Revista Periferia Nº 5

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1 REVISTA PERIFERIA EDICIÓN Nº 5 PUBLICACION DIGITAL SEMESTRAL TALLER LITERARIO EN LOS LOBOS Es Junio y ha comenzado el invierno, sus horas frías tienden a entumecernos y gruesos abrigos nos protegen, pareciera que nada es suficiente, sin embargo hay algo que nunca deja de refugiar el alma y el espíritu: las letras y la pasión por ellas. Hoy presentamos el número cinco de nuestra revista digital de literatura Periferia, por sus páginas leerán los versos del jovencísimo poeta de Coronel Nicolás Ponce de León, Mariela Ríos, Juan Pablo Cifuentes de Los Ángeles, Betty Fernández de Lebu, Sergio Rodríguez de Chillán y de una de nuestras grandes poetas chilenas, Teresa Calderón quien no podía estar ausente con una selección de poemas de su magnífico libro Elefante, ganador del Altazor 2009, a quien deseamos homenajear en esta edición. Una entrevista al poeta de Concepción Alejandro Ananías nos permitirá conocer más de su posición ante la creación poética. Nos adentraremos en la narrativa de Roxana Heise, el universo del microcuento también presente en la narrativa de la escritora Mariela Rios Ruiz-Tagle, reconoceremos las letras de Medardo

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Revista digital de literatura

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REVISTA PERIFERIA EDICIÓN Nº 5 PUBLICACION DIGITAL SEMESTRAL TALLER LITERARIO EN LOS LOBOS

Es Junio y ha comenzado el invierno, sus horas frías tienden a entumecernos y

gruesos abrigos nos protegen, pareciera que nada es suficiente, sin embargo

hay algo que nunca deja de refugiar el alma y el espíritu: las letras y la pasión

por ellas. Hoy presentamos el número cinco de nuestra revista digital de

literatura Periferia, por sus páginas leerán los versos del jovencísimo poeta de

Coronel Nicolás Ponce de León, Mariela Ríos, Juan Pablo Cifuentes de Los

Ángeles, Betty Fernández de Lebu, Sergio Rodríguez de Chillán y de una de

nuestras grandes poetas chilenas, Teresa Calderón quien no podía estar

ausente con una selección de poemas de su magnífico libro Elefante, ganador

del Altazor 2009, a quien deseamos homenajear en esta edición. Una

entrevista al poeta de Concepción Alejandro Ananías nos permitirá conocer

más de su posición ante la creación poética. Nos adentraremos en la narrativa

de Roxana Heise, el universo del microcuento también presente en la narrativa

de la escritora Mariela Rios Ruiz-Tagle, reconoceremos las letras de Medardo

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Urbina, del poeta angelino Juan Pablo Cifuentes y de nuestro inquieto y

prolífico creador penquista, Andros. Desde Quilpué recibimos la valiosa

colaboración del destacado hombre de letras don Luis Ossa Gajardo y sus

reminiscencias de Gabriela Mistral y desde Suecia el valioso y generoso aporte

del escritor Norton Contreras. Con seguridad el genio y vocación literaria de

cada uno de nuestros autores y colaboradores, dará cálido resplandor a este

trabajo digital que surge desde la provincia al mundo y que mueve nuestro

accionar: difundir nuestra literatura regional y nacional.

Mª Cristina Ogalde Talleres en Cerro Los Lobos de Talcahuano

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Camino al taller

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A LOS TALLERES

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POESIA

1. MARIELA RIOS RUIZ-TAGLE-SANTIAGO 2. JUAN PABLO CIFUENTES-LOS ANGELES 3. BETTY FERNANDEZ-LEBU 4. SERGIO RODRIGUEZ ARANIS-CHILLAN 5. TERESA CALDERÓN - SANTIAGO 6. NICOLÁS PONCE DE LEÓN- CORONEL

NARRATIVA

1. ROXANA HEISE -CONCEPCION 2. MEDARDO URBINA-CONCEPCION 3. JUAN PABLO CIFUENTES-LOS ANGELES 4. ANDROS- CONCEPCION 5. INGRID ODGERS- CONCEPCIÓN 6. MARIELA RIOS RUIZ-TAGLE

ARTICULOS

• Obra de Teresa Calderón • Presencia de Gabriela Mistral en Quilpué por Don Luis Ossa Gajardo • La magia de la literatura por el escritor y poeta chileno Norton Contreras

Robledo desde Suiza COMENTARIO LITERARIO Frenético sosiego ENTREVISTA Alejandro Ananías

Entrevista de la escritora Ingrid Odgers al Poeta Alejandro Ananías

Concepción - Chile 1.- Alejandro, nos has sorprendido gratamente con tu faceta de artista plástico, pero hoy nos centraremos únicamente en la literaria. ¿Cómo fue tu acercamiento a la creación poética? R.- Propiamente tal, la poesía nació en mi cuando comencé a leer las obras de Khalil

Gibran. Sus versos y sus metáforas se impregnaron en mis huesos al punto de

convertirse en un guía espiritual, en momentos que atravesaba difíciles trances. De ahí

para adelante, todo fue prueba y error, hasta llegar a un primer taller literario donde

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comencé a plantearme la posibilidad seria de escribir más sistemáticamente, si puede

decirse así.

2.- En un comentario que realizara en relación a tu poesía mencioné cierta influencia de Parra y Bertoni ¿estás de acuerdo con ello? R..- Creo sentirme bastante identificado con Bertoni, tanto con su discurso poético, pero

por sobre todo, con su actitud poética frente a la vida. El carácter de ermitaño que posee

viviendo en Concón me resulta tremendamente cautivante, no tanto por la soledad, sino

por el desenfado de aislarse realmente del medio agresivo en que se ha convertido la

sociedad; sociedad que ya casi no da cabida a aspectos tan etéreos como la poesía o la

música. Parra, para mi es un loco lindo, eso, nada más.

3.- ¿Cómo podrías describir tu poesía desde “Clínicamente probado”, tu segundo libro al texto Mitología subterránea? . ¿A qué se debe esta escritura? Un proyecto, una inquietud… (Este último libro es de estilo trasgresor, irreverente, una fuerte crítica al sistema en general, una crítica potente a instituciones y personas del ámbito político nacional e internacional.)

R.- Como decía, todo ha sido prueba y error. Clínicamente probado fue una casualidad

producto del entusiasmo con que fue recibido y escuchado al interior del taller de

Alejandra Ziebrecht. Nunca pensé que un testimonio de vida tan personal se terminaría

convirtiendo en libro. Con respecto a Mitología Subterránea, debo decir que

corresponde a un grito de protesta, un grito en el silencio de las masas consumidoras,

pero grito al fin. En este libro hay una clara influencia del pensamiento de Eduardo

Galeano, quien me parece un escritor tremendamente lúcido, y al mismo tiempo,

tremendamente lúdico. Mi discurso poético esta claramente marcado por un tinte

anarquista que se ve reflejado, muchas veces, en la ironía y humor negro con que trato

ciertos temas bastante delicados. Mas que una inquietud, este tipo de estilo escritural

corresponde a una postura frente al sistema y a la vida.

4.-Háblanos de esta “Mitología…” por favor ¿Cómo se gestó? ¿Te sientes conforme con la publicación de este libro? R..- Había hecho varios intentos por escribir un libro contestatario. Incluso envié algún

material al fondo de becas para promocionar el libro. La situación se fue materializando,

como dije, una vez que conocí la obra de Galeano. Fue como si todos los intentos

anteriores se amalgamaran en este libro, que gentilmente, editó Mantra Ediciones.

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5.- De la Ingeniería Civil Química a la Literatura, ¿Cómo explicas esta relación . Muchos opinan que es paradojal o incomprensible… R.- Lo paradojal es que me lo pregunten. Si pensamos en los miles de trabajadores que

se ven obligados a mantener una rutina de trabajo que los somete y subyuga, dejándolos

sin la posibilidad de desarrollar sus pasiones, resulta claramente paradójica la pregunta.

Ingeniería no fue nunca de mi agrado, y doy gracias al invisible por haber puesto un

lápiz y una hoja en blanco delante de mis ojos.

6.- Tu poesía tiene un tinte irónico y humor negro. ¿Qué es para ti el humor? R..- La pregunta la encuentro de vital importancia, ya que como decía, por mis venas

corre cierto tinte anarquista. En ese sentido, el humor negro y la ironía son los

sucedáneos que he encontrado para no emplear un lenguaje más violento y afilado, que

de seguro, abriría muchas heridas que considero, por el momento, innecesarias de ser

tocadas. Eso es el humor para mí, contestando derechamente tu pregunta. Un sucedáneo

a una verdad de muy difícil digestión.

7.- La pregunta infaltable….¿Por qué escribes? R.- Escribo porque no he encontrado otra forma de mantener la paz personal durante las

jornadas de la vigilia. De hecho, nunca he podido escribir durante la noche. La vigilia

para mi es un tormento, y escribir se convierte en el refugio donde protegerme de la

violencia bancaria y la agresión consumista, por decirlo de algún modo. (Borges decía si

acaso podíamos hacer alguna otra cosa que no fuera escribir).

8.- ¿Cuáles son tus libros de cabecera hoy? . Puedes mencionar tus referentes… R.- Estoy tratando de terminar de leer varios libros; Ulises (Joyce), Conversaciones con

Goethe, La casa de Dostoieski, La vida breve, y otros más. Con respecto a algunos

referentes, yo diría que Juan Gelman es uno de ellos, y por supuesto, Enrique Lihn; lo

que he leído de Rodrigo Lira también me ha tocado mucho.

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9.- ¿Tienes algún nuevo proyecto literario? R.- No voy avanzando en base a proyectos, pero si debo confesar que trato, desde hace

años, de terminar una novela. Este año he podido avanzar bastante, y quien sabe si llego

a puerto con un trabajo narrativo inédito para lo que ha sido mi incursión en la

literatura. Con respecto a la poesía, siempre estoy trabajando y elaborando nuevas

concepciones de un concepto que ha ido desde la crítica macro (sociedad) para centrarse

en la actualidad en la crítica micro (el hombre).

10.- Lo que tú desees expresar….

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R.- Puede resultar un tanto cliché, pero sólo agradecer a quienes se han cruzado en mi

camino poético, especialmente a Alejandra Ziebrecht, y por sobre todo a Ingrid Odgers,

quien me ha ayudado a salir del closet donde tenía guardado tanto que decir.

NICOLÁS PONCE DE LEÓN TORRES –CORONEL-1991

BIO-BIBLIOGRAFÍA Nací en Coronel un 4 de junio de 1991. Estudio en el Liceo Coronel Antonio Salamanca Morales A-49. Pueden escribirme a [email protected] Talleres realizados

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Desde el año 2008 participo en el taller literario “SOBRATALLER” del liceo de coronel Antonio Salamanca Morales A-49 realizado por la profesora Norka Macarena Ortiz Carrasco. He asistido al taller literario Red Cultivarte realizado por el escritor Enrique Ulises Silva Rodriguez y en el verano al taller de literatura realizado por la célebre escritora Ingrid Odgers Toloza. POEMAS DE NICOLAS PONCE DE LEON Mi deseo

Mi deseo es ser miel que se derrama de algún árbol O fruta que alimenta un grito desesperado

Lo deseo en el atardecer de nubes coloradas

Al lanzar cuescos a la subida del cierre Cuando todo se quema y sale un conejo

En comer relleno de colchón

Tormenta de violentas cadenas

En saborear la resina del mueble

Y sacar a vuelo esta polilla

En ser río que pasa por la frente

Y lo deseo invertebrado

Porque el sapo sabe besar

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El tren muerto

El corazón tartamudo y difamo

Se lanza trastornado en curva

Al romper el candado oxidado

Jugando a tirar el pecado de la mesa

Para rallar mi propio cojín

Escupo miel para ser lo que soy

Vomitando la trágica pena del bostezo

Que salió de mis ojos y de mi sed

Carnuda gallina son los frenos cansados,

Que es como rebelión de marioneta

Cortándose las cuerdas llenas de nudos.

Se ve la cosecha disuelta en mi bolsillo

Como decir riega bien tu largo riel

Aullando grifos estaban los grillos

El trigo estaba en toda la cruz

A bailar bamba con el punto seguido

Todos juntos con la cosquilla doblada

Al medio frívolo y sagaz perro perdido

Mírame que soy el tren muerto

Avanzo adelante por paisajes de ruinas

Sin querer nada

Y queriéndolo todo.

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JUAN PABLO CIFUENTES. NARRATIVA LOS DIMINUTOS HOMBRES. Juan Pablo Cifuentes. La respiración es cada vez más acelerada. Parece que los pulmones se le van a salir por

la boca. Todo es oscuridad. Los recuerdos retornan. Está botado el muchacho en el

suelo de la sala de clases, la misma sala de clases de ayer, esa, la de la tortura, la del

sufrimiento. Otra vez lo mismo. Golpean su rostro, golpean su cuerpo, nadie lo

defiende, todos miran, otros ríen, otros miran hacia afuera. El recreo parece no terminar

nunca. Siempre lo mismo. Un incomprendido. Nunca supo cuando comenzó la

decadencia de su imagen. Solo fue de un día para otro. Así de simple. El Rulo se le

metió entre ceja y ceja. Como mueve montañas, como todo el mundo le obedece, nadie

defiende a ese muchacho.

Una compañera no se atreve a entrar a la sala. Mira atentamente como golpean al

muchacho, el mismo muchacho que le envía cartas de amor, el mismo que le regaló un

perfume francés para su cumpleaños, el mismo que en cada recreo o cuando se le ocurra

al Rulo lo azotan cruelmente. Esta vez fue físicamente. A veces son psicológicas las

torturas. Mensajes de muerte, amenazas, golpes, coscachos, empujones, insultos, son el

pan de cada día de este muchacho. Tiene un ojo negro. Tal vez el corazón sea de la

misma tonalidad.

Está en el suelo inconsciente. Ningún compañero le ayuda.

