Revista Pentagrama 1-2016 - rosacruzaurea.org · Original” en la que se inspiraron los rosacruces...

• La Sal de la Tierra

• Platón y su doctrina de las ideas

• La enseñanza de Hermes

• La actividad de la Fraternidad Mundial

• La acuciante situación socio-económica actual

• El símbolo de la Escuela de la Rosacruz Áurea

Una llamada proveniente del corazón solar: el Camino, ¡verdad para tu vida!

2016 NÚMERO 1

Redactor JefeA.H. v. d. Brul

Responsable editorialP. Huis

RedacciónPentagramaMaartensdijkseweg 1NL-3723 MC Bilthoven, Holandae-mail:[email protected]

Edición y administraciónFundación RosacruzCamino del Pesebre, s/n.50162 Villamayor (Zaragoza)web:www.fundacionrosacruz.orge-mail:[email protected]

© Stichting Rozekruis Pers.Ninguna parte de esta revistapuede ser reproducida sin laautorización escrita del editor.

La revista pentagrama aparece seis vecespor año en holandés, alemán, español,francés e inglés.En brasileño, búlgaro, finés, griego, húngaro,italiano, polaco, ruso, eslovaco, sueco ycheco, sólo aparece cuatro veces por año.

Depósito legal:GI 1005-95

Revista de la Escuela Internacionalde la Rosacruz ÁureaLectorium Rosicrucianum

La revista pentagrama se propone atraer laatención de los lectores sobre la nueva era queha comenzado para el desarrollo de la humanidad.El pentagrama siempre ha sido el símbolodel hombre renacido, del hombre nuevo.Es igualmente el símbolo del universo y de sueterno devenir, por el que tiene lugar lamanifestación del Plan de Dios.No obstante, un símbolo sólo tiene valorcuando se convierte en realidad. El hombreque realiza el pentagrama en su microcosmo,en su propio pequeño mundo, se mantieneen el camino de la Transfiguración.La revista pentagrama llama al lector a realizaresta revolución espiritual en sí mismo.

Portada:

Un guía local hace señas a los ocupantes de un vehículo perdido en el desierto del Sahara. Por medio de los análisis de ADN y con la ayuda de numerosas comunidades de indígenas, desde 2005 el “proyecto genográfico” de la revista National Geographic intenta encontrar respuestas a las preguntas fundamentales ante las que la humanidad es colocada: ¿Cómo explicar nuestro origen? ¿Por qué caminos hemos poblado la tierra entera? ¿Hacia dónde nos conduce nuestra historia? Las tecnologías modernas nos permiten utilizar el ADN para arrojar una luz a nuestro pasado común. Todo el mundo puede participar en tiempo real en este trabajo científico y así aprender sobre sí mismo mucho más de lo que hubiera creído posible.

© genographic.nationalgeographic.com

Año 38 2016 número 1

La Sal de la Tierra 2Jan van Rijckenborgh

Platón y su doctrina de las ideas 5William Keith Chambers Guthrie

La enseñanza de Hermes 21

La actividad de la Fraternidad Mundial 26

La acuciante situación socio-económica actual 32

El símbolo de la Escuela de la Rosacruz Áurea 40

Nadie pondrá en duda que vivimos tiempos nuevos. Una verdadera transformación social se está gestando en el seno de la sociedad occidental, como ya fue predicho por la Fama Fraternitatis cuando afirmaba: Europa está encinta y dará a luz a un niño fuerte, que necesitará un buen regalo de sus padrinos.

La pregunta que nos formulamos hoy es si ha llegado verdaderamente el tiempo para realizar esta reforma general del mundo, o debemos aún esperar a que los seres humanos despierten de su letargo y comprendan la razón por la cual son llamados Microcosmos. Pues ellos son la sal mística de la Tierra, una sal que no se concibe a partir del yo individual, sino del nosotros colectivo. Una sal que es la luz del mundo, que da sabor y sentido a la realidad de las cosas, donde ya no importa lo que se dice sino lo que se hace.

La vía trazada hace dos mil años por el Sermón de la Montaña no es únicamente una aspiración del ser humano, como lo fueron la sociedad ideal que mostró Platón en su República, o las enseñanzas de la tradición hermética que permitieron comprender a los seres humanos la íntima relación entre Dios, Cosmos y Humanidad.

Libertad, Igualdad, Fraternidad no puede ser sólo el lema de una sociedad actual, vacía de contenido. Todos percibimos cada vez con mayor claridad la impostura de las palabras grandilocuentes cuyo único objetivo es mantener el status quo de un mundo injusto, desigual e insolidario. Una nueva consciencia se manifiesta, donde las intenciones se vuelven visibles y las palabras son confrontadas con la realidad de los hechos.

Conceptos como riqueza o sociedad del bienestar, que nacieron como un afán por un verdadero progreso humano, se han convertido en instrumentos para una sociedad más deshumanizada e individualista. Hemos perdido el contacto con la realidad y el mundo virtual llena nuestras vidas de imágenes e informaciones que separan nuestra consciencia de la verdadera naturaleza de las cosas, la “Naturaleza Original” en la que se inspiraron los rosacruces clásicos.

¡Conscientes de nuestro pasado, vivamos hoy de manera auténtica los cambios necesarios para realizar una nueva sociedad humana más libre, justa y solidaria!

2 pentagrama 1/2016

La sal de la Tierra. Imagen de la película del mismo nombre de Wim Wenders y Juliano Ribeiro Salgado© Sebastião Salgado

El pensamiento lúcido de Jan van Rijckenborgh y su vívida experiencia en la Europa de las dos guerras mundiales le condujo a fundar, junto a Catharose de Petri, una escuela moderna de transformación de la consciencia: El Lectorium Rosicrucianum. La idea de partida era llenar las lagunas de conocimiento que se hallan en el trasfondo de la existencia humana para así constituir una palanca que permitiera atenuar el sufrimiento del mundo.

la sal de la tierra 3

La sal mística está presente en todo ser hu-mano y su grado de eficacia determina su poder espiritual. La acción de esta sal une

o disuelve diversos valores y fuerzas que, en el transcurso del proceso, se han revelado útiles o superfluos. Además, posibilita que el ser humano prosiga su camino de evolución cósmica en el espacio y el tiempo.

Sufrimiento y purificación de la vida suscitados por la sal mística interactúan para dar nacimien-to a la consciencia del alma, el cuerpo del alma de los iniciados, el vestido de oro crístico que cubre a quienes avanzan hacia las bodas con el fin de esposar la luz del espíritu divino en ellos. Así se cumple la primera fase de las bodas alquímicas.

Pero esta sal mística sólo está latente en el ser humano. Aun cuando la llamada resuena desde hace mucho tiempo en todo el mundo, todavía no ha conseguido despertar a la mayoría de la humanidad. Por ello, la sal mística podría perder su sabor y el género humano, ya sin utilidad, desaparecería del plan divino original.

El universo entero nos anuncia y nos enseña que “Dios es Luz”. Nos lo demuestra en todos los planos de la vida. Esto nos hace tomar consciencia de que nosotros, criaturas a su ima-gen y semejanza, somos portadores de luz. De igual manera que el Logos también propulsa el sistema solar en el cosmos, nosotros, en cali-dad de auténticos portadores de luz, podemos comprender nuestra tarea y ser una luz para el mundo. ¡La sal de la tierra y también la luz del mundo!

La Sal de la Tierra

En cualquier lugar, la sal es un ingrediente indispensable sin el cual la vida sería impensable. Por analogía, se habla también de la sal mística como elemento de base de la alquimia espiritual, esencial para las bodas alquímicas de Cristián Rosacruz.

Jan van Rijckenborgh

Desde el comienzo hasta sus últimas conferencias, J. van Rijckenborgh siempre colocó las Bodas Alquímicas de Cristián Rosacruz (1459) en el centro de nuestra atención y nos reveló numerosas claves de esta obra de la Rosacruz clásica.

4 pentagrama 1/2016

Todo buscador serio percibirá que el punto cla-ve para lograr lo que uno se propone no es decir sino hacer, y que para hacer adecuadamente algo primero hay que saber y comprender.

Así pues, cuando se nos pide que seamos la sal de la Tierra y también la luz del mundo, esto significa que en Cristo hay una vía trazada que puede ser recorrida. Si comprendiéramos las in-tenciones de Cristo, aunque sólo fuera un ápice, el resultado sería significativo a escala mun-dial. Si aplicáramos el Sermón de la Montaña, aunque fuera mínimamente, esto provocaría un cambio radical, tanto en nuestro interior como en nuestro entorno, hasta el punto que creería-mos haber entrado en el reino de los cielos. Esto sería incuestionable para todo mortal y mani-fiesto para la humanidad entera.

No os consideréis nunca como un “yo” sino siempre como un “nosotros” La sal mística de la cual sois depositarios debe ser puesta al servi-cio del “nosotros”, que es el mundo. Si habéis obtenido fuerzas de alma, distribuidlas a vuestro alrededor en el mundo; de esta manera la miste-riosa sal mística se multiplicará en virtud de su fabulosa propiedad. Cuanto más deis, más seréis capaces de dar y más aspiraréis a hacerlo, bajo el impulso del corazón. La luz que está en vosotros, vuestro espíritu divino, podéis aportarlo al “nosotros”, es decir, a todos los seres humanos. Vuestra tarea no se sitúa en el “yo”, sino en el “nosotros”. No co-noceréis el descanso hasta que esta luz no haya penetrado en los lugares más sombríos.¡Ésta es la buena obra que prevalece! La única que responde a un mandamiento divino y exige un verdadero sacrificio: ser la sal de la Tierra y la luz del mundo. Y, siguiendo el ejemplo de Cristo, no descansar nunca hasta que la totali-dad de la ola de vida del género humano haya alcanzado su meta.Esta propuesta está llena de implicaciones que nos orientan hacia el particular comportamien-to explicado en el Sermón de la Montaña, que como comprobamos diariamente en nuestro entorno, todavía no ha sido asimilado por la humanidad.Como si fuéramos colocados ante la obligación de escalar una montaña, esto puede suscitar grandes reticencias, pues lo que pide Cristo es un cambio total del ser humano y de la socie-dad.

Si aplicáramos el Sermón de la Montaña aunque fuera mínimamente, esto provocaría un cambio radical

Platón y su doctrina de las ideas 5

Platón y su doctrina de las ideas

William Keith Chambers Guthrie

6 pentagrama 1/2016

profundizando todavía más en el concepto de Ciudad-Estado, Platón pensaba poder alcanzar su objetivo. Pero la suerte de la Ciudad-Estado libre iba a cambiar debido a las conquistas de Filipo de Macedonia y su hijo Alejandro el Grande, que tuvieron como consecuencia la absorción de la pequeña unidad de la Ciudad-Estado por la ola de reinos macedonios que se desarrollaron según un modelo semi-oriental. La ascensión de los grandes imperios puso fin, de manera radical, al proceso de declive que se manifestaba desde hacía algún tiempo en la Grecia de entonces. En parte, las causas de este declive eran ciertamente de orden político, co-menzando por las rivalidades entre las ciudades griegas, cuyas consecuencias fueron desastrosas, en particular para Atenas donde la organiza-ción de la Ciudad-Estado independiente era la más desarrollada. Estas rivalidades causaron las consecutivas derrotas de Atenas, pero también y sobre todo en el plano moral, el desconcierto de la población frente al poder en ascenso de diversos tiranos. Esto vino acompañado por la aparición de nuevas luces bajo la forma de ideas filosóficas nuevas que contribuyeron a minar todavía más el bastión de las antiguas tradicio-nes, de los usos y costumbres, pues la gestión y la supervivencia de la pequeña unidad de la Ciudad-Estado que era Atenas reposaban en gran parte sobre un funcionamiento unido a estas viejas tradiciones.

UNA viDA RELiGioSA PERSoNAL ERA iNimAGiNABLE Para una comprensión más amplia de la materia, debemos darnos cuenta de hasta qué punto estaban entonces mezclados el estado y la religión. No se trataba sólo de sustituir la iglesia por el estado, pues existía un único concepto que reunía las dos nociones, un único conjunto de reglas y de maneras de actuar. La noción de iglesia no existía y semejante institución no habría podido ser

A lo largo de los ocho decenios que vivió Platón, y particularmente en el apogeo de su madurez, se sintió cada vez más

atraído por el mundo del ser en sí, de la cons-ciencia del ser. Atraído también por el mundo que se sitúa más allá y fuera del campo limitado de la percepción sensorial e incluso más allá del flujo de los pensamientos, es decir del espíritu móvil. Cautivado por el mundo de lo inmutable y lo permanente, que no nace ni muere. Proba-blemente, abordaba este tema sólo en el seno de los veintiocho alumnos que formaban el grupo central de su escuela y que él recibía en su casa. Al resto de estudiantes de su academia, exponía un sistema de conocimientos más generales.

