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REVISTA MEDICA Director: Dr. JOAQUlN ZELEDON TOMO V San José, Costa Rica, Agosto de 1942 No. 100 EDITORIAL Nos visita el Prof. Dr. Lay Martin Afio IX El 29 d, Julio p. p. tuvimos el gusto de recibir en el Aeropuer- to de la Sabana al Profesor Lay Martin, catedrático de la Univer' sidad de Johns Hopk.ins. Vino en misión cultural tendiente a estre· char vínculos de acercamiento profesional y con tal objeto ofreció dos notables conferencias en el Anfiteatro de la Facultad de Medí· cina. Además. 'Verificó interesantes demostraciones clínicas en el Hospítal San Juan de Dios. La Secretaría de Salubridad Públíca le ofreció un banquete en el Countr, Club al cual fueron ill1·ítados elemmtos prestígíados del cuerpo médíco costarricense. Reinó la mayor cordíalidad durante la comida prescindiéndose de los acostumbrados discursos que tanto festidian en esta clase de agasajos. El distinguido colega norteame' ricano es íovial, con la sencillez del hombre de ciencia; SI< fisonomía refleja un fondo de bOlldad y afabilidad, precia- do complt?mento que adorna la personalidad médica integral. En la mañana del día 30 de Julio el Prof. Martin conCllrrió al Hospital S. J. de Dios. Varios médicos de los servicios de MediCI- na le p;esentaron interesantes caJOs, unos de diagnóstico indetermi .. .• ado, .1 otros de enfermedades tropicales. El Dr. Martin los examinó detenidame"te e hizo gala de UTl espíritu de observación, de investigación clínica. Sus comentarios 'J los stfgesti'Y')s cuestionarios que formulaba a los médicos de cabecera en rada caso, lo revelara .• como un profundo clínico cuyas enseñanz.as escuchamos con incal. eulabie provecho. En la noch. de ese mismo día Illvo lugar la Pri- mera conferencia sobre rrUlt:eras Pépticas" que se ;ns&ta en número. Hizo la presentación del conferencista el Sr. Secretario de Salubridad, Dr. Mario Luján.. quién en eloCllentes frases se refirió al objeto de la visita del Dr. Lay Murtin; que no era

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  • REVISTA MEDICADirector: Dr. JOAQUlN ZELEDON

    TOMO VSan José, Costa Rica, Agosto de 1942

    No. 100

    EDITORIAL

    Nos visita el Prof. Dr. Lay Martin

    Afio IX

    El 29 d, Julio p. p. tuvimos el gusto de recibir en el Aeropuer-to de la Sabana al Profesor Lay Martin, catedrático de la Univer'sidad de Johns Hopk.ins. Vino en misión cultural tendiente a estre·char vínculos de acercamiento profesional y con tal objeto ofreciódos notables conferencias en el Anfiteatro de la Facultad de Medí·cina. Además. 'Verificó interesantes demostraciones clínicas en elHospítal San Juan de Dios.

    La Secretaría de Salubridad Públíca le ofreció un banquete enel Countr, Club al cual fueron ill1·ítados elemmtos prestígíados delcuerpo médíco costarricense. Reinó la mayor cordíalidad durante lacomida prescindiéndose de los acostumbrados discursos que tantofestidian en esta clase de agasajos. El distinguido colega norteame'ricano es íovial, con la sencillez del verdader~ hombre de ciencia;SI< fisonomía refleja un fondo de bOlldad y afabilidad, precia-do complt?mento que adorna la personalidad médica integral.

    En la mañana del día 30 de Julio el Prof. Martin conCllrrió alHospital S. J. de Dios. Varios médicos de los servicios de MediCI-na le p;esentaron interesantes caJOs, unos de diagnóstico indetermi...•ado, .1 otros de enfermedades tropicales. El Dr. Martin los examinódetenidame"te e hizo gala de UTl saga~ espíritu de observación, deinvestigación clínica. Sus comentarios 'J los stfgesti'Y')s cuestionariosque formulaba a los médicos de cabecera en rada caso, lo revelara.•como un profundo clínico cuyas enseñanz.as escuchamos con incal.eulabie provecho. En la noch. de ese mismo día Illvo lugar la Pri-mera conferencia sobre rrUlt:eras Pépticas" que se ;ns&ta en ~stenúmero. Hizo la presentación del conferencista el Sr. Secretariode Salubridad, Dr. Mario Luján.. quién en eloCllentes frasesse refirió al objeto de la visita del Dr. Lay Murtin; que no era

