Revista MTA N6 - Septiembre 2012

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Edición Número 6 de la Revista MTA. Esto es Schoenstatt.

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*JM: Juventud Masculina / JF: Juventud Femenina

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El pasado martes 14 de agosto llegué a Schoenstatt, Alemania. Después de los saludos de ocasión, un amigo me preguntó, “¿venís a la bendición de las nueves?”. ¿Qué es “la bendición de las nueves”?

Parece que el P. Kentenich, tenía la costumbre de bendecir a las personas del Movimiento en el mundo todos los días a las nueve de la noche. De esa manera los que querían estar unidos a él podían hacer una pequeña oración en ese momento (según el huso horario de cada país), sabiendo que el Fundador estaba rezando por ellos. Camino al 2014 se recuperó esta costumbre y por eso todos los días a las 21:00 hs. en el Santuario Original hay una oración y bendición para todas personas vinculadas a Schoenstatt en todo el mundo.

Obviamente, no podía desaprovechar la oportunidad. Peregriné al Santuario para rezar por nuestra Juventud, por cada uno, por cada grupo, por cada proyecto, por nuestros sueños. Rezo especialmente para que el Santuario sea el fuego de nuestro espíritu.

En el Santuario Original hay símbolos muy especiales. Entre ellos se encuentra un cuadro con las medallas de los Primeros Congregantes. Pueden leerse los nombres de cada uno de ellos sabiendo que detrás de esas cruces hay historias, entrega, sacrificios radicales. ¿Cuál es el mensaje que se mantiene vigente para nosotros de estos que llamamos “Hermanos Mayores”?

“Cuando soplan vientos fuertes, algunos

construyen

muros de protección,

otros se dedican a construir molinos.”

Proverbio chino.

Considero que estas palabras contienen la actitud fundamental de los Congregantes y su mensaje actual y desafiante para nosotros. A ellos les tocó vivir grandes desafíos, y en lugar de paralizarse a p r o v e c h a r o n su tiempo. Construyeron sus molinos, y dejaron que el soplo de Dios,

y las circunstancias del momento, los hagan santos. La situación que les toco vivir a ellos en su momento. No en otro momento.

¿Cuáles son tus vientos de hoy? ¿Cuáles son los vientos de nuestro tiempo?

La misión es un impulso potente de Dios que nos da alas y vida fuerte. En toda misión nos enfrentamos a desafíos y dificultades. Toda misión es un llamado interior al heroísmo y a lo más generoso que hay en vos. Construir molinos, significa que ese aprendizaje que hacemos en una semana de misión, se transforme en una actitud de vida, en un estilo de vida permanente.

Para que el Santuario sea fuego para el espíritu de muchos jóvenes, necesita constructores de molinos que abracen el soplo de Dios, necesita de misioneros los 365 días del año. Para empezar podés sumarte a la adoración de los martes a las 22:00 hs. y dejarte tocar por el Viento de Dios.

Los dejo para no llegar tarde a la bendición de las 21:00 hs. en el Santuario Original. Rezo para que el espíritu de nuestra Juventud se encienda y encienda a otros. Un fuerte abrazo.

P. Facu

¿Construyendo Muros o Molinos?P a l a b r a s d e l A s e s o r

ASESOR JM BS. AS.

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En la vida no hay casualidades, todo pasa por algo. Había decidido que la misión de San Nicolás sería la última y, sin embargo, me encontré el viernes 20 de julio yendo para esa ciudad medio de improviso, sin haber organizado nada, simplemente por pedido de que se necesitaban más hombres. En el retiro pasaron muchas cosas: momentos emotivos, de alegría, de preocupaciones, problemas inesperados, pero mi idea no es contar todo lo que ocurrió sino resaltar algunos aspectos sobresalientes que van más allá y

tienen más valor que los hechos en sí mismos.