En este ensayo se ponen de relieve los trazos universales de la liberación del alma. Los dife-rentes Diálogos a los cuales se refiere W. K. C. Guthrie tratan de la planificación ideal de la ciudad-estado. Sin embargo, y sin duda alguna, pueden igualmente ser considerados como una pura imagen gnóstica primordial, la misma a partir de la cual los fundadores de la Rosacruz Áurea han concebido la Escuela Espiritual.Para comprender mejor la enseñanza de Platón, debemos comenzar por considerar su obra como el resultado de sus dos motivaciones principales. La primera era su intención de retomar el hilo de la obra de Sócrates, en el mismo lugar donde había sido interrumpido, con el fin de sostener la enseñanza de su maestro y defenderle con-tra los inevitables ataques y puestas en tela de juicio.Pero Platón no se dejaba guiar solamente por motivaciones de naturaleza personal o por el respeto hacia su maestro. Una segunda motiva-ción le animaba igualmente: el deseo de desa-rrollar y defender el concepto inacabado de la Ciudad-Estado, en tanto que unidad política y socio-económica independiente. Retomando el desafío lanzado por Sócrates a los sofistas y

concebida independientemente del estado. Los dioses eran venerados en las ceremonias organizadas por el Estado y esto formaba parte de los deberes ordinarios del ciudadano que participaba en ellas. Atenas contaba con una gran variedad de templos consagrados a diferentes dioses. Culto religioso y manifestación de amor hacia la patria constituían una sola práctica. En esta Ciudad-Estado, la diosa Atenea que era la protectora de la ciudad disfrutaba de supremacía. La acrópolis, que todavía domina hoy la ciudad de Atenas, coronada por su gran templo, estaba exclusivamente consagrada a Atenea. El día de su fiesta tenía lugar la ceremonia más importante del calendario anual. Esta imbricación entre el Estado y el culto se encontraba también en la legislación ateniense. Las sanciones correspondientes a las infracciones de las leyes derivaban su autoridad de la creencia tradicional en el origen divino de la legislación. Pues las leyes habían sido comunicadas a los primeros legisladores, como las Tablas de la Ley lo fueron a Moisés. A los ojos de los atenienses, las primeras leyes provenían del Dios Apolo, que hacía la función de profeta o mensajero de Zeus, el padre de los dioses. La gran mayoría de los individuos ni siquiera imaginaba la posibilidad de una vida religiosa personal. Una alternativa, propuesta por otra corriente de pensamiento, hubiera tenido pocas posibilidades de mantenerse en una ciudad como Atenas. Además, ésta sería inmediatamente considerada como creadora de una fuerza subversiva susceptible de amenazar

la integridad del orden establecido. La osadía de poner en cuestión el sistema supondría la voluntad de modificar los fundamentos sociales. Pero ninguna defensa del orden establecido de naturaleza socio-política habría podido proteger estos fundamentos de manera duradera contra tales ataques. Era necesario pues que la elaboración del sistema de organización de la Ciudad-Estado fuera atribuida a una clase de autoridad trascendente y absoluta. Una defensa razonable de este orden establecido y de sus instituciones sólo era posible sobre una base semejante. Una tal visión de las cosas podía difícilmente separarse de un universo fundado sobre una concepción absoluta de lo divino.

ANTRoPomoRfiSmo RELiGioSo, NiHiLiSmo ATEo, oPoSiCióN Era ya difícil referirse aún a Homero y a su panteón de divinidades que, cuatro siglos antes eran considerados capaces de revestir la forma humana, incluso sin ni siquiera evocar los ataques cínicos que tuvieron lugar en este sentido por parte de los filósofos ateos llamados sofistas; pues semejante visión había ya sido superada en el tiempo de Platón. La visión antropomórfica del mundo divino ya no podía mantenerse en el seno de la sociedad ateniense del siglo IV a.C., donde se alcanzaba un nivel de desarrollo del pensamiento abs-tracto. Pero que la visión antropomórfica del panteón fuese considerada como sobrepasada, no significaba que nadie pudiese reemplazarla. Esta era también la evidencia necesaria para garantizar la supervivencia de esta sociedad

En Atenas, las primeras leyes procedían del dios Apolo cuyo papel era el de ser profeta de Zeus


8 pentagrama 1/2016

que se transformaba rápidamente. Pero el riesgo de que la moral y la constitución a ella unidas se hundieran irremediablemente en el nihilismo ateo, existía. Los fundamentos tra-dicionales de la sociedad estaban triplemente amenazados: por la observación y el análisis de los fenómenos de la naturaleza, por el sofismo ateo y por el pensamiento místico. En lo que concierne a este tercer ángulo de ataque, es suficiente prestar atención a las actividades de cierto número de librepensadores, entre los cua-les los más influyentes eran los seguidores de las obras atribuidas a Orfeo. Su enseñanza atacaba el orden establecido en la medida en que se enunciaba en ella que la religión está en re-lación con el alma de cada uno y no con sus de-beres hacia el Estado o la comunidad. En cuanto a la crítica que provenía de quienes analizaban los fenómenos de la naturaleza, consistía en

Naturalmente, no era posible referirse a Homero y a su panteón de dioses indisciplinados antropomorfos

más bien su mejoramiento y la consolidación de sus instituciones y sus prácticas.

PRoCURAR UNA viDA fELiz A ToDA LA ComUNiDAD En la República, los miembros de la clase dirigente son sometidos a un imprescindible imperativo de sumisión al interés general, que a nuestros ojos parecería excesivo. Los ciudadanos más eminentes y los más dotados se veían retirados de la familia y las posesiones; la educación de los hijos debía hacerse bajo la supervisión de la comunidad; las tareas y los derechos eran atribuidos según un sistema que no evitaba las distinciones de clase. Estas características conservaron ramificaciones hasta en nuestra visión actual del mundo y de la sociedad. En La República, el propio Platón atribuye a uno de sus oyentes el comentario de que, en este nuevo modelo de sociedad quienes son llamados a convertirse en dirigentes no parecen estar destinados a una vida particularmente agradable; en efecto, no podrán poseer ni casa, ni renta, ni ningún otro bien. Deberán vivir en comunidad como en una caserna de militares de carrera y, tal como precisa Sócrates para hacer el comentario aún más cáustico y cínico, “sin incluso recibir sueldo”.Y lo justifica así: “Nuestro objetivo, creando esta sociedad, no es hacer feliz a una determinada clase privilegiándola, sino procurar a toda la comunidad una vida feliz”.La forma de organización propuesta en La República es la consecuencia lógica de la ad-hesión al concepto básico de la ciudad. Pero Platón había comprendido que no habría futuro para ésta si las consecuencias que conllevaba esta forma de organización no eran aceptadas; pensaba más concretamente que la comunidad debía preservarse de los comportamientos indi-viduales indeseables y de los libertos que, con el paso del tiempo, podían hacer surgir fuerzas destructivas. Sólo a condición de que la ciudad

que decían que los dioses no podían de ningu-na manera existir bajo la forma presentada por Homero. El tercer asalto, el de la escuela sofísta, residía en la afirmación de que la legislación de la ciudad no podía ser debida a una inspiración divina, puesto que los dioses no eran más que invenciones humanas, y por lo tanto revocables.

DEfENSA DEL HELENiSmo PARA LA SALvACióN DE LA CiUDAD Estas tres corrientes de opo-sición eran normales en el tiempo de Platón. Ahora bien, éste tenía un espíritu práctico y había renunciado a su carrera política con el objetivo de poder consagrarse completamente a la elaboración de un sistema de gobierno. Se le presentaban dos posibilidades. O bien seguir la tendencia del momento y reconocer que el concepto de la ciudad y la estructura de su or-ganización pertenecían al pasado, en cuyo caso habría podido contribuir a la demolición de la obra y, sobre sus ruinas, intentar reconstruir una sociedad y una religión nuevas; o bien utili-zar todas sus fuerzas para mantener la ciudad y poner en evidencia el propósito criminal de sus enemigos, tomando de ellos lo que tuviera valor para reforzar el sistema tradicional debi-litado. Pero, en todo caso, era necesario que los enfoques políticos religiosos o metafísicos no se contradijeran, sino todo lo contrario. No podría obtenerse ningún cambio real en el pensamiento político sin un cambio paralelo en la concepción generalmente admitida con respecto a la natu-raleza de la realidad. Platón, viendo claramente todo esto, decidió actuar con toda su fuerza en la defensa del helenismo y la salvación de la ciudad. El hecho de que publicase la República al comienzo de su carrera como autor y que sus Leyes apareciesen poco tiempo antes de su muerte, demuestra que consagró toda su vida a este ideal: concebir una reforma de la sociedad teniendo como punto de partida no la supresión de la ciudad como forma de organización, sino

¿La gruta de Platón? Crystal Cave en el Parque Nacional de Sequoia, California, USA


10 pentagrama 1/2016

tad que presiden los propios actos.Es poco probable que Platón haya sido el primer autor en identificar esta problemática, pero parece evidente que las incesantes y pertinentes preguntas colocadas en este sentido por Sócrates a los espíritus escépticos de sus contemporáneos atenienses han suscitado numerosos interrogan-tes y reacciones.

Tomemos este ejemplo: Sócrates, vuestra invitación a una conducta virtuosa parte de la suposición capital según la cual existiría algo así como la justicia y la virtud, independientemente de los actos concretos en los que ellas se manifiestan. Ahora bien, ¿conviene suponer que existe, en lo absoluto, y separadas del ser humano, una justicia o una virtud? La realidad de los hechos nos muestra que algunos hombres, en momen-tos diferentes y en épocas diferentes, han actuado de una manera que nosotros calificamos de justa o de vir-tuosa. Pero ninguno de estos diferentes actos puede ser identificado con la virtud o la justicia perfecta, de las que nosotros intentamos encontrar precisamente una definición. A lo sumo, podemos decir que estos ejem-plos son rudimentarias aproximaciones a la perfección y que en realidad existen sólo actos individuales y aislados. Si semejante concepto universal no existiese efectivamente, ¿qué tendríamos que ganar con la bús-queda a cualquier precio de semejante quimera?

oCUPARSE PoR Sí miSmo DE LA SALvACióN DE SU ALmA Una segunda objeción que no tardó en surgir se refería a la instigación de Sócrates de ocuparse por sí mismo de la salvación de su alma. El método que proponía para examinarse

pueda conservar su homogeneidad –su armonía, como lo expresa Platón–, ella será susceptible de perdurar en su manera de funcionar. Seme-jante armonía reposa sobre la adhesión de cada ciudadano a la idea de que es necesaria la ade-cuación entre la función a realizar en la ciudad y las capacidades requeridas para asumirlo.

TomAR CoNSCiENCiA DEL CoNCEPTo y DE LA REALiDAD Que Sócrates haya sido el inspirador del platonismo no nos sorprende nada, pues demostró claramente esta coherencia durante su detención. Mientras sus amigos y adeptos se planteaban liberarle, les respondió: ¿pensáis verdaderamente que una comunidad podría subsistir si fuera vuelta del revés, si los magistrados y legisladores perdieran su papel y su autoridad, por el hecho de que uno u otro de sus ciudadanos actuara según su libre albedrío?

En este contexto, la cuestión más importante surge directamente de la propia doctrina de Só-crates. En efecto, de una manera simple y muy original, éste intentaba volver a las gentes mejo-res y convencerlas de que, para mejorar su alma, debían trabajar en ella por sí mismos, pues ello correspondía a su propia responsabilidad. Inten-taba hacerles comprender que no debían limi-tarse a observar y respetar las diferentes formas y expresiones de las virtudes posibles –como los actos justos, valerosos y caritativos– , sino que debían hacer todo lo posible para lograr repre-sentarse claramente el sentido y el valor de estas nociones que son la justicia, el valor y la amis-

La mayoría de los griegos eran más bien de temperamento escéptico, con los dos pies bien anclados en la tierra. La psique y el mundo del alma no eran lo que les interesaba en primer lugar.


y sobre el cual insistía tanto era completamen-te nuevo en esa época. Los griegos eran en su mayoría bastante pragmáticos; tenían ambos pies bien anclados en la tierra. La psique y el mun-do del alma no eran cosas que les interesasen directamente. Podían satisfacerse con nociones vagas, susceptibles de interpretaciones divergen-tes, transmitidas desde Homero y fijadas de una vez por todas cuatro siglos antes. La noción de psique, por ejemplo, les daba la imagen de un aliento o sustancia etérea para animar el cuerpo, pero al mismo tiempo dependiente de él para permitirle actuar. Cuando la muerte se llevaba el cuerpo, la psique se encontraba desprovista de abrigo y condenada a hundirse en una existen-cia crepuscular, privada de fuerza. Incluso los modernistas de los tiempos de Sócrates, que esperaban que los misterios les garantizasen una existencia mejor después de la muerte, se quedaban asombrados ante la visión totalmen-te nueva según la cual la psique era la sede de todas las propiedades morales e intelectuales del ser humano y que tenía infinitamente más im-portancia que el cuerpo físico. Para hacer frente a la crítica inevitable y con el fin de que todas estas nuevas concepciones se pudieran imponer, era necesario introducir en paralelo los dos ejes de incidencia de la filosofía, que son la metafísi-ca y la moral. Ésta era la tarea para la cual Pla-tón tenía por excelencia las cualidades exigidas. En efecto, contrariamente a Sócrates, buscaba establecer una definición de la naturaleza de la realidad misma y llegar a conceptos abstractos unidos estrechamente con la moral. Para re-flexionar sobre las grandes preguntas “¿Qué es el ser? ¿Qué es el no ser? ¿Qué es lo real? ¿Qué es lo que no lo es?”, Platón se inspiró en sus predecesores, Heráclito y Parménides.

fUENTES DE LAS CoNCEPCioNES DE PLATóN La enseñanza de Heráclito dice en esencia que en el mundo del espacio y el tiempo todo se mue-

ve sin descanso, todo está sometido a un proce-so de cambio, el cambio no acaba nunca, nada es dos veces completamente la misma cosa. La consecuencia lógica de esta enseñanza es que de hecho no puede haber conocimiento del mun-do. Pues si todo se transforma continuamente y nunca puede permanecer idéntico a sí mismo, no es posible conocer lo que hace un momento era otra cosa. El conocimiento supone que hay un objeto de conocimiento estable y permanen-te. Parménides se oponía a esta tesis y defendía la idea de una realidad estable e inmutable. Pero esta realidad sólo se podía descubrir mediante la actividad del espíritu, porque ella está completa-mente separada del mundo transitorio, objeto de los sentidos. Solamente se puede conocer lo que es inmutable, invariable, eterno, fuera del espacio y del tiempo. En cuanto a los sentidos, sólo nos ponen en contacto con este otro mundo que es cambiante, perecedero y pasajero. He aquí el tipo de reflexiones que, después de Parméni-des, usaba Platón para enlazar con las pregun-tas formuladas por Sócrates, a propósito de los preceptos a dar en materia de conducta racional y moral; además añadía su interés primordial por las matemáticas pitagóricas.

