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SEMANARIO Revolución Obrera Órgano de la Unión Obrera Comunista (mlm) • Voz de los Explotados y Oprimidos “La lucha contra el imperialismo es una frase vacía y falsa si no va ligada indisolublemente a la lucha contra el oportunismo.” Lenin $1.000 15 de febrero de 2016 • Año 19 www.revolucionobrera.com e-mail: [email protected] blogrevolucionobrera.blogspot.com Colombia • Suramérica 445 Sobre la Situación Nacional y la Táctica de los Comunistas Balance del 24 de Enero: ¡A Preparar el Paro Nacional, a Generalizar la Huelga Política de Masas! La Charca del Chavismo es tan Apestosa como la del Revisionismo En el 50 Aniversario de la Muerte de Camilo Torres Restrepo ¡A Preparar El Congreso Del Partido! Una cuota de apoyo para nuestra Prensa

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SEMANARIORevolución ObreraÓrgano de la Unión Obrera Comunista (mlm) • Voz de los Explotados y Oprimidos

“La lucha contra el imperialismo es una frase vacía y falsa si no va ligada indisolublemente a la lucha contra el oportunismo.”

Lenin$1.000

15 de feb re ro de 2016 • Año 19www.revo luc ionobre ra . com

e-ma i l : [email protected] logrevo luc ionobre ra .b logspo t . com

Co lomb ia • Suramér i ca 445

Sobre la SituaciónNacional y la Táctica

de los Comunistas

Balance del 24 de Enero:¡A Preparar el Paro Nacional,

a Generalizar la Huelga Política de Masas!

La Charca del Chavismo es tan Apestosa como la del Revisionismo

En el 50 Aniversario de la Muerte de Camilo Torres Restrepo

¡A Preparar El Congreso Del Partido!

Una cuota de apoyopara nuestra Prensa

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EDITORIAL

En Colombia, país capitalista oprimido, la econo-mía se hunde más en la crisis actual del capitalismo mundial. Frente a este hecho, la política del Gobierno Santos —administrador general de los grandes nego-cios de los capitalistas y al frente del Estado defensor de sus intereses y privilegios de clase—, está centrada en intensificar la superexplotación de los proletarios y de los pequeños y medianos propietarios de la ciudad y del campo, para garantizar que los dueños del capital transfieran los costos de la crisis a las masas trabaja-doras, y brindar máxima rentabilidad al capital finan-ciero imperialista. La política gobernante de superex-plotación, cambió su ropaje de “cinco locomotoras” por el de “paz, equidad y educación”, tres monumentos de la patética hipocresía y demagogia burguesas para her-mosear las funestas consecuencias de la crisis econó-mica sobre las masas trabajadoras principalmente de la clase obrera: racha de despidos masivos, cierres de empresas, despidos selectivos de dirigentes y activistas sindicales, persecución a los sindicatos de trabajado-res temporales, leyes anti-obreras que generalizan el leonino negocio de la subcontratación, rebajan el sa-lario y suprimen derechos como la estabilidad laboral reforzada de los obreros lisiados a causa del trabajo, reformas pensional y tributaria, aumento de tarifas del transporte y servicios públicos, cierre de hospitales pú-blicos, fortalecimiento del negocio privado de la salud y de la educación, dilación y engaño a los desplazados, muerte y cárcel a dirigentes obreros y populares, incre-mento de las desapariciones forzadas, de la represión y la brutalidad policial contra las protestas y movimien-tos de las masas populares.

En esta situación, donde la riqueza sigue acumu-lándose en manos de burgueses, terratenientes e im-

perialistas, en tanto la miseria cunde en las clases trabajadoras que agrupan a la inmensa mayoría de la población, donde los privilegios y emolumentos del pa-rasitismo estatal contrasta diametralmente con la si-tuación de empobrecimiento de las masas, la tal “pros-peridad para todos” pregonada por el Gobierno, es en realidad el rótulo falso del ensanchamiento y profundi-zación de la crisis social, que significa acentuación de la lucha de clases por todo el país y fortalecimiento de la tendencia objetiva a la lucha política de las masas del pueblo contra el Estado —órgano de fuerza y repre-sentante político de todos los explotadores— camino en el cual, fue un simple altibajo pasajero la distensión sufrida en el segundo semestre de 2015 por influencia de los partidos reformistas incluidos los oportunistas con su nociva e intensa propaganda a la “paz social” y a “esperanzarse” en los resultados de la farsa electoral. En la realidad ninguno de los problemas inmediatos del pueblo colombiano se ha resuelto, y por el contrario todos se han agravado. De ahí, que las clases dominan-tes oculten la cruel superexplotación del pueblo colom-biano bajo los velos de la “paz, equidad y educación”, y camuflen su plan inmediato de dictadura de clase, tras los supuestos beneficios del “Acuerdo de paz en La Habana y el post-conflicto”.

Los imperialistas, principalmente estadounidenses, apoyan la paz de los ricos en Colombia, porque sirve a sus preparativos de guerra mundial, a la necesidad de evitar conflictos militares en su patio trasero y así con-centrar fuerzas en los frentes de sus guerras reaccio-narias, además de tener la disponibilidad de las fuer-zas armadas lacayas, como en efecto lo están haciendo en Yemen utilizando bajo la forma de mercenarios a soldados profesionales del ejército colombiano.

LA CRISIS ECONÓMICA Y LA GUERRA CONTRA EL PUEBLO, INDICAN QUE LOS TIEMPOS NO SON DE PAZ CON LOS ENE-MIGOS, SINO DE LUCHA REVOLUCIONARIA CONTRA LA SU-PEREXPLOTACIÓN Y LA DICTADURA DE LOS CAPITALISTAS.

—Informe sobre la Situación Nacional y la Táctica de los Comunistas—

La falsa paz de los ricos es hoy el principal contra-ataque a la lucha de las masas, de los revolucionarios y comunistas.

La paz que ofrecen los ricos tiene doble filo para el pueblo colombiano: del lado de los trabajadores los in-duce a bajar la guardia en sus posiciones de lucha, mientras de lado de los explotadores les deja el campo libre para arreciar su dictadura y terrorismo de Esta-do, apelando como siempre a las fuerzas paraestatales llámense como se llamen. Esta falsa paz es el principal ataque actual contra la voluntad y disposición de lucha de las masas trabajadoras, contra los esfuerzos de los revolucionarios por unir sus distintas manifestaciones de lucha alrededor de una misma Plataforma y reor-ganizar las filas del pueblo con independencia de sus verdugos explotadores y de sus falsos amigos politique-ros, contra la labor comunista de construir el Partido político del proletariado en el curso mismo de canalizar la lucha de clases en el rumbo de la Revolución Socia-lista.

Ataque que se vuelve aún más peligroso, en cuanto los jefes políticos reformistas y oportunistas de los par-tidos pequeñoburgueses, de las organizaciones guerri-lleras y de las centrales sindicales, que en las palabras se declaran contrarios y opuestos al Gobierno Santos, en la práctica sirven de instrumentos para inocular la venenosa política de paz del Gobierno, en las propias entrañas del movimiento de masas y del movimien-to sindical. Son ellos los cabecillas de la propaganda burguesa a la paz entre el proletariado y la burgue-sía —clases irreconciliables principales de la sociedad colombiana—, para refrenar las luchas de resistencia y políticas de la clase obrera y desestimular la nece-sidad de construir su propio Partido. Son ellos quie-nes transmiten directamente a los oídos del pueblo la reaccionaria idea de la paz con sus opresores y explo-

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15 de febrero de 2016 Semanario Revolución Obrera 3tadores centenarios, para disuadir la rebeldía masiva de la lucha directa de masas, desmovilizar las huelgas políticas y desviar la atención hacia la “esperanza” en que sus problemas sean resueltos en el establo parla-mentario y en las “mesas de paz” o “de post-conflicto” o como las vayan a llamar. Son ellos los voceros directos de la hipócrita propaganda imperialista a los “acuerdos de paz”, en oposición a la lucha de clases y a su des-enlace revolucionario; en contra de la violencia revolu-cionaria de las masas, necesaria para acabar la violen-cia reaccionaria de sus enemigos; en contraposición a la guerra popular, de obreros y campesinos, necesaria para echar a tierra el poder político de los explotado-res capitalistas y suprimir para siempre su propiedad privada sobre los medios sociales de producción, y con ella, su privilegio a explotar trabajo ajeno.

La abierta y desvergonzada colaboración pacifista de los jefes políticos del reformismo y del oportunismo con los enemigos del pueblo colombiano, dada su experien-cia y el gran poder de los medios burgueses a su dispo-sición, logrará algún apoyo popular de gente que cree que sí se va a terminar la guerra contra el pueblo; pero será un apoyo fugaz que no podrán consolidar, porque la vida misma enseña con letras de sangre que bajo el poder de la burguesía no cesa la guerra contra el pue-blo, es cada vez mayor la inequidad social en que viven las masas trabajadoras, sigue el despojo cotidiano de sus derechos laborales, en educación, salud, vivienda y territorio. El engaño pacifista urdido por los explo-tadores en asocio con los jefes políticos reformistas y oportunistas, fracasará y los hundirá más en el des-prestigio, en el desprecio y profundo odio de las masas del pueblo.

