Publicación del Centro de Expresiones ContemporáneasAño 8 > Número 16 > Diciembre 2011 > Rosario, Argentina

ZUMario

ztaff CECcionario CECuela I queCECuenta CECuela II verdadconCECuencia

diCECcionEscritos sobre el amorEntre el ahogo y el alivio

Un saber trazado por el desconocer

Amor no se dice, se hace

¿Qué queda entre que decimos te amo y nos rompen el corazón?

Amor ¿sin? Razón

historieta

04. 06. 08.10.14. 15.

16.

18.

22.

24.

26.

30.

04

ztaffGente CECGuillermo Calluso, Martín Fumiato, María Florencia Quinteros, Claudia Simón, Roberto Echen, Fernanda Calvi, Silvana Schulze, Mariano Del Grande, Leandro del Rio, Valterio Ciz, Ileana Bianchi, Lorena Pagano, Florencia Maggi, Carolina Monjes, Lucrecia Moras, David Anica, Ramón Fernández, Justo Suárez, Daniela Llanos, Elvira Alvarez, Ricardo Arias, Myriam Cubelos, Ángeles Huck, Luciana Leyba, Paula Bertolino.

Protocolo MunicipalIntendente MunicipalIng. Miguel LifschitzSecretario de Cultura y EducaciónHoracio Javier RíosSubsecretaria de Cultura y EducaciónFlorencia BalestraDirector del CECHéctor De BenedictisSubdirector del CECFederico Fernández Salafia

Consejo editorHéctor De Benedictis, Silvana Schulze, Claudia Simón, Ileana Bianchi, Lorena Pagano.

EscribenFranco Motta, Daniela Sánchez, Ramiro Palma Nigro, Ma. Andrea Bugnone.

EdiciónAna Liberatore, Victoria Arrabal.

DiseñanGabriela Glikman, Estefanía Radyk, Sofía Salom.

FotografíaGastón Vidart.

HistorietaGuión Matías Lo Cascio.Dibujos Lucas Vigil.

Zumban en el proyectoCátedra Redacción 1, Escuela de ComunicaciónSocial, Facultad de Ciencia Política y RRII,Universidad Nacional de Rosario.Escuela Superior de Diseño Gráfico.Asociación de Historietistas Independientes de Rosario. Ana María MargaritHoracio Gorodischer

Centro de Expresiones ContemporáneasPaseo de las Artes y río Paraná, Rosario. Tel: 4802245 / 940 contacto@cecrosario.org.ar www.cecrosario.org.ar

05

CECcionario¿por qué la ZUM?

ZUM es CEC, un espacio más dentro de todos los espacios de un proyecto que trasciende la materiali-dad de un edificio, un lugar de papel para exponer y exponerse.La idea es sencilla: diseñadores que se turnan en cada número mostrando a través de las páginas su particular manera de concebir la creación gráfi-ca arriesgando sobre la lógica del género, esa que marca patrones estables para la consolidación de la relación medio-lector. Estudiantes de comunica-ción social que creen en un nuevo modo de hacer periodismo cultural, buceando en la opinión de una generación que pide pista, oídos atentos, ojos avi-zores de la novedad a sabiendas de que en ella se encuentran, más que el germen de la creación, sus propios valores estéticos y, por qué no, éticos.Después estamos nosotros, el propio “equipo cec”, convencidos de que, dentro del esquema cultural de la ciudad, nos toca la tarea de dar lugar al riesgo, a la incertidumbre, a la experimentación, todo dentro de un proceso dinámico que alguna vez aparenta contenerse en un objeto, detenerse , silenciarse para ser contemplado. Y en un instante imprevisto, volver a inquietarse y zumbar y recrear el proceso tantas veces como sea posible.

06

07

La Fotografía en el CEC

La fotografía ocupa en el CEC un lugar relevante, concentrada en 3 ejes o propuestas que se desarro-llan en la programación de todo el año.Convencidos de que todo espacio es importante para la difusión de los creadores se realiza anual-mente la convocatoria Fotógrafos Emergentes que, bajo la curaduría de reconocidos fotógrafos de la ciudad como Andrea Ostera y Norberto Puzzolo, invita a artistas rosarinos a participar de tres espa-cios no tradicionales de exposición. La experiencia, comenzada en julio de 2005, pretende favorecer la circulación de imágenes a través de la impresión de tarjetones con la programación mensual, la instala-ción de fotografías en formato backlight en el hall de ingreso al CEC, el espacio virtual en nuestro sitio web y la fotogalería del ciclo mensual de Artes Visuales. Además, coproducimos las muestras La Colectiva y Fotoperiodismo Argentino ARGRA.