LA iDEA, CoNCEPTo No iDENTifiCABLE qUE ExiSTE fUERA DEL ESPACio TiEmPo Platón quería, costara lo que costase, resolver dos problemas: por un lado, el de la unión entre la herencia de Sócrates y la existencia de normas absolutas de conducta; por otro lado, el de la existencia o la no existencia de un mundo sus-ceptible de ser percibido de manera puramente científica, visión que las teorías de Heráclito amenazaban con conducir al caos a causa de la mutabilidad de las cosas.Platón estaba convencido de que tenía que haber repuestas a estas preguntas. Recurrió a la única vía posible para resolver este aparen-te dilema. Afirmó que los “objetos conocibles”


Platón nos dice de estas ideas que son concep-tos absolutos, separados, que existen de manera autónoma fuera de las limitaciones dadas por el espacio y el tiempo, y que sin ello el cono-cimiento sería un sueño fútil, y su objeto, una quimera. En la fe en un mundo de ideas abso-lutas o conceptos existentes por sí mismos, sus definiciones se pueden buscar racionalmente. Así es posible captar bajo un denominador común –como lo Bueno– fenómenos unidos a cosas tan diferentes como el vino y lo deportivo. Entonces podríamos representarnos un mundo ideal en el cual se situarían los conceptos fundamentales de la naturaleza, perfectamente puros y eternos. En cuanto a la existencia aparente del mundo material, ésta procedería de su mayor o menor imbricación con el otro mundo y de su partici-pación en la existencia plena y perfecta de este último.

EL CoRAzóN y LA RAzóN HABLAN DE UN mUNDo iDEAL Por el hecho de que esta visión de las cosas se parece mucho a una creencia religiosa y a una experiencia mística, y ésta difícilmente se puede fundar sobre argumentos racionales, Platón ha recurrido muchas veces a comparaciones y alegorías para dar una descripción de la relación entre los dos mundos. No obstante, él se atiene explícitamente a la idea de que la razón misma puede realmente demostrarnos la existencia de estos dos mundos. Sin embargo esta idea se ajusta también a un significado que él vincula a la noción de razón, por tanto más amplia que la generalmente admitida, que comprende solamente argumentos lógicos, mecánicos. Según Platón, la razón incluye también indiscutiblemente el pensamiento conducido por el sentimiento y el silencio contemplativo, llevándonos a lo que es recto y racional. Aristóteles consideraba el empleo de comparaciones como una imperfección, pero no vemos como Platón

tienen una existencia y pueden ser descritos, pero que derivan de conceptos no identificables con todo lo que podemos observar en el mundo material y que existen fuera del espacio-tiempo, en una especie de mundo ideal. Aquí es donde encontramos el origen de la idea llamada plató-nica. La palabra griega “idea” tenía en su tiempo más bien el sentido de forma o modelo. El sig-nificado del término “idea”, tal como lo em-pleamos hoy corrientemente, peca por omisión por el hecho de que las ideas pueden existir de manera completamente independiente, más allá de nuestra facultad de representación, fuera de nuestra propia mente. La acepción platóni-ca de la idea nos conduce a representarnos la idea como, de alguna manera, una sustancia a la cual Platón atribuía una existencia autónoma y perfecta. Podemos fácilmente concebir una idea única cubriendo conceptos tales como la bondad o la igualdad. Ello nos permite expresar que hay algo de común en situaciones diferen-tes, como cuando se habla por ejemplo de un buen vino o de un buen deportivo, oportunidades iguales o un triángulo cuyos lados son iguales. Sin una base común ante diferentes situaciones o unas determinadas cualificaciones, cualquier comunicación entre las personas sería imposible. Esta base común se llama idea, concepto o no-ción, como por ejemplo “la bondad” o “la igual-dad”. El resultado de esta visión no concuerda con el enfoque moderno en que se prefiere partir del punto de vista según el cual “los gustos y los colores no se discuten”, dicho de otra forma, los conceptos son relativos y no se tiene que for-mular ninguna norma general. Actualmente, un buen número de escépticos llegan a considerar como injustificada cualquier generalización de los conceptos. En consecuencia, no se podrán poner de acuerdo sobre la calidad de un buen vino o de un buen deportivo. Hay que señalar que en la concepción platónica, las dos acepciones están presentes cuando se habla de la idea del Bien.


podría haber procedido de otra forma. Él habla a veces de este “mundo ideal” como de un modelo del mundo físico observable por los sentidos, como de su reflejo, en la medida en que las limitaciones de la materia lo permiten. Otras veces habla del mundo físico como participando de la existencia del mundo ideal. Una de sus comparaciones favoritas es la que establece entre el actor de teatro y su interpretación del papel que tiene que jugar, y el papel y la interpretación inicialmente imaginados por el autor.

LoS CoNCEPToS SoSTiENEN NUESTRA CULTURA CiENTífiCA TECNoCRáTiCA La enseñanza de Sócrates nos ha llegado gracias a Platón. Fue Sócrates quien introdujo por vez primera el tema de la Idea o del concepto que designa nociones morales e intelectuales. Platón amplió esta primera idea con el fin de incluir en ella todos los fenómenos y criaturas de la naturaleza. En consecuencia, hoy día somos capaces de considerar formas diferentes, pertenecientes no obstante a una especie o raza, por ejemplo la de los caballos, como parte del concepto más general de “caballo”. Si bien la manifestación de esta imagen ideal perfecta y absoluta de “caballo” no se puede aplicar con precisión a sus reflejos limitados e imperfectos que son los caballos del mundo físico. En Fedón, Sócrates dice:”Yo me uno, de manera simple y sin rodeos, quizá neciamente, a este pensamiento de que sólo por la Belleza, jamás llegan las cosas a ser bellas por sí mismas.” Si tuviéramos que relacionar esta declaración con nuestros usos lingüísticos y científicos, diríamos que no consideramos un fenómeno como de orden científico a menos que se pueda incluir en una clasificación, un orden, lo cual implica que debemos tener un conocimiento previo de la clase en la que se podría insertar. La mayoría de la gente que conocemos encontraría ininteligible una

Para Platón la razón incluye expresamente el pensamiento unido a las emociones y la contemplación tranquila de lo que es recto y racional


evidentes que ahora para la mayoría de nuestros contemporáneos. Por un lado, estaba el pensamiento propio de Heráclito según el cual todo cambia, lo cual obstaculizaba un enfoque analítico y científico de los fenómenos. Por otro lado, estaba la enseñanza de Parménides que, por el contrario, pretendía, que todo lo que es real es eterno e inmutable.

LAS SUPoSiCioNES HAN ENGENDRADo LoS BASTioNES DE LA CiENCiA moDERNA La enseñanza de Platón comporta muchos más puntos de contacto con nuestro pensamiento moderno de lo que estamos inclinados a admitir en un primer momento. La cuestión de saber si nuestra manera de pensar se funda en el uso de conceptos generales, abstractos e impersonales que, por ello mismo tienen una cualidad de autonomía y de absoluto, es una cuestión que no nos planteamos. En las ciencias, por ejemplo,

declaración hecha de esta manera y no seguiría fácilmente a Platón cuando éste atribuye a esta clasificación una existencia propia e independiente, como una Idea, separada de la mente humana. Esta deducción de Platón se apoyaba sobre una elección que él hacía, porque al igual que Sócrates, tenía una fe inquebrantable en la posibilidad y la realidad de un enfoque científico y analítico, estableciendo ciertos tipos y principios fundamentales. Una perspectiva que, a fin de cuentas, ha desembocado en la cultura científica tecnocrática que conocemos. Platón y Sócrates compartían también la convicción de la necesidad de una ética social basada en normas absolutas, sin las cuales la sociedad estaría irremediable condenada a perecer en el caos y la división. En su tiempo se trataba manifiestamente de una visión completamente nueva y las premisas eran mucho menos


sean verdaderamente idénticos. No obstante, siempre se hablará de la gripe como de un hecho absoluto existente por sí mismo y de una realidad evidente. Nuestra experiencia nos hace decir que hay gente enferma y no que existe una enfermedad.

imBRiCACióN DE Lo ABSTRACTo y Lo CoNCRETo Podemos pues afirmar que, en cierto sentido, Platón defendió y elevó a un nivel filosófico lo que la mayoría de nosotros admitimos inconscientemente como una evidencia. Ello significa que, efectivamente, existen conceptos absolutos, autónomos e intangibles que abarcan fenómenos físicos diversos y diferentes.Sin embargo, esto no nos basta, pues según el uso que de ello hacía la Grecia de Sócrates, hoy la gente utiliza normalmente conceptos generales y términos abstractos de una manera más bien superficial e irreflexiva sin detenerse en sus significados verdaderos. Platón era muy consciente de que estos conceptos abstractos y generales encarnaban una realidad trascendente no material, aunque insistía en la importancia de la exhortación de Sócrates a ejercitarse en un profundo examen de sí mismo para encontrar el significado preciso de estos conceptos. Pero si partimos de la hipótesis de la existencia de un mundo perfecto donde las leyes y los mode-los del mundo físico perceptible están fijadas, y luego que estos dos mundos están más o menos imbricados, de manera que la realidad de las formas trascendentes pueda ser más o menos transmitida a las formas físicas, entonces pode-mos también preguntarnos dónde y cómo ha ocurrido que hayamos entrado en contacto con estas formas y conceptos abstractos, dónde y cómo hemos podido reconocerlos y utilizarlos como puntos de referencia y constatar que tal o cual acción se puede considerar como buena o bella.

partimos de la inmutabilidad de lo que se llama “leyes”. Pero un hombre de ciencia interrogado sobre este tema, respondería que la adopción de leyes procede, de hecho, únicamente de un imperativo de simplicidad para una utilización práctica; en realidad, el enunciado de una ley no es nada más que la formulación de elevadas probabilidades y de aproximaciones de la verdad y la realidad. Sin embargo parece que las suposiciones de este tipo hayan podido llegar a ser el fundamento de impresionantes bastiones de la taxonomía científica moderna, y ello sobre la base de verdades y realidades supuestamente inmutables, de las cuales estas leyes toman su fuerza. Si la confianza se tambaleara por el hecho de que estas mismas leyes se aplicasen mañana como lo hacían ayer, la ciencia no podría hacer ningún progreso. En esta visión científica, de lo que se trata también es de fe y confianza, siempre que estemos abiertos al hecho de atribuir a estos conceptos abstractos un valor transcendente y absoluto. La notable ambigüedad de nuestro pensamiento moderno es que utilizamos conceptos y leyes como si fuesen absolutos e inmutables, mientras que al mismo tiempo pretendemos que no poseen de ninguna manera esta existencia autónoma y absoluta. La prueba de ello la podemos ver en el hecho de que son utilizadas denominaciones diferentes para designar ciertas enfermedades, por ejemplo la gripe. La gripe es un concepto general que incluye muchos síntomas diferentes, susceptibles de manifestarse aunque nunca

El simposio de Platón, obra de Anselmo Feuerbach, pintada hacia1869, donde vemos representado a Agatón que recibe a Alcibíades. El contraste entre el huésped ebrio y la figura espiritual de Agatón es la expresión de la lucha interior del pintor. El cuadro está lleno de símbolos que nos remiten a la vida espiritual de la Academia de Platón, un motivo que mantuvo ocupado a Feuerbach durante más de quince años.


do eterno y transcendente de las ideas y el del espíritu identificado con el cuerpo se situaba en las doctrinas de los reformadores religiosos, en lo concerniente al género y la naturaleza del alma humana. Tal como hemos visto, la visión corriente de los griegos en la materia era vaga y superficial. Pensaban que una vez sobrevenido el perecimiento del cuerpo, el alma en decadencia se encontraba desorientada, como sin protección y se disipaba como el humo, tal como dice Ho-mero, reducida a una existencia vaporosa, y sin

CUiDAR DEL ALmA PARA LA SALvACióN DE LA PRoPiA PSiqUE Llegado a este punto, Platón confirma otro aspecto de la enseñanza de Só-crates e incluso lo desarrolla a la luz de la tradi-ción religiosa mística de los adeptos de Orfeo y Pitágoras. Este otro aspecto es la incitación incesante de Sócrates a sus oyentes a tomar ellos mismos la responsabilidad del cuidado del alma para la salvación de su propia psique. Platón com-prendía que el puente de unión entre el mun-

Platón y la Academia de Atenas, mosaico, Pompeya, hacia el año 79 a de C.


vida real. Desde este punto de vista, el cuerpo es comparable a una cárcel o a un ataúd del que el alma espera ser liberada con el fin de regresar al mundo ideal en el que residía antes de ser unida a un cuerpo. La doctrina del mundo ideal depende enteramente de la fe inquebrantable en el alma eterna, o sea el reconocimiento de una preexistencia de la misma. Solamente entonces el proceso de aprendizaje se puede comprender en tanto que recuerdo. Pues la observación de los fenómenos y los hechos exteriores a noso-tros y que nos rodean, nunca está en condicio-nes de hacer surgir la menor forma de conoci-miento en relación con los aspectos universales, eternos y abstractos de los conceptos e ideas que nosotros apreciamos. Pero debido a que el alma ha tenido anteriormente la experiencia del mundo real de donde ha salido y al que perte-nece, es posible que el débil e imperfecto reflejo del mundo ideal sobre esta tierra nos recuerde lo que antaño sabíamos pero hemos olvidado, contaminados como estamos por la existencia material y la hez de la tierra.