La agudización de la lucha de clases objetivamente sirveal camino de la guerra revolucionaria,

no a la conciliación y la paz social.Contrario a los deseos pacifistas de los enemigos del

pueblo, el inocultable agravamiento de la crisis social significa más exacerbación de las contradicciones de la sociedad colombiana, más agudización de lucha de clases, mejores condiciones para la preparación de la guerra revolucionaria. La contradicción principal entre el proletariado y la burguesía, ha sido la más agudiza-da por la crisis económica y es la que principalmente caracteriza la crisis social, puesto que el proletariado es la clase que peor sufre la superexplotación, y la que involucra a la mayoría de la población trabajadora. Así como el trabajo de la clase obrera es el principal motor de la economía colombiana, también su contradicción con la burguesía —irreconciliable enemigo de clase—, es el principal motor de la revolución, tal como hoy se manifiesta en la ascendente lucha de resistencia obre-ra contra la superexplotación, desde la base donde los obreros tercerizados, peor pagos, sin contratación di-recta, quienes marchan a la vanguardia de la lucha sindical, enseñando a sus hermanos de clase más vie-jos que los derechos de organización y de huelga se conquistan por la vía de los hechos, ejerciéndolos, con-tra las leyes y las fuerzas del Estado, contra la volun-tad de los jefes de las centrales sindicales preocupa-dos solo de apaciguar los ánimos; lucha de resistencia económica que dadas la amplitud social y el rigor de la superexplotación, inevitablemente se convierte en la lucha común de los obreros de distintas fábricas y ra-mas, en lucha de clase contra la política anti-obrera del Gobierno, en lucha política de clase contra el Estado representante de todos los patronos, contra la brutali-dad de la fuerza policial protectora de todos los explo-tadores. El supuesto “aumento” decretado de $45.104 mensuales en el salario mínimo, otra vez demostró que su negociación es una gran farsa, y que tal “aumento” es un claro indicativo de las “bondades” de la paz de los ricos; esta nueva afrenta contra el salario —úni-ca entrada de los trabajadores para sostenerse junto con su familia—, despertó una gran indignación en la masa del pueblo que espontáneamente rechaza el pírri-co “aumento” del salario mínimo y llama a organizar un Paro Nacional, porque en realidad lo que necesitan los obreros y demás trabajadores explotados es un alza

general de salarios que no se conquista con la mera lucha económica de los obreros aislados por empresas, sino con una lucha política de toda la clase obrera con-tra la clase burguesa, de todas las masas populares contra el Estado; por ser el alza general de salarios una sentida necesidad común al movimiento sindical y al movimiento de masas, es muy oportuna y bienvenida la iniciativa de lucha de los trabajadores, que los revo-lucionarios consecuentes con la Plataforma de Lucha del Sindicalismo Independiente y con la Plataforma de Lucha del Pueblo Colombiano, deben respaldar y cana-lizar hacia una gran Huelga Política de Masas, comba-tiendo la perniciosa influencia de los jefes políticos de las centrales sindicales y de los partidos oportunistas, quienes intentarán canalizar el movimiento hacia la pasividad de las “mesas de trabajo” y hacia la desmo-vilización en espera de las demandas contra el decreto del salario mínimo.

La superexplotación es la causa del mísero salario mínimo, problema íntimamente ligado a la situación de desempleo, hambre, despojo, desplazamiento, miseria, que caracterizan la aguda crisis social, que aumentan la explosividad de la contradicción entre el pueblo en general y sus enemigos burgueses, terratenientes e im-perialistas, como se manifiesta en las cotidianas mo-vilizaciones y huelgas políticas de las masas en cam-pos y ciudades contra los costosos y malos servicios de salud, transporte, electricidad, vías de comunicación, destrucción de cultivos, envenenamiento del aire y el agua, desapariciones forzadas y criminalización de sus protestas. Gracias a los oficios colaboracionistas de los jefes políticos reformistas y oportunistas de los parti-dos, de las organizaciones guerrilleras y de las centra-les sindicales, esta contradicción en los últimos meses del 2015 fue temporalmente aplacada con el desmo-vilizador sedante de la paz y las elecciones; pero fue un apaciguamiento pasajero porque en el fondo ha au-mentado el antagonismo de la contradicción, dado que las “mesas de trabajo” impuestas por influencia de los jefes colaboracionistas para “resolver” las exigencias de anteriores huelgas políticas de masas —como fueron los paros campesinos, de camioneros, pequeños trans-

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portadores, maestros, desplazados, estudiantes, traba-jadores y médicos de los hospitales quebrados por las EPS, de los pobladores contra la destrucción minera de páramos, bosques y ríos…— han sido todas “mesas” de palabrería, burlas y nuevos engaños para las masas del pueblo. Hoy luchar contra la superexplotación significa en cuanto a las reivindicaciones luchar por un alza general de salarios, por salud, educación y vivien-da para el pueblo, rechazar las imposiciones tributa-rias e impuestos antiobreros y antipopulares como el IVA; y en cuanto a las fuerzas sociales, significa aunar la lucha por la Reestructuración del Movimiento Sin-dical con la lucha por enfrentar con las Huelgas Polí-ticas de Masas al Estado, representante de todos los explotadores. Los problemas de la inaceptable rebaja a la que ha llegado el salario real de los obreros, y de la pérdida de vitales reivindicaciones conquistadas hace tiempos, son consecuencias directas de la política del sindicalismo burgués predominante en el Movimien-to Sindical, cuya crisis no la resuelven los pequeños cambios contra el burocratismo al interior de la CUT promovidos por la corriente que dice llamarse “clasis-ta”. La crisis actual del Movimiento Sindical exige una Reestructuración total de su contenido y de su forma en la independencia de clase, y la fuerza principal para tal Reestructuración está en los obreros tercerizados, en los más de abajo y los más explotados, y por tanto los más dispuestos y decididos para la lucha, los mis-mos que ya empiezan a tomar en sus propias manos la organización de sindicatos y federaciones independien-tes, los mismos que ya llevan a la práctica los métodos de trabajo, organización y lucha del sindicalismo inde-pendiente y revolucionario.

También existe otro tipo de contradicciones, las in-ter-burguesas que enfrentan y dividen a los enemigos del pueblo, y por tanto son reservas indirectas para la lucha de las masas trabajadoras. Contradicciones in-ter-burguesas generadas por la crisis económica, por la baja en los precios del petróleo, por la subida del dólar, por la caída de las exportaciones, por los mega-nego-cios de la minería, del contrabando, de los sicotrópicos, del azúcar, de la salud, de la contratación estatal, de las privatizaciones, por las relaciones internacionales con los países vecinos y con los países imperialistas... De ellas, la contradicción inter-burguesa que más di-vide a las clases enemigas en la actualidad, es frente al producido económico y político de la guerra contra el pueblo, y se manifiesta como una contradicción po-lítica frente al proceso de paz en La Habana adelanta-do por la facción burguesa gobernante comandada por Santos, con la oposición a ciertos aspectos políticos y jurídicos de ese proceso por parte de la facción bur-guesa mecenas del paramilitarismo, defensora abierta de lo más cavernario en ideología y bajo el mando de Uribe. La apariencia de esta contradicción como “opo-sición entre guerra y paz”, es una sensación engañosa, pues ambas facciones burguesas se identifican en la política de la paz mentirosa de los ricos, y en la política estatal de guerra contra el pueblo; su choque por el trato jurídico y político a los jefes de las Farc, más allá de los cánones burgueses sobre justicia e impunidad, expresa una contradicción por el botín económico de la guerra, en disputa por la tajada de esos jefes, y en de-fensa de lo apropiado ya en los ocho años del régimen de Uribe.

En estas condiciones, cuando los jefes políticos re-formistas y oportunistas de los partidos, de las organi-zaciones guerrilleras y de las centrales sindicales, han declarado abiertamente su apoyo y colaboración con la paz mentirosa de los enemigos del pueblo, y éstos tienen profundas fisuras en sus filas, es un momen-to muy propicio para que los comunistas enseñen a los trabajadores a distinguir a sus verdaderos amigos y enemigos, para denunciar en vivo el papel objetiva-mente contrarrevolucionario del reformismo y del opor-tunismo, mostrando que en los hechos están con los enemigos y contra el pueblo, que su política solo se lamenta de las consecuencias de la explotación, del au-toritarismo de las clases dominantes y de los abusos de los monopolios, pero se opone a la lucha revolucionaria para derrocar la dictadura proimperialista de las clases dominantes y acabar de raíz la explotación asalariada. Unir las filas del pueblo es una obligación sagrada de todo revolucionario, contrario al ejemplo negativo de la experiencia en Venezuela, donde las contradicciones inter-burguesas en vez de ser reserva indirecta para las luchas del pueblo, dividen al pueblo, lo enfrentan entre sí, lo debilitan, lo convierten en reserva directa de una lucha inter-burguesa.

El compromiso abierto con la política de paz de las clases dominantes por parte de los jefes políticos refor-mistas y oportunistas de los partidos, de las organiza-ciones guerrilleras y de las centrales sindicales, es de por sí ya un gran peligro para las masas trabajadoras sometidas a su influencia; un peligro que se agrava con la pose “revolucionaria” de esos jefes, obligados por la presión de las bases, a combinar su discurso de paz con el llamado a la lucha por salarios, contra las pri-vatizaciones, contra el alza en impuestos y tarifas. De esta gente comprometida en la defensa de la paz de los explotadores, no se puede esperar más que un apoyo de palabra a la lucha directa de los trabajadores, o a lo más, una participación en la lucha siempre y cuando ésta no sea revolucionaria. No obstante, por su posición dominante en organizaciones sindicales y de masas, por sus recursos y ayudas que les brindan los medios de comunicación, por su experiencia y habilidad para presentarse como “amigos del pueblo”, es indispensa-ble no dar el brazo a torcer en la lucha por denunciar, desenmascarar y aislar su nociva influencia en la di-rección del movimiento de masas; esto sigue siendo la dirección del golpe principal de la táctica revoluciona-ria en el momento. Y aquí juega en favor de la lucha revolucionaria un nuevo factor, surgido en la agudiza-ción de las contradicciones sociales, cual es, la división de posiciones al interior de los partidos reformistas y oportunistas, en rechazo al apoyo promovido por sus jefes a los empresarios azucareros, contra el papel de los jefes de las centrales sindicales en la concertación del salario mínimo con los empresarios y el gobierno; posiciones divergentes que llaman a la movilización, a la huelga, a la lucha directa de los trabajadores. Estas divisiones objetivamente sirven a la lucha de clases y se oponen a la paz social; son reservas directas para la lu-cha de las masas y para la tarea de los revolucionarios de aislar la nefasta influencia de los jefes políticos re-formistas y oportunistas en la dirección del movimiento sindical y de masas.

