RevistaFCE_14

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UNMSM 1 SEGUNDA EPOCA AÑO 4 / Nº 14/ DICIEMBRE 1999 LIMA-PERU REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

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economia

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  • UNMSM 1

    SEGUNDA EPOCAAO 4 / N 14/ DICIEMBRE 1999

    LIMA-PERU

    REVISTADE LA FACULTAD DE

    CIENCIAS ECONMICASDE LA UNIVERSIDAD

    NACIONAL MAYOR DESAN MARCOS

  • 2 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    Comisin de Reorganizacin de laUNMSM

    PresidenteManuel Paredes Manrique

    MiembrosGabriel Huerta Daz,

    Roberto Rendn Vsquez,Fernando Perales Caldern, Jaime Descailleaux Dulanto.

    Consejo Acadmico de laFacultad de Ciencias Econmicas

    Decano de la FacultadHugo Lezama Coca

    MiembrosHumberto Campodnico,

    Gaby Cortez,Vicente Fernndez,Guillermo Socla, Javier Espinoza,

    Antonio Lama, Csar Sanabria.

    REVISTADE LA FACULTAD DE

    CIENCIAS ECONMICASDE LA UNIVERSIDAD

    NACIONAL MAYOR DESAN MARCOS

    Director de la RevistaHugo Lezama CocaComit Directivo

    Alberto Mosquera Moquillaza,Vicente Fernndez Saldvar,Csar Sanabria Montaez,

    Antonio Lama More, Jorge Cabrejos Polo.Comit Consultivo

    Juan Sierra Contreras,Virgilio Roel Pineda,Eduardo Anaya Franco, Aurelio Valdez Caro,

    Manuel Vsquez Perales,Germn Surez Chvez.

    CorresponsalesArstides Torche y Ernesto Miranda (Chile)

    Joan Rovira y Rosa Duarte (Espaa)Laura Amira Santilln (Argentina)

    Marco Kamiya (Japn)Vctor Ariosa Abreu (Cuba)

    SecretariosMarita Grndez Grndez

    Julio Lpez Champa

    Produccin y Edicin [email protected]

    Telf.: 8607984

    Diseo de CartulaClaudia Crdenas Vargad

    ImpresinDanik Servicios Grficos S.R.L.

    Telfs. 4240450, 4333777

    Correspondencia y canjeFacultad de Ciencias Econmicas,

    Ciudad Universitaria de San Marcos,Av. Venezuela s/n . Lima, PERU

    Telefax: 4525485; Telf: 4510888-4520245E-Mail: [email protected]

    URL: http://www.unmsm.edu.pe/economia

    ISSN 1561-0845Hecho el depsito de ley

    Registro n 1453-97

    Segunda poca, Ao IV, N 14Lima, Diciembre 1999

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    Sumario

    Presentacin 4Tema Central:Se agot el neoliberalismo?Combate a la pobreza en las ltimas d-cadas de vuelta repensar los problemasdel desarrollo?Humberto Campodnico Snchez 7

    Los Avatares del NeoliberalismoVirgilio Roel Pineda 23

    Privatizacin en cuestin, una historianegra: Belco, Petromar, PretotechJorge Manco Zaconetti 39

    Neoliberalismo, pobreza y polticas so-ciales en el Per de los noventaLuis Reyes Lostaunau 61

    La Crisis de Precios en el AgroJuan Anicama Pescorn 75

    Contrastes en el desarrollo econmicode Asia Oriental y LatinoamricaCarlos Aquino Rodrguez 91

    EntrevistaPensemos en el Per como totalidadHugo Lezama Coca 105

    AnlisisEstabilidad dinmica de los mercadoselctricosJaime Luyo Kuong 115

    Dolarizacin, Cajas de Convertibilidady Monedas RegionalesRichard Roca Garay 123

    Asia vuelve a crecerMarco Kamiya 135

    Los Programas Europeos Leader: UnaApuesta por el Desarrollo RuralRosa Duarte 149

    Ciencia Econmica, Economa Ecolgicay Crisis del Paradigma CartesianoHctor Morn Seminario 159

    DocumentoLa Situacin Social de Amrica Latina ysus Impactos sobre la Familia y la Edu-cacin. Interrogantes y BsquedasBernardo Kliksberg 175

    Seminario de TesisCausas de las crisis bancarias en losmercados emergentes: un modeloeconomtricoCarlos Clodoaldo Cortez Lpez 217

    Cultura peruanaCambalache cultural de fines de sigloAlberto Mosquera Moquillaza 229

    Normas para loscolaboradores 242

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    Presentacin

    Cuando a fines del ao 1998 expresbamos nuestros temo-res sobre el futuro incierto de la economa peruana, afectada poruna crisis recesiva y un manejo triunfalista de la misma por partedel Gobierno, guardbamos la esperanza de poder avanzar, a lolargo de 1999, hacia la salida de ese entrampamiento, con medi-das correctivas que, al mismo tiempo, demostraran al pas unsano espritu de rectificacin. En ese mismo sentido hacamosvotos por abrir un debate colectivo sobre nuestros principalesproblemas econmicos y sociales para ensayar la posibilidad de-mocrtica de una concurrencia mltiple en la solucin de los mis-mos.

    La realidad, dura y terca, ha echado por tierra esas expec-tativas. El pas, a fines de 1999 y en el curso de un proceso electo-ral de honda trascendencia, est revelando no precisamente esosavances, por el contrario se orienta hacia una polarizacin so-cial y poltica que se alimenta de las contradicciones de un mode-lo econmico que para las mayoras se ha tornado en prctica-mente insostenible.

    Cuatrocientos mil peruanos habran perdido sus puestos enlos dos ltimos aos, ha denunciado un connotado lder empresa-rial, mientras se sumaba a la larga lista de organizaciones, inves-tigadores y entidades acadmicas ganadas por la incredulidadante la versin oficial de una reactivacin econmica. Aunqueparezca de Ripley, ni los mismos defensores del modelo confan enlas cifras de ese supuesto mejoramiento econmico.

    Como acadmicos, pero tambin como ciudadanos comu-nes y corrientes, nos interesa que se busque la claridad donde hoypredominan las sombras de la incertidumbre. Como sanmarquinosde pura sangre somos amantes de la verdad y mucho mejor toda-va si sta es puesta al servicio del desarrollo de nuestro pas y delbienestar de nuestros pueblos. Por esta razn existe esta revista,que en el presente nmero sigue hurgando en los alcances y con-

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    secuencias del recetario neoliberal en cuya aplicacin religiosay a ultranza vamos a encontrar gran parte de la explicacin denuestros problemas econmicos y sociales actuales.

    Que hay necesidad de revisar el modelo lo demuestran lospropios organismos internacionales que lo han impulsado en laltima dcada, ahora dedicados a encontrar otras vas para elcrecimiento, ganando terreno propuestas como las de alcanzar undesarrollo sostenido, donde la acumulacin de capital humano yla equidad en la distribucin de los recursos, no sean palabrasexticas o interesadamente malinterpretadas. Si los propios pa-dres de la criatura son conscientes de las gruesas fallas y limita-ciones del modelo, hoy seriamente cuestionado a nivel regional,no hay excusa alguna para que en nuestro pas no ingresemos aese examen riguroso.

    Esta revista est comprometida con esos esfuerzos. Paraello contamos con la colaboracin siempre solcita de nuestrosdocentes y de amigos del exterior, que le roban tiempo a sus ml-tiples ocupaciones para alcanzarnos sus reflexiones con la segu-ridad de participar en una empresa de largo alcance intelectual.Vaya por ello nuestro agradecimiento a las nuevas colaboracio-nes de Bernardo Kliksberg, Marco Kamiya y Rosa Duarte, quedesde Washington, Tokio y Zaragoza, respectivamente, se suman aesta tarea universitaria.

    En esta labor, no podemos dejar de expresar nuestro reco-nocimiento al apoyo encontrado en la Comisin de Reorganiza-cin de nuestra Universidad, en la persona del Dr. Manuel Pare-des Manrique, Rector de esta Casa de Estudios, y en el ConsejoSuperior de Investigaciones que dirige el Dr. Felipe San MartnHoward.

    Ciudad Universitaria, Diciembre de 1999.

    Dr. HUGO LEZAMA COCA Decano

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    TEMA CENTRALSE AGOT EL NEOLIBERALISMO?

    Francisco GOYA: Grande hazaa Con muertos!

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    En los aos cincuenta, se pensabaque la expansin del crecimientoeconmico era suficiente parapropiciar el desarrollo econmico y so-cial. En esos aos, el modelo de desa-rrollo predominante en la regin se bas,fundamentalmente, en los procesos deindustrializacin por sustitucin de im-portaciones, que exigan un mercado in-terno amplio y dinmico. Los problemasde la pobreza y la exclusin social noeran vistos como fenmenos marginaleso individuales, sino como parte de unproblema estructural ligado al subdesa-rrollo. Por esa misma razn, no haban

    polticas especficas contra la pobreza.El problema era cmo generar empleosy lograr una distribucin ms equitativadel ingreso.

    Dadas las desigualdades socialesy econmicas, la constitucin del mer-cado interno dependa principalmente delpapel que jugara el Estado como elemen-to incentivador y regulador. En conse-cuencia, el Estado se convirti en un fac-tor de primera importancia de la activi-dad econmica, lo que lo llev a asumirfunciones empresariales: en la produc-cin, la comercializacin, en el mercado

    COMBATE A LA POBREZAEN LAS LTIMAS DCADASDe vuelta repensar los problemas

    del desarrollo?

    HUMBERTO CAMPODNICO SNCHEZ*

    RESUMENEl autor analiza el fracaso de las reformas estructurales de pri-

    mera generacin del Consenso de Washington y la tendencia a la forma-cin de un nuevo consenso que integra las polticas econmicas y socia-les en el enfoque del desarrollo.

    * Magister en Economa, graduado en la Universidad de Pars I. Profesor Princi-

    pal de la Facultad de Ciencias Econmicas de la UNMSM y Director de la Unidadde Post Grado. E-Mail: [email protected]

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    financiero, y en la prestacin de servi-cios sociales.

    Entre 1950 y 1980 la economade Amrica Latina creci a una tasa pro-medio de 5,5% al ao1. El Producto In-terno Bruto de Amrica Latina en 1980quintuplic el nivel alcanzado en 1950 yestuvo asociado a niveles comparativa-mente altos de inversin y a tasas relati-vamente crecientes de uso de la capaci-dad productiva. Todo el esquema querespaldaba este modelo (subsidios, con-trol de precios, asistencia social) funcio-n mientras existieron recursos externose internos que lo sustentaron.

    En el campo social los resultadosdemostraron, en primer lugar, que elgoteo generado por el crecimientoeconmico se daba en pequeas canti-dades. En segundo lugar, se verific que,al contrario de lo que se crea, el creci-miento en muchos casos vena acompa-ado de niveles crecientes de pobreza,ya sea por el deterioro en la distribucindel ingreso, por los altos niveles de des-empleo, o por el aumento en la desigual-dad social.

    A pesar de estos problemas, esimportante recalcar que en las dcadasprevias a 1980, lo econmico y losocial formaban una unidad. Ambosaspectos eran complementarios y se afir-m que poner la atencin en uno y des-cuidar el otro conduce inevitablementeal fracaso e incluso al desastre2. Laleccin principal fue que las polticas

    econmicas y sociales deben ser parteintegral de una estrategia de desarrolloque busque alcanzar un crecimiento sos-tenido junto con el desarrollo del bien-estar social.

