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NÚMERO 1 - INVIERNO 2011

STAFF

Editora Responsable / DirectoraLIC. LUCÍA CRISTINA SENDÓN

Director PeriodísticoDIEGO LUIS HERNÁNDEZ

Director de Arte / Diseño GráficoALFREDO MAESTRONI

RedactoresMARIANO RIBASANDREA CLERICI

GRACIELA TOLEDOWALTER GERMANÁ

RAFAEL GIROLAMAGDALENA RUIZ ALEJOS

GRACIELA CACACE

Foto de tapaALBERTO RUSSOMANDO

AgradecimientosAmarilis Querol, Diego Sassone, Omar

Mangini, Natalia Jaoand, Ezequiel Bellocchio,Sergio Eguivar, Jorge Weselka, Máximo Ruíz

AdministraciónGRACIELA VÁZQUEZMIRTA FERNÁNDEZ

Página webwww.planetario.gob.ar

Correo electró[email protected]

ImpresiónGRÁFICA IMAGINARIA S.A.

Av. Elcano 3969 - Capital FederalTel. 4555-4040 - www.presspoint.com.ar

EDITORIAL

Por fin lo logramos. Hace más de dos años que venimos acariciando la idea de publicar unarevista, un canal de comunicación con nuestro público que solicita frecuentemente informaciónsobre nuestras actividades o diversos temas astronómicos. También constituye una forma dellegar a todos aquellos que no pueden acercarse por distintas razones.Al iniciar esta revista nos propusimos difundir nuestras actividades y adentrarnos en temasastronómicos y de otras ciencias relacionadas de una manera amena y accesible. El Planetario, como referente de la divulgación científica y la educación no formal de las ciencias,es generador de inquietudes y vocaciones. Las actividades que realizamos son muchas y cadaaño incorporamos nuevas propuestas. Nos faltaba una revista. No fue fácil hacerla desde un ám-bito público y ajustándose a la compleja normativa municipal. Tampoco hubiera sido sencillotrabajar si no contáramos con personal idóneo. Pero lo hicimos. Es nuestra expectativa que este nuevo vínculo que pretendemos establecer sirva para acrecentar elgozo de aquellos que disfrutan con la observación de una noche estrellada, y también sea unafuente de motivación para el aprendizaje de las ciencias en general y de la Astronomía en particular.Mi agradecimiento a todos aquellos que trabajaron entusiastamente para que este proyecto sehaga realidad. Y como habría dicho Galileo: Eppur SI MUOVE... “Y sin embargo se mueve”.

Lic. Lucía Cristina SendónDirectora Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

Reservados todos los derechos. Está permitida la reproducción, distri-bución, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los con-tenidos de esta revista, en cualquier forma o modalidad, con la condiciónde mencionar la fuente. Está prohibida toda reproducción, y/o puesta adisposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines co-merciales, directa o indirectamente lucrativos. Registro de la PropiedadIntelectual en trámite. Tirada de esta edición: 3.000 ejemplares.

Revista de divulgación científica del Planetariode la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

SUMARIO

/// Vida en los mundos vecinos. /// Una mirada astronómica a la Noche Estrellada de Vincent Van

Gogh. /// Juntos en la madrugada. /// La carrera espacial: un legado de ciencia y tecnología.

/// Los tiempos que vienen. /// Breves astronómicas. /// La era de Acuario. /// Integración sin

fronteras. /// La Nebulosa de Orión, una escuela natural de astrofísica. /// Laboratorio astronómico.

/// La súper estrella: entrevista a Paul Crowther. /// A través del espejo lunar. /// Caminos

en el cielo. /// Galería astronómica. /// Nacimiento, vida efímera y muerte de constelaciones ignoradas.

Ministerio de Cultura

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Desde mediados de los años’90 ya se han descubiertocasi 600 planetas extraso-lares, y la cifra crece se-

mana a semana. A todas luces, elUniverso cuenta con los materiales ycon los escenarios necesarios para el sur-gimiento de la vida. La base está. Y sinembargo, hasta nuevo aviso, toda cosaviva conocida está aquí. La vida en laTierra apareció hace casi 4000 millonesde años gracias a la justa combinaciónde agua líquida, materia orgánica, tem-peraturas templadas, una atmósfera ro-

busta y, por supuesto, una estrella con-fiable y estable que nos ha entregado, aritmo sostenido, generosas cantidadesde luz y calor. Evidentemente, a laTierra no le fue nada mal con la vida. Pero... ¿y a los mundos más cercanos?Hasta hace veinte o treinta años, el pa-norama biológico en el Sistema Solarlucía sumamente desalentador. Sin em-bargo, mucha agua ha corrido bajo elpuente, y ahora aquel pesimismo re-sulta, al menos, cuestionable: a fuerzade inquietas sondas espaciales y de nue-vos y asombrosos descubrimientos, en-

trañables planetas y lunas se nos presen-tan como escenarios más o menos via-bles para la vida. Vida pasada, presenteo futura en los mundos vecinos.

Sueños y realidades“Probablemente, ellos disfrutan de con-diciones parecidas a las nuestras…”.Al igual que otros astrónomos de los si-glos XVIII y XIX, William Herschel,descubridor de Urano en 1781, creíaque Marte estaba habitado; y tambiénVenus y Júpiter. El norteamericanoPercival Lowell creyó ver “canales” en

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Es muy probable que la vida sea un fenómeno habitual en el Universo. Desde hace varias décadaslos astrónomos saben que los ladrillos moleculares esenciales para construir eventuales ensamblajesbiológicos, salpican a las grandes nebulosas que flotan en el medio interestelar. Por otra parte, yaes moneda corriente encontrar discos de gas y polvo alrededor de estrellas jóvenes; materiales queson la promesa de mundos por venir.

EL POTEnCIAL bIOLóGICO DEL SISTEMA SOLAR

Por Mariano Ribas - Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

Vida en los mundos vecinos

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Marte, y con una generosa dosis debuena voluntad, hasta había quienesconsideraban a nuestra pobre Lunacomo un lugar posible para la vida. Sinembargo, todo ese optimismo extra-terrestre fue menguando durante elsiglo XX, y se cayó a pedazos cuando lassondas espaciales de los años ’60 y ’70comenzaron a sobrevolar planetas ylunas y sólo encontraron superficies dedesolación, calores infernales y fríos quedejaban en pañales a la Antártida. Nadavivo a la vista, por supuesto. Cuando afines de los ’80 todos los planetas y mu-chos de sus satélites habían sido explo-rados, las cosas ya parecían bastanteclaras: salvo la Tierra, el resto de la com-parsa solar no se mostraba en absolutoamistosa con la vida. Sí, es cierto, habíaalguna que otra difusa esperanza entierras marcianas, como veremos unpoco más adelante, y nada más. Pero lascosas fueron cambiando.

nuevas perspectivasA la hora de examinar las chances devida en los mundos vecinos a la Tierra,hay que buscar, al menos, tres requisitosesenciales: materia orgánica; un “sol-vente”, con el agua líquida a la cabeza;y suficiente energía solar para permitircomplejas combinaciones moleculares.La materia orgánica –que se basa en elcarbono, un átomo de gran versatilidadpara combinarse con otros– es muyabundante en el Sistema Solar. Aquí yallá. El problema está en los otros dosrequisitos: salvo la Tierra, no hay nin-gún otro planeta (o satélite) con agua lí-quida a la vista (¡Ojo con esto!). La luzsolar que les llega, o bien es excesiva, oes tan poca que da pena. A primeravista, los mundos vecinos parecen infier-nos enceguecedores o sitios condenadosal congelamiento y a la sórdida penum-bra, y sin agua líquida. ¿Final de juegopara la vida? No tan rápido. Durante las

últimas dos déca-das, la Astronomíaha hundido su mi-rada más allá de loaparente y ha reve-lado posibles esce-narios biológicos,antes impensados.Lugares que pu-dieron ser muydistintos a lo queson, otros que loserán, y otros que,ahora mismo, pue-den estar escon-diendo grandessorpresas. Vamos aconocerlos…

Venus: infiernoy paraísoEl infierno existe,y se llama Venus.El planeta máscercano a la Tierraes probablementeel sitio más horri-ble del SistemaSolar. Su atmós-fera es una pesadí-sima coraza dedióxido de car-bono que genera

un monstruoso efecto invernadero. Elcalor solar, atrapado entre el suelo y laatmósfera, dispara la temperatura super-ficial hasta casi 500°C. La presión at-mosférica es literalmente aplastante, ypor si fuera poco, flotan por todas partesespesas nubes de ácido sulfúrico. Sinembargo, Venus no siempre fue así: en

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Todo optimismoextraterrestre fue menguando

durante el siglo XX, y secayó a pedazos cuando las

sondas espaciales sóloencontraron superficiesde desolación, calores

infernales y fríos que dejabanen pañales a la Antártida.

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los primeros tiemposdel Sistema Solar, haceunos 4000 millones deaños, nuestra estrellano era tan caliente y lu-minosa como ahora.Por lo tanto, en aquelentonces, Venus nodebió estar tan casti-gado por el Sol y notenía la atmósfera quesupo ganarse muchomás tarde a fuerza deuna violenta actividadvolcánica. Era mástemplado y poseíaabundante agua lí-quida y materia orgá-nica (en buena medida,aportadas por el im-pacto de cometas y as-teroides). Quizás, Venusfue un lugar propiciopara la aparición de lavida. Pero el paraísovenusino no durómucho: cuando el Solfue entrando en suadolescencia, aumentóa ritmo sostenido su emisión de radia-ción, calentó al planeta, rompió las mo-léculas de agua y separó al hidrógeno,que se escapó hacia el espacio. Al mismotiempo, a lo largo de los millones deaños, la intensa actividad volcánica deVenus arrojaba sin cesar enormes canti-dades de dióxido de carbono hacia la at-mósfera, hasta llegar al infierno actual.A diferencia de lo que sucedió en laTierra, la vida en Venus pudo haber sidoun episodio temprano, breve y ya com-pletamente olvidado.

Marcianos: ayer… ¿y hoy?Algo parecido pudo haber ocurrido enMarte. Por méritos propios y ajenos, elplaneta rojo es el clásico por excelenciade toda fantasía extraterrestre. Actual-mente, Marte es un mundo seco a ra-biar, muy frío y con una superficie híperoxidada, donde la letal radiación ultra-violeta del Sol pega de lleno ante la ino-perancia de una escuálida atmósfera quenada puede hacer para mejorar las cosas.Esos suelos polvorientos y anaranjadosson totalmente hostiles a cualquier in-

tento biológico. De hecho, allí cualquiermolécula medianamente compleja seríadestruida. Pero el planeta hermano de laTierra tuvo un pasado mucho mejor.Durante más de cuatro décadas de ex-ploración marciana, con naves no tripu-ladas (en órbita o de paso), e incluso conaparatos en la mismísima superficie delplaneta (como los Rovers: Spirit y Oppor-tunity, de la NASA), los astrónomos ygeólogos planetarios han cosechado dis-tintas evidencias que hablan de un pa-sado totalmente diferente. Todo indicaque hasta hace unos 3 mil millones deaños, Marte tenía una atmósfera gruesa,era más cálido y, fundamentalmente,muy húmedo. Tenía caudalosos ríos,profundos lagos y, quizás, hasta unenorme océano que cubría buena partede su hemisferio norte. El planeta rojohabría sido mucho más azul. Era unbuen lugar para la vida, sin dudas.Luego, todo cambió: de a poco fue per-diendo su atmósfera, se enfrió y final-mente Marte se convirtió en el tristedesierto helado que es ahora. A pesar de todo, Marte quizás no esté

muerto. A la luz de las poderosas evi-dencias recolectadas por la Mars GlobalSurveyor (NASA) entre 1997 y 2006,parece que el planeta esconde acuíferosa cientos de metros de profundidad. Yalgo mucho más fuerte potencialmente:en los últimos años la sonda europeaMars Express y los súper telescopios te-rrestres Keck I y II y Gemini Sur, detec-taron metano en la atmósfera de Marte.Para más de un experto, ese metano -queno debería estar allí salvo que “algo” loreponga regularmente- sería la huella deposibles bacterias “metanógenas”. ¿Mar-cianos viviendo bajo tierra, protegidosde la luz ultravioleta del Sol y cerca delagua? Puede ser. Pero como todo anun-cio extraordinario requiere evidenciasextraordinarias (y las que hay, no loson), todavía no se puede decir muchomás de los marcianos.

Europa, la favoritaLos grandes planetas gaseosos son detodo menos hospitalarios para la vida.Más allá de algún que otro sueño sobreeventuales criaturas flotando en la atmós-

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fera de Júpiter, parece poco probable, si noimposible, que la vida pudiera surgir y per-durar en esos ambientes con temperaturasbajísimas, sin agua líquida y bajo las terri-bles presiones de gruesísimas capas de hi-drógeno y helio. Sin embargo, los satélitesde esos planetas son otra historia. Especial-mente uno: Europa, una de las grandeslunas de Júpiter. Mide 3200 kilómetros dediámetro y está prolijamente envuelta poruna corteza de agua congelada; un mantohelado atravesado por fisuras de cientos dekilómetros de largo, capas superpuestas ypoquísimos cráteres. Geológicamente ha-blando, la superficie de Europa es extre-madamente joven. Se renueva una y otravez. ¿Con qué? Con más hielo de agua quebrota de su interior. O más bien, agua quesale líquida, o semicongelada, y se congelaen el exterior, donde la temperatura es deunos -150°C. Y ahí está el asunto: todo in-dica que debajo de esa corteza Europa es-conde un océano global de agua líquida.Un océano oculto bajo el hielo, que a faltade luz solar intensa está sostenido por elcalor interno del satélite. Un calor gene-rado por los continuos “tire y afloje” quesufre Europa a manos de la gravedad deJúpiter y sus otros grandes compañeros,Ío, Calisto y Ganímedes. Más aún: eseocéano está “sucio” de sales y probable-mente también de materiales orgánicos,tal como se deduce de algunos estudios es-pectrales realizados en los años ’90 por lasonda espacial Galileo, de la NASA. Pa-sando en limpio, para muchos Europa esel mejor lugar para la vida, fuera de laTierra, en todo el Sistema Solar. Varios cuerpos más atrás, pero aún concierta chance de esconder océanos de agualíquida, marchan las dos mayores lunas deJúpiter: Ganímedes y Calisto. Al igual queen el caso de Europa, la existencia de esosnichos potencialmente biológicos se apoya

en evidencias directas (fotos y análisis es-pectrográficos de sus superficies) e indirec-tas (como la sugerente detección devariaciones magnéticas). A esta altura yaparecería poco razonable seguir buscandoplataformas biológicas aún más lejos delSol. Y sin embargo, es posible.

