la imposibilidad física de dar­le permanente continuidad al proce­so de ayuda, no estamos convirtién­dolas en arma de doble filo al abrir falsas expectativas, cuando al caer la tarde nos retiramos de la comuni­dad. Por ello en el Batallón de Po­licía Militar No. 2 de la Segunda Brigada de Infantería Mecanizada, sin ser todavía un proceso definido por el mando, experimentalmente hemos realizado con el concurso de los oficiales profesionales de la re­serva adscritos a la Unidad Táctica, algunos procedimientos quirúrgicos cuyo resultado para los fines bus­cados ha sido extraordinario.

BLANCO AUDIENCIA

Población civil en comunidades deprimidas socio-económicamente.

a) Desafectas a sus FF.MM. b) Infiltradas por la subversión. e) Potencialmente infiltrables.

d) Circunvecinas a áreas con impor­tancia estretégica.

LOGISTICA

Son procedimientos quirúrgicos realizados en forma ambulatoria disponiendo para ello de los quiró­fanos de los dispensario~ médicos de la reSQectiva Fuerza, o en subsidio en clínicas privadas donde los pro­fesionales de la reserva tengan víncu­los. Los servicios médicos serán lo­grados por los médicos de la reserva y en caso de no existir cirujanos plásJÍcos en la respectiva guarnición, es fácilmente conseguida la colabo­ración por vínculos de colegaje en forma completamente gratuita.

SELECCION DE CANDIDATOS

Durante las consultas habituales en las acciones cívico-militares, los oficiales médicos reclutan los posi­bles candidatos a cirugía recons­tructiva, especialmente entre los ni­ños y enfocando dicha escogencia hacia los casos más dramáticos, por ejemplo: labio laporino, paladar hendido, cicatrices hipertróficas (queloides por quemaduras), ma­nos o piés de pato (sindactilias), que en la población pobre son muy frecuentes.

VENTAJAS

Son procedimientos relativamente fáciles de realizar y que a pesar de requerir anestesia general no necesi­tan hospitalización y su costo es para la FUERZA prácticamente desprecia­ble, ya que debe ser cubierto por

los oficiales de la reserva en forma de recurso humano y buscando en forma privada el apoyo de la indus­tria y el comercio.

RESULTADO

Es a corto plazo tangible, que­dando como huella visible perdura­ble y permanente de la acción de la FUERZA.

CONCLUSION

Nos atrevemos a recomendar a nuestros mandos la utilización del método aludido como política insti­tucional, pues nuestra experiencia nos muestra que la acción de la ci­rugía reparadora convierte al núcleo familiar en permanente aliado de nuestra lucha, los vincula emocional­mente con nuestros ideales y los transforma en vigilantes guardaes­paldas de nuestros soldados.

- Recordando que la acción psi­cológica es más barata que un ··~amrod", requiere menos man­tenimiento que un "Eagle Eye", menos sofisticado que un "Black Hawk", pero más efectiva que un escuadrón blindado. Solo requiere imaginación y técnica -.

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