La respiración es cada vez más agitada. Hay un rostro ensangrentado. Como puede, trata

de arreglar su ropa, no pueden verlo en esa condición. El profesor de Ciencias es un

poco retraído, aquí todos le temen al Rulo, incluso el profesor Araneda. El muchacho lo

sabe, está sentado en una esquina de la sala de clases. El Rulo conversa con todo el

mundo, como si nada ocurriera. Nadie le dice nada. El muchacho no existe. A duras

penas se levanta y va a su puesto. Mira por la ventana, un cielo nublado. Cierra sus

ojos. Todo es oscuridad. Se escuchan disparos, disparos, disparos en su mente.

Abre la puerta de la sala de clases. Todos conversan. Parece que el mundo se detiene.

Avanza lentamente, puede ver todo lo que le rodea, las caras felices de unas

compañeras, otros que duermen, otros que conversan animadamente, el Rulo que

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molesta a unas sabelotodos-sabelonada, la muchacha de las cartas que lee un libro, el

profesor que escribe en la pizarra teoremas de pitágoras, números, cálculos

matemáticos, en fin, en fin, todo gira alrededor suyo extremadamente lento. Cada paso

que da rumbo a su asiento es un año que transcurre, siglos, milenios, años luz, infinitos,

universos paralelos.

El profesor continúa con su clase, que el álgebra aquí, que la geometría acá, que la

aritmética acullá. El muchacho no obedecía el ritmo de la clase. Estaba más preocupado

de sus propios asuntos. El Rulo se levantó disimuladamente de su banco y se acerca al

puesto de ese muchacho. Le brinda un fuerte golpe en la nuca y un puño traicionero

golpea el costado derecho del muchacho quien obedece al ritmo de su dolor y

contorsiona su cuerpo, por unos instantes hubo claridad sobre los jeroglíficos de ese

cuaderno. Eran unos dibujos, dibujos satánicos, dibujos que ofrecen pesadillas por las

noches. Estaban todos, incluyendo al profesor, todos en el suelo de la sala. Muertos,

ensangrentados, adornados con blasfemas, garabatos, anomalías, destrucciones. Fue una

fracción de segundos. La muchacha miró de reojo al pobre adolorido, pero tuvo miedo

del Rulo, el profesor nunca se enteró de lo que sucedió, y si lo hizo fue un ciego, sordo,

mudo, paralítico y un cobarde. No alcanzó ni a escribir otros garabatos en su cuaderno

cuando recibió un mensaje anónimo. Un papel mal doblado llegó a su puesto, ni

siquiera yo supe de donde provenía. Miró para todos los lados, nadie se adjudicó dicho

mensaje. Abrió el papel, el mensaje era claro: “Vamos a matar a tu familia maricón”.

Eso sí que se vio claramente, las letras eran grandes y las manos del muchacho

temblaron de tal modo que no pudo cerrar ese papel y se observó con lujo de detalle su

contenido. El día está nublado.

La muchacha abre la puerta. El cuerpo está inconsciente en el suelo. El Rulo y sus

secuaces lo dejaron casi muerto. Golpea su rostro, poco a poco reacciona el muchacho.

Como puede se sienta en el suelo, la muchacha se levanta y va a su asiento, el recreo

está por terminar.

En su asiento, el muchacho mira por la ventana, el cansancio del día lo tiene extenuado.

Cierra sus ojos. Rápidamente un sueño se apodera de su realidad. Va por el bosque,

corre, libremente, está feliz, los árboles a su alrededor lo miran, intentan unas ramas

golpearle, pero él esquiva los golpes, cada vez está más desesperado, nervioso, agitado,

siente que alguna rama le golpea, cada vez más fuerte, cada vez más agudo, un dolor

intenso. Abre sus ojos, solo ve un par de zapatos que golpean su estómago, fue

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consciente unos segundos antes de caer otra vez en el sueño, esta vez, todo se fue a

negro.

El muchacho estaba sentado en un banco del patio del colegio, ya el día escolar había

acabado. Leía concentradamente unas hojas. Todo parecía normal. Pero el Rulo no

paraba de perseguir a su presa. Se acercaron, todos, todos se acercaron rumbo a ese

asiento maldito. El muchacho no advirtió semejante presencia. Qué estaría leyendo,

nunca se supo. El Rulo de una ráfaga tomó los apuntes que leía el muchacho y se los

arrebató. No tardó en despedazarlos, hacer picadillo de apuntes, el muchacho no hizo

nada, tampoco cuando el Rulo le tiró los pedacitos de papel a su rostro y escupió su

casaca. La muchacha miró todo desde el fondo del grupo. El Rulo terminó su labor de

dominancia y se fue del epicentro del crimen, todos le acompañaron, el muchacho

inpávido, no daba señales de vida, la muchacha dudó unos instantes, pero huyó rumbo a

los brazos de Rulo quien la abrazó fuertemente y se alejaron de ese lugar. El día está

nublado. Algo ha cambiado, el rostro del muchacho, hay una mirada distinta,

amenazante, perdida, una sonrisa siniestra, pero no se advierte nada, quizás fue

producto de la imaginación.

No ha llegado a clases, tres días, cuatro, cinco, una semana, un mes, el muchacho no

volvió nunca más a la sala de clases. El Rulo, como buen cazador, encontró a otra presa,

otro muchacho sufre de los síntomas del anterior. Los recreos infernales continúan.

La clase de Ciencias. El profesor Araneda que habla y habla. Pocos ponen atención. De

improviso, violentamente, alguien abre la puerta, era él. El muchacho. Cierra la puerta y

permanece de pie en la sala. El Rulo y sus secuaces se asustaron, se miraban entre ellos,

la muchacha tiritaba nerviosamente. El profesor Araneda se percató de la llegada del

muchacho y fue hacia la puerta. El muchacho lo miró fijamente a los ojos y dijo con esa

voz que todavía revolotea por mi mente: “Permiso profesor”. De inmediato,

bruscamente, desesperadamente, instintivamente, sacó un revólver de su bolsillo y

apuntó rumbo a la sala. Ojos cerrados, todo se convirtió en tinieblas. Una ráfaga de

disparos. Gritos, después un largo silencio, una respiración agitada, muy agitada,

explosivamente agitada, se abrieron los ojos con temor. El muchacho con el revólver en

su mano apuntando hacia la sala, respiraba agitadamente. Los cuerpos del Rulo, sus

secuaces y la muchacha estaban en el suelo, ensangrentados. El piso se tornaba rojo, la

luz era roja, olor a muerte, sabor a muerte, todo eso en una fracción de segundos, la

imagen dantesca fue superior a cualquier curiosidad, nuevamente los ojos se cerraron y

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la promesa de no abrirse hasta que la muerte alcanzara o Dios se apiadara de esta sala.

Todo fue oscuridad, el tiempo se paralizó y abundaron las tinieblas.

LA TAPIA DEL CONVENTO.

Por Medardo Urbina Burgos

Sabino no era ningún santo, ni tampoco lo era el Padre Pérez, ni –menos aún- la

Inspectora General del colegio, pero todos ellos, desde sus diversos puntos de vista,

tuvieron que ver directa o indirectamente con los hechos acontecidos en esa noche de

tormenta.

Sucede que la parte posterior del recinto del Convento Franciscano del pueblo, estaba

en aquel entonces, limitado por una alta tapia de madera, sobre la cual a veces

saltábamos, encaramándonos con cierta dificultad, para ingresar al amplio patio, a jugar

una “pichanguita” de fútbol en las grises y aburridas tardes de los sábados. Esa pesada

tapia, tenía mucho que ver en esta historia.

El Padre Pérez – por otra parte, era un cura de gruesos anteojos, que nos hacía las clases

de Religión en el colegio. Lo veíamos también en la misa del día domingo cuando-

subido al púlpito, nos miraba por sobre los gruesos quevedos, con ojos severos, que

siempre me recordaron a la actitud de las aves de rapiña, poco antes de lanzarse sobre

su víctima.

La Srta. Teresa – y no mencionaré el apellido para no establecer claramente la

identidad de la misma- era solterona. Alta y delgada, bonachona, recorría los pasillos

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del liceo con una abrigo largo, que nunca abrochaba a pesar de la lluvia que era

frecuente y vigorosa en nuestra tierra -alguien denominó a este país como

“Chaparronia” por la cantidad de “chaparrones” que caían a diario- Era una costumbre

inveterada la de ella. Su imagen -para nosotros, los alumnos- era la de una dama alta,

algo encorvada que a lentos trancos, recorría los pasillos del colegio, con las puntas de

su abrigo casi rozando el suelo. Su presencia inspiraba temor, por la severidad de su

mirada, sin embargo, una vez entablada cierta conversación y franqueza con ella,

diríase que era una bellísima persona.

Pero Sabino no. Sabino era el mismísimo demonio: lenguaraz, risueño y juguetón,

siempre pensando en alguna diablura. También era burlón y bueno para hacer trampas.

Tendría en ese tiempo unos 14 años.

La noche de los acontecimientos, Sabino volvía a su casa con una camioneta Ford que

había birlado a su padre, mientras aquel no estaba en casa. Y volvía de algún lugar

impronunciable, poco más allá de la medianoche. A esas horas no llovía ni había brisa

alguna, y como en el pueblo aún no había alumbrado eléctrico, las calles eran de una

oscuridad absoluta, más aún por la ausencia de luna dada la ocurrencia de un espeso

techo de nubes que generalmente cubría el archipiélago.

Sabino hizo ingresar al garaje la camioneta de su padre, usando la reversa, entonces los

focos del vehículo alumbraron la alta tapia del convento. Fue en ese momento cuando

Sabino se dio cuenta de lo que sucedía. De inmediato identificó al Padre Pérez y a la

Srta. Teresa, la Inspectora General, en entusiasta, intenso y colorido coloquio amoroso,

aprovechando la oscuridad reinante en el pueblo. No ahondó más en el tema. Apagó las

luces de su vehículo y –silbando- ingresó a su hogar con aire de “que no había visto

nada”. Sin embargo, en su interior fue destejiendo la madeja y su imaginación dio

rienda suelta a todo un laberinto de hechos y circunstancias que tenían como

protagonistas al Padre Pérez y a la Inspectora General del colegio. Sabino –el malévolo

Sabino- finalmente se durmió.

Esa noche, sin embargo, a eso de las tres de la mañana, se desató el temporal. Sobrevino

la lluvia arreciando sobre los techos de tejuelas de alerce de las casas del pueblo. El

agua corría como ríos por las calles arrastrando todo tipo de objetos: palos, tarros, hojas

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de árboles, perros vagos, muletas de cojos desprevenidos, chalecos olvidados, zapatos

en desuso, sombreros arrastrados y aventados lejos por el viento, guaguas abandonadas

a su suerte y otros objetos inútiles. El viento soplaba de tal forma que parecía que los

techos de las casas iban ya a desprenderse y a volar a la deriva cercenando el cuello de

incautos transeúntes. Los cables de la electricidad silbaban al paso del ventarrón, y los

árboles perdieron aquella noche las hojas que les quedaban aún unidas por sus pecíolos

parduscos, vestigios de los últimos días del otoño. Aquella funesta noche, los

chirriantes letreros de los pecaminosos lenocinios del pueblo llamados “El Farolito” y

“El Danubio Azul” fueron derribados y hecho añicos en la estrepitosa caída. Estas

“casas del mal, entuertos y cochinadas” eran las mismas situadas en ese entonces en los

extremos suburbanos de la calle Los Carrera casi al llegar a Gabriela Mistral. (Mire que

situar los lenocinios justo allí…sin respeto alguno por la poetisa nacional). En resumen,

en aquella noche maldita se escuchó en toda su magnitud el asombroso ruido de la

tormenta. Sabino se durmió profundamente.

A la mañana siguiente, al salir de su casa, Sabino se dio cuenta que la tapia que cerraba

los límites posteriores del convento, yacía en el suelo, completamente desprendida de

sus pilares, sin duda por el ímpetu del temporal. Pero ¡no!, Sabino tenía ya tenía otra

explicación.

Ese día llegó al colegio muy sonriente, y antes de formar para ingresar a clases, reunió

a todos los compañeros y les contó su versión de los hechos, que fue más o menos la

siguiente:

…”Ayer, al regresar a mi casa pasadas las 12 de la noche, ví con mis propios ojos al

Padre Pérez abrazado con la Srta. Teresa, con tanto entusiasmo y calor, que no se

dieron cuenta de mi presencia y tan intenso sería ese encuentro amoroso, que con el

ímpetu echaron abajo la tapia del convento”.

Recuerdo aún a la enorme distancia que me separa de aquel tiempo, la feroz carcajada

que se escuchó ese día en todo el colegio y el corridillo que siguió después, no terminó

sino pasadas varias semanas.

Corolario: “Sabino no era un santo…

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EL ENGANCHE (En Santa Juana) 1879.

Por Medardo Urbina Burgos

-¡BOM – BOROBOM…BOROBOM …BOM…BOM!

Aquella tarde, algo pasado el mediodía, los humildes campesinos de los alrededores del

pueblo, escucharon, asombrados primero y alegres después, los sones de una banda.

Nunca antes habían oído los sonidos más hermosos y melodiosos en toda su vida de

labriegos. Era 1879, el mes de marzo, y en aquellas tierras del Valle de Huallerehue, a

orillas del río Bio-Bío, nunca sucedía nada interesante, sino sólo el trabajo de la tierra,

las siembras y las cosechas, la cría de algunos animales y unas pocas gallinas, pavos y

patos con qué entretenerse en los inviernos.

Los sones maravillosos procedían desde la orilla del río, y gradualmente se iban

acercando al valle en clara señal de aproximación. ¿Qué sería? ¿De qué se tratará esta

música celestial? La música, que en rítmicos compases, traía sonidos de trompetas, de

tambores ,bombos y platillos, guaripola, pitos y cajas, fue volando por los cielos del

valle acaparando la atención de los humildes labriegos, quienes –muy sorprendidos por

esta extraña aparición- se fueron visitando unos a otros y dándose ánimos decidieron ir

al pueblo a “noticiarse” del acontecimiento. En efecto, los sones no cesaron en toda la

tarde y procedían de la plaza del pueblo, lugarejo insignificante, provisto de sólo unas

cuantas manzanas con casas aisladas y grandes sitios eriazos, dispuestos alrededor de la

iglesia, construida con bloques de adobe y techos de tejas de barro, como la mayoría de

las casas de los alrededores. A media tarde había en el pueblo docenas de carretas y

centenares de lugareños montados sobre sus cabalgaduras, que –curiosos- habían traído

a sus familias completas. Un número cuantioso y cada vez mayor de hombres, mujeres

y niños venían al pueblo a escuchar y a ver con sus propios ojos esta maravilla de una

música jamás escuchada. Los hombres, en su ingenuidad y pureza de pensamientos,

nunca pensaron que se trataba de una trampa.

