Revista VEOVEO # 7

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Séptimo número de la Revista Infantil VEOVEO

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- Jacinto, hijo es hora de entrenar… levántate que está listo tu desayuno...–Es Mariela, la madre de ‘Chinto’, un niño con discapacidad que cada mañana corre con ‘pipo’, su perro, hacia arriba de la montaña.

La mañana es de un sol resplandeciente, cielo azulado y brisa helada. El cerro Paraíso brilla, la hierba de un tono verde mojado refleja el sol brillante. Desde abajo se ve el sendero que serpentea hasta llegar a la cima.

- Vamos ‘pipo’, tú puedes, tú primero… guau...guuaauu…guuuaaauuu…- le dice Chinto a su mascota mientras le coloca la correa aferrado a la cual corre hasta coronar el cerro; llega jadeante y feliz igual que su fiel compañero.

Arriba la brisa sopla con másfuerza, el sol quema sus mejillas.

Pipo aprovecha la suavidad de la hierba y sin pereza da

volteretas tras volteretas hasta ir a parar al otro lado del cerro.

Chinto no ve, pero siente todo lo que pasa a su al-rededor. Ahí permanece sentado, feliz pensando en que dentro de un mes serán las olimpiadas de su escuela y él estaría ahí,

porque es uno de los clasificados en atletismo.‘Pipo’ es su entrenador, es su guía, sus ojos, su cómplice…

- Vamos a ganar y a ti te pondrán la medalla - le dice enternecido a su perro.

La hora de competir ha llegado. Chintoy ‘pipo’ están en la zona de partida. Se escucha el pitazo y salen precipitada-mente en busca de la meta. Son treinta los participantes, la distancia es de 100 metros.

Faltan 2 metros para llegar a la meta, Chinto y ‘pipo’ llevan una gran ventaja, van solos, nadie les pisa los talones y sus compañeros emocionados gritan: ¡Chinto!, ¡Chinto!, ¡Chinto!…

Pero de pronto, el niño tropieza y cae sobre el pavimento. ‘Pipo’ ha quedado paralizado sin saber qué hacer, mientras personal de socorro busca una camilla.

Su perro fiel emboca rápidamente una de sus medias y lo arrastra hasta la meta.

Chinto recibe los primeros auxilios, tiene un tobillo lastimado, nada grave dice el médico que lo ayuda a reponerse, mientras ‘pipo’ salta de alegría y se encamina hacia el podio donde recibirá la medalla que corresponde a su amo.

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