    La situacin econmica se revir-ti bruscamente al iniciarse el deceniodel ochenta. Amrica Latina enfrent unaprofunda crisis originada principalmentepor la considerable deuda externa quese acumul en la dcada de los setenta,y en el deterioro de los mercados inter-nacionales, comerciales y financieros enlos cuales operaba. La abrupta reduc-cin de las fuentes de financiamientoexterno bancario, el alza de las tasas deinters y el deterioro de los trminosdel intercambio, entre otras, fueron lascausas determinantes de un bajo nivelde actividad econmica desde comien-zos de la dcada de los ochenta3.

    La crisis redujo el campo de ac-cin del Estado debido a la disminucinde recursos y a la prdida de legitimidadpor los bajos rendimientos de su accin.La gravedad de la situacin motiv quecomenzara a imponerse una visin dis-tinta a la anterior, la misma que cuestio-naba toda la orientacin del modelo pre-vio.

    En la dcada del 90, el Consensode Washington4 se impuso ampliamen-te, planteando que los problemas de laregin tenan, fundamentalmente, un ori-gen interno. Haba que dejar de lado elmodelo de industrializacin por sustitu-

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    cin de importaciones y encaminarse porlas sendas de las reformas estructuralesde contenido neoliberal. En casi todoslos pases se aplicaron las polticas deajuste estructural: liberalizacin ydesregu-lacin de los diferentes merca-dos (financiero, monetario, comercial,laboral, de tierras, de sistemas de pen-siones, etc.), as como el retiro del Esta-do de toda actividad empresarial,procedindose a la privatizacin de lasempresas pblicas. El Consenso de Was-hington se convirti en el nuevo senti-do comn de la regin y fue adoptadocomo doctrina propia por un amplio aba-nico de actores: gobiernos, empresarios,banqueros e, incluso, vastos sectores dela poblacin.

    Las reformas estructurales tienencomo objetivo cambiar las reglas de jue-go en las que operaba la economa y darpaso al libre juego de la oferta y la de-manda, para que sta asigne los recur-sos y determine los precios. Asimismola poltica se orientaba a redefinir el pa-pel econmico del Estado, y por lo tan-to a establecer una nueva relacin entreste y la sociedad. Con estas reformasse regresa al esquema de crecimiento pri-mero, distribucin despus; detener lainflacin primero, crear empleo despus;liberalizar el comercio primero, indus-trializar despus5.

    La idea que subyace es que unavez producidos los cambios en las re-glas de juego, habr crecimiento, inver-sin y empleo. Por esta razn, en los

    primeros aos de aplicacin de los prs-tamos de ajuste estructural, el nfasisestaba en la estabilizacin y/o en el ajus-te; poco caso se hizo al crecimiento y alos sectores sociales. Menos an al ali-vio de la pobreza. Se pensaba entoncesque la transicin hacia el crecimientoera dolorosa, pero inevitable y corta.

    Pareca, entonces, que todo esta-ba dicho. Las reformas neoliberales seconvertan en las herramientas que per-mitan lograr las metas de crecimientosostenido. Los partidarios de estas pol-ticas, entre ellos el FMI, el Banco Mun-dial y el BID, afirmaban que si bien enun primer momento, estas polticas ten-deran a concentrar los beneficios delcrecimiento econmico en los sectorespudientes, la mano invisible del merca-do, dejada en piloto automtico, haraque, poco a poco, se produzca el cho-rreo (en ingls, trickle down) para lasclases medias y la poblacin pobre.

    La aplicacin de estas polticas enAmrica Latina llev a que, en el pero-do 1991-98, la tasa promedio anual decrecimiento del PBI fuera 3,3%,6 encomparacin con el magro 1 % del pe-rodo 1981-1990. De otro lado, la infla-cin disminuy notablemente, pasandode 200% en 1991 a 10,2% en 1998, ci-fra antes no realizada en la regin. Otrosindicadores macroeconmicos tambinmejoraron, entre ellos, los equilibrios fis-cales, los supervits de la Balanza dePagos (a pesar de los dficits de cuentacorriente), las masivas entradas de capi-

    COMBATE A LA POBREZA EN LAS LTIMAS DCADAS

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    tal extranjero, tanto de corto como delargo plazo, en buena medida provenien-te de las privatizaciones.

    EL ENFOQUE DE LA POBREZAEN LOS 80 Y 90

    En la dcada del 80, la concep-cin del Banco Mundial fue la siguiente:una vez que se logre la meta establecida- el crecimiento - los problemas de lapobreza se vern solucionados, ya qe elcrecimiento debiera generar en el me-diano y largo plazo un chorreo que be-neficiara a los sectores pobres. Mien-tras tanto, se plantean algunos mecanis-mos de compensacin. Por esta razn,en los primeros aos, los Programas deAjuste Estructural priorizan la solucinde los problemas macroeconmicos dela economa, sin considerar el tema dela pobreza.

    Los prstamos de ajusteestructural que tienen por objetoayudar a los pases en desarro-llo en los procesos de reformainstitucional y de las polticas,se orientan a los principales pro-blemas macroeconmicos y a im-portantes cuestiones sectoria-les[...] su meta fundamental esel alivio de las limitaciones con-cretas en la economa y la solu-cin de los problemas de polti-ca relacionados con esta limita-ciones (Banco Mundial, Infor-me Anual 1985, p. 23).

    De otro lado, en el Informe Anual1987 del Banco Mundial, podemos apre-ciar un cambio de actitud sustancial res-pecto a aos anteriores. Se comienza aaceptar que: el ajuste ha resultado serun proceso ms largo que lo que se ha-ba previsto originalmente.

    Por ello, se propone que el Ban-co haga mayor cantidad de anlisis delos efectos sociales del ajuste, y que porotro lado ayude a los gobiernos a for-mular programas que en la medidade lo posible, protejan a los pobres, es-pecialmente mediante un aumento de laeficacia de los gastos sociales y una me-jor orientacin de stos hacia grupos es-pecficos (...). Adems, se deben abor-dar problemas relativos a la pobreza enel contexto de ajuste, apoyando pro-gramas compensatorios de nutricin yempleo para los pobres.7

    A pesar de la preocupacin por elcosto social, la preocupacin por el ali-vio de la pobreza se inscribe dentro deesta visin; se plantea una ayuda a lossectores ms afectados por los efectosdel ajuste. No hay una posicin de ayu-da a la pobreza como problema estruc-tural de algunas regiones. Por ello, laPoltica Social se entiende como un gru-po de medidas compensatorias oasistenciales, cuyo objetivo es minimi-zar los costos sociales del ajuste estruc-tural.

    En el Informe de 1988 se avanzahacia una concepcin ms integral del

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    desarrollo sostenido que ha venidopropugnando el Banco y se acepta lanecesidad de asumir una responsabilidadfrente a la pobreza creciente en los pa-ses en desarrollo. Evidentemente el Ban-co no deja de lado la importancia delajuste estructural para lograr un desa-rrollo sostenido: la necesidad de prs-tamos para ajuste no ha disminuido (p.67). Sin embargo, la idea de que estedesarrollo va a permitir que en el largoplazo los pobres se beneficien de los fru-tos de ese crecimiento ha dejado de serel sustento del Banco.

    De este modo, se plantea la nece-sidad de proponer medidas conjuntaspara atacar la pobreza. Por ello se afir-ma: En vista de la necesidad de em-

    prender programas de ajuste, es parti-cularmente importante tomar medidasparalelas para proteger a los po-bres....8. Debido a que el crecimientono basta para aliviar la pobreza, hay quepreparar cuidadosamente programas ypolticas que permitan orientar los bene-ficios del crecimiento hacia el gran n-mero de pobres que viven en los pasesen desarrollo...9.

    A pesar de estas nuevas preocu-paciones, el BM considera que el ajusteestructural sigue siendo su principal ob-jetivo y los efectos de las medidas queimplica el ajuste siguen siendo conside-radas inevitables. El Banco no cues-tiona en ningn momento las limitacio-nes ni las implicancias del modelo; no se

    Cerro de Pasco (Foto: Juan C. Guzmn)

    COMBATE A LA POBREZA EN LAS LTIMAS DCADAS

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    cuestiona, tampoco, que los costos sondemasiado altos en muchos casos. Enfin de cuentas slo propone ayudaspara poder llevar a cabo, sin mayoresproblemas el ajuste estructural: El cos-to de la transicin es, por lo menosglobalmente, inevitable en su mayor par-te. La crisis econmica obliga a algunaforma de ajuste[...] (y) en el caso delajuste oportuno y bien planeado, predo-minan por sobre el costo inevitable losbeneficios a largo plazo del crecimiento[...] (Sin embargo) para atenuar las pe-nurias inmediatas, hay que reorientar elgasto social hacia los pobres, en la me-dida de lo posible...10.

    En la dcada del 90, el BancoMundial formula sucesivos retoques alos planteamientos primigenios de lasreformas estructurales, que slo toma-ban en cuenta el plano econmico. Pre-ocupado por la agudizacin de la pobre-za y el escaso chorreo de los beneficioseconmicos a la poblacin pobre, apa-rece el planteamiento de que la pobrezatiene que ser combatida con polticasespecficas, las que son planteadas ensu Informe sobre el Desarrollo Mundialde ese ao, titulado La Pobreza: El pre-sente informe trata [...] de la cuestinfundamental del desarrollo econmico,a saber, la erradicacin de la pobreza dela Tierra. La disminucin de la po-breza es el objetivo fundamental del de-sarrollo econmico. 11

    Podemos entender claramente deltexto anterior que para el Banco Mun-

    dial el problema de la erradicacin de lapobreza ha pasado a ser en estos aos,un punto de primordial importancia ensu agenda. Esto se debe a varias razo-nes. En primer lugar est la propia cons-tatacin que el Banco realiza en los pa-ses en desarrollo: para millones de per-sonas (en la dcada del ochenta) el pa-norama fue muy desolador,[...] muchospases en desarrollo experimentaron unareduccin de sus ingresos en trminosabsolutos, el nivel de vida de millones[...] es ahora mucho ms bajo que alcomenzar el decenio del 70[...] las vidasde los ms pobres han seguido siendomiserables, al tiempo que en otras re-giones en desarrollo los ingresos aumen-taban.12

    El Banco acepta que la dcada delochenta fue una dcada perdida paramuchos de los pases en desarrollo y enespecial para Amrica Latina. Por otrolado, el Banco sigue enfrentndose a lascrticas que desde diversos sectores secontinan haciendo a los programas deajuste estructural13.

    Por estas razones, el tema centraldel Informe es la lucha contra la pobre-za. Segn el Informe la pobreza est de-terminada bsicamente por dos factoresque son comunes en la mayora de so-ciedades: limitado acceso a las oportuni-dades de obtencin de ingresos y pocacapacidad para aprovechar tales oportu-nidades cuando se presentan. Alrededorde estos dos factores justamente, gira laprimera parte de la estrategia planteada.

    HUMBERTO CAMPODNICO SNCHEZ

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    La segunda parte se basa en la constata-cin de que los gastos en educacin, sa-lud y nutricin constituyen una impor-tante inversin para los pases.