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    otro que el de un intercambio cultural con la gran Nación del Nor-te. La Oficina Sanitaria Panamericana, aJí Como la de CoordinaciónInteram"icana, están interesadas - dijo - en establecer Utld Sa-ludable corriente de acercamiento profesiotldl entre todos losmédcios de América. Con tan laudable finalidad, inicia' hoy,el Prof Martin, la serie de visitas que nos hará un selecto grupo delprofesores estadounidenses. E, para Costa Rica un inmenso honorel recibir en nuestra casa a un eminente profesor de la Universidadde ¡ohns Hopkinr, .fomo delegado científico y como mensajero deconfTdternidad amefJcana.

    Acto seguido hizo uso de la palabra el Dr. Antonio Peña Cha-varría, Ex-Secretario de S.lubridod Pública, pronunciando un con-ceptuoso discurso. En primer término -dijo el Dr. Peña-, es paramí un deber y un honor externar unas pocas frases de bienveniddy saludo al distinguido huésped que hoy nos honra Con su presencia.Tengo como única credencial pdra tomar la palabra el hecho dehaber sido alumno de la Uniersidad de ¡ohns Hopkins. La perso-nalidad del Prof. Lay Martin es perfectamente conOCIda del mund"científico. Graduado en 1920, pa,ó a Ha"'dii donde verificó impor-tantes estudios sobre la patología de aquel/as islas. Ocupa en laactualidad la cátedra de Gastro-enterología sucediendo al Prof.Brollln. Sus estudios sobre el quimismo gástrico constituyen un !'a-liaos aporte a la gasITo-entrología. Así mismo, sus investigacioner",b", las enzimas pancreáticas y las indicaciones de los compuestosnitrogenados del jugo gástrico, son de inestimable valor sobre todocomo elementos de di.gnóstico diferencial.

    Y, sea esta la oportunid..td-prosiguió diciendo el Dr. Peña-,para rememorar añoranzas imborrables sobre la ciudad de Baltimo-re, cuna de la ¡ohns Hopkins University. Baltimore es, sin dudóalguna, la ciudad clásica universitaria por excelencia; eclipsada porla magnitud y esplendor dd ctlltro universitario que alberga, seesconde quietamente en la penumbra. Se cuenta que alguien a qluense preguntara dónde se "bicaha Baltimore, respondió que lo igno-raba, pero que sí conocía la Uuiversidad de ¡ohns Hopkins. En

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    Ulcera Péptica ..

    Un Re.umen de Ob••rvacI6n " Esludlo

    Por LAY MARTIN,Doctor en MedIcina

    &lfimore, M5ry/"nJ

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    PatologÍaDe gran cantidad de datos, algunos exactos otros lleorlCOS, pa-

    rece ptudente presentar ante ustedes, de la manera más sencilL!, al·gunos de los fundamentos que efectivamente conocemos respecto a lamateria. Las úlceras pépticas se forman en el estómago ~ el duodenoLas situadas en el lado gástrico del píloro se forman con mayoc fre-cuencia en 008 parte limitada de la curvatura menor. Las del duo-d.ono se esparcen soliee la pequeña parte de esa porción deJI intesti-no. Pueden ser únicas () múltiples. Las hay que interesan uno o m.i.de los tejidos de la membrana gastro-intestinal. A veces están ro-deadas por partes de gastritis; otras veces están bien defin1das. Conmucho mayor frecuencia se encuentran en el duodeno que en el es·tómago, y más frecuentemente en los hombres que en las mujeres.

    Complicando las úlceras existen hemorragias que pueden serfuerres o reducir,," a hemorragias oculras apreciables en las evacua-ciones. Otra complicación que reconocemos es la perfoiración. Laexperiencia y la observación nos han enseñado que las úlceras seputdcn sanar y que siendo así, a veces, no dejan cicatriz. Otras V~~ces quedan formadones de cicarrices que resultan facror secunda.rio de importancia considetable en la Qiagnosis y ttatamiento de la

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    DiagnosisDe otras fuentes, como síntdmas clínicos rayos X., gastrosco-

    pía) análisis de secreciones gástricas, hemos aprendido otras mam-festaciones y resultados de la enfennedad.

