Revista entre nos otros especial futbol

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nos Entre otros Revista del Programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué. Edición Especial Fútbol no.1 ISSN 2339-3580

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Revista de divulgación del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué. Edición especial No.1 Fútbol

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otrosRevista del Programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué. Edición Especial Fútbol no.1 ISSN 2339-3580

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Cuando tomamos la decisión de realizar una edición especial sobre fútbol, teniendo en cuenta que se aproxima el Mundial Brasil 2014, consideramos importante que ésta pudiera publicar una recopilación de trabajos de los estudiantes y docentes del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué, que desde años anteriores se han venido desarrollando.

Habíamos identificado productos en el marco de las clases, tanto en hombres como en mujeres, que manifestaban un gusto hacia este deporte y todo lo que se mueve dentro de él. La mayoría de ellos, estudiantes, buscaban que desde la comunicación social o el periodismo se pudiera también reflexionar sobre estos temas.

Además, desde el año pasado surgieron tres temas de investigación para el desarrollo de trabajos de grado alrededor del fútbol. El primero, un acercamiento a los murales o ‘trapos’ de los hinchas del Deportes Tolima, llamados a sí mismos Revolución Vinotinto y oro. Estos murales no solamente son llevados a los estadios, sino que se realizan ilegalmente en los muros de diferentes barrios de la ciudad. El análisis de una de nuestras estudiantes se está abordando desde la semiótica, tomando como referencia a Armando Silva, y la teoría de los imaginarios urbanos del arte callejero, esta vez, de los jóvenes barristas de la ciudad.

El segundo, un acercamiento desde la comunicación para el desarrollo y una propuesta de un plan de comunicación para los barristas del Nacional, llamados a sí mismos Los del Sur Ibagué, quienes en el marco de su pasión hacia el fútbol realizan la práctica conocida como barrismo social. El estudiante se concentra en tres proyectos de esta barra que han tenido un acercamiento con la comunidad y que, de acuerdo a su perspectiva, trabajan en pro de ésta.

Y el tercero, un análisis de contenido a las publicaciones que aparecen sobre el Mundial Brasil 2014 en el periódico local El Nuevo Día en la sección de deportes. La importancia de este trabajo es indagar desde el periodismo, cómo se está informando sobre el Mundial, de qué manera se abordan los hechos, a qué fuentes recurren y qué temas y géneros se privilegian.

Estos tres trabajos han sido fruto de una reflexión que se ha dado en los diferentes cursos y que enriquecen la mirada que se le puede otorgar al fútbol.

No se trata de afirmar un gusto o disgusto, en el sentido amplio de estas palabras, hacia este deporte; queremos hacer una reflexión desde las posibilidades que nos brinda el campo de la comunicación social y, a la vez, narrar desde los géneros del periodismo.

Como lo hemos reiterado, las publicaciones de la revista Entre-Nos-Otros son producto de un ejercicio de clase y una reflexión académica de los docentes, en este caso, de todo lo que puede movilizarse en el fútbol.

ÍNDICE

(Editorial)..........................1

(Perfil)..............................2

(Artículo principal)............5

(Crónica)...........................8

(Crónica).........................13

(Reportaje gráfico)..........16

(Infografía)......................18

(Crónica).........................20

(Investigación)................24

(Entrevista).....................28

(Columna de opinión).....30

(Infografía)......................32

Revista del Programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué. EntRE-noS-otRoS.Especial Fútbol 2014. no.1 ISSn 2339-3580Iniciativa de investigación formativa y de articulación de las asignaturas del Programa en Comunicación Social y Periodismo, liderada por los estudiantes y docentes.

EditoraAngela Lopera

Comité EditorialTatiana CaleroCatalina GarcíaNatalia CubidesAngela LoperaMarcela Morado

Diseño y DiagramaciónSebastian BastidasMarcela Morado

Diseño de PortadaPilar Johana del Castillo Tellez

Rector Alfonso Reyes Alvarado

VicerrectoraGloria Piedad Barreto

Decana Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias SocialesNidia Chaparro Cuervo

Director Programa en Comunicación Social y PeriodismoJorge Andrés Gutiérrez

ImpresiónLeón Gráficas LTDA

[email protected]

Los artículos publicados son responsabilidad de sus respectivos autores y no comprometen a la Institución.

Universidad de IbaguéFacultad de Humanidades, Artes y Ciencias SocialesPrograma en Comunicación Social y PeriodismoIbagué, Tolima, Colombia

Editorial

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(perfil)

OTROS

Por: Juan Camilo Aranzales*

Los jugadores se ubican en el campo de juego, esperando el pitazo inicial del árbitro. Este compromiso corresponde a la segunda fase del torneo sub-17, Copa Samsung Prejuvenil. La llave la conforman los siguientes equipos, Grama Deportes, de la ciudad de Ibagué quien se enfrenta a Independiente Santa Fe, de la ciudad de Bogotá, partido de ida y vuelta. En esta ocasión, la ida se lleva a cabo en la ciudad de Ibagué.

La mayoría de jugadores que se encuentran en el campo están ansiosos, pero en la línea del centro, se encuentra uno al que se le nota sereno, mira hacia el horizonte, tiene el dorsal número 24. Antes de ubicarse allí, se saluda con sus compañeros, intercambia risas y abrazos con cada uno de ellos como muestra de cariño y motivación para el partido que se avecina. Luego de ubicarse calienta sin moverse de su puesto, su nombre es Nicolás Ramírez Polanía, tiene diecisiete años y juega en la posición de delantero. Apodado “Pola”, ama el balón desde que tiene uso de razón, de perfil zurdo, hace ocho años entrena al fútbol, y actualmente juega en Grama Deportes. Llegó al equipo en calidad de préstamo a través de un acuerdo con la Academia de fútbol Tolimense, equipo en el que ha jugado en los últimos años y con el cual ha cosechado varios títulos a nivel departamental y nacional.

“Llegó como refuerzo, tiene condiciones ofensivas, técnica en espacios cortos, puede desequilibrar en el uno a uno con el contrario y ganar un duelo con alguno de ellos. Tiene técnica, regate, encare. Lleva tres meses, le faltaba y aún le falta conocimiento táctico, antes no ganaba la espalda de los defensores, y caía en fuera de lugar. No marcaba, no se ponía defensivo, sólo ataque, nada de aportes defensivos, no iba a buscar algún rechazo del arquero del equipo que pudiera favorecerle, le costó al principio jugar partidos de este tipo. Se adaptó al grupo, disciplinado, puntual, responsable, respetuoso, perseverante, constante. Tiene buena unidad familiar, nada de vicios, metas claras; Tiene oportunidad de jugar en un equipo grande.”, así lo describe Carlos Reyes, entrenador de la categoría Sub-17 de Grama Deportes desde el año 2009.

Inicia el compromiso, Nicolás lucha la pelota como un guerrero, no deja que el balón se desborde, usa una de sus grandes virtudes futbolísticas para evadir a sus contrarios, el dribling, ese mismo movimiento que se ha hecho tan famoso al ser usado por jugadores de la talla de Pelé, Maradona, Messi y Cristiano Ronaldo, jugador del Real Madrid y ejemplo a seguir de Nicolás, entre sus sueños se encuentra, jugar en el equipo merengue y ser parte de un micro-ciclo de selección Colombia.

“Nicolás es un joven muy noble, es una persona solidaria, es un muchacho educado, hace caso, le gusta mucho colaborarle a los amigos. Es una persona de gran madurez, muy responsable con su deporte, consagrado, siempre pendiente de responder y es bastante disciplinado”, así lo describe Hernando Ramírez, su papá, quien se encuentra observando el partido junto a otros familiares de Nicolás, esa familia que para Nicolás ha sido su apoyo desde que se inició en el fútbol, para él su familia es su ideal de felicidad.

Cuando tiene oportunidad de patear el balón en busca de un gol, lo hace. En la primera parte del compromiso, tuvo dos opciones de gol dentro del área. Le faltó tiempo para poder definir y algo de decisión, pero asistió a uno de sus compañeros y con un pase gol se abrió el marcador del encuentro.

“Compartir un gol con mis compañeros”, eso respondió cuando le pregunté, “¿Cuál es su máxima alegría en lo que hace?”, lo confirmó, luego de que se marcó el gol todo el equipo se juntó y con un fuerte abrazo colectivo celebró.

Aunque la alegría duró poco, por medio de una falta que generó un cobro de tiro libre bien ejecutado por un contrario, se empató el partido y así se fueron al descanso del primer tiempo.

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Aparte de su familia, a Nicolás lo acompañan sus amigos el día de hoy, esa familia que no tiene lazos de sangre pero sí lazos de un cariño sincero y de gran apoyo.

“Nicolás Ramírez siempre ha estado con uno en las buenas y en las malas, lleva ocho años entrenando, él siempre ha decidido el fútbol como carrera profesional, él sabe que con esta carrera va a salir adelante y va a sacar a sus papás adelante, a “Pola” lo mata la humildad, como jugador siempre está adelante, se desempeña como buen delantero y también como volante cuando lo ponen a jugar en esa posición”, así lo describe Cristian Chamorro, quien es su amigo desde hace más de seis años.Inicia la segunda mitad del partido y con ella una de las opciones más claras del compromiso, un tiro desde el punto penal que es desperdiciado por uno de sus compañeros, y Nicolás como uno más que es del equipo, siente tristeza y pone sus manos encima de su cabeza, lamentándose al igual que sus otros compañeros.

Sigue el partido y en un rebote del arquero contrario, Grama Deportes se pone arriba en el marcador. La dicha vuelve y se desvanece al cabo de algunos minutos, Santa Fe empata por medio de un tiro penal que en el caso de sus contrarios, fue desperdiciado. Continúa el encuentro y con una cuarta opción de gol para Grama Deportes, un balón que se estrella en el travesaño, el partido finaliza con empate a dos goles.

Sin dejar de lado que antes de ser jugador es un ser humano, Nicolás se despide de manera cortés con sus contrarios. Voy a saludarlo y luego de un apretón de manos, me pregunta, “¿Cómo jugué?”, le respondo, “Muy bien Polita donde hubiera cobrado el penal, lo hubiera metido en ese arco”.