08

CECuela I

Fotógrafos Emergentes

Un espacio diferente de exhibición de la producción de una nueva generación de artistas que encuentra en la fotografía un dinámico medio expresivo. Este proyecto surge de la convocatoria anual Fotógrafos Emergentes, una experiencia comenzada en julio de 2005, con la intención de favorecer la circulación de imágenes a través de nuevos modos de exposición.El resultado de esta convocatoria anual se ve plas-mado en tres espacios diferentes: Galería Emergen-tes: primera muestra de autor dentro del espacio mensual de galerías; Proyecto Tarjetón: trabajos seleccionados que ocupan la imagen central de nuestra pieza gráfica de programación mensual; Proyecto Cartel Luminoso: un espacio alternativo de exposición que puede apreciarse en el hall de ingreso del sector de oficinas del CEC. La Colectiva (Muestra colectiva de fotografía): Esta gran muestra colectiva anual surge a partir de la iniciativa de un grupo de fotógrafos independientes. Este evento tuvo un gran crecimiento, sumando gran cantidad de participantes y público a partir de la horizontalidad de su convocatoria, instalándose, sin lugar a dudas, en un espacio ecléctico que da cuenta del panorama de la fotografía emergente actual.

Según los organizadores: “Esta muestra no es un cúmulo de fotógrafos y fotografías. La participación colectiva es la esencia de un concepto que trata de abrir el juego a quienes se sienten con las ganas, con el espíritu y la energía de dejar flotar su trabajo y hacerlo interactuar con el del otro.Las experiencias de estos años revitalizan las energías de quienes participamos desde el lugar que elegimos y desde el lugar que nos apropia-mos. Así el transeúnte de la colectiva 2010 expo-ne este año y los expositores de otros años hoy quieren renovar el espacio. Por lo menos, llevar la idea y continuar con su carácter independiente y de autogestión y desde estos paradigmas, que cada vez parecen más difíciles de sostener, pen-sar en La Colectiva de fotos simplemente como espacio de disfrute y de goce.Nuestras convocatorias tienden a abrir el espacio, a experimentar el tránsito del hacer individual al hacer colectivo. Insistimos con la idea de apropia-ción y uso de los espacios que genere La Colectiva. Producir, participar, reflexionar y acercar el com-promiso de todos a esta: nuestra pequeña obra colectiva”.

Muestra anual de ARGRA

La Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina, ARGRA, nació en el año 1942 por inicia-tiva de un grupo de fotógrafos de prensa. Desde sus inicios orientó sus esfuerzos a salvaguardar los principios éticos y profesionales del fotoperiodismo.Dentro de varios aspectos en los cuales ARGRA se encuentra trabajando activamente, se destaca el referido a la Muestra Anual de Fotoperiodismo Argentino, muestra fotográfica que propone un recorrido narrativo a partir de las imágenes más representativas de los hechos más relevantes ocu-rridos en el país y el mundo.Desde sus inicios, y hasta la actualidad, la vasta concurrencia de público y la gran repercusión periodística han convertido a esta Muestra de Foto-periodismo Argentino en un acontecimiento único en la historia de la fotografía periodística argentina y en una cita ineludible en el ámbito cultural.

0909

Departamento de Agenciamientos Artísticos

El DepartamentoAA se propone como una oficina nómade -aunque tiene su sede en el CEC- desde que se constituye de lo que puede acontecer, se pre-gunta por los enunciados que todavía no han tenido su ocurrencia.Un espacio de convergencia entre dos (eco)siste-mas: el del arte y el de la ciudad.Una oficina que nace en y va en busca de la ciudad desde el arte.

DAA = arte}{ciudad

Pensar la ciudad como sistema que incluye al arte, pensar el arte como sistema que tiene como con-texto a la ciudad, pensar el arte que se produce en y para la ciudad como sistema que se vincula, que hace contacto o que resulta inseparable del sistema ciudad, ecosistemas que tal vez son parte de uno mayor que los unifica conteniéndolos, pero que -al mismo tiempo- se dispersan en subsistemas o má-quinas internas, de pertenencia, que articulan los dos sistemas/espacios en lo que emerge: obra o si-tuación que los imbrica.

10

queCECuenta

Proyectos DAA

Entonces, se delinean algunas propuestas que per-tenecen por derecho y de hecho al DAA.

SAR (Semana del Arte Rosario)

Semana del Arte nace en Rosario porque la trans-formación que había sufrido el Museo Castagnino desde el año 2000 había culminado en la creación de un nuevo museo: el macro (museo de arte con-temporáneo de Rosario).Nace con los mismos principios del macro, en tanto la premisa de éste fue no ser el contenedor, sino el punto de partida y mirador del arte contemporáneo en Rosario.Porque sabíamos que el arte que nos toca demanda y pertenece al espacio urbano.En 2008 invitamos a algunas localidades de la pro-vincia a que participaran del evento, sin imponer una mirada o una modalidad sino en la espera y la escucha de lo que cada lugar tenía para dar y darse a sí mismo con una propuesta que las desafiara para encontrarse: esa propuesta fue Calle Principal y Bar Tradicional.2010, año de conmemoraciones, nos llevó a una

Semana del Arte que trajo a Rosario agentes del arte de todo el país a participar de un congreso que -dadas las circunstancias- dimos en llamar Cabildo Abierto del Arte, un espacio de debate y de propues-tas para pensar el arte que nos acontece.Ahora, como fin y nuevo comienzo, nos planteamos re-encontrar la ciudad.Desde este año Semana del Arte Rosario es organizada y curada por el DAA del CEC, y con la suma de un equipo convocado especialmente para el evento por la Secretaría de Cultura y Educa-ción de la Municipalidad de Rosario con miem-bros de las instituciones vinculadas a la cultura y el arte de la ciudad.Este trabajo en colaboración hace que el evento sea -desde su misma organización- re-encontrar la ciudad.