Para los que no saben, en San Nicolás hay un grupo misionero llamado “Grupo Hijos de Dios”, compuesto en su mayoría por chicos entre 10 a 16 años. Realmente conmueve ver la dedicación y el corazón que le ponen a todo lo que hacen, la unión que tienen entre ellos y cómo se apoyan el uno al otro ante cualquier dificultad. No por nada en el grupo comenzaron siendo apenas 10 y hoy superan los 70 integrantes. Qué difícil que es hoy en día para este grupo de chicos estar en una sociedad en la

cual ser diferentes está mal visto y, sin embargo, ellos se la juegan por lo que creen y sienten que es el camino correctoTambién resaltar las personas que coordinan ese grupo, en especial Marcelo Schmidt, son individuos totalmente apasionadas y entregados a servir a los demás sin esperar nada a cambio. Basta con mirarlo a los ojos para darse cuenta de que son gente simple, transparente y pura de corazón. En pocas palabras, un ejemplo para todo misionero.En lo que respecta al retiro en sí y

a mi experiencia personal, si bien podría decir muchas cosas, creo que rescato dos breves reflexiones. La primera es que me sirvió para darme cuenta de los frutos que la misión deja. Siempre había tenido la duda de cuánta era la influencia real que quedaba en los lugares misionados. ¿Hay una continuidad a lo largo del año de todo lo que Schoenstatt trata de transmitir, o cuando nos vamos pasan dos semanas y queda todo olvidado hasta la siguiente misión? Por lo menos San Nicolás me demostró a mí que esos diez días de misión dejaron una huella imborrable en muchos corazones y creo que

cualquiera de los que fue al retiro podía corroborarlo en las caras de todos esos chicos. Y acá es cuando ves que sin darte cuenta fuiste un pequeño gran instrumento de Dios. Esto me da el pie a la segunda reflexión que me llevé del retiro y habla de sentirte en el lugar correcto en el momento correcto. Me refiero a que no importa qué es lo que hiciste en el pasado, ni siquiera si tomaste el camino incorrecto para llegar al lugar donde estás hoy. Yo

sentí que Dios me había llamado para estar en el retiro ese fin de semana y le dije que sí, dejando de lado muchas cosas. Entonces ahí te das cuenta que estás donde tenías que estar, que volviste al camino correcto y que está en vos seguir de esa manera.

Por último quería invitar a todo aquel que nunca fue a misionar a que pruebe la experiencia. San Nicolás es un gran desafío pero vale la pena dejar todo para sentir la alegría de ser misioneros e instrumentos directos de Dios. ●

Pequeños Grandes Instrumentos

Por Feder ico Vi l legas

R E T I R O E N S A N N I C O L Á S

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Schoenstatt Soy Yo es la sección en donde

todo miembro de la JM puede formar parte de esta Revista. Para escribir un artículo,

enviar mensaje a facebook.com/

revistamta

SCHOENSTATT SOY YO

Amar la trama

Te quiero pero de a pocoporque ¿de qué sirve

tenerte todo de un saque,y que vos me tengas de repente?

Te quiero pero aún no te ilusionesporque yo aún no lo hago

o al menos intento no hacerlopara no quererte como a una

ilusiónsino a todo vos,

todo real,todo de a poco.

Antes vale másla distancia recorrida

y el caos de sensacionesque veo en el caminomientras me acerco

de a pocolento

siempreen la “no-certeza”de que te quiero.

Como hombres que somos nos ponemos en camino. Nos ponemos metas, objetivos y actuamos de acuerdo a ellos. Armamos en nuestra cabeza con detalle eso que buscamos pero muchas veces nos olvidamos de los medios para alcanzarlo. Quería proponerles disfrutar del recorrido. A no mirar sólo aquello que anhelamos sino también ir viviendo con intensidad todo lo que pasa antes de lograrlo porque muchas veces por buscar algo, perdemos la serenidad, y crecen los temores de perder aquello que uno busca. Vivamos con alegría cada momento porque la felicidad no está en alcanzar metas sino en haber vivido con intensidad. En amar la trama más que el desenlace.

Por Alber to Tito Areco

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El campamento salió de manera espectacular. Por lo general estas actividades suelen tener una trama y una temática reiterativa año a año, basado siempre en tiempos de ocio y juegos, momentos de formación y momentos de oración, durante todo un fin de semana. Es increíble cómo cada vez se revive ese espíritu, ese compañerismo y ganas de aportar al capital de gracias (eje del campamento logrado a través de buenas acciones ofrecidas a María), esa excitación, el entusiasmo y el desborde de alegría por estar rodeado de gente como uno, aprendiendo y compartiendo bajo la mirada de María, que se hace tan tangible y visible en el cambio de actitud en los muchachos a medida que transcurre el campamento.