Luego, al preguntarle, “¿Qué le ha enseñado el fútbol?”, me responde, “El fútbol me ha enseñado muchos valores, he conocido mucha gente, he aprendido a convivir con mucha gente, cuando yo juego fútbol me siento tranquilo, me siento bien, es lo que yo quiero hacer en mi vida”.

Nicolás, quien aparte del fútbol ha culminado su primer nivel de inglés en la Universidad del Tolima, se despide con una frase que merece ser el título de este escrito: “El Fútbol es un arte, se hace con los pies, se juega con el cerebro y se celebra con el corazón”.

*Estudiante de V semestre del programa en Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué. El perfil fue realizado en el marco de la asignatura Expresión II, orientada por la docente Martha Fajardo.

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NOSOTROS

Por: José Roberto Amaya Jiménez*

A menos de 75 días para el inicio de la Copa del Mundo, las expectativas de los sudamericanos por el desempeño de sus selecciones se sienten con más fuerza. Brasil tiene la obligación de realizar una excelente presentación por ser el país anfitrión y por llevar 2 copas mundiales consecutivas sin pasar de los cuartos de final. Argentina, por su parte, no supera la instancia de cuartos de final desde Italia 90, campeonato en el que los albicelestes, de la mano de Diego Armando Maradona, quedaron subcampeones al ser derrotados por el equipo alemán que, curiosamente, ha sido el verdugo de los gauchos en Alemania 2006 y Sudáfrica 2010.

Chile llega arriba con, probablemente, su mejor generación de futbolistas desde Francia 98, habiendo realizado un correcto torneo en tierras africanas hace cuatro años, en donde cayeron eliminados a manos de Brasil en la ronda de octavos de final. Uruguay participa en un mundial nuevamente por la vía del repechaje, pero se debe destacar que los charrúas venían de quedar en la cuarta posición en el último campeonato del mundo, además de haberse coronado campeones en la última edición de la Copa América; Ecuador vuelve tras su ausencia en Sudáfrica, con un plantel renovado y lleno de talento que ansía llevarle gloria a su pueblo. Colombia regresa, luego de 16 años de ausencia, realizando la mejor ronda eliminatoria de su historia y con jugadores que se destacan en las mejores ligas europeas.

Selecciones Sudamericanas:

¿Que tan lejos llegaran?

?

Con todo lo anterior, hay que destacar el gran momento de las selecciones sudamericanas, pero ¿es esto suficiente para tener un mundial exitoso? El sorteo llevado a cabo el 6 de diciembre de 2013, planteó varios factores a tener en cuenta en lo que podría ser el desempeño final de cada una de las selecciones de Conmebol. A continuación, planteamos una proyección de cada una de las selecciones sudamericanas en la próxima Copa Mundial de la FIFA:

Selección de Brasil: El grupo de la selección anfitriona es el A, conformado por los seleccionados de Croacia, México y Camerún. Sobre el papel y teniendo en cuenta el nivel de la selección dirigida por Luis Felipe Scolari, Brasil debería clasificarse a la ronda de octavos de final como primero de su grupo. Si esto pasara, se enfrentaría con los equipos del grupo B, nada más y nada menos que con Holanda, su verdugo

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en Sudáfrica 2010, España (actual campeón del mundo) o la Selección de Chile; creer en la clasificación de Australia a la ronda de octavos, siendo parte de este grupo de la muerte es utópico. Además, se mediría con los vencedores de las llaves que enfrentan a los clasificados de los grupos C (Colombia, Costa de Marfil, Grecia, Japón) y D (Inglaterra, Italia, Costa Rica, Uruguay); considerando el nivel de estas selecciones Brasil podría clasificar a Semifinales, aunque es poco probable que lo haga con comodidad. Ya estando en esa eventual instancia, sería imprudente asegurar una clasificación a la final del campeonato. Con lo anterior, concluyo que Brasil pasará a octavos de final. En esa ronda se determinará su suerte pues su competencia será de un nivel muy fuerte y podría quedar eliminado si no encuentra lo mejor de su fútbol, ya que a diferencia de mundiales anteriores los verdéamarelos no cuentan con una generación estelar que hable maravillas de su nivel colectivo; de pasar la ronda de octavos, muy seguramente, Brasil clasificará a Semifinales.

Selección Argentina: los gauchos conforman el grupo F con los seleccionados de Bosnia-Herzegovina, Nigeria e Irán. Este grupo, sin ánimo de menospreciar a los demás, resulta favorable para Argentina pues no tiene un rival de peso, por lo que su clasificación como líder de grupo es segura.

En octavos, los dirigidos por Alejandro Sabella enfrentarían al segundo del grupo E conformado por los combinados de Suiza, Ecuador, Francia y Honduras combinados que con el nivel de hoy en día no serían rivales para el seleccionado albiceleste por lo que seguramenteclasificará a cuartos de final. Ya en esa instancia, enfrentaría al ganador de la llave entre el primero del grupo H (Bélgica, Argelia, Rusia, Corea del Sur)

y el segundo del G (Alemania, Portugal, Ghana, Estados Unidos) que, siguiendo una lógica sobre el papel, sería el vencedor en un duelo entre Belgas y Portugueses; contra uno de esos dos rivales Argentina tiene grandes chances de imponerse, aunque sus falencias en defensa podrían ser aprovechadas por las ofensivas de uno de estos dos equipos, lo que crea incertidumbre en la clasificación a semifinales, aunque sin dejar de asegurar que es muy factible.

Ya en semifinales, al igual que en el caso de Brasil, es imprudente augurar su clasificación, pues podría encontrarse con España, Italia, Inglaterra o incluso Uruguay, por lo tanto la conclusión es que Argentina llegará a Cuartos de Final con seguridad y con la mejor de las chances, entre los sudamericanos, de ascender a semifinales.

Selección de Chile: desafortunadamente para la ‘Roja’ el sorteo los asoció en el “grupo de la muerte” con la vigente campeona del mundo, España, la subcampeona, Holanda y la siempre complicada, Australia. Con semejante peso que tienen estos rivales, es muy probable que Chile caiga en primera ronda, aunque cabe destacar que la Naranja Mecánica está en una fase de transición y esto puede ser favorable para los de Sampaoli que gozan de un excelente nivel colectivo e individual.

De pasar a octavos, muy seguramente sería como colíderes de grupo, por lo que enfrentarían a Brasil como en Sudáfrica 2010; esto, eventualmente, complica de gran manera los planes de Chile en lo que se refiere a su clasificación a Cuartos, lo que nos lleva a pensar que su máxima proyección sería hasta octavos de final. Sin embargo, hay que destacar que este conjunto chileno tiene el nivel para creer en la posibilidad de una épica clasificación a semifinales.

Selección de Uruguay: a diferencia de Sudáfrica 2010, Uruguay no la tendrá tan fácil en un eventual regreso a las semifinales del torneo, pues esta vez enfrentará a una Italia renovada, a una Inglaterra que pasa por una excelente transición generacional y una Costa Rica con hambre de gloria, pero, aun así, los charruas tienen serias posibilidades de pasar a la ronda de octavos pues cuenta con una de las más letales delanteras del mundo, encabezada por Luis Suárez, del Liverpool FC. De pasar a octavos se las vería con Colombia o Costa de Marfil, quienes ponen en entredicho su clasificación a la instancia de cuartos de final.

Con esta eventualidad, Uruguay enfrentaría a Brasil o al segundo del Grupo de Chile, lo que hace su clasificación a semifinales extremadamente complicada. Dicho esto, la proyección que tiene la selección de Uruguay es hasta cuartos de final, no olvidando que su eliminación en primera ronda es factible pues está en un grupo de rivales de peso y que en octavos tendría que vérselas o con un rival que le conoce bien (Colombia) o con un equipo repleto de talento individual (Costa de Marfil).

Selección de Ecuador: La selección dirigida por Reinaldo Rueda quedó en el grupo E con los seleccionados de Suiza, Honduras y Francia. Con el nivel irregular de la selección francesa y con la igualdad que le otorgan Suiza y Honduras, Ecuador tiene serias posibilidades de clasificarse a la ronda de octavos de final.

En dicha instancia, si ocupa el primer lugar, se enfrentaría, al segundo del grupo de Argentina, que sería un rival accesible para la tricolor, o al primero del mismo. Por lo que su paso a cuartos de final dependerá de

la posición en la cual cierre su grupo. De pasar a cuartos, Ecuador enfrentaría a Alemania, Portugal o Bélgica, lo que seguramente dejará a la escuadra tricolor eliminada.

Selección de Colombia: la selección conforma el grupo C junto a los seleccionados de Costa de Marfil, Grecia y Japón. Sobre el papel, los rivales de nuestra selección son accesibles y muy seguramente podría pasar la fase de grupos.

Pero, es en octavos de final donde el panorama cambia y empiezan las pruebas de fuego, pues aunque sea primero o segundo de su grupo, se enfrentará a Uruguay, Inglaterra o Italia. De lograr una clasificación a cuartos, la 5ta clasificada del mundo se encontraría con Brasil, Holanda, España o Chile; en el último caso, se vería en una situación similar a la ronda de octavos, mientras que con las demás selecciones el juego podría ser muy complicado y se dependería un poco de la suerte y de la inspiración de ese día. Con lo anterior, concluyo que Colombia tiene buenas posibilidades de pasar a cuartos de final, sin dejar de aclarar que está en un grupo competitivo y que su clasificación no es del todo segura, además, que de lograrlo, la siguiente ronda le arrojaría un panorama nada alentador.

Dados estos análisis, diría que, por lo menos habrá un seleccionado sudamericano en instancias de semifinal. Hay que aclarar que este análisis se hace faltando 70 días para la copa del mundo y que todavía no se sabe en qué nivel lleguen las selecciones sudamericanas a la cita orbital. Solo el fútbol dirá lo que realmente pasará, pues si algo es hermoso en este deporte es que es casi impredecible.