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Sin que nadie supiera, se estaba desarrollando en el Norte de Chile, en los límites con el

territorio en ese entonces perteneciente a Bolivia y a Perú, el motivo mismo de la

guerra de l879, y estando nuestro país, en deplorables condiciones de organización y

prácticamente sin ejército alguno, se ordenó que los pocos miembros de la Guardia

Nacional partieran en todas direcciones a enrolar a cuanto chileno encuentren en edad

de portar armas. No importaba el método utilizado, pero debían traer a la capital al

máximo número de reclutas para su entrenamiento en el uso y manejo de las armas.

Así, unos decidieron rodear las haciendas durante la noche y apresar a punta de

bayoneta y culatazos a cuanto inquilino, gañán, labriego, apir o hacendado estuviera al

alcance de la bala de un fusil. Muchos usaron el método violento y traídos como

animales o prisioneros a pan y agua, fueron subidos a los barcos anclados en la rada de

Talcahuano. No fue infrecuente que en los pueblos menores, algún capitán inventara

una suerte de fiesta con abundante vino de la uva recién cosechada, atrayendo así a los

incautos y una vez que todos estuvieran sumamente ebrios, los arrearan como a

animales hasta los barcos. Los ebrios iban felices, cantando alegremente sin saber qué

era lo que estaba sucediendo. La sorpresa venía al día siguiente, al despuntar el alba,

cuando se daban cuenta que iban navegando hacia el norte de Chile o hacia Perú

convertidos en un abrir y cerrar de ojos en “soldador del ejército de Chile”. Sus

familias, hijos y esposa, sus amores, sus queridas, sus pololas, sus novias, pertenecían

ya al pasado y ahora debían entregar sus vidas por los nobles destinos de “la patria”,

aquella patrona que nunca habían visto, pero que sonaba lindo pronunciar: “la patria”.

En efecto, mientras todos escuchaban a esta hermosa banda, boquiabiertos y

embelezados, aplaudiendo y algunos gritando a rabiar, otros agitando banderitas

tricolores y aplaudiendo por la alegría desbordante del momento, unos señores

desconocidos se acercaban a cada hombre en edad de portar armas, lo transportaban

amablemente hacia un recinto cercano, en el que se les comunicaba que desde ese

momento él tenía el honor de pertenecer al Ejército de Chile y que desde ese mismo

instante pasaría a reclusión para entrenamiento. La ley era clara: a todo el que se

resistiera al enganche, se le fusilaría en el acto. Ninguna explicación, súplica o

argumento sirvieron de cosa alguna para evitar que cada hombre cambiara tan

radicalmente el destino de sus respectivas vidas. Ni ser el único sustento de la familia,

ni estar recién casado, ni tener una enfermedad incurable, ni ser cojo o ciego de un ojo,

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o sufrir de ataques de epilepsia o del Baile de San Vito, o cosa que se le parezca. ¡NO!.

Nada servía. ¡Todos a formar! ¡Todos sin excepción alguna! Había dicho el capitán.

La banda continuó tocando marchas, cuecas y todo tipo de ritmos populares acaparando

el interés de las mujeres que eran las únicas presentes en torno a la orquesta de bellos

sones. Tras ellas, por calles y senderos ocultos, los hombres eran conducidos a los

botes que a punta de remos atravesaron el río hasta alcanzar el tren que corría en la

ribera opuesta. Se llenaron los carros y el tren partió, dando un pitazo prolongado de

despedida. Partió rumbo a Talcahuano, donde esperaban los buques de la naciente

Armada de Chile. Los últimos en subir al tren fueron los músicos de la banda. En el otro

lado del río, las mujeres y los niños acaso se dieron cuenta de la ausencia del padre y del

hermano mayor, embelezados aún por los bellos sones de la banda…

¡BOM…BOM…BOM! ¡BOM BOROBOM BOM…BOM ¡(*)

(*) La historia dice “No todos los enganches eran tan crueles. En Santa Juana arribaron

con una banda cuya dulce música –esperaban- atraería a los rotos a la plaza, donde

esperaban cosecharlos”. “En Santa Juana, el subdelegado y el Jefe de la Guardia Cívica,

se pusieron de acuerdo para avisarles a los hombres del pueblo, cuando llegaran

enganchadores, mientras que en Coronel, se cuenta la hazaña de un tal señor Apolonio

que fue de casa en casa urgiendo a los hombres a escapar a las montañas. Así, cuando

los reclutadores llegaron, descubrieron que en todo el pueblo había sólo cinco varones,

y a todos les faltaba un miembro, un brazo, una pierna o un ojo”

Page 24: Revista Periferia Nº 5

24

NARRATIVA

MARIELA RÍOS RUIZ-TAGLE

Biobibliografia Mariela Isabel Ríos Ruiz-Tagle Santiago de Chile, 1951. Antropóloga, escritora, poeta y narradora. Ha recibido numerosos premios y

distinciones por su trabajo literario, nacionales e internacionales, entre ellos:

Premio "Latinoamericano Jorge Luis Borges”, Fundación Givré, Buenos Aires,

mención cuento corto por "La Prohibición. Obtiene el Segundo Premio por extenso

poema dedicado a la mujer titulado "Madre Espina de Campos Absolutos" en el

Certamen Internacional de la revista “Mairena”, publicándose un extracto del mismo en

San Juan de Puerto Rico. Ha recibido numerosos premios y distinciones por su trabajo

literario, nacionales e internacionales.

Publica la novela "Blue Moon", en Editorial Fértil Provincia, presentándola el escritor y

periodista, Premio Nacional, don Guillermo Blanco,"12 Feria del Libro, Estación

Mapocho"; siente un gran cariño por ése su Libro Musical, que expresa la gran

frustración de la generación de los años setenta por sus sueños perdidos. Se publicó

reseña de la novela en la Revista de la "Sociedad de Escritores de Chile", escrita por la

autora Sonia González Valdenegro. Aparición de reseña y bibliografía en “Diccionario

de Escritores y Poetas Latinoamericanos”, Altair Publicaciones. 160 autores, 15 países.

Buenos Aires. Argentina. Crea taller literario para mujeres “Reflexión antropológica de

la poesía de Gabriela Mistral", con libro en preparación.

Es miembro honorífico de Publicaciones Altair, Buenos Aires, Argentina.

Page 25: Revista Periferia Nº 5

25

Integra Centro Cultural "La Comadreja". Y se publica libro de dicho centro llamado

“Benditas Locas” que incluye poema "Lunas clandestinas", como poeta.

Páginas web:

www.marielariosruiztagle.blogspot.com

e-mail.: [email protected]

NARRATIVA

La prohibición Cuando Dinka regresó a su hogar, presintió que algo extraño sucedía. Demasiado

silencio. A lo lejos, el eterno rumor de la ciudad confirmó su percepción: Mior nunca

dormía.

Encendió el aparato incrustado en la pared, que agregaba un toque más de tecnología a

su habitación, vestida con artefactos de variado uso, sumiéndose en meditaciones acerca

de su ciudad.

Las paredes de cada cuadra del gran centro urbano presentaban un pergamino metálico,

donde se leía el Código de Normas. Precisamente a esa hora- pensó Dinka- se

transmitiría el Mensaje Diario. Los ciudadanos deberían estar atentos a la programación.

Para estos efectos, el Directorio de la ciudad poseía un Sistema de Vigilancia del

Mensaje, el cual consistía en transeúntes pendientes de la recepción. El inciso número

tres del Código de Normas estipulaba un alto volumen de sonido para facilitar esta

misión. Ante la infracción de esta norma general, el Vigilante detenía al inculpado y lo

Page 26: Revista Periferia Nº 5

26

presentaba ante los miembros del Directorio; estos aplicarían una sanción siempre

desconocida y variable según factores de índole también ignota. La sentencia más

temida por los habitantes de Mior era la pena de destierro a Knot, lugar muy tenebroso

al decir de las leyendas tejidas a su alrededor.

Dinka, sumido en sus reflexiones, no se percató del significado de aquel silencio; su

asombro aumentó al constatar que su receptor no funcionaba. Aún apagado emitía un

sonido apenas perceptible, que la costumbre hizo cotidiano a sus oídos. Su profundo

enojo habíase calmado cuando el Vigilante a empellones lo subió al vehículo que

rápidamente te desplazó por los aires.

Al comienzo, sólo una leve inquietud le invadió, luego se transformó en angustia y

miedo. De súbito adquirió conciencia de su incierta situación e intentó tranquilizarse.

Mior, acero y color, no dejaba de fascinar a sus ojos asustados. El paisaje- ya muerto el

crepúsculo- ofrecía un espectáculo distinto, las luces de diversos colores, a la velocidad

del vehículo, dejaban estelas viscosas mezcladas en la húmeda y melancólica atmósfera.

Recordó los últimos árboles, observados en la Gran Biblioteca, junto a su padre. Su

progenitor gozaba contemplando la reproducción de un anciano roble. Posteriormente,

frente a sus cenizas, se preguntaría si algo le hubiese deleitado más que aquel moderno

testimonio del pasado.

Momentos después sintió que descendía del vehículo y penetraba por un túnel muy

iluminado. El Vigilante había desaparecido. La soledad de millones de años le

acompañó. La pena aguardada- pensó- sería mejor que escuchar el Mensaje Diario, su

sonido uniforme, soportado durante veintitrés opacos años.

Repentinamente, provino aquel gemido de lo más profundo de la ciudad. Mior comenzó

un lamento cada vez más agudo y quejumbroso. La pesadilla emerge: sobre si vio los

rostros burlones de los habitantes, vehículos aéreos precipitándose con violencia sobre

él. Sus compañeros de trabajo, riendo crueles, como payasos de finas torturas, volando

en un mundo mágico y atemporal. El zumbido, siempre el zumbido eterno de Mior,

injuriándolo con lenguaje desconocido, vestido de acero y color. Color y acero.

Siempre.

Dinka se retorció, intentó levantarse, no pudo y una anhelada oscuridad lo cubrió todo.

*********

Desde la ventana, un sol alegre saluda la habitación. El hombre se levanta de la

confortable cama, en la cual se encontraba recostado y observa con curiosidad infinita la

mesa de madera, desde donde le incitan olorosas tostadas y mermelada de frutilla. Mira

Page 27: Revista Periferia Nº 5

27

a través del vidrio y ve un autobús deteniéndose en su cotidiana parada. Personas

ruidosas.

Sonríe, se dirige hacia la puerta, volviendo de pronto coge una tostada, la unta con

mermelada, la come con placer y sale.

El Directorio había decidido la sentencia.

Adiós en la Catedral

Una a una las campanadas se deslizaron como cascadas por sus mejillas heridas. La

última resonó, inclemente, en la oscuridad. La luz de la tarde iluminó la espalda del

hombre que amó, mientras se fundía, para siempre, en el paisaje de la Plaza de Armas.

Concurso Latinoamericano. Premio Borges. Mención Cuento Corto. Fundación

Givré. Buenos Aires. 1979.

Simón en Agosto Te advertí que tuvieras cuidado con los extraños, que miraras si venía algún vehículo al

cruzar las calles de Ñuñoa. Tantas palabras al viento.

¿Por qué atravesaste esa línea invisible?

En la oscuridad se conjugan el amor con la muerte, querido y recordado Simón. La vida

nos da sorpresas, tristes sorpresas nos da la vida, sobre todo en el mes de los gatos.

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28

Poemas de Mariela Ríos Ruiz-Tagle

Santiago, Chile

ESTA NOCHE, UNA LUZ BRILLANTE

CON URGENCIA DE VIVIR

Transmuta la flor en ángel quebrado

de espacios siderales,

sobre el hombre:

rayo que enmohece.

Un misterio

absorbe la espera;

se salva el hombre del hombre,

estambre enjaulado

de ángel invisible.

La luna en su aleph en sombras:

abre flores de mirada en celo,

resucitando sigilosos aeoroplanos desahuciados.

Le memoria se hunde

en su morada de látex pasajero.

El universo

y sus abanicos desplegados,

transforman en eco el caos imperioso,

gestando la alquimia inclemente,

mundo de metales:

dioses moribundos.

Descansa,

ángel mendigo:

goza la libertad y la furia.

Page 29: Revista Periferia Nº 5

29

Pasajero inválido sin parlantes, ni ecualizadores.

I

LOCO SOÑABA Y DESGARRADO,

AL FILO DE SU ETÉREO REVÓLVER

Lejos se encuentran los azules placeres,

el despertar de Venus

entre los pájaros:

cada mañana abrazado al arcoiris,

sin documentos.

Arrepentirse aquí y ahora,

es una obra de arte.

Calaveras eléctricas se encuentran

en salas de espera,

sobre cojines nebulosos,

soportando

los rounds de gases lacrimógenos:

letreros de neón protegen del fracaso.

Profetas y fantasmas vulneran la autopista.

Poco es el tiempo del ángel,

las señales de peligro sobre su frente petrificada;

en el crepúsculo,

una oración en la infancia periférica

puede interpretar al mundo.

Violines despeinados

Page 30: Revista Periferia Nº 5

30

sobre oleadas emergentes,

electrodos divididos,

sobre cielos de arenas movedizas.

II

CAMPANAS EN LA COLINA REPICARON

CUANDO LLEGASTE

El ángel sin alas,

en un ascensor descompuesto,

que lo lleva a ninguna parte.

Una calle lo acoge sin gloria:

algo domina el alfasto,

y penetra el alma imperceptible.

Arrodillado en una esquina sin restricción,

no supo que al jugar,

las cartas estarían marcadas

por los siglos de los siglos.

Choca a una paloma en pleno centro,

sin saber que otro ángel disfrazado,

pretendía deslumbrarlo con sus alas:

sombra a sombra derramada.

Page 31: Revista Periferia Nº 5

31

Billetes trasmutados.