    (1). Desde la inauguración de fotografía por rayos X. y flu-roscopía, como un procedimiento rutinario en la diagnosis de úlce-ras, hemos reconocido que ciertos cambios en el diseño normal sonpatognomónicos de úlcera. En el estómago se observa generalmentecomo un nich\) en la curvatura menor; no obstante, distintos diseñospueden ser observados en las paredes anrerior y posterior, y a ve·ces, en la curvatura mayor. Hemos aprendido que ciertos cambiosen el diseño del duodeno son ocasioll¡3jdos por úlcera. Algunos in·vestigadores, en su entusiasmo, dicen que pueden distinguir cier-tos Qmbios que ocurren muy tempranamente, pero éstos, en la. opiniónde que somos más moderados, no son aún suficientemente ex-plícitos para que teng"ll significado diagnóstico. El nicho de úl·cera gástrica frecuentemente desaparece del estómago, y cambio:)que interpretamos como curación, ocurren en el duodeno. Estos fe-nómenos en general suceden paralelamente con mejoramiento o curaclínica. Seguramente, entre attaques, los pacientes no muestran evi-dencias clínicas que el estómago o duodeno es estol"o.do.

    (2). Abundantes datos nos han demostrado que a las úlceraspépticas casi invariablemente las acompaña una hipersecreción dejugo gástrico. A esta hipersecreción =bién la acompaña un verti.miento de pepsina.

    (3). Durante años hemos podido reconocer un complejo sinto·mático el cual, en sí mismo, e5 casi patognómico de úlcera péptica.Dolor epigástrico, aliviado por alimento, y volviendo cuando el es-tórngao se vacía, es una queja que todos 'Ustedes oyen a diario. Lasensación de hambre desaparece según se reduce la actividad de laúlcera y la curación comienza. En la úlce~a clásica de complejo sin-tomático, éste ocurre periódic~mente durante el año, por ejem-plo, en la primaver¡a y en el otoño. Los cambios que sr produ"cen en esta periodicidad SOn frecuentemente el resultado de forma·ción cicatricial de tejido que estrecha la apertura pilórica e indicaretención gástrica. Esto conduce a síntatnas que difieren de 1. normatípica y los que son, difíciles de clasificar.

    (4). Por examen físico hemos aprendido que es muy difícil de-mostrar cualesquiera cambios que en efecto indican 'lIna úlcera sub-

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    yacente. He podido observar que individuos que tienen un solo punto sensible situado en alguna parte a lo largo de la línea epigástri·ca, frecuentemente tienen una úlcera péptica, aun cuando las his·torias de los dasos no sean del tipo clásico. Frecuentemente se haHaqne una pequeña hernia epigásttica es la caUSa del lugat de sensi·bilidad focal, y es a menud> a

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    pales conceptos de los varios factores etiológicos pueden ser expre-sados como sigue:

    (1) Cambios vasculares en los vasos del sisterna criculatorio quealimentan las partes afectadas.

    (2) Cambios en los nervios qUe suplen las partes ¡lfectadas.

    (3) Infecciones focales, particularmente estudiadas por R-senow, de las cuales bacterias especialmente sekccionadas se alojanen el duodeno y causan la úlcera. Esta teorÍ¡a. adquirió Un númerode partidarios r por años los dien tes, las arnígdalas, etc., y Otrosalejados focos de infección eran reimovidos sin dClllostración notableque se estaban curando un número impor~ante de úlceras>.

    (4) Endocrinopatías.(5) Deficiencias de vitarninas.(6) Gastritis se ha sugerido como la causa única o contribu-

    yente.

    Hasta el presente, ninguno de los datos anotados y pub!iOl

    (7) Alergia es una idea atractiva. Muchos factores Se sugierenpor sí mismos, tales como periodicidad estacional del ataque, la p-sihilidad que la curación comienza bajo ro estímulo y terapia de pro.teínas no t'specíficas. Estas SOn teorías no del todo comprobadas porobservación y experimento, pues debe admitirse que la tesis planteadaestá lejos de una demos.tración positivla.