*Estudiante de Ingeniería Industrial de V semestre de la Universidad de Ibagué. Voluntario para la Copa Mundial de la FIFA. Colaborador en twitter de Radio Pijao.

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A finales de los 80, los conjuntos residenciales en Armenia exhibían grandes antenas parabólicas, semejantes a las de los observatorios espaciales, con la promesa de acceder a la televisión internacional, un negocio incipiente y desconocido en aquellos días. El barrio Zuldemayda hace parte de los sectores populares de la ciudad. Allí la ilusión de la televisión por cable parecía destinada a los más “acomodados”, hasta que se planteó crear una asociación comunitaria para acceder a este servicio. La idea se acogió y mi padre fue uno de los primeros socios. Llegaba la era de las “Perúbolicas”, ya que en su mayoría ofrecían canales del vecino país, Frecuencia 2 Satélite, América Televisión, Radio Programas del Perú, entre otros.

Corría 1991 y se disputaban las eliminatorias de la Euro 92 a jugarse en Suecia. Yugoslavia ganó el grupo 4, superando a Dinamarca, y obtuvo el derecho de competir en la cita europea.

Al conversar con mis compañeros de colegio sobre televisión, y llegaba el tema de las parabólicas, me preguntaban extrañados dónde vivía o si me había mudado al Norte de la ciudad, un barrio del Sur con este servicio era impensado para muchos, incluso llegaron a creer que mentía.

Pero la programación, aunque “peruanizada”, tenía sus ventajas, los cubrimientos internacionales eran más amplios, tanto deportivos como noticiosos. El 26 de octubre de 1991, gracias al servicio de cable, nos enteramos de los primeros intentos de separación de la Federación Yugoslava por parte de Eslovenia, en lo que se conoce como La Guerra de los Diez Días. El Ejercito Popular Yugoslavo invadió la región y tras una negociación llegó el fin de las hostilidades. La definición del Mariscal Tito: “Yugoslavia tiene seis repúblicas, cinco naciones, cuatro lenguas, tres religiones, dos alfabetos y un solo partido”, estaba por llegar a su fin.

En el barrio seguíamos sorprendidos con la variedad de programas que podíamos disfrutar gracias a la Asociación Antena Parabólica Zuldemayda. Además, éramos uno de los primeros barrios del Sur que exhibía con orgullo dicho servicio y podíamos presumir con las gigantes antenas. No teníamos nada que envidiar a los “gomelos” del Norte.

Después de las escaramuzas en Eslovenia, los croatas iniciaron su campaña por la independencia de la Federación, lo que desató un conflicto a gran escala en 1992. La ONU sancionó a Yugoslavia, decisión respaldada por la FIFA en mayo de ese año, lo que impidió su participación en la Eurocopa. Ante

dicha eventualidad, Dinamarca fue notificada, debía reunir a sus jugadores para enfrentar el torneo.

A raíz de nuestro servicio de televisión por cable, nos convertimos en los “gomelos” del Sur, así nos decían los del barrio Antonio Nariño. Un vecino “insólito” que emergió ante nuestros ojos años atrás, cuando los cafetales fueron derribados y los movimientos de tierra dieron paso a casas de madera, calles sin pavimentar y niños que andaban descalzos, sucios y sin camisa, “placeres” prohibidos para nosotros por la mano fuerte de nuestras progenitoras.

Las ligas europeas habían terminado y los jugadores daneses se encontraban de vacaciones. Ante la notificación de la FIFA, se hizo un llamado de emergencia para conjuntar un grupo y cumplir con el compromiso que se les planteaba. Michael Laudrup, rechazó el ofrecimiento por inconvenientes previos con el técnico durante las eliminatorias, y porque le pareció poco serio armar un equipo sin preparación para enfrentar a las potencias europeas. Su hermano Brian aceptó el reto, aunque al principio tuvo las mismas dudas. “Yo pensé: ‘no estamos preparados para jugar la Eurocopa, yo mejor me quedo en casa, podemos hacer el ridículo’” (Canal+ Informe Robinson, 2008). Dinamarca aceptó el desafío sin el mejor jugador danés de todos los tiempos.

soñarY se valePor: Jorge Mendoza*

América Televisión realizó el cubrimiento completo del torneo, y nosotros tuvimos la oportunidad de disfrutarlo. Creíamos que sería una transmisión en vivo, para la época no sabíamos que era un falso directo. Aunque en ese momento, que importaba, podíamos ver la Euro sentados en la sala de la casa. :

La guerra continuaba y la presencia de Dinamarca se volvió la nota curiosa. El torneo inició el 10 de junio con el partido entre Suecia y Francia que se cerró con empate a un gol. A este mismo

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grupo pertenecían Inglaterra y Dinamarca que se enfrentaron al día siguiente con empate a cero. Por alguna razón que tenía que ver con derechos de transmisión, los partidos “en vivo” que emitía América Televisión iniciaban 30 minutos después de la hora real del encuentro. Los demás se transmitían en diferido después de las 10 de la noche.

El 14 de junio, Suecia venció a Dinamarca por uno a cero. Mientras que franceses e ingleses empataron a cero goles. El rejuntado danés llegaba a la última fecha con posibilidades de clasificación, aunque nadie esperaba que lo lograra. “Nosotros pensábamos ‘ya estamos fuera’, ya estamos de vacaciones, ya nos podemos relajar otra vez” (Canal+ Informe Robinson, 2008), recuerda John Jensen. Desde el arco Peter Schmeichel; un hombre que con sus 1,91 de altura, corte militar y cabello rubio, parecía salido de los sueños lejanos del Tercer Reich; empujaba aquel grupo a escribir

una historia digna de la mente maestra de los hermanos Grimm.

El equipo danés despertó simpatía en mi familia, en especial en mi padre. Mi hermano, “El Flaco”, gran jugador de fútbol, siempre ha gustado de los equipos que dejan todo en la cancha, y Dinamarca con su pundonor ganó su admiración. Lo mío con el fútbol, como lo señala Eduardo Galeano en su libro “El fútbol a sol y sombra”, “fue un caso de amor no correspondido”, lo que nunca influyó en mi pasión por este deporte, y al igual que los demás, caí rendido ante la muestra futbolística de los daneses.

Llegó el 17 de junio, Dinamarca enfrentaba a Francia, que contaba con Éric Cantona y Jean-Pierre Papin. Mi papá madrugaba demasiado y por lo tanto trasnochar no era su fuerte, y menos para ver un partido en diferido. “El Flaco” y yo nos encontrábamos en la sala, arropados y con una dotación de café, indispensable para

aguantar la transmisión. A los 8 minutos Henrik Larsen empezó a construir el milagro, ante la anotación nos miramos con una expresión entre sorpresa y felicidad. Al minuto 60 Papin logró el empate francés. Lars Elstrup llegó desde el banquillo para colocar la ventaja a los 78 minutos. Abríamos los ojos para comprender lo que estábamos viendo y confirmar que el café había funcionado y seguíamos despiertos. Dinamarca era semifinalista.

Hasta ese momento sólo el técnico Richard Moller Nielsen había contemplado la posibilidad de un triunfo. “Nos llevó a todos al campo el primer día, nos colocó alrededor de él y dijo: ‘ok chicos, vamos a ir a la Eurocopa y vamos a ir a Suecia para ganar’. Todos nos pusimos a reír porque aquello era ridículo” (Canal+ Informe Robinson, 2008), recuerda Brian Laudrup,

El 22 de junio se jugó la semifinal entre la Holanda milanista de Van Basten, Gullit, Rijkaard, y la “simpática” Dinamarca. “Estábamos de pie al lado de los holandeses, y ellos nos miraban como pensando:’pfff, les vamos a ganar 2, 3 o 4 a cero’” (Canal+ Informe Robinson, 2008), comentó Laudrup. Con el pitazo inicial Dinamarca mostró sus intenciones de hacer historia; a los 5 minutos Henrik Larsen puso el 1 a 0 con golpe de cabeza. A los 23 minutos Holanda empató con gol de Dennis Bergkamp. Los daneses anotaron por segunda vez, Larsen repitió a los 33 minutos. En el segundo tiempo Schmeichel se confirmó como el mejor jugador del torneo. Pero en un tiro de esquina a cuatro minutos del final, Frank Rijkaard logró el empate. Sentí cómo la hazaña terminaba y la lógica se imponía, los jugadores daneses pensaron lo mismo, “Ohhh, estábamos tan cerca de la final, a sólo minutos y ahora vamos a perder” (Canal+ Informe Robinson, 2008), recuerda Jensen. Pero en los lanzamientos desde el punto penal, Schmeichel detuvo el disparo de Van Basten y Christofte venció a Van Breukelen para llegar a la final.

El 26 de junio la potencia alemana se enfrentó al amor propio danés. La final de la Eurocopa y nuestra simpatía por Dinamarca, nos reunió de nuevo frente al televisor. Alemania mantenía la base del equipo campeón del mundo en Italia 90, Hässler, Klinsmann, Brehme, llegaban como favoritos. Pero se vieron sorprendidos a los 18

minutos cuando John Jensen marcó el gol de su vida. “Salí corriendo con el dedo arriba, 6 o 7 jugadores se me echaron encima, y me dije: ‘es real, es increíble, he marcado en una final’, es como un sueño” (Canal+ Informe Robinson, 2008). Con el pasar de los minutos, Alemania impuso su ritmo, calidad y potencia.

“El Flaco” y yo, comentábamos que los alemanes estaban jugando bien, habían creado varias ocasiones de gol y hacían méritos para el empate, mi papá nos miraba serio y señalaba que él si quería que ganara Dinamarca, nunca pudimos hacerle entender que nosotros también lo queríamos, pero era innegable lo que estaba pasando en la cancha. En medio de la discusión mi padre celebró el segundo gol. Un cabezazo de Claus Christiansen en media cancha toma a los alemanes saliendo, el balón llega a Kim Vilfort, quien con un enganche elude a dos defensas y con un tiro rasante de pierna izquierda, envía el balón contra el vertical y luego al fondo de la red. Dinamarca campeón de Europa. La celebración del título estuvo enmarcada por las lágrimas de los jugadores daneses, artífices de un sueño que seguían sin creer. “Nos llevó algún tiempo entender de verdad lo que habíamos hecho. En fútbol nunca nadie olvidará a Dinamarca ganando en 1992” (Canal+ Informe Robinson, 2008), Brian Laudrup.