Chequeras incineradas.

Ángel cautivo de lo humano:

amante de esta vida.

III

CAYERON LLUVIAS EN MESES DE VERANO

ENVENENADO Y SUTIL

A lo lejos

una sombra virtual,

miseria cósmica:

flota en la atmósfera destilada.

Ácidos papeles metálicos

de hojarascas.

Cielo adentro.

Cielo afuera.

En las oficinas

tus alas bostezan sedentarias,

y tu mirada es un paraguas viajero

de ángel nómade, cuerpo de lluvia,

recostado electrodo de nostalgia.

Hiroshima alerta desde los armarios.

El espacio eleva mil plegarias

sobre relojes que se incendian lentamente.

La nostalgia es óxido impertérrito.

Ängel luchador contra el embrujo:

ecualizadores del ser automático.

Desenchufado

en la multitudes tecnológicas del miedo.

Page 32: Revista Periferia Nº 5

32

IV

CAMBIAR AL UNIVERSO EN LLAMAS

SALPICADO DE AZUL DISTANTE

El costo de la vida

sin intereses,

tiene descuento:

por la gran liquidación de clones.

Hijos de pelo azul

y ojos a elección:

dos cabezas

para multiplicar

la inteligencia a la venta.

El ángel en pie de guerra,

camina por el paseo Ahumada,

los peatones

perdieron la capacidad de asombro.

Lo echan a patadas,

depositando su cuerpo

para ser fotografiado

por los reporteros:

en las escalinatas de un Banco.

Las campanas de San Francisco

rugen a lo lejos:

mientras la multitud lo acribilla

a garabatos centelleantes.

Page 33: Revista Periferia Nº 5

33

V

POEMAS

JUAN PABLO CIFUENTES

LOS ANGELES

DESPUÉS DE LAS 10 PM.

Después de las 10 PM

La diversión aumenta

Considerablemente en los suburbios de Concepción

Las noches se asfixian de prostitutas

De niñitas de quince años

Todas pintarrajeadas

Excesivamente maquilladas con el rojo

Un rojo pasional avinagrado de

Pendejas que piensan que lo tienen todo,

Pendejas que buscan ser desvirgadas antes

Del cumpleaños numero dieciséis

Para estar a la nueva moda

Y bailan como endemoniadas

Se mueven, se contonean, se sobajean

Hay fricciones entre el culo y el aire fresco

De la noche...

Y terminan en la crónica roja

Mutiladas, violadas,

Muertas,

Como una perra vieja

Llenas con el rojo de la muerte.

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TRES GRITOS.

1

La miseria se encontraba escondida

Entre las humillaciones y los silencios

De cada uno de los miembros de la Iglesia

Iglesia de Dios...

Adiós, las lágrimas recorren

Montañas y sembrados

Poco a poco se agotan las margaritas

Desencadenándose ilusiones

Prisiones como amargas lluvias de otoños antárticos

No hablamos de nada

De nadie más que de nuestras

Estupefactas sombras que nos cubren

Ante los ataques despiadados

De la menor agresividad de nuestras virtudes

Siempre me ha gustado la vida

La vida anterior a esta puta

Existencia

Nos enfocamos en las desgracias del otro

En las barbaridades

En las enfermedades desengrasadas

Añejas, huecas, oxidadas

Perfumadas como minutos

De agonías, minutos de muerte

Segundos de sueños que se agotan

Se agotan poco a poco

Paso a paso

Tiempo a tiempo

Page 35: Revista Periferia Nº 5

35

Espacio a espacio

Hasta evaporarse en una miserable

Gota armónica que suspira

El último aliento

La última estación, los últimos acordes

Que entonan las coristas antes de cambiar su máscara puritana

Por la lujuriosa máscara de un sábado por la noche

De un viernes desenfrenado

Alcoholizado con semen, risas

Risas risas semen semen risas semen

Y locas carreras que se acaban en palabras tortuosas

En palabras inolvidables

En caricias que se convierten

En gritos despiadados que susurran

Angustiados recuerdos de un mañana que

Se niega a retomar su senda

Que se esconde

En las campanas de la misa del gallo

En las faldas de las coristas,

De las muchachas que abren sus piernas

Y permiten el concierto sexual

De una flauta mágica

Nos envalentonamos en mágicas manos

Que recorren oscuras siluetas

Oscuras partituras, oscuras manifestaciones

Oscuras vaginas que explotan

Que se desintegran entre muslos y testículos

Cuatrocientos años de esclavitud

Cuatrocientos latigazos y dioses enemigos

Guardad silencio por los mortales

Las páginas se agotan en fosforescencias

Y la multitud se ilumina con los sueños

De nuestras asesinas salivas.

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36

2

Una cosa inesperada

Así nos definen los psiquiatras

Cosas

Simplemente “cosas”

Eso somos

Unos bichos raros que

Se extinguen en círculos cerrados

Nos reunimos a la luz de la luna

Fumamos rabia, fumamos impotencia

Nadie nos acepta, nos apedrean

Porque somos bichos raros

Somos perversos

Extremadamente inútiles

Extremadamente idiotas

Extremadamente perversos, reubicados

En la calle Salto esquina Suicidios

Nos involucran con el 666

Pero no reconocemos ese código

No reconocemos ninguna señal

Nuestros hermanos son los olvidados

Los perversos se esconden

No nos quieren en la mesa familiar nuestros creadores

Nos abandonan en calles asquerosas y periféricas

No somos suicidas, no somos asesinos

No somos religiosos, no somos

Fanáticos, no somos endemoniados,

No somos nada más, nada, nada.

3

¿Te sorprendieron las declaraciones del pastor?

¿Los sermones del cura de la parroquia?

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37

Adiós, palabras que vuelan a través del viento

Agotadas sonrisas que se extinguen

Pagamos el pato los inútiles de siempre

Pagamos la ronda los miserables de nacimiento

Las murallas permanecen en su sitial

La luna contempla impertérrita nuestras plegarias

Sí, también lloramos

Aunque está prohibido

Porque nadie nos cree,

Nadie dice la verdad, somos huérfanos.

ARTÍCULO DE LITERATURA Teresa Calderón obtiene el Altazor 2009 en Poesía.

Calderón, Teresa (1955)

Nace en La Serena en el año 1955 y estudia Castellano para luego

desempeñarse como profesora de Literatura en la Escuela de Periodismo de la

Universidad de Chile. En 1989 obtiene el primer lugar en el Concurso Nacional

de Poesía de El Mercurio y en 1992 el Premio Pablo Neruda. Aunque

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38

principalmente se conoce su labor como poeta también ha incursionado en

otros géneros como el cuento con la publicación de Vida de perras en el año

2000. Fue compiladora junto a Lila Calderón y Tomás Harris en la antología

Veinticinco años de poesía chilena (1970 – 1995).

Incluida dentro de la denominada ‘Generación del ‘70’, su trabajo se asocia al

grupo de poetas que trabajan con las circunstancias del presente en un afán

desmitificador, con el fin de rescatar los valores perdidos, que tienen que ver

con la realidad personal pero también con la situación sociopolítica de Chile

después del golpe militar de 1973. Esta desmitificación también se relaciona

con el intento fundacional de Calderón que, junto a Verónica Zondek y Heidi

Navarro, han trabajado la temática femenina desde un punto crítico, es decir,

buscan a través de sus textos crear una crítica feminista latinoamericana.

En su primer libro –Causas Perdidas- Calderón desarrolla esta temática a

través de juegos de imágenes basados principalmente en la ironía y el uso de

la intertextualidad con distintos lenguajes como el del bolero y la alusión a

algunos escritores latinoamericanos como Borges y Sábato. El uso de esta

intertextualidad le permite hablar de las problemáticas femeninas, ironizar la

realidad pero sin caer en descripciones intimistas ni menos académicas, ya que

también realiza juegos formales, en especial con la puntuación.

En sus siguientes libros, la autora ahonda en esta forma de escritura como

manera de invertir el orden preestablecido del lenguaje, el que se considera

sintáctica y también semánticamente masculino, por lo cual la poeta utiliza

recursos como artículos neutros, invierte la concordancia de géneros e ironiza

con los lugares comunes de nuestra cultura. Esta temática luego la extenderá

hacia el ambiente literario, en tanto ese uso de la ironía y el humor negro lo

utiliza para cuestionar el egocentrismo que abunda en este ambiente además

de cuestionar toda posible verdad absoluta.

Page 39: Revista Periferia Nº 5

39

Bibliografía.

Poesía

- Causas Perdidas, Santiago, Antumales, 1984.

- Género Femenino, Santiago, Planeta, 1989.

- Imágenes Rotas Santiago, RIL, 1995.

- Veinticinco años de poesía chilena (1970 – 1995), Santiago, Fondo de Cultura

Económica, 1996.

- No me arrepiento de nada.(selección de poemas) S.n., 1999.

- Elefante

Cuentos

- Vida de perras Santiago, Aguilar Chilena de Ediciones, 2000

Antología

- Veinticinco años de poesía chilena (1970 – 1995) / compiladores Teresa

Calderón, Lila Calderón y Tomás Harris. Santiago, Fondo de Cultura

Económica, 1996.

Ganadora del Premio Altazor 2009, en poesía, Teresa Calderón manifestó su

preocupación por la pérdida del hábito de la lectura. El problema de la lectura

es un problema muy grave, aunque no se cual sea la solución", fueron sus

palabras, agregando que la celebración del Día del Libro sirve para que la

gente entienda cual es su importancia, aunque los chilenos lean poco y sea

poco cultivada el arte de la lectura. "Me siento cada vez más pesimista al oficio

de escritor en Chile, porque no tenemos todo el apoyo que necesitamos",

señaló la poetisa.

Poemas de Elefante, de Teresa Calderón

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* Un elefante lleva luto por sus parientes presenta reacciones dramáticas ante el cadáver de otro elefante. Respeta huesos y restos de otros ejemplares de su especie. Un elefante no necesita patio 29 Cuando reconoce un cadáver de elefante. regresa sistemáticamente a investigar los huesos y colmillos regados por el camino. Un elefante siempre visita los huesos de sus parientes. * Un humano luce orgulloso su bestialidad Y vive 80 años. Vive 80 años pero maldice su transitoria inmortalidad: muy poco tiempo para aprender lo que le está permitido a un elefante. Luce orgulloso su bestialidad orondo en su libre albedrío y en pleno desuso de sus facultades mentales El año 1944 mi padre tenía 14 años. Miraba catálogos de las editoriales en el invierno de Los Ángeles. Creía saber dónde quedaba el cementerio de los elefantes. Y lo sabía. El cementerio de los elefantes

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quedaba en la Editorial Nascimento en Santiago de Chile. El panteonero era Arnaldo Cipolla. Mi padre vivía en Los Ángeles en 1944. Tenía 14 años cuando mandó a comprar El cementerio de elefantes. * Mi padre pensaba en los elefantes pensaba en el futuro. Papá elefante pensaba que siempre tendría 14 años y el tren continuaría trayendo sus encargos. Un elefante entra corriendo a una aldehuela de Kenya. Las calles son estrechas y las casas frágiles. Un cuerpo de elefante es torpe y es pesado. La carrera de elefante arrasa con las casas y las cosas. A eso el hombre lo llama barbarie, devastación, lo llama violencia, agresión de bestia, lo llama. No lo llama dolor de animal herido. No lo llama horror de animal desamparado. No lo llama animal perdido tras la manada. * Entonces el hombre grita constata lesiones en la comisaría más cercana a su domicilio, que ya no existe porque pasó un elefante desamparado. Entonces viajan enviados especiales la televisión se despliega en efectos especiales. Corresponsales del mundo en cadena internacional mostrarán la masacre, el exterminio, dicen.

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Nadie repara en un elefante solitario animal herido que tiene hambre y tiene sed y está perdido en la evolución. * Un elefante mira sus colmillos, le crecen como dientes de leche. Pero viene el hombre y se los roba para peones de ajedrez figuras de marfil piezas de dominó instrumentos musicales mangos de cuchillo aisladores eléctricos bolas de billar. En elefante blanco lo transforman. El resto se lo disputan los ilógicos zoológicos. * Un hombre Asesina elefantes sin medir consecuencias para el resto de la manada o desatar estallidos de dolor. * Eso no lo entiende el presidente Bush. Eso no lo entiende el papa Ratzinger. Eso no lo entendieron nunca los dictadores latinoamericanos. *

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43

Los elefantes visitan a sus enfermos como manda el cristianismo, siente algo parecido a la compasión. Se ayudan se acompañan cuando están enfermos y se rinden homenaje cuando alguno fallece. * Una elefanta que agoniza es una elefanta protagonista. Entonces recibe asistencia de alguna hembra de otra familia, intenta ayudarla a incorporarse varias veces con sus colmillos. La elefanta muere y allí mismo recibió las condolencias de otras familias. Muestran dolor por el cadáver, lo huelen lo tocan con sus colmillos y patas. Es genuino interés por sus enfermos agonizantes o ya muertos, aun sin tener un vínculo directo. Aquí cabe entonces Seguir los consejos de Cortázar el elefante argentino: Conducta en los velorios. Fuente: Las Letras de RIL editores ARTICULO DE LITERATURA

Presencia de Gabriela Mistral en Quilpué, Tierra del Sol.

Page 44: Revista Periferia Nº 5

44

Luis Ossa Gajardo En la década del 50 del siglo veinte, solíamos viajar en ferrocarril

todos los veranos junto a mis padres y otros amigos rumbo a Los

Andes, un viaje por lo demás entretenidísimo con trasbordo en Llay-

Llay, el propósito de aquellos viajes era pasar unos días maravillosos

en el hogar de Don José Huerta y Sra. Griselda, un matrimonio

alegre y bondadoso de cierta edad. Su casa era amplia, construida

por gruesas paredes de barro, circundada por fecundos viñedos y

una gigantesca higuera, cuya sombra refrescante cobijaba al grupo

de amigos que allí se reunía en torno a una grata amistad. Esta casa

se ubicaba en la calle Uruguay en el antiguo Barrio Centenario,

próximo a los extensos y gruesos muros que circundaban las

antiguas ciudades del Valle del Aconcagua. Fue allí, precisamente

en aquellos años, cuando me enteré que al lado de la casa de Don

José vivían dos primas de Gabriela Mistral de apellido Godoy a las

que tuve la suerte de conocer porque solían ir con frecuencia a la

casa de aquel maravilloso matrimonio amigo de mis padres.