    De este modo se plantea como al-ternativa para los pases en desarrollo,llevar a cabo una estrategia de desarro-llo que incorpora dos elementos funda-mentales. El primero consiste en la ne-cesidad de aplicar un modelo de creci-miento que incorpore productiva y ma-sivamente a los pobres, permitiendo questos hagan uso del bien que poseen enabundancia: su trabajo. Es decir, es ne-cesaria una estrategia de desarrollo deamplia base que genere oportunidadesde empleo para los pobres. El otro ele-mento fundamental es asegurar a lospobres el acceso a los servicios bsicosde educacin, salud, nutricin, y otrosservicios que les permitan mejorar sucapital humano y de este modo estar enmejores condiciones para aprovechar lasnuevas oportunidades de empleo. Ade-ms de estos dos elementos, se necesi-tan tambin transferencias y redes de se-guridad que protejan a aquellos que nopueden beneficiarse de las mayores opor-tunidades.

    Los pases que ms xitohan tenido en su lucha contra lapobreza han propugnado un mo-delo de crecimiento que com-prende el uso eficiente de lamano de obra y han invertido enel capital humano de los pobres.Este enfoque en dos partes cons-

    tituye la estrategia bsica que sepropone en este Informe para re-ducir la pobreza. Ambos elemen-tos son esenciales14.

    A partir de la publicacin de esteInforme, el Banco comienza a desarro-llar una serie de instrumentos que, des-de su perspectiva, le van a permitir apli-car su estrategia de lucha contra la po-breza de manera exitosa.

    En 1993, el Banco Mundial pu-blica el libro El milagro del Este Asiti-co, donde se afirma que en esa reginha habido una rara combinacin de po-lticas ortodoxas y revisionistas (queimplican una importante intervencin delEstado en la economa). Pero, funda-mentalmente, la leccin que obtiene elBanco se refiere a la necesidad de im-pulsar el desarrollo del capital humano,definido como los activos de los pobresen el plano de la educacin y la salud.

    Por ello, el Banco Mundial vol-vi a variar su enfoque, planteando queno eran suficientes los prstamos de pri-mera generacin y los prstamos paradesarrollo del capital humano. Haba quecomplementarlos con los llamados prs-tamos de segunda generacin. Pero an-tes de analizarlos, veamos la evolucinde la pobreza y la distribucin del ingre-so en la dcada del 90.

    COMBATE A LA POBREZA EN LAS LTIMAS DCADAS

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    CUANDO SE CRECI, CASI NODISMINUY LA POBREZA

    El crecimiento econmico expe-rimentado en el perodo 1990-97, hacontribuido muy poco a la erradicacinde la pobreza en Amrica Latina y el

    Per. Como se aprecia en el Grfico 1,si bien los niveles totales de pobreza (po-bres e indigentes, urbanos y rurales) ba-jaron de 41 a 36% de 1990 a 1997, enninguno de los casos se ha llegado a losniveles de 1980, previos al inicio de ladcada perdida15.

    La preocupacin se agrava cuan-do se aprecian las cifras sobre la distri-bucin del ingreso. El Grfico 2 mues-tra clculos recientes del FMI sobre laevolucin del coeficiente de Gini (a co-eficiente ms alto, peor es la distribu-cin del ingreso) en distintas regiones delmundo. Amrica Latina tiene el vergon-zoso privilegio de encabezar la desigual-dad en todo el mundo, la misma que,tercamente, se mantiene en niveles del50%, tanto cuando se aplicaban las po-lticas de industrializacin por sustitucin

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    Grfico 1AMRICA LATINA: EVOLUCIN DE LA POBREZA

    Y DE LA INDIGENCIA: 1984-1997

    Fuente: CEPAL, Panorama Social de Amrica Latina, 1999.

    de importaciones como las polticasneoliberales. Como conclusin ms ge-neral, se puede decir que la desigualdaden el mundo se mantiene, aunque se notaalguna mejora en los pases asiticos.

    No se conocen an las cifras so-bre evolucin de la pobreza y la des-igualdad de la distribucin en el ingresopara 1998 y 1999, aos en que la crisiseconmica ha golpeado fuertemente alos pases de la regin, empujando a losgobiernos a tomar medidas de austeri-

    HUMBERTO CAMPODNICO SNCHEZ

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    dad que, en muchos casos, han reduci-do los gastos sociales. En el recuadro,mostramos algunas estadsticas sobre elimpacto de la crisis econmica en algu-nos pases asiticos y en Amrica Lati-na.

    EL MODELO DE COMBATE A LAPOBREZA EST EN CUESTIN

    Durante mucho tiempo se pensque el crecimiento econmico llevara auna situacin generalizada de bienestar.Mientras tanto, bastaba con poner enmarcha programas focalizados y transi-torios de lucha contra la pobreza, dirigi-dos a los sectores ms pobres afectadospor las polticas de ajuste estructural16.

    Los enfoques predominantes has-ta no hace mucho tiempo daban por su-puesto que todo tipo de crecimiento erauna condicin sine qua non para la dis-minucin de la pobreza. Despus de msde una dcada de reformas econmicas

    en la regin, si bien, hasta antes de lacrisis financiera (Sudeste Asitico, Ru-sia y Brasil), el balance result favora-ble en trminos macroeconmicos (equi-librio fiscal, control de la inflacin) ascomo de tasas de crecimiento significa-tivas, no sucede lo mismo en los resul-tados de la lucha contra la pobreza y ladisminucin de la desigualdad.

    No obstante que los programassociales de corte focalizado han concen-trado sus recursos en los segmentos mspobres, su impacto no ha sido muy alen-tador en trminos de reduccin de losniveles de pobreza y de mejoramientode la inequidad. En ese sentido, el en-foque que privilegi la poltica social,disociada de la poltica econmica, noaparece muy convincente. Adems delas interrelaciones entre la poltica eco-nmica con la poltica social, parece serque el tipo o estilo de crecimiento eco-nmico s importa en trminos de sueficacia para disminuir la pobreza. Se

    Grfico 2

    1960s 1970s 1980's 1990'sAmrica Latina y el Caribe 53.2 49.1 49.8 49.3Africa Sub-Sahara 49.9 48.2 43.5 47.0Medio Oriente y Africa del Norte 41.4 41.9 40.5 38.0Este Asitico y Pacfico 37.4 39.9 38.7 38.1Asia Sur 36.2 34 35.0 31.9OCDE - Pases de Altos Ingresos 35 34.8 33.2 33.8Europa Oriental 25.1 24.6 25.0 28.9

    Fuente: FMI, Staff Country Report, 1999.

    Comparacin Internacional de la Desigualdad(coeficientes Gini promedio x 100)

    COMBATE A LA POBREZA EN LAS LTIMAS DCADAS

  • 16 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    1998-1999: IMPACTO DE LA CRISISEN LA POBLACIN POBRE

    "En el Este Asitico, los estimados muestran que ms de 20 millones de perso-nas retornaron a la pobreza el ao pasado (1997). En estos pases, en el mejor de loscasos el crecimiento se detendr y ser inconstante por varios aos ms. Hoy, mientrashablamos de la crisis financiera, 17 millones de indonesios han vuelto a caer en la pobre-za y en toda la regin ms de un milln de nios no volvern a la escuela. Hoy, se estimaque el 40% de la poblacin rusa vive en situacin de pobreza. Hoy, en todo el mundo1 300 millones de personas viven con menos de 1 dlar al da; 3 000 millones viven condos dlares al da; 1 300 millones no tienen acceso al agua potable; 3 000 millones notienen servicios sanitarios; 2 000 millones no tienen acceso a la energa elctrica. Mien-tras aqu hablamos de crisis financieras, en Jakarta, Mosc, Africa SubSahara, en lasbarriadas de la India y en los "barrios" de Amrica Latina, el dolor humano de la pobrezanos envuelve" (James D. Wolfensohn, Presidente del Banco Mundial, The Other Crisis,octubre 1998).

    Para Amrica Latina, los indicadores sociales de los ltimos meses tambin sonadversos. As lo constata, una vez ms, James Wolfensohn: "La crisis financiera de losltimos aos fue un golpe a las expectativas que tenamos para reducir la pobreza. Esteno es un momento para complacernos, dijo el Presidente del Banco Mundial, JamesWolfensohn. En Amrica Latina, la tasa de crecimiento proyectada para el perodo 1997-2000 es de 0,4% anual, lo cual est bastante por debajo del 2,7% anual, necesaria parareducir en 50% el nmero de personas que viven con un dlar al da (Jornal do Brasil,3/6/99).

    En Argentina, ha aumentado la pobreza en Buenos Aires y el resto del pas:"Un trabajo del Instituto Nacional de Estadsticas y Censos (INDEC) sostiene

    que ms de 3 millones de habitantes de Buenos Aires y su popular periferia se encuen-tran bajo la lnea de pobreza, lo que equivale a un aumento del 63% desde octubre de1998. Segn el Banco Mundial, en Argentina hay 13 millones de habitantes que estnpor debajo de la lnea de indigencia, un tercio del total de la poblacin. La CEPAL indicen un informe divulgado por medios de empresa locales que Argentina figura entre lospases latinoamericanos donde la distribucin del ingreso empeor entre 1990 y 1997, apesar de la explosiva expansin econmica registrada durante esos aos" (Diario, Ges-tin, 7/6/99, Lima).

    En el caso de Brasil, la crisis ha vuelto a aumentar la pobreza:"Segn un informe del Banco Mundial, entre octubre de 1998 y enero de 1999,

    cerca del 50% de las personas que haban salido de la pobreza desde la aplicacin delPlan Real (1994), volvieron a caer en niveles de pobreza. El estimado es cuestionado porel gobierno de Brasil. Ello no obstante, es importante resaltar que el Banco Mundial,contraparte del paquete de ajuste de 1998, est sealando los efectos potenciales nega-tivos de la crisis reciente" (IBASE, Social Watch Brazil, mayo 1999, Ro de Janeiro).

    En Chile, la crisis ha provocado una fuerte recesin, aumentando el desempleo:"El desempleo en Chile alcanz al 8,7% de la PEA activa entre febrero y abril,

    alcanzando el mayor nivel de los ltimos 8 aos. Eso significa que 505 000 chilenos estnsin empleo, de acuerdo con los datos del INE. La PEA de Chile es de 5,3 millones depersonas. Entre febrero y abril del ao pasado la tasa era de 5,3%. En un ao se produjoel recorte de 200 000 puestos de trabajo" (Folha de Sao Paulo, 1/6/99).

    Fuente: Elaboracin propia en base a informacin periodstica.

    HUMBERTO CAMPODNICO SNCHEZ

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    ha llegado a identificar, para el caso pe-ruano, que el tipo de crecimiento menosfavorable a la pobreza es el primarioexportador. A esta misma conclusin seha llegado analizando la experiencia depases de Asia.

    Tambin se afirma, en contrapo-sicin a lo que se sostiene a partir de lacurva de Kuznets, que no es el creci-miento econmico el que afecta la dis-tribucin, sino que es la distribucindel ingreso la que afecta el crecimien-to. En la medida que exista una mayordesigualdad se retarda el crecimiento eco-nmico y al hacerlo se disminuye su im-pacto sobre la disminucin de la pobre-za. En sentido inverso, a partir de la ex-periencia del Sudeste Asitico, sealanque sociedades con una distribucin msequitativa del ingreso tienen un creci-miento econmico ms acelerado y, con-secuentemente, una mayor disminucinde la pobreza.