Recuerdo que al día siguiente en los noticieros se veían las imágenes de la llegada de los “héroes” daneses a Copenhague. Al ver a Peter Schmeichel, levantando el trofeo de campeón ante una multitud, mi papá dijo: “¡Uy que mano de ‘morochos’!” y soltó la carcajada.

Referencias

Canal + Informe Robinson (mayo 2008). Eurocopa 1992 [video.] Disponible en : https://www.youtube.com/watch?v=Le5rL0GkHwMGaleano,E. (2010). El fútbol a sol y sombra. Madrid, España: Siglo XXI

*Comunicador social-periodista de la Universidad del Quindío. Actualmente se desempeña como docente del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué.Ilu

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¿Malo o bueno, para esto es Que trabajaMos¿

Por: Lady natalia Cubides

“Se me van acomodando en la filita para poder entrar jóvenes”, dice un auxiliar bachiller de la Policía Nacional controlando el ingreso de los “hinchas” al estadio. Un poco más allá, cerca del parqueadero, están los del ESMAD (Escuadrón Móvil Antidisturbios) asegurándose de que todo marche tranquilamente, y sobre sus caballos, moviéndose de un lado a otro, están los carabineros preparados para controlar los posibles altercados que se generen.

Tener ojo de águila y agilidad de jaguar, mientras otros saltan, gritan y se empujan entre sí, son cualidades de la fuerza pública en los estadios de fútbol, cuando tienen que controlar el orden desde distintos puntos, dentro y fuera del campo, ubicando a quien fomente altercados y corriendo a solucionarlos, además de mediar en situaciones en las que requiera de fuerza, sin llegar a exceder los límites de su labor.

He recorrido distintos estadios de fútbol, y por mi experiencia sé que portar ese uniforme despierta rechazo por parte de “hinchas” o aficionados que no toleran la labor policial, incluyéndome en este grupo.

Es la fecha de un partido en el Manuel Murillo Toro de la ciudad de Ibagué y faltando dos horas para que empiece el juego, mi hermano Jhon y yo estamos listos con las camisetas y las cornetas a las afueras del estadio para apoyar al mejor equipo de Colombia, Millonarios de Bogotá, que se enfrenta al Deportes Tolima. “Cuando hay partidos en la ciudad contra equipos grandes como Millonarios, Nacional o Santa fe, se instalan 3 anillos de seguridad en los alrededores del estadio para requisar a las personas que pueden ser sospechosas”, dice el Comisario de la Policía Nacional Omar Villarraga Suárez, quien ha prestado sus servicios en partidos de fútbol.

Monita regáleme una monedita para la boleta todo bien.

No parce no tenemos, veníamos con lo del puro bus.

Listo mona, todo bien mamasota. Siempre estoy prevenida con los “hinchas” que como éste, se acercan pidiendo plata y si uno no les da, se ponen furiosos; también me ha tocado salir corriendo asustada por los disturbios que se generan entre las barras bravas de los equipos. Pero hoy me sorprende la seguridad bajo la que está el Manuel Murillo Toro: los carabineros vestidos de traje verde y sombrero, sobre caballos corpulentos, de trote lento pero seguro, y entrenados para el control de los disturbios; los bachilleres vestidos de verde, portan una tonfa (bolillo) en su riata y usan cachuchas con la palabra “auxiliar” escrita en letras verdes fluorescentes, además de lucir botas negras, camuflados y guerreras de manga larga.

En la entrada, ahora es el turno de mi hermano para ser requisado hasta los zapatos, y a mí me espera más allá una mujer para hacer lo mismo. Aunque es incómodo sentir que lo tocan de arriba a abajo, sé que es importante hacerlo. Sin embargo, tengan por seguro que así revisen detalladamente, algo entran los aficionados, como encendedores para poder drogarse y entrar en su mundo, o navajas y cortaúñas que les sirven como armas para atacar y defenderse. “En muchos casos, desde el día anterior los “hinchas” esconden armas corto punzantes, explosivos y este tipo de elementos en las alcantarillas o en lugares cercanos al estadio, y por eso a las 6 de la mañana del día del encuentro, se hace un recorrido alrededor del lugar para evitar que se generen altercados entre los aficionados”, afirma Edison Cubides, patrullero de la Policía Nacional que ha trabajado en este estadio y en el Nemesio Camacho El Campín, de Bogotá.

Llegamos a la tribuna norte que ha sido asignada para la hinchada azul. Desde que pusimos los pies en el primer escalón, sentimos la pasión y la locura de estos personajes por el fútbol. Las graderías vibran cada medio segundo y los aficionados van y vienen de un lado a otro gritando y empujándose entre sí. Además, hay más de 80 “trapos” colocados en las mallas de protección con mensajes o nombres de personajes representativos para la hinchada azul: “Comandos Azules, Distrito Capital”, “Blue Rain”, “La Plaga”, “El Che vive”. “Cada parche de la barra de los comandos tiene un líder, y es él quien se encarga de recoger los materiales o plata para que entre todos se haga el trapo”, comenta Ana María Sabogal, hincha de Millonarios.

En distintos puntos de las graderías se encuentran los auxiliares bachilleres controlando el orden. Hay 4 puertas de acceso a la cancha en las que están ubicados 3 hombres por cada una, dos dentro de la tribuna y uno más fuera de ella, cuidando que los aficionados no ingresen al campo de juego. En la pista atlética se encuentra un cuarto anillo de seguridad integrado por 20 uniformados, quienes protegen en caso de que los aficionados logren pasar las puertas de acceso. En cada camerino se ubica un policía de rango superior para encargarse de cuidar la privacidad de los jugadores y la seguridad de la indumentaria. De la misma manera, formados en la gramilla el ESMAD, vestidos con uniforme negro, casco y escudo, encargándose de cubrir a los jugadores si algún objeto es lanzado desde las tribunas y observando desde allí quién fomenta altercados, para actuar inmediatamente.

Jhon y yo estamos sentados casi en la mitad de la tribuna junto a “hinchas” que lucen en su mayoría cabellos largos algo descuidados, tienen piercings en sus rostros y usan camisetas descoloridas y sucias. Los aromas que aquí se perciben no son agradables: una mezcla de olores nauseabundos provenientes de sus cuerpos sudorosos, con el vaho de la marihuana, es lo que se respira en la tribuna. La mayoría llevan tatuado, en alguna parte de su cuerpo, el escudo del equipo embajador, u otras figuras alusivas al club capitalino. No quiero imaginarme qué tan complicada es la tarea de la fuerza pública que así como tiene que soportar los comportamientos de estos “hinchas”, debe tolerar los insultos que recibe: “hijo…”, “gono…”, “tombo malp…”, y otro

tipo de expresiones grotescas que van y vienen dentro de la tribuna, que los policías deben asumir como si fuesen halagos.

Y ni hablar de las canciones que hablan de los policías: “Es para vos es para vos, hijo… la p… que te parió”, “Hay que estudiar, hay que estudiar, el que no estudie es policía nacional”, “policía, policía, que amargado se te ve, cuando vienes al estadio, se comen a tu mujer”. Los hinchas consideran a la fuerza pública como seres que sólo sirven para tener la tonfa (bolillo) en las manos y golpear a quien se les atraviese. “A nosotros nos molesta que los policías son muy atrevidos y aprovechados, y a toda hora quieren pegarle a los ‘hinchas’ con los bolillos, sin importarle si son mujeres o niños”, dice Ana María.

Pero en realidad lo único que la fuerza pública puede hacer en caso de agresión, es dejar en mano de las autoridades competentes el comportamiento de los aficionados, sacar a la fuerza a quien atente contra el orden público y, dependiendo del disturbio, hacer uso de gases lacrimógenos para controlar la situación.

Ahora faltan cerca de 15 minutos para que empiece el partido. Confieso que siento un vacío en el estómago estando en medio de toda la afición, pues sé que al momento de marcar un gol, todos bajan en avalancha y arrastran a quien se encuentre en su camino, y no quisiera terminar estrellada contra la malla con más de 2000 personas sobre mí.

Parce ya sabe, cuando hagan gol ¿vamos en avalancha no?Sisas perro, de una.

Yo apoyo al equipo azul desde pequeña, pero hoy preferiría que ninguno de los jugadores de Millonarios marcara gol. Parece que a Jhon la avalancha poco le preocupara, pero tras insistirle muchas veces, lo convenzo de que nos hagamos un poco más cerca de la pared derecha de la tribuna para sentirme más tranquila, aunque aquí también corran y salten. Sin embargo, me relajo un poco porque si hacen gol, salgo corriendo y me recuesto en el muro, mientras bajan como una estampida de animales salvajes cuando se sienten en peligro.

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Hasta el momento, todo está relativamente tranquilo. Mientras los “hinchas” saltan, cantan y tocan bombos, redoblantes, tamboras, entre otros, los jugadores están terminando el calentamiento y la policía está pendiente de que todo marche en orden. Falta poco para que la tribuna norte esté totalmente llena y por comentarios que he escuchado, sé que aún no ha llegado toda la afición que viene a apoyar al equipo embajador en esta ocasión. “A veces muchos de la barra se quedan por fuera porque aquí en Ibagué la policía es muy estricta en cuanto a seguridad y los que vienen de Bogotá pueden entrar siempre y cuando vengan en bus, los que viajan guerreros, es decir en mulas, no pueden hacerlo y todos los caminantes son recogidos para llevarlos a la permanente, y así evitar problemas con hinchas del Tolima”, menciona Ana María quien a pesar de vivir en Ibagué, conoce cuáles son las restricciones para los “hinchas” que viajan.