Titán y el futuroAsí como Venus y, mejor aún, Marte, pu-dieron ser mundos aptos para la vida hace3 ó 4 mil millones de años, el SistemaSolar también tiene una esperanza bioló-gica en el futuro muy remoto: Titán, lasúper luna de Saturno. Con más de 5000kilómetros de diámetro es más grande que

el propio planeta Mercurio. Sin embargo,lo más prodigioso de Titán es su gruesa at-mósfera, que está hecha esencialmente denitrógeno, aunque con apreciables canti-dades de metano (CH4). En realidad, es elúnico satélite del Sistema Solar con unaverdadera atmósfera, y de lo más intere-sante: la radiación solar rompe continua-mente las moléculas de metano. Esosátomos sueltos de carbono e hidrógeno serecombinan y forman moléculas de hidro-carburos más y más complejas que, ade-más de teñir la atmósfera de coloranaranjado, crean partículas que caensobre la superficie y forman un espeso“lodo orgánico” que cubriría buena parte

Los grandes planetasgaseosos son de todo menoshospitalarios para la vida.

Sin embargo, en algunos desus satélites la historia

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del suelo de Titán. Es más: tal como reve-lan estudios recientes, tanto de telescopioscomo de la sonda Cassini (en órbita de Sa-turno desde 2004), parece que allí hay llu-vias, lagos y hasta mares de metano.Metano que, según las variaciones de tem-peratura, siempre frígidas, podría evapo-rarse, condensarse, hacerse líquido ycongelarse en la superficie. En Titán, porlo tanto, podríamos hablar de un “ciclometanológico”, del mismo modo que enla Tierra tenemos ciclos hidrológicos. Ade-más, en la superficie de Titán hay muchaagua, pero lógicamente está súper conge-lada. Claro, el problema es que en la granluna de Saturno la temperatura superficialya se pasa de baja: ronda los -180°C (comomidió la histórica sonda europea Huygens,que bajó allí en 2005). Y con esos valores,ningún intento biológico -por más mate-ria orgánica que haya- es viable. Es unapena, porque muchos expertos dicen quelas actuales condiciones de la atmósfera deTitán, con su revoltijo de grandes cadenasmoleculares orgánicas que caen hacia lasuperficie, serían bastantes similares a lasde la Tierra primitiva. Salvo por el frío ex-tremo, claro. ¿Pero qué pasaría si, por al-guna razón, Titán se calentara? Por ahora, es imposible, pero eso puede

cambiar: dentrode 6 mil millo-nes de años elSol comenzarásu agonía final alconvertirse enuna estrella gi-gante roja. Sehinchará tantoque sus bordesrozarán la órbitaterrestre. Y en-tonces, antes deque nuestra es-trella se apaguepara siempre,Titán se conver-tirá en un lugaraceptablementetemplado du-rante, al menos,unas decenas demi l lones deaños. Sus hielossuperficiales sederretirán, elagua l íquidafluirá librementey podrá combi-narse con losmateriales orgá-nicos y crear unespeso ca ldotibio. ¿Materiaprima para lavida? Sin dudas.Y qué paradoja: en aquel lejano entonces,cuando la vida en la Tierra y el planetamismo sean apenas un recuerdo, Titánquizás dé a luz nuevos y rudimentarios mi-croorganismos.

¿Y más allá?Los sueños de vida en el Sistema Solar si-guen creciendo de la mano de nuevos ha-llazgos, especulaciones y teorías. Haceunos años, por ejemplo, se descubrierongéiseres en Encelado, una pequeña lunahelada de Saturno. Son chorros de aguaque brotan furiosamente hacia el espacioe inmediatamente se evaporan. Y si esoschorros brotan, es porque Encelado debetener agua líquida escondida en su inte-rior. Incluso, hasta hay quienes consideranbiológicamente aptos a los cometas de “pe-ríodo corto”, especialmente aquellos que

se acercan al Sol a intervalos de algunosaños, hasta unas pocas décadas. Pensán-dolo bien, no es ninguna locura: al fin decuentas, los cometas son “bolas de nievesucias”, mazacotes de agua congelada, rocay mucha materia orgánica. Quién sabequé cosas pueden ocurrir y transformarseen sus entrañas cada vez que la luz y elcalor solar les pega de lleno. Venus, Marte, Europa, Ganímedes, Ca-listo, Titán y, por qué no, Encelado y lospequeños cometas. Mundos vecinos quenos tientan con su rica diversidad de even-tuales escenarios para la vida. Ayer, hoy omañana. Escenarios hasta hace no muchotiempo impensados y que aún excedennuestras posibilidades reales de explorar-los. Sólo el tiempo dirá. Ahora, a primeravista, el potencial biológico del SistemaSolar luce prometedor. g

Titán es el único satélitedel Sistema Solar con unaverdadera atmósfera. Laradiación solar rompe

continuamente susmoléculas de metano. Los

átomos sueltos de carbono ehidrógeno se recombinan y

forman moléculas dehidrocarburos más

complejas que, además deteñir la atmósfera de

anaranjado, crean partículasque caen sobre la superficiey forman un espeso “lodo

orgánico” que cubriríabuena parte del suelo.

Meteorología

lluvias de metanotitán es la luna prodigio de Saturno no sólo por ser enormesino, especialmente, por su gruesa atmósfera de nitrógeno;un rasgo único entre las más de 160 lunas conocidas delSistema Solar. La fría atmósfera de Titán presenta un típicocolor anaranjado, producto de la presencia de complejos hi-drocarburos que se forman cuando la luz solar desarma lasabundantes moléculas de metano (CH4) que flotan por do-quier. Todo indica que allí el metano sigue un ciclo similar aldel agua en la Tierra. Allí la temperatura es de -180°C y cual-quier masa de agua superficial debe estar congelada. En Titánel “agua” es el metano. Por eso no se habla de un ciclo hidro-lógico, sino “metanológico”. Si hay lluvias, es probable que enlos anaranjados cielos de Titán también se formen arcoiris.

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Muchas veces, la ciencia y el arte adquieren caminos contiguos. Una de las obras más célebres queconjugan fehacientemente la pintura con la observación del cielo es la Noche Estrellada de VincentVan Gogh. Allí aparecen la naturaleza, la noche y los característicos remolinos que tanto atraían alpintor, junto con las estrellas y la Luna, envueltas en un halo luminoso.

Noche Estrellada de Vincent Van GoghPor Diego Luis Hernández - Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

ARTE Y CIEnCIA

Van Gogh acostumbraba apintar estrellas porque, ade-más de contemplar su be-lleza, era aficionado a la

Astronomía. Había leído, entre otros, ellibro de Camille Flammarion AstronomíaPopular (1881), uno de los más impor-tantes de la época, y recibía las revistasinternacionales en las que se comenzabaa publicar fotografías de nebulosas y ga-laxias por primera vez en la historia. A

las estrellas que pintaba, de noche y alaire libre, iluminado sólo por velas, lasubicaba en su verdadera posición, másallá de las licencias artísticas que se to-maba, conformando incluso constelacio-nes reales y fácilmente reconocibles. Porejemplo, en otra de sus obras, Noche Es-trellada sobre el Ródano, se ve claramentela Osa Mayor. En la Noche Estrellada no parece tan fácilreconocer el cielo, aunque si tomamos la

posición de la Luna menguante; la deVenus, que parece ser el astro brillanteblanco amarillento que figura a la dere-cha de un ciprés; si observamos que setrata de un amanecer, por los tonos cla-ros que se ven cerca del horizonte sobrelas colinas; y al saber la época de la obra,podemos rastrear que el cielo se mos-traba así en la madrugada del 25 demayo de 1889 si se observaba hacia eleste desde la ventana de la habitación del

Una mirada astronómica a la

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ARTE Y CIEnCIA

sanatorio de Saint-Rèmy, Francia. AllíVan Gogh pasó internado, con proble-

mas psiquiátricos, los últimos meses desu vida. Se puede suponer, entonces, que

las estrellas que acompañan la escenapertenecen a las constelaciones de Ariesy Piscis. Van Gogh no realizó in situ supaisaje estelar, sino que lo observó en lamadrugada y lo pintó luego de memoria. Queda por resolver qué representan (sies que para Van Gogh representaron algoen particular) los remolinos que se en-cuentran en el centro de la imagen. Si laubicación de las estrellas es la correcta,hay allí, en la constelación de Piscis, unagalaxia espiral llamada M 74; no es visi-ble a simple vista, pero sí con telescopioscomo los que ya existían a finales delsiglo XIX. Es posible que el pintor cono-ciera la ubicación de la galaxia gracias alos libros y las revistas especializadas queleía, y que haya colocado allí a M 74,aunque nunca se lo confesó a nadie. Hi-lando más fino aún, el remolino más pe-queño hasta podría llegar a ser otragalaxia que habita la misma zona delcielo, NGC 660, más pequeña y menosbrillante que M 74. g

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Galaxia M74 a través de un telescopio.

En la Noche Estrellada sobre el Ródano se ve claramente la Osa Mayor.

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Juntos en la madrugadaSÚPER COnJUnCIón DE PLAnETAS

A lo largo del mes de mayo fuimos testigos de lo que, seguramente, haya sido el evento astronómicodel año. Excepto que ocurra algo inesperado (como la explosión de una supernova cercana o laaparición repentina de un cometa) y ante la falta de eclipses importantes este año1, la conjunciónplanetaria visible al amanecer, con Venus, Júpiter, Mercurio y Marte como protagonistas, nosbrindó el paisaje celeste más hermoso en mucho tiempo. El movimiento propio de cada planetapodía notarse diariamente gracias a la poca distancia que, aparentemente, los separaba en el cielo.Incluso entre el 10 y el 12 de mayo el firmamento pareció tener un doble lucero, ya que Venus yJúpiter, los planetas más brillantes, estaban separados por la misma distancia que representa undiámetro lunar, es decir, medio grado. Para ver algo similar habrá que esperar ahora hastaseptiembre de 2040, cuando se podrán observar cinco planetas agrupados al anochecer.

geometría astronómica Más allá de la rareza y espectacularidad de este fenómeno, los planetas no pueden agruparse realmente en el espacio.Cada uno tiene su propia órbita en torno al Sol y están separados por millones de kilómetros unos de otros. Lo quevimos fue un simple juego de perspectiva. Observados desde la Tierra, los cuatro planetas estaban casi en una mismalínea visual, pero a distintas “profundidades”. Mercurio, Venus, Marte y Júpiter se ubicaban a distancias de 133, 222,346 y 874 millones de kilómetros de la Tierra respectivamente. Además, todas las órbitas mantienen leves inclinacionesunas respecto de las otras y están descentradas. Las estrellas de fondo de esta conjunción planetaria pertenecen ala constelación de Piscis, todas se encuentran también a diferentes distancias de nosotros (las más visibles, entre100 y 400 años luz) y a diferentes y enormes distancias entre ellas.

AUTORES: DIEGO HERNÁNDEZ, A. MAESTRONI,PLANETARIO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES “GALILEO GALILEI”

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SÚPER COnJUnCIón DE PLAnETAS

Planetas y telescopio12 de mayo, 2011

06:53 hs.

Planetas desde el Planetario11 de mayo, 2011

06:57 hs.

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Júpiter, Venus y Mercurio, de izquierda a derecha, entre las nubes del amanecer en el momento de mínima distancia.

Al día siguiente, la alineación ya es distinta y Júpiter se ve más arriba que Venus. Abajo, Marte.

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La carrera espacial:un legado de cienciay tecnología

EL VUELO ORbITAL DE YURI GAGARIn, 50 AÑOS DESPUÉS DE LA HAZAÑA

El 12 de abril de 1961 sucedió algo especial. Por primeravez un ser humano salió al espacio. Y ya no hubo vueltaatrás. Con aquel viaje la humanidad logró plena concienciade que podía trasponer los umbrales de su confortable hogarplanetario, operar en el espacio y regresar exitosamente.

Fue una misión pequeña encuanto a su duración, apenas1 hora y 48 minutos, pero in-mensa por su significado in-

trínseco. Aquel día Yuri Gagarinpiloteó la nave Vostok I. El lugar de lapartida fue el Cosmódromo de Baiko-nur, de la entonces República Soviéticade Kazajstán. Para el regreso, el lugarelegido fue un paraje de la fría Siberia,surcada por el emblemático río Volga.Pero las circunstancias del vuelo lo lle-varon a aterrizar lejos del lugar especi-ficado, por lo tanto, la comisión derescate y recibimiento no estaba allípara rendirle los honores. En su lugar,una campesina con su nieta fueron lasprimeras en avistarlo. Quizá la escenade ese momento, en el que conversóbrevemente con ellas, le recordara suspropios orígenes de campesino. Aquelhombre que abrió el camino hacia el es-pacio exterior, curiosamente perdió suvida en 1968 en un accidente de avia-ción, cuando el caza MIG 15 que pilo-teaba se precipitó a tierra cerca deMoscú. Tenía apenas 34 años.En tiempos de Yuri Gagarin la carreraespacial estaba en pleno desarrollo,pero desde su primer viaje las naves sepoblaron de tripulantes humanos. Laciencia y la tecnología que debierondesarrollarse para nutrir los objetivosde aquella Astronáutica han logradoverdaderos prodigios. En pleno siglo

Por Andrea Clerici - Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

XXI –y en todos los órdenes de la acti-vidad humana–, se siguen empleando.Basta mencionar sólo algunos de ellos:

• La fibra entretejida del calzado de-portivo actual, tan común, tan ex-tendido por todo el planeta, fuedesarrollada para los trajes espacia-les.

• La tecnología de monitoreocardíaco de pacientes detodo tipo que los médicosemplean hoy, es productodel imprescindible moni-toreo remoto que es nece-sario realizar cuando losastronautas están fuera dela nave.

• La enorme variedad decascos que hoy empleandeportistas de distintasdisciplinas, cuerpos de se-guridad o simples ciclis-tas, es producto de losmateriales desarrolladospara los cascos de astro-nautas.

Plano original delVostok I, de 38 metros

de alto, con susenormes propulsores.

Compartimientodel cosmonauta

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• El material auto-iluminado para se-ñalizar salidas uotros datos de inte-rés, es producto delmaterial diseñadopara semejante usoen las estaciones es-paciales.

• El material ais-lante del fuego quese utiliza en buta-cas o en la prendasde bomberos estambién legado delos trajes espaciales.

• Los paracaídas ac-tuales empleados entodo el mundo sonproducto de la tec-nología espacialque permite hacerdescender naves enotros planetas.