En el año 1976, nos comunicaron que una de ellas se encontraba

internada en el hospital Van Buren por una penosa enfermedad.

Entonces de inmediato acudimos con Laura Medina, mi esposa a

visitarla, visitas que realizamos con frecuencia, porque nos hicimos

cargo de la limpieza de sus ropas y de todas sus necesidades

personales. Su hermana mayor por motivos de su trabajo en

Santiago no podía acudir todos los días al hospital…

En esas circunstancias fue el reencuentro. Clara Luz Godoy

Aherroja, prima hermana de Gabriela Mistral, Directora de un Liceo

de Santiago, solía contarnos de las visitas de Lucila al hogar de sus

padres cuando ella tenía unos trece años, visitas por lo demás sin

ninguna otra connotación que no fuera de un carácter meramente

familiar, a excepción de separarse de su grupo familiar, cuando el

impulso de su pluma así lo requería. Para ellas siempre fue la prima

Lucila, la que el mundo entero conocía por Gabriela Mistral, la gran

Page 45: Revista Periferia Nº 5

45

poetisa, gloria de Hispanoamérica, la Gabriela insigne, coronada de

estrellas, la misma Lucila que hablaba a río, a montaña y a

cañaveral.

En 1954, siendo un joven adolescente estudiante del Liceo

Coeducacional de Quilpue, tuve el privilegio de ver a menos de 2

metros de distancia a Gabriela Mistral quién se dirigía a Santiago en

el tren presidencial, después de un apoteósico recibimiento en

Valparaíso por una multitud de niñas vestidas con delantales

blancos. Niños y niñas que agitaron sus pañuelos con júbilo por la

presencia de Gabriela, la errante viajera, de retorno a su tierra

chilena. La acompañaban en este viaje el escritor, crítico literario y

miembro de la Academia Chilena de la Lengua Hernán Díaz Arrieta

(Alone), el Ministro de Educación Oscar Herrera y el edecán militar

de S.E. Mayor Santiago Polanco.

El paso del tren fue lento para que todos los estudiantes

distribuidos a lo largo del andén la pudiéramos apreciar, hecho

afortunado para nosotros ya que no tuvimos que sufrir ningún tipo de

aglomeración. Recuerdo que ella se levantó de su asiento y se

acercó a la ventanilla y alzó su diestra para dirigirnos el cariñoso

saludo de llegada y de despedida a la vez. Desde aquel septiembre

de 1954 han pasado 53 años, sin embargo, su imagen serena y

señorial permanece viva en mi corazón.

Era la última vez que Gabriela veía con sus ojos su amada patria.

Era un viaje triunfal en un barco que se detiene en cada puerto para

que ella reciba el homenaje popular, el de la gente sencilla de su

pueblo que tanto la admira y la quiere. En Santiago recorre las calles

de la ciudad en automóvil descubierto y es aplaudida y vitoreada por

cientos de miles de personas. Con el cabello blanco al aire, cubierta

con un sencillo abrigo gris, responde a las aclamaciones agitando

débilmente sus manos. La recibe el presidente de la república, Don

Carlos Ibáñez del Campo, en uno de los salones de gala del palacio

Page 46: Revista Periferia Nº 5

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de la Moneda, desde cuyos balcones se dirige al pueblo. La poetisa

habla de sus preocupaciones de toda la vida. De los niños

desamparados, de la pobreza de los campesinos, de la miseria de la

gente humilde, de la ignorancia que les es impuesta por los

regímenes injustos. Habla de los chilenos que ella conoció en 1910,

con palabras que el chileno de 1954 entendía muy bien y que no

eran exactamente una profecía para las generaciones futuras. Era la

voz de la tierra hecha con la sustancia del tiempo. Un viaje en gloria

y majestad, distinto al viaje en 1925 cuando sólo la recibe el viento

polar en Punta Arenas. En 1954, Gabriela Mistral visita a Chile y

recibe el más increíble homenaje, cuando es el mar el que le

“pardea de uniformes”: la flota chilena sale a encontrar el barco

donde ella viaja. Tiene como escolta a la fuerza aérea y al ejército.

La reciben las escuelas con todos sus niños en la calle en Arica,

Valparaíso y Santiago; tras ellos, la población entera. Entonces pudo

regresar a los Estados Unidos con el corazón henchido de júbilo y

del grato amor de su pueblo.

Quilpué, 27 de Julio

de 2007.

Nota: En el año 2007, por motivo de conmemorarse los 50 años de

la Muerte de Gabriela Mistral, por iniciativa del suscrito y su Sra.

esposa, se coloca en el paseo Camogli, Avenida Alemania, Cerro

Yungay de Valparaíso, una placa recordatoria al pie del Busto de

nuestra insigne poetisa. Ceremonia llevada a cabo en presencia de

la colonia italiana residente.

LUIS OSSA GAJARDO

RESEÑA BIOBIBLIOGRAFICA Su ciudad natal es el puerto de Valparaíso, donde nace un 20 de septiembre de

1940.[2] A los siete años su familia se traslada a Quilpué, tierra en aquel

entonces de viñas y trigales. Su quehacer lírico se manifiesta a los 14 años y

Page 47: Revista Periferia Nº 5

47

sus primeros frutos poéticos se publican en los años 1962 – 1963 en El

Mercurio de Valparaíso el periódico de habla castellana en activo más antiguo

de Chile y del mundo. Posteriormente escribe entre los años 1982 y 1985 en La

Prensa Austral y El Magallanes de Punta Arenas, Chile[3] Actualmente

pertenece a la Sociedad de Escritores de Valparaíso, al Círculo de Escritores

de Viña del Mar, a la Agrupación Literaria Regional y al Grupo de Poetas

Itinerantes Rubén Darío de Valparaíso.[4]

Obras publicadas * Barco Abandonado. Ediciones Rondas, Barcelona, España, 1982. * Colección Divulgadora de la Poesía Hispano Americana. * Surco Azul. Himnos y poemas religiosos, Valparaíso, 2002. * Alzo la Voz. Poemas, Valparaíso, 2002. * Versos Ecologistas. Valparaíso, 2003. Incluido en las siguientes antologías * Poetas de Valparaíso. Ediciones Rondas, Barcelona, España, 1977. * Azor en vuelo. Antología Breve de 10 poetas chilenos, ediciones Rondas, Barcelona, España, 1982. * Historia de la Poesía en Valparaíso Siglos XIX y XX. Ediciones Correo de la Poesía, Valparaíso, Chile, 1999. * Antología del Encuentro Internacional de Escritores Heraldo Orrego de la Agrupación Literaria Regional- Villa Alemana. Chile, 2002. * Breve Polifonía Hispanoamericana. Frente de Afirmación Hispanista, A. C. México, 2005. * Revista del Círculo. Ediciones del Círculo de Escritores de Viña del Mar, Chile, 2005. * Sociedad de Escritores de Valparaíso 50 Años. Ediciones del Pacífico, Valparaíso, 2005. * En el rescate del Patrimonio Poético-Literario de Valparaíso Sociedad de Escritores de Valparaíso, 2005.

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48

* Luces de Valparaíso. Grupo Poetas Itinerantes Rubén Darío, Valparaíso, 2005. * Poetas de Playa Ancha. Frente de Afirmación Hispanista, A.C. México. Capítulo de Valparaíso, Chile, 2006. * Valparaíso Alire. Agrupación Literaria regional, Valparaíso, Chile, 2006. * Por un patrimonio Cultural. Sociedad de Escritores de Valparaíso, Chile, 2006. * El mar en la poesía chilena. Ediciones del Frente de Afirmación Hispanista, A.C., Capítulo Valparaíso, Chile, 2007. * Lírico enjambre Hispanoamericano. Ediciones del Frente de Afirmación Hispanista, A.C., Capítulo Valparaíso, Chile, 2007. * Melodía de Colores. Centro de Estudios Poéticos, Madrid, España, 2007. Premios Obtenidos * Premio Por la paz. Ilustre Municipalidad de Quilpué - Rotary Club de Quilpué. 2001. * Premio El gran pianista Don Claudio Arrau. Ilustre Municipalidad de Quilpué, 2003. * Premio Mario Metzger Araya. Ilustre Municipalidad de Quilpué, 2003. * Premio Pluma de oro – Reflejos del alma. Islas Canarias, España, 2005. * Premio Al Poeta más popular. Poesía es música, Quillota, 2007 Referencias 1. / Revista Literaria Baquiana, Miami, Estados Unidos Sección Poetas Chilenos 2. / Memoria Chilena, Portal de La cultura de Chile, Poeta Luis Ossa Gajardo 3. / Portal Poetas del mundo, Poetas Chilenos 4. / Portal Arte Comunicarte, Biografía Poeta Luis Ossa Gajardo Enlaces externos * Página Oficial Del Poeta Luis Ossa Gajardo * Página Web Ossa Poeta del Mar

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Norton Contreras Robledo

Resumen: Quisiera ser alquimista, unir las letras milenarias,

organizar, construir cimientos de futuro en espacios vacíos, en

laberintos sin sentido y valores de hojarascas. Al principio todo era

sombra, oscuridad. El verbo trajo la luz . Las palabras mueven la

vida, son las ruedas de la historia. Siempre que mires con una doble

mirada .Toda la historia del hombre podría reducirse a la

relaciones entre las palabras y el pensamiento ; leyendas, cuentos,

tabúes y mitos. En este ensayo me propongo abordar algunos

aspecto de la literatura. Aquellos que quizás son los menos

concientes. Porque a veces frecuentamos la realidad sin dejarnos

sorprender o interpelar por ella. Quiero desenterrar las palabras

sepultadas bajos los restos de las estrellas muertas.* (1)

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50

La magia de la literatura

En cada obra literaria se vislumbra la posibilidad crear o reinventar

el mundo circundante. Es ahí donde está la esencia de la literatura ,

su magia .

En una obra literaria a veces encontramos expresado lo real y

mágico, porque en la vida cotidiana de las gentes y de los pueblos lo

mágico con lo cotidiano se mezclan. Suceden hechos en los que la

frontera que separa lo real de lo fantástico es sutil y difusa. Tan

desdibujada que nos hace pensar que la barrera entre estas

realidades no existe; que lo real es tan extraordinario y fantástico

que puede dar la sensación de irrealidad.

La magia de la literatura radica en que nos acompaña desde nuestros

primeros años de vida y hasta el ultimo de ellos. Y a través de sus

géneros vemos la realidad que nos rodea, o nos transporta a tierras

desconocidas, a países remotos, a planetas y sistema solares. Nos lleva

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a través del tiempo y el espacio a conocer personas del pasado o de

del futuro que se vislumbran detrás de las sutiles cortinas de la narración.

Experiencias y sensibilidades

Que bonita y maravilloso fue en mi infancia, en el pueblo de Canela,

cuando vivía en el monte y aprendí a leer. La literatura tuvo la magia de

abrir las puertas que me permitieron llegar a sitios. Viajar a lugares

remotos que jamás hubiera podido imaginar. Recuerdo como si fuera hoy

que sentado bajo las sombras de un árbol, mientras las ovejas y las

cabras pacían, yo con un libro en las manos me transportaba a lugares

lejanos. La naturaleza, sus colores, olores, sabores, las gentes. Sus vidas,

sus trabajos, aparecieron ante mí con un nuevo significado. Mis ojos lo

veían de forma diferente, las sentía de otra manera. Ahí radica la magia

de la literatura de hacer ver y sentir la vida, las gentes y la naturaleza

con una doble mirada.*(2)

El concepto de ideología en la literatura

Cuando leemos una obra literaria existe la tendencia en pensar que dicha

obra esta por sobre cualquier concepto ideológico. Sin considerar en las

múltiples definiciones que las ciencias sociales da a la ideología; falsa

conciencia, visión interesada, parte integrante de la conciencia social en

conexión con diferentes intereses de clases sociales, intereses económicos

y políticos. El concepto de ideología en una obra literaria se manifiesta

como la concepción de la realidad desde una perspectiva particular. La

función ideológica en una obra literaria se manifiesta en el afán que tiene el

escritor de dar la visión, es decir la manera que el tiene de ver e

interpretar el mundo circundante. En este contexto podríamos decir que en

una obra literaria no consiste en las ideas especificas sino en los

procedimientos mediante los cuales se analizan los hechos, la vida y el

desarrollo social.

La función ideológica es una condición presente en todas las formas

literarias: libro de poemas : España en el corazón, de Pablo Neruda,

himno a la glorias del pueblo en la guerra, que exponía los horrores de la

Guerra Civil Española, y su postura de republicano, es un poemario

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hermoso . En este libro muestra su rostro de poeta combatiente e idealista.

La primera edición, corresponde a Ediciones Ercilla Santiago de Chile, 1937.

Fue reimpreso por primera vez en España por el Comisariado del Ejército

del Este, ediciones literarias. Canto General de Pablo Neruda Paradigma de

una profunda identidad entre lo estético y lo social, nutrido por el fervor

revolucionario latinoamericano, Canto general, escrito entre 1938 y 1949 y

publicado de manera privada en 1950, es una de las expresiones más altas

en la vasta obra de Pablo Neruda (Chile, 1904-1973. En la poesía de Walt

Whitman, Hojas de Hierbas, Aparecida en 1855, Unánimemente

considerado el poeta máximo de Norteamérica, Walt Whitman (1819-

1892) es el supremo cantor del Yo y de la naturaleza, del cuerpo y del

alma, de la igualdad del hombre y la mujer, de la fraternidad y la

democracia. En novelas; Las uvas de la ira, el tema representado en

esta novela es actual en lo concerniente a inmigración y su explotación

laboral. John Steinbeck, el autor, vivió durante dos años una vida de

privaciones semejantes a las que describe en la obra, siendo un humilde

campesino. Con esta experiencia y con una sincera conciencia social, el

escritor reproduce este testimonio en medio de los peores tiempos de

EE.UU. en toda su historia, la Gran Depresión. El Sr. Joad y su familia se

ven obligados a abandonar lo único que poseen, su miserable y polvorienta

granja en la árida zona de Dust Bowl, Oklahoma. Esperanzados en poder

encontrar trabajo, ponen rumbo hacia la tierra prometida, California, donde

se rumorea que existe una gran necesidad de jornaleros. A medida que se

aproximan van descubriendo la dura realidad: agotadoras jornadas,

rechazo social, condiciones infrahumanas y míseros salarios. Joad (hijo),

consciente de ésta realidad, empieza su lucha por reivindicar los derechos

de los trabajadores.