    (8) Desde telmpranos días, se notó que la hipersecreción dejugo gástrico ácido casi inevitablernente acompaña la úlcera pépti-ca. De allí que muchos médicos hayan visto una asociación etiológi-c> entre las dos. Hoy día hay quienes creen que las úlceras son pro-ducidas por hiperacidez y subida actividad proteoiítica. Hasta e! pre-sente, no se ha presentado evidencia adecuada.

    (9) La base psicogénica de la úlcera péptica es una poábili-dad que merece detenido escrutinio. Más y más Se ha reconocido'lue úlceras son especialmente aptas de ocurrir en individuos impre-sionables, con tensión nerviosa y fácilmente perturbados.

    Como ustedes ven, las varias teorías no solarnente tratan desugerir la causa de la úlcera, sino qUe también están relaóonadas a unao inás de las varias condiciones que la acompañan. Ningurl,1, eviden-cia indisputable o convincentemente plausible ha sido aducida en~ustentación de a1iW'a de ellas.

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    Tratamiento

    Al recapitular lo que sabemos respecto ¡al tratamiento, nos da·mos euenta que durante años los pacientes de úlcera péptica hansido sometidos a un desalentador número de fonnas de terapla.Cuando reflexionamos acerc;a de ellas, no podemos hacerlo con or-gullo, pues han sido poco menos que aboUitdas y generalmente hansido reconocidas cl>mo troles.

    Unos cuantos factores útiles, no obstante, han sidl> notados yson los siguientes:

    (1) Descanso.-No si

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    Discusión

    Con este sumario de las realidades acerca de la úb,.. peptlca.su patología, romplicaciones. signos, síntomas. jugo gástrico y descu-brimientos con rayos X, con una reseña de las varias teorías rebcio·nadas con su etiología, y con un resumen de los pocos fundamentosde tratamiento que han sido demostrados ser dignos de confianza ybien establecidos, podemos provechosamente entrar en unja discusiónde algunos de los aspectos de etiologia y tratamiento.

    No obstante nuestra escasez de conocimiento exacto de la etio-logía de la enfermedad y nuestra necesidad d< remedios espedficos,es posible a estudlantes de esta condición el reconocer ciertos aspec-tos de la enfermedad y la influencia de varios estilos de tratamiento.Son esras impresiones y

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    internados en hospitales, por varias semalia.< mientras dure el es-tado agudo de la enfennedad, el período de actividad será dismi-Imído. Esto parte una idea razonable. No obstante, se t~ne que tI>-mar en consideración el hecho que lI1ll gran número de patien-tas reaccionan bastante bien al trat~nro _bulante y sIe les ahOllTael graveunen monetario que la pérdida de trabajo les impone, o elmayor gasto de internarse en el hospital. Algunos médicos opinanque si eltos pacientes se mantienen en descanso durante un perío-do de actividad, están menos propensos a una recaída. No tengo nú-meros con que respaldar ésta creenda, más cuando uno considenl elnúmero de variaciones en cada individ\lo que tienen que renerse enconsideración al calcularse el valor de una y otra forma de terapia,tal opinión me parece in.."Ostenible.

    Hay, naturalmente. un número de paciente. que tienen dema-oiado dolor o malestar que les evita continuar trabajando. Gene-no.!mente se sienten cansados y están sobrexirados; necesitan descan-so y lo reciben, ya sea en sus casas o en el hospital. En la mayoriade 'los casos, reciben el mismo tratamiento dietético y médico cámo dieta blanda, más la adición de polvo decarne de res y puré de vegetales. El manif~sta que 9U mortalidades tan baja como la de cualquiera y sus pacientes se curan pronto.Es aún demasiado temprano para valuar los esfuerzos de su trata-miento al ser utilizados por un gran núm'ero de médicos, más enla actualidad yo prefiero dejar el paciente más tranquilo duranteuno o dos días y entonceo comenzar con nn régimen dietético deporciones ~queñas. El quiere decir que la mayoría de los médicoshan mantenido a los pacientes h=brientos durante días despuésde hemorragias y hace pensar que, en contras"" su idea de alimlen-tación inmediata es un método mucho más sensato. Y en efecto asíserí!a, si la mayoría de los médicos hicieren lo que él sugiere. Yo nocreo que él está en lo cierto en esa suposición.