¡Uy guevón, qué chimba! vino mucha gente a apoyar a “millitos”. Sisas perro, y eso que faltan más buses que vienen llegando.

Siendo las 5:30 de la tarde, pita el árbitro y empieza el partido. 15 minutos después, ingresan cerca de 150 personas más gritando y cantando. Ahora no le cabe ni un alfiler a la tribuna que con globos azules y blancos, sombrillas y camisetas, es totalmente embajadora.

“Solo te pido un favor, queremos otro campeonato, te lo pido de corazón, quiero salir festejando del estadio…”, “el cielo es azul y mi pañuelo blanco, mi equipo Millonarios, el fútbol con el alma y con el corazón al Millos yo le canto, Millonarios, Millonarios…”, “Cada partido estoy aquí, poniendo huevo y corazón, yo siento que la vida se me va cuando tú de la cancha te me vas…”. Cantos que animan a los jugadores

y que despiertan la pasión de los “hinchas”, incluyéndonos, a pesar de no saber todas las letras, cantamos y aplaudimos a nuestro equipo. Además, estas canciones también se prestan para retarse e insultarse con la hinchada contraria, pues la relación entre estas dos barras no ha sido la mejor.

¿Y qué pensarán los policías de todos estos comportamientos de los “hinchas”?. Nos encontramos precisamente al lado de uno de ellos y su cara demuestra cierta apatía, con una de sus cejas levantada y gesto sarcástico, supongo que poco le agrada lo que aquí pasa. Sin embargo, no todos ven las cosas del mismo modo. “Yo opino que estas sencillamente son personas que viven el fútbol a su manera, aunque a veces no sea la correcta cuando se generan altercados entre las barras, sin embargo, respeto lo que hacen, pues yo, aunque no salte y cante como ellos, sigo a mi tolimita cada partido”, cuenta Omar Villarraga mientras señala una pulsera en su muñeca con el escudo del Deportes Tolima.

El “ole” de las corridas de toro, ahora lo gritamos los aficionados, mientras los jugadores de nuestro equipo pasan el balón de un lado a otro. “Uyyyyyyy…” decimos todos en coro poniéndonos las manos en la cabeza al ver que Mayer Candelo, pierde la opción de gol en un tiro libre. Y esto pasa en muchos momentos más, hasta que tras señalar un penalti a favor de Millonarios, el marcador cambia 1 – 0. Como ya estaba preparada para lo que iba a ocurrir, corrí a recostarme en la pared para poder celebrar sin ser arrastrada por la avalancha de “hinchas”. En medio de la celebración, una luz de bengala azul sale de la mitad de la tribuna y la mayoría de personas se suben en la malla. Los auxiliares se preparan por si algo ocurre mientras celebran, pero todo transcurre tranquilamente. Gracias al gol que marcó Freddy Montero, los cantos, los gritos y el sonido de los instrumentos

es más fuerte. Termina el primer tiempo y los “hinchas” aprovechan para “darse un plonsito”, como dice uno de ellos sentado junto a nosotros. De un momento a otro, a unos 5 metros de donde estamos, corren 3 bachilleres a auxiliar a un hombre que se ha desmayado. La gente grita e insulta a los policías como si ellos tuviesen la culpa de que este personaje no se controle consumiendo licor y marihuana, pues se nota que está borracho y drogado. Tras auxiliarlo, el hombre reacciona y pide a los bachilleres que lo suelten, pues ya se siente un poco mejor.

Salen los jugadores del camerino y todos aplaudimos. Van cerca de 25 minutos y ahora Erick Moreno, nos regala otra alegría. De nuevo gritando con emoción, saltando en las graderías y tocando bombos y tamboras, toda la hinchada azul celebra un parcial triunfo. Nos llena de emoción saber que después de unos cuantos años, Millonarios vuelve a ganar en este estadio. Ahora falta poco para que acabe el partido y el árbitro señala penalti a favor de Tolima. “Juez hijo de…, ladrón mal…, cuánto le pagaron”, gritamos todos al ver que señala una falta que nunca se cometió. Se siente el suspenso dentro de la tribuna esperando que Delgado ataje el tiro, pero falla y el marcador ahora es de 2 – 1. Sin embargo, este resultado motiva más a los “hinchas” para seguir alentando al equipo.

Suena el pito final y en medio de abrazos, gritos, saltos, todos celebramos el triunfo. Inmediatamente los policías empiezan a sacar a la gente de esta tribuna, pues por seguridad siempre salen primero los “hinchas” visitantes. “Vayan agilizando jóvenes”, dice un bachiller detrás de nosotros. Lo único que espero en este momento es que al salir del estadio no pase como las otras veces, que tengo que salir corriendo por las peleas que se forman y que el dispositivo de seguridad afuera sí se encargue del orden.

Se repite la historia de la avalancha, pero ahora es en las escaleras para salir. Ya no tengo un muro para recostarme, pero si una baranda para agarrarme y no terminar en el piso tras ser empujada por estos personajes en medio de su locura y su alegría. Por fin llegamos a la puerta y como quería, están todos los miembros de la fuerza púbica organizados para controlar en caso de disturbio. Aunque el estadio esté rodeado de policías, aquí están los “hinchas” buscando sus armas enterradas en el pasto y escondidas en las alcantarillas. Por lo visto, esto no va a terminar del todo bien, así que sin mirar a nadie, Jhon y yo agilizamos el paso buscando un taxi para salir de acá antes de que se arme la pelea; pero parece que no va a ser fácil encontrar en qué irnos pues muchos conductores evitan recoger pasajeros vestidos como nosotros, con la camiseta de Millonarios.

Mientras caminamos de un lado a otro, los “hinchas” suben a los buses de regreso a Bogotá, pero no faltan los que se quedan esperando para iniciar un problema con los del Tolima. Después de más de 20 minutos, pasa un amigo del barrio y nos lleva en su carro. Unas cuadras más abajo del estadio, hay cerca de 30 “hinchas” del Tolima, igualmente armados esperando a sus contrincantes.

Afortunadamente, llegamos a la casa, con la alegría que nos regaló nuestro equipo y a la expectativa de saber cómo terminó todo en el estadio. Por el momento, guardamos las camisetas, contamos cómo nos fue y celebramos con unas cervezas el triunfo del equipo embajador.

* Estudiante de VI semestre del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué. La crónica fue realizada en el marco de la asignatura Redacción Periodística II, orientada por el docente Jorge Mendoza.

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Por: Diomedes Acosta Mora*

A lo largo y ancho del tercer mundo, el fútbol se ha convertido en una de las pocas opciones que tienen niños y jóvenes de escasos recursos para salir adelante, ser alguien en la vida y, si la suerte les acompaña, ganar grandes sumas de dinero para sacar a sus familias de la pobreza y entrar en los rankings de los mejores jugadores del mundo al lado de estratégicos europeos y asiáticos habilidosos.

Luis, posiblemente quiso o pudo ser uno de ellos, pero nunca lo logró. Con más de 45 años, una vida entrelazada por la poca estabilidad económica, el abandono a sus hijas y una nueva relación que terminaría siendo nuevamente un fracaso, llegó al barrio El País al nororiente de la ciudad de Ibagué detrás de su novia, una mujer con varios hijos a los que luego tendría que soportar. Su llegada a este lugar sería la razón del renacimiento de una pasión que había tenido desde muy niño pero que por las circunstancias de su vida no habría podido cumplir, vivir el mundo del fútbol a sus anchas, pero ahora como entrenador de un grupo de niños de aquel barrio en donde vivía su novia y que ahora él frecuentaba muchas veces a la semana.

Luis siempre había soñado con entrar a las grandes ligas desde cuando había estado, por allá en los años 70, en las menores del millonarios, equipo

EL ENTRENADOR DE ESPERANZAS*

bogotano del que era hincha y en el cual nunca pudo ascender por sus faltas disciplinarias. A pesar de ser un niño “despierto” y “con mucho talento” como dice, hay otras condiciones que son tenidas en cuenta a la hora de catalogar a alguien con la capacidad suficiente para elegirlo entre muchos otros y así darle un lugar en el fútbol profesional, o por lo menos en algún equipo desde el cual pueda darse a conocer y dar a conocer su talento. Para el caso de Luis las oportunidades siempre fueron esquivas por los traslados que hacían sus padres a varias ciudades, la inestabilidad, la falta de recursos y su constante indisciplina para con la actividad y los entrenamientos.

La frustración y el deseo por hacer parte del mundo del balompié, hicieron que nunca se entregara a otra actividad de forma seria y su único talento se fuera diluyendo, como el tiempo lo hace mientras se juega un partido de fútbol y no hay posibilidad de devolver la pelota para hacer una jugada y ganar por lo menos una ovación de su gran público. Por tradición, pero también por estar al alcance de sus posibilidades, Luis aprendió ebanistería y con esa actividad se ganaría la vida de vez en cuando, si alguno de sus amigos lo llamaba y le ofrecía algún trabajo. Entre esto y el entusiasmo por dirigir los pases y las posiciones de los chicos de El País en la

rústica cancha del barrio, se le iban el tiempo y las tardes a Luis; el entrenador de esperanzas, esas de ser un gran jugador de fútbol que como las tuvo él tiempo atrás, ahora compartía con los niños de esa comunidad.

Desde su llegada al barrio, el entrenador de esperanzas tuvo empatía con los niños que se divertían en la cancha y que en las tardes o los fines de semana se jugaban un picadito como una “recocha” de amigos, así empezó a compartir con ellos, a hacerse conocer por los padres de los futuros “campeones” como les llamaba. La ilusión y el entusiasmo de Luis hizo que pactara con los chicos un horario en el que se pudieran ver y así hacer el entrenamiento oficial con calentamiento, orientaciones de cómo pararse en el terreno, de cómo hacer las jugadas para diseñar las estrategias de juego y revisar la relación con el contrincante que para él era fundamental. Los chicos llegaban cada tarde y los fines de semana a ese lugar en el que hacían un calentamiento fuerte entre vueltas alrededor de la pequeña cancha, el universo de arena de aquellos jugadores y la voz del hombre que los guiaba con demasiada pasión.