Memoria de la casa de los muertos de F. M. Dostoievski, En 1849 es

detenido y condenado a trabajos forzados en Siberia debido a que

frecuentaba círculos cercanos al anarco socialismo. De esta experiencia en

la cárcel surgió Memoria de la casa de los muertos (1862) obra

fundamental tanto en su trayectoria literaria como vital.

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La literatura y el mundo circundante

A modo de conclusión: Decía al comienzo que en cada obra literaria

se vislumbra la posibilidad de crear o reinventar el mundo circundante. Es

ahí donde esta la esencia de la literatura , su magia. La literatura es

portadora de recreación identificada con la esencia de cada ser, portadora

de emociones, sensaciones. En la palabra esta la magia de ser ente de

comunicación entre los hijos de la torre de Babel. Diseminados en

diferentes realidades geográficas, sociales , económicas y políticas en

diferentes lenguas . La esencia de la literatura es su enorme poder

evocador y creativo. Su capacidad no sólo de permanecer, sino de "ser",

de construir mundos posibles. Y de dar testimonio de un mundo en el que

millones de hombres, mujeres y niños de los países del denominado tercer

mundo; personas que no tienen acceso a la educación, a la cultura, a la

salud y al bienestar; ven en fotos, películas o por televisión, el

consumismo y la abundancia de los países desarrollados, observan, sienten

o adivinan el desperdicio de recursos naturales como la luz, el agua y los

alimentos. A esos millones de seres humanos les resulta increíble lo que

ven sus ojos. Ellos no tienen agua para beber y millones de ellos mueren

de hambre. El consumismo, tan real y cotidiano para las personas de los

países desarrollados, aparece como algo divino, irreal y mágico ante los

ojos de niños, mujeres y hombres, condenados por los países ricos. Los

mismos países que han perdido la capacidad de asombro y de indignación

ante las terribles desigualdades. Las palabras que llevan en si las ideas de

que un mundo mejor es posible pueden convertirse en actos, a los ojos y

oídos de millones de seres que aún luchan con esa convicción, con esa

ilusión.

La literatura trae los sentimientos que mueven al mundo, palabras de

amor y pasión, las palabras de la ira y la ternura. Trae los tiempos de amor

y de guerras. Es la memoria de los tiempos idos. Y nos recuerda que para

recordarnos que el tiempo presente es el capítulo inacabado del pasado y

el preludio impreciso del futuro. Y que las palabras que aún no se han

dicho, serán las que se dirán un día.

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Cuando las palabras son censuradas, quedan clandestinas en cualquier

lugar, en cualquier espacio, esperando, aguardando, activando, organizando,

despertando conciencias para un nuevo día. La literatura va reconstruyendo

los momentos, gestos, actos. Mientras haya vida, estará las literatura en las

palabras escritas . La literatura es la semilla en la arena, montañas,

océanos, campos y ciudades. Nace cada día, cada mañana. Va hacia la vida,

hacia las gentes.Como la luz al día, como el espacio al tiempo. *(3)

Notas* (1, 2, 3) Fragmentos del poemario Cantos en tiempos de amor y de

guerra.

Primera edición: septiembre de 2008 © Norton Contreras Robledo © Belgeuse, S. L. (Grupo Editorial) Editado por: Otra Dimensión Editores (Belgeuse Grupo Editorial).

C/ Alberto Aguilera, 35 – 2º Centro. 28015 Madrid.

RESEÑA NORTON Norton Contreras Robledo nació en Chile, en el pueblo campesino de Canela

( Región Del Choapa. Norte chico ) Sus primeros oficios fueron el de

labrador y pastor. Miembro De La Sociedad De Escritores De Chile. Es

integrante De Poetasdelmundo. Miembro De la Red Mundial De Escritores En

Page 55: Revista Periferia Nº 5

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Español : R EMES. Asociación Internacional de Comunicadores y Periodistas

chilenos en el exterior: AICPCH. Y De La Organización Cultural Víctor Jara. Es

Comunicador Social. Colaborador de Panorama Cultural en Suecia. Redacción

Popular, Rebelión, Kaosenlared, revistapuntosuspensivo- Chile ,, Fortín

Mapocho, Aporrea.org, Puebloalzao y Encontrarte de Venezuela,

Indymedia.org . y otros medios de comunicación alternativa. Integra

comunidades de poesia- letras. Cultiva el cuento y la poesía. Escribe ensayos,

columnas y artículos culturales y políticos. Los que han sido publicados en la

prensa escrita; Nueva Perpectiva (Prensa escrita del PCT, De Argentina)

Liberación, (Suecia), Tribuna Popular, (Venezuela Publica en páginas y diarios

digitales. Inició sus estudios en la Facultad de Educación Y Letras de La

Universidad de Chile., que fueron dramáticamente interrumpidos por el golpe

de Estado de 1973. Vivió en Argentina entre los años 1975-1978. Ese año fue

detenido y expulsado del país, por el gobierno militar del general Videla.

Realizó estudios de Psicología Social, Historia y Filosofía, en la Academia de

Ciencias Políticas, en Sofía, Bulgaria (1981-1982).

Reside en Suecia . En el período 1996-2007, trabajó en los archivos de la

Ciudad de Malmö, perteneciente al organismo Kultur Malmö, que incluye la

gestión de museos, bibliotecas, archivos y galería de arte .

Ha publicado el poemario ”Cantos en tiempos de amor y de guerra. Editado

en Madrid España

Ha sido incluido en la antología poética La voz de la palabra, editada en

España

Actualmente trabaja en el proyecto de poemario Cantos Peregrinos.

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NARRATIVA ANDROS –CONCEPCIÓN

RESEÑA : Andros, seudónimo de Rodrigo Vives Cruz, nacido en Concepción, de profesión

publicista, prolífico y multifacético creador, poeta, narrador y fotógrafo.

WOOFER

Y no es que no me gustara. A decir verdad, sí quería estar ahí, entre el vaho

sudado y algún olor mezclado entre cerveza y borgoña, entre chicle y cigarro.

Resultaba erizante la espera, la sola expectativa generada por la mixtura:

ceniceros trizados, vasos olvidados por el copero de turno, adolescentes

palpitantes que pululaban entre los autos de sus padres y la pista, y el segundo

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nivel y la ancha sala VIP y todo. Ancha, como las caderas de la madre tierra,

capaz de acoger a mil más de los que ya había.

Pero yo, en mi locuaz mutismo de siempre, sumergido en la guardarropía,

pensaba en los misterios de las carteras y chaquetas que se me habían

encomendado. Nadie más que yo podía saber que era yo mismo el riesgo.

Era domingo por la tarde. Rockola. Ese émulo de viernes o sábado que se les

da a los menores de 18 como premio de consuelo por buscar algo de acción.

Los más avezados (o los más suertudos) terminarían en alguna casa ajena,

chorreados de birra o de piscola o de yogur. Sí, de yogur, a veces aparece de

lo más impensadamente, entre afiches de Smashing Pumpkins y poleras del

Ché. Da lo mismo que la gran camada noventera no sepa mucho quiénes son,

si se es hábil en la attitude.

Pero la guardarropía y yo. Y un trillón de watts de potencia a mi lado. Y me

dejan ahí, a la hora en que la electrónica comienza a dar paso al flamenco-chill.

¿Qué querían que hiciera? Omitir esa percusión cardíaca comenzaba a estar

bien lejos de mis capacidades (con dos noches encima resultaba difícil no

adormecerse)...

Tum, tum

Tum, tum

Tum, tum

Miro y no hay nadie. Ni cabros ni jefe ni barwoman ni copero ni guardia ni nada.

Ni copas ni disco ni parlantes ni guardarropas ni carteras misteriosas ni

ninguna pinche cosa. Sólo el olor, el beat y algo que parezco ser yo, tatuado,

casi maya. Y árboles donde hasta hace cinco minutos había una pantalla

gigante y un montículo donde sólo había culos. Fuck, Cortázar algo me había

dicho, pero me obligué a asumirlo como un cuento. A vivir la "realidad" y

buscarme esta (esa) pega...

Lo extraño es que no me resulta extraño.

Lo desconcertante es que no desconcierta tanto.

Veamos, mi nombre es...

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OFF

/ Sensi / Dermo... duermo / Exo sexo, extro-entro-extro esso / Saxo / Sensa.

Plot, drop, fluuuhhh. Tsssaaassshhh. Gota / Go-Ta / En el inicio fumar era un

verbo, y el verbo era con vos, y fumar era dos / Sí, bebé, claro que recuerdo a

Chet Baker y My Funny Valentine, pero take it slowly que me duele, ¿eh?...

hace demasiado tiempo que no fumamos, así, en un suburbio tan under, tan

oxidado (parece mentira que aún haya xaxis que traigan hasta aquí).

¿Bradbury, dices, así sin más ni más? Hummm, puede ser. Admite al menos

que una novela sci-fi no suena de buenas a primeras como "sexual". Al menos

no propiamente, los hay más para quienes será inquietante, o al menos

interesante (doh!). Chet Baker es más obvio, aunque no lo sea tanto que nos

brote desde celdas biomecánicas. Je. Pero suena bien, y excita, bebé, lo dije.

Fuma y mejor no digas nada tú que no es necesario, mira.

¿Entrar ahí? Ná, ¿para qué?. El sexo (incluso nuestro sexo) se va cuando

Morfeo llega. Mejor quédate un rato más conmigo "aquí". ¿Las comillas? Tú

sabes por qué, no me hagas pensar hoy. Y no leas, bebé, please. Haz como si

te hablara, como que oímos, como cuando no te conocía a ti ni a este mojado

callejón tan jodidamente perfecto, tan... ¿personalizado dices? zado dices?

dices? Pues eso, tan personalizado. Haz como que estamos aquí.

¿Deckard? Dicen que sí, que era. No quisiera hablar de él ahora, nena. Aunque

yo creo que, rebelde y todo, lo intuía. Tú sabes, Edward James Olmos, el

unicornio y todo eso. nio y todo eso. nio y todo eso. Metido. Mentido.

Muérdemela.

Y claro que los verbos son los que complican todo. Sí, también hacen que todo

funcione, aciertas de nuevo. uevo. evo. Fúmame. ¿Dices que 24 horas desde

que dije "fúmame"? ¿Y qué hiciste mientras tanto tiempo? Mala, me miraste

estos ojos inertes como si hubiera muerto... y tanto rato, bebé, como si me

amaras. Como si no me amaras. Si no fuera casi gracioso sería casi macabro.

O.K., entremos ahí. Tú ganas, yo no me quejo. Pero, ahora te lo digo, sólo nos

quedan treinta minutos, desprogramé las cargas de ambos (nos

desactivaremos, calculo, en pleno orgasmo). O puedes tú partir ahora mismo,

acaso llegues a tiempo a la base. Yo me quedo, es una linda noche para

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terminar toda esta nostalgia. Porque la nostalgia sólo debiera ser cosa de

humanos.

Y es que yo sabía que volver a fumar contigo, aquí, me haría daño.

¿Entonces?

BONANZA

No está seguro de si es una casa o un vehículo, porque desde su ventana

puede entender que va moviéndose en medio de un fiero temporal de agua y

viento. Lo cierto es que ver, quince metros a su derecha, a una madre y su hijo

bajo el chapuzón contrasta curiosa y enrarecidamente con el cálido programa

de TV que sigue encendido en lo que parece ser su habitación. Y por alguna

razón (¿precaución? ¿miedo?), no logra abrir la puerta para ofrecer transporte.

Ahora es una bala. Es decir, es el vacío que precede al aire, la distancia que

llena justo una pulgada entre el cuerpo de una bala y la nada. Y se dirige a

seiscientos metros por segundo directo al cuerpo de alguien. Aún ni lo divisa.

Ya lo divisa. Ya lo ve en detalle. Ya comienza a atravesarlo. Ya pasa de él. Ya

deja atrás el cadáver que cae. Ya cae él mismo. El, una bala.

No entiende. No puede ser primero un hombre en una casa rodante y luego

una bala. Nadie es una bala luego de ser un hombre en la tempestad. Es

ilógico. Las balas son de plomo y los hombres de carne y sangre y huesos y

pensamientos…

Eso, debe ser un sueño. ¡Un sueño! ¡Y de los sueños se despierta, se sale!

Hay que salir de este sueño luminoso. No hay nada peor que tener miedo de

día, porque no hay amanecer que esperar. Es decir, de noche se espera que

amanezca para sentir el alivio, la posibilidad de ver más gente, hablar del clima,

de lo cara que está la bencina… De día no hay nada que esperar, y si es un

sueño, había sol arriba de esas nubes obesas…

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Ahora está en un colegio, o un instituto. Es raro, conoce a la profesora. Le hizo

clases de dibujo alguna vez. Lo extraño es que antes era flaca y de pelo negro

y lejana. Ahora es pelirroja y amena y gruesa y coqueta. Y su cara no se

parece en nada a la cara que tenía antes. Así que pide permiso para ir al baño.

Mientras orina, reflexiona acerca de las caras y las profesoras de dibujo, que

son tan extrañas y cambian tanto. Hay sin duda demasiada luz en este baño,

que se ve muy higiénico y muy vacío para ser período de clases.

Sinceramente, no busca el papel. Siente el escalofrío de siempre y procede a

sacudir su humanidad con cariño. Sí, good boy. "Eres como mi chaqueta vieja,

hemos compartido tanto"…

Ya frente al espejo, se moja la cara y se despeina los cabellos de sobre la

frente con cuidado. Con cuidado de que parezca natural. Siempre ha tenido en

cuenta que… ( UH, QUE FUE ESO )

Un hielo quebrado le recorre el espinazo. ¿Pero miedo por qué? Hay tanta luz,

hay gente, ¡debo volver a la sala! Ahí están todos y está la profesora coqueta y

la bala y la casa rodante y el cálido programa de TV en que Steve Green canta

a dúo con Michael Bolton… ¡Si este baño es tan luminoso! ¡No hay penumbra

con esta luz que tiñe todo de azul verdoso! ¡No habrá siquiera arañas

nocturnas que salgan a cazar porque esta luz no cesa! ¿¿Miedo por qué??