    Estas fotmas sencillas de terapia son generalmente efectivas y

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    con ellas puede obtenerse mejoría clíníca satisfactoria y, a Ve"'sson al parecer curativas. Sin cml:largo, hay casos en que lo. resulta·dos son desalentadores o ineficaces. Cuando tales condiciones exis-t.n, uno naturalmente busca otras forIl'/'lS de terapia, ~l principioIUfdicas y en ciertos dasos, si necesario, quirúrgicas.

    Con el propósito de fonnular altos medios de tErapia, natu-rahnente se traca de alcanzac y combatir el factoc etIológico. Comoéste es desconocido, el ataque obvio sigue el curso indicado por LJsdistintas reorías en k materia: hiparacidez, alergia, psicogénesis, etc.

    Según lo hemos anotado ya, la hiperacidez está casi invariable-mente asociada con las úlceras pépticas, y experimentos numerososnos han enseñado que el paciente Se s¡enle mejor cumdo la acidezgástrica se neutraliza parcial o com,pletamente. Esto es un hecho. Unnúmero de clínicos han opinado que la persistencia de los síntdlnases debida a la neutr"lización incompleta de la acidez gástrica y quela forma adecuada de tratamiento sería una clÍ}'O propósito fuelala neutralización completa como el grl:lJ1 desiderátum. Opinan que, amenos que ésto se obtenga, no se ha dado al paciente tratam,:entoadecuado, y que una úlcera se sanará mucho más rápidamentecuando el jugo gástrico se neutraliza las veinticuatro hO

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    téter de retención se mantiene en el estómago día y noche durantedistintos períodos de tiempo. Por medio del mismo cantida¡des me·didas de leche o hidróxido de aluminio se introducen constantementeen el estómago. Puede existir casas en que esta fOl'111a de terapia seade valor y que mediante ella muchos pacientes han sido más telml'ra-nameare aliviados de los síntomas y así las úlceras gástricas, libe-radas del jugo digestivo del estómago, se han curado más pronta-mente. Seria posible recomendarlo y de valor en el tratamiento deciertos casos detenidamente seleccionados. Yo no sé, pues nunca hepercibido la necesidad ni la ocasión para su utilización. No obstan-te, no debe 'Ser una nonna en el tratamiento rutinario de úlceras pépeticas. La mayoría de ellas se sanan por sí mi,."as con los sencillosmérodos de tratamiento arriba anotados, comprobados por el t;empo.Aquellos pacientes que estén menos enfermos no se internan en el hos-pital con la correspondíente pétdida de tiempo y gastos de dineto;y 10 que es más ímportante, se les "vita el tormento de un métodocomplicado y su porvenir no es tutbado Con el pensamiento de unarepetición del ataque que implicaría nuevo internamiento en el Hos-pitaL

    Aún está por d,mostrarse que la neutralización del contenidogástrico es de importancia fundamental en la curación de úlceraspépticas. Es sencillo imaginar la teoría de que la pepsina activada re-tardará la ouración de una úlcera gástrica y demorará la formacióndel coágulo sobt1e una úlcera hemorrágica. Pero es cuestión muy dI-fícil el preCario. Las úlceras en el duodeno, al conttario de las deiest6mago, son bañadas por un flu,do que es proteolíticamente act;.va y alcalino. Si las secreciones gástrkas se neutralizan, pue1a en las úlceras duodena-les, más al mismo grado aumentar la oportunidad de que sean digc·ridas por los jugos duodenales y pancreáticos. Por otra parte, noe~iste prneba directa que la tripsina activada y la eripsina harán ésto.

    Como las úlceras pépticas se hallan comúnmente asociadas consecreción gástrica de alta acidez, y como son prácticantente descono-cidas en casos de aclorhidria, requiere solo un corto paso para afir-marSe que el ácido hidroclórico es, en alguna manera el te.1'Onsablede la formación de úlceras pépticas. Existen muchos médicos quienesmantienen ésto como un hecho patentemente probado.