Residencias de artistas

El DAA plantea la ciudad como intercambio, la residencia como modo y el modo como espacio de cambio. La transversalidad de ese cambio plantea la residencia como lugar de mutación y mutable, como esquema espacio-temporal a construir desde la extranjeridad y la diferencia, tanto respecto de sus

11

en la relación entre arte y diseño uno de sus campos de batalla y espacios de reflexión nucleares.Entonces, este proyecto nos permite trabajar desde el lugar de las prácticas que convoca el concepto polé-mico de INDUSTRIAS CULTURALES, sobre todo desde un campo que dichas industrias parecen no poder abordar o haber soslayado: el de las artes visuales. Trabajar desde el desplazamiento, la anomalía o, me-jor, el entre.En 2012 el DAA lanzará una nueva residencia: Fin de semana largo, espacio de cruce entre residencia y clí-nica, pero “sobre todo” para pensar la posibilidad de "ser artista": convocar a 5 jóvenes (3 rosarinos y 2 del resto del país) en plena formación, en el momento en que ya/todavía no (para usar la construcción derridea-na) son artistas, en el que el término "emergente" sig-nifica la incertidumbre que le dio origen y que muchas veces -en muchas propuestas para emergentes- ya no tiene. Invitarlos a pasar un fin de semana largo para encontrarse con especialistas -sólo que no del campo del arte- que polemicen y problematicen el modo en que se construye (se forma) la relación productiva, la creación del vínculo sujeto/objeto que hace que alguien diga "soy esto" y cómo -desde sus propias disciplinas- sostienen ese vínculo.Nota: las Residencias de artistas se llevan a cabo en colaboración con el Museo Castagnino+macro.

12

aspirantes, como de las disciplinas que las constitu-yen, como de los modos de producción en relación a lo que se reconoce como arte.Por un lado postular espacios que no han accedido (por lo menos todavía) a la cultura hiper urbana en las que tiene lugar el "arte". Pequeños pueblos o ciudades en los que instalarse a pensar los propios vínculos con el arte pero, sobre todo, lo que -como sujeto inscripto en un campo, pero no sola ni exclu-sivamente- puede emerger del contacto con los integrantes de esas comunidades.Espacio no de huída romántica sino de reposiciona-miento desde lo que sería su otro. Ir al encuentro de lo que no sería -por definición- ámbito tópico para una residencia de arte, o -en general- para el campo del arte.Por otro, repensar el proyecto de la modernidad con sus postulados de unidad entre arte e indus-tria -como una de las relaciones constitutivas de las utopías de principios del siglo XX-, desde las posi-bilidades que brinda la tecnología productiva con-temporánea y las necesidades de cierta producción artística que no puede sostenerse en la intimidad del taller.Desde aquí aparece uno de los lugares clave para el proyecto Residencias-industria.Esta herencia del pensamiento moderno 1 ha tenido

declaración débil

912 Rosario es un estudio móvil, algo así como un vendedor ambulante, sólo que en vez de a vender, sale a buscar, a encontrarse con algo. 912 Rosario circula por la ciudad.912 Rosario puede operar en el banco de una plaza, en taxis, en ómnibus (tanto urbanos como interur-banos), sobre las veredas y aceras de esta -aunque ocasionalmente se puede encontrar en otra- ciudad. 2No opera en aviones mientras no permitan el uso de celulares.Es el lugar de descubrimiento de lo que ya está con-cesionado, pero no instalado, en el campo que nos ocupa.Está en el momento justo en que lo que emerge está al borde de consolidarse.No usurpa, no arrebata, no llega primero a nada.No se adjudica, se ubica. 3No va a lo seguro, se asegura de situarse en zonas inseguras.Trabaja con lo que ya está en la superficie, pero no en tierra firme.No afirma, pero no deja pasar la oportunidad.Opera con lo que todavía no tiene su propio nombre en neón.Opera con los que ya operan y, sin embargo, no están establecidos.Opera con los que no son extranjeros, y aún no tienen patria.Es el espacio urbano emergiendo para la emergen-

cia del arte (lo emergente es el espacio mismo en su encuentro con una producción artística, que puede haber emergido ya o no).Recorre. Quiere encontrar lugares, muchos lugares. No para apropiárselos, sino para ocuparlos sólo un momento.Convergencia de un espacio y un operador artístico que se está recorriendo en el mismo momento en que lo recorre, en que es recorrido por ese espacio.Incorpora desde la asociación espacio/evento artístico (transdisciplinar), propone la reunión del lugar que estaba sin saberse para que se sepa desde el arte.<zona post/emergente>

Roberto Echen - Curador general DAA

1 Que, por supuesto, deviene lugar a pensar desde la irrupción de lo posmoderno -ese espacio sin nombre propio- y después, ya que no se trata aquí de algo “superado” o a “superar”, sino de reflexionar sobre sus límites y posibilidades.2 Ésta remite a la ciudad de Rosario, Santa Fe, Ar-gentina, ubicada a orillas del río Paraná, frente a la ciudad de Victoria, a la que la une un puente, frente a la provincia de Entre Ríos, unos 150 km. al sur de la ciudad de Santa Fe, y unos 300 km al norte de la ciudad de Buenos Aires.3 Claro, ese movimiento de ubicación, (re)ubica al otro, y sobre todo a ese que estaba ahí (no sabiendo muy bien dónde).