    Es el momento, pues, de evaluary analizar las interrelaciones que existenentre los niveles de pobreza, poltica so-cial y poltica econmica. Es decir, culde estas ltimas es la que mejor explicala reduccin de los niveles de pobrezaen los ltimos aos ? La pregunta resul-ta relevante en la lgica de una mejororientacin de la poltica social, ya quesi el crecimiento econmico es la varia-ble con mayor significado en la dismi-nucin de la pobreza, podra resultar mseficiente concentrar el gasto social en lareversin de las Necesidades Bsicas In-

    satisfechas (NBI) y en la formacin decapital humano (salud, conocimiento, ac-ceso al crdito, a la propiedad de la tie-rra). A su vez, dada la no-neutralidaddel crecimiento econmico sobre la can-tidad y calidad de empleo generado, laexploracin de sus interrelaciones per-mitira precisar mejor el tipo de cre-cimiento econmico, ms compatible conuna estrategia de reduccin de la pobre-za como la esbozada: poltica social dedesarrollo.

    LA SOLUCIN: LAS REFOR-MAS DE SEGUNDA GENERA-CIN?

    Tras la crisis asitica, rusa y bra-silea, se ha abierto una discusin bas-tante crtica sobre los paradigmas deldesarrollo, rompindose as una etapa enla cual el planteamiento de las reformasneoliberales monopolizaba el escenario,imponindose prcticamente como pen-samiento nico.

    Es curioso que muchos de losplanteamientos ms radicales provengande las mismas instituciones que adhirie-ron hasta hace poco a las recetasneoliberales ms ortodoxas, como es elcaso del Banco Mundial. De su lado, elSecretario del Tesoro de Estados Uni-dos, Lawrence Summers, tambin hacriticado fuertemente las polticas deajuste estructural del Consenso de Wa-shington, por haberse centrado demasia-do en el control de la inflacin y en elrol de la empresa privada, descuidando

    COMBATE A LA POBREZA EN LAS LTIMAS DCADAS

  • 18 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    factores como el rol del Estado, el fun-cionamiento efectivo de las organizacio-nes y las redes sociales y la preserva-cin del capital social17.

    La constatacin de que las refor-mas de primera generacin no han dadoresultado ha motivado que los organis-mos internacionales tomen distancia conrespecto a las polticas que ellos mismosimpulsaron. As lo expresa claramenteeste documento de 1998: La expectati-va no era slo que la globalizacin y lasreformas de primera generacin aumen-taran el crecimiento econmico, sino quetambin redujeran significativamente lapobreza y la desigualdad. Los flujos decapital y el crecimiento de las exporta-ciones deban promover el desarrollo de

    los sectores intensivos en trabajo. Estono ha ocurrido. Las reformas han pro-ducido una disminucin en los nivelesde pobreza, pero sta parece habersedebido al declive de la inflacin y a losmodestos niveles de crecimiento, antesque a las consecuencias distributivas dela liberalizacin comercial y financiera(Banco Mundial, 1998: Ms all del Con-senso de Washington, las institucioness importan, Washington, D.C., 1998.).

    Ahora la nueva propuesta se lla-ma reformas de segunda generacin oConsenso de Santiago (debido a que enla capital chilena se plasm). Las refor-mas de segunda generacin tienen comomarco terico a la nueva economainstitucional. Dice el Banco Mundial:

    Cerro de Pasco (Foto: Juan C. Guzmn)

    HUMBERTO CAMPODNICO SNCHEZ

  • UNMSM 19

    Existe una nueva demanda por refor-mas institucionales, las que consisten en:Mejorar la calidad de las inversiones endesarrollo humano, promover el desa-rrollo coherente de los mercados finan-cieros, mejorar el marco regulatorio ylegal (en particular la desregulacin delos mercados laborales y el mejoramientode la regulacin para la inversin priva-da en infraestructura y servicios socia-les), mejorar la calidad del sector pbli-co (incluyendo el poder judicial) y con-solidar los avances de la estabilidadmacroeconmica a travs del refuerzodel sector fiscal (Banco Mundial: Msall del Consenso de Washington, op.cit).

    Desde nuestro punto de vista, lasreformas de segunda generacin son muyimportantes, pero no resuelven el pro-blema central porque no cuestionan as-pectos claves de las reformas de prime-ra generacin, que son, justamente, lasque han llevado a que el crecimiento eco-nmico tenga bases precarias e inesta-bles, resultantes, de un lado, de las nue-vas formas de relacionamiento con losmercados financieros internacionales y,de otro, de los propios efectos negativosque las reformas han tenido en nuestraseconomas, tanto desde el punto de vis-ta del impulso de un modelo primarioexportador, como desde su poca capaci-dad de generacin de empleo y reduc-cin de la pobreza.

    EL FIN DE LAS CERTEZASABSOLUTAS

    Despus de ms de 15 aos depuesta en marcha de las reformas es-tructurales en la regin, se constata quelas reformas de primera generacin delConsenso de Washington han fracasadoy que ahora los enfoques sobre el desa-rrollo tienden a la integracin de las po-lticas econmicas y sociales18.

    Se comienza a formar un nuevoconsenso el cual parte de la premisa queno hay un solo modelo econmico y queno existen las certezas absolutas que ca-racterizaron las propuestas en la dcadadel 90. Por ejemplo, se cuestiona que elcrecimiento sea condicin sine qua nonpara llevar a cabo un adecuado combatecontra la pobreza, pues en algunos pa-ses se constata un crecimiento empobre-cedor. Asimismo, nuevos enfoques afir-man que es necesaria una redistribucindel ingreso para lograr un crecimientosostenido (y no al revs, como afirmanmuchos economistas ortodoxos). Estnen cuestin, tambin, los resultados delas polticas de focalizacin, pues enmuchos pases su aplicacin no ha teni-do incidencia importante en la reduccinde la pobreza.

    El Banco Mundial ha lanzado unanueva propuesta, en enero de 1999, atravs de su Presidente, James Wolfen-sohn, llamada Marco Integral de Desa-rrollo. Se afirma que deben considerar-se los aspectos macroeconmicos y fi-

    COMBATE A LA POBREZA EN LAS LTIMAS DCADAS

  • 20 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    nancieros, conjuntamente con los estruc-turales, sociales y humanos. La integra-cin de cada uno de estos temas esimperante a nivel nacional y de los agen-tes mundiales. La propuesta consideraque un mal paso en el mbito de lamacroeconoma puede tener consecuen-cias nefastas para los aspectos estructu-rales, sociales y humanos. Adems, eldespilfarro y el gasto desenfrenado, queno toman en cuenta la restriccin de re-cursos ni la poltica fiscal y monetaria,tambin pueden tener terribles conse-cuencias. Esta propuesta se est imple-mentando como Plan Piloto en seis pa-ses, entre los cuales figura Bolivia.

    Como se aprecia, en Washingtonya no existe el mismo consenso que an-tes. Esto brinda grandes oportunidadespara avanzar con propuestas alternati-vas. Pero, en Amrica Latina, todavano nos hemos dado cuenta. No solo eso,en el caso peruano, cualquier tentativade plantear polticas econmicas alter-nativas es rpidamente motejada de po-pulista por los fundamentalistas delmercado. Y, en la mayora de los casos,los economistas y los polticos de opo-sicin retroceden tmidamente ante lasola posibilidad de desviarse de la lneacorrecta implantada en 1990.

    Ello no obstante, es claro que es-tas polticas han sido incapaces de solu-cionar la pobreza. Y ello debe decirse.Se viene el momento de nuevas iniciati-vas y alternativas, siempre y cuandohaya quien pueda y desee formularlas.

    Deben explorarse, en mayor me-dida, por ejemplo, polticas que impul-sen el empleo no precario, principalmenteen los sectores que generan mayor valoragregado, fortaleciendo el ahorro inter-no y promoviendo el crecimiento de sec-tores como la industria, la agroindustriay la agricultura, sin dejar de lado la ex-plotacin de los recursos naturales.

    Nada tienen que ver la formula-cin de estas polticas con un retorno apolticas irresponsables que alientan losdficits pblicos y los desequilibriosmacroeconmicos. Quienes desean man-tener inamovible el actual esquema depolticas econmicas, parecen no verms all de planteamientos tericos cuan-do, ante los ojos de toda la poblacin,se aprecia la recesin econmica y la vir-tual quiebra financiera causada por laspolticas econmicas que se han aplica-do en la regin en los ltimos aos. Entodo caso, ante el fin de las certezas dog-mticas, se abren rutas para el cambioen el nuevo milenio, para volver a pen-sar en las polticas de desarrollo econ-mico y social.

    HUMBERTO CAMPODNICO SNCHEZ

  • UNMSM 21

    1 Ricardo Ffrench-Davis (1999): Reformar las

    reformas, CIEPLAN-CEPAL, Santiago.2 Banco Interamericano de Desarrollo (BID):

    Social tension and social reform: Towardbalanced economic, financial and socialpolicies in Latin America. Dic,1994.

    3 R.Devlin y R.Ffrench-Davis: Diez aos de la

    crisis de la deuda Latinoamericana, Comer-cio exterior, Vol.43. Enero,1993.

    4 En 1990 se reunieron en Washington un con-

    junto de representantes de gobiernos, de agen-cias internacionales, as como miembros dethink tanks y comunidades acadmicas enuna conferencia auspiciada por el InstitutoEconmico Internacional para evaluar elprogreso alcanzado en Amrica Latina en lapromocin de reformas de poltica econmi-ca despus de la crisis de la deuda externa.Como conclusin, John Williamson escribique Washington (entendido como los asis-tentes a la Conferencia), haba alcanzado unimportante nivel de consenso alrededor de10 instrumentos de poltica (Banco Mundial:Ms all del Consenso de Washington: Lasinstituciones s importan, 1998).

    5 Op. cit.

    6 Este crecimiento, sin embargo, es bastante in-

    ferior al 5,5% promedio anual del perodo1950-80.

    7 Banco Mundial: Op.cit. Pag.17

    8 Banco Mundial: Informe Anual 1988. Pag.42

    9 Banco Mundial: Op.cit. Pag.42

    10 Banco Mundial: Op.cit. Pag.71

    11 Banco Mundial (1990b) : Informe sobre el

    desarrollo Mundial 1990: La Pobreza(Pags. 7, 27)

    12 Ibid. Pag.7

    13 Las crticas que influyeron fuertemente en los

    planteamientos del Banco Mundial fueron: Elajuste con rostro humano, de UNICEF, 1987;El Marco Alternativo Africano, de la Comi-sin Econmica para Africa, de NacionesUnidas, 1990; Los Informes sobre el Desa-rrollo Humano, del PNUD; las crticas de laOECF del Japn (dcada del 90) y crticas

    provenientes del propio Banco, como el In-forme Wappen-hans, en 1992.

    14 Banco Mundial: Op.cit.pag.8

    15 En China, de 1975 a 1995, la pobreza descen-

    di de 59 a 22%; en Tailandia, Indo-nesia,Malasia y Filipinas, las cifras fueron de 8 y 1,64 y 11, 17 y 4, 35 y 25, respectivamente (Ban-co Mundial, Social consequences of the Asiancrisis, 1998). Estas cifras indican una ampliageneralizacin de los beneficios del crecimien-to econmico.