• La efectividad delos equipos de aireacondicionado dehoy, ya sea en edifi-

cios como en automóviles, proviene delos sistemas de mantenimiento de vidaen las naves espaciales.

EL VUELO ORbITAL DE YURI GAGARIn, 50 AÑOS DESPUÉS DE LA HAZAÑA

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• La enorme variedad de productos alimen-ticios que encontramos envasados al vacíoen el supermercado, proviene de la cienciaque permitió llevar al espacio alimentosdeshidratados y mantenerlos libres de bac-terias y toxinas, para los astronautas.

• Los vidrios blindados de los cascos y delas naves espaciales se emplean hoy en ban-cos, parabrisas de automotores, edificios vi-driados, etc.

• Sensores de todo tipo que permiten mo-nitorear la salud del astronauta y el funcio-namiento de todos los equipos en las navesespaciales, son aplicables en la Tierra paramonitorear variables de salud de la pobla-ción en general, en teledetección realizadacon satélites de todo tipo (de comunicacio-nes, meteorológicos, sistema GPS, estudiode recursos de la Tierra, militares, etc.), enbancos, fuerzas de seguridad, monitoreosísmico, monitoreo de otros mundos, etc.La salud y las tecnologías de la informacióny la comunicación (TICs), se han benefi-ciado ampliamente de la nanotecnologíadesarrollada por las ciencias del espacio.

Un mundo global, signado por Internet ysus múltiples herramientas asociadas, essencillamente producto de la tecnología na-cida con la era espacial, o más aún, es pro-ducto de la hazaña de llevar hombres alespacio que Yuri Gagarin inaugurara. g

e Huntsville Times, periódicode Alabama, EE.UU., del díasiguiente al vuelo de Yuri.

Sello postal soviéticoconmemorativo de Yuri

Gagarin de 1984.

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TECnOLOGÍA

Los tiempos que vienenEl próximo 20 de diciembre se cumplirán 45 años del acto inaugural del Planetario de la Ciudadde Buenos Aires. Esta fecha nos encuentra en un cambio tecnológico importante, que nos hacerecordar tiempos pasados y reflexionar sobre cómo fueron evolucionando nuestros espectáculosen función de las nuevas tecnologías.

Por Lic. Lucía Cristina Sendón. Directora - Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

P arecen muy lejanos los tiemposen los que se daban funcionescon el proyector Zeiss y unospocos proyectores de diaposi-

tivas. Al primer instrumento planetariomodelo IV se lo modernizó y transformóen modelo V, al incorporarle una consolaauxiliar que permitió ver nubes, eclipses,fases de la Luna y la Tierra en rotaciónvista desde el espacio. Durante muchosaños se utilizaron estos recursos audiovi-suales que maravillaron a nuestros visi-tantes que observaron el cielo delPlanetario con la misma fascinación quese contempla el cielo en una noche os-

cura en el campo. Las funciones erantodas en vivo y había que estudiarmucho para memorizar los textos de losguiones que escribíamos para público yque renovábamos cada tres meses.

En 1980 se comenzaron a dar funcionesgrabadas y automatizadas. Alrededor de80 proyectores de efectos especiales en-riquecieron nuestros espectáculos, mos-traron cómo se ve un agujero negro cercade una estrella masiva o un cúmulo demás de 30 mil galaxias. Este cambio trajomuchas discusiones entre nosotros sobrela calidad de las proyecciones. Algunos

eran partidarios de seguir con las fun-ciones en vivo, pues pensaban que lasgrabaciones hacían perder calidez y na-turalidad. Otros creían que se ganaba enperfeccionamiento y prolijidad de la pre-sentación.

Tuve el honor de ser seleccionada paraconvertirme en la “voz oficial” del Plane-tario durante muchos años, y las prime-ras grabaciones las hicimos en losestudios de radio Ciudad de BuenosAires. Más adelante, ya en los ’90, searmó en el segundo subsuelo del Plane-tario una cabina de grabación, que junto

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TECnOLOGÍA

Primer Planetario del mundo. El domo tenía 16 metros dediámetro y fue construido en el techo de la fábrica Zeiss

en Jena, Alemania.

Los antiguos planetarios analógicos proyectaban un cielo estrellado muy similar al firmamento real.

El primer instrumento planetario (1923).

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TECnOLOGÍA

con cámaras, isla de edición y demásequipos, donados por el gobierno deJapón, nos permitieron contar con un es-tudio de filmación para la producciónaudiovisual de nuestros espectáculos. Seincorporaron los legendarios U Maticque posibilitaron proyectar –con elnegro absoluto de fondo– videos astro-nómicos en tres grandes pantallas.

Trabajar en el Planetario tiene un en-canto especial. Los espectáculos tienen laparticularidad de no ser una clase escolar,ni un documental, ni tampoco una pelí-cula. Las funciones son una mezcla deciencia, investigación, arte, educación,diseño, tecnología y, sobre todo, creati-vidad. Y así, entre la redacción de losguiones, grabaciones, armado de videosy funciones en vivo para estudiantes, fue-ron pasando los años vertiginosamente.

A partir del año 2000 tuvimos cambiosbruscos. Nuevas ideas, nuevas activida-des, nuevas metodologías, nuevas mira-das. Todos los cambios produceninseguridad e incertidumbre, pero tam-bién favorecen al crecimiento de las per-sonas. De una u otra manera, todoscrecimos un poco y nos adaptamos a lasnuevas directrices.

A partir de 2008 comenzó otra nuevaetapa. Recuperamos algunas metodolo-gías que se habían dejado de lado e in-

corporamos las nuevasmiradas. En un año re-novamos ocho espectá-culos entre estudiantes ypúblico general, y suma-mos una función teatralpara niños. Trabajamosintensamente para re-cuperar y mantener eledificio y, sobre todo,conservar la identidad yel espíritu de lo que esun Planetario, algo que,a veces, puede confun-dirse con un cine o unaula.

Ahora, en este año tanparticular, comenzamospor la renovación totalde las luminarias que ledan al maravilloso edifi-cio un nuevo aspecto fu-turista, y seguimos conun salto tecnológico im-portante: se están reem-plazando todos losequipos de proyecciónque veníamos utilizandopara instalar proyectoresdigitales y un nuevo pro-yector de estrellas. Estosignifica que ya no usaremos los proyec-tores de video y los 80 auxiliares y deefectos especiales; tampoco el planetarioZeiss con sus estrellas, planetas, coorde-nadas, nubes, Sol y estrellas fugaces. Estarenovación tecnológica no significa sóloun cambio de proyectores. Representaun cambio de metodologías, de capaci-tación técnica y de adaptación a los nue-vos procesos de armado de espectáculos.Esta modernización necesaria nos con-ducirá a un nuevo crecimiento, pues ten-dremos el desafío de estar a la altura dela nueva tecnología.

Los tiempos que vienen son alentadores.El Planetario tendrá un equipamiento si-milar al de algunos de los Planetariosmás importantes del mundo. Y eso esbueno. Este ícono de la ciudad de Bue-nos Aires, visitado por más de 350.000personas al año, lo merece. Tendremosque producir nuevos espectáculos que

sorprendan a las generaciones que vie-nen, acostumbradas a los videojuegos,películas en 3D y tecnología digital. Yeste gran desafío me gusta. ¡Adelante elPlanetario del siglo XXI! g

Instrumento Zeiss Modelo V del Planetario de la Ciudad deBuenos Aires “Galileo Galilei”. Proyectó, durante casi 45

años, unas 8900 estrellas fijas de manera fiel a la naturaleza,algunas en su respectivo color espectral o con sus característi-

cas variaciones de luminosidad.

Planetario Megastar-IIA. Es el primerproyector planetario del mundo en aplicar

la tecnología “Ultra Bright LED”.El primero fue instalado en marzo de

2010 en Japón.

Los espectáculos delPlanetario tienen la

particularidad de no seruna clase escolar, ni un

documental, ni una película.Las funciones son una mezcla

de ciencia, investigación,arte, educación, diseño,tecnología y, sobre todo,

creatividad.

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bREVES ASTROnóMICAS

La Luna no se manchaEn las manchas oscuras de la Luna, las que llamamos “mares”, algunas personas creen verla figura de una liebre. La historia proviene de la antigua China y cuenta que una liebre searrojó al fuego para alimentar a un Buda hambriento. En agradecimiento, su alma fue en-viada a la Luna. Los mitos griegos emplearon el mismo método de recompensa para colocara sus héroes en el cielo como constelaciones. Otras culturas ven en la Luna a un hombre.Shakespeare hace referencia a él en Sueño de una Noche de Verano. Por otro lado, LeopoldoLugones escribió en 1909 su Lunario Sentimental y colocó en nuestro satélite a la VirgenMaría con el niño Jesús, a San José y a un burro que trota por los campos lunares. g

Crónicas BorgianasLas historias acerca de los habitantes marcianos abundan en la literatura fantástica, y también en al-gunos lugares en los que se pretende disimular a los mitos como verdades. Pero Marte no siemprefue el blanco preferido de la ciencia ficción. El primer objeto que despertó la imaginación de los es-critores fue, por supuesto, la Luna. En 1955 Jorge Luis Borges escribió el prólogo de una ediciónde la editorial Minotauro a la obra de Ray Bradbury Crónicas Marcianas. Allí Borges menciona al-gunas de las historias antiguas referidas a supuestos habitantes en la Luna y, también, a futuros viajespara visitarlos. Borges marca un punto de inflexión entre el hecho de escribir acerca de lo imposible,como lo hicieron el sirio Luciano de Samósata1 (siglo II) o el poeta italiano Ludovico Ariosto2 (sigloXVI), entre otros; o como una posibilidad futura, la que presintió Johannes Kepler (1571-1634) ensu Somnium Astronomicum. Kepler es el autor de la que se considera la primera novela de cienciaficción. (Según Borges, “Scientifiction es un monstruo verbal en que se amalgaman el adjetivoscientific y el nombre sustantivo fiction”). En el Somnium, que además contiene observaciones as-tronómicas y supuestas escenas autobiográficas, Kepler describe cómo el personaje de la novela viajaa la Luna, en un sueño, gracias a un hechizo realizado por su madre. Debido a esto, la propia madredel astrónomo fue perseguida posteriormente por bruja. A mediados de la década del ’50 Borges,también visionario, aseguraba que para Kepler, la idea de los viajes a la Luna “ya era una posibilidad,como para nosotros”3. g

1 Borges cuenta en su prólogo a Crónicas Marcianas que Luciano describe a unos selenitas que trabajabanlos metales y el vidrio, se quitaban y se ponían los ojos y bebían aire exprimido. 2 De Ludovico dice que describeun descubrimiento en la Luna de “todo lo que se pierde en la Tierra: las lágrimas y los suspiros de los amantes,el tiempo malgastado en el juego, los proyectos inútiles y los no saciados anhelos”. 3 Borges escribió esto dosaños antes de que se lanzara el primer satélite artificial al espacio y 14 años antes de la llegada del hombrea la Luna.

Los nombres de las estrellasAlgunos nombres de las estrellas son realmente hermosos: Antares, Sirio, Betelgeuse,Rigel, Bellatrix, Miaplacidus. Otros, en cambio, son muy difíciles de recordar o pro-nunciar: Zubenelgenubi, Zavijava, Aspidiske, Kornephoros, Scutulum, Rasalhague oRasalgethi. La mayoría proviene de los pueblos árabes, egipcios, babilónicos, mesopo-támicos, grecorromanos, etc.; y una pequeña porción se ha ido mezclando en épocasmás modernas. Si rastreamos el origen de esos nombres nos encontraremos con quemuchos tienen que ver más con la ubicación de los astros que con cualquier intenciónde búsqueda de belleza o romanticismo. Otros no obedecen a ninguna regla en parti-cular, especialmente los que eligió el astrónomo italiano Giuseppe Piazzi, el descubridorde Ceres (el primer asteroide, hoy considerado un “Planeta Enano”) en 1801, para de-nominar a las estrellas Alfa y Beta Delphinus, las dos más brillantes de la constelación del Delfín: Sualocin y Rotanev. Elpadre Piazzi quiso homenajear a su ayudante, nicolaus Venator, y simplemente colocó su nombre y su apellido al revés. g

Delphinus

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SATÉLITE SAC-D

Finalmente se hizo realidad. El 10 de junio de 2011 los diarios lo anunciaron: “Otra vez en elespacio. Lanzaron el SAC-D/Aquarius, que ya transmite información sobre factores que tienenimpacto en el medio ambiente”… “En conjunto con la NASA lanzaron el satélite argentinoSAC-D”… “Rumbo al infinito y más allá”… “Ya está en órbita el satélite argentino creado juntoa la NASA”...

Por Andrea Clerici - Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

E stos títulos son sólo algunosejemplos que dan cuenta dellanzamiento que la agencia es-pacial de los Estados Unidos,

la NASA, realizó desde la Base Aérea Van-denberg, en California, del satélite argen-tino SAC-D, de la Comisión Nacional deActividades Espaciales (CONAE). Anun-cian buenas noticias. La Argentina tienela gente, la capacidad y la decisión de estaren el espacio exterior, con toda la cargatecnológica, económica y estratégica queeso representa. La CONAE es la agenciaespacial argentina cuyo objetivo primor-dial es “la utilización y el aprovecha-miento de la ciencia y la tecnologíaespacial con fines pacíficos”.

Objetivos científicosEl satélite SAC-D es otra joya tecnológicaconcebida, diseñada y construida en laArgentina, en la que el socio principal, laNASA, provee el instrumento denomi-nado Aquarius, un medidor de salinidadmarina. Pero además intervienen otrasagencias espaciales, como ASI de Italia,CNES de Francia, CSA de Canadá eINPE de Brasil. El SAC-D Aquarius está concebido paramedir, entre otras cosas, el contenido desal de las aguas oceánicas, la temperaturasuperficial de los mares, los vientos, la pre-sencia de hielos, el contenido de humedaden la atmósfera. Son valores que permitenelaborar modelos climáticos más eficien-tes, capaces de comprender cabalmente ypredecir, por ejemplo, el comportamientode fenómenos como El Niño o La Niña.Asimismo, monitorea los continentes

para detectar focos de alta temperatura yrealizar alertas tempranas de incendios einundaciones. También se ocupa de con-trolar desechos espaciales y micrometeo-ritos.La vida misma en la Tierra se sustenta,entre otras cosas, en la relación entre elocéano y la atmósfera. De hecho, en elciclo del agua el 86 % de la evaporacióny el 78 % de la precipitación, ambas glo-

bales, ocurren sobre los océanos. La sali-nidad superficial es una clave para com-prender la dinámica de esa relación. Porsu parte, en la circulación oceánica la tem-peratura y la salinidad definen la densidaddel agua marina, que a su vez conduce laestratificación, la mezcla y la formaciónde las masas de agua. El SAC-D es unaherramienta vital de comprensión delcomplejo diseño de la Tierra. En apenas

La era de Acuario hacomenzado en la Argentina

NAS

A

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SATÉLITE SAC-D

unos meses de funcionamiento habrá re-colectado más mediciones de salinidad su-perficial global que todo lo logrado hastael momento por otros medios.