Lo imPERfECTo No CoNDUCE JAmáS PoR Sí miSmo AL CoNoCimiENTo DE Lo PERfECTo El punto de partida de esta visión es la perspectiva según la cual lo imperfecto nunca puede con-ducir al conocimiento de lo perfecto. Ninguna cosa en el mundo físico es matemáticamente idéntica a otra. Si, en nuestra mente, funciona-mos con la idea de poseer el verdadero signi-ficado de la palabra igualdad, no lo utilizamos como algo comparable a una referencia material

vitalidad. Para explicar el carácter sin sentido de semejante visión de las cosas, Sócrates impulsó el razonamiento hasta el absurdo, hasta el punto de prevenir a aquellos de sus amigos que pen-saban así, que si el día de su condenación fuera un día de tempestad, fallecer podría ser para él una empresa muy arriesgada pues el viento po-dría tener un dominio tal sobre su alma que su sustancia ¡se vería dispersada a los cuatro puntos cardinales! En un clima de creencias de este género, no es asombroso que Sócrates se mostrara muy radical cuando enunció que el alma era mucho más importante que el cuerpo y que el ser huma-no tenía el deber de preocuparse por ella aún más que de su cuerpo físico, a veces incluso en detrimento de éste. Frente a tal afirmación, la incredulidad de sus contemporáneos era general.En consecuencia, para dar peso al punto de vista de Sócrates, Platón buscó confirmar la verdad de las enseñanzas más antiguas como la de Pitágoras, que afirma que el alma es de esencia eterna y que, por su naturaleza, no se encuentra en su casa en un mundo tributario del espacio y el tiempo.El alma ha conocido numerosas encarnaciones pero, en el intervalo que separa cada una de ellas, liberada de su unión con el cuerpo, entre-vé, a veces más, a veces menos, algo del único mundo real, el de los valores intemporales y de los conceptos que se encuentran más allá del mundo físico y sensorial. Más que una catástro-fe para el alma, la muerte del cuerpo le da la ocasión de refrescarse con néctar y revivir en la

Por un lado estaba el pensamiento de Heráclito para quien todo es cambio, y por otro el de Parménides que decía que todo lo que es real es eterno e invariable


veracidad de esta concepción del conocimiento que es la reminiscencia; también ocurre lo mismo en Menón, donde el empleado iletrado que lleva este nombre debe responder a preguntas de orden matemático. Sin embargo, también aquí, Platón hace decir a Sócrates que esta enseñan-za proviene de sacerdotes y sacerdotisas que consideran que ser responsables de sus actos forma parte de su deber y de su tarea. Una vez más pues, la filosofía y la religión se introducen cogidas de la mano. La misma imbricación de los dos con las con-secuencias que ello comporta para la doctrina platónica es también representada bajo forma de grandes mitos, tal como figuran al final de los diálogos.

El más importante de estos mitos es posible-mente el de Er el Pamfiliano(*) con el cual termina La República. Da una descripción com-pleta del viaje del alma a través de la creación, donde las diferentes encarnaciones son identifi-cadas, así como lo que ocurre en los intervalos que las separan. Este mito describe también la manera en la que el alma llega a refinarse y purificarse para, finalmente, escapar para siem-pre del ciclo de los nacimientos y las muertes. La razón por la cual nosotros, seres humanos, no nos acordamos de la realidad de este mun-do ideal completamente diferente, se explica en este mito a causa de la obligación que tiene cada alma de beber del agua del río del olvido antes de adoptar un nuevo cuerpo. Puesto que las almas acaban de atravesar una gran llanura desierta, la tentación de beber una gran canti-dad de esta agua es muy grande. En ese pre-ciso momento, las almas demuestran el avance filosófico que han realizado en el transcurso de las encarnaciones precedentes, pues es aquí donde la fuerza del autocontrol que han adqui-rido es puesta a prueba de verdad. Pero desgra-ciadamente todas las almas se encuentran en

como dos reglas o dos características. Estos en-foques deben efectivamente estudiarse y obser-varse, sin embargo sólo pueden funcionar en tanto que indicadores o señales para la mente, que permiten encontrar el camino del conoci-miento de la perfección. Este conocimiento esta-ba antaño presente en nuestra mente pero ahora se encuentra en estado latente. Es necesario que sea redescubierto, reactivado, para que la inteli-gencia pueda funcionar. En realidad, todo cono-cimiento en el mundo material es una cuestión de reminiscencia. Desde el momento en que el filósofo está sobre la pista del “mundo ideal”, como ya ha aprendido a utilizar de la justa manera sus sentidos y facultades de observación, ya no tiene necesidad de preocuparse continua-mente de las cosas relacionadas con la esfera fí-sica. Entonces puede considerar el cuerpo como lo que es, controlar los deseos corporales –todos los deseos– para liberar al alma y al espíritu de una pesada carga. Entonces está preparado para elevarse por encima del mundo sensorial y vol-ver a encontrar el conocimiento de las formas perfectas. Según las palabras que Platón pone en boca de Sócrates, la filosofía puede ayudar a prepararse para la muerte porque equipa al alma para que esté en condiciones de ocupar su lugar original en el mundo ideal y permanecer allí, antes que estar de nuevo condenada al cautive-rio y bajo el yugo de una envoltura perecedera.

EL LENGUAJE SimBóLiCo UNE LA fiLoSofíA CoN LA RELiGióN Esta visión de la naturaleza del alma, así como la explicación definitiva del concepto de conocimiento atraviesan, como una línea roja, el conjunto del diálogo titulado Fedón. Platón expone en él sus pensamientos de manera analítica pero también por medio del lenguaje simbólico, bajo la forma del mito que clausura este diálogo. No obstante, en otras ocasiones es por la estricta lógica, por la vía tangible, como él expone e intenta demostrar la


tiempo. A la vista de tantos puntos esenciales de su sistema de pensamiento transmitidos de esta manera, algunos buscadores se han esforzado en determinar si Platón quería verdaderamente que sus historias míticas fuesen tomadas en serio.Posiblemente la mejor respuesta es la que él confía a Sócrates en Fedón. Recordemos que la inmortalidad del alma es su objetivo y que el debate se acaba con el relato de un mito en el que se dan numerosos detalles relativos a la vida del alma después de la muerte.Para concluir, Sócrates lo resume todo:“Por esta razón, Simmias, necesitamos hacer todo lo posible en el transcurso de la vida presente para adquirir la virtud y la sabiduría. Ello vale la pena, esperamos mucho de ello. A un hombre inteligente no le conviene confiar sin más en el hecho de que todo es como lo he descrito. Pero me parece permitido esperar que tome en consideración las cosas concernientes al alma y a su morada, puesto que parece que el alma es eterna. Semejante tentativa vale la pena, es un noble esfuerzo. Un hombre debe acordar-se de ello como de una fórmula mágica. Es la razón por la cual he profundizado en este mito.”La gran ventaja del mito es que su lector debe abandonar el pensamiento analítico lógico y dejarse conducir y llevar a un mundo cargado de emoción, aquél en donde los poetas y los místicos encuentran su inspiración. No leemos los mitos aceptando su significado literal, sino como medio de expresión de lo que ordinaria-mente escapa a las mallas toscas de la red de la argumentación lógica y precisa.

la obligación de beber un poco, salvo si están predestinadas a escapar del encadenamiento a un cuerpo y reencontrar la eterna unión con la verdad misma. El hecho de que en la antigua Grecia se encuentre aquí y allá esta imagen del río del agua del olvido del que el alma debe beber, resalta el buen uso que Platón hacía de las leyendas transmitidas por la tradición para aclarar sus propios puntos de vista.

ABANDoNAR EL PENSAmiENTo ANALíTiCo LóGiCo E iNTRoDUCiRSE ALLí DoNDE LoS PoETAS y LoS míSTiCoS TomAN SU iNSPiRACióN En Fedón, encontramos un mito que presenta un carácter aún más alegórico. La composición del alma humana es presentada en él como semejante a una estructura alada formada por un carro tirado por dos caballos cuyo cochero representa la razón. Éste debe guiar los caballos, de los cuales uno es inteligente e impetuoso pero de naturaleza inclinada a obedecer, mientras que el otro es malo y desobediente. Los dos caballos representan, por una parte el lado valeroso, heroico y capaz de disciplina de la naturaleza humana, incluida la voluntad, y por otra parte la tendencia a dejarse llevar por su componente físico sensorial y tosco.La leyenda nos dice que en un pasado muy le-jano el carro dio una vuelta alrededor del cielo, desde donde el cochero podía ver la verdad eterna. Sin embargo, el caballo desobediente y caprichoso se encabritó tanto, que hizo volcar el carro. Éste cayó y se sumergió en el mun-do de la materia, del cambio, del espacio y el

Platón formula sus pensamientos tanto de manera analítica como bajo la forma de un mito acabando el diálogo


ramas de la filosofía. El conjunto del proceso debe comprender además un procedimiento de selección y no es hasta los treinta y cinco años como mínimo cuando estos hombres pueden considerarse dignos de ocupar las funciones or-dinarias en el aparato del Estado. De esta visión se deriva que los filósofos no pueden poseer nada propio y que el poder político es más una carga que una tentación. Ellos deben realizar su tarea al servicio exclusivo de la comunidad. Es inútil precisar que estos principios de la sociedad platónica no hacen de la clase dirigente la más afortunada; en cambio, ella puede ser la más feliz, si se la considera desde el punto de vista de la luz que actúa en estos espíritus iluminados. Una luz que, ineluctablemente, irradiará de estos hom-bres a todo su alrededor.

Deseamos expresar nuestro agradecimiento por la autorización concedida para publicar este artículo, traducido de una monografía titulada Dos ensayos relativos a Platón, previsto para uso interno de la Escuela de filosofía y en donde se reanuda el capítulo v de la obra Los filósofos griegos desde Tales hasta Aristóteles (1950), de W.K.C. Guthrie.