Este año fueron alrededor de 30 chicos al Santuario de Escobar. Fueron tres días donde fue realmente conmovedor ver las pilas, la actitud y la alegría de los chicos. Ellos aceptaron estar lejos de sus casas y en el medio del frío durante todo el fin de semana, pensando también que había alguna razón por la que fueron llamados a participar de este campamento, en el cual se los llamó nada más y nada menos que “Pioneros de Schoenstatt”. Y creo que este apodo, que puede sonar más a una carátula que a otra cosa por ser todavía relativamente pequeños y faltos de experiencias forjadoras de relación con María, ha podido cobrar fuerzas y hacerse auténtico durante el campamento. Sinceramente la actitud que fueron

tomando estos chicos a cada momento me hace pensar que verdaderamente fueron tocados por nuestra Madre para que la lleven consigo y para que los ilumine como ocurrió a lo largo del fin de semana. La idea central de este año fue resaltar la importancia y la mística del Santuario y, a través del ejemplo de quienes fueron los primeros en adoptar la filosofía schoenstattiana como estilo de vida, germinar ese encanto, la seguridad, el amor y la paz que transmite la “Mater”, para hacer brotar nuevos Pioneros de fuego, encendidos desde el Santuario, como dictó el lema del

campamento. Y verdaderamente fue increíble ver cómo el Santuario se “encendió” con la presencia de estos muchachos.

El lema fue usado incesantemente como una especie de rugido de guerra, como esa motivación entre varones de gritarlo juntos, fuerte y alocadamente, hasta que hacia el final del fin de semana muchos terminaron sin voz. El “PIONEROS DE FUEGO” - “ENCENDIDOS DESDE EL SANTUARIO” fue repetido miles de veces: uno gritaba la

primera oración y el resto completaba fervientemente. Así fue como en una de las charlas finales, encarando el cierre del campamento, en un estado emotivo y mirando cómo los ojos de cada unos de ellos me apuntaban, escuchando algo de lo que trataba de concluir, se me ocurre gritar el “pioneros de fuego”. Es difícil explicar lo que fue la reacción de los chicos: gritaron con una fuerza, una pasión y un convencimiento, que real y honestamente, parecía que se encendía, que algo se debía romper. Fue increíble estar delante de esos treinta chicos

gritando así, convencidos de lo que gritaban; y me hizo pensar de lo groso que era eso con lo que nos estábamos enfrentando, eso que nos iluminó, cautivó e “incendió” a lo largo de todo el fin de semana: eso que es tan verdadero, increíble, único y real.

En tiempos donde creo que la rama de la Juventud Masculina no tiene sus horizontes muy claros ni las bases bien arraigadas, el campamento sirvió para, de algún modo, entender y convalidar todo lo que estamos haciendo, todo esto que somos y que nos llena. Valió como aprendizaje, o como mensaje, de que no nos tenemos que quedar quietos, de que esto vale y que todavía hay muchos potenciales portadores de esta filosofía de vida por descubrir, conocer y misionar. ●

Por Juan Francisco Eisner

� N � � � � � � � S D � � D E � L � � N � � A � � OCAM PAM E N TO DE PI O NERO S , INVIERNO 2012

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Cuando empezó el primer sábado de la Escuela de Líderes, la verdad es que no sabía qué esperar. Al igual que muchos otros que esta-ban empezando ese día la Escuela, había sido invitado por un amigo y no tenía demasiada idea de lo que íbamos a hacer. Pensaba en el nombre: Escuela de Líderes, y no se me ocurría de qué forma se puede

entrenar a alguien para que sea líder. Además, mi imagen de líder era la de alguien que podía influir sobre otros, la de un “jefe”. Con es-tas cosas en la cabeza, empezaba el primer día de la Escuela.