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Ahora, cuando la crisis económica muestra que el régimen económico de la moderna esclavitud asalaria-da y el régimen político de la dictadura de clase de la burguesía, los terratenientes y el imperialismo, sirven solo a una minoría parásita y succionan toda la ener-gía vital del resto de la sociedad, es un momento muy propicio para que los comunistas revolucionarios cum-plan con más entusiasmo, con más intensidad y sin descanso, su papel de elevar la conciencia de las masas sobre la caducidad del capitalismo y la necesidad del socialismo, enseñen a los obreros y demás masas tra-bajadoras, que para liberarse del parásito capitalista, es necesario enrumbar sus luchas económicas y polí-ticas inmediatas no solo en el propósito de resistir a la superexplotación y la represión estatal, sino también y principalmente en el propósito de construir la alian-za obrero-campesina, fuerza principal de la Revolución Socialista en Colombia, de la insurrección que como parte de la guerra popular derroque el poder político de los explotadores, destruya su Estado reaccionario que es la fuerza que los sostiene, y construya un nuevo Es-tado de Obreros y Campesinos armados que proceda a expropiar a los expropiadores. El actual es un momen-to muy propicio para el trabajo comunista de elevar la conciencia de las masas sobre el carácter de clase del Estado, de sus leyes e instituciones, de combatir la fe supersticiosa del pueblo en el poder del Estado como una fuerza casi sobrenatural y por encima de las cla-ses, superstición infundida por la ideología dominante y reforzada por la política reformista y oportunista que silencia el carácter de clase del Estado, que elude la cuestión de la dictadura de clase como la esencia de todo Estado, que predica la sumisión al poder político de la burguesía, y que siembra a diario en las mentes de los trabajadores la ilusión y esperanza en los interme-diarios politiqueros del Congreso y del Gobierno. Con-tra esa cizaña los oprimidos deben empuñar la bandera revolucionaria de ¡Abajo el podrido Estado burgués! ¡Viva el futuro Estado de los obreros y campesinos! Y contra el colaboracionismo pacifista con los enemigos del pueblo, se deben generalizar las consignas revolu-cionarias: ¡Ni el Estado ni los politiqueros, solo el pueblo salva al pueblo!, ¡Abajo la farsa de la paz en La Habana!, ¡Ni paz con los explotadores, ni paz con los opresores!, ¡Ningún apoyo a los victima-rios!, ¡Santistas y Uribistas la misma plaga son!, ¡Santos y Uribe asesinos del pueblo son!

Tanto los padecimientos del pueblo a causa de la crisis económica, como el desbarajuste y caos de la cri-sis social, indican que no basta resistir, es necesario cambiar de raíz el modo de producción capitalista y el régimen de dictadura de clase que lo sostiene; que el socialismo no es un deseo utópico sino una necesidad real y urgente de la sociedad colombiana hacia la cual tiende la enconada lucha de sus clases; que lograr ese gran objetivo, implica transformar la rebeldía y lucha espontanea de los trabajadores en lucha consciente re-volucionaria, para lo cual es indispensable construir el Partido político propio y de vanguardia del proleta-riado, lo cual hoy significa: avanzar en la preparación

del Congreso, construyendo células en las fábricas y haciendo de la vinculación a las masas consciente y organizada, la tarea principal de los comunistas en lo inmediato; liberar al movimiento sindical y de masas de la mordaza reformista y oportunista en su dirección, confrontando y denunciando en toda parte su colabo-ración pacifista con los enemigos del pueblo; no temer a los acuerdos prácticos en el movimiento de masas, pero siempre rechazar la imposición de dar apoyo al acuerdo de paz de La Habana y a la paz entre clases irreconciliables, y exigir completa libertad de propa-ganda; mantener infatigable la lucha contra la política del sindicalismo burgués de sometimiento a los desig-nios de los empresarios y el gobierno, y avanzar en la Reestructuración del Movimiento Sindical con el méto-do de la unidad consciente, por la base y al calor de la lucha y con la política de la independencia de clase que básicamente consiste en fundir la lucha de los obreros y sindicatos de base con los principios, objetivos, rei-vindicaciones y métodos, resumidos en la Plataforma del Sindicalismo Independiente; continuar el trabajo de fundir las Huelgas Políticas de Masas con las ideas de la independencia en la lucha y organización de los tra-bajadores, presentadas en la Plataforma del Pueblo Co-lombiano, tomando la lucha contra la superexplotación que refleja el costo social de la crisis económica, como el hilo conductor de unión de las fuerzas del pueblo; intensificar el esfuerzo por fundir todas las manifes-taciones de lucha de los obreros y demás trabajadores con las ideas socialistas que señalan el camino hacia la emancipación definitiva, ideas expuestas en el Progra-ma para la Revolución en Colombia y explicadas resu-midamente en su Versión Popular.

Estas necesidades de la revolución y obligaciones inmediatas de los comunistas en Colombia, los obliga a luchar mancomunadamente contra la impotencia de sus organizaciones locales y dispersas; a luchar cons-cientemente por la unidad en un solo Partido, lo cual presupone deslindar los campos con el oportunismo de derecha y de “izquierda”, un reto puesto por la Unión Obrera Comunista (mlm) desde su fundación y resalta-do hace varios años en medio de la lucha contra el re-visionismo que dio al traste con el Movimiento Revolu-cionario Internacionalista —MRI. Si se entiende que el Programa de unidad y de lucha no es una declaración voluntariosa de los comunistas, sino la expresión teóri-ca, consciente, del desarrollo económico de la sociedad, de sus relaciones de clase, de sus contradicciones so-ciales y políticas, de sus fuerzas reales, de los objetivos revolucionarios y de los medios para alcanzarlos, en-tonces la línea programática trazada por la Unión Obre-ra Comunista (mlm) a finales de los 90 en el Programa para la Revolución en Colombia, sigue siendo correcta porque se corresponde con las entrañas de la socie-dad colombiana, mostradas abiertamente tanto por la guerra de las últimas décadas contra el pueblo, como por la crisis económica del capitalismo mundial de los últimos ocho años, y merece el reconocimiento de los comunistas leales al Marxismo Leninismo Maoísmo y buscadores de la verdad en los hechos.

Las condiciones son magníficas para elevar el grado de conciencia y de organización revolucionaria de las masas y para avanzar en

la construcción del Partido del Proletariado

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Frente a la situación de crisis del Movimiento Co-munista Internacional, también asiste a los comu-nistas de Colombia la obligación de contribuir a la lucha por la construcción de una nueva Internacio-nal Comunista basada en el Marxismo Leninismo Maoísmo, a la lucha por la unidad internacional de los comunistas que hoy exige la derrota del revisio-nismo avakianista, del centrismo y de todas las for-

mas de oportunismo, como insistentemente lo han declarado los marxistas leninistas maoístas de di-versos países. Como parte y respuesta a esa obliga-ción, la Unión Obrera Comunista (mlm) en este nuevo año 2016 presentará a consideración de los comu-nistas del mundo, una Propuesta de Línea Gene-ral para la Unidad del Movimiento Comunista Internacional.

RESOLUCIÓN GENERAL SOBRE LA SITUACIÓN NACIONAL Y LA TÁCTICA DE LOS COMUNISTAS

CONSIDERANDO QUE:1. Ante la crisis de la economía colombiana como par-

te de la crisis económica del capitalismo mundial, la política de las clases dominantes y del imperia-lismo a través del Gobierno Santos, bajo el señuelo de “paz, equidad y educación” defiende a ultranza los intereses de los explotadores, a costa de más superexplotación de los obreros y demás trabaja-dores, más despidos masivos, más supresión y pi-soteo de los derechos laborales y sindicales, más desempleo e informalidad, más impuestos y recar-gos en los servicios públicos, más humillaciones y sufrimientos del pueblo trabajador.

2. La crisis social propia del capitalismo, además de su exacerbación causada por la guerra contra el pueblo, ha sido agravada aún más por la crisis eco-nómica actual, atizando todas las contradicciones sociales, y con ellas, agudizando la lucha de clases en todo el país, situación propicia no para la prédi-ca de la paz con los enemigos del pueblo, sino para el avance de la lucha revolucionaria de las masas, aprovechando las contradicciones inter-burguesas que dividen y debilitan el poder de los explotado-res.

3. La lucha espontanea de los obreros, principalmen-te de los esquilmados por la subcontratación, pre-senta en su avance importantes manifestaciones de actividades comunes de trabajadores de diver-sas empresas y ramas, ya no solo contra sus pa-trones particulares, sino como destellos de lucha política contra el Gobierno y el Estado, y contra la política del sindicalismo burgués que amordaza, desmoviliza y debilita a los sindicatos.

4. El apaciguamiento de las Huelgas Políticas de Ma-sas en los últimos meses causado por la política pa-cifista y electorera de los jefes políticos reformistas y oportunistas, pronto será superado por la fuerza de las contradicciones sociales y la indignación de los trabajadores de la ciudad y el campo ante las burlas, dilaciones y engaños a que han sido so-metidas sus exigencias en las “mesas de trabajo”, y ante la nueva rebaja al salario decretada por el Gobierno.

5. Los jefes políticos reformistas y oportunistas de los partidos pequeñoburgueses, de las organizaciones guerrilleras y de las centrales sindicales, han he-cho frente común con la burguesía para engañar al pueblo con la farsa de paz en La Habana y hacerla extensiva a las clases antagónicas de la sociedad.

6. La clase obrera y las masas trabajadoras siguen huérfanas de un verdadero Partido político revolu-cionario del proletariado, que unifique, organice y dirija todas sus manifestaciones de lucha por sus reivindicaciones inmediatas en la perspectiva de la Revolución Socialista contra todo el poder político y económico de los enemigos del pueblo colombiano.

RESUELVELLAMAR A LOS COMUNISTAS Y REVOLUCIONA-

RIOS A REDOBLAR ESFUERZOS EN LA VINCULA-CIÓN A LAS MASAS1. Principalmente de la clase obrera para avanzar en

la construcción de la organización comunista en las fábricas, en la conquista de la independencia de clase en el movimiento sindical y en la prepara-ción del Congreso del Partido político del proleta-riado, y en la lucha por la unidad internacional de los comunistas.

2. Para coadyuvar a que los obreros, campesinos, pequeños y medianos propietarios, y todo el pue-blo trabajador, persistan en unir y generalizar sus Huelgas Políticas de Masas, cerrando filas contra la intensificación de la superexplotación, en la cual se concentra el ataque económico de los capitalis-tas contra el pueblo. ¡Por alza general de sala-rios, salud, educación y vivienda para el pue-blo! ¡Adelante!

3. Para movilizarlas en campos y ciudades a rechazar la mentirosa paz de los ricos, que es un proyec-til almibarado dirigido directamente a desarmar el espíritu de lucha del pueblo, a disuadirlo de la necesidad de la violencia revolucionaria de las ma-sas para conquistar la verdadera paz sin opresión ni explotación del hombre por el hombre. ¡Ni paz con los explotadores, ni paz con los opresores!, ¡Ningún apoyo a los victimarios!, ¡Santistas y Uribistas la misma plaga son!, ¡Santos y Uribe asesinos del pueblo son!