* El mito de Er el Pamfiliano: cf. Pentagrama nº 6 de 2013

REDESCUBRiR LA iDEA PURA y PERfECTA, DE LA CUAL ToDAS LAS CoSAS No SoN máS qUE UN REfLEJo Sin embargo, antes de terminar, para evitar ver en Platón solamente a un idealis-ta, que tiene los ojos fijos en otro mundo sin tener los pies en la tierra, recordemos cómo se preocupó también de los temas relacionados con los deberes y la sociedad, tal como se ve en la alegoría de la caverna y en El Político. En ellas nos hace comprender con razón que una vez que el filósofo ha conseguido escapar de la os-curidad profunda de la caverna, se siente obliga-do a regresar para revelar a sus compañeros de infortunio la verdad y la realidad que ha visto y que ha experimentado al exterior de ella. En El Político, Platón dice que es esta categoría de hombres, los filósofos, la que debe constituir la clase dirigente. Para dirigir con justicia, hace falta que los hombres hayan alcanzado un grado de sabiduría casi divino pues la tarea y el deber de los dirigentes de la sociedad consisten en impulsar las conciencias a contemplar el Bien puro que ellas deben previamente poseer en sí mismas. Dicho de otra manera, necesitan haber redescubierto la Idea pura y perfecta, de la cual todas las cosas creadas son un débil reflejo. Por eso los jóvenes deben pasar por una educación y una disciplina severas antes de ser juzgados ap-tos para dirigir. Hasta la edad de dieciocho años, dice él, deben recibir una formación general, seguida de un entrenamiento militar y depor-tivo. Después, durante diez años, ser instruidos en las ramas de las matemáticas superiores, y finalmente cinco años más en las más elevadas

la enseñanza de Hermes 21

La enseñanza de Hermes

En un tiempo muy lejano, Hermes fue llamado “príncipe de la Luz”. Algunos pensadores esotéricos consideran que apareció en Egipto alrededor del año 10350 a.C. Desde un punto de vista astrológico, su llegada marcó la Era del León, de los 10500 a los 8000 a.C. Este período fue llamado “la Edad de oro”, porque según la leyenda en ese tiempo la humanidad “caminaba con los dioses”

–con sus dos compañeros, Hypnos (el sueño) y Thanatos (la muerte)– hacia los planos donde podrá continuar mejor su desarrollo, pues allí no hay nunca interrupción y todo se desarrolla según los procesos cósmicos. Hermes aporta al Eliseo lo que hay de divino en el ser humano y, habiendo contribuido al avance de la Luz, se reencuentra allí en la atmósfera del efebo Apolo, la atmósfera del Sol.Hermes es el vínculo. Su residencia, como canta Homero, es “la morada de los bienaven-turados, en la clara luz solar”; el poeta griego Píndaro dice que es el palacio de Cronos, “las islas de la eternidad donde habitan los hijos divinos originales liberados y todos los héroes cuyo nombre es inmortal”. Estas islas están le-jos de “los dioses y los hombres”, dice el poeta, “corre allí una corriente de aire fresco, los árboles rebosan de maravillosas flores de oro. Ellas son el ornamento de quienes escuchas las palabras de verdad, bondad y justicia que allí resuenan.”En el transcurso de los siglos, los discípulos her-méticos preservaron la integridad de la antigua fórmula de la Tabla Esmeralda. De maestro a alumno, intentaron conciliar “lo que está abajo con lo que está arriba”. Los gnósticos de Ale-jandría y de Sais transportaron los numerosos libros de Hermes al pensamiento y la literatura griegos, y así llegaron hasta nosotros, aunque de manera fragmentaria. Otros fragmentos fueron transmitidos por los poetas y alquimistas de la Arabia feliz. También somos deudores de los discípulos de la Edad Media, época a menudo considerada como sombría, aunque en numero-sos lugares, pequeños o grandes, la luz se elevó hasta los reinos del espíritu de vida, buscando el oro perdido, el elemento espiritual en el ser humano.Durante el Renacimiento asistimos al desper-tar de Hermes cuando Ficino y su Academia platónica descubrieron, después de la caída de

Por esta razón, según esos pensadores, la estatua de la Esfinge presenta en la ac-tualidad la forma de un león. Algunos

arqueólogos modernos sugieren que la esfinge es mucho más antigua de lo que se supone y demuestran que esta escultura estaba, indis-cutiblemente, ornada por una cabeza de león totalmente orientada hacia el este. Es el lugar por donde sale el Sol, pero más remarcable aún es que esta dirección indicaba de manera precisa el lugar en el cielo donde, en aquellos tiempos, aparecía por la noche la Constelación del León. A lo largo de los siglos, se atribuyó a Hermes cierto número de funciones y significados, todos en relación con la idea de “transmisión”. Para los egipcios, en el tiempo de los faraones, era Thot, el dios con cabeza de ibis. Thot era el neter (la energía, la fuerza) que acompañaba al difunto hasta el trono de Osiris. Allí se mostra-ba lo que había sido su vida y el hombre-alma difunto era colocado entonces en la célebre balanza. Sobre uno de los platillos se colocaba su corazón, y sobre el otro la pluma de Maat, que representaba el orden cósmico, el equilibrio correcto. Si el corazón era demasiado pesado, esto significaba que el alma se había atado de-masiado a la materia; si se mostraba demasiado ligero, entonces se ponía en evidencia que, en su viaje terrestre, no había aprovechado suficien-temente las posibilidades de las que había sido provisto. Pero si el fiel de la balanza permane-cía en equilibrio, esto indicaba que tal hombre podía combatir en la falange de Horus, trabajar y mantener los campos celestes de Jaloe, y en la medida en que era colmado de mayor luz, to-mar asiento en la barca de Isis y viajar así hacia los planos de la consciencia osiriana.Los griegos designaron también a Trismegis-to con un término tomado directamente de la sabiduría egipcia de Hermes: “psicopompo”, conductor de las almas. Cuando el ser huma-no se duerme o muere, Hermes le conduce



Constantinopla en 1453, los textos griegos del Corpus Hermeticum. Dichos escritos fueron consi-derados como anteriores a Platón y Pitágoras (lo que es fundamentalmente correcto, puesto que se remontan a la sabiduría antigua) y Hermes recibió así el honor de ser colocado junto a Moisés y Jesús. Después de su glorioso regreso, en los siglos XIV y XV, Hermes perdió de nuevo su elevada condición en los siglos XVII y XVIII, con el triunfo del pensamiento racional y la aparición del Siglo de las Luces. Mantuvo, sin embargo, su preeminencia en el esoterismo de los rosacru-ces, de los alquimistas y, posteriormente, de los francmasones, que fundaron sobre sus enseñan-zas el enfoque global de sus conocimientos. En nuestra época, percibimos de nuevo su pensamiento a través de la ciencia, con la teoría cuántica y los campos de la energía y la materia oscura. A pesar del largo sueño en el cual parecía haberse sumergido, todos sus discípulos han podido reconocer el elevado recorrido de su pensamiento. A lo largo de la eclíptica, evolu-cionando en una atmósfera que apenas puede

percibir correctamente el espíritu humano, allí se mantiene el sabio Hermes, mensajero entre los dioses y los hombres:“Creyente a medias, manifestándose plenamente, inmerso en la sublimidad, ve a los dioses que cambian de apariencia para elevar al ser humano hasta su Reino”.Y allí, justo detrás del horizonte, allí donde los dioses se dignan todavía en dejar una huella de sus pasos exaltados, la sabiduría hermética es siempre accesible a quienes, en la simplicidad, orientan su vida hacia este objetivo con una aspiración sincera y una justa comprensión.Hermes es el pensador que lo transforma todo. Su pensamiento trata sobre la relación entre Dios, el cosmos y el hombre, y entre el cuerpo, el alma y el espíritu, sin confirmar que sean idénticos, sino que a veces los diferencia cla-ramente. Afirma, por ejemplo: “Nuestro cuer-po es un instrumento. Es incluso un atributo del alma”. Esto nos invita a la reflexión. ¿Qué quiere decir con esto? He aquí su explicación: “De igual manera que el cuerpo es milagro-samente formado en el útero, el alma lo es en el cuerpo”, pero añade, “prestad atención, el


vida “las lágrimas, la risa, la cólera, la genera-ción o reproducción, la inteligencia de la pala-bra, el sueño y el deseo”.De Cronos, o Saturno, las lágrimas,de Júpiter, la generación,de Mercurio, la inteligencia de la palabra,de Marte, la cólera,de la diosa de Citera (Afrodita o Venus), el deseo,y del Sol, la risa, porque gracias a él ríen con razón todos los hombres sensatos y el cosmos infinito.

Esto era considerado como un conocimiento universal. Los planetas aportaban las cualidades humanas generales y, en este sentido, todo ser humano era un microcosmos. Antiguamente, el ser humano era menos valorado como individuo que en la actualidad. Los dioses daban las carac-terísticas a los seres humanos para que fuesen dirigidos y vividos por ellas en sus experiencias. Según los hermetistas, todos los planetas ejer-cían una influencia sobre la vida. Decían que el mundo, el cosmos, era el cuerpo de Dios y el ser humano ¡una miniatura del cosmos!

El alma se encuentra prisionera en el cuerpo. De esta manera vive sus experiencias, aprende a ser buena y a aspirar al único Bien, es decir, a la perfección. Este es el objetivo del nacimiento en este mundo y es el mismo para todos los seres humanos.

Según las propias palabras de Hermes: “Al igual que el cuerpo abandona el útero cuando ha al-canzado su madurez, así también el alma aban-dona el cuerpo cuando ella alcanza la perfec-ción. Pues, de la misma manera que el cuerpo no sería viable si abandonara el útero todavía inmaduro, el alma tampoco podría sobrevivir si abandonase el cuerpo en un estado imperfecto. Sin embargo, la perfección del alma es poseer el conocimiento de lo que es eterno. Y así, según

cuerpo que sale del útero va de las tinieblas a la luz, pero el alma que entra en el cuerpo va de la luz a la oscuridad [...] El Espíritu está en el alma, y la naturaleza en el cuerpo. El Espíritu es el creador del alma, y el alma el creador del cuerpo.”Continúa explicando que el objetivo de la vida es que el alma, en la oscuridad del cuer-po, se acuerde del Espíritu, es decir, de la luz a la cual ella pertenece. Porque, prosigue: “El alma penetra en el cuerpo coaccionada, pero el Espíritu penetra en el alma sobre la base de una elección. Cuando el alma está fuera del cuerpo, no posee ni cantidad ni cualidad; ella las recibe en el cuerpo, como algo accesorio, al igual que el bien y el mal, pues la materia conlleva esto.” Hermes quiere decir que la materia comporta consecuencias. Una vez adquiridas la cualidad y la cantidad, el alma está capacitada para elegir.Pero primero, hablemos de esta limitación. ¿De qué se trata? Podemos comprenderlo por lo que explica Hermes en el siguiente pasaje: “Sie-te estrellas, todas con diferentes recorridos, se arremolinan alrededor del umbral del Olimpo, y con ellas va y viene sin interrupción el tiempo infinito.” Y nombra aquí a los siete astros que eran conocidos en su tiempo:

La Luna, que brilla en la noche.El terrorífico Cronos (Saturno).El dulce Sol.La diosa de Pafos (Afrodita o Venus), que porta el lecho nupcial.Ares, el bravo.Hermes, el de las alas rápidas.Y Zeus, el más anciano, fuente original de la que procede la naturaleza.

A ellos les es confiado el género humano y así pues, en nosotros se hallan la Luna, Júpi-ter, Marte, Venus, Saturno, el Sol y Mercurio. Y nuestro destino es que recibamos del espíritu de


se en lo bello, lo verdadero y lo bueno. Éste es su aprendizaje en la Tierra, gracias a su cuerpo, gracias a los dones que los dioses conceden a su alma, y gracias al Espíritu eterno, inmortal, que piensa en el abismo del silencio, discierne, observa, genera indefinidamente y permanece como alegría eterna.

Así nos los enseña Hermes.

os comportéis con vuestra alma mientras ella permanezca en vuestro cuerpo, ¡así se com-portará ella con vosotros cuando abandone el cuerpo!”

Esa es la conclusión a la que han llegado mu-chos pensadores en el transcurso de los siglos pasados; con lo único que cuenta el ser huma-no es con su capacidad para hacer la elección correcta, gracias a su anhelo por ser bueno, por hacer el bien, y colmado de alegría por fundir-

Siete estrellas de órbitas variables se arremolinan alrededor del umbral del Olimpo

Puesta de sol a 348 km. por encima del océano Pacífico (Foto tomada de la estación espacial internacional, 2003)


A partir de entonces han pasado muchas cosas que podrían amedrentarnos. Las personas verdaderamente honestas,

íntegras y rectas son raras en este mundo y la mayoría de la gente no les presta ningún crédito ni les brinda ninguna atención, porque el estado psíquico de la mayoría de los seres humanos ya no lo permite. La humanidad ha llegado al pun-to más bajo de su viaje en la materia. El arte, la ciencia y la religión, tal como hasta ahora los hemos conocido, ya han perdido su valor en tanto que fuentes de ayuda y perspectivas de vida. ¿Qué panorama se le presenta al género humano? Nos vemos impotentes y sin esperanza fren-te a un muro y, sin embargo, somos invitados a la auto-realización, tarea para la que no nos sentimos preparados en absoluto. Y la pregunta surge de nuevo: ¿Qué perspectiva le queda al ser humano? ¿Cómo llegará a vencer los obstá-culos que le limitan exterior e interiormente? Es precisamente en esta situación de impotencia general cuando aparece una nueva posibilidad, gracias al trabajo de la Séptuple Fraternidad Mundial.

¿qUé RESPUESTA DEBEmoS DAR AL ESTADo ACTUAL DEL mUNDo? Veamos una vez más los hechos importantes desde un punto de vista esotérico gnóstico. Para comenzar, debemos recordar que las fuer-zas lunares, o ángeles de la Luna, que pertene-cían a una ola de vida anterior, acompañaron en su camino de desarrollo a nuestra propia ola de vida, sin formar parte de ella. Ellas condujeron a la humanidad hasta su hora más oscura, el nadir de la materia, donde nos encontramos actual-mente. Pero estas fuerzas lunares ya se retiraron completamente, tal como explicó en su momen-to Jan van Rijckenborgh. Por ello, la Séptuple Fraternidad Mundial, cuya prolongación es la Escuela Espiritual de la Rosacruz Áurea, toma la iniciativa para los nuevos tiempos futuros, pues ha comenzado un período de transición, que se caracteriza por un gran desconcierto y una mul-tiplicidad de desastres y cataclismos. La Escuela ha hablado mucho sobre ello estos últimos años con el fin de comprender lo que se avecina, expuesto de manera sucinta. Digamos que nos encontramos todavía en un desarrollo insuficiente. Nos preocupamos dema-siado poco del orden cósmico que exige

La actividad de la Fraternidad Mundial

ya en su momento, Jan van Rijckenborgh declaró que el estado del mundo y la humanidad ofrecía una imagen que distaba mucho de ser tranquilizadora y presentaba un cuadro poco reconfortante.

la actividad de la Fraternidad Mundial 27

Las olas del mar y del amor, pintura de Anselm Kiefer 2011. Una representación del drama clásico de Hero, que cada noche hacía a nado la travesía de Helesponto para encontrar a su Leandra.