Instituciones argentinas participantesPara llevar a cabo semejantes tareas, elSAC-D gira en torno a la Tierra a una al-tura de 657 kilómetros y le toma algo másde una hora y media completar cada ór-bita. Está sincronizado con el Sol, por lotanto pasa por encima de cada lugar siem-pre a la misma hora solar, y le toma sietedías cubrir todo el planeta. La informa-ción obtenida llega a la superficie en la Es-tación Terrena Teófilo Tabanera, que laCONAE posee a pocos kilómetros de laciudad de Córdoba, la que también recibela señal de muchos satélites de otros paí-ses, como Landsat, Spot, NOAA, GOES,Radarsat, etc. En el ámbito nacional, CONAE abrió elabanico de posibilidades al Sistema Cien-tífico Tecnológico Argentino, formadopor instituciones de primer nivel que hi-cieron desarrollos específicos para el sis-tema completo de este satélite. Algunosson el IAR (Instituto Argentino de Ra-dioastronomía) y la FI-UNLP (Facultadde Ingeniería de la Universidad Nacionalde La Plata), que proveyeron el radióme-tro de microondas para medir variables dela atmósfera y el océano (velocidad super-ficial del viento, vapor de agua en lasnubes sobre los océanos, hielo marino,etc.). La CONEA (Comisión Nacional deEnergía Atómica) suministró los panelessolares para proveer energía a los instru-

mentos. El CIOP (Centro de Investiga-ciones Ópticas), junto con el Observato-rio de la UNLP y la agencia espacial deCanadá, proporcionaron una nueva cá-mara de barrido en el infrarrojo. LaUNLP también proveyó un sistema de re-colección de datos y un instrumento dedemostración tecnológica para determi-nación de parámetros orbitales. INVAP,empresa dedicada al diseño y construc-ción de sistemas tecnológicos complejos,construyó la plataforma satelital en símisma.

Argentina en el espacioEntonces… ¿podemos decir que la Argen-tina es un país espacial? Sí, porque utilizaproductos de la ciencia y la tecnología delespacio para actividades productivas, eco-nómicas, ambientales y geofísicas. ¿Y po-demos decir que nuestro país tiene unPlan Espacial Nacional? Sí, y es propuestoy ejecutado por la CONAE. De hecho, elSAC-D Aquarius se suma a otras misio-nes, como la de investigación astrofísicaSAC-B, lanzada en 1996; la de desarrollotecnológico SAC-A, de 1998; y la de Ob-servación de la Tierra, de 2000, actual-mente en operaciones. Los próximospasos están ligados a los satélites de la serieSAOCOM (sistema de observación de laTierra), para optimizar actividades socio-económicas y estudios científicos.Hablar de acceso al espacio es hablar defuturo cercano y prominente para nuestropaís. Con SAC-D nuestros profesionalesparticipan del conocimiento profundo denuestro planeta, su funcionamiento y sus

recursos y, quizá lo más importante, degenerar el conocimiento pertinente paragestionar un país potencialmente rico. Portodo esto, efectivamente la era de Acuarioha comenzado en la Argentina. g

Ficha técnica del lanzamiento

Fecha: Jueves 9 de junio de 2011.lugar: Vandenberg Air Force Base ‐ SLC 2, Lompoc, California, EE.UU.Hora: 11:20 AM (Hora Argentina).lanzador: United Launch Alliance Delta II 7320‐10C.Ventana de lanzamiento: Cinco minutos cada día.Órbita: Cuasi‐polar, Sol‐sincrónica, 657 kilómetros de altura, connodo ascendente en hora local (promedio) de 6 PM. Orbita a laTierra cada 98 minutos y repite la misma trayectoria en suelo cada7 días (103 vueltas).Inclinación: 98.01 grados.

SatéliteDimensiones plegado: 2,7 m de diámetropor 5 m de altura.Dimensiones con paneles solares yreflector del Aquarius desplegados: 7 m dediámetro por 5 m de altura.Peso: 1350 kg.Potencia: 1400 Watts.

Instrumento aquariusDimensiones plegado: 2,7 m por 2,7 mpor 2,4 m.Dimensiones desplegado: 3,8 m por 2,7 mpor 3,7 m.Peso: 320 kg.Potencia: 314 Watts.

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EL PLAnETARIO GALILEO GALILEI Y LA RELACIón COn SUS PARES

Integración sin fronteras

El Planetario de laCiudad de Bue-nos Aires dis-fruta con orgullo

de un importante legado:traer el Universo a la Tierray hacerlo accesible paratodos. El éxito en la divul-gación a lo largo de más de40 años de labor ininte-rrumpida, es la identidadpropia que convierte anuestra institución en unreferente nacional e inter-nacional. Una de las formasde mantener la calidad alservicio de un público va-riado y heterogéneo, es salirde los límites físicos delpropio edificio para relacio-narse y enriquecerse en elintercambio con otras ins-tituciones.Nuestro Planetario esmiembro de la Internatio-nal Planetarium Society(IPS), la mayor organiza-ción del mundo de planeta-rios, científicos, operadores,proveedores de hardware y software;todos a disposición de mostrar el mejorcielo estrellado. Desde sus orígenes en1970, la Sociedad tiene como objetivoestimular el intercambio de ideas, reali-zar publicaciones y organizar congresosen diversos países. El Planetario de Bue-nos Aires participó de la 20ª ConferenciaInternacional del IPS que se celebró enAlejandría, Egipto, en junio de 2010.Para buscar una mayor integración regio-nal, y por iniciativa de Brasil, Argentinay Uruguay, en 1975 surge el Grupo dePlanetarios del Cono Sur. Es un espaciopara el desarrollo y la divulgación de laciencia, particularmente de la Astrono-mía, y sus fundadores son los planetariosde Santa María, Porto Alegre, Montevi-deo, Buenos Aires, Florianópolis y C. E.Paraná. Actualmente se ha extendido aBolivia, Chile y Paraguay. En diciembrede 2010 el Planetario de Buenos Aires

participó del VI Encuentro de Planeta-rios del Cono Sur en la Universidad deSantiago de Chile, y el próximo se reali-zará en 2012 en Malargüe, Mendoza.Por otro lado, en una reunión realizadaen abril en la Universidad de La Punta,San Luis, unos quince planetarios delpaís conformaron la Asociación de Plane-tarios de la República Argentina, y su pró-xima reunión será este año en BuenosAires.También, como parte del Programa parapúblicos no habituales, desde hace diezaños nuestra institución ofrece el Plane-tario para Ciegos: “El cielo para todos”, ga-nador del Premio Latinoamericano dePopularización de la Ciencia y la Tecnolo-gía Red POP 2004-2005. El galardón es-timula emprendimientos en los que sedestacan esfuerzos, creatividad, origina-lidad, rigor, impacto y aportes, tanto anivel nacional como internacional. La

Red POP fue creada en 1990 en Río deJaneiro a instancias del Programa deCiencia, Tecnología y Sociedad de laUNESCO, y agrupa centros y progra-mas de popularización de la ciencia y latecnología. El Planetario de BuenosAires, como miembro, también participóeste año de la XII Reunión Bienal de laRed POP desarrollada en Campinas, SanPablo, Brasil. Además, el Museo del Pla-netario recibe el apoyo del ICOM,Consejo Internacional de Museos, unaorganización no gubernamental queaglutina a instituciones de carácter mu-seístico con un único objetivo, la conser-vación y la difusión del patrimoniocultural y científico. Esta apretada síntesis de relaciones decrecimiento basadas en la integración,muestra la política de exteriorización ins-titucional que viene desarrollando nues-tro Planetario en los últimos años. g

Integrantes de nuestro Planetario en el observatorio de La Silla, Chile, con motivodel VI Encuentro de Planetarios del Cono Sur.

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La Nebulosa de Orión,una escuela natural de astrofísica

autor: telescopio espacial Hubble – NASA/ESA - Fecha: 11 de enero de 2006 - Telescopio: reflector 2,4 m - Técnica: combinación de520 imágenes realizadas con cinco filtros distintos a lo largo de dos años - Cámara: ACS, Cámara de Muestreo Avanzada.

Cada imagen cubre un campo aproximado del tamaño aparente de la Luna Llena (30 minutos de arco).

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autor: Mariano ribas - Fecha: 2 de febrero de 2011 - Telescopio: reflector Hokenn 200 mm F/5 - Técnica: foco primario.Cámara: Canon EOS 450 D - Exposición: suma de 24 tomas de 20 segundos cada una, iso 800. Seguimiento con montura

ecuatorial motorizada.

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FOTOGRAFÍA CEnTRAL

Laboratorio astronómicoLa Nebulosa de Orión es un interesantísimo lugar para estudiar y comprender la formación yevolución de las estrellas, los vientos estelares, su interacción con el medio y los campos magnéticosque se producen en el interior de estas estructuras. Es un verdadero laboratorio natural para laAstronomía.

E s uno de los objetos más obser-vados y fotografiados por losaficionados a la Astronomía, yuno de los más famosos del

cielo nocturno. Se encuentra a 1500 añosluz de distancia y, desde nuestras latitudes,se la ve a simple vista por encima de lasTres Marías, en el centro de lo que algu-nos llaman el Puñal. Como si fuera lapunta de un iceberg, la Gran Nebulosa deOrión (también conocida como M 42)forma parte de una gigantesca estructura,un enorme complejo molecular que con-tiene gran cantidad de fenómenos astro-físicos en su interior y que abarca casi todala constelación que la contiene.Su región principal es lo que aparece ennuestras páginas centrales, en dos imáge-nes que muestran el mismo objeto, peroque fueron obtenidas con instrumentosextremadamente disímiles, bajo diferentescondiciones y métodos, aunque con lamisma intención: mostrar, analizar ycomprender su estructura. La primeraimagen fue tomada por el Telescopio Espa-cial Hubble (NASA/ESA) en 2006 y esuna de las fotografías astronómicas másdetalladas y conocidas que existen. La otrafue obtenida por Mariano Ribas, coordi-nador del Área de Astronomía del Plane-tario Galileo Galilei, con un telescopioreflector de 200 mm de diámetro (elHubble tiene 2,4 metros) y una cámara di-gital desde Merlo, San Luis, en febrero de2011. En esa estructura se puede observar cómointeractúan nebulosas de emisión, gigan-tescas nubes de gas y polvo que emitengracias a la luz de las estrellas que contieneny de otras más lejanas; nebulosas oscuras,más frías y con mucho polvo; vientos es-telares y terribles ondas de choque. Su forma es como la de un capullo que seestá abriendo, con un agujero que, porsuerte, apunta en nuestra dirección (que

es la dirección de todo nuestro SistemaSolar) y nos permite ver sus entrañas. Allídentro se encuentra la parte principal dela nebulosa. Ese resplandor mayor es pro-ducto de un grupo de estrellas altamenteenergético que conforma el llamadoTrapecio, y que es fácilmente visible a tra-vés de un telescopio de aficionado. Estasestrellas son muy jóvenes (entre uno y dosmillones de años), poseen altas tempera-turas y, debido a eso, emiten intensosvientos que interactúan con los gases cir-cundantes, a los que “esculpen” y les pro-vocan una excitación en sus átomos1 hastallegar a la ionización2 de algunos de ellos.La estrella eta Orionis, la más brillantedel Trapecio, es también la más energéticadel grupo, unas 300.000 veces más lumi-nosa que nuestro Sol. Las demás estrellasdel grupo son entre 15 y 30 veces másmasivas que el Sol. También se encuen-tra, abajo y a la izquierda de la imagen,a M 43, otra nebulosa de emisión muybrillante, inmersa en el mismo complejo.

Un actor fundamental, el viento estelarEl denominado “viento estelar” no escomo el movimiento del aire atmosféricoque tenemos en la Tierra. Es, en realidad,un flujo de partículas provenientes de lasestrellas mediante el cual éstas pierdenmasa. Ese viento, que viaja a cientos dekilómetros por segundo, barre las partescentrales de la nebulosa y ayuda a com-primir los gases, permite la contracción yda lugar al origen de nuevas estrellas. Lacavidad observada en la nebulosa fue rea-lizada por estas estrellas debido a sus in-tensos vientos. Pero todavía existen allígrandes cantidades de nubes de gas ypolvo que no han llegado aún a fragmen-tarse y a colapsar para formar nuevas es-trellas. Eso significa que, en potencia,sigue siendo un lugar apto para la forma-ción de nuevas camadas de estrellas. Hasta

el momento, en la Nebulosa de Orión sehan encontrado unas 700 estrellas en for-mación y más de 150 discos protoplane-tarios3. Mientras, el Hubble ha reveladoallí la presencia de unas 3000 estrellas entotal.

Qué nos dicen los coloresLos colores que vemos en las imágenesestán directamente vinculados con loselementos químicos presentes en la ne-bulosa. Allí hay fundamentalmente hi-drógeno ionizado (en color rosado), perotambién algo de oxígeno (los tonos ver-dosos), nitrógeno, moléculas de aguaionizadas y otros elementos. Todo esto sedetecta mediante el análisis espectral de laluz, que se compara luego con los mismoselementos químicos –átomos y molécu-las–, en el laboratorio. Las nebulosas deemisión aquí presentes son las partes másbrillantes, amarillentas y rosadas.El hidrógeno emite en la zona visible delespectro, la única parte que detecta el ojohumano. Pero el Hubble no sólo revela elvisible, sino también otras longitudes deonda, como el ultravioleta y el infrarrojocercano. El Telescopio Espacial estudia laemisión y la absorción de elementos quí-micos en esas zonas del espectro, y luegomezcla el visible y el ultravioleta en unasola imagen.