4. Como la mejor forma para aislar a los jefes políti-cos reformistas y oportunistas de la dirección del movimiento de masas, denunciando en directo su colaboración pacifista con los enemigos del pueblo, mostrando en vivo su papel de lugartenientes de los explotadores y defensor de la esclavitud asala-riada y de la sumisión a la dictadura de los capita-listas.

VI Reunión Plenaria del Comité de DirecciónX AsambleaUnión Obrera Comunista (mlm)

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LUCHA DE MASAS

Las razones más profundas de las gigan-tescas manifestaciones el 24 de enero en todo el país no tienen su causa en las preten-siones de uno u otro partido o grupo polí-tico, sino en la supe-rexplotación, opresión y dictadura contra el

pueblo, incrementadas con la crisis económica del capita-lismo mundial. En ese día se concentró el repudio a todas las infames medidas antiobreras y antipopulares impues-tas por el gobierno, que han enriquecido a unos cuantos zánganos explotadores y generalizado la miseria, el ham-bre, el desempleo y la devastación de la naturaleza.

Contra el pronóstico de los amigos del gobierno en el seno del movimiento obrero, esto es, de los partidos fal-sos amigos del pueblo que han respaldado la médula de su política de paz, un grupo de jóvenes, principalmente estudiantes —de esos sin oportunidades de empleo, can-didatos a ser contratados como tercerizados o hijos de pequeños propietarios— iniciaron un llamado a un paro nacional por la red social Facebook; fueron ridiculizados por las camarillas de las centrales sindicales quienes les dijeron que no eran nadie para convocar un movimiento nacional, pero después, cuando vieron la magnitud de las movilizaciones y el respaldo conquistado por los jóvenes, se apresuraron a revivir el entreguista Comando Nacional Unitario, a hablar de paro y a redactar a puerta cerrada un pliego de peticiones para presentarlo al gobierno.

Los jóvenes hicieron un grupo al que se sumaron cien-tos en unas pocas semanas, se coordinaron por Whats-App y organizaron unas llamadas “mesas de trabajo”, que en realidad son direcciones regionales de la manifestación por ciudades, con el lema de que el movimiento no le per-tenece a ningún partido político. Así encabezaron extraor-dinarias movilizaciones en muchas ciudades y municipios contra las que el Estado concentró una fuerza desmedida, acuartelando sus tropas en primer grado, temeroso ante un levantamiento popular.

La jornada del 24 de enero es una expresión de la fuer-za que tiene el pueblo, destaca los nuevos dirigentes de masas que necesita para hacer frente, hasta hacer retro-ceder, a sus centenarios enemigos. Las marchas y con-centraciones en más de 30 ciudades y municipios del país contaron con miles de manifestantes, entre ellos muchas organizaciones sindicales, que fueron al evento contra la orientación de sus direcciones.

Por los informes y videos circulados por las redes so-ciales se ven manifestándose masas compactas, belige-rantes, desafiando al gobierno y empuñando ingeniosas denuncias; en todas las calles la aceptación y el respaldo del pueblo fue notoria; el denominador común fue la par-ticipación mayoritaria de la juventud; y la conclusión más general de la jornada: ¡El pueblo trabajador se puso de

acuerdo en la necesidad de realizar un gran paro na-cional!

El gigantesco ascenso de la lucha revolucionaria de las masas que se desarrolla en el país, y cuya tendencia es a un choque de todo el pueblo contra sus enemigos repre-sentados en el Estado, tiene nombre propio en el movi-miento obrero: Huelga Política de Masas. Es una alianza de los explotados y oprimidos contra los explotadores y opresores; la jornada del 24 de enero fue parte de ese ca-mino y se convirtió en un termómetro para medir la fuerza y el odio de los pobres contra el gobierno, como represen-tante de los ricos.

Fue un movimiento con independencia espontánea frente a los partidos que han mangoneado la lucha, con un carácter fundamentalmente revolucionario, superando la intriga desmovilizadora de los falsos amigos del pueblo, que se han sumado a la paz y culpan de todos los males al rancio uribismo, quien trató de sacar provecho de esta manifestación, al igual que el Partido Conservador, pero que no tuvieron apoyo popular, porque ningún partido reaccionario puede representar el sentimiento y las reivin-dicaciones del pueblo oprimido y explotado. Dentro de los manifestantes se presentaron seguidores de esos parti-dos que defendieron su participación en la manifestación como gentes del pueblo y luchadores contra el gobierno. Así fue en Bogotá donde varias mujeres se enfrentaron a un sector de los manifestantes que quisieron señalaras como de derecha, pero que no se dejaron sacar porque esta lucha no le pertenecía a ningún partido político, así se dijera de izquierda como Marcha Patriótica.

La actitud de los partidos burgueses, incluido el uri-bismo, frente a este colosal movimiento, fue ignorarlo o lamentarlo porque no aceptó su intermediación hipócrita; las fuerzas armadas del Estado se prepararon como para provocar y bañar en sangre una insurrección, cuando esta apenas era una manifestación desarmada; el demagogo Santos discursó de que esta era acción de Uribe y que no subiría el IVA este año, la Iglesia trató desde el púlpito de apaciguar los ánimos de los oprimidos aun cuando el Papa habla de un mundo injusto y ruin; los jefes de las centrales ridiculizaron a los dirigentes porque no eran na-die, y los grandes medios de comunicación, una vez que no pudieron hacer pasar a los organizadores como unos aventureros, mostraron el evento como algo sin importan-cia, registrándolo parcial y muy superficialmente una vez realizado.

Como parte del inevitable desprestigio en que están los reformistas, los oportunistas y las camarillas sindicales vende obreras, junto con sus partidos como el Verde, Li-beral, Progresistas, Marcha Patriótica, Polo-Moir, Partido Comunista Colombiano, entre otros, quedaron de hecho aislados de la manifestación del 24 de enero. Pero ahora, una vez tomada la iniciativa por las fuerzas del pueblo, principalmente juveniles, los jefes sindicales vendeobre-ros de las centrales CUT, CGT y CTC están hablando de paro, cuando han mostrado que en realidad no están in-

Balance del 24 de enero:

¡A Preparar el Paro Nacional, a Generalizar la Huelga Política de Masas!

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teresados en organizar la lucha de los trabajadores, sino en coartarla, aislarla y desviarla con su intervención con-ciliadora y entreguista.

De otro lado, la jornada dejó ver la influencia del mo-vimientismo moderno, presentado como un proyecto aparentemente apolítico, que ya en otros países de Asia, Europa y América Latina, demostró que no puede ir más allá de reunir a las masas contra el gobierno de turno, quedando impotente para conquistar las reivindicacio-nes más sentidas del pueblo trabajador, porque no logra defenderlas firmemente, ni garantizar la continuidad del movimiento, dado que no reconoce la división de la socie-dad en clases sociales que luchan entre sí en defensa de sus intereses antagónicos, y solo pueden hacerlo dirigidas por sus partidos políticos. Los intereses de las masas y en particular los de la clase obrera no se pueden diluir en las intenciones de derrocar un mandatario y echar atrás unas privatizaciones.

Hay que decir a los compañeros organizadores de la jornada que los luchadores sí tienen color en las banderas que defienden, son las banderas de la lucha, del pueblo, que busca la emancipación del yugo de la explotación, que ataca el interés de la ganancia, para conquistar au-mento del salario, estabilidad laboral, salud, educación, vivienda y quitar las usureras cargas tributarias a los trabajadores. El apoliticismo no es una alternativa para los oprimidos y explotados en esta sociedad dividida en clases, donde son inevitables los partidos políticos, que representan el interés de una u otra clase. Por tanto, es erróneo oponerse a la política en general y lo que debe ha-cer el pueblo es acercarse a la política de la clase obrera, la única que puede brindar una dirección justa a la lucha, porque defiende los intereses de la clase más numerosa del país y la más revolucionaria de toda la historia; por-que solo los que trabajan por construir el partido revolu-cionario del proletariado pueden llevar a feliz término la agudización de la lucha de clases, pues en la lucha actual por las reivindicaciones inmediatas, defienden también el porvenir socialista, el futuro inevitable de la sociedad.

Los partidos que hoy se hacen llamar revolucionarios, obreros y hasta comunistas, no representan a la clase obrera, son defensores de la explotación capitalista y la propiedad privada, tienen profundos acuerdos con los ex-plotadores y, en particular, con Santos a quien apoyaron para su reelección, en defensa de la paz mentirosa que negocian en La Habana entre los victimarios del pueblo, y cuyos compromisos son ajenos a las reivindicaciones que exigen hoy los trabajadores de manera directa y revolu-cionaria.

Por eso en este combate también los luchadores pu-dieron apreciar una posición de clase clara y revolucio-naria, representada en el periódico Revolución Obrera, en los discursos de varios oradores populares y en el comu-nicado de los Comités de Lucha. Posición que tuvo una mayor audiencia, en parte, gracias a la ausencia de los grandes jefes del reformismo y el oportunismo, así como de la camarilla del sindicalismo burgués, apartados del movimiento por sus compromisos con el gobierno.

La jornada del 24 de enero demostró que un paro hay que organizarlo y sostenerlo con la fuerza, incluso contra el ataque de las fuerzas represivas y desafiando las leyes coercitivas, como lo hicieron los campesinos en el paro de 2013 y las comunidades en las regiones como los Llanos Orientales, Boyacá, Tolima y Huila, entre otros, contra el gobierno y las empresas mineras. De ahí que la tarea prin-cipal de los dirigentes y activistas es generalizar la huelga política de masas, ante lo cual la iniciativa de los jóvenes es muy valiosa, así como la invaluable experiencia de los viejos obreros y revolucionarios que pueden dar claridad en las ideas de organización necesarias para concretar los propósitos actuales.