UNA PALAbRAS SObRE NUESTRO PRóxiMO FUTURO


Boulder, Colorado, la mañana del 6 de Enero de 2015. © Tom Yulsman


interrelación, cohesión, benevolencia y diligencia en todas las cosas; puntos importantes ignorados o incluso negados con demasiada frecuencia. La consecuencia de ello es el hundimiento del orden social, económico, científico y religioso, así como de otros aspectos que podrían impedir el desmoronamiento de la sociedad. La actual pobreza de espíritu va seguramente a la par con todo ello. En la memoria de la naturaleza existe la experiencia de primera mano de que la hu-manidad representa una amenaza, no sólo para los individuos sino también para todo el planeta. Esta experiencia directa nunca ha sido percibida con plena consciencia, aunque los medios de comunicación modernos exponen con nitidez ante nuestros ojos el estado actual del mundo. Frente a ello, ¿cuál es su respuesta? ¡Que un justo entendimiento nos guíe!

vEAN Lo qUE EL ESTADo DEL mUNDo LES qUiERE DECiR No hay otra solución política que la que ustedes pongan en marcha en su propia situación concreta. Tanto si se indignan, conde-nan o temen, como si están dispuestos a ac-tuar, ¿acaso no descubren cada día las perversas sutilezas, falsificaciones y mentiras habituales en las relaciones entre los individuos, al igual que entre los pueblos? A la luz de los próximos desarrollos, les deci-mos que todas las imposturas y engaños que les arrastran pronto pertenecerán al pasado, pues cada cual constatará lo que es verdadero. La iniciativa de la Fraternidad Mundial les per-tenece; se trata de que lleguen por sí mismos

a movilizar y volver activa la fuerza positiva, la fuerza de luz que reposa en ustedes, para responder a un poderoso impulso de inspiración espiritual en forma de vibración atmosférica que cada cual, todos los humanos de todas las razas, siente y experimenta. Todas las fraternidades como la nuestra, al igual que las fundaciones rosacruces, responden a ello y contribuyen a su manera. No de forma ostentosa, con poderosos medios de comunicación que emiten a través de las ondas, sino con iniciativas que emanan de una actitud interior y de una orientación hacia la efusión intensa e inminente de fuerzas de radiación electromagnéticas. Nuevas energías que conmoverán a toda la humanidad provoca-rán en todos una reacción profunda. Todos los seres humanos podrán ser confrontados consigo mismos y obtendrán la posibilidad y la fuerza de intervenir en su propia situación. Esto ocurrirá como reflejo de un determinado orden, relacio-nado con lo que la Escuela denomina el estado del Alma-Espíritu.

EL ESTABLECimiENTo DE NUEvoS PUNToS DE PARTiDA Desde hace años, en nuestra escuela se producen grandes cambios. Ocurre lo mis-mo con muchos otros grupos incorporados a la obra de la Fraternidad Mundial. La nueva realidad etérica se despliega a través de las capas superiores de nuestra propia atmósfera interior y expulsa las tinieblas que tiene ante sí. Esto se manifiesta incluso en el seno de aquellos grupos que trabajan cada vez más abierta y cínicamente en beneficio de sus intereses personales, pues

Nuevas energías conmocionarán a la humanidad, provocando una reacción en lo profundo de cada ser humano


suscitada por el despertar del auténtico poten-cial espiritual de amor altruista, reflejo de la imagen primordial del verdadero espirítu huma-no. En el núcleo de este amor percibiremos la realidad de manera totalmente distinta. La nueva aurora pondrá en marcha realmente una nueva dimensión. Su corazón es receptivo a ello y con su inteligencia podrá abrazar la razón superior. Con sus actos amistosos y diligentes contribuirá grandemente a introducirlo en el mundo. Hubo un tiempo en que el ser humano estaba unido a la imagen primordial divina como microcosmos verdaderamente celeste. La plenitud de esta ima-gen está ahora muy alejada de nosotros. No obs-tante, un recuerdo, como un espejo en el espejo, dormita en cada ser humano, en cada corazón que querría palpitar de la manera correcta para los demás. Ciertamente, esta imagen será plena-mente observable como consecuencia de la gran iniciativa cósmica de la que hablamos. La hu-manidad la vivirá como una experiencia directa hasta el punto de percibir y penetrar el poder de la matriz original, lo que llamamos el plan divino para el mundo y la humanidad. ¿Acaso la disposición de la mayoría de la gente corriente para acoger a un gran número de refugiados que provenían de Oriente Próximo no fue una primera reacción esperanzadora a esta experien-cia, a pesar de la incongruente, temerosa e inefi-caz reacción de la política oficial? A la luz de las nuevas fuerzas o valores etéricos, que se ofrecen por el hecho de las necesidades de los tiempos actuales, podemos comprender, con un suspiro de alivio, nuestra tarea y nuestra misión que

están debilitados por el miedo y la búsque-da de una compensación, en la presunción, el odio y las acciones destructivas. Para cambiar la mentalidad de sus miembros, que son también nuestros hermanos, únicamente puede actuar una gran corriente cósmica de amor impersonal sostenida conscientemente por miles y miles de corazones abiertos en seres humanos como usted y nosotros. Aquí no nos estamos refiriendo al fin del mundo. Lo que ocurre hoy puede formularse como el establecimiento, en el éter, de nuevos puntos de partida armonizados con la gran ley del amor, de la cohesión de toda vida. Millones de corazones lo presienten, lo experimentan, lo sienten y están orientados hacia ello. En el interior de sí mismos, apartan los velos entre las vibraciones solares y las vibraciones terres-tres. Esto va acompañado por un calentamiento del planeta, cambios climáticos y eventual-mente también por catástrofes naturales. Es el Espíritu, comenzando por el Logos Universal y la voluntad del Padre, quien está detrás, quien mantiene en equilibrio estas enormes modifi-caciones magnéticas en el interior del sistema terrestre. No al servicio de nuestras pobres personalidades vacilantes, sino al servicio del conjunto de la progresión cósmica en cuyo interior se mueve la ola de vida humana.

iNTRoDUCiR UNA NUEvA DimENSióN EN EL mUNDo Una modificación de la consciencia es inminente. Ella se acerca en respuesta a una necesidad cósmica, pero también y sobre todo,

En todos los planos, la impostura habrá perdido su influencia


progresión diferente y armoniosa. Cada uno de nosotros podrá participar en el camino del gran plan divino para la humanidad y el mundo; de esta forma, nuestro propio corazón nos incitará a ello, nuestra inteligencia nos lo hará compren-der y nuestros actos lo demostrarán.

iLUmiNADoS PoR LA imAGEN PURA DEL HomBRE vERDADERo Así se manifestarán la verdad y la pura realidad. Las máscaras y las apariencias ya no predominarán y la humanidad verá cómo se realizan en ella armoniosas modificaciones estructurales. Cuando todos los individuos estén psíquicamente conducidos hacia nuevos caminos y la pura imagen les ilumine sobre lo que es el verdadero ser humano con todas sus posibilida-des, el cuerpo racial perderá densidad. Los efectos de la fuerza de gravedad se modifi-carán; los jóvenes ya son sensibles a ello, lo cual les hace innovadores, y la sociedad mostrará por fin una nueva faz. En compañía de los que sa-ben todo esto, y son numerosos, colaboraremos en total abnegación con la Fraternidad Mundial. Por la razón evidente de que cuando lleguen estas cosas, la actitud que se espera de nosotros será la de un verdadero amor servicial. Por ello los que comprendan la naturaleza de esta llama-da se prepararán y consagrarán al gran trabajo al servicio de una humanidad en busca de su ver-dadero modelo, la imagen original del microcos-mos celeste, el ser humano primordial. Esta tarea necesita de un gran número de colaboradores que posean el entendimiento adecuado.

Artículo escrito por la redacción de Pentagrama.

(Cf, también: J. van Rijckenborgh, Epílogo del tomo ii de Las

Bodas alquímicas)

surge de un orden más profundo: “¡Velen por el nacimiento del alma nueva!”. Al mismo tiem-po, podemos ver claramente qué consecuencias engendraría el rechazo de esta misión.

UNA CoNmoCióN qUE AfECTARá A ToDo EL PLANETA Hablamos aquí de una de las mane-ras de abrir ampliamente la puerta hacia la vida auténtica. Vemos, así, no solamente cómo el aspecto psíquico del individuo puede ser ende-rezado en la medida de lo posible, sino también que esta experiencia y las poderosas activida-des de las fuerzas de luz producirán en él una impresionante purificación. Y esto afecta no solamente a todos los seres humanos, sino tam-bién a todas las esferas de vida. Una verdadera transformación social podrá entonces producirse, un grandioso e impresionante nuevo desarro-llo, siguiendo siete caminos. Todos participarán, puesto que todo el planeta se verá implicado. Ningún aspecto de nuestra sociedad escapará a las influencias dichosas de esta revolución. Será como si la dimensión actual se disolviera y desapareciese. La imagen original del ser hu-mano, conservada en toda su pureza en las más altas esferas de vida, le envolverá en tanto que Alma-Espíritu. Cada día crecerá en percepción y discernimiento. La falsedad y la duplicidad en cualquier aspecto perderán todo interés. No es difícil imaginar lo que ello implicará en términos de cambio moral, tanto en la sociedad como en los objetivos perseguidos por la cien-cia. Se trata de una vasta perspectiva, de una modificación de la consciencia en profundidad que podrá provocar una formidable revolución mundial. De vez en cuando, la Escuela Espiri-tual habla de ello, si bien con el menor énfasis posible. En este proceso todos seremos algo así como reeducados, a partir de nuevas primicias, verdaderos nuevos puntos de partida. Así, la nueva iniciativa cósmica de la que ha-blamos nos colocará ante la perspectiva de una


Los Rosacruces clásicos tenían un concepto positivo de la naturaleza ya que, inspira-dos por Paracelso, fomentaban el estudio

del libro M., el libro del Mundo, el libro de la naturaleza. De forma generalizada, en los siglos XVI y XVII ella fue una fuente importante de inspiración para algunas de las grandes corrien-tes espirituales, así como para muchos hombres de ciencia.Para poder explorarlo en tanto que “libro”, hay que empezar por reconocer nuestra desviación con relación a lo natural pues, aunque sólo sea subjetivamente, ver lo que nos separa de la na-turaleza original permitirá a esta última inspi-rarnos de manera más precisa.La primera cosa que salta a la vista es que la naturaleza está mancillada. Tal vez sería más exacto decir que ya no es virgen. En los países occidentales, no subsiste nada de la naturaleza original. Todo ha sido utilizado o incluso total-mente transformado, especialmente debido a su explotación por nuestros sistemas económicos, no solamente para cubrir nuestras necesidades sino también para obtener beneficios. El afán de lucro es tan viejo como la humanidad.

EL LUCRo Fue en el siglo XVII cuando se comenzó a valorar la relación entre comercio y beneficio. El amor por el lucro era considerado como una virtud cívica y la búsqueda del propio interés suponía una aportación de vitalidad al “cuerpo común”, la sociedad. Este concepto se retomó en el transcurso del siglo XX, en particular por el autor y filósofo

americano Ayn Rand, en su novela The Virtue of Selfishness, en la cual escribe: “Para el conjun-to de la sociedad, lo mejor sería que cada cual buscase su propio beneficio y dejase prevalecer su propio interés. Al final, el beneficio para la comunidad sería el mejor posible.” He aquí cómo el interés individual se ha convertido en una virtud cívica y cómo el espíritu mercantil ha sido equiparado con una cualidad mercurial positiva y no obstante muy alejada del concepto popular del Mercurio de la mitología griega, considerado como dios de los ladrones. De esta misma mane-ra el comercio se ha situado en una perspectiva cultural unilateral que, desde hace ya mucho tiempo, va acompañado de amenazas y violencia.¿Es “natural” el ánimo de lucro? ¿Acaso este aspecto del egoísmo tiene algo que ver con una naturaleza humana sin alterar? El Profesor Inger Leemans dice lo siguiente en The Nature of the Economy (La Naturaleza de la Economía): “El capitalismo es además un producto de la imagi-nación. Haría falta un verdadero arsenal de con-ceptos para darle la apariencia de natural, para inspirar a los comerciantes una plena confianza en este proceso económico y, asimismo, ofrecer de este último una imagen estimulante.”Nosotros no solamente hemos mancillado la naturaleza física para sacar más y más provecho de ella, sino que desde del siglo XVII hemos introducido en nuestra cultura la noción de “naturaleza humana”, psíquica y espiritual, de manera que el espíritu ha sido obligado a legi-timar este modelo económico capitalista y sus objetivos. El floreciente comercio mundial de los

La acuciante situación socio-económica actualvivir verdaderamente es volver a lo natural sin quedarse atrapado en ello, sin dar a la naturaleza una aureola romántica, ni tampoco considerarla como un adversario del género humano ni de quien recorre el Camino; pues la naturaleza, en sí misma, no es ningún adversario.

la acuciante situación socio-económica actual 33

Saludo al sol, una obra del arquitecto Nikola Baslic, irradia con todos sus colores sobre la península de Zadar en Dalmacia (Croacia del Sur). Trescientas losas de vidrio provistas de células fotosensibles reaccionan de manera simbólica a la luz, de la misma manera que, no lejos de allí, los órganos del mar responden al ruido de las olas.

europeos del siglo XVII, no estaba dirigido por una “mano invisible” tal y como Adam Smith, filosofo de economía liberal, tuvo la audacia de afirmar, sino más bien por contratos, obteni-dos bajo la presión y la amenaza de la artillería naval, tanto con los sultanatos, los jefes y los soberanos en Oriente como en América del Sur.

