Revista Mirador Mazateco

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Año 0, Número 1, Julio de 2012-Edición Electrónica Revista de Diversidad Cultural Los Hongos Enteógenos. El bisnes en la sierra Mazateca de Oaxaca La penitenciaría poblana durante el Porfiriato Política Porfiriana y establecimiento del ferrocarril en México Mirador Mazateco

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Edición electrónica Mirador Mazateco No 1. Mirador Mazateco, Revista de Diversidad Cultural es una publicación mensual sujeta a cambios en el tiempo de publicación de cada número. Próximamente la 5a edición impresa de Mirador Mazateco, Revista de Diversidad Cultural. Registro de derechos de autor, certificados de licitud y contenido: en trámite.

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Año 0, Número 1, Julio de 2012-Edición Electrónica

Revista de Diversidad Cultural

Los Hongos Enteógenos.

El bisnes en la sierra Mazateca de Oaxaca

La penitenciaría poblana

durante el Porfiriato

Política Porfiriana

y establecimiento del ferrocarril en México

Mirador Mazateco

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El “bisnes” en la sierra Mazateca Osiris García Cerqueda

La principal problemática que rodea la

comercialización e ingesta de sustancias

enteógenas es que si el objetivo principal

radica en el hecho de ingerirlas sin ningu-

na justificación cultural y ritual, la sustan-

cia sufre una transformación simbólica y

social para la comunidad; de ser una dro-

ga enteógena pasa a ser una droga recrea-

tiva. Testimonios de mazatecos aseguran

que ellos mismos han encontrado en sus

enteógenos un negocio con grandes ga-

nancias ya que han logrado diferenciar el

contexto y finalidad por el que las perso-

nas los ingieren. Además de que esa lani-

ta es un ingreso para los gastos de la casa.

Los turistas en ningún momento están

siendo irrespetuosos mucho menos trans-

grediendo las tradiciones como varias

veces se aseguró, ya que no pertenecen al

mismo sistema de creencias y tradiciones.

Decían los mazatecos que los hongos

castigaban a los fuereños y hippies por-

que los comían sin ceremonia, a lo que

estos siempre pensaron que estos hongos

daban unos viajes y pasones bien maci-

zos. Estos próximos días de julio se conme-

mora el natalicio de María Sabina y como

cada año se organiza una semana de

eventos culturales. No se dejen apantallar,

no se dejen caciquear por ningún paisano,

ante todo hay que informarnos. Lamenta-

blemente el principal grupo de poder mu-

nicipal, por desconocimiento y desinterés

de su cultura, antes de comprender el

significado simbólico de las tradiciones

mazatecas las han transformado en un

elemento meramente folclórico. Los ma-

zatecos nos hemos vuelto turistas ante

nuestras propias tradiciones. Sin embargo

aun hay quienes siguen en pie de lucha

por la redignificación de sus costumbres.

...Dicen que estos meses son los buenos

para echarse un ritual con honguitos,

dicen que porque la lluvia de estos días

lleva la esencia divina que fecunda a la

tierra húmeda, dicen que los chingones

son los que brotan con los truenos, los

manchados de moradito. …Oh si lo re-

cuerdo muy bien, mi primera vez fue la

noche de un seis de julio a una hora de

camino de Huautla, por el rumbo de San-

ta Cruz de Juárez. Tres pares de Ndi

Nda´Jai me reventaron la mente.

No se duda que muchos de estos chama-

nes poseen un conocimiento muy canijo

en el uso ritual de los hongos, sin embar-

go el dinero que piden por pago va desde

tres mil hasta rebasar los diez mil pesu-

cos, ósea que además de “curar” también

hacen un buen bisnes con los mushro-

oms. Muy pocos de sus paisanos los visi-

tan debido a que los costos del ritual var-

ían dependiendo si son familiares, cono-

cidos o recomendados, pero sus servicios

son considerados exclusivamente para

turistas con altos ingresos económicos.