Se necesita generalizar los Comités de Huelga o de Paro, para que esta lucha revolucionaria de las masas se funda en una sola y con su fuerza logre frenar los abusos de la explotación capitalista. Es el momento de realizar Encuentros Obrero-Campesinos-Populares por Regiones que acuerden la Plataforma de Lucha, planes inmediatos de lucha y elijan los Comités Regionales del Paro, como ya lo está impulsando un grupo de activistas en Medellín, partiendo de las experiencias pasadas de los paros en el Pacífico, Boyacá, Guajira, etc. Hay que juntar la pelea de los obreros como los de la USO, los que están resistiendo a los cierres y despidos masivos, con los estudiantes y maestros, con los trabajadores Estatales, con los trabaja-dores y usuarios de la salud a quienes les vienen cerrando hospitales y despidiendo, con los desplazados engañados, con los campesinos y los indígenas, con los recicladores y viviendistas, con los vendedores ambulantes y pequeños productores… todos bajo una sola Plataforma y un plan de preparación de un Gran Encuentro Nacional encami-nado a definir el Pliego Único, elegir el Comité Nacional del Paro y la hora cero de la Huelga Política de Masas. No se debe permitir que los jefes vendeobreros de las centrales sindicales impongan su pliego recortado y demagógico, se autonombren dirigentes del paro y terminen traicionando el movimiento como siempre.

Los luchadores sí son capaces de llevar hasta el final un paro nacional, contando con el respaldo de las orga-nizaciones obreras y populares desde la base, aún sin el consentimiento y el respaldo de los grandes jefes del re-formismo y la camarilla sindical vendeobrera. Y lo pueden hacer si logran unirse para conquistar la unidad del pue-blo en torno a una Plataforma de Lucha de Todo el Pueblo, si evitan que el gobierno engañe el movimiento con las desmovilizadoras “mesas de trabajo” e impiden que la lu-cha sea desviada en respaldo a la farsa de la paz.

Es tarea de los activistas crear los Comités de Paro o de Lucha por todas partes: fábricas y empresas, veredas y barrios, localidades y municipios, regionales y nacionales. Las tareas de esos Comités son la difusión de la Platafor-ma de lucha, el desarrollo de las tareas de movilización y de preparación del paro, donde se definan, entre otros, los sitios a bloquear, la consecución de materiales para ha-cerlo, tales como llantas, piedras, postes, canecas árbo-les, etc., y las formas de enfrentar al Esmad en cada caso. Además, como se trata de parar la producción, médula de las ganancias capitalistas, hay que preparar piquetes para bloquear porterías e impedir el ingreso de los traba-jadores a las empresas el día del paro; resolver en cada parte cómo parar todo el transporte, trazar las manifesta-ciones en cada localidad, con sus respectivos recorridos y bloqueos, etc.

Es el momento de fortalecer la unidad, la organización y la confianza en la fuerza poderosa de las masas y afianzar la desconfianza total en el Estado burgués, terrateniente y pro-imperialista, porque éste representa los intereses de los explotadores; seguir confiando en este Estado y en el ideal de la democracia bajo este sistema opresor y explo-tador, es traicionar a la clase obrera y al pueblo trabaja-dor que se levanta en lucha porque ya no aguantan más.

Sólo la unidad, la organización y movilización indepen-diente de la influencia de todos los politiqueros y de todos los explotadores, darán la victoria al pueblo en esta lucha por sus reivindicaciones inmediatas y le permitirán avan-zar hacia su liberación definitiva. El paro nacional es solo un episodio de la lucha en el camino hacia la revolución social y política que acabe con las causas de fondo de la situación del pueblo colombiano, que son la explotación capitalista y la opresión, ejercidas por la burguesía, los terratenientes y los imperialistas sobre quienes sostienen la sociedad con su trabajo.

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Compañeros obreros, campesinos, luchadores y pueblo en general…

El gobierno en cabeza Santos tiene arrinconados a los trabajadores en el hambre, la superexplotación, el despojo y el desempleo, y las vías de hecho han sido la respuesta del pueblo para evitar su degradación física y espiritual. Ya quienes se han puesto en pie saben y han comprobado que con su propia fuerza, con el arma de la huelga, el bloqueo y la toma, apoyados por la comunidad pueden sostener su movimiento. Saben y han comprobado también que el método del gobierno es prometer, dilatar con las llamadas mesas de trabajo y reprimir ferozmente, con la mano directa del Esmad y del Ejército o con la mano siniestra del paramilitaris-mo.

¡Ha llegado la hora de pelear en todas partes y a la vez! el Estado no es capaz de sofocar las llamas que en-cienden los trabajadores y que se extienden por todo el país. Se requiere de la unidad de todo el pueblo colom-biano para hacer retroceder a los explotadores, porque dispersos y por partes, la lucha es más difícil, pues es contra una maquinaria centralizada que desplaza su principal fuerza y cuenta con los más zorros concerta-dores, para apagar las zonas en lucha.

La jornada del 24 de enero demostró que se pue-de luchar con independencia de los politiqueros, de las camarillas de las centrales sindicales y de los que res-paldan el negocio de las conversaciones de paz en La Habana; que los luchadores pueden coordinarse a nivel nacional y cuentan con el respaldo para generalizar las Huelgas Políticas de Masas que obliguen al gobierno a cumplir las exigencias de todo el pueblo trabajador.

Quienes de verdad están interesados en la unidad del pueblo y saben que con una Huelga Política de Ma-sas a paro nacional se puede conquistar las reivindica-ciones más sentidas de los obreros y campesinos, han podido romper el aislamiento, se han coordinado, han citado a un movimiento amplio y se manifiestan como el pasado 24 de enero. Esto debe seguir, concretándose en organizaciones de paro por todas partes, en todos los sectores, llegando a un Gran Encuentro Nacional para ponerse de acuerdo en las exigencias, elegir a los dirigentes y decretar la hora cero del paro nacional.

¿Por qué las fuerzas de los trabajadores, aparente-mente dispersas y faltas de recursos y maniobra, pue-den vencer a las fuerzas decadentes del Estado capita-lista, que parecen tan fuertes? Porque las fuerzas del pueblo son la justa respuesta a la opresión, están del lado de la verdad y representan las aspiraciones de la inmensa mayoría de las masas populares, mientras las

fuerzas del ejército, la policía y los funcionarios del Es-tado reaccionario viven divorciadas de las masas po-pulares y están opuestas a ellas, salvaguardando los intereses de los capitalistas enemigos del pueblo. Así que ¡Contra ellos! ¡Al paro! ¡A los bloqueos! ¡A la calle!

A organizar comités de paro en todos los sectores y en coordinación nacional, a programar asambleas obre-ras y campesinas para nombrar direcciones con autén-ticos luchadores del pueblo, para fijar la hora cero del paro nacional y recoger las aspiraciones más sentidas en una Plataforma de Lucha del Pueblo Colombiano, como la que proponen los Comités de Lucha presentes en varias ciudades del país.

Si bien ya el pueblo está curtido de las promesas y la represión de los de arriba, también lo están de los intermediarios y colaboradores del gobierno, que dila-tan la lucha desviándola de su cauce revolucionario, siendo peor el remedio que la enfermedad. No más ilu-siones en supuestos salvadores, el pueblo necesita ver-daderos representantes de sus intereses y debe desta-carlos en los comités, en los encuentros o asambleas obrero campesinas: ¡Sólo el pueblo salva al pueblo!

Los partidos reformistas y los jefes vendeobreros de las centrales sindicales que se autoproclaman repre-sentantes del pueblo y mediadores de los conflictos, son auxiliadores de los de arriba, pagados para apagar las luchas y ayudar a la continuación de los negocios capitalistas a costa de más superexplotación, opresión y miseria. No hay que olvidar que el gobierno con una mano sostiene la Unidad Nacional entre los explotado-res y la alianza con los partidos que se dicen del pue-blo, revolucionarios y hasta comunistas, para impedir la independencia del movimiento obrero, apaciguar las luchas de los trabajadores y mantenerlas dispersas e impotentes; mientras con la otra mano descarga su más feroz ataque con sus reformas antiobreras y anti-populares y el terror de sus fuerzas militares ¡Pero esto se acabó!

Así como las masas trabajadoras comprueban el po-der que tiene su unidad y la eficacia del paro o Huelga Política de Masa, así mismo deben saber que el prole-tariado es la fuerza entre las del pueblo capaz de dirigir un levantamiento a un futuro promisorio, hasta lograr la emancipación definitiva del trabajo, acabar con la miseria, con la injusticia y con la destrucción de la na-turaleza. Solo el proletariado puede conducir a todo el pueblo trabajador hacia una auténtica Revolución So-cialista que conquiste el poder para los obreros y cam-pesinos armados, cuya fuerza sentencie la propiedad colectiva de los medios de producción, expropie a los expropiadores y acabe con la explotación y la opresión.

¡Contra los de arriba: unir y generalizar la Huelga Política de Masas!

¡A formar Comités de Paro por todo el país!

¡A preparar encuentros o asambleas obreras y campesinaspor regiones y a nivel nacional!

¡A generalizar la huelga política de masas y por la Revolución Socialista!

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Miles de personas alrededor del mundo apoyan a los “revolucionarios” de papel, al frente de la administración de muchos estados burgueses. Recién despertados a la vida política, abundan personas del común seducidas por el brillo de los discursos beligerantes y revoluciona-rios de nuevos gobernantes, auspiciados tras bambalinas por facciones del mismo poder capitalista. Hoy, cuando el calor de las palabras se disipa bajo la frialdad de las acciones que ejecutan esos representantes de partidos políticos burgueses vestidos de “alternativas revoluciona-rias”, la mayoría de las personas quedan confundidas y desconcertadas.

Los reformistas y revisionistas alrededor de todo el mundo, con sus intentos de “mejoras” estéticas y tempo-rales al sistema, han cumplido el papel de esperanzar a muchos oprimidos que bajo este régimen de producción capitalista en descomposición, regido por la propiedad privada y la esclavitud asalariada, puede haber futuro.

Pero también los obreros alrededor del mundo han ve-nido despertando; la situación de evidente colapso del sis-tema, la hambruna, el desempleo, la superexplotación y la corrupción generalizadas, demuestra a ojos vista que estamos en la época de la agonía práctica del capitalismo y que los trabajadores son los que soportan las peores consecuencias.