LA RELACióN PERDiDA ENTRE miCRoCoSmoS y mACRoCoSmoS En lugar de ofrecernos una comprensión profunda o “fundamentada” de la Naturaleza, tan apreciada por los Rosacruces clásicos y por muchos otros, la cultura nos ha

alejado de ella. Tampoco está en condiciones de darnos una visión más profunda de la rela-ción entre microcosmos y macrocosmos, por lo menos mientras que el ánimo de lucro personal siga siendo la motivación principal de nuestros actos. La resultante de todo esto es que la socie-dad es cada vez menos humana y está más po-larizada. La presión asfixiante del consumismo impide a los individuos descubrir por sí mismos una nueva visión, una inspiración, una luz. Hay cada vez menos libertad susceptible de favore-cer un desarrollo personal y, por el contrario, más dependencia de “productos” y menos de


naturaleza original para desembocar en una cultura únicamente fáctica es una desviación. En efecto, el conocimiento “objetivo” relacionado con esta cultura no constituye enriquecimiento para la consciencia que quiere abrazar la sabi-duría. Esta última es el poder de observar las causas y los resultados, de unirlos, de tomarlos en consideración para apreciarlos a veces en una fracción de segundo, con el fin de realizar el acto justo. Cuando la biblioteca cerebral se des-borda, el pequeño sabio erudito a quien perte-nece se distrae, su cultura fáctica puede incluso transformarse en una molestia, pues él ya no consigue establecer la relación entre los diversos elementos que la constituyen. Se ve privado de la fuerza que relaciona todo con el Todo; ya no sabe servirse del pedal de desembrague; es pri-sionero del incremento exponencial de informa-ción propia a su disciplina.

LA iNfoRmACióN TiENE Como CoNSECUENCiA LA PéRDiDA DE CoNoCimiENTo En términos de desviación, descubrimos que puede ser todavía peor cuando observamos como el conocimiento degenera en información. Actualmente, el volu-men inconmensurable de la información nos inunda mientras que nuestro grado de cono-cimiento es cada vez más pobre. Para decirlo más claro: la sabiduría tiene la capacidad de establecer vínculos, mientras que el conocimiento es aquello que hemos integrado y que sabemos por nosotros mismos sin necesidad de recurrir a una fuente exterior. La información es otra cosa: ofrece datos fácticos, aunque a veces abstractos, que pretenden ser la realidad propiamente dicha. Ahora bien, en Google nunca se dice: “Esto no representa sino una opinión, esto sólo represen-ta mi realidad”. “Así pues, nosotros tomamos esa información como realidades indiscutibles, empobreciendo de esta manera nuestro pro-pios conocimientos y el de nosotros mismos. El flujo de información va entonces en contra

la “tierra” y de la “materia” como antaño. Nos encontramos en una vía que nos conduce del in-terés a la fascinación, después al hábito y finalmente a la dependencia con el riesgo de la adicción. En los años 90 un teléfono móvil era práctico, poco a poco se hizo indispensable y absoluta-mente deseable desde el punto de vista social, hoy en día está casi considerado como asocial no poder ser contactado por ese medio.

EL ESqUEmA DE LA DESviACióN “De la natu-raleza a la cultura, de la cultura a la realidad virtual”: así es como un pensador contemporá-neo ha esquematizado el desarrollo del hombre moderno. En este contexto, ¿qué posibilidades de sabiduría le quedan a quien quiere tender a lo “natural”? La respuesta es: el acceso a una sa-biduría que es gnosis, que da el conocimiento de la relación entre microcosmos y macrocosmos. Durante los últimos cuatro siglos, la posibilidad de profundizar en la relación entre sabiduría y conocimiento ha estado siempre presente, sin necesidad de violentar la naturaleza por motivos económicos o hegemónicos. ¿Cuál ha sido el resultado de este desarrollo?Para empezar, no confundamos sabiduría con conocimiento; sus ámbitos son diferentes. Los “hechos”, las descripciones de acontecimientos espacio-temporales, las situaciones, los proce-sos y sus propiedades han sido tomados por “la verdad”, cuyo conocimiento permitía el acce-so a la sabiduría. Pero en realidad cuanto más conocimiento adquirimos, más sabiduría perde-mos, pues limitarse al primero implica perder la segunda. Esta separación de los dos campos es debido a la pérdida del vínculo entre ellos y este vínculo es el amor. Por el amor, los elementos de sabiduría incluidos en el conocimiento pue-den ser aportados en el ámbito humano, pues el conocimiento es entonces visto desde la razón. La razón es inseparable del amor.Por el contrario, el desarrollo que parte de la


del mandato: “Hombre, conócete a ti mismo”, es decir, en contra de la posibilidad de conocer nuestro propio microcosmos en su relación con el macrocosmos.

SiN DomiNio yA DE LA REALiDAD ¿Por qué la inmersión en lo virtual hace que lo real se escape de nuestra consciencia? Primero porque nosotros estamos muy alejados de la naturaleza, después porque estas informaciones que preten-den darnos una imagen de la realidad no la ha-cen más comprensible debido a su complejidad y su elevado número. No pueden ni tan siquiera encontrar un hueco en nuestra saturada biblio-teca cerebral. Como decía el filósofo y activista antinuclear alemán Günther Anders: Sobre lo que no podemos captar, no podemos reflexionar.

Algo sobre lo que no podemos reflexionar, a la larga no existe…”

LA GESTióN DE LA iNfoRmACióN El descenso a los infiernos del alma comenzó con la re-volución industrial. Desde entonces ya no se trata tanto de la gestión de energía, sino de la información cuya producción debe perma-necer completamente bajo el estandarte del consumo-producción con la mayor rapidez. Por esta razón, los “productos” de información y de comunicación deben distribuirse gratuitamente. A cambio, el consumidor paga con su atención y sus datos más personales. Estos servirán para alimentar nuevas ofertas, “a medida” esta vez. Todo esto ocurre al exterior de nuestro campo de observación, como si hubiera una fábrica

TENEmoS UN CoRAzóN DURo Como UNA PiEDRAEn nuestros días, la consciencia humana está individua-lizada en extremo y, además estamos materializados en sumo grado, con un ego duro como una piedra. Tenemos consciencia de nuestro yo en el mundo material, un mun-do que observamos con la ayuda de nuestros sentidos, como si estuviera al exterior de nosotros mismos. Este yo sólo experimenta aquello que siente como diferente de él, los contrastes y las oposiciones. Por ejemplo, perci-bimos la luz porque conocemos la oscuridad. En relación con los demás, con las cosas y con los fenómenos, somos observadores exteriores cuya consciencia sólo tiene un punto de referencia. imaginemos tres “yo”. El primero es el yo del abdomen, instintivo y animal, evidentemente es el más poderoso, el que lucha para satisfacer sus nece-sidades vitales elementales. Gracias a él, el ser humano puede subsistir pues es este yo quien sale en busca del alimento y del calor indispensables. El segundo es el yo del corazón, el que crea las normas y un poco de sociabi-lidad. El tercero es el yo de la cabeza, el pensamiento, que

contribuye a proporcionar una cierta cultura. El primero se encuentra a menudo en conflicto con uno de los otros dos o con ambos. Lo que denominamos “educa-ción” consiste en la mayoría de los casos en aprender a regular los instintos por medio del sentimiento y del pen-samiento. Así el yo, un tanto afinado, deviene “cultivado”, es decir que, motivado por el miedo a perder el afecto, la ternura y el amor, acaba por asimilar la manera de adaptarse a los demás. De este modo se crea un equili-brio en el ser humano entre su calidad de individuo y la de miembro de un grupo, de una colectividad. Sabemos cuán inestable es ese equilibrio y tenemos la experiencia de cómo el yo impulsivo es casi siempre quien domina en caso de amenaza. Según las teorías científicas occi-dentales actuales, el comportamiento humano se explica en parte por factores hereditarios y en parte por las circunstancias. La forma de conducirnos por la vida se aprende. Si un cierto comportamiento produce un resul-tado esperado o gratificante, lo repetimos. Estas simples nociones son a menudo suficientes para comprender la manera en que se comportan los seres humanos.


explica Hans Schnitzler en El proletariado digital. El régimen “infocrático”, al cual estaría sometido, se basaría en el poder de la sobrecarga de información. Pero la expansión invasiva e infinita de la esfera informativa va acompañada de una híper-estimulación del cerebro que, según Hans Schnitzler, puede provocar trastornos psíquicos: problemas de atención, egocentrismo exacerbado, trastornos de identidad, pérdida de memoria, solipsismo, trastornos disociativos, síntomas de regresión, fantasmas, violencia, megalomanía, neurosis relacionadas con el clic y el surf , fetichismo y exhibicionismo con Twitter y Facebook , demencias digitales, digi-estrés, adicciones a la información, a los juegos, al voyerismo, desconexión, depresión… ¡Ni más ni menos!

¿RECREAR LA NATURALEzA? ¡Cuánto nos ha-bremos alejado de la naturaleza para querer recrearla! A este respecto, el filósofo inglés John Gray nos advierte: “Reconozcamos que si nosotros recreamos la naturaleza adaptándola a

invisible donde sobre una cadena de producción son sometidas y transformadas las almas de los consumidores. Todo ocurre de manera automa-tizada y de forma reproducible sobre la única base de los datos recolectados. Integrado en el laberinto invisible de los servidores, cada emisor es un receptor y todas las salidas son entradas. Así pues, la materia prima y el producto final de esta cadena industrial digital, es el ser humano completo. Él es tanto el input como el output de este proceso. Los músculos, el sistema nervioso, la imaginación, el pensamiento, los deseos y los secretos íntimos… , nada del ser humano puede perderse, todo debe ser utilizado en el proceso de producción-consumo. El alma entera y todo lo relacionado con su salvación deben ser trans-formados en producto, en mercancía.

ComPoRTAmiENToS DE DESviACióN y TRASToRNoS PSíqUiCoS RELACioNADoS CoN LA ERA DiGiTAL Esta instrumentalización del hombre comporta el riesgo de reducirlo a un nuevo tipo de “proletario”, como lo

NUESTRo PENSAR, SENTiR y qUERER SoN EDifiCADoS PoR NoSoTRoS miSmoSLa vida humana comprende otros aspectos además del físico: la sensibilidad y el pensamiento, aunque éstos están vinculados a nuestro cuerpo. El pensamiento y la volun-tad son realidades en sí mismas, procesos energéticos in-teriores y somos lo que pensamos, sentimos y queremos. Un mundo de energía propio a los pensamientos y a las emociones asegura nuestro vínculo con el mundo que nos rodea. Podemos considerar que las leyes inherentes a esos procesos son comprensibles gracias a la psicología esotérica, es decir a la observación de la relación que tenemos con esas fuerzas y energías. ¿Qué pensamos, sentimos y queremos? ¿Cómo ocurre esto? ¿Cuál es nuestra posición en ese juego de fuerzas?

Nosotros sentimos algo que nos sumerge en el deseo, o por el contrario en la repulsión, y esto atrae o rechaza una energía emocional. De este modo, creamos en nues-tro entorno, consciente o inconscientemente, un campo emocional en el cual vivimos, inspiramos y expiramos. Lo mismo ocurre con el pensar y actuar. Atraemos unas fuerzas y rechazamos otras.Así engendramos una realidad muy particular : la nuestra, comparable a una isla de un archipiélago en el mar del mundo físico, pero también en el de las emociones y de los pensamientos. Todos tenemos nuestras vivencias per-sonales, nuestra interpretación de la realidad y nuestro ego tiene sus propios intereses muy definidos que se oponen a los de los demás.


por el esoterismo habían perdido interés para nosotros; por desgracia, apenas podían ya servir de referencia a nuestra consciencia, dado que proceden de una realidad oculta muy diferente a la que vivimos. Los jóvenes de hoy buscan vivir y experimentar esta realidad más ampliamente, pero no con la ayuda de textos sino más bien de imágenes. Además, las ideologías tradicionales y las enseñanzas sincréticas ya no mantienen su cota de interés, contrariamente a lo que ocurre con la ideología vinculada a la economía de mercado.