Pasados los meses Luis veía en algunos niños el talento que él tenía cuando era chico, las gambetas, los toques por las esquinas, las

cabecitas con las cuales inventaban un gol, todos esos movimientos que hacían de los entrenamientos un espectáculo digno de ser mostrado en cualquier cancha del mundo. Julián, Andrés, Gustavo, Carlos y hasta Johana, eran los “de mostrar”, el orgullo de sus padres y ahora del equipo El País kids como se empezaron a hacer llamar. Junto a los padres de estos chicos y los otros que no eran tan talentosos, el entrenador Luis comenzó a realizar actividades en el barrio como bazares, venta de empanadas, rifas, entre otras acciones para la compra de los uniformes, guayos, balones y para quedarse con una pequeña cuota como entrenador, ya que ese trabajo empezaba a rendir sus frutos.

Foto: Archivo personal del entrenador

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OTRAS

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Luis empezó a hacer contacto con los demás equipos barriales que habían en la comuna en la que se encontraba el barrio El País, pues se daba cuenta que en este lugar el entrenamiento del fútbol era más común de lo que él creía. Empezaron a participar en los campeonatos que fueron organizando con los demás entrenadores de los otros equipos y fue así como El País Kids empezó a consolidarse y a ser reconocido como el equipo más sobresaliente de la comuna, y los niños a ser admirados en el barrio, la escuela y demás lugares a los que su entrenador les llevaba para que participaran. El sueño de Luis, a menor escala, se estaba cumpliendo y eso para él debía tener una recompensa mayor.

A oídos de Luis llegó el rumor que a países como Colombia venían cazadores de talentos, en este caso de niños futbolistas, que viajaban desde Europa o diferentes partes del mundo a mirar jugar jóvenes con talento para el balompié. Un amigo suyo de las antiguas inferiores del millonarios, lo contactó con la persona que podría llevarlo hasta el agente de un club europeo que iba a viajar al país y que venía buscando nuevos “campeones” como los que Luís entrenaba. Los partidos locales continuaron, pero el entrenador de esperanzas esperaba el día que del exterior llegara ese personaje que llevaría a alguno de sus niños al estrellato y de paso a él, por ser su entrenador. Los días pasaron y por coincidencia el agente del club de fútbol europeo tenía una cita para ver y clasificar a los niños de una escuela de fútbol infantil importante de la ciudad, traído por un empresario de Ibagué. Luís logró por el contacto con su amigo que este cazador de futbolistas viera a sus niños al venir a la ciudad y fue así como una tarde de entrenamiento se convirtió en el día más especial para él, los niños de El País Kids y los padres de los mismos futbolistas.

Del grupo de niños futbolistas que Luís entrenaba, dos fueron seleccionados: Julián y Carlos. Ellos tuvieron varías sesiones de evaluación en Ibagué junto a otros niños de otras escuelas y de otros equipos que ya habían sido elegidos. En la primera ronda que duró varios fines de semana, sólo “el negro” Julián pasó y Carlos no clasificó porque no cumplía con el tiempo de resistencia que exigían los estándares

internacionales, como sí lo hizo su compañero. Este primer escalón sería el pase para que en las siguientes semanas Julián viajara a Bogotá con los demás niños ibaguereños elegidos para competir con los pequeños del resto del país, para así ser evaluados y clasificados según los requerimientos de estos empresarios del fútbol internacional que prometían estabilidad económica, entrenamiento físico con los mejores, acondicionamiento y la posibilidad de cumplir el sueño de ser el más talentoso futbolista del mundo, al mejor estilo Leonel Mesi cuando fue descubierto, patrocinado y entrenado desde su infancia por un club de fútbol europeo.

Vinieron de nuevo los bazares, la venta de empanadas y todas las actividades que la comunidad del barrio El País hacía colectivamente para buscar el dinero de los pasajes para que Julián junto a Luis viajaran a Bogotá y demostraran todo lo que tenían para ganar. La ilusión de los padres de Julián, de sus compañeros de equipo, del colegio y, por supuesto, del entrenador era muy grande. Luis y los padres de Julián harían un pacto personal, si el niño pasaba todas las pruebas y les proponían llevárselo para Europa, Luis sería junto a ellos el dueño del pase del niño y el porcentaje que les darían, como les había explicado el empresario europeo, se lo dividirían entre las partes. Emocionado, el entrenador Luis prestó dinero para completar lo que se había recogido y directo a la capital se llevó a Julián con la maleta llena de sueños y esperanzas para poder así dar el gran golpe de suerte que tanto había estado esperando.

Julián demostró enfrente de los especialistas del fútbol internacional cuáles habían sido las enseñanzas de su entrenador, corrió hasta llegar entre los primeros del grupo, menió a todos los niños del país como Luis se lo había explicado, hizo dos o tres pases y fue el protagonista de dos

de los cinco goles que más impresionaron a los cazafutbolistas. Luis orgulloso de su pupilo, se llenaba de gloria al ver cumplido su sueño desde este niño, que como él, en otro tiempo, tenía todo para ser el mejor futbolista del mundo.

Luego de pasadas toda las pruebas, regresaron a Ibagué con la noticia más importante que el barrio El País había recibido en todos sus años de historia, Julián, el hijo de doña Carmen y don Eduardo, había sido seleccionado como uno de los talentos infantiles del fútbol colombiano que un club europeo adoptaría para patrocinar sus entrenamientos y así cultivarlo para sus ligas

inferiores, preparándolo para que cuando estuviera mayor hiciera parte del grueso grupo de jóvenes que juegan en el fútbol del viejo continente.

Comenzaron de nuevo las actividades para recolectar dinero, pero ahora para que Julián viajara solo a cumplir su sueño en supervisión de la familia que ahora era la abanderada, por obvias razones, del pase del niño. Luego de las cuestiones legales, de confirmar que este proceso era cierto y no un embuste de personas

que estafan con esa figura de cazatalentos, Julián viajó y empezó a realizar sus entrenamientos en las inferiores del club de fútbol europeo que lo había seleccionado. Mientras tanto Luis, lleno de expectativas por ese logro, esperaba junto a la familia del niño el reconocimiento como entrenador y el porcentaje en dinero que habían pactado por aquella hazaña.

Los entrenamientos en aquella improvisada cancha de fútbol con los demás niños del barrio El País continuaron. Carlos, Gustavo, Johana y demás niños veían en Luis al mejor entrenador del mundo y él consideraba que su trabajo podría seguir dando buenos resultados. Las noticias sobre el avance de Julián no se hacían

esperar, su familia mantenía informado a Luis de todas las cosas buenas que le iban sucediendo a su pupilo y de las negociaciones que poco a poco se fueron haciendo por el pase de aquel pequeño jugador. Sin embargo, el entrenador de esperanzas atento y un poco desilusionado esperaba con insistencia una llamada, un correo o simplemente una reunión en la que fuera informado por el agente internacional o por la familia de Julián sobre las nuevas condiciones y el pacto sobre el porcentaje en dinero que habían realizado un tiempo antes.

Aquel llamado o el cumplimiento del pacto nunca se hizo. Luis iría insistentemente a casa de los padres de Julián pero ellos no le daban razón de ninguna situación y mucho menos del dinero que, simbólicamente, a él le pertenecía. La relación con su novia empezó a entrar en declive por sus múltiples ausencias, por los problemas que tenía con sus hijos y por la tristeza que siempre le embargaba cada vez que iba al barrio y recordaba lo que había sucedido con Julián y las promesas por su pase.

Triste y sin más anhelos, Luis terminó su relación con la mujer que lo había llevado al barrio El País, pero también con el fútbol mismo. No volvió a aquel sitio aunque los niños reclamaban al “Profe Luis” como su mejor entrenador. Hoy el entrenador de esperanza vive en El Espinal, esperando que algún día su trabajo sea reconocido y que, como al mejor entrenador de esperanzas, Julián vuelva y le dé su mejor trofeo, un abrazo y por lo menos una pequeña parte del porcentaje que produce un sueño que, como el suyo inconcluso, él también ayudó a construir.

*Esta crónica está basada en la experiencia del señor Luis Gustavo Cortes, el entrenador de esperanzas, en el marco de indagaciones desarrolladas por mí en torno a la búsqueda de historias urbanas y personajes que realizan varias actividades culturales en la ciudad. Así mismo, los nombres de los clubes y empresarios de fútbol fueron excluidos por petición del protagonista de la crónica.

**Docente del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué. Especialista en Comunicación y Periodismo Radiofónico de la Universidad Nacional de La Plata-Buenos Aires y Candidato a Magister en Sociología de la Cultura y Análisis Cultural del IDAES –Instituto de Altos Estudios Sociales- de la Universidad Nacional de San Martín-Argentina.

Foto: Archivo personal del entrenador

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Por: William A. Medina – Maria Fernanda. Botero*

Son más las glorias y recuerdos proporcionados por el fútbol que los cambios y transformaciones, en lo político, lo social y económico que puede nombrar y recordar el pueblo colombiano; muy seguramente para algunos un suceso histórico relevante en la década de los 90 fue el 5 a 0 contra Argentina o el empate frente Alemania en el mundial de Italia 90, sucesos con más importancia que la Constitución Política del 91.

Un tricoloren escena:el fútbol en el cine colombiano

Y cómo negar tal condición, si en uno de los momentos cruciales de la historia del país, la toma del Palacio de Justicia, no se permitió la transmisión de lo sucedido y la emisión del noticiero TV HOY se bloqueó, en su lugar se emitió el partido entre Millonarios vs Unión Magdalena, idea de la por entonces ministra de comunicaciones Noemí Sanín, decisión que alcanzó la radio también, bloqueándole a la población cualquier posibilidad de conocimiento acerca de lo sucedido.