    En la actualidad, muchos de los proponentes de esta creenciaindican como de gran importancia el hecho de que úlceras reyuna-les han ocurrido a un tipo de gastro-yeyunostomía (ténica Man-Wil:liarnson). En estos anlmiales, ácido gástrico no neutralizado flu-

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    ye dentro de sus yeyWl

    Hace algunos años notamos que inyecciones parenteral.. de pro-teínas producían alivio del dolor en pacientes con úlcera péptica ."un plazo relativamente corto. Esta fué una observación importante,pues se noró en un gran número de pacientes quienes habían esradobajo alguna forma de régimen médico durante meses y sin obtener,se beneficios. Esto, pareció, al principio, que fuese la tan buscadacura, ,pero los pacientes comenzaron a tener recaídas. No obstante,eran tan definitivos los efecms inmediatos que nos hicieron creeIque las úlceras de cierto número de individuos pudiesen ser ocasio-nadas por alergia y que los resultados que estábamos obteniendo eran

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    los de ae.ensibilización no específica. Otra circunstancia que reforzó ladefensa de esta hipótesis fué el reconocimiento de la periodicidad dela recaída, indicando característica estacional. Esto condujo a expe-rimentos con animales los cuales mostraron tendencia a justificja,r la ideaEl problellla está todavía por resolverse y mucha labor aún espera aaquellos quienés estén interesados. No obstante, si ciertas úlceras oonlos resultados de reacciones de suceptibilidad, el tratanúento obvioes desenbilización y separar el paciente del contacto dd antígeno.Aunque no comprendemos el mecanismo de acción, debe ser recono-cido que los efectos de la terapia de proteínas no específicas son, aveces, brillantes. Por tanto, estaría bien mantenerlo ptesente pat"utilización sobre ,una base puramente empírica cuando las fotro"más sencillas de terapia no producen resultados o para cuando d.-seemos suplementarias.

    En años recientes la atención médica ha sido más y más dirigi-da no solamente a la !:me psicogénica de los síntomas, sino a unmuy probable estímulo psicogénico c,*"o la base de ciertos demos·trabl.. camhios pat'llógicos orgánicos. Tales condiciones, como re-sultados finales de hipertensión esencial, colitis ulcerativa, posible-mente hipertiroidismo, y principalmente, úloe'ra p'ptica, se sugierenpor si mismas.

    Durante un número de años he estado interesado en enfermeda-des funcionales de un carácter gastro-intestinal que indudablementeacompañan a varios estados de ansiedad o psiconeuróticos. Solo re-quiere una consideración precursoria de la constitución psicobiológicade uo gran número de puientes con úlcera péptica para darse unocuenta que, considerados COmo un grupo, son más fád&nente afec-tados por las vicisitudes y sinsabores de la vi

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    sa. El descanso en un medio que genera tranquilidad mental y éstase obtiene tan solo cuando el paciente vive en annonía con Su medioambiente. Las privaciones y ansiedades que trastornan el sistema ner·vioso vegetativo del pacienre pueden ser eliminadas únicamente cuan·do el paciente ve a fon

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    f1uenciado por SU estado psíquico, cuando él come. Muchos de estospacienres .ufren de estados de ansiedad que pueden resultar de unnú'mero de condiciones de la vida; el trabajo excesivo es tan solouna de ellas. (Preocupaciones respecto a asuntos monerarios o defamilia, incompatibilidad doméstica, ocupaciones o empleos inconve-nientes, inhabilidad de ver algo coaereto en el porvenir, falra de se·guridad, son nada más que algunas de las condiciones qm fo'rmanel fondo que origina la úlcera_ Solo hasta cierro punto puden estospacie.ntes resistir apremio; m~s allá de eSe punto r.eaccionan en unaserie de fenómenos que conducen al desarrollo de la úlcera péptica) .

    A pesar de nuestra maYOt habilidad en el empleo de las múl-tiples fom",s de terapia, hay cierta categoría de pacientes en los quela cirgutía está plenamente justificada.

    Existen algunas condiciones y complicaciones grav

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    jeto y de la úlcera péptida, pues, preeminentelmente en e..

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    'PUlt•• plr••1 ..Iudi. d. l. Palol••I. Ra,io..1 .n Cut. Ri..