Cuidado con los charlatanes, “abundan

un montón” y la mayoría se identifica

como el nieto, sobrino, hijo perdido de la

extinta mujer águila María Sabina. Ale-

gan de ser muy chichos en los rituales

pero únicamente estafan a las personas.

La comunidad los identifica y los descri-

be como personas que lo único que bus-

can es vender los hongos y ofrecer el

ritual sin saber cuál es el proceso para

llevarlo a cabo. Muchos Chamanes Ma-

zatecos mencionan: “cuando entras en el

espacio sagrado, debes tener un guía que

sepa porque si no te puedes perder”. Es

opcional comerlos fuera del ritual, pero

te recomiendo no mezclarlos con alcohol,

mariguana, ácidos; es el sentido de echar

un viaje con hongos mazatecos, sintoni-

zarnos en el canal indicado.

Desde la década de los sesenta la

sierra Mazateca se volvió muy famosa

por sus hongos y María Sabina, por lo

que hippies –en mayoría- se fueron a

instalar a los alrededores de Huautla, allá

por Puente de Fierro donde se daban

unos viajes canijos. Desde aquellos años

siguió frecuentando un sector que nunca

envejeció, la chaviza que aunque diferen-

te siempre llegó y sigue llegando a bus-

car los honguitos, con o sin ceremonia, la

cosa es agarrar la onda, ponerse chido o

simplemente ver que se siente. Hace ya

un año realicé entrevistas a jóvenes en

mayoría estudiantes que tras visitar

Huautla en varias ocasiones empezaban a

dudar en regresar ya que en vez de darles

honguitos ya solo les querían vender Ma-

ri-mari-guana y algunos chochos de esos

que lo hacen a uno hacer feo ...Aquí ya se

está perdiendo la magia, esa de la que

tanto me hablaron mis abuelos, decían.

La cultura mazateca dicta que al Chjota

Chjine B´enda (gente de conocimientos

en los rituales de sanación espiritual) se le

debe de pagar por sus servicios ya sea en

cantidad o producto, a lo cual éste debe

de agradecer y aceptar lo que se le dé ya

que como lo mencionan muchos sabios

mazatecos, sus conocimientos y sabiduría

les fueron otorgados por Dios para ayudar

y curar a las personas y no para hacerse

ricachones. En la sierra Mazateca de

Oaxaca y principalmente en Huautla de

Jiménez existen varios tipos de Chama-

nes Mazatecos, por lo que me armé de

valor para hacer una categorización con

base a lo vivido desde que era niño, lo

que entre voces escuché y lo que algunos

entrevistados me llegaron a decir.

Un primer tipo de Chamán Maza-

teco se caracteriza por mantener –casi

siempre- un bajo perfil ya que se dedica

únicamente a ayudar a familiares, amigos

y muy rara vez a extraños a menos que

sea por la recomendación de algún cono-

cido. Hace cinco décadas atrás la remune-

ración a la labor de estos sabios aun se

daba con productos como café, frijoles,

maíz, gallinas, aguardiente de caña, etc.

Posteriormente se volvió muy común que

se les pagara en efectivo. Son pocos sino

es que extintos aquellos que aun se nie-

gan a dar los hongos a personas que solo

los quieren para cotorrearla un rato. Son

más los que aún cobran baratito, pero

aguas porque nadamás ven a un fuereño

interesado y elevan los costos, ya sea

únicamente por venderles hongos o el

paquete que incluye el ritual de ingesta.

El segundo tipo de Chamán Mazateco es

un chamán comercial, son personas que

cuentan con reconocimiento internacional

debido a que ellos mismos se consideran

como “Verdaderos Chamanes Mazate-

cos”, protagonismo que radica en la justi-

ficante de considerarse como “únicos

herederos del poder de la curación con

hongos” o “únicos herederos de la sabi-

duría y poder de María Sabina”. Asegu-

ran haber sanado con hongos a cientos de

personas incluyendo personajes del medio

artístico, televisivo y político.