13

La capacitación en el CEC

“¡Estudiá computación!”… AsÍ eran los slogans que promocionaban un futuro que “ya llegó… hace rato”.Cuánto significa la palabra “computación”. La gran mayoría no sabemos bien que corno es la “compu-tación” pero sin embargo chateamos, navegamos, twiteamos, webeamos, tenemos Facebook, editamos fotos y videos para “colgarlos” en la web; muchos tenemos un blog y hasta los más osados nos atre-vemos a hacer alguna que otra pequeña anima-ción. Y todo esto sin saber porque hay algo que se denomina “.com” y no “.tru la la”, por dar solo un ejemplo. Casi de la misma manera que muchos, sin ser mecánicos ni ingenieros, manejamos un au-tomóvil casi sin dificultad (aunque viendo la calle muchas veces pensemos que a más de uno habría que sacarle el carnet de conducir).Lo digital esta instalado y es como un eje que atra-viesa nuestra cotidianeidad de una forma tal que las explicaciones técnicas y específicas del fenó-meno, para mi abuela, rozarían la ciencia ficción.Hace ya 7 años que, desde el Área de Capacitación e Investigación del CEC, nos propusimos una línea de trabajo con respecto a las nuevas tecnologías y su aplicación al arte, la comunicación y las expre-siones en general.Esto dio origen al AULA DIGITAL, un proyecto que fue tomando distintas dinámicas y avanzó en dis-

tintas direcciones: fuimos para adelante, para atrás, y también para los costados. Seminarios como los de MAX MSP JITTER en el año 2007 era, tal como suena el nombre, chino básico… un “cuco”… el idioma de los extraterrestres.Hoy, años después y con tantas experiencias encima podemos ver el recorrido de varias camadas de alumnos que llegaron al AULA DIGITAL movidos tal vez por el interés inicial de poder hacer su página web; pasaron entonces a Diseño y Animación Digital, pero después les gustó la idea de ponerle a esos diseños algunos efectos de sonido y entonces en “Cómo hacer música con tu PC” encontraron algu-nas herramientas que les vinieron muy bien cuan-do encararon el de Animación 3D, pudiendo usar todo lo aprendido post produciendo en Efectos Es-peciales en video porque ya habían editado bas-tante en Video edición un trabajito que habían filmado ellos mismos un tiempo atrás. Así, 7 años después, vemos que hacer algo en con-creto que de respuesta al vértigo de la brecha di-gital tal vez comience con el hecho de acercar las nuevas herramientas de producción pensando en instancias alternativas de transmisión de conoci-miento. Nuestra meta hoy es hacer cada vez más accesibles estas herramientas y para una mayor cantidad de personas. Seguramente no sea lo único que pueda hacerse en este sentido pero no es poco.

CECuela II

14

verdadconCECuencia¿qué es lo contemporáneo?

Lo contemporáneo es lo que no

puede verse a sí mismo, como

la espalda de un gran ser social

que construimos a cada mo-

mento. Mi profesora de arreglo

floral una vez dijo: el diseño

contemporáneo con flores se

trata de integrar la variedad.

Juliana Iriart – artista

Lo contemporáneo es el presente continuo, el esta-

do de los perros. El ing del inglés o el ando endo

de nuestro castellano. Lo contemporáneo es el auto

boicot permanente, el deseo perpetuado de haber

llegado tarde, de no pertenecer, de estar a con-

trapelo. Es una convención temporal a la cual es

imposible asistir con puntualidad. Podría detallar

cuestiones teóricas diversas, desde los pasajes de

las aventuras del Rey Gilgamesh de Uruk a los pre-

coces pasos de Lina Medina, para dar cuenta de una

contemporaneidad anacrónica, acertada, aguda que

se reconfigura segundo a segundo. Pero no, lo con-

temporáneo se deduce de nuestro río, ese que el CEC

disfruta a diario, donde el reflejo del cielo se vuelve

policromático, camaleónico y variable: sudestádico.

Lila Siegrist, septiembre de 2011 - agitadora

cultural/artista visual

Desvariaba mi pensamiento, como también el tiempo. El pasado y el futuro se conjugaban en latencias neutras. Una provocación, un hallazgo. Una perspectiva difusa, una fragmentación atávica. Una presencia disonante.Una revolución muriendo y resucitando en el mismo ins-tante. Una mutación obstinada, perseverante. Un sentido caprichoso, una contradicción constante.Estaba frente a lo contemporáneo y no me había dado cuenta.

Florencia Martini - diseñadora gráfica

Contemporáneo es algo que te

interpela desde un lugar que no

tiene que ver necesariamente

con la novedad ni con el pre-

sente sino más bien con lo que

te deja de cara en dirección al

pasado y al futuro, eso que decís

a ver pará, esto que se me pre-

senta de esta forma yo lo conoz-

co de aquí y de allá; incluso me

será familiar por siempre pero:

en este momento, ha tomado

otro carácter y me desubica.