Ejemplos cercanos de lo que hace el reformismo bur-gués en el poder, es Venezuela, Argentina y Brasil. Des-tacamos el primer caso y a continuación citamos al Movi-miento Venezolano de Trabajadores Comunistas, que en el marco del Segundo Encuentro Nacional de Organizacio-nes Revolucionarias publican un importante comunicado del que reproducimos lo siguiente:

“...El proceso revolucionario ha estado bajo la dirección de sectores de la pequeña burguesía, que en la forma se presentan como socialistas, pero que en su contenido y práctica se ahogan en la burocracia burguesa y pequeño-burguesa como parte de la lógica capitalista. Es así como la socialdemocracia, el reformismo y el oportunismo gene-ran mecanismos para embellecer el capitalismo y alejar al proletariado de su objetivo histórico, que no es otro que la destrucción del sistema capitalista para la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad sin clases.”

La crisis económica, política y social venezolana era tan profunda que ni la represión abierta y brutal por parte de la burguesía en los años 80’s y 90’s1 podía igualar las consecuencias de la crisis económica mundial que ahora sufre directamente un país oprimido como estos, la co-rrupción abrumadora del Estado y la enorme crisis social que hace de la miseria algo inocultable por los lánguidos proyectos chavistas para el pueblo. Sirvió temporalmente la estratagema de presentar el camino de la reforma, al amplio y violento movimiento de masa venezolano de fina-les de los años noventa.

El chavismo frenó en seco el riesgo de la exacerbación extrema de la lucha de clases que condujera a una in-surrección, con reformas elaboradas dentro del Estado burgués que igual estaban a punto de ser arrebatadas

1 Durante la represión del Caracazo en 1989, por ejemplo, se habla de más de 300 muertos oficiales y 2000 cadáveres desaparecidos.

violentamente por las masas. De esa forma, con dádivas sociales, temporales y parciales, la burguesía protegía su propiedad privada, el régimen de producción capitalista seguía intacto y firmemente anclado en la sociedad ve-nezolana ¿Significó esto un avance en el aprendizaje de los obreros y campesinos en su lucha por la emancipa-ción? Depende de la actuación de los auténticos comu-nistas. El efecto de la ampliación de las libertades civiles y democráticas, depende por entero de si se toman esas reformas como el fin o solo como el medio para preparar la revolución socialista, que expropie radicalmente a los expropiadores.

En los tiempos de bonanza petrolera bajo el gobierno de Hugo Rafael Chávez Frías, la burguesía no tenía pro-blema en ceder reformas “progresistas”, porque se sen-tía amenazada por el ímpetu revolucionario del pueblo. La enorme corrupción del Estado se podía sostener a la chita callando. No fue Chávez quien concedió al pueblo, fue éste poniendo sus muertos y con el respaldo de sus organizaciones, quien conquistó esos triunfos y obligó por la fuerza a la burguesía a ceder algo de las ganancias. Y con tal de preservar lo realmente importante, la propiedad privada, no había problema en poner al frente la adminis-tración estatal a un hombre íntimo de la burguesía liberal como Chávez. Pero 15 años después, el colaboracionismo y convivencia con los enemigos, que predica el gobernan-te Partido Socialista Unido de Venezuela, corrompe, con-funde y divide a los trabajadores. La burguesía que se ha fortalecido políticamente, a la sombra del chavismo, ahora está en la capacidad y la necesidad de aplastar las libertades formales, así como cortar de tajo el gasto social para el salvamento de sus negocios en crisis.

“Las fuerzas revolucionarias con el proletariado a la ca-beza deben conquistar la dirección política de las amplias masas, es decir, llevar a cabo la lucha implacable y decidi-da contra la burguesía pro imperialista y elementos peque-ñoburgueses reformistas, con sus diversas expresiones. Esto significa atraer a nuestro lado a la mayoría del pueblo trabajador que hoy padece las consecuencias de la crisis capitalista y de la bancarrota de la socialdemocracia, que ha demostrado su incapacidad política para implementar medidas acertadas para superar la crisis económica, sino por el contrario, ha apostado por el camino de la concilia-ción y la vacilación.” Dicen los compañeros arriba citados.

Ese camino de conciliación y vacilación pequeñobur-guesa que muchos han transitado hasta hoy, conduce a sumarse al lodazal de los enemigos de la revolución. Trai-dores como Berstein y Kausky se revuelcan en la misma charca, donde comparten el barro con aquellos que reba-jan su programa político, de ser el partido de la revolución social para convertirse en unos reformistas más. Chávez, nunca fue marxista, ni se propuso nada distinto a frenar la revolución social. Fue y siempre ha estado fuera de la filas de los comunistas. Pero su charca, siendo de una especie distinta, es tan apestosa como la de los revisio-nistas. En buena hora los revolucionarios del mundo han empezado a repudiarlos, porque no hay unidad posible con ellos. ¡Hay que seguir adelante camaradas deslindan-do campos con el reformismo y el oportunismo!

La charca del chavismo es tan apestosacomo la del revisionismo

INTERNACIONAL

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15 de febrero de 2016 Semanario Revolución Obrera 11Efemérides

En el 50 Aniversario de la Muerte de Camilo Torres Restrepo

(Febrero 1966 – Febrero 2016)

El 15 de febrero se conmemora el 50 aniversario de la muerte de Jor-ge Camilo Torres Restrepo, conocido como el Cura Guerrillero, un apela-tivo que no corresponde a la realidad por cuanto Camilo fue en realidad un gran Tribuno Popular.

Nacido en el seno de una familia burguesa, traicionó a su clase para entregar su vida a la lucha por la li-

beración. Murió a los 37 años en una aventura inútil creyendo que de verdad el Ejército de Liberación Nacional – ELN, hoy en conversaciones de paz con los centenarios enemigos del pueblo, buscaba “liberar al pueblo de la explotación de las oligarquías y del imperialismo”. Y creía ingenuamente, que esa organización de la pequeña burguesía “no depondrá las armas mientras el poder no esté totalmente en manos del pueblo.” Así lo manifestó en su últi-mo Mensaje al Pueblo Colombiano.

Fue exaltado por la pequeña burguesía como el cura guerrillero, sin embargo, Camilo no alcanzó a combatir. Su actividad como maestro revolucionario —co-fundador de la facultad de sociología de la Universidad Nacional y primera en el continente—, su entre-ga a lucha de los obreros y campesinos, su enérgica condena a las desigualdades sociales y a la opresión política de los explotadores, su actividad política como gestor del Frente Unido del Pueblo, le acarrearon el odio de las clases dominantes y el cariño sincero de las masas y de todos los revolucionarios. Camilo se convirtió en un Tribuno del Pueblo y en un adalid de su Unidad, gestor de la Alianza Obrero Campesina, fuerza principal de la revolución social.

Siendo sacerdote y no comunista, deslindó campos con la cú-pula eclesiástica, declarándose amigo de los comunistas y conde-nando el anticomunismo. Para él, por encima de las diferencias ideológicas primaba el interés supremo de la revolución social: “El deber de todo Cristiano es ser revolucionario, y el del revolucionario hacer la revolución”.

Pese a provenir de una familia burguesa, repudiaba a los falsos representantes de los obreros y del pueblo, al punto que en una ocasión se comparó con el jefe vendeobrero de la Confederación del Trabajo Colombiana – CTC, Raquel Mercado, proveniente de familia obrera: “usted y yo, solo tenemos una cosa en común: am-bos somos traidores de nuestra clase.

Camilo murió muy joven. Su muerte prematura e inútil es una consecuencia del aventurerismo de la pequeña burguesía que hoy muestra la otra cara —la de la renuncia a la lucha y la claudica-ción ante los enemigos— que corresponde a la naturaleza de su condición social, de ser explotadora y explotada y oprimida a la vez.

Camilo se equivocó, no al considerar la lucha armada como la única salida para garantizar los cambios radicales, sino al creer románticamente, como Guevara, que el pueblo, quien lo había se-guido en las plazas y las movilizaciones, lo seguiría en la aventura guerrillerista.

El proletariado revolucionario rinde homenaje al sacerdote re-volucionario en el 50 aniversario de su muerte y llama a sus reales seguidores a no traicionar al pueblo, a seguir su ejemplo y supe-rarlo, a unirse a los comunistas en la lucha por el Partido revolu-cionario de la clase obrera, a luchar mancomunadamente por for-jar el Frente Unido, la Alianza Obrero Campesina que, dirigida por el proletariado, conquiste el Poder para el pueblo y logre el sueño de la liberación, instaurando el Socialismo.

Una cuota de apoyo para nuestra Prensa

La Voz de La Unión, La Voz de Las masas

Los retos que tenemos por delante los revolucio-narios son grandes; son muchos los motivos que llevan a las masas a levantarse en protesta, infi-nitas las razones por las cuales este podrido sis-tema basado en la explotación y la opresión, debe ser sepultado, dando paso a la construcción de una nueva sociedad basada en la confraternidad y solidaridad de los pueblos y en su convivencia con la naturaleza. Sabemos igual que usted que no es tarea fácil, ésta de luchar por derrumbar un sistema que se muestra con careta fuerte e in-vencible, pero que si se le conoce en sus entrañas y se le estudia con ojo científico permite ver que como dijera Mao es un gigante con pies de barro. La humanidad clama a gritos cambios de fondo y los comunistas tenemos la responsabilidad de ser la luz que ilumine ese camino para que las masas vean cuán grande es el poder que tienen por ser la fuerza sobre la que se soporta toda la estructura de la sociedad.

Y en esa brega, siempre contamos con usted como una importante fuerza de apoyo para toda nuestra actividad. Hoy, le estamos haciendo par-tícipe de una tarea urgente que estamos desarro-llando en nuestros organismos, y que esperamos poder hacerlo parte de esa fuerza que nos lleve a un triunfo como en otras ocasiones. A los organis-mos les hicimos llegar una circular de la cual le compartimos el siguiente aparte:

Hoy camaradas, nos vemos en la urgente nece-sidad de pedirles un esfuerzo especial, urgente, in-mediato, de sacrificio, pues los fondos económicos de la propaganda están en rojo para sacar ade-lante las tareas. Estamos concretando un plan que nos permita ganar en poco tiempo cierta estabilidad en los gastos, en cumplimiento de la orientación de la VI Plenaria del Comité de Dirección, pero el co-mienzo de año nos ha ahogado con tres tareas de obligatorio e inmediato cumplimiento, para lo cual no tenemos los fondos, y por ello hemos tomado la decisión de apelar a todos los cuadros, militantes, aspirantes, amigos y lectores:

1. Edición de Revolución Obrera.2. Edición del folleto Cuba: el Socialismo Fic-

ción y el Capitalismo Verdadero.3. Pago de gastos inmediatos de funcionamien-

to (arrendamientos, mantenimiento de equipos, insumos, envíos, etc.).