Más allá de estos pormenores del sentir futbolero y su incidencia en nuestro devenir histórico, el deporte con más seguidores en el mundo y por supuesto en el país, ha sido llevado a la pantalla grande en varias producciones del cine colombiano entre ellas se encuentran: El día de las Mercedes / Dunav Kuzmanich (1985), Posición Viciada / Ricardo Coral-Dorado (1998), Golpe de estadio / Sergio Cabrera (1998), Pena Máxima / Jorge Echeverri (2000), la producción audiovisual se extiende a largometrajes en video, cortometrajes en cine y video, series televisivas y realities. Aunque son las producciones de Coral-Dorado, Cabrera y Echeverri, las que han llegado a los circuitos de exhibición o se han transmitido en los canales privados y públicos de la televisión colombiana.

Las tres películas en cuestión comparten el fútbol como leitmotiv, pero abordan por separado representaciones del ser colombiano, sus contingencias y particularidades; además de acercarse a un problema como el conflicto colombiano, no es una trivialización de los tiempos aciagos que vive nuestra sociedad,

es por el contrario una mirada que intenta problematizar la realidad desde aquellos temas que resultan ser tan cotidianos.

El fútbol y el ser colombiano

Después de lo devastador que resultó para Colombia la eliminación de un mundial como el de Estados Unidos 94, (después de ser considerados por muchos un equipo llamado a ser protagonista) y los sucesos que empañaron tal situación, con la muerte de Andrés Escobar, dejaron en el ambiente una sombra enrarecida respecto al fútbol y las formas en las cuales un país como el nuestro vive sus glorias y sus derrotas, condimentado esto con los presuntos nexos entre narcotráfico y fútbol.

Pero aparte de estos hechos, que para algunos no son conocidos y otros lo recuerdan vagamente, el cine colombiano emprendió una mirada de la realidad a través del fútbol. Una de esas miradas es Posición Viciada (1998) dirigida por Ricardo Coral-Dorado y con guion de Dago García; éste resulta ser el segundo trabajo de esta dupla de realizadores, después de La mujer del piso alto (1996). Posición Viciada se caracteriza por su unidad en el manejo espacio-temporal, toda la acción se desarrolla en el camerino de un equipo de fútbol, al enterarse sus integrantes que uno de ellos ha vendido el partido. La cuestión radica en que cada uno de los integrantes tiene una razón para llevar la venta del partido. Con esta premisa y dando cuenta de una propuesta narrativa que construye una serie de tipologías que intentan indagar o delinear qué es “ser colombiano”.

NOS

Aparece entonces la corrupción como telón de fondo, las desconfianzas mutuas, el beneficio individual sobre el colectivo y se matiza entre los integrantes del equipo una mirada del colombiano, su idiosincrasia y las formas de justificar sus acciones, aunque éstas vayan en contravía de todo lo considerado éticamente correcto. No dejan de ser constantes los guiños a la caricatura y el humor para enunciar lo que según Dago García es ser un colombiano (lo cual se extiende a su trilogía de El Paseo y su filmografía). No deja de ser una obra irregular, por sus precariedades técnicas, a causa de su perfil de bajo presupuesto y porque su argumento apuntó a congraciarse con el público, más que a desarrollar una historia solvente que pusiera de frente aquello que intentaba soterradamente proponer.

Un director que también produjo a través de este filón narrativo que es el fútbol fue Sergio Cabrera, luego de La Estrategia del Caracol (1993) y de algunas obras irregulares, presenta Golpe de Estadio (1998), de la primera diría Luis Alberto Álvarez:

“La estrategia del Caracol es una película a la que no hay que perdonarle nada, con la cual no se necesitan actitudes paternalistas, una película que vale por sí misma y que es el fruto de una bendecida colaboración de talentos, una obra individual y colectiva que tiene su metáfora no pretendida en la historia que cuenta: la de una intensa, alegre e inventiva coordinación de esfuerzos para una causa común”(1998, pág. 89).

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Pero Golpe de estadio se distancia completamente de su obra anterior e intenta abordar una problemática como el conflicto armado, según la sinopsis en Proimagenes “La película muestra cómo la policía y la guerrilla pueden convivir durante un partido de fútbol. Todo sucede en un pueblo donde solo hay un televisor. Ello obliga a todos sus habitantes¸ incluida la guerrilla¸ a compartirlo y a observar en ese único aparato los partidos de la selección Colombia durante un campeonato mundial de fútbol”. Ésta que resulta una historia con un planteamiento audaz, decae en su puesta en escena y sus intenciones, lo que comienza como un drama con un fuerte ímpetu, decae con el paso del tiempo y se convierte en una comedia o farsa que pone a naufragar el tirón inicial, al final, lo que resultaba tan original se decantó por un lugar común y la sonrisa fácil.

Oswaldo Osorio (2010) plantea que en términos de orden público en el cine colombiano suele reducirse por lo general a guerrilla, el cual se configura como el mejor antagonista y además agrega que “la característica constante en estas películas que abordan el conflicto en la variante del orden público es la ausencia del Estado: el Estado no está (la sombra del caminante), es caricaturizado (Golpe de estadio), burlado (Bolívar soy yo) o inoperante (Karmma)” (pág. 31).

Si bien en la propuesta de Cabrera existen elementos que podrían llevarse a buen puerto, como las tensiones entre los actores del conflicto, esto se deja de lado por tratar de suavizar las condiciones del mismo conflicto a través del fútbol, si bien el hilo conductor permitía echar mano de diversas probabilidades de resolución, éste resulta débil e insostenible, por la naturaleza misma de los personajes. Si bien, la intención de Cabrera era una obra coral, ésta naufraga entre personajes superficialmente construidos y un humor que poco ayuda a levantar el objetivo real de la propuesta en general.

Aparece en el 2001, La pena máxima dirigida por Jorge EcheverrI y con la producción de Dago García, en ésta es el fútbol de nuevo protagonista, pero más que decantarse por los que se ponen la camiseta como en Posición viciada o las contingencias del conflicto de Golpe de estadio, se interesa por la condición del hincha, aquel furibundo y apasionado de las motivaciones del

deporte, que encuentra en las jugadas y los goles un catalizador de su realidad. Personas que se entregan al devaneo de los triunfos y las derrotas como lo dice Jairo Aníbal Nino (1998) “¿No has notado que muchos van al estadio con la inconfesable esperanza de que su amado equipo pierda? En numerosas personas hay una predisposición para el dolor” (pág. 47) y es precisamente esta inconfesable esperanza de un equipo ganador el que crea las motivaciones de los protagonistas de La pena máxima.

Una película que echa mano en gran medida de la comedia negra, para adentrarse en las emociones de un hincha, aquel que puede llegar a apostar su trabajo, el amor, sus ahorros, su familia, incluso la vida misma, todo por su incontrolable pasión por el fútbol. Una de las mejores escenas de la película es el radio en el ataúd, esa relación entre lo sagrado y lo profano, tratado con una hilaridad única que permite entrever los límites de un amante del fútbol.

Pero vuelve sobre lo planteado líneas anteriores

en el presente escrito y es la condición de insatisfacción, de la ruptura del ideal construido, las victorias conllevan una felicidad y emoción que conduce al éxtasis, por el contrario, la derrota busca culpables y pone a flote aquel sentimiento reprimido de destrucción que se ahoga con el grito de gol, como bien lo propone la película. La Fiera Sanabria se convierte en villano al errar el penalti, situación que lo convierte en el enemigo, al cual se puede violentar, insultar, agredir, incluso ser asesinado (no es alejado de la realidad, la muerte de Andrés Escobar dio cuenta de ello). Al final de la película, los hermanos echan por tierra sus diferencias y vuelven sobre su pasión, el fútbol, como aquel punto de redención y encuentro, un rito que se configura en el próximo encuentro de fútbol.

Aunque no se deben dejar de lado películas como Los colores de la montaña, en la cual los niños como conductores del hilo narrativo desarrollan su cotidianidad alrededor del fútbol, las canchas, el balón, el juego, focalizan la fuerza motora de sus intereses y verán en el desvanecimiento

de esta idea, la crudeza de la realidad a la que están expuestos. Y aunque en este caso el fútbol no es un leitmotiv central, por el contrario reafirma y matiza las condiciones de un espacio caracterizado por el conflicto armado mismo.

Esperemos que los protagonismos y pronósticos de ensalzadores comentaristas no nos declaren ganadores sin jugar un partido. Por último, si le interesa saber cómo quedó el partido entre Millonarios y el Unión Magdalena en la toma del Palacio, ganó el equipo capitalino, pero en el Palacio, hubo muchos desaparecidos.

REFERENCIAS

Álvarez, Luis A. (1998). Páginas de cine. Medellín. Universidad de Antioquia.Niño, Jairo A. (2012). Fútbol, goles y girasoles. Bogotá. Panamericana Editorial.Osorio, O. (2010). Realidad y cine colombiano 1990-2009. Medellín. Editorial Universidad de Antioquia.

*Maria Fernanda y Wiliam se desempeñan como docentes universitarios. Investigan sobre las áreas de la comunicación, el conflicto y la memoria; y encuentran en las respresentaciones culturales como el cine, la múscia y la literatura, una de las mejores excusas para entender y explicar las condiciones pasadas, presentes y futuras en las que se desenvuelve la realidad social.

Dirigen, producen y conducen Soundtracks, un espacio radial digital dedicado al recorrido de las imágenes através de la música.Fo

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(entrevista)

ENTRE-VISTA

La entrevista hace parte del trabajo de grado titulado “Los murales de los barristas del Deportes Tolima como expresiones urbanas en Ibagué”. Dentro del ejercicio de investigación se realizaron varias entrevistas a jóvenes que pertenecieran a la Revolución Vino tinto y oro, jóvenes que asisten al estadio, tocan algún instrumento para acompañar las canciones de la barra, viajan con el equipo y realizan actividades como el diseño de murales tanto en paredes como en trapos. Los murales los realizan en los diferentes barrios de la ciudad, muchas veces donde no es permitido y los trapos los llevan al estadio. Este acercamiento nos ha permitido conocer más a fondo la manera como ellos afirman su estilo de vida como barristas. Camilo Andrés Quiroga tiene 22 años y es estudiante de Sociología de la Universidad del Tolima; desde hace 8 años hace parte de la barra del Deportes Tolima.