Entonces se dispara en veloz regreso desde el baño hacia los lápices y los

compañeros y la pelirroja y acogedora gorda. Parece ir en una bicicleta de aire,

no mira atrás, no quiere saber qué había ahí, sólo corre entre la cardíaca

estampida de latidos. Sólo corre para hablar del precio de la bencina con sus

compañeros de clase… ¡Era un sueño un sueño un sueño! ¿¿Y qué importa si

era un sueño?? Sólo corre sigue corriendo era tan real como la luz tan real todo

tan real… Sólo corre aunque tengas el cierre abierto y los sentidos dormidos,

sólo corre hasta la sala pelirroja…

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-Sólo corre como un loco hasta que tropieza…

Hondo respiro y clavo las carcomidas uñas en nuestras sábanas de abajo

hasta que casi llego a cortarlas. Hondo alivio y poesía y el olor a jazmines que

se cuela desde la terraza. Miro a la izquierda y la radio reloj marca las siete

menos cuatro. Dios mío, gracias. Sólo un sueño dentro de otro sueño, otra vez.

Las siete menos uno y desenquisto la última uña. Te miro desde mis párpados

aún incrédulos y nublados. Gozo. Roncas levemente: Amaré desde hoy esos

ronquidos. Tu boca entreabierta emanando suspiros me recuerda los besos de

anoche y la penumbra tibia en que celebramos nuestro primer año de bonanza.

Andrés siempre fue un buen amigo para ambos. Desde la tarde en que llamó

anunciando "recuerda presentarte en ropa formal, empezarías el lunes" las

cosas no dejaron de mejorar. Ahora mismo tengo treinta minutos para cerrar la

puerta, tomar el taxi y contener la alegría cuando el chofer me lance el primer

comentario del clima o la bencina.

-Oye, despierta, amor. Amor despierta, me ducharé en la noche así que tengo

siete minutos de ventaja. Por favor abrázame, te amo mucho. Eso, tienes los

brazos calientitos, qué rico. Sí, amor, las siete con siete. Descansa hoy, iremos

al cine. Sí, amor, sí. Sí, amor, otro sueño, tú sólo aprovéchate. Sí, mucha luz.

Sí, era de día, pero mejor te cuento luego. Abrázame, agazápame, aprovéchate

hoy, porque estoy feliz. No, no te preocupes, llamaré a la consulta y le diré que

mañana. O pasado mañana. Hoy iremos al cine, dan esa película con Hillary

Swank que se supone que está ambientada en Conce. ¡Pueblo bananero!

Estos gringos se creen dueños del mundo y no saben nada. Sí, mucha luz.

¡Hasta fui una bala! Sí, una bala, mira qué ridículo.

Cuando se despegan ya son las siete y diez. O las ocho y diez (o las veinte y

diez, qué diferencia hay). La radio reloj está descompuesta hace ya un año

justo. Justo el mismo año en que comienza la bonanza. Porque bonanza es

una linda palabra. Un buen eufemismo para olvidar los malos sueños, los lunes

de siquiatra y las oficinas de nubes (nubes obesas y lluviosas), las muñecas de

tibios abrazos de plástico y el espanto más diurno de todos: El miedo a la vida

misma.

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Poesía de Lebu BETTY FERNÁNDEZ Reseña Literaria.

Betty Fernández nace en Lebu, ciudad de Chile, el 24 de enero de 1976. En el

año 2002 es co-fundadora de la Agrupación Literaria y Cultural Viento Sur.

Durante el año 2002 hasta el 2005 colabora y participa en la página web

www.letrasdearauco.cl. El año 2007 crea la revista de arte y literatura

Oxímoron, la cual circula durante un año. Desde el año 2002 a la fecha asiste a

diversos encuentros de escritores y Tertulias literarias Su poesía se ha

publicado en el periódico “Proa al Futuro” , Revista Cultural “El Bote”, Revista

de Arte y Cultura “Artemisa” y páginas web.

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UN MAR EXTIRPANDO LA HERIDA El folio se enclaustró en lo eriazo de mi alma el horizonte vigila tu nombre cojea en mi cavidad izquierda el ancla juega para posarse sobre la arena el humo blanco anuncia tu muerte. Los ojos se han desbloqueado de mi retina. Sólo son quejumbrosas emanaciones de luz. No hay féretro, ni sepelio, Sólo un mar extirpando la herida. NO RENUNCIARÁS El desenlace aprieta los nudillos la cortina cae se descuelga a punta de dagas. No renunciarás. Y mis ojos mutilados develan la farsa. Y vuelvo, caminando linealmente, por el trayecto descolgado, de tus cuencas re destinadas. Nota: Los poemas pertenecen al libro inédito “Tristán. El misterio del antes sin retorno. II Era de Tristán. COMENTARIO LITERARIO Por Ingrid Odgers De la novela FRENETICO SOSIEGO DE ROXANA HEISE

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Premio Fondo del Libro 2006

Nos adentramos en la obra de Heise y luego de dos páginas nos enfrentamos a

la lectura de un racconto que nos asombra por su lenguaje popular al cual no

estamos habituados desde hace tiempo: el lenguaje de los barrios bajos de un

cité miserable de Santiago de Chile. Pensamos sin equivocarnos que es esta

costumbre algo extraviada en las plumas chilenas la que ha coronado a esta

autora nacida en Victoria y que consideramos penquista por sus años de vida y

trabajo transcurridos en Concepción, con la apetecida beca a la creación

literaria del Fondo Nacional del Libro. No es un valor menor que de una

escritora cultísima tengamos a la vista los dichos y hechos más prosaicos de

nuestra tierra y de los bajos fondos. Pero hay más que descubrir y todo de la

mano de esta protagonista-traductora que recibe trabajos en el cité y que llega

de Puerto Varas, temerosa y llena de un misterio que nos va seduciendo

página a página. Vislumbramos ese misterio en profusos diálogos y reflexiones

de Aurora, ese es su nombre, con sus vecinos y de ella consigo misma.

Cuando ya se ha develado lentamente el ambiente en que se mueve la

protagonista, ajeno y desconocido para un gran segmento de la población

chilena, (sabemos que existe pero no andamos por sus calles), el temor a

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interactuar con “burreros” y ladrones es siempre un impedimento para conocer

su diario vivir. Tenemos lenguaje y ambiente y nos consultamos si habrá más

en esta obra que leemos con atención atraídos por su peculiar estilo y

encontramos al infaltable varón bien parecido que irrumpe con lujos en este cité

para impresionar y tomar el corazón de nuestra joven mujer y por supuesto

hacerlo pedazos con algunas actitudes incomprensibles. Pronto sabemos que

Aurora es buscada por la brigada de delitos económicos, que debe una suma

cuantiosa y que vive escondiéndose de la policía. Ha dejado un hijo de cuatro

años en Puerto Varas a cargo de su hermana. Bastián resulta ser un

narcotraficante que sospecha que Aurora es un nombre falso. En el relato nos

encontramos con diversos personajes de nombre tan estrafalarios como

“Chicharrón”, “el Gato”, “el Chincol” o la Doña Miseria, dueña del cité.

La autora construye una historia muy entretenida, utiliza en ocasiones un

lenguaje casi poético, de reflexiones profundas y metafóricas, donde el tema

central es el paralelo entre el arribismo (¿O ambición?) y el fracaso o como el

arribismo nos conduce por las fauces del fracaso. Bastián y Aurora, producto

de atender las exigencias sociales y amor al lujo, hay que decirlo, de diferente

forma se desploman en el cómodo colchón del dinero (bancos, prestamistas,

en el caso de Aurora) para terminar, ella arrancando de la vergüenza de la

familia y la policía y Bastián (tráfico de drogas), prácticamente eliminado por la

mafia de narcos.

Tenemos un final que corresponde a los azarosos caminos de ambos y que

deja a nuestra protagonista no exenta de sentimientos de dolor y culpa pero

libre de deudas y libre para retornar en busca de su pequeño hijo.

Heise describe en detalle y perfectamente el ambiente santiaguino, el tumulto,

el zoológico humano: trasvestis, traficantes, prostitutas.

Fragmento

“Santiago es un demente que corre sin sosiego. El centro es un gran nicho de

cemento, profanado por el smog y el tráfico infernal de autos y microbuses que

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transgreden la velocidad máxima permitida, compitiendo por pasajeros. Las

calles atestadas de gente son testigo mudo de la ausencia de alegría, de las

almas carcomidas por la nada…Todo rápido, agitado.”

La atmósfera de la novela es de incertidumbre, el racconto es un año en la vida

de…… (Ahora ya sabemos su verdadero nombre)……. Gloria.

“Voy alejarme de ustedes por un tiempo. Nadie sabrá de mi existencia. Nadie

podrá recriminarme. Sé exactamente cuál es el lugar donde debo estar. Tal vez

allí encuentre algo de sosiego. No es posible hablar de paz en ciertas

circunstancias, ¿verdad Bastián? “

¿Sosiego en Santiago?.

¿Sosiego con Bastián?

Frenético sosiego.

RESEÑA ROXANA HEISE

Roxana Heise Venthur nació en Victoria (Chile) el 20 de abril de 1964. A los nueve años de edad comenzó a escribir poesía, siendo premiada en diversos certámenes locales y colaborando con el diario "Las Noticias" de su ciudad natal hasta los trece años aprox. Con el tiempo abandona la escritura disuadida por su familia, escribiendo esporádicamente sin descuidar su afición por la lectura, dedicándose de lleno a sus estudios. En 1989 egresa de la Pontificia Universidad Católica de Chile con el título de enfermera- matrona, dedicándose a la salud pública, ejerciendo hasta hoy en dicha área. Ha incursionado en la poesía, el cuento y la novela. De libre pensamiento, no pertenece a grupos políticos ni religiosos aunque se confiesa creyente. Muchos de sus textos han sido publicados ya tanto en revistas impresas como digitales, entre las que cabe mencionar: "Escribir y publicar" (de Editorial Salvat), Repertorio latinoamericano, Revista ADES, revista LIBRE INTERNACIONAL, revista ALMIAR, LOS NÓVELES, Revista Expresiones, El Escribidor, Divague.com y boletín de literatura Aledaños, por citar sólo algunas. Entre sus escritos publicados figura la novela "Frenético Sosiego", publicada por Cyberletras en agosto del 2002, y que fue muy celebrada por sus lectores. En Febrero del 2001 obtuvo la "Mención de honor" en concurso anual internacional de cuentos breves "Alfred Hitchcock" con su relato "El Nene". Su libro de cuentos breves "Imágenes Prosaicas" está siendo editado bajo demanda en httpwww.edicioneselsalvajerefinado.com/

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Actualmente forma parte de la antología de nuevos cuentistas hispanos "Los Magos Del Cuento".

CUENTOS DE ROXANA HEISE

HECHIZO Me hechizaste bruja: después de conocerte no he vuelto a ser quien fui, y para colmo de males, me convertí en un remedo de mi mismo. ESCARABAJO Yo era un niño lleno de ilusiones, que subía a las buhardillas para jugar a la ronda con los escarabajos. Hoy soy un escarabajo de cuello y corbata que perdió a su niño en la buhardilla del olvido. NUEVA GÉNESIS Solía caminar desnudo sobre la arena, hasta que un viento fuerte azotó sus testículos. Entonces, decidió cubrirse para siempre. EXILIO Yo, exiliado de mí mismo, clamo por amnistía, al tribunal supremo que procesa esta causa. RETRATO Tendido en cruz en medio de la calle, mirada al cielo, estéril de palabras. Es el retrato póstumo de su “Última volada”. DESDE LAS ALTURAS Adiós, me dijiste desde las alturas y extendiste tus alas. Amor... ¿cómo te fuiste a estrellar contra los acantilados?

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TITULARES Sombría situación de pueblo irreal. Sus fantasmas se han congregado en las calles, para protestar por los sarcasmos de la prensa, la cual promueve su existencia a través de titulares. BRINDIS ¡Vamos, levanta esa copa! Te miro fijamente a través del cristal y puedo apreciar tus espléndidos setenta años. Estás a punto de sonreír y juro que has enloquecido, que no deberías estar aquí, interrumpiendo mi brindis después de haberte enterrado hace veinte años. TIEMPO SIN REGRESO Sientes nostalgia de mi, eso dicen tus manos mientras acarician la espuma

inmóvil del silencio, encapsulado bajo los nudillos gastados de historias. Coges

un lápiz, por un momento crees verme, fresca y vivificante, dispuesta a todo por

amor o lo que fuera posible y el rictus de tu boca sube hasta el cielo en donde

el ángel de tus sueños tiembla de frío. Estoy aquí te digo, marchita de inviernos

y no me ves, algo en ti parece morir un poco, estás pleno de argumentos pero

coges tu lápiz al parecer sin una finalidad clara, no me encuentras. Pronto

vendrá tu mujer y el sonido de sus pasos aplacará la fiebre que aún sientes y el

deseo de arrojar los años por la ventana para decirlo todo de una vez para

siempre, antes que el elfo indeseable del sinsentido consuma tus entrañas.

Estás mustio, más mustio que este otoño y encima ella aparece con la misma

perorata de todos los días, la cara gastada de antiguos brillos y el cuerpo

agrietado de decepciones. No la amas, es tarde para decirlo pero no la amas,

ella sonríe como si nada ocurriera y desearías gritar tu verdad a los cuatro

vientos con nombre y dirección, con la ayuda del bolígrafo que llevas contigo

como un amuleto para la buena suerte.

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Sientes nostalgia y no es cosa de viejos, la modernidad te provoca

desconcierto, te desequilibra por dentro y por fuera como si hubieses quedado

suspendido para siempre de las faldas de un tiempo sin regreso. Aún estoy

aquí, inevitablemente condenada a muerte.