    16 La mayor parte de la informacin de este

    acpite proviene de Gamero, Julio (1999):Poltica econmica y poltica social. Dela compensacin al desarrollo: de la sepa-racin a la integracin de polticas, po-nencia presentada al Encuentro de Coope-racin Internacional: Amrica Latina al2000, 1 y 2 de diciembre de 1999, Lima.

    17 Sin embargo, la crtica radical a estas pol-

    ticas no ha llevado a que se formulen y con-creten nuevas polticas operativas. La bre-cha entre la retrica y la prctica es tremen-da.

    18 El ltimo informe del Banco Mundial dice:

    Cincuenta aos de experiencia en el de-sarrollo nos han dejado cuatro lecciones.Primero, la estabilidad macroeconmica esun prerequisito esencial para alcanzar elcrecimiento que necesita el desarrollo. Se-gundo, el crecimiento no chorrea; el desa-rrollo debe encarar directamente las nece-sidades humanas. Tercero, no existe una po-ltica nica que impulse el desarrollo; senecesita un marco integral de desarrollo.Cuarto, las instituciones son importantes;el desarrollo sostenible debiera estarenraizado en procesos socialmente inclu-sivos y que den respuesta a circunstanciascambiantes (Banco Mundial, Informe sobreel Desarrollo Mundial, 1999).

    COMBATE A LA POBREZA EN LAS LTIMAS DCADAS

    NOTAS

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    EL LIBERALISMO MODERNO

    Cuando naci el capitalismo, hacia el siglo XVI, lo hizo a travsde fuertes tensiones con los go-biernos locales que no le guardaban sim-patas, y con las corporacionesartesanales, que no queran aceptar sufalta de normatividad. Estas desavenen-cias iniciales las resolvieron unos y otroshaciendo que las plantas manufacture-ras, que acunaron al nuevo sistema,florecieran en los extramuros de las ciu-dades, amparadas por un liberalismo queles dio fuerza y calor.

    Pero, precisamente ese liberalis-mo hizo que las condiciones en que lostrabajadores operaban en esos centros

    laborales fueran cada vez peores. Tan-to, que a comienzos del siglo XIX lascondiciones de vida y de trabajo de losobreros de Inglaterra y Europa eran es-pantosamente intolerables. Un estudiosobre las mismas fue escrito por Federi-co Engels, quien utiliz, para los efec-tos, tanto informes oficiales como ver-siones personales de la poca. Pero esasituacin, con ser tan mala, se fue agra-vando ms todava en funcin de unanorma de comportamiento del sistemacapitalista, segn la cual para que lasempresas prosperen hay que reducir lossalarios en beneficio de la acumulacin.Pero, como por entonces el nmero deobreros aumentaba, al tiempo que me-joraba su organizacin gremial y polti-ca, el resultado de ese proceso fue que

    LOS AVATARES DELNEOLIBERALISMO

    VIRGILIO ROEL PINEDA *

    RESUMENEl autor analiza las caractersticas del liberalismo moderno y en la

    post modernidad y el comportamiento del mercado en tiempos de lamultipolaridad.

    *Doctor en Ciencias Econmicas, Profesor Emrito y Director del Instituto deEstudios del Futuro de la UNMSM. E-Mail: [email protected]

  • 24 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    los conflictos sociales se hicieron cadavez ms agudos e inconciliables, al pun-to que, por ese entonces, Marx previla desaparicin del propio sistema, aho-gado por sus luchas intestinas.

    Ese cuadro fue la expresin de lasprimeras manifestaciones del liberalismoen que el sistema capitalista se desen-volvi y en el que, como lo hemos ano-tado, hubo enriquecimiento extremo, deun lado, y miseria enorme e irrevocable,de otro lado. Correlativamente, ese he-cho demostr tempranamente que el li-bre mercado laboral no es buen asignadorde los recursos econmicos, porque fa-vorece al poderoso en desmedro del d-bil, sin que en este despeadero hayatrmino posible, salvo la propia destruc-cin del mismo sistema. Y eso es preci-samente lo que estaba previsto le ocu-rrira al capitalismo, alrededor del lti-mo tercio del siglo pasado, en queBismark (el canciller de hierro de Ale-mania) intervino y lo salv a travs de laaplicacin de una poltica estatal orien-tada a la redistribucin de los ingresos,por medio de la generalizacin del segu-ro social y de una legislacin laboralcrecientemente protectora del trabajo.Inmediatamente, esta poltica social seexpandi por los distintos pases, al con-juro de vastas luchas sociales que cu-brieron gran parte de la historia de lossiglos XIX y XX.

    Pero si en el mercado laboral elultraliberalismo conduce al desastre, enel plano de las transacciones mercanti-

    les tampoco tuvo un desempeo histri-camente bueno, por causa de la formaen que opera el sistema que lo sustenta,que es el capitalismo. En este plano ocu-rre que, como en el mercado compitenlas empresas, en el mismo unas pierdeny otras ganan, con el resultado de quelos ganadores ahogan a sus contrincan-tes, hacindose cada vez ms fuertes,con lo que el mercado tiende a ser sus-tituido por el monopolismo, es decir, porla desaparicin de la propia competen-cia. Es eso precisamente lo que fue ocu-rriendo en el ltimo tercio del siglo pa-sado, en que aparecen los carteles, lostrusts, los consorcios y, en general, losmonopolios que tienden a anular el mer-cado de competencia, en que inicialmen-te haban operado.

    Este claro comportamiento auto-destructivo provoc, nuevamente, la in-tervencin reguladora de los gobiernos,a travs de las leyes antimonoplicas quedesde EE.UU. hasta Europa se fuerondando para someter al liberalismo mer-cantil a reglas de comportamiento queimpidieran su propia liquidacin.

    Pero an con esas regulaciones elmercado de competencia no pudo ga-rantizar ni la estabilidad econmica, nila ocupacin, ni el empleo. Males stosque deban tener alguna forma de sali-da, a riesgo de que se produjera un co-lapso total del propio sistema. Este des-fogue fue, a comienzos de este siglo, elestallido de la Primera Guerra Mundial,que produjo una hecatombe en donde

    VIRGILIO ROEL PINEDA

  • UNMSM 25

    murieron decenas de millones de perso-nas, devastndose campos, ciudades einstalaciones. De esa inmensa destruc-cin naci una variante del sistema quefue el modelo sovitico, liderado porRusia, que se proclam contrario al sis-tema y, consecuentemente, procedi arestringir drsticamente el funcionamien-to del mercado, a un punto tal que pro-clam en su lugar la planificacin cen-tral del Estado.

    Pero el nuevo sistema no convir-ti la propiedad privada en social, sinoque, por su clara vocacin estatista, lapropiedad de las empresas las asumi laburocracia oficial que, de esta forma,devino en la detentadora del capital, conlo que en la Unin Sovitica se tuvo (deacuerdo con la propia definicin leninis-ta) un capitalismo de Estado, en cuyacspide se colocaron los dirigentes delpartido comunista y los gerentes de lasempresas ms importantes del pas. Enesas condiciones, las reglas del mercadofueron sustituidas por las transaccionesinterempresas y por la normatividad.

    En los pases no soviticos, encambio, cuando vino la paz, la situacinprcticamente volvi a las condicionespreblicas, en el sentido de que el siste-ma se reprodujo tal cual haba sido en elpasado, con la esperanza puesta en queel mercado hara que la prosperidad segeneralice, que la desocupacin tienda adesaparecer y que los precios se esta-bilicen en su punto de equilibrio. Perono ocurri as, porque frente a la pros-

    peridad de los unos, persisti y se acre-cent la desocupacin y la pobreza delos otros. As sucedi que los doradosaos veinte de este siglo terminaron enuna gigantesca crisis de todo el sistema,esta vez a nivel planetario. Esa tremen-da conmocin econmica empez en1929 y no se amain sino muchos aosms tarde.

    Como es lgico y comprensible,una quiebra como esa hizo que sereplanteara el propio funcionamiento delsistema capitalista y del libre mercadoque lo sustentaba. De ese replanteo na-ci la visin y la propuesta keynesiana,segn la cual el capitalismo es intrnse-camente desequilibrante y que, por tan-to, no puede asegurar ni la plena ocupa-cin, ni la estabilidad, ni el desarrollocontinuado. Siendo esto as, lo que co-rresponda hacer es que el Estado inter-viniera no slo para regular el mercadosino tambin para orientar racionalmen-te la economa, a fin de lograr el objeti-vo de la plena ocupacin, el desarrolloequilibrado y la estabilidad.

    As es que, como no haba otraalternativa viable para encarar la grancrisis de 1929-1933, los gobiernos tantode los Estados Unidos (con Roosevelt ala cabeza) como los de Europa aplica-ron formas diversas de keynesianismo,lo que permiti que el sistema volviera arevivir. Pero correlativamente ocurrique, en sus formas extremas, el modelokeynesiano tambin dio lugar a que sur-giera el nazismo, como una suerte de

    LOS AVATARES DEL NEOLIBERALISMO

  • 26 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    coalicin del gran capital con el Estado.Esta variante del sistema habra de pro-vocar la segunda hecatombe del siglo,cuando precipit el estallido de la segun-da gran conflagracin planetaria.

    Al terminar la Segunda GuerraMundial, los aliados (que haban derro-tado al sistema nazi-fascista) tomaronconciencia de que en la postguerra seprecisaba estructurar una economa re-gulada que atendiera los reclamos popu-lares y que emprendiera la construccinde un mundo prspero y equilibrado. Esese criterio el que presidi las reunionesde Bretton Woods, efectuadas en 1944;pero en la misma surgieron problemaspolticos de hegemona, con el resultadode que de inmediato hizo su aparicin labipolaridad entre los EE.UU y la URSS.

    En esa pugna bipolar EE.UU. pro-pici el funcionamiento de un mercadointernacional regulado, al tiempo que enAmrica Latina alent un keynesianismocepaliano, al que se le denomindesarrollismo. Correspondientemente,admiti la aplicacin de polticas protec-cionistas, debido a que eso beneficiabaa las filiales de las grandes corporacio-nes norteamericanas que empezaron aoperar en el interior de las economasde cada pas.

    Pero, mientras todo este procesoocurra en la superficie, en el interior delsistema se fueron produciendo enormesy sustantivos cambios originados por losnotables avances que iban ocurriendo en

    los campos de la ciencia y la tecnologa.Los pasos sucesivos de tales progresosno los examinaremos aqu, aunque s nosdetendremos algo en la cuestin de losefectos que dichos avances generaron enel plano de la organizacin y el funcio-namiento de la economa internacional.

    En principio, es de apuntar queesas formidables transformacionesinnovadoras tendieron a sustituir al tra-bajo en el campo de la produccin y tam-bin a reducir los procesos (con la claratendencia a que distintos procesos eco-nmicos devengan en uno solo). Asimis-mo, ellos dieron lugar a la sustitucin delos insumos materiales tradicionales porotros nuevos, a las comunicaciones prc-ticamente instantneas y precisas y a lamejora de los transportes (en cuanto avolmenes y velocidad). Y, como unasuerte de culminacin de esas transfor-maciones, ocurri que el manejo, con-trol y generacin de los nuevos conoci-mientos y tcnicas econmico-producti-vas se convirti en una de las fuentesdecisivas y primarias del poder. En elplano propiamente operativo, esos avan-ces no slo hicieron que la productivi-dad aumentara en forma espectacular,sino tambin que la calidad de lo obteni-do sea siempre la mejor.