Esperamos contar con usted en esta tarea a través de un apoyo voluntario, que junto con los demás nos permitirá oxigenar nuestro trabajo de propaganda y poder tener en este 2016 muchos más éxitos en bien de la lucha de la clase obrera contra la explotación y opresión y por el futuro de la Revolución Proletaria Mundial.

Le invitamos muy fraternalmente a que nos haga llegar sus opiniones sobre nuestra prensa, que son valiosísimas para mejorar cada día la ca-lidad de Revolución Obrera; y claro, sus opiniones acerca de los cambios en la página Web y la pre-sentación de nuestro Blog.

Caluroso saludoComisión de Agitación y PropagandaPeriódico Revolución Obrera

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12 Semanario Revolución Obrera 15 de febrero de 2016

En octubre del 2009, la VIII Asam-blea de la Unión Obrera Comunista (mlm) hizo un llamado a los marxis-tas leninistas maoístas de Colombia a preparar el Congreso del Partido.

¡Ha llegado el momento de mar-char hacia el Congreso del Partido! Se dijo en esa ocasión y hoy reafirma-mos esa conclusión y orientación co-rrecta, que corresponde con el avance de los comunistas revolucionarios en el conocimiento científico de la socie-dad colombiana y de las condiciones en que lucha el proletariado, suficien-te para poder trazar un plan de lucha a corto, mediano y largo plazo que les permita dirigir a su clase hacia la conquista y destrucción del Estado reaccionario y la edificación del nue-vo Estado basado en la alianza obrero campesina. No se puede seguir igno-rando la imposición de las relaciones capitalistas en la sociedad colombia-na, expresadas en hechos tan con-tundentes como los resultados de la guerra contra el pueblo y las actuales negociaciones entre los victimarios.

Hoy, como en el 2009 sigue sien-do verdad que el trabajo realizado en estos años, tanto por los grupos y organizaciones, como por los comu-nistas que actúan sin organización política, ha permitido un acumulado de experiencias y logrado un nivel de contacto con el proletariado, que en la lucha por superar el aislamiento de los comunistas con respecto a la cla-se obrera y las masas, se puede decir que se han logrado establecer fuertes lazos con sectores importantes del proletariado y con los aliados revolu-cionarios.

Sin embargo, esto no es suficien-te, para acercar a las grandes masas a las ideas comunistas y al programa revolucionario; transformar nuestro movimiento en un gran movimiento social, exige el esfuerzo común por hacer consciente entre las masas la bancarrota de la socialdemocracia y su política de conciliación y concer-tación de clases, enfrentar manco-munadamente la lucha ideológica y política contra la conciliación y la paz patrocinada por el reformismo en general, a la vez que combatir el desarme ideológico propagado por el reformismo armado y la reacción, así como destrozar las ilusiones de los “nuevos” reformistas que presentan sus miserables remiendos como al-ternativa a la debacle del capitalismo imperialista. Y el mejor instrumento para hacer este trabajo unificado es el Partido.

Hoy, con mayor razón que en el 2009, podemos afirmar que ha llega-do la hora de superar el trabajo de los grupos aislados para vencer la impo-tencia y dar respuesta a las exigen-cias de la lucha de clases y al actual ascenso del movimiento de masas. Este movimiento crece y se extien-de por todo el país, viéndose cada vez más cerca un enfrentamiento del pueblo contra del Estado, a la mane-ra de un paro nacional o una huelga política de masas; combate que los comunistas podrán preparar y dirigir siempre y cuando estén organizados como Partido Político.

Hoy cobra mayor importancia el re-conocimiento de que a nivel interna-cional, todas las contradicciones del capitalismo se han agudizado frené-ticamente, la crisis económica mun-dial en que se debate este sistema, la más grave de toda su historia, es de tal magnitud que los sabelotodos teóricos al servicio de la burguesía no salen de su asombro, y es evidente la impotencia de los gobernantes capi-talistas; siendo ésta una condición magnífica para el avance de la Re-volución Proletaria Mundial, pues el mundo clama a gritos cambios radi-cales y las masas en todos los países están prestas a las ideas de los comu-nistas. El mundo está maduro para la revolución, es una verdad contunden-te que la convulsionada lucha de cla-ses ratifica todos los días y en todas partes del planeta.

Reafirmamos que esta situación exige de los comunistas en Colombia luchar contra el revisionismo post maoísta o “nueva síntesis de Ava-kian” para superar el derrumbe del Movimiento Revolucionario Interna-cionalista – MRI y avanzar en la uni-dad en una Internacional Comunista de Nuevo Tipo. Sin un avance en la definición de la Línea General para la Unidad del Movimiento Comunis-ta Internacional no será posible con-cretar el Partido en Colombia, pero a su vez, el avance en la propia unidad de los comunistas en Colombia en un único Partido contribuye a la unidad en la Internacional, como el instru-mento principal para el triunfo de la Revolución Proletaria Mundial.

Reafirmamos que la lucha abne-gada y sin prejuicios contra el sec-tarismo, contra todo apetito grupis-ta, contra los intereses mezquinos del individualismo pequeñoburgués, deben regir el quehacer de todos los comunistas, que en Colombia luchan por la unidad de los marxistas leni-

nistas maoístas en un sólo Partido. Ser responsables con el proletariado es ahora, luchar a brazo partido por reconocer la realidad, avanzar en la superación de las divergencias y pro-fundizar la unidad. Sólo de esta ma-nera seremos dignos de llevar el hon-roso nombre de comunistas.

Reafirmamos la exhortación a to-dos los auténticos comunistas revo-lucionarios en Colombia a ponernos de cara ante un período de trabajo tesonero por concretar la unidad de los comunistas revolucionarios en un solo Partido. Reafirmamos nuestra confianza en que este llamado será bien recibido por nuestros camara-das de otras organizaciones y todos los revolucionarios que en Colombia luchan por su construcción.

¡Todos los marxistas leninistas maoístas a preparar el Congreso del Partido en Colombia! es la tarea que la historia hoy nos plantea a los comunistas, y por ello reafirmamos la convocatoria a todos los marxistas le-ninistas maoístas a disponernos ideo-lógica y políticamente para acometer esta trascendental tarea. Reafirma-mos nuestra decisión de poner a dis-posición de la preparación del Con-greso, el Programa y los avances en la elaboración de la Línea de Masas, la Línea Militar y los Estatutos, toda la organización y sus fuerzas, todos los instrumentos y herramientas, to-dos los recursos y todas las energías; los cuales, unidos a los aportes de los demás comunistas en Colombia nos permitirán convocar conjuntamente el Congreso del Partido. Evento que será sin duda, un salto cualitativo en el desarrollo de la lucha de clases en Colombia.

A los auténticos revolucionarios, a la clase obrera y a las masas po-pulares en Colombia, la VI Reunión Plenaria del Comité de Dirección de la X Asamblea de la Unión Obrera Co-munista (MLM) les hace llegar un rojo saludo de clase, y su decisión de lu-cha para dar muy pronto, al proleta-riado del país y del mundo, la buena nueva de que luego de un largo in-terregno de dirección oportunista, la clase obrera podrá contar con su des-tacamento organizado de vanguardia, su organización política de combate: el Partido Comunista Revolucionario de Colombia.

VI Reunión Plenaria – X Asamblea Unión Obrera Comunista (MLM)Colombia, Enero de 2016

¡A Preparar El Congreso Del Partido!CONSTRUYENDO EL PARTIDO

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15 de febrero de 2016 Semanario Revolución Obrera 13

Rubiela Chivará de 51 años de edad tenía una enfermedad del co-razón y una intervención quirúrgi-ca oportuna le hubiera permitido vivir muchos más con aceptable calidad de vida. El 25 de agos-to del 2015 la vio el cirujano que practicaría la urgente operación; pero entre las consultas con anes-tesiología y exámenes de sangre, pasaron tres meses hasta que la programaron por fin para el 6 de enero del 2016. Infortunadamen-te, su cirugía requería que la Clí-nica Jorge Piñeros Corpas, propie-dad del Grupo Saludcoop, tuviera los insumos básicos para practi-carla y un ascensor para subirla hasta el quirófano. Sin recursos y sin ascensor para la cirugía del 6 de enero, el procedimiento fue suspendido. Rubiela murió el 19 de enero.

El caso de Rubiela fue muy co-nocido por esos días, no tanto por los acontecimientos anteriores a su muerte sino por los posterio-res. Casi todo el país sabe que Rubiela, saliendo de la EPS Cruz Blanca, murió a plena luz del día en un andén de la autopista Norte en Bogotá. Es bien sabido que su cadáver permaneció ante la mira-da del público desde la 1 p.m. y siendo las 6 de la tarde permane-cía tirada sin que se efectuara el levantamiento correspondiente. Pero lo que tal vez no se sabe es que sus familiares al ver que pa-saban 5 horas y el cuerpo seguía siendo objeto de morbosidad por miles de curiosos, y en medio del

terrible dolor, no tuvieron más re-medio que bloquear la Autopista para obligar la presencia del CTI, acción que fue apoyada por medio centenar de personas.

“Desde la 1 de la tarde, no ha sido posible que el CTI llegue y nos haga el levantamiento del cadáver, por eso ¡exigimos que hagan el le-vantamiento del cadáver de nues-tra madre! que falleció por la inefi-ciencia de la EPS Cruz Blanca que tenía que practicarle una cirugía y no se le practicó cuando debía ser… hoy está sin vida, tirada en un andén de la vía pública donde pasan miles de transeúntes.”

Explicaba a los presentes el hijo de Rubiela, en un video que puede verse en YouTube.1

“¡Mírenme transeúntes! ¿Cómo se siente uno de familiar? viendo a su mamá tirada allá, burlada. Por eso no nos vamos a mover hasta que llegue el CTI”

¿Y cómo no apoyar a la familia Chivará? Cualquiera está en riesgo de caer como ella, en ese conocido “paseo de la muerte” montado por las EPS. Estando en la misma si-tuación se hubiera actuado igual. Saber que un ser querido muere injustamente, en un negocio sos-tenido con los parafiscales que se pagan mes a mes, para luego verlo tirado en el piso como un despojo público sin que pareciera impor-tarle ni a la policía ni al CTI, ni a ninguna de la autoridades del ré-gimen, en últimas responsable de su muerte, no puede causar más que indignación. El reclamo de la familia Chivará era justo y debía ser atendido con rapidez, pero el Estado burgués, ahora en cabeza de Peñalosa en la capital del país, respondió con la misma barbarie sádica, con la brutalidad propia de las cavernas con que se responde a los bogotanos desde hace 14 años: ¡Gases lacrimógenos y balas de goma estrellándose contra los familiares en luto y contra el ca-dáver de la víctima!