Ana Wandzik - artista y socia

fundadora de Ivan Rosado

15

diCECción

16

Escritos sobre el amorEntre el ahogo y el alivio

¿Qué es el amor? ¿Se podrá escribir algo sin trope-zar en la tediosa reiteración? ¿Tenemos que saber lo que es el amor o simplemente sentirlo? Y si el amor no son palabras, ¿Por qué necesitamos clasificarlo, delimitarlo, someterlo a esquemas o controles? Alguien propone salirse de los mandatos culturales y religiosos que lo encerraron y pensarlo desde afue-ra. En ese ensayo podría ser una esencia, un estado, una emoción…pero ¿por qué en lugar de tratar de entenderlo no nos centramos en cómo lo vivimos?Todos coincidimos en que algo ocurre en nuestros cuerpos cada vez que el corazón se expone, se desar-ma, se siente protegido y elegido. Que el sentir de nuestro cuerpo no tiene límites, sino la capacidad de atravesar todas las fronteras, de curar los cuerpos más enfermos, de alegrar los rostros más infelices. Y entonces podemos experimentar la felicidad más plena pero también exponernos a una tremenda pena por mal de amores si no somos correspondidos. Todo es posible.Lo cierto es que a su paso el amor va dejando mar-cas que nos enseñan algo nuevo sobre él. Esas hue-llas imborrables nos convencen de su poder, de que vale la pena arriesgarse a sentirlo, a pensarlo y por qué no a escribirlo…

17

Un saber trazado por el desconocerPor Ramiro Palma Nigro

18

Rosario, día de un año

Hoy les tenemos un problema que de por sí, no es de ocasión. El asunto es, entonces, comenzar a pensar cómo hacer para vivir el amor, o su efecto, lejos de un estado de interpretados. Puede que estas primeras dos líneas resulten paradójicas al plantearles una cuestión de momento que, según entendemos, debe contener una mirada que rememore viejos tiempos, sus palabras y actitudes, para repensar nuevos. Sin em-bargo, esta posible incongruencia nos permitirá intro-ducirlos en nuestro camino disparador, el de intentar, entre otros fines incalculables, proponerles reflexionar sobre qué hacer con lo que hicieron del amor.Puede que en el transcurrir de nuestras vidas, reiteradas veces hayamos oído recitar sobre el amor. La lista sería interminable. En tanto sentir, práctica, completud, lazos afectivos que nos unen con otras personas o, quizás, como sentido figura-do. Además, mediante experiencias personales, podemos vivenciar y profesar distintas perspectivas sobre el amor, dependiendo de las diferentes instancias que nos atraviesen como seres humanos. De hecho, cuando éramos niños, osadamente rega-lábamos nuestras mejores declaraciones en formas de pequeñas cartas, que solían ir acompañadas de excéntricos corazones rojos, sin importar la irregu-laridad circunstancial del trazo. Con el advenimiento de nuestra juventud, ciertas actitudes de la infancia en relación al amor pueden avergonzarnos, cau-sarnos gracia, y solemos querer retractarnos. En medio de esto, nos han y hemos aconsejado, fuimos

19

correspondidos y no, buscamos ser legitimados en nuestras elecciones por nuestros padres y, en ciertas ocasiones, anhelamos ser adultos por un momento. En definitiva, vamos descubriendo que con el paso del tiempo y nuestros estados emocionales, el amor acontece en nuestras vidas, se padece, apasiona, angustia, enaltece, seduce, mata, pero que finalmen-te, se renueva sin importar objeto. Cambia. Más allá de todo, ¿por qué sucede que nos pregun-temos, alguna vez en la vida, qué es realmente el amor? Porque nos desconcierta, seguramente. El amor ocurre, invade, moviliza, nos altera y vuel-ve a configurarse. Por tanto, cuando nos sentimos trastocados por ciertos sentires que se nos aparecen extraños, comenzamos a buscar nuestras primeras certezas. Lo cual, se considera normal. No obstante, esta problemática nace cuando, como seres humanos, nos hicieron creer que podemos dominar la realidad, en tanto cosas o fenómenos, y nos encontramos, tiempo después, con una verdad a medias que nos predispone frente a lo desconocido de forma inquie-tante hasta volverlo reconocible. Con el fin de una relación amorosa, frecuentemente nos interrogamos si lo que se vivió fue “amor verdadero” u otra cosa y, por consiguiente, “qué sería el amor si lo anterior no ha sido”. El círculo sería interminable y nos resig-naríamos nuevamente a esperar enamorarnos. No obstante, ante el conformismo vago, existen varios puntos que pueden llevarnos a repensar esta problemática.Desde el campo científico, para algunos descorazo-nados, el amor puede ser entendido –por ejemplo- como una construcción simbólica. Es decir, en tanto