A lo largo de los tres encuentros, tuvimos charlas y actividades que cambiaron el concepto de líder

que tenía. Vimos qué cualidades de líder tiene Jesús, y también vi-mos el ejemplo de los héroes de Schoenstatt. Primero que nada, más que un jefe, para mí un líder es quien está convencido de una idea y tiene ganas de contagiar su entusiasmo a otros. Además, no busca ser el primero sino más bien ponerse al servicio de los demás.

Para acercar estas ideas un poco más a nuestra vida cotidiana, escu-chamos el testimonio de gente que tuvo una idea y se jugó por eso. A mí personalmente me quedó el testimonio de un chico que estaba convencido de que quería un cam-bio para la Argentina, y se metió a trabajar en una ONG ad honorem sacrificando un montón de cosas,

para empezar con esa idea de cambio que tenía.

Lo que a mí más me llegó es que, para poder ser líder, es necesario prim-ero ser líder de uno mismo y de su propia vida. Jugársela por lo que uno cree, y no ser “barrera”,

es decir, no ser un obstáculo de nuestra propia creatividad y de nuestras ideas. Líder no se nace, se hace, y lo que hace falta es, básicamente, ganas de generar un cambio y de contagiar nuestro en-tusiasmo a otros. ●

| E S C U E L A D E L Í D E R E S 2 0 1 2 |

LÍDER NO SE NACE, SE HACE

Por Juan Pablo Quiroga

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Ya ordenado, ¿dónde hiciste tus primeros años de sacerdote?

Yo me ordené el 16 de septiembre del 2000, en la fecha de mi Alianza, en Florencio Varela. Antes de ordenarme estuve dos años en Alemania, de donde volví el 9 de diciembre del ‘99. Y cuando volví, ese mismo día ya fui a Confidentia a trabajar, ya me llevaron.

El padre Juan Pablo me fue a buscar a Ezeiza, y de ahí me llevó a Confidentia. Entonces, como acá no había asesor, asumí yo, ya como seminarista.

Claro, eras el que estaba, eras vos o nadie.

Claro, el Padre Cruz estaba en Confidentia y yo estaba con San Isidro y con los Secundarios de Confidentia. Al mismo tiempo los fines de semana iba a una parroquia acá en Virreyes, la de San Pablo, con el Padre Sergio Veliera, así que estaba de un lado para el otro. Eso fue en el 2000. El 27 de febrero me ordené de diácono, el 16 de septiembre me ordené de cura, y el 8 de diciembre terminé en la parroquia y ya me metí a full acá en San Isidro y en Confidentia, empezando a armar grupos, empezando a mover lo que había. Vos vas moviendo un poco y lo que surge surge, por donde se te abre una puertita te metés y ves qué pasa. Me acuerdo

que en Confidentia lo primero que hicimos fue el famoso “10x10”, ése era el lema del año. Había que formar 10 grupos de 10 miembros, ése era el objetivo. Y estaba bueno, nos re movilizaba. Después hicimos las Horas del Santuario, creo que

“Creo que una de las claves de un buen asesor es liberarse de los resultados. Vos dejá todo, si sale bien, sale bien, si sale mal, sale

mal... vos dejá todo.”

fueron diez mil horas. Eso también lo inventamos nosotros. Después, en el 2001 tomé la organización del campamento nacional, hasta el 2008, 2009, no me acuerdo cuál fue el último que yo hice. Después llegó MTA... Y bueno... tantas cosas, ¿no? Después empezamos, creo que en el 2002, la Misa de los domingos a la noche, y es así que hace diez años estoy celebrando la misa acá.

Entrevista al Padre Pablo Javier Pol | PARTE 2 de 2

Schoenstatt,mi lugar en el mundo

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Parece que todo fue saliendo como improvisado...

Pero no sé si improvisado es la palabra, es como que… se fueron dando las cosas, y vos tenés que estar atento a ver dónde realmente pica. Hubieron mil cosas que no salieron, y otras que sí. Empezamos con los Campamentos de Pioneros en Escobar una vez por año en junio, empezamos a hacer las Vigilias de Pentecostés... Se armaron muchas cosas, algunas te funcionaban bien, otras te funcionaban mal. Creo que una de las claves de un buen asesor es liberarse de los resultados. Vos dejá todo, si sale bien, sale bien, si sale mal, sale mal... vos dejá todo.