María Paula Ramírez: ¿Hace cuánto pertenece a la barra? y ¿cuánto lleva la Revolución Vinotinto Sur?Camilo Andrés Quiroga: Comencé a asistir a la barra hace 8 años, pero desde pequeño iba los domingos al estadio con mi papá y toda la familia. La “Revo” lleva aproximadamente 14 años, pero las personas que la dirigen llevan mucho tiempo más.

M.P.R: ¿Qué lo motivó a ser parte de la barra del Tolima?C.A.Q: Comenzamos siendo un grupo de muchachos que nunca imaginaron que íbamos a terminar siendo barras, porque solamente asistíamos al estadio; sin embargo, luego se creó

la barra en representación de la hinchada de todo el pueblo tolimense, convirtiéndonos en el mayor grupo juvenil del departamento y ahora están presentes todos los estratos sociales, todos los barrios de Ibagué. Siempre hay representantes de la revolución así estemos estigmatizados.

M.P.R: El comandante de la policía Elkín Giraldo me comentaba que a veces no son los de las barras los causantes de los disturbios o de los actos vandálicos, sino que son personas externas a la barra que causan dichas problemáticas. C.A.Q: Hay personas que se hacen pasar por barristas del Tolima pero realmente no lo son, ellos tienen otros objetivos frente al fútbol. Entonces, en medio de esas personas hay conflictos y como los ven con la camiseta creen que son parte de la Revolución. Ellos no saben ser barra brava, que uno va a la cancha es a alentar al equipo para expresar la pasión que siente por sus colores. Además, que somos los únicos en la ciudad, a diferencia de Bogotá y Medellín que hay varias barras de un mismo equipo. Ellos no saben la cultura de nosotros y el sentido de pertenencia.

M.P.R: ¿Cuántos grupos hacen parte de la Revolución?C.A.Q: La Revolución está presente en todas las comunas de Ibagué, sin embargo no se sabe exactamente cuántas personas hacen parte. Están los del Barrio Obrero, Los del Salado, Los del Jordán y muchos más. M.P.R: ¿Qué significado tiene los murales o ‘trapos’ para ustedes como barristas? C.A.Q: Son la cédula de nosotros, lo que mostramos desde hace muchos años en el estadio, es lo que nos representa.

M.P.R: ¿La Administración Municipal, la Policía y el Deportes Tolima, han realizado con ustedes campañas para trabajar frente a esa idea que tiene la sociedad de ustedes?C.A.Q: Sí, ha habido un diálogo, nosotros siempre estamos dispuestos a hablar porque nosotros somos los perjudicados ante cualquier acción. Pero ellos creen que somos niños, que no tenemos educación y nos dicen una cosa y nos salen con otra muy distinta. Se habla algo, pero cuando se generan los choques ellos ya han cambiado las reglas. Ser hincha no es ser

delincuente y el barrismo no es sinónimo de delincuencia. Hay muchas personas erradas en ese concepto y más que todo los jóvenes.

M.P.R: ¿Qué es el barrismo?C.A.Q: Es una forma de vida, no una moda como muchos jóvenes creen.

M.P.R: ¿Qué es el Deportes Tolima en su vida?C.A.Q: Es lo principal, es el motor, aparte de toda mi familia, porque todos somos hinchas de Deportes Tolima, entonces todos alentamos al “Depo” y eso también nos ha unido. En momentos en los que estamos en choque en la casa, nos reunimos a ver el Tolima y nos unimos de nuevo. M.P.R: ¿Cómo cree que influyen los medios de comunicación y los periodistas en el tema del conflicto? C.A.Q: Ellos son los actores principales en el tema de la influencia porque ellos son los que van a propagar para bien o para mal la información. A veces nos tratan bien y otras mal.

M.P.R: Narre un día, una tarde o una noche en el estadio.C.A.Q: Uno se levanta, le da a uno esa alegría por saber que juega el Depo, es lo más chimba que hay en la vida. Es una sensación que no se explica. Yo canto durante los 90 minutos y toco el bombo, así aliento al equipo. Nosotros ponemos el alma y el corazón y ellos tienen que poner lo mejor y salir campeón. Todo es un carnaval.

*Estudiante de VIII semestre del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué.

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IncertidumbreLos delanteros colombianos anotan en el fútbol europeo y la ausencia del baluarte en la selección ha hecho que la incertidumbre permanezca en la selección Colombia.

La campaña ha dejado gran optimismo en los colombianos, hasta los críticos del proceso que la Federación Colombiana de Fútbol le otorgó al seleccionador argentino José Pekerman en el 2012, han llegado a considerar histórica la clasificación al mundial de Brasil que se disputará el mes de junio de este 2014. La gran producción futbolística con una metodología de trabajo basada en el juego colectivo y que se evidenció en su máximo esplendor para los partidos de local frente a Uruguay, goleando 4-0, y de visitante frente a Chile, ganando luego de 15 años por 3-1 en territorio chileno, hicieron que los colombianos empezaran a ver al país carioca como sitio turístico para mitad de año. Pero no todo es color de rosa, en el 2013 la selección bajó su producción y tuvo que incurrir a las individuales para obtener el tiquete al mundial.

El año nuevo no trajo buenos presagios, la máxima estrella Radamel Falcao García sufrió una de las lesiones más temidas por los futbolistas, su rodilla izquierda quedaba en dos pedazos, ligamento cruzado, contusión que llevó al país a un suspenso que hoy día se mantiene. Para finales del 2013 Colombia enfrentaba dos rivales de alto relieve a nivel mundial. Bélgica, en Bruselas, con su estándar a ser protagonista

en la copa del mundo por su nueva generación encabezada por Eden Hazard, actual jugador del Chelsea, se cruzaba en el camino de la tricolor como prueba de fuego, pues los diablos rojos de Europa habían sellado su clasificación con dos fechas de anticipación. Aunque fuera un amistoso el equipo colombiano realizó una excelente producción, encabezado por su goleador, el tigre Falcao quien anotó un gol y su presencia denotaba cuidado para la defensa rival.

Para el partido frente a Holanda, Falcao con su compañero habitual, el controversial Teófilo Gutiérrez, volvieron a recordar el juego asociado que distingue al fútbol colombiano, llevándose un empate sin goles con la subcampeona del mundial en Sudáfrica. La preocupación no rondaba en los colombianos, ni mucho menos en el Director Técnico de la selección, nuevos jugadores aparecían con gran proyección como Santiago Arias, actual jugador del PSV holandés y Víctor Ibarbo, quien disputa la liga italiana con el Cagliari. Los jugadores no sufrían lesiones graves a excepción de Camilo Zúñiga, que desde noviembre del año pasado no disputa un partido oficial. La selección contaba con sus referentes en buen momento y los colombianos seguían con el optimismo de hacer historia en el mundial.

El 22 de enero no traerá buenos recuerdos para los colombianos, pues todos los noticieros del país repitieron, sin cansarse, la fatal jugada que terminó con la lesión del tigre goleador, que por

un momento dejaba de rugir en las mallas para tocarse su rodilla, presagiando que algo malo había sucedido. El partido para Mónaco no tenía mayor relevancia, pues aunque se diga que no hay rival fácil, el contrincante es de la división D del fútbol francés; lo que con rabia en Colombia nos preguntábamos era porqué Ranieri colocó de titular a Falcao. Respuesta que inmediatamente llegaba de Francia, pues el Director Técnico aclaró que el colombiano había pedido ser titular, ya que su racha goleadora estaba disminuyendo.

Desde ese momento nació la incertidumbre si tendremos el goleador para el mundial, respuesta que nadie sabe pero que hay indicios de una recuperación acelerada y con gran fortalecimiento a la pierna, que posiblemente tenga guardado los goles históricos para el país en Brasil. De igual forma, se iniciaron las especulaciones de quien debería ser referente en la delantera, nadie lo sabe, o pues quizás José Pekerman, en la gran lista de goleadores que actúan en Europa, ya tenga su elegido.

Mientras tanto el fútbol transcurre y Carlos Bacca, delantero del Sevilla español, Jackson Martínez, jugador del Porto, Teófilo Gutiérrez, actuando en el River Plate de Argentina y, por último, uno de los goleadores de la liga alemana, Adrián Ramos con su Hertha de Berlín, se posicionan como los convocados para tener la solución de gol a mitad de año, debido a que sus anotaciones en cada partido han hecho que los colombianos sientan un poco de tranquilidad.

El último amistoso de Colombia, enfrentando a Túnez a inicios de marzo, dejó dudas en lo futbolístico, pues el funcionamiento táctico evidenció la falta del delantero baluarte que luchará contra la aguerrida defensa, que por lo general proponen los equipos africanos a que Colombia enfrentará en la primera ronda del mundial (Costa de Marfil). El empate dejó un sabor amargo pues futbolísticamente el rival no propuso mayor cosa, se dedicaron a pegar e intimidar el fútbol de los cafeteros y faltó la personalidad en la cancha para no dejar imponer lo propuesto por los tunecinos.

La incertidumbre aparece cuando los goleadores colombianos dejan a un lado las camisetas de sus equipos y se colocan la de su país, es como si existiera la presión de remplazar a alguien irremplazable. Lo que significa Falcao para Colombia es igualmente proporcional a lo que Leonel Messi significa para los argentinos, así afirmó Farid Mondragón, segundo arquero de la selección.

Todo está en manos del sabio Pekerman que ha demostrado tener inteligencia y ser conocedor del fútbol en todo su esplendor. A inicios de su proceso Colombia no tuvo buen andar futbolístico, cayó derrotado en Ecuador jugando su peor partido de las eliminatorias y el argentino decidió que para la fecha FIFA, programada en ese entonces, no jugaría un partido contra otra selección, sino que concentraría a sus jugadores para cambiar la mentalidad e imponer un pensamiento ganador. Todo indica que se repetirá lo mismo para estas dos fechas FIFA en cercanía al mundial, esta vez acoplar al equipo sin su mayor estrella como plan B, y mantener la ilusión de hacer historia en el mundial.

*Estudiante de VIII semestre del programa de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué.

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