Cunas de sistemas planetariosEn el interior de la nebulosa también sehan detectado algunas “envolturas” demateria, estrellas cuyos vientos aún nohan liberado los componentes circundan-tes. Allí hay discos de acreción4 de polvoque indican la presencia de sistemas este-lares en formación con probables plane-tas. Nuestro Sistema Solar debió haberseformado a través de causas similares aéstas hace unos 4500 millones de años. Lagran diferencia es que en la Nebulosa de

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FOTOGRAFÍA CEnTRAL

Orión, además, existen otros procesos quegeneran estrellas de gran masa, muchomás energéticas y luminosas, lo que nosucedió en la nebulosa que dio origen alSol y a un puñado de otras estrellas simi-lares. Las estrellas de gran masa barrenmás rápidamente su entorno y no permi-ten la formación de planetas.Las nubes oscuras son las nebulosas deabsorción, zonas muy densas de polvo, demuy baja temperatura (cerca de los 10ºK,que es lo mismo que decir -260ºC) y deextensiones enormes. Están formadas porgrafito y silicatos5, entre otros elementos.Allí dentro existen moléculas protegidasde la radiación ultravioleta que provienede las estrellas jóvenes, en particular lasmás masivas, que son las que tienen unamayor temperatura. Esos elementos, engran parte, son forjados por estrellas sú-pergigantes6 rojas durante las etapas fina-

les de sus vidas. Con la excepción del hi-drógeno, todos los elementos químicosprovienen de los restos de estrellas quemurieron luego de una explosión de su-pernova7. Algo así debió haber ocurridohace mucho tiempo como para que esosmateriales se mezclaran, aunque no nece-sariamente debió haber pasado cerca de laNebulosa de Orión, sino en otros lugaresy en otros procesos, ya que aquí no se en-cuentran los restos de una explosión tanimpresionante como la de una supernova.Esos restos podrían ser un agujero negroo una estrella de neutrones, y en Oriónno hay nada de eso. Lo que también ocurre en M 42 es que elviento estelar ejerce presión contra las ne-bulosas oscuras y las comprime. Cuandoeso ocurre, comienza una batalla entre lacaída del material y la velocidad de laspartículas que tratan de encontrar un

equilibrio, lo que generará, con el au-mento en forma significativa de la tempe-ratura central, una futura estrella. A suvez, el viento expulsa los materiales so-brantes en la zona cercana a las estrellasnacientes e inhibe la formación de nuevasestrellas. Dentro de la nebulosa hay “marejadas” devientos a altas velocidades que producenondas de choque entre el material propiode la nebulosa. Por ejemplo, casi en elcentro de la imagen hay una estrella queestá interactuando con una nube oscura,y puede verse una onda de choque, pro-ducto de los vientos estelares. Estos escenarios tan dinámicos son losmás apropiados para comprender la evo-lución de las estrellas. Y por ahora, ya queno podemos viajar hasta allá, el mejor ma-terial del que disponemos son estas imá-genes y lo que los astrónomos y físicos nos

La gran Nebulosa de Orión es, en realidad, la parte más activa de un enorme complejo nebular que abarca buena parte de laconstelación de Orión. El Trapecio está en el centro, en su interior, y sus jóvenes estrellas son las responsables de esculpir los materialesque hay alrededor. Esos y otros procesos provocan ondas de choque, como las de la “bahía oscura”, y “Bow Shocks” o “choques de proa”.

Allí ocurre algo similar a lo que pasa con el agua que golpea delante de la proa de un barco en movimiento.

región demayor actividad

M42

Hidrógeno ionizado

Discoprotoplanetario

Bow shock

Flujo principalH molecular

Bahía oscura (neb. molecular)

Flujo

princip

al

H mole

cular

M43Trapecio

ThetaOrionis

HSTAUTORES: D. L. HERNÁNDEZ, A. MAESTRONI, M. RIBAS Y R. GIROLAPLANETARIO DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES “GALILEO GALILEI”

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puedan explicar al respecto. Nubes, vien-tos, ondas de choque, nacimiento y evo-lución de estrellas y, por qué no, deplanetas que en un futuro puedan alber-gar condiciones para la vida. Procesos queduran millones de años y de los cuales po-seemos apenas una imagen instantánea.Observando diferentes nebulosas que seencuentran en distintos estados de suscomplejos procesos podremos entenderun poco más. Pero aquí, en Orión, estátodo mucho más a la vista. Como si ob-serváramos los diferentes estados y proce-sos que atraviesa una persona a lo largo desu vida, pero en una sola imagen revela-dora. g

1 Es un fenómeno mediante el cual se eleva elnivel de energía de un átomo.

2 Un ión es un átomo o molécula cargada eléc-tricamente que gana o pierde electrones.

3 Los discos protoplanetarios son estructurascirculares aplanadas, compuestas por gas ypolvo, que se forman en torno a las estrellas jó-venes o que aún están naciendo y que luegoproducirían planetas.

4 Disco de acreción es una estructura circularaplanada, compuesta por gas y polvo, que seforma alrededor de un centro de atracción gra-vitacional, en torno a estrellas en formación oa agujeros negros.

5 Grafito: posee la misma composición que elcarbono, pero un “aspecto” diferente. Silicatos:silicio más oxígeno, acompañados de otros ele-mentos; son minerales abundantes en la cor-teza terrestre.

6 Las estrellas súpergigantes rojas son las demayor volumen, con más de diez masas sola-res, y se encuentran en las últimas etapas desu evolución. Su densidad y temperatura super-ficial son bajas.

7 Una supernova es la explosión extrema deuna estrella de mucha masa, cuya luminosidadpodría alcanzar la de toda una galaxia.

FOTOGRAFÍA CEnTRAL

el Telescopio Espacial Hubble fue el pri-mero en ser puesto en órbita para evitarla turbulenta atmósfera terrestre. Perono es el único. Hoy en día hay cerca dediez de estos instrumentos en el espacioexterior, de distintas características yconstruidos para observar y detectar in-formación en diferentes longitudes deonda, como el visible, rayos X, ultravioletae infrarrojo, y también para observar elSol. El Telescopio Espacial Spitzer (NASA)fue lanzado en 2003, posee 83 cm dediámetro y se especializa en la región in-frarroja del espectro electromagnético. Esdecir, observa lo que el ojo humano nopuede ver. No está en órbita alrededor dela Tierra, sino alrededor del Sol, y sigue anuestro planeta en su misma ruta.En la Nebulosa de Orión, el Spitzer ha en-contrado moléculas orgánicas de formal-dehido (H2C=0), monóxido de carbono(CO), metanol (CH3OH), etc. Se deducede esto que allí convergen la química, laprebiología, la formación estelar y proto-planetaria, discos de acreción, comotambién procesos de alta energía y fuer-tes vientos ionizados provenientes de lasestrellas más masivas que “esculpen” alas nubes mas frías, las moleculares. Esuna zona donde conviven nebulosas deemisión de baja densidad, provocadaspor estrellas muy energéticas comoTheta Orionis, la más masiva y luminosadel Trapecio; nebulosas moleculares fríasque albergan gran cantidad de moléculas

donde se puede generar un nuevo pro-ceso de formación de estrellas. La Nebu-losa de Orión es la punta del iceberg deuna compleja nube molecular, donde sedestacan varias nebulosas de reflexión;no en la zona donde está el Trapecio,pero sí en las nebulosas aledañas. En la foto se puede ver una composiciónde varias imágenes realizadas en lagama infrarroja, visible y ultravioleta delespectro electromagnético, combinandolas imágenes del Hubble y del Spitzer.Las cavidades entre las nubes más den-sas son el producto de la interacción delmaterial allí presente con los penetrantesvientos de las estrellas recién formadas.Con color verde se representa la existen-cia de hidrógeno y azufre. Estos elemen-tos son calentados por la intensa luzultravioleta que les llega desde el Trape-

cio, lo que en la imagen aparece como unresplandor central. El Spitzer revela lasestrellas que están “naciendo” dentro decáscaras de gas y polvo, representadaspor los puntos amarillos. El rojo y naranjacorresponden a la luz infrarroja que pro-viene de las nubes ricas en hidrocarburosaromáticos policíclicos (HAP), los que po-drían estar relacionados con los pasos in-termedios en el origen de la vida, y queen la Tierra se encuentran en el petróleo,carbón y lo que sale del escape de losautos. Las estrellas azules son las queestán en el fondo y no pertenecen a la ne-bulosa.

en infrarrojo

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ESO

Como si fuera la puntade un iceberg, la nebulosade Orión forma parte de

un enorme complejomolecular que contieneuna gran cantidad de

fenómenos astrofísicosen su interior.

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EnTREVISTA

La súper estrellaReportaje al astrónomo británico Paul Crowther, líder delequipo científico que estudió a R136a1, la estrella más masivay luminosa jamás observada.

Por Mariano Ribas - Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

L a Astronomía es la ciencia delo grande. De lo maravillosa-mente grande. De los másgrandes números, los más gran-

des espacios, las más grandes cosas y losmás grandes tiempos. Es leña inagotablepara alimentar los fuegos del pensamientoy la imaginación. Provocadora y seductoracomo ninguna otra ciencia. Y está siempredispuesta a despacharse con alguna sor-presa de ésas que patean el tablero. Ahora,la gran novedad viene del lado de las es-trellas, de aquellos soles lejanos. Recien-temente, un equipo internacional deastrónomos dio a conocer los resultadosde una larga y paciente investigación, enla que echaron mano al fabuloso VeryLarge Telescope (VLT), ese mega observa-torio situado en los negros y prístinos cie-los del norte de Chile. El sólido paper,publicado en el Monthly Notices de laRoyal Astronomical Society, da cuenta deun puñado de estrellas prodigiosas, ultra-pesadas, enormes y millones de veces másbrillantes que nuestro humilde Sol. Unade ellas marcha orgullosa al frente del pe-lotón. Se llama R136a1 y es la estrellamás masiva que jamás se haya encon-trado: su azulado cuerpacho de gas ar-

diente, de unos 50 millones de kilómetrosde diámetro, carga con 265 veces la masadel Sol. En esta oportunidad, conversa-mos con Paul Crowther, el astrofísico bri-tánico (Universidad de Sheffield) quecomandó esta resonante y exitosa pesquisacientífica.

-Paul, empecemos por aclarar lo del“descubrimiento” de R136a1, así, entrecomillas.-Sí, porque la verdad es que no la descu-brimos. Más bien, lo que hicimos fue se-pararla, identificarla y medirla, dentro delcúmulo estelar que la contiene. Algo quenunca antes se había podido hacer. Peroel cúmulo en sí, ya se conocía desde la dé-cada del ’80.

-Antes de ir al tema puntual de estasúper estrella, cuéntenos algo de esahistoria previa.-Hace unas décadas, el cúmulo estelar quecontiene a la estrella estaba catalogadocomo un solo objeto puntual, llamadoR136, uno más dentro de todos los obje-tos identificadas en el interior de la fa-mosa nebulosa de la Tarántula, que formaparte de la Nube Mayor de Magallanes,

una galaxia satélite de la Vía Láctea, si-tuada a 165 mil años luz de aquí.

- ...uno de los objetos más emblemáti-cos de nuestros cielos australes. ¿Yluego?-Luego resultó que, en realidad, ese objetoestaba formado por tres componentes: a,b y c. En 1983 se descubrió que el com-ponente “a” a su vez estaba formado porsiete estrellas. Y ya quedó catalogadocomo todo un cúmulo estelar. Hoy sabe-mos que R136a es algo mucho másgrande: una enorme familia de cerca decien mil estrellas jóvenes, muchas de ellasmuy masivas, calientes y luminosas. Dehecho, es el cúmulo estelar más masivodentro de todo el Grupo Local de gala-xias, formado por la Vía Láctea, Andró-meda y todas sus satélites.

-¿Por eso clavaron ahí el ojo del VeryLarge Telescope? -Sí, justamente por eso. La mayoría de lasestrellas que forman los cúmulos tienen

VLT,

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masas similares o inferiores al Sol. Peronosotros estábamos buscando estrellas demucha masa. Y para encontrarlas tenía-mos que buscar en cúmulos estelares muygrandes. Convengamos que una estrellade 300 masas solares no se va a formar enun cúmulo de 100 masas solares. Peroademás de muy grandes, tienen que sercúmulos muy jóvenes, de menos de 2 mi-llones de años.

-Porque, aclaremos, las estrellas súpermasivas viven muy poco, al menos enrelación a las ordinarias, como el Sol.-Claro, y por eso tenemos que encontrar-las antes de que se mueran, al explotarcomo supernovas.

-nos queda claro por qué buscarondentro de aquel cúmulo estelar de lanube Mayor de Magallanes, pero...¿cómo la distinguieron individual-mente a semejante distancia? -El VLT cuenta con instrumentos com-plementarios y con un sistema llamado“Ópticas Adaptativas” que, trabajando enlongitudes de onda del infrarrojo, permitecorregir los efectos distorsionadores de laturbulencia atmosférica sobre las imáge-nes. Sólo de esa manera, y con ese teles-copio, pudimos resolver la imagenindividual de R136a1, al separarla de otra

estrella, la R136a2, que está apenas a 0,1segundo de arco de ella.

-Una resolución angular verdaderamenteimpresionante.-Efectivamente. Por eso estamos convenci-dos de que esa imagen corresponde a unasola estrella.

-Una vez que la individualizaron, ¿cómocalcularon su masa y su brillo? -A menos que una estrella sea parte de unsistema binario, y éste no es el caso, hay quecombinar los datos de temperatura y lumi-nosidad con modelos teóricos de evoluciónestelar. La temperatura de la estrellaR136a1 la determinamos a partir de espec-troscopía infrarroja obtenida con el VLT,más espectroscopía en luz visible y ultravio-leta tomadas con el Telescopio Espacial Hub-ble. Luego combinamos esos datos con elbrillo en el infrarrojo cercano de la estrella,que medimos con el VLT. Y tras ajustar ladistancia a la que está, unos 165 mil añosluz, y los efectos de absorción de la luz delpolvo interestelar, resultó que la luminosi-dad real de R136a1 es de unos 9 millonesde veces la del Sol. Y de ahí calculamos quetiene unas 265 masas solares.

-¿El brillo nos revela la masa?-Sí. Existe una relación proporcional entre

la masa y la luminosidad de una estrella.Pero además, los actuales modelos teóri-cos de evolución estelar nos llevaron a cal-cular que, al nacer, R136a1 tuvo unamasa inicial de 320 veces la del Sol. Ésees el valor que pusimos en nuestro paper.

-Parece que la súper estrella fue adelga-zando. Pero eso mejor lo contamos enun cuadro aparte (ver Perfil de la bes-tia). Hablemos del estudio complemen-tario que hicieron con el cúmuloabierto nGC 3603, en nuestra galaxia.-Sí, eso fue muy importante para avalarlos métodos y los resultados que obtuvi-mos en R136a1. Resulta que NGC 3603tiene estrellas similares a ésa, y una deellas, llamada NGC 3603 A1, es un sis-tema binario. En los sistemas binarios lamasa de sus componentes puede dedu-cirse según sus períodos orbitales. Y unode los integrantes de mi equipo, OlivierSchnurr, calculó la masa de ambas: 120 y92 masas solares. La estimación directa delas masas de esas dos estrellas, y la medi-ción de su luminosidad, nos sirvió pararespaldar los datos de R136a1. De ahí suimportancia.