Impresiona que antes era muy distinto a como es ahora.

Sí... Y sin duda que hubo un acontecimiento que cambió todo lo nuestro, o todo lo mío por lo menos, que fue la muerte de Nico Aguirre. Yo había empezado con Nico muchos años antes por invitación de sus padres, de Carola y de Claudio, cuando ellos vivían

en Pilar todavía. Y su muerte, el 24 de septiembre del 2005, sin duda cambió todo. Estoy convencido de que la muerte de él fue el grano de trigo que muere para caer en tierra fecunda. Obviamente nadie la quiere y nadie la quiso, pero se dio, y fue tal la vida que se dio que uno no puede dejar de tener la certeza absoluta de que Dios está detrás de todo eso... Y eso cambió todo. Por ejemplo, Nico murió en septiembre y quince días después fue la peregrinación a Luján. Y bueno, todos los amigos de Nico vinieron, y ahí explotó esto. Ahí llegó toda la banda de Los Molinos, y eso también cambió mucho nuestra dinámica. Llegó todo, cambió todo acá. La muerte de Nico fue el momento en mi asesoría más importante, sin la menor duda. No sé si lo más importante, no quiero poner etiquetas, pero en nosotros fue un hito fundamental. Sin eso no se entendería la Juventud de hoy tampoco.

Pero, ¿por qué decis eso? ¿Porque Nico estaba metido en muchas actividades?

No, quizás lo que cambió es que trajo a un montón de gente, de Los Molinos, que nos hizo un complemento muy copado entre lo que es la formación y la vivencia de la Fe, y eso sin duda que se lo debemos a todo ese grupo de gente que llegó y que generó algo

impresionante.... Fue todo muy providencial eso, yo creo que fue realmente un camino muy de Dios. Esto no lo conté muchas veces, pero el sábado anterior a la muerte de Nico, a la tarde después de celebrar misa en el Santuario, me habían invitado a la bendición de la piedra de José Engling en el Santuario de

Villa Ballester y también me habían llamado para que vaya a la reunión de un nuevo grupo que Nico quería formar con amigos suyos. Era lejísimos, pasando Zárate. Y salgo de acá, freno en la esquina y digo, “¿Qué hago?¿Voy a la bendición de la piedra de Villa Ballester, o me voy al grupo nuevo?”. Para lo de Nico tenía como cien kilómetros de viaje y era un sábado a la noche. Y me dije, “bueno, me voy al grupo nuevo”. Me fui para allá, celebré misa con los chicos, comimos un asado y me volví como a las tres de la mañana. Y al sábado siguiente murió Nico. Entonces yo ahí los conocí a los chicos, tuve la oportunidad de estar con ellos, en esa reunión, en ese encuentro, ahí. Estaba Sebas Perkins, Pancho

El P. Pablo, Tommy Deane, Sebas Perkins, Santi Nolting y Guille “Budín” Ponte.

Nico Aguirre

“Estoy convencido de que la muerte de Nico

fue el grano de trigo que muere para caer en tierra

fecunda.”

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Bosch, Agus Mayer, Nico López Lecube, Felipe de los Santos, Chugus Cinto, y alguno más se me debe escapar. Ellos estaban todos ahí, en ese asado. Yo caí y nos conocimos ahí. Los vi ese sábado y al sábado siguiente los vi en el entierro. Entonces eso también fue muy fuerte para mí: cómo la providencia de Dios te lleva a decir, “¿Doblo para allá o doblo para allá?”. Y evidentemente tenía que doblar para allá. Por eso cuando pusimos la Cruz Negra de Nico acá, el “Dejo Todo”, siento que fue como un momento muy importante. Y ojalá que ustedes la sigan cuidando y valorando.

¿Cómo fueron los comienzos de la Misión MTA?