¿PERmiTiRá EL CiELo qUE LA TiERRA SEA ABANDoNADA A SU SUERTE? Si, a la luz de todo lo expuesto en relación con la realidad virtual y lo que sucede en los planos técnico y económico, nos sentimos prisioneros y quizás subyugados, si hemos cedido a este sometimiento moderno, intentar regresar ahora a la naturaleza original podría ser una misión fallida de antemano.Pero ¿quién necesita hoy sabiduría? ¿Con qué finalidad? Una sabiduría que a menudo se asocia a la noción de “transparencia”, ¡con todos los inconvenientes que ésta conlleva! Sin embargo, el filósofo coreano Byung-Chul Han, resume la situación de esta forma tan lapidaria y caricaturesca: “Las cosas devienen transparentes cuando son niveladas, alisadas y se pliegan suavemente, se acomodan a la corriente sin arrugas del capital, de la comunicación y de la información.” En cuanto al filósofo francés Jean Baudrillard, dice así: “Con la finalización del secreto, esta

nuestros propios deseos, corremos el riesgo de hacerlo a imagen de nuestras patologías.”En dos décadas, los servicios y los productos digitales han modificado radicalmente las con-diciones de vida humana. Si mañana hubiera un apagón de internet o la cloud (nube) desaparecie-se en un “agujero negro” sin lugar a dudas esto tendría como resultado un “infarto” mundial; la vida sobre la Tierra se paralizaría en gran parte, según Hans Schnitzler. La infraestructura digital con su dominio actual no condiciona solamente nuestras ocupaciones cotidianas, sino que afecta también a ciertas condiciones fundamentales es-pecíficas de la vida humana. Nuestra naturaleza está deformada por la impronta digital hasta en el núcleo de la dignidad personal.

vUELTA A LA NATURALEzA, PERo ¿A CUáL? ¿Podemos volver al pasado? ¿Volver a la natu-raleza vinculada a nuestra dignidad humana? ¿Es esto posible ahora que el mercado –aunque desenmascarado de su “legítimo” egoísmo– pro-sigue con su liderazgo y dicta cada vez más las condiciones socio-económicas de nuestra exis-tencia, tal y como lo hace un régimen infocráti-co totalitario? En este contexto, se podría llegar a pensar que volver a encontrar la naturaleza origi-nal y respirar según sus leyes es actualmente im-posible. Especialmente ahora que los ámbitos de la cultura que de buena fe podríamos compren-der con la razón, tales como la espiritualidad, los conceptos filosóficos profundos y el arte –el que aúna nobleza e inspiración– están más abandona-dos que nunca. Apenas podemos referirnos a una herencia cultural, a una memoria colectiva o al inmenso tesoro esotérico de los últimos siglos. Evidentemente, ¡siempre podemos realizar una búsqueda en Google! No obstante, cada vez más se nos muestra como válido sólo lo que cono-cemos y vivimos en el momento presente. Hace quince años, el autor americano Philip Roth explicaba que las elevadas verdades presentadas

A duras penas podemos ya apoyarnos sobre una herencia cultural, ni tan siquiera sobre el gran tesoro esotérico de los últimos siglos


fera que nosotros calificamos de “espiritual”. Esto es lo que consideramos cuando hablamos de una orientación místico-mágica. J. van Rijckenborgh explica, en el capítulo El libro maravilloso, de la Confessio Fraternitatis, la nueva orientación sobre la naturaleza: “Nosotros que examinamos la relación entre macrocosmos y microcosmos, vemos el grandioso equilibrio universal. Nosotros que subimos los estrechos escalones de la escalera de Mercurio para elevar-nos conscientemente en los mundos invisibles, vemos cómo las corrientes de vida de los reinos de la naturaleza ondean en el éter.” Esos estre-chos escalones de la escalera de Mercurio no conducen a las influencias mercuriales que ani-man a los ladrones, tales como los comerciantes

hiper-transparencia origina una situación fatal. Cuando todos los enigmas sean resueltos, las estrellas se apagarán. Cuando todo secreto sea desvelado –más aún: profanado- y se desvanez-ca toda ilusión, entonces el cielo abandonará la tierra a su suerte.” Esto confirma lo que dicen los Manifiestos Rosacruces: “Los misterios una vez desvelados pierden su valor, desacralizados pierden su fuerza.”

LA CoNExióN iNDiSPENSABLE Sin embargo, saber que el exceso de información no permite a nuestro cerebro conectarse con nuestra alma para construir nuestra consciencia, puede provo-car una reflexión, un sobresalto interesante en la situación casi desesperante que hemos des-crito. Sabemos que, perdidos en la variedad y la complejidad infinita de datos puestos a nuestra disposición, no tenemos ya la posibilidad de unirnos a la naturaleza original. No obstante, gracias a la convicción de la unidad del todo, de la inseparabilidad de esta gran realidad de la cual todos formamos parte en tanto que seres humanos, podemos establecer un vínculo con la Naturaleza, la “naturaleza original”, que fue la primera fuente de inspiración, la suprema reali-dad de sabiduría y conocimiento que los Rosa-cruces clásicos denominaban la “rosa mística”.

EN BUSCA DE LA ESCALERA DE mERCURio ¿Podría esta rosa mística florecer en nuestra situación a pesar de todo, gracias a una mística diferente de aquélla que, demasiado natural, se pierde en un encantamiento romántico y extá-tico y cuya insuficiencia ha sido demostrada en el transcurso de estos tres últimos siglos? Haría falta una conducta del alma-espíritu que nos permita reapropiarnos de la naturaleza en uni-dad y por el Único, así como redescubrir lo que oculta de valioso. No se trata de la mística humana natural sino de la rosa mística que podrá colocarnos en la atmós-

KARmALa totalidad del comportamiento humano con sus pensamientos y sus emociones, produce necesaria-mente sus efectos; todo es de algún modo memo-rizado. Lo que nos hacemos a nosotros mismos y a los demás da forma a líneas de fuerzas y a tensiones que un día tendrán que descargarse en el espacio y el tiempo. Podríamos designar esta norma elemental de la Ley del Karma con el término moderno de: ley de la conservación de la energía. En tanto que factor de equilibrio, el karma protege a los seres y al mundo. Algunos lo conciben como el conjunto de aconteci-mientos que se nos presentan en el transcurso de los tiempos. No obstante, el karma es también un flujo de emociones y la coloración por nuestras emociones de todo lo que nos sucede y a lo que estamos vinculados, pues nos es muy difícil sustraernos a esas emociones. En casos extremos, se trata verdaderamente de adic-ciones o incluso de obsesiones que afectan los planos del pensamiento, del sentimiento o de la acción. Éstas nos gobiernan desde un yo subconsciente que es la suma de nuestro pasado.


y las rapaces del “mercado” que hacen perdurar la expoliación del mundo. Tampoco se refieren a la razón distorsionada por la intelectualidad. Esa escalera representa la elevación mística del ser que pertenece a la Razón, elevación compara-ble a una boda alquímica espiritual. Uno de los primeros en describirla fue Jan van Ruysbroek, religioso renano-flamenco de Brabante. En el siglo XIII vio los peligros de la mística natural en la que algunos se complacían en el sol del espíritu sin implicarse en la acción. De ello hizo una descripción en su obra Die Gheestelike Bru-loght (Las Bodas Espirituales), cuyo tema principal puede resumirse en este mandato que contiene la mística mágica necesaria: “Mira, el Esposo viene; ve a su encuentro.” El encuentro en cues-tión es un acontecimiento interior en el seno del microcosmos; resuena en total armonía con el estado natural original del macrocosmos.

LA míSTiCA DEL SER EN EL SiGLo xxi Fuente de sabiduría y conocimiento, la naturaleza origi-nal, denominada “Dios” por Spinoza, no tiene equivalente. La sabiduría de esa naturaleza hace que el Amor divino se manifieste y al mismo tiempo señala la obligación de los hombres de manifestarse en tanto que reflejos del estado natural divino, en tanto que microcosmos, hijos e hijas de Dios. Según Pablo, la naturaleza entera aspira intensamente a esta manifestación. En definitiva, para aquellos que están totalmen-te atrapados en la realidad virtual, de la cual son co-autores, recorrer ese camino, realizar esa transformación en la fuerza de Cristo no es sólo una solución atractiva, sino que desde el punto de vista de la Sabiduría que es Amor, es una necesidad absoluta.

Fuentes

- Het digitale proletariaat (El proletariado digital), H. Schnitzler,

éd. De Bezige Bij, Amsterdam, 2015.

- Vrijheid, gelijkheid en gewinzucht (Libertad, Igualdad y lucro), supl.

del diario NRC-Handelsblad del 8-10-2015.

- Ruusbroec in gesprek met het Oosten - Boeddhisme en

Christendom (Ruusbroec diálogo con Oriente - Budismo y

cristianismo), P. mommaers y J. van Bragt, éd. Averbode/Kok

Kampen,1995.

- The Nature of the Economy (La naturaleza de la economia), i.

Leemans, Amsterdam,

LUCHA o RECoNoCimiENTo¿De qué índole es mi relación con el cosmos, con el todo, con la grande y sublime totalidad que es Dios, el creador? Esencialmente, yo veo dos posibilidades y es ahí donde se sitúa mi libertad.En primer lugar, luchar contra la realidad, contra la crea-ción. Quiero que sea de otra manera. Por ello, me aíslo y provoco una serie de acontecimientos que tendrán consecuencias en el tiempo y el espacio. Esto es así porque la gran realidad no puede ser fragmentada; Dios es Uno. incluso dividida en el tiempo y el espacio, la rea-lidad permanece una e indivisa. De hecho, yo no hago sino fragmentarme a mí mismo, lo que finalmente me conduce a la muerte. Se podría decir que he comido del fruto del Árbol del Conocimiento del bien y del mal.En segundo lugar, reconocer en mí mismo a mi Crea-dor, distinto a mí. Así yo conozco el amor, el Creador y lo que él me envía, es decir, una fuerza que engendra a su hijo, una fuerza que crea a su hijo, la creación perfecta que es amor. Esa fuerza nos es dispensada a todos. Por ignorancia, por luchar contra ella, yo la crucifico, la combato e ignoro el amor. Cuando ceso de luchar y me rindo, entregándome a ese amor, este último deviene Uno conmigo. Juntos, engendramos el Dos, la creación a partir del Árbol de la Vida.


El símbolo de la Escuela de la Rosacruz Áurea

Sol - Círculo - Espíritu

El primer símbolo es un simple disco –eternidad, infinito–, un símbolo antiquísimo y universal que representa la unidad, la integridad, la infinitud.El segundo símbolo arcaico es un disco con un punto en su centro, la primera diferenciación: el Logos Solar, desprovisto de género e infinito.El punto es el comienzo y la culminación, el punto de partida y de realización.El punto y el círculo simbolizan juntos el Sol en el centro del sistema solar, el ser humano en el corazón del microcosmos.El punto representa también el Espíritu, la semilla espiritual por la cual y en la cual es posible todo desarrollo.El círculo es el envoltorio, el cosmos, la matriz espiritual, un espacio sagrado.Las tradiciones gnósticas relacionan el trazo ininterrumpido del círculo con la serpiente del mundo, el Ouroboros, la serpiente que forma un círculo mordiéndose la cola.La Escuela Espiritual ha añadido el punto a su símbolo como representación del origen de la manifestación universal.El nuevo símbolo de la Escuela de la Rosacruz Áurea, que orienta el desarrollo sucesivo de todo lo que emprendemos en la Escuela, está compuesto actualmente por nueve elementos dispuestos según un orden preciso.

• Que tu comienzo parta de la simplicidad, de la unidad del punto, el punto central y culminante, el Espíritu. Establece una unión consciente con el centro, con la rosa, con el corazón de todo lo que está manifestado y que se sitúa también en el centro de todo lo que haces, incluso de las cosas más ínfimas que parecen insignificantes.

• Que el triángulo ardiente de las tres fuerzas de tu alma –tu corazón, tu cabeza y tus manos–, confluyan en la fuente, en la intención pura, en la verdadera razón que se halla en el trasfondo de todas las cosas. Deja que tu alma sea guiada por el espíritu en ti.

• Colócate sobre el cuadrado de la construcción de tu propio ser, al servicio del alma y el espíritu, y dirige las cuatro fuerzas de tu personalidad –querer, pensar, desear y actuar–, como si fueran los cuatros caballos del carro de Apolo.

• Sitúate, entonces, sobre la universalidad del círculo que se extiende por encima de todos y cada uno, del cosmos que engloba el mundo entero. Gracias a las fuerzas vivas de tu alma renacida, manifiesta tu vida, hasta en las más pequeñas cosas, ¡como un ser unido verdaderamente al Espíritu!

El punto, el punto de regreso, el EspírituEl triángulo del renacimiento del Alma-EspírituEl cuadrado de la personalidad transfiguradaEl círculo del nuevo campo de vida¡Desvelados aquí, en esta vida!

• La Sal de la Tierra

• Platón y su doctrina de las ideas

• La enseñanza de Hermes

• La actividad de la Fraternidad Mundial

• La acuciante situación socio-económica actual

• El símbolo de la Escuela de la Rosacruz Áurea

Una llamada proveniente del corazón solar: el Camino, ¡verdad para tu vida!

2016 NÚMERO 1

Revista Pentagrama 1-2016 - rosacruzaurea.org · Original” en la que se inspiraron los rosacruces...

Documents

Transcript of Revista Pentagrama 1-2016 - rosacruzaurea.org · Original” en la que se inspiraron los rosacruces...