-O sea que, espectacular como suena,todo es muy confiable. Además de estepeso pesado, ¿qué otras “cositas” por el

EnTREVISTA

Enana Roja

Gigante Azul

R136a1

Estrella similar a nuestro Sol

ESO

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estilo midieron?-En realidad, fueron doce estrellas entotal. Y estimamos que todas, al nacer, su-peraron las 150 masas solares. Cinco estánen el cúmulo R136, incluyendo, por su-puesto, R136a1. Dos en el cúmulo NGC3603, de las que ya hablamos. Las otrasestán en otro cúmulo estelar, tambiénmuy joven y muy masivo, llamado Ar-ches, localizado cerca del centro de nues-tra Vía Láctea, que ya había sidoestudiado por el Hubble. Nosotros reexa-minamos esos hallazgos previos con nue-vas imágenes y espectroscopías del VLT, yconcluimos que una de esas estrellas tienecasi 200 masas solares.

-Otro monstruito. Pero volvamos ala vedette principal. Teniendo encuenta semejante masa, ¿es posible queR136a1 termine estallando como unasupernova tipo “par de inestabilidad”(ver recuadro)?-Posiblemente. R136a1 está ciertamenteen el rango inicial de masa necesario deacuerdo a la teoría. Estas supernovas ex-plotan antes de desarrollar un núcleo dehierro en sus centros, lo que luego lleva ala formación de una estrella de neutroneso a un agujero negro. Producen explosio-nes extremadamente brillantes y no dejanningún remanente.

-Sigamos con los extremos. Con 265masas solares y una luminosidad 9 mi-llones de veces mayor al Sol, ¿no de-safía R136a1 el venerable “Límite deEddington” (ver recuadro)?-La verdad es que sí, porque está muycerca de ese límite. Pero no lo excede. Hayuna luminosidad máxima que las estrellaspueden tolerar según su masa. Creemosque habría un techo cercano a las 300masas solares, y eso estaría relacionadocon los procesos de formación de estrellasen las grandes nebulosas.

-Conocíamos estrellas súper masivas,como Eta Carinae o la Pistol Star. PeroR136a1 las duplica en masa. ¿Ustedcree que su criatura marcará un récordduradero?-Pienso que sí, que es muy improbableque este nuevo récord de masa estelar searoto en poco tiempo. La estrella súpermasiva R136a1 es una absoluta rareza. g

EnTREVISTA

Perfil de la bestia

Distancia de la tierra: 165.000 años luz.Diámetro: 50 millones de kilómetros (35 veces el diámetro del Sol).Masa: 265 veces más que el Sol.luminosidad: 9 millones más que el Sol.temperatura superficial: 53.000ºC (Sol: 5600°C).Color: azul intenso (Sol: blanco-amarillo).edad: 1 millón de años (Sol: 4600 millones de años).

La súper estrella R136a1 deja en pañalesa las estrellas más poderosas de la Vía Lác-tea, como la mismísima Eta Carinae. Peropertenece a otra galaxia: la Nube Mayor deMagallanes, el mayor satélite de la nuestra.Y es, por lejos, el ejemplar más sobresa-liente del colosal cúmulo estelar R136, for-mado por unos 100 mil soles y hundido enlas entrañas de la famosa Nebulosa Tarán-tula, una nube de gas y polvo de 2000 añosluz de diámetro. Si ocupara el lugar del Sol, “su enormemasa reduciría el largo del año terrestre aapenas 3 semanas, y bañaría a la Tierra conuna radiación ultravioleta tan increíble-mente intensa, que haría imposible la vida”,dice el astrónomo británico Raphael Hirschi(Universidad de Keele), uno de los integran-tes del equipo liderado por Paul Crowther. Según estos científicos, que se basan enmodelos de evolución estelar, esta fabulosabola de gas ardiente nació hace un millónde años con unas 320 masas solares. Ydesde entonces, ha ido perdiendo masa acosta de su tremenda radiación y sus furio-sos “vientos” estelares. Sostener su brutalflujo de emisión le cuesta a R136a1 nadamenos que 1 masa solar cada 20 mil años. Desde todo punto de vista, es una estrellaal límite. De hecho, dada su masa y su lumi-nosidad, está desafiando el “Límite de Ed-

dington” que, en pocas palabras, es el puntode equilibrio entre la luminosidad producidapor una estrella y su propia fuerza de grave-dad. Si ese límite se quiebra, la estrella lisay llanamente se destruye. Pero hay algo más: “Con apenas un millónde años, R136a1 ya es una estrella de me-diana edad”, dice Crowther. Y le queda “po-quísimo” tiempo: su vida terminará dentrode otro millón de años de manera absoluta-mente catastrófica. Dada su escala y natu-raleza, todo indica que no estallará comouna supernova común, sino como una cria-tura teórica llamada supernova tipo “par deinestabilidad”. Se trata de estrellas prodigio-sas que, dadas sus extraordinarias condicio-nes internas de presión y temperatura,crean, a partir de la colisión entre núcleosatómicos y rayos gamma, ingentes cantida-des iguales de electrones y sus contraparti-das de antimateria, los positrones (de ahí lode “par”). Al finalizar sus vidas, estas estre-llas estallan y se destruyen por completo,sin dejar remanentes, como estrellas deneutrones o agujeros negros, que son losrestos del colapso y estallido de las super-novas convencionales. La R136a1 viviráuna vida corta, pero absolutamente es-plendorosa. Y luego, le espera el más trá-gico de los finales imaginados por laastrofísica de nuestros días.

En el interior de la Nebulosa Tarántula se encuentra la súper estrella R136a1.

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LA LUnA Y EL ORIGEn DE SU CARTOGRAFÍA

A través del espejo lunarPor Rafael Girola y Magdalena Ruiz Alejos - Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

Satélite natural, compañera de cazadores del paleolítico, musa inspiradora de poetas y artistas. Perotambién observada y estudiada con fines prácticos. Debido al vertiginoso crecimiento económicoimperante desde los siglos XV y XVI, y ante una navegación riesgosa pero imposible de abandonarpor las expediciones y los descubrimientos de nuevos territorios, el mundo en expansión reclamabasoluciones y datos precisos. Y la Luna podría ayudar.

En ese contexto histórico y conla ayuda de la invención deltelescopio en 1609, muchosastrónomos intentaron carto-

grafiar la Luna. Pretendían ofrecer unarespuesta a la compleja situación de de-terminar con exactitud la longitud

terrestre a partir de la paralaje lunar1,para solucionar los problemas de nave-gación en los grandes océanos que sepa-raban a Europa del Nuevo Mundo.También se buscaba superar la limitaciónde la navegación costera, la única que ga-rantizaba no extraviarse en la niebla. Se

carecía aún de elementos que pudieranindicar direcciones correctas a través delos meridianos, y existía como únicaayuda la ubicación de los astros para de-terminar posiciones. El problema nosería solucionado hasta 1736 con la in-vención del cronómetro para marinos

Mares, cráteres y montañas en la Luna.

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LA LUnA Y EL ORIGEn DE SU CARTOGRAFÍA

del relojero británicoJohn Harrison, perfeccio-nado hasta lograr unamayor precisión en 1761.

Tres modeloscartográficosFue Johannes Hevelius(1611-1687) quien uti-lizó el término selenogra-fía para designar el artede cartografiar la Luna.Este rico comerciante po-laco publicó en 1647 elprimer atlas lunar, graciasal gran equipamiento quesu poder adquisitivo lepermitía obtener pararealizar observaciones ydibujos. A pesar de haberestado familiarizado conlos trabajos anteriores deMichael Van Langren(1600-1675), omitiótoda mención a ellos. VanLangren pertenecía a unafamilia de cartógrafosholandeses, era portador de una visiónfilocatólica y, por su posición como car-tógrafo y matemático de Felipe IV (reyde España), los nombres propuestos paramares, océanos y cráteres lunares estabanrelacionados con la nobleza europea ycon altos dirigentes del clero. El actualcráter Copérnico había sido bautizadopor Van Langren con el nombre deFelipe, pero esta nomenclatura no pre-dominó. El modelo de Hevelius hace alusión a lageografía de la antigüedad clásica y con-vierte a la Luna en un espejo que reflejalas características geográficas de la Tierra.Por ello, las manchas oscuras de la Lunahan sido llamadas océanos y mares. Fue-ron muchos los astrónomos y científicosque creyeron ver en nuestro satélite todaslas características de nuestro planeta. Al-gunos vieron en la Luna espejos de aguaque reflejaban los continentes terrestres.Por su parte, las montañas lunares reci-bieron nombres iguales a las de la Tierra,por ejemplo, Apeninos, Alpes, Pirineos,Cáucaso, Jura y Atlas. Algunos cráteres

fueron adjudicados a volcanes activos, yno faltaron quienes aseguraron haber ob-servado seres vivos, anima-les y vegetales poblando losvalles lunares2. De allí lostérminos selenitas y luná-ticos. Sin embargo, lasvisiones de otras perso-nalidades del siglo XVII(como el astrónomo ho-landés Christian Huygens)contrariaban toda posibili-dad de que la Luna pudieraestar habitada debido a sucarencia de atmósfera yagua. Finalmente no fueron losnombres propuestos porVan Langren ni por Heve-lius los que perduraronhasta nuestros días, sino losde un cura italiano, Gio-vanni Riccioli (1598-1671). Su ingreso a laorden jesuita en 1614coincide con un período de

confrontación con el mundo científico ycon aquellos descubrimientos, especial-

Johannes Hevelius, padre de la cartografía lunar.

Selenografíade Hevelius.

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LA LUnA Y EL ORIGEn DE SU CARTOGRAFÍA

Puede resultar curioso que Ric-cioli no le haya otorgado ningúncráter a Galileo, y que el mayor selo haya dado a Clavius, un jesuitano muy conocido en el mundocientífico actual, pero muy respe-tado en el siglo XVI. Clavius solíamantener serias disputas filosófi-cas, científicas y personales conGalileo, y Riccioli era también je-suita y partidario de las ideas deClavius.Los nombres propuestos para lasáreas “continentales” no se man-tienen en la actualidad, pero síaquellos de los mares, montañas ycráteres. Estos últimos fueron di-vididos en ocho regiones, llama-das octantes, de la siguientemanera: los tres primeros octantesllevan nombres de personajes dela Antigua Grecia; los tres siguien-tes, de la Antigua Roma; y los dosúltimos, de contemporáneos deRiccioli, e incluyen algunos san-tos vinculados a la Astronomía.

El éxito del sistema se debió, además dea su elegancia poética, a su versatilidad ycapacidad de extensión para incluir nue-vos nombres al panteón lunar. g

mente los astronómicos, que amenaza-ban el dogma aristotélico. Con estos an-tecedentes Riccioli no tomó partido porel modelo copernicano, que sacaba a laTierra del centro del Universo, sino porel de Tycho Brahe, un sistema a mediocamino entre el geocéntrico de Ptolomeoy el de Copérnico. El modelo de Tychosigue centrado en la Tierra excepto pordos planetas, Mercurio y Venus, quegiran en torno al Sol y lo acompañan ensu revolución alrededor de nuestro pla-neta.Riccioli tituló Almagestum Novum a sulibro publicado en 1651, en clara alusiónal Almagesto de Ptolomeo. Para los océa-nos utilizó nombres relacionados con losestados de ánimo característicos de loshumanos (Mar de la Tempestad, Sereni-dad, Tranquilidad, Fertilidad, Crisis,etc.) y, coherente con su defensa aristo-télica, arrojó a Copérnico y a Aristarcoal Mar de las Tempestades. A TychoBrahe, en cambio, le regaló el cráter másespectacular y brillante, perceptible in-cluso a simple vista3. Sin embargo, apesar de su compromiso ideológico secu-lar con Aristóteles, no le dio a éste ellugar privilegiado esperable, sino que loubicó en el Mar del Frío.

A Christopher Clavius (1538-1612) le dieronel cráter más grande de la Luna.

El cráter Clavius es el más grande de la Luna con 225 km de diámetro. En cambio,a Galileo le otorgaron uno de apenas 15 km en el Océano de las Tormetas.

El modelo de Heveliushace alusión a la geografía

de la antigüedad clásicay convierte a la Luna enun espejo que refleja las

características de laTierra.

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ObSERVACIón

Caminos en el cieloPor Graciela Toledo y Walter Germaná - Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

Durante gran parte de la segunda mitad del año tenemos visible una región del cielo que contienealgunas constelaciones muy fáciles de reconocer a simple vista, y una cantidad de objetos de “cieloprofundo” observables a través de unos simples binoculares. Es la zona que comprende Escorpio,Sagitario y el Águila.

L a mejor forma de comenzar aconocer el cielo es intentán-dolo uno mismo, desde su te-rraza, patio, balcón; cualquier

lugar donde tengamos un buen sectordel cielo visible y donde no nos molesteninguna luz de manera directa sobrenuestros ojos. Por supuesto, mientrasmás oscuro esté, mejor. Lo ideal es estaren el campo, alejados de las luces y con-taminación de las grandes ciudades.Pero eso no siempre es posible. Como

este aprendizaje se da por repetición y,sobre todo, de manera autodidacta, lomás probable es que tengamos mástiempo de observación en la ciudad queen el campo. La idea de esta sección esayudar a identificar estrellas, constela-ciones y otros objetos visibles desde unaciudad, a simple vista y con binoculares,el instrumento más útil y accesible quetenemos para comenzar a descubrir elcielo (ver nuestros ojos, y más allá);mucho más que un telescopio, al

menos, al principio. La región del cielo que comprende lasconstelaciones de Escorpio, Sagitario,Scutum, Águila, Delfín, Sagitta y Vul-pécula1 es una de las más ricas e in-teresantes del cielo. Con binocularespodemos ver, incluso desde la ciudad,cúmulos estelares, una nebulosa y hastaconstelaciones enteras, ya que las tres úl-timas son muy pequeñas. El momentoideal para ver este sector del cielo cam-bia según la fecha. Si tenemos en cuenta

el segundo semestre delaño, a comienzos dejulio deberá observarsedesde las 0 hs. hacia eleste. Luego, con cadames que pase, el hora-rio se adelantará doshoras. Así, a comienzosde septiembre podrá

Mapa 1

Nuestros ojos, y más alláesta sección está pensada para observar el cielo a simple vista y conbinoculares. La medida más recomendable de binoculares para Astronomíaes 10 x 50 (10 son los aumentos y 50 el diámetro de las lentes), lo que nosbrindará un campo de visión de aproximadamente 6º. Sin embargo, cual-quier medida que tengamos resultará de utilidad para empezar a observar.