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LOS HONGOS ENTEÓGENOS

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El sistema penitenciario mexicano

Y LA PENITENCIARÍA POBLANA

DURANTE EL PORFIRIATO

Alexsh Yahir Viveros Cantera*

Foto

: O

xid

o -

Aarón

Rod

ríg

uez

García

Han existido cuatro grandes tácticas puni-

tivas que, históricamente, han constituido

el régimen penal:

1. Deportar, expulsar, desterrar, enviar

fuera de las fronteras, impedir el paso

a determinados lugares, destruir la

casa, borrar el lugar de nacimiento,

confiscar los bienes y las propiedades.

2. Imponer una recompensa, un rescate,

convertir el daño infringido en una

deuda de reparación, reconvertir el

delito en obligación pecuniaria.

3. Exponer a la vista pública, marcar,

herir, amputar, señalar con una cica-

triz, marcar con un signo el rostro o

la espalda, imponer una tara de un

modo artificial y visible, en suma,

apoderarse del cuerpo y grabar en él

las marcas del poder.

4. Encerrar.

De los cuatro anteriores, es el encierro el

que ha predominado como forma punitiva

en occidente, y México no es la excep-

ción, pero los castigos en el país fueron

modificándose: en primera instancia tene-

mos el suplicio y la muerte; en un segun-

do término se usa el confinamiento y el

trabajo en obras públicas; después tene-

mos también el confinamiento, pero con

algunas variantes, se trata también de

recluir al delincuente, pero bajo el régi-

men del sistema penitenciario y al interior

ya no de la cárcel, si no de la penitencia-

ria, modelo arquitectónico de

“vanguardia”.

Para el primer caso tenemos que “la

muerte suplicio es un arte de retener la

vida en el dolor, subdividiéndola en „mil

muertes”, con la extinción de la vida se

conseguía exiliar completamente de la

sociedad al individuo que no respetaba la

voluntad de soberanos de los siglos XVII,

XVIII y gran parte del XIX:

“...Corresponde al culpable manifestar a

la luz del día su condena y la verdad del

crimen que ha cometido… en él, sobre él,

el acto de justicia debe llegar a ser legible

por todos… El suplicio no restablecía la

justicia; reactivaba el poder.”

Para el segundo caso se incorpora el tra-

bajo en obras públicas para redimir el

crimen y para hace uso de la mano de

obra que los presos proporcionaban, para

así pasar de la holgazanearía a la produc-

tividad, productividad que se buscaba

inculcar en la moral de las personas en

México en el siglo XIX: “¿Por qué la

sociedad suprimiría una vida y un cuerpo

que podría apropiarse? Sería más útil

hacerle „servir al Estado en una esclavitud

más o menos amplia según la índole de su

delito”. En el tercer caso se da la incorpo-

ración del sistema penitenciario, influen-

cia de los EUA y de Europa adaptada y

adoptada para el caso mexicano, la imple-

mentación de dicho sistema se dio para

las segunda mitad del siglo XIX en el

país, teniendo su esplendor en el Porfiria-

to; símbolo de modernidad, también re-

presento cambios en la estructura arqui-

tectónica, “se invierte el principio del

calabozo; o más bien de sus tres funcio-

nes -encerrar, privar de luz y ocultar- ; no

se conserva más que la primera y se su-

primen las otras dos. La plena luz y la

mirada de un vigilante captan mejor que

la sombra, que en último término proteg-

ía. La visibilidad es una trampa, aplican-

do los principios del panóptico de Jerem-

ías Bentham. Se estableció la medición

del tiempo, la vida de los internos estuvo

claramente distribuida a lo largo del día

“la reclusión pasó a ser la pena a cumplir,

destituyéndolos (a los presos) de la tutela

y custodia de su propia persona”, a esto

se suma la incorporación del trabajo al

interior de la penitenciaría, para ser más

precisos, dentro de talleres. De igual ma-

nera se incorporó la educación básica

para los internos. La implementación de

los talleres y la educación tuvo como fin

la moralización y regeneración de los

presos, inculcarles el amor al trabajo y

buenas costumbres que los hiciera

“hombres de bien”. Sin embargo

¿Realmente el sistema penitenciario rege-

neró a los sujetos confinados? Para el

caso de la penitenciaria poblana podemos

observar una asimetría entre el ingreso de

los sujetos a la penitenciaria y su salida:

mientras que el primero acompañaba a los

penados de todo un minucioso “estudio-

experimentación” por parte de Martínez

Baca y Luis Vergara ( antropólogos cri-

minales encargados de la penitenciaria);

el segundo contrastaba notablemente con

la salida de los individuos, ya que la su-

puesta regeneración que se propuso la

institución, estaba regulada únicamente

por la mirada de los celadores y del direc-

tor, es decir, ellos fueron los encargados

de evaluar la “regeneración” siendo sus

dictámenes como se muestra a continua-

ción:

Tomas Sánchez, reo de homicidio,

de oficio fabricante, salió en libertad el

15 de agosto de 1895, el expresado reo

desde su ingreso a esta Penitenciaria

que se verificó el primero de Abril de

mil ochocientos noventa y uno, según la

partida número ciento quince del libro

respectivo; observó buena conducta

dando muestras de arrepentimiento y

moralidad.

Pero aun más, ¿Cuántos de los confinados

realmente delinquieron? y ¿Cuántos de

los también ahí confinados lo estaban por

delitos menores? Estas cuestiones siguen

vigentes, a pesar de que han transcurrido

más de cien años la justicia sigue siendo

en muchos casos, una obra teatral bien

montada.

*Colega y licenciado en Historia. Su tesis

de licenciatura intitulada “Educación y

trabajo para la regeneración social. La

escuela y los talleres de la penitenciaría

poblana. 1891-1910” se centra principal-

mente en la temática de este artículo.

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Política Porfiriana y establecimiento de Ferrocarril Nancy Nayely Cano Mendioza*

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en México

Es interesante observar como el ferroca-

rril permitió un movimiento migratorio

tan dinámico para que en la región del

norte de México convivieran razas y cul-

turas tan variadas como la americana,

mexicana, centroamericana e incluso

asiática.

Actualmente las ciudades del norte del

país que crecieron a partir del ferrocarril

–Torreón, Ciudad Juárez y Monterrey-

continúan siendo puntos de encuentro con

los Estados Unidos de suma importancia

para la economía nacional. Sin lugar a

dudas el Ferrocarril fue significativo de-

ntro de la política económica nacional,

pero también a nivel social y cultural

pues transformó la vida de las personas.

* Compañera, Colega y licenciada en

Historia.

En el aspecto burocrático la rápida comu-

nicación hizo posible un contacto más

estrecho entre los ciudadanos y los fun-

cionarios; aceleró la ejecución de órdenes

de las autoridades y los empresarios pod-

ían llegar a la capital de los Estados para

gestionar sus peticiones. Como efecto del

avance de la empresa ferrocarrilera se

fomentaron otras industrias como la mi-

nería, la cual era necesaria para el abaste-

cimiento de metales industriales como el

plomo y el cobre.

En el estado de Coahuila creció conside-

rablemente la producción de carbón, éste

era utilizado para los motores de vapor.

La construcción y operación de las líneas

férreas y locomotoras requirió de la in-

troducción de personas que supieran so-

bre su manejo como: ingenieros, geólo-

gos, agrimensores, administradores, ma-

quinistas, conductores, fogoneros, mecá-

nicos, telegrafistas, médicos, operarios y

obreros; la mayoría eran de origen esta-

dounidense en donde la industria del fe-

rrocarril ya llevaba tiempo funcionando,

también había trabajadores de origen

europeo que previamente habían migrado

hacia los Estados Unidos buscando em-

pleo; para los trabajos más duros llegaron

trabajadores del sudeste asiático, del Ca-

ribe, Centroamérica y afroestadouniden-

ses.