Qué humillación, rabia e indig-nación se siente al ponerse en el lugar de estas personas. Pero el caso de Rubiela es solo uno que ha salido a la luz pública entre miles de anónimos. Y dolorosa-mente enseña que bajo el régimen capitalista de producción, aunque existe el derecho formal a la salud, la realidad es que sigue fuera del alcance de la mayoría trabajado-ra; muestra que no es la llamada “negligencia médica” la responsa-ble de la crisis en salud, sino que la raíz del problema se esconde a simple vista, porque la demora en las citas, la falta de ascensor, los insumos necesarios para la ciru-gía que nunca llegaron, todo esto, es así porque unos pocos gozan del derecho de apropiarse para su beneficio y riqueza de los recursos de la salud producidos por la co-munidad de trabajadores.

Y mientras esto siga así las muertes prevenibles como la de Rubiela Chivará, seguirán ocu-rriendo; la próxima víctima puede ser usted o cualquiera de los suyos ¡¿Qué se puede hacer para impe-dirlo?! Está demostrado que ni las tutelas, ni los jueces, ni los salva-dores supremos, ni hombres como Petro (que estuvo como alcalde la mayoría del tiempo que esta mujer fue burlada por la EPS) ni ninguno otro pobre desgraciado en el poder salvará la salud de usted y su fa-milia del poder de las EPS. Solo un movimiento por la defensa de la salud que inunde las calles del país, que paralice las ciudades y el campo, que golpee el bolsillo de la burguesía, la obligará a retroceder y a derogar la Ley 100 entre otras. Este monstruo que devora la vida de inocentes, no conoce saciedad como no conoce techo la codicia de sus amos. Colombia necesi-ta matar este monstruo, requiere eliminar el derecho a apropiarse privadamente de los recursos de la salud.

(Endnotes)1 https://www.youtube.com/

watch?v=zYHyCjdgza8

La muerte de Rubiela Chivará ¡LECCIONES PARA LAS VÍCTIMAS DEL SISTEMA DE SALUD!

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14 Semanario Revolución Obrera 15 de febrero de 2016

Unidad – Lucha – UnidadAvanzar en la unidad de

los comunistas, beneficia la revolución en Colombia

Conocimos tres comunicados del Colectivo Vanguardia de Unidad Marxista (endefensa-delmarxismoleninismo.blogspot.com.co), en los que se hace referencia a temas candentes para el avance de las tareas de la revolución proletaria en Colombia y Venezuela. De ahí la necesidad de dar a conocer algunas opiniones en relación con dicho colectivo.

Entre los puntos de identidad se puede re-sumir lo siguiente:

Sobre la necesidad de denunciar la falsa paz de la Habana y de la guerra contra el pue-blo, de la tarea urgente de dotar a la clase obrera en Colombia del Partido para guiar la lucha de las masas y su fuerza principal la alianza obrero campesina, que afronte las fu-turas batallas contra la dictadura de las cla-ses dominantes que contará con el respaldo de los reformistas armados y desarmados im-pulsores de la farsa de la paz.

Son puntos de unidad valiosos los com-partidos con los compañeros, pero también surgen varios interrogantes de los cuales es necesario saber ¿qué posición tienen sobre el Maoísmo, considerado por los comunistas como la tercera etapa en el desarrollo de la ciencia del marxismo? y ¿Sobre la base de qué Programa político se fundará dicho parti-do? pues en Colombia los diferentes partidos desde las filas del marxismo leninismo maoís-mo, han hecho públicos sus propuestas de programas para la revolución en Colombia. Qué sano y provechoso sería desbrozar un proceso de debate y unidad con los compañe-ros al respecto.

En otro de sus comunicados titulado “Men-saje de los marxistas leninistas colombianos al pueblo venezolano en víspera elecciones” (del 5 de diciembre de 2015), los compañeros hacen una justa denuncia al falso socialismo en Venezuela denominado “socialismo del si-glo XXI”, aclarando que en Venezuela el pue-blo no tiene el poder, se apunta a la situación candente de la sociedad venezolana en la que el pueblo trabajador no debe escoger al cha-vismo hoy al mando de Maduro, como el mal menos peor, ya que en esencia el poder se lo disputan los diferentes sectores de las clases dominantes en Venezuela, como también las potencias imperialistas entre estas China, Rusia y Estados Unidos. Muy bueno el llama-do a que el proletariado actué con indepen-dencia, avance en la alianza obrera campesi-na y sobre todo de construir el Partido de la clase obrera.

En general son puntos de identidad que nos llenan de alegría en una época en la que, de un lado, se presentan excelentes condicio-nes objetivas para avanzar en la revolución proletaria en el mundo y, de otro lado, se re-quiere de forma urgente que el movimiento comunista supere su crisis, que se dote de un Programa, funde partidos comunistas re-volucionarios donde no existan y avance en la construcción de la Internacional Comunista de nuevo tipo, para avanzar hacia la eman-cipación de la clase obrera mundial del yugo del capital.

Burgueses de las EPS ¿cuándo pararán sus crímenes?

En el caso de un capitalista de la metalurgia, por ejemplo, el incumpli-miento en el proceso de producción tiene costos meramente materiales. Pero para el caso de un burgués propietario de una Entidad Promotora de Salud – EPS, donde hay enfermos en delicado estado bajo su responsabilidad como los de cáncer ¿qué ocurre cuando les niega el suministro oportuno y adecua-do de medicamentos, exámenes o consultas especializadas? ¡Está matando a esos usuarios por supuesto!

Al dejar que el cáncer siga su curso impidiendo el acceso a los moder-nos servicios médicos, se está exterminando cobarde e indirectamente al pa-ciente. MATAR POR OMISIÓN. Además, el burgués propietario de la EPS, es consciente que esa gente a la que condena a morir de la forma más dolorosa y penosa, ha pagado previamente su cuota al sistema de salud, lo que no significa mucho al final para ellos, pues el corazón del capitalista está en su bolsillo y para asegurar sus negocios más que atender bien a los usuarios desposeídos, hay que tener poder económico y político, asegurar los grandes pagos a los parásitos funcionarios públicos y al grupo de abogados defenso-res.

MATAR A LOS USUARIOS DE LA SALUD POR DESATENCIÓN ES LEGAL BAJO EL RÉGIMEN CAPITALISTA. El modelo es tratar al paciente que tenga con qué pagar y monopolizar este negocio. En ese sentido, los explotados y oprimidos no deben guardar esperanza alguna en que los verdaderos culpa-bles de estos crímenes sean castigados por sus propios jueces, en sus propios tribunales prostituidos y serviles. La salud pública no es una característica de este sistema depredador de hombres, él se vio obligado a otorgar este be-neficio por la creciente lucha del movimiento obrero y por la competencia con el bloque socialista, que demostró que la sociedad puede tener ciudadanos sanos y viviendo hasta el doble del promedio que bajo los regímenes de escla-vitud si se acaba con el sistema de subyugación y se instaura la socialización de los medios de producción bajo el gobierno de obreros y campesinos, como lo fue en Rusia y China.

Una vez que la amenaza de la revolución social desapareció de la vista y el movimiento de masas revolucionario pudo ser controlado, el capitalismo convirtió este servicio en un ruin negocio más. Este es un llamado a la con-ciencia del pueblo, que se ha tragado mares de lágrimas estos años, con el peso del dolor llevado por dentro.

¿Por qué ocurre esto?, es decir, ¿por qué gente tan rica, como la familia Uribe Moreno, dueña de empresas tan prosperas, asesinan por omisión, sin recibir nunca castigo por ello y usted usuario no tiene garantizado el servicio médico, ni siquiera pagando cumplidamente sus parafiscales en salud?

Querido lector, la verdad es esta: para el capitalismo y el Estado, el costo humano de la muerte de un paciente de cáncer, no es nada comparado con el costo económico del tratamiento. Porque si el enfermo fallece, muerto está. Pero si sobrevive mucho tiempo, el mal tendrá que estar sometido con costo-sos tratamientos, cirugías de todo tipo, sofisticados exámenes y citas espe-cializadas. El seguimiento por todo el resto de la vida es una condición de la enfermedad, que no se cura, solo se controla y se debe reiniciar tratamiento, cirugías y exámenes cada vez que recaiga.

Ni qué decir de la mayoría de pacientes consumidos en todas sus energías y tiempo luchando contra esta enfermedad y por lo tanto no pudiendo tra-bajar. E incluso una vez controlado, muchas personas quedan con secuelas terribles que les impide trabajar el resto de la vida.

Para el capitalismo en su conjunto, no solo para la burguesía propietaria de las EPS, no hay provecho en suministrar servicios médicos a los pacientes oncológicos, que consumen muchos recursos pero no se emplean en la vida productiva. Y como el ser humano bajo el capitalismo vale solo en la medida que su trabajo enriquece a los explotadores, una persona que nada produce nada vale; pero si además de no generar provecho requiere que se le invierta para mantenerla con vida, entonces no solo no vale nada, sino que se hace indeseable para el sistema. ¡Hay que deshacerse de ellos! Esta es la actitud del sistema con esos ciudadanos en desgracia.

Así que bajo el capitalismo, el Estado, los sistemas de salud, las institu-ciones, tratarán siempre de desentenderse de la suerte de estas personas a la que se consideran un lastre, por su alto costo.

Por esto, querido usuario y trabajador, vale la pena invertir toda la fuerza y toda la capacidad de organización para resistir a los ricos y a su Esta-do, que es el que lanza la directiva de la privatización de la salud, a su vez orientado por las instituciones imperialistas. Por esto es necesario luchar por cambiar este sistema degradante y ruin.

Los trabajadores colombianos necesitan un sistema socialista para no morir de enfermedades curables. Bajo el capitalismo la enfermedad y la rui-na para los desposeídos, son una ley. ¡No basta resistir, se necesita la revo-lución!