    Dos nuevos casos de la Fiebre Ondulante

    Por los Doctores

    PF.~A CUAVARRíA, C. SÁF.NZ HHRRERAy R. HR>:"F.S GUTli¡RREZ

    del Hospital San Juan de Diol

    25;

    A medida que el ahorro contagioso infecla los ganados der.uestras dehesas y va extendiéndose como una enorme mancha dtoceite, a tal punto que el consumo de leche cruda proveniente degran número de lecherías del pa'" ya es un peligro ¡>1ra la salud,constitUYendo d"de luego ..rio ¡,robl""'a pata Salubridad Pública,Ja fiebre ondulante se hace día " día más común en la nosologíanaciaDa'l.

    Prescntamos hoy dos casos de fiebre ondulante: uno en Un niñode diez años y otro en un adulto, ambos c0IIld'robados por las dosprincipales reacciones humorales diagnósticas: la aglutinación y laprueba intracutánea.

    PRIMER CASO: C. Z., Sra. de 48 años de eda1 con un pocode ..ceso de peso p1ra su estatura: 198 lbs.; que hasta la fech:.de examen (12 de Febrero de ;942) había gozado de magnífica~lud. Consumía leche cruda proveniente de establos de SanIsidro de Coronado y Jorco, en los cuales se había visto abortocontagioso en d ganado. Comenzaron sus síntomas el 19 de Ene·ro de 1942 pOt ligero ",alestar general, dolores en las masas mus-culares de las I'.ntorrillas y los muslos, algunos s'gnos de mala di.gestión y escalofríns 'JIUe duraron pocos días. Durante todo el m"dt Enero esas pertllrbacion~s se hacían más notorias ~n la tarde,observando ya al final de él, pequeñas oscilaciones febriles, que fue·Ion soportedas sin mayor preocupación mé

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    nosotros fué llamado profesionalmente. El examen físico generalera eIlsi normal, y sólo se notaba un tinte subictérico de las conjun.tivas y un c",cimiento, con "equeña sensibilidad del bazo. Con es·tas manifestacion,s la primera impresión clínica fué la de malaria,haciéndose un recuento que dió leucopeenia (véanse hemogrllmas)pero con plasmodio negativo en frote delgadb y en gota gruesa. Apesar de ese resulrado se le prescribió a 'la enferma, pa.: la boca,quinina y 32ul de merileno y se pidió al 1lIboratorio cultivo de he·ces, hemocultivo y reacción de W'idal para eliminar una infeccióntífica. Todos estos exámenes dieron resultado negativo. La orinan'gativa.

    Como la temperatura no sólo se sostuviera con grandes oscila-ciones sino que se presentaran también futrtes escalofríos COn 5U-dar abundanre, especialmente en la noche, con un olor a paja quemolestaba a la propia enferma, sospechamos una brucelasis. Pedi.mas al laboratorio la investigacién en la sangre de la brucela que¡'ué negariva y una aglutinaci6n con el antígeno de Huddleson quedió posirividad al I por 50. Practicamos con el debido control laprueba intracutánea de Burnet obteniendo una reacción muy p""i.tiva, (véase la fotografía), que se sostuvo varios días y que dejaba..ntado el diagnóstico clínico e inmunológico de la fiebre ondula_o

    Una segunda aglutinación practicada en otro laboratorio pv

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    Prueba iutracutánea de Butnet, francamente pcsitiva a las 24 horas.

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    esta oportunidad produjera ningún beneficio el prontosiL Corno en

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    gánicas de la paciente sin que pudiera achacarse a h quunloterapianingún beneficio. Los recuentos .anguineos hechos fueron los si·guientes:

    ....FHCHAS

    13 lnarzo 1942 S marzo 1942 20 marzo t942 31 marzo 19~2

    Erictrocitos .•• , 3.984.000 3.968.000 3.936.000 3.504.000Leucocitos . .... 5.600 5.S00 6.260 8.000Hemoglobina .. 70% 73% 71% 68%Valor globular.. 0'9 0,9 0,9 0,9P. Neutrófilos.. 44% 49% 46% 50%P. Eosonófilos.. 0% 2% 2% 37.P. Basófilos.... 0% 0% 0% 1%Linfocitos Peq. 52% 45% 44% 44%LinfocitosGods. 0% 0% 0% 0'10En transición .. 4'/0 40/. 8% 2'1.

    -_..