20

conjunto de símbolos que, creados por alguien, significan algo –o una idea- y que, una vez repro-ducidos socialmente, pueden expresar lo mismo u otra cosa. Sucede que a comienzos del siglo XIX, en Occidente, empieza a conformarse un saber sobre el Hombre, su individualidad, que construía pará-metros de lo normal-anormal, lo dentro o fuera de la regla. En efecto, se intentaba predeterminar a las personas, sus subjetividades, instaurando conocimien-tos que debían propargase por medio de distintas prácticas. El amor no fue la excepción y es admisible pensarlo como una forma de saber o de dominio, que se constituyó de determinada manera, para que sea practicado desde ciertas formas. Fue discipli-nado. La promesa de fidelidad en la salud y en la enfermedad, “hasta que la muerte nos separe”, es una de las tantas ceremonias, primero científicas y luego culturales, que lo encierran. Aquí llegamos, por fin, a nuestra proposición: Cómo hacer para vivir el amor lejos de un esta-do de interpretados, que proviene de nuestra infancia como una instancia cómoda y tentadora. En otras palabras, recordando pensamientos de Jean-Paul Sartre, qué hacemos con lo que hicie-ron de nosotros o, al mismo tiempo, qué hare-mos con lo que hicieron y hacen del amor. Por lo pronto, es visible que las respuestas no están en las grandes rutas de la palabra, que poco sa-ben de deseo y mucho menos de amor, y que, por suerte, existen los otros caminos, los invisibi-lizados, que podrán ser de tierra y un tanto más espinosos, pero que nos reencontrarán –al fin y al cabo- con nosotros mismos.

21

“Amor, ceremonia ontologizante, dadora de ser.”

Julio Cortázar, “Rayuela”, cap. 22

A veces, alguna vez en la vida, el amor se acerca, hombro a hombro a nosotros y nos susurra mirando hacia el otro costado: “Vos ya sabés mi nombre, no sé de qué te extrañás”… O también hay un tipo de amor, que cuando toma coraje viene de frente y te grita: “Eso implícito de lo que me hacés cómplice, me está empezando a romper las pelotas”. Pobre el Amor, tiene que escuchar tantas cosas…¿Tenemos que saber lo que es el Amor? ¿Podemos seguir hablando de él, definiéndolo? Cuántas veces nos pasamos de categoría en categoría intentando atrapar un concepto que no es puramente un concepto pero que existe en el aire, para por fin capturarlo y ponerle nombre y sentido…Es claro que no podemos vivir sin eso, pero a veces se siente como lúgubre. En vez de amar, amar-esencia-pura, nos ponemos a clasificar y a no dejar ninguna grieta posible por la que intervenir más que por los nombres mismos y ya puestos. “Esto es amor”, “esto no lo es”. “Lo de más allá tira más hacia el lado del cariño”. “Esto no tiene nada que ver con el amor”.Cuadraditos de amor ordenados. Y uno salta de un cuadrado a otro y encuentra nombres para todas las

Amor no se dice, se hace Por Daniela Sánchez

22

¿Amaremos por necesidad? No queremos creer eso, ¿Verdad? Lo confortable no tendría que ser necesario, tendría que ser confortable. (¿Tendría que ser confortable?)Pareciera que en el amor y sus contingencias, ventu-ras y desventuras, estamos frente a un caso en el que el todo no se define por las partes. Quizás es mejor que así sea, de otro modo le daríamos alfombra roja a algunos atributos y no a otros. Y si, amigos, el mundo está hecho de palabras. Pero... Supongamos que somos momias envueltas de pala-bras, de pies a cabeza. Nadie puede negar que nos chorrea la emoción por todos lados. Ahora, habría que preguntarse… ¿Qué habrá en el centro si empe-zamos a desenrollar lentamente a cada momia?¡Oh, garras amorosas, amantes de los clichés...! ¡No permitan que nos ahoguemos en sus aguas rosas!. Garras obsesivas, ni un tango furioso les va a venir bien. Quizás podríamos comenzar a pensar más seguido en cuándo (¿cuánto?) nos gusta el amor. De qué modos y en qué momentos el amor nos simpatiza. Cuándo componemos con él y nos hacemos bien, y sobre todo cuándo es que honramos su nombre con nuestras prácticas. Si algún día sentimos –momia desenvuelta– que eso está sucediendo, empece-mos a creer que los instantes mágicos existen. Y que ellos se pueden perpetuar sin tener que darle lugar a la nostalgia. Procuremos, pregunté-monos si existe la posibilidad de morir en ese estado antes de que den las doce y nuestras carrozas sean zapallos.

cosas que siente. Y apenas aparece algo nuevo, ya tiene nombre también. Porque no podríamos de otro modo. Pero, ¿Cómo salimos y lo pensamos desde afuera para empezar a crear de nuevo? ¿Y si pensamos cómo salirnos para volver a entrar? Pensemos el cambio del cambio, pensemos –ineludible y lamen-tablemente- en cómo hacer para no pensar desde adentro lo de adentro con todo lo que eso implica. Con mejores palabras Julio Cortázar supo expresar esta cuestión que es como existencial y obstacu-lizante: “Para definir y entender habría que estar fuera de lo definido y entendible”. Fácil tarea, ¿eh?... y entonces así funciona el círculo de comedias en el que estamos metidos, porque como las paredes del círculo no se pueden atravesar volvemos a lo mismo una y otra vez, siempre girando. Y mientras giramos creemos que podemos explicar el círculo y nos preguntamos cosas como “¿Qué es el amor?”. Pero nos lo preguntamos mientras giramos y escuchamos por la radio que hay una amenaza de bomba en la AFA, último momento. Y volvemos al amor. Porque primero lo primero, ¿eh?... El amor. Sí. Podría ser una esencia, un concepto… o, más bien, un estado, una emoción. Eso que no se puede decir. Eso que quién sabe si se sabe, o quién sabe si lo sabe. Eso que mejor lo hacemos y nos callamos la boca. ¿Tan difícil será amar sin cajitas? ¿No podemos ser más simples para hacerle las cosas más fáciles al amor? ¿Y si empezamos a no elegir más los finales transhumantes y épicos en donde decidimos arruinar nuestros amores con planteos, excusas, histerias?