    Como no poda ser de otra ma-nera, con los novsimos procedimientostodo el mundo econmico-productivo setransform de una manera tan grandeque, a partir de los inicios de los aos70, hemos entrado a una nueva era en

    VIRGILIO ROEL PINEDA

  • UNMSM 27

    la historia de la humanidad. A ella se leconoce ahora con distintas denominacio-nes, de todas las cuales aqu tomaremosuna que podra ser probablemente de unamayor precisin: la post modernidad:

    EL LIBERALISMO EN LA POSTMODERNIDAD

    La postmodernidad econmicacomenz cuando en 1971 EE.UU. liqui-d el sistema de Bretton Woods al su-primir unilateralmente el patrn oro-d-

    lar hasta entonces vigente. Esto provo-c una inmediata alza en el precio delmetal amarillo, que luego se sum alalza general de los precios provocada porla crisis energtica de 1973. El resultadode esto fue que el mundo entr en unalarga y penosa crisis inflacionaria queconmovi toda la economa planetaria ydio lugar a que surgiera una nueva con-figuracin internacional, como lo pasa-remos a ver luego.

    Diego RIVERA: El Controlador del Universo

    LOS AVATARES DEL NEOLIBERALISMO

  • 28 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    Como lo hemos anotado lneasarriba, al subir bruscamente el precio delcrudo en 1973, todos los insumos alza-ron su cotizacin, porque del petrleose obtiene nada menos que 30 000subproductos, sin los cuales ninguna in-dustria podra funcionar. As es que alsubir los precios del crudo todas las in-dustrias debieron elevar sus propios pre-cios. Esto dio como resultado que lospases importadores de insumos (comolos indoamericanos) tuvieran que pagarms por sus importaciones y, como con-secuencia de eso, los dficit de sus ba-lanzas de pago se acentuaron, con el re-sultado de que las devaluaciones se ge-neralizaron y los precios subieron, hastael punto de provocar una intensa infla-cin internacional. (En el Per, todo esteproceso se desencaden a partir de1975).

    Ante ese gran problema, los pa-ses centrales (con EE.UU. a la cabeza)propiciaron y llevaron a cabo 3 tipos depolticas claramente diferenciadas. Laprimera fue la que aplicaron a la mayorparte de pases subdesarrollados (a losque hoy se les conoce como pases po-bres); la segunda fue aplicada a los pa-ses de desarrollo medio (a los que ahorase les conoce como emergentes) y latercera la aplicaron a sus propias econo-mas. Vistas, bastante genricamente,tales polticas econmicas se conduje-ron del modo siguiente:

    1 La Poltica Econmica de losPases Pobres

    A los pases subdesarrollados quefueron considerados como poco viables,el FMI, el Banco Mundial y todos losorganismos del gobierno norteamerica-no los indujeron a seguir una conductaeconmica sustentada en el criterio deque deban, en primer lugar, liberalizarsu comercio exterior (con el argumentode que como los artculos importadosde uso final eran ms baratos que los deprocedencia nacional, la apertura exter-na contribuira a combatir la inflacin);en segundo lugar, que deban recurrir alendeudamiento externo, para cubrir labrecha exterior generada por las mayo-res importaciones respecto de las expor-taciones (de modo que los pases cen-trales podan mantener sus ventas ex-ternas en las condiciones de la crisis eco-nmica internacional); en tercer lugar,que los precios bajo control estatal fue-ran incrementados porque, segn la l-gica que se exhibi, la inflacin no sedeba a un comportamiento internacio-nal (como efectivamente ocurra), sinoal exceso del gasto pblico; en cuartolugar, que para suprimir los sobrecostossociales se impidiera el alza de los sala-rios nominales (pese a que la inflacinlos reduca en trminos reales), y ade-ms, que se redujera la empleocraciaestatal; y, en quinto lugar, que el Estadoprocediera a privatizar las empresas desu propiedad porque, segn ese criterio,su ineficiencia era coadyuvante del pro-ceso inflacionario (argumento obviamen-

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    te absurdo, porque si alguna empresapblica arrojaba prdidas es indicativoque sus precios son menores que los delmercado, en cuyo caso, eso ms bien,era un recurso contra el alza de los pre-cios). Todo este conjunto de medidas sebasaba en los fundamentos mismos dela teora econmica liberal, segn la cual,el alza de los precios se debe a un exce-so de demanda sobre la oferta, de lo quese sigue que toda inflacin se debe com-batir con la reduccin de la demanda glo-bal o por medio del empobrecimiento delconsumidor. Pero reducir la demanda esprovocar el receso de la economa, delo que se desprende que a nuestros pa-ses se les plante como una poltica eco-nmica aconsejable y obligatoria la eje-cucin de polticas econmicas recesivas,en forma sostenida.

    Y como era de esperarse, los go-bernantes de nuestros pases siguieronesas recetas (mejor digamos, directivas)al conjuro de una cohorte de pro-pagandistas desaforados que predicabanun liberalismo a ultranza. El hecho esque los gobiernos de los pases hoy po-bres, implementaron tales polticas a tra-vs de paquetes de medidas recesivas,coordinadas y bien dosificadas. Perocomo los primeros paquetes recesivosno slo no dieron resultados anti in-flacionarios sino que, contrariamente,generaron ms inflacin, la absurda con-clusin a que los responsables de todaesa poltica econmica llegaron no fueque el camino era errado sino que habasido insuficiente. As volvieron, una y

    otra vez, a recesionar nuestras econo-mas, sin que el mal fuera conjurado,sino que, contrariamente, se gener unahiperinflacin endmica o crnica.

    La explicacin de este fenmenoes muy simple: la economa actual yano funciona como imaginaron losneoclsicos como Marshall, por lasimplsima razn de que ningn merca-do moderno es de competencia pura yperfecta, sino que, como todos los pro-ductores, ofertan productos diferencia-dos (no idnticos). Entonces, la compe-tencia es monoplica, puesto que cadaproductor es monopolista del tipo demercancas que vende; y cuando la com-petencia es entre monopolistas (por di-ferenciacin del producto) cuando losprecios suben los monopolistas no ba-jan sus propios precios (puesto que es-tn compitiendo a travs de su productodiferente) sino que los suben debido aque sus mercancas son diferentes enforma y calidad, y por eso mismo, elcomprador se siente presionado a adqui-rirlo. Esto que es tan obvio, no lo qui-sieron (no lo quieren) entender losneoclsicos de mentalidad rgida, tantoque, siendo as que las medidas recesivasacentuaban la inflacin (porque en losmercados de competencia monoplicacuando la demanda baja, los precios su-ben para que as el empresario compen-se sus menores ventas a travs del alzade precios de sus propias mercancas),siguieron insistiendo en aplicarlas, enforma verdaderamente inconcebible.

    LOS AVATARES DEL NEOLIBERALISMO

  • 30 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    Pero esas polticas fueron contra-producentes en el plano de la estabiliza-cin de los precios y generaron cuatroterribles males a las economas indo-americanas. Esos males son:

    1 La destruccin de nuestroscentros industriales, que se vieron aco-sados no slo porque el precio de sus

    insumos suba y la poblacin restringasus compras, sino porque no podancompetir con los productos importados,que llegaban con menores precios y concalidades superiores. Una situacin asno la pudieron soportar los centros pro-ductivos de los pases pobres, as es queocurri el tremendo fenmeno de ladesindustrializacin de gran parte de los

    Lon FRDERIC: La edad del obrero

    VIRGILIO ROEL PINEDA

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    pases subdesarrollados, como el Per;desindustrializacin que comporta indu-dablemente el atraso y la retrogradacin.

    2 La generalizacin de la pobre-za (incluida la extrema pobreza) debido,de un lado, a que la hiperinflacin conti-nuada provoca la reduccin de los in-gresos reales de los trabajadores, y deotro lado, a que mientras el Estado des-peda trabajadores del sector pblico, ladesindustrializacin, al provocar el cie-rre de las empresas, lanz a la desocu-pacin a masas enormes de trabajado-res que, en su desesperacin, buscarono se generaron empleos con bajsimasremuneraciones, con lo que la pobrezase alz hasta cubrir entre el 50 al 70 porciento de la poblacin econmicamenteactiva (PEA).

    3 La deuda pblica externa llega niveles tan insoportables que su servi-cio cubre ms o menos el 20 por cientode los presupuestos pblicos de los pa-ses indoamericanos, de modo que losagobios fiscales y nacionales se hicieronms gigantescos de lo que haban sidoen el pasado inmediato.

    4 La economa de los pasesindoamericanos declin tanto que hoynos hallamos entre los pases de ingre-sos ms bajos, es decir en el grupo delos pases que vegetan en la pobreza (aeste tipo de pases el Banco Mundial loscataloga como de: ingresos bajos); enel caso del Per, nuestra situacin es talque hoy exhibimos un PBI por persona

    equivalente al que tenamos hace 30aos; o sea que nuestro retroceso es ver-daderamente gigantesco.

    2 La Poltica Econmica de losPases de Mediano Desarrollo

    A diferencia de las polticas eco-nmicas que los organismos financierosinternacionales prescribieron a los pa-ses ahora pobres, las que propiciaron enlos pases de mediano crecimiento fuediferente. En esta condicin se hallan enindoamrica 2 pases, Mxico y Brasil,en los cuales la antigua poltica desa-rrollista se mantuvo, y a los que no seles forz a que realizaran un granaperturismo de su sector externo (salvola liberalizacin mexicana con la econo-ma norteamericana, por razn de suconvenio de libre comercio mutuo) y enlos que no se propici que sus estadosefectuaran una espectacular reduccin desu volumen y amplitud. An ms: lasindustrias de esos pases fueron refor-zadas (por ejemplo, mientras en el Perdesaparecieron todas las ensambladorasautomotrices, las propias de Brasil yMxico se ampliaban, lo mismo ocurricon la industria farmoqumica que ennuestro pas prcticamente desapareci,mientras en Brasil y Mxico se acrecen-t). As, result que esos pases no su-frieron los efectos de la inflacin end-mica, como tampoco tuvieron desin-dustrializacin sino ms bien una fuerteindustrializacin, con lo que en el con-texto internacional ascendieron a la con-dicin de pases emergentes o de re-

    LOS AVATARES DEL NEOLIBERALISMO

  • 32 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    ciente industrializacin. En los pasesemergentes no hay ultraliberalismo, sinoregulacin del mercado y proteccionis-mo industrial; en ellos no se ha produci-do sino un levsimo proceso privatizador(en Mxico, en la dcada de los 80 senacionalizaron varios bancos, al pasoque ninguna empresa estatal fue privati-zada), mientras los gastos de sus gobier-nos se han ido incrementando, por cau-sa de que sus servicios educativos y desalud son cada vez mejores y ms ex-tensos.

    3 La Poltica Econmica de losPases Centrales

    En los pases centrales, la situa-cin se present de una manera radical-mente diferente, partiendo por el hechode que al quebrarse el bloque soviticolas perspectivas cambiaron, a punto talque en los antiguos pases integrantes dela URSS se forz al inmediato liberalis-mo y a las privatizaciones, en tanto queEE.UU. aumentaba la ingerencia delEstado en su propia economa, como loseal tan incisivamente el gran econo-mista del Instituto Tecnolgico deMassachusetts (MIT), Lester Thurow,al escribir este prrafo altamente instruc-tivo1:

    Paradjicamente, mien-tras Europa Oriental privatiza,Estados Unidos nacionaliza.