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verse desde las 20 hs. en adelante, peroobservando más hacia el norte; y a finesde octubre, desde el anochecer y haciael oeste. A fin de año esta zona del cieloresulta invisible por la posición del Solentre algunas de estas constelaciones. Alos fines prácticos de la observación,para los mismos meses, cada año los ho-rarios y las posiciones de las estrellas yconstelaciones no varían en absoluto.

Ubicamos la zonaPrimero tenemos que encontrar los pun-tos cardinales (ver Para orientarse).Según la época indicada más arriba,cambiará la dirección en el cielo pordonde debemos comenzar a explorar.Entre julio y octubre buscaremos una fi-gura conocida, Escorpio, cerca del zenit,es decir, el punto más alto del cielo.Desde el extremo izquierdo de nuestromapa número 1 (que deberemos girarsegún la hora y la época), formaremos untriángulo de estrellas que confluirá enAntares, la más brillante de la constela-ción, de un bello color anaranjado. Lacola de la figura, en el mapa, está desple-gada hacia arriba. Para reconocer a Sagi-tario seguiremos hacia la derecha, a unlado de la cola del Escorpión (siempre ennuestro mapa número 1; en el cielo, seráal este de Escorpio). Lo importante seráidentificar tres pares de estrellas que nosmarcan “el arco y la flecha” de esta figura

1 Daremos comienzo a nuestro paseoen la constelación de Escorpio.

Cerca del extremo de su cola nos topa-remos con dos cúmulos estelares abier-tos2, brillantes y dispersos. El másgrande es M 7 y el pequeño, M 6.Ambos podrán verse en el mismocampo del binocular y desde un lugaroscuro son visibles a ojo desnudo.

2 Luego nos desplazaremos unos 10ºen diagonal hacia Sagitario, hacia el

este. Aquí veremos otros dos cúmulos,más tenues y pequeños: NGC 6530 yM 21. En torno al primero veremoscierto resplandor, una nebulosidad. Esla nebulosa M 8, o la Laguna.

3 Después nos moveremos un campoentero de binocular, es decir, 6º apro-

ximadamente, en diagonal. Aquí el puntode anclaje será una estrella brillante,Kaus Borealis, situada en el extremo delarco de Sagitario. Dentro del mismocampo podremos ver un manchón tenuey esférico, el cúmulo globular3 M 22, eltercero más brillante de su especie.

4 En diagonal y muy cerca, moviéndo-nos otro campo de binocular, en-

contraremos el cúmulo abierto M 25,formado por estrellas brillantes y disper-sas. En un extremo veremos otra agru-pación de estrellas, que no están unidasrealmente pero que brindan un paisajemuy atractivo. Es M 24, que se encuen-tra ubicado visualmente sobre la VíaLáctea.

5 Ahora iremos de Sagitario a Scu-

tum, el Escudo, a la estrella BetaScuti, unos 12º en diagonal hacia elnorte. En el mismo campo divisaremosuna pequeña mancha, un cúmuloabierto muy concentrado, M 11, llamadotambién el “Pato salvaje”.

6 Luego recorreremos unos 15º hastala estrella Altair, de color blanco, y

sus dos compañeras a cada lado: Tara-zed, de color rojo-anaranjado; y Alshain,amarilla. Las tres estrellas principalesde la constelación del Águila entran enel mismo campo de un binocular.

7 Después nos moveremos otros 10ºhacia el este y cambiaremos de

constelación. El pequeño rombo que ve-remos forma la constelación de Delphi-

nus, el Delfín.

8 A unos 10º hacia el norte del Delfínencontraremos otra pequeña cons-

telación, fácil de identificar: Sagitta, laFlecha, que también entrará en elcampo de un binocular.

9 Y llegamos al final de nuestro ca-mino. Desde Sagitta nos desplazare-

mos en diagonal, aproximadamente uncampo de binocular, para ver una forma-ción de estrellas. Muchas de ellas estánunidas en un cúmulo estelar muy grandey cercano cuyas estrellas principales de-nominaremos, a partir de ahora, “el Per-chero”. Su nombre oficial es Collinder399 o Brocchi’s Cluster y se encuentraen la constelación de Vulpécula.

Paseo por el cielo (Mapa 2)

Mapa 2

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Para orientarseLas brújulas no marcan la posición exacta del norte, pero casi, y ayudan bastante.Sin embargo, es más divertido hacerlo con el Sol y las estrellas. Para indicar el norte,simplemente observemos la posición del Sol al mediodía (las 13 hs., según nuestroHuso Horario). Justo abajo, sobre el horizonte, estará el punto cardinal norte; haciaatrás quedará el sur; a la derecha, el este; y a la izquierda, el oeste. Conviene marcarun punto como referencia para luego identificar el norte por la noche. La posiciónde la Cruz del Sur nos marcará lo mismo pero al revés. Si nos paramos mirando alnorte o al sur y extendemos los brazos abiertos, estos nos marcarán los otros puntoscardinales.

mitológica. Más a la derecha se forma unparalelogramo de estrellas brillantes,también pertenecientes a Sagitario. Scutum, a la derecha de Sagitario en elmapa, será mucho más difícil, ya que sustres estrellas más brillantes son muy pá-lidas. Podemos utilizar los binocularespara encontrarlas. El objetivo siguienteserá fácil; iremos en busca del Águila yAltair, su estrella más brillante. Desdeallí, hacia arriba y hacia abajo formare-mos un arco, y el resto del Águila seconstruye hacia atrás. Las tres secciones

siguientes son muy pálidas. Para ver elDelfín (o Delphinus) buscaremos en dia-gonal hacia el este de Altair, donde existeun pequeño rombo formado por estrellaspoco brillantes. Hacia el otro lado arma-remos una Flecha, Sagitta. Finalmente,muy cerca encontraremos una línea“quebrada” muy tenue, Vulpécula, laZorra. g

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GALERÍA ASTROnóMICA

El cielo es el límiteLa fotografía astronómica es una de las ac-tividades que más ha proliferado entre losaficionados en los últimos años. Las nuevastecnologías de cámaras y telescopios, másaccesibles que en el pasado, juegan a favorde la habilidad, paciencia y aptitud dequienes se aventuran a intentar captar demanera artística lo que el Universo nos re-vela. En estas páginas hay algunas muestrasde ello, a través de diferentes métodos,equipos y posibilidades. En la imagen de laizquierda, Diego Hernán Sassone, asiduoasistente a los cursos y actividades delPlanetario, captó a Orión, la constelaciónentera, en la que además se puede apreciarla gran Nebulosa, por encima de las TresMarías, inspiradora de nuestras páginascentrales. La foto fue realizada en abril enPipinas, provincia de Buenos Aires, y tienecasi 4 minutos de exposición. Abajo,mucho más humildemente, nuestro Direc-tor Periodístico intentó obtener los últimosrayos solares de un día de otoño desde laColonia Carlos Pellegrini, en los Esterosdel Iberá, Corrientes.

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GALERÍA ASTROnóMICA

Allá lejos y hace tiempoEl cúmulo de galaxias de Fornax puede ser vistofácilmente con un telescopio de aficionado desdeun lugar oscuro. Más de diez galaxias, de diferentestipos, aparecerán en un par de grados. Este cúmulose encuentra a más de 65 millones de años luz denosotros, es decir que la luz que vemos de estasgalaxias partió cuando en la Tierra aún habíadinosaurios. En la imagen superior, realizada porEzequiel Bellocchio desde Pilar (con una exposi-ción total de seis horas y media) se pueden distin-guir varias de ellas, especialmente NGC 1365,una galaxia espiral barrada, arriba a la izquierda; yNGC 1399, una gigante elíptica, abajo a la dere-cha. La forma espiral más la barra de gas y polvoque cruza a la galaxia NGC 1365 se puede apreciaren primer plano gracias a la imagen tomada porSergio Eguivar desde Martínez (con 195 minutosde exposición).

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GALERÍA ASTROnóMICA

Acrobaciasen el cielo

A la derecha, la Escuadrilla Argentina deAcrobacia Aérea - Hangar del Cielo, de

Tandil, junto a la Luna Llena másgrande del año. La fotografía fue reali-

zada por Natalia Jaoand durante losfestejos por el Centenario del partido de

San Cayetano, el 19 de marzo de esteaño, al que fue invitado el Planetario de

Buenos Aires para participar con unacharla astronómica y observaciones por

telescopios. Abajo, el cielo de Yamay,en la localidad de Pardo, provincia deBuenos Aires, fotografiado por JorgeWeselka (con una exposición de 10

minutos) en una de las tantas salidas deobservación realizadas por el Planetario.

La estrella brillante arriba es Canopus;detrás y a la derecha del molino se ven

las “falsas cruces”.

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GALERÍA ASTROnóMICA

Cielo profundoEl Telescopio Espacial Hubble ha hecho famosa unaimagen de un sector de la Nebulosa M 16, cono-cido como los “Pilares de la Creación”. Arriba, unafoto de toda la nebulosa, llamada también el“Águila”, realizada por Omar Mangini con su teles-copio Nebula 1, construido con sus propias manos.En el centro se observan los “Pilares”, y a su lado,un cúmulo estelar abierto y nubes oscuras que for-man parte del mismo complejo. A la izquierda, una impresionante imagen deJúpiter realizada por Máximo Ruiz, astrónomoaficionado español, desde su observatorio de Áger,Lleida, con un telescopio Meade LX 200 10"ACF f/22, más una cámara DMK 21A (4 videosRGB IR; tiempo de exposición individual 45 seg. a30 fps; procesado: Registax / Pixinsight / Photoshop).La foto corresponde a la oposición de 2010,cuando Júpiter había “perdido” uno de suscinturones principales.

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HISTORIA

Nacimiento, vida efímera y muertede constelaciones ignoradasPor Diego Luis Hernández - Planetario de la Ciudad de Buenos Aires “Galileo Galilei”

Como en la división política de un mapa, el cielo está arbitrariamente fragmentado en 88 constelaciones.En 1929 la Unión Astronómica Internacional ordenó e incluyó a cada estrella dentro de unos límitesprecisos marcados con coordenadas. Esas figuras imaginarias armadas con líneas imaginarias seoriginaron en diferentes períodos y culturas de la antigüedad. Cada constelación actual ha nacido,evolucionado y sobrevivido al paso del tiempo. Muchas otras, en cambio, se han extinguido. Dealgunas podemos rastrear sus nombres, inventores, posiciones y formas, pero la mayoría, como sucedecon cualquier otra materia cultural del pasado, se ha perdido para siempre.

L as constela-ciones reflejanlos mitos, lascreencias, la

imaginación de un pue-blo, de una cultura enterao, simplemente, de unasola persona. Entre las 88constelaciones actuales,cerca de la mitad provienede la cultura grecorro-mana, que a su vez lastomó de diferentes pue-blos que los influencia-ron: Egipto, Babilonia,Persia, Sumeria, Fenicia,Macedonia. El resto esuna mezcla de elementos,personajes y animalesagregados desde finalesdel siglo XVI. Esta prác-tica de formar figurasimaginarias con las estre-llas era utilizada paramantenerse alerta a lallegada de las épocas desiembra y de cosecha, de inundaciones, defrío o de calor. Registraba el paso deltiempo. Resulta mucho más fácil recono-cer figuras que encontrar puntos aislados.En realidad, una constelación como enti-dad no es algo concreto, no existe ni tieneinfluencia alguna, y un grupo de estrellasque para algún pueblo tuvo forma deleón, para otro, en algún lugar diferenteo en otra época, podría formar la figurade un inocente gatito, o de un calefón.

Noctua (igual a un Ñacurutú, la más grande de las lechuzas argentinas) junto a Hydra, el Cuervo,la Copa y Felis -el Gato-, entre otras constelaciones. Noctua y Felis ya no existen. De El Espejo de

Urania de Samuel Leigh, publicado en 1825.

El registro concreto más antiguo que nosllega acerca de la división del cielo enconstelaciones lo menciona Aratos en suobra Phainomena (270 a.C.). Aratos, a pe-dido del rey de Macedonia, escribió unpoema en el que aludía a que, más de unsiglo antes, Eudoxo de Knidos había con-feccionado un globo celeste con 44 cons-telaciones que representaban a las figurasmitológicas. Más tarde, Hiparco deNicea, en el siglo II a.C., obtuvo un catá-

logo de constelaciones en base a lo que lellegó de Eudoxo y Aratos. Fue el griegoClaudio Ptolomeo, que trabajaba en Ale-jandría, quien ordenó finalmente todo ensu Sintaxis, donde incluyó 48 de las cons-telaciones actuales. Perdida durante siglos,la obra fue rescatada por los astrónomosárabes en el siglo IX, llevada a Italia y tra-ducida al latín bajo el nombre de Alma-gesto. Estas constelaciones no sufrieronmodificaciones durante siglos, pero tam-

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HISTORIA

poco eran demasiado precisas; no teníanlímites marcados y sólo comprendíanlas estrellas más brillantes, por lo quequedaban en el cielo muchos espacios“vacíos”.