Yo no sabría decirte si fue en el 2000 o 2001, que al grupo Santa María de la Estrella (STAME), que era un grupito muy chiquito en ese momento, les prestábamos la casa para que se reúnan en Confidentia. Ellos se iban a misionar a Deró, provincia de Buenos Aires. Entonces

el Padre Cruz, que en ese momento estaba con los universitarios, les dice, “che, yo quiero ir para ver cómo es esto de la misión”. Entonces va Cruz con un grupito que se prendió a la misión de los otros, y bueno, se entusiasman, por supuesto. Entonces deciden organizar la primera misión propia en Mendoza, la primera MTA, en diciembre del 2001, cuando el país estaba en llamas. Yo no me voy a olvidar nunca de esa misión porque el país era un caos, y entonces estaba la pregunta “¿vamos?, ¿no vamos?”. Bueno, se fueron. Después de eso ya hicimos un Deró solos, y en el 2002 se cambió por Viale I. Cuando termina Viale I, al Padre Cruz lo trasladan a Paraguay. Y ahí me quedo yo solo con MTA, y también solo de asesor con las dos ramas hasta que llegó Facu. Entonces desde 2002 en adelante, empezamos a darle la forma que tiene actualmente. Viale yo te diría que fue la primera que ya hicimos posta. Después tuvimos Viale II y III; después hicimos Henderson I, II y III; Villarino I, II y III; San Nicolás I, y ahora viene San Nicolás II. Así que ese fue el camino de MTA, la verdad que muy copado, muy bueno. Muy bueno.

¿Te imaginabas alguna vez que iba a ser tan grande? ¿Que doscientas personas vayan a misionar partiendo de diez? ¿O es lo de menos?

Sí, yo me libero mucho de los números, trato de liberarme. Pero creo que en parte fue producto de que la misión de Schoenstatt se caracterizó siempre por ser una misión seria, exigente. Creo que eso no hay que perderlo nunca.

Tiene que ser seria y exigente. O sea, el que no se lo toma en serio, no va. Yo soy muy exigente en eso, y creo que eso también atrae mucho. Es una misión que tiene un fuerte contenido de espiritualidad, y un buen equilibrio entre espiritualidad, apostolado y comunidad. Entonces me parece que es muy atractiva, ¿no?

Te preguntamos porque es un evento que más allá de la JM y la JF, es algo que marca mucho el año y marca mucho a nuestra Juventud.

Claro, exacto. Y creo que para un chico o una chica que no fue a misionar nunca, es muy difícil que entienda de qué se trata todo esto. Yo a todos les digo, “mirá, es una experiencia que tenés que hacer”. Yo entiendo que a algunos les gusta más que a otros, eso está bien, es normal. Pero es como que un JM no vaya a un campamento nacional. En el campamento entendés lo que es la Juventud Masculina, y en la misión entendés lo que es la Juventud de Schoenstatt. Pero vos la JM la entendés en un campamento. Por eso mantuve el campamento contra viento y marea.

“La JM debería ser un imán. El pibe que pasa

por la calle debería decir, ‘mirá qué piola que está

esto, quiero entrar’.”

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¿Cómo ves hoy a la Juventud Masculina, respecto de lo que era antes? ¿Cuáles son los cambios?

No sé bien… Me parece que se está gestando y que todavía no se ha gestado del todo, como una generación de “jefes”, o tiene que gestarse. Pero me parece que es una generación de jefes donde faltan diez changos que se ponganla cuestión al hombro. Eso no sé si falta, se está haciendo, no lo veo, no sé... Bueno, serás vos que tendrás que ponerte las pilas. Pero creo que esa dimensión y la de trabajar codo a codo con el asesor es fundamental. Porque el asesor solo no puede hacer nada, el asesor necesita que haya un grupo de gente al lado suyo de absoluta

confianza. Si no el asesor no puede, eso te lo digo por experiencia.Yo por ejemplo, hasta el día de hoy con Santi Nolting, o con Agustín

Mayer, con Perkins, con Juan Clavijo, con Ale Matheu, yo abro los ojos y los tipo ya saben qué estoy pensando y yo sé lo que están pensando ellos. Y ya funcionamos solos, es decir, no necesitamos chamuyarnos ni nada, cada uno ya tiene sus compromisos y ya sabe qué hacer. Sabemos qué cosas hay que acentuar, y qué no.