    Thurow se refera a que, por cau-sa de las fluctuaciones de su economa,

    el gobierno norteamericano tuvo que ab-sorber al sector bancario quebrado, ad-quiriendo por este camino nada menosque 300 000 millones de dlares en acti-vos privados (slo en 1991). Asimismo,anota Thurow que las bancarrotas delsector industrial norteamericano, auna-das a los cada vez ms enormes vol-menes de despidos, incrementan cadavez ms el presupuesto oficial a un rit-mo como nunca antes haba ocurrido.

    As es que, mientras en nuestrospases los gastos fiscales fueron compri-midos, en Estados Unidos el gobiernofederal aumentaba gigantescamente susdotaciones presupuestarias (o sea, quemarchan por el camino de construir unEstado presupuestariamente ms ele-fantisico). Pero igual fenmeno ocurrien Europa (excepcin hecha de la Ingla-terra thatcheriana), en la que no slo nohubieron privatizaciones sino que enesos pases el volumen de sus estadoscreci, al tiempo que sus presupuestospblicos se hicieron mayores.

    Y el mercado? Pues el mercadoen los pases centrales no se liberaliz;an ms: las restricciones a las importa-ciones europeas del rea nipona se hanacentuado muy fuertemente, al puntoque el Japn opera en Europa nicamen-te a travs del sistema de la produccinconjunta. En cuanto a Estados Unidosocurre que, en lo interno, su mercadosigue estando tanto o ms regulado queantes, mientras su comercio de importa-ciones est directamente controlado por

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    el Estado, a travs de cuotas obligato-rias y normas rgidas que nada tienenque ver con el liberalismo a ultranza.

    Pero, cmo combatieron en lospases centrales la inflacin provocadapor la crisis petrolfera de 1973 y por laviolenta alza en la cotizacin del oro de1971? La respuesta a esta pregunta lada Michael Porter en su famoso librosobre La Ventaja Competitiva de lasNaciones. All se apunta que en los pa-ses centrales el alza de los precios nofue atacada a travs del mercado, sinopor medio del alza de la productividad.Veamos.

    Cuando los pases rabes subie-ron violentamente el precio del crudo,sorprendentemente EE.UU. se puso ala obra de comprar petrleo por encimade sus necesidades, para as crearse unaenorme reserva que les permitira des-pus recapturar el control del mercadopetrolfero; hecho este que tuvo lugar amediados de la dcada de los 80, en queEE.UU. volvi a regir el mercado mun-dial de los combustibles. Esas gigantes-cas compras dieron lugar a que EE.UU.hiciera enormes emisiones monetarias,las que en el mundo ocasionaron que seformara una fabulosa masa de petro-dlares. Estas maniobras, obviamente,generalizaron ms la inflacin interna-cional (puesto que en lugar de recesio-nes provocaron ms bien un aumentode la demanda), para combatir la cuallos pases centrales y emergentes proce-dieron a cambiar las tecnologas que an-

    tes empleaban mucho petrleo por otrasahorradoras del combustible. Esta pol-tica les sirvi para neutralizar la infla-cin, puesto que tales innovaciones noslo redujeron el uso del petrleo sinoque, adems, bajaron fuertemente suscostos. Siguieron esta poltica EE.UU.,los pases europeos, Japn y los pasesemergentes.

    De ac surge claramente la dupli-cidad de las polticas propiciadas por lospases centrales, ante la inflacin inter-nacional, la que explcitamente se mues-tra as:

    a) A los pases subdesarrolla-dos se nos forz a seguir una sostenidapoltica recesiva, con el argumento deque la inflacin era un efecto de la com-petencia en el mercado. El resultado deaplicar tal poltica es que retrogradamos,deviniendo en pases pobres.

    b) Los pases centrales (ytambin los emergentes), en cambio,combatieron la inflacin por el lado delcosto, para cuyo efecto entraron masi-vamente al proceso de la tercera revolu-cin industrial. Por este camino comba-tieron la inflacin, logrando la estabili-dad interna de los precios, y enrique-cindose ms todava.

    Bueno es aadir que en Europaen estos aos se acentu la regulacinde los precios de los artculos de consu-mo popular, al tiempo que los serviciospblicos se mantuvieron en manos del

    LOS AVATARES DEL NEOLIBERALISMO

  • 34 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    Estado. La nica excepcin de este cua-dro la ofreci el gobierno britnico deM. Thatcher, que privatiz algunas em-presas, con el efecto de la cada catas-trfica del Partido Conservador el que,por esa razn, fue vencido en las urnaspor el Partido Laborista. Fue en esas cir-cunstancias que Francia restringi las im-portaciones del Japn, las cuales slo sepueden realizar por la aduana de Poitiersy en forma estrictamente programada.Este cuadro contrasta con el desaforadoafn de liberalizacin y privatizacionesque se extendi por Indoamrica, del queslo se salvaron Brasil (que hizo slouna controvertida privatizacin), Mxi-co (que ms bien nacionaliz muchosbancos, en la dcada de los aos 80) yColombia (que ha conducido su polticaeconmica con gran sobriedad).

    Michael Porter, que estudi todoeste proceso, en materia de polticas eco-nmicas, expone algunas reglas de oro,desprendidas de su enorme estudio mun-dial, las cuales pueden ser resumidas enestos principios:

    a) Para competir, los pasesnunca deben permitir que se bajen lossalarios, porque eso conduce a la pobre-za y atenta contra la propia industria,porque reduce el mercado interno.

    b) La competitividad de lasnaciones se alcanza, no por maniobraseconmico-financieras, sino por mediode la constante e ininterrumpida mejoraen la productividad, que es un aspecto

    vinculado a la innovacin y la tecnolo-ga.

    c) No hay poltica econmi-ca buena o mala per se, porque se pue-de demostrar que una misma polticaeconmica es buena en un lugar o pasy es mala en otro lugar o pas. Tododepende de la conducta de los agenteseconmicos: cuando stos son eficaces,el pas progresa y si no lo son el pasretrograda.

    d) La competitividad no esnunca de una sola empresa, porque elladepende de la eficacia de sus proveedo-res y de sus distribuidores. No habr efi-cacia de ninguna empresa si toda su ca-dena de valor no es eficiente. Por exten-sin diremos que la ventaja competitivaes del conjunto nacional, es del pas, node ninguna unidad aislada.

    EL MERCADO EN TIEMPOS DELA MULTIPOLARIDAD

    Como es sabido, la Unin Sovi-tica se desintegr en 1991, momento enel que, adems, dio un viraje violento ydesordenado hacia un modelo capitalis-ta de libre mercado, para lo que se pri-vatizaron las empresas del Estado, a fa-vor de los altos funcionarios guberna-mentales. Ante el hecho, cabe formular-se la pregunta, cul fue la razn de esecambio tan sorprendente?

    La respuesta es bastante simple:en tiempos de la post modernidad las

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    gigantescas organizaciones del pasado yano funcionan. En una poca como la postmoderna lo que la nueva tecnologa re-quiere es la descentralizacin, lo que ex-plica que las grandes corporacionestransna-cionales del pasado se vieranobligadas a desintegrarse. Como el Es-tado sovitico era una suerte de gigan-tesco holding capitalista, entonces, tena

    que correr la suerte de sus similares oc-cidentales, as es que tambin sedesintegr.

    Y, cuando eso ocurri, los direc-tores de la Reserva Federal de losEE.UU. y del Fondo Monetario Inter-nacional proclamaron el inicio de una

    Diego RIVERA: En el arsenal

    LOS AVATARES DEL NEOLIBERALISMO

  • 36 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    nueva poca del sistema, a la cual le die-ron la denominacin de Globalizacin.En su concepto, este nuevo modelo deeconoma mundial resolvera todos losproblemas existentes, puesto que si to-dos los pases se unifican en una solaeconoma, los factores productivos ten-dran gran movilidad y se volcaran ha-cia las reas que los requiriesen.

    La mayor parte de pases creye-ron en esa promesa (menos los paseseuropeos que se pusieron a la obra deorganizarse como un bloque econmicoaparte; ni China, que se ha fijado la metade ser una gran potencia en el prximosiglo), as es que el novsimo sistemaentr a funcionar, privilegiando el mer-cado de competencia generalizada. Pero,cuando el proyecto se puso a operar su-cedi, segn seala con gran lucidezLester Thurow2 que:

    La supervivencia del ms fuer-te y las desigualdades en el po-der adquisitivo son los pilares dela filosofa en la que se basa laeficiencia capitalista. Los indi-viduos y las empresas se haceneficientes para ser ricos. Expo-nindolo en su forma ms cruda,el capitalismo es perfectamentecompatible con la esclavitud. Elsur estadounidense tuvo ese sis-tema durante ms de doscientosaos. La democracia no es com-patible con la esclavitud.

    Y luego aade que3:

    Incluso comenzando con unasdistribuciones de poder adquisi-tivo igualitaria, las economasde mercado rpidamente convier-ten las igualdades en desigual-dades. Cualquiera que sea ladistribucin de bienes y serviciosinicialmente adquirida, a los tra-bajadores no les sern pagadoslos mismos salarios.

    Y eso fue precisamente lo queocurri en el imperio del mercado libreglobalizado. Durante los aos noventa,en todos los pases el capital aumentsus utilidades mientras los trabajadoresse empobrecan. Cosa igual ocurri enel plano internacional. Los pases cen-trales y los pases emergentes se enri-quecieron mientras la masa de los de-ms pases se empobreci. Pero comolos pases prsperos basaban gran partede sus ingresos en las exportaciones alos pases pobres y estos no podan man-tener niveles altos de compras, pues en-tonces se descencadenaron las crisis,primero la mexicana, luego la asitica,seguida por la rusa y la brasilea. A msde esto, el Japn entr en un largo pro-ceso de estancamiento secular. As esque al comenzar el ao 1999 la globa-lizacin naufrag.

    Esto ocurri porque a partir deenero de 1999 la comunidad europea sesustrajo del sistema, convirtindose enun bloque semiprotegido, en tanto quelos pases emergentes aplicaban distin-

    VIRGILIO ROEL PINEDA

  • UNMSM 37

    tas formas de regulacin de su comercioexterior.

    As comenz la multipolaridad,que resulta siendo un ments a la pre-tensin de que un mercado mundial seala solucin para el desarrollo de la eco-noma mundial.

    Pero otro problema se cierne so-bre el actual sistema (hoy multipolar),es uno que viene del anterior y al quemuy explcitamente se refiere el econo-mista norteamericano Bennett Harrison,quien en su libro sobre La Empresa queViene, nos dice que4:

    En resumen, estoy sugiriendoque la economa global emergentesigue dominada por empresasconcentradas y muy poderosas.De hecho, cuanto ms globa-lizada sea la economa, menosaccesible ser por empresas quecarezcan de alcance global. Eldespliegue del comportamientoimplcito en los planteamientosde red significa que los mtodosde gestin han cambiado de for-ma drstica y no que se ha pro-ducido un regreso al localismo,como otros pueden argumentar.Vestidas con nuevas galas y ar-madas con nuevas tcnicas parapoder combinar el control sobrela asignacin de recursos, sobrela tecnologa, sobre las relacio-nes con los gobiernos y sobre eluso del factor trabajo en una

    drstica descentralizacin de lasubicaciones de las infraes-tructuras productivas, las mayo-res empresas del mundo, as comosus aliados y sus suministrado-res, han sido capaces de encon-trar una forma para mantenerseen el centro del mundo.