    SEGUNDO CASO: Niño de 10 años, vecino de Tres Ríos,observado en el Salón de Niños del Hospiral San Juan de Dios, alcual entró el 5 de abril de 1942. Se quejaba desde hacía dos mesesde dolores en los huesos, enflaquecimiento marcado, (40 lbs. de pe.~o), anorexia completa, cansancio. y dtsde una sentana antes, dia-rrea. En el momento del examen encontramos un niño enflaquecido,anémico, postrado, dentadura en mal estado; pulso rápido. Pulmo-nes negarivos. Hígado y ha"" normales. Al moverlo y ... la presión,d enfermo manifestaba dolores musculares y para-articulares sin ha·ber inflamación en las zonas corrtspondientes.

    Eliminada la parasitosis intestinal por el trar,miento antihel·míntico l\tspectivo, siendo negativos varios frotes por paludismo,excluida la posibilidad de tuberculosis por medi

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    En la reciente asamblea de la Asociación Médica Americanareunida en Adantic City, Junio de 1942, los Dres. Carl F. Jordan yJrving H. Borts, dd departamento de Salubridad del Estado deIowa, una de las zonas lecheras por excelencia del Oeste de los Es-tados Unidos y en donde el aborto contagioso se ha extendido ex-traordinariamente, comuriÍcaron los resultados de sus estadísticas, elanálisis de la sintomatología presentada por 1011 enf.nnos estudiadosen el período 1953 a 1941, en el estado de 10m.

    Para juzgar la extensión de la fiebre ondulante en los EstadosUnidos, desde el año 1930 a 1941 se reportaron en los 48 estados28.694 casos. De estos correspondieron al de lowa 1.887.

    La frecuencia de los síntdmas entimet'a.dos por los doctores]ordan y Borts es la siguiente:

    Fiebre 71% Tos y bronquitis 8%

  • REVISTA MEDICA

    Actualidades

    Trastornos mentales en el

    Embarazo y el Puerperio

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    l. Skollowe, Practi,;oner, p. 157-163, maNO, 1942.

    El autor, que .. Superintendente Médico del Buckingh'jllnshil'eCounry Mental Hospital, Inglaterra, manifiesta qlle en dicho con·ciado hubo 22.969 l1¡aCimientos durante el quinquenio 1936·1940 yque 26 de las madres sufrieron psicosis asociada con el emba~azo, loque representa una incidencia de 1 por 883.

    EIl«>tunda Hospital de Dubli" (Irlanda) ha dado r:Iras comoparables, siendo en él la incidencia de psicosis del 1 : 666 (Solomons,1931). En el Queen eharlorte's Hospital de Londres las cifras f¡re·ron 1 : 1192 (Morton, 1934).

    De un análisis de la serie de Buekinghamshire y orros datospublicados, el autor llega a las siguientes conclusiones:

    (1) El riesgo de que una embarazada adquiera u,,ª psicosis gr.·ve eS de alrededor de uno en mil.

    (2) La psicosis no .. específica del embarazo: puede sen las psicosis del embarazo que en las psicosis que se p....sentan enmuje.... que no se encuentran en dicho estado corresponóientes a [osmos grupos de edad, y constituyen aproximadamonte la mitad demismos grupos de edad, y constituyen aproximadi\tnente [a mitad detodas las psicosis asociadas Con embaraZA'.

    (4) Existen siempre otros factores causales además del mOro he.cho de hallarse embarazadas. Estos son: predisposición hereditariaen la mitad de los casos sin tener en cuenta el tipo; Y esfnrrzo orgá.nico mental que proviene de[ embarazo en dos terceras partes deellos. Los esfuerzos orgánicos predominan en [os estado; confusiona·les y los mentales en los trastornos afectivos.

    (5) Entre un tercio y la mitad de [os casos se pre"'''ta la psico.sis en las primeras dos semanas del puerperio.

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    (6) Los estados confusionales llevan consigo una mortalidad de15 a 20 por ciento, pcro si la paciente sobrevive se cura casi siempre.

    7) Los casos esquizofrénicos rara vez se cltran y estas enferma,;se convierten a menudo en inválidas crónicas del hospital. Estos ca·~s se ven rara vez en mulríparas.

    (8) Los trastornos afectivos graves tienden a comen"r en époc"más tardía que otras psicosis, terminar por curarse. Los trastornosafe