Una de las cosas que más notamos es que antes estabas vos y algunos más, pero no había nadie más. En cambio ahora decís que tienen que estar esos diez que se pongan la cuestión al hombro. Pero, ¿y el resto?

Y el resto te va a seguir, no importa. Acordate siempre que la rama

es como un tren: “locomotora, primera clase, segunda clase, vagón de cola”. La pregunta es, “¿en dónde estás?”. En segunda clase siempre va a haber más gente que en primera. Y maquinista siempre va a ser uno, o dos, o cinco, no más. Pero vos tenés que tener buenos maquinistas, un buen grupito de primera clase. La segunda clase siempre va a estar llena, y está bien que sea así. El problema es no tener el maquinista.

Es que vos decías que si querés ser parte del movimiento, o estás comprometido en serio, o no estás...

Claro, pasa que en segunda clase vas a tener de todo. Vas a tener tipos que están un tiempo y se van, y está bien que sea así, no hay ningún problema. A mí no me preocupa eso, a mí me preocupan los que están adelante. Y después vas a tener gente que va a estar en segunda clase que va a pasar a ser maquinista. Siempre tenés que tener una pirámide. Vos no podés tener más gente arriba que abajo. La pirámide siempre tiene que ser así, con pocos arriba y una gran base. Y esto tiene movilidad después.

“La misión de Schoenstatt se caracterizó siempre por

ser una misión seria, exigente. Creo que eso no hay que perderlo nunca.”

Campamento de Verano

Pancho Bosch, Pablo y Agus Perkins.

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¿Tiene que ser así o es así naturalmente? ¿O ambas?

No sé si tiene que ser o debe ser, yo lo que he experimentado es que es así. El problema es cuando no tenés lo de arriba, abajo que haya de todo. Justamente Schoenstatt tiene que ser un movimiento en donde

todo el mundo pueda venir, todo el mundo pueda estar, donde hasta el pibe mas penka pueda encontrar un lugar. El Santuario tiene que ser lo más abierto y amplio posible. Que venga cualquier tipo de persona, cualquier condición social, cualquier forma de pensar, cualquier orientación sexual. No me importa a mí eso. Al Santuario todos. Lo que hay que cuidar es lo de arriba. Y eso es lo que yo noto cuando vos me preguntás cómo están en relación a otros años. Quizás teníamos menos base al principio, pero la punta siempre fue filosa. Y yo me sentía así, codo a codo con ellos. Codo a codo.

¿Ahora la ves un poco más dejada?

No, me pregunto por la punta. Aunque no sé, no tengo respuesta. Si vos me preguntás qué diferencias noto, te digo esa. Yo antes eso lo veía más y ahora lo veo menos. Puede ser que yo no lo vea.

“Sin duda me veo cerca de este

Santuario.”

¿Cúal pensas que es hoy la situación de la juventud en general? No ya sólo de la JM sino de toda la juventud.

Bueno, no sé, es una respuesta re difícil de dar. Yo creo que la juventud está en una etapa espectacular, maravillosa, y que la mayoría de los jóvenes que están alrededor de ustedes son buenos tipos. El tema es que no les ofrecemos nada, y la mitad de las cosas que les ofrecemos son malísimas. Pero estoy convencido de que la juventud está en una etapa maravillosa y que hay pibes de primera por todos lados. Hay que ofrecerles algo, hay que ayudarlos, hay que estar, hay que darles una oferta tentadora.

¿La JM debería responder a eso entonces?La JM debería ser un imán. El pibe que pasa por la calle debería decir, “mirá qué piola que está esto, qué bueno que está, tipos buenos, con buena onda, divertidos, cancheros, que la pasan bien, son normales, que no son unos aparatos... Qué copado eso, quiero entrar”. Eso sólo es suficiente, eso sólo atrae. Pero hay que hacerlo.

¿Dónde y cómo te ves de acá a 20 años?

¿Dónde voy a estar? Acá voy a estar. Y... me veo trabajando como cura, viviendo mi ministerio... No sé, quizás me veo en algún monasterio rezando tranquilo, o en la formación también me gustaría. Me veo haciendo lo mismo.