    Y luego el mismo Harrison aadeque:

    ... los economistas, socilogosy periodistas estn casi todos deacuerdo en que desde los aos70 la distribucin de los ingre-sos est cambiando de nuevo,asumiendo una forma de clepsi-dra, con una parte superior cre-ciente de profesionales bien pa-gados (que incluye a los analistassimblicos de Reich), una masatambin creciente de trabajado-res de baja retribucin en la parteinferior y una parte central dis-minuida, formada por una clasemedia de antiguos trabajadoresde cadenas de produccin y demandos intermedios, todos ellosexcedentes despus de las rees-tructuraciones en la funcin pro-ductiva de las empresas. Ade-ms, esta tendencia irreversiblehacia una polarizacin de losingresos se est produciendo anivel mundial, aunque sigue fr-mulas especficas para cada unode los pases. Las consecuenciastambin difieren, puesto que

    LOS AVATARES DEL NEOLIBERALISMO

  • 38 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    cada uno de ellos tienen siste-mas distintos de redes de segu-ridad que permitan ayudar a losque quiz, de otra forma, no tu-viesen lugar en el mercado de tra-bajo.

    As es que despus de tanto en-salzar la economa de libre mercado re-sulta que su funcionamiento ha dado lu-gar a que, en materia de distribucin delingreso, hayamos vuelto a los tiempososcuros en que ocurri la primera revo-lucin industrial, poca en que se enri-queci monumentalmente un puado depotentados, al paso que la situacin dela poblacin se deterioraba cada vez ms.Con un aadido adicional y es que esadiferenciacin monumental ocurre tam-bin entre los pases, con el resultado deque la riqueza de los unos contrasta conel empobrecimiento creciente de la ma-yor parte de pases.

    Y este panorama crecientementems oscuro es el que nos ha trado elneoliberalismo econmico que hoy pa-dece la humanidad, a la que se le estllevando a la misma desesperacin quehizo que, a mediados del siglo pasado,surgieran los grandes movimientos detransformacin social que el mundo haconocido. Esto nos permite augurar quede ac a poco, o habrn grandes cam-bios en el mundo, o alternativamente,habrn profundas conmociones dirigidasa la regulacin de los mercados de com-petencia.

    NOTAS1 La Guerra del Siglo XXI; L. Thurow; pg. 21

    2 El Futuro del Capitalismo, Lester Thurow;

    Editorial Ariel, 1996; pgh. 2453 Id. pg. 246

    4 La Empresa que Viene, Bennett Harrison; Ed.

    Paidos, 1997; pg. 245 Id. pg. 42

    BIBLIOGRAFA

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    THUROW, Lester: El Futuro del Capitalismo,Altamira, 1996.

    THUROW, Lester: La Guerra del Siglo XXI;Bs.As. 1992.

    VIRGILIO ROEL PINEDA

  • UNMSM 39

    En la filosofa del proceso deprivatizacin, el Banco Mundialcon la experiencia obtenida enmuchos pases que modernizaron suseconomas, recomendaba la mayor trans-parencia en la transferencia de las em-presas pblicas, en razn que stas sevendan por nica vez, y para evitar latentacin de la corrupcin, que consti-tuye uno de los costos de transaccinms importantes que caracterizan a nues-tras economas. Es ms, en nuestro pases clebre la afirmacin del historiadorms importante de la Repblica don JorgeBasadre, cuando sealara que la corrup-cin es un axioma que no necesitarademostracin.

    Igualmente el organismo interna-cional sostena que en el proceso detransferencia de empresas pblicas de-bieran existir mnimos consensos socia-les, pues la ciudadana debiera estar con-vencida de la necesidad de esta refor-ma estructural, para evitar volver al pa-sado, con polticas pendulares ms omenos populistas.

    En la misma lnea de pensamien-to, el Banco Mundial recomendaba quela privatizacin no debiera realizarse parahacer caja, y cubrir los crnicos dficitsfiscales, ni mucho menos los ingresosdebieran ser gastados en la compra dearmamentos, en la medida que estos gas-

    PRIVATIZACIN EN CUESTINUna historia negra:

    Belco, Petromar, Petrotech

    JORGE EUSEBIO MANCO ZACONETTI*

    RESUMENSe analizan experiencias de privatizacin de empresas pblicas

    sosteniendo que constituyen un nuevo mecanismo de transferencia deriqueza desde el Estado para la valorizacin del capital privado prefe-rentemente transnacional.

    * Economista, con estudios de Maestra en Historia Econmica. Profesor de la

    Facultad de Ciencias Econmicas de la UNMSM, miembro del Instituto deInvestigaciones Econmicas. E-Mail: [email protected]

  • 40 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    tos resultaban improductivos, y de unarpida obsolescencia. Tericamente, parael organismo multilateral, la razn cen-tral era hacer ms eficiente y competiti-va la economa, y los ingresos obteni-dos por la privatizacin debieran desti-narse preferentemente al gasto social,educacin y salud.

    En verdad, transcurridos ms deocho aos poco de esto se ha cumpli-do. El proceso no ha sido del todo trans-parente, se subastaron empresas pbli-cas rentables, yacimientos mineros ypetroleros, activos a precio de ganga.Se transit de monopolios pblicos amonopolios privados y encubiertos,como sera el caso de la telefona. Lalista sera larga de enumerar, bastaramencionar los casos de Solgs, Petromar,Transocenica, Cerro Verde, Quellaveco,Refinera de Ilo, Refinera La Pampilla,Refinera de Zinc de Cajamarquilla, mi-neras Yauliyacu, Cerro de Pasco deCentromn Per, etc.

    Hoy resulta urgente una evalua-cin de conjunto sobre los efectos delas reformas estructurales, en particularlas relacionadas a las limitaciones y via-bilidad del modelo econmico perua-no. Es evidente la precariedad del mo-delo ante shocks externos y sustenta-do en flujos de capital financiero espe-culativo, pago creciente de deuda exter-na, altas tasas de inters, en la ventaindiscriminada de empresas pblicas,control salarial, atraso cambiario, estan-camiento agrario, etc. En todo caso, una

    prueba del agotamiento se traduce noslo en la ampliacin de los niveles depobreza, sino tambin en el amplio es-pectro social, empresarios, trabajadoresorganizados, campesinos, etc., que cues-tionan la poltica econmica.

    PRIVATIZACINY GLOBALIZACIN

    En el Per las tendencias glo-balesde la economa en los ltimos 40 aossirven de teln de fondo, de mise enscene para entender el deterioro y des-prestigio de la intervencin del Estadoen la economa, en particular la desca-pitalizacin de las empresas pblicas afines de los ochenta como consecuenciade la poltica indiscriminada de subsidios,y regmenes de exoneraciones tribu-tarias, arancelarias y ms la hiperinflacinque redujo en trminos reales a menosdel 2 por ciento la relacin de latributacin entre el producto bruto in-terno.

    Las consecuencias de la crisiseconmico-social de fines del setenta, yla llamada crisis de modelos sociales,explicaba en parte el surgimiento en elPer, acorde a las tendencias interna-cionales, de una corriente de pensamien-to neoliberal conservadora y autoritariaque justificaba la aplicacin de progra-mas de estabilizacin y de ajuste es-tructural que no tena parangn en lasexperiencias de las estabilizaciones a ni-vel mundial.

    JORGE E. MANCO ZACONETTI

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    En tal sentido, compartimos la te-sis del investigador M. Chossudovskyquien sealaba con claridad la naturale-za del ajuste y reforma estructural mar-co en el cual se redefine el papel del Es-tado y el proceso de privatizacin:

    El programa de ajusteestructural patrocinado por elFMI constituye un poderoso ins-trumento de reestructuracineconmica que afecta el nivel demillones de personas. La im-plementacin del ajuste est di-rectamente ligada a este procesode empobrecimiento global. Laaplicacin de la medicina eco-nmica del FMI conduce a unareduccin del poder adquisitivoreal de la poblacin y al fortale-cimiento de una economa ex-portadora basada en mano deobra barata: el mismo mende austeridad presupuestaria, li-beralizacin del comercio yprivatizacin es aplicado simul-tneamente en ms de 70 pasesdeudores en el tercer mundo y enEuropa del Este. Los pases deu-dores renuncian a su soberanaeconmica y al control sobre lapoltica monetaria y fiscal, y seinstala un tutelaje econmicode las instituciones financierasinternacionales (IFIS): los go-biernos que no se amoldan a lasmetas de rendimiento del FMIson puestos en una lista negra.Al quedar un pas en esta lista,

    PRIVATIZACIN EN CUESTIN

  • 42 REVISTA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS ECONMICAS, AO IV, N 14

    las inversiones y la transferen-cia de tecnologa se congelan ylos crditos de importacin y ex-portacin son bloqueados.

    Las polticas de manejo dela deuda por parte de los pasesy las instituciones acreedoras seutilizan para reestructurar laseconomas del tercer mundo, yaque constituyen, mediante lasclusulas de condicionalidadimpuestas por el FMI-BM, labase para reorientar apropia-damente la poltica macroe-conmica de los pases deudo-res. (Chossudovsky, Michel;Ajuste Econmico: El Per Bajoel Dominio del FMI, 1992 ).

    Este punto de partida permite en-tender la naturaleza de las polticas deestabilizacin y ajuste estructural paranuestros pases. Queda claro que es unareestructuracin de nuestras economaspara oxigenar las tendencias recesivasde las economas centrales y dominan-tes, en particular la de Estados Unidosde Norteamrica, y una forma de re-solver el problema de la deuda externapara reforzar las relaciones de domina-cin en un nuevo escenario mundialmarcado por la globalizacin internacio-nal y las polticas de libre comercio.

    PRIVATIZACIN: CUNTO?Desde 1991, iniciado el proceso

    de privatizacin hasta agosto del presen-te, el Estado por diversos conceptos ha-bra captado ingresos equivalentes aUS$ 8 557 millones. A estos montoshabra que restar las capitalizaciones quealgunas empresas privatizadas (telefonay otros) realizaron ampliando los capita-les sociales suscritos y pagados por unvalor de US$ 897 millones, y los ttulosde deuda externa por US$ 343 millones,que fueron utilizados en la privatizacinde rentables empresas como Tintaya,Refinera de Zinc-Cajamarquilla, Edegel,Banco Continental, Sder Per, Refine-ra La Pampilla y lotes 8/8X de Petro-Per.

    Con la informacin disponible almes de agosto, el Estado peruano se-gn la COPRI habra obtenido por con-cepto de Valor Neto Privatizado US$7 928 millones que sumados a los inte-reses generados por los fondos de laprivatizacin depositados en la bancaextranjera en siete aos, equivalentes aUS$ 629 millones, totalizaran como in-gresos US$ 8 557 millones. Ver CuadroN1, Fondos de Priva-tizacin Ingre-sos y Uso, tomando como base la in-formacin del Presidente Fujimori, enmillones de d