A partir de 1877 durante el periodo presi-

dencial de Porfirio Díaz ingresaron capi-

tales extranjeros a establecer empresas; el

gobierno mexicano facilitó la explotación

de los recursos humanos, naturales y ma-

teriales del país a través de una serie de

leyes que favorecían a los empresarios

extranjeros es por esto que las industrias

textiles, mineras, y ferrocarrileras se man-

tuvieron presentes a lo largo del Porfiriato

como fuente de riqueza y de trabajo. Sin embargo, mientras un sector mínimo

de la población se veía favorecido por el

desarrollo industrial la mayoría de los

mexicanos seguían viviendo en la extre-

ma pobreza, además las condiciones bajo

las que laboraban en las nuevas empresas

eran de explotación ya que se fomentó el

trabajo infantil y las largas jornadas de

trabajo tanto para hombres como para

mujeres con salarios mínimos. Uno de los

aspectos más importantes del ferrocarril

en nuestro país fue el intercambio cultural

y económico que generó tanto en el inter-

ior de la república como con los Estados

Unidos.

El tren permitió que viajeros extranjeros

hicieran frecuentes estancias en México y

a su vez numerosos mexicanos pudieron

viajar fácilmente para estudiar en otras

regiones, lo que derivó en el conocimien-

to de nuevos idiomas como el inglés.

R con R cigarro

Ferrocarril…”

R con R

barril

Rápido giran

las ruedas

en las vías

del

Page 6: Revista Mirador Mazateco

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Colaborar con algún trabajo que quieras dar a conocer.

Alguna opinión, duda, comentario, orientaciones, críticas constructivas

y criticonas, aclaraciones o mandar saludos (por los saludos cobramos).

Mentarle la madre a alguien (en tu trabajo, opinión, duda o aclaración las pue-

den anexar, atásquense con los políticos)

Hacerle propaganda a tu evento (principalmente de enriquecimiento cultural), a

tu changarro o a tu producto.

Promover tu revista, panfleto o material editorial (y así nos hacemos parito

mutuamente).

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Dirección: Osiris García Cerqueda (“El Oso”) Corrección: Nancy Nayely Cano Mendioza

Diseño: Osiris García Cerqueda

Colaboración: Alexsh Yahir Viveros Cantera

Foto portada: Torre del reloj, Huautla de Jiménez, Oaxaca.

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Dirección: Osiris García Cerqueda

Beatriz Cerqueda Peralta

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Oficinas: Francisco I. Madero #42, Barrio de la Cruz, Centro

C.P. 68500, Huautla de Jiménez, Oaxaca.

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Revista de Diversidad Cultural Mirador Mazateco

“Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cual-

quier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediata-

mente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí.

`Lo que gustaría esto a mi hermana, a mi padre`, piensa, y no goza ya

del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la me-

lancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño

y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por des-

gracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es

bondad y es serenidad y es pasión. Por eso no tengo nunca un libro,

porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí

honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera

seguramente en toda la provincia de Granada.

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera

desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y

un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente

hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivin-

dicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien

está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan.

Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es

convertirlos en maquinas al servicio del Estado, es convertirlos en

esclavos de una terrible organización social. Yo tengo mucha más

lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un ham-

briento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente

con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene

ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son

libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿Dónde están esos

libros? ¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale

a decir: “amor, amor”, y que debían los pueblos pedir como piden pan

o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne es-

critor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho

más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo,

entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infini-

ta; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: “Enviadme

libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera”. Tenía frío

y no pedía fuego, tenía sed y no pedía agua: pedía libros, es decir,

horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del

corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por

hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma

insatisfecha dura toda la vida. Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal,

uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la Re-

pública debe ser: “Cultura”. Cultura porque sólo a través de ella se

pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno

de fe, pero falto de luz.”

Fed

erico Ga

rcía L

orca

MEDIO PAN Y UN LIBRO Al pueblo de Fuente Vaqueros (Granada). Septiembre de 1931

XII Festival en conmemoración al natalicio de María Sabina, la mujer

águila, la gran “sacerdotisa de los hongos”.

Foto: Archivo privado. 21 de julio 2010.

Mazatecos