23

Si bien cada persona puede dar su propia defini-ción de lo que es el amor, quizás sería más intenso dejar de preguntarse qué entendemos por amor y empezar a pensar cómo sentimos el amor. ¿Qué ocurre en nosotros, en nuestro cuerpo, cada vez que el corazón se expone, se desarma, se siente protegido, se siente elegido?El cariño es tan libre que en cuanto ve un lugar donde colarse, trata de aferrase para que no lo dejen ir nunca. Amar no es sólo entre dos perso-nas. De hecho, debería entenderse como espíritus, almas, mentes, cuerpos que se entrelazan de una manera única que sólo ellos pueden entender, porque sólo ellos lo pueden sentir. Amor es entre una pareja, pero también en una familia, entre amigos, en la distancia física, entre diferentes for-mas de pensar. El sentir de nuestro cuerpo no tiene límites. Muy por el contrario, tiene la capacidad de atravesar todas las fronteras, de curar los cuerpos más en-fermos, de alegrar los rostros más infelices.

¿Qué queda entre que decimos te amoy nos rompen el corazón?Por Ma. Andrea Bugnone

24

cortan de repente y sin previo aviso lo que enten-díamos como una cuerda invisible que ligaba dos espíritus? También es el cuerpo quien responde: cuando la mirada se nos pierde y el aire no nos alcanza; cuando el corazón late desbocado, haciendo vibrar hasta nuestras uñas y creyendo que puede salirse por nuestros ojos.Cada vez que algo pasa por nuestras vidas, sólo demuestra que ha pasado cuando deja su huella en nuestro cuerpo. Cuando deja una cicatriz, una mar-ca, una huella que ni cien mil mareas pueden borrar.Cada una de estas marcas se activa para recordar-nos que allí están, que no las olvidemos, que apren-damos a vivir con ellas y, con suerte, que sepamos algo más sobre esta interacción entre cuerpos. Las mejores conversaciones son aquellas que trans-curren en los momentos de mágico silencio; allí se esconden infinitos significados. Eso sí, sólo se reser-van para quien se preste, como un niño, a poner su cuerpo y jugar con ellos.

El cuerpo es el reflejo más auténtico que tenemos cuando todas estas sensaciones entran en él sin per-miso. Porque el sentir no tiene barreras, atraviesa cualquier acantilado que le pongamos delante y sim-plemente salta hasta dejarnos extasiados. Decir te amo a alguien, quienquiera que sea, es de-masiado fácil. Pero es necesariamente insuficiente. ¿Qué pasa adentro del cuerpo? Demasiado. Tanto que no se puede poner en palabras. Sólo el cruce de dos miradas, fundidas una en la otra; el encuentro escon-dido de dos manos bajo una mesada; el abrazo de quien nos contiene y hace de su cuerpo un fuerte para que nada nos lastime nunca más; el roce de un labio y su correspondiente mejilla (pues sí, debe correspon-derle), hacen que todo nuestro cuerpo se modifique. Cambia de color, de textura, de temperatura, de per-fume, de ritmo. Todo eso que nos modifica, es el sentir con sus diferentes intensidades. Pero esta es sólo la parte bonita del amor. ¿Qué pasa cuando no somos correspondidos, cuando nos desprecian quienes deberían confortarnos, cuando

25

Amor ¿sin? RazónPor Franco Motta

26

Ahhh… el amor, el amor ¿Qué se puede decir del amor? ¿Qué se puede agregar a la horda cultural de producciones que incesantemente nos acechan y azoran, en todas partes, por todos lados? ¿Qué se puede escribir sin tropezar con la tediosa reite-ración? Sobrevolando el campo temático, a simple vista, resulta evidente que en nombre de su bandera se ha escrito y hablado mucho, mucho pero muchísi-mo. Sin embargo, apenas damos unos pasos en la materia, nos percatarnos que aún también resta un inmenso terreno por recorrer, por conquistar y narrar; a punto tal que no resulta extravagante afirmar que las amenazas de lo incierto superan ampliamente las certezas (¿certezas?) momentá-neamente obtenidas. Porque en el amor está todo dicho hasta que hay algo nuevo por decir; y, a la vez, no hay nada dicho hasta que, entre papeles amarillos o viejos casettes (si, casettes), hallamos una frase que dice exacta-

mente todo lo que queríamos y teníamos por decir. El amor es impredecible, anárquico. Y, al serlo, resulta inútil tratar de someterlo a esquemas o controles; él siempre dará una sorpresa y escapará de las categorías a las que quieran encadenarlo, pensémoslo como un Houdini ante las ataduras del raciocinio y los sentimientos.El amor se presenta abstracto y variable. Muta con-tinuamente, cambia de subjetividad en subjetividad y de momento a momento. Es una sustancia que po-tencialmente podrá manifestarse bajo una infinidad de formas, lo único seguro es que cuando se presen-ta lo hace con una carga emocional avasallante. De tal manera, se lo puede vincular a la felicidad más plena, o, con idéntica naturalidad, culparlo de una tremenda pena por mal de amores. Todo es posible en el amor. El corazón gira cual moneda entre los aires de la razón y la emoción; sus caras, diversas e incontables, batallan por la victoria de hacerse presentes por sobre el resto