Figuras modernasCuando los navegantes europeos co-menzaron a viajar hacia el sur se encon-traron con la necesidad de crear nuevasconstelaciones con las estrellas que ibandescubriendo. Los primeros en carto-grafiar los cielos del sur fueron los ho-landeses Pieter Dirkszoon Keyser yFrederick de Houtman, en 1596, aun-que hubo otros mapas anteriores que in-cluían observaciones de Fernando deMagallanes y Américo Vespucio. En1603 el astrónomo alemán JohannBayer publicó Uranometria, el primeratlas de la esfera celeste completa, y aña-dió 12 constelaciones en base a las ob-servaciones de Keyser y Houtman. Todasperduran hasta nuestros días, se encuen-tran alrededor del polo sur celeste y, aexcepción del Triángulo Austral (mar-cado antes por Vespucio), están relaciona-das con animales descubiertos en lasexpediciones. Llama la atención que, paralos europeos, el Indio Americano (Indus)resultaba ser otro “animal exótico”. Ante-riormente, también existió entre éstasPolophylax, el Guardián del Polo, agre-gado fugazmente en el atlas celeste del as-trónomo y teólogo holandés PetrusPlancius. A partir de allí, muchos astrónomos in-ventaron sus propias constelaciones; algu-nos, con el único objetivo de agradar areyes o emperadores. Unas perduran hastala actualidad y otras han desaparecido. En1624 otro astrónomo alemán, JakobBartsch, introdujo cuatro nuevas conste-laciones con algunos diseños de Plancius:Monoceros (Unicornio), Cameloparda-lis (Camello, que luego “evolucionó”como Jirafa), el río Tigris y Jordanis, elrío Jordán. Estas dos últimas cayeron rá-pidamente en desuso y desaparecieron. A Jakob Bartsch se le atribuye también-como a tantos otros-, la invención de laconstelación más representativa de nues-tras latitudes, la Cruz del Sur. Para Pto-lomeo, esas cuatro estrellas brillantesconstituían las patas traseras del Cen-tauro. Con las mismas estrellas, Plinio, en

el Siglo I, formó el Trono del César, enhonor a Augusto. Por su parte, AméricoVespucio creó allí la Mandorla (la Al-mendra). También Bayer la separó delCentauro en 1603. El cartógrafo inglésEmerie Mollineux en 1592, y AgustínRoyer en 1679, se encargaron de popula-rizarla como el símbolo de su fe religiosa,y recién allí adquirió el nombre propio deCrux. Agustín Royer fue un astrónomo, arqui-tecto y navegante francés que creó ademásla constelación de Columba Noae, la Pa-loma del Arca de noé, al separar partedel Can Mayor en su obra Cartes du Ciel.Pero Bayer ya la incluía en Uranometriacomo Recentioribus Columba, la Pa-loma Moderna. Y para Clemente de Ale-jandría, en el siglo II, había sido laPaloma del navío Argo. Hoy es simple-mente Columba, la Paloma. Una de las constelaciones antiguas quequedó sin efecto es la de Antinoo oAntinous, un joven que se encontrabacompartiendo los límites del cielo con elÁguila. Aparentemente, Antinoo eraamante de Adriano, el emperador deRoma, y se sacrificó arrojándose al aguaen un confuso episodio que los peritos nohan logrado aún esclarecer.

Los aportes de Hevelius y LacailleEn 1690, el astrónomo aficionado polaco

Johannes Hevelius propuso otras nuevasconstelaciones. La mayoría trascendióhasta la actualidad. Un instrumento de lanavegación: Sextans (Sextante). Otrosanimalitos: Leo Minor (León Menor),Lynx (Lince), Vulpécula (originalmente,Vulpécula cum ansere, la Zorra que lle-vaba en su boca un ganso), Lacerta (La-garto; allí se ubicaron temporalmentedistintos asterismos como Sceptrum etManus Iustitiae, el Cetro y la Mano dela Justicia, y Honores de Federico, enalusión a Federico el Grande de Prusia).Más figuras mitológicas: Canes Venatici,que representa con dos estrellas a Charay Asterión, los Perros de Caza del bo-yero. Más tarde, Edmund Halley cam-bió el nombre de Asterión por el de CorCaroli (Corazón de Carlos), porque,según él, la noche del regreso a Londresdespués del exilio del rey Carlos II, “esaestrella brilló con gran intensidad” (sic).Por su parte, la actual constelaciónde Scutum fue llamada inicialmenteScutum Sobieski, el Escudo de JanSobieski, rey de Polonia, quien colaborócon Hevelius después de que se incen-diara su observatorio en Danzig. He-velius también propuso otras tresconstelaciones que no prosperaron y fue-ron eliminadas del cielo: Cerberus, elperro de tres cabezas que custodiaba laentrada al infierno y que se ubicaba en el

Custos Messium no se refiere a Lionel Messi, sino al astrónomo Charles Messier, constelaciónefímera también conocida como el Agricultor. A su izquierda, Rangifer, el Reno. Ambos

sobre Camelopardalis, que aún perdura (El Espejo de Urania).

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HISTORIA

cielo al lado de Hércules; Mons Maena-lus, el Monte Mainalo, que estaba a lospies del boyero; y el Triángulo Menor,al lado del Triángulo del norte.El álbum del cielo se iba completando,pero aún quedaban algunos espacios va-cíos. En 1750, desde su observatorio enSudáfrica, el abad y astrónomo francésNicolas Louis de Lacaille los rellenó connuevas constelaciones, todas de poco bri-llo y relacionadas a inventos, máquinas yherramientas de su época: Sculptor (Ate-lier del Escultor), Fornax (Horno Quí-mico), Antlia Pneumatica (Máquinaneumática, un moderno compresor obomba), Circinus (Compás), Caelum(buril), Horologium (Reloj), Mensa(Mesa o Meseta, una montaña “recor-tada”, famosa en Sudáfrica, parte del pai-saje desde el observatorio de Lacaille),Microscopium (Microscopio), Norma(Regla o Escuadra), Octans (Octante),Pictor (Caballete de Pintor), Reticulum(Retículo) y Telescopium (Telescopio).Anteriormente, hubo también un Teles-copio de Herschel, constelación creadapor el astrónomo húngaro MaximiliamHell en 1781, en honor al descubridor deUrano. Se encontraba entre Auriga y Ge-mini, cerca de la posición del séptimoplaneta cuando fue hallado, ese mismoaño. Y no sólo eso; hubo antes un TubusHerschelii Major y un Tubus Herschelii

Minor. Lacaille fue también quien separóla antigua constelación de Argo Navis encuatro más pequeñas: Carina (Quilla),Puppis (Popa), Vela y Pyxis (brújula, exMalus, el Mástil del navío, segúnPtolomeo).

Una sombra ya pronto serásEn la constelación de Ofiuco, alrededorde un cúmulo abierto llamado Mel 186,existe un grupo de estrellas con forma de“V”, similar a las Hyades, el cúmulo querepresenta la cabeza de Tauro. En 1777se creó allí, en honor a otro rey de Polo-nia, una constelación que desapareceríarápidamente del cielo, Taurus Poniatovii,el Toro de Poniatowski.Hubo otras constelaciones que permane-cieron poco tiempo en la consideraciónde los astrónomos, especialmente, lascorrespondidas a los monarcas. La únicade estas que prosperó fue Scutum, aun-que para eso le quitaron el apellido.Otros casos desaparecidos son el Cetrode brandenburgo (ocupaba algunas es-trellas de Erídano), el Arpa de George(Psalterium Georgia, por el rey GeorgeII), y hasta el mismísimo Jesucristo seapareció entre Leo e Hydra en 1643,entre tanto paganismo estelar. Los segui-dores de Napoleón Bonaparte pretendie-ron que la constelación de Orión sellamara, precisamente, napoleón.

Por su parte, el busca cometasfrancés Charles Messier, famosopor crear el primer catálogo deobjetos de cielo profundo, tam-bién fue homenajeado efímera-mente con su constelación,Custos Messium, obra del as-trónomo Joseph Lalande, y seencontraba al lado de un reno,

Rangifer. A finales del sigloXVIII Lalande también creó, allado del Boyero, otro instru-

mento astronómico para la navegación,Quadrans Muralis, el Cuadrante. Deallí procede el nombre de la lluvia de me-teoros Cuadrántidas, las primeras delaño. El astrónomo aficionado escocés Alexan-der Jamieson creó también su propioatlas celeste en 1822, y allí incluyó aNorma Nilotica, la Regla Egipcia, quese empleaba para medir el fluido anualdel río Nilo. Acusaciones de plagio ter-minaron eliminando este asterismo quese encontraba en la mano derecha deAcuario.

bestiarioHoy en día, una constelación fácil de en-contrar entre las circumpolares del sur es laMosca, que tuvo su antecesora en Musca

Taurus Poniatovii, en El Espejo de Urania, y su posición entre las estrellas de Ofiuco.

Una constelación no esalgo concreto, no existe

ni tiene influencia alguna.Un grupo de estrellas quepara algún pueblo tuvo

forma de león, para otro,podría ser la figura de

un inocente gatito.

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el cielo no es un buenlugar. Podríamos supliresta ausencia con las Co-ronas Austral y boreal,pero no son referenciasdirectas al reino vegetal.Las únicas constelacionesverdaderamente verdesque encontramos y queya han desaparecido sonRobur Carolinum, elRoble de Carlos (creadapor Edmund Halley en1679, nuevamente, enhonor al rey Carlos II deInglaterra, quien, aparen-temente, se había escon-dido en un roble durante24 horas después de suderrota); y Ramus Pomi-fer, apenas la Rama deManzano, entre las mis-mas estrellas que repre-sentaban a Cerberus.

El mejor amigo delastrónomoMucha gente se preguntacómo es que en el cielohay tantos perros y nin-gún gato; aunque sí hayfelinos como Leo, Leo

Minor y el Lince. Repasando un poco lahistoria –y la prehistoria–, es fácil compren-derlo. Durante cientos de miles de años, loshumanos y otros salvajes, los canes, fueronrivales competidores por la comida. Pero enalgún momento se aliaron y comenzaron atrabajar juntos. En nuestros días, es difícilestablecer quién es el amo y quién, el servi-dor. Pero a la hora de salir a cazar, es indu-dable que el perro ha sido de gran ayuda ycompañía antes de la invención de las car-nicerías y los supermercados. Ahora que re-sulta más comprensible la población caninadel cielo, es momento de hablar de Felis, elGato, una constelación creada por el astró-nomo francés Joseph Lalande, simplemente“porque amo a los gatos y espero que, despuésde sesenta años dedicados a la astronomía,me perdonen haber puesto uno en el cielo”.No se lo perdonaron, y a pesar de haberpermanecido acurrucado bajo el vientre deuna Hydra entre 1798 y 1878, y de haberaparecido en los atlas estelares de JohannBode y Ángelo Secchi, los astrónomos lo

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En 1627 Julius Schiller intentó cristianizar el cielo y cambió las constelaciones por divinidades religiosas.Los astrónomos no aceptan connotaciones religiosas ni políticas.

HISTORIA

Borealis, al lado de Aries. Sus mismas es-trellas también formaron Vespa (la Avispa)y, luego, Lilium (la Flor de Lis), duranteel reinado de Luis XIV de Francia. La actualMosca en aquel entonces era Apis (laAbeja), hasta la desaparición de MuscaBorealis y sus efímeras sucesoras. En laconstelación de Auriga, la estrella más bri-llante, Capella, representa a la cabra que elCochero lleva en su hombro. Muy cercahay un pequeño triángulo que durante untiempo fue llamado las Cabritas, sin rela-ción con las “Siete Cabritas”, es decir, lasPléyades. Otro que perdió a su hermanomenor fue Cancer, ya que durante unbreve período del siglo XVII existió muycerca Cancer Minor, el pequeño Can-grejo. En la misma época, el ya mencio-nado Petrus Plancius creó, entre losanimales del sur, a Gallus, que para JakobBartsch representaba al gallo que cantó des-pués de que Pedro negara tres veces a Jesús.Al igual que las referencias monárquicas,también fueron eliminadas del cielo las

connotaciones religiosas. Por eso tampocotuvo buena acogida por parte de los astró-nomos el intento de cristianizar el cielo,cuando un abogado alemán, Julius Schiller,pretendió cambiar en 1627 las constelacio-nes vigentes por las divinidades cristianas.Así, las figuras del zodíaco iban a ser losdoce Apóstoles; Hércules se convertiría enlos tres Reyes Magos; el Centauro seríaAbraham; la Corona boreal, obviamente,se transformaría en la Corona de Espinasde Cristo; y Argo Navis, en el Arca denoé. Hasta el Sol pasaría a llamarse Jesu-cristo, y la Luna, la Virgen María. Laúnica constelación con cierto parentescocristiano que sobrevivió, quizás, por tratarsede un grupo realmente útil, fue la Cruz delSur.Entre los animales reales, no mitológicos niinventados, también quedó en desuso laconstelación de Testudo, la Tortuga, for-mada con las estrellas 20, 27, 29, 30 y 33de Piscis; y el Flamenco, que se convirtióen la Grulla. Si buscamos árboles y plantas,

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eliminaron definitivamente en la Asambleade 1929.Si observamos detenidamente el atlas deBode, confeccionado en 1801, encontrare-mos, cerca de Felis, del otro lado de Hydra,un ave muy parecida a un Ñacurutú, la másgrande de las lechuzas que se pueden encon-trar en nuestro país. Se trata de TordusSolitarius, creada en 1776 por el astró-nomo Pierre Charles Le Monnier, y quemás tarde fue llamada Noctua, el búho. Sucola está marcada por la estrella Zuben-el-Akrab, de la constelación de Libra, y elresto del cuerpo se confunde con las del finalde la cola de Hydra.Hubo también constelaciones dedicadas alos adelantos científicos, como GlobusAerostaticus, creada por Lalande en 1798con estrellas de Capricornio y Microsco-pio; Machina Electrica, el primer genera-dor de electricidad, creada por Bode en1800, con estrellas pertenecientes a Cetus;Officina Typographiica, entre el CanMayor y la Popa, creada también por Bodepara conmemorar el 350º año de la inven-ción de la Imprenta; Solarium, el Reloj deSol, de autor anónimo, se encontraba allado de Horologium; y Lochium Funis, laCuerda náutica y la Línea, creada porBode entre las estrellas de Pyxis, y tenida encuenta, obviamente, sólo por Bode en suatlas.Todos estos ejemplos son apenas algunos delos que podríamos rastrear y mencionar.Hemos dejado de lado las constelacioneschinas y americanas, entre muchas otras. Las

que perduraron son, simplemente, las querecibieron la aceptación general de los astró-nomos. El primer mapa impreso del cielo,

con dibujosde las figu-ras de lasconstelacio-nes, data de1515.Todaslas demáshermosasimágenesque posee-mos acercade la formade Tauro,la cara deOfiuco o lo que llevaba Orión en su manoderecha, son posteriores, y no tenemos lamenor idea de cómo se imaginaban los an-tiguos griegos a sus propias creaciones. Enlos últimos siglos, el cielo sufrió una trans-formación, y ahora está todo ordenado. Losastrónomos ya no utilizan dibujos ni mapaspara encontrar, por ejemplo, a la estrellaTYC 5046-30-1, en la Ascensión Recta 16h15m 46.70s y Declinación -7° 23' 21.6".Sin embargo, en cualquier noche oscura,alejados de las ciudades, podemos alzar lamirada e intentar encontrar, nuevamente, algato Felis, a Noctua, a Globus Aerostaticuso a Gallus. Al fin y al cabo, las constelacio-nes no son otra cosa que el producto denuestra imaginación y creatividad, ni másni menos que eso. g

HISTORIA

Entre Aries y el Triángulo existía Apis, la Abeja. Luego se “mudó” al lado de la Cruzdel Sur, y más tarde se convirtió en una Mosca.

Antinoo, el joven favorecedor del emperador Adriano. Del atlas de Gerard Mercator, 1551.

La Flor de Lis ocupaba el lugar de Apis,al lado del Triángulo del norte (AtlasCoelestis, de omas Corbinianus).

Gallus y el cometa de 1680/81,el primero en ser descubierto

por un telescopio (Atlas deStanislaus Lubinietzki).

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