Sentado sobre tu sofá, observas de reojo el nuevo computador y rompes el

aire con la mano que acarició mi cuerpo delicado y sutil, heredero de la brisa

silvestre de los campos y el verdor fragante de los árboles. Ya no existo, tu

esposa vuelve a repetirlo: la modernidad llegó para quedarse.

Vuelves a mirar el monitor, ella activa el correo y aparece el cuerpo vacío de

un Mail. Son los nuevos tiempos, dice, el final de La Carta ha comenzado.

¿QUIEN SOY? Soy sólo un reflejo de mi propia imagen sobre el caleidoscopio de la vida. FANTASMA Soy tu fantasma, qué duda cabe; habito el subterráneo lúgubre de tu memoria. VICIO Llevas un maletín negro y una miradas de esas que: ¡hay, cómo te digo!...

Me esperas desde hace doce minutos (si no lo sabré), y cuando me ves, una

mirada de esas me deja algo aturdida. Ya era hora que esto terminara, sin

duda, en eso coincidimos plenamente, pero cuando algo se convierte en vicio

resulta difícil dejarlo.

El maletín negro te acompaña a la habitación y yo subo contigo. Te digo que

ya, que bueno, pero recuerda: esta es la última vez. La primera vez fue en

aquel balcón, mientras mi abuelita dormía la siesta bajo los efectos de unos

sedantes. Luego fue en aquel parque, escondidos tras los matorrales, mientras

un fetiche disfrutaba de la escena (no quiero recordar). Ahora tú, descarado,

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me pides que lo hagamos como la última vez pero variando la forma, esto es,

más y más rápido, y yo me niego a pensar que hayas evolucionado tanto en

este burdo oficio de autogratificación.

El maletín negro descansa sobre mis muslos, mientras un poco de licor me

moja los tobillos desnudos. ¡Había que brindar esta vez! Después de todo,

puede ser la última y ya, Todo lo disfrutado se quedará rondándonos la mente

como un fantasma de aquellos que ayudan a vivir.

Coges el maletín, retiras el contenido con una cara de esas que me dan

miedo. Retrocedo un poco, y me quito la ropa procurando no arrugar las

prendas. Es entonces cuando envuelves mi cuerpo con los billetes y me

rellenas los pechos y caderas con sublime maestría. Porque en esto sí eres un

experto.

Tomamos la última copa y la dejamos allí, junto al maletín prolijamente

limpiado y al nombre falso que dimos en portería, que seguro coincidirá con el

del próximo huésped. Finalmente caminamos por la avenida, como una pareja

de enamorados, mientras la conciencia me oprime las sienes y yo me pregunto

por enésima vez, si esta será la última.

EL DEMONIO EXISTE El demonio existe. Está aquí, usufructuando de estas líneas como si fueran suyas. -Márchate- le digo- sin obtener respuesta. Desde la cumbre de una frase me sonríe. Jura haberme robado el final de esta historia.

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CON EL DEBIDO RESPETO Si creyeras en mi vocación de Don Nadie y me trataras con el debido respeto, te subiría a la cima del mundo hasta dejarte suspendida. Allí, con tu corona de laureles flameando a los cuatro vientos, serías aclamada por oleadas invisibles. PROMESA Ella en verdad seduce. Te mira con ese rostro planetario y te deja

boquiabierto de esperanzas, empapado de sueño. Y aunque su pletórica

apariencia te traiga rodando y sepas de su mala reputación no puedes evitarla;

te entregas a ella hasta que su cansancio y su condición de pretty baby de los

caídos, te arrojan habitación abajo, condenándote a vagar incesantemente

entre callejuelas y conventillos grises, donde te extingues hasta fusionarte a la

oscuridad de una noche vil y metalizada que te la nombra: Promesa...Promesa,

corrompiste tu origen transparente para venderte al mejor postor. Oyes

rumores de que la han visto en alguna plaza eclipsando multitudes, que te

engaña con un hombre público (un político exactamente) y le vuelves a gritar:

¡Promesa! Y ella no responde y no responderá, pues sabe bien que tú has

dejado de creer en su palabra para siempre y prefieres continuar tu indigente

travesía, callejón abajo.

CUENTOS INGRID ODGERS

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TOCADO

La noche zumba con violencia. El viento refriega los oídos y los cristales lanzan

aullidos. Una llama indefinible envuelve la primavera. Juan no puede resistir el

impulso de abrir la ventana y gritar como un energúmeno. Está poseído por la

rabia. Tiene una carta en la mano, un papel arrugado envuelto por cuatro

dedos enrojecidos. Grita otra vez, y alega con imperceptibles palabrotas por

ese ruido ensordecedor que viene desde la cancha de tierra de su barrio

popular. Sí, porque Juan pertenece al segmento ese que los expertos

economistas denominan D3, vive en un barrio invadido de canes o quiltros.

Ironías. Alguna vez la máquina del tiempo lo llevó al planeta de los ideales

realizados, tocar su música. Alguna vez sus sueños emprendieron vuelo,

estuvo en gigantescos eventos y participó en actividades artísticas nacionales.

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Pero la vida tiene vueltas, como los cambios de las estaciones de este año.

Incomprensibles. Juan vuelve a gritar con mayor fuerza, el papel parece

desaparecer de su mano izquierda, los vecinos de los pisos bajos lo hacen

callar. El rostro de Juan está rojo. Arde. Arde con la furia del viento, como el

golpe violento de un rostro invisible tras el cristal sucio de polvo y sueños

corroídos. .Antonieta subió corriendo las escaleras del block blanco y rojizo,

ignora qué le sucede a su amigo Juan, en la semioscuridad de los escalones,

casi tropieza con la reja color verde. Escuchó a Juan gritar de nuevo, llegó a la

puerta de entrada, ¡Cállate, por favor! dijo con voz suave, los vecinos están

enojados, subirán, te trataran mal, harán que te quiten el departamento.

Cálmate Juan o no tendrás donde vivir, suplicó esta vez pálida y trémula. Él la

miró con los ojos entrecerrados, lentamente moduló estoy en mi casa, soy libre

como el viento y puedo gritar cuantas veces quiera y dio unos pasos hacia ella,

y puedo hacer lo que me de la gana con el viento, la ventana y los turbios

mensajes que recibo por Chileexpress. Su rostro era amenazador y arrastraba

las palabras mientras mantenía el papel prisionero de sus dedos firmes, largos.

La violencia se había vestido de duendes deformes y dislocados bajando del

techo al piso reluciente o emergiendo del piso y los muros en una carrera

maniática, la jadeante respiración de Juan y sus pequeños acompañantes teñía

de carmesí el espacio cuadrado de la sala de estar. Soy un artista le dijo y mira

lo que me ha llegado de la Sociedad del Arte Musical Contemporáneo. María

Antonieta no alcanzó a leer, él le dijo me han vetado para actuar en la primer,

tercera, quinta, sexta, novena y décima región. Estos malditos lo lograron, dijo

con la voz temblorosa por la angustia y el desencanto. Era un artista

reconocido, pero el destino o la neblina impredecible del azar, ambos

descompuestos por el tráfico de influencias y el típico chaqueteo del ambiente

artístico nacional, lo habían vetado. Estaba casi en la miseria, el papel escueto,

refrendaba el hecho. Juan podía gritar pero ya no tenía espacio para practicar

su pasión: la música. Peor aún, estaba impedido de trabajar. Los escenarios se

escabulleron de su arte por un simple papel cargado de embustes, envidia y

odio. María Antonieta le arrancó la carta de la mano, la hizo mil pedazos y

corrió a lanzar los fragmentos blancos junto al silbido atronador del viento

primaveral. Los papeles volaron hacia la cancha de tierra. Uno que otro quedó

bajo las patas de algunos tiñosos quiltros. María Antonieta le dijo seria: tendrás

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que buscar trabajo, Juan se fue al rincón donde estaba su sillón predilecto,

movió la cabeza, levantó las manos y rió como un loco. María Antonieta

escuchó unas palabrotas desde la vereda y cerró de un golpe la ventana,

Observó como los duendes rodeaban a Juan. El hálito del terror se había

esfumado con las carcajadas, los duendes se convirtieron en espectros

vestidos de dorados trajes, de cabelleras rojizas con manchones azules,

desplegaban amables sonrisas como si estuvieran ante un público invisible en

tanto sus minúsculas manos acariciaban la rubia y larga cabellera de su amigo.

Juan había abandonado las carcajadas, sonreía plácido, con las manos

cruzadas al pecho. Los pequeños pies de los espectros danzaban a su

alrededor. Ella avanzó hacia la puerta. El viento de la noche zumbaba en los

oídos. Definitivamente, no podía comprender a Juan.

Círculo

Había un círculo sobre su cabeza. Lo podía ver en el espejo. Su rostro

desmadejado lucía pálido. No se había afeitado en semanas. Cerró los ojos y

pasó las manos por su nuca. Se observó de nuevo en el espejo. El círculo

persistía. Intentó borrarlo con ambas manos, agitadas, frenéticas. Se encontró

una espinilla en la nariz. Era pequeña y roja, empezó a pellizcársela. Una gota

de sangre manchó su piel. La secó con un pedazo de papel. Se lavó la cara. Se

miró en el espejo. El círculo negro como un alambre seguía allí. Intentó de

nuevo eliminarlo. Se restregó los ojos, por si era parte de una visión

desquiciada, una fantasía. Pasó la toalla por su nuca. Uno de sus dedos cayó

al lavamanos. Dio un respingo. Tocó su mano con cuatro dedos, el índice había

desaparecido. Se sintió sorprendido. Es increíble como se puede cambiar de

un rato para otro. Tenía un círculo dando vueltas sobre la cabeza y había

perdido uno de sus dedos. Respiró hondo. ¿Qué cresta pasaba? Un

estremecimiento lo sobrecogió. Su mano no tenía sangre y ese majadero anillo

oscilando como colgado del techo, lo miraba amenazante. Iba a dejar la toalla

en la barra y se percató que su ojo, uno de sus ojos se había enredado en ella.

Tuvo ganas de llorar. O de gritar. Pero su madre estaba al otro lado y no

deseaba asustarla. Se miró al espejo. Ahora estaba con el círculo, sin un dedo

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y sin un ojo. Podía ver el agujero. No había rastros de sangre. Intentó de nuevo

derribar ese anillo idiota. Miró hacia el lavamanos su dedo estaba allí atrapado

en la rendija. No quiso tomarlo. Su ojo en la toalla. Estaba asustado. Ese

círculo solo le había traído malas consecuencias, el dedo, el ojo. ¿Qué haría?

Se sentó en la taza del baño. Empezó a recordar cómo había llegado hasta allí.

Estaba a punto de un ataque de nervios. Miró el ojo en la toalla. Un sudor frío lo

recorrió. De pronto cuando estaba sumido en olas de agua turbia que salían de

las paredes blancas y rebosaban el cuarto de baño escuchó una voz que le

decía: ¡Despierta Pablo!, mira que el desayuno se te enfría. Se levantó de un

salto de la cama. Se precipitó hacia el espejo que estaba en su cuarto, el

círculo persistía. El dedo se había convertido en una llama que brillaba al fondo

de la cuenca de su ojo.

POEMAS

SERGIO RODRIGUEZ ARANIS

Chile Fecha de nacimiento: 13 de diciembre de 1967 Ciudad de origen: Yumbel, Chile Poeta. Enero de 2007 vio a luz mi libro de sonetos “DEL TIEMPO LA MUERTE

Y OTRO QUEHACER “bajo el sello independiente Fábrica de Cuchillos, dirigido

por el Poeta Patricio Contreras Parra.

TRISTIA La mujer que está hiriéndose el alma frente a una mesa sólo habitada por un vaso de tinto

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pronunció en plena mudez un ruego ante el mapa roto de cualquier Don Nadie inmenso Nada más que las polillas saborean el trago de la gloria LA CASA DE LOS LOCOS El vino en su copa la cena servida un rostro encima de su cuadro esa dama que pasea jardín adentro algo de sal derramada el cuadro casi un botón en la pared Esta es la casa de los locos la casa que se desboca la casa donde los silencios se oyen unos a otros esta es la casa de las amapolas y los locos El vino en la garganta la cena desvanecida de ojo en ojo una pequeña ración de sueño el padre cuenta al hijo cierta historia oculta entonces el hijo procede a aniquilarse con un fragmento de sol Nadie mira pr los cristales cuatro gatos encienden sus cigarrillos quizás mañana llueva de abajo para arriba en un rincón escaso alguien podría llorar o reír Esta es la casa de los locos la casa que se desboca la casa donde los silencios se oyen unos a otros esta es la casa de las amapolas y los locos POÉTICA

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Escribo poemas a la muerte para sacarle un dedo souvenir en días alegres un poco de saliva burbujeante sobre el desierto también y esas cáscaras donde he llegado al mundo Escribo poemas a la muerte acarreando mi trozo de vida ante tus ojos no sabes que soy un peregrino sin pregrinaje en cada uno de mis bolsillos hay un mar borracho cuyo único sistema puede ser el nacimiento de sus mil vientres Escribo poemas a la muerte porque tengo ansias de una historia más larga que yo y el breve último suspiro. NOCTURNO Y GLORIA En bolero Gloria dáse en la esquina cosa que en farol casi no interesa veremos que la noche se está tiesa cada eléctrico funado en la tina Pasemos los flojos por la letrina ropa mojada en la fuerte artesa meada la costumbre desta lesa rotura por tragar cobriza espina La Gloria mujer bailable enjugada mueve el esqueleto como si nada supiera el mundo cara de arrecife Cuánta sal sobre esta baldosa blanca nariz que toca y toca una potranca huída hasta el brazo del matarife DOCTOR En medio de dulce vino escucho la NOCHE EN EL MONTE CALVO y más que pensar en Mussorgsky siento el agradable miedo del Siniestro Doctor Mortis año mil novecientos setenta y nueve Radio Portales

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Y no hay tiempo posible pues en verano hay nubes las moscas rondan el pastel cuando un muerto insospechado muestra su dedo incomparable desde el silencio Ahora con el brazo roto véngase el terror de cierto espasmo y de tanta vida vivida ahora no culpemos a Mortis cuando el ángel vestía de cuchillos cuando una revista o una emisora me engañaba con ternura más allá de los reales muertos en la tierra