27

muchas veces también termine derivando en su contrapartida: la exclusión. Hablamos de exclusión en referencia a esa situación de absorción en la que el enamoramiento paulatinamente va enajenando al amante de todo aquello que no se vincula (al menos no directamente) con su ser amado, es de-cir, que lo aliena de la realidad. “Está perdido en el amor” ¿Quién no ha escuchado alguna vez esa frase y ni siquiera dudó antes de asentir con resignación? Pues bien, si alguien se ha perdido en el amor es porque se ha entregado en demasía a los reinados de la ingobernable pasión. Quien se pierde intenta hallar una salida, un camino, una dirección a seguir; pero indefectiblemente, para iniciar dicha búsque-da, el extraviado primero debe saberse y reconocer-se perdido. Y nunca resulta decisión sencilla dejar este lugar que ofrece tantos disfrutes, incluso pese a que nos encontremos divagando en un laberinto. Es más fácil y placentero navegar en los ríos de miel imaginándonos como pasajeros de un crucero antes

de las alternativas. Pero estas manifestaciones amorosas ni siquiera nos dan la tranquilidad de ser unidireccionales, son más bien rizomáticas y enmarañadas. Brotan por todas partes, salen a la luz rodeándonos imprevistamente, nos dejan indefensos articulando conceptos y planes estraté-gicos que no sólo resultan disímiles sino también opuestos. Y un ejemplo de esto consigue verse en los roles que pueden llegar a cumplir la inclusión y la exclusión en tales ámbitos.La inclusión es uno de los efectos más frecuentes del enamoramiento. En ese estado de gracia nos embriaga la sensación de finalmente ser incorpora-dos a un perfecto equilibrio que aparenta ser pla-nificado por el propio cosmos. Entonces, todo tiene sentido dentro del amor; maravillosamente ideal se presenta la vida en rededor de la persona amada y nada importante puede escapar a su aura. Pero a la vez, tampoco resulta de extrañar que el enamora-miento, con una inclusión sumamente absorbente,

28

a recorrer el mismo infierno. El enamoramiento nos acuna en un estado pasional que simula distanciar-nos de una realidad que amorosamente no se nos apetece percibir. O quizás no sólo lo simula, proba-blemente en verdad logra esa hermosa abstracción. Pero la logra apenas por un tiempo, hasta que la ra-zón decide dar su aparición y echa un poco de luz a la situación, revelándola. Sin embargo, esta irrupción del razonamiento en el amor no significa el final del mis-mo (aunque posiblemente sí del enamoramiento), es sólo una etapa más reflexiva y desafiante que permite conocer mejor y en profundidad al amor, al amado y, sobre todo, también a nosotros mismos. Tomemos el ejemplo de Psique y Cupido: finalmente, con Dioses en contra y todo, lograron reunirse y ser felices por la eternidad. ¿Cómo no podríamos nosotros darle al amor y a la razón la posibilidad de reconciliarse? Habrá en-tonces que atreverse y darles una oportunidad, aunque sea una pequeña. El desafío corre exclusivamente por nuestra cuenta, sus practicantes: los amantes.

que como náufragos, aunque a nuestro alrededor las sirenas suenen a todo pulmón. Nada que hacer, todos generalmente coincidimos en que la pasión (espe-cialmente la amorosa) y la razón nunca fueron de llevarse muy bien. Ya desde la mitología grecorro-mana traemos esta pauta. Recuerden a Cupido, Dios del deseo y el amor, quien le prometió a la bellísima Psique que su amor duraría eternamente, siempre y cuando se amen en la oscuridad de la noche y ella se abstuviera de hacer cualquier tipo de indaga-ción sobre su identidad. Pero Psique, quien termina personificando al alma y la mente (el intelecto, la razón), no pudo resistirse y una noche, mientras Cu-pido dormía, se acercó con una lámpara para final-mente descubrir el rostro de su amado. Y mientras la dama lo contemplaba, una gota de aceite hirviendo se derramó sobre el Dios, despertándolo. Fue enton-ces cuando comenzaron los problemas, a tal punto que para poder recuperar a Cupido, al amor, Psique debió atravesar durísimas pruebas que la llevaron

29

historieta

30

Guión: Matías Lo CascioDibujos: Lucas Vigil

Centro de Expresiones ContemporáneasPaseo de las Artes y río Paraná, Rosario > Tel: 4802245 / 940

contacto@cecrosario.org.ar > www.cecrosario.org.ar