Para los Padres de Schoenstatt es así, ¿no? Al principio te meten

con la Juventud, después con los adultos, Matrimonios...

Sí, ahora estoy con Matrimonios. Aunque en realidad hago de todo, también con jóvenes. Hago lo que haya que hacer. Yo soy cura y hago lo que quiero hacer: quiero celebrar la misa, confesar, celebrar los sacramentos, dar charlas, retiros, jornadas, eso. Eso es lo que más me gusta.

Claro, como desde el principio, “ayudar en lo que se necesite”.

Exacto, es una buena síntesis. Como al principio: lo que se necesita hacer, habrá que hacerlo. Si dentro de veinte años hay que cortar el pasto, y, cortaremos el pasto, qué problema hay, no se me van a caer los anillos por eso. Sin duda me veo cerca de este Santuario. ●

“En el campamento entendés lo que es la

Juventud Masculina, y en la misión entendés lo que

es la Juventud de Schoenstatt.”

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Para poder hablar de lo que fue el Congreso Misionero, primeramente tengo que mencionar un concepto que si bien es obvio, muchas veces lo olvidamos o lo dejamos de lado; SCHOENSTATT NO ES UN MOVIMIENTO QUE HACE MISIONES, SCHOENSTATT ES MISIÓN.

Algunas personas podrían pensar que hay mil cosas dentro de nuestro Movimiento, que son más importantes que las misiones, pero son eventos como el Congreso Misionero los que nos ayudan a volver al primer amor.

El Congreso, se llevó a cabo en el Santuario de la Solidaridad, en Villa Warcalde, de la hermana República Argentina. La base y el objetivo del encuentro era que como representantes de los diferentes países del bloque iberoamericano pudiéramos en base a nuestras experiencias, vivencias y distintos carismas, propios de nuestros países, definir cuáles son los pilares que nos identifican como misioneros schoenstattianos. Para esta ardua labor utilizamos un método que nuestro fundador utilizaba: Observar, Comparar, Focalizar y Aplicar.

Al final en el Congreso, a pesar de la heterogeneidad de nuestras misiones a lo largo y ancho del continente y gracias al aporte y

participación de todos, pudimos descubrir los cuatro pilares propios de todas nuestras misiones. Estos se representaron con un símbolo o frase que nos marcan a nosotros los schoenstattianos.

-El Santuario, que representa nuestra profunda espiritualidad, que es fuente de vida y de envío y que desde ahí es donde nos formamos para salir a misionar. (El envío.)

-La Virgen Peregrina es la imagen que nos identifica, marca la presencia de la MTA, es una herramienta para transmitir nuestra Fe mariana, y también nos regala una misión para misioneros y misionados, Schoenstatt para la Iglesia. (El trabajo.)

-La Alianza De Amor, medio por el cual asumimos la misión, de la mano de María, de llevar a Cristo al mundo. La fecundidad de nuestra misión depende de las

contribuciones al Capital de Gracias, donde vivimos el “Nada Sin Ti, Nada Sin Nosotros”, llevándonos a vivir todo por amor con alegría, junto a una intensa vida de oración.

-La Fe Práctica En La Divina Providencia, misiones como experiencias que nos santifiquen, ayudar a la Iglesia local, la

metodología de los 4 pasos del Padre Kentenich (observar, comparar, focalizar y aplicar) durante la preparación y el desarrollo de las misiones. Es nuestro modo de continuar con su herencia y regalarla a la Iglesia con fidelidad.

Pero al final el Congreso fue mucho más que eso, fue una experiencia schoenstattiana que se vivió en comunidad de líderes, lo que provocó una

fuerte vivencia, muy intensa y radical, tan radical como los 2014 rosarios que se rezaron en esos cuatro días. Nos fuimos de ahí con la misión de no sólo reformar o mejorar nuestras propias misiones, sino reformar todo nuestro entorno. Nuestro sentido de Generación Misionera y Refundadora no se puede limitar a nuestro Movimiento únicamente, se tiene que expandir a todo nuestro continente. ●

Por Daniel “Pollo” Larraga | JM Méjico

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Page 16: Revista MTA N6 - Septiembre 2012